• teresa sanchez romero - Teresa Sanchez Romero

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    Anna, una joven Polaca asistente social, descubre inesperadamente a un hombre oculto en una casa abandonada. Desde ese instante, cambia su forma de vida y de pensar tras conocer los entresijos de una terrible guerra que transformo al mundo, la 2a Guerra Mundial y que la lleva a dejarlo todo y recorrer el mundo por resolver un misterio que hace parte de su vida.

  • Todo comenzó en Mielec: M. TERESA SÁNCHEZ ROMERO

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  • Todos los libros del autor Sanchez Romero Teresa

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    6 títulos para "Sanchez Romero Teresa" · Fundamentos de derecho · Los relatos de Teresa.

  • Teresa Sanchez Romero archivos - PDF • Descargar Libros ...

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    Un agente llamado Scott – Teresa Sanchez Romero · General. Cuando me enteré de lo que había hecho mi vecino Scott, un gran enigma invadió todo mi ser y aún ...

  • TODO COMENZÓ EN MIELEC - SÁNCHEZ ROMERO TERESA

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    La edición de este libro, que he tenido la oportunidad de leer, fue la de tapa blanda, que posee una buena presentación, cabe resaltar que, ...

  • Todo comenzó en Mielec: M. TERESA SÁNCHEZ ROMERO

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  • María Teresa Sánchez Romero, escritora: "Nunca pensé que ...

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    4 mar 2013 — ... María Teresa Sánchez Romero. Publicado el pasado 20 de diciembre, el libro incluye un total de 38 relatos cortos de diversa temática.

  • No me rindo contigo de Clara Albori

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    “Una aventura fresca, pasional y que te atrapa con sus protagonistas con las primeras paginas, la genial escritora de romantica Clara Albori es sin duda un gran referente para la romantica actual”.
    Los suenos de Amy se han roto en mil pedazos. Eso fue lo que le ocurrio tras presenciar la muerte de su padre.
    Dos anos despues del fatal acontecimiento, Amy ha dejado atras su sueno de bailarina y se ha vuelto una mujer fria y sin sentimientos. Sin embargo, su vida dara un giro de 180o cuando aparezca Alex en ella, un expresidiario que comienza a reinsertarse en la sociedad.
    Amy no soporta trabajar a su lado e intentara que dimita, pero con lo que no cuenta es con que Alex no piensa rendirse con ella y hara todo lo posible para que esa chica vuelva a sonreir.
    Aunque no siempre los caminos son de rosas, pues el pasado sigue teniendo un gran peso en el presente, y Amy debera terminar lo que su padre empezo sin saber que sucedio aquella noche en la que un hombre acabo con su vida de tres disparos. ?Estara preparada para descubrir la verdad?

  • El diamante de los Tudor de Will Whitaker

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    Una atmosferica novela de espionaje ambientada en la corte de los Tudor.

  • Un amor por derecho de Carlota Manzano

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    Dicen que el mundo es un panuelo, y que verdad es. Y en mi caso, de no ser asi, no se que seria de mi vida a estas alturas. Supongo que el resultado hubiese sido el mismo, es decir, mi relacion con Luis hubiese terminado igualmente, solo que quizas mas tarde. O tal vez jamas, pero eso ya no lo sabre nunca. Ni me importa. Aunque han pasado ya unos cuantos anos, recuerdo al detalle la noche en que le conoci. Fue precisamente en mi fiesta de graduacion, mejor dicho, en la cena posterior. Despues de mucho hincar los codos, habia terminado mi carrera de Derecho, ademas, con un expediente academico brillante, aunque suene arrogante por mi parte. El esfuerzo habia merecido la pena y las felicitaciones me llovian. Mis padres, que gozaban de muy buena posicion economica, me habian prometido regalarme un coche al acabarla, el que yo eligiese. Lo tuve claro desde el principio; queria un Toyota Rav 4. Tan claro como que mis estudios no terminarian con mi licenciatura, puesto que no pensaba conformarme con ser abogada. Esta que esta aqui pensaba opositar para el cuerpo de jueces y fiscales, pero antes de meterse en ese fregado se tomaria un merecido respiro. Habian sido cuatro duros anos de muchas noches en vela con el flexo encendido alumbrando los libros, aunque he de reconocer que mi carrera no es de las mas complicadas. A mi entender, las hay peores, como Medicina, por ejemplo. Asignaturas como la quimica me han parecido siempre cosa de chinos. Eso por no hablar del descomunal esfuerzo final que tienen que hacer estos estudiantes para prepararse para el Mir, despues de seis largos anos acudiendo diariamente a clase. Y ahi si que lo tienen crudo; o lo aprueban, o no hay tutia. Me acuerdo de mi prima Reyes, que hoy dia es ginecologa, y de nuestras conversaciones por aquellos anos en que ambas estabamos estudiando nuestras respectivas carreras. Ella tiene tres mas que yo. --Esto es para darse un chocazo, Leire --me decia--, pero tengo la sensacion de que Guille no lo entiende. --Guillermo era el noviete que tenia por entonces. --O no lo quiere entender. --Le digo que sea paciente, que ya solo me quedan unos meses en la academia, pero que ahora no estoy para nadie, que no tengo tiempo ni de rascarme los sobacos. Cuando me examine en junio ya sere otra persona, pero lo que toca ahora... !que desgraciada soy, cono! --Chica, pues que quieres que te diga. De desgraciada, nada. Tu estas luchando por tu sueno. !Desgraciado el! Pero mira, ?sabes que te digo?, que si no te apoya ahora y te deja tirada como un mojon, que le den mucho por ahi. Con eso ya te esta demostrando que tipo de persona es. Anda y que se vaya a "jaser" punetas, como dices tu. Reyes se partia con mis expresiones, aunque, para salada, ella. Siempre hemos estado muy unidas. Ella tampoco quiso perderse mi fiesta de graduacion. Por cierto, acudio sola, porque el jartible de su novio, efectivamente, termino dejandola cuatro meses antes de sus examenes del Mir. Despues del acto, celebrabamos una cena por todo lo alto en uno de los restaurantes de mas prestigio de la ciudad. Para la ocasion, yo habia elegido un espectacular vestido entallado de corte flamenco; negro, con flores bordadas y rematado por abajo con un volante mas largo por la parte de atras. Bueno, tengo que decir que en la eleccion tuvo mucho que ver mi madre, que tiene un gusto exquisito para la ropa. --Estas preciosa, nena. Como te vea Sebas se le van a derretir los cataplines --me dijo al verme Marian, una companera de clase con la que siempre me habia llevado a partir un pinon. Sebas era un profesor nuestro que parecia tener fijacion por mi. El baboso, le llamabamos. Era un tipo casado, y bastante entrado en anos, que no desaprovechaba ocasion para acercarse a servidora con cualquier mala excusa cada vez que nos cruzabamos por los pasillos. --Que asco de el, tia. Es que se le van los ojos detras de tu culillo. Tenia razon Marian. Ella tampoco le podia ni ver. No obstante, yo me las tragaba y procuraba no darle nunca ninguna mala contestacion ni nada por el estilo a aquel degenerado (como se merecia) por miedo a que me cogiese mania y eso pudiese influir en mis notas. Cosas mas raras se han visto, pero yo no queria ningun problema en ese sentido. Mis padres, como es logico, estuvieron presentes en el salon de actos de la facultad de Derecho para la entrega de diplomas, pero a la cena no vinieron. Hubieran podido hacerlo porque lo acordado era un par de personas por cada estudiante. De hecho, muchos de ellos cenaron en compania de sus padres, pero los mios prefirieron quedarse en casa aquella noche. --No seas boba, carino --me comento dias antes mi madre--. Ya lo celebraremos cualquier otro dia con tu hermano Pablo cenando los cuatro por ahi. Ve con Reyes, que ella lo esta deseando. Seguro que lo pasareis en grande. Ellos eran asi. Y era cierto tambien que mi prima estaba loca por venir. A esa le ha gustado siempre un sarao mas que a un tonto un lapiz. No es que sea una cabecilla loca, tampoco es eso. --Guauuu, pinta bien la noche, prima--Reyes, viendo el percal, se frotaba las manos mientras una aparcaba el Toyota en los aparcamientos techados frente a los jardines del restaurante, donde nos daban un coctel de bienvenida. --Anda, no seas bruja, que te conozco. --Ni tu tan... en fin, tu ya me entiendes. Por mi madre de mi alma que esta noche te emborracho, a ver si te desmelenas un poco, hija, que no veas... --?Emborracharme a mi? Lo llevas tu crudo, seria la primera vez. Era verdad. Nunca me ha entrado el alcohol. De hecho, no entiendo que le ve la gente a la cerveza para que le guste tanto. A mi me sabe a rayos con ese sabor tan amargo. Del vino ya ni hablamos, pero ese es otro tema. A lo que estabamos. Me acuerdo de que ibamos haciendo el paseillo desde el aparcamiento hasta la entrada de aquel recinto como dos divas; mi prima, toda emperifollada ella, meneando con mucho arte el abanico (hacia un calor de espanto aquella noche), y yo, haciendo equilibrio sobre mis altisimas sandalias de tacon de aguja. La estrechez del traje tampoco es que me permitiese andar muy bien que digamos. Tenia esta sirenita todas las papeletas para pasarle lo que le paso. --Saca dientes, nena. Como la Pantoja--. !Y venga esas caderas! Que se note que llegan dos buenas leonas marcando territorio. --No tienes tu guasa ni na, hermosa --le conteste. --Y toda la que tu quieras, pero mira el cacho de bombon ese que esta ahi de perfil. La joia por culo, todavia no habiamos entrado y ya le estaba echando el ojo a un gacho. Conociendola, no le hice mucho caso porque Reyes era mas de boquilla que de cualquier otra cosa. Mucho lirili y poco lerele, que diria mi hermano, pero no pude evitar mirar hacia donde me indico disimuladamente con un gesto de cabeza. --Ese, ese, el de la camisa blanca arremangada. Alli estaba el, senoras y senores. Era un chaval alto y bien formado que se estaba tomando una copa junto a otros dos chicos en una de aquellas mesas de barril de la entrada del restaurante. Aparte del cuerpazo, no se que le veria Reyes ya a distancia para referirse a el como "cacho de bombon". Lo que si puedo asegurar es que una no vio aquel inoportuno charco que lo desencadeno todo. Se conoce que, antes de nuestra llegada, debian haber regado los suelos a manguerazos vivos para refrescarlos un poco. Mirando precisamente en aquella direccion... alla que fui, como la que esta patinando sobre una pista de hielo. Pegue tal resbalon que, del culetazo, salio volando hasta el bolso de cartera que llevaba en la mano. Y no fue ya el culetazo, que por poco me rompo la rabadilla, como dice mi madre. Es que encima me puse el traje perdido. Parecia que me habia meado. Me moria de la verguenza. Con el espectaculo, los chavales, que estarian a unos cinco o seis metros, volvieron la cabeza y aquel "cacho bombon" solto la copa para venir en mi auxilio. --Ea, ?ves? No hay mal que por bien no venga --solto la muy cachonda de mi prima al ver la jugada. Se partia de la risa. Yo tambien, pero por no llorar. --?Estas bien, chica? Me habia recogido el bolso del suelo mientras yo, muy digna, me estiraba aquel vestido cuya humedad ya me calaba las nalgas. Fue entonces, teniendole frente a frente delante de mi cuando pude comprobar que aquel era, efectivamente, un pedazo de bombon. Pero no un bombon cualquiera de esos que venden a granel en el Carrefour por Navidades, no, sino un autentico Ferrero Rocher de los que pasaba en bandeja la Preysler en aquel anuncio. Con esos ojos verdes como faros y una sonrisa increible de dientes bien alineados y blancos como la cal, se me represento como un verdadero galan de cine. !A la mierda el Tom Cruise, o ese Paul Newman al que tanto admiraba mi madre! --Si, tranquilo. Gracias. --Eso fue todo lo que le conteste. --Deja, que a esta la meto yo ahora mismo en el bano y la saco nueva de alli. --intervino mi prima. --Perfecto. ?Habeis venido solas? --La una con la otra. ?Te parece poco? Reyes era de las que no se cortaban ni un pelo, a diferencia de mi. Yo siempre he sido mas cortada con los desconocidos.

  • Mensajes desde el infierno de Meg Gardiner

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    Dos asesinatos. Las victimas llevan la firma del Profeta, un psicopata calculador que hace veinte anos sembro el terror en la bahia de San francisco y luego desaparecio. Aquel asesino en serie destruyo al padre de Caitlin Hendrix cuando era una nina. Ahora ella es policia y no piensa dejarle escapar. Aunque para ello tenga que asomarse al abismo.

  • Un nuevo corazon de Alison Roberts

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    David James estaba contento de volver a trabajar en su antiguo hospital como cirujano, hasta que la reaccion de la doctora Lisa Kennedy le hizo perguntarse si lograria superar su reputacion de playboy. Nunca le habia costado encandilar a las mujeres, pero Lisa parecia inmune a su encanto, y cuanto mas intentaba impresionarla como colega, y como amante en potencia, mas lo rechazaba ella.

