• todo lo que sone alanna ignacio - Alanna Ignacio

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    Todo lo que sone

  • Todo lo que soñé (Serie Todo nº 1) Versión Kindle ...

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  • Todo lo que soñé (Serie Todo) Tapa blanda – 4 ...

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  • Todo lo que soñé (Novela romántica y erótica) - Goodreads

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    Alanna Ignacio,. Manuel Miranda Jiménez (Illustrator). 4.17 · Rating details · 12 ratings · 3 reviews. Todo lo que soñé. Larissa Sena es una joven ingeniera ...

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  • Libro Todo lo que soñé de Alanna Ignacio - Rosina Iglesias

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    Libro Todo lo que soñé de Alanna Ignacio. Todo-lo-que-soñé-Alanna-Ignacio. Corrección del libro a cargo de Rosina Iglesias. Buscar: ...

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  • Alanna Ignacio - Todo Lo Que Soñé | Vino | café - Scribd

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    Soy un ave nocturna, y cumplir con el horario diurno para mí es un gran esfuerzo de todos los días, que felizmente puedo evitar los fines de semana.

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    5 mar 2019 — Libro Todo lo que soñé de Alanna Ignacio. Larissa Sena es una ingeniera muy joven que trabaja ara una muy reconocida firma londinense que se ...

  • Alanna Ignacio archivos - LEER LIBROS ONLINE GRATIS

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    Todo lo que quiero de Alanna Ignacio. Un acelerado ritmo de trabajo, proyectos globales, viajes y una intensa vida sexual son la nueva realidad para Larissa ...

  • Tormenta de verano de Eva M. Soler , Idoia Amo

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    "Era un viaje de... no se, no me gusta decir eso de descubrimiento, me suena a cliche, aunque es lo mas parecido. Yo sabia que me encontraria muchas dificultades en el camino y asi fue: tuve que trabajar, estuve muy enferma, me robaron varias veces, destroce un monton de botas, en ocasiones dormi en casas ajenas sin saber casi quienes eran, en ciertos momentos tuve miedo, en otros me sentia muy feliz... es complicado de expresar".
    ?Y si un dia decides romper con todo y cambiar de vida? ?Quien no ha sonado alguna vez con coger un avion y viajar sin billete de vuelta?
    Bezan es un alma libre que nunca ha seguido las reglas ni cumplido lo que se esperaba de ella.
    Cuando abandono Nashville en busca de una felicidad que su vida actual no podia darle, no imaginaba lo que le depararia su viaje. Dejo atras una complicada relacion con su madre, una rutina que empezaba a desgastarla... y tambien al amor de su vida.
    Regresar al hogar despues de tres anos no es sencillo, pero Bezan esta a punto de descubrir que nunca es tarde para cambiar las cosas.

  • Una deliciosa distraccion de Tina Wainscott

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    !Dale rienda suelta!

  • Por las trincheras de Navid Kermani

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    Al este de Alemania comienza una region, resquebrajada por varias guerras y catastrofes, que a los europeos sigue resultandonos ajena. Por ese territorio que atraviesa Rusia y llega a Oriente, y por las trincheras politicas y humanas que se abren a traves de el, nos guia Navid Kermani. Desde Colonia -su ciudad- hacia el oeste hasta el Baltico, y luego en direccion sur, cruzando el Caucaso, de camino a Isfahan -de donde proceden sus padres-, el viaje lo lleva por la zona de asentamiento judia de la epoca zarista, por las tierras de sangre de la Segunda Guerra Mundial y por la grieta que existe entre este y oeste, alli donde la Guerra Fria no ha terminado.

  • Destino, ?en que pensabas? de Sara De Dios Valdajos

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    Un accidente puede cambiar tu vida, para bien o para mal.

  • Savage & Blue de Karen Delorbe

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    El escribe novelas romanticas. Yo soy su mayor fan.

  • La nina dormida de Merche Maldonado

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    Superado su ochenta cumpleanos, tomo una decision inminente: preparar los bartulos para alojarse en la fecha indicada. Al amanecer, lo primero que hizo fue despedirse de sus mascotas. Abrazo sus cuerpos peludos y suaves como si se fuera al campo de batalla y supiese que, quiza, no volveria a acariciarlos. Los canes le ofrecieron carantonas y mimos sin entender que marchaba y podrian no volver a verlo aunque, a decir verdad, suspiro tranquilo. --Hermano, cuida de Dama y Vagabundo. --Rodrigo, sabes que estaran bien --contesto Adrian. --Cuando me instale quiero que vengan a visitarme. ?Los traeras? --Por supuesto. Iremos todos a verte, pero no tienes que marcharte. Lo sabes, ?verdad? --No, no --siguio Salvador, uno de sus sobrinos--. Te cuidaremos como tu nos cuidaste a nosotros. Acuerdate de cuando eramos ninos y nos limpiabas la nariz y arreglabas ese rebelde remolino, herencia del abuelo. Siempre te estaremos agradecidos por todo lo que haces por nosotros. --Salva --dijo Rodrigo con carino--, ya no me queda ese cabello rebelde: se fue cuando cumpli los sesenta --rio sin ganas. --Somos hermanos --expreso Adrian con mirada triste--, y siempre hemos estado muy unidos. Si te vas, nos dejaras sin un pedazo de nosotros. Ya se que no te iras muy lejos, pero, por mi trabajo en la empresa familiar, no se cuando podre ir a la residencia. --No te preocupes, estare bien. Ademas, solo estaremos a una hora de camino. Os echare de menos, pero esto no es un adios, sino un hasta pronto. Necesito que me conteis como sigue todo y como estan mis diablillos. --Senalo con la mirada a sus sobrinos, ambos en la orilla del estanque con los dos canes. --Emitio una leve sonrisa. --Como quieras, Rodrigo --asintio Adrian, resignado--. Te echaremos de menos. --Lo se, y yo tambien, pero teneis que seguir con vuestras vidas, y yo con la mia. Se abrazaron y besaron y Adrian dio unas palmadas en el lomo de su hermano. Despues de la despedida, antes de su marcha, el anciano recorrio la hacienda con la mirada, intentando memorizar cada uno de los detalles, olores, ruidos… Giro sobre si mismo, con torpeza, llevandose consigo todo lo que pudiera retener, mientras arrastraba la pequena maleta que se habia preparado con lo indispensable para el ingreso. Su hermano le acompanaba en silencio, y asi hasta dejarlo en el taxi que esperaba en la puerta. Solo le dedico una sonrisa. Al llegar, Rodrigo encontro una construccion que, por exceso de modernidad, se alzaba apatica y vulgar, con vistas a varios bloques de igual semejanza. Todos ellos formaban un conjunto identico, incluido en un paisaje rural y aledano a una poblacion pequena. El vehiculo lo dejo en la puerta. Asio la maleta direccion al centro, pero el sonido de unos pajaros le distrajo. Se acordo de los detalles impresos en la propaganda y dio media vuelta. Frente al centro pudo observar un gran parque dividido por caminos de tierra que, entre otros parajes, recorrian un merendero. Parecia estar muy concurrido. Mientras decidia si posponer su entrada en el edificio para echar una ojeada, se rasco la barbilla, pensativo. Arrastro su maleta para cruzar la calle. Camino despacio hasta llegar a donde se alzaban unas escaleras a modo de anfiteatro al aire libre. En una zona cercana estaba ubicado el mayor recinto para perros de la comarca, vallado en un rectangulo y decorado con troncos. Fue uno de los reclamos del folleto que llamo su interes. Para poder contemplar mas de cerca los juegos de los canes, se sento frente a la reja. Respiro hondo. El olor de la arboleda era desagradable por el abonado de los campos limitrofes. Supuso que seria diferente en la epoca de la floracion de los almendros, castanos, encinas y madronos. Sobre todo, suspiro agradeciendo la ausencia del cipres, por ser el mas usado en sitios sacramentales, los cuales no tenia la menor idea de recrear. Se sintio cansado y decidio dirigirse hacia la residencia, llena de ventanales y con una pequena recepcion. Despues de presentarse, accedio a lo que seria su hogar de descanso para la tercera edad. Una vez a solas en su cuarto, la primera impresion fue buena, aunque le faltaban muchas de sus pertenencias. Tampoco quiso llenarse de recuerdos. Puso la maleta encima de la cama y, al abrirla, surgieron varios portarretratos. Siempre supuso que cuando llegara el momento de la vejez tendria al lado del lecho una foto familiar con su esposa y dos o tres hijos, pero, al no ser posible, se conformo con la imagen de su hermano y sus sobrinos. No podia faltar la fotografia de sus fieles amigos, sus fieras, ya con evidente edad, que les daba especial talante. Una vez que coloco los objetos elegidos en el sitio que les correspondia, suspiro melancolico. Guardo la foto de su difunta esposa dentro del cajon porque denotaba desconsuelo y no deseaba rememorar aquellos tiempos, sino que pretendia empezar una nueva vida casi al final de sus dias. Suspiro de nuevo, como si se hubiera quitado un peso de encima. Era la primera vez en mucho tiempo en que se sentia util, con sensacion de poder llevar la vida hacia donde deseara y de no sentir dependencia por la gente que amaba. Seria como estar en un hotel de lujo donde lo cuidarian, y solo tenia que seguir vivo para disfrutarlo. Capitulo 2 Miro por la ventana y vio que atardecia. Su estomago rugio cuando el reloj de pulsera corroboro que se acercaba la hora de la cena. Habia pasado el dia descansando. Resoplo. Se levanto de la cama con impetu y, un poco coqueto, se propuso engalanarse para estar mas visible delante de alguna mujer. Calzo zapatos nuevos, despues de vestirse con pantalon tejano y esa camisa a rayas azules que tanto le gustaba. Paso la mano por su barbilla: se habia afeitado por la manana. Solo le quedaba engominar el cabello y esparcir la fragancia sin tacanear. Ni siquiera le dio tiempo a salir del cuarto cuando, para su sorpresa, en el umbral de la puerta le detuvieron tres hombres y una mujer. --Hola, me gusta tu camisa --dijo ella. --Bienvenido --le dijeron los demas al unisono, luciendo una gran sonrisa. --Gracias. Me acabo de instalar y todavia no conozco a nadie. Encantado de conoceros. --Tenemos que ponerte al dia. Me llamo Lola --dijo ella dandole un beso en cada mejilla--. Estos son Angel, Marcos y Teo. --Encantado. Me llamo Rodrigo. --Alargo la mano para saludarlos. --?Quieres que hagamos una visita guiada? --pregunto la mujer apoyada en un baston. --Por supuesto. Caminaron despacio por el corredor. Al pasar por una de las habitaciones, la mujer la indico con la mano: --Este es mi cuarto. Todos son calcados, acorde con cada planta y necesidades. Los venturosos que pueden caminar estan en el primer piso; los impedidos, en el segundo. Hay un tercero, sellado a cal y canto por las enfermeras. Solo ellas y los doctores tienen la llave del elevador, unico punto de entrada, salvo el acceso obligado por la legislacion. --Le guino un ojo--. De eso se mucho. Asciende hacia la demencia y desesperanza, encarcelados para que no puedan huir o porque no sepan volver. --Segun hemos comprobado, rara vez tienen visitas --anadio Marcos--, si acaso algun personaje trajeado acompanando a un familiar, como los letrados que gestionan las ultimas voluntades. --Por suerte tenemos el jardin en la parte de atras, que es una delicia para los favorecidos de poder moverse --siguio Angel. Llevaba un sombrero tapando su negra calva--. ?Vamos? El nuevo inquilino asintio con la cabeza y se desviaron por un nuevo pasillo. Sonrio satisfecho. Teo, un octogenario robusto y atletico, permanecio callado. La femina lo miro con ternura y asio su mano para que los siguiera en su visita por el centro. Al llegar, Rodrigo se detuvo ante el espectaculo que entreveia por la puerta de cristal. Los ojos engrandecieron al admirar la amplia y frondosa zona, acompanada del piar de pajaros. Ante la mirada absorta del recien llegado, Lola comento: --Por el dia podemos disfrutar de este sonido, pero por la noche solo se escucha el aleteo de murcielagos. --Nadie se explica donde se esconden esos vampiros al amanecer y por donde aparecen al ocaso --dijo Marcos, sonriente. --La paz que se respira en la rosaleda nos inspira las partidas interminables de ajedrez, inconclusas por no tener prisa --prosiguio Angel. Rodrigo sonrio. Sus nuevos companeros, contagiados por el gesto, parecian estar orgullosos del trabajo efectuado

  • Todo el amor se me acabo en suspiros de Kristell Alvarez S

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    Alicia esta con casi un pie en el altar, eligiendo los ultimos detalles de su boda sonada, cuando su prometido le confiesa que se ha casado con otra mujer, la cual espera un hijo de el. El mundo se desmorona ante ella. Todos sus suenos se ven destruidos de golpe y porrazo. Ahora debe enfrentar no solo la desilusion de saberse traicionada, sino tambien debe hacerse cargo del engorroso trabajo de deshacer una boda y avisar a los invitados. Y es en medio de este dificil trance que conoce a Frenando, un presuntuoso abogado que llega a su vida a tirar por la borda su estoica decision de no volverse a enamorar. A su lado vive un torrido romance que viaja a la velocidad de la luz, ?sera el indicado o terminara por romperle tambien el corazon?… Rodrigo, su mejor amigo, esta completamente convencido de que un amor tan acelerado terminara por romperle el corazon, pero ella cree que a pesar de quedarse sin suspiros de tanto llorar, su corazon es aun capaz de vivir un gran amor. ?Quien tendra la razon?

