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El invierno se llevo a mis padres. Los dos murieron casi al mismo tiempo, mi madre enfermo de grave neumonia y mi padre de tristeza al cabo de un mes, habian pasado mas de cincuenta anos juntos, el debio de decidir que ni la muerte los separaria. Los meses de despues de sus fallecimientos me pasaron factura, adelgace y unas ojeras profundas delataban la tristeza de mi interior. Ademas los escasos ahorros de mis padres se me fueron agotando, pronto no tendria dinero para pagar el alquiler de la casa donde me habia criado. Comence a buscar trabajo, eche curriculos en supermercados, bares y me presente en varias etts pero parecia que nadie queria dar trabajo a una chica de aspecto mortecino como yo, cosa que no era del todo un disparate, por otro lado. Una manana, en la panaderia del barrio mientras esperaba mi turno escuche a una senora quejarse a otra de que no encontraba a nadie que quisiera cuidar a su hermana. [?]En los tiempos que vivimos es dificil dar con alguien a tiempo completo, lo tienes complicado, Petra. [?]le decia la otra mujer. Sin pensarlo, me atrevi a intervenir en la conversacion de las dos mujeres y me dirigi a la que tenia el problema: [?]Senora, perdone que me inmiscuya pero creo que yo soy la persona que usted necesita. Estuvimos hablando casi media hora, la senora Petra me conto que su hermana Matilde vivia sola y, a pesar de sus cincuenta anos los pulmones se habian vuelto tan delicados que no podia realizar apenas esfuerzos. Ella no queria que estuviera sola y necesitaba a una chica, a poder ser, que fuera su ayuda y compania, por ende. [?]Yo tengo a mi marido, hijos y nietos, no puedo ocuparme de ella como ella lo requiere. Ademas cuando su marido murio heredo mucho dinero, ?para que sirve, si no? [?]le explico con vehemencia. Yo asentia, solo pedia en silencio que me contratara, por Dios bendito. [?]Matilde es una mujer triste desde que Tomas y su unica hija fallecieron en un accidente de coche, el la tenia en un altar, ?sabes? y Daniela estaba muy enmadrada, eran una familia muy avenida hasta que la desgracia les ataco y luego, para colmo, ha ido en aumento con su enfermedad, debe llevar una bombona de oxigeno siempre a cuestas. Pero es muy buena, eso te lo aseguro. Antes de su convalecencia permanente, fue maestra en una escuela de primaria durante veintidos anos y los ninos la adoraban, aun hoy recibe cartas y visitas de algunos de ellos, con esto te quiero decir que vas a estar con ella muy bien, le encanta leer y escribir, ?a ti? [?]Si, si, a mi leer. [?]Entonces, ahora que ya sabes lo que pido, ?aceptas el trabajo? Creo que eres justo la chica que Matilde necesita, la compania perfecta [?]me dijo mirandome de arriba abajo[?] Ademas, tu misma te has interesado cuando hablaba con mi vecina., bueno, ?que decides? [?]Acepto, claro que acepto, creo que como usted ha dicho estoy interesada en el trabajo. [?]Entonces no se hable mas, la voy a llamar para que sepa que vas esta misma tarde, ?te parece? ?Para que perder mas tiempo? [?]Si, no se preocupe, preparo mis cosas y marcho para alla. Recogi mis pocas pertenencias en dos maletas, llame al dueno de la casa para quedar con el, le entregue el alquiler que le debia y las llaves. A las cinco de aquella tarde de finales de febrero tocaba el timbre de la casa de la senora Matilde, un piso grande y algo lugubre segun la descripcion de su propia hermana. Una mujer con facciones muy hermosas y languidas me recibio y enseguida me presente: [?]Hola, soy Belen, ?usted es Matilde? [?]Asi es, pero hablame de tu, por favor y pasa, pasa que vas cargada. Sigueme para que puedas dejar las cosas en tu habitacion. Segui a la senora y pude observar que el largo pasillo estaba revestido con un papel antiguo y varias fotografias enmarcadas. Ibamos entre penumbras, ella comento que se habian fundido algunas bombillas, que ahora que iba a estar yo, las cambiaria. [?]Aunque no hay nada con que tropezarse, asi que tranquila. Mira aqui esta tu cuarto, espera un momento que encuentre la llave, luego te la entregare a ti. Mientras Matilde removia el enorme juego de llaves que portaba yo mire a una de los retratos de la pared contigua. Era una nina vestida de comunion que sonreia con un rosario entre sus manos. Por unos momentos, el gesto jovial se volvio un rictus. Parpadee, la boca habia recuperado el aspecto risueno de la pequena. Mi mente me la habia jugado sin mas, tal vez producto de los nervios del momento. Matilde trataba de abrir la puerta pero la cerradura se le resistia: [?]Vaya con esta puerta, no hay manera, si hace un rato cuando he entrado a dejarte toallas y sabanas no he tenido ningun problema, ?sera posible? [?]Si quieres pruebo yo. [?]Ya, por fin [?]exclamo