K A Mckeagney - TODOS SUS LIBROS
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Cuentos para (no tan) ninos de Victor Mengual Jimenez
https://gigalibros.com/cuentos-para-no-tan-ninos.htmlLos Cuentos Para (No Tan) Ninos son un centenar de historias especialmente de amor y desamor que podias haber firmado tu o tu mejor amigo. Tu madre, tu hermano, la vecina del atico. Todos lo hemos vivido. Y como todos los cuentos, tienen su parte de fantasia, y tambien la parte en la que te podras ver identifi cado o identificada. Preparate para sonreir y para llorar. Preparate para recordar historias que no habias vivido.
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Prestame a tu novio (Prestame 1) de Iris Boo
https://gigalibros.com/prestame-a-tu-novio-prestame-1.htmlNo puede salir nada bueno de que tu amiga te pida prestado a tu novio, y eso Maria lo va a descubrir de la peor manera posible.
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Tus pasos en la escalera de Antonio Munoz Molina
https://gigalibros.com/tus-pasos-en-la-escalera.htmlUn hombre anticipa con ilusion el momento de reunirse con su esposa mientras ultima los preparativos de su nuevo hogar en Lisboa. Atras queda una etapa de sus vidas en Nueva York marcada por el indeleble recuerdo del 11-S. El se adelanta con la mudanza mientras Cecilia organiza el traslado de su proyecto cientifico sobre los mecanismos neuronales que rigen la memoria y el miedo.
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BRUJAS II (TESSA) de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/brujas-ii-tessa.htmlSegunda parte de la historia BRUJAS, donde se continua con la historia de Tessa, la hermana gemela de la Sacerdotisa.
Desesperada porque Bob no le hace caso, inconscientemente realiza un conjuro para apartarlo de su mente para siempre, provocando una serie de reacciones que ella no se esperaba. -
La casa de hojas de Mark Z. Danielewski
https://gigalibros.com/la-casa-de-hojas.htmlWill Navidson, un famoso fotoperiodista premiado con el Pulitzer, se traslada con su familia a una casa en el entorno rural de Virginia en un intento de salvar su matrimonio, seriamente perjudicado por sus viajes continuos y su adiccion al trabajo. Ademas de Navidson, la familia esta compuesta por la hermosa ex-modelo Karen Green y los dos hijos pequenos de ambos. Muy pronto, Will descubre que la casa presenta una anomalia arquitectonica singular: su espacio interior es ligeramente mas grande que el que deberia ocupar segun sus dimensiones exteriores. Este es el arranque de El expediente Navidson, un fascinante documento que narra los sucesos acaecidos en la casa de Ash Tree Lane, es decir La casa de hojas. Will Navidson tratara de averiguar que secreto esconde La casa de hojas, al mismo tiempo que procurara poner a salvo a su familia. Un viaje para el que recabara la ayuda de todos los medios a su alcance, incluida la de su hermano gemelo Tom, un profesor universitario y hasta toda una expedicion de espeleologos. Mientras Will y sus seres queridos se enfrentan a los peligros de esa casa encantada, un joven tatuador de Los Angeles, el carismatico y tierno Johnny Truant, malvive y quema las noches a una velocidad vertiginosa de la mano de su inseparable escudero, Lude. Las historias de Truant y Navidson se entrelazaran gracias a un hallazgo que cambiara la vida de todos los personajes inolvidables que atraviesan esta monumental novela.
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Atrapada (seducida 2) de Kris Buendia
https://gigalibros.com/atrapada-seducida-2.htmlEstaba segura que una vez entrara en su oficina, estaba pisando tierra peligrosa. Solamente basto sentirse protegida, deseada y amada para dejarse atrapar por Angel Ivanovic y empezar a convertirse en su mas preciado imperio. Pero a pesar de que Hannah ahora es mas feliz de lo que alguna vez lo fue, hay algo que no encaja...
La seduccion continua. -
Tu y yo y la increible locura de estar juntos de Ana Forner
https://gigalibros.com/tu-y-yo-y-la-increible-locura-de-estar-juntos.html -
El eslabon del tiempo de Chus Nevado
https://gigalibros.com/el-eslabon-del-tiempo.htmlLa vida de Chloe era perfecta hasta que un accidente de trafico trunco esa felicidad. Seis meses despues, atormentada por los recuerdos y todavia incapaz de superar la muerte de su novio, se vera sorprendida por una fuerte tormenta junto al lugar donde una vez se juraron amor eterno. Desorientada, se acerca peligrosamente a un acantilado y cae al vacio.
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Donde todo es corazon de Arelys Y. Guerra
https://gigalibros.com/donde-todo-es-corazon.htmlNora Miller regresa a casa, vuelve a sus raices llevando consigo un pasado de sombras y dolor. No sabe lo preciosa que es porque se empena en esconderse detras del mostrador de una cafeteria. No imagina que su belleza causa estragos en las calles de New York.
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Mi ultimo recuerdo de Christian Martins
https://gigalibros.com/mi-ultimo-recuerdo.htmlSarah se recosto sobre el asiento mientras observaba la blanca pared que tenia delante. Llevaba tiempo preguntandose a si misma si de verdad tenia algun sentido continuar con aquellas citas, aunque... ?por que dejarlas? Incluso sabiendo que no servian para nada. ?Que mas daba? --?Me dijiste que querias escribir tus propias historias, verdad? ?No escribias un diario? La voz del doctor Clarkson era neutra, calmada, pacifica. Tenia el extrano poder de hacerte sentir bien en cada momento. -- Bueno, eso fue hace mucho tiempo, antes de casarme -- le conto, sin desviar la mirada del punto fijo de la pared en el que la habia clavado. -- Deberias retomarlo, creo que te ayudaraa recuperar... -- se tomo unossegundos para meditar -- , las ganas. Ella nego con conviccion. -- No creo que la soledad desaparezca por escribir un diario, Clarkson -- puntualizo de mala gana. El reloj digital de la muneca del hombre libero dos intensos y breves pitidos para indicar que la sesion habia alcanzado su fin. Ambos se levantaron de sus sillones y se colocaron la ropa antes de dirigirse a la puerta de salida. -- ?Por que no le dices a Robertque venga a la proxima sesion? -- pregunto, antes de dejarla marchar -- . Estoy convencido de que sera muy beneficioso para ambos. Sarah rio. -- ?Terapia en pareja? -- inquirio, carcajeandose -- . Lo intentare, pero dudo que se comprometa con algo semejante. Sarah estiro del picaporte para abandonar la sala y Clarkson coloco una mano, insegura, sobre su brazo. -- Sarah, estas aqui para que las cosas mejoren -- murmuro en voz baja. La puerta ya estaba abierta y las tres personas que aguardaban su turno en la pequena sala de estar habian dirigido su atencion a ellos. -- Intenta ser mas comprensiva y mas paciente -- anadio -- , si esperas un cambio, tu tambien debes cambiar. Ella no respondio. En cuanto libero el brazo del contacto con su piel, echo a caminar con apremio. Cruzo la sala de estar y se dirigio a las escaleras mientras el sonido de la lluvia golpeando el techo resonaba con fuerza sobre su cabeza. Escogio las escaleras y desecho la idea del ascensor; seguramente, el taxi ya estaria abajo esperandola para el trayecto de vuelta, lo que conllevaria mas de cuarenta minutos para estar sentada e inmovil. Nada mas alcanzar el vestibulo, corroboro que el aguacero del exterior estaba siendo intenso. Una muchedumbre de transeuntes en busca de cobijo se habia aglomerado bajo el portal del edificio impidiendola confirmar la llegada de su taxi, asi que cruzo la puerta y, con el fino sombrero de lana como unica defensa de la lluvia y la cabeza gacha, corrio hasta el taxi que esperaba al otro lado de la carretera. De improvisto, giro la cabeza y sus ojos chocaron con los faros de una motocicleta que se aproximaba hasta ella a gran velocidad. Sarah noto como el corazon se le paralizaba en aquel instante y como sus piernas, presas del miedo, se detenian y se resistian a cumplir una simple orden: !corred! El sonido del impacto llego antes que el del claxon de la motocicleta que, al chocar contra el suelo, se habia accionado y solapaba cualquier otro ruido que se produjese en la calzada. La muchedumbre que hasta entonces se habia mantenido cobijada, abandono el resguardo del edificio y se aglomero alrededor de la cuneta. -- !Llamad a unaambulancia! -- grito una mujer con la voz timbrada de espanto. Otra joven grito, asustada, cuando el anciano que se habia agachado junto al motorista para tomarle el pulso nego con un leve movimiento de cabeza. Sarah continuaba tumbada en el suelo, junto al hombre que habia tirado de su cuerpo inmovil para apartarla y que le habia salvado la vida. Otro grupo de ciudadanos tambien se habia detenido para rodearlos y acribillarlos a preguntas. -- ?Se encuentran bien? -- ?Esta usted bien? El hombre se levanto y les pidio, amablemente, que ayudasen al motorista que habia derrapado en la calzada al verles cruzar. "Seguramente necesitara mas ayuda que nosotros", anadio. Se levanto del suelo, conmocionada, y observo a su salvador. A pesar de encontrarse mojado y embarrado por la caida, el traje y el peinado delataban que era un hombre de bien. Seguramente, trabajaba en alguna de las grandes empresas que tenian oficina por aquella parte de la ciudad. -- ?Como se encuentra? -- le pregunto el, mientras Sarah fijaba la atencion en el motociclista caido. ?Estaria bien? -- Estoy bien -- respondio, distraida -- , gracias.
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Mi matrioska de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/mi-matrioska.htmlLorelai Dean es la mejor coreografa y directora de espectaculos del momento, despues de que un desafortunado accidente le robara su carrera de bailarina de ballet. Esta dispuesta a tomarse un descanso cuando aparece en su vida Ivan Helmersen, para hacerle una oferta de trabajo irresistible para ella. Pero al parecer el tambien quiere algo mas…
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Autopsia blanca de Luis Miguel Cajal
https://gigalibros.com/autopsia-blanca.htmlAquel pueblecito perdido en la Espana mas profunda habia amanecido un poco frio, con un todavia timido sol que luciria con fuerza a lo largo del dia y con una muy ligera brisa. Era jueves. Jose estaba desayunando con unos amigos en el bar de toda la vida. Mientras la television estaba a todo volumen para que los clientes en la barra pudieran escucharla con atencion, algo que pasaba raras veces, el preferia charlar con el companero jornalero que tuviera al lado o enfrascarse en la lectura del periodico si no tenia nada que decir. Le incomodaba profundamente ver el telediario porque en algunas ocasiones, mientras estaba comiendo, aparecian en la pantalla imagenes muy desagradables. Y con sonido. El agricultor preferia por ese motivo leer el periodico tranquilamente y pasar las paginas que no le interesaban. Jose no era desconocedor de que los periodicos tenian un <
>, y tampoco podia fiarse mucho de lo que en ellos estaba escrito. En mas de una ocasion comparaba, si podia hacerlo, dos periodicos distintos para contrastar mas las noticias. No le gustaba ser enganado. A Jose no le interesaba mucho la politica. El era un hombre de campo, desde pequeno. Su interes por la mundanal actualidad no era excesivo, le interesaba mucho mas el estado de sus tierras. Lo que hubiera pasado en cualquier otra parte del pais o del mundo no era algo que le quitara el sueno. Simplemente leia el periodico cuando la conversacion con los otros companeros no le resultaba interesante. Cerro el diario, pago su consumicion y despidiendose de sus colegas del campo salio del establecimiento. Se monto en su Cuatro latas y se dirigio a las afueras del pueblo. Conduciendo el viejo Renault, primero por las calles de Mestre y luego por una carretera secundaria que comunicaba dicho pueblo con la partida de Cuerno, llego a su finca; un terreno situado a diez minutos de cualquier atisbo de poblacion. Aminoro la marcha del vehiculo para tomar un camino de tierra con algun que otro bache totalmente salvable para los resistentes amortiguadores del coche. Ese dia penso en podar algunos de los arboles que tenia en su pequena parcela. Posiblemente empezaria con los almendros. Habia escuchado como algunos de los otros jornaleros recomendaban la poda de aquellos arboles a principios de otono o a finales de invierno. Pero Jose preferia guiarse por su intuicion y por el aprendizaje que le daba dia a dia el campo; ademas, aquello no era una ciencia exacta, las estaciones no siempre eran iguales de un ano a otro. Las temperaturas muy frias no venian bien a aquellos arboles, asi que decidio que enero seria una buena fecha para empezar las podas. Echo un vistazo a los cultivos. Era una zona preciosa. El sol ya empezaba a brillar poco a poco y la tierra banada por la luz mostraba unos colores verdosos, amarillentos y cobrizos impresionantes. A pocos metros de donde habia aparcado el coche habia una vieja casa en la que Jose guardaba sus aperos de labranza. Antiguamente esa casa habia estado habitada por un maestro de escuela. Posteriormente, sus padres y el vivieron en ella. Fue entonces cuando su padre se hizo con algunas de las parcelas de alrededor. La casa quedo deshabitada con el fallecimiento de sus progenitores y solo la utilizaba como almacen para sus herramientas, puesto que al casarse decidio vivir en una zona mejor comunicada para que su mujer pudiera hacer la compra de manera mas comoda y no tener que limpiar una casa tan grande, porque por dentro era mas amplia de lo que parecia. Se metio la mano en el bolsillo para buscar las llaves que abririan el candado de la puerta principal. Miro el manojo de llaves que habia en su palma y eligio la indicada. A pocos metros de la entrada fue cuando se percato de ello. El candado no estaba. Jose fruncio el ceno. La puerta estaba entreabierta. --Me cago en todo… --musito Jose. Habia vuelto a pasar. No era la primera vez que forzaban la pequena puerta principal y terminaban destrozandola. Aquella era la tercera ocasion en la que alguien se colaba en el interior de la casucha. La otra puerta que tenia la vivienda, de mayor tamano y de hierro y madera, era, al parecer, impenetrable. Todos los ladrones preferian reventar un candado de acero en lugar de forzar los goznes de la pesada puerta. En una ocasion incluso intentaron abrir un boquete en la vieja estructura, sin conseguirlo. --La pena negra… !Otra vez! --se lamentaba el agricultor. Como todo hombre de campo, llevaba encima una navaja. La abrio para tener algo con lo que protegerse si acaso en el interior se encontraban todavia los ladrones y tenia que defenderse. Jose abrio la puerta y echo un vistazo al interior. La casa tenia una estancia principal con una chimenea, usada como salon hacia muchos anos, una cocina con un amplio fregadero, un bano y tres habitaciones con espacio para dos camas. Jose habia pensado en mas de una ocasion en volver a vivir alli, pero su mujer le habia convencido de no hacerlo: si se mudaban a esa zona dependian del coche para todo, puesto que el pueblo mas cercano estaba a unos nueve o diez kilometros de distancia. El agricultor se asomo a la cocina. Vacia. Avanzo hasta la estancia principal y noto el desorden que alli habia. Sin duda alguien habia entrado en la casa. Habian estado revolviendo todos los pocos enseres que habia dentro y habian tirado al suelo botellas y tazas de porcelana. Algun que otro plato de cristal se habia hecho anicos y habian volcado algunas sillas. --?Que cono andarian buscando? --se pregunto Jose. Decidio mirar en las habitaciones. Quizas habian entrado para robar los colchones y los somieres, ya que otros objetos de valor no habia. En la primera habitacion, a la derecha del salon, la puerta estaba entreabierta. No le hizo falta acercarse mucho para ver, por la estrecha abertura, el extremo de una de las camas. Con alguien tumbado en ella. Tal y como estaba la puerta solo alcanzaba a ver los pies de la persona. Parecia alguien joven por las zapatillas deportivas que llevaba. Jose respiro hondo, agarro con fuerza la navaja y abrio de un empujon la puerta. --!Tu! --grito con enfado--. !Arriba, cojones! Sobre el viejo colchon de la cama se encontraba tumbada una chica. Parecia una adolescente. Jose suspiro aliviado al ver que era una joven y no, por ejemplo, el tipico vagabundo de aspecto amenazante. --!Eh, tu! !Despierta! --dijo Jose dando una patada a la cama--. ?Que haces aqui? La chica seguia tumbada, sin moverse. Ni siquiera abrio los ojos. Jose se acerco mas y meneo con su mano uno de los pies de la intrusa. --!Oye! --dijo Jose acercandose mas a la chica--. ?Estas dormida? En ese momento fue cuando se dio cuenta de que la chica no reaccionaba. Pudo ver con claridad como la cara de la adolescente presentaba un color extrano. Estaba muerta. Jose salio corriendo de la casa. Se monto de nuevo en el Renault 4 y condujo a toda velocidad hacia el cuartel de la Guardia Civil. -
El anillo de Grace Marie March
https://gigalibros.com/el-anillo.htmlMaryAnne no llevaba mucho tiempo en la empresa, ?Por que fue a la fiesta que organizaban?, aun se lo preguntaba y mas teniendo en cuenta que era una fiesta de mascaras, pero todo cambio cuando Spencer llego a la fiesta, desconociendo ambos la direccion del otro, disfrutaron de su mutua compania, pero… ?Que sucedera cuando anuncien que ha llegado el momento de quitarse las mascaras y desvelar su identidad?
