• De Las Vegas a la luna de Miriam Meza

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    Cuando creimos haber dejado a Murphy atras, el regresa para burlarse de nosotros. Porque las visitas sorpresa de la suegra, la tension en el trabajo y el resto de cosas saliendo mal tienen que ser obra suya. O tal vez no.

  • El Angel de los barrios pobres de Annemarie Brear

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    Huerfana, Victoria Carlton, fue adoptada por su tio, un banquero, para que fuera una dama y tuviera un buen matrimonio. Sin embargo, a ella le atrae ayudar a las familias de bajos recursos en los barrios pobres, algo que a su familia le disgusta. Cuando su tio muere repentinamente, su prima Victoria la culpa y la hecha de la casa sin nada. Victoria huye a la parte pobre de York para empezar nuevamente en un mundo lleno de obstaculos. Para lidiar con la idea de que su familia la ha dejado, se hace amiga de una mujer y unos ninos en el barrio. Sin embargo, con ello vienen enfermedades, la pobreza y la amenaza de un hombre brutal le podria costar todo.

  • No solo el fuego de Benjamin Prado

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  • Sabotaje de Arturo Perez Reverte

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    ?Es el Guernica que conocemos el verdadero cuadro que pinto Picasso?

  • La dalia negra de James Ellroy

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    Jamas le conoci en vida. Existe para mi a traves de los otros, mediante la evidencia de lo que su muerte les obligo a hacer. Trabajando con el pasado, busque solo hechos, y la reconstrui bajo la forma de una muchachita triste y una puta, en el mejor de los casos como alguien que-pudo-ser..., una etiqueta que podria serme aplicada tambien a mi. Desearia haber podido concederle un final anonimo, relegado a unas pocas palabras laconicas sobre el informe de un policia de Homicidios, la copia en papel carbon que se manda a la oficina del forense, mas papeleo necesario para llevarle al cementerio. Lo unico que habia de malo en mi idea es que ella no hubiera querido que las cosas ocurrieran de ese modo. Por brutales que fueran los hechos, ella hubiese querido que tales hechos llegaran a ser conocidos. Y dado que le debo mucho, y soy el unico conocedor de la historia, he empezado a escribir esto. Pero antes de la Dalia estuvo la relacion, y antes de eso, la guerra, los reglamentos militares y las maniobras en la Division Central, los cuales nos recordaban que tambien los polis eramos soldados, aunque fuesemos mucho menos populares que quienes estaban combatiendo contra los alemanes y los japoneses. Despues del trabajo de cada dia, los patrulleros tenian que participar en simulacros de ataque aereo, pruebas de oscurecimiento y entrenamientos para la evacuacion en caso de incendio, lo cual nos obligaba a ponernos firmes en la calle Los Angeles, a la espera de que el ataque de un Messerschmitt nos hiciera sentir un poco menos estupidos. La llamada para los servicios del dia seguia siempre un orden alfabetico, y poco despues de haberme graduado en la Academia, en agosto de 1942, conoci a Lee alli mismo. Ya habia oido hablar de el por su reputacion y estaba enterado de nuestros historiales respectivos: Lee Blanchard, peso pesado, 43 victorias, 4 derrotas y 2 nulos; con anterioridad, atraccion regular en el estadio de la Legion de Hollywood. Y yo: Bucky Bleichert, peso ligero, 36 victorias, ninguna derrota, y ningun nulo, colocado una vez en el puesto numero diez del ranking por la revista Ring, tal vez porque a Nat Fleisher le divertia la mueca desafiante con que solia contemplar a mis adversarios, en una exhibicion de mis dientes de caballo. Pero las estadisticas no contaban toda la historia. Blanchard pegaba duro, y recibia seis golpes para poder colocar uno, un clasico cazador de cabezas; yo bailaba, hacia fintas y buscaba el higado, siempre con mi guardia en alto, pues temia que si recibia demasiados punetazos en la cabeza mi aspecto se estropearia aun mas de lo que mis dientes lo estropeaban. En cuanto a los estilos de pelear, Lee y yo eramos como el aceite y el agua, y cada vez que nuestros hombros se rozaban cuando nos repartian las tareas a primera hora del dia, yo me preguntaba quien ganaria. Durante cerca de un ano nos estuvimos midiendo mutuamente. Jamas hablabamos del boxeo o del trabajo policial y limitabamos nuestra conversacion a unas cuantas palabras sobre el tiempo. En lo fisico, eramos tan distintos como pueden serlo dos hombres: Blanchard, rubio, de complexion sanguinea, media metro ochenta y dos y tenia los hombros y el torax enormes, con las piernas gruesas y arqueadas y el nacimiento de una tripa dura e hinchada; yo era de tez palida y cabello oscuro, un metro noventa de flaca musculatura. ?Quien ganaria? Finalmente, deje de intentar predecir quien seria el ganador. Pero otros policias habian adoptado la pregunta como suya y, durante ese primer ano en la Central, oi docenas de opiniones: Blanchard por un KO rapido; Bleichert por decision de los jueces; Blanchard parando el combate, siendo retirado de este por heridas... Todo, salvo Bleichert noqueando a su adversario. Cuando no me veian, les oia susurrar nuestras historias fuera del ring: el ingreso de Lee en el Departamento de Policia de Los Angeles; sus rapidos ascensos, conseguidos gracias a los combates privados a los cuales asistian los peces gordos de la policia y sus amigotes de la politica; como capturo a los atracadores del Boulevard-Citizens, alla por el 39, y se enamoro de una de las chicas de los ladrones, lo que le impidio engrosar las filas de los detectives cuando la chica se fue a vivir con el --en una completa violacion de las reglas del Departamento sobre no mezclar el trabajo y la vida privada-- y, por ultimo, la peticion de ella para que dejara de boxear. Los rumores sobre Blanchard me llegaban igual que los golpes y las fintas del ring, y yo me preguntaba hasta que punto serian ciertos. Los fragmentos de mi propia historia eran como punetazos en el estomago, por su veracidad al ciento por ciento: el ingreso de Dwight Bleichert en el Departamento para escapar de problemas bastante graves; la amenaza de expulsion de la academia cuando se descubrio que su padre pertenecia al Bund germano-estadounidense; las presiones sufridas para que denunciara ante el Departamento de Extranjeros a los chicos de ascendencia japonesa con los cuales habia crecido para asi asegurar su posicion dentro del Departamento de Policia de Los Angeles... No le habian pedido que celebrara combates privados porque no era un buen pegador, de los que dejan inconsciente a sus adversarios a las primeras de cambio. Blanchard y Bleichert: un heroe y un desgraciado. Acordarme de Sam Murakami y de Hideo Ashida, esposados y camino a Manzanar, hizo que las cosas quedaran bastante simplificadas entre nosotros dos..., al principio. Mas tarde entramos en accion, codo a codo, y mis primeras impresiones sobre Lee --y sobre mi mismo--, se fueron al garete. Era a principios de junio de 1943. La semana anterior, los marineros se habian peleado con unos cuantos mexicanos vestidos de cuero negro en el muelle Lick de Venice. Corrian rumores de que uno de los chicos habia perdido un ojo. Empezaron a producirse escaramuzas tierra adentro: personal de la marina procedente de la base naval de Barranco Chavez contra los pachucos de Alpine y Palo Verde. A los periodicos llegaron noticias de que los mexicanos llevaban insignias nazis, ademas de sus navajas de muelle, y centenares de soldados, infantes de marina y marineros de uniforme cayeron sobre las zonas bajas de Los Angeles, armados con bates de beisbol y garrotes de madera. Se suponia que en la Brew 102 Brewery, en Boyle Heights, los pachucos se agrupaban en numero similar y con armamento parecido. Cada patrullero de la Division Central fue llamado al cuartel y alli se le proporciono un casco de laton de la Primera Guerra Mundial y una tranca enorme conocida como sacudenegros. Al caer la noche, fuimos conducidos al campo de batalla en camiones que habian sido prestados por el ejercito y se nos dio una sola orden: restaurar la paz. Nos habian quitado los revolveres reglamentarios en la comisaria; los jefazos no querian que ningun 38 cayera en manos de esa asquerosa y jodida ralea mexicano-argentina, los gangsters morenos. Cuando saltamos del camion en Evergreen y Wabash, llevando en la mano solo un garrote de kilo y medio con el mango recubierto de cinta adhesiva para que no resbalara, me senti diez veces mas asustado de lo que jamas habia estado en el ring, y no porque el caos estuviera acercandose a nosotros desde todas las direcciones. Me sentia aterrado, porque, en realidad, los buenos eran los malos. Los marineros estaban reventando a patadas todas las ventanas de Evergreen; infantes de marina con sus uniformes azules destrozaban sistematicamente las farolas, lo cual producia cada vez mas y mas oscuridad en la que poder trabajar. Soldados y marineros de agua dulce habian dado de lado la rivalidad entre las distintas armas y volcaban los coches aparcados ante una bodega al tiempo que jovencitos de la marina vestidos con sus acampanados pantalones blancos molian a palos a un grupo de mexicanos, al que superaban con mucho en numero, en un portal de al lado. En la periferia de la accion pude ver como unos cuantos de mis companeros se lo pasaban en grande con gente de la Patrulla Costera y policias militares. No se cuanto tiempo permaneci alli, quieto y aturdido, mientras me preguntaba a mi mismo que debia hacer. Entonces, mire hacia la calle Primera, al final de Wabash, donde vi casitas y arboles; nada de pachucos, polis o infantes de marina sedientos de sangre. Antes de saber muy bien lo que hacia, corri en esa direccion a toda velocidad. Hubiera seguido asi hasta derrumbarme pero una aguda carcajada que broto de un porche me hizo frenar en seco. Fui hacia el lugar de donde me llegaba el sonido. --Eres el segundo de los polis jovenes que sale como si se le quemara el culo de la animacion --me dijo una voz bastante cascada--. No te culpo. Resulta bastante dificil saber a quien le has de poner las esposas, ?verdad que si? Me quede en el porche, sin moverme, y mire al viejo. --La radio dice que los taxistas han ido hasta los cuarteles de la parte alta de Hollywood para traer a los marineritos hasta aqui. Segun la KFI, esto es un asalto anfibio, han estado tocando Levando anclas cada media hora y he visto unos cuantos reflectores giratorios al final de la calle. ?Crees que esto es lo que llamais vosotros un asalto anfibio? --No tengo ni idea, pero yo me largo. --No eres el unico, ?sabes? Hace muy poco, un hombreton paso corriendo por aqui. El abuelo comenzaba a parecerme una version de mi padre, aunque algo mas correosa. --Hay unos cuantos pachucos que necesitan ver su orden restaurado. --?Y cree que eso es sencillo, amigo? --A mi me lo resultaria. El viejo lanzo una risita de placer. Baje del porche y volvi hacia donde debia estar, mientras me daba golpecitos en la pierna con el garrote. Ahora, todas las farolas estaban rotas; resultaba casi imposible distinguir a los mexicanos de los soldados. El observar aquello me proporciono un camino facil para salir de mi dilema, y me dispuse para lanzarme a la carga. Entonces, a mi espalda, oi gritar: <>, y supe quien era el otro tipo que tambien habia salido corriendo. Retrocedi. Alli tenia a Lee Blanchard. <>, enfrentandose a tres infantes de marina de uniforme azul y un pachuco con todos sus cueros de gala. Los tenia acorralados en el camino que cruzaba el patio de una cabana bastante maltrecha y los rechazaba con rapidos gestos de su sacudenegros. Los marineritos le lanzaban golpes con sus garrotes, y fallaban siempre porque Blanchard no paraba de moverse, atras y adelante, hacia un lado, sosteniendose con gran agilidad sobre las puntas de los pies. El pachuco no cesaba de acariciar las medallas religiosas que le colgaban del cuello y su expresion era la de no entender nada.

