• un paseo por el paraiso andrea pereira - Andrea Pereira

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    Una novela que nos regalara suspense, intriga, conspiracion, venganza, pasion, aventura y amor al pie de las altas cumbres de la Cordillera de los Andes.

  • Un paseo por el paraíso Versión Kindle - Pereira, Andrea

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  • Un paseo por el paraíso - Libro de Andrea Pereira - Lecturalia

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    Resumen y sinópsis de Un paseo por el paraíso de Andrea Pereira. Después de siete largos años de ausencia, Maylen Timerman regresa al pueblo del que huyó ...

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  • Un paseo por "El Paraíso" - Andrea Pereira - El Rincón de la ...

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    Sinopsis de la novela de Andrea Pereira, Un paseo por "El Paraíso". Suspense, intriga, conspiración, venganza, pasión, aventura y amor al pie de las altas ...

  • UN PASEO POR EL PARAISO (SELECCION RNR) (EBOOK)

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  • UN PASEO POR EL PARAÍSO (ebook) - Popular Libros

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    El que más autoras/es latinos nos regalen más historias románticas capaces de dejarnos sin aliento, me deja una enorme alegría. Andrea Pereira tiene una ...

  • Un paseo por el paraíso - Libros De Mario

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  • [Mi Reseña] 'Un paseo por El Paraíso' de Andrea Pereira

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    3 may 2015 — [Mi Reseña] 'Un paseo por El Paraíso' de Andrea Pereira ... La clave de este libro es el giro tan imprevisible de acontecimientos que van ...

  • Un paseo por el paraíso de Andrea Pereira - Bajalibros.com

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  • Llegare hasta ti (Seleccion RNR), Andrea Pereira de Andrea Pereira

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  • Amame lentamente de Carlota Medina

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    Doscientos cincuenta grados – Esta reduccion tiene demasiada pimienta, Gustavo. Hazla de nuevo, pero hazla bien. Los clientes esperan. -le dijo Soraya con propiedad. – Cindy, por favor ve rapido con esas cebollas. -le senalo ella. – Dejame ver. -le dijo a Lorenzo, probando el caldo que preparaba. – Senores, tenemos todas las mesas llenas. Necesito que le pongan corazon. Quiero que todo salga a tiempo y perfecto. -les senalo a todos los trabajadores. Aquella era una noche importante la Soraya, era la apertura del restaurante donde ahora era chef. El dueno era Dorian Andueza, caballero de muchos recursos, amante de la gastronomia que un dia probo un plato de Soraya, en el antiguo restaurante donde trabajaba, y resolvio que habia encontrado la pieza fundamental para hacer realidad su sueno de tener un restaurante de alta cocina. – Caballero, ?puede decirle al chef que quiero felicitarlo? -le pregunto al mesonero aquella noche hacia poco mas de dos anos. – Con gusto. -le respondio. El senor Andueza, a sus cincuenta y ocho anos de edad y a pesar del dinero del que disponia, no se habia atrevido a perseguir su sueno ya que no conocia un chef con el toque magico que el estaba buscando; pero con el plato que esa noche le habian presentado, sintio que la oportunidad tocaba a su puerta. Vio a una bella mujer, con chaquetilla, acercandose a el. Se dio cuenta que ella era la responsable de tan deliciosa comida y le parecio increible. No era lo que se esperaba, ya que era muy joven y solian decir que los mejores chefs son hombres. – Buenas noches, senores. Me informaron que querian hablar conmigo. – ?Usted es la responsable de esta exquisitez? -le pregunto el. – Me satisface que le haya gustado. – No solo me gusto, me fascino; me dejo completamente encantado. ?Desde cuando se dedica a la cocina? – Desde que tengo uso de razon cocino senor, pero de manera profesional desde los dieciocho anos. -le conto ella. – !Pues, hombre! Que maravilla. -le dijo el muy emocionado. Y desde esa vez, Dorian Andueza se convirtio en un comensal asiduo del lugar. Soraya siempre le servia lo mejor y el siempre le agradecia con halagos. Un dia el le hablo de su sueno y le propuso que se uniera a el para abrir un restaurante. Al principio, ella penso que el solo bromeaba pero su insistencia era cada vez mayor. Le ofrecio el mejor sueldo y la posibilidad de organizar absolutamente todo segun lo que ella dispusiera. Despues de algunos meses, la convencio y juntos emprendieron el recorrido que ahora habia llegado a su fin, por lo menos de una primera etapa, la apertura. Soraya deseaba que todo saliera perfecto en aquella ocasion tan especial. Se sentia comprometida con el senor Dorian, por toda la confianza que deposito en ella. Pero tambien porque sentia un gran compromiso consigo misma. Desde ese nuevo restaurante, ella podia luchar por hacer su propio sueno realidad: obtener una estrella Michelin. – La mesa cinco tiene tiempo esperando, por favor. -le anuncio a sus ayudantes. Soraya estaba nerviosa esa noche, pero su satisfaccion superaba cualquier sensacion incomoda que pudiera tener. Durante anos habia tenido que trabajar con lo que le fuera impuesto, ahora ella habia sido la responsable de todo en aquel local, desde la organizacion de las cocinas hasta la contratacion del personal que trabajaria con ella. Ella y Dorian habian trabajado arduamente para lograr tener el mejor restaurante posible segun sus consideraciones. – Cindy, no vayas a dejar que ese bistec se pase de coccion. El cliente lo pidio termino medio. – Chef, la solicitan en la mesa nueve. -le comunico uno de los mesoneros. – Voy enseguida. A ella le encantaba ver cara a cara a los clientes, asi podia realmente darse cuenta del trabajo que hacian. Hablando con ellos era la mejor manera de evolucionar en las preparaciones. Por lo que rara vez despreciaba un llamado de alguna de las mesas, por mas ocupada estuviera en las cocinas. Asi que se dirigio a la mesa nueve, donde vio una pareja joven y a una senora que parecia ser la madre de alguno de ellos. – Buenas noches senores, espero hayan disfrutado de sus platos. -los saludo ya en la mesa. – Estuvo delicioso. Desde hace muchisimo tiempo no probaba una sopa de cebolla tan exquisita. Incluso mi madre se siente celosa de que nunca me habia comido una sopa con tanto gusto en toda mi vida. -le senalo la mujer de la joven pareja. – Me alegra que haya sido de su agrado. -les dijo con una gran sonrisa en el rostro. – ?Cual es el secreto? -le pregunto la mujer mayor. – El secreto de nuestra sopa de cebolla es la calidad de los ingredientes que seleccionamos para ella; las mejores cebollas, el mejor vino blanco, el mejor aceite de oliva y la coccion lenta. – Lo tomare en cuenta. -le dijo la senora. – Espero que sigan disfrutando de la velada. Hasta luego. -se despidio ella y volvio a las cocinas. Al terminar el servicio de esa noche, se sentia un ambiente de celebracion. Tanto Dorian como Soraya, habian felicitado con mucha emocion a todo el personal por el excelente trabajo realizado. Habian destapado varias botellas de vino para brindar por el exito de la apertura. Despues de una ameno compartir, todos se retiraron cansados a sus hogares. A Soraya la esperaba Oriana, su amiga y companera de piso. – !Felicitaciones! -le dijo su amiga al verla. – Gracias Ori. ?Te gusto la comida? – Demasiado. La comida fue espectacular y la atencion fue tambien excelente. Van a tener muchisimo exito. !Que emocion! -le expreso su amiga muy alegremente. – Yo tambien siento mucha emocion. – Oye pero no parece. Estas como desanimada. -apunto Oriana. – No, para nada. Solo es que estoy muy cansada. – Pense que iriamos a un lugar a celebrar. – Creo que mejor lo dejamos para otro dia. -le pidio Soraya. – Vale, pero lo tenemos pendiente. ?Entendido? – Entendido. -le respondio Soraya. Soraya llego a su departamento casi muerta de sueno, pero como era su costumbre, primero se metio a la ducha. Nunca se iba a dormir sin ducharse antes pues sentia que el olor de los alinos se impregnaba en ella. Comenzo su ducha como siempre, primero con agua caliente, luego tibia y finalmente, agua fria antes de salirse. Asi, ella sentia que el calor de los hornillas abandonaba su cuerpo; este era un consejo que le habia dado su madre y que ponia en practica, cada dia de su vida. A penas coloco su cabeza en la almohada, Soraya quedo completamente inconsciente. El cansancio y la perdida de sueno de meses le habian caido directamente en los parpados y le impidieron levantarse sino doce horas despues, cuando ya practicamente debia regresar al restaurante para organizar todo para su turno de trabajo. – Sor, estaba muy preocupada. Ya casi llamo a una ambulancia; pense que se habias muerto. -le dijo Oriana, como siempre exagerando. – Ay Ori, es que estaba muy cansada. Sabes todo lo que trabaje antes y durante la apertura. -se justifico Soraya. – Si, lo se. Pero no me vuelvas a asustar asi. -le advirtio su amiga. – Esta bien. Voy a vestirme para salir. – Si quieres te llevo. -le ofrecio Oriana. – No es necesario. Puedo tomar un taxi. – He estado todo el dia encerrada, quiero salir. Te llevo y asi me das un almuerzo especial alla. – Esta bien. -accedio Soraya. – Oye, ?no se te olvida algo? -le pregunto Oriana. – !La critica! ?Ya la leiste? – No, no he podido. Esperaba por ti. – La voy a buscar. -dijo Soraya, y corrio a buscar su movil. – Leela en voz alta. -le pidio su amiga. – Aqui esta. Anoche fue la apertura del restaurante La Estancia en el centro de la ciudad. Debo decir que la experiencia ha sido refrescante. Se nota que en este lugar saben lo que hacen. La comida estuvo absolutamente exquisita, la atencion es sin duda la mejor que he visto en anos, el ambiente es encantador. El unico consejo que podria brindarles es que podrian mejorar la presentacion de los platos para que este acorde con la excelsitud de todo lo demas que nos brindan. Recomiendo este nuevo lugar ampliamente, estoy seguro que os sorprendera gratamente. -leyo Soraya en voz alta. – !Excelente! -dijo Oriana con emocion. – ?Excelente? -pregunto Soraya molesta. – ?No? – ?Que es eso de la presentacion?, ?acaso esta loco? La presentacion era completamente impecable. Yo personalmente revise cada plato antes de que saliera a las mesas. – Soraya pero no dijo que estuviera mal, solo que podria mejorarse. Como un consejo. Nada serio, sabes como son los criticos. -le dijo Oriana tratando de calmar a Soraya. – A ver, ?quien escribio esto? Cristobal Aparicio. ?Quien demonios es Cristobal Aparicio? -se pregunto leyendo en el movil. – Creo que estas exagerando Sor. No es para que te pongas asi. La critica en realidad es muy buena. – Trabaje mucho tiempo e inverti muchisimo esfuerzo para que todo fuera perfecto Oriana. – Y lo fue. Solo que asi son los criticos, tienen que criticar algo; por eso se llaman asi linda. Calma. Que esto no arruine tu momento. Desayuna, date una buena ducha y vamonos al restaurante. ?Si? – Ok. -le dijo aun molesta. Soraya no quiso desayunar, se dio una ducha y estuvo lista rapidamente para regresar al restaurante. Durante el trayecto estuvo muy callada mientras que Oriana no paraba de hablar, tratando de hacerla olvidar del asunto desagradable de la critica, pero era imposible; Soraya no hacia mas que asentir con la cabeza y miraba insistentemente hacia el frente, como planeando algo. Su actitud permanecio de la misma manera durante largo rato, incluso ya en el restaurante. Le sirvio a su amiga un almuerzo especial y se sento a comer con ella pues ya sentia mucha hambre. Todos en el restaurante sabian que estaba muy molesta y sabian perfectamente cual era la razon; sin embargo, nadie decia nada al respecto. – Gracias por traerme Oriana. – No me llames asi, pareciera que me estuvieras reganando a mi por tu asunto de la critica. – Ese es tu nombre, creo que estas a la defensiva. -le dijo Soraya. – Tu nunca me llamas por mi nombre completo, excepto cuando me meto con lo que estas cocinando. Y claro que estoy a la defensiva, desde que leiste eso has tenido una actitud terrible y estas incomodando a todo el mundo. -le reclamo Oriana. – Soy la chef, se supone que debo incomodar a la gente. – No estas en servicio. -le dijo con seriedad. – Tienes razon, disculpa. Tu no tienes nada que ver con esto y no tengo por que hacerte pagar por ello. – Asi es. Ahora tendras que compensarme por el mal rato. – ?A que te refieres? -le pregunto Soraya con suspicacia. – Pues que iremos a celebrar esta noche despues del trabajo. – No estoy de animos Ori. – No tienes opcion. Vamos, bailaremos, beberemos y nos divertiremos. Esta dicho. -le impuso ella. – ?Obligado? – Asi es. Vendre por ti. Saldras un poco antes, nada de quedarte hasta tarde. ?Entendido? – Ok. -le dijo con mala cara. – ?Como? – Si, Ori. – Mejor. Adios. -le dijo y se fue. Soraya y Oriana era amigas desde hacia muchos anos atras. Oriana se mudo al lado de la casa de Soraya cuando eran adolescentes. Desde ese momento hicieron una excelente relacion, sobre todo porque a Soraya y a su madre les encantaba cocinar y a Oriana le fascinaba comer, por lo que se convirtio entonces en la probadora oficial de todos los platos y los inventos del duo.

  • El alma de la radio de Angeles Donate

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    Querida Senorita Leo, Me llamo Elisa y es la primera vez que escribo una carta. !Ojala no hubiera tenido que hacerlo nunca! Se la envio a usted, pero en realidad va dirigida a mis padres. A ellos no tengo el valor de mandarsela. Espero que puedan perdonarme algun dia por lo que estoy a punto de hacer. Estoy cansada y solo tengo diecisiete anos. Pero es que cada dia he vivido por dos y lo que es peor... se que asi sera el resto de mi vida. ?Se imagina usted lo que es eso? Mis padres tuvieron gemelos, pero mi hermano murio con cinco anos. Habia nacido muy debil, con problemas de corazon. Desde entonces, me converti en la superviviente. No soy mas que eso. Haga lo que haga, el siempre esta presente. Por muchos anos que pasen, hay personas muertas que ocupan mas espacio y hacen mas ruido que las vivas. Cuando me miran, no pueden evitar pensar en el y reviven el dolor de su ausencia. Marco es la sombra pegada a mis talones y yo soy la sal que cae en la herida abierta de mis padres, que no les deja cicatrizarla. Cada oportunidad que pierdo la pierdo para mi, pero tambien para el. Si desaprovecho una habilidad, la desaprovecho tambien para el. Cada sueno que no cumplo, cada error que cometo, cada... Y lo peor de todo es que yo tambien echo de menos a Marcos. A veces creo que me estoy volviendo loca. Siento que lo voy a traicionar, porque yo tuve la suerte de quedarme con la vida, la de los dos. Preferiria no haber llegado hasta aqui. Necesito descansar, senorita Leo, espero que pueda entenderme. Todo pesa mucho para mi. Quiero descansar, papa y mama. No lloreis por mi. Por eso digo adios y os pido perdon. Elisa German cerro los ojos. Tumbado en su cama, trato de imaginar a la chica mientras escribia aquella carta tan triste. ?Habria cumplido su amenaza? Tal vez, mientras el escuchaba sus palabras por la radio, Elisa ya no existia, como una estrella lejana que vemos, pero ya se ha extinguido. La voz de la locutora lo habia transportado a una pequena habitacion con las paredes de color celeste. Por algun motivo la imaginaba asi. Alli, una chica de diecisiete anos con mirada de cincuenta se inclinaba sobre una hoja de cuadritos, aferrada a su pluma con el mismo desespero que un naufrago se agarra a lo que queda de su barca. Desde su oscuro cuarto en la pension, German podia incluso ver las palabras de tinta emborronadas por las lagrimas Unos golpes en la puerta le sobresaltaron. --Abra inmediatamente --dijo una voz chillona al otro lado--. ?Como se lo tengo que decir? No es la primera vez que se duerme con el pitillo en la mano... !Un dia se quemara vivo! Y de paso a todos nosotros. German contuvo la respiracion y trato de no mover un solo musculo de su cuerpo. Habia visto en los documentales que algunos animales del Amazonas, para escapar de sus depredadores, se pasaban horas en la misma postura. Si podia hacerlo un bicho cualquiera... ?por que no lo iba a conseguir el, un representante de la especie superior? --No me tome por tonta, senor Gomez. Se que esta usted ahi --insistio la mujer--. ?No me quiere abrir la puerta? !Pues abra el cajon de la mesita! El solitario viajante siguio sin moverse. No le hacia falta obedecer la orden para saber que encontraria ahi dentro: una biblia de bolsillo y un papel plastificado que contenia los Diez Mandamientos de la pension La Perla. El quinto era: <>. German abrio los ojos solo para confirmar que el humo del ultimo cigarro enturbiaba aun la habitacion. Sonrio con satisfaccion. Desafiar a dona Concepcion y a su regimen tiranico en aquel piso de huespedes de la Barceloneta le provocaba cierto placer. Al otro lado de la madera, oyo la respiracion entrecortada de su patrona. Se la imagino olisqueando su puerta como un perro sabueso. --Un dia tendremos un disgusto --murmuro la mujer mientras se alejaba cojeando por el pasillo--. Y todo sera rechinar de dientes y lamentaciones... Solo entonces German se atrevio a revolverse en su cama, dando la espalda a aquella voz agria. Luego se puso en pie. Se dio cuenta de que, al colgar el traje en el armario, se habia quedado abierto. El espejo interior le devolvia ahora su propia imagen: un varon de treinta y muchos, alto para los de su generacion, hombros anchos y una promesa de tripa a corto plazo. Un hombre sin mujer y sin hijos, pero con siete maletas descansando a sus pies. <>, solia decir cuando pedia cama en las pensiones y hostales. De mas joven, cada semana habia buscado clientes en una ciudad distinta. Y, por las noches, los companeros de bar eran todos nuevos. En aquellos primeros anos solo era fiel a Cherie, aunque supiera que su relacion se sustentaba en una mentira. La marca que representaba en exclusiva para el litoral mediterraneo presumia de ser <>. Asi lo explicaba el en las pequenas mercerias que visitaba a lomos de su Seat 1400. --Estos sujetadores vienen de Paris, como los ninos. Solo que a ellos los traen las ciguenas y a esta maravilla de saten la traigo yo --repetia una y otra vez para embaucarlas. Los primeros anos, de tanto decirlo, casi llego a creerselo, aunque los viajes a primeros de mes a la fabrica de Mataro le devolvian a la realidad. Aquello le habia resultado divertido hasta que dejo de serlo. Quince anos despues, ya tenia sus puntos de venta fijos y a las dependientas les daba igual de donde venian los productos. Eran vistosos, salian bien de precio y a las clientas les gustaban, tres motivos suficientes para hacer pedidos generosos. Sus primeros companeros de barra, viajantes como el, se acabaron casando y fueron sustituidos por otros con menos arrugas y una conversacion que le sonaba a repetida. Hacia tiempo que German preferia pasar las noches con su vaso de whisky Dyc en el cuarto, a solas con la voz y las historias que narraba su unica posesion de valor: la radio. Sintonizaba el dial con pericia y, mientras aguardaba el sueno, descubria vida y milagros de otros oyentes a traves de sus cartas al consultorio radiofonico. Lo habia descubierto por casualidad y, al principio, el morbo y el aburrimiento le llevaron a engancharse. Sin embargo, ni uno ni otro tenian ya importancia. Era con ella, fuera quien fuera, con quien se citaba cada noche. Con la presentadora del programa. O mejor dicho, con su voz, dulce pero con un punto seco que impedia que se hiciera empalagosa. <>, suspiro mientras se encendia el ultimo cigarrillo de la jornada. Mil y una noches habia tratado de imaginarse como seria su amiga y cada vez el resultado era distinto. <>, penso. Sin saber muy bien por que, se la imaginaba con una melena castana, no muy alta, y con una talla noventa de sujetador. En su fantasia, la voz de la senorita Leo vivia en el centro de Barcelona. Habia enviudado prematuramente y tenia dos hijos que iban a la escuela, tal vez a la Salle Condal, como su padre. Aunque era mujer, tenia que trabajar para llevar el pan a la mesa. --Hoy te quiero asi --le hablo a la radio, exhalando circulos de humo. Justo en ese momento, la voz repitio el nombre de Elisa, que desplazo a la locutora en los pensamientos de German. --No lo hagas, chiquilla, no lo hagas... Espera un poco. ?No sabes que en menos de veinticuatro horas todo puede cambiar? Aguanta, Elisa, te lo ruego. Solo unos dias. !Espera! No tienes nada que perder. -- Fueron las ultimas palabras que el viajante lanzo a la noche anonima antes de quedarse dormido, sin saber si aquella chica aun podia escucharle.

  • Manual para vivir en la era de la incertidumbre de Antonio Garrigues Walker

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    Que vivimos tiempos de incertidumbre parece requerir pocas explicaciones. Las viejas certezas de prosperidad y progreso se han desdibujado con la misma facilidad con la que los gobiernos nacionales y los organismos multilaterales han perdido eficacia en la gobernanza de la globalizacion. Los efectos de la crisis economica, la revolucion digital y la aceleracion exponencial del tiempo y los cambios agudizan esta sensacion de desamparo.

  • La ultima escapada de Michael D. O'brien

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    Nathaniel Delaney dirige un modesto periodico local muy incomodo para el poder establecido. Sus paginas denuncian, incansables, la deriva del pais hacia el totalitarismo, al imponerse a todos los niveles una ideologia de apariencia benefica y despiadada aplicacion, incluso en la escuela. Cuando el gobierno decida eliminar ese foco de disidencia, la vida de Nathaniel y los suyos experimentara una tension brutal e imprevista, que pondra a prueba la solidez de los lazos familiares, de la amistad y del amor. Sera el momento de tomar decisiones dificiles, tal vez dramaticas.