Cuando MaryAnne supo quien era el hombre con el que habia pasado esa velada magica, lo unico en lo que pudo pensar fue en huir y que el no descubriera nunca quien era ella.
Cuando Spencer se quito la mascara esperando que luego ella se la quitara, se sorprendio al ver como ella huia de el, pero el llego a quedarse con un objeto para poder encontrarla, un anillo. -
Libelulas Azules (Ethan Bush 3) de Enrique Laso
https://gigalibros.com/libelulas-azules-ethan-bush-3.htmlLA NOVELA DE LOS RECORDS. MILES DE LECTORES EN TODO EL MUNDO
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Efectivamente. tu de Natalia Olmedo
https://gigalibros.com/efectivamente-tu.htmlLucy es una chica decidida y con tendencia a los desastres a la que compartir su vida le parecia casi imposible. Pero el destino, algo caprichoso, decide romper sus esquemas haciendo que su corazon palpite a mil por hora.
Ademas, su vida no para de dar bandazos y un nuevo caso de investigacion hace que se involucre por segunda vez en una aventura que acabara dandole las respuestas a su tan ansiada felicidad dentro del cuerpo de policias.
?Te atreves a conocer los entresijos de esta historia de amor?
Suspense, drama, humor y mucha felicidad, se unen en esta fantastica historia que promete hacerte sonar. -
Valerie (Damas Victorianas 1) de Camila Winter
https://gigalibros.com/valerie-damas-victorianas-1.htmlNorwich, Inglaterra ano 1879 En el salon del anciano conde de Gladstone se encontraban reunidos un grupo de jovenes, disertando sobre temas mundanos muy importantes y trascendentes como los misterios de la ciencia, el destino, la existencia de Dios, la politica, la filosofia y ese tema tan inquietante como era la inmortalidad. La ciencia era un tema apasionante por si y le conde Gladstone ademas de erudito, era un solteron empedernido que gustaba del sabor de esas charlas interesantes y trascendentes. Era un provocador que le gustaba hacer pensar a los demas y hacerles creer tambien que el realmente estaba a punto de hacer un descubrimiento muy trascendente y perturbador. Pero en esos momentos solo queria enriquecerse con esa charla. Sus favoritos eran el doctor Murray y su primo el joven Francis, estudiante de arqueologia e historia. Sin embargo, el joven Francis estaba algo callado ese dia. Triste. Apagado y no podia entenderlo. Se pregunto si tal vez algun problema familiar o contratiempo financiero lo tenia tan preocupado. Lo noto distinto y de pronto recordo cierto enredo amoroso con la bella hija del conde de Kingston. A la edad en que muchos hombres perdian la cabeza por una hermosa dama, su amigo Francis no era la excepcion, al contrario. --?Y que me dicen del amor, mis amigos? ?Es una invencion producto de la necesidad de tener una companera para tener descendencia o es algo profundo y duradero? --pregunto de pronto. Se hizo un silencio general. --Rayos. ?Que pasa aqui? ?Acaso esto es el club de los corazones rotos? --dijo el anfitrion observandoles con cierta malicia. --Tal vez --se atrevio a responder el joven Francis con inusitada franqueza. --El amor es un sentimiento puro y noble--dijo sir Clemens con profundo respeto. Otros dijeron que el amor era un triste invento y cosas como esas. Muy pocos hablaron bien del amor romantico. No era para menos, todos eran solterones y guardaban tristes historias del corazon. Abandonados, despreciados por no ser guapos, ricos ni encantadores. --Es asombroso como las apariencias son el mejor engano para las damas, senores. Fingir ser algo es mas importante que serlo-dijo el anfitrion. Todos estuvieron de acuerdo en eso. El joven Francis no dijo nada. Prefirio guardar silencio, pero en su mirada estaba todo y el anfitrion lo noto. Todavia estaba triste por ese amor malogrado y no correspondido. Si bien muchos se habian fijado en esa joven y habian intentado llegar a ella con sutilezas en un vano intento de cortejo, ninguno habia tenido suerte. Valerie Kingston no era como las jovencitas de su edad que comienzan a llevar a cabo la maliciosa coqueteria para atrapar un marido, muy por el contrario, vivia recluida en su mansion campestre desde su llegada de Northumbria hacia meses. Ella era como una bella flor encerrada en su huerto triste y solitario, como si una gran pena gobernara su caracter y fuera incapaz de sobreponerse. Por eso era practicamente inalcanzable para el joven Francis o para cualquier otro candidato. Claro que esas eran habladurias, divagaciones de personas que no conocian en profundidad a la senorita Valerie Kingston de Melrose house. En lo personal, sir Gladstone el anfitrion, pensaba que era una joven guapa, pero de personalidad rara. Se rumoreaba que poseia un caracter melancolico que le impedia ser sociable y alegre en la edad en que las muchachas rien y charlan y son como gorriones volando de aqui y alla, la alegria de su familia, de las fiestas y demas. Hermosas y jovenes, risuenas y coquetas. La senorita Valerie en cambio era inusitadamente seria y retraida, silenciosa. Pero muy hermosa. Bella como una flor y se decia que su escaso talento para sociabilizar y sonreir se debia a que no disfrutaba de las reuniones sociales y que las muchedumbres la agobiaban. Al igual que los caballeros que caian rendidos de sus encantos y aguardaban una senal confiable para avanzar. Y a pesar de que muchos lo intentaron, se decia que uno de los talentos de la joven era dar de calabazas a todos ellos pues no estaba interesada en el matrimonio a pesar de tener la edad adecuada. No era su prioridad, ni su deseo. Al conde le entristecia pensar que su amigo Francis habia sido uno mas. ?Que le ocurria a esa jovencita? ?Acaso era incapaz de ver la nobleza y el afecto sincero en su joven amigo? El pobre parecia triste y habia oido que sufria en silencio. Ajeno a las maquinaciones de su erudito amigo, Francis Richmond pensaba que el amor era un demonio tirano que le corroia las entranas desde hacia tiempo al haberse enamorado de una joven que simplemente no correspondia a su amor. Pero muy lejos de querer hablar de ese amor sin esperanzas por la senorita Valerie, prefirio guardar silencio: no queria mostrarse triste y resentido. Ademas, aunque su familia era de solido linaje, su fortuna era escasa, no era un candidato deseable para la hija del conde, pero al menos gozaba de su estima y amistad. Era tan fria y tan hermosa, y sus conversaciones tan interesantes. Rayos, esa joven habia leido tanto y era tan inteligente y sagaz. A veces se preguntaba si no tenia el don de leer los pensamientos, si no era una hechicera perversa que enamoraba a todos y luego los alejaba con sutileza. No. Debia ser justo. Ella no era una coqueta ni una bruja. Pero el encontraba encantador su rostro, el cabello castano ensortijado, y esos ojos de un tono azul aguamarina, intensos y dulces a la vez, almendrados y tiernos. Fue mirarle una vez y dejarle flechado al instante, pero sabia que solo a el le paso, no fue algo reciproco. Al ser presentados en la velada de la senora Riverton sintio algo tan intenso, mientras la miraba y charlaban supo que deseaba que esa joven fuera su esposa. Y luego su andar suave y delicado y habia caido rendido a sus pies cuando la vio por primera vez. Fue tan extrano. Nunca le habia ocurrido algo asi. Su corazon se regocijo al saber que era la hija menor del conde y era aun soltera a pesar del extrano anillo de oro y zafiros que llevaba en su mano derecha… Una perla escondida, hermosa, delicada y tan inteligente. Escucho su disertacion esa noche sobre un descubrimiento inquietante y se enamoro, se enamoro de sus dulces ojos azules, de su piel de terciopelo, sus labios delicados y llenos, y durante meses, durante incontables veces asistio a las reuniones de la sociedad y aporto sus conocimientos, y logro mas simpatizantes, pero para el ir a la mansion de la familia Kingston tenia una razon: Valerie. No tardo en comprender que estaba locamente enamorado y a medida que su amor crecia se daba cuenta que ella se mantenia distante y se alejaba de el, como si adivinara sus sentimientos mas profundos y no quisiera alentarle ni herirle. Eran solo amigos. Una amistad reciente que habia crecido de forma insospechada, pues tenian mucha afinidad y las mismas preocupaciones. Ella le hablaba de los recientes descubrimientos de la ciencia, de la musica que despertaba la conciencia interior y tantos temas apasionantes y sabia que podian estar horas charlando... cualquier excusa era buena para ello, y para el esas charlas eran algo especial, sentia esa afinidad... Cuando se enfrascaban en esas grandes disertaciones el se sentia proximo, se sentia tan cautivado por su belleza e inteligencia y tenia la esperanza de que ella correspondiera a su amor. Su corazon tenia esperanzas, pero era un hombre practico, ademas de sonador y sabia que a pesar de que su familia fuera noble, digna y muy antigua, una de las mejores del condado, no tenia mas herencia que un senorio decadente. Su padre habia tenido que vender varias propiedades para poder solventar los gastos y sus ultimos negocios invertidos en Londres no habian dado los frutos necesarios. Era el hijo mayor y un dia ese caserio seria suyo, pero no podia darle a esa joven la vida que ella merecia. Y al comprender la verdad decidio distanciar las visitas, alejarse, para que el ultimo adios no fuera tan doloroso. Ademas, creia haber notado que la dama se sentia abrumada al ser cortejada por otros caballeros y a muchos les habia rogado que no regresaran a la mansion Melrose. Se sentia afortunado que ella no lo pusiera en la lista negra, habria muerto de tristeza, pero en verdad que su situacion no era muy diferente. Por eso jamas le hablo, jamas le dio a conocer sus sentimientos. Temia ser rechazado, no correspondido y, ademas, no tenia nada que ofrecerle. Valoraba mucho mas su amistad, que no deseaba perder. Aunque sufriera por no poder verla y conversar con ella, temia delatarse y que ella sintiera pena al comprender la verdadera naturaleza de su tristeza. La senorita Valerie era su amor, su unico amor, pero era inalcanzable y podia imaginar su futuro como el solteron de la familia, el solteron del condado, reuniendose con sus amigos felices y casados, aunque sus otros amigos tampoco habian tenido suerte en el amor. Casi se veian como el club de los hombres tristes y abandonados. Hasta su gran amigo; el conde de Gladstone era un solteron que sufrio amores contrariados en su juventud y por eso nunca se caso. Habia oido que se enamoro de la hija de un vicario, pero ella prefirio a fugarse con el pretendiente que su familia no aprobaba por licencioso y jugador. El adoraba a esa joven, pero no pudo salvarla del cruel destino. Murio al dar a luz su tercer hijo y dicen que murio de pena al verse sumida en la tristeza y el abandono de aquel que le arrebato su inocencia de juventud, sus suenos de amor para sumirla en el dolor y la miseria. Francis tambien sufria al pensar en la senorita Kingston tan bella y tan distante, imposible para el... Le dolia pensar que sus propios sentimientos intensos y desesperados lo habian apartado de la joven, espaciando las visitas. Y ahora se moria por verla, solo un momento, conversar, saber que estaba bien. Aunque supiera que era un amor sin esperanzas se negaba a renunciar a su amistad a pesar de saber que era lo mas sensato. Y cuando esa noche regreso a su casa le quedo la alegre satisfaccion de la compania y la charla y el triste saber de su vacio amoroso. De ese amor sin esperanzas que lentamente comenzaba a consumirle. Era como un prisionero de su propia desdicha, enredado en una ilusion, en una hermosa quimera y le costaba mucho desprenderse de ella. y nada mas llegar y apoyar la cabeza en su almohada suspiro al recordar su perfume, el calido sonido de su voz, sus hermosos ojos mirandole a la distancia y se imagino que la tenia alli entre sus brazos y le hacia el amor, porque era suya, suya para siempre.... Tanto habia acariciado ese anhelo y sin embargo ahora ese deseo ardiente se habia vuelto un recuerdo doloroso, pero se moria porque fuera suya un dia, porque sucediera un milagro y el pudiera convertirla en su esposa. Luego comprendia que no era digno de pedir su mano, era solo un festejante sin fortuna sin herencia. Su familia jamas lo aprobaria y el era demasiado caballero para siquiera hacer una insinuacion amorosa que arruinaria lo unico que le quedaba: su amistad. ************* Valerie se movio inquieta cuando anunciaron la llegada de su amigo Francis Richmond. Algo en sus ojos la delataba y tambien una creciente turbacion que su hermano mayor no dejo de notar. --Valerie, ?que sucede? --le pregunto. Ella lo miro inquieta y sonrojada. No habia nada peor que ser puesta en evidencia. Pero eran muy cercanos con su hermano asi que era imposible ocultarle algo. --?Os agrada el? --le pregunto en un susurro aprovechando que su padre habia abandonado la reunion en compania de su hijo menor. La joven lo miro mortificada, no era necesario que respondiera y sin embargo su hermano no parecio feliz con ese gesto. --Es imposible y bien lo sabeis. --Si, lo se, pero no puedo evitarlo. --?Te has enamorado de ese pobre hombre? --No es un pobre hombre. --Lo sera cuando tu esposo se entere. Valerie lo miro furiosa. --Mi esposo esta muerto, ?por que no puedo tener un companero bueno y leal? --Porque os casasteis sin oir a nuestra madre con un hombre ruin y perverso, y luego de tu boda se desato la desgracia. Por eso. --No, no es verdad. --Nuestra madre murio del corazon seis meses despues luego de avisarte que el no era lo que tu creias, nuestra madre siempre lo supo y vos erais tan joven y obcecada, tan ciega. --?Por favor Alan, es que vais a culparme de eso? Tambien sufri por la muerte de nuestra madre, pero no fue mi culpa. --No, no lo fue... sin embargo muchas cosas nefastas sucedieron luego de tu boda con ese siniestro conde. ?Debo recordartelo? --No, no lo hagais por favor. Solo quiero ser feliz, por favor. Creo que he encontrado a un hombre bueno y leal y sospecho, siento que sus sentimientos por mi son sinceros y profundos. --Entonces os habeis enamorado? Su hermano mayor le hablaba como si estuviera enferma, como si hubiera pillado un resfriado furioso. la miraba espantado y francamente alarmado. --Sabeis que es una locura, que todavia estais atada a ese hombre. --mi esposo murio, yo lo enterre. Fallecio hace anos. por que insistes en decir lo contrario? ?Es que no sabes que me hace dano? --Porque lo he visto, es como una sombra nefasta siguiendo vuestros pasos Valerie. El jamas os habria dejado escapar. Desde el instante en que te vio supo que serias suya y aun ahora, luego de esa tragedia, aun despues de muerto ese hombre vendra por ti y tu lo sabes. No te dejara en paz. No hay hechizo ni conjuro que pueda apartarlo de ti y os lo digo sintiendo terror en mi corazon pues nada me inquieta mas que vuestro bienestar, que vuestra felicidad. --Alan por favor, el esta muerto, esta en el lugar donde nadie puede regresar y eso me atormento durante anos. era tan joven, tan inocente. Pero mi esposo no era quien yo pense. Y aunque mi matrimonio fue por amor luego termine atrapada sin sentir mas que terror y desesperacion. Pero ahora es un milagro, ahora al fin mi corazon ha vuelto a latir y a pesar del miedo que siento a veces, el miedo y la duda, se que el joven Francis es un hombre bueno y leal. Y que me hablaria si yo... Su hermano la miro horrorizado. --Oh no por favor, Valerie. No lo hagais. No le deis esperanzas al pobre caballero, me agrada y su familia es una de las mejores del condado. Nada tendria que objetar de su amistad, pero en cuanto a lo otro si. Ella miro a su hermano angustiada. Tenia razon, ay que pena sentia. --Mi esposo esta muerto, era tan joven entonces... --Es tarde para lamentaciones. Sabeis lo que paso con ese caballero que intento cortejaros hace tiempo. acaso lo habeis olvidado? Ella lo miro angustiada. Su cuerpo estaba marcado, su alma tambien, jamas seria feliz con otro hombre pues antes de morir su marido le dijo que siempre seria suya, hasta que volvieran a encontrarse en otra vida. En otro cuerpo... sus creencias paganas eran muy extranas. Tenia la insolita creencia que la muerte no existia, que no era el fin como todos creian y que luego de morir el alma no se iba ni al infierno, ni a un lugar mas reconfortante, sino que volvia a casa. A su antiguo hogar, para luego regresar pues la vida humana era tan efimera y fugaz. La vida humana era un hilo rojo, asi de fragil que cualquier cosa podia terminar con ella. Su esposo era un hombre extrano y ella lo amo, estaba embrujada, dominada por el y por eso lo soporto todo, sus prolongadas ausencias, sus bruscos cambios de humor y las marcas que habia dejado en su cuerpo y en su corazon. Nunca supo por que de repente sentia que era un extrano para ella y luego de su muerte, sintio dolor y alivio, mucho alivio, como si una sombra oscura que durante anos la hubiera mantenido atrapada e infeliz al fin hubiera desaparecido como por ensalmo. Y en ese pueblo nadie sabia que era viuda, todos la conocian por la senorita Valerie Kingston, heredera de un antiguo y distinguido linaje, rica pero soltera. Su familia habia decidido negar su apellido de casada junto con la circunstancia de que habia tenido esposo y era viuda. Su hermano creia que no era de buen augurio mencionar ese triste asunto y todos sus recuerdos, retratos, sus encendidas cartas de amor habian perecido en el fuego, junto ese amor que enterro de igual manera en un esfuerzo desesperado por recomenzar y ser feliz. Por eso abandono la mansion de su esposo y regreso temblando a casa de sus padres. Jamas conto el horrible infierno que vivio luego de perder a su esposo y penso que estaria a salvo si se alejaba de esa mansion maldita, pero a veces sentia su presencia. Como un triste y cruel fantasma su marido seguia sus pasos como si la vigilara, aun ahora despues de tanto tiempo a veces lo veia en suenos y despertaba angustiada pues esos suenos siempre eran pesadillas. La voz de su hermano la desperto de sus pensamientos, ella lo miro inquieta. --Eso no puede ser y lo sabes, no es correcto. No esta bien que juegues con los sentimientos de ese joven. Esta loco por ti y todos lo saben. Pero tu no puedes corresponderle. No puedes hacerlo. --Alan por favor, no digais eso. --Es la triste verdad, Valerie.
