• Dejame morir de Alberto Meneses

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    DEJAME MORIR. UN NUEVO CASO DE ROBERTO FUENTES.Despues del exito de <>, llega un nuevo caso de Roberto Fuentes.Tras finalizar su ultimo caso en la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Roberto Fuentes recibe una llamada desde Asturias; una menor de edad ha desaparecido en Nueva de Llanes y el unico detenido es un amigo de la infancia que solo le contara a el la verdad sobre lo ocurrido.Junto a la sargento Eva Ruano, Roberto se sumergira en un oscuro mundo de rituales sangrientos y poderes en la sombra donde la vida humana parece no tener ningun valor, y que pondra a prueba sus mas fuertes convicciones.?Descubriran quien esta detras de la desaparicion de la joven? ?Es la unica o hubo otras antes que ella? ?Por que Roberto no deja de sonar con la desaparecida?<> es un nuevo thriller policiaco de Alberto Meneses, autor de una docena de libros y con varios miles de ejemplares vendidos.

  • Valiente Cretino Millonario de Blanca Moral

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    Cristobal Castano lo tenia todo. Un conglomerado de empresas que le generaban siete ceros en su cuenta corriente. Una mansion preciosa. La esposa perfecta, a la cual ha deseado desde que iba al instituto. Buenas dosis de sexo en pareja. ?Perdon?

  • Que me detengan de Mariah Evans

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    Vanessa, tras una ruptura sentimental, alquila un piso en la playa de San Juan de Alicante para estar cerca de sus amigos.
    Todo va como la seda hasta que su nuevo vecino entra en accion. Vanessa escuchara, a traves de las finas paredes, sus escarceos amorosos, conversaciones con amigos que deberian ser privadas y actos de su vida cotidiana. Un dia, cansada de aguantar, sufre un arrebato de furia y desesperacion aporreando la pared de su vecino. Lo que ella no espera es que el responda, iniciandose entre ambos una guerra entre paredes.
    Una de las noches en que Vanessa sale de fiesta para olvidar sus penas, esta y sus amigas sufren un atraco y ella queda prendada del policia que la rescata. Miguel es su nombre, un atractivo agente del Cuerpo Nacional de Policia. Lo que Vanessa no sabe es que ya habia mantenido contacto anteriormente con el y que, de hecho, solo un muro los separa.
    !La guerra vecinal jamas fue tan divertida!

  • Una esposa para el jeque de Tara Pammi

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  • Mi primer amor era una bruja de Fernando Cereto Castro

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    Una pareja inicia un idilio de cine que, tras un ano, se rompe. Tras la ruptura el protagonista descubre que no puede volver a amar y que su exnovia, Alicia, ha desparecido.

  • Tres Maestros de Stefan Zweig

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  • Las tres Marias de Karen Maiotto Vega

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    .Tres mujeres.
    Tres vidas que el destino decidio a cruzar.
    Tres mundos tan distintos como complejos donde abunda en cada uno de ellos diferentes motivos de lucha constante.
    Ellas no pueden consigo mismas pero siempre estan para ayudar a la otra.

  • Alguien Como Yo (Mi eleccion 3) de Elisabet Benavent

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    Ultima entrega de <> de @BetaCoqueta, un final de infarto que embriaga y seduce, una experiencia de lectura sugerente y adictiva que cambiara tu manera de ver el amor para siempre.

  • Dime que te quedaras (Terciopelo) de Corinne Michaels

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    POR LA ACLAMADA AUTORA CORINNE MICHAELS, BEST SELLER EN EE. UU., LLEGA UNA NOVELA SOBRE LAS SEGUNDAS OPORTUNIDADES.

  • Hasta el Fin de la Soledad. Pandemia de Angel Palacios

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    En medio de un mundo desolado por una pandemia, Adhara se enfrente a la incognita de saber a donde ha ido su unico companero. Las dudas le inundan al igual que los recuerdos de su vida con el. Y cuando Adhara intenta continuar su vida lo mas normal posible, en medio de una profunda soledad, cuando empieza a escuchar que alguien le persigue.

  • La hora del Fenix de J. Marino

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    Hell, un trono de la Alianza, asalta el mundo rompiendo las normas de Licos, intentando forzar a sus hermanos a la expulsion. Y yo Fenix, una Potestad, intento proteger a la orgullosa Alianza transgrediendo sus propias normas. Una vez mas, Tronos y Potestades se enfrentan, pero esta vez lo hacen cambiadas de sitio: la reina blanca juega en negras y la negra en blancas. Es el desproposito de un mundo loco, tal vez, ha llegado a influir en los Dioses hasta hacerles perder…la partida.

  • Te deje marchar de Helena Pinen

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    Ray London se marcho de Blue Valley porque su padre le dio la espalda de la manera mas
    cruel. Con la excusa de ayudar a los hermanos Montgomery, ella ha regresado al unico lugar donde puede llorar su corazon roto. Alli se reencontrara con viejos amigos, viejos amores… pero tambien con viejos enemigos.

  • Y llenarte el muro de flores de Laura Nuno

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    ?Puede triunfar un amor de Facebook? Segun Nacho, que no tiene ni idea del tema, si. Pero Noelia ha perdido toda su fe en el amor. Despues de una serie de relaciones infructuosas, algunas incluso destructivas, no deberia hacerse muchas ilusiones de exito respecto a su cita con Nacho, un chico al que ha conocido a traves de Facebook. Pero ya es demasiado tarde para echarse atras, y Nacho resulta ser maravilloso. Sin embargo, le va a ser muy dificil ganarse su total confianza y mantenerlo al margen de un pasado que no le permite forjarse un nuevo futuro.
    Noelia tendra que aprender a guiarse por el corazon y aceptar que las casualidades, en realidad, son regalos del destino.

  • Juegos Turbios de Evelyn Romero

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    Me desplazo una vez mas por los mismos pasillos de la famosa infraestructura conocida como Casa De las damas. Un lugar donde el placer se obtiene mediante las fantasias o los fetiches mas extranos y por supuesto que yo tengo muchos. Algunas de las mujeres que trabajan aqui al mirarme pasar con mi traje de marca, se les eriza la piel, y otras bajaron la mirada, seguramente estaban rogando que no las enviaran conmigo. Ellas sabian que mi presencia solo significaba una cosa: La bestia estaba a punto de cazar. Tomo el pomo de la puerta e ingreso a la ya conocida habitacion numero cinco donde numerosamente he estado. Beatriz la duena de este lugar me habia informado que una nueva chica queria estar conmigo. La muy inocente no sabia que ella sera mi proxima presa, sonrio levemente al verla como lo solicite. Perla como me dijo Beatriz que se llamaba, estaba de rodillas sobre la alfombra, vestida de falda a cuadro, tacones de punta y camisa blanca casi transparente sin sosten. Eso comenzo a excitarme, mi polla comenzo a crecer debajo de mi pantalon. Sin perder tiempo me coloco frente a ella bajandome el pantalon. --Comienza a chuparmela--le ordeno con voz autoritaria. Perla comenzo a cubrir mi polla con su boca, comenzo a chuparmela dejandome un leve calor estimulandome de inmediato. La saliva me daba esa humedad que me gustaba sentir. Ella lamia, succionaba y pasaba su lengua como la puta experta que era. Luego se concentro en solo chuparme la cabeza de mi polla, mientras que con su mano frotaba mi polla de arriba hacia abajo, provocando que mi ereccion creciera a un mas. --Esta puta si sabe como chupar una polla bien rico--dije para mi mismo disfrutando de ese placer . Perla comenzo a chuparmelo mas, mas y mas rapido, eso hizo que acabara dentro de su boca, Perla trago todo mis fluidos con lujuria, pero la muy puta paso su lengua por mi polla saboreandolo. Luego de haber tenido un poco de esa relajacion oral, decido comenzar con uno de mis juegos. Me quito la ropa por completo, no queria ensuciar mi ropa fina, Perla al verme quedo anonadada, se mordio el labio con picardia, seguramente ya se estaba imaginandome sobre ella, y no la culpo valia la pena pasar horas ejercitandome para que se deleitaran con verme y sentirme. Estaba seguro que ella deseaba que la follara, pero lo que no se espera es que lo haria una manera que no le iba a gustar. Me desplazo hacia una mesa amplia con varios accesorios y juguetes sexuales. Tomo dos objetos y los coloco al borde de la cama. --Ponte de pie y quitate la blusa --fue mi primera orden. Ella me obedecio quitandose la blusa. Tome el primer objeto: eran unas pinzas. Me acerco mas a ella y se lo coloco en los pezones. Ella al sentir el dolor gimio de placer. --Ahora pon las manos hacia atras--le dije, ella me obedecio de inmediato, seguramente imaginandose otro escenario en su mente. Uno de mis practicas favoritas era el Bondage, asi que comienzo atarla de la cintura para arriba teniendo cuidado de no presionar las pinzas que todavia estaban en lugar, Perla jadeo un poco al sentir que las cuerdas en su cuerpo era demasiado fuerte, provocandole dolor. Luego gimio pero esta vez no era de placer, eso realmente me fascinaba. Segui apretando las cuerdas con mucha mas fuerza, pude ver que su piel se comenzaba abultar por la presion, la soga comenzaba a incrustarse en su piel volviendola violeta, el dolor cada vez era insoportable lo supe por los gritos de dolor que salia de su boca. Con la presion, las pinzas en sus pezones provoco que estos sangraran. Mi polla estaba completamente dura, ver sangre era mi frenesi, pero necesitaba mas que una simples gotas. --!Detente mal nacido!--grito entre lagrimas. Sus palabras solo hicieron que la adrenalina en mi fuera aumentando la presion de la cuerda. Ella sin poder resistir grito arrodillandose del dolor. --!!Te lo ruego !! --exclamo con desesperacion. Rei a lo bajo ante sus suplicas, hice un nudo con las dos puntas de la cuerda para que ella no pudiera zafarse. Me acerque a su oido para decirle algo . --Tomaste la fatal decision de venir sabiendo los rumores sobre la bestia. Y ahora lo conoceras --musite con un tono de voz que la asusto . La tome de los hombros para levantarla del suelo, la lance bruscamente de espaldas sobre la cama, abri inmediatamente sus piernas y la penetre de golpe por el ano. Ella intento moverse, pero yo era mas fuerte. Ella no podia hacer nada ante la agresividad de la bestia, para mi sus gritos y llantos solo provocaba que me excitara mas y mas. La penetre una y otra vez, no me importaba que sus paredes vaginales no se contrajeran, no me importaba que ella estuviera llorando y suplicando que se detuviera, solo me importaba mi propio placer. Mis embestidas fueron tan fuertes que el ano de perla comenzo a sangrar. Al ver su sangre, me excito tanto que pude eyacular satisfactoriamente dentro de ella. Cuando llegue al climax y pude relajar sali de su interior. Perla lloraba sin parar, seguramente se habia arrepentido de haber pedido estar con la bestia. Me acerque a ella y la desate. --Sera mejor que seques tus lagrimas, la diversion apenas comienza--le dije con una mirada que la asusto . Ella al escuchar mis palabras se puso mas blanca que una hoja de papel, salio corriendo de la habitacion completamente desnuda. Acostumbrando a este tipo de huida, comienzo a frotarme yo mismo mi polla, solo basto con revivir en mi mente los gritos y el llanto de Perla para obtener otro orgasmo. Luego de vestirme baje al primer piso hacia la oficina de la senora Beatriz. --Dalton, toma asiento por favor--pronuncio ella desde su asiento--. Ya me entere de la huida que tuvo que dar Perla despues de su encuentro contigo- dijo entre suspiros. Me sente en la silla frente a ella. Me acomode mi traje y suspire con pesadez. --Tus chicas no resisten a mis juegos y no comprendo porque si son sumamente divertidos-- respondi con Sarcasmo. Ella elevo una de sus cejas ante mi comentario. --Quizas se deba porque eres muy rudo y has mandado a mas de una al hospital. Y es por eso que todas te temen--me recordo poniendose de pie para servir unos tragos de licor del mini bar--. ?Sabes? Me llego un rumor sobre una mujer que puede llegar a tu talla, vive en New York y es clienta de tu amigo El senor B-- comento entregandome el trago. Tome el vaso por inercia, me habia quedado pensativo ante el comentario de Beatriz. --No creo que exista mujer que siga mi ritmo-conteste incredulo de que eso fuera posible. Beatriz regreso a su asiento para solo mirarme con atencion. --No pierdes nada en ir y comprobar por ti mismo lo que dicen de ella. Ademas me mencionaste que tenias un viaje a New York la proxima semana ?no es asi?--menciono dejandome con mas intriga. --Sera mejor que me digas que dicen de ella y posiblemente lo piense-musite tomando de una vez el trago.

  • Dracula. El origen de Dacre Stoker

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    Bram Stoker es un nino enfermizo que apenas sale de su casa.
    Una noche, la fiebre que le asalta casi a diario lo lleva a las puertas de la muerte. Su ninera, Ellen Crone, echa a todo el mundo de la habitacion del pequeno y lo salva por medios que nadie conoce. Tras este episodio Bram se recupera, y crece su fascinacion por Ellen. El y su hermana Matilda descubren cosas muy extranas de la ninera y antes de que puedan hablar con ella, esta desaparece de sus vidas. Obsesionado con ella, quince anos mas tarde los hermanos vuelven a reunirse para encontrarla y sus caminos se cruzan con el del Conde
    Dracula…
    Inspirada por notas y textos escritos por el propio Stoker, la precuela de Dracula revela no solo el origen de Dracula y el de Bram Stoker, sino la historia de la enigmatica mujer que les conecta.

