• amanda j queiroz - Amanda J. Queiroz

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  • Amanda J. Queiroz: Libros - Amazon.es

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  • Amanda J Queiroz: Libros - Amazon.es

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  • Seduciendo al príncipe by Amanda J. Queiroz - Goodreads

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    Seduciendo al príncipe book. Read 19 reviews from the world's largest community for readers. Quién diría que una borrachera el día de su cumpleaños la ll...

  • Guardaespaldas de Amanda J. Queiroz - Hola Ebook

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  • UN LIBRO POR EL MUNDO: Entrevista a Amanda J. Queiroz

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    28-mar-2017 - Amanda Queiroz es la escritora del libro "Guardaespaldas: Miller 1" un libro romántico.

  • Amanda J. Queiroz - Inicio | Facebook

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    ACCIDENTALMENTE TUYA de Amanda J. Queiroz · Suscríbete al blog por correo electrónico · Los Más Leídos · Un corazón para Julieta (Bilogía Sueños nº 2) de Alma ...

  • GUARDAESPALDAS de Amanda J. Queiroz - Libros A ...

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    Seduciendo al príncipe – Amanda J. Queiroz · General. Ella sólo busca que la quieran en su forma, y no en las millones que existen.

  • Cuentame mas de Sophie Saint Rose

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    Francesca esta a punto de perder a su mejor amiga y se deja convencer para relacionarse con otras personas. Una web de amigos por correspondencia es la solucion perfecta para ella y asi romper el hielo. Aunque cuando conoce a Kirk Chapman lo unico que se le pasa por la cabeza, es que todo lo que le esta ocurriendo es una locura.

  • RAN. Desenlace de Devorame (STEEL 6) de Rose Gate

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    Ilke esta dispuesta a renunciar a su historia con Giovanni, lo que vio en el Masquerade marco el punto y final a su relacion.
    Un nuevo mundo se abre ante sus ojos gracias a la oportunidad que le brindan en el Ran.
    Hikaru esta obsesionado con Ilke, el heredero de una de las Yakuzas mas importantes del pais hara lo necesario para darle caza y que sea suya.
    Giovanni cree que todo esta perdido, se siente traicionado por Ilke cuando el consideraba que se pertenecian.
    Un pais lejano, unas tradiciones distintas y el juego del destino, entrecruzaran el camino de estos tres personajes por los designios mas salvajes del sexo, la violencia y el amor.
    No te pierdas el desenlace final de la intensa relacion de Ilke y Giovanni donde nada es lo que parece.
    Bienvenidos a Ran.

  • Me ensenaste a vivir de Rose B. Loren

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    Abigail siempre ha tenido un sueno: ser periodista. Pero hasta ahora no lo habia conseguido. Con treinta y cinco anos, ama de casa, casada con un medico pretencioso y madre de un joven que pronto abandonara el nido para ir a la universidad, su vida parece estar ya completa y estable, pero da un giro cuando, mientras viaja a Nueva York para disfrutar de unas merecidas vacaciones, choca con un hombre en el aeropuerto y es en ese momento cuando todo su mundo se pondra patas arriba.

  • Llamarada de sol (Sombra de vampiro 5) – Bella Forrest de Bella Forrest

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    Bienvenidos de nuevo a La Sombra…

  • La seduccion de Elliot McBride de Jennifer Ashley

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    Cuando Juliana St. John es plantada ante el altar por su novio, propone a Elliot McBride, el alto escoces que fue su primer amor, que ocupe el puesto vacante y se convierta en su marido.
    Elliot acaba de regresar de las Indias Orientales, donde fue capturado por una tribu nativa y retenido durante meses. Durante su cautiverio se vio sometido a crueles torturas, que han dejado en el una profunda huella y que todavia provocan que sufra horribles pesadillas. Sin embargo, no duda en ofrecer su ayuda a Juliana.
    Tras contraer matrimonio se trasladan a las Highlands. Alli, Juliana debera restaurar una mansion casi en ruinas mientras trata de reparar el corazon herido de un hombre al que muchos tildan de loco. ?Seran suficientes la voluntad y el amor para ofrecer una segunda oportunidad a sus corazones?

  • Parte de una historia de Ignacio Aldecoa

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    imborrable en la narrativa espanola del siglo XX. El planteamiento es sencillo: a una aldea de pescadores de una isla del Atlantico #La Graciosa, en Canarias# llegan unos hombres extranos que alteraran, por poco tiempo pero dramaticamente, la vida cotidiana de los islenos. Fluye bajo la historia uno de los grandes temas contemporaneos: el enfrentamiento entre la sociedad tradicional y la sociedad moderna urbanizada. Por su precision narrativa, por la perfeccion de sus dialogos y por la belleza austera de sus descripciones, Parte de una historia es uno de esos libros que los criticos llaman una obra maestra y los lectores leen con el mas profundo gozo literario.

  • La espia que te amo de Elsa Tablac

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    Emma trabaja en una agencia de detectives. Y las cosas no le van nada mal, si no fuera por su desastrosa vida sentimental y en especial por ese cantamananas de Mateo, que no le trae mas que quebraderos de cabeza. Asi que lo mejor es, hasta que amaine el temporal, pasar de los hombres. Centrarse en el trabajo, el yoga, el gato, las amigas. Hasta que un buen dia cae en sus manos el misterioso caso de Lloyd Cooper, un guapisimo britanico que va y viene por la ciudad desde hace unos meses, con una turbia historia familiar a sus espaldas y al que Emma debera investigar.
    Hasta aqui todo bien.
    Siempre y cuando no te enamores del hombre al que has de seguir.
    Ni el de ti.

  • Y si fuera Andy de Maribel Pont

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    Las cosas siempre ocurren cuando menos las esperas. Habia sido una discusion sin sentido. Una vuelta de tuerca de mas, a la desconfianza que me provocaban las salidas a destiempo de Manuel. Se habia marchado dando un portazo seco. Sembrando un silencio rancio dentro de las cuatro paredes que entonces ensombrecian mi presencia. No quise llorar. Tal vez habia agotado las lagrimas discusion tras discusion. Eran demasiados anos juntos. Eramos muy jovenes cuando empezamos a jugar a ser adultos. En vez de encontrarme con la desesperanza, me tope con un halo de luz, que de pronto, hizo que decidiera vivir. Estaba harta de hacerme responsable de todos los problemas de la casa, olvidandome de que aun era muy joven. Tenia treinta y cuatro anos y una hija adolescente de dieciseis, que de un momento a otro me traeria un yerno a casa. Hecha un ovillo en el sofa y barajando el caos que se acababa de formar en mi matrimonio, decidi que lo mejor que podia hacer era, no hacer nada. Dejar que las cosas siguieran su curso, si Manuel algun dia se daba cuenta de que estaba actuando mal y, sobretodo, si era capaz de demostrarme que valia la pena seguir juntos, seria una cosa del destino y con eso no podiamos competir. Mientras tanto no pensaba correr tras el, ni suplicarle que regresara, ni siquiera por Monica. Una lagrima melancolica resbalo por mi mejilla, hasta mojarme la comisura derecha del labio. Sin embargo no pude identificar ningun sentimiento de anoranza. Simplemente, lo nuestro habia terminado. Con mis pensamientos rodando como una espiral, cai en un sueno profundo. En el televisor echaban un capitulo repetido de una serie policiaca, en el cual me trasporte con la carga de mis problemas. Hubiera podido dormir horas evadiendome de la realidad si no fuera porque el cerrojo de la puerta, manipulado con brusquedad, me alarmo haciendo que me izara de golpe. Un sonoro portazo, mas agrio que el anterior, hizo que se encogiera un nudo en mi estomago. Unos pasos cruzaron el comedor a la velocidad de un rayo y acto seguido otro portazo resono al fondo del pasillo. Algo habia ocurrido. Di un brinco fugaz y corri tras los pasos de mi hija. Mis nudillos golpearon con insistencia la madera que separaba mi voz de la habitacion de mi hija. --Monica, abre la puerta. --!No quiero! Era justo lo que me faltaba, lidiar con el mal genio de una adolescente. --!Abre ahora mismo o tiro la puerta abajo! --No podras…--gruno con la voz ahogada bajo la almohada. Apegue mi espalda a la pared e hice rebotar mi cabeza. Hablar con ella cuando estaba enfadada era como querer encajar la pieza equivocada en un puzzle. --Monica haz el favor de abrir la puerta, sabes que no voy a castigarte, sea lo que sea, pero !cuentamelo, por Dios!. Me encontraba ya acuclillada y cabizbaja cuando oi el chasquido del pomo de la puerta rodar con lentitud. Monica asomo la cabeza y tras sorber por la nariz me hizo un gesto para que entrara en su habitacion. Por ese dia omiti el desorden de aquellas cuatro paredes rosadas. En el suelo yacia la ropa que se habia probado antes de salir de casa y, las puertas del armario seguian abiertas con ambos espejos enfrentados entre si. Solte un largo suspiro y me deje caer en el borde de la cama apoyada sobre mis rodillas. Monica estaba con las piernas cruzadas y un gran almohadon entre sus brazos por el cual se escondia a medias. Tenia los ojos enrojecidos y la barbilla hundida hacia el pecho. Por su expresion deduje que muy a su pesar necesitaba hablar de ello. Me aclare la voz con un suave carraspeo. --?Como se llama? --?Quien?--gruno frunciendo el ceno. Entorne los ojos ante la evidencia. --?Quien va a ser? El monstruo del que te has enamorado. --No es un monstruo--dijo con las pupilas inquietas. Lance un suspiro. --Entonces me alegra de que sea humano. Monica ahogo el amago de una risita muy debil. --!Mama! No tengo ganas de bromas. Esboce una mueca indulgente. --Pues ve al grano, yo tampoco tengo el cuerpo para risas--dije aflojando la voz. Monica permanecio unos segundos reflexiva, con la mirada perdida en un punto inconcreto de la habitacion. Contemple su rostro de facciones redondas, piel tierna y mirada entranable. Aun era una nina. Mi nina. Y en ese momento un escalofrio me recorrio el cuerpo al identificarme con ella. A su edad simplemente estaba a punto de conocer a su padre y mas adelante quedarme embarazada. Su voz adormilada me saco de mi ensonacion. --?Por que duele tanto, mama?--dijo con la voz quebrada y la mirada resentida. Un pedacito de corazon se me quebro. No queria decirle que eso tan solo era el comienzo. --Ven aqui, nena. Dame un abrazo de esos que todo lo curan. Nos fundimos en un abrazo de esos que crujen los huesos de la espalda y que hablan sin palabras. Que bonito es tener a alguien en quien apoyarse cuando una esta quebrada. No hizo falta insistir, pronto Monica continuo con su relato. --Mama… David queria que hicieramos…eso, ya sabes--dijo con la mirada perdida en un vacio de su memoria. La voz entrecortada. Abri los ojos como platos, trague saliva y aparte mi instinto de proteccion maternal. Hice de tripas corazon y carraspee para no atragantarme con la realidad. --?Y…y… quien es David? --procure parecer indiferente. --!Eso da igual ahora! --Tienes razon, continua. --Y se ha enfadado mucho--puntualizo sorbiendo por la nariz--, y lo unico que he podido hacer es irme corriendo. Y he hecho un ridiculo espantoso, seguro que ahora se lo contara a todos sus amigos. Tome aire de forma sonora. Monica barrio las lagrimas de su rostro torpemente con las palmas de sus manos, asi como lo hacia de pequena despues de una rabieta. --Ni hablar, has hecho lo correcto. Tu lo que necesitas es conocer al chico de tu vida. Todo llegara a su debido tiempo, cuando a ti te apetezca--puntualice casi deletreando cada palabra. --Me siento muy mal. Con un gesto muy propio de las madres le aparte el pelo de las mejillas, estas estaban empapadas de pena. --Carino, eres una nina muy responsable, y estoy segura de que un dia llegara un chico con la madurez que te mereces, y todo sera maravilloso. Y ya sabes lo que te he dicho siempre. --Si, mama. Con proteccion…--dijo entornando los ojos. Imprimi un beso en su mejilla. --Yo tambien tengo que contarte algo… --?El que? Su rostro sufrio una notable transicion, era como si de un momento a otro esperara esa noticia, sus pupilas se movian inquietas y permanecia con el ceno fruncido. Probablemente habia imprimido suficiente preocupacion en mis palabras como para que ella sintiese el augurio de lo que queria contar, y entonces tuve que hacerlo, por su bien, y el mio propio. --Que…he pedido cita para ir las dos a la peluqueria ?que te parece? -- apostille con una sonrisa artificial. --?En serio? --respondio esceptica. Le devolvi una mueca de pasotismo. --En serio…

  • Mi Sol (Improvisto Amor 2) de Lily Cerda

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    La senorita Sol es una alegre y hermosa joven, desprovista de malicia, ya que ha sido criada en el campo de Chervach por su abuelo el senor Mellor.

