• Adolescente Afortunada de Elena Romero

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    Laura tenia 19 anos.
    Victor 40.
    Ella estudiaba en la universidad.
    El era un tiburon de los negocios.

  • Afronus de Felix A. Bas

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    Afronus lleva la realidad virtual al nivel definitivo. No es una red social, ni un videojuego online multijugador masivo, sino una experiencia tan real como la vida misma. En Afronus el dolor y el placer se siente como si fuera real, por lo que salir de la seguridad que aporta la Tierra virtual es un precio que pocos estan dispuestos a pagar. Aquellos que lo hagan viajaran a los llamados mundos ilegales, peligrosos planetas que homenajean la edad de oro de los videojuegos y el cine, donde podran obtener poderes inimaginables: habilidades que superan los limites humanos y magias que podran desarrollar al escoger senda.

  • Muerte en Cape Cod de Mary Higgins Clark

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  • La semilla de la bruja de Margaret Atwood

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  • En la piel de una yihadista de Anna Erelle

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    El testimonio de una joven occidental captada por el estado islamico.

  • Sin direccion fija de Susin Nielsen

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    Felix Knutsson tiene doce anos y tres cuartos, y le encantan los concursos. Su programa de television favorito es Quien, Que, Donde, Cuando, e incluso le puso a su mascota el nombre del presentador. Astrid, la madre de Felix, es adorable pero incapaz de conservar un trabajo. Asi que, cuando los desalojan de su ultima casa, tienen que irse a vivir a una furgoneta. Las circunstancias de la pequena familia van de mal en peor, pero Felix tiene la oportunidad de presentarse al casting de la edicion infantil de Quien, Que, Donde, Cuando. Ganar el dinero del premio haria que todo volviera a la normalidad. Pero las expectativas muchas veces no coinciden con la realidad…

  • Arandanos con mandarina (Un te con amor 2) de Mar P. Zabala

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    Llega Mar P. Zabala con la segunda entrega de la serie <>.

  • Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • Eres mia de Tania Sexton

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    Soy feliz.
    Somos felices.
    He conseguido lo que queria gracias a mi astucia, inteligencia y sobre todo. valentia.
    ?Valentia o locura?
    Que mas da. Tengo todo lo que quiero, lo que he deseado desde hace muchos anos y eso es lo que importa.
    No necesitamos nada ni de nadie.
    Y por fin, nos vamos, nos tomamos unas merecidas vacaciones., un anticipo de luna de miel. La Riviera Maya nos espera.
    Y de golpe, cuando nos disponemos para volver a Nueva York, todo se tuerce. Todo se va por el desague.
    Mi vida da un giro radical, un giro que yo no he dispuesto, que no he planeado. Pero no ha sido obra del destino. No.
    Alguien ha hecho lo mismo que hice yo. Conseguir lo que desea a cualquier precio. De cualquier forma.
    Y ese alguien pondra mi vida patas arriba.
    Ese alguien. hara., conseguira.
    Bueno, no voy a contarte mas.
    Descubrelo tu.

  • La peligrosa amante del jeque, Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • Bull Mountain de Brian Panowich , Ruben Martin Giraldez

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    Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, traficando con whisky casero, marihuana y metanfetamina sin que la ley repare en ello. Pero el dia en que Clayton Burroughs, quien para distanciarse del reinado criminal de su familia se convirtio en sheriff, recibe la visita de un agente federal con un plan maestro para erradicar todas las actividades ilegales a lo largo y ancho de seis estados, las lealtades de una estirpe unida por la sangre pero separada por el deber se veran peligrosamente puestas a prueba…
    Esta poderosa novela, que ha renovado el genero del country noir, repasa la cronologia de una historia de violencia ejercida durante casi un siglo con el unico objeto de mantener un imperio fundado no en el poder o el dinero, sino en los lazos familiares, explorando hasta donde son capaces de llegar los hombres para protegerlos, honrarlos o incluso destruirlos. Con un ritmo tan trepidante que no deja sospechar en ningun momento los disparos que nos tiene reservados, el autor estampa cada palabra como si la descerrajase con una escopeta, y por eso mismo, nadie esta a salvo del tiroteo.

  • Tony Vance (Amores Peligrosos 1) de Natalia Divan

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    Marina descubre a su novio siendole infiel con otra mujer y, para ahogar las penas, decide ir, con su mejor amiga, a la discoteca de moda de la ciudad. Alli conocera al misterioso Tony Vance, dueno del club, con quien surgira una quimica increible desde el primer momento. Pero el no es un hombre normal y corriente: sus ilicitos negocios pondran en mas de una situacion peligrosa a Marina, que temera por su propia vida.

  • Ni aqui ni alli de Tommy Orange

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    Estamos ante una voz que nunca hemos escuchado, una voz llena de poesia y de rabia, que estalla en la pagina con un apremio y una fuerza asombrosos. Una novela que sorprende por su forma de abordar una Historia compleja y dolorosa, un legado de belleza y de una profunda espiritualidad, asi como la plaga de adicion, maltrato y suicidio entre los nativos americanos.

  • Rompete, corazon de Cristina Lopez Barrio

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    Blanca Oliveira pronto se arrepentira de haber regresado al caseron familiar del monte Abantos donde hace trece anos desaparecio su hija Alba sin dejar rastro. A los pocos meses de instalarse alli con Ricardo, su nuevo marido, y las dos hijas que le quedan, desaparece otra de ellas. La historia se repite: la edad de las ninas, el inspector de policia encargado de resolver el caso, la unica pista, una cinta roja hallada en el jardin, la muerte de un caballo, el cuento de hadas relacionado con la historia de la familia que pesa sobre cada uno de sus miembros como una maldicion.

  • El diablo me obligo de F. G. Haghenbeck

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  • ZAC (Huida desesperada 3) de Sabina Rogado

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    El club de dudosa reputacion estaba repleto a esas horas intempestivas y las mesas de juego se erguian coronadas por nobles depravados, los cuales acostumbraban a ejercer el poder que les otorgaba el titulo heredado sin el menor remordimiento. Sabian lo que querian y buscaban alicientes acordes a su manera de ser y no a los convencionalismos de siempre, de ahi que naciera un tugurio que presumia en lo referente a la escasez de normas y de senoritingos estirados y aburridos. En el interior de sus discretas paredes resultaba habitual respirar el aire viciado, mientras apostaban cantidades indecentes de libras, propiedades y lo que se terciara. La espesa neblina ocasionada por el tabaco cubria la mayor parte de la estancia y se mezclaba con los diferentes olores y sonidos; el toque dulzon venia a traves del perfume de las damas de compania, el alcohol corria de vaso en vaso como la polvora y las voces de las personas alli congregadas se escuchaban demasiado elevadas. Sin duda alguna, cualquier caballero de honor, integro y de buenas formas, ni siquiera se dejaria caer por el barrio a riesgo de permanecer en boca de lenguas viperinas y malintencionadas durante semanas, convirtiendose en un cotilleo escabroso y asegurando asi los pecados inconfesables de almas corrompidas. Lo que no se ve no se comenta y, por lo tanto, no existe. Al fondo, un pianista, una cantante de suntuosas curvas y varias bailarinas con un vestuario indecente amenizaban la frenetica noche, al tiempo que varias amantes se acomodaban sobre el regazo de sus respectivas companias y alardeaban de la buena suerte que estaban dispuestas a brindarles. El conjunto en general era el consecuente de arrastrar a los envalentonados socios a situaciones nefastas, terminando en mas de una ocasion con una cita en Hyde Park; el famoso parque en el que se debatian los duelos entre caballeros al dejarse llevar por la impulsividad y la euforia incuestionable que les otorgaba el whisky, las trampas, y alguna que otra muchacha recien llegada y que levantaba el revuelo entre los mas mujeriegos de inmediato. En una de esas mesas, Zac ojeaba las cartas que sujetaba en su mano derecha y alzo la vista en busca de su companero de juegos o, mejor dicho, de juergas. Ultimamente, las escapadas nocturnas se acortaban entre unas y otras y, lo que era peor, cada vez ansiaba, con una necesidad acuciante, vivir a contracorriente para empaparse de las delicias que la vida podia ofrecerle tras dejar atras el internado en el que curso sus estudios, y en el que compartio habitacion con su amigo Henry, para terminar, como era el caso, en una multitud ingente de lugares de dudosa reputacion. Cada dia le perdia el respeto a lo que podria sucederle, no terminaba de encajar en la ciudad londinense y se dejaba llevar. Atras quedo el chiquillo de dieciseis anos que tuvo que armarse de valor, viendose obligado a abandonar el rancho de sus padres fallecidos, en el oeste americano, con el unico proposito de salvar a su hermana Zoe de las garras de un ser deleznable, el cual, de no huir a tiempo, habria desposado a su hermana a la fuerza y se hubiese quedado con la propiedad que no le correspondia. Por fortuna, los planes de huida jugaron a favor de los desprotegidos hermanos y, ese ser deleznable, termino con el final que le correspondia al otro lado del oceano. Eso si, debia reconocer que la aventura emprendida les pudo salir demasiado cara, no todo fue un camino de rosas, y de no ser por la providencial aparicion de Nick, duque de Hackins, el destino de Zoe, y de el mismo, no se habria semejado ni una pizca con el actual, mas resulto que ese hombre se convirtio en la tabla de salvacion para ambos. [1] De ese episodio habian transcurrido diez anos, en la actualidad, Zac tenia veintiseis y contaba con una formacion academica excelente; el que su cunado fuese un noble tan poderoso le bastaba para acceder a un sinfin de oportunidades inalcanzables para cualquier otro individuo, quiza por ello, y a pesar de tener la edad perfecta para sentar la cabeza, ni por asomo pretendia dar por finalizada su etapa de bribon y mujeriego, ampliandola hasta limites demasiado peligrosos. No, por supuesto que no dejaria ese tipo de vida. ?Para que con lo divertido que era? Zac dejo atras sus pensamientos, presto atencion al hombre situado frente a el, y una mueca socarrona salio de su boca al interpretar un movimiento sospechoso. <>. El aspecto del hombre en cuestion lo delataba por si solo, y lo corroboro al percatarse de su mano dirigiendose al corbatin en un intento de aflojarlo. La frente resplandecia perlada por el sudor y la mirada huidiza conferia que la situacion le vencia por momentos; con cada detalle dejaba entrever la incomodidad y la desesperanza de encontrarse en ese lugar, aunque claro, que lo hubiese pensado antes de quedarse sin ninguna libra y terminar apostandose la propiedad de campo que poseia a las afueras de la ciudad. Estos nobles se creian impunes y a la vista estaba que nunca aprenderian. El jamas hubiese sido capaz de apostar el rancho de sus padres, el bien mas preciado que tanto su hermana como el poseian en Wyoming, y menos en una misera partida de cartas. No, jamas. Y le dio exactamente igual el estado de desconcierto de su rival. La disposicion a zanjar el asunto, en la mayor brevedad posible, era lo unico que le importaba en esos instantes, pues de pronto, estar rodeado de gente como aquella consiguio que la repugnancia invadiera el vacio alojado en su interior cada vez que recordaba su pasado. La nostalgia resurgio, el malestar de Zac se agrando, y de ahi broto la disposicion a actuar con total impunidad. Una casa de campo le vendria demasiado ventajosa para retirarse durante un tiempo de la ciudad depravada, llena de formalismos y teatralidades por doquier. Quien sabe, puede que aquella oportunidad fuese la excusa perfecta para replantearse que hacer con su vida, porque claro, lo que se dice claro, no lo tenia en absoluto, comenzando a aceptar que la vida de excesos que llevaba no le aportaba la felicidad que ansiaba, sino todo lo contrario. Mientras, en la mente del otro sujeto, una lucha esclarecedora se debatia con fervor ante el clamor que le otorgaba una informacion primordial. Nadie de su condicion era ajeno a las habladurias en torno al cunado del duque de Hackins; los varones de la alta sociedad eran conocedores de la destreza magistral con cualquier tipo de arma, al igual que sabian que, gran parte de esa destreza surgio a consecuencia del tiempo en el que tanto su hermana como el convivieron entre una tribu india, cuando escapaban del destino que trataron de marcarle a la duquesa de Hackins a la fuerza (HUIDA DESESPERADA). Es por ello que debia de templar los nervios, recomponerse y practicar un intento desesperado para que el azar jugase a su favor, al menos por esta vez. Si el muchacho contra el que jugaba descubria las intenciones de hacer trampas, y le retaba a duelo, las posibilidades de salir impune brillarian por su ausencia, en cambio, si seguia adelante, la baza de cartas que poseia entre sus manos con toda la probabilidad le dejaria sin una de sus propiedades. Solo de pensar en la humillacion y la verguenza que pasaria, primero ante la obligacion de confesarselo a su esposa, y despues siendo el tema de conversacion de las malas lenguas, le provocaba espasmos y sudores frios. La determinante debilidad por el juego no entendia de limites y acechaba en su interior sin darle tregua alguna, pues la obviedad resulto tan grande que no le quedo otra alternativa que aceptar la delicada situacion en la que se encontraba por su poca cabeza. Parecia predestinado a ser empujado hacia el abismo y, antes de caer, debia armarse de valor y coraje. De bien sabidos era que eligiese la opcion que eligiese el perderia. ?Como diablos consintio en llegar hasta estos limites indecentes? La reflexion llegaba tarde, demasiado tarde, de hecho. --?Quiere otra carta? --escucho a Zac, sintiendo como si el corbatin tuviese vida propia y se empecinara en atenazarle el cuello, impidiendole respirar con normalidad. El noble supo que si aceptaba, y por muy buena que fuera, no le serviria para su proposito, y eligio la opcion que segun el mas se adecuaba a las nefastas circunstancias. ?O no? Pronto lo descubriria. --No, mejor quiero otro whisky --desvio la atencion, tratando de que su voz no lo delatara. Sin mas, se dejo llevar y, a la desesperada, procedio con la actuacion estelar, lo que ocasiono a que alertara por unos segundos a las mesas proximas, al alzar una de las manos para avisar a la muchacha que servia las bebidas, mientras tiraba a proposito el vaso vacio contra el suelo.--Vaya, que inoportuno --lamento, aprovechando de inmediato la situacion que el mismo acababa de provocar. Solo tendria una oportunidad para salir airoso de un aprieto tan grande, y sin lugar a dudas era ahora o nunca, por lo que su siguiente movimiento fue agacharse a recoger los cristales aparentando una normalidad absoluta. Ni a Zac, ni a su amigo, le pudo pasar por alto el movimiento rapido de una de sus manos, observando como sacaba algo de la manga. La rabia de Zac no tardo en aparecer y no perdio ni un segundo de su tiempo. Tiro los naipes sobre la mesa y siseo en un tono escalofriantemente calmado: --Lo que acaba de hacer ha sido una temeridad, amigo. --?A que se refiere? --le encaro con una gota de sudor cayendole por la sien. --Supongo que sabra que las cartas estan marcadas, ?me equivoco? Nunca juego sin que sea asi. La palidez invadio la cara del noble y trago con dificultad. --?Que esta insinuando? --dudo delatandose. --?De verdad tengo que aclararselo, o mejor nos disponemos a arreglar el asunto como es debido? Le cedo la oportunidad de elegir dia y hora, no quiero molestar a mis padrinos. --Yo... --titubeo acorralado. Con normalidad, cuando alguien retaba a duelo a otro en un local de esas caracteristicas, el revuelo aparecia de inmediato y hacia participes a cada una de las mesas, no asi en esta ocasion, y todo gracias a la templanza de Zac y al aturdimiento del tramposo. --Por favor --suplico de repente perdiendo la decencia--, salvo su amigo nadie se ha dado cuenta de mis verdaderas intenciones, por tanto le suplico que tenga misericordia conmigo. Lo que faltaba. --Disculpe, ?acaso pretende ablandarme? Porque en el caso de ser asi pierde el tiempo. --Por favor, acepte mis excusas y olvidemos este malentendido. He escuchado que es un hombre justo y le prometo que no volvera a verme en lugares asi. He aprendido la leccion y no puedo dejar viuda a mi esposa. Esta enferma y... --!Basta! --exclamo levantando una mano--. Se equivoca conmigo, la gente como vos no levanta ninguna simpatia en mi y desprecio su falta de hombria. Ademas, si tan estima le tiene a su esposa, ?que hace aqui y no en su compania? El hombre perdio la palidez y un rojo intenso cubrio su rostro mostrando una verguenza absoluta. --Estas ultimas semanas he perdido bastante dinero y no puedo hacer frente a los medicamentos tan caros que precisa --se excuso avergonzado--, es por ello que continuo buscando una buena racha y asi enmendar mis actos indecorosos. Por mi poca cabeza he llegado tan lejos que me averguenzo de mi mismo y la conciencia no me deja dormir por las noches. Los ojos de Zac parecian escupir fuego, de la rabia contenida, tras dicha confesion. Odiaba que gente sin escrupulos le mintiera en su propio beneficio, aunque claudico al percatarse de que ese tipo bien podria estar diciendo la verdad. Cada uno de sus gestos lo delataba y parecia avergonzado, aunque, ?que diantres le importaba a el? De seguido, maldijo por lo bajo y miro a su amigo en busca de una respuesta que no deberia de admitir siquiera, pero sus correrias, borracheras y mala vida, al parecer no terminaban de bastar para aplacar al hombre frio e insensible que se empenaba en mostrar ante los ojos de seres egoistas y carentes de sentimiento alguno. Henry se limito a asentir con la cabeza, dando credibilidad al testimonio, y a Zac le basto. Su amigo conocia al dedillo cada chisme referente a las vidas de esos fulanos, pues desde bien pequeno aprendio la valia de saber cada punto debil de los ricachones en general, y asi obtener una ventaja que siempre podria aprovechar en su propio beneficio. Zac expulso el aire con pesar y hablo antes de arrepentirse. --Largo de aqui, no quiero volver a verle. --Oh, milord, gracias, gracias --repetia servil, levantandose del asiento sin todavia creerse el acto de buena fe de su contrincante. --Por su bien espero que venda la propiedad que deberia de ser mia y pague sus deudas, de no ser asi se tendra que atener a las consecuencias. No habra mas oportunidades. --Lo hare, no le quepa la menor duda, buen hombre. Inclino la cabeza en una muestra de respeto y, sin tiempo que perder, anduvo hasta la entrada. Alli aguardo a que le llevaran la chistera y el baston, e, inmediatamente despues, se largo del local que ni loco volveria a pisar, y lo hizo con pasos apresurados y sin echar la mirada atras en ningun momento. Al salir, el aire choco contra su rostro acalorado y pudo respirar con la normalidad debida, alzo el menton y avisto el coche de caballos que le esperaba. Subio con un alivio creciente y apoyo la espalda contra el respaldo. La certeza de salir indemne, de una muerte segura, consiguio que recapacitara de una vez por todas. Su lugar estaba al lado de Mary, y no le importaria echar por tierra su honor al vender la casa de campo que le salvaria de las cuantiosas deudas acumuladas en su haber. Y le dio las gracias al muchacho que le acababa de dar una de las lecciones mas i m p o r t a n t e s d e l a v i d a. G r a c i a s a e l v o l v i a a t e n e r o t r a o p o r t u n i d a d y n i p o r a s o m o p e n s a b a d e s a p r o v e c h a r l a. No, ni habl a r.