  • Tinisima de Elena Poniatowska

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    Convertida en leyenda, tanto por su vida como por su obra, Tina Modotti tuvo una existencia llena de pasion y de furia, que encontro en la fotografia el medio ideal para expresar su disconformidad y compromiso con el tiempo que le toco vivir.

  • Como a mi me gusta de Silvia Abril

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    El deseo y la imposibilidad de quedarse embarazada llevaron a Silvia Abril a la consulta del psiconeuroinmunologo Xevi Verdaguer. Con el descubrio que era intolerante al gluten y realizo una transformacion en su dieta, ya que la alimentacion que llevaba estaba afectando a su aparato reproductor. Al cabo de un mes, Silvia se quedo embarazada.

  • El poquer del mentiroso de Michael Lewis

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    Yo fui un vendedor de bonos en Wall Street y en Londres. Trabajar con los operadores financieros de Salomon Brothers me situo, creo yo, en el epicentro de uno de esos acontecimientos que contribuyen a definir una epoca. Esos operadores son los maestros de las muertes subitas, y muchas de las muertes acaecidas en los ultimos diez anos han sido fulminantes. Y Salomon Brothers era indiscutiblemente el rey del mercado de bonos. Lo que he tratado de hacer aqui, como si no hubiera dejado mi puesto en la sala de negociaciones de Salomon, lo que en realidad ha sido el caso, es descubrir y explicar los sucesos y las actitudes que caracterizaron la epoca; la historia se aleja de mi de vez en cuando, aunque, sin lugar a dudas, es mi propia historia de principio a fin. Soy muy consciente del dinero que no llegue a ganar y de las mentiras que no llegue a decir debido a mi posicion en ese mundo. Y esa posicion era muy proxima al meollo mismo de la actual fiebre del oro. Hasta entonces, jamas tantos jovenes ejecutivos inexpertos habian ganado tanto dinero y en tan poco tiempo como nosotros en aquella decada en Nueva York y Londres. Anteriormente jamas habia existido tan fantastica excepcion a la regla del mercado que dice que no se puede ganar mas de lo que se ha invertido. No es que yo ponga reparos al dinero. En general, prefiero tener mas que menos. Pero no vivo conteniendo la respiracion a la espera de otro golpe de suerte llovido del cielo. Lo que entonces sucedio fue un hecho extrano y asombroso en la moderadamente predecible historia del ganar y el perder. De acuerdo con los criterios con los que solemos valorarnos a nosotros mismos, se puede decir que yo triunfe. Gane un monton de dinero. Los maximos responsables de la compania me decian que un dia me reuniria con ellos en la cumbre. Pero prefiero no alardear antes de tiempo. El lector debe saber que no he tenido razon alguna para albergar amargura o rencor hacia mi antiguo patron. Me propuse escribir este libro tan solo porque pense que seria mejor explicar la historia que continuar viviendola. Capitulo 1 El poquer del mentiroso <>. Esto es muy acertado, aunque incompleto. No menciona que tambien hay un parvulario en medio. FREDERICK SCHWED, JR., Where Are the Customers'Yatchs? Era un dia cualquiera a principios de 1986, el primer ano del declive de mi empresa, Salomon Brothers. Nuestro presidente, John Gutfreund, abandono su mesa en la parte principal de la sala de negociaciones y salio a dar una vuelta por el lugar. Alli los vendedores de bonos arriesgaban miles de millones de dolares en cualquier momento. Gutfreund comprobaba el ritmo de las operaciones simplemente dando una vuelta y haciendo algunas preguntas a los operadores. Un misterioso sexto sentido le guiaba hacia cualquier punto donde pudiera revelarse una crisis. Gutfreund parecia capaz de oler las perdidas de dinero. El era la ultima persona que deseaba ver un operador con los nervios destrozados. A Gutfreund (pronunciese: Good friend) le encantaba asomarse furtivamente por encima de la espalda de la gente y sorprenderla, lo cual resultaba divertido para el, pero no para los demas. Mientras uno hablaba por dos telefonos a la vez, tratando de evitar algun desastre, no tenia tiempo de darse la vuelta para mirar. Tampoco habia ninguna necesidad. Se lo podia presentir. El espacio que te rodeaba empezaba a convulsionarse como un epileptico. Todo el mundo fingia trabajar con frenesi y al mismo tiempo observaba con fijeza y atencion un punto justo encima de tu cabeza. Se sentia un escalofrio que recorria el cuerpo, lo cual supongo pertenece a la misma clase de inteligencia que la contraccion nerviosa de una pequena alimana ante la proximidad silenciosa de un oso pardo. Una alarma se te disparaba en el interior de la cabeza: !Gutfreund! !Gutfreund! !Gutfreund! Con menor frecuencia, el presidente se limitaba a rondar en silencio durante un rato y luego se retiraba. Incluso se podia llegar a no verle. El unico rastro de su paso que halle en dos de estas ocasiones fue un montoncito de ceniza en el suelo junto a mi silla, que supongo dejo como tarjeta de visita. Las huellas del cigarro de Gutfreund eran mas grandes y estaban mejor formadas que las del directivo medio de Salomon. Yo siempre pense que fumaba una marca mas cara que los demas, adquirida con una pequena parte de los 40 millones de dolares que le habian correspondido en la venta de Salomon Brothers en 1981 (o con unos pocos de los 3,1 millones de dolares que se pago a si mismo en 1986, una cantidad superior a la percibida por cualquier otro presidente de Wall Street). De cualquier forma, aquel dia de 1986, Gutfreund hizo algo extrano. En lugar de aterrorizarnos a todos, se dirigio directamente a la mesa de John Meriwether, miembro del consejo de Salomon Inc., y tambien uno de los mejores colocadores de obligaciones de la firma, y le susurro unas palabras. Los operadores que se hallaban proximos trataron de escuchar con la mayor indiscrecion. Lo que dijo Gutfreund se convirtio en una leyenda en Salomon Brothers y en una parte visceral de su identidad colectiva. Dijo: <>. Una partida, un millon de dolares, sin lagrimas. Meriwether capto su significado al instante. El Rey de Wall Street, como el Business Week habia apodado a Gutfreund, deseaba jugar una sola partida de un juego llamado poquer del mentiroso por un millon de dolares. Jugaba a ese juego casi todas las tardes con Meriwether y seis jovenes arbitrajistas de bonos que trabajaban para Meriwether, quienes normalmente le desplumaban vivo. Algunos operadores decian que se le ganaba con gran facilidad. Otros, que no podian imaginar sino a un John Gutfreund omnipotente -- y estos eran muchos--, decian que perdia porque se dejaba ganar, aunque constituia un misterio cual podia ser exactamente su proposito. Lo mas curioso del reto de Gutfreund en esta ocasion era la magnitud de la apuesta. Normalmente, las cantidades en lidia no excedian unos pocos cientos de dolares. Un millon era algo de lo que jamas se habia oido hablar. Las dos ultimas palabras de su desafio, <>, significaban que era obvio que el perdedor sufriria un dano grave, pero que no tenia derecho a lloriquear, protestar o lamentarse. Solo podia agachar la cabeza y aguantar el sufrimiento. Pero ?por que? Uno podria haberselo preguntado a alguien que no fuera el Rey de Wall Street. En primer lugar, ?por que hacerlo? ?Por que desafiar concretamente a Meriwether en lugar de a cualquier otro directivo de menor importancia? Parecia un acto de locura extrema. Meriwether era el Rey del Juego, el campeon del poquer del mentiroso de la sala de negociaciones de Salomon Brothers. Por otra parte, una de las cosas que se aprenden en una sala de negociaciones es que los triunfadores como Gutfreund siempre tienen alguna razon para hacer lo que hacen; puede que no sea la mejor de las razones, pero al menos se puede estar seguro de que tienen una idea en la cabeza. Yo no estaba al corriente de los pensamientos mas intimos de Gutfreund, pero sabia que todos en la sala de negociaciones jugaban y que el deseaba ardientemente participar. Creo que la idea de Gutfreund en aquella ocasion fue un deseo de demostrar su valor, como el nino que salta del trampolin mas alto. Y ?quien mejor que Meriwether para su proposito? Ademas, con toda probabilidad, Meriwether era el unico operador que contaba con el dinero y los nervios necesarios para la partida. Esta absurda situacion necesita enmarcarse en un contexto. En el curso de su carrera, John Meriwether habia ganado cientos de millones de dolares para Salomon Brothers. Poseia un talento raro en el comun de las gentes y altamente apreciado por los operadores: sabia ocultar su estado de animo. La mayoria de los operadores revelan con su modo de hablar o de moverse si estan ganando o perdiendo dinero. Se muestran demasiado relajados, o demasiado crispados. Con Meriwether uno jamas sabia a que atenerse. Ganara o perdiese, su rostro siempre parecia entre tenso e inexpresivo. Creo que poseia una fantastica capacidad para controlar las dos emociones que normalmente pierden a los operadores --el temor y la codicia-- y eso le convertia en un ser tan noble como lo puede ser quien persigue denodadamente su propio interes. En Salomon muchos le consideraban el mejor vendedor de obligaciones de Wall Street. Cuando se hablaba de el en la compania no se empleaba otro tono que el admirativo. La gente decia: <>, <>, o <>.

  • Temas de conversacion de Miranda Popkey

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    Desde la orilla, el mar se ve en tres pedazos, como una pintura abstracta que se mueve suavemente. Junto a la arena es un liquido color verde palido de un lago fertil. Luego viene una franja aguamarina, el color que una imagina al leer la palabra: agua marina, agua del mar. Finalmente, un azul intenso, el color de un pigmento, como pintura fresca que brota de un tubo metalico. Sylvia Plath escribio en su diario el mes que conocio a Ted Hughes, ese mismo dia, no, el dia antes: <>. Pasemos por alto la nieve, los arboles negros. El mar estaba de ese color, el color de que palabra azul. Aquel verano estaba leyendo los diarios de Plath porque tenia veintiun anos y las sensaciones me tenian loca, estaba ebria de ellas. Y, para la clase de persona que va derecha de una licenciatura en Literatura Inglesa a un posgrado de esa misma materia (o sea, para mi), los Diarios de Sylvia Plath, 1950-1962, reeditados aquel ano en su version integra, cuentan como lectura placentera. Se conocieron, me refiero a Sylvia y Ted, en febrero, y se casaron en junio, el 16, el Bloomsday, el dia del Leopold Bloom de Joyce. Fue premeditado. Premeditado y los delato bastante; me refiero a que revelaba que no deberian haberlo hecho, lo de casarse. No era mas que simbolismo juvenil. O uno de ellos, al menos. Una de las cosas que te delatan en la vida. Eso pasaba en Otranto, yo estaba alli, en agosto. El mar se veia de tres tonos de lo que podria llamarse azul y yo estaba de vacaciones y no lo estaba. Los padres de Camila eran psicoanalistas argentinos y yo estaba de vacaciones en el sentido de que habian pagado mi vuelo de Nueva York a Londres y de Londres a Roma y de Roma a Brindisi y el tren de Brindisi a Otranto y tambien el complejo turistico en el que nos alojabamos, desparramado por una ladera en terrazas y bancales, con muros de ladrillo y todo incluido, de modo que en teoria yo podia pedir, desde las tumbonas de listones de madera pintadas de blanco, cuantas bebidas quisiera. Aunque en la practica no podia hacer eso porque la razon por la que me habian pagado los vuelos, el tren y la habitacion, la razon por la que estaba siquiera con Camila y sus padres, era que Camila tenia unos hermanos gemelos de siete anos y era tarea mia ocuparme de ellos. Matteo y Tomas: Tomas era mas menudo y rubio, y a Matteo, con su torso bronceado y el pelo oscuro y rizado, lo confundian todo el rato con un lugareno. Por el nombre tambien, claro; el padre de Artemisia era italiano, de ahi que lo pronunciaran asi. Vivian en el Upper West Side, y Artemisia y los ninos y el marido, Pablo, eran de <> argentino. Camila y yo eramos amigas, un punto mas en la columna de las vacaciones. Las primeras dos semanas fueron las mas duras. Los gemelos tenian una ninera en Nueva York, tambien argentina, y coincidia que agosto era su mes de vacaciones, y conmigo, al principio, se habian amotinado, como suelen hacer los ninos cuando se les somete a una nueva autoridad. No podrian haber sabido con exactitud por que era reacia a salir corriendo de su habitacion hacia la de sus padres, para comprobar una vez mas que era lo que supuestamente debian o no debian comer y ver en la tele, hasta que hora se suponia que podian quedarse levantados o no, pero sin duda captaron esa reticencia mia, la enormidad de mi aprension. Artemisia solo me habia dado unas pautas generales (que no se pasen con las golosinas, y no le quites ojo a tu vino, porque intentaran echarse un poco en su Coca-Cola), y una mujer que no fuera yo lo habria entendido como una licencia, una mujer distinta habria sabido, por como se maquillaba los ojos Artemisia, por los vestidos largos y sueltos, sin mangas, que llevaba, por las pulseras que acumulaba en su brazo delgado y bronceado, por las gafas de sol y los panuelos, por el hecho de que Pablo solo me hubiera hablado directamente en tres ocasiones y nunca sobre los ninos, que poner normas era cosa mia. Pero yo era una chica insegura, andaba corta de determinacion y autoestima, y deseaba gustarles a Artemisia y Pablo, a Artemisia en particular, porque enseguida me resulto evidente, por los vestidos sueltos y las pulseras y tambien por la forma en que Pablo inclinaba la cabeza cuando hablaba conmigo, de modo que sus ojos, porque ya era bajo de por si, no miraban exactamente mi cara, que la aprobacion de ella seria la mas dificil de conseguir. Aquellas primeras semanas las pase con el temor de que Tomas y Matteo, al que llamabamos Teo, de modo que eran Tom y Teo, con la <> de Tom cerrada para que no sonase en absoluto como una abreviatura del Thomas americano, fueran corriendo a sus padres con el cuento de que la nueva ninera era horrorosa y pidieran que la echaran. Como si estuviera en alguna imitacion de una novela de Henry James, algun remedo de adaptacion hecha por la productora Merchant Ivory. Y asi transcurrio la primera semana, en la que yo trataba de negarles una golosina por aqui o un privilegio por alla y ellos se quejaban y yo cedia de inmediato, en la que les compraba bomboloni por la manana y cornetti por la tarde y conseguia que no tuviesen apetito para la cena a las ocho y ellos pedian quedarse levantados hasta la pelicula de las once y cuarto de la noche en Retequattro, y se quejaban diciendo <>, y fue asi como Tom y Teo se quedaron dormidos viendo Instinto basico y yo pense que, bueno, seguro que la habian recortado para esa emision y que por supuesto estaba doblada y que en realidad hasta que punto entendian ellos el italiano, por mucho que tuvieran un abuelo y parientes maternos que lo hablaran fluido. Como si el problema fuera la lengua. Eso si, no le quite ojo al vino. La segunda semana fue peor porque ya estaban cansados de conseguir lo que quisieran, y el deseo, en esos casos, no consiste tan solo en conseguir lo que uno quiere sino en sentir que te has salido con la tuya al conseguir lo que querias, de modo que entonces empezaron a dar problemas de verdad, problemas del tipo <>, motivo por el cual, en la velada de la decima noche, me encontre chillando, gritandole realmente por primera vez a Teo para que dejara de usar el cuchillo dentado de la cena con el fin de sacarle las plumas a un cojin. Respondio de maravilla: dejo de hacerlo al instante y solo lloro un poquito, se comio sus frutti di mare en silencio, no pidio despues un helado ni profiteroles con chocolate. Y todo el tiempo tenia los ojos muy abiertos y una leve sonrisa en los labios rosados y humedos, con la esperanza de recibir a cambio tambien una sonrisa, un gesto de aprobacion con la cabeza. Es cierto lo que dicen algunos: los ninos ansian en realidad que les pongan limites. Con ese <> me refiero a Artemisia. El dia anterior al incidente del cuchillo dentado, a primera hora de la tarde, cuando los ninos, ebrios de sol tras la manana en la playa, dormian con los diminutos banadores Speedo llenos de arena, espatarrados, respirando profundamente y babeando, yo habia llamado a la puerta de Artemisia. Pasa, dijo, y abri la puerta y me la encontre en biquini. Pasa, repitio, porque yo todavia no habia cruzado el umbral. Entre en la habitacion y Artemisia se volvio de espaldas a mi y se inclino para desatarse los nudos de tela en la nuca y la columna vertebral que sujetaban la parte de arriba. Cierra la puerta, me dijo. Eso hice, y cuando me di la vuelta, estaba frente a mi. Tenia los pechos grandes y algo caidos, llenos de pecas, con los pezones del color de las nueces, tostados y arrugados como ellas, y que sugerian una textura similar. No digo estas cosas con animo de criticar. Sus pezones no senalaban hacia abajo sino al frente. Todo eso lo capte en un segundo, o medio, y luego mis ojos se clavaron en los suyos. Le dije que tenia dudas acerca de la disciplina, queria saber como solia ella imponer disciplina a los ninos. Los gemelos, dijo Artemisia, ansian que les pongan limites. Les pasa a todos los ninos. Los limites concretos importan menos que el hecho de que existan. Diles lo que no deben hacer, continuo Artemisia, y cuando lo hagan de todas formas --y aqui se encogio de hombros--, castigalos. Al encogerse de hombros, sus pechos se elevaron y luego volvieron a bajar. Tenia las manos en las caderas y sus dedos enmarcaban una suave plenitud, que no acababa de ser redondez sino una especie de exhalacion, la unica prueba manifiesta en su cuerpo de que habia estado embarazada y dado a luz dos veces. Tenia los pies separados a la misma distancia que los hombros, y los muslos, tambien pecosos, no llegaban a tocarse. ?Castigarlos?, pregunte. La miraba solo a la cara. Si, dijo, un <>, dejarlos sin postre, esa clase de escarmientos. Volvio a encogerse de hombros. Aunque sospecho que no tendras que llegar tan lejos si levantas la voz. Sonrio. Son unos chicos medrosos. Tienen muchas ganas de complacer. Se inclino y vi que empezaba a quitarse tambien la parte de abajo del biquini, asi que asenti deprisa con la cabeza, me di la vuelta, sali y cerre la puerta, olvidando darle las gracias por el consejo que me habia dado, olvidando incluso darme por enterada. Y asi llego la tercera semana y los ninos se habian acostumbrado a mi y yo a ellos, como ejercitos enemigos que la manana de Navidad firman un armisticio e intercambian regalos: un cono alla vaniglia a cambio de tres cuartos de hora jugando en la arena, y nada de nadar, que vuestra ninera quiere leer un poco. Los vigilaba desde mi tumbona, un par de dias despues, cuando una sombra me cruzo las piernas. Has puesto limites, ?no? La voz pertenecia a Artemisia. Les dices que pueden jugar en la orilla, pero no nadar, y hacen justo lo que tu quieres. Asenti con la cabeza. Teo estaba salpicando a Tom, y este se daba la vuelta para echar a correr. Que vuestros pies pisen la arena, les habia dicho. Quedaos donde pueda veros. Artemisia se inclino y su sombra recorrio mi cuerpo. Sylvia Plath, dijo, leyendo el lomo del libro que yo habia dejado boca abajo sobre mis rodillas. No es muy buena poeta, comento, pero si una persona interesante.

  • Pan con chocolate de Ana Castellar

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    Cuando los suenos se rompen y las ilusiones se hacen trizas el unico consuelo es la esperanza.

  • Grandes Descubrimientos de Judy Duarte

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    Cindy Tucker manejaba a los caballos mejor que cualquier hombre de Blossom, pero cocinar, coquetear y caminar con tacones. esas eran el tipo de cosas que necesitaba para echarle el lazo a un marido y que no sabia hacer. La unica persona en la que podia confiar para que le ensenara todo aquello era Blake Gray Feather. Era el unico hombre con el poder de dejarla sin respiracion, el unico con el que sonaba y el unico que no se habia dado cuenta aun de que su amiga de la infancia habia crecido. Pero ahora, en medio de las charlas nocturnas y los suaves besos, Cindy empezaba a ver otro brillo en su mirada. y eso le dio seguridad para poner en practica sus nuevas habilidades femeninas. Porque tenia intencion de utilizar las “lecciones” de Blake para conquistar el corazon del unico vaquero al que habia amado en su vida.

  • MI VIDA ENTRE SOMBRAS 1 de Maria C. Garcia

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    Adentrate en una historia repleta de pasion, amor e intriga.
    Eric es un rico empresario adicto al trabajo que hace tiempo renego del amor.
    Sheyla es una secretaria trabajadora e inteligente que se siente feliz con una vida monotona y controlada, alejada por fin de su doloroso pasado.
    Cuando sus caminos se cruzan ella siente que algo la atrae hacia ese hombre tan frio y complicado como irresistible, a pesar de que el estilo de vida que la ofrece constituye un desafio en si mismo. Pronto descubre que sus demonios lo consumen por dentro, impidiendo que se comprometa. Ajena al peligro que acecha en la lejania, Sheyla se sumergira en un nuevo mundo que la llevara a lugares inesperados protagonizados por la pasion y el deseo ?Te atreves a ir con ella?

  • Megacapitalistas de Peter Phillips

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    Siempre nos preguntamos: ?Quien maneja los hilos del mundo? Las dimensiones de la concentracion de la riqueza en el mundo son apabullantes… Y temibles. Megacapitalistas es la respuesta detalladisima a esa pregunta.

