• Ave Fenix. Se puede renacer por amor de Christian Martins

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    Tras la muerte de su padre, Madison Harvey y su madre se trasladan a un pequeno pueblo con la intencion de comenzar una nueva vida; pero la joven Maddi no tarda demasiado en darse cuenta de que en ese lugar los habitantes se comportan de una forma muy extrana.

  • Los crimenes de la caja de Gema Tacon

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    Amenudo me veia a mi misma haciendo una entrada triunfal en la sala de los premios literarios mas importantes del pais, borracha como una cuba. Dentro de mi cabeza resulto buena idea interrumpir a uno de los galardonados mientras daba su patetico discurso y aplaudir estruendosamente en un salon en el que reinaba un silencio absoluto, provocando que todo el que se encontraba en el evento se girase a observar el espectaculo. Tras balbucear palabras sin sentido y vomitarle encima a uno de los directivos mas influyentes, era arrastrada por dos gorilas hasta la entrada de la calle del recinto, como si estuviesen tirando la basura. Esa escena cruzaba mi cabeza cada vez que mi cerebro no tenia nada mejor en lo que pensar. El resto de los mortales gozaban de la plenitud de mantener la mente en blanco, cosa que dicen que es imposible. Sin embargo, la mia disfrutaba torturandome con algo que, si bien podria haber formado parte de una dantesca pesadilla, fue veridico y el motivo por el cual mi escasa carrera literaria se trunco incluso antes de arrancar. Desde ese dia no me conocieron como la escritora novel revelacion que tanto habia sonado, el ano que siguio a esos hechos, las revistas y programas rosas se mofaban con mi gran actuacion. Sobra decir que mi mundo fue cayendo en picado en todos los sentidos; laboral, sentimental, social e incluso familiar. Me converti en la sombra de lo que fui. Mi meta en la vida tan solo habia sido una desde que comence a leer a Michael Ende con La Historia Interminable, queria ser escritora y conseguir crear recuerdos tan vividos como los que esa novela logro en mi. No obstante, mi poca paciencia unida a varias puertas cerradas y a conocer mejor el mundo de las letras con todos sus entresijos internos, hicieron que la ilusion que me empujo durante todos esos anos se fuese mermando. El ensordecedor sonido del pito del coche que esperaba detras de mi destartalada furgoneta me devolvio a la realidad, haciendo que escondiese de nuevo esas elucubraciones masoquistas diarias para, seguramente, sacarlas a la luz en un rato. Arranque acelerando sin soltar el embrague para escupir por el tubo de escape una nube de humo negro en el cristal delantero del simpatico conductor de claxon rapido. Escape de alli derrapando y mirando satisfecha por el retrovisor el resultado de mi fechoria. Al coger la curva a demasiada velocidad el karma me devolvio el golpe y todos los paquetes que llevaba hicieron un ruido que no vaticino nada bueno. Tal y como presenti, cuando abri la puerta trasera no quedaba titere con cabeza. Los paquetes estaban desperdigados y una gran lamina de hierro, que coloque en un lateral sin asegurar, estrujo la mayoria de ellos transformandolos en acordeones de carton. La furgoneta la compre con la esperanza de convertirla en una de esas que van equipadas con cama, ducha y cocina para ir en modo hippie a las miles de presentaciones de libros que tendria en un futuro. Siempre me prometi que no se me subiria la fama a la cabeza por muy reconocida que fuese mi obra, y una forma de demostrarmelo a mi misma fue esa inversion a largo plazo de cuatro ruedas, la que ahora me servia como unica fuente de ingresos. Donde tenia pensado poner una mesa ahora habia un congelador para trasladar los pedidos frios que me mandasen. Era la tercera vez en ese mes que no entregaba los encargos en condiciones y el viejo responsable de la oficina de transportes fue bastante esclarecedor con lo que me sucederia si volvia a suceder. Regrese a la nave donde cargaba, coloque el estropicio sobre un pale de madera que estaba reservado para mi y me marche de alli por la puerta pequena sin que nadie me viese, como la cobarde que ya sabia que era. Realmente odiaba mi vida desde hacia casi dos anos. En cuanto entre en mi piso me tope con la regordeta figura de Pelusilla encima del sofa, se suponia que se trataba de mi gato, pero solia hacer lo que le daba la gana y mas bien era al contrario; yo servia para darle de comer, limpiarle las cacas, recogerle las bolas de pelo y calentarle la cama hasta que decidia acostarse. Si soy sincera, se trataba de la relacion mas duradera que habia mantenido con el sexo opuesto en toda mi vida. La oscuridad de la casa me reconfortaba, mi animo no era como para tenerlo todo iluminado y dejar que el trinar de los pajaritos entrasen por mi ventana, asi que las persianas permanecian bajadas desde ni recordaba cuando. Antes mi madre venia a ayudarme con las tareas de la casa y nos gustaba comentar los libros que andabamos leyendo, pero desde que todo cambio deje de querer recibir visitas y el mundo tan solo se acostumbro a que asi fuese. Me tumbe al lado del senor Pelusilla y, justo cuando coloque la cabeza en el reposabrazos del incomodo sofa, el sonido estridente del telefonillo comenzo a sonar incesante. Al descolgar vi la puntiaguda nariz de Johanna en la pequena pantalla en blanco y negro del cacharro. --!AC, te he visto entrar, abre! Han dejado un paquete para ti en la libreria. --Ponlo en el ascensor y dale al boton, ahora lo cojo --fue lo unico que le respondi, esa era mi forma de decirle que no subiese. No comprendia como Johanna continuaba queriendo mantener una amistad conmigo. Era de las pocas que aun me decian AC. Mi nombre real era Ana Catalina Verde, pero a mi representante no le parecio demasiado optimo para una escritora y cambiamos al de A.C. Green. Realmente significaba lo mismo, pero sin que nadie se pudiese reir de el. Mis padres deberian haberse planteado eso de tener descendencia; mi infancia no fue lo que se dice sencilla gracias a esa union de nombres. La palabra Catalina en muchos sitios es una forma extrana de llamar a las cacas y lo de verde detras no ayudaba demasiado. Eran pocas las personas que conocian lo que ponia en mi carnet de identidad, todo el mundo me llamaba ahora Ana, y los que me seguian hablando de mi faceta literaria me decian AC. En el ascensor encontre una caja, envuelta en papel marron reciclado, de medio metro de alto y otro medio de ancho, pesaba relativamente poco. Encima de ella Johanna habia dejado un sobre con un libro que le pedi hacia tiempo y que estaba deseando leer. Lo aparte y desenvolvi el extrano paquete, en su interior habia una cajita negra cerrada con un precinto adhesivo rojo. Estaba segura de que no era cosa mia, mi economia casi no me permitia comer, por lo que los caprichos estaban fuera de mi alcance. Si era cierto que me sentia enganchadisima a las paginas de muestras gratuitas, motivo por el cual mi telefono y direccion estaban en todas las bases de datos de las empresas y mi movil vivia en un absoluto silencio perenne a causa de las insistentes llamadas comerciales. El interior de la caja se podria decir que era, cuanto menos, extrano. Un dosier en una carpeta de carton, unas llaves en una bolsa transparente, con una direccion en un llavero de plastico que colgaba de ella, y una pieza de un puzle pintada por completo de negro eran su unico contenido. En la primera hoja decia en letras mayusculas y grandes: <> Nunca habia ganado nada y esa palabra llamo poderosamente mi atencion. Tras leer con mas pausa el documento cai en la conclusion de que se trataba de un nuevo juego online basado en novelas de thriller. Lo ultimo que queria pensar era en crear tramas o en poner un dedo sobre una tecla. Bastante desanimada, deje la caja debajo de la mesa y comence a leer el libro, que era lo que me pedia mi mente en esos instantes. Ademas, el juego requeria del ordenador para poder entrar en no se que pagina secreta y conocer al resto de mi equipo. Mi portatil estaba sin bateria desde hacia casi un ano, un dia tan solo deje de utilizarlo y me pase a husmear las redes sociales con el telefono como hacia todo el mundo. Ya no necesitaba ningun procesador de textos ni tampoco un teclado, por lo que esa herramienta dejo de significar algo en mi vida; y volver a ponerlo a cargar para descubrir que tendria que pagar si queria jugar me iba a enfadar bastante. Asi que me olvide de ella y me puse a leer hasta que me dormi. El timbrar del telefono fijo anunciaba que mi madre se encontraba al otro lado del auricular esperando contestacion. Ella se encargo de que tuviese uno, ya que nunca cogia el movil y temia que, si algun dia no se ponia en contacto conmigo, podria ser que no lo hiciese mas. Al principio estuve acudiendo a un loquero para mitigar las ansias de terminar con mi vida, pero despues de algunos meses deje de ir a verlo. Me parecia una perdida de tiempo y de dinero, no pensaba tomarme las pastillas que me recetaba y la doctora no poseia una varita magica que hiciese retrasar el tiempo para que mi mundo volviese a ser el que era. Descolgue despues de encontrar el aparato debajo de un monton de ropa sucia en el salon. Lo de no recibir visitas y que me importase todo mas bien poco estaba haciendo estragos en mi decoracion. Si viniesen de alguno de los programas americanos de limpieza se echarian las manos a la cabeza. --!?Se puede saber que has hecho ahora?! Si algo habia detestado toda mi vida era que me despertasen gritando y mi madre lo sabia. --Buenos dias a ti tambien, ?podrias ser un poco mas esclarecedora? --ironice sentandome en el suelo. --Ana Catalina Verde, son las ocho de la tarde. Tomas ha llamado a tu padre y le ha dicho que no te molestes en volver al trabajo, dice que has destrozado una carga y que no has sido capaz de dar la cara. ?Estas bebiendo de nuevo? ?Quieres que vaya a verte? ?Te quieres venir aqui con nosotros? Los aires del pueblo te sentaran bien, puede que asi te inspires para escribir... --Esa era demasiada informacion para mi neurona en esos momentos y no tenia ganas de discutir con ella. --Tomas es un loco viejo psicopata exagerado, tan solo se han estrujado algunos paquetes. Me fui por no pegarle y no a todo lo demas. --Pero, Ana --intento proseguir sin mucho exito. --Estoy bien, mama, pidele disculpas a papa por lo del curro, ya encontrare algo por mi cuenta, no te preocupes. Te dejo que tengo cosas que hacer, te quiero --respondi sin dejarla decir nada mas. La loquera me habia dicho que era importante contarles a las personas lo que sentia por ellas y en estos instantes a la unica a la que queria era a ella; pero de lejos, cada una en su casa. Tal y como pense no eran las ocho aun, mi madre llevaba el reloj adelantado quince minutos desde que tenia uso de razon. Ella odiaba llegar tarde a los sitios y yo detestaba esperar por los demas, asi que habia implantado esa norma tambien en mi vida. Me daba tiempo de bajar y robar un cafe a Johanna. Acababa de recordar que no tenia en casa y, desde que el alcohol no formaba parte de mis dias, la cafeina lo habia sustituido como una droga que necesitaba en mi organismo si o si. Me detuve un instante frente a la cristalera de la pequena libreria. En el centro de todos los libros, sobre un atril demasiado grande para su tamano, descansaba mi ultima novela. Estaba segura de que Johanna habia convencido a todos sus clientes para que lo comprasen, esta era la unica tienda que lo tenia y me temia que tambien poseia la exclusividad de haber vendido alguno. La verdad era que ella pidio una caja con cien ejemplares y me los pago en menos de una semana. Jamas olvidaria su sonriente cara mientras me daba el dinero de lo que, segun ella, <>. Los suenos pueden resultar bastante efimeros y este nunca dejo de serlo, solo que no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde para mi salud mental. --!AC, que bien que viniste! Acabo de hacer cafe --me informo en cuanto me vio entrar, dejando unos libros que estaba colocando encima del desordenado mostrador, para ir corriendo a la trastienda por dos humeantes vasos de cafe. Cogi el mio y me sali a la puerta a fumarme un cigarro mientras disfrutaba del amargo sabor a granos de cafe recien molidos. Viviamos en una ciudad enorme, sin embargo, disfrutabamos de la tranquilidad que tienen los barrios que estaban casi a las afueras. Por alli no se veia gente a esas horas, todo el mundo estaba llegando a sus hogares desde sus respectivos trabajos y ya andaban en casa preparando las cenas. Desde el bajo en el que se encontraba la tiendita de Johanna se veia el bloque de enfrente. Me parecio que lo de las cortinas tupidas debia ser algo que a los jovenes no les preocupaba demasiado y estaba realmente desfasado. Cada tarde noche, antes de cerrar, mi amiga sacaba dos sillas y nos sentabamos en la acera a mirar esas ventanas iluminadas. A Johanna le gustaba oir mis historias inventadas de la vida de cada uno de esos apartamentos: en el bajo tan solo vivia la vieja de los gatos, mientras el piso que habia al lado de ella se destinaba a guardar muebles viejos y tiestos. El dueno del edificio nos cobraba una mensualidad minima por poder hacer uso de el si lo necesitabamos, pero la que lo utilizaba mas a menudo era Johanna para meter los adornos de las festividades que ponia en la libreria. La senora mayor siempre tenia los cristales abiertos por si alguno de sus mininos se iba de parranda este pudiese regresar a su cama, creo que mi Pelusilla es un escapista de esa mujer. Un dia simplemente aparecio en mi puerta durmiendo en el felpudo de la entrada, paso conmigo y ya nunca se marcho. A esas horas la vieja ya tenia las luces apagadas y tan solo se vislumbraban los destellos de la television encendida. El primer piso, justo sobre ella, pertenecia a un matrimonio con tres enanos revoltosos que hacian incluso mas ruido que las gatas en celo de su vecina, motivo por el cual creo que eran los que mas habian durado viviendo alli. Enfrente de ellos un musico solitario se afanaba en sacar una melodia interminable. Cada dia la cambiaba y a ese paso tendria el mismo exito que tuve yo con mis letras. Me inspiraba un poco de lastima y me veia bastante reflejada en el, no obstante, la conversacion mas larga que compartimos fue un dia que hacia frio y ambos lo dijimos a la vez. En el segundo, encima del matrimonio con los ninos poseidos, era donde yo moraba y esas persianas siempre estaban abajo. Frente a mi puerta una joven abogada y su novio, tambien letrado, se turnaban para llevar a casa a sus respectivos amantes, por lo que la escalera estaba muy concurrida segun a que hora de la noche. Sobre mi cabeza, en el tercero derecha, residia un hombre mayor que daba un poco de miedo y olia a puros; nunca hacia ruido y no recibia visitas, por lo que la mayoria del tiempo parecia que el piso estuviese vacio. Frente a el tenia su apartamento Johanna y, encima de ellos dos, habia un gran atico con un precioso patio lleno de flores en los pretiles. La suerte de ser el dueno de esas cuatro paredes la tenia del hijo del propietario del edificio, un tipo solitario que pagaba a una asistenta para que le tuviera la casa impoluta. El chico era pintor y tambien escueto en palabras, asi que las pocas veces que nos habiamos cruzado en el ascensor no pasamos de un <> o <>. Nosotras nos entreteniamos observandolos al mas puro estilo voyeur, con la diferencia de que, aficionada desde mi infancia a <<13, Rue del Percebe>>, me encarnaba en el mitico Francisco Ibanez y relataba las vidas de nuestros vecinos. Ese momento del dia era el unico en el que me permitia desconectar y sonreir. --?Abriste el paquete? --me pregunto Johanna una vez que hube concluido mi perorata acerca de nuestros vecinos. --Era una de esas muestras de juegos online para que gastes dinero si quieres conseguir pruebas. Ya te lo bajare para que lo uses tu, no es que tenga demasiadas ganas de ver cajas por casa --respondi apurando el cigarrillo y dando el ultimo sorbo al cafe. --?Mal dia en el trabajo? --Un imbecil me hizo que estropease la carga, y he preferido dejarlo a tener que matar al viejo que lleva el almacen. --Realmente ese hombre es un incordio. --En mi cerebro psicopata ha muerto de distintas y dolorosas maneras --me burle--. ?Crees que el universo nos ha unido a todos los que vivimos aqui por ser el mayor grupo de perdedores de la historia? --pregunte observando como el matrimonio luchaba para que los trillizos se acostasen, a la vez que se escuchaba la lastimera melodia del piano del chico al compas de los maullidos y los golpes del cabecero de la cama de los abogados contra la pared. Antes de que le diese tiempo a contestar, el coche de mi querido ex se detuvo delante de nosotras, bajo la ventanilla y nos miro. --?Quien quiere dar una vuelta? --?No te cansas?

