?Por que tan pocas personas dicen "amo mi trabajo"? Imagine un mundo donde todas las personas se levantasen inspiradas y con ganas de ir a trabajar, se sintiesen valoradas durante el dia y regresasen a sus hogares satisfechos. Simon Sinek lleva anos recorriendo el mundo y observando que algunos equipos de trabajo podian confiar totalmente en sus companeros, hasta arriesgar la vida, mientras que otros no importaba que metodologia se aplicara para incentivarlos, eran incapaces de evitar la fragmentacion del equipo. La respuesta la encontro durante una conversacion con un general que dijo que "Los oficiales comen al final". Sinek observo que quienes primero comen son los soldados y al final de la fila se pueden encontrar a los de mayor rango. Lo que resultaba simbolico en el restaurante era basico para la supervivencia en la batalla y en cualquier equipo. Este principio ha funcionado desde las mas primigenias tribus humanas, no es una teoria de management, es biologia y Sinek nos lo demuestra en este libro.

  • La bruja de Biertan de Veronica Cervilla

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    Crina desperto, sobresaltada y algo aturdida. Oyo los golpes en la puerta y palpo el otro lado de la cama. Habia vuelto a pasar la noche sola, pero ya estaba acostumbrada. Ultimamente eran contadas las noches que su marido pasaba en casa. Ataviada con un camison celeste, se levanto y se cubrio con la manta de piel de oso que reposaba sobre la cama. Descalza, a pesar de las bajas temperaturas, se dirigio a toda prisa hacia la puerta de madera pintada y acerco el oido con cautela. --?Quien es? --!Abre, Crina! --respondio al otro lado una voz grave, de sobra conocida. Cosmin habia sido su confesor desde que tuvo edad suficiente para asistir a las liturgias. Era un antiguo amigo de la familia: confiaban en el lo suficiente como para relatarle sus miserias y aceptar el perdon que les ofrecia. Crina no le habia notado nunca tan preocupado como aquella manana, asi que abrio la puerta con un nudo en el estomago. Por la expresion grave del hombre, comprendio que no traia buenas noticias. --Guarda un par de mudas de ropa --la apremio el en cuanto vio asomar la cabeza de la joven --, los hombres del obispo se dirigen hacia aqui. --?Que sucede? ?Es Velkan? --Si, me temo que tiene algo que ver con tu esposo. No habia tiempo para mas explicaciones. El revuelo en los alrededores anunciaba que los hombres del obispo ya andaban cerca, asi que se apresuro a regresar al dormitorio y metio un par de vestidos y calzas en un bolso de cuero. Despues, cambio el camison por algo mas abrigado. El invierno ya asomaba por las empedradas calles de Biertan y pronto llegarian las nieves a los Carpatos. --!Crina Ardelean! !El Obispo de Biertan reclama tu presencia! Aquellos gritos, unidos al rumor expectante de los vecinos, que sin duda ya se habian congregado frente a la casa para cotillear, aceleraron los latidos de su corazon. Ya iba a salir cuando se percato de que aun andaba descalza, asi que tuvo que volver para colocarse las botas. --!Senora Ardelean! !Por favor! No nos obligue a utilizar la fuerza. --No sera necesario --Crina aparecio en la puerta con el bolso al hombro y forzando un gesto de dignidad en el rostro--. ?Por que me requiere el obispo de esta forma? --se acerco para susurrar a uno de los hombres--: ?No ve que me esta poniendo en evidencia? --El obispo sera quien le revele sus motivos. Por favor --respondio el hombre, un tipo de cuerpo espigado y bigote, apartandose a un lado y senalando el camino hacia la iglesia con un gesto de la mano. El otro caballero, mas corpulento, se situo delante para marcar el paso. Caminaba con la cabeza alta, el ceno fruncido y la boca encogida como si estuviera masticando un pomelo. Crina lo seguia, haciendo esfuerzos por no fijarse en las mujeres que cuchicheaban a su paso. Cada mirada que se cruzaba con la suya y cada dedo que la senalaba le recordaban que estaba siendo escoltada por los hombres del obispo, un <> reservado a delincuentes y condenados. El pasillo de curiosos se le hizo eterno y, a pesar del frio invernal que acechaba Biertan, sus mejillas se encendieron con un rojo intenso. No fue capaz de continuar con el rostro descubierto, asi que opto por colocarse la capucha del vestido. La iglesia no estaba lejos, pero le parecia que llevaba horas caminado. Durante el resto de la marcha no despego los ojos del suelo pedregoso, ni siquiera cuando subieron los ciento setenta y dos peldanos de la escalera cubierta con techo de madera que llegaba hasta la cima de la colina. Alli, en la parte mas alta del pueblo, se encontraba la muralla que abrazaba las tres naves de la iglesia. Con cada paso su furia y su preocupacion aumentaban, pero como la joven bien educada que sus padres la habian obligado a ser, lo disimulaba apretando los dientes y levantando las cejas, forzando una serenidad ficticia. No fue necesario atravesar la puerta de la capilla principal, el obispo los esperaba fuera con cara de circunstancias. A pesar de la barba y los cabellos blancos, el anciano era robusto y todavia conservaba una postura firme. Crina corrio hacia el hombre y se arrodillo. --?Que puede haber sido tan grave como para enviar a sus hombres a por mi y castigarme con esta deshonra, mi senor? --Levantate, Crina --le pidio el obispo con dulzura poniendole la mano en la cabeza, y luego la ayudo a ponerse de pie--. No soy yo ni es la Iglesia quien te reclama por tus pecados, solo he accedido a cumplir la solicitud que se me ha hecho. Pesa una amenaza sobre los sagrados lazos de tu matrimonio, hija. --?De mi matrimonio? --pregunto Crina, arqueando las cejas--. Senor, ahora si me esta asustando. --Y asustada debes estar, nina --el anciano se dirigio con pesar a los hombres que la habian traido--: llevadla a la Torre de la Prision. --!?A la Prision?! --grito, con las mejillas incandescentes y las lagrimas asomando a sus pequenos ojos azules. --Lo siento, Crina --susurro el obispo y luego bajo la cabeza. Crina sabia lo que eso significaba. Todo el pueblo lo sabia. La escoltaron hasta la Torre de la Prision sin que se resistiera y, con cada pisada sobre los peldanos de piedra que conducian a la parte superior, iba perdiendo un trocito de dignidad. En su familia habia algun matrimonio que habia recurrido a tal extremo y que habia sufrido la verguenza y el desprecio de sus conocidos. ?Como habia podido pasarle a ella? Los dos hombres abrieron la puerta de barrotes que daba acceso a la celda sin muchos miramientos y la empujaron dentro. A continuacion, volvieron a cerrar con llave y se marcharon. --?Quien ha sido? --grito Crina a los hombres que se alejaban--. ?Quien ha pedido nuestro encierro? Como respuesta, un portazo. I --He sido yo --respondi desde la unica silla de la minuscula estancia. --!Velkan! --se volvio hacia mi, confundida. --Tienes dos semanas, Crina --hice una pausa para empujar el nudo que tenia en la garganta --. Dos semanas para ser sincera o el divorcio sera efectivo. Crina se dejo caer hacia el suelo, despacio, y alli permanecio en silencio, con aquella mirada penetrante y triste, tan llena de odio. Habian pasado horas y Crina no se habia movido de los barrotes. Yo la observaba desde la esquina de enfrente, a tan solo un par de metros y, sin embargo, sentia que nos separaba un oceano. Mi esposa… y ni siquiera se dignaba a mirarme. De vez en cuando dejaba escapar un suspiro de hastio que me daba esperanzas: tal vez aun era posible conservarla. --Se que ahora me odias… --Dejare de odiarte si terminas con esto y nos vamos a casa, a seguir con nuestras vidas --me interrumpio ella con un tono de suplica al que poco antes habria sucumbido. --No puedo hacer eso --respondi, aunque deseaba hacerlo y continuar fingiendo que nos queriamos. --?Es por mis reproches cuando llegas tarde a casa? Porque puedo dejar de hacerlo… --?Y que pasara despues? --dije, acercandome a ella--. ?Que haras cuando ya no te quede mas espacio donde guardar tu rencor? Seras una vieja amargada… --Entonces deja de comportarte como un nino --Crina se levanto y me sujeto la cara con ambas manos, buscando mi mirada--. Ahora tienes una esposa. !No puedes andar por ahi cada noche! --?Por que te casaste conmigo? Crina dudo un momento, desvio su mirada ofendida y no respondio a la pregunta. Iba a necesitar algo mas que un par de horas para hacerla entender, asi que no retrase el momento mas y saque el diario de mi petate. Lo sujete con delicadeza, pues las cubiertas de cuero ya se estaban cuarteando y las hojas se habian vuelto fragiles y amarillentas. Me acerque a ella y lo deje a su lado, en el suelo. --?Que es eso? --pregunto mirandolo de soslayo, intentando ocultar su curiosidad. --Dos semanas tienen muchas horas y aqui no hay nada que hacer, salvo conversar y pensar. Intuyo que este libro puede hacer tu estancia mas amena. --!Ja! --solto ofendida--. !Que detalle! Gracias por encerrarme aqui y darme este libro mohoso para entretenerme. --?Tienes algo mejor que hacer? Incapaz de encontrar una respuesta ingeniosa, tomo el libro y lo abrio por la primera pagina. Estaba escrito a mano, pero bastaba con reparar en los renglones perfectamente rectos, en la letra redondeada y cuidada, para saber que quien lo escribio era meticuloso y seguro de si mismo. Crina poso el dedo en la primera linea y comenzo a leer en voz alta: --<> --cerro el libro de un golpe y lo lanzo con fuerza, haciendolo aterrizar bajo la estrecha mesa que habia en la celda--. Pero, ?como te atreves a darme un libro sobre brujeria? Es eso, ?no? !Hay otra! --se cubrio la boca con la mano como si hubiera descubierto un secreto y no pude evitar soltar una carcajada--. Dios mio, estas embrujado, ?no es cierto? Tengo que salir de aqui. Debo llamar al obispo y… --Pero, ?que dices? --la interrumpi. Me agache y la sujete por los hombros. --!No me toques! !No quiero que me contagies! --me empujo.