  • Mi Jefe. Un atrevido romance de oficina de Mia Ford

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    ?Ya es de dia? Es lunes por la manana y mi estomago retumba como un despertador, pero lo peor de todo es que todavia estoy en la oficina. Trabajare para Inversiones Stern durante el verano, pero la compania deberia llamarse Inversiones Slave Driver, porque el director ejecutivo es un adicto al trabajo. Conseguire mi titulacion, ya que he trabajado como una bestia y sere una secretaria competente. Por desgracia, eso tiene un precio. Vivo en una caja de zapatos, la unica que puedo pagar en la ciudad porque todo es muy caro. En mi casa, en Kansas, tengo todo lo que necesito… desde mi novio, Leo, hasta mi familia. Aqui, solo poseo este trabajo, cuatro paredes y nada mas. Supongo que estar ocupada hace que mi mente este enfocada en mi objetivo. Llevo aqui quince dias, en los que he trabajado doce horas diarias y cuento con los fines de semana para recuperarme. Suena el telefono y siento calambres en el estomago. Prefiero comer antes que contestar, aunque sera una cena y almuerzo al mismo tiempo. Los restaurantes chinos de la zona tienen precios estupendos y, con mi ajustado presupuesto, me veo obligada a aprovechar los descuentos. !Maldita sea! Leo esta llamando de nuevo. --Hola, nene. --Sonrio, pensando en sus ojos azules y su pelo rubio. Decir que estoy loca por el es quedarse corta. Llevamos saliendo desde el instituto y se que no esta muy contento con mi decision de venir aqui. --?Donde estas? --Estoy en la oficina. --Suspiro, otra vez, pensando en las cuatro paredes y el lugar que llamare hogar durante las proximas seis semanas--. Te llamare cuando llegue a mi cuarto. Desde que lo alquile, supe que no se parecia en nada a la fotografia. Fui una ingenua al pensar que seria igual que las imagenes que habia en internet. Al parecer, el dueno tomo una foto de la habitacion y olvido actualizarla con la que he alquilado. Segun Heather, se trata de una estafa que llevan a cabo la mayoria de los propietarios que trabajan en Finanzas. Ademas, ella dijo que tendria suerte si conseguia algo al mismo precio, asi que deberia aguantar. Es facil decir eso, cuando extrano mi casa como una loca. --Solo te he llamado para decirte algo. Me levanto y me dirijo a la oficina de mi jefe; debe haber dejado la luz encendida porque estoy segura de que se ha ido a casa. --?Que quieres decirme? --Me levanto para escucharlo, aunque tengo una pista, creo que se trata de lo mismo que ha estado amenazando con hacer desde que me fui de casa. --Se acabo. --No. --Empiezo a llorar cuando pienso en mi novio del instituto. Me prometi a mi misma que nos casariamos, por eso intento conservar mi virginidad para el, para poder darsela en nuestra noche de bodas. Dijo que lo entendia, cuando estabamos en el instituto, pero desde que le comente que queria ser secretaria, no ha sido tan comprensivo. Todos mis familiares trabajan en la granja, y los suyos tambien. Ninguno comprende que quiera ser feliz, haciendo algo mas que tener cuatro hijos y ser la esposa de un granjero, como todas las mujeres de nuestras familias. --Quieres cosas grandes. Ir a la universidad. Obtener un titulo. Sacudo la cabeza cuando empiezo a entrar en panico. --No, solo quiero que seamos felices. --Quieres decir que quieres ser feliz. Mira, Dede Wells sigue invitandome a salir y ella es el tipo de chica adecuada para mi. La zorra que intento acostarse contigo en el baile de graduacion y vive en una caravana. ?Esa Dede Wells? <>, grito, mentalmente. --?Isobel, estas ahi? --Si, y quiero mostrarte algo. Ve al chat en vivo. --No tiene sentido… --Por favor, por favor, Leo. Cuelga antes de que tenga la oportunidad de explicarle que hago esto por mi. No quiero ser solo la esposa de un granjero; quiero mas que eso. ?Por que le resulta tan dificil entenderlo? Apuesto a que sus amigos, Neil y Paul, se estan riendo de el. Diciendole cosas como que probablemente lo estoy enganando con algun chico de la ciudad. Activo la camara con manos temblorosas y miro alrededor, para asegurarme de que no me ve nadie. Es tarde y todos se han marchado de la oficina, solo estoy yo. Podria volver a mi escritorio, pero creo que es mejor hacer esto desde la oficina de Christian. Si hay alguien por aqui, no vera lo que voy a hacer. --Leo, por favor no me dejes por Dede. --Tienes que saber que esto tambien me duele a mi. --Sacudo la cabeza, desesperada por encontrar una forma de que se quede conmigo. De repente, agrega--: !Desnudate! --?Que? --Si quieres que me quede contigo, demuestrame lo que me pierdo si me voy con Dede. --Me quedo perpleja, mientras insiste--: Has dicho que no hay nadie en la oficina. Asi que, desnudate. --Quieres ver lo que te falta y a lo que renuncias si te vas con Dede. --Mas que una pregunta es una afirmacion. No dice una palabra, solo asiente con la cabeza y empieza a lamerse los labios con anticipacion. No se que diablos hacer, pero parece que esta funcionando. Improviso y empiezo a desabrocharme la falda y no estoy de cara a el. Me quedo solo con la lenceria y sonrio. --?Te gusta lo que ves? El grune: --Quitatela. No se lo que quiere decir, ?mi sujetador o mis bragas? Le guino un ojo. --Espera un poco, muchachote. Cierro los ojos cuando pienso en perderlo por Dede. Ella tiene tetas grandes, no se parecen a las mias. Leo siempre dice que le encantan mis tetas, ni muy grandes ni muy pequenas, lo suficiente para jugar con ellas. Desabrocho mi sosten mientras pienso en el como mi hombre, el de nadie mas, mucho menos de Dede. Mi telefono vibra en el escritorio, pero lo ignoro. Sostengo el sujetador en la mano. --Tocate. Quiero correrme. Mueve la camara hacia abajo, para ensenarme que ha puesto las manos entre sus pantalones. Nunca he hecho esto delante de el, y no quiero decepcionarlo. Nuestra relacion depende de ello. Giro la silla de cuero detras de mi y me siento. Luego muevo el dispositivo para que el pueda ver lo que hago. Mis bragas siguen puestas. Son las de encaje que me compro cuando fuimos al baile de graduacion y penso que seria nuestra noche. Entonces, tampoco estaba preparada. Suspiro cuando pienso en las veces que lo he decepcionado y no puedo hacerlo ahora. No, no lo hare. Asi que me bajo las bragas y abro bien las piernas. --Si, nena, te lo voy a dar ahora mismo --gimio al otro lado. Pienso en nosotros en la habitacion, haciendo el amor. Un par de veces estuvimos a punto de llegar al final y trato de imaginarlo, mientras deslizo un dedo por mi rendija sin dudarlo, al tiempo que cierro los ojos. Puedo oir a Leo meciendose al otro lado y me concentro en lo que hago. --Mirame, nena, hazlo mas despacio. Me estas llevando al limite. Mirame. --Su deseo es una orden para mi--. Imagina que son mis manos las que te tocan. Quiero darte placer... --Pienso en sus ojos azules como el mar y comienzo a disfrutar de la intimidad que compartimos--. Despacio... Tengo una pierna sobre la mesa. Dejo una mano en mi sexo y con la otra acaricio mis pezones. A Leo le gusta tocar mis pechos y lo hago como si fuera el. Me froto en circulos suaves y veo la pasion reflejada en sus ojos. Cuando comienza a acelerarse, jadeo y siento que soy yo la que controla su placer. Enseguida, sin tocarlo, solo con el pensamiento de lo que estamos compartiendo, hago que se corra. Solo de pensarlo empiezo a sentirme al limite. Echo la cabeza hacia atras y siento que viene un orgasmo. --Estas tan jodidamente caliente ahora mismo. Te estoy jodiendo en linea. ?Es esto lo que me he estado perdiendo? Leo se agita muy rapido y yo froto mi clitoris con tanta necesidad que no puedo evitar correrme. Quiero aguantar, pero no puedo y grito: --Si, Leo. !Si! Es como si nuestras pasiones se alimentaran al mismo tiempo, porque no pasa mucho tiempo antes de que lo vea masturbarse fuera de control. Mientras mi cuerpo tiembla, en un minuto siento frio y al siguiente calor. Estoy teniendo la madre de todos los orgasmos. La idea de que lo hagamos de verdad no parece tan mala. ?Que diferencia hay si lo hacemos ahora o en un par de anos? Ninguna. Me estoy corriendo mientras grita que quiere repetir. Despues se rie y pienso que lo deseo dentro de mi. --Mierda, Isobel. No sabia que escondias tanta pasion. No puedo hablar porque todavia estoy tratando de recuperar el aliento. Es como si me hubiera quitado todo y tambien me echo a reir. --Te deseo tanto. Al oirme, se detiene de forma brusca. --Tengo que irme. Hay alguien en la puerta. Estoy a punto de decir que no he oido nada, pero entonces corta la conexion. Estoy sentada en la silla de mi jefe y no tengo claro que hacer. Corro a su bano, me lavo las manos y luego me limpio entre las piernas. Al mismo tiempo, pienso que Leo ya no me dejara. Me siento tan orgullosa. Tal vez, ha sido la idea de tocarme delante de el, o en la oficina de Christian Stern, lo que me hace sentir asi. De cualquier manera, se que seguiremos juntos y nada va a cambiar eso. Recuerdo que el guardia de seguridad suele caminar por la oficina a esta hora y siento la necesidad de salir corriendo con urgencia. Agarro mi telefono. Ya no tengo ganas de comer y los calambres de estomago son cosa del pasado. La curiosidad se apodera de mi. Estoy vistiendome y me pregunto quien me ha llamado antes. Miro los mensajes y todos son de mi mejor amiga, Agnes. Tambien me ha enviado una foto. Miro la fecha y la foto y me quedo paralizada, con las bragas en la mano. Despues, dejo caer el telefono al suelo. No puedo creer lo que acaba de enviarme. No puedo creer que haya estado ciega todo este tiempo.

  • Las flores de otro mundo de Juan Gallardo , Rafael Avendano

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    Miralas atentamente. Descubriras que son mujeres especiales, raras, hermosas, exoticas y potencialmente peligrosas, como flores de otro mundo.

  • El angelical rostro del mal de Eva Zamora

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    Yago Junquera Miller es un hombre atractivo, seductor y muy carismatico; el politico de moda. Lo tiene todo, o casi todo. Solo le falta una guapa y elegante esposa que lo convierta en un marido ejemplar y le ayude a alcanzar su objetivo: ser el presidente del pais.

  • Interludio con el Sr. Darcy de Abigail Reynolds

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    Elizabeth Bennet habia rehusado la insultante propuesta de matrimonio del Sr. Darcy se la forma mas severa, sin descubrir hasta despues que habia juzgado su caracter extremadamente mal. En Orgullo y Prejuicio, ella tiene una segunda oportunidad con el debido a un encuentro accidental en la hacienda de el, pero ?que hubiera ocurrido si ese encuentro nunca hubiera ocurrido? ?Podria el Sr. Darcy recuperarse del golpe de perder a la unica mujer que habia amado nunca? ?Podria Elizabeth perdonarse alguna vez por haber sido tan cruel con el?

  • Los memorables de Lidia Jorge

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    Ana Maria, periodista portuguesa, regresa a su pais a realizar un documental sobre uno de los procesos mas marcantes de Portugal: la Revolucion de los claveles. Vuelve a casa de su padre, quien tambien fuera periodista, y encuentra la foto de un grupo de revolucionarios -un militar, un cocinero, poetas y diversos personajes- inmortalizados en una imagen tomada poco tiempo despues del acontecimiento. Sus integrantes representan una oportunidad periodistica original, a partir de ellos podra narrarse el episodio fundacional de la democracia portuguesa y, mas aun, recordarlo con fuentes primarias; pero aun asi, las maneras de evocarlo, treinta anos despues, son diferentes, conforman un rompecabezas emocional y mnemotecnico que se contradice y complementa a la vez. Asi, la identidad constitutiva del pais esta atravesada por la memoria de cada protagonista. Al leer esta obra es inevitable pensar en las palabras de Lidia Jorge: “la literatura lava con lagrimas ardientes los ojos de la historia”.

  • La nostalgia del limonero de Mari Pau Dominguez

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    En las paginas de esta novela al lector le parecera que se reencuentra con viejos conocidos, casi parientes muy cercanos cuya historia no solo merece sino que conviene recordar: sus protagonistas son Concha, andaluza emigrada a Cataluna en los anos 60, y su hija Paz.

  • Huir del amor de Sophie Saint Rose

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    Tessa ha conseguido el trabajo de sus suenos en el despacho de abogados mas prestigioso de Londres. Su vida se esta desmoronando y su nuevo jefe le hace la vida imposible pero ella no se deja llevar por la desesperacion. Hasta que estalla…

  • Comeme mejor By Caperucita Golf de Natalia Olmedo

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    ?Conoces al lobo? ?Nunca te has preguntado que piensa el? ?Alguna vez te has parado a pensar en su version? ?Y si la historia no es tal y como la conoces? ?Y si detras de todo lo que sabemos existen cosas que desconocemos?
    Caperucita tiene una dulzura irresistible y siente devocion por su abuela. Despues de un desengano amoroso conocera al amor de su vida y se trata de quien menos se imagina.
    El amor verdadero y el destino unen sus fuerzas para lograr la verdadera felicidad en la vida de Cape.
    Aventuras, secretos y muuuuuucho amor te esperan en cada pagina.
    ?Te atreves a que te coman mejor?

  • Ensename a querer, Patricia Alcantud Obregon de Patricia Alcantud Obregon

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  • Persiguiendo un imposible, Scarlett Butler de Scarlett Butler

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    ?Que hacer cuando has pasado toda tu vida persiguiendo imposibles?

  • ADN de un Apocalipsis de Lucas Seimandi

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    Ambientada en una Argentina no muy lejana, ADN de un Apocalipsis experimenta los conflictos de cientos de refugiados que deberan adaptarse a vivir en un edificio sin luz ni ventilacion natural. Mientras las autoridades ocultan informacion para evitar el caos, el mundo fuera del Bunker se devora a si mismo. Marcos vive dentro del Bunker junto al resto de los refugiados, es uno de los pocos sobrevivientes del virus que contagio a los animales y acabo con la humanidad. Junto a Luci, la directora del Laboratorio 7, debera encontrar una cura para poder regresar al exterior… si es que las autoridades del Concejo se lo permiten.

  • Las mujeres de la NASA de

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    En el Laboratorio de Retropropulsion creado durante la Segunda Guerra Mundial para que los Estados Unidos iniciaran su carrera espacial, se necesitaban matematicos con una agilidad mental excepcional. Fue entonces cuando reclutaron a un grupo de elite: 16 mujeres jovenes, verdaderas computadoras humanas, que con solo lapiz y papel transformaron el diseno de los cohetes gracias a su extraordinaria habilidad.

  • El ultimo aullido del lobo, Cecilia Barale de Cecilia Barale

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    Treinta anos despues de la misteriosa muerte de Pedro en una protesta en Estambul, su hija Julia recibe un sobre con fotografias en las que reconoce a su padre, envejecido y caminando junto a una joven. El mundo de Julia se desmorona. ?Esta vivo, oculto en algun lugar del mundo?

  • Una flor del mal de Miquel Molina

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    Gustave Flaubert, acaso sin proponerselo, dejo una pregunta sin respuesta cuando escribio que su Emma Bovary se parecia a <>.
    ?A quien se referia? ?A un personaje real? ?A un dicho popular? ?A la modelo de un cuadro? ?Existio realmente una Bovary de Barcelona? El azar quiere que sea un profesor barcelones de secundaria quien intente resolver el enigma, siglo y medio despues de que Flaubert describiera asi a su heroina. El catedratico de literatura Guillermo Jimenez busca la respuesta entre Filadelfia, Lyon y Barcelona. Sera precisamente en esta ultima ciudad donde la aparicion en una misteriosa casa modernista de un cuadro expoliado por los nazis instigara su busqueda. Gustave Courbet, Baudelaire, damas francesas del xix adictas al opio, Hermann Goring y una perturbadora mujer de nuestros dias dan cuerpo a una investigacion sobre el deseo y la obsesion, la historia y el arte, la verdad y la ficcion.

  • Enero de Sara Gallardo

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    <>. La angustia le nubla los ojos y lentamente dobla su cabeza, mientras con la mano arrea modestos rebanos de miguitas por el hule gastado de la mesa. Su padre acaba de decir algo sobre la cosecha y estira la mano pidiendo el repasador que enjuga por turno manos y bocas, y que la madre le pasa, atropellando en su prisa un perro que aulla y se refugia bajo el banco. Al caminar, su sombra pasa sobre las de los comensales, que la luz de un farol fija en los muros. <>, piensa Nefer. Los bichos vibran, aletean y caen contra el farol, vuelven a trepar por la lata, vuelven a quemarse y a caer, y nadie la mira inmovil en su rincon mientras comen inclinados sobre los platos y oyen de vez en cuando las frases que don Pedro cambia con el turco, que acaba de soltar los caballos del carro y traga su sopa resoplando. --Vacas overas --dice el turco--, como cien... lindas... --?Donde dice que las cruzo, Nemi? --pregunta dona Maria. --En el cruce, mas o menos. Irian para la feria, digo yo... --Si, manana hay feria... Pero ?de quien seran?... ?Vos no sabes, Juan, quien pensaba mandar hacienda para manana? Juan bosteza y clava sin oirla unos ojitos lacrimosos en el farol. --!Juan! --!Si, senora!... --hace poco que trabaja en el puesto y no le gusta parecer sonso. --Te estaba preguntando quien mandaria hacienda, vacas overas, dice, a la feria... Nefer piensa que hay bastante distancia entre la mesa y su cuerpo, pero que ha de llegar el momento en que le sea dificil pasar costeando el banco hasta su sitio. <> y se imagina rodeada de flores y gente triste, y al Negro apoyado en la puerta con la cara seria y los ojos por fin puestos en ella. <>, reflexiona con desaliento, y las ganas de morir se le pasan contemplando a su hermana que se rasca pensativamente un brazo, mientras espera que el turco acabe de comer para llevarse el plato. Las sombras trepan por la pared rugosa y se unen a la oscuridad del techo donde la paja se estira, lisa como un peinado. Alcira prende la radio y pasa de onda en onda hasta que se detiene en una audicion comica donde un falso italiano mantiene un dialogo a alaridos. Como quien habla junto a una catarata, don Pedro reanuda la charla con el turco: --Asi que caro se vendio, ?no? --Caro si, bastante, pero como yo digo, si la cosecha es buena barato le va a salir... <>. Un grito fuerte sube, se detiene en sus dientes y vuelve a bajar sin haber salido. Tomar aire un momentito no mas, salir de esta cocina donde el calor del farol bana las caras y la radio hace vibrar el aire, y dona Maria rie con Alcira de los chistes de los actores. Pero para salir tiene que hacer levantar a los que estan como ella sentados en el banco de espaldas a la pared, y ademas explicar por que quiere salir. No, cualquier cosa antes que llamar la atencion; tal vez tomando vino se sienta mejor. Alarga el brazo, toma la botella que don Pedro acaba de dejar, la lleva a sus labios y bebe cerrando los ojos; despues empuja la ventanita que se abre a su lado y un poco de aire fresco le da en la cara. Inclinandose busca la luz lejana de <>, pero no ve mas que el follaje de un arbol vecino. <>. <>. ?Que puede hacer una chica, sola en el campo, en un campo tan ancho y tan verde, todo horizonte, con trenes que se van a ciudades y vuelven quien sabe de donde? ?Que puede hacer? Las ricas son otra cosa. Piensa en Luisa, que a esta hora se sentaria en el comedor de la estancia. Su madre habia dicho: <>. ?Seria cierto? Pero ella, ella, Dios, ella, ?que habia hecho? Nada, no se acordaba, no importaba, era como un sueno, y ahora, entre toda esta gente tranquila en medio de la vida esta ella con angustia y miedo. Porque no se puede volver atras, el tiempo viene y todo crece, y despues de crecer viene la muerte. Pero para atras no se puede andar. Y el Negro, cuando supiese, cuando alla en el puesto, la Edilia dijera --y vaya si tenia la lengua afilada, y vaya si reiria-- y el Negro tal vez sonriese, tal vez hiciera una broma --no, ah no, y era su culpa, era culpa del Negro, porque ella ni sabia como habia sido, pero era culpa del Negro. Piensa que hubiera sido posible no conocerlo, y entonces es como si volviera a rodearla el dia que lo vio por primera vez. Siente de nuevo la liviandad del aire que un vientito alegraba. La familia entera fue a la doma porque hacia mucho que no se organizaba una con premios tan altos. Su primo, un rubio flaco de piernas chuecas, tenia probabilidades de salir vencedor. Nefer se recuerda achicando los ojos para verlo montar. Vuelve a ver el cuerpo sacudido sobre el recado y ese brazo indeciso que no se atrevia a revolear el rebenque. Detras de ella alguien habia dicho: --Lindo premio va a ganar si sigue castigando tan fuerte... Varias risas festejaron la gracia. Nefer, humillada en su primo, giro con desprecio la cara para enfrentar al burlon. Y cuando lo vio, con la pierna indolente cruzada en el recado y el cigarrillo en la boca, bajo los ojos. Fue la primera vez que vio al Negro Ramos, pero su fama de jinete lo precedia. --!Nefer! Te estan hablando, !si sera posma! ?Estas dormida? Al mirar ve los grandes bigotes de Nemi Bleis inclinados sobre ella y para no pensar en el rato que le habra hablado sin que lo oyera, fija los ojos en la red de venitas que cruza la nariz del turco. --?Como decia? --pregunta. --Si le dio buen resultado el genero que le vendi la otra vuelta para el casamiento de su hermana; el floreadito, ?se acuerda? --Si, como no, bueno resulto, si. Bueno resulto el casamiento de la Porota, cuando empezo su desgracia. Que no iba a recordar la fiesta en casa, el dia de calor, los asadores entre el galpon, y el corral, el Negro llegando en el alazan que domaba. Habia deseado el casamiento de la Porota por el, habia cosido su vestido para el, y antes todavia, cuando el turco llego con su carga de mercaderias, habia elegido el genero floreado porque penso que a el le gustaria. Poner remiendos en las bombachas rotas de sudor y roce de estriberas es feo; zurcir camisas es aburrido, pero el vestido, el vestido mil veces pensado, probado, deshecho y rehecho, con su forma definitiva apareciendo entre las manos, el vestido es otra cosa. Recuerda como se dispuso a plancharlo, con que atencion lleno la plancha de brasas y la saco al patio para que el aire las avivara. Si no fuera porque en la estancia <> habian llamado a un cura para la misa de un santo, los novios hubieran debido casarse en la ciudad. En el micro habrian ido, algun miercoles, muy derechos, con el vestido de la Porota colgado en una percha. Pero por la venida del cura podian casarse en la capilla, frente al boliche, y la fiesta se haria en la casa. Porota y Alcira habian ido a la ciudad para hacerse la permanente y volvian hechas unos carneritos, mientras ella planchaba. Lo recuerda muy bien; habia planchado ese vestido con tanto cuidado. Pensarlo daba ganas de llorar. Todo el tiempo habia esperado, y de pronto, entre dos o tres jinetes lo vio venir con su gran cuchillo de plata cruzado en la cintura. El trote hacia tintinear las monedas de su cinto resplandeciente y Nefer, ah, la Nefer cebando mate para las visitas junto a su hermana, ella no miro, volvio la espalda, se quemo las manos con el agua que vertia, pero oyo --durante un rato no fue mas que oidos-- como desmontaba, como ataba el caballo, las bromas que cambio con los amigos, los pasos con que cruzo el patio para entrar en la cocina y saludar. Cuando llego su turno respondio muy rapido: bieniuste, y despues le ofrecio el mate con los ojos bajos. Llego el almuerzo, servir a los invitados, ir y venir, el calor, las brasas latiendo en el suelo junto a los asadores que goteaban; los hombres se inclinaban a cortar lentamente sus pedazos; habia vino, habia empanadas --toda la vispera amasaron con la madre y las primas--, el sol golpeaba sobre el patio de tierra, las caras estaban rojas bajo la sombra de los talas, Jacinto se puso a tocar en el acordeon una musica alegre que llenaba el aire de la manana. Pero ella, Nefer con la fuente de empanadas o el fuenton de carne, Nefer con el vino o partiendo galleta, tenia ojos en la espalda, en los brazos, en la nuca, en todo el cuerpo, y sin mirarlo vio constantemente al Negro. Lo vio en cuclillas entre algunos amigos, comiendo con su gran cuchillo la presa de carne, un bocado y otro, limpiamente y sin prisa, sonriendo una veces y hablando otras. Todo el dia paso asi, con el Negro por centro. Pero junto al Negro estaba Delia. Si Nefer no tuviera las unas gastadas hasta la carne por el trabajo; si no fuera hermana de la novia; si no fuera ella misma, !como hubiera despedazado a desgarrones esa cara, ese cuerpo odiado, como hubiese terminado con esa risa de chaja! Molida a golpes la hubiera hecho rodar por tierra, la hubiera atado del pelo a la cola de un potro, la hubiera colgado de los pies, desnuda sobre el fuego, y al fin carbonizada, deshecha, hubiera dado su polvo a los caranchos, a los perros, a las comadrejas y a los zorros. Ah, Delia, hija de bolichero, desenvuelta y cuidada.