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Contra las estrellas, Claudia Gray de Claudia Gray
https://gigalibros.com/contra-las-estrellas-claudia-gray.htmlUna batalla intergalactica. Una alianza forzosa. Una pasion imposible.
?Suenan los androides con amores electronicos? -
Suenos de trenes de Denis Johnson
https://gigalibros.com/suenos-de-trenes.htmlEn el verano de 1917 Robert Grainier participo en el intento de matar a un jornalero chino al que habian pillado robando, o al menos lo acusaban de haber robado, en los almacenes de la compania ferroviaria Spokane International, en el corredor septentrional de Idaho. Tres empleados del ferrocarril sujetaron bien fuerte al ladron y lo arrastraron por el largo terraplen que llevaba al puente que se estaba construyendo dieciseis metros por encima del rio Moyea. El chino emitia voluminosas rafagas de una rapida cantinela. Se bamboleaba y se retorcia como una comadreja metida en un saco, golpeando hacia atras con el puno que le quedaba libre al hombre que lo iba arrastrando por el cuello. Cuando el grupo paso frente a el, Grainier, viendolos en apuros, fue a prestarles su ayuda y se encontro a si mismo agarrando al culpable por un pie descalzo. El hombre que caminaba por delante de el, el senor Sears de la direccion de la Spokane International, llevaba agarrado casi inutilmente al prisionero por el sobaco y era el unico de todos, ademas del ininteligible chino, que iba hablando mientras todos se las veian y se las deseaban. --!Muchachos, no tengo ni punetera idea de como vamos a hacer esto! ?Acaso lo tenemos que llevar hasta alli?, tuvo ganas de preguntar Grainier, pero le parecio mejor guardarse el aliento para el forcejeo. A Sears se le escapo la risa, con la cara palida de fatiga y horror. Todos se desplomaron en el polvo, se levantaron y volvieron a caer, con el chino hablando en jerigonza y aterrandolos a los cuatro hasta el punto de que ya daba igual lo que hubieran tenido en mente inicialmente, ahora si que era hombre muerto. Ya no les quedaba mas opcion que tirarlo desde el puente de caballete. Alcanzaron al resto, una cuadrilla de una docena de hombres que estaban descansando al sol, apoyados en sus herramientas, secandose el sudor y contemplando el espectaculo. Grainier aferraba convulsamente el pie calloso del chino, asombrandose de si mismo, cuando el hombre que llevaba el otro pie lo solto, se sento jadeando en el suelo de tierra y recibio una patada en el ojo antes de que Grainier pudiera sujetar la pierna que ahora pataleaba libre. --Ha sido una broma. Una broma --dijo el hombre sentado en la tierra, y al aliado que tenia alli le dijo--: Venga ya, Jel Toomis, dejemoslo correr. --No lo puedo soltar --dijo aquel tal senor Toomis--. !Soy el que lo tiene agarrado del cuello! Y se rio mientras una rafaga de confusion le cruzaba el rostro. --!Yo lo tengo bien cogido! --dijo Grainier, agarrando con mas fuerza en sus brazos los dos pies del pequeno demonio--. !Lo tengo yo, al cabron, y yo me encargo! El grupo de verdugos llego a la mitad del ultimo tramo de puente completado, veinte metros por encima de los rapidos, y se puso al limite de sus fuerzas para tirar al chino al vacio. Pero el pudo con ellos, se dedico a aferrarse a sus brazos y piernas y a lloriquear en su jerigonza hasta que de pronto se solto y se agarro con un brazo a la viga que tenia debajo. Se quito de encima con facilidad a sus captores, que de todas maneras ya se estaban intentando deshacer de el, y salto al otro costado, suspendido sobre el abismo y descolgandose con una mano detras de la otra por la silueta esqueletica del tramo siguiente, pasando por encima del rio. El companero del senor Toomis corrio hasta alli, haciendo equilibrios sobre una viga y pisoteandole los dedos al tipo. El chino se fue descolgando de una viga a la siguiente, como si fuera un artista de circo, descendiendo por la estructura de barras entrecruzadas. Un par de trabajadores de la cuadrilla vitorearon su fuga, mientras que otros, aunque no tenian ni idea de por que lo estaban persiguiendo, gritaron que habia que detener al villano. El senor Sears se saco de la funda que llevaba al cinto un viejo y enorme revolver de polvora negra de cuatro balas y disparo las cuatro, sin resultado. Para entonces el chino ya se habia esfumado. En el camino de regreso a casa despues de aquel incidente, Grainier se desvio tres kilometros hasta la tienda que habia en el poblado ferroviario de Meadow Creek para comprarle una botella de zarzaparrilla Hood's a su mujer, Gladys, y a su hija pequena, Kate. La subida por la colina y a traves del bosque en direccion a su cabana lo dejo acalorado, y antes de recorrer el ultimo kilometro se detuvo a banarse en el rio, el Moyea, en una poza honda que habia rio arriba del poblado. Era sabado por la noche, y a modo de preparacion para la velada un grupo de trabajadores ferroviarios de Meadow Creek se habian congregado en la poza para banarse con la ropa puesta y secarse sentados en las rocas antes de que cayera la oscuridad en el canon. Los hombres dejaban a un lado los zapatos y las botas y se sumergian lentamente hasta los hombros, ahogando exclamaciones y salpicandose. Muchos de ellos ya daban sorbos de whisky de sus petacas mientras permanecian sentados temblando despues de sus abluciones. Aqui y alli asomaba de la superficie algun brazo que agarraba con la mano un sombrero maltrecho, senal de que alguien se estaba mojando la cabeza. Grainier no reconocio a nadie y se quedo solo a un lado, vigilando de cerca sus botas y su botella de zarzaparrilla. Mientras caminaba de regreso a casa bajo la oscuridad creciente, Grainier tuvo la sensacion de que se iba topando con el chino por todas partes. El chino en el camino. El chino en el bosque. El chino caminando con pasos suaves, con las manos colgandole de unos brazos que parecian sogas. El chino saliendo con movimientos danzarines del arroyo, como si fuera una arana. Le dio la Hood's a Gladys. Ella se incorporo hasta sentarse en la cama situada junto a la estufa donde estaba convaleciente de eczema y dando de mamar al bebe. Podria haber hecho acopio de fuerzas y haberse ocupado de la colada y de cortar las patatas y la trucha para la cena, pero siempre que a su mujer le dolia la cabeza o se le taponaba la nariz tenian la costumbre de dejarla que se tumbara con una botella o dos del dulce tonico de Hood's y se tomara un descanso de aquellas tareas. A la bebe de Grainier tambien se la veia afectada por el eczema. Tenia los ojos pegajosos de leganas y le colgaban burbujas de mucosidad de los orificios nasales mientras mamaba y roncaba pegada al pecho de su madre. Kate tenia cuatro meses y seguia siendo completamente calva. No parecia reconocer a su padre. Su ligera enfermedad no le doleria, siempre y cuando no le derivara en tos. Grainier se quedo de pie junto a la mesa de la unica habitacion de la cabana, preocupado. Estaba seguro de que el chino les habia lanzado una poderosa maldicion mientras ellos lo arrastraban, y que eso podia tener toda clase de consecuencias negativas. Aunque asombrado ahora por el frenesi de la tarde, y perplejo por su violencia y por como esta lo habia arrastrado como una semilla al viento, el joven Grainier seguia deseando no haberse refrenado y haber matado al chino antes de que este los maldijera. Se sento en el borde de la cama. --Gracias, Bob --le dijo su mujer. --?Te gusta tu zarzaparrilla? --Si, ya lo creo, Bob. --?Tu crees que la pequena Kate puede notar el sabor en tu teta? --Pues claro que si. Muchas noches oian el tren de la Spokane International que subia al norte, a su paso por Meadow Creek, tres kilometros valle abajo. Esta noche su silbido lejano desperto a Grainier, que se encontro solo en el camastro de paja. Gladys estaba levantada con Kate, sentada en el banco que habia junto a la estufa, desprendiendo restos frios de avena de los costados del cazo y dejando que el bebe chupara aquellas gachas de la punta de su dedo. --?Cuanto crees que sabe la nina, Gladys? ?Tanto como un cachorro, tu crees? --Los cachorros pueden vivir solos despues de que la perra los destete --dijo Gladys. Grainier espero a que ella le explicara que queria decir. Le pasaba a menudo que su mujer pensaba mas deprisa que el. --Una cria de hombre no puede hacer eso --le dijo ella--, irse a vivir por su cuenta cuando lo destetan. El cachorro sabe mas que el bebe hasta que el bebe aprende las palabras. Y me refiero a mas que unas cuantas. Un perro criado en casa tambien conoce unas cuantas palabras, tantas como un bebe. --?Cuantas palabras, Gladys? --Pues bueno --dijo ella--, sabe como se dicen las cosas que sabe hacer y las que tu le mandas que haga. --Dime algunas de esas palabras, Glad. Estaba oscuro y el queria seguir oyendo la voz de ella. --Pues <
> y < > y < > y < > y < >. El perro sabe como se dice todo lo que el sabe hacer. En la oscuridad sintio que la mirada de su hija se volvia hacia el como la de una bestia arrinconada. No era mas que un engano de su imaginacion, pero le derramo algo frio en el espinazo. Se estremecio y se tapo con la colcha hasta el cuello. Robert Grainier ya no olvidaria aquel momento exacto de aquella noche durante el resto de su vida. -
Poseida 2 de Lisa Swann
https://gigalibros.com/poseida-2.htmlConfortablemente instalada en mi asiento de primera clase, contemplaba pensativamente la pista de aterrizaje a traves de la ventanilla. !Cuantas cosas habian sucedido! Jamas me habria podido imaginar, ni siquiera hace unos dias, que me encontraria en ese avion con destino a Nueva York. Me hundi mas en mi asiento, sorprendida por su amplitud y comodidad. Nunca antes habia viajado en primera clase y no se podia negar que no tenia nada que ver con la clase turista. Me abroche el cinturon de seguridad y me prepare para el despegue, emocionada y ansiosa al mismo tiempo. No tenia miedo a volar, pero esta vez me aventuraba a lo desconocido. ?Estaba viviendo un sueno o una pesadilla? Mi encuentro con el senor Goodman (tan enigmatico, tan vigoroso e increible) lo habia puesto todo patas arriba. El encendia mi cuerpo hasta un punto que no habria creido posible. Su sola presencia en un minusculo ascensor habia bastado para poner a flor de piel todos mis sentidos: habia salido de alli con las braguitas humedas y, desde entonces, mis suenos eroticos eran cada vez mas intensos. Despues, el se habia abalanzado sobre mi en plena calle y me habia besado como nadie lo habia hecho jamas. Habia descubierto rincones de mi cuerpo que ni yo misma sabia que pudieran ser tan erogenos. Esas caricias habian dejado sobre mi piel huellas indelebles. Me sentia como marcada al fuego por sus habiles manos, por su lengua sedienta, por su cuerpo electrizante… Sacha Goodman, uno de los abogados mas importantes de Estados Unidos, me habia hecho gozar como ningun otro hombre (de hecho, nunca habia tenido un orgasmo antes de conocerle) y despues me habia humillado como nadie hasta ese dia (y eso que ya habia vivido unas cuantas humillaciones). Aun bajo el hechizo del calor de sus besos y la habilidad extraordinaria con la que me habia llevado al septimo cielo, no habia sido capaz de verlo venir: me habia largado como si fuera un par de calcetines usados en cuanto habia conseguido lo que queria, soltandome las mismas excusas de mierda que todos los hombres les cuentan a las chicas que ya no les interesan. !Que patetico! No vale nada, pense. Al final, ya no sabia si habia sido mas culpa suya o mia. Desde luego, yo habia sido una idiota integral por haberme entregado a el tan facilmente. Y, sobre todo, por haberme hecho ilusiones. Una dulce voz me saco de estos pensamientos, que me habian formado un nudo en el estomago. Ya hacia un rato que habiamos despegado. --?Champan, senorita? !Las burbujas frias me ayudaran a verlo todo con mas claridad!, me dije. La azafata poso la copa sobre una pequena bandeja, que me ofrecio junto con un platito de aceitunas. Cuantas atenciones... No me costaria nada acostumbrarme a esos lujos, pero por nada del mundo me acostaria con el patan de Sacha otra vez si ese era el precio. ?Por que habia pedido que fuera a Nueva York? No conseguia encontrar una respuesta satisfactoria. En cualquier caso, si se pensaba que yo iba a desnudarme al primer chasquido de sus dedos, !lo llevaba claro! Mis sentimientos oscilaban entre la ira, la humillacion y (tengo que admitirlo) unas ganas locas de volver a caer en sus brazos. Pero, si eso era lo que el tambien queria, ?por que me habia tratado asi? ?Que debia hacer: perdonarle u odiarle durante el resto de mi vida? Cansada de no encontrar respuesta a mis preguntas, me puse los auriculares para ver Magic Mike, una pelicula de strippers masculinos, asi me distraeria un poco y de paso me deleitaria durante hora y media viendo chicos guapos medio desnudos. De todos modos, fueran cuales fueran las intenciones de Sacha Goodman, yo por mi parte iba unicamente por motivos profesionales. Por lo menos, de eso trataba de convencerme desde que el senor Dufresne me habia ordenado que les acompanara a Nueva York para cerrar el acuerdo entre ambos bufetes. Sacha Goodman queria que yo formara parte del viaje. Pues vale. No tenia la mas minima intencion de entregar mi cuerpo ni mi corazon en la gran manzana. Me quede dormida. Cuando la azafata me desperto suavemente, ya estabamos sobrevolando Nueva York y tenia que abrocharme el cinturon. Ni siquiera me dio tiempo a refrescarme antes de aterrizar.