  • Una noche con ella. La pasion de Cathryn De Bourgh

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    El estaba acostumbrado a tenerlo todo en esta vida: dinero, exito, mujeres, sexo, pero habria dado todo lo que tenia en esta vida por una noche con ella, por volver a sentir en su corazon el amor, esa maldita locura que tanto miedo da.

  • SI SUPIERAS…, Kristan Higgins de Kristan Higgins

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  • Como cualquier hombre de Gayle Kaye

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    Candy Porter era una periodista dispuesta a demostrar que la imagen sexy de los cowboys era solo un mito sin fundamento. Pero lo primero que descubrio Candy fue a Tanner Carson, un hombre que echaba por tierra su teoria con su metro noventa y sus musculos de cowboy de Texas. Carson era un ranchero capaz de “domar” a cualquier mujer de la gran ciudad. ?Podrian aquellos dos caracteres tan diferentes encontrar el modo de dar rienda suelta a su amor?

  • Sabes que te quiero de Alexia Seris

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    "Estoy deseando que llegue el verano" penso Irene mientras miraba por la ventana de su habitacion nada mas levantarse. Despues de ducharse, vestirse y comprobar que habia metido en la mochila todo lo que necesitaba, bajo a la cocina para desayunar con su madre, como tenia por costumbre, antes de que esta la llevase al instituto. --Buenos dias madre --saludo como cada manana. --Buenos dias Irene, ?has descansado bien? --una pregunta de rutina en la que solo cabia una respuesta. --Si madre, ?y tu? --Por supuesto --dijo tajantemente sin mirar a su hija. Mientras la joven se preparaba el desayuno penso con amargura: "la misma conversacion sin sentido una y otra vez. ?Todas las madres son iguales?", se sento en la mesa y desayuno, despacio y en silencio, tal como se esperaba de una senorita como ella. Veinte minutos mas tarde, ambas se subian en el coche en direccion al instituto, por supuesto en silencio, su madre no era muy dada a tener conversaciones profundas. Cuando Irene necesitaba hablar con alguien de confianza, acudia a su abuela materna, una mujer que no se parecia en nada a su madre, eran como la noche y el dia, pero desde su muerte hacia pocos meses, Irene se habia quedado sin nadie con quien compartir sus penas. --Aprovecha el dia Irene --esa era la despedida que le dedicaba su madre cada dia. --Por supuesto madre, que tengas un buen dia --contesto antes de cerrar la puerta del coche. Mientras subia por la escalinata del colegio catolico mixto donde estudiaba, pensaba en la relacion tan fria e impersonal que tenia con sus padres. A su madre la veia a diario, pero era muy raro si cruzaban mas de dos minutos de conversacion. Y nada de emociones, era fria como el hielo. Su padre viajaba mucho por trabajo y habia semanas en las que ni siquiera le veia. Se sentia tremendamente sola y ese sentimiento le pesaba en el corazon. --!Hola Irene! --saludo la loca de Maria. --Hola Maria --respondio sin mucho animo. --?Que te pasa? ?otra vez de mal humor? --pregunto preocupada por su amiga, ultimamente estaba siempre triste. --Llueve otra vez --dijo laconicamente. --Estamos en invierno, ya llegara el verano. Maria se dio cuenta de que su amiga no tenia muchas ganas de hablar, le pasaba mucho ultimamente. Desde hacia unos meses se retraia cada vez mas y la tristeza se apoderaba de ella por dias. Le tenia mucho carino y le apenaba enormemente saber que el unico consuelo que recibio Irene, por parte de sus padres, en el funeral de su abuela fue: "una senorita no llora en publico Irene, comportate". Cuando se lo conto al volver de Sevilla, destrozada por el dolor de la perdida mientras lloraba desconsolada, Maria quiso darle un bofeton a la madre de Irene. No era capaz de comprender por que los padres de su amiga no veian a la persona tan maravillosa que era. Las primeras horas de clase pasaron y llego el recreo, como llovia a cantaros decidieron ir a la biblioteca para pasar el tiempo, ya que ultimamente, Irene tampoco estaba muy receptiva a relacionarse con el resto de sus companeros de clase. No es que alguna vez hubiese sido la alegria de la fiesta, pero al menos se relacionaba con alguien mas que con Maria. Entraron en la biblioteca en silencio, saludaron con un gesto a Sor Rosa y se dirigieron al fondo de la habitacion. La sala era espaciosa aunque muy clasica, todas las paredes estaban forradas con estanterias de madera oscura con escalerillas para alcanzar las partes mas altas, el techo abovedado le daba un aspecto regio, en el centro habia dos filas de enormes escritorios con bancos de madera y unos cojines de color borgona delimitaban los asientos, solo habia una pared que no tenia estanterias, en su lugar un enorme ventanal permitia la entrada de luz natural. Cuando llegaron al ultimo banco, se dieron cuenta de que habia un chico al que no conocian. El las miro y las saludo con un gesto de cabeza mostrando una sonrisa que hizo que a Irene el corazon le diese un vuelco. Avergonzada por quedarse mirandole un segundo mas de la cuenta, se sento al otro extremo del banco y se alegro enormemente cuando levanto la vista y vio que aquel joven aun la miraba. No comprendia por que habia reaccionado asi, pero de repente el corazon le latia a toda velocidad y la sangre le renovaba las energias. "Menuda preciosidad acaba de llegar" penso el joven Nicolas cuando sonrio a las dos adolescentes que pasaron delante de el. Las dos eran guapas, una tenia el pelo liso de color castano claro y unos ojos azules intensos y bonita sonrisa, pero la otra, esa fue la que le llamo la atencion a Nicolas. Tenia el pelo ondulado color caoba rojizo, unos ojos casi negros que le hicieron suspirar y su sonrisa hizo que se le acelerara el corazon. Durante un momento no pudo dejar de mirar a la morena que se sento al final del banco. Era muy hermosa y delicada y cuando ella levanto la vista para echarle un vistazo, la sangre se le congelo en las venas. En ese instante supo que jamas olvidaria esos ojos tan oscuros como la noche. Cuarenta minutos despues, los tres jovenes se levantaron a la vez del banco y se dirigieron en silencio a la entrada. Nicolas, como un perfecto caballero, les cedio el paso, y cuando ellas se giraron en el pasillo para darle las gracias, clavo sus ojos en los de la chica que tanto le atraia. --Me llamo Nicolas Heredia y ha sido un placer coincidir con vosotras --dijo con una gran sonrisa. Irene intento ser educada y responder, pero la boca se le seco y las palabras se le atropellaron en la garganta. Maria al ver que esta no reaccionaba, intervino a favor de su amiga. --Encantada, yo soy Maria Ballester y mi amiga es Irene Vazquez. --Encantada --consiguio articular Irene. --Soy nuevo aqui y aun me lio bastante con la situacion de las aulas, ?seriais tan amables de indicarme donde estan las clases de COU? --Por supuesto --le dijo Maria al ver ruborizarse a su amiga. La clase donde tenia que ir Nicolas estaba al principio de un largo pasillo demasiado iluminado y despues de despedirse amablemente de las dos amigas, se quedo en la puerta observandolas en silencio. Cuando su padre le obligo a matricularse a mitad de curso en este instituto, Nicolas estuvo a punto de revelarse, pero al ver a esas dos chiquillas por el pasillo con sus faldas de tablas ondeando al ritmo de sus pasos, se sintio profundamente agradecido por no haberse negado. Estaba decaido y frustrado por tener que estar durante aquellos meses en Madrid, pero esa preciosa chica, llamada Irene, le habia devuelto la alegria. Los dias pasaron y los tres jovenes se veian en la biblioteca. Irene acudia cada dia para ver a Nicolas, este iba para ver