• violetas para violeta libro - Paula Lazaro Tomas

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    Pongamos que despues de un accidente de moto, y de cuatro minutos de estar muerto sin que te llegue oxigeno al cerebro, cuando te recuperas, descubres que tienes la capacidad de saber quien va a morir. Les ves una extrana transparencia, como que se desvanecen, y sabes que van a morir. y efectivamente la gente que transparenta despues se muere.?Que harias? ?Intentarias evitar que la gente muriera, no? Prevenir un accidente, o evitar un ataque, puede resultar facil, al menos en teoria… Pero, ?y si sin darte ni cuenta te cruzases en el camino de un asesino en serie? ?Intentarias detenerlo? Y mejor pregunta aun: ?como?

  • Violetas para Violeta Versión Kindle - Libros - Amazon.es

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    Violetas para Violeta eBook : Tomás, Paula Lázaro: Amazon.es: Libros. ... Mirar en el interior de este libro. Violetas para Violeta de [Paula Lázaro Tomás] ...

  • Violetas para Violeta Tapa blanda – 20 febrero 2019 - Libros

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  • Violetas para Violeta by Paula Lázaro Tomás - Goodreads

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    24 dic 2018 — Violetas para Violeta book. Read reviews from world's largest community for readers. Pongamos que después de un accidente de moto, ...

  • Violetas para Violeta - Paula Lazaro Tomas - Debeleer.com

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    PDF • Descargar Libros Gratis ... Violetas para Violeta – Paula Lazaro Tomas ... Durante cuatro minutos mi corazón dejó de latir y dejé de respirar.

  • VIOLETAS PARA OLIVIA | JULIA MONTEJO | Casa del Libro

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    5 abr 2011 — El libro VIOLETAS PARA OLIVIA de JULIA MONTEJO en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Violetas para Violeta Paula Lazaro Tomas - Pinterest

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    31-mar-2019 - Blog donde encontrar los últimos libros y también los mejores clásicos.

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  • VIOLETAS PARA OLIVIA - MONTEJO JULIA

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    La verdad es que compré el libro por la portada. Me pareció muy romántica y evocadora. Pero, diseños aparte, me he metido muy de lleno en esta novela, ...

  • Yo nunca de Eduardo Trillo

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  • Diosas de Hollywood de Cristina Morato

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    Las actrices de la epoca dorada del cine toman el relevo a las Divas Rebeldes y Reinas Malditas de Cristina Morato.

  • La quema de Cibola (The Expanse 4) de James S. A. Corey

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    La novela en la que se basa la cuarta temporada de la serie de TV The Expanse.

  • Una carretera en obras de Mo Yan

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    Novela vivida y brutal en la que el autor, a traves de preguntas audaces y burlescas, cuestiona el socialismo chino y muestra su dominio del lenguaje para dinamitar el discurso politico.

  • La casa de las voces de Donato Carrisi

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    Una caricia en suenos. En el nebuloso confin con la vigilia, un instante antes de caer en el abismo del olvido, el suave toque de unos dedos frios y finos en la frente, acompanado de un triste y dulce susurro. Su nombre. Al oir la llamada, la nina abrio los ojos de par en par. Y en ese mismo instante, sintio miedo. Alguien habia venido a visitarla mientras se iba quedando dormida. Podia ser alguno de los antiguos habitantes de la casa; a veces charlaba con ellos o los oia moverse como ratones, rozando las paredes. Pero los fantasmas hablaban en su interior, no fuera de ella. Tambien Ado --<>-- iba a visitarla. Sin embargo, a diferencia de todos los demas espiritus, Ado no hablaba nunca. Por eso ahora un pensamiento mas concreto la turbaba. Aparte de mama y papa, nadie sabia su nombre en el mundo de los vivos. Era la <>. La idea de haber violado una de las cinco recomendaciones de sus padres la aterraba. Siempre habian confiado en ella; no queria decepcionarlos. Y menos ahora que papa le habia prometido ensenarle a cazar con el arco y que mama habia estado de acuerdo. Pero entonces reflexiono: ?como iba a ser culpa suya? <>. No habia dicho su nuevo nombre a extranos, y tampoco era posible que alguno de ellos se hubiese enterado accidentalmente. Ademas, hacia al menos un par de meses que no veian a nadie merodeando por los alrededores de la casa de campo. Estaban aislados en medio de la nada; la ciudad mas cercana se encontraba a dos dias de camino. Estaban a salvo. Solo ellos tres. <>. Entonces, ?como era posible? Quien la habia llamado era la casa; no encontraba otra explicacion. A veces, las vigas producian siniestros crujidos o gemidos musicales. Papa decia que la casa se asentaba en sus cimientos como una senora entrada en anos sentada en un sillon y que, de tanto en tanto, necesita acomodarse mejor. En el duermevela, uno de esos ruidos le habia parecido el sonido de su nombre. Eso era todo. La inquietud en su alma se aplaco. Volvio a cerrar los ojos. El sueno, con su silencioso reclamo, la invitaba a seguirlo a ese lugar acogedor y calido donde todo se disuelve. Cuando ya iba a abandonarse, alguien volvio a llamarla. Esta vez la nina levanto la cabeza de la almohada, se incorporo y, sin bajar de la cama, sondeo la oscuridad de la habitacion. En el pasillo, la estufa hacia horas que se habia apagado. Al otro lado de las mantas, el frio sitiaba su lecho. Ahora estaba completamente despierta. Quienquiera que la habia invocado no estaba en casa; se hallaba fuera, en la oscura noche de invierno. Habia hablado con la voz de las corrientes de aire que se insinuan por debajo de las puertas o entre las persianas cerradas. Pero el silencio era demasiado profundo, y ella, con el corazon latiendo con impetu en los oidos como un pez dentro de un vaso, no lograba distinguir ningun otro sonido. <>, le habria gustado preguntar a las tinieblas. Pero temia la respuesta. O tal vez ya la conocia. <>. Se levanto de la cama. Pero, antes de moverse, busco a tientas la muneca de trapo con un solo ojo que dormia a su lado y la agarro para llevarla consigo. Sin encender la luz de la mesilla, se aventuro a ciegas por la habitacion. Sus pequenos pasos descalzos resonaban en el suelo de madera. Debia avisar a mama y a papa. Salio al pasillo. El olor del fuego que se consumia lentamente en la chimenea subia por la escalera que conducia a la planta de abajo. Se imagino la mesa de olivo de la cocina, todavia con los restos de la pequena fiesta de la noche anterior. La tarta de pan y azucar que habia preparado mama en el horno de lena y a la que le faltaban tres raciones exactas. Las diez velas que habia apagado de un solo soplido, sentada sobre las rodillas de papa. Mientras se acercaba al dormitorio de sus padres, los pensamientos felices se evaporaron y dejaron paso a oscuros presagios. <>. Lo habia visto con sus propios ojos: los extranos cogian a la gente, se la llevaban lejos de sus seres queridos. Nadie sabia donde iban a parar ni que era de ellos. O tal vez todavia era demasiado pequena, todavia no estaba preparada, de modo que nadie se lo habia querido contar nunca. Lo unico de lo que estaba segura era de que esas personas ya no regresaban jamas. Nunca mas. --Papa, mama... Hay alguien fuera de la casa --susurro, pero con la determinacion de quien no quiere que sigan tratandola solo como a una nina. Papa se desperto el primero y, un instante despues, lo hizo mama. La nina obtuvo inmediatamente toda su atencion. --?Que has oido? --pregunto la madre, mientras el padre cogia la linterna que siempre tenia a mano junto a la cama. --Mi nombre --contesto la nina, titubeando, temiendo una reganina por haber violado una de las cinco reglas. Pero ninguno de los dos le dijo nada. Papa encendio la linterna y cubrio el foco con la mano para iluminar apenas la oscuridad de la habitacion y que los intrusos no supieran que estaban despiertos. Sus padres no le preguntaron nada mas. No sabian si creerla o no. Pero no porque sospecharan que hubiera mentido, sabian que nunca mentiria sobre algo asi. Solo debian determinar si lo que habia contado era real o no. A la nina le habria gustado que simplemente se tratase de su imaginacion. Mama y papa estaban alerta. Pero no se movieron. Permanecieron en silencio, con la cabeza ligeramente erguida, escrutando la oscuridad, como los radiotelescopios de su libro de astronomia, que escrutan lo ignoto que se esconde en el cielo, esperando y a la vez temiendo captar una senal. Porque, como le habia explicado su padre, descubrir que no estamos solos en el universo no seria necesariamente una buena noticia: <>. Discurrian interminables segundos de silencio absoluto. Los unicos ruidos eran el viento que agitaba las copas de los arboles secos, el llanto quejumbroso de la veleta de hierro oxidado en lo alto de la chimenea y los grunidos del viejo granero, como una ballena durmiendo en el fondo del oceano. Un sonido metalico. Un cubo cayo al suelo. El cubo del pozo, mas concretamente. Papa lo habia atado entre dos cipreses. Era una de las trampas sonoras que colocaba cada noche alrededor de la casa. El cubo estaba situado cerca del gallinero. Ella estaba a punto de decir algo, pero antes de que pudiera hacerlo, su madre le puso una mano en la boca. Queria sugerir que tal vez se tratara de un animal nocturno --una comadreja o un zorro--, no necesariamente de un extrano. --Los perros --susurro el padre. No se le habia ocurrido hasta entonces. Papa tenia razon. Si hubiese sido un zorro o una comadreja, despues del ruido del cubo al caer, sus perros guardianes sin duda habrian empezado a ladrar para senalar su presencia. Como no lo habian hecho, solo habia una explicacion. Alguien los habia hecho callar. Ante la idea de que les pudiera haber ocurrido algo malo a sus amigos peludos, unas calidas lagrimas le hirvieron en los ojos. Hizo un esfuerzo por no echarse a llorar; su disgusto se mezclo con un repentino ataque de terror. Sus padres intercambiaron una mirada. Fue suficiente para saber exactamente lo que debian hacer. Papa fue el primero en bajar de la cama. Se vistio rapidamente, pero sin ponerse los zapatos. Mama lo imito, pero ademas hizo algo que dejo a la nina atonita durante un instante: le parecio que su madre esperaba el momento en que el padre no se diera cuenta, y a continuacion vio como metia una mano debajo del colchon, cogia un pequeno objeto y se lo introducia rapidamente en el bolsillo. La nina no tuvo tiempo de ver que era. Le extrano. Mama y papa no tenian secretos. Antes de que ella pudiera preguntarle nada, la madre le dio una segunda linterna y se arrodillo delante poniendole una manta sobre los hombros. --?Recuerdas lo que debemos hacer ahora? --pregunto, mirandola fijamente a los ojos. La nina asintio. La mirada decidida de la madre le infundio valor. Desde que empezaron a vivir en la casa abandonada, hacia alrededor de un ano, habian ensayado decenas de veces el procedimiento: asi lo llamaba papa. Hasta entonces nunca hubo la necesidad de llevarlo a la practica. --Agarra fuerte a tu muneca --le recomendo su madre. A continuacion, cogio su pequena mano con la suya, calida y fuerte, y se la llevo. Mientras bajaban la escalera, la nina se volvio un instante y vio que el padre habia cogido uno de los bidones del trastero y ahora esparcia el contenido por las paredes de la planta de arriba. El liquido se filtraba a traves de las vigas del suelo y tenia un olor penetrante. Cuando llegaron a la planta inferior, mama la arrastro consigo hacia las habitaciones traseras

