• treinta postales de distancia - Sara Ventas

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    <>. Le habia gustado la idea de elegir la planta numero trece de un edificio situado en La Malagueta, un barrio centrico de Malaga junto a la playa. Las vistas eran espectaculares y la orientacion no podia ser mejor. Cuando recibio las fotografias que Manu le habia enviado del apartamento y las vistas desde la terraza, comenzo a concienciarse del paso que estaba dando y, sobre todo, empezo a ver una luz que no era precisamente la de aquel sol que iluminaba aquellas imagenes, sino la de la sensacion que le producia la velocidad con que todo estaba saliendo: rodado. Sofia tenia el convencimiento de que si algo que nace entre dudas sale sin esfuerzo, es porque se ha elegido el camino correcto. Y que mejor muestra que aquella de encontrar, casi a la primera, la casa que se ajustaba, de sobra, a las caracteristicas que ella buscaba. A todos les encanto. A todos menos a su padre, claro, un poco supersticioso por naturaleza y que se aventuro a pronosticarle algun pequeno infortunio originado por la maldita cifra en cuestion. Eso a ella no le afectaba, no creia en esas bobadas de la supersticion, y era capaz de pasar bajo una escalera, tranquilamente. Incluso si veia que alguien evitaba una y se cambiaba de acera, ella pasaba por debajo mirando al supersticioso con picardia y presumiendo de su osadia. Una vez, cuando era pequena, llevo a casa un gato negro que se encontro por la calle; su padre monto tal espectaculo que no tuvo mas remedio que dejarlo abandonado donde lo habia encontrado, y no dio su brazo a torcer con sus llantos ni cuando le dijo que era el peor padre del mundo. Claro que luego se lo compenso regalandole una tortuga que a ella no le hizo mucha gracia. Alego que era la unica mascota que aceptaria que tuviese en casa: <>. A ella al principio le daba repelus el tacto de aquellas patitas arrugadas y ver aquel cuello diminuto estirarse fuera del caparazon. La tortuga tenia el tamano de una galleta y le puso de nombre Tomasa. Mas tarde descubririan, viendo un documental, que Tomasa era macho por la forma que tenia en la parte baja del caparazon: concava en vez de plana. Pero aunque intentaban rectificar y llamarla Tomas, ya no les salia. Despues de una semana de frenetico ajetreo de mudanza, aun tenia el salon empantanado con cajas de libros sin abrir, utensilios de cocina, y la ropa de invierno que habia dejado amontonada sobre la cama del cuarto de invitados, amenazaba con venirse abajo, de un momento a otro, si una mosca se posaba en la superficie de la montana mal apilada. Se tiro en el sofa acordandose de su madre mientras observaba el desbarajuste que decoraba su salon. Aquel desorden con apariencia de haberse mudado aquel mismo dia, tenia todo el pronostico de mantenerse por unas cuantas semanas mas, si no eran meses. Pero eso a ella no le preocupaba lo mas minimo, lo importante ahora era adaptarse a la nueva vida que acababa de comenzar. Aun no habia cumplido treinta y tres anos. Siempre imagino que a esa edad ya estaria de sobra casada y con una ristra de hijos revoloteando a su alrededor. Ahora que la disfrutaba, a ratos se sentia demasiado joven para tener hijos y otros, preocupada porque iba camino de los cuarenta y lo mismo se quedaba asi como la hermana de su padre, su tia Conchita. Tanto espero al hombre que se ajustase a sus exigencias que, cuando desistio bajando considerablemente sus requisitos hasta un punto en que ya le servia casi cualquiera, a quien empezaron a exigirle fue a ella. En su casa de vez en cuando se comentaba que se veia con un viudo del piso de abajo, pero que no se aguantaban del todo y no acababan de decidirse. <>, explicaba el padre de Sofia. <>, solia comentar la madre de Sofia espantada, porque no le hacia ni pizca de gracia que su cunada se le metiera en casa a entretener sus quehaceres. No se llevaban mal, pero porque se veian lo justito. A Sofia le caia muy bien la tia Conchita y fue la primera en animarla a que se fuera a Malaga: --Sofi, comete el mundo y no le hagas demasiado caso a tu cabeza, las hormonas son muy sabias. --?Las hormonas? --comentaba Sofia-- Que cosas se te ocurren, tia. --Hazme caso, Sofi, alli me deje yo algo imperdonable, y precisamente por darle la espalda a las hormonas. --?Alguna vez me contaras que fue aquello que te paso en Malaga y que solo dejas caer? --Hay cosas que deben quedarse enterradas para no hacer dano a terceros. Y Sofia no conseguia sacarle mas informacion. Sofia acababa de salir de una relacion que habia pasado por todos los estados que puede pasar una relacion, con inesperado final incluido. Decidio cambiar de aires para evitar caer de nuevo en aquel ciclo interminable de idas y venidas: --Te perdono, pero te prometo que esta sera la ultima vez. --Vale, yo tambien te prometo que voy a cambiar. --Si yo no quiero que cambies, lo que quiero es que te centres y proyectes tu futuro en una direccion. --Que si, no seas boba, si yo estoy centrado. --No estas centrado, tienes treinta y cinco anos y eres relaciones publicas de una discoteca ?No te das cuenta que el resto de tus companeros son veinteaneros? --Todos no. --Deberias concentrarte en el trabajo que tienes por las mananas, que esta muy bien, y olvidarte de la noche. --Que si, no seas pesada, es solo un tiempo hasta que encuentren a alguien. --Llevan buscando a alguien anos, Alex, anos, y tu cada vez estas mas metido en ese mundo. A penas nos queda tiempo para vernos. ?Crees que en esas condiciones a mi me apetece una vida en comun, para estar todo el dia sola? Pero era un bucle que no terminaba de abrirse para ir a alguna parte. Aquella relacion daba vueltas sobre el mismo sitio y ella ya conocia de sobra aquel itinerario absurdo. Necesitaba caminar en linea recta, aunque fuera para estamparse contra una pared de hormigon. No le importaba demasiado el sitio, lo importante era salir de la isla que por primera vez se le habia quedado pequena, y que el lugar tuviera mar. Era mallorquina. Eligio la ciudad de Malaga porque su padre era de alli, era donde veraneaban desde siempre para no perder aquella parte de sus raices, y le hacia sentirse un poquito como en su casa. Un buen amigo de su padre, dentista como el de profesion y al que habia conocido en la facultad, le ayudo a mover su curriculo y le encontro un puesto en una cadena de clinicas dentales. Los veranos que habian disfrutado en Malaga, los habian pasado con este amigo y su familia. Sofia sabia al dedillo las batallitas de su padre con Miguel y, ademas, habia hecho muy buena amistad con uno de sus hijos que tenia su misma edad: Manolito, bueno Manu, como se habia rebautizado cuando paso la adolescencia. Estuvieron mucho tiempo fuera de contacto. Lo retomaron hacia mas de un ano a traves de facebook y, a partir de ahi, surgio de nuevo la amistad que habian reforzado cada verano que su familia viajaba a Malaga o ellos a Mallorca. El habia sido su visitador de aquella casa con magnificas vistas al mar, y quien le envio las fotos junto con un informe detallado sobre cada rincon de la casa, incluido un examen exhaustivo a sus caseros los que, a simple vista, le parecieron algo presuntuosos y bastante cotillas. Pero si Manu lo decia, algo de verdad habria en ello --pensaba Sofia-- porque a diferencia de ella, el no solia equivocarse en los juicios rapidos. Y al conocerlos ella tuvo la misma impresion. No le apetecia devolver las llamadas que tenia acumuladas en el contestador. Lo que mas le apetecia aquella tarde de viernes, era quedarse tumbada a la bartola en el sofa y que alli se las diesen todas. Pero habia quedado con Manu que apareceria en cualquier momento y penso que, al menos, deberia apilar las cajas que tenia por medio, aunque pensandolo mejor, casi que preferia llamar a su madre y quitarse una llamada de encima. Deseaba hablar con Paula, pero no queria saber nada de Alex y en su mensaje del contestador ya se intuian noticias frescas. Era mas comodo mantenerse aislada en aquella burbuja que le proporcionaba su nueva vida, donde el apenas existia. --!Hola mama! --Hija, no hay quien te localice ?que ha pasado con el calentador? --Tenia razon papa, me lo ha confirmado el casero. Hay que abrir un poco la ventana del lado opuesto al calentador, para que circule el aire sin que el viento apague la llama, porque no se que rejilla esta tapada por la lavadora… no me he enterado bien, pero me he duchado y no se me ha apagado esta vez. --?Ya tienes todo ordenado? --Sofia dudo entre decir la verdad o adornarla. <>, penso. --Ordenadisimo, todo en su sitio. --Mira que eres mentirosa. --?Por que nunca me crees? --Si me hubieses dicho que te faltaba alguna caja, te habria creido, pero diciendome que tienes todo ordenadisimo, como si lo viera, seguro que esta todo manga por hombro. --Esta bien, tu ganas, quedan dos cajas --intento rectificar inutilmente. --Ya no cuela, hija, mira que eres desastrosa. ?Y que tal el trabajo? --la madre de Sofia prefirio no seguir aquel tema para no terminar discutiendo con su hija. Era la primera vez que se separaban y le estaba costando muchisimo adaptarse a aquel vacio que habia dejado en casa. Sofia era hija unica, aparecio cuando ya habian perdido las esperanzas intentandolo. No lograron conseguirlo otra vez. Esto hizo que sobreprotegieran a Sofia y que, aun siendo una mujer que sabia valerse por si misma, la siguieran tratando como a una nina. --Bien, lo de siempre, de un lado a otro… Me gustaria trabajar como papa, en su consulta, sin moverse. --Ay hija, no te quejes, y ?para que quieres estar todo el dia en un mismo sitio? Asi te mueves, vas de un sitio a otro, estiras las piernas… --?Las piernas? Si voy en coche mama. Cada clinica esta en una punta de Malaga. --Bueno, hija, Malaga tampoco es tan grande. ?Y que tal son los vecinos?

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    Portada del libro TREINTA POSTALES DE DISTANCIA ... para Jaime y Sofía, tanto que al final su relación dependerá del contenido de unas misteriosas postales.

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  • Hablame de nosotros de Sara Ventas

