• tras el riesgo tori carrington - Tori Carrington

    https://gigalibros.com/tras-el-riesgo-elit-3.html

    Nicole Bennett no solo era una chica mala, tambien era una ladrona. Y, aunque habia pasado malos momentos, nunca la habia seguido un tipo como Alex Cassavetes. El problema no era que la estuviera investigando, sino que ella tambien queria investigarlo a el… muy a fondo.Alex jamas habia conocido a una mujer como Nicole: era salvaje, desinhibida… y muy sexy. Pero tambien era su unica pista en un importante caso de robo. El peligro de intentar atrapar a un ladron con la ayuda de una ladrona era que podria ser el al que le robaran… ?el corazon?

  • Tras el riesgo Tapa blanda - CARRINGTON,TORI - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Tras-el-riesgo-TORI-CARRINGTON/dp/8467198567

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  • tori carrington - tras el riesgo (ebook) - Casa del Libro

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    El eBook TRAS EL RIESGO EBOOK del autor TORI CARRINGTON en PDF al MEJOR PRECIO en Casa del Libro.

  • TRAS EL RIESGO (ebook) - tori carrington - Popular Libros

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    TRAS EL RIESGO 3,32€ Ahora un 5% descuento. Descarga inmediata. Nicole Bennett no solo era una chica mala, también era una ladrona.

  • Tras el riesgo: El Club de las Rebeldes - Tori Carrington

    https://www.storytel.com/mx/es/books/685611-Tras-el-riesgo-El-Club-de-las-Rebeldes

    13 dic 2018 — El peligro de intentar atrapar a un ladrón con la ayuda de una ladrona era que podría ser él ... Autor: Tori Carrington. Libro electrónico.

  • Lee Tras el riesgo de Tori Carrington - Libro electrónico | Scribd

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    13 dic 2018 — Lee Tras el riesgo de Tori Carrington con una prueba gratuita. Lee millones de libros electrónicos y audiolibros en la web, iPad, ...

  • Descargar Tras El Riesgo (Tori Carrington) | Libros Gratis

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  • Tras el riesgo (eLit 3) - Tori Carrington - Debeleer.com

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    Tras el riesgo (eLit 3) – Tori Carrington ... Todavía se maldecía por haber acusado a Sebastian, por la mañana, ... —Vaya, me encantan tus libros.

  • Tras el riesgo TORI CARRINGTON;JESÚS GÓMEZ GUTIÉRREZ ...

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    Tras el riesgo, TORI CARRINGTON;JESÚS GÓMEZ GUTIÉRREZ, $11900.00. Nicole Bennett no solo era una chica mala, también era una ladrona.

  • Tras el riesgo: El Club de las Rebeldes de Tori Carrington - Libros ...

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    Tras el riesgo: El Club de las Rebeldes, eBook escrito por Tori Carrington. Lee este libro con la aplicación Google Play Libros en tu ordenador o tus ...

  • Serie Multiautor El club de las rebeldes 3 - Tras el riesgo - Tori ...

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    5 may 2019 — Tori Carrington. Tras El Riesgo (Red-Hot & Reckless) SU LEMA: MERECE LA PENA ROBAR CUALQUIER COSA QUE MEREZCA LA PENA TENER Nicole ...

  • THE SHADOW de Sylvain Reynard

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    Del exitoso autor del New York Times de la trilogia de Gabriel llega el muy esperado seguimiento de The Raven , una sensual novela ambientada en Florencia con el acoplamiento peligrosamente embriagador de Raven y William …

    El principe vampiro de Raven Wood ha regresado, prometiendo su amor y promesas justicia por cada mal hecho a ella. A raiz de su reunion, Raven se enfrenta a una terrible decision: permitir que el Principe se venga de los demonios de su pasado o persuadirlo de que mantenga la mano. Pero hay mucho mas en juego que el corazon de Raven …

  • Secuestrada de Vicente Trigo Aranda

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    El titulo de esta novela ya te permite deducir su eje central. ?No crees que es suficiente? ?En serio necesitas que te explique mas y te presente un avance de su contenido? !Claro que no! !Como voy a privarte del placer de sorprenderte con lo que vaya sucediendo!
    ?Te gusta que te describan el entorno donde se desarrolla la accion, que te indiquen detalladamente que piensan los personajes en cada momento y que motivaciones les impulsa a hacer segun que cosas? Si la respuesta es afirmativa, ?que quieres que te diga?… Te recomiendo que leas otras de mis novelas, pero no esta.
    Si, por el contrario, te gusta dejar volar tu imaginacion y construir tus propios decorados, personalizar a los protagonistas, meterte dentro de su cabeza y su corazon, etc., entonces si que te invito a disfrutar con esta novela. En ella solo leeras lo que dicen los personajes. El resto es cosa tuya.

  • Criaturas en la red de Tara Isabella Burton

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    No puedes enganarlos para siempre. La red siempre te atrapa.

  • Bajo la lluvia (Sobre el arcoiris 1) de G. Elle Arce

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    Hace anos, cuando era muy joven, decidi liberarme de las ataduras emocionales que conlleva tener parejas, manteniendo mis "relaciones" -si es que se le puede llamar de alguna manera-, en un plano meramente fisico, donde solamente reina el placer sexual; haciendome gozar en lugar de sufrir.
    Como en todas las cosas, tenia una predileccion... Ivar. Ivar es un noruego, alto, fuerte y rudo, un chico malo, un motociclista muy atractivo, que me prende con solamente verlo u oirlo.
    Sin embargo, todo eso cambia al conocerlo a el... un hombre que, a simple vista, no era mi tipo; un hombre peculiar, que no se parece a ninguno de mis anteriores pretendientes; un hombre que amenaza con destruir mis creencias, y desmoronar mi interior, hasta dejarme totalmente expuesta.

  • El eco de la piel de Elia Barcelo

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    LA HISTORIA DE DOS GRANDES MUJERES A TRAVES DEL TIEMPO Y LAS PALABRAS.

  • Dime que no es un sueno de Anabel Botella

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    Cuando el amor verdadero llega a tu vida ni la muerte podra arrebatartelo

  • La mujer del heredero de Myrna Mackenzie

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    La fotografa de Bodas Bellas, Regina, creaba recuerdos perfectos que los novios conservaban para siempre. Sin embargo, al mirar las fotos de su propia boda se dio cuenta de que apenas conocia al hombre con el que se habia casado.

  • AZUL TORMENTA, LLUVIA ANIL, A. V. San Martin de A. V. San Martin

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  • las vueltas que da la vida de Cristin Ferro

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    Esa noche Vicky estaba de fiesta con su mejor amigo Fran y sus amigas Almudena y Alba, juntos celebraban el final de su epoca de universidad y el inicio de las practicas laborales. Copa tras copa y brindis tras brindis la noche iba avanzando, todos llevaban tanto alcohol en el cuerpo que no eran conscientes ni de la mitad de las cosas que decian y menos aun de las que hacian. Vicky y Fran bailaban juntos en el centro de la pista disfrutando de su ultima noche de juerga antes de pasar a formar parte de la lista de becarios, esos que casi no cobran pero trabajaban tanto como los demas. La musica atronadora impedia cualquier tipo de charla, aunque tampoco era necesaria, tras anos de amistad se entendian solo con mirarse y cualquiera de los dos era capaz de descifrar los gestos del otro sin necesidad de palabras. Estaban bailando ajenos al mundo, cuando de la nada aparecio un hombre tan alto y guapo que atrajo la atencion de todo aquel que estaba a su alrededor, Fran guino un ojo a su amiga y se escabullo hacia la barra en busca de Almudena y Alba, que seguro que habian encontrado con quien pasar un buen rato bailando o tomandose una copa. Con el valor que aporta el alcohol lejos de dejar de bailar, Vicky, siguio meciendo sus caderas de manera sensual consciente de la atenta mirada de aquel atractivo desconocido, envalentonada por su atencion se atrevio a recorrer su cuerpo con la mirada mientras se relamia los labios. La mirada dorada del desconocido se hizo mas intensa ante su escrutinio, que con paso decidido y sin apartar la mirada se paro a solo unos centimetros de ella. Sonriendo como un depredador no espero su permiso y pego su cuerpo al de Vicky, de manera insinuante, a la vez que posaba una mano en su cintura mientras enredaba la otra en su larga melena, sin previo aviso acerco su labios al cuello de ella desde donde se impregno de su aroma y susurro en su oido. --Mi nombre es Alex y me encantas Vicky no fue capaz de articular palabra aunque no era porque no lo deseara, mas bien estaba alucinada porque un hombre asi se hubiera fijado en ella, con disimulo busco a su amigo entre la gente y cuando sus miradas se encontraron el asintio y no hizo falta mas. Vicky agarro la mano de Alex y tiro de el hacia la salida del club, el alcohol le dio la valentia que en un estado normal no tenia, ella nunca habia hecho algo asi en su vida. Sus amigas decian que era un poco mojigata, menos mal que no la vieron en ese momento o se lo recordarian el resto de su vida. Cogidos de la mano se subieron a un taxi, al cual Alex dio una direccion y ella ni siquiera presto atencion a cual era, Vicky estaba tan absorta mirandole que no pudo apartar la vista de el en todo el trayecto. No hablaron y tampoco hizo falta, cuando llegaron a su destino entraron en el hotel donde el taxi los dejo y tras pedir una habitacion subieron en el ascensor. El aire en ese espacio tan reducido estaba cargado de tension sexual, las miradas de los dos no dejaban lugar a dudas de lo que ambos deseaban, cuando el ascensor se paro, Alex, agarro la mano de Vicky y la arrastro hasta la habitacion. Introdujo la tarjeta y la puerta se abrio, en cuestion de segundos estaban dentro y esta cerrandose de una patada que Alex le propino. Con la tension acumulada y sin ganas de perder el tiempo, la apreto contra la pared y ella solo atino a balbucir. --Me llamo Vicky --dijo mientras la boca de Alex la devoraba. Ella no estaba muy segura de haber escuchado su respuesta, pero podria jurar que habia podido distinguir las palabras que ya lo sabia o algo similar. No hubo tiempo de nada mas, su cerebro ya no proceso mas informacion desde el momento que la mano de el se colo por debajo de su vestido y lo subio. Esa noche se dejo llevar como nunca antes, no cabia duda de que ese hombre sabia lo que hacia y disfruto de cada instante que compartio con el. De madrugada Vicky se desperto y un tremendo dolor de cabeza la saludo, gimiendo se incorporo en la cama y con la poca claridad que entraba por la ventana, ya que aun era de noche, extendio la mano por la cama y encontro algo calido y duro, dio un respingo y retiro la mano veloz. Permanecio quieta un par de minutos por si le habia despertado, al no percibir movimiento y con sus ojos ya acostumbrados a la penumbra. Se tomo la libertad de observalo mas de cerca, la sabana dejaba entrever la parte inferior de su cuerpo, que dejaba su torso expuesto. Como una voyeur lo contemplo recreandose en cada parte de su anatomia, aun no se podia creer que ella estuviese ahi con ese hombre. Recordaba vagamente el momento en que se habian encontrado en el bar y como ella se habia insinuado hasta que subieron a un taxi... su cabeza estaba llena de lagunas... Tenia que salir de alli, asustada camino lo mas rapido que pudo y sin hacer ningun sonido que pudiese despertarle se vistio sin dejar de mirarle, estaba a punto de ir al bano a lavarse al menos un poco cuando reacciono y negando se encamino hacia la puerta, en el fondo era un poco cobarde y no se atrevio por temor a que el sonido del agua lo despertara, asi que, se ato el pelo con una goma que siempre llevaba en la muneca y con los zapatos en la mano salio de la habitacion. Mi vida. Mi nombre es Victoria Salinas, Vicky para los amigos, me gusta pensar que soy una buena persona, aunque mas de uno diria que soy un poco desagradable. Esta bien, lo admito, soy un poco desagradable, siempre me he regido por mis propios principios y no me importa lo que los demas opinen de mi, asi soy feliz, o lo intento. Mido un metro y sesenta y nueve centimetros aunque si me preguntan digo uno setenta, asi me ahorro los chistes faciles con el sesenta y nueve, no es una gran altura, lo se, pero es mas que suficiente. Si fuese mas alta, con mi fuerte personalidad la gente me tendria un poco de miedo. Si, soy una persona con un caracter dificil ?que se le va a hacer? Mis ojos son de un color raro, ni verdes ni marrones, dependiendo de mi estado de animo o de la luz del sol, es un rasgo tipico de mi familia materna, la mayoria comparten esos ojos indescriptibles. Mis facciones son de lo mas comunes, nariz ligeramente puntiaguda sin parecer un pajaro, labios normales aunque definidos, pomulos un poco elevados, piel fina y muy palida, lo mas destacable de mi cara son las pecas que al primer rayo de sol inundan mi piel y me hacen parecer muy nina, cosa que odio. Mi cabello es un tono de rubio muy confuso, entre dorado y anaranjado, pero que suele impactar a la gente. Tengo una bonita melena, o al menos a mi me lo parece, mi pelo ondulado me llega hasta la cintura. No soy una mujer delgada, mas bien diria que me sobran unos kilos, pero... ?quien puede resistirse al chocolate? Desde luego, yo no. Uso una talla cuarenta, una mujer normal a mi parecer, pero si las modelos son mas delgadas que un junco solo puede significar que no soy el prototipo de mujer de lo que esta sociedad considera atractiva. Si soy realista nunca quise ser el prototipo de nadie asi es que no veo ningun problema con esto. He tenido una vida complicada, a mis veintiocho anos he pasado por la separacion de mis padres, con mas pena que gloria, cuando no era mas que una adolescente. Siempre se dice que las separaciones son para bien y que los mas afectados son los hijos, bueno, es cierto, pero tambien son los mas beneficiados, cada vez que queria algo y uno te me decia que no, iba al otro a probar suerte. Siempre con la esperanza de que me lo cumplieran, lo malo era cuando ninguno me concedia mi capricho, a mi esa tecnica no me funciono muy bien pero puedo asegurar que lo intente. Lejos de mantener una relacion cordial por mi o por lo anos que compartieron juntos, mis padres se odian y eso hace mi vida aun mas complicada. Estar en un lugar donde esten los dos es como vivir en plena guerra fria, por suerte ya apenas se ven, pero cuando era nina vivia en continua tension, lo unico que hacia era estar quieta y callada esperando que la batalla empezara y me pillara en medio. Ellos nunca supieron lo que yo sentia, aunque tampoco se preocuparon en saberlo, asi que, he de admitir que yo tambien los odie y aun hoy lo hago la gran mayoria del tiempo. Me convirtieron en la persona que hoy soy y quiza deberia de agradecerselo, con todas esas corazas que ayudaron a poner en mi corazon, es muy dificil que alguien me haga dano. Con dieciseis anos empece a trabajar de camarera, no es algo que se me de muy bien, pues no tengo la santa paciencia que se necesita para ese oficio tan sacrificado y menos aun para aguantar borrachos. Desde entonces he ido cambiando de trabajo aunque nunca he vuelto a la hosteleria. Mi curriculum laboral va desde cajera de supermercado a repartidora de propaganda y de pizzas, es decir, todo trabajo temporal que podia lo aceptaba, siempre y cuando no afectara a mis estudios, eso siempre fue lo primero, y si no ya se encargaban mis hermanas y Fran de recordarmelo. Tengo dos hermanas, Paula y Silvia, que son lo opuesto a mi, algo logico si tenemos en cuenta que son mayores y, se supone que mas maduras. En este caso ser lo opuesto se refiere a que ellas son alegres y confiadas, la mayoria del tiempo al menos. Quiza Paula no sea tan alegre... ni tan confiada.... !yo que se! La vida nos trato mal a las tres, ellas no deberian ser muy diferentes a mi, ?no? Silvia esta casada con Carlos y tienen un hijo que es un trasto, Santi, que es la alegria de la casa. El resto de la familia, es decir mama y papa no son ni de lejos importantes, desde que soy mayor de edad les evito como si tuviesen la peste, se que suena muy fuerte el hecho de que casi ni les hable, pero deberiais poneros en el lugar de una pobre nina de doce anos soportando que sus padres la usen como caballo de Troya, no es divertido, creedme y menos aun si se dedican a recordartelo las pocas veces que les ves. Ahora os hablare de mis amigos, no tengo muchos, como dije antes mi forma de ser no atrae precisamente a la gente, tengo algo que o caigo muy bien o por lo contrario soy la persona que mas odian en el mundo, que es lo que mas suele pasar. Es por ello que la gente no suele acercarseme, y los que se atreven sudan sangre para llegar a conocerme de verdad. Fran es mi amigo de toda la vida o mas bien mi amigo desde el divorcio de papa y mama. Alba y Almudena son amigas recientes, no por ello menos importantes. ?Mis demas amigos? Se quedaron en el pueblo donde vivia antes de que mis padres tomasen la decision de que deberian separarse y por ello sus hijas debian cambiar de vida. Si los llamara estoy segura que querrian quedar y verme, pero soy yo las que los evita, es como un recordatorio constante de la parte mas dolorosa de mi vida. Se que parece egoista, puede que lo sea, pero tengo que cuidar de mi misma ya que nadie mas lo hace. Hasta aqui las presentaciones, como podreis comprobar no hay demasiada gente a mi alrededor. La verdad es que soy de la opinion que la falsedad es algo innecesario, por ello no la acepto ni la aplico, asi es que tengo pocos amigos, si, pero son los mejores que se puede tener. Vivo en el barrio del Pilar, en Madrid, comparto piso con mi amigo Fran, en ningun momento al venir aqui tuvimos idea de separarnos, cuando estabamos en el instituto nos prometimos que nunca lo hariamos. Por ello, el dia que Fran me vio llorando por la enesima discusion con mi madre, me hizo jurar que ambos ahorrariamos y nos iriamos de Santiago a la capital. Alli la gente se suponia que no era tan intransigente y a los dos nos gusto la idea de estar sin nuestros padres. Cuando elegimos la universidad no lo dudamos, iriamos a la misma o al menos lo mas cerca uno del otro que nos fuera posible, el siempre quiso hacer derecho yo por mi parte no lo tenia tan claro. Al principio pense en hacer Bellas Artes, por eso de que me encanta la fotografia, pero no deja de ser un hobby, ?que hubiese pasado si empiezo la carrera y a mitad me doy cuenta que como aficion esta bien pero me aburre como el infierno para todos los dias? Luego me plantee Publicidad y Marketing, quedaria genial Victoria Salinas publicista, me lo imagino y sonrio, lo malo es que odio la publicidad. Ya se, medio mundo la odia, pero yo la odio de un modo muy extremista. Cada vez que estoy viendo la tele y empiezan los anuncios practicamente le gruno. Fran se divierte haciendome sufrir y no me deja cambiar el canal. Como comprendereis, no era la mejor opcion, por muy bien que sonara mi nombre. Finalmente opte por la carrera que mayor salida tendria y con la que mas facil encontraria trabajo, Economicas. Al unico que parecio gustar mi decision fue a mi cunado, sera porque es lo suyo, todo numeros y eso. Ni yo estaba muy convencida de mi decision, pero ese era el menor de los males

