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  • Los ojos de Said de Mar Montilla

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    El amor. ?Cuantas historias se habran escrito en el nombre del amor? ?Pero existe una
    definicion universal o cada cual lo interpreta a su manera? Hay quien coloca lo bueno y
    lo malo de la persona amada en una balanza, antes de tomar cualquier decision. Y hay
    quien se lanza a la aventura sin medir las consecuencias, dejandose arrastrar por la
    fuerza del deseo y los impulsos del corazon. Asi es Sara, nuestra protagonista.
    Ella es periodista y escribe una columna sobre el mundo arabe.

  • Voces color canela de Lola Cabrillana

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    En mi familia, las discusiones por la defensa de nuestras costumbres son brutales. Los que no quieren romper las tradiciones, se encuentran de frente a los que queremos avanzar y crecer sin vernos atados a un patrimonio ancestral, que no se adapta a nuestros dias. En mi bando, aceptamos las costumbres heredadas, en la medida que no pisotean la dignidad de nadie. El contrario, aboga con vientos huracanados por las tradiciones, sin importar lo que arrastre. A los dos equipos nos une una cantidad ingente de sangre caliente. La misma que nos empuja a luchar por nuestras ideas hasta el final. Una sola chispa puede organizar una disputa que ardera durante horas antes de apagarse. Si es que lo hace. Algunas llevan una decena de Nochebuenas dando vueltas, un buen numero de cumpleanos haciendose un hueco y un par de bodas siendo defendidas despues de la barra libre. No siempre es la edad la que divide a los participantes de ambos bandos. Eso facilitaria las cosas con premisas cargadas de "la culpa la tiene la pasividad de la senectud" y "la pasion de la juventud". Se entremezclan las personas jovenes que se aferran a tradiciones ancestrales, impulsados por la comodidad y facilidad que les promete, y miembros de avanzada edad que evolucionan a un ritmo rapido, abriendo los ojos a los nuevos tiempos con una carga importante de sentido comun. La ultima disputa fue en un cumpleanos. Mi prima Marina, maestra y abanderada honorifica de causas perdidas, se enfrento, ella sola y sin mas armas que su palabreria, al regalo de cumpleanos de nuestro sobrino de cinco anos. Un regalo muy peculiar, y adecuado para tan tierna edad. Una fabulosa pistola de balines. Reluciente. Negra, con un brillo que parecia recien pulida. No le cabia al chiquillo en la mano. Necesitaba de la fuerza de ambas para dominar el endiablado juguete. El moraton del primer disparo no dolio. Lo recibio el generoso tio que se habia gastado la mitad de su sueldo en conseguir las balas supuestamente inofensivas. El destino tiene a veces una forma muy simpatica de mostrarnos los errores cometidos. A mi prima, aquel artilugio, le parecio inaceptable. Repartio argumentos, desplego sus encantos y creo discursos llenos de dramatismo. En el campo de batalla, lo unico que funciono fue, en estraperlo, el cambio de la pistola de balines por un libro. Un atractivo regalo presentado en brillante papel de plata. No era un libro cualquiera, era un ejemplar original y diferente que habia comprado una y otra vez, para regalar siempre, en la pequena libreria donde trabajo hace anos. Un cuento de un raton y una luna con doble texto, uno visible con luz y otro que solo se podia leer en la oscuridad mas absoluta. Sus letras fluorescentes fascinaron al chiquillo que se olvido de la pistola de balines, aceptando el cambio con agrado. El juguete maldito quedo olvidado en la guantera de mi coche. Sacarlo de la casa sin ser visto por sus fieles defensores, se presento como una mision complicada. No entraba en nuestros bolsos, e ir con un arma tan parecida a una real en una bolsa de plastico, tampoco era un plan muy apetecible. Suerte que las fiambreras siempre estaban invitadas a nuestras fiestas familiares. Lo normal es que sobrara una gran cantidad de comida que nos llevabamos a casa para el dia siguiente. El invitado que no proporcionaba los recipientes para transportar las sobras, cocinaba al levantarse con la consiguiente resaca. A nadie se le olvidaba traer los envases. Metimos la pistola en una fiambrera espaciosa. Y la llevamos al coche, como si estuvieramos cometiendo un delito. Que se quedara a vivir en mi inhospita guantera fue fruto de la casualidad, y de la mala memoria que compartimos por genetica. Alli descanso en paz, enterrada bajo capas de recibos de gasolina y de supermercados varios. Nada tendria de especial esta historia, sin los hechos que acontecieron una manana de octubre. Un capitulo olvidado de nuestras reuniones familiares, se convirtio en el climax de una fascinante madrugada. Mi hermano y yo trabajabamos en el mismo tablao. El tocaba la guitarra y yo bailaba. Tambien podemos hacerlo al reves, con el mismo aplomo. Pero a los extranjeros les gusta mas mi vestido de faralaes dando vueltas en el aire que el arte de los pies de mi hermano. Que dicho sea de paso, es inigualable. Nos llevamos muy bien. Merito acerrimo suyo. Sabe torearme hasta en las plazas mas dificiles. En el reparto en el saco amniotico se llevo la racion de paciencia de los dos, sin compartir conmigo la parte correspondiente. Cierto es que me facilita mucho la vida. Siempre se situa detras de mi, sin grandes jaleos. Sin su apoyo no hubiese caminado en mi vida ni la mitad de segura. Al terminar la temporada de verano nuestro volumen de trabajo baja de intensidad. Es el momento que aprovechamos para hacer un viaje. Siempre en mi coche. La mayoria del tiempo conduzco yo, pero en cuanto la fatiga me visita, mi hermano coge el timon. Teniamos una esplendida semana de vacaciones por delante. Partimos a las cinco de la manana, con la tranquilidad de ir en la carretera solo nosotros, dos pequenas maletas y un destino por decidir. Iriamos a un parque de atracciones, eso lo sabiamos, pero no acababamos de ponernos de acuerdo a cual. Las emociones fuertes, que nos separan del suelo y nos suspenden en el aire, nos fascinan a los dos. La musica flamenca de la radio, nuestros animos mas alegres que castanuelas en bulerias, y la perspectiva de siete dias sin trabajar, configuraban el comienzo del viaje, en una madrugada negra como el hollin. Mi hermano queria ir al parque de atracciones de la Warner, por cercania. En cambio mi preferencia apuntaba mas al norte, a PortAventura. Una semana era tiempo de sobra para pasar unos dias en la zona. En plena negociacion, en la oscura carretera de Sevilla, sentimos como un coche se pegaba indecentemente a nuestro maletero. La guardia civil nos echo las luces deslumbrandonos. Con senas nos indicaron que nos detuviesemos en el arcen. Un silencio sobrecogedor se acomodo entre nosotros. Es ver a la Guardia Civil y no controlarme. Sufro un nerviosismo que no tiene base cientifica ninguna, pero que a mi me recorria de arriba abajo con una sensacion centrifuga muy desagradable. Ocurre en mi familia desde generaciones ancestrales. Este Cuerpo de Seguridad del Estado nos crea una inquietud dificil de describir. Mantenerlos lejos es vital para un estado de vida sosegado y sin grandes sobresaltos. El guardia civil asomo la cabeza por la ventanilla y nos pregunto, despues de darnos las buenas noches, a donde nos dirigiamos. Y nos lucimos mas que en nuestros espectaculos. Yo conteste que a PortAventura y mi hermano que a la Warner. A la misma vez. Ya la habiamos liado. Ni cantando flamenco nuestras voces se unian tan sincronizadas. Con una linterna pequena, y media cabeza metida por la ventanilla, ilumino todo el interior del coche. El senor, de manera muy seca y manida, me pidio la documentacion del vehiculo. Madre del amor hermoso. En ese momento aparecio en mi mente, con vida propia, la pistola de balines. Dos segundos me sobraron para calcular que si sacaba los papeles y la pistola se caia, o simplemente esos senores la veian con la linterna, que con lo chiquitilla que era podia iluminar hasta el ultimo rincon, las consecuencias serian irremediables. No me daria tiempo a explicar la historia completa. Asi que hice lo que tenia que hacer. Una declaracion en toda regla. Les dije a los senores que iba a coger los papeles. Pero que en la guantera habia una pistola. La palabra "juguete", que en mi cabeza se pronunciaba inmediatamente despues de pistola, no llego a salir de mi boca. No me dio tiempo. Yo queria decirla. Era mi intencion. En tres segundos estaba fuera del coche, con las manos puestas sobre el techo y las piernas abiertas. Mirando de frente a mi hermano que resoplaba palido en la misma posicion que yo. Sus ojos brillaban. La noche cerrada no nos dejaba ver nada de lo que habia alrededor. El paisaje parecia cortado de cuajo, y cercado en negro, como escenario de una pelicula de terror. Olia a tierra mojada, a retama agria y humedad. El miedo era compartido por los cuatro. Y se acentuaba por el hecho de estar en un descampado en medio de la nada. No percibimos muy espabilados a los senores de verde, la carrera uniformada no les habia "iluminao" demasiado en el camino de las situaciones dificiles. Se preguntaban el uno al otro, mostrando inseguridad. Mis manos sobre el techo del coche temblaban tanto que no era capaz de mantenerlas quietas. Ni tocando la caja se movian tanto. Mi imaginacion, que corria como las balas, me ofrecio cientos de opciones donde, si no conseguia dominar el temblor, no saldria bien parada. El moreno de la cara de mi hermano se esfumo para presentar una palidez que no habia visto en mis veinte anos a su lado. Lo miraba, me miraba. Intentaba saber que me decia con la mirada. El buscaba las mismas respuestas en mi. En este dialogo de besugos mudos, su miedo y el mio, hechos un nudo, no ayudaron a gestionar soluciones. Enmudecidos con la certeza que dijeramos lo que dijeramos, empeorariamos la situacion. Dos segundos de silencio. Se escucha una voz que pide refuerzos. Los ojos de mi hermano se abrieron como platos. Necesitaban pedir refuerzos. Pensarian los pobres hombres, que lo importante alli, era no perder la custodia de ninguno de los dos ni un instante, fuera a ser que tuvieramos armas de destruccion masiva en el maletero. O superpoderes para deshacernos de las pistolas que nos apuntaban. O un cadaver escondido, que habiamos matado previamente con la pistola de balines. Vete tu a saber. La chica que llego en otro coche, el de refuerzo, me registro con esmero. A la muchacha no le quedo la menor duda que no tenia nada encima. Mi cuerpo no habia sido objeto de tanto paseo ni en mis anos de instituto. En el mismo momento que cogieron la pistola de balines, se dieron cuenta que era de juguete. Que gracia les hizo. No paraban de reir, pero mira por donde a nosotros no nos hacia ni "mijita" de gracia. El mal rato de los refuerzos, de las manos arriba y el escaneo corporeo, nos habia cambiado el buen humor que traiamos por una mala leche concentrada, que se podia verter en un jarrillo de lata. A trozos desordenados, contamos la historia de mi prima, la pistolita y la madre que la pario. Cuanto mas reian ellos, mas verguenza tenia yo. Nos invitaron a una tila en una venta cercana. La tila paso al vinito, y desemboco en una fiesta improvisada. Intentando calmarme y disculparse, la confianza se abrio paso. Cuando los senores terminaron su turno, demostraron ser unos entendidos del arte y el flamenco. Sin el uniforme era yo capaz de verlos mas cercanos. Hasta el tercer vaso mi tension no se disipo y me uni al festivo sarao. No puedo resistirme a dejarme llevar por una juerga donde se vierta el vino y la musica a partes iguales. Yo tenia el pulso, de los nervios acumulados, como para robar panderetas Tuve que sujetar el vino con las dos manos, para que el suelo no se emborrachara antes que yo. Bailando llego el dia y con el continuamos nuestro camino. Al final los tres, mi hermano, la pistola y yo, pasamos por los dos parques tematicos. Disfrutando de esa semana que empezo accidentada y termino con un regreso acelerado. Una propuesta laboral, que de un zarandeo nos cambiaria de lugar en el mundo. Nos llevaria a cruzar el charco, llevando nuestro arte y alegria, como unico equipaje. CAPITULO 2 BEATRIZ LA FORMA INCORRECTA DE GUARDAR Antes de conocerlo yo guardaba. No es que me sienta muy orgullosa de esta parte de mi vida. Caer es muy facil cuando las necesidades aprietan el monedero y las facturas se amontonan en el cajon. Para colmo, todo tu alrededor, se empena en demostrarte lo facil que es ejecutarlo y salir impune. Siempre he vendido en el mercadillo, desde que era nina. Teniamos un puesto fijo los domingos. Estaba muy bien situado, en la parte central. Mi abuela se lo dejo a mi madre y seria la unica herencia que me dejaria mi madre a mi. Mis bragas eran conocidas por ser las de mejor calidad de todo el mercado. No es que lo diga yo, puedes preguntar a cualquiera. Mujer que paraba en mi puesto, mujer que salia con muda limpia. No vayas a pensar que soy de esas que grita como una "condena" a toda la que pasa. Tengo otro estilo. Mi puesto es bonito, con la mercancia bien "planta". Y en cuanto se acerca una senora, ahi estoy yo, para ponerle por delante lo que ella no sabe que necesita. Las bragas no me daban para pagar el alquiler. Ganas dinero si, pero tienes que volver a emplear en mercancia. Y el margen de ganancia es muy pequeno. No daba para sobrevivir. Asi que o me bajaba las bragas y me dedicaba a la prostitucion o guardaba. Lo primero era para mi impensable. La primera vez que guarde los nervios me comian. No podia estarme quieta. Y eso que me dieron a guardar dinero. Tenia que esconder en casa una pila de billetes de los grandes. No habia visto tanto dinero junto en mi vida. Que la policia viniera a mi casa y me llevara detenida era una idea que no me dejaba ni respirar. Pense en los escondites perfectos. Dividi el objeto del deseo en tres partes mas o menos iguales. Una parte la meti dentro de una bolsa de guisantes en el congelador. La otra dentro de una zapatilla de estar por casa que llevaba puesta. Y la ultima parte estaba en un doble fondo en un paquete de detergente para lavar la ropa. Antes de encontrar los escondites perfectos los guarde y saque tantas veces, que estaba segura que no me iba a acordar del ultimo sito donde los habia guardado. Me hice un pequeno mapa, por si acaso. Luego escondi el mapa y no lo encontre. El chico que vino a recoger el dinero tuvo que esperar media hora a que encontrara el tercer monton, que tenia bajo mis pies. Tengo que reconocer que la angustia se me pasaba cuando podia pagar con desahogo mis deudas. A los pocos meses me ofrecieron doblar los beneficios si guardaba una bolsa de pastillas. Cai y dije que si. Un par de "guardaos" mas y lo dejo, me dije a mi misma. Para que nos vamos a enganar. A todo se acostumbra una. La posibilidad de poder pagarme un alquiler fuera del barrio, me lanzaba veloz por el objetivo. Necesitaba alejarme. Queria vivir en un pueblo costero, cerca del mar. Alli vivian mis amigas y cuando las visitaba sentia que era mi sitio. Me fui cuando la suerte jugo de mi lado y me libre de una buena. Tenia ahorrado lo suficiente para pagar un ano de alquiler. Con lo que sacaba del mercadillo iria tirando. Con 20 anos ya estaba fuera del barrio. Me sentia orgullosa de una parte de mi. De la otra no queria acordarme. Mi nuevo sitio olia a mar, a lejia y a limpio. Algo totalmente nuevo para mi. Tener un vecino que me cortaba la respiracion cuando lo veia, fue el aliciente perfecto para adaptarme a mi nueva vida. Era moreno, alto, con un semblante simpatico, de esos que al mirarlo no puedes dejar de sonreir. Siempre iba con prisas. Me saludaba de forma cercana. Notaba como me miraba cuando me alejaba. Sabia que tenia posibilidades. Era algunos anos mayor que yo, pero no me importo. No fue facil. Tuve que bajar y subir cientos de veces para coincidir con el en el ascensor. El senor mayor que siempre estaba en la puerta del portal pasando el rato, tuvo serias dudas si era mi vejiga o mi cabeza la que tenia incontinencia. Le sacaba conversacion cada vez que, por casualidad, nos encontrabamos. Un dia tomamos algo, al otro repetimos, y poco a poco me lo fui trayendo a mi terreno. Me lo traje tantisimo que nos casamos a los 12 meses justos de conocernos. Tuve una boda como Dios manda. En una caseta de la feria, que lucio espectacular para la ocasion. Mil farolillos de colores hicieron de techo. Sillas y mesas dieron paso mas tarde a una zona para bailar. Mi padre y mi padrino no escatimaron en gastos. No falto de nada. Los invitados comieron y bebieron hasta reventar. El broche final lo pusieron mis amigos Cristina y Raul, que bailaron y cantaron dejando a los asistentes boquiabiertos. Hasta mi suegra, que no encontro nada de su agrado, felicito a los artistas por su actuacion. Nos llevabamos muy bien. No discutiamos demasiado y no teniamos que esforzarnos por hacernos felices. Siempre he sabido que donde mejor sintonia teniamos mi marido y yo era en la cama. Para mi, que el habia tenido una vida muy insulsa en ese aspecto. Al conocerme descubrio todas las posibilidades en una gama amplia de actividades variadas dentro y fuera del lecho conyugal. Las reconciliaciones eran muy faciles, en el momento que nos ibamos a dormir. Despues de casada, segui ayudando a mi madre en el mercadillo. No es facil montar y desmontar un puesto sola. Hay que cargar cajas, sacar mercancia y volverla a guardar. Desde que lo conoci, mi marido trabajaba reparando ascensores. Tres turnos de noches a la semana. Y otros tres turnos de dia, 12 horas seguidas. Descansaba un dia a la semana que a veces coincidia con el que trabajaba yo en el mercadillo. No entendia mucho de lo que me contaba. Me hablaba de motores y mecanismos que me sonaban a chino. Lo unico importante es que era feliz.