  • Angie; Envolviendome En Tus Brazos de Valeria Wolff

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    Desde tiempo siempre he anhelado por publicar historias basadas en el erotismo del ser humano. Es un tema que siempre me ha atraido, no solo por el hecho de sentir el sexo en su maxima expresion al momento de estar en el acto, en esas dos fusiones de cuerpo que experimentan dos personas al unirse sus cuerpos, donde no solo se palpa el calor, sino tambien aromas, perfumes, sudor, miradas, agitacion; sino tambien que por el hecho que en muchos casos (por no decir la mayoria) esas relaciones ''prohibidas'' o ''no permitidas'' que a veces nos toca pasar, siempre nos dejan un profundo mensaje de reflexion. Se dice que mientras mas prohibida es la relacion, mayor es el deseo. Casi parecido como tocar el cielo, mientras se esta pecando. Al contrario que cuando tenemos sexo ''permitido'' la sensacion de goce reduce y se convierte en algo mas calmado, pasivo. Dice el dicho que la diferencia de tener sexo y hacer el amor esta distanciado por miles de kilometros. Y ahi es donde viene la diferencia entre amar y querer. Como canta e interpreta el celebre artista mexicano Jose Jose: ''El amar es el cielo y la luz/ el amar es total plenitud/es el mar que no tiene final, es la gloria y la paz/El querer es la carne y la flor/ es buscar el oscuro rincon/es morder, aranar y besar es deseo fugaz/ Es que todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar. Y es precisamente esta diferencia la que me ha llevado a visitar mundos, envueltas en grandes historias contadas por personas que en su mayoria quedan en el anonimato. No hace mucho, me impacto una historia que lei en un portal. No solamente por la trama, sino tambien como el deseo que llevamos dentro nos hace realizar cosas quizas de forma ?inconsciente? Es la historia que entre dos personas, protagonizada por una mujer que ha vivido deseando a su jefe, pero que sin embargo dentro de la vida del protagonista una pareja del pasado no acepta verlo con otra. (Este caso tambien sucede por parte de cientos de hombres celosos que no soporta ver a su ex re haciendo su vida con otra persona) Esa historia me gusto enormemente, tanto que decidi adaptarla y fusionarla con una historia real. Le he puesto como titulo ''Angie'' Adicionalmente expongo dos historias mas a manera de narracion breve. ''Anorandote'' e ''Incertidumbre'' Estoy pensando escribir otra version de estas tres historias, ahora con la escena de, ?que hubiera pasado si las protagonistas se hubieran detenido? (Interesante pregunta) Pero hasta mientras les comparto estas tres historias. Muchas gracias por leerme. ANORANDOTE (Relato corto) El deseo, la magia y la energia siguen alli, nada ha cambiado de esos deseos que, aunque pase el tiempo ahi estan, ahi siguen, inerte, pero mas vacios que nunca. No te hablo, no te escribo, no te llamo, pero te pienso, y de una o de otra forma alli estas, siempre presente, el deseo esta vivo y nuestra presencia siempre cuando al recordar, el cuerpo late por si solo, y es que son unas ganas tan eroticas y a su vez tan sucias, tan perversas, unas ganas que hacen querer tenerte cerca, sintiendo el calor de tu cuerpo, la suavidad de tu piel, tu rico olor, la fuerza y energia imaginando, te cojo y me coges, y es tan real que comienzo a sentir como un nudo en el pecho, sabiendo claramente que soy tuya y eso tu muy bien lo sabes. Estas ganas de cada vez querer pedir y sentir mas... Estas ganas de querer comerte toda....toda tu polla, de nadie mas, solo la tuya. Esa manera tan perversa y tan rica que tienes de hacermelo... Esa manera en que con solo leer tus ojos inyectados de lujuria me mojo toda. Como dicen por ahi ''los gemidos enganan, pero la humedad, no. La humedad la decide el cuerpo y si ocurre es por algo...Esas ganas que a mi me dan de besarte y seguirte besando. Esas ganas tan ricas que me dan ponerme de cuclillas para empezar a comerme toda tu polla y mirarte mordiendome los labios, como una nina perversa y juguetona, esas ganas que me la empujes hasta el fondo de mi garganta, esas ganas que me agarres y me cojas a tu antojo, como quieras, donde quieras, cuando quieras, no me importa. Esas ganas de olvidarme de la mujer que soy y hacerme toda una ninfomana al estar contigo y solo contigo. Y es que de solo cerrar los ojos te imagino agarrandome, pero esta vez mas a lo salvaje. Que nos quitemos la ropa, asi con ganas mas ganas y de forma violenta, que me beses casi que mordiendome, que me pidas que te abra el pantalon con desespero de comerme ese rico tesoro, que me tomes del cabello y me agache para disfrutarlo todo, para ver tu cara como se llena de placer y la mia envuelta de lujuria, que me lo empujes dentro de mi guiandome con un delicioso movimiento para levantarme, y me vuelvas a besar mientras agarras mi cintura y me acuestas en la cama, para que me sigas disfrutando con tu lengua mientras te digo entre susurros que lo estas haciendo bien rico, mientras me besas de nuevo para compartir nuestros sabores al mismo tiempo que te pido que me aduenes de nuevo hasta hacerme estremecer los mas reconditos rincones sediento de placer de mi cuerpo, porque me encanta sentirte, sentirte dentro de mi, que me incline hacia atras y me hagas estremecer mas y mas, porque quiero sentirme llena, viva, sentirme mujer... Encima de ti, me muevo, de arriba hacia abajo, sintiendote, tomando tus manos y mirandote, mirandonos en el espejo que cuelga sobre la pared y me veo tan bien encorvada llenandome de placer de ti, diciendote que quiero que me acabes y me hagas estallar. Y asi te sigo anorando, mientras te pienso, mas lo hago, mas lo quiero, donde quieras, cuando quieras, decirte que siempre estoy aqui....esperandote y deseandote... ANGIE SINOPSIS: Taylor Marques siempre se considero un hombre que no dependia de ninguna mujer para ser feliz, sin embargo, despues de haber tenido una torrida aventura con una mujer que ahora formaba parte de su pasado, aparece frente a el Angie Rusher una mujer apacible a simple vista pero que ha guardado por mucho tiempo dentro de si misma, deseos incontenibles hacia su jefe. (Taylor) Angie sabe que es hora de actuar y dejar relucir sus encantos, con una tactica de seduccion indescriptible, haciendolo comprender a Taylor lo ciego que estado en no observar la hermosura escondida de Angie cubierta siempre bajo su uniforme de trabajo, aflorando sus pensamientos lujuriosos, con un desenlace inesperado en una historia llena de erotismo, donde nos refleja, que a veces los deseos contenidos y amores prohibidos conllevan un alto precio por pagar. Primera parte -?Que significa esto? --Taylor Marques agarro el brazo de Angie Rusher antes de que pudiera esconderse en su apartamento. Exhalo un gemido ahogado mientras se volvia hacia el y Taylor, agitaba la carta de renuncia frente a ella, queria una explicacion de por que le habia arrojado esa basura en su escritorio y se fue sin decir ni una palabra del trabajo. Entonces vio su rostro. Un enrojecimiento bordeaba sus inflamados ojos color cafe, mientras las lagrimas caian por sus mejillas, rodando hasta sus labios, que estaban apretados en una sombria linea. Su enojo se evaporo y se puso mas cerca de ella. -Angie, ?te encuentras bien? Ella se aparto. Su cabello claro parecia una nube alrededor de los hombros mientras dejaba caer sus llaves. -Estoy bien. En cuanto a la carta de renuncia, mi decision es irrevocable. Eso es todo lo que necesitas saber. -?Que dices? -Legalmente, no tenia derecho a saber mas, ?pero en lo personal? Angie, ?que paso? ?Alguien te hizo dano? -No de la manera que imaginas. Cerro los ojos, negandose a mirarlo -Simplemente... vete.- sentencio-. Su jefe solo habia visto llorar a Angie una vez en los tres anos que habian trabajado juntos, el dia en que habia perdido a sus padres luego de un fatal accidente

  • La promesa de Gertruda de Ram Oren

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    Michael Stolowitzky, hijo unico de una acaudalada familia judia polaca, tiene tres anos cuando estalla la guerra y su familia lo pierde todo. Desesperado por salvar la empresa, su padre se va a Francia, dejando a su hijo al cuidado de su madre y Gertruda Babilinska, una ninera catolica muy unida a la familia. Cuando su madre sufre un infarto, Gertruda le promete en su lecho de muerte que llevara a Michael a Palestina y lo criara como a su propio hijo.

  • El Sueno de Nerea de Manuel Iglesias Hernandez

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    Nerea, una anciana vasca afincada en Abina (Vizcaya), cuenta la historia de su vida a su nieto. Le habla de como su amistad con Nicolasa, esposa del fundador del PNV, le permitio conocer y convertirse en fiel seguidora de este lider y, con ello, ser persona defensora de las creencias religiosas de sus antepasados, de las antiguas leyes nacidas siglos atras. Una convencida de que el pueblo vasco siempre fue un pueblo elegido por Dios, creencia de la que presumia. Mas, conforme paso el tiempo, dejo de ser seguidora del nacionalismo carlista que proclamaba el lema "Dios y Ley Vieja", tal como hiciera su maestro, en defensa de un "Dios-Nacion", transmutacion que haria del independentismo una nueva religion.