  • Viernes 23 de julio de Alfonso Sierra Garrido

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    Nos creiamos dioses; seres capaces de lograr cualquier cosa gracias a los avances tecnologicos conseguidos desde la Revolucion Industrial. Sin embargo, una manana de verano, un fenomeno desconocido y poderoso devolvio a la humanidad a su olvidada lucha por la supervivencia.
    El viernes 23 de julio de 2027 la luz se apago, tambien dejaron de funcionar los aparatos electronicos. El caos se extendio por la ciudad atentando contra las normas de convivencia que regian nuestra sociedad organizada y moderna.
    El escrito de Andres Caviedes quedo como cronica de los acontecimientos que transformaron este mundo en un lugar hostil y despiadado con los mas debiles. Un viaje lleno de traiciones, miserias e injusticias en el que compartiremos, a traves de la joven mirada de su protagonista, una apasionante aventura por sobrevivir.

  • Pasion a ciegas de Suzanne Brockmann

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    Cuando el amor llega es muy dificil escapar de el.

  • El sol como disfraz de Pedro Sorela

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  • GOG. Empieza la cuenta atras de J. J. Benitez

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    Gog es el libro que J. J. Benitez nunca hubiera deseado escribir. Esas son sus palabras. Pero escrito esta. Segun el autor navarro, lo mas importante de esta supuesta novela < que se lee>>.
    Si, Gog es una pequena joya (envenenada). Se trata del libro mas breve, y dramatico, del autor de Caballo de Troya.

  • Juegos prohibidos 6 de Emma M. Green

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    Harry ha desaparecido. No se cuantos segundos pasaron entre la desgarradora confesion de Tristan y la reaccion de su madre, Diez, o tal vez hasta veinte. Veinte largos segundos de silencio incredulo. Luego Sienna se desvanecio, en la entrada, como en camara lenta. Se derrumbo sin hacer ni un sonido. No se desmayo realmente, sino que simplemente estaba demasiado impresionada como para mantenerse de pie, pronunciar una sola palabra o soltar un grito. Mi padre corrio para levantar su cuerpo amorfo, desprovisto de toda energia y de toda emocion, y recostarlo sobre el sillon de la sala. Mientras que mi madrastra recupera la conciencia, la villa se ve literalmente invadida. Por policias, socorristas, algunos hombres uniformados y otros con traje y corbata, mujeres, jovenes, viejos, como si toda la ciudad hubiera decidido reunirse en nuestra casa, en medio de la noche. Sin saber como llego hasta ahi, una cobija me rodea los hombros. La que alguien debe haber intentado ponerle a Tristan yace a sus pies. Todos sus musculos estan tensos, sus punos apretados, sus mandibulas contraidas, y unos faros giratorios reflejan una luz azul en sus ojos, que nunca me han parecido tan obscuros. Desde lejos, escucho a mi padre respondiendo a las preguntas, intentando controlar la situacion, aparentemente tan calmado como siempre. Pero puedo ver todo su desasosiego en su voz inquieta y casi ahogada. Y en su economia de palabras, como si ya no supiera que mas decir, no como decirlo. - Harrison Quinn. Tiene 3 anos. No, no es mi hijo. Es de Sienna Lombardi, mi… Mi esposa. Si, su padre esta muerto. Antes de que el naciera. No… nunca lo adopte. Nunca hablamos de eso. Tristan aparece entre mi padre y el hombre que toma notas en su pequeno bloc, sin duda un detective, que solo deja de escribir para sacar un panuelo del bolsillo de su pantalon y secarse la frente con el. - Escuche, no se quien es usted y no me importa. - El oficial Boyle. - Lo unico que tiene que hacer es encontrar a mi hermano, continua Tristan ignorandolo. !Esta perdiendo su tiempo! - No, joven. Estoy siguiendo el procedimiento en caso de la desaparicion de un menor. - Ya veo a lo que quiere llegar, con sus preguntas y sus cejas que no se conforman con las respuestas. !Craig no tienen nada que ver con todo esto! El ni siquiera estaba en la casa. Y adora a Harry. Que lo haya adoptado o no, no cambia nada. No comience a convertir a todos en sospechosos. Mi hermano menor desaparecio. Simplemente desaparecio. Y usted deberia encontrarlo. Encontrarlo vivo. !Nada mas! !Ese es su maldito trabajo! La voz grave de Tristan cede y me acerco lentamente a el para impedir que diga mas groserias o se meta en problemas. El oficial se seca de nuevo la frente respirando ruidosamente. Tiene un ligero sobrepeso, concentrado unicamente encima de su cintura, a la que le cuesta mantener a su pantalon de traje beige. Pero mas que el calor de este principio del mes de mayo, aunque sea la 1 de la manana, es la tension en la casa lo que parece darle calor. Varias gotas finas de sudor corren bajo sus lentes sin montura. - ?No dicen que cada segundo cuenta cuando un nino desaparece? pregunto en voz baja. - Mis hombres ya estan trabajando en eso, senorita… - Sawyer. Liv Sawyer, soy su hija, digo senalando a mi padre con el menton. - La hermanastra del desaparecido, entonces, concluye el detective garabateando en su bloc. - Si asi lo quiere ver. La expresion me hiela. No se que es peor, que se refiera a Harry como el << desaparecido>> o que todo esto de los hermanastros vuelva a relucir en una situacion asi. - !Fergus! grita de repente Tristan. !Fergus O'Reilly estuvo aqui esta noche! ?Hablaron con el? Tal vez… - El fue llevado a la estacion de policia, donde esta siendo interrogado en este mismo momento, lo interrumpe el detective. - ?Que fue lo que dijo? ?Vio algo? Ese imbecil… - No tengo permitido decirle nada sobre el tema. El Sr. O’Reilly esta en calidad de testigo. Por ahora, necesito una descripcion precisa del desaparecido: estatura, peso, color de cabello y de ojos, ropa que traia puesta. Lo mas detallada posible. Las lagrimas se acumulan en mis ojos mientras que Tristan describe a Harrison, su corte de cabello, sus ojos azules, su pequena pijama de cuadros, unas bermudas y una camisa de botones, y su cocodrilo. - !Alfred desaparecio tambien! dice poniendo su mano sobre mi nuca, con un brillo de esperanza al fondo de sus ojos azules. - Harry no se separa nunca de el… - !Ya se! Pero entonces eso quiere decir que se fue con el. !Se lo llevo, Liv! !Si hubiera sido secuestrado, no habria tenido tiempo de tomar su peluche! !Penso en Alfred! !Tal vez solo se fue a pasear, masticando su pata como siempre lo hace! Con un intento de sonrisa sobre los labios, Tristan me abraza, como si tuviera la prueba de que nada pudo pasarle a Harry. El oficial nos mira mas de lo que nos escucha. Sus pequenos ojos sorprendidos siguen los dedos de Tristan alrededor de mi cuello, observan nuestro abrazo. El debe ser uno de los pocos habitantes de Key West que no sabe nada del escandalo. O bien ya lo olvido. O es del tipo de hombres a los que no le interesa los rumores o las historias de amor de adolescentes. Ruego en secreto por que sea la ultima opcion. Mi padre regresa de la sala con varias fotos de Harry, completas o de retrato, solo o rodeado. El detective se las pasa una a una a la mujer al lado de el, una castana con el cabello peinado hacia atras y la piel bronceada, y le murmura que lance una Alerta de Secuestro – aparentemente no con la discrecion suficiente. - !Pero lo digo que sin duda no fue secuestrado! se enoja Tristan. Su peluche… - U

  • Una nina en camino de Raduan Nassar

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    Al salir de su casa, la nina camina sin prisa, anda descalza en medio de la calle; a veces se desvia agil para espantar a las gallinas que picotean la hierba que crece entre las piedras de la cuneta. El vestido casero, cosido probablemente con dos retales, cubre su cuerpo delgado como un tubo; la falda es de un pano grueso y descolorido; la blusa es de raso, de fondo negro y brillante, con un enorme estampado chillon de vivos colores, tan grande que sobre el pecho liso de la nina solo se ve un trozo de hoja tropical. Debe de dormir y despertar, dia tras dia, con las mismas trenzas, unos restos aplastados. Una de ellas, deshilachada, se sostiene con dos horquillas que casi naufragan, ya casi deshecha; los mechones de la otra estan mal sujetos en lo alto por un lazo sucio que cae como una flor marchita sobre su frente. Mientras se relame al andar las fibras de mango pegadas al circulo amarillo y pegajoso alrededor de su boca, la nina olvida por un momento las otras distracciones de la calle hasta que se acerca a una pequeno tumulto frente a la maquina de trillar arroz; tres chiquillos salen por la puerta grande del almacen arrastrando cada uno un saco de paja. <>, refunfuna uno de los chicos. <>, dice el segundo. <>. La nina se queda pasmada siguiendo clandestinamente aquella disputa, nota un entusiasmo gozoso escondido tras la discusion. <>, recomienda el tercer chiquillo. Descalzos, sin camisa, con el cuerpo encorvado por la carga, los chicos arrastran los sacos, que estiran por uno de los extremos, como si les tirasen de la oreja. Y la paja, con ese movimiento que a veces se atasca, va hinchando cada vez mas la abultada barriga de los sacos. Al pasar por el suelo de tierra, uno de los chicos ve a la nina en cuclillas, observandolos por debajo de la panza curva de un caballo cuyas riendas estan amarradas a una de las argollas de plomo. Los tres chicos se paran. <>, grita uno de ellos agachandose para toparse con los ojos de la nina bajo la barriga del caballo. La nina vislumbra el fondo oscuro de un patio, un gran circulo acolchado de paja de arroz, velas encendidas sobre las estacas, los trabajadores del circo, los ninos trapecistas, y sus ojos brillan de emocion. <>, dice Dinho agachandose tambien. Zuza, el mozalbete que pasa por la acera de enfrente con una pelota de cuero bajo el brazo, afloja el paso y se dirige al centro de la calle: <>, pregunta. <>, dice Dinho. <>. <>. <>, interviene uno de los chicos. <>. <>, pregunta Zuza maliciosamente. <>. Zuza hincha el pecho, lleno de si, mientras el chico le advierte con miedo: <>. <>. El chiquillo se calla y clava los ojos en el suelo. Zuza hace una mueca: <>, dice despechado y, soltando de repente la pelota de cuero, hace una parada con el pecho y la pisa con el pie derecho. Con los brazos libres compone en un instante el gesto: <>, dice moviendo el brazo lentamente arriba y abajo, tieso por el corte de mangas que hace con los ojos llenos de descaro. <>. La nina abre los ojos como platos y sigue con aprension la amenaza del chaval. Los tres chiquillos ni se mueven y, a sus pies, uno tras otro, caen los tres sacos, vomitando paja por la boca abierta, como si les hubieran dado un golpe violento en la barriga. <>. Zuza deja ipso facto de hacer el corte de mangas. Coge disimuladamente la pelota y mira. <>. Apoyada sobre un almohadon de saten azul, en el alfeizar de una ventana alta, dona Ismenia, rolliza, muy pintada, disfruta de la primera sombra que ya roza su casa y agita la mano llamando a Zuza. El chico baja de la acera mientras los tres chiquillos, sin mas dilacion, recogen los sacos por un extremo y se largan rapidamente de alli, dejando en el suelo tres marcas circulares de paja amarilla, como si fuesen tres yemas enormes cociendose al sol. Zuza sube a la otra acera desmanado y alza los ojos hacia la ventana. <>, dice dona Ismenia con los ojos juguetones, la cara coloreada como el trasero de un mandril. Zuza sigue mirando hacia arriba, la pelota de cuero en el arco del codo. <>. <>, responde azorado. <>. <>. <>. <>. <>. <>. <>. Otra mujer, medio escondida detras de la cortina, recogida hacia uno de los lados, pellizca el muslo grueso de dona Ismenia, que sofoca un chillido volviendo la cara y ampliando la sonrisa. Se apoya de nuevo en el almohadon. Sus senos blancos como la leche, explosivos, que casi se escapan por el canalillo del escote, turban aun mas al muchacho. <>. El bulto tras la cortina ya no mantiene el decoro, estalla, sin dar la cara, en una carcajada, mientras dona Ismenia, muerta de risa, se agita tanto en la ventana que parece que va a vomitar una mazorca. Zuza tambien se rie, sin saber por que, las mejillas le arden, pero la algazara incomprensible de las dos mujeres se extingue poco a poco. <>. <>. <>, pregunta dona Ismenia, acentuando la malicia, al tiempo que se atraganta con un nuevo ataque de risa. <>, dice la voz tras la cortina <>, anade dona Ismenia, alimentando la hoguera de risa. Se menea de nuevo en la ventana, haciendo temblar los senos de gelatina, llora de tanto reir, despues suelta un gritito por el pellizco que recibe otra vez en el muslo. Termina extenuada: <>. <>, dice la voz tras la cortina. Zuza arde de sonrojo, las orejas como una hoguera. <>, remata dona Ismenia entre suspiros. Zuza sigue mirando hacia arriba. <>, dice apartandose, desviando la mirada y canturreando bajito: <>. Se dirige de nuevo al muchacho: <>. <>. <>. <>, repite dona Ismenia viendo que Zuza no se va. Detras de la cortina, una risita, como un maullido, aparece y desaparece. <>, dice finalmente el muchacho. <>. Zuza se va, andando cada vez mas rapido, atento tal vez a su curiosidad, que crece a cada paso, mientras en la ventana de dona Ismenia vuelven las risas con fuerza renovada. Agachada todavia junto al caballo, la nina desvia los ojos de la ventana y ve, ya lejos, a los tres chiquillos que arrastran los sacos de paja por el suelo de tierra, como si fuesen tres pequenos arados, uno junto al otro, que dejasen a su paso surcos estrechos a lo largo de la calle. Cuando el caballo aparta las patas traseras la nina ve, escondido en lo alto entre las extremidades, su sexo voluminoso de alquitran. Ella cambia rapidamente de postura, se echa hacia atras, con los bracitos estirados, las palmas de las manos plantadas en la tierra. Incluso asi recibe las salpicaduras de la fuerte rociada, del chorro de orina que deja un charco en el suelo. El temor de sus ojos aumenta con la carcajada de los mozos de cuerda, dos criollos musculosos y un blanco rechoncho, que duermen la siesta en la acera, tendidos a la sombra de un arbol. <>, bromea uno de ellos, moviendo el sombrero como si fuera una calabaza de mate, en un gesto obsceno que provoca las carcajadas de los otros dos. <>. Asustada, la nina busca con la mirada la ventana de dona Ismenia, pero solo encuentra el almohadon abandonado en el alfeizar, percibe apenas un bulto agitado cuya risa se enreda en el encaje de la cortina. Se levanta de un salto, tropieza con la carreta parada casi enfrente de la maquina de trillar arroz y sale disparada. Respirando con la boca abierta, ya en la esquina de la calle principal, sigue desde alli con la mirada al camion viejo, que se acerca, levantando una polvareda amarilla, con la carroceria bamboleante, haciendo un ruido del demonio en esa hora de la siesta cuando todo esta tranquilo. El camion pasa, pero la nina sigue alli, con el dedo en la nariz, mirando indecisa aqui y alla. <>