  • A Sexy Berling Interlude (Sexy Berling 3) de Maya Blair

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    Desnudo. Aprieto el cinturon del albornoz y levanto las piernas del suelo para apoyar los talones en el borde de la butaca a la vez que las rodeo con los brazos. Gabriel Berling esta... aqui. Desnudo. Con un suspiro suspendido en los labios, aposento la barbilla encima de las rodillas y me recreo en la vision de ese demonio que horas antes vestia de Armani, pero que ahora mismo duerme cual angelito en mi cama --!mi cama!-- tal y como su madre lo trajo a este mundo. Oh, Senor... Se que nada volvera a ser igual despues de que mi apartamento haya sido profanado por el mismisimo amo del inframundo. Me pregunto si habra anuncios de exorcismos expres en las paginas amarillas. El reloj digital que tengo encima de la mesilla marca las horas de manera inmisericorde, recordandome el tiempo que llevo despierta, incapaz de sosegar lo suficiente mi espiritu como para tenderme a su lado y dormir. Ya hace un rato que la luz del amanecer ha empezado a filtrarse sutilmente por las persianas, incidiendo sobre su poderosa anatomia, y yo no puedo despegar los ojos de el. Porque Gabe es una vision. Un dios neoyorquino recien caido desde lo mas alto del Olimpo de la Gran Manzana que duerme a placer enredado en mis calidas sabanas color crema. Le hago una foto mentalmente. Una sensual instantanea en la que el contraste de luces y sombras que lo envuelve realza todavia mas sus atributos fisicos. Lo recorro con la vista desde el negro cabello revuelto sobre la almohada, la relajada expresion de su rostro, los labios entreabiertos... Me deleito en su torso espolvoreado de oscuro vello por aqui y por alla mientras grabo su imagen en mis retinas; los anchos hombros, los fuertes pectorales, el definido abdomen, la sexy y pronunciada uve que se estrecha hasta perderse de vista entre las sabanas y... Me remuevo inquieta. Si sigo asi me excitare sin remedio, pero no puedo evitarlo. Y que conste en acta que estoy siendo buena, porque solapo el acuciante impulso de comermelo a bocado limpio con el inocente sucedaneo de hacerlo con los ojos. Aunque empiezo a replantearmelo seriamente. Quiza deberia de tumbarme a su lado y despertarlo con languidas y traviesas caricias de mi lengua a lo largo de su... De repente, se mueve. Apenas una ligera crispacion de dedos, un gesto que desaparece tan rapido como llego. Espero, expectante, a que surja de nuevo cualquier leve indicio que me diga que se esta despertando, pero los minutos transcurren sin que suceda nada. Si no fuera porque esta nevando, me pondria la ropa de deporte y saldria a correr por el barrio, pero los copos no han parado de caer desde las cuatro de la madrugada, asi que me encuentro oficialmente atrapada entre las paredes de mi apartamento, con un tentador bello durmiente apenas cubierto por la ropa de cama. Con un sonoro resoplido, me aparto de la frente un mechon de pelo que se ha escapado de mi mono, deposito los pies en el suelo y me levanto de la butaca para caminar descalza en direccion al cuarto de bano. En mi mente revolotea el recuerdo de sus incendiarios besos en el sofa, de nuestros cuerpos enredados sobre la alfombra. Cierro la puerta tras de mi y apoyo la espalda en ella con un gemido a la vez que cierro los ojos y vuelvo a sentir su lengua seduciendo la mia, sus labios deslizandose por mi cuello para terminar por devorar con despiadada fruicion mis pechos... Me digo que tengo que parar, pero soy incapaz de ponerle freno al desfile de imagenes que asaltan mis sentidos; fugaces flashes que me hacen estremecer presa del insaciable apetito que el ha despertado en mi. --?Por que? Es tan sencillo sucumbir... Tan, tan… bueno. Alzo los parpados, me adelanto hacia el lavamanos y, apoyandome en el mientras abro el grifo, recojo el agua fria en la ahuecada palma de mi mano para proceder a refrescarme el rostro y la nuca. Y lo hago una y otra vez, hasta que siento que las espirales de deseo que se arremolinan en mi vientre vuelven a aquietarse. --Aqui estas. Abro los ojos de golpe. Las manos de Gabriel entran en mi campo de vision y se asientan con firmeza a los lados del lavabo, atrapandome entre la fria ceramica y su vibrante calor corporal. Entonces, pega el torso a mi espalda y hunde el rostro contra mi cuello para depositar un humedo beso al tiempo que busca mi mirada en el reflejo del espejo que esta frente a nosotros. --Te tengo --musita entre mordisco y mordisco. Dios, si, me tiene. Y en mas de un sentido, maldito sea. Me estremezco y dejo caer los parpados, abandonandome al torbellino sensorial que despierta en mi con cada nuevo toque de sus labios, de su lengua, de sus dientes. Noto como mis pezones se erizan y mi vagina se derrite. Cada pulgada de mi ser lloriquea por el, por lo que va a venir a continuacion. Su brazo derecho me cruza el torso, se desliza por la abertura del albornoz y apresa mi pecho izquierdo en la cuenca de la mano. --Abre los ojos, Dee. Lo estruja y manosea hasta que lo siento insoportablemente tierno, sensible. Bajo la tortura de sus dedos, mi pezon se convierte en un apretado boton y los ramalazos de placer se disparan derechos a mi entrepierna, que se contrae con cada nuevo roce. --Miranos. Obedezco. El espejo del bano me devuelve dos reflejos; uno es el de una mujer ruborizada, de mirada vidriosa y labios entreabiertos en un silencioso gemido, el otro el del oscuro e imponente hombre pegado a su espalda. Gabriel abandona mi turgente seno y abre el albornoz, deshaciendo el nudo del cinturon con tirones impacientes. Puedo notar la solidez de sus intenciones presionando con insistencia mi trasero, sus manos remontando las curvas de mi cuerpo en una lenta caricia desde la cintura hasta los hombros, minandome la voluntad antes de hacer resbalar el tejido de algodon hacia abajo y dejarme expuesta casi por completo. --Preciosa --musita en mi oido antes de enredar sus dedos con los mios, que siguen aferrados al lavabo, y depositar un beso de boca abierta en la despejada nuca. Su lengua es fuego contra mi espalda. Me excita, me consume. Desciende con febril sensualidad a lo largo de la linea de la columna, haciendome sacudir presa de deliciosos escalofrios y poniendo mi piel en guardia. --Albornoz fuera --grune pegado a la curva de mi trasero, incapaz de avanzar mas a causa de la barrera de tejido que se interpone entre el y mi carne desnuda. Me obliga a aflojar el agarre y abandonar la frialdad de la ceramica para permitir que la prenda caiga al suelo. El algodon se arremolina a mis pies con un quedo susurro y Gabriel sonrie contra mi piel, satisfecho. Ahora estoy tan desnuda como el, cada pulgada de mi cuerpo revelada para su goce y disfrute. Sus dedos constrinen mis caderas y percibo el calido toque de su aliento sobre las nalgas segundos antes de que su boca se apodere de una de ellas.

  • El sueno de Agnodice (La medica de las mujeres 1) de Rosaura Hernandez Soto

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    Siglo III a. C. Un sueno imposible para una mujer; una mujer que no conoce el significado de la palabra imposible.

  • AMOS Y MAZMORRAS XII de Lena Valenti

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    EL REINO DE LOS CALAVERA YA ESTA EN MARCHA.