  • 10 dias para navidad de Carmen Amil

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    Christine se encuentra, de repente y sin saber muy bien como, regentando una casa rural en un pueblo de las montanas. Debido a una mala experiencia, ha perdido el espiritu navideno. Hasta que aparece Jaime, que parece empenado en conseguir que Christine vuelva a creer en la Navidad. Tiene un plan para cada uno de los diez dias que le quedan en el pueblo, pero… ?conseguira que Christine recupere su pasion por estas fiestas?

  • Una noche perfecta de Christian Martins

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  • Mi hermana, asesina en serie de Oyinkan Braithwaite

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    Apuesto a que no sabiais que la lejia enmascara el olor a sangre. La mayoria de gente la utiliza indistintamente y da por hecho que es un producto que sirve para todo. No se molestan en leer la composicion en la etiqueta, ni en volver a echar un vistazo a la superficie que acaban de limpiar. La lejia desinfecta, pero para eliminar residuos no es ninguna maravilla. Por eso no la uso hasta haber eliminado cualquier rastro de vida y de muerte del cuarto de bano. Es evidente que lo han reformado hace poco. Tiene ese aspecto de no haberse utilizado nunca, sobre todo despues de haberme pasado casi tres horas limpiandolo. Lo mas complicado ha sido llegar a la sangre que se habia filtrado entre el plato de ducha y la junta, un sitio facil de descuidar. No hay nada sobre ninguna superficie: el gel, el cepillo de dientes y la pasta dentifrica estan guardados en el armario que hay sobre el lavabo. Luego esta la alfombra de ducha: una cara negra sonriente dentro de un rectangulo amarillo en una habitacion por lo demas blanca. Ayoola esta sentada sobre el asiento del inodoro, con los pies arriba, abrazandose las rodillas. Se le ha secado la sangre del vestido y no hay riesgo de que gotee sobre el suelo blanco y, ahora, brillante. Lleva las rastas recogidas en un mono para que no rocen el suelo y no deja de mirarme con sus grandes ojos marrones. Le da miedo que este enfadada, que cuando termine lo que estoy haciendo le eche un sermon. Yo no estoy enfadada. En todo caso, estoy cansada. Me cae el sudor de la frente al suelo y lo limpio con la esponja azul. Cuando me ha llamado estaba a punto de cenar. Habia dejado todo preparado en la bandeja: el tenedor a la izquierda del plato, el cuchillo a su derecha. Habia doblado una servilleta en forma de corona y la habia colocado en el centro. Habia pausado la pelicula en los creditos iniciales y el temporizador del horno acababa de sonar cuando mi telefono ha empezado a vibrar violentamente sobre la mesa. Cuando llegue a casa, la cena ya estara fria. Me levanto y aclaro los guantes en el lavabo, pero no me los quito. Ayoola mira mi reflejo en el espejo. --Tenemos que mover el cuerpo --le digo. --?Estas enfadada conmigo? Quiza una persona normal lo estaria, pero ahora lo que siento es la urgente necesidad de deshacerme del cuerpo. Cuando he llegado, lo hemos transportado hasta el maletero de mi coche para poder limpiar y fregar sin tener que estar soportando su fria mirada. --Coge tu bolso --respondo. Volvemos al coche y el sigue en el maletero, esperandonos. A estas horas de la noche, en el Puente Continental 3 apenas hay trafico y, como no hay farolas, esta muy oscuro, pero mas alla del puente se ven las luces de la ciudad. Lo llevamos al mismo sitio donde llevamos al ultimo: lo lanzamos y cae al agua. Por lo menos no estara solo. Se ha filtrado un poco de sangre en el revestimiento del maletero. Ayoola se ofrece a limpiarla, porque se siente culpable, pero yo le quito la mezcla de las manos. La he preparado yo misma con una cucharada de amoniaco y dos de agua. La echo sobre la mancha. No se si en Lagos tienen la tecnologia necesaria para llevar a cabo una investigacion rigurosa de una escena del crimen, pero Ayoola nunca podria limpiar de manera tan eficiente como yo. LA LIBRETA --?Quien era? --Femi. Estamos en mi habitacion y yo escribo el nombre. Ayoola esta sentada con las piernas cruzadas en mi sofa, descansando la cabeza sobre el respaldo del cojin. Mientras se banaba, he quemado el vestido que llevaba y ahora se ha puesto una camiseta rosada y huele a polvos de talco. --?Y su apellido? Ella arruga la frente, aprieta los labios y sacude la cabeza, como si intentara lograr que el apellido salte del fondo del cerebro hasta la parte frontal. No le sale y se encoge de hombros. Yo deberia haber cogido su cartera. Cierro la libreta. Es pequena, mas que la palma de mi mano. Una vez vi un video de TEDx en que un hombre afirmaba que le habia cambiado la vida el hecho de llevar una libreta encima y anotar en ella un momento feliz cada dia. Por eso la compre. En la primera pagina, escribi: <>. Desde entonces no he escrito practicamente nada en ella. --No es culpa mia, ?sabes? Pero yo no lo se. No se a que se refiere. ?A su incapacidad de recordar el apellido? ?O a su muerte? --Cuentame que paso. EL POEMA Femi le habia escrito un poema. (Ella recuerda el poema, pero no su apellido. ) Te reto a que encuentres un defecto en su belleza; o a dar a luz a una mujer capaz de estar a su lado sin palidecer. Se lo habia dado escrito en un trozo de papel dos veces doblado que recordaba a nuestra epoca en el instituto, cuando los adolescentes se pasaban notas de amor en la ultima fila del aula. Todo eso la habia conmovido (pero vamos, a Ayoola siempre le conmueve que alaben sus meritos), de modo que habia aceptado ser su novia. Cuando cumplieron un mes de relacion, ella lo apunalo en el bano de su piso. No era su intencion, por supuesto que no. El se habia enfadado y le gritaba en la cara con su aliento caliente que apestaba a cebolla. (Pero ?por que llevaba la navaja?) Era por proteccion. Con los hombres nunca se sabia, querian lo que querian cuando lo querian. Ella no pretendia matarlo, solo ahuyentarlo, pero a el no le habia asustado su arma. Media mas de metro ochenta y ella le pareceria una muneca, con su cuerpo pequeno, sus pestanas largas y sus carnosos labios rosados. (Descripcion de ella, no mia.) Lo mato con la primera punalada, directa al corazon. Pero despues le asesto dos mas para asegurarse. El cayo al suelo y ella solo oia su propia respiracion. CUERPO ?Este os lo sabeis? Entran dos chicas a una habitacion. La habitacion esta en un piso situado en una tercera planta. En la habitacion hay un cadaver de un hombre. ?Como llevan el cuerpo hasta la planta baja sin ser vistas? Primero, reunen el material. --?Cuantas sabanas necesitamos? --?Cuantas tiene? Ayoola salio corriendo del bano y volvio armada con la informacion de que habia cinco sabanas en el armario de la colada. Yo me mordi el labio. Necesitabamos muchas, pero me daba miedo que su familia sospechara si la unica sabana que quedaba era la que tenia puesta en la cama. Para el hombre promedio eso no hubiera sido nada peculiar, pero este era meticuloso. En la estanteria los libros estaban ordenados alfabeticamente por autor. En el bano tenia la gama completa de productos de limpieza; hasta compraba el mismo desinfectante que yo. Y la cocina estaba reluciente. Ayoola parecia estar fuera de lugar, como una plaga en una existencia por lo demas pura. --Trae tres. Segundo, limpian la sangre. Absorbi la sangre con una toalla y la escurri en el lavabo. Repeti la operacion hasta que el suelo quedo seco. Ayoola rondaba por alli, se apoyaba en un pie y luego en el otro. Yo ignore su impaciencia. Se tarda mucho mas en deshacerse de un cuerpo que de un alma, sobre todo si no quieres que quede ningun rastro de juego sucio. Pero yo no dejaba de lanzar miradas al cadaver desplomado, apoyado contra la pared. No podria hacer un trabajo riguroso hasta que el cuerpo estuviese en otro sitio. Tercero, lo convierten en momia. Extendimos las sabanas en el suelo ya seco y ella enrollo el cuerpo. Yo no queria tocarlo. Distingui su torso esculpido por debajo de la camiseta blanca. Parecia un hombre capaz de sobrevivir a un par de heridas, pero lo mismo podia decirse de Aquiles o de Cesar. Era una pena pensar que tras la muerte, su espalda ancha y sus abdominales tonificados irian menguando hasta quedar reducidos a poco mas que hueso. Cuando llegue, le comprobe tres veces el pulso, y despues otras tres mas. Podria haber estado durmiendo, con aquel aspecto tan apacible. Tenia la cabeza hacia delante, la espalda curvada contra la pared y las piernas de lado. Ayoola empujaba el cuerpo hacia las sabanas con la lengua fuera. Se limpio el sudor de la frente y se mancho de sangre. Doblo un trozo de sabana y cubrio el cuerpo con ella, ocultandolo de la vista. Despues la ayude a hacerlo rodar y a envolverlo firmemente entre las sabanas. Nos pusimos de pie y lo miramos. --?Ahora que? --pregunto.