a Irene y charlar con ella durante los minutos que les llevaba hacer el trayecto hasta sus respectivas clases y Maria estaba tan contenta de ver como su amiga dejaba de estar triste, que la acompanaba solo para asegurarse de que los ojos se le seguian iluminando al ver al chico nuevo. Dos semanas mas tarde, volvia a llover a mares y Nicolas espero frente a la puerta de la biblioteca a sus dos amigas. Aunque Maria era muy divertida y le caia realmente bien, quien le tenia fascinado era Irene. Esa chica tenia algo especial y el cada vez estaba mas decidido a averiguar que era. Pero el tiempo del recreo termino y ninguna de las chicas aparecio, eso molesto profundamente a Nicolas y con ese sentimiento abriendose paso hasta su corazon volvio a su clase y se sento en su mesa para continuar con sus clases diarias. No entendia muy bien el motivo, pero no podia dejar de pensar en Irene y tomo la decision de esperarla en la puerta de entrada del edificio para hablar con ella y averiguar que habia ocurrido. Cuando a primera hora, Maria no aparecio en clase, Irene se quiso morir. Su actual estado de inapetencia la habia alejado del resto de sus companeros y lo unico que la motivaba para ir a clase cada dia, eran esos maravillosos minutos que pasaba en la biblioteca intercambiando notas con Nicolas, pero si Maria no la acompanaba ?como iba a ir ella sola? Encontraba el valor de hablar con el y responder a sus notas, por la insistencia de su amiga. Si estaban los dos a solas no se atreveria ni a mirarle, asi que con gran pesar en su corazon, decidio que no saldria de clase durante el recreo y se disculparia con el al dia siguiente. --Hoy no has venido a nuestra cita --oyo Irene a sus espaldas. --Ho... hola Nicolas --consiguio balbucear cuando aparto la mirada de los intensos ojos del joven --queria terminar unos ejercicios que no acabe ayer, lo siento. Mintio y Nicolas supo que le ocultaba algo. --De verdad fue por eso, ?o es que no querias verme? --le pregunto acercandose hasta casi rozarla con todo su cuerpo. --Yo siempre quiero verte --contesto antes de pensar lo que decia por lo nerviosa que estaba. --A mi me pasa lo mismo contigo --respondio rapidamente Nicolas gratamente sorprendido. Ese dia, Nicolas acompano a Irene a su casa y se quedaron en el portal charlando durante casi media hora. Los dos estaban teniendo sentimientos muy intensos por el otro, pero ninguno queria ceder a lo que sentian, ella por miedo a perderle y el porque sabia que en unos meses tendria que volver a Londres. Pero por mucho que se resistiesen, cuando se miraban a los ojos, algo les impulsaba a no alejarse. Tras los examenes del segundo trimestre, los tres amigos decidieron ir a tomar un refresco por la tarde, a fin de cuentas, era viernes. El tiempo empezaba a templarse y dado que los tres estaban contentos por como les habian salido las pruebas, pensaron que seria bueno celebrarlo. --Estoy muy contenta por ti, Irene --le dijo Maria de camino a su casa, esa noche dormirian juntas. --?Por que lo dices? --contesto algo confusa. --Por Nicolas, te ha sacado de ese aletargamiento en el que estabas, te hace sonreir de nuevo, por eso me alegro. --Es un buen chico --dijo ligeramente avergonzada. --Lo es, y sin duda alguna, lo esta --las dos amigas rieron alegres. A Irene le encantaba estar en casa de su amiga Maria, !era tan diferente de la suya! Cristina, la madre de Maria era una extremena afincada en Madrid desde que se caso con Juan, el padre de su amiga. Ambos eran divertidos, extrovertidos y muy carinosos, siempre la trataban como a una mas, pero lo que mas le gustaba a Irene era que aprovechaban cualquier excusa para besarse y abrazarse entre ellos o a ellas. --Ninas, hoy he salido tardisimo del trabajo, ?pedimos una pizza para cenar? --dijo alegremente Cristina. --!Si! --gritaron las dos jovenes entusiasmadas. Maria observaba a su amiga comer con deleite la pizza, la bruja de su madre no le permitia comer nada que no fuese comida sana y por eso Irene no habia probado la pizza hasta la primera noche que pasaron juntas. Se acercaba el cumpleanos de Irene y eso siempre la ponia muy nerviosa, pero este ano la ponia especialmente tensa. Sus padres nunca le habian dejado celebrar una fiesta de cumpleanos aunque ella se lo suplicaba cada ano. Pero este ano era especial, habia una razon por la que Irene queria celebrarla, esa razon era Nicolas, era la excusa perfecta para pasar toda la tarde a su lado. Estaba totalmente fascinada por el. --Madre, queria preguntarte si este ano podria hacer una pequena celebracion por mi cumpleanos --pregunto mientras se preparaba el desayuno. --Irene, todos los anos la misma pregunta. Ya sabes cual es la respuesta, no vamos a meter a un grupo de desconocidos en nuestro hogar. La palabra "hogar" no se ajustaba para nada al lugar donde ella compartia techo con sus padres y esa idea la hizo tensarse, pero decidio que lo mejor para conseguir su objetivo era manejar a su madre con mano izquierda, un sabio consejo que su abuela solia darle. --No madre, por supuesto que no, mas bien habia pensado en que unos cuantos amigos fuesemos a tomar un refresco a la cafeteria donde solemos ir. --Eso me parece mas razonable, quedar la pandilla de siempre para reunirse y distraerse del dia a dia. Si, eso me parece mejor, al fin y al cabo, envejecer no es motivo de celebracion. --Por supuesto madre --respondio intentando controlar a su corazon que latia desbocado. Irene no cabia en si de gozo, su madre habia accedido a que se reuniese con varios amigos y no habia mencionado nada acerca de que hubiese algun padre para vigilarles. Debia esperarle un dia muy duro en el estudio de arquitectura si habia accedido sin reservas. Sintio como la alegria se apoderaba de ella y la sangre corria rauda por sus venas. Cuando le comunico las buenas noticias a su mejor amiga, Maria no paraba de sonreir. Ella sabia que a esa "celebracion" solo irian tres personas y ella ya tenia pensado darle planton a su amiga, llevaba tiempo fijandose en que entre esos dos saltaban chispas y queria facilitarles el camino. Una vez en la biblioteca, Irene estaba nerviosa por preguntarle a Nico si querria ir con ellas a tomar algo. Solo faltaba una semana y el corazon le latia tan deprisa en el pecho que apenas podia respirar, no es que no hubiesen ido mas veces a tomar un refresco los tres juntos, pero esas ocasiones habian surgido de repente, sin planificacion, esta vez, ella tenia que invitarle a el. "?Haces algo el sabado?" Irene doblo el papel y se lo extendio a Nico, este lo cogio y aprovecho para rozar la punta de sus dedos con los suyos, sonrio al leer lo que ponia. "Nada en especial, ?tienes algo en mente?" le extendio el papel por la mesa, esta vez no se tocaron. "Pensaba en tomar algo donde Josefina, ?te parece que nos veamos alli sobre las cuatro?" Nicolas sonreia al ver como ella se ruborizaba al acercarle el papel de nuevo. "Me parece perfecto, ?algo que celebrar?" pregunto curioso. "Mi cumpleanos" respondio ella sin mirarle. Cuando iban a salir de la biblioteca, Nicolas les cedio el paso como cada dia, pero cuando Maria paso por su lado le deslizo un pequeno trozo de papel en la mano y con una mirada le advirtio que no dijese nada. Asi lo hizo el joven, que se guardo el papel en el bolsillo y no lo saco hasta que estuvo sentado en su pupitre en la clase de economia. "Yo no voy a ir el sabado, pero Irene no lo sabe. Aprovecha el tiempo a solas con ella Nicolas, y portate bien, ella se lo merece" la nota le dejo bastante alterado y le costo centrarse el resto del dia, lo mismo que le paso en el gimnasio por la tarde, no se podia quitar de la cabeza el pensamiento de que el sabado por fin podria estar a solas con Irene.