  • El funeral de las Cadenas_LA MISMA SANGRE de Adhemar Antunez

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    pitulo – 1 El mundo tiene tantas historias como dias girando, sin embargo, todas ellas intentan ser en su complejidad, diferentes a la mia. Y aunque muchas veces las historias contadas son ficticias, no logran conquistar al lector, no lo atraen y lo empujan a sentirse identificado, incluso, no lo hacen encontrar sentido a las palabras que lee. Yo se que mi poesia es ambigua, y se bien que le falta protagonismo, aunque pueda escucharla en mi mente a la hora de crearla, no es buena, la realidad es otra, no logro plasmar lo que en definitiva quiero escribir. Por eso, estoy pensando en dedicarle algo de tiempo a los relatos, a los cuentos, dejar en pausa por un tiempo los versos libres de mis sonetos. Pero no tengo idea, ?por donde comenzar? Es verdad que la inspiracion suele nacer en cualquier momento, en un instante fugaz, que una idea es capaz de florecer, ahi, donde menos se espera. Estoy un poco perdida, me faltan pensamientos y no logro concentrarme, la primera oracion que me indique que voy por buen camino, no se hace presente. No siento las letras que escribo, las vocales y consonantes van y vienen, pero no se llevan, no tiene sentido seguir. Mejor dejo por hoy, no seguire forzando mi cabeza, cuando menos lo piense, una idea vendra a salvarme. Hoy es viernes, y ya se que me espera en la facu. Lo mas seguro es, que el profesor de literatura saldra con una de sus ideas de misterio. Temo que la tarea de esta semana sea todo un reto, o un pensamiento distorsionado, porque en realidad nunca se sabe que pasa por la cabeza de ese loco de las letras. Mientras no sea ir a recorrer las ferias y buscar un libro que perdio hace treinta anos, y que jamas pudo encontrar. !Pobre profesor!, sigue atormentado por el no hallazgo de lo que el cree, es una obra insuperable de la literatura. He llegado a pensar, que ese libro tan extraordinario solo esta escrito en su pobre mente. Bueno, este dia sera toda una prueba a la hora de satisfacer su sueno, pero yo lo entiendo, porque nunca hay que perder lo que aun no se alcanza, y con las mismas ganas, jamas hay que dejar de sonar. Ya se me hace tarde, para colmo los viernes tengo que pasar a levantar todas las fotocopias y llevarlas a la clase. Las de esta semana, son todas referidas a Benedetti. La verdad es una sola, y es que me queda un poco bastante a tras mano ir por ellas, igual nadie me escucha cuando sugiero, que alguien mas tendria que hacer estas tareas. Para mi es toda una historia caminar doce cuadras hasta el ciber, para luego tener que tomarme dos omnibus y llegar a tiempo a clases. !No lo puedo creer!, me olvide del celular arriba de la cama, lo dicho, esto de salir antes para llevar el material y cumplir con todos, me esta haciendo crecer una bolsa repleta de olvidos en la cabeza. Comence a dejar de lado otras necesidades, por culpa de ser tan eficiente. No tengo manera como avisarle a Cecilia, que hoy no puedo pasar a buscarla. Por tener que revisar de arriba abajo en mi bolso en busca de monedas, ya perdi el (144) Espero que ella entienda mi retraso, y que no me espere, pero bueno, no puedo hacer nada al respecto. !Es seguro!, hoy llego tarde a clases. Recien tome el primer omnibus, y lo de siempre, lleno hasta el motor. No hay lugar ni en el descanso para sentarse, donde es preferible no ir, ya que el olor a transpiracion escondido entre perfumes, es intolerable. ?Como extrano el telefono?, por lo menos con el, el viaje se hace mas corto. Hoy no podre adelantar algunas pantallas en el Candy Crush. Parece de otra realidad, las conversaciones mescladas con los ringtones hacen del omnibus un teatro ambulante, donde todos interpretan un papel protagonico. !Permiso, permiso!, guarda, la parada que viene por favor. Si me apuro logro tomar el otro omnibus. El (103) esta recostado sobre el cordon, parece que esta pinchado. Por suerte no, es solo la gente que se amontona igual que hormigas en la puerta para subir. Por fin estoy arriba, a lo sumo llegare quince minutos tarde, siempre y cuando no encuentre a Juan, el vagabundo que pernota en las escaleras de la facu. Hoy no traje nada para ofrecerle, ni siquiera tengo diez pesos para que se compre un alfajor. Todos los dias le traigo algo de casa, pero hoy espero no verlo, no quiero sentirme mal por no ayudarlo. Se bien, que no es mi culpa que se encuentre en la calle, pero tampoco es de el. Unas cuantas veces mantuvimos pequenas charlas, y por su forma de hablar y por lo que me ha contado de su vida, soy testigo que no eligio estar donde hoy esta. !Permiso Profesor!, perdon por llegar tarde, es que perdi el omnibus y aunque no es excusa, es la verdad. Aca estan todas las fotocopias, y ademas tengo que decirle que hoy no tendra que pedirme que pague el celular, porque no lo traje. _?Que te paso Rosana? _Me olvide el celular en casa, por eso no pude avisarte Cecilia. _?Por que no le decis al Profesor, que elija a otro para las fotocopias? _!Ya se lo pedi, y mas de una vez! _?Y que te contesto? _Que aparte de mi, ninguno en la clase incluida vos, lo quiere hacer. _Tenes razon, pero en algun momento tendra que buscar a alguien mas. _!Si!, que lo haga pronto, porque yo ya estoy cansada de ser la de los mandados. Luego de una hora y media interminable, donde diversos autores y sus obras fueron expuestos ante nuestros oidos, ya casi tocaba el timbre y sucedio lo temido. El Profesor comenzo a repartir las tareas para el dia viernes, que fuera de horario desembocaban en el fin de semana, la famosa busqueda de su tesoro. Esta vez hubo cambios, la desesperacion de encontrar su ansiado grial literario, lo llevo a formar parejas mixtas de estudiantes para investigar en distintos lugares; donde el cree, que puede estar el dichoso libro.

  • Secretos en el Vecindario de Gabriela Montilla

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    Mara esta a dos semanas de cumplir dieciseis, y su vecino… treinta. El usa camisa y corbata, y cuando no, usa trajes de saco. Tiene una familia y parece estar “felizmente casado”
    No importa. El es el primer “gran enamoramiento” de Mara, y eso, que habia jurado no volverse a enamorar.
    Mara haria todo lo que fuera por besarlo. Pero ademas de casado, es super sospechoso y guarda un par de secretos. Cuando Mara lo descubra ?seguira teniendo ese enamoramiento platonico con el o saldra a decir todo lo que sabe?
    Bueno, si el no la silencia primero.

  • Se armo Cupido, Maleja Arenas de Maleja Arenas

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    ?Cual es el peligro de entrar al bano de hombres?
    Bueno, tal vez que descubras a dos hombres midiendo quien tiene el mayor tamano, o tal vez que se burlen de ti por entrar donde no debes hacerlo.
    Lo que nunca imagine fue que entrar ese dia, a esa precisa hora, justo en ese bano; me llevara a este espiral que es ahora mi vida. Todo porque casi fui testigo de como asesinaban a un agente encubierto, el maldito callejon por el cual huimos tenia camaras de seguridad y justo tuve que mirar hacia atras cuando el, muy claramente me dijo “No lo hagas”.
    Y digo casi, gracias a que mi maldito ingenio y mi histeria le salvaron la vida al hombre, colocando en peligro la mia. Ahora, el departamento de policia y el gobierno me tienen escondida, en un horrible apartamento, en una horrible zona residencial, porque se supone que:
    ?Quien podria sospechar de una pareja de recien casados muertos de hambre y locos de amor?
    Jodidos banos de hombres y jodido cupido que me llevo a enamorarme del idiota que me puso en esta situacion en primer lugar.

  • Abrazando tu alma (Hibridos Puros 1), Fabiola Pereyra de Fabiola Pereyra

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  • Perdida, Gillian Flynn de Gillian Flynn

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  • La verdad de la tribu de Ricardo Dudda

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    Un recorrido historico y social sobre la correccion politica y sus enemigos.

  • El amor no es para tanto de Cassandra Donati

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    ?Que le dirias a tu novio secreto si te propusiera casarte con el el mismo dia en el que presentas en primicia mundial un libro que habla de la caducidad del matrimonio?
    Pero, para desgracia de Francesca Albani, la velada en la que su editorial va a presentar su polemica obra estara cargada con una buena dosis de infortunios y malos entendidos que la obligaran a elegir entre salvar su libro… o su amor.

  • El autobus. Un viaje al corazon de Sonia Lopez Souto

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    ?Como empieza una historia de amor? ?Alguien lo sabe? Todos sonamos con conocer a esa persona especial, en un lugar especial. Pero, ?y si no hace falta nada mas que mirarla a los ojos y saber que es ella?

  • Doble engano de Anna Depalo

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    ?Tardaria mucho en llegar la proposicion de matrimonio?

  • Tigre. La historia de Alix Crane de Angela Cruces

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    "Te hare pedazos…" Y el siempre cumple sus promesas.
    Alix Crane irrumpe en la vida de Valery para poner su mundo boca arriba, sin importar a quien tenga que "pisar" en el camino, porque el TIGRE de California te hara trizas si te interpones en su destino...