  • Houston, tenemos mas de un problema de Garcia De Saura

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    Claudia no se imaginaba que, en mitad de su jornada laboral, dos agentes de policia llegarian de improviso a su puesto de trabajo en su busca. Sus incondicionales amigas, Vera y Daniela, testigos de la escena, intentan defenderla exigiendo saber de que se la acusa. Pero la visita de los agentes esconde una sorprendente y reveladora noticia.

  • La Ninera de Papa de Alicia Bloom

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    “Una hermosa historia a traves de una serie de eventos desafortunados para ambos personajes que termina siendo lo mejor que les pudo pasar en sus vidas. Noah y Mia, dos completos desconocidos que terminan siendo los mejores amantes.

  • En todas partes cuecen habas de Montse Giraldo

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    -No te preocupes mama, yo hago la compra cuando salga de trabajar y le acerco a Montse todo lo que le hace falta- le dice Marla a su madre con prisa en la voz. Desde el fondo del pasillo se escucha la voz de su jefe mas inmediato. Marla trabaja como secretaria de direccion del jefe de marketing. Con un jefe al que no le gusta que sus subordinados dediquen el tiempo de trabajo en cuestiones personales. Marla siempre ha demostrado ser eficiente en sus quehaceres laborales. Lo de esta manana es una excepcion algo que, en el transcurso de este mes se estaba repitiendo mas de lo que a ella le hubiese gustado, pero su hermana pequena ha sufrido un accidente de moto y ha acabado escayolada desde el tobillo hasta la rodilla y esta se negaba a alojarse en casa de sus padres a pesar de vivir sola y necesitar ayuda mientras este lesionada. -Tengo que dejarte- susurra Marla presurosa-... te prometo que mediare con la cabezota de mi hermana. Hasta luego mama- se despide. Consigue ocultar su telefono personal en el fondo de su bolso en el mismo instante en el que el senor Ventura, su superior, cruza el umbral que separa el vestibulo de la zona de despachos designados para el departamento de marketing. Preparada para lidiar con la rutina de la oficina, Marla gira su silla hacia los archivadores en busca de los documentos que faltan para la proxima reunion. -?Todo listo para la reunion? La voz ronca que formula la pregunta hace que Marla de un respingo en su silla giratoria. Estar concentrada en el archivador que hay a espalda de su mesa de trabajo, rebuscando documentacion para uno de sus trabajos pendientes la ha hecho estar despistada. -Todo preparado- confiesa Marla tras soltar un sonoro suspiro tras recuperarse del sobresalto. -?Informes?-pregunta con porte serio su jefe. El senor Ventura y su gesto serio siempre genera una sensacion de mutismo a su paso. La juventud del gerente, su porte atletico y el atractivo rostro atraia las miradas del genero femenino. Hasta que su seriedad y frialdad las echaba hacia atras. -Sobre la mesa de su despacho- contesta Marla regresando su silla hacia el frente de su mesa de trabajo. -?Cuadro de estadisticas?- pregunta su jefe. -Informes preparados sobre la mesa de la sala de reuniones- senala Marla. -?Huecos libres en mi agenda?- -Media hora para la reunion...- comienza a decirle su secretaria, haciendo ademan de abrir la gruesa agenda de tapa oscura que descansaba sobre su mesa de trabajo. -Perfecto- dice el, posando su fornido brazo sobre la tapa de la agenda con el fin de evitar que su secretaria acceda al interior de sus paginas-... puede pasar a mi despacho. Necesito repasar algunos detalles- le senala girando sobre sus pasos, sin esperar respuesta. Pedro Ventura camina con paso firme hasta la puerta de su despacho. Marla le sigue con paso presuroso, llevando entre sus brazos la agenda a la que habia echado mano. En aquel tocho de papel de donde salian miles de tiras de colores, era algo que, pese a ser una eficaz y eficiente secretaria y estar capacitada para lidiar con la tecnologia en la que el siglo XXI ha sumido el mundo laboral, Marla se niega a abandonar. Cuando secretaria y jefe cruzan el umbral del amplio despacho, Pedro Ventura cierra la puerta tras de si. Mudando el gesto serio por una sonrisa lobuna, deposita su mano derecha sobre el trasero de su secretaria, atrapandolo con decision. -!Senor Ventura!- replica Marla con gesto sensual-... creo que ese punto no esta en su agendasenala, posando su mano sobre la de el, para evitar que la retirase de su lugar mientras ella gira sobre sus pasos, para situarse frente a frente. -?Seguro senorita Picon?- cuestiona el, llevando su mano libre sobre el pecho izquierdo de su secretaria-... consulte su abultada agenda- le aconseja al tiempo que rescata de los brazos de su secretaria la susodicha agenda para dejarla resbalar lentamente hasta caer al suelo. La agenda llega al suelo en el mismo instante en el que la boca de Pedro Ventura atrapaba la boca de Marla Picon. Ambos se entregan a ese pasional beso. La pasion que genera hacerlo sabiendo que tienes que esconderte para evitar ser vistos. Para mantener en secreto una relacion jefe-secretaria, secretaria-jefe en la que llevan enfrascados desde hace mas de seis meses. -Esta noche te espero en mi casa- le dice el. Aquello parece mas una orden que una sugerencia. -Sabes que esta noche tengo cena en casa de mis padres. Han pospuesto su cena de aniversario solo porque yo estuve ocupada el fin de semana, con un descomunal trabajo que el ogro de mi jefe me impuso- senala ella ironicamente. -Un trabajo con el que disfrutases- el recuerda el antes de lanzarse sobre el lobulo de la oreja de ella. Tras el primer encuentro de la manana. La relacion de jefe y empleada transcurre con total normalidad. A las tres Pedro Ventura abandona el despacho con los nuevos clientes. La reunion de la manana se iba a prolongar en el confort de un restaurante de cinco estrellas. Marla tiene que terminar de archivar todos los documentos y realizar un informe detallado que debe dejar sobre la mesa de su superior antes de abandonar la oficina. Las horas delante del ordenador le queman la vista y la cansan en demasia. A las cinco de la tarde su mesa esta recogida. Con la americana puesta y el bolso colgado al hombro camina presurosa hacia el ascensor mientras rescata su telefono movil del fondo de su gran bolso. -!Montse!- reclama a traves del terminal-....?quien eres? . Necesito hablar con mi hermanareplica al interlocutor. Dos segundos despues logra comunicarse con su hermana, informandola de sus intenciones de hacerle la compra bajo expreso deseo de sus progenitores -Mira, bonita, voy a hacerte la compra porque sino mama no va a dormir tranquila y acabara yendo a comprar ella misma.- le dices con tono ironico-... y, escucha bien lo que te digo, mejor sera que estes preparada, porque le he prometido a mama que esta noche vienes conmigo a cenar a casa- le dice. -De acuerdo pesada.- bufa Montse, rindiendose a las replicas de su hermana mayor-... promete traerme medio flan de chocolate y vainilla de ese que se que has cocinado esta semana- le pide a su hermana mayor. De todas las experiencias laborales que esta probo mientras se formaba para ser una secretaria eficaz, el puesto de cocinera fue el dejo en ella una huella digna de disfrutar en su rutina cotidiana y de la que disfrutaba apasionadamente. Montse no puede resistirse a soltar un bufido a modo de protesta. A sus treinta y veintiocho anos de edad, las dos hermanas viven con total independencia, cada una en su propio piso, cada una con sus respectivos trabajos y ambas bajo la presion de unos padres tradicionales que no logran entender porque sus hijas prefieren vivir solas en lugar de regresar a la casa familiar. Marla se marcho de casa cinco anos atras, cuando tomo la decision de convivir con su antigua pareja. Un companero de universidad con el que mantuvo una relacion seria desde el primer curso. Despues de romper, ella decidio permanecer en su piso, con su vida. Montse se mudo a un piso compartido en su primer ano de universidad y con el paso de los anos se mantuvo en sus trece y conservo la independencia a la que se habia acostumbrado incluso cuando regreso a Madrid, donde acabo montando una pequena empresa de diseno grafico con la que sobrevive. Tras perder la discusion con su hermana, Montse no tiene mas remedio que claudicar, quitarse el pijama con el que ha pasado los ultimos dias y acompanar a su hermana a casa de sus padres para la cena de aniversario. -Has prometido llevarme de regreso a mi casa- le recuerda Montse a su hermana antes de bajar del coche. Su hermana la mira sonriente. Sabe lo que ha prometido. El desenlace de la velada aun esta por verse. -Y me vas a ayudar a convencerlos- senala con los ojos entre cerrados. -Sabes que todo seria mucho mas facil si les dijeses de una vez por todas que tienes una relacion con tu companera de piso- le suelta Marla, ante la mirada estupefacta de su hermana pequena. -Lo mio con Raquel esta en un punto demasiado delicado como para airearlo- reconoce Montse. A diferencia de las preguntas que Montse esperaba de su hermana, esta simplemente la mira, dubitativa. No es la primera vez que Montse y Raquel tienen un tiempo entre tinieblas, pequenas rencillas que siempre acaban solucionando. -Estoy sopesando el cerrar y cambiar el rumbo- espeta Montse. Durante dos breves segundos, Marla mira fijamente a su hermana, sorprendida. ?A que se referia su hermana con un cambio de rumbo? ?Desde cuando lleva sopesando esa posibilidad? -?Tan mal va el negocio?- se interesa Marla. -La crisis es el motivo principal. Y que necesito reinventarme tambien- confiesa Montse, manteniendo la mirada fija en la carretera. Un pequeno silencio sucede de subito entre las dos hermanas. Cada una procesa toda esa informacion a su manera. -Cuando piensas contarles tu que te estas tirando a tu jefe- le espeta Montse, en pos de cambiar el tema de conversacion. -Tu lo has dicho; me lo estoy tirando. No vivo con el- matiza Marla-... tu velada seria mas comoda para ti si tu relacion se hace visible y Raquel te acompanase- le senala. -Deja de tirarte a tu jefe y comienza una relacion con el de una vez por todas- le dice Montse con tono burlon. Entre risas, las dos hermanas suben los cuatro escalones del portal del bloque de pisos donde residen sus padres. La velada transcurre apaciblemente. Ni las insistencias de su querida madre sirvieron, tras la copiosa cena las dos hermanas abandonan el nido familiar. Marla acerca a su hermana a casa y, pese a sentirse agotada, conduce hasta el chalet en Somosaguas donde Pedro Ventura vive, en busca de una apasionada noche de sexo que ambos anhelaban. DONDE LABORES NO RIEGUES LAS FLORES La noche se prolonga para Marla mas de lo que habia calculado. A las seis y media de la manana la alarma de su telefono movil la saca de los brazos de Morfeo y del abrazo en el que Pedro Ventura la tiene envuelta. Suavemente se desliza por entre las sabanas. Recoge del reguero de ropa que la noche anterior habian esparcido desde la puerta del dormitorio hasta los pies de la cama, para ir ocultando su desnudez prenda a prenda. A las puertas del piso de alquiler en el que vive, el tono que usa para los mensajes suena. Junto con el pompon de lana que usa como llavero rescata el movil para averiguar quien esta levantado a esa hora para comenzar con los mensajitos de WhatsApp cuando aun no son las siete de la manana. -Preciosa, no quiero ser abuson, perooooo, podrias pasar por la tintoreria antes de llegar a la oficina. Gracias, gracias, gracias- escucha la voz suplicante de Pedro Ventura. La ducha es mas rapida y menos relajante de que hubiera deseado. Siguiendo la pauta ante la indumentaria sobre su vestimenta en el ambito laboral, Marla se viste con una falda estrecha por encima de la rodilla de color negro y abertura en la pierna izquierda conjuntada con una blusa negra semitransparente que cubre con un chaleco rosa palo. Como cada manana al edificio donde esta ubicada la empresa con paso ligero, con las camisas de su superior en el interior de una bolsa de lavanderia opaca, una bandeja de carton con dos cafes del Starbucks de la esquina y su bolso de trabajo. -La directora de marketing de la sucursal de Londres esta esperando en el despacho de Ventura desde hace diez minutos- le comenta uno de sus companeros, que la intercepta desde el ascensor hasta su mesa de trabajo siguiendo sus ajetreados pasos. -!No me jodas!- espeta Marla-...Me cago en toda la dichosa puntualidad Britanica. !Tenia cita para las nueve y media!- dice, haciendo memora. Sobre su mesa suelta los cafes y su bolso, verificando en el reloj de pared que hay entre su mesa de trabajo y la de su companero senala las nueve en punto, justo su hora para entrar a trabajar. -Cuelga esto en el perchero, por favor- le pide a su companero mientras que ella alisa su ropa y coge su agenda laboral del fondo del cajon. Rapidamente teclea un mensaje en su telefono, el cual deja dentro del bolso antes de carraspear y caminar decidida al despacho de su jefe. Solo cinco minutos despues, la puerta del despacho vuelve a abrirse, apareciendo un elegante, sonriente y atractivo Pedro Ventura repartiendo cordialidad y alabanzas a la visita que le esperaba en el despacho. Las prisas marcan el dia desde sus horas mas tempranas. La reunion con la asociada de Reino Unido se prolonga mas de lo estipulado en un principio, lo que conlleva la necesidad de hacer una reserva de urgencia para la hora de la comida. Una reserva para dos, algo realmente fuera de lo normal, porque siempre que Pedro Ventura se reune para comer con un cliente o asociado, su secretaria siempre les acompanaba por si necesitaban algo de ella. Marla no quiere pensar en ninguna razon especial para aquel cambio de planes. En cierto modo esa libertad inesperada le viene como anilla al dedo, pues su hermana Montse tiene consulta en el centro de salud y su pareja/companera de piso, se ha buscado una excusa para ausentarse.

