• un hombre distinto - Julie Kenner

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  • El hombre distinto - Editorial Verbum

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    El hombre distinto nos enseña una lección de vida. Es un cuento con un mensaje universal y de mucha actualidad en los tiempos actuales donde la solidaridad ...

  • Un hombre distinto eBook de Julie Kenner - Kobo

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  • Un hombre distinto - Libro electrónico - Julie Kenner - Storytel

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    28 jun 2018 — Lisa Neal tenía la oportunidad de hacerse un lugar en la industria cinematográfica, y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para ...

  • Un hombre distinto - El Rincón de la Novela Romántica

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    28 jun 2018 — En esta web hay 15174 fichas de libros, 1659 autores, 1496 artículos y 7064 críticas. Blog colaborador.

  • un hombre distinto - Margen Libros.

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    UN HOMBRE DISTINTO, KENNER, JULIE, 3,50€. ...

  • Abrazame (Stark 7) de Julie Kenner

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    Regresa la pareja mas sexy y apasionada creada por J. Kenner, continua la fascinante trilogia <>.

  • La secretaria del jeque de Brenna Day

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    Ella jamas imagino ESO de su jefe…

  • Galerna de Teresa Hernandez

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    Como escenario, las frias y bravas aguas del Mar Cantabrico. A merced de los temporales, se lleva a cabo cada temporada, una lucha epica entre los valientes hombres de un pueblo marinero y las descomunales ballenas, que cada ano, llegan a las costas de Cantabria en sus viajes migratorios. Esos bellisimos y tranquilos animales se enfrentaran y jugaran una partida a vida o muerte contra aquellos pescadores, “Los Senores del Mar”, que llevados por la necesidad de subsistir, tanto ellos como sus familias el resto del ano, intentaran conseguir un preciado tesoro que albergan las ballenas en su interior, echandose a la mar para darlas caza. Deva, es una joven intrepida, con una mentalidad diferente, en una sociedad dominada por los hombres. Debido a su gran caracter y a su espiritu libre, llega a convertirse en una increible y apasionada cazadora de ballenas, ganandose el respeto y la admiracion de todos sus companeros de batalla. Cuando ya pensaba que le seria imposible enamorarse y encontrar un hombre que supiera aceptar su peculiar forma de entender y enfrentarse a la vida, aparece de improviso, e inconsciente en la playa, un desconocido. Este forastero llegara cargado de muchos secretos y grandes peligros. Ese acontecimiento dara un vuelco a su vida.

  • Lena menuda de Marta Barrio

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    Hasta que un dia de noviembre de 1978 a las ocho de la manana dos policias llamaron al timbre. Presentaron un papel y se llevaron a mi madre. Entonces, en la comisaria y en el juzgado, entre uniformes oscuros y togas, empezaron los cuentos de dragones y espadas. El tiempo se hizo petroleo. Nos mancho la ropa. En mi memoria queda un ruido blanco: paisajes difusos, casi borrados completamente, del ir y venir de mi madre. Dentro y fuera. Dentro. Paso dias como si padeciese una fiebre exotica. Me sale una calentura. No recuerdo el orden exacto de los acontecimientos. Hay situaciones en las que no se si mi madre, un holograma, estuvo o no presente. Hasta que desaparece del todo y yo paso una larga temporada con los Bagur. La catastrofe de noviembre de 1978 queda registrada en nuestra caja negra. Aun hoy sobrecogen los estragos de esa grabacion. Antes, durante y despues vivimos emociones contradictorias. Incluso momentos buenos. Despues, la vida sigue porque, al fin y al cabo, nada es lo suficientemente devastador. MARTA SANZ, Daniela Astor y la caja negra I La linea de deseo MARIA: No me preguntes. ?No has tenido nunca un pajaro vivo apretado en la mano? YERMA: Si. MARIA: Pues lo mismo…, pero por dentro de la sangre. FEDERICO GARCIA LORCA, Yerma Mi miedo era muy concreto; sus ramas, por el contrario, retorcidas y de limites imprecisos. KATIXA AGIRRE, Las madres no 1 Cuando se dibujaron las dos rayas azules en la prueba de embarazo, me senti adulta, de repente, casi por primera vez. A. me abrazo, ibamos a ser padres y nada haria mella en nuestra felicidad. Entre carcajadas, empezamos a enumerar nombres absurdos o frikis, de nino y de nina. Abilio. Padme. Facunda. Songoku. Pancracio. Yoda. Urraca. Bilbo. Gumersindo. Frodo. Aniceta. Gandalf. Primitivo. Amidala. Fulgencia. Obiwan. Godofredo. Cersei. Socorro. Me tocaba constantemente la tripa para palpar aquel mundo secreto dentro de mi, del que solamente A. tenia constancia, en donde anidaba un ser misterioso que iria creciendo en las semanas siguientes hasta superar el tamano de una semilla de amapola, de sesamo, un grano de arroz, un arandano y una frambuesa, segun una aplicacion de mi movil que consultaba a todas horas. Tambien podia elegir comparar su tamano con el de un animal en lugar de una fruta: oso de agua, hormiga, mariquita, abeja, gusano de seda… Me habian advertido del riesgo de aborto espontaneo del primer trimestre, y yo trataba mi cuerpo con delicadeza, como si fuera una vasija de fino cristal, siempre a punto de quebrarse. Mi vientre era un cofre que encerraba un precioso tesoro. En esos primeros dias del verano, latia en mi interior un futuro insospechado, la promesa de una alegria inquebrantable. Durante el mes de agosto, en las que iban a ser nuestras ultimas vacaciones los dos solos, fuimos a las islas Eolias. En Vulcano, donde tenia su fragua el dios del fuego, me tape la nariz y la boca con un panuelo al asomarme al crater humeante, y pense en la lava oculta bajo la corteza terrestre, en lo durmiente, lo que se gesta. Los cristales del azufre tenian de amarillo las laderas, y sus vapores olian a huevos podridos. Al bajar, me entraron nauseas y vomite a los pies del volcan. Aquel hedor infernal impregno nuestras ropas y nos persiguio durante el resto del viaje. 2 Despues del verano, segun mi embrion iba alcanzando, sucesivamente, el tamano de una uva, un datil y un higo, o un caracol, una mariposa y una libelula, me sentia cada vez mas cansada. Al volver del trabajo, me detenia en uno de los bancos del parque para observar a las mujeres con ninos pequenos, quienes acababan de empezar el colegio. Queria aprender sus gestos, descifrar esos detalles que distinguen a una buena madre, hornear bizcochos de zanahoria con harina de espelta y leer cuentos por las noches. Todo me apetecia: conocer la ternura del recien nacido, hacer manualidades y pintar con ceras en cartulinas, empujar el columpio con la fuerza justa, saltar a la comba, jugar a la pelota y a las damas… Sabia que tambien habria noches en vela y fiebre y vomitos y visitas a urgencias de madrugada, pero era parte del trato. Me preguntaba por el paradero de los padres. ?Donde se esconderian? La proporcion en los parques por las tardes entre semana era muy desigual: veia a madres o abuelas o nineras… Muchas mujeres, en todo caso, y pocos hombres. Tambien me tocaria a mi recoger a nuestro hijo de la escuela. No podria contar con A. mas que los fines de semana, y mi suegra era mayor y mi madre demasiado inconstante. Mi suegro no habia cambiado nunca panales, y no aprenderia a estas alturas, y mi padre ya tenia suficiente con atender a sus gemelos. Mis amigas se podrian ofrecer a hacer de canguro, pero a la hora de la verdad estarian ocupadas con otras cosas, y no las culpaba. No era buen momento. En realidad, nunca lo seria. Siempre habria alguna excusa, algun impedimento que se interpusiera en el camino. Deseaba ser una madre leona, lamer a mi cachorro de arriba abajo para limpiarlo y respirar su olor. Con la maternidad, no obstante, seguramente se esfumasen todas mis posibilidades de ser publicada algun dia, de crear algo que mereciese la pena compartir, si es que era capaz de ello. ?Como iba a sacar adelante mis proyectos narrativos con la doble jornada laboral, dentro y fuera de casa, que tendria que asumir debido a los horarios de A.? ?Que fuerzas me quedarian para la creacion?

  • Suenos fragiles de Yara Zgheib

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    Suenos fragiles es una novela emocionante, sincera y desgarradora que narra las vivencias de un grupo de mujeres, unidas por la enfermedad pero tambien por la esperanza, por el apoyo mutuo y por las ganas de vivir.

  • Botones y culpa de Penelope Sky

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    Se supone que se la tengo que devolver a Tristan para cerrar el trato.