  • El rey del hampa de Marcia Cotlan

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    Paddy entro en El tuerto Joe, la taberna mas famosa del puerto, y se dirigio a la mesa del fondo, donde un hombre alto, vestido de negro y con gesto taciturno, fumaba un cigarro y bebia whisky. El local olia ligeramente a vinagre y la madera del suelo crujia con cada paso. --Acabamos de hablar con Robert Penrose, jefe. Dice que hay unas cuantas partidas de naipes importantes a la vista y que podra reunir el dinero. Pide un par de semanas mas y pagara los intereses por el retraso. --Paddy era un hombreton robusto, aunque no demasiado alto. Su poblada barba pelirroja ponia de manifiesto su origen irlandes. Cuando estaban en publico, siempre llamaba jefe a su amigo, pero en privado utilizaba su apellido: Raven. --?Le ensenaste a ese cabron estirado lo que ocurre cuando no me pagan a tiempo? --Los ojos del hombre eran dos brasas. Tan oscuro estaba el local que cada vez que daba una calada al cigarro, se le iluminaba brevemente el rostro haciendolo parecer un demonio. No prestaba demasiada atencion a Paddy. Estaba mirando a la tabernera que, a su vez, se lo estaba comiendo con los ojos. Su voz profunda y varonil habia hecho que la mujer se estremeciera. --Claro, jefe --respondio Paddy, frotandose un puno y sonriendo--. Le hemos dado lo suyo. --De acuerdo, entonces. Dale esas dos semanas de plazo. Si despues no paga… --No pagara, jefe --se atrevio a interrumpirlo Paddy--. Ese bastardo de Penrose cree que podra ganar haciendo trampas, pero lo que no sabe es que Malone jugara con el, y no hay tramposo que se le escape a Malone. --Raven miro a Paddy pensativo. --Tendremos que ayudarlo entonces. Hay que asustarlo lo suficiente como para que se concentre. Si se juega algo que le duela mas que su propia vida, tal vez se convierta en un mejor tramposo. Dicen que los aristocratas dan mucha importancia a eso del honor. --Dio una calada al cigarro y sus ojos relumbraron en la oscuridad de la taberna--. Debe de tener una esposa, quizas no la ame, pero hara lo que sea para que no se sepa que la secuestraron. Su honor quedaria manchado para siempre. Traela, eso le hara saber que vamos en serio. Paddy asintio. Raven se levanto, con el cigarro aun entre los labios, y se dirigio a la tabernera. Ella le sonreia con ojos lujuriosos. Casi de forma inconsciente, la mujer se atuso el cabello ligeramente despeinado y se paso la lengua por los labios. --?Como te llamas? --le pregunto el, que acaba de comprar la taberna y aun no conocia a sus empleados. --Millisent, mi rey --le dijo la joven, melosa, mientras contenia la respiracion para elevar su ya de por si abundante busto. --?Soy tu rey? --le pregunto con la voz fria, casi indiferente. --Por supuesto, Raven --respondio ella como si ya lo conociese--, sois mi rey y el rey de todos nosotros. El rey del hampa --le dijo; el torcio la boca en lo que podria haber sido considerado como una sonrisa, aunque no era mas que una mueca. --Ven --le dijo a la tabernera. Ella salio de detras de la barra. El le puso la mano al final de la espalda, casi en el trasero, y la empujo delicadamente escaleras arriba. Cuando habia llegado al primer piso y ya estaba fuera del alcance de la vista de Paddy, dijo en voz elevada, pero sin llegar a gritar--: Paddy, trata bien a la esposa de Penrose. Ella no es culpable de haberse casado con un maldito hijo de perra tramposo. El hombre vestido de negro era, efectivamente, el rey del hampa. Tenia veintiseis anos y la dureza de su gesto demostraba todo lo que habia tenido que pasar hasta llegar a su posicion actual. Nadie controla a los maleantes de Londres si no tiene mano de hierro. Lo apodaban El Cuervo. Si le preguntabas a alguien el motivo de tal apodo, te decia que se debia a que siempre vestia de negro o a que, cuando aparecia en persona para ver a alguien, nunca traia buenas noticias. Pero en realidad el mismo se habia hecho llamar El Cuervo debido a su apellido: Raven. William Raven, ese era su nombre, pero casi nadie lo sabia ni lo habia utilizado nunca. Solo su madre, cuando era nino, lo llamaba Billy. Margaret Raven, su madre, habia sido prostituta. William era hijo de alguno de sus clientes, ella nunca supo decir de cual, porque era una moza atractiva y bastante solicitada en el burdel en el que trabajaba. Recordaba de su madre las caricias y los besos, la sensacion de amparo que suponia dormirse entre sus brazos. Esas sensaciones habian durado poco, ya que ella comenzo a escupir sangre un invierno y habia muerto antes de llegar la primavera. Raven tenia ocho anos y tras su muerte empezo a vivir en la calle, a robar para poder comer, a imponerse al resto de muchachos para que ellos no se impusieran a el. Su constitucion fuerte y su altura le hicieron un gran favor: era facil infundir miedo con tal envergadura corporal. Media mas de un metro noventa, sus hombros eran anchos y los musculos de su cuerpo parecian esculpidos a cincel. Incluso vestido de negro y con el gesto constantemente tenso (ceno fruncido y boca apretada) era un hombre tan atractivo que cortaba la respiracion. <>, solia decir cuando alguien le pedia mas tiempo para pagar una deuda o imploraba su perdon tras intentar traicionarlo. Y ciertamente no lo era. Habia hecho lo que habia tenido que hacer para llegar donde estaba: robar, golpear y asesinar. Solo por eso seguia vivo, porque cuando habian querido robarle, golpearlo o matarlo, el habia sido mas rapido. En eso consistia la supervivencia. Tambien seguia vivo porque habia sabido rodearse de amigos leales: Paddy y Alistair eran sus inseparables. Pero al igual que su dureza y crueldad eran legendarias en los bajos fondos londinenses, tambien era famosa su extrema amabilidad con las prostitutas, que tanto le recordaban a su madre. Nadie habia vuelto a golpear a una prostituta desde que el mandaba en los bajos fondos. Pero tampoco les permitia a ellas burlarse de el. Lo temian tanto como lo deseaban y jamas se hubiesen atrevido a traicionarlo. Todas, sin excepcion, esperaban ser las elegidas de Raven, que un dia entrase en uno de los burdeles y subiera con ellas a los cuartos. Pero Raven nunca se acostaba con prostitutas, precisamente porque le recordaban a su madre. Y como los hijos de ellas le recordaban a si mismo, no habia nadie mas generosos que el con aquellos chiquillos. Con todos los chiquillos de los bajos fondos, en realidad. <>, le decia Alistair lleno de orgullo. Alistair era la voz de la conciencia de Raven y aunque era un incordio soportar a veces sus sermones, el rey del hampa siempre lo escuchaba para no perder demasiado el contacto con la realidad. Raven era un hombre cruel, tenia que serlo, pero queria que alguien le marcase los limites de tal crueldad y no habia nadie como Alistair para ese cometido. *** Rosalind Penrose habia llegado puntual a la cita, como era su costumbre. El anciano senor Havisham la hizo pasar a su despacho. Era pequeno y oscuro, y los muebles tenian muchos anos y demasiado uso. --?Tiene algo para mi, senor? --le pregunto la joven, ansiosa. --Me temo que no, milady. La mayoria de las familias piden institutrices con experiencia y por muy buenas que sean mis palabras sobre vos, cuando se enteran de que nunca antes habeis trabajado, os desechan. Lo siento. --Y realmente lo sentia. Aquella joven dama le parecia muy agradable y necesitada de trabajo. Era una lastima que una muchacha asi se viese obligada a trabajar por culpa de un hermano calavera que habia dilapidado la fortuna familiar en las mesas de juego. Queria ayudarla de verdad. Fue entonces cuando penso en su cunado--. Aunque quizas haya algo… Si no os importa viajar, claro. --Expliquese, por favor --rogo ella con un brillo de esperanza en los ojos. --Mi cunado Arthur ha hecho una considerable fortuna con un negocio de maderas, pero como usted bien sabra, no todo en esta vida lo puede comprar el dinero. No compra, por ejemplo, la clase. Mi cunado quiere contratar a alguien que eduque a sus dos hijas y que les de a el y a mi hermana algunas lecciones de como comportarse, pero en Nueva York no encuentra a nadie dispuesto a ello. Las institutrices mas cualificadas consideran que trabajar para una familia como la de mi hermano es rebajarse. --?Nueva York? --pregunto ella decepcionada, a pesar de que deseaba desde hacia tiempo conocer la ciudad, pero no era el momento adecuado--. Me temo que no puedo irme tan lejos, senor Havisham. Mi hermano… --Perdonad que os interrumpa, milady, y perdonad por lo que voy a deciros, pero vuestro hermano no es digno de que sigais sufriendo por el. Si no os alejais, acabara arrastrandoos en su caida --le dijo con sinceridad el anciano. --Lo se, senor Havisham, pero, aun asi… --Ella habia bajado la mirada y la tenia fija ahora en la gastada alfombra del despacho. Parecia consternada. --Hagamos una cosa. Os lo pensais, y si no tengo noticias vuestras en una semana, eso me indicara que no aceptais la propuesta. Teneis siete dias para pensarlo. --De acuerdo --dijo ella, aun con el animo decaido. Se levanto de la silla raida y se dirigio a la puerta--. Buenas tardes y muchas gracias

  • Mutatis mutandis (Versos, canciones y trocitos de carne) de Cesar Perez Gellida

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  • Llevame al cielo de Carla Guelfenbein

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  • Amame una noche mas de Alexandra Black

