Ilsa Madden Mills - TODOS SUS LIBROS
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Del 15M al Proces de Oscar Lopez
https://gigalibros.com/del-15m-al-proces.htmlEn los ultimos cuarenta anos, la democracia espanola se ha consolidado y homologado con el resto de las democracias avanzadas. El pais ha pasado a formar parte del nucleo de la Union Europea y se ha modernizado y ampliado su Estado del Bienestar. Pero la crisis financiera que estallo en 2008 pronto se convirtio en una crisis politica y social que produjo una ruptura en el tejido del pais. Su primera expresion fue el movimiento 15M, que combino un hartazgo comprensible con un maximalismo que denunciaba que PP y PSOE eran lo mismo.
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Londres, 1891 de Juan Ramon Biedma
https://gigalibros.com/londres-1891.html<<El baston de paseo de Holmes seguia apoyado en la roca donde yo lo habia dejado. Pero no habia indicios de su presencia y de nada me sirvio gritar.>>
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Mi Alma Gemela de March Caroline
https://gigalibros.com/mi-alma-gemela.html?Sera capaz Alicia de enfrentarse a todo por conservar al hombre al que ama de forma tan desesperada?
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My Angel de Dama Beltran
https://gigalibros.com/my-angel.htmlThomas Sanders y Virginia Wallace quedaron unidos en el pasado por una apuesta, pero cada uno siguio su camino imaginando que lo sucedido no alteraria sus vidas.
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El tiempo es algo muy liviano de Aurea Vicenta Gonzalez
https://gigalibros.com/el-tiempo-es-algo-muy-liviano.htmlEn un futuro inmediato, entre avances tecnologicos que ya se atisban hoy, tres generaciones de mujeres perseveran en su empeno: ser ellas mismas.
La atenta contemplacion de un lienzo de El Greco ofrecio en su dia a la mas anciana la expectativa de un hallazgo por el que todavia lucha con denuedo, pese a la edad.
El afan de estudios superiores aproxima a la mas joven con su ancestro, al tiempo que su capacidad de empatia crece y se manifiesta.
El respeto obra el milagro de la reconciliacion con el pasado, algo que jamas llego a imaginarse la protagonista.
Amistad, lealtad, temores, dicha, desilusiones, esperanzas..., todo puede acarrearlo la vida sin que importe la edad fisica del ser humano ni la epoca en la que discurra su existencia ya que segun el poeta "Hoy es siempre todavia". -
Otras maneras de usar la boca de Rupi Kaur
https://gigalibros.com/otras-maneras-de-usar-la-boca.htmlOtras maneras de usar la boca habla, de una forma contundente y poderosa, de como superar los golpes de la vida: el abuso, el desamor, la perdida y las ideas preconcebidas sobre la feminidad. Siempre impactantes, los versos de Kaur llenan de fortaleza al lector, que siente esas palabras como suyas y la necesidad de transcribirlas y compartirlas.
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Lady Shadow de Mar Vaquerizo
https://gigalibros.com/lady-shadow.htmlNerea es coleccionista y marchante de arte, un empleo digno pero, sobre todo, legal. Es la tapadera perfecta para su otra profesion, ladrona de guante blanco y, segun la policia, de las mejores que han existido.
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Envejece un perro tras los cristales de Horacio Castellanos Moya
https://gigalibros.com/envejece-un-perro-tras-los-cristales.htmlEl libro mas personal de Castellanos Moya: breves apuntes y reflexiones que nos permiten conocer la intimidad de un escritor asolado por las dudas sobre si mismo.
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Confianza de Kylie Scott
https://gigalibros.com/confianza.htmlSer joven significa vivir muchas experiencias: la primera vez que te saltas una clase, la primera vez que te enamoras. la primera vez que te apuntan con una pistola a la cabeza.
Tras ser retenida como rehen durante el robo de la tienda de alimentacion local, Edie, de diecisiete anos, siente que algo dentro de ella se ha roto. No le apetece soportar la tonteria y el acoso de la escuela privada a la que acude, asi que se matricula en el instituto publico de su localidad, y ahi se cruza con John. El muchacho que arriesgo su vida para salvarla. -
Platon en 90 Minutos de Paul Strathern
https://gigalibros.com/platon-en-90-minutos.htmlPLATON EN 90 MINUTOS es uno de los primeros en una serie de libros desenfadados y distintos que presentan la vida y la obra de los filosofos mas importantes. En un relato a la vez estimulante e informativo, Paul Strathern ha entretejido en el texto las ideas principales de Platon, de manera que son comprensibles tanto por estudiantes de filosofia como por los que no lo son. La primera ambicion de Platon era la de hacerse luchador profesional, pero no pudo llegar a los Juegos Olimpicos. Probo entonces su suerte como poeta tragico, pero no gano ninguno de los grandes certamenes. Como ultimo recurso, fue a visitar a Socrates. Fue amor a primera vista, y lo demas, como se suele decir, son filosofias. Una introduccion y un epilogo situan la obra de Platon dentro del panorama de la filosofia; tambien se ofrece una completa lista cronologica. Finalmente, una seleccion de citas del Teeteto, del Fedon y, sobre todo, de La Republica da indicacion de sus intenciones, conceptos mas importantes y de su estilo.
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Lo que quiero de ti (Suspense romantico 3) de Lorraine Coco
https://gigalibros.com/lo-que-quiero-de-ti-suspense-romantico-3.htmlEmma es una mujer metodica, decidida, que adora el orden y que cada cosa tenga un sitio y funcion. Se ha vuelto indispensable para su familia y amigos y no concibe otra forma de sentirse realizada, salvo la de solucionar los problemas de los demas. Pero en su fuero interno anhela algo distinto, tal vez parecido a las aventuras que escribe en sus cuadernos secretos.
Su vida anodina y perfectamente organizada, cambia una noche en la que se ve envuelta en el atraco a una joyeria y es tomada como rehen por una banda de traficantes de diamantes. A partir de ese momento nada volvera a ajustarse a sus planes. Obligada a llevar una vida que no concuerda en absoluto con sus canones, y custodiada por un hombre al que considera un cavernicola, grosero y desconsiderado, se enfrentara a los peligros mas insospechados, incluidos los que ponen en riesgo su corazon. -
Contigo es todo de Carmina D.
https://gigalibros.com/contigo-es-todo.htmlOdiaba esto. No habia nada peor que hubiera experimentado en toda mi vida que tener que visitar a mi hermano en el hospital. Ni siquiera sabia -nadie sabia- si Julian iba a salir adelante o no. Cada vez que venia aqui, era un gran signo de interrogacion sin respuesta aparente. Y aun con todo eso, amaba a mi hermano. Creia en el y queria que mejorara. Asi que segui viniendo a verlo, a pesar de que estar aqui era muy dificil, por no decir otra cosa. La vista del vestibulo del hospital se cernia sobre mi mientras la gente iba y venia, algunos en camillas y otros en sillas de ruedas. Julian no merecia este destino, no merecia tener que estar aqui. Mi hermano era grande, ruidoso y carinoso, era de los que hacia una broma de todo, su alegria llenaba los espacios, nada lo perturbaba, nada lo sacaba de su centro. No pertenecia a un lugar como este, sin importar cuan amables fueran las enfermeras o cuan vanguardista fuera la tecnologia. No deberia estar quieto, con tubos entrando y saliendo de el, luchando por su vida. Este no debia ser su destino. Pero lo era, y ese era un golpe demasiado duro para mi. Me trague mi depresion y reuni todo el coraje que pude, pero aun asi arrastre los pies cuando entre al hospital y volvi a subir a su habitacion por lo que me parecio la milesima vez. El ascensor hubiera sido mas facil, pero necesitaba mantenerme en movimiento hasta que lo viera. Los ascensores estaban empezando a sentirse un poco claustrofobicos. Llegue a su habitacion y atravese la puerta con determinacion y una actitud fabricada para disimular mi verdadero estado. --Julian, no creerias esta nueva…-- Su cama estaba vacia. Oh, Dios, ?que habia pasado? --!Enfermera, enfermera!-- Corri a la pequena estacion de enfermeras a unos pasos de la puerta de Julian. --?Que le paso a mi hermano? ?Por que no esta en su habitacion? --Oh, Mila, calmate--, dijo una de las mujeres, levantandose de su escritorio y abrazando mis hombros. Su tono y la forma en que me dio palmaditas en la espalda como si fuera una nina me hizo saber que todos aqui estaban hartos de la frecuencia con la que me asustaba y sobre reaccionaba. Pero no era algo que podia evitar, se me conocia por decir lo que pensaba y por estar un poco nerviosa e hiperactiva sin importar la ocasion, y ?quien podria culparme por estar preocupada en una situacion asi? Me alegre de que las enfermeras fueran amables, pero empezaba a darme cuenta de que les estaba poniendo los nervios de punta. --Esta bien--, continuo la enfermera. --Acaba de ser trasladado a otra habitacion del hospital. Respire un tembloroso suspiro de alivio y me limpie los ojos. Me llevo a otra estacion en un costado. Mientras yo me quedaba parada esperando, haciendo todo lo que podia para ser paciente -lo cual ciertamente no era mi fuerte-, ella hojeo algunos papeles y se puso a hacer clic en su computadora. Mila, deja de ser debil. Tienes que ser fuerte. Si algo hubiera pasado, habrian llamado a la familia. Respira. Julian estara bien. Luego podras reganarlo de nuevo por su molesta tendencia a dejar la tapa del inodoro levantada. -Me dije mentalmente para tratar de calmarme. Esto no era justo. Julian era un buen tipo, y un hermano increible aun que dejara el bano hecho un desastre. --Aqui vamos, esta en el ala norte del hospital, en la habitacion 24B. Te llevare alli. Puede ser confuso tratar de llegar a esa ala del hospital. Vamos carino. Ella me sonrio, su humanidad la hizo ver suave-o tal vez estaba feliz de deshacerse de mi- pero, de cualquier manera, yo estaba agradecida. Le devolvi la sonrisa. --Gracias. En el camino, la enfermera empezo a hablar de su familia. Supongo que fue para calmar mis nervios. Cada palabra que decia me entraba por un oido y salia por el otro. Trate de prestar atencion mientras ella me contaba algo sobre sus planes para el fin de semana, incluyendo una barbacoa familiar, y luego me pregunto cuales eran mis planes. Tuve una vision de tunel, pensando que estaria aqui todo el fin de semana, por supuesto. Todo lo que me importaba era mi hermano. Ya era bastante dificil que mama y papa estuvieran demasiado ocupados para venir a verlo. Pero si tuviera que cuidar de el yo sola, lo haria. El Senor sabia que me cuidaba con suficiente frecuencia, era un hermano muy protector conmigo. Y siempre necesitaba de el para sentirme mas segura de mis acciones, asi que, era habitual vernos juntos o que yo le pidiera consejos, sobre todo. --Bien, estamos en el ala norte, y su habitacion esta al final del pasillo. Avance rapido siguiendo la direccion que me indico, contando las habitaciones a medida que pasaba por cada puerta. Alli. Lo encontre. Le hice senas a la enfermera y ella se despidio con su mano antes de girarse para volver a su puesto. Tal vez nunca se habia enfadado conmigo, y todo estaba en mi cabeza. Parecia que me estaba volviendo loca debido a la ansiedad ultimamente. Tire de la puerta y entre. --!Julian! Ahi estas. No respondio. Sabia que estaba en coma, pero cada vez que hablaba con el, sentia que era mas cercana la esperanza de que se despertara y me contestara. Despierta, por favor, despierta pronto. Le limpie el pelo de la frente a un lado. Los moretones estaban bajando, y parecia tranquilo. Dijeron que no tenia ningun dolor, y me aferre a esa tranquilidad. Moriria si supiera que estaba sufriendo. Me acomode en la silla junto a su cama, poniendome comoda para una larga visita. --Asi que, queria que supieras que estoy probando algunos trucos con los tragos en la barra-- dije, tomando su mano. --Es en un club de striptease raro, pero no soy una de las chicas que baila. Lo juro. Su mano estaba caliente, un buen recordatorio de que estaba vivo y que aun podia volver a mi. --No gano dinero como ellas, pero la paga es decente y las propinas tambien. Pero tuve que dejar la universidad. El dinero ha estado un poco escaso en la casa. Pero volvere, ?de acuerdo? Asi que no me grites por abandonar. Es solo temporal. Le frote la mano y mire los monitores y las maquinas que estaban conectadas a el. --Estamos demandando a la persona que te choco--, continue, --pero los tribunales se estan tomando su tiempo. Hacemos todo lo que podemos. Pero estaras bien. Y si ganamos tal vez tengamos una casa mas grande y tu tengas tu propio bano para estropear todo lo que quieras-- Sonrei. ?A quien estaba enganando? No habia forma de que pudiera sentarme aqui y fingir que era la Srta. Risitas. Tenia un corazon, y estaba siendo apunalado repetidamente. Ojala hubiera podido evitar que saliera esa noche. ?Pero como iba a saber que lo iban a chocar? Comence a tararear y luego a cantar una cancion. --Don't worry, be happy... La cancion era tanto para mi como para el. Necesitaba recordarme a mi misma que preocuparse no servia de nada. Pero mientras continuaba cantando, no pude evitar sonreir nuevamente. Era raro tratar de no reirme en una habitacion de hospital, en una de mis horas mas oscuras. Sin embargo, tambien era gracioso que yo estuviera cantando, porque Julian siempre se burlaba de que yo no tenia oido para la musica. Cuando eramos pequenos me gritaba: <>, y yo seguia adelante, solo para seguir molestandolo, que era mi trabajo como su hermana. Era un juego que haciamos a veces, en largos viajes en coche cuando estabamos aburridos, o mientras pescabamos en el arroyo. Me decia que dejara de cantar porque ahuyentaba a los peces, decia que tendria que alejarse de mi porque mi voz era muy mala y le daria dolor de cabeza. O le diria a mama y papa que me echaran del auto por someter a todos a mi horrible voz. Aunque era una broma exagerada y desproporcionada, sabia que tenia razon, que no podia cantar para salvar mi vida. Pero ahora esperaba poder cantar para salvar la suya. Sabia lo ridiculo que sonaba, pero tenia que concentrarme en algo para no volverme loca. De repente, hubo algunos golpes suaves en la puerta. Me relampaguee -otra frase que Julian me decia que hacia mientras cantaba- y me di la vuelta para ver a un hombre de mediana edad con un traje de tres piezas entrando. --Tu debes ser uno de los Foster. Esta relacionada con Julian Foster, ?correcto? ?Como estas?--, pregunto. --Si, soy Mila. Su hermana. Y supongo que estoy bien.-- Mire hacia atras a Julian y a su gran cantidad de maquinas, queriendo preguntarle al tipo como pensaba que yo estaba, pero no dije nada. A veces se necesitaba todo lo que tengo para contener mis comentarios sarcasticos. --Lo siento, acabamos de mudarnos a esta ala--, le dije. --?Quien eres tu?. --Soy de la administracion del hospital--, hablo bruscamente. --Srta. Foster. Me gustaria que me diera mas informacion sobre el seguro de su hermano, si es que sabe. --Ya tienen su informacion-- Me puse un poco nerviosa --Lo se--, dijo, frunciendo el ceno, --pero ese seguro nos ha llamado recientemente, para decirnos que ya no podia cubrir sus necesidades medicas. Salte de mi silla. --!Eso es imposible! !Todavia esta en el seguro de nuestros padres! ?Que hay del hombre que lo choco? Tambien lo trajeron aqui, ?verdad? ?Por que no le preguntas a el?. El hombre reviso su portapapeles. --Lo siento, Srta. Foster. Pero el fallecio esta manana. No podia comprender porque estaba pasando todo esto, mi corazon comenzo a latir fuertemente en mi pecho, queria gritar y llorar, pero en el fondo de mi sabia que este no era el lugar para actuar de esa forma, y tampoco frente a mi hermano. Tenia que salir de aqui. --Permiso-- dije, mientras intentaba dar cabida al mar de emociones que tenia en mi pecho. El otro conductor habia muerto y yo lamentaba eso, por su familia, pero mi hermano estaba donde estaba por su culpa y eso no era todo, ahora resulta que el seguro no cubriria. Pase al lado del hombre y camine tan rapido como pude por el pasillo. ?Por que tuvo que pasar toda esta mala mierda? Este era mi hermano, un hombre bueno con todo el mundo y todo lo que le importaba al hospital era el maldito dinero. Me tope con gente, tropece con la pierna de una persona, pero no importaba el obstaculo que se interpusiera en mi camino para frenarme, tenia que salir de este hospital. No podia sentarme alli con Julian sabiendo que el pensaria que era una cuenta mas que teniamos que pagar. Que frivolo era todo cuando su vida estaba en juego y todo se resumia a la cantidad de dinero que podiamos conseguir. Por primera vez desde el accidente, esperaba que no pudiera oir lo que sucedia a su alrededor. No queria que se enterara de que no habia dinero para ayudarle a mejorar, porque entonces podria darse por vencido. Capitulo 2 Mila Cuando llegue a la parada del autobus, me puse a llorar. Saque mi telefono celular y a traves de mi vision borrosa, presione el boton de marcacion rapida para mi padre. --Hola, carino. ?Como estas?--, pregunto el. --!Papa! El hospital dijo que el seguro ya no cubre lo de Julian. Dijeron que el seguro lo dejo. Y el tipo que lo choco esta muerto. Suspiro, dejando un momento de silencio entre nosotros antes de responder. --Mila, querida, ya lo sabia. Estamos tratando de llegar a un acuerdo, tu madre y yo. Mi agarre alrededor del telefono se intensifico. --?Que? ?Lo sabias y no me lo dijiste?