  • Una propuesta irresistible de Emilia Hover

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    Aunque bajar el consumo de carbohidratos era una buena idea para mantenerse en forma, cuanta falta estaba haciendole en ese momento haber comido una gran dosis de carbohidratos durante la tarde. Para contener al tipo borracho que habia ingresado al servicio de traumatologia, a Andrea Marquez le hacia mucha falta comer la gran dona con chocolate extra y su gaseosa habitual de los jueves en la manana El hombre estaba muy alterado. --!Te ordeno que me dejes en paz, zorra! --No seria facil controlarlo. Andrea habia tenido ‘suerte’. Era la enfermera de guardia cuando llego la chica. Isaias, otro de los enfermeros de guardia, llego a auxiliarla, y ella tambien peleo contra el. --Rosa, no te preocupes. Administrale el medicamento. Hazlo ya --dijo, con sus hombros tensos. Rosa mantuvo sus manos firmes. !Carajo! --dijo la chica, maniobrando con sus manos. Introdujo la aguja en la vena del tipo y le administro un potente sedante. Andrea e Isaias mantenian el pulso con la chica, pero ella no soportaria mucho mas. Empezaba a cansarse. El sujeto tenia fuerzas todavia. Era increible que el sujeto no tuviera grandes heridas en su cuerpo despues de haber sufrido un choque frontal a alta velocidad en la autopista.Ademas, habia estado forcejeando con los enfermeros. No habia podido usar sus extremidades superiores para lastimar a los enfermeros ni herirse a si mismo porque tenia heridas leves en uno de sus brazos y fuertes contusiones en el otro. Pero su pie derecho estaba ileso. Lo uso para patear la mesa cercana a la camilla. Habia tenido la intencion de lesionar a la enfermera que cortaba sus pantalones para revisar sus piernas. Los instrumentos cayeron y el ruido fue estruendoso. --!Alejate de mi! !Vete, zorrita! --grito. Andrea tomo el brazo del paciente para que no se quitara la aguja de su brazo. Presiono con todas sus fuerzas. --Aumenten la dosis --dijo Andrea en voz baja. Todos lo veian y el seguia maldiciendo. El sujeto busco herirse con su brazo libre, pero solo pudo gritar. Tal vez la mezcla de alcohol con el sedante dificultaba su recuperacion. Ademas, tenia una gran contusion en su cabeza que sangraba a cantaros, aunque el personal habia intentado infructuosamente coserla. Unos momentos despues dejo de luchar. Giro para ver su aguja. Tal vez era el efecto del sedante o estaba agotado. Andrea lo solto y se alejo con extrema precaucion. Antonio Pena entraba. Andrea suspiro al oir las puertas abrirse lentamente. Andrea respiro profundamente. El llego a la sala, con su aire elegante y atractivo. Ver a Antonio siempre la hacia sentir nerviosa. Andrea penso en miles de cosas que se habian retirado de su mente hacia mucho tiempo. Cosas como partes del cuerpo de Andres sobre el suyo o su abdomen esculpido. Era inoportuno, porque estaba en un hospital. La vida de los pacientes dependia de ella. No importaba si el estaba tenso. Como en ese momento. La presencia maravillosa del doctor Antonio Pena siempre tenia ese efecto en ella. Sus musculos estaban rigidos. --?Y los hijos? --pregunto alguien. --Murieron durante el traslado --dijo Antonio. Una enfermera le entrego unos guantes quirurgicos a Antonio. El se los puso. Su mirada se dirigia al paciente. --?Y la madre? --pregunto Isaias. --No sobrevivira. Esta en coma inducido por su abundante sangrado -- respondio Antonio. Se acerco a la camilla del paciente. Andrea olvido sus pensamientos sexuales. Todos quedaron en silencio con su respuesta. Vio a Antonio. Su frase habia sido dura, si, pero era frecuente en un hospital grande como ese. YAntonio se habia expresado como si no le importara. Ella nunca lo habia oido expresarse con ese tono. Los enfermeros retrocedieron. Lo tenian como un doctor muy profesional, con experiencia en la unidad de Emergencias, pero que siempre mantenia la compostura y la calma. Una intensa molestia reemplazaba esa serenidad. --!Maldito! --dijo el paciente, y los gritos retumbaron en las paredes. El hombre intento ponerse de pie, o al menos sentarse, pero el dolor terrible de su brazo lo freno y lo tiro a la camilla de nuevo. Grito varias veces. Los enfermeros volvieron a acercarse a la camilla. Uno de ellos se apuro a decir. --!Administren otra dosis! --De inmediato, uno tomo una inyectadora. Andrea busco el brazo del sujeto. Pero no pudo hacerlo. El hombre tomo su bata y la llevo a su cara. --!Mierda! !Los odio! !Dejenme en paz! Ella quiso decir algo para calmarlo, tomar el brazo del hombre con los suyos, pero Antonio se acerco y tomo la muneca del tipo. El hombre grito varias veces, dijo otros improperios y sintio un gran dolor. Isaias se acerco a Antonio. Ambos pusieron sus manos en el pecho del hombre. Lo obligaban a acostarse nuevamente. Andrea retrocedio. --Respira profundo --le pidio Antonio. --Vete a la mierda. Estaba tenso. Andrea notaba esa expresion en su rostro. --Los enfermeros quieren ayudarte --le dijo Antonio. --Metanse su ayuda por el culo !Y tu tambien vete a la mierda! --le grito a continuacion. Quiso tomar el brazo de Antonio, pero el tomo su brazo y lo hizo gritar. Antonio. Seguia tenso. --Parece que me olvidaste, Alejandro --le dijo--. Hace tres meses estrellaste tu auto y yo te opere. Tu cuerpo quedo como nuevo. El sujeto seguia muy enojado, pero parecia calmarse lentamente. --Yo lo recuerdo --dijo Antonio. --Pudiste recuperarte despues de que te ayudaramos. Y una vez que pudiste caminar, viste el sol de la manana, le sonreiste a la vida y te reincorporaste a ese trabajo que te permitia ayudar a la gente... Un momento --dijo mientras lo veia fijamente y se acercaba a el. Una de las personas que se suponia que ayudabas, una chica, esta con tubos en su boca en la habitacion que esta justo al lado. Hoy, cuando se desperto temprano, beso a sus pequenos hijos y salio a trabajar, lo hizo por ultima vez. Y ella no lo sabia. Todo gracias a ti. --Hablaba con frialdad. Todos contenian la respiracion. Andrea estaba tensa, al igual que los demas. Solo podia ver como Antonio hablaba mientras su cara expresaba un mar de emociones. Estaba molesto. Como si lo odiara. Alejandro vio hacia otro lado, pero Antonio tomo su menton y llevo sus ojos sobre los suyos. --?Puedes ver tu cuerpo? --le pregunto Antonio--. No te paso nada si lo comparamos con esos pobres ninos. Y, sin embargo, estos enfermeros se quedan a ayudarte. Ellos podrian usar este tiempo para hacer algo mejor. Por ejemplo, yo estuve cinco horas operandote en ese quirofano para que salieras de aqui con vida. Cuando manejaste tu auto mas temprano, solo querias decirme que no te importara lo que yo hiciera. Mataste a tres personas--. Hablaba con rabia y en voz baja. Andrea sintio que en cualquier momento Antonio lo mataria. --Si yo no te hubiera ayudado, esa mujer y sus hijos estarian vivos y felices. Que pensaban los demas era la pregunta que sacudia la mente de Andrea. Pero solo podia ver los ojos de Antonio y escucharlo. --No vale la pena ayudarte. Me asegurare de que vayas a prision --le dijo. Alejandro lo vio fijamente y trato de levantarse nuevamente. Trato de alejar sus brazos. --!Vayanse al carajo!!Los odio, malditos!!Quiero irme de aqui! Andrea estaba cerca de Antonio. Reacciono al escuchar los gritos. Se reservo para sus adentros el temor que su presencia le hacia sentir y avanzo. Antonio le propino un fuerte golpe a Alejandro. Andrea solto un largo suspiro. Antonio noto la sangre en su nariz inflamada y trato de levantarse y pelear. Se mostro furioso. Los enfermeros se quedaron congelados y silenciosos. --Doctor Pena, alejese --dijo Isaias cuando puso sus manos en el pecho de Antonio, reaccionando primero que sus colegas. Antonio escucho y se alejo del sujeto. Alejandro cayo en la camilla, afectado por el dolor. Isaias tenso su mandibula y se armo de valor para contener al paciente. Andrea le dijo a Isaias que no se preocupara. Como pudo, se abalanzo sobre Antonio y puso sus manos en su pecho. Ella lo empujo. Sintio su corazon con sus manos. No se habia atrevido a tocar al doctor de esa manera, excepto cuando lo rozaba para entregarle algun instrumento. --Doctor Pena --le dijo, esperando que el sintiera sus manos y la viera. Antonio era mucho mas alto que ella. Ademas, era mucho mas musculoso. Andrea era hermosa, pero eso no significaba nada delante del abdomen perfecto de Antonio cuando de una pelea se trataba. --!Doctor Antonio! --grito Andrea con mas fuerza. Entonces Antonio la miro. Dio algunos pasos hacia atras. Andrea noto sus ojos persiguiendo el cuerpo del paciente. --Tu golpe fue tan fuerte que pudiste haber fracturado su nariz --dijo. Solo Antonio pudo escucharla. Lo dijo en su oido. --Esa era la idea. Andrea entendio que, ciertamente, habia tenido las ganas de hacerle dano. Se sorprendio y levanto sus ojos. Pero no pudo responder. Tampoco pudo deshacerse del calor que sentia en sus manos y se extendia por su cuerpo. No se habia acercado desde su llegada a Palma Sola. Habia decidido mantenerse lejos de ella, pero finalmente la habia visto. Era una linda mujer. Su aroma y su cara eran agradables. Y ahora podia sentir sus manos sobre su pecho. Por fin. Entonces vio al hombre en la camilla. Sintio un deseo irrefrenable en su cuerpo. Quiso llevar sus pensamientos a un lugar mas agradable. O a una persona mas hermosa, como la chica calida frente a el. Alejandro Castillo habia manejado en estado de ebriedad y habia causado una tragedia. Eso le impedia a Antonio concentrarse en otra cosa. Y no se arrepentia de haber golpeado su nariz. Su dolor nasal era una infima parte del dolor que todos sentian por la muerte de dos ninos de apenas seis y tres anos. Su intencion era que el sintiera, aunque fuese una minima parte del dolor que le habia causado a esa familia. Sin embargo, se habia sentido relativamente feliz de haber conectado con fuerza su cara. Pero era consciente de que habia perdido la compostura y se habia comportado como el. Un error cayendo sobre otro error. Todo eso no le importaba: lo habia golpeado y se sentia mejor. Antonio necesitaba esas sensaciones. Las necesitaba hacia mucho tiempo, pues su vida habia sido dificil. Especialmente por querer poner algunas cosas en orden. Cosas que se escapaban de sus manos. Su mente volvio a detenerse en Andrea. Sus manos seguian sobre su pecho y su rostro demostraba sus pensamientos: para ella, era un notable cirujano, todo un profesional con una exitosa carrera, que se habia dejado llevar por su rabia y habia golpeado la nariz de un paciente. Entonces penso como podia sentirse mejor por unos instantes. Beso sus labios apasionadamente. La tomo por sus codos y la subio un poco para que llegara a su cara. Los enfermeros llevaron sus manos a sus bocas para contener sus palabras. Si, esa sensacion lo habia hecho sentirse mejor. En cualquier caso, una sancion seria inevitable por su comportamiento con el paciente. Podrian incluir ‘acoso sexual a una enfermera en el lugar de trabajo’ a su expediente. No le importaba. Y Andrea no habia reaccionado como si Antonio estuviera acosandola sexualmente. Habia sujetado sus labios con los suyos. Llevo sus manos a sus hombros y ella deslizo sus labios con calidez sobre la boca de Antonio. Su cuerpo se acerco al suyo y dejo que la lengua de Antonio entrara fogosamente por su boca. Antonio solo pudo detenerse, en lugar de hacerle el amor alli mismo, porque dos vigilantes habian aparecido de la nada. --Doctor Pena, debemos acompanarlo a la entrada del Hospital Universitario. Se alejo de Andrea, a pesar de que queria pegarse a ella y continuar sintiendo esa sensacion de felicidad. Queria mantener so boca sobre la suya. --No se preocupen. Los acompanare. --Estaba decidido a marcharse. --El sedante esta haciendo efecto --le dijo una enfermera que se habia acercado al paciente y luego a Isaias. Antonio escucho todo. Las cosas habian salido bien para el. --Salgamos entonces. --Antonio giro para desalojar el lugar. Tenia que haber dado ese paso hacia muchos anos. Pero solo lo habia hecho tras golpear al paciente. --Necesito un favor de ti, Andrea. --Era su hermano quien pronunciaba esas palabras. Y Andrea recordaba que, definitivamente, era la frase que mas odiaba en el mundo. Ella respiro profundamente. --No ha sido el mejor dia de mi vida, Fernando --. Queria descansar, ver programas viejos en la television, ponerse ropa de dormir y llenar su cuerpo de comida grasosa como la de El Rincon del Pollo. --Lo necesito, hermana. --No te lo pediria si no me hiciera falta tu ayuda -- le respondio Fernando. Hablaba como si quisiera invitar a una chica a salir. Su voz siempre convencia a las chicas timidas. Pero Andrea no era precisamente una chica de esas. --Tengo... muchas cosas que hacer. --Mejor termina de arreglarte para que salgamos. Es un asunto importante --dijo. Andrea se vio en el espejo. Estaba arreglandose. Guardo silencio. ?Como lo sabia el si no estaba con ella en la sala sino en otro lado de la ciudad, conversando con ella por telefono? Se asusto un poco. --Como te dije, tengo cosas que hacer. --Me dijiste 'tengo' y luego te tomaste un tiempo para completar tu frase. --Andrea se molesto con sus palabras. --?Entonces? --Entonces te descubri. Buscabas como sonar convincente con tus mentiras. Su hermano tenia razon. No supo que decir. Lo habia logrado. Otra vez. Mierda. --Andrea, tienes que ayudarme. El solo hecho de que yo te diga que es un asunto importante deberia bastarte --le dijo su hermano. Ya ella no tenia "cosas que hacer. --Ya simplemente estaba aburrida. Ese asunto no le concernia. Ademas, cuando su hermano decia la palabr. --importante --podria referirse a todo, porque para el todo lo era. Importante para el era que no sabia donde hospedar a dos amigas que vendrian a la ciudad para las vacaciones. Que necesitara dinero para apostar. O que una chica que se habia acostado con el ya queria casarse y el tenia que buscar a una ‘verdadera’ esposa para salir del atolladero. Ese recuerdo molesto a Andrea. Fingir que era la esposa de su hermano era especialmente perturbador. Fernando la convencia de actuar como una zorra enojada y ella se sentia triste por la chica enganada. --Mi dia en el hospital fue complicado. --Si. Por el doctor Antonio Pena. Su beso habia sido magico y profundo. El director del departamento de Recursos Humanos habia pedido una junta de emergencia. Lo habia hecho para que ella presentara una queja formal por acoso sexual. Andrea habia tenido que hablar con los miembros de la Junta y los abogados del hospital. Ademas, Antonio habia sido suspendido sin paga. Todos en el hospital estaban preocupados. Querian cerrar el tema de una manera agradable y rapida. Pero ya habia delitos y acusaciones, lo que dificultaba el panorama. El paciente Alejandro Castillo era incriminado por homicidio de tres personas, incluyendo dos menores. Y el doctor Antonio era responsable de agresion fisica. Ella apenas se habia incorporado como jefa de la Unidad de Emergencias hacia unos cinco meses. No estaba en sus planes trabajar sin el mejor cirujano de traumatologia del sur del pais. Uno de los mas calificados de toda la nacion. El era una pieza vital en el hospital. Ademas, Andrea lo queria. No para besarlo de nuevo o por sus manos sobre su pecho, sino para que su esfuerzo salvara vidas en el hospital. Asi que los dias por venir serian mas complicados para Andrea. Los dias, las semanas Ella entendia que el salvaba vidas. Admiraba su labor. Era una de las razones por las que no queria ocupar una oficina y alejarse de los pacientes. Le gustaba mucho estar alli, cerca de la accion. Y al dirigir toda la unidad, sentia que podia salvar mas vidas. Podia incluso tomar turnos adicionales para tener mas casos. Y esos turnos los tomaba justo cuando Antonio estaba trabajando. Era un beneficio de estar al frente de toda una unidad. Pero ella sabia que estaba bajo el escrutinio y cualquier acto podria considerarse indecente. En su opinion, cualquier cosa que significase estar juntos era incorrecto. No podian tener una cita. Ni siquiera sonreirse indiscretamente. Si se desconcentraban, los pacientes a su cargo podrian morir. Su atencion debia estar siempre sobre ellos. Y no solo eso. Las reglas del hospital eran claras. Salir con algun companero de trabajo no era una restriccion, pero ella era la encargada de la Unidad de Emergencias. Andrea sabia, de todos modos, que vivia un momento esplendoroso, en el que no necesitaba salir con un hombre ni acostarse con el. Estar al lado de un excelente cirujano la hacia sentir muy bien. Incluso mas que si tuviera relaciones sexuales con el. Un pensamiento volvio a la mente de Andrea. Antonio estaba suspendido. Estaba molesta porque por primera vez desde que trabajaban juntos, el habia dejado que su rabia lo controlara. Ella habia sentido esa furia muchas veces. Sus colegas tambien. Era habitual cuando se trabajaba con personas airadas. Entendia que la unidad de emergencias podria verse en aprietos por lo que estaba pasando. Pero tambien sabia que Antonio podria pasarla peor. --Supe lo que sucedio --dijo Fernando. Su hermano era paramedico. Claro que lo sabia. Dirigia el equipo con el mayor numero de ambulancias en todo el estado. Conocia a todos los enfermeros y doctores de emergencias en casi todos los hospitales, Ademas, era amigo de la mayoria de ellos, como Antonio. --No quisiera tomar mi tiempo para…. --Andrea Moreno Marquez, siento mucha pena por ti --dijo el, interrumpiendo su frase. --No quieres ayudar a tu hermanito. El unico que tienes. Aunque el habia nacido cinco anos despues, su tamano era mayor que el de ella. Asi que si, era su unico hermano masculino. Pero no su ‘hermanito’. Usaba la palabra hermanito con frecuencia. Sabia que era la verdad. Era su pequeno hermano. Andrea sentia que debia estar a su cargo, aunque hubiera crecido y ya rondara los veintisiete anos. --Pues no me siento bien --le dijo, aunque sabia que el no le creeria. --Es, como te dije, una pena. Intento pintar sus unas y toar su celular con su mano libre. --?De que se trata? --le pregunto. --Un trabajo como ninera. De eso se trata. --?Ninera? ?Oi bien? --Se sorprendio y puso la pintura de unas en la mesa de noche. --Pero debo preguntarte si tienes ropa sexy. --No entiendo nada. --Andrea contuvo su respiracion. --Tienes que usar esa ropa. Si no la tienes, pidela prestada --le conto Fernando. --Ah, y lo olvidaba. Tacones altos... Um... No creo que los tengas -- dijo con dudas. --Tengo tacones. --Aunque no recordaba donde los habia guardado, sabia que tenia un par. --?Y el vestido? --Tambien lo tengo. --?Es sexy? Tiene que serlo. ?Puedes llamar a Gabriela y decirle que te preste uno? Algo pasaba, y Andrea no sabia que era. ?Como que Gabriela le prestaria un vestido sexy? Eso no pasaria, porque ella jamas vestia de forma sensual. Al contrario, era muy recatada al momento de elegir su vestuario. --?De verdad este es un trabajo de ninera? --pregunto Andrea, y suspiro. Se inclino por ponerse unos vaqueros, una corta camiseta gris y una chaqueta amarilla. Lo del vestido sexy habia quedado en el olvido. No se encargaria de un nino. Buscaria... a un tipo en un bar. De todas maneras, habia decidido usar tacones. Recordo que habia tomado la decision de usarlos esa noche, pero de inmediato se arrepintio. El sonido de los tacones golpeando el piso la molestaba. Nunca los usaba. O al menos hacia mucho tiempo. Para ella, camino al bar, seguia siendo un arrebato. Andrea no recordaba en que momento se habia dejado llevar por ese impulso. Pero maquillar su cara con tonos que combinaran con su vestuario no lo habia sido tanto. Los ojos de Andrea vieron el inmenso cartel con letras amarillas que daba la bienvenida al bar. Se suponia que Antonio tomaba alli y se comportaba como un idiota despues de unos tragos. Tomo su gran bolso rojo y lo llevo sobre su hombro, intentando no caer. No sabia como se llamaba el lugar, pues casi todas las luces de neon del cartel ya habian dejado de funcionar. Recordo sus tacones y volvio a grunir de la molestia. Una inmensa camioneta negra estaba estacionada. Ella paso a su lado. Las luces del auto la iluminaron y luego se apagaron. Sucedio varias veces. Siguio murmurando su molestia. Ella casi se cae por los tacones incomodos. Estaba en una zona que no conocia bien. Ademas, estaba sola, maquillada y vestida como para ir a una fiesta. Hubiera sido mejor para ella no ir a ese lugar, pero ya estaba alli. Como le habia sucedido otras veces, sin quererlo ya estaba involucrada en los problemas. Tomo la puerta del bar con la intencion de entrar, pero el claxon de la camioneta irrito sus oidos. Volteo asustada y vio el auto negro. De nuevo, los faros alumbraron su cara. Por el lado del conductor se asomo un sujeto. --Queria verte vestida de esa forma, carino. Andrea respiro profundo. --?Que te sucede, Marcos? Fue al encuentro de Marcos, con suma cautela para no tropezar por sus tacones. Oyo como se reia Marcos en la enorme camioneta. El era uno de los mejores amigos de Fernando. Marcos parecia un habitante de La Bahia. Estaba muy bronceado y su cabello era dorado. Pero era un paramedico de la zona mas retirada de Casa de Campo. --Me encanta tu atuendo. Todo. --Sonreia maliciosamente. Era Lorenzo Montes, otro amigo de Marcos, quien estaba sentado en la parte trasera de la camioneta. El ya no era bombero sino paramedico. Para ella, todo el personal de salud era parte de una hermandad, pero esas palabras le agradaban mas que si vinieran de un hermano. Sabia que el o cualquiera de ellos hablaria con honestidad al dirigirse a ella de esa forma.--Hola Lorenzo.--Andrea lo saludo sinmucha alegria. Los vio a ambos y luego se detuvo en los ojos de Carlos Barrios, otro paramedico moreno sentado detras de su hermano Marcos. --Quisiera saber que hacen aca. --Vinimos para que el idiota de Torres no saliera del bar y manejara borracho antes de tu llegada --dijo Carlos. Su ojo estaba inflamado y tenia hielo sobre el. La veia de arriba abajo. Andrea se sorprendio. --Carajo, ?que paso? --El pendejo de Torres --dijo. A Andrea le resultaba increible que eso hubiera pasado. --?El te golpeo? Habia agredido a un paciente y ahora habia tocado a uno de sus mejores amigos. Y no solo eso. Parecia que Antonio se habia vuelto loco, aunque era una gran persona. Si bien era de contextura fuerte, Carlos habia estado en la Liga Nacional de Lucha Libre. Evidentemente, era mas alto, mas pesado y con mas experiencia en cuanto a peleas. Golpear su ojo no era buena idea. Para ninguna persona. Carlos estaba molesto. --El no estaria en ese bar si lo hubiera hecho -- dijo. --Quiso quitarle las llaves del auto a Antonio, pero un codo llego al ojo de Carlos sin querer --dijo Fernando viendo a su amigo y sonriendole levemente. Fernando rio al escuchar las palabras en voz baja que dijo su amigo Carlos. --YAntonio no pidio disculpas. Entonces Carlos esta molesto por ello. --?Y por que esta en esta pocilga? --pregunto Andrea, con su indice senalando el bar. Lorenzo sonrio al ver el bar. --En realidad no lo trajimos. Vinimos porque loseguimos. Fernando le dio la razon. Ya no sonreia. --Como queriamos que se relajara, lo acompanamos a tomar unos tragos. Como manana trabajamos, decidimos irnos. Pero el queria seguir bebiendo, asi que se vino aca. Dijo que queria terminar de joder su cuerpo. Entonces noto que lo seguiamos. --Como si fuese un hijo rebelde --dijo Marcos, interrumpiendo la explicacion. Fernando asintio ante sus palabras--. Tienes razon. Mierda. --Si, como si fuese nuestro hijito descarriado --dijo Lorenzo. --El punto es que se molesto al vernos y quiso distraernos para que no lo siguieramos --dijo Fernando tras escuchar. Abrio sus ojos ampliamente. Andrea evito sonreir, aunque le costaba hacerlo, pues los imaginaba a todos vestidos como madres preocupadas buscando a sus hijos. --?Que quieres decir con 'distraernos'? --Que primero fue a un bar de musica tropical y trato de esconderse alli. Marcos contuvo su aliento y Andrea no pudo contenerse mas. --?Y te sentiste mal por ello? --Un poco. --Habia chicas con faldas cortas y sombreros azules --dijo Lorenzo. --Y luego vino aqui --dijo Andrea. Marcos vio a las chicas de neon que apenas se veian en el anuncio. --Si, a buscar otras bailarinas. Andrea noto la expresion de Carlos. No estaba muy contento de estar ahi. Ahora profesaba la fe cristiana. Aunque quisiera golpear a Antonio, no lo haria. Sus principios eran muy fuertes. No podia acercarse tampoco a mujeres con trajes cortos. Solo habia ido a los bares con sus amigos porque era el unico que no tomaba alcohol. Quizas los acompanaba tambien para ayudar a Antonio en caso de que lo necesitara. Ella llevo su mirada al otro lado de la acera y cerro su boca sonriente. Suspiro e imagino la charla biblica que le habria dado Carlos a sus amigos en la camioneta. --Entonces ahora me esperan a mi. --Puede decirse que si --dijo Marcos. Su voz reflejaba tranquilidad. --Soy la chica que resuelve los problemas que cuatro hombres no pudieron resolver.