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    Rebeca Madrid, 11 de noviembre Oigo el leve sonido de un burbujeo ritmico a mi derecha, amortiguado ahora por la voz procedente de una megafonia lejana. Se que es de dia, noto el resplandor a traves de mis parpados. Pero no logro abrir los ojos, parecen haberse pegado en la raiz de las pestanas. Tampoco mi boca quiere reaccionar a mis ordenes, y siento la lengua acartonada y aspera. Necesito agua. ?Estare sonando? Quiero despertar y beberme un litro del tiron. ?Por que tengo tanta sed? Tambien me invade una inquietud de algo pendiente, como si tuviera que hacer algo o levantarme enseguida porque llego tarde a algun sitio; aunque no se adonde, es tan solo una sensacion que me oprime el pecho. Pero no puedo hacer nada. ?Sigo sonando? --Creo que se esta despertando. Escucho a mi alrededor una voz masculina y desconocida. Quien sea que habla me ha cogido la mano derecha. Me agarro a la suya como si de un bote salvavidas se tratara; o eso creo, al menos, no tengo fuerzas y apenas puedo estirar los dedos. --Parece que si --responde ahora una mujer en tono alegre, parece muy joven por su timbre de voz--. No se mueva de aqui, voy a avisar al doctor. <>. --No, mejor quedese usted --responde el hombre y suelta mi mano al mismo tiempo--. Sabra actuar mejor que yo en caso necesario. Aviso a sus companeros. --Vale. Tranquilo, no te preocupes --le contesta ella con la misma voz dulce--. Rebeca, ?puedes oirme? --se dirige a mi ahora, creo que nos hemos quedado a solas. <>, quiero responderle, pero las palabras se niegan a salir de mi boca. --?Ha despertado? --dice otra voz femenina, distinta a la anterior y mas profunda. --Ha abierto un poco los ojos --responde ella--. Creo que le molestaba la luz. Consigo abrirlos finalmente, aunque veo algo borroso y noto un leve mareo que me obliga a cerrarlos de nuevo. --?Cuando se le ha retirado el oxigeno? --Ayer a ultima hora. Parpadeo varias veces antes de volver a enfocar la mirada. Han bajado un poco la persiana y la luz de la estancia es menos agresiva. --?Puedes hablar? --La nueva voz se dirige a mi. Es una mujer de unos cincuenta anos y, por el uniforme que lleva, deduzco que se trata de una enfermera tambien. --A... --consigo articular. --?Recuerdas tu nombre? <>. --Ag... --Creo que necesita agua --afirma--. El doctor vendra enseguida. Me acerca un vasito con un dedo de agua o menos. --Poco a poco --me dice, quitandomelo enseguida. --Buenos dias, doctor --saluda la que estaba conmigo desde el principio--. Le hemos dado un poco de agua. Solo hace unos minutos que ha despertado. --Abandona la habitacion tras comunicarle la situacion al medico, mientras la otra enfermera no para de toquetear las bolsas del suero. --?Sabes donde te encuentras? --me pregunta el doctor, apuntandome con una luz a los ojos. --?En un hospital? --Esta vez logro articular las palabras sin dificultad. --?Recuerdas que tuviste un accidente? --Me sujeta delicadamente por los hombros, impidiendo que me incorpore--. No intentes levantarte, aun es demasiado pronto. --?Un accidente? --Ibas en un coche camino del aeropuerto, segun nos conto Ivan --responde mientras va anotando algo en lo que supongo que sera mi informe medico--. ?Recuerdas algo de eso? --?Ivan? --Si. --Ha dejado de escribir y me mira con atencion ahora--. No te preocupes, esta aqui. --No conozco a ningun Ivan. --Entiendo --dice con una voz que me transmite serenidad, a pesar de que estoy comenzando a alterarme. No consigo recordar que clase de accidente me ha traido hasta aqui--. ?Sabes que dia es hoy? --me pregunta. --No estoy segura del dia, pero... mediados de enero, supongo. La enfermera me esta mirando de un modo extrano. --Dile que entre, por favor --se dirige a ella--, tal vez sufra amnesia postraumatica. --?Amnesia? --replico, algo confusa o mas bien esceptica--. Eso es imposible. Se perfectamente quien soy. Me llamo Rebeca Escudero, vivo en Ibiza, trabajo en Inmosunny... Podeis llamar a mi companera Ines, ella podra confirmarlo todo desde la oficina --les explico, entusiasmada por la idea de que ella lo corrobore--. Trabaja conmigo. ?Hoy es domingo? <>. --Jueves. --Tengo que marcharme. --Intento incorporarme de nuevo--. No puedo faltar al trabajo. --Lo entiendo, Rebeca. Pero no te preocupes por eso ahora, todo el mundo esta al tanto de tu situacion. Tenemos que hacerte unas pruebas rutinarias --afirma amablemente. Su voz es sumamente tranquilizadora--. Ademas, no estas en las mejores condiciones para coger un avion de vuelta. --?Avion de vuelta? --Si. Estas hospitalizada en Madrid. <> --?Es una broma? --No, en absoluto --niega muy serio--. Y tu respuesta confirma mis sospechas. ?Que es lo ultimo que recuerdas? --No se... --Me froto la cara y trato de hacer memoria. Lo cierto es que me siento aturdida y me duele muchisimo la cabeza--. Creo que anoche iba a salir con mi amiga Ines y... !Si, eso es! Fuimos a... ?o al final no fuimos a la fiesta? ?Puedo llamarla un momento? Ella lo confirmara todo. --?La fiesta era aqui en Madrid? --No, no, en Ibiza. !Yo a Madrid no he ido! Ha sonreido disimuladamente al escuchar mi respuesta, y ya no se que pensar... ?Podria tratarse de una camara oculta? --?Que dia se celebraba esa fiesta? --Anoche. --Y anoche, segun tu, ?que dia era? --Diecinueve de enero. --?Ano? --?Que clase de pregunta es esa? --Son preguntas rutinarias. Tranquila. ?En que ano estamos? --insiste. --Dos mil diecisiete. --No quiero que te asustes, ?vale? Pero es normal desorientarse un poco en estos casos. --?En que casos? <>. --Acabas de despertar de un coma inducido por un traumatismo craneoencefalico. Tuvimos que extraer un hematoma que agregaba presion a tu cerebro. Pero todo esta bien. No debes preocuparte. --?Un coma? --repito, pensativa, intentando hacer memoria de ese supuesto accidente que ha mencionado--. Entonces, ?que dia es hoy? --Once de noviembre de dos mil dieciocho. --?Llevo casi dos anos ingresada? --No, claro que no. Son aproximadamente dos semanas. --Esta comprobando el informe que tiene en la mano--. Trece dias desde que ingresaste en urgencias el treinta de octubre. --!No puede ser! !Mi jefe me habra despedido! Tengo que llamar a la oficina y a mi padre. ?Donde estan mis cosas? ?Y mi telefono? --Ahora, cuando venga tu acompanante, te entregara tus pertenencias --me informa la enfermera. Esta quitandome la via del brazo y cuando acaba sale de la habitacion con todo el material. --Pero ?de que acompanante hablamos? --le pregunto al doctor. En ese momento entra de nuevo la otra enfermera, la mas joven, y parece algo contrariada. --No localizo a su novio en la sala de espera, doctor. <> --Avisa en la recepcion para que se pongan en contacto con el. La paciente sufre amnesia. --De acuerdo, voy enseguida. --Vamos a realizarte algunas pruebas, Rebeca. Es normal que estes confusa y todo lo que te esta pasando. Poco a poco iras recuperando la memoria, ya lo veras. Quedate tranquila, ?vale? No lo entiendo. Trato de hacer memoria y a mi no me parece que haya olvidado nada. Incluso recuerdo el numero de telefono de mi padre y el de la oficina. Tambien el de mi madre, aunque ese me da igual olvidarlo. Incluso podria hacer un informe mental de los apartamentos que tenemos ocupados y libres. A los diez o quince minutos, llaman a la puerta. El doctor se ha marchado y la enfermera que me quito la via me entrega ahora un vasito con varios tipos de pastillas. Se espera a mirar si me las tomo. Ni que tuviera quince anos... --Ya han localizado a tu chico --me informa, tras coger el vaso vacio que le he devuelto--. Menudo susto le diste. Apenas se ha movido de tu lado. No se que decir ni como reaccionar a sus palabras. El ultimo novio que recuerdo... prefiero olvidarlo. Y mi vida amorosa desde entonces se ha reducido a relaciones mas bien esporadicas y sin compromiso de ningun tipo. --?Donde podria conseguir un periodico? --le pido. --Tomatelo con calma. No es bueno que fuerces tan pronto la vista, ya has oido al doctor. --Solo quiero comprobar... una cosa --titubeo. --?La fecha de hoy? --adivina ella, con una mirada que esta a medio camino entre la extraneza y la complicidad. Suenan unos nudillos tocando la puerta entreabierta. --Hola, ?se puede? Su voz me resulta familiar, creo que es el que me sujetaba la mano antes de ir en busca del doctor. Es un tipo alto y tirando a delgado, de edad aproximada... diria que cercano a los cuarenta o quizas menos. Lleva el pelo algo desgrenado y, junto con la barba de tres dias, le proporciona un aspecto desenfadado que contrarresta el estilismo de su indumentaria: un traje oscuro sobre una camisa azul celeste. --Si, claro, Ivan, pasa --le responde enseguida la enfermera con aparente confianza--. Ya la ha examinado el doctor. Queria verte a ti tambien para preguntarte algo. --Lo siento, es que necesitaba un cafe y he aprovechado que estariais atareados con ella --se excusa. --Claro, no te preocupes --le dice--. De todos modos, se pasara despues a ver a Encarna que le estan haciendo unas pruebas abajo. Entra dubitativo y se acerca a la cama. Me observa con curiosidad, no se si esperando a que le diga algo. La verdad es que no lo habia visto en mi vida. --?De que nos conocemos? --le pregunto con absoluta curiosidad. --Pues... nos conocimos en la fiesta, ?no lo recuerdas? --Entonces si que fuimos al final --lo digo como para mi, pero en voz alta--. ?Y que paso? ?Que hacemos aqui en Madrid? --Vivimos aqui. --?Que? !Eso es imposible! ?Y mi trabajo? --Bueno, tu acababas de mudarte cuando ocurrio el accidente. Soy yo quien vive aqui. --?Donde estan mis cosas? !Necesito mi telefono! --Ah, si, aqui esta. Mi supuesto novio abre un armario y, de un bolso que no me suena de nada, saca un telefono que si reconozco enseguida. Pulso sobre el boton de encendido en cuanto cae en mis manos. --!No tiente bateria! --Normal, lleva mucho tiempo ahi metido. Te respondi algunas llamadas los primeros dias, despues han ido contactando al mio --me explica, muy desenvuelto, abriendo y cerrando el bolso y hurgando entre mis supuestas cosas--. Pero, de todos modos, llevas el cargador dentro. Espera, lo enchufo y enseguida podras encenderlo. En cuanto el nivel de carga me lo permite, lo conecto. Introduce el codigo de desbloqueo. Cuando el iPhone se reinicia, Touch id requiere el codigo. Intento meter la clave: 1234. Pero me da error. --!Maldita sea! ?La has cambiado? --?Yo? --Abre los ojos como si no diera credito a mis palabras--. !Claro que no! Tal vez no la recuerdas por el accidente. --!No entiendo nada! Lanzo el telefono a los pies de la cama con mala leche y se desconecta del cable. <>. --La cabeza parece que vaya a reventarme. --Me froto los ojos con las palmas de las manos. --?Quieres que llame a la enfermera? --No hace falta. El doctor ha dicho que es normal, y ya me han dado unas pastillas. --?Cuando recuperaras la memoria? --Se ha sentado en la butaca que tengo al lado, junto a la ventana, tras guardar mis cosas de nuevo en el armario--. ?Te lo ha dicho? --Dice que pronto, pero no se cuanto tiempo es eso --agrego con desgana. Entra una de las enfermeras de antes empujando una silla de ruedas, en ella va una anciana. Saluda a mi desconocido con una sonrisa y le habla de mi como si yo no me encontrara de cuerpo presente: --!Ya me han dicho que se ha despertado! ?Lo ves, nino? Ya te dije que hablarle era el mejor remedio. Le guina un ojo, o lo intenta porque le ha salido un gesto raro. El afirma con la cabeza dubitativo, como cohibido podria afirmar. Enseguida se levanta para ayudar a la enfermera, que se le ha enganchado una rueda en la butaca donde va a sentar a la anciana, y ahora, al moverla, ha quedado bastante mas cerca de mi cama que de la suya e invade mi espacio, separado por una cortina que deberia estar cerrada. --Tienes mucha suerte con este chico que tienes al lado, hija --se dirige a mi ahora--. Hoy en dia no se encuentra a uno asi de noble y atento. !Ni un dia nos ha faltado su visita! Ya quisiera que mi Fermin tuviera la misma atencion conmigo, en vez de mandarme a la otra. Pero cria cuervos y ya se sabe... --<>--. ?Y tu madre? --<>--. ?Sabe ya que estas despierta? --Miro a Ivan sin dar credito a lo que escucho--. !Que mujer tan entranable y simpatica! --<>--. Me pidio el telefono para que... --... Encarna --la interrumpe el, al cruzarse con mi cara de asombro--, a Rebeca le han dicho que debe descansar. Tienen que hacerle varias pruebas todavia y esta algo mareada. Cierra la cortina con delicadeza mientras se lo explica, y mi mirada inquisitiva lo va siguiendo. --?Mi madre? --le pregunto a ese extrano. Vuelve a sentarse en la butaca de antes, junto a la ventana. --Si, bueno... Estuvo aqui hace un par de dias. Volvia de un viaje a Grecia con su... bueno, con su pareja, y el avion hacia escala aqui. --?Como supo que estaba hospitalizada? --Te llamo. Le explique lo ocurrido y se quedo en un hotel de aqui al lado con su... --Si, su novio, el yogurin. Ya veo que no soy la unica a la que le sorprende la idea. --!Y bien que hace! --se escucha al otro lado de la cortina. --!Metase en sus asuntos! --respondo desairada. <>. --?Y mi padre? --No lo sabe. --?Por que no lo sabe? Es el precisamente quien deberia estar aqui ahora mismo.

  • Mi maldita adiccion (Tabu 2) de Noelia Medina

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    Marc Ferrara tendra esa droga cerca, en su propia casa, y el monstruo crecera, trayendole recuerdos de un pasado perturbador y desbocado. Intentara aplacarlo con musica y distancia, pero la tentacion sera demasiado grande y comenzara a consumirlo.
    Una destrozada Nicolle buscara refugio, y puede que unas manos que saben hacer malabares y magia sean ese lugar seguro que necesita. Pero algo ha cambiado, algo que se escapa de su control y de su entendimiento. Ya no es solo curiosidad por ese hombre mucho mayor que ella, el padre de su amiga. Ya no es solo deseo. Es mas, mucho mas.
    Aquella muchacha que llego a su casa con una mochila en el hombro comenzo siendo una maldita droga dura dificil de controlar. Ahora se ha convertido en algo mucho peor.
    En su maldita adiccion.

  • Me da miedo quererte de Patricia Bonet

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    Primero fueron Marcos y Eva. Ahora, le toca el turno a ella.

  • El chico bajo la lluvia de Ami Mercury

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    Relato corto con un comienzo ambientado en un suceso real. El treinta de septiembre de 1997, Alicante sufrio una de las peores inundaciones del siglo XX. La intensa tromba de agua anego barrios enteros, destruyo propiedades y se llevo la vida de cinco personas.

  • Cuestion de Piel de Mariela Villegas R

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    Una intrigante e intensa historia donde el amor no juega ningun papel y la fuerza de voluntad lo es todo para sobrevivir.
    En la vida de Miranda solo hay una persona: ella misma. Su existencia ha transcurrido de una forma tan facil como increible, y por todas las razones erroneas. No es una mujer de alma noble ni conoce el amor. Por tanto, decide comenzar a asistir a terapia con una psiquiatra de renombre para que la ayude a “sentir algo” por alguien mas, ya que se acepta ignorante al respecto y no desea terminar sus dias sola. Pero en esta historia las cosas no son lo que parecen. El amor no tiene cabida y ella se dara cuenta de esto cuando conozca al diablo en persona: Damian, un hombre tan irreverente y encantador como manipulador. Aunque, en algun punto de sus alocados dias, no sabran quien manipula en realidad a quien. Todo puede suceder cuando ellos estan juntos, y aquel que se cruce en sus caminos corre un riesgo enorme de caer en una voragine de deseo y pura y vil corrupcion. ?Quien dijo que la pasion y la lujuria eran las emociones mas avasalladoras que el ser humano pudiera experimentar? Aqui todo siempre es mas, mucho mas. Un thriller erotico y psicologico que te robara el sentido. ?Podras sobrevivir en su retorcido y seductor mundo? ?De que se trata la verdadera esencia de la locura? No te quedes con las ganas de saberlo, pero cuida tu mente en el camino.

  • Ondina o la ira del fuego de Irene Gracia

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    Un teatro en llamas celebrando las nupcias del fuego y el agua. Una representacion convertida en una hoguera en mitad de la noche, clausurando las funciones de Ondina, la primera opera del Romanticismo aleman, compuesta por el escritor E. T. A. Hoffmann, amante de los cuentos de terror y bebedor inveterado. Un agape tras las llamas en el que tambien se desata un incendio, un banquete baquico donde las narraciones fluyen tan deprisa como el vino y el deseo. Un enigma que se desliza por el cuerpo y el alma de los asistentes: ?quien ha quemado el recinto y desea el cese del espectaculo? ?Es la envidia una pasion cuyo poder supera todas las creaciones del arte?

  • Escondida de Ross Armstrong

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    Lily vive en un nuevo barrio de Londres. Escondida tras la ventana, le encanta observar pajaros pero tambien lo que hacen sus vecinos. Un dia, una mujer desaparece. Lily cree haber visto algo extrano. Pero ella no es la unica que esta observando.

