• vanessa de oliveira - Vanessa de Oliveira

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    Vanessa de Oliveira sabe de hombres. Su antigua ocupacion la llevo a conocer a mas de 5000, y aunque trato a la mayoria por poco tiempo, cada uno le enseno algo nuevo; no solo acerca del sexo y el oficio, sino tambien sobre el amor, el matrimonio y la vida. 100 secretos de una dama de compania reune todo lo que Vanessa aprendio durante sus cinco anos en la profesion. Por una parte manual para la vida en pareja, y otra experto tratado sobre sexo, este libro abre ademas las puertas de un mundo desconocido para muchos, pero mas parecido al nuestro de lo que creemos.

  • Todos los libros del autor De Oliveira Vanessa

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    4 títulos para "De Oliveira Vanessa" · 100 secretos de una dama de compañia · 100 SECRETOS DE UNA PROSTITUTA.

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  • 100 secretos de una dama de compañía - Goodreads

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    Vanessa de Oliveria sabe de hombres. ... Vanessa de Oliveira ... Me gustó el libro, habla del trato de los hombres, del sexo, de las damas d Empecé leyendo ...

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  • 100 secretos de una dama de compañía - Libros De Mario

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  • Tu y yo. Nivel principiante de S. J. Hooks

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    Al mirar la hora, di un leve suspiro de alivio. Mi clase estaba a punto de comenzar y, por suerte, ella no habia hecho acto de presencia. Por lo general, desaprobaba que mis alumnos faltaran a clase, pero por lo visto la cosa habia cambiado mucho desde el inicio del semestre de primavera, cuando ella entraba con aire despreocupado en el aula, irritandome cada dos por tres. Volvi a mirar mi reloj. Hora de empezar. Entonces la puerta se abrio bruscamente y mi buen humor se desvanecio. Como iba a faltar a clase. Seria la primera vez. Entro a la sala con su habitual aire danzarin, con unos cascos absolutamente descomunales, meneando la cabeza al ritmo de la musica. ?Acaso era minimamente consciente de las miradas que despertaba? ?Le importaba? Probablemente no, dado el atuendo--por llamarlo de alguna manera-- que elegia. Las botas militares que calzaba estaban gastadas y sin lustre, llevaba unos pantis negros llenos de agujeros, una falda diminuta y, por si fuera poco, le habia recortado el escote a la blusa de manga larga, de modo que el hombro le quedaba al descubierto. Mis ojos se posaron ahi, notando la ausencia de un tirante de sujetador. Los cachas del fondo tambien se fijaron, y la siguieron con la mirada en su recorrido, mientras sus movimientos hacian patente que definitivamente no llevaba nada debajo de la cenida blusa. Al levantar la vista hacia ella, nos cruzamos la mirada fugazmente. Me dedico una amplia sonrisa con un guino. De repente, senti que la pajarita me apretaba el cuello y tuve que reprimir el impulso de quitarmela de un tiron. Cuando paso como si tal cosa por delante de mi mesa, fingi que miraba la hora. Imponia demasiado a tan corta distancia... Esos labios rojos y todo ese potingue negro que llevaba embadurnado en los ojos. Era como mirar a un mimo en version distorsionada. Yo no entendia por que decidia presentarse con esa facha cuando, por lo demas, era bastante mona. Tenia buen tipo, los ojos azules y grandes, y una larga y brillante melena castano cobrizo. Pero nunca se dejaba el pelo suelto. Ese dia parecia que se habia enrollado espesos mechones con una batidora antes de sujetarselos en la coronilla con un prendedor. Su aspecto no era lo unico que me fastidiaba. La chica no parecia tener ninguna consideracion por el hecho de que yo fuera su profesor, ni por el decoro con el que se suponia que debia comportarse en mi presencia. A menudo me llamaba <>, a pesar de que la corregia cada vez que ocurria. Yo no era <> cuando daba clase y esperaba que mis alumnos se dirigieran a mi con el tratamiento de <> o bien <>. Ni que decir tiene que mis expectativas se veian truncadas en lo que se referia a esa irritante joven. Ese dia habia sido practicamente la primera vez que me habia guinado el ojo y yo no habia tenido la menor idea de como reaccionar en esa coyuntura. Ella era totalmente impredecible, lo cual me ponia nervioso. Nunca dudaba en interrumpirme en clase si discrepaba en algo. ?Y cuando no discrepa en algo? Jamas en mi vida habia conocido a una chica tan dogmatica y testaruda hasta la exasperacion. Tenia ganas de que acabase el semestre para poder perderla de vista de una vez por todas. Era lista --eso era innegable-- y yo estaba convencido de que aprobaria la asignatura con nota alta. Se sento en primera fila, como siempre, y la observe mientras dejaba el bolso en el suelo. El movimiento hizo que el escote de su blusa, de por si holgado, se deslizara por debajo del hombro, dejando aun mas al descubierto su palida piel. Eso me molesto mas si cabe que sus continuas interrupciones y su reprobable conducta. ?Por que no vestia como Dios manda? Seria una jovencita encantadora si se pusiese una falda con un largo decente y, tal vez, una blusa de seda. Pero, por lo visto, se empenaba en ir como una pordiosera, echando a perder sin remedio mi buen humor. A mi me gustaban el orden y la previsibilidad, y con ella en mi clase no podia disfrutar de ninguna de las dos cosas. Se apellidaba, como no, <>[1]. La senorita Wilde se habia convertido en un constante motivo de fastidio en mi horario docente de martes y viernes, por lo demas agradable, y no veia la hora de librarme de ella. Carraspee para avisar a mis alumnos de que la clase daba comienzo, y por una vez se serenaron rapidamente. Yo conocia de sobra el motivo de su inusitado comportamiento: ese dia ibamos a tratar la novela Lolita de Vladimir Nabokov. La trama subida de tono de un hombre maduro que se enamora y mantiene relaciones sexuales con una nina de doce anos la convirtio en un clasico de todos los tiempos en las aulas. Aun estaba prohibida en muchos lugares, y nada hacia sentir a mis alumnos de literatura mas adultos que leer libros <>. Cuando comenzo la clase, me sorprendio ver que, por una vez, la senorita Wilde no participaba; tomaba apuntes en silencio con un esbozo de sonrisa en el rostro. En el transcurso del debate, un estudiante sentado al fondo comento que el personaje principal, Humbert, era un enfermo mental que no controlaba sus actos, por lo que se merecia un poco de indulgencia. --Pero no puedes defenderlo --replico una chica cuyo nombre yo no recordaba--. !Es un pervertido consumado y corrompe a la nina! --En realidad, pienso que ocurre al contrario --tercio la senorita Wilde, sin levantar la vista de sus apuntes. --?Como? --se sorprendio la chica--. ?Lo dices en serio? --Como que me apellido Wilde --respondio ella--. Estoy casi segura de que Lolita es la que corrompe a Humbert. Lo seduce y el cae rendido a sus pies. ?Que tio no lo haria? --!Pero si no es mas que una cria! --insistio la otra chica. --Efectivamente, pero sabe de sobra lo que se hace cuando lo seduce. No es su primera experiencia sexual; luego el practicamente come de la palma de su mano. No digo que el actuara bien, pero tienes que recordar que la ve como una chica joven, y por su parte su madurez emocional no supera la de un nino de doce anos. La chica se quedo sin argumentos y bajo la vista. --Esa es una buena observacion --admiti. Aunque las intervenciones a destiempo de la senorita Wilde me fastidiaban, siempre realizaba excelentes aportaciones a los debates. Por lo general, me agradaba tener a alumnos tan participativos en mi clase para animar los debates. Solo que en su caso habia algo que me crispaba. Por alguna razon, sacaba lo peor de mi. --Bien, ?por que creen que el autor decidio escribir sobre un tema tan controvertido? --pregunte a la clase. Algunos levantaron la mano, pero desistieron en cuanto la senorita Wilde intervino sin permiso. Otra vez. Aprete los dientes. No cabia duda de que la chica era inteligente, pero ?por que no respetaba las reglas como el resto? Por Dios, es de lo mas exasperante. --!Senorita Wilde! Se callo y me miro. Por desgracia, no parecia intimidada en absoluto y se limito a lanzarme una mirada de extraneza. --?Si, Stephen? --pregunto amablemente. --Profesor Worthington --corregi. Menos mal que el semestre acabara pronto. Ella se limito a sonreirme. --Si no espera su turno para hablar, puede abandonar el aula --dije, retandola para mis adentros a continuar su perorata. Hizo una sena para que yo continuara y se reclino en el asiento con gesto divertido. Pedi a los demas estudiantes que opinaran y recibi unas cuantas respuestas nada inspiradas sobre los tabues. Una de las chicas llego incluso a argumentar que el verdadero pervertido era el autor. Suspire y de mala gana di la palabra a la senorita Wilde, que sonrio maliciosamente y se inclino hacia delante. --Creo que Nabokov utiliza a los protagonistas a modo de simbolos. Yo me hacia una idea bastante aproximada de adonde pretendia ir a parar con eso pues, como siempre, habia dado en el clavo. Habria sido mucho mas facil si simplemente hubiese podido echarla de clase tanto por su ridicula pinta como por sus estupideces, pero no era el caso. Era lista y no tuve mas remedio que seguir concediendole la palabra. --?En que sentido? --pregunte, y asenti. --Humbert es un hombre mayor y de mundo, pero atrofiado a nivel emocional. Le gusta la literatura seria y la musica clasica. Representa a Europa. Lolita es joven, marchosa e ingenua. Le gusta la Coca-Cola, la musica rock y las revistas de moda. Esta claro que encarna la interpretacion del autor de Estados Unidos, la cual no es precisamente halagadora. --Titubeo y sonrio satisfecha--. Pero igual me equivoco. A lo mejor las motivaciones de Nabokov no iban tan alla. A lo mejor le vino la inspiracion una noche en un sueno. --Alzo la vista hacia mi con su sonrisa torcida, y anadio--: Al fin y al cabo, ?que hombre maduro no suena con acostarse con una chica mas joven? Volvio a guinar el ojo. Puede que yo fuese inexperto en lo concerniente al sexo opuesto, pero no hacia falta ser un genio para entender que la senorita Wilde estaba burlandose de mi. La punta de la lengua asomo entre sus labios. --Se acabo la clase --dije, y aprete la mandibula. Me sente a mi mesa y me puse a recoger los libros. --Hasta el viernes, Stephen --oi decir a la senorita Wilde al pasar por delante de mi hacia la salida con los demas alumnos. Alce la vista y la observe caminando tan campante con su ridicula indumentaria. Mis ojos captaron fugazmente algo que asomaba por el borde superior de su blusa justo por debajo de la nuca: un tatuaje. Mi mirada fue descendiendo hasta su trasero y sus estilizadas piernas, cubiertas por los espantosos pantis. Ella miro por encima del hombro y me dedico una sonrisa antes de cruzar la puerta. Como no iba a llevar un tatuaje. Salta a la vista que le trae sin cuidado su aspecto o que la tomen en serio. Ojala usara ropa mas favorecedora. Estaria bastante guapa si le pusiera un poco de empeno. Eche las cosas a mi bolsa y me dirigi a toda prisa al coche. La clase me habia dejado frustrado y contrariado, de modo que decidi ir al gimnasio de camino a casa. Al llegar al coche, vi que tenia una llamada perdida de Matt. Marque su numero y respondio despues de sonar varias veces. --!Stevie! --dijo en tono cantarin--. ?Que pasa? --No lo se. Me has llamado tu. --Ah, vale. ?Por que nunca lo coges? --Tenia clase. Habia dejado el telefono en el coche. --Sabes que puedes llevarlo encima, ?verdad? No se trata de un telefono para el coche, aunque entenderia que pensases eso. --?De que estas hablando? --Necesitas un telefono nuevo. El que tienes es un ladrillo. ?Sirve para mandar mensajes? --Lo sabes de sobra --respondi--. ?Por que me has llamado? --Quiero que salgas conmigo esta noche. --Es martes. --?Y? --Pues eso, ?no trabajas manana? --Si, ?y? Suspire. --Dejalo. No, no puedo salir. --?Por que no, tio? No tienes clase por la manana. --Tengo que corregir unos trabajos y terminar un articulo. Ademas, tenia ganas de pasar una noche tranquilamente en casa. --Pasas todas las noches tranquilamente en casa --repuso Matt y practicamente pude oir como ponia los ojos en blanco. --Bueno, es lo que me gusta. --Te juro por Dios que no me explico como es posible que estemos emparentados. Eres el tio de treinta y tres anos mas carca del mundo. Opte por no puntualizar el hecho de que Matt y yo solamente estabamos emparentados por el matrimonio de nuestros padres. --Lo digo en serio --continuo--. Estas soltero y tienes a tiro pibones jovenes, pero ?cuanto hace que no echas un polvo? ?Quien se acuerda a estas alturas? --No las tengo <>, como tu dices. Esta prohibido salir con alumnas y lo sabes. --No estoy hablando de salir --replico Matt--. Estoy hablando de que alguien ponga en tu polla una mano que no sea la tuya. ?No suena fantastico? --Tengo que irme --dije--. Voy al gimnasio. --Genial, nos vemos alli en diez minutos --contesto Matt y colgo sin darme tiempo a protestar. Fantastico. Justo lo que necesitaba despues del dia que llevo.

