• y si fuera lucas - Mayeda Laurens

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    Despues de la historia de Alex, vuelve Mayeda Laurens con otra divertida novela en esta segunda entrega de la serie Cinco chicos con suerte.

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  • ¿Y si fuera Lucas? - Libro de Mayeda Laurens - Lecturalia

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    Después de la historia de Alex, vuelve Mayeda Laurens con otra divertida novela en esta segunda entrega de la serie Cinco chicos con suerte.

  • ¿y si fuera lucas? (cinco chicos con suerte 2) (ebook)

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  • ¿Y si fuera Lucas? | Leemos Juntos

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    «¿Y si fuera Lucas?» es la segunda entrega de la serie «Cinco chicos con suerte», escrita por Mayeda Laurens y publicada por Selecta. Los libros que componen la ...

  • Mayeda Laurens -¿Y si fuera Lucas? - El Rincón de la Novela ...

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  • ¿Y si fuera Lucas? (Cinco chicos con suerte 2) | Penguin Libros

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  • ¿Y si fuera Lucas? (Cinco chicos con suerte 2) - Goodreads

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  • ¿Y si fuera Lucas? - Mayeda Laurens - Babelio

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  • ¿Y si fuera Lucas? (Cinco chicos con suerte 2) - Rakuten Kobo

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  • Atrapada en el boton de tu vaquero de Mayeda Laurens

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    Laura es divertida y menos dura de lo que pretende aparentar.

  • La esposa del asesino de Bill Floyd

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    ?TE CONOZCO? Alce la mirada del refrigerador donde comparaba la variedad de comidas congeladas mientras limitaba las opciones de acuerdo a los gustos y placeres de Hayden, y me encontre con un caballero mayor que me veia fijamente arqueando las cejas despues de haberme hecho esa pregunta. Un sujeto de apariencia saludable, robusto, con la cabeza cubierta de cabello entrecano, probablemente de sesenta y tantos anos que llevaba un sueter casual y pantalones de mezclilla azul. Nada para alarmarse, aparentemente. Era tarde, casi la medianoche de un viernes, mi hora favorita para hacer las compras de la semana porque usualmente podia evitar este tipo de encuentros. No era fan de la conversacion ociosa con los vecinos ni con nadie en particular; si podia evitarla, mejor. Esa noche, cuando entre al supermercado Harris Teeter y las puertas automaticas se abrieron a mi paso con un sonido suave como el de las esclusas de una nave espacial, me parecio como si tuviera para mi sola toda la tienda. Tuve esa sensacion de limpieza, soledad y seguridad que solo se siente en los lugares publicos cuando estan vacios. Claro que no estaba realmente sola: los empleados adolescentes se recargaban con somnolencia en la zona de las cajas, un par de hombres solitarios --noctambulos y no profesionistas-- se paseaban por el pasillo de la cerveza para matar un poco el tiempo antes de volver a los sofas de sus casas. Uno de esos tipos me estaba mirando las nalgas: lo vi voltear hacia mi trasero gracias a uno de los espejos parabolicos que colgaban de los postes encalados del techo tipo bodega. A mi edad podria haberlo tomado como un cumplido, pero mas bien me hizo sentir insegura, asi que empuje mi carrito un poco mas rapido. La mayoria de las veces la clientela que iba a estas horas era gente completamente ensimismada, con tan pocas ganas de encontrarse con mi mirada como yo con la suya. Eso era exactamente lo que mas me gustaba. Pero ahora este hombre mayor me miraba fijamente a la cara y su pregunta no habia sido grosera, asi que negue con la cabeza y le conteste amablemente: --Creo que no. --?Leigh Wren? --aventuro. Aliviada al oir ese nombre, busque en mis recuerdos pensando de donde podria conocerlo. Claro que me parecia familiar. Algo se removia en los pozos mas profundos de mi mente, una palida imagen que no terminaba de tomar forma. Mis compromisos sociales habian sido pocos y mas espaciados de lo que me hubiera gustado admitir; la mayor parte del tiempo solo eramos Hayden, la oficina y yo, y asi me parecia bien, gracias, asi que supuse que habia conocido a este hombre en algun asunto relacionado con el trabajo. Tuve un instantaneo sentimiento de culpa por no poder ubicarlo claramente. Aunque, para ser honesta, no tenia nada particular que lo distinguiera; era un tipo comun de Cary. Hasta podia imaginarme su coche en el estacionamiento con un pez cristiano fijado a un lado de la matricula y una estampa de la campana Bush/ Cheney del otro. --Si, soy yo --conteste--. Disculpe, ?quien es usted? Le extendi la mano. Me la tomo y los ojos le cambiaron. Destellaron y parpadearon. Respiro profunda y tremulamente mientras proferia: --Mi nombre es Charles Pritchett. Nunca he tenido que usar un nombre que no fuera el mio, porque nunca he estado avergonzado de ser quien soy. Tu verdadero nombre es Nina Mosley y el 8 de noviembre de 1997 tu esposo, Randall Roberts Mosley, asesino a mi hija Carrie. El mundo entero se hizo pequeno. Mi mano se quedo paralizada, igual que mis otras extremidades, pero podia sentir la presion que Charles Pritchett ejercia en ella: hacia que mis nudillos crujieran y apretaba mis dedos entre si. Trate de zafarme, pero me sujetaba con fuerza; ahora sus ojos parecian unos faros. Temblaba de pies a cabeza; era evidente que habia ensayado este momento durante mucho, mucho tiempo y ahora que finalmente habia llegado, el padecia una reaccion cercana al debilitamiento, una excitacion que estallaba en cada uno de sus nervios. En este estado de emocion incluso hubiera podido levitar; era obvio que el senor Pritchett estaba viviendo un momento de verdadera trascendencia personal. Y la unica frase que yo podia pensar en decirle era: La palabra correcta es <>. Pero aparentemente no me salia la voz. Mi garganta estaba cerrada conteniendo un horrible alarido que esperaba surgir libremente si me atrevia a abrir la boca. Me dolian los dientes. Senti nauseas y panico. Quise irme a la velocidad de la luz y volver a mi bendito y familiar aislamiento. Me habia olvidado del carrito medio lleno de comida, con la fruta empacada impecablemente (uvas verdes porque a Hayden no le gustan las moradas debido a que poseen demasiadas semillas) y las carnes y los quesos cerrados al vacio, las barras nutritivas para mi y el cereal azucarado para mi hijo. Trate de liberarme de Pritchett y me eche para atras, golpee el carrito que giro chirriando sobre sus inestables llantas y se quedo atorado entre la puerta helada del congelador y mis nalgas. El seguia aferrado a mi mano y hablaba en tonos cada vez mas altos. --Me tomo mucho tiempo encontrarte, Nina, y tambien bastante dinero. Te ves tan diferente a la ultima vez que te vi en el juicio. Tienes el cabello de otro color y perdiste mucho peso. ?Te pintaste el pelo para que la gente no te reconociera? Supongo que lo entiendo: eso de que quieras disociarte de tu pasado. Pero veras, yo no puedo darme ese lujo --la saliva se le juntaba detras de los dientes apretados--. Yo vivo con mi pasado todos los dias, cada momento que mi hija no esta desde entonces. Se fue. Ya se que la policia dijo que todo lo habia hecho tu esposo, pero para mi tu nunca quedaste libre de culpa, para nada. Por eso estoy aqui ahora, Nina. Vine a ponerte en evidencia. Voy a destrozar esta tonta ficcion de vida que te hiciste, les voy a ensenar a todos quien eres de verdad. --Disculpe, ?esta todo bien? Intervino otra voz y me volvi hacia ella solo para encontrarme con el mira-nalgas que estaba parado ahi junto con un cajero ligeramente detras de el, ambos mirandonos a Pritchett y a mi con algo de preocupacion. El cajero parecia electrificado, como si esperara cualquier pretexto para llegar a las manos y saltarle encima a Pritchett; seguramente en su cabeza adolescente bullian fantasias agresivas contra el hombrecito. A lo mejor Pritchett le recordaba a algun patriarca dominante de su propia historia. El mira-nalgas estaba mucho mas tranquilo, sostenia holgadamente su canasta verde olivo llena de productos de porciones individuales con una tension que sugeria que ya habia estado antes en confrontaciones como esta y que generalmente salia del lado ganador. Quiza fuera un ex militar. O quiza solo fuera un bravucon de bar. Pritchett solto finalmente mi mano, pero siguio hablando, ahora dirigiendo sus comentarios a los seudointerlocutores. --?Saben quien es ella? ?Quien era su esposo? Apuesto a que se acuerdan de su nombre. -- Sacudio un dedo esqueletico frente a mi cara; las palabras le salian como en avalancha, apenas controladas--. ?Llamamos a la policia, Nina? ?Quieres reportar este <>? Porque a mi me encantaria. Disfrutaria tener la oportunidad de alertar a las autoridades locales sobre la persona que ha estado viviendo entre ellos durante los ultimos seis anos. El mira-nalgas estaba harto. Puso su canasta en el piso y se puso entre Pritchett y mi cuerpo. Yo seguia retrocediendo, pero no podia apartar la mirada del viejo. Le habian asomado lagrimas a los ojos y el triste peso emocional que acababa de soltar estaba a punto de fulminarlo. El miranalgas dijo: --No se cual sea su problema, senor, pero creo que debe dejar a la dama en paz. El cajero le dijo a Pritchett que era un imbecil. Pritchett alzo las manos con las palmas hacia afuera y retrocedio algunos pasos. Con una voz mas firme volvio a sugerir que llamaramos a la policia. Los altavoces cambiaron de una cancion de los Commodores a Take on me. En un nivel inconsciente, en un murmullo, entendi que de ahora en adelante cada vez que escuchara la trillada melodia de esos sintetizadores seria como la banda sonora de este momento de cisma. Pritchett grito hacia mi: --?Donde esta Hayden esta noche, Nina? Deberias cuidarlo con mas atencion. Yo no cuide a Carrie con la suficiente atencion y ya ves lo que le paso. Tu sabes lo que el le hizo. Eso basto para que, por fin, diera la vuelta y me echara a correr lejos de ahi resbalando y enderezando el paso mientras iba por el pasillo hacia el frente de la tienda. Las puertas automaticas no se abrieron tan rapido y choque contra una de ellas. Al dia siguiente habria un largo moreton a lo largo de mi brazo, desde el hombro hasta el codo. Pero justo en ese momento no lo senti; en ese momento mi mano seguia latiendo en recuerdo de que Pritchett me habia agarrado sin que yo me pudiera soltar unos minutos antes. II Yo misma habia hecho bromas cuando construyeron el centro comercial justo al lado de nuestro fraccionamiento, humor acido sobre cuanto mas conveniente iba a ser este que el otro que estaba a ocho kilometros de distancia. Y justo esa noche le agradeci a Dios que estuviera tan cerca. Un giro a la izquierda al salir del estacionamiento, luego un semaforo en la entrada de Kensington Arbor, que me pase sin siquiera pisar el freno. Despues un giro a la derecha: tome la curva con un giro tan apretado que las llantas rechinaron. Menos de cuatro minutos despues de que sali del supermercado, estaba estacionando mi carro enfrente de la casa de los McPherson. La calle estaba en silencio; las casas, amplias y modernas, habian sido construidas muy juntas, con un patio minimo entre ellas. La humedad del aire nocturno se concentraba en anillos brillantes alrededor de los faroles. La luz del porche delantero de los McPherson estaba encendida, pero no se veia nada extrano desde afuera. Pero bueno, en este vecindario, en este asentamiento ordinario de hogares familiares comunes y casas urbanas que se habia convertido en nuestro refugio, nada parecia extrano jamas. Nuestra casa estaba tres cuadras adelante, una casa citadina con un lugar de estacionamiento y un agradable patio trasero donde Hayden jugaba. Por lo general no lo dejaba pasar la noche fuera de casa, pero me habia rogado toda la semana y yo sabia que tenia que hacer las compras de medianoche, asi que al final cedi y deje que se quedara a dormir con su amigo Caleb. Una Yukon rojo quemado estaba estacionada a media banqueta. Era el coche <> de la mama de Caleb; sin duda, ahora el espacio del garaje lo ocupaba el Escalade que Doug McPherson le habia comprado a su esposa en Navidad. Cerre suavemente la puerta de mi carro y me deslice por su patio, mirando la calle de arriba abajo para confirmar que no hubiera nada fuera de lo normal, aunque no hubiera podido decir si algo lo estaba. Solo habia venido unas cuantas veces a esta parte del vecindario. Hayden tenia un celular y habia considerado llamarle desde que sali corriendo de la tienda, pero me choco la idea de despertar a todo mundo si nadie estaba en verdadero peligro. Y aunque Charles Pritchett pudiera tener cuentas pendientes conmigo, con toda seguridad no le haria nada a mi hijo. Con toda seguridad no me habia amenazado tan abiertamente como yo habia pensado. Con toda seguridad no lo haria, no despues de lo que le habian hecho a su propia carne y sangre... ?Donde esta Hayden esta noche, Nina? Deberias cuidarlo con mas atencion. Mire la calle de arriba abajo otra vez. Unos cuantos carros estaban estacionados en las puertas de los garajes o a lo largo de la calle, pero no habia siluetas encorvadas detras de los parabrisas y nadie observaba desde las oscuras ventanas de las casas. Los hogares estaban amontonados tan juntos que parecian centinelas o las paredes de un laberinto. Usualmente yo apreciaba ese tipo de sensaciones, me gustaba la idea de que habia encontrado una fortaleza, pero de algun modo siempre habia intuido que ese sentimiento se podia volver en contra mia. ...Pero nunca estuve preparada para que sucediera. En el ultimo momento decidi no tocar el timbre. Los McPherson ya tenian sus dudas sobre mi, seguro, pero esperaba que solo fueran dudas como por que era soltera a mi edad y cosas como: <> y <>, ese tipo de comentarios que habia oido de pasada de cualquier cantidad de conocidos con bastante regularidad y que habia ignorado sistematicamente. Yo podia soportar el aislamiento de mis iguales; de hecho, habia aprendido a apreciarlo, pero mi hijo necesitaba tener amigos y no queria que no los tuviera por mi culpa. El estaba en una edad en la que la soledad podia convertirse en la mejor forma de resolver sus dificultades; la siguiente parada era la alienacion y despues, cuando fuera un adolescente, yo misma tendria que revisar su closet para asegurarme de que no tuviera escondido un rifle de asalto. No siempre fui propensa a imaginar lo peor. Fue una habilidad aprendida, una destreza de condicionamiento involuntario. Gabby McPherson me dio un breve tour de orgullo domestico la primera vez que lleve a Hayden a jugar, pero yo ya estaba familiarizada con la disposicion de la casa; habia investigado los planos de todos los modelos cuando empece a buscar una propiedad aqui. Ella no habia hecho nada original con los interiores; los muebles y el acomodo estaban sacados directamente de Martha Stewart... hace cinco anos. El lugar donde se suponia que los ninos iban a dormir estaba en una estancia al costado de la casa y atravese con ligereza el patio para asomarme por la ventana. Solo Dios sabe que me habrian hecho los vecinos si me hubieran visto, pero la verdad, me importaba un carajo. No me habria opuesto a que una patrulla pasara por la calle: ya habia pensado en llamar una, pero esperaba que Pritchett hubiera obtenido cualquier satisfaccion que buscara al confrontarme en la tienda y que ahora nos dejara en paz. Mas no lo creia. Mi corazon latia demasiado rapido; podia sentir mi pulso en el cuello y me costaba trabajo tragar saliva