  • Clarent House (Los Huntington 1) de Charlotte Bennet

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    Su Excelencia, lord Graig Huntington-Wickley es uno de los duques mas ricos, apuestos y poderosos de Inglaterra pero, tambien, el mas esquivo de todos. Alabado por unos pocos y odiado por muchos, el noble no presta excesiva atencion a lo que se dice de el sino que prefiere refugiarse en la tranquilidad que le ofrece Clarent House, su magnifica mansion victoriana a sabiendas que debe buscar esposa y tener un heredero cuanto antes porque asi se lo exigen la Corona y su abuela paterna, lady Hermione, pero ?que mujer querria casarse con un hombre tan desagradable?

  • Nuestro es el cielo de Luke Allnutt

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    Todos tenemos que tomar decisiones.

  • El gran mar de David Abulafia

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    Este es el mas ambicioso de los libros dedicados hasta hoy al pasado de ese <>. Abulafia nos lleva desde la Antiguedad hasta los albores del siglo xxi a traves de un recorrido fascinante en el transcurso del cual conocemos las ciudades que sirvieron de escenario a esta historia y a los hombres que la protagonizaron.

  • El Gigante Enterrado, Kazuo Ishiguro de Kazuo Ishiguro

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    Inglaterra en la Edad Media. Del paso de los romanos por la isla solo quedan ruinas, y Arturo y Merlin ?amados por unos, odiados por otros? son leyendas del pasado. Entre la bruma todavia habitan ogros, y britanicos y sajones conviven en unas tierras yermas, distribuidos en pequenas aldeas. En una de ellas vive una pareja de ancianos ?Axl y Beatrice? que toma la decision de partir en busca de su hijo. Este se marcho hace mucho tiempo, aunque las circunstancias concretas de esa partida no las recuerdan, porque ellos, como el resto de habitantes de la region, han perdido buena parte de la memoria debido a lo que llaman <>. En su periplo se encontraran con un guerrero sajon llamado Wistan; un joven que lleva una herida que lo estigmatiza; y un anciano Sir Gawain, el ultimo caballero de Arturo vivo, que vaga con su caballo por esas tierras con el encargo, segun cuenta, de acabar con un dragon hembra que habita en las montanas.

  • Mi hombre. Devocion de Jodi Ellen Malpas

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    La vida le sonrie a Jesse Ward. Sigue teniendo su carisma, esta estupendo y aun funde a su mujer de deseo con una sola mirada. Tiene el control absoluto, que es lo que le gusta.
    Pero el perfecto mundo de Jesse se rompe en mil pedazos cuando Ava sufre un terrible accidente que la deja en coma.
    Desesperado y enfadado, siente que la vida se le escapa de las manos, no puede sobrevivir sin el amor de su mujer. Cuando Ava empieza a recuperarse cree que por fin todo volvera a ser como antes, pero la pesadilla no ha hecho mas que empezar. Ava no puede recordar nada de los ultimos dieciseis anos de su vida, todo el tiempo que han pasado juntos, asi que ahora es un extrano para ella. Jesse debera hacer todo lo que este en sus manos para que ella recupere su memoria y conseguir que se enamore perdidamente de el de nuevo.
    Si estas destinada a una persona, no importa cuantas trabas te ponga el destino porque volveras a ella.

  • Corazones de Africa de Rita Black

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    Una historia de amor con el increible paisaje africano como telon de fondo.

  • Hope de Wendy Davies

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    Wendy Davies regresa al panorama de la literatura inspiracional con una novela que narra la historia de una nina diferente, un trasunto de Momo, una Matilda adolescente que tiene como complices a una marioneta, al dueno de un pequeno teatro y a sus palabras como escudos frente a una perdida irreparable, pero tambien como peldanos de una escalera de esperanza hacia el futuro.