  • Te averguenzas de mi de Sophie Saint Rose

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    Julianne Ryder miro la fachada del restaurante y forzo una sonrisa apartando un mechon rubio de la cara. El nuevo corte de pelo por la nuca, haria que esos dias le sacaran un monton de fotos. --Ahi los tiene, senorita. -- dijo el chofer divertido. --Es parte del trabajo, Jim. Su chofer desde hacia tres anos, la miro sonriendo--No se como lo soporta. Que siempre esten pendientes de usted. --Es acostumbrarse. Mi madre era famosa y me han sacado fotos toda la vida. -- miro su reloj de oro, que le habia regalado una gran firma y le dijo mirandolo con sus ojos verde esmeralda-- En hora y media pasa a buscarme. Tengo una sesion... --En el Soho, lo se. Lori me pone al dia todas las mananas. Puso los ojos en blanco al hablar de su agente, que era una autentica tirana y se echo a reir sin poder evitarlo-- Te ha enviado el horario al movil, ?verdad? --Puntualmente a las seis y media de la manana. Riendo salio del coche y varios paparazzi se acercaron sacandole fotos -- ?Es cierto que estas saliendo con Will Tarner? Se detuvo asombrada mirando a Carlos, uno de los fotografos que la conocia de toda la vida-- ?Pero que dices? ?Con un jugador de baloncesto? Por Dios, si mido uno sesenta y cinco. Las fotos quedarian fatal. Los chicos se echaron a reir y ella les guino un ojo entrando en el restaurante y busco con la mirada a su amiga Debra, que se suponia que estaba esperandola. El maitre se acerco a toda prisa-- Senorita Ryder, es un placer tenerla de nuevo con nosotros. Menudo pelota, pero aun asi forzo una sonrisa-- Gracias. ?Ha llegado mi acompanante? --Me temo que todavia no. Que extrano. Debra siempre era muy puntual --Muy bien, ?y mi mesa? -- pregunto al ver que el hombre se la quedaba mirando como un tonto. --Oh, si. Por aqui. Julianne le siguio hacia una mesa. Al ver el traje gris y el pelo moreno de Dan Feldman sonrio divertida, porque al lado de su mesa comia su presa favorita. Ignorando al maitre, se acerco a el por detras y le tapo los ojos con las manos, sorprendiendo al tipo que tenia delante. Juguetona se acerco a su oido y susurro-- ?Adivina quien soy, guapo? --Ya he visto los paparazzi en la puerta, Anne. Sabia que llegarias en cualquier momento. -- respondio el ironico sujetando sus manos y apartandolas como si no quisiera que le tocara. Julianne disimulo su disgusto por su trato. Siempre era borde con ella. Y cuanto mas lo era, ella mas le fastidiaba comportandose como una diva. -- ?Y como sabias que estaban ahi por mi? En esta ciudad hay muchos famosos. --Julianne puso morritos mirando sus ojos azules-- Carino, ?no me vas a presentar? El hombre se habia levantado como si fuera de la realeza mirandola embobado. Debia tener la edad de su padre y ella sonrio encantadoramente-- Julianne Ryder. --Es un honor. -- dijo el hombre sonriendo mientras le cogia la mano y se la besaba como si estuvieran en el siglo dieciocho-- Milton Browning. --Oh, senor Browning. Mi padre me ha hablado mucho de usted. -- le guino un ojo -- Me ha dicho que tiene un drive impresionante. El hombre se sonrojo encantado-- Greg siempre tan amable. --Un dia tenemos que echar un partido. -- dijo divertida mirando a Dan que ni se habia molestado en levantarse de la mesa -- ?Verdad Dan querido, que soy buena jugadora? -- ?Sabes lo que es un drive? No mostro que estaba irritada porque pensaba que era estupida -- Tiene algo que ver con pelotitas blancas y palos largos, ?verdad? El senor Browning se echo a reir-- Si, algo tiene que ver. Estare encantado de jugar con usted. --Debo decirle a papa que lo organice. --miro a Dan fijamente y vio su pelo negro impecablemente peinado-- Carino, te has cortado el pelo. -- hizo pucheros mirando sus ojos azules que estaban mucho mas oscuros porque estaba enfadado. Como el noventa por ciento del tiempo que pasaba con ella -- Sabes que me gusta un poco mas largo. --Lo mismo digo. -- respondio molesto-- Y ahora si nos disculpas, estabamos hablando de negocios. --Como siempre. --dijo riendose sin ganas para volver a mirar a su acompanante-- ?No es aburrido hablar siempre de lo mismo, cuando hay temas mucho mas apasionantes? --Tiene toda la razon, senorita Ryder. --Oh, llameme Julianne o Anne como hace Dan. -- ?Le gustaria sentarse con nosotros? Vio el pelo rojo de Debra que llegaba en ese momento y le miro con pena-- No quiero molestarles, estan hablando de negocios. Ademas, ahi esta mi amiga Debra. -- cuando el hombre miro a su amiga, abrio los ojos como platos pues era una de las actrices mas prometedoras del momento -- ?La conoce? --No tengo el honor... Debra se detuvo a su lado y suspiro --Siento llegar tarde. Me ha costado aparcar. --Esto es Nueva York, cielo. Todo el mundo va en taxi. Su amiga fruncio el ceno al oirla hablar con ese tono estupido y al mirar a sus acompanantes se dio cuenta lo que estaba pasando-- ?Y no mostrar mi Porsche? ?Para que me lo he comprado? Dan gruno sentado en su mesa y Debra sonrio dandole un golpe en la espalda-- !Hola, tio! ?Como te va? --Debra, deja que te presente al encantador amigo de mi padre, el senor Browning. --Un placer. -- dijo el besandole tambien en la mano --Tiene un talento increible. --Que amable. --Bueno, nosotras nos vamos para que hablen de acciones y esas cosas. --miro a Dan-- Carino, te perdiste la cena del sabado, pero te perdono. La fulmino con sus ojos azules-- Tenia otros compromisos. --Seguro que serian de lo mas interesantes. -- dijo insinuando que era un aburrido de primera -- Pasenlo bien, senores. --Julianne. -- dijo el amigo de su padre mirandolas con adoracion mientras se alejaban. --Vaya, vaya. -- susurro Debra acercandose a su mesa-- Parece que quiere hacerte desaparecer de la faz de la tierra. Cuando se sentaron Julianne le guino un ojo haciendola reir-- Es una pena. Hoy le he fastidiado poco. --Este juego que llevas con el, un dia te pasara factura. --Debra se sento dando la espalda a Dan, mientras que ella le veia de frente. Al ver que Dan las observaba, le lanzo un beso y el apreto los labios-- ?Sabes que hay rumores sobre que tienes algo con el? Julianne se echo a reir maliciosa-- Y a el le revientan. Su amiga se echo a reir mirandola admirada-- ?Has sido tu? --Esta saliendo con una pija de Park Avenue, que es hija de un senador. --Entiendo. ?Y a ella no le sentaran mal esos rumores? --Eso espero. -- cogio la carta sonriendo a la camarera -- Una botella de champan. --Por supuesto. ?Dom Perignon? --Si, ese es perfecto. Debra sonrio-- ?Que celebramos? --Mi nueva linea de maquillaje. Y un contrato de cinco millones de dolares. Debra grito levantandose de la silla y la abrazo llamando la atencion de todo el mundo, mientras ella se echaba a reir. Cuando se calmo, se sento en su silla ignorando a los cotillas, mientras que Julianne miro sin querer a Dan, que las observaba con el ceno fruncido. Seguramente porque habian llamado la atencion, cosa que odiaba. --Cuentamelo todo. -- dijo su amiga. --Pues se han puesto en contacto con Lori para el contrato hace dos semanas y lo acabo de firmar. Una linea de maquillaje con mi nombre y mi imagen, por supuesto. --Por supuesto. Ire a la presentacion. --Mas te vale. -- se echaron a reir porque Julianne habia apoyado en todo a Debra y su amiga lo sabia. -- ?Sigue mirando? --Pues si. --cogio su copa de champan y le dio un sorbito -- Con esos frios ojos azules, que te traspasan el alma. ?Sabes que el otro dia le dijo a mi padre que deberia meterme en un centro de reposo, a ver si podian ayudarme? -- ?Ayudarte a que? --pregunto asombrada. --A ser normal. Debra jadeo indignada-- ?Y que dijo tu padre? --Que era de lo mas normal que hubiera salido asi, viviendo en el ambiente en que me habia criado. --Bien dicho. --Y despues se echo a reir en su cara, diciendo que seguramente ganaba mas que el con lo que considera mi disipada vida. --Eso lo dudo. --Y mi padre tambien, pero le habia molestado el comentario. El hecho es que le quiere mucho y le considera el hijo que nunca tuvo. -- bebio otro sorbito de champan y al ver llegar a la camarera le tendio la carta-- Ensalada de la casa. -- ?El alino aparte? --Si, por favor. --Yo quiero raviolis de queso. Esos tan ricos con parmesano. --Julianne gimio-- ?Que? No trabajo hasta dentro de dos semanas. --Voy a hacerme actriz. -- ?Pero que dices? Eres una celebrity. Todo lo que haces, es noticia. Las marcas se te rifan y te pagan locuras por asistir a eventos o aparecer en portadas. --Que bien me vienes para subirme la moral. -- ?Que haces por la tarde? Porque queria ir al cine. --Tengo una sesion para la portada de Glam Style. Algo muy sexy y con plumas. -- se encogio de hombros-- O eso me ha dicho Lori. -- ?Otra portada? Te odio. Julianne se echo a reir-- Venga, tu tambien has salido. --Si, pero se olvidan de mi en cuanto estreno. --Vaya mentira. -- la mirada de Dan la estaba poniendo nerviosa y sin darse cuenta se metio el cabello tras la oreja. --Te gusta. Miro los ojos azules de su amiga-- ?Estas loca? --Te gusta mucho. Por eso le fastidias y te comportas como una nina mimada cuando esta presente. -- gruno bebiendose el resto de la copa y la camarera se la lleno de inmediato-- Cuidado o en esa sesion van a flipar contigo. --Solo bebere otra. Y no es cierto. --Claro que lo es. Todavia recuerdo cuando le conociste. ?Tenias dieciocho? -- Julianne la fulmino con la mirada-- ?No quieres recordar lo que dijiste? Es guapisimo. -- dramatizo su amiga, llevandose las manos al pecho-- Y tiene unos ojos... --Era una cria y estupida ademas. --Taaannn inteligente. --Cierra el pico. Debra se echo a reir-- Pero cuando volviste de las vacaciones de verano, ya era imbecil y un creido. --Me lleva ocho anos y pensaba que era una cria. Cometi un error. Su amiga la miro con pena-- Nunca me dijiste que ocurrio en los Hamptons ese verano. --Nada. Simplemente que me vio con un amigo en la piscina y desde ese dia piensa que soy un puton o algo asi. Debra abrio los ojos como platos-- ?Que? Chasqueo la lengua-- Pues...-- gimio antes de seguir-- Habia ido a una fiesta con unos amigos y bebi un poco. -- ?Cuanto es un poco? --Tenia un pedo que alucinas. Nunca en la vida me sento peor la bebida. Debra la miro con la boca abierta-- Si tu nunca te emborrachas. --Es que la experiencia fue tan buena, que se me quitaron las ganas, te lo aseguro.

  • La vida es suero: Historias de una enfermera, Enfermera Saturada de Enfermera Saturada

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  • Nuestro juego mas cruel de Araminta Hall

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    Un juego entre amantes. Una obsesion. Un tipo de amor que lleva a la muerte.

  • El aroma de la rosa del desierto de Beatrix Mannel

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    Beatrix Mannel es una de las autoras mas importantes del landscape en Alemania, pais de origen de todo un genero que ha irrumpido en medio mundo.

  • No te quiero mas de Ines Fernandez Moreno

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    Con el estilo excepcional que ya tiene acostumbrados a sus lectores y una lucidez tan descarnada como profunda, Ines Fernandez Moreno ofrece en esta nueva novela una historia potente sobre la relacion entre una hija y su padre, que conjuga amor absoluto y un grito de rebeldia.

  • Judeofobia de Gustavo Perednik

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    ?Cuales son los origenes del odio antijudio? ?Cuales fueron sus motivaciones historicas y cuales sus mitos fundantes? ?Cuales las causas de su persistencia?

  • De las cenizas, Molly Mcadams de Molly Mcadams

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  • Entre las azucenas olvidado de Gema Samaro

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    Hugo D'Argel, duque de Fleurus, pertenecia a una de las grandes familias que lo controlaban todo en el mundo: las corporaciones, los recursos, el sistema bancario y comercial...

  • Mujeres en el frente de Freda Lightfoot

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    Una historia de esperanza y superacion del pasado.

  • Dame un motivo de Gwendolen Hope

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    Tras la muerte de Isaac Myers, sus hijos heredan Llanura de los Robles, tierra que es un simbolo familiar, a la que todos han estado indisolublemente ligado por generaciones. Edward Sanders y sus hijos, ricos industriales, duenos de las tierras con las que confina la propiedad Myers, quieren apropiarse a toda costa de ella y estan dispuestos a utilizar todos los medios posibles, tanto licitos como ilicitos, para alcanzar su proposito. Victoria Sanders, en particular, quiere ganar esas tierras mas que nada en el mundo y, por ese motivo, no duda en jugar sucio. ?Pero que sucede cuando conoce a Cam Myers y se da cuenta que lo que esta en juego no es unicamente la propiedad sino su propia felicidad?

  • El apartamento olvidado de S.l. Grey

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    Una escapada perfecta. La llave de un apartamento que abre un oscuro secreto.

  • El camino hacia el Lean Startup de Eric Ries

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    El camino hacia el Lean Startup explica como empresas de todo tipo pueden incrementar sus ingresos, impulsar la innovacion y convertirse en organizaciones preparadas para sacar partido de las inmensas oportunidades que nos brinda el siglo XXI. Si en el bestseller El metodo Lean Startup el autor dirigia su atencion hacia las startups de exito, en esta ocasion lo hace hacia un nuevo grupo de organizaciones: multinacionales emblematicas como General Electric y Toyota; pioneros tecnologicos consolidados como Amazon, Intuit o Facebook; startups de hipercrecimiento de proxima generacion como Twilio, Dropbox y Airbnb e infinidad de otras startups en ciernes de las cuales no has oido hablar. todavia.