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    Londres, 1847 --Es evidente que las mentes femeninas son debiles e incapaces de asimilar cualquier aprendizaje. --Malcom Sedford, conde de Tamworth, hincho el pecho, orgulloso de si mismo por haber expresado aquellas palabras--. De hecho, basta con ensenarles a leer y escribir. Un aprendizaje mas amplio podria ser perjudicial para ellas. John River, sentado al otro lado de la sala, lo miro con incredulidad. ?Como podia hablar de aquel modo y mostrarse tan satisfecho despues de haber dicho semejante barbaridad? --?Esta diciendo que todas las mujeres son estupidas? --pregunto doblando el periodico--. ?O lo que quiere decir con sus palabras es que prefiere a una mujer tonta a su lado porque asi no se notara su propia estupidez? Lord Tamworth abrio la boca para contestar, la cerro de nuevo porque no encontraba las palabras adecuadas para hacerlo y la abrio otra vez, aunque su respuesta no fue ni todo lo ingeniosa que le habria gustado ni todo lo confiada que tendria que haber sido. --?Me esta llamado tonto, senor River? John enarco una ceja en un gesto burlon que no paso desapercibido para ninguno de los presentes. Todo el mundo conocia la mala relacion entre los dos hombres, asi que no era raro que se enzarzasen en alguna disputa de la que el conde jamas salia airoso. --En absoluto, milord. ?Acaso le ha dado esa impresion? El tono utilizado y la expresion socarrona sacaron de quicio a lord Tamworth, que estuvo a punto de abalanzarse sobre el. Si no lo hizo, fue porque sabia que saldria perdiendo en la contienda. Todos alli conocian la habilidad del senor River con los punos. Hubiese aprendido donde hubiese aprendido, no habia sido en un club de caballeros, pues era capaz de volar por el aire y golpear a sus oponentes desde posiciones imposibles. Las malas lenguas decian que lord Mersett habia sido su maestro, pero nadie podia afirmarlo con seguridad. Las burlas de John River hacia lord Tamworth eran habituales y, a pesar de ello, este era incapaz de defenderse en condiciones. Aunque, en opinion de los presentes, el mismo conde se buscaba aquello, pues sus disertaciones sobre distintos temas solian ser tan pretenciosas como erradas. Aunque eso no queria decir que no estuviesen de acuerdo con el en cuestiones como las relacionadas con las mujeres. De hecho, solo el senor River parecia creer que estaba equivocado. --?Que tipo de mujer querria usted a su lado, senor River? --pregunto lord Seth Brangwen, futuro cunado del conde de Tamworth. John se volvio hacia el y sonrio. --Solo quiero a alguien que camine a mi lado y con quien pueda compartir mi dia a dia. Una mujer inteligente que no tenga miedo de mostrar su valia frente a mi. No soportaria que ocultase su inteligencia o sus capacidades solo para evitar que yo me sienta estupido. --Miro a lord Tamworth con sorna--. Valoraria sobremanera a una mujer asi. Un murmullo de desaprobacion recorrio la sala. --Cada vez que habla me hace pensar que cree que las mujeres pueden ser iguales que nosotros --respondio el joven--. Es un pensamiento peligroso, pues ellas mismas podrian creer que algun dia llegaran a serlo. --Me parece mucho mas peligroso negar la evidencia, milord. Creer que todas las mujeres son estupidas para enaltecer su propio ego es tan injusto como absurdo. Pero peor me parece obligarlas a vivir en un estado de infancia perpetua y hacerlas creer que son incapaces de valerse por si mismas cuando no es asi. Otro murmullo de desaprobacion recorrio el salon. Nadie estaba de acuerdo con el, pero aquello no era una sorpresa. Estaba acostumbrado a ver aquellas expresiones horrorizadas, como si sus palabras fuesen capaces de abrir un agujero en el suelo que los conduciria directamente a un averno dominado por mujeres dispuestas a hacerlos pagar por sus pecados en la tierra. --Digame entonces, senor River, ?como podrian defenderse unas criaturas tan delicadas en un mundo tan peligroso como este? John se volvio hacia el hombre que le habia hablado y sonrio con amargura. --Lord Bromley, nosotros somos el mayor peligro para ellas, asi que el primer paso seria dejar de comportarnos como bestias y empezar a respetarlas. El segundo, dejar de tratarlas como criaturas delicadas. No son ninas, no son objetos fragiles y no necesitan nuestra proteccion constante. Al final lo que hacemos es protegerlas de otros hombres. ?Acaso no advierte a sus hijas de lo peligroso que es para ellas quedarse a solas con un hombre? ?No les ha explicado que deben ir siempre acompanadas y que nunca, jamas, deben salir a la calle de noche y mucho menos solas? ?Lo hace acaso por los peligros que representan la luna o las estrellas? ?O lo hace porque teme la posibilidad de que un hombre les haga dano? Lord Bromley se sonrojo, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a ceder. ?Peligrosos ellos? Ellos no representaban ningun peligro para las mujeres, pues eran hombres honrados. Mas horas antes los mas jovenes del grupo habian hecho una apuesta sobre quien seria el que conseguiria los favores de una joven debutante que parecia muy receptiva a las atenciones masculinas. Era asqueroso. Mientras ellos debatian con enojo sus palabras, John regreso a la lectura del periodico, ajeno a lo que sucedia a su alrededor. Estaba acostumbrado a que se alterasen los animos cuando hablaba, asi que le importaba mas bien poco el resultado de todo aquello. Herir su fragil ego era como un deporte para el y lo que sucediese despues era irrelevante. Mientras desplegaba el diario, lanzo una mirada al conde de Tamworth. El solia ser el objeto de sus burlas, aunque le aburria sobremanera que no fuese capaz de rebatir sus argumentos. Se indignaba, gritaba, lo senalaba con el dedo... Era un autentico memo que habia tenido la suerte de nacer en una buena familia, porque de haber tenido que vivir lo que el habia vivido, se habria muerto de hambre. John despreciaba a buena parte de aquellos nobles porque le parecia que su simple existencia era un desperdicio de espacio en el mundo. Vivian para gastar el dinero de sus familias sin preocuparse de nada mas que de si mismos. Tamworth, por ejemplo, estaba comprometido con lady Skye Brangwen, la hermana pequena de lord Seth Brangwen. Tras casi seis anos de compromiso, todavia seguia evitando dar el paso definitivo porque mantenia una relacion con una mujer casada. Ambos esperaban el fallecimiento del esposo de esta, para lo cual faltaba mas bien poco, pues era casi cuarenta anos mayor que ella. En cuanto eso sucediese, no dudaria en romper el compromiso, lo que pondria en una situacion muy complicada a lady Skye. Si ya se habian esparcido todo tipo de rumores debido al hecho de que todavia no hubiesen puesto fecha para la boda, no se queria imaginar en que situacion quedaria ella por culpa de aquel descerebrado. La dama tenia veintitres anos ya y, si seguia posponiendo el momento, nadie la querria, por mas que fuese una de las herederas mas cotizadas del pais. A John le resultaba muy dificil entender por que los condes de Ryedale permitian que Tamworth tratase de ese modo a su hija. Habia algunos nobles en el grupo a los que respetaba, pues no era dado a generalizar. El conde de Waverley, por ejemplo, era un hombre serio y sensato que no se dejaba llevar por la estupidez de sus amigos. Siempre se mostraba respetuoso con los demas y ayudaba a su padre a gestionar las propiedades de la familia. Su hermano, en cambio, era un cabeza hueca que no sabia ni atarse los cordones de los zapatos. --Senor River. --John alzo la cabeza para mirar al hombre que le habia hablado. Lord Seth Brangwen se sento a su lado tras mirar a su alrededor. Nadie les prestaba atencion, pues estaban demasiado ocupados discutiendo sobre asuntos triviales como para fijarse en ellos--. Senor River, ?sentia de verdad las palabras que dijo antes? Despacio, John plego de nuevo el periodico y se volvio a mirarlo, interrogante. --Asi es. --?Y si la mujer fuese mas rica que usted? ?La valoraria igual? --John asintio--. ?Y si fuese una gran aficionada a la lectura? --La valoraria mas todavia. --?Y a una mujer torpe con la aguja? --John asintio--. ?Y si tuviese tendencia a discutir con usted? --Mientras no sea una mujer pendenciera y maliciosa, si la valoraria. Seth sonrio, divertido. --Tengo la impresion de que, si piensa de ese modo, nunca encontrara a una mujer con la que formar una familia. John le devolvio la sonrisa. --Si es asi, entonces estare mejor solo, milord. Si quiero un florero bonito que adorne mi casa, comprare uno. No necesito a una mujer que no me aporte nada ocupando espacio en mi hogar. ?De que me serviria? Si no puedo compartir con ella mis penas y mis alegrias y ni siquiera puedo escuchar las suyas, ?para que quiero una esposa? Para eso una pared sirve perfectamente. El joven se echo a reir y sacudio la cabeza. --En verdad me gustaria verlo casado con su mujer ideal. Estoy seguro de que, a los dos dias, la consideraria un fastidio. John penso en los condes de Mersett y la maravillosa relacion que mantenian y nego con la cabeza. --Cuando un hombre piensa que su esposa es un fastidio por manifestar sus opiniones, es porque ni la quiere, ni la respeta. Sin afecto ni respeto, la frustracion en ambos ira en aumento hasta que no se soporten. Nadie quiere eso en su vida. --Sus ideas, senor River, son tan peculiares que me asustan. ?De verdad cree que las mujeres pueden valerse por si mismas? Usted sabe tan bien como yo que es imposible, pues no son mas que criaturas desvalidas. Le concedo, sin embargo, que de cuando en cuando hay alguna mujer destacable. No voy a negar ese hecho, seria absurdo. Sin embargo, son casos excepcionales. --Mis ideas, milord, no son nada nuevo. Mary Wollstonecraft ya las mencionaba en la Vindicacion de los Derechos de la Mujer, yo solo me he apropiado de algunas de ellas y las he adaptado a mi conveniencia. Seth lo miro horrorizado. --!Incluso ha leido algo asi! John se echo a reir. --?Por que no deberia hacerlo? --Mi madre encontro esa aberracion en el cuarto de mi hermana y la quemo. Debo decir que los azotes que recibio fueron mas que merecidos. La expresion de John se endurecio. --?La azotaron por una simple lectura? --Una lectura peligrosa que no la beneficiaba en nada. Mis padres no podian permitir que perdiese el camino de ese modo. Por suerte ya ha recuperado el sentido comun. John lo fulmino con la mirada. --?De verdad cree que el caracter de una persona puede cambiarse con golpes? --Si se ha desviado del camino correcto, si.

  • Memorias de Corcovado – Federico Saura Quiles de Federico Saura Quiles

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    ?Que extrano ser se esconde en el interior de la jungla del Parque Nacional de Corcovado? Varios espanoles han fallecido alli por causas extranas. En este libro conoceremos la Costa Rica actual y sus raices.

  • El Hombre Sentado en el Pasillo de Marguerite Duras

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    Con la mirada indiscreta de la cineasta que tambien es, a la vez distante y comprometida en la accion, Marguerite Duras se las ingenia para sorprender a ese hombre sentado en el pasillo oscuro y a esa mujer acostada al sol en sus desgarrados encuentros amorosos, que se desarrollan en un apoteosico escenario romantico. De esta incursion de voyeur, de <> descarada, en la actividad sexual de una pareja a la que ve, cree ver o imagina, obtendremos una pequena pero no menos soberbia obra maestra del genero.

  • La pasion dormida de Nuria Rivera

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    Diego no puede creer que su novia lo plante en el altar sin explicacion. Tras varios dias de borrachera se va a Menorca a lamerse las heridas. Su hermano Javier y su amigo Sergio no lo dejan solo. No quiere nada con las mujeres. Para el cuanto mas lejos, mejor. Hasta que ella se acerco.

  • Un Instante en la noche de Erina Alcala

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    Marina y Azucena eran las mejores amigas desde que entraron en la empresa. Eran azafatas de vuelo de la empresa Norweigan, de Noruega, que se habia implantado en Espana. Ellas eran sevillanas y habian estudiado para ser azafatas. La vida de Azucena era viajar, ya desde pequena queria serlo cuando sus padres le regalaron una muneca azafata con un avion. Le encantaba viajar y ademas como siempre si los vuelos eran largos, tenian unos dias, visitaban la ciudad, salian, a veces se acostaban con chicos... Azucena, era morena de 1,70, de estatura, morena con el pelo largo y unas piernas preciosas, unos ojos color miel y nariz pequena. Marina, su amiga, era solo un poco mas bajita, con los ojos marrones y era muy atractiva. Tenia el pelo rubio con mechas por media espalda. Ambas eran de pueblos diferentes, mientras Azucena era de Camas, un pueblo al lado de Sevilla, Marina era de Santiponce, a tres kilometros de Camas y al lado tambien de Sevilla. Por eso el dia que hicieron el examen para entrar como azafatas en la compania aerea, como eran de pueblos cercanos, empezaron a hablar y se dieron los telefonos y asi se hicieron amigas. Luego tuvieron la suerte de volar en el mismo avion, ya que iban dos azafatas y dos auxiliares por vuelo. No podian ser mas felices. Llevaban ya un ano trabajando y estaban contentas. Tenian 25 anos y muchas formas en comun, sobre la vida y los chicos, incluso sobre politica coincidian. Era fantastico, tenian pensado alquilar un piso para vivir solas en el centro de Sevilla e independizarse y en cuanto tuvieran vacaciones o algunos dias libres, iban a mirar pisos. La compania Norwegian, era una de las flotas mas nuevas y respetuosas con el medio ambiente del mundo. La flota de Norwegian estaba compuesta por mas de 140 aviones, entre los que se incluian Boeing 737-800 que operaban en los vuelos de corta distancia y Boeing 787 Dreamliner, que operaban en los de larga distancia, que es donde ellas viajaban. Con una flota que tenia una edad media de 3,8 anos, Norwegian contaba con una de las flotas mas jovenes y ecologicas del mundo. Los aviones nuevos eran una apuesta segura para el confort de los pasajeros, su bolsillo, el ambiente y los costos de la empresa. Aviones eficientes en el uso de combustible y utilizan menos tiempo de viaje. Sus viajes, se hacian por toda Europa, Tailandia, Oriente medio, Norte de Africa, Estados unidos, Argentina, Brasil, por supuesto en Europa en Noruega, de donde era originaria la compania. Estaban contentas. Ganaban un buen sueldo, unos 3000 euros mensuales, mas dietas y hoteles si se quedaban. Los auxiliares menos y los pilotos mas. El que mas ganaba era el comandante. Sus viajes generalmente eran Noruega-Sevilla. Y sus uniformes eran preciosos: Falda azul, chaqueta azul con una franja en los bolsillos de arriba y abajo, blanca, y un gorrito azul con una franja roja como los guantes. Eran elegantes y si algun mes las cambiaban de ruta, no les importaba. Les habian dado alguna vez Tailandia y otra Estados Unidos. Pero generalmente era a Noruega y alli se quedaban algunas noches. Al menos una. O ninguna, si habia vuelos. Una de esas noches, salieron por Oslo, era verano y hacia fresco. Se habian quedado en un hotel, porque se quedarian el viernes por la noche y el sabado y el domingo al mediodia volaban de vuelta a Sevilla. Habian ido y vuelto, tres viajes el mismo dia, por eso tenian esas noches de descanso. Cuando eso ocurria les daban un hotel con habitacion individual a cada una. Llegaron muertas y casi se hacia de noche. -?Vamos a cenar?- dijo Marina. -Si, aprovecharemos, que casi nunca nos quedamos en Oslo de dia. Manana podemos ver algo. -Vamos a salir, nos duchamos y preguntamos por alguna discoteca y un restaurante. O sitio barato donde podamos comer. -Guarda las facturas. Y en una hora salian con los datos que el chico del hotel les habia dado, en ingles, estaba terminando de estudiar noruego, lo necesitaban. Sabian ingles, castellano, aleman, frances y noruego aprendiendo, y algo de italiano por si acaso. Siempre tenian algun idioma por aprender. Les gustaba mucho. Y en vacaciones tenian un billete gratis ida y vuelta donde quisieran, dentro de donde la compania viajaba. Y otro en Semana Santa, pero no iban porque la Semana Santa de Sevilla era para quedarse. Y aprovechaban para irse unos dias. Estuvieron comiendo en una cafeteria, preciosa, !como no!, salmon, como unas tapas, una especie de salmon noruego batido y bacalao rebozado. Y pidieron un postre de chocolate parecido al Brownie. Luego pagaron, se lavaron los dientes y se pintaron, un retoque. Tomaron un taxi y le dieron la direccion al taxista de la discoteca a la que querian ir. Habia gente en la puerta y tuvieron que hacer cola. Aquello era inmenso y habia como cinco salas distintas, de distinto tipo de musica. -Marina, no muy ruidosa, por favor. -Le dijo Azucena. -Hay salsa, !No me lo puedo creer! Les gusta la musica latina. -Pues vamos a esa. Y estuvieron bailando, tomaron una copa. -?No vamos a ligar, Azucena? un fiordo grande, mujer. Y Azucena se reia. -Mira esos, son dos, y estan solos, ?Te gusta el rubio?-Le dijo Marina. -Son los dos rubios. -Te dejo el mas alto para ti. -?Por que? -Porque tiene los ojos azules y a ti te gustan con ojos azules y es guapo. -!Que cara tienes! Es porque te gusta el otro de ojos verdes. -Anda si, dejamelo. -Bueno... -Echamos un polvo si cae. -?Por que no?, yo hace ya mas de dos meses que no tengo nada. -Esta sera nuestra noche, nuestra gran noche, -Decia Marina. Azucena pensaba que su amiga estaba loca, pero era tan atrevida, que fue y se sento con los chicos chapurreando ingles y noruego, y la senalo a ella. Y la llamo y ella se sento al lado del mas alto, la verdad que el tio era un tipazo, al menos media un metro noventa. Era atractivo, pero mas serio. Le pregunto como se llamaba. -Me llamo Olav-dijo en un perfecto ingles. -Yo Azucena. -Encantado Azucena, -y le dio la mano. Una mano suave, y olia tan bien... -?Que edad tienes? -25 anos ?Y tu? -29 anos. -Pero no sois de aqui. -No, somos azafatas de vuelo, pero hacemos la ruta Espana-Oslo, en realidad Sevilla-Oslo, otras Sevilla-Las islas canarias-Sevilla-Oslo. -?Soy espanolas? -De Sevilla -y Olav saco su movil y miro. -Ahi es. -El sur. -Si, exacto. Y tu, ?a que te dedicas? -Tengo con Kell, mi companero una empresa de videojuegos. -?Si??De vikingos? Y se rio. -Tambien. -?Por que estais en la sala de salsa? -Me gusta la musica latina. -No me digas que sabes bailar... -Me defiendo. -Pues venga hombre, vamos a bailar -y estuvieron bailando y a pesar de ser tan alto bailaba muy bien y cuando miro a su amiga se estaba besando la tia con el otro noruego. Olav tambien se dio cuenta. -?Damos un paseo fuera?