  • El emperador goblin de Katherine Addison

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    Maia, el hijo menor y mitad goblin del emperador, ha pasado toda su vida en el exilio, lejos de la corte imperial y de las mortiferas intrigas que la envuelven. Sin embargo, cuando su padre y sus tres hermanos sucesores al trono mueren en un <>, no le queda mas remedio que aceptar su cargo de unico heredero legitimo. Carece por completo de formacion en la politica de la corte, ademas de no tener amigos ni consejeros, pero si alberga la certeza de que quien quiera que asesinara a su padre y a sus hermanos podria intentarlo con el en cualquier momento. Rodeado de aduladores ansiosos por conseguir el favor del nuevo e ingenuo emperador, y abrumado por las responsabilidades de su nueva vida, Maia no puede confiar en nadie.

  • Circe de Madeline Miller

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  • Una noche magica de Danielle Steel

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    Es verano y Paris se prepara para la Cena Blanca, un banquete anual en un lugar emblematico de la ciudad, al que sus exclusivos invitados acuden vestidos de blanco.

  • Una vez en un sueno de Emma Kelsen

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    Emma siempre habia creido en el amor. Desde pequena sonaba con encontrar aquella mitad, la que nos completa. Pero, la rutina y el trabajo han hecho que deje de escuchar el dictado de su corazon. Hasta que un dia, el de su treinta cumpleanos, un suceso magico e inexplicable hace que despierte de nuevo al amor. Una serie de suenos increibles y la repentina aparicion de un misterioso libro, pondran su ordenada vida boca abajo.
    En compania de sus inseparables y emblematicas amigas emprendera un viaje a ciegas, un acto de fe en el que lo arriesgara todo por hallar el verdadero amor, el que aun duerme en el interior de sus cuentos.
    Juntas llegaran al lejano Texas, donde nos haran vivir situaciones emocionantes y divertidas, haciendo que resulte sencillo reir y al minuto derramar lagrimas de alegria.
    Segun nos adentramos en su emocionante lectura, vamos descubriendo junto a Emma y sus amigas, que siempre, aunque los tiempos cambien, existiran los suenos, y a menudo, a veces…SE HACEN REALIDAD.

  • Extranos al calor de la noche de Kylie Brant

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    No sabia como se llamaba, no sabia de donde era. Rianna Kingsley solo sabia que sus conocimientos de artes marciales y tecnicas asesinas estaban muy por encima de lo que sabia una persona normal.

  • Fuera de juego de Chus Iglesias

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    El desahogo de Alba despues de aquel partido, en el que habia insultado al arbitro a placer, no tenia comparacion con la verguenza que empezaba a sentir y mas cuando descubrio que David seria el nuevo tecnico de prevencion de riesgos y abogado de la asesoria en la que ella trabaja en Santiago de Compostela. Lo que esta claro es que el no ha llegado en son de paz precisamente, cuando ha comprobado que era la misma ninata del campo de futbol.

  • La daga del destino. Canada V de Mariah Evans

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    El mundo esta al borde de la extincion y solo una persona puede hacer frente a la amenaza que se cierne sobre la humanidad.
    Cinco eran los oraculos que permanecian ocultos sobre la faz de la Tierra. Ahora, solo queda con vida una de ellos, Cintya, pues el resto ha muerto a manos de los aliados de Mabus. Ella se esconde a fin de mantenerse con vida, conocedora de que Mabus y los vampiros la quieren muerta, al ser la unica que tiene informacion suficiente como para derrotarlos.
    Asi es como la division inicia una busqueda sin tregua y a contrarreloj para hallarla y ponerla a salvo, conscientes de que Cintya representa la ultima oportunidad para hacer frente a Mabus.
    Desde un principio, Scott se sentira atraido por Cintya, a la que apoda de forma carinosa “pelirroja”. Ella, no obstante, ademas de tener un don impresionante es tambien una mujer con una fortaleza sin igual, que sorprendera a toda la division.
    A partir de ese momento iniciaran un viaje “al lugar en la tierra mas cercano a Dios”, en busca de la unica arma capaz de destruir a la bestia, lugar que pondra a prueba la fortaleza de la division y donde sobrevivir sera la unica esperanza para proteger al mundo de la horrible oscuridad que lo amenaza.

  • Entre brumas (Seleccion RNR), Raquel R. Gallagher de Raquel R. Gallagher

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  • Limpia con amor de Caroline Mickelson

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    ?Esta segura de que no recuerda nada? --Zoe Watson miraba intensamente a su clienta, buscando alguna senal que indicase si su intento de borrar un recuerdo doloroso de la mujer habia sido un exito. La senora Hendrickson parpadeo un par de veces y miro a Zoe. Su confusion era evidente en la forma en que fruncia el ceno. --?Que es lo que debo recordar? Zoe se reclino en los cojines del sofa, bastante satisfecha por un trabajo bien hecho. La expresion confusa de su clienta casi le bastaba para confirmar que habia ayudado a borrar un recuerdo doloroso. Pero, aun asi, lo tenia que confirmar. --Me estaba hablando de su marido y de como habia tenido que salir de la ciudad por negocios durante varias semanas inmediatamente despues de que habian nacido los gemelos. Me decia que el deberia haber sabido que usted lo necesitaba aqui. Una dulce sonrisa se dibujo en los labios de la reciente madre. --Bueno, seguramente estaba haciendo una montana de un grano de arena. Se que se tenia que ir. Lo mas importante es que nos quiere, ?verdad? Zoe asintio. --Exactamente. --?Y no fue un gesto maravilloso que contratase a su empresa para que viniera a limpiar? --Paseo la mirada por el salon--. Todo esta espectacular. Me siento mucho mas feliz que cuando llego. Zoe se levanto. --La felicidad es nuestro objetivo. --Me gustaria que pudiera mandar uno de sus equipos de limpiadores de forma regular --expreso por encima de su hombro mientras acompanaba a Zoe a la puerta principal--. ?Seria posible? --Me temo que no. Limpia con Amor se especializa en una sola limpieza en profundidad. --"Bueno, en eso y en la eliminacion de recuerdos problematicos que se interponen entre personas que se aman", penso. Saco una tarjeta de visita del bolso y se la dio a la mujer--. Recomiendo mucho esta empresa de limpieza que si puede venir de forma regular. Son de los mejores. --Gracias por todo, Zoe. Ahora me siento mucho mas tranquila. La sonrisa de Zoe era calida. Esa era la mejor parte de su trabajo y le encantaba. --Dele las gracias a su marido cuando llegue a casa esta noche. El es quien se puso en contacto con nosotros. --Creame, se lo agradecere como no le han agradecido nada hasta ahora. La sonrisa de Zoe seguia ahi un buen rato despues de haberse despedido y dirigido a la oficina. Iba a encender la radio del coche cuando su Bluetooth senalo una llamada entrante; conecto el manos libres. --Limpia con Amor, habla Zoe. --Hola, Zoe, te habla tu infrarremunerada e infravalorada secretaria ejecutiva. --Hola, madre. --Zoe miro por el retrovisor y cambio de carril--. Si me llamas para pedir un aumento de sueldo, la respuesta es no porque no necesitas el dinero. Pero, si me llamas para que te alabe, desde luego que te lo mereces. Eres la mejor organizadora que una hija podria desear. --Me conformare con eso --dijo su madre--. Dime, ?como fue el trabajo de los Hendrickson? --Me alegra decir que muy bien. Ademas de que su casa esta como una patena, creo que pude eliminar totalmente cualquier residuo de resentimiento que hubiera en la senora Hendrickson. Mision cumplida. --Estoy muy orgullosa de ti, Zoe. Has aprendido a usar tu don para hacer el bien. --Gracias. --Zoe venia de una larga estirpe de mujeres nacidas cada una con un don unico. El suyo, segun habia descubierto antes de haber llegado a la escuela secundaria, era ayudar a la gente a olvidar momentos dolorosos o tristes de su vida. Comparado con el de sus familiares, su don le habia parecido insulso, poca cosa. Pero, con la ayuda y apoyo de su madre, habia aprendido a aceptar su habilidad. Juntas habian creado el concepto de Limpia con Amor, un servicio de limpieza que, ademas de eliminar polvo y desorden, incluia una visita de Zoe, cuyo resultado era la deteccion y borrado de un recuerdo triste o doloroso. Su tia describio una vez la actividad de Zoe como "la eliminacion de espinas emocionales"--. Tu eres una parte importante del exito. Estoy en deuda contigo. Su madre aprovecho el momento. --Me encanta que digas eso.

  • Me llamo Lucy Barton de Elizabeth Strout

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    Hubo una epoca, hace ya muchos anos, en la que tuve que estar en el hospital durante casi nueve semanas. Era en Nueva York, y por la noche tenia desde mi cama una vista clara, justo enfrente, del edificio Chrysler, con su esplendor geometrico de luces. Durante el dia la belleza del edificio se atenuaba, poco a poco se convertia simplemente en una gran estructura mas recortada contra un cielo azul, y todos los edificios de la ciudad parecian distantes, silenciosos, remotos. Era mayo, paso junio, y recuerdo que miraba la acera desde la ventana y observaba a las mujeres jovenes - de mi edad- que habian salido a comer, con su ropa primaveral: veia sus cabezas moverse mientras hablaban, sus blusas ondeantes con la brisa. Pense que cuando saliera del hospital no volveria a andar por la calle sin dar las gracias por ser una de aquellas personas, y lo hice durante muchos anos, recordar la vista desde la ventana del hospital y alegrarme por la acera por la que andaba. Al principio fue una cosa sencilla: ingrese en el hospital para que me extirparan el apendice. Despues de dos dias empezaron a darme de comer, pero no podia retener nada. Y de repente se presento la fiebre. No fueron capaces de aislar ninguna bacteria ni de explicarse que habia salido mal. Ni entonces ni nunca. Tomaba liquidos por una via intravenosa y antibioticos por otra. Iban sujetas a un palo metalico con las ruedas flojas que podia arrastrar de un lado a otro, pero me cansaba en seguida. Fuera cual fuese el problema que se habia aduenado de mi, desaparecio a principios de julio, pero hasta entonces me encontraba en un estado muy raro -literalmente una espera febril-, y angustiada de verdad. Tenia marido y dos hijas pequenas en casa, echaba terriblemente de menos a las ninas y llegue a temer que la preocupacion por ellas me pusiera mas enferma. Cuando mi medico, por el que sentia un profundo afecto -era un judio de mofletes caidos que llevaba una delicada tristeza a sus espaldas, cuyos abuelos y tres de sus tias habian muerto en los campos de concentracion, segun le oi contarle a una enfermera, tenia una esposa y cuatro hijos mayores aqui, en Nueva York-, ese hombre tan encantador creo que sintio lastima por mi y se encargo de que mis ninas -tenian cinco y seis anos- pudieran ir a verme si no tenian ninguna enfermedad. Las llevo a mi habitacion una amiga de la familia, y vi que tenian la carita sucia, y tambien el pelo. Entre con ellas en la ducha, empujando el aparato de las vias, pero gritaron: <>. Estaban realmente asustadas. Se sentaron conmigo en la cama mientras les secaba el pelo con una toalla y despues se pusieron a dibujar, pero con miedo, quiero decir, que no se interrumpian cada dos por tres para decir: <>. Hablaron muy poco. Sobre todo la pequena parecia incapaz de decir palabra, y cuando la rodee con mis brazos vi que sacaba el labio inferior y le temblaba la barbilla: era una criaturita que intentaba con todas sus fuerzas ser valiente. Cuando se marcharon no me asome a la ventana para verlas andar por la calle con la amiga que las habia traido y que no tenia hijos.