  • Morir quiza no sea lo peor de Pascal Dessaint

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    <>. Le Figaro Magazine

  • Mision Jaqueca. 2018 de Jesus Maria Saez

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    La novela es una comedia de aventuras y espionaje situada en la decada de los 2000, con amplias dosis de humor extravagante e irracional. En ella se narran las peripecias de Enrique Spasmos, un atolondrado treintanero que vive su vida con absoluta monotonia hasta que atropella de manera casual a Sisi Panthis, una enigmatica mujer de la que queda prendado. Ambos viviran una descabellada andanza que les trasladara desde el Pais Vasco hasta Sevilla y de alli a Londres y Bruselas en busca de una temible arma bacteriologica: las ART (Aspirinas Radioactivas Termonucleares). Mision Jaqueca es ante todo un divertido relato de aventuras y viajes, repleto de situaciones insospechadas e inspirado de alguna manera en los comics de Francisco Ibanez Talavera y sus legendarios agentes de la TIA Mortadelo y Filemon; ademas de beber del absurdo genial de la obra de Enrique Jardiel Poncela.

  • El club de los mentirosos de Mary Karr

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    Despues de Tu no eres como otras madres y Regreso a Berlin, otro gran descubrimiento con la marca de la joven edicion independiente de calidad. Cuando se publico por primera vez, en Estados Unidos, El club de los mentirosos fue un exito arrollador y elevo el arte de la narrativa memorialistica a un nivel completamente nuevo.

  • La tercera persona (Alt autores de Ava Hocsem

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    Arranca el coche. Salgamos de aqui cuanto antes, no mires hacia atras. A partir de este momento todo pertenece al pasado. --?Todo? --Si, todo. Mira al frente Juan. Quiero llegar a casa entera y en menos de media hora. --La salida a la autovia, a tu derecha. --No puedo creer que me digas eso, Celia… --Solo tienes que girar, !ahora mismo!, pero ?que haces? Por favor manten la atencion en la carretera, !que brusco eres! --Me has dicho que tienes prisa. Obedezco tus deseos carino. Celia le regalo los pantalones que llevaba puestos. A el nunca le gustaron porque pensaba que el burdeos era un color para aristocratas, en cambio a ella le fascinaba. Lo asociaba con el erotismo y con el poder. --Soy la hija predilecta del burdeos --dijo en una ocasion--. Ante semejante comentario jamas se nego a vestirse con ellos. --Vaya, he perdido el mechero. --Lo has dejado en el pasado. Queda poco para llegar. ?Podras resistir sin fumar? --Si claro, es tan solo humo. --Celia, ?no crees que estar sentado e ir a ciento cuarenta kilometros por hora es una contradiccion? --!Que cosas piensas! En realidad Juan queria preguntarle otra cosa. Algo mas relevante, algo que no se atrevio a mencionar. El todo y el pasado. Estaban a unos cuatro kilometros de despedirse, no sabia si esta vez seria para siempre. A veces es mejor no preguntar a tiempo para elegir una realidad a medida. --No es miedo, no, se trata de sobrevivir --penso Juan--. El estaba acostumbrado a manejarse por las carreteras del autoengano. -- Saber conducir es fundamental, te da libertad--. Era una de sus frases de mesilla. Asi aprendio a manejar su vida, su volante, su freno, su limpiaparabrisas y tambien al hijo sobreprotegido que fue. Ahora estaba solo, a punto de llegar a la esquina donde Celia posaria sus tacones en el suelo. La vida, los eventos, la gasolina. --Sana y salva--dijo Juan. --Me voy pitando. Menos mal que no tengo bateria en el movil. Es la coartada perfecta, los ninos ya estaran cenando. Antes de pisar el suelo le puso una mano sobre la pierna. Se miraron fijamente, controlando cualquier atisbo de emocion. El piso el acelerador y cerro la puerta del coche. Se quedo mirando su culo a traves del espejo retrovisor. Mientras tanto la figura desaparecia dejando tras de si la estela apresurada de un apresurado caminar. --!Malditos taxis y maldito movil!, la reunion se ha alargado pero creo haber conseguido mis objetivos --comento a su marido mientras colgaba el bolso y la chaqueta en el perchero de la entrada--. El proximo jueves me reuno con el director general. Todo va viento en popa. ?Estan ya en la cama?, estoy agotada carino. 2 Juan tenia hambre y la garganta un poco seca. El deposito semivacio. Pudo repostar y dudo en comprar un sandwich en la gasolinera. --No, lo hare manana --penso. --Hoy cenare algo caliente. Necesito calor y llenar mi estomago. Cerca de mi casa unos chicos del barrio han abierto un nuevo restaurante. Ire alli, seguro que me trataran bien porque me conocen de vista y querran captar clientela --se dijo a si mismo. --Buenas noches. --Buenas noches. ?Podria cenar? --Si senor. ?Viene usted solo? --Realmente no, aunque solo me vea a mi. --?Espera usted a alguien?, ?cuantos van a ser? Juan sonrio timidamente: --Finalmente uno --contesto. ?Puedo sentarme junto a la ventana? --Si, pase conmigo. La carta estaba traducida al ingles. La inmensa mayoria de los residentes del barrio eran autoctonos. Juan intento deducir la intencion de los duenos. Penso que tal vez quisieran crear un imperio de restaurantes y franquicias en el futuro. Comprobo que se trataba de un local especializado en la cocina con patatas. Prefirio leer la carta en ingles. La primera lectura fue un mero pasatiempo, la segunda para elegir un plato caliente. Nunca habia visto tantas combinaciones posibles de patatas con otros elementos. Se le hizo la boca agua. --Algo tan sencillo… y pensar que a otros no se les ha ocurrido este tipo de negocio… Creo que podran abrir franquicias antes de lo que jamas hubiesen imaginado --penso con el estomago vacio. --Una de patatas al horno con esparragos trigueros, rucula caramelizada, botones de aguacate y haloumi. Para beber un tinto poco afrutado, por favor. Miro a traves de la ventana. Olia muy bien en aquel acogedor lugar. Miro el movil varias veces. Alterno la vista callejera con la vista digital. El telefono sono y la copa de vino llego a su mesa. --Espero que sea de su agrado senor. --Yo tambien, gracias. Se le encogio un intestino hambriento. Bebio un sorbo, le gusto. --Un vino mediocre pero ahora mismo me agrada --penso--. Efectivamente, poco afrutado para ser un caldo barato--. Bebio otro sorbo, toco la pantalla del movil y leyo el mensaje. Era Laura, hacia un par de meses que no sabia nada de ella. Manana por fin comienzo a trabajar, espero que estes bien. Beso. Juan miro a traves de la ventana. Una pareja de adolescentes carcajeandose paso por delante. Recordo la tarde en la que Laura dijo una frase que pudo cambiar su vida: --Si soy capaz de controlar los remolinos sere capaz de controlar mi vida --dijo--. Quiza la proxima vez que se vean le confiese la importancia de aquella conjuncion de palabras. --Su plato senor, ?otra copa de vino? --Si, y un botellin de agua. 3 Celia aprovecho el momento. Una reunion cancelada es casi siempre una oportunidad para escapar de la oficina. Queria comprar a su hija un libro de fabulas. Salio decidida, era una bonita e inesperada mision. Sintio el frio en su rostro como si fuese una brisa de verano. --La libertad de la calle -- penso. Paro en un semaforo. En la acera de enfrente habia hombres, mujeres y alguien disfrazado de perro. Todos esperaban lo mismo; aguardaban que el color de una luz diese paso a otra. En esta ocasion no habia ningun conocido al otro lado, detestaba cruzarse con los ojos de alguno porque hacia que la espera se eternizara. La senal de cambio movilizo a los transeuntes. Celia recordo unos documentos que tenia que preparar para el dia siguiente, metio la mano en su bolso, agito todo lo que estaba dentro y saco la nota mientras caminaba aumentando la velocidad de sus zapatos. --He oido hablar de un libro de fabulas que causa furor entre los ninos. --Creo que se refiere a "El arco de ranas y la nube de gatos". Tambien disponemos de una edicion especial

  • Mama de Jorge Fernandez Diaz

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    Mama es un clasico de la cronica narrativa argentina, que hoy tambien se lee como el empeno de la mujer moderna contra las dolorosas acechanzas del mundo.

  • La tierra a la que llamo hogar de Do Pons Ruiz

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    En un tiempo preterito, gracias a la nobleza y el clero, la Inglaterra medieval vive amparada bajo los mandatos del honor y la valentia.

  • El coleccionista de libros de Alice Thompson

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    NO HAY NADA MAS TERRORIFICO QUE UN CUENTO DE HADAS. <>. IAN RANKIN <>. STEPHEN KING En la Inglaterra eduardiana, Violet parece llevar una vida de ensueno: un marido caballeroso, un hijo adorable, una lujosa residencia… Pero la creciente obsesion por uno de los preciados libros que colecciona su esposo ;un misterioso volumen de cuentos de hadas guardado bajo llave; hara que su idilica existencia comience a tambalearse. Asediada por unas perturbadoras alucinaciones que amenazan su cordura, ingresa temporalmente en un sanatorio. Pero cuando, a su regreso, descubre que una bella y enigmatica ninera ha ocupado su lugar, los horrores padecidos durante su internamiento no seran nada en comparacion con los que su propio hogar le tiene reservados… Alimentada en su fondo por la siniestra leyenda de Barba Azul, Alice Thompson nos ofrece una novela oscura y macabra, una creacion elegantemente diabolica que, a la vez que homenajea a Rebeca y a la Angela Carter mas transgresora, no pierde de vista en ningun momento el verdadero proposito de la mejores historias de terror: que el escalofrio que nos sacude durante su lectura se prolongue mas alla de la ultima pagina.

  • O’Quinn (13 Milimetros 2) de Beatriz G. Lopez

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    Diferentes indicios han llevado al narcotraficante Annibal Scorpio y a los suyos a localizar al presunto autor de las famosas muertes. La sanguinaria venganza llevada a cabo no fue suficiente, y Scorpio pide explicaciones al grupo criminal al que pertenecia el asesino. El lider, O'Quinn, no duda en negar su implicacion y buscar una via de escape.
    En la organizacion de Scorpio creian haber borrado del mapa cualquier rastro dejado por el celebre numero trece, pero nada mas lejos de la realidad: se dan cuenta de que sus problemas no han hecho mas que comenzar. Quien se encuentra detras de los ataques no es el unico que acecha al traficante. La policia le sigue muy de cerca, esperando un paso en falso para poder avanzar en la investigacion y, de paso, cazar a Annibal.
    Amenazas, tiroteos, muerte. Y la certeza de que la confianza es un lujo que no se puede permitir.

  • La sonata de Roberto R. Bengoa

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    La ciudad de Nueva York es el marco de esta apasionante historia de amor que relata la vida del virtuoso pianista, Cristian Lagos. El se encuentra obsesionado con terminar una sonata para despues quitarse la vida. El odio por la traicion de sus seres queridos lo consume cada dia. La inconclusa sonata se ha convertido en una carga que, en lugar de ayudarlo, lo acerca cada dia mas para suicidarse. Ahora que su musa lo ha abandonado, no le queda nada por vivir.
    En los momentos mas desesperados del joven pianista, una extraordinaria bailarina de ballet, Elisa Cisneros, que aspira a ganar la competencia de baile mas prestigiosa del mundo, entrara en su vida, dandole motivos para vivir. Pero ella misma guarda un secreto que la atormenta. Un secreto que esta acabando con su vida.
    La Sonata es una novela de amor y desamor; de ilusion y fracaso; de traicion y redencion. Donde todos los personajes tienen un pasado que olvidar y anhelan el perdon para vivir.

  • Historia de una flor de Claudia Casanova

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  • Bailando con el demonio de Alina Covalschi