  • Confia en mi de Moruena Estringana

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    Hay lazos que, por mucho que se estiren, no se pueden romper.

  • Dos de amor, por favor de Aitor Ferrer

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    Exultante, asi me sentia en aquella maravillosa jornada de verano en la que por fin se iba a cumplir mi sueno. Y es que no todos los dias tenia una el placer de conocer a su hermana y encima !gemela! Si, si, como os lo cuento. A Cecilia y a mi nos separaron al nacer, un error que habia tardado nada mas y nada menos que veinticinco anitos en resolverse... "Un error", dicho asi cualquiera puede pensar que a mi madre le faltara un tornillo y que una de las ninas se le hubiera caido sin darse cuenta. Pero no... A la pobre la durmieron en el momento de dar a luz (nunca supo a santo de que) y despues los medicos le explicaron que una de sus dos hijas se habia ido al cielo. Mucho no se equivocaron, pues lo cierto es que se marcho lejos de narices, concretamente a Miami... Ahi era nada. Toda mi corta vida me la pase con la cantinela de que mi hermana no habia sobrevivido al parto y que yo tenia que ser fuerte por las dos, ya que habia tenido la dicha de quedarme en este mundo mientras que ella se marchaba al otro. Poniendo las cosas en su sitio, ahora sabia que la dicha era la suya y que quien de verdad habia vivido era ella, que para eso se habia criado en un ambiente privilegiado y yo en uno bastante modesto, aunque a mucha honra. Todo ocurrio por una casualidad del destino. ?Cuantas posibilidades habia de que aquello ocurriera? Pues francamente, casi inexistentes. Mi prima Lucia acababa de ganar una beca para estudiar Periodismo en Miami y, al segundo dia de estar alli, se dio de frente, segun ella, !conmigo! --Prima, ?estoy sonando? ?Como es posible? Te juro que me voy a pellizcar, eres la ultima persona que esperaba ver aqui. ?Esto es una broma de un programa de television que viene buscando catetas por el mundo como nosotras o que? --Me abrazo o mas bien creyo abrazarme. --Who are you? I don`t know you. --Fue toda la respuesta que obtuvo. --Mira que seras cachonda y luego dices que no tienes buen oido para los idiomas, mal rayo te parta... Menos mal, si cualquiera diria que te has criado aqui, mira la tia... El desplante que recibio a continuacion, cuando a su juicio "me" gire sobre mis talones y la deje con viento fresco alli, hizo que mi Lucia, que podria ganar perfectamente un premio a la universitaria mas burra del ano, "me" cogiera por la coleta y "yo" chillara como si me estuvieran cociendo en una olla. Claro que ni era a mi a quien habia cogido por la coleta ni yo quien habia chillado... Cuando Lucia termino por cerciorarse, despues de que aqui se formara una gresca de espanto, de que aquella no era su prima, entro en shock al punto de que termino con una pastillita debajo de la lengua en la enfermeria del campus. Una vez repuesta y pensando que todo aquello habia sido fruto de su imaginacion (contemplo la posibilidad de que alguien hubiera colocado alucinogenos en su desayuno) me llamo por telefono y me conto lo ocurrido. --Lorena, por mis mulas que eras tu, que yo sere un poco descerebrada, pero que loca no estoy. Eras tu... --"Eras tu quien me dio mas abrazos en los malos momentos..." --le cante por Merche mofandome de ella. --Eso, tu canta, canta, pero te digo yo que aqui ha habido un poltergeist o algo, tu te has teletransportado por un agujero de esos del espacio y despues te has vuelto para Malaga tan campante. --Si, si, que buena es mi madre para que no este yo de vuelta a la hora del almuerzo, capaz es de echarme el plato por la cabeza. --Muy graciosa, tu tomatelo a cachondeo, pero que te digo que te he visto y es que te he visto... --Que si, pesada, que era yo, que queria gastarte una broma y, como me sobra el dinerito, he dicho "ahora mismo me voy a darle una sorpresita a mi Lucia que la voy a dejar con las patas echa trancas", va a alucinar... --?No me crees? Pues te digo yo que un dia te vas a tener que comer tus palabras, te lo digo... --?Me estas vacilando, prima? ?A que clase de birras le dais ahi? Por Dios que deben tener una graduacion que le salga a una por las orejas, no he escuchado una cosa igual en mi vida... --Yo solo te digo que tu no me creas, pero que "arrieritos somos y en el camino nos encontraremos", te lo advierto. Lucia colgo el telefono y yo me quede llorando de la risa. Mi madre, que andaba por la casa canturreando el "Marinero de luces" de Isabel Pantoja, se contagio de mi risa, sin saber de que leche estabamos hablando. --Lorena, hija, que arte tienes en esa cara, ?se puede saber que es eso tan gracioso que te ha dicho tu prima? Porque hacia tiempo que no te veia reir asi... --Mama, pues nada, que jura y perjura que me ha visto en la universidad, en Miami y, como no es pesadita, cualquiera la baja del burro. Que dice que me ha visto y que me ha visto, que no hay mas... Grabado tengo en la memoria esa milesima de segundo que transcurrio entre que yo nombrara Miami y que a mi madre se le cortara el punto... y hasta casi la respiracion. --?En Miami has dicho? Lorena, ?en Miami? --En Miami, mama, si... ?Es que no vocalizo? Que me vas a hacer coger complejo. --Es que en Miami... --Mama, ?que pasa alli? No me asustes, que te has quedado blanca, parece que te has lavado la cara con lejia Neutrex. --Es que en Miami vivia tu padre, hija. Aquella si que era una novedad. Desde que tenia uso de razon estaba servidora preguntandole a su madre por la identidad de su padre, sin lograr que jamas saliera de sus labios una palabra. Yo siempre supuse que mi padre tenia que haber sido una pieza de cuidado para que mi madre no quisiera ni mentarlo y no debia andar muy desencaminada. --?Mi padre era de Miami? Mama yo creo que ha llegado el momento de que me cuentes muchas cosas, ?no te parece? --Lo mismo si, hija, yo se que me he dejado ir una mijilla en esto, pero supongo que tienes todo el derecho del mundo a saber. --Pues digo yo que si, venga mama, sueltalo, que me estoy poniendo de los nervios. Y eso que yo no sabia lo que venia, pero me iba a enterar en breve. Aunque la que se entero de verdad fue mi madre. --Hija, tu sabes que yo otra falta tendre, pero a trabajadora no hay quien me gane. --Lo se, lo se, mama. --Pues cuando tenia dieciocho anitos entre al servicio de una familia de Miami que se habia trasladado aqui a Malaga por trabajo. Yo daba saltos de alegria porque era mi primer empleo, y porque todavia no los conocia, que ya luego salte menos. Bueno, si que salte en mas de una ocasion, pero para tirarme de los pelos del mono de la guasa que tenian. --Unos senoritingos de cuidado, ?no? --No lo sabes tu bien. Alli el unico que se salvaba (o eso creia yo en ese momento) era el hijo, Ronald, que tenia cara de angel... --?Y rabo de demonio? --le pregunte haciendo una graciosa mueca y mi madre me indico que como siguiera por ahi iba a tener que tomar sopa con pajita a partir de entonces, pues me iba a saltar todas las muelas. --Perdon, perdon --carraspee. Mi madre se removia en su asiento y se notaba que el relato la estaba importunando al maximo, por lo que la deje seguir antes de que perdiera el hilo. --Ronald era bueno y amable conmigo. Nos llevabamos siete anos, pues el tenia justo tu edad actual y yo veia en el una tabla de salvacion cada vez que sus padres me chillaban, que lo hacian siempre y en todo lugar. Bastaba que vieran una mota de polvo para que ya estuvieran blasfemando los muy estupidos. --Que gloria, mama --suspire. --Si, hija, pero en esos momentos solia salir en mi defensa Ronald, que parecia un alma candida, por lo que se fue colando en mi corazon. "Y en otros sitios..." pense yo sin atreverme a musitar palabra, que bastante esfuerzo estaba haciendo ya la mujer al echar toda esa mierda fuera. --Lo entiendo, mami. --Carino, una no es de piedra, y a mi el chico me gustaba mas que los espetos de sardina, asi que un dia, en el que el se habia plantado delante de sus padres para cantarles las cuarenta por haberme ofendido, una cosa llevo a la otra y yo termine en su cama. --?Y ahi empezo una bonita historia de amor, mami? --Por eso hubiera puesto yo la mano en el fuego, pero se ve que era la unica tonta que lo sentia asi, eso o que despues le dieron la vuelta como a un calcetin. --Sigue, mami, desahogate. --Un par de meses despues yo estaba que me iba por la patilla y me compre un Predictor, rezando porque no se tinera de rosa en mi cuarto de bano, como cantaria Sergio Dalma. --Mama, pues anda que he sido yo una nina deseada... --Hija de mi vida y de mis entranas, que yo te he querido luego con todo mi ser, pero que entonces era una chiquilla y temblaba como una hoja solo de pensar en una barriga. --Ya lo se, mami, si no hay otra como tu, que te voy a contar, si yo te adoro. --Y yo a ti, mi nina, que para eso nos quedamos solas en el mundo cuando me entere de que te esperaba. --?Ronal no te apoyo, mami? --Ese desgraciado se ve que considero que ya me habia apoyado bastante, pero con "ll" y no con "y". --Ay, mami, que penita me da.

  • Sin alma de Andres Ortega

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    Madrid, 1948. El Profesor, un neurologo discipulo de Ramon y Cajal, autor de La hipotesis innecesaria sobre la inexistencia o invencion humana de un alma inmortal, fallece en Madrid tras haber recibido los ultimos sacramentos en contra de su ultima voluntad. En esos tiempos duros, la Iglesia y el regimen de Franco, ayudados por el padre Aljimiro que se decia amigo del Profesor, se resisten a publicar las obras de un autor que ha entrado en el Indice de libros prohibidos del Vaticano.

  • El hombre fetichista de Mimmi Kass

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    Carolina no tiene tiempo para nada, ni siquiera para follar. La realidad le estalla en la cara el dia que su pareja la pone de patitas en la calle tras cuatro anos de relacion.
    Sumergirse en una orgia de compras sin sentido por Madrid parece el remedio perfecto para olvidar que nada va bien en su vida excepto el trabajo, pero el encuentro con un enigmatico desconocido la situara en una morbosa y tentadora encrucijada.
    Martin vive el sexo de una manera muy particular. Ha enfrentado mas de una renuncia por ser fiel a si mismo e intentar ser feliz. Conseguira que Carolina sienta un placer excelso sin ponerle un dedo encima y provocara en ella un anhelo insaciable que buscara mas y mas.
    Juntos disfrutaran de una sensualidad lenta y sofisticada, descubriran facetas y aristas de si mismos que no conocian, y se adentraran en un mundo erotico sin limites.
    No habra vuelta a atras.

  • Estremeces mi mundo de Mia Ford

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    Eran perfectos el uno para el otro hasta que el empezo a ser una famosa estrella de rock y una infidelidad los separo.

  • Venganza en el Tamesis de Anne Perry

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  • Lo mucho que te ame de Eduardo Sacheri

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    Una historia de amor diferente que transcurre en los anos 50 en el barrio porteno de Palermo.

  • Lagrimas del Pasado de Daphne Clair

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  • Anos de sequia de Jane Harper

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    Volver a Kiewarra, pequena comunidad al sureste de Australia, es lo ultimo que el investigador de delitos financieros Aaron Falk desea. Y no solo por el sol abrasador y la sequia pertinaz que han dejado al ganado famelico, a los granjeros desesperados y a la poblacion desquiciada, sino tambien por el temor a que su presencia reavive las heridas que su precipitada partida dejo abiertas veinte anos atras. Sin embargo, cuando le comunican que Luke Hadler, su amigo de la infancia, y su familia han muerto de forma violenta, presuntamente en un acto de parricidio y posterior suicidio, se siente obligado a regresar.
    Recibido con manifiesta hostilidad, Falk se propone no quedarse mas de un par de dias, pero las suplicas de los padres de Luke para que intente aclarar las circunstancias de la muerte de su hijo haran que reconsidere su decision. Asi, mientras colabora de forma extraoficial con el sargento Greg Raco, el jefe de policia local, Falk se vera obligado a encarar los fantasmas de su oscuro pasado y a enfrentarse al odio visceral que todavia le tienen algunos vecinos del pueblo.

