• Confesiones de una mujer (eLit 5) de Jen Safrey

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    En la universidad, Cassidy Maxwell lo habia tenido todo: inteligencia, belleza y la atencion de todos los hombres del campus, incluyendo la del profesor del que se habia enamorado. Ahora vivia en Inglaterra y era la mano derecha del embajador de Estados Unidos. Pero, ?por que habia desaparecido al final del ultimo curso?

  • Los caminos de Adela de Erina Alcala

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    Adela era espanola, era ginecologa en un hospital de Boston. Apenas unos anos atras cundo era adolescente, se vino a Nueva York con su hermano y su hermana.
    Sus padres habian muerto y su hermano mayor siempre quiso ser policia en Nueva York. Adela era la mas pequena y estudio en Cambridge, cerca de Boston y alli se quedo trabajando de ginecologa al terminar sus estudios. Tenia una casita alquilada y llevaba ya unos anos trabajando. Iba y venia, le acompanaba su perrita Tara una cachorra tekel que se anunciaba en un periodico y se quedo con ella.
    Luca, era be Boston, habia estudiado ingenieria con una beca de deporte, tambien en Cambridge, pero al terminar, la carrera se dio cuenta de que queria ser bombero y aprobo las oposiciones y se quedo en el cuerpo de bomberos de Cambridge. Se acababa de divorciar de Asli, su novia del instituto y con la que llevaba diez anos casado.
    El destino quiso que Adela se encontrara con Luca en un accidente que ella tuvo camino del trabajo a Boston. Se conocieron y se enamoraron.
    Unos meses despues aparecio de nuevo Asli, embarazada, en la vida de Luca, entorpeciendo la relacion de el y la de Adela, y cuando Adela no pudo mas, se cambio a vivir a Boston, se compro una casa y se llevo a su perra Tara.
    En vacaciones se fue a un rancho de recreo a Montana y alli conocio al hijo de los duenos, un arquitecto guapo y alto, llamado Connor que ayudaba en vacaciones a sus padres.
    Y entre Connor y ella surgio quimica pura, ?Que pasaria entre Connor y Adela y entre Adela y Luca?
    Ademas Adela se quedo embarazada...

  • Vuelta a la Tierra (Los 100 3) de Kass Morgan

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  • La esposa entre nosotros de Greer Hendricks , Sarah Pekkanen

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  • Acompanando a Simone de Beauvoir de Sami Nair

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    No se nace mujer, se llega a serlo”: esta afirmacion surge como una flecha de El segundo sexo, obra maestra de Simone de Beauvoir, que provoco un verdadero choque cultural en 1949. Mas alla de la “fabricacion” de la mujer, hoy vivimos la toma de conciencia de la forja de los seres humanos, de las identidades aceptadas o impuestas, del rol, en definitiva, apremiante del entorno y de la educacion sobre el individuo. Fundadora del pensamiento feminista moderno, filosofa, escritora, ensayista, militante comprometida, libre e independiente, ha marcado como nadie su tiempo e influye decisivamente sobre el nuestro.

  • Medio Principe, Rocio M Bescos de Rocio M. Bescos

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  • Nunca pense que volveria a verte de Susana Scott

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    !Diez anos! Tristes e interminables anos de soledad desde la ultima vez que lo vio.
    Una ligera mirada al pequeno grupo le revelo que no habia expresado sus pensamientos, pues nadie le prestaba atencion... todo interes estaba centrado en el recien llegado.
    El presidente de la compania, hacia las presentaciones y pronto llegaron a ella. Lleno sus pulmones de aire tratando de tranquilizar sus nervios, procurando parecer indiferente y fria.
    El recien llegado la saludo con un informal apreton de manos. La mano masculina resulto calida y sus dedos firmes y decididos. El contacto de sus pieles la sacudio. El no dio muestras de haber sentido lo mismo.
    Ella se sintio desconcertada. Al verlo tan de cerca no le cupo la menor duda de que se trataba de el, pero parecia no reconocerla. La saludo como si nunca la hubiese visto.

  • Casi sin querer de Jose A. Gomez Iglesias

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    El amor algunas veces es tan complicado como impredecible. Pero al final lo que mas valoramos son los detalles mas simples, los mas bonitos, los que llegan sin avisar. Y a la hora de escribir sobre sentimientos, no hay nada mas limpio que hacerlo desde el corazon. Y eso hace @Defreds en este libro.

  • Muerte y ceniza de Teo Palacios

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    Teo Palacios nos sorprende con una nueva novela historica, esta vez situada en la epoca del Imperio Romano en Hispania. Una aventura de intriga que nos mantendra firmemente atrapados entre las paginas de esta nueva aventura, pero siempre manteniendo la linea historica real. Una oleada de incendios asolan la ciudad de Hispalis en la Hispania del Imperio romano, sin causa aparente. Las prostitutas son perseguidas y asesinadas en las calles. Y, cuando el cadaver del joven Fabio Justo, hijo de uno de los grandes patricios de la ciudad, aparece de forma inexplicable entre los escombros de una de las insulae quemadas, la clase noble pedira justicia e intentara detener el desastre. El joven abogado Gayo Longo Licinio se vera obligado, para sus sorpresa, a resolver el misterio bajo la presion de los nobles patricios, hostigados por las revueltas de la peble. Los problemas se le acumulan, mientras lidia con los problemas que le causan tanto su bella esposa como su exigente padre, Gayo se ira adentrando rapidamente en un asunto que cada vez resulta mas oscuro y peligroso. Por ello comprara un nuevo exclavo: el famoso Lentulo, un gladiador picto, cuya mision sera la de proteger a su amo. Pero las fuertes manos de Lentulo tal vez no sean suficientes para mantener a salvo a Gayo de una conjura que no solo parece amenaza su vida, sino tambien la estabilidad de todo el Imperio romano.

  • Los sonambulos de Chuck Wendig

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    Yumiko Sakamoto, la mujer que descubrio el cometa, tenia veintiocho anos y era una astronoma aficionada del pueblo de Kurashiki, en la prefectura de Okayama. Lo encontro de chiripa, ya que en realidad buscaba uno del todo diferente que se esperaba que chocase contra Jupiter. Yumiko Sakamoto afirmo que el descubrimiento le habia cambiado la vida. En una entrevista al periodico Asahi Shimbun comento: Hasta ahora me he centrado demasiado en las cuestiones materiales, como conseguir un buen trabajo o encontrar un buen marido, pero he renunciado a objetivos tan mundanos como el romance o mi carrera profesional. Volvere a la universidad y aprendere mas sobre el mundo y el cosmos que lo rodea, no para obtener beneficios economicos, sino porque la busqueda de conocimientos es un objetivo noble de por si. Acto seguido proclamo su intencion de empezar a formar parte de la comunidad asexual y arromantica de Japon, que cada vez era mayor. Sentia que el mundo ya estaba <> y que no tenia por que ponerle las cosas mas dificiles engendrando descendencia. El cometa, llamado Sakamoto en su honor, paso a 0,1 UA (unidades astronomicas) de la Tierra el 2 de junio. No era lo bastante cerca como para convertirse en un peligro, pero si para contemplarlo a simple vista y que se uniese al grupo de grandes cometas, entre los que se encuentran los famosos Halley o Hale-Bopp. Yumiko Sakamoto iba a comenzar sus estudios academicos el siguiente mes de octubre, pero no vivio lo suficiente para ello. Murio de un aneurisma cerebral la noche en que el cometa surcaba los cielos. PRIMERA PARTE La incubacion 1 El primer sonambulo Los astronomos aficionados tuvieron mucha suerte anoche, ya que recibieron el paso del cometa Sakamoto con cielos despejados y luna nueva. Los ultimos tres grandes cometas habian sido el Lovejoy en 2011, el McNaught en 2007 y el famoso (?o infame?) Hale-Bopp en 1997, que por supuesto dio lugar a la secta Heaven's Gate, cuyos miembros cometieron un suicidio en masa movidos por la creencia de que seria como hacer autoestop en la nave espacial extraterrestre que iba a pasar justo detras del cometa. Estan escuchando a Tom Stonekettle en Stonekettle Radio, 970 BRG. El Show de Stonekettle Radio , 970AM WBRG, Pittsburgh 3 de junio, Maker's Bell (Pensilvania) S hana estaba en pie y contemplaba la cama vacia de su hermana pequena. <>, fue lo primero que penso. La llamo unas cuantas veces. Despues de que Nessie se hubiese quedado despierta hasta las tantas de la noche anterior para ver el cometa a traves del telescopio cutre de papa, Shana supuso que la joven debia de seguir en la cama roncando como un oso. No estaba segura de donde narices podia estar Nessie. Shana se habia despertado hacia una hora para preparar los almuerzos, terminar la colada y sacar tanto la basura reciclable como la no reciclable para llevarla al dia siguiente en la camioneta, por lo que sabia que Nessie no estaba en la cocina. Tal vez estuviese en el bano de arriba. --?Nessie? --Se quedo en silencio y espero--. ?Nessie? Venga ya. Pero no oyo nada. Volvio a pensar. <> En aquel momento no tenia mucho sentido, no como la primera vez que se habia escapado. Habian perdido a su madre, perdido de la manera mas literal. Los cuatro habian ido a un supermercado y solo habian vuelto tres. Temian que alguien la hubiese secuestrado para hacerle dano, pero al cabo vieron gracias a las camaras de seguridad del Giant Eagle que nadie la habia secuestrado. Habia salido por las puertas automaticas como si nada y desaparecido de sus vidas para siempre. Mama se termino por convertir en un enorme signo de interrogacion que se les habia clavado en la mejilla como si fuese un anzuelo. Pero a Shana le habia quedado claro que su madre ya no queria formar parte de sus vidas. Supo desde ese momento que iba a tardar mucho en hacerse a la idea, pero ese no fue el caso de Nessie, que aun no lo habia conseguido. Nessie opinaba que habia sido culpa de papa. Y quiza Shana tambien. Por eso, hacia casi dos anos exactos, despues de que se acabara el curso, Nessie preparo una mochila llena de comida en lata y agua embotellada (y algunas chocolatinas) y se fugo. Encontraron a Nessie cuatro horas despues bajo la marquesina de madera de la parada que habia en Granger, resguardandose de una tormenta inesperada y temblando como un perrito perdido. Se habia puesto a patalear y a dar manotazos cuando papa la intento coger. Habia sido como ver a un luchador intentando detener un tornado. Al final dio el brazo a torcer y papa le dijo: --Si quieres fugarte, fugate, pero si pretendes ir en busca de tu madre, que sepas que no creo que quiera que la encontremos. Fue como ver un vaso de agua derramarse a camara lenta. Nessie se desplomo en sus brazos y comenzo a llorar con tal desconsuelo que solo era capaz de coger aire despues de cada uno de esos sollozos exagerados. Le empezaron a temblar los hombros y metio las manos en las axilas, como si se abrazara a si misma. La llevaron a casa, se paso dos dias durmiendo y luego retomo la vida cotidiana de manera lenta pero seguida. Hacia ya dos anos de aquello. Pero ahora Shana no sabia por que a Nessie se le ocurriria fugarse otra vez. La chica tenia quince anos y no lo estaba pasando tan mal como Shana a su edad. Papa siempre decia que Shana habia pasado una epoca de <>. Depresion, locura y hormonas, como un caballo que no parase de dar coces. Ahora Shana tenia casi dieciocho y ya estaba mejor. Mas o menos. Nessie tampoco estaba tan mal. No es que se hubiera convertido en una mujer lobo. Seguia feliz. Optimista. Los ojos le brillaban como una moneda de cinco centavos recien acunada. Tenia un pequeno cuaderno en el que escribia todas las cosas que queria hacer (bucear con tiburones, estudiar a los murcielagos, tejerse sus propias pantuflas como hace..., como hacia mama), todos los lugares a los que queria ir (Edimburgo, el Tibet, San Diego) y todas las personas a las que queria conocer (la presidenta, un astronauta, a su futuro marido). Un dia le habia dicho a Shana: --He oido que, si te quejas, tu cerebro se reprograma como si tuviese un virus de ordenador y empiezas a ser cada vez mas infeliz, asi que voy a ser positiva, porque estoy segura de que tambien funciona al reves. El cuaderno estaba tirado en su cama vacia. Junto a la cama habia una caja abierta: Nessie habia recibido un paquete por correo, algo de ciencias que habia pedido. (Shana le habia pedido prestada una pequena probeta para guardar la hierba.) Sus sabanas amarillas como narcisos estaban arrugadas como si hubiese dormido en la cama, y su almohada rosada aun tenia la marca de su cabeza. Shana echo un vistazo al cuaderno. Nessie habia empezado una nueva lista: <>. En ella se leia: <>. ?Fotografa?, penso Shana. Esa es la mia. Sintio como la banaba una oleada de rabia. A Nessie se le daba bien todo. Si decidia hacer lo mismo que Shana, seguro que lo haria mejor y ella seria una torpe y se odiarian para siempre. (Bueno, no. Shana odiaria a Nessie. Nessie la querria de manera incondicional, porque su hermana era asi.) Shana volvio a gritar su nombre. --?Ness? ?Nessie? Oyo el eco de su voz, pero nadie respondio. Joder. Papa ya estaria en lo que el llamaba la <> (decia que, si iban a formar parte del movimiento del queso artesanal de Pensilvania, tenia que empezar a llamar las cosas por su nombre, cono) y estaria esperando a Ness y Shana para que ayudaran en el tenderete que montaba junto a la carretera. Luego ordenaria a una de ellas que fuese al cobertizo del queso para comprobar la cuajada del Gouda o para quitar el agua de los azules, despues mezclar el forraje, alimentar a las vacas y, joder, la veterinaria iba a venir ese dia para echarles un ojo a las pobres ubres hinchadas y rojas de Belinda. Despues... Quiza Nessie se hubiese fugado por eso. Las clases ya se habian acabado, y las vacaciones de verano nunca eran tales: todo era trabajo, trabajo y trabajo. (Shana se pregunto si Nessie habria hecho lo correcto. A lo mejor ella tambien se fugaba. Aunque solo fuese un dia. Podia llamar a su amigo Zig para que acudiese a buscarla en su Honda, fumar algo de hierba, leer comics, insultar a los estudiantes que se acababan de graduar...) (Dios, tenia que salir de alli. ) (Si no salia de alli pronto, se quedaria en la granja para siempre. Aquel lugar era como arenas movedizas.) Pero sabia que Nessie era demasiado nina buena como para haberse escapado otra vez, por lo que quiza se hubiera levantado antes que ella y ya estuviese en el tenderete. Menuda curranta. ?Como se llamaba esa cancion del viejo disco de REM que tenia papa? ?Shiny Happy People? Pues esa era Nessie. Shana ya habia desayunado, por lo que fue a buscar el adaptador de objetivo macro para el movil con el que hacia fotos de cosas que estaban muy cerca. Era como descubrir pequenos mundos, lo micro hecho macro. No tenia una camara de verdad, pero estaba ahorrando para comprar una reflex digital algun dia. Mientras, tendria que seguir usando el telefono. Acaso encontrara algo en el establo o en la queseria que estuviese guapo para sacar fotos muy de cerca: oxido descascarillado, la aguja roja del termometro o las burbujas y los cristales del queso. Recordo donde habia dejado el adaptador la ultima vez: estaba sacandole fotos a una arana que colgaba de su ventana y la habia dejado en el alfeizar. Por lo que fue a buscarlo y... Algo que habia fuera le llamo la atencion. Un movimiento en el aparcamiento. Lo primero que penso fue que una de las vacas se habia quedado suelta. Shana se acerco a la ventana. Habia alguien fuera, caminando. No. No era alguien. Una colgada habia recorrido la mitad del aparcamiento en pantalones de pijama y camiseta rosa. Tambien descalza, al parecer. ?Que narices? ?Nessie? Shana corrio a la cocina y se olvido por completo del objetivo. Se puso las zapatillas lo mas deprisa que pudo y corrio hacia la puerta del porche trasero al tiempo que trastabillaba porque una se le habia quedado mal puesta, pero enseguida le dio un buen pisoton con el talon y siguio corriendo. Penso en gritarle a su hermana pequena, pero decidio no hacerlo. No habia razon para llamar la atencion de papa. Seguro que si descubria que aun no estaba en el tenderete les iba a largar un sermon de los suyos y el dia ya habia empezado con suficiente mal pie. En lugar de eso, se limito a correr por el aparcamiento mientras la gravilla crujia bajo sus zapatillas. Las vacas Holstein que habia a la izquierda mugieron. Un joven ternero, que creia que era Moo Radley, se quedo mirandola con las patas torcidas mientras ella iba en busca de la lerda de su hermana. --Nessie --siseo--. !Oye, Nessie! Pero Nessie no se dio la vuelta. Siguio caminando. <> Shana troto hasta ponerse delante de ella y planto los pies como raices. --Por Dios, Nessie, pero que carajo estas... En ese momento vio los ojos de la chica. Estaban abiertos, pero su hermana tenia la mirada perdida. Era como si mirase detras de Shana o a traves de ella. Eran como los ojos de un muerto, como las cabezas inmoviles de unos clavos muy grandes. Ya no brillaban ni tenian esa chispa tan natural en ella. Nessie siguio caminando descalza. Shana no sabia que hacer. ?Apartarse? ?Seguir plantada como un poste telefonico? La indecision la obligo a hacer un poco de ambas cosas, se movio unos centimetros, pero aun seguia en el camino inevitable de su hermana. El hombro de la chica la golpeo con fuerza, y Shana se tambaleo hacia la izquierda despues de recibir el golpe. La carcajada que solto era de sorpresa. Era una risa de molestia, un ladrido de incredulidad. --Eso ha dolido, capulla --dijo al tiempo que la agarraba por el hombro y empezaba a zarandearla. Nada. Nessie se zafo y siguio caminando. --Nessie. Nessie. Shana agito una mano delante de los ojos de su hermana. La agito, una y otra vez. En aquel momento empezo a pensar, se le ocurrio la idea improbable pero que podia ser cierta: <> Pero Shana era la bromista, y los chistes del repertorio de Nessie eran tan malos que hasta papa torcia el gesto, y eso que los chistes malos le encantaban. Pero, por si acaso, levanto el dedo y le apreto la nariz como si fuese un boton. --!Bup! --dijo--. Te acabo de apagar, robotita. Nessie no reacciono. Ni parpadeo siquiera. ?Habia parpadeado en algun momento? A Shana le parecia que no. Luego vio delante de ellas un gran charco de agua de lluvia y aviso a su hermana: --Nessie, cuidado. Hay un... Demasiado tarde. Nessie lo vadeo sin inmutarse. Plis. Plas. Metio los pies en el agua casi hasta los tobillos, pero no se detuvo ni por un instante, como si fuese un juguete al que le habian dado cuerda y solo pudiera caminar en una direccion. Seguia mirando al frente. Seguia avanzando. Tenia los brazos rigidos en los costados. Algo iba mal. La idea impacto el corazon de Shana como si fuera un puno. Se le cerro el estomago y sintio como se le espesaba la sangre. Empezo a sentir miedo, pero de todas maneras intento razonar consigo misma: <> Vale, no. A Nessie nunca le habia pasado algo asi, pero quiza fuera la manera en la que su cerebro habia decidido tratar con las hormonas que recorrian su cuerpo como caballos de carreras. La cuestion era otra:

  • Hechicera (La cofradia de las comunes 2) de Diana Scott

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    El capitan golpeo de lleno con el duro mastil de madera. Pequenas gotas de sangre, disueltas en agua salada, surcaban su frente. Los miembros de la tripulacion gritaban como furias enloquecidas mientras las pocas mujeres en cubierta corrian espantadas buscando refugio en la bodega. El barco, cual bebe acunado por gigantes, se agitaba con los intensos vientos del Mar occidental. Quiso centrarse, pero el fuerte dolor de cabeza apenas si le dejaba pensar. La vision se le borraba de a momentos y el cuerpo se tambaleaba sin encontrar el sentido cuando unas manos intentaron sostenerlo por la cintura. ?Estaria muerto y lo transportaban al cielo? Penso al oler ese dulce aroma de mujer, tan fresco, tan delicado y tan floral. No, se contesto a si mismo, el no era hombre de recompensas celestiales. Las Espanas ya no lo esperaban y los cielos no perdonaban. Dos fueron las veces que sacudio su cabeza intentando aclararse y tres las que parpadeo hasta comprender la gravedad del asunto. La vela mayor hecha unos trapos danzaba con los vientos mientras el galeon, sin rumbo, golpeaba con cuanta ola se encontrase. La jovencita de tacto terso y gentil lo acunaba en su abrazo como si se encontrase ante un hombre de dulces declaraciones. "Ingenua", penso aturdido. Hubiese querido no despertar, pero aquellos ojos de sirena, curvas deliciosas como budin de abuela, y voz, penso comenzando a reaccionar, voz excesivamente intensa, se dijo apretandose la sien para que la sesera no se le escapase de la cabeza. --Estoy bien… estoy bien. --Alzo la mano deseando detener la intensa verborrea, pero nada. La sirena no callaba. --Estas sangrando, apenas puedes sostenerte. Te llevare a la bodega junto a las mujeres. Ellas podran curarte. <> Murmuro deseando matar a quienes el filo de su espada habia acallado ya. --Adonay… --Ella era la unica en ver mas alla de las mentiras o la traicion. !Que les importaba a ellos la rojez que circulaba por sus venas! ?Quienes eran ellos para declarar la verdad ante tanta mentira? ?Que profeta era ese que bendecia a los malditos y sentenciaba a las almas puras? --!Id a por la monja! --Grito con la garganta aspera por el temor. --Id a por la monja. --Repitio debilitado. La sangre primitiva le pedia gritar, romper y asesinar, pero el dolor le rogaba llorar. Llorar como ese nino que nunca se permitio ser. Llorar como ese pequeno que se fortalecio en la triste incomprension. Ajusticiar como ese joven que una noche helada de invierno dictamino justicia. Aun lo recordaba, su nombre era Andres. Hijo del tabernero y con apenas quince anos el muchacho era tan desgraciado y putero como su propio padre. Borracho, maltratador y con un rostro que mejor ocultar, el hombre con aficiones dignas de escribirse con minusculas era todo un hijo de puta con mayusculas. Sus vicios, innumerables. Su oficio, la vagancia. Su diversion, apalear judios. Una noche decidio que esa seria la ultima de aquel malnacido. Ese desgraciado no volveria a llamarlos puercos asquerosos ni escupir sus rostros ensangrentados por sus apestosas botas. Con lentitud se levanto de la cama y a escondidas de su padre escapo. Con sigilo bajo por la estrecha calle del mercado apenas iluminada por algunas antorchas de esquina y camino hacia la taberna. Unas cuantas calles cuesta abajo atravesando la Plaza del Solarejo y su destino estaba delante. Sigiloso para no ser visto, enfilo hacia la estrecha ventana trasera. Con el punal en mano y la calma del verdugo en las venas espero que el silencio cubriese la ciudad. "Un ajuste de cuentas" dijeron muchos, y nadie mas pregunto. Esa noche se hizo hombre mas alla de lo que marcaba la edad. --Que demonios… --Beltran no daba credito a la escena. --Id a por la monja… --Repitio perdiendo la poca coherencia que poseia. Ella respiraba, podia notarlo en el subir y bajar de su pecho pero el temor a que fuesen los ultimos suspiros lo estaban desquiciando. El caballero de rizos como el sol se acerco preocupado. Se lo notaba inquieto y puede que incluso algo culpable. Intento acariciarle el palido rostro pero su mano fue detenida por otra mucho mas dura y algo mas callosa. --?Quien sois? --Pregunto con la dentadura entrecerrada. --Ambos se miraron como si de una justa a muerte se tratase, pero fue Beatriz quien rapidamente aclaro. --Estabamos preocupados y decidimos entrar. Mi senor debeis disculparnos. --La voz temblorosa de Beatriz no presagiaba nada bueno. Juda oia pero sin escuchar. Las palabras de la joven se le escapaban como la paja de un granero sin tejado. Cabellos dorados como el trigo, penso observando con detencion, mirada del color del cielo en verano, porte tan elegante como los nobles de cuna y sonrisa tan amplia como su falsedad. --Senor, el es… --Vuestro hermano. --Termino la frase Juda, abrumado. La peor de sus pesadillas se convertia en carne. --Si mi senor, lo creimos muerto y… --Pero no lo esta. --Su voz sono ironica a la vez que desgraciada. Con rapidez busco en los recuerdos. ?Cinfaa aseguro que Gadea aun lo lloraba? ?Habia dicho algo mas? ?Aun lo amaba? ?Aun sonaba con sus recuerdos? ?Se habian besado? Las dudas le asaltaban con la misma intensidad con que los celos se le incrustaban en las carnes. Era suya. El propio Adonay se la habia entregado. Ese desgraciado regresaria al cielo donde todo el mundo le creia reposar, con o sin su punal clavado en el pecho, suya seria la eleccion. --Recuperare todo lo que por derecho me pertenece. --La voz neutra y condescendiente del ricitos trigales lo hizo sonreir. ?Buscaba con nobles modales intimidarlo? No era ningun noble de cuna pero sus ropas eran mas costosas y sus arcas estaban mas rebosantes que muchos de esos imbeciles escasos en tesoros y temerosos de la nueva realidad. --Marcharos. --Susurro como si de una mosca el caballero se tratase. --La mirada ardiente como las llamas presagiaban lo peor del converso pero se silencio ante los gritos de Beatriz.