  • Si tan solo fuera sexo de Myriam Ojeda

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    Cuando amas desesperadamente, solo el ocupa tus pensamientos. Vives y respiras por aquel que da vida a tus dias. El misterioso y carismatico Klaus Grass, es el hombre que trastoca todos sus sentidos, transportandola a un mundo que nunca penso llegar a conocer.

  • Carta de una Desconocida de Stefan Zweig

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    <>.

  • Xaragua (Cienfuegos 6) de Alberto Vazquez-figueroa

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    El esperado desenlace de la saga Cienfuegos, una aventura inolvidable.

  • 29 balas y una nota de amor de Alfonso Egea

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    En 29 balas y una nota de amor, Alfonso Egea relata el crimen que ocurrio en el seno de la Guardia Urbana y que acabo con el encarcelamiento de Rosa Peral y Albert Lopez, detenidos como sospechosos del homicidio de Pedro Rodriguez, miembro tambien del cuerpo y pareja de Rosa Peral. Egea, periodista especializado en investigacion y sucesos de Espejo Publico, realiza en este libro una reconstruccion pormenorizada de la investigacion basada en todo tipo de fuentes y documentos, que aportaron las diferentes partes del caso.

  • Despues de tantos anos (En el ultimo rincon del mundo 2) de Sandra Heys

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    Segunda entrega de la serie de romance contemporaneo <>.

  • La salvacion de lady Schellin de Claudia Cardozo

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    No hay otra salvacion para lady Schellin que la que puede buscar en si misma. No hay otra salvacion que la que los afectos, las amigas, ese grupo de mujeres con el que comparte un ideal, con el que luchan por ser iguales, le pueden dar. Despues de descubrirse, de reconocerse como una mujer antes que como una lady, entonces tambien puede rescatarla el amor.

  • Perseguida por las sombras de Francisca Herraiz

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    Desde temprana edad aprende a soportar el dolor, la perdida de un ser querido, de su dignidad, de su inocencia. Se ve forzada a madurar de golpe, donde las obligaciones que le impone la vida, chocan con su rebeldia adolescente que grita por saltarse las normas, por ser libre de tomar sus propias decisiones. Una historia donde la fortaleza de una joven, donde su tenacidad, nos demuestra que todo es posible, que, pese a la adversidad, siempre debes seguir adelante.

  • El Oceano de tus Ojos de Beatriz Gefer

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    Carlos conoce a Mel, justo cuando Lola y Hector estan celebrando el fin de su pesadilla en VOLVER A SER.

  • Los hambrientos y los saciados de Timur Vermes

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    Alemania ha restringido el numero de solicitantes de asilo y Europa ha bloqueado su acceso a traves del norte de Africa. Mas alla del Sahara, se estan construyendo enormes campamentos donde millones de refugiados esperan, esperan y esperan.
    Cuando la presentadora estrella Nadeche Hackbusch visita el campamento mas grande, el joven Lionel reconoce que tienen ante si una oportunidad unica: con 150.000 refugiados, la atencion de la audiencia televisiva esta garantizada cuando empiezan a marchar en direccion a Europa. Pero si el publico esta hipnotizado enfrente de sus pantallas y los anunciantes encantados, no pasa lo mismo con la politica alemana que reacciona de manera tibia, intentando ignorar lo que se avecina. Cuanto mas avanzan, mas se requiere una reaccion del ministro del Interior, y se hace aun mas urgente que tanto el como el resto de alemanes se enfrenten a dos preguntas: ?Que se puede hacer? Y sobre todo ?en que tipo de paises queremos vivir?

  • Balon dividido de Juan Villoro

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    Sin apartarse del principio conductor de Dios es redondo –el futbol es la recuperacion de la infancia–, los retratos y las cronicas de Balon dividido abarcan a las figuras recientes del balompie actual –Pique, Messi, Pep Guardiola, Cristiano Ronaldo, los hermanos Boateng- y, entre extraordinarias conexiones con la literatura, la historia y la psicologia, como Juan Villoro nos ha acostumbrado, calienta el ambiente para los numerosos y encendidos debates que el futbol siempre concede, sobre todo en anos mundialistas. – De que manera las dificultades entre idiomas condujeron a la invencion de las tarjetas con que los arbitros dictan sentencia? – Puede un balon tardar meses en llegar a su destino? – Por que los hungaros tienen un sentido mas filosofico de la derrota que los mexicanos? – Cual es la funcion secreta de cada uno de los cuatro silbantes en un partido? – Como intervino Javier Aguirre en la mediocre actuacion del Tri en Sudafrica 2010? – Es posible que dos jugadores en epocas distintas anoten del mismo modo el mejor gol de todos los tiempos? – Juegan futbol los muertos? Balon dividido es una divertida guia critica para autenticos apasionados
    del arte de las patadas.