  • Leona de Celia Del Palacio

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    Obligada a ocultarse en una cueva, como fiera perseguida, una mujer embarazada delira entre la fiebre y los dolores de su inminente parto. Las llagas en la cara, la oscuridad del cubil y la suciedad del cuerpo, ocultan el esplendor de una vida llena de lujos, luces y libros.

  • La luz de Jose Luis Victoria Lozano

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    Pasan los siglos y las personas no son tan diferentes, al final buscamos lo mismo que antano.

  • Lo que ha unido el arroz que no lo separe la p de A. R. Cid

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    ?Quien ha dicho que la novia ha de ser la protagonista?
    Tres amigas, ahora damas de honor, se han propuesto que ese dia sea inolvidable, pero se les ha ido de las manos.

  • De Seul al cielo de Silvia Aliaga

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    “Dicen que las personas destinadas a conocerse estan unidas por un hilo rojo”.

  • El oro del mar de Daniel Wolf

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    Una deslumbrante epopeya historica que nos traslada a la floreciente y peligrosa Europa del siglo XIII a traves de una expedicion comercial que debera enfrentarse a las amenazas del mar y de la tierra pero, sobre todo, a la codicia de los hombres.

  • Alicia en el pais sin wifi de Nina Minina

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    Alicia Trevi vive su particular vida de GLAMUR en Madrid. Pronto estrenara pelicula, esta mas delgada que nunca, goza de una privilegiada tarifa de datos que satisface su NOMOFOBIA y, ademas, se esta tirando al GUAPAZO nacional del momento.
    ?Que mas podria desear? Lo tiene todo.

  • Servicio incompleto de Nina Minina

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    Podriamos resumir en unas pocas lineas con mas o menos gracia de que va esta historia, el problema es que aun no lo tenemos demasiado claro.

  • El arbol de las cerezas de Paola Peretti

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    Mafalda es una nina de nueve anos que adora ir a clase, jugar al futbol y a su gato, Ottimo Turcaret. Esta segura de que el espiritu de su abuela vive en el cerezo que hay en el patio de la escuela, junto a Cosimo, el protagonista de su libro favorito, El Baron Rampante. Mafalda siempre cuenta los pasos hasta la escuela y cada dia son mas los que necesita para ver el cerezo: la enfermedad de Stargardt que padece la esta dejando ciega poco a poco. Mafalda intenta aceptar la oscuridad que se aproxima a pasos de gigante con una mezcla de terror y prodigiosa valentia. Junto con la extraordinaria Estella, la conserje de la escuela, aprendera a subir al cerezo con los ojos cerrados y a hacer una lista de las cosas que mas le gustan y que no quiere olvidar.
    En este extraordinario, debut literario, Paola Peretti transmite con una fuerza contagiosa la complejidad de su propia experiencia, pues ella misma esta perdiendo la vista poco a poco. Con vocacion de clasico universal, inolvidables personajes y un lenguaje de intensa fuerza poetica, El arbol de las cerezas supuso un acontecimiento editorial extraordinario, e incluso antes de su publicacion los derechos se adquirieron en veinte paises.
    ?Somos aun capaces de recuperar lo esencial, lo verdaderamente valioso de nuestra experiencia vital? ?Es posible conservar aquello que conocemos y amamos, y a la vez dar un salto hacia lo desconocido? Mafalda conoce, mas temprano que muchos otros, el vacio de la perdida, pero tambien la belleza infinita de la amistad y el amor, y aprende que la aceptacion no es renuncia. Una novela sensible, exquisita y osada, para lectores de todas las epocas y todas las edades.

  • Un abismo infinito de Larru

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    ?Era o no era Urko? A veces, creia que el verdadero Urko se habia quedado en aquel accidente de coche, atrapado en aquel cuerpo inerte. O en realidad, Urko era ese holograma de la persona que antano fue, lo que comunmente se denominaba fantasma. Urko sabia la respuesta de sobra. Tenia claro que habia muerto y que ya no pertenecia al mundo de los vivos pero no podia creer que hubiera sido tan temprano, apenas con treinta y dos anos. Siempre habia pensado que, con el paso de los anos, se convertiria en un tipo desgrenado, decrepito y malhumorado, aunque reconocia que si hubiera envejecido con Vega, le facilitaria la existencia. Cuando la conocio, tenian la mayoria de edad recien cumplida. Coincidieron en una fiesta universitaria, se la presentaron unas chicas de su barrio. Nada mas verla, comprendio que se le habia atravesado en su camino. No podia dejar de mirarla, ella hablaba y entretenida como estaba, no se percataba de lo embobado que el la observaba. Urko se decia: "Chaval, no tienes nada que hacer, nunca se va a fijar en ti, olvidate". Algo que nunca le habia preocupado, gustarle a nadie, en ese momento se volvio prioridad. Se encontro cruzando los dedos, para que enganarse a si mismo, deseando que ella se fijara en el, se conformaba con la mitad de lo que el lo hacia en ella. Pero, Vega, era una estrella de otro cielo, no del suyo. Y entonces ella le hablo, le pregunto a que facultad iba. Le contesto que estudiar no era mas que una perdida de tiempo, que el queria trabajar y ella le contesto con una sonrisa, que era una pasada que tuviera las cosas tan claras, cuando ella ni siquiera sabia si estudiar medicina o fisioterapia. "Ojala yo tuviera esa certeza" anadio. Lo que Vega desconocia era que, eso precisamente era lo unico que sabia en su vida. Pero en esos instantes, todo el peso del mundo que llevaba a sus espaldas, se hizo mas ligero. Ella fue capaz de hacerle olvidar las discusiones con sus padres, el no encontrar trabajo, la vida a la que no encontraba el verdadero sentido. Solo ella con mirarle, hablarle y reirse habia transformado su amargor. Lo que comenzo sin ningun tipo de expectativa para Urko, porque el creia que cualquier otra chica hubiera pensado que no tenia ningun tipo de formalidad, ella le dio a entender que veia lo que habia detras de su fachada de quinqui. Urko se encargo de demostrarle que era un macarrilla con encanto y sobre todo, con sentimientos, que ella habia creado, ella sola. Porque Vega, era su mano derecha, izquierda, sus piernas, su cabeza, su corazon. Se convirtio en su todo. Vega, su amor, su companera, la que le entendia a la perfeccion. La persona que logro que por su boca salieran palabras como "te quiero" que parecian tan perdidas en su existencia. El quinqui, el que iba a su bola, el que salia unicamente con los amigos, no daba un duro por conocer a una chica asi. Vega era una estrella, su nombre lo decia todo, su propia Vega del firmamento. Cuando con horror, se dio cuenta que habia muerto, la rabia le mato de nuevo, pero el alma. No solo la habia perdido, es que ni siquiera se habia despedido de ella. El accidente de coche le habia hecho fallecer en el acto. Desde ese lugar en el que se encontraba, podia verla y sentir tambien el dolor que ella emitia y que a su vez, le hacia vibrar a el. Urko nunca hubiera sospechado que en ese estado en el que se habia convertido, pudiera suceder. Ni eso ni nada. Asi se encontraba, perdido, confuso, torturado, hasta que de repente una presencia anonima, sin forma, le hablo y le dijo que podia regresar a arreglar lo que le consumia: --?Puedo volver? --pregunto Urko incredulo y miraba a su alrededor para tratar de descubrir el origen de la voz. --Si pero por un tiempo, el necesario para solucionar lo que esta ocurriendo entre ella y tu. Ve y despidete. --?Voy a resucitar? --No, volveras como fantasma, la forma que corresponde para llevar a cabo lo que has de hacer. Tal vez te cueste, suele ocurrir no desesperes. Eso si, recuerda que solo es un regreso circunstancial. --?De cuanto tiempo me hablas? Urko no obtuvo repuesta, la presencia anonima habia desaparecido. Tenia un monton de incognitas y una mision desoladora pero iba a volver con Vega y de momento, eso era lo que le importaba y se aferro a esa ultima oportunidad. Capitulo 1 Se dio cuenta en ese preciso instante de que, los ultimos acontecimientos dejaban de ser meras coincidencias, los sucesos extranos ocurrian cada vez, con mas frecuencia. De los altavoces distribuidos por el pequeno salon, habia empezado a escuchar unos acordes y una voz masculina cantaba unas letras en ingles: Going back to the corner where I first saw you Going to camp in my sleeping bag I’m not going to move Got some words on cardboard Got your picture in my hand Saying:’if you see this girl Can you tell her where I am? [1] Vega no habia puesto en marcha el reproductor de musica, ni siquiera sabia que cd era ese, es mas, no tenia ni idea de la cancion que estaba sonando. Miro con atencion el aparato, se dijo que debiera estar asustada pero no, no sentia nada de eso. Ni tan siquiera pensaba, la musica repentina pareciera haberla obnubilado por completo. Su cuerpo comenzo a vibrar, le dio la sensacion de elevarse y miro hacia sus pies que permanecian firmes en el suelo de la habitacion. Sin embargo, sentia todo lo contrario, notaba ligereza, como si flotara y eso tampoco le dio miedo porque aquello le resultaba placentero, la embargaba, la empujaba, aquello traspasaba todos los puntos de su piel. Algo asi como una especie de descanso, el cuerpo desconectado, en un estado suspendido de conciencia. Olvidar las exigencias de la realidad. Sintio como una caricia en la cara y cerro los ojos. Sintio la sensacion de un abrazo alrededor de su cuerpo y ella se acomodo en esa invisibilidad como un ronroneo embargador. Su pecho latia fuerte, penso que podia llegar a reventarse y eso, por un momento, la llego a perturbar. "Suenas despierta, Vega" se dijo sin hacer amago de resistirse a la sensacion que le abrumaba. Penso que aquello ya lo habia vivido antes, pero de forma real, en los brazos de el, pero esto otro que tipo de situacion era, ?una sensacion genuina? Cuando el silencio regreso, volvio en si, con la impresion de haber vuelto de un espacio en el que el tiempo habia estado en pausa. En su mente resonaba el estribillo: I’m not moving, I’m not moving, I’m not moving, I’m not moving,... [2] Al cabo de unos segundos, reacciono y se fue hasta la habitacion en la que tenia el ordenador portatil. Tecleo en el buscador las palabras pronunciadas que continuaban como eco en su interior y anadio el termino "cancion". En primera instancia, salio un tema de Phil Collins pero la voz masculina que habia escuchado no pertenecia a ese cantante. Unos resultados mas abajo, encontro un video de Youtube titulado "The Script, The man who can't be moved", hizo clic en el. Habia resuelto la incognita, bendito internet. Sonaba de nuevo la musica. Mientras, leyo la informacion sobre lo que escuchaba y recordo una ocasion en la que el, no podia pronunciar su nombre sin que algo le punzara por dentro, habia hablado de una banda irlandesa que comenzaba a gustarle. --He estado escuchando algunas de sus temas y son buenos, suenan genial. Seguro que a ti tambien te gustarian Vega. --Lo dudo, ya sabes que no coincidimos en gustos musicales. --En esta ocasion, si, estoy convencido. Ya les oiras y me daras la razon, seguro. Ella habia asentido mientras pensaba que la proxima vez que fuera a Fnac buscaria algun cd del grupo para comprarselo y le daria la sorpresa. Sin embargo, el destino le arrebato la oportunidad. La melodia continuo y sin embargo, el encantamiento que habia sentido hacia unos momentos no resurgio, espero pero los acordes terminaron y no habia notado nada mas. Ahi mismo reconocio que la cadena de sucesos fortuitos y raros tenian el mismo punto en comun, que aunque las circunstancias se repitieran, dicho encantamiento en el que se veia sumergida, no se volvia a dar del mismo modo. Como lo ocurrido dos meses atras, cuando despues del trabajo agotador como fisioterapeuta en una clinica en el centro de la ciudad, fue al establecimiento de estetica de Daniela a realizarse el tratamiento corporal de cada mes. A pesar de que en los ultimos tiempos se habia volcado de manera exclusiva en su profesion, a esa cita nunca faltaba, era de las pocas cosas junto con las clases de yoga que aun le hacian sentir bien. El horario de trabajo era de nueve de la manana hasta las tres de la tarde pero Vega iba una hora antes y salia cerca de las seis. Un dia, cuando se despedia de su jefe hasta la jornada siguiente, este le hizo un comentario al respecto de que no era necesario que se quedara mas tiempo todos los dias. Ella contesto que la lista de espera de pacientes era mucha y que los problemas que sufrian no podian esperar tanto. --Por mucho que tu te esfuerces y por muchas horas que metas, tu solita no lo vas a lograr, en todo caso es asunto mio que soy el responsable de todo esto, que tu vas a acabar como uno de los que tu tratas. --A mi no me importa quedarme mas tiempo. --Te estoy apuntando las horas no te creas, ya te las cogeras o si quieres, te las pago. --Vale Manu, no te preocupes, hasta vas a ser un jefe fuera de lo normal. --Jajaja, ya sabes que si, rompieron el molde conmigo, el de los jefes, claro. --Que vacilon eres.

  • La quinta montana de Paulo Coelho

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    En mi libro El Alquimista, la tesis central esta en una frase que el rey Melquisedec dice al pastor Santiago: <>. Creo absolutamente en esto. No obstante, el acto de vivir el propio destino incluye una serie de etapas que exceden en mucho a nuestra comprension, y cuyo objetivo es siempre reconducirnos al camino de nuestra Leyenda Personal; o hacer que aprendamos las lecciones necesarias para cumplir el propio destino. Pienso que puedo ilustrar mejor lo que digo contando un episodio de mi vida. El dia 12 de agosto de 1979 me fui a dormir con una unica certeza: a los treinta anos de edad estaba consiguiendo llegar a la cumbre de mi carrera como ejecutivo de una firma discografica. Trabajaba como director artistico de la CBS de Brasil, acababa de ser invitado a ir a los Estados Unidos a hablar con los duenos de la empresa discografica y, seguramente, ellos pensaban darme todas las posibilidades para realizar todo lo que deseaba hacer en mi area. Claro que mi gran sueno --ser un escritor-- habia sido dejado de lado, pero ?que importaba eso? Al fin y al cabo, la vida real era muy diferente de lo que yo habia imaginado; no habia lugar para vivir de la literatura en el Brasil. Aquella noche tome una decision, y abandone mi sueno: era preciso adaptarme a las circunstancias y aprovechar las oportunidades. Si mi corazon protestara, yo podria enganarlo, haciendo letras de canciones siempre que deseara y, de vez en cuando, escribiendo en algun periodico. Por otro lado, estaba convencido de que mi vida habia tomado un rumbo diferente, pero no por esto menos excitante: un futuro brillante me esperaba en las multinacionales de la musica. Cuando me desperte, recibi una llamada telefonica del presidente de la empresa discografica: acababa de ser despedido, sin mayores explicaciones. Aunque llame a varias puertas durante los dos anos siguientes, nunca mas consegui un empleo en ese campo. Al terminar de escribir La Quinta Montana, me acorde de este episodio, asi como de otras manifestaciones de lo inevitable en mi vida. Siempre que me sentia absolutamente dueno de la situacion, pasaba algo queme derribaba. Yo me preguntaba: ?por que? ?Estare siempre condenado a acercarme, pero jamas a cruzar la linea de llegada? ?Sera que Dios es tan cruel como para hacerme ver las palmeras en el horizonte, solo para matarme de sed en medio del desierto? Tarde mucho tiempo en entender que no era exactamente asi. Hay cosas que son colocadas en nuestras vidas para reconducimos al verdadero camino de nuestra Leyenda Personal. Otras surgen para que podamos aplicar todo aquello que aprendimos. Y, finalmente, algunas llegan para ensenarnos. En mi libro Diario de un mago procure mostrar que estas ensenanzas no estan necesariamente unidas al dolor ni al sufrimiento; bastan disciplina y atencion. Aun cuando esta comprension ha significado una importante bendicion en mi vida, me quedaron sin entender algunos momentos dificiles por los que pase, incluso con la mayor disciplina y atencion. Uno de los ejemplos es el caso antes citado; yo era un buen profesional, me esforzaba al maximo para dar lo mejor de mi, y tenia ideas que hasta hoy considero buenas. Pero lo inevitable sucedio justamente en el momento en que yo me sentia mas seguro y confiado. Pienso que no estoy solo en esta experiencia; lo inevitable ya rozo la vida de todo ser humano en la faz de la Tierra. Algunos se recuperaron, otros cedieron, pero todos nosotros hemos experimentado el roce de las alas de la tragedia. ?Por que? Para responderme esta pregunta, deje que Elias me condujese por los dias y noches de Akbar. PAULO COELHO Y prosiguio: y puedo aseguraros que ningun profeta es bien recibido en su propia tierra. En verdad os digo que habia muchas viudas en Israel en tiempos de Elias, cuando el cielo se cerro por tres anos y seis meses, reinando la gran hambruna en toda la Tierra; y a ninguna de ellas fue Elias enviado, sino a una viuda de Sarepta, de Sidon. Lucas, 4, 24-26 PROLOGO A comienzos del ano 870 a. J.C., una nacion conocida como Fenicia --a la que los israelitas llamaban Libano-- conmemoraba casi tres siglos de paz. Sus habitantes podian enorgullecerse de sus logros; como no eran politicamente fuertes, se vieron obligados a desarrollar una envidiable capacidad de negociacion, unica manera de garantizar la supervivencia en un mundo asolado por constantes guerras. Una alianza hecha alrededor del ano 1000 a. J.C. con el rey Salomon de Israel habia permitido la modernizacion de su flota mercante y su expansion comercial. Desde entonces, Fenicia no habia dejado de crecer. Sus naves ya habian llegado a lugares tan distantes como Espana y el oceano Atlantico, y hay teorias --aun no confirmadas-- de que habrian dejado inscripciones en el nordeste y sur del Brasil. Transportaban vidrio, cedro, armas, hierro y marfil. Los habitantes de las grandes ciudades, como Sidon, Tiro y Biblos, conocian los numeros, los calculos astronomicos, la fabricacion del vino, y usaban, desde casi doscientos anos atras, un conjunto de caracteres para escribir que los griegos conocian como alfabeto. A comienzos del ano 870 a. J.C., un consejo de guerra reuniase en un lugar distante, llamado Ninive. Un grupo de generales asirios habia decidido enviar sus tropas para conquistar las naciones situadas a lo largo de la costa, en el mar Mediterraneo. Fue Fenicia el pais elegido para ser invadido en primer termino. A comienzos del ano 870 a. J.C., dos hombres, escondidos en un establo de Gileade, en Israel, esperaban morir en las proximas horas.

  • Bitna bajo el cielo de Seul de Jean-marie Gustave Le Clezio

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    El Premio Nobel de Literatura sorprende y cautiva con una fabula urbana en el corazon de Seul.