  • Lady Johanna de Sophie Saint Rose

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    Johanna, sentada ante su tocador, se miro al espejo. No se podia creer lo que habia cambiado su vida en dos meses. De ser una de las herederas mas perseguidas de Londres y ser agasajada por innumerables pretendientes, ahora se encontraba casada con un bruto escoces que no tenia ningun tacto y que la trataba como si fuera un estorbo. Le odiaba. Le odiaba tanto que ni siquiera soportaba su presencia. Y eso le habia quedado claro a su reciente esposo, ya que no le dirigia la palabra desde que se habian mudado a la nueva casa, que su suegro les habia regalado en Mayfair, cerca de Hyde Park. De hecho, casi no le veia. Por la manana se levantaba muy temprano para no coincidir con el y cuando no estaba cabalgando en el parque, se iba de visitas con su madre y con su amiga Liss, la duquesa de Stradford. En los unicos momentos que no podia ignorar del todo su horrible presencia, era en las cenas o en los bailes a los que tenian que acudir, donde su indiferencia a su apuesto marido, fomentaba los rumores de que su matrimonio no era tan dichoso como el de su querida amiga. Se miro su espeso cabello negro, que caia por su espalda hasta las caderas. Cansada despues de acudir a otro aburrido baile esa misma noche, cogio el cepillo y se lo paso por el cabello en su rutina antes de acostarse, como su madre le habia inculcado desde pequena. Apreto los labios al ver que sus ojos color miel parecian apagados y sin brillo. Incluso tenia ojeras. Eso tambien se lo debia a su horrible marido, porque desde que le habia conocido, no habia vuelto a dormir bien ni una sola noche, cuando ella siempre habia dormido como un tronco. Maldijo su caracter impulsivo que la habia metido en ese lio. Tenia que haberle hecho caso a sus padres y casarse con alguno de los amigos de su padre en Boston. Se lo habian aconsejado mil veces, pero al ver que su unica hija no se decidia, la habian obligado a ir a Londres pues a su madre le habia hecho ilusion que su hija se convirtiera en Lady. --Mi hija debe ser condesa o duquesa --decia Rose Sherman a su marido, que harto de escucharla, le dio la razon preparando su viaje a Europa en uno de sus barcos. Eran ricos, muy ricos y en cuanto llegaron a Londres les abrieron las puertas de las casas mas importantes. En una de las fiestas, que habian celebrado en la opulenta casa que su padre habia comprado, habia conocido a Liss. Sonrio pensando en su amiga. Liss era soltera el dia que la conocio, pero no tardo en casarse con uno de los solteros mas cotizados de Londres, el Duque de Stradford. Gracias a ellos, conocio a su suegro el Marques de Wildburg y en una aventura maravillosa fueron todos a Escocia para buscar a su primogenito, acompanados de la dama de compania de Liss, Susan Gibson, que hacia de su carabina en las posadas donde descansaban, compartiendo su habitacion. Fue una sorpresa para Johanna, que cuando llegaron a una de esas posadas a descansar a pocas millas de su destino, conociera a un atractivo escoces que le robo el aliento en cuanto sus ojos cayeron en el. Era tan apuesto y descarado, que le robo el corazon. ?Que podia hacer ella para conseguir su atencion y de paso casarse con el? Hacer que la sorprendieran en su lecho. No fue dificil. El escoces le abrio la puerta en cuanto llamo y con una sonrisa la miro de arriba abajo, repasando su recatado camison blanco. Johanna en su afan por conquistarlo, sonrio y le dijo con voz ronca mirando sus preciosos ojos verdes --Milord, ?os gustaria pasar la noche conmigo? Intrigado se hizo a un lado y Johanna entro en la habitacion lentamente sin dejar de mirarle a los ojos. James cerro la puerta sin dejar de mirarle y dijo con voz ronca --Desnudate. Johanna se sonrojo recordando con que descaro se habia levantado el camison quedandose en cueros. Habia tirado el camison al suelo al lado de la cama y puso las manos en jarras mientras el la miraba sin mover el gesto. --Ahora te toca a ti. James elevo las manos agarrando su camisa por la espalda y se la saco rapidamente. Todavia recordada como su corazon latia alocado en su pecho al ver su maravilloso torso. Estaba tan absorta en ese musculoso pecho y en el vello rubio que tenia entre sus pectorales, que ni se fijo en como se quitaba los pantalones, quedandose desnudo ante ella. Cuando dio un paso hacia Johanna, el movimiento entre sus piernas la hizo mirar hacia abajo, tragando saliva al ver su sexo erecto. No era una mojigata, sabia lo que era el sexo por sus correrias por los muelles de Boston, pero ver aquel miembro en todo su esplendor, casi la mareo de deseo. El le levanto la barbilla para que lo mirara, provocando que su roce le erizara la piel y separo sus labios deseosa de sentirle, dandose cuenta que le sacaba la cabeza. James se agacho lentamente, pero Johanna reacciono y carraspeo antes de que besara sus labios. --?Te gustan los juegos? --?Juegos? --Confundido se aparto mirandola con el ceno fruncido. -- ?Que hablas de juegos, mujer? --Me gustaria atarte a la cama. James se echo a reir y miro a su alrededor. --?Y con que pensabas hacerlo? --Con las cuerdas que he dejado al lado de la puerta. ?Las recoges? Su escoces divertido abrio la puerta, echandose a reir al verlas en el suelo donde ella habia dicho. Las cogio y volvio con ella, que se habia sonrojado de gusto mirandole el trasero. --Y eso que aparentas ser una doncella. La vida no deja de darme sorpresas. --Tumbate, amor. --dijo ella pensado que debia darse prisa para que todo estuviera preparado cuando su amiga la buscara. James aparto las sabanas y se tumbo boca arriba separando las piernas. -- Soy muy fuerte, preciosa. Deberas emplearte a fondo. --Tranquilo --dijo maliciosa--. Te aseguro que la pasion no hara que te sueltes. Eso te lo garantizo. El se la comio con la mirada y Johanna se acerco a la mano que tenia mas cercana. --?Y que piensas hacerme? --Algo que te encantara. No seas impaciente --dijo concentrada en el nudo marinero que le habia ensenado Robert en el puerto de Boston cuando era nina--. Vas a quedar muy contento e impresionado. --Eso ha sonado prometedor. Espero que uses la boca. Tienes unos labios muy apetitosos. Le miro sorprendida, porque nadie se lo habia dicho nunca. --?Eso crees? --Estoy deseando probarlos. Ven aqui. No podia distraerse. Liss o su dama de compania Susan llegarian en cualquier momento, asi que en cuanto aseguro el nudo, rodeo la cama para atar su otra muneca. James tiro de su agarre e hizo una mueca-- ?Me ensenaras como lo has hecho? --Te ensenare lo que tu quieras --dijo terminado el segundo nudo--. Tendremos tiempo para eso y para mucho mas. James se echo a reir divertido y levanto la cabeza para ver como ataba su tobillo. --Interesante tecnica. Sonrio aliviada porque ya era suyo y se acerco al otro tobillo. --?Sabes, carino? Me has impresionado. --Me pasa mucho. Johanna se echo a reir asintiendo. --Tan apuesto, tan varonil... me has alterado el corazon. --El sonrio jactancioso y Johanna termino el nudo acariciando su pierna lentamente hasta llegar a su rodilla. --Me has impresionado tanto, mi amor, que he decidido que nos casemos. James perdio todo el color de la cara al ver que cubria su enorme cuerpo con una sabana y se sentaba a su lado cubriendose tambien. --No tiene gracia. --Tiro de sus ligaduras con fuerza y Johanna se echo a reir. --!Sueltame, muchacha! --Me llamo Johanna. --le aparto un mechon rubio de la frente antes arrancar un pedazo de sabana. Ella puso cara de pena. --Carino, se que esto no te va a gustar tanto, pero... El abrio la boca para gritarle cuando ella le amordazo. --Lo hago por tu bien. Tampoco te gustaria que nos vieran en esta situacion todos los de la posada. --Sonrio encantada antes de besar su frente. James se movio con fuerza haciendo temblar la cama y Johanna dio un golpe en la pared provocando que su presa abriera los ojos como platos antes de volver a tirar de las cuerdas intentando liberarse. --No sufras, manana todo estara arreglado y empezaremos nuestra maravillosa vida juntos. --Ella estaba inmensamente feliz sabiendo que estaba en lo cierto. Ese hombre debia ser suyo si o si. Despues de todos los peleles que habia conocido en Londres, no se le escapaba. El resultado fue el que Johanna preveia. Susan, que era la encargada de su proteccion durante el viaje, al darse cuenta que no estaba en la cama, comenzo a buscarla y cuando la escucho pasar ante la puerta dijo simplemente --!Estoy aqui! La cara de Susan cuando abrio la puerta y la vio, fue de risa, pero los gritos de la mujer no se los esperaba, pues aparecio el Duque, el Marques de Wildburg y su amiga Liss, que protesto porque tendria que casarse con un escoces. Evidentemente tenian que casarse, pero su escoces se resistia diciendo que no habia hecho nada y no tenia por que. El duque, el conde y el sacerdote le convencieron para que cediera. Y se habia encontrado casada con su gigante, que estaba realmente de mal humor. No, no estaba de mal humor, estaba furioso. Durante unos dias la trato realmente mal y de manera humillante. La dejaba en ridiculo cada vez que podia e incluso la hizo dormir en el suelo alegando que las perras dormian alli. El enamoramiento de Johanna se fue apagando poco a poco, pero el problema real estaba aun por llegar porque su escoces resulto ser el hijo del Conde de Wildburg. El se negaba a aceptar la realidad y Johanna le presiono para que reclamara lo que le correspondia, provocando que su marido dijera las palabras que mas dano le habian hecho.

  • Entre brumas de Raquel R. Gallagher

    https://gigalibros.com/entre-brumas.html

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  • Las voces de Carol de Clara Penalver

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  • Estos anos barbaros de Joaquin Estefania

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    Mas pobres, mas desiguales, mas precarios, menos protegidos, mas desconfiados, menos democratas. Este es el devastador balance que ha dejado la crisis economica en amplias zonas del mundo, en especial en el sur de Europa, convertido en el laboratorio mayor de los experimentos de la denominada ‘austeridad expansiva’. Una combinacion tan desmesurada y tan desfavorable de elementos no se ha dado en la historia contemporanea mas que en cuatro ocasiones: las dos guerras mundiales, la Gran Depresion y la Gran Recesion que empezo en el verano del ano 2007.

  • Yoga, un estilo de vida de Vanesa Lorenzo

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    < Aprender a estar presente en el aqui y el ahora, a conectar con la respiracion y tomar conciencia del cuerpo es un privilegio que esta al alcance de todos y que solo aporta cosas positivas.
    El yoga te permitira enfrentarte a retos fisicos ejercitando posturas nuevas que te daran equilibrio mental y fuerza fisica y que sirven para el dia a dia en cualquiera de las otras facetas vitales.
    Por ello, hemos elaborado este libro incorporando el conocimiento del maestro y la experiencia del practicante para ofrecer unos consejos y metodos practicos para llevar una vida sana, al alcance de todos.>>

