• tren de venganza - Xavi Casinos

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    Ruben Cardona, ex policia que malvive en la Barcelona de 1848 tras ser represaliado por sus ideas radicales, recibe el sorprendente y bien remunerado encargo de proteger las obras del ferrocarril entre la capital catalana y Mataro, objetivo de continuos sabotajes. Su promotor es el indiano Tomas Boada, que emprende el proyecto despues de amasar una gran fortuna en America. Cardona inicia asi un a menudo frenetico viaje por la Barcelona de la epoca en busca de los instigadores de los ataques. En esta labor recibe la ayuda de Francisco, fiel criado negro de Boada. Propietarios de lineas de diligencia, charlatanes supersticiosos y sociedades secretas acaban conduciendo al protagonista a desenredar una vieja y turbia historia de venganza implacable que regresa de un lejano pasado de traficantes de esclavos y batallas por independizar las colonias americanas, un circulo que se cierra en una remota isla africana. La propia investigacion acaba implicando al mismo Cardona en un periplo iniciatico por una Barcelona secreta que marcara ya para siempre su vida.

  • TREN DE VENGANZA | XAVIER CASINOS | Casa del Libro

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    14 jul 2010 — Sinopsis de: "Tren de venganza". Rubén Cardona, ex policía que malvive en la Barcelona de 1848 tras ser represaliado por sus ideas radicales ...

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    1 mar 2010 — TREN DE VENGANZA, CASINOS, XAVIER, 16,00€. Rubén Cardona, ex policía que malvive en la Barcelona de 1848 tras ser represaliado por sus ideas ...

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    La tumultuosa, romantica y tragica historia de una mujer que lucho por liberarse de la jaula dorada en que la habian encerrado.

  • Orgasmos Millonarios de Blanca Moral

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    Valiente Cretino Millonario: Matrimonio de Conveniencia, Sexo y Romance
    Cristobal Castano lo tenia todo. Un conglomerado de empresas que le generaban siete ceros en su cuenta corriente. Una mansion preciosa. La esposa perfecta, a la cual ha deseado desde que iba al instituto. Buenas dosis de sexo en pareja... ?Perdon?
    Veronica Carrera no compartia la cama con el, durmiendo y viviendo en el otro lado de la mansion. Aquel frio papel firmado en la caja fuerte era lo unico que les mantenia juntos. El habia conseguido lo que queria, a la esposa de sus suenos, y ella el dinero para pagar las deudas que su aciago padre dejo a la familia.
    Pero Veronica rechazaba la mirada de su esposo. Su conducta de principe chulo y encantador, su mania de hacer pesas sin camiseta mientras ella hacia yoga, su actitud tranquila y condescendiente cuando le recordaba a Veronica que no tener sexo era "una lastima".
    Pero su conducta de chico malo no enganaba a Veronica. Sus dormitorios, enfrentados con un jardin en medio, revelaban la verdad. Se podia ver perfectamente, a traves de la ventana, como el se pegaba al cristal mientras ella se cambiaba de ropa antes de ir a dormir, anhelante.
    Si el decidia salir de la ducha desnudo, ella haria lo mismo de la piscina. Si el hacia la cena, ella se comeria los dos platos. Si ella lo ignoraba, el quitaria el pestillo de la puerta.
    El estaba dispuesto a ponerla a sus pies. A estar dentro de ella.
    Y ella a mantenerse firme, y no dejar que ninguna de sus artimanas calase.

  • Dos historias para no dormir de Stephen King

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    Un grupo de chicos y chicas sale a navegar en una balsa sobre un pacifico lago, donde una oscura mancha viscosa los acosa; en la carcel, un interno tiene extranas pesadillas en las que aparece una mujer que le atrae y repele a la vez, porque se convierte en una inmensa rata. Dos cuentos ineditos del gran maestro del terror, un terror que se instala en situaciones cotidianas con total familiaridad. Una realidad sobrenatural que traspasa los limites de lo fantastico para infiltrarse en nuestras vidas y sembrar la angustia en las noches de insomnio.

  • Emperadores y barbaros de Peter Heather

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    Peter Heather, autor de La caida del Imperio romano, nos propone una vision innovadora de la historia de los barbaros. Basandose en los nuevos hallazgos de la arqueologia, combate el topico de una Europa dividida en la antiguedad entre un Imperio romano prospero y cultivado y unos espacios habitados por tribus de barbaros pobres e incivilizados.

  • El color que no existia de Fran Pahino

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    El color que no existia es la historia de la fuerza de la constancia, de como luchar por los suenos de cada uno y mantener una fe tan poderosa e intensa que nos situara al borde de la locura al contemplar lo que la ciencia y la razon tratan de imposible.

  • Lanzado al vacio de A.a Espigares-sanchez

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    “El ano es 2048.
    En una peninsula iberica arruinada e incomunicada del resto de Europa por un infranqueable muro, un hombre despierta una manana de invierno sin el mas minimo recuerdo de su pasado en la memoria. Como unica respuesta tiene una escueta nota: por sus crimenes pasados ha sido expulsado de las Islas Baleares, alli donde las personalidades espanolas mas poderosas se refugiaron cuando la Peninsula colapso. Este hombre sin nombre ha sido condenado de por vida a vagar por un territorio enfermo de pobreza, violencia y odio. Pero no esta solo; alguien de su pasado olvidado parece dispuesto a sacarle de alli a cualquier precio, aunque no es una tarea sencilla.”

  • Los relatos de Fata Morgana de Jonathan Littell

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    Abajo del todo se alzan las dos torres. Destacan sobre un cielo gris, delicado, de luz contenida. Unos arboles ocultan parte de la segunda, la que esta quemada de abajo hacia arriba. Se yerguen silenciosas como centinelas, indiferentes a lo que sucede a sus pies. El viento agita las hojas de los arboles. Estelas de nubes cruzan perezosamente el cielo. Es un domingo de verano. Al rato el sol pasa por el balcon y calienta el rostro y las piernas. Asi que durante unas horas toca refugiarse en el interior oscuro y fresco del apartamento. Enfrente, hacia la izquierda, al bies sobre la colina, estan las pequenas manchas blancas de las tumbas, un reguero disperso entre las casas. Por encima del cementerio se alza una bonita vivienda, un gran edificio del siglo XIX con alas imponentes y columnas de un lado al otro de la puerta principal. Puede que ese fuese el acceso al cementerio. Es dificil saberlo, porque alli arriba no se puede llegar. Por la noche, cerca de esa casa, hay una luz que es un agujero de fuego en la oscuridad. Quien la ha puesto ahi, tampoco se sabe. Hay gente que debe de saberlo, pero yo a esa gente no la conozco. Una vez visite una casa no muy lejos de ese cementerio. Tambien era domingo, hacia el mediodia. B. me habia llevado para entregarle un paquete a la gente que vivia en ella. Nos quedamos en la terraza una media hora, bebiendo cerveza con el padre mientras la hija, en el jardin, cortaba rosas para B. Estabamos sentados un poco apartados, porque el extremo de la terraza quedaba expuesto. La ciudad se extendia a nuestros pies, con las dos torres de frente por una vez, bajo un cielo azul de verano que viraba a blanco. En el lado de la Residencia del general cayeron algunos obuses. El padre me dijo que no estabamos mas que a ciento cincuenta metros del cementerio; esa informacion me parecio sorprendente. Ayer, prosiguio, una mujer fue asesinada por un obus justo debajo de esta casa. La vispera habia sido en efecto un dia muy malo, mataron a muchas personas. Pero ese domingo yo todavia no sabia hasta que punto el dia anterior habia sido malo. Fue un fin de semana tan hermoso. El sabado, cuando atacaron por primera vez la Residencia del general, yo estaba almorzando en una taberna. Delante de mi mesa reboto una esquirla de obus con un pequeno tintineo, corri a recogerla; volvi a entrar en el cafe riendo, pasandome la esquirla aun ardiente de una mano a la otra, como cuando sacas del horno una patata asada. Mas tarde, ya de cara a la noche, fui a casa de unos amigos a tomar un coctel. Bebiamos en el jardin mientras por encima de nosotros bramaban los cohetes. Varios de mis amigos se asustaron y se acurrucaron al pie de los rosales. Fue muy divertido, nos reimos mucho. A la manana siguiente, otro obus exploto en el jardin de al lado, a unos cincuenta metros de donde habiamos estado bebiendo. Asi que ese domingo, despues de la cerveza cerca del cementerio, me fui con B. a recoger a nuestro amigo A. para ir a almorzar a un restaurante precioso, un poco aislado, con una terraza cerrada solo en parte en la que podias estar al aire libre sin violar demasiado las prohibiciones de la policia. Comimos lentamente durante toda la tarde, chuletas de cordero con una ensalada de cebolla, y nos bebimos una botella de vino tinto. Despues, B. y yo compartimos un puro, estaba demasiado seco pero igual fue un gran placer. Luego compramos pasteles y fuimos a beber alcohol a mi balcon, frente al cementerio, con las dos torres a nuestros pies. No fue hasta el dia siguiente, al leer los periodicos, cuando nos dimos cuenta de lo malo que habia sido el fin de semana. Pero el verano ya llevaba asi seis semanas, y todo apuntaba a que iba a seguir igual. La ciudad estaba completamente cerrada desde finales de mayo. De hecho, todavia quedaba una carretera para entrar y salir, pero era peligrosa. Habia a quien esa sensacion de encierro le ponia de los nervios, pero a mi me alegraba. Me encantaba la idea de estar aqui atrapado para el resto del verano, con el calor y la luz, perseguido a un lado y al otro de la ciudad por los silbidos agudos de los obuses y el ruido obsceno de sus detonaciones. Eso me hacia sentir enormemente vulnerable y me ligaba como un suplicio a esa otra cosa de la que no deberia hablar. Esa otra cosa, me resulta imposible hablar de ella pero tambien me resulta imposible no hablar de ella. Me devastaba el corazon y consumia mis noches: por la manana, al despertarme, colmaba mi cuerpo y lo retorcia de felicidad. Luego me levantaba, me vestia, me dirigia a mi despacho y reanudaba mi trabajo con una atencion y un estado tan febril que, por un tiempo, la dejaba de lado. Pero a veces los bombardeos eran demasiado fatigosos, imposible trabajar, y entonces, entre el miedo y esa cosa, me invadia una enorme pereza que volvia inutil cualquier esfuerzo. Entonces quedaba el balcon, el sol, los libros, el alcohol y los puritos que tanto me costaba procurarme, y a veces tambien el telefono, horas y horas de telefono, un medio odioso y falso pero que en ausencia de su rostro y de su cuerpo alimentaba mi angustia y mi futilidad. Y aqui estoy, hablando de ello, cuando no deberia hacerlo. Deberia hablar de otra cosa. Hacer descripciones, como al principio de este relato, describir el purito palido que me fumo en este momento, el mechero de estano barnizado que tengo delante, un poco rayado por las monedas que llevaba en el bolsillo, el cielo que vira a gris. A modo de proteccion de posibles fragmentos de vidrio, las ventanas de mi despacho estan cubiertas por unas laminas autoadhesivas de plastico translucido; a traves de esas laminas, punteadas por burbujas de aire, todo se ve turbio. Es una lastima, pero por otro lado, delante de mi despacho no hay nada que ver, solo otro edificio gris, sucio, con muy pocas ventanas intactas y estrias de impactos que atraviesan su fachada. Ah, aqui vuelve el sol, a iluminar graciosamente esa horrible fachada. No hay discusion, el sol demuestra una inmensa bondad por las pobres cosas de este mundo. Un poco mas arriba, en este mismo cuaderno en el que ahora tomo notas, hace unas semanas escribi una o dos frases sobre la luz del sol en el cuello de B. Tambien, como por azar, fue un domingo (aunque en realidad no se deba al azar, sino a que trabajo para justificar mi presencia aqui, y a estas historias no les quedan mas que los domingos). Fue uno de los momentos mas aterradores y dolorosos en que me he visto inmerso en los ultimos anos. ?Que me impidio besarla, en ese momento? Todo mi cuerpo y todo mi pensamiento, tan debiles, no tendian mas que a una sola cosa, posar mis labios sobre ese cuello resplandeciente de luz y blancura. Que horror. No me movi, me quede apoyado en la barandilla, luego nos fuimos. Podria echarle la culpa a mi natural timidez, pero algo me dice que eso seria falso, una patetica escapatoria. Mas bien me parece que aquello fue miedo, lo cual no es lo mismo. Bajo esa luz pavorosa, tan cerca de su piel, me quede descolocado, crucificado de miedo y deseo, y ni siquiera llame Elohim, Elohim, estuvimos charlando, luego nos fuimos, le cogi una flor, otra para la tumba de mi deseo, y la lleve a su casa. En verdad no deberia hablar de estas cosas. El verano continua, esta lejos de terminar. No habria que hablar de eso sino despues, mucho tiempo despues. Lo mejor seria no hablar de eso nunca, morir en silencio y que asi desapareciese, esas dislocaciones y esas luces de las que al final veremos que esta hecha la vida, si es que no lo vemos ya, y si es que alguna vez podemos decir de una vida que esta hecha, pero si no logramos callarnos, por lo menos que sea mas tarde, y que haya sido debidamente digerida antes de regurgitarla. El verano ni siquiera ha terminado, las sirenas acaban de ponerse a sonar, habria que aprender a hacerse crecer una piel antes de jugar a despellejarse con navajas de tan pobre calidad. Tanta impaciencia me desconsuela.

  • Parece mentira de Juan Del Val

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    Esta es la historia de un chico de barrio que, desde la distancia de sus 46 anos, sale al encuentro del adolescente problematico, el joven perdido y el hombre en busca de destino que fue. A partir de capitulos muy cortos e intensos, que demuestran una capacidad de autoanalisis y de observacion muy poco comunes
    y un sentido del humor sobresaliente, Juan del Val nos va contando como ha sido <>, nos relata sin tapujos las veces que se ha perdido, y compartimos su alegria y su asombro cada vez que siente que ha aprendido una leccion.

  • Entre el cielo y el infierno de Mercedes Perles Ortola

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    ?Que harias si el destino fuera tan cruel y despiadado que pusiera en tu camino a la unica persona de la que no te deberias enamorar? Y si supieras que el unico camino que tienes para separarte y protegerla es el mas macabro a elegir, porque eres incapaz de alejarte y de dejar de amarla mas alla de todo lo posible o lo imposible, ?que harias?