  • Aprendiendo a amar de Covadonga Perez-lozana

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    Miro el presente y veo muchos seres humanos despistados. Pareciera que nos interesa mas encontrar agua en Pluton o lograr acelerar un proton que aprender a vivir nuestras vidas en plenitud y agradecimiento. No sabemos vivir, y una de las pruebas de ello es que la gran mayoria de nuestras relaciones aun albergan algun tipo de conflicto. Les pedimos a los demas que nos hagan felices o, por lo menos, que no nos hagan dano. Esa mirada externa, tan practicada en nuestra forma actual de vivir las relaciones, nos distrae de la mirada interna: aquella que se mira a si misma y se encuentra, aquella que al encontrarse entra en paz. Todos buscamos amor, felicidad y paz, sin embargo, la perspectiva externa de esa busqueda no tiene nada que ver con su perspectiva interna. La primera reclama a la vida y a los demas que nos aporten aquello que creemos que no somos capaces de alcanzar por nosotros mismos. La segunda, en cambio, se basa en un autodescubrimiento que agradece todo lo que ocurre, porque, al ocurrir, nos permite conocernos un poquito mas. La primera mirada camufla nuestras debilidades y construye una mascara atractiva para atraer a aquellos que nos van a hacer felices. La segunda mirada considera la debilidad como una oportunidad de crecimiento y la mascara como un obstaculo innecesario que oculta una vision honesta hacia uno mismo y el mundo que le rodea. Somos una especie aun inmadura que cree estar realizada y completa. Creemos que ya hemos terminado nuestro viaje de autodescubrimiento cuando conseguimos el ultimo modelo de telefono movil. Sin embargo, todavia mendigamos amor, respeto y comprension a los demas, convirtiendo asi las relaciones en una especie de bufe libre de desequilibrios emocionales: culpa, resentimiento, remordimientos, frustracion e ira son los mas solicitados del menu. ?Te imaginas a dos personas cuyo discurso matutino dentro de sus cabezas sea decirle constantemente al otro: <>? Esta inmadurez de la que hablo no es, ni mucho menos, algo malo. Mas bien refleja un enorme potencial por descubrir y ser vivido. De ahi nace mi gran interes en invitarte, por un lado a que seas consciente de esta bella inmadurez, y por el otro a que te des cuenta de tu ignorancia (que es la de todos nosotros). Reconozcamoslo, no sabemos como relacionarnos de forma pacifica y amorosa con los demas, ni tampoco sabemos hacerlo con nosotros mismos. No sabemos respetarnos, escucharnos ni amarnos. Nos escondemos detras de nuestra personalidad pensando que esto nos hara sentirnos mejor con nosotros mismos y tambien con los demas. Quiza con este libro descubras que existe otra manera de relacionarse. Quiza sientas en tu corazon que es hora de dar un paso mas alla del temor, las quejas y los caprichos, y encontrar una forma de relacionarte basada en la unidad, que, a su vez, nace de la mirada interna. Covadonga nos invita a poner el foco en ello desnudando a la protagonista en las paginas de este libro, exponiendo su ignorancia a la luz del Sol y compartiendo con nosotros, los lectores, el resultado de esta valentia. Aprender a culpar a los demas de nuestras desdichas o responsabilizarlos de nuestra felicidad es una leccion mas que aprendida. Somos grandes maestros del victimismo, del drama y de regalar nuestra integridad a todos aquellos que tienen pinta de poder hacernos felices, aunque luego solo nos hagan desgraciados. Nacemos integros y, a medida que crecemos, aprendemos a desintegrarnos regalando a los demas algo que solo nos pertenece a nosotros: la capacidad de alcanzar la felicidad. Te invito a andar, junto a Covadonga, hacia ese proposito. Su forma de narrar y su manera de alcanzarlo son suficientemente claros y honestos como para que el camino personal de la protagonista de esta historia se vuelva transparente y te permita vislumbrar ese proposito que todos compartimos. No temas ser feliz. Sergi Torres INTRODUCCION Este libro comienza con el <>. Escribo las primeras lineas reproduciendo ese tortuoso patron de pensamiento egoico que dirigio y domino la existencia de la protagonista de este libro hasta mas alla de la treintena. Afortunadamente, la vida, en su infinita sabiduria, supo proveer a Guadalupe de las experiencias vitales necesarias para su dulce transformacion. Guadalupe no es una victima, nunca lo ha sido. Ha vivido muchas experiencias que la sociedad catalogaria como desgracias, pero ella sabe que no han sido tales, y tambien sabe que ha sido responsable de todas y cada una de ellas. Guadalupe esta agradecida a sus maestros por mostrarle el camino hacia su interior, hacia el empoderamiento personal. En este libro quiero compartir su experiencia para que del mismo modo que ella pudo transformar su mente, este relato ayude a otras personas a transformar la suya. Comienzo describiendo su egoica forma de pensar y finalizo mostrando una mente mas alineada con su conexion esencial, una mente mas limpia. Una mente que le permite vivir relajada y en paz. Espero que este relato ayude a otras personas a transformar su mente y responsabilizarse de su vida. INDICE 1. El desamor 2. Naranjas completas 3. Aprender a amarme 4. Que es el ego 5. El sistema de creencias 6. Mi flamante nuevo novio 7. Mi nueva vida 8. Repeticion de patrones 9. Quien no aprende de su historia... 10. Mi vida en soledad 11. Cuando tu cambias, todo cambia 12. La vida es un espejo 13. ?Desde cuando sabe la humanidad que la vida es un espejo? 14. La pareja como espejo 15. El enamoramiento 16. La pareja como maestro 17. El amor no implica sacrificio 18. Los contratos 19. Decir <> es un acto de amor hacia ti mismo 20. La presencia 21. El nino interior 22. Como influye el estado de presencia en nuestras relaciones 23. El estado de presencia y el sexo 24. Aceptacion 25. La aceptacion aplicada a la pareja 26. La victima 27. El compromiso 28. Los celos y la confianza 29. Si tu pareja te engana o te abandona 30. Liberate de la necesidad de tener razon 31. Mi relacion plena 32. El apego 33. La aceptacion de una ruptura 34. La independencia emocional 35. El origen de la dependencia emocional 36. Mi descubrimiento 37. La influencia del sistemico en los ordenes del amor 38. El perdon 39. El perdon en los ordenes del amor 40. Escuchar al corazon, la intuicion 41. El espacio de tu corazon y el amor universal 42. La pulsion de unicidad 43. La mision 44. La mision compartida: puro extasis vital 1. EL DESAMOR Me llamo Guadalupe y quiero contarte mi historia, la historia de un descubrimiento que me cambio la vida para siempre y que quiero plasmar en estas paginas para ayudarte a que tu tambien lo hagas. Pero antes de llegar a eso empecemos por el principio. Me quedaban dos meses para cumplir treinta anos y mi cabeza no paraba de darle vueltas a la idea de que iba a cambiar de decada y aun no me habia casado. Una parte de mi se repetia que eso eran historietas, convencionalismos sociales pasados de moda, pero otra parte, que en ocasiones tomaba el control, sentia que habia fracasado. Era como si en algun momento hubiera apretado la tecla equivocada, hubiera escogido el camino erroneo y todo hubiese dejado de funcionar. Me sentia profundamente vacia. <>, me repetia a mi misma. Llevaba 3 anos con Rodrigo, que era lo que oficialmente se considera un tio bueno. Era guapo, elegante, fino... tenia un lenguaje culto y elaborado, y era tremendamente atractivo. De lunes a viernes se vestia de traje para ir a la oficina y, por si esto fuera poco, encima se ponia una gabardina que le daba un toque misterioso. Parecia salido de un anuncio de Massimo Dutti. Yo podia sentir la envidia de otras mujeres cuando caminaba cogida de su brazo, cuando iba con el a una fiesta o cuando se enteraban de que era mi novio. Me sentia afortunada de estar con un chico tan guapo y elegante; llevaba su foto en mi cartera y subia constantemente fotos nuestras al facebook. Me encantaba mostrar en la red social fotos en las que saliamos abrazandonos, besandonos o haciendo planes juntos. Eramos la viva imagen de la felicidad, los dos tan ideales. En esa epoca descubri una aplicacion que te informa de quien te visita en facebook, y me regodeaba contando el alto numero de visualizaciones que tenian nuestras fotos y disfrutando de la atencion que suscitabamos. Sin duda eramos una pareja perfecta. Sin falsa modestia he de decir que yo siempre he sido muy atractiva fisicamente, sobre todo en aquella epoca. Aunque iba a cumplir treinta aparentaba veintitantos; estaba delgadita pero tenia formas muy sensuales. Mido 1,76, tengo unos ojos de color verde intenso y mis facciones desprenden feminidad. Siempre he llamado la atencion de muchos hombres, y en aquella epoca eso me parecia importante.

  • A lo lejos de Hernan Diaz

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  • Al final de la tarde de Kent Haruf

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    Kent Haruf, autor de Nosotros en la noche, vuelve al pueblo imaginario de Holt en esta continuacion de la <> que inauguro con La cancion de la llanura.

  • La cinta de M. C. Andrews

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    Daniel Bond lo tiene todo bajo control. A pesar de su tormentoso pasado, o quiza gracias a el, se ha convertido en uno de los abogados mas reputados de toda Inglaterra. Su vida, planeada al milimetro, esta dominada por unas estrictas normas que rigen todas sus relaciones. Jamas se ha planteado transgredirlas con ninguna mujer... hasta que conoce a Amelia Clark. Amelia hace que se lo cuestione todo; lo reta con cada mirada, con cada caricia. Si solo fuese una cuestion de sexo, Daniel sabria a que atenerse, pero el problema es que cada vez que estan juntos siente la tentacion de explorar placeres que hasta entonces consideraba prohibido. La cinta es un relato corto que complementa la novela Noventa dias. De la mano de Daniel Bond, narrador y protagonista, descubriremos que cada historia de amor es unica e irrepetible.