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    --Quiero ver sensualidad, Evelyn --exigio Madame Janice--. Esas manos tienen que flotar en el aire. Llevaba mas de tres horas de entrenamiento y, por mas que intentaba estar concentrada, mi cuerpo se resistia. Me dolian los huesos, y estaba cansada. Me gustaba bailar porque mi alma lo necesitaba. Sonaba con mis pies en pleno movimiento y me sentia libre. La mente y mi corazon acompanaban el ritmo, lo que hacia conmovedora la danza. Sentir la musica era el secreto para mi felicidad. --Es suficiente por hoy --dijo ella al ver que mis piernas empezaban a fallarme--. Seguiremos manana, Evelyn. Descansa, quiero verte con fuerzas. Estaran aqui muchos directores y es posible que alguno ponga sus ojos en ti. --Eso espero. --Desenrede mi pelo sudado--. Llevo toda una vida luchando para conseguir esto. --Lo conseguiras, seguro, eres perfecta. --Me dio una botella de agua--. Hay muchos musicales que necesitan buenos bailarines. --Si, pero algunos son mejores que yo. --Confio en ti. --Me dio un apreton de manos--. Necesitas descansar. Ella abandono el salon de baile y, al verme sola, me sente en el suelo y apoye la espalda contra el espejo. Recorde la primera vez que mis pies habian tocado el suelo de un estudio y la primera vez que el baile me habia llamado la atencion. --Aqui estan los bailarines, ninos --dijo nuestra cuidadora Janine--. Este Conservatorio es uno de los mejores y, si estudian bien, podeis obtener una plaza aqui. --Nos miro a todos. --?Y podemos bailar como ellos? --Senale una pareja que se movia de una manera indescriptible. --Claro que si, Evelyn. El orfanato paga vuestros estudios, pero teneis que poner mucho empeno. --Lo hare --dije para mi misma. Y eso hice… empece a estudiar y a estudiar hasta conseguir una beca. Con esa beca me habian dado una plaza para el conservatorio y luego me habia esforzado mucho para aprender todos los tipos de baile de salon. Mi vida no habia sido facil: no tener padres ni familia me habia mantenido en un amargo silencio durante anos. Tuve suerte de que mis abuelos pagaran el orfanato antes de quedarme sin nada. Estuve viviendo dos anos alli hasta que una familia se intereso por mi. Todo paso muy rapido y, en menos de unas horas, ya estaba viviendo con ellos. Mi padre adoptivo tenia mas de cinco empresas de construccion y habiamos tenido mucho dinero. Perdimos todo en tan solo un mes, y eso lo volvio loco: los encontre a los dos muertos en la cama. Habia sido el dia mas horrible de mi vida, y ver tanta sangre junto a los cuerpos de esas personas sin vida me habia marcado para siempre. Los policias habian dicho que mi padre adoptivo habia matado a su mujer y luego se habia disparado en la cabeza. No llegue a encarinarme con ellos y estaba acostumbrada a verlos siempre lejos de donde yo me encontraba, fisica y psicologicamente. Mucho no recordaba porque era muy pequena, pero nunca los habia visto besarse o abrazarse y, por supuesto, tampoco lo hacian conmigo. De cria habia tenido pesadillas al respeto y en todas ellas los rodeaba un aura extrana, tanto como eran ellos. Cuando me vi sola de nuevo un lugar extrano y lleno de personas desconocidas, quise desaparecer para siempre. El orfanato era un edificio cuadrado, rodeado por una verja alta. Estaba muy descuidado, pero limpio y las cuidadoras me hablaban con indiferencia. Tuve la suerte de que ese dia habia visto a una pareja bailando en el parque del orfanato y habia recordado lo que me habia prometido: seguir estudiando y llegar a cumplir mi mayor deseo. Conseguir bailar en un escenario habia sido lo unico que me habia mantenido con vida. --Vamos a cerrar --aviso el portero. --Ahora salgo. --Me levante del suelo y estire mis brazos. Tome la mochila y sali del conservatorio bastante confiada. Estaba segura de que tantos anos de clases intensivas no habian sido inutiles y de que pronto iba recibir los merecidos resultados. LUCES EN LA OSCURIDAD --Mucha suerte Evelyn --dijo mi companera de piso, Carmen. --Gracias. --La abrace y sali por la puerta. Habia pasado una noche horrible; no habia conseguido pegar ojo por los nervios que habian estado recorriendo mi cuerpo entero. No queria perder la oportunidad de conseguir un puesto libre en la nueva obra teatral "Olvida que me amas". Habia aprendido una corregrafia y tenia que bailar con mucha precision para conseguir mi tan ansiado sueno. Llegue al conservatorio un poco antes, pero tuve tiempo de echar un vistazo a las aulas llenas. Mientras paseaba por los pasillos, recordaba con nostalgia mis primeros dias de entrenamiento. Habian sido dificiles, pero me habian ayudado a olvidar el duro pasado que habia enterrado muy adentro de mi corazon. Habia muchos bailarines esperando, y eso empezaba a preocuparme. Estire mi cuerpo para liberar la tension y me sente en una silla. Con los nervios revoloteando en mi estomago, espere a que me llamaran. Despues de una larga hora de espera, llego mi turno. Me puse de pie enseguida cuando escuche mi nombre. Estaba nerviosa: mi corazon martilleaba en mi pecho con fuerza mientras enviaba un escalofrio por todo mi cuerpo, y mis mejillas empezaron a arder. Me llevaron por un pasillo oscuro y luego abrieron una puerta de metal. Lo que habia tras ella era una cortina roja de terciopelo y un silencio inquietante. La aparte con mis manos temblorosas y pise despacio el suelo de madera. Me encaminaba hacia un escenario y sabia que esa era una oportunidad unica. Habia solo una luz encendida, y el resto estaba a oscuras, de forma que era imposible saber cuantas personas habia mirandome. --Puedes empezar --dijo alguien, y gire la cabeza. Su voz sono fuerte, y el poder de sus palabras se apodero de mi. Mi corazon se deslizo hacia mi estomago. No podia pensar y me estremeci. Frote mis brazos para entrar en calor y asenti con detenimiento. Estaba acostumbrada a bailar con musica, pero no me atrevi a decir nada. Cuando hice una reverencia, vi en la oscuridad de la sala dos luces rojas pequenas. Parecian dos puntos pero, al ver que se movian y se apagaban al ritmo de mi parpadeo, empece a retroceder. Un panico asfixiante se instalo en mi y, cuando senti la cortina tocando mi espalda, la voz hablo de nuevo: --No tengo todo el dia. Hay mas personas esperando

  • El gran juego de Leticia Sanchez Ruiz

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    Misterioso, callado y taciturno, de Jorge Perotti se decia que habia heredado una gran fortuna. Sin embargo, ninguno de los parroquianos que lo saludaban todos los dias en el bar de la calle La Luna habia intimidado demasiado con el. Su unica amiga era una nina de diez anos, hija de los propietarios del bar, a quien el llama!ba tiernamente Cucurucho. Cuando Perotti murio, ya centenario, sus ultimas palabras fueron: <>. Y el Gran Juego es la herencia que dejara a la pequena Cucurucho: una serie de pistas encadenadas que la nina debera resol!ver en compania de su hermano mayor, Cosme, y que a la postre se convertira en la gran aventura de su vida.

  • Quedate conmigo, por favor (Clamores de juventud 3) de Estrella Correa

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    Alejandro y Alvaro han desaparecido de la vida
    de Dani y no sabe como llenar el vacio que han dejado
    en su interior, pero no espera todas las sorpresas que le
    depara el destino, algunas de ellas le sobrepasaran,
    otras llegaran a formar parte de su pequeno universo.