  • Vidas baratas de Alberto Olmos

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    Hace tres anos afirme en un articulo que echaba de menos en las librerias un ensayo sobre lo cutre; ensayo que, recalque entonces, yo no tenia ninguna intencion de escribir. Resulta que es este que tienes en las manos. ?Que ha pasado para que finalmente me haya tocado escribirlo? Primero, que nadie me tomo la palabra, y lo cutre siguio sin decirse, huerfano de desarrollo en paginas suficientes como para hacer bulto en las bibliotecas del saber. Se han publicado muchos ensayos sobre el feminismo, las pandemias y diversos hitos historicos, pero nadie le ha dedicado el tiempo que merece a algo mucho mas importante: el cutrerio. En Espana, el cutrerio es tan importante como la gastronomia o Bunuel. Lo segundo que ha sucedido es que lo cutre se encuentra cada vez mas presente en nuestras vidas, esta casi de moda y sus adeptos no paran de crecer, muy orgullosos, ademas. Lo cutre asoma en las peliculas, en las canciones y en los anuncios; se hace politica cutre y gusta, se hace comida cutre y tambien gusta. La tele cutre es la unica que se ve. Hay cada vez mas gente que encuentra en lo cutre una tabla de salvacion para no ser simplemente pobre, o simplemente rico. Ser cutre esta por encima del capitalismo y sus extremos. Es una opcion de vida y, como tal, parece una buena idea. Toda mi vida he sido testigo de lo cutre, lo he visto y lo he experimentado, me ha enternecido. Pero tuve que hacer un pequeno viaje para tomar conciencia de mi destino, que no era otro que acabar abordando sin complejos el asunto. La ciudad a la que viaje para caerme del caballo fue Barcelona, que sera muchas cosas, pero no precisamente cutre. Alli vivia un amigo de siempre. Era un companero de colegio, pues ambos crecimos en el mismo pueblo de Segovia, un pueblo que nos alimento y nos lo enseno todo, especialmente -- pensandolo despues-- a ser cutres. No lo nombro porque las pequenas localidades espanolas tienen mas orgullo que el imperio de Japon, y a nada se cabrean y le ponen precio a tu cabeza y a la de tus hijos. !Con el carino que pongo yo en este libro a todo lo cutre! La visita era rutinaria, y no sabia yo que supondria para mi el primer aviso de que ser cutre no era tan sencillo como ser pobre o mezquino, segun reza el diccionario. Mi amigo habia vivido algun tiempo en Madrid, haciendo encuestas por la calle, y paso tambien sus anos en Inglaterra, fregando platos en hoteles. Como veis, su curriculum cutre era realmente prometedor. Sin embargo, ahora estaba en Barcelona con un buen trabajo, en una empresa multinacional, e iba a la oficina cada dia con traje y corbata, tenia reuniones con grandes firmas de lacteos o telefonia y la palabra <> tintineaba en su cabeza como el dinero. Habia encontrado su lugar mejor en el mundo, sin duda. Sin embargo, vivia en El Clot, en un primero con una unica ventana a la calle, justo encima de la terraza de un bar donde una decena larga de sillas y mesas metalicas orquestaban cada dia un sinfin de sinfonias atonas y reiterativas, al compas de las demandas del pueblo sediento, llano. El piso ni siquiera era para el solo, pues lo compartia con un aleman, un tipo curioso en la medida en la que nunca estaba en la casa, le reclamaban negocios en Africa, pasaba semanas sin pisar suelo europeo, no digamos las baldosas de su propio cuarto. De modo que fue alli, en esa habitacion que pagaba un aleman, donde me aloje un par de noches. La casa la recuerdo oscura, desordenada, llena de cosas torcidas y a punto de caerse, y de botes a la mitad, siempre de marcas baratas, y varias televisiones panzonas apagadas. Veo aun las mantas y toallas sobre el sofa, serpenteantes desde el respaldo a los reposabrazos. Veo incluso libros de poco fuste literario, best sellers como de gente que paso por alli, se quito peso de encima y genero por sedimentacion una pequena biblioteca aleatoria. Veo todavia los DVD, cuando ya era decimononico ver peliculas en DVD, todos de peliculas espanolas que ni siquiera ganaron el Goya un ano cualquiera del que nadie recordaba quien habia ganado el Goya. A lo mejor no habia lamparas, o eran las que dejaron colgadas los padres del dueno de la casa desde que compraron la vivienda en 1978, muy retorcidas y goticas, con bombillas de vela, faltando dos de las cinco, fundida otra. Seguramente un casquillo raquitico iluminaba alguna de las habitaciones, la mia, la del aleman. Todo daba un poco igual en aquel piso mientras las paredes no cedieran, el techo no claudicara, el suelo siguiera funcionando. Pase, como digo, dos dias y medio en aquella casa, poniendome al dia de la vida de mi amigo, dandole noticia de mis trajines, hablando de Barcelona y, en fin, de lo que sea que estuviera de actualidad. Debio de ser a principios del presente siglo. En algun momento, debi comentarle algo sobre un objeto que estaba alli presente, en el salon de su casa, o sobre el dinero que ganaba o las vacaciones que podria o no permitirse. Mi amigo odiaba viajar, le parecia un gasto demencial. De este modo, criticando yo algo que, en realidad, me era muy propio --el ahorro, la desidia consumista, la indiferencia por el prestigio de los bienes materiales-- le llame cutre o considere cutre algo --la lampara, la tele, unas zapatillas; o todo en general--. Entonces el pronuncio la frase que me puso en camino, las palabras que convertian la miseria en filosofia y la precariedad en conocimiento: --Me gusta lo cutre. Eso dijo. Me gusta lo cutre. Un club exclusivo parecio descorrer entonces sus cortinas ajadas y polvorientas ante mis ojos: el Club de los Cutres. Bienvenido. Hay bastante diferencia entre ser cutre y que te guste lo cutre. Es la diferencia entre la fatalidad y un proyecto de vida. Como dar un paso adelante hacia un abismo de plastico. Que haya gente cuyo proyecto de vida sea la cutrez resulta muy impresionante. Pudimos verlo en la segunda temporada de Lost, en el capitulo titulado <>. Hugo Hurley Reyes era ese personaje, interpretado por Jorge Garcia, que representaba al americano fondon y desaseado que se deja llevar por la corriente oceanica de la cultura popular. Buena gente, en suma. Vivia con su madre en Los Angeles y se pasaba el dia viendo television y dando cuenta de bolsas de patatas fritas. En este capitulo, suena que le toca la loteria, y del sofoco se cae al suelo. Su madre acude atraida por el golpetazo. Le pregunta que le ha pasado y empieza a abroncarle por llevar ese tipo de vida, perezosa y miserable. <>, le dice. Y Hugo contesta: <>. De nuevo, la profesion de fe, la voluntariedad de lo cutre. Sin embargo, pongamonos estupendos e irrebatibles y afirmemos que lo cutre encuentra en Espana un grado de pureza mayor que en otros paises, respaldado tal vez por siglos de picaresca e hidalguia, de honra y de esperpento, respaldado incluso por los quinquis y, despues, las chonis y los poligoneros. Lo cutre puede verse como una tradicion en Espana, bien que desconocida y mal nombrada, y que con la Transicion y el progreso recibio su barniz ultimo, esa extrana condicion de paraiso perdido, de vuelta a la infancia y al abrazo de tu abuela. Para escribir este libro he tenido que seguir estas intuiciones, y un punado de ideas desmadejadas que creia mucho mas completas de lo que eran, pues documentarse sobre lo cutre ha significado descubrir su ubicuidad, sus diversas facetas, algunas en efecto ridiculas y mezquinas y otras luminosas, la extension increible de esta filosofia o estetica, de este ver la vida como una cosa buena y barata. Ya dijo Josep Pla que cuando queria aprender sobre algo escribia un libro. Lo cutre bien puede ser tambien eso: hacer las cosas para saber por que quieres hacerlas, divulgar un saber que en realidad no deseas tanto ofrecer a los otros como a ti mismo, preparar las clases el dia antes. De hecho, yo siempre he pensado que un prologo en un libro es una cosa cutre. Es por eso que este libro debia llevar uno. A. O. Primera parte Filologia cutre Capitulo 1 Filologia cutre Algo fascinante en relacion con lo cutre es que todo aquello que rodea este concepto se inclina por reforzar su significado, no esta, no se sabe, se tambalea, cojea, fue un error o nadie se ha preocupado demasiado por ello. Si una cosa es cutre, sera cutre hasta las raices y en todas direcciones. Yo mismo estoy escribiendo estas paginas en la cocina de mi casa, sobre un carrito metalico con dos bandejas oxidadas llenas de pinzas, filtros de cigarrillos, cajas vacias de secadores de pelo y esterillas. Tengo a un lado la lavadora y al otro el cubo de la fregona. Un gotele de grano grueso es mi horizonte. Los conductos de gas natural, mi inspiracion. Si escribiera sobre el teatro isabelino, me hubiera ido a un hotel del centro. Por eso no escribo sobre teatro isabelino. Por identicas inercias, al consultar el Diccionario de la Real Academia Espanola de la Lengua no podia suceder que la voz <> nos la encontraramos perfectamente aseada y admitida, con su etimologia indudable y su origen cierto. 1. adj. coloq. Tacano, miserable. U. t. c. s. 2. adj. coloq. Pobre, descuidado, sucio o de mala calidad. Un bar, una calle, una ropa cutre. Esto dice el DRAE sobre nuestro entranable bisilabo. No hay, como vemos, ni un gramo de amor, respeto o complicidad en su descripcion, que parece glosar la palabra mas detestable de nuestro idioma. <> sirve como adjetivo y como sustantivo, su uso es eminentemente coloquial y, si en lo animico hace referencia a espiritus rastreros y avarientos, en lo material designa todo aquello de lo que uno preferiria estar alejado: lo feo y lo barato. La Academia no parece haberse enterado de que hay gente a la que le gusta lo cutre, de que nos espera toda una filosofia detras de esta palabra. Pero ?de donde viene entonces este vocablo que suena tan cercano a cuchitril, catre, costra, crudo, curro, crujir o curtir, la familia monster del diccionario? Una primera pesquisa a traves de Google nos lleva a un lugar insospechado: Aragon. En concreto, a los arados de esta region. El buscador que nos sirve para honrar lo cutre con una investigacion a su altura muestra varias referencias que ven el origen de la palabra en un peculiar arado, el cuitre o cuytre. Aparece en Las palabras de moda, simpatico glosario de Antonio Hernandez Guerrero; en Nuevo diccionario chistabino-castellano, no menos peculiar tesauro firmado por Brian Mott; y tambien en Los nombres del arado en el Pirineo, del reputado filologo Manuel Alvar. Para Hernandez Guerrero, <> guarda relacion con el simil <>; Mott aclara que esta herramienta se empleaba con la tierra mas dura; y Alvar nos lleva al Foro general de Navarra, del siglo XIII, donde ya se habla del cuytre tirado por los bueyes. El viaje a los origenes nos precipita finalmente en una posible etimologia latina. Julio Caro Baroja incluye este arado en su libro Tecnologia popular espanola, donde afirma que la voz latina que se esconde tras <> es culter, <> o <>, es decir, la parte incisiva del arado, que pasa a denominar por sinecdoque toda la herramienta. Intuitivamente, mas arriba relacionabamos <> con <> o <>, pero nunca con <>. Ciertamente este utensilio, tambien arma blanca, no parece guardar mucha cercania con nuestro desalinado concepto, pues hay que hacer un gran esfuerzo para convertir un simple cuchillo de cocina en algo cutre, y no esta claro que haya siquiera formas cutres de acuchillar a alguien, para que nos vamos a enganar. Asi las cosas, el breve viaje por los arados aragoneses nos ha llevado a una via muerta. La otra pista que da Google para localizar el origen de la palabra <> parece mas convincente, por mucho que su etimologia no se de por resuelta. Se trataria, segun esta especulacion linguistica, de un galicismo. La palabra francesa croute estaria detras de todo nuestro cutrerio. Es lo que defiende la web Etimologias de Chile, un diccionario etimologico amateur fundado por el ingeniero computacional Valentin Anders. Croute o croute (pues perdio el acento circunflejo obligatorio en la reforma linguistica de 1990) denomina en frances el cubrimiento exterior de un alimento o incluso de todo un planeta, pudiendo referirse a la corteza del pan, al borde duro del queso, a la cascara de algo o tambien -- ojo-- a la costra. Es un filamento, una pelicula o una cobertura natural normalmente desechable a la hora de ingerir un producto alimentario. Su origen es el latin crusta, <>, <>, de donde proceden palabras espanolas como <> o <>. En este ultimo caso, se ha producido en nuestro idioma lo que se denomina metatesis, un cambio de lugar de un sonido dentro de una misma palabra, pasando la -r de la primera silaba en el vocablo de origen, crusta, a la segunda silaba en la palabra derivada, <>. Seria, de hecho, tambien metatesis lo que encontrariamos en el galicismo <>, cuya -r tambien ha saltado de la primera a la ultima silaba respecto al original croute. Asi, la palabra latina crusta dio lugar en frances a la palabra croute y en espanol a la palabra <> y, en el siglo XVIII, la palabra francesa croute dio lugar a su vez a la palabra espanola <>, que venturosamente tiene mucho mas que ver con <> que con cualquier tipo de arado aragones. Al principio de este capitulo especulabamos a voleo sobre otras palabras que podian guardar relacion con <>, como <> o <>, y citabamos por pura casualidad <>. No en vano, durante algunos anos estuvo de moda en Espana hablar de lo <>, motejar a alguien como <> o considerar que un ambiente era tan decadente y desastrado que habia en el <>. El diccionario de la RAE admite desde 1992 como segunda acepcion de <>, despues del evidente <>, el significado de <>. Todas estas coincidencias, un tanto purulentas, deben llevarnos a pensar que en la voz francesa croute se halla con mucha probabilidad el origen de nuestra querida palabra <>. Fue la edicion de 1870 de nuestro diccionario la que incorporo <> por primera vez, con la descripcion telegrafica: <>, pero sin acertar a senalar su origen. Esta escueta descripcion siguio inalterada hasta 1992, donde se anadio <> a miserable en la primera acepcion y se sumo una segunda que sigue vigente hoy dia, como hemos visto: <<2. Pobre, descuidado, sucio o de mala calidad>>. Asi, <> y <> resulta que cayeron en desgracia semantica en el mismo ano, y con Juegos Olimpicos y todo. Sin embargo, ya en el siglo XIX croute les daba bastante mas juego a los franceses, pues la palabra tambien servia para definir a una persona a l'esprit borne et imbecile (<>) y, en el arte pictorico, para nombrar un cuadro chapucero o ridiculo. A quien pintaba mamarrachadas o bodrios se le consideraba un croutier. Hoy en dia, croute puede referirse asimismo a un cuadro viejo resquebrajado por el paso del tiempo y que carece de valor. La metafora es eficaz, pero extraordinariamente cruel: como decir que alguien tiene las paredes de su casa llenas, no de cuadros de cetreria heredados de la abuela, sino de costras. Permitidme que os presente ahora al jesuita Angel Sanchez (1727-1803), hasta nueva orden, el primero que colo la palabra <> en un libro impreso. Vallisoletano de nacimiento, ciudad donde tomo los habitos, su larga vida de piedad y hambre estuvo dedicada a la traduccion al castellano de los textos biblicos, traduccion que solo fue permitida por la Iglesia a finales del siglo XVIII. Antes habia que saber latin para hablar con Dios. Su primera obra fue Filosofia del espiritu y del corazon, ensenada en el Libro sagrado de los Proverbios traducido en rima castellana y aclarado con notas, que explica todo el sentido literal, publicada en Madrid en 1785 en edicion bilingue, latin-castellano. Se trata de una traduccion en versos muy inspirados, no solo del libro de los Proverbios, sino tambien del Eclesiastes, Sabiduria y Eclesiastico, los llamados <>. El padre Angel era un poeta, y quiza para ocultarlo solo hizo versos con la excusa de difundir y popularizar lo sagrado. El libro aun puede conseguirse hoy dia en Amazon, en version facsimilar, por 21,47 euros; y en Carrefour, algo mas caro, por 34,62 euros. En este volumen, leemos en el capitulo XXIX, titulado Sobre el emprestar, y fiar. Y sobre las incomodidades de los que viajan y traducido del capitulo analogo del Eclesiastico, lo siguiente: De tu dinero sacrifica sumas (que no las pierdes, aunque asi presumas) a favor de tu amigo y de tu hermano, antes que, como cutre e inhumano, ponerlo entre ladrillos escondido: que entonces de verdad lo habras perdido. La levadura poetica le ha permitido a Angel Sanchez completar una impecable quintilla a partir del original latino, mucho menos extenso y florido: <>. Es decir: <>. El creativo jesuita ha puesto mucho de su cosecha en la traduccion, incluido ese <> que, en 1785, si debia ser palabra de moda, y no precisamente en los periodicos y gacetas, ni en los libros o en los salones, sino en la calle y la taberna. El uso ademas resulta admirable por su exactitud, plenamente moderna, pues nos remite al sentido de <> que el diccionario solo reconocio, como hemos visto, mas de un siglo y medio despues. Sin embargo, pocas huellas de la palabra encontraremos entre este piadoso manual de autoayuda divina de finales del siglo XVIII y algunas obras literarias menores de finales del siglo XIX. La Real Academia Espanola de la Lengua dispone de un corpus digitalizado al que se accede a traves de dos herramientas, CORDE y CREA, que suelen llevarte a sitios insospechados y pocas veces convenientes. Su interfaz parece hecha a proposito para buscar en ella <>. Trasteando en la web de la RAE aterrizamos al menos en el epistolario de uno de los principales literatos espanoles de comienzos del siglo XVIII, Leandro Fernandez de Moratin, autor, entre otras piezas dramaticas, de El si de las ninas (1806). El documento mas antiguo que nos localiza esta herramienta, que incluya la palabra <> es una carta de 1825.