-- Mi voz temblo. --Lo visito todos los malditos dias. ?Soy la unica persona que viene a verlo y no me lo dijiste? --Mila, por favor--, dijo cansado. --Tu sabes... Colgue. Odiaba cuando mi padre tenia ese tono condescendiente, y sabia que no valia la pena pelear con el. Me dolio que no confiara en mi para informarme sobre las cosas importantes que pasaban, pero ya habia aprendido que no podia hacer nada al respecto. El autobus llego y abrio sus puertas. Lo mire en blanco. Todavia no podia superar toda la informacion, habia estado protegida por Julian y ahora estaba sin el, mis padres no me incluian en esto y mi hermano necesitaba dinero, necesitaba tener todas las condiciones para vencer a la muerte. Dios, todo esto era demasiado. Era una mujer adulta, pero siempre al alero de la proteccion de mi hermano. Nunca tuve la necesidad de enfrentar las cosas, de ser fuerte o de tener que solucionar algo tan grande. Me arrastre en el autobus y pase mi tarjeta de transferencia por la maquina. Mi cuerpo se sentia sin vida. Mi familia se habia desmoronado despues del incidente del coche, y estaba empezando a pensar que no iba a volver a se la misma nunca. En lugar de regresar a casa, me detuve en los servicios sociales locales y obtuve un monton de papeles que contenian informacion de lugares que ayudaban con las facturas medicas. Una breve resena, sin embargo, no hizo sino aumentar la tristeza y la perdicion ante mis ya terribles noticias. Medicaid no iba a cubrirlo, no podiamos permitirnos una nueva poliza privada, y las iglesias que estaban en la lista solo ofrecian atencion medica de hasta cien dolares. Tire los papeles y opte por ir caminando al trabajo para despejar mi mente. Todo va a estar bien. Julian podria despertarse y salir de esto. Siempre ha sido un bastardo con suerte. Realmente necesita hacer una de sus acrobacias mas grandes de la vida ahora. Estaba recordando cuando eramos pequenos y Julian me llevo a dar un paseo en la ATV de nuestro primo. Iba demasiado rapido y se estrello contra una valla. Ambos salimos volando del vehiculo, pero Julian permanecio ileso, mientras que yo termine en el hospital con un brazo roto. En ese momento, yo habia estado enojada con el por ponerme en peligro sin experimentar ninguna consecuencia. Siempre pense que nunca aprenderia. Pero ahora, mirando hacia atras, no puedo evitar sonreir un poco por su suerte, y espero que continue ahora en su edad adulta, cuando mas lo necesita. Diez minutos mas tarde habia llegado finalmente a mi trabajo, lo que me dio un poco de consuelo. Al menos tenia algo mas en lo que concentrarme. Tan pronto como entre en el bar, mi jefe me miro, levantando una ceja. --Bueno, hola, Mila. Llegas media hora antes. ?Puedo ayudarte en algo?. --Hola Sr. Eliott. Solo queria venir temprano--, le dije. --No tengo nada mas que hacer. --Hmm, bueno, esta bien. Sabes que no pago horas extras. Senalo con su cigarro, y unas cenizas cayeron al bar. Mi jefe era un tipo duro, por asi decirlo, al que le gustaba declarar con orgullo que se habia registrado en la ciudad con su bar de puros para obtener una licencia especial, para que nadie pudiera decirle que no podia fumar su cigarro en su propio establecimiento. Una tonteria que solo para el parecia importante. Agite la cabeza y busque un trapo para limpiar las cenizas. --Si, lo se. Trabaje en el bar, limpiando botellas y vasos de chupitos. Al Sr. Eliott no parecia importarle, siempre y cuando yo no fichara todavia. Una vez que mi turno comenzo oficialmente, comence a preguntar a los clientes que les gustaria beber. Al final de la tarde me acomode mientras caminaba de un lado a otro, sirviendo cerveza, mezclando cocteles y tratando de conversar un poco con los clientes. Era dificil en un lugar como este, donde el tipo de charla que querian hacer incluia las palabras: <<Muestrame tus tetas>>. Por mas que lo intente, no podia olvidar la situacion de mi hermano. La cara pacifica de Julian en mi mente me destrozo. ?Cuanto tiempo pasara hasta que lo saquen de la maquina? ?Podrian hacer eso? ?Era legal? No podia ver en que se diferenciaria esto de un asesinato si mi hermano moria por falta de dinero. Mientras mi mente se perdia en un monton de interrogantes, una de las bailarinas se sento en la mesa del bar y saco un fajo de billetes. Comenzo a contarlo, y no pude evitar mirarlo como si fuera un faro de luz. Sabia que ganaban dinero. Pero automaticamente lo asocie con la cantidad de dinero suficiente para pagar las cuentas medicas. --Karen--, le pregunte, dandole un trago de tequila, que sabia que era su favorito. --?Es eso lo que puede hacer una bailarina en una semana? Ella empujo sus labios a un lado, pensando, y lanzo su trago por la garganta. --En realidad no. Quizas si eres nueva. Hice esto anoche, estaba demasiado ocupada para contarlo. El Sr. E. saca doscientos por noche y nosotros nos quedamos con el resto. Se me salieron los ojos de las orbitas. --Espera, ?el se lleva doscientos y todavia te queda todo eso?. Ella se rio. --Si. Asi no tenemos que preocuparnos por un porcentaje. Mis ojos se detuvieron en el dinero por un segundo. Sacrificio. Fue lo primero que pense. Habia que hacer un sacrificio. Ahora, lo que pasaba por mi mente era una solucion a todos mis miedos. Yo sabia que tenia que hacer algo y justo ahora esta en mi mesa la respuesta. Al menos esta era la unica solucion rapida que tenia en mis manos. Sin pensarlo mas y convencida por la cantidad de dinero que vi en las manos de Karen. Le di un ultimo trago a cuenta de la casa y fui a la oficina del Sr. Eliott. --Oiga, ?jefe?-- Le pregunte, espiando con mi cabeza en su oficina. --Adelante, Mila. Entre y me sente frente a su pequeno escritorio. --?Que pasa?--, pregunto. --Sabia que algo te pasaba hoy. --Quiero ser bailarina-- solte. Lo dije con prisas, antes de que pudiera cambiar de opinion. --?Quieres bailar para mi?-- Sonrio y se volvio a meter el cigarro en la boca. --Ya era hora de que me lo pidieras. ?Quieres saber cuantos hombres han preguntado si ibas a salir de detras de esa barra y subirte a un poste? --Tal vez prefiera no saberlo… Pero me encantaria empezar cuanto antes. Esta noche si usted quiere. Se levanto e hizo un gesto para que lo siguiera. Me llevo a otra parte del edificio en la que nunca habia estado antes; era el area de las bailarinas. Habia armarios y mucho espacio en el mostrador con espejos en la parte superior, con el maquillaje derramandose sobre todas las superficies. Los diminutos y brillantes pedazos de ropa que llevaban estaban colgados en bastidores, asi como colgados en las sillas. Los que ya habian usado en el escenario habian sido claramente arrojados a favor de un nuevo atuendo, y llenaron el piso, junto a toneladas de tacones altos. Quiero enfatizar, tacones muy altos. --Vistete con la menor ropa posible, puedes usar cualquier cosa aqui. Ya que eres nueva, me quedare con el 15% hasta que des un paso adelante y mejores. Me agarre a mi camisa. --Gracias, Sr. Eliott. Realmente aprecio esto. Asintio con la cabeza. --Dime, siempre has sido la dulce chica de modales suaves aqui, la chica a un costado y todo eso, ?que te hace querer hacer esto? --Bueno, el seguro medico para mantener a mi hermano en el respirador dejo de cubrirlo, asi que…. --Ya veo-- Agito la cabeza, su cigarro se tambaleo de un lado a otro. -- Malditos hijos de puta codiciosos. Les gusta recaudar dinero, pero no quieren pagarlo. Mi abuelo fallecio asi--, me dio una palmadita en el hombro. -- Estaras bien. Sal y baila un poco. Eso te ayudara a alegrar tu estado de animo y a llenar tu cuenta bancaria. Y la suya tambien. --Gracias, Sr. Eliott. Se fue a su oficina y yo me quede quieta en medio de la habitacion como un poste fuera de lugar. --Esto es muy poco--, murmure para mi misma, recogiendo una tanga. Pero no era diferente a un traje de bano, ?verdad? Bien, sigue diciendote eso…. --Hola, ?que haces aqui atras?-- pregunto Karen, apareciendo detras de mi. --Ahora soy bailarina--, dije, encogiendome un poco de hombros. --?En serio? ?El Sr. E. te dejo entrar, asi como asi? Vaya, que rapido. Me hizo una audicion para el y me dijo que engordara un poco. Dijo que a los chicos de aqui les gustan las mujeres con carne en los huesos y que yo era demasiado flaca. Que maldito, ?verdad?-- --Si, eso es grosero--. Respondi con autentica empatia. Me senti mal por ella. Pero por una vez, ese peso extra que nunca pude bajar parecia haber funcionado a mi favor y no en mi contra. Karen se sento en su estacion de maquillaje. --No importa. Nunca subi de peso porque mi metabolismo es bueno sin importar cuantas hamburguesas coma.
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La fuga de Carmen Domingo
https://gigalibros.com/la-fuga.htmlNavarra, 22 de mayo de 1938, penal de San Cristobal. La mayor evasion de la historia esta a punto de comenzar.
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Por un punado de besos de Jordi Sierra I Fabra
https://gigalibros.com/por-un-punado-de-besos.htmlLlega a la gran pantalla y a todas las librerias Por un punado de besos, una historia tan real como la vida misma; una historia de amor, mentiras y superacion personal.
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Fingelo de Mia Ford
https://gigalibros.com/fingelo.htmlMe recojo los largos rizos oscuros y me preparo para ir a trabajar. El parloteo que me rodea se mezcla en una cacofonia de murmullos. Todo el mundo esta ya borracho y gritan unos sobre otros, por encima de la musica y del zumbido de sus propios oidos. Dios no quiera que te duela la cabeza cuando tienes que trabajar. Llevo casi tres anos trabajando en bares y la escena es siempre la misma. Hay grupos que entran y se relacionan entre si a distancia. Casi puedes adivinar que chico va a hablar con que chica por el grupo de personas con el que han entrado en el bar. Uno de mis juegos favoritos es <> Me doy cuenta de que alguien intenta hablar con otra persona, le hace ojitos o le paga una copa. Entonces, los otros camareros y yo nos inventamos las cosas que se estan diciendo y cuales pueden ser los posibles motivos de ruptura. Las razones por las que no saldran del bar y seguiran su camino hacia la ciudad del amor se vuelven completamente ridiculas. Como si el tuviera una serpiente en la banera y quisiera que ella la alimentara con ratas. Me espera otra larga noche y respiro profundamente antes de salir para comenzar mi turno. Me situo justo en el almacen, desde donde puedo ver a todo el mundo pero ellos no pueden verme y ademas puedo oirlos. Los televisores de pantalla plana de alta definicion se alinean en las paredes reproduciendo el ultimo partido. Nunca hay sonido en los televisores porque no tendria sentido, nadie oiria nada. El bar esta repleto y con todos los empujones que se producen, sabia que era cuestion de tiempo que esto sucediera. --Te voy a matar --grita una marimacho rubia tenida. Es enorme y, a medida que me acerco, pienso en retroceder un poco. Tal vez no sea justo llamarla asi, pero debe medir al menos 1,80 metros y es mas flaca que un palillo. Definitivamente podria acabar conmigo o al menos partirme en dos, sin ponerle demasiado empeno. --Solo tienes que intentarlo --dice una morena bajita, con unos pendientes colgando de sus orejas que deberian hacerla caer. Se que es una famosa de segunda porque esta en el bar todo el tiempo y la he escuchado hablar sin parar de su supuesta fama. La marimacho, efectivamente, la matara si no intervengo. Lo ultimo que quiero es entrometerme en el camino de la marimacho o hacerme notar, pero la mas bajita no me estaba dando muchas opciones. El cuerpo de la mujer alta esta rigido como si pudiera salir vapor de sus orejas y se mezcla de tal forma con todo el vapor y la colonia cara que hay en el aire, que hace que mis ojos lloren. Como se preveia, comienzan los empujones y la gente se aleja de ellas, dispersandose como ratones lejos de la pareja de gatas salvajes. Los transeuntes agravan la situacion dandose la vuelta para mirar, bloqueando mi vista. Despues de dar la vuelta a la barra, me meto en la refriega para intentar separar a las dos mujeres extremadamente borrachas. Sacudo la cabeza hacia Gary, decepcionada. El portero no quiere separar las peleas de chicas. Le preocupa violentar a las mujeres y que le demanden. Deberia preocuparse de que demanden a nuestra jefa. Por eso intervengo. A pesar de todo, me gusta mi trabajo. Eso me permite ser la heroina. No estoy baja de forma, pero tampoco soy la mujer mas fuerte. Con un metro y medio, me mantengo en forma. Ir a yoga un par de veces a la semana vale la pena, al igual que correr, cuando puedo. Quizas eso me ha hecho ser mas atrevida de lo que deberia, porque una vez que me pongo en medio de las mujeres me doy cuenta de que es un error. La marimacho parece medir unos dos metros y la famosilla se gira justo cuando me pongo delante de ella y me mira a los ojos. Las estrellas estallan en torno a mi vision mientras comienza una palpitacion. No es el mas duro de los golpes, pero es suficiente para aturdirme durante un par de segundos. La fuerza de la sacudida me hace salir de la refriega durante un segundo llevandome la mano a la cara. La rubia lanza varios improperios mas tipicos de borrachos. Estoy empezando a cabrearme. Me repongo saltando de nuevo y estirando la mano. La agarro por la cola de caballo y le doy un fuerte tiron. Vale, puede que no este luchando de forma justa, pero a estas alturas me importa una mierda. No puedo permitir que haya un derramamiento de sangre durante mi turno, y a juzgar por la rabia que colorea la cara de la marimacho, existe la posibilidad de que haya uno. Es el tipo de chica que probablemente escribiria REDRUM en el espejo de su bano despues de la ducha. Tiene una mirada en sus ojos que definitivamente me daria miedo si yo fuera la otra chica. Le agarro el pelo y la alejo de la chica alta antes de que las dos acabemos colgadas encima de su enorme cuerpo. Esto seria mas facil si ella cooperara conmigo en lugar de ir en contra, pero dudo que se de cuenta de que estoy tratando de terminar esto lo mas rapido posible. --Regina --le grito a la otra camarera--, ayudame a sacarlas de aqui. Regina me mira con la mirada perdida. Le hago un gesto brusco con la cabeza que parece hacer que se mueva. Con Regina agarrando timidamente a la mas grande, sacamos a las dos mujeres del bar. Nos empujan y tiran de nosotras, pero si lo que necesitan es pelear, pueden resolverlo en la calle. --Mierda --dice Regina--, te ha dado bien en ese ojo. --Desde luego --digo, y toco con un dedo el punto sensible. Me estremezco. Me sorprende que ya se haya hinchado. La adrenalina disminuye dejando pasar al dolor. Por suerte no he sentido el agotamiento antes de mi turno. --?La rubia tenida tiene destreza? --dice riendo. Regina es rubia natural y no es alta como la marimacho, pero definitivamente es varios centimetros mas alta que yo. Pongo los ojos en blanco y hago una mueca de dolor. --No, fue un golpe de suerte. --No me sorprende que Regina encuentre un chiste en medio del desastre. Con suerte o sin ella, duele mucho. Espero que esta noche se tropiece con algo de camino a la cama o que se golpee el dedo del pie con una comoda. Regina se rie. --Con suerte o sin ella, vas a tener un ojo morado. --Regina intenta tocarlo y yo retrocedo, no necesito una presion extra justo en el moraton. Gimoteo. --Perfecto. Dejame ver si puedo taparlo --le digo y entro en el bano. Ya esta empezando a ponerse negro y tengo la sensacion de que se me va a hinchar el ojo. Me dirijo a las taquillas de detras de la barra para buscar algo de maquillaje y ver si puedo salvar mi aspecto. Dependo de las propinas que consigo cada noche para sobrevivir. Va a ser muy dificil atender el bar como una pirata tuerta. Una vez me prestaron dinero para el alquiler, y ese fue un error que me ha perseguido desde entonces. El alquiler se acercaba de nuevo y necesitaba poder ligar con los mejores, no parecer una extra de una pelicula de terror. Por suerte, siempre llevo conmigo suficiente maquillaje para cubrir la cara de seis chicas. Regina volvio para ver como estaba. --El segundo turno esta aqui. George esta entreteniendo al publico un minuto. Me miro en el espejo y aplico un poco de tapa ojeras alrededor de la parte mas oscura del hematoma. Decido aprovechar al maximo un ojo ahumado antes de que se hinche. A este paso, tendre suerte si no me apunalo accidentalmente con el rimel. --Bien, creo que puedo tapar el moraton por esta noche. No te se decir como estara manana. --?Te visitara cierto pretendiente rico esta noche? --pregunta Regina mordiendose una una y apoyandose en las taquillas. Es una mania que tiene, y estoy segura de que ni siquiera sabe que lo esta haciendo. Me estremezco pensando en la piel desgarrada de su cuticula que debe arder cuando pone limones en los chupitos. --Deja de hacer eso --la regano, y entonces una leve sonrisa se dibuja en mi cara--. Y, no estoy segura. Thomas es la mejor parte de mis tardes. Literalmente, lo mejor de mi dia y, sobre todo, cuando tengo que trabajar. Le gusta hacerlo en publico y venir al bar es su cita favorita. Hacia poco que habia descubierto quien era realmente Thomas. Pensaba que solo era un tipo bien vestido que coqueteaba conmigo en el bar. No fue hasta que lo vi en Entertainment Tonight cuando me di cuenta de que era una figura publica. El averguenza a la morena famosilla y hace que mi nucleo tiemble de expectacion. Todavia no entendia muy bien por que era famoso. Habia sido el novio en un reality show. La chica seguia en el programa, pero desde que habian roto, los paparazzi continuaban siguiendolo a el. Tal vez esperaban que volvieran a estar juntos y que se enamoraran en la television. Yo, en fin, no podia soportar ver los antiguos episodios y la mirada en su cara o la forma en que ella lo trato durante ese tiempo. Puede que sea el pasado, pero aun asi me dejaba quemada cuando lo veia, aunque el no fuera mio y todo esto sea por diversion. Diversion es lo que me recuerdo una y otra vez al mirar mi reflejo en el espejo. Ni siquiera suelo ver la television, y me habia enganchado. Regina sigue hablando pero ignoro la mayor parte de lo que dice. --Esta demasiado bueno. No puedo creer que hayas conseguido al ex novio de Rosa Diaz. --Dudo que quiera que se refieran a el como el ex novio de alguien --le digo, y termino los ultimos retoques con mi tapa ojeras. Giro la cabeza de izquierda a derecha. He conseguido disimular parte de las rojeces y, por suerte, no se me ha puesto negro… todavia. Vuelvo a meter el maquillaje en la taquilla y la cierro de golpe. Regina canturrea, alejando mi atencion de la puerta metalica de la taquilla y de mis actuales problemas de alquiler. Miro a Regina y siento que el color me llena las mejillas. --Sin embargo, espero que se pase por aqui esta noche, se acerca mi descanso. --Me abanico rapidamente porque el rubor de mi cara irrita el dolor de mi ojo hinchado. Nunca he conocido a alguien como Thomas. Conoce mis necesidades antes que yo y las satisface de tal manera que nunca me siento insatisfecha despues de estar juntos. Es fantastico siempre. Cada vez es mejor. Es tan caliente y esta tan fuerte que es lo unico en lo que puedo pensar durante horas y horas despues de estar juntos. Cuando volvemos al bar, George esta haciendo sus habituales trucos de exhibicion, lanzando botellas al aire y dando vueltas. Las mujeres se lo comen, aunque el es cien por cien gay. Les muestra su galardonada sonrisa, guinando un ojo a algunas y soplando besos a otras. Se pasea por el bar haciendome reir. Es un provocador, pero mientras den buenas propinas, ?quien soy yo para quejarme? Una vez le pregunte si le molestaba que las mujeres pensaran que era como un enorme bistec al que les encantaria hincarle el diente. <