  • Esposa A La Fuerza (Damas Victorianas 2) de Camila Winter

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    En el salon de la mansion de los Kellington, el joven sir miro impaciente a su alrededor en busca de su hermana. de pronto la vio sentada en el comedor especial bebiendo sorbos de te mientras miraba a su alrededor tensa. Conocia bien a su hermana menor, con sus impecables bucles rubios sobre la sien la frente alta y los labios cubiertos con ese polvillo que conseguia de forma clandestina. --Amber, debo hablar contigo. Ella lo miro molesta y alerta con sus grandes ojos verdes de gata. La crispaba que se metiera en sus asuntos. --Supongo que me retaras por haber invitado a Lawrence. Su hermano quedo desconcertado. --?Lo habeis invitado a tomar el te hoy? Lo ignoraba. Amber se sonrojo sintiendose horriblemente humillada. --Vamos, no me mireis asi, nuestro padre jamas dara su aprobacion y lo sabes. --Eso no es asunto vuestro. Y si de eso quieres hablarme pues no quiero escucharte, Thomas. Todavia no me ha pedido matrimonio para que debas preocuparte. --No, no era de eso que queria hablarte Amber, sientate, lo que quiero decirte es muy serio. Ella obedecio algo intrigada. --?Que sucede, Thomas? --Clarence Bootmey, ?lo recuerdas? Mi amigo que vive en Londres y es abogado. --Si, lo recuerdo. ?Que hay con el? --El otro dia lo vio cuando fui a Londres por unas diligencias para nuestro padre. Me dijo que vio a tu marido en un club muy exclusivo, Amber. Ella se puso palida. --Eso no puede ser... Mi esposo murio, Thomas. El la miro incredulo. --Pero lo vieron, Amber...Dijeron que estaba alli con otro hombre y tenia ese extrano anillo en su dedo menique. --Debieron confundirlo con alguien, mi esposo murio hace mas de un ano. Amber palidecio y toda su coqueteria se esfumo al pensar en Wilfredo Strozzi, su marido italiano. --Debe ser un error, realmente, ?quereis matarme del susto? --pregunto con un hilo de voz. Para todos era la senorita Kellington, soltera y casadera y era mejor que lo creyeran pues su matrimonio fue producto de un capricho de juventud, un capricho que pago muy caro al poco tiempo de casada al comprender que su marido no era ese principe azul que se habia imaginado... Su hermano Thomas la miro alarmado, con fijeza, como si no le creyera. --?Acaso crees que he mentido? Mi marido murio en el extranjero durante un viaje, ?debo contaros esa historia de nuevo? --Lo se, pero una vez dijisteis que vuestro esposo era un hombre muy malo, Amber, y me pregunto si acaso no te cansaste de su maldad y lo abandonaste. --Claro que no, Thomas, nunca habria hecho eso. Era mi esposo y lo amaba--su voz se quebro, pero no mentia. --Tu sabes que me enfrente a mis padres por amor a ese hombre, que estuve bajo su hechizo durante mucho tiempo y nunca habria podido abandonarlo. ?Como puedes decir eso? --Y supongo que lo habras lamentado. Amber asintio en silencio. --?Y si no murio? ?Si es el Amber? --Eso es imposible... Debio ser alguien parecido, no comprendo por que toda esta conversacion. De estar vivo me habria buscado mucho tiempo atras. Es absurdo, Thomas. Solo debe ser alguien que se le parece. --A lo mejor el conde italiano no sabe que estamos aqui, tal vez este tras de ti. --Eso es imposible Thomas... Mi esposo murio en Italia. -?En Italia? Pense que habia sufrido un ataque mientras dormia. Ella lo miro inquieta. -Fue a curarse de esa enfermedad de los huesos y tambien a visitar a unos parientes, pero el viaje fue mucho para el... dijeron que tuvo un ataque y murio. Yo estuve alli cuando lo trajeron en un ataud y lo enterraron. --Nunca hablaste de ello, fue todo tan misterioso que... Ella lo miro con tristeza. --A veces es mejor callar. He querido enterrar todo lo que paso, dejarlo atras y tengo una oportunidad ahora. Si Lawrence me pide matrimonio, me casare con el, Thomas. Lo hare. Su hermano se puso muy serio. --Amber, sir Lawrence no es un candidato aceptable, es un joven de noble caracter es verdad, pero pasaras estrecheces en un futuro. Solo tiene una propiedad y dicen que esta en ruinas. --No me importa. Mi vida se arruino por haber sido joven e impetuosa pero ahora todo sera distinto, Thomas. Realmente quiero casarme con Lawrence y dejar atras tantos recuerdos tristes. --?Lo quieres o lo necesitas? Amber se sonrojo. --?Como te atreves? Me case por amor y mi matrimonio fue un error, ahora tal vez funcione si escojo a un hombre bueno, Thomas, un hombre bueno que me ama y es un autentico caballero y de eso seguramente no tendreis ni sombra de duda. --Eso es verdad. Pero os recuerdo que tendreis que esperar a que se decida a hablaros y si no lo hace esta conversacion sera una anecdota y nada mas. Ademas, estais pasando por alto algo muy importante: nuestro padre no ha autorizado esa amistad y sospecho que no sabe nada al respecto. La joven trago saliva y su abundante busto subio y bajo al instante poniendose mas colorada que antes. Sabia que su hermano tenia razon. ?Que ganaba convenciendo a su hermano si el caballero del que se habia enamorado locamente no le hablaba, no le exponia sus sentimientos? Se habia alejado de ella de forma inexplicable aumentando sus dudas y desazon. Pero en su corazon no habia dudas, y sufria al pensar que su pretendiente, el unico que habia despertado y curado su corazon malherido la rechazaba, se alejaba de ella sin motivo aparente. Tal vez el tambien temia ser rechazado. --Solo os quise avisar, Amber--dijo su hermano y se alejo. Ella lo miro llena de malos presagios. "Esto no puede ser, mi esposo murio..." Sintio su corazon latir acelerado mientras viajaba al pasado. Tantos recuerdos, tristes, dolorosos, pero algunos habian sido felices... En el pasado ella habia tenido otros pretendientes, pero los alejo a todos, con sutileza, hasta que aparecio ese caballero que le doblaba la edad y que le atrajo como un iman. El conde italiano. Wilfredo Strozzi. Fue tan extrano, nunca antes se habia sentido asi, fue como un embrujo, algo que no pudo controlar. Algo tan fuerte y maligno... Y el era un hombre guapo y fascinante, un italiano, habia algo maligno y sensual que no habia visto jamas en otro hombre, la forma en que la miraba... Sus padres se opusieron a esa amistad desde el principio, porque el le doblaba la edad y nadie sabia nada de el. El conde Wilfredo Strozzi era un completo misterio, como si hubiera salido de la nada. Solo mencionaron la mansion de Creeping hall, cerca de las colinas blancas de Lancashire, pues a pesar de ser italiano se habia establecido en ese lugar helado con su familia, un lugar siniestro como pocos, pero entonces ella no lo sabia ni lo imaginaba pues su enamorado lo pinto como un perfecto paraiso. Fue muy elocuente y seductor. Logro convencer a todos y sin embargo su padre desconfiaba de que su fortuna fuera solida. Pensaba que no era mas que un seductor y un caza fortunas. El conde italiano se ofendio cuando comprendio la indirecta de su padre. Se ofendio y se marcho y ella lo vio irse con el corazon partido. --Ya tendras mejores pretendientes, hija mia, no os quedeis afligida--le dijo su pobre madre al verla tan triste los dias siguientes. Sabia que le gustaba ese caballero, todos lo notaban. Amber se quedo tan afectada. Tan desolada. Sin imaginar que para el solo habia sido un juego, que le habia robado el corazon y la atormentaba fingiendo que no le importaba, asi fue siempre, ahora lo sabia... Durante meses no volvio a saber de el y todos decian que se habia marchado a Lancashire y sin embargo ella estaba cada vez mas enamorada y esperanzada en su regreso. Un dia llego una carta, la primera carta de amor que ella escondio de su familia. Le explicaba por que habia tenido que marcharse y por que no podia visitarla todavia. Asuntos urgentes le requerian en Creeping hall de Lancashire. Amber sintio el corazon palpitar acelerado mientras leia esas lineas que danzaban ante sus ojos "no tema senorita, no me he olvidado de usted, ?como podria hacerlo?" y con solo esa frase que le daba a entender que ella le importaba y tenia esperanzas... Queria convertirse en su esposa un dia, no sonaba con otra cosa. Y aguardo dia tras dia su regreso mientras le respondia una carta amable y contenida, pues no era de buen gusto confesar a un caballero que lo extranaba y anoraba su regreso, aunque lo sintiera hasta el fondo del corazon, no lo diria. Una dama jamas daba a entender en palabras ni por carta sus verdaderos sentimientos, aunque muriera por saber cuando podria verle de nuevo tampoco lo pregunto por supuesto. Y asi espero y espero como Penelope, sintiendo que moria de desesperacion aguardando su regreso, aguardando impaciente, noticias suyas. Solo un mensaje, una carta... Le daba rabia pensar en lo tonta que habia sido. Durante meses la torturo, le escribio carta inventando excusas hasta que un buen dia fue a verla en secreto y le confeso la verdad, que su familia le habia prohibido seguir con su amistad y mucho menos cortejarla. No habia esperanzas, no habia futuro para el, ni para ambos. Amber creyo en sus palabras y sin poder contenerse se enojo con sus padres y luego lloro. Se desespero. --No tema senorita Amber. Encontrare la forma, se lo juro... si acaso me acepta... si hay alguna esperanza para mi... Le declaro su amor esa noche y ella se dejo llevar por esa pasion que la consumia a fuego lento. Y el se marcho, dijo que regresaria a verla pronto, no dijo cuando... Hasta que un dia magico le dijo que la amaba y que la convertiria en su esposa. Estaba tan locamente enamorada y tan ciega que no desconfio en ningun momento de que la amaba y acepto convertirse en su esposa. Su corazon y su alma entera no queria otra cosa. --Pero vuestros padres no me aceptaran, mi hermosa damisela. Me han prohibido veros, jamas aceptaran lo nuestro--le dijo el. Amber lloro, era tan joven y estaba tan enamorada, llevaba tanto sufriendo ese amor atormentado y cuando le propuso huir y casarse en el extranjero acepto encantada. Parecia la unica solucion. Fugarse y escapar. Era tan romantico... Entonces se fugaron y cometio la imprudencia de entregarse a el en esa posada del camino. Todos creian que estaban casados. pero no lo estaban y de pronto sintio que la piel le ardia y moriria si no dejaba que la desnudara y le hiciera el amor... Trago saliva al recordar esa noche que no debio ser pues luego comprendio su imprudencia y sintio terror, terror de que luego de ser su amante no quisiera casarse con ella. Amber lloro cuando enredados en la cama sintio el dolor de haber perdido la virginidad, cuando la hizo suya por primera vez y sus quejidos se unieron a sus gemidos de placer mientras su mirada oscura se volvia maligna y un beso salvaje sofocaba sus sollozos. No fue lo que esperaba y se sintio perdida. Sin saber por que solo queria escapar de esa cama y que dejara de hacerla suya. No estaba lista para eso, pero luego comprendio que estaba atrapada. Acababa de convertirse en su mujer, su amante, y habia perdido su virtud, ahora ningun caballero la querria de esposa y lo sabia y sintio una horrible angustia preguntandose que habia hecho. ?Se casaria o con ella o la regresaria a su casa abandonandola a su suerte? Estaba demasiado asustada para preguntarselo. Al dia siguiente desperto sintiendo que todo habia sido un sueno y se vio desnuda frente al inmenso espejo, desnuda y sola en esa habitacion y aterrada quiso abandonar la cama y lo hizo vistiendose con prisa. Tenia que buscar a Wilfredo, hablar con el... Temblo al recordar lo que habia hecho y se arrepintio amargamente pensando que habia caido en la trampa de un seductor, sus padres tenian razon, el no era ese caballero que pensaba. Entonces vio la cama manchada de sangre y se estremecio. Sabia lo que significaba, una dama sangraba al perder su virginidad y sin eso no podria casarse. Ningun caballero la querria. --Has despertado preciosa... te traje el desayuno--dijo el entrando en la habitacion. Amber sintio algo muy extrano entonces, habia pensado que amaba a ese hombre, pero ahora no queria que volviera a tocarla, que la lastimara ni... todo habia cambiado, no estaba lista para ser suya, para ser su esposa. Queria escapar, pero solo pudo quedarse donde estaba y desayunar y saber que haria el. --No temas preciosa, luego sera mejor, no sentiras dolor sino placer... un placer con el que jamas has sonado--dijo entonces su amante leyendo sus pensamientos. --No... no quiero que vuelva a pasar. --dijo ella con voz apagada y lloro confundida y atormentada. Le costaba mucho entender lo que habia pasado y no comprendia su terror en esos momentos y un rechazo absoluto a la intimidad y a seguir adelante con su aventura, solo se lamentaba por lo que habia hecho. Su amante la miro con intensidad y de pronto tuvo la sensacion de que podia leer sus pensamientos. --Estas confundida y te sientes mal por lo que paso, pero no temas, luego sera diferente, te despertare al amor y la lujuria, preciosa. Ahora te he convertido en mia, pero quiero que seas mi esposa y cumplire mi palabra. Amber lo miro confundida y el le dio un beso ardiente. --No temas preciosa, vistete, tenemos un largo viaje hasta la capilla mas proxima. No querras volver a tu hogar sin tu virginidad y con mi semilla en ti. Podrias estar encinta ahora... Ella trago saliva y lo miro. Tenia razon y luego, el la ayudo a vestirse, a cubrirse con la capa y le dio un beso ardiente. Se moria por hacerla suya y la abrazo y lentamente la fue llevando para convencerla de hacerlo otra vez... Amber se sintio mareada y gimio cuando le tuvo en su interior, jamas habria imaginado que seria asi, nadie la habia preparado para su noche de bodas y a punto habia estado de escapar. Pero ahora ya era tarde y su amante tuvo razon, luego fue distinto y ese dia la hizo suya un monton de veces y le gusto... a pesar de su ignorancia, del miedo que sentia comenzo a sentir que le gustaba ser suya y luego con el tiempo, se cumplieron sus vaticinios y el supo llevarla por los caminos de la pasion y la lujuria. Pero al menos cumplio su promesa y la convirtio en su esposa dias despues en una parroquia medio vacia del camino. La mansion de Creeping hall aguardaba, un lugar siniestro y oscuro con una familia italiana que no hablaba del todo ingles y que conversaban en su lengua materna todo el tiempo. Se sintio abrumada y perdida, se sintio como una visita en su propio hogar. Su esposo intento integrarla, pero sus parientes la miraron torvo desde el principio. Eran gente extrana, antipatica o de modales distintos. Tuvo que aprender su lengua pues no hablaban una palabra de ingles lo que la extrano bastante pues se suponia que vivian en Lancashire desde hacia anos. La soledad del lugar, aislado y siempre helado aun en verano termino de arruinar sus nervios. Echaba de menos su hogar, y descubrio que la comida italiana la disgustaba y tantas otras cosas... Desde el principio todo estuvo mal y en la convivencia se alejaron. Y descubrio que ese principe azul era un hombre taciturno y reservado al que apenas conocia. Todas sus cartas de amor, la exquisita poesia que le recito una vez no eran mas que una parte pequena de su personalidad. Era un completo extrano y un misterio. Lamento amargamente haber sido tan impulsiva pero ya era tarde. Era su esposa y le pertenecia. Todo era tan nuevo para ella y tan incierto... Excepto al caer la noche. En sus brazos Amber los caminos del placer, lentamente se estaba haciendo adicta a esos encuentros ardientes. El era todo cuanto tenia en esos momentos, su familia jamas le perdono esa boda precipitada y se fueron de Derbyshire para no soportar la verguenza de explicar la fuga romantica de su insensata hija. "No sufras, Amber, soy todo lo que tienes ahora, soy tu esposo y pronto tendremos muchos ninos. Ven aqui..." Le decia siempre su esposo y al mirarla de esa forma, sin ocultar su deseo se humedecia y sabia que la encerraria en sus aposentos para hacerle el amor. Lentamente fue llevandola por los caminos de la pasion hasta que esta se convirtio en una absoluta y desesperada lujuria.

  • El mosquetero del Alcazar de Mavi Tome

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    Segunda entrega de la bilogia <>, cuya historia sucedera dos meses despues de los hechos transcurrido en La menina del Louvre.

  • Natalie no perdona de Erina Alcala

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    -!Eres una nina tonta! Nadie quiere jugar contigo. -No soy una nina tonta... -Si que lo eres, tonta y gorda -Y Natalie Parker se iba llorando a la casa grande. -Llorona, llorona - le decia haciendole burla Daniel, de doce anos, el hijo de los capataces. Y se reia cuando la pequena nina, se iba llorando con su vestidito y sus trenzas rubias como el trigo en verano. Daniel Cooper, era un nino larguirucho de doce anos. Era hijo de los capataces de los vinedos de los padres de Natalie, Luke y Madison Parker. El matrimonio, se encargaba de las grandes hectareas de terreno de vinedos que tenian los Parker en Dallas, Texas, desde que recien casados se mudaron a los vinedos para trabajar como capataz, el padre de Daniel, Mason y Lucy. La madre, se ocupaba de la casa grande. Llevaban casi toda una vida alli y eran felices. Alli nacio su hijo Daniel y vieron nacer a la hija de Luke y Madison Parker. Luke y Madison Parker, eran un matrimonio adinerado que, ademas, habian heredado de los abuelos unas hectareas de terreno de vinedos en Dallas, Texas, y con la ayuda de Mason Cooper, como buen capataz, habian ampliado el negocio y ahora, eran propietarios de unas de las plantaciones mas grandes y prosperas de la region, tras ir comprando mas vinedos. Los padres de Daniel y el mismo, vivian en una casita de dos dormitorios, separada de la casa grande unos quinientos metros. Era pequena, pero disponian de todo lo necesario. Para Luke Parker, su capataz, Mason, era mas un amigo que un trabajador. Tenian edades similares, ademas de ser el mejor trabajador que tenia. Los capataces, tenian un hijo de doce anos, Daniel y los duenos, Luke y Madison Parker, tenian una hija, que era su princesa mimada y consentida de ocho anos: Natalie. Natalie, siempre estaba incordiando a Daniel, claro que la chica no tenia con quien jugar. Cuando salia del colegio privado en el que la tenian sus padres, se aburria soberanamente en la propiedad. Ambos eran hijos unicos y se llevaban cuatro anos de diferencia. Daniel por otro lado, asistia a un colegio publico y ya con esa edad, ayudaba a sus padres en algunas labores en el vinedo por las tardes, despues de hacer los deberes, pues su padre, se lo llevaba un rato para que aprendiera las labores del campo, porque siempre habia pensado que seria un buen capataz cuando el se retirara. Pero desde pequeno, ya Daniel, tenia sus propias ideas de que queria hacer en la vida. Era un buen hijo, educado y atento, muy inteligente, pero no soportaba a esa nina insufrible con sus vestiditos pomposos por la rodilla y sus dos trenzas rubias, con esos lazos que le ponia su madre en las trenzas, que parecia una muneca pepona y rechoncha. Era una nina guapa, de trenzas rubias y ojos verdes, gordita. Daniel, por el contrario, era moreno de ojos azules muy claros, como su padre, delgado y muy alto para su edad. Asi que cuando Natalie, aparecia por la casa de los capataces, buscando jugar con Daniel, la echaba a patadas, porque se sentia molesto e incordiado. Le decia gorda y rechoncha y fea, que nadie queria jugar con ella. Todo para que se fuese y lo dejase tranquilo. A el le gustaba leer cuando tenia tiempo todo tipo de libros de aviones, y jugar con su avion. Uno que su padre le regalo por Navidad y que habia descuartizado y recompuesto miles de veces. Se sabia las piezas de memoria. Su madre le decia, cuando venia casi de noche de la casa grande: -?Para que rompes el avion y luego lo compones, hijo? -Mama quiero saber que tiene dentro. Sere ingeniero de aviones cuando sea mayor. Su madre, lo miraba con tristeza, porque les resultaria imposible pagarle a su hijo una carrera de ese tipo con los sueldos que tenian. Aunque solo tuviesen ese hijo. Pero durante muchos anos, pidio como regalo de Navidad un avion. Y recibia un avion distinto cada ano. Cuando a los catorce anos, aparecio Daniel una tarde del colegio con una solicitud de una beca para estudiar en un instituto interno, venia contentisimo. Y sus padres, no podian por menos que solicitarle la beca. Era un gran ahorro y al menos era tambien lo que el queria. Como sacaba buenas notas, le dieron una beca para hacer los estudios del instituto en Austin, la capital del estado. Era un buen Instituto interno y alli iban los que sacaban muy buenas notas. El director, cuando fue a inscribir a Daniel se lo dijo a sus padres. Y alli permaneceria hasta los dieciocho anos. Iria a casa en vacaciones y en Navidad. Y Daniel no podia estar mas contento ni ser mas feliz. Era feliz sin la nina incordio de trenzas rubias y gorda y se adapto muy bien al instituto cuando le concedieron la beca. Podia respirar. Alli hizo dos buenos amigos y se hicieron los tres inseparables: Lucas Harper de Randolph y Nick Adams de Austin. Los tres eran altos y larguiruchos y a los tres, les gustaban los aviones, sobre todo a Lucas, que tenia una base aerea en su ciudad. Y les contaba historias a los otros dos y estos lo escuchaban embobados. Lucas era el mas parlanchin y extrovertido. Tenia el pelo castano claro y unos ojos verdes muy grandes. Nick, sin embargo, era moreno como Daniel y de ojos grises preciosos. Nick, era el mas introvertido de los tres, pero era ironico. Tan inseparables se hicieron que a veces, se iban en vacaciones unos a casa de los otros en esos cuatro anos que permanecieron alli en el instituto. Eran muy estudiosos, eso si, y se graduaron con honores. Hasta el dia de la graduacion, los padres de ellos, tuvieron que ir a comer todos juntos, como una gran familia. Se dejaron los telefonos y se hicieron amigos hasta los padres, ya que los tres formaban una pina, como si fuesen hermanos. Tenian dieciocho anos, cuando se graduaron y ya habian solicitado los tres, la misma beca, para estudiar ingenieria aeronautica, en la universidad de Austin. No querian separarse. Ese verano, mientras esperaba la beca con ansiedad, Daniel, ayudaba a su padre en los vinedos. -Si te dan la beca, no podre estar mas orgulloso de ti, hijo. Siempre pense que serias el siguiente capataz, pero parece que no me voy a salir con la mia. Te prefiero ingeniero. No sabes lo contenta que esta tu madre. -Espero que me concedan la beca, papa, si no, tendre que quedarme aqui. -Bueno, ya veremos, ya veremos, has sacado muy buenas notas. -!Jo! !Ahora viene la gordita! Le dijo a su padre cuando de lejos vio a Natalie que venia hacia ellos. -Daniel. Tienes dieciocho anos. Ten paciencia. Es la hija del jefe. Y ya no esta tan gordita. Por favor, se bueno y educado como te hemos ensenado. Es una buena chica, agradable, educada y solitaria. No ha tenido a nadie con quien jugar aqui. -Vale, papa, pero es que me pone de los nervios. Natalie, venia andando por el camino, vestida con un top y unos vaqueros y el pelo rubio largo. Ya no llevaba trenzas. Debia tener catorce anos- penso Daniel- habia cambiado, si. Ya no era la nina gordita, sino una jovencita de incipientes pechos, amaneciendo a la adolescencia. Pero seguro seria el mismo incordio. -!Hola Daniel! -!Hola Natalie! ?Que tal estas? -sentandose ella, en una de las grandes piedras que separaba la casa de los capataces del vinedo, mientras el permanecia de pie. -Bien, me voy al instituto el ano que viene. ?Tu entras en la Universidad? -Si me dan beca, si. Si no, tendre que quedarme aqui a trabajar. -Espero que te la den. ?Que vas a estudiar? -Ingenieria aeronautica. -Siempre te han gustado los aviones. -?Como lo sabes? -pregunto desconfiando de ella. -Tenias uno y lo rompias y lo componias mil veces. Te veia. -!Vaya memoria que tienes! Y tu, ?Que vas estudiar cuando termines el instituto? -Me gustaria ser ginecologa. -Nunca lo hubiese adivinado, ?Que hacias, rompias las munecas, y le metias trapos dentro? -Algo asi -contesto ella con una cierta tristeza. -Perdona. Ha sido una groseria. -No importa, la verdad es que recuerdo ser un incordio de pequena para ti. Todo el dia detras, pero no tenia a nadie mas con quien jugar. -!Estas muy guapa! Y has crecido. -Gracias, tu tambien. Durante ese verano, ellos tuvieron algunas conversaciones, sobre todo del pasado, de la vida en el instituto que a ella tanto le interesaba, de sus amigos Lucas y Nick. Lo cierto, es que la nina se habia convertido en una mujercita que sabia escuchar. Era mas tranquila y serena, pero era pequena. Sabia que ella lo miraba con la misma adoracion de siempre, pero el era un chico de dieciocho anos y le gustaban las chicas mayores y ella no pasaba de los catorce. Y llego el dia en que le vino la carta de la Universidad y la abrio todo excitado y nervioso. Habia logrado su objetivo. Tenia una beca en la Universidad de Austin para estudiar aeronautica. La vida le sonreia. Llamo inmediatamente a sus amigos y a ellos, tambien se la habian concedido. No podia desear nada en el mundo mas que pasara rapido el verano y estar con sus amigos en la Universidad y estudiar lo que siempre habia sonado. Su vida iba por fases. Cuando terminara, solicitaria entrar en el ejercito y ser Formador y aprender todo de los aviones militares y de guerra y dar clases. Pero de momento, estaba la Universidad. Sus padres estaban muy orgullosos de su hijo. La noche antes de irse a la Universidad y Natalie al Instituto, ella, fue a despedirlo y cuando nadie la vio, beso en los labios a Daniel. Fue un beso ingenuo y adolescente. A este lo pillo desprevenido y ella salio corriendo hacia la casa grande. Daniel no habia besado nunca a ninguna chica, ni siquiera en la fiesta de graduacion que, salvo Lucas, su amigo Nick y el no habian invitado al baile ninguna chica, y los labios de Natalie, se quedaron en los suyos con un sabor dulce. Y sonrio. No volvio a ver a Natalie hasta cuatro anos despues. El verano en que el termino la Universidad y ella termino el Instituto. El tenia veintidos anos y ella dieciocho. Cada verano que habia vuelto a casa, a ella, la habian mandado al extranjero a aprender idiomas, a Francia, a Espana, a Italia y a Alemania. Dijeron que, para completar su educacion, con lo cual, ella hablaba perfectamente cinco idiomas. La primera vez que Daniel la vio, se quedo pasmado. Era una belleza de un metro setenta, de pelo rubio y largo y grandes ojos verdes. Estaba delgada. Ya no era la nina rechoncha, ni la adolescente timida. Tenia dieciocho anos y era toda una mujer. El habia tenido unas cuantas relaciones sexuales en la universidad. No habia tenido novia como alguno de sus amigos, pero nada especial. Se habia convertido en un chico formado y con algun musculo debido al ejercicio y media uno ochenta y siete. A ella cuando lo vio, le parecio altisimo y guapo como siempre le habia parecido desde nina. Su pelo moreno y esos ojos azules y transparentes. Habia estado enamorada de el desde siempre, desde nina y ahora era una chica y aun le afectaba verlo. Mas, desde que hace cuatro anos lo beso en los labios de forma impulsiva. Ese verano pasaron muchos ratos juntos, incluso salieron por Dallas a tomar algo y ver alguna pelicula. La relacion que habian tenido desde pequenos habia cambiado con el tiempo, para mejor. A el, le gustaba ella, pero era la hija del jefe de su padre. Las cosas habian cambiado. Ya no le parecia mas joven que el. -?Que vas hacer ahora que has terminado la Universidad? -He solicitado entrar en el mando de Formacion y Educacion Aerea (AETC) del cuartel general de la base aerea de Randolph. -Eso es el ejercito. -Si, mis amigos y yo queremos ir al ejercito de las fuerzas aereas. Quiero aprender todo y formar y educar. Me gusta la formacion. -?Y tienen que admitirte? -Estoy esperando la respuesta. Si me la dan, me voy. -?En cuanto tiempo puedes ser instructor?