  • Comer y amar, todo es empezar de Mayte Esteban

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    El despertador salio de su letargo a la hora programada, las siete y media, al ritmo de una melodia animada. Carlos se levanto con el sueno todavia prendido en sus ojos, se vistio con la ropa de trabajo y, medio dormido aun, abrio la ventana. El viento helado de la madrugada castellana de finales de diciembre se colo en la habitacion como un visitante indeseado. El silencio lo presidia todo; en Grimiel aun seguia siendo de noche. Con el rastro del sueno marcado en el rostro --la sabana le habia dejado su impronta en la mejilla, oscurecida por la barba de un par de dias--, se preparo el desayuno. Carlos Herrero tenia veinticinco anos y era el dueno de un picadero en un pequeno pueblo. Su negocio se situaba a las afueras, a muy pocos metros de un extenso pinar. Dedicaba su actividad a la tutoria de caballos y a rutas para los eventuales inquilinos de las casas rurales de la zona. Tambien se ocupaba de la formacion de jinetes, aunque esto no fuera mas que una manera elegante de llamar a lo que en realidad era ensenar a unos cuantos ninos a no caerse del caballo. En un lugar donde apenas habia actividades de ocio, el picadero de Carlos casi era la estrella. Le proporcionaba a su propietario los recursos suficientes para vivir y tambien le habia ayudado a no tener que marcharse a la ciudad, como habian tenido que hacer la mayoria de sus amigos. Cuando despues de desayunar salio de casa, el frio de la calle le golpeo en las orejas. Rebusco en los bolsillos de su abrigo, pero el gorro que siempre llevaba se habia quedado en el tendedero, con la colada del dia anterior. Era inutil que volviera a entrar para buscarlo, lo mas probable era que siguiera empapado. Echo mano de la capucha del abrigo, que servia mas bien de poco, y se encamino hacia el trabajo. Fue andando hasta el a buen paso para entrar en calor. El picadero distaba de su casa kilometro y medio y, en mananas tan gelidas como aquella, tal vez pudiera estar justificado ir en coche, pero Carlos preferia no hacerlo si no era imprescindible. Era un firme defensor de la naturaleza y trataba de aportar su granito de arena todos los dias para cuidar de ella. Caminar un poco, ademas de que le venia bien a su forma fisica, le ahorraba al planeta unas cuantas emisiones toxicas. Dejo atras los vehiculos, que dormitaban tenidos de blanco, y las aceras desiertas, brillantes bajo la mortecina luz de las farolas que a intervalos rasgaban la penumbra del camino. Faltaban apenas un par de minutos para que dieran las ocho cuando llego a la puerta de acceso a su negocio. Saco la llave del bolsillo y se dispuso a abrir. --!Buenos dias! Una voz femenina, demasiado euforica para la temprana hora, lo tomo por sorpresa y le hizo dar un brinco involuntario. Era Paola, una de sus amigas de la infancia y tambien clienta asidua del picadero, que acababa de salir de un coche aparcado a unos metros de la entrada. Carlos, pensativo como iba y con la capucha tapandole parte de su campo de vision, no la habia visto. --!Que susto me has dado, Paola! ?Que haces aqui? --le pregunto. El dia apenas empezaba a deshacer en el horizonte las tinieblas que en la noche envolvian al pueblo dormido. No eran horas, ni mucho menos, para hacer uso de los servicios del picadero. Si por el fuera, se habria quedado en la cama un rato mas, pero no tenia mas remedio que levantarse temprano para ocuparse de los animales, limpiar las cuadras y ponerles agua y comida fresca. Era preciso que todo estuviera listo antes de la hora de apertura. --He venido a ver a Leyenda --le dijo ella. Leyenda era la yegua blanca de Paola, un impresionante ejemplar pura raza espanola de ocho anos que tenia desde que era una potrilla. Carlos introdujo la llave en la cerradura e intento abrir la puerta, pero esta se obcecaba en encasquillarse. Dio un golpe con el hombro para ayudarse y, al final, logro vencer su resistencia. En el forcejeo, la capucha se le cayo y se la volvio a colocar. La helada de la noche habia dejado su impronta como un manto blanco que lo cubria todo y hacia demasiado frio como para dejar al descubierto las orejas, que amenazaron con convertirse en tempanos de hielo en segundos. --?No tienes un gorro? --le pregunto Paola. --Se ha quedado en casa --respondio el. --Creo que tengo uno en el coche, espera. Paola volvio a su vehiculo, abrio la puerta trasera y recogio del asiento uno de lana en color crudo. Se lo ofrecio a Carlos en cuanto volvio frente a el. --Toma. Era un gorro muy poco masculino, uno de esos que Paola usaba a menudo y que a ella le quedaban tan bien. Enmarcaba su delicado rostro y dejaba escapar los rebeldes rizos de su pelo castano dandole aspecto de hada de invierno, pero no creia que en el tuviera el mismo efecto estetico. Mas bien pareceria un fantoche. Carlos se quedo mirandolo y sonrio. Era tipico de Paola pensar que el podria ponerse aquello. Rehuso utilizarlo con amabilidad, mientras atravesaba la puerta seguido de la chica. --Gracias, pero no. --Tu mismo... Hace un frio espantoso y nadie te va a ver, yo no lo rechazaria --le dijo Paola, adivinando por su cara de circunstancias lo que estaba pensando. No le era dificil seguir algunos pensamientos de Carlos, habian sido inseparables desde el colegio. --Perdona, tu me estas viendo --dijo el divertido, excusandose de nuevo por no querer ponerse el gorro. --Bueno, ni que no te conociera desde el primer dia de colegio... -- respondio ella, riendose tambien. Carlos termino de cerrar la puerta y echo el cerrojo interno. No volveria a abrir hasta que a las diez el negocio se pusiera en marcha. --Venga, no seas bobo y pontelo, porfa --le rogo. Le miro componiendo una mueca exagerada de suplica, a lo que el respondio emitiendo un resoplido que en cierto modo le recordo a Paola al de un caballo, lo que provoco que se riera con ganas. Sin esperar su permiso, ella levanto los brazos, bajo la capucha del abrigo y le coloco el gorro a Carlos. Se distrajo un momento mirando su rostro, los enormes ojos castanos y las facciones cuadradas de el que conocia desde siempre. Al ajustarlo sobre las orejas, las yemas de los dedos de Paola le acariciaron las mejillas. El suave roce accidental a el le descoloco un latido y un subito calor, que se contradecia con el gelido comienzo del dia, se apodero de su animo. --A ver si nos afeitamos --le dijo ella, divertida por la seriedad que mostraba de pronto. El volvio a resoplar. O mas bien fue un suspiro con el que trato de recomponerse. --?Por que has venido tan pronto? --le pregunto, para dejar de pensar en lo que habia sentido cuando ella le toco--. Aun no he preparado a los caballos, no abro hasta dentro de un par de horas. Es demasiado temprano para montar a la yegua. Paola solto el aire contenido en sus pulmones y, con el, la sonrisa se fue desinflando en su rostro. Trago saliva y tomo aire, como si lo que iba a contarle necesitara oxigeno nuevo para no ahogarse; como si le costase mucho confesar la verdadera razon por la que se habia levantado tan temprano y se habia presentado en el picadero. --Me quedan solo unos pocos dias con Leyenda, Carlos. La vamos a vender. Quiero pasar todo el tiempo que pueda con ella y a las diez tengo que entrar a trabajar en la farmacia. Necesito verla y por eso he venido ahora. Carlos no necesitaba que Paola le contase lo que sentia por ese animal. Llevaba con la yegua desde la adolescencia y Leyenda y Paola parecian un todo. No entendia muy bien por que habia tomado la decision de deshacerse de ella si era casi la prolongacion de si misma. --?Vender a Leyenda? ?Por que? ?Que me he perdido? --pregunto, extranado. --He encontrado un trabajo fuera y despues de Navidad me ire del pueblo --le dijo. --?Te vas? --pregunto. Las palabras salieron de su boca con una alarma que hubiera preferido ser capaz de evitar. --Si. Mi contrato de media jornada en la farmacia se acaba el treinta y uno de diciembre. La farmaceutica se jubila y su hijo ha decidido volver de Madrid y quedarse con el negocio. No cuenta conmigo. Su mujer tambien trabajara con el y ya sabes que esto no da para tres sueldos, ni siquiera para dos y medio. --Vaya, no sabia que te ibas. --Tampoco lo he contado, bastante me disguste cuando me lo dijo a principios de otono. Pero bueno, he tenido tiempo de buscar un nuevo trabajo en Valladolid, en otra farmacia, y esta vez seran ocho horas. Supongo que vendre a menudo, pero desde luego no podre montar a Leyenda todos los dias como ahora. Es mejor para ella que la venda y otra persona la cuide como necesita. --Te vas --afirmo Carlos, quiza para confirmarse a si mismo que lo que estaba escuchando era cierto. --Aqui no hay futuro ni trabajo. Si quiero progresar, tengo que hacerlo. Ademas, tiene su lado bueno; Ricardo vive en Valladolid, podremos vernos mas a menudo que ahora. Ricardo era el novio de Paola. Como la mayoria de los jovenes, habia decidido quedarse en la ciudad una vez terminada la universidad, seducido por una oferta de empleo. Las oportunidades de trabajo, mucho mas deslumbrantes que las del campo, ofrecian alli un futuro que distaba mucho del callejon sin salida que parecia el pueblo. Con la mayoria de edad recien estrenada, los chicos se marchaban a Madrid, a Burgos, a Salamanca, a Valladolid... ciudades que una vez terminada su formacion, no los devolvian. Al final, la madre de Carlos tenia razon cuando decia que en el medio rural, si no quieres perder a tus hijos y que la ciudad se los quede, no debes darles estudios. Carlos penso que Paola habia tardado mucho en seguir ese camino. Era, sin duda, una anomalia en ese proceso. Estudio, pero ella regreso a Grimiel y encontro un hueco en la farmacia. Fue la excepcion, aunque tiempo despues la realidad del desempleo la estuviera devolviendo de un empujon al mundo urbano. --Mi padre me ha dicho que ya tiene ofertas por Leyenda. Al escucharla, Carlos salio de sus pensamientos e intento poner cara de circunstancias y hacerse el sorprendido, aunque en realidad no lo estaba. Dias atras oyo una conversacion a medias en el bar y en ese momento empezo a atar cabos. Era de Leyenda de quien estaba hablando el padre de Paola con unos conocidos. Les habia preguntado si alguien se la queria quedar, pero Carlos no presto mas atencion. Ni se le paso por la cabeza que la conversacion girase en torno a la yegua. Se quedo observando a Paola, intentando encontrar en su rostro el beneplacito con la decision tomada de deshacerse del animal. --?Estas segura de que quieres vender a Leyenda? --Al mirarla, a Carlos no le parecio que estuviera muy conforme. --No me mires asi --le dijo la chica, ahogando las ganas que tenia de llorar. --?Asi como? --Con pena, Carlos. Era justo de ese modo como la estaba mirando, triste porque sabia lo que significaba la yegua para su amiga. Se imaginaba que nada de aquello estaba siendo facil para Paola. Ella, buscando unos instantes de intimidad en los que desahogar el nudo que se le habia hecho en el pecho, se dirigio hacia la cuadra y abrio el cerrojo que mantenia encerrados a los animales de noche. Dos perros de raza indefinida salieron corriendo, libres por fin despues de pasar la noche cautivos. Cada uno eligio un poste del cercado para deshacerse de la urgente necesidad matutina y despues corrieron hacia Paola, que los acaricio. Luego, como hacia siempre, cogio a uno de ellos, Drako, en brazos. --No hagas eso --le dijo Carlos--. Cuando te vayas yo no pienso mimarlo y lo echara de menos. ?O te lo piensas llevar contigo? Drako era un perro especial. Le faltaba una de las patas delanteras. Paola los habia salvado, a el y a su hermano, de una muerte segura a manos de su madre anos antes, cuando la perra se volvio loca y mato a mordiscos a la mayoria de la camada que acababa de parir. La chica, apenada por el suceso, se llevo a los dos perritos supervivientes a casa para cuidarlos en esos dias tan delicados. Black crecio sin problemas, pero sacar adelante a Drako costo bastante porque un mordisco de su madre lo dejo sin una de las patas delanteras. Tardo mas de cuatro meses en devolverlo al picadero y, desde entonces, el perro adoraba a la muchacha casi tanto como la yegua. --No creo que sea bueno que me lo lleve, esta demasiado acostumbrado a corretear por aqui y encerrarlo en un piso no es buena idea. Este perro necesita hacer mas ejercicio que los demas. Paola dejo a Drako en el suelo, que la siguio con su paso renqueante de perro de tres patas, y se dirigio al establo. Alli, Leyenda la recibio aproximando su enorme cabeza a la cara de la muchacha, que apoyo la frente en la de la yegua. Ambas estuvieron asi un rato, en silencio. Al verlas, uno suponia que se estaban contando secretos sin palabras. Incluso las dos cerraron los ojos al unisono, mientras el perrito lisiado y Carlos, apoyado en el quicio de la puerta, las observaban de cerca. El iba a echar de menos a Paola cuando dejase de ir tanto como los perros o la yegua. Estaba seguro de que extranaria los momentos en los que la muchacha se mantenia pegada a su animal y ambas se quedaban suspendidas en algun lugar indefinido que, si hacia caso de la sonrisa de Paola, era lo mas parecido a la felicidad que podia imaginar. Estaba seguro de que el tambien lo pasaria fatal cuando Paola tuviera que despedirse. Se lo estaban diciendo unos latidos erraticos en su pecho a los que le era imposible poner freno. Carlos decidio que ya habia perdido demasiado tiempo y abandono su posicion de espectador, por mucho que le pesara dejar de mirar a Paola. Le transmitia un millon de sensaciones que hacia mucho que preferia no analizar. Lo mejor que podia hacer era ponerse con su tarea y no pensar. Tenia apenas dos horas para dejarlo listo todo. --Si quieres, te ayudo --le dijo ella, cuando advirtio su presencia en la puerta del establo. --Me vendra bien, pero has venido a montar a Leyenda. --He venido a verla, pero te quiero ayudar. El joven le paso la pala que tenia en las manos y fue a buscar otra para el. Ambos, sin intercambiar mas palabras, se pusieron manos a la obra, mientras los perros correteaban a su alrededor. Durante una hora se dedicaron a reemplazar la paja sucia por otra fresca y rellenaron con agua fresca los abrevaderos. --Pao, deberias montar a Leyenda ya si no quieres llegar tarde a la farmacia. Son las nueve --le dijo Carlos cuando fue consciente de la hora. --?Pero cuantas veces te tengo que decir que no me gusta nada que me llames asi? --le dijo ella, con un tono que ni se aproximaba a ser de enfado. --!A sus ordenes, Pao! Hizo un gesto comico y ella puso los ojos en blanco y le lanzo unas briznas de paja. No habia manera. Carlos empleaba muchas veces el diminutivo absurdo que le habia puesto en el colegio y que dejaba a su nombre mutilado. Nego con la cabeza, resignada a no conseguir jamas que dejara de hacerlo, y preparo a Leyenda. Limpio sus cascos, cepillo con suavidad el lomo y despues ajusto los estribos y la cincha sobre la silla de montar antes de elevarla y colocarla sobre una almohadilla de ensillar que ya tenia encima de la yegua. Despues ato los arreos, tranquilizando al animal con suaves palabras. Coloco las riendas sobre la cabeza del animal y empujo con suavidad el bocado hasta que Leyenda lo tomo mansamente. Como siempre que hacia esto, premio al animal con una chucheria que guardaba en el bolsillo. Poco despues, subida a lomos de su yegua, daba vueltas por el recinto del picadero. Carlos llevaba razon, se habia entretenido y no tenia mas de veinte minutos porque deberia volver a casa, ducharse y cambiarse para ir a la farmacia.

  • La ciudad infinita de Sergio C. Fanjul

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  • Contigo en el mundo, Sara Ballarin de Sara Ballarin

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  • No lo llames pasion de Noelia Amarillo

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    Yo era una mujer felizmente casada, con dos hijas maravillosas y un marido estupendo. O eso creia. Porque hace seis anos descubri que me estaba poniendo los cuernos. Pero, ojo, no unos cuernos pequenitos y disimulados, no. Unos que envidiarian incluso los miuras de pura raza. Grandes, voluminosos y afilados. De esos que todo el mundo ve menos la interesada, que, en este caso, era yo. Asi que deje de estar felizmente casada. Me divorcie, me compre un piso tan lobrego como mi alma y me mude a el con mis hijas.