>, fue su respuesta. Las mujeres pueden ser absolutamente intrepidas cuando beben. Apenas puedo creer algunas de las cosas que les he visto hacer. Una senora mayor se tomo unos tres martinis y se quito las bragas para darselas a el. Otra intento hacerle un baile erotico pero se cayo y se torcio la muneca al subir a la barra. Realmente ya no hay nada que me sorprenda. Comprendo el punto de vista de George cuando vuelvo a salir a la barra para sonreir a los clientes y llamarles con nombres de cachorros como < >, < >, < > o algun otro nombre asquerosamente dulce. Un dia, tal vez, tendre una carrera de verdad y no tendre que trabajar tanto. No me malinterpretes, ser una perra de bar, como nos llamamos carinosamente Regina y yo, tiene sus ventajas. He conocido a gente increible, pero mezclar bebidas y lidiar con mierdas como recibir un golpe en el ojo, cansa muy, muy rapido. Mezclar bebidas no es tan facil como mucha gente cree. Hace falta mucha habilidad y concentracion para mezclar la bebida perfecta. A veces se trata de una propina barata al final de la cuenta del bar o de varios billetes de veinte que sirven para comprar el almuerzo para el resto de la semana. Personalmente, me gusta almorzar y hago lo posible por ganarme esos veinte. Thomas no se acercara a pedir una bebida. Entrara por la parte de atras y me mandara un mensaje. Sabe que le reconoceran y no quiere que yo salga en las camaras, ya que solo nos estamos divirtiendo. Alguien que fuera una cazafortunas se ofenderia, pero estoy de acuerdo, solo nos estamos divirtiendo, realmente no hay necesidad de llamar la atencion innecesariamente sobre lo que sea que estemos haciendo. Me gusta mi vida tal y como es, muchas gracias. Bueno, en su mayor parte. Puede que nunca sea mio, no en la forma en que funcionan las relaciones convencionales, pero por ahora, cogere lo que me ofrece y lo disfrutare. --He oido un rumor, gota de amor --me dice uno de los habituales. Se que trabaja para una de las cadenas de entretenimiento que se ocupan de los cotilleos de los famosos. Lo habia escuchado tratando de impresionar a una chica con sus historias de persecucion de famosos. No recordaba cual, ni me importaba, mientras no nos pusiera a Thomas y a mi en la misma columna de cotilleos. --Oh, en serio, ?un rumor sobre que? --pregunte sonriendo mientras me encogia por dentro. ?Gota de amor? ?De verdad? Esta comadreja me eriza la piel y, mas que nada, me encantaria darle un punetazo en el ojo. Mi mano se mueve sosteniendo el vaso alto para un Tom Collins y arreglando mi bandeja para salir corriendo. Sigue parloteando y yo le escucho a medias. Sin embargo, las siguientes palabras que salen de su boca me hacen reflexionar, pero solo brevemente. --Que estas lamiendo algunos de los descuidos de Diaz. -
Confesiones de una mascara de Yukio Mishima
https://gigalibros.com/confesiones-de-una-mascara.htmlKoo-chan, el joven narrador de ” Confesiones de una mascara ” (novela publicada en 1949 que fue el primer gran exito literario de Yukio Mishima (1925-1970) y que lo catapulto a la fama), es un alma atormentada por una sensibilidad turbadora que va creciendo con el estigma de saberse diferente a los demas. De aspecto debil y enfermizo, solitario y taciturno, de extraccion menos favorecida que sus companeros, ira descubriendo sus inclinaciones homosexuales cuando se siente atraido por Omi, un chico de fuerte constitucion. No obstante, en el Japon de los anos 1930 y 1940 el protagonista debe ocultarse tras una mascara de correccion y convertir su vida en un escenario, en una representacion en la que confluyen la realidad y las apariencias.
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Amor a la Distancia en Barcelona de Anna Olsson
https://gigalibros.com/amor-a-la-distancia-en-barcelona.html?Que se siente tener al chico de tus suenos tan cerca tuyo?
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El cielo a tiros de Jorge Franco Ramos
https://gigalibros.com/el-cielo-a-tiros.htmlUna apasionante novela sobre la generacion de hijos de los grandes narcotraficantes colombianos de los anos noventa y un fiel retrato de la Medellin de hoy.
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El dominio mundial de Pedro Banos Bajo
https://gigalibros.com/el-dominio-mundial.htmlSi en su primer libro, Asi se domina el mundo, Pedro Banos exponia como, para que y con cuales estrategias los poderosos intentaban, en dura pugna entre ellos, controlar a paises y personas, en esta nueva obra da un paso mas hacia la plena democratizacion de la geoestrategia y detalla cuales son los instrumentos que se emplean para lograr ese predominio planetario.
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Alguien tiene un secreto de Karen M. Mcmanus
https://gigalibros.com/alguien-tiene-un-secreto.html!El nuevo libro de la autora de Alguien esta mintiendo, el thriller Young Adult best seller a nivel mundial!
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El intelectual melancolico de Jordi Gracia
https://gigalibros.com/el-intelectual-melancolico.htmlAl autor de este cuaderno, nacido en Barcelona en 1965 y profesor de universidad desde hace veinte anos, le llegara un dia u otro la hora de la melancolia. Mientras tanto, se protege contra ella proponiendo una diatriba contra quienes leen en clave depresiva las transformaciones del presente.
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Elijo sentir de Anna Bissette
https://gigalibros.com/elijo-sentir.html--No, no me mires a mi, mira mas como... detras, como si estuvieses observando el horizonte, un atardecer, un barco a lo lejos. --Vaya ocurrencias las mias, si aqui lo mas lejos que podria mirar esta pobre chica seria un edificio en la acera de enfrente. Terminamos la sesion de fotos y empiezo a guardar todo en el maletin que tengo que cargar hasta llegar a casa. Ni tengo coche ni voy a malgastar dinero para ir comoda en taxi, asi que, como siempre, toca ir en metro. Agradezco enormemente cada trabajo para el que me contratan, porque se de buena mano que encontrar curro de lo mio en Nueva York no es tarea sencilla. Hay fotografos a patadas, y !de los que te dejan boquiabierta! Yo todavia necesito mas practica, pero no tengo tiempo. O si... aunque prefiero ocuparlo en disfrutar de las mil cosas que nos ofrece esta ciudad con mis amigas. No ha sido facil. Cuando les dije a mis padres que me mudaba a otra ciudad pusieron el grito en el cielo, porque mis estudios se reducen a un par de cursos de fotografia en la ciudad mas cercana a mi pueblo. Y ya cuando les dije que esa otra ciudad a la que me queria ir estaba, no solo fuera de mi pais, sino de mi continente..., bueno, eso es otra historia que, de contartela, solo podria describirte gritos, enfados y caras coloradas de rabia, luego lloros, abrazos... Ahora estan encantados con cada e-mail que les envio resumiendo las fotos semanales que consigo hacer, y con cada llamada y videollamada que hacemos para abrazarnos de forma virtual. ?Los echo de menos? Si, un monton, sobre todo el cuidar de mi hermano pequeno, Lucas, ese diablillo que nos trae a todos de cabeza, pero estas llamadas hacen que nos sintamos mas cerca. Y espero que algun dia me visiten y pueda ensenarles este maravilloso lugar, el lugar donde vivo. El metro es todo lo que imagine, aunque con mas gente, otro olor, un poco mas sucio... He llegado a ver de todo, aunque mejor te cuento lo de aquella violinista que hizo que me emocionara en solo unos segundos, cuando corria para no perder el siguiente metro, pero estas cosas hacen que pares, cierres los ojos y disfrutes de los pequenos momentos. Hasta que pasan por tu lado, soltando alguna groseria en otro idioma o dandote un golpe en el hombro alguien con mucha mas prisa que tu. Esa violinista de la que te hablo es Kate, una de mis amigas de la city, como nosotras la llamamos. Kate en realidad es Catalina, otra espanola como yo que vino a triunfar y a ganar millones para banarse en billetes de no se cuantos dolares en la banera de la suite mas lujosa del Four Seasons, o de cualquier otro hotel igual de majestuoso, para que enganarnos. Te lo cuento todo, con los cascos puestos y sonando With Me, de Sum 41. Mientras, vigilo el maletin de la camara de fotos, con la cazadora vaquera sobre mis piernas. Es primavera y hay contraste de temperaturas, por lo que a veces necesitas incluso panuelo y chaqueta en algunos lugares, mientras que, en otros, te sobra hasta el hilito del tanga. !Me encanta! Adoro vivir aqui, tanto por sus cosas buenas, que son muchas, como por las no tan buenas, y te mentiria si dijese que son pocas. Por fin, agotada, saco las llaves de la rinonera y abro la puerta de mi pequeno pisito, que comparto con Jess. Ella si que es de aqui, se quiso independizar y tampoco habia mucho donde elegir. Cuando empece a buscar alojamiento, mientras vivia en un albergue, todo lo que encontraba eran cajas de cerillas con la cama escondida tras un armario, en la parte de arriba del sofa, tipo litera, o con sofa cama. Todo esto por bastante mas de lo que podria llegar a pagar. Hasta que llegue a un anuncio que me parecia falso, con el objetivo de estafar a tontas como yo que buscaban desesperadas algo decente. Pero decidi probar, no perdia nada, y no, resulto que justo habia quedado libre hacia una semana, y era precioso. Tenia mucha luz y un balcon en el que podria sacar la cabeza para que me diese el aire, !aunque no puro!, ya sabes, y dos habitaciones, !dos! ?Te lo puedes creer? Mi pisito es precioso, luminoso, con una pared de ladrillos, la cocina pegada al salon, separada por una barra americana, para ahorrar espacio, un bano y dos habitaciones, una para Jess y otra para mi. Cuando encontre el anuncio y vine a ver el piso, le pedi de rodillas al casero que me lo reservara, que en unos dias encontraria un companero o una companera para poder compartir el alquiler, que estaba segura de ello. Empapele todo por donde pasaba, y por fin me llamo ella, una chica decidida, fuerte, valiente, segura de si misma, un poco seria y quizas hasta borde, pero es su encanto. Ella es Jess y, desde ese momento, nos lo contamos todo, nos hemos vuelto inseparables. Recorremos la ciudad juntas, ella es mi guia y, a veces, tambien descubre cosas nuevas de su ciudad, ya que normalmente no iba a esos sitios cuando era una simple habitante y no la companera de piso de una extranjera perdida como yo. --Por fin, Lisa. Tia, todo el dia para hacer las mismas fotos que me he hecho yo hoy tirada en el sofa viendo Dexter. --Se que lo dice por picarme. Ella valora mi trabajo y me ayuda mucho haciendo de interprete cuando hay algo que no entiendo bien o alguien con un acento que no consigo captar del todo. --?Gracias?, !por apoyarme, digo! Y espero que no hayas estado cogiendo ideas de esa serie --le digo en broma. !Casa! <
>, suelen decir, y aunque me chifle este lugar y vivir en el barrio de Brooklyn, me falta algo. Veo mi vida perfecta, o casi, vivo en la ciudad de mis suenos, haciendo fotos, que es a lo que siempre quise dedicarme, tengo a Catalina y a Jess, que me apoyan y ayudan en todo lo que pueden, a mi familia a un clic de distancia... pero veo que no avanzo en mi trabajo. Estoy algo asi como estancada, siempre el mismo tipo de fotos, de edificios, de personas, y a veces incluso fotos serias porque me contratan empresas para fotografiar su plantilla. Y aunque Nueva York ha sido siempre lo mas para mi, no imagine vivir sin aire, sin campo, sin espacio... y aqui es de lo que menos tengo. Seguire dando vueltas a todo esto mientras no digo ni mu a mis amigas ni a familia. Me lo guardo para mi. Bueno, ya es hora de que me presente, ?no? Mi nombre es Elisabeth, aunque aqui todos me llaman Lisa. Tengo veinticinco anos y me encanta la fotografia, es lo que siempre me ha gustado. De pequena hacia dibujos y decia que eran fotos que habia hecho. Recuerdo la primera camara que me regalaron, unas navidades. No esperaron ni al Dia de Reyes para que asi pudiera hacer fotos de lo mas especial durante esos dias. A partir de entonces, empece a hacer cursos de fotografia y deje el instituto, cosa que no gusto nada a mis padres, pero al final me apoyaron porque me veian feliz y haciendo lo que mas me gustaba, y porque, si todo eso no salia bien, sabian que podria trabajar en lo que encontrase; no me ha molestado nunca trabajar de cualquier cosa. Siempre he sido mas bien independiente, aunque adoro un abrazo a tiempo, una mirada que lo diga todo, carcajadas hasta llorar y silencios comodos con la compania correcta. Queria, por todos los medios, venir a Nueva York, asi que busque y busque, y por fin me llamaron para concertar una entrevista de trabajo por Skype. Llegue con el visado de trabajo porque no podia venir sin ningun tipo de permiso y arriesgarme a que me echasen y multasen. Dos dias despues de hacer la entrevista, lo empezaron a tramitar todo para entrar a trabajar en el Sky Roof Terrace, un bar que, desde que lo busque en Google, me parecio un lugar increible. Se encuentra en el centro de Manhattan, asi que yo ya no necesite mas para aceptar. Las vistas de su terraza son una pasada, con el rio Hudson y el Empire State Building como un fondo espectacular. Todos alli van superarreglados, veia tacones de veinte mil centimetros de altura. Un sitio unico que siempre recomiendo a todos aunque ya no trabaje alli. Me fueron contratando empresas para las fotos de sus empleados, fiestas, celebraciones. Ademas se fue corriendo la voz de que tampoco cobraba mucho, y me llamaban bailarines, actores, cantantes... para hacerles su book profesional. Me he divertido mucho todos estos meses haciendo esto, siete meses de dolor de espalda haciendo fotos, de sonrisas eternas al acabar la jornada y de pasar al ordenador todo el trabajo para empezar a editar. Como hoy, que la actriz a la que fotografiaba ha hecho un gran trabajo con el frio que hacia, todos tiritando de vez en cuando, aun estando en marzo, y ella con un traje de noche, en tirantes, grrrr, y su cara disimulando el frio... Ojala yo fuese asi, y es que siempre se me nota todo lo que pienso. Durante este tiempo, he hecho muchos contactos, he conocido a mucha gente y he sido feliz, pero ya siento que todo esto de la city esta llegando a su fin. Necesito hacer otro tipo de fotografia, con mas sentimiento, mas natural y menos superficial y programado. Despues de reflexionarlo todo muy bien, me voy a aventurar. Esta tarde se lo contare todo a las chicas. Que sea lo que tenga que ser. Capitulo 1 Abro el grupo de WhatsApp que tenemos las tres amigas, Run the world; asi lo nombro Jess y asi se quedo. No le voy a contar la noticia a Jess aunque viva con ella porque no quiero excluir a Kate de todo esto, y porque Jess tambien esta trabajando. Ella es publicista, pero trabaja como secretaria en una de las oficinas de la Torre Hearst. Nunca llegare a entender lo que hace, es algo asi como la ayudante de un publicista que parece ser muy permisivo porque falta cuando le da la gana y acaba cuando le apetece, aunque si que mas de una vez y de dos la he visto llevarse trabajo a casa. Asi compensara todo el trabajo que ha perdido faltando, supongo. Es un poco pasota. Me dispongo a escribir y no se como explicarselo, asi que decido mandarles un audio, pero tampoco me salen las palabras. Entonces acabo con ganas de irnos a algun bar a tomar algo juntas, y asi les comento en persona. Si, mejor, mucho mejor. Yo: Hey, girls, ?nos vemos esta tarde donde siempre? Os tengo que contar algo importante. Y no, pesadas, no es de chicos. A las seis, ?os parece bien? Kate: Vale, alli estare. Jess: ?Tienes que contarnos que te has echado novio? !Dejate de rodeos! A las seis alli. Cuando llego, como era de esperar, soy la primera. Si es que me educaron para llegar tan puntual siempre que diez minutos antes de la hora ya estoy alli plantada. Por suerte no me hacen esperar mucho, solo el tiempo que tardo en pedir en la barra mi bebida preferida y en que me sirvan en la mesa un Long Island Ice Tea. Me apetece una bebida fria, aunque fuera hace bastante aire, y es que con las mantitas que nos dan en este bar se siente una tan a gusto que da igual que bebas frio o caliente. No tardan en mirarme de arriba abajo, tanto a mi como a mi coctel. Nunca he sido ni de bares, ni de alcohol, ni de chicos, ni de fiestas. Pero aqui todo cambio y lo empece a ver de otra forma, y estas chicas me ayudan a querer salir y a compartir momentos de risas y cotilleos. --Anda, la mojigata. ?Vienes a decirnos que te vuelves a Espana? --Creo que Kate me ha calado. Eso de citarlas yo, que siempre soy la que menos iniciativa tiene, y recibirlas con esto, en vez de con una cervecita con limon o un refresco de cola y ya esta, le ha resultado raro. --!Pero si solo es un te! Aunque, ?a que no lo sabiais? El Long Island Ice Tea, aunque su nombre indique < >, no lleva infusion ni nada de eso, apenas lleva un poco de vodka, ron blanco, ginebra, tequila, limon... --Hala, hala, ?te has dejado algun tipo de bebida alcoholica por pedir que echen en ese vaso? Al final te llevamos de vuelta a casa a rastras. Siempre con tus datos que solo a ti te parecen interesantes. --Menos mal que Jess controla a las mil maravillas mi idioma, asi me siento mucho mas comoda al no tener que estar traduciendo en mi cabeza todo lo que digo. Y asi tampoco parezco tonta cuando me quedo trabada intentando explicar algo. -
Mi corazon irlandes de Francine J.c
https://gigalibros.com/mi-corazon-irlandes.htmlUna novela romantica ambientada en la idilica y verde Irlanda.