la mujer cuando logro que se abriera y anadio[?] espero que no tengas problemas con esta puerta. Entramos a una habitacion limpia, con un armario, mesilla y butaca a los lados de la cama. Matilde me dijo que me acomodara y sacara mis cosas con tranquilidad, tambien que a las seis preparaba el cafe y que me esperaria para tomarlo. [?]Necesito ir al bano, Matilde. [?]Por supuesto, mira, al fondo del pasillo tienes un pequeno aseo, todo para ti. El salon esta en el lado opuesto, querida. Despues de volver del excusado, la curiosidad me hizo detenerme a observar de nuevo la fotografia de la nina, debia de ser la hija de la senora, Daniela o bueno, tal vez alguna de sus sobrinas. Ya le preguntaria a Matilde aunque de momento me quedaria con la duda, me parecia muy prematuro indagar cuestiones de indole personal. Cuando termine de guardar mis ropas y enseres, hice mi cama y recogi las maletas faltaban escasos minutos para las seis de la tarde. Me dirigi al salon, Matilde me esperaba con el juego de cafe preparado y un platito de bollos glaseados, sentada al pie de una mesa redonda de madera oscura. Me indico que tomara asiento en frente de ella, realmente era una mujer de aspecto delicado, me di cuenta pronto de su fragilidad ademas de la bombona de oxigeno a mano, en una silla en su lateral. Mientras servia el cafe me pregunto la edad y donde habia vivido, lo normal. Cuando le conte la fatalidad de mis padres, ella me consolo y dijo que entendia en carnes propias mi sufrimiento. [?]Espero que este trabajo tambien te sirva un poco de ayuda para ti, para superar el duelo, la soledad es muy mala para esos asuntos. [?]Creo que asi sera [?]dije y a mi misma me sorprendieron estas palabras. Ella parecio complacida y dijo que esperaba que fuera de esa manera. Luego siguio hablando sobre sus horarios, costumbres, lo que yo debia hacer, etc. [?]Me encanta cocinar, asi que espero que te gusten mis platos. [?]Soy de buen conformar, Matilde, no hay problema. [?]La cena de hoy ya la tengo preparada, merluza en salsa verde. [?]Suena delicioso. [?]Espero que tambien te sepa igual, Belen. [?]Seguro. [?]Por cierto, no te he comentado que tengo un intercomunicador en mi habitacion, era de cuando mi hija Daniela era bebe, en aquel entonces era todo un invento exclusivo, me lo enviaron de Estados Unidos y todo, aun funciona. Aqui tienes el altavoz para que lo pongas en tu mesilla. Asi, si en la noche me surge algo te podre llamar. Toma [?]y me extendio el pequeno aparato. Pense que aquello era un poco absurdo, en el silencio de la noche si ella me llamara la iba a oir con toda seguridad, ademas yo no era persona de dormir profundamente y menos en los ultimos tiempos pero decidi no llevarle la contraria. Despues la conversacion se volvio un poco tensa. Matilde me estaba indicando en que orden y que dia de la semana tocaba limpiar cada parte del gran piso. Yo le dije que como ella gustara. [?]Solo hay una excepcion, la habitacion de mi hija Daniela, ahi solo entro yo, querida. [?]De acuerdo [?]dije con voz confundida. [?]Puede parecerte una extravagancia pero espero que respetes del todo esta norma. Es la habitacion que queda en frente de la tuya[?]dijo con el semblante serio. [?]Bueno, yo he venido aqui a trabajar y a lo que mandes, no te quepa duda. El rictus de Matilde se relajo y alargo la mano hacia la mia por encima de la mesa para darme un ligero apreton. [?]Lo siento, Belen, tal vez he sido demasiado ruda al decirte esto, pero es que desde que murio mi hija cerre esa habitacion para siempre, a veces entro para que se airee unos minutos y poco mas. [?]Lo siento, no te preocupes que lo entiendo. [?]No pasa nada. Se levanto y dijo que iba a tumbarse a su cama, dijo que le empezaba a doler la cabeza y que se verian para la hora de la cena, a las nueve de la noche. [?]Puedes ver la television o lo que te apetezca, ahora mismo no tienes nada que hacer, Belen. Al cabo de una semana en casa de Matilde, sin contratiempos y amoldandome a mi nueva vida de interina a tiempo completo, vinieron una tarde de visita la hermana de la senora y su marido. Enseguida me percate de que este hombre no era querido por Matilde. Cuando me aviso de que se presentarian a la hora del cafe, me dijo que me vistiera formal y me recogiera el pelo y no solo eso, ella se vistio de negro por completo y se hizo un mono tirante y bajo, parecia que los anos le hubieran caido encima de golpe. Matilde me explico que su cunado era un hombre beato y de arraigadas costumbres y no deseaba desatar sus criticas y que luego las pagara con su hermana. En ese momento no entendi aquella advertencia pero no quise preguntar sobre ello, mas que nada porque me parecia un tema muy personal.
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