  • Y si fuera Andy de Maribel Pont

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    Las cosas siempre ocurren cuando menos las esperas. Habia sido una discusion sin sentido. Una vuelta de tuerca de mas, a la desconfianza que me provocaban las salidas a destiempo de Manuel. Se habia marchado dando un portazo seco. Sembrando un silencio rancio dentro de las cuatro paredes que entonces ensombrecian mi presencia. No quise llorar. Tal vez habia agotado las lagrimas discusion tras discusion. Eran demasiados anos juntos. Eramos muy jovenes cuando empezamos a jugar a ser adultos. En vez de encontrarme con la desesperanza, me tope con un halo de luz, que de pronto, hizo que decidiera vivir. Estaba harta de hacerme responsable de todos los problemas de la casa, olvidandome de que aun era muy joven. Tenia treinta y cuatro anos y una hija adolescente de dieciseis, que de un momento a otro me traeria un yerno a casa. Hecha un ovillo en el sofa y barajando el caos que se acababa de formar en mi matrimonio, decidi que lo mejor que podia hacer era, no hacer nada. Dejar que las cosas siguieran su curso, si Manuel algun dia se daba cuenta de que estaba actuando mal y, sobretodo, si era capaz de demostrarme que valia la pena seguir juntos, seria una cosa del destino y con eso no podiamos competir. Mientras tanto no pensaba correr tras el, ni suplicarle que regresara, ni siquiera por Monica. Una lagrima melancolica resbalo por mi mejilla, hasta mojarme la comisura derecha del labio. Sin embargo no pude identificar ningun sentimiento de anoranza. Simplemente, lo nuestro habia terminado. Con mis pensamientos rodando como una espiral, cai en un sueno profundo. En el televisor echaban un capitulo repetido de una serie policiaca, en el cual me trasporte con la carga de mis problemas. Hubiera podido dormir horas evadiendome de la realidad si no fuera porque el cerrojo de la puerta, manipulado con brusquedad, me alarmo haciendo que me izara de golpe. Un sonoro portazo, mas agrio que el anterior, hizo que se encogiera un nudo en mi estomago. Unos pasos cruzaron el comedor a la velocidad de un rayo y acto seguido otro portazo resono al fondo del pasillo. Algo habia ocurrido. Di un brinco fugaz y corri tras los pasos de mi hija. Mis nudillos golpearon con insistencia la madera que separaba mi voz de la habitacion de mi hija. --Monica, abre la puerta. --!No quiero! Era justo lo que me faltaba, lidiar con el mal genio de una adolescente. --!Abre ahora mismo o tiro la puerta abajo! --No podras…--gruno con la voz ahogada bajo la almohada. Apegue mi espalda a la pared e hice rebotar mi cabeza. Hablar con ella cuando estaba enfadada era como querer encajar la pieza equivocada en un puzzle. --Monica haz el favor de abrir la puerta, sabes que no voy a castigarte, sea lo que sea, pero !cuentamelo, por Dios!. Me encontraba ya acuclillada y cabizbaja cuando oi el chasquido del pomo de la puerta rodar con lentitud. Monica asomo la cabeza y tras sorber por la nariz me hizo un gesto para que entrara en su habitacion. Por ese dia omiti el desorden de aquellas cuatro paredes rosadas. En el suelo yacia la ropa que se habia probado antes de salir de casa y, las puertas del armario seguian abiertas con ambos espejos enfrentados entre si. Solte un largo suspiro y me deje caer en el borde de la cama apoyada sobre mis rodillas. Monica estaba con las piernas cruzadas y un gran almohadon entre sus brazos por el cual se escondia a medias. Tenia los ojos enrojecidos y la barbilla hundida hacia el pecho. Por su expresion deduje que muy a su pesar necesitaba hablar de ello. Me aclare la voz con un suave carraspeo. --?Como se llama? --?Quien?--gruno frunciendo el ceno. Entorne los ojos ante la evidencia. --?Quien va a ser? El monstruo del que te has enamorado. --No es un monstruo--dijo con las pupilas inquietas. Lance un suspiro. --Entonces me alegra de que sea humano. Monica ahogo el amago de una risita muy debil. --!Mama! No tengo ganas de bromas. Esboce una mueca indulgente. --Pues ve al grano, yo tampoco tengo el cuerpo para risas--dije aflojando la voz. Monica permanecio unos segundos reflexiva, con la mirada perdida en un punto inconcreto de la habitacion. Contemple su rostro de facciones redondas, piel tierna y mirada entranable. Aun era una nina. Mi nina. Y en ese momento un escalofrio me recorrio el cuerpo al identificarme con ella. A su edad simplemente estaba a punto de conocer a su padre y mas adelante quedarme embarazada. Su voz adormilada me saco de mi ensonacion. --?Por que duele tanto, mama?--dijo con la voz quebrada y la mirada resentida. Un pedacito de corazon se me quebro. No queria decirle que eso tan solo era el comienzo. --Ven aqui, nena. Dame un abrazo de esos que todo lo curan. Nos fundimos en un abrazo de esos que crujen los huesos de la espalda y que hablan sin palabras. Que bonito es tener a alguien en quien apoyarse cuando una esta quebrada. No hizo falta insistir, pronto Monica continuo con su relato. --Mama… David queria que hicieramos…eso, ya sabes--dijo con la mirada perdida en un vacio de su memoria. La voz entrecortada. Abri los ojos como platos, trague saliva y aparte mi instinto de proteccion maternal. Hice de tripas corazon y carraspee para no atragantarme con la realidad. --?Y…y… quien es David? --procure parecer indiferente. --!Eso da igual ahora! --Tienes razon, continua. --Y se ha enfadado mucho--puntualizo sorbiendo por la nariz--, y lo unico que he podido hacer es irme corriendo. Y he hecho un ridiculo espantoso, seguro que ahora se lo contara a todos sus amigos. Tome aire de forma sonora. Monica barrio las lagrimas de su rostro torpemente con las palmas de sus manos, asi como lo hacia de pequena despues de una rabieta. --Ni hablar, has hecho lo correcto. Tu lo que necesitas es conocer al chico de tu vida. Todo llegara a su debido tiempo, cuando a ti te apetezca--puntualice casi deletreando cada palabra. --Me siento muy mal. Con un gesto muy propio de las madres le aparte el pelo de las mejillas, estas estaban empapadas de pena. --Carino, eres una nina muy responsable, y estoy segura de que un dia llegara un chico con la madurez que te mereces, y todo sera maravilloso. Y ya sabes lo que te he dicho siempre. --Si, mama. Con proteccion…--dijo entornando los ojos. Imprimi un beso en su mejilla. --Yo tambien tengo que contarte algo… --?El que? Su rostro sufrio una notable transicion, era como si de un momento a otro esperara esa noticia, sus pupilas se movian inquietas y permanecia con el ceno fruncido. Probablemente habia imprimido suficiente preocupacion en mis palabras como para que ella sintiese el augurio de lo que queria contar, y entonces tuve que hacerlo, por su bien, y el mio propio. --Que…he pedido cita para ir las dos a la peluqueria ?que te parece? -- apostille con una sonrisa artificial. --?En serio? --respondio esceptica. Le devolvi una mueca de pasotismo. --En serio…

  • Llama (Electrico 3) de E. L. Todd

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    Tercer libro de la serie Electrico