  • Volver a nacer de Elizabeth Bermudez

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    Cuando el dueno de la cadena de television privada mas importante del pais, Sebastian Quiroga, descubre que su nieta no murio al nacer, tiene casi veinticinco anos y esta en peligro, de inmediato traza un plan para salvarle la vida.
    Elena ignora quien es realmente y lo que ocurre a su alrededor. Vive alejada en un pequeno pueblo en la sierra de Huelva, Aracena, con las personas que cree que son sus verdaderos padres.
    Martin Quiroga le debe todo lo que es a la persona que lo adopto cuando tenia doce anos, Sebastian, el abuelo de Elena. Por ello, cuando su padre le pide algo que nadie mas puede hacer por el cedera sin remedio.

  • Montenegro (Cienfuegos 4) de Alberto Vazquez-figueroa

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    La cuarta entrega de la apasionante saga Cienfuegos.

  • El club de los lectores criminales de Carlos Garcia Miranda

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    Cuando Angela acepto participar en el club de lectura de novelas de Stephen King, no imaginaba que su vida daria un vuelco terrorifico. Enredados en una tragica muerte en plena Universidad Complutense de Madrid, todos los participantes del club deberan enfrentarse a sus mas profundos secretos y a la peor de las amenazas: cualquiera de ellos puede morir en la siguiente pagina, y cualquiera de ellos puede ser el asesino.

  • Botones y gracia de Penelope Sky

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    He iniciado una guerra entre clanes.
    Me he granjeado un enemigo formidable.
    Por una sola mujer.
    Fue una estupidez de decision, pero no me arrepiento de nada.
    Porque Bellissima es mia por fin.

  • Lo que le falta al tiempo de Angela Becerra

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    Ella pensaba que la muerte era obscena, hasta que abrio el armario. Durante quince anos habia estado tentada de tocarla, pero su madre le habia advertido que los muertos no se tocan. Habia llegado el dia. Su madre ya no estaba para impedirselo y ella se sentia mas sola que nunca. ?Seria fria como imaginaba? ?O aquella sensacion de vida que parecia emanar de aquel cuerpo adolescente, encogido por el tiempo dormido, le regalaria algo mas que una presencia sacrilega y muda? Tiro de la palanca y el gran cofre de cristal aristado surgio de la oscuridad. Limpio con delicadeza la capa de polvo incrustado, hasta ver aparecer del fondo aquellas pestanas clausuradas que de pequena tantas veces habia querido abrir con sus propios dedos. ?Por que nunca habia despertado por mas que la llamaba? Una luz cenital cayo de lleno sobre La Santa, marcando como un pincel los claroscuros de su tez sonrosada y serena, interrumpida por las marcas dejadas por las piedras. Si, a pesar de las heridas infligidas con alevosia y de los cientos de anos transcurridos entre esos cuatro cristales, la muerta seguia siendo bella: una bella dormida. Ahora que volvia a verla, sentia que ese cuerpo la inundaba de calidez. ?Los muertos acompanan mas que los vivos? ?Donde habia quedado aprisionado el corazon de esa pequena adolescente? Una paloma blanca sin alas. ?Seguiria latiendo inmovil con sus suenos vacios de esperanzas? La cerradura lloraba oxido y sus manos, empapadas de presagios, vacilaban. Levanto la tapa y cuando estaba a punto de acariciar el rostro de La Santa, una antigua medalla que descansaba sobre el pecho inerte llamo su atencion. ?Era un escudo? Parecia un extrano simbolo, una especie de moneda que, a modo de jeroglifico, entrecruzaba algunas letras latinas creando un circulo cerrado, intrigante y bello. La retiro despacio, procurando no rozar los ropajes deshilachados de la muerta, temiendo despertarla de su eterno letargo. Despues, en un gesto instintivo, miro a lado y lado buscando quien la recriminara. Nadie; solo los ojos amarillos de su gata la observaban ausentes. Un pequeno robo, un regalo para su cuello. Mas tarde, no tuvo el valor de tocar a la muerta por miedo a confirmar sus sospechas. ?Y si estaba fria como su padre y su madre? ?Y si se deshacia como las alas de una mariposa entre sus dedos? Seguiria pensando que era tibia; tan tibia y calida como una hermana. No estaba preparada para perder a otro ser querido. No, por ahora. Empujo de nuevo el arca y el mecanismo volvio a esconder en la penumbra aquel secreto tan celosamente guardado. Salio a la calle con la sensacion de saberse protegida; la medalla que ahora llevaba escondida entre sus senos habia pertenecido a La Santa; era como si estuviera a su lado y a cada paso que daba le dijera <>. Cruzo la rue Saint-Jacques y tomo el camino de siempre, entreteniendo sus ojos en las empezunadas gargolas de la iglesia de Saint-Severin; dragones, aguilas y leones, como aves rapaces, parecian rugirle desde lo alto. Ahora ya no les temia. Despues de abrir el sarcofago y enfrentarse cara a cara con la muerte, le quedaban pocos miedos por resolver. El bullicio de las terrazas acabo por envolverla en alegrias. Su barrio tenia el alma joven y esa manana de junio ella celebraria su veintitres cumpleanos regalandose lo que llevaba ansiando desde hacia mucho: recibir clases del gran pintor y maestro Cadiz. Sus cuadros eran un grito de provocacion distante y a la vez intimidatorio. Parecia deleitarse manoseando la psiquis del observador hasta extraerle los deseos mas escondidos, produciendo un estado de hipnosis sobre su obra de la cual era imposible liberarse. Desde hacia anos seguia su trayectoria. Lo conocia todo de el; su trazo inimitable, su personal colorido, su magistral tecnica pictorica, y lo admiraba con veneracion de principiante, aunque estaba dispuesta a que no se lo notara. Habian hablado por telefono, y a ella le parecio demasiado facil todo. ?Le estaria tomando el pelo? En el trayecto al estudio de aquel gigante de la pintura acabo por decidir que se haria imprescindible; una alumna ejemplar capaz de aportar algo que al pintor le fallaba en sus cuadros: los pies. Aquellos manchones informes no acababan de estar a la altura del resto de su obra y habian acabado convertidos en uno de sus sellos, pero a ella no podia enganarla: era pintora y estaba convencida de que no sabia hacerlos mejor. Una vez cruzo las entranas de Paris, salio del metro en el Boulevard Montparnasse y fue deambulando entre mesas y tiendas. Todavia le quedaban treinta minutos y no iba a llegar ni un segundo antes, ni uno despues. Camino y camino hasta alcanzar la calle que aparecia en el plano. Frente al numero 2 del passage de Dantzig se detuvo. Lo que veia no podia ser cierto. Aquello era una isla donde parecia gemir la naturaleza en su abandono. Decenas de cabezas mutiladas rodaban por los suelos entre madreselvas sin madre y cuerpos sin dueno. Un gato del color de la madera dormia sobre una mesa abandonada, mientras los pajaros hacian de las suyas en ese paraiso perdido en medio del tiempo. Sabia que el taller de Cadiz estaba en pleno corazon del barrio, lo suponia grandioso, pero lo que nunca llego a imaginar es que fuera exactamente La Ruche, el pabellon de las Indias Britanicas construido por Eiffel para la Exposicion Universal de 1900. Parecia a punto de venirse abajo. A la entrada, las cariatides cansadas de anos resistian estoicas el peso de la fachada. Toco el timbre. Una voz grave, de violonchelo ronco, la invito a pasar llamandola por su nombre. ?Como sabia que era ella? ?La estaria observando? De pronto, sus manos le escurrian ansiedades. Se miro en el cristal de la ventana y se gusto. El olor a trementina, pintura y disolventes le dio la bienvenida. Un desorden infernal se respiraba, sofocandola. Cientos de botes esparcidos por el suelo, en medio de diarios extendidos, fotos, monticulos de arena, sacos de cemento, pegamentos, mediums, espatulas y pinturas derramadas, amenazaban con devorarla. No quedaba un solo centimetro limpio. Chorreones de acrilicos, oleos y gomas habian ido formando una especie de suelo lunar con crateres y empinadas colinas de dificil acceso. ?Como podia alguien trabajar en medio de semejante caos? Parecia que durante anos nadie lo hubiese limpiado. A pesar de ello, aquel pabellon circular era una autentica obra de arte de la arquitectura. Por un momento imagino a Chagall, Kandinsky, Soutine, Modigliani, Giacometti, Calder, Picasso, todos sus idolos reunidos en ese espacio unico, y su pensamiento fue interrumpido por los pasos del pintor. Lo vio venir enfundado en su mono de trabajo y todo el le parecio un cuadro viviente. Desde la serpiente de humo que dejaba su pitillo hasta los brochazos amarronados de su ropa llevaban su huella artistica. Se detuvo frente a ella mirandola con ojos estacionarios y despues de un largo silencio en que logro intimidarla, le hablo. --Mazarine, ?se puede saber que buscas?

  • Hasta que nos volvamos a encontrar (Bilogia Amame 2), Priscila S de Priscila S

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    La vida de Alison cambio por completo desde que decidio instalarse en Paris. Nunca penso que alli podria convertirse en la mejor bailarina de ballet, ni que cumplir un sueno no la hiciera feliz.
    Anos despues, y con una vida hecha, lo unico que mantenia era el recuerdo del que creyo el amor de su vida. Los recuerdos de Nicolas seguian atormentandola.
    La ciudad del amor volvera a ponerla a prueba. ?Que ocurrira cuando el pasado vuelva a convertirse en presente?
    Familias enemigas volveran a verse las caras cuando el pasado vuelva a ser presente.