  • Las cinco invitaciones de Frank Ostaseski

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    “La muerte no nos espera al final de un largo camino. La muerte esta siempre con nosotros, en la medula de cada momento que pasa. Ella es la maestra secreta que, oculta a la vista, nos ayuda a descubrir lo que mas importa en la vida. Las cinco invitaciones es una estimulante reflexion sobre el significado de la vida y como la conciencia de la muerte atrae a nuestro ser mas verdadero. Con mas de treinta anos de experiencia al cuidado de personas en las etapas finales de sus vidas, Ostaseski ha descubierto que la muerte puede ser la guia que necesitamos para despertar plenamente a nuestras vidas, para ayudarnos a forjar experiencias plenas y significativas.”

  • Ano uno (Cronicas de la Elegida 1) de Nora Roberts

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    El mundo se enfrenta a una pandemia. Entre el caos y la destruccion, un grupo de personas aparentemente inmunes busca un refugio para la humanidad.

  • Mi gran sueno londinense 1 de Laura Lopez

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    Primera Parte

  • Regalo del Cielo, Mercedes Gallego de Mercedes Gallego

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  • Contactos Recordados (Las Cronicas de Krinar 3) de Anna Zaires

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    Cuando un despiadado enemigo lanza por fin su ataque, Mia y Korum se enfrentan a la prueba mas grande por la que haya pasado hasta el momento su relacion. Pero son los secretos del propio Korum los que al final podrian llegar a destruirles.

  • Y te quedas a mi lado de Judith Priay

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  • B de bestias (Alfabeto del crimen 1) de Sue Grafton

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    La investigadora privada Kinsey Millhone tiene problemas para llegar a fin de mes el dia en que no tiene mas remedio que aceptar el rutinario encargo de buscar a la hermana de Mrs. Danziger, Elaine. Ahora bien, cuando llega al apartamento de esta y se encuentra con que lo ocupa otra enigmatica mujer, cuando Mrs. Danziger le pide de pronto que abandone el caso, cuando se entera de que, pocos dias antes de la desaparicion de Elaine, su vecina y companera de bridge ha sido brutalmente asesinada y su casa ha desaparecido bajo las llamas, cuando el sobrino drogadicto de esta sabe mas de lo que dice, cuando se producen misteriosos registros, extranas injerencias y, finalmente, otro asesinato, a la obstinada y meticulosa Kinsey Millhone el asunto le va pareciendo todo menos rutinario.

  • Pim Pam Pum Bocadillo de Atun de Gloria Vilarino

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    Redescubre las tres fases de la vida de la mano de Greta la croqueta y Oliver el cacahuete, el anorado pasado que es lo unico certero, las oportunidades y elecciones que nos brinda el fugaz presente y el siempre incierto e indescifrable futuro. Sigue a Greta y Oliver desde la mas tierna infancia hasta la madurez; en la complejidad de las relaciones humanas con sus fugaces instantes de dicha y los repentinos y tragicos sucesos que hacen que la vida de un vuelco. Greta y Oliver junto con sus inseparables amigos de la infancia seran protagonistas de un macabro asesinato que marcara sus trayectorias y cambiara sus vidas para siempre.

  • La poeta y el asesino de Simon Worrall

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    Cuando un poema desconocido de Emily Dickinson aparecio en una subasta de Sotheby’s en 1997, un escalofrio recorrio el mundo del coleccionismo literario. Cuatro meses despues, sin embargo, el poema fue devuelto por tratarse de una falsificacion. La poeta: Emily Dickinson. Una mujer solitaria, que garabateaba versos en todo lo que tuviese a mano, para revisarlos, cada noche, frente a su escritorio. No vio ninguno publicado en vida, pero escribio mas de mil setecientos mientras ayudaba a caminar a su madre por el jardin y cocia pasteles de jengibre. El asesino: Mark Hofmann.

  • Aprendiendo de ti de Carol Martin

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    Cuando te tienes que hacer cargo de una hermana adolescente que solo te da problemas…

  • Piel de letra de Laura Escanes

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    Cada piel es un mundo por descubrir.