  • La ley del pueblo de Rober H. L. Cagiao

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    La luz se apago, y el eco de la voz de Paola Gomez, volo por un momento por el cielo orensano. Todos los focos se cegaron, y solo el rumor de las mas de cincuenta personas reunidas en aquel acto, rompia el silencio. Paola, empezo a mirar a todos lados en busca de su companero, el inspector Costoya, y lo vio muy a lo lejos, casi al final del claustro. Lo reconocio por su cojera y su nueva gabardina negra. Dejo los papeles en el estrado, sin darse cuenta de que el viento los haria desaparecer en apenas segundos. De repente, a lo lejos, se escucho un grito afilado, de esos que te parten el alma. Paola corrio, intentando no tropezarse con el resto de los invitados, que aun pugnaban por reconocerse unos a otros, en la penumbra de la noche de aquel frio veintisiete de febrero en el Monasterio de Santo Estevo de Ribas do Sil, lugar de entrega de los premios a los gallegos del ano. No estaba preparada para la accion. Habia escogido tacones y un vestido largo, apropiados para la gala, pero muy poco para una persecucion, asi que, como pudo, consiguio seguir los pasos de su inspector jefe, que la llevaban a la parte exterior del monasterio y en concreto, a la Iglesia adyacente. Entro, alumbrandose con el telefono movil, atenta a cualquier movimiento extrano, y vio como Costoya pasaba directo a la sacristia. Penso si era una broma o todos los misterios del mundo tenian algo que ver con la Santa Iglesia Catolica. --?Esta muerto? --Costoya le tomaba el pulso a un joven de menos de veinte anos, tirado lateralmente sobre la fria piedra de la sacristia. --La miro y sonrio. --No, solo esta inconsciente. --Se levanto a duras penas y senalo un objeto que estaba tirado al lado del chico. --Debieron golpearle con eso. --Paola hizo el gesto, pero se dio cuenta tarde de que habia dejado el bolso en la silla, antes de levantarse para dar el discurso. Tendria que volver a por el antes de tocar aquel caliz. Miro a un lado y vio una puerta abierta que conectaba directamente hacia una zona de paso. Desde alli, se comunicaba con las escaleras y por lo tanto con todo el monasterio. En ese momento, los servicios de seguridad de Santo Estevo se acercaron a ellos. No pudo ensenarles la placa, pero todos la conocian. Los miro seria. --Hasta que sepamos quien ha golpeado a este chico, lo mejor sera que cerremos todas las puertas. Que nadie pueda salir del recinto. Cuanto antes, por favor, el que lo ha hecho ha salido por aqui. --Senalo la puerta. --Asi que aun tiene que estar dentro. --El guarda hablo por su radio y dio la orden. Mientras, Costoya pedia una ambulancia para el joven. --Sera mejor que esa ambulancia llegue pronto o no podra salir de aqui. --Paola miro al hombre extranada. El continuo. --?No han visto las noticias? --Ante la negativa gestual de los agentes, se explico. --Se acerca una tormenta de las buenas y la prevision es que llovera sin parar durante toda la noche y parte de manana, asi que no sera muy conveniente andar por la carretera. --En ese momento aparecio un hombre vestido de etiqueta. Personal del hotel, supusieron. Se presento, despues de llevarse las manos a la cabeza al ver al chico tirado en el suelo. --Espero que... --Tranquilo, solo esta inconsciente, ya hemos pedido una ambulancia. --Me llamo Casiano y soy el director del parador. Nos conocimos antes. --Paola lo recordaba de la recepcion del hotel. --?Que ha ocurrido? --Parece que alguien le ha golpeado con el caliz y ha escapado por esa puerta. --Miro hacia alli con los ojos muy abiertos. --?Y las llaves? --?Que llaves? --Las llaves de esa puerta solo las tiene el parroco, Don Afonso. O en su defecto el aqui presente, el sacristan. --?Este chico era el sacristan? --Era algo que suponia, pero requeria cierta confirmacion. --Si, es Emilio. Lleva anos siendo el sacristan de Santo Estevo. --Entonces suponemos que el que ataco a Emilio se llevo las llaves. --Eso es, y es que solo hay otras copias de esas llaves y estan en nuestro poder. Tendria que comprobar si siguen en su sitio. --?Y por que querria alguien aduenarse de esas llaves? --Casiano miro a su alrededor para intentar explicarse. --Vera, comisaria, la iglesia solo comunica al parador por esta puerta y no existe ningun control, el que accede desde aqui puede tener libertad total por todo el monasterio, por las habitaciones de los clientes. Es muy peligroso, por eso solo existen esas dos copias. --Interesante. Bien, lo primero, senor Casiano, compruebe donde estan esas otras llaves, para confirmar que han robado las de la iglesia. Por otro lado, seria bueno tranquilizar al resto de los asistentes a la gala y pedirles que comprobaran sus pertenencias, asi como sus habitaciones por si falta algo. Si prefiere lo hare yo misma. --Se lo agradeceria, seguro que le hacen a usted mas caso que a mi. --El caso es que no podemos dejar a este chico aqui, solo, al menos hasta que lleguen los sanitarios. --Costoya ya se habia agenciado una manta que le habia puesto por encima a Emilio, el sacristan. --Yo me quedare, y los de seguridad, no se preocupe, nosotros nos encargamos. --Y si se despierta corra usted a avisarnos, para intentar saber si recuerda algo del ataque. --No lo dude, comisaria. Eso haremos. --Y ya se lo he dicho al guarda, cierren la salida del monasterio, que nadie pueda escapar. El que lo ha hecho esta dentro aun. Y en cuanto salga la ambulancia, selle tambien esta puerta, la de la iglesia. Salieron a la calle, la iglesia daba directamente a mano izquierda a un pequeno cementerio, al frente una gran zona empedrada utilizada como aparcamiento y a la derecha, a la fachada del monasterio. La puerta aun estaba abierta, pero custodiada por dos personas de la organizacion del hotel. Costoya encendio un cigarro. Paola lo miro. El lo hacia un poco mas arriba. --?Estas intentando comunicarte con el altisimo? --Nego con la cabeza. --No, comisaria, estoy viendo esos pedazos de nubarrones y me da a mi que ese guarda tenia toda la razon, se avecina tormenta, va a ser divertida la noche. Me da que sera mejor que apuremos con esa charla porque por mucha carpa que tengamos esto no tiene buena pinta. --Le dio a la cabeza y le sonrio. --Ir con usted a cualquier sitio es aventura segura. Vacaciones con Paola. --Le dio una colleja. --Venga, pasa para dentro anda, te voy a dar yo a ti aventura. --Un relampago ilumino el cielo orensano y de nuevo se fue la luz en Santo Estevo de Ribas do Sil. Las tinieblas se hicieron visibles antes sus ojos, como una vision. Rompe co tabaco, penso Costoya. --No gano para sustos, no gano para vicios, asi nunca llegara la jubilacion

  • Los hijos de la ira de Alessandra Neymar

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    ?Que harias si la traicion procediera de alguien en quien confias?Tras haber llegado a un acuerdo con Cesar, Siena decide entregarse a los lobos para proteger a Jun-Ha y Kim Jae. No tarda en descubrir que su padrino no ha cumplido con su palabra y ellos siguen estando en peligro. Mientras tanto, Franco no puede hacer nada por evitar que sus chicos sean deportados a su pais. Esa quizas sea la ultima vez que les vea con vida. Pero no imagina que ellos huiran en busca de Siena. Los tres se encontraran a mitad de camino, provocando que la situacion respire un caos sin tregua, que tan solo Alicia puede controlar. La presidenta lo tiene claro. Desprovista de poder, es incapaz de enfrentar a sus enemigos y proteger lo que ama. Tendra que recurrir a una estrategia en la que la mafia tomara partido. SEGUNDA ENTREGA DE LA TRILOGIA “LOS HIJOS DEL CAOS”.

  • La rata de los ojos esmeralda de Manuel De Ortega

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    La rata de los ojos esmeralda narra la dura historia de un reino consumido por el hambre, las epidemias y un joven y sadico rey. Es un libro que narra a traves de los escenarios y los hechos que en el acontecen como vivia la sociedad en la Edad Media, la cual estaba subordinada y esclavizada por los nobles.

  • Sola en Oriente Medio de Maria Guadalupe Gomez Patino

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  • Tu mirada oscura sobre mi vestido de calaveras rojo de Yaiza Castro

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    Escoge la senda del pecado, y desnuda tu alma al romance mas ardiente y peligroso. Una policia temeraria, pin up y alocada. Un agente de operativos especiales letal y que exuda peligro por cada poro de su piel. Una explosion. Una investigacion. Un amor envuelto en llamas. Un entramado criminal que clava las garras en lo mas profundo del corazon del organigrama policial. Dos enigmaticas figuras que dirigen el destino de todos desde las sombras. Un amor del pasado. Un misterio por resolver. Un romance que hunde sus cimientos en el erotismo mas salvaje.
    Disfruta del mejor romance y el mejor suspense en una historia donde ambos generos se aunan para conformar una novela pasional y trepidante.

  • La tentacion de tus besos de Dina Reed

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    Cuando apenas quedaban unos segundos para que sonara la campana que anunciaba la entrada a las aulas, Elsa cruzo el umbral del porton del colegio ya casi sin aliento y tuvo la mala fortuna de chocarse con el. No podia ser con otro. No. Justo con el. La Bestia Byrne y el tio que mas detestaba en el mundo... --El primer dia de clase y ya llegas tarde. Bonita forma de empezar el curso. No esperaba menos de ti, senorita Taylor --mascullo con el ceno fruncido, y con esa chica pegada a su pecho. Elsa se aparto de el, dando dos pasos hacia atras, le miro con desden, se retiro un mechon de pelo a un lado y replico: --Llego a tiempo. Aun faltan unos segundos para... Y justo en ese instante sono la campana que anunciaba que todo el mundo debia estar en clase. --Estas agotando mi paciencia --le dijo el senor Byrne apretando fuerte las mandibulas. --Suelo llegar siempre la primera, hoy el trafico estaba imposible y, aun asi, he llegado a tiempo. --No, perdona, a tiempo han llegado tus alumnos que deben estar esperandote en el aula. Elsa sonrio y, retandole con la mirada, le informo para que hablara con conocimiento de causa: --Mi primera clase es a las once de la manana. Asi que no te preocupes por eso, senor Byrne. --Me preocupo porque deseo que mi hijo aprenda los mejores valores y principios. Y obviamente la impuntualidad no esta entre ellos. No nos podemos permitir tener a un profesorado que de tan mal ejemplo como tu. !Es la ultima vez que llegas a estas horas y con la lengua fuera! ?Estamos? Aunque el senor Byrne era el principal benefactor del colegio y aportaba cada ano indecentes cantidades de dinero, Elsa considero que no era justo que le hablara de esa manera. Porque no tenia razon... Asi que, sin amedrentarse lo mas minimo por el caracter insoportable de ese hombre, replico: --Te repito que es la primera vez que me sucede esto, que suelo ser siempre la primera en llegar y la ultima en irme. Y ahora, si no te importa, me voy a trabajar. !Que tengas un buen dia, senor Byrne! Y le sonrio de oreja a oreja, de una forma que Liam encontro tan irritante que habria preferido que esa chica le hubiera propinado una buena patada en sus partes. Por lo que replico, mirandola desafiante... --Mi dia empezara a ser bueno en el momento en que te pierda de vista. A Elsa le hizo tanta gracia el comentario que no pudo evitar soltar una carcajada: --Jajajajaja. !Lo mismo digo, senor Byrne! Liam la miro con una cara de malas pulgas tremendas y le recordo, porque Elsa tambien impartia clases particulares de piano a su hijo: --Y no te olvides de la clase de esta tarde con Killiam. A las seis en punto. Y cuando digo en punto: es en punto. --Alli estare --replico Elsa con una sonrisa enorme. --!Y nada de perder el tiempo con cancioncitas modernas! El viernes vendran amigos a cenar a casa y quiero que borde Los nocturnos de Chopin. Elsa se cruzo de brazos y, sin perder la sonrisa enorme, repuso aun a sabiendas de que iba a cabrearle mas todavia. Pero es que ella era asi, no podia callarse ni debajo del agua: --Si necesitas un pianista para tu fiesta, mejor contrata a uno. ?No te parece, senor Byrne Liam resoplo, se dio la vuelta y decidio regresar a su coche porque lo suyo con la senorita Taylor definitivamente no tenia remedio. Pero no podia hacer nada para evitarlo... Killiam la adoraba, se pasaba el dia hablando de su maravillosa profesora de musica, con la que cada dia tenia un vinculo mas estrecho, porque ademas le daba clases particulares de piano en casa. Y mira que habia intentado contratar a otros profesores, pero Killiam se habia empecinado en que tenia que ser ella y solo ella. Y no le habia quedado otra opcion que ceder, pues Killiam era su debilidad y su vida entera. Por el era capaz de todo, incluso hasta de soportar a la senorita Taylor, que como siempre, parecia disfrutar mucho con su perfecto papel de mosca cojonera. Uf. !Que ganas tenia de mandarla bien lejos! Pero Killiam no iba a perdonarselo en la vida... Asi que, no quedaba otra que apretar los dientes y soportar los dardos de esa chica que esa manana estaba mas guapa que nunca. Lo reconocia. Era una tocapelotas de primera, pero tenia una sonrisa preciosa, unos ojos enormes y azules como un mar bravo, la nariz recta, la boca carnosa, una bonita melena de color miel y un cuerpo con las curvas justas como para que cualquier hombre perdiera el sentido por ellas. Pero el desde luego que no iba a hacerlo... Aunque desde que habia bailado con ella en la boda de su amigo Harry, esa chica se estaba colando en sus suenos mas torridos de una manera recurrente. Hasta entonces, Elsa Taylor, solo habia sido un incordio en su vida, pero desde ese baile, no habia dejado de sonar cosas bien sucias con ella. Pero que mas daba... Porque en la vida real es que ni por asomo se atreveria a tener nada con esa chica que le sacaba completamente de sus casillas. Es que parecia que lo hacia aposta. Puesto que siempre estaba ahi, para desquiciarle y hacerle la vida un poco mas desagradable. Como esa manana en que, tras ese encontronazo con ella, se metio en el coche, dispuesto a olvidarse de ella y afrontar un duro dia de trabajo. O al menos esa fue su intencion, pues conecto la radio y para su mas absoluta sorpresa sono la cancion que, el dia de la boda de Harry, bailo con la insufrible de Elsa Taylor. Y se le removio absolutamente todo... Porque esa cancion, Night and day, de Cole Porter, que ademas era su cancion favorita, le hizo recordar ese dia en que por unos minutos tuvo a esa chica entre sus brazos, con el pico cerrado, y dejandose llevar, sin mas. Y fue tan dulce, tan perfecto, tan magico y tan inesperado que de solo recordarlo sintio una cosa absurda en el estomago y se puso duro como una roca. Y le dio tanta rabia, que cambio la emisora a otra de informacion economica y decidio poner ahi toda su atencion. Porque aquello no podia ser... ?Que diablos hacia recordando ese baile que no iba a volver a repetirse jamas? El detestaba a la senorita Taylor y asi iba a ser para los restos... Y mientras el senor Byrne luchaba a brazo partido por librarse de esos jodidos recuerdos, Elsa estaba en la sala de profesores pensando en el. En ese hombre al que odiaba con todas sus fuerzas, pero que esa manana estaba mas atractivo que nunca. De hecho, cuando se habia dado la vuelta, no habia podido evitar fijarse en su espalda ancha, en su figura imponente y en esa aura de senor importante que dejaba sin aliento. Ademas, era moreno, alto, de ojos verdes profundos, nariz recta, menton cuadrado, sonrisa perfecta, cuando sonreia, y un cuerpo duro y fuerte con el que Elsa llevaba sonando desde que habia bailado con el en la boda de su hermana. Cosa que le daba una rabia tremenda... Porque ?que hacia sonando con ese tio si le aborrecia? ?Tanto le habia marcado ese maldito baile? Vale, que reconocia que no habia estado nada mal, que bailar su cancion favorita con ese tio habia sido una experiencia sorprendente y especial, pero de ahi a sonar esas cosas tan sucias con el... !iba un trecho! Si bien no podia evitarlo, ese tio se colaba en sus suenos y le hacia unas cosas que jamas le habia hecho nadie. De todas formas, aunque aquello le habia agobiado bastante al principio, ahora habia decidido no darle ninguna importancia, pues realmente no la tenia. Eran suenos y nada mas que suenos... Y de ahi no iban a pasar, porque tenia clarisimo que jamas iba a tener nada con el senor Byrne. Asi que no habia nada de lo que preocuparse... Y en esas estaba cuando de repente entro en la sala de profesores, Thomas, el profesor de gimnasia y un chico que no podia ser mas guapo, ni mas sexy, ni mas divertido. Thomas tenia 28 anos, era rubio, alto, fuerte, de bonitos ojos azules y sonrisa espectacular. Pero sobre todo era un tio estupendo, buen amigo, leal, sincero y simpatico, con el que habia hecho buenas migas desde el principio. El llevaba dos anos trabajando en el colegio, cuando Elsa llego, y se encargo de ponerselo todo muy facil para que aquello fuera como la seda. Como asi fue... Trabajar junto a el era un autentico placer y ahora se habia convertido ademas de en un companero, en un gran amigo... Por eso, Thomas no tuvo mas que entrar en la sala de profesores para darse cuenta de que algo le pasaba: --?Y esa cara, chica guapa? Thomas le dio un beso en la mejilla a su amiga, ella le sonrio y le conto: --!Me ha dado de bruces con la Bestia, justo el unico dia de mi vida que llego segundos antes de que suene la campana! !Que mala suerte, de verdad! --Jajajajajajajaja. Pues si que lo es, si... --Me odia. Si vieras como me miraba... !Que ganas tiene de echarme! Thomas agarro la cafetera, sirvio un par de cafes, le paso el suyo a Elsa y le recordo algo que era obvio: --Pero tu sabes que no lo va a hacer. Killiam no lo permitira jamas... Elsa dio un sorbo al cafe humeante y delicioso, porque Thomas los preparaba como nadie, y confeso: --Killiam es un amor. Si no fuera por el, la Bestia me habria puesto de patitas en la calle. Y a mi me habria dado una pena tremenda, porque no quiero perder a Killiam, ese chico es muy especial. --Killiam es muy especial, te necesita y todos nosotros tambien. Tu sitio esta aqui, Elsa, pasa de ese tio. No es nadie. No permitas que te amargue. No dejes que tenga ese poder sobre ti. --Te recuerdo que ese tio es el principal benefactor del colegio y que si cobramos a fin de mes es entre otras cosas porque aporta cantidades ingentes de dinero. --!Olvidalo! Hoy es el primer dia de clase, yo estoy feliz de encontrarme otra vez contigo y se que este curso nos lo vamos a pasar genial. Ya lo veras. ?Brindamos por ello? --?Con cafe? --replico Elsa, muerta de risa, y agradeciendo que Thomas estuviera en su vida para arrancarle siempre una sonrisa. Thomas levanto su taza, la choco con la de su amiga y exclamo: --!Por todo lo bueno que nos espera! Elsa brindo con su amigo, dio un sorbo a su cafe y repuso convencida: --Asi sera, Thomas. !A la mierda con ese tio! --!Asi se habla! --aseguro Thomas, levantando el pulgar. --Jajajajajajaja. Thomas se quedo mirando a Elsa, a la que habia echado muchisimo de menos durante el verano, y confirmo una vez mas algo que cada dia era mas fuerte. Lo que sentia por ella, a esas alturas, era ya mucho mas que amistad... Y ahora que lo tenia mas claro que nunca, iba a darlo todo para que Elsa Taylor fuera suya. Capitulo 2 Horas despues, a las ocho de la tarde, despues de trabajar todo el dia en el colegio y de impartirle a Killiam las dos horas de piano, Elsa estaba recogiendo sus cosas para marcharse a casa, cuando la Bestia irrumpio en el salon de su maravilloso apartamento en el Upper East Side. --!Papa! !Ya estas en casa! !Que bueno! Tengo tanto que contarte... Killiam, de once anos, moreno, pelo revuelto, de ojos verdes como su padre, sonrisa siempre en los labios, vivaracho y tremendamente divertido, levanto la mano para que su padre la chocara y luego le estampo un beso sonoro y ensalivado en la mejilla. --!Que manera de besar, hijo! !Ni que fueras Dingo! Dingo era el labrador de la familia, que en cuanto escucho su nombre salio pitando del salon contiguo en el que estaba tirado y salto tambien a los brazos de su dueno. --Jajajajajajaja. !El si que te va a chupetear bien la cara! !Dale Dingo! !Besa mucho a papa que hoy ha sido bueno y ha venido pronto a casa! --exclamo el nino, mientras el perro no paraba de lamerle la cara a su dueno. --!Calla, mocoso! !No le des ideas! --le exigio el senor Byrne a su hijo, y despues se zafo como pudo de su perro, mientras Elsa se partia de risa. --Conmigo puedes estar tranquilo que yo no voy a rechupetearte --dijo Elsa, encogiendose de hombros. Liam la miro ofuscado y, con Dingo ya tirado a sus pies, replico a la senorita Taylor: --Te lo agradezco, es todo un detalle por tu parte. Y ahora me gustaria comentarte algo... Elsa se puso a la defensiva, porque de repente se temio lo peor y repuso: --Me parece fatal que nos espies, pero antes de que me eches la bronca tienes que saber que esas canciones de Queen que hemos estado tocando son de una dificultad, si se ejecutan bien, a la altura de... --?Como que canciones de Queen? --pregunto perplejo. Killiam se mordio los labios, miro a su profesora y comento en un tono muy gracioso para echarle un capote: --Grieg, ha dicho Grieg...