  • Cuidado con las curvas (Escenas extras) de Maleja Arenas

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    --Manuela, mira este desastre --gruno. Boris a ha dormido sobre mi traje para la reunion que tengo dentro de una hora. Esta cubierto de pelos y no alcanzare a quitarlos todos y llegar a tiempo. --!Boris! Tu, pequeno bribon. !Ven aqui! --grita Manuela. La veo perseguir al gato por todo el apartamento. Lo alcanza por fin, cuando intenta escabullirse por la ventana--. Te he dicho mil veces que la ropa de papa se respeta. Voy a quitarte los bocadillos por dos semanas, ?me entiendes? Miau dice Boris, me mira y juro que cuando lo hace me da esas miradas de "eres un bocon". Es espeluznante. --Lo siento chico, mama exagero. Te dare los bocadillos si no vuelves a meterte entre mi ropa. Miau. --No me desautorices frente al nino --grune Manu. Se para frente a mi y tapa los odios de Boris--. Se supone que si yo doy un castigo, tu me apoyas. Hay que ponernos de acuerdo en su educacion. --?Eres consciente de que es un gato del que hablamos? --Es Boris. --Se encoje de hombros. La observo en blanco--. Este chico es mas inteligente que cualquier otro animal en el mundo. El cree que es un nino. --Porque tu le has hecho creer eso. --Camino hasta la cocina y tomo uno de los bocadillos que Manuela guarda para el. Boris los ve y empieza a retorcerse en los brazos de Manu. --?Que estas haciendo? Te dije que no me desobedecieras. --Voy a entrenarlo --digo con confianza. Manuela resopla y me fulmina con la mirada. --Buena suerte con eso. --Deja a Boris en el suelo y camina hacia la habitacion. --A ver amigo. ?Ves esto? --Senalo el bocadillo--. Si no vuelves a dormir encima de esto --Senalo mi traje--, te seguire dando de comer. Miau. --Eres un chico listo --apremio. Le doy la comida y voy hacia el bano para limpiarme y terminar de organizarme. Dejo el traje lleno de pelos encima de la cama y saco otro. Me ducho rapidamente y me aplico desodorante. Cepillos mis dientes y uso mis boxer. Salgo de la habitacion y me detengo a medio camino. --!Boris! --bramo. El peludo solo levanta la cabeza, su mirada perezosa en mi--. Te dije que no te acostaras encima de mi ropa. Miau. --Mierda, ahora este traje esta lleno de pelos tambien. --Eso te pasa por calabaza. Te lo dije. --Se burla Manuela. Entra en la habitacion con una taza de cafe. --Le dije que no se acostara en mis trajes y le di el bocadillo cuando contesto. --Tu le dijiste que no se acostara en ese traje --Senala el primero. Miau, el traidor la apoya--, pero nunca le dijiste que en ese tampoco. --Senala el nuevo traje. --Le senale ese porque era el que estaba a mano --farfullo. --Bueno, la proxima vez se mas especifico. ?Verdad bebe? Ese papa no sabe nada sobre educar hijos. --Sonrie y niega con la cabeza. Miau. --!Traidor! --Ahora debo alistar otro traje y lo mas probable es que llegue tarde a mi reunion. La ninera esta loca Manuela --Te digo que va a estar bien. --Es la tercera vez que David me dice lo mismo. Pero simplemente no puedo quedarme tranquila. --Es todo el fin de semana. Nunca me he alejado de el tanto tiempo. ?Y si se enferma de depresion? --Manuela, es un gato. --!Es mi nino! --refunfuno. --Nena, no te preocupes. Daniela es la mejor ninera gatuna de la ciudad. Ella va a cuidarlo bien, se divertiran y veras que cuando regresemos, todo sera igual que siempre. --Voy a extranarlo. --Yo tambien. Ahora vamos, que mis padres nos estan esperando en el aeropuerto. Suspiro y me dejo arrastrar por David. Este fin de semana iremos a Cartagena para descansar un rato. David tiene unos dias de vacaciones, asi que los aprovecharemos en la playa, sol y arena. --Dios, estoy tan cansada. Quiero ir a dormir ya. --A pesar del vuelo, vengo hecha nada. Quiero llegar a mi cama y dormir por horas. Me diverti demasiado en Cartagena, hicimos de todo y si, hubo sexo en la playa !Yeah! --?Estoy invitado a tu siesta? --pregunta. Sus brazos me atrapan desde atras y me lleva hacia su pecho. Puedo sentir su excitacion en mi trasero. --Tu no necesitas invitacion --susurro seductoramente. Pasa su nariz por mi cuello e inhala. Grune cuando presiono con fuerza mis caderas hacia atras. --Sera mejor que te detengas o te tomare en el pasillo de tu edificio, y la verdad no quiero que nadie escuche cuan bien se siente estar juntos. --Que bueno que ya estamos en casa --acoto. Abro la puerta de mi casa y un horrible olor a humo nos recibe. --?Que paso aqui? --exclama David preocupado. Entramos agitados al lugar. Lo primero que veo es muchas velas de incienso y esas mierdas, la silueta de una mujer arrodillada en el piso reverenciando algo que se encuentra en un pequeno e improvisado altar con cojines. --?Boris? --pregunto. Mi pequeno contesta con la voz ahogada. Miau. --?Que demonios te pasa loca? --Me abalanzo hacia mi gato y lo saco de su prision. --!No! --grita Daniela. La golpeo cuando intenta arrebatarme a Boris--. Ese gato esta poseido. Debemos ayudarlo a expulsar los demonios que consumen su alma gatuna. --!Estas loca tipa! --gruno. David viene y me ayuda a controlar a la lucifer del piso. --Ese gato esta poseido. Hay que sacrificarlo --grita. --Alejate de mi bebe, tu loca y estupida demente. --Senorita controlese o llamare a la policia --amenaza David. --Solo quiero ayudarles --musita. Fulmino con la mirada a la loca. El corazoncito de Boris se encuentra realmente acelerado, lo abrazo a mi pecho y le pido perdon por dejarlo con esta loca tanto tiempo. Pobre de mi bebe. La tipeja sigue gritando en la sala, yo me voy hasta el cuarto de mi bebe y lo encuentro vuelto nada. Jadeo. La estupida ha danado sus juguetes. --Es un gato endemoniado, el me habla. !Me habla! --grita la loca. --Llama a la jodida policia, David. O sere yo quien sacrifique a esa perra del infierno. Quince minutos despues, dos oficiales de policia se llevan a una desquiciada Daniela Rengifo. Cuando llamamos a sus padres informaron que con ella todo estaba bien, no entendian que habia sucedido con ella para actuar de esa manera. Una hora mas tarde, nos enteramos que ella presentaba trastorno de psicotico transitorio. La mujer de verdad estaba loca y creia que mi gato le hablaba. --Tenemos que llevarlo al psicologo, David. Mi bebe esta trastornado. --?Te das cuenta que ahora la que suena loca eres tu? Gruno y lo fulmino con la mirada. --Yo no estoy loca. La ninera esta tostada. Jamas contradigas a una mujer ebria. David --No puedo creer esto --susurro. Gonzalo y Samuel rien a mi lado. --Jesucristo, ?se bebieron todo el licor del planeta o que? --pregunta Samuel. --?Que pasa con esas pelucas? --inquiere Gonzalo. --No tengo idea --responde Fernando. Se supone que hoy es la noche de chicas y Manuela con su combo, decidieron venir nuevamente al karaoke, solo que al parecer bebieron mas de lo que cantaron. El propietario nos llamo para informarnos que aunque las chicas estaban divirtiendose, probablemente caerian dormidas en cualquier momento. Y no estaba exagerando. En realidad nos oculto informacion. Divirtiendose no es la palabra, las chicas estan haciendo todo un acto de si mismas. --Quien es ese hombreeeee... que me mira y me desnuda, una fiera inquieta que me da mil vueltas y me hace temblar, pero me hace sentir mujeeeeeerrrrr... --Me encojo ante el chirrido de Manuela en el microfono. --Nadie me lo quitaaaaaa, siempre sere yo su duena, por la que no duermee, por la que se mueeereee, por la que respiraaaaa, aaaa, aaaa, yo soy su mujerrrrrrr. --Y ni que decir de Amelia. Dios, son terribles. ?Como las soportan aqui? --Creo que me sangran los timpanos --susurra Samuel. --Ni me digas, creo que tengo desgarro interno --bromeo. Nos acercamos a las chicas, Teresa, quien ve primero a Gonzalo, se lanza directamente a sus brazos. Fabiola nos sonrie, Fernando toma inmediatamente su lugar al lado de ella y empieza a hablarle al oido. La pelirroja frunce el ceno, niega con la cabeza y se levanta hacia el escenario. Le dice algo al oido a Manuela, sus ojos se vuelven hacia nosotros. Cuando me ve, la mas hermosa sonrisa se dibuja en sus labios. La amo. Me hace un saludo ebrio con la mano, se tambalea y rie en el microfono, incluso su risa de ebria es adorable. --!Amorrrr! Te ves sexy esta noche --grita a todo el mundo--. Senoras, les presento a mi hombreeee... el sexy de camisa azul. ?A que esta bueno, no? --Cada mujer en el lugar se vuelve hacia nosotros y silban--. No se hagan las faciles, perras, es mio. --Palmea su trasero y ahora son los hombres quienes silban--. El es mio y yo soy suya, asi que manitos fuera. !He dicho! !Casi cerrado! --Esta realmente ebria --murmura Gonzalo--. Pero joder si no es divertido. Niego con la cabeza y sonrio. Manuela es otra cosa. --Bien, aqui mi mejor amiga quiere cantar algo. Esto esta dedicado para todos los idiotas, tu no David, tu tampoco Sami, Gonzalo yo creo que tu aplicas y definitivamente tu hermanito... eres un idiota. !Pinchalo DJ! Inmediatamente la melodia suena, todas las mujeres en el club aplauden y vitorean. Manuela es la primera en no caer en la nota. Senala a Fernando y comienza. Ese hombre que tu ves ahi, Que parece tan amable, tan atento y agradable Lo conozco como a mi --Pues es tu hermano tonta --grita Amelia --Callate tonta, estoy inspirandome aqui --grune, perdiendo totalmente la melodia. El publico se parte de risa--. ?Donde quede? --El publico responde cantando tambien--- Oh si. !Pinchalo otra vez DJ! Es un gran necio, un estupido, engreido, Egoista y caprichoso, Un payaso vanidoso, inconsciente y presumido, Falso, malo, rencoroso, Que no tiene corazon. Lleno de celos sin razones ni motivos, Como el viento impetuoso, Pocas veces carinoso, Inseguro de si mismo, Insoportable como amigo, Insufrible como amor. --!Eso! --exclama Fabiola. Procede ella entonces cantar el resto y Manuela solo la acompana en el coro. A pesar de que suenan como dos gallinas viejas cacareando, todos cantan con ellas y se divierten. Bueno, todos excepto Fernando, que fulmina con la mirada a Fabiola. --Creo que ya es suficiente --dice mi cunado con algo mas que irritacion. Se dirige al escenario y trata de alcanzar a Fabiola. Manuela esta tan concentrada en una nota alta, que nos esta desgarrando los oidos, que no se percata de la lucha de su amiga. Manuela Estoy concentrada poniendo todo mi esfuerzo en esta ultima nota de la cancion --Yo entrego todo en mis shows de karaoke--, y de pronto siento que el escenario se tambalea. Abro mis ojos y veo a Fer tratando de agarrar a Fabi. --Oye tu, hermano tarupido, dejala. --Tomo el microfono y le doy en la cabeza a mi hermano--. Acabas de hacerme perder el feeling, !era mi mejor interpretacion de la noche! --Si esa era la mejor, no quiero ni imaginar cual fue la peor --grune David. Todos en el lugar se rien. --Oh, pero mira quien habla, Alejandro Sanz --espeto. David sonrie y viene hacia mi. --Vamos, ya fue suficiente por esta noche. --Pero apenas y hemos bebido --digo. Sin embargo mis traidores zapatos se ponen en mi contra y me hacen tambalearme--. Esa no fui yo, fue la rotacion de la tierra. --!Rata de dos patasssss! Te estoy hablando a tiiii. !Joder acompanenme! --grita en el microfono Fabi. Fer la sostiene pero ella sigue removiendose de su agarre. Mi boca cae abierta, al escucharla maldecir. --?Acaba de maldecir o estoy realmente ebria? --pregunto confundida. --Las dos --dice David--. Vamos, carino. --Pero esa es la cancion de Paquita. Por ley las mujeres no podemos negarnos a ella. --argumento--. Es un himno femenino. Es nuestra obligacion apoyar a una hermana jodida, bueno a Fabi no se la ha jodido mi hermano, pero igual. --!Manuela! --exclama avergonzada Fabi. --?Que? --pregunto. --El microfon, idiota. --Senala mi mano y veo que tengo el microfono cerca de mi boca y todos nos han escuchado. Hay varios partiendose de la risa en sus mesas. --Ups. !Lo siento, babys! Solo por esa metida de patas voy a cantar con todo mi odio la cancion de paquita. --!NOOO! --gritan David, Fer y Gonzalo a la vez. --?Por que? Ya les he dicho, no le lleven la contraria a una ebria. Eso solo hace que hagamos mas rapido las cosas. !Pinchalo DJ! !Tomen esto, putos! --Senalo a la multitud y hago una senal de rock and roll. Rata inmunda Animal rastrero Escoria de la vida Adefesio mal hechoooo...

  • 3 te odio y un te quiero de Mabel Diaz

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    La vida de Natalia es idilica. Tiene una relacion con el hombre que ama, un trabajo que le apasiona y se acaba de mudar a la casa de sus suenos. Todo es perfecto. hasta que conoce a su vecino Ruben, un perroflauta que odia a las Barbies como ella.
    Desde el primer momento en que sus caminos se cruzan, se declaran la guerra, llegando a convertirse en expertos en sacarse de quicio. Sin embargo, cuantas mas ganas de pelea tienen, mayor es su atraccion y su deseo. Dicen que del odio al amor solo hay un paso y ellos son enemigos declarados. ?O no?

  • El temor de un hombre sabio (Cronica del asesino de reyes 2) de Patrick Rothfuss

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    Llega El temor de un hombre sabio, la esperada continuacion de la historia de Kvothe y El nombre del viento.

  • Su Guardaespaldas de Elena Romero

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    Victor es el unico hombre en el que puedo confiar.
    El unico hombre que se preocupa por mi de verdad.
    El unico que me quiere, desea, cuida y protege.
    Y es el unico al que quiero. Pero no puedo tenerlo.

  • El mal camino de Mikel Santiago

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    Tras convertirse en un fenomeno internacional con La ultima noche en Tremore Beach, Mikel Santiago se consagra definitivamente como un maestro de la intriga con su segunda novela, aun mas adictiva y llena de suspense que la anterior.

  • Memorial Device de David Keenan

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    Keenan ha escrito un retrato vivo y conmovedor de un movimiento legendario, cuyos ecos todavia resuenan en nuestros tiempos. A traves de un fascinante conjunto de personajes que componen la escena pospunk en una desolada y pequena ciudad llamada Airdrie, Keenan ha capturado las distintas facetas de uno de los movimientos musicales y sociales mas importantes de las ultimas decadas. Con esta ficticia indagacion documental sobre un grupo igualmente ficticio, Keenan ha construido un retrato intenso, poetico y conmovedor del movimiento postpunk. Un homenaje a la pasion y los suenos de juventud, a la eterna lucha de cada generacion por encontrar su lugar en el mundo.

  • Conspiracion marcial (Nathan Jericho investigador privado 1), Raul Garbantes de Raul Garbantes

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    Illinois, 1968. Nathan Jericho es un investigador privado “chapado a la antigua” quien compensa su mal caracter gracias a sus destacadas dotes fisicas y mentales siendo uno de los mejores en su oficio. Su vida toma un giro radical cuando recibe la llamada de un cliente que se hace llamar Idaho y lo contrata para resolver un misterioso caso en torno a un proyecto secreto que revela la existencia de una gran conspiracion que se extiende desde la Segunda Guerra Mundial hasta su presente. Huerfano y atormentado por los recuerdos de su pasado, Jericho descubre que este caso representa una oportunidad para responder las preguntas que ha intentado resolver durante toda su vida: ?De donde viene? ?Por que fue abandonado en un orfanato? ?Que significa el tatuaje “Jericho” marcando su piel desde que era un nino y por el cual tomo su nombre? Pero conforme se adentra en la investigacion Jericho comprometera su seguridad a niveles altamente peligrosos ya que atenta contra los intereses de personas poderosas que haran cualquier cosa para que nadie descubra los secretos detras del Proyecto Jericho. Nada es seguro. Nadie es lo que aparenta ser. ?Podra Jericho resolver el caso sin morir en el intento?

  • Su salvador oscuro de Renata Garcia

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    Cuando la mejor amiga de Marisa, Angelica, desaparece de repente despues de una cita a ciegas, Marisa se encarga de buscar a su amiga hasta encontrarla. Despues de meses de busqueda, Marisa finalmente descubre que Angelica fue secuestrada por una criatura con la intencion de mantenerla con ellos por toda la eternidad.