  • Sonando con Molly de Lori Beasley Bradley

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    Cuando la exitosa autora Sherri Lambert regresa a su ciudad natal despues de 40 anos, no espera encontrarse con Dylan Roberts, el rompecorazones de la escuela secundaria, ni tampoco con las visiones que atormentaron su infancia.

  • Filosofia en 11 frases de Dario Sztajnszrajber

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    Solo se que no se nada. Pienso, luego existo. Todo lo solido se desvanece en el aire. Dios ha muerto. Por medio de frases como esas, disparadores que estimulan el pensamiento, Dario Sztajnszrajber se propone sacar a la filosofia de los formatos que la hacen excluyente. Al hacerlo nos lleva a una conversacion alucinada y alucinante con once ideas clasicas, tan pequenas como para caber en un tuit y a la vez tan interminables como las busquedas existenciales.
    Incomodo y complejo como su materia misma, este libro inclasificable -es ensayo filosofico, y es tambien novela- consagra a su autor como un explorador impertinente. Sztajnszrajber puede explicar y a la vez contradecir a filosofos como Aristoteles, Descartes, Marx, Nietzsche o Foucault e invitarnos a perdernos en la riqueza de sus ideas. Su historia comienza con un hombre que escapa y, al descender a un subte porteno, se encuentra azarosamente con un crimen del poder. Entre las huellas reconocibles de una republica precaria, la trama mezcla la sangre y el amor, la historia y la esperanza, la represion estatal y la resistencia ciudadana.
    En Filosofia en 11 frases, su primer libro con Paidos, Sztajnszrajber lleva la filosofia a los lectores que quieren pensar sin ser subestimados. Y los desafia, socraticamente, con una conviccion: todos podemos hacer filosofia aunque no lo sepamos.

  • El viento no espera de Raquel Sanchez Silva

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    Una nina dormida con un futuro por vivir, una mujer embarazada, un vagabundo sin voz, una viuda que comienza a sentir el amor, una camarera que jamas lo ha sentido, una madre que se convertira en faro una vez agotada su deriva y una famosa actriz y su falsa historia de amor. A todos ellos los va a unir el abrazo del viento extrano de Tarifa y los rincones magicos de sus calles, en una mezcolanza de encuentros, desencuentros, secretos ocultos y pasiones que salen a la luz. Una historia sobre lo mejor de la vida que, como el viento, parece irse pero siempre vuelve.

  • La gran fortuna de Olivia Manning

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    Una pareja inglesa de recien casados, Guy y Harriet Pringle, llega a Bucarest, la llamada Paris del Este, en el otono de 1939, apenas unas semanas despues de la invasion alemana de Polonia. Los habitantes de esta ciudad llena de contrastes, inmersa en la incertidumbre por la guerra y la inestabilidad politica, se aferran a una vibrante vida cotidiana mientras el caos se apodera de Rumania y del resto de Europa. Entretanto, Harriet empezara a conocer realmente a su marido, un extrovertido profesor universitario que se rodea de un animado circulo social, y tratara de encontrar su lugar dentro de ese peculiar elenco formado por estirados diplomaticos, damas acaudaladas, picaros seductores y arribistas.

  • Oscuro y perverso de Tania Sexton

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    Jennifer jamas imagino como podia cambiar su vida con una simple carta. Su hermana habia fallecido junto a su marido, dejando a un bebe de meses a su cuidado. No estaba dispuesta a que la familia de su adinerado cunado se lo arrebatara, por lo que opto por suplantar la identidad de su hermana, sin sospechar como una mentira cambiaria su vida.

  • Winston Churchill de Richard Toye

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    ?Como abarcar en una biografia una personalidad y una actividad politica tan complejas como las de Winston Churchill? Richard Toye, profesor de la Universidad de Exeter, ha tenido la idea de coordinar para ello a un equipo de especialistas que han investigado diversos aspectos de su vida, entre los cuales figuran historiadores de tanto relieve como Jeremy Black, Richard Overy o Chris Wrigley, para que cada uno se ocupe del periodo de la vida de Churchill, o del aspecto de su actividad politica, que mejor conozca. Tenemos asi una sucesion de capitulos que, comenzando con sus primeros pasos en la politica y con su discutida gestion al frente del Almirantazgo en la primera guerra mundial, van siguiendo su trayectoria hasta los anos de la <>; luego, otros capitulos estan dedicados a temas especificos como su relacion con el mundo islamico, con el imperio britanico, con las armas nucleares o, en un plano muy distinto, con las mujeres que marcaron su vida.

  • Arandanos con mandarina (Un te con amor 2) de Mar P. Zabala

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    Llega Mar P. Zabala con la segunda entrega de la serie <>.

  • Vicio Propio de Thomas Pynchon

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    Se llama Sportello, Doc Sportello, y es un detective privado un tanto peculiar en el colorista Los Angeles de finales de los anos sesenta. Hacia ya tiempo que Doc no veia a su ex, Shasta, seductora femme fatale, cuando esta recurre a sus servicios porque ha desaparecido su nuevo amante, un magnate inmobiliario que habia visto la luz del buen karma, un tanto distorsionada por el acido, y queria devolver a la sociedad todo lo que habia expoliado. Sportello se ve enredado entonces en una intriga en la que los escrupulos chispean por su ausencia y cuya trama es casi la de una novela negra clasica. A partir de ahi, Thomas Pynchon pergena un retrato desbocado de una California poblada por surfistas embriagados de la mitologia de las olas gigantes, combatientes de Vietnam o agentes del FBI reconvertidos en hippies, pandillas carcelarias, la escabrosa sombra de Charlie Manson y sus acolitas, una brutal organizacion secreta de dentistas, polis corruptos, una protointernet o bellas masajistas de sexualidad ambigua. Todo sazonado con dialogos y guinos hilarantes, al ritmo de una frenetica banda sonora que sirve de requiem psicodelico por una epoca que pudo ser y no fue.

  • El roman de Flamenca de Antoni Rossell

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    ado y celoso que la recluye en una torre, solo le permite salir a los oficios religiosos y a tomar banos medicinales. En tanto, el virtuoso Guillermo se enamora de oidas de ella, la espia y apenas logra atisbar su rostro; aunque, con la ayuda de Amor, ambos se conocen en los suenos. Luego de largas dubitaciones, llegan los encuentros y el abandono a los placeres.

  • Yo no fui de Bibi Arosa

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    “Esta es la historia sobre que tanto podemos rechazar la tentacion de pagar a los demas con la misma moneda y como una gran amistad puede resistirse a ello. ?Es posible retirar las mascaras que nos cubren sin afectar nuestra vida presente? ?Las transformaciones son nuestra eleccion o nos vemos obligados a ello?”

  • Tres muertes en Estambul de Francisco Manuel Granado Castro

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    Durante la Segunda Guerra Mundial, se refugian en Estambul gentes de toda Europa. Es un nido de espias y se cometen crimenes ante el silencio de la policia turca, que no quiere comprometer su neutralidad. Aqui vive con falsa opulencia una duquesa rusa, la princesa Beresina. Cuando su hermano David sea detenido por la policia, ella debera enfrentarse a miembros de la Gestapo, a agentes dobles, y al general Ozaban, el corrupto jefe de la inteligencia turca. Conocera a Dick, un americano, el dueno de Cafe Estambul, el local nocturno mas popular de la ciudad. La caceria emprendida por sus enemigos les obligara a decidir que buscan en realidad: la fortuna, el amor o la libertad. Al incorporar algunos personajes historicos, esta novela nos ofrece un fresco vibrante del Estambul convulso de la guerra.

  • THE SHADOW de Sylvain Reynard

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    Del exitoso autor del New York Times de la trilogia de Gabriel llega el muy esperado seguimiento de The Raven , una sensual novela ambientada en Florencia con el acoplamiento peligrosamente embriagador de Raven y William …

    El principe vampiro de Raven Wood ha regresado, prometiendo su amor y promesas justicia por cada mal hecho a ella. A raiz de su reunion, Raven se enfrenta a una terrible decision: permitir que el Principe se venga de los demonios de su pasado o persuadirlo de que mantenga la mano. Pero hay mucho mas en juego que el corazon de Raven …

  • Motera Adolescente de Marta Escudero

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    Clara no sabia lo que queria.
    Su vida era un pozo sin fondo.
    Enterrada entre libros.
    Sin amigos. Deprimida.

  • Diecinueve minutos de Jodi Picoult

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    Jodi Picoult, autora de Por la vida de mi hermana, nos presenta su libro mas fascinante, con una alarmante y conmovedora historia acerca de las repercusiones devastadoras de una tragedia en un pueblo pequeno de los Estado Unidos.

  • SOS microbios de

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    ?Como esta el consumo abusivo de antibioticos avivando la aparicion y la propagacion de plagas modernas?