  • Secuestrada por amor de Amelia Gates, Cassie Love

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    LA SENSACION de malestar en la boca del estomago es cada vez peor. “Ese giro al final, no me lo esperaba en absoluto, es genial, ?verdad?” Siento que Levi me mira fijamente, pero dudo en encontrar su mirada. “Ha estado bien”, murmuro. La verdad es que no tengo ni idea de lo que paso al principio, ni a la mitad, ni al final de la pelicula. Mi mente no habia estado en lo que ocurria en la gran pantalla. En cambio, habia estado mas concentrada en el hombre que estaba a mi lado y en los secretos que guarda. Levi empuja la puerta y yo me deslizo hacia afuera. Mis piernas van en piloto automatico, siguiendo al resto de los espectadores hasta la calle. Me estremezco con mi cutre abrigo, que no hace nada por evitar el aire frio. Inmediatamente, el brazo de Levi me rodea, envolviendome en su abrazo. Es fuerte, protector, como siempre. Hay una parte de mi que esta desesperada por apoyarse en su calor familiar, enterrar mi nariz en el cuero de su chaqueta. Pero no puedo, no esta noche, no cuando tenemos esto rondando. Asi que me encojo de hombros y sigo caminando por la acera oscura, ignorando la punzada en mi corazon al ver su cara de dolor. “Aspen”. Hay una interrogacion en su voz, pero no lo miro. No confio en mi misma, no cuando se supone que estoy enfadada con el y tan condenadamente asustada por el. “Aspen, ?podrias dejar de caminar un segundo?” Levi me agarra del brazo, no con fuerza, pero con la suficiente firmeza como para detenerme en seco. “?Que te pasa? Has estado rara toda la noche”. Aqui esta, el momento para el que me he estado preparando desde que me recogio en un coche que no deberia poder permitirse. Pero eso no es lo peor, ni siquiera es por lo que estoy enfadada. Es la forma en que me ha mirado directamente a los ojos y ha mentido lo que me ha empujado a la ira. Finalmente, levanto la mirada para enfrentarlo. Con mis botas planas me supera en mas de una cabeza en altura. Con mis 1,64 metros si me estiro bien, no es tan inusual, pero todo en el es grande, tan grande como la vida. Levi es alguien que ocupa su espacio, sin disculparse. Cuando entra en una habitacion, no puedes evitarlo, o tal vez sea asi como me hace sentir. He estado pendiente de el, desde la primera vez que nos conocimos. Ahora desearia que mi cuerpo no respondiera a el como lo hace siempre. Esto seria mucho mas facil si no quisiera besarlo tanto como darle un golpe en su perfecta cara. La calle esta tranquila ahora, el resto de los espectadores del cine probablemente se apresuren a salir de la fria noche. Normalmente, nosotros tambien nos dariamos prisa en volver a mi caravana vacia. Mi madre esta fuera de la ciudad otra vez y he estado pensando en pasar la noche juntos durante toda la semana. Pero eso era antes. “?He estado rara toda la noche? ?De verdad?” Dejo que el sarcasmo salga de mi voz mientras frunzo el ceno hacia el. “?Dime otra vez de donde viene tu nuevo coche?” Veo como sus ojos oscuros se abren mucho por un instante antes de cerrarse. “Ya te lo dije, lo consegui por casi nada. Necesita mucho trabajo, asi que el tipo casi lo estaba regalando”. “A mi me parece que funciona bien”, presiono. Una parte de mi quiere olvidarlo, fingir que no ha ocurrido para que podamos pasar una buena noche juntos como habiamos planeado. La otra parte es como un perro con un maldito hueso, no esta dispuesta a dejar pasar este jodido asunto. Es un rasgo que mi madre dice que tengo desde que era una nina. Una vez que algo se me mete en la cabeza, no puedo quitarmelo de encima. No lo hare. Es una de las muchas cosas de mi que me gustaria poder cambiar. No es que me haya llevado a nada bueno. Estrecho la mirada hacia el y me trago los latidos del corazon que me empujan hasta la garganta. “?De donde salio el dinero, Levi?” “Asp…”, suspira profundamente como si yo estuviera siendo dificil, lo que solo me cabrea. Levanto la mano para detener lo que quiera que vaya a decir a continuacion. “Si estas a punto de mentirme otra vez, quiero que te lo pienses muy bien antes de hacerlo. Puedo soportar muchas cosas, pero no la deshonestidad, ya lo sabes”. Reprimo la emocion que me sube a la garganta. No voy a llorar por esto. No lo hare, joder. Mi madre me habia mentido durante mucho tiempo sobre mi padre. La verdad habria sido mucho mas facil de aceptar si no hubiera tardado tanto en llegar. Entiendo por que lo hizo: queria evitarme el dolor, pero el resultado habia sido todo lo contrario. Los ojos de Levi son muy oscuros cuando me devuelven la mirada y veo como se suavizan ante mis palabras. Para todos los demas, es un tipo duro, audaz y brutal. Yo soy la unica que puede ver su lado mas tierno. Saber que confia en mi lo suficiente como para mostrarlo me da vertigo… cada… vez. Pero no es suficiente. Yo tambien necesito la verdad. Necesito que quiera ser honesto con el mismo; que tema las cosas que yo temo y… “El coche fue un pago”, dice finalmente, con los hombros rigidos como una tabla. “?Pago por que?” Pregunto, aunque ya se que probablemente no quiero oir la respuesta. “Un trabajo, Aspen”. Su mandibula es dura, saca cada palabra forzada como si no quisiera soltarlas. Lo miro con la cabeza levantada, desafiandole a que me diga la verdad. “?Que clase de trabajo se paga con coches?” “!El tipo de trabajo que nos sacara de este agujero de mierda!” Levanta las manos en senal de frustracion. “El tipo de trabajo que significara que podemos dejar todo esto atras, mudarnos a la ciudad, realmente sonar en grande y que esos suenos sean algo jodidamente alcanzable. El tipo de trabajo que haria posible que obtuvieras tu certificacion de maestra sin tener que vender tus rinones para cubrir el coste. Podriamos tener una jodida vida de verdad, como habiamos planeado”. La esperanza en sus ojos es casi suficiente para convencerme de que tiene razon. Que esta es nuestra via de escape para dejar de contar cada maldito dolar, de ahorrar cada centavo solo para salir adelante. La verdad es que puede ser, pero no vale la pena lo que pasara si sigue aceptando trabajos de los tios con los que se esta mezclando. Una cosa es trapichear de vez en cuando, operar en la zona gris. Lo entiendo, especialmente viniendo de donde venimos. Diablos, la unica razon por la que Levi termino la escuela secundaria fue porque lo presione mucho al respecto, no porque pensara que un diploma de escuela secundaria fuera algo beneficioso para el resto de su vida. Ademas, no es que a su padre le importara una mierda lo que hacia. Y mi madre, bueno, hace lo que puede, pero ser madre soltera es duro y llegar a fin de mes es su objetivo mas que asegurarse de que hago los deberes. Pero esto es pasarse de la raya. El tipo de “trabajo” que tiene que estar haciendo para tener un coche como el que actualmente esta aparcado al otro lado de la calle, ese tipo de cosas lo enviaran directamente a la carcel. “No me importa nada de eso mientras que estemos juntos”, le digo, mis manos se acercan para enmarcar su cara, porque no puedo estar tan cerca sin tocarlo. “Y si sigues por este camino, no lo estaremos, porque te encerraran o algo peor”. Me acerca hacia el, casi levantandome del suelo. “Eso no va a pasar, carino”. “No lo sabes. No puedes saberlo”. Sacudo la cabeza, levantando la vista hacia el y dejandole ver todo lo que siento. No puedo evitar pensar que la historia se repite de nuevo. “No puedo perderte”. Las lagrimas pinchan mis ojos, pero me niego a llorar. No soy una llorona. Aprendi hace mucho tiempo que las lagrimas no te llevan a ninguna parte. “No me vas a perder, Asp”. Me atrae contra el, susurrando contra mi pelo. “No soy tu padre. Eso no nos va a pasar a nosotros”. Parece muy seguro y su certeza es reconfortante. Pero no es suficiente para convencerme. Deje de creer en los cuentos de hadas hace mucho tiempo. Me levanta la barbilla para que me vea obligada a encontrar su mirada. “Te quiero”. No dice mucho esas palabras. Es dificil para el, a pesar de que me muestra lo que siente de un millon de maneras diferentes. Pero hay algo en oirlas en voz alta que me derrite cada vez que lo hace. “Yo tambien te quiero, mucho”. Demasiado. “Pero no puedo estar contigo si no cortas con esos tipos ahora. No puedo estar preocupada por cuando vendra la policia a llevarte, o si un dia simplemente no vas a volver”. La idea de un mundo sin el hace que se me cierre la garganta y la opresion en el pecho me impide respirar. “No puedo vivir asi”. Me levanta como si nada y mis piernas van automaticamente a rodear su cintura. No habla hasta que estamos frente a frente. “Solo quiero darte todo lo que quieres, todo lo que mereces”. Su bello rostro esta tan serio que me calienta por dentro. Ya ni siquiera siento el frio. “Todo lo que quiero es a ti. No me importa nada mas”, le digo, mi frente contra la suya, nuestras narices tocandose. “No me importa si nunca salgo de este lugar, mientras estemos juntos en el”. Los ojos de Levi se cierran por un momento. Cuando se abren de nuevo, su expresion es decidida. “Si eso es lo que quieres, entonces lo hare. Volvere al taller, las cosas pueden volver a ser como antes”. Busco en su rostro cualquier indicio de vacilacion o arrepentimiento, pero no hay nada. “?De verdad?” Pregunto, porque tengo que estar segura. “?Asi que vas a parar? ?Has terminado con ellos?” Porque no hay duda, acabaran en la carcel o en el cementerio y no puedo dejar que se vaya con ellos. El no. Cualquiera menos el. “Lo dejo”, confirma, mirandome directamente a los ojos. “Si hay que elegir entre esa vida y tu, no hay competencia. Tu y yo, Aspen. Eso es lo unico que importa”. Sella las palabras con un beso tan lleno de fe en nosotros que me deja sin aliento. Y yo quiero creerle, tanto que me convenzo de que lo hago. Me pierdo contra sus labios, me retuerzo contra el para acercarme aun mas hasta que es imposible saber donde acaba el y donde empiezo yo. Bruscamente se retira, con la respiracion acelerada. “Deberiamos salir de aqui si no queremos darle un espectaculo al vagabundo de ese banco”. Me levanta una ceja, haciendome reir y -asi de facil- la tension que he sentido toda la noche desaparece. Somos solo el y yo contra el mundo, como siempre ha sido. “Vamos, Pastelito”. Lentamente, me deja en el suelo, pero mantiene su brazo alrededor de mi mientras caminamos hacia el coche. Deberia haberme alejado en ese momento, pero no tenia la fuerza suficiente. Mas tarde iba a ser mucho mas dificil. Mas tarde nos romperiamos, pero yo era la unica que permaneceria rota. CAPITULO Uno 5 ANOS DESPUES… ASPEN “ASI QUE LE dije que si quiere tener el dia de Navidad libre no me deja otra opcion que buscar otra ninera. Y tuvo la desfachatez de decir que yo era la que estaba siendo injusta”. Sarah levanta las manos en senal de frustracion. Yo pongo mis facciones haciendo un gesto que espero que parezca simpatico. “Quiero decir, ?de que sirve tener a alguien que te ayude a cuidar a tus hijos si no es de fiar?”. Estiro la boca en una sonrisa, haciendo los sonidos adecuados de asentimiento. La verdad es que lo unico que quiero hacer es gritar y salir corriendo de este lugar. Por enesima vez esta noche, desearia estar en algun sitio, en cualquier otro sitio. En cualquier otro lugar que no sea este restaurante esnob con mi marido y uno de sus socios y su esposa. Se supone que estamos aqui para que “hablen de negocios”, pero lo unico que parecen hacer es emborracharse cada vez mas mientras Jerry me anima a hacerme amiga de Sarah, la mujer de su socio. Excepto que en realidad no quiere eso, Jerry nunca quiere que sea realmente amiga de nadie. Solo quiere que finja. Puedo hacerlo. Me he vuelto muy buena fingiendo. “?Y vosotros dos?” La voz de Sarah es demasiado falsa para sonar sinceramente interesada. Todo lo que quiere es un chisme para transmitirlo a sus venenosos amigos. “?Cuando vais vosotros a formar una familia?” Me atraganto con el agua que intento beber, tosiendo. Lo ultimo que traeria a mi casa con Jerry es un nino. Seria como llevar un gatito a aguas infestadas de tiburones. Jerry me da unas palmaditas en la espalda, que se ha quedado desnuda con el ridiculo vestido que ha elegido para mi. Mientras sigo tratando de respirar, responde por los dos. “Todo a su tiempo, ya lo haremos. De momento, estoy tan loco por mi chica que no estoy dispuesto a compartirla con nadie mas”. Jerry, me atrae hacia su lado, obligandome a poner mis manos en sus hombros para no caerme de la maldita silla. Deja caer un beso posesivo en mis labios, haciendo que mi estomago se revuelva, aunque responda con entusiasmo como se supone que debo hacerlo. “Ah, que dulce es eso, Con, ?no te parece dulce?” El tono de Sarah es mas acido que sacarino. “Es tan encantador ver a un marido tan enamorado de su mujer, ?verdad?” Le dirige a su marido una mirada mordaz, y se da de bruces con el cuando frunce el ceno en senal de frustracion. Si lo que queria era buscar pelea, entonces se ha anotado un tanto perfecto. A Jerry nunca le ha gustado montar una escena, prefiere que su drama se desarrolle en privado, asi que dirige la conversacion hacia aguas mas seguras. Sonrio amablemente y participo en los momentos oportunos mientras hablamos de nuestros planes para el verano. Rapidamente se convierte en una especie de competicion entre los dos hombres sobre quien se lo pasara mejor. Es una conversacion que no necesito escuchar, para decidir el ganador, Jerry no sabe perder. Es algo que me dijo cuando empezamos a salir y yo – que soy idiota- pense que solo trataba de impresionarme. Resulta que deberia haber prestado mas atencion. No era un alarde, era una advertencia. El aburrido pulso entre los dos hombres llega a un abrupto final cuando una voz profunda retumba en el restaurante, cortando la conversacion, haciendo que todas mis terminaciones nerviosas se estremezcan. No. No puede ser. No aqui. No ahora. Ultimamente he vuelto a sonar con el, Dios sabe por que. Esto debe ser mi subconsciente haciendome oir cosas que no son reales. “Lo siento, senor, pero si no tiene una reserva no podemos atenderle”, la voz de la recepcionista es todo un susurro cuando se dirige al hombre llamando la atencion de todos en la sala. Y no es dificil ver por que, mide mas de 1,80 metros y es ancho como un maldito armario, con sus marcados musculos rellenando su camisa, sus largas piernas enfundadas en unos vaqueros rotos que se estrechan en unas botas de motero. No parece alguien que deba estar en un lugar como este. Parece peligroso y eso sin siquiera verle la cara. “Estoy seguro de que puedes hacer una excepcion con nosotros, querida”, dice el hombre, y casi se puede oir como los ovarios de la recepcionista estallan junto con los de todas las mujeres de la sala. Esa voz. Sacudo la cabeza, diciendome que solo estoy teniendo alucinaciones. Un hombre descomunal con una voz profunda, eso es todo, no es el. El universo no es tan cruel, ?verdad? “Bueno, tal vez pueda encontrar algo…” La rubia recepcionista suelta una risa e – inexplicablemente- el ruido tintineante me hace sentir violenta. “Parece que este lugar ha decaido desde la ultima vez que estuve aqui, si es que dejan entrar a estos don nadie”, se mofa Jerry, manteniendo la voz baja. “A menos que me haya perdido algo y los tatuajes de la prision sean la proxima moda”. El resto de la mesa se rie con desprecio, pero yo estoy demasiado distraida como para seguirles el rollo. La voz del desconocido me resulta tan familiar que me hace caer en picado. Levanto la cabeza para ver mejor al hombre mientras la anfitriona los lleva a el y a su amigo a su mesa, pasando cerca de nosotros. Mi atencion se centra en los tatuajes de sus fuertes antebrazos; nada que ver con los tatuajes de la carcel, que describio Jerry. Son un intrincado diseno de simbolos y palabras que no puedo distinguir desde donde estoy sentada en la tenue habitacion iluminada. Mis ojos recorren el cuerpo musculoso, lucido por una camisa negra, el pelo corto y oscuro y cuando su rostro mira por encima del hombro, hacia mi, me quedo helada. No es la fuerte mandibula y los pomulos asesinos lo que hace que todo en mi interior se calle, sino la intensidad de los ojos oscuros que se encuentran con los mios. Se fijan en mi y siento que ven hasta todos los secretos que oculto a los demas. Son ojos que conocia tan bien, ojos que he intentado olvidar. Me obligo a apartar la mirada de el, mi cabeza se mueve tan rapido que casi me da un latigazo, y me giro para ver a Jerry mirandome de forma extrana. Me doy cuenta de que he dejado de respirar. “?Estas bien, Conejita? Estas un poco palida”. Jerry frunce el ceno y mira mas de cerca mi cara.