  • Siete inviernos despues de Francisco Villegas Rodriguez

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    La doctora paseaba con calma entre el ajetreo del final de la tarde hacia la parada del autobus. La brisa, algo mas fresca a esa hora, se colaba entre las casas del residencial saturada de aroma a brotes verdes. Se hizo a un lado, sin llegar a detenerse, para esquivar a dos chavales que se perseguian entre carcajadas, y contemplo con agrado los tonos rojizos y azules del anochecer mientras las farolas de la calle ganaban en intensidad. Inspiro un par de veces para disfrutar de la sensacion. Procedente de alguna casa cercana una musica violenta ponia la nota discordante, pero cuando el volumen comenzaba a resultar molesto se desvanecio de repente. En el silencio, le parecio escuchar un grito que pedia auxilio. Se detuvo atenta. El grito se repitio desesperado: <>. Por encima de la valla, a su izquierda, un hombre junto a un ventanal abierto se agarraba la cabeza y volvia a gritar. Sin pensarlo demasiado empujo la cancela y recorrio a toda prisa el camino de grava que ascendia por el cesped. --Soy medico --dijo al llegar junto al hombre--, ?que le pasa? --Lo sujeto por los brazos. --!Es mi hijo! --exclamo espantado, la mirada vuelta hacia el salon. --!Calmese! --Tuvo que zarandearlo un poco--. ?Donde esta su hijo? El hombre senalo tras el ventanal y cuando ella entro, a la tenue luz de un par de lamparas pudo ver dos cuerpos tendidos en el suelo. Uno de mujer, con el vestido subido hasta el pecho dejando a la vista la ropa interior, la cara congestionada vuelta hacia ella y los ojos demasiado abiertos pero sin ver. A un par de metros, un muchacho tumbado boca arriba con un charco de sangre que se extendia bajo su cabeza respiraba con dificultad. Se arrodillo a su lado y le cogio la muneca; habia pulso, aunque debil. Se volvio hacia la puerta. Junto al padre habia un par de vecinos mas. --Avisen al enfermero del centro de salud --ordeno--, que venga con la mochila de parada, y a emergencias, digan que hemos comenzado la reanimacion. !Y a la policia! --grito cuando los otros dos ya se alejaban hacia la calle. El padre se acuclillo a su lado. Lloraba. --Dios mio, no, no dejes que muera. --!Digame como se llama su hijo! --Leandro, se llama Leandro. La respiracion del chaval sonaba a burbujas. Le abrio la boca y le limpio los restos de algo espeso. Mientras actuaba no cesaba de repetir como un mantra el nombre del nino. El pulso seguia debil y cuando paso una mano por detras de la cabeza una parte del craneo cedio bajo sus dedos; al retirarla estaba cubierta de sangre. Mando al padre a por una toalla limpia y se la coloco con cuidado bajo la cabeza. --No lo vamos a mover hasta que lleguen los sanitarios --dijo mientras con disimulo se limpiaba la mano en el pantalon. Se acerco a la mujer para asegurarse y regreso junto al nino. Un policia local muy joven se asomo por la hoja abierta del ventanal. --?Que ocurre...? --comenzo con voz segura, aunque al ver el cadaver se interrumpio en seco con una mano en la boca y la cara tan palida que la doctora temio que se fuera a desmayar. --Oiga --le dijo--. !Oiga! --Consiguio que apartara los ojos de la muerta. --?Que ha pasado? --volvio a preguntar con voz temblorosa y la mano aferrada al marco. --Alguien los ha atacado --explico ella--. La mujer ha muerto. --Por el padre, evito decir que el nino estaba muy mal--. ?Puede confirmar que se ha dado el aviso a emergencias? El policia parecio agradecer la sugerencia y salio. Al instante la sirena de una ambulancia se escucho cada vez mas cercana hasta detenerse frente a la casa y el equipo de emergencias entro escoltado por el mismo policia, seguidos por el enfermero de su consulta. Ella les resumio la situacion y comenzaron a estabilizar al nino. Se aparto unos pasos hacia el padre, que desde cierta distancia contemplaba al muchacho mientras los de emergencias se ocupaban de el. Las lagrimas brotaban mansas, mezcladas en la mejilla derecha con la sangre que goteaba de cuatro aranazos paralelos bastante profundos. Quiso saber como se los habia hecho, pero el, absorto en su hijo, no parecio escucharla. --?Se pondra bien? --pregunto sin desviar la mirada. Ella lo miro de lado sin saber que responder. Fuera ya habia oscurecido; el reflejo anaranjado de las luces de la ambulancia iluminaba intermitente el techo del salon y entrecortaba los movimientos de los presentes, como si la alarma de incendios se hubiese disparado en mitad de una representacion. Miro a su alrededor mientras una angustiosa sensacion de futilidad le oprimia la garganta y tuvo la acuciante necesidad de curar los aranazos de la cara de aquel hombre. --Esta en buenas manos, seguro que si --mintio mientras empapaba una gasa. Martes, 6 de mayo de 2008 * 21:50 h Empujado por la calida brisa, el visillo proyectaba una inquieta mancha de luz con un vaiven como el de las olas en una orilla lejana. La pantalla de un telefono olvidado sobre la mesilla de noche refulgia con la cadencia irregular de un faro averiado cada vez que la mancha de luz lo salpicaba. La cortina se apaciguo y el telefono, contagiado por la urgencia de la llamada, desperto con exigente zumbido y emprendio un insensato viaje por encima del tablero. A tres dedos del filo, la vibracion se detuvo y dejo en el ambiente la calma de un mal presagio. Un instante despues, resuelto, el movil reanudo su danza. El tono de llamada se interrumpio con un chasquido. --Si. --?Ernesto...? --Un hilo de voz temblorosa. De fondo, otras voces; en la distancia, una sirena. --?Estefano? --Preocupado--. ?Eres tu, Estefano? ?Estas bien? --Han matado a Blanca. --Una pausa--. Leandro esta malherido. --Otra pausa, un sollozo--. Lo llevan al hospital. --!Dios mio! Pero, ?que os ha pasado? --Yo... no lo se. --Una voz distante le ordenaba poner fin a la llamada--. Ahora no puedo hablar. ?Puedes ir al hospital hasta que yo llegue? Viernes, 13 de enero de 2017 * 21:30 h Ernesto Perez Quiroga se despidio de su ultimo paciente de la tarde. Cerro la libreta, desconecto el ordenador y salio al recibidor con la bufanda en el cuello y su abrigo largo y negro sobre el brazo. --Que tenga un buen fin de semana, doctor Quiroga --dijo la secretaria con una sonrisa. --Igualmente, Carolina --respondio el tirando de la puerta--. Hasta el lunes. Hacia mucho frio esa noche, y el contraste de las calles ahora vacias y en penumbra con el bullicio y la iluminacion de la recien terminada Navidad acentuaba la gelida sensacion. Para el frio del invierno, Ernesto se calzo los guantes y se ajusto el cuello del abrigo; para mitigar el de dentro, sin pararse a pensarlo, decidio que era el momento de comprar un teleobjetivo que acechaba desde hacia meses. Con esa idea consiguio hacer a un lado la anoranza de otras Navidades y disfrutar del paseo. Le gustaba el frio; le gustaba pasear bien abrigado por las calles de Granada en invierno y volver despues al calor de un buen fuego en la chimenea, un te negro bien caliente y una buena novela. En algunas ocasiones, de rodillas frente al toril de sus recuerdos, se atrevia a abrir el porton y reconocer, al compas de las cornadas, que todo aquello no eran mas que los sustitutos de un hogar y una familia. Tiempo atras, poco despues de la muerte de Estefano y su propio divorcio, pensar en eso le resultaba demasiado doloroso. Aun asi, mas a menudo de lo saludable, se deslizaba con cruel determinacion hacia ese espinoso paisaje, forastero entre las lapidas de su pasado, como si hurgar en ese dolor y paladear su sabor amargo fuese un perverso antidoto contra el olvido. Pasaron los anos, las llagas cicatrizaron y el pesar por sus perdidas, igual que la punzada de un hueso roto en dias de lluvia, quedo reservado solo para fechas senaladas, como un recordatorio en el almanaque de la cocina o una pregunta sin responder. Y asi, excepcion hecha de esos aniversarios de venerada melancolia, su vida transcurria placida y previsible con la tranquilidad de quien, por fin, ha aceptado que algunos lugares no son para el. Cruzaba Trinidad en diagonal hacia calle Duquesa cuando noto la vibracion del movil en el bolsillo de su camisa. El aire helado se le colo hasta el pecho al desabrochar el abrigo para alcanzar el telefono.

  • Romina Rossi de Angella Aryes

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    Romina Rossi, en la recta final de su carrera tiene tantos suenos: ejercer su carrera y realizarse como profesionista, clasificar para las Olimpiadas, establecerse en la empresa familiar; sin embargo, un golpe del destino la pone frente a frente de Leonardo Bianchensi, un hombre 11 anos mayor que ella, dando un giro a su mundo de 180 grados. Leonardo Bianchensi, considerado “El Midas del siglo XXI”. Controlador, perfeccionista, su mundo se pone de cabeza al saber que la nina a quien conocio y aprendio a querer a traves de las platicas de su mejor amigo y hermano de Romina, Rafael, ha secuestrado su corazon como una atractiva mujer y sin que el se diera cuenta.
    ?Que hara Romina cuando su mundo estable y siempre bajo la proteccion de su familia, se tambalea ante la nueva perspectiva que se vislumbra para ella?
    ?Que hara Leonardo para manejar la necesidad de proteger y control a Romina? Ambos tendran que, Aprender a amar.

  • La caverna de Jose Saramago

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    Con las dos novelas anteriores Ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres, este nuevo libro de Jose Saramago, forma un triptico en que el autor deja escrita su vision del mundo actual.

  • Nada es para siempre de Noe Casado

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    El hedor procedente de la sangre, orines y otros desechos humanos hacia el aire irrespirable y se adheria a la basta tela del habito. La ventilacion de las celdas era insuficiente y la paja, que debia cambiarse cada diez dias, se hacia cada treinta, porque el alguacil y los carceleros estaban conchabados con el paisano que debia ocuparse de que las condiciones de los reos fueran aceptables. Un negocio fraudulento que daba beneficios a quienes cobraban una miseria por trabajar; no era el unico negocio en el que se falseaban las cuentas. Todos en aquella prision tenian algun que otro chanchullo para meterse unas monedas extra en la bolsa. A pesar de que las ventanas de las celdas no disponian de cristal ni de ningun otro elemento que las cubriera y de que el aire atravesaba los barrotes, jamas se respiraba aire limpio. Ni siquiera en invierno, cuando soplaba el cierzo. Aquel olor tan nauseabundo no se iba nunca. Un olor que, por mucho que las lavanderas se empenaran y dejaran durante dias las prendas oreandose, nunca terminaba de eliminarse de la ropa. Aunque era superado por otro quiza menos habitual, el de la desesperacion de los que iban a morir tras sufrir tormento, pues, culpables o no, su destino estaba sellado desde que se habia formulado la acusacion. El ultimo interrogatorio al que me habia visto obligado a asistir como inquisidor fue el de un hombre acusado de judaizante, porque una vecina aseguraba que no lo veia echar tocino en el puchero. Acusaciones como esa eran comunes y la razon esgrimida por el reo era que no disponia de recursos para comprar tocino. Lo facil hubiera sido hacer las comprobaciones, sin embargo, resultaba mas ejemplarizante detenerlo y arrancarle una confesion bajo tormento. Y ahi lo habia dejado, desangrandose, con una pierna rota, esperando ser ejecutado, aunque, dado su estado, lo mas probable es que fuera una ejecucion en efigie. * * * Bip… bip… bip… El maldito zumbido avisando que entraba un mensaje hizo que se sobresaltara. Por poco el movil no acabo estampado contra la pared. Odiaba los adelantos tecnologicos, porque, a pesar de que hacian la vida mas facil a muchas personas, para el eran sin duda sinonimo de esclavitud. Incluso los avances medicos, que tantas vidas salvaban, no eran de su agrado, pues mucho hijo de puta se beneficiaba de ellos. Ya nada quedaba al azar, todo estaba contaminado. LM se incorporo maldiciendo. Se noto sudado y puso cara de desagrado. Tenia la espalda dolorida, ya que llevaba unos dias durmiendo sobre un delgado colchon. Por alguna razon que preferia no analizar, se habia impuesto un castigo que consistia en prescindir de ciertas comodidades. Intentaba que los malditos suenos no regresaran. Eran como una enfermedad que no se ha curado bien. De vez en cuando lo atormentaban impidiendole dormir o, peor aun, haciendo que su humor, ya de por si agriado, se agriara todavia mas. Aparto la aspera sabana de un manotazo y se levanto para ir al bano. Ni siquiera se molesto en encender la lamparita que habia colocado a un lado del colchon para leer de noche. Que mania tenia la gente de abusar de la luz. Por la claraboya se filtraba la suficiente como para no tropezar con nada. Siempre que finalizaba una mision, buscaba un lugar apartado en el campo, donde por la noche la unica luz fuese la del reflejo de la luna; y hasta esta descansaba algunos dias, proporcionandole oscuridad total. Tras orinar, regreso al desvan que utilizaba como dormitorio y miro la hora. Apenas eran las cinco. Maitines, algo a lo que por mucho que pasaran los anos seguia acostumbrado. Desecho la idea de volver a dormir, asi que busco algo con lo que cubrirse. En ese aspecto los avances si le gustaban, con un pantalon y una camiseta estaba listo y la comodidad del algodon era muy de agradecer. Llevaba en esa vivienda poco mas de un mes, lo justo para preparar la mision que le habian encomendado. Una de tantas. Ya no le importaban nada ni el motivo ni el posible beneficio, nada. Le daba todo igual, solo cumplia con su parte del trato. Le habian enviado un maldito artefacto, tableta lo llamaban, en el que encontraria toda la informacion, sin embargo, el habia insistido en que hubiese tambien documentos impresos. La tableta era otro cacharro que, igual que el telefono movil, evitaba. Lo primero que miro fueron los datos del companero que le habian asignado y arqueo una ceja al ver la fecha de nacimiento, 1905. Eso no tenia sentido segun las normas. Unas normas que todos, incluido el, habian aceptado sin cuestionarlas cuando se les ofrecio una forma de redimirse. Cuando estaba a punto de morir, una mujer a la que no pudo ponerle rostro ni edad, le hablo de la posibilidad de vivir para siempre a cambio de servirla. Cuando la acuso de bruja, sufrio unos dolores infernales, mucho mas insufribles que las heridas que llenaban su cuerpo. Desde entonces, habia sido tan necio y tan cobarde que nunca planteo la pregunta que se formulaba desde hacia siglos: ?aquello acabaria alguna vez? No, no acabaria nunca. Sus misiones habian sido numerosas. Solo cambiaba el pais, la gente, las costumbres. El tiempo avanzaba, pero el no, el seguia siendo el mismo, eso si, mimetizado con el ambiente para no llamar la atencion. Debio cerrar los ojos, aguantar el dolor producido por aquellas cuchilladas que lo desangraban poco a poco y esperar la muerte en aquel camino embarrado a la salida de Medina del Campo. No lo hizo y ahora estaba harto, aunque resignado, y a punto de empezar otra mision con un <>. Segun la norma, tras aceptar servir indefinidamente a cambio de salvar la vida, cualquiera de ellos debia pasar oculto en un monasterio al menos cien anos desde su <>, para que nadie pudiera reconocerlo. LM tuvo que sobrellevar los primeros anos de su obligado retiro en la abadia de Hautecombe. No podian correr riesgos y por eso, cada pocos anos, diez a lo sumo, se trasladaban a otro monasterio, siempre antes de que alguien se percatara de que no envejecian y comenzaran las preguntas incomodas. Por ese motivo se sorprendio al leer el expediente de quien iba a ser su companero en aquella mision, porque el tal Bastien von Hayek, solo llevaba setenta y cinco anos recluido. Su ultima estancia habia sido en el priorato de Silverstream, en Irlanda. LM fruncio el cejo al seguir leyendo; no le hacia mucha gracia aguantar a un novato nacido en Hallstatt, Austria, y que en el momento de su <> tenia cuarenta anos. El ninato, como lo llamaba ya mentalmente, habia sido piloto de la Luftwaffe y, tras ser derribado, habia conseguido escapar, pero debido a sus lesiones ya no le permitieron volver a pilotar, asi que lo premiaron con un buen destino: el gueto de Terezin, en Checoslovaquia, con un alto rango dentro de las SS. Bueno, iban a formar una pareja sin igual, un inquisidor y un nazi. Tendrian mucho de que hablar, sin duda, penso LM no sin cierta ironia. La mision consistia en acceder a los archivos de la familia Alcazar de Virrey. Era el primer paso para averiguar que paso con los cuadros expoliados en Austria a una importante familia judia tras la invasion nazi de 1938 y que, por diferentes motivos, acabaron en manos de un militar espanol. No se trataba del primer encargo de esa indole. Por desgracia, a lo largo de la historia habian sido innumerables los casos de arte robado, por lo que no suponia ninguna novedad. Ademas, casi siempre, por desgracia, se repetia el mismo patron. O por suerte para el, porque asi la tarea se simplificaba. Aunque ya hacia mucho que nada lo emocionaba, a veces agradecia que se complicaran las cosas, de esa forma se aburria un poco menos. LM llevaba ya un rato concentrado en la lectura y el dia clareaba. Miro de reojo y con desconfianza la moderna cafetera. Odiaba ese brebaje traido de las Indias, que la humanidad tomaba cada dia. El preferia un sencillo cuenco de avena con miel, aunque los cereales de ahora sabian a tierra y la miel era una mierda adulterada. Como no disponia de avena, busco algo de pan ya duro del dia anterior, calento leche en un cazo y lo fue partiendo en trozos irregulares. Echo una cucharada de azucar y espero a que el pan absorbiera la leche, mientras lo removia a fuego lento.