  • La Odisea del Highlander de Iris Vermeil

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    Parece mentira que, un hombre de palabra y tan apreciado por el pueblo como Kendrick MacDonald se vea involucrado en un crimen atroz que no cometio. Sin embargo, hay otros que le senalan como asesino por culpa de terceras personas. A causa de ello y gracias a la ayuda de su leal amigo Liam se ve obligado a huir de sus tierras y renunciar, por un tiempo, al titulo de laird que le pertenece. La traicion y la sed de venganza es lo unico que le mantiene vivo hasta que conoce a la mujer que cambiara su destino y hara todo lo posible para que el recupere la honra que ha perdido. Perla, es una criatura marina llamada coloquialmente selkie. Las selkies tienen aspecto de foca pero al pisar tierra firme y desprenderse de su piel son mujeres bellas y coquetas. Ella vive prisionera de un descuido que tuvo que pagar muy caro y como consecuencia comparte su vida con un hombre que no ama. Harta de sus malos modales y de sus prohibiciones decide fugarse y volver al mar junto a su prima Coral, de donde no deberia haberse marchado nunca.
    Sus vidas se anclaran. El amor se sellara en sus corazones heridos. A pesar de caer mil veces, la amistad los levantara y permaneceran juntos ante la adversidad.

  • La cita misteriosa de Lady Amor

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    Antonio ha recibido una nota de una admiradora secreta que lo cita en un bar proximo a su trabajo. No puede evitar estar nervioso: solo sabe que tiene que buscar a una misteriosa chica de rosa…

  • No puedes ser mi jefe de Dina Reed

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    Audrey entro en el despacho del senor Stone, en uno de los rascacielos mas elegantes de Midtown, a las ocho de la manana en punto, de un lunes de primeros de febrero, y saludo al joven que estaba mirando por el ventanal como no paraba de nevar. --!Buenos dias! --saludo Audrey, convencida de que ese joven no podia ser el senor Stone. Y es que, a pesar de que era un misterio todo lo que rodeaba a la figura de Duncan Stone, porque no concedia entrevistas, no habia publicada ni una sola foto suya y ni siquiera tenia perfil profesional en LinkedIn, Audrey suponia que ese hombre tendria unos sesenta anos y, en cualquier caso, jamas tendria la planta del tio que tenia delante. Porque era un joven de unos treinta anos, alto, moreno, con un cuerpazo espectacular, buen corte de pelo, abundante y liso, y una voz profunda que era como para derretirse ahi mismo. Pero Audrey no se derritio, porque no estaba ahi para eso... --!Buenos dias! !Menudo dia! ?Le ha costado mucho llegar? --pregunto el senor Stone sin despegar la vista del ventanal y con cierto desden. No en vano, esta era la octava asistente que iba a contratar en seis meses y estaba mas que harto. Desde que la senora Carter se habia jubilado no habia vuelto a encontrar a nadie que estuviera a su altura. De hecho, todas las asistentes que habian venido despues de ella, por desgracia, habian salido despavoridas a las pocas semanas de trabajo duro y muy intenso. El no sabia hacerlo de otra manera... Y suponia que con la chica que acababa de enviarle la agencia iba a pasarle lo mismo. Tanto era asi, que ni se habia molestado en ojear su curriculum, para que, si ya sabia lo que iba a suceder con ella. --He venido en metro --respondio Audrey a ese tio que no tenia ni idea de quien era. ?Tal vez el hijo del senor Stone? Porque el traje azul oscuro que llevaba, y que le quedaba perfecto, tenia pinta de ser carisimo. El caso fue que ese joven replico, sin demasiado entusiasmo, justo antes de darse la vuelta: --Es lo mas inteligente que se puede hacer estos dias. Nueva York cuando nieva es... Duncan no pudo acabar la frase, ya que en cuanto se giro y comprobo quien era la chica que tenia en frente se quedo atonito. --!No! --exclamo Audrey que estaba tan perpleja como el. Y es que no podia creerlo. Aquello no podia ser. Era imposible. Y Duncan estaba pensando otro tanto de lo mismo, porque la chica que tenia enfrente no podia ser ella. La mujer con la que habia pasado el mejor verano de su vida... --?Audrey? ?Tu eres la Audrey que me envia la agencia como asistente de direccion? Audrey se encogio de hombros, resoplo y luego asintio sin salir de su asombro: --Yo soy Audrey Lacer. Pero tu no puedes ser el senor Stone. O al menos, el senor que Stone que es dueno de la compania. Tu debes ser Duncan Stone, hijo; o el sobrino del senor Stone, o... Duncan sonrio divertido, pues se alegraba muchisimo de que Audrey estuviera de nuevo en su vida, y replico: --Soy el unico Duncan Stone, soy el dueno de la compania Dunfly. Audrey se quedo boquiabierta, puesto que no podia ser que el chico con el que habia pasado la mejor semana de su vida fuera a ser su maldito jefe: --No, o sea, no. Es que no me lo puedo creer. Duncan se cruzo de brazos y pregunto sin dejar de sonreir: --?Por que te cuesta tanto creer que la compania sea mia? Audrey sabia que era un chico listo, pero habia tantos chicos en Nueva York que estaban sirviendo mesas que replico: --Estaba convencida de que el senor Duncan tendria la edad de mi padre o mas. ?Como demonios puedes tener una compania de aviones privados con treinta anos? Duncan se quedo mirandola, con esa coleta tirante, un traje sastre marron, botines de tacon cuadrado y un bolso de lo mas anodino, y no pudo evitar preguntar: --?Y tu? ?Como has podido vestirte asi? Audrey le miro con el ceno fruncido y replico mosqueada: --?Asi como? --Como si fueras una chica aburrida, formal y gris. --Es un traje de corte recto, elegante y serio. Visto como se supone que tiene que hacerlo una asistente de direccion. Te recuerdo que esto no es Malibu. A Duncan se le encendio la mirada y se le fue la sangre a la entrepierna de solo escuchar la palabra Malibu. --Si esto fuera Malibu, ahora mismo estariamos follando contra esa pared --mascullo Duncan, sin dejar de mirarla. Audrey sintio que un calor subito se le subia hasta el rostro y repuso: --?Que? --Lo que paso entre nosotros fue muy intenso. Una atraccion salvaje. La mas bestia que he tenido en mi vida. Asi que si esto fuera Malibu... --Ya, pero no lo es --se apresuro a decir Audrey. --No. No lo es. Y ademas estoy prometido --dijo Duncan, clavando la mirada en la de ella. Audrey sintio un escalofrio extrano al notar la mirada de Duncan, trago saliva y replico forzando la sonrisa: --Eso es genial. Pero ?tu no eras el que no creias en el amor? Duncan, que no podia dejar de mirarla, sintio tambien algo extrano y unas ganas absurdas de volver a besarla. Pero no le dio la menor importancia y replico sonriendo tambien: --No me caso por amor. Me caso por placer y por negocios. Audrey levanto una ceja de pura perplejidad y repuso: --Lo del matrimonio por interes ?no es algo que esta pasadisimo de moda? --Yo no sigo las modas. Y ahora sientate, por favor, y echemos un vistazo a tu curriculum. Duncan le senalo la silla que estaba frente a el, Audrey se sento y el hizo lo mismo en su sillon giratorio de piel negra, moderno, funcional y elegante. --?Todavia no te ha dado tiempo a echarle un vistazo? Duncan abrio la carpeta donde estaba el curriculum de Audrey y respondio con la misma sinceridad que ella estaba gastando con el: --Las asistentes no me duran demasiado y pense que tu serias una mas. --?Que pasa que en la agencia te mandan a todas las incompetentes o es que tu eres un jefe tocapelotas que no hay Dios que te aguante? Duncan levanto la cabeza de la carpeta y se echo a reir, porque le encantaba como era esa chica. --?Ves? Tu ropa no tiene nada que ver con como eres. Una chica que no tiene pelos en la lengua jamas se pondria ese traje marron tan feo. ?De donde diablos lo has sacado? Audrey bufo, dio un manotazo al aire y replico tras fijarse en que Duncan seguia llevando en su muneca las pulseras de cuentas de madera que le habia comprado en un puesto callejero en Malibu: --!Que pesadito estas con mi traje! Y ahora responde: ?por que no aguantan las asistentes ni dos tardes? --No te pases, tampoco salen por piernas en cuanto me ven, pero si al cabo de unas semanas porque soy un jefe cabron, exigente, duro y si, muy tocapelotas. Audrey que no daba credito, porque la verdad era que le costaba creer que el surfero jodidamente divertido y sexy que habia conocido en Malibu fuera todo un senor don importante, replico: --Supongo que por ser como eres has logrado el exitazo que tienes con tu compania. --Trabajo muy duro, pero tambien he tenido suerte. --Me temo que en tu caso la suerte tiene que ver mucho con el talento tambien --observo Audrey. Y es que le habia conocido lo suficiente como para saber que era un tio muy talentoso, y no solo en la cama... --?Me estas haciendo la pelota, senorita Lacer? Por cierto, si supieras la de veces que me pregunte como te apellidarias... --Jajajaja. A mi tambien me despertaba mucha curiosidad saber cual seria tu nombre completo. Pero como decidimos que era mejor que lo nuestro fuera sin preguntas... Duncan sonrio de solo recordar otra vez aquellos dias tan felices y afirmo: --Y fue genial. Pero ahora que vas a ser mi asistente voy a tener que hacerte unas cuantas preguntas. Audrey sonrio de oreja a oreja y repuso: --Y yo a ti, senor Stone...

  • El dueno del mundo (Los Austrias) de Jose Luis Corral

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    Fines de primavera del ano de 1539; Carlos de Austria, emperador de Alemania y rey de las Espanas y de las Indias, se encierra, desesperado por la muerte de su esposa Isabel, en un monasterio cercano a Toledo. Entretanto, sus enemigos amenazan su poder y sus dominios. En Gante, su ciudad natal, los comerciantes se rebelan en protesta por los excesivos impuestos. Los turcos avanzan hacia Europa y ganan posiciones en el Mediterraneo. Los protestantes cuestionan su autoridad.

  • Las hijas de Erik de Mercedes Martin

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    ?Puede una mujer vivir de su espada? ?Ofrecer sus servicios en guerras y expediciones de saqueo, sin la necesidad de ocultarse tras un disfraz masculino?
    Siglo diez en Dinamarca, en plena Era Vikinga. Erika “Ojos de Hielo” y Erika “la Berserker”, dos de las hijas bastardas de Erik, son saqueadoras y soldados a sueldo desde que eran apenas dos muchachas. Ha terminado el invierno y ya se disponen las campanas primaverales, que guiaran a cientos de los temidos barcos nordicos hacia Inglaterra. Esta vez, la hija de Erik, a la que apodan “Ojos de Hielo”, no buscara un barco en el que alistarse con la intencion de combatir a sueldo, y asi hacerse con una buena bolsa de monedas y oro, para regresar antes del invierno a su patria. En esta ocasion, lo hara obligada y pretendiendo escapar de los planes que su tirano padre prepara para ella. La huida la llevara hacia una aventura inesperada y peligrosa, muy distinta a la que esperaba cuando abandono su hogar.

  • La mano del diablo (Inspector Pendergast 5) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    La huella de una garra quemada en la pared… El hedor inaguantable de azufre.

  • Natalia sobre ruedas de Elsa Tablac

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    Un "zangano con monopatin". Esa es la impresion que Natalia se lleva de Alvaro una manana que chocan en plena calle, mientras el da un salto con su tabla de skateboard.

  • 500 anos de frio de Javier Pelaez

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    Cuando pensamos en las expediciones mas importantes de la historia, frecuentemente olvidamos la conquista del Artico, pero durante mas de cinco siglos, incontables barcos y marinos se han adentrado en sus gelidas aguas en busca de tierras desconocidas o rutas mas rapidas para el comercio. Pocas de aquellas expediciones consiguieron sus objetivos; los mas afortunados regresaron a casa con las manos vacias, otros se quedaron alli para siempre.
    La historia del Artico es una historia de aventuras. Durante estos 500 anos de frio, los exploradores han afrontado con valentia el mayor desafio que ofrece nuestro planeta: aislados durante meses en completa oscuridad, haciendo frente a las condiciones climaticas mas extremas y sintiendo una soledad dificilmente imaginable en nuestros dias de redes sociales y telecomunicaciones.

  • La ultima bala de Juan Jose Revenga

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    Traficantes de armas, guerrilleros en todo el mundo y los principales carteles mexicanos de droga son los protagonistas de este ensayo ficcionado. Conoceremos los entresijos del narcotrafico de la mano de uno de los capos mas importantes y mas buscado, el capo del cartel del golfo; o a traves del famoso secuestrador <>, un criminal que estuvo al mando de una red criminal con los mas altos estamentos de la policia mexicana e incluso politicos en su nomina, entre otros.

  • Cuando ya te habias ido de Rafael Alcolea Harold

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    Aquello que se esconde a nosotros y lo que esta por venir, no es nada comparado con lo que hay en nuestro interior. Me quede desolada, desamparada, deshecha, desubicada, perdida, ida... no podia creer que Robert habia muerto. No ahora. Despues de tanta tristeza, penuria y soledad encerrada en mi jaula dorada. Parecia que despues de todos estos anos comenzabamos a soportarnos, llegabamos a un entendimiento... Robert no habia sido malo conmigo, solamente tuvo un fallo: no era el amor de mi vida, no era Javier. Ahora esto. Esa maldita llamada desde Londres. Mi vida se hizo anicos de nuevo, antes de que pudiese percatarme de ello me la habian vuelto a destrozar. ?Cuando habia perdido la buena fortuna? Hacia ya tanto de aquello que me entristeci de solo recordarlo. Cualquiera que me viese pensaria que lo habia superado, pero como suele decirse: la procesion iba por dentro. --Buenos dias, necesito comunicarme con la senora Sara Scott --requirio una urgente voz al otro lado del telefono en ingles. --Si, digame --respondi con mi perfecto acento ingles. Tras haber vivido algo menos que la mitad de mi vida en el Reino Unido, casi trece anos, dominaba a la perfeccion la lengua de mi marido. --Le llamo del hospital St. Andrews, soy el medico de su esposo. --Disculpe, no le entiendo --pregunte acelerada, pense que habia sufrido un accidente. --Si, vera, soy el doctor Johnson del hospital St. Andrews de la unidad de oncologia... -- realizo una pausas-- vamos, el medico que ha estado tratando a Robert... A este lado del telefono se hizo el silencio. Esperaba ingenuamente que en cualquier momento otra voz gritase que era una broma macabra de mi marido. Pero esa voz no llego. --?Senora sigue usted ahi...? Lamento enormemente comunicarle que su marido ha fallecido hace una hora. Recuerdo que el telefono resbalo de mi mano deslizandose de manera estrepitosa, chocando con el suelo marmoreo de color beige de la casa de verano y desportillandose por una esquina. A pesar del tremendo golpe, el aparato parecia seguir emitiendo algun sonido. --?Se encuentra usted bien? --preguntaba el doctor a miles de kilometros de distancia en su ingles cerrado de la zona de Manchester. Estaba temblando. Sola, de nuevo sola, cuando todo parecia volver a encajar. Mire por el ventanal del salon que daba al jardin. Recuerdo a Carmen jugando despreocupada con su abuela. Despues de tantos anos sin hablarnos, habia empezado a perdonar a mi madre. Carmen chapoteaba y saltaba en la recien estrenada piscina con la inocencia de quien no tiene que preocuparse por nada. Apenas si llevabamos un mes en Espana. Volver a mi tierra despues de tantos anos anorandola habia sido un sueno cumplido. Me habia reencontrado con mi familia, con mis hermanas y sobrinos, mi madre, incluso empezaba a entablar amistad con las familias del barrio. Al menos sabia que durante dos meses al ano, en aquella casa seria feliz. Lejos del ruido, las prisas y la contaminacion de la city londinense. De nuevo en el acogedor lugar del que fui usurpada. Robert era agente de bolsa y viviamos en uno de los rascacielos mas prominentes de la capital britanica. Cuando nos mudamos alli, tuve la esperanza de que tal vez pudiera ver el liviano sol britanico de vez en cuando. Sin embargo, ni siquiera a aquella altura podia sobrepasar la plomiza franja de nubes perennes de Londres que vivian sobre el skyline londinense. Jamas contemple, a pesar de buscarlo a diario, un sol tan brioso y picante como el de Espana, al menos espere encontrar algun timido y tamizado rayito que animara mi espiritu aquellos primeros dias, pero nada, ni siquiera en la planta veinticinco podia contemplarse el sol en un Londres que, rodeado de tanta polucion y dias nublados, se convertia en un sempiterno paraiso de la humedad.