  • Sabado, domingo de Ray Loriga

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    La nueva novela de Ray Loriga: Premio Alfaguara de novela 2017

  • Los angeles de hielo de Toni Hill

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  • Estigia. Donde comienza el olvido de Ikerne Mandaluniz

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    No necesita esperar a que suene la alarma; despues de mas de seis meses trabajando en ese lugar, su cuerpo esta acostumbrado a despertarse temprano. Asi que, a las seis de la manana, Edurne comienza su rutina. Aun en pijama camina hasta la cocina, se sirve un tazon de leche y cereales, saca de la nevera un botellon de agua que puso a enfriar durante la noche. Desayuna de pie, mirando por la ventana. Desde alli observa un paisaje que para cualquiera hubiese sido paradisiaco: arboles increiblemente altos y frondosos que se alzan como una especie de cortina que bordea el rio, cuyas aguas impetuosas banan las rocas de ambas margenes. Flores de calidos colores ordenadas en grupos forman una ancha hilera en el camino. Entre las flores, un bloque rectangular de piedra, dejado alli quiza por el azar. Todo refleja un equilibrio perfecto, que en ese momento le es imposible disfrutar. Tanta belleza no es capaz de emocionarla, sino que genera en ella una sensacion de amargura visceral. Su vida ha cambiado por completo. Hace apenas diez meses se encontraba en un crucero por el Mediterraneo, trabajando como psicologa de un tour de jovenes adolescentes. Su vida fluia en armonia entre su profesion y la vida familiar. Solia jugar al tenis antes de atender su consulta. Por las tardes, tomar cafe con las amigas era su cita infaltable. Ahora, despues de verse forzada a emigrar junto a su familia, y dejar atras una vida que adoraba, su trabajo, su casa, sus amigos, ha dejado un mundo casi perfecto que en los ultimos anos se fue resquebrajando, poco a poco, casi imperceptiblemente como el hielo falsamente grueso. Pero era imposible quedarse a esperar que llegara una hipotetica mejora, que probablemente nunca habria de llegar. Mientras observa por la ventana, piensa: <> Para ella es un momento de nostalgia. Sabe que esa tranquilidad que ahora disfruta, en cuestion de una hora se transformara, como cada dia, en una situacion que ella detesta. Luego de ese breve momento de abstraccion, toma su uniforme blanco, lo dobla, lo mete en la mochila junto con el ancho cinturon que, de forma disciplinada, utiliza siempre para cuidar su espalda. Luego se calza las zapatillas plasticas amarillas y se dirige a la habitacion donde todavia esta su marido. --Listo Andres, ya me tengo que ir. --?Desayunaste? --Si. --?Llevas tu cinturon y el agua? --Si, tengo todo, vamos ya. Se suben en la furgoneta azul en completo silencio y recorren el camino hasta llegar frente a la residencia donde trabaja. Una vez alli, Edurne se toma unos minutos antes de bajarse. Permanece callada, tomada con fuerza de la mano de Andres, y espera a que alguno de los companeros de trabajo llegue para entrar acompanada. Es su forma ingenua de vencer el miedo. --Vamos, Edurne, es solo un dia mas--le dice Andres como parte de la rutina que tienen para darse animo. --Un dia menos para salir de aqui--contesta ella. El turno de trabajo inicia, como todos los dias, a las siete en punto de la manana. Se trata de una residencia para mayores, donde viven mas de ciento cuarenta abuelos distribuidos en cinco pabellones. Es un edificio blanco de tres pisos, con las columnas pintadas en gris plomo. Lo rodea un muro de piedra, sobre el cual reposa una verja que deja al descubierto sus hermosos jardines. La fachada esta repleta de ventanas modernas, con impecables vidrios ahumados que dan sensacion de claustro. A la entrada, dos amplias puertas automaticas de vidrio templado con el logotipo de la empresa. Tanto alli como en el techo, hay dos letreros gigantes con letras azules que se iluminan en la noche anunciando el nombre: El Remanso, en alusion al tranquilo recodo que toma el rio que bordea la parte trasera de la residencia, donde los abuelos cuentan con unas agradables banquetas de madera para sentarse en los dias soleados. A pesar de la impresionante edificacion, los empleados deben entrar por una rustica y desconchada puerta de hierro gris ubicada en la parte de atras, para que los usuarios o sus familiares no los vean sin uniforme. El estacionamiento para los visitantes esta en la parte frontal, con una gran redoma que facilita que los coches y las ambulancias puedan acercar a los abuelos hasta la entrada principal sin necesidad de caminar. En el centro de la rotonda hay una escultura moderna y abstracta de la que emergen cinco grandes tubos de acero inoxidable de los cuales brota agua que luego reposa en un estanque rodeado de flores. Adentro, cada pabellon esta senalado con pequenos letreros azules segun los numeros de las habitaciones. No hay cuadros, ni adornos. Las paredes son de impecable color blanco, solo interrumpido por el brillo de las barandas y las laminas de acero inoxidable colocadas a media altura de las paredes de los pasillos para evitar que el roce de las sillas de ruedas las ensucie. Las puertas de las habitaciones son de madera oscura y tienen en la parte superior un rotulo con el nombre de las personas que viven en cada una de ellas. En cada pabellon hay habitaciones individuales y dobles. Cada una cuenta con su propio bano. Las camas en su mayoria son de madera, pero otras son metalicas, y para nada concuerdan con la imagen de modernidad del exterior. Por el contrario, lucen viejas y desgastadas, y muy pocas cuentan con sistema motorizado. En fin, simples camas de hostal barato. Todas tienen barandas metalicas que se les han adaptado para poder engancharlas a los laterales de las camas. Cuentan con una mesa de noche para cada residente y un sillon para compartir. Algunas habitaciones han sido remodeladas y muestran un poco de lujo. Impresiona la idea casi certera que al construir la residencia el presupuesto hubiese estado dirigido a impactar a los familiares con la imagen de la fachada, y que luego la falta de lujo la asumieran los pobres abuelos en la incomodidad de las camas. En cada pabellon un auxiliar va de cuarto en cuarto levantando, banando y vistiendo a cada residente, y arrastrando el pesado carro con panales, sabanas y toallas, llenando el saco verde de ropa sucia y el amarillo siempre a reventar de panales usados. Lo que podria sonar como una tarea sencilla, dista mucho de serlo, pues levantar a un abuelo conlleva despertarlo, desatar las amarras, quitarles el pijama, que por lo general esta empapado de orina, desvestirlo por completo, asearlo o banarlo, de acuerdo con el numero de banos que le correspondan a la semana segun lo acordado a su ingreso entre la administracion y sus familiares. Tambien hay que limpiar la mierda, si han hecho, colocarles crema para evitar las escaras, humectante en todo el cuerpo, buscar en sus cajones y armarios la ropa, vestirlos hasta con cinco capas dependiendo de la epoca del ano, calzarlos, llevarlos al lavabo, limpiarles los ojos que suelen tener leganas, lavarles la boca y sus dentaduras antes de colocarlas, peinarlos, y todo esto movilizandolos con la ayuda que cada uno pueda proporcionar, que las mas de las veces es nula. Todo esto sin olvidar que son personas, no objetos. Entonces viene lo que en realidad hace que este trabajo sea complejo y delicado: cada dia, el mismo abuelo puede despertar de diferente humor. Puede resistirse a ser levantado, estar desorientado y reaccionar de diferentes modos ante la presencia del auxiliar. Pueden comportarse amablemente o no parar de gritar. Una vez vestidos, al igual que un bebe, quiza vomiten. Tal vez quieran un abrazo o solo charlar. Son muchas variables que manejar. Ese dia el carro de ayuda de Edurne se habia quedado sin panales y tenia que correr al bano de enfermeria para buscar mas, lo que le suponia un retraso en su rutina. Ella y su companero asignado para ese dia son los responsables de levantar un pabellon completo en dos horas y media, lo cual significa que cada uno debe encargarse de catorce o dieciseis residentes, dependiendo de la ocupacion de cada semana. Y todo en unas muy escasas e hipoteticas dos horas. Edurne entra apresurada al bano de enfermeria. Los panales estan guardados en un armario para que los abuelos no se los lleven a escondidas. Cada abuelo tiene derecho a un numero de panales especifico, tres al dia, por lo general. Es decir que, si un dia las estadisticas no coinciden con sus ganas de cagar, pues tendran que aguantarse hasta el siguiente cambio programado. Es por ello por lo que buscan tener alguno de repuesto escondido en sus habitaciones para esas "emergencias". En una residencia los panales son un tesoro muy apreciado. Edurne se detiene en seco al ver a Nixon, uno de los auxiliares, muy conocido por su mal caracter que en ese momento esta gritandole a Isidora mientras le bana. Isidora es una abuela que pesa mas de cien kilos y los multiples pliegues de su piel hacen que sea complejo lavarla. Ademas solo puede mantenerse de pie un rato, puesto que, a sus mas de setenta anos, tiene las rodillas afectadas y no soportan su propio peso. Hay que ser habilidoso y rapido para atenderla antes de que necesite sentarse y la caca se extienda bajo su cuerpo. Nixon, que no le tiene la mas minima paciencia, en uno de sus constantes ataques de rabia, se descarga con ella.

  • Iman, el comienzo de Laura Duque Jaenes

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    Laura Blade tiene un sueno: convertirse en una abogada de prestigio, como lo son su madre y su tia, en el famoso bufete familiar de Crysol Lawyers. Aunque, de momento, debe conformarse con trabajar de becaria mientras cursa su ultimo ano de universidad.Su hermana, junto a su familia paterna, son agentes del CSIS, cuyo objetivo en la vida es proteger a los demas y hacer cumplir la ley.Inocente y confiada, Laura vive intensamente el amor, recibiendo mas de una desilusion en el camino, llegando a considerarse un iman para aquellos que pretenden opacar su luz.Con el amor de su vida llega su primer gran desengano, rodeandola de personas egoistas y sin escrupulos que la envolveran en una espiral de mentiras y manipulaciones, convirtiendo su apacible vida en un autentico infierno.Un caso dificil.Un hombre peligroso nacido para tentar.Un misterio sin resolver.En esta historia, nada es lo que parece ni parece lo que es porque, cuando un iman entra en accion, nunca sabes que atraera.Iman, el comienzo es el inicio del camino que tendra que recorrer Laura para llegar a su sueno mas preciado: amar y ser amada.

  • Por ser mujer de Mila Reyes

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    Aqui, los personajes juegan un papel muy importante. Libra, es la oprimida pero que con la ayuda de su madre logra escapar de un futuro de sumision. Yares, es la luz con la que todas suenan y a la que estan dispuestas a seguir. Y Lago Verde, no es otro que el camino hacia la libertad.

  • Adolescente en el Bosque de Aina Castillo

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    18 anos. Virgen. Sola el bosque.
    Y el.

  • !Se busca novia! Para mi ex de Kris Buendia

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    Gabriel Wylde: Rico, filantropo, guapo y encantador. para su mala suerte, soltero. Ahora que se ha divorciado no podra tomar el mando de la empresa de construccion de su padre.
    La unica solucion es casarse de nuevo.

  • La casa del lago de Thomas Harding

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    ‘Si Hanns y Rudolf era una sonata La casa del lago es una sinfonia: la historia del siglo xx vista desde la casa de recreo familiar de los Alexander. Un libro admirable, fascinante, lleno de fuerza.’ The Economist En la primavera de 1993, Thomas Harding viajo a Berlin con su abuela para visitar una casita a orillas de un lago. Era su ‘lugar del alma’, decia la anciana, un refugio que se habia visto forzada a abandonar cuando los nazis llegaron el poder. Veinte anos despues, Thomas regreso a Berlin. Ahora la casa estaba vacia, en ruinas, y su demolicion era inminente. Un sendero de cemento atravesaba el jardin, senalando el lugar donde habia estado el Muro de Berlin durante casi treinta anos. Por todas partes habia indicios de lo que fue antiguamente aquella casa, rastros de cinco familias que antano tuvieron alli su hogar. Thomas Harding cuenta la historia de este pequeno edificio de madera, que es tambien la cronica de un siglo violento y agitado y de la vida de sus habitantes: un terrateniente noble; una prospera y respetada familia judia, los Alexander; un famoso compositor nazi; una viuda y sus hijos; un informador de la Stasi… Desde finales del siglo xix hasta la actualidad, desde la devastacion de dos guerras mundiales hasta la particion y la reunificacion de una nacion, esta es una historia de supervivencia, de alegrias y felicidad domestica, de terribles penas y tragedias, y de un odio transmitido a lo largo de varias generaciones.

  • Multimillonario Intrepido. Zane de J. S. Scott

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  • Ni tu eres un principe ni yo he perdido un zapato de Patty Mcmahou

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    La vida de Malena era casi perfecta hasta que, el dia antes de su boda, su futuro marido le comunica que su relacion ha sido una equivocacion y que no va a casarse con ella. Hundida en la mas profunda de las tristezas, acepta el plan de Vicky, su mejor amiga, que la anima a aprovechar el viaje de novios y tomarse unas vacaciones juntas. Lo que ella no imagina es que ese viaje cambiara su vida para siempre, pues alli conocera a Donatello, un descarado italiano de preciosos ojos verdes que la desconcierta por completo.

  • La reina y los peones (Ronda Mortal 1) de Lina Perozo Altamar

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    Deborah Wallis lleva una vida rodeada de lujos y comodidades en Nueva Orleans. Es inteligente, elegante y tiene el hombre que desee a sus pies. Quienes la rodean, la consideran una mujer egoista, caprichosa y arrogante. Lo que no saben, es que esa es la manera en que Deborah alza sus murallas, para evitar que conozcan sus debilidades y puedan llegar a lastimarla.
    Ella disfruta del sexo desenfrenado, valiendose de mentiras y juegos de seduccion, para llenar el vacio en su corazon, que le provoca el no tener el amor y el carino del unico hombre de quien siempre lo ha anhelado, y de quien solo ha recibido odio y desprecio. Con su rechazo y sus constantes humillaciones, el la llevara al extremo de tomar una decision, que cambiara el destino de muchos, dando asi inicio a un complicado juego de ajedrez.
    Deborah se convertira en la reina que tendra a varios peones dispuestos a sacrificarse y no dudara en usarlos para conseguir sus planes. Entra a esta Ronda Mortal y dejate arrastrar por el deseo, la pasion, la ambicion, el odio y las intrigas, que llevaran a estos personajes a romper sus propios limites.