  • La soberbia de Catherine Brook

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    Necesitaba un hombro. No para llorar, que ella nunca lo hacia, sino para dormir. !Que misa tan aburrida! Harriet Broome parpadeo con rapidez con la esperanza de mantenerse despierta y, sin disimulo, se cubrio la boca con la mano enguantada para tapar un bostezo. El quinto desde que habia comenzado el sermon. !Y solo habian pasado quince minutos! No estaba segura de poder soportar las dos horas restantes. Solo de pensarlo le daban verdaderas ganas de llorar. Entrecerro los ojos para mirar con rabia a la causante de esa tortura, pero esta estaba de espaldas y no pudo recibir todo su odio. Zelda, su hermana, estaba sentada al lado de su prometido, Archibald Cobyn, y no parecia tener intencion de prestar atencion a Harriet, a quien habian obligado a ir al servicio porque se haria la primera amonestacion del compromiso. Harriet penso que al menos podria haber tenido la cortesia de sentarse a su lado para poder utilizar su hombro como almohada. Sin embargo, prefirio ocupar asiento al lado de su prometido, la senora Corbyn y su padre, el senor Broome. Ella habia quedado relegada una fila atras junto a la hermana menor de su proxima familia politica, Bernadette Corbyn, quien no parecia lo suficientemente amable para prestarle su hombro y, a decir verdad, tampoco se veia mas despierta que ella. --Tus bostezos me estan provocando sueno --dijo la joven con voz ahogada, mientras tapaba su boca con una mano. --?Tambien te han obligado a venir? --le pregunto, observandola. No debia tener mas de catorce anos. --Gideon no nos habria perdonado si algun integrante de la familia no hubiera asistido a este emblematico momento --respondio sin sarcasmo. Harriet casi habia olvidado que el hombre que estaba a punto de dormirla por aburrimiento era hermano del novio y, por ende, seria parte de su familia politica. Por suerte, era un parentesco muy lejano, porque Harriet no lo soportaba en ninguna de sus facetas. Como vicario y como persona en general tenia muy buena reputacion, no habia nadie en ese dichoso pueblo que no lo quisiera, pero ella tenia otra perspectiva del reverendo Corbyn. Hacia un tiempo, el intachable vicario habia participado en un engano que Archibald Corbyn habia hecho a su hermana Zelda, y si a eso le sumaba que creia que aspirar a lo mejor era malo, no le causaba ni un poco de simpatia. A decir verdad, a excepcion de la joven a su lado, a quien no conocia lo suficiente para emitir un juicio, los miembros de esa familia no le simpatizaban en absoluto. Nunca dejaria de pensar que, si Zelda iba a abandonar su ferrea decision de no casarse, al menos podria hacerlo con un lord. No importaba que fuera un baron o un vizconde, pero que fuera alguien que pudiera presentarle a ella un noble importante con el que se pudiera casar. Lamentablemente, el corazon no era sensato. Harriet toleraba la situacion solo porque su hermana estaba enamorada. Por eso y porque todavia tenia la esperanza de que los Corbyn tuvieran algun conocido con un titulo nobiliario de renombre. --Si no llego a venir, Gideon me habria dado un sermon mas largo que este --continuo la joven a su lado. Harriet agradecio tener otra cosa en la que fijar su atencion--. Supongo que imaginaras lo catastrofico que eso seria. He venido solo por eso, no porque nadie me pueda obligar. --Por algun motivo, a la joven le parecio importante hacer esa aclaracion--. Esa es mi excusa. ?Cual es la tuya? --Impulso momentaneo de amabilidad que no se volvera a repetir. ?No consideras pecado aburrir de esta manera a la gente? La joven solto una risa disimulada que resono en el lugar porque, justo en ese momento, el reverendo hizo una pausa. Algunas caras se giraron para buscar el origen de la interrupcion, pero solo la del vicario logro localizarlas. Bernadette se hizo la desentendida, pero Harriet no tuvo ningun reparo en responder a la mirada de reproche con una de desden. El suspiro, como si ella fuera un alma perdida, y continuo con el sermon. A Harriet no le importo. Era mejor ser una oveja descarriada que el hijo perdido de Hipnos. --Es probable que de todas maneras nos toque otro sermon en la casa. !Que mala suerte! Harriet estuvo de acuerdo, pero no respondio. Opto por colocar su brazo encima del respaldo del asiento y recostar su cabeza en la mano. Despues de unos minutos, no supo nada mas. *** --!Harriet! Harriet se enderezo y parpadeo con rapidez, no muy segura de quien habia interrumpido su sueno. Pronto descubrio que era su hermana. Zelda no la miraba con reproche ni con molestia, mas bien con resignacion. Despues de todo, no era tampoco una devota cristiana. ?Por que, entonces, habia interrumpido su sueno? --La misa esta a punto de terminar. <>, penso Harriet. Inclino la cabeza en agradecimiento a su hermana por el aviso y se froto los ojos. --Gideon no ha dejado de mirarte en todo el servicio --le informo Bernadette--. Creo que te espera un sermon particular. Pues se lo daria a la brisa, porque ella no pensaba escuchar ni una palabra mas de ese hombre en lo que le quedaba de vida. La misa finalizo con la ratificacion del compromiso de Archibald Corbyn y Grizelda Broome. Entonces, como ya no estaba prohibido hablar, empezaron las murmuraciones. Aunque a Harriet solia gustarle el chisme, no se detuvo a escuchar que decian del compromiso. Le hizo un gesto a Zelda para indicarle que esperaba fuera y salio de la iglesia de tres naves que, a pesar de ser relativamente amplia, la estaba sofocando. Cada vez habia mas gente en ese pueblo, y la misa de los domingos solia quedarse escasa de asientos. Cuando estuvo fuera agradecio la brisa invernal que le calaba los huesos. Se apreto un poco el abrigo y respiro hondo. Esperaba que Zelda no tardara, o se iria sola. --Harriet Broome. ?Has disfrutado de la siesta? --pregunto una voz femenina con humor tras ella. Harriet se giro. Una joven de abundantes cabellos negros, sostenidos de forma precaria pero sin perder la elegancia del peinado, la miraba con diversion y una sonrisa amable. La reconocio de inmediato, pero no le devolvio la sonrisa. No porque le desagradase, pues dificilmente Tess Witherow le caeria mal a alguien, sino porque Harriet reservaba sus sonrisas para los caballeros con titulo. --Ha sido bastante reconfortante --respondio, altiva. No se avergonzaba de nada. La joven se rio. Harriet admitia que tenia una sonrisa bonita. Bien, era bonita en general. Quizas, despues de ella, era la joven mas bonita con la que contaba ese pueblo. Tenia la tez palida, cabellos de ebano y unos ojos verdes muy brillantes. Tambien era muy elegante. Como no, si era la sobrina del duque de Alridge, posiblemente el personaje mas importante que tenia ese pueblo. Habia llegado hacia unos dias de Londres y lady Marjorie se la habia presentado. La joven desprendia simpatia inmediata y parecia imposible que a alguien le desagradara. Exudaba una energia contagiosa. Harriet habia decidido que podia mantener contacto con ella de vez en cuando, por si lo necesitaba. Segun recordaba, su hermano era marques. --Tendrias que haber visto como te miraba el reverendo. Lo siento, pero me ha causado demasiada gracia su expresion. Harriet la observo y evaluo mentalmente cuanta confianza podria depositar en la joven. Estaba claro que ella no era tan recelosa y veia en Harriet a algo mas que una recien conocida. Decidio darle un voto de confianza. Tal vez por fin alguien en ese pueblo pudiera comprenderla. --No tiene ningun derecho a reclamarme nada --espeto con altaneria. Al ver que la joven no mostraba oposicion a su afirmacion, continuo--: Me parece sorprendente que no este acostumbrado, si todos sus sermones son tan aburridos. --Tess, que habia estado sonriendo ante el despotrique de Harriet, dejo de hacerlo de pronto, pero Harriet no lo noto, concentrada en su queja--. Parecen disenados para curar el insomnio. --Harriet… --Lo peor es la forma en que los dice --continuo, sin percatarse de que su companera empezaba a hacer gestos raros con la mano--. Habla como si tuviera la verdad absoluta, como si el fuera perfecto, cuando, en realidad, es solo un mortal que peca mas que nosotros. Y hablo con base. --Harriet… --No tiene ningun derecho a aburrir asi a la gente. Deberia ser pecado. --Tess habia dejado de intentar atraer su atencion. Parecia resignada, esperando con paciencia algo inevitable--. !Y tres horas! ?Como alguien puede hablar tanto? --Eso podria respondermelo usted --replico una voz masculina a sus espaldas, con un deje de humor en su tono. Harriet dio un respingo porque reconocio la voz, pero antes de girarse compuso su semblante para que expresara indiferencia, como si no hubiese estado haciendo nada malo. --?No era pecado escuchar conversaciones ajenas, pater? Gideon contrajo el ceno, como hizo la ultima vez que la escucho llamarlo con el tratamiento que se les daba a los eclesiasticos catolicos. No quiso discutir el tema de momento. Ya sabia el que la joven tenia un caracter y una forma de pensar que no sabia si llegaria a comprender. --No es pecado, es mala educacion. Catalogaria mas como pecado hablar a las espaldas de alguien --respondio con suavidad. En su tono no habia reproche, mas bien cierta consideracion. Los que lo conocian sabian que preferia convencer con el dialogo a utilizar amenazas. Harriet se tomo su tiempo para responder, aunque en ningun momento demostro verguenza o arrepentimiento. Tess, al intuir que nadie le prestaria atencion, fue a buscar con quien hablar. No se molesto en despedirse porque parecian muy concentrados el uno en el otro para notarlo. --?Desde cuando es pecado decir la verdad? Que yo sepa, es una obligacion. ?Acaso han cambiado los mandamientos? --Los mandamientos son los mismos, pero creo que usted le esta dando una interpretacion erronea. --Desde mi punto de vista, es muy valida. ?Como es que dice? <>. --<> --puntualizo el--. Lo que usted ha dicho puede considerarse falso testimonio. --!Claro que no! Su sermon daba sueno. --Usted ha sido la unica que se ha dormido. --Porque los demas no tienen el valor. Se retaron con la mirada. Si la intencion del reverendo era que Harriet se arrepintiera de su accion, estaba perdiendo el tiempo. Ella estaba firme en su posicion y no pensaba ceder ante ese hombre que, desde su perspectiva, no tenia autoridad para reprender. Lo observo de arriba abajo con superioridad, y por primera vez se fijo en los detalles de su apariencia. Tenia los ojos verdes y los cabellos rubios cenizos, mas claros que los de ella, y algunos mechones enmarcaban su rostro porque no estaban bien peinados. A decir verdad, toda su apariencia era algo desalinada. La sotana estaba arrugada, a sus zapatos les faltaba lustre. Estaba claro que nadie se preocupaba por su apariencia, y a el no le importaba. De seguro se vestia a prisa para poder llegar a tiempo y aburrir a sus feligreses. Harriet, que apreciaba mucho la apariencia, no soportaba mirarlo por mucho tiempo. --Harriet, es hora de marcharnos --le dijo Zelda, acercandose. Acababa de despedirse de su prometido con un beso en un rincon oscuro de la iglesia--. Gideon, gracias por la misa. Cumplio las expectativas. --?Cuales eran? ?Dormir a la gente? --intervino Harriet, con tono de burla. Zelda la miro con reproche, pero ella no se inmuto. Gideon asintio ante el cumplido de su futura cunada y miro a Harriet, respondiendola con su silencio. Una de las cosas de el que mas disgustaba a la joven era que nunca parecia alterarse demasiado, ni siquiera mostrar absoluta molestia. Siempre lo trataba todo como un debate. Harriet habia escuchado que no reprendia como solian hacerlo los vicarios, con firmeza y severidad; mas bien hablaba y hablaba con calma hasta dejar clara su postura. Quizas fuera esa una tecnica mas efectiva. Las personas debian de portarse bien solo para no tener que escuchar un sermon similar al de la iglesia. Despues de echarle una ultima mirada, se reunio con su hermana, que ya habia empezado a marcharse. Esperaba volver pronto a Londres y conseguirse su propia familia, porque la posibilidad de quedarse en ese pueblo y tener que convivir con frecuencia con ese hombre le provocaba escalofrios. Dios no quisiera para ella un destino tan cruel. *** Gideon las observo marcharse y se limito a negar con la cabeza ante la actitud de la joven. Con regularidad, no le gustaba juzgar a nadie, y siempre creia que tras una actitud hostil o inmoral habia un antecedente que, si se resolvia, podria devolver a esa persona al buen camino. Por ejemplo, su hermano Archie era muy avaricioso, pero todo se explicaba con que su padre se habia muerto y la carga de una familia en la ruina le supuso un trabajo que no queria volver a pasar bajo ninguna circunstancia. Archie suponia que el no lo sabia, pero para Gideon era obvio. Si bien no aprobaba la actitud tomada por su hermano, si podia comprenderlo, y esperaba que, ahora que se iba a casar, pudiera mejorar esa actitud tan poco cristiana. La joven, en cambio, era un enigma. A Gideon le causaba mucha curiosidad saber que habia detras de tanta soberbia, si es que, por supuesto, habia algo, pues no era tan iluso como para creer que no hubiera personas realmente malas e incorregibles. Analizo lo que conocia de la joven hasta el momento. Una vez habian discutido sobre la novela Elogio a la locura, y dejo clara su postura de que aspirar a lo mejor no era malo. En otro momento, cuando el engano que su hermano Archie le habia hecho a las hermanas salio a la luz, la joven, furiosa, lo acuso de complice y le dio una bofetada que aun escocia si la recordaba. A decir verdad, cualquier otro la hubiera catalogado de alma perdida, pero Gideon se negaba. Al contrario: tenia una necesidad de saber mas de ella y saber si podria ayudarla que se incrementaba en cada encuentro. Si tan solo pudiera hacer que bajase la guardia… --?A que oveja descarriada estas pensando perseguir para que regrese al buen camino? -- pregunto a su lado la voz que reconocio como la de su hermano. --A Harriet Broome --respondio con sinceridad, todavia pensativo. Escucho la carcajada de su hermano y lo miro con severidad--. Estoy hablando en serio. --Lo se. Eso es lo que me hace gracia. No pierdas el tiempo, hermano, esa joven no tiene salvacion. Es una malcriada incorregible. ?Acaso has olvidado la bofetada que te dio? Gideon decidio ignorar ese detalle. --No, pero todos pueden salvarse. Tengo que pensar en como ayudarla. --Te dire en que tienes que pensar --le dijo Archie, colocandole una mano en el hombro en un gesto de camaraderia. Echo un vistazo hacia atras, donde estaban unas senoras hablando, y anadio--: Madre quiere hablar contigo. Yo estoy comprometido. Tu eres el siguiente hermano. ?Sabes lo que eso significa? Gideon miro hacia atras, donde estaba su madre conversando, y trago saliva. Por supuesto que sabia que significaba. Su madre tenia una obsesion por que todos sus hijos se casaran y llevaba bastante tiempo insistiendole a Archie y a el, que eran los que estaban en edad, para que lo hicieran. Si Archie estaba comprometido, todos sus esfuerzos irian a el. --Tengo que preparar el sermon de manana. Dile que pronto pasare a visitarla. Hasta luego. Mientras se apresuraba a rodear la iglesia para entrar por la puerta de atras, escucho la carcajada de Archie y la advertencia de que no podria escapar por mucho tiempo. Gideon no le presto atencion. Sabia que era verdad. Tambien era consciente de que su madre tenia razon, y, como buen reverendo, deberia buscar una esposa, pero hasta el momento no le habia llamado la atencion ninguna joven y Gideon era demasiado honesto para casarse por puros fines sociales. El matrimonio tendria que esperar hasta que apareciera la indicada. Una vez en la sacristia, se sento frente a la pequena mesa donde solia escribir sus sermones e intento elaborar el del dia siguiente, pero no logro concentrarse. Su cabeza se iba una y otra vez a Harriet Broome y a lo mucho que necesitaba esa joven que alguien le hiciera comprender que esa actitud seria su perdicion. Gideon sabia que no podia ser el salvador de todos, ni mucho menos, pero sentia una necesidad insistente con ella. Estaba claro que los sermones no harian mas que aburrirla, y tal vez no funcionase ninguna tecnica en general, pero Gideon tenia que intentarlo. Solo tenia que pensar en como. Si Dios lo queria, ella podria mejorar su actitud. Si no, pues seria una lastima, porque a Gideon le parecia una joven muy bonita, con sus rizos rubios, su perfil delicado y sus ojos azules como el del cielo. La belleza no era una virtud, pero le parecia que la vida le habia dado un regalo y que por dentro tuviera tanta soberbia solo era una forma de desaprovecharlo. Ojala pudiera ayudarla. Ojala que se dejara ayudar. Eso seria, sin duda, el mayor reto, pero el estaba dispuesto a enfrentarlo y rezar por salir victorioso. Capitulo 2 Harriet se miro por ultima vez en el espejo, se sonrio, y, con los hombros rectos, salio de la habitacion con su vestido verde esmeralda cubierto por un abrigo de lana. En la sala que habia antes del vestibulo encontro a su hermana y a su padre. Ambos estaban echados en un sillon en posiciones muy poco elegantes. Se enderezaron en cuanto la vieron entrar. --!Al fin! --exclamo Zelda. Se levanto y se aliso la falda del vestido como si no tuviese mucha importancia que se hubiera arrugado--. Llevamos media hora esperandote. Vamos a llegar tarde. --Hacerse desear es una tecnica infalible para generar interes --respondio Harriet de buen humor. --Vamonos --le dijo Zelda a su padre, sabiendo que era inutil discutir con Harriet. Una vez en el carruaje que los llevaria a la mansion de los Corbyn, donde se celebraria la fiesta de compromiso de su hermana, Harriet decidio tocar el tema que le interesaba. --La tia Helen me ha escrito. Dice que no vendra estas Navidades ni podra estar en la boda de Zelda, pero que estaria encantada de recibirme en su casa para la proxima temporada. Solo seria cuestion de que cubrieras todos mis gastos. Ni siquiera tendrias que ir. La mueca de disgusto del senor Broome no fue muy alentadora. Aunque su padre le habia asegurado que regresarian a Londres para la temporada, cada vez se mostraba mas cercano a ese pueblucho y menos dispuesto a abandonarlo. --No entiendo por que quieres ir a Londres. Si Zelda ha podido conseguir marido aqui, tu tambien puedes. En Londres fuisteis un fracaso y otra temporada podria ser un gasto innecesario. --No fuimos un fracaso. Al menos, yo no lo fui --protesto Harriet, muy ofendida. --No recuerdo tener la casa llena de pretendientes tuyos. --Porque yo no alente a nadie, ya que ninguno era digno de mi --respondio como si fuera obvio--. Ademas, no nos colamos con lo mas exquisito de Londres. La tia Helen me prometio que esta temporada conseguiria invitaciones de las fiestas mas codiciadas, aquellas donde van los lores. Ahi si conseguire un esposo digno. Zelda puso los ojos en blanco, pero Harriet la ignoro, convencida de que su prediccion era cierta. --Aqui la nobleza es escasa. La unica forma de que me case con alguien que haya conocido en este pueblo es que sea un lord que llegue de visita --continuo--. Zelda, ?no conocen los Corbyn a algun lord importante? ?No habran invitado a alguno a la boda? --No lo se y no me importa --respondio su hermana sin mucho interes. Miraba por la ventana, ansiosa por llegar. --Deberia de importarte --mascullo Harriet. Despues se giro hacia su padre--. ?Me pagaras la temporada? --Esta bien, esta bien --dijo el senor Broome, harto de la conversacion. Harriet, contenta, no dijo mas en el corto trayecto. Llegaron a la fiesta de compromiso. Despues de saludar al senor Corbyn y a su madre, Zelda se quedo junto a su prometido, su padre se fue hacia la mesa de los aperitivos y Harriet se quedo haciendo una rapida exploracion del panorama. Miro con aburrimiento de un lado a otro. Estaba el duque de Alridge hablando con otro invitado. A Harriet le parecia una lastima que los pocos lores que habia en ese pueblo fueran tan mayores. Que fueran feos hubiera podido pasarlo, pero la edad ya era un detalle, a su parecer, mas relevante. Siguio buscando. Esperaba encontrar a lady Marjorie, la hermana del conde Royston, que, dicho fuera de paso, era extrano que estuviera en esa fiesta. A pesar de que los Cavendish eran familia de su madre, tenian una fuerte enemistad con los Corbyn por una rencilla pasada que Harriet no conocia. Lady Marjorie debia haber asistido a la fiesta solo por respeto a la invitacion que Zelda le extendio. A Harriet no le importaba. Queria encontrarla porque esta le habia prometido conseguirle un buen partido y tenia la esperanza de que tuviera alguna buena noticia para ella. En el pueblo todos la conocian como la mejor casamentera del lugar. Con algo de suerte, encontraria un caballero digno de Harriet, y asi no tendria que enfrentarse a la competencia en Londres. Mientras intentaba localizar a lady Marjorie, su vista se detuvo en el conde de Bollinger, acompanado de su abuela. Era un caballero joven, el mejor partido de ese pueblo, al que Harriet habia sonreido dos o tres veces sin exito. Ante su evidente desinteres, lo descarto. Si no era lo suficientemente listo para apreciar su gran belleza, no merecia sus esfuerzos. Ademas, decian que estaba interesado en la mayor de las Cavendish, lady Hailey. Harriet no pensaba rebajarse a luchar asi por un conde. Si fuera un marques o un duque, se lo pensaria. --Hola, Harriet. Reconocio la voz, pues ya la encontraba familiar, y esta vez decidio corresponder a su sonrisa. La joven Tess llevaba un vestido blanco perla muy elegante, de seguro confeccionado por la mejor modista de Londres. Harriet tenia que preguntarle cual era. Si iba a participar en una nueva temporada, tendria que asegurarse de que todo confabulara para hacerla mas irresistible de lo que ya era. --Buenas noches, Tess --dijo con amabilidad, observandola con discrecion de arriba abajo. Ya habia notado que siempre iba muy elegante y arreglada. Cada cabello estaba en su lugar, el vestido perfectamente planchado. Verla inspiraba una calma que contrarrestaba con toda la energia de la dama. --?Buscabas a alguien? He notado que hacias un recorrido visual del salon. --A lady Marjorie. ?La has visto? Tess sonrio y sus ojos brillaron de picardia. --La vi cuando llegue, pero no se donde esta ahora. Aunque supongo que muy ocupada. -- Eso ultimo lo dejo caer como quien lanza un panuelo seguro de que el otro lo recogera. Harriet lo recogio. --?Que quieres decir? Tess se inclino hacia ella y miro a ambos lados para anadirle suspenso a la situacion. Despues, susurro: --Estaba con lord Ridgeway. Es un caballero que lleva largo tiempo mostrando interes en lady Marjorie. Un interes correspondido. Segun he oido, esta noche se anunciara oficialmente su compromiso. Ademas, es un conde muy guapo, y dicen que bastante rico. --Se encogio de hombros, como si eso ultimo fuera lo menos importante de toda la historia. Para Harriet era lo mas importante.