  • Para siempre de Amaya Felices

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    La nieve caia pesada, amontonandose sobre las lapidas. La fantasmal luna de invierno tocaba con sus palidos rayos los copos estrellados, haciendolos brillar como si fueran el halito que se escapaba de los labios del hombre que, de rodillas, lloraba ante una tumba. Su abrigo, negro y largo, medio cubierto por la ausencia de color que imperaba en el paisaje, bajaba como una pesada mortaja desde sus anchos hombros hasta tocar el suelo, abrazando a aquella tierra que cubria a los muertos. Su rostro estaba inclinado contra el suelo y unos agujeros en la nieve, provocados por el calido fluido vital que destilaban sus ojos, evidenciaban tanto o mas que sus hombros agarrotados el dolor que lo recorria. En la piedra que coronaba la sepultura, el manto blanco tan solo dejaba ver un nombre y el inicio de una fecha: Maria... 19...; asi como el esbozo tallado de los rasgos de lo que debio de ser una joven hermosa. En las sombras de la noche, en el cementerio de aquel pequeno pueblo espanol medio olvidado por sus habitantes, la mujer que portaba un ramo de rosas no vio al hombre que sufria en su homenaje silencioso. Ocupada con sus propios pensamientos e intentando localizar una estela en concreto, no se dio cuenta de la inmovil figura arrodillada hasta que choco contra ella. Sacudida de repente de sus recuerdos, se mordio los labios para callar la maldicion que pugnaba por escaparse de estos. --?Lo siento? ?Le he hecho dano? --se intereso algo preocupada. Una cabeza de cortos y rizados cabellos negros se alzo hacia ella, unos ojos de un tono tan oscuro como el dolor con el que la miraban la dejaron casi sin aliento. No se lo esperaba. --?Eres real? --susurro el. Su voz era profunda y habia algo, aparte de la oscura influencia del lugar en el que estaban, que hizo que la mujer se estremeciera, como si el desconocido no perteneciera a este mundo. --?Que? --se sorprendio la mujer. Era la noche de todos los Santos, de acuerdo, pero ella, con su moderno corte de pelo rubio, su abrigo rojo y sus zapatos negros de tacon no tenia aspecto de no ser de carne y hueso. Siempre le habian dicho que era una mujer de aspecto fragil mas nunca la habian confundido antes con una aparicion. Si es que era eso lo que le acababan de preguntar. --Perdone... --comenzo a levantarse el--, me ha sobresaltado apareciendo asi, como de la nada. --Se sacudio la nieve de los vaqueros y la miro. Los huecos de sus lagrimas habian quedado cubiertos de blanco--. Sobre todo ahora que acababa de invocarla... --murmuro en voz baja las ultimas palabras. --?Disculpe? --Nada, cosas mias --esbozo una sonrisa triste--. ?Busca a alguien? Quiza pueda ayudarla. La chica de cabellos claros se lo quedo mirando, con un dedo dubitativo en su barbilla, como si estuviera intentando dilucidar si era cuerdo entablar una conversacion con un extrano mas alla de la medianoche. Estuvo a punto de decirle que no pero, por mas que no consiguiera acordarse de que, era como si lo conociera de algo. Sacudio la cabeza para librarse de semejantes ideas y decidio que podia confiar en que no iba a intentar robarle. --Se que no son horas, pero he llegado hace poco al pueblo y no queria irme a dormir sin visitar su tumba. --?Senorita? --pregunto dubitativo y continuo ante el cabeceo afirmativo de esta--, imagino que usted tiene muy claro a quien se refiere pero me temo que si no me dice algo mas no voy a poder ayudarla. La mujer se sonrojo ante la torpe omision que acababa de cometer. Fue refrescante para ella pues no solia hacerlo, no desde hacia mucho. --Mi abuela, la tumba de mi abuela. Mis padres y yo nos mudamos a Francia y no habia estado aqui desde que era nina. O al menos desde que ella... --su voz se apago hasta convertirse en un susurro. Pero el hombre, si bien recogio esa nota quebrada, se quedo con el dato de Francia. Lo asimilo, haciendolo encajar con el acento que acompanaba a la manera musical en que ella hablaba. Si no fuera porque sabia que era imposible al verla ante el, con esos mismos rasgos a los que habia suplicado, maldecido y pedido perdon una y otra vez, juraria que el fantasma de su amada se habia hecho carne en esa noche donde los espiritus eran mas fuertes. Si no fuera posible... creeria que estaba otra vez viendo su delicado rostro. Y mientras el hombre intentaba no pensar en ello, en el breve silencio que habia caido entre los dos, la mujer habia olvidado por unos instantes sus propios problemas, atraida como la luz a un agujero negro por la profundidad que percibia bullendo tras los intensos ojos de aquel extrano. (?Habia estado llorando? No es que hoy en dia eso fuera algo tan raro como antano, pero aun asi ella no podia evitar desear saber la respuesta a que podia haberle hecho tanto dano. Y no deberia, pues la vida le habia ensenado a no interesarse por nadie). Al final, la voz masculina rompio el silencio, con fuerza, como obligandoles a ambos a recordar donde estaban. --Si me dice la fecha de la muerte, podemos intentar buscarla. El cementerio no es pequeno pero ha ido creciendo de manera radial, con lo que no creo que sea muy dificil hallarla. --Mire, esto es una locura. --La mujer solto una risa nerviosa, como si se lo hubiera pensado mejor--. Mejor me voy y vuelvo manana. Le otorgo una sonrisa simpatica y comenzo a girarse. --Espere, ni siquiera se su nombre. --Agarro la manga de su abrigo; fuera ella o no, no queria que se marchara. Ella lo miro algo preocupada y tiro para soltarse. A continuacion echo a andar a paso vivo hacia la salida del cementerio. Cambio de opinion a medio camino, atraida como se sentia por ese extrano que parecia recordarle a alguien y se paro un instante, justo el necesario para responderle. --Maria, me llamo Maria. La brisa que se levanto con sus palabras ahogo el eco de sus pisadas. La nieve comenzo a arremolinarse con fuerza y el hombre se giro otra vez hacia la lapida que habia ido a visitar. Sus labios se abrieron y pronunciaron su nombre (Maria...) con la devocion de un rezo, la rabia de una maldicion y la certeza del que se sabe condenado. Bajo sus pies, quedaron aplastados los huecos que sus anteriores lagrimas habian horadado en el blanco suelo. Y los recuerdos fluyeron otra vez, reanimados por ese delicado rostro, sumergiendole en la oscuridad de otra noche de todos los Santos, una acaecida tiempo atras. --Vamos, date prisa --apremio en voz baja el joven a la muchacha que se estaba escabullendo por el jardin de la casona de sus padres. --Shhh, que nos van a oir. Maria acabo de cruzar sendero que la separaba de su amado, entreabrio la puerta de la verja y salio al camino. Mientras esta se cerraba a sus espaldas con un ruido metalico, ella se abrazo a Pedro, dejando caer el hatillo que llevaba entre las manos. --Has venido... --Te lo habia prometido, como no iba a venir si no deseo mas que pasar el resto de mi vida a tu lado. --Vas a perder tu trabajo por fugarte conmigo. --Y tu, tu herencia y tu posicion. --La tomo con dulzura de los hombros y la separo un poco de si, no porque lo deseara sino para poder ver sus ojos, esos enormes ojos verdes de hechicera--. Perdoname por preguntarte otra vez, no es mi intencion dudar de ti, pero necesito recordarte que todavia estas a tiempo: ?seguro que quieres continuar? --Si, Pedro, si que quiero. Y vayamonos antes de que las criadas o los hombres de mi padre se den cuenta de que pasa algo. Los ojos de el se iluminaron de alegria. No habia podido evitar contener el aliento, ni aun en el impetuoso ardor de la juventud concebia que la bella Maria fuera a abandonarlo todo para ser su esposa. Se casarian en ano nuevo, el mismo dia en el que estaba planeada la boda de su amada con otro hombre, uno con varias haciendas. Acerco los labios a los de ella para robarle un beso, no por breve menos apasionado y, tras ayudarla a subir a la grupa de su caballo, emprendieron ambos el camino hacia su nueva vida. El problema llego con la madrugada y los lobos. Se acercaron raudos, silenciosos, sin avisar; como sombras oscuras entre los copos de nieve que conseguian atravesar los arboles. Los amantes, que habia tomado el camino del bosque, se habian parado a descansar en un claro tras considerar que ya estaban lo suficientemente lejos del pueblo. Pese al frio, estaban tapados con mantas. La nevada y el miedo a ser detectados habian impedido que encendieran un fuego. Y cuando llegaron las bestias, la espada de Pedro no fue suficiente: el fue herido pero ella... ella cayo con una fea mordedura en el vientre, una que el no pudo impedir por mas que intento colocarse entre los lobos y su prometida. Corrio la sangre, animal y humana. El invierno estaba siendo especialmente frio y los lobos estaban debilitados por el hambre pero aun asi eran tres y Pedro, por muy buen espadachin que fuera, solo uno. Cuando la loba consiguio rodear su acero y alcanzar a Maria, apoyada asustada contra el tronco de un arbol, el, en medio de un alarido salvaje, dejo su espalda descubierta para socorrerla. Acabo con la bestia en medio de un arrebato de desesperada furia; los otros lobos aprovecharon para herirlo por detras. Despues, ignorando el dolor, se giro para seguir luchando por sus vidas, cuando todo lo que deseaba era comprobar si la herida de Maria era tan mala como le habia parecido. Pasaron interminables minutos hasta que acabo con el ultimo de sus enemigos y pudo inclinarse sobre esta. El mordisco era terrible, una boca sangrante abierta en su vientre. Y ella habia perdido ya tantas fuerzas... Rasgo el hatillo que la mujer habia portado y la tela blanca del vestido que habia dentro, un trozo de la cual uso para presionar la herida. Petalos rojos brotaron en la tela, expandiendose, como burlandose del invierno, de la fria inmutabilidad que seguia cayendo del cielo. --Aguanta, Maria, aguanta. No puedes dejarme.

  • Vuelo 19 de Jose Antonio Ponseti

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  • La decision de una dama de Trixie George

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    Una dama debe sonreir siempre, estar al dia de las ultimas tendencias de moda y ser amable en todo momento. Ademas, una dama nunca debe tomar decisiones por si misma, sino obedecer a las de su padre o su esposo. Eso es lo que lady Verity ha oido toda su vida, y lo que debe poner en practica cuando llega a Londres dispuesta a encontrar esposo.

  • Las cuatro torres de Leandro Perez

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    ?Quien es Juan Torca? ?Un mercenario, un detective, un asesino? Al desembarcar en Madrid, Torca es un naufrago que vive en un hotel de Gran Via y corre por el Retiro. Todo cambiara cuando se reuna con su compadre, Javier Marse, en una de las Cuatro Torres. Y cuando se crucen en su camino Nerea, una joven recepcionista del hotel, y Adriana, la mujer de Marse.

  • Barridos por el salitre de Lena Moreno

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    La primera vez que Daniel vio a Monica no sonaron campanas, no se detuvo la tierra y, por supuesto, no se le paro el corazon. Daniel habia sido contratado como monitor de tenis en un club, en el que solian pasar los calurosos dias de verano muchas familias de clase media-alta. Su tia le habia conseguido el trabajo, no pensaba darle ni un duro ese verano, ya que habia suspendido tres asignaturas para Septiembre. No le consentiria que ese ano no terminase el instituto, ya habia repetido curso en dos ocasiones, no estaba dispuesta a darle mas oportunidades, lo tenia claro, debia trabajar. Aun asi, no estaba tan mal, solo tenia que darles clase a unos ninos, que carecian de talento alguno para el tenis, pero desde luego, no seria el, quien se lo descubriera a sus padres. De hecho, podia ser peor. El ano anterior habia estado vendimiando y eso si que no se lo recomendaba a nadie. Ademas, su jefe era un tio bastante legal y le permitia utilizar la piscina y otras instalaciones del recinto, cuando acababa su jornada. Eran las ocho de la tarde y habia terminado con el grupo de ninos de cinco anos, que ese dia estaban especialmente revoltosos. Gracias al cielo, no los veria hasta el dia siguiente. Tenia muchas ganas de llegar a casa, su estomago grunia de hambre y esa noche su abuela le habia prometido hacer canelones para cenar, su comida favorita. Pero hacia tanto calor que no podia dejar pasar la oportunidad de darse un bano antes. Se encamino a la piscina con sus cosas, desde las pistas de tenis, por un sendero rodeado de cesped. Dejo todo bajo un arbol y se tiro de cabeza al agua, sin pensarselo mucho. Resultaba agradable zambullirse en el agua fresca, tras las altas temperaturas que habia padecido durante todo el dia. Al salir del agua, una chica castana, con el pelo muy corto, lo abordo. --!Hola!, soy Eva --le solto la muchacha sin darle tiempo a tomar aire. --Hola --respondio Daniel, intentando salir de su asombro. --Soy la hermana de Nico, le das clase de tenis por las mananas. Dice que aprende muchisimo contigo. -- !Ah! Si, Nico es muy buen chico. --Menudo calor hace hoy, ?No? --Si, la verdad es que si. -- ?Es el primer ano que das clases de tenis aqui? --insistio Eva, buscando tema de conversacion. --Si, no he sido antes monitor. --Pues se te da genial --comento zalamera--. Supongo que no conoceras a nadie por aqui. Yo vengo todos los dias con mis amigas y siempre nos ponemos alli -- explico, senalando un sauce, donde se encontraban dos chicas que miraban boquiabiertas la escena--. Si algun dia te apetece sentarte con nosotras, seras bienvenido. Ahora, nos vamos a tomar algo por aqui cerca, ?Te apetece venir con nosotras? --No, no, gracias. No puedo, me estan esperando en casa. --titubeo el muchacho un poco cohibido. Daniel no tenia ninguna intencion de irse a tomar nada aquella tarde, y menos aun con aquellas tres, que parecia que se estaban riendo de el. --Vale, pues otro dia, el verano el muy largo. Eva le dio dos besos y regreso con una sonrisa triunfal junto a sus amigas. Daniel no espero a secarse para ir a coger su moto y marcharse a su casa. Saludo a las dos amigas de Eva, que estaban sobre unas toallas, cuando paso a su altura con un gesto, recogio rapidamente sus cosas y desaparecio. --No me puedo creer el morro que tienes tia --sentencio Monica tan pronto como Eva se hubo sentado, y las tres chicas estallaron en risas. --Ya, !Menuda cara ha puesto, pobrecillo, se ha largado como una exhalacion! --exclamo Eva, sin poder parar de reir. --Ese ya no nos saluda en todo el verano Eva, !Que manera de espantarlo! -- tercio Lucia. --Hijas, es que esto es el toston de todos los anos. Para una vez que hay un buenorro por aqui, nos tenemos que hacer amigas suyas, ?No? --explico Eva, poniendose un poco mas seria--. A ver... Siempre estamos con los mismos chicos de siempre. En invierno, con los del instituto, que, con todos mis respetos, son unos pardillos. Bueno, todos menos tu Juan, Lucia, que ya sabemos que es un portento de la naturaleza y, ademas, como ya es universitario no cuenta --preciso guinandole un ojo a Lucia--. Pero vamos, que todos los demas son un autentico conazo. Asi que chatas, o nos espabilamos un poco este verano o, como dice mi abuela, nos quedamos para vestir santos. --No creo que estemos tan mal como para tener que ir por ahi abordando a todos los que se banen en la piscina, !Que verguenza! --se quejo Monica riendo. --Todos no, solo a los que sean guapos --contesto Eva, mientras le lanzaba un gesto de complicidad--. Y, ademas, tu no hables que tienes mucho que callar. ?Como te hago yo entender, que lo de Rafa, es un amor imposible y que hay mas peces en el mar? --No me hables --se lamento la muchacha mirando al horizonte--. La verdad es que esta muy bien el monitor de tenis... --admitio Monica, intentando desviar de ella la atencion. --Pues que quereis que os diga, a mi me da mal rollo, me recuerda a los ninos del maiz con esos ojos, da miedo --apunto Lucia. --Tiene unos ojos increibles, super verdes, cuando hablaba con el me he perdido en ellos --explico Eva teatralmente, mientras se ponia la mano en la frente--. Casi me desmayo. Las tres pasaron el resto de la tarde pensando en el viernes por la noche. Tenian previsto celebrar el cumpleanos de Lucia e iban a hacerlo por todo lo alto. Habian planeado hacer botellon en la playa. Delante de las discotecas de la curva, la zona en la que se congregaban la mayor parte de sitios de marcha de la ciudad. Ultimamente, las tres amigas salian con los hermanos gemelos de Monica, que, a su vez, eran amigos de Juan, el novio de Lucia. Cosa que a ninguno de sus hermanos le acababa de convencer. Pero, poco a poco, las amigas de su hermana, de ser unas mocosas, habian pasado a convertirse en unas chicas bastante aceptables. Harian el sacrificio. Por ultimo, estaba Rafa, amor platonico de Monica. Los siete jovenes estaban pasando un verano sin mas preocupaciones que broncearse y buscar sitios para salir de fiesta. Todo un lujo, que terminaria con el verano, por lo que todos tenian claro que lo principal era disfrutar el momento. Daniel llego al pasaje, donde se encontraba el piso en el que vivia con sus abuelos y su tia Carmen. Aparco la moto en la acera y entro en el. Vivian en pleno centro de la ciudad. El pasaje habia sido construido en 1925, y no habia perdido un apice de su magnificencia y encanto. De estilo modernista, estaba cubierto por un magnifico tragaluz de cristal con arcos de hierro. La parte inferior estaba destinada a locales comerciales, separados por unas impresionantes columnas renacentistas, con adornos modernistas y neobarrocos historicistas. Mientras que las tres plantas superiores alojaban viviendas. El conjunto arquitectonico estaba considerado como una de las construcciones mas emblematicas de la ciudad. Los turistas que lo visitaban siempre se maravillaban de los herrajes de los balcones y las puertas. A esto se sumaba que, segun pasaba el dia y variaba la luz, el pasaje tambien cambiaba su aspecto, por lo que Daniel estaba acostumbrado a encontrar gente admirada, ante la puerta de su casa, mirando los techos, las esculturas y el tragaluz, que era una obra de arte. Entro en la cocina y vio como su abuela metia la bandeja de canelones en el horno. Le dio un beso en la frente y dejo sus cosas en una silla. --!Pero que bien huele! --exclamo Daniel, exhalando el delicioso aroma. --Pensaba que llegarias mas tarde, ?Tienes hambre? --le pregunto su abuela secandose las manos en el delantal. --Un hambre atroz. --?Como te ha ido hoy? --se intereso la mujer. --Bien, no me puedo quejar. --Tu tia esta a punto de llegar. Ve a tu habitacion, y abre los libros mientras termino la cena, que se va a llevar una alegria si te ve estudiando un poco, para variar -- le dijo la mujer con un tono de reproche, pero con los ojos inundados de amor. --Vale, abuela --respondio el muchacho cansinamente. Llego a su cuarto por el estrecho pasillo. La casa era de techos altos, sus estancias bastante amplias y casi todas daban al pasaje. Daniel abrio la puerta de su habitacion y el caos se hizo patente ante sus ojos. Era muy desordenado y, aunque su abuela se afanaba en tenerlo todo perfecto, habia desistido con su nieto, ahora, cerraba la puerta y fingia que su cuarto no existia. Daniel escondio la ropa que habia tirada por todas partes debajo de la cama y se sento en el escritorio, con los apuntes dispersos. A los cinco minutos, llego su tia y se asomo a su habitacion, lo saludo y le dijo que no queria interrumpirlo, que siguiese estudiando, ya le avisaria cuando la cena estuviera lista. Le quedaban solo dos asignaturas para obtener el titulo de BUP. No sabia que haria luego, pero lo que si tenia claro es que no queria seguir estudiando, aunque su tia se pusiera como una fiera. Los libros le aburrian, le gustaba hacer cosas mas practicas, trabajar con las manos se le daba bien, encerrarse a estudiar le costaba un esfuerzo titanico, que normalmente solo le reportaba frustracion. Daniel habia vivido desde que tenia uso de razon con sus abuelos y su tia. A su madre la habia visto tan solo en tres ocasiones, a lo largo de toda su vida, en las que acudio a sus abuelos para pedirles dinero. Segun habia escuchado, espiando las conversaciones entre su abuela y su tia, su madre se quedo embarazada con dieciocho anos y se fugo con un comercial unos diez anos mayor que ella. Dos anos despues de que naciera Daniel, se rompio la relacion y cada uno tomo su camino. Su madre queria empezar una nueva vida en la capital y Daniel no encajaba en sus planes, por lo que lo dejo con sus abuelos, que, una vez pasada la sorpresa inicial, lo trataron y quisieron como a un hijo. En todos esos anos, su tia, que tenia tan solo diecisiete anos cuando Daniel empezo a vivir en la casa, habia adoptado el rol de madre y se habia hecho cargo de todas sus necesidades. Carmen era una mujer seria y discreta, trabajaba en un banco donde antes lo habia hecho su padre y, pese a la gran competencia, habia logrado ir ascendiendo, ahora era la directora de una sucursal. No le gustaba mucho salir, le encantaba quedarse en casa leyendo o escuchando opera, una de sus pasiones. De vez en cuando, salia a tomar cafe con sus amigas, con las que, poco a poco, habia ido perdiendo el contacto, la mayoria se habian casado y ya eran madres. Cada vez, tenia menos cosas en comun con ellas y la relacion se iba enfriando, pero Carmen era feliz, cuidaba de su pequena familia y habia visto crecer a Daniel. No queria nada mas. Monica llego a su casa temprano, sus padres habian ido a hacer la compra y sus hermanos, los gemelos, estaban tirados en el salon viendo la tele. Hizo ademan de saludarlos, pero ellos, como casi siempre, la ignoraron. Subio a su cuarto y se puso sus zapatillas de correr, bajo las escaleras y salio por la puerta. Vivian en un chalet adosado a las afueras. Era un lugar bastante tranquilo, al pie de la montana, donde terminaba la ciudad. Calento los gemelos, despues los brazos rapidamente y echo a correr calle arriba, hasta el lugar donde la ciudad desaparecia y era sustituida por una pequena carretera, que conducia al santuario ubicado en el interior de un parque natural de gran belleza. Era su lugar favorito en el mundo, y siempre que podia subia a ver alli atardecer. Se trataba de un emplazamiento unico, que ofrecia unas vistas increibles, un espacio al margen de todo lo demas. Eran cuatro kilometros de subida, por lo que al final del camino, siempre tenia que parar y seguir andando. Las sensaciones que le ofrecia correr, constituian una adiccion para ella. Se sentia libre y su mente se despejaba de cualquier preocupacion. Paso las zonas habilitadas para barbacoas, la fuente, los columpios y, al dejar atras la ultima curva, se alzo ante ella el santuario. No era una persona especialmente devota. De hecho, desde que tomara la Comunion, no habia vuelto a pisar una iglesia, pero aquel lugar la sobrecogia, al tiempo que le reportaba una inmensa paz. Se sento en la roca en la que siempre lo hacia, y contemplo el espectaculo fascinada. El sol, se fue poniendo y las luces comenzaron a iluminar la ciudad, con el mar al fondo. Como de costumbre, se habia quedado embobada, absorta en sus propios pensamientos... Miro el reloj y se dio cuenta de lo tarde que era, debia darse prisa en llegar a casa o su madre se enfadaria con ella. La bajada era mucho mejor que la subida, aunque a veces tenia la sensacion de que perdia el control, y le costaba coordinar los pies en algunos tramos, donde la pendiente era mas pronunciada. Cuando llego, vio a sus padres aparcando ante su casa, bajando la compra semanal del coche. --Hola ?Os ayudo? --pregunto, tratando de recuperar el aliento, desde la puerta de la casa. --Si, carino, gracias. Dile a tus hermanos que vengan tambien a echar una mano --le dijo su madre dandole un beso--. Si me haces el favor, coloca tu las cosas, tu padre y yo llegamos tarde al cine; y sube a ducharte, estas sudando. Monica grito a sus hermanos a modo de llamada, y comenzo a meter algunas cosas en el frigorifico. --No hay problema, pero que Luis y Fernando se hagan su propia cena, se piensan que soy su criada --protesto. --No te preocupes, teneis una bandeja de lasana en el horno, solo teneis que calentarla --le contesto su madre risuena--. Nos vamos, que tu padre esta nervioso por la pelicula. --?Bruce Willis? --Si, esta vez contra un asteroide. En ese momento, entraron en la cocina su padre y sus hermanos, con las ultimas bolsas de la compra. --Hola cielo --le dijo el hombre a Monica--. Vamonos carino --apremio a su mujer--. Que no llegamos. --No sufras papa, para Bruce, un asteroide no es nada --bromeo Monica. --Tienes razon --le dijo alborotandole el pelo a su hija--. Pero me gustaria no llegar tarde para comprobarlo. Una vez sus padres se hubieron marchado, Monica continuo ordenando alimentos y encendio el horno mientras sus hermanos se escabullian. --!Oye... Haced el favor de poner por lo menos la mesa, o tiro la lasana a la basura! --vocifero. --Bueno, tampoco hay que ser tan drasticos, yo te ayudo --se ofrecio su hermano Luis, regresando a la cocina y dandole un capon. --!Ay, ya te vale! --le gruno Monica, frotandose la cabeza--. !Que dano!, !Toma, coloca tu la leche!, que eres mas alto. --De acuerdo, enana. --Mas te vale larguirucho, o cuando venga mama le contare lo temprano que llegaste el sabado. --Yo que tu mantendria la bocaza cerrada o el viernes os quedais sin chicos guapos, para el botellon del cumpleanos de Lucia. --Creo que lo superariamos, ninguno sois Leonardo Dicaprio, precisamente. --Ya le gustaria a ese taponcillo ser la mitad de guapo que yo --se burlo su hermano ironicamente. --Mira que eres payaso Luis --replico Monica riendose--. Anda, haz el favor de ayudarme, que me tengo que duchar. --No hace falta que lo digas, menuda peste guapa --exagero Luis entre carcajadas, mientras se tapaba la nariz-- .Ve, que ya acabo yo con esto y, cuando termines, preguntale al rey Fernando que si puede levantarse del sofa y honrarnos con su presencia durante la cena. --Trato hecho --asintio Monica sonriendo, mientras subia las escaleras. Durante la ducha, Monica penso en sus hermanos, siempre hacian todo juntos, era como si solo los hubiesen separado los diez minutos que se llevaron al nacer. Ese ano, habian empezado la universidad, y era la primera vez que no iban a la misma clase. Fernando estudiaba Magisterio de Educacion Fisica; y Luis habia optado por Derecho. Tenian suerte, ya que sus facultades estaban una frente a la otra y, de momento, ese ano los dos tenian un horario similar. Al comienzo del curso, se notaba que les faltaba algo cuando estaban separados, se ponian nerviosos, como desubicados, pero poco a poco cada uno empezaba a tomar su propio camino, aunque en cuanto entraban en casa, se buscaban el uno al otro, como un perro a su amo. Aquel ano tambien se cortaron el pelo de forma diferente. Fernando se lo habia dejado crecer y se habia puesto un pendiente en la oreja, cosa que no entusiasmaba a su padre y era motivo recurrente de discusion entre ellos, pero hizo que fuese mas facil distinguirlos, para sus nuevos amigos universitarios. Aunque fisicamente habian sido identicos hasta ahora, no podian tener un caracter mas diferente. Fernando era muy independiente, pasaba de todo y, cuando te hacia caso, era como si te estuviese haciendo un favor. Los dos se metian todo el dia con Monica, pero con Luis mantenia una relacion mas estrecha, se preocupaba por sus cosas y hablaba con ella a menudo. Monica busco un pijama, se seco el pelo con una toalla y se peino. Cuando paso por el salon, le dijo a Fernando que la cena estaba lista y se encamino a la cocina, donde comprobo que Luis tenia la situacion bajo control. Todo estaba en su sitio y la mesa estaba dispuesta para los tres. Rapidamente tomaron asiento y se dispusieron a dar buena cuenta de la lasana, que era el plato estrella de su madre