  • Soy una mama de Megan Maxwell de

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    Las manos aterciopeladas y fuertes de mi guapo marido recorren mi cuerpo, produciendome millones de estupendas sensaciones, y no solo sexuales. <> El olor a los aceites corporales con los que me masajea me hace suspirar con deleite, mientras siento y escucho la dulce y suave musica chill out que suena a nuestro alrededor y me dejo llevar por el momento. !Que paz! !Que tranquilidad! Esto es vida. <> <> Abro un ojo sobresaltada. ?Que suena? ?Que es ese punetero <>?, y ?donde estan Alfonso y la musicachill out? !Oh, noooooooooooooooo! Al instante, soy consciente de la realidad. Estoy sola en medio de mi enorme cama, porque mi currante maridin ya se ha marchado a trabajar y lo que suena es mi despertador. !Que asco! Las 7.30. Alargo la mano y lo apago. Esperare a la segunda alarma. Tengo cinco minutos antes de que suene la del movil y tenga que ponerme como Rambo, alerta y en accion. Me arrebujo debajo del edredon de plumitas de oca. <>, pienso mientras dejo que mi cuerpo entre en un perezoso coma, hasta que de pronto oigo: <>. !La alarma del movil! Rabiosa, niego con la cabeza. Pero ?ya han pasado los puneteros cinco minutos? Resignada, y tras acordarme de todos los antepasados habidos y por haber del listo que un dia invento el madrugar, saco un pie del edredon de plumitas de oca. --Uf..., !que frio! Pero antes de que mi cabeza piense en meter el pie de nuevo debajo, me reactivo y busco las zapatillas, que, oye..., siempre alguna se cuela bajo la cama. ?Por que mis puneteras zapatillas tienen que hacer lo mismo casi todas las mananas? Cuando consigo rescatarla, me la pongo y, aun con las pestanas pegadas por el sueno, me dirijo hacia las habitaciones de mis tres hijos. Angelitos, seguro que duermen como troncos, cuando digo desde el pasillo abriendo las dos puertas al mismo tiempo: --!A levantarse! Vamos..., vamos..., que hay que ir al cole. Como es habitual, no me hacen ni caso. ?Para que? Simplemente se arrebujan en sus edredones de plumitas y continuan durmiendo a pata suelta. Cinco minutos despues, despues de lavarme los dientes, mirarme en el espejo y maldecir porque no soy la chica que fui hace anos, que a cualquier hora estaba lozana como una lechuga, vuelvo al ataque amenazando como una posesa: --Una de dos: u os levantais o vais al cole en pijama. Ni que decir que a esa segunda llamada, y en especial por mi tono de voz de mala malota, abren los ojos, me miran con ganas de decirme de tooooooooo..., pero se levantan. !Ja! Menuda soy cuando me pongo en plan madrastrona. Una vez que veo que han puesto sus piececitos en el suelo, regreso a mi habitacion y me visto con rapidez. Vaqueros, camiseta y deportivas. ?Donde quedaron los tacones y los trajes que hace anos me ponia y me hacian estar impresionante? Ay..., que pena..., que pena me doy a veces. Con lo que yo fui, lo mona que iba a trabajar a la gestoria y lo que actualmente soy. Eso si, lo soy por dejada, no porque sea un trol, porque fea, fea, no soy. Lo se, no hace falta que nadie me lo diga. Pero lo que si es cierto es que fue tener ninos y deje de sacarme partido. ?Por que? Cuando tuve a Nerea, mi hija mayor, un flotadorcillo aparecio alrededor de mi cintura. Con Aaron, se afianzo y, tras David, el flotadorcillo se instalo definitivamente y, aunque haga ejercicio o me ponga a dieta, no desaparece. Sin duda, ya es parte de mi. Eso si, cada manana, cuando lo veo, pienso: <>. Y lo pienso porque Alfonso, mi marido, desde hace tiempo es un obseso de la dieta y el ejercicio. El tio esta fibroso y estupendo. Tambien se lo curra. Como diria mi insoportable suegra: <>. !Lamadrequelapario! ?Por que no se quedaria muda al nacer? Pero llega el lunes, y mi poca falta de voluntad me hace comerme un cruasan con mantequilla para desayunar, y pienso: <>. Al dia siguiente, en vez de un cruasan, me como dos y, cuando estamos a miercoles, vuelvo a pensar: <>. Saber..., saber..., se que lo empezare un lunes. Lo que queda por determinar es de que ano sera. Una vez acabo de arreglarme, bajo a la planta inferior de mi bonito adosado, ese que mi maridin y yo compramos con esfuerzo y sudor, y comienzo a preparar desayunos, almuerzos y mochilas. Cuando pongo un pie en la planta baja, mi perra, esa gran... gran... GRAN bonachona y paciente que nos soporta a todos y a la que llamamos Torrija, se levanta con las orejas aun a la virule y me saluda. Ay, Dios, !que rica es mi perra! Nos la encontramos hace tres anos una Semana Santa que fuimos a Toledo a ver las procesiones. Al regresar al coche, la vimos asustada y temblando como una hoja debajo de las ruedas del vehiculo. Cuando conseguimos sacarla ensenandole una de las ricas torrijas que habiamos comprado, la pobre se abalanzo sobre ella y, con el cachondeo de <>, con Torrija se quedo, y por supuesto se vino con nosotros a casa para ser uno mas de la familia. Donde caben cinco, caben seis. Tras nuestro saludo mananero de lametazos y cabezazos mientras le digo cosas como si la pobre fuera tonta del bote, la dejo satisfecha de mimitos y entro en la cocina y me pongo en accion. Abro la nevera, saco leche, mantequilla y embutido. Luego, de un armarito, cojo cereales, Cola Cao, pan de molde, papel de plata y galletas. Todas las santas mananas, lo mismo, !que monotonia! Con rapidez, preparo los desayunos y me enfrasco en los almuerzos. Si, esos sandwiches que envuelvo en papel de plata por las mananas y que, a veces, revisando las mochilas de mis queridos retonos, aparecen chafados y con un extrano color verde del tiempo que algunos llevan alli olvidados. Cuando mis tres hijos, Nerea, Aaron y David, entran en la cocina, es el mismo cantar de todas las mananas. Si la mayor no se pega con el pequeno, el mediano chincha a la mayor, o el pequeno empuja al mediano. !Todos los santos dias lo mismo! Al final, como siempre, tengo que ponerme en plan Cruella de Vil --ya lo de madrastrona les sabe a poco--, doy quince voces, porque con dos no reaccionan, y asi consigo poner algo de orden. Pero no..., no creais que el orden dura mucho. Es darme la vuelta y el show de mis ninos vuelve a comenzar. Veinte minutos despues, llega el momento <>. Oh, Dios..., ?como no? Ese tambien es otro clasico mananero. Pero, !ja!, ya soy graduada en dolores matutinos y no les hago mucho caso, que me los conozco. Se que, si presto atencion a esas dulces vocecitas o miro sus ojillos candorosos y suplicantes de <>, me compadecere del liante en cuestion y dos horas despues lo tendre repanchingado en el sillon, mas feliz que una perdiz jugando con la PlayStation y con una cara de satisfaccion al mas puro estilo <>, y no, !eso se acabo! Tras conseguir que desayunen, dejen de pegarse y cojan sus mochilas, logro que se pongan los abrigos. Nerea se lo abrocha. A sus catorce anos, !por fin! se ha dado cuenta de que, si no se cuida, enferma, pero Aaron, con diez, y David, con casi seis, es otro cantar. Estamos en febrero, hace un frio que pela, pero mis hijos parecen nordicos: !nunca tienen frio! Eso si, se cogen unos gripazos que es para matarlos. Por mas que les explico que cuando hace frio uno tiene que abrigarse, no lo entienden, y cuando voy a recogerlos al colegio, se me ponen los pelos como escarpias al verlos salir remangados y sin el abrigo puesto. Pero ?en que idioma tengo que hablarles? En fin, salvado el tema de salir abrigaditos de casa, abro la puerta y, una vez fuera de nuestra parcelita, nos dirigimos los cuatro juntitos y en armonia al colegio. Bueno, lo de la armonia es un decir, porque aunque yo quiero mucho a mis ninos, reconozco que son pesaditos... pesaditos, pero pesaditos, y continuan martirizandose los unos a los otros todo lo que pueden y mas, hasta que de pronto, las suplicas del que le dolia la tripa y sus malas caras se esfuman al ver a su amiguito o amiguita en cuestion, y eso me hace creer con fervor que seguramente voy a tener un hijo o una hija que dentro de unos anitos ganara el Goya al mejor actor dramatico y podre poner la estatua sobre la chimenea como un trofeo. Uisss..., !que mono me va a quedar!

  • Presunto inocente de Scott Turow

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  • Juegos prohibidos 6, Emma M. Green de Emma M. Green

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  • Ella, el… y el danes de Ana Alvarez

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    Una novela de amor repleta de risas y emociones que hara, una vez mas, las delicias de las fans de la autora y entusiasmara a sus nuevas lectoras.

  • La otra (Quinteto de la muerte 3) de Sandra Heys

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    Tercera y esperada entrega de la serie <> de Sandra Heys.

  • Rey de diamantes de Isabel Acuna

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    Brandon King estaba dispuesto a hacerle pagar a Eva James la afrenta infligida anos atras. La pareja habia vivido un apasionado romance en el ultimo ano de universidad, pero un terrible malentendido los llevo por caminos separados.
    Cinco anos despues, en medio de una negociacion empresarial, Brandon y Eva vuelven a cruzar sus caminos. El, convertido en un brillante empresario y comprometido para casarse, enfrenta una lucha entre el rencor y la profunda atraccion que lo lleva a ella una vez mas.

  • La conspiracion de los Illuminati de G. L. Barone

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    En lo mas profundo de la noche, una inmensa fogata ilumina repentinamente la ciudad de Turin y la peor de las noticias se dispersa por todo el mundo: el Santo Sudario ha sido destruido. Cuatro meses despues, en Roma, un escandalo convulsiona al Vaticano: el coronel Weistaler, jefe de la guardia suiza, ha sido asesinado brutalmente. ?Que une a estos acontecimientos aparentemente tan distantes? La investigacion de Stella Rosati, una joven fiscal italiana, revela la extrana relacion entre la elite de la Santa Sede, el presidente del Banco Vaticano, traficantes de armas y celulas terroristas islamicas. A la investigacion de Stella se unira Andreas Henkel, un exagente checo ahora al servicio del Vaticano.

  • Esposa por encargo de Susannah Erwin

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    Contrato a una profesional para que le buscara una esposa, pero no podia ser la mujer a la que deseaba.

  • Ella no esta de Joy Fielding

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    Una nina desaparecida, una madre presa de la desesperacion, una llamada que trae de vuelta los fantasmas del pasado a un presente desgarrador... Joy Fielding combina con maestria los ingredientes precisos en una apasionante novela de suspense psicologico.

  • Nada es eterno de Katerine Leal

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    Isabella Landinez es una chica dulce, alegre, bromista y enamorada del grupo pop del momento. Esta en esa etapa de la adolescencia en donde un simple problema lo ve como una gran tormenta, sin embargo su mundo es tranquilo, dichoso, junto a sus amorosos padres, hermanos sobre protectores y dos amigas tan divertidas y alocadas como ella; disfruta de sus dos ultimos anos de secundaria y anhela muchos suenos.
    Alejandro Castillo es inteligente, buen amigo y tiene grandes aspiraciones, con unos padres imponentes y un pequeno hermano tan dulce y maduro como el. Esta en su ultimo ano de secundaria y es amante del teatro.

  • El pensionado de Neuwelke de Jose C. Vales

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    El Pensionado de Neuwelke es la historia de una joven institutriz francesa aquejada de una rara y terrible afeccion que la convierte en una proscrita. Tras recorrer Europa huyendo de un implacable exorcista, la maestra llega al Pensionado de Senoritas de Neuwelke, en los gelidos y desolados parajes de Livonia. Alli, por fin, Emilie cree haber encontrado el sosiego y la paz que anhelaba: el propietario del colegio, los profesores, las damas de compania y las alumnas, junto a un viejo y malhumorado jardinero escoces, conforman un paisaje humano en el que la amistad, la generosidad y la honradez se veran forzadas a luchar contra los celos, las ambiciones y el fanatismo. Una gran novela que rinde homenaje a la mejor literatura decimononica.

  • El cuarto del siroco de Alvaro Valverde

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    Como el agua, que limpia se detiene en esas balsas formadas por las hojas cuando obstruyen el fragil discurrir de la corriente. Como el agua, que pasa y que no vuelve sobre un cauce de arenas y guijarros. Como el agua, que, toda claridad, es espejismo que revela cercano lo distante. Como el agua, que la mano atraviesa confiada y nunca, sin embargo, toca fondo. Como el agua, metafora y verdad. Si, como el agua. ELOGIO DE LA PERDIDA Es en esas ciudades donde nunca has estado, en las lineas de un libro que tu aun no has leido, entre aquellos recuerdos que el olvido arrebata, en las notas de musica que jamas escuchaste, en los tenues aromas que tan solo imaginas, en las acres especias que evocara tu lengua, en aquellos paisajes que tus ojos no han visto, en las breves estampas que se escapan del dia, o en cualquier edad muerta que tampoco viviste donde al fin estas tu. SOLO DE TEXTO 1 Contemplo en lo que veo la sed de otra distancia. Si tres casas o el rojo de un viaje imposible, si tres rayos o el sol que conmina al silencio. La vasta geografia que miro y que me mira descansa sobre el mapa sonado del geometra. El ojo busca luz donde la noche enciende su memoria de infinito. 2 Despojada la mano del agua de los suenos y de la voz del viento retenido, vengo hasta aqui para encontrar refugio de la incesante lluvia que cae desde el pasado. ARIDA VIDA arida vita LEOPARDI En medio del silencio, que solo rompe el agua en su transcurso, esta tarde de agosto, en la que el campo invita a un dulce sentimiento del otono, leo, como otras veces, a Leopardi y su voz se hace mia, contra el eco de lo que el mundo grita y yo no oigo. Aqui, de solitario a solitario. A la espera inminente de la noche que traera con la luna esa luz de los suenos que ilumina las sombras de mi arida vida. HOMENAJE A MARIA ZAMBRANO Como en ese dibujo de Laffon donde se aprecia un estrecho camino que se interna en la fronda. Le flanquean, precisas, las orillas de un mundo que al cabo nos parece impenetrable. El sendero es en si mismo una frontera entre la luz, que brilla encima, y la negrura que se intuye inquietante tras la vegetacion y entre los arboles. Al final, un recodo marca la direccion por la que huye. Y alli una intensidad desconocida. Un fulgor que anticipa el claro de otro bosque: el de la vida. CASAS DE AZUAGA La vida es una calle que me lleva esta tarde de octubre hacia mi mismo. A los lados veo casas asombrosas que muestran un pasado que no existe. ?Como puedo sentir nostalgia ahora de una existencia que de pronto invento? Si nunca he estado aqui, ?como es posible que me parezca que lo estuve siempre? Veo sus puertas altas, clausuradas; fachadas donde el blanco prevalece. Alcanzan dos alturas. Sus balcones son ciegos miradores con persianas. Casas grandes, como esas de Sicilia, que son, en cualquier caso, del verano. Mansiones luminosas en si mismas que emiten una luz que irradia ardiente. Miro a lo alto. Sobre sus azoteas se observa el cielo inmenso del estio. Un cielo cereal, de tierra extensa. O almagre, como el tono de estos campos. Casas donde los patios se adivinan como espacios de sombra y de sosiego. Con estancias vacias invadidas de polvo y salones cerrados donde el sol no se adentra. Casas de voces lentas, de susurros que temen desprenderse del silencio. Casas del diecinueve, sin alardes; senoriales sin mas por su belleza. Inventas interiores en penumbra y las conversaciones que alli duermen.