  • Suenos (Italia 2) de Elizabeth Betancourt

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    Sentada en el bar, sumida en sus pensamientos, siquiera oia la triste musica de fondo que tanto se asemejaba a su estado de animo. Ya desde un inicio sabia que emprender el viaje hasta Italia era un riesgo, pero estaba dispuesta a arriesgar porque la seguridad en la que vivia en casa de sus tios era una ilusion, una carcel disfrazada de solidez, de una garantia de vida tranquila que era estatica sin cambio alguno, estando en un bucle que consistia en rutinas interminables de aburrimiento. No lamentaba haberse ido de "Boring", pero ni en sus peores pesadillas se habria imaginado que perderia todo por culpa de una mentira, por culpa de una farsante maquiavelica que a simple vista no parecia alguien de quien temer... Durante el viaje, aquel viaje inolvidable en el que habia conocido a Angela y a Domenico, habia pensado que podia fracasar con el proyecto que habia emprendido, pero por cuestiones economicas, no por el odio de toda una comunidad que la habia tratado al principio como una persona que merece respeto y carino, para despues sin siquiera escucharla, juzgarla y echarla de sus vidas como si fuera un perro callejero. Sus ojos todavia se empanaban al recordar lo perdida que se sentia al salir de la casa de Domenico. La habian sentenciado sin siquiera darle la minima oportunidad de poder defenderse. Habia creido que en seis meses la conocerian, sabrian la clase de persona que era y sobre todo, sabrian lo mucho que habia entregado de su amor a todos ellos. Una lagrima se deslizo por su mejilla sonrojada y Melania la borro con rabia, diciendose a si misma que ninguno de ellos valia la pena, ninguno de ellos merecia una sola lagrima suya, ninguno, excepto su angelito... Si seguia alli, planeando y luchando por descubrir las mentiras de Antonella, era por Angela y por su casa, habia trabajado muy duro como para abandonar el unico hogar real que habia tenido en la vida. --Disculpe, senorita... Espero no molestarla, pero creo que necesita compania. --La voz de un hombre interrumpio sus reflexiones. Le miro sin llegar a verle, lo cierto es que se sentia desde hacia semanas como en un mundo lleno de niebla espesa que la permitia abstraerse de la realidad. No queria sumergirse en su mundo interior, pero el dolor por la perdida de aquello que siempre habia anorado tener y por fin parecia haberlo logrado, la mortificaba. --Nnno, no pasa nada. --Murmuro Melania en respuesta. El hombre sonrio y toco su mano, fue entonces cuando la pelirroja por fin se fijo en el. Era un hombre atractivo, debia rondar los treinta y cinco anos, moreno y de estatura promedio. Iba vestido de manera informal y debia admitir que tenia una sonrisa bonita. Su gesto no parecia el tipico de un varon joven que intenta llevarse a la cama a una chica que se encuentra en un bar en los suburbios de la Toscana. Parecia que deseaba genuinamente ayudarla, al menos escuchandola, si, tenia pinta de ser un buen oyente. --?Por que una joven inglesa tan bella esta sola en esos lares y con la mirada tan triste? -- Pregunto aquel hombre cuyo acento en ingles era dulce y gracioso. --Es una historia muy larga. --Contesto Melania, haciendo un intento de esbozar una sonrisa que mas bien parecia una mueca y en un italiano perfecto, casi de nativa. --Se me da bien escuchar. --Respondio el moreno. Su mirada era calida y su voz muy tranquila y serena, tanto que resultaba calmante. --Eso parece... ?Eres un escritor que busca inspiracion en historias tristes? ?O tal vez, un sociologo que intenta estudiar el comportamiento de las feminas extranjeras en Italia? ?O, eres alguien sin una vida propia que no tiene nada mejor que interesarse en las vidas ajenas? Melania no habia pretendido resultar tan borde, pero ultimamente no parecia ella misma, no se sentia como la mujer serena, dulce, simpatica y graciosa que generalmente era. Algo en su interior se habia roto... --Perdona, no queria... --Intento disculparse, pero el hombre la dedico una sonrisa, como diciendo: No pasa nada. --Soy criminologo, me acabo de tomar las vacaciones y decidi venir a este sitio que se caracteriza por sus buenas costumbres y la paz. Mi trabajo muchas veces impide esa tranquilidad mental que deseo. --Dijo el desconocido dejando a Melania sorprendida. Ella jamas habia conocido a un criminologo y aquello resultaba de lo mas interesante. --!Vaya! No me extrana... ?Es como en "Mentes Criminales"? Me refiero, seguro que has visto cosas espeluznantes... --Dijo Melania con la curiosidad tipica de una nina pequena. --La realidad supera la ficcion. --Contesto el hombre y en sus ojos ella pudo apreciar cierta tristeza, pero fue solo por unos segundos tras los cuales la expresion del moreno volvio a ser afable y sus ojos brillantes, chispeantes como el lucero vespertino. --Entiendo... ?Y que te parece la Toscana hasta ahora? --Pregunto Melania cambiando de tema, aunque se moria por saber mas sobre las cosas que debia haber visto aquel desconocido tan atractivo. Su imaginacion volaba por las nubes, imaginandose situaciones, historias dignas de un episodio de NCIS. --A La Toscana la podria definir como un paraiso idilico donde el tiempo se ha detenido. -- Respondio el criminologo. --Oh, recuerdo que yo habia pensado lo mismo cuando pise estas tierras. --Dijo Melania con cierta melancolia. --?Y ahora? ?Opinas de la misma manera? --Pregunto el hombre que al parecer se interesaba por el comportamiento humano incluso fuera del trabajo. --Claro que si, lo que pasa es que... No se, es dificil de explicar. --Dio una respuesta bastante ambigua la pelirroja, pues ya no confiaba en las personas como antes y tanto interes repentino por parte del desconocido sonaba sospechoso. --Intenta explicarlo. Creo que has sufrido mucho, parece que alguien a quien amaste con todo el corazon te destrozo emocionalmente... No pareces desear soltar tu dolor a un perfecto desconocido. Lo cual es comprensible y ademas, aconsejable. Pareces una buena chica, alguien capaz de escuchar... Tal vez tu podrias ser mi oyente por unos minutos, a mi no me importa que seas una desconocida, casi que lo prefiero, siento que me puedo expresar mejor con alguien a quien no conozco, alguien cuya opinion en el fondo no me importa, alguien a quien tras una charla amena no volvere a ver. --Dijo el moreno sonriendo, Melania correspondio a su gesto. --Entonces tienes una historia... --Dijo ella, mas para si misma que para el, reflexionando en voz.--En esta clase de sitios siempre hay alguien con una historia, dispuesto a ahogar el dolor con una copa o un rapido revolcon. --Yo solo vine a por una o varias copas. --Dijo la pelirroja, dejando clara su postura. --Tu corazon pertenece a alguien, inconscientemente pones barreras a cualquiera que quiera ligar contigo porque sientes que le debes lealtad a esa persona. --Dijo el desconocido sin inmutarse, con una voz pragmatica. --!No le debo nada a ese! --Contesto Melania con voz ronca, con los ojos reflejando su llanto interior. --Lo que yo decia, un corazon roto. --Dijo el moreno levantando una ceja y ella le miro rabiosa. --!Deja de analizarme! Mi cabeza es mia y solo yo puedo estar dentro de mi coco. La respuesta de la inglesa le hizo reir al criminologo, a ella le parecio que su risa era agradable al oido y sin poder evitarlo, tambien lanzo una carcajada. --Cuentame tu historia. --Dijo al cabo de un rato la pelirroja, tomando un gran sorbo de su jarra de cerveza. --Me suspendieron del trabajo por un trauma... --!Oh dios mio! --Exclamo Melania horrorizada, con los ojos abiertos de par en par. --No es por algo que haya visto, esas cosas no suelen afectarme, solo unos cuantos casos durante mis primeros anos de oficio, pero el ser humano esta hecho para encontrar la forma de poder avanzar a pesar de ver las cosas mas horrorosas hechas por seres que han caido en la miseria de su existencia. --Respondio el con una voz inexpresiva, probablemente una tecnica que habia aprendido como forma de suprimir sus emociones para desempenar su trabajo. --?Y entonces? --Pregunto Melania consternada por lo frio que parecia al hablar de su trabajo. --El ano pasado mi hermano, Alphonso, se suicido. Fue de forma repentina, el parecia estar bien meses atras, pero se enamoro perdidamente de una chica a la cual yo nunca llegue a conocer. Encontre su cuerpo sin vida en su habitacion, pues compartiamos piso, el colgaba desde el techo y en su mano habia una carta desgarradora en la que describia ese amor enfermizo que sentia hacia esa mujer llamada Chiara. Al parecer, ella nunca correspondio a su amor, pero a pesar de eso era extrano ese comportamiento en mi hermano, el no era un cobarde, todo lo contrario y jamas antes se habia obsesionado de esa forma con una mujer hasta perder la cabeza. Lei todas las cartas que le habia escrito, solo se repetia ese nombre y la belleza que poseia la mujer, pero ninguna pista sobre la identidad de Chiara, tan solo su nombre de pila. Llegue a tener una gran mania de encontrar mas respuestas para poder explicarme la razon de que mi hermano hubiera tomado tal decision, una resolucion radical y sin logica... Pero, no hallaba las respuestas a todas mis preguntas, mi jefe lo noto, me dio un plazo para recomponerme y dedicarme de nuevo de pleno en mi trabajo, pero no pude... Es por eso que Basilio, mi superior me suspendio temporalmente y vine aqui... Creo que me vendra bien. --Termino de relatar el hombre y anadio. --Te acabo de contar parte de mi vida y sin embargo, ni te he dicho mi nombre. Me llamo Cristiano. La historia de lo que le habia pasado al criminologo habia dejado a Melania con un malestar en las entranas. --Yo Melania. Espero que estas tierras apacibles realmente te ayuden, es algo atroz lo que ha pasado y puedo comprenderte perfectamente, puedo entender las dudas que te asechan, sobre todo, teniendo en cuenta que tu hermano era alguien con todos los tornillos bien puestos... Es extrano el cerebro, su funcionamiento... !Un dia piensas normal y ves las cosas con logica y perspectiva, al otro has perdido las facultades! --Asi es, pequena pelirroja. He hablado de esto solo con mi terapeuta.

  • Diccionario de Nueva York de Alfonso Armada

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    Esto no es una guia de viajes ni un libro de aventuras ni un analisis de una ciudad y sus gentes ni un estudio del paisaje urbano. Y es todo lo anterior al mismo tiempo. El Diccionario de Nueva York urdido por Alfonso Armada tras siete anos de vida y corresponsalia en Nueva York contiene personas y personajes, historias e Historia, escritores y politicos, referencias literarias y arquitectonicas, prosa y poesia. Pero es sobre todo un paseo por Nueva York que esta destinado a convertirse en obligada referencia para todos aquellos que quieran conocer de verdad la ciudad <>.

  • Anatomia de un segundo de E. Wolf

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    Solo un segundo ha necesitado Catherine MacDonnell para saber que el hombre con el que va a casarse no es quien ella creia. Ese duque aparentemente arrogante y aburrido resulta ser tambien una inestimable ayuda para la Scotland Yard, en especial sus conocimientos medicos. En un instante, Huxley Hamilton se ha dado cuenta de que su matrimonio va a ser de todo menos inapetente y anodino. Y todo por los delirios de su futura mujer de encontrar un asesino con sus "artes adivinatorias". Un segundo es lo que tardan ambos en odiarse y quererse por igual. Pero hay algo que ambos desean, y es atrapar al asesino que esta llenando de cadaveres las calles de Londres, y parece que solo lo lograran si unen sus fuerzas.

  • Mala compania (Dime con quien andas 1) de Luz A. Pinzon

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    Antonia Nieto tiene un lema en la vida: Ser diferente a los demas. No le gusta ser dominada, ni seguir los estandares que la sociedad quiere aplicarle a los jovenes. Sus amistades son singulares; uno drogadicto, otra demasiado chismosa, uno al que le gusta vivir en la ilegalidad y la ultima le teme a hablar en publico. Su vida se ve afectada por el deseo de cambio de uno de ellos, su mejor amigo, Michael Rivera. Despues de confesarle que quiere erradicar su conducta danina, ella enloquece y todo da un giro inesperado.

  • Cementerio prohibido de Francois Villanueva Paravicino

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    El conjunto de relatos de Cementerio prohibido de Francois Villanueva Paravicino mezcla el terror y lo fantastico con un estilo finamente descarnado, en cuyas paginas desfilan verdugos, canibales, condenados, catastrofes, asesinatos, longevos, pesadillas, alienados, y zombis. El autor hace gala de un tacto hipersensible para sufrir y recrear el miedo, aquel temor que obsesiona al lector de este genero, y que le revelara el oscuro rostro del Mal. Tal vez esta propuesta sea un tributo a Poe, Maupassant, Lovecraft, Shelley, Kipling, Byron, Quiroga, Clemente Palma, y otros genios que vislumbraron en las tinieblas una luz para forjar el oficio de la escritura literaria. El que se aventure en estas misteriosas paginas, se intrigara con las historias que lo cuestionaran sobre lo real, lo tragico, la muerte, la verdad o sobre la propia existencia. Por ello, la puerta esta abierta.

  • El corazon de una Campbell de Edith Stewart

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    Colin McGregor ha conseguido salir con vida del paramo de Culloden, no sin gran esfuerzo. Herido, busca refugio en una cuadra donde sus fuerzas le abandonan y cae desmayado.
    Brenna Campbell, duena y senora del castillo de Cawdor, no puede creer que el herido en sus cuadras sea un McGregor. Sabe que si los ingleses lo descubren alli, el clan sera acusado de traicion a la corona. Pero ese no es su unico problema, Brenna tiene que lidiar con las atenciones del capitan Fullarton quien pretende cortejarla. Pero ella jamas se casara con un sassenach, asi que esta dispuesta a pedirle a Colin McGregor, una vez repuesto de sus heridas, que se haga pasar por su prometido para alejar al baron ingles.
    Lo que comienza como una farsa ante los ojos de todos, pronto dara paso a la pasion mas abrasadora.

  • Un vinedo para Allison de Olivia Kiss

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    Cuando eran jovenes, Alexandre y Allison se reunian todos los veranos en El Vinedo Morriset y su amistad pronto dio paso a algo mas, un sentimiento profundo. Sin embargo, antes de la amarga despedida, el le prometio que le escribiria, pero nunca lo hizo.
    Diez anos mas tarde, el vinedo esta en venta. El senor Morriset quiere que termine en manos de alguien que realmente entienda lo que significa aquel lugar, asi que Alexandre y Allison acaban siendo los unicos aspirantes y deberan pasar unas semanas juntos en ese sitio en el que se enamoraron, aunque ahora el odio, el dolor y el sabor de la traicion parezca interponerse irremediablemente entre los dos. ?Pueden los muros de aquella casa derribar los que ellos mismos han construido? ?Realmente ya no sienten nada el uno por el otro?

  • Palabras de papel (Reporteros 3) de Marilo Lafuente

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    Maca es una mujer que se ha dejado convencer con mucha facilidad por palabras y promesas vacias.Bruno es un hombre atormentado y con un grave problema a sus espaldas; su excesiva responsabilidad.?Puede una mujer desenganada volver a confiar en el hombre al que ama??Puede un hombre apartar de su vida lo unico que le impide ser feliz?Una novela romantica en la que la historia de Maca y Bruno se mezcla con el dolor que causan las guerras, el sufrimiento de la hambruna y los dramas que producen las catastrofes naturales.Palabras de papel es la tercera entrega de la serie Reporteros.

  • Tu mirada oscura sobre mi vestido de calaveras rojo de Yaiza Castro

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    Escoge la senda del pecado, y desnuda tu alma al romance mas ardiente y peligroso. Una policia temeraria, pin up y alocada. Un agente de operativos especiales letal y que exuda peligro por cada poro de su piel. Una explosion. Una investigacion. Un amor envuelto en llamas. Un entramado criminal que clava las garras en lo mas profundo del corazon del organigrama policial. Dos enigmaticas figuras que dirigen el destino de todos desde las sombras. Un amor del pasado. Un misterio por resolver. Un romance que hunde sus cimientos en el erotismo mas salvaje.
    Disfruta del mejor romance y el mejor suspense en una historia donde ambos generos se aunan para conformar una novela pasional y trepidante.

  • Lady Amelia de Lydia C. Ramirez

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    En el Londres del siglo XIX, lady Amelia Phillips sufre por el amor no correspondido del duque de Pendleton, ademas de tener que lidiar con su insoportable madre, se enfrenta al repudio social por culpa de su hermano mayor. Entonces ante ella se abre la oportunidad de salir de ese infierno de la mano del joven heredero Robert Bradford. ?Podra Amelia conseguir al fin el amor de William? ?O debera rendirse?

  • Diario de una chirli – Megan Maxwell de Megan Maxwell

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    Eva y Merche son gemelas, y aunque fisicamente son dos gotas de agua, en todo lo demas no se parecen en nada.