  • El lince y el clavel (Destinos en la tormenta 2) de Zahara C. Ordonez

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    Galicia, marzo de 1846 De todas las cosas que pense que tendria que hacer en la vida, ver casarse a la mujer que amaba no era una de ellas. Dicen que el ser humano ha sido creado para ser resiliente y soportar los envites del destino, por duros que estos sean, pero estoy seguro de que cuando dicen eso olvidan los que te da el amor. El amor golpea casi tan fuerte como la muerte. De hecho, si hiciera caso a algunos poetas, ambos vendrian de la mano. En el pulso que el amor y yo habiamos jugado, sali perdiendo. Herido de gravedad, me habia retirado. Lo habia hecho porque amar es desear la felicidad del otro, y su felicidad no estaba conmigo. He oido que el tiempo cura las heridas; sin embargo, lo que no me dijeron es que, cuando algo duele, el tiempo cobra proporciones de infinito. Querria decir que el dolor habia quedado atras; hablar de el en pasado; decir que el corazon ya no me quemaba cuando pensaba en ella; que su nombre se habia diluido en mi memoria como gotas de lluvia en un charco. Querria decir que ya no la amaba. Que no me importaba que sus labios besasen los de otro. Podria decirlo, pero mentiria. Mentiria del mismo modo que le habia mentido a ella al decirle que entendia que lo amase a el; que sin ella en mis brazos iba a poder seguir respirando. Mentiria del mismo modo que menti al tenerla de nuevo frente a mi, mientras ella me miraba con esa sonrisa que era para mi el mismo cielo, y pronunciaba un <> con sus labios de miel. Esos labios en los que habia imaginado mis besos. Besos que habian emprendido el vuelo para no regresar jamas. <>, quise responder. <>. Quiza debi decirle eso la ultima vez que nos vimos, mas elegi su felicidad por encima de la mia y ya no habia marcha atras. Ahora tenia que seguir mintiendo. --Si, Victoria. Estoy bien. --Sonrei, aunque por dentro me estuviera quebrando. Aunque mi corazon no fuera ya mas que un cristal roto en cientos de esquirlas--. ?Y tu? ?Como estas? Ella se acerco despacio a mi. En aquel jardin prenado de hortensias y altos arboles de hojas verdes, con su blanco vestido de novia, se me antojo una de esas ninfas de los cuentos que mi madre me solia narrar cuando era pequeno. --Bien. Estoy bien --dijo, y extendio sus manos para coger las mias--. ?Por que no estas en el banquete con el resto? Victoria y Elias habian querido casarse en aquel lugar del fin del mundo, y despues de una sencilla ceremonia en la iglesia, nos habian hospedado en un pazo senorial propiedad de unos amigos de los Vergara, donde habian celebrado un banquete en los jardines. Aunque el dia habia amanecido gris, la lluvia habia dado algo de tregua y el sol hizo acto de presencia, jugando a esconderse entre los nubarrones que surcaban el cielo. Sus formas se pintaban sobre la hierba, y sobre la bella e imponente construccion de granito que se alzaba entre ellos y que imitaba a los viejos castillos de epoca medieval, con tres torres cuadradas y almenadas de distintas alturas. En contraste con su aspecto fortificado, las ventanas estaban formadas por una triple arcada apoyada en columnas esbeltas con capiteles corintios y adornadas con hermosas vidrieras emplomadas. La hiedra trepaba por la fachada dibujando caprichosas formas y dandole verdor a la piedra. --Solo estaba paseando --me excuse, tomando sus manos, tan calidas como las recordaba--. Necesitaba un poco de aire. Me miro con gesto comprensivo. --?Demasiada gente? --Demasiada gente y... Agache la vista y la clave en el suelo. No quise terminar la frase para no molestarla, pero la verdad es que me sentia como un bicho raro rodeado de tanto senoritingo. A pesar de lo precipitado de la boda, a esta habia acudido lo mejor de la sociedad de varias capitales espanolas y tambien del extranjero. Gente que tenia una decena de apellidos, algunos impronunciables, asi como todos los socios comerciales de Rafael, el hermano de Victoria. Me sentia perdido entre conversaciones que no comprendia y todas se me antojaban terriblemente insustanciales. Ni siquiera la compania de Lily y Bernardo, que a ratos hablaban conmigo, a ratos con el resto de comensales de nuestra mesa, me hizo menos dificil el trago. Si mi madre o mi hermana hubieran estado alli, al menos habria tenido a alguien con quien hablar, pero mi madre no queria dejar la venta sola, y Gabriela aun no se encontraba con animos como para emprender aventura alguna y menos aun si esta tenia que ver con el enlace de Elias. Aunque se habian separado de forma amistosa y de mutuo acuerdo, los sentimientos pueden ser traicioneros. Y yo… yo debi quedarme en Madrid estudiando, y no acudir a esa boda que me rompia en mil pedazos. Sin embargo, tras mas de cuatro meses sin ver a Victoria, las ganas de estar con ella pudieron mas que cualquier otro juicio emitido por mi razon, esa que parecia abandonarme cada vez que me hallaba frente a ella. Que estupido habia sido al decir que si cuando recibi la carta en la que me invitaba al enlace. Yo ya no sabia si la estupidez me era inherente o el amor me habia vuelto imbecil, pero acepte estar alli y ahora tenia que tragar saliva, aunque tuviera la garganta llena de sangre por las palabras que querria decirle y que iban alli a morir sin llegar jamas a mis labios. --Ya se que no estas comodo --dijo ella con voz triste--. Quiza no debi pedirte que vinieras. Levante la vista, negue con la cabeza y me force a sonreir. --De verdad. No te preocupes por mi. Hoy es tu gran dia. --Alce una de mis manos y la apoye en su mejilla. Victoria dibujo en sus labios una sonrisa que acelero mi corazon. --Gracias --dijo posando su mano sobre la mia--. Al menos espero que estes disfrutando de la comida. Teniendo en cuenta mis tribulaciones, todas aquellas exquisiteces me supieron amargas, pero fingi una vez mas que no era asi. --Si, y ojala supiera pronunciar el nombre de los platos. La mitad estan en frances. Victoria se echo a reir. Retiro su mano y senti aquel vacio de forma intensa. Como si me hubieran quitado la piel. Aleje yo tambien la mia de su rostro y la baje, apretando el puno despues. No sabia si para atesorar el tacto que aun me quedaba de ella, o para acallar mis anhelos con la fuerza. --?Como van tus estudios? --pregunto--. Espero que el teatro no te este alejando mucho de tus obligaciones. --No son como me los imaginaba. Yo solo quiero estudiar Medicina y estoy haciendo de todo menos eso. Todavia quedan algunos anos hasta que pueda ir a la facultad mayor. --Podria ayudarte. Mi hermano conoce a gente que... La interrumpi. --No quiero que uses tus influencias para situarme en un lugar al que puedo llegar por mi mismo. Bastante es que he aceptado tu ayuda economica. Casi cada dia me recuerdan que es el hombre quien ha de proveer a la mujer, y no al reves. --La gente siempre murmura mas de lo que debe. No les eches cuentas. Solo soy una amiga ayudando a un amigo. <>. Esa palabra casi me dolia. Estar plantado en esa frontera me quemaba los pies. --Conseguire que te adelanten el examen de bachiller para que puedas ir cuanto antes a la facultad. --Y da igual lo mucho que intente impedirtelo, ?verdad? --Exactamente. --Sonrio de nuevo. --Esta bien. Me rindo. Contigo siempre me toca rendirme y aceptar lo que tu decidas. --No pude evitar que mi tono de voz revelase las verdades que guardaba mi corazon. Ella, sabedora de mis secretos, me miro atribulada. Habia en sus ojos un perdon que supe leer, pero que no me consolaba. --Nicolas, dijiste que... --Se lo que dije --la interrumpi. No pude mas y hable, ignorando lo que aconsejaba la prudencia--. Se que te tuve en mis brazos y que no rechiste cuando me hablaste de tus sentimientos por el; que te escribi diciendo que todo estaba bien, que la herida de mi corazon casi se habia cerrado. Se que te dije que me alegraba de que fuerais a casaros. ?Y sabes lo que se tambien? Que te he querido como nunca quise a nadie. Que aun lo hago. Por eso siempre tienes las de ganar, Victoria. Por eso siempre dire que si a cuanto me pidas. Ella tomo aire y despues lo solto despacio. Tuve la impresion de que se encontraba mal. De que la intensidad de mis palabras la habia herido. Y me senti terrible, pues lo ultimo que queria era hacerle dano. Victoria aferro mi antebrazo por unos segundos para no ceder al mareo que lei en la palidez que embargo su rostro de forma repentina. --?Estas bien? --pregunte preocupado. Ella nego con la cabeza y volvio a tomar aire. La agarre atrayendola hacia mi pecho y cobijandola en el. --Debe de ser agotamiento. No es que Malaga este a la vuelta de la esquina y un viaje tan largo cansaria a cualquiera --le dije--. Ademas, seguro que has hecho mas de lo que debias para que todo saliera hoy a la perfeccion. --No es eso... --murmuro ella. Temi que algo la estuviera enfermando y la tome por los hombros, apartandola un poco de mi y mirandola con gesto serio. Alzo la vista y me perdi en sus ojos negros hasta que hablo. --Espero un hijo de Elias. --?Que...? --La voz me salio entrecortada--. ?Como...? Ella se ruborizo y agacho la mirada. --Creo que sabes bien como se hacen los hijos, Nicolas. No le pidas a una dama que te lo explique. --Yo... --La capacidad de unir las palabras para formar una frase parecia haberme abandonado--. ?Cuando? Os acabais de casar. Victoria no despego los ojos del suelo. --?Hace cuanto tiempo lo sabes? --insisti. --Poco despues de regresar a Malaga. No me costo demasiado atar cabos. La noche que Elias paso en la venta; el dia que los encontre juntos en el campo con las ropas deslavazadas... --?Quieres decir que llevas un hijo de cuatro meses en tu vientre? Un <> salio con miedo de los labios de Victoria, sin mirarme aun. --Por eso habeis celebrado la boda tan aprisa --murmure. Mientras yo me moria de amor por ella, ella se arrojaba a los brazos de el, sin condiciones. La mire con una mezcla de sorpresa y enfado. --Que idiota he sido. Pense que en algun momento habia tenido posibilidades contigo. Que una parte de tu corazon estaba conmigo. --Y lo estaba --dijo, y me miro. Su rostro seguia algo palido y se turbo todavia mas al ver un reproche en el mio.--?Como puedes decir eso cuando no dudaste en entregar tu cuerpo a el? --No me lo preguntes, Nicolas. Yo... Es complicado de explicar. --No es complicado, Victoria. Di la verdad: es imposible. No se puede explicar aquello que jamas ha existido. Nunca sentiste nada por mi y fui un idiota por llegar a pensar que habia algo de amor en ti. No habia nada. --Me aparte de ella y eche a caminar alejandome unos pasos, hasta que me detuve, dandole la espalda. Un nudo se formo en mi garganta y me quebro la voz al decir las siguientes palabras--. Solo compasion por el solitario chico de la venta. --No digas eso. --La oi murmurar. Su voz tambien salio tremula--. Te quise. Y te quiero. --Pero no lo suficiente. Nunca sere lo suficiente para nadie. --Habia pretendido que aquello se quedase en un mero pensamiento, pero salio de mis labios sin que yo pudiera evitarlo. Victoria llego hasta mi espalda y me abrazo con fuerza. Senti sus brazos en torno a mi; sus manos aferrandose a mi vientre. Las observe en silencio. El pecho me dolia. --No digas eso --repitio--. No lo digas, por favor. Tu eres mas de lo que nadie podria desear. --No para ti. --Pero algun dia lo seras para alguien, Nicolas. Estoy segura. El nudo de mi garganta se torno de roca. Ya casi no podia ni respirar. Me solte de su abrazo y eche a andar de nuevo. --Necesito pasear un rato. --Por favor, no quiero despedirme asi de ti. No quiero que haya cuitas entre nosotros. Me detuve, armandome de valor para mirarla. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, me debati entre ser comprensivo con ella o seguir soltando lo que llevaba dentro. Una vez mas, termine por diluir mi frustracion en el oceano de su mirada. --No es una despedida, Victoria. --Trate de sonreir--. Ojala fuera capaz de decirte <> para siempre, aunque me temo que eso es algo que nunca pasara. De alguna forma me siento unido a ti, a pesar de que tu... Ella miro al suelo de nuevo y se mordio el labio inferior, sin duda atribulada. --Lo siento --murmuro. --?Por que ibas a sentirlo? Solo has hecho lo que tu corazon te ha pedido que hagas. --Camine de nuevo hacia ella, hasta que estuvimos frente a frente, apenas separados por un palmo--. Yo debi de haber hecho lo mismo. Pelear por ti hasta que no me quedaran fuerzas. Pero quise respetar tus deseos. Ponerlos por encima de los mios. ?Puedo decir lo mismo de el? --No la emprendas con Elias. Nunca ha hecho nada que yo no quisiera. --El perfecto y valiente Elias Marin. Solo siento dolor cuando pienso en el y en ti --dije aquello y le pedi a mis lagrimas que no asomasen a mis ojos. No queria que ella me viera llorar. --Nicolas... --Pronuncio mi nombre con carino--. Algun dia dejaras de amarme y el dolor se ira. --?Algun dia? ?Y por que no hoy? No quiero amarte mas, pero no se como hacerlo. No se dejar de amarte, como tampoco se odiarte, aunque ganas no me faltan. No se que quiero cuando se trata de ti. Me estoy volviendo loco. Estar en Madrid, lejos de ti, es lo mejor que me ha pasado; a pesar de que en los primeros dias me faltaba el aire por tu ausencia. Ahora mismo echaria a andar hacia alli y no pararia hasta llegar. Lo que sea con tal de alejarme de tu vera. Contraviniendo mis palabras, mis pies dieron un paso mas hacia ella. Mire sus labios otra vez; hogar donde habrian ido a parar todos mis besos. Hogar en el que mi corazon, desoyendo al dolor y las circunstancias, habria dejado un beso en aquel instante. Incline la cabeza despacio hacia ella, sin poder controlarme. Sin ser capaz de decirme a mi mismo lo inconveniente de aquello. Victoria no se movio mientras me miraba con un sentimiento que vi en sus ojos y que me revelo que ella tambien anhelaba aquel beso. Quiza no por las mismas razones que yo. Quiza solo para darme un regalo de despedida. Para, en aquel momento amargo, decirme <> de forma dulce. A punto estaban mis labios y los suyos de encontrarse cuando ambos fuimos conscientes de que aquello torceria mas las cosas entre nosotros. Puede que me regalase un beso, pero su amor no era para mi. Puede que yo tomase aquel beso, pero seria abrir mas la herida de mi corazon. Por eso, en el ultimo instante, ella giro el rostro despacio y yo ladee el mio. Mis labios encontraron el unico hogar que hallarian en el rostro de Victoria: su mejilla. Un beso entre amigos. Un beso entre dos almas afines que una vez se encontraron y que estarian destinadas a no separarse jamas, mas sin entrelazarse nunca del todo. Ella siempre seria mia. Yo siempre seria suyo. Pero nuestro amor no habia sido escrito con el fuego de Venus, ni nuestras almas hechas de identica materia. Ella era de Elias. Y yo... yo no era de nadie. Y en medio de aquel instante, una voz irrumpio entre nosotros, pronunciando su nombre. --Victoria. Mire tras ella y vi a su hermano, que la llamaba haciendole senas para que fuera junto a el. Ella giro la cabeza por un instante y asintio, para despues volver a fijar sus ojos en mi. Fue a decir algo, pero callo. Quiza porque ya nos lo habiamos dicho todo. Quiza porque quedaba todo por decir. En cualquier caso, beso mi mejilla y se fue en pos de Rafael. La vi alejarse como quien contempla un barco adentrandose en el mar, sabiendo que en algun momento la linea del horizonte se lo tragara y este desaparecera para siempre; como si nunca hubiera estado; como si su surco sobre las olas jamas hubiera existido. Cuando la perdi de vista, todas las lagrimas que habia aguantado surgieron de mis ojos de forma incontrolada. Aprete los parpados sintiendo como estas recorrian mis mejillas. El corazon y la garganta me quemaban y solo tuve ganas de echar a correr. Ojala hubiera tenido conmigo a Canela para montar en ella y perderme entre los familiares caminos de mi ninez, a tantas leguas de donde me encontraba. Ojala hubiera tenido tambien a mi Luna, para acompanarme en los paseos; para verla correr y sentir su alegria cuando lo hacia. Y, a falta de mi yegua, decidi usar mis piernas y correr a toda prisa hasta perderme en aquellos frondosos jardines.