  • El ano del hambre de Aki Ollikainen

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    Los escalamos chillan como un pajaro. En el fondo de la barca yacen dos lucios flacos, que mas que peces parecen serpientes. Ya no colean, con este frio se han quedado tiesos. Por las mandibulas entreabiertas todavia les chorrea sangre, lentamente, que se mezcla con el agua y forma finas florituras a los pies de Mataleena. Mataleena mete la mano en las aguas gelidas del lago y la deja flotar junto a la barca, ociosa, hasta que comienzan a dolerle las articulaciones. El viento entresaca ondas en la superficie del agua, el cielo se refleja moteado, fragmentado, como si lo hubieran quebrado a golpes. Juhani estira el cuello como una grulla; mira al cielo. Mataleena observa el pescuezo nervudo de su padre, luego el fino caballete de la nariz, y finalmente levanta la vista al cielo, una inmensa cuchara de plata que desciende sobre el lago. --Ya vuelan hacia el sur --suspira Juhani. --?Quienes? --Los cisnes. --Yo no veo ningun pajaro. --Es que ya se han ido. La mirada de Juhani se posa en Mataleena. --Pero al menos hemos conseguido pescado. Juhani arrastra la barca entre los arbustos. Marja ha salido a recibirlos; deja a Juho en el suelo y Mataleena toma a su hermano pequeno de la mano. Marja se asoma a la barca. --Que flacos estan. Los arboles de la otra orilla se reflejan negros en la superficie del agua. De algun lugar llega el aullido de un colimbo artico. Pronto, tambien el emprendera el vuelo hacia el sur. Caminan a traves del bosque por un sendero estrecho. Cuando Marja se agacha para buscar arandanos rojos, se oye un siseo rapido, airado, como si un tizon candente cayera en el agua. Marja chilla, salta hacia atras; sus pies no encuentran tierra al descender y se desploma de costado entre las ramitas. Primero distingue los arandanos, lividos por el azote de las noches de frio intenso, como puntos difusos. Luego escudrina en la direccion del siseo y poco a poco el ovillo negro comienza a adquirir la forma de una culebra. Sus ojos contienen el color de una baya escarchada, los dos colmillos son como carambanos. Pero la vibora no ataca, solo sisea. Juhani avanza a grandes pasos con una gran piedra levantada en alto, sobre la cabeza. Entonces ataca. La serpiente queda aplastada bajo la roca. De un soplo, Marja libera el aire que el miedo habia encerrado en su estomago. Juhani le tiende la mano y la ayuda a incorporarse. --Pobre bicho, ya estaba aterido. No tenia escapatoria. Marja observa el pedrusco, le parece ver la culebra a traves de el. --?Esta viva todavia? --No --responde Juhani, y se agacha para levantar la piedra. --!Por amor de Dios, no! Dejalo. No quiero verla. --Esta bien, que se quede ahi. Se oye un suave chisporroteo cuando el extremo ardiente de la tea toca el agua del balde. La tenue luz aun tiene fuerzas para dibujar la sombra de Juhani sobre los troncos de la pared cuando este se incorpora del catre, le levanta el vestido a Marja, posa la mano sobre su rodilla y le separa las piernas. Marja agarra su miembro en ereccion. Tambien a ella le apeteceria, pero el miedo es mayor incluso que el deseo ardiente. ?Y si se queda embarazada? Mas bocas que alimentar en esta miseria. Y asi empuja a Juhani de regreso al colchon. El suspira, tratando de ocultar su decepcion. Marja mueve la mano despacio, de arriba abajo, mientras aprieta el miembro de Juhani. El deja escapar un debil gemido. Ella se lleva la otra mano entre las piernas. Juhani termina primero. Marja se muerde el cuello del camison, las olas recorren su cuerpo. Cuando han pasado, la sensacion es otra v e z d e v a c i o. A c a r i c i a e l m i e m b r o f l a c i d o d e J u h a n i y p i e n s a e n l o s l u c i o s f l a c o s. Octubre 1867 Hay que sacrificar al peon. Si no, la reina blanca arrinconara al rey y el alfil no llegara a tiempo al rescate. Todavia esta a unos movimientos. Lars Renqvist no tiene mas remedio que admitir que la situacion sobre el tablero parece desesperada. Teo, nervioso, tamborilea con los dedos en el borde de la mesa. --?No te rindes aun? --le dice a su hermano--. Dejemos la partida por ahora y retomemosla en otra ocasion. --Esta bien. La acabamos en la proxima visita --responde Lars. Teo observa divertido el rostro de su hermano mientras este sigue escudrinando las piezas sobre el tablero. Nota que Lars ha aprendido a fruncir el ceno como su adorado superior en el Senado. --En mi opinion, ese senador tuyo esta equivocado --dice. --Tu no entiendes la esencia de este pueblo --suspira Lars, al tiempo que se levanta para servir ponche en vasos pequenos. Le ofrece uno a su hermano y continua--: a la gente hay que darle trabajo. Si se le llena el granero a cambio de nada, este no tendra fondo. Nuestro deber supremo es procurarles trabajo a aquellos que no lo tienen. --El trabajo resulta de bien poca utilidad y no da sus frutos si no hay comida que comprar con el salario. Lars se irrita. El senador ha obtenido un prestamo sin garantias de la casa bancaria Rothschild. Y se lo han concedido unicamente gracias a la buena reputacion del Estado. Es una confianza que no ha de deteriorarse perdiendo los nervios ante el primer contratiempo. --No me cabe en la cabeza que no lo entiendas --dice Lars, enojado. En ese instante se abren las puertas del salon y Raakel entra con la bandeja del te, que coloca en la mesita. Justo a tiempo. Lars toma aliento y se apacigua ante la mirada tierna de su esposa. Teo piensa que Raakel es mas sensata que su hermano. Si alguien hubiera tenido la ocurrencia de pedirselo, seguro que para entonces ella ya hubiera resuelto el problema de los mendigos. Le hubiera pedido a todo el mundo que regresara a sus hogares: habra comida en cuanto encontremos un puchero lo suficientemente grande. Solo hay que tener paciencia y esperar. --La idea era gestionar la compra del cereal de emergencia a traves de comerciantes. Esa era la propuesta del senador y llevaba toda la razon. No es culpa suya que los comerciantes no hayan sido lo suficientemente diligentes --aclara Lars, como un padre paciente que explica lo mismo a su hijo por septima vez. --No dio tiempo a adquirir nada de cereal. Y puedes pedirle a un comerciante que alimente a los pobres tanto como le pedirias a un pastor que le entregue la camisa al projimo --replica Teo. La mencion de los curas hace que Lars guarde silencio un instante, y Teo supone que su hermano aun siente cierta culpabilidad porque ninguno de los dos cumpliera el gran deseo de su padre y se dedicara a la teologia. --Por lo que a mi respecta, conozco a uno que estaria bien dispuesto a renunciar a su camisa por las putas del barrio de Punavuori --interviene Raakel. --Soy el medico de los pobres, igual que el gran Paracelso --responde Teo extendiendo los brazos. --Entonces las putas de Helsinki no tienen de que preo cuparse, con nuestro Paracelso velando por ellas. Lars suelta una carcajada. Raakel, exultante por su victoria, cierra la puerta de un portazo al salir. Tambien Teo se divierte al imaginar que en los labios de Raakel se esta dibujando una sonrisa triunfal al haber sido ella quien ha pronunciado la ultima palabra. Que buena madre seria si no fuera esteril. Aunque el problema bien podria tenerlo Lars, piensa Teo; quiza su familia este condenada a extinguirse con ellos. Tal vez sea ese el quid de la cuestion. La hambruna elimina a los mas debiles de la nacion, igual que un jardinero poda las ramas podridas de un manzano. Una vez que Teo se ha ido, Lars se concentra de nuevo en la situacion sobre el tablero. Con el peon podria ganar tiempo para unos cuantos movimientos mas, pero hasta para acabar en tablas seria necesario que su hermano cometiera un error garrafal. La partida esta perdida y Lars supone que Teo la ha dejado a medias a proposito, tal vez con la intencion de que el tuviese tiempo de estudiar la situacion y comprender lo desesperado de su posicion. A su mente acude la expresion de agonica crueldad del senador cuando dijo, irascible: --?El asistente de cuentas tiene algo que anadir? He dictado mi mensaje, !vaya a entregarlo! De eso hace ya un mes. Lars se habia quedado de pie en el umbral del despacho del senador; apretaba en la mano el telegrama enviado por el gobernador Alftan, cuidandose, sin embargo, de no arrugarlo, pues el senador se reservaba para si el derecho de estrujar los telegramas y arrojarlos al suelo en un arranque de colera. En el norte se habia acabado el cereal y Alftan requeria auxilio urgente. Lars solo era el insignificante mensajero, pero el senador dirigia contra el su enojo. Tal vez la situacion alli era verdaderamente desesperada, se habia atrevido a sugerir Lars, a lo que el senador habia respondido que seguramente, por lo menos en lo que respectaba a la gestion financiera. Lars habia salido del despacho entre juramentos, y en un principio se habia odiado a si mismo, su actitud vacilante, y luego habia odiado a todos los Alftanes del mundo, burocratas que, llegado un contratiempo, mostraban debilidad y se doblegaban ante el primer viento fuerte y dejaban solo a un hombre de la talla del senador, solo frente a la tormenta. Por ultimo, habia maldecido a los estupidos campesinos del interior, a los holgazanes, gordos propietarios de haciendas que ponian a sus jornaleros en la calle para que a ellos les quedara mas, cuando hubiesen debido alimentar a sus pobres, ya fueran asalariados o mendigos. --Se acabo por este otono --anuncia Raakel. Lars se espabila y mira interrogante a su esposa. Ella esta de pie junto a la rosa china y acaricia con delicadeza sus hojas verdes. --Hace mas de una semana que no echa ni una flor. --Vaya, antes daba flores hasta despues de Todos los Santos, ?no? Lars se fuerza a levantarse de la silla y se acerca a su mujer. Cada vez que la rosa china comienza a hibernar, a Raakel la abate la misma melancolia, y otra vez no tiene nada a lo que consagrarle su calor y afecto. ?Y si ya no florece mas? El mismo temor todo el invierno, la misma frase cada vez, cada ano, cuando Lars regresa del trabajo y encuentra a su esposa acariciando las hojas de la rosa china. --Bueno, entonces florecera en primavera de nuevo. --Quiza, quiza. Pero es que estos dias todo lo hermoso parece marchitarse. Un hombre con turbante cabalga por el desierto con una doncella de rostro velado en el regazo; de fondo, los rayos del sol poniente banan de oro un palacio. Cecilia esta desnuda, se pone en cuclillas sobre la jofaina y se enjuaga entre las piernas. Los hilillos de agua resbalan por el oscuro vello pubico. Los pequenos rizos se estiran, de su extremo caen gotas en la palangana. Cecilia endereza la espalda, posa las manos sobre las rodillas y abre las piernas un poco mas. La vulva aun esta abierta de resultas del coito. --Pareces bobo con la barbilla colgando --advierte. Teo le alarga un pano de lino con el que ella se seca entre las piernas. --?Como te llamas? Quiero decir, ?como te llamas de verdad? --?Es que Cecilia no te vale? Me llamo Elin. Pero Madame quiso llamarme Cecilia. En realidad, era Cecile. --?Y de verdad eres sueca, de Dalecardia? --Si. Dentro de una hora, la mujer podria ser Ulrika, de Polonia, si asi se lo piden. Empuja la palangana bajo la mesa, con la grupa levantada hacia Teo, mas alta de lo necesario. Con su exhibicion, logra lo que se propone. Teo trata de darle la espalda, pero los pies parecen estar clavados al suelo; los ojos, en las nalgas desnudas; en su piel blanca aun se distinguen las marcas rojo palido del colchon. Sabe que tengo que irme, piensa Teo. Algo le oprime el pecho. Cecilia toma la bacina de porcelana junto a la jofaina y se agacha sobre ella. La vision de una mujer meando le parece excitante, pero Teo decide que no permitira que ella gane la partida. En todo caso, no desea mostrar su derrota. --Tu lo que eres es una campesina, y de eso no te libras.

