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--No lo se, Maya. Quizas es mejor si lo dejamos asi --susurre, intentado calmar la ansiedad que me estaba asaltando. --Ginebra, vamos, dejate llevar por una vez! No estas cansada de tener que someterte a las reglas de tu familia? No me digas que una parte de ti no desea otra cosa que salir del seminario y divertirse, como hacen todas las muchachas de nuestra edad! --resoplo mi amiga, quejandose. Claro que lo queria! Pero no era tan facil para quien tenia sangre italiana de los Rinaldi en las venas. Ser la hija de un jefe de la mafia, significaba tener una vida prestablecida, dentro de un conjunto de reglas y de limitaciones, impuestas por un padre jefe. Incluso si era la hija mas pequena, esto no me hacia mas libre y, cada error o transgresion, era siempre castigado con severidad. Por ello habia aprendido muy pronto a respetar los deseos de mi familia. Me habia siempre comportado de manera impecable, pero en los ultimos anos, desde que habia comenzado la universidad, habia empezado a sufrir por la rigidez tipica de mi padre y por la perfeccion de mi madre. Me sentia cambiada desde que habia entrado en contacto con una realidad tan vasta como la universidad, con sus estudiantes que no eran seleccionados y evaluados de la forma en que lo hacia la escuela catolica femenina en la que habia estudiado hasta ahora. Habia aprendido que existian distintos estilos de vida y que, sin la presencia de mi padre en el consejo del instituto, a nadie le importaba que yo fuera una Rinaldi. Por primera vez en mi vida me habia concedido ser yo misma y abrazar nuevos ideales que mi padre aborrecia. En los ultimos dos anos me habia vuelto la oveja negra de la familia, a quien evitar o tratar como a una pobre desadaptada, pero la verdad era que nunca antes me habia sentido tan viva. Habia roto lentamente las pequenas cadenas que me anclaban a la familia, pero todavia estaba muy lejos de la libertad y de hacer aquello que queria, como tomar una decision clara sobre mi futuro sentimental o profesional. Hasta ese momento me habia limitado a mirar a Maya, la hija del contador del patrimonio de los Rinaldi y mi unica amiga, mientras transgredia las reglas de su familia, que seguia servilmente las leyes de mi padre. Habia envidiado a Maya cada vez que me llamaba por telefono, pidiendome que la cubriera con sus padres cuando queria encontrarse con sus amigos, que no agradaban a sus padres o, cuando salia con un muchacho. Siempre habia admirado la valentia con la que desafiaba los deseos de su familia. Muchas veces habia deseado ser como ella, pero el peso de mi apellido, siempre me habia bloqueado. Sin embargo, Maya tenia razon: no podia continuar asi. Apenas habia terminado mi ultimo ano de universidad y todavia no habia experimentado la emocion de una pequena escapada, de un encuentro secreto con un muchacho o de una pequena locura, como una noche de paseo con personas que no conocia. --Ok, hagamoslo! --exclame entusiasmada, pero con la voz aun cargada de temor. --Veras que ira todo bien. Lo hice cientos de veces y te puedo asegurar que nunca he tenido problemas --me aseguro Maya. --Solo tengo miedo que alguien me reconozca o que mi padre lo descubra. --He tomado todas las precauciones del caso. Mira aqui --me dijo, dandome una peluca rubia con rulos. --Estas bromeando, verdad? --dije horrorizada. --Tesoro, eres la hija del propietario de la mitad de Rockart City. No puedes considerar ir de paseo sin llamar la atencion. --Ya nadie sabe quien soy. Pasaron dos anos desde que mi padre no me incluye mas en sus entrevistas y no me invita ni siquiera a sus ceremonias de inauguraciones. De todas formas, la gente cree que el tiene dos hijos. No tres. Mis apariciones a su lado se redujeron al minimo desde que me hice vegetariana y empece a hablar de derechos civiles. --Todavia no te ha perdonado por ser vegetariana? --se rio Maya. --No, cuando