  • Geranios en el balcon de Carolina Pobla

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    Cuando la familia se convierte en fuente de inspiracion: una cautivadora novela basada en la historia de los abuelos de la autora.

  • La guerra de la polvora ( Temerario 3 ), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • Volvere a buscarte de Pilar Cernuda

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    En los anos cincuenta, Antonio Padin abandona Galicia rumbo a Argentina en busca de una vida mejor para su familia. Treinta anos antes ya lo hizo su abuelo Antonio que nunca volvio, pero el le hace una promesa a Maruxa: <>. Lo que no sabe es que esa aventura le descubrira, entre otras cosas, la verdadera historia de su abuelo, un mundo de salones elegantes y un amor apasionado que hara resquebrajarse su promesa y le obligara a elegir entre el deber o la pasion. Los Padin siguen la tradicion de su valle gallego y emigran a America a buscar fortuna. Son tiempos de pobreza y para muchos es la unica opcion para abrirse camino. Antonio recibe <> y se embarca lleno de miedos rumbo a Argentina. Alli, encontrara no solo futuro sino la historia de su familia que no conocia. Pilar Cernuda debuta en la novela con esta gran historia que nos habla del amor y el olvido, de la distancia y el compromiso. De mujeres fuertes que saben que su familia depende de ellas, de sentimientos y de esperanza. Volvere a buscarte tiene la melancolia de las tierras gallegas y el refinado glamour del Buenos Aires de los anos cincuenta.

  • Una sirena en Paris de Mathias Malzieu

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  • Coleccion completa Con y sin Derechos de Mercedes Franco

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    y lo primero que encuentres sea a una sensual y hermosa mujer vestida de odalisca, ataviada de seda roja de pies a cabeza, esperando por ti.

  • Caramelo Explosivo de Laura Lago

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    Mi padre esta en la carcel desde antes de que naciera. Dejo a mi madre con un bombo de tres pares de narices y yo nunca llegue a conocerlo. Mi madre, que nunca llego a casarse con el, se desentendio de su relacion a los pocos anos. Mi padre no tuvo ningun cuidado en portarse bien para salir antes, como muchos otros presos. En su caso, la legislacion espanola y el orden de las carceles se cumple a rajatabla. Por vete a saber que (lo mismo ha matado a alguien ahi dentro que ha estado pasando droga bajo la mirada “despistada” de los funcionarios) se le han ido aumentando los anos de la condena y no tiene pinta de que vaya a salir muy pronto. Por suerte, antes de que lo metieran en chirona se aseguro de dejarnos un buen colchon lleno de dinero. Mi madre no me lo conto hasta que no fui mayor de edad, pero al parecer todavia nos llega el dinero que amaso mi padre mientras estuvo en la calle. Es toda una suerte que se empene en seguir preso: si se llega a enterar de que mi madre iba a dejarlo poco despues de que le entrullaran, dudo que le hubiese dejado la maleta llena de pasta y los dos bidones llenos de billetes de diez mil pesetas. Digo todo esto no para darte pena. No necesito darte pena. Aunque tenga a mi viejo en la carcel, nunca he notado su ausencia. Mi madre se ha cuidado de estar sola y ha hecho siempre lo que le ha dado la gana. Se nota que le van los piezas; la mitad de los tios con los que ha estado o han entrado en la carcel o han salido de ella, pero todos por delitos blancos. O, como es el caso del ultimo, tampoco es que le quede demasiado para que lo pillen y lo encierren de una vez. Pero no voy a adelantar acontecimientos: estoy hablando de mi. Como decia, el dinero que nos dejo mi padre nos ha proporcionado una vida tranquila. La gente con la que mi madre se ha enrollado estos anos le ha dado contactos y negocios con los que mantenerse a flote, y no me da verguenza afirmar que me he criado rodeada de lujos comprados con dinero negro. Tampoco es que me diferencie demasiado de cualquiera de los hijos de los politicos que vemos en la tele cada dia, despues de todo. Me he educado en institutos privados y me he codeado con la flor y nata de la sociedad espanola. ?Sabeis eso que dicen de que algunos politicos tienen amigos narcotraficantes, y todo eso? Bueno, pues en mi caso es verdad. No querais saber los apellidos que tenian algunos de mis companeros de clase, que se sentaban en el pupitre de al lado sin saber que mi madre era una de las cabecillas de las bandas de la droga que trafican en la frontera. Lo que si sabian, de todos modos, era que yo conocia a la gente adecuada para que les pasase marihuana, coca o lo que les apeteciera en el momento. Yo me sacaba una pasta y procuraba no meterme nada para no perder la cuenta. Siempre he sido mas lista que los demas. Incluso mas lista que mi madre, que se las ha arreglado para seguir surfeando la ola todo este tiempo sin llegar a caerse. Mientras que sus queridos caian como moscas cada vez que la policia abria una investigacion, y aunque a mi madre la han llamado a declarar en varias ocasiones, siempre ha sabido estar un paso por delante para evitar sufrir el mismo destino que mi padre. Yo soy igual. Quiza todavia mas lista. Todavia soy joven y la gente tiende a infravalorarme, pero yo se que puedo hacer muchas cosas que otros no pueden. Si ellos supieran... Hoy, mi madre va a ir a visitar a su prometido, del cual ya os he hablado antes. Yo voy con ella. Me he alisado el pelo y me he pintado los ojos con el doble de cuidado que siempre. Hasta me he puesto algo de brillo y me he vestido con una de mis camisetas nuevas, amplia y atrevida aunque no llega a tener escote. Tengo el cuerpo fibroso y no destaco por las curvas. Despues de tantos anos practicando aikido (mi madre me apunto desde que cumpli los siete anos con la esperanza de hacer de mi una mujer autosuficiente y sin miedo), no tengo tanto pecho como algunas de mis amigas ni mi culo destaca en plan Kardashian. Lo que si tengo son unos brazos firmes y unas piernas que ya las quisieran muchas, y un vientre plano en el que se podrian partir nueces. Pero mi cuerpo no importa cuando se puede mirar como lo hago yo. Y creedme, nunca he necesitado insistir demasiado para enrollarme con los tios que me han interesado desde que cumpli los quince anos.

  • El olvido que seremos de Hector Abad Faciolince

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    La obra maestra de Hector Abad Faciolince, uno de los libros fundamentales de la literatura contemporanea en espanol.

  • La invitacion de Belinda Alexandra

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    Cuando llegue a la cafeteria de la Rue du Faubourg-Montmartre, mis extravagantes amigos ya estaban alli enfrascados en una animada conversacion. Claude fue el primero en verme y me saludo con la mano. Los demas se volvieron para ver quien habia llamado su atencion. Por su expresion de alegria estaba claro que les habia dado la buena noticia. --!Ahi va nuestro gran exito literario! --dijo Nicolas. No se habia quitado el mono antes de ir a la cafeteria y llevaba la ropa y la cara manchadas de pintura amarilla y negra--. !Os presento a mademoiselle Emma Lacasse, autora de historias de misterio! Claude se levanto y me dio un beso. Estaba guapo con su traje de pana, la cara bien afeitada y su mata de pelo castano ondulado. Aunque era frances, rezumaba una sensualidad mediterranea que acentuaba su atractivo. Despues de cinco anos juntos, aun me hipnotizaban sus ojos grises. --Supongo que no te importara que les haya contado lo de la novelita antes de que tuvieras la oportunidad de hacerlo tu --dijo, dandome un apreton en la mano--. La noticia es demasiado emocionante para callarsela. --Nos da esperanzas de que nuestros barcos lleguen algun dia --dijo Sophie, que se cambio de sitio para que Claude y yo pudieramos sentarnos juntos--. Que bonito, por cierto --anadio, clavando sus ojos de muneca en mi vestido azul marino--. ?Es nuevo? Negue con la cabeza. --No, pero le he puesto encaje en el cuello y los punos. --!Hoy invitas tu! --exclamo Robert, peinandose hacia atras su cabello castano rojizo. Era poeta, pero su verdadero talento era convencer a otros de que le pagaran las cosas. --De acuerdo --dije, haciendo senas a Jean-Francois, el propietario de la cafeteria, para que nos trajera un par de jarras de vino y unos vasos. Aunque el anticipo que habia cobrado por la novela dificilmente ahuyentaria a los lobos, tenia ganas de celebrarlo. Despues de anos enviando textos a revistas literarias, docenas de relatos cortos y unas cuantas obras en un acto, finalmente habia escrito algo sustancial. Belda, cuyo cabello blanco grisaceo, pomulos altos y piel de porcelana recordaban a una reina de cuento de hadas, se me acerco. --Me gusta el argumento --dijo--. Todas las mujeres que han sido traicionadas por su amante querrian cobrarse su venganza igual que lo hace tu heroina, aunque su retribucion es bastante accidental. ?Que estas escribiendo ahora? --Estoy acabando otra novela corta titulada El gato misterioso... y varios relatos --respondi --. Despues intentare escribir mi primera novela extensa. --?Ya tienes alguna idea? --pregunto--. Tendrias que incluir a un personaje que sea arpista. Lo que conoces siempre es util a la hora de escribir. Mientras le exponia mis ideas, abrio su cuaderno de bocetos y empezo a dibujar furiosamente. Belda era una de mis excentricas favoritas de Montmartre. De joven era una artista prometedora, pero su marchante la explotaba. Cuando intento despedirlo, el le aplasto la mano derecha con un torculo. No se habia percatado de que Belda era zurda, y el juicio posterior la hizo famosa y disparo la cotizacion de su obra. Con el dinero de la indemnizacion, compro en la Rue Girardon una casa con jardin cuyas dimensiones le permitian alquilar varias habitaciones, y se daba una buena vida con su coleccion de gatos, perros, ocas y cabras rescatados. Tambien dirigia galerias de arte y en ocasiones ejercia de critica literaria. Fue Belda quien me presento a mi editor. Cuando hubo terminado, me tendio el dibujo. Habia captado fielmente mi rubio niveo, mi cuello esbelto y mis hombros y brazos delgados. Curiosamente, tambien habia logrado plasmar mi mirada ausente. Jean-Francois llego con el vino y los vasos, y dejo un ejemplar de mi coleccion de relatos cortos, Histoires de fantomes, encima de la mesa para que lo firmara. Siempre me emocionaba al ver la portada de tela amarilla con mi nombre grabado en oro encima del titulo. --Lo pondre con orgullo en el mostrador y le dire a la gente que mademoiselle Lacasse es una de mis clientas habituales --dijo. --Miralos --susurro Sophie, senalando a una pareja que nos observaba desde la otra acera. La mujer llevaba un vestido de bucle con mangas pierna de cordero y cuello y canesu de saten. Su acompanante tambien iba muy elegante con un traje de rayas, solapas en punta de lanza y un sombrero estilo Homburg. No podian desentonar mas en aquella calle cubierta de estiercol, pero nos miraban a nosotros y a la cafeteria como dos ninos asomados al escaparate de una tienda de chucherias. --!Venid, venid! --exclamo Jean-Francois--. !Venid a beber en una autentica cafeteria bohemia donde los artistas, bailarines y escritores mas interesantes se pasan el dia fraguando ideas maravillosas! Su invitacion fue como agitar una zanahoria delante de un burro. La pareja se miro, cruzo la calle a toda prisa y se sento entusiasmada a la mesa que les ofrecia Jean-Francois. Claude y yo intercambiamos una sonrisa. --!Que guantes! --dijo Sophie, cautivada por el atuendo de la adinerada dama--. !Amarillo claro, imaginate! Probablemente se los pone solo una vez y luego los tira. --Suspiro de envidia --. Estoy convencida de que nunca tiene frio. Seguramente no sale de la cama hasta que los sirvientes han encendido las chimeneas. A mi me aterra este invierno. El estudio de Vauclain siempre esta helado y, aunque tiene dinero, protesta si le pido que eche mas carbon a la estufa. --Una vez fui a cenar a casa de Vauclain --dijo Belda--. Se guardo su mejor botella de vino para el y sirvio uno mas barato a sus invitados. Todos nos echamos a reir. --Eso mismo hara Robert algun dia --dijo Claude--. Si es que alguna vez nos invita a cenar. Robert se unio al jolgorio. En nuestro pequeno grupo de artistas nos tomabamos el pelo sin compasion, pero siempre nos apoyabamos unos a otros. Pese a la avaricia de Robert, nos gustaban sus fanfarronadas y disfrutabamos oyendo sus historias, sobre todo de su epoca trabajando en un circo. Mientras los demas seguian hablando, me fije en el brazo delgado de Sophie cuando cogio su copa de vino. Era todo piel y huesos, y no podia permitirse perder mas peso si queria seguir trabajando como modelo de artistas. Pedi sopa de champinones y pan y despues fingi que era demasiado para mi y se la pase. --Gracias --dijo antes de probar una cucharada--. Mi hermana, la de Pont-Aven, vuelve a vivir conmigo. La quiero, pero me vuelve loca. !Insiste en cocinar para mi, pero, o se pasa con la sal, o se quema la comida! No tengo dinero para ir constantemente al mercado. --?Por que vive contigo? --Ella y su marido han vuelto a discutir. Es un bruto que se pone violento cuando bebe. Yo ya le dije que no se casara con el. --Al menos podeis recurrir la una a la otra en tiempos de necesidad --dije--. Compensa que te vuelvan loca. Mientras hablaba, me percate de que Claude estaba escuchando. Se tiro del lobulo de la oreja, pero no dijo nada. Robert empezo a contar una historia sobre unas hermanas siamesas a las que conocio en el circo. --Una era contralto, y la otra, soprano, y era precioso escucharlas... Claude me toco la mano y ladeo la cabeza en direccion al reloj colgado en la pared de la cafeteria. --Deberiamos irnos si quieres ver a tu editor antes de que se vaya --me recordo. Nos despedimos del resto y entramos en la cafeteria para pagar a Jean-Francois, que busco debajo de la barra y entrego a Claude un sobre con dinero. --Esta semana he vendido casi todas tus postales --dijo--. No tardes en traerme mas. Claude se guardo el sobre en el bolsillo sin mirarlo y asintio. Los bocetos llevaban la firma de <>, que para Claude era el equivalente a un seudonimo. Dibujaba escenas parisinas y las vendia en varias cafeterias y tiendas para turistas para financiar sus obras de arte mas serias. --Y para usted, mademoiselle --dijo Jean Francois--, tengo un paquete aun mas grande. -- Me entrego un monton de sobres atados con un cordel--. Sus admiradores aumentan cada dia. Llegaron todas de golpe. !Si todas las cartas fueran de mis admiradores! Me meti el paquete debajo del brazo antes de que Claude viera los sobres amarillos de Roche & Associates, los acreedores. --El editor te aconsejo bien cuando dijo que no les dieras tu direccion a los lectores -- comento Claude cuando salimos a la calle--. Pronto tendras que contratar a una secretaria. Mi sonrisa era mas bien una mueca. No me gustaba guardarle secretos a Claude, pero no era rico. Lo ultimo que queria era que hiciera un esfuerzo heroico para salvarme. Mis deudas eran mi problema y tenia que afrontarlas yo sola. Mi editor, monsieur Plamondon, tenia su oficina en la Rue Auber, en el noveno arrondissement. Cuando su empleado anuncio mi llegada, me recibio con una amplia sonrisa que mostraba el hueco que tenia entre las dos paletas. Tuve suerte de que Belda me presentara a monsieur Plamondon. No solia aceptar a nuevos escritores y, en materia de ficcion, sus criterios eran exigentes. <> --Mademoiselle Lacasse --dijo ahora--, !es un placer verla! --Senalo con la cabeza las cartas que llevaba debajo del brazo--. Veo que le ha llegado la correspondencia que le enviamos a la cafeteria. El numero de cartas aumenta cada dia. !Ha hecho felices a un monton de lectores! --Eso parece --dije mientras ocupaba el asiento que me ofrecia. Unas estanterias de caoba atestadas de novelas cubrian todas las paredes de su despacho. En el aire se percibia una curiosa mezcla de olores: libros viejos y mohosos y tinta fresca de los documentos que se amontonaban sobre la mesa. --Cuenteme, ?en que esta trabajando ahora mismo? --dijo. Le hice un resumen de la novela corta, que trataba de una mujer que se reencarna en gato y visita a sus amigos y parientes para descubrir que pensaban realmente de ella cuando estaba viva. --Tambien estoy trabajando en varias ideas para una novela. Por alguna razon, sigue viniendome a la mente la imagen de dos hermanas, dos hermanas con un secreto. Monsieur Plamondon arrugaba la cara cuando yo hablaba y la relajaba de nuevo cuando hacia una pausa. Era como si fuera una esponja que intentara absorber cada una de mis palabras. --Lo que me sorprende de usted, mademoiselle Lacasse, es que cuando viene se la ve tan fresca e inocente como un diente de leon en el campo. Estoy bastante seguro de que seria usted incapaz de hacerle dano a otro ser humano o incluso desearle mal. Sin embargo, sus historias revelan el lado oscuro de la naturaleza humana. Me parece fascinante. --A lo mejor nos atrae lo contrario de lo que somos --le dije--. Mis historias de amores que duran mas alla de la tumba, muertes truculentas y una tristeza infinita a menudo me sorprenden. Nunca me he considerado macabra, pero mis escritos con frecuencia lo son. --Pues claro que nos fascinan nuestros opuestos. Era el caso de mi difunta esposa, y el mio, desde luego. Ella vivia solo a un volumen: fuerte. Yo, en cambio, siempre valore la tranquilidad. --Monsieur Plamondon se recosto y cerro los ojos un momento, como si estuviera deleitandose en el silencio de su despacho. Luego sonrio--. He oido que toco usted el arpa para una produccion del Theatre de l'Oe uvre. No sabia que era usted una arpista consumada. --Mi abuela me enseno cuando era pequena, hasta que su artritis se lo impidio. Entonces contrato a una profesora. Mi abuelo era medico, pero tambien un gran pianista. Por lo visto, se enamoraron tocando duos. Monsieur Plamondon aplaudio. --Una manera perfecta de enamorarse. Es una lastima que no escriba usted ficcion romantica. Seria una buena historia. Cuando llego la hora de irme, monsieur Plamondon busco entre los papeles de su mesa y me entrego un libro escrito en ingles: El despertar, de Kate Chopin. --Un companero estadounidense me envio esto. Es excelente. Me gustaria saber si puede leerlo y darme su opinion como mujer. A cambio, yo le mande Historia de una casa solitaria, por si cree que puede haber lectores estadounidenses para su obra. --Espero que los haya --respondi satisfecha--. Que me publicaran en ingles seria maravilloso. Estados Unidos tenia una poblacion de mas de setenta millones de habitantes, el doble que Francia. Tener lectores alli podia salvarme de mis problemas economicos. --Trata de una mujer que deja a su marido y a sus hijos para buscar su libertad personal --dijo monsieur Plamondon, senalando la novela de Chopin--. La historia esta ambientada en Luisiana. Usted nacio alli, ?verdad? --Me fui de Estados Unidos cuando aun no habia cumplido dos anos --dije--. La plantacion en la que naci fue destruida en la guerra de Secesion y mis padres murieron de fiebre amarilla. Vine a vivir con mi abuela materna y..., aqui, en Paris. Estuve a punto de mencionar a Caroline. Tenia mucho cuidado con a quien le hablaba de mi hermana, ya que explicar nuestro distanciamiento resultaba demasiado doloroso. La hermana de Sophie la volvia loca, pero al menos se tenian la una a la otra. En mi caso, era como si Caroline no existiera. Monsieur Plamondon se froto la barbilla. --Luisiana tiene una atmosfera inquietante, llena de fantasmas y vudu. ?Escribira sobre ella algun dia? Aunque era muy pequena cuando se fue, es increible lo que puede alojarse en nuestro subconsciente.