Una historia de segundas oportunidades y amores prohibidos. -
El verano de los juguetes muertos (Inspector Salgado 1) de Toni Hill
https://gigalibros.com/el-verano-de-los-juguetes-muertos-inspector-salgado-1.htmlEn una ciudad donde nadie dice lo que piensa, un policia busca la verdad.
Primera entrega de la trilogia del inspector Salgado. -
Nadie es perfecto, Lisa Harper de Lisa Harper
https://gigalibros.com/nadie-es-perfecto-lisa-harper.html -
El chico que siguio a su padre hasta Auschwitz de Jeremy Dronfield
https://gigalibros.com/el-chico-que-siguio-a-su-padre-hasta-auschwitz.htmlEn 1939, Gustav Kleinmann, un tapicero judio de Viena, fue capturado por los nazis. Junto a Fritz, su hijo adolescente, fueron mandados al campo de Buchenwald, en Alemania. Empieza asi una desgarradora historia en la que sus protagonistas seran victimas del hambre y de las palizas, mientras participan como mano de obra en la construccion del mismo campo de concentracion en el que permaneceran cautivos.
Cuando Gustav reciba la noticia de su traslado a Auschwitz, una segura sentencia de muerte, su hijo Fritz hara todo lo posible por no separarse de su padre y seguirlo hasta Polonia. -
Sonrisa mortal de Joseph Knox
https://gigalibros.com/sonrisa-mortal.htmlEl detective Aidan Waits, a quien conocimos en Sirenas, emprende la caza del hombre que sonrie.
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Siempre demuestrame tu amor de Sophie Kiss
https://gigalibros.com/siempre-demuestrame-tu-amor.htmlUna nueva vida comienza. Amor y aventuras van de la mano, amores del pasado aparecen y amores del futuro que no esperaba encontrar ni menos enamorarse, se deja llevar por las intensas sensaciones que le entrega el universo.
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Con las manos en las bragas de Noelia Medina
https://gigalibros.com/con-las-manos-en-las-bragas.htmlLa expresion <
>, al igual que la aburrida existencia de Amber, cambiara el dia que se encuentre a su cunado, el perfecto, adinerado y elegante de su cunado, encerrado en el bano, con el pantalon levemente bajado y masturbandose con una de sus bragas de la noche anterior. Pero claro, la vida de cualquier persona puede cambiar despues de una situacion de tal envergadura. Sobre todo si, minutos antes, brindando con un caro champan, anunciaba que llevaria a su hermana mayor al altar dentro de pocos meses.
Ella intentara olvidarlo, hacer como si nada hubiese ocurrido, pero el destino no esta dispuesto a permitir que todo termine ahi, y los envolvera en un excitante, prohibido y peligroso juego.
Eso si, Amber debera tener en cuenta que, en todo juego, por mucho que el azar este de tu parte, siempre hay un jugador que destaca en estrategia -
Nunca fuimos heroes de Fernando Benzo
https://gigalibros.com/nunca-fuimos-heroes.htmlGabo es un comisario de policia retirado que ha dedicado toda su carrera a la lucha contra el terrorismo. Harri es un terrorista que ha pasado los ultimos veinte anos en Colombia tras conseguir escapar de numerosos intentos de captura.
Cuando los servicios de inteligencia espanoles descubren que Harri ha vuelto a Madrid, el comisario general de Informacion le pide a su antiguo amigo y subordinado, Gabo, que averigue extraoficialmente el motivo de su regreso. Aunque se habia prometido mantenerse alejado de su antigua vida, la vieja fijacion por detener a Harri y saldar cuentas pendientes arrastra a Gabo a iniciar una investigacion en la que se cruzara con las redes internacionales de narcotrafico, el crimen organizado, el yihadismo y el oscuro mundo de los confidentes. -
Mi jefe es un Highlander de Kate Bristol
https://gigalibros.com/mi-jefe-es-un-highlander.htmlBel Roig es una artista que trabaja en una cafeteria de Edimburgo, mientras intenta realizar su sueno: exponer sus pinturas. En su semana de vacaciones quiere recorrer las Highlands con su querido Manolo: el seiscientos de su abuelo. Todo va de maravilla hasta que… !Manolo se empotra contra un arbol! !Atropella a una oveja! !Y la secuestra un highlander!
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Carmen, la rebelde de Pilar Eyre
https://gigalibros.com/carmen-la-rebelde.htmlLos ojos del rey de Espana, Alfonso XIII, se clavaron en los de la actriz Carmen Ruiz Moragas y en ese preciso instante comenzo una pasion turbulenta, intensa y peligrosa, como el desdichado tiempo historico que les toco vivir. Carmen habia tenido una vida azarosa y un matrimonio tragico con un famoso torero, y aunque el amor del rey era tan profundo y desenfrenado que estuvo a punto de convertirla en reina, ella se nego a renunciar a su profesion, su independencia y su libertad.
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Te esperare todos los dias de Karla Trier
https://gigalibros.com/te-esperare-todos-los-dias.htmlSheila iba preparada para las vacaciones de su vida: el sol del sur, playas, fiestas y risas en su largo viaje en solitario.
Lo que no imagino fue que Manu, un entrenador que trabaja para el estado, iba a hacer sus vacaciones aun mas interesantes. No solo por la atraccion, si no porque ese feeling se convirtio, para sorpresa de ella, en mucho mas. Pero las cosas no son tan sencillas en la vida, todo el mundo oculta secretos o tiene cosas que no quiere contar. Quizas hay que dejarse llevar y tomarse la historia como un amor de verano. ?O quizas los sentimientos ya son demasiado fuertes para eso?
Una divertida novela en la que los personajes te enamoraran tanto como te haran reir. -
Un lord sin honor de Vanessa Lorrenz
https://gigalibros.com/un-lord-sin-honor.htmlEs una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita esposa. ?Pero que sucede cuando este hombre no posee fortuna? Lady Emily paseaba por el lago Serpentine acompanada de su doncella Susan. El dia habia amanecido calido, a pesar de estar terminando el invierno, dandole la bienvenida a la primavera. Por el rabillo del ojo, vio que lady Carolina Graham paseaba en direccion contraria a la de ella, junto con todo su sequito de amigas, que a la vez estaban acompanadas de sus doncellas. Era una beldad que destacaba entre las jovenes casaderas. Las matronas decian que ese ano ella seria la que conseguiria el mejor partido casadero. Pero a Emily eso no le preocupaba, su madre estaba histerica realizando todos los preparativos para su presentacion. Era la hija unica del duque, ya que su madre tuvo un parto muy doloroso. El medico y la matrona que la habian atendido tuvieron que ayudarla. Y, aunque el parto fue exitoso, no fue capaz de concebir de nuevo. Pero a su padre eso no le importaba. --?En que piensas, mi nina? --Escucho que le preguntaba Susan. Con el paso de los anos, se habia encarinado tanto con esa mujer... Habia sido la doncella de su madre y, cuando ella nacio, se quedo a su cargo. --En nada, nana, creo que los nervios comenzaran a matarme. --Has sonado demasiado a tu madre. --Dios nos salve de eso, Susan, pero pensar que estare frente a la reina haciendo una reverencia me pone muy nerviosa. ?Y si resbalo y caigo? --Recuerdo que, dos temporadas despues de la presentacion de tu madre, una debutante llevaba un vestido primoroso con cristales traidos de la India. Como era la mas hermosa de la temporada, otra debutante que le tenia envidia le piso el vestido antes de entrar al gran salon. Obviamente la pobre resbalo de manera estrepitosa. Cuando se quisieron dar cuenta de lo sucedido, la joven estaba tirada con las faldas subidas y encima de uno de los guardias de la reina. Todas las debutantes se reian sin parar. --Susan, esto no me da sosiego. Eso seria mi ruina, en ninguna casa decente me aceptarian. No encontraria marido nunca. --Pero eso no te pasara a ti, encontraras al mejor esposo del mundo. Ahora vamos a buscar al cochero para que nos lleve a comprar esos hilos y listones que querias. Necesitamos que esos hombres casaderos te vean hermosa desde ahora. Suspiro porque de eso se trataba todo. Las debutantes eran como un corte de carne subastado al mejor postor: mientras mas hermoso y con buena cuna, mas posibilidades tenia de triunfar en la temporada. Pero Emily queria amar a su esposo y ser amada. Sus padres se amaban, no eran el clasico matrimonio de conveniencia. Segun lo que su madre contaba, el flechazo fue inevitable. Fue ver a su padre y sentir que se pertenecian. Emily suspiraba cada vez que su madre contaba la historia porque era como un cuento de hadas. Su padre la habia cortejado por seis meses e incluso se tuvo que retar a duelo con algunos de los pretendientes de su madre. Sonrio recordando la anecdota mientras se bajaba del carruaje para cruzar la calle que le llevaria a la boneteria. Susan estaba bajando detras de ella, pero Emily se quiso adelantar, con tan mala suerte que no se dio cuenta de que un carruaje se acercaba a toda velocidad. Reacciono cuando Susan grito que tuviera cuidado, pero ya era demasiado tarde. Cerro los ojos pensando que su vida se habia acabado. Todo paso muy rapido: unos brazos la envolvieron para despues tirarla de manera estrepitosa sobre la acera donde su carruaje se habia parado. Emily estaba segura de que el dolor en su cuerpo se debia a que la habian arrollado. El temor de comprobar la tragica escena la mantenia con los ojos cerrados, solo escuchaba a Susan pedir ayuda mientras lloraba. Cuando se armo de valor para abrir los ojos, parpadeo impresionada por el hombre que tenia encima protegiendola con su cuerpo. El hombre sonrio y ella se quedo congelada, era como si todo el mundo se hubiera detenido. Su corazon latia de un modo acelerado. En ese momento, nada importaba... Porque estaba frente al hombre de su vida, lo sabia. --Se encuentra bien, milady. --Si --fue lo unico que pudo decir. Estaba tan absorta mirandolo que incluso parecia estar en trance. Un sollozo de Susan la devolvio a la realidad. --Mi nina, ?estas bien? --Si, Susan, no debes preocuparte. --Caballero, si me permite levantarme --dijo timidamente. El hombre se levanto de forma automatica, ayudandola a levantarse. Emily sintio como un simple roce le provocaba un estremecimiento. Le dolia demasiado el brazo. Se dio cuenta de que tenia una herida producto de la caida. --Vamos, nina, regresemos a la casa para que te vea un medico. No te encuentras bien. --Si, nana, sera lo mejor. Despues vendremos por esos listones. Emily volvio la vista a donde su salvador se encontraba, para sonreirle de manera encantadora. --Gracias, caballero, me ha salvado la vida. Su nana la alejo del hombre justo cuando estaba a punto de darle la mano para agradecerle. No comprendia la actitud de su nana, ya que ella nunca habia sido desagradecida. En cuanto estuvieron en el carruaje, se sentaron mucho mas tranquilas. --Nina, tus padres nos van a reganar, estuviste a punto de cometer una imprudencia. --?Por que? --inquirio mirando por la ventanilla del carruaje. Aun sentia el toque de aquel desconocido en su piel. --Ibas a darle la mano a ese hombre como si el fuera uno de tus pares. Es mas: ni a tus pretendientes debes dejarlos que te toquen, y aun menos a ese hombre. ?No ves que es un simple conductor de un carruaje? Tu reputacion podria verse resentida. --No lo pense, nana. Tal vez fue por el miedo de que me arrollara un carruaje. --Cuando se enteren tus padres, nos enviaran a la casa de campo. Mas Emily solo podia pensar en ese mismo instante donde habia encontrado al hombre con el que le gustaria compartir su vida. Capitulo 2 Su madre tuvo un vahido de solo pensar en lo que le pudo haber sucedido, su padre la tuvo que cargar y recostarla en un sillon de la salita de te para que despues le pusieran sales aromaticas debajo de la nariz. Lady Carolina Loughty, duquesa de Windsor, era todo lo que se esperaba de una dama inglesa: educada, refinada, noble. Por eso ahora, que salia de su colapso, estaba palida. --Richard, la nina sera una paria de la sociedad, fue salvada por un simple cochero. Espero que ninguna de nuestras amistades la hayan visto --dijo su madre poniendose una mano sobre la frente de forma dramatica. --Madre, nadie nos ha visto. Al parecer, el cochero del carruaje que estuvo a punto de arrollarme perdio el control de los caballos que tiraban de el. --Buscare al culpable de eso, no puede ser posible que pongan en peligro asi a los de nuestra clase. --Padre, no es necesario, solo fue un rasguno. No hay nada de que preocuparse. --Su padre apreto los labios disgustado. Odiaba que la trataran como si fuera una nina pequena. Unicamente habia tenido un accidente que le pudo haber sucedido a cualquiera, pero sus padres necesitaban hacer un drama de cualquier cosa. Despues de que le dijeran que tenia prohibido salir de compras sola, la enviaron a su habitacion castigada. Tal parecia que para sus padres seguia siendo la pequena que tenia tres anos, la cual al hacer una travesura era castigada. Despues de una semana de encierro, convencio a su madre para que la dejara salir a dar un paseo. Esa semana la habia pasado de un modo un tanto extrano, pues sonaba por las noches con ese hombre que la habia cautivado. A nadie le habia contado acerca de lo que sentia. Porque estaba segura de que, de expresar alguno de los sentimientos que su alocado corazon tenia, su madre la condenaria a vivir enclaustrada en su casa de campo. Ellos preferian verla solterona a tener que pasar por un escandalo de tal magnitud. Por suerte, la vida le sonreia. Porque lady Sarah, una de las debutantes de ese ano, hija de una vieja amiga de su madre, la habia invitado a cabalgar por Hyde Park. Solo esperaba que el destino la favoreciera y la dejara ver al hombre que la habia salvado. Sabia que estaba mal, pero algo dentro de ella le decia que necesitaba verlo de nuevo. Mientras cabalgaba de forma descuidada junto a su companera de paseo, que no paraba de contarle los cotilleos de su madre, Emily observaba todas las calesas que se encontraba a su paso. Estaba nerviosa, necesitaba encontrar y ver por una sola vez a ese hombre.