  • En el punto de mira – Baltasar Garzon de Baltasar Garzon

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    Los jueces espanoles estan protagonizando en la prensa diaria la vida publica espanola. Uno de los pioneros en el esclarecimiento de la verdad y en la defensa de causas nobles fue el juez Garzon. El 9 de febrero de 2012, el Tribunal Supremo le condeno de forma unanime por prevaricacion por las escuchas ilegales durante la investigacion del caso Gurtel, con la pena de <<11 anos de inhabilitacion especial para el cargo de juez o magistrado con perdida definitiva del cargo que ostenta>>. Mas tarde, el pleno del Consejo General del Poder Judicial, convocado el 23 de febrero de 2012, ratifico la expulsion de la carrera judicial del juez Garzon. Terminaban asi 25 anos de entrega vocacional a la profesion de juez. Todo el mundo penso que se habia acabado con este significado personaje, pero, lejos de venirse abajo, Baltasar Garzon decidio que se podian seguir haciendo muchas cosas por la justicia y las victimas de abusos politicos y judiciales, desde otros lugares de la justicia, en Espana y en el mundo.
    Esta obra es un repaso biografico de esos 25 anos a partir de los casos mas llamativos de su profesion. Desde Gurtel, a la causa abierta contra los crimenes del franquismo, el terrorismo de ETA, el GAL, el
    caso Banca Catalana, la lucha contra el narcotrafico y un largo etcetera.
    Un libro muy original que resume historia profesional y vida privada.

  • Simplemente Perfecto (La pareja perfecta 1) de Karin Doyle

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    No por falta de propuestas de matrimonio, y luego de llevar mas de cuatro anos dando vueltas por entre los mas respetables salones de bailes londinenses, lady Lucinde Aldridge se encuentra soltera. Sus esperanzas de encontrar un marido que cumpla con sus requisitos parecen estar perdidas, y cada dia esta mas convencida de que vivira en una eterna solteria. Ella no pide demasiado, lo unico que desea es que su futuro marido sea alguien que vea mas alla de su exterior y su cuantiosa dote, que trate de conocer como realmente es, y que tal vez, solo tal vez, encienda en ella la chispa de la que tanto ha oido hablar.

  • El libro de la oscuridad 1. La bella salvaje de Philip Pullman

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  • Charmed de Alexa Riley

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    -Me pintarias un trebol en la mejilla?- Miro hacia la nina que esta parada frente a mi. Estoy sentada en la acera, al lado del edificio, fuera del camino de la gente. Su pelo rojo y rizado esta recogido en dos pequenas trenzas que la hacen parecer absolutamente adorable. Llevaba una camisa que decia -I Pinch Back- que coincide con sus gafas de sol verdes. Ella senala una mejilla gordita. No puedo evitar sonreir. -Donde esta tu mami?- Le pregunto, mirando alrededor de la concurrida calle preocupada de que se haya escapado de su madre. La acera esta llena de gente mientras el desfile marcha por el centro de la calle en el medio del centro de Denver, Colorado. Los ninos siempre se acercan a mi. Nunca he estado segura del por que, pero lo hacen. No es que me este quejando. Amo a los ninos. Paso la mayor parte del dia rodeado de ellos en el centro. Tal vez me siento atraidaa por mi propia falta de familia. La nina mira a su alrededor como si finalmente recordara a su madre. -Ahi esta.- Senala a la mujer pelirroja que empuja a la multitud y camina hacia nosotros para llamar a la nina. -Mama! Me pintara la mejilla!- La chica aplaude con entusiasmo. -Evey, no asustes asi a mama al salir asi. Habia demasiada gente alrededor.- La mujer se inclina y abraza a la nina, con el claro alivio en su rostro. -Lo siento, mami.- Le hace un mohin a su madre. Tengo que luchar contra una sonrisa porque se que la nina va a conseguir lo que quiere. Quien podria decir que no a esa cara? La mujer me mira. -Estas pintando la cara?- Ella mira a mi alrededor. Tengo pintura puesta, pero no porque estaba pensando en pintar. Estaba pintando el edificio Shade, algo que he hecho muchas veces durante el ano pasado desde que comenzo la construccion. Algo sobre su diseno siempre me llamo la atencion y comence a pintarlo en cada etapa de su construccion. Todo estaba hecho de vidrio, pero lo que tiene de especial es la forma en que parece que se tuerce en su camino hacia arriba. No es solo hacia arriba y hacia abajo. Es elegante pero aun diferente. Cuando lo vi por primera vez, senti que el edificio me llamaba por alguna razon. Nunca antes habia tenido una atraccion tan dura como para pintar algo, una que me golpeaba una y otra vez y me atraia hacia ella. Se que hoy no es el mejor dia para pintarlo con toda la gente del desfile, pero queria pintarlo mientras estaba rodeado de gente. Puse la pintura casi completa contra el edificio, fuera del camino para que nadie la pise mientras busco en mi bolso el pequeno kit de pintura para cara que tengo. Suelo pintar las caras de los ninos en el centro comunitario. Cuando lo encuentro, lo saco. -Es tu dia de suerte,- le digo a la nina. Ella salta arriba y abajo. Pinto su pequena mejilla rechoncha lo mejor que puedo con sus risas cada vez que el cepillo acaricia su mejilla. Cuando termino, ella me da un abrazo. Su madre me da un billete de cinco dolares y lo meto en mi bolsillo trasero. No es como si estuviera en posicion de rechazar dinero, incluso aunque me hubiera encantado haberlo hecho gratis. Necesito cada centavo que pueda tener en mis manos. Estuve ahorrando para conseguir un lugar, pero tengo una debilidad por dos cosas: la panaderia al lado del centro comunitario y los materiales de arte. Sin mencionar que siempre les doy algo a los ninos del centro que necesitan un poco de dinero extra. Espero poder quedarme en el centro por un tiempo. Al menos hasta que me atrapen. Observo como la nina y su madre vuelven a la multitud. Algunos ninos mas se me acercan pidiendo pinturas faciales. No pasa mucho tiempo antes de haber ganado 50 dolares extra. Miro hacia la pintura que todavia necesito terminar. Un rastro de tristeza me inunda. Despues de esto, terminare. El edificio esta completo. De repente, pintura salpica por todos lados. Caigo sobre mi culo cuando algunas golpean mis polainas negras y salpican mi camisa. No es que importe. Mi ropa siempre tiene manchas de pintura. No es nada nuevo. -Que mierda!- Grita alguien. Dos manos firmes me agarran, poniendome de pie y en un pecho duro que se ve manchado de pintura verde. Mis ojos viajan arriba y arriba, encontrando dos de los ojos azules mas profundos que he visto en mi vida. Se me corta la respiracion, no por el color sino por la intensidad que me devuelve la mirada. La mandibula del hombre es dura. Todo en el es duro. Me muevo contra el, tratando de liberarme de su agarre. Jadeo cuando siento que un tipo diferente de dureza se me viene encima. El calor liquido me inunda y mi atraccion repentina por el es fuerte. -Quedate quieta,- grune. Mi cara se calienta al darme cuenta de que me estaba moviendo contra la polla de un extrano. Demonios, nunca me he movido en la polla de un hombre si soy honesta. Sus manos sobre mi se tensan un poco mas. -Arruinaste mi traje. - Inclina la cabeza hacia un lado como si me estuviera estudiando. Por alguna razon, me pregunto que es lo que el ve. Entonces recuerdo que tambien estoy cubierta de pintura. Incluso puedo sentirlo en mi cabello. Me estremezco interiormente. El traje de este hombre tiene que valer mil grandes. Nunca podria pagar algo asi. Tal vez deberia haber estado mirando hacia donde iba, me digo, tratando de hacerme sentir mejor. Capitulo 2 Warren -No la toques!- Le grito a Andrew, mi guardaespaldas. Ha sido mi mano derecha desde que abandone la Infanteria de Marina hace cinco anos despues de que mi padre muriera y me llamaran a casa para hacerme cargo del negocio familiar. No estoy seguro de si la esta siguiendo a ella o a mi. De cualquier manera, no quiero que nadie la toque. Su boca inteligente es toda mia. Mi polla, ya dura por tener su pequeno cuerpo presionado contra el mio mientras trataba de liberarse, crece aun mas con la idea de tener que perseguirla. Es casi barbaro, haciendo que mi sangre bombee como si estuviera en una batalla. Es como si cuando logre atraparle, la llevare al suelo y la reclamare como mia. Empujo a traves de la multitud, acercandome a ella. Ella se da vuelta, nuestros ojos se encuentran, y ella tropieza con la calle. Veo a un policia gritarle y dar un paso en su direccion. Si el la toca, juro que tendre su placa junto con algo de su piel. Su cabeza gira en la otra direccion cuando alguien grita. Su cabello rubio se arremolina alrededor de ella, verdes salpicaduras de pintura brillando en el. Sigo su mirada mientras corre hacia el hombre que la llamo. Los celos se apoderan de todas mis emociones. Empujo mas fuerte, tratando de llegar a ella. Cuando me libero en la calle, el hombre le tiende la mano y la sube a la carroza. La musica explota desde la carroza mientras el desfile avanza lentamente. El le da vueltas al ritmo de la musica antes de inclinarla, luego planta un beso en sus labios. Mi vision se vuelve roja cuando me dirijo hacia la carroza. Un policia me agarra del brazo, tratando de detenerme, y me grita que salga de la calle. Me volteo y lo miro con la muerte en los ojos. Levanta las manos en senal de rendicion y grazna, -Lo siento, Sr. Shade, no sabia que era usted.

  • Donde Caben dos, caben tres de Noelia Medina

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    Naiara Bonnet se mete en un buen lio al escapar de su anterior vida de novia perfecta, y mudarse a un piso de metros reducidos con dos nuevos companeros que no pasaran desapercibidos en su dia a dia.
    Hugo, atrevido e irresistible; Sam, extremadamente sensual y misterioso. Dos polos opuestos los mires por donde los mires. Dos personas tan diferentes que, segun Naiara, juntos formarian el hombre perfecto; ese que supuestamente no existe.
    ?Estara dispuesta a enfrentar su nueva vida? ?Sera verdad que jugar a dos bandas es tan peligroso como parece? Unos dicen que tres son multitud, y otros, que donde caben dos caben tres. ?Te atreves a comprobar cual de las dos es cierta?

  • Los pequenos brotes de Abel Azcona

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    Los pequenos brotes’ Es una de las obras narrativas mas intimas de Abel Azcona, en la que revisa los acontecimientos que han marcado su vida. A traves de relatos breves, Azcona reune un compendio de experiencias reales que nos permiten comprender mejor la complejidad de un artista inclasificable y controvertido. Un libro muy personal en el que indaga en su trayectoria vital como nunca antes lo habia hecho. <>.

  • Mi dulce estrella (Mentiras con amor 3) de Chris Razo

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    Tercera y ultima entrega de la trilogia <>.

  • El peligro que nos une de Priscila Serrano

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    El: Impenetrable.
    Ella: Dulce.
    El: Inmaduro.
    Ella: Tierna.
    Jason se fue con su padre anos atras. Penso que su vida seria diferente de lo que en realidad fue. El cambio de ciudad y de ambiente, fueron su perdicion
    Al volver, cree tenerlo todo controlado, hasta que se encuentra con todo cambiado. Su madre volvio a casarse y tendra que convivir con dos adolescentes. Su hermana Mina y Abby.
    Abby, Abby, Abby. Siempre Abby.
    Es tan dulce, tan buena, tan, tan, tan apetecible.
    ?Como afrontara su nueva vida?

  • El Gran Cuaderno de Podcasting de Francisco Izuzquiza

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    El Gran Cuaderno de Podcasting muestra todo lo necesario para aprender a crear un podcast, publicarlo y darlo a conocer para convertirse en un podcaster profesional.

  • Los muertos viajan deprisa de Vicente Garrido

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    Los criminologos Vicente Garrido y Nieves Abarca forman el tandem literario mas aplaudido de la actual novela negra, y los libros protagonizados por Valentina Negro, una bellisima y violenta inspectora de policia, cuentan con una autentica legion de lectores.
    Los muertos viajan deprisa es una invitacion a asomarse a las debilidades humanas y una reflexion sobre los motivos que pueden llevarnos a la maldad. Un relato extraordinario que va mas alla de cualquier etiqueta de genero.
    La historia -que toma su titulo de una cita de Bram Stoker- arranca con un brutal asesinato a bordo del Tren Negro, en el que varios escritores se dirigen a un famoso encuentro de literatura policiaca. Tras este crimen vienen otros, siempre llenos de simbolismo. La inspectora Negro y su inseparable companero, el criminologo Javier Sanjuan, tienen que averiguar quien es el enigmatico asesino de escritores. Mientras tanto, un peligroso violador de adolescentes, capturado en el pasado por Valentina, ha escapado de la carcel, complicando aun mas la situacion.

  • No todo es casualidad, Sandra Estevez Calvar de Sandra Estevez Calvar

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    Elisabeth Garcia es una joven madrilena muy salerosa y con mucho talento.
    ?Su profesion? Ella presume de ser “Wedding Planeer”, lo que todos conocemos como “Organizadora De Bodas”, pese a haber hecho la carrera de psicologia. Disfruta planeando la boda de los demas y sabe que es la mejor realizando esa labor.
    Despues de trabajar varios anos de forma ininterrumpida, su jefa la convence para coger vacaciones. A reganadientes acepta y aprovecha para conocer la Ribeira Sacra gallega. Tras alojarse en el mejor hotel de la zona aunque un poco apartado de aquellos hermosos parajes, alquila un vehiculo y se dirige al muelle desde el cual saldra el catamaran esa tarde. Al llegar comprueba que su telefono movil no tiene cobertura; algo que ya le habia advertido Francesco, el fornido y macizo capitan de la nave. Tras acomodarse, se adentraron en los canones del Sil. La gente no dejaba de hacer fotografias de aquel paisaje peculiar, y Eli se levanto para hacer lo mismo, pero, en un momento en que la embarcacion hizo un giro un poco brusco, su movil cayo al agua…

  • La receta secreta de las segundas oportunidades de J. D. Barret

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    Lucy Muir ha decidido dejar a su marido. Es un tema complicado.
    Teniendo en cuenta que son copropietarios y chefs de uno de los mejores restaurantes de la ciudad, no va resultar facil cortar por lo sano. Pero, seamos realistas, una no puede soportar eternamente que le pongan los cuernos, le roben las recetas y la menosprecien.