  • Fantasias cumplidas de Gema Perez

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    La Hechicera Fugitiva:
    Marian, una hechicera del vasto reino de Irulia, ha visto como sus tierras han sido arrasadas por los barbaros. Ahora no tiene mas remedio que huir de aquel infierno, rezando para encontrar tierras mas prosperas que acojan con buenos ojos a una bruja.
    Cuando llega a las tierras de Riedan su historia ya la ha precedido. No hay muchas brujas vivas, y estan en alta demanda... ya sea para matarlas o para atesorarlas. Por supuesto, Alcid Bronn, el gobernador local, tiene planes para ella...
    Ayudandola, y brindandole un sitio a su lado en la sala del trono, juntos estaran dispuestos a sentar en su reino las bases para que nunca mas deban preocuparse por los barbaros.

  • Una noche con Rubi (Joyas de la nobleza 1) de Catherine Brook

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    Primera entrega de la serie <>.

  • El viaje de Katerina de Gabrielle Niamh

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    --A ver, Sophie, John, imaginad que vais por la calle, que un vendaval os hace caer al suelo y os desmayais…

  • Pablo Escobar, mi padre, Juan Pablo Escobar de

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  • La cabana de Natasha Preston

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    Un fin de semana de juerga en una cabana remota es justamente lo que Mackenzie necesita. Quiere divertirse a tope con sus amigos, lejos de los padres y las obligaciones. Pero tras una noche loca dos de ellos mueren. asesinados.
    Sin signos de que la puerta haya sido forzada y ningun rastro de forcejeo, las sospechas recaen sobre el grupo de amigos.
    Entre ellos solo hay un asesino. Pero ninguno es inocente.

  • El misterio de la creacion artistica de Stefan Zweig

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    De todos los misterios del universo, ninguno mas profundo que el de la creacion. Nuestro espiritu humano es capaz de comprender cualquier desarrollo o transformacion de la materia. Pero cada vez que surge algo que antes no habia existido -cuando nace un nino o, de la noche a la manana, germina una plantita entre grumos de tierra- nos vence la sensacion de que ha acontecido algo sobrenatural, de que ha estado obrando una fuerza sobrehumana, divina.

  • Otra vuelta de tuerca de Henry James

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    Un clasico del terror gotico, que marco un hito en la literatura universal, reinterpretado a traves del estilo perturbador e inconfundible de Ana Juan. Una lectura a la que volver una y otra vez para descubrir lo que se esconde entre las lineas del texto y los trazos de los dibujos, ya que en esta historia inmortal todo asombra y nada es lo que parece.

  • Rojo, blanco y sangre azul de Casey Mcquiston

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    EL VERDADERO AMOR NO SIEMPRE ES DIPLOMATICO
    Alex Clarademont-Diaz, el hijo milenial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismatico e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al principe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Asi que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografia que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrian.
    Ambos paises trazan un plan para paliar los danos. lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo mas profundo de lo que Alex y Henry podrian haber imaginado.
    ?PUEDE EL AMOR CAMBIAR EL MUNDO?

  • Inhumano de Patricia Cornwell

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    La doctora Scarpetta se enfrenta a uno de los desafios mas dificiles de su carrera.

  • 49 y mas alla de Isabel Cortijo

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    La ventana de la habitacion se encontraba entreabierta y el aire, que hasta hacia unos dias habia sido tan agradable sentir por la manana, me obligaba a estirar de la sabana y arroparme hasta el cuello. Dormia en un colchon de uno cincuenta. Una cama en la que podia dar vueltas de lado a lado sin encontrar obstaculos, porque desde hacia mas de seis anos no compartia con nadie besos, abrazos y gemidos. Era una mujer de cuarenta y nueve anos y mi vida, en aquella epoca, transcurria apaciblemente entre mi trabajo, mis hijos, mis amigos y mi madre. Atras quedo mi separacion, el duelo por la muerte de mi padre y mi cancer de mama. Me habia divorciado de Victor y, salvo los dos primeros anos despues de la separacion, en los que tuvimos bastantes asperezas, nuestra relacion era cordial. Durante mi enfermedad me presto una gran ayuda. Se comporto como el mejor padre y atendio a los chicos con la mayor dedicacion. Sabia que necesitaba gran parte de mi energia para curarme y asumio lo que yo no podia sobrellevar; eso hizo que olvidara rencores y volviera a sentir un verdadero afecto por el. En apariencia, mi vida no habia cambiado mucho, pero solo en apariencia, porque esos acontecimientos vividos en los ultimos anos me marcaron y me hicieron mirar con otros ojos mi presente. A veces tenia la sensacion de que, antes de esas situaciones traumaticas, mi vida no era la mia. A excepcion del nacimiento de mis hijos, me deje guiar por los caminos que te lleva la inercia, y aquellos choques emocionales me habian hecho despertar, hacer un stop, mirar a mi alrededor y darme cuenta de que mis pasos, quiza, me condujeron a donde no queria ir. Existia un antes y un despues, una especie de linea divisoria que separaba a <> de vivir aquellos sucesos de <>. La nueva Elisa ya no se dejaba llevar por inercias y habia aprendido a tomar decisiones, reduciendo los miedos que se agrandan en la mente y que dejan poco espacio para volar. Estaba experimentado lo que Julia me contaba: <>. Y lo sentia asi, a pesar de que en algunas ocasiones a <>, en el trasiego de lo cotidiano, tambien le enrabietaran las pequenas contrariedades, aunque le fuera dificil mantener el enfado cuando se percataba de que carecia de sentido enojarse por una nimiedad. Despues de la destruccion y pasado el duelo, la reconstruccion me estaba haciendo sentir mas viva y fortalecida, renovada tras desprenderme de la piel muerta. Consciente de la brevedad y la fragilidad de la existencia, queria saborearlo todo. Degustaba las cosas mas sencillas, los pequenos detalles, intentaba compartir mas momentos con las personas que queria y consideraba todo aquello como un regalo de la vida... Si, disfrutaba de casi todo, salvo de una parcela que pensaba que se habia borrado para siempre. No habia vuelto a retomar mi vida en el plano sentimental. Esa parte la suprimi. Tenia la sensacion de que en el terreno sexual y amoroso todo estaba acabado para mi. Habia recibido alguna que otra proposicion y aceptado alguna que otra cita, aunque no sabia muy bien por que lo hacia. ?Quiza con la idea de que surgiera algo? Pero cuando llegaba o se insinuaba el <>, no queria ni podia continuar hacia adelante. A veces me dejaba dar algun que otro beso para ver si el sapo se convertia en principe, y no, no habia principes para mi. La ultima proposicion fue la de Pedro. Pedro era el asesor fiscal de la empresa en la que trabajaba. Un viudo tan solo unos anos mayor que yo, de buena presencia, con los hijos ya independizados y la vida resuelta economicamente. Empezo a frecuentar la oficina. Se mostraba siempre dispuesto a personarse en la empresa ante cualquier contratiempo y a resolver el mas minimo problema, aunque a veces parecia que los creaba el para justificar su presencia. Nieves y Rosario, que eran mis ayudantes, me lo decian: <>. Yo no le prestaba atencion hasta que un dia me invito a cenar. Me pillo con el dia tonto y le dije que si. Pedro tenia un atico al final de la avenida del Oeste, enfrente del Mercado Central. Era un piso de esos que te dejan con la boca abierta: mas de doscientos metros y una terraza espectacular desde la que se divisaba la Valencia monumental, con sus tejados, torres y cupulas. Un escenario unico, embellecido con la calida iluminacion nocturna de la ciudad. Era una noche de verano y en la terraza habia preparada una mesa adornada, vestida con un mantel blanco de ligeros bordados, un jarron de cristal con flores frescas, velas perfumadas con llamas que temblaban ligeramente a cada golpe de brisa, y una vajilla y cristaleria muy vistosas y coloristas. Colgaban por la pared, enredadas en algunas plantas, ristras de diminutas lucecitas que creaban una atmosfera con un cierto toque navideno. Todo un entorno que parecia sacado de la mejor revista de decoracion. El conjunto estaba predispuesto con todos los detalles para abandonarse a los sentidos. El mismo se molesto en preparar personalmente la cena. Se deshacia en atenciones. La velada estaba siendo agradable, hasta que empezo a intentar algun que otro acercamiento que me llevo a <>, buscando distancia fisica. A cada aproximacion, yo iba levantando una barrera mas alta, no una simple valla que se cae con el viento, sino un verdadero muro que me separaba del deseo de sentir el cuerpo de aquel hombre. El problema no era que no me hiciera tilin, el problema era que no me hacia tilin ningun hombre. Me habia convertido en una especie de <> sexual, ajena a todo lo que suponia una atraccion por el otro sexo, incluso se podria decir que sentia rechazo. En lo relacionado con el deseo estaba muerta y enterrada. Los acercamientos fisicos para intentar besarme habian sido frustrados, por lo que Pedro opto por las palabras. Me cogio la mano que tenia languidamente apoyada sobre la mesa y me la apreto con la suya. --Elisa, te quiero decir que llevo bastante tiempo pensando en ti, no se si te habias dado cuenta. --Si, me he dado cuenta de que pasabas a menudo por la oficina sin una necesidad real. --Habia una necesidad: la de verte. Estaba viviendo una situacion incomoda. Su mujer habia fallecido hacia dos anos y el no era ningun picaflor; me estaba desnudando su corazon y yo, en lo que se referia a la piel, era una cyborg. Pedro continuo hablandome. --Me gustaria tener una relacion contigo. Me gustas. Me apetece rehacer mi vida, compartirla con una mujer como tu. Creo que eres idonea para mi. En honor a la verdad, me senti atraido por ti antes de quedarme viudo, pero respetaba demasiado a mi mujer como para haberte insinuado algo. Yo escuchaba atenta su discurso que, tras una pausa, como para tomar aliento, continuo. --Si te digo que empezaste a gustarme cuando estabas en pleno tratamiento y llevabas la peluca... Iba alguna vez por la oficina, te veia por el cristal de tu despacho y Nieves me decia que apenas faltabas al trabajo y que tu talante era el de una mujer positiva y luchadora; y eso, precisamente, es lo que empezo a gustarme de ti: me parecias una mujer fuerte. A mi mujer la quise mucho, pero se quejaba por todo y la menor contrariedad le superaba. --No soy tan fuerte, no lo creas. El cancer lo viven cientos de hombres y mujeres y seguro que con mas valentia que yo. Por suerte, el mio lo cogieron a tiempo y no fue muy virulento, pero he de confesarte que tuve bastantes momentos de debilidad. Aunque me resulta curioso lo que dices, que te sintieras atraido por mi cuando entonces, fisicamente, estaba hecha un adefesio. !Vaya, tambien era un hombre sensible! !?Que mas se podia pedir?! No sabia que decir para no herirle. Era encantador y poseia muchas cualidades: todavia guapo, con buena conversacion, con un agradable perfume a Acqua di Parma y me miraba con los ojos embelesados. Cualquier mujer se hubiera sentido halagada y estaria saboreando esos momentos. Desde luego, el problema debia estar en mi. --Pedro, no se que decirte --le conteste--. Yo, de momento, no me veo compartiendo mi vida con un hombre. --No digas eso, Elisa. Eres una mujer todavia joven y atractiva --me dijo con una expresion indefinida, supongo que intentando disimular su decepcion al escuchar mis palabras. No le explique que, para tener una relacion, lo primero que habia que sentir eran ganas y yo habia dejado de tenerlas. Ya no me apetecia meterme en la cama con un hombre. Recordaba los ultimos encuentros sexuales con Victor. Por decirlo de alguna manera, el hacia el amor por un lado y yo por otro, es decir, no lo haciamos. Esos encuentros se convirtieron en una sucesion de movimientos mecanicos, desapasionados y sin conexion que buscaban la propia satisfaccion sin pensar ya en el otro, o eso es lo que me parecia a mi. Pero ?que sentiria el cuando me venia a buscar y yo, simplemente, me dejaba hacer? Seguro que percibia mi falta de ganas..., pero nunca lo hablamos; ya habia demasiadas cosas rotas entre nosotros que no tenian reparacion alguna. Incluso esos encuentros sexuales llegaron un dia a terminarse e inicie una especie de hibernacion, un letargo sexual. Dormia en el larguero de la cama evitando cualquier contacto que supusiera un comienzo de la ceremonia sexual. El calor se esfumo y en nuestra cama se formaban tempanos; podian construirse iglus. Seguro que todo eso me habia dejado huella, pero ?por que no pusimos remedio antes a aquella situacion? ?Tal vez no habia tenido buen sexo y para mi empezar una nueva relacion era como retomar mas de lo mismo? ?Existia el buen sexo? ?Podria volver a recuperar el deseo? ?Queria volver a recuperarlo? ?Para que lo necesitaba? ?Por que crearme una necesidad que no tenia? Acabamos la cena y el pobre Pedro, en los meses siguientes, insistio alguna que otra vez mas, hasta que desistio, y yo me alegre. Capitulo 1 Al levantarme, antes incluso de pasar por el aseo, iba derecha a poner la cafetera. Me gusta el cafe de cafetera italiana. Hasta me resulta agradable escuchar su pitido y ver como sale el vapor cuando empieza a subir. Mi madre me habia regalado una de capsulas que solo usaba cuando venia de visita. Se empenaba tambien en traerme de vez en cuando las dichosas capsulas, pero yo se las regalaba a mi amiga Julia y hacia como que las gastaba para que no sospechara que seguia prefiriendo el olor y el sabor del cafe de mi cafetera italiana. Que mentirijillas tan absurdas usamos los humanos; todo para no herir su corazon cuando se enterase de que su regalo no me habia gustado y no tenia ninguna intencion de darle uso. Al olor del cafe aparecia Rocco, reclamando tambien su desayuno. Un poco de pienso y arreglado. El siguiente paso era la emision de unas cuantas voces combinadas con la apertura de las puertas de las habitaciones de mis hijos para invitar a Violeta y Marcos a levantarse. Al poco tiempo, aparecian por el pasillo, somnolientos, dirigiendo entre bostezos sus pasos a la cocina, que se convertia en el primer lugar de encuentro familiar al empezar el dia. Violeta estaba a punto de cumplir los dieciseis y Marcos tenia veinte. No eran ningunos ninos, pero su madre, que era yo, les seguia preparando las tostadas y su vaso de leche, con la intencion de que se fueran bien desayunados a clase. Cosas de las madres. Ellos tomaban el desayuno en la mesa, pero yo habia cogido la costumbre de dejar el mio sobre la encimera de la cocina. De pie, agarraba mi taza de cafe y, entre sorbo y sorbo, ponia el lavavajillas o hacia cualquier otra cosa de logistica domestica. Esos eran mis desayunos diarios salvo los fines de semana, en los que me acercaba a la terraza del bar de al lado y me sentaba, sin mirar el reloj, a tomar un capuchino y leer la prensa acompanada de Rocco. Le encantaba bajar conmigo el sabado y el domingo por la manana. Se tumbaba en el suelo con paciencia y, cuando lo miraba, me parecia que pensaba: <>. Creo que Rocco pensaba eso, y he de decir que yo tambien. Ya estaba establecido que era yo quien bajaba al perro por la manana. Habia optado por dejar de renir con mis hijos; desgastaba mas el entrar en debates mananeros sobre a quien de los dos le tocaba sacarlo que madrugar un poco mas y bajarlo sin batallas. Despues de ducharme ya lo tenia detras de mi porque sabia que era la encargada de su paseo matutino. Desayunados, duchados y vestidos saliamos de la casa para afrontar el dia, dejando a Rocco como guardian del hogar. Tardaba en llegar a mi lugar de trabajo unos veinte minutos a pie; habia decidido hacer el trayecto andando para disfrutar de un paseo mientras aspiraba el aire de la manana y, de paso, hacer un poco de ejercicio. Usaba zapato plano para hacer el recorrido, pero en la taquilla de mi despacho siempre guardaba dos pares con algo de tacon, unos negros y otros marrones, que me calzaba en ocasiones para ir por la oficina.