como con el, siempre me hace poner en el plato un bistec, que yo rechazo, lo que hace que se vuelva loco. De todas formas, como casi siempre sola en las dependencias donde me han relegado --conte triste. Era dificil no sentirse aceptada por la propia familia. --Que guay! Alli estas sola y puedes hacer lo que quieres! --Ojala! Recuerda que en mi casa hay tele- camaras por todas partes y la vigilancia siempre esta presente. No existe la privacidad y me pregunto a menudo si podre alguna vez separarme de mi familia y vivir mi vida. Quisiera encontrar un trabajo, casarme con un hombre que ame... --Mientras te quedes en Rockart City, sera imposible. Al este del rio Safe River no se mueve una hoja sin que tu padre lo autorice... Tu unica esperanza es irte muy lejos de aqui, a un lugar donde tu padre no pueda llegar, sabes muy bien, que el no te dejara nunca hacer lo que quieres. Hara de todo para impedirte que trabajes, para asegurarse que no puedas mantenerte y cortar ese cordon umbilical con el que te encadena todavia con veintitres anos! --Y seguro que no me permitiria casarme con quien yo quiera. --Olvidalo! Ginebra, te alcanza con pensar en todas las relaciones amorosas que has tenido hasta ahora. --He tenido solo una. Duro tres dias, en mi ultimo ano de escuela. --Daniel Spencer, verdad? --Si. Apenas pude darle mi primer beso, antes de saber que el y toda su familia habian sido exiliados para siempre de Rockart City. --Todo por un beso... Piensa si hubieras ido a la cama. --Hubiera terminado en las mazmorras del castillo como los prisioneros de guerra --rei debilmente, aunque en realidad siempre habia pensado que lo habria hecho en serio. Todavia no habia olvidado la furia y la cachetada de mi padre, cuando habia descubierto que estaba enamorada del hijo de David Spencer, el hombre que le habia hecho perder un negocio dos anos atras. Edoardo Rinaldi era un hombre que guardaba rencor de por vida. --Bien, te puedo garantizar que esta vez no te pasara nada y tu padre nunca lo sabra --me alento Maya, poniendome la peluca rubia sobre el cabello castano, que me llegaba hasta la espalda. Me mire en el espejo. Me dio ganas de reir porque estaba irreconocible con el eyeliner negro y el cabello largo hasta la cintura. Ademas, el vestido que me habia hecho poner Maya, era lo opuesto de mi look clasico convencional. Ese vestido rojo sin hombros y ese abrigo de piel negro, con mangas tres cuartos me daban un aire de mujer cosmopolita, emprendedora y transgresiva. Todo lo que no era. --Como es posible que tu padre no te haya dicho nada respecto a todas estas compras? -- exclame sorprendida. --Mi padre no es desconfiado como el tuyo, pero me controla cada compra que hago con la tarjeta de credito y mi madre se mete en mi vestidor una vez al mes, si mi padre se queja del extracto bancario. --Tu madre es igual a la mia. Como haces para que no te reganen por este tipo de compras? --Mi madre no sabe nada de esta segunda vida mia. Tengo un acuerdo con la empleada del negocio. Ella me deja probar estos vestidos en casa por un dia y, yo se los devuelvo intactos la tarde siguiente, cuando voy a cambiarlos por algo que se parezca mas a los gustos de mi madre --me revelo, mostrandome la etiqueta todavia adherida al vestido, antes de esconderla dentro del escote, debajo de la axila derecha. --Eres genial! --Lo se, pero recuerda tratar a este vestido con cuidado, porque manana debo llevarlo de nuevo al negocio y debe estar en perfectas condiciones. --Prometido! --Bien, ahora salgamos. La empleada me ha dejado las llaves del coche que usa para hacer las compras y, asi bronceadas, nadie nos reconocera cuando nos dirijamos hacia la salida. Ni siquiera el guardaespaldas que te trajo hasta aqui y que te controla desde el aparcamiento fuera del porton. --Asi lo espero, de lo contrario estoy muerta. --Por precaucion, dejaremos los celulares aqui, de manera que la senal GPS del telefono no nos descubra. Ademas, en la cartera llevaremos solo dinero en efectivo y el documento falso que te consegui. Recuerda que por esta noche yo no sere Maya Gerber, sino Chelsea Faye y tu no seras Ginebra Rinaldi sino Mia Madison, de Los Angeles. --Has pensado en todo, eh? --Ginebra, despues de cinco anos de fugas secretas, podria evadirme incluso de una prision --rio Maya, aliviando la tension. 