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Lecturas con daiquiri de Manuel Vicent
https://gigalibros.com/lecturas-con-daiquiri.htmlVuelve Manuel Vicent con una recopilacion de articulos en los que brilla su mirada inteligente, critica e ironica de la realidad.
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Amame ahora y siempre de Priscila Serrano
https://gigalibros.com/amame-ahora-y-siempre.html -
Azul Estocolmo de Carmen Sereno
https://gigalibros.com/azul-estocolmo.html“El y yo volveriamos a encontrarnos en cualquier otra vida.”
Ana Luna ya no trabaja en Laboratorios Grau. Es hora de buscar un nuevo empleo y sacarse a Eric de la cabeza. Y del corazon. Pero, ?como se puede olvidar a alguien que se ha metido en lo mas profundo de tu ser? Cuando por fin empieza a ver la luz al final del tunel y a recuperar el control de su vida, la repentina aparicion de Eric y su inesperada propuesta pondran a prueba su voluntad.
?Aceptara Ana que su sindrome de Estocolmo nunca se ira? -
La luz del diablo (Inspector Sejer 4) – Karin Fossum de Karin Fossum
https://gigalibros.com/la-luz-del-diablo-inspector-sejer-4-8211-karin-fossum.htmlLa cuarta entrega de la serie protagonizada por el inspector Konrad Sejer es una de las novelas mas oscuras y siniestras de Karin Fossum, autora destacada de la nueva narrativa policiaca escandinava.
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Llueve sangre sobre el asfalto (Balas y Whisky 1) de A. J. Raven
https://gigalibros.com/llueve-sangre-sobre-el-asfalto-balas-y-whisky-1.htmlCuando la policia llego al motel, las gotas de sangre aun se deslizaban sin prisa desde el colchon de la cama hasta el suelo de aquel mugriento cuchitril. Hallaron a la asesina tumbada, esbozando una ligera sonrisa y abrazada al cadaver como si fuera una nina dando amor a su osito de peluche. Los dos estaban desnudos alrededor de un charco de sangre y vomito. La prensa local, El Evening Journal , catalogo los crimenes como uno de los mas atroces que habian ocurrido en la ciudad. Sin embargo, no pudo igualarse al asesinato ocurrido cinco anos atras perpetrado por un joven que violo, atropello y quemo a una disminuida por la simple razon, de querer divertirse. Asi mismo, esa misma prensa, la que a veces enganaba a su publico inyectando en el papel tinta envenenada, le otorgo el sobrenombre de la asesina de gordos o la asesina del pene. La comisaria que llevo el caso, la veintidos, su capitan declaro que en mas de los diez anos al frente de la jefatura, jamas habia contemplado un crimen igual; tan sadico y tan salvaje a la vez que despiadado. El capitan tambien anadio que, cuando vio las fotos del primero de sus crimenes, por poco le da un infarto... 1 Para Berta Rogers, por fin llego el dia que tanto habia esperado. Tras ganar su primer caso para el bufete Bender and Bolin , uno de los mas prestigiosos de la ciudad, consiguio aquel puesto fijo como abogada al que siempre habia aspirado. Terminada como becaria a los veintisiete anos de edad, su jefe, un chupatintas de cincuenta anos adicto a la nieve y a las putas caras llamado Andreu Bolin, le asigno un caso facil de llevar, puesto que quiso tantear a una abogada cuyo futuro brillaba en esplendor. El caso en cuestion no fue nada mas que un simple robo en una tienda de licores en donde su asaltante, --un ninato de clase alta que empunaba una pistola de juguete--, sustrajo quinientos dolares en metalico y botellas por valor de cien dolares. En total la suma ascendio a mil dolares. Lo que hizo la mente de la abogada fue cambiar los roles. Al delincuente lo puso como victima y a la victima, como el delincuente. La oscuridad se hundia en la ciudad de los vientos. Era una noche del segundo mes del ano en donde semanas atras, los carnavales habian sazonado un poco las malogradas calles con aquellos disfraces y pelucas de distintos colores, hombres zancudos, animales y un sinfin mas de parafernalia sin sentido. Una noche invernal en la cual la nieve gritaba con sutileza por cada rincon de aquellas arterias ennegrecidas, atormentadas, llenas de maldad, odio y desesperacion. Una capa de cinco centimetros de espesor arropaba las aceras como una madre arropa a su hijo. Los coches dormian con sumo placer bajo un manto de escarcha, las alcantarillas emitian un humo lechoso, triste, y las campanas del ayuntamiento daban las diez en punto. Berta elegia vestido para la fiesta que sus amigas habian preparado por ganar su primer caso. Acababa de salir de la ducha de su casa de dos plantas en el 1149 de la calle 90, en Dunning, al este de la ciudad. En su habitacion, al lado de la cama, frente al espejo, se probaba vestidos. Cogio el negro y se lo probo. No le gusto como la quedaba debido a que pensaba que ese color le hacia tener el culo gordo. Lo dejo apartado y agarro el rojo. Se lo probo mirandose al espejo sin embargo, tampoco le gustaba; pensaba que ese color era para descocadas, tal vez para su amiga Kate. Lo aparto a un lado de la cama y se decanto por el negro. Para nada le hacia tener el culo gordo. Berta era guapa, bastante guapa. Tenia unas medidas de ensueno en una altura de un metro sesenta. Su pelo rubio ondulado, destellante como el oro bajo los rayos del sol, resbalaba hasta sus pequenos y redondos hombros. Los ojos eran grandes como ensaladeras y el color parecia una hermosa pradera verde. La nariz pequena y redonda estaba unida a una sonrisa que daba felicidad a un rostro cuya piel, era de un blanco tan bello que se asemejaba a las alas de un angel. Tambien era una chica brillante, divertida, generosa, culta y con un gran corazon aunque este se transformaba cada vez que se ponia la toga y subia al estrado, convirtiendo ese corazon en un organo inerte. Sus pasiones como cualquier muchacha de su edad, era la moda; a Berta le encantaba la ropa, sobre todo la ropa cara comprada en las tiendas de la calle llamada The Mag Mile. Ademas de comprar ropa, la gustaba nadar al igual que jugar al tenis, ir a sitios caros y la buena comida. A veces, solia salir con un chico de cuerpo musculoso y cabeza vacia, algo informal, un mero revolcon, puesto que a ella la agradaban los chicos inteligentes. Pero que no lo fueran mas que ella. Berta salio de su casa a las once. Un taxi esperaba en la acera con el motor encendido. En su interior se hallaban sus tres amigas: Kate, Wen y Lany. Kate Miller era la mas atrevida y ligera del grupo. Fue companera de Berta y Lany en la misma clase. En la actualidad, ejercia como veterinaria, un trabajo que era su pasion; poder salvar y cuidar animales indefensos era su vida. Era lista, atenta, generosa, fogosa y coqueta. Unas cualidades dentro de un cuerpo perfecto, delgado a su vez que con curvas, y un pelo negro lacio, que llegaba por debajo del cuello. Su cara albergaba unos labios finos, nariz ancha y unos ojos de color gris. Sus pasiones, aparte de cuidar animales moribundos, era la fiesta. La encantaba salir a desmadrarse y pasarlo bien entre copas y chicos. Despues, estaba Wen Zhao. Era una chica algo timida proveniente del gigante asiatico que al terminar de graduarse se hizo profesora adjunta. Poseia un cuerpo fino como el hilo de una cana de pescar. Alguno de sus dioses asiaticos no la bendijo con culo ni pechos; ese dios de ojos rasgados se cachondeo de ella al hacerla plana como una tabla de planchar. El pelo, corto hasta el cuello, parecia un estropajo. La cara era como un pan de hogaza, una frente protuberante y una nariz chata con las aletas definidas. Lectora empedernida de autores confucianos, iba un curso por debajo cuando conocio a las chicas. Sus padres se trasladaron de China despues de nacer Wen. Su padre quiso un futuro mejor el cual, el gigante asiatico no podia proporcionarle, abrio una tienda de licores y comestibles en el barrio chino que no le fue nada mal. Por ultimo, estaba Lany Lopez. De origen cubano, era una portentosa belleza latina. Tenia un pelo moreno largo hasta llegar a media espalda. En las puntas, unas mechas de color verde que hacian juego con sus ojos. Una piel caramelizada, unos labios finos y una nariz aguilena era todo lo que ofrecia su cara. La espalda y las piernas reflejaban tatuajes. Era la rebelde del grupo. Controlaba todo a su paso; era fria calculadora y dominante, pero buena amiga. Le gustaba las motocicletas (cuanto mas grandes mejor) y enfundarse en ropa de cuero. Poseia una lengua viperina y portaba un toque gotico. --?Listas para desmadrarnos esta noche? --pregunto Kate. --Si, pero sin pasarnos --dijo Lany. --?Creeis que este vestido me hace gorda? --inquirio Berta. --Estas deslumbrante --dijo Wen--.Mirame a mi, parezco una tabla de madera, en cambio tu, estas guapisima. --Estas perfecta --anadio Kate--. Ese vestido te hace unas tetitas ricas, dejame tocar. Estiro la mano y la toco un pecho. --!!Deja mis tetas!! --exclamo Berta entre risas. --Yo no tengo tetas --pronuncio Wen. Berta y Kate rieron. --Oiga --espeto Lany al taxista--. Cuando quiera arranque, !eh! --Si no me dicen adonde van… --Al club The Warehouse. El club se ubicaba en el 206 de South Jefferson Street, en el area comunitaria de Greektown. Se habia construido sobre la estructura de una antigua fabrica de tres pisos. Cinco anos atras de la apertura del club, aquella fabrica de calzado fue destruida por un incendio que se inicio a las tres de la madrugada. Los bomberos atribuyeron el suceso a unos viejos cables pelados que recorrian la pared del tercer piso. A los seis meses del incendio, la casualidad hizo que el terreno pasara a un politico de dudosa procedencia. El Warehouse era el club de moda en la ciudad. Cada noche, atraia alrededor de dos mil personas sedientas de una buena juerga. A veces, Berta, Kate y Lany, se podian pasar quemando la pista desde la noche del viernes hasta el medio dia del domingo. Era un club en donde se permitia el sexo al descubierto, eso hacia que estuviera libre de agresiones. Lo mismo lo podias hacer en el bano que en la pista o junto a la cabina del DJ. Tambien era la sede para los hombres negros homosexuales repudiados, tratados como leprosos por su comunidad. Alli se podian juntar y darse amor sin que ningun dedo les senalara. En aquel lugar podian ser ellos mismos. El residente, el que hacia vibrar la pista, era Frankie Knuckles, un DJ afroamericano rollizo, calvo, con gafas de pasta y una perilla. Habia salido de los bajos fondos de la ciudad conocida como la Gran Manzana para empezar a despuntar experimentando con la musica electronica. --Seguro que aparece tu ex novio --dijo Lany a Kate. --Espero que no, quiere volver pero no estoy dispuesta, paso de el. --Venga chicas, relajaos y disfrutemos de la noche --sentencio Wen. El taxista las dejo en la puerta del club. La fachada se iluminaba de blanco por unos pequenos focos que rotaban de forma aleatoria en ambos lados de la puerta. Estaba custodiada por un portero que se podia asemejar a un orangutan, con una piel negra como el carbon y recubierto de musculos en una altura de un metro noventa. Portaba un traje negro y camisa blanca, ambos de una talla menos. Parecia que iba a reventar el traje y colgarse desde el Willis Tower, el rascacielos mas alto de la ciudad. La fila de personas que esperaban entrar al lugar de nacimiento de la musica electronica, daba la vuelta a Jackson Boulevard. Una alfombra roja te acercaba hasta la puerta en donde aparte del orangutan, habia una banda de terciopelo rojo colocado en dos postes de contrachapado banado en oro. Bajaron del taxi y fueron directas hacia el portero. Eran bien conocidas por el dueno pero sobre todo, por el primero. De esa manera, consiguieron saltarse toda la fila sin esperar ni pasar frio en la tortuosa noche. Ellas solo iban a calentar. Kate habia conseguido un reservado para un dia tan especial. --Bienvenidas, chicas --dijo el portero con una voz grave. El orangutan aparto la banda de terciopelo. Berta abrio la puerta y se adentraron a un mundo de lujuria y desenfreno en donde el limite era inexistente.
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La mujer del inquisidor de Catherine Roberts
https://gigalibros.com/la-mujer-del-inquisidor.htmlCuando Maria llega desde el reino vecino para casarse por compromiso con el atractivo y frio inquisidor, es consciente de que a partir de ahora compartira su vida con un monstruo. Se siente capaz de sobrellevarlo, se ha preparado como ha podido para ello. Lo que no imagina son los malvados planes que Diana, la sirvienta del religioso, tiene reservados para ella, pues no piensa permitir que nadie la arrincone ni le quite el puesto que ocupa en la casa y en la cama de ese poderoso hombre.
Solo que… nada saldra como habian pensado ninguno de los tres. -
Venganza de Brian Freeman
https://gigalibros.com/venganza.htmlTras el exito de Inmoral, los detectives Jonathan Stride y Serena Dial vuelven en la segunda novela de Freeman. En esta ocasion deben investigar unas muertes que se pierden en el apasionante pero peligroso pasado de la ciudad de Las Vegas. Un famoso millonario ha sido asesinado mientras estaba con una prostituta, y un nino ha muerto tras un atropello intencionado. Aparentemente, estas muertes no tienen nada en comun. Pronto los cadaveres comienzan a multiplicarse. Las pistas se pierden en el pasado y convergen en la muerte de una stripper en los anos sesenta: la epoca en que empezaron a gestarse los secretos y las redes de influencias que tantos anos despues estan costando vidas.
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Sin te quieros (Bolonia 3) de Laimie Scott
https://gigalibros.com/sin-te-quieros-bolonia-3.html -
La Cruz del Sur de Mike Sims
https://gigalibros.com/la-cruz-del-sur.html?Que sucede cuando todas las estrellas en el cielo estan fuera de lugar y la tierra a nuestros pies tambien? Miguel, un joven de una humilde aldea en Mexico, suena con convertirse algun dia en astronomo. Ese sueno le parece tan lejano como la distancia que separa la luna de la tierra. Sin embargo, las oportunidades llegan de formas insospechadas. Miguel sabe que siempre que mantenga una idea clara de donde esta, la verdad se revelara por si misma. Acompana a Miguel en esta aventura que lo llevara hasta lugares que jamas penso conocer.
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La mujer del camarote 10, Ruth Ware de Ruth Ware
https://gigalibros.com/la-mujer-del-camarote-10-ruth-ware.htmlhas sido testigo de un asesinato…
y nadie te cree -
La espadachina de Malcolm Archibald
https://gigalibros.com/la-espadachina.htmlBienvenidos a la Edad Media de Escocia que nunca ocurrio.