  • Chispas de amor en el aire de India Alvarez

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    Tres entretenidos y emotivos relatos de amor con un nexo comun.
    Una fecha magica, rodeada de chispas, de suenos y deseos, que parecen solo posibles en esa epoca del ano, la Navidad.
    Hay casualidades que, en ocasiones, nos empujan en una direccion y un camino en la vida que, aunque no siempre parezca el mejor, si sera aquel que nos lleve al amor y la felicidad.
    Estas historias romanticas podrian pasarte a ti, pero…., en este caso, los protagonistas son Mar y Carlos, Sonia y Manu, y Maya y Alex.
    Las chispas de amor que cambiaron sus vidas.

  • Una ventana frente al mar de Vanessa Freiria

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    En su perfectamente estructurada vida como abogada de exito, Alicia no cuenta con el cambio que sufrira al conocer “accidentalmente” a Marco. El pondra su mundo patas arriba y la hara dudar de que lo que ella consideraba perfecto, como su matrimonio, tal vez no lo sea.
    Una novela de agil lectura y ritmo trepidante que no te dejara indiferente.

  • Porque si de Daniel Glattauer

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    Una intriga policiaca por el autor de Contra el viento del norte y Cada siete olas.

  • La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates

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    La epopeya de una mujer que debe reinventarse a si misma. Una odisea erotica y turbulenta, intensamente provocadora y emotiva.

  • El insolito final del senor Monroe de Dan Mooney

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    Joel vive en la Residencia de Ancianos Hilltop y la odia con toda su alma. Solo hay otra cosa que odie con mas fuerza, y es que le digan lo que tiene que hacer y cuando debe hacerlo. Cuando tiene que comer, cuando es hora de irse a la cama, cuando debe tomarse las pastillas Junto a su nuevo companero de habitacion, Frank, un actor de culebrones retirado, emprendera la mas singular de las aventuras: la de poner fin a su vida de una manera digna. En el transcurso de esta mision suicida, Joel y Frank descubriran que quiza nunca es demasiado tarde para experimentar la magia de los primeros momentos, y es que cuando piensas que todo ha pasado, la vida te regala una ultima y gran aventura.

  • Quiereme por los aires de Dylan Martins

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    Desde el fracaso amoroso que sufrio Erika, vive tranquilamente con Jonathan, un amigo que tambien tuvo que pasar por una decepcion amorosa.
    Una noche que ambos deciden salir a divertirse, conoce a Aitor, un chico misterioso que la hara cambiar su percepcion de la vida y, sobre todo, del amor.
    Adentrandose en un juego erotico que no esperaba, ?seran Erika y Aitor capaces de reconocer que su relacion es mucho mas que unos juegos sexuales?
    Si lo que sienten es amor… ?Estara este por encima del deseo?

  • Una mujer con pasado de Ryanne Corey

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    Desde su huida del mundo de la moda, Maxie Calhoon se habia apartado del punto de mira de la opinion publica. Hasta que un reportero se empeno en conseguir una exclusiva de la supermodelo y llego hasta ella, llevando la tormenta a su pacifica granja. Pero lo peor de todo fue que a Maxie le resulto imposible resistirse a los seductores besos de aquel hombre.

  • La ciudad de las viudas de Paloma Sanchez Cortes

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    Esta novela la escribi durante varios anos pese a ser corta y la acabe en 2005. La he reescrito varias veces. Y la historia que subyace se me ocurrio al leer un articulo en un semanario de los domingos y fue asi como la comence. Nuestra protagonista Andrea tiene que hacerse cargo de una herencia al fallecer su abuela y es asi viajando a la tierra de sus padres como descubrira un gran secreto de su pasado y encontrara su destino. Por el tema que toco he de comentar que esto es solo una historia de ficcion. Nada que ver con la realidad. No voy a hacer spoilers ya os ireis enterando de a que me refiero. Espero que os guste. Es una historia en la que caben el misterio, los sucesos paranormales, el romance y los secretos del pasado de la protagonista. Es muy distinta a lo que he publicado hasta el momento y solo espero que la disfruteis y me pongais vuestras opiniones en Amazon. Os doy las gracias por adelantado por escogerme y leer esta historia a la que siempre he tenido especial carino. CAPITULO 1 La primera vez que oi hablar de La Ciudad de las Viudas creo que tendria alrededor de unos cinco anos. Fue mi abuela quien me conto la historia. Ella era una gran contadora de cuentos. Y ese, era mi favorito, aunque pueda resultar extrano. Es la historia de una pequena ciudad de provincias llamada Las Viudas aunque se la conocia mas popularmente por el sobrenombre de La Ciudad de las Viudas. Todo el mundo o al menos casi toda su poblacion, estaba compuesta por mujeres viudas de todas las edades aunque tambien habia algunos hombres, hijos y ancianos solteros que nunca habian contraido matrimonio. Asi comenzaba el cuento y entonces era yo la que preguntaba: --Abuela, y ?por que eran viudas? --y mi abuela replicaba--. Porque los maridos de esas mujeres se morian al poco de casarse en rarisimas circunstancias. Aquel lugar estaba maldito decia mi abuela, todo aquel que se casaba terminaba cavando su propia tumba. La maldicion de la gitana era la culpable de todo. Hacia como unos 85 anos, habia llegado a la ciudad un circo, con sus carromatos y sus artistas, en su mayoria gitanos. Parecia ser que una de aquellas mujeres, que iba vestida como una zingara y que se dedicaba a leer el futuro, se enamoro de un guapo mozo que habitaba en el lugar. Se trataba de un mozo rico que le prometio matrimonio. Aquel la dejo encinta y no quiso casarse con ella y la gitana lanzo su maldicion: todo hombre oriundo de aquella poblacion que contrajera matrimonio no viviria mucho tiempo y aquel lugar quedaria lleno de mujeres viudas, hasta que pronto quedara despoblado por la ausencia de natalidad. La unica forma de huir de aquella maldicion era escapar de alli, vivir en otro municipio, pero a veces, la maldicion, alcanzaba a aquellos que se creian a salvo de ella. Cuando yo le pregunte a mi abuela si habia algun modo de romper aquel hechizo me dijo que si, que solo si un descendiente varon de la gitana se enamorara y casara con una mujer descendiente de aquel mozo, la maldicion terminaria y ya nunca mas alcanzaria a ninguno de sus habitantes. Aquel relato me subyugaba. Se lo hacia repetir una y otra vez. Y la abuela me lo contaba a reganadientes. Solo cuando me fui haciendo mayor me percate de la mirada acuosa y triste que se le ponia a mi abuela cuando me contaba aquel cuento. Jamas de nina cai en la cuenta de cuanto le afectaba aquella historia que yo creia de ficcion. No fue hasta que cumpli 32 anos que fui atando cabos. Fui criada por mi abuela ya que mis padres murieron cuando yo era todavia un bebe, aunque aun no sabia como, puesto que mi abuela nunca quiso contarmelo. Era un secreto que ya no podria revelarme. Una manana, al entrar en su dormitorio, la halle extranamente quieta y palida. Cuando la toque para despertarla su piel estaba extremadamente fria y entonces comprendi que la habia perdido para siempre. Nadie que no haya perdido a un ser querido puede saber lo desamparada y sola que me encontraba. El dolor de aquella perdida, de aquella mujer que era la unica madre que yo habia conocido fue inmenso. Tuve que hacerme cargo de su entierro y de su funeral, al que acudieron pocas personas, amigos mios y algunos vecinos del barrio. Pase unos dias muy malos tras el entierro de mi abuela. Lucinda se habia ido, con ochenta y cinco anos recien cumplidos. Habia sido mi madre y aunque siempre me habia educado de un modo un poco estricto perderla habia sido como un hachazo inesperado. Tenia buena salud y no esperaba que un ictus cerebral se la llevara de mi lado de forma tan rapida. Ya no tenia mas familia y saber que estaba sola en el mundo me desolo por completo. Pase unas semanas en casa sola sin saber que hacer, sabiendo que la unica persona a la que amaba ya no estaria mas a mi lado. Fue duro tener que recomponerme sobre todo porque en ese momento no tenia un trabajo al que dedicarme para no pensar tanto en su fallecimiento y a pesar de que algunos amigos estuvieron ahi para consolarme fue un trago muy dificil de digerir. A los pocos dias recibi una llamada de un despacho de abogados que me notificaba que mi abuela habia dejado escrito un testamento y que yo, era la unica beneficiaria. Hasta el momento no habia imaginado que mi abuela tuviera alguna propiedad que dejarme en herencia que no fueran los escasos muebles y enseres de la casa donde viviamos, que ni siquiera era nuestra. Decidi aquella tarde acudir al bufete de aquel letrado porque me moria de curiosidad por saber que era lo que me tenia que decir. Cuando atravese el umbral de la oficina de Don Jose Miraflores me encontre ante un despacho austeramente amueblado, que contaba con los muebles justos, a saber: un escritorio con su correspondiente asiento, una libreria y unas paredes que aparecian ante mi desnudas de cuadros o de cualquier otro adorno a excepcion, claro esta, del titulo de abogado que se encontraba suspendido en el aire en un marco bastante antiguo y ya de por si un tanto estropeado. Tras la mesa se encontraba un senor de mediana edad, con una calva incipiente y unas gafas de cristal con un aumento tal que su mirada verde aparecia ante mis ojos multiplicando por dos su tamano. El buen hombre era bajito, segun pude comprobar cuando se incorporo de su asiento para estrecharme la mano; bajito y rechoncho. Le sobraban algunos kilos, pero eso si, parecia muy agradable, o al menos esa era la impresion que me causaba su rostro; una cara normal, ni guapo ni feo, pero si graciosa, sobre todo por el modo que tenia de abrir los ojos, muy, muy abiertos con una expresion de sorpresa continua. Llevaba un pequeno bigotito e iba vestido con un traje algo pasado de moda. --Encantada de recibirla, siento mucho la muerte de su abuela. --Muchas gracias. --Sientese por favor. --Gracias, de modo que mi abuela ha dejado testamento. --Pues si, hace cosa de un ano vino aqui y me nombro su albacea. Espere que busque el documento, si, aqui esta. --Saco un sobre lacrado de un cajon y lo abrio, extrayendo el documento que me depararia algunas sorpresas. --Pues bien, creo que le interesara que le lea el documento. --Como usted supone si, adelante. --Bien pasare por alto el lenguaje juridico, en resumen que su abuela le lega una casa en Las Viudas, un pueblo pequeno conocido popularmente como La Ciudad de las Viudas y el dinero que guardaba en su cuenta corriente, cantidad que asciende a 12 millones de pesetas. --?Ha dicho usted La Ciudad de las Viudas? ?Pero ese lugar existe? --Claro que si --se levanto y extrajo de una estanteria un atlas de Espana.