  • Matrimonio por contrato de amor de Sophie Rose

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    Este libro es una obra de ficcion en su totalidad. Por favor tenga en cuenta que los nombres, personajes, lugares y hechos son producto de la imaginacion del escritor, han sido utilizados de forma ficticia y no deben tomarse como hechos reales. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas, eventos y acontecimientos, entidades u organizaciones son totalmente una mera casualidad. Todos los derechos reservados. Sin limitar los derechos bajo copyright reservados anteriormente, ninguna parte de esta publicacion puede ser reproducida, almacenada o introducida en un sistema de recuperacion, o transmitida de ninguna forma, ni por ningun medio (ya sea electronico, mecanico, por fotocopia, grabacion o de otra manera) sin el permiso previo por escrito del propietario del copyright. El autor reconoce la condicion de marca y los titulares de marcas de diversos productos a los que se hacen referencia en esta obra de ficcion, que se han utilizado sin permiso. La publicacion/ El uso de estas marcas no esta autorizado, asociados o patrocinado por los propietarios de la marca registrada. Copyright 2019 por Sophie Rose Publishing – Todos los derechos reservados. Este documento esta dirigido a brindar informacion exacta y fiable sobre el tema y tema. La publicacion se vende con la idea de que el editor no esta obligada a rendir cuentas, oficialmente autorizados, o de lo contrario, los servicios del personal calificado. Si es necesario, asesoramiento legal o profesional, una practica individual en la profesion debe ser ordenada. A partir de una declaracion de principios que fue aceptada y aprobada igualmente por un Comite de la American Bar Association y un Comite de Editores y asociaciones. De ninguna manera es legal para reproducir, duplicar o transmitir cualquier parte de este documento en medios electronicos o en formato impreso. 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Julian es blanco, Amanda tambien. Los dos desnudos sobre la cama que tambien estaba desnuda a causa del torbellino de pasiones, conformaban un cuadro perfecto, el de espontaneidad, el de lo sublime y natural, al mismo tiempo que parecian emanar luz de sus cuerpos apasionados, ardientes, y a la vez un poco palidos. --Te amo, Amanda. --Exclamaba Julian entre gemidos y jadeos de amor desesperado, de amor sincero. --Yo lo se, mi amor. Eres mi todo. --Respondia ella, acalorada, sofocada, como perdiendo el aliento al mismo tiempo que toda ella se perdia entre los brazos de Julian. Ella estaba sobre el, deleitandolo con sus 19 anos de amor y sus pocos kilos de verdadera pasion. Amanda era delgada por aquellos dias de su juventud, una mujer muy bella, rubia, de ligero peso y de grandes sentimientos. El vaiven del cuerpo de Amanda sobre el de Julian era una cosa hermosa, sublime, casi musical. Mantenian un ritmo perfecto, un compas inquebrantable, una armonia silente que les permitia sentir el mismo placer al mismo instante a cada uno. Julian no paraba de hacerla suya, y por mas que el placer tocaba su puerta, invitandolo a hundirse en el climax, en el fulgor de una relacion perfecta y en un encuentro amoroso intenso que deseaba llegar a su maximo punto de ebullicion, el preferia retardar el placer, seguir deleitandose con lo que tenia frente a si, un mujer perfecta, bella, hermosa, lo mejor que verian sus extasiados ojos. --!No pares, mi amor! --Suplicaba Amanda, queriendo ser adorada y venerada como una diosa a la que Julian debia entregarle y generarle todo el placer que ella pidiera. Se erguia, acariciaba los negros cabellos de su amante y se dejaba llevar por el momento, incluso aranandole la espalda en repetidas ocasiones hasta que ninguno de los dos pudo soportar mas y el orgasmo fue mutuo, sonoro, como un alarido que desperto desde lo mas profundo del bosque en el que se hallaban. --Te amo. --Dijo Julian como quien confiesa una gran verdad. --Jamas me cansare de decirtelo. La cabana donde los dos tortolos hacian el amor quedaba en un bosque espeso y a la vez muy tranquilo y relajado, un lugar natural donde casi ningun humano transitaban un lugar alejado de la civilizacion, del ruido de la ciudad, de todo lo que este fuera de la burbuja que ellos dos habian creado para amarse de manera infinita dentro de ella. Esa cabana pertenecia a un tio de Julian, el senor Pedro. El tambien era dueno de la camioneta Pick Up en la que Julian llevaba a Amanda a pasar tardes de verdadero y profundo amor. --No me siento bien. --Dijo Amanda esa vez antes de bajar de la cama para ir directo al bano. En sus 19 anos jamas habia estado tan segura de algo como de las sospechas que tenia de estar embarazada. Ambos ya lo habian hablado dias antes, y aprovecharian la oportunidad y la soledad en la cabana para que Amanda se practicara una prueba en el tocador. Julian la vio entrar al bano como un cordero que va al matadero, la vio temblar, la vio sentir miedo. Por un segundo quiso ir tras ella y acompanarla, pero tambien dudo por el solo hecho de no querer atormentarla o incomodarla mas de lo que ya podia estar. La incertidumbre era grande, tan grande como el amor que se tenian. ?Que pasaria si ella estaba embarazada? ?Como se lo dirian a sus padres? ?Que podrian y deberian hacer? Eran demasiadas las preguntas, muchas las dudas. Jamas en la cabana se habian sentido asi de estresados y habia una razon, era que ese lugar solo era para amarse, para relajarse y dejarse envolver por los mas hermosos sentimientos. Julian penso en eso por un instante y se armo de valor, dejo que su cuerpo se fuera hasta la puerta del bano, porque su mente y su corazon ya tenian rato alli. Al abrir la puerta, Amanda sonreia con un par de lagrimas deslizandose por sus mejillas. No hizo falta que dijera nada, Julian entendio todo. El la abrazo, la condujo hasta la cama, se sentaron uno al lado del otro en silencio hasta que Julian dijo todo lo que necesitaba expulsar de su mente y su corazon. --Te amo. Lo vamos a tener. Sera un nino sano, saludable, y muy amado. Papa me ofrecio un puesto en la fabrica, y si todo marcha bien, si trabajo duro, obtendre la direccion de todos los proyectos y nos ira muy bien. La pregunta es: ?Te quieres casar conmigo? --Pregunto Julian luego de arrodillarse frete a Amanda. --!Claro que si, mi amor! --Fue la exclamacion de Amanda, la respuesta mas sonora que se oyo en todo el bosque llegando casi hasta los rincones de la ciudad. Julian le coloco el anillo, la miro a los ojos como queriendo gritarle con la mirada todo lo que ya le habia dicho varias veces aquella tarde. Ella sabia que estaba frente al amor de su vida y no tuvo miedo de aceptar lo que en el fondo anhelaba con demasiadas ansias. Hoy ya han pasado 20 anos desde aquella hermosa cita furtiva en los alrededores del bosque, la misma que cambio las vidas de Julian y de Amanda para siempre. Ya tienen 20 anos de casados y una adorable hija de 19 llamada Mia. Mia es encantadora, excelente estudiante, cursa estudios de finanza los cuales ya esta por culminar, es de las mas destacadas en su universidad y esta proxima a graduarse y obtener su diplomaba en financias. Mia fue la unica hija que tuvieron Julian y Amanda. Ellos intentaron por todos los medios volver a tener otro hijo, pero nunca pudieron. Probaron toda clase de metodos, fueron ante todos los medicos expertos que pudieron, y aun asi no lograron conseguir volver a tener un hijo. En una ocasion incluso Amanda decidio darle una oportunidad a los consejos de un guru de la television, que aseguraba que la mejor manera de quedar embarazada, o por lo menos el metodo mas efectivo, era hacer el amor en la posicion del misionero, quedarse con las piernas levantadas, y todo aquello durante una noche de luna llena en la que el hombre haya cumplido por lo menos 72 horas sin haber eyaculado, y haber bebido jugo de tomate durante tres noches consecutivas.

  • Ni me toques de Christian Martins

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    Esta divertida comedia romantica narra la historia de Angela, una chica que termina metida en una rocambolesca situacion por culpa de un chico que acaba de conocer. Gracias a un lio de una noche terminara perdida en un pais desconocido, sin sus amigas y detenida por la policia.
    Ella le odia a el. El no parece capaz de tomarse la situacion en serio. Pero hay una norma muy clara: no me hables, ni me mires, ni me toques.
    ?Conseguiran regresar a Madrid sanos y salvos?

