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Miraba su aparatito intimo con resignacion. Llevaba casi un ano sin tener relaciones sexuales con ningun hombre desde que termino su vinculo matrimonial con ese super-mega-imbecil. Si, porque eso es lo que era, una mala persona, una persona traicionera. Era un perfido y vil Judas que le habia hecho mucho dano. Es mas, aun seguia haciendoselo con solo acordarse de lo que paso, porque es que todavia no era capaz ni de pronunciar su nombre, y asi se dirigia a ese infiel que tuvo por marido. Lo llamaba: el. Lo cierto es que no podia, ni queria, pronunciar ni pensar en su nombre. Demasiado tenia ya con escuchar a su hermano comentar alguna situacion graciosa que habia vivido con su ex como si pensara que ella no tenia sentimientos, que no podia sentirse herida ni nada por el estilo. ?Acaso pensaban todos que estaba esculpida en piedra? Pues no, no lo estaba, y queria gritarlo y que la oyeran hasta en la Polinesia. Habian estado casados durante cinco anos, y eso sin contar, claro esta, los anos que habian compartido como novios. Suspiro irritada. Demasiados. Volvio a mirar el aparato que le servia de desahogo en las interminables noches de soledad desde su separacion, con rebeldia. Al principio lo compro pensando que era preferible a volver a meter a un hombre en su cama, en su vida, pero a medida que fueron pasando los meses y su necesidad de sentir un orgasmo en condiciones, de sentirse plena, fue aumentando, ya no lo veia con tan buenos ojos. Se pregunto que por que tenia que estar alejada del sexo. A ella le gustaba, es mas, lo disfrutaba mucho, muchisimo. Jolines, le encantaba. Que ese imbecil la hubiese rechazado de la forma como lo hizo, no significaba que ella tuviese que guardarle luto o algo parecido. Despues de todo a quien enganaron de la forma mas ruin fue a ella misma. Apreto los dientes en un gesto de impotencia. Lo cierto es que el muy cretino no es que la hubiese rechazado, mas bien la habia estado utilizando como tapadera todos aquellos anos. Y ella que nunca se habia percatado de nada, seria tonta. Eso es lo que mas le habia dolido. La habia humillado tanto, se habia sentido, y se sentia, tan miserable y estupida por no haberlo visto venir, que a veces se odiaba por ello; es mas, odiaba a todo el genero masculino por ello. Entrecerrando los ojos decidio que no era ella la estupida; lo era el. Su ex era un imbecil por no haber sabido ser sincero consigo mismo ni con ella. Por haberla enganado todos esos anos en los que penso que su vida era perfecta, que su matrimonio era perfecto. Y era un egoista y una mala persona por haberle causado tanto dano, por haberle roto el corazon como lo hizo. Por eso habia tomado una decision. Una que pensaba llevar a cabo por el resto de su vida. No volveria a permitir que le hicieran dano. Nunca, nunca mas se expondria como lo habia hecho con el. Nunca nadie conoceria sus sentimientos, y si lograba no tenerlos, pues mejor que mejor. Habia sido demasiado duro porque, a pesar de lo que todos creian saber de ella, habia sufrido enormemente con aquella traicion. Habia sido tan doloroso conocer la verdad de la forma en que lo hizo, que era consciente que nunca podria sobreponerse a ello. Es mas, aun estaba padeciendo lo indecible porque su familia simplemente se habia limitado a darle una palmadita en la espalda, como si aquello no fuese tan malo, despues de todo; manteniendo su amistad con el como si tal cosa, sin importarles el dano que le habia causado; sin importarles que a ella aun le seguia provocando un dano enorme que se pronunciase su nombre en su presencia. Como si lo unico importante en la vida fuera que nadie conociese el motivo real de su ruptura y asi evitar los chismes sobre su familia, su poderosa familia. !Pues bien que le habia servido a ella tanto poder! -penso ironica. Apreto los labios con furia porque estaba en el pleno convencimiento de que nunca podria recuperarse de ese duro golpe, y se enojo todavia mas porque su familia no lo comprendiese y la compadeciese. !Se podrian ir todos