  • Filofobia (Atrevete a amar 1) de Lorena Fuentes

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    En algun momento de mi vida me llamaban Paulina Ferguson, pero ahora solo quiero que me llamen Ina, como mi hermano mayor me llamaba cuando eramos ninos.
    Lo que muchas personas suenan es mi pesadilla, llevar sangre azul unicamente ha traido desgracias a mi vida. Me han arrebatado a las personas que eran mi mundo, obligandome a escapar de la ciudad que me vio nacer, pero ahora regreso a Londres decidida a encontrar aquello que me pertenece.
    La cocina es mi pasion, es lo unico que me mantiene centrada, eso y el sexo. Su efecto placebo fue lo que me llevo aquella noche a conocerlo, Connor Bellamy, y por el todo cambio.
    Tengo miedo a enamorarme, mis demonios no me permiten avanzar y es que cuando intento ser feliz, ellos salen para atormentarme.

  • Tienes que mirar de Anna Starobinets

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    Una cosa es inventar historias de miedo y otra muy distinta es convertirse en la protagonista de un cuento de terror. Dude mucho tiempo si merecia la pena escribir este libro. Es demasiado personal. Demasiado real. No es literatura. Pero lo unico que se hacer es escribir. No tengo ninguna otra habilidad para cambiar el mundo. Este libro no trata solo de mi perdida personal. Habla de lo inhumano que es en mi pais el sistema al que se ve arrojada una mujer obligada a interrumpir su embarazo por razones medicas. Este libro habla de la humanidad y de la falta de humanidad en general. No se puede recuperar lo perdido. Aquellos que han perdido su apariencia humana no pueden convertirse de nuevo en personas. Pero el sistema se puede corregir y esa es mi esperanza. Por eso indico los nombres reales de personas e instituciones. Por eso escribo la verdad. Es posible que mis esperanzas no se hagan realidad. Que quienes toman decisiones y lubrican los engranajes de este sistema nunca abran este libro. Que algunos de aquellos cuyos nombres he mencionado no sientan mas que ira. Asi sea. Pero si este libro ayuda a alguien con su dolor, significara que no fue escrito en vano. Y que, al menos, algun sentido tuvo lo que nos paso. MALFORMACIONES --Bueno, ?es nino o nina? --pregunto al radiologo. Ya me ha ensenado el cerebro --<>-- y el corazon: <>. Ya me ha dicho que las medidas se corresponden con las dieciseis semanas de gestacion. Me ha hecho la pregunta absurda a la que me he acostumbrado durante este tiempo: <>; y ya he contestado que en casa tengo una hija de ocho anos. De modo que esta vez quisiera que fuera un chico. Y luego le pregunto si es nino o nina, pero por alguna razon el medico aprieta los labios con firmeza. Es como si tuviera en la boca una enorme baya amarga y se estuviera pensando si escupirla o no. Mueve la sonda en silencio por mi abdomen y mira el monitor sin pronunciar palabra. Guarda silencio bastante tiempo y despues dice: --Es nino. Pero hay algo en su voz que me preocupa. Algo en su tono. Vuelve a apretar los labios. De repente recuerdo el comienzo de El Vivo, mi novela de ciencia ficcion: <>.[1] Estamos en noviembre de 2012 y ahora soy yo la que esta en la consulta de un medico que guarda silencio, el ecografo pita y pregunto: --?Le pasa algo al bebe? Se decide por fin a escupir la baya amarga: --?Hay alguien en su familia con problemas renales? --No... --No me gusta la estructura de los rinones del feto. Es una estructura hiperecogenica. Por unos segundos siento incluso cierto alivio. Al fin y al cabo, son los rinones. Por supuesto, son importantes, pero al menos no se trata de los pulmones ni del cerebro; el cerebro y el corazon estan bien, y los rinones los curaremos de alguna manera, porque en la familia no tenemos enfermedades renales hereditarias. Esto debe de ser buena senal... --Ademas, ocupan la mayor parte de la cavidad abdominal del feto --anade--. Son cinco veces mas grandes de lo que deberian ser. Puede que una no sepa que es una estructura hiperecogenica, pero es mas que evidente que los rinones no pueden ocupar todo el abdomen. De modo que comprendo, naturalmente, que esto es malo. Muy malo. --Posiblemente se trate de una enfermedad renal poliquistica del feto --me informa--. Limpiese y vistase. Al parecer es en este momento cuando por primera vez me divido en dos. Una de mis yoes se limpia el gel del vientre con manos temblorosas. La otra vigila tranquila y cuidadosamente a la primera y tambien al medico, y en general es muy observadora. Por ejemplo, se ha fijado en que ya no se refiere a mi hijo como <>. Ahora solo lo llama <>. --Tiene que hacerse una ecografia con un especialista. --Escribe en un papelito el nombre de la clinica y el apellido del medico--. Preferiblemente con este, esta especializado en anomalias en el desarrollo fetal. Pregunto: --?Es muy grave? Responde, pero no a mi pregunta: --Yo solo soy radiologo. No soy ni especialista ni Dios y puedo equivocarme. Vaya al especialista. Me parece que quiere anadir: <>, pero no vuelve a abrir la boca. Dicen que la primera fase del duelo es la negacion. Al recibir la terrible noticia, una es incapaz de creersela de inmediato. Esta convencida de que es un error o de que la enganan deliberadamente, de que el medico es un charlatan, que la manda a otro medico amigo suyo para sacarle los cuartos... Si, he visto cosas asi en los foros de internet de patologias del embarazo, e incluso mi madre, cuando le cuente los resultados de la ecografia, pronto pasara por esta etapa. Es un mecanismo de defensa normal, pero, por alguna razon, en mi caso no funciona. Incluso antes de ponerme a buscar en internet informacion sobre la enfermedad poliquistica, antes de oir el diagnostico, en ese momento en el que el medico miraba el monitor y callaba, comprendi que todo iba muy mal. Realmente mal. Pago la ecografia y salgo a la humeda oscuridad de noviembre. Recorro las calles y luego me doy cuenta de que habia ido en coche, pero no recuerdo donde lo he dejado. Doy vueltas veinte minutos alrededor del centro de obstetricia y ginecologia de la calle Bolshaya Pirogovka sin saber que es exactamente lo que estoy buscando. Me cuesta trabajo andar. Es como si me moviera dentro de una densa nube negra. Finalmente doy con el coche, me subo y conecto el movil a internet. Tecleo: <>, y no paro de abrir enlaces. Me entero de que la enfermedad poliquistica puede ser de dos tipos: dominante (adultos) y recesiva (infantil). Que la dominante es la que tienen tambien otros familiares y con la que habitualmente se puede vivir. En mi caso, sin embargo, se trata de la recesiva. Si es que ese es mi caso. En las fotos aparecen bebes deformados, con las caras aplanadas y enormes barrigas hinchadas. Bebes muertos. Los que tienen la enfermedad poliquistica recesiva no sobreviven. La densa nube negra que me rodea me llena de repente la boca y la garganta. Empieza a faltarme el aire. No puedo respirar. Mientras, la otra yo, que aguanta fria y tranquila, repara en que no solo estoy sentada en el coche mirando la pantalla del telefono y jadeando, sino que tambien voy conduciendo por la calle del Decimo Aniversario de Octubre y todos me pitan porque voy en sentido contrario. De milagro consigo llegar a casa. Me estoy ahogando y, cuando mi hija Sasha --la llamamos Tejoncita-- sale corriendo a mi encuentro, feliz y preguntando: <>, y mi marido, que tambien se llama Sasha, emerge de la cocina con las manos mojadas y se interesa despreocupadamente: <>, yo no puedo hablar, solo aspirar a bocanadas. Pero no hay aire, la nube negra no deja que llegue a mis pulmones. --?Que pasa con el nino? --Sasha padre me agarra por los hombros--. ?Que pasa con nuestro nino?

  • Un hombre soltero de Christopher Isherwood

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    El despertar comienza al decir <> y <>. Lo que ha despertado permanece tumbado durante un rato mirando fijamente al techo y escudrinando en su interior hasta que reconoce el <>, y de ahi deduce <>, <>. Despues viene el <>, que aunque funesto resulta al menos tranquilizador, pues en ese <>, en esa manana, es donde esperaba encontrarse; como se suele decir, <>. Pero <> no senala el mero momento presente, <> es tambien un cruel recordatorio: un dia mas que ayer, un ano mas que el ano pasado. Cada <> se etiqueta con su fecha y vuelve obsoletos todos los <> que lo preceden, hasta que, tarde o temprano, quiza, quiza no, con toda certeza llegue. El miedo atenaza el nervio vago. Un miedo enfermizo a lo que espera, en algun lugar, ahi fuera, justo enfrente. Pero, entretanto, la corteza cerebral ha ocupado su lugar en la sala de mando con rigurosa disciplina y ha ido comprobando, uno a uno, el funcionamiento de los controles: las piernas se estiran, la zona lumbar se arquea, los dedos se tensan y luego se relajan. Solo entonces el sistema de intercomunicacion central emite la primera orden del dia: !ARRIBA! El cuerpo se levanta obediente de la cama--estremeciendose por las punzadas que la artritis le provoca en los pulgares y la rodilla izquierda, medio mareado por un piloro espasmodico--y, desnudo, se dirige arrastrando los pies al cuarto de bano, donde vacia la vejiga y se pesa. !Todavia algo mas de sesenta y ocho kilos, a pesar de todos los esfuerzos en el gimnasio! Luego al espejo. Lo que ve, mas que un rostro, es la encarnacion de un conflicto. Lo que se ha hecho a si mismo en sus cincuenta y ocho anos de vida, el desastre en que ha logrado convertirse; lo revelan su mirada apagada e inquieta, su nariz tosca, las comisuras de los labios caidas que dibujan una mueca como si sus propias toxinas hubieran alcanzado el maximo de amargura, las mejillas desprendidas del anclaje de los musculos, el cuello flacido colgando en pequenos pliegues. Tiene el lamentable aspecto de un nadador o un corredor extenuado, y sin embargo ni se plantea detenerse. La criatura que contemplamos seguira luchando hasta caer. No porque sea heroica, sino porque no concibe otra alternativa. Con la mirada clavada en el espejo, ve los multiples rostros que alberga el suyo--el rostro de un nino, el de un muchacho, el de un hombre joven, el de uno no tan joven--, todos aun presentes, conservados como fosiles en capas superpuestas y, al igual que los fosiles, muertos. El mensaje de todos ellos a la criatura muerta en vida es: ?ves?, nosotros estamos muertos, ?por que tener miedo? La criatura les responde: Pero eso fue algo progresivo, natural. Yo tengo miedo de que me metan prisa. Continua mirando fijamente. Entreabre los labios. Comienza a respirar por la boca hasta que la corteza cerebral le ordena con impaciencia que se lave, se afeite, se peine. Debe cubrir su cuerpo desnudo. Debe vestirse porque se dispone a salir a la calle, al mundo en que viven los demas, y deben poder identificarlo. Su comportamiento ha de resultarles aceptable. Obedientemente se lava, se afeita y se peina; acepta sus responsabilidades para con los demas. Le complace incluso ocupar un lugar entre ellos. Sabe lo que se espera de el. Conoce su nombre. Le llaman George. Una vez vestido se ha convertido en el. Ya casi es George, aunque no el George que los demas esperan y estan dispuestos a reconocer. Las personas que le telefonean a esta hora de la manana quedarian asombradas, tal vez incluso alarmadas, si se dieran cuenta de que estan hablando con algo no del todo humano. Aunque, claro esta, nunca se percataran de ello: imita a la perfeccion la voz del George al que ellos conocen. La propia Charlotte cae en el engano. Solo en un par de ocasiones ha notado algo extrano y ha preguntado: <>. Atraviesa la habitacion delantera, que llama <>, y baja por la escalera, empinada y estrecha, cuyos escalones giran formando un angulo recto. Se pueden tocar ambas barandillas con los codos y uno debe agachar la cabeza, aunque solo mida, como George, un metro ochenta. Es una casa pequena y bien aprovechada. A menudo se siente protegido por su tamano reducido. Apenas hay espacio para sentirse solo. Y sin embargo... Imaginemos a dos personas que viven juntas, dia tras dia, ano tras ano, en este espacio pequeno, cocinando codo con codo en la misma cocina diminuta, rozandose en la angosta escalera, afeitandose frente al mismo espejito: siempre topando, empujandose, chocando sin querer o a proposito, sensual, agresiva, torpe o impacientemente, con rabia o con amor. Imaginemos la estela, profunda e invisible a un tiempo, que han debido dejar tras de si. La entrada de la cocina es demasiado estrecha. Dos personas apresuradas, cargadas de platos servidos, tienden a tropezarse en un lugar asi. Y alli, al pie de la escalera, es donde casi cada manana George tiene la sensacion de encontrarse de pronto ante una abrupta grieta abierta de manera brutal. Como si el camino hubiera desaparecido bajo un derrumbamiento. Alli se detiene en seco y el recuerdo vuelve con la nauseabunda frescura de la primera vez: Jim esta muerto. Esta muerto. Se queda muy quieto, en silencio, emitiendo a lo sumo un breve grunido, a la espera de que el espasmo remita. Luego entra en la cocina. Estos ataques matutinos son demasiado dolorosos para considerarlos solo desde una perspectiva sentimental. Una vez pasados, se siente aliviado. Nada mas. Como si de un molesto calambre se tratara. Hoy hay mas hormigas: avanzan en fila india por el suelo, trepan al fregadero y amenazan con entrar en el armario donde guarda la mermelada y la miel. Pertinaz, las aniquila con insecticida, y mientras lo hace cobra conciencia de si mismo. Un ser viejo, obstinado y malevolo imponiendo su voluntad sobre unos insectos tan ejemplares y dignos de admiracion. La vida destruyendo la vida ante un publico compuesto de objetos--ollas y sartenes, cuchillos y tenedores, latas y botellas-- que no forman parte del reino de la evolucion. ?Por que? ?Por que? ?Es acaso una especie de enemigo cosmico, un architirano que intenta negar nuestra existencia enfrentandonos a nuestros aliados naturales, victimas como nosotros de su tirania? Pero para cuando George ha terminado de pensar todo esto, las hormigas ya estan muertas, las ha recogido con un trapo humedo y las ha arrojado al fregadero. Se prepara unos huevos escalfados con beicon, tostadas y cafe, y se los toma sentado a la mesa de la cocina. Y mientras lo hace en su cabeza suena una y otra vez la cancion infantil que su ninera le enseno en Inglaterra, hace ya tantos anos: <>. (Aun la recuerda nitidamente, tenia el cabello cano y unos ojos brillantes de ratoncillo, era pequena y regordeta; entraba en el cuarto de los ninos con la bandeja del desayuno, jadeante aun tras subir tantas escaleras. Solia protestar por lo empinadas que eran y las llamaba <>, una de las frases magicas de su ninez). <>. !Ay, la ternura desgarradoramente efimera de los placeres infantiles! El senorito George saborea los huevos. La ninera lo observa y sonrie complacida porque todo esta en orden en su pequeno, adorable y condenado mundo. Desayunar con Jim solia ser uno de los momentos mas especiales del dia. Era entonces, mientras bebian la segunda o tercera taza de cafe, cuando mantenian las mejores conversaciones. Hablaban de cuanto se les ocurria, incluso de la muerte, por supuesto, y de si habia algo despues, y en ese caso, que era exactamente lo que pervivia. Hablaban incluso de las ventajas y las desventajas de una muerte instantanea o de saber que uno va a morir. Pero, por mucho que se esfuerce, George no logra recordar que opinaba Jim al respecto. Es dificil tomarse en serio estas cuestiones. Suenan muy academicas. Supongamos por un momento que los muertos vuelven a visitar a los vivos. Que algo a lo que podriamos llamar Jim regresara para ver como se las arregla George. ?Mereceria en realidad la pena? ?No seria, en el mejor de los casos, comparable a la breve visita de un observador extranjero, a quien se permite echar un vistazo desde el vasto ambito de su libertad para ver de lejos, a traves de un cristal, la figura solitaria sentada a una mesita en una habitacion estrecha, comiendo triste y desganadamente sus huevos escalfados, un prisionero de por vida? La sala de estar es oscura y de techo bajo; estanterias repletas de libros recubren la pared frente a las ventanas. Los libros no han hecho a George mas noble, mas sabio ni mejor persona. Simplemente le gusta escuchar sus voces, una u otra segun su estado de animo. Abusa de ellos sin reparo--pese a que en publico los menciona con reverencia--para conciliar el sueno, para olvidar el movimiento de las agujas del reloj, para aliviar los espasmos piloricos, para que lo rescaten de la melancolia con sus chismes, para activar los reflejos condicionados del colon. Toma uno, y Ruskin le dice: ... cuando ibais a la escuela os gustaban las pistolas de juguete, y los rifles; en cuanto a los canones Armstrong, no son mas que versiones mejoradas de ellos. Pero lo peor es que lo que para vosotros, de ninos, era un juego, era otra cosa muy distinta para los gorriones; y lo que hoy tomais como un juego, tampoco lo es para los pajarillos de la nacion. Y en cuanto al aguila negra, si no me equivoco, no pareceis muy dispuestos a disparar contra ella. Que insoportable el viejo Ruskin, siempre en posesion de la verdad, tan chiflado, malhumorado y patilludo, sermoneando a los ingleses: hoy es el companero perfecto para pasar cinco minutos en el retrete. George comienza a notar aquella agradable premura en el vientre y, libro en mano, sube a paso ligero la escalera camino del bano.