  • Mundos paralelos de Maria Gema Salvador

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    En los mundos ocultos puede ocurrir cualquier cosa que imaginas. Son los suenos misteriosos llenos de significado y mensajes escondidos. Algunos son antiguos,otros de hoy. Pero todos tienen en comun que reflejan el interior del hombre. Varias historias en que la belleza de la mujer aplaca a la bestia.

  • La unica mujer de Marie Benedict

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    Viena, 1933. Para Hedy Kiesler, joven actriz judia, su belleza ha sido salvacion y tormento: la protegio de los nazis pero la condujo a un opresivo matrimonio con el traficante de armas de Hitler y Mussolini. Subestimada por todos a su alrededor, escucho los planes secretos del Tercer Reich cuando acompanaba a su esposo a fiestas y cenas de negocios.

  • La casa de las noches rotas de Charlotte Nicole Davis

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    El pais de Arketta las llama las Chicas de la Buena suerte, pero saben que suerte es lo unico que no tienen. Siendo ninas, las venden a las Casas de Bienvenida, donde les hacen una marca maldita. A partir de aqui, quedan atrapadas en una vida que no han elegido.

  • Los signos de Carolyne Faulkner

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    A lo largo de los siglos la gente ha mirado a las estrellas buscando solucion a sus problemas. La astrologia contemporanea es mucho mas que una frivola lectura del horoscopo, es una herramienta poderosa
    que, a traves de la sabiduria antigua, nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y tomar asi mejores decisiones.
    En este libro, la guru de la astrologia Carolyne Faulkner describe de forma amena y con gran sentido del humor que cualidades humanas estan relacionadas con cada uno de los signos del zodiaco -las buenas y las malas- y te explica con sencillez como leer tu carta astral para sacar el maximo provecho de ella. El objetivo es ayudarte a elegir mejor, evitar aquello que te genera estres y establecer relaciones -amorosas, familiares, afectivas- mas fuertes y sanas.
    Usa las estrellas para tomar el control de tu vida.

  • Justo de Carlos Bassas Del Rey

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    La verdadera justicia debe ser fria, implacable, desapasionada. Y para aplicarla, Dios decidio que cada generacion contara con treinta y seis Justos, los tzadik, hombres anonimos que mantienen el equilibrio entre el Bien y el Mal sobre la faz de la Tierra. Justo Ledesma es uno de ellos. Un viejo irascible que discurre por las calles de un barrio, el de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, que ya no es el suyo; de una ciudad, Barcelona, que dejo de serlo hace tiempo. Un hombre cansado que, consciente de que su fin esta cerca, decide saldar cuentas con su pasado; con un pasado que regresa de forma inesperada cincuenta anos despues.

  • Besos de Plebeya de Gema Perez

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    Arthur es el principe heredero del trono.
    Victoria es una plebeya sin titulo.
    El se prepara para heredar todo un imperio.
    Ella trabaja en una biblioteca del reino.

  • Mitologia Griega de Neil Matt Hamilton

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    Los mitos y leyendas griegos han inspirado a hombres y mujeres de todo el mundo durante cientos de anos. Las historias de Apolo, Perseo, Aquiles y otros han mantenido la imaginacion de viejos y jovenes por igual, incluso en el presente. De hecho, los personajes del mito y la leyenda griegos han llegado a la cultura dominante en forma de personajes populares de television y cine. La mitologia griega fue tan influyente que incluso formo la base del mito romano. En la mitologia griega: mitos y leyendas fascinantes de dioses, heroes y monstruos griegos, estaras expuesto a las emocionantes historias de dioses y heroes que formaron el canon de la religion griega antigua.

  • En la casa vacia de Manuel Barea

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    “Tu cuerpo no es nada frente a un muro de hormigon.”

    ?En que momento exacto se torcio todo? ?En que punto tu cuerpo se convirtio en un estorbo, en un cruel recordatorio de un pasado al que no tienes mas remedio que volver? Posiblemente estas sean algunas de las preguntas que se hace Eva, la protagonista de esta novela, a quien el peso de las miradas, las palabras y los deseos ajenos resulta cada vez mas insoportable. Presa de un dolor fisico constante y de una rutina que tampoco parece tener fin, se ha visto obligada durante los ultimos diez anos a malvivir encadenando trabajos como chapuzas a domicilio y camarera, realizando dia tras dia el mismo trayecto sin escalas, ese que va desde la apatia a la resistencia y viceversa. Sin embargo, cuando finalmente el dinero se acabe y su casera le ordene abandonar su hogar, Eva tambien se vera obligada a regresar al unico lugar que en el fondo ha conocido, la casa de sus padres, la de su infancia, aquella que una noche abandono sin mirar atras. Ahora, de vuelta en el pueblo donde se crio, el Infierno primigenio, debera elegir entre vivir para siempre en el pasado o recorrer un camino distinto a aquel que los demas ya han elegido por ella.

  • Besame y vente conmigo de Olivia Ardey

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    BESAME Y VENTE CONMIGO
    Alvaro, Celia y Nico, tres amigos que lo compartieron todo de ninos, se reunen en el funeral de un pariente millonario que, !oh, sorpresa!, les ha dejado en herencia su bodega centenaria y sus valiosos vinedos en el Bajo Aragon.
    Sin embargo, el testamento contiene una trampa: el primero que se case lo heredara todo. ?Quien lograra hacerse con el patrimonio? Una carrera contrarreloj hacia el matrimonio, una escapada a Las Vegas, secretos, malentendidos, y el hallazgo de un tesoro inesperado, haran que cada uno de los protagonistas acabe encontrando lo que mas desea... aunque ni ellos mismos lo sepan.

  • Posverdad y otros enigmas de Maurizio Ferraris

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    Si “Posverdad” de Matthew D’Ancona, publicado ya en esta coleccion, abordaba este asunto central en nuestros dias exponiendolo desde un punto de vista practico y politico, en “Posverdad y otros enigmas” el filosofo Maurizio Ferraris lo aborda de forma mas analitica y teorica, con el objeto de buscar el origen y los fundamentos de este fenomeno como <> y de proponer medios para combatirlo. Pese a los multiples argumentos que se dan para trivializarla, para Ferraris la posverdad es un concepto filosoficamente relevante y su surgimiento define una caracteristica esencial del mundo contemporaneo: la alianza entre la modernisima potencia de la web y el mas antiguo anhelo del hombre, a saber: tener la razon a cualquier precio. Otras obras del autor en esta coleccion: “La imbecilidad es cosa seria”.

  • El secreto del faro de Jean E. Pendziwol

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    Cuando vives en una isla, nada puede ser secreto.

  • Suenos de Bunker Hill de John Fante

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    Arturo Bandini, huyendo de la nieve y el hastio de Colorado, se instala en Bunker Hill, la colina que domina el centro de Los Angeles, donde empieza a trabajar como camarero y escribe relatos. En esta novela, considerada como una de las mejores de John Fante, este nos cuenta los inicios de Bandini como guionista y sus amores y lios sucesivos, y como consigue finalmente no hacer carrera en Hollywood, donde un productor lo tiene todo el dia sentado sin dejarle escribir una linea, un empleo tan bien pagado como frustrante y que termina abruptamente. Tras otros episodios en los que nos cruzamos con otros escritores empleados en los estudios, como Ben Hecht, Dalton Trumbo o Nathanael West, o con el mismisimo Sinclair Lewis, el idolo de Bandini, o un intento fracasado de colaboracion con una reputada y terrible guionista, Bandini se toma un breve respiro en Colorado, antes de regresar de nuevo al campo de batalla. En el corazon del libro nos encontramos con una imposible historia de amor, como es habitual en Fante, esta vez con una casera, que podria ser su madre. En Suenos de Bunker Hill, una novela dictada por Fante, ciego y en sus anos finales, a su esposa, se nos muestra la otra cara de Hollywood, una vision inmisericorde y sardonica. <> (Michele Grazier, Telerama).

  • El tercer pais de Karina Sainz Borgo

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    Llegue a Mezquite buscando a Visitacion Salazar, la mujer que sepulto a mis hijos y me enseno a enterrar a los de otros. Camine hasta el fin del mundo, o donde yo crei que el mio habia acabado. La encontre una manana de mayo junto a una torre de nichos. Vestia mallas rojas, botas de trabajo y un panuelo de colores atado a la cabeza. Una corona de avispas revoloteaba a su alrededor. Tenia el aspecto de una Virgen morena extraviada en un basurero. En aquel solar reseco, Visitacion Salazar era lo unico vivo. Su boca de labios oscuros escondia unos dientes blancos y cuadrados. Era una negra guapa, bien dispuesta y empulpada. De sus brazos, gruesos de tanto frisar tumbas, colgaban bolsas de piel a las que el sol sacaba brillo. En lugar de carne y hueso, parecia hecha de aceite y azabache. La arena tiznaba la luz y el viento taladraba los oidos; un quejido que brotaba de las grietas abiertas sobre la tierra que pisabamos. Mas que brisa, ese aire era una advertencia, una tolvanera densa y ajena como la locura o el dolor. Asi era el fin del mundo: aquel monton de polvo hecho de los huesos que nos dejabamos en el camino. En la entrada colgaba un cartel pintado a brochazos: EL TERCER PAIS, un cementerio sin ley al que iban a parar los muertos que Visitacion Salazar enterraba a cambio de la voluntad, y a veces ni eso. Casi todos los que ahi reposaban nacieron y murieron en la misma fecha. Sus tumbas pobres estaban inscritas con garabatos sobre cemento fresco: la letra accidentada de los que nunca descansaran en paz. Visitacion ni siquiera se volvio para mirarnos. Hablaba por telefono. Con la mano izquierda sostenia el aparato; con la otra, unas flores plasticas que hundio en la argamasa recien batida. --!Si, mi reina, te oigo! --Angustias, ?estas segura de que esta mujer nos va a recibir? --pregunto Salveiro. Asenti. --!Te escucho, mamita! --continuo ella, a su aire--. !Te digo que hay carencia de bovedas! !Ayyyyy! !La senal se pierdeeeee…! --insistio, tragicomica. --Esta mujer no para de hablar… --rezongo el. --!Callate, Salveiro! --!Digale a ese hombre que espere! --grito la mujer, dirigiendose, al fin, hacia nosotros--. !Los muertos son pacientes! !Los muertos no tienen prisa! Otra rafaga de viento abraso nuestra piel. La tierra de Mezquite era una paila cubierta de cardos y llanto, un lugar en el que no era necesario ponerse de rodillas para hacer penitencia. La que nos habia llevado hasta alli ya era suficiente. Asi era El Tercer Pais, una frontera dentro de otra donde se juntaban la sierra oriental y la occidental, el bien y el mal, la leyenda y la realidad, los vivos y los muertos. La peste y la lluvia llegaron juntas, como los malos presagios. Las chicharras dejaron de cantar y un tumor de polvo se formo en el cielo hasta descargar gotas de agua marron. A diferencia de los males que alguna vez sufrimos, este despedazo nuestros recuerdos y deseos. La peste atacaba la memoria, confundiendola primero y picoteandola despues. Se contagiaba a gran velocidad y cuanta mas edad tuviese el enfermo, peor era el efecto. Los ancianos caian como moscas. Sus cuerpos no resistian el taladro de las primeras fiebres. Al comienzo dijeron que la transmitia el agua, luego los pajaros, pero nadie era capaz de explicar nada sobre la epidemia de desmemoria que transformo a todos en fantasmas y lleno el cielo de zamuros. Nos hizo ineptos hasta cubrirnos de miedo y olvido. Caminabamos sin rumbo, perdidos en un mundo de hielo y fiebre. Los hombres salian a la calle a esperar. ?Que? No lo supe jamas. Las mujeres haciamos cosas con las que espantar la desesperacion: recogiamos comida, abriamos y cerrabamos ventanas, trepabamos a los tejados y barriamos los patios. Pariamos pujando y gritando como locas a las que nadie ofrecia ni agua. La vida se concentro en nosotras, en aquello que hasta entonces fuimos capaces de retener o expulsar. Mi marido tambien contrajo el mal, pero tarde en darme cuenta. Su caracter se confundio con los primeros sintomas. Salveiro hablaba poco, era reservado y no sentia curiosidad alguna mas alla de sus propios asuntos. Cuando lo conoci, trabajaba en la cauchera de su familia aflojando tuercas con una llave de cruz o tendido junto a un gato hidraulico para arreglar alguna averia en las tripas de un camion destartalado. A diario yo pasaba frente al local renegrido sin prestar atencion a lo que ocurria en su interior. Si entre fue porque necesitaba grasa de motor para aflojar las cerraduras de la casa: un bote de Tres en Uno, cualquier cosa que sirviera para lubricar las aldabas, pero Salveiro se ofrecio a mirarlas. --No son los cerrojos. Es la madera. Esta comida por las termitas, por eso las puertas no cierran, ?ves? --Me enseno un polvillo de virutas y aserrin. Regreso esa misma semana para revisar el techo y el resto de la casa. La recorrio entera. Que si esta viga tiene jejen, que si las patas de la mesa estaban mal cortadas o esta silla mal serrada. Iba de un lado a otro con una zapa. Lijaba aqui y martillaba alla. Todo cuanto tocaba dejaba de crujir o rechinar, como si recompusiera las cosas con solo mirarlas. --Angustias, ?y este quien es? --El hijo del cauchero, papa. Ha venido para arreglar las traviesas y las armaduras de las ventanas.