  • El olvido que seremos de Hector Abad Faciolince

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    La obra maestra de Hector Abad Faciolince, uno de los libros fundamentales de la literatura contemporanea en espanol.

  • Una rosa para May de R. Cherry

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    Un halo de misterio tomo el control de la vida de Victoria en: Una fotografia para Victoria. Pero ?conseguira descubrir lo que se esconde tras el personaje de Samuel?
    May es una apasionada de las flores que posee una floristeria a la vez que intenta descubrir lo que realmente esconde Larry, pero el caprichoso destino decide que debe aparecer en su vida Drew, un joven hombre apuesto y seductor a quien acudira cuando menos se lo espere.
    Un robo, sensualidad, amenazas, pistas, amor y dos apasionados hombres se cruzaran en su camino para tomar direcciones muy distintas. ?Se decidira por Drew o se dejara encandilar por la rudeza y la bondad de Carter? ?Podra salir del lio en el que esta a punto de meterse?
    !Descubrelo en Una rosa para May!

  • Hanns y Rudolf de Thomas Harding

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    Eran los meses de invierno de 1946. Hanns Alexander -aleman, judio- se propone encontrar a Rudolf Hoss, el Kommandant de Auschwitz y responsable de la muerte de mas de dos millones de personas. Hoss habia huido a traves de un continente en ruinas y se ocultaba bajo una nueva identidad. Era, ademas, el unico hombre cuyo testimonio podia garantizar que se hiciera justicia en Nuremberg y saliera a la luz toda la dimension del Holocausto. Rudolf Hoss habia nacido en una casa aislada de la Selva Negra en 1901, hijo de un padre fanatico e intolerante, al que temia y despreciaba, y una madre distante que a menudo estaba enferma. Huerfano de padre a los trece anos, su madre dificilmente podia asegurar la subsistencia de la familia, por lo que Rudolf se alista en la Cruz Roja cuando estalla la Primera Guerra Mundial, deseoso de servir a su patria. Es enviado al frente, donde cae herido dos veces, y al finalizar la contienda es condecorado por el Gobierno aleman. Hanns Alexander habia nacido en Berlin en 1917, hijo de uno los medicos mas apreciados de su tiempo. Por el espacioso y elegante apartamento de los Alexander, situado en el corazon de la comunidad judia de la capital de Alemania, pasaban conocidos pacientes como Albert Einstein, Max Reinhardt, Richard Strauss o Marlene Dietrich. Pero al tiempo que la situacion economica y social de los Alexander era cada vez mas solida, el nazismo se enraizaba en la sociedad alemana de los anos treinta. Rudolf se alista a las SS y Hanns ve como su mundo se hunde. A traves de las vidas de ambos, este libro describe la historia de Alemania desde los anos de la Primera Guerra Mundial hasta el horror de los campos de exterminio y la derrota del nazismo. Y saca a la luz por primera vez el apasionante relato de la captura de Hoss.

  • Luz de juventud de Ralf Rothmann

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    Julian es un nino de doce anos que vive en un pueblo de la cuenca del Ruhr, en la decada de los sesenta. El trabajo en las minas de carbon ha ido perjudicando la salud de su padre, y su madre, abrumada por el cansancio y una vida distinta a la que esperaba, no es especialmente carinosa con el. Los unicos apoyos con los que cuenta Julian son su hermana pequena, Sophie, y Marusha, una vecina adolescente en quien vera la primera llamada del sexo. Cuando su madre se va de vacaciones con su hermana y lo deja unas semanas de verano solo con su padre, Julian empieza a ser consciente del fin de su infancia.

  • El libro de las parabolas de Per Olov Enquist

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    El libro de las parabolas es una obra singular de uno de los grandes de la literatura mundial en la que narra la torrida historia de amor entre un adolescente y una mujer madura, con tintes autobiograficos. Prometio no contarlo nunca a nadie. Era solo un chiquillo, pero ahora, al acercarse a la orilla del rio que ya ha llamado a tantos amigos, perseguido por las preguntas que se quedaron sin respuesta, Enquist entiende que la mujer a la que conocio en el verano de 1949 es el corazon de la novela que nunca se atrevio a escribir.

  • Harmony de Paco De La Nuez

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    En 2.036 el espacio exterior se encuentra bajo supervision de Naciones Unidas. La moderna Estacion Espacial Internacional Harmony lleva anos desarrollando investigaciones de vital importancia de cara al proximo gran salto: Marte.