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A Sexy Berling Interlude (Sexy Berling 3), Maya Blair de Maya Blair
https://gigalibros.com/a-sexy-berling-interlude-sexy-berling-3-maya-blair.html -
La oscuridad en el abismo de Adriana Hartwig
https://gigalibros.com/la-oscuridad-en-el-abismo.htmlLa oscuridad se consume en un abismo, se mete dentro de si misma, imposibilita que algo se escape de alli. Atraida como a un agujero negro, como si una fuerza gravitacional la arrastrara, Isabela se adentra en la oscura mirada de Dermont, a quien todos le dicen que debe temer, que debe esconderse de el. En esos ojos, que todos ven como tenebrosos, ella ve, timida, una luminosidad que escapa al abismo.
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Al mal tiempo, mejor cara de Barbara Constantine
https://gigalibros.com/al-mal-tiempo-mejor-cara.htmlCon la tripa pegada al volante, y la nariz al parabrisas, Ferdinand conduce muy concentrado. La aguja del velocimetro no se despega del cincuenta, la velocidad ideal. No solo ahorra combustible sino que ademas le da tiempo a ver desfilar el paisaje por la ventanilla, a disfrutar del panorama. Y, sobre todo, a detenerse a la mas minima alerta, sin exponerse a sufrir un accidente. Hablando de accidentes, justo ahora ve un perro corriendo delante de el por la carretera. Por puro reflejo, Ferdinand pisa el freno. Los neumaticos chirrian, y la grava sale despedida. Los amortiguadores dejan escapar un quejido. El coche da un bandazo y por fin se detiene en mitad de la calzada. Ferdinand se asoma por la ventanilla. – ?Adonde vas, chaval? Por ahi de juerga, ?eh? El perro se aparta, pasa de largo a toda velocidad y se tumba algo mas lejos en la hierba de la cuneta. Ferdinand sale del coche con dificultad. – Anda, pero si eres el perro de la vecina. ?Y que haces aqui tu solo? Se acerca, alarga la mano muy despacito y le acaricia la cabeza. El perro tiembla. Al cabo de un rato, cuando ya se ha ganado su confianza, el animal se decide a seguirlo. Ferdinand le abre la puerta del asiento trasero y vuelve a arrancar el motor. Al llegar a un camino de tierra, abre la puerta del coche. El perro baja, pero se le arrima a las piernas gimiendo, como si tuviera miedo. Ferdinand abre la cerca y lo anima a entrar. El perro repta a sus pies, sin dejar de gemir. Ferdinand recorre el sendero entre dos setos de maleza y llega a la puerta de una casita. Esta entornada. Llama en voz alta... Eh... ?Hay alguien?... No recibe respuesta. Mira a su alrededor, pero no ve a nadie. Empuja la puerta. Al fondo de la habitacion alcanza a distinguir en la penumbra una silueta tendida en una cama. Vuelve a llamar. La silueta no se mueve. Ferdinand olfatea el aire. Ahi dentro apesta... Olfatea otra vez. !Buf, pero si huele a gas! Corre hacia la cocina, cierra la bombona de butano y se acerca a la cama. !Senora, senora! Le da palmaditas en las mejillas. Al principio flojito pero, al ver que la mujer no reacciona, cada vez mas fuerte. El perro ladra, dando saltos alrededor de la cama. Ferdinand tambien se asusta, y ya no son palmaditas sino bofetadas lo que le da a su vecina. Le grita que se despierte. Los gritos se mezclan con los ladridos. !Senora Marceline! !Guau, guau! !Abra los ojos, maldita guau! !Despierte, por guau, por favor, guau! La mujer deja escapar por fin un pequeno gemido. Ferdinand y el perro suspiran de alivio a la vez. 2 CINCO MINUTOS MAS TARDE, MARCELINE SE ENCUENTRA MEJOR Marceline ha recuperado un poco de color en las mejillas e insiste en servirle una copita. No recibe visitas todos los dias. Son vecinos, pero nunca habia puesto un pie en su casa, hay que celebrarlo. Por mas que Ferdinand le dice y le repite que no tiene sed, que solo se ha acercado a traerle a su perro, ella se levanta de todas maneras, avanza tambaleandose hasta el aparador y saca una botella de licor de ciruela que quiere a toda costa que pruebe para saber que opinion le merece. Es la primera vez que lo prepara. Digame a ver que le parece, a ver si esta bueno. De acuerdo, Ferdinand asiente con la cabeza. Ella empieza a servirle y, de pronto, se detiene y pregunta, preocupada, si luego tiene que conducir. El le dice que ya se va para casa, esta solo a quinientos metros, !podria recorrer el trecho con los ojos vendados! Mas tranquila, termina de servirle la copita. Apenas le da tiempo a mojarse los labios cuando Marceline siente un mareo. Se deja caer pesadamente sobre una silla, con la cabeza entre las manos. Incomodo, Ferdinand se concentra en el mantel de hule, en deslizar el vaso sobre las lineas y los cuadros. Ya no se atreve a beber ni a decir nada. Al cabo de un largo silencio le pregunta, casi en un susurro, si quiere que la lleve al hospital. – ?Al hospital? ?Para que? – Pues para que la examinen. – Pero si solo me duele un poco la cabeza. – Ya, pero... con lo del gas... – Ya... – No es bueno... – No, claro. – Puede haber efectos secundarios. – ?Ah, si? – Vomitos, me parece. – Ah. No lo sabia. Otro largo silencio. Marceline tiene los ojos cerrados. Ferdinand aprovecha para mirar a su alrededor. La habitacion, pequena y oscura, esta repleta de cachivaches. Enseguida piensa que en su casa ocurre exactamente al reves, casi hay eco de vacia que esta. Esa idea le deprime, asi que vuelve a concentrarse en el mantel de hule. Por fin se anima a decir: – Por lo general no me suelo meter en la vida de los demas, Marceline, bien lo sabe usted. Pero ?no sera porque tiene usted muchas preocupaciones por lo que ha... por lo que ha...? – Por lo que he ?que? – ?El gas? – ?Que pasa con el gas? – Pues eso... A Ferdinand le cuesta hablar. Es un tema personal. No se le da bien hablar de temas personales. Sabe que tiene que decir algo, pero es incapaz de ir al grano, asi que se pone a hablar y hablar para no decir nada, intentando hacerse entender con medias palabras. (Tambien le gusta mucho la expresion <
>.) Esta tan convencido de que las palabras traicionan el pensamiento que preferiria funcionar por instinto y dejar que este se encargara de todo. !Aunque no le falta lucidez para reconocer que mas de una vez se la ha jugado, el muy sinverguenza del instinto! Pero, sin querer, una cosa lleva a la otra, y teme provocar un exceso de emocion, le da miedo que la mujer se eche a llorar para desahogarse o le desvele algun secreto, y esas cosas a el no le gustan nada. !Cuanto mas facil seria la vida si la gente se las apanase siempre sola! Con su mujer tenia un truco para evitar la trampa de las conversaciones demasiado intimas: en cuanto notaba que ella iba a ir por ese camino, Ferdinand evocaba el pasado. Una palabra nada mas, como quien no quiere la cosa, y listo, ya podia escucharla sin prestarle atencion, como quien oye llover. Como le gustaba hablar a su pobre difunta... De cualquier cosa, de tonterias. Era una autentica cotorra. Pero lo que mas le gustaba, por encima de todo, era hablar del pasado, de su juventud. Solia decir que todo era mejor antes, que todo era mucho mas bonito. !Sobre todo antes de conocerlo a el! Siempre terminaba enumerando con rabia todo lo que habria podido vivir en otra parte, en America, en Australia o en Canada, quiza. !Pues si, por que no, claro que habria podido ser asi! Si no la hubiera sacado a bailar, si no le hubiera susurrado palabras tiernas, si no se hubiera arrimado tanto a ella, en ese dichoso baile del 14 de julio. Que lastima. Ferdinand no le guardaba rencor por hablar asi. El tambien habia tenido suenos. El tambien habia sonado con cosas bonitas. Pero no habia tardado en comprender que los suenos y el amor no iban de la mano. A lo mejor porque el no estaba hecho para esas cosas. O quiza seria en otra ocasion. !O en otra vida, como los gatos! Bueno, toca volver al presente. Esta en casa de su vecina. La mujer tiene un problema pero no parece querer hablar de ello, pese a las preguntas que el le hace discretamente. No sabe gran cosa de ella excepto que se llama Marceline, que vende miel, fruta y verdura en el mercado, y que es un poco extranjera. ?Rusa o hungara, quiza? Del Este en todo caso. No hace mucho tiempo que se instalo aqui. Bueno, unos anitos ya si que hace. ?Seis o siete? Si, por lo menos seis o siete ya... Ferdinand vuelve a mirar a su alrededor. Esta vez repara en que no hay calentador encima del fregadero, ni tampoco hay nevera, ni lavadora ni televisor. Ninguna comodidad moderna. Como cuando era nino, tan solo la radio para enterarse de las noticias, y agua fria en la pila para lavarse. Recuerda que en invierno siempre buscaba la manera de escaquearse. Y tambien intentaba librarse de hacer la colada, la ropa salia tiesa y helada del lavadero, y el tenia que ayudar a escurrirla, con las yemas de los dedos moradas de frio y arrugadas como garbanzos. !Anda que no era dificil todo en aquellos tiempos, me caguen diez! Se dice a si mismo que tal vez la pobre senora Marceline se haya cansado de esa vida tan dura y tan llena de incomodidades. Se habra desanimado. Y tambien se habra deprimido por estar lejos de su pais y de su familia, ?no? Lo mismo es ese el motivo por el que... Siente que no se va a poder librar, que no va a tener mas remedio que hablar. Y no de tonterias, de si va a llover o si va a hacer bueno. O incluso de su perro. !Que chucho mas listo, oiga! Que suerte tener uno asi. Yo el ultimo que tuve era tonto perdido, pero muy carinoso. Este... Ah, ?que es una perra? ?Esta usted segura? No me habia fijado. Inspira hondo y se lanza a hablar. De un tiron le dice que lo entiende, que a el tambien le han dado ganas un par de veces en su vida. Tres, en realidad. Bueno, venga, para ser del todo sinceros, cuatro. Si, pero... el se tomo el tiempo de pensarlo bien antes, y encontro muy buenas razones para no hacerlo. Como por ejemplo... Asi de sopeton no se le ocurre ninguna. !Ah, si, claro, sera tonto: sus nietos! Los nietos son maravillosos. Apasionantes. Nada que ver con los hijos. Si, si, de verdad. Son mas guapos, mas vivos y mucho mas listos. A lo mejor tiene que ver con la epoca en que vivimos, los tiempos han cambiado. A no ser que seamos nosotros, tal vez al hacernos mas viejos nos volvamos mas pacientes. Puede ser... ?Usted no tiene nietos? ?Ninguno? Vaya. Que pena. Pero hay otras cosas por las que vale la pena vivir. Espere, dejeme pensar... Marceline levanta los ojos para mirar al techo. Ferdinand se rasca la cabeza. Tiene prisa por encontrar algo. – Mire usted, de vez en cuando tambien es bueno acordarse de que hay gente que esta peor que uno. Asi uno pone los pies en la tierra. O, si prefiere, pone las cosas en perspectiva. A veces es necesario, ?no cree? Marceline parece estar en otra parte. Ferdinand busca algo gracioso que decir. – Bueno, y como nadie ha vuelto nunca para decir si al otro lado estan mejor las cosas, lo mismo no merece la pena adelantarse, ?eh, senora Marceline? Puede que sea mejor esperar a que llegue tu hora, y ya esta. Suelta una risita. Espera su reaccion. No hay reaccion. Entonces ya si que se preocupa. Se inclina hacia ella. ?Me entiende cuando le hablo? A lo mejor hay alguna palabra que no... Marceline tiende la mano hacia la tuberia de la cocina y, temblandole la voz, dice que ya esta, que llevaba un rato pensandolo pero que ya se acuerda, que todo ha sido por su viejo gato. Hace ya varios dias que ha desaparecido. ?Se habra muerto? Espera que no. Seria dolorosisimo para ella... Y, mientras tanto, su casa es un caos. Los ratones hacen lo que les da la gana. No paran de bailar, todo el dia y toda la noche. En los armarios, debajo de la cama, en la despensa... Roen, roen y roen sin parar. !La estan volviendo loca! Si siguen asi, al final se subiran a la mesa y comeran de su plato, los muy descarados. Ferdinand ha desconectado, ya casi no la escucha. Divaga por completo la pobre mujer. Debe de ser por el gas. Eso que cuenta del gato muerto y los ratones que bailan no tiene ni pies ni cabeza. La mira hablar y luego le observa las manos. Bonitas y estropeadas. Piensa que es por trabajar la tierra, deberia cuidarse, ponerse crema, lo necesita. Pero el caso es que parece mas joven de lo que el pensaba. Tendra unos sesenta, calcula... De pronto, la mujer se pone de pie. Sorprendido, Ferdinand da un respingo y se levanta a su vez. Ella le dice que es muy frustrante hablar y que nadie te escuche. Pero bueno, ya se encuentra mejor. Gracias por todo, ya puede irse, ahora se va a tumbar a descansar un poco. El gas la ha dejado aturdida. Ferdinand mira el reloj: las cuatro y media, es pronto para acostarse, le extrana. Ella le dice que no lo acompana hasta la puerta, que ya se las apanara el solito. El le dice que si, escondiendo una sonrisa. !No hay mucho peligro de perderse en una casa que solo tiene una habitacion! Le acaricia la cabeza a la perra. Bueno, pues nada, adios, senora Marceline. Si necesita algo, lo que sea, no dude en llamarme. Si, gracias, asi lo hare. Se encoge de hombros y masculla en voz baja: en cuanto me instalen el telefono, no te digo... -
Ya no vamos a las estrellas de Alfonso Gutierrez Caro
https://gigalibros.com/ya-no-vamos-a-las-estrellas.htmlEs el ano 2182. Tras el apocalipsis, la sociedad humana vuelve a florecer en un mundo dual que parece resistirse a aprender de los errores de otras epocas. Por un lado los selenitas, aquellos que sobrevivieron en la colonia lunar y heredaron la riqueza y la tecnologia anterior al colapso; por otro los que se ocultaron en las entranas de la tierra escapando de una superficie inhabitable durante decadas.
Ciro, un joven huerfano que cree saber como funciona el mundo, se vera obligado a vagar por una tierra a caballo entre las ruinas y la regeneracion, por los ecos de un pasado que ya no reluce y los cimientos de un futuro que se antoja tan negro como la maldad humana.
Entre la negacion y la fascinacion, Ciro ira descubriendo que el mundo no es otra cosa que lo que las personas hacen de el, que ahora toca mirar al suelo, apretar los dientes y luchar por aquello que lo vaya a hacer mejor. Los tiempos de echar la vista al cielo pasaron, ya no vamos a las estrellas. -
DESTRUCTORA de K. Spencer
https://gigalibros.com/destructora.htmlSu melena rubia y ondulada emitia un brillo magnetico que hacia que todos los hombres a su paso se giraran para contemplar en toda perspectiva la radiante belleza de esa espectacular mujer. Pero nadie sabia el secreto que se escondia tras esos ojos negros de profundos abismos. Nadie se imaginaba lo que encerraban con candados de misterioso silencio. Una bella mujer no podia ser fruto de las tinieblas, pero tras esa magnetica apariencia se hallaba la mas vil de las feminas. Todo lo que toco en su vida lo hizo pedazos, no a base de violencia sino a traves de lo que derivo de su presencia. Ella era como uno de esos cataclismos naturales que no se espera nunca que ocurran pero que acaban por destruir todo lo que se habia levantado antes de su aparicion
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Jefa por sorpresa (California Beach 1) de Olivia Kiss
https://gigalibros.com/jefa-por-sorpresa-california-beach-1.htmlPara Jennifer su carrera profesional lo es todo. Lleva anos esforzandose por ser la mejor en lo suyo y parece que lo ha conseguido.
No obstante, una noche sale con su amiga Claire y se da cuenta de que ha olvidado otros aspectos de su vida hasta el punto de que en unas horas cumplira un ano de sequia sexual.
Para Cole no hay nada que le importe menos que su futuro. Vive al dia y disfruta de los pequenos placeres de la vida; como, por ejemplo, mirar a la chica del vestido rosa mientras se pasea por el club California Beach con una bandeja llena de cocteles.
Esa noche sus caminos se cruzaran sin imaginarse que, poco despues, sus vidas lo haran mucho mas. -
Besos con sabor a lluvia (Town Hope 1) de Mar Fernandez
https://gigalibros.com/besos-con-sabor-a-lluvia-town-hope-1.htmlLos ultimos meses no han sido faciles para Cloe Campbell. La muerte de su madre ha sido un duro golpe, y tras un largo curso universitario esta deseando regresar a Austin, junto a su hermano, la unica familia que le queda. Pero cuando llega a su hogar nada es como esperaba y se ve obligada a pasar el verano en Town Hope.
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Batea mi corazon, Rose B. Loren de Rose B. Loren
https://gigalibros.com/batea-mi-corazon-rose-b-loren.htmlRyan es un exitoso jugador de beisbol cuya vida no ha sido un camino de rosas; viudo y con una hija de siete anos, tendra que enfrentarse a una gran lesion que puede acabar con su carrera deportiva. Frustrado y totalmente perdido despues de una operacion, conocera a Cristal, una fisioterapeuta que no le pondra las cosas faciles.