  • Poder y seduccion de Michelle Smart

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    Su esposo cambio las reglas del juego con su seduccion implacable e irresistible.

  • El secreto de la contadora de historias de Sejal Badani

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    Una historia magistral sobre la fuerza imparable del amor y el invencible deseo de sonar.

  • Desobedecer de Frederic Gros

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    Desobedecer es obedecerse a si mismo.

  • Diminutos apocalipsis de Jorge Perez Dieguez

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    Xoel Lopez escribio: <>; pero los personajes de estos relatos viven en una penumbra de la que ya no son capaces de salir.

  • Mi error fue creer en cuentos de hadas. Parte 2 de Moruena Estringana

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  • La silueta en la niebla de Jorge Galan

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    Esta novela, que es una mezcla entre el genero negro y la ciencia ficcion, cuenta la historia de Benjamin, un heroe atormentado, que posee el extrano talento de la telekinesia. Cuando sucede una desgracia apocaliptica en su pais natal, Benjamin, que ha vivido lejos desde que era casi un nino, regresa para buscar a su madre. Lo que encuentra es una sociedad que en nada se parece a lo que recuerda. Jaurias de perros salvajes que cazan en la oscuridad, un pueblo de asesinos que habitan en un cerro, una iglesia dominada por un hombre al que llaman el profeta, un fantasma que ronda por las casas abandonadas, todo bajo una lluvia que no se aleja nunca.

  • Panteras, Lena Valenti de Lena Valenti

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  • Me morire en Paris de Cesar Vallejo

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    Cesar Vallejo es uno de los grandes nombres de la poesia latinoamericana de todos los tiempos. El mito alrededor de su figura ha hecho que en ocasiones se haya desdibujado la potencia de su obra literaria.
    La siguiente antologia propone una lectura de la poesia y la prosa de Vallejo, aquellos textos que nos permiten conocer al escritor en primera persona.
    Me morire en Paris es un repaso a lo mejor de la produccion del poeta, ilustrado por Sara Morante a partir de una seleccion de Victor Fernandez.

  • La manguera que nos unio de Elena Garcia

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    Son mas de las doce y el encargo que le hice a la distribuidora sigue sin llegar. Llevo mas de dos semanas esperando a que me envien un paquete con medicamentos importantes y aqui no aparece nadie con ellos, y lo peor de todo es que cada vez que entra un cliente y se marcha con las manos vacias, se que no volvera. Los he llamado infinidad de veces y me dan largas continuamente. Como a ellos esta situacion no les genera perdidas, no llevan ninguna prisa. Si ya de por si en el negocio me va mal, esto sin duda lo empeorara. Salgo del mostrador aprovechando que no hay nadie y repongo los productos de higiene que se ha llevado la ultima persona que entro. Alzo la mirada y vuelvo a fijar mis ojos en la caja de las bolas chinas. Llevo vendiendolas en la tienda mas de seis meses y cada vez llaman mas mi atencion. Las ofrezco como ejercitadores de suelo pelvico para mujeres que acaban de dar a luz o que tienen algun problema de incontinencia, pero mi mente no deja de llevarlas a otro lugar. Mi amiga Lucrecia se las compro en un sex shop hace algunos meses y dice que es de lo mejorcito que ha probado, y eso que de esto tiene un buen arsenal. Yo, en cambio, en el tema sexo siempre he sido muy tradicional. Quizas mucho mas de lo que deberia, pues nunca he llegado a probar nada fuera de lugar. Mi expareja quiso experimentar conmigo en la cama y siempre me negue, asi que nunca he ido mas alla de las cuatro punaladas de carne. Asi me fue… En cuanto tuvo la oportunidad me dejo por otra. Por mi vecina para ser exactos. Por lo visto, y segun llego a mis oidos despues, va contando por ahi que esa si que se la chupa bien. Como si yo le hubiese hecho eso alguna vez. !Que asco! Imagino que esta especie de frigidez que me atormenta viene de atras y sospecho que se debe a que me he criado en un hogar un tanto puritano. Mi madre siempre criticaba a quienes lo hacian y mi padre, si era necesario, nos metia los dedos en los ojos a mi hermano y a mi para evitar que viesemos una escena subida de tono en la television. Eso si, el no le quitaba el ojo de encima, hasta que mi madre se daba cuenta y se armaba la guerra. Que tiempos aquellos… Ojala no vuelvan. --Buenos dias--. Margarita, la estirada e insoportable duena del local donde tengo instalada la botica, entra como cada dia a revisar que todo este en orden. --Hola… --respondo carente de entusiasmo. Esta mujer saca lo peor de mi. Si llego a saber esto el dia que firme el alquiler, me busco otro lugar. Es la persona mas pesada y agobiante que he conocido en mi vida. Por su avanzada edad quiero creer que ya chochea porque no logro hacerle entender que si estoy pagando por un espacio, es mio hasta que deje de hacerlo y puedo colocar el mobiliario como me de la gana. --?Que es eso? --Se inclina y rasca con una de sus unas recien pintadas el yeso de la pared. <> protesto para mis adentros. Ayer por la tarde, el senor Tomas casi se cae al entrar por mirarme los pechos y con la garrota golpeo una de las paredes, haciendo que un trocito insignificante de la pintura se desconchara. La imperfeccion apenas medira un par de centimetros. ?Como ha podido verla? Ojala mi abuela, que debe tener sus anos, tuviera tambien su vista. Dios se la bendiga mucho tiempo. --No lo se. --Trato de ignorarla para que se marche. Como se me ocurra darle alguna explicacion, la cosa se pondra mucho peor. --Tendras que pedir que lo arreglen o te lo descontare de la fianza. Todos los dias es la misma historia. Me tiene hasta los ovarios. En cuanto ve algo, por pequeno que sea, que pueda estar mal, comienza con las amenazas. Me duele la lengua de mordermela y si me he callado hasta ahora ha sido por respeto a sus canas. Si tuviera unos anos menos se iba a enterar. La suerte parece estar de mi lado y tras pasearse a sus anchas durante algunos segundos mas, observandome por el rabillo del ojo como si me perdonase la vida, finalmente se marcha. Expulso el aire de mis pulmones con alivio y continuo con lo que estaba haciendo. Alzo de nuevo la mirada y vuelvo a encontrarme de frente con las puneteras y llamativas bolas. Las observo varios minutos mas y juraria que puedo oir como me llaman: “Mariajo… Mariajo… dejanos ser tu badajo”, pestaneo varias veces pensativa y, cuando por fin sucumbo a la tentacion, estiro mi brazo para hacerme con una de las cajas. No puedo aguantar mas este suplicio, tengo que saber que se siente con ellas. La abro para sacar su contenido y, nada mas hacerlo, las pego contra mi pecho imaginando mil cosas que hacer con ellas, aunque en realidad solo sirvan para una. Cuando mas entregada estoy al fantaseo, el sensor de la puerta me indica que alguien esta entrando y en un acto reflejo las lanzo bajo el mostrador para evitar ser descubierta. --Buenos dias. --La voz de un hombre suena a mi espalda y rezo para que no lo haya visto. Despues de tanto como me ha costado tomar esta jodida decision, lo ultimo que quiero es que alguien me pille con las manos en la masa--. Si esta tratando de jugar a la petanca con eso, le va a ir muy mal. --Mis ojos se abren con sorpresa y toda la sangre del cuerpo se me agolpa en la garganta. Permanezco inmovil unos segundos mas, sin saber muy bien que hacer debido a la verguenza y, viendo que no me muevo, continua--. Siento decepcionarla, pero, para que el lanzamiento funcione, las bolas deben ser metalicas. Por su acento deduzco que no es de la zona. Cuando oigo como se rie, no se donde meterme y me giro poco a poco con intencion de recuperarme antes de encararlo. Al hacerlo, me encuentro de frente con un hombre enormemente atractivo y bastante alto. Casi tanto como mi primo Juanra, que mide alrededor de un metro noventa, pero ni que decir tiene que este le da mil vueltas y nada tiene que ver con mi pariente el larguirucho que, ademas de idiota, se cree guapo, cuando es mas feo que un gato sin pelo. Tambien parece mas joven, calculo que no alcanzara la treintena, y aunque eso es algo que en otro momento me agradaria, ya que practicamente solo atiendo a personas mayores durante todo el dia, esta vez no esta siendo asi. ?Que estara pensando de mi? Ojala en vez de el hubiese entrado el senor Tomas que, aunque es un poco acosador, no sabria que es eso que anda rodando por ahi y mi dignidad, de alguna forma, seguiria intacta. --Ho…la. --Mi voz suena forzada, como si alguien me estuviese estrangulando desde atras. Si a algo le doy gracias es a que todavia esos trastos del demonio estan fuera de mi cuerpo. De no ser asi, de tanto como estoy apretando el culo ya se me habrian subido a la traquea--. Ya se que no son para eso… --finjo reir y sueno como una puerta oxidada--. La caja estaba rota y, bueno…, se me han caido. Ahora las recogere. ?En que puedo ayudarle? --Aprieto la mandibula mientras el aguanta la risa al ser testigo de mi bochorno. --Necesito… --carraspea para seguir disimulando--, lubricante. --?Como? --Ya no se si habla en serio o es que esta pretendiendo hacerse el gracioso. --Quiero un bote grande de lubricante. El mejor que tenga. --Me mira directamente a los ojos y mis piernas flojean. Tiene la mirada mas sexi y empotradora que he visto en mi vida. Con un maromo asi seguro que se me quitaban las ganas de andar jugando con pelotitas. Lastima que los tipos como el ni siquiera se fijen en las mujeres como yo, porque a este si que le chuparia hasta el tuetano. ?Que cono acabo de pensar?--. Tambien quiero una caja de condones. Con esa frase logra sacarme de mis pensamientos y, por fin, me centro para prestarle atencion. --Ahora mismo. Me giro para ir a buscarlos y, por sorpresa, me detiene sujetando mi mano. --Espera. --Observo como su enorme brazo oprime mi muneca y mi mente vuelve a divagar. Debo de estar con la ovulacion porque, si no, no me lo explico--. Los condones deben ser grandes. De talla especial. --Ammm… Ok. --Muerdo mi labio y un enorme pene aparece en mis pensamientos. Por alguna razon que nunca sabria explicar, lo imagino como si fuese un tripode y sonrio sin darme cuenta. Cuando vuelve a hablar, soy consciente de lo que estoy haciendo y guardo las formas para ponerme seria. --?Tiene la talla XXL? Busco en su mirada algo que me indique que esta bromeando, aun a riesgo de parecer tonta, y al no encontrarlo me disculpo para entrar a la parte de atras y buscarlos. Si no recuerdo mal, esa talla equivalia a mas de veintidos centimetros, asi que ahora es la imagen de una anaconda la que me atormenta. Rio a placer aprovechando que no puede verme y, tras un par de minutos revisando las estanterias, por fin doy con ellos. Los guarde aqui hace un par de meses al no venderse por ser una talla poco usual y aproveche el lugar que dejaron en la vitrina para colocar otras cosas. --Aqui tiene. Los coloco sobre el mostrador y veo aparecer una sonrisa de satisfaccion en su cara. --Es curioso --habla, y le miro atenta esperando a ver que dice--. Es la primera vez que los compro sin tener que hacerlo por encargo. --No se a que se refiere. --De sobra lo se, pero prefiero disimular. Tampoco sabria que decir y, con lo nerviosa que estoy, apostaria lo que fuera a que suelto algo que todavia me ridiculice mas. --Mi...., bueno --rie y rapidamente me arrepiento de no haberle dicho otra cosa--. Mi Miniyo tiene unas medidas un poco… --Mi cara se vuelve tan roja como un tomate--, fuera de lo comun, ya me entiende. --Nah, no se crea… --Cada vez lo arreglo mas. ?Por que narices he dicho eso y por que no cierro la bocaza de una jodida vez? --Pues la experiencia me dice todo lo contrario. --Levanta una ceja, picaro, y ruego para que la tierra me trague de una vez. --No se preocupe, aqui vienen muchos asi --miento para salir del paso--. Si necesita mas de lo mismo, ya sabe donde encontrarme. --En el momento en que acabo la frase me doy cuenta de que se puede malinterpretar y rectifico--: Quiero decir… que cuando se le terminen o caduquen… --Mierda, ?acabo de insinuarle que no mantendra relaciones? --Quiero decir…, que si quiere mas… --Con cada palabra que suelto me siento mas absurda--. Tengo mas de lo que quiere en la parte de atras. --Suena bien eso. Creo que le tomare la palabra. --Me guina un ojo, deja el dinero en el mostrador y, en el momento en que se marcha, resoplo cubriendome la cara con las dos manos. --Madre del amor hermoso… --balbuceo. Es la primera vez que deseo que un cliente no regrese. CAPITULO 2 A la hora de cerrar todavia no he logrado sacarme de la cabeza el suceso y mi mente tampoco me ayuda. Y, para colmo, cada vez que tiene oportunidad me lanza una imagen clara y concisa del posible tamano de ese… animal. Recojo lo que puedo y, procurando dejar todo preparado para la jornada de manana, me marcho. Odio llegar a casa y saber que todavia me quedan cosas por hacer. Si quiero desconectar del trabajo esta es la unica manera. Cuando estoy bajando el cierre de seguridad, dando por hecho que ya he terminado, recuerdo que no he desconectado los automaticos y tengo que volver a subirlo para regresar. Desde hace meses noto que, si apago todo, a excepcion de las neveras, desembolso casi la mitad en la factura de la luz. Algo me dice que la estirada duena del local tiene algun tipo de enganche ilegal y es a mi a quien estan cobrando su consumo. Con lo racana que es Margarita podria apostar lo que fuese y no lo perderia. Abro la puerta del cuadro electrico, bajo los diferenciales que no necesito y, cuando estoy presionando el ultimo, una rafaga de luz sale proyectada en mi direccion. --!Que mierda ha sido eso! --Apenas he sentido dolor, pero el brillo inesperado de la luz me ha dejado ciega. Busco con las manos la pared para guiarme y, tras luchar contra cientos de destellos oculares, poco a poco voy recuperando la vista. Vuelvo la atencion al cuadro de luz buscando una explicacion y lo unico anormal que encuentro son unas motitas de hollin en el suelo. Definitivamente, la bruja de arriba me la esta jugando y manana sin falta hablare con ella. Igual que a mi me cobra por todos los desperfectos externos, esto es algo interno y debe hacerse cargo. Compruebo que los interruptores de las neveras estan bien, esta vez presionandolos con un liston de madera por si las moscas y, al ver que todos funcionan a la perfeccion, hago lo que deberia haber hecho hace rato y me voy. A medio camino, mientras conduzco, abro un poco mi ventanilla e inspiro profundamente el dulce aroma que desprenden las flores de azahar. Soy sevillana de nacimiento y si por cualquier razon tuviese que marcharme de aqui, lo primero que echaria de menos seria este adictivo perfume. Solo Sevilla puede oler asi. Aunque ya es tarde y apenas hay luz solar, no puedo evitar echar una mirada a traves de los cristales. Desde la carretera se aprecia la Giralda en todo su esplendor y, aunque paso cerca de ella todos los dias, me tiene totalmente enamorada. No se si sera por su altura, ya que durante anos fue la torre mas alta del mundo, o por su portentosa estructura con la que logra impactar a todos los que la visitan, pero lo cierto es que cada vez me gusta mas. Aunque quizas, pensandolo bien, tenga mas que ver con mi abuelo y el amor con el que me habla de ella. Alli fue donde beso por primera vez a mi abuela y eso debio de calar muy hondo en su corazon. Es tal su pasion por este campanario, que hasta llego a encargar un cuadro del Giraldillo, la escultura que corona la torre sobre una gran bola de bronce. --!Mierda! --Piso el pedal del freno-- !Las bolas! --Al pensar en la de bronce recuerdo que las he dejado encima del mostrador de la farmacia--. !Sabia que al final me olvidaria de algo! -- Golpeo el volante y por suerte no viene nadie detras. Es muy tarde para volverme ya y, por descuidada, me toca esperar hasta manana. !Con las ganas que tenia de probarlas! Al llegar a casa mi hermano esta en ella y me sorprende verlo. Es solo dos anos mayor que yo, pero se independizo hace, al menos, cuatro. --!Hola, hermanita! --Se acerca a mi y me besa en la frente--. Cada dia estas mas guapa. --Y tu mas pelota --rio mientras lo abrazo. Me parece increible que ahora nos llevemos tan bien, cuando siempre nos hemos estado peleando y hasta sacando trozos de piel. Aun recuerdo la vez que, en venganza por romperle uno de sus coches, me coloco varias cerillas entre los dedos de los pies mientras dormia y las encendio. !Menudo hijo de perra! Era mas malo que la carne de cabra vieja--. ?Que haces aqui? --Vive, al menos, a cien kilometros de distancia y, por las horas que son, entreveo que tambien se quedara a dormir. --Manana tengo una reunion importante aqui al lado y he aprovechado para venir ya y asi pasar un poco mas de tiempo con vosotros. --Llevabamos cuatro meses sin vernos--. ?Como va el negocio?