  • Todo un ano de amor de Noa Pascual

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    Detesto la noche de Fin de Ano! Todo el mundo se desfasa, como si no hubiese mas fiestas en todo el ano. Y eso que aqui, en Las Vegas, esta todo calculado y montado para que los trescientos sesenta y cinco dias del ano parezcan festivos. Estoy entre bambalinas, en cinco minutos comenzara el espectaculo. Es un lugar privilegiado, desde aqui lo tengo todo controlado: escenario y publico. --El de la chaqueta gris, en el pasillo trece, parece esconder una botella --aviso a uno de mis companeros. Observo como Harry se acerca al susodicho y le intercepta el alijo. --Todo controlado, jefe --informa Harry. Asiento con la cabeza y sonrio. !Jefe! Quien me lo iba a decir. Hace cinco anos que me ascendieron a jefe de seguridad. Llevo trabajando en este casino desde hace quince anos. Y ahi esta lo mas paradojico, de los quince a los veintidos anos, me metia en mas lios de los que puedo recordar; lo que menos hubiese imaginado nadie es que acabase trabajando en seguridad. Supongo que era mi destino. Me he criado entre mesas de juego. Esto es lo que pasa cuando tu madre ha trabajado toda su vida como crupier del casino. Habian dos opciones en mi futuro: estar en un lado u otro del casino; jugador o trabajador. Y aunque durante un tiempo pense que acabaria perdiendo hasta la camisa, es bien cierto que mis problemas siempre fueron mas bien lios de faldas. !Las mujeres han sido mi perdicion! --!Vamos chicas, vamos! --grita el coreografo a las bailarinas. Comienza el ajetreo, las bailarinas corriendo de un lado a otro, sus risas, sus suspiros, sus gritos... --!Eh, guapo, deseanos suerte! --comenta una de ellas al pasar por mi lado. --Mucha mierda --respondo con mi sonrisa cordial. --Jarvis, espero que nos consigas champan del bueno. --Me exige Doreen, la bailarina mas veterana --. El jefe de seguridad siempre tiene enchufe. --No le hace falta el puesto para conseguirlo --opina Margot--. Ninguna camarera le negaria nada al morenazo de ojos verdes mas guapo de Las Vegas. --Vuestros deseos son ordenes --bromeo, aunque ya lo tengo preparado. Es algo con lo que ya contaba, pues todos los anos tenemos el mismo ritual. Se acercan las ocho chicas para subir por las escaleras que llevan al escenario. Estan preciosas, con esos vestiditos tan brillantes y sus plumas de colores que vuelan con sus movimientos. !Vaya, vaya, vaya! Parece que la rubita de cara angelical me brinda una sonrisa picara. La clase de mohin que un hombre sabe reconocer a la perfeccion. !Esta noche triunfo! Le guino un ojo y ella en respuesta me dedica un contoneo sensual de cadera. Soy el unico privilegiado de esa provocacion. Y la verdad, me gusta el detalle. En cuanto la musica comienza y se descorre el telon, centro mi mirada de nuevo en el local abarrotado. La seguridad de estas artistas ahora es lo unico importante, mas cuando la rubia de ojos como el azul del cielo, puede conseguir que yo acabe empapado en sudor y celebrando en privado que es Ano Nuevo. Me rio para mis adentros al recordar a mi madre: <>. Sus palabras retumban en mi cabeza. Miro el escenario y cuando la mirada calida de la muchacha conecta con la mia, sonrio pensando que igual a los treinta y ocho anos todavia soy un cazador. Despues de dos horas termina el espectaculo. Como este era el tercer y ultimo pase, damos la velada por concluida. La gente abandona el lugar y por fin podemos relajarnos. Con copas en las manos brindamos todos juntos por el Ano Nuevo. Kiara se acerca con paso felino, parece una pantera en busca de su presa. Chica lista, porque estoy dispuesto a ser su trofeo. --Las chicas han hablado de ir a celebrar la entrada del ano a una fiesta que organizan unos amigos de Mery --me comenta susurrante--. Aunque preferiria una fiesta mas privada. Intento aparentar calma, aunque ahora mismo lo unico que deseo es tumbarla y desnudarla sin perder un segundo mas. Ladeo la cabeza y mi frente queda pegada a la suya. --Nena, estarias loca si pensaras que me voy a perder esa fiestecita privada entre tu y yo --aseguro--, despues de haberme provocado toda la noche. Kiara suelta una carcajada que se queda ahogada en mi boca, al besarla con pasion. La gente que nos rodea nos vitorea, y sin pensarlo, me inclino para coger a Kiara y sacarla de este lugar, entre mis brazos. Nos alejamos, escuchando de fondo risas y aplausos. Al llegar a casa, nuestras bocas se unen una y otra vez. Sin descanso y sin piedad. Estamos muy necesitados el uno del otro. Y sincronizados nos desnudamos, sin prisa pero sin pausa. En cuanto la tumbo en la cama, me es imposible no mirarla con adoracion. --?Piensas quedarte ahi mirando toda la noche? --Nena, las obras de arte hay que admirarlas --respondo a la vez que me acerco a ella. Kiara suelta una risita que me llena el alma. Es un sonido embriagador, podria pasarme el resto de mi vida escuchandola y seria feliz. --Siempre tan adulador. Me encojo de hombros. Ella acuna mi cara y cuando me veo reflejado en su brillante iris, se que he sido cazado. Aunque en un principio la idea era tener sexo salvaje, los besos calidos, las caricias tiernas y las miradas complices, han conseguido que cambie todo, pues en esta cama, solo hay dos personas enamoradas haciendo el amor. Al caer exhaustos, mientras Kiara se queda encima de mi, con la respiracion abrupta, lo unico que consigo decir son dos palabras: --Feliz aniversario. Levanta la cabeza y su sonrisa de nuevo ilumina la habitacion. --Este es especial --comenta al tiempo que besa mi torax--. Es el decimo. !Diez anos, ya! Como pasa el tiempo. Me carcajeo, pues su espontaneidad me ha hecho gracia. Me inclino y la beso de nuevo. Se mueve con lentitud y acaba tumbada a mi lado, y los dos giramos nuestros cuerpos, para mirarnos a los ojos. --?Alguna vez pensaste que durariamos tanto? --Me pregunta estudiando mi mirada. Hago un mohin, dando a entender que lo estoy pensando. Kiara sonrie y acaricia mi mejilla. --El dia que nacio nuestra primera hija supe que este matrimonio seria para siempre. La respuesta la conmueve, y no miento. En cuanto tuve entre mis brazos a Rosie, recien nacida, me enamore de ella tanto como de la madre. Y de nuevo esa frase de mi madre: <>. Ya lo creo que fui cazado, y lo mejor, me encanta ser la presa de las tres mujeres de mi vida: Kiara, Rosie y Danira. --Recuerdo la reaccion de mis padres --comenta avergonzada--. !Querian matarte! Suelto una carcajada. Recuerdo aquel momento como si fuese hoy. Claro que, ahora que soy padre, no se si yo reaccionaria de igual manera. Kiara no para de negar con la cabeza. --Nuestro matrimonio comenzo como sacado de una mala pelicula --rememora el momento--. Los dos borrachos y casandonos en Noche Vieja en una capilla cochambrosa. Sonrio pero no digo nada, prefiero escucharla. --Cuando desperte, con la mayor resaca de mi vida --pronuncia divertida--, y vi el anillo en mi dedo --Levanta la mano y lo observa--, pense que habia cometido el mayor error de mi vida; mas que nada porque cuando tu te despertaras y recordaras lo que habiamos hecho, ibas a salir despavorido en busca de un juez para anularlo todo. --?Eso pensabas? --pregunto incredulo, nunca imagine que ella pensara algo asi. Asiente con la cabeza. --Solo llevabamos saliendo tres meses --me recuerda--. Y yo estaba coladita por ti, pero... Se queda callada y la invito a continuar. --?Pero que? Se ruboriza y consigue que despues de diez anos juntos, mi corazon vuelva a latir como la primera vez que la vi. --Pero tu reaccion de ese dia, consiguio que te amara --le brillan los ojos--. Ese dia me enamore sin medida de ti. --?Por no salir corriendo? --Por tu serenidad, tu honestidad, tu manera de mirarme y dar la cara ante mi familia sin avergonzarte de nuestra locura. Me muevo y quedo sentado con la espalda pegada al cabecero de la cama. Alargo mis brazos y cojo a mi mujer para sentarla encima de mi, estrechandola con mi cuerpo. --Nena, no fue una locura --aseguro--. Fue el mayor premio que me podria tocar. Kiara deja caer su cabeza en mi hombro, mientras con su mano acaricia mi pecho. --Recuerdo cuando abriste los ojos, al mirarme te sobresaltaste... --!Estabas palida! --exclamo al rememorar aquel momento. Ella besa mi clavicula. --Ahi me enamore de ti --reconoce--. Acunaste mi cara entre tus manos y preguntaste: <>. Lo unico que acerte a decir fue: <>. Tu asentiste y continuaste preocupado. Solo te importaba que yo estuviese bien, querias llevarme al medico. Sonrio y beso su cabeza. --Tu palidez era preocupante --confirmo lo evidente de aquel dia. --Y al ver que continuabas obstinado en llevarme a ver al doctor, te cogi de la mano y la levante junto a la mia para que vieses las alianzas. Levanta la cabeza y nos miramos a los ojos. --Nos hemos casado, te dije con temblor en la voz.

  • Una manana en el Tamesis de Diaz De Tuesta

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    Una manana en el Tamesis
    Libro 1o de la serie UN DIA EN EL TAMESIS
    James Keeling, duque de Gysforth, ha hecho una apuesta con sus amigos, en Brooks’s: dara un paseo matinal en barca por el Tamesis con una dama totalmente desconocida, alguien a quien no haya visto jamas, y con la que no haya hablado nunca. Algo que parece imposible de cumplir hasta que, durante una partida de cartas, coincide con un muchacho consumido por el ansia del juego, el nuevo y flamante conde de Saxonshare.
    Lady Bethany Howland, hija del antiguo conde de Saxonshare, sabe que esta abocada a la ruina mas completa. Su primo y tutor esta dilapidando la fortuna familiar con su enfermiza aficion al juego y la mala vida, y ella no tiene modo de impedirlo. Atrapada por los convencionalismos de la sociedad en la que vive, su unica ilusion es el romantico enamoramiento que siente por el duque de Gysforth, al que solo ha visto de lejos.
    El hombre que, una manana en el Tamesis, le rompera el corazon.

  • La llave de mi destino, Karol Miller de Karol Miller

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    Manuel Baena es un doctor malagueno que pide su traslado a Londres para conseguir al amor de su vida, Alisa MacLeod. Ella es una joven reacia al compromiso, pero tampoco quiere que otras mujeres disfruten de la compania de el.
    Vanesa es una joven universitaria, alegre y divertida, que pasara las navidades con su hermano Manuel en Escocia junto con los amigos de este, los hermanos MacLeod. Alli conocera a Ian, el espiritu libre de los MacKenzie.
    ?Se hara Manuel con el amor de su vida? ?Descubrira Vanesa a un Highlander en sus navidades en Escocia?

  • Mongo Blanco de Carlos Bardem

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    Carlos Bardem vuelve a la escritura con la apasionante epopeya de un personaje real, el poderoso y legendario Mongo Blanco, en una epica y ambiciosa novela plagada de accion.

  • Del Este al infierno de Moritz Garcia

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    Ion es un chico rumano de veinte anos que se ha quedado solo en el mundo, pero esta decidido a cambiar eso cueste lo que cueste, cumplira su promesa, buscara a su hermana.
    Frente a el tendra al clan que domina la prostitucion en Rumania. Una historia de coraje, lucha, lealtad y traicion.

  • Suenos y realidades de Juana Manuela Gorriti

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    Juana Manuela Gorriti reinvento el genero gotico y creo una de las obras mas transgresoras de las letras latinoamericanas del siglo XIX. Con prologo de Mariana Enriquez y notas introductorias de Alejandra Laera.

  • Pack Cita a ciegas de Varios Autores

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    Todo es posible en una cita a ciegas. !Nosotros te proponemos cuatro!

  • Desayuno sin diamantes de Merche Diolch

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    Dicen que de una boda sale otra boda.
    Dicen. pero del dicho al hecho hay mucho trecho y lo que menos necesita Pepi es verse inmersa en una nueva relacion. El trabajo la ahoga y todavia no ha olvidado al que fue su gran amor. No, no, no. No puede comenzar nada con nadie, y menos con el, el padre de su mejor amiga.
    La diferencia de edad, distinto estatus social, la discrepancia de ideas y opiniones. son claros indicios de que estan ante una relacion abocada al fracaso. No existiria nada entre ellos, si no fuera por la atraccion que sienten el uno por el otro.
    Solo con la atraccion fisica, el sexo, pero del bueno, no se puede sustentar una relacion. ?No?

  • Placeres Prohibidos (Destruccion 1) de Grislanddy L. Hernandez

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    Solo algo en comun. Impulsos.

  • El Almacen de Nina Klein

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    Un trabajo sin futuro en una tienda, explotacion, un encargado baboso que intenta quedarse a solas conmigo siempre que puede para babosearme sin testigos… Un dia como otro cualquiera, vamos.
    Hasta que a Jon, mi companero de trabajo --mi muy atractivo companero de trabajo-- se le ocurre una idea para pararle los pies al encargado.
    Ese dia, al cerrar la tienda, me explica su plan.
    Aunque eso no sera lo unico que pase al cerrar la tienda...

  • Eres mi dosis de Nerea Vara

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    Stephen Sinclaire decidio cerrar su corazon el dia que lo hicieron anicos cuando solo era un adolescente. Desde entonces se rige por tres reglas que nunca incumple: el manda, no repite con la misma y jamas suplica. Dedica su vida a su carrera en la NBA, hasta el dia en el que su rodilla sufre grandes danos y debe cambiar de profesion…
    Alyssa Mills se muda a Charlotte para acudir a la mejor universidad de interpretacion y de paso, poder huir de su novio maltratador. Rie, se divierte, acude a fiestas de fraternidades y vive bajo el continuo temor de ser encontrada por el. Hasta que un nuevo profesor se une a la plantilla y hace que comience a ver el mundo con otros ojos.
    Amor, lucha interna de sentimientos y verdaderas amistades, en una historia que te demostrara como la edad y las circunstancias le importan bien poco al corazon.

  • No olvidare tu rostro de Federico Correa Gil De Biedma

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    El escritor, Jaime Valdes, viaja a Santander para impartir su primer taller de novela. Su llegada coincide con el resurgir del caso del asesino bautizado como El Vengador. Una fotografia enviada a la policia y al Diario Montanes en la que se muestra el cuerpo sin vida de un individuo con un cartel sobre el pecho que reza; culpable, refleja sin lugar a dudas la forma de actuar del famoso asesino.