  • El filo de la verdad de Selva Palacios

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    Un sol de justicia caia impio sobre Nueva Trada. Ni siquiera los ancianos mas longevos recordaban haber sufrido con anterioridad un calor como ese que asolaba la ciudad desde hacia varios dias. Mik Rogers accedio con parsimonia a una de las tabernas mas inmundas del puerto. Saludo al dueno mientras caminaba hacia el fondo del local. Los parroquianos dormian la mona o bebian sumidos en el pozo de sus pensamientos. Ninguno tenia demasiada gana de charla, de juerga o de trifulca. Eso lo dejarian para cuando la noche cayera y la temperatura diese un respiro. Dentro no olia a orines como en las inmediaciones, pero si a sudor rancio. Mik arrugo la nariz y clavo su mirada en la mesa mas apartada, esa que permanecia guarecida por la penumbra en un rincon y que habia reclamado tiempo atras como suya. La utilizaba como centro de operaciones para sellar todo tipo de acuerdos turbios. El antiguo pirata llevaba trece anos pululando por los bajos fondos de aquella ciudad maldita, esclavo de los pactos que amarraban en corto su conciencia, preso de los malos recuerdos que enturbiaban sus pesadillas. Un hombre se hallaba sentado en su silla. Portaba esa mirada turbia de quienes ya estan acostumbrados a que el duermevela ligero sustituya un descanso reparador. Daba cuenta sin prisa alguna de una botella de vino medio vacia y mantenia la cabeza gacha, como si en el fondo quisiera pasar desapercibido. Mik alzo las cejas, sin dar credito. Debia tratarse de un error: a aquella hora intempestiva esperaba encontrarse con un servicial criado y, en cambio, era un caballero el que ahora habia engarzado su mirada con la suya y lo estudiaba con un rictus de seriedad demasiado impostado bajo su sombrero. No albergo duda alguna: el origen de ese tipo era noble y lo dilucido por sus ropas, por la rigidez a la que sometia a su espalda, pero, sobre todo, por la manera en que desentonaba en aquel tugurio. Estaba fuera de su ambiente y era tan obvio que, si perdia cuidado, pronto tendria problemas. Mik se sento frente al desconocido con recelo, pero intrigado por saber que asuntos queria tratar con un don nadie como el. -- Dispensa si no me quito el sombrero -- dijo hombre, tocandose el ala --, pero tengo motivos para conservarlo sobre mi cabeza. Mik sonrio, divertido. Su dentadura blanca contrasto al instante con su piel morena. -- ?Y cuales son dichos motivos, senor? Si no le importa que le pregunte... -- Dos, principalmente -- contesto, muy sereno --. El primero, que deseo minimizar el riesgo de ser reconocido. El segundo, que no pretendo tener deferencia para con un hombre de tu calana. Sin ofender --. Anadio, muy serio. Mik rio. Echo la cabeza hacia atras y expulso con fuerza el aire por la nariz. Despues, robo un trago a la botella que reposaba sobre la mesa. El liquido caliente se deslizo por su garganta y le revolvio las tripas. -- Hace falta mucho mas que palabras para ofenderme, senor, asi que pierda cuidado. Yo si que me descubrire la cabeza -- anuncio, tras despojarse de su sombrero y dejarlo descansando sobre la rodilla izquierda --. Al fin y al cabo, estoy ante un respetable miembro de la ilustre ciudad de Nueva Trada. El caballero le dedico una sonrisa ladeada que no duro mucho. Paso por alto el tono condescendiente de Mik y fue directo al grano. -- Supongo que te estaras preguntando por que estoy aqui cuando podria haber enviado a un intermediario en mi lugar... Mik coloco el codo en el respaldo de la silla y apoyo la espalda en la sucia madera. Estudio a aquel tipo, intrigado. Tenia la piel muy blanca y su barba bien recortada enmarcaba una boca de labios finos y dentadura pobre. -- Entiendo que estara a punto de desvelarme la incognita. -- En efecto. Veras, la cuestion es que si puedo encargarme yo mismo de un asunto tan delicado como este que nos trae entre manos, no lo dejare en las de otros. Es el unico modo de asegurarme de que todo saldra como es debido. Mik se fijo en sus unas bien cortadas, en sus dedos largos y finos. Estaba claro que aquel tipo nunca se habia ganado el pan con el sudor de su frente. Su interlocutor y el no podian ser mas distintos en cualquier aspecto en que se compararan. Alzo el menton y lo miro a los ojos. -- Le escucho. Antes de hablar, el desconocido aparto la vista. No acostumbraba a tratar a hombres como Mik de igual a igual. Probablemente, era la primera vez en su vida que un negro lo miraba directamente a los ojos. Y no le gustaba, pero tendria que soportarlo. O mas bien acostumbrarse: cada vez eran mas los esclavos que compraban su libertad. Los tiempos estaban cambiando y no para bien. -- Quiero que te encargues de un pequeno asunto que deseo encomendarte. Y te advierto de que, si no cuento con tu discrecion absoluta, habra consecuencias. Mi posicion en esta ciudad es privilegiada. Soy amigo personal del gobernador y me ha puesto al tanto de tu peculiar... situacion. Mik torcio el gesto y chasqueo la lengua: si venia de parte de Joaquin Ventura, el mandamas de Nueva Trada, sabia que tipo de tarea se disponia a encomendarle el caballero: una sucia, en la que se mancharia las manos de mierda o de sangre. Probablemente de ambas. Se encogio de hombros, dispuesto a seguir con la conversacion como si trataran asuntos mas mundanos. -- Creo que ha quedado sobradamente demostrada mi capacidad para desempenar todo tipo de encargos con eficacia y sin levantar sospechas -- expuso Mik --. Mi reputacion me procede. -- !Desde luego, eso no lo pongo en duda! Estoy ante el mejor asesino de la ciudad -- dijo, bajando la voz --. Por no hablar de tu habilidad creando toda clase de pocimas y unguentos. !Tu eficacia es legendaria! -- rio sin ganas y se inclino ligeramente hacia el --. No estoy aqui para cuestionar tus sanguinarios metodos, Rogers, al contrario. Lo que deseo es que los utilices en mi beneficio, pero antes quiero acotar los terminos bajo los cuales cumpliras mis ordenes. Deberas seguirlas a rajatabla para no dejar margen de error. La improvisacion es enemiga del exito. El caballero sudaba copiosamente bajo sus delicados ropajes. Sendos cercos de sudor se expandian bajo las axilas oscureciendo la tela y una pelicula brillante perlaba su frente haciendola brillar. En cambio, Mik resistia con bastante entereza los envites del clima. Ventajas de provenir del continente africano. -- ?A quien desea que borre del mapa? -- pregunto Mik, repentinamente cansado de tanto rodeo --. ?A un rival en los negocios? ?A un viejo enemigo? ?Al amante de su esposa, tal vez? Rio su ocurrencia, pero el caballero lo escrutaba con aires de suficiencia y el gesto bien serio. No volvio a tocar la botella, aunque la miro de pronto como si necesitara desesperadamente un trago. -- En tu ultima suposicion no ibas muy desencaminado -- admitio, muy a su pesar --. En este caso, el amante soy yo. Quiero casarme en segundas nupcias, pero para ello, primero debo enviudar y por ende, mi esposa debe morir. Mik lo miro durante un buen rato con la boca cerrada a cal y canto. Se paso la mano por la mejilla y se rasco la cabeza, que lucia afeitada para evitar la molesta invasion de piojos y otros parasitos. -- Lo que me esta pidiendo es del todo imposible, senor -- le informo con solemnidad -- . No asesino a mujeres ni a ninos. Siento comunicarle que no soy su hombre. Busquese a otro. Se levanto con parsimonia y se coloco el sombrero en la cabeza. Murmuro una despedida. La voz del caballero lo detuvo cuando ya le daba la espalda. -- ?Un asesino con escrupulos? !No puedo creerlo! Mik no se giro. Efectivamente, aun no habia perdido toda la rectitud que quedaba en el, aquella que Samuel Rogers le inculco. Dio un paso mas en direccion a la salida, deseando que el aire torrido de la calle le golpeara en la cara para asi, al menos, sentir algo. -- !No puedes negarte, escoria! No estas en condiciones de rechazar mi peticion. Tienes contraida una deuda con esta ciudad y con nuestro gobernador. ?O acaso lo has olvidado? Mik se detuvo y cerro los ojos. Gruno. Solto un improperio en alguna lengua desconocida y se sento de nuevo a la mesa. Su humor se habia agriado y ni siquiera hizo el mero intento de disimularlo. -- ?Por que? -- No estas en disposicion de negociar, ni de hacer preguntas, Rogers. Mik se trago su orgullo acompanado por una buena dosis del vino barato que tenia frente a el. -- No me malinterprete, senor, se lo ruego. No es menester mio juzgarlo. Eso queda entre usted y Dios -- expuso con la solemnidad de un parroco encerrado en un confesionario --. Supongo que estara al corriente de que existen alternativas para hombres como usted. Seguro que halla un metodo efectivo para disfrutar de los placeres que su... amante pueda proporcionarle sin poner en riesgo la integridad de nadie. Muchos caballeros siguen este precepto y son plenamente felices. Incluso cuentan con la bendicion de su esposa. El tipo rio. Alzo la cabeza y le dedico una mirada furibunda por encima del ala de su sombrero. -- Es usted muy temerario, Rogers. De ser otras las circunstancias, no le quepa la menor duda: mandaria que lo azotaran hasta verlo desangrarse y nada me complaceria mas que esa vision. Sin embargo, no soy la clase de bestia inhumana que cree que soy. No pretendo deshacerme de mi esposa por capricho. Mi matrimonio fue una farsa desde el inicio. Nos unimos por interes mutuo de nuestras familias y nunca desarrollamos sentimientos de afecto el uno por el otro. Al contrario, detesto a esa vaca esteril que no ha sido capaz de cumplir con su unica obligacion: traer a mi heredero al mundo. Y, tras una decada, senor Rogers, comprendera que ya no albergo absolutamente ningun tipo de esperanza. Ese feliz acontecimiento no va a suceder: no me dara descendencia. Por ello, me veo en la obligacion de sustituir a mi amada esposa por otra mas... competente. Y mas joven. He ahi la razon de hallarme frente a usted. Por eso requiero de sus... servicios. Mik exhalo un suspiro y lo taladro con la mirada. -- ?Y no ha considerado el divorcio? El caballero enfurecio. Una sombra negra planeo sobre sus ojos. -- !No digas sandeces! -- Grito, provocando que un par de miradas se posara sobre ellos. Percatandose de ello, bajo la cabeza y la voz --. !Eso es pecado! !Una blasfemia propia de la gente barbara del norte! Y aunque fuese legal en Nueva Trada, sin mi, mi esposa no es nada. !No es nadie! Creeme, ella opinaria lo mismo: estara mejor bajo tierra que deshonrada y condenada al ostracismo de la alta sociedad. Mik entorno los ojos y puso las palmas de sus manos encima de la mesa. -- Lo lamento mucho senor, pero creo que su problema tiene mejores soluciones que esa... -- Si no eres tu, Rogers, !otro se encargara! --. Le interrumpio el tipo, perdiendo la poca paciencia que le quedaba --. Hare que te ejecuten en la horca. A ti y a los tuyos, a los que quedan. Solo tengo que mover un dedo y el peso de la justicia caera sobre tu tripulacion por entero. !Piensalo bien, necio! Dio un punetazo en la mesa que delato su nerviosismo. La botella vibro durante un efimero instante. Mik trago saliva y bajo la mirada. Reflexiono acerca de su situacion y de sus opciones. El caballero, por muy poco que mereciera tal apelativo, estaba en lo cierto: no tenia mas alternativa que aceptar. Cargaria en el foso de su conciencia con otra vida que iba a sesgar por encargo, por no hablar de todas las que arrebato en alta mar, con Samuel Rogers y despues, como capitan del Servus. Aquellos tiempos quedaban bien lejos. Otros mas oscuros eran los que le estaba tocando vivir. Mandaria al cielo otra alma para que la suya fuese directa al purgatorio. Y esta vez, se trataria de una mujer inocente cuyo unico pecado era no haber parido hijos. !No podria hacerlo! Se imagino a si mismo empunando su daga pero no hundiendola en la carne de aquella dama. Aunque no la mirara una sola vez a los ojos para leer en ellos como pedia misericordia, sabia que no seria capaz de infligirle dano alguno. Se conocia mejor que nadie. Era un hombre cauto, pese a la vida que llevaba. Pensaba detenidamente las consecuencias de sus actos. Nunca se precipitaba antes de actuar. Samuel le enseno a ser mas astuto, mas rapido, mas fuerte y mas valeroso que ningun otro. Solo asi habian sobrevivido ambos en aquel mundo gobernado por hombres blancos. Por eso, cuando una idea cruzo su mente, fue tal el cambio que acusaron sus facciones que el caballero se puso en alerta, mas no dijo nada. -- Esta bien, senor -- concedio Mik --. Lo hare. Digame como se llama su esposa, donde y cuando. El como, me lo reservo para mi. El caballero sonrio. Los ojos le brillaban. Una gota de sudor descendio por su sien hasta aterrizar sobre la mesa. Mik lo miro con desagrado. Quiza Dios o la naturaleza no deseaban que aquel sujeto se reprodujese. De inmediato compadecio a su esposa, a pesar de que no fuese buena idea empatizar con una futura victima. El desconocido ni siquiera se percato de las tribulaciones del antiguo pirata. Estaba demasiado ocupado celebrando su triunfo por anticipado. No veia el momento de regresar con su amante y yacer con ella en pecado por ultima vez. Pronto la convertiria en su esposa mientras fingia llorar a la anterior. Se inclino sobre la mesa y coloco la mano en torno a su boca: -- Escucha atento y no pierdas detalle -- repuso con voz grave --. Manana, emboscaras el carruaje en el que Elvira regresa a casa. Al anochecer. * Dona Elvira de Diego se enjuago el sudor de su frente con un suave panuelo de seda. Lo empapo tras restregarlo tambien por la cara y por el cuello hasta que la tela se torno translucida. Volvio a guardarselo en las profundidades de su generoso escote. Resoplo, maldiciendo para sus adentros el calor tan insoportable que hacia dentro del carruaje. No veia la hora de regresar a casa, asearse y meterse en la cama. Habia sido un dia agotador. La visita a su prima lejana, Angustias, no se desarrollo todo lo bien que esperaba. Angustias la recibio con animos destemplados pese a que fue ella quien insistio, misiva tras misiva, en que debian verse de inmediato. Ambas tenian la misma edad. Se habian criado juntas, casi como hermanas. Sin embargo, su relacion nunca fue buena. Llevaban cinco anos sin verse cuando a Angustias le entro apremio por citar a su prima en su lujosa mansion, ubicada a las afueras de Nueva Trada. En seguida Elvira comprendio que las prisas de Angustias obedecian a un unico proposito: el deseo de restregarle la felicidad que experimentaba por la cara. Contaba con un esposo carinoso y atento, cuatro hijos maravillosos que gozaban de buena salud, unas amistades solidas y unos excelentes contactos que la convertian en una de las damas mas populares de la ciudad. Por si esto fuera poco, acababa de adquirir una lujosa mansion equipada con los ultimos adelantos modernos de tres plantas y catorce habitaciones. Su afianzada posicion dentro de la alta sociedad nuevatradense era ya un hecho consolidado. Angustias recibio a Elvira en su salon de te. Proyectaba seguridad y confianza en si misma, nada que ver con esa chiquilla vacilante que diez anos atras era un alma en pena. Sus lamentos se debian a que ningun hombre la pretendia, ninguna propuesta de matrimonio llegaba. La envidia la corroia al ver como su prima Elvira se prometia con uno de los mejores partidos de la ciudad: Leopoldo de Diego. Habia llovido mucho desde entonces. Las tornas giraron tanto que se terminaron invirtiendo. La tirria de Angustias hacia su prima se habia transformado en una superficial lastima tenida de fingida compasion. Durante varias horas, frente a una taza de te que se habia quedado frio, Elvira tuvo que aguantar los comentarios hirientes y las sarcasticas burlas de su prima, que no paraba de jactarse de su larga racha de buena suerte. Era, precisamente, de lo que carecia Elvira en aquellos momentos, pero aguanto la tempestad con estoicismo y clase. Siempre con una sonrisa permanente en sus labios. Porque ante todo, si algo caracterizaba a dona Elvira de Diego era, precisamente, la clase que tenia. Y asi lo demostraba cada vez que tenia ocasion: llevaba el orgullo adherido a su persona como una suerte de segunda piel. Ni Angustias ni nadie la veria flaquear jamas, aunque Elvira sintiera que su vida se estaba desmoronando sin que pudiera hacer nada por evitarlo. El camino estaba plagado de baches. La senora De Diego se agarro con firmeza a su asiento y respiro agitadamente. Apoyo los pies con firmeza en el suelo para evitar caer hacia delante. El cochero restallo el latigo con el que azuzaba a los caballos. Debia darse prisa. Estaba a punto de anochecer y la oscuridad propiciaba que bandidos y pistoleros campasen a sus anchas por los desolados caminos, desamparados ante la ausencia de luz. Un repentino mareo invadio a Elvira. No solo lo causaba aquel maldito y accidentado viaje, sino el tercer trozo de pastel que habia engullido en casa de su prima Angustias. Demasiado dulce para pasar aquel amargo trago. No le habia caido bien en el estomago y ahora pagaba las consecuencias de su gula. Cerro los ojos y sintio la desagradable sensacion que acompana a una repentina arcada. Dio dos golpes secos en la pared del carruaje. El cochero no se detuvo. Lo intento otra vez, ya sin paciencia. Se hizo dano en los nudillos al aplicar en el proceso todas las fuerzas que le quedaban. Por fin, el vehiculo paro a un lado del camino. Elvira abrio la puerta y descendio apresurada. Su sudor era frio, lo percibio en cuanto se levanto una leve brisa. Con la mano izquierda se tapaba su boca. Con la derecha, se tocaba el vientre. Ese vientre que era yermo, esteril. Se acurruco tras un arbol, se agacho y vertio la merienda sobre unas hierbas procurando no hacer demasiado ruido mientras regurgitaba. Desde su posicion, el cochero seguro estaria escuchando los estertores que la garganta de Elvira emitia. Eran tan poco dignos de una distinguida dama que un repentino arranque de verguenza la invadio. Se le pusieron rojas las mejillas otorgando algo de color a su tez palida y empanada. Un pensamiento esperanzador broto de las profundidades de su mente. ?Y si estaba encinta? Desecho la idea de inmediato, torturandose por albergar ilusiones huecas. Era fisicamente imposible. Leopoldo llevaba sin yacer con ella meses. El fracaso de su matrimonio se comportaba como un viejo fantasma que de vez en cuando acudia a ella para atormentarla. Elvira se incorporo y, con el mismo panuelo que antes, limpio sus labios. Una solitaria lagrima salio despedida de uno de sus ojos azules. No se molesto en secarla. Achaco su presencia al hecho de que se encontraba mal del estomago, y no a la tristeza que se empenaba en invadirla. Apoyo su mano en el tronco del arbol que tenia al lado. Se sereno contemplando el horizonte anaranjado. Consiguio respirar con normalidad al fijar la vista en esos ultimos rayos de sol que se perdian lejanos, oblicuos, moribundos, a punto de ser tragados por la oscuridad. Sin previo aviso, un brazo le rodeo la cintura con fuerza. Una mano le tapo la boca. La punta de una daga rozo su yugular. Elvira se olvido de tomar aire. Estaba paralizada y no solo debido al miedo. Hacia mucho tiempo que no sentia el calor de otro cuerpo cera del suyo, el cuerpo de un hombre. Percibio un aroma varonil invadiendo sus fosas nasales que, en otras circunstancias, le hubiese suscitado cierto agrado. Sin embargo, en el contexto de un asalto esta informacion paso desapercibida y el terror se manifesto sin tapujos. Las rodillas le temblaron. La garganta se le cerro. Ni siquiera el grito que habia dejado a medias termino de salir. Aquel era su fin. El fin de Dona Elvira de Diego, ilustre senora de Nueva Trada. -- No se mueva o la matare -- susurro una voz ronca a su oido. El acento delataba que se trataba de un extranjero. Un proscrito, tal vez. Elvira descendio la mirada y, bajo la luz del crepusculo, estupefacta, descubrio que la mano que le tapaba la boca pertenecia a un hombre de piel oscura. Un mestizo, quiza algo peor. Se pregunto que querria aquel malnacido de ella. Dinero. Joyas. Un rescate. Deshonrarla, en el peor de los casos, mancillando su cuerpo sin remedio. Entonces su esposo la repudiaria para siempre y de manera definitiva. Aquel seria para Elvira un fin peor que la muerte. El corazon le latia tan rapido que creyo estar a punto de abandonar este mundo. Recupero su voz tan solo para emitir un leve quejido. Ni siquiera en esas circunstancias era capaz de imponerse, de luchar por su vida. Reprocho internamente su propia pasividad, su cobardia. Aquel fue el ultimo pensamiento racional que tuvo antes de desmayarse de puro espanto, de autentico pavor.