  • Dime. que significa para siempre de Sarah Dessen

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    Jason se iba al campamento para cerebritos. Tenia otro nombre, uno mas serio, pero asi era como lo llamaba todo el mundo. -Muy bien -dijo, y embutio un ultimo par de calcetines en el borde de la maleta-. La lista. Otra vez. Alcance el papel que tenia a mi lado. -Boligrafos -fui enumerando-. Cuadernos. Tarjeta del telefono. Bateria de la camara. Vitaminas. Jason recorrio con los dedos el contenido de la maleta para localizar e identificar cada cosa. Lo reviso dos veces. Siempre tenia que asegurarse de todo. -Calculadora -continue-. Ordenador portatil… -!Espera! -exclamo, y levanto la mano; se acerco a su escritorio, abrio la cremallera de la funda negra y delgada que habia encima y me hizo un gesto con la cabeza-. Pasa a la lista numero dos. Baje hacia el final de la lista hasta encontrar las palabras ORDENADOR PORTATIL (FUNDA), y me aclare la garganta antes de proseguir: -CD virgenes. Protector de sobrecargas. Auriculares… Despues de repasarlo todo y de terminar la lista principal -tuve que hacer otra interrupcion para revisar otros dos subapartados, NECESER y VARIOS-, Jason parecia casi convencido de que lo tenia todo. Lo que, sin embargo, no evito que siguiera dando vueltas por la habitacion murmurando para si. Ser perfecto suponia mucho trabajo. Si no querias ni despeinarte, no tenia sentido molestarse siquiera. Jason conocia la perfeccion. Al contrario que para la mayoria de la gente, para el no era un horizonte remoto. Para Jason, la perfeccion estaba justo en la colina de ahi al lado, lo bastante cerca para divisarla. Y no era un sitio adonde iria simplemente de visita. Iba a quedarse a vivir alli. Era el campeon de matematicas del estado, el capitan del equipo de debate, el que ostentaba la nota media mas alta de la historia de nuestro instituto (iba a clases de excelencia desde primer curso, a clases de nivel universitario desde cuarto); tambien el presidente del consejo estudiantil por segundo ano consecutivo, el promotor de un innovador programa de reciclaje en el instituto que ahora se aplicaba en varios distritos del pais; hablaba frances y espanol con fluidez. Pero no solo destacaba en el campo academico. Jason tambien era vegano y habia pasado el verano anterior construyendo casas para Habitat para la Humanidad. Practicaba yoga, visitaba a su abuela en la residencia cada dos domingos, y tenia un amigo nigeriano que habia conocido por Internet con el que se escribia desde que tenia ocho anos. Todo lo que hacia lo hacia bien. Mucha gente podria considerar todo esto un poco irritante, incluso odioso. Pero yo no. Jason era justo lo que yo necesitaba. Lo supe desde el primer dia que lo vi, en clase de ingles cuando estabamos en cuarto de secundaria. Nos habian dividido en grupos para hacer un trabajo sobre Macbeth y en el mio estabamos Jason, yo y una chica que se llamaba Amy Richmond y que, despues de juntar las mesas, se apresuro a comunicarnos que <> y despues apoyo la cabeza en su mochila. Al segundo siguiente, estaba dormida como un tronco. Jason se limito a mirarla. -Bueno -dijo a la vez que abria su libro de texto-, creo que sera mejor que empecemos. Eso fue despues de que pasara todo; yo estaba atravesando una fase silenciosa. No me resultaba facil encontrar las palabras adecuadas. De hecho, a veces llegaba a tener problemas para reconocerlas; habia frases enteras que al leerlas me parecian escritas en otro idioma, o incluso escritas al reves. Unos dias antes, al anotar mi propio nombre en una hoja, hasta habia dudado de las letras y de su orden, pues ni siquiera de eso estaba ya segura. Asi que, como era de esperar, Macbeth me desconcerto por completo. Me habia pasado todo el fin de semana luchando con el lenguaje anticuado y con los nombres tan raros de los personajes, incapaz incluso de descifrar los aspectos mas basicos de la historia. <> No, pense. Nada. Por suerte, Jason, que no estaba dispuesto a dejar que su nota dependiera de nadie, estaba acostumbrado a asumir el control de los trabajos en grupo. Asi que abrio su cuaderno por una hoja en blanco, saco un boligrafo y le quito el capuchon. -Lo primero -dijo-, centremonos en los temas fundamentales de la obra. Luego ya pensaremos sobre que podemos escribir. Asenti. A nuestro alrededor, oia el parloteo de nuestros companeros y la voz cansada del profesor de ingles, el senor Sonnenberg, repitiendonos que nos pusieramos a trabajar. Jason se salto unos cuantos renglones de su hoja. Vi que escribia <>. Tenia una letra muy clara, como de imprenta, y escribia con agilidad. <> Parecia que podria pasarse una eternidad escribiendo, pero de pronto dejo de escribir y me miro. -?Que mas? -pregunto. Volvi a clavar la vista en el libro, como si de alguna manera las palabras fuesen a decirme algo coherente. Note que Jason me miraba, pero no con descaro, sino esperando que yo aportara algo. -No… -dije por fin, luego me interrumpi, como si las palabras se apelmazaran. Trague saliva y volvi a empezar-. No lo entiendo. En serio. Estaba segura de que al oir aquello, me lanzaria la misma mirada que a Amy Richmond. Pero Jason me sorprendio cuando dejo el boligrafo encima de la mesa. -?Que parte no entiendes? -Ninguna -conteste, y cuando vi que el no hacia un gesto de impaciencia, como yo esperaba, anadi-: O sea, se que hay una trama para cometer un asesinato y se que hay una invasion, pero el resto… No se. Es todo muy confuso. -Escucha -dijo, y recogio el boligrafo-, no es tan complicado como cree. La clave para entenderlo bien es empezar por la profecia sobre lo que va a ocurrir… ?ves?, aqui… Empezo a pasar paginas de su libro sin dejar de hablar, y me senalo un fragmento. Luego lo leyo en alto, y al recorrer las palabras con el dedo fue como si las cambiara, como si hiciera magia: de pronto, cobraron sentido. Y senti un tremendo alivio. Por fin. Lo unico que habia deseado durante mucho tiempo era que alguien me explicara de aquella manera todo lo que me habia pasado. Que lo expusiera con claridad en una hoja de papel: esto conduce a esto y esto otro conduce a aquello. En el fondo, sabia que era mas complicado que todo eso, pero al observar a Jason me senti esperanzada. Se habia enfrentado al galimatias de Macbeth y lo habia desenmaranado, y yo no pude por menos que preguntarme si seria capaz de hacer lo mismo conmigo y de la misma manera. Asi que me acerque a el y no me volvi a separar desde entonces. Ahora estaba cerrando la cremallera de la funda del ordenador, que dejo encima de la cama junto al resto de sus cosas. -Bueno, vamonos -dijo, echando una ultima mirada a su cuarto. Cuando salimos, sus padres ya nos esperaban en el Volvo. El senor Talbot se bajo, abrio el maletero; el y Jason tardaron unos minutos en colocar todo el equipaje. Cuando me sente en el asiento trasero y me abroche el cinturon, la senora Talbot se volvio y me sonrio. Era botanica, su marido farmaceutico, ambos profesores universitarios. Eran tan academicos que me resultaba raro verlos sin un libro entre las manos, como si les faltara la nariz o los codos. Intente no pensar en ello cuando la senora Talbot me dijo: -Bueno, Macy, ?y que vas a hacer sin Jason hasta agosto? -No lo se -respondi. Yo iba a trabajar en la biblioteca, sustituyendo a Jason en el mostrador de informacion, pero aparte de eso, las siguientes ocho semanas se presentaban vacias y amenazadoras. Aunque tenia varios amigos que pertenecian al consejo estudiantil, tambien ellos se habian ido a pasar el verano fuera, a Europa o a algun campamento. Para ser sincera, Jason y nuestra relacion consumian bastante tiempo: entre las clases de yoga y el trabajo del consejo estudiantil, por no mencionar los asuntos que tratabamos, no tenia mucho tiempo para nadie mas. Ademas, Jason a menudo se llevaba decepciones con la gente, asi que yo nunca me decidia a invitar a nadie a salir con nosotros. Si eran lentos o vagos, en algun sentido, enseguida perdia la paciencia, asi que era mas facil salir sola con el o con sus amigos, que si le seguian el ritmo. La verdad es que yo nunca me habia planteado si aquello era bueno o malo. Sencillamente, eramos asi. De camino al aeropuerto, Jason y su padre hablaron de unas elecciones que acababan de celebrarse en Europa, su madre se inquieto por el trafico y las obras de la carretera y yo permaneci en silencio observando los dos centimetros que separaban mi rodilla de la de Jason y preguntandome por que no me acercaba mas a el. Aquello no era nuevo. Ni siquiera me habia besado hasta nuestra tercera cita, y ahora, ano y medio despues, aun no nos habiamos planteado llegar hasta el final. En el momento en que nos conocimos, hasta un simple abrazo me resultaba dificil de soportar. No queria que nadie se me acercara demasiado. En aquel momento era lo unico que yo queria: un chico que entendiera como me sentia. Sin embargo, ahora, a veces deseaba algo mas. En el aeropuerto, nos despedimos junto a la puerta de embarque. Sus padres lo abrazaron y despues cruzaron discretamente la sala de espera para quedarse junto a la ventana y contemplar la pista y la gran franja de cielo azul que flotaba sobre ella. Rodee a Jason con los brazos y me empape de su olor -a desodorante deportivo en barra y gel contra el acne- para que me durara algun tiempo. -Te voy a echar de menos -dije-. Muchisimo.

  • Los afectos de Rodrigo Hasbun

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    El dia que papa volvio de Nanga Parbat (con unas imagenes que trituraban el alma, tanta hermosura no era humana), mientras cenabamos, nos dijo que el alpinismo se habia tecnificado demasiado y que lo importante se estaba perdiendo, que ya no escalaria mas. Tras oirlo mama sonrio como una idiota, creyendo que esas palabras contenian algun tipo de promesa, pero se quedo callada para no interrumpir. Es la comunion con la naturaleza lo que importa, siguio diciendo el, la barba mas larga que nunca, tan oscura como sus ojos un poco desquiciados, la posibilidad de llegar a los lugares que han sido abandonados hasta por Dios es lo que importa. No, por Dios no, se corrigio, en el principio de uno de esos monologos que duraban horas apenas llegaba, antes de que empezaran a crecerle el silencio y las ganas de emprender una nueva aventura, es mas bien en esos lugares donde se lo encuentra, donde Dios descansa de nuestra ingratitud y sordidez. Monika y Trixi lo oian sumidas en una hipnosis incipiente y mama ni que decir. Eramos su clan, las que lo esperabamos, hasta entonces siempre en Munich pero ahora en La Paz desde hacia un ano y medio. Irse, eso era lo que papa sabia hacer mejor, irse pero tambien volver, como un soldado de la guerra permanente, hasta reunir fuerzas para irse una vez mas. Solia suceder luego de unos meses de quietud. Esta vez, justo despues de quejarse del alpinismo, con la boca medio llena, menciono que pronto se largaria en busca de Paititi, una antigua ciudad inca que habia quedado enterrada en medio de la selva amazonica. Nadie la ha visto en siglos, dijo y me dio pena mirar a mama, constatar lo poco que le habia durado la ilusion. Esta llena de tesoros, los incas los resguardaban ahi de la codicia de los conquistadores, anadio el, pero eso era lo que menos le interesaba, su unico tesoro seria encontrar las ruinas de la ciudad. Lo cierto es que a su regreso de Nanga Parbat habia hecho una escala decisiva en Sao Paulo y finalmente tenia el financiamiento y los equipos. No hay que olvidar cuanto tiempo paso desapercibida Machu Picchu, dijo, durante cientos de anos nadie sabia que estaba donde esta, hasta que el audaz de Hiram Bingham la encontro. Papa se sabia los nombres de mil exploradores, yo no. Me faltaba un ano de colegio y mis preocupaciones eran otras, entre ellas que haria despues. La Paz no estaba tan mal, pero era caotica y nunca dejariamos de ser extranos, gente venida de otro mundo, un mundo envejecido y frio. Al menos ya habiamos logrado adaptarnos, despues de meses de meses luchando contra todo, incluido el bendito espanol. Mama apenas podia hablarlo, pero mis hermanas lo manejaban cada vez mejor y yo me defendia sin grandes dificultades. Mi segunda opcion era regresar a Munich. Me disuadia el hecho de que Monika estuviera considerandolo tambien, porque en ese caso quiza terminariamos viviendo juntas. Ella tenia dieciocho recien cumplidos y acababa de graduarse y estaba mas confundida y rabiosa que nunca. Con sus crisis nerviosas habia logrado que todo girara a su alrededor aun mas que antes, y que Trixi y yo tuvieramos que resignarnos a ser personajes secundarios, un poco como mama en relacion con papa. Era feo verla revolcandose, no voy a negarlo. Era impactante, horrible incluso, hasta habiamos tenido que atarla la ultima vez. ?Papa ya sabia? ?Se lo habia contado mama en alguna carta? ?Se lo habia contado mas temprano, apenas se quedaron solos en su cuarto, antes de la cena? Aunque mama llevara meses implorando, Monika no le daba importancia al asunto (no es nada, decia, dejenme en paz) y se negaba tajantemente a visitar a un psiquiatra o a un medico internista. En cualquier caso, el desorden interior de mi hermana coincidiria diez dias despues de la llegada de papa con esto otro: los arqueologos brasileros a los que esperaba le notificaron que necesitaban postergar el inicio de la expedicion. El no entendio los motivos o los asumio como una afrenta personal, y una tormenta de mierda se desato entonces en casa. En los dias siguientes lo oimos hacer llamadas interminables, cerrar puertas con todas sus fuerzas, amenazar y gritar. Entre medio se la pasaba rumiando como una bestia en cautiverio, como un hombre que lo ha perdido todo. Nosotras estabamos de vacaciones y no podiamos eludir el martirio. Al fin, una tarde en la que Monika y yo lo ayudabamos en el jardin, le propuso a ella que lo acompanara. Mi hermana no sabia si queria estudiar ni que estudiaria si lo hacia, ni donde lo haria de hacerlo. Por lo demas, ella habia sido la que cuestiono mas la decision de instalarnos en Bolivia, hasta en el barco sus reproches fueron de nunca acabar. No podemos dejar nuestras vidas asi como asi, decia antes de que empezara el pataleo, eso no se hace. Empezar de cero es una oportunidad que pocos tienen, decia papa. Empezar de cero no se puede, lo cortaba mi hermana, irse es de cobardes. Ante palabras como esas el se quedaba callado y a ella su silencio le daba rienda suelta, al menos hasta que el perdia la paciencia, y entonces mama nos decia a Trixi y a mi que nos fueramos a pasear por la borda mientras ellos se quedaban discutiendo, a veces durante horas. Luego, el dia que llegamos a La Paz, entendi mejor los temores de mi hermana. Nada era reconocible (habia ninos mendigando por las calles, indios cargando bultos enormes en sus espaldas, demasiadas casas a medio construir), y en general todo se veia precario y sucio. Un par de meses despues, ya acomodadas en un barrio centrico y luego de que papa se hubiera ido a Nanga Parbat, empezaron las crisis nerviosas de Monika. Habia pasado mas de un ano desde entonces. Ahora, en el jardin, para mi sorpresa, acepto de inmediato la propuesta que el acababa de hacerle. Obviamente papa intentaba matar dos pajaros de un tiro: contar con su ayuda para la expedicion, que segun supimos entonces habia decidido no retrasar un solo segundo, pero ademas alejar a Monika de sus demonios y de su incertidumbre. Tras oirlo, incredula, dije que tambien debia llevarme. Tu todavia estas en el colegio, pelotuda, se entrometio mi hermana. Puedo faltar unos meses, respondi sin perder la calma, y luego volvi a dirigirme a papa. Algo como esto podria ser importante en mi vida, dije, tu lo sabes mejor que nadie. ?Como seria para el volver a casa despues de tanto tiempo rodeado de naturaleza inhospita, acompanado unicamente por hombres parecidos a el? ?Habria pasado algo de lo que no estabamos al tanto para que no quisiera seguir escalando? Y con lo de Paititi, ?que buscaba realmente? ?Y yo? ?Faltar a clases nada mas? ?Sentirme unica entre mis amigas, que reventarian de la envidia al enterarse? ?No quedarme atras en relacion con Monika? Como si lo hubiera previsto todo, incluidas las preguntas que me estaba haciendo, se le formo una sonrisa rara a papa mientras asentia. Se me helo el pecho y mire a mi hermana y ella me miro y ya ninguna supo que decir. Supongo que nos dio miedo saber que el asunto iba en serio.