2 GINEBRA Tenia el corazon latiendome como loco. Era la primera vez que hacia alguna locura y estaba aterrorizada a morir. Silenciosamente, a pesar de los tacos altos, segui a Maya. De todas formas, todos se habian ido a dormir y la casa estaba desierta. Salimos por la puerta trasera y nos acercamos al coche aparcado delante, como habia dicho mi amiga. Entramos en un viejo Toyota Corolla y rapidamente, partimos. Cuando el coche paso el porton, me escondi para no dejarme ver por el conductor del coche que estaba estacionado en la salida. Era el, quien me habia llevado hasta alli y sabia que no se hubiera ido hasta que no me hubiera llevado de vuelta a casa. Odiaba ese control permanente, pero no tenia idea de como hacer para liberarme de esa prision sin barrotes. Ser una Rinaldi seria una cruz que habria llevado hasta la muerte. Solo cuando nos dirigimos hacia la autopista, empece a relajarme, pero apenas pude ver Safe River, senti que me faltaba el aire. Era la primera vez que lo veia en vivo. De repente, senti el miedo que me corria por todo el cuerpo. --Maya, adonde vamos? --me agite viendo a mi amiga pasar el puente que unia la zona este de Rockart City con la oeste. --Vamos donde tu familia no podra encontrarte nunca. --Te has vuelto loca?! Esta prohibido a los Rinaldi, incluso acercarse a este rio! Si un Orlando descubre mi presencia en su parte de la ciudad, me mata! --grite aterrorizada. Odiaba los limites y las reglas que me imponia mi padre, pero esa de no ir jamas mas alla del rio, habia prometido no infringirla nunca sino queria arriesgar morir prematuramente. --Lo se muy bien. Por eso tenemos los documentos falsos. --Eso no me tranquiliza, Maya. --Chelsea! Recuerda que aqui soy Chelsea y tu eres Mia! No te equivoques o estamos perdidas! Continue el viaje, aplastada contra el asiento, con el sonido de mi corazon latiendo en mis orejas e incapaz de disfrutar el panorama de esa parte de la ciudad que nunca habia visto. --Va a estar todo bien, veras --continuaba a repetirme Maya, pero yo estaba lista para escapar y volver atras, prometiendo no volver a hacer algo asi. Apenas me di cuenta, que Maya habia apagado el coche al lado de otro, que tambien estaba aparcado y que tenia a dos muchachos guapos sentados adelante. --El que esta al volante es Lucky Molan. Es el por quien he perdido la cabeza y de quien te he hablado tanto ultimamente. Lo conoci en Clasesparticulares.com. Es el quien me da clases de economia online, a escondidas de mi madre, que esta convencida que soy un genio. Desde hace dos anos que muero por el y solo ahora que me he graduado, ha aceptado salir conmigo. Pero lamentablemente, cuando me propuso salir de a cuatro con su hermano que se ha dejado con la novia, no pude decirle que no. --Por eso estoy aqui, verdad? Para entretener al pobre hermanito, mientras te diviertes con el amor de tu vida. --Yo no lo diria asi, pero... Si, es asi. Te lo ruego, Gin... Mia, es importante que todo salga bien, porque no quiero conformarme con una noche de a cuatro. --Solo hay una cosa que no he entendido. El sabe que eres Maya Gerber? --Claro que no. Sabes que no me gusta revelar mi verdadera identidad. No quiero que alguien descubra que tomo clases privadas. --Entonces su relacion se basa en mentiras. Como crees que puedes construir algo solido y duradero de esta forma? --Por ahora pienso en divertirme, ok? Quiero salir con Lucky y quizas ir a la cama. Tampoco dije que quiero casarme con el!
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