  • El violinista en el balcon de Ana Alvarez

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    ?Desde cuando estar encerrado es un obstaculo para celebrar tu cumpleanos… y encontrar el amor?

  • La favorita de Kiera Cass

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    Me subi un poco los tirantes del vestido, para cubrirme los hombros. Carter estaba callado; su silencio me provocaba mas escalofrios que la falta de calefaccion en las celdas de palacio. Habia sido horrible oir sus grunidos de dolor mientras los guardias le golpeaban una y otra vez, pero al menos entonces sabia que respiraba. Estremecida, encogi las piernas y acerque las rodillas al pecho. Otra lagrima me cayo por la mejilla, y lo agradeci, aunque solo fuera por la calidez del liquido sobre la piel. Lo sabiamos. Sabiamos que podia acabar asi. Y, aun asi, nos habiamos visto. Era inevitable. Me pregunte como moririamos. ?Ahorcados? ?De un tiro? ?O quizas algo mucho mas elaborado y doloroso? No pude evitar desear que el silencio de Carter significara que ya habia muerto. O, por lo menos, que fuera el quien muriera primero. Antes que permitir que su ultimo recuerdo fuera mi muerte, preferiria que fuera su fallecimiento lo ultimo que recordara yo. En aquel mismo momento, solos, en aquella celda, lo unico que deseaba era que cesara su dolor. Algo se movio en el pasillo, y el corazon se me acelero. ?Habia llegado el momento? ?Era el fin? Cerre los ojos, intentando contener las lagrimas. ?Como habia ocurrido todo? ?Como habia pasado de ser una de las candidatas mas queridas de la Seleccion a la sentencia por traicion, a estar alli encerrada, a la espera de mi castigo? Oh, Carter... Carter, ?que hemos hecho? No me tenia por una persona vanidosa. Aun asi, casi cada dia, despues del desayuno, sentia la necesidad de volver a mi habitacion y retocarme el maquillaje antes de dirigirme a la Sala de las Mujeres. Sabia que era una tonteria: Maxon ni siquiera me veria hasta la noche. Y para entonces, por supuesto, ya me habria maquillado de nuevo y habria cambiado de vestido. Tampoco es que tuviera mucho efecto lo que yo pudiera hacer. Maxon se mostraba educado y agradable, pero no me parecia que hubiera entre nosotros una conexion como la que tenia con otras chicas. ?Que tenia yo de malo? Aunque sin duda me lo estaba pasando muy bien en el palacio, tenia la sensacion de que habia algo mas, algo que las otras chicas entendian --bueno, al menos algunas de ellas-- y yo no. Antes de entrar en la Seleccion, me tenia por una chica divertida, guapa y lista. Pero ahora que me encontraba en medio de un punado de chicas cuya mision diaria era la de impresionar a un solo chico, me sentia poca cosa, aburrida e insignificante. Me daba cuenta de que habria tenido que hacer mas caso a mis amigas de casa, que parecian tener prisa por encontrar marido y formar un hogar. Se habian pasado la vida hablando de vestidos, del maquillaje y de los chicos, mientras yo prestaba mas atencion a lo que me ensenaban mis tutores. Tenia la sensacion de haberme perdido alguna clase importante, y ahora me sentia rezagada. No. Era cuestion de no dejar de intentarlo, nada mas. Habia memorizado hasta el ultimo detalle de la clase de historia que nos habia dado Silvia unos dias antes. Incluso habia puesto por escrito algunos conceptos para tenerlos a mano por si se me olvidaba algo. Queria que Maxon pensara que era una chica lista y completa. Tambien queria que pensara que era guapa, asi que tenia la sensacion de que aquellos viajes a mi habitacion eran absolutamente necesarios. ?Como lo haria la reina Amberly? Ella estaba esplendida en todo momento, sin hacer ningun esfuerzo aparente para conseguirlo. Me detuve un momento en las escaleras para mirarme el zapato. Parecia que uno de los tacones se me habia enganchado en la alfombra. No vi nada, asi que segui adelante, impaciente por llegar a la Sala de las Mujeres. Al llegar a la planta baja me eche el cabello atras por encima del hombro y pense si lo que estaba haciendo no tendria un sentido mas profundo. La verdad es que queria ganar. No habia pasado mucho tiempo con Maxon, pero parecia amable, divertido y... --!Ahhh! --El tacon se me engancho con el borde de un escalon y cai aparatosamente sobre el suelo de marmol--. !Auch! --!Senorita! --Levante la vista y vi a un guardia que se acercaba a la carrera--. ?Se encuentra bien? --Estoy bien. No ha sido nada. Solo el golpe... !Y el ridiculo! --No se como pueden caminar con esos zapatos. Es un milagro que no tengan todas algun tobillo roto. Me ofrecio la mano, y se me escapo una risita. --Gracias --dije, echandome el cabello atras y alisandome el vestido. --A su disposicion. ?Esta segura de que no se ha hecho dano? --dijo, mirandome algo nervioso, por si tenia algun corte o magulladura. --Me duele un poco la cadera por el golpe, pero, por lo demas, estoy perfectamente --dije, y era cierto. --Quiza deberia llevarla a la enfermeria, para asegurarnos. --No, de verdad --insisti--. Estoy bien. El suspiro. --?No le importaria hacerme un favor e ir de todos modos? Si estuviera herida y yo no hubiera hecho nada para ayudar, me sentiria fatal. --Me miro con unos ojos azules que resultaban terriblemente convincentes--. Y apuesto a que el principe querria que fuera. Seguramente en aquello tenia razon. --De acuerdo --accedi--. Ire. El sonrio, torciendo minimamente los labios. --Muy bien --dijo, y me cogio en sus brazos. Me quede sin aliento de la sorpresa. --No creo que esto sea necesario --proteste. --No importa --dijo el, y se puso a caminar, asi que ya no podia bajar. --Corrijame si me equivoco, pero usted es la senorita Marlee, ?verdad? --Asi es. No dejaba de sonreir, y yo no pude evitar sonreirle a el. --He estado estudiando los nombres de todas para no equivocarme. Lo cierto es que no creo que fuera el mejor en la instruccion, y no tengo ni idea de como he acabado destinado en palacio. Pero quiero asegurarme de que no se arrepientan de esa decision, asi que al menos intento aprenderme los nombres. De este modo, si alguien necesita algo, sabre de quien estan hablando. Me gustaba su forma de hablar. Era como si contara una historia, aunque solo estuviera hablandome de si mismo. Tenia la voz ligera y se le animaba el rostro al hablar. --Bueno, ya has cumplido con tu deber holgadamente --dije yo, para animarle--. Y no seas tan duro contigo mismo. Estoy seguro de que harias una instruccion excelente, si te destinaron aqui. Tus jefes debieron de ver un gran potencial en ti. --Es usted demasiado amable. ?Quiere recordarme de donde es? --De Kent. --Oh, yo soy de Allens. --?De verdad? Allens estaba justo al este de Kent, al norte de Carolina. En cierto modo, eramos vecinos. --Si, senorita --dijo, asintiendo sin dejar de caminar--. Esta es la primera vez que salgo de mi provincia. Bueno, la segunda, contando la instruccion. --Igual que yo. Me cuesta un poco acostumbrarme al clima. --!A mi tambien! No veo la hora de que llegue el otono, pero no estoy seguro siquiera de que aqui haya otono. --Ya te entiendo. El verano esta muy bien, pero no si dura eternamente. --Exacto --dijo, convencido--. ?Se imagina lo rara que sera la Navidad? --No puede ser lo mismo, sin nieve --respondi yo, con un suspiro. Y estaba convencida de ello. Sonaba con el invierno todo el ano. Era mi estacion favorita. --Desde luego que no --dijo el. No sabia muy bien por que sonreia tanto. Quiza fuera porque la conversacion me resultaba muy natural. Nunca me habia sido facil hablar con un chico. Lo cierto era que no tenia mucha practica, pero era agradable pensar que quiza no fuera tan dificil como pensaba. Al acercarnos a la entrada del hospital freno el paso. --?Te importaria dejarme en el suelo? --le dije--. No quiero que piensen que me he roto una pierna, o algo asi. --En absoluto --contesto el, sonriendo y chasqueando la lengua. Me dejo en el suelo y me abrio la puerta. En el interior habia una enfermera sentada ante una mesa. El guardia hablo por mi: --Lady Marlee se ha caido en el vestibulo y se ha dado un pequeno golpe. Quiza no sea nada, pero queriamos estar seguros. La enfermera se puso en pie, aparentemente contenta de tener algo que hacer. --Oh, Lady Marlee, espero que no sea gran cosa. --No, solo me duele un poco aqui --dije yo, tocandome la cadera. --Le echare un vistazo enseguida. Muchas gracias, guardia. Ya puede volver a su puesto. El guardia saludo agachando la cabeza y se dispuso a marcharse. Justo antes de que la puerta se cerrara, me guino el ojo y me sonrio, y yo me quede alli, sonriendo como una idiota. Las voces del pasillo aumentaron de volumen y me devolvieron al presente: oi los saludos de los guardias solapandose unos a otros, todos diciendo una unica palabra: <>. Maxon estaba ahi. Me levante corriendo y me asome al ventanuco de mi celda justo a tiempo para ver como abrian la puerta de la celda del otro lado del pasillo --la de Carter-- y Maxon entraba, escoltado por otros guardias. Hice un esfuerzo por oir lo que se decia, pero no pude descifrar ni una palabra. Tambien oi algun debil murmullo de respuesta, y supe que era de Carter. Estaba despierto. Y vivo. Suspire y me estremeci al mismo tiempo, y luego volvi a recolocarme los tirantes de tul sobre los hombros. Al cabo de unos minutos, la puerta de la celda de Carter se abrio de nuevo; vi que Maxon se acercaba a mi celda. Los guardias le dejaron entrar y la puerta se cerro tras el. Me miro y se quedo sin aliento. --!Dios Santo! ?Que te han hecho? --dijo, acercandose y desabrochandose la chaqueta al mismo tiempo. --Maxon, lo siento mucho --dije, entre lagrimas. El se quito la chaqueta y me envolvio con ella. --?Te han roto el vestido los guardias? ?Te han hecho dano? --Yo no queria traicionarte. Nunca quise hacerte ningun dano. El levanto las manos y me cogio las mejillas. --Marlee, escuchame. ?Te han pegado los guardias? Negue con la cabeza. --Uno de ellos me arranco las alas del disfraz al empujarme para que entrara en la celda, pero no me han hecho nada mas. Suspiro, evidentemente aliviado. Que buen hombre que era, aun preocupandose por mi bienestar, incluso despues de haber descubierto lo mio con Carter. --Lo siento muchisimo --susurre otra vez. Las manos de Maxon se posaron en mis hombros. --Ahora empiezo a darme cuenta de lo inutil que es resistirse cuando se esta enamorado. Desde luego no te culpo por ello --dijo. Yo le mire y vi la bondad en sus ojos. --Intentamos parar. Te lo prometo. Pero le amo. Me casaria con el manana mismo... si aun siguieramos con vida. Deje caer la cabeza, sollozando incontroladamente. Habria querido comportarme como una dama, aceptar mi castigo con elegancia. Pero me parecia tan injusto... Era como si me lo quitaran todo antes incluso de tener ocasion de disfrutarlo. Maxon me froto la espalda con suavidad. --No vais a morir. Le mire, incredula. --?Que? --No habeis sido sentenciados a muerte. Suspire con fuerza y lo abrace. --!Gracias, gracias! !Muchisimas gracias! !Es mas de lo que nos merecemos! --!Para, para! --dijo, tirandome de los brazos. Di un paso atras, avergonzada por haber reaccionado de un modo tan inapropiado despues de todo lo que habia pasado. --No habeis sido sentenciados a muerte --repitio--, pero, aun asi, se os va a castigar. --Miro al suelo y meneo la cabeza--. Lo siento, Marlee, pero manana os van a azotar en publico --dijo. Parecia que le costaba mirarme a los ojos; si no supiera que aquello era imposible, habria pensado que entendia nuestro dolor--. Lo siento. He intentado evitarlo, pero mi padre insiste en que hay que mantener las apariencias; y como ya han circulado imagenes vuestras por ahi, no puedo hacer nada para hacerle cambiar de opinion. Me aclare la garganta. --?Cuantas veces? --Quince. Creo que la intencion es ser mucho mas duros con Carter que contigo, pero, en cualquier caso, va a ser increiblemente doloroso. Se que hay gente que incluso pierde el conocimiento. Lo siento muchisimo, Marlee. Parecia decepcionado consigo mismo. Yo, en cambio, no podia pensar en nada mas que en su bondad. Levante la cabeza, intentando mostrarme segura de que podria superarlo. --?Vienes a decirme que me devuelves la vida y la del hombre que quiero, y te disculpas? Maxon, no he estado mas agradecida en mi vida. --Van a convertiros en Ochos --dijo--. Todo el mundo lo vera. --Pero Carter y yo estaremos juntos, ?verdad? Asintio. --Entonces, ?que mas puedo pedir? Soportare los azotes, si ese es el precio. Aceptaria tambien los suyos, si fuera posible. Maxon esbozo una sonrisa triste. --Carter me ha suplicado, literalmente, que le dieran a el los tuyos. --No me sorprende --dije, sonriendo yo tambien, mientras los ojos se me llenaban de nuevo de lagrimas, esta vez de felicidad. Maxon meneo la cabeza de nuevo. --Y yo que pensaba que empezaba a entender lo que es estar enamorado, y de pronto os veo a vosotros dos, que quereis asumir el uno el dolor del otro, y me pregunto si he entendido algo. Me cubri mejor con su chaqueta. --Si que lo has entendido. Se que lo has entendido --dije, mirandole a los ojos--. Ella, por otra parte..., puede que necesite tiempo. Esbozo una sonrisa. --Va a echarte de menos. Solia animarme para que saliera mas a tu encuentro. --Solo una amiga de verdad renunciaria a ser princesa en favor de otra persona. Pero yo no estaba hecha para ti, ni para la corona. Ya he encontrado a la persona ideal para mi. --Una vez me dijo algo que nunca olvidare --recordo el, hablando lentamente--: <>. --Tenia razon --dije yo, pasando la mirada por la celda, y nos quedamos en silencio unos momentos--. Tengo miedo. Me abrazo. --Acabara enseguida. Los momentos previos seran lo peor, pero procura pensar en otra cosa mientras hablan. Y yo intentare conseguirte las mejores medicinas, las que usan conmigo, para que te cures mas rapido. Me eche a llorar, abrumada por el miedo, el agradecimiento y mil sensaciones mas. --De momento, intenta dormir todo lo que puedas. Le he dicho a Carter que descanse tambien todo lo que pueda. Eso os ayudara. Asenti, con la cabeza aun apoyada en su hombro, y el me abrazo con fuerza. --?Que ha dicho? ?Esta bien? --Le han golpeado, pero, de momento, esta bien. Me ha pedido que te diga que te quiere y que hagas lo que yo te diga. Suspire, reconfortada por sus palabras. --Siempre estare en deuda contigo. Maxon no respondio. Simplemente me abrazo, hasta que estuve mas tranquila. Por fin me beso en la frente y se giro para marcharse. --Adios --susurre. El me sonrio y dio dos golpes en la puerta. Un guardia le abrio y le acompano a la salida. Yo volvi a mi lugar junto a la pared y encogi las piernas bajo el vestido, usando la chaqueta de Maxon como manta improvisada. Y me deje llevar de nuevo por mis recuerdos...