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Todo lo que no puedo decir de Emilie Pine
https://gigalibros.com/todo-lo-que-no-puedo-decir.htmlCuando lo encontramos, hacia horas que estaba sobre un pequeno charco de sus propias heces. El Hospital General de Corfu es desconcertante. El vestibulo esta atestado de pacientes fumando y no hay ningun indicador de una ventanilla de informacion o de ingresos. Le envio un mensaje de texto preguntandole donde esta, pero no obtengo respuesta. De algun modo, como sabuesos, seguimos su rastro hasta la quinta planta. Esta postrado en la cama. Es casi de noche y dice que no ha visto a una enfermera ni a un medico desde mediodia. Dice que necesita una cuna. Mi hermana y yo hemos viajado mas de veinticuatro horas y no hemos dormido nada. <
>, le digo. El dice que ya lo ha intentado, pero no ha pasado nada. < > Coge el timbre y presiona varias veces. Al rato aparece una enfermera con aire estresado, gritandole, gritandonos. Me siento culpable por no saber griego. Mediante gestos inutiles senalo al hombre de la cama, intento transmitir que necesita una cuna, que lo limpien y que le cambien las sabanas. Nada parece causar impresion. La enfermera anade algo mas, levanta las manos y se va. El nos mira con desesperacion. Le pido a mi hermana que se quede con el y salgo al pasillo. Solo veo a mas pacientes y sus familias. Me dirijo al mostrador de enfermeria, pero no hay nadie. Mientras me alejo, sin saber que hacer, una mujer habla conmigo. Como no le respondo, me pregunta en ingles si me encuentro bien y aprovecho y le pregunto si sabe donde estan las enfermeras. < >, me responde. Un hombre mayor apunta: < >. La frase se convertira para nosotras en un mantra durante el tiempo que permanecemos en Grecia tratando de devolver la vida a nuestro padre. Enseguida nos damos cuenta de la escasez de personal del hospital. No hay medicos a partir de las dos de la tarde, y desde las cinco solo queda una enfermera por pabellon. En este pasillo cuento seis habitaciones, cada una con un maximo de seis pacientes. La enfermera apenas alcanza a cubrir las necesidades medicas basicas de toda esa gente y no tiene tiempo para atender a incontinentes. Tambien descubrimos que a esta planta - oficialmente para pacientes de < > la llaman < >. La lugarena que habla ingles me dice que tengo que cuidar de mi padre. Me explica con delicadeza donde comprar panales y toallitas humedas y de papel para la incontinencia. Apenas lo asimilo, pero vuelvo a la habitacion individual que le han dado a mi padre por su estado critico y le expongo a mi hermana la situacion. Me mira incredula. Esta de pie junto al cabezal de la cama de papa, recolocandole las almohadas. Caigo en la cuenta de que apenas he hablado con mi padre, aunque he cruzado Europa para verle. < >, digo. Asiente con la cabeza. Se le ve muy pequeno en la cama, pequeno y perdido. Decido que no puede ser, que tiene que haber algun responsable en algun lugar del hospital. Vuelvo al pasillo y le pregunto a la amable mujer si me ayudaria a buscar a un medico. Habla rapidamente con su familia y luego echa a andar por el pasillo, conmigo detras. Subimos en ascensor a otra planta, pero alli no hay medicos. Regresamos al ascensor y volvemos a intentarlo. Lo hacemos una y otra vez, bajamos y bajamos, hasta que llegamos al sotano y recorremos pasillos. Al final encontramos la unidad de donacion de sangre con su medico responsable. Mi nueva amiga me acompana adentro y luego se despide. Al fondo de la sala hay un hombre tumbado en un sofa con la camisa arremangada y el brazo conectado a una intravenosa. Esta donando sangre y, por lo visto, el medico cree que yo tambien he ido a donar. Al ver mi sorpresa, me explica que en Grecia escasea la sangre y, por ley, los familiares de los pacientes deben donar. Pienso que mi hermana, cinco plantas mas arriba, estara preguntandose por mi paradero. Niego con la cabeza, pero no me salen las palabras. No consigo explicar en ningun idioma que las dos somos anemicas y no podemos donar sangre. Le cojo de la mano y le pido que vaya a ver a mi padre. Le digo que no entiendo nada, que mi padre esta solo en una habitacion y no hay medicos en ninguna parte. Le digo que solo necesitamos que alguien nos explique la situacion, aunque en realidad lo que quiero es que me digan lo que tengo que hacer. El subidon de adrenalina que me ha propulsado hasta aqui de pronto ha desaparecido y me siento vacia. Me quedo alli parada, pidiendole al medico que vaya a ver a mi padre. Muy a reganadientes le dice algo a la mujer del mostrador y abandona la unidad. Cogemos el ascensor para subir a la planta quinta, y volvemos a pasar junto a las compungidas visitas antes de entrar en la habitacion. < >, digo, con mas esperanza que certeza. El medico coge el informe de papa, lo revisa, asintiendo y luego dice: < >. Me parece mas sencillo estar de acuerdo, aunque confiaba en un examen mas exhaustivo. Durante las semanas siguientes esta sera la rutina que seguiremos: horas de espera, seguidas por una batalla por atraer la atencion oficial, solo para que se nos diga lo que ya sabemos. Tras anos ensenando obras de Beckett, al fin vivo en una. Una vez pronunciado el dictamen, el medico vuelve a asentir y se va. A su marcha, miro a mi padre pidiendo consejo, pero el se limita a sostenerme la mirada en busca de una tranquilidad que no puedo ofrecerle. Intento sonreir. Ya llevamos aqui mas de una hora y, aunque le ha aliviado vernos y mi hermana le acaricia la mano y hace que se sienta menos solo, sigue tendido sobre sabanas sucias. Puesto que nadie va a ayudarnos, le pido a mi hermana que me acompane. < > Abajo localizamos la tienda del hospital, que vende una practica combinacion de bebidas y tentempies calientes y los productos necesarios para cuidar del paciente. Compramos toallitas y panales y, pensandolo mejor, mi hermana compra tambien un paquete de guantes quirurgicos. Demostraran ser de un valor inestimable. Cuando le explicamos a mi padre lo que vamos a hacer, se angustia y se violenta. Pero el olor de la habitacion es espantoso y nos anima a ser todo lo eficientes y profesionales que podamos. Lo limpiamos. Una vez amontonadas las sabanas sucias, las llevo a lo que me parece un cuarto de la limpieza y las dejo alli sintiendome culpable. Cojo sabanas limpias de la cama de un ala que me parece abandonada y mantas de otra, pienso que las oportunidades hay que cazarlas al vuelo. Cuando vuelvo a la habitacion, mi hermana se las ha apanado para hacer reir a mi padre. Mientras ajustamos las sabanas limpias alrededor de su cuerpo se hace evidente hasta que punto nuestra humanidad depende de estas cosas basicas. En realidad no ha cambiado nada y no entiendo mejor la situacion medica de mi padre, pero tenemos la impresion de haber alcanzado un gran logro. Se hace tarde. Acordamos que yo pase la noche en el hospital y mi hermana en un hotel de la ciudad. Quiero irme con ella, pero en adelante nos turnaremos para estar con papa. Mi hermana sale del pabellon justo a tiempo: cierran las puertas a las once de la noche. Se acepta la presencia de familiares, pero la puerta impide idas y venidas. Despues de despedirla con un abrazo, regreso a la habitacion. No envidio el viaje solitario de mi hermana en busca de alojamiento, pero tampoco tengo la menor idea de como abordar la noche que me espera en el hospital. Mi padre esta inconsciente. Le escucho respirar, apoyo la mano en su pecho para notarle el corazon, que late a ritmo constante, aunque muy debil. La bolsa de sangre que cuelga junto a su cabeza esta casi vacia. La observo con cautela, pensando en que no me quedan fuerzas para decidir que hacer cuando se acabe. Marco el numero de la aseguradora de mi padre, pero salta un mensaje automatico. Cuando me doy cuenta de que me he dejado el cargador en el bolso de mi hermana, renuncio a la idea de telefonear a nadie mas. Apago la luz y miro por la ventana las montanas que hay al norte del hospital y escucho mientras la calma nocturna se extiende por el pabellon. Hace tanto frio que amontono mantas encima de mi padre. Permanezco sentada con el abrigo puesto y espero. Al rato, se abre la puerta y vuelve a entrar la enfermera estresada. Miro en silencio mientras descuelga la bolsa de sangre vacia, la cambia por una nueva y aprieta para comprobar que funciona. Lleva un delantal apropiado para un carnicero en un matadero. Solo despues de que se vaya caigo en la cuenta de que no llevaba guantes quirurgicos ni se ha lavado las manos. Avanzada la noche aparece otra enfermera y consigo sonreir y ofrecerle el paquete de guantes. Acepta con prudencia un par y se los guarda en el bolsillo. < >, digo, sonriendo obsequiosamente. Le pido mediante gestos que se los ponga, pero ella mueve los dedos para mostrarme que ya lleva guantes. Su par, no obstante, tiene sangre y manchas y mediante mimica le pido que se los quite y use los nuevos. Tanta mimica resulta ridicula, pero, como la loca por la que probablemente me toma, insisto hasta que suspira y se los cambia. Se guarda los viejos en el bolsillo. Gesto que solo comprendere varios dias despues, cuando otra visita explique que el hospital no provee de productos de un solo uso: nada de algodon, papel ni plastico. Las enfermeras tienen que comprarse el material, sacarlo de unos sueldos de por si insuficientes. La pantomima de los guantes se convierte en un hecho habitual, y cada vez que le entrego a la enfermera un par de guantes nuevos me entran ganas de llorar. -
Y si… no fuera el de Manoli Madrono Gomez
https://gigalibros.com/y-si-8230-no-fuera-el.htmlMe miro una y otra vez en el espejo. Cuento las marcas en mi cara; arrugas que a mis treinta anos empiezan a saludarme, marcas del frio y del calor que se han quedado comodas en mi joven, o ya no tan joven, rostro. Cojo del mueble del aseo unas pinzas y uno a uno voy deshaciendome de los pelos sobrantes de mis cejas. !Listo! Quedan tal y como me gustan, con su cabeza gruesa y su cuerpo fino. Me vuelvo a mirar de nuevo al dichoso espejo y poco a poco me acerco. Otro dia mas con ojeras, pienso para mi misma, pero esta vez son mas oscuras, moradas y con los lagrimales rojizos, que cualquiera que me observe bien se creera que estoy enferma. Me maquillo lo mejor que puedo, para que nadie note esa pena, esa miseria que llevo por dentro. Me dirijo a mi habitacion y me deleito otra vez en el espejo, pero esta vez en el de mayor altura para ver si algo no encaja en mi. Observo mi metro sesenta, cubierto por unos vaqueros grises ajustados a mis perfectas piernas, una blusa negra dejando ensenar un pequeno escote y mis botines marrones favoritos que me hacencrecer diez centimetros mas. Mi larga melena pelirroja cae en cascada por mi delgada espalda. Sonrio y me veo estupenda. Cojo mi chaqueta americana marron y mi bolso a juego, me cercioro de que tengo las llaves y las demas cosas dentro de mi peludo bolso y cierro de un portazo. Estaciono mi Seat Ibiza anaranjado en los aparcamientos subterraneos de la empresa. Me bajo de el y cierro las puertas. Me monto en el ascensor despues de saludar a Sam, ya entrado en anos y vigilante de la planta subterranea; si algo malo pasara, solamente el seria el culpable. Subo desganada, apenas duermo y ultimamente las musas me han olvidado, cosa que no me ayuda para escribir mi columna en el periodico. Respiro hondo y relajo mi cuerpo con tranquilidad, me espera un gran dia. Las puertas se abren, dejandome paso a la decima planta... Capitulo 1 Gire a mano derecha y sali como alma que lleva el diablo del ascensor. Odiaba los sitios cerrados, estrechos y, sobretodo, apelotonarme entre las personas, con los virus que pueden transmitir. !Vale, si! No lo voy a negar, soy demasiado escrupulosa. En su lugar estaba Hannah, mi leal secretaria, ya entrada en edad, pero fiel como un perrito. Era decir cualquier palabra y la tenia a mis pies. --Buenos dias, senorita Gel --me saluda tan amablemente. --Buenos dias, Hannah, un cafe cuando puedas, ?si? --casi le suplique. Tendria que saber despues de tantos anos al ver mi rostro que el cafe deberia de ser en vena y no en vaso. --?Un mal fin de semana? --me pregunto, sabiendo la respuesta. --Quizas peor que mal. --Me deje caer en mi silla y encendi el ordenador. --Vuelvo enseguida --dijo Hannah yendo a por mi cafe. Observe por encima los papeles que me habia dejado mi secretaria, y ni siquiera sabia por donde empezar. <>, me pregunte sin hallar la respuesta. Di una vista atras a mi pasado. Entre en la revista por mi padre. Me consiguio el mismo el puesto, justo despues de terminar la carrera de periodismo. Sabia que mi gran sueno era ser columnista y no estar en las calles buscando el ultimo informativo. Y por ello hablo con uno de sus mejores companeros del "mus", como el solia decir. Despues de hacer la entrevista, el senor Muester quedo encantado conmigo y decidio darme la columna que yo eligiera de las vacantes que existian en ese instante. Con apenas veintidos anos elegi la columna de "Los deseos". Quizas era mi vena romantica o los deseos encerrados en mi ser los que me llamaban a ocupar ese puesto. El comienzo fue duro, pero poco a poco me hice con la revista y sobre todo con el corazon de Muester, que me animo a darle un giro a mi propia columna. Decidi que los lectores tambien se volcaran en ella y no solo fueran historias que salieran de mi cabeza. La idea era que mujeres y hombres me relataran cual era su mayor deseo y yo poderles ayudar a cumplirlos. Asi, cada dia me llegaban emails de personas desconocidas con un pequeno seudonimo para que nadie al leer las preguntas los conociera, solo sabrian ellos mismossu identidad. Poco a poco me hice hueco y la revista subio un escalon a la fama, y todo gracias a mi, por lo que la empresa me estaria eternamente agradecida. Pero ultimamente mi vida era un caos. ?Como ayudar a los demas si ni yo misma podia ayudarme? Esa era mi pregunta diaria. Y lo peor era que en el unico sitio que me encontraba a gusto era en mi oficina, que todo habia que decirlo, aparte de la del senor Muster, era una de las mejores; con su azul cielo cubriendo tres de las cuatro paredes, ya que una de ellas era acristalada y me dejaba ver lo mejor de la ciudad, el mobiliario color gris carretera, y en el suelo una preciosa moqueta gris claro. Definitivamente me encantaba. Era un lujo trabajar en ella y me lo habia ganado honradamente. Seguia inmersa en mis pensamientos hasta que escuche un pequeno golpe en la puerta. --Pasa --le anuncie a Hannah con una de mis mejores sonrisas. La verdad es que la apreciaba muchisimo y no veia mi vida sin ella. --Senorita Bel, queria comentarle algo --me expuso, seria, mientras dejaba mi taza de cafe sobre el escritorio. --Hannah, te he dicho mil veces que me llames Julia. --Le senale la silla que se encontraba delante de mi para que se sentara. --Vera, sabe que... manana cumplo sesenta anos, ?verdad? --termino de decir. --!Si, lo se! --exclame entusiasmada.La semana anterior le habia ido a comprar un detalle que seguro que le encantaria. --Senorita, vera... --Empezo a inquietarse. ?Que le pasaba? --?Estas enferma, Hannah? Te encuentro algo palida --le pregunte, preocupada. --No, no es eso. --Se acerco un poco mas al escritorio. --?Entonces? Dime, me estas poniendo nerviosa. --le suplique. --Manana es mi ultimo dia de trabajo --solto. Y en ese momento senti como si me hubieran echado un cubo de agua encima. Me agarre a los brazos de la silla giratoria, porque crei tambalearme y caer. Respire hondo, lo mas que pude, y poco a poco me levante. Intentaba estar calmada, tarde o temprano esto iba a suceder. Pero yo... Ella… No podia estar pasandome esto a mi. !No! Y menos en esos momentos. --?Se encuentra bien? --observo Hannah alarmada. Ya no pude callar mas. --?Que si estoy bien? ?En serio me preguntas si estoy bien? --Eche el asiento hacia atras y vi miedo en los ojos de Hannah. --Senorita, yo... Lo siento. --Miro hacia sus pies. --!Que lo sientes! ?En serio? --Ella afirmo--. Mira, Hannah, te aprecio como si fueras mi madre. Me has visto crecer en mi puesto de trabajo y flaquear en el personal. Pero !No! Ahora no me puedes dejar. !Me niego! Deambule por el despacho, de una esquina a otra, asomandome por mi preciosa pared de cristal y observando a todos los transeuntes que parecian pulgas a mi merced. Senti caer una de mis lagrimas queriendo provocar un mar de lagrimas y desembocar en mis labios. Pero rapidamente me la limpie, impidiendo que esto no me derrumbara mas de lo que ya estaba. Me di la vuelta hacia Hannah, que estaba cabizbaja y llorando. Pero !Por Dios! ?Que culpa tenia ella? Me acerque y me agache a su altura. Hice que me mirara a los ojos y senti, por primera vez en los ocho anos desde que era mi mano derecha, pena, tristeza y desilusion. --Perdoname. No me he comportado bien. Sabes que no paso por una buena situacion en mi matrimonio y ahora me tengo que despedir de una de las personas mas importante en mi vida --le manifeste. --Pero, ya sabia que esto pasaria. Meses atras lo hablamos. Ademas, ya le tengo la persona perfecta para reemplazarme. Manana vendra conmigo para ensenarle todo y que usted de el visto bueno --anadio en un hilo de voz. --Seguro que sera tan perfecta como tu. Secate esas lagrimas y perdoname --le pedi mientras le daba un tierno abrazo--. Ademas, siempre podremos quedar para tomar un cafe, ?verdad? --Le sonrei. --Claro, senorita. --Se enjuago las lagrimas y me sonrio--. Vuelvo a mi puesto de trabajo, debo adelantar algunos papeles para manana. --Vale, ve. --Le deje via libre y se fue. La observe desde mi puerta. Me fascino nada mas conocerla. Y ya cuando me relato su historia la idolatre. Era una madre coraje y recorde entre lagrimas cuando se abrio a mi y me conto su vida. Madre de cinco hijos y viuda a los veintiseis...Una lastima, pense en ese momento. Perdio a su marido y mejor amigo en un accidente de coche. Por lo visto, el hombre regresaba a casa despues de dos semanas de trabajo sin parar, y un camion se le echo encima, haciendo que su Seat quinientos saliera por la cuneta y perdiera la vida en el acto. Era vendedor ambulante y ganaba lo justo para sobrevivir, aunque sin vicios, pero lo suficiente para que sus hijos y mujer comieran. Me conto que, al no estar asegurado ni tener un seguro de coche en condiciones, ella se vio con una mano adelante y otra atras. Su casero la ayudo porque siempre fueron fieles pagadores y nunca tuvo ningun problema con ellos, y al menos algunos meses podria estar sin pagar el alquiler. Se busco un trabajo en una casa un par de horas y limpiando portales. Despues de un tiempo, vio que esos trabajos no le daban para todo el mes, por lo que decidio terminar sus estudios. Por la tarde cursaba las asignaturas pertinentes para poder obtener el graduado escolar. Y poco a poco se saco su titulo de auxiliar administrativo. Despues de llamar a mas de una empresa en busca de un trabajo, a sus treinta y dos anos consiguio entrar por una baja maternal a su actual trabajo, y Muester quedo prendando de ella y le hizo un contrato fijo, y a la chica que trabajaba en ese puesto la derivo a otra columna de la revista.