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La formula de la felicidad de Alvaro Asensio
https://gigalibros.com/la-formula-de-la-felicidad.htmlMi unica y poderosa motivacion para escribir este libro es guiarte en tu camino hacia la felicidad. Todos queremos ser felices. Tu tambien lo deseas. Y si estas leyendo este libro, lo mas probable es porque te sientas incompleto, con un vacio en tu corazon. Algo te falta. Y te entiendo, porque asi tambien me sentia en una etapa de mi vida. Llegue a pensar que la felicidad era imposible de alcanzar. Que era algo intermitente. Que un dia te sentias bien y luego venia el bajon. Y eso era lo normal. Y que todas las personas sienten lo mismo. Hasta que descubri que estaba totalmente equivocado. Y quizas tu tambien hayas pensado lo mismo. Pues te aseguro que si existe una formula para la felicidad. Yo la descubri y quiero compartirla contigo. Es cierto que muchas personas viven amargadas e infelices. Y lo que es peor, es un estado de apatia ante la vida. Pero eso no quiere decir que sea una regla que aplique para todos. Tu puedes salirte del rebano y ser diferente, porque la felicidad esta al alcance de todos. Aun no lo sabes, pero a medida que sigas leyendo este libro lo entenderas mejor. !Que sensacion tan placentera la de ser feliz! Amaneces cada dia con ganas de comenzar el dia, de luchar por tus suenos, de amar a tu familia y amigos. Despiertas con hambre de vivir, de descubrir cosas nuevas, de experimentar algo inedito. Cuando veo hacia el pasado y recuerdo como me sentia, me parece mentira que esa personas era yo. No me parezco en nada. Debo reconocerlo, antes era una persona amargada, triste, pesimista, cabizbaja, gris. No se como alguien queria estar conmigo. Pero eso cambio. Ahora, finalmente, puedo decir que soy una persona feliz, llena de paz. Me siento libre para expresar quien soy, para demostrar mis talentos, para hacer lo que quiero hacer y decir lo que quiero decir, sin importar lo que otros piensen. Libre para seguir a mi corazon. Y quiero que tu tambien te sientas asi. ?Has escuchado que hay libros que te cambian la vida? Pues este libro te ayudara a ser la persona que siempre has sonado. Y no se trata de un libro magico, ni de brujeria. Nada de eso. Necesito de tu interes y de tu compromiso para poner en practica el secreto que te sera revelado. Te sorprendera lo facil que es de aplicarlo. Incluso te preguntaras por que no lo habias practicado antes, si esta al alcance de todos. Pero solo voltearemos hacia el pasado para no repetir los errores que te llevaron al estado actual en el que te encuentras, y en el que no quieres continuar. Lo que encontraras en este libro sera una oportunidad para darle un vuelco a tu destino para siempre, para que finalmente abraces la esencia de tu alma y de quien eres en realidad. Tan solo imagina esa deliciosa sensacion de despertar cada dia con una sonrisa en el rostro y lleno de energia para perseguir tus suenos mas hermosos. Asi despierto yo cada manana. Finalmente encontre la formula de la felicidad, esa que tanto habia buscado. Y ahora quiero compartirla contigo. Y si te preguntas porque tanto interes en tu felicidad. La respuesta es simple: porque quiero y sueno con un mundo mejor. Y el cambio comienza en el corazon. Muchos creen que la responsabilidad del cambio esta en los politicos. Pero aunque las autoridades tienen mucho poder para cambiar ciertas cosas en la sociedad, ellos jamas podran acercarte a la felicidad que tanto anhelas. Eso depende de ti. Antes pensaba que mi felicidad llegaria con otra persona. Con una esplendida pareja, por ejemplo. Pero estaba equivocado. La felicidad es una experiencia personal. Algo que todos debemos alcanzar por nosotros mismos. Pero lo mejor de todo es que todas las respuestas las tienes dentro de ti y te voy a ayudar a encontrarlas. Si cambia la persona, cambia el mundo. Y confio en ti, creo en todo el potencial que tienes guardado en tu ser y que estas muy cerca de descubrir.
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El llanto de un violin de Elisa Mayo
https://gigalibros.com/el-llanto-de-un-violin.html?Que vas a encontrar en este libro? En estas paginas hay pequenas historias de amor, humor, intriga, erotismo, magia, dolor, esperanza y, sobre todo, realidad. Escritas con un lenguaje sencillo y directo acompanado de ironia y sarcasmo. En todas ellas encontraras mensajes de vida, ?te atreves a descubrirlos?
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Por encima de todo de Saint Rose Sophie
https://gigalibros.com/por-encima-de-todo.htmlHope suspiro mirando el techo y apreto con fuerza las sabanas cuando escucho un ligero ronquido. Lentamente volvio la cabeza para ver el perfil de su marido, que dormia placidamente a su lado sin tener ni idea de todo lo que se le pasaba por la cabeza. Dios, aquello era horrible. ?Como se le ocurria pensar que no le queria? Por supuesto que le queria. Martin era el hombre perfecto. Alto, moreno y el novio ideal durante sus seis meses de noviazgo. Atento, encantador y siempre estaba pendiente de ella. Los ojos verdes de Hope se llenaron de lagrimas y rapidamente se levanto de la cama para que no la escuchara llorar. Se puso su bata de seda beige sobre su camison y salio descalza sin hacer ruido por la moqueta que acababan de elegir. Camino por su enorme apartamento a oscuras y llego hasta el salon. Las luces de la noche de Nueva York iluminaban la estancia y ella miro por el enorme ventanal, abrazandose a si misma mientras pensaba en todos los acontecimientos que la habian llevado a ese estado. El sentimiento de culpa que tenia desde hacia dos meses, le oprimia el pecho y ya le estaba pasando factura fisicamente. Habia adelgazado y no dormia bien, porque cada vez que cerraba los ojos veia esos ojos azules que le remordian la conciencia. Todo habia empezado muy bien. Era la recien casada mas feliz de Nueva York y cuando volvieron de su idilico viaje de novios por Tailandia, su marido llego un dia a casa despues del trabajo para decirle, que quien ahora era su pesadilla, volvia a Nueva York. Hope, que estaba mirando un catalogo de cortinas para el salon, se levanto del sofa de un salto con el catalogo en la mano y Martin se echo a reir cuando le beso. Su marido la cogio por la cintura mirandola con amor y sin soltarla, acaricio su mejilla hasta apartar un mechon de su pelo rubio de su sien. --?Como te ha ido hoy el dia, senora Wolf? Hope le beso en la nariz. --Muy bien, en la agencia me han ofrecido una cuenta estupenda. --Pues yo tengo una noticia increible. --La llevo hasta el carisimo sofa de cuero beige y se sentaron en el. --?Increible? !Te han ascendido! El se rio negando con la cabeza al ver su emocion. --No, aunque me lo deben. --Ellos se lo pierden. ?Cual es la noticia? --Clay esta de camino. En unos dias estara de vuelva en Nueva York y esta vez para siempre. --?Clay? --Mi hermano. Te he hablado de el, ?recuerdas? --Si --dijo molesta volviendo a mirar el catalogo de cortinas--. Recuerdo que me comentaste, que estaba demasiado ocupado para venir a la boda de su unico hermano. --Hope, no te enfades con el. Estaba en medio de una fusion que no podia dejar. Su trabajo era importante. --Si, tan importante como para faltar a la boda. Hasta a tu madre le sento como una patada en el estomago que no viniera. --Giro la hoja y le mostro una fotografia. --?Que te parecen de este estilo? Su marido suspiro, cogio el catalogo de sus manos y la miro con sus preciosos ojos marrones. --Prometeme que intentaras llevarte bien con el. Solo hay tres personas que me importan de veras en esta vida y vosotros sois dos de ellas. Ella suspiro y miro a su marido a reganadientes. No puedo evitar sonreir maliciosa. --?Que me daras a cambio? Martin riendo la cogio por la cintura colocandola a horcajadas sobre el. -- Preciosa, todo lo mio es tuyo. ?No escuchaste al sacerdote? --La beso suavemente en los labios. --Quiero un bebe. A su marido se le corto el aliento y en sus ojos vio que le habia hecho el hombre mas feliz del mundo. Recordandolo, una lagrima cayo por su mejilla, porque despues de ese dia nada seria lo mismo. El ultimo dia en que fue realmente feliz. Una semana despues estaba en el trabajo cuando escucho el sonido de su movil dentro de su despacho y entro corriendo en el para cogerlo seguida de su ayudante. --Mary, esos bocetos no me gustan. Llama al departamento de arte y diles que los repitan. --Pulso el boton y se coloco el telefono al oido guinandole un ojo a la mujer, que sonrio ironica saliendo del despacho con las muestras en la mano. --!Y que se den prisa! ?Diga? --Eres una tirana. Se echo a reir al escuchar la voz de su marido. --Y a ti te encanta. --No lo dudes. Hope rodeo la mesa sentandose en su sillon y se desabrocho la chaqueta de su traje rosa palo. --?Que crisis tienes entre manos para que me llames a las once de la manana? --Preciosa, que bien me conoces. --Soy toda oidos. --Me vas a matar, pero tienes que ir a recoger a Clay al aeropuerto. Hope apreto los labios, pero aun asi intento ser suave. --Carino, tengo trabajo. --Lo se. Pero llega hoy de Dubai y tiene que haber alguien para recibirle. ?Esta lista la habitacion de invitados? --Sabes que si. He hablado con Cloe esta manana para asegurarme, pero... --Eres su anfitriona hasta que encuentre apartamento. Iria yo mismo, pero me ha llamado el juez Lower y no puedo decirle que no. Hope sabia que habia solicitado esa reunion desde hacia semanas y se dio por vencida. --Esta bien. Ire. --Te quiero, ?lo sabes? --Hope sonrio. --Cada dia mas. --Mas te vale. Ire a buscarle y le instalare en casa, pero despues me vuelvo al trabajo. Tendre que recuperar las horas perdidas, porque mi campana de cereales va a cambiar el mundo de la publicidad --dijo ironica. --Hecho. --Te quiero. --Recuerda, en el JFK dentro de dos horas. --Cloe dejara la cena en el horno. Si todavia no he llegado a la hora de la cena, empezar sin mi. --?No llegaras para cenar? --Manana tengo la presentacion de los panales y... --Vale. No protestare. --Te quiero. --Colgo el telefono y lo dejo lentamente sobre la mesa, sintiendo un mal presentimiento. Mirando las luces de la ciudad de Nueva York en el presente, penso si su subconsciente no la estaria advirtiendo de que su vida estaba a punto de cambiar. Si el no hubiera aparecido en sus vidas, todo habria seguido igual y seguiria siendo feliz. Porque era feliz. Hasta el momento en que entro en la terminal de llegadas del aeropuerto, era feliz. Sonriendo vio en el monitor que su avion llegaria a su hora y espero pacientemente a que se abrieran las puertas de cristal que daban a la zona de recogida de equipajes. Cuando empezaron a salir varias personas, sin darse cuenta se miro el traje queriendo tener buen aspecto para su grosero cunado, que ni se habia molestado en ir a la boda para conocerla. Habia que ser idiota. Coloco su melena rubia sobre su hombro y dio golpecitos con el pie en el suelo impaciente para despues mirar su reloj de pulsera. --Estupendo. Ya he perdido dos horas. --?Hope? Levanto la vista y miro hacia esa voz grave, quedandose tan sorprendida como horrorizada por lo que acababa de sentir simplemente con el sonido de su voz. Pero verle fue un impacto aun mayor. Vestido con un traje azul hecho a medida, irradiaba un aura de fuerza que era imposible no sentirse atraida. Pero fueron sus frios ojos azules los que le traspasaron el corazon, que en ese momento empezo a latir alocadamente. --?Tu eres Hope? --pregunto el acercandose con el carrito. --Si --susurro admirando su mandibula cuadrada hasta llegar a sus finos labios, que en ese momento estaban algo crispados--. Oh, perdona... pero tienes parecido con Martin, aunque ... --No nos parecemos en nada. Excepto en el color del cabello, claro. -- Miro a su alrededor dejandola de piedra con su groseria. --?Tienes el coche fuera? Tenia que haber llamado a un chofer. !Encima! Si pudiera salir de ese estado de idiotez en que la habia dejado, le soltaba cuatro cosas. --Si, tengo el coche fuera
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La lluvia de Tokio es gris de Nisa Arce
https://gigalibros.com/la-lluvia-de-tokio-es-gris.htmlInmerso en la voragine de las largas jornadas de trabajo y su soledad, Kenzo siente que ya nada le emociona en Tokio, en la que reside desde hace casi veinte anos. Cuando le llega el rumor de que han visto a alguien determinante de su pasado en el barrio gay de Ni-chome, en Shinjuku, decide probar suerte e ir a su encuentro, sin saber que con ello tendra la oportunidad de darle un giro a su vida y, ademas de aceptar las consecuencias de sus actos, reconciliarse consigo mismo.