  • La esposa de un amigo me pide que la ayude de Fernando Neira

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    Mi vida se ve alterada cuando un buen dia Patricia, la esposa de un amigo, acude a mi pidiendo mi ayuda y me cuenta que quiere divorciarse porque Miguel la ha pegado. Viendo las marcas de la paliza en su cara, me crei su version pero al ir a recriminar a su marido su comportamiento, este me confirmo que era cierto pero que si le habia puesto la mano encima habia sido por ser infiel. No sabiendo a que atenerme, la pongo bajo mi proteccion sin tener claro si esa rubia tenia razon y buscaba en mi a un protector o era una mentirosa y su peticion de ayuda era en realidad una forma de encontrar un sustituto de su ex que la mantuviera.

  • Dimensiones de Alice Munro

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    En Dimensiones, la premio Nobel de Literatura hace gala de su maestria a la hora de describir la vida interior de sus personajes y nos sumerge de lleno en una historia psicologica que va mas alla de la anecdota.

  • Venganza (El Diablo sobre la isla 2) de Joan Pont Galmes

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    Carlos, el asesino profesional adicto a la morfina que sembro el panico en la isla de Mallorca varios anos atras, recibira en esta ocasion un encargo muy especial de una fundacion estadounidense: ejecutar la denominada “justicia historica”. Aceptara el trabajo a reganadientes impactado por la fotografia de una mujer, Maria Garcia, a la que debe vengar, con la esperanza de de lograr olvidar a Elena y de reencontrarse algun dia con su desconocida hija Macken. Esta vez ira acompanado de Esther, que se cruzo en su vida de una manera fortuita y con la que formara un vinculo sangriento que recorrera varios continentes. Carlos, siempre pendiente de si mismo, no adivina que acaba de crear un monstruo peor que el.

  • El estilita de Uri Costak

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    La historia tiene lugar en el pequeno pueblo frances Gyors de la Montagne, y podria suceder ayer, hoy o manana. Todo se centra en una pequena plaza mayor, sobre todo, en lo alto de una columna.
    La columna sustenta la estatua ecuestre del Conde Italo Rodari, un prohombre de la zona y reclamo turistico del pueblo. Despues de que durante una tormenta un rayo parta la estatua en mil pedazos, el pueblo ya se preparaba para enfrentarse a una involuntaria travesia por el desierto, despojados de su mayor fuente de ingresos.

  • La flor y nata de Mamen Sanchez

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    La joven protagonista de nuestra novela, una periodista recien salida de la facultad y del cascaron, se ha criado, literalmente, entre la flor y nata de la sociedad, esa misma que cada semana aparece retratada en las paginas de la revista de su familia.

  • Mi Karma y yo de Lola Abril

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    Mi vida era un completo desastre y tenia unos padres un tanto metiches que no me dejaban actuar como la adulta que era.
    Y el Karma, ademas, se divertia conmigo poniendome en situaciones que me hacian perder el control. Hasta que me puso a Paul en el camino y ya crei que iba a quedarme completamente loca, porque ese hombre habia llegado para que mi mundo fuera mas caotico de lo que ya lo era.
    Y para que el Karma se siguiera riendo de mi.

  • No hay vuelta atras de Melinda Gates

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    Una llamada a la accion para empoderar a las mujeres y cambiar el mundo.