  • Diez corazones de Emma Colt

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    Tiernas, divertidas, emocionantes, cautivadoras. Sumergete en cinco historias de amor que no te dejaran indiferente.

  • Lo que nunca te cante, Cara B de Lena Valenti

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    Una siempre cree estar satisfecha con la vida que tiene. Yo, por ejemplo, asi lo siento.
    Tengo una relacion estable con un chico que me quiere y que me encanta, mi vocacion es mi trabajo, me rodeo de buenos amigos, tengo salud y unos padres que me apoyan en todo.
    No pido nada mas. Pero si esto fuera asi, no tendria nada que decirte.

  • Los Caminos del Amor de Lily Cerda

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    Los Caminos del Amor

  • Orlando (Luchador 1) de A.c. Labouche

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    Orlando, un luchador de AMM, cuyo cuerpo duro esta tatuado de la cabeza a los pies. A donde quiera que vaya, los ojos lujuriosos -de hombres y mujeres- suben y bajan por su cuerpo. Pero las mujeres nunca han sido nada para el. A el le gustan los hombres, los tipos duros con nudillos magullados y grunidos seductores.

  • Fuego blanco (Inspector Pendergast 13) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    Pasado y presente se entrelazan en este nuevo y escalofriante misterio del inspector Aloysius Pendergast.

  • La lluvia en Sevilla es una maravilla de Erina Escala

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    Sevilla es la ciudad mas bonita del mundo, claro, para nosotros los sevillanos. Siendo imparcial, lo es. Yo, siempre he sido una chica que aparte de nacer en Camas, a tres kilometros de Sevilla, soy muy sevillana. Me gustan todas las fiestas, hasta los carnavales de Cadiz. Mis fiestas empiezan en Navidades, me encanta cuando mi madre hace un Belen de exposicion en mi casa. Tiene la costumbre de ir todos los anos a la Avenida de la Constitucion, en Sevilla, medio mes antes de las Navidades y alli, hay un mercadillo de puestos navidenos, y cada ano, se trae algo y ya no le cabe en la mesa, el Belen. Tiene overbooking. Necesitamos una mesa mas grande y eso que es rectangular y grande. Hace campos de sembrados, puestos de telas, caminos de tierras diferentes... Vamos, !una pasada! Precioso. Luego hace el arbol de Navidad con imaginacion, barato y distinto cada ano y queda precioso, y luego esta la comida. Dos dias entre canapes, solomillo al wiski, patatas arrugadas pequenas, los postres, el caldo de gallina con picadillo, el coctel de mariscos, que ya los quisiera un catering. Bueno, mi madre es muy buena cocinera. Se llama Gracia y sabe hacer de todo, o casi de todo. Luego estan los regalos, en Reyes, es como una nina. Una vez que termina la Navidad y tengo en el arbol miles de regalos porque soy hija unica, despues, llegan los carnavales y me voy a Cadiz con mis amigas. A veces conseguimos entrar en el teatro Falla si logramos sacar entradas el dia que salen. Aqui en Camas, nuestros amigos tienen una chirigota tambien, y vamos con ellos a distintos pueblos y han ganado algunos premios. De ahi, pasamos a la Semana Santa, la Feria y el Rocio y tengo trajes para todo, hasta de mantilla negra de Semana Santa, porque me hice hermana de San Gonzalo, que sale el lunes santo. Y de gitana, al menos me compro uno cada dos anos. Sin embargo, no todo ha sido ni es fiesta en mi vida, soy una buena estudiante, inteligente sin vanidad. Y asi pase mi infancia, adolescencia, y juventud, estudiando y con mis amigos y fui una nina querida por mis padres y ellos siempre se llevaron bien. Siempre vi amor en mi casa. En mi casa nunca vi una palabra malsonante entre ellos y nunca me falto de nada, sin estridencias ni lujos caros. Todo era acorde con la situacion economica de mis padres, que eran de clase media baja. Y ahi tambien fui cumpliendo anos, termine la carrera y el master correspondiente. Me encontraba en plena busqueda de mi vida laboral. Aunque llevaba unos anos trabajando los fines de semana por las noches en un bar de copas de Camas para ahorrar un dinerillo y aprender ingles a la perfeccion La lluvia en Sevilla es una maravilla, o eso dice el dicho. Pero eso no me convenia ese dia precisamente. Nunca llueve en Sevilla, salvo ese maldito dia en que yo, no lo necesitaba. Habia acabado la Universidad y un Master en la misma Universidad de Sevilla en Marketing y Publicidad. Era una buena chica, estudiosa y habia sacado buenas notas. Habia hecho mis practicas en dos empresas distintas, en una para el Master y en otra para la carrera. Tenia mis trabajos de fin de carrera y Master con matricula de honor. Pero de lo que no tenia, ni idea, era de trabajar en una Empresa, exceptuando las practicas y de camarera los fines de semana sirviendo copas. Y eso es lo que necesitaba ya, porque iba a cumplir veinticuatro anos y aun no habia cotizado ni un mes. Llevaba ya dos meses mirando infojob y echando curriculums. Me apunte a cuantos portales de trabajo que habia en internet, al sae, hice una lista de empresas de publicidad y marketing importantes y menos importantes y envie mi curriculum y mi carta de presentacion. Salvo mis notas, mi master y hablar perfectamente ingles, ademas de las practicas en las empresas... Nada mas. No me achantaba ante nada, ni ante nadie. Si no habia trabajado en lo referente a mi carrera, no tenia experiencia y si no tenia experiencia... ?Como me iban a contratar para trabajar? Era la pescadilla que se mordia la cola. Y eso le pasaba a la mayoria de los jovenes de mi edad y a mis amigos. Si no tienes padrino, no te bautizas. Yo hablaba ingles perfectamente porque todos los anos en vacaciones de la Universidad, trabajaba como una loca en un bar de copas nocturno los fines de semana, sin asegurar. Guardaba el dinero y el ultimo mes antes de volver a la Universidad me gastaba el dinero en un curso de ingles en Londres. Hasta que aprendi el idioma perfectamente. No tenia coche, ni suerte en encontrar trabajo, por lo visto. Ya que llevaba dos meses buscando y nada, no recibia una llamada por telefono o no me seleccionaban o me eliminaban a la primera de cambio. Ya me estaba desesperando y me veia trabajando en cualquier cosa que en nada tenia que ver con mi carrera. Gracias a los fines de semana en que trabajaba en el bar de copas, en Camas, Sevilla, donde habia nacido y donde vivia, mis padres no tenian que darme una paga semanal para salir. De todas formas, salia poco porque el dinero lo guardaba para Londres. Tengo veinticuatro anos, me llamo Rocio, tengo el pelo algo ondulado y largo y castano oscuro, los ojos verdes y no paso del metro sesenta, si llego. Tengo la talla treinta y ocho. Claro que en el Berska, tengo casi la treinta y cuatro, pero eso, seria enganarme a mi misma. Mi madre me lo dice. No te enganes con las tallas. Los vaqueros elasticos siempre te quitan una talla. Pero lo que tienes es lo que tienes. Me gusta ir al Airesur, o a otros centros comerciales o al centro de Sevilla, como todas las chicas y comprarme alli la ropa, aunque he crecido un poco y ya me gusta menos ir, porque vas a cualquier lado y estamos cinco chicas vestidas iguales, que parece que estamos de uniforme en un colegio de monjas. Asi que rebusco en mercadillos y tiendas del pueblo que son baratas y tienen ropa mona tambien. En los chinos me da rabia entrar. No se por que. Tengo que buscarme la vida. No quiero pedirle dinero a mis padres, que me han pagado una carrera y un master, y aunque haya tenido beca, no ha dado para todo y se que han invertido en mi educacion. Amigas tengo, pero ya casi todas tienen novio. Si salia poco, ahora menos. Y las de la Universidad tengo que coincidir con ellas en Sevilla. Y los fines de semana trabajo... De hombres, ni hablo, mi suerte esta echada hasta que encuentre un hombre y digo hombre, no nino o ninato o tios que beben sin sentido hasta caerse en la calle y eso lo veo los fines de semana. No me gustan los tios que beben, ni con ese tipo de personas voy a tener relaciones sexuales. No se que es eso aun. Ni tampoco tengo ganas de echar un polvo asi de esa manera. No es mi estilo. No es culpa mia no haberlas tenido, o si, pero entre elegir en el instituto al mas feo o al amigo gay, en la Universidad a tu amigo el gordito y al que se pega como una lapa intelectualillo con gafas, elijo quedarme como estoy. Soltera y entera. Es que he tenido mala suerte en ese sentido. Ahora, me gustaria tener una parejita como la tienen algunas de mis amigas. Cierta envidia me dan, cuando van de la mano o se besuquean con sus parejas. Mi vida es maravillosa, si. Un dia que fui al Hipercord, me dio por comprar un par de libros de autoestima, como yo los llamo a ver si me queria un poco mas y me diera alegria para encontrar un trabajo. Compre uno de un escritor argentino, un psicologo, como todos los argentinos, pero este en concreto me gusto y costaban baratos los libros, porque los compro de bolsillo. Creo que se llamaba Stamateas o algo asi, y el libro que compre: gente toxica y me dio un subidon de energia vital y me dije que iba a conseguir lo que queria. Como habia echado tantos curriculums, al final, al cabo de dos meses, me llamaron para una entrevista. Hasta yo misma me asombre de ello. Sin tener experiencia y me llaman. Lo que tenia claro es que si me querian de becaria que buscaran a otra. Yo no iba a trabajar gratis ni por trescientos euros, ocho horas. Me negaba. Preferia ir a limpiar casas por diez euros la hora sin impuestos o servir copas los fines de semana. Se perfectamente que lo de los becarios se lo inventaron para que trabajaramos gratis y los master para que las universidades ganaran dinero. Nos quitaron un ano de estudios, pero para que pagaramos el cuarto al que llamaron master. Menuda cara tienen estos politicos. Bueno. Yo estaba ilusionada, pero mi caracter ariano, me llevo a pensar mas alla. Siempre he sido creativa, imaginativa, pero ya pensaba por adelantado y en mi cabeza me enfadaba hasta con el que me hacia la entrevista, antes de verlo incluso. Tenia conversaciones y enfados. Hasta dialogaba con el tio que me ofrecia ser becaria y lo mandaba al carajo. En fin, tenia que ser positiva. Mi mente corria como la polvora y debia pararla. Habia pasado la Semana Santa y en dos dias yo tendria mi primera entrevista de trabajo. Rebusque en mi armario y encontre una camisa negra y un traje de chaqueta y pantalon ajustado de color blanco, elegante. Unos tacones negros altos. Un bolso negro y me recogeria el pelo en una coleta alta como Angelina Jolie. Debia llevar algunos trabajos de diseno que yo habia hecho, asi que llevaba una carpeta con los trabajos fotocopiados. La empresa era americana, o eso pense por el nombre Cuth12.com. Cuando recibi la llamada telefonica para la entrevista, dos dias antes, desde Torre Triana, quinta planta a las doce de la manana, me fui corriendo, abri mi ordenador y me puse a buscar informacion de la Empresa. Era nueva. Aun no habia comenzado a implantarse en Sevilla, pero si tenia ya dos sucursales en Espana, una en Barcelona y otra en Madrid. Era una empresa joven y buscaba personal para Sevilla. La empresa en cuestion era relativamente nueva. Del 2015. Era una empresa con soluciones globales en marketing. Realizaban un servicio completo de optimizacion web para los motores de busqueda, en realidad un servicio completo de marketing digital. Un rollo para quien no lo entienda, pero a mi me encantaba el marketing y el diseno unido y tampoco me voy a poner a explicar aqui cuatro anos de carrera.

  • Exquisita tentacion de Nicola Marsh

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    Una noche deberia haber saciado su deseo...

  • Lo nuestro es unico de Sophie Saint Rose

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    Karina ha decidido trasladarse a la casa de su abuela en Texas para alejarse todo lo posible de su familia, con la que mantiene una relacion poco saludable. Pero verse forzada por la situacion a vivir con su vecino y con su hermana, no era lo que tenia pensado. Mucho menos sentir esa atraccion por Jason, que la estaba volviendo loca…

  • Besos con sabor a lluvia (Town Hope 1) de Mar Fernandez

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    Los ultimos meses no han sido faciles para Cloe Campbell. La muerte de su madre ha sido un duro golpe, y tras un largo curso universitario esta deseando regresar a Austin, junto a su hermano, la unica familia que le queda. Pero cuando llega a su hogar nada es como esperaba y se ve obligada a pasar el verano en Town Hope.

  • Nunca pense llegar amarte… y ya estamos a miercoles de A. R. Cid

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    … Contenido …?Que harias si entraras a la consulta de tu ginecologo con toda la pelambrera esperando ver al viejo de siempre y descubrieras a todo un bombon?