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Cupcakes en Manhattan, Una hist de Olga De Llera
https://gigalibros.com/cupcakes-en-manhattan-una-hist.htmlMe miro en el espejo del bano con los ojos casi cerrados. Nunca he sido muy madrugadora. Me cuesta horrores levantarme por la manana. Pero como entre las leganas veo que me ha salido una cana, me espabilo de golpe. Cojo el maldito pelo blanco, que resalta como luces de neon entre mi espesa cabellera color azabache, y lo arranco de cuajo. Lo miro como si fuera un implante que los alienigenas me han insertado durante la noche y me deshago de el tirandolo dentro de la taza del vater. Quiero perderlo de vista para que no me recuerde mi decrepitud. Una ducha mas tarde ya estoy en la cocina, mirando mi telefono movil mientras Matthew, mi esposo, me prepara una taza de cafe. Los ninos todavia no han bajado a desayunar y el les apremia con sus gritos de guerra matinales. --!Chicos, daos prisa o volveremos a llegar tarde al colegio! Levanto los ojos de la pantalla y le miro con cara de asesina. Sabe que no soporto que grite, no a esas horas de la manana. Mi cerebro todavia esta a medio gas y la poca energia que tiene debe emplearla para organizar la manana y contestar los mensajes; mi jefe tiene por costumbre enviarme un monton fuera de horas de trabajo, sobre todo antes de una reunion importante. --?Otra vez Marvin, eh? --Matthew intuye que mi mal humor se debe al capullo de mi jefe; no porque otras mananas este de mejor humor, sino porque hoy debo tener peor cara. --Aja --. me limito a responder sin apartar la vista de la agenda del telefono. --?Volveras tarde esta noche? Me encojo de hombros. Sabe de sobras que nunca se a que hora saldre de la oficina. --Quizas me pase por el gimnasio. Despues de un dia duro me apetece hacer ejercicio. Bueno, me voy ya, que no quiero llegar tarde. Marvin estara muy tenso con lo de la reunion de los japoneses y si se cruza luego le tengo todo el dia de culo. --?No te terminas el cafe? --Me comprare uno en la estacion. Despidete por mi de los ninos --. le lanzo un beso que el finge atrapar con la mano, es su manera de decirme que preferiria que se lo diera en los labios, y salgo a toda velocidad de casa; tardare casi una hora en llegar a la oficina, eso si el tren no va con retraso. Llego a la estacion de destino y me dirijo como un rayo al puesto de venta de cafes. El chico negro que sirve las bebidas me pregunta que voy a tomar. A pesar de ir varias veces a la semana y pedirle siempre lo mismo, un cafe solo sin azucar, no se acuerda de mi. Supongo que recordar a un cliente entre los miles que pasan cada dia por su puesto de venta de cafe debe ser complicado, por no decir imposible. Cojo el vaso termico que me ofrece con la sensacion de ser una hormiga mas dentro de un descomunal hormiguero, le doy un billete de dolar y sigo a las otras obreras hasta la boca del metro. Cinco paradas mas tarde llego al punto de peregrinacion, a la Meca de los negocios. Subo las escaleras que llevan a la superficie del hormiguero y vuelvo a convertirme en persona. Aspiro el aire lleno de humo y polucion como si fuera el mejor de los perfumes franceses (comparado con los efluvios subterraneos lo parece), y pongo la vista en las enormes puertas de cristal del rascacielos de oficinas que absorbe las diminutas personas que pasan frente a su entrada. --!Mierda! !Joder! -- exclamo abriendo y cerrando la boca como un pez al que han sacado del agua. Un negro de casi dos metros se ha cruzado en mi camino, golpeandome la mano con la que sujetaba el cafe. La tapa de plastico se ha abierto y el brebaje marron me ha dejado el abrigo hecho unos zorros --!Podrias vigilar por donde vas! -- le grito sacando todo el aire de mis pulmones; cuando estoy tensa me cuesta controlar el temperamento. --!Que te den! -- me suelta el muy cabron. Y sigue andando como si nada. --!Que te den a ti! -- rebato hecha una furia, pero el ya ha desaparecido dentro del hormiguero. En el edificio de oficinas los ascensores parece que se han confabulado para que no llegue a mi despacho. En la planta baja no para ni uno. Mientras espero, o me desespero, abro la mochila y me cambio de calzado. Me deshago de las zapatillas de deporte y me pongo los zapatos de tacon que me compre hace un par de semanas. !Me encantan! Eran carisimos, pero pegan con el abrigo que se me acaba de estropear con el cafe. Decido esconderlo dentro de la mochila, junto a las deportivas. Mas tarde encargare a mi secretaria que me compre uno nuevo. Para aprovechar el rato utilizo las puertas metalicas de los ascensores para reponer el lapiz de labios que he dejado pegado en el vaso de cafe. Termino justo a tiempo. Las puertas del ascensor se abren y no espero ni una decima de segundo para meterme dentro. A estas horas de la manana la competencia es feroz. El ultimo que sube es el que tiene que bajar si la alarma de exceso de carga se dispara y no quiero perder mas tiempo o pelearme. Un dia ya tuve que hacerlo. Un tipo gordo y yo fuimos los ultimos en subir y la alarma del ascensor se disparo. Yo no me movi, y el tampoco. Las puertas no se cerraban y la gente empezo a mirarnos irritada. Al final el tio insinuo que yo era la que debia bajar, y yo le solte que el ascensor se estaba quejando de su peso, no del mio; a mis cuarenta y pico todavia tengo la misma talla que tenia a los veinte y un fisico envidiable, no en vano me machaco varias horas en el gimnasio cada semana y evito las calorias igual que el Conde Dracula el sol. En la planta 58 Marvin me esta esperando con su habitual pose de inquisidor. En dos minutos me pide que haga diez cosas a la vez, y yo le pido a mi secretaria otras tantas. Las cosas en la oficina funcionan asi, como un pendulo de Newton. La primera bola golpea a la segunda y la energia se transmite hasta el final de la cadena. --Los japoneses llegaran en cualquier momento --. dice Marvin mordiendose las unas -- Un solo error y toda la operacion se ira al garete. No me falles, Sara. No me falles. Si hay que invertir mas horas, se invierten. Pero no quiero ni una metedura de pata mas. Mira lo que encontre ayer --. me lanza un dossier con los informes que estuve repasando el fin de semana. Los que me costaron una bronca con Matthew. Mi esposo opina que deberia pasar mas tiempo con el y los ninos. Ya se que nuestra vida familiar no es como habiamos sonado, pero las circunstancias obligan. Me case joven. Un ano despues tuve a Amy. Una nina adorable. Ahora tiene 17 anos y se ha convertido en una adolescente autista; se pasa el dia encerrada en su habitacion hablando o chateando con sus amigas. Matt llego ocho anos mas tarde. Fue una bendicion de Dios, pero nos acabo de hundir economicamente; el prestamo de la universidad, la hipoteca de la casa, los seguros medicos... Afortunadamente he conseguido escalar puestos en la empresa y ahora ya no tenemos que preocuparnos por las facturas de final de mes. A Matthew, que tiene un caracter menos ambicioso que yo, no le importa quedarse en casa a cargo de Amy y Matt. Trabaja escribiendo para un famoso blog culinario y aunque no le pagan mal, comparado con mi sueldo es calderilla. !Por eso me cabrea cuando me acusa de ser una madre y esposa ausente! --Marvin, no se que decir... Lo repase mil veces. --Dime que no volvera a pasar --. grune y me arranca el dossier de las manos -- Iremos a comer con los <
>. Mas te vale ser convincente. El trato debe quedar cerrado. Hoy. Llego tarde al restaurante. Marvin hace media hora que esta enviandome mensajes y yo estoy al borde de las lagrimas. Me he tirado mas de 20 minutos en la calle para conseguir un taxi, y se ha puesto a llover. Por eso al ver el codiciado coche amarillo corro para adelantar a una senora mayor con muletas que va a cogerlo antes que yo. Me siento culpable, pero me deshago del remordimiento pensando que ella no tiene que soportar un jefe como el mio y que si llega tarde a su cita, como mucho, va a cabrear al perro o al gato por no estar a la hora de siempre para ponerle la comida. Cierro la puerta del taxi, le doy la direccion al conductor y me miro en el espejo que llevo en el bolso. Doy pena. Con la humedad mi pelo se ha encrespado, el rimel se ha corrido con las gotas de lluvia y para acabarlo de arreglar, el abrigo horroroso que me ha comprado mi secretaria lo tengo que llevar abierto !porque es dos tallas mas pequeno! Al apearme del taxi delante del restaurante me doy cuenta que llevo una carrera en las medias. ?Cuando ha ocurrido? Parece que hoy todo me sale mal. Si me hubiera disfrazado de mendiga seguro que no daba tan mala impresion. Por suerte llevo unas medias de recambio en el bolso y puedo pasar por el bano a cambiarmelas. En el espejo del tocador me repaso las pestanas con mascara de ojos y me aliso el pelo con la mano. Lista. No estoy despampanante, pero he quedado presentable. Me siento satisfecha y sonrio. Mi reflejo me devuelve la sonrisa. !Joder! Me ha salido otra arruga. Eso me recuerda que debo pasar por Bergdorf Goodman a comprar mas crema antiarrugas y maquillaje, para tapar las que se resistan. Trago saliva mientras el maitre me acompana al salon privado donde Marvin me espera. El piensa que voy a convencer a los japoneses de que la oferta que les presentamos es inmejorable, aunque todos sabemos que podria ser mucho mejor, y cree que voy a cerrar el trato con solo una reunion; aunque necesitare varias para hacerlo, si es que lo consigo. Le adverti que los nipones tenian una forma de hacer negocios muy distinta a la nuestra, y que debiamos empaparnos de su cultura si queriamos salir victoriosos. Pero el me solto que lo dejaba en mis manos, que es lo que suele decir cuando cree que algo es una gilipollez. Por eso estoy hecha un flan. No tiene ni idea de como tratar a nuestros interlocutores, y si algo sale mal va a echarme las culpas a mi -
La estrellas de Nerea (Las estrellas 2) de Estrella Correa
https://gigalibros.com/la-estrellas-de-nerea-las-estrellas-2.htmlNerea intenta ser feliz al lado de lo que conoce, pero nada la llena.
Nerea se siente sola, pero cree que, poco a poco, encontrara su camino.
Nerea lucha, vive y suena, pero ni el tiempo sana las heridas de su corazon roto. -
Alaska. La vida en la cabana de Ariadna Baker
https://gigalibros.com/alaska-la-vida-en-la-cabana.htmlCuando Dakota se siente al borde del precipicio, con un matrimonio fracasado y una casa de la que deshacerse para separarse de su marido por completo, aparece Otto, un policia que llega nuevo a la ciudad y con un fracaso sentimental reciente.
Su relacion comienza poco a poco e ira en aumento. Pero algo inesperado los separara antes de lo que imaginaban.
?Podran, despues de lo ocurrido, retomar su relacion?
Un amor que marcara un antes y un despues en la vida de los protagonista -
Los ultimos dias de Rabbit Haye, Anna McPartlin de Anna Mcpartlin
https://gigalibros.com/los-ultimos-dias-de-rabbit-haye-anna-mcpartlin.htmlRabbit Hayes ama su vida, normal y corriente como es, y tambien ama a la gente extraordinaria que hace que esta vida sea aun mejor. Ama a su ingobernable y vital familia: a su hija Juliet y a Johnny Faye, ambos con un corazon de oro.
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La nina en la ventana de Larru
https://gigalibros.com/la-nina-en-la-ventana.htmlEl invierno se llevo a mis padres. Los dos murieron casi al mismo tiempo, mi madre enfermo de grave neumonia y mi padre de tristeza al cabo de un mes, habian pasado mas de cincuenta anos juntos, el debio de decidir que ni la muerte los separaria. Los meses de despues de sus fallecimientos me pasaron factura, adelgace y unas ojeras profundas delataban la tristeza de mi interior. Ademas los escasos ahorros de mis padres se me fueron agotando, pronto no tendria dinero para pagar el alquiler de la casa donde me habia criado. Comence a buscar trabajo, eche curriculos en supermercados, bares y me presente en varias etts pero parecia que nadie queria dar trabajo a una chica de aspecto mortecino como yo, cosa que no era del todo un disparate, por otro lado. Una manana, en la panaderia del barrio mientras esperaba mi turno escuche a una senora quejarse a otra de que no encontraba a nadie que quisiera cuidar a su hermana. [?]En los tiempos que vivimos es dificil dar con alguien a tiempo completo, lo tienes complicado, Petra. [?]le decia la otra mujer. Sin pensarlo, me atrevi a intervenir en la conversacion de las dos mujeres y me dirigi a la que tenia el problema: [?]Senora, perdone que me inmiscuya pero creo que yo soy la persona que usted necesita. Estuvimos hablando casi media hora, la senora Petra me conto que su hermana Matilde vivia sola y, a pesar de sus cincuenta anos los pulmones se habian vuelto tan delicados que no podia realizar apenas esfuerzos. Ella no queria que estuviera sola y necesitaba a una chica, a poder ser, que fuera su ayuda y compania, por ende. [?]Yo tengo a mi marido, hijos y nietos, no puedo ocuparme de ella como ella lo requiere. Ademas cuando su marido murio heredo mucho dinero, ?para que sirve, si no? [?]le explico con vehemencia. Yo asentia, solo pedia en silencio que me contratara, por Dios bendito. [?]Matilde es una mujer triste desde que Tomas y su unica hija fallecieron en un accidente de coche, el la tenia en un altar, ?sabes? y Daniela estaba muy enmadrada, eran una familia muy avenida hasta que la desgracia les ataco y luego, para colmo, ha ido en aumento con su enfermedad, debe llevar una bombona de oxigeno siempre a cuestas. Pero es muy buena, eso te lo aseguro. Antes de su convalecencia permanente, fue maestra en una escuela de primaria durante veintidos anos y los ninos la adoraban, aun hoy recibe cartas y visitas de algunos de ellos, con esto te quiero decir que vas a estar con ella muy bien, le encanta leer y escribir, ?a ti? [?]Si, si, a mi leer. [?]Entonces, ahora que ya sabes lo que pido, ?aceptas el trabajo? Creo que eres justo la chica que Matilde necesita, la compania perfecta [?]me dijo mirandome de arriba abajo[?] Ademas, tu misma te has interesado cuando hablaba con mi vecina., bueno, ?que decides? [?]Acepto, claro que acepto, creo que como usted ha dicho estoy interesada en el trabajo. [?]Entonces no se hable mas, la voy a llamar para que sepa que vas esta misma tarde, ?te parece? ?Para que perder mas tiempo? [?]Si, no se preocupe, preparo mis cosas y marcho para alla. Recogi mis pocas pertenencias en dos maletas, llame al dueno de la casa para quedar con el, le entregue el alquiler que le debia y las llaves. A las cinco de aquella tarde de finales de febrero tocaba el timbre de la casa de la senora Matilde, un piso grande y algo lugubre segun la descripcion de su propia hermana. Una mujer con facciones muy hermosas y languidas me recibio y enseguida me presente: [?]Hola, soy Belen, ?usted es Matilde? [?]Asi es, pero hablame de tu, por favor y pasa, pasa que vas cargada. Sigueme para que puedas dejar las cosas en tu habitacion. Segui a la senora y pude observar que el largo pasillo estaba revestido con un papel antiguo y varias fotografias enmarcadas. Ibamos entre penumbras, ella comento que se habian fundido algunas bombillas, que ahora que iba a estar yo, las cambiaria. [?]Aunque no hay nada con que tropezarse, asi que tranquila. Mira aqui esta tu cuarto, espera un momento que encuentre la llave, luego te la entregare a ti. Mientras Matilde removia el enorme juego de llaves que portaba yo mire a una de los retratos de la pared contigua. Era una nina vestida de comunion que sonreia con un rosario entre sus manos. Por unos momentos, el gesto jovial se volvio un rictus. Parpadee, la boca habia recuperado el aspecto risueno de la pequena. Mi mente me la habia jugado sin mas, tal vez producto de los nervios del momento. Matilde trataba de abrir la puerta pero la cerradura se le resistia: [?]Vaya con esta puerta, no hay manera, si hace un rato cuando he entrado a dejarte toallas y sabanas no he tenido ningun problema, ?sera posible? [?]Si quieres pruebo yo. [?]Ya, por fin [?]exclamo la mujer cuando logro que se abriera y anadio[?] espero que no tengas problemas con esta puerta. Entramos a una habitacion limpia, con un armario, mesilla y butaca a los lados de la cama. Matilde me dijo que me acomodara y sacara mis cosas con tranquilidad, tambien que a las seis preparaba el cafe y que me esperaria para tomarlo. [?]Necesito ir al bano, Matilde. [?]Por supuesto, mira, al fondo del pasillo tienes un pequeno aseo, todo para ti. El salon esta en el lado opuesto, querida. Despues de volver del excusado, la curiosidad me hizo detenerme a observar de nuevo la fotografia de la nina, debia de ser la hija de la senora, Daniela o bueno, tal vez alguna de sus sobrinas. Ya le preguntaria a Matilde aunque de momento me quedaria con la duda, me parecia muy prematuro indagar cuestiones de indole personal. Cuando termine de guardar mis ropas y enseres, hice mi cama y recogi las maletas faltaban escasos minutos para las seis de la tarde. Me dirigi al salon, Matilde me esperaba con el juego de cafe preparado y un platito de bollos glaseados, sentada al pie de una mesa redonda de madera oscura. Me indico que tomara asiento en frente de ella, realmente era una mujer de aspecto delicado, me di cuenta pronto de su fragilidad ademas de la bombona de oxigeno a mano, en una silla en su lateral. Mientras servia el cafe me pregunto la edad y donde habia vivido, lo normal. Cuando le conte la fatalidad de mis padres, ella me consolo y dijo que entendia en carnes propias mi sufrimiento. [?]Espero que este trabajo tambien te sirva un poco de ayuda para ti, para superar el duelo, la soledad es muy mala para esos asuntos. [?]Creo que asi sera [?]dije y a mi misma me sorprendieron estas palabras. Ella parecio complacida y dijo que esperaba que fuera de esa manera. Luego siguio hablando sobre sus horarios, costumbres, lo que yo debia hacer, etc. [?]Me encanta cocinar, asi que espero que te gusten mis platos. [?]Soy de buen conformar, Matilde, no hay problema. [?]La cena de hoy ya la tengo preparada, merluza en salsa verde. [?]Suena delicioso. [?]Espero que tambien te sepa igual, Belen. [?]Seguro. [?]Por cierto, no te he comentado que tengo un intercomunicador en mi habitacion, era de cuando mi hija Daniela era bebe, en aquel entonces era todo un invento exclusivo, me lo enviaron de Estados Unidos y todo, aun funciona. Aqui tienes el altavoz para que lo pongas en tu mesilla. Asi, si en la noche me surge algo te podre llamar. Toma [?]y me extendio el pequeno aparato. Pense que aquello era un poco absurdo, en el silencio de la noche si ella me llamara la iba a oir con toda seguridad, ademas yo no era persona de dormir profundamente y menos en los ultimos tiempos pero decidi no llevarle la contraria. Despues la conversacion se volvio un poco tensa. Matilde me estaba indicando en que orden y que dia de la semana tocaba limpiar cada parte del gran piso. Yo le dije que como ella gustara. [?]Solo hay una excepcion, la habitacion de mi hija Daniela, ahi solo entro yo, querida. [?]De acuerdo [?]dije con voz confundida. [?]Puede parecerte una extravagancia pero espero que respetes del todo esta norma. Es la habitacion que queda en frente de la tuya[?]dijo con el semblante serio. [?]Bueno, yo he venido aqui a trabajar y a lo que mandes, no te quepa duda. El rictus de Matilde se relajo y alargo la mano hacia la mia por encima de la mesa para darme un ligero apreton. [?]Lo siento, Belen, tal vez he sido demasiado ruda al decirte esto, pero es que desde que murio mi hija cerre esa habitacion para siempre, a veces entro para que se airee unos minutos y poco mas. [?]Lo siento, no te preocupes que lo entiendo. [?]No pasa nada. Se levanto y dijo que iba a tumbarse a su cama, dijo que le empezaba a doler la cabeza y que se verian para la hora de la cena, a las nueve de la noche. [?]Puedes ver la television o lo que te apetezca, ahora mismo no tienes nada que hacer, Belen. Al cabo de una semana en casa de Matilde, sin contratiempos y amoldandome a mi nueva vida de interina a tiempo completo, vinieron una tarde de visita la hermana de la senora y su marido. Enseguida me percate de que este hombre no era querido por Matilde. Cuando me aviso de que se presentarian a la hora del cafe, me dijo que me vistiera formal y me recogiera el pelo y no solo eso, ella se vistio de negro por completo y se hizo un mono tirante y bajo, parecia que los anos le hubieran caido encima de golpe. Matilde me explico que su cunado era un hombre beato y de arraigadas costumbres y no deseaba desatar sus criticas y que luego las pagara con su hermana. En ese momento no entendi aquella advertencia pero no quise preguntar sobre ello, mas que nada porque me parecia un tema muy personal.