  • Los abrazos robados de Pilar Mayo

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    Irene, madre soltera de una adolescente, Clara, por fin ha conocido el amor verdadero: Mario.

  • Tu y yo. Nivel principiante de S. J. Hooks

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    Al mirar la hora, di un leve suspiro de alivio. Mi clase estaba a punto de comenzar y, por suerte, ella no habia hecho acto de presencia. Por lo general, desaprobaba que mis alumnos faltaran a clase, pero por lo visto la cosa habia cambiado mucho desde el inicio del semestre de primavera, cuando ella entraba con aire despreocupado en el aula, irritandome cada dos por tres. Volvi a mirar mi reloj. Hora de empezar. Entonces la puerta se abrio bruscamente y mi buen humor se desvanecio. Como iba a faltar a clase. Seria la primera vez. Entro a la sala con su habitual aire danzarin, con unos cascos absolutamente descomunales, meneando la cabeza al ritmo de la musica. ?Acaso era minimamente consciente de las miradas que despertaba? ?Le importaba? Probablemente no, dado el atuendo--por llamarlo de alguna manera-- que elegia. Las botas militares que calzaba estaban gastadas y sin lustre, llevaba unos pantis negros llenos de agujeros, una falda diminuta y, por si fuera poco, le habia recortado el escote a la blusa de manga larga, de modo que el hombro le quedaba al descubierto. Mis ojos se posaron ahi, notando la ausencia de un tirante de sujetador. Los cachas del fondo tambien se fijaron, y la siguieron con la mirada en su recorrido, mientras sus movimientos hacian patente que definitivamente no llevaba nada debajo de la cenida blusa. Al levantar la vista hacia ella, nos cruzamos la mirada fugazmente. Me dedico una amplia sonrisa con un guino. De repente, senti que la pajarita me apretaba el cuello y tuve que reprimir el impulso de quitarmela de un tiron. Cuando paso como si tal cosa por delante de mi mesa, fingi que miraba la hora. Imponia demasiado a tan corta distancia... Esos labios rojos y todo ese potingue negro que llevaba embadurnado en los ojos. Era como mirar a un mimo en version distorsionada. Yo no entendia por que decidia presentarse con esa facha cuando, por lo demas, era bastante mona. Tenia buen tipo, los ojos azules y grandes, y una larga y brillante melena castano cobrizo. Pero nunca se dejaba el pelo suelto. Ese dia parecia que se habia enrollado espesos mechones con una batidora antes de sujetarselos en la coronilla con un prendedor. Su aspecto no era lo unico que me fastidiaba. La chica no parecia tener ninguna consideracion por el hecho de que yo fuera su profesor, ni por el decoro con el que se suponia que debia comportarse en mi presencia. A menudo me llamaba <>, a pesar de que la corregia cada vez que ocurria. Yo no era <> cuando daba clase y esperaba que mis alumnos se dirigieran a mi con el tratamiento de <> o bien <>. Ni que decir tiene que mis expectativas se veian truncadas en lo que se referia a esa irritante joven. Ese dia habia sido practicamente la primera vez que me habia guinado el ojo y yo no habia tenido la menor idea de como reaccionar en esa coyuntura. Ella era totalmente impredecible, lo cual me ponia nervioso. Nunca dudaba en interrumpirme en clase si discrepaba en algo. ?Y cuando no discrepa en algo? Jamas en mi vida habia conocido a una chica tan dogmatica y testaruda hasta la exasperacion. Tenia ganas de que acabase el semestre para poder perderla de vista de una vez por todas. Era lista --eso era innegable-- y yo estaba convencido de que aprobaria la asignatura con nota alta. Se sento en primera fila, como siempre, y la observe mientras dejaba el bolso en el suelo. El movimiento hizo que el escote de su blusa, de por si holgado, se deslizara por debajo del hombro, dejando aun mas al descubierto su palida piel. Eso me molesto mas si cabe que sus continuas interrupciones y su reprobable conducta. ?Por que no vestia como Dios manda? Seria una jovencita encantadora si se pusiese una falda con un largo decente y, tal vez, una blusa de seda. Pero, por lo visto, se empenaba en ir como una pordiosera, echando a perder sin remedio mi buen humor. A mi me gustaban el orden y la previsibilidad, y con ella en mi clase no podia disfrutar de ninguna de las dos cosas. Se apellidaba, como no, <>[1]. La senorita Wilde se habia convertido en un constante motivo de fastidio en mi horario docente de martes y viernes, por lo demas agradable, y no veia la hora de librarme de ella. Carraspee para avisar a mis alumnos de que la clase daba comienzo, y por una vez se serenaron rapidamente. Yo conocia de sobra el motivo de su inusitado comportamiento: ese dia ibamos a tratar la novela Lolita de Vladimir Nabokov. La trama subida de tono de un hombre maduro que se enamora y mantiene relaciones sexuales con una nina de doce anos la convirtio en un clasico de todos los tiempos en las aulas. Aun estaba prohibida en muchos lugares, y nada hacia sentir a mis alumnos de literatura mas adultos que leer libros <>. Cuando comenzo la clase, me sorprendio ver que, por una vez, la senorita Wilde no participaba; tomaba apuntes en silencio con un esbozo de sonrisa en el rostro. En el transcurso del debate, un estudiante sentado al fondo comento que el personaje principal, Humbert, era un enfermo mental que no controlaba sus actos, por lo que se merecia un poco de indulgencia. --Pero no puedes defenderlo --replico una chica cuyo nombre yo no recordaba--. !Es un pervertido consumado y corrompe a la nina! --En realidad, pienso que ocurre al contrario --tercio la senorita Wilde, sin levantar la vista de sus apuntes. --?Como? --se sorprendio la chica--. ?Lo dices en serio? --Como que me apellido Wilde --respondio ella--. Estoy casi segura de que Lolita es la que corrompe a Humbert. Lo seduce y el cae rendido a sus pies. ?Que tio no lo haria? --!Pero si no es mas que una cria! --insistio la otra chica. --Efectivamente, pero sabe de sobra lo que se hace cuando lo seduce. No es su primera experiencia sexual; luego el practicamente come de la palma de su mano. No digo que el actuara bien, pero tienes que recordar que la ve como una chica joven, y por su parte su madurez emocional no supera la de un nino de doce anos. La chica se quedo sin argumentos y bajo la vista. --Esa es una buena observacion --admiti. Aunque las intervenciones a destiempo de la senorita Wilde me fastidiaban, siempre realizaba excelentes aportaciones a los debates. Por lo general, me agradaba tener a alumnos tan participativos en mi clase para animar los debates. Solo que en su caso habia algo que me crispaba. Por alguna razon, sacaba lo peor de mi. --Bien, ?por que creen que el autor decidio escribir sobre un tema tan controvertido? --pregunte a la clase. Algunos levantaron la mano, pero desistieron en cuanto la senorita Wilde intervino sin permiso. Otra vez. Aprete los dientes. No cabia duda de que la chica era inteligente, pero ?por que no respetaba las reglas como el resto? Por Dios, es de lo mas exasperante. --!Senorita Wilde! Se callo y me miro. Por desgracia, no parecia intimidada en absoluto y se limito a lanzarme una mirada de extraneza. --?Si, Stephen? --pregunto amablemente. --Profesor Worthington --corregi. Menos mal que el semestre acabara pronto. Ella se limito a sonreirme. --Si no espera su turno para hablar, puede abandonar el aula --dije, retandola para mis adentros a continuar su perorata. Hizo una sena para que yo continuara y se reclino en el asiento con gesto divertido. Pedi a los demas estudiantes que opinaran y recibi unas cuantas respuestas nada inspiradas sobre los tabues. Una de las chicas llego incluso a argumentar que el verdadero pervertido era el autor. Suspire y de mala gana di la palabra a la senorita Wilde, que sonrio maliciosamente y se inclino hacia delante. --Creo que Nabokov utiliza a los protagonistas a modo de simbolos. Yo me hacia una idea bastante aproximada de adonde pretendia ir a parar con eso pues, como siempre, habia dado en el clavo. Habria sido mucho mas facil si simplemente hubiese podido echarla de clase tanto por su ridicula pinta como por sus estupideces, pero no era el caso. Era lista y no tuve mas remedio que seguir concediendole la palabra. --?En que sentido? --pregunte, y asenti. --Humbert es un hombre mayor y de mundo, pero atrofiado a nivel emocional. Le gusta la literatura seria y la musica clasica. Representa a Europa. Lolita es joven, marchosa e ingenua. Le gusta la Coca-Cola, la musica rock y las revistas de moda. Esta claro que encarna la interpretacion del autor de Estados Unidos, la cual no es precisamente halagadora. --Titubeo y sonrio satisfecha--. Pero igual me equivoco. A lo mejor las motivaciones de Nabokov no iban tan alla. A lo mejor le vino la inspiracion una noche en un sueno. --Alzo la vista hacia mi con su sonrisa torcida, y anadio--: Al fin y al cabo, ?que hombre maduro no suena con acostarse con una chica mas joven? Volvio a guinar el ojo. Puede que yo fuese inexperto en lo concerniente al sexo opuesto, pero no hacia falta ser un genio para entender que la senorita Wilde estaba burlandose de mi. La punta de la lengua asomo entre sus labios. --Se acabo la clase --dije, y aprete la mandibula. Me sente a mi mesa y me puse a recoger los libros. --Hasta el viernes, Stephen --oi decir a la senorita Wilde al pasar por delante de mi hacia la salida con los demas alumnos. Alce la vista y la observe caminando tan campante con su ridicula indumentaria. Mis ojos captaron fugazmente algo que asomaba por el borde superior de su blusa justo por debajo de la nuca: un tatuaje. Mi mirada fue descendiendo hasta su trasero y sus estilizadas piernas, cubiertas por los espantosos pantis. Ella miro por encima del hombro y me dedico una sonrisa antes de cruzar la puerta. Como no iba a llevar un tatuaje. Salta a la vista que le trae sin cuidado su aspecto o que la tomen en serio. Ojala usara ropa mas favorecedora. Estaria bastante guapa si le pusiera un poco de empeno. Eche las cosas a mi bolsa y me dirigi a toda prisa al coche. La clase me habia dejado frustrado y contrariado, de modo que decidi ir al gimnasio de camino a casa. Al llegar al coche, vi que tenia una llamada perdida de Matt. Marque su numero y respondio despues de sonar varias veces. --!Stevie! --dijo en tono cantarin--. ?Que pasa? --No lo se. Me has llamado tu. --Ah, vale. ?Por que nunca lo coges? --Tenia clase. Habia dejado el telefono en el coche. --Sabes que puedes llevarlo encima, ?verdad? No se trata de un telefono para el coche, aunque entenderia que pensases eso. --?De que estas hablando? --Necesitas un telefono nuevo. El que tienes es un ladrillo. ?Sirve para mandar mensajes? --Lo sabes de sobra --respondi--. ?Por que me has llamado? --Quiero que salgas conmigo esta noche. --Es martes. --?Y? --Pues eso, ?no trabajas manana? --Si, ?y? Suspire. --Dejalo. No, no puedo salir. --?Por que no, tio? No tienes clase por la manana. --Tengo que corregir unos trabajos y terminar un articulo. Ademas, tenia ganas de pasar una noche tranquilamente en casa. --Pasas todas las noches tranquilamente en casa --repuso Matt y practicamente pude oir como ponia los ojos en blanco. --Bueno, es lo que me gusta. --Te juro por Dios que no me explico como es posible que estemos emparentados. Eres el tio de treinta y tres anos mas carca del mundo. Opte por no puntualizar el hecho de que Matt y yo solamente estabamos emparentados por el matrimonio de nuestros padres. --Lo digo en serio --continuo--. Estas soltero y tienes a tiro pibones jovenes, pero ?cuanto hace que no echas un polvo? ?Quien se acuerda a estas alturas? --No las tengo <>, como tu dices. Esta prohibido salir con alumnas y lo sabes. --No estoy hablando de salir --replico Matt--. Estoy hablando de que alguien ponga en tu polla una mano que no sea la tuya. ?No suena fantastico? --Tengo que irme --dije--. Voy al gimnasio. --Genial, nos vemos alli en diez minutos --contesto Matt y colgo sin darme tiempo a protestar. Fantastico. Justo lo que necesitaba despues del dia que llevo.