  • Felices para siempre (Encontrar la felicidad 1) de Eva Alexander

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    Ella es hermosa e inteligente. Y enamorada de el.
    El es guapo y rico. Y esperando el momento adecuado para hacer su movimiento.
    Su viaje hacia el feliz para siempre es duro. Ella tiene secretos (en realidad solo uno), el comete error tras error (muchos errores). ?Seran capaces de conquistar todo?

  • Mi estrella mi vecino de Olivia Chipres

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    Mi estrella, mi vecino #4
    El es Garrett Taylor, actor mas sexy del mundo, segun una revista, pero para su familia y amigos es Jason Morrison.
    Ella es Lynn Russell, una solterona, segun su familia. Lynn vuelve a su hogar, para las navidades en familia, como todos los anos.
    Jason vuelve a su casa, luego de varios anos sin ver a su familia. Eligio estas fechas por un presentimiento...
    El destino quiso que se volvieran a encontrar, viajando desde Las Vegas hasta St. George, Utah. Un viaje a su ciudad natal que lo cambiara todo.
    Hasta que aparecio Trevor y pone su mundo al reves.... ?querra ella tener algo con el? O ?seria Jason el indicado?
    Mientras que para Jason es un diamante en bruto, una vieja companera de estudios llamada Emily se empecina con quererlo todo de el.
    Conoce el desenlace de esta historia de amor cuando conozcas a sus protagonistas. Seguro pensaras que son el uno para el otro.

  • Regalame otro mundo, Mina Vera de Mina Vera

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    Es el ano 2998 y Galatea Biagioni tiene una nueva mision como Galaxia, campeona de la Agencia de Recuperaciones en el olvidado planeta llamado Nox. No esta aun curada de las lesiones sufridas tras su ultimo encargo, pero a una sola victoria de alcanzar los mil puntos en el ranking, sus jefes la apremian para que consiga un nuevo exito.

  • El misterio de la ultima botella de Alejandro Rocca

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    Me levante agitado en mitad de la noche, empapado en mi sudor. Tenia la boca seca y la lengua se me pegaba al paladar. Acababa de tener la pesadilla mas espantosa de toda mi vida. Voltee a verla y de inmediato me calme un poco. Ahi estaba ella, tan hermosa como siempre. Desde el primer momento que la vi me ha tenido bajo su hechizo. No se que haria sin ella. Especialmente despues de todo lo que paso. Mire el reloj, no eran ni las tres de la madrugada. Todavia estaba alterado por el sueno. Me sente en la cama y me quede viendo a la pared un buen rato, luchando por controlar mi respiracion. Baje a la cocina por un poco de agua. Caminar resultaba una tarea dificil. Estaba completamente extenuado sin entender por que. Al entrar a la cocina decidi que me hacia falta algo un poco mas fuerte que el agua. Abri una botella de buen vino y llene una copa hasta los bordes. La vacie rapidamente y repeti el procedimiento hasta que no quedo ni una gota. Me recoste en el sillon de la sala, ya comenzando a sentir los efectos del alcohol. El miedo y la inquietud dieron paso rapidamente al sopor y la calma. El vino en mis venas sirvio de anestesia para mi torturada mente. Mis pensamientos se alejaron de toda la miseria de los ultimos meses, aunque fuera por un momento. Mis ojos se acostumbraron rapidamente a la luz nocturna y comence a observar toda la sala con detenimiento. Los sillones ya estaban viejos y desgastados, hacia falta pintura en las paredes y en el techo, el librero de cedro se veia maltratado y desordenado, la alfombra tenia manchas en todas partes. ?Que manera de vivir era aquella? Habia que hacer algo con todo ese desastre. Ahora que ya estaba mejor era momento de atacar esos problemas. "Manana mismo empiezo." me dije a mi mismo A punto estaba de levantarme para volver a la cama, cuando me fije en el cuadro que teniamos encima de la chimenea. Era el retrato de un tio abuelo de mi madre. Estaba vestido con traje militar. Segun me habia contado mi madre, habia sido un buen oficial en el ejercito hasta la dictadura de Franco, cuando tuvo la mala ocurrencia de oponerse terminantemente a la ejecucion de tres inocentes y fue fusilado junto con ellos. Nunca me habia gustado particularmente, pero lo conservaba con mucho carino como un recuerdo de mi querida madre, que habia fallecido hacia un par de anos por culpa de una pulmonia que complico su leucemia. Al darmelo como regalo, me dijo que lo pusiera en un lugar importante en mi casa y que el espiritu de ese tio desconocido me cuidaria siempre. Una extrana historia para un extrano cuadro. Mi mujer nunca estuvo de acuerdo en colgar el cuadro de un perfecto desconocido arriba de la chimenea, pero finalmente accedio cuando la convenci de que complaceria a su suegra, con la que nunca tuvo muy buena relacion. Mi madre se habia portado de manera muy entrometida en nuestra relacion desde que eramos novios y las asperezas entre ella y mi querida Hilde fueron creciendo con el paso de los anos. Yo nunca supe que hacer al respecto, pues si bien le daba la razon a mi mujer, no queria encarar a mi madre, a quien nunca supe realmente hacerle frente. Esto continuo asi hasta una noche en la que invite a mis padres a cenar. Era invierno, cerca de Navidad. – !Nico, querido, que gusto verte! ?Como te ha ido? – me saludo mi madre llenandome de besos. – !Muy bien mama! !Muy bien! !A mi tambien me da gusto verte! – dije intentando liberarme. -Hola muchacho- me saludo friamente mi padre. -Hola padre. ?Como estas? Los saludos para Hilde eran completamente al reves. -Hola Hilde- la saludo mi madre haciendo una mueca parecida a una sonrisa. -Hola senora- contesto con un ademan similar. -!Hilde, nina de mi corazon! ?Como estas hoy, pequena? ?Te trata bien este zoquete que tengo por hijo? – la saludo efusivamente mi padre. -!Hola, senor! !Todo esta bien y su hijo me trata de maravilla! Que gusto que nos puedan acompanar. Pasen por favor. La cena esta lista. A pesar de que ninguna de las dos lo admitiria nunca, mi mujer intentaba impresionar a mi madre cada vez que venian a la casa y mi madre hacia lo mismo con ella cuando nosotros ibamos a visitarlos. Era una especie de competencia silenciosa. Esa noche Hilde habia preparado codornices tiernas en salsa cremosa de vino acompanadas de esparragos asados con mantequilla y un vino blanco que le sentaba de maravilla. Nos sentamos a cenar en silencio. Al inicio siempre era un poco incomodo. La tension que existia entre mi madre y mi mujer y entre mi padre y yo se dejaba sentir. Despues, como siempre, y despues de deshacerse en elogios para Hilde con uno o dos comentarios despectivos de mi madre al margen, mi padre comenzo a hablar de su negocio, de la economia y de la situacion politica en el mundo. Esos eran los unicos momentos en los que sentia que podia entenderme con el. Podiamos hablar por horas y horas acerca de lo que dijo aquel senador, o el problema del desempleo, o la nueva propuesta de ley, o el conflicto en Medio Oriente. Mi esposa y mi madre se sumaban ocasionalmente a la conversacion, pero en general se limitaban a observarnos calladas, divertidas con la situacion. Ellas tambien se amigaban un poco en esas ocasiones, pues compartian el sentimiento de admiracion y simpatia que les provocaba vernos discutir. Entonces sucedio; Mi madre tomo un bocado un poco demasiado grande de comida y un insospechado huesito se atoro en su garganta. Inmediatamente comenzo a carraspear y a toser ruidosamente, intentando expulsar el hueso con todas sus fuerzas. Rapidamente mi padre se puso a darle palmadas en la espalda, mas no parecia hacer otra cosa que anadir color a la escena. El panico me congelo por unos momentos, hasta que de pronto se vio reemplazado por una gran determinacion. -!A un lado, padre! – le ordene Me levante de golpe, tome por los brazos a mi madre y la tumbe lo mas delicadamente que pude en el piso, inmovilizando con mis piernas. Le abri la boca y sin pararme a pensarlo ni un segundo meti mi mano en su garganta en busca del hueso. Lo tome con todo el cuidado y rapidez de que fui capaz y se lo saque. -?Estas bien? – preguntamos todos al mismo tiempo -!Nina! !cof, cof! – grito, roja como tomate y sin parar de toser – !Casi me matas, mocosa inutil! !cof, cof! ?Por que no aprendes a cocinar? !Nina tonta! -!Mama!, ?que te pasa? – intente decir calmadamente -Claramente no fue su cul… -!Callate, vieja bruja! !No tienes ningun derecho a hablarme asi! !Siempre me has tratado con la punta del pie! !Ojala te hubieras ahogado! !Estupida! -!Querida, tranquila! -!Perra malparida! !Bruja! !Largo de mi casa! -!Hilde, basta! – dije tomandola por los hombros y llevandomela de ahi. -!Fuera! ?Me oiste? !Fuera! – siguio gritando mientras la sacaba del comedor a la cocina. -!Mi amor, para! !Para ya! – la abrace con fuerza, ahogando sus gritos en mi camisa. -!No fue mi culpa! – sollozo, y comenzo a llorar sobre mi. -Tranquila, linda, yo se que no. – la abrace mas fuerte -Mi mama tambien lo sabe. No queria decir lo que dijo y estoy seguro que tu tampoco. Fue la emocion del momento. Hablare con ella. Entro mi padre a la cocina, visiblemente alterado por todo lo que acababa de pasar. -Hilde, carino, ?Estas bien? – pregunto. No hubo respuesta. -Esta bien papa. Llevate a mama a casa. Yo hablare despues con las dos. -Bueno hijo, pues, gracias por la cena. Estuvo deliciosa.