  • Einstein para perplejos de Andres Gomberoff , Jose Edelstein

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    Un absorbente y entretenido recorrido por la vida y obra de Albert Einstein.

  • Desafiando a Kilian Reinhardt (Hermanos Reinhardt 1) de Velvet Black

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    ?Una Historia de Sexo o Una Historia de Amor?

  • Trece Maneras de Conquistarte (Steel 2) de Rose Gate

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    Segunda parte de Trece fantasias.
    Un cumulo de malentendidos esta haciendo resquebrajar los cimientos de la relacion entre Marco y Laura.
    Laura esta embarazada de Marco y el no quiere saber nada de ella, no le creyo cuando ella intento explicarle que lo que parecia real eran falacias o situaciones sacadas de contexto.
    Marco habia preferido no creerla y la habia arrojado fuera de su vida y de su corazon aunque eso significara su propia autodestruccion.
    Mathew quiere conquistar a Laura y no le importa tener que luchar si el premio final es tenerla a su lado.
    Laura se siente atrapada entre dos hombres uno al que ama y uno al que le gustaria amar.
    Marco se siente traicionado de nuevo, la mujer que le habia hecho volver a creer en el amor habia tomado su corazon para lanzarlo contra el suelo y pisotearlo despues. Era incapaz de escuchar sus explicaciones porque ante sus ojos solo habia una, habia sido enganado otra vez.
    ?Podran Marco y Laura superar las mentiras y dar luz a las sombras que les rodean?
    ?Le contara Laura a Marco que va a ser el padre de sus futuros hijos?
    ?Elegira amar hasta las ultimas consecuencias o ser amada hasta el fin de sus dias?

  • Guerra y trementina de Stefan Hertmans

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    Poco antes de morir, un abuelo le entrega un par de cuadernos a su nieto. Sus paginas contienen la historia de una vida marcada por las tragedias del siglo XX en Europa, y en cuyo centro se esconde un secreto. Durante anos el nieto, el autor de este libro, guarda esos cuadernos sin leerlos, temeroso de dar el paso que abrira una caja de Pandora de recuerdos familiares. Cuando por fin se decide a hacerlo, se encuentra con anotaciones que hablan de una existencia intensa y dura, vivida con amor y empeno por superar las tragedias: la de su abuelo Urbain.