  • Una Dama Elegante de Cedric Daurio

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    Agotada por la sucesion de eventos del dia, y en realidad de la semana que habia transcurrido en Buenos Aires, coloco su modica valija en el portaequipaje ubicado sobre la linea de asientos, se sento en su butaca que estaba situada junto a la ventanilla y anticipando lo que las azafatas le pedirian se coloco el cinturon de seguridad. El asiento, ubicado en la clase turista, le resultaba muy estrecho teniendo en cuenta que el vuelo a Nueva York insumiria nueve horas de modo que resolvio que reclamaria de sus sponsors que le sacaran un pasaje en la categoria ejecutiva para los proximos vuelos, al menos aquellos que superaran una duracion determinada, por ejemplo cinco horas; penso que este requisito era razonable dado que la mayoria de sus viajes eran dentro de Estados Unidos y por lo tanto de una duracion inferior. Siguiendo su habitual ansiedad habia sido una de las primeras personas en abordar y ahora comenzaban a ingresar los pasajeros por los angostos pasillos del avion; el pasaje consistia en una mezcla de argentinos y americanos, los ultimos parejas o pequenos grupos de personas mayores que volvian de unas vacaciones en el lejano pais del sur, vistiendo llamativas camisas de estampados multicolor y otras prendas mas apropiadas para Miami o Hawai que para la agitada urbe sudamericana, cuyos habitantes parecian caminar y viajar siempre con un ritmo frenetico, tan distinto al de otras ciudades latinoamericanas que habia conocido. Los argentinos eran distinguibles por su vestimenta mas austera y por la cantidad de bultos que pretendian colocar en los compartimentos para equipajes, aun forzando su capacidad. Rogo para que le tocara de companero de asiento un americano, ya que como ella no hablaba castellano podia llegar a ser un viaje aburrido y demasiado largo. De reojo atisbo a un muchacho alto y delgado que se acercaba mirando las letras de las filas de asientos buscando donde sentarse. Aunque a primera vista le parecio uno de los argentinos, secretamente deseo que se sentara junto a ella, pues se trataba de un joven muy bien parecido. Agito su cabeza como para ahuyentar la idea. <Lena, podria ser...no tu hijo pero si un sobrino mucho mas joven. No es para ti.> Ignorante de los pensamientos que circulaban por la cabeza de la mujer el joven se detuvo en la fila donde se hallaba sentada Lena, confirmo su ubicacion y la miro sonriente. -Hola.-Dijo escuetamente. -Hello- Contesto la mujer furiosa consigo misma por no haber ni siquiera aprendido a responder un saludo en espanol. El muchacho coloco su valija en el portaequipaje y se dispuso a sentarse en el asiento del pasillo. -Permiso. Tengo el asiento 14B.- Dijo en ingles, para alivio de Lena, quien sin embargo volvio a recriminarse de inmediato. La azafata recorrio el pasillo, donde aun habia pasajeros luchando con sus maletas, ayudandolos a guardarlos en los compartimentos portaequipajes y a cerrar sus puertas. El joven se coloco tambien el cinturon de seguridad y como sus piernas eran demasiado largas para el corto espacio entre asientos las coloco parcialmente en el pasillo luego de que la azafata pasara. -Asientos muy pequenos para viajes tan largos.-Expreso el joven, en sintonia con lo que habia estado cavilando Lena con anterioridad. Luego sonriendo nuevamente le extendio la mano derecha y se presento. -Federico Gribaudo. Lena fue nuevamente sorprendida gratamente por la presentacion formal del hombre y contesto de inmediato. -Lena Javit -?Neoyorquina?-Era evidente que el joven llamado Federico tenia deseos de conversar. Aunque la mujer se habia formado la idea de dormir lo antes posible para recuperar sueno acepto de buen grado la disposicion de su companero de viaje. -Si.-Contesto.- Nacida y criada en Nueva York. Roto el hielo con tanta facilidad Lena prosiguio la conversacion. -?Es su primer viaje a Estados Unidos? -No, estuve un par de veces en Miami, pero nunca en Nueva York. -Estara ansioso por conocer la Gran Manzana. Tiene todo un mundo por descubrir. -Si, en realidad lo conozco por referencias familiares. Mi padre vivio varios anos en Nueva York de joven y mi madre, que era entonces su novia, lo visito...por supuesto hace ya muchos anos. -Todo esta muy cambiado y a la vez la ciudad sigue siendo la misma. -Mis padres regresaron hace un par de anos por turismo, a visitar todos los sitios que habian recorrido juntos tanto tiempo atras. Fue un viaje sentimental. Estuvieron frente al edificio donde mi padre alquilaba un apartamento. -?Sabe en que zona? -Si, en Brooklyn Heights. Un sitio historico. Hablaban mucho de el. -En realidad un buen lugar para vivir. Para alegria de Lena la conversacion fluia agradablemente. Aunque su vocabulario era un tanto limitado y cada tanto necesitaba ayuda con algun termino particular, Federico hablaba ingles en forma muy aceptable con un acento argentino particular que la mujer ya conocia de sus entrevistas de negocios. Su charla denotaba que se trataba de un joven inteligente. -Y dime, Federico.- La charla ya se habia tornado coloquial.- ?De que otros sitios te hablaron tus padres? La larga enumeracion de museos, galerias y otros sitios termino de convencer a Lena que el muchacho provenia de una familia de buen nivel cultural. -?Piensas visitar esos sitios? -Si. Voy a estar un buen periodo en Nueva York. -?Y de que mas te hablaron tus padres? -Dejame pensar...habia un parque... -?El Central Park? -No solo me hablaron del Central Park. Habia un parque pequeno, cerrado, al que por alguna razon le asignaban una connotacion romantica. Recuerdo haber visto fotos de mis padres frente a ese parque. -?Gramercy Park?-Lena dio un respingo en su asiento conteniendo su entusiasmo. -Si, creo que era ese. -Pero alli es donde vivo yo. La conversacion ingreso insensiblemente en temas un poco mas personales. Lena trataba sin mucho exito de no hacer su interes demasiado obvio. -?Que vas a hacer en Nueva York? ?Vas a radicarte en los Estados Unidos? -No por el momento. Voy a trabajar en la casa matriz de mi empresa por seis meses, que es lo que permite la visa que tengo al presente. -?Que empresa es esa? Federico dio el nombre de la firma. -?A que se dedica esta empresa? -Servicios financieros. -?Tu eres un experto en finanzas? -No, soy licenciado en sistemas. Me voy a capacitar en los sistemas que usa la firma en todo el mundo. En Buenos Aires acaban de abrir una sucursal que tendra a su cargo los negocios en todo el Cono Sur de America. -?Hace mucho que trabajas con ellos? -Seis meses. Como te dije, la firma se instalo recientemente en el pais. Lena se decidio finalmente a hacer la pregunta que le estaba rondando en la mente. -?Cuantos anos tienes? -Veintitres.

  • Rescate en Berlin (Amor y Guerra 2) de Alexis J. Regnat

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    Estar “quemado”, tampoco iba a resultar tan malo para el capitan en la reserva Anthony Daylight Strieber.
    Ya no podia volver a primera linea del servicio britanico de “los informadores”. Era un hombre de treinta que llevaba mas de doce anos sin un solo dia de descanso en su trabajo. Ser el instructor y entrenador de futuros agentes, era un trabajo agradable, le hacia compartir sus vastos conocimientos y ejercitarse a diario fisicamente, con jovenes con muchas ganas de luchar.

  • Sputnik, Mi Amor de Haruki Murakami

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    Perdidos en la inmensa metropoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satelite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigia su atonita mirada hacia el espacio infinito. El narrador, un joven profesor de primaria, esta enamorado de Sumire, a quien conocio en la universidad. Pero Sumire tiene una unica obsesion: ser novelista; ademas se considera la ultima rebelde, viste como un muchacho, fuma como un carretero y rechaza toda convencion moral. Un buen dia, Sumire conoce a Myu en una boda, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmatica, y se enamora apasionadamente de ella. Myu contrata a Sumire como secretaria y juntas emprenden un viaje de negocios por Europa que tendra un enigmatico final.

  • El Cuadro De La Sirena de Andrea P. Munoz

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    Bonnie le miro sonriendo desde la proa. Los ojos castanos le brillaban con un jubilo que hacia tiempo habia creido perdido. Sus cabellos rojos danzaban alrededor de su rostro iluminando el paisaje como la cabeza encendida de una cerilla. Las comisuras de sus labios se ensancharon formando una gran sonrisa. El chico que le acompanaba pensaba que no habia cosa mas hermosa que ella. La miro absorto como si esta fuera una sirena y el un simple marinero sin posibilidad de huir de su embrujo. --Esto es maravilloso --pronuncio Bonnie deleitandose con la brisa, con las olas que rompian en el balandrajo[1] y el perfume salino que se pegaba a su piel. El chico la abrazo con fuerza. Le acaricio los cabellos y la beso dulcemente. Los labios de el sabian a mar. Siempre habia sido asi. Hasta llevaba el mar en su nombre. Moray [2] . Bonnie susurro para si el nombre de su marido. Se besaron de nuevo mientras las olas mecian la embarcacion. La joven pelirroja se habia quedado embarazada del chico a los diecinueve anos y a pesar de que nadie habia apostado por ellos, ahi estaban. Cinco anos despues y celebrando su primer aniversario como marido y mujer. Con una familia preciosa. Una punzada de tristeza cruzo el pecho de la joven. No estaba acostumbrada a estar lejos de su hija y aquel dia la habia dejado al cuidado de sus suegros. A la pequena le pusieron Yvaine que en gaelico se traducia como estrella de la manana. Era una nina muy bonita. Su rostro pecoso le recordaba a una sandia, redonda y con pequenas semillas. Habia heredado el fuego en su cabello y la mirada de su padre. Tenia cinco anos y apenas balbuceaba unas pocas palabras. Cada manana Bonnie la levantaba, le masajeaba las articulaciones, le daba su medicina y le preparaba el desayuno. Despues, y con bastante dificultad, la banaba en la banera de ceramica mientras Yvaine se retorcia y aparecian las primeras convulsiones. El siguiente paso era vestirla. En ese punto, a menudo Bonnie se enfadaba pues su hija se negaba a ponerse la ropa que le habia elegido y se frustraba en silencio porque la nina era incapaz de meter un brazo por la manga del jersey. Una vez vestida, le ponia los dibujos animados en el televisor o bien le tendia alguna pintura que esta agarraba con dificultad. A Yvaine le gustaba pintar y su color favorito era el verde. Podia pasarse horas rayando una hoja en blanco con un crayon verde esmeralda o en su defecto azul. El color azul era su segundo color favorito. El tercero aun no lo habia descubierto. Mientras ella pintaba, Bonnie limpiaba la casa y preparaba la comida solo para ellas pues Moray no llegaba hasta la noche. A veces incluso tenia que ausentarse varias noches seguidas. El trabajo en alta mar era asi. Los pescadores paraban su trabajo durante la epoca de tormentas pero pasaban largas jornadas fuera de casa cuando el mar respondia a sus demandas de abadejo[3] y crustaceos. Por la tarde, la chica paseaba a Yvaine en una diminuta silla de ruedas. Visitaba la fruteria o cualquier otro establecimiento en el que tuviera que comprar. A la vuelta del paseo senalaba el mar. "Tu papa esta ahi, luchando contra monstruos marinos para volver con nosotras", decia. No sabia si su hija la entendia o no pero esta se quedaba mirando el mar con absoluta fascinacion infantil. Cuando regresaban a casa, Bonnie estaba siempre cansada. Aun asi le daba la cena a su pequena, le ponia el pijama y la arropaba en su cama mientras le contaba un cuento. A Yvaine le habian diagnosticado paralisis cerebral infantil (PCI) que afectaba tanto a sus funciones motoras como neurologicas pero no la hubiera cambiado por nada del mundo. Para ella era una nina sana. Normal. Una nina feliz y risuena que llenaba de dicha su corazon. Por supuesto, criarla suponia muchas veces que se levantase con ojeras, con los musculos rigidos y tan agotada como la noche anterior. Pero Yvaine era su estrella. Su estrella de la manana. --!Mira! Moray senalo la boveda celeste protegiendo a su esposa del frio con los brazos. Rodeandola con extremada ternura. Las estrellas habian comenzado a aparecer por encima de sus cabezas. Estas brillaban con fuerza y ambos se quedaron admirandolas un rato pese a la frialdad del norte. Sin embargo, las estrellas no duraron mucho en el cielo pues su brillo fue disminuyendo hasta desaparecer. Por completo. Una a una. Parecia que el barco flotase en mitad de la nada. Entre un mar oscuro y un cielo tan negro como un abismo. El joven no recordaria mucho a partir de ese momento. Tan solo pequenos fragmentos. Imagenes confusas del peor momento de su vida. La nubes negras; Los rayos; Observar el barografo[4] con sorpresa; Las embestidas de las olas; El grito de Bonnie; El miedo en la mirada de ambos; El casco partiendose en dos, separandoles en el acto. Las astillas que saltaban de la madera; El agua que arremetia sin piedad; La lluvia que le impedia ver con claridad; La sal de su boca. Pero lo que Moray nunca podria olvidar fue ver los destellos rojos de una melena de sirena hundiendose en el mar. 2 2013 Crail. Escocia. Aisla tenia sesenta y tres anos y toda una vida de recuerdos a su espalda. A menudo, los recuerdos se agolpaban en su pecho y le impedian dormir. Como aquella noche. Se desperto y bajo las escaleras agarrada al pasamano. Sus pasos cansados deambularon por el pasillo en plena penumbra. Penso que lo mejor seria hacerse un te. Una tila quiza le viniera bien a sus nervios. Encendio la cocina de gas y puso una tetera a hervir. Mientras el agua bullia, sus ojos se desviaron hasta una lata metalica de galletas abollada y descolorida. Normalmente su mirada siempre evitaba aquel rincon pero esa noche no tenia fuerzas. Cada dia que pasaba la anoranza por lo que una vez sintio se hacia mas y mas honda. Sin apenas ser consciente de ello, sus dedos alcanzaron la lata del estante. A Aisla se le empanaron los ojos mientras sacaba las cartas que tenia escondidas. Habia pasado casi toda una vida guardando aquellas palabras de juventud. Su memoria reconstruyo la mirada de un muchacho. Unos ojos aguamarina como la pintura que manchaba los dedos del chico. Aisla casi podia verse en aquel ano de 1964 con aquel vestido claro de volantes ondeando sobre las rocas. La tetera empezo a silbar y la anciana la aparto del fuego. Despues apago la cocina de gas y se sento en la salita llevandose la infusion y las cartas con ella. La luz de las estrellas entraba debilmente a la casa a traves de las cortinas de encaje. El viento, por su parte, llamaba a la ventana golpeando los cristales. Aisla leyo toda la noche o al menos, todo el rato que pudieron sus ojos abnegados en las lagrimas antes de quedarse dormida en su butacon amarillo como la piel de un limon. Desperto con las cartas aun en su regazo y el foso de la infusion pegado a la taza en pequenos granulos oscuros. Fuera tocaban a la puerta y desde la ventana donde antes la visitaba el viento del Norte era ahora el sol vespertino quien inundaba la estancia a traves del cristal. La anciana se levanto renqueante y con la rodilla dolorida. Los anos no pasaban en balde. Guardo las cartas en la lata de galletas con toda la prisa que pudo darse pensando en la visita que la esperaba. Su hija y su nieta habian conducido desde Edimburgo hasta la costa de Fife para llegar ahi con la intencion de pasar unos dias con ella. Aisla se sentia agradecida por tener a su lado a Effie y a la pequena Sheena. Habia volcado en ellas todo el amor que la propia anciana no pudo obtener de su familia cuando era joven. Abrio la puerta y enseguida se vio rodeada por unos brazos fuertes pero delgados como raspas de pescado. --!Mama! Que alegria verte --saludo Effie abranzandola con fuerza--. ?Como estas? Effie se subio las gafas de sol para contemplar mejor a su madre. La anciana tenia el rostro delgado surcado de arrugas y su cuerpo menudo estaba cobijado bajo un camison holgado. El cabello cano, que aun guardaba en sus hebras algun que otro destello dorado, caia a un lado del hombro, trenzado como una espiga de trigo. Sus ojos, antes de un azul intenso, estaban levemente empanados por las cataratas. --!Abuela! --exclamo su nieta mientras arrastraba una maleta con ruedas. Aisla abrio los ojos de par en par sorprendida de lo mucho que habia crecido la joven en los ultimos meses. Sheena era toda un mujer con sus diecinueve anos recien cumplidos. Alta. Pelirroja. Iris azul como el mar. Aun asi se mostraba emocionada por visitar a su abuela. Al contrario de lo que cualquier persona de su edad sentiria confinada al pueblo pesquero de Crail sin nada que hacer ni pubs sofisticados donde beber. Crail era un laberinto de casas de piedra de una o dos plantas que llegaban casi al muelle donde las embarcaciones dormitaban. Entre el aroma salino y la fragancia de las flores que abundaban entre sus calles, se escondian pequenos cafes y pintorescas tiendecillas. La guinda de aquel pueblo escoces era su mercado con la captura fresca que el mar traia consigo. A Sheena le gustaba aquello. La tranquilidad que se respiraba en el ambiente. Por supuesto, lo que mas le gustaba era convivir con su abuela bajo los techos de aquella casa de piedra clara con los postigos azules, el tejado rojo y su puerta pintada de amarillo. Su abuela siempre habia fomentado el lado artistico de la chica. Le gustaba contarle cuentos, incluso ahora cuando ya no era una nina. Siempre que ella iba a visitarla a su casa esta le ofrecia una taza de te y una historia como quien ofrece una galleta de mantequilla o una porcion de tarta. Y Sheena absorvia esas palabras como una esponja de bano. Las dejaba inundar su mente y las historias se quedaban alli tanto como pudiera recordarlas. Su historia preferida era el cuento de la sirena. La joven recordaba a su abuela sentada en su silla de madera blanca pintada a brocha ancha por ella misma. Recordaba que el salon olia siempre a una mezcla de te negro y sandalo. Tambien recordaba la voz de Aisla que se elevaba por encima del pitido de la tetera. Habia una vez… decia siempre. Pues era asi como comenzaban todos sus cuentos. Como comienza cualquier cuento. Cuando era pequena, Sheena se sentaba en su regazo y jugueteaba con su collar de perlas de nacar. En una ocasion, de tanto retorcerlo, el hilo se rompio y las perlas se dispersaron por la alfombra. La anciana nunca le regano por eso. "Podemos arreglarlo" dijo, "haremos un collar nuevo y quedara mas bonito que el anterior. " Aisla nunca trato a la nina con malas palabras. Nunca le dijo "Sheena deja eso", "Sheena no comas mas tarta", "Sheena, ahora no puedo contarte un cuento". Ella nunca le nego nada. Ninguna historia. Incluso de adulta no podia hacerlo. Sheena era su consentida. Ella lo sabia. Su madre lo sabia. Todo el mundo sabia que Sheena era su ojito derecho. --Pasad, pasad. No os quedeis en la puerta --pronuncio Ailsa olvidandose de la lata de galletas. Olvidandose del dolor y los secretos de antano. Todo lo que importaba es que estaba ahora con su hija y su nieta. Era feliz. Effie cerro la puerta despues de dejar pasar a su hija Sheena. Enseguida, las tres se pusieron a arreglar las habitaciones de arriba mientras charlaban acerca del dia a dia que ambas vivian en la ciudad. Aisla pregunto por su yerno, Archie Scott, que se habia quedado al cuidado del Tea House. La anciana no habia visto el salon de te de su hija salvo por las fotografias y siempre que podia preguntaba por el negocio pues sabia que para Effie era muy importante. Terminaron de acomodar los dormitorios y de ponerse al dia casi a la hora de comer. Sheena y su abuela estababan en el comedor esperando a que Effie terminase de cocinar su famoso Scotch Broth [5] . Para Effie, cocinar en Crail suponia mas tiempo y esfuerzo puesto que no estaba familiarizada con las cocinas antiguas de gas frente a la electrica que tenia en Edimburgo. --Recuerdas… --Sheena comenzo a hablar intentando llenar el silencio de la casa--. ?Recuerdas aquel cuento de hadas que me contabas siempre? ?Ese que trataba sobre sirenas? La anciana dio un respingo. Aquello le habia venido por sorpresa. Parecia que el recuerdo del muchacho que conocio en el muelle de Anstruther hacia ya decadas se resistia a irse. Aferrandose con unas y dientes a su presente. Asintio. Por supuesto que recordaba aquella historia pues siempre le habia recordado al chico. Aisla carraspeo antes de llenar el acogerdor salon de la casa con su suave voz. Habia una vez --Murmuro justo antes de hacer una pausa para beber de su taza azul anil--, un palacio de coral y nacar, de piedras preciosas y algas de mil colores que resplandecia bajo el oceano como la luz de un faro. Este era el hogar de las sirenas. El corazon de aquel mar gelido e inmenso. Las sirenas eran criaturas mitad humanas mitad pez cuyas colas irradiaban a las olas del color del arcoiris. Sus escamas eran duras y brillantes como las esmeraldas y portaban en sus cabellos pequenos tesoros como perlas, corales, estrellas de mar y oro. Gobernaba sobre todas aquellas profundidades, un joven principe de ojos azules como el mar que le pertenecia. El joven sireno era un aventurero nato y descubrio muy pronto los placeres que le producia observar los barcos de la superficie. Un dia asomo la cabeza y vio a una joven pintar a carboncillo en una cuartilla de papel. Se enamoro. Tanto de aquella joven como de la pintura. Compartio charlas con ella a la luz de la luna junto al puerto cada madrugada. Ella en tierra. El en mar. Ambos se amaban pero nada podian hacer para estar juntos. Eran de mundos distintos. Hasta la pintura se le escurria de las manos al principe pues el agua no era un buen medio para que sobreviviera el papel. Se dijo que su corazon tampoco sobreviviria mucho tiempo alli. Una noche en que ambos se separaron despues de un romantico encuentro, el joven pidio a las estrellas ser humano para asi estar con su amada. No sabia que ella habia deseado aquella misma noche ser sirena para entregar su corazon al mar. Ambos desearon estar juntos y aunque hicieron lo imposible, siempre se mantenian separados. Pese a su deseo de encontrarse, ella acabo en el mar; el en tierra. Convertida en sirena, la joven vio que era inutil resistirse a los hados. El destino le habia quitado lo que mas amaba y no lo soporto. Olvido. Pidio a los dioses que se deshicieran de su memoria y el tiempo acabo por convertir aquella sirena en piedra. El joven principe, transformado en humano y sin hogar, vago por el mundo pintando sirenas sobre sus lienzos. Esperando asi el regreso de su amada con cada pincelada. A Sheena siempre se le rompia el corazon. Mas de una vez habia querido preguntarle acerca de la historia pero nunca encontraba las fuerzas. Aquel tragico cuento la impresionaba demasiado para poder pronunciar palabra alguna hasta pasado un rato. Pero la pelirroja ya no era una nina que se hubiera quedado sin habla. --?Y despues que paso? --pregunto Sheena esperanzada por la posibilidad de un final feliz todavia no descubierto. Aisla la miro con ojos graves y tristes. Parecia que, como en un hechizo de cuentos de hadas, hubiera envejecido cien anos de golpe. Le temblaron ligeramente las manos e hizo todo su acopio de fuerzas para no derrumbarse. El aroma a verduras floto en el ambiente. Pronto estaria terminada la comida y despues la anciana iria a su cuarto a descansar. Descansar de una noche dormitando en el sillon y relajarse por las emociones que no habia previsto tener aquella manana. --?Despues? --susurro con la boca pequena mirando fijamente a su nieta. Aun dirigiendo su vista a Sheena, era a el a quien veia. A aquel muchacho jovial, noble y leal que habia conocido en el muelle durante su juventud. Hablo, mas consigo misma que con su nieta--. Despues no paso nada.