  • La luz que perdimos de Jill Santopolo

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    Una historia de amor para el siglo XXI.

  • Un desastre fabuloso de Maite Herranz

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    ?Y si nunca estuviste hecha para encontrar a tu media naranja, sino que en el mundo te esperaba un medio limon?

  • El magnesio astuto de Alix Lefief-delcourt

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    No esperes mas: descubre ya los innumerables beneficios del magnesio, ese gran desconocido. Una sal mineral que solo tiene ventajas: facil de usar, practica y, por si fuera poco, barata. Utilizada ocasionalmente o en ciertas curas, contribuira al buen estado de tu salud, tu belleza, tus platos e incluso tus plantas.

  • Un sombrero en el corazon de Beatriz Manrique

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  • Pon un geo en tu vida (Un cuerpo muy especial 2) de Sandra Bree

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    Con Sandra Bree y su segunda entrega de la bilogia <>, las carcajadas, los suspiros y la diversion estaran garantizados.

  • Muneca Bonita y Rota de Magenta Perales

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    Grayce tenia una vida normal.
    24 anos. Un marido normal.
    Una casa normal. Un trabajo normal.
    Y un secreto bien escondido.

  • No te alejes nunca de Helena Sivianes

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    Luna ha conseguido lo que con tanto esfuerzo le ha costado: acabar la Selectividad con una gran nota para poder acceder a la misma universidad que su amigo de la infancia, Daniel.
    Tras dos anos separados, y con una relacion de amistad que se ha enfriado por la distancia, ansia poder recuperar esa relacion que tantas buenas cosas le ha dado durante su vida. Lo que no espera es encontrarse a un nuevo Dan, con una nueva vida en la que ella no encaja y a la vez darse cuenta de que tal vez los sentimientos ya no son lo que eran.

  • La ciencia en el alma de Richard Dawkins

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    La ciencia en el alma reune cuarenta y dos ensayos, debates y homenajes que abarcan tres decadas, y llega en un momento oportuno y necesario. En una epoca de fake news y de cuestionamiento de creencias universales, en este apasionado alegato Dawkins insiste en que la razon sea la protagonista de nuestra vida, dejando de lado comportamientos execrables como la xenofobia o la misoginia, que deberian quedar fuera de todo relato. Asimismo recalca la importancia de las pruebas empiricas y critica la mala praxis cientifica, la presencia de la religion en las escuelas y a los negacionistas del cambio climatico. Precisamente ahora, cuando tanta gente cuestiona la realidad de la evolucion, Dawkins se pregunta que pensaria Darwin de su propio legado, y reconoce que la ciencia es poseedora de muchas de las virtudes de la religion -<>- sin la pesada carga que aquella conlleva: la supersticion y el prejuicio.

  • Mujeres en el frente de Freda Lightfoot

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    Una historia de esperanza y superacion del pasado.

  • Tu recuerdo (Japon 1) de Heather Hamilton

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    Hellen vive un autentico infierno en su interior pese a que todo el mundo cree que posee una existencia idilica al ser la hija del Conde de Oxford. Las amistades la han dejado a un lado, desconoce que hacer con su vida ahora que ha terminado el Instituto, y el pasado la acompana con dulces recuerdos de ninez pero sin un rostro claro.
    Para mas complicaciones, un joven que desea ser periodista, se presenta en la mansion de verano deseando conocer lo que hay detras del Conde, pero despertando mas aun el pasado y recordando el mismo, cosas de su infancia que creia que nunca podria volver a sentir.
    Un pasado que quedo cerrado, se abre de nuevo para aclarar lo que antes no se aclaro, pero existen heridas que mejor no volver abrir.
    ?Sabra que hacer Hellen? ?Y el joven periodista? ?Que va a pasar con ellos ahora que el telon ha sido abierto?

  • Dos de amor, por favor de Aitor Ferrer

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    Exultante, asi me sentia en aquella maravillosa jornada de verano en la que por fin se iba a cumplir mi sueno. Y es que no todos los dias tenia una el placer de conocer a su hermana y encima !gemela! Si, si, como os lo cuento. A Cecilia y a mi nos separaron al nacer, un error que habia tardado nada mas y nada menos que veinticinco anitos en resolverse... "Un error", dicho asi cualquiera puede pensar que a mi madre le faltara un tornillo y que una de las ninas se le hubiera caido sin darse cuenta. Pero no... A la pobre la durmieron en el momento de dar a luz (nunca supo a santo de que) y despues los medicos le explicaron que una de sus dos hijas se habia ido al cielo. Mucho no se equivocaron, pues lo cierto es que se marcho lejos de narices, concretamente a Miami... Ahi era nada. Toda mi corta vida me la pase con la cantinela de que mi hermana no habia sobrevivido al parto y que yo tenia que ser fuerte por las dos, ya que habia tenido la dicha de quedarme en este mundo mientras que ella se marchaba al otro. Poniendo las cosas en su sitio, ahora sabia que la dicha era la suya y que quien de verdad habia vivido era ella, que para eso se habia criado en un ambiente privilegiado y yo en uno bastante modesto, aunque a mucha honra. Todo ocurrio por una casualidad del destino. ?Cuantas posibilidades habia de que aquello ocurriera? Pues francamente, casi inexistentes. Mi prima Lucia acababa de ganar una beca para estudiar Periodismo en Miami y, al segundo dia de estar alli, se dio de frente, segun ella, !conmigo! --Prima, ?estoy sonando? ?Como es posible? Te juro que me voy a pellizcar, eres la ultima persona que esperaba ver aqui. ?Esto es una broma de un programa de television que viene buscando catetas por el mundo como nosotras o que? --Me abrazo o mas bien creyo abrazarme. --Who are you? I don`t know you. --Fue toda la respuesta que obtuvo. --Mira que seras cachonda y luego dices que no tienes buen oido para los idiomas, mal rayo te parta... Menos mal, si cualquiera diria que te has criado aqui, mira la tia... El desplante que recibio a continuacion, cuando a su juicio "me" gire sobre mis talones y la deje con viento fresco alli, hizo que mi Lucia, que podria ganar perfectamente un premio a la universitaria mas burra del ano, "me" cogiera por la coleta y "yo" chillara como si me estuvieran cociendo en una olla. Claro que ni era a mi a quien habia cogido por la coleta ni yo quien habia chillado... Cuando Lucia termino por cerciorarse, despues de que aqui se formara una gresca de espanto, de que aquella no era su prima, entro en shock al punto de que termino con una pastillita debajo de la lengua en la enfermeria del campus. Una vez repuesta y pensando que todo aquello habia sido fruto de su imaginacion (contemplo la posibilidad de que alguien hubiera colocado alucinogenos en su desayuno) me llamo por telefono y me conto lo ocurrido. --Lorena, por mis mulas que eras tu, que yo sere un poco descerebrada, pero que loca no estoy. Eras tu... --"Eras tu quien me dio mas abrazos en los malos momentos..." --le cante por Merche mofandome de ella. --Eso, tu canta, canta, pero te digo yo que aqui ha habido un poltergeist o algo, tu te has teletransportado por un agujero de esos del espacio y despues te has vuelto para Malaga tan campante. --Si, si, que buena es mi madre para que no este yo de vuelta a la hora del almuerzo, capaz es de echarme el plato por la cabeza. --Muy graciosa, tu tomatelo a cachondeo, pero que te digo que te he visto y es que te he visto... --Que si, pesada, que era yo, que queria gastarte una broma y, como me sobra el dinerito, he dicho "ahora mismo me voy a darle una sorpresita a mi Lucia que la voy a dejar con las patas echa trancas", va a alucinar... --?No me crees? Pues te digo yo que un dia te vas a tener que comer tus palabras, te lo digo... --?Me estas vacilando, prima? ?A que clase de birras le dais ahi? Por Dios que deben tener una graduacion que le salga a una por las orejas, no he escuchado una cosa igual en mi vida... --Yo solo te digo que tu no me creas, pero que "arrieritos somos y en el camino nos encontraremos", te lo advierto. Lucia colgo el telefono y yo me quede llorando de la risa. Mi madre, que andaba por la casa canturreando el "Marinero de luces" de Isabel Pantoja, se contagio de mi risa, sin saber de que leche estabamos hablando. --Lorena, hija, que arte tienes en esa cara, ?se puede saber que es eso tan gracioso que te ha dicho tu prima? Porque hacia tiempo que no te veia reir asi... --Mama, pues nada, que jura y perjura que me ha visto en la universidad, en Miami y, como no es pesadita, cualquiera la baja del burro. Que dice que me ha visto y que me ha visto, que no hay mas... Grabado tengo en la memoria esa milesima de segundo que transcurrio entre que yo nombrara Miami y que a mi madre se le cortara el punto... y hasta casi la respiracion. --?En Miami has dicho? Lorena, ?en Miami? --En Miami, mama, si... ?Es que no vocalizo? Que me vas a hacer coger complejo. --Es que en Miami... --Mama, ?que pasa alli? No me asustes, que te has quedado blanca, parece que te has lavado la cara con lejia Neutrex. --Es que en Miami vivia tu padre, hija. Aquella si que era una novedad. Desde que tenia uso de razon estaba servidora preguntandole a su madre por la identidad de su padre, sin lograr que jamas saliera de sus labios una palabra. Yo siempre supuse que mi padre tenia que haber sido una pieza de cuidado para que mi madre no quisiera ni mentarlo y no debia andar muy desencaminada. --?Mi padre era de Miami? Mama yo creo que ha llegado el momento de que me cuentes muchas cosas, ?no te parece? --Lo mismo si, hija, yo se que me he dejado ir una mijilla en esto, pero supongo que tienes todo el derecho del mundo a saber. --Pues digo yo que si, venga mama, sueltalo, que me estoy poniendo de los nervios. Y eso que yo no sabia lo que venia, pero me iba a enterar en breve. Aunque la que se entero de verdad fue mi madre. --Hija, tu sabes que yo otra falta tendre, pero a trabajadora no hay quien me gane. --Lo se, lo se, mama. --Pues cuando tenia dieciocho anitos entre al servicio de una familia de Miami que se habia trasladado aqui a Malaga por trabajo. Yo daba saltos de alegria porque era mi primer empleo, y porque todavia no los conocia, que ya luego salte menos. Bueno, si que salte en mas de una ocasion, pero para tirarme de los pelos del mono de la guasa que tenian. --Unos senoritingos de cuidado, ?no? --No lo sabes tu bien. Alli el unico que se salvaba (o eso creia yo en ese momento) era el hijo, Ronald, que tenia cara de angel... --?Y rabo de demonio? --le pregunte haciendo una graciosa mueca y mi madre me indico que como siguiera por ahi iba a tener que tomar sopa con pajita a partir de entonces, pues me iba a saltar todas las muelas. --Perdon, perdon --carraspee. Mi madre se removia en su asiento y se notaba que el relato la estaba importunando al maximo, por lo que la deje seguir antes de que perdiera el hilo. --Ronald era bueno y amable conmigo. Nos llevabamos siete anos, pues el tenia justo tu edad actual y yo veia en el una tabla de salvacion cada vez que sus padres me chillaban, que lo hacian siempre y en todo lugar. Bastaba que vieran una mota de polvo para que ya estuvieran blasfemando los muy estupidos. --Que gloria, mama --suspire. --Si, hija, pero en esos momentos solia salir en mi defensa Ronald, que parecia un alma candida, por lo que se fue colando en mi corazon. "Y en otros sitios..." pense yo sin atreverme a musitar palabra, que bastante esfuerzo estaba haciendo ya la mujer al echar toda esa mierda fuera. --Lo entiendo, mami. --Carino, una no es de piedra, y a mi el chico me gustaba mas que los espetos de sardina, asi que un dia, en el que el se habia plantado delante de sus padres para cantarles las cuarenta por haberme ofendido, una cosa llevo a la otra y yo termine en su cama. --?Y ahi empezo una bonita historia de amor, mami? --Por eso hubiera puesto yo la mano en el fuego, pero se ve que era la unica tonta que lo sentia asi, eso o que despues le dieron la vuelta como a un calcetin. --Sigue, mami, desahogate. --Un par de meses despues yo estaba que me iba por la patilla y me compre un Predictor, rezando porque no se tinera de rosa en mi cuarto de bano, como cantaria Sergio Dalma. --Mama, pues anda que he sido yo una nina deseada... --Hija de mi vida y de mis entranas, que yo te he querido luego con todo mi ser, pero que entonces era una chiquilla y temblaba como una hoja solo de pensar en una barriga. --Ya lo se, mami, si no hay otra como tu, que te voy a contar, si yo te adoro. --Y yo a ti, mi nina, que para eso nos quedamos solas en el mundo cuando me entere de que te esperaba. --?Ronal no te apoyo, mami? --Ese desgraciado se ve que considero que ya me habia apoyado bastante, pero con "ll" y no con "y". --Ay, mami, que penita me da.