  • Macho Alfa de Mariel Ruggieri

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  • La promesa de no olvidarte (Skye 2)-Yolanda Revuelta de

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    Connor, con ayuda de su endoscopio, escucho los lentos y fragiles latidos de su paciente. Su tez cetrina, su respiracion casi apagada, arritmica y debil dejaban claro su diagnostico: no le quedaba mucho tiempo de vida. El infarto que habia padecido tan solo unos dias atras, habia diezmado el organo vital y la muerte acechaba, estaba cada vez mas cerca. <>, penso mientras guardaba el endoscopio en su maletin de piel y luego arropaba a la enferma para que no se enfriase. Ellen Campbell se habia negado a ser ingresada en un hospital y su familia, a pesar de estar totalmente en desacuerdo, al igual que el, habian respetado su ultima decision. Uno debia elegir como vivir y como morir. Esa era una cuestion. La otra, pensando de forma egoista, era peor: ?Como se lo iba a decir a Kate? Debia ser sincero y obrar como medico de familia. Kate merecia saber la verdad, aunque le doliese. Se pregunto que diria Sloan al respecto, pero su amigo estaba lejos, demasiado lejos para comentarle algo asi. Ademas, estaba de lo mas ocupado viviendo su propia historia de amor con Madison. No, no podia empanar un momento asi. Sloan y Madison necesitaban su propio espacio de paz y tranquilidad, no tardarian en estar de vuelta, pero mientras tanto, el debia hacerse cargo de la situacion. Cerro el maletin y, antes de salir de la habitacion, su mirada recayo de nuevo en la moribunda. Ellen Campbell se moria, le quedaban pocas horas y nadie podia hacer nada para remediarlo. Algunos rezarian y otros llorarian, el penso que Kate seria de los ultimos y lo lamento, porque ella no necesitaba mas sobresaltos ni disgustos. Con cierto pesar dejo la habitacion, cerro la puerta tras de si, y se dispuso a buscar a Ian, el marido de la enferma, el era el primero al que debia comunicar lo que estaba a punto de suceder. *** El dia, como era de esperar, se torno gris y ventoso. El invierno parecia querer ganar su ultima batalla a una primavera que habia entrado casi a hurtadillas en la isla. El plomizo cielo auguraba lluvia y solo las plegarias del padre Mills parecian retrasar lo inevitable. El feretro ya descansaba en suelo santo. Ellen habia muerto serena, y al parecer, en paz consigo misma. --Yo soy la resurreccion, y la vida, dice el Senor: el que cree en mi, aunque este muerto, vivira; y todo aquel que vive, y cree en mi no morira eternamente... Las palabras del reverendo se escucharon entre un silencio doloroso y abrumador, solo roto por el rugido del mar. Connor levanto su mirada del suelo y sus ojos, casi sin pretenderlo, buscaron a Kate entre los asistentes. No habia sido facil notificarle la muerte de su madre, pero aun mas dificil habia sido no poder abrazarla y darle consuelo. Elliot y Matt se encontraban a su lado, cabizbajos y algo confusos por tantos cambios, por tanto dolor. Kate los protegia, dejando descansar el peso de sus manos abiertas sobre los respectivos hombros de sus hijos. <>, penso Connor. --De Jesucristo, nuestro unico Mediador y Abogado. Amen. Con las ultimas palabras del padre Mills se dio por concluido el acto religioso. El sacerdote se santiguo mientras las primeras gotas de lluvia comenzaban a hacer acto de presencia. Algunos de los presentes empezaron a desligarse del resto por varios puntos del cementerio; solo un gracil y profugo rayo de sol encontro un resquicio entre las densas y cenicientas nubes. Connor se percato del pequeno fenomeno y no pudo evitar decir en voz queda: --Hasta siempre, Ellen. En ese mismo instante, alguien tiro de su americana y Connor no tuvo mas remedio que prestar atencion al zarandeo de la tela. Sonrio al ver al hijo mayor de Kate, que estaba de pie a su lado. --?Que tal, Elliot? --le saludo. El nino se encogio de hombros y a continuacion, sus labios se levantaron mas por un lado que por otro de la boca. Connor, como respuesta, le revolvio el pelo con la mano. --?Podemos ir manana a tu casa? Hace mucho que no vamos --se quejo. Connor fruncio los labios. --?Tu madre esta conforme? --Supongo que si. --?Solo lo supones? Elliot lo miro con expresion compungida. --Hablare con tu madre, ?de acuerdo? El nino asintio despacio, no muy convencido. --Esta triste. Connor atrajo a Elliot hacia el. --Es logico. Todos lo estamos. --!Elliot, nos vamos! La voz de Kate se dejo oir por el silencioso cementerio. Tanto Connor como el nino miraron en direccion a ella. Estaba preciosa, a pesar de que sus ojos estaban irritados e hinchados por las lagrimas. Vestia de negro riguroso y Connor penso que su aspecto parecia mas endeble que la ultima vez que se habian visto. Kate hizo un ademan con la mano. A su lado se encontraban su padre, su hermana Rosemary y Matt que lo observaba con los ojos muy abiertos, como si deseara que la incursion de su hermano hubiese sido todo un exito. --Debes obedecer a tu madre, ve con ella. --Pero...--comenzo a protestar el nino. --No la hagas enfadar --le aconsejo. Elliot, cabizbajo y arrastrando los pies, se alejo muy a su pesar de Connor. El nino anduvo un par de pasos y, sin previo aviso, le dio una patada a una piedra con la punta de su zapato. Por el movimiento parabolico que alcanzo el guijarro, Connor supo que la frustracion de Elliot era considerable. Matt debio imaginarse el resultado de la conversacion porque en ese mismo instante, su mirada se perdio en el suelo. El lo vio marchar y su corazon se agrieto un poco mas. Deberia haber mantenido las distancias, se lo habia reprochado miles de veces a lo largo de estos ultimos dias, por nada del mundo deberia haber besado a Kate aquella tarde, en su casa, pero ya era tarde para las lamentaciones. El dano estaba hecho y las consecuencias de su error, las estaban pagando tambien los ninos. Algo imperdonable por su parte. Los vio marchar y tuvo que hacer un esfuerzo para no echar a correr tras ellos. Debia ser sincero consigo mismo y aceptar las consecuencias: Lo habia intentado y habia perdido. CAPITULO 2 --Muchacho, tienes peor aspecto que yo, y eso ya es decir. Connor ignoro el comentario y se centro en escuchar el potente latido de Graham a traves del endoscopio. --Tu corazon es como un roble, fuerte y potente. Graham sonrio de oreja a oreja. --Los escoceses morimos en el campo de batalla, no en la cama. Connor sonrio, pero no comento nada al respecto, rodeo al paciente y coloco de nuevo el endoscopio en la espalda, a la altura de donde se encontraban los pulmones. --Haz una respiracion profunda. Graham obedecio. --Otra. --?Todo bien? --pregunto Graham una vez expulsado el aire. --Perfecto. No queda rastro de esa tos que te ha dado tanto la lata. Graham se levanto de la camilla y se dispuso a ponerse la camisa. --No se que habria hecho sin ti. --Hubieses buscado otro medico--comento sin mas a la vez que se alejaba de su paciente. Los labios de Graham se curvaron ligeramente. --Tu eres el mejor medico que conozco. Esta vez fue el turno de Connor en sonreir. --Te agradezco la confianza, pero tu no conoces a demasiados medicos para afirmar algo asi. Tienes una salud de hierro. El orgullo se reflejo en los ojos de Graham. --Ha sido un exceso de trabajo, el cansancio y el no poder dormir --comento abrochandose la camisa--. Si no llega a ser por ti y por Kate, hubiese desfallecido sobre la barra. --Y Alison --afirmo Connor.

  • Sangre y corazon de Alexandra Roma

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    Juliana Stiel representa la perfeccion de la Alemania nazi. Delicada, obediente y bonita. Ishmael es el judio roto en mil pedazos abandonados en recuerdos impregnados de violencia, dolor y perdida.