  • Un donut por tus pensamientos de Dublineta Eire

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    En esta ocasion, me gustaria empezar por dar las gracias a mi querida Mafia, que son las primeras en darme los buenos dias y las ultimas en desearme dulces suenos. Posiblemente, sin ellas este libro no estaria viendo la luz ahora mismo. Reconozco que cuando me lo propongo puedo ser muy pesada e insoportable, de eso podria opinar mucho mi familia... Cuando me pongo a escribir un nuevo libro o relato, ellas son las que me sufren con mis dudas y las que se tienen que leer alguna escena para darme su opinion y ya no hablemos de encontrar un titulo de los mios, de los raritos... Pero ellas, resignadas o no, se leen cada una de mis propuestas aunque sean veinte al dia y ademas, me dan ideas. Por eso les doy las gracias, porque aunque no lo diga, con ellas disfruto mas de esta aficion. Y tambien agradecer a mis pacientes lectores 0: Isabel, Minerva, Imma, Laura, Coral, Lali, Cristina y Maria Jose. Sois velocilectoras. Y tambien, gracias a mi lector 0, era la primera vez que contaba con un chico, queria saber la opinion del sector masculino. Rafael, mil gracias porque lo has hecho genial, tienes ese don que hasta para dar tu punto de vista lo haces como si estuvieras escribiendo poesia. Y sin enrollarme mas, por ultimo les tengo que dar las gracias a mis lectores, a vosotros que estais leyendo esto ahora mismo y que espero continueis hasta leer <>. PROLOGO Me llamo Olivia Cristina Segar, actualmente, tengo cuarenta y cinco anos. Y cuando tan solo contaba con dieciseis, conoci al que hoy es mi marido. Ayer por la tarde, ese mismo individuo, el que lleva compartiendo practicamente mas de la mitad de su vida conmigo, por su cuenta y riesgo y sin venir a cuento, mientras haciamos la compra del mes en el Carrefour, en un arrebato sin sentido, empujo el carro lleno hasta arriba contra la estanteria de las compresas y los salva-slips. Me asuste, no sabia que estaba sucediendo, y ni mucho menos fui capaz de adivinar sus intenciones. Bajo las miradas del resto de clientes, tambien sobresaltados, se arrodillo en mitad del pasillo de los productos de higiene intima, metio una de sus manos en el bolsillo de su chaqueta y saco una cajita roja. Hice un rezo todo lo rapido que fui capaz de ordenarselo a mi cerebro. Intente resumir mi oracion como si estuviera redactando un telegrama, no era capaz de creerme que aquello estuviera sucediendo de verdad, y menos, a mi. Estabamos en el mes de octubre, no era mi cumpleanos, ni nuestro aniversario, ni tan siquiera el dia de los Enamorados. Digamos que no era ninguna fecha senalada. Marido arrodillado con cajita roja abierta en mano. Vi como algo resplandecia en su interior. Estaba pasando, ni yo alucinaba ni a mi marido le habia dado algo irreversible en el su sistema nervioso. Aquella pose era voluntaria. --Olivia, ?me harias el honor de aceptar nuevamente ser mi esposa por veinticinco anos mas? --No sabia como comportarme. Los nervios no me dejaban actuar. --?Quieres levantarte? Todo el mundo nos mira --le pedi entre dientes muerta de la verguenza estirando de la solapa de su chaqueta. --Oli, carino, siempre me dices que soy muy serio, que solo pienso en el trabajo y que no me ves capaz de cometer ninguna locura. Pues aqui la tienes. Esta es mi locura. --Seguia ensenandome la cajita roja. --Ya, Angel, pero yo hablaba de mandarme a unos tunos, de enviarme dos millones de rosas rojas. No se o que me hicieras un flashmob, que tanto se llevan ahora para pedirle la mano a tu novia. --?Que me dices? Acepte, aunque creo que simplemente lo hice para que se levantara y dejara de hacer el ridiculo. Creo que se sintio como un heroe de cuento de hadas. En todo el tiempo que estuvimos terminando de hacer la compra y la vuelta a casa, no borro la sonrisa de satisfaccion que adornaba su semblante. Aquella <> me ha hecho rememorar viejos tiempos. Hasta que me pidio que fueramos novios, nunca antes me habia fijado en el, ni con ojos de deseo ni con otros, para mi fue practicamente invisible hasta aquel entonces. El dia que dio el paso, la unica condicion que me puso es que no buscaba un rollo, queria una novia formal y yo como nunca he sido de pensar las cosas, me tire de cabeza a la piscina. Sin pestanear, le dije que si. Total, nunca habia tenido un novio, y si no probaba, no sabria si la cosa iba a funcionar. Por lo visto, mi respuesta fue acertada y debiamos estar predestinados, porque a los anos, cuando yo tenia veinte, y el cinco mas, me pidio matrimonio. Se declaro en el corazon de la universidad. Alli en mitad del cesped que era donde mas tiempo pasaba con mis companeros. En la universidad aprendi a jugar al pocker a fuerza de fugarme las clases. Sabia de sobra que me encontraria alli. Llego en su coche, se bajo de el todo repeinado, fue de corrillo en corrillo hasta que dio con el mio. Hizo un saludo en general a mitad de partida. Todos me clavaron la mirada y yo con <>, me acerque a el. Sabia que algo pasaba, pero no me podia imaginar la que se me avecinaba. Me miro fijamente, se arrodillo y ahi fue cuando todo mi cuerpo comenzo a tambalearse y deje de sentir la gravedad. Mi sensacion era de estar separandome del cesped y estar flotando. Como en las peliculas, saco una cajita de uno de sus bolsillos, y alli arrodillado mientras yo queria morirme, me pidio que fuera su mujer. Nuevamente, sin pensarlo acepte sin titubear. Un quince de mayo, en el ano de la Expo de Sevilla y de las Olimpiadas de Barcelona, nos dimos el si quiero. Fue una boda a bombo y platillo organizada por mi suegra y mis cunadas. Yo les deje hacer, porque al ser en una ciudad diferente a la mia y mi unica ilusion era abandonar mi barrio y comenzar bien lejos desde cero, no puse ningun impedimento y como mi madre pasaba de todo y estaba unicamente pendiente de encontrar un companero para pasar las frias noches de invierno, no se preocupo de nada. Digamos que tuvimos la boda que su senora madre siempre habia sonado. Al mes de casarnos, vi mi primer positivo. No estaba planeado, pero tampoco fue una sorpresa porque no pusimos ningun tipo de proteccion. Angel ni se lo creia, no se que le hizo mas feliz, si saber que ibamos a ser padres o que en lugar de espermatozoides tenia misiles espermaticos. El embarazo fue buenisimo, ademas, mi marido es de los que piensa que estar embarazada es estar sufriendo una enfermedad terminal, no me dejaba hacer nada hasta el punto de que si tosia, se asustaba tanto que me queria llevar a urgencias. Durante los ocho meses que duro mi primer embarazo, no movi un dedo. Solo para acudir mensualmente a las revisiones del ginecologo y para elegir la ropita del bebe que estaba en camino y que no se dejo ver si era nino o nina en ninguna de las ecografias. Como no nos poniamos de acuerdo con la eleccion del nombre, hicimos un pacto, si era nino lo elegiria el y si era nina, le podria poner el que quisiera siempre que a el le pareciera correcto. Lo del nombre lo tenia clarisimo desde bien pequena, no cometeria la locura de ponerle a ningun hijo mio el nombre de ningun dibujo animado de moda ni de ningun personaje famoso bien del cine o conocido publicamente. Mi madre me llamo asi por la novia de Popeye y porque le hizo gracia que mi apellido fuera el mismo que el senor que le dio vida a esos horrorosos dibujitos. Nacio Patricia, insisti que ni Pat, ni Patri, mi hija se llamaria Patricia, que para eso le habiamos puesto asi. El parto fue un horror. Llego yo a saber esto antes de quedarme embarazada y me hago una ligadura de trompas para dejar que Angel se me arrimara. Los primeros meses de mi nina no fueron del todo muy buenos, pero fueron llevaderos. Era un bebe que dormia, lloraba, meaba y cagaba. Punto, no habia mas. La maternidad me hizo mejor persona, afloraron sentimientos que nunca pense que pudiera tener. Me hice mas sensible cara al ser humano. Los meses y los anos fueron pasando y los tres compartiamos nuestro dia a dia. Eramos una familia feliz. Angel trabajando en su despacho de abogados y yo criando y disfrutando de mi hija. No tenia que preocuparme de nada mas. Cuando llego la hora de apuntar a Patricia al colegio, tras discutir acaloradamente a cual la llevabamos, consegui camelarmelo y apuntarla a uno publico, era pequenito, pero estaba en el pueblo donde viviamos y considere que era lo mejor para la nina. Angel, como siempre, acepto mi propuesta y su madre se indigno. Los primeros cuatro anos estaba encantada, pero llego un momento en que la casa se me caia encima. Era joven, y pasar tantas horas sola en casa esperando a que se hiciera la hora para recoger a Patricia del colegio, se hacia duro. Posiblemente, las horas de aburrimiento me hicieron bajar la guardia en la cama con Angel, porque sin buscarlo, me quede embarazada de nuevo. Llore, como llore cuando vi el positivo. El parto de Patricia me habia creado un trauma y todavia cuando recordaba el fatidico dia me dolia el chichi. Este embarazo paso volando, me entere tarde y se adelanto dos meses, con lo cual, para mi cerebro estuve embarazada unicamente, cinco meses. El parto genial, maravilloso, lo mejor del mundo. Si Angelito hubiera sido el primero, me habria quedado embarazada del siguiente en la cuarentena, porque si hubiera esperado a que el nino cumpliera un ano para encargar al hermanito, en esas Navidades le habria rogado a Papa Noel la ligadura de trompas. Un infierno de nino, en cuanto cumplio tres meses no dejo de llorar. Lo hacia dia y noche y solo queria mis brazos. La maternidad con el nino fue una condena, de lo cansada que estaba, tenia la sensacion de llevar una bola con una cadena enganchada a mi tobillo a modo fantasma. Nunca supe si sufri la depresion postparto o que fue aquello que yo tenia. Pero cuando lloraba el nino tambien lo hacia yo, y cuando tenia la gran suerte de que Angelito cerrara los ojos para dormir apenas una hora, entonces, yo continuaba llorando. Tenia otra hija y debia seguir encargandome de la nina. Esa epoca de mi vida la quiero borrar, porque ademas, para Angel, digamos que nada cambio, solo le afecto en su vida sexual, que como no podia ser de otra forma, lejos de querer acostarme con el, queria que alguien me practicara la eutanasia. Unicamente me queria morir, donde fuera, preferiblemente en una cama para poder descansar en posicion horizontal mientras me daban muerte. Despues de este bache sin importancia, recuperamos nuestra vida, ni me lo creia. No veia el momento, pero un dia, no se si fue cuando sople mi vela de cumpleanos y pedi de deseo volver a ser una persona y los kilos de mas se habian largado por una temporada, pero fue de un dia para otro. Todo volvia a ser como antes, pero con dos ninos. Ellos dormia del tiron y Angel y yo volvimos salir los fines de semana a cenar con nuestros amigos. Mi suegra nos hacia de canguro. Viajar, hemos viajado, solos y con nuestros amigos, tambien con los ninos. Eramos una familia feliz. Aqui volvi a tener otra crisis rara, no se si cerca de los treinta se suele pasar por una crisis o algo similar. A mi me embargo el aburrimiento de hacer todos los dias lo mismo. Mi vida desde fuera era maravillosa, no podia tener queja. Marido, hijos, con el trabajo de Angel nos podiamos permitir todos los lujos que queriamos y yo no tenia que trabajar. Pero ese era el problema, que yo me sentia inutil, entonces, comence a trabajar en el despacho con mi marido. Dure seis meses, verlo las veinticuatro horas del dia no era bueno para ninguno de los dos. Reconozco que no lo dejaba relacionarse con nadie del sexo contrario en el trabajo y el me mandaba como si fuera su esclava. Luego todos estos problemas nos los llevabamos a casa y nos pasabamos el dia discutiendo. Aqui acabo mi aventura laboral. La vida con mis amigas era fantastica. Tuve la suerte de conocer a Maria un dia que estaba esperando en la sala de espera del ginecologo. Alli estaba ella dandole el pecho a uno de sus hijos, desde el minuto cero congeniamos y desde entonces seguimos siendo amigas. Ella tambien esta hastiada de su triste vida, su marido es Pepe, es un buen hombre, trabajador, pero un poco cazurro. Ella es la tipica mujer abnegada que vive, por y para su marido e hijos. El sufrimiento por el projimo es su vida. La genetica le jugo una mala pasada, esta hecha como sin ganas, pero tiene un gran corazon y la quiero mucho. A Araceli la conoci tambien en una sala de espera, pero de pediatria, alli estaba ella llorando a mares porque su primogenito se habia despenado por una barandilla en el parque y le acababan de dar cuatro puntos en la barbilla, era muy chiquitin. Me llamo la atencion que estuviera perfectamente vestida y peinada, cuando mi hija tenia la edad de su nino, yo salia hecha unos zorros. Patricia se encapricho del nino y como Angelito estaba haciendo lo que tambien se le daba, yo le meneaba en el carrito para que dejara de llorar y una cosa llevo a la otra y la nina les conto mi vida entera. Cada vez que coincidiamos en el parque, los ninos terminaban jugando juntos. Con Alicia fue algo parecido, pero fueron nuestros maridos los que nos presentaron, Arnaldo era amigo de la carrera de Angel, y un dia se reencontraron y hasta la fecha. A Carolina la metio en el grupo Araceli, se conocian de la universidad. Y estas son mis amigas del alma, a las que conozco desde hace mas de veinte anos. Somos un grupo muy variado y que compartimos problemas similares, nuestros hijos tienen practicamente la misma edad y son amigos, asi que es facil vernos y quedar, incluso viajar. Mi vida se estuvo repitiendo dia tras dia durante diez anos. La cosa cambio un poco cuando Patricia comenzo primero de bachiller y decidio hacerlo en Inglaterra, y Angel que es de los que piensa que los idiomas son casi mas importantes que la carrera que se elija, mando a la nina alli, a un internado para senoritas, en Londres. La monotonia cambio y tuve que ir a terapia para que acabara con mi fobia a viajar y poder montarme en un avion, era necesario hacerlo si queria ver a mi hija mas de tres veces en el curso escolar. Lo pase muy mal, porque Patricia estaba en un pais extranjero y porque para verla tenia que enfrentarme a mis miedos y al que mas panico de todos le tengo es a volar. Pero una madre es capaz de hacer cualquier cosa por abrazar a un hijo.

  • El Ranger del Espacio de Isaac Asimov

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    El Ranger del espacio es la primera de una serie de novelas, llenas de intriga y accion, que Isaac Asimov situa en los distintos planetas del sistema solar.

  • Desafiando al destino de Susana Oro

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    Anastasia Jones a los veinte anos lo tenia todo: Un vestidor lleno de prendas y muchos zapatos. Montones de amigos. El novio que quisiera. Su vida giraba en torno a sus compras y sus salidas. No queria estudiar, y no necesitaba trabajar. Con solo chasquear los dedos sus deseos se hacian realidad.
    Hasta que un dia lo perdio todo.

  • Palabra de meiga, Mara Mornet de Mara Mornet

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    Evelyn es una periodista entregada a su trabajo, responsable de las noticias relacionadas con los sangrientos crimenes que estan asolando las calles de Madrid. Algo extrano esta pasando en la ciudad, y al adentrarse en su investigacion descubrira que las sombras de su historia la persiguen, que nadie es quien dice ser y que ella es la pieza final del siniestro puzle en el que se ha convertido su vida. Con la ayuda de sus colegas y amigas, Sia y Lilith, y de Logan, un misterioso y atractivo detective privado que aparece a cada paso que da, descubrira que solo resolviendo su pasado sera capaz de acabar con el horror que la rodea... aunque el precio a pagar sera demasiado alto. Palabra de meiga es una novela de misterio, pasion y accion en la que Evelyn tendra que luchar contra las oscuras criaturas de la noche si pretende terminar con la terrible maldicion que esta acabando con su presente.

  • Algo en lo que creer de Nickolas Butler

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    La nueva novela del autor de Canciones de amor a quemarropa

  • Necromania de Claudio R. Negrete

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    La historia argentina y las noticias diarias demuestran que existe una
    cultura muy arraigada con relacion a la muerte y en particular a los
    muertos. Este libro reune los casos, las pruebas y las historias mas
    asombrosas; desmonta rumores y releva testimonios para armar este
    rompecabezas tan apasionante como tenebroso.

  • Principes VerdeAzules de Silvia Aguilar

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    Marta tras multiples decepciones amorosas ha perdido la esperanza de encontrar a su principe azul e incluso, de que exista algo parecido en tonos verdosos. Las experiencias de Miguel con el sexo femenino durante su adolescencia le traumatizaron hasta el punto de huir de cualquier compromiso.
    Cuando las vidas de Marta y Miguel se cruzan, al universo de los Principes VerdeAzules apenas le queda color. Una mujer que ya no espera nada y un hombre que no piensa en nada, lograran quiza dar forma y sentido a este complicado enredo de sentimientos desordenados que no saben si seran capaces de soportar.

  • Tres veces tu (Ditton 1) de Erina Alcala

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    Gaby tenia 30 anos, y era un broker de la bolsa de Nueva York. Presumido, elegante, extrovertido, ademas de alto, guapo y ojos grises como un dia nublado.
    El estres del trabajo lo llevo por azar a Ditton, un pueblo pequeno de Montana, donde conoceria a Gina. Gina, trabajaba en la cafeteria del pueblo como camarera y ademas se convirtio en su casera.
    Empezaron una historia de amor, hasta que Gina se quedo embarazada y Gaby en un viaje a Helena, tuvo un accidente en que perdio la memoria y volvio a Nueva York, olvidandose de ella y de su hijo.
    Gina fue en su busca pasado un ano, pero el no estaba preparado para tener familia ni hijos. y Gina, conocio a Jim, un abogado de Manhattan. ?Volveria a darle una nueva oportunidad a Gaby? ?El tiempo los volveria a unir de nuevo?