  • La maldicion del circulo perfecto (El reino del Aguila 2), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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  • Una extrana en la playa de Marie Hermanson

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    De nina Ulrika paso los veranos en Tangevik, una pequena ciudad costera, junto con su gran amiga Anne-Marie, la hija de los vecinos, hasta aquella noche de San Juan en la que todo cambio para siempre cuando la hermana adoptiva de Anne-Marie, una nina extrana y silenciosa, desaparecio en la playa.
    Veinticuatro anos despues, Ulrika regresa a Tangevik y recorre junto con sus hijos los escenarios de su infancia.

  • Beauty, Susana Rubio Girona de Susana Rubio Girona

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  • El Almacen de Nina Klein

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    Un trabajo sin futuro en una tienda, explotacion, un encargado baboso que intenta quedarse a solas conmigo siempre que puede para babosearme sin testigos… Un dia como otro cualquiera, vamos.
    Hasta que a Jon, mi companero de trabajo --mi muy atractivo companero de trabajo-- se le ocurre una idea para pararle los pies al encargado.
    Ese dia, al cerrar la tienda, me explica su plan.
    Aunque eso no sera lo unico que pase al cerrar la tienda...

  • Pasion Prohibida (Juego Peligroso 1) de Lisa Blanc

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    Alina: – Mierda ! Mire por encima del hombro para ver el pelo rojo rizado de Harry asomandose por debajo de las almohadas. Todavia estaba dormido, gracias a Dios . Con cuidado, me quite las sabanas de encima y sali de la cama, maldiciendome por dormir demasiado. ?Que hora era? Claramente, el sol habia salido, pero era casi imposible ver a traves de las gruesas cortinas. Cogi mi movil de la mesita de noche, deslizando hacia arriba para ver nueve llamadas perdidas de papa. !Mierda! Mala suerte para mi, mi ropa se extendia por el suelo como si hubieramos estado en un frenesi salvaje. Y pensar que el sexo habia sido horrible. ?Donde diablos estaban mis bragas? Me pasee de puntillas por la habitacion desnuda buscando algo que probablemente nunca encontraria. Mierda … Recogiendo mi vestido, corri al bano cerrando la puerta entreabierta. Mi vestido azul estilo sirena tardo cinco minutos enteros en estar ajustado a mi cuerpo . Uf … Volviendo a la habitacion, agarre mis zapatos, mi bolso y … Oh, si … Me acerque a la cama de Harry y saque la tarjeta de acceso del bolsillo de su pantalon. Se agito, volviendose a su lado. Esa fue mi senal para salir de alli. Sorprendentemente, el corredor estaba vacio. Ni siquiera el servicio de habitaciones o la senora de la limpieza deambulaban por los pasillos. Extrano … Me apoye contra la puerta, deslizandome por el suelo, intentando huir sigilosamente … --?Gertrude? Me di la vuelta. !Mierda! Harry. --?Gertrude? Por lo que parecia, estaba caminando por la habitacion. Me puse el segundo zapato en el pie y corri por el pasillo. Cuando tome el elevador hacia mi piso , el nombre de papa aparecio en mi pantalla por tercera vez. Tuve que llegar a salvo a mi puerta antes de responderle comodamente. Debido al trabajo de alto riesgo que hice, todos mis movimientos tuvieron que ser calculados. Deslice para responder cuando el movil sono por cuarta vez , --?Si, papa? --Alina. He estado llamando ?Donde has estado? No tengo tiempo para llamarte todo el dia. --Estaba afuera haciendo tu trabajo. --?Tienes el archivo? Suspire, prediciendo exactamente lo que estaba a punto de decir despues de mi respuesta, -- No, pero hice algunos progresos. --Alina, avanzar no me va a dar lo que quiero … Mientras continuaba diciendome lo decepcionado que estaba, abri la puerta de mi piso . Me congele, molesta porque Dean habia entrado y ya se habia puesto comodo en sus boxers. Mi nariz se ensancho al verlo comiendo patatas fritas en mi sofa beige recien lavado. Frunci el ceno. -- ?Hola? Alina? ?Me estas escuchando, nina? Nina … Y pensar que habia estado haciendo el trabajo sucio de mi padre durante nueve anos desde que tenia dieciocho anos. Yo era mas que una nina … Su esclava … --Si, papa. --Si no haces esto antes del viernes, entonces conseguire que alguien mas lo haga. No seas un fracaso como tu madre. Colgo. Mi madre … ?Por que siempre tenia que mencionarla ? Dios, lo odiaba. Me dirigi a la habitacion ignorando la evidente presencia de Dean. Practicamente estaba masticando y crujiendo sus chips como un puto hipopotamo. Me quite el vestido y lo meti en una bolsa de basura. Incluso arroje mis zapatos y sujetador adentro. Me envolvi en una toalla y regrese al salon . --?Donde estabas? Pregunto Dean mientras pasaba detras de el con la basura. La meti debajo del fregadero de la cocina, recordandome quemarla en el incinerador mas tarde. Cuando no respondi, bajo la television y se volvio para mirarme. Puse los ojos en blanco, molesta. Una y otra vez teniamos que pasar por la misma mierda. Aunque no sabia exactamente lo que hacia para mi padre, sabia que estaba trabajando con el. Y trabajar para mi papa significaba horas extras. Me burle, --La ultima vez que revise no eras mi jefe. --Pero estamos juntos, y tengo derecho a saber donde estaba mi mujer. -- ?Mujer? No sabia que estabamos juntos. Acaso acabamos de follar? ?Por que estas aqui de todos modos? ?No tienes recompensas que cazar? Dean metio la mano en la bolsa de patatas fritas. Mis ojos se entrecerraron al ver las pequenas migas esparcidas por mi alfombra persa. Arrugue la nariz con disgusto, --?Y podrias dejar de comer asi? Acabo de limpiar mi piso . Me sorprendio que no se preocupara por mi comentario con nosotros siendo follamigos de mierda. Saque la aspiradora del armario y la enchufe. --Todavia no me has respondido. ?Donde estabas? Empuje la cabeza de la aspiradora cerca de sus pies, --Levanta tus pies. Cuando volvio a sumergir su mano, le arrebate la estupida bolsa. Las hormigas no serian mis companeras de piso por el resto del ano. --Alina. Pare la maquina, doblando el cable para volver a colocarla en su lugar. No tenia que responderle. No tenia control sobre mi y ciertamente no tenia poder. Solo mi papa tenia ese lujo. --Estaba haciendo un trabajo para mi padre. ?Por que sigues preguntandome esta mierda cuando ya sabes la respuesta? --?Asi que pasaste toda la noche haciendo su trabajo? Me enfureci: --No estoy haciendo esta mierda contigo. Tire la toalla sobre el tocador y entre al bano, ajustando la ducha a la temperatura mas alta. El vapor lleno el pequeno espacio, empanando el vidrio a mi alrededor. Mientras me enjabonaba el cuerpo, el aire frio penetro en el bano y me puso la piel de gallina. Dean habia entrado por detras. Gruni, cerrando los ojos con fuerza. Habia tenido sexo horrible, horrible con un tipo geek llamado Harry hace menos de ocho horas, mi cono no estaba de humor. Dean me atrajo hacia su piel desnuda y de chocolate, dejando que mi espalda descansara sobre su robusto pecho. Su ereccion palpitaba contra mi firme trasero. Beso mi cuello, --Lo siento. Yo solo te extrane . Dios, todo lo que queria hacer era relajar mis huesos. No necesitaba follar. Pero si no lo hacia, el sabria que algo estaba pasando. Cuando alcance la manilla de la ducha, el agarro mi nuca , golpeando mi cuerpo contra los azulejos blancos. Jadee cuando el penetro mi calor, levantando mi pierna para el anclaje. --!Mierda! El gruno por lo bajo, respirando pesadamente contra mi cuello. Mientras me acariciaba, el contacto resbaladizo de nuestra piel de ebano resono en el pequeno espacio. Trate de no moverme tanto porque solo queria que terminara. Tal vez, solo tal vez si todavia no tuviera el asqueroso residuo de Harry sobre mi, lo habria disfrutado. Me quede quieta con la mejilla contra la pared, esperando hasta que se saciara. El sexo era lo unico que solucionaba nuestras diferencias . No hubo ninguna discusion o discusiones acaloradas que nos hicieran dejarnos de hablar durante dias … Cada vez que Dean y yo teniamos una pelea, follabamos, y eso resolvia nuestros problemas. Eso era lo que lo habia hecho tolerable como mi companero durante dos anos seguidos. Cuando termino, me quede en el bano hasta que estuve segura de que todo estaba en calma . Me vesti con una gran camiseta de franela y regrese al salon con mi diario. Apunte toda la informacion pertinente sobre Harry y volvi a dibujar el bosquejo del plano del edificio del piso treinta. Al menos mi gran contribucion de veinticinco grandes para la recaudacion de fondos anoche valio la pena. Lo unico que quedaba era descubrir como superar toda la solida seguridad sin que se dieran cuenta . Gire la tarjeta de acceso de Harry entre mis dedos … Tal vez el equipo de informatica de papa lo sabria … Esto debia haber sido divertido … Me dije a mi misma . Pero en realidad, me ponia de los nervios . Irrumpir en Volkov Corporation siempre habia sido una mision delicada desde mi ultimo encuentro con ellos. Robe el archivo equivocado y sali desapercibida , pero de alguna manera habian reforzado la seguridad. Dos anos mas tarde, volvi a hacerlo con la informacion correcta y una estrategia diferente. Ajustando la correa de mi bolso sobre mi hombro, respire hondo antes de empujar la puerta de cristal. El edificio era enorme. Tenia suficiente espacio en el area principal para un pequeno concierto. Todo, excepto los muebles y los azulejos, era azul marino o gris. Un edificio ejecutivo para delincuentes. Mire al tipo tatuado calvo con el mini auricular de pie a mi derecha. Definitivamente de seguridad … Despues de pasar el escaner, me dio una vuelta y me dijo que procediera. Con todo el bullicio a mi alrededor, mis talones aun resonaban contra los azulejos de porcelana blanca. Me dirigi hacia la recepcion, observando todas las areas de salida de emergencia. Es bueno saber que no habian cambiado desde mi ultima visita. Una mujer rubia con un mono impecable estaba sentada en la recepcion tecleando en su ordenador . Estaba junto a un chico nerd y de pelo lacio que estaba clasificando miserablemente las insignias de visita. ?Que pasaba con todos los nerds? Me detuve frente al chico y toque la encimera, --Hola … soy Claire. Soy nueva aqui. Vine ayer pero parece que no puedo encontrar el camino de nuevo, hice un puchero, dirigiendole una mirada inocente . Me miro sin pestanear. Tartamudeo, --Uh … Um … Aunque trate de enmascarar mi cara con mucho maquillaje, no la ocultaba del todo. Alise mi corto peinado bob y me incline mas cerca, mirando su etiqueta con su nombre, --Uh … Barry, ?como llego al tercer piso? Por supuesto, iba al trigesimo, pero no podia decir eso. --S-Lo siento, senalo hacia mi izquierda, --Ve hacia abajo y gira a la derecha. Toma el ascensor. ?Tienes tu placa? Le mostre mis blancos dientes perlados, --Si. --Vale, adelante, Claire. Me dijo sonriendo . Escanee la identificacion de Harry con mi foto falsa en el ascensor y seleccione el piso treinta. Pan comido . De haber sabido que era tan facil, lo habria hecho a principios de semana. El ascensor sono y sali. !Malditos sean mis tacones por hacer tanto ruido! Todos en el pasillo se volvieron, mirandome como si fuera un extraterrestre. Una morena baja y gordita se dirigio hacia mi. --?Puedo ayudarte? ?Estas perdida ? Ah si … Penelope. Harry me habia hablado de ella. Estaba enamorada del hijo del jefe y no tenia ninguna posibilidad. Pensandolo bien, ella parecia bastante mas pequena de lo que el la describia. Al ver que me habia topado con un obstaculo y avanzar era casi imposible, dije: -Oh, ?no es este el piso veinte?