  • Paisaje de una vida de Sheila Maldonado

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    Tenia la foto de Rebeca como fondo de pantalla en su ordenador. Un blues acompanaba el vaiven de su sillon giratorio mientras la miraba. Escuchando esa musica, su turbada mente lograba encontrar algo de paz. Y sin dejar de fijarse en sus ojos y en sus labios, se repetia el mismo mantra: <>. Siempre que bajaba al sotano de la vivienda y entraba en ese cuarto privado, procedia a hacer el mismo ritual. Encendia el ordenador y entablaba una especie de conversacion con esa imagen. Una mesa alargada de formica blanca se extendia de pared a pared, apoyada sobre dos muebles que, siendo de metal y cerrandose con llave, servian a modo de caja fuerte; guardaba importantes documentos en su interior, y una buena cantidad de dinero negro que no queria declarar al fisco, fruto de comisiones que se embolsaba fraudulentamente a traves de las negociaciones con las empresas que llevaba como gestor administrativo. Carpetas y ficheros, ademas de libros y Cd's de musica y de video se agolpaban manteniendo el equilibrio en columnas irregulares sobre las estanterias que cubrian las paredes de aquel cuarto, iluminado con una potente luz de cuatro barras fluorescentes en paralelo que pendian del techo. Solo el tenia acceso a ese habitaculo, que mas bien parecia un bunker. Su refugio. Era el unico sitio en el que se manifestaba como en realidad era, donde podia liberar su lado oscuro. Alli protegia una parte de su pasado que, igual que una herida sin cauterizar, seguia infectada de una rabiosa infeccion. La del desamor. Melchor --mas conocido por senor Pamies--, el afamado gestor de la comarca, tenia su talon de Aquiles. Rebeca le dolia, era esa parte de si mismo que tuvo que cortarse en vivo hacia mas de nueve anos. Solo confiaba en una persona para mostrar esa debilidad y ahogarla en alcohol cada vez que se producia un eclipse en su vida, es decir, cada vez que habia tenido la oportunidad de hablar con ella mas de cerca, sentirla, olerla, y quedarse despues relamiendo la herida del pasado que no dejaba de sangrar. Solo confiaba en Enrique, quien tambien tenia sus propios secretos en otro cuarto, ya que convivian juntos, y ni uno ni otro invadian esa privacidad. Los fantasmas que perseguian a Enrique eran de otra clase. Ni siquiera Melchor podria adivinar lo que ocultaba y cuales eran sus reales ambiciones. Lo unico autentico de el era su agradecimiento por haber rescatado el chalet de las garras del banco. Enrique era el dueno de una fabrica embotelladora y habia hipotecado hasta los dientes para levantarla. Fue expropiado y en la subasta Melchor pujo por la vivienda, obteniendola. Ambos se conocian porque frecuentaban el mismo club de alterne. No uno cualquiera, sino de elite. Llamado "Angelo". Quien diria que alli se establecian contactos y se llegaban a acordar negocios. Melchor y Enrique llegaron a ser una y carne. Uno, por sus conocimientos y habilidades en el ambito financiero; y el otro, por contar con una agenda provechosa de contactos de lo mas variopinta. Miembros de las familias mas destacadas, incluso entre la clase noble, que necesitaban de una mano experta para poder evadir ciertos capitales y no declararlos, o que fueran, en el caso de otros, de procedencia mas cuestionable, que lo que deseaban era blanquear las desproporcionadas ganancias obtenidas mediante actividades ilicitas, dinero negro que no se podia declarar. Enrique tenia buenas amistades con personalidades de las mas altas esferas. Y Melchor era un lince para conseguir todos esos tramites. Gracias a embajadores en ciertos paises, habian creado una verdadera autopista para esa clase de transacciones fraudulentas. Fue por ese interes por el que le ofrecio seguir viviendo en la casa, ya que era muy grande y, de momento, Melchor tambien vivia solo. Se levanto y cogio una botella de vino. Un Chardonnay fermentado en barrica, proveniente de la Bodega Estivill, de la cual el marido de Rebeca era propietario, quien las recibio de sus padres para continuar con la empresa cuando estos ya no podian cuidarse de los vinedos. El contacto con el vidrio de la botella le produjo una grata sensacion. Era como si la acariciara, como si pudiera tenerla en sus manos y beber parte de ella. Porque Rebeca era la imagen de la Bodega, la que hacia que fuera conocida fuera y dentro de la frontera espanola, mediante exitosas campanas de promocion. Admiraba su creatividad. No solo le atraia su belleza natural, tambien la huella que dejaba a su paso. Como la impresionante pagina web de la empresa que ella diseno, donde, ademas de exponer en ella la calidad de los vinos, tambien desarrollaba las ventas on line. Y en eso, era una crack. Vendian mas que otras Bodegas, producian los mejores vinos y no paraban de crecer como empresa. Se sirvio una copa, escuchando como se derramaba el liquido a su paso, observando el hilo dorado del preciado elixir de la uva. Y volvio a sentarse, aflojandose el nudo de la corbata. No se habia cambiado de ropa, habia ido directamente a su "refugio" tras una nueva jornada de trabajo. Paladeo el vino con parsimonia, degustando todos sus matices. Apreciaba el aroma afrutado. Cerro los ojos y evoco los vinedos, los racimos, y ella paseando mientras el aire le traia el olor a tomillo, a lavanda, a romero, a la tierra de Alicante. Una llamada entrante en el movil le desvio de sus pensamientos. En lugar de contestar, colgo y puso la opcion de silencio. Paso sus manos por su cabello y se estiro echando los brazos hacia atras, trenzando sus dedos en sus manos enlazadas detras de la nuca. Exhalo un suspiro de desahogo mientras cerraba de nuevo los ojos, apartando toda tension. La pantalla se habia quedado en negro, en reposo, por lo que al volver de su ensimismamiento movio el raton para que apareciera ella otra vez. Aquella foto, como por arte de magia, parecia recobrar vida. Empezo a recorrer con sus ojos cada centimetro de su cara. Se fijo en su pelo. Aquel dia en que capturo la instantanea, sin que ella lo supiera, lo llevaba ondulado, con algunos mechones rebeldes que acariciaban sus mejillas y parte de sus ojos. Destacaba su brillo y su aspecto sedoso; se veia cuidado. Peinado con la raya a un lado, lo cual hacia que su melena cogiera mas cuerpo en su perfil y la impregnara de mas misterio si cabe. Parecia recien salida de la peluqueria, pues la ondulacion de su melena de ebano estaba bien definida, apreciandose ligereza al moverse; El labial de tono burdeos perfilaba el volumen de sus labios carnosos, y resaltaba el destello de sus dientes blancos y bien alineados. Considero que la bonita sonrisa que en aquel momento le dirigia a su esposo mientras salian de la nave de la antigua bodega, donde se envejecia el vino de crianza, le pertenecia a el, y sentia que se la estaba robando ese hombre a todas horas. Esa foto la habia tomado agazapado en su coche, mientras esperaba para verla. Como tantas otras veces que acudia a recoger documentos o a entregar las gestiones relacionadas con el departamento de Hacienda. Cada vez que coincidia con ella en la finca, afloraban dos sentimientos antagonicos: el amor y el odio. Luego, a lo largo del dia, y quizas, durante parte de la noche, se haria otra composicion de la escena reviviendola, con ella como protagonista, pero interviniendo el, a su modo, en un escenario imaginario. Se recreaba en fantasias y luego sufria remordimientos por no poder olvidarla. <>, se preguntaba, intentando encontrar la formula para sacarsela de sus pensamientos. Pero le subyugaba su hechizo latino y la frescura de la mujer del Mediterraneo que llevaba en las venas, morena y de piel aceitunada. Y su pizca de embrujo. Sus curvas pronunciadas y generosamente proporcionadas se unian a una exuberancia natural dificil de no llamar la atencion. Rabiaba por haberla perdido y esperaba que su matrimonio con Alejandro fuera un desastre y no la completara como mujer. Que pensara en lo que habia dejado atras, que le anorara y se carcomiera por dentro cada vez que le viera con otras. <>. Tomo la copa y la estrello contra el suelo. El eco de esas palabras se quedo flotando en la atmosfera, y tal y como una gota produce una onda en el mar que se expande hasta la orilla mas remota, una vibracion fue haciendose camino en el devenir de la vida de Rebeca y su familia.

  • Promesas incumplidas de Javier Moscoso

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    Promesas incumplidas es una historia sobre la ambicion, ligada a la promesa igualitaria y al desengano que marco el Romanticismo. De la mano de Javier Moscoso, uno de los mejores ensayistas espanoles contemporaneos.

  • Chicas de papel y de fuego de Natasha Ngan

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    Cada ano, eligen a ocho chicas hermosas que serviran al rey como Chicas de Papel. Es el mas alto honor al que pueden aspirar. y a la vez, el mas degradante. Este ano hay una novena chica.
    Y en lugar de papel, esta hecha de fuego.
    Lei pertenece a la casta de papel, la clase mas baja de Ikhara. A pesar de eso, un rumor sobre sus ojos dorados ha despertado la curiosidad del rey; por eso, la apartan de su hogar y la llevan al opulento palacio, una prision dorada, y su vida queda sometida a los caprichos del Rey Demonio.
    Mientras suena con escapar, Lei comete lo impensable: se enamora.

  • Comer para no morir, Michael Greger de Michael Greger

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    La gran mayoria de muertes prematuras podrian prevenirse con tan solo llevar a cabo sencillos cambios en la dieta y en el estilo de vida. En Comer para no morir, el doctor Michael Greger, experto en nutricion y medico de fama mundial, analiza las quince primeras causas de muerte (enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cancer, diabetes, enfermedad de Parkinson o hipertension arterial, entre otras) y explica como algunos cambios en la alimentacion y el estilo de vida pueden ser mas eficaces que las pastillas u otros tratamientos farmacologicos y quirurgicos, y de este modo vivir una vida mas saludable.

  • Extintos de Armando Cuevas Calderon

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    El sorprendente descubrimiento de una tumba neandertal en Siberia contradice la fecha de la desaparicion de la especie y arroja luz sobre la verdadera causa de su repentina extincion. Por otra parte, el profesor Lebedev, antropologo ruso encargado de las excavaciones, cree haber encontrado algo aun mas extraordinario, y, despues de entregar un enigmatico paquete a Laura Anglada, una paleogenetista espanola, abandona el yacimiento misteriosamente.
    ?Que significado tiene el contenido del paquete? ?Que ha encontrado el profesor? Y, sobre todo, ?que relacion guarda el yacimiento neandertal con su nuevo descubrimiento?
    Dispuesta a averiguar que hay detras de todos estos enigmas, Laura viajara hasta Alaska acompanada de su ayudante Owen. Pero no estaran solos; Echevarria, un antropologo rival, los seguira dispuesto a no detenerse ante nada con tal de apropiarse del supuesto hallazgo.
    Una lucha a muerte debera librarse contra la naturaleza salvaje y la ambicion humana antes de que un secreto oculto durante milenios vea la luz. Un secreto tan increible que desquebrajara los cimientos de la paleontologia moderna y dara un nuevo rumbo a la historia de la humanidad.