  • Los que cambiaron y los que murieron de Barbara Comyns

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    Los patos atravesaron nadando las ventanas del salon. El peso del agua las habia abierto a la fuerza, de modo que los animales entraron en el interior. Circunnavegaron la estancia entre graznidos de aprobacion, despues partieron otra vez hacia al exterior para explorar el maravilloso nuevo mundo que habia llegado durante la noche. En los escalones del porche, el viejo Ives los llamaba aporreando su cubo rojo con un palo, pero aquel dia los anades desoyeron sus instrucciones y se alejaron remando, blancos y resplandecientes, hacia la cancha de tenis. Alli estaban los cisnes, sondeando el agua parduzca y turbia con sus largos cuellos. Por todas partes se oia el chasquido sibilante del agua al penetrar en lugares insolitos, resonaba un bramido lejano y por encima el griterio de los hombres que trataban de rescatar al ganado de los pastos cercanos al nivel del rio. Un cerdo paso chillando, sus patitas chapoteaban freneticamente y se agarraban al pescuezo, rojo y ensangrentado, y una barcaza de casco plano con varios hombres a bordo le iba a la zaga. La embarcacion daba vueltas y vueltas sobre los fieros remolinos de la corriente; con todo, al final salvaron al cerdo, que grito aun mas fuerte. Los ninos, Hattie y Dennis, contemplaban el rescate desde la ventana de un dormitorio, y de pronto salio el sol radiante y cegador y lo bano todo de plata. Desde abajo, el viejo Ives dijo: --Mala cosa que brille el sol con una riada, se lleva la humedad de vuelta al cielo. La abuela salio a su encuentro, e intercambiaron unas palabras en el porche. Olia intensamente a barro y era el primer dia de junio. En las cocinas, las criadas se habian arremangado las faldas prendiendolas con alfileres e intentaban preparar el desayuno entre chapoteos. Sus piernas desnudas estaban muy enrojecidas. En los fogones ardia una lumbre esplendorosa, y las llamas se reflejaban en el agua, pero el ambiente estaba impregnado de un olor a humedad y a bodega. Las muchachas --dos hermanas llamadas Norah y Eunice-- reian mientras perseguian una cesta flotante llena de huevos. Sus risas se transformaron en aullidos cuando una enorme sombra vocinglera paso volando por la ventana; pero no era mas que el ultimo de los pavos reales que aleteaba de un arbol al tejadillo de la carbonera. Los otros tres se habian ahogado durante la noche, y sus cuerpos flotaban tristemente por el jardin, aunque nadie estaba aun al corriente, como tampoco lo estaban de lo que les habia ocurrido a las gallinas. A lo largo del dia, encerradas en su corral penumbroso, sucumbieron a la depresion y al hambre y se precipitaron de una en una desde sus perchas para suicidarse en el agua gelida, dejando unicamente a los gallos con vida. Sus afligidas comadres cluecas, todas empollando, se hallaban en otro corral oscuro y pestilente y corrieron la misma suerte. Se colocaron sobre sus huevos en una especie de sueno negro y melancolico hasta que el agua las cubrio por entero. Cacarearon un poco; pero eso fue todo. Durante unos instantes tan solo sobresalieron del agua sus crestas rojas, y despues desaparecieron. Ebin Willoweed estaba dando un paseo en barca con sus hijas por el jardin sumergido. Remaba con brazadas suaves y poco efectivas, pues era un hombre perezoso, aunque gracias a una marcada vena curiosa, no era del todo indolente. Remaba bajo un sol ardiente; la luz refulgia con fuerza y el agua brillaba. De vez en cuando el bote se daba un golpe o un rasponazo cuando pasaba sobre una silla de jardin, un tronco o un objeto ligeramente cubierto por el agua. Desfilaban extranos objetos flotantes de aspecto deplorable: el cuerpo hinchado de una oveja ahogada, la lana mustia en el agua, una colmena blanca con las abejas, perplejas, revoloteando a su alrededor; un lechon recien nacido, rosado, y muerto; y los restos atroces de los pavos reales. Que sorprendente resultaba ver aquellas imagenes tan desoladoras bajo un sol radiante y un cielo azul; una llovizna brumosa habria sido mucho mas adecuada. Ahora pasaba un gato atigrado con la panza abotargada, las pequenas garras en la superficie y la cabecita hundida en el agua. Ebin Willoweed lo miro con interes con sus redondos ojos azules y le dio un toque suave con el remo. Pese a la profunda tristeza de sus hijas y sus ruegos por regresar a casa, puso rumbo al rio. Entonces la corriente se embravecio y el impacto de los remolinos contra arboles y postes se hizo audible, asi que no le quedo mas remedio que ceder un remo a una de las ninas para reconducir la barca hacia la seguridad del jardin. Despues de semejante esfuerzo se mostro ya mas dispuesto a volver. Cuando entraron en la casa, la abuela bajo apresurada de su dormitorio para recibirlos. Chapoteaba por el vestibulo inundado, y con su voz grave, mas bien nasal, grito: --Contadmelo todo acerca de la riada. ?Ha destrozado el puente? ?La presa ha aguantado? ?Sabeis si se ha ahogado alguien? Los bombardeaba a preguntas. Con una mano se arremangaba el largo faldon negro; con la otra sostenia la trompetilla larga y curvada. Emma, la nieta mayor, se acerco a la corneta y grito por ella unos instantes. El artilugio se cubrio de vaho, Emma se lo devolvio a su abuela y se limpio los labios con la falda de algodon. La abuela ordeno a voz en grito: --Pero no os marcheis todavia, contadme mas. ?Que ha sido de mis parterres de rosales? El hijo agarro la trompetilla que su madre sacudia freneticamente sobre la cabeza y voceo hacia sus negras profundidades: --Hay animales muertos flotando por todas partes. Tus rosales estan completamente cubiertos, tendras suerte si se salva un ramillete. --?Mollete? ?Que mollete? ?Ya esta la comida? La anciana se abrio paso por el agua hacia el comedor, donde Dennis se entretenia con una flota de barquitos de juguete. --!Hallo, marinero de agua dulce! --saludo su padre. El muchacho no respondio y se acuclillo para deslizar el barco que tenia en las manos. Los colores se le subieron a las orejas--. ?Te gustaria salir conmigo a rescatar alguna oveja? --le pregunto con fingido entusiasmo. --No, gracias, papa. Creo que hoy no me encuentro demasiado bien. Su padre lo miro con una mezcla de fastidio e impaciencia. --!Por Dios! Pero ?es que nunca te apetece hacer nada, blandengue? Bueno, subire a mi habitacion; es el unico sitio donde se puede estar hoy. No habra prensa, supongo. Se marcho del comedor sin dejar de refunfunar y subio las escaleras hacia su guarida en lo mas alto de la casa. --Cualquiera podria encontrarse mal --se dijo el muchacho para sus adentros, y siguio jugando con sus barquitos. Los habia construido el mismo y eran su mayor orgullo. --No le hagas caso a papa --lo animo Hattie--. ?Te has dado cuenta de que esta riada mantendra nuestras lecciones alejadas de su mente durante varios dias, o puede incluso que una semana? Rompio a reir de felicidad y empezo a chapotear por el agua con sus oscuros pies descalzos. La abuela reparo en que no habia indicios de los molletes y en que la estaban salpicando innecesariamente, asi que le propino un capon a Hattie en la lanosa cabeza y espeto: --Para ya, nina. Ve a la cocina a ver que andan tramando ese par de fulanas perezosas. Y Hattie se alejo berreando por el pasillo. En la planta superior, Emma estaba sentada en el alfeizar de la ventana de su dormitorio, que estaba abierta de par en par y se deleitaba al sol mientras se peinaba la melena cobriza como la mermelada de naranja. Cerro los ojos y olvido las aciagas escenas sumergidas de la manana. Un profundo sentimiento de satisfaccion se apodero de ella al sentir el calor del sol y al cepillarse el pelo, sonadora. Despues abrio los ojos, se examino las manos y se pellizco la punta de las unas, esperando que algun dia fueran largas y puntiagudas. <> Mas arriba en su guarida, arrellanado en su desvencijado sillon de cuero, su padre se preguntaba si habria sido demasiado duro con Dennis. <> Encendio la pipa. <> Volvio a encenderla. <>

  • Nobelnomics de Juan Carlos De Pablo

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    Un original recorrido por la historia de la economia moderna a partir de las contribuciones clave y los aspectos mas intimos de los economistas distinguidos con el galardon mas prestigioso del planeta.

  • Tempestades del destino de Pilar Lepe

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    En solo dos dias la vida de lady Violet Orchmond se vio trastocada por la fatalidad: su esposo fue acusado injustamente de traicion a la corona, y posteriormente ejecutado. Ahora, viuda y sin bienes decide huir de Inglaterra, para que la mala fortuna que llevo a lord Orchmond a la horca no los alcance tambien a ellos.
    Asi comienza un largo periplo para esta mujer y sus dos hijos, que tiene como finalidad llegar a Australia. Con mas temple que razonamiento, conseguira embarcarse entre personajes peculiares, o en otros casos indeseados. Sin saber si lograra cumplir su objetivo, pero un hombre que no monta un corcel blanco sino las olas del mar, se encargara de convertirse en su guardian.

  • Los saltos de Sara. La historia completa de Susanna Herrero

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    Este libro es una recopilacion de la historia completa de Sara Summers que incluye los titulos: Los saltos de Sara, Las caidas de Sara, Las decisiones de Sara y Simplemente Sara.

  • Los patitos feos y los cisnes negros de Jordi Grane

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    Diez anos despues de La resiliencia, Jordi Grane y Anna Fores exploran nuevamente este termino a la luz de los mas recientes estudios en neurociencia. En Los patitos feos y los cisnes negros, los
    autores analizan la resiliencia concebida como un desafio vital repleto de fragilidad, belleza, altibajos y plenitud.
    Basandose en la ciencia, la etica e incluso la espiritualidad, esta obra invita al lector a trabajar su capacidad de adaptacion e ir siempre un paso mas alla.