  • El triciclo rojo de Vincent Hauuy

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  • El lado oscuro del adios de Michael Connelly

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    Harry Bosch es el ultimo investigador privado de California. No se anuncia, no tiene oficina y es quisquilloso con la gente para la que trabaja, pero no importa. Su talento de treinta anos en el Departamento de Policia de Los Angeles habla por si solo. Pronto, uno de los mayores magnates del sur de California acude a buscarlo. El hurano multimillonario se acerca al final de su vida y se siente atormentado por un remordimiento. En su juventud tuvo una relacion con una joven mexicana, su gran amor. Poco despues de quedar embarazada, ella desaparecio. ?Tuvo el bebe? Y en ese caso ?que ocurrio con el?
    Desesperado por saber si tiene un heredero, el multimillonario moribundo contrata a Bosch, la unica persona en la que puede confiar. Con una fortuna tan enorme en juego, Harry se da cuenta de que su mision podria ser arriesgada no solo para el, sino tambien para la persona a la que esta buscando. Sin embargo, cuando empieza a descubrir la obsesionante historia, y a hallar sorprendentes vinculos con su propio pasado, sabe que no podra descansar hasta que encuentre la verdad.

  • Luna perdida: Ellos eligen sobrevivir, Ayla Soriano de Ayla Soriano

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  • Todos los naufragios de Laura Castanon

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    Gregorio y Onel son dos amigos que han crecido juntos en Nozaleda, pueblo que recrea una villa vecina a Gijon en las primeras decadas del siglo XX. Pertenecientes a dos familias (Santaclara y Los Forquetos) que encarnan dos modos diferentes de entender el orden de las cosas, la vida les llevara a cada uno por su camino sin que nunca se separen del todo. La llegada de la Guerra Civil y la victoria del fascismo marcara su destino y supondra el fin de su mundo.

  • La falsificadora de arte de B.a. Shapiro

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    Claire Roth es una artista de Boston que vive en su propio estudio de alquiler, que trabaja reproduciendo obras de arte para un portal web y que imparte clases de pintura de manera voluntaria en un correccional de menores. Ella lucha por abrirse camino en el mundo del arte, donde la consideran una paria a causa de la turbulenta relacion con Isaac Cullion, tambien artista, y de un escandalo.
    Su gran oportunidad llega cuando Aiden Markel, un reconocidisimo galerista, se presenta en su estudio y, tras declararse admirador de su obra, le ofrece un trabajo de dudosa legalidad a cambio de una suma importante de dinero y de una exposicion en la galeria Markel G. para que exhiba su serie original de cuadros sobre ventanas.

  • Despues De Clases de Carla Angelo Angelo

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    La manana transcurria entre lagrimas y sollozos; algunos de verdaderos sentimientos de tristeza, otros hipocritas, de quienes van a un funeral por mostrar que se interesan por los demas y que el fallecimiento de un anciano profesor de fisica era un acontecimiento que hondaba profundo en sus corazones. Posiblemente Nicolas era quien mas lo sentia, el Ingeniero Cohen mas que un tio habia sido como un padre para el. Sin embargo, no fue hasta que dirigio la mirada hacia una de sus alumnas de la escuela que sintio como su corazon era oprimido hasta sentir un vacio doloroso en el pecho; despues de todo era Thaly, su alumna, quien mas necesitaba de su profesor y confidente para no caer al borde del suicidio... El Ingeniero Cohen era el profesor de fisica del colegio privado "San Abel", pero al ser diagnosticado con leucemia tuvo que dejar la ensenanza, dejando en su lugar a su sobrino Nicolas. La directora del colegio no estuvo de acuerdo en un principio. A pesar de que Nicolas habia estudiado ingenieria mecanica en la universidad y se habia graduado con honores, la idea no le gustaba por el hecho de considerarlo muy joven, falto de experiencia y sin duda una distraccion para las alumnas del colegio. Sin embargo, el inicio de clases estaba cerca y no conseguiria un maestro calificado y acorde a los altos estandares de "San Abel", asi que no tuvo mas remedio que aceptarlo. *** --No entiendo como me convenciste de ser maestro en tu escuela --dijo Nicolas con cara de resignacion. --Te convenci porque puede ser el ultimo deseo de un viejo moribundo -- le respondio su tio con un vano intento de sonrisa. -- !No es gracioso tio! !No hables de la muerte como si nada! --Y tu no hables de ella como si no fuese algo inevitable. Voy a morir pronto, debes hacerte a la idea, yo ya me la hice, por eso deje todo arreglado antes de partir. Lo mas importante era saber que mis pequenos alumnos estarian en buenas manos y ya cubri eso dejandote en mi lugar. Nicolas esbozo una sonrisa, ver al ser que mas queria en el mundo postrado en una cama de hospital no le hacia gracia, pero si el hecho de que sin importar la situacion, su tio siempre sabia encontrar el lado positivo y llenarte de tranquilidad y el sentimiento de que todo va a mejorar. --Nicolas, la hora de visita ya termino, mejor regresa a tu casa y descansa, manana tienes clases a las siete y media de la manana. --Si ya se, creo que eso es lo que mas odio de este trabajo, que las clases son tan temprano ?A quien se le ocurrio hacer madrugar a esos pobres ninos? --Mas que a los ninos querras decir a los maestros. Ya vete de una vez hijo, no quiero que llegues tarde manana. Nicolas se despidio y salio de la habitacion protestando. "Siete y media... !Tendre que despertarme a las seis minimo!, estoy acostumbrado a dormir hasta las diez, !Que lata! Tampoco podre salir entre semana, que fastidio..." Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio el escandalo que habia en la puerta del hospital. Una muchacha de aproximadamente quince anos peleaba con el guardia de seguridad. -- !No puede impedirme la entrada, faltan cinco minutos para que terminen las visitas! --protestaba la muchacha claramente alterada. --No faltan, la hora ya paso, no puedes entrar --decia el guardia mientras le tapaba la entrada. -- !Su reloj esta adelantado!... por favor, solo quiero darle un paquete a alguien, no tomara mucho tiempo --la muchacha suavizaba su voz y volteaba la mirada al piso como si estuviese a punto de llorar. --No nina, vuelve manana ?quieres? El espectaculo parecia haber concluido en cuanto la joven volteo hacia la calle y el guardia regresaba a su caseta. Cuando de un momento a otro, la muchacha echo a correr hacia el hospital como alma que lleva el diablo. -- !Hey, detenganla! --el guardia, claramente encolerizado, corrio tras ella. Nicolas no pudo aguantar la carcajada ante la escena: la nina corriendo, el guardia, dos medicos y dos enfermeras hacian el intento de atraparla; pero sin duda ella era mas veloz y agil, mucho mas que las enfermaras que resbalaban por los pisos recien lustrados y se estrellaban contra las camillas. Unos minutos mas tarde un medico pudo por fin agarrarla y se la entrego al guardia, quien practicamente la arrojo a la calle. -- !Vete mocosa escandalosa!, !y agradece que no llame a la policia! --Esta bien, vuelvo manana --decia mientras se sacudia por donde el guardia la habia agarrado. -- !Cual manana! !Si te vuelvo a ver cerca de este hospital te lanzo agua caliente! La joven miro con odio y una expresion infantil al guardia mientras le hacia un gesto obsceno con la mano. -- !Mocosa maldita! !Ahora si llamo a la policia! --ante estas palabras, la muchacha desaparecio de la escena cual ninja experta. Nicolas todavia lloraba de la risa, al menos entre tanta tristeza algo habia alegrado su dia. 2. Las clases comienzan El despertador sonaba en la mesa de noche de Nicolas, ya eran las seis y cinco de la manana y aunque intentaba con todas sus fuerzas abrir los ojos, no lo conseguia. Despues de diez minutos de lucha, por fin se levanto de la cama. Miro por la ventana, todavia era de noche. --Que fastidio, soy capaz de no ir, pero me pase casi toda la noche haciendo el cronograma asi que ni modo... -- exclamo en un bostezo. Se arreglo y desayuno. Aunque no queria admitirlo se sentia emocionado por su primer dia de clases. Cuando llego se paro frente al establecimiento, sin duda era enorme, parecia mas un campus universitario que un colegio secundario. No era la primera vez que iba, mas entrar al recinto vacio le daba escalofrios; busco por todas las instalaciones, no parecia haber nadie mas ahi que el y el portero que le habia abierto la puerta. "Edificio norte salon 3--A, supongo que es este" pensaba mientras se aproximaba a un edificio de dos pisos. Ingreso al aula, dejo sus cosas y de repente escucho una voz detras de el, la cual, en un sonido corto y animado emitio informal saludo. A Nicolas casi se le sale el corazon del pecho al escuchar ese "hola" proveniente de un lugar que el consideraba vacio. -- ?Quien eres? --pregunto alterado mientras volteaba. --Natalia --le respondio una adolescente que lo miraba con la expresion consternada. --Lo siento, es que no te vi, te apareciste como fantasma --dijo mientras cerraba los ojos sintiendose algo estupido y neurotico por aquella reaccion. --Yo no me apareci, estuve sentada aqui todo el tiempo --le respondio con total desinteres mientras devolvia la mirada al libro que traia entre manos. Nicolas la miro con detenimiento, a simple vista era una chica comun de cabello castano con unos grandes ojos marrones de sonadora expresion, estatura mediana y bastante delgada. -- ?Que pasa? --pregunto Natalia al sentirse observada. --No nada, lo siento, por un momento me dio la impresion de haberte visto antes. --Pues tal vez me viste antes --hablo sin quitar la mirada del libro. --Lo siento de nuevo, no me presente, soy Nicolas Cohen, sere el profesor de fisica este ano. -- ?En serio? --Natalia parecia preguntar con real interes mientras examinaba de arriba abajo a su profesor --. No pareces profesor. -- ?Ah si? es que soy muy joven para eso ?Verdad?-- le dijo con una sonrisa. --Bueno si, eso tambien. -- ?Tambien? entonces ?por que no parezco profesor? --Porque los profesores de fisica parecen mas serios, se visten con terno y tienen una expresion inteligente en la mirada --volvio a su desinteresada actitud. --Ah, bueno --dijo Nicolas mientras miraba el atuendo casual con el que se habia vestido--. Pues yo no suelo vestirme formal, mi tio intento muchas veces... espera ?A que te refieres con expresion inteligente en la mirada? -- de repente sintio como la sangre le subia a la cabeza. --A nada, a nada --solto en un bufido mientras regresaba a su lectura. --Pues tu tampoco pareces una chica de quince que esta en tercero de secundaria --le contesto con burla. -- Eso es porque no tengo quince, tengo dieciseis anos --dijo con la misma indiferencia con la que habia comenzado la conversacion. --Me referia a que pareces mas pequena. --Si, eso me han dicho, y que soy inmadura tambien, pero cuando tenga cuarenta anos parecere mas joven y no necesitare operaciones o botox -- argumento levantando los hombros. Nicolas empezaba a exasperarse, era una chica muy interesante sin duda, aunque pensaba seriamente que iba a traerle problemas. --Mejor olvida eso, como soy nuevo tal vez puedas comentarme como es la escuela y tus companeros. Natalia levanto la mirada y se llevo un dedo al menton mientras respondia: --A ver... la escuela es la tipica institucion para ninos ricos y mimados que sus papis arreglan todo con plata, asi que eso ya te da una idea general de los alumnos. Nicolas quedo desconcertado ante el comentario. ?Que era lo que esa nina pretendia? Sus respuestas eran totalmente... ?Ocurrentes? ?Sinceras? ?Maliciosas? Su cerebro funcionaba rapidamente buscando como definirla; pero "problema" era la palabra que hasta el momento le parecia mas adecuada. El silencio comenzo a surgir, ninguno de los dos sabia que decir y empezaban a sentirse realmente incomodos hasta que la joven hablo. --Y bien... ?asi que te gusta la fisica? --Si, supongo, es interesante y comprobable. --A mi no me parece interesante. -- ?No te gusta la materia? -- pregunto con preocupacion. --No, es aburrida y siempre voy a recuperatorio. --Debe ser porque no pones el esfuerzo necesario, si conoces mas sobre ella veras lo interesante que es. La fisica esta presente en todo: en la naturaleza, las situaciones que vivimos cotidianamente... ?Me estas escuchando? --Nicolas noto que la muchacha leia su libro con mucho interes. -- ?Que? No; lo siento me aburri despues de que dijiste "esfuerzo". La sangre subio nuevamente a la cabeza de Nicolas, el adjetivo "problema" empezaba a tornarse en "molestia" con letras mayusculas. --Veo que eres muy sincera-- exclamo en un suspiro. --Pues no se, si tu lo dices debe ser asi. El silencio incomodo comenzo a resurgir, pero fue el maestro quien lo rompio esta vez. -- ?A que hora es el ingreso, por que no ha llegado nadie mas? --El timbre ya debe estar por sonar. El primer dia de clases la mayoria no viene o llega tarde, como este dia solo se conoce a los nuevos maestros y se organizan las clases no te ponen falta si no vienes; ademas que varios deben seguir de viaje. -- ?Y tu por que llegaste tan temprano? --No tenia nada mejor que hacer, y este era un lugar tranquilo para leer. Nicolas tomo el comentario como una indirecta de que su presencia la molestaba. --Lo siento, no quise molestarte --se disculpo dando un paso hacia atras, levantando las manos en senal de derrota. Las palabras de Natalia lo confundian; mas que las palabras, la forma en que las pronunciaba, haciendolo dudar acerca de la sinceridad de estas, puesto que parecian cargadas de sarcasmo. --Te disculpas demasiado ?Como quieres que te vea con autoridad si te apenas por lo que te digo? --la joven dijo esto ultimo con una sonrisa, la primera que Nicolas vio durante la charla, logrando que se percatase de lo bonito que era el rostro de Natalia. --Si, supongo. Debe ser que estoy nervioso por ser la primera vez que voy a dar clases. --Si ya diste clases en una primaria, darlas en esta clase no va a ser muy diferente; en serio --expreso volcando los ojos. -- ?Como sabes que ya di clases en una primaria? --Me lo dijo tu tio. -- ?Conoces a mi tio? --pregunto el joven con los ojos muy abiertos. --Claro... era el profesor de fisica el ano pasado --le respondio como si fuese la cosa mas obvia del mundo--. Por cierto ?Como esta? ayer no pude entrar a visitarlo --anadio cambiando su expresion a una de tristeza. -- !Ah... ya se de donde te conozco! Eres la mocosa que estaba haciendo escandalo ayer en la puerta del hospital. Ante estas palabras, Natalia se levanto de su asiento con mucha molestia y cerrando los punos llevo los brazos hacia atras. -- !No soy mocosa y no hice ningun escandalo! Era el guardia quien comenzo todo. -- !Huy! Que caracter, perdon. --Te estas disculpando de nuevo -- hizo un puchero y se sento en el pupitre. El timbre sono de repente y Natalia salio corriendo del salon mientras se tropezaba con su mochila. Sin duda esa muchacha era extrana, pero Nicolas tuvo el presentimiento que gracias a ella el ano iba a ser entretenido. *** El ausentismo en el colegio era notorio. Las filas que se habian formado por cursos para la hora civica no excedian los quince alumnos cada una. La fila del curso de Natalia era una de las mas cortas, solo habia nueve alumnos formados. Nicolas decidio acercarse, pero no demasiado, se quedo junto a los otros maestros que observaban el acto desde lejos. Los discursos sobre el nuevo ano escolar, los nuevos desafios y la responsabilidad duraron mas de media hora; en la cual se podia notar el aburrimiento y el tedio de los alumnos mientras el sol empezaba a quemar sus cabezas. Una vez finalizado el acto, los chicos por fin pudieron ingresar a sus respectivos salones. "Que cosa mas aburrida. ?Haran eso todas las mananas?" se preguntaba el joven maestro mientras caminaba por el pasillo hacia el aula. El no era el unico que pensaba sobre lo aburrido del acto. Los alumnos de la escuela comentaban lo horrible que eran las horas civicas de los lunes y que deberian volver a soportarlas; en especial despues de que la directora descubriese que muchos chicos se quedaban en las aulas ocultos durante esas horas; jugando, charlando, o haciendo alguna tarea de ultimo momento. Para evitar el ausentismo a lo que ella consideraba el acto mas importante de la semana, impuso como castigo que los alumnos que faltasen a la hora civica o cualquier acto del colegio, pasarian los recreos de toda la semana forrando y organizando libros en la biblioteca. En el aula "3-A" los alumnos ya se encontraban dentro esperando. Como el profesor Cohen habia caido enfermo, los rumores sobre el nuevo maestro se habian expandido. Era sabido que el sustituto seria el mismo sobrino del profesor Cohen, pero poco o nada se sabia sobre el. Nicolas ingreso al aula, lo chicos estaban distribuidos conversando entre ellos, sentados en las mesas; todos a excepcion de Natalia, quien se encontraba en el mismo asiento de antes,aun leyendo su libro. --Buenos dias --saludo levantando la voz para que notasen su presencia. Los alumnos se dieron la vuelta y la expresion en el rostro de las mujeres cambio drasticamente al ver a su nuevo profesor. Mientras los varones lo miraban con desinteres, las chicas no ocultaron su sorpresa al ver a un joven y apuesto hombre de cabello negro y ojos azules. Nicolas noto las miradas. Sentia como observaban de arriba abajo su rostro, su cabello lacio y desordenado, para detenerse en la ropa moderna y casual que llevaba puesta solo unos instantes antes de volver a su rostro y brazos.