  • Nuestra Luz de Arwen Grey

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    Primero tenia que encontrar el lugar. Soleado, amplio, con espacio para trabajar, moverse, caminar, pensar, discutir consigo mismo en frances. Que poseyera aquella luz dorada, mas dulce justo al atardecer, que era capaz de dar a todo una patina decimononica. Silencioso, a ser posible, aunque sabia que era complicado en la gran ciudad. De toda su lista de peticiones, la agencia habia dicho que aquella seria la mas complicada de cumplir. Y tambien la de que no hubiera vecinos en las cercanias. Al final, como solia ocurrir, de todo lo que queria, solo habia conseguido la luz dorada. Una luz dorada maravillosa, que estuvo a punto de hacerle llorar. Y lo habria hecho de estar a solas y la agente inmobiliaria no le estuviera mirando y mascando chicle, esperando su firma, impaciente, como toda la gente de ese siglo. Firmo, y pudo quedarse a solas, mirando el patio con limoneros plantados en enormes macetas de color verde chillon, que no les favorecian. Un patio de limoneros como el de Machado. Maravilloso. Si se quedaba el tiempo suficiente, pintaria aquellos maceteros de un tono adecuado. Dio la espalda al patio y a la luz dorada y contemplo su nuevo estudio de pintura. No era grande, ni amplio, ni podria dar muchas zancadas en sus paseos en busca de inspiracion, pero la luz era perfecta. Con un suspiro de satisfaccion, dedico una hora entera al disfrute de aquel logro sin igual. Elsa se aparto y contemplo la obra de Agustina desde la distancia, pensando que asi podria mejorar. Giro la cabeza. El nuevo angulo solo le hizo abrir los ojos de la impresion. --!Cielo Santo! ?Es un pene? Agus achico los ojos y contemplo el acrilico con ojo critico. La boca con dentadura postiza de un blanco doloroso estaba tan fruncida que parecia un diseno de Fortuny. --Si tanto te ha costado verlo, es que no esta bien --dijo la anciana en tono serio--. Volvere a empezar. Elsa inspiro hondo y se volvio para que su alumna no viera su expresion. A lo largo de sus anos como profesora de pintura, habia visto todo tipo de obras, desde las mas clasicas hasta las mas rompedoras, pero, en general, eran los ancianos los que mas la sorprendian. --Seguro que el modelo quedara encantado --dijo por encima del hombro. Muy concentrada en lo suyo, Agustina se limito a asentir y a morder el pincel, como si estuviera planeando si era mejor retocar aquella monstruosidad o si de verdad debia volver a empezar, con el gasto que aquello conllevaba. Elsa camino de un caballete a otro, dando consejos y animando a su grupo de tarde del miercoles. La media de edad duplicaba la suya con creces, pero su entusiasmo tambien lo hacia en ocasiones. Desde que habia iniciado aquellas clases, la vida le habia demostrado que nunca se podia dar nada por perdido, y que las ganas de vivir eran una de aquellas cosas. Desde que se habia divorciado y habia decidido que iba a retomar su carrera como artista, habia descubierto que la vida era una cabrona con un sentido del humor muy negro. Para empezar, los artistas, asi, tal cual, no podian vivir de lo suyo. Ella, al menos, no. En definitiva, descubrio que no habia tenido jamas una carrera como artista, asi que era imposible retomarla. Lo mas cercano que habia podido encontrar para poder vivir de su trabajo era dar clases de pintura a ninos, a ancianos y a gente con discapacidades diversas. Y resultaba que aquello si que era vivir. Vivir de verdad. Casi nunca pintaba, eso era cierto, mas alla de unas pinceladas en los cuadros de los demas, pero lo que se divertia ensenando a otros y aplicando lo que habia aprendido en la universidad y en diferentes cursos, eso no se lo quitaba nadie. Y, ademas, tenia aquel maravilloso apartamento, con aquel patio de limoneros que habia plantado durante su primera semana alli. Aquello era un paraiso. Y tambien tenia aquella luz que no se pagaba con dinero. No habia sido mas feliz en toda su vida. 2 Claudio estaba convencido de que habia nacido con un destino marcado, como los grandes. Ya de nino sabia que no era como los demas. Mientras otros jugaban y se despellejaban las rodillas detras de un balon y se peleaban por los columpios, el perdia dioptrias mirando una margarita y tratando de comprender como la luz incidia en sus petalos, y como el tono de blanco cambiaba en un dia nublado o en un dia de sol. Luego llegaba el jardinero y cortaba la hierba y todo se iba al carajo. Se acababan las margaritas y la contemplacion. Sus padres decian que era rarito, con ese tono que utilizan los padres, los abuelos, los vecinos, los tios y todo el mundo en general, para decir que no eres como el resto, pero todavia peor. Es decir, que no estaba en la mediania, que no le gustaba el futbol, los deportes, que no salia con chicas, que no iba al cine, que no jugaba a la consola, que no le gustaba el rock ni el pop, ni lo que estaba de moda. Su madre no habria sufrido mas si se hubiera declarado gay. El dia que le pillo besando con torpeza a una companera de Bellas Artes en su dormitorio juraria que respiro tranquila. Pero es que, incluso siendo rarito, Claudio era distinto. No era raro en el sentido de que se apuntaba a la moda de ir a contracorriente, llevar los tobillos al aire y gafas de pasta, sino que el habia descubierto un buen dia algo que le habia marcado y habia decidido que queria ser eso. Y hacia ello habia enfocado su vida. Claudio deberia haber sabido, ya antes de dar aquella clase sobre la pintura del siglo XIX, que su nombre no venia de la nada. Era un nombre antiguo, desfasado, de viejo, que decian algunos. Era el nombre de Monet. Evidentemente. Si se miraba al espejo, incluso se parecian. Solo le faltaba la barba. Asi que decidio un buen dia dejarsela. Y entonces su familia le dio por perdido. Empezo su periplo de casa en casa, de luz en luz. Pinto y trabajo, hasta que la magia desaparecia. No era conocido, pero se ganaba bien la vida. El estilo clasico siempre tenia sus compradores, aunque no fuera algo que estuviera precisamente de moda. A esa hora de luz dorada que era su favorita, Claudio se enfundaba su bata, su bonete, se colocaba frente al ventanal enorme, observando el patio con limoneros. En general necesitaba un tiempo de reflexion antes de poder mirar el lienzo. Las otras ventanas del edificio daban al patio, y el podia observar lo que hacian las personas al otro lado, desearlo, pero no era del tipo voyeur. En general, lo que hicieran sus vecinos se la traia al pairo. Solian ser gente sin interes, grises, con vidas corrientes. En ocasiones habia alguien que despertaba su interes durante una temporada corta, pero no solia durar. Normalmente, este duraba lo que tardaban en cruzar dos palabras en el ascensor o en el portal. Parejas chillonas o amorosas, ninos que jugaban o pedian la cena, bebes que mamaban del pecho de sus madres, ancianos mirando por la ventana, con la vista distraida. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo. Una mujer con una camisa de cuadros holgada, bailando mientras daba pinceladas a un lienzo... La nota discordante atrajo su mirada al instante. Aquello no deberia estar ahi, justo enfrente, en un ventanal vecino del suyo, disfrutando casi de la misma luz y de su patio con limoneros. Ademas, nadie con una tecnica depurada deberia sostener un pincel de aquella manera. Era imposible que una pincelada correcta saliera... en fin, correcta. Claudio apreto los labios y sintio que los pelos del bigote se le metian dentro de la boca. Aquella barba de hacia dos siglos era incomoda y poco practica, aunque no se atreviera a reconocerlo. Aquella mujer no era una artista, se dijo con desden. No era como el. 3 --?Sabes que hay otro artista en el vecindario? Elsa termino de preparar la paleta de colores, aunque era raro que la usara. Aquella era una costumbre que no queria perder. Odiaba pensar que era una de aquellas profesoras que se limitaba a soltar una ristra de trucos baratos y lecciones vacias y luego paseaba alrededor de los caballetes. Ella queria sentir que sus alumnos disfrutaban y aprendian, y que ella aprendia de ellos tambien. --Querras decir que hay un artista en el vecindario --respondio, mientras se ponia la camisa de cuadros, vieja y manchada de pintura, sobre la ropa limpia--. Artista es el que se gana la vida con sus obras, ya sabes --anadio con ironia. Agustina, que llevaba bajo el brazo su cuadro con el pene, enorme y con venas bien marcadas, arrugo los labios, como si necesitara pensar en aquel concepto. --Entonces si es un artista. Me he informado bien al respecto. Se llama Claudio algo. --?Como el gallo? --Como Monet, segun el. Elsa enarco una ceja y asintio, incapaz de fingir seriedad. --Ya veo. Es ese tipo de artista. Espero que no le hayas dicho que doy clases aqui, porque es capaz de quemarme la casa por blasfema. --Aunque fingia ligereza, Elsa era consciente de que su tono estaba lejos de ser alegre. Durante su vida habia conocido a mucha gente que despreciaba el tipo de trabajo que ella hacia. Ser artista no era eso, pensaban. Una profesora de academia o de casa de cultura, creian, no era un artista de verdad. Antes preferian morir de hambre que caer tan bajo--. Por cierto, ?como te has enterado? Agus disimulo yendo a colocar su pene en el caballete con mejor luz del apartamento. Los demas alumnos sabian que no podian disputarle ese puesto si no querian morir desollados. --Me equivoque de escalera --dijo la anciana, encogiendose de hombros--. No se como ocurrio. Gire a la izquierda, luego a la derecha y de pronto estaba ahi. Soy vieja y soy debil, no me juzgues. Elsa la miro con los ojos entrecerrados. Nunca dejaba de asombrarla la increible cara dura de esa gente. --?Fuiste a mostrarle a Monet tu obra? Me gustaria saber lo que piensa al respecto. Elsa trato de aguantar la risa al ver que Agus se sonrojaba. La anciana podia fingir desparpajo, pero estaba claro que no se habia atrevido a tanto. --Le ha gustado --replico, rebelde. --!Oh, seguro que si! Mientras llegaba el resto de los alumnos y escuchaba rezongar a la mas discola de todos ellos, Elsa se volvio hacia el ventanal para abrir las cortinas. Rara vez las cerraba, pero no le gustaba la luz matinal, demasiado dura y brillante. Preferia la de la tarde, dorada y dulce, casi amelocotonada. Echo un vistazo a sus limoneros. Los habia plantado al llegar alli, hacia cinco anos. Todavia eran jovenes, pero ya daban fruto. Y sobre todo alegraban el patio, tan triste cuando llego, tan frio y abandonado. Ahora todo era luz y alegria. Sintio un sobresalto al ver que habia alguien rondando sus arboles. Vestia una especie de batamanta, como si fuera Gandalf. ?Que diablos estaba haciendo ese friki con sus limoneros? Entonces en tipo se aparto y vio el bote de pintura y la brocha. --Lo mato. Yo lo mato...

  • Transgenicos sin miedo de J.m. Mulet

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    La alimentacion y los transgenicos se han convertido en uno de los debates cientificos por excelencia en Espana y el mundo entero en los ultimos anos. La manipulacion genetica de los alimentos es hoy uno de los mayores tabues en nuestra sociedad. Los grupos ecologistas han organizado campanas contra ellos y contra sus supuestas consecuencias negativas para la salud. ?Pero alguien se ha preguntado cuales son los beneficios de los transgenicos y de los avances cientificos aplicados a la alimentacion? ?Que opinan los cientificos acerca de este tema? ?Tenemos toda la informacion que necesitamos para poder juzgar por nosotros mismos? ?O estamos sometidos a la influencia de intereses cruzados que nada tienen que ver con lo que nos conviene o no?

  • Un deseo por navidad de James Lopez

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    Cuando naces en un pueblo y vives ahi es muy dificil salir adelante, estudiar una carrera o en todo caso ser independiente es complicado, el exito es casarse y atender bien a tu marido, quien se casa es una mujer con mucha suerte, quien se casa es triunfante, y es por eso que Margaret ha evitado visitar a su familia, no quiere escuchar comentarios sobre su solteria. Maggy no era una mujer que no creia en el amor, todo lo contrario; ella creia ciegamente en aquel sentimiento, el problema es que aun no encontraba aquel hombre que la hiciera sentir parte de algo. Margaret Fabri ha pasado los ultimos anos pidiendole a los santos de su pueblo y a Santa Claus que le envien el amor, cada cumpleanos soplaba la vela con el unico pensamiento de encontrar aquel hombre especial que la amara sin condiciones. Cuando cumple treinta y cinco anos, ella ya sabe perfectamente que ni Santa Rosa de Lima y mucho menos Eros le mandaran al amor de su vida.
    Ha tenido que ver a sus hermanas pequenas casadas, a sus amigas las liberales llevar un anillo en sus dedos y a todos sus ex que solo buscaban divertirse terminando en una iglesia y diciendo <>. ?Que paso con ella? es la pregunta que todos los dias se hace. Ella es linda, tiene un buen empleo y dos gatitos que le hacen compania, ?que esta mal con ella?
    Pero esta navidad todo cambia, su padre le pide que pase noche buena en la casa del pueblo remarcando que toda la familia ira. Ella esta aterrada, desde hace anos ha evitado ir a todas las fiestas para evitar aquellas miradas y preguntas que se repiten una y otra vez cada ano: ?Y cuando se casara la pequena Maggy? o advirtiendole que se le pasara el tren. Pero esta vez sera diferente, porque Santa Claus bajara por su chimenea para mostrarle la otra cara del amor.