a freir monas! Volvio a suspirar, esta vez con resignacion. Asi eran ellos: primero las apariencias, despues se solucionaria todo lo demas, y era mejor no aparentar estar mal. Pues ella no pensaba permitirlo. Mina se encargaria de buscar soluciones a los problemas, a sus problemas, a todos. Y en ese momento su mayor apuro era aliviar su acuciante necesidad, una penuria que no era afectiva. Tragando saliva lentamente, se pregunto: ?Entonces que es lo que quieres? --Sexo, eso es lo que quiero, la escasez de el me esta matando. Daria lo que fuera porque un hombre me tomara y me empotrara contra una pared de forma animal. Metio el consolador con forma de pintalabios, obsequio de una de sus mejores amigas, la unica que sabia la verdadera razon de su separacion, en su estuche; y despues se dirigio al chifonier color melocoton y estilo victoriano que adornaba su dormitorio, con decision. Aquel mueble era un punto divergente en su habitacion, decorada al mas puro estilo minimalista. Habia sido la unica concesion de el en cuanto a la decoracion del dormitorio que ambos compartian, y Mina estaba orgullosa de su triunfo, por eso guardaba sus cosas mas preciadas dentro de ese enser. Y lo adoraba. Era consciente que tenia que haberlo visto venir, pero estaba tan enamorada de Juste que jamas hubiese imaginado que era homosexual, mucho menos que mantenia una doble vida. Y que esa doble manera de vivir le afectaria directamente a ella. !Cabron! Intentando ignorar esos pensamientos, tomo el mando del iPod y puso su cancion favorita, Fever, procurando que la sensual musica penetrase por cada poro de su piel. Aunque si encima de que estaba que se subia por las paredes de las ganas que tenia de echar un buen polvo, oia dicha melodia, seria capaz de llamar a Telepizza y tirarse al enclenque pizzero cuando viniese a traer el pedido. --Vamos, Mina --se animo mientras se movia de forma pausada, con elegantes movimientos al compas de la musica-, tu eres una mujer decidida, valiente, asi que tienes que ir directamente a por lo que quieres, y lo que quieres esta claro. A continuacion, abrio el ultimo cajon sin dejar de tararear la melodia, donde guardaba aquellas prendas que se habia comprado para tener una noche de lujuria y desenfreno con el que fuera su marido. Ilusa. Noche que sin duda hubiese tenido si no hubiera descubierto su jueguecito y que, por algun motivo, que en ese instante no lograba recordar, habia pensado que nunca tendria con otro. !Menos mal que no las tire a la basura presa de la rabia o se las regale a Piluca! Rebusco entre las prendas un poco hasta que encontro lo que buscaba. --!Aqui estan! --exclamo feliz. Saco del cajon un pequeno cofrecito plateado y lo abrio. La verdad es que aquellas prendas le habian costado una fortuna. Sonrio al ver el delicado tanga de encaje negro abierto por la parte de la vagina y se sintio enloquecer. Desde hacia unas semanas, la necesidad de practicar sexo habia hecho presa de ella, y esa noche no pensaba quedarse con las ganas de un buen revolcon. Seguramente se debia a que ya habia superado aquella traicion, al menos en lo referente a desear estar con otro hombre. Y si no era por eso…, se encogio de hombros, para que buscar respuestas; el caso es que tenia ganas de tener una buena experiencia carnal que la ayudara a deshacerse de sus fantasmas. Un hombre, eso es lo que necesito, refunfuno, si, eso exactamente, precisamente lo que no era mi ex. Ya estaba un poco cansada del pintalabios; es cierto que habian pasado buenos momentos juntos pero, !leches!, necesitaba el contacto humano, por lo que decidio acudir a la fiesta que su hermano habia organizado en el chalet que sus padres tenian en la costa marbelli. La guarida se llamaba la finca y, Alex, aprovechando que estos estaban en Bali, habia decidido montarse un fieston. Segun su hermano, habia invitado a mucha gente, la mayoria de fuera de su circulo social, para poder divertirse a gusto y que nadie le fuera con el cuento a su estricta y dominanta progenitora.
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