  • Las mariposas de tu luna de Roma Garcia

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    <>. Dafne admiraba la luna como cada noche cuando, de repente, una colonia de mariposas entro por la ventana de su habitacion. Todo cambio aquel dia, pues a partir de ese momento, tendria una mision: salvar a Lilian, Gerpelin y Lucinda, su madre, de las garras del dios de la luna. Para ello, contara con la ayuda de Marlfield, un chico totalmente desconocido, que le hara cambiar la percepcion de su mundo y la acompanara en tal complejo cometido. Nada sera lo que parece y todo lo que aparentemente es facil, sera todo lo contrario. ?Podran salvar a las chicas de la luna? ?Derrotaran a Kavenski, su dios? ?Moriran en el intento? ?Terminara sintiendo por Marlfield algo mas que una amistad?

  • Coleccion completa Con y sin Derechos de Mercedes Franco

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    y lo primero que encuentres sea a una sensual y hermosa mujer vestida de odalisca, ataviada de seda roja de pies a cabeza, esperando por ti.

  • Secreto de Amor (Locura 2) de Virginia Camacho

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    Tess Warden sabe lo que es amar, entregarse por ese amor, construir una familia confiada en el... Y tambien sabe lo que es perderlo todo, enfrentarse al futuro con incertidumbres y miedo, con el alma rota y llena de cicatrices. ?Que harias si un dia el amor que perdiste toca de nuevo a tu puerta? ?Arriesgarias todo de nuevo, o el miedo te haria quedarte donde estas? El destino ha decidido enredarlo todo de nuevo, de maneras inesperadas, para darle a esta mujer que lucha cada dia un pequeno solaz.

  • Esclava de un Nazi de Myrian Gonzalez Britos

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    El 30 de enero de 1933, Hitler es nombrado el jefe del gobierno aleman y muchos alemanes creen que han encontrado al salvador de la nacion. Mientras tanto, en el bucolico pueblo de Blankenstein, el humilde jardinero, Sebastian Ackermann, llega a la vida de la caprichosa judia, Lya Rubinstein, para doblegar su corazon y su propio orgullo.Entre peleas, disputas, bromas y muchos besos, viven una intensa historia de amor prohibida, hasta que, un mal entendido cambia el destino de sus almas.Sebastian y Lya toman caminos distintos sin lograr olvidar el pasado.

  • La mecedora. Lo que no sabes te salvara de Anna Hernandez

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    Un asesino invisible. Dos policias. Un angustioso triangulo del que no pueden escapar. La cuenta atras empieza con un secuestro. La tragedia se esconde en una casa perdida en los bosques suecos de Kalvtrask.
    La vida de Nils Akerman, inspector de policia en Ostersund, Suecia, queda en suspenso el dia que desaparece su hijo Axel, de tres anos. El pequeno estaba a cargo de Elena Rius, una inspectora de policia espanola, amiga de la familia, que pasaba sus vacaciones con ellos. Mykola Solonenko no sabe quien es, pero debe raptarla para llevarse al nino.

  • Sumisa de cinco osos polares (Sumisas 5), Saray Gil Diaz de Saray Gil Diaz

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    Grace es una hermosa y curvilinea mujer de cabello rojo sangre que trata de huir de su matrimonio con un hombre al que amaba, lleva demasiado tiempo escondiendose de el, cuando llega a la remota Alaska no puede imaginarse que cinco cambiantes la desean echar de donde vive, cueste lo que cueste, salvo por una cosa que no contaban, el amor

  • El factor Hynek de Manuel Bescos

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    La aburrida vida de Diego Gaston esta a punto de cambiar.

  • EL DESAFIO de Agustin Cortamanero

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    En un poblado sin jurisdiccion de ninguna autoridad reyna en especial la delincuencia y el crimen organizado, el gobierno destina un equipo para implementar un organo regulatorio que disminuya el alto indice de inseguridad y criminalidad, pero a la hora de comenzar a trabajar en Villa Union una serie de decesos poco comunes se van desarrollando interfiriendo con las investigaciones criminales correspondientes, es responsabilidad del detective Marcelo Dos Santos investigar y descubrir lo que sucede en torno a toda esta situacion, no sin apoyo de quien fuera el mejor detective del pais durante un par de decadas, en conjunto se encargan de desmenuzar cada situacion misteriosa que convierte a esta investigacion en un Desafio.

  • Trilogia Especial Si tan solo fuera sexo de Myriam Ojeda Moran

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    ?En que momento la vida decide cambiarlo todo? Jacqueline Amoros, es una chica con una vida normal, un trabajo normal y un grupo de amigas no tan normales… Todo va bien, incluso tiene un amor platonico que la fascina, hasta que alguien de su pasado regresa de manera accidental.
    Situaciones freneticas, un sexo delicioso y un misterioso dios griego.
    Klaus Grass, llega a la vida de Jacqueline para ensenarle que es el amor frenetico, sin darse cuenta de que quiza esta apostando mas de la cuenta ?Esta uno preparado realmente para enamorarse?
    Y si es asi… ?Todo vale?
    Trilogia completa con mas de nueve millones de lecturas online, esta vez llega en un nuevo formato para cautivar cada rincon de ti.

  • Todos los pajaros cantan de Evie Wyld

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    Los secretos del pasado nunca nos abandonan Jake es una mujer hurana que vive recluida en una vieja granja en una isla del Reino Unido junto a su perro collie y sus ovejas. Un dia, estas empiezan a aparecer muertas. Nadie sabe que esta pasando, aunque Jake esta convencida de que todo es obra de una bestia misteriosa que merodea por la isla. Poco a poco, el lector descubrira todos los secretos de Jake, que se ha refugiado en la isla para escapar de su turbulento pasado en Australia, donde dejo atras enemigos y fantasmas. El misterio y la naturaleza palpitan en esta tensa narracion sobre la busqueda de la redencion en una intriga magistralmente trabada. Evie Wyld es una de las mejores autoras jovenes segun la revista Granta.