  • Tentacion y laberinto de Paola Rimieri

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    Luego de haberse encontrado frente a frente con la historia de amor mas apasionante de su vida, Valeria se esta acostumbrando a la vida despues de Nickie. En poco tiempo, muchas cosas cambiaron en su vida: desde su dieta hasta las condiciones en su trabajo. Ninguno de los que vivieron la tempestad son los mismos: ni Valeria, ni Martin, tampoco Nickie. Afortunadamente, Valeria tiene el mundo de los suenos. Sin embargo, a veces algunos suenos se convierten en pesadillas. Valeria quiere avanzar en los casilleros de su vida, pero se siente en un laberinto. Como Teseo, reconoce incluso que, de un lado no encuentra la salida, y del otro hay una bestia a la que teme. Se pregunta ?quien sera el heroe que mate a la bestia y la ayude a escapar del laberinto? Y siente, constantemente, que no encuentra salida, ni respuestas. Valeria se siente presionada y temerosa ante las decisiones que debe tomar, hasta que se siente iluminada nuevamente. Nickie aparece en su vida una vez mas. Y esta vez, ese amor viene por todo. Pero nada es para siempre. O al menos, esa palabra es tenebrosa para ella. Valeria cree que perdio todo, definitivamente. Y debera apresurarse a encontrar una salida del laberinto. ?Podra Valeria sobrevivir la tempestad? ?Podra salir del laberinto Valeria, una mujer comun, sin los dones del heroe? ?Cuantas veces te sentiste dentro del laberinto?

  • Cuando todo esta perdido (Canada 6) de Mariah Evans

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    Tienes en tus manos la ultima novela de la serie Canada: Cuando todo esta perdido.

  • Sed de otras cenizas de Richard Sabogal

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    La calle me consume en cada salida. Abro la boca y trago excremento de carro. Quiero morderle la nalga a la morena que va mas adelante agarrada de la mano del tonto que seguramente la insatisface. Un nino con ojos tristes me pide una colaboracion para comprar un pan de la panaderia de vitrinas desnudas. Camino por el tubo digestivo de esta ciudad que me da cobijo y me drena cada semana que la visito. Le arranco la ropa a las mujeres bellas con las que me cruzo, a la del escote que asoma senos turgentes, a la de senos con cicatrices de maternidad, a la de pantalones cortos con una autopista como piernas. Pongo mi mano en el bolsillo, atrapo el celular que el tipo de la moto miro con lascivia. Arriba, como un dios silencioso, el pedazo de Avila nos mira, en dias como este quisiera que sus paredes verdes crujieran como un trozo de galleta y se desmoronaran sobre las casas; sobre la soberbia catedral en lo alto del pueblo, con sus rezos, sus culpas y sus munecos de yeso; sobre la pendiente solitaria donde siempre roban; sobre la morena de nalgas hermosas; sobre los tipos de las motos que buscan victimas; sobre las mujeres escotadas y de piernas desnudas; sobre el hospital, la maternidad, el supermercado. Sobre todos. Que al final solo queden bolas de humo y escombros. Que salgan las lombrices de la tierra removida y queden gallinas que las traguen como un fideo. Que muera todo, que no quede nada, que renazca este pueblo, esta ciudad, este pais. El mundo entero. Para asi dejar de oir las letanias de los moralistas desde su color preferido, con sus figuras de carton y sus lideres en forma de munecos inflables. Quiero atravesar la autopista sin mirar a los lados para que los histericos recuerden a mi madre. La ciudad es soleada, siempre hace calor, pero empieza a llover. Caen gotas gordas, que encharcan el piso. Son gotas escarlata. Pronto la ausencia de canerias forma pequenos rios de agua que se acarician con los restos de acera. Huele a bujia, a papas podridas, a bolsas de basura abiertas. Un perro callejero, con el hambre tatuada en sus costillas, va en un trote suave huyendo de la escena llevando en el hocico un panal lleno de crema amarilla. Me dejo banar, mi cabello se tine de rojo, las gotas descienden por mi frente, siento el sabor metalico en mi boca. Levanto la vista al cielo, camino en direccion a la autopista, los cauchos rechinan y siento como la montana cruje. Abro los ojos para ver el destino descender colina abajo. La bicicleta La bicicleta de mi infancia era amarilla con verde, rin 20, con una silla amarilla de plastico duro. Brillaba al sol y por un tiempo fue mi amiga. La silla se me metia por el fundillo y me lastimaba. Mi papa no quiso dejarme las ruedas de seguridad y sin anestesia tuve que aprender a manejarla conociendo el sabor del suelo. Mi tio homosexual se entallaba sus pantalones cortos de jean y su sonrisa eterna, y me llevaba a la cancha de mi barrio. El se sentaba en la pequena silla y yo de lado, en el marco de la bicicleta. Mi barrio era una pendiente pronunciada y la descendiamos a toda velocidad. Era un placer efimero esos pocos segundos que tardabamos en llegar a la cancha. La bicicleta estaba llena de calcomanias de autobus y hasta le puse un aviso de mototaxi. Aprender a manejar bicicleta es de los pocos recuerdos dolorosos y felices de mi infancia. La cancha la recorria en circulos, mi tio me sostenia de la silla y corria a mi lado, a veces volteaba a verlo para que aplaudiera mi hazana, pero estaba treinta metros atras, siempre sonriendo, yo me veia abandonado, perdia el equilibrio y estampaba mi suerte contra el concreto de la cancha, a pocos metros de la porteria. Mi tio se carcajeaba, me ayudaba a levantar, me soplaba la arena de la raspadura y seguiamos. La crudeza de la infancia que marca. Pero aprendi a dominarla en poco tiempo y pronto mi tio desaparecio de mis recuerdos y luego me vi recorrer el barrio de arriba abajo, pedalear con fuerza la pendiente y bajar a toda velocidad, mirando para los lados, asustando a los ninos pequenos pasandoles a gran velocidad casi rozandolos. Aprendi a manejar con una sola mano, luego sin las dos manos en el volante y finalmente pedaleando con las manos en los bolsillos. Haciendo estas hazanas cerca de la casa de Carolina, la nina buena de la esquina, la blanquita con un lunar en lo alto de su nariz y sus dientes de perla, la que me sonreia y me rechazaba. El corazon me dolia, pero tambien las manos que de tanto agarrar los mangos de goma barata se me ampollaron. Pero yo queria jugar mas. Y pedalear mas. Demostrarle a Carolina que era un gran ciclista. El bodeguero Elias, se burlaba de mis intentos de ciclismo, aunque una vez me grito cuando, intentando salvar mi cuerpo de estrellarse contra el pavimento, salte con todo y bicicleta sobre la acera y cai sobre sus flores, y aplaste un pedazo de sabila y me arune la pantorrilla. Carolina me miraba desde su ventana, rio, se despidio y cerro.

  • Aunque se crea mi hermano de Magela Gracia

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    ?Confias en mi? Tuve ganas de contestarle que no, que sabia perfectamente que como bajara un poco la guardia sacaria sus dotes de seduccion a relucir y haria que cayera en sus brazos. Tuve ganas de reirme de forma escandalosa e ironica, dandole a entender que aunque Victor lo considerara su mejor amigo no era el tipo de hombre en el que una mujer podia confiar. Tuve ganas de besarlo… y olvidarme de todo. Iba a ser muy complicado mantener sus manos alejadas de mi cuando las mias tenian tantas ganas de recorrer su cuerpo. Aunque estuviera enamorada de Victor… “Esto me va a costar muy caro…” Asenti. No era el momento de hacerme la remilgada. Iba a luchar para que dejara de creerse mi hermano. – Pues vamos a jugar.

  • Amarte de Olivia Saint

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  • French Kiss de Alina Covalschi

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    Amor, misterios y secretos en esta apasionante novela romantica de Alina Covalschi con Paris como telon de fondo.

  • Desaparicion en Tregastel (Comisario Dupin 6) de Jean-luc Bannalec

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    El comisario Georges Dupin se enfrenta a la mision mas dificil de su vida: descansar durante dos semanas enteras. Pero odia estar inactivo y aprovecha la minima oportunidad para merodear por los alrededores, de modo que su incansable curiosidad no tarda en verse recompensada. Primero desaparece una estatua de la capilla del puerto, mas tarde una diputada es agredida durante una manifestacion y poco despues una mujer se esfuma sin dejar rastro. Pero el golpe que perturba definitivamente la tranquilidad de Dupin es el hallazgo de un cadaver. La tentacion es demasiado fuerte y el comisario empieza a investigar a escondidas.

  • La Prometida Virgen de Gema Perez

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    Una princesa de cuento.
    Joven, atractiva, virgen.
    Un Rey que va a venderla.
    Un Matrimonio de Conveniencia.

  • Doblan por los mastines (Malaz. El Libro de los Caidos 8) de Steven Erikson

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    Doblan por los mastines es el octavo volumen de la saga <>, la decalogia, originalmente publicada entre1999 y 2011, que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea.

  • Amando a un duque de Claire Phillips

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    Maximiliam regresaba al hogar tras muchos anos al servicio de la Marina Real de su Majestad. Regresaba a casa para hacerse cargo de sus responsabilidades como heredero del ducado de Frenton y sabia que entre ellas se hallaba el encontrar la esposa adecuada y aportar nuevos herederos al titulo. Nunca penso que sus planes originales sufrieran un reves al reencontrarse con una Amelia convertida en una mujer hermosa, sensual y arrolladoramente atractiva que despertaba en el deseos muy alejados de los que deberia sentir quien siempre la habia considerado una hermanita pequena a la que proteger y cuidar.

