Ver todos los libros de: Bet Alifanow
Carmela !Caras vemos, corazones no sabemos!, no es posible que Santiago me proponga un amor tan bonito cuando tenia su vida hecha con la tal Romina y ahora con un hijo en camino... Definitivamente el amor no es para mi... Ahora debo redimensionarme, olvidar a Santiago, reconstruir Cafenamorada y seguir adelante. Como decia mi abuela, !Si llegas a caer, no te queda mas que limpiar tus rodillas y seguir adelante!, !Nunca decaigas, somos mujeres guerreras!, !Nunca lo olvides! Esas palabras me retumban en la cabeza mientras dura el trayecto desde el desastre de almuerzo con Santiago y Cafenamorada, pero no puedo creer lo que veo cuando llego. Sebastian esta con un grupo de personas a los que veo que les da ordenes. Me bajo rapidamente del taxi y corro a enfrentarlo, no me importa armar un espectaculo. !Estoy llena de ira!--!Que carajo haces aqui! --le grito. --?No es evidente? Estoy tratando de arreglar el desastre que dejo el incompetente de tu amante, porque la unica forma que algo te salga bien, es que yo este presente solucionandote todo. Mi rabia es tan grande que la use para estamparle una sonora cachetada, vi sus punos cerrarse, y aunque me dio miedo que me golpeara lo enfrente. --?No habras tenido tu algo que ver con este incendio para poder ser despues la solucion? --le digo con toda la rabia que cargo acumulada--. Pues estas muy equivocado, !Largarte que yo me basto sola! Para mi sorpresa quedo tan impactado con la acusacion que solo me miro con rabia, se dio la vuelta y se fue, eso solo me dio pie para pensar que definitivamente aqui hay gato encerrado. No parare hasta que la verdad salga a la luz... Me quedo parada mirandolo todo, no se de donde ha salido esta gente, ni que hacen aqui, bueno evidentemente estan tratando de ordenar las cosas luego del incendio, pero no puedo permitir que pase esto, eso seria dejar que Sebastian se salga con la suya. Me acerque hasta el hombre que estaba hablando con Sebastian para hablar con el. --Buenas tardes, disculpe, pero me gustaria saber ?quien es usted y que hace aqui? --le digo con voz calmada. El tipo me mira de arriba abajo en una inspeccion nada decente que me hizo sentir incomoda y me lleno de rabia. --?Y usted es? --me replica con arrogancia. --La duena del lugar --le espeto sin mas--, y aun estoy esperando por saber ?quien es usted y que hace aqui? --le digo con altaneria, ya que me irrito su actitud. Sin ningun tipo de remordimiento por su parte, con altivez me responde. --A mi me contrato su esposo para arreglar este desastre, me dijo expresamente que solo debo hablar con el sobre las necesidades y arreglo del local. !Esto es el colmo de las cosas malas del dia!, mi paciencia y los buenos modales se fueron de vacaciones en este instante, cierro los ojos por unos segundos e inhalo con mas fuerza que nunca, cuando los abro, lo miro con fiereza y le digo: --En primer lugar, no es mi esposo, en segundo lugar, yo soy la unica duena y en tercer lugar tiene exactamente cinco minutos para salir de aqui con sus hombres antes que llame a la policia y levante cargos por allanamiento --digo con voz fuerte y cargada de rabia. --!Usted no me da ordenes! --me dice el muy descarado--, tengo con contrato que... --!Me importa un comino su contrato! --le grito interrumpiendolo--, yo no lo contrate asi que me vale mierda lo que opine, salga de mi negocio o lo denuncio por allanamiento, robo y cualquier otra cosa que se me ocurra --le digo mientras marco el numero del jefe de policias en mi telefono. --No hay necesidad de alterarse senora --me dice el tipo haciendo enfasis en el "senora"--, ya le digo a mis hombres para salir de aqui, pero alguien debe hacerse cargo del trabajo que empezamos a hacer y... --Salga de aqui inmediatamente y arreglese con quien lo contrato, yo no tengo nada que ver con usted --le digo sin dejarlo decir mas nada. Mientras sigo intentando con la llamada, veo como me dirige una mirada de muchisima rabia, se da la vuelta y va a hablar con su gente, minutos despues todos se van en una camioneta Ford azul. No se que me impulso a colgar la llamada y tomarle una foto a la camioneta justo antes que cruzara. Reviso la imagen, aunque soy mala tomando fotos y la tembladera que tenia no era normal, la foto quedo lo bastante nitida para que se distinguiera la placa y el modelo. Vuelvo a insistir con la llamada al jefe de policia, esta vez enseguida me contesta y le explico lo que acaba de ocurrir, me pide que le envie la foto por WhatsApp, para investigarlo todo. A groso modo le explico que no tengo ningun trato ni relacion con mi ex esposo, por si esta gente le da por denunciarme. Muy amablemente atendio mi pedido, quedando que debia pasar lo mas pronto posible por la comisaria para formalizar una denuncia si era mi gusto. Me recomienda que llame a una empresa de seguridad por si quiero resguardar el negocio hasta que empiece la remodelacion. Conversamos unos minutos acerca de los hechos y nos despedimos. Aun intranquila, le envio la foto y recibo de vuelta el numero de la empresa de seguridad. Enseguida me pongo en contacto con ellos, le explico la urgencia y ellos me dicen que me atenderan inmediatamente. Como no tengo oficina donde atenderlos para finiquitar el contrato, los cito en un cafe que queda a pocas cuadras de Cafenamorada, quedamos en 40 minutos. Un poco mas calmada, pero con la tristeza a flor de piel, me voy caminando con el frescor de la tarde dandome en la cara hacia el cafe donde me vere con la empresa de seguridad. Mi mente es un cumulo de imagenes y conversaciones que se mezclan sin sentido alguno. El incendio, la situacion con Santiago, Sebastian y su aparicion con la gente para la remodelacion, demasiado rapido pense, la angustia y la incertidumbre se apoderaron de mi por un instante. Llego al cafe, los muchachos de la barra me conocian, me dieron su pesar por lo sucedido, me sente en una mesa al fondo del local, enseguida me trajeron <
General
Para leer y descargar el libro "Un cafe al final de todo (Cafenamorada 2) " puedes hacerlo gratis aquí.
contigo ahora bet alifanow