  • Pelillos Al Cafe de Goya Red Summer

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    Todo empezo cuando rasure la barba de mi abuelo. No le corte ni una sola vez. Jamas me hubiese perdonado que manchara de sangre su camisa nueva. Nada de lo que te cuente tiene importancia si decir que mi abuela acababa de morir. Ibamos a su funeral. Las palabras de mi abuelo fueron: No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado. Por supuesto que no, abuelo. Le deje hecho un pincel. Me opuse, claro que me opuse. Mientras el resto de la familia se vestia como se supone que te debes vestir en ocasiones como estas, yo estaba sentada frente a un taco de folios blancos. Ahi me quede, a la espera de que en un momento de derrota y despedida, las palabras brotaran de mis tripas, recorrieran cada una de mis venas y los dedos las tradujeran a ritmo moderado un particular adios. No voy a enganarte, queria arrancar las lagrimas de mi familia, demostrar que bajo la fachada sobria en la que se enfrascaban a diario, habia algo de humanidad en ellos. Pero nada de eso paso. Me quede en silencio en mi cuarto, vi el amanecer, me di una ducha, me tome un cafe mirando viejos albumes, repase notas que tenia en viejos cuadernos cubiertos de polvo en las estanterias de arriba y retome el blanco de las hojas vacias de nuevo. Eche a llorar. Cuando se me secaron las mejillas sali al pasillo y mi abuelo me tendio la emboscada mas grande de su vida. Llevaba la camisa desabrochada, una camiseta de algodon ridiculamente estrecha por debajo y el pelo revuelto. --He engordado un poco --me dijo con cara de asombro--. Ayudame, Gaia, por favor. --!Todavia asi! Mama te mata. Mi madre era, y es, un ser complicado. Coge la primera revista de moda que encuentres. Mira la contraportada. Asi es mi madre. Altiva, engreida, petulante. Bueno, la clase de madre que no quiere una hija como yo, pero si unos hijos como mis hermanos. Que orgullosa estaba de ellos. Luca y Leon, valientes megalomanos. Dos anos mas pequenos que yo pero con el mismo ego que un octogenario que haya superado once operaciones a corazon abierto. Iban por la vida con la intencion de aparentar que lo sabian todo, pero nada mas lejos de la realidad. De los dos, Leon era el mas espabilado y, sin saber a dia de hoy si tiene algo que ver o no, peor persona. Luca era corto. No bobalicon o inocente, no: corto. Joder, los tres nos habiamos tragado todo el cine italiano del siglo XX, habiamos leido a Nietzsche, a Schopenhauer, a Maquiavelo y montamos lo suficiente a caballo de pequenos para tener conciencia de disciplina. No parecia tonto despues de haber hecho todo eso, pero un dia me dijo que era mucha casualidad que el agua se congelase a cero grados centigrados e hirviera a los cien. Leon le dio con el codo en las costillas sin decirle nada. Yo puse los ojos en blanco. --Tu madre esta en la peluqueria --se justifico mi abuelo. --Y tu deberias haber ido con ella --pense en alto mirandole el pelo. Dio media vuelta y se metio en su cuarto. Se lamio la mano y trato de peinarse el remolino que se le formaba en la frente. Con el gris oscuro de sus canas perecia un huracan furioso. Furioso porque su sirena se habia ido, furiosos porque no la volveria a ver en mucho tiempo, furioso porque aun no la habia llorado todo lo que tenia que llorarle. --No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado --como os dije, dijo--. Ven. Mi abuelo era, y es, peculiar. En el pecho llevaba el tatuaje de una virgen que se hizo, naturalmente, antes de conocer a mi abuela y sentar la cabeza. Aun asi siempre juro que era ella a la que llevaba retratada, y lo decia tan convencido, que el tatuaje lo disfrazamos de premonicion y destino para justificar que decia la verdad. Tenia un tono azulado que se confundia sus las venas de pecho palido y angosto. Formaban parte el uno del otro, siempre lo pense asi. Le segui. Lo hice porque no sabia, ni se me paso por la mente, lo que me pediria. --Me gusta la raya al lado. Y no me quites las patillas, me hacen mas esbelto -dijo estirando el cuello mientras observaba su perfil en el espejo --?Lo ves? Si la abuela estuviese aqui te pagaria porque me las quitaras. Nunca quiso que fuese muy guapo, por si me robaban, ?sabes como te digo? Juntos hasta la muerte --susurro con la mano en el pecho. Grave y arenosa, asi sono su voz. Tan convencido como de que mi abuela estaba en el dibujo de su pecho como de que yo podria ayudarle. --Claro. Pero, ?quieres que te corte y todo? --Por favor, no. --Si. El pelo crece, la vida acaba. Fui a buscar las tijeras buenas al bano de mi madre. Olia a una mezcla pomposa y desagradable de los mejores perfumes de mis hermanos. Cedro y sandalo. Violeta y mimosa. Se habian banado en esencias extravagantes para enfundarse en prendas oscuras, nuevas y almidonadas. Apostaria mi mano derecha a que ensayaron el apreton de manos que darian a los asistentes en la iglesia. Eran unos capullos. Tengo que ser adoptada, seguro. Apoyado en la jamba, Luca me hablo: --?Sabe mama que le estas cogiendo las tijeras? --Si, le he llamado para pedirle permiso --dije. Cuando hablo con ellos de verdad espero que me entiendan, pero no suelen hacerlo a menudo. Evidentemente, no la habia llamado. La ironia y Luca aun no tenian el placer de conocerse. --Bien --como si mi hermano pequeno fuese mi instructor en la vida--. ?Quieres estar guapa para Abigail? --No puede venir. --?Y eso? --pregunto llevandose las manos a los bolsillos. --Tiene trabajo --dije. Respire hondo --Mira, Luca, de verdad. No me apetece darte explicaciones de nada. Abbie trabajaba tanto que, si ganase el minimo por hora establecido por la ley, tendria un par de casas a su nombre y tres coches en la puerta. Sin embargo, Abbie y yo viviamos en un sexto sin ascensor, minusculo y tendiamos la ropa en radiadores electricos. Su jefe era un tirano. Leon algun dia seria como el. --Es tu amiga, deberia venir a algo como esto --para mi sorpresa, coincidia con lo que intentaba decirme. --Es mi novia, no mi amiga. Pero, si, deberia venir. No se, Luca. Es el menor de mis problemas ahora mismo. La abuela ha muerto, todo lo demas me da un poco igual, la verdad. Luca se fue con una sonrisa ironica en la cara. Cuando se reia le florecia un maldito hoyuelo en su mejilla. Los gemelos no eran de reirse a carcajadas, pero siempre llevaban una sonrisa picarona que habian mejorado con el paso del tiempo y el hoyuelo les delataba. Era imperceptible para el resto de la especie. Para mi sus intenciones se hacian evidentes bajo esa marca. Abbie no fue bienvenida nunca. Hoy tampoco. Aun asi esa falsa modestia heredada de mi madre les hacia parecer encantadores. Nada mas lejos de la realidad, eran unos capullos, sobre todo Leon. Cuando llegue al cuarto de invitados, mi abuelo ya se habia colocado una toalla sobre los hombros. La habia anudado torpemente y se habia dejado un hueco considerable entre el cuello y la espalda. Hasta la crin mas gruesa de caballo entraria por ahi. Trate de colocarselo mejor sin hacerle parecer un desastre. Sonrio. --A tu abuela le va a encantar. --Estoy segura de que si. Una taza de agua basto. Fui metiendo la yema de los dedos en ella y dejando caer las gotas en su cabeza. Una de ellas resbalo por la frente se mi abuelo hasta su nariz. La respiracion pausada pero profunda la hizo desaparecer. Se descompuso con la exhalacion de mi abuelo y seguramente cayeron centenas de micro esferas a su regazo. Una explosion de moleculas. Le moje el pelo. El agua estaba tibia y oscurecia aun mas las canas de mi abuelo. La raya al lado, como el me pidio. Hasta ahora no me habia dado cuenta de lo gratificante que era cortar el pelo a alguien. Era como deshacerse del pasado para siempre. Todo lo contrario al apego; cortar, retirar, barrer. Era liberarse. Mi abuelo tuvo muchos demonios en su vida y yo los estaba mutilando. No le recuerdo fuera de casa hasta este dia. Por foto le habia visto hasta bailar, pero mi abuela enfermo antes de que yo naciera y, segun me contaron, desde entonces que el no bailaba. Cuando mi abuela salio del hospital para marchitarse poco a poco en su propia casa, mi abuelo agarro del reposabrazos una de las butacas de su salon. A pulso. Solo. Retiro su mesilla de noche y coloco el que seria su nuevo asiento favorito. Cuando se cansaba de estar sentado, daba paseos por el cuarto o se tumbaba boca abajo en los pies de la cama. Era enorme, mi abuela no llegaba con los pies al final del colchon. A veces se quedaba dormido ahi, como un gato. Custodiaba los suenos de mi abuela. Paso asi treinta de sus setenta y nueve anos. --Te voy a peinar ya, ?vale? --Espera --me dijo--. Busca en mi bolsa el neceser y traemelo. Es azul. Un neceser azul. --?Este? --Si, ese. El azul, el azul. Trae. La maleta de mi abuelo era un escaparate variopinto. Debajo de sus camisas y sus pantalones de pinzas, tenia una decena de libros antiquisimos, una brujula y un mapa de carretera descolorido. Yo suponia que se quedaria bastante tiempo en casa de mi madre, despues de todo ocupar de nuevo ese sillon en una habitacion vacia no seria el hogar que hubiese deseado para el, pero la casa no era tan grande como para usar brujula. Ah, abuelo, que magicos estos artilugios tuyos. Abrio el neceser y saco una brocha, un frasco y una cuchilla. --?Me afeitas? Sobre todo el cuello y la nuca, que eso ya solo no puedo. !Ah! Y cuidado con el bigote --me dijo el adorable caradura. --No voy a afeitarte. No. --?Crees que te lo pediria si pudiera hacerlo yo? Vamos... Soy un viejo que ya no vale para nada --esas palabras no se las creia ni el. Era un chantaje en toda regla al que acabaria cediendo. --No. Lo hice. Por supuesto que lo hice. Mi abuelo tenia una piel agrietada. No, no es esa la palabra. No eran grietas, eran rias. Lo se porque cuando rasuraba su cuello le broto una lagrima que recorrio su mejilla por un canal que antes yacia seco. El mar eran sus ojos, salados, llenos de despedida y de recuerdos. Como brillaban; tanto como la cuchilla que acariciaba su cara descabezando el trigo plateado que emergia de el. Era un hombre gris, mi abuelo. Ese dia lo era. Sin ella que matices le esperaban. --Bien al ras, Gaia. No quiero nada de ayer en mi. No le deje nada de ayer en el. Supongo que en la ducha froto hasta hacerse dano en la piel porque no soportaba el terrible peso de una sola fibra que llevase el nombre de mi abuela. Cuando acabe no dijo nada. El se miro al espejo, irreconocible. Tanteo sus patillas, encendio el grifo y se echo agua fresca en la cara. Se seco con la toalla de sus hombros, la sacudio y la dejo perfectamente doblada encima del lavabo. Hasta la cena familiar de esa noche, no hablo. --!Por la abuela! --dijo levantando su copa e incorporandose torpemente mientras recolocaba su cinturon. Yo, por supuesto, agarre mi copa y observe que nadie mas lo hacia. En un acto de solidaridad, me levante. Ahi estabamos, uno frente al otro, tratando de arrancar a esa panda de insensibles un acto de conmemoracion y respeto. Y de amor, sobre todo de amor. --Por la abuela --mire a mis hermanos furiosa. --Por la abuela --susurro Luca levantandose. Leon se le quedo mirando con un codo por encima del respaldo de su silla. Mi madre se froto las manos y suspiro mientras cogia su copa y la alzaba. --Por mama --dijo. --Levantate, Leon --le ordeno. Cuando mis hermanos nacieron yo ya tenia cinco anos y habia disfrutado algo mas de la abuela. Ellos, sin embargo, el recuerdo mas lejano que tienen es de cuando ya no podia levantarse y se orinaba encima. El beso de saludo y el beso de despedida se les obligo siempre, pero mientras yo ya empezaba a tener conciencia de las cosas y me quedaba leyendo a su lado, ellos correteaban por el pasillo y la terraza sin acercarse mucho a su cuarto. Mi madre se llevaba a mi abuelo a la terraza, en parte para vigilar a los gemelos y para hablar de asuntos de mayores, como a mi me decian, sin que la abuela se enterase. --Gaia, ve a jugar. Debe hacer un dia maravilloso. Que te de el sol en ese pelo de fuego que tienes. --No abuela. Ya me da el sol todos los dias --le decia peinando los rizos que inundaban mi cara. Leon se levanto de mala gana, se fue a la licorera del comedor y se sirvio un whisky sin hielo. Le dio un par de vueltas en el vaso antes de aproximarse a la mesa y levantar su vaso algo mas alto que los del resto. --Por ella, la senora que nos ha dejado pelados --bebio de un trago el whisky mientras los demas bajabamos las copas. --!Leon! !Controla lo que dices! --grito mi madre. --Deja de beber. !Luca! Quitale la copa a tu hermano. --Eres un capullo borracho --le dije mientras salia en busca de mi abuelo que habia salido del comedor tras escucharle. --!Borracho como papa! !Egoista como la abuela! Pero mas honrado que tu, hermanita. A mi no me mantiene mi novia. Por cierto, ?donde esta Abbie? --grito dando pasos torpes por todo el comedor. --Te has pasando --le dijo Luca sentado en su silla. --!Oh, callate, lelo! --le contesto. Cuando encontre al abuelo tras zigzaguear por toda la casa, ya se habia puesto un abrigo y llevaba una maleta consigo. Le agarre del hombro y al darse la vuelta vi que lloraba. De sus mares cayeron todas las rias del continente. Lo abrace, el metio la cabeza entre mi cuello y mi hombro y sollozo tres veces hasta que un grito de mi madre llamandole le recompuso. --Antes de que venga tu madre, toma --me dio un sobre. --Esto es tuyo y solo tuyo, ya lo he arreglado. No le digas nada a tu madre ni a tus hermanos. --Abuelo --le dije confusa mirando el sobre y su maleta. --No hace falta que vuelvas a casa, esta es tu casa ahora. --Gaia, yo no he dicho que me vaya a casa. Se fue misterioso por la puerta de la cocina. Cuando mi madre llego yo estaba sola con la mirada perdida en direccion al picaporte que acababa de resonar el cierre. La ignore completamente. --Gaia, mirame. No tenia nada que hablar con ella ni con nadie. Recogi mi bolso y me fui a casa. La noche estaba despejada, la ciudad tranquila y mi curiosidad aflorando a cada paso que daba.

  • Proveedores de almas de Oscar Brizuela Bello

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    La vida de un apacible pueblo agricola de Indiana se ve sacudida violentamente por un tragico acontecimiento que alterara la convivencia de sus habitantes. La muerte de dos personas en el atraco al banco de la ciudad deja al Sheriff Atkinson una herida que no puede cicatrizar. Senalado por sus vecinos, emprendera un viaje al pasado para liberar sus demonios y redimirse ante su pueblo. En su camino surgiran dudas que le haran tambalearse entre dos mundos: el nuestro, y el del mas alla.

  • Muerte en verano de Benjamin Black

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    Cuando el magnate de la prensa Richard Jewel aparece muerto en su casa de campo una calurosa manana de verano, pocos lo lamentan. El doctor Quirke y el inspector Hackett no tardan en darse cuenta de que, lejos de tratarse de un posible suicidio, <> ha sido asesinado. La investigacion lleva a Quirke al orfanato de St. Christopher, donde vivio su infancia, y a frecuentar a la problematica Dannie, la problematica hermana de Jewell; a Carlton Sumner, el empresario rival, y a Francoise d'Aubigny, la elegante y misteriosa viuda. Tras el exito de En busca de April, una de las mejores novelas del ano (Que Leer), Benjamin Black crea una nueva y apasionante intriga que nos muestra a un Quirke mas intimo y confundido que nunca sobre el trasfondo del Dublin de los anos cincuenta. <>. New York Journal of Books.

  • Un lugar para refugirarse de Mia Nizar

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    Un lugar para refugiarse.

  • San Quintin de Jose Javier Esparza

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    Mi nombre es Julian Romero de Ibarrola y soy maestre de campo de los tercios del rey nuestro senor. Sirvo hoy con don Felipe II como ayer servi con su augusto padre, el cesar Carlos. Quereis que os cuente mi historia y yo os dire que mi unico merito es haber salvado la piel donde otros dieron la vida.

  • El beso del ganador (Trilogia del ganador), Marie Rutkoski de Marie Rutkoski

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  • !Tierra Tragame!, Martina Minkoff de Martina Minkoff

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  • Los hambrientos y los saciados de Timur Vermes

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    Alemania ha restringido el numero de solicitantes de asilo y Europa ha bloqueado su acceso a traves del norte de Africa. Mas alla del Sahara, se estan construyendo enormes campamentos donde millones de refugiados esperan, esperan y esperan.
    Cuando la presentadora estrella Nadeche Hackbusch visita el campamento mas grande, el joven Lionel reconoce que tienen ante si una oportunidad unica: con 150.000 refugiados, la atencion de la audiencia televisiva esta garantizada cuando empiezan a marchar en direccion a Europa. Pero si el publico esta hipnotizado enfrente de sus pantallas y los anunciantes encantados, no pasa lo mismo con la politica alemana que reacciona de manera tibia, intentando ignorar lo que se avecina. Cuanto mas avanzan, mas se requiere una reaccion del ministro del Interior, y se hace aun mas urgente que tanto el como el resto de alemanes se enfrenten a dos preguntas: ?Que se puede hacer? Y sobre todo ?en que tipo de paises queremos vivir?

  • El luminoso regalo de Manuel Vilas

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    Cuando la fantasia sexual puede convertirse en un camino sin retorno.

  • West End de Jose Morella

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    Nicomedes Miranda ha pasado los primeros cincuenta anos de su vida sin apenas salir de su pueblo. Todo el equilibro del que goza su fragil salud mental se lo debe a la rutina, a su vida sencilla de campo. Pero la llegada a Espana del turismo masivo augura para sus cuatro hijos una vida mas prospera, y la familia al completo emigra a un lugar del Mediterraneo del que el no conoce ni el nombre: una isla en plena ebullicion que es ahora el epicentro de un cambio radical en la forma de vivir y de sentir, un aire fresco que asusta al torpe y sordido tardofranquismo. Atras quedaran para Nicomedes su paisaje y su oficio, sus muchos afectos y sus cada vez menos seguridades…

  • La chica que podria cambiar el destino de Cassidy Ostergren

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    Lacey es una adolescente normal y corriente. Va a clase, intenta sacar un aprobado en Quimica y pasa los viernes por la noche observando loq que hace el chico que le gusta en Facebook. Es tan normal como cualquier otra adolescente, solo que ella puede cambiar el futuro.