  • Juego Cerebral. La Cofradia del Conejo de Jose Miguel Vasquez Gonzalez

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    Peter Mark-Hodges, exitoso escritor, siente que su vida da un vuelco fatal al recibir la noticia de que tiene un tumor cerebral inoperable. Ni en sus tramas mas escalofriantes se le hubiera ocurrido tal situacion. Su hijo Jake, el centro de su vida, de apenas 10 anos, depende emocional y economicamente de el. Tras una riesgosa operacion, Peter sobrevive pero nuevamente la vida le da sorpresas. Su cerebro le empieza a jugar malas pasadas. Con la extirpacion del tumor, recibe el extrano don de transformar lo que escribe en realidad, convirtiendose en el blanco de poderosos grupos, que ven en el la oportunidad de controlar el mundo.

  • El pequeno libro que genera riqueza de Pat Dorsey

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    Para ganar dinero en un contexto como el actual, en el que los mercados son tan dinamicos, hay que invertir en empresas que puedan soportar bien la presion constante de la competencia. Pero ?como identificar aquellas empresas que no solo estan bien hoy, sino que lo estaran tambien dentro de unos anos?

  • La ciudad de las viudas de Paloma Sanchez Cortes

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    Esta novela la escribi durante varios anos pese a ser corta y la acabe en 2005. La he reescrito varias veces. Y la historia que subyace se me ocurrio al leer un articulo en un semanario de los domingos y fue asi como la comence. Nuestra protagonista Andrea tiene que hacerse cargo de una herencia al fallecer su abuela y es asi viajando a la tierra de sus padres como descubrira un gran secreto de su pasado y encontrara su destino. Por el tema que toco he de comentar que esto es solo una historia de ficcion. Nada que ver con la realidad. No voy a hacer spoilers ya os ireis enterando de a que me refiero. Espero que os guste. Es una historia en la que caben el misterio, los sucesos paranormales, el romance y los secretos del pasado de la protagonista. Es muy distinta a lo que he publicado hasta el momento y solo espero que la disfruteis y me pongais vuestras opiniones en Amazon. Os doy las gracias por adelantado por escogerme y leer esta historia a la que siempre he tenido especial carino. CAPITULO 1 La primera vez que oi hablar de La Ciudad de las Viudas creo que tendria alrededor de unos cinco anos. Fue mi abuela quien me conto la historia. Ella era una gran contadora de cuentos. Y ese, era mi favorito, aunque pueda resultar extrano. Es la historia de una pequena ciudad de provincias llamada Las Viudas aunque se la conocia mas popularmente por el sobrenombre de La Ciudad de las Viudas. Todo el mundo o al menos casi toda su poblacion, estaba compuesta por mujeres viudas de todas las edades aunque tambien habia algunos hombres, hijos y ancianos solteros que nunca habian contraido matrimonio. Asi comenzaba el cuento y entonces era yo la que preguntaba: --Abuela, y ?por que eran viudas? --y mi abuela replicaba--. Porque los maridos de esas mujeres se morian al poco de casarse en rarisimas circunstancias. Aquel lugar estaba maldito decia mi abuela, todo aquel que se casaba terminaba cavando su propia tumba. La maldicion de la gitana era la culpable de todo. Hacia como unos 85 anos, habia llegado a la ciudad un circo, con sus carromatos y sus artistas, en su mayoria gitanos. Parecia ser que una de aquellas mujeres, que iba vestida como una zingara y que se dedicaba a leer el futuro, se enamoro de un guapo mozo que habitaba en el lugar. Se trataba de un mozo rico que le prometio matrimonio. Aquel la dejo encinta y no quiso casarse con ella y la gitana lanzo su maldicion: todo hombre oriundo de aquella poblacion que contrajera matrimonio no viviria mucho tiempo y aquel lugar quedaria lleno de mujeres viudas, hasta que pronto quedara despoblado por la ausencia de natalidad. La unica forma de huir de aquella maldicion era escapar de alli, vivir en otro municipio, pero a veces, la maldicion, alcanzaba a aquellos que se creian a salvo de ella. Cuando yo le pregunte a mi abuela si habia algun modo de romper aquel hechizo me dijo que si, que solo si un descendiente varon de la gitana se enamorara y casara con una mujer descendiente de aquel mozo, la maldicion terminaria y ya nunca mas alcanzaria a ninguno de sus habitantes. Aquel relato me subyugaba. Se lo hacia repetir una y otra vez. Y la abuela me lo contaba a reganadientes. Solo cuando me fui haciendo mayor me percate de la mirada acuosa y triste que se le ponia a mi abuela cuando me contaba aquel cuento. Jamas de nina cai en la cuenta de cuanto le afectaba aquella historia que yo creia de ficcion. No fue hasta que cumpli 32 anos que fui atando cabos. Fui criada por mi abuela ya que mis padres murieron cuando yo era todavia un bebe, aunque aun no sabia como, puesto que mi abuela nunca quiso contarmelo. Era un secreto que ya no podria revelarme. Una manana, al entrar en su dormitorio, la halle extranamente quieta y palida. Cuando la toque para despertarla su piel estaba extremadamente fria y entonces comprendi que la habia perdido para siempre. Nadie que no haya perdido a un ser querido puede saber lo desamparada y sola que me encontraba. El dolor de aquella perdida, de aquella mujer que era la unica madre que yo habia conocido fue inmenso. Tuve que hacerme cargo de su entierro y de su funeral, al que acudieron pocas personas, amigos mios y algunos vecinos del barrio. Pase unos dias muy malos tras el entierro de mi abuela. Lucinda se habia ido, con ochenta y cinco anos recien cumplidos. Habia sido mi madre y aunque siempre me habia educado de un modo un poco estricto perderla habia sido como un hachazo inesperado. Tenia buena salud y no esperaba que un ictus cerebral se la llevara de mi lado de forma tan rapida. Ya no tenia mas familia y saber que estaba sola en el mundo me desolo por completo. Pase unas semanas en casa sola sin saber que hacer, sabiendo que la unica persona a la que amaba ya no estaria mas a mi lado. Fue duro tener que recomponerme sobre todo porque en ese momento no tenia un trabajo al que dedicarme para no pensar tanto en su fallecimiento y a pesar de que algunos amigos estuvieron ahi para consolarme fue un trago muy dificil de digerir. A los pocos dias recibi una llamada de un despacho de abogados que me notificaba que mi abuela habia dejado escrito un testamento y que yo, era la unica beneficiaria. Hasta el momento no habia imaginado que mi abuela tuviera alguna propiedad que dejarme en herencia que no fueran los escasos muebles y enseres de la casa donde viviamos, que ni siquiera era nuestra. Decidi aquella tarde acudir al bufete de aquel letrado porque me moria de curiosidad por saber que era lo que me tenia que decir. Cuando atravese el umbral de la oficina de Don Jose Miraflores me encontre ante un despacho austeramente amueblado, que contaba con los muebles justos, a saber: un escritorio con su correspondiente asiento, una libreria y unas paredes que aparecian ante mi desnudas de cuadros o de cualquier otro adorno a excepcion, claro esta, del titulo de abogado que se encontraba suspendido en el aire en un marco bastante antiguo y ya de por si un tanto estropeado. Tras la mesa se encontraba un senor de mediana edad, con una calva incipiente y unas gafas de cristal con un aumento tal que su mirada verde aparecia ante mis ojos multiplicando por dos su tamano. El buen hombre era bajito, segun pude comprobar cuando se incorporo de su asiento para estrecharme la mano; bajito y rechoncho. Le sobraban algunos kilos, pero eso si, parecia muy agradable, o al menos esa era la impresion que me causaba su rostro; una cara normal, ni guapo ni feo, pero si graciosa, sobre todo por el modo que tenia de abrir los ojos, muy, muy abiertos con una expresion de sorpresa continua. Llevaba un pequeno bigotito e iba vestido con un traje algo pasado de moda. --Encantada de recibirla, siento mucho la muerte de su abuela. --Muchas gracias. --Sientese por favor. --Gracias, de modo que mi abuela ha dejado testamento. --Pues si, hace cosa de un ano vino aqui y me nombro su albacea. Espere que busque el documento, si, aqui esta. --Saco un sobre lacrado de un cajon y lo abrio, extrayendo el documento que me depararia algunas sorpresas. --Pues bien, creo que le interesara que le lea el documento. --Como usted supone si, adelante. --Bien pasare por alto el lenguaje juridico, en resumen que su abuela le lega una casa en Las Viudas, un pueblo pequeno conocido popularmente como La Ciudad de las Viudas y el dinero que guardaba en su cuenta corriente, cantidad que asciende a 12 millones de pesetas. --?Ha dicho usted La Ciudad de las Viudas? ?Pero ese lugar existe? --Claro que si --se levanto y extrajo de una estanteria un atlas de Espana.

  • Torbellino de Joan A.