  • La criminologa (Los casos de Jennifer Palmer 1) de Arthur R. Coleman

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    En ese punto intermedio entre la noche y el amanecer, Jennifer Palmer se desperto. Mientras se desperezaba aun podia seguir oyendo a Jim Morrison en el recuerdo de su fogoso sueno. Enrollate, nena, enrollate, nena.... Una vez mas, como cada vez que aparecia en sus visitas nocturnas, se pregunto por que sonaba con torridos encuentros amorosos con un hombre que habia muerto antes de que ella naciese y que ni siquiera era su tipo. Ademas, su vida sexual era placentera, intensa y variada. Joven y atractiva, alta, largas piernas, sugerentes curvas y seductores ojos grises, Jennifer no necesitaba los encuentros eroticos en suenos de Jim Morrison para sentirse satisfecha. Abrio los ojos y aun podia oir en su mente a The Doors con Roadhouse blues: Si, vamos al bar de la carretera. Vamos a pasarlo realmente bien. Un buen rato... donde tienen habitaciones... y son para la gente que le gusta hacerlo despacio. Enrollate, nena, enrollate, nena... Entre suaves sabanas de algodon blanco, la joven se incorporo en la gran cama. Recogio su larga melena castana en una coleta y se despabilo lo suficiente para recordar que en unas pocas horas debia encontrarse con Donald Walker, uno de los miembros de la agencia de detectives y asesoramiento en materia criminal que ella dirigia. Donald estaba siguiendo a un marido, un importante hombre de negocios relacionado con el mundo del arte. Al contratarles, su mujer aseguro que estaba preocupada por el. Al parecer el hombre habia recibido alguna amenaza, pero no habia querido emplear escolta privada mas alla de los guardias de seguridad que vigilaban su magnifica galeria de arte y las camaras de vigilancia de su finca y la seguridad del propio residencial. Aunque, penso Jennifer, en realidad lo mas probable es que quisiese saber si le era infiel y conseguir pruebas comprometedoras y usarlas para sacar una buena tajada en el divorcio. Vaya estupidez, penso la joven, como si ser infiel o pretenderlo no estuviese en la naturaleza humana. Por su experiencia, lo raro era justamente lo contrario. De cualquier forma, aunque era un trabajo rutinario y anodino, estaba bien pagado. A pesar de que no era la actividad que mas le atraia, en realidad le interesaba mas bien poco, habia que hacer de todo para mantener a flote la agencia Solution Channel. Descalza por el pavimento de madera pulida, cruzo el salon por encima de la silueta de un dragon estampada en una gruesa alfombra rojiza. A Jennifer le gustaban estos enormes animales miticos. Desde nina le habian fascinado los cuentos de dragones, guerreros y princesas, aunque ella no tenia interes en ser una princesa, lo que deseaba en sus fantasias de nina era convertirse en una aguerrida guerrera que luchase contra el mal. Finalmente, su sueno se habia hecho, en buena parte, realidad. Jennifer era la propietaria de la agencia Solution Channel. Habia estudiado criminologia en SUNY, la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, y desde el principio sus profesores vieron su potencial. Al acabar la universidad pronto se labro un prestigio gracias a sus acertados diagnosticos. Tenia poco mas de treinta anos, y en ocasiones hacia labores de consultora en determinados casos para Inteligencia Criminal del Departamento de Policia de la ciudad de Nueva York: revision de casos desde el comportamiento y las perspectivas de investigacion, analisis del crimen, sugerencias de lineas de investigacion, perfiles de delincuentes desconocidos y estrategias para dar caza al asesino. Una joven precoz, una mente brillante, un cuerpo sensacional. Llego a la cocina y se sirvio un cafe largo bien cargado, solo, sin azucar. El primer cafe del dia solo; el segundo, a media manana, con azucar de cana. En ese momento sono el telefono. ?Quien seria a esas horas tan intempestivas? En el visor aparecio el rostro pecoso y juvenil de Donald. --Hola. --Sera mejor que nos veamos --oyo la voz alterada de su colaborador. --?Es grave? --Se han cargado al objetivo. --No fastidies. ?Donde estas? --Largandome del edificio. Esto se esta llenando de policias. --Esperame en El Mogador. Un contratiempo. La muerte del hombre al que estaban vigilando. Eso no era nada bueno para el negocio. Jennifer solia llevar ropa cenida, que resaltaba su cuerpo esbelto y llamativo. Se puso una blusa y un sueter de lino suave de color verde, abierto en pico, que dejaba ver la curva de sus senos, y unos pantalones beige ajustados a sus largas y torneadas piernas. Se calzo unos comodos zapatos de tacon bajo y se abrigo con un grueso chaqueton de lana trenzada a juego con los pantalones y los zapatos. La primavera estaba cerca, pero aun no harian mas de 10 grados centigrados. Se anudo una suave bufanda de cachemir alrededor del cuello, y salio rauda hacia la cafeteria donde habia citado a su fiel asociado. Donald Walker era fotografo, especialista en el seguimiento de personas y en obtener informacion, y experto en un poco de todo. Melena rubicunda, impulsivo, simpatico, ni muy alto, ni muy atletico. Un joven que pasaba desapercibido, ideal para su trabajo. Solia vestir de forma informal y desalinada, zapatillas de tela, vaqueros descoloridos por el tiempo, no por la moda, camisas amplias y sueltas por debajo de la cintura. Nunca usaba reloj y siempre sabia la hora exacta. El reloj atomico, solian llamarle en la agencia. Buena parte de la ciudad de Nueva York esta en tres islas: Manhattan, Long Island y Staten Island. Jennifer vivia en el distrito de Brooklyn en la punta oeste de Long Island en un apartamento de alquiler, lo que le permitia mudarse de casa y de barrio siempre que le apetecia. Su apartamento tenia una amplia habitacion y un gran salon con la cocina integrada. Cuando se instalo, el barrio era tranquilo y familiar, pero al cabo de un tiempo aparecio una reluciente lavanderia, cafes sofisticados, boutiques, restaurantes independientes y varias tiendas de vinos organicos que fueron la senal de que la zona habia sido conquistada por artistas y estudiantes con poder adquisitivo, y los precios del alquiler se elevaron drasticamente. De mil dolares se habia disparado al doble. Mucha gente trabajadora del barrio tuvo que trasladarse a las afueras donde los precios aun eran asequibles a sus posibilidades. Jennifer tambien estaba pensando en irse a una zona menos convencional. Las modas frivolas le repateaban, pero cerca de su casa aun quedaban lugares y establecimientos en los que se encontraba a gusto, como El Laberinto, un local con cocteles y bebidas de todo tipo, buena musica y amena compania. Jennifer se arrebujo en el chaqueton, salio del edificio y se subio en su Opel Cabrio blanco para dirigirse a Williamsburg, un agradable barrio de Brooklyn. Llego a Wythe Avenue y aparco en las cercanias. El sol apenas comenzaba a despuntar entre los altos edificios, cuando entro en El Mogador, un acogedor cafe bastante concurrido. Donald estaba sentado en una mesa en la parte del fondo iluminada de luz natural y ornamentada con plantas. Tomaba un sandwich de pollo con curry y una cerveza. Su desayuno predilecto, herencia de su padre, un veterano de la Guerra del Golfo. --A ultima hora de la tarde segui al objetivo tras su coche cuando salio de su galeria de arte. Le vi recoger a una joven en la esquina de una zona de dudosa reputacion --explico Donald cuando su jefa se sento frente a el. Le mostro una de las fotografias en la pantalla de su camara. Una chica de veintipocos anos, delgada, guapa, rubia, tez palida y nariz respingona. --Estuvieron hablando un buen rato en el coche, y luego fueron a un edificio en Manhattan, donde el tiene un lujoso apartamento. Estuve observando la entrada. Luego llego otra joven. Donald puso otra fotografia en el visor. Otra joven, unos treinta anos, recia, de mediana estatura, pelo largo moreno, nariz prominente. --Llamo al interfono y le abrieron. Mira --dijo senalando con el dedo indice la imagen--, apreto el boton de la casa de Adams. Al poco salio la acompanante de Adams, y una hora mas tarde la otra joven. Un rato despues vi que el portero no estaba en su puesto. Me extrano. Espere un rato mas y sali del coche a comprobar que pasaba, y justo cuando iba a entrar llego la mujer del fallecido. En cuanto la vi coger el ascensor, entre. El mostrador estaba vacio. El portero estaba inconsciente tumbado en el suelo en una pequena dependencia trasera. Subi al piso del apartamento del objetivo, la puerta estaba abierta. La mujer, Sarah Adams, estaba sola frente al cadaver de su marido. Creo que ni siquiera me vio. Estaba de pie con la mirada perdida y el telefono en la mano. --Vaya --expreso Jennifer mirandole con sus hermosos ojos grises que traspasaban a su interlocutor--. ?Viste entrar o salir a alguien mientras esperabas? --Entraron Adams y su acompanante, luego la otra joven y finalmente su mujer. --?Y salir? --Las dos jovenes, primero una, luego la otra. Nadie mas. Donald le mostro en el visor de su camara las fotografias que corroboraban su relato. El joven se puso un chicle en la boca, como si quisiese anadir una pausa a toda la informacion que acaba de soltar, y mascullo entre dientes. --Feo asunto. --Espera, tengo una llamada. !Hola! --Soy Mark. Mark Crowell, un apuesto y atletico inspector de la brigada contra el crimen de la ciudad de Nueva York. --?Que sucede? --Tenemos que vernos. Asunto oficial --la voz del inspector sonaba preocupada. --?De que se trata? --Asesinato. --?De quien? --el vello de la joven se erizo, signo de la llegada a su mente de una intuicion o, mas bien de una sincronia, como ella preferia explicar que su mente supiese algo que su razon aun no habia explicado. --William Adams, un tratante de arte. Te envio la direccion --dijo Mark, y colgo. Jennifer hizo un mohin con la nariz y fruncio sus labios sensuales y bien perfilados. William Adams. El mismo hombre que Donald estaba siguiendo por orden de su mujer. La joven no creia en las coincidencias. Y aquello era algo mas que una coincidencia. Pero nada ni nadie iban a quitarle las ganas de tomar su desayuno tranquilamente. Pidio al amable y sonriente camarero pan recien horneado, huevos benedictinos, zumo de naranja y cafe. --Nos vemos en la agencia --le dijo a Donald--. Informa a los demas, y prepara todo el material fotografico que tengas del caso. Tras el delicioso desayuno, al salir del local, Jennifer cogio su coche. Cuando una ligera bruma matizaba las aun frias aguas del rio y el sol lanzaba sus rayos matutinos, cruzo los casi dos kilometros del puente de Brooklyn. Aunque el aire era fresco, se veia bastante gente caminando en una u otra direccion del puente, runners, ciclistas y vendedores ambulantes instalando sus cuadros, llaveros y muchos otros recuerdos de la ciudad. Algunos eran turistas madrugadores haciendo fotos y mirando las vistas de la bahia, Manhattan, Brooklyn y a lo lejos la Estatua de la Libertad. Los edificios despertaban a uno y otro lado de la ciudad. Pero en uno de ellos, alguien no volveria a despertar jamas. 2 ELASESINATO La relacion entre Jennifer y Mark habia empezado una manana cuando ella impartio una ponencia sobre criminologia para miembros del cuerpo de policia. Jennifer tenia un especial don para descubrir los entresijos de los casos mas alla de las pruebas aparentes y establecer conexiones entre los hechos que pocos podian ver. Aunque a mas de uno podia parecerle una habilidad sobrenatural, Jennifer simplemente usaba su mente, su memoria y sus excepcionales conexiones sinapticas y redes de circuitos neuronales, trascendentales para los procesos biologicos que se hallan bajo la percepcion y el pensamiento. Cierto que esa genuina capacidad era algo con que la naturaleza le habia dotado, pero ella se ocupaba de mantenerla y mejorarla con sus profundos analisis y reflexiones. Al acabar la conferencia, el se acerco y le pregunto, con su voz segura y viril, algo insustancial para trabar conversacion. --Mejor sera que te conteste tomando algo en la barra de un bar --dijo Jennifer, y el estuvo encantado. Esa misma noche retozaron entre las sabanas gris marengo de la cama de Mark. Mejor en la primera cita, para que hacer esperar lo bueno, sino se corria el riesgo de que no sucediera, opinaba Jennifer, cuantas cosas placenteras dejamos para manana, y ese manana nunca llega. Habian pasado tres anos y su relacion seguia por los mismos derroteros. Compartian casos, cama y conversaciones, algunas de estas ligadas a su trabajo de asesoramiento para el departamento de policia, y otras previas a sus citas intimas. En ambas actuaciones, en los casos criminales y en los encuentros sexuales, al acabar ella se levantaba y se iba. Pocas veces se encontraban en casa de Jennifer, pero cuando lo hacian el tacito acuerdo era el mismo, el se vestia y se marchaba. Todo iba bien. Una relacion fructifera, placentera y sin ataduras. Hacia mas de un mes que Mark no la llamaba para cuestiones policiales, y cuando se encontraban era para otros menesteres mas ludicos. Una cena a la luz de las velas, un buen vino y la gran cama que Mark tenia en su agradable apartamento con vistas al Hudson. En Mark todo era grande. Jennifer media mas de un metro setenta centimetros, y aun asi Mark le sacaba toda la cabeza. Mediada la treintena, pelo rubio ligeramente rizado, aspecto agradablemente desalinado, tez curtida y bronceada y ojos azules, grandes y perseverantes, especialmente cuando miraba a Jennifer. Aunque vivian en Alpine, un exclusivo barrio residencial de Nueva Jersey, los Adams tenian un apartamento junto a la Sexta Avenida en Manhattan. Era una zona cosmopolita que se habia revalorizado mucho en los ultimos anos y un piso en ese barrio solo se lo podian permitir personas muy adineradas. Ante el edificio de piedra gris perla se veian curiosos y periodistas. Los medios de comunicacion ya estaban al tanto del luctuoso asunto. Furgonetas, hombres y mujeres jovenes microfono en mano ante sus respectivas camaras se agolpaban en las inmediaciones del toldo verde de entrada a las doce plantas del edificio. Jennifer se acerco conduciendo con cuidado, abriendose paso hasta llegar a la puerta de entrada custodiada por la policia donde se veia una ambulancia forense. Unos conos rojos y blancos marcaban la zona de la acera y de la calle protegida por la policia. Un autobus amarillo de una escuela precedia al coche de Jennifer y en cuanto paso por el carril libre frente al edificio, la joven aparco junto a la acera y una pequena zona ajardinada al aire libre. Perry Howard, un joven detective del grupo comandado por Mark, la esperaba mientras comprobaba la direccion hacia donde estaban enfocadas las camaras de vigilancia del edificio. De mediana estatura, corpulento, pelo corto oscuro, labios finos y cara sonrosada, al bajar la joven del coche, echo un furtivo vistazo a las largas y estupendas piernas de Jennifer y a su escote que, aunque prudente, se adivinaba entre el grueso chaqueton y dejaba ver parte de sus bien moldeados senos. Cuando Jennifer entro en el lujoso edificio, Mark estaba en el hall dando instrucciones a dos agentes para que hablasen con todos los vecinos del edificio. Vestido con chaqueta de sport y camisa gris, pantalones negros y mocasines comodos para poder moverse con facilidad en caso de necesidad. --El edificio tiene camaras --le indico Perry cuando se acercaron--. Cuatro, entre la entrada y la recepcion. --Compruebalas --ordeno Mark--. Y tu --se dirigio a Ron, otro de sus colaboradores--, ve tambien a hablar con los vecinos de los otros apartamentos de la planta doce por si han visto u oido algo. El detective Ron Speegle, adjunto a Mark, se aproximo. Pelo largo, castano y nariz prominente, un hombre macizo de voz grave a quien la gente solia escuchar con atencion, especialmente cuando movia sus grandes y recias manos. Mark se acerco a ella y le saludo con una sonrisa seductora. --Empieza desde el principio, mon ami --correspondio con otra sonrisa Jennifer. La joven habia pasado un ano aprendiendo frances y haciendo un master en la Universidad de Paris sobre criminologia y analisis de la conducta, y de vez en cuando le gustaba meter algun termino en frances con las personas a las que apreciaba y con las que se sentia a gusto. Y Mark era uno de sus preferidos. Guapo, amigo leal y gran amante. !Que mas se podia pedir! Mark miro con admiracion el sensual cuerpo embutido en el ajustado sueter, pero reprimio sus instintos sensuales y se limito a hablar del caso. --Un asesinato. --!Que novedad! Ni que estuviesemos en Nueva York. --Me ha llamado el capitan Mael para asignarme el caso y me ha dicho que te incorpore al grupo como consultora. --Al final acabare cayendole bien. --Me parece que el asunto no va por ahi --contesto Mark--. Ahora lo comprobaras. Mael y Jennifer tenian diferentes enfoques en cuanto al modo de enfocar los casos y los tramites reglamentarios. Y de ahi su cierta prevencion hacia Jennifer, quien a veces gustaba de coger atajos para evitar farragosos procesos burocraticos. --Vaya, que desilusion --chanceo Jennifer. Mientras hablaban se dirigieron al interior del edificio. El portero estaba siendo asistido por unos sanitarios. --Por lo que parece ha sido drogado, pero en un rato podra hablar con cierta coherencia -- dijo Perry, refiriendose a un hombre de mediana edad con una prominente calva, que estaba medio abatido en una silla y con los botones dorados de una chaqueta gris desabotonados. --?Aviso el a la policia? --pregunto Jennifer. --No, fue la mujer del difunto. La joven recordo el relato de Donald sobre la mujer con el telefono en la mano y la mirada extraviada. Los dos cogieron el ascensor y el detective pulso el boton de la ultima planta. --?Y la victima? --Millonario, norteamericano --contesto Mark. --?Norteamericano en Norteamerica? --dijo sarcasticamente Jennifer--. Esto se pone interesante. --Una de cada tres personas que viven en Nueva York no ha nacido en Estados Unidos. Bueno, ?vas a dejar de interrumpirme? --Claro, claro, continue --dijo la joven dando un toque en el brazo del inspector con su suave y firme mano. Un breve pasillo bien iluminado con apliques dorados en las paredes y revestido de marmol claro conducia a cuatro lujosos apartamentos. Ante la puerta abierta de uno de ellos se veia a dos policias hablando entre ellos con una cinta amarilla en la mano en donde se veia: escena del crimen, no pasar. Los miembros de la cientifica entraban y salian como si estuviesen en la cafeteria de la esquina. --Era un hombre hecho a si mismo --comento Mark. --Un canalla, vaya. --Un triunfador. --Vamos, eso. Nueva York, simbolo internacional y centro de las finanzas, sede del mayor mercado de valores del mundo y centro de grandes negocios en todos los ambitos incluyendo el arte de vanguardia. Y en esta area, William Adams habia sido el rey.

  • El Colmillo del Diablo (Infernum 1) de Lorena R. Jeffers

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    El Infierno esta reservado para los pecadores, de los cuales tu eres el peor.

  • El baile de los penitentes de Francisco Bescos

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    “Un thriller rural extraordinario: una trama perfectamente urdida, un elenco de grandes personajes, un escenario maravillosamente descrito y un estilo seco y directo que te atrapa sin remedio”. CARLOS BASSAS

  • Doce oportunidades de vivir de Jossy Loes

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    Sophia Baute ha pasado toda su vida entre cintas, saltos y danza, esforzandose en mantenerse en la elite de la gimnasia ritmica. Tras un error basico en una competicion, en la que queda en los ultimos puestos, duda si seria bueno retirarse como habia planeado.
    Sin embargo, todos sus planes se desmoronan en el momento que sufre un grave accidente, hundiendola en un foso oscuro del que no es capaz de salir, pero la insistencia de su amiga Marian la lleva a aceptar ir a Florida, donde un compromiso la pondra en el camino de Blake Clark.
    El no es un chico cualquiera. Durante toda su vida se ha esforzado por llegar a un buen puesto en su profesion y, a pesar de haber cumplido esa meta, lucha constantemente con el fantasma de su pasado. Un pasado que le pondra a prueba desde el instante que tropieza con Sophia, trastocando todos sus planes del presente y del futuro.
    Dos jovenes con vidas distintas y metas planificadas con antelacion que son puestos a prueba de doce maneras diferentes.
    Doce oportunidades para olvidar...
    Doce oportunidades para volver a empezar...
    Doce oportunidades para pedir perdon...
    Doce oportunidades para amar...
    Solo ellos entenderan el significado de: Doce oportunidades de vivir.

  • Somos lo que nos contamos de Oscar Vilarroya

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    Somos una especie narrativa: en vez de Homo sapiens deberiamos hablar de Homo narrator.

  • Amy e Isabelle de Elizabeth Strout

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    Isabelle es una mujer viuda que vive en un pueblecito cerca de Boston con su unica hija, Amy, de 16 anos. La relacion entre madre e hija es tensa y la comunicacion practicamente inexistente. Cuando un nuevo profesor de matematicas llega al pueblo, la vida de Amy da un giro radical: el profesor y la alumna empiezan una relacion que despierta la sexualidad de Amy. Y, poco a poco, Amy descubre un mundo diferente, que no tiene nada que ver con el ambiente claustrofobico que vive con su madre. Cuando Isabelle descubre que su hija mantiene una relacion con el profesor, se siente humillada y traicionada, rompe con su hija y, a la vez, se sumerge en sus frustraciones y se arrepiente de no haber vivido su vida.

