Ver todos los libros de: Esther Llull
Bagdad, 24 de diciembre, Biblioteca universitaria Ingrid habia terminado aquella manana las clases a primera hora y habia dejado a sus alumnas en la sala de la biblioteca de la Universidad. --?Que es lo que estais leyendo ahi tan escondidas? --Son unos libros que nos hemos encontrado de antropologia, mitologia y rituales antropocentricos. Bueno, mas bien rituales falogocentricos --contesta Siegrid y mira a Agnes, que sonrie con ella. --?Que clase de libro es ese? --pregunta Ingrid. --Se trata de la adoracion del simbolo falico en la antiguedad --dice Agnes--. Tal vez estabamos equivocadas. No solo se adoraban a las Diosas Madres, sino tambien a todo lo que tenia que ver con el organo progenitor, con el falo, pero tambien con la vulva femenina. Creo que se adoraba sin ningun tipo de pudor, por ejemplo, en Egipto y en la India. --Esta bien conocer este otro aspecto de la antiguedad, pero esto no nos tiene que desviar de nuestra idea primaria, de la existencia de un derecho femenino y del culto de la Diosa Madre. Yo creo que esta muy claro que estas ideas son complementarias. Se basan y entroncan en una misma raiz del pensamiento primitivo, cuyo culto esta en los elementos de la naturaleza. En la tierra, en los cultivos, en las festividades agricolas, en la fecundacion de la tierra, en todo ello hay un simil tambien con la procreacion humana. No olvidemos que la Tierra esta relacionada con la madre, que madre es la mater, materia. Mujer viene de "gyne", de geo. La raiz de mujer es diferente que la raiz de hombre, "homo-homini", que se relaciona con humano. Mas adelante todo lo que es de la mujer tendra, por ello, una raiz desconocida diferente a la del hombre, y son dos fuerzas que se extranan, dando lugar al patriarcado y a un desentendimiento. Todo lo de la mujer aparece como una raiz oscura, una fuerza numinosa y sospechosa, se asimila a lo sexual y no se entiende. Sin embargo, si volvemos a estos origenes ancestrales se puede entender muy bien que se trata de fuerzas ancestrales muy comunes a los dos sexos. CAPITULO 2 Ingrid se acordo que no habia escrito a su amigo Ottfried en Berlin, y que estaria esperando impaciente su correo. Al menos debia decirle que se encontraba bien, que seguia con sus importantes investigaciones. Que esperaba recibir su opinion personal acerca de su trabajo y sus investigaciones y que agradecia su apoyo. Aquella biblioteca tenia el suelo de madera, las luces estaban encendidas. Habia vitrinas de libros que reposaban sobre anaqueles de roble brillante y noble. Se podia indagar en la Biblioteca y coger cualquier libro para leerlo en ese momento. La blancura de las fachadas y muros de la Universidad contrastaba con el verdor de los jardines y con el oscuro basalto del pavimento de los muelles del rio Tigris, recorridos por una multitud de gentes y por recuas de asnos cargados de mercancias. Desde el ventanal amplio de la biblioteca se divisaba alguna mezquita en lontananza, de la que sobresalia su alminar, y detras de esa primera fila deslumbraba la Universidad por las columnatas, gradas, frontones y acroteras que sobresalian, y mas alla desde los tejados planos de la ciudad emergia la cima de un templo cristiano. Y mas hacia atras reclinaba la boscosa colina consagrada al dios Ala. El puerto de Irak era como un bazar, donde todas las mercancias del mundo se movian con sus innumerables tiendecitas bajo sus bovedas. Todas las maravillas se encontraban alli dentro. Ingrid se siente aturdida por la agitacion callejera y las corrientes y contracorrientes de voces, ruidos, colores y atavios. Pasan estudiantes camino de la Biblioteca con sus libros y cuadernos, y gritos, acentos, lenguajes, saludos, discusiones, manos a la frente y al pecho, inclinaciones y zalemas, insultos, broncos avisos pidiendo paso. De repente piensa si seria capaz de vivir entre esas gentes. El funcionario que cuida de los libros posee una falsa arrogancia, pero con ella el se vuelve muy amable. Ahora piensa en Hilmar, en como ese hombre la ha cautivado con su conocimiento, con su proteccion, en todo momento. Hilmar tiene una historia ademas, un pasado judio aleman. Sin embargo, pertenece a los Estados Unidos. CAPITULO 3 --?Como es el surgimiento del dios masculino? --pregunta Agnes que se acerca hasta la mesa de Ingrid donde ella esta leyendo--. Hasta ahora solo hemos visto la predominancia de las divinidades madres y femeninas, y las consideramos como primordiales a todo lo demas. Pero hemos descubierto tambien que se produjo una inversion de todos los valores hasta llegar a la cultura patriarcal, pero ?como surge todo eso? --Te refieres al surgimiento del Dios masculino, al Dios del Cielo. Los dioses masculinos aparecen relacionados con el poder del Cielo, pero no olvidemos que, en la cultura sumeria, Inanna era una diosa lunar, todos los dioses estaban relacionados con el Cielo. En la mitologia sumeria Inanna es la diosa del amor; luego con la llegada de los acadios Inanna se sincretiza con la diosa Ishtar, diosa tambien de los cielos y de las estrellas. Mas tarde, se produce esa inversion, precisamente relegando a las diosas madres y divinidades femeninas a ser diosas de la Tierra. Se produce una escision entre el Cielo y la Tierra. Asi es como yo creo que hay que interpretar el nacimiento de los dioses masculinos. --La Gran Diosa Madre es destronada