  • El secreto de la highlander (Al tiempo del highlander 2) de Mariah Stone

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    --!C! Marjorie gimio. Debia estar sonando. ?Por que otro motivo oiria el llamado a guerra de su clan? El colchon de paja le rasgunaba la piel. La habitacion estaba en silencio y olia al polvo acumulado en las cortinas del dosel. ?Estaba sola? Intento abrir los parpados, pero le pesaban, y de pronto recordo… Si abria los ojos, podia verlo a el. Y el querria golpearla de nuevo. O tomarla de nuevo. <>. Queria perderse en el olvido oscuro y entumecedor. El olvido le permitia estar lejos del dolor que sentia en todo el cuerpo. Un sonido extrano le lleno los oidos, y se aferro a el como si estuviera al borde de un precipicio. El ruido venia de afuera y de abajo. Gritos de dolor. Varias espadas chocando contra otras. Y, de pronto… --!Cruachan! --En esta ocasion, el grito se oyo mas fuerte y mas cerca. Era el coro de varios hombres. ?Acaso se lo estaba imaginando? ?Estaba tan desesperada y quebrada que estaba sonando con su hogar? El aire olia a humo. Varios pasos resonaban contra el piso de piedra al otro lado de la puerta de la habitacion en la que la tenian prisionera. La puerta se abrio, y el enrejado de hierro solto un chirrido. Luego se cerro. Ese sonido, el de esa puerta, significaba una cosa: <>. Y si el se encontraba alli, seria para causarle dolor. Unos pasos rapidos y pesados se aproximaron. El hombre respiraba agitado y caminaba de un lado al otro de la habitacion. La cota de malla hacia un sonido metalico. Aun no la habia tocado, de modo que quizas no habia venido por ella. <> Afuera, los gritos se intensificaron. Algo pesado arremetio contra la madera. --!Cruachan! <>. La esperanza florecio en el pecho de Marjorie y le dio fuerzas. Abrio un solo ojo, pues el otro estaba hinchado y cerrado, y volvio la cabeza hacia la luz que se colaba por la ventana. Alasdair MacDougall recorrio la dura pared de piedra oscura. Tenia las fosas nasales dilatadas, la mirada perdida y el cabello oscuro despeinado bajo la cota de malla que le cubria la cabeza y los hombros. Tamborileaba la hoja plana de la espada contra la mano. La miro de reojo y se congelo durante un instante, con el rostro inexpresivo. --?Estas despierta, zorrita? --Cruzo la distancia que los separaba con tres zancadas. Aunque no le quedaban fuerzas en el cuerpo, Marjorie se incorporo en la cama para intentar alejarse de el lo mas posible. La manta que la cubria se cayo, y sus muslos desnudos, cubiertos de sangre seca, destellaron en tonos blancos, rojos y amarronados. Se queria cubrir, pero se sentia muy debil. El aroma de el, con el que ya estaba familiarizada, se impregno en el aire; apestaba a sudor y almizcle masculino. Dejo caer la espada, que aterrizo en el suelo con un fuerte ruido metalico. Con una mano, la sujeto del cabello y con la otra, la abofeteo. Una oleada de dolor cegador le atraveso la cabeza. Luego la golpeo del otro lado. Marjorie sintio que los ojos le explotaban dentro del craneo. Sin embargo, no lloro. Alasdair la jalo del cuero cabelludo para acercarla a su rostro, y ella sintio su mal aliento: una mezcla de cerveza, alcohol y carne con cebollas. --?Estas contenta ahora, princesita? Creiste que eras demasiado buena como para aceptar mi propuesta, pero ahora todos veran la zorra que eres en realidad. No vales nada. Ella tomo aire para llenarse los pulmones. --?De que hablas? --se las ingenio para preguntar. --El clan Cambel esta llamando a nuestra puerta. Pero mientras yo te tenga, tengo el poder. Que el dijera que su familia habia venido a buscarla era muy distinto a que ella lo pensara o lo imaginara. Era un hecho real. Habian venido. Marjorie sonrio y se rio abiertamente en su cara. Junto saliva en la boca y le escupio una mezcla de saliva y sangre en el rostro antes de romper a reir mas fuerte. El esfuerzo le causo dolor, pero a la vez le trajo alivio. Marjorie lucharia su batalla en esa habitacion mientras su clan peleaba por ella en el patio. --Se ha acabado, maldito violador --le aseguro. El rostro de Alasdair empalidecio, y ella se siguio riendo, aunque podria acabar muerta en cualquier momento. Alasdair descargo toda la fuerza de su puno contra su rostro, y Marjorie se hundio en una niebla oscura. A traves de la neblina, diviso a dos hombres blandiendo sus espadas. --!Te voy a matar, alimana! --grito alguien. El acero resono y destello contra la luz que se colaba por la ventana. Gritos de dolor le perforaron la mente. Luego oyo un aullido mortal y desesperado, y un sonido estrepitoso de algo pesado que cayo al suelo. Se desperto al oir una voz familiar que la llamaba. Una voz muy querida que habia conocido durante toda su vida. --Marjorie. Alguien le acaricio la cabeza, pero se sintio como si unas cuchillas le estuvieran atravesando la piel. Se esforzo para abrir los ojos y apenas logro levantar un parpado. Era Craig. Su hermano. Ensangrentado y lleno de moretones, se hallaba arrodillado a su lado. Le sonreia, tenia los ojos rojos y el cabello enmaranado. Las lagrimas le nublaron la vista y le hicieron arder los ojos. El estaba alli. Y eso significaba que Alasdair ya no representaba una amenaza para ella. Craig la cuidaria. La llevaria a casa. Una ola de alivio la invadio. El eco de los sentimientos de gratitud y amor le lleno el pecho. A pesar de que tenia los labios partidos y magullados, se las ingenio para sonreir. --Hermano --susurro. La puerta se abrio de par en par, y su primo Ian entro en la habitacion. Sus rizos pelirrojos estaban cubiertos de sudor y tenia el rostro lleno de cortes y moretones, pero estaba vivo. --La encontre --le dijo Craig. --Que bien. Vamonos. El camino esta despejado. Craig asintio. Marjorie supo que le estaba prometiendo que todo estaria bien. Con cuidado, la envolvio con una manta y la levanto. El dolor la atraveso. Mientras Craig se la llevaba de la habitacion, vio el cuerpo sin vida de Alasdair en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor. Le hubiera gustado sonreir y reirse, pero se sentia vacia. Craig bajo hasta el descanso de la escalera de madera, donde los hombres de su clan aguardaban de pie. La luz de las antorchas iluminaba sus rostros serios. Ian bajo las escaleras primero con la espada en alto, para asegurarse de que no hubiera mas peligros en el camino. Sin embargo, mientras Craig descendia los escalones, la lucha se fue deteniendo en el piso de abajo. Su padre se hallaba de pie en el siguiente descanso, con el rostro distorsionado de dolor al ver a su hija a los ojos. Ella intento sonreir para calmarlo y demostrarle que no estaba enfadada con el por no haberla protegido o no haber venido antes. Craig siguio avanzando, y Marjorie vio al tio Neil y sus hijos. Sus miradas reflejaban sentimientos de pena y furia. Al salir de la torre, Marjorie vio a John MacDougall, jefe del clan MacDougall y padre de Alasdair, aprisionado por dos Cambel. Se retorcia en vano, tenia el palido rostro crispado con una rabia silenciosa al comprender que su hijo debia haber muerto si Marjorie se encontraba en los brazos de Craig. MacDougall nunca debio haber permitido que Alasdair la secuestrara y la tratara de ese modo. Debio haber puesto fin a esa locura y haberla enviado a casa. John MacDougall habia consentido todo lo que le habia pasado a Marjorie. Por lo que a ella respectaba, el era tan culpable como su hijo. Craig por fin salio a la luz del dia del patio rodeado de los muros cortina de piedra, y Marjorie cerro los ojos. Muchos hombres habian muerto ese dia para salvarla, y no podia soportar ver la evidencia del hecho. No en ese momento. Craig camino un poco mas y, de pronto, se arrodillo en el suelo. Marjorie abrio los ojos. Su abuelo, sir Colin Cambel, yacia sobre el cesped tenido de rojo. Tenia una herida profunda cerca del corazon, pero ya no manaba sangre. Sus ojos estaban cerrados; su piel, palida. Estaba completamente quieto, excepto por el cabello blanquecino que el viento mecia. Craig tomo la mano de su abuelo y la apreto. Ian se detuvo al lado de ellos y apoyo una mano sobre el hombro de Craig. Craig le susurro algo a su abuelo, y Marjorie sintio que una lagrima se le deslizaba por la mejilla. Entonces, su hermano se puso de pie y camino con ella hacia los caballos y las carretas. --Tenemos una carreta para ti. Esta llena de mantas y pieles. Estaras en casa en breve. --La deposito sobre el lecho improvisado y la cubrio con las mantas. Pronto, el calor comenzo a regresar a ella. Se sintio a salvo. Y libre. Ciertamente, era libre; sin embargo, la humillacion, el dolor y el sentimiento de ser indigna le carcomian el corazon. La mantenian prisionera. Marjorie se doblo en un ovillo y comenzo a llorar. --Oh, Marjorie, tesoro, no llores. --Craig le dio una palmadita en la espalda--. Por favor, carino. Lamento mucho no haber venido antes. Hemos venido ni bien supimos quien te habia secuestrado. Marjorie no podia dejar de sollozar. Craig se sento a su lado en la carreta, la abrazo y la cubrio como una manta pesada y protectora. Cuando por fin dejo de llorar, se quedo quieta e intento acostumbrarse a la sensacion de libertad que le llenaba el pecho y que se sentia tan extrana. ?Como seria volver a estar rodeada de gente? ?Poder andar de una habitacion a otra? ?Salir a la luz del sol? ?Montar a caballo? Tras haber pasado un mes en cautiverio, penso que nunca volveria a experimentar esas cosas. Abrio los ojos y miro a Craig. El la observaba preocupado, con una mezcla de dolor y furia en los ojos. --?Que puedo hacer? --le pregunto. Marjorie nego con la cabeza. --Nada --susurro--. Me has salvado. Me has vengado. Has asesinado a ese bastardo. No hay mas nada que puedas hacer. Craig le apreto la mano y asintio. --Ahora nos enfocaremos en sanarte. Pronto volveras a ser la Marjorie de siempre. Ella tomo una profunda bocanada de aire y cerro los ojos. Por mas que le doliera admitirlo, eso nunca seria cierto. Por dentro, era una piedra: fria y dura. Nunca dejaria que un hombre la tocara. Nunca se casaria. Y nunca dejaria que nadie le volviera a hacer lo que Alasdair le habia hecho.