  • Cada vez que llueve, Lisa de Jong de Lisa De Jong

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    * Un historia cautivadora de amor, amistad y superacion. * Te enamoraras de sus protagonistas. * El amor sera la salvacion de Kate. Kate Alexander es una adolescente que vive en Carrington, un tranquilo pueblo de Estados Unidos, donde suena con acabar el instituto e ir a la universidad. Pero una noche lluviosa, su vida cambia de forma dolorosa y ya nada vuelve a ser igual. Cuenta con el apoyo incondicional de su gran amigo Beau Bennett, companero de infancia. Pero el quiere algo mas y Kate no puede darselo, tampoco puede contarle lo que ocurrio aquella noche. Sencillamente, esta paralizada.... Cuando Beau se marcha a la universidad, Kate se siente muy sola. Hasta que llega Asher Hunt, un joven de ojos seductores y sonrisa arrogante, que le hara olvidar el dolor que la ha mantenido cautiva durante tanto tiempo. A pesar de los consejos de la gente, Kate no puede evitar acercarse y abrirse a el. ?Sera el la esperanza que necesita? ?Su salvacion? ?O la volveran a herir?

  • Delitos de pasion de Adrian Aragon

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    Una mujer desaparece en la ciudad de Nueva Orleans (Luisiana) sin dejar rastro. Su novio acude a la policia para denunciar el hecho. Los detectives Daniel y Katherine son los encargados de buscar alguna pista del extrano suceso, ya que no parece haber ni un sospechoso ni un movil.

  • 6000 kilometros de amor (Unicornios 2) de Noni Garcia

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    R 1 odrigo miraba al techo tumbado en la cama. El sexo con Daniel siempre lo dejaba exhausto, su fogosidad y entrega eran tales que podian pasarse las noches enteras dandose placer. Daniel se acurruco en su pecho. Siempre habia sido un hombre carinoso con todos, aunque con el era aun mas especial. Rodrigo siempre penso que su excesivo carino era por la culpabilidad que sentia por tenerlo oculto, por no querer que nadie lo viera con el, que nadie llegara a la conclusion de que era gay. Para el eso era algo absolutamente imposible, su carrera estaba despegando... En realidad, ya habia mas que despegado, pero siempre habia algun motivo por el que postergarlo. No hizo por abrazarlo, sabia lo que venia a continuacion: se vestiria y saldria de aquella habitacion como si fuera cualquier persona que habia ido a cenar o estar con cualquiera; el lo haria al dia siguiente, cuando despertara, desayunara y tuviera una buena sesion de spa. Esa era la rutina de todos sus encuentros, y ya empezaba a cansarle. Esa noche, una vez mas, mientras se corrian, habia jurado que pronto todo saldria a la luz, que serian libres para amarse sin miedos. Si, eso era lo que el siempre habia querido, lo que tanto habia ansiado, porque era el primer hombre del que realmente se habia enamorado, el unico que le habia llenado hasta el punto de permitir esa relacion oculta. Salio de la cama, fue al bano, se echo agua fria en la cara y se miro en el espejo. ?Quien era ese hombre que se reflejaba en el? Porque ese no era el Rodrigo de siempre, el hombre fuerte, decidido, al que no le importaba el que diran, que jamas habia ocultado su sexualidad a nadie. Regreso a la habitacion y comenzo a vestirse. Daniel lo miro desde la cama, lo que menos queria era que se fuera ya, aun tenian mucha noche por delante, y sabia que al dia siguiente no tenia que trabajar. Se le antojaba un buen plan pasarlo sin salir de entre las sabanas, pidiendo comida al servicio de habitaciones, viendo alguna pelicula en la tele o bajando a la piscina... Cada uno por su lado, obviamente. Tenia una imagen que mantener, aunque su agente le habia comentado que en breve podria soltar la bomba, que le haria mas bien que mal. Lo que no le gustaba nada era que le dijo que antes debia suceder algo, el sabria lo que habia que hacer, era un experto en ese tipo de asuntos. --?Ya te vas? --le pregunto Daniel, acercandose a Rodrigo y abrazandolo por la espalda. --Si. --No te vayas. Manana no tienes que trabajar, y yo no tengo nada que hacer. --Ya... Nos quedaremos todo el dia en la habitacion, veremos alguna peli, follaremos sin descanso y pediremos comida al servicio de habitaciones, ?no? --Tambien podemos bajar a la piscina. --Cada uno por su lado, como dos extranos que no se conocen de nada, ?verdad? --Rodrigo... --Me voy. --Por favor... --No tengo ganas de discutir, siempre es lo mismo y empiezo a cansarme. --Alberto me ha dicho que ya no queda mucho para que podamos hacerlo publico. --Eso lleva diciendo dos anos, y seguimos en las mismas. --Me ha dicho que esta sera la definitiva, mi amor --besaba su espalda en cada palabra, consiguiendo que Rodrigo se debilitara por momentos. Aun asi, siguio abrochandose la correa del pantalon. Sabia que terminaria por ceder, siempre lo hacia, estaba loco por ese hombre, pero queria hacerselo pasar un poquito mal antes de que lo consiguiera. --?De verdad lo crees? --Esta vez, si. Le he dejado claro que, pase lo que pase, en un par de meses... --?Vas a desobedecer sus ordenes? Daniel guardo silencio, y Rodrigo sabia que significaba eso, que de nuevo eran palabras que se llevaria el viento. Una gran pena se alojo en su pecho, y sus planes de hacerlo sufrir y despues quedarse ya no fueron viables, necesitaba salir de aquella habitacion, le ahogaba estar encerrado en un armario que era de otro cuando el suyo siempre habia tenido las puertas abiertas. Cogio el polito de Pedro del Hierro que descansaba sobre el butacon que estaba junto a la cristalera que daba acceso a la terraza de la habitacion y no tardo mas de unos segundos en ponerselo, haciendo que Daniel se separara de el. --Por favor, Rodrigo, no te vayas. Rodrigo no contesto a su ruego, no dijo ni una sola palabra. Se sento en la cama y empezo a calzarse los nauticos. Daniel se subio, se coloco detras de el y comenzo a masajearle los hombros, para despues besarle el cuello. Lo conocia demasiado bien, sabia que no era capaz de resistirse a esas caricias, que solo necesitaba unos segundos para que estuviera de nuevo quitandose la ropa. Siempre pasaba lo mismo, siempre solucionaban ese gran problema que existia entre ellos de esa manera, con una buena sesion de sexo, donde volveria a sentirlo dentro de el, donde le demostraria que nada ni nadie podria nunca terminar con el amor que se tenian. Rodrigo, a pesar de su voluntad de salir de aquella habitacion, sabia que tenia la batalla perdida, que terminaria cediendo. Solo esperaba que esa vez fuera verdad, que en tan solo un par de meses dejaran atras esa pesadilla que llevaban viviendo casi dos anos, no creia que pudiera soportarlo mucho mas. Se quito el unico zapato que habia tenido tiempo de ponerse. Se giro en la cama, tomo su cara entre sus manos y lo beso con rabia, porque asi eran sus besos cuando discutian por ese tema, porque asi reaccionaba su cuerpo y su mente a esos desplantes que tanto le dolian. --Sabes que cuando salgas de esta habitacion no vas a poder sentarte en una semana, ?verdad? --Usare el flotador, fingire que han vuelto mis almorranas, pero necesito que me folles. Sabes que eres mi unica droga, que sin ti no puedo vivir. Rodrigo se deshizo de la ropa con rapidez y se tumbo en la cama, entrelazando las manos tras su cabeza. Daniel sabia que tenia que hacer, asi que no tardo mas de unos segundos en lamer su polla, que ya estaba dura como una roca. La engullo hasta que toco la campanilla, provocandole una arcada, y Rodrigo gimio; eso si que era musica para sus oidos. Tiro de su pelo, provocando que abandonara su tarea. Lo miro a los ojos y pudo ver la lujuria y la entrega en su mirada. --Ahora voy a follarte, pero ni se te ocurra correrte. Despues de este mal rato, me merezco que este orgasmo sea solo mio hasta que yo lo decida. Si te corres, me voy. Daniel no dijo nada. Haria todo lo que el quisiera. Se aparto y espero ordenes, aunque no las necesitaba, conocia todos y cada uno de sus pasos, sus gustos, sus preferencias, asi que se tumbo bocabajo y se dejo hacer. Rodrigo cogio el bote de lubricante que descansaba sobre la mesita de noche y un condon. Era tal la rabia que tenia, que no pensaba pararse a prepararlo demasiado. Si a el le dolia el corazon, iba a encargarse de que a Daniel le doliera el culo, aunque sabia que eso, su brusquedad, le gustaba mas que cualquier dano que pudiera infringirle. Se puso el condon, vertio lubricante en el canal que se abria entre sus nalgas, e introdujo dos dedos en el sin previo aviso, haciendo que diera un respingo y contrajera un poco los musculos. Ante la reaccion, le dio una sonora palmada en el culo que le dejo marcados los dedos y le arranco un gemido de autentico placer. Rodrigo abandono la invasion de los dedos, poso su glande en la entrada del ano, presiono y lo penetro de una sola embestida. Daniel contuvo la respiracion, aquello habia dolido, pero poco a poco fue haciendose a la invasion, no le quedaba de otra, ya que su amante habia emprendido un frenetico galopar que hacia que sus testiculos chocaran en cada envite, hasta que sintio como se corria; el tambien queria hacerlo, pero tenia que aguantar, por nada queria que se fuera de aquella habitacion. Rodrigo, con la satisfaccion mas absoluta, salio de el y lo obligo a tumbarse. Ni siquiera se paro a quitarse el condon, su boca fue directa a la ereccion de Daniel, que sabia que estaba a un tris de correrse, pero debia aguantar, asi eran sus juegos. Se conocian bien, Rodrigo sabia que tenia que hacer para que se derramara en su boca, aunque tambien que haria hasta el mayor de sus esfuerzos para no hacerlo. Engullo su falo sin descanso, saboreo la gota preseminal que precedia al orgasmo, a su estallido, y no quiso que siguiera sufriendo, deseaba que lo disfrutara tanto como lo habia hecho el hacia tan solo un momento, necesitaba que se corriera en su boca, sentir que solo el provocaba todo en Daniel. --Correte. Solo necesito un par de succiones mas para sentir el calor de su semen invadiendo su boca. Lo trago y saboreo, era el mas dulce y salado elixir que nunca habia probado, y habian sido unos cuantos; nunca habia sido persona de un solo hombre. Hasta que lo conocio a el. Cayeron exhaustos de nuevo sobre la cama. Aquel era el pistoletazo de salida a muchas horas en las que no saldrian de aquella habitacion, en la que, una vez mas, se amarian en secreto. R 2 odrigo salia del hotel en el que entro mas de veinticuatro horas antes. Como siempre, pasar tiempo con Daniel era maravilloso, anhelaba a diario estar con el, sentirlo cerca, levantarse cada manana y verlo a su lado... Y esos mismos sentimientos eran los que hacian que en ese instante se sintiera como una autentica mierda. Cada vez que se veian, su salud emocional sufria un fuerte varapalo que lo dejaba bastante tocado. Se subio al coche y condujo hasta la que habia sido la casa de sus tios. Ahora vivian en Washington, y el se habia trasladado alli para cuidarla y, de paso, se ahorraba el alquiler. Tenia un buen sueldo, pero eran setecientos los euros que iban a la cuenta de ahorro; si todo iba bien, pronto podria realizar su sueno de tomarse un ano sabatico y recorrer el mundo. Lo unico que le frenaba era que Daniel no podria acompanarlo, aunque si le habia prometido que se escaparia e iria a buscarlo en algunos de los puntos donde estaria. Promesas. Nunca habia cumplido ninguna de ellas, esa no tenia por que ser menos, sabia a ciencia cierta que no irian juntos a ninguno de esos lugares, igual que dudaba de que lo que habia entre ellos viera la luz en un par de meses... Pero lo queria tanto que no podia evitar creer todas y cada una de ellas, ilusionarse, sonar con que en algun momento se cumplirian.

  • El enano de Fernando Ampuero

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    Erase una vez un enano que aparecia en la television y que se creia el dueno de la verdad. Erase una vez un petimetre cuya religion era la insidia y el devaneo revanchista. Con tal individuo suelto en Lima, las rencillas y los resquemores estaban, por lo comun, a la orden del dia.

  • Seb Damon 3 14 (Seb Damon 1) de Martin Mccoy

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    ?Imaginas vivir una historia digna del cine negro en una ciudad de la Luna? Tal vez te cueste imaginarlo, pero puedes leerlo.