  • La sombra del espia de Mariah Evans

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    Liam Mayers mira impotente la tumba de Anya Petrova, la mujer a la que amaba y a la que prometio proteger. Asi da comienzo esta historia.
    Tres semanas antes, Anya trabaja para el Departamento de Seguridad Nacional investigando financiaciones ilicitas. El reciente y traumatico asesinato de su amiga y companera de trabajo, Charlotte, hara que Anya trate de averiguar el porque del mismo. Para ello pedira ayuda a un miembro en activo de la CIA, Liam Mayers, el cual colaborara para desentranar el misterio, ahora que Anya esta en el punto de mira de unos despiadados asesinos.
    Todas las pistas conduciran a nuestros protagonistas hasta Barein, a un ambiente hostil donde no podran confiar en nadie y donde deberan arriesgar sus vidas para que la verdad salga a la luz.
    Mientras llevan a cabo sus investigaciones, Anya y Liam comenzaran una atipica relacion marcada por las situaciones que les tocara afrontar, contra un enemigo desconocido que esta dispuesto a acabar con todo aquel que se entrometa en sus negocios.
    Descubre el desenlace en este frenetico thriller romantico que te atrapara entre sus paginas y donde, como todo lo que concierne a la CIA, nada es lo que parece.

  • Pizzeria Vesubio de Walter Riso

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    Receta para una novela inolvidable

  • El secreto del millonario de Ryanne Corey

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    El millonario Zack Daniel mantenia su riqueza en secreto para asegurarse que sus companeros de la policia lo aceptaban. No habia nada que lo hiciera disfrutar mas que luchar contra el crimen… hasta que se encontro encerrado en un sotano con la bella Anna Smith. Zack estaba temporalmente de baja en la policia de Los Angeles, por eso acepto gustoso el trabajo que le ofrecio Anna: tenia que hacerse pasar por su novio.

  • Cinco asesinos de Claudio Hernandez

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    Boad Hill es un pueblo tranquilo cuando nunca sucede nada. Una bestia de perro enfurece contagiado por la rabia y mata a varias personas, incluido un crio, en el pueblo mas cercano. Una chica atormentada prende fuego a todos sus companeros de la universidad en otro pueblo. Un gato regresa de la muerte de un extrano cementerio en otro lugar tambien cercano. Y los crios desaparecen en una densa y espesa niebla, tras lo cual puedes ver sus ojos amarillentos; sobre todo cuando flotan delante de una ventana. Y Peter Bray puede ver el pasado y ver desde los ojos de los muertos cuando les roza la piel. El chico feo de Boad Hill ha nacido con un don al que su madre bautizo como <>. Todo es normal hasta que un frio invierno, el mas duro de los ultimos veinte anos, azota con furia a Boad Hill y con las heladas, llega <>. Crimenes atroces de chicas de la escuela secundaria sacuden todo el pueblo, pero no sucede solo en ese frio invierno; tambien en verano, primavera y otono. El sheriff, un incompetente en la autoridad, se apoya en el alcohol y la destreza de Peter, quien solo el, logra descubrir a todos los asesinos durante todos los anos desde que descubrio que podia empujar en las mentes de los muertos: gracias a que siendo un crio vio como murio su mejor amigo; Sean. Son los cinco asesinos.

  • Dibujando una vida de Fanny Vega

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    Lo que Diego mas ama es dibujar, algo innato en el pero que su padre odiaba. Su infancia y la de su hermana no fue facil y los marco de por vida.
    Un hombre inseguro, con miedos e inseguridades que jamas pudo decirle a la mujer que amaba lo que sentia, resignandose a amarla en silencio.
    Hasta que un beso entre ellos lo cambia todo.

  • El sacerdote de Sheila Maldonado

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    Kevin cumple la promesa que le hizo a su padre en el lecho de muerte y se convierte en sacerdote tal como era su mayor deseo, ver a su hijo conduciendo a la humanidad como guia espiritual. Tras veinte anos ejerciendo su obligada vocacion, se siente atraido por la joven viuda Esther, a la que ayuda en la granja tras la tragica muerte de su difunto esposo. Entre los dos surgiran sentimientos dificiles de controlar , y mas cuando ambos van a tener que vivir bajo el mismo techo.

  • Sin consuelo: ?Como vivir con una culpa que te invita a morir? de Max Almiron

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    Todo comienza cuando otra muerte azota la vida de Kurt. Las pruebas le apuntan, el pasado y el presente se combinan formando una mezcla explosiva, que acaba con todo su mundo tal como lo conocia.
    Una historia de terror y misterio que te introducira a un mundo al que no te gustara pertenecer, pero que hasta cierto punto existe.

  • Al final mueren los dos de Adam Silvera

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    ?Puede un solo dia albergar toda una vida?

  • Liberando a marina de Marcus Argentarius

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    Marina: una joven editora que busca tanto un trabajo como un amor con sentido y se siente perdida. Gaston: el mentor de Marina. Martin: el novio ocasional de Marina Agustina: una amiga de Marina con mas experiencia y mas abierta a la exploracion Fernando: un Dom (Dominador) con experiencia en la escena BDSM Prologo y glosario Dado que la historia tiene mucho de autobiografica, esta localizada en el contexto cultural en el que los hechos se dieron. Para esto, se utiliza mucho del lenguaje coloquial de Buenos Aires. A fin de facilitar la lectura, se ofrece un breve glosario de terminos sexuales. Concha: vagina Garche: forma vulgar de una relacion sexual, principalmente basada en la atraccion fisica Pija: pene Telo: hotel de parejas, donde se paga la estadia por turnos de dos horas Trola: forma coloquial de prostituta Introduccion Marina estaba perdida y no podia encontrar la salida. Lo peor era ni siquiera encontrar las palabras para articular esta perdida. Desde el primer novio de la secundaria1 (un dulce, pero fugaz amor) tuvo mas que parejas una sucesion de amigovios-garches2 que realmente no sumaron. Toda su energia estaba volcada en su carrera. Hace poco habia terminado la carrera en Letras que le habia resultado, tras una recomendacion de un profesor en un trabajo dentro de una editorial. En esta editorial, Mari la Seria, como le decian, consiguio trabajo como ayudante de un editor mayor, Sr. Gaston (siempre Senor, nunca Gaston), un hombre casado de 60 y tantos anos, dedos amarillos como sus dientes y olor a cigarrillo que habia penetrado toda su ropa. Cuando la conocio le pregunto “vos ?no sonreis nunca?” y ella, nerviosa, sonrio falsamente. El le dijo “mejor que no sonrias; este trabajo es lo unico que nos queda como importante: sacar la verdad de las mentiras que otros escribieron” y desde ese entonces, ella se sintio contenida y guiada por el Sr. Gaston. De a poco, al dejarse guiar, empezo a aprender de los libros: las ediciones, los papeles, que hacer cuando la distribuidora los guardaba. Empezo a aprender de los escritores: como en general mezclaban una gran sensibilidad con un gran narcisismo y por eso muchos, los mejores, erguian templos de papel. Aprendio del Yambo, del Trochee, de como los persas tenian la mejor poesia amorosa. Aprendio mientras se refugiaba, sola, en los libros, bajo la mirada del Sr. Gaston. Pero sobre todo aprendio del Sr. Gaston. Aprendizaje lento, pero detallista y apasionado que duro unos meses, hasta que Gaston murio de un ACV tan repentino como inevitable. Solo al verlo en el velorio, entre el perfume de la corona de la editorial y la del Jockey Club (dado que el Sr. Gaston tenia, al parecer, no solo la imagen de tanguero sino todos los vicios folkloricos) comprendio que lo amaba y lloro de tal forma que la viuda (una senora mayor, con una cara que pintada de verde hubiera sido una mascara de bruja) la sometio a un impiadoso interrogatorio. Tras pasar el duelo por el Sr. Gaston, Mari volvio a salir con sus amigas de la facultad. Merodeaban los mismos lugares, iban a las mismas fiestas de su epoca estudiantil que la aburrian. Con una amiga llamada Agustina con la que curso en varios anos charlaban de literatura erotica tras el exito que ese genero tuvo. Mari le contaba de los persas, y Agus del sadomasoquismo. Incluso con Agus incursiono en una fiesta BDSM en una facultad diferente a la suya. Pero todo el ambiente le resulto, para ser honesta, cansador. Gente mayor en trajes de latex pegandose con latigos y mostrando los genitales, parecian mas un grupo de pacientes psiquiatricos que los personajes poderosos, seguros en su sexualidad, que esperaba de sus lecturas. ?Existian aquellas personas que entendian que el control, el poder, era el maximo afrodisiaco? ?Que lo importante no es ejercerlo, sino sentirlo? Mari no encontro, en ese entonces, respuestas a sus preguntas. Un dia conocio a Martin; “mis amigos me dicen Tincho”, le dijo esa vez con el aire de quien imparte un secreto esoterico y ella se sintio morir un poquito adentro; luego comprendio que era ese aire lo que la hizo sentir asi, no lo banal de la situacion. Ese aire de saber algo que el otro no sabe, de tener cierto control. Ese dia ambos terminaron en la cama y a las pocas semanas, ya salian juntos. Martin (ya ella sentia que no le podia llamar “Tincho” sin sentirse uno de sus amigotes) era, en su opinion, mucho mas atractivo que ella. Mari era delgada, palida, de ojazos oscuros y una cierta fragilidad que recordaba a una grulla, que miraba el mundo elegantemente, con el pelo cuidadosamente cortado a la altura de su nuca, siempre en el costado de la habitacion, timida fuera de sus libros. Martin era alto, delgado y vestido como un poeta romantico. Sus ojos claros contrastaban con su pelo oscuro y siempre estaban enmarcados detras de anteojos que no tenian aumento, pero le daban una apariencia intelectual. Su pelo era cuidadosamente descuidado y toda su apariencia daba la impresion que era un hippie que de alguna forma habia conseguido modelar para marcas de ropa cara. Pero apariencia era la palabra correcta: Martin no tenia un pensamiento propio en su cabeza; estaba construido de superficies flotantes en el espacio. Todas sus charlas eran un reciclado del discurso pseudointelectual de la facultad; si bien Martin era dos anos mayor que Mari (quien estaba en la mitad de su veintena) no se habia recibido ni pasado de tercer ano. Una buena facha, junto con la seguridad que da tener una familia con varias empresas a su nombre, hacian que fuera mucho mas facil vivir como un eterno estudiante. Esta inmadurez hacia que cada salida con el fuera un suplicio: Mari necesitaba alguien que la ordenara, que le diera una estructura, que la hiciera sentir querida, apreciada y que le permitiera sacar lo que tenia dentro. Pero Martin siempre queria, esencialmente o quedarse contandole problemas con su familia (su padre no lo tomaba en serio y su madre lo celaba) o esperaba que Mari tomara el control. “?A donde queres salir hoy?” empezaria por decir (resignada) Mari. “No se…?donde tenes ganas?”, retrucaba Martin. “No se…?a comer?” ofrecia Mari, luego de un suspiro interno. “No tengo mucha hambre” decia Martin. “Ok ?queres ir al cine?” decia Mari, cada vez mirandolo y pensando “por favor !tomame, toma el control! Llevame a algun lado, sacame de aca y de mi” “No se que estan dando” decia Martin “mejor veamos netflix” y asi pasaban los dias. Pero lo peor no era eso: en su intimidad, Martin era profunda, profundamente aburrido. El sexo con el era rutinario y estaba marcado por la misma inmadurez que toda su vida poseia. La mitad de las cosas que decia eran pedidos, pero tan poco virilmente formuladas que sonaban como reclamos de un nene: “?no tenes ganas de chuparme?”, “Dale, vos sabes que tenes ganas…?no queres mirarme como trolita?” (una vez Mari quiso decirle “?como tu mami?” pero se contuvo) “?por que no te pones en cuatro3, si tenes ganas?” y la otra mitad surgia generalmente cuando Mari le hacia caso y se ponia en cuatro: esa posicion disparaba un sinfin de preguntas: “?Te gusta asi putita?”, “?Queres mas fuerte?”, “?Quien te dio asi?”, hasta el cansancio. Una sola vez Mari, ya hastiada de la rutina, le pregunto “?cual es la capital de Maldivas?” pero el o no la oyo o no la entendio. Todas sus sesiones terminaban indefectiblemente en que el acababa rapidamente, terminaba de arruinar todo con “?Te gusto?” (a lo que ella, odiandose siempre decia “si, me encanto”…pero ?que iba a decir?)y se daba vuelta para dormir. Mari odiaba esta situacion, pero sentia que no le quedaba otra. Demasiado timida para buscar a alguien por si sola, demasiado insegura en su sensualidad, pensando que Martin era demasiado para ella, en algun punto aceptaba y acompanaba, pero cada tanto tenia momentos de irritacion. ?Como hacer para salir de una trampa cuya caracteristica peor era su asfixia amorfa?