  • Si confias en mi de Norah Carter

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    Las flores nunca mueren. Es un pensamiento que a veces me recuerda que de algun modo siempre hay una razon para creer que en los corazones de los hombres y de las mujeres no debe haber temor a nada. Un fuego oculto nos mantiene siempre vivos y esperanzados, ese mismo fuego con el que miramos a la vida y, de repente, nos damos cuenta de que las flores nunca mueren. La primavera siempre vuelve como el resto de las estaciones, pase lo que pase. La historia siempre se repite y la naturaleza sigue su curso. Por esa razon misma, las flores nunca mueren. Habia acudido mucha gente. La tarde gris era un espejo de su semblante. Todos se dieron cita alli por desgracia. Duncan habia perdido a su madre. Hace unos anos, enterro a su padre y ahora la que habia sido toda su ocupacion y dedicacion estos ultimos anos habia muerto tambien, en la cama, a su lado. ?Que vida le esperaba ahora a aquel hombre? Toda su vida habia estado vinculada a esa casa paterna, pues solo el se habia encargado de cuidar de sus padres durante anos. Todo el sentido de su existencia habia sido refugiarse al lado de sus progenitores, como si no existiese otro mundo que el hecho de velar por la seguridad de aquellos ancianos. North Berwick es un pueblo pequeno y todos nos conocemos desde siempre. Aun recuerdo algunos momentos de mi infancia al lado de Duncan y, si tuviera que destacar algunos de sus rasgos, dire que era un chico reservado, silencioso, demasiado prudente a la hora de hablar o de intervenir. Pero ese caracter tan introvertido me gustaba particularmente. Era una forma de diferenciarse del resto de chicos, embrutecidos, siniestros al tramar algunas travesuras y siempre orgullosos de aquellas frases obscenas que soltaban por la boca. Duncan no era de esa clase de chicos. Al contrario, su naturaleza era tan diferente que a veces preferia quedarse con las chicas a observarnos como jugabamos con nuestras munecas o al escondite. Esbozaba una tierna sonrisa mientras nosotras pasabamos el rato con nuestras correrias. Nunca le di demasiada importancia a ese comportamiento, pero es cierto que companeros de clase y muchos chicos del pueblo tildaron a Duncan de un muchacho demasiado raro y extrano. Y aquellos calificativos contribuyeron a que se distanciara todavia mas del resto del mundo. Nunca se vio envuelto en una pelea y nunca fue motivo de burla, porque Duncan paso a ser, de un chico raro y extrano, a un chico invisible. Caminaba con torpeza y su pelo color paja lo hacia inconfundible. Era como una breve llama entre nosotros cuando decidia acompanarnos a la loma o a algun rincon del bosque a buscar animales o setas. Puedo decir abiertamente que mi infancia ha estado asociada a esa presencia de Duncan. Poco a poco, fuimos creciendo y las apariciones de Duncan eran cada vez menos frecuentes cuando saliamos al bosque o por los caminos. Siempre he culpado a sus padres de aquella conducta de Duncan, pues eran huranos y bastante posesivos. En un pueblo como este, todos nos conocemos y algo de lo que acabo de escribir tuvo que ir fraguandose en la intimidad de esa casa, hasta que Duncan, cuando todos cumplimos trece anos, dejo definitivamente de salir a buscar aventuras con nosotras. Porque hubo un momento en que se alejo para siempre de los chicos, especialmente cuando estos empezaron a fumar y a espiar a las parejas jovenes que buscaban un rato de soledad en el bosque para amarse.

  • Prohibido enamorarse de Adam Walker de Lia Belikov

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  • Lo extraordinario de Fran Zabaleta

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    Un hombre que quiere desaparecer. Un paraiso envuelto en leyendas. Una busqueda milenaria a punto de terminar.

  • Sananda 1 de Lena Valenti

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    Hay cosas a las que con solo echarles un vistazo uno percibe que no son nada ordinarias. Hay lugares marcados por una extrana energia a la que los humanos no sabemos ponerle nombre, por mucho que sintamos en nuestro fuero interno que algo especial sucede ahi. Nos encanta observarlos y gozar de ellos sin pagar entrada ni pedir permiso, porque consideramos que no estan regidos ni por estatutos comunitarios ni son propiedad de nadie en especial. Estan ahi para la contemplacion y el goce, vengan del mundo que vengan. Son Patrimonio de la Humanidad. Eso sucede con es Vedra. Es Vedra formaba parte de Eivissa en la antiguedad; pero un dia, por alguna extrana razon, decidio independizarse de ella y nadar a traves del mar hasta quedarse flotando como una roca, parecida a una espectacular catedral gotica, que flanqueaba a los ibicencos, guardandoles, protegiendoles y amandoles desde la distancia, pero fuera de ellos y de su nucleo. La atrevida fechoria de es Vedra para con Ibiza fue el acto de independencia mas pacifico y natural de la historia, en el que ni los intereses ni los prejuicios humanos podian delimitar si uno podia liberarse o no. Y es que... ?quien se puede oponer a las fuerzas de la Naturaleza? Las Antiguas, llamadas mujeres de Iboshim, aquelarres de sabias y ancestrales brujas que poblaban las islas desde epoca fenicia, ocultas solo para aquellos que no las quisieran ver, contaban en petit comite que es Vedra necesitaba el aislamiento para mantenerse pura y acumular energia, puesto que era y seria un importantisimo punto de equilibrio telurico y magnetico para la Tierra. No sabian decir por que era asi, pero asi era. Por tanto, aquella gigantesca roca, fuente de leyendas, mitos, magia y todo tipo de sucesos paranormales, emergia de las profundidades del mar Mediterraneo, desde sus entranas, para hacer de vigia de la gente de Eivissa y banarlos con su poder. Ofreciendose para ellos siempre que lo necesitaran y siempre que la respetaran. Y alli estaba Amanda Balanzat, descendiente de las mujeres de Iboshim. A sus treinta y cinco anos, tenia unos dolores de parto tan fuertes que parecia que la estaban matando. Cada contraccion le arrancaba un ano de vida, y suponia que, una vez diera a luz, su larguisimo pelo rojo estaria entrecano y las comisuras de sus ojos verdes lucirian arrugas marchitas; lamentablemente, ninguna de ellas seria causada por sonreir. Los medicos le habian recomendado que no tuviera esos bebes. Su embarazo habia sido declarado de alto riesgo y por eso decidio no continuar visitando a su equipo medico, pues ya no confiaban en el exito del alumbramiento. Amanda no queria dar marcha atras; sus ginecologos decian que lo mejor para preservar su salud era abortar, y aquella diatriba habia generado un serio conflicto entre ellos, mas aun, sabiendo que su madre, Pietat, habia sido una doctora muy respetada en las islas. No obstante, los medicos no creian en aquello que las Balanzat, temidas por algunos, tenian por ciencia cierta, como eran los conocimientos, tan antiguos como la mismisima vida de sus maravillosas islas, que atesoraban con celo y que habian sido transmitidos de generacion en generacion desde la Antiguedad. Es Vedra era magica y tan real como que el sol salia cada manana y la luna se alzaba por las noches, tan magica como habia sido su caso de embarazo. Amanda habia sido declarada rematadamente esteril. Con solo un ovario, <> como decia ella, se habia quedado embarazada en contra de los diagnosticos aplastantes de sus medicos. Y no solo de un bebe. Ni de dos. Tres. Tres eran las bebes que esperaban nacer de su vientre abultado, estriado y varicoso. Una cuna de carne que las habia resguardado el tiempo necesario como para que se formaran, pero no el suficiente y recomendado para que las pequenas, que no serian trillizas identicas, pudieran sobrevivir a la vida fuera de su protector interior. Amanda acaricio la parte baja de su barriga y tomo aire por la nariz para sacarlo por la boca. Aquello debia salir bien. El linaje de las Balanzat no podia acabar solo con ella; ellas eran las guardianas de Eivissa y su linea de sangre debia persistir. Mama Pietat, su madre, y su amado y descuidado marido, Angel, la acompanaban para la ocasion. Una le secaba el sudor de la frente con un pano blanco remojado en el agua fria de la orilla del islote mientras recitaba una oracion a es Vedra. Tenia el pelo blanco trenzado, y sus ojos azules y conmovedoramente claros, a diferencia de su hija, si tenian arrugas de felicidad a su alrededor. La mujer no dejaba de sonreir, alegre por saber que las Balanzat proseguirian su camino en la vida de la mano de esas tres ninas que verian la luz de la luna llena esa misma noche. Pietat se negaba a creer otra cosa que no fuera un exito rotundo en el parto. --Tu, que eres madre y sostienes a tus hijos; tu, que nos vigilas y no juzgas; tu, que nos ayudas y nos purgas. Sobre tus faldas yace mi hija, la tuya; ayudala a dar vida y ayudala a sanar despues. La vida con muerte no es vida, la vida con vida lo es. --Remojo su rostro de nuevo y acuno su mejilla roja en su mano--. Vas a estar bien, carino. Ya lo veras. --Me matan los dolores. Cada contraccion es peor que la anterior --susurro ella dejandose mimar por su madre, abatida y y ya muy cansada. --Lo se, amor --dijo Angel encendiendo la ultima vela pequena y de tallo grueso a su alrededor. Se incorporo y con el indice recoloco sus gafas de pasta negra, que se habian deslizado debido al sudor sobre el puente de su gran nariz. Amanda observo a Angel y se sorprendio de lo mucho que lo seguia amando. A muchas parejas el tiempo les desgastaba, aniquilando todo el amor que un dia habian sentido el uno por el otro, como si fuera un recuerdo de un sueno; pero ese no era su caso. Basaron su relacion en el respeto y en la admiracion mutua que se profesaban como personas. Su amor no habia sido nada fulgurante, se habia forjado a fuego lento, y de ello habia resultado un inmejorable cocido del que todavia paladeaban su sabor. ?Que futuro podrian haber tenido una curandera y el disenador de la planta desalinizadora de Formentera? Probablemente no mucho. Angel era un hombre de negocios, muy rico y de ideas muy vanguardistas. Ella era solo una chica sonadora de un pueblo ibicenco, en es Cubells. Pero una noche de San Juan entre hogueras, alcohol y ritos naturistas podia dar mucho de si. Y vaya si lo habia dado. Desde entonces, la pareja se habia vuelto inseparable y se habian querido tanto o mas que el primer dia. Por eso Amanda no queria fallar. Necesitaba sobrevivir al suplicio de sacar a tres personitas adelante, sufriera los dolores que sufriera. Y si ella no seguia adelante, al menos, que sus hijas conocieran al maravilloso padre que tenian y a su esplendida abuela. Que vieran la vida con los ojos vivos con los que ella la veia. La vida era un regalo que todos merecian sin distincion. Y su deseo mas profundo era que sus hijas la experimentaran. --De acuerdo, preciosa --le dijo Angel colocandose tras su espalda para que ella se apoyara en el. Habian intentado facilitar todas las comodidades posibles a la parturienta pero, al final, no habia nada mas seguro y tranquilizador que el sosten que conferian el cuerpo y los brazos de la persona que te queria y que no permitiria que hicieras ese viaje sola. Los hombres no sufrian dolores de parto, pero si sufrian el temor y el dolor de ver a su mujer gritando entre lagrimas, sangrando y desfalleciendo, y Angel no era inmune al hecho de no poder apaciguar siquiera un poco de su tormento. Pero, al menos, estaria ahi para ella. Le ofrecio la mano derecha a su mujer, y ella se la cogio, amarrandose a el como si fuera un salvavidas. --Rompeme todos los huesos si quieres --le susurro el al oido, con ternura infinita--. No me voy a ir. Amanda sonrio y apoyo la cabeza en su pecho. Su respiracion se habia disparado y ahora ya no llevaba ritmo ni control. Mama Pietat se arrodillo entre sus piernas y arremango las mangas de su camisa roja de estilo ibicenco. --Muy bien, hija. Ya estas muy dilatada --La inspecciono con los dedos entre las piernas--. Madre mia... Ya toco la cabeza de una de ellas --sonrio con ojos brillantes--. Cuando diga tres, empujas con fuerza. --Mama... --susurro llorosa-- la ultima ecografia que me hice reflejaba que una de ellas estaba atravesada... --sorbio por la nariz--. No se si podre... No se si ha sido buena idea... --Las dudas, inevitablemente, la acecharon en el ultimo momento. --Chis, nina --la corto la madre--. Las mujeres llevan pariendo desde hace milenios... No te va a pasar nada, carino. Estamos en lugar sagrado y no podemos ofender a es Vedra. Mis nietas estaban mal colocadas antes. --Alzo los ojos claros al cielo y a la luna llena. El pico lleno de acantilados de es Vedra recortaba el color nocturno y lleno de luces titilantes de la boveda celeste--. Pero ahora, el espiritu de Mama Vedra hara lo propio --dijo refiriendose a la magica roca--. Empuja --le ordeno seria y llena de determinacion, sin perder de vista la expresion asustada de su hija--. !Empuja, Amanda! Amanda no tardo ni un segundo en reaccionar y obedecerla. Impulso su cuerpo hacia adelante con toda el alma y contemplo a su madre, que con ojos abiertos y estupefactos, llenos de maravilla y fascinacion, recibian al primer bebe en un pano rosa y caliente. Actuo con diligencia y corto el cordon umbilical con unas tijeras nuevas que habian comprado ese mismo dia. Todo era nuevo y a estrenar: las mantitas, la cuna triple que pondrian sobre la lancha para salir del islote, las gasas, los hilos... Todo seria casero para salir del paso. Despues, cuando Amanda acabara de dar a luz a su tercera hija, se la llevarian al hospital municipal de Ibiza. La bebe ni siquiera lloro. Pietat la observo con detenimiento cuando la pequena abrio los ojos y, medio prematura como era, fijo la mirada en ella. Unos ojos tan verdes como los de Amanda. Tenia los punitos apretados contra su pecho desnudo y resbaladizo y hacia pucheros con su boquita en forma de pinon. --Por todos mis antepasados... --susurro Pietat, estremecida--. Esta nina tiene ojos de vieja. --Se llamara Nicole --sentencio Amanda. --Todos los bebes son viejos enanos al nacer --dijo Angel, con una sonrisa estupefacta en sus labios--. Viene otra mas, Pietat. Dejala en la cuna--la urgio nervioso, animando a Amanda y besandola en la coronilla. --!La quiero coger! --clamo Amanda. --No, aun no --le prohibio Pietat--. Despues cogeras a las tres. Ahora centrate, esto aun no ha acabado. --Vamos, cielo. Ya hay una parte del camino hecho --la espoleo Angel. Amanda lloraba con fuerza; los dolores se hacian insoportables. Una vez habia salido la primera, empujaba la segunda. Sin embargo, esta segunda no tuvo nada que ver con la de antes. Amanda sintio una paz increible al empujar; tanto que, incluso, pudo sentir como parte de su cuerpo, internamente magullado y desgarrado, se regeneraba y sanaba milagrosamente.

  • Vertigo por perderme en ti, Rebeca Banuelos Ortiz de Rebeca Banuelos Ortiz

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  • Buscando a Zaida de Dylan Martins

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    Cuando Sergio cruza la mirada, por primera vez, con Zaida, mientras la atiende en urgencias, sabe que la atraccion ha surgido entre ellos.
    Ella solo esta en la ciudad por unos dias, tiene que volver a Marruecos.
    El no puede olvidarla y se convierte en una obsesion.
    En sus vacaciones, y con los pocos datos que tiene de Zaida, decide viajar a Marrakech con la esperanza de encontrarla.
    ?Conseguira hacerlo?
    Y si es asi, ?que les depara el destino a los dos, aun siendo conscientes de la diferencia cultural que los separa?

  • Confesiones de una mujer (eLit 5) de Jen Safrey

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    En la universidad, Cassidy Maxwell lo habia tenido todo: inteligencia, belleza y la atencion de todos los hombres del campus, incluyendo la del profesor del que se habia enamorado. Ahora vivia en Inglaterra y era la mano derecha del embajador de Estados Unidos. Pero, ?por que habia desaparecido al final del ultimo curso?