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Matar a la Reina (Diamante Rojo 1) de Angy Skay
https://gigalibros.com/matar-a-la-reina-diamante-rojo-1.htmlLas alegres Navidades de Micaela Bravo se ven interrumpidas cuando, con solo doce anos, alguien, a quien creia de su familia, le arranca la infancia acabando con lo que mas quiere. Todos sus seres queridos son asesinados sin piedad y, ella, ultrajada y agredida hasta tal punto que sus agresores piensan que han terminado con su vida.
En su ultimo aliento, su alma se impregna de un sentimiento vengativo que la hara tomar las riendas de su vida unos anos despues, por un oscuro y tenebroso mundo donde las mafias y el peligro son algo constante.
En otra parte del planeta, un asesino a sueldo recibe una llamada que hara cambiar su existencia por completo cuando descubra una lista con seis nombres, teniendo que asesinar a cada persona por orden correlativo, segun su antiguo instructor, Anker Megalos.
Matar a la Reina es la primera parte de la serie Diamante Rojo, donde la mafia, los asesinatos, la accion y un amor peligroso se juntaran, dandole lugar a las personas que, al parecer, nunca tienen oportunidad de vivir un futuro a su antojo: los villanos.
En esta ocasion, <>. -
Ella’s Twisted Senior Year (Traduccion) de Amy Sparling
https://gigalibros.com/ella-8217-s-twisted-senior-year-traduccion.htmlHabiendo pasado la mayor parte de su ultimo ano volando por debajo del radar, lo ultimo que Ella Lockhart esperaba era tener un tornado en su casa, dejandola sin hogar. Ya es suficientemente malo que toda la escuela ahora se compadezca de ella, pero ?tuvieron que dejar sus padres que los vecinos los aceptasen?
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Las aguas rebeldes de Sara Raasch
https://gigalibros.com/las-aguas-rebeldes.htmlUna revolucionaria. Un pirata. Un principe.
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La ultima vecina de Ana Viladomiu
https://gigalibros.com/la-ultima-vecina.html -
Como Animales de Jorge Borges
https://gigalibros.com/como-animales.htmlTodo comenzo por accidente.
Un retiro a la casa de las montanas.
10 personas, en mi casa.
Alcohol, cartas, dardos, alcohol. -
Encontre la pieza que me faltaba (Serendipity 8) de Moruena Estringana
https://gigalibros.com/encontre-la-pieza-que-me-faltaba-serendipity-8.htmlAndrew esta enamorado de Esme pero sabe que si la quiere de verdad tiene que dejar que ella vuele libre… aunque esto signifique perderla.
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La semilla de la bruja de Margaret Atwood
https://gigalibros.com/la-semilla-de-la-bruja.html -
El abrazo del monstruo de Felix J. Palma
https://gigalibros.com/el-abrazo-del-monstruo.html -
La senora Harris en Nueva York de Paul Gallico
https://gigalibros.com/la-senora-harris-en-nueva-york.htmlLa senora Ada Harris y la senora Violet Butterfield, que vivian respectivamente en los numeros 5 y 9 de Willis Gardens Street, en el barrio londinense de Battersea, se estaban tomando la taza de te de todas las noches en el pisito de la primera de ellas, una casa pulcra y adornada con flores, en el semisotano del numero 5. La senora Harris era senora de la limpieza, de ese tipo robusto y tipico de Londres que se pasa el dia yendo de un lado a otro dispuesta a adecentar la ciudad mas grande del mundo; su amiga de toda la vida y companera del alma, la senora Butterfield, era cocinera por horas y tambien limpiaba. Las dos atendian a una elegante clientela de Belgravia, donde corrian diversas aventuras a lo largo de la jornada, enterandose tambien de algun que otro chisme interesante de los excentricos personajes para los que trabajaban. Por las noches se juntaban para tomar una ultima taza de te y contarse esos chismes. La senora Harris rondaba los sesenta anos, era baja y enjuta, tenia unas mejillas que parecian manzanas glaseadas y unos ojillos traviesos. Aunque tenia un lado muy eficiente y pragmatico, tendia a idealizar las cosas, al optimismo y a ver la vida muy simplificadamente, en blanco o negro. La senora Butterfield, tambien de unos sesenta anos, era una mujer rechoncha, sinuosa y temerosa, de un pesimismo absoluto, que imaginaba que todo el mundo, ella incluida, vivia siempre al borde del desastre. Estas dos buenas senoras eran viudas desde hacia muchos anos. La senora Butterfield tenia dos hijos casados, y ninguno de ellos la ayudaba a mantenerse, cosa que no le extranaba; le habria sorprendido que lo hubieran hecho. La senora Harris era madre de una hija casada que vivia en Nottingham, a la que escribia todos los jueves por la noche. Las dos llevaban una vida provechosa, ocupada e interesante, se brindaban apoyo fisico y espiritual, y se consolaban en su soledad. Habia sido la senora Butterfield quien, al ocuparse temporalmente de los clientes de la senora Harris, habia hecho posible que esta cogiera un avion a Paris con el emocionante y romantico objetivo de comprarse un vestido de Dior, un trofeo que ahora colgaba de su armario y que le recordaba a diario lo maravillosa y trepidante que puede ser la vida para alguien con un poco de energia, tenacidad e imaginacion. Comodas y a gusto en el pulcro piso de la senora Harris, bajo el resplandor de la pantalla de la lampara, con la caliente y fragante tetera debajo de la funda amarilla y florida que la senora Butterfield le habia tejido por Navidad, las dos mujeres se contaban los acontecimientos del dia. La radio estaba encendida y de ella salia una serie de ruidos horribles atribuibles a la grabacion hecha por un tal Kentucky Claiborne, cantante estadounidense de musica hillbilly. [?]Y le dije a la condesa: <
> -contaba la senora Harris[?]. Que tacana es esa mema. < >, me contesto, <>. !Que nos sirva un ano mas! Cada vez que toco el condenado trasto, me suelta una descarga que me baja hasta los pies. Le he dado un ultimatum. < > [?]declaro. Echar las llaves de un piso por la ranura de un buzon era la forma clasica en que una senora de la limpieza anunciaba su dimision. La senora Butterfield le dio un sorbo al te. [?]No lo comprara -aseguro en tono sombrio[?]. Conozco a las personas como ella. Todo el dinero se lo gastan en si mismas, lo demas les da igual. Desde el altavoz de la pequena radio de mesa, Kentucky Claiborne cantaba entre gemidos: Adios con un beso, mi mustang querido, adios con un beso a lo que hemos sido. Los malos me han pegado un tiro, me temo que he sido abatido. Adios con un beso, mi mustang querido. [?]!Buf! -exclamo la senora Harris[?]. Ya no aguanto mas esos quejidos. Tesoro, quita eso, por favor. Obedientemente, la senora Butterfield se inclino y apago la radio mientras comentaba: [?]Hay que ver la pena que da que al hombre le peguen un tiro y luego quiera darle un beso a su caballo. Ahora nunca sabremos si llega a hacerlo. Sin embargo, si llegaron a enterarse, ya que por lo visto los vecinos eran grandes seguidores del cantante de baladas norteamericano, y todo el folletin de tragedias y amores del Lejano Oeste se filtro por las paredes. Otro ruido distinto llego a la cocina en la que estaban las dos mujeres: un leve golpe seco y despues un aullido de dolor, tras los cuales el volumen de la radio subio enseguida para que el punteo de la guitarra y los grunidos nasales de Kentucky Claiborne tapasen los sollozos. Las dos senoras se irguieron inmediatamente, con un gesto triste y muy preocupado. [?]Que gentuza -susurro la senora Harris[?], estan volviendo a zurrar al pobre Henry. [?]Ay, pobre criatura -dijo la senora Butterfield, y anadio[?]: Ya no le oigo. [?]Por eso han subido la radio. Ada se acerco a un punto de la pared en el que era evidente que antes habia una compuerta y en el que el tabique era mas fino, y lo golpeo fuertemente con los punos. Casi en el mismo momento le contestaron con los mismos golpes. Acerco la boca al tabique y grito: [?]Oigan, dejen de pegar al nino. ?Quieren que llame a la policia? La respuesta del otro lado de la pared fue clara y concisa: [?]Vayase a freir esparragos -le espeto una voz masculina[?]. ?Quien esta pegando a nadie? Las dos mujeres esperaron cerca del tabique, angustiosamente atentas, pero no oyeron nuevos sintomas de sufrimiento, y al poco tambien perdio intensidad el ruido de la radio. [?]!Que gentuza! -repitio la senora Harris[?]. El caso es que no le pegan lo bastante fuerte para dejar marcas, porque si no podriamos llamar a la Sociedad Nacional para la Prevencion de la Crueldad contra los Ninos. Manana les dire muy claro lo que pienso. La senora Butterfield aseguro, abatida: [?]No servira de nada, despues se desquitaran con el y ya esta. Ayer le di un trozo de bizcocho que me habia sobrado de la merienda. Madre mia, como se abalanzaron sobre el esos mocosos de los Gusset, se lo quitaron antes de que pudiera llevarselo a la boca. De pronto aparecieron dos lagrimas de frustracion y rabia en los ojos azules de la senora Harris, que solto una retahila de palabras muy malsonantes e irreproducibles para describir a los vecinos, la familia Gusset. La senora Butterfield le dio unos golpecitos en la espalda a su amiga y dijo: [?]Vamos, vamos, querida, no te alteres. Es una pena, pero ?que podemos hacer? [?]!Algo! -respondio la senora Harris con ahinco. Luego repitio[?]: Algo. Es que no lo aguanto. Es un chiquillo adorable. -Le aparecio un brillo en la mirada[?]. Seguro que si yo fuera a Estados Unidos podria encontrar a su padre sin demasiadas complicaciones. En algun sitio tiene que estar, ?no? Sufriendo mucho por su pequeno, sin duda. El rostro regordete de la senora Butterfield adopto un gesto de espanto, la papada se le empezo a agitar y sus labios, a temblar. [?]Ada -dijo con voz tremula[?], no estaras pensando en viajar a Estados Unidos, ?verdad? Recordaba muy bien que, en una ocasion anterior, a la senora Harris se le habia metido entre ceja y ceja que lo que mas deseaba en el mundo era un vestido de Dior, y que despues se habia tirado dos anos apretandose el cinturon y ahorrando; luego habia cogido un avion a Paris y habia vuelto triunfante con el vestido. A la senora Butterfield le causo gran alivio ver que lo que su amiga era capaz de hacer tenia un limite, ya que esta anadio, apenada: [?]Pero ?como iba a hacerlo? Aunque esto me parte el corazon. No aguanto ver como maltratan a un nino. Esta tan flaco que no puede ni tenerse en pie. Todo Willis Gardens conocia la historia del pequeno Henry Brown y los Gusset, una tragedia de la epoca posterior a la guerra que, desgraciadamente, se repetia demasiadas veces. En 1950, George Brown, un joven piloto norteamericano destinado en alguna base aerea, se habia casado con una joven camarera del pueblo mas cercano, una tal Pansy Cott, con la que habia tenido un hijo llamado Henry. Cuando, al acabar su periodo de servicio, a George Brown lo volvieron a enviar a Estados Unidos, la mujer se nego a acompanarlo, se quedo en Inglaterra con el nino y exigio una manutencion. Brown regreso a su pais y fue mandando el equivalente a dos libras semanales para el cuidado del pequeno. Tambien se divorcio de su mujer. Pansy y Henry se trasladaron a Londres, donde ella encontro trabajo y tambien conocio a otro hombre, que mostro interes por el matrimonio. Sin embargo, no queria tener nada que ver con el nino, y el precio que puso para convertir a Pansy en una mujer decente fue que se desembarazara de el. Ella no tardo en dejar al pequeno Henry, que por aquel entonces tenia tres anos, en casa de una familia apellidada Gusset, que vivia en Willis Gardens y que ya tenia seis hijos; se caso con su novio y se mudo a otra localidad. A lo largo de tres anos, la libra semanal que Pansy habia acordado pagar a los Gusset para que se ocuparan del pequeno Henry (con lo que claramente se sacaba una libra de beneficio) no dejo de llegar, y el nino, aunque tampoco es que se atiborrase de comida gracias a semejante opulencia, no vivia en condiciones mucho peores que los hermanos Gusset. Pero un dia la libra no llego, y a partir de entonces no volvio a hacerlo. Pansy y su nuevo marido se habian esfumado y no hubo modo de dar con ellos. Los Gusset tenian una direccion del padre, George Brown, en Alabama. Una carta que mandaron a estas senas, en la que pedian dinero, les fue devuelta con una inscripcion sellada que decia < >. La familia se percato de que no podia deshacerse del nino, y a partir de entonces las cosas se pusieron feas para Henry. Desde ese momento, en el barrio quedo claro que los Gusset, que ya tenian fama de ser una familia parecida a los Juke, 1 estaban tomando represalias contra el nino. Henry se convirtio en gran motivo de preocupacion para las dos viudas que vivian a izquierda y derecha de los Gusset, pero sobre todo para la senora Harris, a quien conmovia el infeliz chiquillo, legalmente huerfano, cuya desgracia se le aparecia en suenos por las noches y tambien en sus ensonaciones diurnas. Si los Gusset lo hubieran tratado con mayor brutalidad, la senora Harris podria haber tomado alguna medida inmediata y drastica en cooperacion con la policia. Pero los vecinos eran demasiado listos para hacer algo asi. Nadie sabia a ciencia cierta a que se dedicaba el padre para mantener a la familia, pero su actividad se desarrollaba en el Soho, a veces de noche, y en general se opinaba que estaba relacionada con algo turbio. Fuera cual fuera esa actividad, se sabia que a los Gusset les inquietaba en especial llamar la atencion de la policia, y por lo tanto, en lo que respectaba al pequeno Henry, cumplian la ley al pie de la letra. Estaban muy al tanto de que, cuando habia un nino de por medio, la policia solo podia actuar en casos de crueldad extrema y visible. Nadie podia decir con exactitud hasta que punto el chico pasaba hambre o se le infligian lesiones. Pero la senora Harris sabia que habian convertido su vida en un infierno continuo de raciones escasas, bofetones, golpes, pellizcos e insultos, con los que los Gusset se vengaban de el por la desaparicion del dinero. Henry era el criado y la victima de esta desastrada familia, y cualquiera de los seis hijos, cuatro chicos y dos chicas entre los tres y los doce anos, podia darle patadas, pellizcarlo y ofenderlo con impunidad. Aunque lo peor de todo era que el nino se estaba criando sin amor ni carino de ninguna clase. Al contrario: lo odiaban, y esto era lo que mas dolia tanto a la senora Harris como a la senora Butterfield. La senora Harris tambien habia recibido bastantes golpes; en su mundo eran algo que se esperaba y se aceptaba, pero ella era de naturaleza calida y acogedora y habia conseguido criar a una hija; lo que veia del nino de al lado y del trato que recibia empezo a causarle un dolor y una inquietud continuos, a convertirse en algo que siempre le rondaba la cabeza, de lo que nunca se olvidaba del todo. Muchas veces, cuando, en