  • Silencio (Don 4) de Pablo Poveda

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    Un enjambre de turistas transitaba por la vieja plaza del mercado de la ciudad. La mayoria, visitantes extranjeros, buscaban la foto perfecta delante de la torre del Reloj Astronomico, el reloj medieval mas famoso del mundo. El sol comenzaba su retirada. Eran las siete de la tarde y una gelida brisa soplaba por las terrazas que ocupaban la plaza, bajo la mirada de las coloridas fachadas de influencia gotica y Art Noveau. Sentado en una mesita del Caffe Italia, un restaurante que de italiano solo tenia el nombre, terminaba su agua con gas mientras clavaba la mirada en el edificio de tonos rojizos y pasteles que tenia en frente: la Narodni Galerie. Ricardo Donoso, vestido de traje y con un abrigo de tres cuartos de color negro, pidio la cuenta con un ademan de mano, mientras una pareja de britanicos devoraba un codillo y saciaba su sed con dos cervezas Pilsner de medio litro. La mujer atendia a la pantalla de su telefono, mientras el hombre comia como si no existiera manana. Don los miro seriamente, hasta que la mirada del extrano se cruzo con la suya. La tension se alargo unos segundos, obligando a que este dejara de masticar, pero el arquitecto no vacilo en retirarse. Intimidado, el desconocido regreso a su plato con desaire y sin mediar palabra con la mujer que lo acompanaba. Las religiones occidentales habian instaurado el concepto de que el cielo y el infierno no eran sino lugares a los que se iba una vez muerto. Destinos como consecuencia de nuestras acciones en vida. Sin embargo, Don tenia otra idea. El arquitecto creia en el infierno como un lugar accesible, real, en el que la mayoria de las personas vivian, con suerte, en algun momento de sus vidas o, sin fortuna, para siempre. Por esa misma razon, no podia sentir pena por nadie, ni siquiera por sus victimas. La lastima no era mas que una invencion que postergaba la solucion del problema. Volvio a mirar al matrimonio. Ellos vivian atrapados, como el, en celdas distintas, pero en un mismo lugar. De repente, atisbo un grupo de personas a la salida de la Galeria Nacional. Era el, su objetivo estaba alli y debia ponerse en movimiento. Un hombre alto, de tez bronceada, cabello oscuro peinado hacia un lado y barba frondosa, salia acompanado de dos mujeres esbeltas, otro tipo de piel mas palida y movimientos torpes. Nicos Thalassinos, el cacique griego que los hombres de Velez tenian en el punto de mira desde el inicio de la crisis economica. Tsipras habia prometido destruir a los oligarcas que controlaban los medios del pais, pero solo consiguio que nacieran nuevos. Cuando esto sucedio, Thalassinos apenas rozaba los cuarenta anos, pero habia aprendido rapido las reglas del juego. Su destreza en los negocios, heredada de su padre, un magnate nautico griego; le ayudaron a escalar rapido y adquirir un fuerte poder social y politico. Pero esa no fue la razon por la que los hombres de Velez le habian encargado al arquitecto encontrar al griego. Durante la crisis y las fuertes oleadas de inmigracion que sufrio Grecia, el empresario se aprovecho de imagen publica, dono millones de euros para ayudar a los refugiados y, entre las sombras, introdujo su garra aprovechandose de la desesperacion humana y desarrollando una fuerte red de prostitucion ilegal que llegaba hasta Portugal. Un objetivo facil, a simple vista, pero delicado. Thalassinos conocia el precio de su cabeza, asi como el del silencio de sus clientes mas privilegiados. El encargo de Don era simple: sacarle los nombres de los politicos europeos que le protegian de los tribunales. Empero, nadie le indico si debia quedar vivo. Harto de esperar, introdujo la mano en el bolsillo del pantalon y dejo una moneda de cincuenta coronas en la mesa. Se puso en pie, levanto las solapas del abrigo y camino hacia el museo. Cuando menos se esperaba, el cielo se tenia de rojo. Un BMW de color negro los recogio frente a la entrada del edificio del Ministerio del Desarrollo Regional y se adentro por una estrecha calle empedrada. Don se aproximo a un viejo Mercedes de color blanco que se encontraba vacio y le pidio en ingles que siguiera al coche. El conductor, un checo cercano a la jubilacion, con fuerte olor a cigarrillos y una camisa blanca con cuadros, puso en marcha el contador y siguio la serpiente de coches que atravesaba la calle del casco antiguo. --?Italiano? --Pregunto el chofer mirando por el espejo retrovisor con una ligera sonrisa. El arquitecto guardo silencio y dudo en contestar por diferentes razones. Aquel chofer solo pretendia ser amable, pero le era indiferente. El corazon bombeaba con tanta fuerza que podia sentirlo en la frente. Hacia tiempo que no lograba saciar la necesidad de matar. Despertarse cada manana con la certeza de ser controlado, avivaba su deseo. Por otro lado, le costaba horrores lidiar con ello en silencio desde que su relacion con Marlena habia progresado. Lo mas duro era aceptar que jamas podria contarselo. Ni a ella, ni a nadie. El silencio era su unico aliado. Siempre habia un precio que pagar, penso. --Si --respondio finalmente. Podia haberle explicado que era espanol, pero eso solo lo exponia aun mas, en cualquiera de las situaciones. Ninguno de los dos hombres que estaba en ese vehiculo conocia el final de aquella noche. El taxista balbuceo algo en el idioma vecino, pero Don lo ignoro por completo. Con la mirada siguio el trayecto del coche que iba delante. Los vehiculos abandonaron el casco antiguo para alcanzar la ladera del rio Moldava, que separaba la ciudad en dos, incorporandose a la Ludvik Svobody, una gran avenida de asfalto arropada por los aledanos del parque Lannova y los barcos atracados que funcionaban como locales de ocio en verano. Don miro por la ventanilla y llego a la conclusion de que, en cierto punto, todas las grandes ciudades eran iguales. Aguardo silencioso, expectante por lo que iba a encontrar una vez se bajara del sedan. Mantente concentrado, repetia la voz de Velez en su interior. Jamas creyo que el tono de aquel indeseable le resultara familiar. El vehiculo en el que viajaba el griego con sus acompanantes se detuvo en la entrada de un gran edificio rectangular iluminado y acristalado con espejo. En lo mas alto, luces rosadas alumbraban el cielo. --Aha... --dijo el taxista mientras reducia la velocidad--. Hotel Hilton Prague, signore. En efecto, penso el arquitecto. Miro el contador y saco un billete de doscientas coronas. Acto seguido vio salir a su victima junto a las dos mujeres. El otro tipo se quedo en el interior del coche. Dos obstaculos. Era parte del plan de Thalassinos. Deshacerse de ellas no seria muy dificil. --Dekuji --respondio el espanol haciendo uso de las palabras en checo que habia aprendido para su viaje y le entrego el billete. El taxista senalo al contador para explicarle que le habia dado de mas, pero Don levanto la mano. --Dekuji... --murmuro asombrado gratamente sin rechistar. Cuando vio como el empresario desaparecia tras la puerta giratoria del hotel, salio al exterior y cerro de un portazo el viejo coche aleman. Decidido, camino hacia el interior del edificio escuchando el ruido de la suela de sus zapatos bajo el gelido sosiego de la noche. Asi como por fuera el hotel parecia un bloque hermetico, el interior revelaba el porque de su forma. Era extrano, atipico y con un sobrecargado aspecto futurista, como si estar alli dentro perteneciera a otro lugar. Don recordo algunas ciudades de Oriente Medio en las que los centros comerciales se convertian en autenticas pequenas ciudades ficticias. Suelo de marmol blanco, palmeras de decoracion, luz tenue de tonos rosados y unas escaleras subian hasta la primera planta. Los alrededores estaban formados por las ventanas interiores de las habitaciones, apiladas en torres blancas de mas de diecisiete alturas. Cuando el espanol alzo la mirada al firmamento, no vio mas que un techo formado por vigas de hierro y una gran bola de acero dividida en laminas que formaba parte de la decoracion. Sin duda, un lugar estridente para los sentidos con un exceso de modernidad. A lo lejos, vislumbro las tres figuras humanas caminar hacia los ascensores. Tomo aire y se dirigio hacia ellos. No temia que lo descubrieran, pues nadie sabia quien era el y por eso iba a realizar su trabajo con eficacia. Cuando el ascensor llego, las puertas se abrieron y el empresario espero a que entraran las dos mujeres, ambas checas y mas jovenes que el. Entonces, las miradas de los varones se cruzaron por un instante.

  • El susurro de la acuarela (La luz de la sombra 1) de Sofia Ortega Medina

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    La furiosa tormenta ahogaba los llantos y los gemidos desconsolados de las numerosas personas que habian asistido al entierro.

  • El arte de ser normal, Lisa Williamson de Lisa Williamson

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    David Piper ha sido siempre un rarito. Sus padres piensan que es gay y el maton de la escuela lo considera un friki. Unicamente sus dos amigos saben realmente la verdad: David quiere ser una chica.

  • ?Quien mato a Veronika? de Anna Simon

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    Anna Simon nos presenta ?Quien mato a Veronika?,novela en la que imprime fuerza narrativa y suspenso; un thriller policiaco entretenido que logra atraer la atencion del lector de principio a fin, paseando su historia con lujo de detalle por una convulsionada metropoli como lo es Nueva York. Da cuenta de la vida de una emigrante europea que llega a esa gran selva de cemento, como muchas personas que quiza nosotros conocemos, esperanzadas por el deseo de triunfar en una nueva vida, la cual le traera sorpresa tras sorpresa; se ve envuelta en una complicada trama entre escenarios de shows nudistas y gente que va desde los adinerados ejecutivos de Manhattan hasta los ordinarios traficantes del Bronx. Es asi como dominada por este mundillo de dinero, luminarias y traiciones, encuentra su destino en un callejon oscuro en las peores condiciones de muerte.?Quien mato a Veronika?…Esa es la tarea encomendada a un recio teniente de la policia de Nueva York, rodeado de algunos personajes que le aportan a la historia un ingredientes de suspenso y alta tension, hasta el insospechado final.

  • Inocente belleza de Clare Connelly

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  • Saga Vanir de

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    Estas frente a la saga completa Vanir

  • Agua de Limon de Clara Fuertes

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    Me llamo Clara. Clara, como la mujer anciana de la portada de este libro. Era mi bisabuela. A su lado reposa mi madre. Tenia la misma edad que yo. Tan solo doce anos. Doce anos no son nada, apenas el inicio de una primavera que esta aun por florecer; pero fue precisamente a mis doce anos cuando recibi su herencia, hecha de palabras, de memorias, entre almohadones y susurros. Durante las largas siestas de su ultimo verano, mi abuela Magui me relato su vida, la recupero para mi. Vivencias unicas, la historia de nuestra familia en un momento tragico en el que Espana se moria de tristeza. <>.

  • Siempre Contigo de Christian Martins

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    Blair no era mas que un nino inocente cuando una flecha de su arco marco una maldicion y confirmo un destino ya escrito. Ese destino se llamaba Ailsa; tenia los cabellos dorados, la piel blanquecina y los ojos celestes. Se parecia a un angel. Pero en aquellas tierras altas el destino podia torcerse con mucha facilidad, y la maldicion que anos atras habia marcado a esos dos jovenes amenazaba con destruirles. Una guerra entre clanes, el poder de dirigir a un pueblo y la necesidad de proteger a Ailsa seran la perdicion que arrastre a la locura al joven Blair Sinclair, cuyo corazon late unicamente porque ella lo mantiene con vida. Un amor. Una guerra. Una Escocia plagada de peligros, secretos y magia. ?Te apetece viajar con ellos a las antiguas Highlands?

  • Reyes de la noche (Nueva York 2) de Mariah Evans

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    Segunda entrega de la serie <>.T
    ras salvar a una nina, Katy, de las garras de un vampiro, Brad conocera a Lucy, la hermana mayor de esta, la cual trabaja en el hospital y mantiene una relacion con Bob, su jefe de cirugia.Dado el grave peligro que corren tanto Lucy como Kate, la division, y en concreto Brad, se vera obligado a protegerlas. La investigacion y la lucha por liberar a la ciudad de los depredadores que la tienen aterrorizada continua, encontrando un peligro aun mayor que pondra en jaque a toda ciudad y a la division.?Conseguira Brad el amor de Lucy? ?Lograra mantener a ambas hermanas a salvo?Amor, pasion, intriga… Apasionante saga de romance paranormal que causa sensacion.

  • El Celibe de Inaki Bernaola

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    Dicen que de todos los pueblos europeos en los cuales la Iglesia Catolica tiene una influencia notoria, los irlandeses son los mas apasionados.
    Es por ello normal que a un joven cura irlandes, henchido de deseo de amar al projimo y mantener el casto celibato sacerdotal, le resulte poco menos que imposible. O que cuando quienes arden en deseo de amar al projimo sean mujeres, hayan tenido que enfrentarse tanto con la propia Iglesia como con una sociedad tradicional y patriarcal hasta la medula, y que a raiz de ello hayan sufrido multitud de penalidades como embarazos no deseados, bebes entregados forzosamente en adopcion a instituciones religiosas o internamientos forzosos de "jovenes descarriadas" en centros donde sufrian todo tipo de injusticias y opresion.
    Esta novela es la historia de un grupo de irlandeses, hombres y mujeres, religiosos y seglares, y de su lucha por lograr, por encima de condicionamientos de todo tipo, al fin ser duenos de su propio cuerpo, de su propia sexualidad y de su propia vida.
    Pero los irlandeses, a la par de apasionados, son tambien enormemente divertidos. Asi pues, es logico que una historia de irlandeses apasionados, si se les quiere hacer justicia, tenga que ser tambien por fuerza divertida.

  • El que viene por detras de Claudio Hernandez

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    Stevie en su inocencia creia que su mama estaba con Dios hasta que vio a un extrano crio en su ventana. Despues habia una la leyenda de la que todo el mundo silenciaba, y Jeffrey, su padre le revela algo… Aunque no le conto todo, pero entonces el pequeno vio a su vecino suspendido en el techo… Y estaba el: el que viene por detras. El circulo de trigo tampoco estaba blancuzco en Navidad cuando la nieve caia como piedras. ?Que secreto hay detras de todo?

  • No te mentiria dos veces de Diaz De Tuesta

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    “--Callate, tonto --le dijo y se alzo contra el. Le tomo las manos y cubrio con ellas sus pechos--. Si no vas a ayudar, haz el puto favor de callarte.”