  • Me separe, aunque le amaba demasiado de Mar Montilla

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    Tomar la decision de separarme no fue agradable. Y sabia que tendria que ser yo la que diera ese paso, porque el jamas lo haria. No resulto sencillo, desde luego, pero fue lo menos complicado de todo lo que tuve que afrontar, en consecuencia. Decir que una ruptura resulta siempre dolorosa y traumatica seria hablar demasiado a la ligera; y anadir que se ha de pasar un periodo aproximado de un ano para elaborar el duelo es caer en un topico. No se puede generalizar, depende de cada circunstancia. En mi caso no fue la falta de amor la que me empujo, sino el instinto de supervivencia. Mi marido habia caido en las garras de una adiccion y despues de anos y anos intentando ayudarle a salir de ese pozo comprendi que lo unico que estaba logrando era hundirme con el. No es facil convivir con un adicto, ya sea alcoholico, drogadicto o ludopata. Te conviertes en su complice y cada paso en falso que el da te salpica a ti, inevitablemente. Todo lo tuyo queda en un segundo plano, te vas anulando, borrando tu propia existencia sin apenas dejar rastro... hasta que el se convierte en el centro unico y exclusivo de tu universo. O mejor dicho: su adiccion y el. Eso me sucedio. Y cuanto mas enganchado estaba el a su droga, mas enganchada estaba yo a el, como si fuese mi propia droga. Tarde en darme cuenta. Y cuando por fin tome conciencia, solte su mano, le deje caer y sali corriendo sin mirar atras, con mi pequeno hijo en los brazos. Paradojicamente, mi ex se recupero en menos que canta un gallo (no de su enfermedad, sino de la separacion) y no derramo ni una sola lagrima. No pidio perdon, no me rogo que volvieramos a intentarlo... !Quedo liberado! Para una servidora, en cambio, fue como un desgarro. Triste forma de descubrir lo efimero de sus sentimientos hacia mi. Habia dejado de quererme mucho tiempo atras. Se habia acomodado, eso si, los humanos somos animales de costumbres. He necesitado varias sesiones de terapia y leer unos cincuenta libros de autoayuda para ser capaz de asimilar tan cruda certeza. Al mes de separarnos ya me habia reemplazado por otra. Romper con tu pareja sin haber dejado de quererla equivale a arrancarte de cuajo el corazon, tirarlo al suelo y pisotearlo, que es lo que yo hice. Y superar eso resulta una tarea ardua que requiere olvidarse de prisas y poner una voluntad ferrea. Pasas por varias etapas. Primero resuelves el papeleo y estas tan ocupada arriba y abajo que no te paras a pensar en que esta pasando. Despues tu ex se echa novia y tu, incapaz de desear a otro hombre que no sea el, te subes por las paredes. Mas adelante te autoconvences de que no te importa en absoluto lo que haga y tu puedes pasartelo tan bien o mejor, ligando mas incluso, pero obviamente no lo consigues, y si lo logras resulta desastroso porque comparas a todos los hombres con tu ex y ninguno esta a su altura. Y de repente caes en picado y te das de narices contra el frio y duro suelo. ?Que es lo que te pasa? No consigues encontrar pareja, todo te incomoda, todo te pone de mal humor, no tienes vida sexual y, para colmo, el te empieza a hablar de divorcio. ?Divorcio? ?Es que piensa volver a casarse? ?Ya...? Han transcurrido varios anos, aunque a ti te parezca que fue ayer. El tiene su vida encauzada y da la impresion de que le va a las mil maravillas sin ti, tan feliz con su nueva companera. Quiere casarse con esa a la que tu odias con toda tu alma y que encima va a ser la madrastra de tu precioso retono y la madre de sus posibles futuros hermanitos. Te quieres morir. ?Que has hecho tu mientras tanto? Te das cuenta, horrorizada, de que has seguido pensando en el... un poquito. Sonandole, anorandole, poniendote guapa cada vez que venia a buscar al nino. Admites, no sin cierta inquietud, que aun estas un pelin enamorada, muy a tu pesar, quizas de una idealizacion, tal vez de un fantasma. Necesitas coquetear para sentirte viva. Y no deseas coquetear con otros, sino con el. Te miras al espejo y no te reconoces. ?Pero que estas haciendo? ?Arrastrandote tras el hombre que te ha amargado la existencia...? Se acabo. Y empiezas a recibirle en pantuflas y sin maquillar. Total, a el que le importa si deambulas por tu casa como una zarrapastrosa. Recoges a tu hijo como si fuera un paquete de SEUR, no intercambias ni una palabra con el que estuviste casada tantos anos que ni te acuerdas, le das con la puerta en las narices y no vuelves a saber mas de el hasta quince dias despues. Entonces, justo entonces, te enfrentas por primera vez a la realidad: estas sola. Mujer, separada, treinta y tantos, con un hijo. Esa eres tu. Se te cae el mundo encima. Sola ante ti misma, frente a frente, te contemplas una vez mas en el espejo. Con calma, sin evasivas... y no te gustas. Parece que ha transcurrido un siglo entero desde que conociste al que fue tu companero y ya no lo es. Presa del panico descubres ante ti un abismo infinito. Ya no tienes que arreglar tu los desaguisados provocados por el; ya no tienes que rescatarle de sus continuas recaidas; ya no tienes que tirar del carro de un matrimonio desastroso; ya no tienes que pelear para separarte; ya no tienes que batallar con cientos de tramites... Eso quedo atras. Y entonces, justo entonces, empiezas a comprender el asunto tal y como es: el hombre al que le hubieras dado la luna si te lo llega a pedir esta rehaciendo su vida con otra mujer que no eres tu. Y a ti no te queda mas remedio que aceptarlo. Tienes cosas por las que luchar y ninguna de ellas es el. Un hijo, una profesion, amigos, familia... Lloras y lloras con desespero. Experimentas un dolor visceral pero por primera vez tuyo, como si acabaras de parir. Es el principio del fin. Lo vas a superar. Tu historia, la tuya propia (y no la que viviste con tu inestable marido, que ahora es tu ex) acaba de empezar. Tienes ante ti un maravilloso libro con todas sus paginas en blanco... !empieza a escribir! Nadie dice que vaya a ser facil o divertido. Aun asi, debes hacerlo por ti misma. Y por tu hijo. Duele, lo se. La herida esta abierta pero se cerrara y, con el paso de tiempo, ira cicatrizando. ?Y...? ?Eso es todo...? ?Tanto sudor y lagrimas para sentir este vacio, sin mas...? Asi es. Tienes dos opciones: seguir corriendo con los parpados cerrados, tropezando cada dos por tres con la misma piedra; o detenerte a analizar que ha pasado y por que, para empezar a caminar con los ojos bien abiertos. Tu decides.

  • Mas generoso que la soledad de Yiyun Li

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    Un profundo misterio yace en el corazon de esta magnifica novela de Yiyun Li, ‘una de las mejores novelistas jovenes de los Estados Unidos’ (Newsweek) y celebre autora de Las puertas del paraiso, ganadora del premio PEN / Hemingway. Ambientada entre los Estados Unidos de hoy y la China de la decada de 1990, Mas generoso que la soledad es la historia de dos mujeres y un hombre, cuyas vidas cambian por un asesinato que quiza uno de ellos cometio. Cuando Moran, Ruyu y Boyang eran adolescentes, se vieron involucrados en un misterioso ‘accidente’ en el que una amiga ingirio un veneno que la convirtio en un ser vegetativo hasta su muerte.

  • Criminal de Paz Velasco De La Fuente

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    El crimen siempre nos ha generado una gran fascinacion, tal vez porque nos cuesta comprender como el ser humano puede ser capaz de atravesar segun que limites. La palabra <> arroja en Google mas de 36 millones de resultados, y <> supera los 3 millones. La criminologia esta mas vigente que nunca tanto por el impacto del cine, las series de television y las novelas como por los crimenes reales que nos impactan casi a diario.

  • La virtud de la noche de Diana Jimenez

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    Jade pensaba que se encontraba a salvo del acecho del pecado y lo que implicaba pecar, creyo que admirandolo de lejos seria inofensivo. Un giro inesperado convierte su vida aburrida y ordinaria en un suspenso creciente, conoce un mundo inexistente para el resto del mundo, y conoce de cerca al pecado. Sabia que tocar el fuego la quemaria, y ella decidio dejarse consumir, al borde de perderse para siempre. La primera mirada en el espejo en la manana puede reflejar un recuerdo de pecado de la noche anterior.

  • Tango. Baile y pasion de Boris Cobian

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    Y tu, ?te atreverias a arriesgarlo todo? Helena es una mujer con una vida monotona que, por casualidad, esta a punto de dar un giro inesperado. El conocer a Emanuel, un joven instructor de tango la lleva por caminos insospechados, rodeados de erotismo. Pero, ?pasion es igual a amor? Helena tendra que tomar una decision. Boris Cobian nos muestra la belleza del erotismo a traves de una novela que atrapa de principio a fin.

  • Vencer o aprender de John Kavanagh

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  • Juegos prohibidos 5, Emma M. Green de Emma M. Green

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  • Tocar las estrellas de Katie Khan

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  • Al otro lado de la mirada de Carmen Vidal

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    Al otro lado de la mirada, nos habla de amor y nuevas oportunidades. Nos cuenta como llegamos a juzgar todo lo que nos rodea dependiendo de la perspectiva desde donde miremos.
    El bien y el mal pueden estar mas conectados de lo que podemos imaginar, siendo el uno o el otro la llave para alcanzar nuestro destino. La eleccion siempre es tuya.

  • El coleccionista de sonrisas de Raquel Rodrein

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    Una tranquila localidad del condado de Fife, Escocia, se convierte en el escenario de una triste tragedia que sacude a todo el pais. Dos anos mas tarde, Sam Hamilton continua sumido en una profunda depresion, ha abandonado su trabajo y logra encontrar cierto alivio a su pena a traves de la pintura. Hasta que una manana recibe una llamada que vuelve a derrumbar su mundo.
    Olivia Muriel viaja a Edimburgo con motivo de una oferta laboral y con el objetivo de cerrar un capitulo de su vida. La ruptura con Duncan Murray, el hombre por el que estuvo dispuesta a cambiarlo todo, le ha dejado un inconsolable vacio y muchas preguntas. En busqueda de respuestas empieza a escarbar en los recuerdos y descubre un pasado del hombre a quien amaba que desconocia. Frustrada ante tantas incognitas, esta dispuesta a llegar hasta el final con todo el dolor que ello conlleva.
    ?Y si la persona que amas no es quien dice ser?
    Olivia tendra que remontarse muchos anos atras para desenterrar secretos que Duncan jamas le revelo.
    Un conmovedor relato sobre esas personas que dejaron una huella en nuestras vidas y la verdad que nunca nos contaron.

  • Cuando te salve de Lorena Concepcion

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    Colette es una joven decidida que no se rinde hasta conseguir lo que quiere.
    Tras la muerte de su padre, decide volver a la casa familiar para reparar la relacion con su madre. Alli conocera a Lachlan, un hombre solitario y con el corazon roto que intenta superar un pasado que lo atormenta.
    Colette intentara salvar a Lachlan de sus demonios, pero ?podra hacer frente al terrible secreto que el joven esconde?

  • La septima lapida de Igor De Amicis

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    < thriller que rezuma autenticidad y que no tiene piedad con nadie.>>
    Sandrone Dazieri, autor de No esta solo.

  • Dime que no es un sueno de Anabel Botella

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    Cuando el amor verdadero llega a tu vida ni la muerte podra arrebatartelo

  • Crimen en Kensington de Christopher St. John Sprigg

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    Un pequeno hotel residencial en el centro de Londres, un siniestro matrimonio propietario, un conjunto de excentricos huespedes, un concienzudo inspector de Scotland Yard, un periodista de sociedad joven y curioso… y una inquietante desaparicion.