  • El jefe de Florencia Palacios

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    Ese puesto parece ser la oportunidad de su vida, al fin un empleo estable, con buena paga en una de los mejores empresas de bienes raices de Boston.
    Hasta que ese apuesto jefe con apellido escoces irrumpe en su vida.
    Desde entonces, nada sera igual para ella…

  • En el azul de tu mirada de Jasmine Rogers

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    La noche pasaba y no lograba conciliar el sueno asi que sali del dormitorio, para dirigirme a la biblioteca y leer un poco. Quizas de esta manera conseguiria no pensar y caer rendida, pero tuve la sorpresa de encontrarme alli con Aidan. --?Tampoco puedes dormir? --me pregunto. --La verdad es que no. Se levanto y se dirigio al mueble bar para servirme una copa. No pude dejar de observarle. Solo vestia unos finos pantalones de pijama, resaltando la tenue luz de la estancia, la desnudez de su espalda y de su torso fibroso en cada uno de sus movimientos. Pense que seria mejor volver a la cama. La tentacion era demasiado fuerte. Fui hacia la puerta y me disculpe: --Siento causarte molestias, pero creo que me marcho a dormir. Se acerco rapidamente hacia mi para cerrar la puerta, quedando atrapada entre esta y el, creyendo morir de deseo cuando senti el calor de su cuerpo contra mi espalda, y escucharlo susurrar con su aliento ardiente sobre mi cuello. --Di que no me amas y dejare que te vayas. Di que todo lo que paso en Espana ya lo has olvidado. --No me hagas esto, Aidan. --Responde, por favor. Gire para enfrentar mi rostro al suyo, y fijando mi mirada en sus azules ojos confese: --Te amo, y si en algo han cambiado mis sentimientos, ha sido para amarte aun mas que antes. Para mi sorpresa, me alzo en sus brazos y salio de la biblioteca. --Aidan... --susurre. --Sssshhh. Mi corazon comenzo a latir fuertemente, porque en sus ojos, y en cada reaccion de su cuerpo a nuestro contacto... sabia hacia donde me conducia. Cruzamos el umbral de su dormitorio, y mientras me posaba lentamente sobre la cama, me inundaba de besos colocandose a la vez sobre mi. Todo el me aturdia, su aliento, su forma de besarme... temiendo volver a sufrir de nuevo cuando nos marchasemos. Pero el deseo que seguia sintiendo por el, era innegable e inevitable, y no seria yo quien le apartase de mi lado. --Dejame amarte, pero para siempre. No quiero mas ratos, te quiero siempre, completa. --Sus susurros me quitaron todo el temor. Le bese como nunca, sintiendo como sus caricias abrasaban cada centimetro que sus manos recorrian de mi cuerpo mientras me desnudaba poco a poco, haciendome temblar y que mi piel se erizara respondiendo intensamente a cada contacto con su piel. Y aquella noche de nuevo, nos entregamos totalmente el uno al otro, con ansia, con desesperacion, con todo el amor y pasion contenida en aquellos anos y que ya me habia demostrado hacia unas semanas, reafirmando con rotundidad que lo nuestro nunca se apagaria, nunca... CAPITULO 1 Cuatro anos atras... --!Gracias a usted! --exclamo con aire amable la voz que se escuchaba tras el telefono. Nos despedimos y finalice la llamada. A continuacion, me dispuse a dar saltos como una loca en medio del salon. Ana, mi companera de piso me observo con los ojos como platos. --Eso es... ?que si?--me pregunto. --!Si, si, si, si! --grite como una loca. Ana se unio a mis gritos, y seguimos saltando, gritando y riendo juntas durante un buen rato, hasta que cansadas, nos lanzamos exhaustas hacia el sofa. --Cuenta, cuenta --dijo Ana emocionada. --Londres, Ana. !En una semana! --conteste. Y volvimos a gritar y a reir. Hacia casi un mes que mi contrato de trabajo en la cafeteria habia finalizado, para tristeza de Lorreine, la duena de la misma, y sobre todo para mi, ya que, en las semanas siguientes, "PARIS, MON AMOUR", cerraria sus puertas dejando treinta anos de esfuerzo, amor y dedicacion, encerrados detras de ellas. Habia trabajado dos anos en aquella pequena pero preciosa cafeteria decorada con un estilo muy parisino, con sus grandes ventanales que te invitaban a observar la gente pasar, deleitandote con un estupendo cafe banado con sirope de caramelo y esa gran cantidad de espuma de leche que debias retirar forzosamente con tu lengua de la comisura de los labios cada vez que tomabas un sorbo del mismo. Aaahhh... observar el bullicio de la ciudad, mientras que la tranquilidad dentro de la cafeteria hacia volar tus pensamientos... "PARIS, MON AMOUR" era... otro mundo. Pero a Lorreine, aquella mujer de pelo blanco y mirada decidida, y despues de tantos anos sacando adelante su preciosa y acogedora cafeteria... le habia podido la crisis y la apertura de una enorme y moderna cafeteria, a unos cincuenta metros. De esas que te preparan el cafe para llevar, sin mucho mimo ni dedicacion, pero con precios "low cost" y mensaje de "hola, buenas tardes, aqui su cafe. El siguiente, por favor". Dos semanas antes de que se convirtiera en un hecho el no poder volver a trabajar en la cafeteria, Lorreine nos habia reunido a todos al concluir la jornada en el "PARIS, MON AMOUR", y con lagrimas en los ojos, nos habia comunicado la mala noticia. Apesadumbrados, y despues de barajar entre todos las posibilidades que Lorreine ya habia estudiado en dias anteriores, regresamos a nuestras casas, sabiendo lo que el futuro proximo nos deparaba. Aquella noche, en la cama, no pare de dar vueltas y vueltas, pensando, desvelada... y recorde la opcion que antes de aceptar el puesto de camarera en "PARIS, MON AMOUR", habia tenido en mente. !Londres! Trabajar en Londres. Finalizando mis estudios de psicologia, nos hablaron de agencias que podian conseguirte trabajo en diversas zonas de Reino Unido a cambio de alojamiento en alguna de las residencias que poseian alli. La agencia ganaba un dinero por la estancia, y tu podias trabajar en el Reino Unido y perfeccionar a la vez el idioma. Pero en aquel entonces me surgio la posibilidad de poder realizar un curso para poder impartir clases de espanol a extranjeros; y a la vez, la oportunidad de trabajar en la cafeteria, asi que ambas cosas se convirtieron en mi primera opcion. Pero ahora si, ahora habia llegado la hora de volar... y la oportunidad de poder trabajar en una de las tabernas del centro de Londres, y sin mas, dije: !SI! --Bueno, pues una semana para preparar mi equipaje --dije a Ana, echandome para atras en el sofa. Ana me miro, y me pregunto con semblante serio: --Cris... ?que le diras a Alex? --?A Alex? Pues nada, que me voy a trabajar a Londres, que voy a decirle. --?Y nada mas? --dijo Ana frunciendo el ceno. --Ana, por Dios --conteste a mi gran amiga, haciendo que mis ojos se pusieran en blanco--. Hemos salido juntos durante cinco anos, pero eso termino. Amigos, nada mas --anadi, haciendo aspavientos con las manos. Alex y yo habiamos salido juntos cinco anos, pero llego un determinado momento en el que me di cuenta de que ya no le amaba, y seguir juntos, solo nos haria mas dano, tanto a el como a mi, porque yo ya no podia darle todo lo que el queria: compartir nuestras vidas. Supongo que lo que me hacia seguir con el, era la pura costumbre, el hecho de acomodarnos a una relacion que debio terminar mucho tiempo atras. No podia negar, sin embargo, que me sintiera insegura, y que el hecho de no amar a nadie, me hacia sentir una extrana sensacion de vacio. No buscaba a ningun companero para compartir mis sentimientos, pero si anhelaba encontrarlo, ansiaba el sentir esos abrazos, esos besos y esas caricias, esa comprension, sensibilidad y ternura que hacia ya meses que al lado de Alex habian desaparecido. Sin embargo, muchos de nuestros amigos, incluso el mismo Alex, conservaban aun la esperanza de que algun dia volviesemos a ser novios otra vez. Para mi, esa opcion, no era ya para nada factible.

  • ?Que robot se ha llevado mi queso? de Rafael Tamames

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    La tecnologia esta transformando la sociedad a un ritmo vertiginoso en todos sus aspectos. La manera en la que nos comunicamos, la forma en que adquirimos productos, como realizamos gestiones o simplemente la limpieza de nuestro hogar ha cambiado por completo debido a la digitalizacion y la robotizacion. Esta situacion no es facil de controlar pero no podemos quedarnos atras. Debemos, por tanto, adaptarnos.

  • El vendedor de tabaco de Robert Seethaler

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    Antes del exito internacional de Toda una vida, Robert Seethaler habia escrito El vendedor de tabaco. En la tradicion de clasicos del genero como Reencuentro, de Fred Uhlman, y El lector, de Bernhard Schlink, Seethaler nos sorprende una vez mas con una novela sobre una serie de personas enfrentadas a los vaivenes de la historia, todo ello con la concision y la elegancia que lo caracterizan. En agosto de 1937, el joven Franz Huchel abandona las idilicas montanas de Austria por las bulliciosas calles de Viena y el estanco de Otto Tresniek, un hombre benevolo pero algo mordaz. En el quiosco de Tresniek, donde se encuentran las clases populares y la burguesia judia de la Viena de los anos treinta, Franz Huchel empezara su aprendizaje vital. Si bien la lectura asidua de la prensa y los rumores sobre el ascenso del nacionalsocialismo lo educan politicamente, su conocimiento de la vida sigue siendo insuficiente. Por eso, sin saber a quien pedir consejo sobre Anezka, la joven de la que esta enamorado, Franz buscara el asesoramiento del <>, el mismisimo Sigmund Freud, cliente del estanco y gran fumador de puros, que vive a dos calles del puesto. Aunque viejo y cansado, el profesor cedera ante el tenaz interes mostrado por este jovial y curioso chico de pueblo. Pero los tiempos son inciertos y, en marzo de 1938, el Anschluss pondra fin de forma brutal al aprendizaje de Franz y a su relacion con el prestigioso doctor. Otto Tresniek, poco dispuesto a boicotear a su clientela judia, se convierte en la diana de la Gestapo. El humor vienes que desprenden Otto Tresniek y Sigmund Freud es la respuesta a la desesperacion de una sociedad desorientada. En El vendedor de tabaco, Robert Seethaler confirma su enorme talento como escritor, capaz de emocionar con la sobriedad y la belleza de su prosa.

  • Rebel de Marie Lu

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    Con un suspenso incomparable y su caracteristica narracion cinematografica, Marie Lu, la autora #1 del New York Times, sumerge a los lectores otra vez en el inolvidable mundo de Legend, para un verdadero gran final.