  • Los campos de concentracion de Franco de Carlos Hernandez De Miguel

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    Esta obra es un libro imprescindible por arrojar luz sobre uno de los capitulos menos estudiados y conocidos de la represion franquista.

  • Temas de conversacion de Miranda Popkey

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    Desde la orilla, el mar se ve en tres pedazos, como una pintura abstracta que se mueve suavemente. Junto a la arena es un liquido color verde palido de un lago fertil. Luego viene una franja aguamarina, el color que una imagina al leer la palabra: agua marina, agua del mar. Finalmente, un azul intenso, el color de un pigmento, como pintura fresca que brota de un tubo metalico. Sylvia Plath escribio en su diario el mes que conocio a Ted Hughes, ese mismo dia, no, el dia antes: <>. Pasemos por alto la nieve, los arboles negros. El mar estaba de ese color, el color de que palabra azul. Aquel verano estaba leyendo los diarios de Plath porque tenia veintiun anos y las sensaciones me tenian loca, estaba ebria de ellas. Y, para la clase de persona que va derecha de una licenciatura en Literatura Inglesa a un posgrado de esa misma materia (o sea, para mi), los Diarios de Sylvia Plath, 1950-1962, reeditados aquel ano en su version integra, cuentan como lectura placentera. Se conocieron, me refiero a Sylvia y Ted, en febrero, y se casaron en junio, el 16, el Bloomsday, el dia del Leopold Bloom de Joyce. Fue premeditado. Premeditado y los delato bastante; me refiero a que revelaba que no deberian haberlo hecho, lo de casarse. No era mas que simbolismo juvenil. O uno de ellos, al menos. Una de las cosas que te delatan en la vida. Eso pasaba en Otranto, yo estaba alli, en agosto. El mar se veia de tres tonos de lo que podria llamarse azul y yo estaba de vacaciones y no lo estaba. Los padres de Camila eran psicoanalistas argentinos y yo estaba de vacaciones en el sentido de que habian pagado mi vuelo de Nueva York a Londres y de Londres a Roma y de Roma a Brindisi y el tren de Brindisi a Otranto y tambien el complejo turistico en el que nos alojabamos, desparramado por una ladera en terrazas y bancales, con muros de ladrillo y todo incluido, de modo que en teoria yo podia pedir, desde las tumbonas de listones de madera pintadas de blanco, cuantas bebidas quisiera. Aunque en la practica no podia hacer eso porque la razon por la que me habian pagado los vuelos, el tren y la habitacion, la razon por la que estaba siquiera con Camila y sus padres, era que Camila tenia unos hermanos gemelos de siete anos y era tarea mia ocuparme de ellos. Matteo y Tomas: Tomas era mas menudo y rubio, y a Matteo, con su torso bronceado y el pelo oscuro y rizado, lo confundian todo el rato con un lugareno. Por el nombre tambien, claro; el padre de Artemisia era italiano, de ahi que lo pronunciaran asi. Vivian en el Upper West Side, y Artemisia y los ninos y el marido, Pablo, eran de <> argentino. Camila y yo eramos amigas, un punto mas en la columna de las vacaciones. Las primeras dos semanas fueron las mas duras. Los gemelos tenian una ninera en Nueva York, tambien argentina, y coincidia que agosto era su mes de vacaciones, y conmigo, al principio, se habian amotinado, como suelen hacer los ninos cuando se les somete a una nueva autoridad. No podrian haber sabido con exactitud por que era reacia a salir corriendo de su habitacion hacia la de sus padres, para comprobar una vez mas que era lo que supuestamente debian o no debian comer y ver en la tele, hasta que hora se suponia que podian quedarse levantados o no, pero sin duda captaron esa reticencia mia, la enormidad de mi aprension. Artemisia solo me habia dado unas pautas generales (que no se pasen con las golosinas, y no le quites ojo a tu vino, porque intentaran echarse un poco en su Coca-Cola), y una mujer que no fuera yo lo habria entendido como una licencia, una mujer distinta habria sabido, por como se maquillaba los ojos Artemisia, por los vestidos largos y sueltos, sin mangas, que llevaba, por las pulseras que acumulaba en su brazo delgado y bronceado, por las gafas de sol y los panuelos, por el hecho de que Pablo solo me hubiera hablado directamente en tres ocasiones y nunca sobre los ninos, que poner normas era cosa mia. Pero yo era una chica insegura, andaba corta de determinacion y autoestima, y deseaba gustarles a Artemisia y Pablo, a Artemisia en particular, porque enseguida me resulto evidente, por los vestidos sueltos y las pulseras y tambien por la forma en que Pablo inclinaba la cabeza cuando hablaba conmigo, de modo que sus ojos, porque ya era bajo de por si, no miraban exactamente mi cara, que la aprobacion de ella seria la mas dificil de conseguir. Aquellas primeras semanas las pase con el temor de que Tomas y Matteo, al que llamabamos Teo, de modo que eran Tom y Teo, con la <> de Tom cerrada para que no sonase en absoluto como una abreviatura del Thomas americano, fueran corriendo a sus padres con el cuento de que la nueva ninera era horrorosa y pidieran que la echaran. Como si estuviera en alguna imitacion de una novela de Henry James, algun remedo de adaptacion hecha por la productora Merchant Ivory. Y asi transcurrio la primera semana, en la que yo trataba de negarles una golosina por aqui o un privilegio por alla y ellos se quejaban y yo cedia de inmediato, en la que les compraba bomboloni por la manana y cornetti por la tarde y conseguia que no tuviesen apetito para la cena a las ocho y ellos pedian quedarse levantados hasta la pelicula de las once y cuarto de la noche en Retequattro, y se quejaban diciendo <>, y fue asi como Tom y Teo se quedaron dormidos viendo Instinto basico y yo pense que, bueno, seguro que la habian recortado para esa emision y que por supuesto estaba doblada y que en realidad hasta que punto entendian ellos el italiano, por mucho que tuvieran un abuelo y parientes maternos que lo hablaran fluido. Como si el problema fuera la lengua. Eso si, no le quite ojo al vino. La segunda semana fue peor porque ya estaban cansados de conseguir lo que quisieran, y el deseo, en esos casos, no consiste tan solo en conseguir lo que uno quiere sino en sentir que te has salido con la tuya al conseguir lo que querias, de modo que entonces empezaron a dar problemas de verdad, problemas del tipo <>, motivo por el cual, en la velada de la decima noche, me encontre chillando, gritandole realmente por primera vez a Teo para que dejara de usar el cuchillo dentado de la cena con el fin de sacarle las plumas a un cojin. Respondio de maravilla: dejo de hacerlo al instante y solo lloro un poquito, se comio sus frutti di mare en silencio, no pidio despues un helado ni profiteroles con chocolate. Y todo el tiempo tenia los ojos muy abiertos y una leve sonrisa en los labios rosados y humedos, con la esperanza de recibir a cambio tambien una sonrisa, un gesto de aprobacion con la cabeza. Es cierto lo que dicen algunos: los ninos ansian en realidad que les pongan limites. Con ese <> me refiero a Artemisia. El dia anterior al incidente del cuchillo dentado, a primera hora de la tarde, cuando los ninos, ebrios de sol tras la manana en la playa, dormian con los diminutos banadores Speedo llenos de arena, espatarrados, respirando profundamente y babeando, yo habia llamado a la puerta de Artemisia. Pasa, dijo, y abri la puerta y me la encontre en biquini. Pasa, repitio, porque yo todavia no habia cruzado el umbral. Entre en la habitacion y Artemisia se volvio de espaldas a mi y se inclino para desatarse los nudos de tela en la nuca y la columna vertebral que sujetaban la parte de arriba. Cierra la puerta, me dijo. Eso hice, y cuando me di la vuelta, estaba frente a mi. Tenia los pechos grandes y algo caidos, llenos de pecas, con los pezones del color de las nueces, tostados y arrugados como ellas, y que sugerian una textura similar. No digo estas cosas con animo de criticar. Sus pezones no senalaban hacia abajo sino al frente. Todo eso lo capte en un segundo, o medio, y luego mis ojos se clavaron en los suyos. Le dije que tenia dudas acerca de la disciplina, queria saber como solia ella imponer disciplina a los ninos. Los gemelos, dijo Artemisia, ansian que les pongan limites. Les pasa a todos los ninos. Los limites concretos importan menos que el hecho de que existan. Diles lo que no deben hacer, continuo Artemisia, y cuando lo hagan de todas formas --y aqui se encogio de hombros--, castigalos. Al encogerse de hombros, sus pechos se elevaron y luego volvieron a bajar. Tenia las manos en las caderas y sus dedos enmarcaban una suave plenitud, que no acababa de ser redondez sino una especie de exhalacion, la unica prueba manifiesta en su cuerpo de que habia estado embarazada y dado a luz dos veces. Tenia los pies separados a la misma distancia que los hombros, y los muslos, tambien pecosos, no llegaban a tocarse. ?Castigarlos?, pregunte. La miraba solo a la cara. Si, dijo, un <>, dejarlos sin postre, esa clase de escarmientos. Volvio a encogerse de hombros. Aunque sospecho que no tendras que llegar tan lejos si levantas la voz. Sonrio. Son unos chicos medrosos. Tienen muchas ganas de complacer. Se inclino y vi que empezaba a quitarse tambien la parte de abajo del biquini, asi que asenti deprisa con la cabeza, me di la vuelta, sali y cerre la puerta, olvidando darle las gracias por el consejo que me habia dado, olvidando incluso darme por enterada. Y asi llego la tercera semana y los ninos se habian acostumbrado a mi y yo a ellos, como ejercitos enemigos que la manana de Navidad firman un armisticio e intercambian regalos: un cono alla vaniglia a cambio de tres cuartos de hora jugando en la arena, y nada de nadar, que vuestra ninera quiere leer un poco. Los vigilaba desde mi tumbona, un par de dias despues, cuando una sombra me cruzo las piernas. Has puesto limites, ?no? La voz pertenecia a Artemisia. Les dices que pueden jugar en la orilla, pero no nadar, y hacen justo lo que tu quieres. Asenti con la cabeza. Teo estaba salpicando a Tom, y este se daba la vuelta para echar a correr. Que vuestros pies pisen la arena, les habia dicho. Quedaos donde pueda veros. Artemisia se inclino y su sombra recorrio mi cuerpo. Sylvia Plath, dijo, leyendo el lomo del libro que yo habia dejado boca abajo sobre mis rodillas. No es muy buena poeta, comento, pero si una persona interesante.