  • Si yo te contara de Mayte Pascual

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    Voy a vomitar, voy a vomitar, voy a vomitar...>>. --?Te encuentras bien, Nel? Alejo me saca de mis ensonaciones desquiciadas. Trago saliva e intento enfocarlo con un gesto de fingida profesionalidad. --???Yooo??? Perfectamente. --Vale. Lo que tu digas. --?Han llegado ya? --Aun no, pero no te preocupes. He hablado con Pedro y nos avisara cuando entren. <>. Alejo adivina mis pensamientos. --El guardia de seguridad, Pedro. --Perfecto. Avisame, por favor. En cuanto Alejo sale de mi despacho, me hundo en la silla. Estoy en un tris de meterme debajo de la mesa y no hacer acto de presencia hasta manana, pero estoy decidida a mantener el tipo como pueda. Rebusco en el primer cajon de la mesa y encuentro las pastillas que compre el ano pasado cuando tenia una gripe horrible que deberia haber pasado en cama. No hay ni rastro del ibuprofeno, asi que tendran que servir. Me tomo dos con un trago de Coca-Cola helada y noto cada una de las burbujas como cristales clavandose en mi garganta. No habia otro dia. No habia dias en la semana, en el mes, en el ano. Solo podia ser el dia despues de la cena de Navidad de la empresa el elegido por los socios del bufete para convocarnos a una reunion de grupo y tratar los objetivos del proximo ano. --!Ya estan aqui! !Estan en el ascensor! Alejo entra como un loco en el despacho y estoy a punto de tirarme toda la CocaCola encima. --!!Joderrrrr!! --Lo siento, lo siento, lo siento... --Se acerca a mi como una moto y comienza a revisarme el jersey que, como no, hoy he decidido que sea blanco--. No, no hay ni gota, no te preocupes. --Me observa frunciendo el ceno--. ?Seguro que estas bien? --Mira, Alejo, carino... --Intento hablar calmadamente y no perder los nervios--. Si vuelves a preguntarme eso, te juro que el que no estara bien seras tu. --Vale, vale, estas genial, lo pillo. --Alejo resopla y su flequillo se mueve teatralmente--. Espero que estes tan genial con los jefes y no con esa mala leche que te gastas, hija. --No te preocupes. Igual cuando acabe la reunion no me tienes que aguantar mas y me voy a mi casita a vivir del Estado... --Dices unas tonterias, nena... Justo cuando Alejo esta haciendo el mono en medio del despacho, la puerta se abre sin avisar. --Buenos dias, Penelope. --Marcos nos mira sin mostrar ninguna expresion. Echa un vistazo a mi companero y lo saluda con un gesto casi imperceptible--. Alejo. Cuando querais pasamos a la sala de juntas. --Claro que si, ahora mismo vamos. --Cojo todos los documentos que tenia preparados y voy hacia la puerta, aprovechando el camino para darle un empujon a Alejo, que se ha quedado petrificado. Me encantaria arrancarle la cabeza ahi mismo, pero me limito a lanzarle una mirada de grado diez, que recibe con gesto de panico. Correteamos por el pasillo detras de Marcos como sus perritos falderos y entramos en la sala de juntas los ultimos. Como no. --Buenos dias a todos. --Marcos espera a que Alejo y yo estemos sentados mientras los demas nos miran disimuladamente. Y yo me siento la mas gilipollas del mundo. Se positivamente que es muy probable que tenga los mismos coloretes que Heidi--. En primer lugar, nos queremos disculpar por no haber podido asistir anoche a la cena anual, pero acabamos de volver de Bruselas. Miro a Jacques y a Beltran, pero los dos tienen la misma expresion que Marcos: ninguna. No se si va con el puesto o si cuando tienes tanta pasta te da un aire y te conviertes en un muneco de cera, pero jamas he visto tres caras tan inexpresivas. --Por otro lado, hemos estado analizando todos los expedientes de este ano y, aunque no podemos negar que los resultados han sido muy buenos, queremos que los proximos doce meses sean, cuanto menos, excelentes. No puedo evitar mirar de reojo a Maria, que no hace mas que carraspear y tomar sorbos de su botella de agua. A pesar de sus cincuenta y cuatro anos, anoche se quedo con los mas jovenes hasta que no quedo ninguno. Juraria que la ultima vez que la tenia localizada estaba bailando una cancion de JLo con una pajita como microfono. Cuando nuestras miradas se cruzan, no hace falta nada mas. Ya es oficial. Somos dos miembros exclusivos del selecto club de la resaca. --Omar, Maria, Penelope. Nos gustaria hablar con vosotros cuando acabemos la reunion. Nos miramos con cara de terror. Ya esta. Se acabo. Manana mismo empiezo a actualizar el curriculo y a buscar trabajo. O quiza podria montarme mi propio bufete en casa, organizarme a mi ritmo, ir a clases de yoga y darme un tiempo para mi... --Penelope... --!Si! --Estoy a punto de saltar de la silla. Alejo me da en la espinilla con el tacon de su zapato y veo las estrellas. --?Has traido la sentencia Franklin? --Por supuesto. --Me levanto con paso vacilante y se la entrego. Por un momento, creo atisbar en su rostro de cera un gesto burlon que apenas dura un microsegundo. --Gracias. Debo felicitarte por este caso en concreto. Fue un exito rotundo. Sonrio discretamente, sintiendo que todo el mundo me esta mirando. --Muchas gracias, Marcos. Ha sido uno de los casos mas interesantes de mi carrera. Alejo se atraganta intentando aguantar la risa, y anoto mentalmente asesinarlo en cuanto estemos fuera de la reunion. --Por nuestra parte, no hay mucho mas que decir. Unicamente felicitaros las fiestas y desearos un feliz Ano Nuevo, ya que no se aun si tendremos oportunidad de vernos antes. --Igualmente --soltamos al unisono, como alumnos bien educados respondiendo al profesor. En cuanto ellos tres se levantan, todo el mundo sale por la puerta lo mas rapido que puede. Alejo me aprieta el hombro dandome animos y sale el ultimo, cerrando la puerta a su paso. --Bien, chicos. --Siento la tension en el aire y no es solo la mia--. Nos gustaria aprovechar la ocasion de nuestra visita para hablar con vosotros seriamente. Oigo una exclamacion ahogada. Omar se sujeta la cabeza con las dos manos y se que esta a punto de darle un infarto. En eso, Maria y yo tenemos cierta ventaja: nos sentimos tan mal fisicamente que este varapalo no nos hara tanto dano. --Nos gustaria agradeceros los anos y el esfuerzo que habeis dedicado a esta empresa... --Si, blablabla, blablabla, blablabla... Ya esta: se acabo. Vamonos a casita--... Y ofreceros puestos de mayor responsabilidad, que en un futuro muy cercano derive en ser socios de la empresa. <>. Los tres nos quedamos congelados, sin habla y absolutamente anonadados. --?Que habiais pensado? --consigo articular intentando romper el hielo. --Bueno, lo tenemos bastante claro: Maria, laboral; Omar, penal, y tu, el resto, Penelope, con especial interes en tema fiscal. Vaya por Dios. Me acaba de caer el marron mas grande de toda mi carrera profesional. Ahora mismo, el despido no sonaba tan feo. --Por supuesto, iria acompanado de una subida sustancial del sueldo. --Cuenta conmigo. --Se que Maria esta emocionada. Es la mejor abogada laboralista que conozco y va a disfrutar de lo lindo con este trabajo. --Yo acepto encantado, por supuesto. --?Penelope? --Claro, claro que si. --Aun estoy algo abrumada. Y aun tengo ganas de salir corriendo al bano y vomitar--. Estare encantada. Marcos echa hacia atras la silla y se levanta a camara lenta. --Solo queria pediros un poco de discrecion hasta que pasen estas fechas y podamos daros esos puestos de manera oficial. --No hay problema. --Bien, chicos, buen trabajo, a por ellos. Cuando estamos saliendo, aun absorta en la decision que he tomado, Marcos me detiene

  • Etimologicon de Javier Del Hoyo

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    Etimologicon no es un diccionario, ni un tratado tecnico, ni entra en disquisiciones linguisticas o filologicas. En lugar de un listado frio de palabras, una detras de otra, trata de explicar los origenes y la evolucion -muchas veces curiosa, inesperada o hasta divertida- de una serie de palabras del espanol, hiladas en torno a un tema determinado y con estilo narrativo.

  • Icaria de Uwe Timm

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    Alemania, finales de abril de 1945. Michael Hansen, de veinticinco anos, regresa a su pais natal como oficial estadounidense y acepta un encargo del servicio secreto: debe averiguar que papel ha tenido un importante cientifico en el regimen nazi. Mientras aun se estan librando batallas regionales, Hansen sale de Frankfurt en direccion a Baviera y se instala a orillas del lago Ammer. En un anticuario de Munich conoce a Wagner, un disidente y antiguo companero de aventuras del profesor Ploetz, teorico de la eugenesia. Este le relata la historia de una amistad que nacio a finales del siglo XIX en Breslavia y que condujo a ambos estudiantes a Zurich y mas adelante a America, y que los enfrento en un debate acerca del mejor orden social: por un lado, el socialismo segun Marx, y por otro, el proyecto utopico de la comunidad <>, fundada en Estados Unidos por el revolucionario frances Etienne Cabet. La confesion vital de Wagner pone a Hansen tras la pista del pacto con el diablo que firmo Ploetz con los nazis, asi como del destino radicalmente distinto al que se enfrento el anticuario debido a su oposicion ideologica.

  • Las calicatas por la Santa Librada de Gaston Segura

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    Un hecho real --la desaparicion de una locomotora en la inmediata postguerra espanola y su busqueda por parte de un teniente y un par de soldados, durante dos anos-- es el origen de Las calicatas por la Santa Librada; un retrato, por momentos sarcastico y, por momentos, con-movedor, de tan aciago periodo de la reciente historia de Espana.
    Las calicatas por la Santa Librada desborda las convenciones de la novela al uso, por la variedad de materiales (documentos administrativos, sentencias judiciales, articulos de prensa, cartas...) que la constituyen, y por el punado de relatos que la van trenzando hasta plasmar una vivida estampa de la epoca, concebida siempre desde el humorismo, a veces, descarnado y, otras, de una emocionante ternura.
    Dracena publica por fin este prodigioso y desmesurado relato que resulto finalista del XXIII Premio Azorin de novela.

  • La constelacion del olvido de Pilar Gonzalez Alvarez

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    <>, son las ultimas palabras de Andrea de Luna en el lecho de muerte. Un sueno premonitorio le advierte de que su biznieta Andreita desvelara el secreto familiar guardado con tanto celo durante mas de un siglo.
    ?Cumplira Andrea su promesa? ?Evitara que el misterio salga a la luz?

  • Mi Londres de Simonetta Agnello Hornby

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    Cuando Simonetta Agnello Hornby llego por primera vez a Londres, en septiembre de 1963, tenia dieciocho anos. Y desde entonces no ha abandonado la ciudad, salvo para pasar los veranos en su Sicilia natal. Este libro es un homenaje a su ciudad: es el Londres de Simonetta Agnello Hornby, el Londres tolerante y democratico que recibe a la gente de todas las etnias y le da la posibilidad de trabajar, el Londres que no para de crecer y esta en constante movimiento, el Londres que palpita y sorprende, y siempre esta dispuesto a ofrecer algo nuevo al visitante.

  • Ahora que te vas de Eva Blanch

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    A lo largo de un dia, dos mujeres -Ruth y Andrea- conversan y repasan la vida de la primera, mientras Andrea se enfrenta a unos sentimientos que luchaba por olvidar. El titulo hace referencia por un lado al viaje fugaz que hace la protagonista y por otro lado alude a su menstruacion, pues es el elemento que la autora ha elegido para vertebrar la narracion. A traves de distintos episodios relacionados con su regla, Ruth reflexiona acerca de las diferentes fases de su vida y como han influido en su cuerpo. No es una novela de formacion pero si de primeras veces, pues en ella se narran muchas de las primeras experiencias vitales de la protagonista.

  • La razon de los locos de Ana Moreno-alcazar

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    La vida monotona y aburrida de Lucia Agramunt dio un giro inesperado la noche en la que conocio a Gabriel, un joven y apuesto profesor de economicas de la Universidad de Barcelona. Dos vidas destinadas a encontrarse para enfrentarse juntas al capricho de un futuro incierto marcado por la angustia, el desespero y los limites entre la razon y la locura. ?Es posible cruzar la linea divisoria entre lo real y lo imaginario para encontrar consuelo en los tormentos del alma? ?Puede el corazon ser el unico aliado en un mundo irrumpido por lo irreal? Mientras Lucia intenta comprender la fragilidad de la mente humana y encontrar una respuesta a estas preguntas, el reloj corre en su contra si quiere descubrir la verdad.

  • Hinun de Christian Martins

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    Denahi y Magena son mas felices que nunca. Han comenzado una nueva vida en la reserva y la suerte parece sonreirles.
    ?Dejaran “Los Calaveras” que la chica apache continue con su vida y pueda formar su familia junto al rey de la tribu?
    Mas erotica, mas intensa y mas peligrosa.
    Descubre esta tercera y ultima parte de la trilogia.