  • Yo el asesino de Diego Uribe

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    D esperto a sus tres hijos de madrugada, entre los ruidos del motor de un viejo Renault Cuatro blanco que los esperaba con un conductor en la puerta de la casa. Iban a emprender un largo viaje que les cambiaria la vida, si conseguian llegar a su destino. Los ninos lloraban, no querian ponerse las ropas que les daba su madre: unos harapos malolientes y remendados que habian resistido varias generaciones. No sabian que pasaba, todavia eran unos crios. Una vez estaban preparados para subirse al coche, ella aprovecho para meterse en un cuarto pequeno y se corto la preciosa melena negra que la acompano durante anos. No queria que supieran que era una mujer y, si lo descubrian, queria estar lo menos atractiva posible. El padre introdujo las maletas raidas en el maletero y en la bandeja superior. Solo cabian cinco personas en el coche, pero, como los hijos era menores, el conductor, un hombre con semblante serio y de poco hablar, lo acepto. Ademas, recibio el dinero por adelantado, a traves de la mafia local; su parte de los veinte mil euros que dejaron las arcas de la familia en la miseria. La madre intento ocupar el asiento del copiloto, pero, ante sus gritos e insultos, lo intercambio con su esposo. Sentados, lloraban y miraban atras, en un intento de despedirse de la tierra que los vio crecer y nacer. La amargura los embargaba, pero tambien tenian un hilo de esperanza: podia ser el principio de una nueva vida, que no daba para mas en su pais natal. Se despidieron con la mano de la ultima calle de Tadouart, tomaron la Route Ancient hacia Tiznit y la N1 en direccion a Agadir, el destino final para el taxi, pero no para ellos, que debian tomar un autobus en direccion a Tanger. Pasaron la noche entre los murmullos y gimoteos de los menores, que ignoraban su suerte. Al llegar los primeros claros del dia, hicieron una parada, bebieron agua de una botella y comieron unos dulces tipicos de su pueblo. Durante el dia, abandonaron la carretera principal, que estaba en buen estado, y viajaron por la secundaria, de tierra y piedras que provocaban que el coche botara, haciendo imposible el descanso. Habia demasiados controles de policia y mafias dispuestas a robar o lo que hiciera falta para arruinarles el trayecto. Despues de horas metidos en el vehiculo, se encontraban cerca del transbordo. No lloraban, pasaron de un estado de expectacion ante lo que su nueva vida pudiera traerles. Llegaron a Agadir en las primeras horas de la noche, cuando era mas facil pasar desapercibidos. Tenian que dirigirse a una parte de la ciudad donde una multitud esperaba impaciente a que abrieran las puertas de un autobus ilegal. El numero de personas doblaba la capacidad del vehiculo. Las mafias que controlaban la operacion bendecian la circunstancia: cuanta mas demanda, mas beneficios. El Renault Cuatro aparco a unos metros del autobus, y el conductor les senalo que se bajaran y esperaran junto a los otros viajeros. La familia recogio sus pertenencias y se encamino hacia el grupo, donde todos competian por conseguir un hueco junto a la escalera de acceso. Tras varios minutos de gritos y peleas, dos encapuchados con chilabas aparecieron por sorpresa. El que parecia el cabecilla saco una pistola y todos callaron rapido. Se dirigio al asiento del chofer, abrio la puerta y se subio. El otro hombre hablo a la multitud y les explico en varios idiomas que la tarifa habia subido como resultado de los gastos de gasolina y adecuamiento del autobus. Los pasajeros se lo tomaron mal, hasta el punto de acorralarlo, pero el saco una pistola de un bolsillo de la chilaba y disparo al que tenia enfrente, que murio en el acto. El mensaje llego claro a los presentes, que cesaron su motin y obedecieron las ordenes. No todos llevaban dinero, algunos pagaron por anticipado y no les quedaba nada. Solo los que tenian algo reservado para gastos inesperados pudieron acceder al vehiculo. La madre, ante la desesperacion de su esposo, que lloraba pensando que se quedarian sin sitio, saco un pequeno monedero y, a escondidas, le deposito en la mano lo que ahorro durante anos sin que el lo supiera. Cuando les llego el turno de entrar en el autobus, uno de los encargados les dijo que era raro ver a dos hombres con tres ninos pequenos. El padre no dijo nada, el malvado sabia lo que ocurria. Agarro a la madre del brazo, le quito la capucha y le estrujo los pechos con rabia. Las voces de los demas viajeros, que apenas veian lo que pasaba y que apremiaban al conductor por la demora en subir, hicieron menor el sufrimiento de la mujer. El trayecto entre Marrakech y Casablanca se paso deprisa, hasta que un grupo de policias marroquies les dio el alto en las proximidades de Rabat. Uno de ellos se subio al vehiculo y, empunando una metralleta, recorrio los asientos recolectando dinero. Apenas tuvo que hablar, todos sabian lo que queria: no era la primera vez que pasaban por la experiencia. El intercambio se llevo a cabo como un tramite burocratico. Una vez la policia acumulo lo que creia justo para dejarlos seguir adelante, se marcharon. Llegaron a Tanger y, tras varias paradas, se dirigieron por la avenida Mohammed IV hacia la playa Real, cerca del puerto. Era una cala pequena y de dificil acceso, donde montarian su cuartel general hasta el momento de marchar hacia El Hoceima, ultima parada antes de partir hacia Espana. Las embarcaciones derruidas servirian de vivienda improvisada para enfrentar al frio de la noche. Dias despues, dos hombres, un espanol y un marroqui, aparecieron en un coche militar con un bote en la parte superior. El marroqui seria el encargado de llevarlos en patera hacia una playa senalada junto a El Hoceima; desde alli viajarian hacia las costas de Almeria, su destino final. El espanol pidio cien euros a cada familia si querian subirse a la barca. Un chico le dijo en un ingles basico que era injusto, que no estaba dentro del trato que hicieron. El marroqui se aproximo por detras y lo golpeo con una tabla que recogio del suelo. La sangre manaba veloz y relucia en la cabeza sin pelo del africano, que cayo al suelo al instante. El espanol aprovecho ese momento para darle una patada en la cabeza que lo dejo inconsciente. --?Alguien tiene alguna pregunta? Nadie se atrevio a responder. Sacaron el dinero, se ayudaron entre si y pagaron. Cinco horas de viaje y ya estaban en la ultima ciudad de Marruecos que pisarian antes de partir y que, con toda probabilidad, algunos jamas volverian a ver. Una cala desierta los habia recibido y los despediria a medianoche, cuando las patrulleras espanolas hicieran los cambios de guardia. El momento esperado llego con la senal de una linterna al piloto desde un monte cercano. Con dificultad, unos cuantos chicos empujaron la barca, que se dirigio mar adentro, y se subieron deprisa. Las olas eran gigantes en ese momento, pero no tenian mas remedio que intentarlo. Tras algunos virajes, el copiloto se hizo con el mando de la patera, que comenzo a recibir agua a traves de varias grietas entre las tablas, alli donde la masilla habia cedido. Despues de unas horas con poco espacio, los cuerpos de los viajeros empezaron a resentirse. El unico que tenia anchura era el piloto, que sudaba tratando de gobernar la barca en mitad del temporal. El chico que recibio la paliza por quejarse grito en frances que iban a morir todos, que el reguero de agua seria cada vez mas grande a medida que el tiempo pasara y se ahogarian en mitad del oceano. El piloto le pidio a gritos que se calmara. Les aseguro que no era su primer viaje entre los dos continentes y, si todos colaboraban, llegarian a las costas de Almeria. La mitad del trayecto paso y la barca resistia a duras penas. Alguien alerto de una luz tenue a unos cincuenta metros. Los pasajeros entraron en panico al pensar en la posibilidad de que fuera una patrullera espanola. El piloto los tranquilizo avisando de que sus luces eran mas potentes. Cuando estaban a unos metros, un golpe seco en el casco de la embarcacion provoco la histeria de nuevo. Una persona saco una linterna diminuta, alumbro al mar y descubrio los cuerpos flotantes de dos personas que se habian ahogado. Un candil reposaba en la proa de una patera medio hundida, con un nino de corta edad muerto entre las tablas del suelo. Liderados por el mismo joven, los pasajeros se amotinaron y a punto estuvieron de volcar la barca. El piloto, encolerizado, dejo su asiento y saco un cuchillo. --!Salta o te mato! --No se nadar. --!Hazlo! El chico se arrojo al mar entre sollozos y ante la cara de miedo de los pasajeros, que poco tardaron en obedecer. El resto del trayecto fue tranquilo, las olas amainaron y la actitud desafiante de algunos desaparecio ante la inminente llegada a las costas espanolas. Con la primera luz del alba, la patera toco suelo espanol. Un grito alerto de la aparicion de un coche de la Guardia Civil a unos metros de la playa. Los mas jovenes saltaron de la patera y corrieron en direccion contraria, pues sabian que si se dispersaban las posibilidades de no ser atrapados eran altas. El resto hinco la rodilla en la arena y desistieron. Esperaron a los agentes entre lagrimas y desconsuelo. Tanto dinero y penuria para que los devolviesen a su tierra. Pero a veces la suerte ayuda a la buena gente, y un abogado almeriense consiguio el resto: utilizo a los menores como excusa para solicitarles asilo, que fue aprobado por el juez de guardia. Seis meses despues, dejaron la casa de alojamiento de inmigrantes, en los suburbios de Almeria, y se mudaron a una propia. Era pequena y vieja, pero suya. Lo habian conseguido. 1 Iniciacion E spero en la puerta del cine Imperial para ver una pelicula. El dia ha sido raro, desde temprano he tenido sensaciones extranas. Un hormigueo me recorre el cuerpo y el corazon me palpita acelerado. Las manos me tiemblan y las piernas no pueden sostenerme. Mis pensamientos se mezclan y no consigo razonar con claridad. Miro en todas las direcciones, quizas me observan. Debo comportarme con normalidad. Me doy la vuelta y doy la espalda a los que vienen al cine por la Puerta de Purchena. La hora de entrar llega; tengo que tranquilizarme, mi nerviosismo podria llamar la atencion. Tres chicas jovenes pasan junto a mi; puedo oler sus fragancias. Una pareja mayor las sigue, comentando las buenas criticas que la pelicula ha tenido en los medios de comunicacion. Voy a entrar detras cuando una joven de pelo castano largo se adelanta, rozandome el hombro; me golpea con el bolso y se disculpa. No respiro bien. Comienzo a perder el control. La sigo hasta la sala tres y no me importa que pelicula vine a ver. Se sienta sola en la tercera fila, a la izquierda. Yo lo hago tres detras. Puedo verla a la perfeccion. Se acaricia el pelo y mueve la cabeza como una diosa. Paso la pelicula entera admirandola. Quiero volver a casa, pero no soy capaz. Algo me empuja a seguir alli. Es ella, es mi madre: su pelo, su figura, sus labios. <>. Un espectador cambia de sitio y se sienta junto a ella. Entablan conversacion, y eso no me gusta. Espero un instante; si intenta algo, tendre que intervenir. Se acerca despacio a su cara, pero ella lo rechaza con la mano. Hace un gesto para avisar al revisor y el entrometido desaparece. Siempre hay que tener cuidado cuando se va sola. La pelicula termina y la chica se queda a ver los creditos del final. Los espectadores se marchan, pero no se de que hablan, no preste atencion a la pelicula. Quedan cinco personas en la sala, ademas de nosotros. No se que hacer. <>.

  • Aprender a silenciar la mente de Osho

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    Un camino a la paz, la alegria y la creatividad.

  • Mas alla del arbol de E. Pasport

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    ?Que habia mas alla de aquel arbol milenario? ?Quien era aquel desconocido que acababa de desaparecer ante sus ojos como por arte de magia? Danae no estaba preparada para todo lo que iba a descubrir aquella noche. Sin embargo, llevaba demasiado tiempo rodeada de secretos. Necesitaba respuestas. ?Cuales eran sus verdaderos origenes? ?Por que sus padres se habian divorciado diez anos atras? ?Que ocultaba su hermana?
    Pronto descubrira que a veces es mejor dejar enterrado el pasado y que existen peligros de los que es imposible escapar.
    Dos dimensiones paralelas. Viajes en el tiempo. Un oscuro secreto. Dos hombres completamente opuestos. Una historia de amor y aventura a caballo entre dos mundos.

  • El prisionero del cielo de Carlos Ruiz Zafon

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    Aquel ano a la Navidad le dio por amanecer todos los dias de plomo y escarcha. Una penumbra azulada tenia la ciudad, y la gente pasaba de largo abrigada hasta las orejas y dibujando con el aliento trazos de vapor en el frio. Eran pocos los que en aquellos dias se detenian a contemplar el escaparate de Sempere e Hijos y menos todavia quienes se aventuraban a entrar y preguntar por aquel libro perdido que les habia estado esperando toda la vida y cuya venta, poesias al margen, hubiera contribuido a remendar las precarias finanzas de la libreria. --Yo creo que hoy sera el dia. Hoy cambiara nuestra suerte --proclame en alas del primer cafe del dia, puro optimismo en estado liquido. Mi padre, que llevaba desde las ocho de aquella manana batallando con el libro de contabilidad y haciendo malabarismos con lapiz y goma, alzo la vista del mostrador y observo el desfile de clientes escurridizos perderse calle abajo. --El cielo te oiga, Daniel, porque a este paso, si perdemos la campana de Navidad, en enero no vamos a tener ni para pagar el recibo de la luz. Algo vamos a tener que hacer. --Ayer Fermin tuvo una idea --ofreci--. Segun el es un plan magistral para salvar la libreria de la bancarrota inminente. --Dios nos coja confesados. Cite textualmente: --A lo mejor si me pusiera yo a decorar el escaparate en calzoncillos conseguiriamos que alguna femina avida de literatura y emociones fuertes entrase a hacer gasto, porque dicen los entendidos que el futuro de la literatura depende de las mujeres, y vive Dios que esta por nacer famula capaz de resistirse al tiron agreste de este cuerpo serrano --enuncie. Oi a mi espalda como el lapiz de mi padre caia al suelo y me volvi. --Fermin dixit --anadi. Habia pensado que mi padre iba a sonreir ante la ocurrencia de Fermin, pero al comprobar que no parecia despertar de su silencio le mire de reojo. Sempere senior no solo no parecia encontrarle gracia alguna a semejante disparate sino que habia adoptado un semblante meditabundo, como si se planteara tomarselo en serio. --Pues mira por donde, a lo mejor Fermin ha dado en el clavo --murmuro. Le observe con incredulidad. Tal vez la sequia comercial que nos habia azotado en las ultimas semanas habia terminado por afectar el sano juicio de mi progenitor. --No me digas que le vas a permitir pasearse en gayumbos por la libreria. --No, no es eso. Es lo del escaparate. Ahora que lo has dicho, me has dado una idea... Quiza aun estemos a tiempo de salvar la Navidad. Le vi desaparecer en la trastienda y al poco regreso pertrechado de su uniforme oficial de invierno: el mismo abrigo, bufanda y sombrero que le recordaba desde nino. Bea solia decir que sospechaba que mi padre no se habia comprado ropa desde 1942 y todos los indicios apuntaban a que mi mujer estaba en lo cierto. Mientras se enfundaba los guantes, mi padre sonreia vagamente y en sus ojos se percibia aquel brillo casi infantil que solo conseguian arrancarle las grandes empresas. --Te dejo solo un rato --anuncio--. Voy a salir a hacer un recado. --?Puedo preguntar adonde vas? Mi padre me guino el ojo. --Es una sorpresa. Ya veras. Lo segui hasta la puerta y lo vi partir rumbo a la Puerta del Angel a paso firme, una figura mas en la marea gris de caminantes navegando por otro largo invierno de sombra y ceniza. 2 Aprovechando que me habia quedado solo decidi encender la radio para saborear algo de musica mientras reordenaba a mi gusto las colecciones de los estantes. Mi padre creia que tener la radio puesta en la libreria cuando habia clientes era de poco tono, y si la encendia en presencia de Fermin, este se lanzaba a canturrear saetas a lomos de cualquier melodia --o, peor aun, a bailar lo que el denominaba << ritmos sensuales del Caribe>> --, y a los pocos minutos me ponia los nervios de punta. Habida cuenta de aquellas dificultades practicas, habia llegado a la conclusion de que debia limitar mi goce de las ondas a aquellos raros momentos en que, aparte de mi y de varias decenas de miles de libros, no habia nadie mas en la tienda. Radio Barcelona emitia aquella manana una grabacion clandestina que un coleccionista habia hecho del magnifico concierto que el trompetista Louis Armstrong y su banda habian dado en el hotel Windsor Palace de la Diagonal tres Navidades atras. En las pausas publicitarias, el locutor se afanaba en etiquetar aquel sonido como llass y advertia que algunas de sus sincopas procaces podian no ser apropiadas para el consumo del oy ente nacional forjado en la tonadilla, el bolero y el incipiente movimiento ye-ye que dominaban las ondas del momento. Fermin solia decir que si don Isaac Albeniz hubiera nacido negro, el jazz se habria inventado en Camprodon, como las galletas en lata, y que, junto con aquellos sujetadores en punta que lucia su adorada Kim Novak en algunas de las peliculas que veiamos en el cine Femina en sesion matinal, aquel sonido era uno de los escasos logros de la humanidad en lo que llevabamos de siglo XX. No se lo iba a discutir. Deje pasar el resto de la manana entre la magia de aquella musica y el perfume de los libros, saboreando la serenidad y la satisfaccion que transmite el trabajo simple hecho a conciencia. Fermin se habia tomado la manana libre para, segun el, ultimar los preparativos de su boda con la Bernarda, prevista para principios de febrero. La primera vez que habia planteado el tema apenas dos semanas atras todos le habiamos dicho que se estaba precipitando y que con prisas no se llegaba a ninguna parte. Mi padre trato de convencerle para posponer el enlace por lo menos dos o tres meses argumentando que las bodas eran para el verano y el buen tiempo, pero Fermin habia insistido en mantener la fecha alegando que el, especimen curtido en el recio clima seco de las colinas extremenas, transpiraba profusamente llegado el estio de la costa mediterranea, a su juicio semitropical, y no veia de recibo celebrar sus nupcias con lamparones del tamano de torrijas en el sobaco. Yo empezaba a pensar que algo extrano tenia que estar sucediendo para que Fermin Romero de Torres, estandarte vivo de la resistencia civil contra la Santa Madre Iglesia, la banca y las buenas costumbres en aquella Espana de misa y NO-DO de los anos cincuenta, manifestase semejante urgencia en pasar por la vicaria. En su celo prematrimonial, habia llegado al extremo de hacer amistad con el nuevo parroco de la iglesia de Santa Ana, don Jacobo, un sacerdote burgales de ideario relajado y maneras de boxeador retirado al que habia contagiado su desmedida aficion por el domino. Fermin se batia con el en timbas historicas en el bar Almirall los domingos despues de misa, y el sacerdote reia de buena gana cuando mi amigo le preguntaba, entre copa y copa de aromas de Montserrat, si sabia a ciencia cierta si las monjas tenian muslos y si de tenerlos eran tan mollares y mordisqueables como venia el sospechando desde la adolescencia. --Va a conseguir usted que lo excomulguen --le reprendia mi padre--. Las monjas ni se miran ni se tocan. --Pero si el mosen es casi mas golfo que yo --protestaba Fermin--. Si no fuese por el uniforme... Andaba y o recordando aquella discusion y tarareando al son de la trompeta del maestro Armstrong cuando oi que la campanilla que habia sobre la puerta de la libreria emitia su tibio tintineo y levante la vista esperando encontrar a mi padre, que regresaba y a de su mision secreta, o a Fermin listo para incorporarse al turno de tarde. --Buenos dias --llego una voz, grave y quebrada, desde el umbral de la puerta. 3 Al contraluz de la calle, su silueta semejaba un tronco azotado por el viento. El visitante vestia un traje oscuro de corte anticuado y dibujaba una figura torva apoy ada en un baston. Dio un paso al frente, cojeando visiblemente. La claridad de la lamparilla que reposaba sobre el mostrador desvelo un rostro agrietado por el tiempo. El visitante me observo unos instantes, calibrandome sin prisa. Su mirada tenia algo de ave rapaz, paciente y calculadora. --?Es usted el senor Sempere? --Yo soy Daniel. El senor Sempere es mi padre, pero no esta en estos momentos. ?Puedo ayudarle en algo? El visitante ignoro mi pregunta y empezo a deambular por la libreria examinandolo todo palmo a palmo con un interes ray ano en la codicia. La cojera que le afligia hacia pensar que las lesiones que se ocultaban bajo aquellas ropas eran palabras may ores. --Recuerdos de la guerra --dijo el extrano, como si me hubiese leido el pensamiento. Lo segui con la mirada en la inspeccion de la libreria, sospechando donde iba a soltar anclas. Tal y como habia supuesto, el extrano se detuvo frente a la vitrina de ebano y cristal, reliquia fundacional de la libreria en su primera encarnacion alla por el ano 1888, cuando el tatarabuelo Sempere, entonces un joven que acababa de regresar de sus aventuras como indiano por tierras del Caribe, habia tomado prestado dinero para adquirir una antigua tienda de guantes y transformarla en una libreria. Aquella vitrina, plaza de honor de la tienda, era donde tradicionalmente guardabamos los ejemplares mas valiosos. El visitante se aproximo lo suficiente a ella como para que su aliento se dibujase en el cristal. Extrajo unos lentes que se llevo a los ojos y procedio a estudiar el contenido de la vitrina. Su ademan me recordo a una comadreja escudrinando los huevos recien puestos en un gallinero. --Bonita pieza --murmuro--. Debe de valer lo suy o. --Es una antiguedad familiar. May ormente tiene un valor sentimental -- repuse, incomodado por las apreciaciones y valoraciones de aquel peculiar cliente que parecia tasar con la mirada hasta el aire que respirabamos. Al rato guardo los lentes y hablo con un tono pausado. --Tengo entendido que trabaja con ustedes un caballero de reconocido ingenio. Como no respondi inmediatamente, se volvio y me dedico una de esas miradas que envejecen a quien las recibe. --Como ve, estoy solo. Quiza si el caballero me dice que titulo desea, con muchisimo gusto se lo buscare. El extrano esgrimio una sonrisa que parecia cualquier cosa menos amigable y asintio. --Veo que tienen ustedes un ejemplar de El conde de Montecristo en esa vitrina. No era el primer cliente que reparaba en aquella pieza. Le endose el discurso oficial que teniamos para tales ocasiones. --El caballero tiene muy buen ojo. Se trata de una edicion magnifica, numerada y con laminas de ilustraciones de Arthur Rackham, proveniente de la biblioteca personal de un gran coleccionista de Madrid. Es una pieza unica y catalogada. El visitante escucho con desinteres, centrando su atencion en la consistencia de los paneles de ebano de la estanteria y mostrando claramente que mis palabras le aburrian. --A mi todos los libros me parecen iguales, pero me gusta el azul de esa portada --replico con tono despreciativo--. Me lo quedare. En otras circunstancias hubiese dado un salto de alegria al poder colocar el que probablemente era el ejemplar mas caro que habia en toda la libreria, pero habia algo en la idea de que aquella edicion fuese a parar a manos de aquel personaje que me revolvia el estomago. Algo me decia que si aquel tomo abandonaba la libreria, nunca nadie iba a leer ni el primer parrafo. --Es una edicion muy costosa. Si el caballero lo desea le puedo mostrar otras ediciones de la misma obra en perfecto estado y a precios mas asequibles. Las gentes con el alma pequena siempre tratan de empequenecer a los demas y el extrano, que intui que hubiera podido ocultar la suya en la punta de un alfiler, me dedico su mas esforzada mirada de desden. --Y que tambien tienen la portada azul --anadi. Ignoro la impertinencia de mi ironia. --No, gracias. El que quiero es ese. El precio no me importa. Asenti a reganadientes y me dirigi hacia la vitrina. Extraje la llave y abri la puerta acristalada. Podia sentir los ojos del extrano clavados en mi espalda. --Todo lo bueno siempre esta bajo llave --comento por lo bajo. Tome el libro y suspire. --?Es coleccionista el caballero? --Podria decirse que si. Aunque no de libros. Me volvi con el ejemplar en la mano. --?Y que colecciona el senor? De nuevo, el extrano ignoro mi pregunta y extendio el brazo para que le entregase el libro. Tuve que resistir el impulso de regresar el libro a la vitrina y echar la llave. Mi padre no me habria perdonado que hubiese dejado pasar una venta asi con los tiempos que corrian. --El precio es de treinta y cinco pesetas --anuncie antes de tenderle el libro con la esperanza de que la cifra le hiciera cambiar de opinion. Asintio sin pestanear y extrajo un billete de cien pesetas del bolsillo de aquel traje que no debia de valer ni un duro. Me pregunte si no seria un billete falso. --Me temo que no tengo cambio para un billete tan grande, caballero. Le hubiese invitado a esperar un momento mientras corria al banco mas proximo a buscar cambio y, tambien, a asegurarme de que el billete era autentico, pero no queria dejarlo solo en la libreria. --No se preocupe. Es genuino. ?Sabe como puede asegurarse? El extrano alzo el billete al trasluz. --Observe la marca de agua. Y estas lineas. La textura... --?El caballero es un experto en falsificaciones? --Todo es falso en este mundo, joven. Todo menos el dinero. Me puso el billete en la mano y me cerro el puno sobre el, palmeandome los nudillos. --El cambio se lo dejo a cuenta para mi proxima visita --dijo. --Es mucho dinero, senor. Sesenta y cinco pesetas... --Calderilla. --En todo caso le hare un recibo. --Me fio de usted. El extrano examino el libro con un aire indiferente. --Se trata de un obsequio. Le voy a pedir que hagan ustedes la entrega en persona. Dude un instante. --En principio nosotros no hacemos envios, pero en este caso con mucho gusto realizaremos personalmente la entrega sin cargo alguno. ?Puedo preguntarle si es en la misma ciudad de Barcelona o...? --Es aqui mismo --dijo. La frialdad de su mirada parecia delatar anos de rabia y rencor. --?Desea el caballero incluir alguna dedicatoria o alguna nota personal antes de que lo envuelva? El visitante abrio el libro por la pagina del titulo con dificultad. Adverti entonces que su mano izquierda era postiza, una pieza de porcelana pintada. Extrajo una pluma estilografica y anoto unas palabras. Me devolvio el libro y se dio media vuelta. Lo observe mientras cojeaba hacia la puerta. --?Seria tan amable de indicarme el nombre y la direccion donde desea que hagamos la entrega? --pregunte. --Esta todo ahi --dijo, sin volver la vista atras. Abri el libro y busque la pagina con la inscripcion que el extrano habia dejado de su puno y letra: Oi entonces la campanilla de la entrada y, cuando mire, el extrano se habia marchado. Me apresure hasta la puerta y me asome a la calle. El visitante se alejaba cojeando, confundiendose entre las siluetas que atravesaban el velo de bruma azul que barria la calle Santa Ana. Iba a llamarlo, pero me mordi la lengua. Lo mas facil hubiera sido dejarlo marchar sin mas, pero el instinto y mi tradicional falta de prudencia y de sentido practico pudieron conmigo.