  • Deja que ocurra (Completa) de Alice Kellen

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    Todo puede cambiar en un instante.>> Habia escuchado esa frase muchas veces a lo largo de mi vida, pero nunca me habia parado a masticarla, a saborear el significado que esas palabras pueden dejar en la lengua cuando las desmenuzas y las sientes como propias. Esa sensacion amarga que acompana a todos los <> que se desperezan cuando ocurre algo malo y te preguntas si podrias haberlo evitado, porque la diferencia entre pasar de tenerlo todo a no tener nada a veces es tan solo de un segundo. Solo uno. Como entonces, cuando ese coche invadio el carril contrario. O como ahora, cuando el decidio que no tenia nada por lo que luchar y los trazos negros y grises terminaron por volver a engullir el color que unos meses antes flotaba a mi alrededor... Porque, en ese segundo, el giro a la derecha. Yo quise seguirlo, pero tropece con una barrera. Y supe que solo podia avanzar hacia la izquierda. ENERO (VERANO) 1 AXEL Estaba tumbado encima de la tabla de surf mientras el mar se mecia con suavidad a mi alrededor. Aquel dia el agua cristalina parecia contenida dentro de una piscina infinita; no habia olas, ni viento ni ruido. Podia oir mi propia respiracion calmada y el chapoteo cada vez que hundia los brazos, hasta que deje de hacerlo y tan solo permaneci alli, sin moverme, con la mirada clavada en el horizonte. Podria decir que estaba esperando a que el tiempo cambiase para poder pillar una buena ola, pero sabia perfectamente que ese dia no habria ninguna. O que pasaba el rato, algo que hacia a menudo. Pero recuerdo que lo que de verdad estaba haciendo era pensar. Si, pensar en mi vida, en que tenia la sensacion de haber alcanzado todas las metas y de haber ido cumpliendo un sueno tras otro. <>, me dije. Y creo que fue el tono que resono en mi cabeza, esa leve interrogacion, lo que de repente me hizo fruncir el ceno, sin apartar la vista de la superficie ondulante. <>, cuestione. No me gusto esa duda que parecio agitarse en mi cabeza, viva y reclamando mi atencion. Cerre los ojos antes de zambullirme en el mar. Despues, con la tabla de surf cargada bajo el brazo, regrese a casa caminando descalzo por la arena de la playa y el sendero plagado de malas hierbas. Abri la puerta de un empujon, porque siempre estaba atascada por culpa de la humedad, deje la tabla en la terraza trasera y entre. Coloque una toalla doblada encima de la silla y no me vesti para sentarme delante de mi escritorio, que ocupaba todo un lado del salon y era caotico. Al menos, para cualquier persona cuerda. Para mi, era el orden en su maxima expresion. Papeles repletos de notas, otros con pruebas descartadas y el resto con trazos sin sentido. A la derecha, tenia un espacio mas despejado, con boligrafos, lapices, pinturas; encima, un calendario con varios tachones en el que marcaba los plazos de entrega y, al otro lado, mi ordenador. Repase el trabajo acumulado y conteste un par de correos antes de decidir continuar con el proyecto que tenia entre manos, un folleto turistico de Gold Coast. Era basico, con una ilustracion de una playa y olas de lineas curvas bajo las que surfeaban algunas sombras con poco detalle. Justo el tipo de encargo que mas disfrutaba: sencillo, rapido de hacer y bien pagado y explicado. Nada de <> o <>, sino un simple <>. Pasado un rato, me prepare un sandwich con los pocos ingredientes que quedaban en la nevera y me servi el segundo cafe del dia, sin azucar y frio. Estaba a punto de llevarme la taza a los labios cuando llamaron a la puerta. No era muy dado a recibir visitas inesperadas, asi que deje el cafe sobre la encimera de la cocina con el ceno fruncido. Puede que, si en ese momento hubiese sabido todo lo que arrastrarian ese par de golpes, me hubiese negado a abrir. ?A quien quiero enganar? Jamas podria haberle dado la espalda. Y habria ocurrido, de todos modos. Antes. Despues. ?Que mas da? Tenia la sensacion de que, desde el principio, fue como jugar a la ruleta rusa con todas las balas cargadas; estaba destinado a que alguna me atravesase el corazon. Todavia sostenia el marco de la puerta en la mano cuando supe que aquello no era una visita de cortesia. Me aparte para dejar que Oliver, taciturno y serio, entrase en casa. Lo segui a la cocina preguntandole que habia ocurrido. El ignoro el cafe y abrio el armario alto en el que guardaba las bebidas para coger una botella de brandy. --No esta mal para ser un martes por la manana --dije. --Tengo un jodido problema. Espere sin decir nada, aun vestido solo con el banador que me habia puesto al despertar. Oliver llevaba pantalon largo y una camisa blanca metida por dentro; el tipo de ropa que juro que jamas se pondria. --No se que voy a hacer, no dejo de pensar alternativas, pero las he agotado todas y creo..., creo que te voy a necesitar. Eso capto mi atencion; principalmente porque Oliver nunca pedia favores, ni siquiera a mi, que era su mejor amigo desde antes de que aprendiese a andar en bicicleta. No lo hizo cuando vivio el peor momento de su vida y rechazo casi toda la ayuda que le ofreci, no se si por orgullo, porque pensaba que era una molestia o porque queria demostrarse a si mismo que podia hacerse cargo de la situacion, por dificil que fuese. Quiza por eso, no titubee: --Sabes que hare cualquier cosa que necesites. Oliver se termino de un trago la bebida, dejo el vaso dentro del fregadero y se quedo ahi, con las manos apoyadas a ambos lados. --Me han destinado a Sidney. Es algo temporal. --?Que cojones...? --abri los ojos. --Tres semanas al mes durante un ano. Quieren que me encargue de supervisar la nueva sucursal que van a abrir y que vuelva cuando todo se estabilice. Me gustaria poder rechazar la oferta, pero, joder, me doblan el sueldo, Axel. Y ahora lo necesito. Por ella. Por todo. Lo vi pasarse una mano por el pelo, nervioso. --Un ano no es tanto tiempo... --dije. --No puedo llevarmela. No puedo. --?Que significa eso? No nos enganemos, conocia muy bien las implicaciones que escondia aquel <> y se me seco la boca en respuesta porque sabia que no podia negarme, no cuando ellos eran dos de las personas que mas queria en el mundo. Mi familia. No la que te toca, de esa iba bien servido, sino la que eliges. --Se que lo que te estoy pidiendo es un sacrificio para ti. --Si que lo era--. Pero es la unica solucion. No puedo llevarmela a Sidney ahora que ya ha empezado el curso, despues de que perdiese el anterior, no puedo arrancarla en este momento de todo lo que conoce, vosotros sois lo unico que nos queda, y serian demasiados cambios. Dejarla sola tampoco es una opcion; tiene ansiedad y pesadillas, y no esta..., no esta bien; necesito que Leah vuelva a <> antes de que se vaya a la universidad este proximo ano.Me frote la nuca mientras imitaba los movimientos que Oliver habia hecho minutos antes y abria el armario para sacar la botella de brandy. El trago me calento la garganta. --?Cuando te marchas? --pregunte. --En un par de semanas. --La hostia, Oliver. 2 AXEL Acababa de cumplir siete anos cuando a mi padre lo despidieron del trabajo y nos mudamos a una ciudad bohemia llamada Byron Bay. Hasta entonces, siempre habiamos vivido en Melbourne, en el tercer piso de un bloque de edificios. Cuando llegamos a nuestro nuevo hogar, tuve la sensacion de que era como estar permanentemente de vacaciones. En Byron Bay no era extrano ver a gente caminando descalza por las calles o el supermercado; se respiraba un ambiente relajado, casi sin horarios, y creo que me enamore de cada uno de sus rincones antes incluso de abrir la puerta del coche y golpear con ella al nino con cara de malas pulgas que, a partir de entonces, iba a convertirse en mi vecino. Oliver llevaba el pelo despeinado, la ropa holgada y parecia un salvaje. Georgia, mi madre, solia relatar ese momento con frecuencia, en las reuniones familiares, cuando se tomaba una copa de vino de mas, diciendo que estuvo a punto de cogerlo y arrastrarlo a nuestra nueva casa para darle un bano de espuma. Por suerte, los Jones salieron justo cuando ella ya estaba sujetandolo por la manga de la camiseta. Lo solto en cuanto comprendio que tenia enfrente la raiz del problema. El senor Jones, sonriente y con un poncho manchado de pintura de colores, le tendio una mano. Y la senora Jones la abrazo, dejandola congelada en el sitio. Mi padre, mi hermano y yo nos reimos al ver la estupefaccion que cruzaba su rostro. --Imagino que sois los nuevos vecinos --dijo la madre de Oliver. --Si, acabamos de llegar --mi padre se presento. La charla se alargo unos minutos mas, pero Oliver no parecia demasiado interesado en darnos la bienvenida, asi que, con cara de aburrido, vi como se sacaba del bolsillo un tirachinas y una piedra, y apuntaba con el a mi hermano Justin. Acerto a la primera. Yo sonrei, porque supe que ibamos a llevarnos muy bien.

  • Y te iras de aqui de Lorenzo Silva , Patricia Kal

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    Y te iras de aqui es una historia de amor, es decir, politica.

  • Invierno en Madrid de C. J. Sansom

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    Inolvidable, irresistible e imprescindible, Invierno en Madrid es una novela de amor y espionaje que trata sobre la dificultad de elegir bien en un momento marcado por la guerra.