  • Tierras Negras de Gonzalo Grande Moreno

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    Desde que salieron del frondoso bosque a campo abierto no pararon de escuchar todos aquellos ruidos infernales salidos de las entranas de sus peores pesadillas, de los olvidados tiempos oscuros y las epopeyas de las cruentas guerras de los reinos olvidados. La caceria estaba siendo hasta ese fatidico momento bastante buena y de los lomos de sus caballos colgaban unos magnificos jabalies y un par de venados que daban buena fe de su destreza de avezados cazadores. Pero aquellos inesperados e imprevisibles sonidos, tan inevitables en ese momento y desagradables por su falta de melodia hicieron que el siempre disfrutado juego de la caza concluyera mucho antes de lo previsto. Poco sospechaban que aquella iba a ser una de sus ultimas cacerias e irrepetible en los anos venideros. Muchos habian sido los rumores que confirmaban ahora aquel mal presagio de sombras, guerra, muerte y destruccion. Y testigos eran de tan nefasto signo aquellos curtidos cazadores que experimentaban por primera vez en sus propias carnes su temor por lo desconocido. Velcari a lomos de su majestuoso corcel blanco subio rapidamente hasta la cumbre de una pequena colina denominada de los lamentos sinceros donde segun la leyenda una pareja de enamorados encontro la muerte escapando de la incomprension de sus familias. Una vez alli, desde su privilegiada posicion pudo comprobar con sumo espanto que sus peores temores eran del todo ciertos. Inevitablemente ellos estaban alli. Los rumores ya no eran una historia quimerica de frias noches de fogatas eternas. Eran ahora una realidad parte de la nueva historia de sus vidas. Los cuentos de las noches oscuras sin luna e incluso de las noches brillantes de miles de estrellas dejaban de ser simples leyendas. Aquellos relatos que los ancianos contaban a ninos asustados, junto al fuego de inagotables chimeneas en sus chozas de adobe se manifestaban y cobraban vida con aquellos sonidos cual preciada pesadilla. Reclamaba aquella aparicion su existencia mas alla de la imaginacion de los numerosos juglares y titiriteros que recorrian por aquellos dias la gran comarca de los doce reinos. La leyenda cobraba vida desde el filo de una frontera en paz hasta el corazon del reino. Algunos de sus fieles guerreros, todos ellos valientes desde el mismo dia que sus madres los alumbraron a la luz de la vida, se fueron acercando al sorprendido Velcari. No intercambiaron mirada alguna, no pronunciaron con palabras lo que sus ojos contemplaban. Porque las palabras sobraban ante la evidencia de aquella presencia militar que se desplegaba ante sus ojos en aquel melancolico valle fronterizo. Los guerreros de la partida de caza, se limitaron unicamente a observar. A pesar de su fama de valientes, estaban casi aterrados por la temible amenaza que llegaba hasta sus entonces pacificos dominios. Era en ese preciso momento de su historia cuando entraban en el valle, en su apacible y prospero reino, los terribles y temidos hombres del norte. Habian llegado como la sigilosa bruma del mar, como el azote de la tormenta mas inesperada que en ese dramatico momento comenzaba a azotar con su tempestuosa lluvia sus curtidos rostros. Primero llego una lluvia pegajosa, luego los luminosos rayos bajo las imaginarias trompetas celestiales en forma de escalonados truenos. Ante ellos, por ultimo, llegaban amparados por las sombras de la manana los terribles vikingos del rey Erik el Temerario. Los enemigos avanzaron con suma cautela en aquel valle unos quinientos metros, con movimientos muy lentos pero seguros. Los Fredegarios contuvieron su respiracion a la espera de una posible formacion de combate. Lejos de desplegarse en su desordenada y temida formacion de combate, de repente, detuvieron su avance y ajenos a los ojos que los observaban, en la parte oriental del valle, entre el rio Balak y el bosque tenebroso levantaron su campamento de campana, aquel que habitualmente los acompanaba en sus correrias por el para ellos desconocido continente de los reinos del sur. El asentamiento fue creciendo en aquella tierra invadida con unas fuertes empalizadas de madera. La construccion quedo perfectamente establecida en apenas tres horas para proteger tras sus muros a los siete mil guerreros de aquella horda salvaje, todos ellos hijos amados del mismo Odin. Los vikingos estaban lejos de sus tierras, a cientos de millas de las marismas negras, su refugio en el corazon del Ikrustian, su hogar maldito en las gelidas tierras del norte, pero para ellos la lejania de su patria carecia de importancia. Albergaban sus desleales espiritus belicosos sus claras intenciones de guerra y su preocupacion mas inmediata era aquella nueva invasion y someter a los moradores de aquel reino. Cuanto antes sucediera mucho mejor. No temian a la muerte, porque morir en combate, siempre habia sido para aquel orgulloso pueblo un acto heroico y un digno final a la vida terrenal antes del Valhalla, la antecamara de los caidos en combate. Su frenetica marcha por tierras desconocidas habia comenzado varias semanas antes y miles de personas habian sido masacradas de forma brutal por aquellos creyentes de Asgard en los ensangrentados campos de batalla que se fueron sucediendo a su paso por los valles de los numerosos reinos del sur. Los vikingos de Erik rara vez solian hacer prisioneros. Ni siquiera respetaban a las mujeres y a los inocentes ninos. La escasez de alimento siempre presente en sus campanas no permitia tales consideraciones. Jamas pedian perdon por ello, solamente la justicia de su Dios Odin, se encargaria de juzgarles en el mas alla si morian en el arduo combate. Y con su espada en mano, siempre estaban listos para recibir el justo premio por su valor y entrega a la causa. Un premio que les hacia merecedores de compartir su segunda vida junto a las hermosas Valkirias del Valhalla en el mismisimo reino de los muertos en Asgard. Velcari no necesitaba observar por mas tiempo a los vikingos, sus intenciones no podian ser otras que la rapina y la muerte de los suyos. Inmediatamente dio media vuelta a su caballo y seguido por los suyos descendio la colina por su lado oculto a la mirada de los hombres del norte, adentrandose de nuevo en la seguridad del frondoso bosque. El rey Santrax de los Fredegarios, vio a su fiel guerrero llegar al galope y no tuvo la menor duda, algo terrible estaba sucediendo en sus dominios. Velcari desmonto de un salto de su caballo y se postro de rodillas ante su soberano. Sus ojos hablaban por si solos y el monarca no necesitaba palabras para comprender el desastre que se cernia sobre su pueblo y la corona que cenia en sus sienes. Durante muchos anos, habia rezado con toda la fuerza de sus plegarias paganas para que los vikingos nunca se acercaran a Freda. Y ahora temia la ira de los hombres del norte, tanto como la posible cobardia y desercion en masa de sus guerreros, acobardados e impresionados por la fama del invencible pueblo vikingo. – Majestad, mi muy noble senor - dijo Velcari sin elevar su vista del arido suelo - Los vikingos se han adentrado en vuestro reino y son tan numerosos como los arboles del bosque que nos rodea. Debemos cesar en nuestra caceria, volver a nuestro campamento, recoger nuestras tiendas con premura y escapar hacia la seguridad de los infranqueables muros de nuestra capital. El monarca asintio con la cabeza a la vez que sus dedos de la mano izquierda acariciaban su barbilla. La recomendacion de su jefe de armas, senor de clanes y general de sus ejercitos era de lo mas sensato dadas las circunstancias. Ya llegarian tiempos mejores en los que los Fredegarios no saldrian corriendo como ratas asustadas ante las huestes del reino vikingo. Aun asi, en la seguridad de saber y conocer que el consejo de su general era lo que se debia hacer en esos momentos de confusion, una duda invadio sus reales pensamientos. Quizas, escapar sin luchar podria volverse contra ellos y esto podria dar muestras de excesiva debilidad ante su pueblo y los doce reinos. Otro de sus generales, su segundo jefe de armas, se dirigio en esos momentos con sus palabras inquisitivas a la pensativa figura real. – ?Cual es nuestro plan de ataque para esos mal nacidos? - pregunto Osenberg a su soberano con muestras de desear escuchar de su boca la orden de una inminente ofensiva. – No seas impaciente mi buen y leal amigo. Esperaremos hasta un nuevo amanecer, es todavia posible que se retiren y no sea necesario luchar. A veces, esas alimanas del norte solo realizan incursiones en busca de agua y provisiones y una vez han colmado sus mermados suministros con actos de rapina y pillaje vuelven a sus tierras salvajes en las islas del destino - el rey titubeo, dudaba de sus propias palabras. No queria justificar la presencia invasora, pero anhelaba creer en una salida pacifica al peligro en ciernes. Todos asintieron ante la decision del rey Santrax. Nadie queria dar un paso en falso pecando de excesiva imprudencia. Por otra parte, la idea de su rey era buena y no les disgustaba en esos momentos. Aquel campamento temporal del enemigo se encontraba asentado en los limites de su frontera con los Bargos y los vikingos bien podian dar por concluida su campana de invierno en aquel punto. Los Bargos no habian sido dignos rivales para aquellos barbaros, pero ellos eran guerreros Fredegarios y los vikingos no ignoraban la fama de sus soldados y su lealtad a los clanes. No era igual cruzar su acero y fiereza contra Bargos, en su mayoria campesinos, que cruzarlo ante los entrenados, aguerridos y muy disciplinados clanes Fredegarios. No obstante, esta euforia la experimentaban aquellos dominados por cierto estado de embriaguez de la noche anterior donde el hidromiel corrio por sus venas en exceso. Y estos pensamientos, unidos tambien al panico y como no al respeto hacia la destreza de las espadas y hachas enemigas, les hacia desear ver aquel campamento vikingo lo mas lejos posible de sus fronteras. Osenberg, segundo del rey, murmuro una extrana oracion, una plegaria llena de tristeza y esperanza. Santrax, rey de Freda, miro fijamente a su general. ?Por que pedir ayuda al Dios de los clanes? Su general nunca habia dado muestras de creer en ningun juez supremo o en los dioses de sus antepasados. – !Todos vamos a escondernos lo mejor posible y nada de fuegos esta noche! - grito el monarca - Debemos estar preparados para una eventual batalla. Sus exploradores pueden encontrarnos con suma facilidad bajo este cielo lleno de estrellas. El sequito de cazadores se protegio de las posibles miradas indiscretas desde lo alto del cerro cercano al valle y para ello no dudaron en cabalgar hasta reunirse con el primer ejercito real en una vaguada cercana. Este nutrido contingente de armas se habia personado inmediatamente desde la cercana Freda nada mas recibir el aviso de los cuernos del destino y conocerse la noticia de la posible invasion vikinga. El rey desplego a sus mejores guerreros, todos miembros de su guardia personal, en lo alto de un pequeno teso coronado por una cima muy lisa. Estas medidas de vigilancia evitarian posibles sorpresas con forma de emboscada o ataque sorpresa durante la noche. El promontorio estaba muy bien situado, haciendo del todo imposible un ataque al asentamiento real sin pasar por aquel punto avanzado. Aquel grupo, fue confiado a las ordenes de un joven guerrero llamado Amiraquis. A la manana siguiente, el alba brindo al grupo del promontorio con una agradable e inesperada sorpresa. – Los muy bastardos han desaparecido Amiraquis. Sencillamente se han evaporado mas alla de las brumas de Vernaila - sus hombres se mostraron exultantes ante la huida del invasor y golpearon sus escudos con las lanzas celebrando el peligro que se habia desvanecido de la noche a la manana. El jefe Fredegario asintio con un gesto complaciente y pudo verificar por si mismo que la noticia avanzada por uno de sus exploradores era correcta y una realidad reflejo de la verdad. Era del todo asombroso e increible para Amiraquis que todos los invasores hubieran levantado su campamento en pocas horas para marcharse de nuevo presumiblemente de vuelta en la direccion de su lejano reino, atravesando de nuevo todos los territorios masacrados por su codicia y barbarie. El peligro de una larga guerra habia desaparecido en cuestion de unas pocas horas, la amenaza se habia desvanecido como la niebla en la noche mas larga de sus vidas. – Avisad a su majestad de inmediato - dijo el sorprendido joven, frotandose los ojos con ambas manos sin poder dar credito a lo que estaban viendo sus cansados ojos. – Si, jefe Amiraquis, su majestad sera informada con la mayor celeridad posible. Ya uno de los nuestros corre a su encuentro en el campamento real. – Vosotros dos - Amiraquis senalo a dos de sus exploradores - Seguir al enemigo durante unas cuantas horas. Debemos asegurarnos de que esta retirada no se trate de una sucia trampa, un ardid para sorprender a nuestra retaguardia. - los dos hombres asintieron a la vez y montando en sus caballos a todo galope obedecieron al instante la orden recibida. Veinte escasos minutos mas tarde, el rey era informado de la posible retirada del agresor vikingo. Santrax aplaudio la noticia con suma alegria, pero a su vez se mostro cauteloso. Conocia la fama de los valientes vikingos y de su maestria en el arte de la guerra. No era normal que aquella mala hierba, aquella que no tiene miedo a morir en largas luchas sin cuartel se estuviera retirando a las primeras de cambio sin presentar una misera batalla. De todas formas, era de agradecer no tener que cruzar su acero con aquellos temibles y numerosos enemigos. Miro a su alrededor y pudo comprobar que sus jefes de armas se encontraban bastante nerviosos porque sospechaban y pensaban sin reservas que aquella retirada era fingida y la antesala de una posible trampa. En efecto, esta era una posibilidad, pero solo les quedaba una cosa por hacer, esperar y esperar. Las noticias de los dos exploradores de Amiraquis eran ahora del todo vitales y necesarias para tranquilizar el desasosiego de todos. El soberano los esperaba con tal impaciencia que su llegada fue motivo de cierta paz en su mente y alegria desmedida. – ?Y bien? ?Que nuevas me traeis? - pregunto el soberano a la vez que sus dedos de la mano derecha acariciaban su nariz victima de un repentino y molesto picor. – Majestad, sabemos donde estan esos hombres sin honor. No se han retirado de nuestro reino como vaticinabamos. Nuestras fronteras del norte estan siendo atacadas por todas sus fuerzas. Vikingos del trono vasallo de Osk y otros provenientes de los desfiladeros del este se han unido a ellos. Estan aniquilando a toda nuestra poblacion a su paso por nuestro condado norteno de Kilnner, no respetan siquiera a las pequenas granjas, sus moradores estan siendo descuartizados o quemados vivos y se dirigen en estos momentos a marchas forzadas contra nuestra ciudad nortena de Wenda. Vuestro fiel general Perses, gran baron de vuestro dominio del norte, esta siendo incapaz de retener este ataque incontrolado de los vikingos. – ?Como consiguieron saber todo eso? - pregunto un intrigado Santrax. – Tenemos un prisionero - hablaba ahora Amiraquis tomando la palabra de sus exploradores - Nos puso al corriente de todos estos acontecimientos e intenciones. El prisionero, esta aqui mismo, en la otra tienda. En mi opinion deberia hablar con ese tipo - replico el joven jefe con una sonrisa, adoptando con orgullo una pose de importancia y satisfaccion - Es el mismisimo rey de los vikingos e insiste en hablar con su majestad de inmediato. El jefe Amiraquis hizo una reverencia mientras abandonaba la tienda real. El rey se encontraba muy sorprendido. De acuerdo con las leyes de su pueblo, estaba obligado a recibir al miembro de la casa real enemiga para ofrecerle su hospitalidad. Para colmo, no podia retenerlo como a un vulgar prisionero. Al revelar su identidad, se habia convertido automaticamente en su invitado y desde ese momento no era ya su prisionero, era un igual. Era esta una especie de tradicion pactada entre reyes, aunque nadie sabia por que o el origen de tal privilegio, pero las reglas de la cortesia obligaban a ello y la prudencia aconsejaba escuchar inmediatamente al soberano extranjero. Aunque Santrax hubiera deseado poder despedazar a aquel vil rey bajo los colmillos de su jauria de mastines blancos. Recordo no obstante que un rey nunca mata a otro rey, salvo en combate durante la batalla. Erik el Temerario, era un monarca barbaro muy fuerte, de un metro ochenta y nueve, poseedor de un pelo rubio casi albino, su altiva y esbelta figura delataba su noble origen y sus ojos azules lanzaban miradas tranquilas, muy contrarias a lo que marcaba su conocido caracter sanguinario y del todo belicoso. Mostraba el rey de los vikingos unos treinta anos de edad y llamaba la atencion su formidable aspecto fisico. Esto ultimo no era de extranar. Todos conocian la preparacion guerrera de los jovenes vikingos. Durante la ninez de un guerrero del norte solamente existia un objetivo para sus varones y hembras: la preparacion para la guerra. Santrax observo con sumo interes a su forzado invitado. Penso que debia hablar, despues de todo, le agradaba la idea de que aquel joven reyezuelo dependiera ahora de su indulgencia. Extendio la mano hacia la cabeza de Erik y la puso en su frente, empujando al joven rey hacia una de las sillas del improvisado trono de la tienda real. El joven estaba sorprendido por este gesto y bajo la cabeza en senal de sumision y respeto pues conocia y reconocia el vikingo con ello encontrarse ante un poderoso rey de occidente, aquel que se sentaba en el trono de los doce reinos del sur por derecho de sangre. Santrax se irguio. Trago saliva y resoplo con fuerza. Desde el otro lado de la estancia, todos sus jefes guerreros lo estaban mirando muy fijamente, sin perder detalle de aquella improvisada audiencia, todos muy pendientes de las resoluciones de su magnanimo rey. – Naturalmente he de hacerte algunas preguntas. Pero no debes preocuparte. Me parece, simplemente, que es del todo necesario. Para empezar… ?Que motivos han traido a vuestros ejercitos hasta nuestras fronteras? ?Por que nos habeis atacado? Necesito respuestas. Mi pueblo necesita saberlo para comprender lo que impulsa vuestro ataque suicida. Queremos escucharte para hacerte merecedor de nuestra clemencia - el rey se volvio sobre sus pasos a la espera de respuestas a sus numerosas preguntas. Todos lanzaron un murmullo de aprobacion ante las palabras de su monarca. El soberano llamo al orden con un ademan de su mano derecha. El rey vikingo siguio sin contestar las preguntas sumido en un silencio preocupante e innecesario. – Vamos, vamos, me estoy impacientando, salvaje. !Maldito animal sarnoso, debes hablar! - grito furiosamente el rey muy crispado ante el prolongado silencio de su oponente. Fue una sensacion terrible para el joven barbaro aquel cambio de humor en el caracter del rey de los Fredegarios. Seria mejor ganarse su favor antes de que fuera demasiado tarde. Erik penso que, si no hacia esto ultimo, se iba a estrellar contra la ira real, algo no aconsejable para sus propositos. El murmullo en la sala se hizo mas intenso, reclamaban tambien una explicacion del vikingo. De pronto, unas debiles palabras salieron de la garganta del joven. – Mi nombre es Erik, hijo de Andrex. Soy el rey de las tierras negras vikingas. Reconozco que nuestra intencion es invadir vuestro reino. No veo motivo alguno para negar lo evidente. Es cierto, que mi pueblo es belicoso y salvaje… pero no somos unos estupidos temerarios. Conocemos el inmenso poder militar de los Fredegarios y nunca osariamos invadir vuestro pais, sin una obligada razon de peso. – Eso es muy inteligente por vuestra parte - respondio Santrax, asintiendo con un ademan de su mano izquierda y senalando con su dedo indice al joven - Pero, aun asi, estais atacando nuestras fronteras del norte. – El motivo - explico el joven - De nuestra presencia en vuestras tierras es que estamos escapando de un terrible enemigo. Un enemigo, que nos ha obligado para escapar de sus garras, a luchar contra los pacificos Bargos y ahora nos obliga irremisiblemente a luchar contra vuestro poderoso reino en un avance por la supervivencia que no podemos evitar. – Sigo sin entender nada - sonrio el rey de los Fredegarios - La cuestion es sencilla y tu respuesta un poco complicada de asimilar. Pienso que estas tratando de enganarme. No seria mas facil luchar contra ese terrible enemigo del que hablais y dejar tranquilos a vuestros pacificos vecinos del sur y a la postre a nuestros poderosos reinos. En la estancia se escucho un gran murmullo de aprobacion. El rey de los vikingos se estaba burlando de ellos. Para algunos jefes militares la actitud del vikingo resultaba inaceptable. Como podia ser mas sencillo luchar contra su potente ejercito que contra… Con mucha habilidad y cierta gracia, Erik se estaba burlando de ellos y de su orgulloso pueblo. El rey vikingo, se irguio en su asiento y mirando hacia todos los jefes, que se encontraban a unos diez metros de distancia, prosiguio con su relato: – Hay una gran confusion entre vosotros nobles senores. No habeis entendido el alcance real de mis palabras, el significado de lo que expongo y la verdad que hay tras mis acciones. Nuestros enemigos, aquellos que nos obligan a luchar contra vosotros, no son para nada normales. Se trata de terribles monstruos de apariencia humana contra los que nuestras espadas, lanzas y flechas no pueden hacer mella. Dia a dia, nos obligan a abandonar nuestras tierras y nuestra unica salida es avanzar hacia las tierras de otros reinos. Nuestra ley nos obliga a no pactar con nadie y luchar solos en ambos frentes. Escapamos de quienes no podemos matar y presentamos batalla a quienes podemos doblegar bajo nuestro acero.