  • El frio invierno de Claudio Hernandez

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    El frio invierno no llego a Boad Hill solo, con el, vinieron los asesinatos. El sheriff Burt no sabe que hacer ante la primera victima que encuentran sepultada bajo la nieve, pero pronto sera una costumbre encontrar cadaveres de jovenes chicas, de la escuela secundaria New Academy. El asesino pronto recibe el apodo de Jack pies de pluma ya que no deja ninguna huella. En un pueblo “aunque el sheriff diga que es una ciudad” donde nunca ha sucedido nada, todos son ahora sospechosos. Peter, un hombre que a sus mas de treinta anos de edad sigue viviendo con su padre, lucha por ser un escritor de exito mientras esta enamorado de Ann, la hermana de su mejor amigo Denny. John, el padre de Peter esta preocupado por el futuro de su hijo y trata de quitarle de la cabeza su amor platonico. Un dia Peter roza la mano de Ann y entra en un trance fugaz que le sumerge en la mas absoluta oscuridad y despues ve como Ann es maltratada por su marido, un sadico y violento hombre que posee dos caras. Mientras tanto, los asesinatos continuan y Peter se distancia de su amada Ann y su mejor amigo Denny. Un dia, cuando el marido de Ann muere tras caerse por las escaleras de su casa, borracho, Peter corre hacia el entierro para ver a Ann notando algo extrano en ella. Le toca las manos y tras la oscuridad ve lo sucedido. Algo que tiene que ver con los asesinatos. El don de Peter para leer las mentes le permitira un dia de forma casual, descubrir al asesino. Todos le conocian a el. Pero solo Peter sabia quien era.

  • El grito de la gaviota de Emmanuelle Laborit

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    El grito de la gaviota es el testimonio de una joven que, a los veintidos anos, ha conocido
    ya la soledad absoluta, la duda y la desesperacion, pero tambien la dicha, la solidaridad y la gloria. La adolescencia y la primera juventud de Emmanuelle Laborit son la historia de una lucha por subsistir en un mundo <> y por el reconocimiento de los derechos de los tres millones
    de sordos franceses, hasta conseguir que, en 1991, se ensenara por fin en los centros de educacion para sordos el lenguaje de signos. Con este triunfo colectivo y el personal, pero no menos emblematico, de su exito como actriz teatral, El grito de la gaviota cierra significativamente un itinerario personal tan breve como intenso.

  • El asunto Danvers de Elsa Tablac

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    Mientras contemplaba el tibio anochecer sobre la City de Londres desde el piso veintiseis de la Torre NatWest, Julian Danvers noto una presencia a su espalda. No le hizo falta contemplar el reflejo en la ventana para saber que se trataba de Susan Laymon, su eficaz secretaria. Parpadeo antes de dar la espalda a la ventana, regresando bruscamente a la realidad. ?Cuantos minutos llevaba ensimismado, contemplando el ajetreo de la ciudad desde el pasillo acristalado? --Julian, son casi las nueve de la noche. Creo que me marcho ya…Si no necesitas nada mas, quiero decir --dijo Susan, con la voz algo entrecortada, fruto de un reciente catarro. Contemplo su maquillaje y su cabello rubio ceniza recogido en lo alto de la coronilla, impecables desde las nueve de la manana. --Por supuesto, Susan. Siento mucho que el dia se haya alargado. ?Sabes si ya esta aqui mi cena? La secretaria lo observo atonita. Hacia un buen rato que habia llegado la comida, encargada a traves de una app a Solomon's, uno de los restaurantes favoritos de Julian. Echo un vistazo a su mesa. Ni siquiera se habia molestado en sacarla de la bolsa de papel. O tal vez no la habia oido cuando le aviso de que la cena ya estaba sobre la mesa de su despacho. Julian contemplo el minimo gesto de decepcion en su boca y el sutil juego de miradas. Entendio a la velocidad de la luz todo lo que estaba pasando por la mente de su secretaria. No le gustaba nada que se quedase en las oficinas de Danvers Holdings hasta tan tarde, pero llevaba un par de dias consumido por todo aquel asunto del problematico informe para McKinney. Y, en un plano mas personal, por la imperiosa necesidad de deshacer de una vez por todas su compromiso con Athena Richardson, su prometida. No podia alargarlo ni un dia mas. La fecha de aquella boda que nunca tendria lugar se acercaba peligrosamente. La secretaria, ya con el bolso sobre el hombro y el abrigo en la mano, se encamino de nuevo hacia su mesa, dispuesta a organizar su cena, pero Julian se adelanto rapidamente. --No, no te preocupes, Susan. Marchate ya a casa. Yo mismo me ocupo de calentarlo todo en el microondas, faltaria mas. Ya te he entretenido demasiado por hoy --le dijo, acompanando la orden con una de las sonrisas a las que recurria para salirse siempre con la suya. Ella torcio el gesto en senal de agradecimiento, pero el cansancio era mas que obvio en cada uno de sus movimientos. En su meteorico ascenso como consultor economico siempre habia sentido debilidad por las secretarias mayores y experimentadas. Sonrio mientras la veia abandonar la oficina, apagando las luces a su paso y dejandolo en una incierta penumbra. Hacia unos anos que Susan habia pasado la cincuentena. Tecnicamente podria ser su madre --el estaba a punto de cumplir treinta y tres-- y sin embargo, despues de tres anos a su lado, seguia encontrandola atractiva. Pero nunca cruzaria ese limite con ella, a pesar de que a veces su intuicion le decia que ella lo miraba de una forma demasiado intensa. Julian metio los recipientes de carton de Solomon's en el microondas y espero a que su cena estuviese de nuevo caliente. Se rio de su ocurrencia con respecto a Susan. Jamas se le habria pasado por la cabeza tener un lio con una de sus maternales secretarias. Para regocijo de su prometida, Athena, siempre habia preferido trabajar con mujeres mucho mayores que el. Su primera asistente, Rachel, apenas se habia quedado a su lado seis o siete meses. En cambio con Susan, o con su antecesora, la nordica Kristiane --ya jubilada-- no tendria esos problemas. No sentian ese hambre por escalar profesionalmente, esa voracidad profesional que las obligaba a saltar de un empleo a otro. En su caso, necesitaba a alguien a quien pudiese confiar practicamente todas sus intimidades. Athena. Suspiro, y de repente el dolor de cabeza que habia estado atenazandolo durante toda la tarde se manifesto en forma de severo pinchazo en su sien derecha. Supuestamente todo estaba casi a punto para la boda, pero las cosas habian ido demasiado de prisa entre ellos y ahora sentia la imperiosa necesidad de echar el freno. Se sentia un cerdo por ello, y a cada dia que pasaba esa sensacion iba en aumento. No solo por el hecho de abandonarla casi a las puertas del altar, sino porque era del todo consciente de que estaba retrasandolo. La decision estaba practicamente tomada desde hacia un mes, y aun no habia reunido el valor necesario para decirselo. Para decirle que lo suyo no tenia futuro. Que no estaba preparado para el matrimonio. Aun no. Que sentia que se habian apresurado demasiado, porque apenas hacia dos anos que se conocian, y uno que habian empezado a salir formalmente. Que lo de casarse habia salido de su boca en un euforico momento durante sus ultimas vacaciones en Ibiza, bajo los efectos del alcohol. Cualquier excusa serviria. O todas a la vez. Cualquier excusa, excepto la real: que no estaba enamorado de ella. Que no la queria como ella a el. Y que en los ultimos meses habia algo de su comportamiento que no le encajaba. Obviamente, eso era lo unico que era incapaz de confesar. El "ding" del microondas lo expulso de su ensonacion. Saco los dos recipientes de carton del microondas y se dirigio de nuevo a su mesa. Realmente no sabia por que no se habia marchado a su recien estrenado apartamento en Newington, o incluso a cenar en Solomon's, en lugar de dar cuenta de aquella triste cena en una oficina gelida y fantasmal. Pero, en el fondo, sabia muy bien el motivo: era miercoles, y los miercoles Athena acudia a su apartamento para pasar la noche con el. En realidad, seria el momento perfecto para enviar la cena directamente a casa, sentarse a tener esa conversacion serena y romper con ella, pero se autoconvencio con una burda excusa: habia tenido un dia duro en la oficina. Necesitaba una copa antes de regresar a casa. O mas bien, tenia que trabajar un rato mas en el informe McKinney antes de permitirse el lujo de dormir. Noto como se le cerraba el estomago. Alli estaba Julian Danvers, inmovil, en su enorme mesa de cristal sin saber muy bien que hacer. Finalmente, agito el raton y activo la pantalla de su gigantesco ordenador Mac. Busco la aplicacion de Facetime y llamo a Athena. Su novia contesto enseguida, como siempre. Alli estaba, esperandolo en su apartamento, cada vez mas integrada en su papel de ama de casa del siglo veintiuno. Se aseguro de que la camara del ordenador recogiera sin posibilidad de duda el lugar en el que se encontraba, su oficina en la torre NatWest. Ella arrugo la nariz al verlo rodeado de comida y de papeles. --Ya... ya se lo que me vas a decir... --Lo siento mucho, carino. Aun me queda un buen rato en la oficina. McKinney me matara si no tiene sus previsiones para el proximo ano al final de esta semana. --?No te espero despierta, entonces? --Es mejor que descanses... Intentare no hacer ruido cuando llegue. Athena esbozo una triste sonrisa. --Mas bien me gustaria todo lo contrario. Que me despertases cuando llegues. Sabia muy bien por que Athena lo decia. Ya eran tres miercoles seguidos los que habia llegado tarde a casa por "quedarse trabajando hasta bien entrada la noche". Y se habia dormido en el enorme sofa del salon, con la excusa de no despertarla. Pero Athena no era idiota. A veces, si veia que podia salir beneficiada, se hacia la tonta, pero no lo era en absoluto. Sabia que algun tipo de conversacion seria se cernia sobre ellos. De hecho, hacia dias que no le consultaba nada respecto a los preparativos de la boda. Ella tambien esquivaba el tema, intentando ganar tiempo. Julian suspiro. La cena, o lo que quedaba de ella, se estaba enfriando de nuevo. La cuestion era que ya no tenia hambre. Insistio, y con ello zanjo la conversacion: --Intentare no despertarte cuando llegue a casa. Buenas noches, Athena. No espero a que ella contestara. Cerro la aplicacion y su despacho quedo de nuevo en la penumbra, tan solo iluminado por la carisima lampara de Tom Dixon que tenia junto al ordenador, la unica pieza de diseno que albergaba la majestuosa oficina acristalada con vistas al Tamesis. No podia dejar pasar ni un dia mas. Manana desayunaria con su prometida y le diria lo que probablemente ya sospechaba: que la boda quedaba cancelada. Julian revolvio con cierta desgana los deliciosos tallarines Parsley de Solomon's, uno de sus platos favoritos. El mismo que aquella noche era incapaz de terminarse. Lo del informe para McKinney era totalmente cierto, y a pesar de que durante el fin de semana pasado habia avanzado bastante, sabia muy bien que "Kinney", como ya se permitia llamar a uno de sus mejores clientes, ni siquiera recordaba la fecha que habian fijado. Si lo llamaba el lunes siguiente para decirle que tenia los datos listos para sus proximas inversiones le contestaria balbuceante que OK; que todo bien, que se lo enviase con un mensajero y que ya le echaria un vistazo. Kinney tenia un problema evidente con el alcohol, y eso, por increible que parezca, tiene sus ventajas a la hora de estirar las fechas de entrega.

  • El laberinto azul (Inspector Pendergast 14) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    En la decimocuarta entrega de la serie del inspector Pendergast, la siniestra sombra de una venganza ancestral amenaza la vida del agente del FBI.

  • Atrapada de Carolina Fuentes

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    Soy Nicole Soza, una graduada hace 1 ano de Doctorado, tengo 30 anos y mi nuevo jefe me tiene prisionera, y yo, solo tengo una opcion, seguirle el juego, es mi unica arma de defensa si quiero salir de aqui, comportarme de acuerdo a lo que Erick me pide y esperar a que me saque de este lugar para cumplir con “mi mision de cautiverio”. Darle un hijo. No tengo que olvidar eso, quien soy y que tengo que hacer de toda esta situacion, el quiere algo, yo tambien. Mi libertad.