  • Titeres con cabeza de Rocio Duran Bollo

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    Viernes, 24 de diciembre de 2004 Ricardo Gabarra, tumbado bocabajo sobre el suelo, junto al quitamiedos de la carretera mas transitada de las afueras de Madrid, respiraba despacio e intentaba recuperar la calma, mientras se juraba a si mismo no volver a disparar a un hombre. Lo peor ya habia pasado y estaba vivo. Era libre. Jamas habia vivido esa sensacion antes. Era una mezcla de felicidad, triunfo y miedo que le impedia hasta pensar. No sabia que esos sentimientos fueran la expresion de la libertad, o al menos no era asi como los recordaba de cuando era un hombre libre, siete anos atras, antes de que la prision acabase con cualquier minimo atisbo de esperanza. La carretera aun podia verse sin demasiada dificultad, pero pronto se convertiria en unas lineas reflectantes sobre un fondo negro. Levanto la mirada. Con mucho esfuerzo alcanzo a ver un panel de esos que anuncian los pormenores del trafico, en el que se leia una advertencia: <>; una fecha: <<24 de diciembre de 2004>>; y un deseo: <>. Despues de leerlo se quedo paralizado un instante al darse cuenta de como un simple panel destinado a otras personas y a otros fines resumia tan bien su situacion: el peligro, que desde luego existia; la lluvia, que en unos minutos habia provocado que el frio se pegase a su cuerpo y que la humedad penetrase hasta lo mas profundo de su ser; y, quiza lo peor, que ese deseo era lo mas cerca que iba a estar de la felicidad en esas Navidades. Sacudio la cabeza. Sabia que aun no podia relajarse y mucho menos permitir que su mente le jugara malas pasadas, aunque la ansiedad, el terror sufrido por lo que acababa de ocurrir y una mezcla de sensaciones que luchaban sin tregua dentro de el y que daban paso al cansancio, comenzaban a invadirle. Aparto por un instante los ojos del asfalto que observaba entre la maleza, apoyo la frente en un monton de tierra que asomaba entre los hierbajos aplastados por el peso de su cuerpo y volvio a respirar. Necesitaba ser otra persona, tener una nueva identidad... otra vez. Pero esta seria la ultima: o lo lograba o se dejaria atrapar, asesinar, o lo que fuera que quisieran hacerle. No podia seguir huyendo. Estaba demasiado cansado y se sentia demasiado mayor. Ademas, habia abandonado toda idea relativa a reencontrarse con su mujer, que era el motor que habia guiado sus pasos hasta ese momento; ella no lo merecia. Tantos anos pensando que estaba muerto, todos esos suenos frustrados e imposibles de recuperar. Por no hablar de las heridas. Miles de heridas forjadas con el paso del tiempo que no cicatrizarian jamas. <>, penso mientras una ligera sonrisa se dibujaba en sus frios y agrietados labios. Queria descansar unos minutos mas, pero era consciente de que debia estar alerta. Se enderezo con cuidado para buscar un coche que creyo haber oido acercarse. Fue entonces cuando la vio. No estaria a mas de cien metros de distancia y apenas se distinguia pese a su fondo blanco: la corona real sobre el haz de lictores entrelazado con el hacha y una espada rendida. <>, recordo, y se quedo quieto, abandonado a su destino. Al menos esperaba que realmente fueran los buenos. --Ni se te ocurra moverte. Una sola estupidez y eres hombre muerto. El acero que sintio en la nuca lo convencio. Lunes, 12 de abril de 2004 Ana --Hola, guapa --dijo el hombre--. ?Como te llamas? La pequena miraba a aquel hombre intentando adivinar por que la saludaba a ella. Sus labios apretados no parecia que fuesen a abrirse para pronunciar palabra alguna desde el asiento trasero de ese Volvo XC90 detenido en la calle Eloy Gonzalo, frente a la panaderia Orio, donde se encontraba sentada. --?No me vas a decir nada? ?Cuantos anos tienes? El silencio de la nina incomodo al hombre, pero no se dio por vencido. --El se llama Aki y solo tiene seis meses. --Le enseno un gatito negro, con la punta de la cola blanca, que escondia bajo el abrigo. El rostro de la pequena se ilumino. --Me llamo Ana y tengo siete anos. ?El gatito es tuyo? --Si. El gatito es mio. ?Donde esta tu mama? --Ha entrado un momento a comprar el pan. --Ah, vaya, el pan. ?Y te ha dejado aqui solita? --Me dijo que tardaria un minuto. --La nina hablaba con seguridad mientras acercaba a la ventanilla una muneca vestida de color rosa y con unos tirabuzones de ese rubio blanco y brillante que les suelen poner--. Y no estoy sola, estoy con Pepilla. --!Que bien! --El hombre sonrio de forma exagerada--. ?Y crees que a Pepilla le gustaria jugar con Aki? La nina dudo. Agarro mas fuerte a la muneca y la apreto contra su pecho. Desde donde se encontraba podia ver la panaderia aunque no a su madre, por mucho que estirara la cabeza. Segun se movia, sus pequenos rizos negros se balanceaban y sus enormes ojos oscuros se abrian mas y mas, buscandola. --Vale --dijo mientras se quitaba el cinturon y tiraba de la palanca de la puerta--. Pero quiero coger yo al gatito. --Claro, princesa, no te preocupes. La nina dio un salto para bajar del coche. Tardo mas de lo esperado porque se distrajo un segundo mirando al frente al escuchar que las campanas de la parroquia de Santa Teresa y Santa Isabel comenzaban a sonar. El hombre aguardaba con impaciencia, vigilando la panaderia y, a la vez, a la pequena. Cuando sono la segunda campanada, a la nina aun no le habia dado tiempo a posar ambos pies sobre el suelo. El hombre lanzo el gato contra la pared y, con sus dos enormes manos, agarro a la cria, le tapo los ojos y la boca, y la llevo en volandas hasta el maletero del coche aparcado detras del Volvo. El sonido de la ultima campanada coincidio con el ruido que hizo la bailarina azul de la pequena al impactar contra el suelo. Capitulo 1 Miercoles, 6 de octubre de 2004 El rostro vendado y la piel fria, mojada e inerte de una nina junto a un gato negro muerto fue la imagen que, con un sobresalto, desperto a Laura a las dos de la manana. Tras el desconcierto inicial, se incorporo y se seco las gotas de sudor que perlaban su frente. No estaba segura de saber donde se encontraba. Miro a su alrededor pero no consiguio reconocer lo que veia. Cerro los ojos de nuevo y respiro hondo con el unico deseo de que, al volver a abrirlos, la muerte se hubiese alejado de su mente. Las pesadillas habian vuelto despues de tanto tiempo. Ya casi habia olvidado esa sensacion de miedo e impotencia que tanto sufrimiento le habia causado anos atras. Le resultaba curioso como la mente era capaz de olvidar y de recordar con la misma facilidad. Por fin se atrevio y despego los parpados. Sus ojos se encontraron sin querer con el espejo sobre su comoda que solia darle los buenos dias, y la imagen que reflejo le hizo sentirse vacia. Se volvio a tumbar en la cama. El sol se colaba por las rendijas de la persiana y mostraba con sus reflejos los colores del arco iris en los sitios mas insospechados, como en su mano, y decidio jugar a agarrarlos entre los dedos mientras meditaba y respiraba para tranquilizarse. <>, penso. Lo malo de esa pesadilla en concreto era que ya formaba parte de su vida y, por desgracia, tenia gran semejanza con el mundo real. <>. Se lo habian aconsejado una y otra vez, y ella se lo repetia casi a diario, pero no lo lograba. Ese caso, esa nina, ese hombre... la estaban poniendo a prueba. No era la primera vez que le ocurria. Habia trabajado en muchos asuntos que la habian llevado hasta el limite, pero nunca se habia planteado abandonar. Y ahora, cuando creia que la experiencia y la frialdad por fin la acompanaban, sentia que por primera vez en toda su carrera estaba a punto de darse por vencida. Pero no debia, no podia. A veces sentia como si tuviera una deuda con los muertos que podria saldar con esta nina. Como si todos los asesinatos a los que se habia tenido que enfrentar y que no habia sido capaz de resolver se hubiesen reencarnado en este, lo que no dejaba de ser algo absurdo y obsesivo. ?Acaso los muertos daban segundas oportunidades? Decidio levantarse y sentarse frente al ordenador. Escribio en un buscador las palabras clave: <>, <>, <>, pero todo lo que aparecia eran muertes de pequenas a manos de sus familiares, muchas veces un padre despechado que lo que queria era vengarse de la madre o, si no, depredadores sexuales. En muchas ocasiones pertenecientes al entorno de la menor; en otras, las menos, simples desconocidos que las pequenas habian tenido la inmensa mala suerte de cruzarse. Laura sabia que cuando empezaba a sonar con sus asuntos la cosa era grave y que no dejaria de hacerlo hasta el final: con la sentencia condenatoria. Lo extrano era que las pesadillas solian llegar con los crimenes sin culpable o con un sospechoso contra el que aun no habia suficientes pruebas; incluso en los supuestos en los que, pese a haber culpable y pruebas, el juicio se presumia complicado. Nada de eso ocurria en este asunto: aqui habia un asesino confeso que llevaba cerca de seis meses en prision provisional a la espera de juicio. Jaime Andradas tamborileaba con sus dedos sobre la mesa de nogal del despacho del jefe de la seccion IV de la Unidad de Droga y Crimen Organizado, Joaquin Gutierrez, mientras este le dedicaba una mirada escrutadora. Su companero se retrasaba, no era nada extrano, pero si dificil de disculpar una y otra vez. --Llevamos mas de veinte minutos esperando a Olivares. ?Donde demonios se ha metido? -- pregunto Gutierrez aflojandose el nudo de la corbata. --Lo he llamado al movil pero no me lo coge. Quiza este conduciendo. Estoy convencido de que estara a punto de entrar por la puerta --respondio Jaime sin levantar la vista de la antigua mesa y sin dejar de golpear sus dedos contra ella. Rodrigo Olivares, oficial del Cuerpo Nacional de Policia, llevaba cinco anos destinado en la UDYCO central. En concreto en el grupo 41, dedicado a cocainicos, integrado en la seccion IV. Bajito, con el pelo recogido en una coleta y con un tatuaje en el antebrazo derecho --en el que con letras antiguas, grandes y negras podia leerse non omnis moriar--, se movia por todo el territorio nacional segun la femina de turno. Era capaz de organizar un viaje a Las Palmas un fin de semana, el miercoles siguiente pasar el dia en Valencia, y el jueves llegar a un juzgado de Madrid a declarar en cualquier juicio en el que hubiese sido citado como testigo. Jaime no sabia como lo conseguia. Ese rasgo de su personalidad despertaba tanto recelo en el resto de los agentes de la unidad como admiracion en su companero. Pero eso a veces le hacia perder la nocion del tiempo, y no siempre en el mejor momento

  • Al mas fuerte de Robert Fabbri

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    Babilonia, 323 a. C.

  • Catalanes y escoceses de John H. Elliott

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    La imponente historia comparada de Cataluna y Escocia de la mano del distinguido historiador John H. Elliott.

  • Mentiras que seducen de Alessandra Torre

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    Hay secretos que pueden acabar con el amor mas grande… o hacerlo mas fuerte.