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    --!Punto de ajuste! --Llamo, incapaz de mantener el regocijo infantil de mi voz. Martin me mira con el ceno fruncido a traves de las gotas de sudor en su frente y hace rebotar la pelota de tenis con rabia. --!Falta! --Me rio, mientras el siguiente saque de Martin se estrella en la red entre nosotros. Su ceno fruncido se profundiza. Despues del inevitable punto final, cruzo la cancha y lo abrazo, nuestras camisetas manchadas de sudor pegadas en el calor de Nevada. --Definitivamente eres mejor abogado que un jugador de tenis --le sonrio. Martin y yo hemos sido amigos desde que tengo memoria. Fuimos juntos a la escuela y nos hemos mantenido unidos, una de las pocas personas de verdad en las que pude confiar despues de que empece a ganar dinero de verdad. Otras personas han ido y venido en mi vida, pero Martin ha permanecido constante. Poco mas de 30 anos, una vida de cenas corporativas y borracheras con los clientes se esta empezando a notar en el. Su cuello se ha vuelto mas grueso y rojo, y el estomago, que antes era plano, ahora esta cubierto con una capa cada vez mayor de grasa de confort. A pesar de ello, sigue teniendo su aspecto juvenil, y el tono gris de las sienes le ofrece un aire mas distinguido que le sirve bien. Su molestia por haber sido demolido profundamente se calma rapidamente, mientras me mira de arriba a abajo. --Esta bien para ti --refunfuna--. Sigues teniendo el mismo cuerpo flaco que tenias cuando eras un adolescente. Me rio. La verdad es que me dirigia igual que Martin hace unos anos. Feliz en una relacion segura y comoda y disfrutando de los frutos de la empresa de diseno de juegos que estableci a los 20 anos. Luego, cuando Laurie… se fue, las cosas cambiaron. Me uni al gimnasio, empece a ver a un entrenador personal 3 veces a la semana, y el hambre por los negocios volvio. Todo para mejor, me digo a mi misma. Aplaudo a Martin en el hombro. --Bueno, no todos los dias puedes comprar tu propio hotel en Las Vegas --digo alegremente --. Hemos probado las instalaciones, !creo que es hora de probar el bar! Martin se rie, toda la mala voluntad del partido de tenis se evaporo. --Cuidado --dice, dandose palmaditas en las tripas--. Terminaras como yo si no tienes cuidado. --?Que? --Digo, mientras nos dirigimos a los vestuarios--. ?Dos veces divorciado y feliz? --!Veamos si podemos encontrar un candidato para el divorcio numero 3! ***** El pelo todavia humedo del spa del hotel; tomo el ascensor con Martin hasta nuestras suites. Un golpe fuerte indica una parada en el vestibulo en el camino. Apenas son las 5 de la tarde, y el trafico peatonal es bastante ligero, pero cuando las puertas se abren, dos chicas entran en la cabina del ascensor con nosotros. Ambas estan bronceadas y son delgadas, y llevan su buena apariencia con ligereza. Evidentemente, acaban de llegar de la piscina, con el pelo brillante por el agua. Siento que Martin se mueve a mi lado y sonrio cuando levanta una ceja. La mas baja de las dos chicas, con un corte de pelo castano ondulado y piel bronceada, mira por encima del hombro y nos sonrie coquetamente. Le devuelvo la sonrisa y siento que Martin hace lo mismo. La otra chica tiene el pelo corto, recortado, casi como el de un chico, pero lo lleva con una confianza tranquila. Su piel es mas oscura que la de la otra chica, como la teca bordeada de miel, y la camisa blanca suelta que lleva atenua las lineas flexibles de su tonificado fisico. Cuando las puertas del ascensor se cierran, me atrapa mirando el reflejo del metal y sonrie suavemente. Nuestros ojos se encuentran por un instante, y yo soy el primero en dejar caer mi mirada. Las chicas salen en el noveno piso, y ambas sonreimos de nuevo mientras la chica mas baja dice un rapido ‘adios’. --?Numero 3? --Martin me susurra, mientras las puertas se cierran una vez mas. ***** El Bell tower Grand Hotel and Casino, domina el borde sudeste de la franja de Las Vegas. Desde la suite del atico, puedo disfrutar de las vistas panoramicas en 3D del horizonte de la ciudad. Al oeste, la ciudad brilla en toda su extravagancia de neon. Al este, la vista montanosa del Parque Nacional de Red Rock Canyon se puede ver simplemente, tenida de rojo y negro en la luz que se desvanece con la puesta de sol. Prefiero la vista desde este lado del hotel. A la mayoria de los clientes les gustaria ver el brillo y la chispa de los casinos y los fuegos artificiales, pero a mi siempre me ha gustado la tranquila soledad de las montanas. Las farolas de abajo todavia brillan, pero parecen transitorias y efimeras en relacion con la solida tranquilidad de esos distantes picos. Suspiro. Habia sido mi idea beber en el bar con Martin, pero ahora, de vuelta en la oscura habitacion del hotel, miro por las ventanas y puedo sentir la emocion del trato, y el zumbido del alcohol, evaporandose. Cuando los inversores se me acercaron inicialmente con la idea de comprar un hotel, me rei. Soy un disenador de juegos, y uno de exito, pero ?que sabia yo de hoteles? Sin embargo, como Martin sigue diciendome, parece que tengo el don de convertir todo lo que toco en oro. Empece con un par de boutiques en Kensington y Chelsea, y luego, 2 anos despues, a la madura edad de 31 anos, me encuentro como propietario de esta monstruosa empresa. Mientras las maquinas tragamonedas hacen ruido y zumbido a 30 pisos debajo de mi, casi puedo sentir el exito que irradia el lugar. Una pena que no se pueda decir lo mismo de mis relaciones. Como el Rey Midas antes que yo, me pregunto si estoy maldito. He dejado a Martin hundiendo cocteles en el bar y me he escabullido de nuevo arriba. Me digo a mi misma que fue por el vuelo de las 7 de la manana que tengo manana, pero en realidad solo queria escapar. Tengo ganas de hibernar, como un oso olfateando el invierno. Miro la brillante pantalla del reloj del hotel y veo que acaban de dar las 10 de la noche. Siempre he sido una lechuza nocturna, pero el zumbido del dia ha dejado un hueco, que espero en vano que el sueno pueda llenar. Me encogi de hombros ante la camisa y el traje confeccionados y los deje caer al suelo sin ceremonia alguna. Mientras me deslizo entre las crujientes sabanas blancas, cierro los ojos y escucho el debil zumbido del aire acondicionado, imaginando que puedo oir los sonidos de juerga y risas a nivel del suelo. La gente estara o bien montando la emocion del juego o bien revolcandose en la desesperacion de los suenos destrozados. La casa siempre gana, y ahora yo soy la casa. Extranamente no encuentro este pensamiento muy reconfortante. --?Crees que puede oirme? --?Crees que es un el? La sonrisa de Laurie ilumina su rostro. Siempre ha tenido un conjunto bastante duro en sus rasgos, una cualidad reservada que la hace parecer distante hasta que la conoces. Luego, cuando sonrie, parece una adolescente, llena de travesuras y asombro. --Claro, un verdadero nino de mama. Mi cabeza descansa en el estomago de Laurie, mis ojos miran fijamente a los suyos. --Asi que --repito--. ?Crees que puede entender a su padre? Su mirada se aleja. --El doctor dijo que el o ella --dice ella de forma puntual--, puede empezar a oir a las 18 semanas. Acaricio mi mano suavemente a traves de su barriga. --Ya sea un el o una ella, van a ser increibles --digo--. Igual que su mama. Un fuerte golpeteo me despierta de sobresalto. Entrecierro los ojos al reloj. A medianoche. --!Alex-an-der! --dice una voz a traves del estruendo. Gimoteo. --!Tenemos un vuelo manana! --Le grito a la puerta cerrada. La verdad es que me siento un poco desorientado. El sueno de Laurie parece aferrarse a mi como el humo. --!Alex, vamos! Abre. Acolche la puerta en ropa interior y la abri. Un Martin Caspers desgrenado esta de pie apoyado en el marco, una botella de champan medio borracha cuelga de una mano. Me sonrie. --?Que estabas haciendo? --pregunta, haciendome a un lado cuando entra en la habitacion. --Tenemos un vuelo a las 7 de la manana --le digo en respuesta, mientras empieza a hurgar en el mini bar. El pesca un gin-tonic premezclado y me lo da. --Vamos, tienes que jugar a ponerte al dia. --Martin --empiezo, pero su cara de fanfarron no admite discusion. Tomo el trago y lo devuelvo, el tonico efervescente y mordiente en el fondo de mi garganta. Sinceramente, agradezco su interrupcion. --Vamos --dice, tomando la botella vacia y entregandome otra--. Vamos a salir. --?Hay algo que pueda decir para convencerte de lo contrario? En respuesta me entrega mis pantalones. Linda --No se tu --dice Kristen, aplicando su brillante lapiz labial carmesi--, pero yo voy a tener sexo esta noche. Me rio. --Bueno, siempre y cuando no los traigas de vuelta aqui --digo--. Creo que puede ser un poco incomodo con tres en una cama. Hemos venido de vacaciones a Las Vegas, ya que Kristen recibio dos entradas gratis de un cliente en su estudio de moda. Ella tiene una pequena tienda con clase en el Soho, Londres, y el mes pasado literalmente se metio en mi apartamento cuando se entero de que uno de sus disenos estaba siendo seleccionado para un desfile de moda en Las Vegas. El desfile ha sido un gran exito, y estamos pasando unos dias extra para relajarnos bajo el sol del desierto. Desafortunadamente, la habitacion que nos han dado es para una pareja, pero no me importa. La cama es tres veces mas grande que la de mi pequeno apartamento en mi casa, y conozco a Kristen desde la escuela secundaria. --Dejare un sombrero en la puerta --sonrie Kristen astutamente, y me lanza el lapiz labial juguetonamente. Lo agarro habilmente y sacudo mi cabeza en un simulacro de horror. --No es mi color --digo. Kristen cruza la habitacion en su sosten y pantalones y me abraza. --!Todavia no puedo creer que uno de mis disenos estuviera en un desfile de moda americana! --dice--. Quiero decir, !Lady Gaga estuvo alli! --No creo que ni siquiera ella se ponga esto --digo, y le devuelvo el lapiz labial. --Estoy orgulloso de ti --agrego. --Gracias --ella sonrie, encogiendose de hombros en un vestido corto de lentejuelas plateadas. El color realza los reflejos de su cabello castano. --Ahora, es hora de beber. Hacemos disparos y luego salimos. La franja de Las Vegas parece invadir todas las ventanas mientras el taxi se desliza entre el trafico. Es como un asalto visual a los sentidos. Kristen resplandece como una nina pequena, todavia montando la euforia de su reciente exito. --Este lugar esta realmente sin descubrir --dice, por tercera vez. Esta un poco borracha y se le ha metido un rubor en las mejillas que la hace parecer aun mas guapa de lo normal. --Asi que, sigue diciendome --le sonrio, pero no me escucha. Sus ojos se centran en el brillante mundo exterior. Estoy realmente feliz por ella, pero una parte de mi se siente deprimida. No puedo poner el dedo en la llaga, pero todo el neon parpadeante y el glamour me hace sentir un poco vacia por dentro. --Estamos aqui --dice Kristen, literalmente aplaudiendo con emocion. El ruido y el calor nos golpea cuando salimos de la cabina. Es mas de medianoche, pero la ciudad no muestra signos de desaceleracion. Todo lo contrario, las cosas parecen estar acelerandose. El ritmo del club se escucha desde la calle. --!Vamos! --dice Kristen, agarrando mi mano mientras le pago al conductor. En el interior, la oscuridad se ilumina con la misma grandeza de neon que la franja exterior. Parece un microcosmos de Las Vegas en si, solo que sin las tragaperras. Kristen se cuela entre la multitud y nos mete en un espacio en el bar. --Crei que habias dicho que este lugar estaba sin descubrir. --Digo, mirando a la masa de gente alrededor. --?Que? --grita Kristen por el ruido. Vuelvo a sonreir y tomamos un par de copas. Nos abrimos paso hasta la pista de baile, y yo ronde por el perimetro. Me siento como un ciervo en la orilla de un lago, mirando a los depredadores. Kristen, por otro lado, es una depredadora. --Tenemos que entrar ahi --dice, senalando un area elevada marcada como ‘VIP’. Parece un punto de calma dentro de la tormenta. Glamorosas personas con ropa cara estan sentadas en profundos sofas, hablando en voz baja. Es evidente que el sonido solo debe llegar hasta aqui con los plebeyos. --Esten atentos a que alguien venga aqui abajo --me dice al oido. Su voz es humeda y gutural contra mi piel. Es como una cuerda de guitarra pulsada, zumbando y resonando. Yo bebo a sorbos mi bebida. Me siento fuera de mi alcance. No se por que exactamente. Nunca he sido del tipo timido y retraido, siempre me he sentido comodo dentro de mi propia piel, pero algo en este lugar me pone al limite. Puedo sentir el sudor picando en el borde de mi cuero cabelludo, y el calor y el ruido son opresivos. Tomo otro sorbo de mi bebida, dejando que el frio alivie mi garganta. El sabor me recuerda a cuando me colaba en los clubes en mi adolescencia, cuando salia para pasar una noche bebiendo y bailando con mis amigos, cuando les decia a nuestros padres que nos quedabamos en las casas de los demas. Creci en Londres, justo en el corazon de la ciudad. Mi madre era profesora, y me habia educado para que tuviera confianza en mi misma y me hiciera preguntas, sin dejarme nunca caer en las trampas con las que vi que muchos chicos de mi edad se veian atrapados. Nunca conoci a mi padre, pero no puedo decir que la falta fuera algo que me preocupara. Mi madre es una fuerza de la naturaleza, y ella ciertamente compenso por dos padres. --Vamos, bailemos --dice Kristen, obligandome a abandonar mi vaso. La presion de los cuerpos en la pista de baile es sofocante, pero Kristen golpea y engatusa a su pequeno marco en un hueco, y el espacio parece abrirse a su alrededor, tanto hombres como mujeres apreciando la vista. Ella se mueve seductoramente con el ritmo, y yo me uno a ella, sintiendome mas libre de lo que he sido en dias. Como un director de orquesta, parece que orquestamos a la multitud, y el DJ responde, recogiendo el ritmo y dejandonos llevar. Mi incomodidad desaparece. Capitulo Dos Alex El club es como un reflejo barato de la ciudad en las afueras. Las luces parpadeantes y la musica ensordecedora no contribuyen a aliviar la tension que siento, y la zona VIP que ha dispuesto Martin apenas es mas tranquila. Me siento a tomar una cerveza y escucho a Martin charlar con dos chicas americanas altas que estan a un trago de caerse del sofa. --Tu solo te haces el fresco y distante --dice sonriendo--, las voy a enrollar. Una carrera de charlar con los clientes le da a Martin un talento notable para sostener su bebida. Se emborrachara, ciertamente, pero solo hasta cierto punto. Parece que entonces se encuentra al borde de la embriaguez total, y a menudo es aqui donde salen a la luz algunas de sus mejores cualidades. En este momento, ambas chicas lo observan con atencion embelesada, la mano de una de ellas colocada selectivamente sobre su rodilla. Yo sonrio en la escena, pero sin ninguna calidez real. Ambas chicas tienen el pelo liso de una botella de peroxido y son delgadas y mimbre. No es mi tipo, y aunque lo hubieran sido, no estoy realmente de humor. Vuelvo a mirar mi reloj y pienso en el vuelo de manana a las 7 de la manana. La musica del club de repente cambia de marcha, ya sea respondiendo a un aumento de energia en la habitacion o dirigiendola. Dejo que mis ojos se desvien a traves de la abarrotada pista de baile y me siento atraida hacia un punto cercano al borde. Parece que la multitud se ha separado y veo a dos chicas bailando alli. Ambas son oscuras, una notablemente mas que la otra, y un completo contraste con nuestra actual compania. La mas baja se mueve seductoramente, el destello de su vestido de lentejuelas como luciernagas en las luces del club. La mas alta baila al ritmo de su amiga, pero algo en su movimiento parece mas seguro de si mismo, mas natural. Lleva un vestido blanco sin hombros, el lado derecho de corto, y dos finos pendientes plateados que se deslizan como gotas a lo largo del borde de su mandibula. Su cabello esta cortado, y esto atenua la curva de su columna vertebral y la piel lisa de su cuello y hombros. A medida que se mueve, su vestido se va perfilando un poco, revelando los muslos de color marron caramelo, tonificados y firmes. El movimiento de la chica es hipnotico. Con una repentina sacudida, los reconozco. Son las dos chicas que vimos antes en el hotel. En mi hotel. El pensamiento se aloja en mi cerebro. --Creo que me voy a enfermar. Una de las estadounidenses de repente se levanta de la mesa, arrastrando a su companera detras de ella. Se escabullen sin demasiada elegancia hacia el bano, el marcado contraste en su aspecto con las dos bailarinas es muy evidente. Martin parece despreocupado. --Creo que he esquivado una bala, amigo --dice. Siguiendo mi mirada, sus ojos se dirigen hacia las otras chicas. Como si sintiera su mirada, la chica mas bajita le devuelve la mirada, esa coqueta sonrisa que vuelve a sonar en sus labios. --?Te apetece bailar? --pregunta, y esta vez no discuto. Linda Cierro los ojos y dejo que la musica me bane. El ritmo se estrella contra mi, se mueve a traves de mi. Me olvido de las multitudes y las luces. Solo estoy yo, y Kristen y la musica. Kristen me roza y se siente sensual, como si la musica misma estuviera acariciando mi piel. Siento los bordes asperos de su vestido contra mi mientras se acerca, su voz calida en mi oido. --Mira detras de mi --grita. Levanto la vista hacia la zona VIP. Dos rubias altas se alejan de una mesa, y hay dos tipos sentados, viendolos salir con sonrisas. Uno de los hombres es mas pesado, con una cara traviesa, mientras que el otro es guapo, pero reservado. Sus ojos parpadean cuando de repente observan la pista de baile, y tiene el pelo rubio bien peinado, brevemente recortado a los lados con un cuidadoso ondulatorio en la parte superior. Podria representar igualmente a alguien que acaba de saltar de la cama, o a alguien que ha pasado horas frente al espejo. No puedo estar seguro. Algo en el hombre rubio me parece familiar. Su traje parece caro, y lo lleva con un aire confiado, pero extranamente sencillo. --Se estan hospedando en nuestro hotel --dice Kristen, y ella mira hacia atras por encima del hombro. Casi puedo sentir el gancho hundirse en el tipo mas grande. En pocos minutos estan caminando hacia nosotros. --?Les importa si nos unimos a ustedes? --dice, caminando directamente hacia Kristen. Me sorprende escuchar un acento londinense. --Depende de si puedes mantener el ritmo --grita Kristen, bailando lejos de el. Se mueve bien para ser un tipo mas grande. La rubia me mira con una extrana intensidad. Noto en el destello de la iluminacion que sus ojos son de un azul penetrante, tan profundos e impenetrables como un oceano. No nos hablamos, pero se mueve a mi lado, sus movimientos son confiados y seguros. Es alto, y puedo sentir su musculoso cuerpo bajo el traje bien cortado. Su baile se siente como un cortejo, formal y a la vez relajado. Nos acechamos unos a otros, como depredadores a la orilla del agua, pesandose unos a otros. Es como si me olfateara para buscar mi debilidad, y encuentro su mirada extranamente convincente. Mi mano roza el interior de su traje, no por casualidad acariciando las duras crestas de su estomago. Al mismo tiempo su mano encuentra mi espalda baja, acercandome por un instante, antes de soltarme y dejarme deslizar. No se cuanto tiempo bailamos, pero puedo sentir una linea de sudor contra la base de mi garganta. Miro hacia arriba, pensando en un trago, y veo a Kristen haciendome senas. Ella esta de pie junto al tipo mas pesado, con una sonrisa en su rostro, pronunciando las letras V-I-P con un regocijo no disimulado. Miro a mi pareja de baile y el tambien sonrie. La accion suaviza sus rasgos, haciendole parecer casi vulnerable. Me coge la mano.