  • El Guardaespaldas (Satge Dive 4.5) de Kylie Scott

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    ?Que pasa cuando la chica de tus suenos es una especie de pesadilla?
    Como jefe de seguridad de Stage Dive, una de las bandas de rock mas famosas del mundo, Sam Knowles tiene sobrada experiencia en lidiar con problemas. Pero Martha Nicholson, una mocosa malcriada, quiza sea el peor con el que jamas haya tenido que enfrentarse. Bonita y alborotadora, dice haberse reformado. El sabe que tiene que pensar con la cabeza y no con lo que hay bajo sus pantalones. Por desgracia, eso es mas facil de decir que de hacer.

  • Hadas con tacones afilados de Ruben Sanchez Fernandez

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    La emision del programa nocturno de videncia Astroesoteriko se ve interrumpida por las llamadas telefonicas de un misterioso personaje que desafia a su presentador, el vidente Cesar Velano, a demostrar la certeza de sus predicciones. Pero cada llamada finaliza con la aparicion de una victima salvajemente asesinada en algun lugar de la ciudad. De la investigacion se hara cargo el inspector Silvio Tanco, un hombre cuyo presente esta marcado por su caida en desgracia en la Policia, que se debate entre dos mujeres de su pasado y que se ve amenazado por una grave circunstancia que pondra en peligro su futuro.
    Ciencia, religion y pseudociencias enfrentadas, misterio, violencia, pasion y deslealtades. Todo eso es Hadas con tacones afilados. Una novela donde nada es lo que parece.

  • ?Amor o Deseo? de P. Maria Neta Flecha

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    Katia, una madre soltera de veinticinco anos, estudiante de derecho y ciencias juridicas. Sencilla, simpatica y bastante seria. ?Que pasara cuando se encuentre con su amor del pasado? Dimitri, un capitan de la marina mercante de veintiocho anos. Egocentrico, prepotente y se toma la vida con el “carpe diem”. ?Luchara por la mujer que perdio en el pasado y de la cual sigue enamorado?

  • Noche de fuego de Colin Thubron

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    Desde las primeras paginas de esta novela se nos desvela el final que aguarda a sus protagonistas, siete inquilinos de un mismo edificio de apartamentos--el casero, un pastor anglicano, un neurocirujano, una entomologa, un fotografo, un nostalgico de la infancia y un viajero--que perecen entre las llamas que provoca un cortocircuito. En sus ultimos instantes, los ocupantes del edificio rememoran episodios significativos de sus vidas; siete individuos que simbolizan en realidad siete aproximaciones al alma humana.
    Con un lirismo incomparable y un lenguaje cristalino y hermoso, Colin Thubron recrea la compleja trama de los recuerdos para salvarlos de las llamas.

  • Jueves (Atemporal 4) de E. L. Todd

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    Conozco a Marie de toda la vida. Ha sido la amiga excentrica de mi hermana desde que tengo memoria.

  • Ese verano a oscuras de Mariana Enriquez

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    Un calor que no da tregua. Una noche cuya oscuridad se alarga. La adolescencia y su rebeldia y las primeras experiencias.

  • Como te veo yo, Abril Camino de Abril Camino

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  • Un lugar sobre el arcoiris de Miguel De Leon

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    Una historia sobre el amor, sobre el paso del tiempo y sobre lo efimero de la felicidad.

  • Enganos (Dulces Tentaciones 1), Alina Covalschi de Alina Covalschi

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    ?Que harias si algun dia descubres que tu propia mujer esta pagando a una persona para que descubra tu infidelidad?
    Clara es una mujer hermosa y con una mirada transparente, capaz de enamorar a cualquiera.
    Su trabajo la mantiene atrapada entre la mentira y la triste realidad. Se vera obligada a permanecer bajo la sombra de las infidelidades pero, ?que pasara cuando su ex novio aparezca de nuevo en su vida?

  • Salvame de mi de Rose B. Loren

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    Hace cuatro anos que estoy trabajando para la empresa de un amigo de mi padre, desde que mi novio decidio abandonarme. Y hoy, por primera vez en mucho tiempo, sentada en mi despacho, leyendo un informe, me he sentido vacia.

  • Ellas de Esteban Gonzalez Pons

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    Ellas cuenta una historia de amor sobre las segundas oportunidades en la que se sentiran representados quienes nacieron en la Espana de los 60 o los 70: los adolescentes de la Transicion.

  • Lua de Vanessa Requena Fernandez

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    La vida de Lua es un desastre: Sin trabajo, sin pareja y con una familia que es como las termitas. Si quiere ser feliz, tendra que hacer algo mas que plantarse con sus rizos en una ciudad nueva… !Una comedia que no te dejara indiferente!

  • Nosotros, ?para siempre? de Chloe Santana

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    El primer amor nunca se olvida, ?o tal vez si?

  • Amor y Muerte (Salvada por amor n2) de Margotte Channing

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    Habian tomado la posada al asalto, aunque, al parecer, el dueno estaba encantado de que la fiesta se celebrara alli. Era una curiosa boda aquella, en la que, la mitad de los asistentes eran escoceses, y la otra mitad, vikingos. Rosslyn, por fin casada, miraba alrededor con asombro, escuchando los gritos de los hombres, y los golpes en las mesas festejando los brindis. Estaba sentada entre su hermano, Ricardo, y Gunnar, su reciente marido. Al otro lado de este, estaba sentado Ari, el hijo de Gunnar- sonrio al rectificar en su mente- en realidad, ahora era hijo de los dos. Tenia 16 anos y era un chico encantador en todos los sentidos, ademas de sumamente inteligente. No habia permitido que la invalidez con la que habia nacido, hubiera agriado su caracter. Gunnar le habia fabricado una silla de madera para que pudiera desplazarse, perfeccionandola durante meses. Recientemente, le habia incorporado un par de ruedas, el diseno estaba copiado de un papiro de 200 anos de antiguedad, que habia caido en las manos de Gunnar por casualidad. Enseguida se dio cuenta de la importancia que podria tener para la vida de su hijo. En el aparecia dibujado un general del ejercito chino, que estaba ante las tropas, sentado en una silla de ruedas. Gunnar estuvo estudiandolo durante dias. Al principio, le parecia que no podria construirla. Por eso, no le dijo nada a Ari, hasta que la fabrico. Despues de semanas de trabajo, consiguio hacer una que se movia, aunque las ruedas, incluso sin peso encima, se rompian constantemente. Despues de hacer bastantes cambios, hacia pocas semanas, se la entrego a Ari para que la probara. Este, cuando la vio se echo a llorar, entonces Gunnar fue realmente fue consciente, de lo dura que era la vida para su hijo. Una vez sentado en ella, por primera vez en su vida, pudo moverse sin depender de nadie, siempre que no hubiera escaleras por medio claro. Ari no queria que, a su edad, le siguieran llevando en brazos, como si fuera un nino. El padre de Rosslyn, William Douglas, habia cedido el lugar junto a su hija, para que, su recien descubierto medio hermano, Ricardo "Corazon de Leon" se sentara junto a ella. Volvia al dia siguiente a las cruzadas, y era la unica ocasion, en la que podrian pasar algo de tiempo juntos. Rosslyn se giro hacia Ricardo con un suspiro. Era injusto que le presentaran a su madre y uno de sus hermanos el mismo dia, y solo pudiera disfrutar de ellos un rato. – Ricardo- este se volvio sonriente, pidiendo disculpas a William, que estaba sentado a su lado. – Dime, hermana- ella contemplo su sonrisa, admirandola, sin saber que era igual que la suya. – Me gustaria que nos conocieramos un poco mejor, ?no seria posible que te quedaras unos dias mas? – No, querida, lo siento mucho. Mis soldados me esperan hace dias, he retrasado la partida por tu boda. Tampoco puedo acompanarte parte del viaje, porque vamos en direcciones contrarias- sonrio con tristeza. – Siento que hayas cambiado tus planes por mi- el levanto la mano para que no siguiera hablando. – Me ha alegrado mucho conocerte. Pero, ademas, madre no me hubiera perdonado que, no lo hubiera hecho. – ?Es muy mandona? – pregunto curiosa.

  • Viajar en el tiempo de James Gleick

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    Partiendo de La maquina del tiempo, de H.G. Wells, James Gleick expone las distintas teorias y relatos que ha ido suscitando el anhelo humano de viajar en el tiempo. Para ello acude a todo tipo de fuentes en los ambitos de la fisica, la filosofia, la literatura, el cine, los comics, las series de television… De esta manera, en las reflexiones de Viajar en el tiempo conviven James Clerk Maxwell con Borges, Proust con Felix Klein, Hermann Winkowski con el cybepunk de William Gibson, Leibniz con Foster Wallace, Asimov con San Agustin, Kurt Godel con Dr. Who, o Pierre Laplace con las aventuras Ci-Fi de la serie de television Cuentos asombrosos (Amazing Stories) o Regreso al futuro.

  • El taller de munecas de Elizabeth Macneal

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    La embriagadora historia de una joven que aspira a convertirse en artista y del hombre que, obsesionado con ella, amenaza con destruir su mundo para siempre.

  • Desde que te vi de Conti Constanzo

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    Carol Weston no es como las demas senoritas de su edad; le aburre bordar, no sabe tocar el piano y mucho menos hace el esfuerzo por ser una dama de alta sociedad. En cambio, es inteligente, espontanea y bastante mas culta de lo que su propia familia imagina. Y, a pesar de ser muy joven, sabe lo que es vivir con el corazon destrozado, por eso ha decidido mirar hacia adelante y… olvidar el pasado.
    Pero su destino esta proximo a cambiar al ser obligada a asistir a la fiesta del duque de Somerset, el hombre que mas odia en el mundo.
    El, un hombre arrogante y prejuicioso, guarda un oscuro secreto que no cuenta ni admite, pero que jamas ha podido olvidar. Y es que, aunque lleva una vida de lujos y sumamente acomodada, le duele desear a una persona en su corazon y saber que jamas podra tenerla entre sus brazos.
    Dos personas rotas por el amor, y que se odian con todo el corazon, caeran en las redes del destino que confabula para que dejen de mantenerse alejados. Y aunque Carol ya olvido, en su vida tendra dos amores: uno que le rompera el corazon y otro que hara lo posible por repararlo. Pero… ?y si ambos son la misma persona? ?Podra cerrar los ojos ante el dolor que un hombre le causo?
    Porque el amor prohibido es mas intenso que el amor permitido, no dejes de leer esta intensa novela, donde su deseo de noche… es estar en sus suenos y quedarse en ellos.

  • Cocinar un oso de Mikael Niemi

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    Verano de 1852. Durante un paseo por los bosques del norte de Suecia, el pastor Lars Levi Laestadius y el joven Jussi descubren el rastro de una joven desaparecida dias antes. Los malos presagios se cumplen al encontrar poco despues el cuerpo de la chica con indicios de haber sido atacada por un oso. Laestadius, gran aficionado a la botanica y con un ojo muy bien entrenado para los detalles mas pequenos, no ve tan claro que la muerte sea obra de un animal. Cuando una segunda joven sea atacada, en esta ocasion por un desconocido, Laestadius y su joven acompanante emprenderan una atipica investigacion que pondra contra las cuerdas a toda la comunidad.

  • De los 40 para arriba de Raquel G. Estruch

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    Victoria esta a punto de cumplir los cuarenta. No quiere mirar atras ni hacer balance de lo que ha sido su vida. Ejecutiva de marketing y madre de un nino de doce anos, esta convencida de que no tiene tiempo para el amor. En esto tiene mucho que ver Toni, su exmarido, que los abandono de la noche a la manana cuando Marc era apenas un bebe, y quien ahora reaparece reclamando el tiempo perdido.
    Pero no esta sola. Su hermana Marta y su mejor amigo Jorge no estan dispuestos a dejar pasar por alto su entrada en la nueva decada. Por eso le organizan una fiesta sorpresa a la que acudira Martin, un profesor universitario muy atractivo que aun no se ha recuperado de la inesperada muerte de la mujer con la que iba a casarse.
    “Virgencita que me quede como estoy” es el deseo de Victoria para este nuevo ano que estrena. Sin embargo, la vida tiene otros planes.
    ?Seran capaces Martin y Victoria de superar los fantasmas del pasado? ?Podran enfrentarse a los sentimientos que durante tanto tiempo han evitado?