  • Elijo elegir de Ana Forner

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    Siempre he odiado los lunes; si fueran comida, serian un plato de acelgas hervidas, seguro. Nunca he podido ni con las acelgas ni con los lunes, pero, desde que estoy en el paro, he empezado a valorarlas, con ese color verde tan bonito, tan blanditas y tan insulsas… !Si es que no apreciamos nada! !Con lo buenas que estan! Tanto quejarnos de los lunes cuando trabajamos y luego, si estamos desempleados, nos descubrimos mirando con envidia a los pringados que, con cara de no poder con su vida, se dirigen al curro y pensamos <> Como para no querer… Tengo la cuenta corriente en numeros rojos, he tenido que volver a vivir con mis padres, con lo que me costo independizarme, y para colmo de males mi novio me ha dejado por WhatsApp. Si mi vida fuera un cuento corto, seria algo asi: <> Voy caminando cabizbaja hacia mi coche; otra manana perdida, para variar. Suena mi telefono y lo miro sin ganas; es Laura, mi mejor amiga. --Dime --le suelto mas seca que un esparto mientras llego hasta donde esta aparcado mi vehiculo. --Desde luego, eres la alegria de la huerta, hija, desprendes simpatia por los cuatro costados. --A ti querria verte en mi situacion, chata, a ver lo simpatica que estabas. --?Otro dia en busca y captura de empleo? --Y otro dia desperdiciado. --Estamos en La Lola; ven a tomarte una cervecita, a ver si entre todas conseguimos animarte. --A mi solo puede animarme un trabajo. --No te creas… si empiezo a contarte las putadas que me hace mi jefe, casi preferiras estar en el paro. !Me tiene hasta las narices! !Venga, vente, que no nos hemos visto en dos semanas! --A tu jefe le hacia yo la ola --le respondo riendome por no llorar. !Esto es deprimente! --!Tu estas un poco flipada! Con tu genio, durarias en mi puesto dos dias. --De eso nada. Alucinarias con lo comprensiva que me he vuelto, ni yo misma me reconozco; el Dalai Lama a mi lado no tiene nada que hacer, !te lo aseguro! --!Que idiota eres! --me dice soltando una carcajada--. ?Vas a venir o tengo que ir a buscarte? --Voyyyyy… Cojo el coche y me dirijo a traves de un trafico infernal hacia La Lola, el pub donde solemos reunirnos todos los viernes las amigas para cotillear y desconectar despues de toda una semana de duro trabajo, aunque en mi caso ya no recuerde ni lo que es eso. Somos como cotorras y, cuando nos juntamos, no hay quien nos calle, asi que supongo que me vendra bien pasar alli un rato, a ver si se me pasa el cabreo que llevo. Cuando llego, las veo sentadas en la mesa del fondo. Saludo a Lola, la duena del pub, y me acerco a ellas. Deben ir por la segunda ronda de cervezas, a juzgar por la cantidad de vasos vacios que hay ya sobre la mesa. --Mira que os gusta darle al drinking --les digo sonriendo y dandoles dos besos a cada una--. Anda, hazme un hueco, Laurita, que tu sola ocupas todo el banco --le pido mientras la empujo un poco para sentarme junto a ella. --Joder, acabas de llegar y ya estas dando por saco, punetera -- comenta haciendose a un lado--. !Lola! !Una cervecita para Paula! -- brama desde la mesa. --Vuelve a pedirselo, que no se si te habra oido --apuntillo con guasa--. !Mira que eres bestia! --!Mira quien fue hablar! --?Como vas con lo del curro? ?Tienes algo a la vista? --me pregunta Sandra. --Que va… ya quisiera yo… Estoy valorando entre irme fuera a trabajar o meterme de cabeza debajo del primer trailer que pase por delante. --Tendras que elegir una tercera opcion… las dos primeras son una mierda. --Lo digo en serio, Laura, esta situacion me esta sobrepasando. Estoy pensado en irme a Francia, igual encuentro trabajo y a un frances que este muy bueno y me susurre guarradas al oido. !Os juro que necesito las dos cosas! --les suelto con una carcajada. --De eso nada, tu no te vas a ningun sitio, te quedas aqui conmigo, en los madriles, que se esta muy a gustito; ademas, aqui tambien tenemos tios buenos que pueden decirte todas las cochinadas que quieras. --Para tio bueno, este --nos interrumpe Raquel, que hasta ese momento ha permanecido callada mirando una revista--. !Joder, que macizo esta! --A ver --murmura Sandra--. !!!Madre miaaaaa, esta tremendisimo!!! Seguro que es gay… !todos los gays estan buenorros! --Este tiene de gay lo que tu de monja, chata, lo que yo te diga… ?Sabeis que pienso?, que los tios que estan tan buenos deberian considerarse patrimonio de la humanidad, para que todas pudieramos catarlos --remata lamiendose el labio y poniendo los ojos en blanco. --!Mira que eres bruta! --le espeto riendo. --?Bruta? !Miralo y alegrate el dia! ?Por que no encuentro yo tios asi? ?Se esconden de mi o es que tengo un iman especial para atraer a todos los cardos borriqueros de la zona? --Yo mas bien diria que te has vuelto un pelin quisquillosa… sera la edad --anado para pincharla. --Con este no me pondria quisquillosa… te lo aseguro. --Que pesadita te estas poniendo, ?eh, maja? Parece que no hayas visto un tio bueno en tu vida. --Como este, no --asegura convencida. --!Anda ya! --No lo has visto, Paulita --me dice con retintin--. Estas haciendote la dura con un tio de una revista; realmente lo tuyo ya es grave, tia. Y suelto una carcajada sin poder evitarlo, !que idiota es la pobre! --Ni dura ni leches; por muy bueno que este, seguro que no le llega ni a la suela de los zapatos a David Gandy. !Ese si que esta bueno! Os prometo que, si lo tuviera delante, no sabria por donde empezar. --!Anda que no esta tonta la tia! !David Gandy! En el anuncio de Dolce & Gabbana esta para comerselo enterito, !nam, nam! --?Que te comerias, cochina? --pregunta Laura acompanando la pregunta con una sonora carcajada. --?Tu que crees? --le contesta descojonandose--. !Te aseguro que yo si sabria por donde empezar! Lo dejaria exprimido. --Pues no se que deciros, a mi me gusta mas este que David Gandy --murmura Sandra con la mirada aun fija en la revista--. Tiene una pinta de follador perdonavidas que te mueres. --A ver, trae aqui que le eche un vistazo --le indica Laura quitandole la revista de un tiron--. !Madre mia! Paula, en serio, !miralo! !A este si que le haria yo la ola! !Y todo lo que quisiera! !Yo quiero uno asi para mi! !Menudo rallador de queso tiene! !Eso son abdominales, leche! --Tu ya tienes a Juan, no seas codiciosa --suelto y cojo la revista por fin--. A ver, exageradas, que no sera para tanto. --Juan es un amor, pero en su vida ha tenido esos abdominales, por eso compro el queso ya rallado --remata riendose. Oigo a Laura de fondo… estaba equivocada, si que es para tanto; de hecho, creo que se han quedado cortas, pero lo que me asombra es como reacciona mi cuerpo ante su fotografia: mi mirada queda atrapada con la del hombre que me observa fijamente y dejo de respirar momentaneamente. Devoro las fotografias con ansia; en ellas se lo ve junto a la modelo Jenny Clause a bordo de un yate. Es un reportaje bastante extenso, en el que principalmente la fotografian a ella, pero tambien hay varias fotos en las que aparece el solo. En una de las imagenes se los ve juntos haciendose un selfie; en otra, el esta de perfil mientras las gotas de agua se deslizan por su cuerpo y en la ultima… esa me tiene fascinada, es un primer plano suyo, esta mirando fijamente a la camara y es como si llegase hasta mis entranas, deshaciendome. ?Quien es este hombre que me esta trastornando asi? Busco su nombre en la revista y lo encuentro… Philip Jones. --!Paula! Estas babeando, jodida. ?Era para tanto o no? --me demanda Raquel descojonandose--. !Ese tio desprende sexo por los cuatro costados! !Lo que daria yo porque me empotrara contra la pared! !Que barbaridad! Oigo a mis amigas tronchandose y empezando a soltar burradas, pero paso de ellas y leo el articulo a toda pastilla. ?Estan juntos? Pone que es un importante empresario de Sidney, pero no se menciona si son o no pareja, y mi vista va de nuevo a el. !Madre mia, esta canon! Pero no es solo eso… hay mas, aunque ni yo misma se que es. Terminamos con las cervecitas y me marcho a mi casa. Mis amigas han quedado para salir esta noche, pero yo no estoy de humor, lo unico que quiero es darme una ducha y dormirme. !Estoy molida despues de patearme todas las empresas del poligono suplicando un trabajo! Total para nada, !mierda de crisis! Ceno con mis padres, me ducho y me pongo el pijama, pero, a pesar de estar hecha polvo, no tengo sueno. No dejo de pensar en ese hombre y acabo conectandome a Internet para buscar informacion sobre el, aunque para decepcion mia apenas hay nada, las escasas fotos que ya he visto en la revista y poco mas. Asi que decido buscarlo por Facebook y !!!ahi esta!!! No tiene el perfil bloqueado y puedo acceder a el; no es que ponga mucho, pero me entero de que es dueno de una compania de publicidad, Virmings Group. !Yo he estudiado publicidad! Como si realmente importara… y hablo ingles, frances y aleman, pero el vive en Sidney y yo en Madrid. <>, pienso con guasa. Pero, aun asi, le mando una solicitud de amistad y pongo un <> en la pagina del Face de su empresa. Me acuesto y me duermo en seguida. Las siguientes semanas son una copia de esta ultima: me pateo todo Madrid y todos los poligonos, total para nada; muchas empresas estan cerradas, otras han reducido su plantilla a la mitad y las que no lo han hecho tampoco tienen necesidad de ampliarla. Me siento en el coche desanimada. Al final tendre que ceder y ponerme a trabajar en el supermercado de mi tio Miguel; con veintiseis anos, no puedo seguir dependiendo economicamente de mis padres… eso o largarme fuera. Paris estaria bien, o alguna ciudad de Alemania, para mejorar mi aleman… algo tendre que hacer seguro, si no quiero terminar con una depresion de caballo