  • Un amor en construccion de Lorraine Coco

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    --!Jenna! La cabeza de Krysten asomo por la pequena apertura de la puerta mientras esperaba una respuesta, pero esta no llego. Golpeo con los nudillos la madera un par de veces con impaciencia antes de decidir entrar sin esperar. No tenia tiempo para cortesias. Y aunque su amiga le hubiese dicho un millon de veces que llamase antes de invadir su hogar, no era culpa suya si estaba sorda como una tapia. Aun asi, nada mas adentrarse, y mientras cerraba la puerta tras ella, volvio a llamarla a gritos. --!Jenna! !Vamos! !Si estas tirada en la cama, ya puedes levantarte! Entorno la mirada al no recibir respuesta. El amplio y estiloso apartamento parecia desierto, pero sabia que era imposible que no estuviese alli. Llevaba recluida en su casa doce semanas, desde el incidente. Y no habia conseguido que saliese ni tentandola con extravagantes planes, cenas suculentas o sesiones de tratamientos de belleza que antes le habrian hecho estallar la cabeza. Incluso hacia dos semanas hizo saltar la alarma de incendios del edificio, a la desesperada, pero ni siquiera asi logro que abandonase su auto impuesta prision. Esa manana, sin embargo, iba con un nuevo plan, una idea a la que llevaba una semana dando forma. Se le habia ocurrido mientras ojeaba las noticias en su movil, en el metro, en el transcurso del trayecto desde su casa en Little Italy hasta el Upper East Side, donde residia su amiga. Normalmente empleaba ese tiempo en ver videos en Tik Tok y ojeando las ultimas novedades de lo que se cocia en Instagram. Pero ese dia un idiota la empujo cuando estaba a punto de tomar asiento, y al recoger su movil del suelo debio tocar la pantalla sin querer. Estuvo a punto de desechar la pagina de noticias rapidamente en cuanto se acomodo en su sitio, pero entonces se fijo en el protagonista del articulo y detuvo en seco su dedo antes de deslizar la pantalla a la derecha. Una lectura rapida del articulo, tres minutos de cavilaciones y un par de conexiones neuronales mas tarde, tenia el plan perfecto para devolver a la vida a su amiga. Y por muchas excusas que esta le hubiese preparado ese dia, no iba a dejar que su plan fracasara. Habia tenido que cometer un par de delitos para asegurarse de que asi fuera, pero la necesidad apremiaba y ambas se jugaban mucho. Necesitaba recuperarla urgentemente. Odiaba tener que ponerse dura cuando sabia que estaba sufriendo, pero no podia seguir viendola en ese estado. No soportaba a la gente triste y amargada. Lo llenaban todo de un halo gris y deprimente que se cargaba sus buenas vibraciones. Ademas, en el caso particular de su amiga/jefa, el tema se convertia en una cuestion de supervivencia. Llevaba tres anos trabajando para Jenna, los mejores de su vida laboral, pero parecia que todo lo que habia conseguido en ese tiempo peligraba con cada dia que pasaba, hasta el punto de ver que en pocas semanas se veria en apuros para pagar el alquiler de su apartamento y tendria que volver a pedir asilo en casa de su hermana, su cunado y los cuatro terroristas de sus sobrinos. Sacudio los hombros al sentir un escalofrio que le atraveso la espalda solo con imaginarlo. Ya estaba frente a la puerta del dormitorio de Jenna, y el ansia que la carcomia por contarle su plan hizo que abriese sin llamar, con una energia que estuvo a punto de hacerla puerta giratoria. --!Jenna! !Te juro que como te pille en la cama...! Habia imaginado que la encontraria como tantas otras veces durante las ultimas semanas: alli tirada, sobre el colchon, en pijama y con una pinta desastrosa. Pero en lugar de eso se vio imbuida por la mas absoluta oscuridad. Achico los ojos cuando advirtio una pequena luz azulona que se movia de un lado a otro con rapidez, y sacudio la cabeza justo antes de presionar el interruptor de la luz, esperando tener que enfrentarse a un intruso, armada solo con su mini bolso. --!Mierdis! --exclamo Jenna despojandose de una visera de plastico transparente que cubria su cara. Elevo las cejas y apreto los labios despues, como una nina pequena a la que han pillado robando en una tienda de chuches. --?Que diablos estas haciendo? ?De que vas disfrazada? La respuesta de su amiga fue intentar ocultar tras su espalda la linternita que le habia advertido en la mano un segundo antes. Como si con aquel gesto infantil ella fuese a obviar lo rocambolesco de la escena. Jenna, la mas sensata, centrada y juiciosa de sus amigas (hasta hacia doce semanas) llevaba una especie de mono blanco, como los que usaban los del Centro para el control y la Prevencion de Enfermedades en las series de medicos que devoraba los jueves por la noche. --Tienes exactamente diez segundos para explicarme que esta pasando aqui antes de que llame a tu madre para que te ingrese en algun sitio de esos a los que vais los pijos cuando sufris una crisis nerviosa --le dijo sacando el movil del bolsito y mostrandoselo para que viera que iba en serio. Jenna se mordio el labio inferior y puso ojitos de cordero antes de alzar las manos y despojarse de la parte superior del traje, liberando su cabeza. --No es para tanto... !Lo juro! Solo estaba... estaba... --Apreto los dientes y los punos al tiempo. Estaba tan roja como si hubiesen abofeteado su palido rostro sin piedad. Abrio los labios --... buscando muestras biologicas --escupio las palabras a la carrera, como si no quisiese escuchar su propia declaracion. La que abrio los ojos desorbitadamente en ese momento fue Krysten. --?Muestras biologicas? --Ladeo la cabeza mientras pronunciaba la frase, sin poder creerlo, pero Jenna afirmo repetidamente con energia mientras su gesto se contraia en una mueca avergonzada. --!No estoy loca! !No he perdido la cabeza! Es que despues de encontrar unas braguitas que no son mias en un cajon, yo... Con mirada desquiciada, empezo a negar con la cabeza, como si estuviese sufriendo un ataque. Y tenia que haber sido asi porque entre las muchas peculiaridades de su amiga estaba la fobia a los germenes. Imaginarla tocando la ropa interior de otra persona era surrealista. --Tenia que comprobarlo. Ese... ese pedazo de... se acosto con esa... con esa... --Con ese zorron --termino por ella, viendo que la furia que habia empezado a dominarla, y que hacia que su rostro pareciese ahora incandescente, se le atragantaba en el gaznate. --Si, con... esa. !En mi cama! !Mi casa! !Mi hogar! El que he estado pagando con mi esfuerzo, con mi programa, mientras el se hacia un nombre a costa del mio y vivia de gorra porque supuestamente respetaba y admiraba mi independencia, mi autonomia, mi capacidad de emprendimiento y mi carrera. !El muy hijo de...! --Perra, cielo. Hijo de perra. Puedes decirlo abiertamente --apunto posando una mano sobre el hombro plastificado de su amiga. Aparto la palma al instante, repeliendo el contacto gomoso, y aleteo los dedos al tiempo que arrugaba la nariz. Jenna empezo a sacudir los brazos con rabia, como un pajarillo enfundado en un preservativo blanco y brillante, mientras hacia pequenos ruiditos que pretendian ser grunidos, pero que en la finolis de su amiga no eran mas que quejidos lastimeros. No lo iba a negar, verla disfrazada con ese mono, la cara enrojecida, el cabello largo y rubio pegado al rostro perlado de sudor, en medio de la escena de CSI que se habia montado, era rocambolesco. Pero por fin la veia estallar y hacer algo mas que llorar como una mema. Tenia que dejar que sacara su ira, frustracion y dolor. Ella, de haber estado en el lugar de Jenna, le habria rajado las ruedas del coche a su ex, le habria tirado en plena calle un cubo con restos de pescado putrefacto, y subido a las redes sociales las fotos de aquel viaje a las islas griegas en las que tuvo la ocurrencia de ponerse un tanga verde fluorescente. Pero su amiga y ella no se parecian en nada. Se habian criado en lados opuestos de la ciudad. Jenna habia nacido en el seno de una familia adinerada, mientras que ella habia aprendido en su barrio que el que la hace, la paga. Y su mente retorcida habia imaginado cientos de escenarios en los que humillaba a su exjefe hasta convertirlo en el hazmerreir y la comidilla de todo el mundillo televisivo. Pero Jenna se lo habia impedido alegando que ellas eran mejores personas, estaban a otro nivel y no iban a rebajarse a su juego sucio. Sabia que creia aquella afirmacion palabra por palabra, pero tambien que Jenna evitaba a toda costa alimentar el escandalo en el que se habia visto envuelta cuando su novio, su prometido, su companero en el programa de reformas mas famoso del momento, la habia dejado delante de toda la audiencia nacional, en directo, en un programa especial de recaudacion de fondos. Era un programa en el que su amiga habia deseado participar durante meses, en el que se subastaban sus demandados servicios como disenadora de interiores. Se habia hecho eco del evento en todas las redes sociales, prensa y television. La audiencia habia sido la mas alta del mes y ante toda aquella gente, el asqueroso de Kevin la habia ridiculizado, avergonzado y dejado en directo, por una de las presentadoras del programa, con la que al parecer hacia meses que mantenia una relacion. Desde entonces, la humillacion no la habia dejado salir siquiera de casa. Primero, intentando evitar a la prensa sensacionalista que se habia apostado las primeras semanas, camara en mano, en la puerta de su edificio, deseosa de conseguir la instantanea de la destrozada y hundida Jenna Hopper. Y despues, cuando las aguas se calmaron, tampoco quiso salir temiendo ser reconocida y vuelta a ridiculizar por cualquiera que hubiese visto el programa o se hubiese reido con alguno de los innumerables memes que se habian hecho a su costa tras el incidente. Habia sido durisimo para ella. Las cosas que habia dicho el asqueroso delante de todo el pais... Entendia que hubiese necesitado un tiempo para reflexionar, lamerse las heridas y recuperarse. Pero el periodo de autocompadecerse habia terminado. Se lo decia su instinto, su preocupacion de amiga, y su cuenta bancaria, que estaba tiritando tras estar tres meses sin ingresos del programa que Jenna habia cancelado al romperse la pareja. --!Esta bien! No puedo seguir viendote de esa guisa, y tampoco oliendote, para ser sincera... --dijo tras aproximarse a su amiga y olisquearla como un sabueso. Jenna abrio los ojos, espantada--. ?Te extranas? Eso es plastico y estamos a mas de treinta grados. Sudas y hueles como una gorrina. Jenna introdujo la nariz por el cuello del traje y casi se puso azul. --!Oh, Dios mio! --exclamo espantada--. !Voy a darme una ducha! --Me parece una idea estupenda. Yo me ocupo mientras de quemar el colchon. --Cuando su amiga, que ya iba en direccion a la puerta, se giro alzando las cejas como si de repente la hubiese iluminado con la mejor de las ocurrencias, anadio--: !Era una broma, loca! Pero me deshare de el sin testigos y haciendo que parezca un accidente. --Le guino un ojo y Jenna sonrio, iluminando sus facciones dulces y elegantes. --Eres la mejor amiga del mundo --declaro de repente--. No se si te lo he dicho mucho ultimamente, pero sabes que te quiero, ?verdad? Sus palabras la emocionaron, y estuvo tentada de ir a abrazarla, pero luego recordo que apestaba y se limito a asentir, tocarla con la punta de los dedos y hacerla girar para guiarla hasta el bano de la suite. --Perfecto, recuerda lo que acabas de decirme hasta que salgas de la ducha porque... !tengo un plaaaaaan! --dijo en tono cantarin. Jenna le brindo una mirada entornada desde el interior del bano, pero antes de que pudiera preguntarle que se le habia ocurrido, cerro la puerta en sus narices y grito: --!Primero la ducha! --Y cuando oyo segundos mas tarde el sonido del agua correr, se mordio el labio volviendose a preguntar que clase de arma usaria para matarla cuando descubriese lo que habia hecho. CAPITULO 2 Jenna salio de la ducha y se envolvio en la mullida toalla blanca que cogio del toallero. La anudo sobre su pecho y tomo otra mas pequena para hacer lo mismo con su cabello, dejandolo recogido asemejando un turbante. Era una operacion mecanica, algo que repetia sin la necesidad de pensar en sus pasos. Y durante unos segundos se dejo llevar por esa inercia apaciguante, hasta que se detuvo en el reflejo del espejo y se contemplo como lo harian los demas si la viesen en ese momento: como una loca desquiciada y hundida. Aparto la vista y se concentro en el resto de tareas mecanicas que hacia al salir de la ducha cada dia, como su ritual de cremas, desenredar su cabello largo y dorado, y perfumarse. Cualquier cosa que le impidiese pensar en lo que acababa de hacer. Porque habia que estar muy loca para haberse disfrazado de esa forma y buscar durante horas pruebas biologicas por toda su casa. ?Que habria hecho de haberlas encontrado? ?La habria ayudado eso a superar el dolor, la traicion, el sentimiento de fracaso o la verguenza? El pulso le temblo al darse cuenta de que si alguien la hubiese visto, la situacion no habria hecho mas que confirmar todo lo que habia dicho su ex de ella. La lista de adjetivos para calificarla ante todo el pais habia empezado por loca, maniatica, perturbada y... Se negaba a repetirla al completo en su mente, como las cientos de miles de ocasiones en las que se habia dejado llevar por el punzante recuerdo en aquellas semanas. Lo curioso era que nunca se habia considerado una persona con esos problemas hasta que el la vejo publicamente. Y entonces la verguenza y el sofoco de verse juzgada y abochornada le hicieron perder la cabeza. Hasta ese momento se habia considerado una mujer fuerte, a la que no le importaba la opinion que tenian los demas de ella. Se habia sentido segura de si misma, pero las ultimas semanas habian sido clarificadoras en ese sentido, pues descubrio que siempre le habia importado la opinion de cuantos la rodeaban, darles lo que esperaban de ella, ser complaciente y perfecta. Imaginaba que era algo que le habian inculcado sus padres desde nina, pues asi habian sido ellos, o al menos la imagen que daban de puertas para fuera. En consecuencia, siempre se habia esforzado por ser la hija perfecta que encajase en la fotografia familiar. Su cometido habia sido sacar las mejores calificaciones en sus estudios, destacar en cuanto hacia y buscar la excelencia. <>. Eso le habia dicho su padre hacia unos dias cuando le confeso que ya no estaba segura de querer seguir con su empresa de diseno. Creyo que el, un importante empresario del sector joyero, la habria animado a no desistir, a luchar, que a lo mejor le habria brindado las palabras que la animarian a salir de la espiral de verguenza y autocompasion en la que estaba perdida. Pero no habia sido asi. Elevo la vista y dejo que su mirada se clavase en la de su reflejo, y se pregunto cuanto estarian dispuestos a pagar por ella ahora. Hacia tan solo unos meses era Jenna Hopper, la mas cotizada y valorada disenadora de todo el pais. Los clientes esperaban hasta dos anos para que ella pudiese hacerse cargo de su reforma o la redecoracion de alguna de sus propiedades. Todos buscaban su esencia, su sello y estilo. Pero ahora... Ahora los que la habian llamado lo habian hecho para acribillarla a preguntas sobre el programa, interesarse falsamente por su estado o cotillear sobre las ultimas noticias que habia publicado su ex en las redes sociales. Como si saber que era super feliz, que ahora si tenia a la novia perfecta y que acababa de comprometerse y firmar para tener su propio programa de television sobre parejas que se enamoraban en directo en dos citas, fuese a hacerle algun bien a ella. La unica persona que se habia mantenido a su lado, inamovible y siempre intentando salvarla de la oscuridad en la que se sentia inmersa, era Krysten. Su alocada, divertida, excentrica y especial amiga. Habia sido una suerte que hubiese sido ella la que la habia pillado haciendo de CSI, porque sabia que jamas la venderia ni contaria sus mas humillantes secretos. Los habia guardado desde que se conocieron hacia siete anos, cuando se los confeso completamente borracha durante una fiesta universitaria. Krysten no se parecia en nada a las amigas que habia tenido hasta ese momento; las que habia conocido en el club de campo del que era socio su padre, en su escuela privada o las hijas de los amigos que frecuentaban la mansion familiar. Ella era descarada, insolente, hablaba sin tapujos ni dobleces. No habia una gota de falsedad en su larguirucho cuerpo. Y desde el minuto uno fue estimulante para ella, como aire fresco que llegaba a su vida para abrirle la ventana a un mundo que hasta entonces habia estado vetado para ella. Por eso le habia pedido que se convirtiera en su ayudante cuando decidio emprender y crear su propia empresa de diseno. Necesitaba su dosis de realidad, su facilidad para simplificar las cosas, para olvidarse de las apariencias y su capacidad de trabajo y honestidad. Tenia que haberla escuchado cuando le dijo que no le gustaba Kevin, que le parecia artificial y prepotente. Que escondia un halo de falsa modestia y una hostilidad maquillada de seguridad. Con frecuencia lo habia acusado de ser un aprovechado, una especie de parasito que se alimentaba de su exito. Tambien decia que era un interesado y manipulador. En definitiva, un cuadro. Nunca le habia caido bien. Y la animadversion era mutua, pues Kevin tampoco habia soportado la presencia de Krysten en su vida. La tachaba de vulgar, descarada y teatral. Decia que le daba mala imagen y que tenia que deshacerse de ella, como si fuera un cachorro que habia decidido adoptar para despues aburrirse de el. La guerra entre ambos siempre habia anadido tension a la dinamica de trabajo, pues se sentia en la obligacion de defender a uno y a otro delante del contrario para mantener la paz. Creia que merecia la pena conservar a ambos en su vida y ahora veia que cuanto le habia intentado mostrar su amiga era cierto. Aun asi, aun estando acertada en todo lo que habia dicho de su ex, desde la ruptura ni una sola vez le reprocho haberselo advertido. Aunque sabia que, en su fuero interno, se carcomia por hacerlo. Sonrio al imaginarla estallando y soltando por esa boquita todo lo que guardaba desde hacia casi tres meses en uno de sus apabullantes ataques de sinceridad brutal. No iba a negarlo, esa era una de las cosas que echaba de menos de trabajar con ella. Los momentos en los que se divertian juntas y conseguian que una situacion caotica, como las muchas que se daban en una obra, se convirtiese en una anecdota que atesorar. Suspiro desolada posando una mano sobre el pomo de la puerta antes de abrirla. Temia que esos momentos ya no se volviesen a repetir. No se sentia ni con fuerzas ni capaz de enfrentarse al mundo, a los juicios y las criticas. Se imaginaba mas desapareciendo en mitad de la noche, tomando un avion a algun recondito lugar del mundo donde nadie la reconociese y donde pudiese dedicarse a alguna causa humanitaria. No era ninguna locura, se dijo saliendo del bano para empezar a cubrirse con un vestido fresco y holgado, de largo por encima de la rodilla. Y tampoco seria la primera vez que se embarcaba en una aventura asi. Durante la universidad, varios veranos los habia dedicado a viajar a paises como la India, Etiopia o Camerun para participar en las causas en las que colaboraba su madre recaudando fondos en las muchas asociaciones en las que participaba. Para el grupo de mujeres elitistas con las que se codeaba, no eran mas que una forma de entretenimiento y competencia entre ellas. La que mas recaudaba era mejor persona. Y por eso, cuando ella decidio apuntarse personalmente a una de esas causas, ayudando en la construccion de viviendas en la India, su madre no pudo poner objecion, pues aquello le hizo subir puntos frente a su grupo de amigas. Ella, sin embargo, vio la oportunidad de hacer algo mas que sonreir y figurar en el ambiente falso y edulcorado en el que habia crecido. Descubrio que podia ser util de verdad, que sus ideas sobre estructuras y aprovechamiento del espacio eran valoradas, y descubrio que queria ayudar a los demas haciendo lo que mas le gustaba.