  • Un secreto en el Ampurdan de Imma Tubella

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    Agosto de 1935. Carretera de Albons a Viladamat. Un Rolls-Royce, conducido a velocidad de vertigo, se estrella. En el viajan el principe Mdivani y su amante, la baronesa Thyssen.

  • Escuela de trading de Francisca Serrano Ruiz

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    Francisca Serrano nos da todas las pautas para invertir a corto plazo sin riesgo, desde un plan de trading a organizar una cartera de inversiones; crowfunding, crowlending, business angels y criptomonedas.
    ?Que debo saber antes de invertir? ?Que tipo de inversor soy? ?Invierto en bolsa con el trading, mejor oro o tal vez inmobiliario? ?Que ventaja tiene invertir a corto plazo frente al largo??Como controlo el riesgo? ?Como opero en bolsa online?
    REGALO DEL CURSO ?COMO INVIERTEN LOS RICOS?

  • Deseo Pedido Trilogia Mi Vikingo 2 de Norah Carter de

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    Me queria morir, no podia creer lo que habia leido en ese mensaje, no podia ser cierto, fui corriendo hacia la cocina y estaba mi padre en la mesa. --Papa, se que es una locura, pero necesito salir pitando para Amsterdam. --No me asustes ?Que ha pasado ahora? --Se la verdad de lo que ha sucedio con Alan, lo hizo para protegerme, esta en silla de ruedas, tengo que ir a verlo. --No me lo puedo creer -- dijo asombrado. -- ?Pero el sabe que vas? --No, me ha mandado un mensaje, no se lo he contestado, si lo hago no lo permitira. --No estoy de acuerdo, pero no te voy a frenar a que lo hagas ?De cuanto dinero dispones para los vuelos y para estar alli? --Papa, tengo la beca entera, me pagaste toda la estancia en Amsterdam, no me hace falta dinero, solo coger un vuelo. Se levanto y cogio la tablet, mientras me prepare un cafe. --Hija... ?Para manana? --Mira para hoy, papa, por favor. Vi como ni levantaba la cabeza, se puso a buscar. --Hay uno para las 3 de la tarde, creo que nos puede dar tiempo -- dijo mientras aparecia Eric por la cocina y venia a abrazarnos, detras lo hacia mi madre. Mi padre le conto rapido toda la odisea, ella nego con la cabeza, pero me abrazo y me dijo que ese no es el tipo de vida que habia sonado para mi, pero si me hacia feliz, que me apoyarian. Prepare la maleta, ya tenia el vuelo de ida, mi padre insistio en que cogiese hotel, yo me negue, ya buscaria alrededor de Alan. Me despedi del pequeno que me miraba apenado, seguidamente de mi madre y me fui con mi padre pitando al aeropuerto. Llegue a la terminal y facture la maleta, habia metido muchas cosas por si me quedaba mas tiempo de la cuenta, me despedi de mi padre antes de pasar el cordon policial y una vez cerca de la puerta de embarque, me meti en una cafeteria y me compre un refresco con un sandwich. Estaba nerviosa, no me podia creer que no me hubiese dado cuenta de lo que le pasaba, me reprochaba el haberme ido y no haberme quedado a su lado, pero me lo puso realmente dificil, no sabia como me iba a recibir, pero de que lo haria, lo haria... En el vuelo me toco un chico al lado, me recordaba a Pablo Alboran, estuve a punto de preguntarle si era el, pero estaba casi segura que no lo era, rapidamente entablamos conversacion, iba para Amsterdam a ver a la novia, que era holandesa, el se llamaba Pablo, ya ahi solte una carcajada, supo rapido de que se trataba, no era la primera vez que lo confundian, encima por llevar igual, llevaban hasta el nombre. Le conte mi historia, estaba flipando, no podia creerselo, ni yo el haberlo hecho, pero el no paraba de reflexionar sobre todo y me gustaba esa conversacion que teniamos, necesitaba la opinion de alguien que no fuese de mi entorno, me hizo apuntar su telefono por si me veia sola en la ciudad que lo avisase, me dijo que no temiese por la novia que era muy docil, rompi a llorar de la risa, mientras intercambiabamos los telefonos. Bajamos del avion y me dijo que me llevarian, su novia lo estaba esperando, le dije que por favor que no, pero no les valieron mis excusas de nada. Salimos del aeropuerto y alli estaba ella, una preciosa rubia con una sonrisa en los labios, nos presento y le dijo que me habia conocido en el vuelo, ella corriendo agarro mi maleta para meterla en su coche, yo me quede flipando, me aparece mi novio con otra y lo harto a hostias a los dos, pense. Me dejaron frente a la casa de Alan, me despedi de ellos mientras sacaba mi equipaje del maletero, prometi llamarlos para tomar un cafe.

  • El libro de las parabolas de Per Olov Enquist

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    El libro de las parabolas es una obra singular de uno de los grandes de la literatura mundial en la que narra la torrida historia de amor entre un adolescente y una mujer madura, con tintes autobiograficos. Prometio no contarlo nunca a nadie. Era solo un chiquillo, pero ahora, al acercarse a la orilla del rio que ya ha llamado a tantos amigos, perseguido por las preguntas que se quedaron sin respuesta, Enquist entiende que la mujer a la que conocio en el verano de 1949 es el corazon de la novela que nunca se atrevio a escribir.

  • La Esencia del Silencio de David Diaz Rodriguez

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    En una sociedad abrumada por el ruido, el ego, las noticias, la division politica, las pretensiones y la trivialidad, propongo un enfoque distinto dirigido a las reconditeces de tu ser. No existe otro lugar mas hermoso en la tierra. Mi enfoque requiere un lenguaje, y yo le llamo el silencio. Este libro, sin embargo, no es sobre el silencio; es mas bien una invitacion para que en la quietud interior encuentres su esencia. Esto no puede ser ensenado; es el camino individual que todos necesitamos recorrer. En vez de darte una metodologia para aquietar tu mente, he decidido compartir estas luces cargadas de mis experiencias y visiones espirituales. En ellas yace la esperanza de que esta propuesta cumpla el objetivo de crear una chispa de curiosidad que nos impulse a evidenciar una dimension de vida maravillosa, y curiosamente ignorada, que siempre ha estado entre nosotros corriendo paralela con nuestros suenos y quimeras, con nuestras alegrias y tristezas. Soy un ermitano, pero no vivo en una casita solitaria en las montanas, ni tampoco en una cueva alejada donde las voces se apagan. Vivo en el mundo del ruido cotidiano que rodea a casi todos los mortales, navegando las aguas turbulentas de la vida, pero en lo mas hondo de mi ser recorro los caminos y el dia a dia en un oceano de silencio. Sera fruto de esta cercania que he reconocido en este mi verdadera naturaleza, mi esencia de ser. Ser ermitano es un estado interno; mas interno que externo. Para mi, es un reconocimiento, no un irse al monte. No creo que es un destino, ni un sacrificio como muchos piensan. Creo que es sabernos solos en el mar de la vida y sin temor alguno; es reconocer nuestro espacio, esa abrumadora soledad que nos acompana con su silencio de principio a fin, a pesar de estar tantas veces acompanados de gente y ruido, y abrazarla, celebrarla y descubrir sus senderos. Desde siempre, o mejor, desde que tengo uso de razon, el camino paralelo entre el ruido exterior y mi soledad inherente ha sido una fuente de inspiracion, un vivir en dos mundos dispares que me ha ayudado a reflexionar a nivel profundo lo que la quietud interna significa, su totalidad, y lo que el ruido significa. No solo el ruido exterior me ha intrigado y ha sido motivo de una busqueda interminable de respuestas, sino aquel que llevamos por dentro. Y la conclusion es esta: el silencio se parece mas a nosotros que el ruido. Mas aun: somos el silencio, y el ruido es la negacion de quienes somos. Tanto buscar en la vida sin considerar que probablemente lo que anhelabamos se encontraba en el lugar menos esperado: dentro de nosotros. 1 El hilo invisible En los espacios de silencio que tanto me han acompanado en mi caminar, he observado que la vida es circular, es decir, que existe una continuidad. Los ojos estan entrenados para ver un principio y un fin, pero a nivel esencial existen dinamicas que se perpetuan. Los atomos, por ejemplo, que manifiestan la vida visible de una flor, no mueren con ella, viven antes de ella y despues de ella. Siguen existiendo despues de que la fragancia de la flor desaparece. ?Que los une a la flor, que nos une a todo? Un principio unitario. Esto me ha sorprendido tanto, el saber que hay una unidad invisible en la creacion, una madeja de un hilo comun que va entretejiendo la vida y uniendo puntos que muchas veces parecen discordantes. Es por eso que puedo decir lo siguiente: nada existe por separado. Aunque resulte incomprensible para la mente, la multiplicidad del universo se relaciona y conecta entre si. Somos una cadena inmensa donde ningun eslabon esta suelto. Todos los eventos bajo el sol --gente, destinos, especies, celulas, moleculas, la vida con sus formas y magicos colores, con su relativo drama, con sus secuencias y transiciones-- apuntan hacia una fuente comun donde todo se encuentra y se enlaza. Esta, milenios antes de la aparicion de Jesus en la tierra, ya era referida en los "Upanishads" en la voz de Brahman: Lo que no puede expresarse mediante el lenguaje, pero por el cual la voz se expresa. Lo que no puede comprenderse con la mente, pero por el cual la mente es comprendida. Lo que no puede percibirse con la vista, pero por el cual el ojo percibe. Lo que no se puede escuchar a traves del oido, pero por el cual oir es posible. Lo que no puede olerse con el aliento, pero por el cual puede olerse un objeto. Reconoce que es Brahman. Creo tener la certeza de que este reconocimiento al que aluden los "Upanishads", entre lo visible y lo invisible, es un aliento trascendente y comun que es expresado con muchas variantes a traves de diversas culturas y creencias. Ese espacio es ese silencio innombrable al que nosotros decidimos nombrar en nuestras deidades. El nombrar las cosas, que es tan vital para el desarrollo de una civilizacion, es ademas lo que nos segrega en bandos y nos hace olvidar el hilo comun que nos une. Nos lleva a admitir que hay muchas razas, en vez de una humanidad, que hay miles de lenguajes, en vez de uno solo. Es de este modo que tambien olvidamos que somos parte de ese tejido misterioso labrado con la madeja de un hilo magico e invisible, la unidad primordial, que podria bien denominarse el silencio inherente a la vida. 2 Conoce tu silencio El ego no es mas que una idea equivocada de lo que somos, limitada, confusa, nebulosa; y es ademas la inconciencia que sostiene el engranaje de nuestra forma de ser y manifestarnos, la misma inconciencia que nos hace ser sombras en vez de luces, mediocres en vez de creativos y autenticos, imitadores compulsivos buscando desesperadamente la aprobacion de otros para sentirnos bien. Los seres humanos vivimos ante una disyuntiva apremiante, el ser o el no ser, siempre navegando en medio de dos corrientes, de dos alternativas basicas. Nuestra vida es por eso un pendulo inevitable a cada momento, a cada instante. Por un lado vemos nuestras alas listas para emprender el vuelo, y por el otro vemos la arcilla de donde partimos, siempre recordandonos la dualidad, siempre llamandonos a la realidad de la madre tierra y su gravedad. Lo cierto es que ante esta realidad del "yo" sentimos que evolucionamos hacia la independencia del uno, lo individual, lo mio. Y arrastrados por ese impulso volitivo llegamos a este punto del destino de nuestra civilizacion en el cual queremos ser mas de lo que somos desesperadamente y ocupar un lugar en el espacio que lleve nuestro nombre. Este es el impulso que nos hace ver separados, que nos impulsa a sobresalir, diferenciarnos, aunque a menudo compulsivamente. Anhelamos ser mas sin saber por que. El momento presente no es suficiente; nada nos llena, todo nos falta. A nivel colectivo este impulso es el desarrollo humano que va de la mano de la ignorancia, es el alma que arrastra las naciones a la violencia, a las atrocidades, al uso egoista de la ciencia y la tecnologia. A nivel individual es lo que llamamos perdida de balance o equilibrio, es el ego, y esto podriamos decir que es una forma de locura generalizada, aceptada socialmente y sin reservas. El ego es el estado actual de la humanidad. No obstante, mas alla de la experiencia del ego existe una realidad interior y exterior que el silencio revela. En ella eres el Ser que se reconoce mas alla de la mediocridad, de la mezquindad y la ignorancia, y de repente halla en su espacio de vida la esencia universal de la belleza y el bien. Alli no existe separacion; eres la ola y el mar a la vez. Recordemos la platica sobre el hilo invisible, la continuidad. A traves de ese hilo aprendemos a ver el planeta y a relacionarnos con el bajo una premisa de igualdad. En este estado asumimos roles existenciales, sean profesionales o de otra indole, sin perder nuestro ser, nuestra esencia, la esencia del silencio. No derivamos de ellos una identidad que consideramos importante, un motivo para sentirnos superiores a nuestro projimo. Asi, ermitanos en un entorno de ruidos, vivimos en el mundo y fuera de el, navegamos por las aguas de lo que hacemos para subsistir sin ahogarnos en sus turbulencias. Estamos en el drama sin que el drama nos posea. Somos de un pais y de todos a la vez; la nacionalidad no tiene fronteras, se expande por los horizontes. Surge el ser universal y muere la pequenez ridicula del yo. Y nunca volvemos a mirar al ser humano como un fin, sino como una extension de nosotros. Es oportuno resaltar que el esoterismo en cierta forma surgio con el proposito de llenar el vacio que la religiosidad nunca pudo llenar. Representaba la renovacion de la promesa de volver a la inocencia. No la inocencia otorgada por fuerzas externas o deidades piadosas, sino aquella que se conquista a traves de nuestros propios esfuerzos, cuando somos capaces de redimirnos del ruido interior, de las ambivalencias de la mente, del pensamiento compulsivo y sus mecanismos ilusorios, de la maquinacion del ego, de ese monologo intenso que llevamos a diario en la cabeza como maleta de viaje y que nos define de forma tan precaria. El camino era claro; implicaba un giro de 180 grados, un cambio de paradigma en el que cada persona debia cultivar el espacio de su silencio, profundizar en este durante las meditaciones y las reflexiones, bucear en ese oceano insondable que tan frecuentemente se subestima, y encontrar alli, justo alli, el fuego interior, la gema preciosa de nuestro verdadero ser. La promesa del esoterismo era fantastica.