  • Tu Deseo (Tu Silencio 4) de Virginia Camacho

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    Fabian Magliani es el ultimo soltero de su grupo de amigos, y a veces tiene que soportar las bromas y puyas que esto acarrea. Si sigue soltero no ha sido por eleccion; su suerte ha sido esquiva, pues el no le huye al amor como tantos otros. Por el contrario, como muy pocos, sabe que por alli esta su chica especial. El solo desea conocerla.
    Sophie no quiere saber nada de hombres. No confia en los principes, menos en los que llegan de repente a tu vida como un viento recio. Pero a pesar de que su corazon esta cerrado y blindado, su alma tiene un deseo que no podra silenciar cuando conozca a Fabian. Miedos y deseos entraran en una batalla por el dominio de sus decisiones.
    ?Quien ganara?

  • Al resguardo del tilo rojo de Alejandro Garcia Maldonado

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    A pesar de haber nacido en la misma ciudadela, Tiziano y Saifel no estaban destinados a encontrarse. Tiziano habia sido gobernador dentro de aquellas murallas y ansiaba por conocer que sucedia mas alla de ellas. Saifel solo era un joven con inquietud por aprender y jamas habria podido sospechar que lo que empezaria como una mera ensenanza sobre la vida, ocultaba una de las misiones mas inesperadas y extranas que pudiera imaginar. Ambos hallarian respuestas al resguardo del tilo rojo.

  • Confia en el amor de Sophie Saint Rose

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    Reba no busca enamorarse. Ni siquiera busca tener una aventura con nadie y lo que siente por Hank no entra en sus planes por mucho que el empene. Las relaciones que han tenido las mujeres de su familia han sido un desastre y ella no quiere ser la siguiente. Pero es que…

  • Diario de una chica irreverente de Marisa Domenech

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  • Viva la Revolucion de Eric Hobsbawm

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    En su autobiografia Anos interesantes. Una vida en el siglo XX, Eric Hobsbawm escribio que America Latina era la unica region del mundo fuera de Europa donde se sentia realmente en casa. Siempre se sintio atraido por el potencial de la revolucion social en America Latina: despues del triunfo de Fidel Castro en Cuba en enero de 1959, <> -escribio- <>.

  • Una novela criminal de Jorge Volpi

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    Una novela criminal, de Jorge Volpi, ganadora del XXI Premio Alfaguara de novela.