  • La Amante Contratada Del Jeque de Ella Brooke

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    Los ojos de Laine se redujeron a lineas delgadas y se fijaron sobre el trabajador temporal. Sus ojos se abrieron como platos. El reloj hizo tictac. Podia haber pasado una planta rodadora del desierto. Puso su bloc de notas en el escritorio de Laine y contesto el telefono. --Brandt Interiors -- medio canto --Jacob al telefono. ?Como puedo ayudarle? Laine sonrio victoriosa y miro hacia atras a la pantalla de su ordenador. Tenia mucho trabajo que completar en esta cuenta antes de irse a casa. Convencer a los Madison de que necesitaban rehacer su apartamento igual que todos sus banos, y que ella era la unica decoradora en el estado (y sobre todo la unica en Brandt Interiors) que debian incluso tener en cuenta habia retrasado su planificacion unos dias, pero valdria la pena. La comision en esta cuenta iba a ser astronomica. El senor Brandt tenia la tendencia de no hacer caso a su trabajo o dar los trabajos a los empleados mas mayores (y masculinos), pero en cuanto viera lo que habia hecho, convirtiendo una remodelacion de un bano en un proyecto completo de una vivienda, tendria que llamar su atencion. Un aumento y recibir clientes preferentes no podian tardar. Jacob intento darle el telefono, pero ella le corto haciendo un signo de negacion con un dedo. --Es tu hermana. Ella lo miro, tomo aire y volvio a su trabajo. --Ya te llamara --dijo Jacob. Parpadeo despues de recibir el mensaje y despues recupero su bloc de notas antes de volver a sus ocupaciones. Si Laine hubiera tenia un segundo para respirar, se habria sentido culpable por no atender a su hermanita Emma. Pero la ya bulliciosa carrera de actriz de Emma habia despegado el ultimo ano, y rara vez tenia tiempo para Laine y su padre. Sin duda Emma estaba entre tomas o sesiones de fotos o fabulosas comidas con gente hermosa. Tendria que esperar unas horas a que Laine se tomara un descanso. Laine habia sido contratada en Brandt Interiors directamente despues de graduarse en Parsons hacia cuatro anos. Desde entonces, su vida habia sido patrones, muestras y regateos con los proveedores. Era simplemente como le gustaba, aparte de tener que buscar reconocimiento entre asociados menos talentosos. Eso no le dejaba demasiado tiempo para esas raras criaturas conocidas como fines de semana y vacaciones. Laine solo sacaba tiempo para ir a visitar a su padre, que vivia solo al norte del estado. Laine lo llamaba casi todos los dias. Era casi tan bueno en la creacion de lazos sociales como Laine. Emma habia intentado jugar a casamentera para el mientras estaba en secundaria, pero no habia conseguido nada. Greg McConnell habia sido siempre un hombre de una sola mujer. --!Hiii-eee! Emma canto desde la puerta, golpeando sus nudillos hacia arriba y abajo del marco. Laine casi escupe su cafe. --?Em? ?Que estas haciendo aqui? ?No deberias estar en algun plato en algun lugar en Hollywood? --!Si respondieras a mis llamadas, sabrias que estamos filmando alguna escena aqui en Nueva York! Emma se coloco detras de la silla giratoria de Laine y desordeno su cabello cuidadosamente dispuesto. --!Tomate un descanso! ?Con que frecuencia ves a su hermanita? --Tal vez mas a menudo, si vinieras a casa por vacaciones --dijo Laine , girandose hacia su ordenador. --Me alegro de que estes en la ciudad. Acabo de recibir un sofa bastante decente… Emma se echo a reir. --Oh, no. Me quedo en un hotel, amorcito. --Laine resoplo. Emma se apoyo en el respaldo de la silla de Laine. --!Sal conmigo esta noche! Todo el reparto va a ir a esta fiesta increible. !Va a ser una locura! --?Que parte de <> dice Laine McConnell para ti? Laine acabo de escribir un correo electronico a un distribuidor. --Yo me debo estrictamente a los negocios. Si tienes alguna funcion donde puedo tomar vino y cenar con algunos posibles clientes, llamame. Emma sacudio los hombros de Laine y se apoyo en el borde de su escritorio. --!Ten cuidado con esos papeles! --!Tienes que empezar a vivir tu vida, Lainey! Emma lanzo sus manos hacia delante. --Hay mucho mas ahi fuera que tu trabajo. --Me gusta el trabajo --argumento Laine. --No subes si no le echas horas. A ti te gusta tu trabajo. --Soy una actriz. Actuo por dinero. Emma, salto sobre el escritorio y cruzo sus piernas. --En serio. Ven conmigo. Te presentare a mis companeros de reparto atractivos. --Mmm. Deliciosos hombres bobos. ?Que mas podria pedir? Emma bajo bloqueando la pantalla de Laine. --!Dale una oportunidad a esos bobos! O por lo menos, baila con ellos y disfruta de unos de los mejores aperitivos y champan. Laine se sento nuevamente en su silla y miro a su hermosa hermana destellando la sonrisa que la habia hecho ganar tanto dinero desde su primer anuncio nacional vendiendo chicles. Emma podia ser exasperante. Cada movimiento tenia una inyeccion de gracia bien practicada. Laine todavia podia ver a Emma desfilando de nina con los zapatos de tacon de su madre. Laine, por el contrario, no habia ni nacido con gracia ni se habia sentido obligada a practicarla. Su estilo era el de una mujer de negocios elegante, con tacones altos pero con estilo, de los que rara vez se olvidaba en publico. Solo se podia imaginar a ella misma vestida al estilo de Emma entre todas las celebridades en esta fiesta. Se sentiria como una ciguena desfilando por ahi en un vestido de fulana. Sin embargo, era muy duro decirle a su hermanita que no. --?Que tengo que hacer para convencerte de que me dejes terminar mi trabajo? --pregunto. --Prometer dejarme vestirte y llevarte a esta fiesta. Al menos, unas dos horas. --Una hora. Me metes en tu mundo durante una hora, y entonces tienes que venir a casa conmigo y comer comida tailandesa y beber algo mientras diseno un nuevo patron de papel de parez en mi portatil. --Tu vida es un cadaver, Lainey. Emma se echo a reir. Apreto el hombro de Laine. --Te enviare mi numero de habitacion. --No puedo esperar. Laine se centro en su pantalla. Iba a tener que tener listas esos pedidos en la siguiente hora. Paso una mano por su cabello. Emma querria hacer algo ridiculo con eso, tambien. Laine tendria que evitar que le pusiera brillantina o que se lo tinera. Su pelo era castano oscuro, como el de su madre, aparte del mechon blanco que crecia desde el nacimiento de su pelo, habia estado alli desde que tenia doce. Lo dejaba caer sobre su frente, como siempre. Le ayudaba a cubrir la cicatriz. Laine murmuraba mientras corregia los codigos de color para las paletas de bano --He dejado de trabajar por ti por esta fiesta, hermana. Preferiria rellenar formularios de compras… *** Como Laine esperaba, Emma estaba esperandola en su apartamento con una pared llena de vestidos de noche escotados y una vestidora personal para pintarla y peinarla hasta que estuviera tan molesta que a pesar de sus inclinaciones naturales, le dijera a su hermana que la dejara en paz. Pero al final de todo, alli estaba parada Laine, en todo su esplendor con su metro ochenta con tacones de diez centimetros (habia perdido la batalla sobre eso, a pesar de su queja de que a los hombres no les gusta una mujer por encima de ellos), en un vestido suelto azul y purpura que parecia que alguien lo hubiera tejido de una pila de panuelos suaves. El dobladillo estaba un poco alto, y el corte resaltaba cada curva de la que ella podia presumir, pero Laine paso un mal rato quejandose sobre su aspecto. Sin duda nunca habia llevado antes nada tan sensual. --Hicieron este para mi coprotagonista en Magnifique. Emma toco el pelo de Laine con cuidado, para no perjudicar la obra de arte en que se habia convertido transformar su recogido diario. Habian dejado mechones alrededor de su cara junto con su mechon de pelo blanco, con todo el efecto suavizando el aspecto habitual de encargada de Laine. --?Magnifique? Laine se giro para mirar a Emma. --?Tu coprotagonista no era una drag queen? Emma sonrio y tomo el brazo de Laine mientras caminaban hacia el edificio donde se celebraba la fiesta. --Recuerda que es un Nihayat Alhaya --dijo Emma. --?Un que? --Ese es el disenador de tu vestido. La gente preguntara. Laine cerro sus ojos. Era poco probable que algun paparazzi tomara alguna foto de ella. No con Emma llamando su atencion. La fiesta tenia lugar tantas plantas arriba que Laine perdio la cuenta de cuantas habia pasado el ascensor. Era como si fueran para arriba al mismo cielo. Brevemente, se pregunto si llegaban tarde, ya que no habia nadie en el ascensor, aunque Emma parecia despreocupada. Solo saco su neceser y comprobo su maquillaje. Laine respiro profundamente varias veces y trato de ser paciente. Si solo fuera una situacion de negocios. Ella se podria desenvolver alli, en su mejor Ralph Lauren y un bonito panuelo, amaba los panuelos y un cuarto lleno de marcas. Laine nunca se iba de un evento sin conseguir por lo menos dos o tres clientes. --No pienses en todas las personas importantes en esta fiesta --se dijo a si misma. No pienses en todas las personas que quieren ver las estrellas, no a los decoradores de las estrellas. Llegaras a casa a las diez con comida para llevar y una pinta de helado con algun tipo de aderezo. Caramelo, dulce tal vez. Emma lanzo a Laine una sonrisa cuando el ascensor paro y se abrio camino en el vestibulo. La gente estaba parada en grupos dispersos, llevando copas de champan y tomando de vez en cuando algun pequeno bocado de las bandejas que pasaban alrededor de los camareros vestidos de blanco. Laine exploro la multitud y pillo una brocheta de gambas envuelta en bacon mientras el camarero pasaba. --?A donde, al Golden Globe? --pregunto. Emma tiro de Laine a lo largo del atico, que realmente era mas como un hangar de avion que como un apartamento. Solo habia algunos muebles dispersos; en cambio los televisores de pantalla plana montados en las paredes reproducian musica y representaban figuras amorfas bailando. No habia nadie bailando en la fiesta, pero las pantallas reflejaban la idea de movimiento. Parecia un desperdicio para Laine. Sin embargo, suponia que las personas estaban realmente ahi para ser vistas. Mientras Emma iba de persona en persona, Laine levantaba sus ojos de la gente hacia la estructura de techo abovedado y las obras de arte que colgaban de las paredes. Tomaba notas mentalmente. Evaluo las conversaciones a su alrededor de ella para cambiar el tema hacia el diseno, o al menos al arte. Ella miro hacia abajo al suelo de madera (madera dura, pero no de una calidad que perduraria mucho a un pesado desgaste). Una persona normal estaria buscando a sus actores y actrices favoritas entre la multitud, pero Laine no pasaba demasiado tiempo pensando en las peliculas que ponia de fondo mientras trabajaba por la noche. Despues de asomarse a los bordes de conversaciones durante lo que le parecio una eternidad, Laine se desvio de su hermana hacia una escultura extrana y alta de plata. No podia decir si se suponia que era alguien volando o algo mas atrevido. Laine se dio la vuelta de repente, al notar a alguien detras de ella. Sus ojos se encendieron inmediatamente ante una cabeza gruesa, exuberante de pelo negro. El hombre al que pertenecia el pelo se levanto en toda su altura imponente de dos metros, si no mas, y sonrio. Una sonrisa rapida, amplia y facil que se plasmaba en sus mejillas bronceadas banadas por el sol y aspiraba el aire de los pulmones de Laine e hizo que ella sintiera un hormigueo en su piel. --Me estas llevando a mi, creo --dijo el hombre. Capitulo Dos --Yo, ummm, ?que? --Laine se espanto ante el increiblemente apuesto hombre de pie ante ella. --?Su vestido? --anadio. Laine miro hacia abajo y paso sus manos por sus muslos. --Oh, es un Ni… Niya… --Nihayat Alhaya. Soy el propietario de la empresa. Conozco al artista que creo este. Aunque acortaron el dobladillo un poco. El levanto una ceja significativamente. --Bueno, creo que tengo que agradecerle por hacer algo bonito para nosotras las chicas altas. Hizo un gesto con una mano. --Le queda muy bien. Es como si Niha se lo hubiera hecho a medida. --Yo… Gracias. Ahora que ella estaba mirandolo mas de cerca, el era un poco una obra de arte por si mismo. Su mandibula era amplia y cincelada, y estaba alineada con una fina barba perfectamente recortada. Pero sus ojos fueron lo que la atrajo, De un calido, verde avellana, que parecian reirse de su asombro, y estaban enmarcados por dos cejas oscuras. --Perdoname. No me he presentado Soy Aziz bin Mohammad bin Ali al Amirmoez. Hizo una leve reverencia. --Oh. Laine asintio lentamente. --Yo soy Laine McConnell. Las cejas de Aziz se levantaron y sus ojos se ensancharon. El tomo su mano y la beso. --Es un placer. Cuando te he visto aqui con un vestido de Niha, no pude evitar venir a examinar tu belleza. Laine parpadeo. ?Hablaba en serio? --?Estabas examinando esta escultura? Aziz la miro y se puso junto a ella. --?Te gusta? Laine inclino la cabeza. --Para decir la verdad, no lo se. Definitivamente podria venderlo a un cliente como una pieza de la sala de estar, pero no me podria sentir bien acerca de ello. --Es sugerente. El punto mismo del arte. Aziz giro su mirada de la escultura para mirarla a ella una vez mas. --Como una hermosa mujer. Provoca. --Laine se echo a reir. Su voz era calida y cadenciosa, con acento pronunciado pero inteligible. Era reconfortante. Pero ella no podia creer que el creyera lo que estaba diciendo. Tenia la facilidad de un hombre que podia conseguir decenas de mujeres solo levantando el brazo. --Eres tan encantadora… dijo casi en un susurro cerca y levanto su mano hacia el pelo que caia sobre sus ojos. --Eres como una rosa que ha florecido en rojo y blanco. ?Las que llaman tigres? Laine se alejo. --Debo volver con mi hermana. --Deberias pasar la noche conmigo. Laine miro boquiabierta a su sonrisa y balbuceo. --Ah, me he expresado mal. Me refiero a que debes mantener mi compania en esta fiesta. Es un poco aburrida, ?no? Creo que piensas lo mismo, o no estarias observando esta escultura. El se acerco mas, lo que la hizo mirar hacia arriba y tragar saliva. --Dejame hacer que tu noche sea interesante. Dejame que te provoque, Laine. Laine vacilo. Aun podia sentir su presencia. Era como si el calor de su piel dorada se proyectara de el como otro ser que presionara aun mas en el espacio personal de ella. Normalmente, ella querria dar un paso atras de el, para mantener su espacio propio, pero al sentirle, casi se sentia poseida por el. El ya se habia declarado. Todo lo que ella tenia que hacer era aceptar. Pero eso era una tonteria, por supuesto. El era solo un hombre. Un hombre guapo sin paliativos y uno claramente acostumbrado a conseguir lo que se proponia con las mujeres. Daria igual que ella tercamente rechazara dicha peticion. --No se si la fiesta es aburrida, o yo soy demasiado aburrida para apreciar a todas las celebridades que hay aqui. Laine se giro y senalo a su hermana. --Es mi hermana pequena. Es la estrella de la familia. Ha sacado tres peliculas este ano. --Ah. Aziz asintio con la cabeza. --Los miembros de mi familia tambien tienen bastante exito, o la mayoria de ellos. Aziz entonces procedio a regalarle en gran detalle acerca de los logros de todos los miembros de su familia, que eran, por cierto, obscenamente ricos y poderosos. Lo que significa que el, tambien era obscenamente rico y poderoso. Un jeque. Laine intento evitar imaginarselo con un panuelo blanco sobre su cabeza mientras continuaba con las propiedades fisicas y empresariales que estaban bajo su propiedad. --?Que estas haciendo aqui? --pregunto Laine.

  • Lealtad y sangre de Raul Garbantes

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    LO UNICO QUE Linda Amatista escuchaba, despues del ruido del agua fria estrellandose contra su cuerpo y el suelo, era el sonido del viento corriendo entre los arboles. Por un instante, eso era todo lo que existia, como un hechizo. Se aferro lo mas que pudo a ese sonido que era un oasis en el infierno que estaba viviendo, por un tiempo que empezaba a parecerle inconmensurable. Solamente entendia que ahora la unica realidad era el dolor. A medida que volvia en si, cada parte de su cuerpo daba fe de vida a traves del suplicio que le hacia padecer. Ya el mundo de afuera se habia vuelto borroso, sonidos, formas y colores vagos; pero su mundo interno era un enjambre de senales de dolor vertiginoso que hacia parecer su cuerpo mas extenso de lo que en realidad era. Mas que un cuerpo humano, un continente de sufrimiento. --Ya es hora --escucho decir. Sintio el resplandor de una luz a traves de los parpados hinchados. Trato de taparse la cara un poco con uno de sus brazos. Ambos se alzaban sobre su cabeza inclinada, pendiendo de las munecas esposadas, estas, a su vez, entrelazadas con una cadena que se elevaba hasta un liston de madera en el techo. Las rodillas tocaban el suelo, pero ya casi no sostenian todo el peso de su cuerpo, los tobillos atados tambien. Trato de abrir los ojos. Era como si su rostro hubiera mutado a una mascara tallada por los golpes. Ahora podia escuchar hasta el zumbido de la unica bombilla de aquel pequeno lugar, una que colgaba desnuda de un cable; tambien escucho el rechinar de la madera con los pasos del torturador. Apenas podia ver su vaga silueta del otro lado del cobertizo, tomando algo entre las manos, quiza una soga. --Todo va a terminar pronto --dijo el hombre. <>, penso ella, desconcertada; como si no la hubiera abusado ya lo suficiente, como si de esa forma no la hubiera despojado ya de cada parte de su persona: treinta y tres anos, Linda Amatista, oficial de Policia condecorada del distrito de Olivares. El orgullo de su madre y de sus amigas. El hombre se acerco y libero las esposas de la cadena. Ella dejo caer todo su cuerpo al suelo, sintiendo la madera rugosa y el frio de la noche que erizaba su piel, el viento ahora golpeaba con mas fuerza que antes, produciendo un silbido cuando chocaba con el cobertizo. Por fin podia respirar hondo, por fin sus musculos se distendian, y aquel alivio mitigo un poco el calvario que atravesaba. Vio la silueta del hombre acercarse, sus contornos difusos por la luz de la bombilla, pero, sobre todo, por la mezcla de sangre y sudor que se acumulaban entre los parpados de ella. Sintio una sombra cubrirla por completo y luego un ardor cuando el retiro la cinta adhesiva de su boca, removiendo luego el panuelo del interior de esta. El frio, el miedo y el dolor le sacaban sonidos involuntarios que no lograba reprimir por mas esfuerzo que pusiera. Lo escucho reir para si y sintio ira, quiso hacer sufrir a cada hombre que conocio alguna vez, quiso hacerlos suplicar por la muerte que ella ahora deseaba para si. Sintio toda la saliva y sangre acumuladas en su boca y trato de decir algo. Su garganta estaba tan seca que apenas dejaba salir aire. --?Que? --pregunto el hombre, acercando el rostro. Enseguida se cubrio de una sustancia rojiza y viscosa al recibir un escupitajo de su victima. En el silencio que siguio, ella supo percibir la rabia acumulandose en su abusador. Esta era la unica victoria que podia permitirse, asi que sonrio como pudo, esperando que el regocijo la acompane hasta el ultimo momento. --Eres una guerrera --escucho decir al hombre--. Para nada como las otras. <>, penso Linda. Mientras, ella se obligo con todo su ser a no darle esa satisfaccion, la de verla quebrarse mentalmente. Entonces recordo las palabras de su mejor amiga, Aneth Castillo, cuando estaban en la academia de Policia. Cuanto le hubiera gustado verla una ultima vez. Quiso permanecer un poco mas en aquel recuerdo, pero su captor habia comenzado a golpearla de nuevo. Tomo algo de tiempo para que el hombre se percatara del propio frenesi en el que habia caido. Se sorprendio a si mismo con el rostro desencajado por una mueca que mezclaba rabia y placer. Estaba jadeando cuando se detuvo y la vio ante si, casi inconsciente otra vez. Bajo los brazos y subio el rostro, cerrando los ojos, como si alguna sustancia invisible lo estuviera banando. Su respiracion se volvio a calmar. Trato de penetrar lo mas profundo que podia en aquella calma, instalarse alli, en la satisfaccion y el alivio que no era capaz de experimentar de otra forma y que solo era superado por lo que pensaba hacer despues. Volvio a esposar a la mujer con los brazos atras. La vio moverse cuando ajusto el nudo de la soga en su cuello. Tomo un extremo y lo avento por encima del liston. Dio unas vueltas a la soga por su antebrazo para lograr un mejor agarre, tomandola luego con ambas manos. Despues de una respiracion profunda, comenzo a tirar de la soga. Lo hacia de forma lenta para observar a su victima contorsionarse mientras agonizaba. Y, con cada tiron de la soga, se sumergia de a pocos en un extasis unico. Para cuando la mujer ya habia dejado de moverse, ahorcada, estaba consumido por una euforia total que se concentraba en su entrepierna. Mantuvo la escena congelada un momento. Cuando sintio que ya la habia absorbido lo suficiente, solto la soga. El sonido grave del cuerpo golpeando contra la madera le disgusto. Quiza le parecio que rompia con la solemnidad que estaba experimentando. No se dejo consumir por el hecho, pues el mal humor lo sacaria por completo de la atmosfera que habia creado para si. Entonces volteo el cuerpo para que mirara hacia el techo y se comenzo a desvestir. 1 UN CASO PELIGROSO PARA LOS QUE aun no me conocen soy Goya. La primera vez que fume un cigarrillo ya estaba separado de mi mujer y mi hija me odiaba. Recuerdo que salia de un bar en la madrugada, con el aliento a licor. Estaba en camino a convertirme en un alcoholico; mejor dicho, en un adicto. El cerebro de un adicto es muy particular, saben. Es una persona compulsiva. Si logra superar una adiccion, siempre existe el riesgo de que alguna otra cosa pase a llenar ese vacio. Trato de no pensar mucho en esto. Pero la realidad no siempre colabora con los propositos de nuestra voluntad. Por el contrario, pareciera colocarle obstaculos. Esta ha sido una manana inusual en mas de un sentido. El mas evidente: el sol radiante brillando en medio de un cielo despejado. Cosa que detesto. No por aborrecer de lo que el comun de la gente disfruta, sino por el calor que produce un sol radiante por la manana en Sancare. En la comisaria todo parece brillar exageradamente, iluminado casi sin dejar sombra alguna. Siento la pelicula de sudor con la que me cubre el calor y la humedad de la ciudad, casi como una segunda piel. Siento las gotas cayendo por mi nuca, mi camisa adhiriendose a mi cuerpo incomodo y ansioso. Sobre mi escritorio hay pilas de papeles esperando por mi. Cierro los ojos y escucho el bullicio de la comisaria, manotazos sobre mesas, golpes metalicos, voces, ordenes, carcajadas, correteos por los pasillos. Cada elemento, hasta el mas insignificante, exaspera mi paciencia. Este es el dia en que se supone debemos traer a alguien de la familia para compartir un rato y que vean lo que hacemos. Una idea ridicula donde las haya. Pero mas ridiculo es que yo haya imaginado siquiera que mi hija Laura contestaria mis llamadas para invitarla. --Goya --escucho decir a Valeria desde un escritorio cercano. Tras ella esta su madre, Aneth Castillo, mi companera que sonrie e intercambia palabras con Hilario Cota, otro miembro del equipo de Homicidios. Quiza se burlan de mi porque saben cuanto detesto este lugar ahora mismo. Sin embargo, le sonrio a la nina. Me recuerda a Laura cuando tenia su edad. La alegria que veo en mi companera tambien me recuerda a mis propios animos cuando comence a trabajar con la Policia. Esta idea me refresca un poco el pesimo humor que tengo y, mientras, trato de no pensar en ciertas cosas. Escucho la puerta del comandante Sotomayor abrirse con la premura usual, que poco tiene que ver con la urgencia de lo que va a comunicar. Lo miro. Me hace un gesto con la mano. Por la cara que tiene, no debe de ser nada grave. Entro a la oficina y veo al comandante de pie, alargandome el telefono, como quien se lava las manos de una tarea fastidiosa. --?Inspector Goya? --escucho preguntar del otro lado del receptor, es la agradable voz de una mujer quiza entrando en la cuarentena. --El habla. --Es un gusto hablar con usted --dice--. Soy la fiscal Vera Simmons, del distrito de Villablanca. --?En que la puedo ayudar fiscal? --Vera, estoy manejando un caso delicado y he dado con uno de los sospechosos principales, al cual pienso interrogar en las proximas horas. Creo saber a donde se dirige la conversacion. Y no me disgusta el pronostico. --Su don de gentes --continua--, si me permite la expresion, es famoso entre algunos de nosotros, y su ayuda me pareceria invaluable. --?Quiere que interrogue a su sospechoso? --No --dice con cierta risa--. Eso lo haria yo. Pero me encantaria su asesoria, saber sus impresiones sobre el sujeto durante el interrogatorio. Solo quiero saber si deberia seguir cavando este hoyo. Le digo que con mucho gusto podria ayudarla con eso. Nada mas oportuna que una excusa para dejar la comisaria en este momento. --Goya --dijo el comandante Sotomayor, reteniendome, cuando ya cruzaba la puerta--. Recuerda que hoy es la cena del alcalde con las nuevas autoridades. Te espero alli. Un embotellamiento inesperado me mantiene en el centro de la ciudad, entre humo, bocinas de autobuses y vendedores ambulantes. Ha empezado a correr el viento, arrastrando nubes con lentitud, volviendo benevolo el calor. La luz de esta manana da a los colores y a las texturas de los edificios una nitidez particular. Un hombre mayor de piel tostada pasa por la ventana de mi auto vendiendo diarios. Le pregunto si sabe que ocasiona el trafico. --Es una manifestacion de obreros --me dice con una voz ronca--. Pero ya se estan retirando. Le compro una copia y le agradezco. Reviso por encima los titulares. <>. <>. <>. El ajetreo de siempre. Por fin los autos comienzan a avanzar. Veo un grupo de hombres con cascos de proteccion dispersarse. Al rato ya he dejado el caos del Centro y las vias se tornan mas acomodadas, los edificios mas modernos, cobran mas presencia las areas verdes con caminerias y personas haciendo ejercicios o paseando a sus mascotas: todo ocurre como si se tratara de otro mundo, uno desentendido de las noticias en la prensa y de las intenciones mezquinas de quienes abusan del poder. Asi, como en una ciudad paralela, entro al distrito de Villablanca. Sigo la direccion que me proporciono la fiscal Simmons. No demoro en llegar y, despues de anunciarme en la recepcion, la chica que me atiende me informa que la misma fiscal bajara a recibirme. No pasa mucho hasta que veo salir de un ascensor a una mujer muy atractiva y elegante. Viste un pantalon de punto grueso y corte cenido de color gris con rayas delgadas y claras, una chaqueta que hace juego con el pantalon y una blusa de tonalidad crema. Lleva tacones bajos, pero de punta fina. Tiene el pelo suelto, largo, oscuro y abundante. Ya cerca, la veo sonreir levemente, una sonrisa muy expresiva sin ser exagerada. Diria que esta entusiasmada de verme, aunque no nos conocemos. Despues de haber destruido mi matrimonio con Silvia, al punto de no dirigirme la palabra hasta el sol de hoy, nunca me vi realmente cautivado por otra mujer. Pero la fiscal Simmons ha logrado causar una impresion en mi, aunque me cueste reconocerlo. --Inspector Goya, que gusto --me dice, su voz es todavia mas agradable de escuchar en persona. Le extiendo la mano sin saber en verdad que decir o hacer, excepto un sonido vago. --Debo decir que esperaba con anticipacion nuestro encuentro --afirma mientras caminamos al ascensor. --Dejame adivinar --replico algo incomodo--, algun profesor trasnochado te hizo estudiar uno de mis casos viejos. --Espero que excuse mi cursileria. Pero es famoso, entre los de mi generacion al menos. Segui su carrera hasta que, bueno... --Hasta que lo mande todo al demonio --la interrumpo. --Exacto. A medida que subimos, el paisaje de Villablanca cobra perspectiva a traves de los cristales, sus cuadriculas perfectamente planeadas, sus espacios publicos, otros en construccion. Salimos a un piso limpio y aclimatado, de techo alto, con varios pasillos, varias oficinas y salas.