  • Yo curare tus heridas (Corazone heridos 1) de Towanda Richardson

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    Jamie Parks lo tenia todo. Apenas habia cumplido los veinte cuando todos sus suenos se cumplieron. Era el hombre mas feliz del mundo. Hasta que un maldito accidente en una pista de esqui se lo llevo todo por delante. Su profesion, sus ilusiones y sus ganas de vivir.

  • Recien cazados de Roxana Aguirre

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    Lo que pasa en Las Vegas… Definitivamente, no se queda en Las Vegas. Esto es algo que David y Natalie aprendieron muy bien, y es que despues de una tremenda borrachera y varias historias de desamor, ambos deciden escaparse a Las Vegas. El infierno comienza al dia siguiente, cuando se enteran de que hay un acta matrimonial de por medio y fotografias en sus redes sociales anunciando su matrimonio a todas las amistades. Entonces ambos se ven obligados a continuar por no dar su brazo a torcer frente a familiares y amigos.

  • Jefe por Sorpresa de Carmen Gracia

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    Un sobresalto, remuevo el antifaz antiarrugas de mis ojos y miro a mi alrededor. Las persianas de mi habitacion ya iluminadas por los suaves rayos de luz que penetraban, avisando que la hora ya era la justa. Mis ojos entrecerrados adormecidos y atormentados por la radiante iluminacion. Tomo mi movil y miro la hora. Son las 7:30, la misma hora de siempre. Me levanto de la cama y voy al bano. Deslizo por mis piernas mi short de pijama de seda para poder orinar. Contemplo un poco el desorden del lugar y en mi mente vuelvo a repetirme debo limpiarlo lo antes posible, como me lo he estado repitiendo desde hace ya dos semanas y como me recordaba a mi misma todas las demas cosas que debia hacer: la lavanderia, las compras, llamar a mi madre y reparar la luz de la sala. Era mi lista mental de las cosas que tenia que hacer y olvidaba hacerlas. Revise de nuevo mi telefono, llevaba una lista de los eventos a los que debia asistir cada dia, tarea que se supone que deberia hacer mi agente, pero mi contrato con mi agencia acababa de vencerse y estaba en espera para viajar y firmar uno nuevo, asi que por los momentos debia hacer el trabajo yo misma. Bostece un poco, habia dormido bien, unas solidas 9 horas, lo cual era casi un record Guinness en horas de descanso para mi, pero me sentia cansada. Eso es lo que sucede despues de cinco sesiones de fotos y tres castings. La verdad es que el mundo del modelaje no era todo color de rosas. Tenia cuatro anos en esta industria y se sentian como veinte. Comence a trabajar como modelo desde los dieciocho anos de edad. Naci en Mexico y en Latinoamerica, si una chica quiere ser modelo o actriz puede ser solo un cliche mas, pero si no trabajas lo suficientemente duro tu destino esta predeterminado a las novelas del mediodia, los programas de historias de la vida real con moralejas babosas o a las portadas de un catalogo de Avon, trabajos que no son horribles, claro esta, pero siempre supe que no eran lo que buscaba. Desde nina veia las pasarelas europeas, me encantaba la moda, los disenos, el caminar de las modelos, sabia que queria ser una modelo desde siempre y no solo me inspiraba la television, mi madre era una ex supermodelo muy famosa en mi pais, llego a aparecer en las mejores revistas y portadas del mundo entero. Hasta que quedo embarazada de mi a los 21 anos y tuvo que retirarse, sus amigos de la industria siempre me decian que triunfaria igual que ella o mas. Mi padre siempre ignoro mi existencia, mi mama dice que era un fotografo muy famoso con el que tuvo una alocada historia de amor, pero estaba casado con la editora de una revista muy conocida, lo cual a mi madre no le importo en lo mas minimo, claro esta. Al enterarse que ella estaba embarazada consiguio milagrosamente un trabajo en Moscu y se mudo alla. Cuando cumpli 8 anos me envio una carta diciendome que lo sentia y que queria conocerme para "disculparse personalmente por todo lo que habia sucedido", me visito por tres dias, me compro un pez y nunca mas volvi a verlo. Mi madre decia que todo estaba destinado a pasar y que ese hombre era un ser que Dios habia puesto en su camino para concebirme, mi madre tambien estaba un poco loca y atribuia razones de sucesos a posiciones astrales y energias cosmicas, asi que yo solo le seguia el juego. El punto es que estuve inmersa en el mundo del modelaje desde que tengo uso de razon. Desde los dos anos acompanaba a mi madre a sus sesiones de foto, las pocas que tuvo luego de tenerme, incluso modelo mientras estaba embarazada, viajamos por todo el pais, solo mi madre y yo, mientras ella perseguia su sueno de aun ser modelo incluso luego de tener un bebe. Durante la busqueda del exito mi madre conocio a Jorge, un veterano americano que estaba de vacaciones en Cancun, se enamoraron perdidamente, se casaron y cuando tenia 10 anos nos mudamos a Florida a vivir con el. Jorge era realmente dulce, amaba a mi madre y eso me hacia feliz, tambien me trataba como su hija y era realmente una figura paterna para mi. Nos habia adoptado como su familia y eso habiamos construido, una pequena familia, mas de mi madre que mia, pero igual la disfrutaba. Termine la escuela en Florida decidi irme a la capital de la moda: Nueva York. Trabaje desde los 16 anos ahorrando para mi proximamente vida sonada y al cumplir los dieciocho me mude a mi propio piso alli, era pequeno y estrecho pero para mi era justo lo suficientemente hermoso. Mi primer mes fue doloroso, mis expectativas se redujeron a menos cien y mis trabajos eran bastante escasos. Para cubrir con los gastos de la renta tuve que conseguir un trabajo como cajera en un cafe cercano. Luego de casi seis meses en la ciudad lo unico que habia logrado era aprender a hacer un macchiato delicioso y a sonreirle gentilmente a cualquiera que me dirigiera la palabra. Siempre que estaba a punto de rendirme y regresar a casa llamaba a mi madre. Ella habia pasado por lo mismo y siempre sabia las cosas correctas que decir. Mis animos subian un poco y volvia al ruedo, mi madre tenia un punto: mi apariencia era diferente a la de las demas chicas. Por ser latina, mi tono de piel era bronceado y mis facciones eran exoticas: labios gruesos, ojos verdes grandes, nariz fina y cabello castano oscuro que desde los quince llevaba con un flequillo desordenado cubriendo mi frente, media 1.80 y era delgada, pero con curvas y buenas proporciones. Definitivamente habia heredado la apariencia de mi madre y ser modelo aparentaba estar en mis genes. Muchos podrian pensar que incluso ella me impulsaba o me obligaba a lograr este sueno porque sentia que lo estaba logrando ella, que vivia a traves de mi, pero esa no era la historia. Tuve muchas oportunidades para negarme a entrar al mundo del modelaje, a comer lo que me provocase, a no ejercitarme y ser como cualquier chica que puede lucir como le plazca, pero eso no era lo que queria. Yo veia mucho mas, veia el arte, veia la gracia, veia el usar mi cuerpo para comunicar emociones, para vender a masas, para hacerme notar. Independientemente de lo que mi madre quisiese, yo siempre habia querido ser una modelo y mi madre fue solo una inspiracion que lo hizo todo mucho mas sencillo. Sin embargo casi ninguna de las personas que estuvo en la industria al mismo tiempo que ella seguia estando y sus llamadas para conseguirme contactos exitosos eran un fracaso. Ademas, tampoco queria ser esa chica que triunfaba a rastros del exito de su madre, queria triunfar por mi sola. Queria que la gente conociese a Carmela Varon, no a la hija de Mariana Varon. Una tarde, mientras me resignaba a mi futuro como cajera/barista/mujer sonrisa, conoci a Emma. Era una delgada rubia de Boston, que resulto estar viviendo en la ciudad persiguiendo el mismo sueno que yo, solo que ella ya tenia un ano en esto. Charlamos unos minutos mientras su pedido estaba listo y me comento que venia de un casting en el que la habian rechazado pues su apariencia era "demasiado casual" y buscaban algo mas diferente. Mientras conversabamos la rubia me miro de pies a cabeza y sugirio que quizas yo pudiese ser el tipo de modelo que buscaban. Minutos despues y con un turno de trabajo abandonado, me dirigi al lugar en el que era el casting. Para mi sorpresa el resultado fue excelente, me seleccionaron entre 80 chicas y consegui un contrato en una agencia muy buena. Mas sesiones fueron surgiendo y mas contratos fueron llegando, a mis 22 anos ya habia sido portada de diez revistas, lo que era considerada una gran hazana. Estaba en el punto maximo de mi carrera y parecia solo crecer mas. Viajaba cada semana a locaciones distintas. Vestia los mejores disenadores y mi pequeno piso de Nueva York se convirtio en un mucho mas comodo y espacioso loft. En cuatro anos habia logrado muchas cosas. Con el tiempo uno pensaria que se vuelve todo mas facil, pero la verdad es que es todo lo contrario. Es dificil obtener el exito, pero aun mas dificil mantenerlo. Mi rutina diaria era intacta: me despertaba a las 7:30 am maximo, me vestia e iba al gimnasio hasta aproximadamente las 10:00, regresaba a mi apartamento, me banaba, vestia y salia a cualquier trabajo que tuviese. Esta rutina se repetia aproximadamente 6 dias de la semana, a veces los 7 dias completos, dependiendo de la temporada. Comia entre sesiones, dormia en autos, y mis compromisos sociales eran nulos, sin embargo estaba feliz y eso era lo que me importaba. Habia conocido lugares hermosos y mi agencia era una de las mejores del mercado, mi nombre pertenecia a la lista de modelos mas exitosas del ano. Grabe algunos papeles extras para peliculas y, por supuesto, estuve en los tabloides por mis supuestos "romances" con uno que otro actor los cuales ni conocia o ni siquiera habia hablado con ellos alguna vez en mi vida. Sin embargo no era muy conocida fuera de Estados Unidos y esto me hacia querer expandirme un poco. Cualquiera podria pensar que ya era una persona famosa, pero ese no era el caso. Era famosa en el mundo del modelaje, pero no era ninguna celebridad. Vivia de la misma manera, hacia mis cosas de la misma manera, no habia paparazzis siguiendome por todos lados ni fanaticos que gritaran mi nombre, seguia viajando en clase comercial y mis habitaciones de hotel seguian siendo reservadas como las mas sencillas, yo era solo una modelo mas.