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Palmeras de la brisa rapida de Juan Villoro
https://gigalibros.com/palmeras-de-la-brisa-rapida.htmlJuan Ruiz llego a Yucatan a ver por que los yucatecos comian tanta azucar. Trabajaba para una compania sonorense dispuesta a hacer grandes negocios con el apetito peninsular. En Progreso conocio a una muchacha que acababa de despachar a un pretendiente "porque fumaba cigarros rusos muy apestosos". Estela Milan pertenecia a una familia cuya buena reputacion emanaba, no de sus blasones nobiliarios, como hubieran querido algunos de sus miembros, sino de sus sabrosos helados. A unos pasos de la estacion del tren, la Neveria Milan ofrecia sorbetes y chufas. Durante anos, la familia habia probado su habilidad para confitar en frio, pero su verdadera aspiracion era el bel canto. Estela Milan solia interrumpir los bailes para interpretar un aria, el codo apoyado en el hombro de su galan. Juan Ruiz tomaba decisiones con la llana simpleza de quien es rustico y es espanol. Un dia abrio la puerta de su choza en la sierra de Leon, vio la nieve en derredor, penso en el trabajo que lo aguardaba en el corral de las ovejas y decidio irse al continente donde todas las frutas son posibles. En sus primeros anos americanos "labro futuro" durmiendo en el mostrador que atendia por las mananas. Sus penurias fueron tantas que aquel mostrador acabo por parecerle confortable. Varios anos despues habia logrado reunir algun dinero. El salon de bailes de Progreso debio parecerle un recinto del imperio austrohungaro y aquella muchacha que se abanicaba sin cesar, una princesa de Dalmacia (algo que ella no hubiera vacilado en aceptar). Ante Estela, sus mejores credenciales eran su acento espanol (en las raras ocasiones en que hablaba) y su "pinta distinguida" (una manera de decir que a pesar de su corta estatura y la calvicie incipiente, sus facciones alargadas sobresalian en los salones yucatecos donde abundaban las caritas picnicas). Asi como un dia el aire helado cuajo en una insolita palabra, "America", asi supo que viviria toda su vida con Estela. Nada mejor para un profugo del frio que una muchacha para quien la nieve era algo que sabia a guanabana. Yo los conoci muchos anos despues como mis abuelos. Su matrimonio tuvo el tipo de exito que solian tener los matrimonios de entonces: no se divorciaron y no se hablaron en los ultimos veinte anos. Viviamos en el duplex que mi abuelo construyo en Mixcoac y que era un ejemplo de su caracter; si el arquitecto decia que las paredes debian tener medio metro de espesor, el disponia que fueran de dos metros; no habia manera de convencerlo de que no estaba edificando las murallas de Campeche. Y no solo le molestaban las paredes de medio metro. En su caso, "estar de buen humor" significaba elogiar durante dos minutos a Rojo, el caballo de su infancia, o apiadarse de su unico amigo, el senor Maranon, que tenia un trapo en la cara porque le habian quitado la nariz. No le entusiasmaba nada que no fuera beber cafe negro en una botella de refresco o morder bolillos durisimos. En esa epoca era identico a Fernando Pessoa, cosa que, por supuesto, todos ignorabamos. Sin embargo, a diferencia del poeta, lo permanente en el no era la depresion sino el enojo. De las muchas emociones simples de que dispuso en vida, el abuelo escogio la colera para sus ultimos anos. A veces, al ver que los jugadores de futbol americano se pegan en el casco para celebrar una jugada, pienso que los coscorrones del abuelo eran cripticas felicitaciones. Como quiera que sea, nada podia impedir que pasaramos la mayor parte del tiempo en la parte inferior del duplex, la casa de los abuelos. Ellos si tenian television. --Chiquiti pollo, chiquiti pollo --decia mi abuela, y se pellizcaba el cuello repetidas veces, cuando el 7deg de caballeria liberaba a "los buenos". Esta era su forma de decir "lero lero candelero". Para nosotros Yucatan era la peculiarisima forma de hablar de la abuela. Sabiamos que venia de un lugar remoto y que varios de nuestros parientes habian muerto luchando contra Mexico. Tal vez porque el abuelo no daba otros signos de vida que un bastonazo de ocasion, su patria no parecia tan lejana. Mi abuela tenia una amplia memoria, siempre mejorada por su imaginacion. Nos conto mil veces el bombardeo de Progreso (la familia corrio hasta Chicxulub y se refugio en una casa repleta de alacranes), la llegada del cometa Halley, la visita de Madero a Yucatan: el heroe la tomo en brazos en un parque, dijo "que bonita nina" y le planto un beso en la mejilla (para mi abuela, la Revolucion habia sido obra de forajidos, pero guardo un buen recuerdo del "pobre hombre" que la beso de nina). Lo mas interesante de sus historias era que estaban llenas de misterios insolubles. Todo lo que contba de su abuelo, Jose Nicoli, era para demostrar que no era negro. El habia llegado de Honduras en compania de su esclava, la futura nana de mi abuela... "Era un hombre de pelo crespo, boca amplia, algo morenito, pero no negro." La ignominia maxima para una mujer consistia en no ser blanca (pronunciaba con tal enfasis que se oia balanca) y la siguiente (disponia de una vastisima escala de oprobios) ser blanca y "revolcarse con un turco". Todos los dias renovaba su decencia describiendo con lujo de detalle la indecencia de los demas. Si hubiera dicho "Fulana se fue con Mengano" jamas habria reparado en ello, pero cuando se referia a "!esa que se revuelca con los turcos!", me daban ganas de conocerla. La frase tenia una innegable carga sexual y hacia pensar en amores circenses, arabigos, magnificos. Una tia abuela mia habia sido raptada (y devuelta) en su juventud... "pero no por un turco", aclaraba mi abuela. La sangre arabe solo le parecia recomendable para la cruza de los caballos a los que mi abuelo le apostaba los domingos. Los apellidos de ciudades suelen senalar un origen judio sefardita y los Milan no debian ser la excepcion, pero mi abuela habia dado con un documento (perfectamente imaginario) que la vinculaba con Fernando VII. Vivia para ser blanca, decente y hasta santa. Cuando mi abuelo y yo regresabamos del hipodromo, nos informaba que alguien habia ido a preguntar si ahi vivia la santa. --Se conoce que estan enterados --anadia, con un gesto de la mas transparente vanidad. --!Esta mujer! --farfullaba mi abuelo. Yo estaba de parte de la abuela. Era carinosa, inventiva, malediciente y encontraba una justificacion extralogica para cualquier cosa. Una de nuestras actividades centrales consistia en sopear panes en su cafe con leche (acaso por ese don yucateco para azucarar las cosas, el suyo sabia mas rico que el de los demas). Cuando mi madre nos encontraba lamiendo las gotas que habian ido a dar a nuestros antebrazos, iniciaba una reprimenda: --!Que porqueria! Entonces ocurria la fabulosa explicacion de mi abuela: --Si asi lo hacen los americanos --y a continuacion inventaba una pelicula de gente refinadisima que sopeaba el pan, con un reparto avasallador: Ingrid Bergman, James Stewart, Grace Kelly y Humphrey Bogart. --Pero ellos no se lamen los antebrazos. --H'm. Se acabo --y las lagrimas fluian puntuales de sus ojos. --!Si, hazte la victima! --Tienes razon --sollozaba--, se me figura que la Bergman no estaba en la pelicula, sino Rita Hayworth --era imposible regatearle un argumento. Mi abuela es la unica persona que he visto llorar sin sentirme mal. Las lagrimas eran la exacta puntuacion de sus historias. Me gustaba que contara el episodio del chocolate. En una epoca en que fueron muy pobres, su padre gasto sus ultimas monedas en comprar un trozo de chocolate que tuvo que repartir entre sus siete hijos. La primera lagrima siempre caia en la palabra "trozo". Pero su capacidad histrionica conocia momentos mas intensos. Sus desmayos y sus ataques eran esplendidos. Sabiamos que los fingia, pero parecian tan veridicos que nos arrodillabamos a rezar mientras mi abuelo iba por el alcohol. Mi abuela habia querido ser cantante de opera. Por suerte para nosotros su padre no la dejo; de lo contrario nos hubiera privado de las escenas que iban del arbol de hule en el jardin a la azotea donde recitaba un aria de fin de mundo hasta que descubria que no valia la pena lanzarse de algo que no fuera un castillo. Esta pasion la llevo a incluirme en un drama: --Te voy a costurar un trajecito --me dijo cuando le hable con entusiasmo de la pelicula El Cid Campeador. Su inagotable capacidad de extravagancia tambien pasaba por la Singer. Habia hecho titeres en forma de dedales, la familia Tuch (ombligo). Por desgracia he olvidado los parlamentos que le asignaba a los diez ombligos. En el caso del Cid, nada le parecio mas natural que yo llevara mis gustos castizos a la calle. Velamos las armas en el antecomedor y luego me hablo pestes de los moros (un moro era un enemigo terrible, un turco historico). Asi, un dia de gracia de 1964 sali a combatir moros a la calle de Santander, enfundado en un traje medieval, con cruz roja al pecho y espada de palo a manera de la Colada. Por una vez los indios y los vaqueros se unieron para destruir esa incoherente aparicion. Mi abuela quedo feliz con la escaramuza. Curo mis heridas con violeta de genciana, arreglo el traje y se ofrecio a confeccionar una cota de malla con un mosquitero. No soporte la idea de un nuevo enfrentamiento. Le hable de los penachos indios y las afiladas botas de los vaqueros, con tal intensidad que se aficiono al rodeo. Ante la mirada disolvente de mi abuelo, la sala se transformo en un lienzo donde mi abuela toreaba perros de peluche. --Lo mas importante es el publico --no podia iniciar una escena sin testigos suficientes; pasabamos la mayor parte del juego abarrotando la falsa chimenea de munecos y mascotas. Alguien tan habil para contar descalabros ajenos debia tener una fuerte nocion del que-diran. Y mi abuela la tenia, pero solo abarcaba a los yucatecos. Si le llegaba una boleta de luz excesivamente alta, decia: --!Machis!, se me figura que me quiere perjudicar un yucateco de la compania de luz. En su mente, el pequeno mundo de Progreso se habia trasladado a la ciudad para observarla. Sus actos seguian siendo tan comentados como cuando iba a la neveria o al teatro Melchor Ocampo. A juzgar por su recelo, Yucatan debia ser una sociedad de conspiradores. Si alguien le ofrecia presentarle a un paisano, exclamaba: --!Fo!, !a redo vaya! --que mas o menos significa "fuchi, vete al diablo". En cuanto a la familia, solo entraba en su vida en forma de molestia. Su madre era una figura tiranica. Se acostaba en su hamaca, el unico sitio donde estaba "comodita", a comer platanos con leche y decidir la vida de sus hijos. A Florinda la destino a la solteria: "Eres la fea, tu me vas a acompanar de vieja". Florinda desarrollo tal fobia a los espejos que gritaba si le colocaban uno enfrente. Ernesto, el hermano mayor, era malisimo, se comia todo el arroz de los anos pobres "y ni siquiera engordaba". Este apetito sin provecho apenas era compensado por el humor "del pobre Gonzalo" (mi abuela no podia hablar de alguien bueno sin pobretearlo). Gonzalo murio joven y lo unico que se de el es la frase que dijo en una alberca: "Hago tan bien el muertito que hasta me empiezo a pudrir". Elvia tenia jaquecas todos los dias a las cuatro en punto; se acostaba unos minutos antes, a esperar su hora de dolor. La unica amiga de mi abuela era la senora Villa, una italiana (sus elaborados prejuicios le hubieran impedido tratar a alguien que se apellidara como el Centauro del Norte), casada con un ex piloto de Mussolini que se mantenia jovencisimo gracias a una dieta de miel. Ademas de la senora Villa, Italia tenia otras virtudes: era el pais de la opera y no era Espana. Y es que la abuela habia emprendido una cruzada antihispanica. Aunque el Cid merecia su aval moral para decapitar moros, los espanoles del duplex (mi abuelo y mi padre) solo podian ser objeto de intriga. En aquellos dias primarios, me convencio de que Espana era el pais donde la gente no se cambiaba de camisa. Ella era fanatica de la limpieza; los jabones que pasaban por sus manos cobraban otra consistencia, como si hubieran servido a un regimiento, y tenia no menos de tres polveras en servicio. El caso es que una de nuestras complicidades consistia en contar los dias que mi padre llevaba con la misma camisa. Es obvio que alguien que crecio en un internado jesuita, donde habia que romper el hielo en el aguamanil para lavarse la cara, no podia tener la misma relacion con el agua que una dama del tropico, pero mi abuela aprovechaba cualquier oportunidad para que la vida de la casa se volviera interesante, es decir, sospechosa. Vivia rodeada de extranjeros. Mi hermana y yo eramos "mexicanos", y por mas lastima que esto le causara, jamas hubiera pensado en compartir nuestra suerte. Mi madre nacio en Yucatan, pero su vida estaba marcada por el estigma de los descastados: habia empezado a fumar. Todas sus ideas eran fijas: mi hermana Carmen y yo eramos perfectos, a pesar de que jamas lograramos cumplir una de sus mas caras obsesiones: dibujar "un tucho nadando". El tema estaba a la altura de nuestros gustos estrafalarios, pero desperdiciamos cientos de crayones sin lograr que el simio nadara. Cuando mi madre le dijo (llorando en serio, sin la menor teatralidad) que yo era sonambulo y hablaba solo, ella respondio: "Como sufre el nene". Los culpables de mis defectos siempre eran otros, en especial mis insoportables amigos: --!Estos chiquitos solo vienen a hacer laberinto! --se quejaba.
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Por ti…Hare lo que sea! de Lucia Gonzalez Lavado
https://gigalibros.com/por-ti-8230-hare-lo-que-sea.htmlSolo una palabra puede expresar lo que paso el siete de junio en una celebracion de alumnos de secundaria y es: !Tragedia! Un secreto que todos los implicados quieren guardar hasta el dia de su muerte, el cual, al parecer, esta mas cercano, pues el pasado ha regresado y lo hace en forma de venganza. Tras dos anos fuera de su ciudad natal, Cameron regresa tras el suicidio de su hermana Claire y alli se reencuentra con Elle, la hermana menor del que fuera su mejor amigo y tambien su primer amor. El pasado es un fantasma del que no se puede escapar, ha regresado sediento de sangre, y no parara hasta estar saciado.
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Mi madre de Yasushi Inoue
https://gigalibros.com/mi-madre.htmlNarracion delicada y conmovedora de los ultimos anos en la vida de una mujer que zozobra en la senilidad, Mi madre es probablemente la novela mas bella, emotiva y personal de Yasushi Inoue. En unas paginas autobiograficas inolvidables, Inoue plasma con sobrio lirismo la muerte de su madre, asi como el previo e imparable proceso que la lleva a desvanecerse en vida, a fallecer de mil pequenas maneras antes de cruzar los umbrales definitivos de la desaparicion. El acercamiento de autor japones al tema es de gran sutileza, dejando espacio y tiempo a los hechos, los detalles, los pequenos momentos, que brillan aqui y alla a lo largo de ese declive, otorgandoles una humilde solemnidad.