  • El anticuario judio de Oscar Rodrigo

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    En la Praga de 1890 la ciudad se convierte en la poblacion mas cosmopolita de Centro Europa. En ese periodo de tiempo una serie de desapariciones y escabrosos asesinatos se producen en los alrededores del barrio judio. En dicho distrito trabaja un misterioso anticuario cuya hija sera la investigadora novata de tan atroces crimenes. Sumergete en una onirica e inquietante atmosfera en el fascinante siglo XIX en un intento por desentranar este caso de tintes sobrenaturales con dosis de humor negro y personajes que amaras u odiaras. La aparicion de personajes historicos en esta pesadilla con sus virtudes y sus debilidades te van a dejar sin habla.

  • Prisionera de tu venganza (Los Mendoza 2) de Natalia Roman

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    Monica Mendoza es una muchacha sonadora que suena con encontrar a un hombre que la ame para formar una familia y vivir en Nube Blanca. Aunque vive rodeada de militares, se ha prometido a si misma que jamas se desposara con uno de ellos y, a pesar de que sus padres nunca la obligarian a casarse, el tiempo pasa y ningun hombre llama su atencion. Hasta que un dia el destino cruel y jugueton pone en su camino a Gabriel.

  • Sin control de Zara Cox

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    Nada mas conocer a Lily Gracen, todo un prodigio en programacion, Caleb Steele supo que iba a saltarse su regla de no acostarse con las clientas. Sin embargo, antes tenia que dar con su acosador. Estaba a cargo de la seguridad de Lily, aunque era ella la que tomaba la iniciativa cuando se encerraban en su mansion de Silicon Valley. La cuestion era que, de tanto contenerse, Caleb estaba a punto de perder el control.

  • Sigo siendo yo (Antes de ti 3) de Jojo Moyes

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  • Taylor (Sueno Americano 3) de Emma Madden

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    Un cowboy de verdad, ganador de rodeos, amante de sus raices y de su familia, ?podria convertirse en algo mas que un buen amigo?, ?podria ser tu sueno americano?
    Todo apunta a que no, porque ni quiere, ni necesita una relacion estable, pero el amor es caprichoso y el destino mucho mas, y cuando la persona adecuada se pone delante no hay quien los detenga, ni siquiera Taylor Williams, el soltero mas perseguido de Montana, que de una forma involuntaria y casi magica encuentra en una joven forastera a la mujer que habia estado esperando toda su vida.
    TAYLOR cuenta esta romantica e intensa historia de amor entre un vaquero de Montana y una maestra de Nueva York, el tercer libro de la serie SUENO AMERICANO de la escritora EMMA MADDEN.

  • Entre las nubes y las estrellas (Between 1) de Gema Martin Munoz

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    Primera entrega de la serie Between.

  • El demonio bajo mis pies de Ka Barcelo

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    Aquel dia fue devastador. La llamada desde la residencia le desperto a las seis y media. Su madre habia muerto. A pesar de que Ivan ya se habia ido haciendo a la idea de que seguramente moriria pronto, debido a las complicaciones que le habia producido el Alzheimer, aquella noticia le cayo como un jarro de agua fria. Por la tarde, Ivan permanecia sentado en la sala numero tres del tanatorio Sancho de Avila, enfundado en un abrigo de lana. En un rincon estaba el ataud cerrado y, encima, una corona de flores blancas y un lazo con la inscripcion: <> A pesar del ambiente gelido y el aviso de ola de frio polar, durante la hora del almuerzo fueron algunos vecinos de la escalera a darle el pesame, y se sorprendio de algunas de las visitas. Se acerco el matrimonio del segundo tercera: Remedios y su marido, que nunca iban a las reuniones de la comunidad; Rosa, que siempre iba de cabeza y con quien apenas habia hablado, con sus dos hijos --?pero que hacen aqui, estas criaturas?--, y Jose, un abogado jubilado que pintaba cuadros impresionistas al que todos consideraban un tipo bohemio y extrano. Todo el mundo se mostro tan carinoso, incluso el hurano pintor, que tuvo ganas de llorar. Mas tarde comenzaron a llegar companeros de trabajo. Los primeros, Nestor y Nadia, colegas del departamento a quienes queria como si fueran de su familia y que le dieron un fuerte y largo abrazo. --?Como estas, tio? --dijo Nestor con gesto compungido mientras Nadia frotaba con la mano la espalda de Ivan. --Estoy bien --dijo el con una ligera sonrisa de circunstancias--. Gracias por venir. Los dos amigos firmaron el libro de condolencias y se sentaron con el un buen rato, en silencio, hasta que empezaron a llegar otros companeros. Pedro, community manager de la empresa y gran animador en el trabajo y en las fiestas en la azotea del piso de Ivan; Andreu y tambien su mujer, Carmen, a quien conoceria por primera vez y, poco despues, Eduard, el jefe de departamento con su esposa. Un poco mas tarde, se presento Estel. Ni siquiera el movimiento de sus caderas enfundadas en aquella falda de tubo sobre el pedestal de unos zapatos de tacon kilometrico le hicieron reaccionar. Estel era el amor platonico de todos los companeros; solteros, casados y divorciados y, segun Nadia, una fuente de envidia entre las mujeres con las que se cruzaba en la oficina. De hecho, la mayoria de ellas pensaban que se habia ganado su ascenso meteorico, a los veintisiete anos, gracias a su <>. Pero en el tanatorio no sonreia. Se acerco a Ivan para darle dos besos y un tierno abrazo, y le susurro unas palabras de animo. El paso el brazo por su cintura en un gesto de agradecimiento mientras presenciaba la estampida de miradas furtivas. La llegada de mas conocidos del barrio y de algunos de sus clientes le obligo a atenderlos. <>, repetia Ivan mientras le surgia un sentimiento de consuelo y alivio por tantas muestras de afecto. Su madre era el unico familiar cercano que le quedaba y, pese a no haber podido comunicarse con ella los ultimos meses, habia constituido uno de los pilares de su rutina: Ivan no fallo a la cita semanal en la residencia de ancianos, cuando le llevaba ropa o crema fijadora para la dentadura postiza y le contaba como habia ido la semana mientras ella le ajustaba bien la corbata, en un gesto tan obsesivo como carinoso. Era el motivo mas importante por el que trabajaba duro, para que tuviera la mejor calidad de vida posible en los ultimos dias de su vida, y para pagar las cuotas de la residencia que ya habian agotado el dinero de la venta del piso donde Ivan habia crecido. Hacia las ocho menos cuarto de la tarde la sala quedo casi vacia, e Ivan se volvio a sentar junto a Nadia y Nestor, que habian aguantado estoicamente toda la tarde. --Nosotros tambien nos vamos, xiquet. Ya sabes que puedes llamar si lo necesitas, a la hora que sea --dijo Nadia levantandose de la silla. --Manana iremos al entierro y comeremos juntos, si quieres. --Nestor puso su mano en el hombro de Ivan, que se aflojo la corbata--. Haznos un favor, ve a dormir a casa y descansa. --Gracias chicos. Tranquilos, lo hare. Hasta manana. *** Nadia se arrebujaba con el abrigo cruzando los brazos, intentando que el viento no se colara por la botonadura. Estaba nerviosa como si fuera el primer dia que quedaron para liarse en el hotel. Habia seguido a Ivan por la calle hasta llegar cerca del Auditorio. Y alli estaba, apoyado sobre la barandilla del puente que cruzaba las vias del tren, con la solapa del abrigo levantada para huir del frio y, tal vez, para preservar su intimidad. Parecia mirar con deleite los railes que brillaban bajo las luces anaranjadas de la ciudad y ella decidio intervenir en ese romance. --Ivan… --El se incorporo despacio--. Perdona que te haya seguido… La expresion de el era tan triste como atrayente, con el ceno fruncido y los labios entreabiertos que exhalaban con ritmo sincopado el humo blanquecino de la helada. Nadia se lo habria comido alli mismo. Ambos permanecieron inmoviles unos segundos antes de abrazarse con ternura, justo en el momento en que empezo a caer aguanieve de aquel cielo tan turbio. --He pensado que quizas querrias estar acompanado un rato mas. --Un rato --dijo el. Ella se acerco y le beso en la mejilla. Esa noche, por causa de fuerza mayor, solo la acompanaria hasta el portal de su casa. PRIMERA PARTE 1 ESTEL Deambulaba por los alrededores de Via Laietana entre la multitud de turistas y locales. Aquel lunes habia sido un dia agotador en el trabajo y Estel, como de costumbre cada ano, fue a dar un paseo por el centro de la ciudad para disfrutar de la Diada de Sant Jordi. Alli estaban los restos de la fiesta; en la calle Plateria solo habian quedado las mesas y los cubos vacios de los vendedores ocasionales, petalos de rosa multicolores esparcidos por todas partes sobre las mesas y el suelo, espigas verdes y secas ignoradas por los peatones, y carteles manuscritos con los saldos del dia abandonados entre la riada de gente que iba y venia. Hacia tres anos que en el trabajo no regalaban rosas a las chicas; la crisis habia hecho desaparecer la cortesia en la empresa, y hacia mucho mas tiempo que el companerismo entre los colegas iba bien escaso. Camino hasta el Fossar de les Moreres, donde se sento bajo el pebetero de la llama eterna y se quito los zapatos; el placer del contacto de los pies sobre el suelo de piedra fue tal que cerro los ojos durante unos segundos, inspirando el aire fresco de la primavera en la ciudad. Alli fue objeto de las miradas de los hombres, jovenes y maduros, acompanados o solos que pasaban cerca, y tambien se sintio escrutada por algunas mujeres. Estel observaba aquel amasijo de gente bajo los muros de la basilica de Santa Maria del Mar. Observaba las familias de turistas enfundados en camisetas del Barca, los vendedores ambulantes lanzando al aire luces voladoras aunque aun no habia oscurecido, y chicas y senoras luciendo la rosa de Sant Jordi en las manos, junto a sus parejas. En un arrebato cogio el movil y busco entre los contactos. Aquel era un buen dia, era un buen momento para llamar a Ivan. Ya habria llegado a casa, o tal vez estaria dando una vuelta. Quizas habria decidido bajar el centro, como ella, y estaria en la terraza de cualquier bar tomando una cerveza bien fresca. Se lo imagino sentado en la cerveceria, con la chaqueta plegada sobre la silla, con las mangas de la camisa arremangadas, acariciandose la barba de tres dias que siempre llevaba impecablemente recortada. Le veia con su espalda cultivada en el gimnasio apoyada en el respaldo, mientras leia la novela de Ken Follet que le habia visto en la oficina. A pesar de la diferencia de edad, ella se sentia tan atraida por el que cuando le veia sonreir con aquella expresion tan dulce se fundia de ganas de hacerselo saber. ?Que podria pasar si le contactaba? Podria pasar que no le cogiera la llamada, o que la enviara a paseo. Pero, ?no podria haber un termino medio? Animada, se puso los zapatos bajo la atenta mirada de un turista que estaba sentado un par de metros mas alla y, tomando aire, se levanto. Entonces, se dirigio hacia la puerta del Born esperando encontrar un poco de intimidad para llamar. Alli, bajo la puerta de la basilica, apreto el icono verde del telefono y espero unos segundos. Calling Mobile. El corazon le iba a cien. En diez segundos le paso de todo por la cabeza: <> La persona a quien llama no esta disponible, por favor, deje su mensaje despues de la senal. Estel colgo antes de oir el pitido. Aliviada, bajo los escalones de la portalada y fue directa a comer una pizza y una cerveza para compensar el trance. <>

  • Y colorin colorado… Tu de David Safier

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    Nellie Oswald roba un cuaderno en blanco de uno de sus artistas favoritos. La chica, harta de las decepciones amorosas, dibuja en el cuaderno a su principe azul, al que llama Retro. Lo que Nellie no sabe es que el cuaderno es magico y convierte en realidad todo lo que se dibuje en el. Cuando se despierta al dia siguiente tiene ante sus ojos al apuesto, noble y heroico principe de sus suenos. Juntos se lanzan a la ciudad para descifrar el enigma del cuaderno y ponerlo a salvo de manos malvadas. Pero la aventura mas importante no es otra que la del amor que surgira entre ellos.

  • Te quiero, pero solo un poco de Olga Salar

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    Estaba de vuelta en su hogar, penso Blair. Lo habia sentido asi en el instante en el que el taxi paso por Lombard Street mientras los llevaba hasta Grove Street, en Alamo Square, el barrio en el que vivian sus padres. Mientras habia estado lejos de casa, habia echado de menos el aire perfumado de San Francisco, mezcla de especias de los diversos restaurantes que poblaban la ciudad, el aire salado del oceano y el dulce de la bahia; el constante ruido del cable car, su clima impredecible, y la familia que habia dejado alli dos anos atras, cuando decidio retomar en Boston la vida que, hasta ese momento, habia dejado en suspenso. Marcharse a la otra punta del pais habia sido necesario por su salud mental, pero no por eso habia sido mas facil hacerlo. Regresar, contra todo lo esperado, estaba siendo igual de complicado. No obstante, a pesar de llevar ya dos horas en la ciudad desde que se bajo del avion en el International Airport of San Francisco, no habia sido hasta ese instante, en el que las viviendas de colores le dieron la bienvenida, que se sintio verdaderamente en casa. --?Necesitas ayuda con las maletas? --pregunto Mike saliendo del taxi junto con el propio conductor, quien silenciosamente se dedico a sacar las pertenecias de Blair del maletero--. Te las dejare en la puerta antes de marcharme. --Ofrecio al tiempo que trataba de adivinar su estado mental mirandola con intensidad. --No es necesario. Pero, espera, ?no vas a entrar conmigo? Su mejor amigo nego con la cabeza. --Tus padres tienen ganas de verte y yo solo seria un estorbo. --Mis padres te quieren como a un hijo. Estaran encantados de verte y alimentarte. El sonrio sabiendo que era cierto. --Saludales de mi parte --y anadio con un suspiro resignado--, yo tambien he de ir a ver a mi madre. El gesto no paso desapercibido para Blair. La madre de Mike, quien, a la muerte de su esposo, habia tratado de sacar a su hijo adelante regentando un pequeno restaurante italiano en Little Italy, habia terminado siendo la duena de una franquicia de exito. Y su dedicacion la habia llevado a estar menos tiempo en casa, a pesar de que habia contado con la ayuda de su mejor amiga, la madre de Blair, quien desde el primer momento se ocupo de Mike como si de su propio hijo se tratara. Summer y Gina habian sido amigas inseparables desde el instante en que esta ultima se mudo a la casa de al lado de la que vivia Summer cuando ambas contaban con seis anos. --!Es cierto! Dile que en cuanto pueda pasare a verla. Mike asintio sonriendo. --!Se lo dire! Estoy seguro de que mi madre estara mas feliz de verte a ti que a mi. --No digas tonterias, Michele --lo regano usando su nombre en italiano tal y como hacia Gina. Mike la miro molesto, pero no protesto. --Recuerda que manana a las nueve pasare a recogerte. Si no desayunas antes podemos pasar por el Spiro y ponernos ciegos de waf les. Blair fruncio el ceno confundida. ?Por que debia de pasar a recogerla tan temprano? Adivinando sus pensamientos, Mike explico: --El agente inmobiliario, ?lo has olvidado? Tenemos una cita con el para encontrar el local que buscamos. Asintio muy seria tratando de disimular su despiste. --Aprovechare para buscar un apartamento. Deberias hacer lo mismo --recomendo sabiendo que por mucho que Mike y su madre se quisieran, era imposible que vivieran juntos sin que aquello terminara en tragedia. De hecho, ella misma habia compartido hogar con el en Boston, mientras los dos terminaban sus estudios, tras dejar Stanford, y, de no ser porque era su mejor amigo, practicamente desde que nacio, habria acabado asesinandolo. Mike era una persona descuidada y desordenada, mientras que ella era meticulosa hasta la obsesion. --!Lo hare! --Mike se acerco a ella y le dio un beso en la mejilla--. !Hasta manana! Se dio la vuelta y entro en el taxi que lo esperaba. Blair se quedo alli parada con las dos enormes maletas a su lado. No se movio hasta que el vehiculo se perdio por la pendiente. Despues de dejar de verlo, tomo su equipaje y se acerco hasta la casa con la fachada y la puerta pintadas de azul celeste. Una vez alli, se tomo unos segundos para asimilar que estaba de vuelta, con todo lo que ello comportaba. Saco las llaves de su bolso y, sin mas excusas, abrio la puerta y entro, poniendo una voz jovial: --Papa, mama, estoy en casa. Capitulo 1 Cuatro anos despues... --Ezra, necesito que te hagas cargo del caso Walton --pidio George al tiempo que abria la puerta del despacho de su socio sin siquiera anunciarse. Ezra vio a Alice, su secretaria, detras del intruso con la cara descompuesta. Sabia lo mucho que su jefe odiaba que se invadiera su espacio privado de improviso. No obstante, no habia tenido tiempo para detener a George, ya que este habia pasado como una exhalacion por delante de su mesa. Sabiendo lo que le preocupaba, Ezra la miro con una sonrisa serena y agito levemente la cabeza para tranquilizarla. Despues centro su atencion en el culpable de aquel pequeno caos. --Creia que el caso Walton era un divorcio --musito con el ceno fruncido por la confusion. Vio como Alice salia del despacho visiblemente mas relajada, lo que le permitio volver a centrarse en la conversacion--. ?De que se trata? ?Asesinato? ?Malversacion? ?Acoso sexual? Peter Walton era un conocido productor musical que manejaba mucho dinero y se codeaba con grandes estrellas tanto del cine como de la musica. En esos ambientes cualquier cosa era posible. --No, es un divorcio. Ezra arqueo una ceja. --Buscate a otro. Los divorcios no son lo mio --zanjo volviendo a centrar su interes en los documentos que habia estado revisando antes de ser tan descortesmente interrumpido por su socio. --Tienes que hacerlo tu. La esposa de Walton ha conseguido a la mejor abogada de divorcios de todo San Francisco. --?Y que tiene eso que ver conmigo? George lo miro con enfado mal disimulado. --?Aparte de que eres socio principal del bufete, quieres decir? Ezra ni siquiera levanto la mirada de los documentos. --Eres el unico que tiene alguna posibilidad de ganarle. Las infidelidades de Walton son vox populi. Ademas, no hay contrato prematrimonial. Estoy seguro de que su esposa planea usar sus aventuras para sacarle toda la sangre. --Habla con James, es el mejor abogado matrimonialista del bufete. Lo contratamos para eso, ?no?--No, debes de hacerlo tu. Ezra estaba comenzando a molestarse. George podia ser su mejor amigo y la unica persona que se habia atrevido a arriesgarse con el para fundar el bufete, pero eso no restaba que su insistencia comenzara a ser molesta. Desde el instante en que fundaron el bufete, habia dejado claro que aceptaria cualquier caso o cliente, que no haria distinciones por su estatus o necesidades. Lo unico que no estaba dispuesto a representar era a sus clientes en divorcios. Y de algun modo, en el bufete no entro ningun tipo de trabajo de ese tipo hasta que conscientemente, tanto George como el decidieron ampliar horizontes y contrataron a James para que se hiciera cargo de esa parte del trabajo. Por lo que la peticion de George no solo era inesperada, sino que tambien era desconsiderada, sabiendo como sabia que Ezra se negaba a intervenir en nada que oliera remotamente a disolucion matrimonial. --!No! --Este caso es muy importante y... --!No! --repitio cortandole para evitar que siguiera insistiendo. --!Dejame terminar! Consciente de que no se marcharia hasta que hubiera dicho todo lo que tenia previsto decir, se armo de valor y lo miro, mostrandole lo poco interesado que estaba en sus argumentos. --La abogada de la senora Walton se llama Blair Miller. Ezra no dijo nada durante unos segundos eternos. --Es un nombre bastante comun --opino finalmente. --Es ella. --?Estas seguro? George asintio. --?Finalmente termino la carrera? --?De que te sorprendes? Era una estudiante impresionante, su beca en Stanford era buena prueba de ello. --?Desde cuando lo sabes? --?Que se dedica a la abogacia? Ezra asintio. --Hace un tiempo. --?Cuanto? --Un tiempo. No insistio. No era necesario. El que no quisiera ser mas especifico ya era un dato importante. --?Cuando regreso a San Francisco? --!No lo se! --?Entonces que sabes? --Como te he dicho, estoy al tanto de que es la mejor abogada de divorcios de la ciudad -- insistio su amigo. --?Se ha especializado en divorcios? George suspiro. --Eso parece. --?Esta casada? --No lo se. No la he investigado. --?Por que? --?Que por que no la he investigado? Pues no se, seguramente porque no sabia que tuviera que hacerlo. Es una abogada matrimonialista, no era competencia para el bufete. Nosotros raramente nos ocupamos de este tipo de casos. Solo hace un par de meses que contratamos a James. --Tal vez ha llegado el momento de que eso cambie. --?Te refieres a que vas a hacerte cargo del divorcio de los Walton o a que esperas que le pida a Daniel que la investigue? --Las dos cosas. --?Estas seguro? --!Por supuesto! ?Quien mejor para enfrentarse a ella en un divorcio? Despues de todo, ambos tenemos experiencia en el tema.