  • La piel de Elisa Mayo

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    Cuando no eres capaz de mirarte en el espejo, evitas incluso que te toquen.
    ?Como es una vida sin caricias?
    Y, ?como se despierta una piel?

  • Un placer culpable de Maria Acosta

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    Una pasion incontrolable y un amor prohibido y peligroso.

  • Cerrando puntos suspensivos de Rozalen

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    Cantautora de primera linea, talentosa y comprometida, Rozalen nos regala una libre y honesta recopilacion de reflexiones acerca de los momentos y situaciones mas emocionantes e importantes de los ultimos anos.

  • Ciega, sorda y muda de

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    En nuestra vida nos topamos con personas que no quieren escuchar, otras que no quieren hablar y otras que no quieren ver. Sordas, mudas y ciegas, en cualquier orden, no interesa cual. Lo importante es saber llevarlas, seguirles la corriente, ir para donde disparen; o podemos contradecirlas, esquivarlas... o mejor aun, tenerlas de amigas.
    Asi son ellas. Pilar, la sorda. Catalina, la muda. Malena, la ciega. Tres amigas que se complementan, inseparables, casi hermanas, por poco almas gemelas. "Somos nuestro tercio de la naranja", si, porque a veces la media naranja no existe, solo a veces, la naranja tambien se parte en tres pedazos iguales.
    Tres caminos, tres historias que, a pesar de todo, luchan por el amor. Porque ese sentimiento se hace, se construye, se vive, se siente y a la vez se odia.
    ?Podran aprender a escuchar, ver y hablar mientras tratan de conseguir que todo a su alrededor funcione? ?Se puede cambiar por amor?

  • En mi camino de Bea Melworren

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    Helena vive ?su vida? No, en realidad no es suya, sino de su madre, que con una gran habilidad consigue manipularla a su antojo.

  • Una cancion salvaje de Victoria Schwab

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    -El primer tomo en la bilogia “Los monstruos de Verity”. -Best Seller del New York Times. -Victoria Schwab es una reconocida autora de fantasy juvenil, que ha publicado varios libros con un gran exito a nivel mundial, entre ellos destacan Una magia mas oscura y El archivo. Kate Harker quiere ser despiadada como su padre. Tras cinco anos en los que paso por seis internados, al fin regresa a casa para demostrar que puede serlo. August Flynn quiere ser humano. Pero no lo es. Es un monstruo, capaz de robar almas con una cancion. Es uno de los tres monstruos mas poderosos de una ciudad plagada de estas criaturas. El arma secreta de su propio padre. Su ciudad esta dividida. Su ciudad esta desintegrandose. Kate y August son los unicos que pueden ver ambos lados, los unicos que podrian hacer algo. Pero ?como te decides a ser heroe o villano cuando es tan dificil distinguirlos?

  • Espera, Ponte Asi de Andreu Martin

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    Un director de teatro ensaya con un grupo de actores una obra de Ibsen; falta poco para el estreno, y todo iria sobre ruedas si el azar no le hubiera llevado, unos dias antes, a una habitacion de hotel en compania de la joven, atractiva e insolente actriz que, en la obra, interpreta a la Senora Linde. A partir de ese momento no puede quitarse de la cabeza lo que en principio parecia una simple aventura mas. De repente, el imborrable recuerdo de esa experiencia se convierte dia a dia en una mortificante obsesion. Una y otra vez reproducira, en la realidad o mentalmente, aquella inesperada pero intensa vivencia sexual. Esa obsesion modificara no solo su relacion con Laura, su mujer, sino tambien con actores y actrices que intervienen en la obra. En su huida hacia delante, mientras intenta sobreponerse a la cada vez mas cautivante obsesion. El protagonista toma caminos que lo llevaran, lenta pero inexorablemente, a trastornar su vida laboral, matrimonial y sexual hasta limites que poco podia sospechar.

  • La ideologia invisible de Javier Benegas

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    "Nos enfrentamos a un nuevo y temible totalitarismo, una ideologia invisible, liquida y polimorfica que desborda las tradicionales fronteras ideologicas. Un monstruo con vida propia que apela a las emociones y no a la razon, a las ensonaciones y no a la realidad, que promete proporcionar aquello que cada uno desee, aunque sea una identidad imposible. Incrustado dentro del propio poder, compra voluntades, proporciona prebendas a quienes son sus complices y castiga con la muerte civil a quienes lo desafian.

  • Subete a unos tacones y tu vida cambiara de Amber Lake

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    Marcia Gallardo, treintanera, licenciada en economicas, soltera y sin compromiso, necesitaba dar un cambio a su vida y este debia comenzar por transformar su aspecto. Estaba cansada de que la ningunearan en su trabajo, de que ningun hombre decente se fijara en ella y de que sus amigas la pusieran como ejemplo de lo que no se debe hacer para triunfar en la vida. Sin embargo, lo que la habia acabado de decidir era la posibilidad de perder su trabajo en las proximas semanas.
    La rivalidad con una companera, que tenia muchas posibilidades de llevarse el ascenso que ella merecia, exigia utilizar todas las armas a su alcance, incluyendo el seducir al nuevo jefe. Pero ?hasta donde estaria dispuesta a llegar?
    Cuando Andre Bassard, el hombre del que dependia su futuro, resulta ser diferente a lo que esperaba, Marcia ve peligrar sus planes. Resuelta a no dejarse vencer, piensa en variar de estrategia; algo que tambien conlleva ciertos riesgos. como enamorarse de el.

  • La cancion secreta del mundo de Jose Antonio Cotrina

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    Se llama Ariadna.

    Hace cuatro anos, la policia la encontro en una casa incendiada repleta de cadaveres y cuerpos mutilados. Ella era la unica superviviente de la matanza. Y lo unico que recordaba era su nombre.