  • Suplantacion, Amber Lake de Amber Lake

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    La tranquila vida de Cristina, profesora en un colegio, se ve alterada cuando su hermana, famosa actriz, le pide que la suplante durante unas semanas. Laura acaba de sufrir un accidente que le ha provocado graves lesiones y teme que la noticia se divulgue y pierda un contrato para rodar en Hollywood.
    A Cristina la idea le parece insensata, pero acaba cediendo con la condicion de que Laura se reconcilie con su padre, del que lleva distanciada varios anos. Gracias al gran parecido entre ambas y a la ayuda del agente artistico de su hermana, los primeros dias transcurren sin incidentes; hasta que le comunican que Jason Drake, director de la pelicula, viene a Espana y desea conocerla.
    A pesar del riesgo, Cristina se siente obligada a continuar con la farsa y se embarca con Drake en el yate de Ryan Caine, el productor de la pelicula, para un breve crucero. Ryan sospecha desde el primer momento que la actriz oculta un secreto y, aunque le cuesta controlar el deseo que siente por ella, se empena en descubrirlo.
    La travesia resulta muy complicada para Cristina, que debe luchar entre la atraccion que siente por Ryan y la necesidad de proteger su verdadera identidad.

  • El Cielo De Bitinia de Miguel Angel Manrique

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    Nicomedia, provincia de Bitinia. Ano 284 d.C. El cuerpo del emperador Numeriano es descubierto sin vida. El caos se apodera del Imperio romano en su etapa mas critica ya que se encuentra envuelto en una profunda crisis politica e ideologica. La depresion y la decadencia amenazan con destruirlo todo. Los continuos conflictos religiosos entre cristianos y paganos son cada vez mas frecuentes y virulentos, tratando de disputar la supremacia oficial del Imperio. El incremento politico del ejercito tiene al Senado entre las cuerdas y pone en riesgo la soberania de Roma. Pero la muerte del emperador no ha pasado desapercibida: alguien sabe quien y como ha perpetrado el asesinato. Alguien tiene el poder de cambiar el rumbo del Imperio romano.

  • ?Quien cerro las puertas al amor? de India Alvarez

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    Dos libros en uno, dos historias de amor que te enganchara.

  • El sol y el acero de Yukio Mishima

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    Acabado en 1967, “El sol y el acero” es un texto en el que encontramos la expresion de muchas de las contradictorias y sutiles lineas de fuerza que configuran el complejo y singular pensamiento del escritor Yukio Mishima (1925-1970), o cuando menos del personaje que quiso llegar a ser. El culto del cuerpo como trasunto y complemento del culto del espiritu, la dolorosa contradiccion entre palabra y accion, la delgada, casi imperceptible frontera entre vida y muerte (realidades opuestas pero que a la vez se funden y complementan), son solo algunos de los motivos que articulan este texto tan fulgurante como controvertido.

  • Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo de Alex Grijelmo

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    ?El idioma invisibiliza a la mujer? ?Es compatible la lucha feminista con el respeto al sistema de la lengua? ?Tiene sentido que el masculino generico se presente como simbolo de la dominacion del varon? ?Es eficaz actuar sobre el lenguaje para combatir el machismo?

  • El Segundo Capitulo de Mara Luna

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    Mara es una mujer quien, al divorciarse a los cincuenta y cuatro anos, despues de treinta y dos de matrimonio, siente que su mision en la vida ha concluido. Esta mas que lista para morir.
    Pero ese no es el plan que Dios tiene para ella por el momento.
    Con el paso del tiempo, hay eventos que la hacen empezar a cuestionarse las creencias con las que ha crecido, y poco despues inicia la busqueda del “hombre de su vida”, sin imaginar entonces lo que por ese camino iba a encontrar.

  • En Defensa De Jacob de William Landay

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    En defensa de Jacob es un magistral thriller legal y una intriga psicologica sobre la devocion paterna

  • Mas cerca aun de Natalie Daniels

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  • El doble secreto de la familia Lessage de Sandrine Destombes

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    El sueno y la muerte son hermanos mellizos.

  • Te encontre de Sandra Estevez Calvar

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    Lola, profesora de lengua y literatura, huye de su pasado sin darse cuenta que este la perseguira hasta que descubra la verdad. Para ello solicita un traslado y se va a vivir a Sevilla; una ciudad que siempre la ha atraido por sus gentes, sus costumbres y su hermosa historia.

  • Economia Para Andar por Casa de Aa. Vv

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    ?Por que sube la gasolina? ?Son de fiar las empresas que nos ofrecen refinanciar nuestras deudas? ?Como me afecta la reforma laboral? ?Que son los fondos de inversion? ?A que edad es recomendable hacer un plan de pensiones? Cada dia desde que nos levantamos nos enfrentamos a un sinfin de cuestiones que tienen un trasfondo economico: desde la luz que ilumina nuestro hogar hasta el combustible que utilizamos para desplazarnos, los impuestos que pagamos y los servicios que contratamos con los bancos. Un afamado economista y tres reconocidos periodistas han hecho el ejercicio de sintetizar las dudas mas comunes que afectan a cualquier ciudadano para convertirlas en preguntas que se responden de forma sencilla y clara, aclarando conceptos y desmontando topicos. El resultado es una obra de lectura obligada para todos aquellos que quieran saber que ocurre con su dinero y como funciona la economia.

  • Felicidad de Thich Nhat Hanh

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    La ensenanza fundamental del maestro zen Thich Nhat Hanh es que la plena consciencia (o mindfulness) puede ensenarnos a vivir en el presente y desarrollar la paz interior. Accesible tanto a los recien iniciados en el budismo o la meditacion como a practicantes mas experimentados, Felicidad es el unico libro que recopila todas las practicas desarrolladas por Thich Nhat Hanh durante sus mas de sesenta anos como monje y maestro budista. Con secciones dedicadas a la practica cotidiana, las relaciones, el ejercicio fisico, la comida atenta y la practica con los ninos, Felicidad constituye una guia completa para vivir con plena consciencia nuestra vida cotidiana.

  • Estelar de Brandon Sanderson

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  • Amanece en el fuerte Patterson de Alexandra Martin Fynn

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    Estados Unidos de America, 1803.

  • Renunciare al principe azul de Olivia Saint

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    Los zapatos de mujer son un arma mortal que le facilita la conquista del mundo, destilan sensualidad y glamour, sin ninguna duda la pasion de una mujer se refleja en el calzado que usa. Esto lo sabe Helga, que es una mujer profesional, duena de una empresa de calzado para damas. Ella, entiende a las mujeres, sabe que buscan y a donde debe dirigir el estilo y el diseno de sus colecciones para poder siempre dar un toque de clase y glamour a sus modelos que hacen lucir sexy a todas las clientes que usan sus zapatos. Es la distincion de su marca.

  • No puedo dormir contigo, carino (Los peligros de enamorarse de un libertino 2) de Raquel Mingo

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    Llega la segunda entrega de la serie <> con la historia de Helailla y Keylan.

  • La Vida en tus Palabras de Andrea Golden

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    Un derrumbe parcial en la nueva carretera que comunicara Tungus con Skardu (Pakistan) descubre una caverna centenaria.
    En su interior encuentran vestigios de un pasado: utensilios de labranza, distintas alforjas repletas de semillas y un decrepito arcon de madera que contiene varios codices en perfecto estado, sorprendentemente, escritos por una mujer.
    Tras ser investigados y ante la dificultad del entendimiento de algunas palabras contenidas en ellos, Marco y Sajan, trabajadores del Canal Historia, deciden pedir ayuda.
    Dana, experta paleografa en un prestigioso museo de Washington, recibe la propuesta de ir hacia ese pais, viaje con el que sono en numerosas ocasiones y que, por distintas circunstancias familiares, nunca hizo.
    Nuestros protagonistas seran sorprendidos por la subyugante historia de Nasila, una joven avanzada a una epoca en la que, con suerte, las mujeres valian un punado de monedas.

  • Las chicas desaparecidas de Paris de Pam Jenoff

    https://gigalibros.com/las-chicas-desaparecidas-de-paris.html

    De la autora best seller de El vagon de los huerfanos llega una nueva novela basada en hechos reales de la Segunda Guerra Mundial
    Las chicas perdidas de Paris es una emotiva historia de amistad y traicion durante la Segunda Guerra Mundial, inspirada en hechos reales, de la autora best seller internacional Pam Jenoff.
    1940: Con el mundo en guerra, Eleanor Trigg lidera un misterioso grupo de agentes secretas femeninas en Londres. Doce de estas mujeres son enviadas para ayudar a la Resistencia francesa.
    Nunca regresaron a casa.
    1946: Al pasar por la Estacion Central, en Nueva York, Grace Healey encuentra una maleta abandonada escondida debajo de un banco. La maleta contiene una docena de fotografias, cada una de una mujer diferente.
    En busca de las mujeres reales de las fotos, Grace se siente cada vez mas atraida por su misterioso destino. Y a medida que profundiza en los secretos del pasado, descubre una historia de amistad, valentia impensable y, en ultima instancia, de la mas despreciable de las traiciones.

  • En el corazon del narco de Dylan Martins

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    Emprendio un viaje y el se cruzo en su camino…
    Ariadna jamas pudo imaginarse que ese hombre del que se enamoro era uno de los narcotraficantes mas importante del norte de Africa.
    La vida junto a Namir sera una eterna decision entre arriesgarse o huir.
    Dos mundos. Dos culturas. Y una eleccion: convertirse, o no, en la mujer del narco.