  • Donde esta mi jersey islandes de Stig Dagerman

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    Que bien, asi me gusta. Que me reciban como a un senor. Ahi esta Ulrik, en la esquina del anden, con botas de cuero y su mejor sombrero, el de ala ancha, mirando alicaido a la explanada de la estacion. Lleva brazalete de luto y lazo negro. A su espalda la yegua ramonea entre las flores del arriate. Habra que ir en coche de caballos, no lo hacia desde que era nino. Me reciben como a un senor solo porque padre ha muerto. En otro caso tendria que ir a pie hasta que el fango me cubriera las canas de las botas. Si, claro que no voy a olvidarme del entierro de madre. El mismo de siempre. No, que va, no sale a mi encuentro aunque me vea bajar del vagon. Como si yo no tuviera bastante con lo que cargo, la corona y la maleta llena de botellas de aguardiente. Podia haber facturado la corona, pero vete tu a saber. Bien recuerda uno lo que ocurrio con la corona de madre. Tanto la maltrataron en el transporte que parecia mentira apanar nada. De verguenza me moria durante el entierro, tratando de cubrir las flores con cintas para que nadie las viera. Y acaso cree alguien que sirve de algo reclamar a la compania del ferrocarril. Que va, nada de eso. Lo unico que hacen es escurrir el bulto y alli se queda uno como un pasmarote. Bueno, ahora por lo menos me saluda, Ulrik, Ulrik, como le deciamos de pequenos. Saluda con el sombrero y esboza una sonrisa. Parece un palurdo, pero que otra cosa podria esperarse. Y ahi va el chapista, borracho los sabados como de costumbre. Se detiene y quiere hablar. Sabe lo que llevo en la maleta con solo verla. Recibe mi pesame mas sincero, me dice el chapista, pronto le llego la hora al viejo. Lo vi un dia antes y estaba en plena forma. Ya se sabe que padre bebia mas de la cuenta al final de sus dias, pero no va a ser el chapista quien venga aqui a pregonarlo en medio de la estacion. Me pregunto si estara invitado. Bebian juntos, eso si, padre y el, pero no por eso va a tener que estar invitado. !Atiza! Ahora se me cae el brazalete. El anterior lo perdi, salgo un sabado de parranda y cuando vuelvo a casa el brazalete ha desaparecido. Y no porque se lleve el luto precisamente en la ropa, !pero mira que perderlo en medio de una borrachera! Alelado se queda uno aunque fuera un mes despues del entierro. La mujer ha vuelto a comprarmelo muy holgado. O acaso este yo demasiado flaco para brazaletes. A saber. En todo caso se me cae hasta la muneca. Y parezco un desmanado. Maldita sea. Y Ulrik. Es lo que suele hacer cuando vengo a casa. No echa una mano aunque uno deje la maleta en el suelo y lo este deseando. Y decir, no dice una palabra, no responde aunque le diga hola una y dos veces. Pero siempre fue cerril y atravesado. Ulrik. Agarra tu la corona, hermano, le digo, y le doy una palmadita en el hombro. Hermanos somos en todo caso y circunstancia, no va a ser en vano. Bien, la caja de la corona cabe justo bajo el asiento trasero. Pero la maleta la llevo conmigo. Ulrik chasquea la lengua. Blenda, la condenada yegua, gira torpe con el belfo atiborrado de flores del jefe de la estacion. Deja ahi la maleta, muchacho, dice Ulrik. Pero bien sabe uno lo que paso cuando el entierro de madre. Tage, el hermano pequeno, quiso llevarla para darselas de forzudo y, pum, golpeo la maleta contra un puntal de la cerca y reventaron dos botellas. No hubo mas remedio que salir por ahi y tratar de hacer acopio de aguardiente en plena tarde de sabado. Sera mejor que lleve la maleta conmigo. En todo caso hace calor. ?Que si ha llovido? No, llover no ha llovido desde hace un mes por lo menos. Buen mes de octubre, hay que decirlo. Enviamos tarde las cartas, dice Ulrik, pero asi y todo las mandamos. Las cartas. Pasamos por delante del banco, la casa del medico y el cafe del minigolf. Ahi es donde trabajaba Frida. No fue mala idea ser novio suyo. Entonces entraba al cafe por la puerta trasera y la consumicion me salia gratis. El tiempo que duro. Pero la verdad es que siempre fue de provecho tener a Frida ahi. La recibiste a tiempo, claro, pregunta Ulrik. O mas bien lo afirma para justificarse. Ah si, las cartas. La carta. Pues si que llego, pero bien podia haberla escrito antes, Ulrik. Pero siempre ha sido reservado y no, que va, escribir no escribe una linea en vano. Y asi llego la carta, el domingo pasado, de forma enteramente inesperada. Yo me habia pasado todo el dia en el hipodromo de Solvalla, apostando a las carreras y con ciento cincuenta coronas en premios, ?cuantas veces ocurre eso? Que disculpado esta uno cuando no esta sobrio del todo. La carta, va la mujer y la pone encima del contador de la luz y empieza a hacerse la remolona, a ver si cojo la carta tan pronto como llego a casa. Como cuando murio madre, pero entonces recibi una carta como es debido de Lena, la hermana pequena, la que ahora esta ingresada en el sanatorio, cosa que sin duda tranquiliza. Abro la carta, es lo que hago, la leo y releo y me lleva tiempo aclararme. Algo perplejo se queda uno al recibir un mensaje luctuoso y no estar realmente sobrio. La mujer no puede dejar de advertirmelo, pero ya le devolvere yo la pelota, vaya que si. Y bien, me digo, el viejo no es de los que han desperdiciado una sola gota y quien sabe: acaso se ha dicho que estaba completamente sobrio al morir. Pero aun asi me siento algo afectado, igual que en el entierro de madre, cuando salimos por ahi a pedir aguardiente para el velatorio y por la noche ya estabamos alegremente achispados y con resaca durante todo el entierro. Ropa tienes, por supuesto, dice luego la mujer, eso si, tendre que comprarte otro brazalete, claro, el anterior lo perdiste en medio de una borrachera. Tendre que oirla hasta el dia que me muera. Y el tejado del guardia, que salio volando y se le vino abajo. Si, eso dicen, que salio volando. Ahora esta sentado en el patio. Fuma en pipa y tiene un papel en la mano. Tambien se ha hecho con una hamaca desde la ultima vez. Estara buscando informacion sobre quien pudo haberle echado el tejado abajo. Un engreido, es lo que siempre he pensado. Ahora nos adelanta un coche, un flamante Chevy, a estrenar. Se lo digo a mi hermano, pero que va, que va a saber mi hermano lo que es un Chevy, ni siquiera un Chevrole, por lo que le toca. Que pena por Lena, se saca Ulrik de dentro, no la han dado permiso para venir a casa. Si, pobre Lena, la hermana pequena, por lo menos tiene algo especial. No es como Ulrik, cerril y atravesado, ni tampoco como Lydia, la hermana mayor, gorda y presumida desde que se caso con el tratante de aparatos de radio del pueblo. Los domingos sale con traje folclorico y se ha hecho voluntaria del cuerpo auxiliar del ejercito. !La hermana de uno! Ya se sabe que lo unico que hace es mirar a los demas por encima del hombro. Bien me acuerdo del revuelo que armo durante el entierro de madre por darse la casualidad de que uno cometiera un desliz la manana del entierro. !Mira que tener un hermano tan cafre!, eso fue lo que me dijo. Pues mira, si de mi depende, de eso se libra. Lena es otra cosa. Se parece mas a uno, no teme hablar, no es nada arrogante ni mira a nadie de soslayo, nunca lo hizo. Y tuvo que contagiarse de tisis en casa de ese estupido de Lundbohm, solo por no caldear su habitacion. Ama de llaves de semejante patan, el diablo tenia que ser. El Chevrolet viene de vuelta, seguro que ha estado en Turisten y viene de regreso. A Turisten vienen a tomar copas hasta de la ciudad. Si pudiera salir esta noche. Pero bien recuerdo lo que paso durante el entierro de madre. Toda una bronca. Bronca y amargura. El Chevrolet aminora la marcha y no porque la yegua se asuste, porque Blenda ha servido en un regimiento acarreando los canones de los cabos. Coche y carreta se detienen y quedan a la misma altura, y quien baja la ventanilla del coche y asoma la jeta sino Holmgren el Panadero. Algo mas calvo esta desde el entierro de madre, pero tiene la misma nariz roja. Tambien tiene la cara colorada pero quiza se deba al bronceado. Capaz. Te acompano en el sentimiento, me dice Panadero aunque parezca tan alegre como siempre, siento lo de tu padre. Pero vente a dar una vuelta esta noche si no tienes nada mejor que hacer. Que no es que Knutte ande todos los dias de parranda, dice Panadero. No desde el entierro de madre, le digo tratando de parecer compungido aunque no me resulte nada sencillo cuando pienso en las juergas que me he corrido con Panadero. El aguardiente que hemos bebido juntos podria bastar para pasarnos borrachos como minimo la mitad de un ano. Ya veremos, ya veremos, le digo. Nada fijo le puedo prometer estando Ulrik delante. Pero Ulrik chasquea la lengua y restalla con la fusta para que la condenada yegua arranque en segunda y pegue un tiron tremendo. Pero la maleta la llevo bien sujeta entre las rodillas para no correr ningun riesgo. El Chevrolet arranca y se aleja. Precioso coche, digo, y no es que deje de sentir cierta curiosidad por los posibles de Panadero para ir dandoselas de coche. La ultima vez me pidio prestadas diez coronas para poder sacar a la mujer a dar un paseo. Ella llevaba tres dias sin salir de casa. Al menos eso fue lo que me aseguro. Pero vete tu a saber. Tanto larga Panadero. En el fondo es un buen muchacho. Primero acierta una quiniela, dice Ulrik. Y luego le toca la loteria. De modo que pronto va a morir pimplando. Eso suena a envidia. Envidioso y atravesado, eso es lo que siempre ha sido Ulrik. Ahi va, dando trallazos con la fusta mientras Blenda cabecea despacio en direccion a Turisten. Fuera de Turisten estan los camiones de la cerveza. ?Tienes cerveza en casa? Si no tienes, paramos y apanamos una caja, le digo. Pero entonces Ulrik se enfurruna. Restalla con la fusta para que la yegua llegue al puente en dos o tres trancos. Es que no puedes pensar en otra cosa estando padre muerto, me reconviene. !Cerveza y aguardiente, no tienes otra cosa en la cabeza! Pues claro que si, hombre, podria haberle dicho. Recordarle el dinero que he estado enviando a casa durante ocho anos para el tabaco de padre y !cuantos vestidos no enviaria la mujer a madre en su dia! Pues claro que hemos tenido algo mas en la cabeza, si es que le da por ahi. Y ademas, lo de la caja de cerveza ha sido con la mejor voluntad. Bien recuerda uno lo que paso en el entierro de madre. Al final solo hubo agua y quienes fueron los que tuvieron que avergonzarse, Ulrik y uno que yo me se. Tambien podria recordarle eso. Llegado el caso.

  • Buscame en tu corazon de Fernanda Suarez

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    Llega la septima entrega de la serie romantica ambientada en la regencia <>.

  • Adrian y Rosa (El llamado del Amor 2) de Kankis Lefky

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    Adrian Bilbao era un joven tan encantador como apuesto, aunque algo mal-hablado y vanidoso, cuya idea de diversion era pasarse todo el fin de semana de parranda con sus amigos. Llevaba la mitad de su carrera universitaria con calificaciones mediocres, las cuales lograba mas por su carismatica personalidad, ya que a los profesores les caia muy bien y lo consideraban tan agradable y simpatico que no lo reprobaban. Si no fuera por lo cautivante de su personalidad, seguro enfrentaria la realidad... !Tendria que estudiar! Era tan cordial y sociable que a pesar de su irresponsabilidad, profesores, companeros y amigos lo apreciaban mucho y como en verdad era un joven muy atractivo, por supuesto tambien contaba con la estimacion de las chicas universitarias, quienes lo consideraban adorable. Aunque el Sr. Bilbao conocia el estilo de vida de su hijo Adrian, solo le llamaba la atencion cuando llegaba a pescarlo haciendo algo fuera de lugar, pero pronto terminaba su regano, pues era minado por la apenada expresion de su encantador hijo, que cada vez le hacia sus vanas promesas de que ya se portaria bien. Asi era la despreocupada vida de Adrian Bilbao, hasta que un dia... --Yo creo que ahora si la hiciste Adrian, papa no te va a pasar esta borrachera. --Le decia su hermana Viviana, mientras el estaba acostado escuchando musica. --No pasa nada carnalita, siempre es lo mismo, me avienta su sermon de 10 minutos, le digo que lo siento, que no volvera a suceder... !y ya! !listo! Todo queda olvidado. --Respondio confiado, mientras fingia tocar una invisible guitarra electrica en la parte mas algida de la cancion. --No Adrian, esta vez no sera asi... --le aseguro su hermana mayor al quitarle los audifonos --. Esta vez si te pasaste de la raya... En ese momento su mama abrio la puerta de la habitacion y al verlo acostado, negando con la cabeza le ordeno: --Levantate, tu papa te espera en el despacho... --Adrian se levanto y de inmediato peino su larga melena, pues una de las cosas que mas le reprendia su papa era precisamente esa, que tuviera el cabello hasta el hombro--. Ay hijo, ahora si te metiste en una buena. Sonriendo y dandole un beso en la mejilla a su mama comenzo a caminar por el pasillo para ir a recibir el paternal regano y al irse acercando a la oficina preparo en su rostro la expresion de arrepentimiento y chico confundido. En cuanto entro al despacho vio que con gesto adusto el ya lo esperaba. --Sientate. Con energica voz ordeno el Sr. Bilbao y al ver que se sentaron junto a el su mama y su hermana Viviana, Adrian entendio que esta vez la cosa iba en serio, pues parecia estar en el banquillo de los acusados. Los tres lo miraban de forma reprobatoria, aunque extranamente su hermana parecia estarlo disfrutando, pero como solo lo veian y ninguno hablaba, Adrian comenzo a divagar y mientras les mostraba su cara de arrepentimiento, en su mente empezo a planear la nueva parranda del fin de semana. De pronto la severa voz de su papa lo saco de sus profundos pensamientos: --?En que estabas pensando Adrian? --Ante tal pregunta Adrian titubeo, pues el estaba pensando en lo que haria ese fin de semana, pero sabia que no era esa la respuesta que su papa esperaba escuchar y solo atino a mirarlo con desconcierto--. Te doy todo lo que quieres, no puse obstaculos para la Universidad que elegiste y que no aprovechas porque siempre andas en tus famosas fiestecitas. Ademas, en la casa tenemos cuatro perros que recogiste en tus parrandas y dime... ?Como correspondes? --Mientras su papa recitaba el mismo regano de siempre, Adrian tenia la estudiada expresion de afliccion, arrepentimiento y chico bueno--. Cada fin de semana es lo mismo, desde el viernes te vas de parranda con tus amigos buenos para nada como tu, se gastan todo el dinero en borracheras y ya has chocado tres coches. Todo parece indicar que no comprendes que te enfrentas a muchos peligros... pero en fin, esta vez ya fue el colmo... me llamaron de la Delegacion y tuve que pagar una fuerte multa para poder sacarte, porque en tu borrachera le pegaste a no se cuantas personas. Era cierto, sin saber como habia empezado el pleito o quien lo habia provocado, al final de la fiesta se agarraron a trancazos todos contra todos y al recordar lo buena que se habia puesto la fiesta y el pleito, Adrian sonrio y al instante escucho la severa voz de su padre: --?Y todavia tienes el descaro de reirte Adrian? !No puedo creerlo! --No papa... ?Como crees? No me estoy riendo. --Entonces... ?Por que pones esa cara de estupido? --Es que iba a estornudar... --!Pues estornuda carajo! --Despues de fingir el estornudo y hacer un esfuerzo para no reirse de sus propias tonterias, volvio a poner su tan gastada expresion de nino bueno con la que siempre se salia con la suya, pero en esta ocasion no le sirvio de nada--. Despues de haber hablado largamente con tu madre y tu hermana, hemos decidido el castigo que mereces. --Al instante Adrian las miro pensando: "Traidoras". --?Castigo? Pregunto como si no pudiera creerlo y volteo a ver a su hermana esperando que lo ayudara, pero ella solo asintio como diciendo: "es por tu bien". No le paso desapercibido a Adrian, que Viviana hacia un esfuerzo por no reir, pues tal parecia que le parecia gracioso que al fin lo castigaran. En cambio su mama se veia triste porque habia conspirado en su contra y aprobado la crueldad del castigo. --Si, estas castigado... trabajaras. Ante esas palabras Adrian se trabo, eso era mucho peor que recibir un insulto o que lo mandaran de rodillas hasta la muralla china. --?Que? ?Yo trabajar? Pero papa... --Ya esta decidido, trabajaras. --Comprende papa, si trabajo no tendre tiempo para estudiar. --El Sr. Bilbao le dirigio una mirada de no poder creer lo que estaba diciendo. --No digas babosadas Adrian, tu nunca estudias, de hecho no recuerdo haberte visto una sola vez con un libro en la mano. En cuestion de segundos infinidad de pensamientos pasaban por la mente de Adrian, pues trataba de encontrar algo que pudiera liberarlo de tan terrible apuro. De pronto llego una idea que le parecio genial, penso que si le decia que si a todo, aceptaba su culpa y mostraba rasgos de madurez, entonces su papa le retiraria el castigo y lo perdonaria como siempre. --Tienes razon papa, comprendo que me equivoque... he sido un irresponsable y tal parece que no he valorado el carino y el apoyo que me has brindado siempre, pero es todo lo contrario, creeme que me considero afortunado por tener un padre como tu y por eso te aseguro que esto no volvera a repetirse. --Me alegra que lo tomes tan bien, pero no por eso dejare de ser mas estricto. El proximo lunes vas a entrar a trabajar en una de las companias y por supuesto empezaras desde abajo. --Al ver que su estrategia fallo, enojado exclamo en voz baja:. --!Me lleva la ching...! --?Que dijiste Adrian? --Que en donde queda dicha compania. --Deberas trabajar en esa compania por lo menos tres meses para que puedas pagar la ultima reparacion del coche y la multa que pague. --Al entender que no habia manera de librarse del castigo, espeto:. --Papa tengo 20 anos... ?No es la edad en la que puede uno divertirse y vivir la vida? Comprende que la juventud se va y no regresa jamas... --El Sr. Bilbao lo miro fijamente durante largos segundos, algo que le dio a Adrian un halito de esperanza. --Veo que me he equivocado al darte tanta libertad, pero afortunadamente es algo que si puedo corregir. Desde el lunes iras a trabajar y olvidate de la camioneta. --!Pero papa! ?Como voy a trasladarme? --Como lo hace la mayoria de los empleados, en autobus o caminando, tu provocaste el castigo Adrian y aunque no lo creas, esto me duele mas a mi que a ti. --Si... !Como no! Exclamo Adrian en voz muy baja, mientras veia que tranquilamente su papa salia del despacho. 2 Ese fin de semana fue un suplicio para Adrian, pues no podia superar el entripado que sentia por la traicion de su hermana y de su madre, que no lo defendio, pero que aseguraba cada 5 minutos que lo adoraba, y tambien por el Genhis Kan de su padre, que le habia impuesto un castigo imperdonable. Lo estaba enviando a trabajar sabiendo que el no tenia ni la menor idea de como hacer eso, es mas, el solo pronunciar esa palabra le provocaba escalofrios. Finalmente llego el lunes y a las 5:15 de la manana su hermana Viviana fue a despertarlo con una jarra de agua que casi le vacio en la cara, pues el despertador ya llevaba algunos minutos sonando. Tan fuerte fue la impresion, que Adrian se cayo de la cama. Estaba sonando que estaba en la playa rodeado de hermosas chicas con seductores trajes de bano, cuando de pronto una ola lo envolvio revolcandolo y haciendolo despertar en el piso de su habitacion... sin contar que se encontraba todo empapado y tiritando de frio. --!Pero que demmm...! --Deja de vociferar y levantate, tienes que ir a trabajar. --Le dijo su hermana aun con la jarra en la mano. --!Te pasas Viviana! ?Esa es la forma de despertar a la gente? --A la gente no, pero a ti si, pones el despertador y parece que no lo oyes. --Es que me siento cansado, para tu conocimiento casi no dormi. --No pongas pretextos porque de esta no te salvas, hoy es tu primer dia de trabajo. !Y apaga esa cosa, que no para de aullar como gallo asustado! --Exigio de mal humor senalando el despertador. --Vaya con la inteligente de mi hermana mayor, los gallos no aullan. Viviana le dirigio una severa mirada y salio de la habitacion. Ya resignado, Adrian entro a asearse y despues de peinar y atorar detras de las orejas su largo cabello castano, se puso un fino traje gris, camisa blanca y una corbata color vino con delgadas rayas grises. Mientras se revisaba frente al espejo, con seriedad dijo: --Bueno Adrian, ya tienes casi 21 anos y no hay manera de evitar tu primer dia de trabajo... tienes que emplear toda tu simpatia porque no tengo ni idea de lo que debo hacer en esa compania. --Resoplo con fastidio--. Definitivamente creo que para pagar la reparacion y la multa es una exageracion trabajar tres meses. Adrian, debes poner atencion y hacer meritos para que mi padre nos devuelva la camioneta, el fin de semana la necesitamos para ir al fandango con los cuates. -- En ese momento cayo en cuenta que no tendria coche--. !Un momento! No estara pensando que me voy a ir en camion al trabajo... Alarmado salio en busca de su papa, que tambien ya estaba casi listo para ir a sus diarias actividades, entonces le pregunto: --Oye papa, si no me permites usar la camioneta, entonces dime... ?En que me voy a ir? -- Mientras el Sr. Bilbao se anudaba la corbata frente al espejo, un tanto cortante respondio: --Yo te voy a llevar. --!Que, que, que! Tengo casi 21 anos... !Eso no es cool! --?Casi 21 anos? Pues seria bueno que lo recordaras de vez en cuando antes de irte de parranda y apurate, que ya nos vamos. --Cuando ya estaban listos para irse, Viviana se despidio diciendole: --Mama y yo vamos a extranarte Adrian. --No me digas... ?Mientras pasean por las tiendas del centro comercial al que van casi todos los dias? --Los dos hermanos se querian mucho, pero siempre se la pasaban molestandose uno al otro, asi que Viviana respondio rapido:. --Por cierto Adrian... !Aguas! Creo que a tu jefe le vas a gustar mucho... !Le gustan los grenudos! --Adrian se irguio y mostrando esa sonrisa que siempre enloquecia a las chicas dijo confiado:. --Espero que si. --Pero... ?Si sabes que es hombre? ?No? --Ante la espontanea carcajada de su hermana, el se quedo helado. --Ya subete Adrian. --Ordeno el Sr. Bilbao. --?Me dejas conducir a mi? --Pregunto con inocente sonrisa. --?Es chiste Adrian? --No papa. --Ante la fria mirada del Sr. Bilbao, que no mostraba intencion de moverse del volante, resignado Adrian se sento en el lado del copiloto. --?Bueno y donde voy a trabajar? --Es una fabrica de veladoras y creo que te pondran en el area de produccion... el dueno de la empresa es uno de mis grandes amigos, asi que por favor portate como la gente decente y no quiero enterarme que dices palabrotas. --!Hombre papa! ?Yo? --Si, tu, que a veces pareces carretonero… mira hijo, aunque te he impuesto trabajar como un castigo, creeme que te estoy haciendo un favor. Aprovecha esta oportunidad y aprende. ?Entendido? --Entendido papa, sere tu orgullo. Dijo con su juvenil sonrisa, mientras hacia un ademan de saludo a un militar de rango. A pesar de que no le gustaba nada la idea de trabajar, Adrian no perdia el buen humor, por lo que durante el trayecto le conto divertidas anecdotas de sus dias de fiestero, que inevitablemente hicieron reir a su papa hasta que llegaron a la fabrica. Se despidieron con el carino de siempre y Adrian se bajo para comenzar su primer dia de trabajo. 3 La fabrica de veladoras no se veia nada mal, eran tres enormes naves pintadas de blanco y de pronto al joven Adrian Bilbao le parecio interesante conocer lo que se hacia en cada una de ellas. Aunque su papa le habia advertido que entraria a trabajar desde abajo, quiso impresionar al llegar bien vestido, pues imagino que ahi trabajarian chicas guapas que le harian soportable esos meses de martirio. Al llegar a Vigilancia pidio hablar con el Sr. Leonel Cervantes, el Jefe de Produccion, quien al recibirlo en su oficina lo miro de arriba abajo, pues le sorprendio la elegancia con la que vestia para trabajar en produccion. Luego de una corta charla, el Sr. Cervantes le pidio que pasara a Recursos Humanos para que realizaran los tramites correspondientes. Asi lo hizo y la Gerente lo atendio unos minutos despues de que llego. En cuanto entro a su oficina, Adrian se presento con educacion y prestancia y la Gerente le dio la bienvenida. No le paso desapercibido que a la guapa Psicologa, una joven de cabello y ojos castanos, literalmente casi se le caia la baba al verlo, pero el se mostro sereno, seguro de si y manejando muy bien sus armas mientras pensaba: -- "Obvio, no podia fallarme". --Me da mucho gusto darte la bienvenida Adrian. --Le dijo extendiendo su mano y el la recibio con un calido y suave apreton--. El Sr. Moncada me hablo de ti y me pidio que te cuidaramos muy bien porque eres el hijo de su mejor amigo. --Decia encandilada al ver lo alto y guapo que era Adrian. --Me siento honrado, es usted muy amable Srita.... --Cinthia… Cinthia Garcia, pero puedes llamarme Cindy. --Dijo con una coqueta sonrisa, mientras le apretaba ligeramente el brazo al nuevo empleado. --"A fuerzas, ya caiste". --Pensaba Adrian mientras mostraba una falsa sonrisa timida, que por supuesto ella se creyo--. Muy agradecido por la confianza... Cindy. Mientras la risuena y guapa Psicologa no dejaba de platicar de manera encantadora y de tocarle el brazo mientras se hacia la simpatica, Adrian asentia con toda propiedad. Se sentia tranquilo porque se daba cuenta de que se la iba a pasar muy bien, pues solia causar ese efecto en las mujeres y desde los 15 anos habia aprendido a aprovecharlo para su propio beneficio. --Adrian, me encanta tu cabello, dime el secreto de como lo cuidas, luce mas suave y brillante que el mio. --Decia Cinthia sin dejar de sonreir. --Gracias Cindy, pero no es asi, tu cabello es tan hermoso, que es dificil dejar de mirarlo. --Ay Adrian... ?Asi te parece? Le dijo con coqueta mirada, mientras con una de sus manos tomaba su cabello y lo colocaba sobre uno de sus hombros. Como Adrian estaba encantado de no hacer nada, con discrecion guio la platica. Despues de una hora de platicar sobre los lugares que les gustaba frecuentar los fines de semana, alguien llamo a la puerta, era el Sr. Moncada, dueno de la fabrica, quien con sincera sonrisa llego para darle la bienvenida al hijo de su amigo. Como todo un caballero Adrian se levanto y estrecho la mano que el le extendio, de inmediato le agradecio por la oportunidad de trabajar en su empresa y le aseguro que trabajaria con mucho ahinco. Mientras lo hacia, Cinthia no disimulaba la clara expresion de embobamiento. --No hijo, no tienes nada que agradecer, espero que encuentres interesante tu nuevo trabajo, que seguramente Cindy ya te explico en que consiste. ?Verdad? --Ella se sorprendio, pues se la habian pasado hablando de todo menos de trabajo, por lo que Adrian respondio:. --La Srita. Garcia ha sido tan amable y paciente, que ha estado informandome sobre los lineamientos de la empresa y sobre el trabajo que debo desarrollar en el area de produccion. --Lo dijo mirandola y dedicandole esa sonrisa que las volvia loquitas a todas. --Perfecto, Cindy hagame el favor de mostrarle su lugar de trabajo al Sr. Bilbao y haga las presentaciones correspondientes. --Con mucho gusto Sr. Moncada, enseguida lo hare. Con amable sonrisa se despidio el Sr. Moncada y cuando salio de la oficina, a grandes rasgos Cinthia le informo a Adrian sobre el funcionamiento del area de produccion y sobre el trabajo que el debia realizar, el cual en realidad no era dificil. --Lo mas seguro es que te pidan que te cortes el cabello, pero no les hagas caso porque tu cabello te hace lucir mas atractivo, solo recogelo en una coleta. ?ok? --El asintio sonriendo, pues entendio que con ella iba a tener el camino facil--. Vistes tan elegante, que me apena informarte que aqui solo vestiras uniforme. --No te preocupes Cindy, lo entiendo. ?Donde me entregaran el uniforme? --Yo tengo los uniformes, en un instante te los entrego. --Cindy camino hacia un armario, saco dos pantalones y dos camisas con logotipo de la empresa en color gris oscuro--. Para evitar que algun obrero te haga una diablura en tu ropa, entra a mi bano para que te cambies y cuando termines puedes guardar en el armario tu ropa y el uniforme extra. Cuando salgas de trabajar pasa a recogerlos. --Deliberadamente rozo sus manos cuando le entrego los uniformes--. Ay Adrian, te ves tan guapo y elegante, que me apena darte los uniformes... pero en fin... --Al recibirlos el penso: "esto esta horrible", pero al instante le dijo:. --No tienes por que apenarte, yo no tengo ningun problema en ajustarme a todos y cada uno de los lineamientos de la empresa... Cindy. --Nuevamente ella sonrio y toco su brazo. --Ay Adrian, tienes brazos muy fuertes... El sonrio encantador y entro a cambiarse. Luego de algunos minutos salio y mientras guardaba sus pertenencias en el armario le pregunto: --Ya estoy listo Cindy. ?Ahora podrias indicarme a donde debo ir y a quien debo dirigirme? --De ninguna manera Adrian, yo te llevare para presentarte con todos. --Con traviesa sonrisa el respondio:. --Me parece genial ir en tu adorable compania. Halagada Cindy se colgo de su fuerte brazo y al cruzar el area administrativa y al entrar en la de produccion, todos los empleados lo vieron como si se hubiera equivocado de lugar o se tratara de una publicidad, pues Adrian parecia modelo de portada de revista disfrazado de plomero.