y reducida a divinidad subalterna, ?no? --La Gran Diosa Madre es destronada despues a diosa del mundo inferior, expresion del destierro de la religion maternal. Del mismo modo la mujer se ve rebajada, su poder reproductor disminuido, mientras el prestigio del hombre, del padre, aumenta. Solo al falo se le reconoce ahora potencia y fuerza vital. Asi, Apolo proclama en las Eumenides de Esquilo: "La madre no da la vida al hijo, como dicen. Ella nutre el embrion. La vida la crea el padre". --Pero al principio ?como fue? --Al principio, en el Neolitico, hay un numero cada vez mayor de demonios de la fertilidad que se suman a los idolos de la fecundidad, antano predominantes, tambien aparece entonces el dios masculino junto a la diosa materna, lo que es un reflejo mas, y no el menos claro, de la nueva situacion de la sociedad agraria, del creciente significado economico del hombre, consecuencia de la ganaderia y la agricultura. Como cuidador del ganado y cultivador del suelo el hombre adquirio progresivamente los mismos derechos que la mujer, hortelana y recolectora, y, sobre todo, se le considero cada vez mas como procreador. --Y justo esta estrecha colaboracion en el trabajo es lo que hace que haya mas dioses masculinos. --Exactamente. Surgen cada vez mas divinidades masculinas, a menudo aun estan subordinadas, como hijos o amantes, a las femeninas, pero mas tarde las igualaran en rango y finalmente en las culturas patriarcales seran dominantes. CAPITULO 4 Tarde del 24 de diciembre, Biblioteca La divinidad masculina sale a la luz tardiamente en la historia de la religion y obtiene su dignidad como hijo de la diosa madre. El hijo de la diosa madre se convierte a menudo en su amante, y asi surge el dualismo caracteristico en las grandes culturas arcaicas, el pensamiento de las polaridades, el mito de la pareja divina que concibe el mundo: Padre Cielo y Madre Tierra, cuyo matrimonio sagrado constituye el punto central del culto y la fe. Demeter, la madre tierra, la diosa griega de la tierra dispensadora de la fecundidad, segun un mito conocido ya por Homero, se une a Yasion "en un campo arado tres veces" y da a luz a Pluto, en griego, riqueza, las cosechas uberrimas. Cielo y tierra son la pareja primordial, tanto en el mito griego como en el de la lejana civilizacion Sumeria, donde se llama Anu al dios del Cielo, y Sin a la diosa de la luna, y Ki al dios de la Tierra, y Utu al dios del Sol. Si en la mayoria de los casos se considera al Cielo masculino, desde los tiempos mas remotos se ve a la Tierra como un ser femenino, apareciendo una y otra vez como hembra yacente, de cuya vagina sale el genero humano. Los esposos divinos o incluso los hermanos, en relaciones incestuosas, son imaginados como una pareja humana, unidos en una especie de eterno abrazo, en una copula permanente, "el dios del cielo fecunda sin cesar con la lluvia, el rocio, los rayos del sol, a la diosa de la tierra", escribe Esquilo y "el campo de labor esta conmovido por el ansia de boda. La lluvia cae desde el Cielo, anhelante de amor, y prena a la Tierra. Y ella da a los mortales la hierba para el ganado y el grano para el hombre, y la hora del bosque se consuma". Ellas han seguido con la lectura toda aquella tarde de los libros que tienen sobre la mesa. Ingrid ha recibido un correo de su amigo Hilmar y lo lee aparte. Le pregunta si celebrara la Navidad cristiana. Lo dice porque el no esta acostumbrado a celebrar los ritos cristianos, ya que en Irak pocas personas son cristianas, aqui solo celebran el fin de Ano y el nacimiento del nuevo con la fiesta del Cordero, pero le sugiere que no estaria mal si pudieran reunirse manana en su casa, si a ella no le importa, pues ha comprado un pescado del Tigris y unas botellas de buen vino, que proceden de la region del Rhin de Alemania, y le gustaria compartirlo con ella. Tigris, Rhin, una confluencia de las culturas de los rios, y todo ello regado con buen vino. Es como una proposicion o una declaracion, piensa ella y se sonrie. Aquello no es despreciable para una alemana. !Cuantos dias lleva sin probar un buen vino! Tal vez es de los pocos placeres que ha tenido en los ultimos anos de su vida. "Nuestras creencias son muy basicas", piensa interiormente Ingrid, "me imagino que las de Agnes y Siegrid seran asi, son fiestas familiares, pero la familia esta lejos. Este pais se nos esta quedando pequeno al no saber que hacer o adonde ir. Todo esta vigilado o controlado por autoridades. Y es necesario concentrar ahora las energias en nuestra investigacion. Ahora quiero que ellas vean claramente e investiguen sobre la transicion de unos dioses maternos a otros dioses paternos. Quiero que estudien ese momento. Y tenemos ya pocos dias. Despues del nuevo ano debemos volver a Alemania. Hemos concluido aqui nuestra etapa". "Debo abandonar estas aulas y esta biblioteca, y la ancha pagina blanca en la que leo a los historiadores, para ir en busca de la vida de la ciudad, de los bosques y de los campos. Debo caminar bajo los alamos, o recorrer la orilla del rio. Alli las copas de los arboles se unen como amantes en el agua. La naturaleza es demasiado vegetal para que me interese, solo tiene subliminales, vastedades, agua y hojas. Pero comienzo a desear la luz de los lenos en llamas, la intimidad de la navidad, el cuerpo de una persona a mi lado".
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