  • Todo arde excepto tu de Cristina Origone

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    Turin, 10 de noviembre de 1993 El periodista observa a las personas evacuadas del palacio en llamas que descansan del otro lado de la calle. Han formado pequenos grupos entre los automoviles estacionados, dos mujeres lloran y se abrazan. La mirada se desliza hacia una nina. Un hombre la tiene de la mano derecha y mira hacia lo alto. Es su primer servicio: la confusion y el sonido ensordecedor de la sirena lo hacen nervioso y agitado. --?Estamos listos? --pregunta al camarografo mientras piensa en cuan afortunado es por haber encontrado ese trabajo. La television comercial, en un Pais que ignora a los debiles, se ha vuelto un servicio publico que ofrece emociones, sonrisas y lagrimas gratuitas; si la conexion va bien, alguien derramara alguna lagrima mirando las noticias de television. Esta es la regla. Sonrie cinicamente mientras acomoda el auricular en su oido. El tecnico le responde con la senal de la mano que indica que todo esta bien; La voz chillante de la conductora le llega fuerte y clara. --Si, los bomberos todavia se encuentran en el lugar del incendio, ya han trabajado desde las diez. Una gran nube de humo se ha levantado desde hace alguna hora sobre una vivienda en la esquina de Rosselli y Cassini. Al momento se cuentan dos victimas, cuya identidad todavia no ha sido dada a conocer. Aun hay que verificarla, tambien la naturaleza del incendio: ?accidental o doloso? Habla con voz angustiada, consciente de que manana nadie recordara mas todo esto. Ni siquiera el, piensa mirando la senal del tecnico de dos dedos hacia arriba. Bravo. Estuvo bien. La conexion se cierra. PRIMERA PARTE MARTA CAPITULO I LA GRADUACION Genova, 10 de mayo 2011 El, presidente y ponente de la tesis, me proclama finalmente doctora con: --Un merecido 110--. Son estas las palabras que pronuncia apretandome la mano. Intercambio el apreton y bajo la mirada. Me sostiene la mano mas de lo debido y, cuando me la deja, la estrecho a todos y salgo del aula. Estoy perturbada. Pero no por la graduacion. Caterina me abraza antes que mis otros amigos y me susurra al oido: --?Todo bien? --Me suelto a llorar. Flores, foto, aplausos y abrazos. Estoy en la confusion total y con la mirada lo busco. Todavia no sale el aula. Algunos de mis amigos me piden una hoja de laurel de la corona que Caterina me preparo, parece que les propicia buena suerte a los que todavia estan por graduarse. Me distraigo por algun minuto y, cuando miro en direccion de las escaleras, veo que el esta descendiendo los peldanos a paso veloz. Caterina se da cuenta y murmura--: Finalmente se ha ido y … --sonrie y concluye--: No pienses mas en ello, doctora. Ella es mi mejor amiga. Mi madre tenia que haberse ocupado en este dia, en cambio es Caterina quien ha organizado la fiesta despues de la graduacion y me ha regalado un fin de semana para pasarlo juntas en un Spa. Lo unico que ha hecho mi madre fue telefonearme esta manana para desearme un frio "Buena suerte". Desde hace anos que necesito buena suerte, pero ella no lo sabe. --No la necesito-- respondi con mucho placer y termine con la conversacion. Caterina tiene los ojos pequenos y negros, y un fisico desproporcionado: hombros estrechos y caderas largas. Tiene una charla suelta, lleva los cabellos cortos y estudia Jurisprudencia, pero esta fuera de clases desde hace anos. De vez en cuando bromea y dice que por error ha caminado en el rombo blanco en el centro del claustro de la Universidad y que por ello no se graduara nunca. Para los estudiantes de la facultad de Legge de Genova aquel rombo trae fortuna, se puede pisar solo despues de haberse graduado.

  • Solo hasta medianoche de Laure Ever

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    A veces, el pasado vuelve para sorprendernos. Nos recuerda que no todo esta perdido, y que todos merecemos segundas oportunidades.

  • Traicion de Walter Mosley

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    Novela ganadora de la XII edicion del Premio RBA de Novela Policiaca.
    Joe King Oliver era un honesto agente de policia de Nueva York hasta que alguien le tendio una trampa que arruino su carrera y, durante unos meses, le llevo a la carcel. Una decada mas tarde, Oliver se gana la vida como investigador privado. La llegada inesperada de una carta le va a dar la oportunidad de averiguar quien le traiciono y de hacer las paces con su pasado. Paralelamente, se le presenta otro caso conflictivo: la defensa de un activista negro acusado de haber matado a dos policias.

  • Diabolica de S.j. Kincaid

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    Una diabolica es implacable.
    Una diabolica es letal.
    Una diabolica tiene un solo fin:
    matar para proteger a su dueno.

  • El poder la mafia (La mafia 2) de Anny Peterson

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  • Buscando a Carmen de Serafin Fanjul

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    La imagen exterior de Espana cristalizo hace tiempo, conformando un conjunto de rasgos que, en puridad, se reducen a unos pocos estereotipos en los cuales la mayor parte de los espanoles no nos reconocemos, aunque, paradojicamente, hayamos terminado por aceptarlos en el plano colectivo; este libro estudia como los viajeros europeos del XIX crearon esta imagen falsificada de Espana y los espanoles.

  • Sombras oscuras (Detective McHale 1) (LGBT) de L. Farinelli

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    Madison McHale es una detective de la comisaria de Richmond, en Virginia. Tiene un caracter que la mete en problemas a cada minuto, y una imagen irresistible para las mujeres. Pero de pronto comienzan a aparecer muertas algunas mujeres con las que se ha relacionado. Los asesinatos tienen algunas caracteristicas especiales que la hacen darse cuenta que las muertes tienen que ver con ella. Junto a su companero, el detective Andrew Steinfeld, tendra el reto de investigar quien esta detras de los asesinatos.
    Zoe conocio a Madison de una forma inesperada; entonces la detective se vio obligada ayudarla, lo que las llevara por un camino donde el deseo jugara sus cartas sin percatarse que el peligro las acecha bajo las sombras oscuras.