  • Autorretrato de familia con perro de Alvaro Uribe

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    Hay otra fotografia, en blanco y negro, en la que tu y yo, muy ninos aun, nos dejamos abrazar por un Santaclos de alquiler: el menor de nosotros, asustado sobre las rodillas del hombre; el mayor, de pie e intentando sonreir; ambos, con la mirada fija en un punto de escorzo en donde verosimilmente se encuentran nuestros padres. En esta, de colores desleidos, tomada unos quince anos despues, ya somos un par de adolescentes grenudos, los dos enfundados en el saco obligatorio en las cenas navidenas, aunque el mayor trae un sueter con cuello de tortuga, por no ser o para no parecer convencional, y el menor, ajeno a esos dilemas, usa corbata. A la izquierda de nosotros, derecha de la fotografia, se ve a nuestra abuela materna, que viene a colacion porque en esa foto de hace cuarenta y tantos anos debe de tener poco mas o menos los sesenta y pico que ahora nos desfiguraban a ti y a mi. Con sus habiles manos de modista, como ella queria que llamaramos a las costureras, abre el envoltorio de una serpentina que lanzara hacia su lado de la mesa, en donde se sientan los adultos. Tambien nosotros, sentados en el voluntario limbo donde la adolescencia se aisla tanto de la infancia como de la madurez, nos distraemos con una serpentina. El menor de los dos habla mientras libera la espiral de papel de su envoltorio de celofan. El mayor sonrie mientras observa lo que el otro se trae entre manos. Hoy que la rememoro sin nostalgia, o nostalgico solo a causa de mi extinta juventud, me doy cuenta de que en esa escena baladi ya estamos enteros tu y yo. Los hermanos. Quien sabe cual de nosotros finge mas, finge mejor. Si el mayor de los dos, que simula interesarse en el plan de ataque desplegado ante sus ojos por el otro, o el menor, que se afana aparatosamente en granjearse ese simulado interes. Que dificil, para el primero de los hermanos, no ser el unico. Que dificil, para el segundo, ser siempre el segundo. Y, pese a todo, ninguno de los dos cambiaria su suerte por la del otro hermano. Atras de nosotros, un mesero titubea con un plato de sopa en su diestra. Tiene instrucciones de empezar ya a servir la cena, pero no se atreve a entorpecer nuestra hermanable conversacion. Si se percatara de ese titubeo, el mayor de los dos no dudaria en interrumpir al hermano en mitad de una frase, con tal de ejercer u ostentar su atencion a los predicamentos de un empleado. El menor, en cambio, seguiria hablando, quien sabe si por indiferencia hacia el mesero o por la inercia de su propia simulacion. Llegado el momento se hara, por supuesto, lo que decida el mayor de nosotros. Se hara una y otra vez, a pesar de los deseos del menor. Como se ha hecho desde siempre. Por las buenas o por las malas. Porque el mayor suele tener o pensar que tiene la razon. Porque el menor, que en el fondo piensa igual, sabe o alega saber que con su hermano es inutil y fastidioso discutir. Hasta el dia, muy distante de la Nochebuena coagulada en la foto, en que a la fuerza se oponga mas fuerza. Mas violencia amedrente a la violencia. Mas terquedad derrote a la terquedad. Y entonces los papeles se inviertan. Y ya no sea el menor de nosotros quien tema enfrentarse a su hermano. Y el mayor, sin admitir lo mucho que ha cambiado entre ambos, se repliegue en un silencio obstinado o en un cortes laconismo con los que, de ahi en adelante, disimulara a medias su temor. ?O me equivoco? ?Y eres tu, contra la costumbre, quien tiene razon, por lo menos su razon? Que lastima conocernos tanto. Mejor dicho: que lastima creer que nos conocemos tanto. Porque desde tiempo antes o despues de esa Nochebuena, confiados en lo mucho que creemos conocernos, ninguno de los dos hace grandes esfuerzos por conocer al otro mas. Al mayor de nosotros le dio por la literatura y creo con su esposa un mundo deliberadamente inexpugnable adonde, hay que reconocerlo, no ha dejado asomarse a su hermano. El menor se dedica sin gloria a la historiografia y tiene una familia a la que supedita todo lo demas. ?A cual de los dos hermanos le toco la mejor parte? ?Quien, despues de cuarenta y tantas Navidades, se puede proclamar mas feliz? El mayor no se plantea a menudo tales preguntas, aunque en no pocos momentos de su vida, sin excluir el presente, ha creido conocer la felicidad. El menor, salvo en lo que concierne a sus hijas, la busca no del todo inconscientemente, y en ocasiones la encuentra, en el infortunio del projimo. ?Cual de nosotros sale ganando? Ya no recuerdo si te dije alguna vez, cuando aun tenia algo que decirte, que la ventaja de ser narrador, en caso de que este oficio resulte ventajoso, esta en que al final te quedas siempre con la ultima palabra. Supongo que no. Te habrias reido tirandome a loco. O quiza preguntado con sorna que a quien le importan las palabras no sustentadas en hechos. ?Que piensas de eso ahora que tu, al reves de la foto, eres el que calla? ?Que sientes ahora que, al reves de la foto, el que habla en esta pagina soy yo, el mayor de los dos? Primera parte La Dona De veras que da pena ajena. Ya ni se donde meterme a la hora del paseo. Y si dicen por ahi que una no gana pa'sustos, 'ton's yo digo que menos pa'verguenzas. Pero vamos por partes. El paseo en realidad son dos. El de la manana y el de la tarde. Y la paseada, o mas bien el paseado, no soy yo. El que pasea es el Canuto. Y tampoco es que se pasee solo, nomas faltaba, sino que lo sacan a pasear. Pu's quien iba a ser. La mera mera. La Dona. Claro que se como se llama, pero yo le digo asi. La Dona. Y cosas peores cuando me hace enojar. Como a l'hora del paseo. Sobre todo el de la tarde. Porque el de la manana es mas ?como se dice? Descarado. Y es que la Dona ni siquiera se toma la molestia de disimular. La muy manosa nomas se va un poco lejos, hasta donde la gente no la conoce. Camina dos cuadras por Michoacan y una mas por avenida Mazatlan y ahi, en pleno camellon y como si nada, deja que el Canuto haga de las suyas. Y cuanto hace el condenado, viera uste. Ni quien se lo imagine en una criaturita asi de chica. O mas bien de chaparra. Sera que los salchichas tienen la panza tan larga como el cuerpo y por eso les cabe tanta caca. Y dos veces al dia, p'acabarla de amolar. Porque en la tarde el tragon de Canuto esta de vuelta lleno hasta'l tope y vuelve a vaciarse que da gusto. Es un decir. A nadie le gusta la caca ajena. Y menos que nadie a la Dona, que se lleva al paseo de la tarde una d'esas como pinzas. Como manos. Como garras al final de un brazo de plastico que con sus palancas y sus resortes sirve pa'recoger la caca sin agacharse. Pero ella nunca l'usa. Se lo juro. Nunca. Y de tanto no usarlo, el aparato esta descompuesto. Roto. Y asi, todo amolado, la Dona lo bambolea de aca p'alla. Como si fuera un machete. Y ademas se lleva al paseo una bolsa d'esas que le dan a una en el super. Dizque pa'guardar ahi la caca que dizque recoge con la garra de plastico. Y tambien ondea la bolsa de un lado pa'l otro. Haga uste de cuenta un panuelo al viento, como dice la cancion. Pa'que todos los vecinos la vean. Pa'que todos piensen que la Dona es muy acomedida. Que s'encarga de las inmundicias de su perro. Que se desvive con tal de no fregar a nadie. Mendiga vieja. Ni que la gente fuera tan bruta. O tan dejada. Lo que pasa es que la ven ya muy mayor. O media loca, que pa'l caso es lo mismo. Y todos los vecinos de la manzana se hacen de la vista gorda. Todos, salvo la senora Leticia. La de la casota esa en la esquina de Francisco Marquez y Pachuca. Andele. La que tiene enfrente una jacaranda preciosa. Mucho mas alta que los postes de la luz. Porque alli, mero al pie de la jacaranda, es donde al Canuto le gusta hacer sus necesidades. Y no hay poder humano que lo convenza d'irse a otra parte. El perrito resulto mas terco que una mula. Es un decir. Y su duena, o sea: la Dona, es peor todavia. Necia como ella sola. Taimada. Mustia. Y nada le hace que la senora Leticia proteste. Que mande a su muchacha a decirme que yo le diga a mi patrona. Que la espere ella misma alla frente a su casa y se l'encare a la Dona y l'amenace con envenenar al Canuto, qu'el pobre que culpa tiene. Porque la Dona no admite ni de relajo qu'esas cacas que un dia si y otro tambien aparecen al pie de la jacaranda son de su perro. Si la viera uste. La muy cinica zarandea la garra de plastico y la bolsa del super y alega qu'ella recoge todas las cochinadas de su perro. Y cuando la senora Leticia ya muerta de rabia l'acusa de ser mentirosa, la Dona s'hincha dizque d'indignacion y me pone a mi de testiga. Pu's que quiere que haga. Claro que le doy la razon a mi patrona. Pongase uste nomas en mi lugar. Y claro que luego me siento de la patada. Como tlaconete rociado de sal. Pero lo que mas me apena no es mentirle a otras personas. Creame uste. Y tampoco me molesta regresar a escondidas yo sola a recoger las cacas del Canuto, pa'que la senora Leticia nos deje en paz. Lo que de veras m'encabrona, perdon por la palabra, es ?como decirle?, l'obligacion, y pobre de mi si no la cumplo, de ser hipocrita conmigo. De enganar no a los demas sino a mi misma. De seguirle la corriente a la Dona, que nunca es culpable de nada. Haga uste de cuenta qu'ella fuera l'ofendida. L'insultada. La victima. Y que la senora Leticia, o cualquier otra vecina que se atreva a quejarse de las cacas del Canuto, fuera una vieja malcriada. Una tergiversadora. Y que todo el tiempo l'estuvieran levantando falsos a la Dona nomas porque si. Por pura envidia. Porque fue la primera en llegar a esta parte de la Condesa. O eso dice. Y su familia es la mas decente de todas. O eso dice. Y de chica la criaron unas monjas en Estados Unidos. O eso dice. Y no se cuantas otras cosas que l'hacen sentirse mejor. Por encima de quien sea. Valgame Dios. Ni que fuera la reina de la calle de Tula. Y aunque se me antoja decirle que no es pa'tanto, como ella dice, que a poco no es cierto qu'el Canuto va y hace caca donde no debiera, no se que me pasa cuando estoy sola con la Dona. O igual si se. Como si la mentira fuera contagiosa. Como si contar un cuento muchas veces y muy convencida lo fuera volviendo verda. Y yo siempre acabo, o pa'serle franca: empiezo, por darle a mi patrona por su lado. Y tambien m'indigno cuando ella s'indigna por las acusaciones dizque falsas de la senora Leticia o de cualquier otra vecina. Y tambien me creo qu'el Canuto es el perro mejor portado del mundo. Y que la Dona es la mejor patrona. Y hasta que yo soy la mejor sirvienta. Se lo juro. Pero cuando ya me siento bien unida a la Dona, como si fueramos compinches, casi como si fueramos amigas, ella lo echa todo a perder. Pu's nomas ve que le agarro confianza y le da por sonreirse con una sonrisa muy suya. Una sonrisa media coqueta y juguetona. Una sonrisa como de nina traviesa, que no le queda a una mujer de su edad. Una sonrisa que odio y que me da miedo. Que m'espanta y me acongoja porque se qu'en ese momento la Dona va a hacer como si no me conociera. Como si no'stuvieramos platicando de lo mas a gusto. Y de repente me dice con su voz engreida de patrona que soy una metiche. Una floja. Y qu'en vez de perder el tiempo en chismes de vecindario deberia ponerme a trabajar.

  • Siete formas de mentir de Riley Redgate

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    Siete adolescentes enzarzados en una red de sentimientos y rencores. Cada uno tiene una historia que contar. Cada cual entiende la vida a su manera. Pero todos poseen una cosa en comun: algo que esconder.

  • Historia de mi ansia de Daria Bignardi

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    Imaginemos una mujer que ha decidido no seguir avergonzandose de su lado oscuro. Lea vive a la sombra de un ansia antigua y femenina, heredada de su madre, con el murmullo constante de unos pensamientos obsesivos que son, a la vez, su motor creativo. Siempre ha odiado ese ansia, pero con la madurez ha entendido que no puede huir de ese destino que, hasta ahora, la ha guiado en sus errores y aciertos. Porque las cosas, en definitiva, le van bastante bien. Es una brillante escritora de cuarenta y nueve anos, casada y todavia enamorada, con tres hijos al cargo. Y de repente, un giro inesperado sacude su vida: un diagnostico que abre una ranura para encuentros insolitos y para revelar la feroz vitalidad que hay en su interior.

  • Las Promesas de un Beso de Anna Olsson

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    Una exitosa mujer mujer, tiene una vida plena, es independiente, moderna, se dedica a su pasion. El universo le trae de vuelta a su ex novio multimillonario, al cual tiene que confesarle un secreto pero al irse hace anos atras no pudo. Tiene un muy buen amigo, otro multimillonario que comparten aventuras y placer. Tiene tan buenas vibras que aparece por casualidad un chico rudo que le ensenara nuevas aventuras

  • Indomable de Arwen Mclane

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    Raquel es una mujer fuerte y valiente, sargento del ejercito espanol y piloto de cazas. Una mujer todo terreno del siglo XXI.
    A causa de un terrible accidente aereo, viaja en el tiempo y aterriza en una epoca donde las mujeres no son valoradas, donde solo sirven para criar hijos y ocuparse de su casa, o eso piensan ellos. Pero Raquel no se deja dominar por ningun hombre.

  • Septiembre puede esperar de Susana Fortes

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    .El 8 de mayo de 1955 la escritora Emily J. Parker desaparece en Londres mientras la ciudad celebra el decimo aniversario del final de la II Guerra Mundial. Nunca mas vuelve a saberse nada de ella.

  • Rescata Mi Corazon (Manhattan Dinner Club 1), Jean Joachim de Jean Joachim

    https://gigalibros.com/rescata-mi-corazon-manhattan-dinner-club-1-jean-joachim.html

    DESBORDANDO PASION y suspenso, este apetecible romance de un gran escritor comienza con un golpe – literalmente. Rory Sampson, paseadora de perros y aspirante a escritora es atropellada en el Central Park por un distraido hombre guapo en su bicicleta – Hank Roberts. Engreido, hostil y mas santo que tu, el trata de culpar a Rory. Pero un Juez emite una sentencia poco ortodoxa, haciendo enojar a ambas partes.
    Buscando venganza, Hank se encuentra a si mismo demasiado vulnerable a los voluptuosos encantos de Rory – a pesar de tener una novia. Cautelosa despues de una ruptura, ella proteje su herido corazon con una barrera de sarcasmo mientras cada uno lucha por suprimir la quimica crepitante que amenaza con poner sus vidas de cabeza.
    ?la soledad y frustracion la obligaran a conformarse con las calientes y pesadas atenciones de su Ex, El Sr. Incorrecto? Confundida y atormentada por el deseo, Rory busca consuelo y consejo en sus cuatro inteligentes y atrevidas amigas, el Manhattan Night Dinner Club.
    RESCATA MI CORAZON es el primero de la serie Manhattan Dinner Club.