  • La doctrina del Sainte-Victoire de Peter Handke

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    De vuelta a Europa necesitaba escribir todos los dias y releia de un modo nuevo muchas cosas. Los habitantes del pueblo apartado y solitario que sale en el Bergkristall de Stifter son muy laboriosos. Cuando una piedra se cae de un muro la vuelven a poner; las casas nuevas las construyen como las viejas; los tejados que tienen algun desperfecto los reparan con el mismo tipo de pieza de madera. Donde aparece de un modo claro y llamativo esta tenacidad es en el caso de los animales: el color se queda en la casa I . En cierta ocasion, en medio de los colores me senti como en mi elemento. Los matorrales, los arboles, las nubes del cielo, incluso el asfalto de la calle tenian un brillo que no era ni de la luz de aquel dia ni de la estacion del ano. El mundo de la Naturaleza y el de las obras del hombre, el uno a traves del otro, me depararon un momento de beatitud que conozco por las imagenes de la duermevela (sin embargo, sin este elemento amenazador que anuncia lo extremo o lo ultimo) y al que se le ha llamado el nunc stans: momento de eternidad. Los matorrales eran retama amarilla; los arboles eran pinos aislados de color marron; las nubes, a traves de la niebla que se habia posado sobre la tierra, aparecian con un color azulado; el cielo (el mismo cielo que Stifter aun podia poner de un modo tan sosegado y tranquilo en sus narraciones) era azul. Me habia parado en la cima de una colina de la Route Paul Cezanne, que, en direccion al este, va de Aix-en-Provence al pueblo de Le Tholonet. Distinguir los colores y, todavia mas, darles nombre es algo que desde siempre me ha resultado dificil. Goethe, en su Teoria de los colores, haciendo gala un poco de sus conocimientos, habla de dos sujetos en los cuales en parte me veo a mi mismo. Los dos, por ejemplo, confunden <>: solo con pequenas matizaciones de mayor o menor claridad, mayor o menor viveza parece que estos colores cobran independencia y se distinguen unos de otros a sus ojos. Uno de ellos ve en el negro un cierto tono marron y en el gris un cierto tono rojizo. En general, lo que los dos perciben con mayor finura es la gradacion de claro y oscuro. Probablemente tienen un defecto de vision, pero Goethe los ve todavia como casos que estan en el limite entre lo normal y lo patologico. No hay duda: dice que si hablando con ellos uno deja que la conversacion siga derroteros azarosos y les pregunta sobre los objetos que tiene delante, termina en la mayor de las confusiones y acaba temiendo volverse loco. Esta observacion del cientifico, dejando aparte el hecho de que en ella me reconociera a mi mismo, me mostro lo que es la unidad entre mi mas remoto pasado y el momento presente: en un momento dilatado de ese <> estoy viendo como la gente de entonces -padres, hermanos e incluso abuelos-, unidos con la gente de ahora, se divierten oyendome decir los colores de las cosas que me rodean. Parece literalmente como si el hacerme adivinar los colores fuera un juego de familia; un juego en el que en realidad los que estan confundidos no son los otros sino yo. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con los dos sujetos de experimentacion de Goethe, en mi caso, por lo visto, no se trata de una enfermedad hereditaria. Dentro de mi circulo yo soy un caso aislado. A pesar de esto, con el tiempo me he dado cuenta de que no soy lo que normalmente se llama un daltonico y que tampoco padezco ninguna modalidad especial de esta enfermedad. A veces veo mis colores y los veo tal como son. Hace poco estaba yo en la nieve, en la cima del Untersberg. A muy poca altura por encima de mi cabeza, hasta tal punto que casi lo podia coger con la mano, dejandose llevar por el viento, planeaba un grajo. Vi el amarillo de sus garras, pegadas al cuerpo, como el color amarillo propio de las garras de un pajaro; el marron dorado de las alas que brillaban al sol; el azul del cielo. Estos tres colores producian las lineas de una amplia superficie extendida en el aire y a la que en aquel mismo momento percibi como una bandera tricolor. Era una bandera sin pretension alguna, un objeto hecho simplemente de colores. Sin embargo, gracias a ellos, las banderas de tela, que, hasta entonces, las mas de las veces, lo unico que hacian era impedirme ver lo que habia detras, se han convertido por lo menos en algo que puedo contemplar; porque en mi fantasia esta presente su origen pacifico. Hace veinte anos me examinaron para ver si era util para el servicio militar. En aquella ocasion, el mozo que normalmente estaba tan inseguro cuando le preguntaban sobre colores, en la prueba de la tabla cromatica, de entre la marana de puntos saco con bastante precision los numeros que le pidieron. Cuando luego comunique en mi casa el resultado del examen (<>), mi padrastro tomo la palabra -ya no nos hablabamos- y dijo que en aquel momento por primera vez estaba orgulloso de mi. Anoto esto porque en lo tocante a este asunto lo que he dicho de palabra ha sido siempre incompleto y ademas ha tenido una claridad equivoca. Al hablar de este hombre decia siempre que estaba <>. Sin embargo, este detalle, que en si mismo corresponde a la realidad, deforma la historia entera. ?La realidad no es mas bien que aquel dia vi la casa y el jardin con una extrana sensacion de llegada ? La observacion de mi padrastro me resulto repulsiva inmediatamente. Pero ?por que en mi memoria ha quedado asociada al fresco marron rojizo del huerto que aquel hombre terminaba de cavar? ?No llegaba tambien yo a casa en parte orgulloso con la noticia? Como sea, lo que ha quedado de aquel incidente ha sido el color de la tierra. Cuando ahora busco este momento ya no me veo como el joven de pocos anos que era entonces sino como un ser atemporal, sin perfil, como mi yo deseado, metido completamente dentro del marron rojizo, como dentro de una claridad gracias a la cual puedo comprenderme a mi mismo y tambien al soldado que era entonces. (Uno de los primeros recuerdos de Stifter eran las manchas oscuras que habia en el. Mas tarde supo <>. Ahora sus narraciones abren en mi una y otra vez zonas coloreadas en bosques cualesquiera.) Durante la guerra franco-alemana de 1970/71, Paul Cezanne hizo que su padre, el banquero acaudalado, le liberara del servicio militar mediante el pago de una suma de dinero. Paso la guerra pintando en L'Estaque, una localidad que en aquel tiempo era un pueblo de pescadores junto a una bahia, al oeste de Marsella, y que actualmente es uno de los barrios de esta gran urbe. Conozco el lugar unicamente por los cuadros de Cezanne. Pero solo este nombre, L'Estaque, abre en mi un espacio para una imagen de lo que es la paz. La region, incluso aquello en lo que esta se ha convertido, sigue siendo <>; no solo frente a la guerra de 1870, no solo para el pintor de entonces y no solo frente a una guerra declarada. No olvidemos que en los anos que siguieron a este retiro Cezanne continuaba trabajando a menudo alli; tenia especial predileccion por pintar en dias de mucho calor y bajo <> que le parecia <>. Los cuadros del tiempo en que estuvo escondido eran casi exclusivamente en blanco y negro, fundamentalmente con una atmosfera sentimental de invierno; en cambio, luego, aquel lugar, con sus tejados rojos ante el mar azul, se fue convirtiendo poco a poco en su <>. En las cartas que escribia desde L'Estaque encontramos por primera vez, junto a su nombre, la palabra <>, como hacian los pintores clasicos. Es el lugar <>. Los cuadros de despues de la guerra ya no reflejan estados de animo ni representan momentos especiales del dia o estaciones del ano: la forma muestra una y otra vez de un modo contundente la elementalidad del pueblo junto al Mar Tranquilo y Azul. Hacia el cambio de siglo aparecieron en L'Estaque las refinerias de petroleo y Cezanne dejo de pintar aquel lugar; dentro de unos cuantos siglos vivir carecera totalmente de sentido, decia. Solo en los mapas geologicos, la region, con su juego de colores, aparece totalmente virgen, y una pequena superficie de un verde de reseda, probablemente para mucho tiempo, lleva incluso el nombre de Calcaire de l'Estaque. Si, al pintor Paul Cezanne le debo el haber estado en medio de los colores en aquel lugar libre que hay entre Aix-en-Provence y el pueblo de Le Tholonet y que incluso el asfalto de la carretera se me apareciera como sustancia coloreada. Me he criado en un ambiente de pequenos campesinos en el que casi los unicos sitios donde habia cuadros eran la casa rectoral y las pequenas capillas que habia junto a los caminos; de ahi que desde el principio no haya visto en ellos mas que algo meramente accesorio y que durante mucho tiempo no haya esperado de ellos nada decisivo para mi. Algunas veces, leyes como la prohibicion de imagenes -caracteristica de algunas religiones o de algunos estados- las entendia yo como algo deseable; yo, que unicamente miraba los cuadros como quien mira algo que le distrae. Un objeto ornamental al que era posible prolongar hasta el infinito, por el hecho de corresponder a mi sed de infinitud -al llevarla mas lejos y darle fuerza-, ?no era el verdadero objeto que tenia enfrente? (En una ocasion, viendo un suelo con un mosaico romano me fue posible imaginar la muerte como un bello transito, sin la angostura habitual que llamamos <>.) ?Y no es la doctrina acabada de los colores y las formas lo que puede cobrar vida de un modo absolutamente maravilloso? (Aqui viene a cuento una frase de un cura de otro <> -ningun laico deberia permitirse una predicacion como esta-, y no hay que olvidarla, fijemonos en que ha omitido el articulo delante de la ultima palabra: <>.) Por esto, en relacion con los pintores me comportaba mas bien con una cierta ingratitud; pues no era nada infrecuente que aquellos supuestos objetos accesorios me sirvieran cuando menos de tablas de contemplacion y que no poco de lo que habia alli se convirtiera en imagenes recurrentes de la fantasia y de la vida. No obstante, en esta operacion de mirar, los colores y las formas, en si mismos, se convertian en algo de lo que apenas me daba cuenta. Lo que contaba era siempre el objeto especial que habia alli. Los colores y las formas, sin objeto, eran demasiado poco; los objetos, en la familiaridad que les daba la luz del dia, demasiado. <> no es aun la expresion adecuada; porque lo que tenia valor eran precisamente las cosas corrientes a las que el pintor habia colocado a la luz de lo especial… y que ahora puedo llamar sin mas <>. Los ejemplos que se me ocurren son todos ellos paisajes: y concretamente aquellos que corresponden a las imagenes amenazadoras, despobladas y silenciosamente bellas, de la duermevela. Lo que en ellos llama la atencion es el hecho de que formen siempre una serie. A menudo llegan incluso a encarnar todo un periodo de la obra de un pintor: las Plazas metafisicas, desiertas, de De Chirico; las ciudades de la jungla de Max Ernst, desoladas a la luz de la luna, unas ciudades cada una de las cuales lleva el nombre de Toda la ciudad; el Reino de las luces de Magritte, aquella casa que sale tantas veces, bajo arboles frondosos, en la oscuridad, mientras que alrededor brilla un cielo blanquiazul de dia; y, finalmente, y en primer lugar, las casas de madera escondidas en los pinares de Cape Cod/Massachusetts, del pintor americano Edward Hopper, y que llevan nombres como Carretera y casas o Carretera y arboles. Sin embargo, los paisajes de Hopper tienen me nos de amenaza onirica que de realidad abandonada. Uno puede reencontrarlos a la luz del dia y de la razon en el lugar donde estan; y cuando hace unos anos fui a Cape Cod, adonde tenia ganas de ir desde hacia tiempo, y busque alli sus cuadros, por primera vez, dondequiera que estuviera en aquella franja de tierra, senti que estaba en el reino de un pintor. Las curvas, las elevaciones y hundimientos de aquella carretera de dunas podria dibujarlas ahora. Los detalles, a menudo completamente distintos de los que pinto Edward Hopper, se encuentran en mi memoria, a derecha e izquierda, como en una pantalla. En el centro de un cuadro de estos, tomado de la realidad, metido en la gruesa capa de hielo de un estanque y formando un conjunto con una caja de lata que hay al lado, hay una inflorescencia de junco. Una vez llegado alli, por interes mio, me marche con la conciencia de que fuera, en el taller de un pintor y en las formas del paisaje de New England, habia hecho los preparativos para una guia de viajes; por la noche vi brillar las casas de madera entre los pinos -no estaban abandonadas, en absoluto, mas bien representaban una vivienda ideal- y encontre alli el hogar del protagonista de un relato que todavia tenia que escribir. Los poetas mienten, leemos en uno de los primeros filosofos. Parece pues que desde siempre impera la opinion de que lo real son los estados malos y los sucesos deplorables y que, consecuentemente, las artes son fieles a la realidad cuando tienen como objeto fundamental y como norma lo malo o la desesperacion, mas o menos comica, que lo malo provoca. Sin embargo, ?por que ya no puedo oir hablar de todo esto?, ?ni ver ni leer nada? ?Por que asi que escribo una sola frase en la que me queje, me acuse o me ponga en evidencia, a mi mismo y a otros -!a no ser que se trate de la santa ira!-, se me pone literalmente una nube negra ante los ojos? Y si, por otro lado, nunca voy a escribir nada sobre la fortuna de haber nacido, o sobre el consuelo de un mas alla mejor, la inevitabilidad de la muerte sera siempre lo que me guie, y, sin embargo, espero que no sea nunca mi tema fundamental. Es cierto que al principio Cezanne pintaba cuadros de terror, como las tentaciones de San Antonio. Pero con el tiempo su unico problema fue la realizacion (<>) de lo terreno, puro y sin culpa: de la manzana, de la roca, del rostro de un ser humano. Lo real era entonces la forma alcanzada; la forma que no lamenta la desaparicion de las cosas en los avatares de la historia, sino que transmite un ser en paz. El arte es esto solo. Pero justamente lo que le da a la vida su gusto es lo que al transmitirlo se convierte en problema. ?Que era lo que empezaba en mi cuando, en aquella ocasion, todavia en la epoca de los cuadros magicos, nosotros, la mujer y yo, ibamos en coche por otro paisaje del sur de Francia? Una parte de aquel viaje es ahora tambien aquel paseo de la tarde anterior, cuando fui a la tierra ondulada, todavia por explorar, en la que se encontraba la casa de la mujer. Era uno de los ultimos dias del ano y el mistral -el viento, normalmente frio, que baja del macizo central- era en aquella ocasion calido; sus rafagas, fuertes pero continuas, sin lo repentino y brusco que tienen los vientos de tormenta, que impiden mirar comodamente. Aunque pronto dejo de haber camino, quedaba todavia una sensacion de proximidad: estaba cerca de la casa de la mujer. Esta me enseno por primera vez los cuadros de Edward Hopper, era capaz de gozar de las cosas pequenas y sabia <>. Me sente en un claro del bosque cubierto de hierba que se movia en un unico temblor. Las copas de los arboles, inclinadas, casi inmoviles. El aire era claro y al oeste, en el horizonte, en el que aun habia luz, se formaban continuamente mechones de nubes que se levantaban bruscamente hacia el cielo y alli volvian a desaparecer; y la luna, que salio despues sobre el horizonte, se empareja ahora -<> (asi describio Cezanne en una ocasion su forma de pintar)- con otra luna que, en un atardecer que tenia una calma parecida, vi por encima de la linea del horizonte como si fuera el arco de la puerta de un granero. Estaba sentado en medio del silbido del viento, igual que hace anos el nino estaba sentado oyendo silbar un pino determinado (y como mas tarde, en medio del ruido de una gran ciudad, pude estar oyendo el murmullo del rio que la atravesaba). El viaje en coche del dia siguiente fue el principio de un viaje que ibamos a hacer los dos y que nos llevo al llano, a la costa. El mistral habia dejado de soplar; un dia suave de invierno, despejado y amplio. En el paisaje pedregoso, a una cierta distancia unos de otros, crecian pinos mediterraneos. El nombre exacto de estos pinos, que vuelve a mi con frecuencia como un estribillo, junto con el ano de 1974, me lo dijo la mujer: pins parasol. La carretera, descendiendo levemente, pasaba junto a estos pinos. Entonces (no <>), junto con la carretera y los arboles, el mundo estuvo abierto. <> paso a ser tambien <>. El mundo era un reino terrenal, firme, sustentador. El tiempo esta parado, es eterno y cotidiano. Lo abierto, una y otra vez, puedo ser tambien yo. Puedo rechazar lo cerrado. Debo estar siempre muy tranquilo en el mundo de fuera (en los colores y las formas). Incurrire en culpa en el momento en que, en peligro de cerrarme a mi mismo, no quiera la presencia de espiritu que puedo tener hasta el fin de mis dias. En un relato que escribi cinco anos antes, un paisaje, aunque era llano, se abovedaba y se acercaba tanto al protagonista que parecia expulsarlo de el. Sin embargo, el mundo de 1974 -un mundo completamente distinto, dilatado, concavo, que libraba de toda opresion y que pensaba en el cuerpo libremente- sigue estando ante mi como un descubrimiento que debo transmitir: los pinos parasol y mi alegria de vivir, he aqui una realidad valida. Como fuera, a partir de entonces, los pins parasol fueron muchas veces de utilidad cuando ante mi se convertian en bovedas los vestibulos de las casas de los otros, aunque la persona de aquel mundo de antes pudiera una y otra vez perder la presencia de animo y la serenidad (hay una culpa propia). ?Fue entonces, y no antes, cuando realmente empezo algo para mi? ?No fue mucho antes, delante de otros arboles meridionales, cuando pude imaginar una alegria racional? Ante los oscuros cipreses del verano de 1971, en Yugoslavia: ?que es lo que alli, dia tras dia, iba cediendo en mi que al fin alguien abrio los brazos por primera vez? (Una parte de esto es tambien aquel moral, a cuya sombra nos sentabamos a menudo, y la luminosa arena que habia a sus pies, salpicada con el suave rojo de los frutos que habian caido.) En aquella ocasion tuvo lugar la transformacion. El hombre que yo era se hizo grande y al mismo tiempo sintio anhelos de estar de rodillas, o tumbado en el suelo con el rostro hacia abajo, y de no ser nadie en medio de todo eso. La transformacion era natural. Era el deseo de reconciliacion que, como dice el Filosofo, venia del <>; y este deseo me parecio real-racional y desde aquel momento me sirvio tambien para escribir. Al mismo tiempo no era una epoca buena. (Mi madre, temiendo que iba a morir, me estaba mandando gritos de socorro a los que yo no sabia como contestar.) Por esto, en los cipreses volvia a ver yo los arboles funerarios magicos de la Antiguedad. <>: esta era desde hacia tiempo una maxima al escribir: representarse los objetos que hay que apresar, de tal modo que parezca que los estoy viendo en un sueno, con el convencimiento de que alli, y solo alli, es donde aparecen en su esencia. Entonces, en torno al que escribia estos objetos formaban una arboleda desde la cual este, y muchas veces solo forzado por la necesidad, volvia a encontrar una vida. Es cierto que repetidamente veia en las cosas algo esencial, pero esto no se podia transmitir a los demas; y cuando se empenaba en fijarlo dejaba de estar seguro de si mismo. No, los cuadros magicos -ni los de los cipreses- no eran los verdaderos cuadros para mi. En su interior se encuentra una Nada, ajena totalmente a la paz, una nada a la que, por propia voluntad, no me gustaria volver jamas. Yo solo soy fuera, entre los colores del dia. Al Estado se le ha llamado la <>. En cambio, yo se que estoy obligado al reino de las formas, como a un orden juridico distinto en el que <>, como ha dicho el Filosofo, <> y toda forma tiene el poder de un ejemplo (aunque los artistas mismos, en los nuevos estados, sean <>).

  • El sueno de Sancho de Manuel Lozano Leyva

    https://gigalibros.com/el-sueno-de-sancho.html

    ?Ver para creer o creer para ver?

  • !Hector, Victor no, Hector! – Judith Galan de Judith Galan

    https://gigalibros.com/hector-victor-no-hector-8211-judith-galan.html

    Hector, dos anos despues de su divorcio, cree estar viviendo una vida perfecta: abogado de exito, apartamento de lujo, fiestas nocturnas, whisky y sexo, mucho sexo.
    Naira, despistada e incapaz de recordar los nombres, esta pasando por un momento algo complicado, pero el amor de su marido y su profesion como periodista colman su vida de felicidad.
    ?Puede una historia de amor empezar sin un flechazo? ?Y si cambiamos el orden de la formula amor-matrimonio-hijos? ?Conseguira Naira recordar el nombre de Hector? ?Conseguira Hector volver a ser el muchacho humilde que era antes de su divorcio?
    Dos anos de castigo y un hermoso pueblo son las claves de esta divertida e insolita historia de amor.

  • Afrontar el Fuego (La isla de las Tres Hermanas 3), Nora Roberts de Nora Roberts

    https://gigalibros.com/afrontar-el-fuego-la-isla-de-las-tres-hermanas-3-nora-roberts.html

  • Me llamo Fina y estoy gorda de Antonio Sanchez

    https://gigalibros.com/me-llamo-fina-y-estoy-gorda.html

    Historia de superacion de una mujer que se encuentra a si misma en el lugar mas insospechado y a la que le sucederan acontecimientos que nunca se esperaria.