  • A contraluz (Baltimore 2) de Claudia Cardozo

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    Logan llego al edificio principal de la Escuela de Arte de Maryland quince minutos antes de que iniciara la clase de Retrato y figura humana a la que llevaba asistiendo cada sabado desde los ultimos tres meses. Su premura no estaba relacionada con el hecho de que era escrupulosamente puntual, que tambien. En realidad, y le habia costado reconocerlo en tanto hacia el camino de ida, se sentia un poco nervioso. Hasta entonces, la clase habia sido netamente teorica; incluso, habian llevado un interesante seminario de Anatomia Artistica en que aprendio todo lo relacionado con el estudio de las articulaciones, las proporciones humanas y las perspectivas de movimiento. Ahora, sin embargo, tocaba llevar todo ese conocimiento a la practica. Como un artista aficionado que llevaba dibujando desde que tenia uso de razon, a Logan le gustaba pensar que tenia ya una base solida sobre la cual trabajar y no era tan modesto como para no reconocer que era bastante bueno. Pero nunca habia trabajado con modelos vivos y la idea no dejaba de ser un poco extrana. Dibujar algo que se le ocurria de la nada o recordar a algo o a alguien que deseara perpetuar en el papel no era en absoluto lo mismo que contemplar a un ser humano cuyo unico fin era posar durante horas ante un auditorio que podia analizar cada detalle de su cuerpo para plasmarlo en un block de dibujo. Tal vez se inquietara por nada de cualquier forma, se dijo segun ascendia las escalinatas de marmol que conducian al salon principal. Quiza el fuera un principiante en todo aquello, pero sin duda los modelos no lo eran, y tampoco la extraordinaria maestra que impartia el curso. Casi como si la hubiera conjurado, oyo una voz pronunciando su nombre y giro a su izquierda para encontrarse con la avida mirada de Lisa Vossler. La claraboya en lo alto del vestibulo arranco destellos de su cabello de un rubio dorado que caia en lisas cascadas hasta los hombros y que ella despejo con un movimiento elegante. Iba de negro, como acostumbraba, con un vestido cenido hasta debajo de la rodilla; Logan suponia que era muy consciente de lo bien que le quedaba el color y de la forma en que resaltaba sus curvas, y procuraba sacar al mejor partido a aquello. Cuando un conocido le hablo de ese taller no dudo dos veces en inscribirse. Seguia la obra de Lisa desde que descubrio su trabajo en una galeria de Baltimore y creyo que seria fascinante conocerla y aprender de ella. Y asi habia sido, reconocio componiendo una sonrisa al verla llegar a su lado y ponerse de puntillas para depositar un par de besos sobre sus mejillas, una costumbre a la que no creia que fuera a acostumbrarse. Apoyo las manos sobre sus codos para apartarla con delicadeza y dio un paso hacia atras de forma casi inconsciente. Habia algo en ella, en la forma en que lo veia y la postura que asumia cada vez que se encontraban, que no dejaba de hacerlo sentir incomodo. Se trataba de una mujer muy atractiva, sin duda; voluptuosa y con una sensualidad casi palpable; era, en suma, totalmente su tipo. Y era evidente, ademas, que ella lo encontraba tambien muy atractivo. Sin embargo, Logan no podia evitar el mantener la guardia en alto cuando se encontraba cerca. Deformacion profesional, lo habria llamado su madre. --Has llegado justo a tiempo para acompanarme al salon --Lisa le sonrio y se hizo a un lado la melena con un movimiento delicado; tenia una voz aspera y extranamente musical--. Nos espera una buena clase. --Precisamente pensaba en eso al llegar. Logan la siguio por las escalinatas camino al segundo nivel y, en tanto, desvio la mirada de su rostro para admirar el vestibulo desde lo alto antes de girar en un recodo en direccion al ala destinada a las clases de arte y diseno. Nunca dejaria de estremecerse al contemplar la belleza del edificio; era, de lejos, su favorito en la ciudad. --?Nervioso? Logan parpadeo y llevo su atencion a Lisa, que lo observaba a su vez con una pequena sonrisa sardonica. --Algo, supongo --reconocio el con sencillez encogiendose de hombros--. Nunca he trabajado con modelos vivos; sera un reto. --Lo haras bien. Eres bueno, Logan; mejor de lo que piensas --ella lo sondeo con la mirada y sus tacones resonaron sobre el marmol del corredor--. No entiendo como no te dedicas al arte en exclusiva. --Bueno, eso se debe a que no soy tan bueno como crees; estas siendo demasiado generosa. No soy un artista de verdad, no como tu. Lisa entorno los parpados y lo observo con interes. --Nunca he creido que la modestia sea una virtud tan atractiva como algunos piensan --senalo ella--. Aunque debo reconocer que en ti resulta encantadora. Logan sonrio, sin responder, y dio una mirada hacia adelante, agradecido al reconocer la puerta que conducia al auditorio destinado a la clase, y donde un pequeno grupo aguardaba la llegada de la maestra. Esta, al notar su mirada, hizo un pequeno mohin y simulo una expresion animada de bienvenida que engano a todos, excepto a el. ?Por que no?, se pregunto Logan tras ingresar al salon en tanto ella se ocupaba de saludar a los otros estudiantes. Estaba claro que cualquier avance suyo seria bien recibido y, considerando que aquel era un curso libre, no tenia que enfrentarse a ningun problema de etica por involucrarse con la maestra que lo impartia. Lisa era preciosa, inteligente, y una artista renombrada; la consumacion de sus suenos humedos. Estaba claro, ademas, que lo mismo que el, no estaba interesada en una relacion seria, lo que la hacia practicamente perfecta. Podria invitarla al final de esa clase, llevarla a cenar y algo le dijo que no encontraria muchos obstaculos para pasar una noche estupenda a su lado. ?Por que no, ciertamente?, se repitio al dar un rodeo a las sillas dispuestas alrededor de la plataforma en que se ubicaria el modelo. Eligio el lugar mas apartado a la izquierda en primera fila y rebusco en su mochila para sacar el block de dibujo y los utiles que tendria que utilizar durante la clase para disponerlos en el caballete situado a su derecha. Los otros estudiantes empezaron a entrar tambien y a ocupar sus lugares y dio una nueva mirada a la mujer que se ubico en el centro de la clase. Su mirada se detuvo un segundo en su rostro afilado y ella, al notarlo, le dirigio una pequena sonrisa que termino por convencerlo de que se estaba portando como un idiota. Tan pronto como terminara esa clase le propondria una salida, se prometio, aliviado en parte de haber tomado una decision. Lisa cerro la puerta a la hora exacta en que iniciaba la clase y atenuo las luces del salon hasta que quedaron sumidos en una semi penumbra; pero mantuvo una potente lampara encendida sobre la plataforma. Logan dio una mirada alrededor y comprobo que los otros estudiantes parecian encontrarse en su misma posicion: expectantes y un poco nerviosos. Supuso que todos esperaban que en cualquier momento se abrieran las puertas tras la plataforma y un hombre con el tipo de Apolo reencarnado apareciera para empezar la clase. El auditorio estaba compuesto por hombres y mujeres en similar proporcion: todos artistas aficionados, como el, aunque Logan pudo reconocer a un par de expositores que conocia de sus recorridos por las galerias de la ciudad. Ellos captaron su mirada y le sonrieron alzando las manos; Logan hizo un gesto discreto de saludo y volvio su atencion a la plataforma precisamente en el momento en que las puertas batientes tras ella se abrieron y una figura alta y espigada se abrio paso. Lo primero que Logan penso al mirarla con atencion fue que se habia equivocado de plano con la idea de Apolo reencarnado. Era Artemisa. Sus dedos sujetaron el lapiz que acababa de afilar y lo sostuvo de forma casi inconsciente ante su rostro en tanto analizaba los rasgos de la modelo. Ella vestia una bata blanca que la cubria del cuello a los tobillos y por un momento se permitio admirar su rostro. Tenia una fisonomia realmente extrana, se dijo el; pero en el buen sentido. Unas cejas bien perfiladas enmarcaban unos ojos grandes y de un tono cafe con matices de verde que destellaban bajo la luz; sus pomulos pronunciados y una nariz aquilina remataban en una barbilla puntiaguda que lo llevo a pensar irremisiblemente en un ser sobrenatural. Un duende, tal vez. Y su boca... labios de proporcion perfecta que mantenia entreabiertos en tanto veia a la nada. La vio intercambiar un rapido gesto con Lisa, que se habia puesto un metro a su lado, y una marana espesa de cabello castano corto hasta la barbilla refulgio en el momento en que se puso de espaldas y dejo caer la bata a sus pies. Logan estaba seguro de que no imagino el suspiro colectivo que emitio la clase por el asombro al observar la piel expuesta bajo la luz de la lampara. Hasta entonces habia creido que se sentiria incomodo al encontrarse ante una persona que se desnudaba con el fin de que un grupo