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Memorias de Nueva York de Hugo Fabian
https://gigalibros.com/memorias-de-nueva-york.html?Aventura? ?Romance? A Diego no le preocupa lo que su destino le ha preparado, con tal de que eso incluya cumplir su sueno: Conocer Nueva York. No le vendra nada mal alejarse de la rutina por algun tiempo, sin importar tener que hacer un cambio radical. Vida solo hay una y los momentos extraordinarios no se repiten a menudo…
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Los cuadernos del chico frances de Soledad Enrique Gaitan
https://gigalibros.com/los-cuadernos-del-chico-frances.htmlApasionante novela que narra la historia de Denis, un chico de principios del siglo XX, a traves de Laura, una adolescente que encontrara un verdadero tesoro familiar en su casa de verano: unos antiguos cuadernos.
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Amor a primera vista, llama al oculista de P. Z. Reizin
https://gigalibros.com/amor-a-primera-vista-llama-al-oculista.htmlCuando Tom y Jen, dos corazones solitarios, se conocen gracias a un misterioso correo electronico, no saben que su Cupido particular es un robot.
Jen se pasa el dia hablando con Aiden, una inteligencia artificial a quien esta ayudando a actuar de forma mas humana.
Tom es un divorciado de Londres que persigue su sueno de ser escritor tras vender su agencia de publicidad. Ama su nueva vida, pero sigue buscando a la mujer de sus suenos.
?Puede un robot descubrir la inteligencia emocional y ayudar a Jen a encontrar el amor verdadero? -
Igual que ayer de Susana Mohel
https://gigalibros.com/igual-que-ayer.htmlConoci el paraiso solo para ser expulsada de este, al igual que Eva, quien tuvo que pagar por sus errores.
Tenia la vida perfecta, en el lugar correcto.
Eso era lo que todos veian. Sin embargo, eso no era mas que un espejismo, el reflejo del sol sobre la arena del desierto, un castillo de naipes que no resistio la envestida del viento. ?Ven? Lo que tengo dista mucho de ser maravilloso.
Deambulo perdida en un mundo que desconozco, difuminada entre las sombras de la rutina y la soledad.
Sin embargo, estoy decidida a seguir adelante, a encontrar eso que llaman felicidad, jugando con piezas que jamas crei que arriesgaria.
Quiero que la primavera vuelva a mi vida, porque el sol sale para todos cada manana, igual que siempre, igual que ayer. -
Olvida que antes de Irene Ferb
https://gigalibros.com/olvida-que-antes.htmlCarol tiene tanta hambre que hasta envidia el chicle que mastica Lola con esa extravagancia caracteristica suya y hasta imagina que podria nutrirse algo. Celos de un chicle, es patetica… ?tendra algun alimento o sera verdad eso que dice su madre de que son derivados del petroleo? La observa atentamente, tan diva, tan esbelta que parece una estatua, con esa cara de gata iracunda a punto de estallarte, que te desanimaria a acercarte, y, sin embargo, es la mas popular del colegio porque es como el rey Midas: si te toca te conviertes en oro, lanzandote directamente al grupo de los intocables, los <
>. Otra pompa, ya lleva diez. Y ella que mataria por masticar y sacar algo de jugo, pero no puede, desde hace mas de un ano. Su mandibula, acorde a su cuerpo, esta mal hecha y su mordida es inaceptable segun el ortodontista, por lo que su madre saco la tarjeta de credito sin preguntarle y ahora lleva unos aparatos que le corrigen la boca y no le dejan morder nada solido. No, no le pregunto si queria ser el objeto de todas las burlas de su clase, de nuevo, por lucir el aparato mas exagerado de todo el colegio. Ahora la llaman presa, porque su boca parece una carcel. Cuando aparecio con el corse para la escoliosis no tardaron en bautizarla como < >, se burlaban de que su cuerpo parecia hecho a piezas. A todo se acostumbra uno… o no, puede que ella nunca lo haga. Su madre le dice que es hipersensible y que deberia importarle un comino lo que los demas digan de ella. Su madre va de fuerte, pero la mira y sabe que habla desde la ignorancia porque nadie se ha burlado jamas de ella, !que sencillo es asimilar los dramas de la vida desde la barrera! En su momento ocupo el lugar que ahora ocupa Lola. Su madre y su perfeccion… ?como puede ser su hija? Su estomago vuelve a rugir, ya van cinco veces, solo espera que durante la clase de etica no le suene, porque suelen estar en silencio haciendo deberes y se va a morir de la verguenza. Si al menos le hubieran dejado el zumo… pero se lo han quitado todo, el flan y el zumo. Anoche no ceno por dolor de tripa y apenas ha desayunado porque se ha despertado muy tarde. Lleva dieciocho horas sin darle trabajo a su estomago. Tiene unos companeros de la peor calana que viven por y para amargar la existencia a los corquis. Corquis: persona que, segun su escala de medir, no esta terminada y prefiere sacar buenas notas antes que estar todo el dia haciendo el ganso. No hace falta aclarar que ella esta en el top cinco de las corquis del cole. Lo que mas le fastidia es que no se lo toman: se lo quitan y encima lo pisotean delante de su cara y se marchan corriendo, como carreras de caballos, haciendo ruido con sus burlas. Y no, es mejor no decirselo a los profesores, solo le faltaba sumar a su lista de apodos el de chivata. Roa vuelve a meter un gol. Van cuatro en veinte minutos. Se rumorea que le va a fichar el Real Madrid, que le ha visto un ojeador. Es muy bueno. Aprovecha que todo el mundo lo hace para mirarle y asi no llamar la atencion… <>. Total, que para no dar mas que hablar prefiere disimular y de refilon ver como se abraza con Alberto, el otro idolo de masas de su colegio y que, a la vez, tambien, es su hermano mayor. Despues chocan los punos y camina en solitario hacia el centro del campo con la cabeza alta, recordandole a esos jugadores profesionales tan chulitos que ponen en la tele. A Roa se le ve de lejos que ha nacido para triunfar. Eso se nota. A ella no… Y por eso, aunque el se pasa tardes enteras en su piscina no sabe ni como se llama. Alberto le saca tres anos, el ya tiene dieciseis. Tambien es muy guapo y debe de ser muy simpatico, pero a ella no le hace ni caso. Vive por y para el deporte y para sus amigos. No se porta mal con ella, directamente la ignora. A veces, ha presenciado como la calana se burla de ella y ha seguido a sus cosas como si nada. Y eso duele mas que cualquier empujon. ?Como no puedes importarle nada a alguien de tu familia? Cuando era mas pequenita se reia mucho con ella y jugaban juntos, ella le adoraba, pero fueron creciendo, se hubo de convertir en invisible y se fue olvidando de ella. Carol de el tambien, poco a poco, pero a veces le cuesta y se le hace nudo. Las chicas de clase vienen hacia ella. Se ha quedado guardando el sitio mientras ellas ensayaban en un rincon el baile de fin de curso. Bea la mira avergonzada, ella es su unica amiga y no suelen separarse para nada, pero la han elegido como su correctora y se ha ido a ver si todas bailaban sincronizadas. --?Que tal, Carol? --le pregunta al tomar asiento. --Pues muerta de hambre. --?Te han vuelto a quitar el desayuno? Con pereza, afirma con la cabeza. --No te preocupes, tengo en mi mochila galletas, ahora te las doy. La mira agradecida. Bea es un sol. Con ella no se meten porque es muy dulce y a la vez atrevida y su hermano Aitor si que la defiende. Las chicas hablan y hablan sobre el baile y Bea y ella escuchan un poco apartadas. A ella no le ofrecieron participar, baila fatal y odia hacerlo. Suena la alarma. Termina el recreo. Se baja del murete y hace un poco mas de ruido de lo normal porque se tropieza con una piedra. No sabe que pasa, tampoco ha sido para tanto, ?por que todos la miran?, ?ehh? ?Por que la senalan y se rien? Busca a Bea, ella esta igual de sorprendida. Se hace un corro a su alrededor, hasta Roa y su hermano han llegado, entre tantas voces los escucha: --?No es tu hermana esa? --Si, tio, vamonos. --!Pobre cria, vaya hermano mas capullo! --Vamonos, macho… que se apane ella. No entiende nada, esta paralizada de la verguenza, sabe que hay algo en ella que les hace reir y hasta algunos juraria que ponen cara de asco. Se mira. ?Que, que es esto? ?Por que tiene tanta sangre en el pantalon? --!Bea! Ella se da cuenta a la vez y le tapa con su cuerpo. --Vamos al bano --le dice al oido--, tranquila… Hay que ser constante, no claudicar jamas, es su leitmotiv desde hace anos. Carol reconoce en todas las entrevistas que concede que asi consigue cualquier objetivo que se propone, y para sus adentros se guarda que asi elimino el horrible acne de su adolescencia y que fue el detonante de la Carol que es hoy en dia. Rutina por la manana y por la noche, cada dia, desde hace quince anos, cinco mil cuatrocientos setenta y cinco amaneceres y las mismas lunas. Le sigue encantando contar. Grano o marca que desaparecia gracias al protocolo de: limpieza, tonico, balsamo, crema antigrasa, serum e hidratante, la hacia sentir una victoria tal, que se animaba a seguir pese al cansancio y asi fue efervescendo su amor por la rutina. Carol es enemiga del azar. Ella no se lo puede permitir, hay quien tiene la suerte de triunfar sin apenas trabajo y consciencia, pero ella cada paso que da esta mas que medido y calculado, y si alguna vez se ha despistado, dejando escapar un centimetro a su arrinconada rebeldia, derrapa. Y no mas caidas, hieren, y ella ya se ha curado muchas cicatrices, se le ha agotado el botiquin. Entra en su habitacion. Observa el vestido de esta noche. Un lujo. Y todo lo que conlleva esa palabra viene a cargo de su madre. Se entero de que este ano si que estaba invitada a la fiesta de la radio y no ceso hasta convencerla de que el vestido era muy importante y que con un Elie Saab que se compro la temporada pasada iba a presumir de figura. Aunque se lleven casi treinta anos, su madre y ella usan la misma talla, asunto que puede ser algo preocupante, pero que para estos menesteres le sale mas que rentable. Carol jamas invertiria tanto en ropa, y no solo se refiere a dinero, es tambien cuestion de tiempo. Ella prefiere leer, ver una buena pelicula, salir a cenar, tomar una copa de vino, ir a pasear mientras escucha podcast, visitar museos, nadar… y comer queso. No hay nada que le guste mas que el queso. Coge una nota que hay sobre la cama: Tu hermano pasara a las ocho a recogerte. Vino ayer de Londres. No puedes ir a un evento asi sola. No seas estupida con el, lo esta pasando mal. <>, se dice Carol. Llevan quince anos sin apenas concederse algo mas que conversaciones de ascensor y hoy se van a tener que comunicar lo quieran o no. Su prometida le ha abandonado dos meses antes de la boda y el se ha vuelto a Espana porque no podia asumir el fracaso y, segun su madre, esta hecho un roto. ?Y cuando ella le necesitaba?, ?el hacia algo para ayudarla o la ignoraba como a un homeless? < >, se repite como un mantra… el mantra que escucho todos los lunes y miercoles a Ricardo en la consulta, durante diez anos. Ya no va, no puede porque ahora son intimos. El es su mejor amigo varon, y el siempre le dice que con ella perdio a una clienta, pero gano a una hermana. Su infancia fue borrascosa, a sus padres les costo entenderlo, pero una vez que lo comprendieron y pidieron ayuda, Ricardo, un recien licenciado en psicologia que ficho el colegio, se cruzo en sus vidas y la vida de Carol se impregno, poco a poco, de nuevos colores. A Ricardo le debe en quien se ha convertido, ella esta orgullosa de si misma y, sobre todo, de que el permanezca en su vida. El y Bea, su amiga desde la prehistoria. Ahora su socia. Carol le envia un mensaje para contarle quien va a ser su acompanante en la velada de esta noche. Sabe que no la va a poder contestar, hoy tenia muchas reuniones. Bea se ocupa de la gestion y legislacion de su empresa, Carol de la parte tecnica, ella es la cara visible. Son las duenas de una pagina web lider en su sector. Carol estudio periodismo, trabajo en varios lugares, hasta dar con la guia Michelin que le apasiono, se formo en el tema, hizo varios cursos y un master en critica gastronomica y ahora se dedica a publicar resenas de restaurantes, hoteles y clubs de Espana, Portugal, Francia e Italia, de momento. Las resenas no solo son escritas, hay videos, entrevistas, opiniones, de forma que el cliente se hace una idea completa del lugar que va a escoger. Son resenas personalizadas, no de plantilla, no un copia y pega como en otras paginas, ese es el secreto de su exito. Llevan tres anos y estan triunfando. Desde hace un ano, tambien organizan viajes a medida. Eso fue idea de Bea que, aunque es la gestora, tiene una cabecita loca llena de ideas. Aunque la ducha suele calmarla, hoy la visita de su hermano la mantiene estresada. Es una adulta, se relaciona con mucha gente al dia, pero Alberto… el puede evocar a sus fantasmas, esos que extinguio tras mucho esfuerzo en la consulta de Ricardo y no quiere ni pensar en revivirlos. Apenas se han visto en los ultimos anos. En navidades y si era indispensable. El vivio varios anos en Catar como jugador de futbol profesional y ahora residia en Londres con su prometida, Alissa, una matematica que trabajaba en Huawey, que se ha enamorado a ultima hora de una mujer. No entiende como a su madre se le ha ocurrido obligarle a ir con el… ?Como estara? Hace bastantes meses que no se ven. Aunque eso le haga ser peor persona, el saber que el esta deprimido le hace sentir un poco de ese gustirrinin que negarias si o si a cualquiera que te preguntase. Es politicamente inaceptable disfrutar del sufrimiento de otros, y por eso no es disfrutar la palabra que ella escoge para autojustificarse, es < >. A Alberto todo se le ha puesto de cara en la vida, ya le iba tocando pasar por la casilla de bancarrota. A ver que tal se relaciona con su equipo de radio, Los clandestinos. Un programa nocturno en Onda radio en el que diseccionan todo lo que tenga relevancia cultural, desde el humor y el amor por el arte. A Carol le apasiona, toda la semana se prepara el tema de turno y habla y aprende de sus companeros, cineastas, periodistas, escritores. A ella la ficharon por sus conocimientos sobre gastronomia, tal cual, porque siempre se ha fijado en los platos que se cocinan en las peliculas y en los libros, y tiene esa diferencia que aportar. Como agua para chocolate fue el inicio de ese amor y nunca penso que podria sacarle provecho. Relacionarse con gente tan culta y tan interesante es fascinante. Nada mas terminar de calzarse suena el timbre de la puerta. Antes de ir para alla, Carol se echa un ultimo vistazo y se ve fabulosa con el vestido, su madre sabe lo que hace. Es elegante y a la vez atrevido. Negro con un importante escote camiseta, entallado en la cintura y con una falda vaporosa con transparencias geometricas. Se ha recogido el pelo en una coleta alta y maquillado suave y le convence el resultado. Carol se gusta hasta recien despertada, eso tambien se lo debe a Ricardo. Toma aire profundo varias veces para relajarse antes de abrir, ensaya una sonrisa, la mantiene y gira el pomo. La luz automatica se enciende e ilumina a Alberto. Y no ve lo que esperaba, un hombre desecho. Encuentra frente a ella a un atractivo y atletico treintanero, moreno de ojos castanos claros, con una sonrisa brillante, un aroma embriagador y una postura de triunfador. --!Dios Santo! !Estas preciosa! --Y para su sorpresa tira de ella y se ve estrechada entre sus musculosos brazos--. !Cuanto me alegra verte tan bien! Ella omite reconocerle que ella siente justo lo contrario… --!Hola Alberto! !Como me despeines te asesino! --espeta--. A ver si no me has abrazado en treinta anos y hoy que me peino has asaltado una tienda de gominolas y vienes carinoso. Alberto se separa, por un momento Carol cree que se ha pasado de dura y esto puede violentar la velada que acaba de empezar, pero cuando le escucha reirse a carcajadas, recuerda que hay pocas cosas que le ofendan. Alberto es como su madre, de otra pasta, asi como de hormigon armado; ya tendria tarea el lobo de los tres cerditos y soplar hasta salirle una hernia, que no derrumbaria a su madre y a su hermano ni con la ayuda de la huracanada Dana. --Se me habia olvidado lo sincera que eras, hermanita. --Normal que se te olvide, con que te acuerdes de como me llamo me doy con un canto en los dientes --le reprocha y despues a si misma porque con esa actitud la noche va a ser infernal. Alberto vuelve a reir. --Creo que era algo como Carolina… --Carol --le corrige ipso facto. --Y que odias que te llamen asi, no me has dejado terminar. Se muchas mas cosas de ti de las que piensas --dice tan pagado de si mismo que cualquier poligrafo dictaminaria que dice la verdad. --Ya lo dudo. Espera que cojo el bolso y cierro. --Carol se da la vuelta y entra en su casa. Mientras recoge, apaga luces y saca las llaves, se dice a si misma que debe frenar la hostilidad y llamar a filas a su cordialidad. --?No me vas a invitar a entrar en tu choza? --le pregunta Alberto cuando le tiene de nuevo frente a ella. Su aroma vuelve a sorprenderla, huele a limpio, pero con unas trazas tostadas e incluso picantes que se aduenan de su pituitaria. --No vamos bien de tiempo --le responde cerrando la puerta energica, como si hiciera un simil consigo misma: ni entras en mi casa, ni en mi vida--. Otro dia. --Vale, vale --su hermano ha captado el impetu--, pero por lo que veo te van bien los negocios, !menudo chalet y que buena zona! --Si, trabajo mucho, Alberto. --Lo se, mama me habla mucho de ti.