  • Algo sucio, tonto y salvaje de Carla Marx

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    D etesto que una mujer me diga cobarde. Hemos llegado hace media hora. Estamos sentados en el sofa de la sala de estar, metiendonos mano que da gusto. Nos hemos tomado un par de tragos y nuestras lenguas saben a vodka, a jugo de limon y estan frias como la muerte. Yo me he quitado la chaqueta, me he sacado los zapatos y he dejado el cuchillo. Ella esta medio vestida (medio desnuda, diria un optimista), tiene un revolver cargado en su bolso, me ha aflojado la corbata y me hace sexo oral. Entonces, le pregunto algo que ya he olvidado y ella me responde con la boca llena: "lo que pasa es que yo no vivo aqui". "?Ah? ?No?" En un principio, no le doy mayor importancia al asunto. Cuando nos hacen sexo oral, los hombres no le damos importancia a nada mas. En la fellatio , somos todo pene. Y glande y testiculos. Ademas, estamos metiendonos mano. Ya me he quitado la chaqueta. Nuestras lenguas estan frias como la muerte y saben a jugo de limon y vodka. Ella esta medio desnuda, diria un optimista, y esta buenisima. ?Como darle importancia a lo que acaba de decir, cuando se hunde mi hombria hasta las mas humedas y tibias profundidades del placer oral? No obstante, pregunto como quien no quiere la cosa, casi por decir algo: "?Y quien vive aqui?" "No tengo la menor idea..." Me contesta, sin alterarse, con la mayor tranquilidad del mundo, antes de reanudar su deleitosa tarea. Siento el vertigo cuando vuelve a introducirse mi pene en su boca. Pero muy adentro, en algun lugar ignoto de mi interior, se me disparan un monton de alarmas y hay luces que comienzan a titilar. A ver... Hemos llegado cerca de media hora antes. Nos hemos tomado un par de tragos. Yo me he sacado los zapatos. Estamos sentados en el sofa, manoseandonos que da gusto. Yo he dejado el cuchillo y en su bolso, ella tiene un revolver cargado con seis balas. Ella ha llevado su mano a mi entrepierna y me ha estrujado el paquete. Mi pene palpita como un animal indignado. Luego baja el cierre de mi pantalon y extrae mi miembro erguido, duro como un hueso prehistorico. Lo admira un segundo antes de introducirlo en su boca y comenzar a lamerlo y succionarlo con fruicion. Pero justo entonces adquiero conciencia de la situacion. “Pero ?como que no tienes la menor idea, mujer...?" “Mira... Dejame explicartelo..." Dice, sin dejar de atender mi pene. Si, sera lo mejor, pienso. Explicame porque como diria un optimista, estas medio desnuda. Nuestras lenguas saben a jugo de limon y a vodka. Me has aflojado la corbata y tienes un revolver en el bolso y mi pene ha estado en tu boca. Ella se aparta sin aviso previo. Doy un respingo cuando sus dientes lastiman accidentalmente mi glande. Ella se abraza a un almohadon para cubrir sus senos, abundantes y firmes. "Vivi aqui hace un par de anos" cuenta. "Cuando se vencio mi contrato, el propietario me subio tanto el alquiler que no me quedo mas remedio que mudarme. Pero se me ocurrio guardarme un juego de llaves... No se por que..." Es decir... Hago un nuevo repaso de la situacion, a ver si logro entender. Hemos estado sentados en el sofa, desde hace media hora, manoseandonos. Nos hemos tomado un par de tragos y nuestras lenguas, heladas, saben a vodka y limon. Yo me he quitado la chaqueta, ella esta medio vestida (pesimista que soy). Me ha aflojado la corbata, yo me he quitado los zapatos y ella ha comenzado a hacerme una mamada en el apartamento de un perfecto desconocido, que muy bien podria llegar de un momento a otro y encontrarnos en el sofa, sentados, metiendonos mano que da gusto desde hace media hora; yo, sin chaqueta; ella, medio vestida; yo, sin zapatos y con la corbata floja; ella con el maquillaje corrido y armada; yo, con la cara humeda de saliva que sabe a jugo de limon y vodka y mi pene, enhiesto y palpitante, en su boca. Creo que estoy mas borracho de lo que pensaba. Mi cabeza da vueltas. Pienso en circulos. ?Por que? ?Por que tuve que abrir mi bocota? ?Por que ultimamente no hay nada mas dificil que irse a la cama con una mujer? Siempre hay una complicacion. Siempre, maldita sea. Alguna profunda preocupacion existencial. Paranoia. Androfobia. Una interminable y aburrida conversacion. Siempre hay una maldita complicacion. "...No cambio el cilindro de las cerraduras..." Le escucho decir, mientras se saca la ropa interior y yo me esfuerzo por oirla a traves de la niebla de mi borrachera y el flujo repetitivo de mis pensamientos automaticos, y me pierdo un buen pedazo de la historia por estar pensando en que hemos llegado hace media hora y nos manoseamos en el sofa de la sala; yo, sin zapatos y sin chaqueta; ella medio vestida, en el apartamento de un perfecto desconocido. "Lo cierto es que empece a fantasear con esta situacion..." "?Situacion? ?Cual situacion?" Ella hace una pausa para sonreir y en sus mejillas se perforan esos encantadores hoyuelos que me resultan irresistibles "Tu sabes..." "No, no se..." Tartamudeo porque estoy comenzando a asustarme. "Volver aqui con alguien y hacerlo, sin prisas pero a la espectativa... Tu sabes... ?No? Con miedo de que el dueno vaya a llegar de improviso y nos descubra... El peligro, es excitante ?no te parece?" No. No, maldita sea. Claro que no me parece. Ultimamente, lo mas dificil del mundo es irse a la cama con alguna mujer porque siempre, siempre, maldita sea, hay una maldita complicacion. "Quiero hacer algo muy salvaje, tonto y loco" concluye, lanzandome a la cara su bikini. Logro percibir levemente su olor a mujer excitada cuando la prenda me da en la nariz. Asi que la recojo y la huelo profundamente, con los ojos cerrados. Cuando vuelvo a abrirlos, ella me esta mirando. Sus piernas muy abiertas dejan ver su vulva, depilada, rosa y jugosa. Pero es demasiado tarde. Mi verga se desinfla y se quiebra como uno de esos munecos inflables que hacen aspavientos a la entrada de ciertos autolavados. Adios ereccion. Me levanto, dispuesto a irme: "Dame las llaves..." Exijo, mientras me guardo el pene, me pongo los zapatos y tomo mi chaqueta. "Cobarde..." Me dice ella, alzando sus caderas para ensenarme mejor su vulva lustrosa y pulsante. "Mira lo que te vas a perder". ?Ya les he dicho que detesto que una mujer me llame cobarde? Si, creo que si. "Las llaves", insisto. "En mi bolso..." Tomo su bolso y comienzo a revolver el interior, pero no doy con las malditas llaves. ?Como caben tantas cosas en tan poco espacio? Entonces, miro en direccion a la puerta porque he escuchado, o creido escuchar, la campanilla que anuncia la llegada del ascensor, las puertas que se abren, y algo parecido a pasos que comienzan a resonar alla fuera en el corredor, con tanta fuerza que parece una cosa como del Juicio Final. ?Sera el? ?Sera el tipo que vive aqui? ?El inquilino del departamento? Ahi viene. Maldita, maldita sea, nunca falta una complicacion... ?Por que? ?Por que yo? ?Por que siempre a mi? ?Por que me pasan siempre estas cosas? Me hago todas estas preguntas y pienso en todo lo que ha sucedido entre nosotros desde que nos conocimos en el bar, esta misma noche, que es noche de soul , mas temprano. DOS M as temprano. En el bar. Esa misma noche, que es noche de soul , atacabamos una version de Chain Gang que no nos estaba quedando muy bien que se dijera pero, no obstante, la gente no parecia notarlo. Cantaba Pablo, que en realidad es nuestro baterista, pero siempre canta esta pieza porque su voz es muy parecida a la de Jackie Wilson. "!Uhp! !Ahp! !Uhp! !Ahp!" Imita Pablo la voz de Jakie y la verdad es que al cabron le sale igualita y todo.

  • La memoria donde ardia de Socorro Venegas

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    Imaginemos una nina que debe hacer un camino en busca de un padre que bebe sin coartadas. Imaginemos tambien una madre cuyo embarazo es ensimismamiento y hueco despues del alumbramiento. Imaginemos finalmente una mujer que se diluye en una memoria entregada al amor que nunca mas volvera.

  • Hechiera de Clara Ann Simons

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    Tras la oscuridad, abro los ojos y me veo rodeada de varios hombres de aspecto fiero, vestidos con extranos atuendos como si se hubiesen escapado de algun documental sobre la Edad Media. La cabeza me da vueltas y apenas soy capaz de mantener el equilibrio. Joder, si esto es un mal sueno seria un buen momento para despertarse. Desenvainan grandes espadas con una rapidez sorprendente, profiriendo gritos amenazantes que apenas soy capaz de comprender hasta que otro hombre, mejor vestido que el resto y sentado en una gran silla de madera, indica levantando una mano que se detengan. --!Explicate!--ordena con voz ronca el hombre que se sienta en la pesada silla. Petrificada, permanezco en silencio por unos instantes, eligiendo bien mis palabras antes de contestar. Una tarea complicada porque ni yo misma se lo que ha ocurrido, asi que dificilmente puedo explicarlo de una manera minimamente coherente. --No creo poder explicar lo sucedido--respondo timidamente mientras coloco detras de mi oreja un rebelde mechon de pelo--caminaba por el bosque y no estoy segura de lo que ha pasado, pero creo que accidentalmente debi cruzar algun tipo de... En ese momento detengo mi explicacion. No solo es cierto que no se lo que ha pasado, sino que si utilizo las palabras "portal a traves del tiempo" estoy segura de que complicare aun mas las cosas. Sin embargo, por mas que mi mente se niegue a admitirlo, es la unica explicacion que encuentro, por disparatado que sea mi razonamiento. Me gustaria que no fuese asi, quisiera pensar que sigo en algun tipo de sueno, aunque ya tardo mucho en despertarme y todo esto me parece demasiado real como para tratarse de una pesadilla. Recuerdo la extrana puerta de piedra que habia encontrado en el bosque entre la neblina, los inexplicables dibujos tallados en su arco que por algun motivo me resultaban familiares y, sobre todo, el sentimiento de asfixia al cruzarla como si alguna fuerza extrana y muy poderosa estuviese estirando mi cuerpo. Y mas tarde, el vacio hasta aparecer en este lugar. Joder, !que estupidez! Los portales a traves del tiempo no existen, son solo un invento de las peliculas de Hollywood y de escritores locos. --?Donde estoy?--pregunto aturdida mientras mi cabeza sigue buscando en vano alguna explicacion que pueda resultar minimamente logica. Los hombres que me rodean se miran unos a otros extranados y la sensacion de panico crece por momentos en mi corazon al escuchar sus fuertes risas. Mi mente empieza a contemplar con mayor detenimiento la posibilidad de haber cruzado realmente un portal temporal a pesar de mis vanos intentos por descartar esa teoria. En ese caso, habria aparecido de improviso en el medio de aquella enorme habitacion como por arte de magia. --?He cruzado esa puerta?--pregunto con un hilo de voz senalando una pesada puerta de madera y forja que se encuentra a mi derecha, provocando una nueva carcajada en aquellos soldados. --No, has aparecido de repente frente a ella--contesta el hombre que se sienta en la gran silla de madera que por momentos parece estar divirtiendose a mi costa. Abro la boca un par de veces para decir algo, pero las palabras se me escapan y todo lo que puedo hacer es quedarme mirando a ese hombre que se acaricia la barba negra mientras me mira entre curioso y entretenido. --?Por que vistes esos extranos ropajes?--pregunta el hombre de pronto rompiendo el incomodo silencio--pareces proceder de tierras distantes. Observo mi ropa; desde luego, mis pantalones vaqueros y la camiseta negra no parecen encajar muy bien con las prendas que visten esas personas, y las zapatillas de deporte menos aun. Al menos, el hombre de la silla ha pedido a los demas que envainen las enormes espadas, con lo que no parece que me consideren una amenaza y eso ayuda a que me tranquilice un poco. --Pareces confusa--exclama el hombre de la pesada silla--empecemos por el principio, estas en presencia de Uther Pendragon, heredero al trono de Camelot y, ?tu eres? --Ana...de...de otro sitio--contesto luchando por sacar las palabras de mi boca ante la sorpresa que me provoca lo que ese hombre acaba de decir. La posibilidad de haber atravesado algun tipo de portal en el tiempo parece cada vez mas real; eso o me he vuelto completamente loca, y no se cual de las dos opciones prefiero. --Muy bien, Ana de otro sitio, quiero que me expliques lo mejor que puedas como has aparecido aqui. Observo que estas confusa, pero no debes temer, no te haremos ningun dano siempre y cuando tus intenciones no representen un peligro para la corona o para el reino. Te ruego que trates de aportar una explicacion, por extrana que te parezca, para que podamos terminar con todo esto cuanto antes--explica el hombre de la pesada silla de madera en tono pausado. --Creo que he atravesado algun tipo de portal o agujero en el tiempo-- admito del tiron cerrando los ojos sin atreverme a mirar su rostro. Para mi sorpresa, Uther Pendragon no parece demasiado asombrado con mi contestacion, simplemente cambia de postura sobre la gran silla de madera y, ladeando la cabeza, prosigue con su interrogatorio. --Y, ?como se supone que has atravesado ese portal o agujero en el tiempo al que haces referencia?--inquiere con calma acariciando de nuevo su barba negra. --Lo cierto es que no lo se, caminaba por el bosque y, de pronto, me encontre con una extrana puerta de piedra con forma de arco que parecia estar rodeada de una inusual neblina. Al detenerme a observar los simbolos grabados sobre las piedras que la formaban, una poderosa fuerza comenzo a tirar de mi cuerpo como si lo estuviese estirando, me vi envuelta en una profunda oscuridad y, de pronto, apareci en esta sala. Supongo que no me crees, ?verdad?--pregunto encogiendome de hombros. Nada mas terminar de hablar, los hombres que me rodean se inquietan y uno de ellos parece acercarse mas a mi con gesto amenazante, hasta que Uther le hace una sena con la mano para que se detenga. --Debes referirte a mi como "su majestad" o "mi senor" y hablarme en modo formal. Asumo que vienes de tierras extranas, Ana de otro sitio, y te lo perdonare por esta vez--explica el heredero al trono sin perder la calma--y ahora, por favor sigue contestando a mi pregunta. --Perdon, su majestad--respondo tragando saliva--como le iba diciendo, me encontre con esa extrana puerta y apareci en este lugar, no comprendo lo que ha pasado, supongo que fue simplemente casualidad. Imagino que si abro esa puerta y la atravieso no volvere a mi hogar, mi senor... su majestad-- pregunto nerviosa senalando la gran puerta de madera y forja que tengo a mi derecha, ante la sonora carcajada de los hombres que me rodean. --Te llevara al pasillo principal del castillo, pero te animo a probar-- bromea ironico el heredero al trono provocando de nuevo las risas en sus secuaces.