  • Te ame sin pensar de Erina Alcala

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    Luna Aguado, siempre habia sido desde nina una chica independiente. Hija unica. Sus padres, Javier Aguado, era celador del hospital de Sevilla Virgen Macarena, y su madre Rocio Hernandez, era limpiadora en el mismo hospital. Alli se conocieron de jovenes, se enamoraron y se compraron un piso cerca del hospital en unas de las bocacalles cercanas, un piso humilde de tres dormitorios. Pero al menos tenian dos sueldos no demasiado grandes para pagarlo. Cuando Luna entro a la universidad de Sevilla, ya lo habian pagado. No les faltaba, pero tampoco les sobraba. Y lo que tenian, querian utilizarlo en los estudios de su hija. Luna quiso ser odontologa, y le llevo cinco anos terminar la carrera. Con tanta suerte, que una clinica americana, se implanto en el centro de Sevilla, justo al acabar la carrera y la contrataron, primero como ayudante, y el segundo ano paso a tener su propia sala con su ayudante para ejercer de odontologa con todas las consecuencias. Era la chica mas feliz del mundo. La clinica NY Dental & Medical Management, era un mundo. Y tenia sucursales en Nueva York, Manhattan, en Francia, Inglaterra, Canada y repartidas por Estados Unidos, era un holding, de un gran empresario americano. Pero ella era feliz. Se habia comprado un coche de segunda mano y aun vivia con sus padres, aunque pensaba que en cuanto pasara ese segundo ano, despues de vacaciones, se independizaria. Ganaba lo suficiente como para estar en un piso pequeno en el centro, cerca de la clinica o en Triana, ya que la clinica estaba en la Avenida de la Constitucion. Al volver de las vacaciones veria. Iba a cogerlas en agosto, y queria ir a los Alpes suizos. Y lo mejor era ir con un grupo, luego ella haria las excursiones que decidiera. Iban en avion hasta Berna y en tren hasta subir al hotel donde se quedaria el grupo. Cuando fue a sacar los billetes, le informaron que saldrian de Sevilla un grupo de 10 personas. Estaba deseando de que llegara agosto, ya quedaba apenas un mes. Y el calor era sofocante. Una tarde se fue a las rebajas y se compro alguna ropa de abrigo porque se lo habian aconsejado por el clima. -Hija ?tan lejos te vas? -Mama voy con un grupo de gente. -Es que eres tan joven... -Mama por favor tengo 25 anos y cuando venga voy a buscar un piso. Asi que te vas a preocupar mas aun. -!Ay, Dios mio! mira Javier, la nina quiere irse de casa. -Ya es hora, deja a la nina. -Claro, tu le das todos los caprichos... -No es un capricho, tiene que aprender a valerse por si misma, de todas formas, aqui tiene su casa. Iba en el avion con el grupo de personas que iban a los Alpes, se conocieron en el aeropuerto, la mayoria eran parejas jovenes y un matrimonio mayor, la unica soltera era ella, pero no le importaba. Iba a descansar y a ver esos paisajes suizos preciosos que habia visto en Google. Por fin, llegaron a Berna y tomaron el tren que los dejaria en la estacion de esqui y en el hotel donde habia rutas y excursiones y aquello era un hervidero de gente y era agosto. No habia mucha nieve en ese mes. Tiro de su maleta y su bolso. Y entro en el hotel. -?Como?- le dijo a la recepcionista. -Que no hay habitaciones. -Tengo mi habitacion aqui. – No figura. -Tome.- Dijo enfadada Luna que se veia en la calle. -Ya a todo el mundo lo estaba ubicando y ella estaba enojada. ?Como no encontraban su habitacion? -Senorita, lo siento, debe haber un error. -?Que error? He pagado una habitacion durante una semana entera. Tengo la factura. Y en ese momento un chico alto, se puso a su lado con un jersey de lana, rubio de ojos azules, le sonrio, pero ella estaba muy cabreada. -Senor Mars- le dijo la recepcionista. -Digame, -le contesto en ingles. Y ella se enteraba de la conversacion porque sabia ingles. Para eso trabajaba en una clinica americana, y cuando entro en ella, debia saber ingles perfectamente y ella lo hablaba con total normalidad. -Hay un error. -?Que error? -La senorita tiene la misma habitacion que usted. Y la miro de nuevo. -A ver... Y le dieron la factura. -Nunca nos habia pasado esto. -Llevo ya tres dias aqui, es imposible. -Debe ser un error informatico. -Quiero mi habitacion, he pagado por ella.-seguia Luna erre que erre. -Bueno, dijo Brayan, es una suite, tiene dos dormitorios independientes. Cuando la reserve no quedaba otra. -Si no le importa y quiere compartirla... Y ella seguia irritada. -Pero yo he pedido una sola para mi. -Pero no hay y los demas hoteles estan al completo. -No la molestare y puede salir por la otra puerta. Y cerrar la que da a la mia. Son independientes.- le ofrecio Brayan. -Si.- dijo la recepcionista para quitarsela de en medio y solucionar el problema. -Bueno, si no me queda otro remedio... -Venga, la acompano, voy a la habitacion. -Le dieron otra llave, y el le cogio la maleta y el bolso. -No hace falta que... Pero el siguio hacia adelante. Cuando entraron en el ascensor... -Te va a gustar, es el atico, digamos, bueno, tiene el tejado, pero las vistas son maravillosas, las mejores. -?Eres inglesa? -No, espanola. -!Ah bien!, Luna, encantada. -Brayan, americano encantado.- le sonrio con una sonrisa blanca y perfecta, como la suya. -?Has venido desde america? -Si, desde Manhattan. ?Has estado en Nueva York? -No, pero trabajo en Sevilla para una clinica odontologica de alli. -!En serio?, dental NY. -Si, ?como lo sabes? -Trabajo en ella, de hecho, soy el subdirector en la gran manzana. -!No me puedo creer! Yo soy odontologa en la de Sevilla. -?Que tal es la clinica en Espana? -Grande y bonita, y tenemos mucha carga de trabajo. -?Cuanto llevas alli Luna?... -Aguado, Luna Aguado. Dos anos, cuando acabe la carrera. La verdad, tuve mucha suerte. -Tienes entonces... -25 anos ?y tu? -28. -?Tan joven eres subdirector? -Es que el director es mi padre. -?Enchufado? -Exacto, pero soy bueno. -No lo dudo. -Ya llegamos, es aqui. -Mira, puedes entrar por aqui, yo por esta, tengo mis cosas en ella. -?Y los banos? -Hay dos, no te preocupes. -!Ah vale! Y entraron por la puerta de Brayan. -Esta es la mia. -!Que bonita!, !y que grande! Se asomo a la ventana y lo miro encantada. -!Que vistas! -?La mia tiene las mismas? -Las mismas. -Ven. Y pasaron con la maleta a la otra, te dejo las maletas. Aqui cierras el pestillo y ya esta. -Yo no necesito sino esta. -Espera, me llevo estas cosas mias. -Brayan gracias. -De nada, te dejo que te instales. -La comida es a las dos, voy a descansar, ?te llamo y bajamos juntos? -Bueno, te doy un toque en la puerta. -Vale, gracias. Cerro con el pestillo. !Ay, Dios! !que tio mas bueno!, y trabajaba en su empresa, por Dios !que alto!, habia sido un flechazo, estaba enamorada. !Joder...que pedazo de tio bueno! Ya podia ser espanol y ella mas guapa y alta. Tenia Brayan los ojos azules y el pelo rubio y una barbita preciosa, la nariz recta no muy grande y un entusiasmo que ya quisiera ella. Era energico y sonriente, educado. Y ella no pasaba el metro sesenta, la melena larga y castana clara, los ojos verdes y una nariz pequena y respingona. Bueno, era lo que habia, no era muy guapa ni fea tampoco. Tenia su encanto y era ironica por naturaleza. Ese tipazo seguro tenia mas mujeres que moscas en la miel. Y ella solo habia tenido dos hombres, instituto y universidad. No era un Curriculum largo. Ni la experiencia necesaria para satisfacer a un tipo como ese. Tenia que olvidarse de el, habia ido a pasarlo bien. Si habia algun chico, no pensaba perder la oportunidad, eso seguro, pero venia a ver los paisajes. Deshizo las maletas y le dio con la plancha que habia en el armario a lo que necesitaba un repaso. Luego se dio una ducha y miro por la ventana, la abrio y sintio el aire fresco. !Que maravilla! !Que belleza! A Brayan le gusto esa muneca desde que la vio cabreada en la recepcion. Le gustaban las mujeres pequenas, no sabia porque le llamaban mas la atencion. De hecho, no tenia una relacion al uso con Loren, salia a veces con ella y se acostaban, como amigos, sin compromiso ninguno. Pero Luna, era distinta. Le gusto su enfado con la habitacion y a el no le importaba compartir la suite. Al contrario, le hizo gracia, a pesar de lo pequena, su fuerza, ese pelo y los ojos grandes y verdes, esa naricilla respingona. La oyo banarse y e imagino su cuerpo bajo el agua, sus pechos, !joder! Se iba a poner duro y todo solo con pensarlo. El, que controlaba, le habia gustado mucho Luna. Era su prototipo de chica y trabajaba en su empresa, Lastima que no estuviera en Nueva York, porque de lo contrario iba a tener un problema. Un problema satisfactorio claro. La oia por la habitacion de un lado a otro y abrir la ventana. Estaba haciendo un trabajo en el ordenador, pero iba a enterarse en el almuerzo que planes tenia, para poder cambiar los suyos o los de ella, queria pasar esas vacaciones con ella, asi de simple. Cuando acabo el trabajo, la llamo a la puerta por la que se comunicaban. Luna cerro la ventana y abrio la puerta. -?Que hora es? -La del almuerzo, si no nos lo queremos perder vamos, si quieres. -Vale, cojo el bolso. -Te espero en la puerta de fuera. -Vale, cierro por alli. -Tomo el ascensor... -?Que tienes pensado hacer esta tarde? -Pues iba a montar en el teleferico y ver el pasaje desde arriba ?y tu? -Pues lo mismo, pero me llevo los esquis y me tiro, bajo esquiando, ?te atreves? -?A que? ?A matarme? Y Brayan se reia. -?Mujer no sabes esquiar? -No, no se. -Tendre que darte una clase manana. -Si te atreves... -Ya veras. -Si, parecere un pato. – M uj e r ... a n d a a l l i e s t a e l c o m e d o r, v a m o s a v e r q u e t i e n e d e b u e n o ...