  • Ese no era el trato, Ani M. Zay de Ani M. Zay

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    Veronica Sex es una famosa sexologa que irrumpe en la vida de Susana proponiendole un extrano fin de semana en compania de un desconocido, David. Ella acepta al sentirse enormemente frustrada en su trabajo. En ese fin de semana, conecta a todos los niveles. Sin embargo, las cosas cambian al regresar a su rutina y, lo que en un primer momento resultaba ser una nueva oportunidad para encontrar el amor, se convierte en una pesima idea.
    ?Por que ellos dos? ?Casualidad o algo mas?
    Resuelve los misterios que entrama esta historia llena de situaciones comprometidas y mucha tension sexual, o si no, siempre puedes escabullirte con solo decir: !Parchis!

  • Fuimos canciones (Canciones y recuerdos 1) de Elisabet Benavent

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  • Mientras duermen los murcielagos de Emilio Aragon Bermudez

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    Berlin, 1945. Un bombardeo aliado destruye la Casa del Artista en la que viven grandes figuras del espectaculo ya retiradas. Juan Carlos Barrachina, considerado el mejor trapecista del mundo, es el unico joven que se encuentra alli durante la catastrofe, y toma la decision de huir rumbo a Espana junto con los diecisiete ancianos supervivientes. Se inicia asi un inquietante viaje en autobus por la Alemania nazi, la Francia ocupada y la Espana de posguerra. Ademas, la Gestapo los persigue por la desaparicion de un misterioso sobre perteneciente al mismisimo Fuhrer.