  • Tres novias para Navidad de Annabeth Berkley

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    ?Recibisteis la llamada del abuelo? --pregunto Brendan Anderson mirando distraido desde la barra el televisor del abarrotado y ruidoso bar. Como todas las semanas, se habia reunido con sus hermanos en el bar preferido de Bryan. Dardos, cerveza, companeros de la policia, y partido televisado de beisbol, y que, de los tres, solo le interesaba a el. Bryan Anderson resoplo molesto sin mirar a su hermano menor. --Estamos jodidos --dio un trago a su cerveza sin perder de vista el partido que televisaban. --Los Mets estan jodidos --comento Brad, el mayor de los hermanos, que ya se habia aflojado el nudo de la corbata que llevaba. Acababa de salir de trabajar y habia acudido directamente a la cita semanal, cansado de una larga y ardua jornada en el juzgado. --No digas tonterias --le respondio Bryan mirando el partido--. Para los Mets es pan comido, pero tu, ademas de cansado, pareces muy tranquilo. ?Hay algo que no sepamos? ?Tienes novia que sentar a la mesa en Navidad? Brendan miro a su hermano mayor a traves de sus horribles gafas que simulaban la necesidad de muchas dioptrias. Su hermano, el abogado, cuando no estaba en el tribunal, pasaba los dias encerrado entre su despacho, y la mayor parte de las noches tambien. Los tres sabian que le era bastante complicado conocer una mujer y mucho mas dificil mantenerla a su lado. --Cuentanos --insistio esperanzado. --Claro que no tengo novia --les respondio tranquilo Brad--. El abuelo tendra que conformarse con verme a mi. Los dos hermanos negaron con la cabeza y una media sonrisa. --A ti ya te tiene muy visto --comento ironico Bryan dando otro trago a su cerveza. --?Cuantos anos lleva insistiendo? --pregunto retoricamente Brendan--. No podemos presentarnos solos este ano. Mama dijo que quiza fuera su ultima Navidad. --Mama siempre dice lo mismo --refunfuno Bryan--. Otra que quiere vernos casados. --Si, pero esta vez llamo el abuelo --anadio Brad preocupado--. No se que pensar. --Pues algo habra que hacer --insistio Brendan dando un trago a su cerveza --. Necesitamos tres novias para ir a casa en Navidad antes de que termine la semana. El llevaba tiempo planteandose comenzar alguna relacion, pero sus ultimas experiencias con el sexo opuesto habian sido tan desastrosas que se veia incapaz de acercarse de nuevo a una mujer. Los tres hermanos se miraron ligeramente preocupados. Ya pasaban de los treinta. Ninguno habia presentado nunca una novia a la familia, pese a que nunca les habian faltado mujeres en su vida. Pero ese ano el abuelo, cada vez mas delicado de salud y al que todos adoraban, les habia pedido telefonicamente, uno por uno, conocer a sus novias. Ninguno tenia a quien presentar. Ninguno habia encontrado a la mujer de su vida. Pero ninguno queria decepcionar al hombre con el que habian pasado los mejores veranos de sus vidas. --Es Navidad, es epoca de milagros. Pidamos uno --comento Bryan, el mas cinico de los tres alzando ligeramente su cerveza. Brendan, el mas distraido y olvidadizo, tambien alzo su botella. Brad, el mas serio y responsable, les imito. Los tres brindaron no muy convencidos, pero deseando que la magia de esos dias y de la que todo el mundo hablaba, se manifestara para ellos en forma de mujer. --?Preparado para las fiestas navidenas, Brendan? --le pregunto su companera de la universidad mientras recogian las agendas para el nuevo curso en sus maletines en la sala de profesores. Brendan resoplo distraido. --Lo cierto es que no, Monica --le confeso--. Deberia ... ?Tu tienes planes para estas fiestas? Era morena, guapa, agradable, tendria mas o menos su edad y nadie tendria por que sospechar que no eran una pareja de verdad. Se le habia olvidado que tenia que llevar una novia a casa, y apenas le quedaban unas horas para encontrar a quien fuera. --Si --le respondio con una sonrisa, acabando con todas sus expectativas--. Me voy con mi novio al lago Hudson. Hemos reservado una cabana en mitad del bosque... Si tu te quedas aqui ?podrias pasarte por mi casa? Mi companera de piso no va a salir... es como se suele decir, una rata de biblioteca, seguro que os llevais bien. Me da pena dejarla sola en Navidad. Sus padres cambiaron los planes a ultima hora y se ha quedado tirada con la maleta hecha ?Te imaginas? Brendan parpadeo sorprendido. ?De verdad? ?Con la maleta hecha? No se podia tener mejor suerte. --?Donde vives? Llamale y dile que voy hacia alli. --Que atento eres, Brendan --le sonrio Monica apuntandole su direccion en un trozo de papel --. Siempre se puede contar contigo. Brendan cogio el papel y monto en su coche decidido. Esperaba ser capaz de convencer a ... ?Como se llamaba? Bueno, a la companera de piso de Monica, para que se hiciera pasar por su novia durante cinco dias. April Miller se dirigio a la puerta insegura cuando escucho el timbre. Su companera de piso le habia dicho que uno de los profesores con los que trabajaba se iba a pasar por alli para llevarla a dar una vuelta. No habia podido negarse, pero ?quien queria una cita a ciegas? Monica le habia dicho que parecia que tenia un cuerpo de diez, pero que era <>. ?Dificil de mirar? Guapo o feo era cuestion de gustos. Siendo profesor de la Universidad, por lo menos su conversacion seria interesante. No sabia por que se habia convencido a si misma para aceptar la inesperada cita. Quiza la decepcion por pasar las fiestas sola en casa. Abrio la puerta. Un hombre alto y delgado estaba al otro lado aflojandose el nudo de la corbata que llevaba. Tuvo que darle la razon a su amiga. Su cabello oscuro estaba muy repeinado hacia adelante y sus enormes gafas le escondian unos muy pequenos ojos azules. Facil de mirar no era, no. Brendan se sorprendio al ver a una bonita mujer de poco mas de metro sesenta, de pelo castano, ojos marrones, nariz pequena y sonrisa agradable. Parecia encantadora ?Que hacia sola? ?Por que estaba soltera? --Hola --le saludo amable--. Soy Brendan Anderson. Perdona que me presente asi. Monica me dio la direccion. --Si, me ha llamado --le respondio April sin separarse de la puerta. No estaba muy segura de salir con el a tomar algo. Monica no le enviaria a una mala persona, pero mirar al suelo de continuo por no perderse buscando los ojos tras las horribles gafas, no le terminaba de apetecer. --?Puedo pedirte un favor? April le miro extranada antes de volver a bajar la mirada incapaz de fijarse en sus ojos azules tras las gafas. --No se... depende... --seguia sin retirarse de la puerta. --Monica me ha dicho que no tenias planes para estos dias--le comento--. Perdona que sea tan directo, pero necesito ayuda urgente. April puso sus sentidos alerta. --?Si? --Necesito que alguien se haga pasar por mi novia cinco dias. Solo cinco dias. Mi abuelo va a morirse... quiere conocer a mi novia antes de hacerlo y no tengo a quien llevar. April parpadeo sorprendida. ?Eso era real? --?Como? Brendan se paso la mano por el menton, agobiado. Suponia que parecia desesperado y la situacion era ridicula por lo menos. --Perdona es que... es un compromiso familiar... la Navidad, ya sabes... Monica me dijo que te habias quedado sin planes, con la maleta hecha y pense que podias venir conmigo y mi familia. April le escuchaba atenta. Parecia que habia bajado la muralla defensiva que llevaba alzada desde que habia abierto la puerta. --No estaremos solos. Mi familia es normal. Abuelos, padres, dos hermanos y no se si sus novias --le explico--. No dormiremos juntos. Cinco dias con actividades navidenas en familia. Es a dos horas de aqui. Si quieres volver puedo traerte, pero me harias un gran favor si por lo menos hoy vinieras conmigo. April lo miraba sintiendo su apuro y su nerviosismo. Lo miro apretando los labios meditando lo que habia oido. --A dos horas de aqui --le repitio para asegurarse. --Si, y puedo traerte en cuanto quieras. --No te conozco. --Monica si. Soy profesor en la universidad, no tengo aqui el certificado de penales, pero si no puedes confiar en mi, confia en tu amiga. Te prometo que soy un buen chico, solo estoy agobiado... desesperado... --Y quieres a tu abuelo. Entonces, Brendan mostro una sonrisa preciosa que le llego al alma. --Si --reconocio--. Como ves haria cualquier cosa por el. Hasta presentarme en casa de una desconocida e invitarla a venir conmigo cinco dias. --Pero me has dicho que me puedes traer en cualquier momento. --Por supuesto. Te doy mi palabra de boy scout. --?Eres boy scout? --No --reconocio con una sonrisa--, pero lo hubiera sido si no hubiera tenido unos hermanos y un abuelo con el que disfrutar de las acampadas y la vida al aire libre. Ese carino que sentia por su abuelo termino por convencerla. Ella nunca habia conocido a sus abuelos y siempre habia sentido curiosidad por la relacion que algunas personas tenian con ellos. No tenia nada que hacer, y Brendan parecia agradable. Muy agradable, pese a su cara. Asintio convencida. --De acuerdo, Brendan, pero debes traerme en cuanto te lo pida.

  • El deseo de Jose Antonio Arjonilla

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    ?Acaso las fantasias pueden tener cabida en este mundo brutal de realidades aplastantes, lleno de rutinas y deberes? Una joven rompe las reglas y se aventura a seguir sus deseos...

  • Mi amada Picara (Caballeros 5) de

    https://gigalibros.com/mi-amada-picara-caballeros-5.html

    Soberbio, engreido, petulante, vanidoso… son algunos de los adjetivos que utilizan aquellos que conocen a Trevor Reform, dueno del club de caballeros mas famoso de Londres, para describirlo. El poder que le proporciona el dinero le ha hecho olvidar su origen humilde, transformandolo en un ser despreciable, apatico y deshumanizado. Pero el destino se afanara en recordarle quien es en realidad…
    Tras hallar a la causante del mayor problema que ha tenido desde que abrio el club, Trevor se obsesiona con alejarla cuanto antes del local. Para ello, elabora un plan, tan aparentemente perfecto, que no duda, ni un solo segundo, en que lograra su objetivo.
    Sin embargo, lo que el no sabe es que, una vez que se siente al lado de la persona que puede destruirlo para siempre, todo aquello que habia planeado desaparecera de un plumazo.
    ?Por que sera incapaz de cenirse al plan? ?Por que le resultara imposible dejarla marchar?
    Tal vez porque en el fondo ansia saber quien es Valeria Giesler y descubrir el motivo por el que no puede pensar en nada salvo en mantenerla bajo su proteccion.

  • Un Hombre de Familia Solo para mi de Olivia Saint

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    Cuando el amor de tu vida esta frente de tus ojos, todo confabula para que el encuentro sea inevitable y puedan vivir momentos unicos juntos.

  • Dos semanas y una noche de Whitney G

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    A quien corresponda:
    Sirvan estas lineas para anunciar formalmente mi renuncia en Parker International (y a su arrogante y condescendiente director), efectiva a partir de hoy en dos semanas.
    Ha sido una decision MUY FACIL de tomar, dado que los dos ultimos anos han sido un horror total. Espero que su nueva asistente ejecutiva tenga toda la suerte del mundo (la necesitara), y si mi jefe me necesita para cualquier cosa en estas dos semanas, que alguien le diga que puede apanarselas solo.
    Un saludo (no tan) cordial.
    Tara Lauren.

  • Kim Ji de Cho Nam-joo

    https://gigalibros.com/kim-ji.html

    Su nombre es Kim Ji-young. Tiene 33 anos y el nombre mas comun de Corea. Su historia ha incendiado Asia entera.

  • El pacto. Quedate a mi lado de Martina Bell

    https://gigalibros.com/el-pacto-quedate-a-mi-lado.html

    La historia de Paul y Alba nunca fue facil y la vida vuelve a ponerles trabas para que demuestren si su amor es, realmente, tan fuerte como creen. ?Lograran superarlas y ganara finalmente el amor?

  • Secuelas de un Amor (Destino 1) de Marcia Aqova

    https://gigalibros.com/secuelas-de-un-amor-destino-1.html

    Valentina Evans sabe mucho de corazones rotos, de heridas profundas, de errores cometidos, pero se ha esforzado para que su pasado quede solo como un mal recuerdo, una pesadilla de la que se desperto mas fuerte y entera. Ahora los chicos ni siquiera logran impresionarla hasta que se siente atraida por unos asombrosos ojos azules con los que conecta y le despierta sensaciones nuevas.

  • Un rincon del mundo de Christina Baker Kline

    https://gigalibros.com/un-rincon-del-mundo.html