consecuencia con su caracter, estaba contenta, animada, sin preocupaciones y entregada por completo al trabajo, a sus clientes y a sus amigos, se acordaba de pronto y con gravedad de la desgracia del pequeno Henry. Entonces se sumia en una de sus ensonaciones, de esas que en torno a un ano antes la habian llevado a emprender la gran aventura de su vida en Paris. La nueva ensonacion tenia el tono de las historias romanticas a las que era muy aficionada, y que leia en las revistas que muchas de sus clientas le pasaban cuando ya las habian terminado. La opinion de la senora Harris, trasladada a sus ensonaciones, era que Pansy Cott, o fuera cual fuera ahora su nuevo apellido, era la mala de la historia; Brown, el piloto desaparecido, el heroe; y el pequeno Henry, la victima. Entre otras cosas, estaba convencida de que el padre seguia manteniendo al nino, y de que Pansy se quedaba con el dinero. Todo era culpa de Pansy: ella se habia negado a acompanar a su marido a Estados Unidos, que era lo que le dictaban sus obligaciones de mujer casada; ella habia apartado a Brown del nino; ella, para contentar a un novio, habia colocado al chiquillo en casa de esa monstruosa familia; y, por ultimo, ella se habia esfumado con el botin y habia abandonado al pequeno a su espantosa suerte. George Brown, por otro lado, era uno de esos hombres nobles por naturaleza; seguramente, en los anos transcurridos se habia hecho rico, que era lo tipico en Estados Unidos. A lo mejor se habia vuelto a casar, a lo mejor no, pero se hallara donde se hallara estaria anorando a su Henry perdido. Esta valoracion de George Brown se basaba en lo que la senora Harris habia visto de los soldados estadounidenses destinados en Inglaterra, que siempre le habian parecido simpaticos, de buen corazon, generosos y especialmente carinosos y atentos con los ninos. Recordaba que, durante la guerra, nunca habian dejado de compartir su racion de dulces con los chiquillos que vivian en las inmediaciones de sus bases. Tendian a ser ruidosos, gritones, fanfarrones y derrochadores, pero, cuando se les acababa conociendo, en el fondo eran mas buenos que el pan. Evidentemente, tambien eran las personas mas ricas del mundo; la senora Harris erigio una especie de palacio de fantasia en el que en esos momentos debia de estar viviendo George Brown, y donde el pequeno Henry tambien podria estar disfrutando de lo que le correspondia por derecho de nacimiento, si su padre estuviera al tanto de sus desventuras. No le cabia la menor duda de que, si de un modo u otro pudiera encontrar al senor Brown y ponerle al corriente de la situacion, este haria acto de presencia, tras haber viajado en un avion a reaccion mas veloz que el sonido, para recuperar a su hijo y alejarlo de la tirania y la esclavitud a que lo tenian sometido los espantosos Gusset. Solo hacia falta que un hada madrina tirara levemente de los hilos del Destino y pusiera el mecanismo en marcha. Tanto le afectaban los padecimientos del pequeno Henry que no tardo en considerar que ella era esa hada madrina. En esa ensonacion, de un modo u otro, se trasladaba a los formidables Estados Unidos de America, donde, gracias a una mezcla de astucia y suerte, encontraba casi enseguida al desaparecido George Brown. Mientras la senora Harris le contaba la historia del nino, el padre empezaba a llorar, y, cuando ella terminaba, el ya estaba sollozando sin freno. < > Era una ensonacion muy feliz. Sin embargo, como se ha dicho antes, la senora Harris no era unicamente dada a construir castillos en el aire. Era realista, pragmatica, y sabia perfectamente cual era la situacion del pequeno Henry y de los Gusset; tambien, que nadie habia podido localizar al padre, a lo que se sumaba el hecho de que tampoco nadie lo habia intentado de veras. Por debajo de esos suenos estaba la certeza creciente de que, si se le presentaba la ocasion, trataria de encontrarlo; una certeza a la que no restaba la menor intensidad la circunstancia de que solo supiera de el que se llamaba George Brown y habia sido miembro de las Fuerzas Aereas de Estados Unidos. II En el fondo de su corazon, la senora Harris sabia muy bien que, para ella, un viaje a Estados Unidos era tan improbable como uno a la luna. Era verdad que habia llegado a cruzar el canal de la Mancha, y que gracias a los aviones el oceano Atlantico solo era una masa de agua que se podia sobrevolar a toda velocidad, pero las consideraciones practicas de los gastos, la manutencion, etcetera, hacian que un viaje asi le resultara inalcanzable. Habia conseguido ir a Paris y materializar su sueno despues de dos anos de ahorros y economias, pero ese esfuerzo habia sido de los que se hacen una vez en la vida. Ahora era mayor y consciente de que ya no se veia capaz de intentar reunir la cantidad necesaria de libras para financiar semejante expedicion. Tambien era verdad que l'af aire Dior se habia iniciado porque habia ganado cien libras en una quiniela de futbol, sin las cuales quiza no habria llegado a emprender la tarea de ahorrar otras trescientas cincuenta. Seguia jugando a las quinielas, pero sin la honda conviccion gracias a la cual a veces la fortuna sonrie. Y sabia perfectamente que ese tipo de rayo nunca caia dos veces en el mismo sitio. Sin embargo, en el mismo momento en que al pequeno Henry, silenciado por los espantosos aullidos de Kentucky Claiborne, lo estaban zurrando en la cocina del numero 7 de Willis Gardens, y mientras lo mandaban a la cama mal alimentado una noche mas, el Destino ya estaba preparando el terreno para un cambio asombroso que iba a producirse no solo en la vida del nino, sino tambien en la de Ada Harris y la senora Butterfield. No se obro ningun milagro, ni hubo nada sobrenatural; solo paso que dos grupos de hombres se reunieron frente a frente en una mesa de direccion de la sala de juntas y reuniones de un gigantesco estudio de Hollywood, de cine y television, a nueve mil quinientos kilometros de distancia, mientras se lanzaban miradas asesinas con toda la mala fe que pueden llegar a albergar unos hombres codiciosos, enzarzados en una lucha por el poder. Despues de siete horas, ciento tres cafes y cuarenta y dos Havana Perfectos, la maldad de las miradas no se habia atenuado, pero la batalla habia terminado. Se envio un cablegrama que tuvo consecuencias directas e indirectas en la vida de un extrano conjunto de personas, algunas de las cuales ni habian oido hablar de la North American Pictures and Television Company Inc. Entre los clientes a cuya casa la senora Harris < > no solo con regularidad sino tambien con entusiasmo, pues tenia sus preferencias, estaban el senor Joel Schreiber y su mujer, que vivian en un piso de seis habitaciones en la ultima planta de una de las casas reformadas de Eaton Square. Joel y Henrietta Schreiber eran una pareja de estadounidenses, de mediana edad y sin hijos, que llevaban tres anos instalados en Londres, donde el senor Schreiber trabajaba de representante y director de distribucion en Europa de la North American Pictures and Television Company. Habia sido gracias a la bondad de Henrietta Schreiber como la senora Harris habia podido cambiar sus libras, que tanto le habia costado ganar, por los necesarios y exportables dolares que le habian permitido pagar el vestido de Dior en Paris. Ni una ni otra habian tenido la menor idea de que al hacerlo estaban violando la ley. Tal como lo veia la senora Schreiber, ?acaso no iban a seguir las libras estando con ella en Inglaterra, sin salir del pais, que era lo que querian los britanicos? Tambien es cierto que la senora Schreiber era una de esas personas aturulladas que nunca llegan a entender del todo como funcionan las cosas, o como deben funcionar. Con la ayuda diaria y los consejos de la senora Harris, la mujer habia llegado a acostumbrarse a llevar una casa en Londres, a ir de compras por Elizabeth Street y a cocinar ella sola, mientras, gracias a la energica aparicion de Ada dos horas al dia, su piso estaba impoluto. Era muy probable que, si surgian contratiempos o un cambio repentino, a la senora Schreiber le diera un ataque. Al ser una persona que, antes de instalarse en Inglaterra, se habia visto obligada a aguantar al tipo de servicio domestico disponible en Hollywood y Nueva York, Henrietta era una ferviente admiradora de la rapidez, eficiencia y facilidad para que el polvo desapareciera de la senora Harris, y, sobre todo, de su capacidad de lidiar con casi cualquier situacion que se presentase. Joel Schreiber, como el soldado raso de Napoleon que portaba una vara de mariscal en el macuto, llevaba en el maletin un sello de presidente de una gran empresa imaginaria. Era un tenaz hombre de negocios que habia ido ascendiendo en la North American Pictures, que habia pasado de recadero a su puesto actual, pero siempre en el ambito ejecutivo; tambien tenia aspiraciones vinculadas a las artes y las letras, y sonaba con lo que haria si fuera presidente de la North American, una posibilidad tan remota que ni siquiera llegaba a comentarla con su Henrietta. El puesto que ocupaba el senor Schreiber no llevaba a la presidencia, ni a la creacion de estrategias, ni a reuniones con las grandes y medianas estrellas del sector del cine y la television. No obstante, cuando termino la reunion en Hollywood mencionada anteriormente y se mando el cablegrama, este tuvo como destinatario nada mas y nada menos que a Joel Schreiber, con las instrucciones de que trasladara tanto su despacho como su domicilio a Nueva York para ejercer durante cinco anos de presidente de la North American Pictures and Television Company Inc. Dos facciones de poder que luchaban por el control de la empresa, ninguna de las cuales era lo bastante fuerte para imponerse a la otra, proximas al agotamiento, habian accedido al fin a nombrar a Schreiber, un candidato inesperado y ajeno a ambas; por consenso, acabaron convirtiendolo en presidente de la North American. Despues del cablegrama que Schreiber recibio en su despacho esa tarde, se produjeron conferencias telefonicas, milagrosas conversaciones en < > celebradas con oceanos y continentes de por medio, en las que cinco personas (una en Londres, dos en California, dos en Nueva York) hablaron por telefonos distintos y lo hicieron como si todas estuvieran en la misma sala, y cuando el senor Schreiber, un hombrecillo fornido de mirada inteligente, llego a casa a ultima hora de esa tarde, estaba que no cabia en si por la ilusion y las noticias. No pudo contenerse, lo solto todo de golpe en cuanto cruzo la puerta. [?]Henrietta, !lo he CONSEGUIDO! Tengo que contarte una novedad, una importante. Soy presidente de la North American Pictures, !soy el responsable de todo! Van a ponerme una oficina en Nueva York. Tenemos que irnos dentro de dos semanas. Vamos a vivir en un piso enorme de Park Avenue, la empresa ya me ha buscado uno; es un atico, un duplex. Henrietta, ahora soy el mandamas. ?Que te parece? Formaban una pareja carinosa y afectuosa, asi que en primer lugar se abrazaron; a continuacion, el senor Schreiber dio unos pasos de baile con Henrietta, hasta que ella empezo a jadear mientras su corpulento y acogedor cuerpo se agitaba. [?]Te lo mereces, Joel -le dijo[?]. Lo tendrian que haber decidido hace mucho tiempo. Entonces, para tranquilizarse y ordenar las ideas, se acerco a la ventana y contemplo la sosegada y arbolada sombra de Eaton Square, con la calzada que la atravesaba por la mitad, y con una punzada penso en cuanto se habia acostumbrado a esa vida apacible, cuanto le habia gustado, y cuanto habia temido que la volvieran a llevar al barullo y el ritmo frenetico de Nueva York. Schreiber se paseaba entusiasmado por la casa, incapaz de sentarse, mientras docenas de pensamientos, grandes emociones e ideas nuevas, relacionados con su nueva posicion superior, le venian a la cabeza; de pronto se detuvo y solto: [?]Henrietta, si hubieramos tenido un hijo, ?no habria estado orgulloso de su padre ahora mismo? La frase se le clavo a la mujer en el corazon, donde se quedo temblando como un dardo lanzado a una diana. Sabia que aquello no pretendia ser un reproche, porque su marido no era un hombre de esos; eran palabras que solo surgian de las ganas que el habia sentido tanto tiempo de ser padre, ademas de marido. Y, ahora que de un dia para otro se habia convertido en alguien importante, ella entendia que ese deseo hubiera cobrado mayor intensidad. Cuando se aparto de la ventana, tenia lagrimas al borde de los ojos y solo pudo decir: [?]Ay, Joel, pero que orgullosa estoy de ti. El vio enseguida que la habia herido; se acerco a ella, le paso un brazo por los hombros y le dijo: [?]Oye, Henrietta, no me malinterpretes. No te eches a llorar. Somos una pareja muy afortunada. Ahora somos importantes. Piensa en lo bien que lo vamos a pasar en Nueva York, en las cenas que vas a organizar para un monton de gente famosa. Como suele decirse, seras la anfitriona perfecta, ya lo veras. -
Con fina desobediencia de Fermin De La Calle
https://gigalibros.com/con-fina-desobediencia.htmlTodo sobre el rugby : episodios iconicos, jugadores famosos y personajes menos conocidos.
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Madre de leche y miel de Najat El Hachmi
https://gigalibros.com/madre-de-leche-y-miel.htmlMadre de leche y miel narra en primera persona la historia de una mujer musulmana del Rif, Fatima, que ya adulta, casada y madre, deja atras a su familia y el pueblo donde ha vivido siempre, y emigra con su hija a Cataluna, donde lucha para tirar adelante. En esta historia se narran las dificultades de esta inmigrante, ademas del desajuste entre todo lo que ha vivido hasta ahora, y en lo que creia, y este nuevo mundo. Tambien se narra su lucha para tirar adelante y dar un futuro a su hija.
Articulada como un relato oral en que Fatima vuelve al cabo de los anos de visita a la casa familiar y cuenta a sus siete hermanas todo lo que ha vivido,
Madre de leche y miel nos ofrece una vision profunda y convincente de la experiencia de la inmigracion desde el punto de vista de una mujer musulmana, madre, que vive sola, sin el apoyo de su marido. Y a la vez nos ofrece un fresco completo de lo que supone hoy en dia ser mujer en el mundo rural musulman. -
Ese beso de Jill Shalvis
https://gigalibros.com/ese-beso.htmlEl atractivo Joe Malone no la llamo despues de su explosivo beso, y Kylie decidio quitarselo de la cabeza. hasta que tuvo que pedirle un favor para resolver un extrano asunto. Alguien habia robado un objeto muy valioso para ella, y solo habia una persona para llevar a cabo la investigacion: Joe.
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Obra reunida 1 de Mario Bellatin
https://gigalibros.com/obra-reunida-1.htmlEste libro reune parte de la narrativa de Mario Bellatin.