de gente estudiara sus formas y la plasmara en el papel; pero en ese momento comprendio que se sentia demasiado fascinado como para hacer nada que no fuera admirarla. Habia visto mujeres desnudas antes. Varias y en distintas circunstancias, y definitivamente estaba lejos de ser un mojigato. Asi que no vio nada que no hubiera contemplado antes; sin embargo, recorrer el cuerpo de la mujer en la plataforma le hizo pensar que nunca se habia detenido a apreciar los muchos matices de la naturaleza humana. Tal vez las ultimas clases tuvieran algo que ver con eso, supuso al tomar el lapiz con mayor fuerza y asentarlo sobre el papel sin ser muy consciente de lo que hacia. Las lineas del cuerpo de la mujer le parecieron perfectas bajo la luz; tenia una figura delgada pero atletica; los musculos de los hombros y los brazos estaban bien definidos y hacian un conjunto armonioso con la linea de los omoplatos y su estrecha cintura. Sus caderas delgadas se unian a unas piernas que le parecieron interminables. --El modelo es una de las armas primordiales del arte. La voz de Lisa lo volvio a la realidad y aparto la mirada de la joven para fijarla en ella, que alternaba sus ojos azulados alrededor de la clase con una expresion levemente sardonica. --Es importante no olvidar esa frase; me la dijo mi maestro de anatomia durante mi primera clase de dibujo humano y la repito ahora --continuo ella iniciando un lento paseo alrededor de la modelo--. Admiren la perfeccion humana e intenten replicarla lo mejor que puedan. Ya hemos estudiado la teoria y ahora es momento de llevarla a la practica; hoy nos centraremos en el contorno. Recuerden la importancia del analisis, la atencion al detalle y dejen que su imaginacion fluya. No se preocupen si tienen problemas esta primera vez y no se encuentran satisfechos con su trabajo al final de la clase; lo intentaremos de nuevo en la siguiente. Lisa apenas habia terminado de decir la ultima frase cuando el sonido de los blocks de dibujo y los lapices siendo afilados reemplazaron a su voz. Logan, que tenia todo ya listo y en las manos, le presto atencion a medias; todos sus sentidos estaban puestos en la modelo y en la forma en que permanecia de pie sobre la plataforma sin mover un solo musculo y sin que pareciera como si le afectara que la maestra se refiriera a ella como un cuerpo sin emociones. Claro que no podia verle el rostro, concluyo Logan; tal vez estuviera lejos de sentirse tan serena como aparentaba. Trazo unas lineas sobre el papel con los ojos entrecerrados; alternaba la mirada de la modelo a sus manos e iba bosquejando el contorno con expresion concentrada. Fue mas sencillo de lo que habia pensado que seria y al mismo tiempo lo mas complejo a lo que se habia enfrentado en su vida; al menos en lo que a su inclinacion artistica se referia. El tiempo paso de una forma extrana, lo que le ocurria siempre que se hallaba embebido en su trabajo. Dibujo sin pausa excepto para beber un trago de agua de la botella que llevara consigo y para tender un borrador al hombre ubicado a su derecha y que por algun motivo parecia haber olvidado algo tan importante. Cuando su mirada se encontro con la suya luego de que le diera las gracias en un murmullo, lo reconocio como uno de sus conocidos de las galerias. Este le sonrio y senalo a la modelo con una cabezada y un guino lascivo que, por algun motivo que no se vio capaz de analizar en ese momento, le provoco estampar su rostro contra el caballete. Tal vez se debiera a que no soportaba a la gente que no podia controlar sus instintos, se dijo luego desviando la mirada con una mueca de desagrado y retomando su trabajo. Se perdio de nuevo en lo suyo y no se detuvo hasta que una campanilla marco el final de la clase. El sonido de los lapices rasgunando el papel se detuvieron de golpe y el dejo caer el suyo con un suspiro y un molesto adormecimiento en la muneca. Al mirar en direccion a la modelo, advirtio que ella se inclinaba para tomar su bata y se vestia con ella con movimientos calmados; luego, se perdio por las puertas por la que habia llegado en un parpadeo. Por un momento, Logan se pregunto si no la habria imaginado, pero al mirar a su caballete y encontrarse con el contorno de su figura y la linea de su espalda que habia dibujado y vuelto a dibujar una y otra vez, se dijo que no, que desde luego que habia sido muy real. Lisa dio otro breve discurso entonces antes de dar una mirada a los trabajos de la clase; senalo errores y alabo avances. Al detenerse ante el suyo, arqueo las cejas y le dirigio una mirada entendida, sin decir una palabra; tal vez quisiera implicar con eso que estaba impresionada, Logan no lo tenia muy seguro, pero no se quedo a averiguarlo. Sus companeros comenzaron a despedirse y el hizo otro tanto, pero cuando llego a la puerta del auditorio recordo que se habia prometido invitar a Lisa al salir. Sin embargo, cuando la vio en medio del salon, reuniendo sus cosas, y sus miradas se encontraron un segundo, la suya expectante, tan solo atino a elevar una mano en senal de despedida y se dirigio a la salida del edificio sin pensarlo dos veces. De alguna forma, la idea de pasar el tiempo con ella le parecio menos tentadora que antes. Estaba cansado, se dijo al encaminarse al estacionamiento en busca de su auto. Habia tenido una semana dificil y le esperaba una mas dura aun. Quiza el sabado siguiente, decidio al iniciar el regreso a casa. Entonces estaria bien. Tara olisqueo el aire y emitio un corto gemido de anhelo al tiempo que su estomago empezaba a rugir. Estaba mucho mas hambrienta de lo que habia pensado y el delicioso aroma proveniente de la cocina que le salio al paso tan pronto como puso un pie en casa solo incremento la sensacion. Pasta. En salsa bolonesa, si su olfato no la enganaba. --?Papa? --llamo en voz alta. --!Lavate las manos primero! Tara sonrio y se encogio de hombros, dirigiendose al bano bajo la escalera para hacer lo que su padre ordenara. No importaba la edad que tuviera, los habitos de higiene del senor Duncan permanecian inalterables. Cuando fue a la cocina, lo encontro afanandose ante la estufa; la pequena mesa bajo la ventana que acostumbraban compartir cuando coincidian a la hora de las comidas se encontraba puesta y Tara se acerco a darle un beso en la mejilla antes de llevar unos vasos y el agua que saco de la nevera. --?Que tal el trabajo? --Pregunto su padre. Tara se encogio de hombros y doblo unas servilletas con expresion concentrada antes de responder. --Aburrido. Como siempre --dijo ella al fin observandolo servir el contenido de la cacerola en una fuente--. Pero esta bien. --Bueno, es una suerte que lo tengas y que sea solo los sabados. No podrias hacerlo entre semana con la escuela y todo lo demas. --Me las arreglaria. Su padre arqueo una ceja rojiza y le tendio la fuente que ella se apresuro a sostener en tanto el cogia el baston que dejara apoyado contra la encimera de la cocina. --Si, claro --comento el-- ?Y cuando dormirias? --En clase, claro. ?Donde mas? El senor Duncan se dejo caer sobre la silla con un suspiro ahogado y sostuvo su plato para que Tara lo rellenara luego de ocupar el asiento frente a el. --Mas te vale estar bromeando --dijo el senalandola con el tenedor. Tara no respondio. No hacia falta; el sabia que bromeaba. Comieron en un silencio armonioso, roto apenas para que ella respondiera las preguntas acerca de como habia ido su dia y si la semana siguiente tendria que salir tambien tan temprano como lo hizo en esa ocasion. Tara respondio con monosilabos, y no solo porque se encontrara encantada con el almuerzo; nunca se sentia comoda respondiendo a las preguntas de su padre referidas a su empleo de fin de semana. --En serio. No es nada interesante; de no ser por lo bien que pagan ni siquiera me lo plantearia --comento ella ante su insistencia. El senor Duncan se limpio la comisura de los labios con una servilleta y la observo por encima de su vaso con el ceno fruncido. --No deberias de hablar asi --la reprendio el--. Y vaya que te pagan bien; en especial considerando que es solo por unas horas. ?Que clase de dibujos dijiste que hace esa gente? Tara bajo la mirada a su plato.

  • La gente en los arboles de Hanya Yanagihara

    https://gigalibros.com/la-gente-en-los-arboles.html

    El debut literario de la autora de Tan poca vida., el fenomeno editorial que ha cautivado a mas de un millon de lectores.

  • La luz del diablo (Inspector Sejer 4) – Karin Fossum de Karin Fossum

    https://gigalibros.com/la-luz-del-diablo-inspector-sejer-4-8211-karin-fossum.html

    La cuarta entrega de la serie protagonizada por el inspector Konrad Sejer es una de las novelas mas oscuras y siniestras de Karin Fossum, autora destacada de la nueva narrativa policiaca escandinava.

  • Tu, yo y algunos mas de Raquel Sevilla Saborido

    https://gigalibros.com/tu-yo-y-algunos-mas.html

    Raquel Ramirez no es la misma mujer de hace unos meses.