  • El regreso de Lady Malory de Kate L. Morgan

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    Mi nombre es Rowan Malory, y soy el cuarto conde de Shildon. Fui un hombre enamorado, fui un hombre abandonado, ahora soy un hombre despechado que busca venganza. Puede que la vida me vaya en ello, pero juro que no descansare hasta hacer de su vida un completo infierno.

  • El artefacto de German Sierra

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    Esto no es la vida real. Esto no es ficcion. Esto no es una novela. Esto no es una salida. Aunque quizas si una huida. Un fuego ligero de bombas barbaras abstractas ilumina el futuro. Es igual que construir un arca. Antes del diluvio, cuentan, los humanos se apareaban con dioses, angeles, cocodrilos... Luego evolucionamos para convertirnos en parasitos que sorben mentes, que flotan en ojos inyectados de sol de dioses amnesicos, empujandolos a devorar estrellas gigantes, a crear y destruir, secuencialmente, universos. Esto no es un sueno. Esto no es una pipa. Esto no es una cancion de amor. El dia despues de que me telefoneara mi ex alumno, un pajaro azul madrugador choco contra la ventana de mi sala de estar y se rompio el cuello y dejo la huella de un beso fantasma gris con restos rojo-sangre de labios destruidos por el bisturi de un cirujano loco e hizo un ruido como si alguien golpeara un gong chino con una bola de masa de pizza. Yo estaba bebiendo cafe y zumo de naranja mientras leia en mi iPhone los correos electronicos que habia recibido durante la noche / leia las noticias de Google en la pantalla del ordenador / me fumaba un Marlboro / celebraba que se habia terminado por fin el semestre y no tenia que coger el puto autobus del campus a las 7:30 y grunirle los buenos dias a la muchedumbre tentacular, compuesta mayormente de estudiantes hipnotizados por el feerico resplandor lechoso de sus telefonos y fundiendose entre ellos igual que una colonia de murcielagos se combinan para formar a Dracula / con la luz polvorienta del sol lijandoles las caras / con los edificios de ladrillo de inspiracion italiana de la colina a punto de derretirse y derramarse sobre la entrepierna verde de algun titan subterraneo en proceso de despertarse. Mi casa -esta casa nacida vieja que compre hace un par de anos, cuando decidi abandonar mi diminuto apartamento del centro y trasladarme a una zona residencial zombificada mas proxima al campus- estaba exactamente igual que la noche anterior; no habia rastros de otros seres humanos, residuos de ideas absurdas abandonados al letargo profundo y a los subsiguientes suenos todavia suspendidos del techo, entre otros frutos oscuros putrefactos de la noche arrastrados por la brisa como polvo resplandeciente que cae sobre las finas briznas de la hierba. Las mananas, cuando no tienes que estar temprano en el trabajo, son la mejor hora del dia para estar solo, sin lavar y aturdido. No hice ningun caso del pajaro: me sentia tranquilo, las calles eran un monumento silencioso a la perpendicularidad, mis libros estaban bien ordenados en los estantes, un millon de hojas verde-espejo hacian trizas la luz del sol ametrallada, no tenia que ir a trabajar temprano... Los bichos carroneros y las hormigas esclavas se encargarian del cadaver, dejando un ominoso amuleto de huesos mondos entrecruzados y plumas delante de mi puerta. Me limite a tomar nota mentalmente de que habia que duchar la ventana: los pajaros son considerablemente mas sucios de lo que parecen. El tiempo venia de todas partes, pandemoniacamente, comiendose las lineas electricas, corrompiendo la luz misma, la gravedad misma, la mente misma. El tiempo llegaba con una rapidez violenta -como Mori abofeteandome, haciendose trizas encima a punto de correrse-, con aspereza y sucio de polvo de miedo, residuos organicos, cascotes volcanicos y ojos relucientes, inflados naufragados. Nunca has oido hablar de nosotros. No sabes nada de mi. Nada menos. Sin embargo, es perfectamente verosimil, e incluso muy probable, que te podamos contar entre los miles y quizas millones de personas que han presenciado el resultado indirecto de nuestra actividad. Nuestro trabajo esta ahi fuera, temblando de forma imperceptible, con un ligero zumbido, en las sombras, esperando a que enciendas las luces de tu maquina. Tu, maquina, eres. En otra epoca, las maquinas se imaginaban un futuro en el que se fundirian encantadas con los hombres; ahora los humanos perseguimos un destino mecanico que sentimos electrico y nos imaginamos bajo control. Sintesis de estrellas. Nunca, hasta ahora. Entretanto. Aunque. Quizas, suponemos, has vislumbrado nuestro trabajo pero nunca le has prestado la bastante atencion (tan ingrato es, y tan sometido -el reconocimiento del talento que ponemos en juego- a los caprichos del azar) como para emitir tu voto o por lo menos ponerle un corazon a alguna de las encuestas que, con periodicidad rigurosa y disimulo creciente, llevan a cabo ciertas franquicias multinacionales especializadas en evaluar companias como la nuestra. Startups. Companias recien llegadas. Caidas del cielo. En lo mas alto al principio, en plena caida ahora. Absurdo, lo se. Ritmos vanidosos. Al final de la jornada, solo un individuo de cada mil -o de cada diez mil, es imposible calcularlo con precision- se ve realmente afectado por las conclusiones de nuestras cogitaciones... ...y entre estos, solo unos pocos reaccionaran tal como nuestros clientes esperan y confian a fin de considerar bien gastado el dinero que nos pagan para poder volver a sus casas convencidos de haber hecho un buen trabajo. Todo es cuestion de porcentajes, de sutiles fluctuaciones de un indice, atribuibles -en este maldito negocio no hay nada estrictamente demostrable- a nuestra intervencion, dado que el publico sobre el que podriamos ejercer cierta influencia todavia es demasiado escaso como para esperar que tengamos un impacto enorme. A veces creo que somos una especie de manifestacion del otro mundo, espiritus sin cuerpo hablando con cuerpos sin espiritu. Entretanto, la luz. O la materia oscura. Esa cosa esponjosa que fluye y suena que repta por el abismo afotico. La parte potable de la piel interior, entranas iridiscentes llenas de pliegues y cubiertas de liquen lipido, palidas o sanguineas, lugar-medusa. Por fuera todo es calculo: grandes datos. Despues de asustar a la muerte, es posible penetrar en los moluscos comestibles de la piel. Hay varias formas de hacerlo, pero muy pocas son indoloras e inocuas. Poros y orificios. Hay festines bacterianos identicos a lenguas rigidas y salinas. Si no has leido las instrucciones con detalle, vuelve a las paginas anteriores: en caso contrario no podras ensamblar la figura. Observa este texto a traves del microscopio adjunto. Por lo menos el instrumento optico tiene la ventaja de simular una semejanza. Ves paisajes, mapas que muestran que no hay interior, sombras oscuras de mobiliario, de carne mal iluminada. El dolor es mecanico, o bien una traduccion de la mecanica al idioma borboteante de la sarna. A traves de la espuma de vidrio -puede ir despacio, con delicadeza y cuidado- la agonia es como acercarse a un horizonte o comprar lividez en un supermercado. Vacunarse puede ser aconsejable. (Estariamos encantados de proporcionarle el numero exacto de ordenadores y dispositivos moviles en los que se ha visualizado nuestro neuro-anuncio, asi como informacion estadistica adicional y metadatos sobre ubicaciones de GPS, sistemas operativos, navegadores, derivaciones, busquedas previas, etc. Una pequena porcion de los grandes datos. Pero resulta imposible establecer con precision cuanta gente ha prestado atencion -?y que es eso, a fin de cuentas?, ?la asignacion de recursos de procesamiento de la que habla John Anderson?- al anuncio, y durante cuanto tiempo les siguio resonando en la memoria... Una simple porcion de informacion irrelevante y vertiginosa que salta de la retina al talamo y al cortex visual primario y al hipocampo y al cortex inferotemporal, y desaparece -?se desmadra?- sin dejar rastro... O algo mas permanente, un engrama, un recuerdo en una unidad de memoria capaz de reclutar actividad de otras redes, agregando informacion dentro de un contexto determinado y...) En realidad este texto no lo estoy escribiendo yo, quizas lo esta escribiendo mi amigo y ex socio profesional Gaspard Pont. Ni siquiera se si Gaspard Pont todavia esta vivo y escribiendo en secreto en vez de, por ejemplo, fumando cristal y follandose a chavales. Me limito a fingir que esta sentado en algun lugar, delante de la pantalla de un ordenador, asumiendo que cada vez que supuestamente escribe "yo" en realidad esta haciendo un mapa de bits de mi yo. Y alla voy, mi mente escapa del lenguaje de programacion en el que supuestamente ha de estar enjaulada, cavando un hoyo nuevo en el vacio, flotando en el aire con la suave ingravidez de los anuncios. Gaspard Pont estaria escribiendo en un idioma extranjero tanto para el como para mi, pero que usamos para comunicarnos entre nosotros. Mi idioma es Muerte, el creador de mundos. Escribir en un idioma extranjero es como estar enamorado de alguien desconocido por Internet: una exploracion continua de huellas radiantes y probablemente falsas de su conducta. El diria idioma extranjero y no segundo idioma porque no es un idioma que hable con regularidad, solo una jerigonza literaria dotada de una estructura-historia celular-molecular muy particular en la sopa de sodio que le llena la cabeza. Pero, a quien le importa. Ahora escribir es una accion distribuida que involucra a gente viva y muerta y a un monton de maquinas no vivas, cosas que simplemente avanzan automaticamente en espiral, palabras que aparecen en una pantalla o en una piel o en cualquier superficie inscribible para disponerse como bandadas de pajaros o insectos que se organizan espontaneamente en forma de frases y parrafos y que se yo en cualquier idioma o idiomas, letras romanas mezcladas con ideogramas, iconos, jeroglificos, manchones abstractos, infectandose entre si, moldeandose entre si como organismos en recombinacion perpetua. No estoy escribiendo. Estoy acostado en una habitacion que no es la habitacion donde estas tu ahora; y ciertamente tampoco es la habitacion de Alvin Lucier. Estoy incomodamente acostado en el suelo de esta habitacion, boca arriba, callado, atado y con los ojos vendados. La habitacion no esta vacia, pero como diria Estragon: no le falta vacio. La de Lucier era una sala de rumores; quizas estuviera intentando sugerir que toda sala esta encantada y que hasta la ultima voz es una voz fantasmal. En su ensalmo, Lucier estaba grabando el sonido de su voz y reproduciendolo de nuevo en la sala, una y otra vez, hasta que las frecuencias resonantes de la habitacion se reforzaban a si mismas y eso destruia toda semejanza con su habla, salvo quizas el ritmo. Lo que oyes cuando escuchas sus grabaciones son por tanto las frecuencias resonantes naturales de la sala articuladas por el habla. El consideraba esta actividad no tanto la demostracion de un hecho fisico, sino mas bien una forma de pulir cualquier irregularidad que pudiera tener su habla. Quizas Lucier tambien estuviera intentando mostrar que todo craneo es una sala -una camara grotesca de hidroxilapatito provista de arcos, bovedas y ventanas- susceptible a las presencias fantasmales. (Esto tiene cierta importancia aqui, porque es posible que yo sea una de las pocas personas que han sido testigos de un craneo encantado).