  • Devotio de Massimiliano Colombo

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  • Pagando el precio de Larissa De Silva

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    Me sentia… tranquila. Pense. ?Es eso lo que era estar agradablemente borracha? Siempre habia sido tan abstemia. Casi nunca bebia, tal vez en caso de emergencia, me decia a mi misma, pero realmente, no me gustaba la idea de vomitar, y siempre habia sido poco bebedora. Golpee la barra y el barman se me acerco de nuevo. Era un joven de veintitantos anos con un mono en su cabeza hecho completamente de rastas. Podria haber seguido mirandolo durante anos, especialmente porque ahora parecia haber dos de el. --Un destornillador --dije--. Que sea doble, por favor. --Por supuesto, carino --dijo, guinandome el ojo. Mi corazon se agito. No crei que estuviera coqueteando conmigo, exactamente, pero al menos estaba siendo amable conmigo. Senti como si hubiera pasado tanto tiempo desde que un hombre habia sido amable conmigo. Desde que alguien habia sido amable conmigo, de verdad. Estella se habia ido a casar o algo asi en lo que se suponia que era la celebracion de mi divorcio. Scott y yo nos habiamos separado oficialmente y todo estaba en marcha para que yo recuperara mi vida. Si, claro. Eso me decia a mi misma que al inclinar el vaso hacia atras y sentir el hielo cubriendome la lengua. Estaba borracha. Nunca hubiera hecho algo asi si hubiera estado sobria, me dije a mi misma. Al menos no estaba haciendo el ridiculo delante de nadie conocido. En el hospital me mantuve firme, incluso cuando senti que queria saltar sobre Scott y arrancarle los ojos. No podia creer que, despues de lo que me habia hecho, todo el mundo fingiera que las cosas eran normales. Comprendi que habia cosas mas importantes. Nuestros pacientes eran mas importantes que nuestro drama personal. Pero no podiamos operar juntos, y el hecho de no poder trabajar juntos habia obstaculizado al hospital. Por supuesto, Scott me habia echado toda la culpa a mi. No queria contarle a nadie lo que Scott habia hecho. No queria contarles las noches en que llegaba a casa apestando a alcohol y con marcas de lapiz labial en el cuello. No queria contarles sobre los mensajes de texto que encontre en su telefono, de mujeres que fueron salvadas bajo nombres de contacto como Dr. Panama y Dr. Corea del Sur. Estaba claro que no eran medicos, que eran trabajadoras sexuales que habia conocido en una de sus muchas escapadas nocturnas, y como no podia recordar sus nombres, las guardaba en su telefono como su nacionalidad. Era insultante. Probablemente un poco racista. Si le hubiera dicho a alguien lo que Scott estaba haciendo, entonces podrian perderle el respeto en el hospital. No queria que eso sucediera. A pesar de todos sus defectos personales, sus defectos como marido y su incapacidad para ser fiel, era un cirujano maravilloso y dedicado, con una tasa de exito mejor que la mayoria de los cirujanos de nuestro estado. Diablos, en nuestro hospital. No queria que nuestro personal lo respetara menos, y sabia que el personal de la oficina se aferraria inmediatamente a cualquier chisme sobre el Dr. Noble y la Dra. Baker. Los Ken y Barbie de nuestro hospital, la gente pensaba en nosotros como si fueramos un rey y una reina en su regreso a casa. Fue terrible. Lo odie. Era un ideal que ninguno de los dos podia cumplir y yo ni siquiera queria intentarlo. Pero habia caido en el, de forma bastante inesperada, porque Scott era popular y yo era su esposa, y no podia escapar de su influencia. Parecia el tipo de hombre que deberia interpretar a un cirujano en la television, mas que a un cirujano de verdad. Demonios, probablemente lo habria hecho, si no hubiera sido por la influencia dominante de su madre. Y siempre me habia gustado mirarlo. Al menos, eventualmente. Pero tambien me habia gustado lo respetado que era, y el respeto y su capacidad para ser un buen medico, estaban, por lo que pude ver, unidos el uno al otro. Asi que mantuve la boca cerrada incluso cuando el lo anuncio -sin decirmelo de antemano- que nos estabamos separando. Cuando la gente le preguntaba por que, me pintaba como irracional y celosa, y aunque apretaba los dientes, sentia ganas de estrangularle cada vez. Me dije que los pacientes eran lo primero, incluso cuando vi el brillo de sus ojos. Tal vez se veia a si mismo como una victima, pense, sintiendome un poco mal del estomago. Me volvi a mi lado, tratando de mantenerme erguida en la barra, y vi a un hombre guapo sentado a mi izquierda. Tropece con el taburete cuando intente mantener el equilibrio y el extendio su brazo y me agarro antes de que pudiera caer de cara al suelo. Se rio, un sonido profundo que removio mariposas en mi estomago. Tal vez fue la bebida. --Oye --dijo--. ?Estas bien? Asenti, me lami los labios y trate de sentar mi trasero en el taburete de nuevo. --Si --dije--. Solo estoy teniendo… woo. Problemas de equilibrio. --?No eres gimnasta, entonces? Me rei. --Nada tan glamoroso. Me miro de arriba a abajo. Sus ojos eran oscuros, o tal vez fue solo la falta de luz en el bar, pero maldicion, era intenso. No dejaba de mirarme. --?Puedo adivinar? --Por favor, no --dije--. Si adivinas algo sobre mi vida, y tienes razon, me odiare para siempre. Se rio de nuevo. Sonaba tan sincero. Podria haber seguido escuchandolo para siempre. Habia algo familiar en el, tambien, como si lo hubiera escuchado antes, como si acabara de llegar a casa y estuviera alli, sentado en el sofa de mi sala, tomando una taza de te con mi madre. Mierda. Estaba tan borracha. --Solo iba a adivinar algo bueno. --?Como que? --No lo se --dijo--. ?Estas en la moda? Me rei de nuevo. --Eres un comediante --dije--. ?Verdad? --En el entretenimiento --dijo--. Pero no como comediante. --Lo suficientemente cerca --dije, tomando un sorbo de mi destornillador. Era tan fuerte. --?Puedo invitarte a otro trago? --Absolutamente no --dije--. ?Intentas matarme? --Kieran --dijo, extendiendo su mano mientras se reia. --Becca --respondi. Me apreto la mano, que estaba sorprendentemente sudada. No muy atractivo, pense. Pero de nuevo, probablemente me veia como un desastre, en general. Intente sentarme mas derecha -ridicula, cuando ni siquiera podia ver bien- y me pase los dedos por el pelo. --?Que estas haciendo en este bar? --Kieran pregunto. --Nunca te he visto aqui antes. --Yo… --dije--. Se supone que tengo una fiesta de divorcio. --No es una gran fiesta. Me rei. --Mi amiga se fue y se fugo --dije, tomando otro sorbo de mi bebida. --Amiga. Solo queria venir a Las Vegas para poder casarse con este tipo, supongo. ?Que mejor excusa que mi divorcio? --Tu ex es un idiota --dijo. --Salud --le respondi, sosteniendo mi bebida en el aire. Fue suficiente para llamar la atencion del camarero, lo que me hizo reir. --Creo que podrian echarme. --Se enfrentan a cosas peores cada dia --dijo--. Confia en mi. --Lo hago --dije. --Eso no fue muy amable de tu amiga --dijo--. ?Como terminaste aqui? --Queria un bar barato que no estuviera al lado de un casino --dije--. Y sabes, este parecia el lugar perfecto para que una solitaria divorciada no fuera conquistada. --?No te van a conquistar? --pregunto. Incluso en la oscuridad, pude ver que sus ojos estaban parpadeando. Hacia tanto tiempo que no estaba con un hombre, y las ultimas veces que me acoste con Scott, apenas parecia interesado en mi. Estaba haciendo los tramites antes de que nuestro matrimonio muriera. Me di cuenta de que ya no estaba interesado en mi. Este extrano, este hombre alto y guapo con ojos traviesos, iba a estar interesado en mi. Y yo estaba lo suficientemente borracha como para arriesgarme. --?Que estas diciendo? --Pregunte despues de tomar otro sorbo de mi bebida fuerte. --Estoy diciendo… ?tienes una habitacion de hotel por aqui? CAPITULO DOS KIERAN Se alojaba en un hotel a pocos pasos del bar. Lo sabia. Era uno de esos bares a los que solo iban las mujeres que podian permitirse bebidas demasiado caras, y aunque tenia la apariencia de ser sucio, fue una cuidadosa decision de marketing tomada por genios del marketing de Las Vegas. Era el lugar perfecto para trabajar, por lo menos. Las ultimas semanas habian sido sorprendentemente malas, probablemente debido al clima. Solo habia habido un par de clientes y eran personas que pagaban tarifas de cliente frecuente. Nada como lo que yo cobraria a uno nuevo. Tal vez seria divertido, me dije a mi mismo. Esta clienta… era hermosa. Pequena, con pelo marron que le llegaba a los hombros en suaves olas, y enormes ojos marrones que hacian que su cara se iluminara cada vez que me miraba. Habia algo familiar en ella, pero no podia poner mi dedo en la llaga. No importaba. Iba a llevarla al hotel, ibamos a pasar un buen rato, y tendria suficiente para pagar mis cuentas del mes. Pude ver que tenia dinero por las joyas que llevaba puestas, la ropa que usaba. Incluso en jeans y una blusa, podia ver las suelas rojas de sus zapatos. El collar y los brazaletes que llevaba eran de oro blanco o plata, con preciosos diamantes de imitacion incrustados en ellos. Me tomo la mano cuando se bajo del taburete y la sostuve, cuando se tambaleo, para que no se cayera al suelo. Estaba borracha, pero esperaba que no demasiado. Siempre fue una linea extrana para moverme y me asegure de obtener una confirmacion verbal, pero, aun asi. Solo estaba alicorada, porque hacer mi trabajo era si estaba sobria. Salimos del bar a la abrumadora calle iluminada. Habia charcos en el suelo que trate de evitar, pero Becca no lo estaba pasando tan bien. Ella tropezo hacia adelante y la atrape, poniendo mi brazo alrededor de su cintura, y acercandola a mi. Se rio. Olia a alcohol, pero tambien a champu, a coco y agave, y habia algo en su perfume. Era sutil, floral, y podria haberla sostenido para siempre, solo con su agradable aroma. Se alejo de mi y la segui hacia su hotel, un lugar imponente con una plaza enorme y una fuente en el exterior. Sabia que era un lugar que costaba al menos 300 dolares por noche, lo que no era nada despreciable cuando estaba claro que no estaba cerca de la franja y que no venian tantos turistas. --Asi que --dijo, sus palabras se entendieron un poco mal. --Mi amiga esta con su nuevo marido, Dios sabe donde. Este era el hotel mas cercano que encontre que no parecia estar lleno de cucarachas. Asenti con la cabeza, mirando el edificio de treinta pisos. --Se ve muy bonito --dije. Se burlo. --Es muy bonito --dijo--. Precioso. Planeaba pagarlo con nuestra tarjeta compartida, pero desde el divorcio, no se supone que nuestras finanzas sean compartidas. --Lo siento --dije. Ella se rio. --No lo sientas --dijo--. En general, ha sido mucho mejor para mi. Excepto por, ya sabes, mis pequenas fantasias de venganza. Me rei. Para alguien que parecia tan borracha como ella, era elocuente. --Bueno, ya no tienes que preocuparte por el --dije mientras llegabamos a las puertas dobles automaticas, que se abrieron para nosotros. La recepcionista nos saludo y yo le sonrei, saludandola. Ella me conocia, y si queria, podia hacerme la vida dificil. Esa noche no le importo lo suficiente y volvio a trabajar en algo en su computadora, lo que me permitio dar un suspiro de alivio mientras Becca me llevaba a su habitacion. Llegamos al pasillo con todos los ascensores, cuatro a cada lado, y ella se apoyo en mi. No sabia si era porque estaba borracha o porque trataba de mantener el equilibrio, pero cualesquiera que fueran sus razones, era una buena senal. Las puertas del ascensor sonaron y ella se inclino hacia adelante, casi cayendo de cara. El nivel de intoxicacion en el que estaba me hacia sentir un poco incomodo. Incluso cuando se rio y me metio en el ascensor, reboto en la pared trasera, que era basicamente una ventana al exterior. La fuerza con la que la golpeo me puso un poco nervioso, especialmente por la forma en que se rio cuando reboto en la pared. Coloque un brazo alrededor de su cintura y la mantuve cerca mientras inclinaba la cabeza hacia arriba, mirandome directamente a los ojos. --Oye --dijo, sus ojos se estrecharon. --Siento como si te hubiera conocido antes. --Muchas mujeres se sienten asi --dije. Ella se rio. --Sabes exactamente como hacer que una chica se sienta especial. Me rei con ella. Cuando apreto sus labios contra los mios, no me sorprendio. A pesar de lo borracha que estaba, besaba muy bien, y podia sentir que me dejaba llevar cuando mis labios encontraban los suyos una y otra vez. El ascensor sono y pronto estabamos en su piso.

  • El milagro de una ninfa y otros relatos de Cristin Ferro

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    La vida tiene diferentes fases, pruebas que hay que pasar y dificultades que hemos de superar. En este recopilatorio de relatos, hay dolor, amor, sufrimiento y risas. Porque todo tiene su momento y lugar.Sumergete en la inocencia, la amistad y la familia, dejate llevar por los sentimientos y descubre diferentes formas de vivir en estos siete relatos llenos de sensaciones.

  • Un corazon como el tuyo (California Dream 2) de Juliana Y. Velazquez

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    Un hombre que tiene el mundo a sus pies. Las mujeres se rinden a su encanto sin mayor esfuerzo. Sin embargo, tiene como regla no dejar el corazon en un beso.
    Una mujer solitaria marcada por el pasado, a quien las cicatrices y el dolor le han borrado las fantasias. No cree en promesas de amor ni cede a la seduccion.
    Una coincidencia junta sus caminos.
    Esa mujer que llega a su vida para ponerla de cabeza, le hace cuestionarse como es posible romper su unica regla sin haber rozado sus labios. El cree que sera facil hacerla caer.
    Pero ella tiene mucho mas dentro, su mirada oscura es solo un reflejo de sus heridas. A pesar de ello, la persistencia de aquel hombre amenaza con romper sus barreras.
    Para el amor nunca fue tan complicado triunfar.

  • Cabezas cortadas de Pablo Gutierrez

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    Maria se marcha al extranjero escapando de la mediocridad y el aburrimiento. Un cuaderno, un sueldo precario y un techo son todo lo que necesita. A su alrededor, brigadas de voluntarios persiguen a los inmigrantes, hay redadas nocturnas y suburbios donde no se adentra el hombre blanco. Atraida fatalmente por un deseo de destruccion, se guarece en el pasado y se adentra en una espiral de mentiras y autoenganos mientras vuelca sus recuerdos en unas paginas que pueden convertirse en un arma para cortar
    cabezas.
    Cabezas cortadas es una novela sobre una generacion perpleja y vapuleada por la crisis, y sobre la ira y el desconcierto que sobrevienen cuando la juventud se agota y los suenos se desvanecen.

  • Equipaje de mano de Santiago Gil

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    Son las tristezas del alma las que oscurecen la tarde. Las nubes siempre terminan pasando. *** No vale irse de casa cuando ya este en ruinas. Lo heroico es partir a la busca cuando se puede perder todo en el intento. *** Habia algo familiar y cercano en sus ojos. Los dos se miraban disimuladamente y cada cual pensaba para si en esa sensacion de cercania y de complicidad que habia entre ambos. Ella se bajo en la estacion de Nuevos Ministerios y desaparecio para siempre de su vista. El iba camino del aeropuerto para tomar el avion de regreso a Nueva York. Los dos estaban casados y casualmente tenian cuatro hijos cada uno, justo los mismos que habian tenido hacia mas de cien anos cuando se amaron y vivieron juntos durante seis lustros en Viena. En los ojos del otro cada uno reconocio vagamente el brillo nostalgico y cristalino del Danubio. *** Uno nunca deja de estar presente en aquellos lugares en los que fue realmente feliz. *** Ese aire calido que acaricia tus sienes cuando sales a la calle te recuerda el aliento de todos los que te amaron cuando eras joven y bella y los hombres todavia te hacian promesas de amor. *** No estes triste; tambien las amapolas mueren despues del esplendor rojo de cada primavera, y como tu con tus recuerdos luego se drogan con ellas los proscritos y los poetas. *** Lloraba todas las tardes viendo entrenar a los nadadores en la piscina olimpica de la Ciudad Deportiva. Su mujer habia muerto hacia tres meses y antes de morir le habia dicho que queria ser incinerada. El la quemo, pero luego no supo que hacer con las cenizas. Ella tambien le dijo que le encantaria descansar eternamente en el agua, pero que le daban miedo los fondos marinos llenos de grandes calamares, de tiburones, de morenas y de mantas. La tuvo varias semanas en su casa hasta que se decidio una noche y salto la verja de la piscina olimpica. Las cenizas fueron rapidamente absorbidas por los sumideros, pero algo quedo de ella entre las corcheas y el olor a cloro. Ahora viene todas las tardes, se sienta en las gradas y llora mansamente mientras los nadadores entrenan con denuedo pendientes del crono. *** Morir es desaparecer para siempre o aparecer en cualquier otra parte sin la conciencia de haber desaparecido. *** No dejamos mas que unos cuantos pares de zapatos desgastados a lo largo de los anos. *** Tu y tu deportivo habeis envejecido por igual. Por mas que te maquilles y te operes con los mejores cirujanos la carroceria del coche te delata. *** Fue el domingo, sobre las dos de la tarde. Los dos debian de tener mas de ochenta anos y parecian recien salidos de misa. No les pegaba nada llevar aquella caja caliente con la pizza acabada de salir del horno y un par de refrescos de cola. Iban tristes, caminando despacio, sabiendo que la vida no les habia convidado a sus grandes festines. La pension no les daba para mas y era el unico lujo que podian permitirse en toda la semana. Cuando comian sacaban la vajilla de porcelana y los cubiertos de plata que les regalaron el dia de la boda. Partian los trozos duros y resecos de la pizza barata y se miraban tiernamente sabiendo que cualquiera de esas comidas podia ser la ultima. Los dos habian trabajado de sol a sol durante toda su existencia. No era eso lo que les habian prometido para cuando se jubilaran. *** La vida se reinventa cada dia ante los ojos atonitos de unos espectadores que de vez en cuando son llamados a escena para interpretar el papel del protagonista que nace o que muere sin saber por que diablos tiene que actuar en papeles tan cortos y tan olvidadizos. *** A mi ya solo me reconocen los ninos que quedaron peloteando en las mismas plazas en las que yo jugaba de pequeno, y los perros famelicos de las calles que a fuerza de palos han aprendido a oler el miedo y la tristeza a muchos metros de distancia. *** Cosas tan sencillas como haber leido un reportaje sobre las mujeres que amo Neruda o estar ansioso por el concierto que esta noche daran Serrat y la Filarmonica de Gran Canaria en el Auditorio Alfredo Kraus le sirven a uno para armarse de alegrias e ilusiones con las que hacer frente a la cada vez mas ramplona y prosaica realidad que estamos viviendo ultimamente. *** El triunfo de Grecia en la Eurocopa de Portugal dice mucho de Europa y de los tiempos que estamos viviendo. El juego gris, ramplon, aburrido, defensivo y cohesionado ha ido matando toda la fantasia que ha encontrado por el camino. Teniendo tan cerca a Homero, a Euripides o a Cavafis han optado por un modelo de fabrica alemana de mediados de los cincuenta y de esa forma han ganado y han conquistado el titulo mas importante del futbol europeo. Cualquiera les dice algo ahora a los pragmaticos y a los mercantilistas. *** La orfandad de las tardes de domingo, cuando vuelvo a estar solo y no espero que venga nadie a regalarme su presencia, es la misma que sentia en las dominicales visperas escolares, o en los dias en que acababan las vacaciones y me tenia que ver de nuevo entre decimales y formulas de fisica. La misma angustia golpeando el pecho y el estomago, el mismo miedo y casi la misma intemperie que cuando tenia doce o trece anos y me expulsaban violentamente del paraiso. *** Cada tarde la veo sentada en un banco de la plaza. A veces le echa de comer a las palomas. Me dijeron que es una catedratica de griego jubilada que se ha vuelto loca y que vive con mas de veinte perros y otros tantos gatos en una casa ruinosa y mugrienta que jamas visitan sus hijos ni sus nietos. Cuando no esta taciturna y aliquebrada, y como sin ganas de vivir, le gusta hablar en griego a las palomas. Su vida es triste, y da mucha pena verla llegar cada tarde envuelta en harapos y oliendo tan mal. Quien la vio reinar en las aulas y vio a sus hijos correr tras ella por los pasillos de su casa nunca se podria llegar a creer que se trata de la misma mujer que se sienta cada tarde en el mismo banco de la plaza. Su marido murio hace diez anos y dicen que desde entonces no levanta cabeza. Nadie pudo imaginar nunca que podria acabar asi. A mi me da mucha pena escucharla declinar en griego cuando los ninos le tiran piedras o bolsas de agua con esa maldad sadica de la infancia que siempre acaba maltratando a los mas debiles. A pesar de su aspecto descuidado todavia se nota que en su dia tuvo que ser una mujer muy guapa. Su marido y ella eran inseparables. *** Las polillas que ahora matas despreocupadamente y sin esfuerzo seran las que acaben devorando la madera de todos tus suenos. *** Tus ojos me persiguen en un acorde que perdura incluso en el tiempo de los olvidos.

  • Te contare todos mis secretos de Alma Leiva

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    VOL. #1. SAGA SECRETOS. Puede que la vida de Alejandra no fuera un idilico cuento de hadas, pero mientras pudiera escoger quien ser y como actuar, era perfecta para ella. Sentirse libre era su unico mandamiento.
    La aparicion de Diego sacudira su mundo justo cuando ha decidido dar un cambio a su vida. Atraida por su promesa de sinceridad y una filosofia que despierta su curiosidad y la excita, confia en el y le permite que la guie por el abismo de las relaciones sin sentimientos.
    Por otro lado, la llegada de David a Valencia y la obligacion de relacionarse con el propiciara un acercamiento entre ambos que acabara por convertirse en un tira y afloja, sumergidos en esa especie de embriaguez que se provocan mutuamente.