  • No hay mas dios que el dinero de Angel Sarabia

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    En la Barcelona del ano 2000, dos Inspectores de Policia del Distrito 10, comparten rutinas: Marcial, veterano policia desencantado con el sistema, solo espera un inminente ascenso que le permita comenzar su “descanso del guerrero”. Y su buen amigo, Lorenzo, que reingresa a la Policia despues de haber cumplido varios anos de inhabilitacion por una nefasta noche inundada de Bourbon.

  • Espana embrujada de Nekane Flisflisher

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    Maldiciones, misterios, lugares hechizados y leyendas ocultas de nuestro pais.
    Un recorrido por los secretos mas oscuros y mejor guardados de la geografia espanola.

  • El ultimo francotirador de Kevin Lacz

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    Esta es la historia de un equipo de operaciones especiales, el grupo SEAL llamado los <>, que participo en la batalla de Ramadi en 2006. Conociamos sus hazanas de guerra a partir de las memorias de uno de sus miembros, Chris Kyle, pero la version que nos ofrece Kevin Lacz, el ultimo superviviente del grupo, basada en su diario personal de campana, resulta enriquecedora, y muy distinta, ya que no nos habla de heroes individuales, sino de la accion de un colectivo. Porque esta salvaje forma de guerra -el acecho, el disparo lejano que puede matar a un inocente, la respuesta de los insurgentes.- no es obra de maquinas de matar, sino de seres humanos que no podrian resistir la tension sin el contrapunto de la camaraderia. Kevin Lacz, conocido en el grupo como Dauber, nos muestra en estas paginas la historia real de unos hombres destruidos por la guerra.

  • Tantos dias felices de Laurie Colwin

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    Guido y Vincent son amigos desde ninos, estudian en Cambridge (Massachusetts) y comparten suenos: Guido quiere escribir poesia y a Vincent le gustaria ganar el Premio Nobel de Fisica. Cuando Guido se encuentra con la extravagante Holly a la salida de un museo se enamora perdidamente de ella, pero presiente que no tendran una relacion facil. Vincent, mas abierto y alegre, conoce a Misty en el trabajo y, aunque ella es una misantropa terrible, estaria dispuesto a darlo todo por salir con ella.

  • Las constelaciones oscuras de Pola Oloixarac

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    Despues de sacudir la escena literaria argentina con Las teorias salvajes, Pola Oloixarac arremete con una nueva, brillante, audaz y polemica novela: Las constelaciones oscuras. Oloixarac es una de las voces mas singulares que han surgido de la literatura latinoamericana, fue traducida a varios idiomas y reconocida por la academia y la critica como la autora mas innovadora de los ultimos tiempos.

  • La guardiana del ambar de Freda Lightfoot

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  • Bienvenido, gamberro de Melissa Hall

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    El es un chico rebelde, con un turbio pasado que le empujo a vivir al limite de las normas.

  • El lado oscuro de Andreu Martin

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    La joven detective Sonia Ruiz es contratada por una mujer para que demuestre la infidelidad de su esposo, pero descubre que, ademas, esta implicado en actividades ilegales. Por otra parte, Pau, amigo de la investigadora, que ahora trabaja para el servicio secreto espanol, se ve envuelto en una sucia trama en la que estan involucrados sus propios jefes y en la que incluso ve peligrar su vida. Estas dos historias, aparentemente inconexas, confluyen de manera magistral en un final trepidante y sorprendente, lleno de humor y de equivocos, que solo Andreu Martin es capaz de urdir.

  • La noche que te regale Paris de Rodolfo Perez Valero

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    Unos jovenes detectan que alguien entro a registrar en la habitacion de su hotel junto al Arco de Triunfo y sospechan de un anticuario que vende una reliquia del conde Dracula. Sin saberlo, se van enredando en algo mucho mas grave, que involucra a delincuentes dispuestos a matar. Un ex nino soldado, una adolescente abusada, un joven de padres asesinados por la mafia y una muchacha sobreviviente de guerra descubren que Paris no es una fiesta y que enfrentan el peligro de morir... y de enamorarse. La noche que te regale Paris es un thriller y, tambien, una emotiva novela de amor.

  • La ultima noche en Tremore Beach de Mikel Santiago

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    La fascinante historia de un compositor que intenta recuperar la inspiracion en una casa en la costa de Irlanda.

  • Mia por esta noche de J. S. Scott

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    Simon Hudson permanecia de pie en silencio en la penumbra del opulento vestibulo, las manos en los bolsillos de sus pantalones y un hombro apoyado contra el marco de una gran ventana que miraba a la calle. Todo su cuerpo estaba en tension; sus oscuros ojos castano examinaban la acera con la intensidad y atencion absolutas de un loco. <>. Sabia que Kara trabajaba aquella noche. Las dos noches anteriores habia llamado para decir que estaba enferma, pero habia vuelto a trabajar en Helen's Place, sirviendo mesas en el turno de tarde. Lo habia comprobado. Su madre era la duena del pequeno restaurante donde trabajaba Kara y por lo general era bastante comunicativa cuando Simon queria informacion, pero el era cuidadoso. De lo contrario, su unica progenitora lo acosaria para averiguar por que queria informacion sobre Kara. Su madre, maravillosa pero curiosa, seria como un sabueso tras un rastro si pensara que el interes de Simon era cualquier cosa menos informal. Su madre lo incordiaria hasta el aburrimiento porque querria saber exactamente que intenciones tenia con Kara. Simon fruncio el ceno. Como si tuviera intenciones de ninguna clase. Tenia fantasias y todas ellas incluian a Kara abierta de piernas en su cama, gritando su nombre mientras el hacia que se corriera una y otra vez. Inspiro profundamente y espiro despacio, intentando hacer que su cuerpo se relajara y diciendose que tenia que estar loco para situarse en el mismo lugar, noche tras noche, por una mujer que no le habian presentado oficialmente. Pero ahi estaba... otra vez, dandole la espalda al portero curioso, mirando por la ventana como un acosador desequilibrado, esperando para ver un momento a Kara Foster. Algo en aquella mujer sacaba a relucir unos instintos extranos, territoriales y protectores que hacian que permaneciera ahi, vigilando, esperando a que pasara por su bloque de apartamentos de camino a su casa despues del trabajo. Y entonces, cuando la vio, hizo lo mismo de siempre: la siguio a cierta distancia, intentando no alarmarla, y espero a que entrara en su apartamento a salvo antes de dar media vuelta y volver a casa andando. No hablaba con ella ni se acercaba a ella siquiera. Nunca lo hacia. No es que no quisiera hacerlo, pero Kara iba a la Escuela de Enfermeria y trabajaba a jornada completa en el restaurante de su madre. Segun ella, Kara se negaba vehementemente a tener citas porque no tenia ni tiempo ni energia para invertir en una relacion. Probablemente tenia razon con respecto a eso. Estaba loca; no dormia bastante ni comia lo suficiente. No tenia a nadie que se preocupara por ella excepto a la madre de Simon... y a el mismo. <>. El problema es que el no era un familiar y sus sentimientos distaban mucho de ser fraternales. <>. Simon tuvo que contener un grunido de frustracion al pensar en la primera vez que vio a Kara, los ojos azules chispeantes de humor, rizos negros de pelo sedoso saliendo de su perenne cola de caballo y su cuerpo ligero moviendose con gracia de una mesa a otra en el restaurante de su madre. A la edad de veintiocho anos, aun conservaba ese aspecto de inocencia y vulnerabilidad que tenia a Simon atrapado en su red inintencionada. Estaba prisionero en ella desde entonces. Su madre hablaba de Kara como si fuera su hija, y Simon sabia que a Kara y su madre las unia un vinculo especial: uno que no se debia a la sangre, sino a una amistad especial. <>. Torciendo los labios ligeramente, Simon esperaba que su madre nunca pretendiese que fuera como un hermano para ella. Eso no iba a ocurrir. Se le ponia dura como una piedra cada vez que la veia. ?Que demonios tenia esa mujer en particular que lo ponia tan tenso y nervioso? Simon se habia follado a mujeres que eran mas atractivas y sofisticadas; ni una sola le habia causado la mas minima emocion. Era un solitario; preferia pasar su tiempo con el ordenador en lugar de asistir a eventos sociales, pero a veces necesitaba la compania de una mujer para aliviar sus necesidades fisicas. De cuando en cuando, tomarselo por su propia mano no era suficiente. Simon tenia ciertas conocidas para esas ocasiones, mujeres que le daban el control que necesitaba y que tenia que tener en la habitacion, sin demasiadas exigencias ni preguntas. <>. Hizo una mueca sin dejar de mirar a la calle, se metio las manos hasta el fondo de los bolsillos y ajusto su postura para dar descanso a sus hombros apoyando la cadera contra la pared. <>. Casi gruno ante la idea de otro hombre le pusiera las manos encima al delicioso cuerpo de Kara. Simon lucho contra un instinto meramente salvaje que desperto en el ante la idea de otro hombre tocando a su mujer. <>. Por una vez en su vida, Simon deseo parecerse mas a su hermano mayor, Sam, la otra mitad de Hudson Corporation. Sam no tendria problema en pedirle algo a Kara. Encantar, conquistar y abandonar siempre habia sido el estilo de su hermano y Sam ni siquiera se habria planteado la posibilidad de que lo rechazaran. Probablemente porque nunca fallaba. Su unico hermano cambiaba de mujer como alguien con catarro cambia de panuelo. Sam habria derribado las defensas de Kara, la habria encantado para que se bajase las bragas y despues la habria dejado tirada para pasar a su siguiente conquista. <>. Simon sacudio la cabeza, sorprendido ante su comportamiento. Si, le gustaba el control; de hecho, lo necesitaba, pero nunca habia deseado a ninguna mujer en particular. Ahora, apenas podia pensar en otra cosa que la bonita camarera que habia captado su atencion hacia un ano. <>. Simon fruncio el ceno ante aquel pensamiento. <>. Su hermano Sam era el rostro de la compania, el comercial. Simon era un genio de los ordenadores, y estaba encantado de permanecer de fondo. ?Que sabia el sobre seducir a una mujer? Nunca habia necesitado persuadir a ninguna mujer para llevarla a la cama. Las mujeres que se follaba solo estaban con el por interes. Se le conocia por ser un amante generoso. No era tan estupido como para creer que sentian algo por el. Eso lo entendia y podia aceptarlo. <>. ?Bastaria con eso? ?Podria librarse realmente de su fijacion por aquella mujer si encontrara la manera de acostarse con ella? <>. Su preocupacion irracional por Kara habia empeorado cada vez mas a lo largo del ultimo ano, haciendo que no desease a ninguna mujer excepto a ella. No habia tocado a nadie excepto a si mismo en mas de un ano, y la verdad es que necesitaba quitarse esa comezon. Y sin embargo... no podia. Si intentaba entrar en accion, hacer algo para llamar a otra mujer, veia la cara bonita de Kara y colgaba el telefono. <>. Simon observo una figura que se acercaba, a punto de descartar mentalmente a la mujer de cabello oscuro vestida con una minifalda negra de cuero y un sueter rojo vivo. Nunca habia visto a Kara vestida con nada excepto pantalones y una camiseta con el logotipo del restaurante, el uniforme casual estandar del restaurante de su madre. Volvio a mirarla sorprendido mientras se aproximaba y se quedo boquiabierto cuando le vio el rostro.

  • Coleccion Romance Contemporaneo 1 de Amaya Evans

    https://gigalibros.com/coleccion-romance-contemporaneo-1.html

    El hechizo de una mujer.
    Sin Ataduras.
    No me Niegues Tu Amor.
    Sueno Contigo.
    Cuatro historias de romance contemporaneo, llenas de mucha pasion.

  • Un pueblo llamado Redencion de Hilario Pena

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    Novela ganadora del Premio Bellas Artes De Novela Jose Ruben Romero 2016, Revoluciona El Genero Western.

  • Secuestro en el tiempo de Cristina Gomez Esquius

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    Julia es una joven con una vida tranquila y monotona que vive en la Barcelona del 2013 y que, por un cambio fortuito del destino, desaparece sin dejar rastro. Mientras su familia, con su hermano Santi a la cabeza, la busca desesperadamente, ella se encuentra en otro lugar que, de alguna forma, no le es desconocido del todo. Su alma habra de revivir de nuevo en el Londres desapacible, oscuro y humedo de 1685, y su vida dejara de ser gris, para convertirse en una gran aventura en la que debera descubrirse a si misma en un contexto tan desconocido para ella como es el siglo XVII Anos mas tarde y al borde de la muerte, la madre de Julia comprende al fin que su hija no desaparecio nunca… fue secuestrada por el tiempo.

  • La desaparicion de Stephanie Mailer de Joel Dicker

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    La noche del 30 de julio de 1994, la apacible poblacion de Orphea, en la region de los Hamptons, asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa… Mientras tanto, un hombre recorre las calles vacias buscando a su mujer, hasta hallar su cadaver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada.

  • Dejame estar a tu lado de Toni Fernandez

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    Diez anos es mucho tiempo pero no el suficiente para olvidar lo sucedido.
    Sergio vive controlando su presente. Tiene claro lo que quiere en la vida: seguir siendo la persona en la que se ha convertido. Pero algo se le escapa de las manos y le hara recordar lo que es sentir miedo de nuevo.
    Mireia no puede creer que haya regresado. Ahora cuando todo parecia en calma. Pero no viene solo y mucho menos con las manos vacias. Debera preparase para lo que esta por venir.
    Luchar juntos no es una opcion, amarse tampoco. Y es que cuanto mas huimos del pasado, mas posibilidades hay de que nos encuentre.

  • Te digo adios de Lucia Tamargo

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    Tyra Thompson es una empresaria de exito que valora la amistad por encima de todo. Sin embargo, en cuanto al amor, prefiere no arriesgarse, asi que nunca repite una noche con el mismo companero de cama.
    Un dia, sus amigas la retan a conseguir un beso de cualquiera que ellas propongan. Consciente de su belleza y carisma, acepta el reto, pero el objetivo que le marcan es una joven periodista de mirada inocente y sonrisa nerviosa.