  • Cicatriz (Narrativas hispanicas) de Sara Mesa

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    Ahi esta, dice el. Senala el edificio mas alto de la avenida, un bloque de dieciseis plantas viejo y rojizo, con desproporcionados alerones y pequenas ventanas que espejean bajo el sol. Se detienen en la acera de enfrente y alzan la cabeza para mirarlo. Junto a las senales del abandono --cristales rotos, persianas descabalgadas, antiguos anuncios de alquiler--, se distinguen carteles de oficinas aun en funcionamiento: un bufete de abogados, dos auditorias, dos asesorias fiscales, una academia de idiomas. Como te dije. Esta casi vacio, murmura. Ella asiente en silencio. Cruzan la calle. El interior es oscuro y esta recalentado. En el vestibulo flota una especie de polvo en suspension que les hace carraspear. El color del enlosado palidece en el centro, donde debido al uso ha perdido el brillo. Tras su mostrador de madera, el portero no les pregunta adonde se dirigen. Los observa inmutable, masculla un saludo y enseguida vuelve a bajar los ojos hacia un folleto de publicidad que escruta con detalle. La pareja se monta en uno de los ascensores y pulsa el boton de la ultima planta. Ella mira hacia el suelo y los lados; el, casi inmovil, la mira de frente. El ascensor chirria y traquetea como un viejo montacargas. Se concentran en el chisporroteo del fluorescente del techo, que se enciende y apaga intermitentemente. El indicativo luminoso esta fundido; no pueden saber por donde van hasta la brusca sacudida final. Salen a un distribuidor sin luz. Huele a humedad; en las esquinas se acumulan los residuos. Un tramo mas de escaleras conduce a una azotea a la que no puede accederse en ascensor. La pareja sube con lentitud; el va delante, abriendo camino. Una ventana con los cristales casi opacos por la mugre vierte algo de claridad en el ultimo espacio, un cuadrado de cuatro por cuatro metros por donde no ha pasado nadie en mucho tiempo. Enfrentan sus miradas, se observan de arriba abajo. Ella lleva una falda negra de seda, una sencilla camiseta verde y unas sandalias del mismo tono. El viste un pantalon de lino, polo de manga corta, una americana tambien de lino, zapatos de piel con la puntera levemente estrecha. Hace mucho calor; los dos estan sudando. Sonrien azorados. El le entrega una bolsa. Ella la coge, mete la mano y saca una camiseta estampada en tonos grises y azules. Titubea, dandole vueltas a la prenda entre los dedos. Luego, con rapidez, se quita su camiseta y se pone la que el acaba de darle. Tarda tan solo unos instantes, lo suficiente como para que el otee su torso desnudo, el sofisticado sujetador de encaje negro. Mueve un poco la mano hacia su cuerpo, sin llegar a rozarla. ?Como la ves?, pregunta ella. Bien. Te queda muy bien. Vuelven a sonreir. El se aproxima, la besa en la boca. Ella se deja, con los brazos caidos y la espalda ligeramente arqueada hacia atras. El la toma por la cintura. Ella continua sin moverse, sin corresponder. La suelta.

  • Lejos del corazon de Lorenzo Silva

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    Un joven de veinticinco anos, con antecedentes por delitos informaticos, desaparece en la zona del Campo de Gibraltar. Hay testigos que aseguran haber visto como un grupo de hombres lo abordaban en plena calle y lo metian a la fuerza en un coche. Poco despues de su desaparicion, se reclama por el un abultado rescate en efectivo, que los suyos abonan sin rechistar. Desde entonces, no se vuelve a saber de el, lo que hace pensar que han acabado con su vida.

  • West End de Jose Morella

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    Nicomedes Miranda ha pasado los primeros cincuenta anos de su vida sin apenas salir de su pueblo. Todo el equilibro del que goza su fragil salud mental se lo debe a la rutina, a su vida sencilla de campo. Pero la llegada a Espana del turismo masivo augura para sus cuatro hijos una vida mas prospera, y la familia al completo emigra a un lugar del Mediterraneo del que el no conoce ni el nombre: una isla en plena ebullicion que es ahora el epicentro de un cambio radical en la forma de vivir y de sentir, un aire fresco que asusta al torpe y sordido tardofranquismo. Atras quedaran para Nicomedes su paisaje y su oficio, sus muchos afectos y sus cada vez menos seguridades…

  • Adios a Cinecitta de Julian Comas

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  • Proveedores de almas de Oscar Brizuela Bello

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    La vida de un apacible pueblo agricola de Indiana se ve sacudida violentamente por un tragico acontecimiento que alterara la convivencia de sus habitantes. La muerte de dos personas en el atraco al banco de la ciudad deja al Sheriff Atkinson una herida que no puede cicatrizar. Senalado por sus vecinos, emprendera un viaje al pasado para liberar sus demonios y redimirse ante su pueblo. En su camino surgiran dudas que le haran tambalearse entre dos mundos: el nuestro, y el del mas alla.

  • Mi error fue confiar en ti. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Bianca ha sabido desde nina que las riendas de su vida nunca las llevaria ella, primero seria su padre y mas tarde su marido. Ha sido educada para ser la futura esposa del principe Liam, lo sabe todo de el…pero su corazon no lo ha elegido a el. Por desgracia mientras era la prometida de Liam se dejo seducir por un atractivo granuja de ojos negros…Alguien que la engano para su propia diversion y que destrozo su joven corazon…

  • Un te quiero por Navidad de Christian Martins

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    Los dias pasaban con demasiada rapidez y a Gabrielle Reuben se le acababa el tiempo en el preciso instante en el que el calendario le daba la bienvenida al festivo y alegre mes de diciembre. Treinta y un dias de plazo para presentar la nueva novela, ni uno mas, ni uno menos. Despues todo habria terminado para Gabrielle. Aquella noche, la muchacha se desperto con las sabanas empapadas en sudor y una extrana sensacion de fracaso en el vientre. Se levanto de la cama a reganadientes, tan solo por el mero hecho de sentirse util. Se sirvio una taza de cafe y se dirigio hacia el umbral de su despacho; ese rincon de la casa que en los ultimos meses habia logrado causarle verdadero pudor. La mesa del escritorio estaba despejada, limpia, ordenada. El portatil pulcramente colocado en el centro, junto al raton. Tiempo atras aquello habia sido un verdadero desastre, con papeles por todas partes y cuadernillos con anotaciones por cada esquina. Pero esos dias, los dias en los que Gabrielle habia tenido inspiracion, se habian esfumado. -- Necesito una musa... -- murmuro, repasando mentalmente todos aquellos consejos que le habian dado y que, por experiencia, podia afirmar que no servian para nada. Aun era temprano y la luz se colaba levemente a traves de las cortinas. Pulso el interruptor y paso a la habitacion, sin soltar su taza de cafe. Se sento frente a la mesa, recordando aquellos anos en los que nada mas levantarse de la cama se habia dirigido a ese rincon, ansiosa por continuar con aquellos personajes, aquellas historias, aquella sucesion de palabras que lograba darle vida a todo lo que rondaba en su cabeza. El cafe siempre habia tenido que esperar, y aun asi, se lo habia tomado a pequenos sorbitos, entre tecla y tecla, sin desperdiciar un solo segundo. "Uno tiene que estar siempre en el mismo lugar, a la misma hora, para que la inspiracion pueda encontrarle". "El mejor truco para escribir con fluidez es leer; leer mucho, leer todo". En aquel mundillo literario, todo el mundo tenia algo que decir. El peor de los errores de Gabrielle habia sido confesar abiertamente su bloqueo literario. Hasta entonces, a pesar de su frustracion, habia logrado "sacar algo" de su cabecita. Desde que dijo en voz alta que se encontraba sin inspiracion, bloqueada, no habia logrado sacar nada con sentido. Uno de diciembre. Se acababa el ano. Escucho el telefono fijo resonar en el salon y se pregunto a si misma si debia responder la llamada o no. Al final, suspirando hondo, decidio acercarse; estaba convencida de que era Ruth. Ruth era su agente literario y, a su vez, su mejor amiga. Era una suerte, porque cualquier autor en su situacion no habria sabido que decirle a su "pesado" agente para salir del paso y quitarselo de encima, pero ella no tenia ese problema. -- ?Hola? -- !Buenos dias, escritorzuela! -- exclamo Ruth, con un buen humor poco habitual en ella. Aunque no era, en absoluto, una amargada, Ruth solia encontrarse demasiado estresada en cada pequeno instante de la vida, cosa que menguaba su humor. -- Ahora mismo me iba a poner a escribir... -- bromeo, mientras sorbia los ultimos posos de cafe del fondo de la taza -- . ?Me llamas para escuchar mi dulce voz? -- En realidad, no. No te vas a creer lo que he conseguido... -- canturreo con felicidad. Esa frase habria sido magica para los oidos de Gabrielle en otra epoca, pero dadas las circunstancias, lo unico que le provocaba era pavor. Gabrielle tenia veintiseis anos, con diecisiete habia escrito su primer best seller y con veinticuatro el ultimo de todos. Los contratos editoriales le habian llovido desde entonces, y Ruth siempre se habia encargado de rastrear las mejores ofertas entre las propuestas que tenian sobre la mesa. De la ultima, Gabrielle habia cobrado un cuantioso anticipo que poco a poco se habia esfumado de su cuenta. Se suponia que el primer borrador del manuscrito tendria que haberlo tenido disponible para el caluroso mes de junio, pero la cosa no habia salido exactamente segun lo planeado. Uno de diciembre. La ampliacion del plazo llegaba a su final. -- ?Gabi? -- pregunto Ruth a traves del auricular -- , ?puedes prestarme un poco de atencion y bajar de las nubes? Una gran parte de ser escritora se debia a su incesante imaginacion. Gabrielle no solo tenia la capacidad de inventarse lugares, personas, escenarios, tramas... Si no que sonaba despierta. Era algo extrano. En ocasiones, se imaginaba la proxima conversacion telefonica que tendria con su madre y la recreaba en voz alta, riendose con las ocurrencias que su padre gritaria de fondo. -- Te estoy escuchando, te estoy escuchando... -- canturreo . -- Pues entonces, !atenta! -- exclamo, recuperando el buen humor de su tono de voz -- . Creo que ya he encontrado la solucion a todos tus problemas. -- ?La solu...? -- Fantasy Book necesita doce historias para una antologia y esta buscando autores nuevos para su plantilla -- continuo explicando con rapidez, sin permitirle a Gabi interrumpir -- , como solo sera una antologia y los relatos tendran la tematica asignada, no incumpliremos el contrato que ya tenemos firmado para la novela. "La novela". Esa que no existia. Esa que dudaba que fuera a existir en algun momento del futuro. -- Estoy bloqueada, Ruth... -- musito con voz de melancolica, recordandole a su agente aquello que ya sabia -- , no creo que pue... -- Seran solo cuatro mil palabras -- continuo con entusiasmo -- , ni una mas, ni una menos. !Y eso no es nada para ti, Gabi! !Te he visto escribirlas en una sola tarde! Ella suspiro desde el otro lado de la linea. Era cierto, cuatro mil palabras no eran demasiado pero... ?Pero como iba a escribirlas si no podia siquiera sacar doscientas? -- Veras, no creo... -- Sabia que te negarias, asi que me he tomado la libertad de poner al dia tu cartilla bancaria. ?Sabes cuanto dinero te queda en el banco? Gabrielle dudo. No tenia ni la menor idea, asi que guardo silencio. -- Me lo imaginada -- continuo Ruth -- , cero. No te queda dinero en el banco. -- !Mierda! Aquellos ultimos meses se habia alimentado de sobras, cereales y cafes, asi que no le habia prestado demasiada atencion a su cuenta bancaria. En realidad, ?para que necesitaba mas? No salia de casa, y se pasaba el dia por completo sentada en una silla donde ni siquiera movia los dedos de las manos. ?Para que necesitar, entonces, la energia que le proporcionaban los alimentos? -- Cuatro mil palabras y, por arte de magia, recibiras doscientos dolares. Gabrielle guardo silencio. ?Y que demonios iba a hacer con doscientos dolares? Con eso no le llegaba ni para pagar el alquiler. -- Mira, Gabi... -- continuo Ruth, adivinando sus pensamientos -- , creo que ha llegado la hora de poner las cartas sobre la mesa, ?vale? Tienes que bajarte de esa nubecita en la que estas subida. -- Lo se... -- murmuro, procurando cortar cuanto antes con aquella desagradable conversacion. -- Vas a tener que cambiar de habitos y empezar a pensar seriamente sobre tu futuro. "!Oh, oh!", penso, "!peligro!" Odiaba cuando Ruth se ponia en plan madre preocupada por su futuro literario a echarle la bronca. Ademas, si se metia en ese papel, no habia nadie que lograse sacarla. -- No te preocupes tanto... -- Gabi, por favor -- gruno -- , abreme la puerta de casa. -- ?Que te abra que...? -- pregunto, justo en el instante en el que el timbre resonaba todo su apartamento. Colgo el auricular del telefono y se dirigio a la puerta arrastrando un pie delante del otro. No tenia demasiadas ganas de hablar con ella, menos aun de recibir una visita, pero, ?que iba a hacer? ?Echarla? Abrio la puerta y alli estaba Ruth, tan perfecta como siempre y radiante a pesar de las tempranas horas. Vestia un pantalon de pata de gallo y una americana negra que le iba perfecta. -- !Oh, Dios, Gabrielle! -- exclamo, repasandola de hito a hito -- . !Pero si estas en los huesos! Ella, con los ojos en blanco, se separo de la puerta para dejar paso a su amiga. -- ?Cafe? -- pregunto, mientras se dirigia sin esperar respuesta hacia la encimera.

  • Jamas me olvidaras de Sophie Saint Rose

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    Lidia esta loquita por su nuevo jefe. Y no es para menos porque esta para comerselo, es inteligente y le altera los chakras. Pero su ayudante personal la odia, literalmente. Y que no pueda ni verla es un problema porque no deja ni que se le acerque. Todo pasa por el, asi que tenia unas ganas de que le atropellara un autobus... Solo necesitaba un golpe de suerte. Y llegaria, ella tenia mucha paciencia y era muy positiva. Era el amor de su vida y esperaria lo que hiciera falta.
    ?Mereceria la pena?

  • El largo olvido de Marcia Cotlan

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    Una historia de segundas oportunidades en la que la protagonista sabe que su ex es el amor de su vida, pero se empena a alejarlo cada vez mas.

  • El largo camino a casa de Alan Hlad

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    En septiembre de 1940, mientras las bombas alemanas caen sobre Gran Bretana, la joven Susan y su abuelo Bertie hallan consuelo criando y entrenando palomas mensajeras que el Ejercito usara para transmitir informacion sobre los movimientos de los nazis en la Francia ocupada.

  • Donde esta el corazon de Maya Moon

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    El valor para comenzar de nuevo llevara a la protagonista de esta novela a un viaje a Nueva York que le deparara muchas situaciones inesperadas.