  • El Plan C de Anna Polux

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    Sandie Davies y Elizabeth Cooper trabajan juntas en una revista para mujeres lesbianas y bisexuales y, a pesar de que

  • Intriga en el Car Wash de Salvador Flejan

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    Usa Salvador Flejan elementos de la idiosincrasia venezolana como punto de inicio para los seis cuentos que componen Intriga en el car wash. El beisbol, los concursos de belleza, lo salseros o las carreras de caballos, buscan atrapar al lector en una atmosfera de complicidad mientras presenta una vision holistica sobre que es ser venezolano. Valiendose de un lenguaje narrativo simple y eficiente, y recreando con gran detalle las historias, los personajes, los dialogos y las descripciones de cada escenas, el autor ofrece la posibilidad de una lectura amena y divertida, mientras se descubre el mensaje que este libro atesora en sus entranas.

  • Paddock, amor sobre ruedas de Emma Maldonado

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    Todas las mananas me levantaba pensando en Oscar Fanelli. Aparte de porque fuera guapo, no me interesaba solo por eso, sino por su aficion: la Formula AM. Mi mayor sueno era conocerlo y dar una vuelta en alguno de esos veloces coches raspando el asfalto. Ya de pequena apuntaba maneras. Mis primeras ruedas fueron unos patines, y !cuantas veces no me cai sobre ellos por correr a la velocidad del rayo! Despues la bicicleta ocupo su lugar, y, cuando cumpli los dieciseis, decidi que, en cuanto pudiese, rodaria sobre un estupendo coche de carreras. ?Como les habia sentado esto a mis padres? Pues a mi padre genial, que era el que me habia arrojado a su hobby favorito. Y a mi madre... Bueno, para ella la sensacion que habia tenido cuando le hable de mi sueno habia sido, en palabras suyas: <>. Aun asi, jamas desisti. ?Cual era el problema? Que conducir se me daba de pena; si, de pena, y ademas mi madre estaba tan histerica con el tema de que fuese piloto que no habia quien la soportara. Al final elegi la opcion B y me embarque en un nuevo objetivo: ser ingeniera. Me habia esmerado en aprender ingles para poder estudiar y ser especialista en aeronautica y, algun dia, ser la mejor del mundo. Era la mayor fan de Xanders Yewy, el mejor y mas respetado experto en la materia hasta el momento. Y, aunque no lo conocia personalmente, seguia todos sus pasos a pies juntillas. Habiendo emigrado a Inglaterra en contra de la voluntad de mi madre y despues de haber obtenido la mejor nota de mi promocion, emprendi la busqueda de mi lugar entre las grandes escuderias de la Formula AM, aunque ninguna me quiso por ser novata; mucho menos la mas prestigiosa, Rear Racing, que era por la que habia suspirado todo ese tiempo. Viendo las perspectivas, me dedique a mendigar un puesto de trabajo en equipos menos populares. Al final mis plegarias fueron escuchadas por algun dios y me contrataron como jefa de ingenieria aeronautica. Y aqui estoy, con mi escuderia, Siter T. Racing. !Vamos a correr la ultima carrera del Mundial de Formula AM y yo soy parte de todo este circo automovilistico! !Que emocion! Aunque no es oro todo lo que reluce. Despues de que acabe todo y por fin haya un vencedor, tendre que elegir entre quedarme aqui o aspirar a una escuderia mejor. Que, por otro lado, es lo que siempre he deseado. Para que me entendais, os contare todo desde el principio... 1 Era mi primer dia, y, por el hecho de ser mujer, ya habia algun que otro chistecito a mi alrededor. La verdad, poco me importaba que viesen extrano que una mujer hubiese decidido realizar este tipo de estudios, pero tampoco tenia por que aguantar a ningun gilipollas por eso. --!Eh, tu! !La nueva! --me apelo una voz grunona que aun no habia tenido el <> de conocer--. Te mande llamar hace tres horas y he tenido que venir yo mismo por ti. <>. En su lugar, dejandome la replica en la punta de la lengua, resople. Una cosa era que fuese nueva y otra bien distinta, que fuese la esclava de nadie. --Estoy con algo importante. No soy Dios y no puedo estar en todos lados a la vez. --Me importa una mierda quien seas. Quiero que le eches un vistazo a mi coche; necesito que arregles una averia para !ya mismo! Levante una ceja un tanto ironica. --?Por quien me has tomado? ?Te conozco de algo? Lo cierto es que era yo la que no tenia ni idea de quien era el, pero, por su uniforme, sin duda era un piloto. Con muy malas pulgas, deberia anadir. --Para tu informacion, soy Victor Campos, y nunca repito las cosas dos veces. Ven al box, !ya! Haz que ese trasto corra de nuevo. Y, con las mismas, Victor Campos salio disparado por la puerta por la que habia venido. Puse los ojos en blanco. !Yo no era mecanica! Era ingeniera aeronautica, nada mas y nada menos que la jefa de toda la plantilla, !y ese imbecil se iba a enterar! Me plante en las pistas y lo vi con el gesto serio mientras miraba el coche como si se hubiese hecho anicos. Casi pensaba que se iba a poner a llorar. Le eche un ojo al motor, pese a no ser, ni por asomo, mi cometido. --Bueno, Victor Campos, corredor de Formula AM y simpatica persona --dije con sorna. El elevo una ceja, claramente desconcertado--. Es el cable del freno, que hace contacto con otro que no deberia; nada que no se pueda arreglar. --Cogi un trapo y me limpie las manos--. Y por la velocidad no te preocupes: tengo un par de ideas que pueden, por fin, hacerte ganar. Victor Campos, al que no le habia puesto cara hasta ese momento, competia por ser el mejor piloto de la Formula AM, pero, si seguia perdiendo, probablemente prescindieran de el en poco tiempo. Y para eso estaba yo alli: para hacer que sus ruedas, literalmente, volaran sobre el asfalto. El piloto, con cara de circunstancia y practicamente incredulo, solto una estruendosa carcajada. --Esa ha sido buena, casi me lo he creido. ?Tu? ?Que podrias hacer? Ya se que los mecanicos os teneis en alta estima, pero tampoco es para que te eches tantas flores. Entonces la carcajada la solte yo. --No soy tu mecanica, soy la especialista en aeronautica que la escuderia ha contratado para que tu puedas, de una vez, llegar a tres centimetros del podio. Decir que la venganza sabe dulce y que encima se sirve en plato frio iria muy bien para ese momento. Aunque, despues de dejarlo con tres palmos de narices, me arrepenti un poco por haber danado su hombria automovilistica. No era asi como queria hacerme valer, sino por mi trabajo, aunque no soportaba que se rieran de mi, por muy buen piloto que fuese. Como no me comento mucho mas, pues cogi y me marche. No es por presumir, pero soy bastante guapa y estoy bastante bien a mis treinta anitos. Mi pelo es rubio, largo como el de una antigua romana; mis ojos, azules como el cielo; mis labios, rojizos, y mi piel, de color olivaceo. No podria pasar por la mediterranea estandar. Si a eso le sumamos mi atractivo cuerpo atletico, heredado directamente de mi madre, y mis capacidades como ingeniera, tenemos una composicion bastante explosiva. No, no es que lo diga yo. Siempre acaban haciendo esa definicion de mi despues de pasar por el pertinente examen de <> que todos me hacen. ?Que le vamos a hacer? Las peliculas americanas han danado seriamente nuestra imagen. Los chicos, algunos, cuando ven que tengo aptitudes que superan su ingenua inteligencia, salen corriendo, mientras que otros intentan desafiar mi intelecto como si ser mas listo que yo fuese una competicion a vida o muerte. Luego esta esa minoria que quiere llevarme a la cama a toda costa, y que, segun me venga, lo consigue o no. Afortunadamente para mi, los pilotos no forman parte de ninguno de esos grupos; solo saben mirar por su coche, dar ordenes y poco mas. He conocido a bastantes pilotos insufribles y a otros bastante interesantes, pero al final han sucumbido a la idiotez o la fama, o a ambas cosas. Sin embargo, no habia conocido hasta entonces a un piloto tan prepotente y malhumorado como Victor Campos, y eso mismo estaba comentando con David, uno de los mecanicos encargados de mantener su coche en perfecto estado. --Antes no era asi. Victor molaba mucho --me decia mientras cambiaba uno de los neumaticos traseros del automovil. Se lo habia ordenado yo, pues estaban todos bastante desgastados como para aguantar mas de dos minutos de entrenamiento. --?Y como era? --pregunte intrigada. No sabia mucho de Victor Campos. Siter T. Racing no me habia interesado demasiado hasta que contacto conmigo para ofrecerme el puesto despues de dejar mi excepcional expediente. Sabia que el podio se le habia resistido en unas cuantas ocasiones. No alcanzaba los primeros puestos desde hacia un tiempo. Creia que esa era la razon principal por la que habian decidido cambiar de ingeniero aeronautico; eso y que el puesto de Victor pendia de un hilo. --!Puf! Otra persona. Veras, estuvo a punto de alcanzar el tercer lugar hace dos anos, pero en el ultimo segundo, Oscar Fanelli lo adelanto y desde ahi todo le fue de mal en peor. El ano pasado volvio a intentarlo, tenia las de ganar, pero, en la ultima vuelta, al girar en una curva el coche se salio del circuito. No le paso nada, para el golpe que se pego, pero Oscar Fanelli quedo el primero. --Me encanta Oscar Fanelli --dije sin pensar. --Es un gilipollas, !y mas vale que no vuelvas a decir eso por aqui si no quieres que te despidan! --rugio una voz detras de mi. David se puso tieso como una vela y reemprendio la azarosa tarea de cambiar los neumaticos restantes sin ayuda. Me gire hacia Victor, dispuesta a defender a David si hacia falta. Despues de todo, habia sido yo la que habia metido la pata. Me encontre con sus ojos marrones acribillandome; con su nariz recta y discreta fruncida de forma molesta. --Lo tendre en cuenta --dije sin mas, cruzandome de brazos. Avanzo hacia mi. Casi podia intuir, por sus gestos tensos, que, si hubiese sido un hombre, probablemente me habria llevado un punetazo. --Mas te vale, si quieres durar aqui mas de dos telediarios --me amenazo mientras su rostro se posaba a dos palmos del mio y sus ojos se entrecerraban. Senti un poco de miedo ante tal amenaza, pero no lo demostre. No me atrevia a contestarle, asi que hice de tripas corazon y suspire de alivio cuando su mirada se despego de mi para contemplar su monoplaza. --?Que estais haciendo con el? --pregunto, rudo. --David va a cambiarle las ruedas porque esas estan muy pasadas. El tipo que he elegido te dara mas velocidad, junto con la forma un poco mas curva de los nuevos alerones que vamos a incorporar. De repente, me miro horrorizado. --!?Te has vuelto loca?! !Rubia tenias que ser! Entonces entrecerre los ojos yo. --Y mujer tambien. No me vengas con machismos ahora, porque no los tolero. Paso completamente de mi comentario y se me acerco de nuevo. Esa vez me agarro la muneca de forma brusca. --Wendel me dijo que unos alerones con forma cuadrada irian mejor, por eso los pusimos asi, !y a mi me parece bien! ?Quien te crees que eres para venir aqui como una diva y cambiarlo todo? No sabia quien diablos era Wendel, pero, de todos modos, conteste: --Soy la que va a hacer que ganes. De nada --replique, soltandome de el. Faltaba medio segundo para que su cabeza echara humo, asi que, antes de que eso ocurriera, se largo pisando fuerte sobre el asfalto, murmurando algo asi como: <>. David silbo. --Siento haberte metido en este lio. No sabia que hoy se pasaria por estos lares. --Tranquilo, no le tengo miedo. Lo que no se es como habeis podido aguantarlo tanto tiempo por aqui. --Supongo que, en el fondo, todo el equipo sufre su frustracion, aunque no gastamos tanta mala leche. Sonrei ante su comentario. Lo cierto era que no habia un apice de veneno en sus palabras. Si hubiese sido el, casi seguro que ahora estaria despotricando sobre el piloto.

  • Vuelo 19 de Jose Antonio Ponseti

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  • Boabdil, Un hombre contra el destino de Antonio Soler

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    En Un hombre contra el destino, Antonio Soler pone en juego su indiscutible talento para la narracion para contar la historia de dos personajes formidables: Boabdil, el ultimo rey nazari de Granada, encarnacion de un sino tragico, y Gonzalo Fernandez de Cordoba, el Gran Capitan, ejemplo de las virtudes guerreras. Estos dos hombres, obligados a enfrentarse aunque en otras circunstancias hubieran estado destinados a entenderse, simbolizan el final de una epoca apasionante que Soler recrea con destreza, conocimiento y nervio.