  • Amor Sublime de

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    Fernando Alvarado vive atormentado por su suerte, ser el senor de Bellavista con el trasfondo que eso encierra. Lo unico que aplaca el alma del rico y joven heredero es la llegada de las vacaciones y el arribo de la senorita Celeste a la hacienda vecina. Cuando lo mandan a estudiar a Europa, teme que a su retorno la encuentre comprometida, le ruega que lo espere, que a su regreso la convertira en su esposa y sellan el pacto con un beso en los labios: <>.

  • Impostores de Robin Cook

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    Impostores, el nuevo y explosivo libro del autor superventas y maestro del thriller medico Robin Cook, te hara dudar de todo.

  • La polilla en la casa del humo de Guillem Lopez

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    Bienvenidos al pozo, una caverna insondable con mil galerias y tuneles, fortalezas petreas cerca de la superficie y barrios profundos de nichos cavados en la roca. Este es el escenario, brutal y despiadado, en el que habita Veintiuno, un joven que pasa las horas envuelto en una nube de bok en la casa del humo, desde donde interpreta sus posibles destinos: entregar su cuerpo al dios de la mecanica y ser util en una excavacion sin fin, convertirse en un paria o, finalmente, ascender a traves de los bajos fondos, pero debera pagar un alto precio por medrar.

  • Su eterna presencia (Hermanas Alcott 2) de Elsa Tablac

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    Todos se preguntarian que hago ahi. Por que habia abandonado Londres. Jamas adivinarian que me llevo a instalarme en casa de mis padres, un enorme cottage de piedra en los confines de Bracknell, a unas dos horas de la capital. No es muy facil entender que una joven independiente de veinticinco anos se aparte de una de las ciudades mas excitantes del mundo y regrese de repente a casa de su familia. La razon se llama Oliver Owen. Cuida de nuestros cuatro caballos en el establo familiar. Es el hijo mayor de William, el antiguo mayordomo, quien sufrio un accidente hace dos anos y tuvo que jubilarse anticipadamente. Oliver llego hace quince meses, y mi padre decidio que formaria parte del personal que trabaja en casa. Lo que no esperaba era que aquel nino hiperactivo que trepaba a todos los arboles y con el que mi hermana Charlotte y yo jugabamos para horror de mi madre se convertiria en un chico tan atractivo. Hacia un rato que lo observaba desde la ventana de mi dormitorio. Estaba anocheciendo y Oliver regresaba de dar un paseo con Rex, el caballo de mi hermana. El mismo que ella ya casi nunca montaba y que yo mimaba algo mas que a los otros, pues temia que se sintiese abandonado. Sonrei al comprobar que Oliver le dedicaba un poco mas de tiempo que al resto. --?Sigues trabajando? --pregunto una voz a mi espalda. No necesitaba girarme para saber perfectamente que se trataba de Adeline, mi madre. Observe la pantalla del ordenador portatil. Mis manos se habian apartado del teclado hacia ya un buen rato y el salvapantallas, mi nombre en grandes letras de color morado, rebotaba en los cuatro lados de la pantalla. Era evidente que no estaba trabajando. --No. Ya he terminado por hoy --conteste--. Creo que va siendo hora... --Trabajas demasiado, Lizzy. --No creas, mama. Simplemente he de entregar esta traduccion en cuatro dias. Se me ha echado un poco el tiempo encima. Pero el siguiente libro no me llegara hasta dentro de unas dos semanas. Mi madre entro en el cuarto y se acerco, puso las manos sobre mis hombros y beso mi pelo. Estaba especialmente carinosa ultimamente, algo no muy propio de ella. Aunque debo decir que nuestra relacion habia mejorado con los anos. Al principio mama no entendia muy bien que quisiera dedicarme a traducir libros de manera profesional. Creia que mi obsesion por aprender frances y estudiar filologia en la universidad era tan solo un pasatiempo. Que lo que acabaria haciendo en realidad era casarme con alguno de los hijos de los acaudalados amigos de mi padre y peinar las crines de los caballos. Y no negare que hubo algun momento en que yo tambien lo pense. Pero me converti en traductora de manera lenta y casual. Empece traduciendo esporadicamente para la editorial en la que trabajaba Molly, una de mis amigas de la universidad. Con el paso de los meses me fueron llegando nuevas propuestas. Era el trabajo perfecto para mi, aunque en el fondo no necesitase el dinero. Traducir libros me mantenia ocupada y me permitia transportarme a otro mundo durante buena parte del dia. Ademas, podia trabajar desde Bracknell sin problemas, a mi ritmo. --Cenaremos pronto --dijo mama. Movi el raton para recuperar el documento de Word en el que habia estado trabajando esa tarde. --No tengo demasiada hambre --conteste--. Pensaba preparar un sandwich ligero y comermelo aqui, en mi escritorio. Querria acabar un capitulo esta noche. --De ninguna manera, Lizzy. Hoy estamos las dos solas en casa, asi que quiero que me acompanes. Y he preparado algo especial. La observe perpleja. Mi madre no solia cocinar jamas. Especialmente si mi padre estaba en Londres por trabajo, como era el caso durante esos dias. --?Tu has preparado algo? --Has oido bien, si. Asi que te espero en el salon a las siete en punto. La cena estara lista. He de comentarte algo, ademas. Iba a contestarle que queria bajar al establo ver a Rex --en realidad a charlar un rato con Oliver--, pero mi madre ya habia abandonado mi dormitorio. Asi eran las cosas con ella: sentenciaba, ordenaba y no habia posibilidad de replica. Consulte el reloj. Eran las seis de la tarde. Si me daba prisa, podia arreglarme un poco y bajar al establo. Tal vez Oliver no estaria demasiado ocupado. En todo caso, tenia que bajar a escondidas. Mama odiaba que me presentase a la cena justo despues de visitar a los caballos. De ahi mi plan perfecto del sandwich. Me meti en el cuarto de bano, me lave la cara, me cepille el pelo y me coloque el vestido de flores menos llamativo que encontre en mi armario, unos calcetines negros hasta la rodilla y cogi las botas que, se suponia, debian permanecer fuera de la casa para no destrozar la moqueta. Me maquille con un poco de colorete, mascara de pestanas y pintalabios, a pesar de que era consciente de que aquellos pequenos rastros de color no pasarian desapercibidos bajo el ojo de halcon de nuestra Adeline. Baje las escaleras hasta el primer piso con las botas en la mano y me dirigi hacia la cocina. Saldria por la puerta trasera y rodearia la casa hasta llegar al establo. Oia la voz de mama hablando por telefono, tal vez con su hermana o con Charlotte. Eso era perfecto. Nunca conversaban menos durante menos de media hora, para desesperacion de mi hermana Charlie. Una de las cosas buenas de haberme instalado en Bracknell con mi ordenador portatil era que no tenia que atender las intensas llamadas telefonicas de mi madre. La escuchaba en vivo y en directo a diario. Sali de la casa por primera vez en aquel dia. Me puse las botas mientras apreciaba el sonido de los primeros guijarros y el olor de las rosas a las que mi madre se dedicaba todas las mananas en cuerpo y alma. Camine unos tres minutos hasta llegar al establo, por el camino que conectaba con la casa. Respire hondo, porque siempre que lo veia me quedaba practicamente sin respiracion; y todo apuntaba a que Oliver Owen estaria con Rex en el interior. Llame a la puerta. --!Adelante! Entre. Entendi enseguida que no hubiese hecho falta ningun blush de Dior en mis mejillas, pues el calor subito que me invadia al encontrarme delante de Oliver no faltaba jamas a la cita. Ahi estaba, una y otra vez, y alli estaba yo de nuevo en el establo, a falta de citas reales con el chico por el que suspiraba desde hacia cinco meses. La razon por la que habia vuelto a vivir con mis padres no era otra, por supuesto. Queria estar cerca de el. Queria destruir aquella extrana verja intangible que nos separaba y estrellarme de una vez por todas contra sus labios. Eso es lo que queria. Por eso no estaba en Londres. CAPITULO 2 OLIVER --?Sabes que no es necesario que llames a la puerta, no? --le pregunte a Lizzy. Se lo habia dicho decenas de veces, pero ella seguia haciendolo, a pesar de que tecnicamente estaba en su propia casa. Observe el vestido de color azul oscuro, estampado con pequenas flores amarillas, que a duras penas le llegaba hasta las rodillas. La hija mayor de Caleb Alcott me dejaba sin aliento cada vez que venia al establo a visitar a su caballo, Truman. A esas alturas ya me debia de haber acostumbrado a su intermitente presencia, pero me habia descolocado por completo que una chica moderna y urbanita como ella decidiese de repente dejar Londres y regresar a casa de sus padres. Tal vez no debia sorprenderme tanto, teniendo en cuenta que aquella familia era inmensamente rica. Mi padre habia trabajado en la casa como mayordomo durante la mitad de su vida y yo me repetia, todas las mananas, que en cuanto terminase de una vez mis estudios de veterinaria me largaria de Bracknell y los Alcott no volverian a saber de mi jamas. Ese pensamiento podria parecer amargo y resentido, pero nacia de algo evidente que en aquel momento se manifestaba en la puerta del establo: nunca sucederia nada entre Lizzy y yo. Sencillamente, porque perteneciamos a mundos distintos. Los de su clase no se mezclaban con los de la mia mas si no era con una relacion laboral mediante. Era asi, y mi razon obligaba a mi corazon a asimilarlo de una vez por todas. Todos los dias. O al menos lo intentaba. Aunque mentiria si dijera que su amabilidad y su sonrisa no me ofrecian un resquicio de esperanza. Ojala las cosas fueran como cuando eramos ninos y jugabamos sin preocuparnos del lugar opuesto que nos habia reservado la vida. --Prefiero llamar --contesto--. Por si estas haciendo algo que no me incumba. Sonrio y se paso la mano por su media melena rubia. Despues se cruzo de brazos y se apoyo en el marco del porton de madera. Aquel gesto tan poco calculado --o no, quien sabe-- revelo la forma redondeada de sus pechos, pequenos y blancos. No tenia la menor idea de vestidos pero si habia notado que Lizzy los llevaba mucho mas a menudo, y no tenia ningun reparo en combinarlos con botas de montar. Aquello era algo que me encantaba. --?Y que iba a estar haciendo, Lizzy? --le pregunte, a pesar de que se me ocurrian varias cosas. Las hijas de Caleb me habian prohibido terminantemente que las tratase de "usted"; cosa que hice en el pasado en un par de ocasiones, cuando llegue a la casa, a pesar de que sonaba completamente ridiculo. Nos conociamos desde ninos, aunque yo era unos cuatro anos mayor que Lizzy. Se acerco para acariciar a Rex.