  • Mal nacido de Francisco Javier Olmedo Vazquez

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  • Con la miss en los talones de Ines Sainz

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    Despertarse una manana y descubrir que tu exmarido tiene nueva pareja y es una ex Miss Espana despampanante. Odiarla desde el minuto cero, ?acaso hay otra opcion? Enfrentarte a tu casero porque quiere plantarte en la calle en menos de una semana con dos ninos a tu cargo y la cuenta corriente en numeros rojos. Y eso es solo el principio.
    Esa soy yo, Mar Tillo, un infortunio de nombre a una letrada pegado. Madre soltera incapaz de llegar a tiempo a todo lo que la vida me pone por delante. Ademas, mis amigas son unas locas del peine, mi madre vive una segunda juventud y sus instintos maternales estan en el baul de los recuerdos.
    Si crees que las cosas no te pueden ir peor, te equivocas. Siempre puede pasar que tu ex se lie con una miss.

  • Tu y otros desastres naturales de Maria Martinez

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    Harper ha planificado hasta el ultimo detalle de su futuro. Pronto acabara sus estudios y lograra el trabajo por el que tanto se ha esforzado. Tendra la vida que desea. Sin embargo, una triste perdida hara que su plan perfecto, aquello que creia querer mas que nada, se transforme de nuevo en confusion, dudas e inseguridades.

  • Oportunidad prohibida, Eva Nieto de Eva Nieto

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    Eva es una prestigiosa periodista y presentadora de television, con suficiente cache como para que las cadenas y marcas se peleen por ella. Convertida en un icono mediatico con miles de fans, todo cambia cuando conoce a su nuevo jefe, Roberto. Roberto, un hombre astuto, seguro de si mismo, alto, atletico, dominante con sonrisa de diablo. y familiar. Su antiguo amor de instituto, separados al estudiar en universidades de ciudades diferentes, se acababa de convertir en su nuevo jefe. Desde entonces, todo comenzo a tambalearse. La seguridad, confianza y ego de Eva comenzaban a desinflarse. Todo su mundo comenzaba a temblar, rodeada por un antiguo amor al que creia olvidado, enterrado, pero que de repente estaba mas vivo que nunca. Roberto habia cambiado, y se habia convertido un hombre al que era muy dificil dificil decir que no. Advertencia: Una novela romantica y erotica con un hombre dominante y sexo explicito. Dirigida a un publico maduro.

  • Despedida a la francesa de Patrick Dewitt

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    -Todo lo bueno llega a su fin -sentencio Frances Price. Era una mujer adinerada y rutilante de sesenta y cinco anos y se estaba poniendo los guantes negros de cabritilla en los escalones de un edificio de piedra rojiza del Upper East Side de Nueva York. Su hijo, Malcolm, de treinta y dos anos, esperaba cerca de ella, con su habitual aire mohino y desalinado. Era un anochecer de finales del otono; las ventanas del edificio estaban iluminadas y se oia un piano; en el interior de la casa se estaba celebrando una fiesta elegante. Frances le estaba explicando el motivo de su temprana retirada a otra dama igualmente rica pero menos rutilante, la anfitriona. Su nombre carece de importancia. La mujer se mostraba apenada. -?Seguro que os teneis que marchar? ?Tan mal esta la cosa? -Segun el veterinario, ya es solo cuestion de horas -aseguro Frances-. Es una pena. Estabamos disfrutando de esta deliciosa velada. -?En serio? -pregunto esperanzada la anfitriona. -Una velada deliciosa. Y detesto tener que marcharme. Pero parece que estamos ante una verdadera emergencia, ?y que puede hacer una en estos casos? La anfitriona medito la respuesta. -Nada -acabo admitiendo. Se hizo un silencio; para espanto de Frances, la anfitriona se abalanzo sobre ella y la abrazo-. Siempre te he admirado tanto -le susurro. -Malcolm -llamo Frances. -De hecho, me impones. ?Soy muy boba por sentirme asi? -Malcolm, Malcolm. A Malcolm la anfitriona le resulto manejable; la despego de su madre, le tomo la mano y se la estrecho. Ella miro desconcertada su propia mano moviendose arriba y abajo. Habia bebido dos copas de mas y no llevaba en el estomago mas que un viscoso pate. Volvio a meterse en su casa y Malcolm tiro de Frances para que bajase los escalones hasta la acera. Pasaron ante la limusina que les esperaba y se sentaron en un banco a veinte metros de la casa, ya que no habia ni emergencia, ni veterinario, y al gato, ese estrafalario vejestorio llamado Pequeno Frank, no le pasaba nada, que ellos supieran. Frances encendio un cigarrillo con el encendedor de oro. Adoraba este encendedor por su equilibrado peso y por el elegante !clic! que hacia en el momento de la ignicion. Senalo con el cigarrillo encendido a la anfitriona, a la que ahora se veia tras la ventana del piso superior conversando con uno de sus invitados. Frances nego con la cabeza y sentencio: -Nacida para aburrir. Malcolm estaba examinando una de las fotografias enmarcadas que habia robado del dormitorio de la anfitriona. -Esta borracha. Con suerte ni se acordara manana por la manana. -Si lo hace, nos mandara flores. -Frances cogio la fotografia, un retrato de estudio reciente de la anfitriona. En el posaba con la cabeza un poco echada hacia atras, la boca entreabierta y una desbordante felicidad en la mirada. Frances paso el dedo por el ornamentado marco-. ?Es de jade? -Creo que si -dijo Malcolm. -Es muy bonito -dijo, y se lo devolvio a Malcolm. El lo abrio, saco la foto, la doblo en cuatro y la tiro a la papelera que habia junto al banco. Volvio a guardarse el marco en el bolsillo del abrigo y retomo el analisis de la fiesta y se centro en un tipo madurito con una faja que le envolvia la prominente barriga. -Ese hombre era una suerte de embajador. -Si, y si esas charreteras que llevaba pudieran hablar… -?Hablaste con su mujer? Frances asintio y dijo: -Una dentadura de hombre en una boca infantil. Tuve que apartar la mirada. -Dio un golpecito con el dedo al cigarrillo para que la ceniza cayese en la acera. -?Y ahora este que quiere? -dijo Malcolm. Un vagabundo se les acerco y se planto ante ellos. Los ojos le brillaban por efecto del alcohol y les pregunto con tono animado: -Amigos, ?teneis una moneda? Malcolm estaba ya a punto de ahuyentar al tipo con un gesto de firmeza, pero Frances lo agarro del brazo. -Es posible que si -dijo-. Pero ?podemos preguntarte para que quieres el dinero? -Oh, ya sabe. -El individuo alzo y dejo caer los brazos-. Para ir tirando. -?Puedes ser mas concreto? -Pues, si quiere saberlo, la verdad es que me gustaria beber un poco de vino. Permanecio balanceandose ante Frances, que le pregunto con tono de confidencia: -?Es posible que ya te hayas tomado alguna copa esta noche? -Me he entonado un poco, si -admitio el tipo. -?Y eso que significa? -Que ya me he tomado una copa, pero me apeteceria otra. A Frances le gusto la sinceridad de la respuesta. -?Como te llamas? -Dan. -?Puedo llamarte Daniel? -Si quiere… -Dime, Daniel, ?cual es tu marca de vino favorita? -Senora, me puedo beber cualquier cosa liquida. Pero me gusta el Three Roses. -?Y cuanto cuesta una botella de Three Roses? -Cinco pavos la botella. Ocho la garrafa de un galon. -Se encogio de hombros, como para dar a entender que un galon era la opcion mas ventajosa. -?Y que te comprarias si te diese veinte dolares? -Veinte dolares -repitio Dan, y resoplo-. Con veinte dolares podria comprar dos galones de Three Roses y un frankfurt. -Se palmeo el bolsillo-. Ya tengo cigarrillos. -?Entonces con veinte dolares te apanarias bien? -Oh, de maravilla. -?Y adonde te llevarias todo eso? ?A tu habitacion? Dan entrecerro los ojos. Estaba imaginando mentalmente la situacion. -La salchicha me la comere nada mas comprarla. El vino y los cigarrillos me los llevare al parque. La mayoria de las noches duermo alli. -?En que parte del parque? -Debajo de un arbusto. -?Un arbusto en concreto? -Mi experimento…, mi experiencia me dice que todos los arbustos son iguales. Frances le sonrio con dulzura a Dan. -Muy bien -le dijo-. Asi que te echaras bajo un arbusto en el parque, te fumaras los cigarrillos y te beberas el vino tinto. -Si. -Mientras contemplas las estrellas. -?Por que no? -?Te vas a beber los dos galones en una noche? -quiso saber Frances. -Si, desde luego. -?Y por la manana no tendras una resaca de campeonato? -Las mananas son para eso, senora. Lo dijo sin intencion jocosa alguna, y Frances penso que las mananas de Dan debian de ser horripilantes. Conmovida, abrio el monedero y saco un billete de veinte. Dan lo cogio, un escalofrio le recorrio el cuerpo de pies a cabeza y se largo con una rapidez inusitada. Se les acerco un policia uniformado, que lanzo una mirada despectiva a Dan mientras se escabullia. -Espero que ese tipo no les estuviese importunando. -?Quien, Daniel? -dijo Frances-. Para nada. Es amigo nuestro. -Me ha parecido que les estaba pidiendo dinero. Frances miro con frialdad al agente. -De hecho, le estaba pagando lo que le debia. Deberia haberle pagado hace mucho, pero Dan ha tenido mucha paciencia conmigo. Doy gracias a Dios de que existan hombres como el. Aunque eso a usted que le importa. -Alzo el encendedor y lo prendio: !clic! La llama, gruesa y con la base azul, se interpuso entre ellos como una frontera. El poli se sintio rechazado y siguio su camino, murmurando lamentos para si mismo. Frances se volvio hacia Malcolm y dio una palmada con ambas manos para celebrar el desenlace de la situacion. No les gustaban los polis, no les gustaba nadie que representase la autoridad. -?Ya te has quedado a gusto? -pregunto Malcolm. -Pues si -respondio Frances. Mientras se dirigian a la limusina, cogio a Malcolm del brazo con un gesto carinoso muy tipico de ella. -A casa -le ordeno al chofer. El lujoso apartamento de dos plantas estaba a oscuras y parecia un museo a deshoras. La cocinera les habia dejado un asado en el horno; Malcolm sirvio dos raciones y cenaron en silencio, que no era lo habitual, pero ambos estaban ensimismados en sus propios problemas. Malcolm estaba inquieto por Susan, su novia. Llevaban varios dias sin verse, y la ultima vez que habian hablado ella se habia dirigido a el de un modo rudo y vulgar. La preocupacion de Frances era de tipo existencial; ultimamente no se quitaba de encima una sensacion de intranquilidad, como si alguien tirase de ella hacia las profundidades. Pequeno Frank, ya decrepito por su avanzada edad, trepo a la mesa y se sento ante Frances. Ella y el gato se miraron a los ojos. Frances encendio un cigarrillo y exhalo una bocanada de humo directa a los ojos del animal. Este hizo una mueca y salio de la habitacion. -?Que plan tenemos para manana? -pregunto Malcolm.