  • La Chica de la ira y otros relatos de Sonia Molinero Martin

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    <>, penso. Y dio un trago tan largo que casi se ahoga. Todas las mananas lo mismo, el mismo proceso antes de salir de casa. Ducharse, vestirse, comer algo rapido, con desgana, coger sus cosas y antes de cruzar el umbral de la puerta, dar un buen trago de cualquiera de sus licores salvavidas. Estaba enfermo y en el mas recondito hueco de su miserable ser, lo sabia. Era un conocimiento antiguo, desgastado, sin ningun interes para el en la actualidad. Cuando llegaba a sentirlo, a sentirlo con profunda honestidad, sonreia cansado y convencido de que si lo intentaba de nuevo, volveria a fallar. Habian pasado ya tres anos desde su recaida y no habia noche que no lo pensara. Pero estaba harto de si mismo, de repetirse la misma historia una y otra vez, a cada vuelta en la cama, a cada pesadilla que le dejaba sudoroso y extasiado antes del amanecer. <> Y esos puntos suspensivos, le mantenian convencido de que efectivamente llegaria un dia en que tuviera los suficientes cojones como para beberse el miedo y pasar pagina. Casi todo el mundo tiene en la cabeza que lo normal es que un alcoholico tenga una vida precaria, dura, dificil y poco llevadera. Que viva en soledad, con problemas economicos o con la familia. Pero la realidad no es esa. Un hombre como Santiago lo tiene todo. Tiene fama, tiene una gran carrera, tiene una bella mujer e hijos, una gran casa y un coche a la altura de las circunstancias. Y por encima de todo tiene algo que le une a cualquier otra persona con su mismo problema. Tiene miedo. --!Marina! Soy yo. Ve preparando la documentacion para la reunion como te explique ayer. Avisa a los japoneses, ya estoy llegando --montado en su coche vuelve a dar un trago a la pequena petaca que lleva en uno de sus maletines. Despues, y como siempre, la pastilla que su buen amigo el Dr. Aguado le receto para el mal aliento. Aquella manana lluviosa no iba a ser menos, tenia que estar a tope para ofrecer su mejor version en la sala 36, repleta de desconocidos. Ya en la oficina, el cafe que Marina posaba en sus manos con avidez, completaria el ritual antes de la reunion. Fue un exito rotundo, salio a medio dia de alli con los bolsillos mas llenos que nunca y con una sed primitiva que sabia que le iba a costar calmar. Lucia un sol esplendoroso. Todos estaban esperandolo en la azotea del hotel para celebrarlo como merecia la ocasion. Incluso su mujer se acerco por alli con un par de amigas y companeras del despacho. Vino, cava, champan, whisky, ron, ginebra, de todo de la mejor calidad, para acompanar mariscos, pescados y suculentos caprichos carnivoros que les llevarian de la mano, mas que satisfechos, hasta bien entrada la madrugada. Eran unas cincuenta personas bailando sobre un emblematico edificio de una ciudad que no podia dormir. Y entre todas ellas, una, queria beberse todo lo que estaba a la vista. Queria olvidar quien era, seducir a la muerte, tentar a su buena suerte y abandonarse a esa sensacion de plenitud sin limites. Aunque sabia que aquello duraria poco, en unas horas viviria sin remedio la caida mas mortal, su temida cuesta abajo. Y eso es justo lo que paso. El hoyo era cada vez mas profundo y lo veia venir antes. Ya no le era suficiente con firmar un contrato millonario de una punta a otra del mundo, o tener una intensa vida social. Tampoco la sensacion ocasional, casi forzada, de vivir completo, de tenerlo todo por tener amor. ?Tenia de verdad amor? ?Por que el no sentia eso? ?Por que no le servia de consuelo en momentos asi? Ahora solo queria dormir sobre una cama que no fuera la suya, con otro <> que no le representara a el y que al mirarse en el espejo tras vomitar, no le sonriera amargamente desde el otro lado para darle las buenas noches y gritarle en toda la cara un: <>. Amanecio solo en una cama desconocida. Recogio sus cosas de inmediato y se dio a la fuga lo mas rapido que le permitio su resaca. Lo unico que tenia claro es que era sabado y que no tenia que ir a la oficina. Bien, eso era suficiente para empezar. Poco a poco, las lagunas en las que nadaba profundamente a medida que conducia por la autovia, se iban calmando. Una sonrisa borrosa aqui y cuatro palabras alla, unas llaves en la mano, un mensaje antes de cerrar los ojos, iban apareciendo en su cabeza situandole en lo que fue el final de una noche para olvidar. Todo el mundo estaria saboreando el exito de aquella operacion redonda, pero el no. Quizas tuvieran un ligero dolor de cabeza por haber tomado alguna copilla de mas, el queria morirse. De nuevo, se sentia hundido y avergonzado. Miro su telefono con miedo, pero antes de abrir el mensaje de su mujer, un trago. Cuando sostuvo la petaca en la mano se miro en el espejo retrovisor, pero no vio a nadie. Contuvo la respiracion por unos instantes y entrando en panico, echo la cabeza hacia atras para sentir bien como bajaba el nudo de la garganta, empujado por el magico elixir de su pequena botella. Pero aquella vez, no bajo. Todo salio disparado por la ventanilla abierta y le dejo atemorizado. Paro el coche en el arcen en cuanto pudo y se puso a llorar. Habia pasado resacas peores que aquella pero era la primera vez que un trago se le resistia. ?Habria llegado el momento? ?La vida le habia sentenciado con un <> alto y claro? Eso parecia. Volvio al movil, con los ojos furiosos envueltos en lagrimas. Su mujer le habia dejado un mensaje que apenas podia leer y decidio cerrarlos por unos momentos. Imagino lo que ponia y lloro con mas potencia; creyo que seria el punto y final de una vida llena de lujos y desfases por su parte, de un sube y baja continuo que le llevaba inconsciente por una vida familiar por la que pasaba siempre de puntillas. Las lagrimas ahora eran un torrente incontrolable, salvaje, que se deslizaba por su cuello y le empapaban la camisa pringada de borracho trasnochado que aun llevaba puesta. Se habia levantado vestido, eso lo recordaba claramente. Arranco el coche con furia y decidio parar en la primera gasolinera que encontrara. Un senor altisimo y peludo le saludo desde el surtidor de al lado. No tenia ni la mas remota idea de quien era. No le devolvio el gesto, se giro extranado hacia el coche que habia dejado mal aparcado encima de un bordillo mordisqueado. Saco de atras su maleta de viaje y la arrastro lentamente hasta llegar a un antiguo restaurante que estaba a escasos metros, asi podria descansar, comer algo y tomar un cafe. Pidio y sin esperar se fue directo al bano. Alli paso lo que imaginaba, al volver a verse frente a un espejo rompio a llorar de nuevo. Abrio el grifo y empezo a lavarse, cambiarse y a intentar mantener la compostura para ir a desayunar. --Buenos dias --Una voz masculina lo inundo todo. Pero Santiago no vio a nadie y se quedo desconcertado--. Estoy aqui, tras la puerta numero 3. --Hola, ?por que me hablas? ?Que quieres? --Ahora mismo nada, en su dia te hubiera dicho que lo mismo que todo el mundo, encontrar la paz.--Y tanto, como lo sabes... --Ahi me he encontrado yo muchas veces, mas de las que recuerdo… Y se que para que una persona entre a un aseo de una gasolinera perdida de la mano de Dios y rompa a llorar asi, la cosa es grave. --?La encontraste? --Digamos que ya se donde buscarla. --Esperanzador, pero demasiado utopico para mi en este momento. --Es normal y natural. Las dudas, digo. Aquella extrana conversacion le estaba haciendo incorporarse un poco mas, dejar esa postura de animal desvalido y mirarse de nuevo al espejo sin tanto odio, mientras se intentaba peinar con los dedos aun mojados. Su respiracion empezo a ser mas calmada y ya no se entrecortaba. --Escuchame --continuo la voz-- me he sentido tan identificado contigo al notar que llorabas, que pese a estar sentado detras de esta puerta, he tenido que hablarte. No eres ese que ves en el espejo, amigo, ni siquiera eres ese que crees ser, o mejor dicho, que imaginas que eres constantemente. Tampoco eres esa voz que te habla, que esta siempre en tu cabeza dando por saco en el peor de los momentos, que crees que te incita a hacer las cosas que haces y que no te gustan, y por las que te sientes tan culpable... Tu no eres todo eso, eres algo mas. La puerta de entrada al bano golpeo con fuerza en la pared despues de que entrara el senor alto del surtidor de al lado. --Caray, que fuerte me he levantado hoy. Habria que poner un tope por detras de esta puerta, !hola de nuevo! --Hola, que hay --continuo acicalandose frente al espejo mientras iba guardando sus cosas en la bolsa de aseo. --!Santi! ?Verdad? Estas igual, macho. ?No te acuerdas de mi? Soy Fernan, el de la clase de tercero A, viajamos juntos a Italia cuando estudiabamos. --Perdona, no te recuerdo --y penso a mil por hora <>. Aun asi, cuando el otro se le acerco para darle la mano, sintio verguenza, como si aquel pensamiento lo hubiera compartido en voz alta. --Bueno, ?y que tal? A juzgar por el cochazo que has aparcado ahi afuera, eres un tio con suerte. La gente como tu ya destaca desde muy joven, se veia venir que ibas a tener exito en la vida, !me alegro hombre! Santi no reaccionaba, se habia quedado mudo. --Seguro que tienes una preciosa familia, ya he visto las sillas de los ninos en la parte trasera... yo estoy solo, pero estoy bien, ahora me voy a hacer un viaje por Asia en cuanto coja las vacaciones. --Paro de hablar solo para coger aire--. Despues probablemente pueda conocer varios paises porque me debian dias del ano pasado en la empresa, !y los pienso aprovechar todos juntos!. Soy un apasionado de la comida y me voy a comer el mundo ?lo pillas? --y se rio aparatosamente dando una sonora palmada en su espalda. Santiago no sabia donde esconderse. Miraba por el espejo con ansiedad, a ver si detras de el aparecia aquel hombre con el que estaba hablando justo cuando entro el parlanchin de Fernan, pero de alli no salia nadie. Con un poco de suerte, si aguantaba un poco mas asintiendo sin parar en aquel monologo, apareceria su salvador al rescate. Pero nada, silencio absoluto tras la puerta numero 3. Espero un par de minutos por si acaso y reacciono tajantemente. --Lo siento, tengo que irme. El cafe se me habra quedado helado y ademas, tengo un poco de prisa. Que tengas buen viaje Fernan. --!Vale Santi! !Encantado de verte hombre! Justo antes de salir de alli, no pudo evitar girarse para al menos ver los zapatos de aquel hombre tras la puerta, pero no lo consiguio. Fue un poco extrano, parecia que no hubiera nadie. La camarera le miro con cara de no entender a que se debia tanta tardanza, Santi la sonrio amargamente y le puso el dinero en la barra para zanjar otra posible conversacion cuanto antes. Estaba mareado. Se dejo caer sobre la silla y apoyo los codos en la mesa llevandose las manos a los ojos para restregarselos varias veces. Vio salir a Fernan y espero que tras el, apareciera el otro hombre. Pero eso no ocurrio. No podia creer que aquella conversacion no hubiera tenido lugar en el bano, estaba seguro de que habia sido real. Pero pasaban los minutos y nadie salia. De repente, una mano en el hombro le sobresalto y le hizo dar un pequeno respingo en la silla. --!Increible! !Que casualidad! ?Pero donde os habeis metido que os estamos llamando todo el dia Santi? --Sus suegros estaban alli de pie, mirandolo con un entusiasmo imposible de disimular --. Mi hija nos han contado lo de la firma, vamos a pasar el fin de semana con vuestros vecinos ?no te lo ha dicho Anita? Nos vamos a ese pueblo tan ideal… ?como se llamaba?, bueno da igual. La cuestion es que de paso queriamos ver a los ninos, les traemos unos regalitos de Grecia. <>, penso. <> No habia contestado a Ana... Ni tampoco a la multitud de mensajes y llamadas perdidas que seguro tendria. Desactivo el modo silencio. Sus suegros ya se habian acomodado en la mesa y el no atinaba a encontrar las palabras exactas, aquellas que no comprometieran su alarmante estado. Pero no hizo falta, la vida tiene una curiosa forma de encajar las piezas. La abuela sonreia al yerno con condescendencia, comprendiendo que quizas la noche se hubiera descontrolado un poco tras la fiesta. Se la veia orgullosa, le guino un ojo y le resto importancia a lo extrano de aquella situacion. Comieron y bebieron en silencio, pero en paz. Sono su telefono y reacciono con inquietud. Santiago temblaba mientras se lo acercaba a la oreja, su mujer estaba al otro lado. De repente, recordo las palabras de aquel desconocido del bano, <> y se dejo llevar por ese pensamiento tranquilizador. --Carino ?estas bien? --Aquella pregunta le sorprendio, esperaba mas hostilidad. --Regular, ?y tu? --!Bien! Estoy recogiendo a los ninos ahora mismo, ya estamos montados en el coche direccion a casa. El no pudo contestar... --Santi, ?no recuerdas nada verdad?

  • El senor del Ocaso de Rotze Mardini

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    Kaila Evans, una exagente del servicio de inteligencia recibira una propuesta para resolver un caso escalofriante y poder dar con el paradero de un psicopata que esta aterrorizando a las jovencitas de un poblado en la Amazonia peruana, la detective se embarcara rumbo al lugar de los horrendos crimenes donde conocera a un hombre que le sacara de sus casillas.

  • Simone de Eduardo Lalo

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    Un escritor vaga en solitario por la ciudad de San Juan, se sienta en un cafe o lee un libro, rodeado de pedazos de cosas con que poblar las horas, relatando lo que pasa sin que nada pase. Habitante de una isla olvidada, reino de lo invisible, el escritor anota en su cuaderno, en breves fragmentos, el fragil contenido de sus dias de supervivencia, dando el pulso de una cronica urbana.

  • Un cafe no se le niega a nadie, Victoria Aihar de Victoria Aihar

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    Indira es una contable de treinta anos que arrastra una importante lista de fracasos amorosos. Es una mujer correcta, segura e independiente; pero en lo que al amor se refiere, se muestra muy insegura.

  • El infierno en tus ojos de Patricia A. Miller

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    Aires de cambio revolucionan la redaccion de la revista World Now, en Seattle. Faith Holland, que se ha acomodado en la seccion de moda y belleza, se encuentra de pronto en una encrucijada laboral: o vuelve a hacer de corresponsal, y en Africa, nada menos, o se queda en la calle.

  • Atrapados de Harlan Coben

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    Haley McWaid es la hija adolescente de la que cualquier padre sesentiria orgulloso: una chica responsable, una estudiante aplicada ybuena deportista. Por eso, cuando una manana su madre descubre consorpresa que no ha dormido en casa, la primera reaccion es de extraneza y la segunda de panico. El paso del tiempo provoca que la familia se tema lo peor.
    Casos como el de Haley llaman la atencion de la periodista Wendy Tynes, que trabaja en un programa de television centrado en localizar por internet a pedofilos, enganarlos y atraparlos con las manos en la masa.El proximo objetivo de Wendy es Dan Mercer, un trabajador social queayuda a adolescentes con problemas. La rapida emision del programa que acusa a Dan de pedofilo arruina su vida, a pesar de que el proclama desde un principio su inocencia. Pero tal vez en esta ocasion Wendy se haya precipitado a la hora de actuar, porque los indicios que apuntan a la culpabilidad de Dan son realmente debiles.

  • Cargaras con la culpa de Olle Lonnaeus

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    Konrad Jonsson es el principal sospechoso del asesinato de sus padres adoptivos. La busqueda de la verdad le obligara a enfrentarse a un tormentoso pasado.

  • El laberinto del fuego eterno (Furyborn 2) de Claire Legrand

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    Tras el impactante final de Furyborn 1: El origen de las dos reinas, llega la segunda parte de esta imponente saga para saciar el apetito de los lectores avidos de mas. Furyborn 2: El laberinto del fuego eterno desvela algunos de los secretos planteados en el libro anterior, y abre nuevas incognitas sorprendentes.

  • El Profesor: Relatos eroticos de un profesor de Jesse Day , Kris Buendia

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    ?Sabes lo que es tener una doble vida?
    Yo soy Thomas Blake y sere tu profesor de historia. NO PREGUNTES POR MIS HABITOS SEXUALES..O TE PUEDO ASUSTAR, pero si insistes, tienes que ser mi alumna… ven, te sentaras frente a mi, con tu libreta lista en una hoja en blanco, la pluma en la comisura de tu boca y las piernas bien abiertas… ?Estas lista?

  • Segundas Oportunidades de Carol Martin

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    “No se si puedo ser hombre de una sola mujer”. Esa frase me atormentaba dia y noche. Nunca pense que mi prometido pudiera decirme eso a poco tiempo de nuestra boda.
    Estuve a punto de hundirme. El que fue mi mejor amigo no me dejo y gracias a el sali adelante.
    La imagen de Jorge no se me iba de la mente y mi relacion con Marco se convirtio en fisica.
    Tenia que decidir que hacer, seguir con el hombre que me queria como sumisa o intentarlo con quien me hacia sentir una verdadera mujer.

  • Trebol de cuatro hojas (Coraje 3) de Kris L. Jordan

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    Un nuevo caso trae en jaque al departamento de policia de Tribeca.

  • La balada del nino que queria un abrazo de Baptiste Beaulieu

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  • Vacaciones en el infierno de Catherine Rosell

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    Evan, un policia experimentado, despierta de un terrible sueno solo para enterarse del regreso de su Nemesis.
    El Agape, un despiadado asesino que reaparece 20 anos despues, complicara aun mas su vida.
    La oscuridad aparecio de nuevo en las calles de Ravenville y la lucha sera dura para todos.

  • Diario de una sirena (Ariel I) de Rachel Bels

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    Espera un momento! ?Princesa? ?Valiente? ?Acaso es un chiste? Si lo es, reconozco que tiene gracia, porque ni soy princesa, ni mucho menos valiente. Aclarado este punto, ya me puedo presentar. Me llamo Ariel, tengo veintiocho anos y vivo en Tenerife; aunque en realidad soy de Fuerteventura, donde me crio mi madre sola y lo mejor que pudo, teniendo en cuenta que mi padre estaba mas bien ausente.

  • Por mucho que pase el tiempo de Priscila Serrano

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    La vida puede cambiar en un segundo. Puedes decir “nos vemos manana” y no estar al siguiente dia. Ni siquiera pudieron despedirse, ocurrio tan rapido…
    La de Elsa cambio y ese hueco que creia vacio, se lleno de un amor del que no podria escapar por mucho que se negara. Y se enamoro, lo hizo de la persona que menos pensaba y de la que no puede sentir nada mas que un simple carino.
    Pero, ?que pasa si el siente exactamente lo mismo que ella? ?Que pasa cuando sus corazones comienzan a latir con tanta fuerza que incluso podrian lastimar a otros?
    Dicen que su amor es prohibido. Dicen que es mejor separarlos. Dicen, dicen. Todos hablan, todos opinan. Pero ningun amor, cuando es real, debe ser negado y destruido.