  • Mi protector de Christian Martins

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    Harry Hunter siempre ha sido el mejor en lo que hace por varias razones: no tiene familia, ni amigos, ni pareja. Vive, exclusivamente, para cumplir con sus misiones y sobrevivir al dia a dia. Pero su rutina se ira al traste cuando le ofrezcan una nueva mision; una que no podra rechazar y en la descubrira a la joven Bailey Kim. La teoria se la sabe muy bien: no debe establecer lazos sentimentales si quiere continuar con vida. Pero en la practica es otra cosa. Bailey tiene algo especial que le atrae, algo que le impide desentenderse de todo y renunciar, algo que no le permite traicionarla. Protegerla, liberarla y cuidar de ella no sera sencillo, pero ya no tiene nada que perder.

  • Mares verdes de Esperanza Riscart

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  • Filthy Jefe (Chicos malos 1) de Amy Brent

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    Candice Carlson Estaba sentada en mi mesa, comiendo una ensalada para llevar de la cafeteria de abajo, cuando llego el correo electronico de mi jefe. Mire la gran pantalla del ordenador que tenia a mi izquierda, pero no me moleste en abrirlo. Ya sabia de que se trataba. Llevaba esperandolo desde que me dijo que nuestra empresa, Goldman y Stern, habia ganado un contrato de consultoria de gestion de diez millones de dolares con Empresas Wright y que yo formaria parte de su equipo. Mastique un bocado de lechuga y me incline para leer el asunto: Confirmacion de reunion programada con Tanner Wright de Empresas Wright. Hice clic en el enlace que anadiria automaticamente los detalles de la reunion a mi agenda electronica y regrese a mi ensalada. Hace un ano, habria dado saltos de alegria ante la idea de reunirme con el empresario multimillonario Tanner Wright y su equipo. Ahora, seria una mas de la larga lista de aburridas reuniones con ricos imbeciles que utilizaban a los consultores de gestion de Goldman y Stern – como yo- para hacer su trabajo sucio. Vaya, a veces me asombraba lo quemada que habia quedado en tan solo un ano en Goldman. No recuerdo esperar que fuera a hacer este tipo de trabajo. Aun asi, era mejor que trabajar como una esclava en una organizacion sin animo de lucro por veinte mil dolares al ano. Aquello era mas satisfactorio, pero esto me permitiria comprar un monton de cosas mas chulas. Suspire mientras clavaba un tomate cherry y lo partia por la mitad con los dientes delanteros. Ya habia buscado en Google a Tanner Wright en prevision de la reunion. No es que no supiera ya quien era. Todos en el mundo de los negocios lo conocia porque era una leyenda. Treinta y cinco anos, soltero, alto, moreno y guapo; con la constitucion de un atleta y el cerebro de un becario de Rhodes. Hacia quince anos que habia fundado Empresas Wright como un pequeno servicio de reparacion de ordenadores en el sotano de sus padres. El ano pasado la empresa facturo seis mil millones. Ahora Wright esta metido en todo: desde la informatica hasta las redes, pasando por el software de ciberseguridad y la fibra optica. Pero hoy en dia hace falta algo mas que generar una tonelada de ingresos para que un tipo me impresione. En mi mente, ya lo tenia catalogado como otro playboy multimillonario que pensaba que podia comprar el mundo y a todos los que lo habitaban. Tome un sorbo del te helado aguado que venia con la ensalada y mire le brumoso horizonte de Chicago por la ventana del vigesimo piso. --Apuesto a que es un gran imbecil --me oi decir. No pude evitarlo. Cada vez que pensaba en los hombres, me venia automaticamente a la mente la palabra <>. De hecho, la palabra <> se estaba convirtiendo en sinonimo de <> en mi mente. Hombre, gilipollas. Ducha, hombre. Podian llamarme cansina, pero ambas eran lo mismo en mi mente. Le di otro mordisco a la lechuga y comi mientras suspiraba. Por que los hombres tenian que ser tan imbeciles. ?No quedaban hombres buenos en el mundo? Seguro que todos no eran homosexuales o estaban casados. De acuerdo, quizas exageraba un poco. Tal vez no todos los hombres del planeta tierra eran unos imbeciles. Tal vez solo los hombres de la especie que he conocido personalmente en mis veinticuatro anos en el planeta lo eran. No todos empezaron asi, por supuesto. Algunos eran muy agradables al principio. Parece que se convirtieron en gilipollas despues de conocerme. Tal vez fue eso. Tal vez yo era el denominador comun. Tal vez conoci a tipos perfectamente agradables y los converti en unos completos imbeciles. !Yo era el paciente cero! Me lami el alino de los labios y bebi te. Tal vez ese era mi poder especial, pense. Tenia el poder de convertir a tipos perfectamente agradables en imbeciles. No. A quien quiero enganar. No tengo poderes especiales. Los hombres son muy capaces de convertirse en idiotas por si mismos. No necesitan ninguna influencia mia. El mas reciente en mi vida fue mi ex novio, Scott, que me dejo despues de salir durante cinco anos porque su madre no creia que yo fuera lo suficientemente buena para el. En realidad, me dijo: --Lo siento, Candice, pero mi madre no cree que seas lo suficientemente buena para mi. --No me voy a casar con tu madre, Scott --le respondi--. La pregunta es, ?que piensas tu? El capullo no dudo. Me miro a los ojos y me solto: --Creo que mama tiene razon. Y con eso, se dio la vuelta y salio por la puerta sin mirar atras. Yo me quede como, <>. He salido con un imbecil desde el primer ano de la universidad, he guardado mi virginidad para nuestra noche de bodas, y dos meses antes de la boda, ?no soy lo suficientemente buena para ti? ?En serio? !Que te den! !Y que se joda tu madre! Senti que mis mejillas se calentaban. A pesar de que ha pasado mas de un ano desde que Scott me dejo, todavia me hace enfurecer.

  • Botones y gracia de Penelope Sky

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    He iniciado una guerra entre clanes.
    Me he granjeado un enemigo formidable.
    Por una sola mujer.
    Fue una estupidez de decision, pero no me arrepiento de nada.
    Porque Bellissima es mia por fin.

  • 20 Dias de Carlos Merenciano

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    Alex decide dejar el confort de su hogar en Espana y tomar un avion con rumbo a Estados Unidos para vivir durante los proximos 20 dias en Stateville, una pequena ciudad de Pensilvania, ya que ha decidido embarcarse en un intercambio que organiza su instituto. Acompanado de Laura, amiga desde su infancia, deciden que aquel viaje sea la mejor aventura de sus vidas, y lo sera, pero no por el motivo que ellos imaginaban, sino porque el amor se cruza en su camino por primera vez.

  • Una vida sin limites – Nick Vujicic (PDF) de Nick Vujicic

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    El libro inspirador de un hombre extraordinario, un camino para vivir completamente feliz

  • Sobre heroes y tumbas, Ernesto Sabato de Ernesto Sabato

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  • Suscribete a mi corazon de Shirin Klaus

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    LunaLoba es youtuber y suena con viajar por el mundo y compartir sus aventuras, pero lo cierto es que lleva una vida gris y en lugar de ser productiva se dedica a ver videos (de gatitos) en busca de inspiracion. Ha dejado la universidad, no tiene trabajo. se siente un fracaso con patas.

  • Trazos secretos de Diaz De Tuesta

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  • Tal para Cual (Amores a flor de piel 3) de A.m. Silva

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    NOTA: CAMBIO DE PORTADA.
    Raquel es una exitosa disenadora de interiores que sabe lo que quiere y no tiene ningun reparo a la hora de imponer su voluntad. Pero nada es permanente y, de un dia para otro, su perfecta vida da un giro de ciento y ochenta grados. Completamente arruinada acepta el reto que se le presenta y se marcha a Londres para poder ejercer su profesion. Sin embargo, nada mas llegar descubre que las cosas no van a ser como ella imaginaba.
    Bastian Drake es un arquitecto de renombre internacional. Es un obseso del control y esta acostumbrado a que su palabra sea ley. Vive por y para su empresa hasta que la mujer que le hizo perder la cabeza un ano atras vuelve a irrumpir en su ordenada vida para ponerla del reves. Eso... si el lo permite.
    Raquel tiene que hacer frente al mal genio de su jefe dia tras dia si quiere sobrevivir. ?O sera el quien tendra que hacerlo? Porque ella es una mujer de armas tomar que lo unico que quiere es otra oportunidad para seguir adelante.
    Ninguno da su brazo a torcer. ?Derrotara el amor al orgullo?

  • Algo mas que amar de Anna Olsson

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    Charlie y Laura se conocen por internet, se gustan demasiado para ponerse deacuerdo para juntarse en la gran ciudad viviendo una hermosa e intensa aventura.