  • Leal al Corazon de Noa Xireau

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    Reino de Lanlow Lissy y yo intercambiamos una mirada divertida cuando el carruaje cogio un bache y los ronquidos de mi tia resonaron en el pequeno espacio como los grunidos de un cerdo al atragantarse. Ambas nos tapamos la boca para acallar nuestras risitas, aunque no sirvio de mucho. Mi tia abrio un ojo y se incorporo. Frente a mi, mi tutor, nos echo una de esas miradas recriminatorias con las que pretendia aleccionarnos, pero le traiciono el leve temblor en la comisura de sus labios y que escondiera sus manos bajo su habito de fraile. --?Cuanto falta? --Mi tia se limpio apresurada el fino hilillo humedo que le caia por la barbilla. Solte un profundo suspiro. ?Cuantas veces le habia respondido a la misma pregunta desde que habiamos salido de la posada al amanecer? Con su acostumbrada cortesia, Fray Roland se asomo por la ventana. --El paisaje se esta volviendo cada vez mas empinado y los bosques mas frondosos, Crowshead ya no debe estar demasiado lejos. Mi tia asintio con expresion agria, apreto los labios y se limito a estudiar enfurrunada una protuberancia en la madera algo desgastada de la puerta. --?Desea algo de comer, tia? --Senale la cesta que tenia a mis pies. Si a mi me dolia la espalda y estaba desesperada por estirar un rato las piernas, ella, con su corpulencia y mas del doble de edad, debia de encontrarse agonizando. Nego abstraida hasta que de repente se puso rigida y le lanzo una mirada a fray Roland. --?Podemos hacer una parada? Mi tutor puso cara de <>, pero acabo por asentir con un disimulado suspiro. --Por supuesto, lady Grey. Sacando su baston por la ventana, dio varios golpes en el techo del vehiculo indicandole al cochero que frenase. Enseguida se acerco el oficial de la escolta que nos acompanaba. --?Ocurre algo, padre? --Lady Grey desea hacer un alto. El hombre estudio con rostro grave el trayecto por delante y detras de nosotros. --No es el mejor sitio. El camino es estrecho y, en caso de una emboscada, el carruaje tendria problemas para girar si nos cerrasen la huida hacia el frente. Tampoco es un buen lugar en el que dividir a los hombres. Fray Roland hizo un gesto de confirmacion como si se hubiese esperado aquella respuesta, pero mi tia resoplo y se bajo del carruaje. --Si nos atacan, lo mismo da que sea aqui que dentro de cien metros y prefiero tener la vejiga vacia de darse el caso --gruno con una mueca mientras arqueaba la espalda con un gimoteo y las manos en la cintura. --La acompanare --me ofreci cuando quedo claro que la decision ya estaba tomada--. Lissy, ?vienes? La chica asintio reajustandose inquieta su tunica. No es que me hubiera esperado otra cosa, podiamos ser amigas, pero Lissy jamas olvidaba cual era su posicion como mi sirvienta. --No tienes que venir si no quieres --le recalque con tranquilidad, a sabiendas de lo miedosa que era. Lissy nego. --Como dice milady, hay cosas que es mejor enfrentarlas con la vejiga vacia. Apenas habiamos entrado en la linea de la arboleda cuando mi tia se giro hacia nuestra escolta. --?A donde creen que van? --pregunto con los brazos en jarras a fray Roland y al oficial, que iba seguido por uno de sus soldados. Los hombres se miraron entre ellos y no me paso desapercibido como el joven soldado aparto incomodo la vista en tanto que Fray Roland se masajeo el puente de la nariz. Me mordi el interior de la mejilla para no reir. Dudaba mucho que ninguno de ellos quisiera espiar a mi tia mientras se levantaba la saya. El oficial era lo suficientemente atractivo como para no echar en falta la atencion femenina en su vida y el joven soldado tenia ese tipo de facciones lindas que le hacian a una desear robarle un beso en la parte trasera del establo. --No vamos a permitir que se adentren a solas en el bosque, nos quedaremos a una distancia prudencial --el tono del oficial era de pura resignacion. --Esta bien asi, tia --intercedi--. Tras unos arbustos o un buen tronco no la veran, y nos avisaran si viene alguien --murmure solo para ella cuando por su semblante quedo patente que estaba a punto de aclararle al pobre hombre donde se podia meter su <>. --Al menos guarda tu capa, Maria. ?Como pretendes hacer una entrada grandiosa en Crowshead si llegas como si fueras la hija de un herrero? --me reprocho, con la mirada sobre el borde de la lujosa piel de armino blanco que remataba mi larga capa azul, en la que ya se habian enganchado algunas ramas y hojas secas. Con un suspiro, la deslice por los hombros y se la entregue a Lissy. --?Te importa dejarla en el asiento? --Me frote los brazos en un intento por contrarrestar el frio.--Tome la mia. Hace fresco y tampoco queremos que enferme. Cogere la manta para envolverme --se anticipo Lissy a mi protesta. Colocandome su capa, mi tia y yo retomamos el camino. Si habia esperado que mi tia siguiese teniendo prisa, por desgracia me equivoque. Su vejiga paso a un segundo plano y no ceso en su busqueda del mejor sitio para aliviarse hasta que encontro un viejo abedul con un enorme tronco, flanqueado por varios arbustos. --?Necesita ayuda, tia? --le pregunte apenas acabo su gemido de placer desde detras de los arbustos. De repente, alguien me tapo la boca y tiro de mi hacia el suelo. --!Shhh! --El oficial senalo una mancha oscura a unos treinta metros por delante de nosotros. Me llevo unos instantes discernir que se trataba de un hombre agazapado de espaldas a nosotros y, aun mas, detectar a otras siete figuras que tambien se ocultaban. Con un vistazo asustado sobre mi hombro, comprobe que el joven soldado se habia hecho cargo de mi tia. Fray Roland, por su parte, se encontraba encorvado tras un roble y rodeaba su cruz con ambas manos. --!Lissy! Tenemos que avisarla a ella y a los demas --susurre lo mas bajo que pude. El oficial vacilo como si le costara tomar aquella decision. --Ire yo, pero necesito que se quede aqui escondida. Sera menos peligroso para mis hombres si no tienen que estar protegiendolas a vuestra merced y a su tia. Tiendase y cubrase de hojas secas, mientras menos visible sea, mas segura estara y, sobre todo, no haga ruido. Asenti aterrada. ?Que otra cosa podia hacer? Como si fueran una maquina bien engrasada, bastaron algunas cortas senales del oficial para que fray Roland se aproximase a nosotros, refugiandose conmigo entre los matorrales. Apenas habian pasado unos minutos de la marcha del oficial, antes de que comenzaran a oirse gritos de batalla y el estruendo de las armas al chocar. Sin la necesidad de presenciarlo era facil adivinar que alaridos eran de rabia y cuales de dolor. Aun asi, no mirar era lo mas dificil que habia hecho en mi vida. Fray Roland permanecio con los labios apretados, pero, lejos del nerviosismo que habria esperado de un religioso de cierta edad como el, conservaba una ferrea calma. --!Corra! --El rugido urgente del oficial, que se oyo desde la contienda, me llego hasta los huesos. Asustada mire a mi tutor. No hubo ocasion de formular preguntas. Un agonico chillido femenino atraveso el bosque. --!Lissy! --Intente incorporarme llena de panico, pero el peso de fray Roland me aplasto sobre el terreno y su mano acallo mis sollozos con eficiente frialdad. --Demasiado tarde --murmuro con pesar--. Nos mataran a todos si nos descubren. El mundo, el tiempo, todo parecio detenerse a mi alrededor mientras seguian sonando algunos los gritos, los lamentos de los heridos, las voces camufladas de los desconocidos, los relinchos de los caballos y lo que suponia que era el estruendo de nuestras baules al estamparse contra el suelo. Cuando las voces se alejaron y se hizo el silencio, fray Roland me mantuvo atrapada durante un buen rato mas. Por entre las copas de los arboles iban entrando algunos rayos de sol que parecian irreales, casi magicos. Desee perderme en ellos para que me trasladasen a otra dimension, cualquier cosa por no tener que enfrentarme a lo que me esperaba cuando me levantara. Pero los deseos eran solo eso, la ilusion de alguien que se aferra a la mas exigua esperanza con tal de no enfrentar la realidad. El soldado que habia estado junto a mi tia aparecio a nuestro lado con una expresion hermetica, como si se hubiera obligado a no sentir. --Parecen haberse ido. Ire a comprobar si queda alguno de los atacantes en la retaguardia -- le informo a fray Roland en murmullos--. Se han marchado en la misma direccion a la que nos dirigiamos. Si me ocurre algo, sera mas seguro que regresen hasta el ultimo poblado por el que hemos pasado. Fray Roland asintio y aligero el peso con el que me mantenia aprisionada, pero no me libero hasta que el soldado regreso. Mi tia se acerco enseguida a mi y se lanzo a mi cuello con un sollozo. --Se han ido --anuncio el soldado--. No eran ladrones, excepto sus heridos, no se han llevado nada mas. Mi tutor escruto el paisaje con una mirada distante, como si considerase la informacion. --Era de prever. El populacho no posee espadas como esas. Habia al menos dos caballeros nobles entre ellos y el resto eran sin duda sus hombres o mercenarios. --?Y Lissy? --Mi voz salio tan apagada y temblorosa que apenas se escucho. --Cielo... --Mi tia me abrazo cuando el soldado aparto la mirada. No espere a que me revelasen lo evidente, me alce las faldas y corri dando tumbos en busca de la que habia sido mi amiga y companera desde el dia que mi tia me acogio en su hogar. La encontre al principio de la arboleda, tendida bocabajo, la cabeza ladeada, los ojos abiertos de par en par y el horror aun reflejado en su semblante. Fray Roland se arrodillo a mi lado y le cerro los parpados mientras murmuraba una oracion. --Era una buena chica --comento despues de hacer la senal de la cruz. --Llevaba puesta mi capa. --Mi voz se quebro. --Si, te era fiel. --Fray Roland me apreto la mano. --?Por que iba a llevar mi capa si dijo que cogeria la manta? Ella nunca se ponia mi ropa -- balbucee. --Era una chica lista. Sabia que venian a por ti y que si no te encontraban saldrian a buscarte. --La compasion en los ojos del fraile fue inconfundible mientras dejaba que sus palabras penetraran en mi mente. --?Ha dado la vida por mi? --musite. --A ella ya no le quedaban esperanzas, la habrian matado de una u otra forma. Seguro que lo intuia y tomo la decision mas noble. --!Oh, Dios! --Me tape el rostro y rompi a llorar. --Hemos de marcharnos, cuanto mas tiempo permanezcamos aqui, mayor sera el peligro. Ademas, algunos de los heridos aun siguen vivos. Debemos atenderlos y llevarlos al pueblo mas cercano. ?Puedes ayudar? Asenti agradecida de que me diera una tarea que no me permitiese pensar demasiado. Despues de atender a los heridos y subirlos como pudimos al carruaje junto a los muertos, me volvi hacia fray Roland y el soldado, quienes discutian en voz baja. Ambos se callaron cuando me acerque a ellos. --?Que ocurre? --exigi. --Tenemos dos opciones --me explico mi tutor con su usual paciencia--. Regresar por donde hemos venido, dejar a los heridos en un lugar seguro en el que puedan ser atendidos y procurar llevaros a ti y a tu tia a la proteccion de su ducado, o seguir adelante para que puedas reclamar tu trono. Aunque ahora carecemos de la mas minima defensa si vuelven a venir a por nosotros. --En apariencia la primera opcion seria la mas factible y segura. ?Cuales son los inconvenientes? --Lo conocia lo suficiente como para sospechar que no me habria presentado una alternativa si tuviera una solucion indiscutible. --Fueran quienes fuesen esos atacantes, es muy posible que acaben por enterarse de la existencia de dos mujeres viajando junto a un grupo de soldados malheridos. En cuanto lo hagan, vendran a por nosotros con el proposito de terminar su trabajo. Tambien te mostrara como una persona debil y dependiente que huye ante el mas minimo obstaculo, lo que no favorecera en absoluto tu ya de por si inestable posicion como la sucesora de tu tio. Si ser una mujer joven en el trono iba a resultar dificil, mas aun lo seria si daba muestras claras de debilidad. No necesite que me explicase mas y elabore mi propia lista de posibilidades. --En ese caso, solo nos queda la tercera opcion --decidi al fin. --?Si? --Mi tutor no parecia sorprendido de que le propusiese una via diferente a las que el me habia ofrecido. --Llevara de regreso a mi tia junto a los escoltas heridos --le indique al soldado. --No puedo abandonarla sin proteccion, vuestra merced --objeto el hombre--. Mi deber es protegerla por encima de cualquier otra persona. --Y eso es justo lo que hara. Tambien se llevara a Lissy. De esa forma recibira el funeral que se merece a su llegada a Goodshire. Entretanto, la gente la confundira conmigo y creera que he muerto. De ese modo, yo y fray Roland podremos seguir nuestro viaje con tranquilidad. Nadie espera que la futura reina llegue a caballo, acompanada solo por un religioso. Una vez en Crowshead, no podran atacarme en publico y habremos superado el primer escollo. En cuanto llegue a casa de mi tia, ocupese de elegir a hombres de confianza que puedan venir a apoyar a mi Guardia Real. Eso ayudara a reforzar mi seguridad. --?Y luego? --indago Roland complacido. --Tendremos la oportunidad de plantearnos ese luego mientras viajemos. ?No has dicho que debiamos partir cuanto antes? Intente aparentar fortaleza y calma mientras me despedia de mi tia. Vi como el soldado se llevaba el cuerpo ensangrentado de Lissy al carruaje y la depositaba en lo alto del techo, junto a uno de los heridos. Al observarlo, no deje de preguntarme que seria lo que me esperaba cuando llegase a mi destino, un sitio en el que, a todas luces, me deseaban muerta. A CAPITULO 2 KADEN ntes de que pudiese dar un paso para salir de detras de la esquina en la que me habia estado ocultando, un conocido rostro femenino aparecio frente a mi con una radiante sonrisa. --?Que tal un ratito a solas, capitan? --Las cejas rubias se arquearon en una provocacion casi tan abierta, como la mano femenina que fue deslizandose por mi estomago acompanado por un lento ronroneo--. Contigo seria capaz de pasarlo gratis. Sonrei divertido ante el descaro de Sira, una de las camareras mas codiciadas de la taberna del Pato Cojo, y le sujete la muneca antes de que alcanzase terreno peligroso. --?Eso no seria desperdiciar un tiempo valioso para una mujer como tu? --Me lleve su mano a los labios y le bese la parte interna de la muneca con estudiada delicadeza. --Una tambien tiene que consentirse un capricho de vez en cuando --murmuro Sira, recorriendome con la mirada sin enmascarar el apetito en sus ojos verdes. --Lo tendre en cuenta, pero me temo que ahora mismo estoy de servicio. --?Que tal a media tarde? --Poniendose de puntillas, se inclino hacia mi regalandome un tentador vistazo a su escote--. Procurare estar libre para ti --me murmuro al oido, acariciandome con su aliento mientras sus generosos pechos se aplastaban contra mi brazo. Sira no era exactamente mi tipo, pero podria llegar a ser una bienvenida distraccion de la tensa situacion en el castillo. --Vere que puedo hacer --respondi sin comprometerme. No era del todo mentira. Puede que realmente me plantease su oferta. ?Por que no? Le eche una ojeada a la elegante figura encapuchada a la que llevaba siguiendo las ultimas dos calles. Con ella probablemente no hubiera dudado en aceptar una propuesta como aquella, aunque, para ser sincero, tampoco parecia el perfil de mujer que las hiciera. Cuando la forastera se acerco a otro puesto y olisqueo un ramo de especias, cerrando los ojos de placer, avance unos pasos mas. Sira me sujeto del brazo. --Acuerdate, a media tarde. Asenti y me olvide de ella tan pronto como quedo a mi espalda. Aprete la mandibula al reparar en el calzado de terciopelo azul bordado de mi sospechosa. Puede que vistiera una capa de lo mas corriente, una digna del personal de servicio de alguna casa de bien o de un familiar de algun mercader, pero su calzado era harina de otro costal, lo mismo que la tunica que ocultaba bajo la capa. Poseia la gracia de una dama en sus ademanes, pero una verdadera senora jamas se aventuraria a solas al mercado, ni se entretendria en inspeccionar las mercancias mas simples con aquel interes desbordado. ?Se habria hecho con los ropajes de su ama? ?O se habia buscado un amante que pudiese mantenerla bien? Lo ultimo habria sido una explicacion plausible. Por lo poco que habia conseguido ver de ella, tenia un corte de cara agraciado y una nariz quiza demasiado recta y puntiaguda, aunque su estrecha cintura y caderas anchas lo compensaban, al igual que lo hacian sus senos. Habria apostado mi proxima paga a que cabrian en mis manos. La simple idea de constatarlo ya hacia que las palmas me cosquillearan. Cruce los brazos sobre el pecho cuando una de las ratas callejeras, que solian dedicarse a birlar a los incautos compradores, la convirtio en su blanco y le saco de la limosnera, sin ella percatarse, lo que probablemente era un saquito de monedas. En el ultimo segundo ella se giro con un jadeo ahogado, sin embargo, al contrario de lo que hubiera hecho cualquier otra victima, no hubo gritos de auxilio ni acusaciones, ni un solo: <>. Lo que en si mismo atizo aun mas mi curiosidad por descubrir quien era aquella desconocida y lo que hacia alli.

  • Cristelle de Louis Alexandre Forestier

    https://gigalibros.com/cristelle.html

    ?Amas las novelas eroticas interraciales? Cristelle despertara tus fantasias mas intimas. Tres inmigrantes negras, una africana y dos haitianas buscan al amor en Buenos Aires, un medio muy distinto al que ellas han conocido. A traves de vicisitudes van acercandose a su objetivo con retrocesos y avances. Cristelle es una nouvelle romantica cargada de erotismo, que explora las relaciones amorosas interraciales. Hay dosis de humor y un cierto contenido de episodios paranormales, vinculados con los sistemas de creencias de las muchachas. Una historia agridulce que te encantara.

  • Entre senderos de lavanda de Mariela Gimenez

    https://gigalibros.com/entre-senderos-de-lavanda.html

    ?Es posible RECUPERAR fragmentos de una historia perdida?
    ?Puede el AMOR unir todas las piezas?
    ?Hasta donde se puede llegar en la busqueda de la VERDAD?
    Anna es fotografa forense y una noche de verano acude a la escena que le cambiara la vida.
    Una carta, una verdad oculta y el impulso de conocer su
    propia historia seran la invitacion para transitar senderos desconocidos.
    Si se deja guiar por el corazon, podra encontrar mas de lo que busca.

  • La vida sonada de Emma de M Teresa Guirado

    https://gigalibros.com/la-vida-sonada-de-emma.html

    Emma tiene 34 anos, es la mujer de Tomas, la mama de Julia y Marcos y un simple peon en el despacho de abogados de su marido.