  • La promesa de no olvidarte (Skye 2)-Yolanda Revuelta de

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    Connor, con ayuda de su endoscopio, escucho los lentos y fragiles latidos de su paciente. Su tez cetrina, su respiracion casi apagada, arritmica y debil dejaban claro su diagnostico: no le quedaba mucho tiempo de vida. El infarto que habia padecido tan solo unos dias atras, habia diezmado el organo vital y la muerte acechaba, estaba cada vez mas cerca. <>, penso mientras guardaba el endoscopio en su maletin de piel y luego arropaba a la enferma para que no se enfriase. Ellen Campbell se habia negado a ser ingresada en un hospital y su familia, a pesar de estar totalmente en desacuerdo, al igual que el, habian respetado su ultima decision. Uno debia elegir como vivir y como morir. Esa era una cuestion. La otra, pensando de forma egoista, era peor: ?Como se lo iba a decir a Kate? Debia ser sincero y obrar como medico de familia. Kate merecia saber la verdad, aunque le doliese. Se pregunto que diria Sloan al respecto, pero su amigo estaba lejos, demasiado lejos para comentarle algo asi. Ademas, estaba de lo mas ocupado viviendo su propia historia de amor con Madison. No, no podia empanar un momento asi. Sloan y Madison necesitaban su propio espacio de paz y tranquilidad, no tardarian en estar de vuelta, pero mientras tanto, el debia hacerse cargo de la situacion. Cerro el maletin y, antes de salir de la habitacion, su mirada recayo de nuevo en la moribunda. Ellen Campbell se moria, le quedaban pocas horas y nadie podia hacer nada para remediarlo. Algunos rezarian y otros llorarian, el penso que Kate seria de los ultimos y lo lamento, porque ella no necesitaba mas sobresaltos ni disgustos. Con cierto pesar dejo la habitacion, cerro la puerta tras de si, y se dispuso a buscar a Ian, el marido de la enferma, el era el primero al que debia comunicar lo que estaba a punto de suceder. *** El dia, como era de esperar, se torno gris y ventoso. El invierno parecia querer ganar su ultima batalla a una primavera que habia entrado casi a hurtadillas en la isla. El plomizo cielo auguraba lluvia y solo las plegarias del padre Mills parecian retrasar lo inevitable. El feretro ya descansaba en suelo santo. Ellen habia muerto serena, y al parecer, en paz consigo misma. --Yo soy la resurreccion, y la vida, dice el Senor: el que cree en mi, aunque este muerto, vivira; y todo aquel que vive, y cree en mi no morira eternamente... Las palabras del reverendo se escucharon entre un silencio doloroso y abrumador, solo roto por el rugido del mar. Connor levanto su mirada del suelo y sus ojos, casi sin pretenderlo, buscaron a Kate entre los asistentes. No habia sido facil notificarle la muerte de su madre, pero aun mas dificil habia sido no poder abrazarla y darle consuelo. Elliot y Matt se encontraban a su lado, cabizbajos y algo confusos por tantos cambios, por tanto dolor. Kate los protegia, dejando descansar el peso de sus manos abiertas sobre los respectivos hombros de sus hijos. <>, penso Connor. --De Jesucristo, nuestro unico Mediador y Abogado. Amen. Con las ultimas palabras del padre Mills se dio por concluido el acto religioso. El sacerdote se santiguo mientras las primeras gotas de lluvia comenzaban a hacer acto de presencia. Algunos de los presentes empezaron a desligarse del resto por varios puntos del cementerio; solo un gracil y profugo rayo de sol encontro un resquicio entre las densas y cenicientas nubes. Connor se percato del pequeno fenomeno y no pudo evitar decir en voz queda: --Hasta siempre, Ellen. En ese mismo instante, alguien tiro de su americana y Connor no tuvo mas remedio que prestar atencion al zarandeo de la tela. Sonrio al ver al hijo mayor de Kate, que estaba de pie a su lado. --?Que tal, Elliot? --le saludo. El nino se encogio de hombros y a continuacion, sus labios se levantaron mas por un lado que por otro de la boca. Connor, como respuesta, le revolvio el pelo con la mano. --?Podemos ir manana a tu casa? Hace mucho que no vamos --se quejo. Connor fruncio los labios. --?Tu madre esta conforme? --Supongo que si. --?Solo lo supones? Elliot lo miro con expresion compungida. --Hablare con tu madre, ?de acuerdo? El nino asintio despacio, no muy convencido. --Esta triste. Connor atrajo a Elliot hacia el. --Es logico. Todos lo estamos. --!Elliot, nos vamos! La voz de Kate se dejo oir por el silencioso cementerio. Tanto Connor como el nino miraron en direccion a ella. Estaba preciosa, a pesar de que sus ojos estaban irritados e hinchados por las lagrimas. Vestia de negro riguroso y Connor penso que su aspecto parecia mas endeble que la ultima vez que se habian visto. Kate hizo un ademan con la mano. A su lado se encontraban su padre, su hermana Rosemary y Matt que lo observaba con los ojos muy abiertos, como si deseara que la incursion de su hermano hubiese sido todo un exito. --Debes obedecer a tu madre, ve con ella. --Pero...--comenzo a protestar el nino. --No la hagas enfadar --le aconsejo. Elliot, cabizbajo y arrastrando los pies, se alejo muy a su pesar de Connor. El nino anduvo un par de pasos y, sin previo aviso, le dio una patada a una piedra con la punta de su zapato. Por el movimiento parabolico que alcanzo el guijarro, Connor supo que la frustracion de Elliot era considerable. Matt debio imaginarse el resultado de la conversacion porque en ese mismo instante, su mirada se perdio en el suelo. El lo vio marchar y su corazon se agrieto un poco mas. Deberia haber mantenido las distancias, se lo habia reprochado miles de veces a lo largo de estos ultimos dias, por nada del mundo deberia haber besado a Kate aquella tarde, en su casa, pero ya era tarde para las lamentaciones. El dano estaba hecho y las consecuencias de su error, las estaban pagando tambien los ninos. Algo imperdonable por su parte. Los vio marchar y tuvo que hacer un esfuerzo para no echar a correr tras ellos. Debia ser sincero consigo mismo y aceptar las consecuencias: Lo habia intentado y habia perdido. CAPITULO 2 --Muchacho, tienes peor aspecto que yo, y eso ya es decir. Connor ignoro el comentario y se centro en escuchar el potente latido de Graham a traves del endoscopio. --Tu corazon es como un roble, fuerte y potente. Graham sonrio de oreja a oreja. --Los escoceses morimos en el campo de batalla, no en la cama. Connor sonrio, pero no comento nada al respecto, rodeo al paciente y coloco de nuevo el endoscopio en la espalda, a la altura de donde se encontraban los pulmones. --Haz una respiracion profunda. Graham obedecio. --Otra. --?Todo bien? --pregunto Graham una vez expulsado el aire. --Perfecto. No queda rastro de esa tos que te ha dado tanto la lata. Graham se levanto de la camilla y se dispuso a ponerse la camisa. --No se que habria hecho sin ti. --Hubieses buscado otro medico--comento sin mas a la vez que se alejaba de su paciente. Los labios de Graham se curvaron ligeramente. --Tu eres el mejor medico que conozco. Esta vez fue el turno de Connor en sonreir. --Te agradezco la confianza, pero tu no conoces a demasiados medicos para afirmar algo asi. Tienes una salud de hierro. El orgullo se reflejo en los ojos de Graham. --Ha sido un exceso de trabajo, el cansancio y el no poder dormir --comento abrochandose la camisa--. Si no llega a ser por ti y por Kate, hubiese desfallecido sobre la barra. --Y Alison --afirmo Connor.

  • Con sabor a ti de Norah Carter

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    Cuando ella se desperto aquel dia, no pensaba que su vida iba a cambiar de la forma en que lo hizo. Marcos dormia a su lado, al lado de Sara, que tenia que dejar la cama para ir al trabajo. Que rabia. Dejar a Marcos, a su chico, al que conocio hace unos anos en la fiesta de Paloma. Pero Marcos no dormia. Se habia levantado varias veces a lo largo de la noche. Estaba intranquilo. Sara no sabia nada del asunto que parecia preocupar a su marido, pero es cierto que lo notaba un poco mas nervioso que otras veces. Sara suponia que era el exceso de trabajo en el taller o algunos impagos por parte de algunos clientes. No era la primera vez que Marcos le habia hablado de esa clase de problemas en el negocio. Llovia afuera y la calle gris se fundia con una bruma blanca. Sara tomo aire y se dirigio a la cocina. Un cafe. La misma marca. Un aroma seco y aspero. Estaba amoldandose a la nueva vida que habia elegido, saboreandola, disfrutandola, a pesar de todos los imprevistos en los que se habian visto envueltos a raiz del comienzo de esta nueva relacion, pero era feliz y tenia claro lo que queria. Era una mujer con ideas contundentes. A pesar de todo lo que habia tenido que lidiar para estar con Marcos, ella se levantaba feliz, creia en lo que hacia, sabia que, gracias a sus esfuerzos, podrian sacar esa vida que habian sonado juntos en tan poco tiempo, no le hacia falta mucho para disfrutar de aquella relacion. Era feliz con llegar dignamente a final de mes junto al hombre al que habia elegido Marcos se dio la vuelta en la cama y, cuando, con los ojos cerrados, quiso abrazar a Sara, descubrio que ella ya no estaba. Una sonrisa quebrada de insatisfaccion se dibujo en su cara, pero esa sensacion de desamparo no le impidio seguir durmiendo. Sabia que Sara tenia que trabajar temprano. Que los turnos en el supermercado son rigurosos. La empresa no disculpaba jamas los retrasos injustificados. Pero a el le hubiese encantado que ella estuviese en estos momentos a su lado. Le gustaba sentir su piel cerca de el, le gustaba abrazarla y mimarla, la veia como su nina, la nina de sus ojos. La lluvia golpeaba en la ventana y Sara sorbio de su cafe caliente, y se sintio de repente mas reconfortada. Aun recuerda esa noche en la que le presentaron a Marcos. La discoteca estaba llena de jovenes estudiantes que habian terminado el curso. Marcos se encontraba rodeado de sus amigos del trabajo y ella, que habia olvidado su bolso en la barra, se lo encontro cara a cara. Fue un flechazo. Ella no supo que decir, pero Marcos dejo a sus amigos y se presento formalmente. – Hola, me llamo Marcos. Te he confundido con alguien, perdona. Bendito error, penso. Se habia quedado impactada por ese chico. – No te preocupes. Encantada. Yo soy Sara. Me habia dejado el bolso aqui mismo. Dentro, llevo todas las tarjetas y mi movil. Menos mal que no lo he perdido. – Bueno, siento haberte molestado. No era mi intencion – dijo Marcos, avergonzado. – No te preocupes. Estas cosas suelen pasar. Soy una chica corriente. Es facil confundirme. – De corriente, nada. Eres muy guapa. Creo que me he fijado en ti por eso. – Claro. Eso se los dira a todas, ?verdad? – contesto Sara, sonrojada. – Que va. Soy un ligon patetico - anadio Marcos con una sonrisa burlona. De repente, lo llamaron sus amigos y el chico se despidio con dos besos y Sara se quedo pensativa, tocada seguramente por la espontaneidad de aquel joven, al que no conocia de nada, al que no volveria a ver jamas. O quiza si. Pero el destino siempre tiene la capacidad de sorprendernos y, ahora, despues de tres anos de matrimonio, Sara se despertaba junto a el cada manana. No paro de pensar de la forma que la habia enamorado, fue todo un flechazo, demasiado rapido, demasiado bonito a pesar de todo lo que les habia costado esta relacion. Eran posiblemente dos seres felices, dos seres que se tenian uno al otro, que se miraban como dos extranos para amarse todas las noches. Eran apasionados y quiza esa cualidad fuese una de las que hizo que los dos decidieran vivir juntos, tener la absoluta libertad para yacer uno junto al otro siempre que quisieran, sin depender de citas previas como si fuesen todavia unos quinceaneros. La lluvia golpeaba en la ventana y Sara volvio a sorber de su cafe. El sabor aspero en el paladar le hizo recordar, mientras la luz alumbraba los objetos de la cocina, que otra noche en la misma discoteca se buscaron y que, al principio, la relacion no fue facil. Los padres de Sara no miraron con buenos ojos a Marcos, porque no era el tipo de novio que querian para su hija, que no habia acabado sus estudios de Derecho.

  • Candidato de Antonio J. Rodriguez

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    La novela que destripa la nueva politica a traves de una mirada generacional sobre los candidatos recien llegados y sobre la frivolidad de la ambicion.

  • Hermanos de alma de David Diop

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    Alfa Ndiaye es senegales y ha acabado combatiendo con el ejercito frances en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. En el mismo regimiento tambien lucha su amigo Mademba Diop, que es herido de gravedad en el frente. Cuando Mademba le pide que lo mate para evitar sufrimientos inutiles, Alfa se siente incapaz de cumplir su deseo. Ansioso por vengar la muerte de su companero, cada noche se desliza con sigilo hacia las posiciones enemigas, elige a un soldado cuidandose de no ser descubierto, clava la mirada en sus ojos azules, lo mata infligiendole la misma herida con que se desangro Mademba y despues le corta una mano y se la lleva como trofeo. Noche tras noche repite este macabro ritual.

  • Cenicienta no pertenece a nadie de Rachel Bels

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    Erase una vez una princesa valiente…
    Una prostituta.
    Una esclava.

  • Fast Games de Mag Maury

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    La sorpresa mas sexy… !y la mas insoportable!

  • El dia que suenes con flores salvajes de Paola Calasanz

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    Una novela inolvidable que te ayudara a reconectar con la naturaleza salvaje, escrita por la directora de arte, youtuber e instagramer Dulcinea.

  • El Jardin de la Memoria (El adepto de la Reina 3) de Rodolfo Martinez

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    El adepto descubre los misterios del enigmatico Oriente

  • Te doy mis suenos 1 de Silvia Cruz

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    La violencia domestica es un grave problema de todas las sociedades, que afecta tanto a hombres como a mujeres, dejando atras a innumerables victimas. “Te doy mis suenos” es la primera parte de una preciosa historia de amor, superacion personal y lucha por los derechos individuales de las personas que trata de denunciar este amargo problema que a tantas personas ha dejado atras. La vida es un sueno aunque tambien puede convertirse en una pesadilla. Luna y Tristan son claros ejemplos de ello y marcaran la vida el uno del otro para siempre.

  • Coleccion completa Intimos Deseos de Mercedes Franco

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    Libro 1:

    El album de la verguenza era la estrategia que siempre usaba Abigail Ocanto cuando queria conseguir lo que se proponia, y esta vez no seria la excepcion, habia armado un plan maestro, estaba segura que daria resultado.

  • Volverte a ver de Kaera Nox

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    Claudia no esta pasando por su mejor momento. Su prometido la dejo plantada dias antes de la boda y ahora tiene que pasar una semana en Tenerife. ?El problema? Ira acompanada por sesenta adolescentes a los que vigilar durante su viaje de fin de curso. Podria ser peor. ?no? Pues si, lo ultimo que espera Claudia es coincidir en el mismo hotel que su amor de juventud. El que fue su mejor amigo y su primer gran amor. El mismo que se deshizo de ella sin mirar atras ni una sola vez, dejandole el corazon hecho pedazos.
    La vida de Jorge ha dado muchas vueltas en los ultimos diez anos. Ha cambiado de trabajo, de casa, de vida. Pero por muchos cambios que ha hecho sigue echando en falta algo. A ella. Encontrarsela en Tenerife es la excusa perfecta para volver a tenerla en su vida. Pero. ?Seran diez anos demasiado tiempo? ?Podra Claudia perdonarle?
    Cuando el destino los cruza de nuevo tendran que decidir si con-fiar el uno en el otro, si dejar atras el pasado y hacer frente a los sentimientos que se han negado durante demasiado tiempo.

  • El claro mas oscuro (Tracy Crosswhite 3) de Robert Dugoni

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    La inspectora Tracy Crosswhite tiene un don para los crimenes sin resolver… y cierta debilidad por ellos. Asi que cuando Jenny, su antigua companera de la academia de policia, le pide ayuda con un caso, Tracy acepta de inmediato: se trata de un oscuro episodio relacionado con el suicidio de una estudiante de instituto, ocurrido cuarenta anos atras en extranas circunstancias.

  • Mujer que sabe latin de Rosario Castellanos

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    Rosario Castellanos (1925-1974) hace una muy personal incursion en Mujer que sabe latin… en el debatido y siempre actual tema del feminismo. En este campo, Castellanos es una polemista que combate con las armas del ingenio y de la ironia a traves de una prosa que resplandece de sentido.

  • Un mes de besos, abrazos y caricias de Monica Benitez

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    Cuatro amigas.
    Un corazon roto.
    Un amor no correspondido.
    Un mes de vacaciones.
    Y un pacto que lo cambiara todo.