  • Mi acosadora de Sophie Saint Rose

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    ?Quien no ha tenido alguna vez un idolo? Un cantante de rock o un actor de cine que nos hace suspirar. Para Raychel Tarner, una chica aparentemente normal, es su maravilloso, atractivo e inteligente jefe. Asi que fue un verdadero chasco descubrir que Denley tenia los pies de barro. ?Que debia hacer ahora? Era una pena que la madre de Raychel tomara cartas en el asunto…

  • El escudo de David de Lilyam Martino

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    El Escudo de David es una novela que combina hechos reales con ficcion, para destacar la lucha por la libertad y la defensa de los valores democraticos en un pais llamado Venedicta, gobernado por un regimen despotico que abuso de su autoridad para atropellar los derechos de los ciudadanos a vivir en libertad y con dignidad en pleno siglo XXI. Es una historia que puede ocurrir en cualquier pais si no se advierten y frenan a tiempo las apetencias del poder por el poder mismo por parte de sus gobernantes.Lilyam Martino se aparta de los numeros y el derecho para escribir una novela que destaca y rinde homenaje a la lucha de valientes jovenes guerreros que se cansaron de vivir en la oscuridad, y sin importarles las consecuencias, tomaron las calles para gritar su verdad, conquistar el derecho de un pueblo a ser libre y alcanzar con todas sus fuerzas la gloria de vivir en su pais y sonar con un manana de esperanzas.

  • El barrio de la plata de Julia Guillamon

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    Un mundo posindustrial de fabricas abandonadas convertidas en talleres y agencias de transporte, un hotel familiar en un pueblo de montana en los anos sesenta, la emigracion masiva de valencianos a Barcelona a principios del siglo XX, la vida de las clases populares en el barrio de Gracia, el anarquismo y el pistolerismo. Un paisaje extraordinario para una historia arrebatadora. El barrio de la Plata es el microcosmos donde se desarrolla la tragedia de los padres y el drama de los hijos: la fascinacion de los contrarios, el choque entre diferentes maneras de entender la vida, la cultura como elemento fundamental en la construccion de la identidad contemporanea.

  • Encontre la pieza que me faltaba (Serendipity 8) de Moruena Estringana

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    Andrew esta enamorado de Esme pero sabe que si la quiere de verdad tiene que dejar que ella vuele libre… aunque esto signifique perderla.

  • El idiota que vive en mi casa de Marina Santiago

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    Mare es una chica divertida, pero tambien timida a la hora de hacer nuevas amistades. Todo cambia cuando llega el. ?Quien es el? El idiota que vivira en su casa.
    Ethan, extrovertido, alegre, arrogante, sexy y, sobre todo, conocedor de sus encantos. Hara tambalear por completo su mundo.
    Sigue a este disparado par para descubrir su historia.

  • Tiempos negros de Lorenzo Silva

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    Alicia Gimenez Bartlett, Jenn Diaz, Lorenzo Silva, Alexis Ravelo, Eduardo Berti, Ernesto Mallo, Patricia Soley-Beltran, Cristina Fallaras, Bernardo Fernandez, Paco Ignacio Taibo II, Pablo De Santis, Espido Freire, Petros Markaris, Anna Maria Villalonga<>.ERNESTO MALLO

  • Una primavera de perros (Subjefe Rocco Schiavone 3) de Antonio Manzini

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    El irascible subjefe de policia Rocco Schiavone ha seducido a Italia. Cada nuevo episodio de sus aventuras adquiere una dimension mas incisiva y profunda, para deleite de sus cientos de miles de seguidores.

  • La senora Stendhal, Rafel Nadal de Rafel Nadal

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    Cuando el ultimo dia de la guerra una bala se lleva la vida de una joven madre en un tiroteo en la plaza de Sant Pere de Girona, el destino de Lluc queda para siempre atado al de la senora Stendhal, que lo criara como si fuera hijo suyo. La fuerza de la madre adoptiva, la rebeldia del joven Dani y la sabiduria del abuelo Didac acompanaran la mirada inocente del nino por un paisaje cargado de emociones y promesas. Hasta que choque con el ansia de venganza de los ganadores, decididos a saldar cuentas. Despues del exito internacional de La maldicion de los Palmisano, Rafel Nadal vuelve a la posguerra con su obra mas madura; una novela, entre realidad y ficcion, que cierra el ciclo del autor sobre los bandos, el destino y la libertad individual.

  • Desde las sombras de M.c. Sark

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    Romantica, victoriana y llena de sombras.

  • La mujer desnuda de Armonia Somers

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    Que nadie se sienta incapaz de leer esta novela. Al reves, que todo el mundo se atreva a acercarse a ella. Saldriamos ganando. Siempre he odiado los prologos y tambien esas pequenas introducciones de diez o quince minutos a cargo de los criticos con las que se presenta en la television la emision de determinadas peliculas. Considero que la buena ficcion, tanto literaria como audiovisual, merece que nos adentremos en el universo que recrea completamente desarmados, como si se tratara de un sueno en el que nos reconocieramos de pronto, sin proteccion ni antecedentes, al habernos quedado dormidos. Esa es la unica manera de que el mensaje de la obra impacte en nosotros y nos hiera, para devolvernos despues a la realidad que habitamos minimamente transformados. Pocas cosas hay mas valientes que enfrentarnos a la mentira sin armadura. Asi que bienvenidos a este sueno, el que en La mujer desnuda, publicada por primera vez en 1950, Armonia Somers (Uruguay, 1914-1994) describe para el lector; un viaje a medio camino entre el erotismo y el terror, tanto el uno como el otro nada maniqueos, mimbres de un ejercicio que no persigue ensenar, sino descubrir, y que para ello impone una condicion no negociable: la supresion de todos los filtros de percepcion adquiridos. Rebeca Linke acaba de cumplir treinta anos y, para celebrarlo e interrogarse acerca de lo que el acontecimiento supone, decide pasar la noche en una finca que linda con un inmenso y oscuro bosque. Alli, nada mas llegar y ante la dificultad para conciliar el sueno, mientras contempla el paisaje nocturno a traves del estor que ciega a medias la ventana de su habitacion, decide cortarse la cabeza y, tras colocarsela de nuevo sobre los hombros, aventurarse desnuda al exterior. Este es el planteamiento de partida de una historia cimentada sobre tres conceptos que adquieren entre sus paginas la categoria de simbolos: la cabeza, el cuerpo y el bosque; tres estrellas brillantes que, como los mechones bien cepillados de una trenza, Somers entreteje con un notable sentido del ritmo y una interesante influencia de su tiempo --la lectura nos remitira desde el inicio al estilo onirico de los relatos de Clarice Lispector y a El bosque de la noche (1936), de Djuna Barnes, pero tambien a la crudeza del cine mas experimental de Bunuel, que tiene su maximo exponente en El perro andaluz (1929), y al terror que William Hope Hodgson supo ligar como nadie a las formas y colores de la naturaleza en La casa del confin de la tierra (1908). Empecemos por la cabeza y esa decapitacion casi involuntaria, mas instintiva que consciente, y al fin y al cabo reversible, sin la que Rebeca no hubiera podido comenzar su periplo. ?Que significa? ?No representa acaso una especie de bautismo, el rito con el que Armonia Somers le regala a su personaje --y por extension a su mirada de autora y a la nuestra de indiscretos voyeurs -- un nuevo principio limpio de connotaciones y experiencias previas? Y es que esa es, sin duda, una de las pretensiones mas loables de La mujer desnuda, su ansia de <>, de vaciar nuestro cerebro (y no hay manera mas grafica de hacerlo que la decapitacion) para permitir luego, al recuperarlo, que lo previamente percibido nos impresione otra vez, desintoxicado del conocimiento anterior y el prejuicio, incluido el propio cuerpo, como le sucede a Rebeca al reencontrarse con el tras la traumatica y reparada amputacion: <>. Encierran las primeras paginas de la novela de Somers un interes por dejar en la puerta de la ficcion, sin permiso para participar de la misma, todo atisbo de convencion social, porque esa es la unica estrategia para liberar al lector de las ataduras morales, los miedos y la culpa y regalarle la historia como un campo de pruebas donde experimentar sin autocensurarse interpretaciones no previstas, en este caso sobre el sexo, el odio y las fronteras del deseo no solo fisico, sino tambien mental. Es en este punto de la narracion cuando el cuerpo entra en escena, la figura desnuda y libre de Rebeca Linke se adentra en el bosque y se convierte en una provocacion para todo aquel que se cruza en su camino y, a diferencia de la mirada de la protagonista y de nuestra propia mirada, no ha sido bendecido con la bula de la autora para percibir la humanidad sin tamiz. Ante estos perfiles encadenados a la realidad, construida con un peso de milenios, Rebeca se rebela y adopta una actitud que interpela y provoca, que desafia: <>. ?Por que nos cuesta aceptar a quien, a pesar de no hacer dano a nadie, se niega a actuar segun unas reglas a menudo incomprensibles, asumidas simplemente por la costumbre y la conveniencia de la imitacion? El cuerpo de Rebeca es un grito; un grito en el siglo XXI, desde el que leemos la novela, y un grito aun mas fuerte en el ecuador del siglo XX, momento en el que el texto se publico para, con o sin intencion, reivindicar la identidad fisica de la mujer y combatir la tendencia a ocultar y condenar la belleza ante el temor de las sensaciones que suscita; un gran error. Armonia Somers nos dice en La mujer desnuda que no hay mas que un modo de alcanzar el equilibrio emocional, cierta felicidad, si es que esta existe; y es partiendo de la incomodidad e interrogandonos acerca de las pulsiones que acentua en nuestro interior la presencia absoluta del otro. En este sentido, hombres y mujeres somos victimas, y la novela va un paso mas alla del feminismo para situarse en un plano de denuncia universal y proponer una liberacion del pensamiento que, aunque preso durante mas de mil anos, tiene el poder de desprenderse de las cadenas en un segundo si, como en un conjuro, damos con las palabras adecuadas, por que no, magicas: <>. Como el aceite en el agua, como un revulsivo, asi es como el cuerpo de Rebeca, que ademas de tentar experimentara el frio de la amenaza a cada paso, se introduce en el bosque, que es el mundo y nuestra ultima estrella. Alli, donde todos los personajes son el mismo, el lenador y su mujer, los gemelos y el cura, el aficionado a las intrigas y el misterio, y el caballo..., alli es donde habitamos, inmersos en la oscuridad. El bosque es nuestro entorno, nuestra conciencia dormida, un lugar que carece de sentido si no estamos dispuestos a convertirlo en escenario de la batalla. Porque el conocimiento es una guerra continua.

  • Astillas en la sangre de Ashley Dyer

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    La sargento Ruth Lake y el comisario Greg Carver andan a la caza de un asesino en serie que recoloca a sus victimas como si fueran maniquis y les cubre el cuerpo entero de complejos y misteriosos tatuajes. Los medios ya lo han apodado <>, por el metodo primitivo y tremendamente doloroso del que se sirve para tatuarlas. Despues de muchos meses de investigacion, cuando parece que la resolucion del caso es inminente, el asesino asesta un golpe personal: dispone a su ultima victima de forma que se parezca a la esposa de Carver. Sometido a una gran presion, el comisario entra en una espiral autodestructiva de sexo y alcohol. De pronto, se encuentra en el suelo, medio muerto por un disparo, y sobre el se alza la imperturbable Lake, apuntandolo con un arma. ?Le ha disparado ella? Si no es asi, ?por que esta retirando de su apartamento todas las posibles pruebas y falseando el escenario del crimen?