  • Retorno a Cumbres Borrascosas de Ana Moon

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    Una novela de las de toda la vida, escrita en un estilo clasico y atemporal, con nuevos personajes, que revisita y revive la historia original.
    Un joven enamorado y despechado huye en mitad de la noche, lejos de su amada, tras ser despreciado por ella. Todo cambiara a partir de entonces, excepto su pasion, que solo puede crecer en una espiral interminable, como la tormenta que acompana al corazon del pobre amante.
    Cumbres borrascosas es una obra unica del genero romantico, ademas de un clasico inmortal de estilo inconfundible e inclasificable. Si no la has leido, no es imprescindible para leer mi libro, aunque si recomendable. En esta continuacion trato de cubrir los espacios en blanco que dejo la autora en la historia, por ejemplo, ?que ocurrio con Heathcliff en los anos que estuvo huido de la casa tras saber que su amada se iba a casar con otro? ?Por que Heathcliff tiene esa personalidad? Aparte de rellenar las "paginas en blanco" de la novela original, en las que echaba de menos la version de primera mano por parte de los protagonistas, he dado una continuacion y otro final a la misma, porque creo que entre el amor salvaje y tormentoso de la primera parte y el amor resignado del final del libro, cabe otra opcion sin explorar, otro camino que devuelve la pasion vibrante a un escenario que ha provocado tanto fascinacion como escandalo entre los lectores de todos los tiempos.

  • Sombras sobre el Nilo, Kate Furnivall de Kate Furnivall

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    La vida de Jessie Kenton ?una nina londinense de siete anos, nacida en una familia de clase media alta? gira alrededor de su hermano pequeno Georgie, que padece un grave trastorno emocional. Una noche, sin darle mas explicaciones, sus padres se llevan a Georgie y lo sustituyen por Timothy, un huerfano al que acaban de adoptar. Tras el dolor inicial de la separacion, Jessie se ira encarinando con Timothy, pero nunca olvidara a Georgie.

  • Ni me toques de Christian Martins

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    Esta divertida comedia romantica narra la historia de Angela, una chica que termina metida en una rocambolesca situacion por culpa de un chico que acaba de conocer. Gracias a un lio de una noche terminara perdida en un pais desconocido, sin sus amigas y detenida por la policia.
    Ella le odia a el. El no parece capaz de tomarse la situacion en serio. Pero hay una norma muy clara: no me hables, ni me mires, ni me toques.
    ?Conseguiran regresar a Madrid sanos y salvos?

  • Somos casualidades (Trilogia Mi tarea pendiente 2), Marta Lobo de Marta Lobo

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  • Un debut en la vida de Anita Brookner

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  • Una navidad para Lola de Hugo Sanz

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    La vida de Marc parecia completa gracias al carino de su pequeno hijo, el apoyo de sus padres, un trabajo que le entusiasmaba y buenos amigos con los que pasar el tiempo libre. Unicamente el amor parecia darle esquinazo...
    Sin embargo, aquella Navidad el destino le tenia preparado el mejor de los regalos: conocer a Lola, una chica muy especial que desde el principio despunto como candidata ideal para ocupar su corazon.
    Lo suyo se fue forjando poco a poco, disfrutando ambos jovenes con intensidad de cada uno de los momentos que podian compartir, tanto a solas, como en compania de sus respectivos complices, Alex y Carmen, presos a la vez de una fascinante atraccion.
    El mimo de Lola hacia Nico, el hijo de Marc, fue el detonante para que el entendiera que ella representaba una oportunidad que no podia dejar escapar...
    ?Era oro todo lo que relucia? ?Por fin triunfaria el amor, desinteresado y sin reservas? ?Representaba aquello el principio de una romantica relacion alumbrada por las brillantes luces propias de las fechas mas entranables del ano?
    Una historia preciosa con sabor navideno...

  • Lo que nos Pasa por Dentro de Eduardo Punset

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    Saber como somos es la llave maestra para entender lo que nos pasa por dentro y aprender a manejarnos por fuera. Lo que nos pasa por dentro descifra la rosa de los vientos emocional del ser humano, a la luz de lo que dice la ciencia y lo que confirman la experiencia y el testimonio de decenas de casos reales. La huella imborrable de la infancia, la turbulenta adolescencia, los problemas del aprendizaje, el amor y sus laberintos, el exito social, la medicina personalizada, el miedo a la muerte... Nueve retos de la vida de cualquier persona, ilustrados con casos tratados por el equipo de profesionales de apoyo psicologico online y acompanados de las siempre lucidas reflexiones del autor.

  • Andrea, mi otra yo de Mauro Pavon Martinez

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    El calor se sentia espantoso, era ese verano en los cuales aun hay mucha luz de dia, este ano (2011) particularmente es muy caluroso, la temperatura no baja y el reloj ya marca las 6 de la tarde, viernes y siendo recien llegada a esta ciudad, a la que le llaman "Angelopolis" me daba risa ese nombre, lo unico que se me ocurria era ponerme a checar el Face; la ciudad parecia un volcan donde sus habitantes sabiendo que era viernes, salian del trabajo o de las universidades y atiborraban los bares y restaurantes en busca de diversion y de "relax" , tomarse una cerveza bien fria, un vodka con hielos, seria una estupenda idea, pero para alguien que no es tan social como yo, era algo que sonaba dificil. Tenia poco de haber llegado a esta ciudad y el trabajo en el que me encontraba no me permitia socializar con personas de mi edad, eran ya 2 meses desde que llegue y casi no habia salido, tuve novio hace cerca de 5 meses, el haber terminado habia dado un giro a mi vida, pero faltaba esa chispa que le da una persona especial a tus dias, no soy muy sexual, pero si, ya hacia falta, sentir el calor de alguien, el roce, la caricia, el murmullo de palabras que nos hechicen y nos llenen de magia, estaba sumida en mis pensamientos cuando escuche la voz de mi madre !Andrea! Te hablan por telefono... -Pense- ?quien puede ser?, mientras corri a contestar, tarde, ya habian colgado, le pregunte a mi madre y me dijo que no le dieron nombre, las amistades en estos momentos eran sumamente entranables; con el cabello recogido, mi short, mi playera y mi lap top sali a la terraza de la casa a buscar algo en la red, puse musica, y comence a revisar mi Facebook, habia un amigo en especial, Marc, Marcos Ledezma, lo habia conocido aqui en la red y era en verdad un buen prospecto, como amigo y como algo mas, en platicas anteriores habiamos tomado temas clasicos como, de donde eres, que haces, como eres, que te gusta, hasta llegar a ese tema un tanto tabu de la sexualidad, creo que ambos teniamos esa inquietud de saber mas el uno del otro sobre ese tema, pero habia quedado inconcluso dos dias antes. Cuando ingrese mi contrasena pense "ojala lo encuentre" de pronto mis deseos fueron hechos realidad, cuando al abrir la pagina ya habia mensajes de el, saludando y diciendo: -?Por que no me contestas? te marque a tu casa- -?Sigue descompuesto tu celular?- De inmediato vi que estaba en linea y lo salude, comenzo diciendo que habia estado pensando en mi, que lo que habiamos estado platicando lo dejo impaciente por conectarse de nuevo, por lo que le dije: -Eres un cachondo jajaja- -Claro que no, pero no consigues platicar ese tema con todas- -Perdon, o sea que ?soy una loca?- -Jajajaja claro que no, me gusta platicar contigo, pero mas de ese tema, por ser "prohibido" tal vezSentia la curiosidad de saber como era fisicamente, solo lo habia visto por foto y la descripcion clasica de cada quien, pero algo me llamaba mucho la atencion y comence a "echarle lena al fuego" -Oye Marc, por que no nos vemos y mejor platicamos eso en personaNo sabia que estaba haciendo, ?me habia vuelto loca? Por que estaba citando a un tipo que no conozco y que realmente no se si es real, digo la edad, la descripcion etc. Estaba meditando todo eso cuando el contesto: -No funciona mi coche, tardaria mucho en llegar hasta donde vives, dices que es al sur de la ciudad y yo vivo al oriente, aunque aqui las distancias son mas cortas que de donde vienes temo que tardaria mucho en llegar en el transporte, en verdad me dan muchas ganas de verte, creo que con lo que me has dicho de ti, me imagino a una mujer muy hermosa, con tu cabello rizado cayendo sobre tus hombros, tus ojos grandes, con esas cejas bien delineadas, las pestanas, en fin, creo que es mejor que no hayas puesto fotos en tu face, en mi mente eres alta, ni muy delgada, ni tampoco gorda, estas en tu peso ideal, sin esa figura de modelo que ahora suelen copiar las mujeres, me atraes mucho, sobre todo por lo que hemos platicado, dejando aparte el tema sexual, aclaro- -Es curioso pienso lo mismo, me caes muy bien, me inspiras confianza, no suelo ser asi, creeme, soy muy timida, pero en este caso, me voy a atrever a irte a buscar, dime donde y voy a verte, yo tengo coche- (mi viejo coche estaba mas que puesto de seguro a llevarme a donde fuera) Se hizo una pausa que a mi me parecio eterna, de repente vi su respuesta. -Mira a dos cuadras de mi casa hay un Italian Coffe, ya sabes de esos que hay en todas partes, esta en un centro comercial llamado Plaza del Sol, tu dime en que tiempo llegas y te veo ahi- -Esta bien dame 30 minutos creo saber donde es, espero no perderme- -?Como vienes vestida? para reconocerte- -Ya pasame una foto no seas asi- -No, me agrada esto de tenerte con la intrigaSonrei -Voy con...- <<Aqui me quede paralizada, no sabia que escribir, que llevar>> -Mira, voy de mezclilla y una blusa sencilla- -Pero, dime color por lo menos, hay un mundo de gente vestida igual- -Jajaja ok, mejor de vestido, de esos largos, floreado con blanco, sin mangas, me suelto el cabello, me pongo algo en la cabeza, una diadema blanca- -Ok yo voy con un pantalon azul, de esos con pinzas informal, playera amarilla con rayas azulesActo seguido me meti a la regadera como una bala, mi madre me vio y me pregunto -ahora ?que te pasa?- sin contestar solo corria de un lado a otro. Yo no sabia, si solamente era un cafe, si se tornaria mas "candente" esa cita, por lo que me bane, me puse un perfume floral, discreto pero de esos que no se olvidan, me maquille, solte mi cabello poniendole solo mousse, el vestido "primaveral" que llevaba era perfecto algo cenido a mi torso, con poco escote, pero dejando ver algo de mi busto, era largo y fresco, pense en llevar tacones, unos no muy altos, por lo que las sandalias de tacon fueron las idoneas, la ropa interior tambien fue escogida con cuidado, lista, !hora de conocer a Marc! Avise a mi madre que iria a tomar un cafe, sali corriendo, arranque el coche y me subi al periferico, esperen, yo no se andar en esta ciudad, ok no debe ser muy dificil, me dije y segui adelante, despues de cerca de 20 minutos dando vueltas sono mi celular, ahi me di cuenta de que ya no tenia bateria, era el, me dijo: -Donde andas- -Eso quisiera saber- -?Estas lejos?- -Realmente no lo se, estoy perdida, en serio- -Dime que ves por ahi- -Mmm a lo lejos veo una salida hacia la autopista- -No, no la tomes, regresa, ya te pasaste, es mas estas....mira detente en la proxima gasolinera- -Ok y luego ?que vas a hacer?- -Voy por ti en un taxi – -Dame 10 minutos- -Ok te espero, vengo en un Tsuru blancoPasaron 10 minutos y nada, media hora, le marque y no contesto, el celular se apago, ya no habia pila, esto es el colmo, que hago esperando a un desconocido que quizas ni venga -pense- por lo que arranque y me retire, tome el retorno y avance uno o dos kilometros cuando de repente.... el ruido de algo en el motor, luego comenzo a bajar la intensidad de las luces, hasta que el coche se apago por completo, ya era de noche, estaba obscuro, yo ahi sola con un coche descompuesto en medio de un periferico solitario, con un celular descargado !Perfecto! No pasaron ni 5 minutos cuando de un auto negro se bajo y camino hacia a mi un tipo alto, cabello castano claro, delgado, ojos grandes y mirada intensa, saludo y dijo: -Tienes un problema ?eh?- Estaba paralizada de miedo, a la vez me sentia aliviada de ver a alguien que pudiera ayudar en esa situacion tan estupida. -Gracias, si, al parecer el coche se quedo sin bateriaUna luz alumbro su rostro y pude reconocer a Marc, visiblemente emocionada grite !Marc! -Tu debes ser Andrea, quiero disculparme por tardar tanto pero no consegui taxi y le pedi a un amigo su coche, en fin, al ver que no estabas segui el camino y vi en la oscuridad el coche en el acotamiento, no crei que fueras tu, pero me alegro de haberme detenidoEn ese momento me senti tan protegida y tan segura, solo alcance a abrazarlo y decir: -Gracias a Dios- -Hola- -Hola, ves lo que paso- dijo mirandome fijamente a los ojos Nos quedamos asi, abrazados mirandonos a los ojos, baje la mirada y vi esa boca que invitaba a ser besada, de pronto senti la fuerza de sus brazos que me rodeaban, una extrana cosquilla bajaba de mi espalda hasta mi entrepierna, el se quedo mirandome me acerco a su cara con la mano en mi barbilla y acto seguido mis labios estaban recibiendo el beso mas intenso y apasionado que hubiera tenido jamas, sus avidas manos recorrian mi espalda, bajando justo hasta donde inician mis nalgas, regresando a acariciar mi espalda hasta llegar a la base del cuello, entrelazaba mi cabello, dejando esa corriente electrica en mi piel que me cubria toda, seguia besando intensamente mientras me embriagaba en el aroma varonil de su locion, baje timidamente las manos hasta su trasero, toque y senti esas nalgas duras y el respondio pegando su cuerpo al mio, ahi fue donde senti ese miembro duro, se agolpaba contra mi pubis, como pidiendo salir, en ese momento no era yo, estaba totalmente transformada, la noche increiblemente calurosa, el calor de el, su cuerpo, el mio, mis ganas, todo se habia conjugado para volverme una loca que solo deseaba ser amada, poseida, sometida a lo que el quisiera; mis pezones se habian endurecido, seguiamos abrazados y sentia como su boca besaba mi cuello bajando hacia mi pecho, su mano bajaba el tirante de mi vestido, mientras la otra sobaba freneticamente mis nalgas tratando de subir el vestido, mi mano como si tuviera vida propia, llego hasta ese miembro que pedia ser tocado y liberado del pantalon, yo lo sobaba, dandome cuenta del tamano, no era enorme pero se sentia bastante grueso, a no ser por la tela del pantalon, fuera lo que fuera, prometia estar no solo bien, si no, delicioso. Ya tenia los dos tirantes del vestido abajo, mis grandes pechos estaban fuera, siendo besados y acariciados de una manera exquisita por esa boca experta, tomaba el pezon y lo lamia de una forma desquiciante, las caricias, que me daba en toda mi espalda, cuello, eran de lo mas delicioso que se pueda uno imaginar, recargados contra el coche, cobijados por la obscuridad y la soledad de la noche, la pasion nos tenia totalmente locos, yo seguia tocando y tratando de liberar a ese pene, mientras el solo balbuceaba algo mientras no dejaba de gozar mis pechos, cualquiera que llegaba a esa parte de mi cuerpo podia hacer lo que quisiera de mi, pero mas aun cuando sabian como besarlos, al fin el cierre bajo, el cinturon y el boton del pantalon cedieron, ahora era bajar su boxer y tendria en mis manos a ese miembro que ya pedia a gritos que yo lo tomara con mi mano y lo llevara hacia mi boca, el dejando mis pechos, se dejo caer un poco hacia atras, yo me hinque en el pasto, observe asi con la poca luz que habia y vi como ese miembro delicioso se movia de un lado a otro invitandome a tomarlo con mis labios, cuando al fin lo meti a mi boca, escuche ese ligero !ahhh! que suelen hacer los hombres cuando estan totalmente perdidos en el placer, chupaba y lamia a lo largo de ese delicioso miembro que vibraba con el roce de mi lengua, mientras una de mis manos habilmente ya estaba jugando con mi clitoris, sintiendo como estaba totalmente mojada por la excitacion y la adrenalina de poder ser vistos o descubiertos, aunque para ser realistas era muy dificil ya que era una oscuridad total ademas de lo solitario que estaba ese rumbo, el empujaba fuerte el miembro dentro de mi boca, mientras acariciaba mi cabello y me decia en voz baja.

  • El diamante negro de Andrea Kane

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    Aurora Huntley cree haber encontrado la forma de evitar el matrimonio forzoso al que la quiere condenar su hermano Slade, conde de Huntley. En una taberna, un extrano accede a montar una escena que arruine su reputacion. Pero todo se escapa de control cuando ella descubre que el extrano es Julian Bencroft, duque de Morland, miembro de una familia en eterna disputa con los Huntley.