  • Perversa fantasia (El Asesino de las rubias 3) de Sebastian Listeiner

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    ?Supiste algo de Thomas y los otros? --Randy y Melody continuan haciendo trabajados administrativos en Alaska, castigados como si fueran ninos --respondio masticando bronca--; y de Thomas ni noticias. ?Crees que haya hecho alguna locura? --No lo se; ni siquiera puedo imaginar lo duro que fue todo aquello para el. --!La encontre! --vocifero haciendo saltar a Stephanie de su silla--. Al fin sabremos quien era esa mujer. --Necesitamos su nombre, direccion, antecedentes; todo. --En un segundo podre decirte hasta su crema dental favorita --respondio con una sonrisa dibujada en los labios. --Ojala pueda darme las respuestas que busco o cuanto menos guiarme hacia ellas. --No vas a creerlo, pero tenemos un problema grande como esta nacion --farfullo sin quitar los ojos de su monitor. --No me asustes, ?de que se trata? --Nuestra mujer misteriosa es Madelyn Gagnon --Imposible... --susurro mientras llevaba las manos a su rostro palido. --Esto no me gusta nada amiga; tal vez sera mejor que desistas de hacer este viaje. Si la ministro de educacion canadiense estuvo en esa subasta, significa que lidiamos con gente muy peligrosa; una red que ni siquiera podemos imaginar donde termina. --Voy a necesitar que me proporciones toda la informacion que puedas recabar de esa maldita -- insistio tragando saliva, fingiendo fortaleza. --?Sabes que es una locura, cierto? --?Tienes otra idea para llegar hasta Daisy Corvelo? --Thomas es un hombre inteligente, astuto y demente que de seguro puede arreglarselas solo -- respondio tomandola de las manos. --El haria esto y mas por cualquiera de nosotros. --No me malinterpretes --carraspeo--, sabe Dios que amo a Thomas y estare siempre a su disposicion, pero esto es muy grande; es un mundo que no conocemos. --Por eso debemos prepararnos bien, no debemos dejar ningun detalle librado al azar. Estaba aterrada. Desplomada en el sillon que adornaba la sala de comandos en el departamento de su buena amiga, simulaba que dormia mientras pensaba que la mision suicida que tenia por delante bien podria ser lo ultimo que hiciera Stephanie Turner. No podia recordar cuando fue que tomo la decision de hacer justicia por mano propia. Sin embargo, pese a su impetu soberbio y osadia caprichosa, resultaba innegable que la fuerza que la movia tenia su raigambre en algo mucho mas profundo que cualquier conviccion, en algo invisible, en esa cosa indescriptible que nos ata y nos empuja a realizar cualquier locura por mas demente que fuera; esa pulsion inmanejable que recorre las venas y la sangre y va directo, no al cerebro, sino al corazon; fiel y leal promotor de aquellas irreversibles situaciones que no tienen solucion ni sentido. Solo un sentimiento de ese calibre podia explicar o dar respuesta a los incontables e inimaginables caminos sinuosos que estaba por recorrer en soledad, apenas con la compania perpetua pero vacia de un dolor que habia hecho propio, tatuandoselo en la sangre como si fuera un juramento, un pacto indeleble con la muerte. Entrada la madrugada, bajo el monopolio absoluto del silencio alarmante, Charlotte termino la expedicion que la llevo mucho mas lejos de lo que pensaba y aunque la recompensa fue bien recibida, las consecuencias del hallazgo encendian todas las alarmas de la operacion por venir. --Si ya estabas sorprendida, espera a que te comparta lo que descubri buceando en las alcantarillas inexpugnables de Internet. --Me estas asustando. --Existe un mito, una leyenda urbana sobre una mujer misteriosa que se pasea por las calles de Canada a altas horas de la madrugada, recaudando el dinero de largas y agotadoras noches de lujuria --solto como un murmullo. --No entiendo nada lo que estas diciendo --se quejo Stephanie mientras se desperezaba. --Segun entiendo, en las calles de la capital hay un amplio catalogo de oferta sexual. --?Prostitucion, explotacion de personas? --pregunto frunciendo el ceno. --Me inclino mas por la prostitucion; pero seguramente ambas. --?Y que tiene que ver eso con la ministra? --Las muchachas deben dar el dinero de esas relaciones furtivas a sus representantes. --Cafishios querras decir --refuto vehemente. --Y esos sinverguenzas, a su vez, pasan toda la recaudacion a una mujer a la que apodan << La dama de plata >> --Sigo sin ver la conexion... --Pues, estoy casi segura que << La dama de plata >> no es otra que Madelyn Gagnon. --?Dices que la ministro de educacion canadiense pasa las noches recolectando dinero de la prostitucion? --pregunto con los ojos a punto de salirse de sus orbitas. --Y quien sabe de que otras actividades tambien --suspiro abatida, elevando las pestanas--, despues de todo, no te olvides que estaba en ese hotel donde lo que se subastaba no eran diamantes u objetos historicos. --Eran ninos y ninas, lo se. --Stephie, te lo pido por enesima vez, recapacita --suplico. --Necesito encontrar la forma de acercarme a ella. --Pide una audiencia. --No voy a entrevistarme con la ministro sino con la mujer misteriosa que dirige las miserias de la luna. --?Y como haras eso sin que te maten o algo peor? --Debo ser una mas de ese mundo. --?Acaso estas demente? --grito tan alto que las puertas parecieron temblar--. ?Piensas ir a prostituirte a un pais extranjero solo para acercarte a una mujer que bien podria no existir? --?Tienes una idea mejor? --Cualquier idea es mejor que esa --replico desaforada. --Te escucho --dijo cruzandose de brazos. --Quedate aqui y continuemos combatiendo el crimen. --Me despidieron, ?lo olvidas? --Entonces busca un empleo en un restaurante, en una cadena de ropa, como secretaria de un estudio de abogados, como maestra jardinera; ?por que no puedes hacer algo normal? --Estamos combatiendo el crimen Charlotte; solo que a otra escala. --A una escala mas alla de nuestras posibilidades --se lamento--. ?Que ocurrira si te descubren? --Ruego a Dios que eso no suceda. << Bienvenidos a la Ciudad de Ottawa >> fue la frase que la recibio en el aeropuerto internacional de Canada dando inicio a una autentica odisea. Temblorosa y al borde del colapso emocional, se subio a un taxi con destino a los suburbios, sitio donde esperaba entrar en contacto con ese mundo oscuro que se desarrollaba a plena vista al margen de la realidad. Luego de registrarse en un hotel de mala muerte, se vistio con lo mas provocativo que aguardaba en su equipaje y se dirigio a un bar donde, segun las malas lenguas, paraban a descansar las trabajadoras de la noche que alquilaban su intimidad y fingian el placer que no se compra con dinero. Copa tras copa soportaba los cotilleos inaudibles de los viejos clientes que parecian encastrarse con las mesas redondas que destilaban vulgaridad, a la vez que se regocijaban en lo malicioso de sus pensamientos cuando de tanto en tanto algun ebrio ponia de manifiesto la perversidad de sus fantasias mas retorcidas. --Cantinero, un whisky doble por favor --ordeno una mujer sentandose en la barra, con largas medias de red y una falda de jean tan corta que apenas cubria sus nalgas. Entretanto, con la frente en alto y una altaneria impropia de su repertorio, Stephanie abandono la comodidad de su mesa junto a la ventana y emulando el espejo en el que esperaba reflejarse copo el centro de la escena, ansiosa de no pasar desapercibida. --Cantinero, sirvame un Martini --ordeno mientras cruzaba las piernas ensenando la sensualidad que solia esconder en su vida rutinaria. --Enseguida senorita --respondio el barman guinandole un ojo. Pese a sus esforzados intentos por parecer una clienta mas, una habitue de las rondas nocturnas tenidas de fetiches inenarrables, su falta de tacto y gestos mas ampulosos de lo necesario la dejaban en evidencia, haciendola pasar mas por policia infiltrada que mujer de la noche. --?Acaso estas siguiendome? --pregunto aquella mujer pelirroja en medio de un callejon tenebroso. --Solo queria hablar contigo. --Te vi coqueteando en el bar; sea cual fuere tu propuesta, la respuesta es no. --Pero ni siquiera escuchaste lo que tengo para decir. --Ese es el punto --dijo mientras hurgaba en su cartera--. No perteneces a este ambiente, sal de aqui mientras puedas. --?Por que dices que no pertenezco? --En primer lugar tu acento, ?americana, cierto? --sonrio--. Y en segundo lugar eres demasiado espamentosa, poco sutil; lo que me dice que eres policia o periodista. --Soy extranjera, si --respondio--. Y estoy buscando ganarme la vida, tengo problemas economicos y ya no se que hacer. --Este es un viaje de ida; mejor prueba otra cosa --respondio mientras encendia un cigarrillo. Stephanie quedo en silencio sin saber como doblegar las intenciones de una mujer obstinada que, pese a su distancia, la estaba protegiendo de un monstruo mas grande que la inmensidad de la noche misma. --?Cindy por que no estas trabajando? --pregunto un hombre de mediana edad con la camisa desabrochada, ensenando sus pectorales-- Estas haciendome perder dinero. --Estaba teniendo una conversacion con una amiga --se excuso con la mirada hacia abajo. --?Acaso esa conversacion va a volvernos millonarios? --pregunto mordaz. --Disculpe senor, yo solo... Una bofetada furiosa fue lo que Stephanie recibio por pretender hablar cuando no le era permitido. --Quiere trabajar para ti --se apuro la pelirroja intentando calmar las aguas. --?Es eso cierto? --pregunto fingiendo simpatia. --Ya no estoy segura --respondio Stephanie acariciando su mejilla adolorida. --?De donde eres preciosa? --Norteamerica --respondio timidamente. --Ya veo --susurro mientras la rodeaba con la mirada--. Seras una estrella por aqui, ya puedo sentir el dulce candor de los billetes en mis manos.

  • A la sombra del arbol violeta de Sahar Delijani

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    Azar iba sentada en el suelo de chapa ondulada de la furgoneta, acurrucada contra la pared. El vehiculo daba bandazos por la sinuosa calle, zarandeando a Azar de aqui para alla. Con la mano libre se aferraba a lo que, al tacto, parecia un asidero. La otra mano sujetaba su vientre tenso y abultado, que se contraia obligandola a respirar de forma entrecortada, irregular. Una ardiente punzada de dolor surgio en un punto indeterminado de su columna y se extendio a todo el cuerpo como un estallido. Reprimiendo un grito, Azar cerro los dedos en torno al chador que la envolvia y lo estrujo con tanta fuerza que se le blanquearon los nudillos. Cada vez que la furgoneta doblaba una esquina, se veia lanzada contra los costados del vehiculo. Con cada sacudida y cada bache, su cuerpo rebotaba hacia el techo y la criatura que llevaba en el vientre se tensaba y se encogia. La venda que le tapaba los ojos estaba empapada de sudor. Se llevo una mano a los ojos para secarselos. Aunque iba sola en la parte trasera de la furgoneta, no se atrevio a quitarse la venda, pero sabia que habia una ventanilla a su espalda. Habia tocado el cristal al subirse. Si la Hermana en el asiento delantero se volvia, podria verla, o tal vez se detuvieran de repente y no le diera tiempo a ponerse de nuevo la venda. No sabia que sucederia si la sorprendieran con los ojos descubiertos, pero preferia no saberlo. A veces intentaba convencerse de que el miedo que habia anidado en su interior, que la seguia alla donde fuera, no estaba justificado; nadie le habia levantado la mano jamas, ni la habia empujado, ni siquiera amenazado. No tenia ningun motivo para temer a las Hermanas y los Hermanos, ninguna razon tangible. Pero habia oido los gritos que hacian vibrar los muros de la carcel y resonaban en los pasillos desiertos, despertando a las reclusas por la noche, interrumpiendo la conversacion de las que compartian almuerzo, sumiendolas en un silencio de dientes apretados y extremidades agarrotadas que se prolongaba hasta la noche. Nadie sabia de donde venian aquellos gritos. Nadie se atrevia a preguntarlo. Pero eran gritos de dolor, eso si lo sabian. Nadie habria podido confundir aquellos alaridos con un lamento de otra clase; eran aullidos de un cuerpo privado de su identidad, abandonado, aplastado hasta acabar convertido en una masa informe cuya unica manifestacion vital era la fuerza con que rasgaba el silencio entre los muros de la prision. Y nadie sabia cuando le llegaria el turno, cuando desapareceria por el pasillo sin dejar mas rastro que sus gritos. Asi que seguian viviendo, esperando y acatando ordenes a la sombra de una amenaza que -- bien lo sabian-- no podrian esquivar para siempre. Por una rendija situada por encima de su cabeza se colaba en la furgoneta, amortiguado, el clamor de la ciudad, que a esa hora se desperezaba: el enrollar de las persianas, los bocinazos, las risas infantiles, los pregones de los vendedores ambulantes. Por la ventanilla oia tambien los sonidos intermitentes del parloteo y las risas en la cabina, aunque no alcanzaba a distinguir lo que decian. Solo oia las carcajadas de la Hermana en respuesta a lo que uno de los Hermanos acababa de contar. Azar trato de acallar las voces que resonaban en la furgoneta concentrandose en el rumor de las calles de Teheran, su querida ciudad, que llevaba meses sin ver ni oir. Se pregunto hasta que punto habria cambiado, despues de tres anos de guerra con Irak. ?Habrian llegado los combates a la capital? ?Se habrian visto sus habitantes obligados a abandonar la ciudad? A juzgar por el ruido que procedia de las calles, todo parecia igual que siempre, el mismo caos, el mismo bullicio de lucha, de supervivencia. Se pregunto que estarian haciendo sus padres en ese momento.

  • La mansion de los Navas de Jose Antonio Gonzalez

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    Ambientada en la Espana de los anos cincuenta del siglo pasado, La Mansion de los Navas es una novela tipicamente policiaca, pero con la singularidad de que el autor ha querido resaltar con fuerza la personalidad de sus personajes. Dentro de un escenario donde de continuo surge la sorpresa, se desarrolla un ambiente lleno de tension y misterio. Senores y criados, desde su diferente estrado, hacen participe al lector de sus opiniones y distintas formas de sentir y observar los inquietantes acontecimientos que les rodean, adentrandole de tal manera en el palpitar de la mansion, que, repentinamente, sin darse apenas cuenta, se encuentra formando parte viva de su historia

  • Solo una semana de Andrea Laurence

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    ?Podria una semana de pasion convertirse en algo mas?