  • Cian de Margotte Channing

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    Killian Gallagher termino de leer la carta y la dejo sobre la mesa. Su mirada preocupada recorrio, sin ver, las lomas llenas de altos y espigados cipreses que habia frente a la terraza en la que estaba desayunando. Bajo el, serpenteaba un arroyo que atravesaba el valle y del que saltaban, de vez en cuando, algunos peces plateados que parecian reirse de su presencia. Los rayos de sol calentaban, aunque no demasiado, el aire de la manana, prometiendo otro magnifico dia. Un amigo le habia recomendado aquel castillo del siglo XV como el mas idilico para una luna de miel, y tenia razon. Se sirvio otra taza del cargado cafe italiano al que ya se habia acostumbrado y bebio un largo sorbo, mientras pensaba en como le diria a su mujer que tenian que volver despues de pasar solo una semana de vacaciones. No habia esperado tener que preocuparse por lo que estaba ocurriendo en Dublin, habiendo dejado a Fenton a cargo de todo, pero las noticias eran las peores imaginables; y lo peor era que su intuicion, que nunca le fallaba, le decia que aquello solo era el principio. Estaba tan distraido con sus pensamientos que se sorprendio cuando entro Gabrielle, a la que en esta ocasion no habia presentido. --Buenos dias, carino. --Sonrio levantandose para saludarla como era debido. La acogio entre sus brazos y le dio un beso profundo y lleno de promesas. Ella respondio con la misma emocion que el, acariciando su cuello y, cuando el beso termino, se miraron durante unos segundos con una sonrisa en los labios, mientras recordaban la noche anterior. El reacciono primero, sintiendo su hambre. --Sientate, querida. Te traere un cafe. A pesar de que el alquiler del castillo incluia el servicio completo, ellos habian avisado a los sirvientes de que no los necesitarian ningun dia durante el desayuno. Preferian servirse ellos mismos. Gabrielle, que estaba especialmente favorecida esa manana con un vestido de color marfil con diminutas flores en tonos verdes y rosas, le dio las gracias con un murmullo y, cuando el estaba cogiendo una taza, se fijo en el sobre que habia sobre la mesa. --?Te ha escrito Fenton? --Killian maldijo internamente por haber dejado la carta a la vista. Aunque sabia que tenia que decirselo, le hubiera gustado que disfrutara mas de la luna de miel que tanto habia tardado en proporcionarle por culpa de su trabajo. --Si. --Le llevo el cafe con leche que tomaba todas las mananas y se sento ante ella. Gabrielle hizo un mohin como si el fuera un chico revoltoso. --Gracias, mi amor --su tono era travieso--. ?Voy a tener que interrogarte para que me lo cuentes? --El sonrio, aunque sus ojos seguian serios. --No --suspiro, decepcionado porque la realidad los hubiera alcanzado tan pronto--. Han asesinado a un ministro del Gobierno llamado Wilson Cox y a su familia, mientras estaban en Dublin. Tengo que volver. --Gabrielle se horrorizo. --?A su familia? --Si, a su mujer y a su hija --suspiro, afligido--. Una nina de doce anos. --Gabrielle lo miro, suspicaz. --?Y por que os han avisado a vosotros? ?No deberia encargarse la policia? --Porque estan seguros de que los asesinos no son humanos. --!Dios mio! --Killian afirmo con la cabeza observandola con detenimiento. Habia llegado el momento de decirle la verdad. --Si, hay algo que no sabes sobre el asesinato de los padres de Amelie. --Gabrielle lo escuchaba atentamente--. No se produjo cuando unos ladrones entraron a robar en su casa, como se dijo oficialmente. Su padre fue un gran intelectual que estuvo toda su vida luchando por la union entre humanos y vampiros. Por ese motivo, una sociedad secreta llamada La Hermandad intento intimidarlo durante anos, hasta que cumplieron sus amenazas. --Gabrielle puso su mano encima de la de el, intentando consolarlo, y Killian le dedico una pequena sonrisa antes de continuar: --Cuando vimos lo que esos monstruos habian hecho con ellos, Kirby y yo, que por entonces trabajabamos juntos, juramos no parar hasta darles caza; y creimos que lo habiamos conseguido --se encogio de hombros--, pero, por los detalles de la carta de Fenton, parece que han vuelto. --Pero ?que es lo que quieren? --Killian la miro, dudando. Su fuerte instinto de proteccion lo empujaba a no contarle nada mas, pero Gabrielle habia cambiado. Ahora era una velisha, una vampira fuerte y era muy importante, por su seguridad, que supiera la verdad. --Gobernar el pais. Para ello creen que deben extinguir a la mayoria de los humanos, al menos a los que se opongan a su autoridad. El resto pretenden convertirlos en sus esclavos. --Pero... --Se habia quedado palida y titubeo sin saber que decir. Era el primer gesto de inseguridad que la habia visto hacer desde hacia meses. Se inclino hacia ella y susurro, confiado: --Querida, jamas permitire que algo asi ocurra --ella asintio con un suspiro. --Lo siento, no se por que me he asustado tanto. ?Conoces a los integrantes de esa... sociedad? --No, pero come algo, ?quieres que...? --Iba a levantarse para servirle algo de comer, pero ella se anticipo y se dirigio a la mesa que habia junto a la pared, repleta con las fuentes del desayuno. --Ya me sirvo yo, sigue contandomelo, por favor. --Killian se paso la mano por el pelo y se reclino en la silla. --No se mucho mas. Si es la misma sociedad, el lider tiene que ser un vampiro muy antiguo --ella ya habia aprendido que eso queria decir que era muy poderoso-- y sus seguidores son asesinos entrenados, feroces y crueles. --?Como has dicho que se llama la sociedad? --La Hermandad. El problema actual es que esta empezando a extenderse entre la comunidad vampirica la idea de que somos superiores fisica y moralmente a los humanos, y que eso nos convierte en los legitimos duenos de la Tierra. Me averguenza reconocer que una parte de mi especie, aunque pequena, considera a los humanos solo un poco mas evolucionados que los gorilas. --!Por Dios! !Nunca me lo habias dicho! --Estaba horrorizada. Hasta ese momento el le habia ocultado ese tipo de cosas. --No queria que te preocuparas innecesariamente, pero ahora es distinto; cuanto mas sepas, mejor --hizo una mueca--, por supuesto, esta vez la version oficial sobre los asesinatos vuelve a indicar que se trata de un robo, para que no cunda el panico entre la poblacion. --?Cuando quieres que nos marchemos? El sentido de la responsabilidad de Killian lo empujaba a volver enseguida a Dublin, pero su corazon enamorado deseaba quedarse en aquel paraje idilico el mes que habian planeado hacerlo, aunque sabia que tal cosa, despues de la carta, era imposible. Su mujer, tan sabia como una Atenea moderna, le ahorro tener que hacer tan dificil eleccion. Se levanto despues de dar un ultimo sorbo al cafe y le dijo, con una gran sonrisa: --Voy a decirle a la doncella que prepare nuestros baules y, como hoy ya es muy tarde para que nos vayamos, aprovecharemos la manana para visitar todo lo que podamos de los alrededores. Asi tendremos un dia mas de vacaciones. --Se levanto, interrumpiendo su marcha, para retenerla un momento y darle un beso en la frente. --Gracias, te lo compensare --murmuro en el nacimiento de su pelo. Ella lo miro significativamente y se marcho con un revuelo de su vestido. Killian, entonces, se sento y comenzo a planificar los siguientes pasos que daria en cuanto volvieran a Dublin. Dos dias antes Strongbow Abbey Condado de Galway, Irlanda Gale cerro la puerta de su despacho y observo a los cuatro vampiros sentados alrededor de la mesa redonda que Brianna solia utilizar para abrir su correspondencia. Los cinco, en ocasiones acompanados por algun amigo mas, llevaban decadas reuniendose con un fin muy concreto: buscar la paz y la prosperidad para hombres y vampiros en Irlanda. Tomo asiento y paseo la mirada entre los cuatro rostros que conocia tan bien como el suyo, recordando por que la presencia de todos ellos era imprescindible: Burke Kavannagh: presidia numerosas companias de distinta naturaleza que habia creado de la nada, aunque la mas importante era la naviera Wild Ocean, propietaria de varios trasatlanticos especializados en transportar pasajeros al continente americano. Era hermano de Jake Kavannagh, que trabajaba a las ordenes de Killian Gallagher en La Brigada, y al igual que su hermano era un pelirrojo con poco aguante y mucho caracter. Debido al color de su pelo se rumoreaba que, cuando era joven, el peor insulto que se le podia dedicar era llamarle zanahoria y que eso era suficiente para que se peleara con cualquiera; con la edad, parecia haberse tranquilizado un poco y solia limitarse a contemplar con sus acerados ojos verdes a su contrincante prometiendole, silenciosamente, una venganza de otro tipo, quizas mas cruel que usar los punos. Mientras esperaba, estaba desenvolviendo un habano que habia sacado de una caja que le habia traido uno de sus capitanes, despues de ofrecerselos a cada uno de los presentes. James Mackenna: a Mackenna solo le importaba su periodico, no ambicionaba nada mas. Se decia que ni siquiera aspiraba a casarse para que ninguna mujer lo estorbara en su trabajo, aunque solia versele muy bien acompanado, pero siempre por vampiras porque consideraba que le darian menos problemas cuando cortara la relacion, que si saliera con una humana. Niall Collins: actual conde de Sheffield, noble de nacimiento y empresario por obligacion. Habia heredado de su padre una hacienda empobrecida e hipotecada que se habia esforzado en sacar adelante, hasta que habia conseguido convertirla en unas de las tierras mas fertiles de toda Gales. Su aspecto era el mas llamativo de todos los presentes y uno de los motivos de que no frecuentara la vida social. Era albino, tenia el pelo casi blanco y los ojos con un tono que variaba entre un bronce rojizo cuando estaba tranquilo y un rojo ardiente cuando se irritaba. Su color de ojos bastaba para poner nervioso a cualquiera que no lo conociera. Stuart <> Byrne: no se sabia como habia llegado a ser merecedor de semejante mote y tampoco nadie se habia atrevido a preguntarselo. Fue militar durante decadas y llego al rango de coronel, que era el nombre por el que solian llamarle sus amigos, incluyendo a Niall Collins al que habia conocido cuando coincidieron en el mismo internado. Los cuatro miraban al anfitrion con distintos grados de preocupacion cuando se sento presidiendo la mesa, pero el unico que se animo a decir algo fue Burke Kavannagh. El pelirrojo ya habia encendido su puro y lo observaba fijamente a traves del humo. --Gale, en circunstancias normales estaria encantado de disfrutar de tu hospitalidad, pero he dejado a los miembros de la junta de la naviera plantados por algo que, segun tu, era sumamente urgente. Al menos, me gustaria conocer el motivo por el que he sido tan maleducado. A pesar de que muchas veces parecia un prepotente y un bocazas, Burke solia ser el mas comprometido con la causa que los unia, por eso no hizo caso de su tono desafiante. --Hace dos dias ocurrio algo en Dublin acerca de lo que tenemos que hablar. --Rememoro la carta que le habia enviado Fenton y decidio que, por muchas vueltas que diera, el suceso seria igual de horripilante sin importar las palabras que utilizara--. Como sabeis, mi hermano Fenton se ha quedado a cargo de La Brigada mientras Killian esta de luna de miel --todos aseguraron que ya lo sabian-- y me ha escrito para decirme que, anteayer, el comisario de policia de Dublin le comunico que habian asesinado a Wilson Cox en su casa. --Burke se aparto el puro de la boca y se quedo mirandolo, repentinamente serio, pero Gale continuo para que conocieran todos los hechos--: No solo a el, tambien a su mujer y a su hija, una nina de doce anos. --En la expresion de furia de Gale se advertia con claridad lo que le gustaria hacer a los responsables. --Es horrible y estoy seguro de que todos deseariamos que no hubiera ocurrido, pero no entiendo que tiene que ver eso con nosotros. --Niall, los asesinos son de los nuestros. Se hizo un silencio repentino en el despacho, roto solo por el sonido de un pajaro que trinaba en el jardin, y por la conversacion de dos jardineros que estaban discutiendo acerca del tipo de estiercol que seria mejor para las rosas. Gale se levanto para cerrar el ventanal que habia junto a la mesa y luego se dirigio a una mesita redonda que estaba detras de ellos, en un rincon de la habitacion, donde siempre tenia un botellon de whisky y algunos vasos. Ya que era su principal negocio, en su casa nunca faltaba el licor que el fabricaba. --?Quereis algo para beber? Yo necesito una copa. --A mi tambien me vendria bien un trago --las palabras de Dagger Byrne, que solia ser el mas tranquilo, sorprendieron a todos--. Yo conocia a la familia, ?estan seguros de que los asesinos eran vampiros? --Gale contesto con voz deliberadamente monotona: --Los cuerpos estaban secos --era la dura expresion que utilizaban entre ellos para no tener que explicar que les habian chupado toda la sangre. --?El de la nina tambien?

  • Caballo en el monte de Eugenius Malaczewski

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    ?Cuanto dolor puede soportar un hombre?

  • Tiempo para amar de Awilda Castillo

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    En su primera novela romantica Awilda Castillo, escritora venezolana, nos invita a leer una historia de amor con sobresaltos y cambios entre dos protagonistas

  • La Sombra. Wendy Darling 3 de Colleen Oakes

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    Wendy Darling descansara una vez mas en los brazos del encantador Peter Pan, el dios-nino que desea poder sobre todas las cosas.
    Esta vez, sin embargo, Wendy no arde con pasion, sino con un secreto: con Hook como su aliado, ella esta ahi
    para vencer el mal que yace dentro de Peter,el mal que sostiene a todos los de nunca jamas rehenes: La Sombra.
    Wendy debera vencer sigilosamente a Peter desde el interior de su corazon; al mismo tiempo, convencer a Campanita de traicionar el amor retorcido que los une.
    Todos en Nunca Jamas se preparan para la guerra. Wendy hara todo lo posible para romper la conexion
    de Peter con La Sombra. Cuando llegue el momento, los piratas, las sirenas, los ninos perdidos y la familia
    Darling se levantaran en armas, pero si Wendy no puede invocar a La Sombra, todos seran destruidos por el alma oscura de Peter. La guerra ha llegado al paraiso, y Nunca Jamas ya no sera el mismo.

  • Donde nadie me espere de Piedad Bonnett

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    Cuando senti que alguien me daba golpecitos en el hombro, abri los ojos. Debia tenerlos llenos de miedo o de hostilidad o de rabia, porque el hombre que estaba en cuclillas se echo bruscamente hacia atras, levanto su mano como para defenderse y luego se irguio. Mi mirada registro borrosamente un par de zapatos gastados y se anclo en ellos por un momento mientras mi cabeza llamaba desesperadamente a la conciencia. Trate de recordar donde estaba, sintiendo que venian poco a poco a mis oidos los sonidos del mundo: primero el alboroto de la calle, el ruido de pasos y motores, el sonsonete de la lambada de un carro que retrocedia y luego el ronroneo de mi pecho, su silbido, su cascabeleo de culebra. Alli estaban otra vez, como prueba de que seguia vivo, el dolor en el tobillo, la tirantez de la piel del empeine, la cabeza embotada, la palpitacion del ojo. Mi mirada trepo con dificultad y se detuvo en los botones desproporcionados de un sueter beige. Entonces putie en voz baja: tal vez me habia quedado dormido en la puerta de algun tendero que no demoraria en darme una patada en las costillas. Volvi a cerrar los ojos, pero enseguida los abri sobresaltado, seguro de que finalmente habian dado conmigo. Trate de sentarme, aterrado, sintiendo que cientos de agujas se me clavaban en las axilas, pero no pude moverme: yo era un muneco de tela que habian rellenado de plomo. Fue entonces cuando oi mi nombre. Una, dos veces, mi lejanisimo nombre. Otro dentro de mi levanto la cabeza, se incorporo lentamente sobre el codo derecho. La luz acuosa de la manana me hizo cerrar los ojos. El hombre del sueter beige volvio a acuclillarse y se presento a si mismo, en voz muy baja, como si le hablara a un enfermo grave, a un moribundo, cosa que de alguna forma yo era. Aurelio. Una burbuja enorme estallo en mi cerebro. Aurelio. Senti deseos de huir, de pegar, de salir gritando malparidos todos dejenme en paz. Pero no hice nada de eso. Me sente, afiebrado, tiritando como un convaleciente de tifo, y como tratando de protegerme del frio abrace mis rodillas y, con la cabeza baja, permaneci en silencio. ?Aurelio? Levantate y anda. Eso decia la voz, aunque no de ese modo. Oi que me preguntaba si estaba bien. ?Como conteste a esa pregunta estupida? ?Acaso riendome a carcajadas o con la ironia de un hombre humillado? ?Me deshice en maldiciones, escupi? No. Pero por primera vez me atrevi a mirar a aquel hombre a los ojos. Habia en ellos una mezcla de conmiseracion, de bondad y de espanto. Oi que me invitaba a tomar un cafe. Su voz sonaba tembleque y tenia la respiracion agitada. Quise contestar algo, pero mi lengua, seca y pesada, se resistia. Trastabille al querer levantarme y cai una, dos veces. Aurelio no me ayudo a incorporarme. Una vez en pie lo segui como un perro, arrastrando mi pie adolorido, todavia con la vision un poco borrosa. Nos acercamos a la terraza de una cafeteria. El mesero llego dispuesto a espantarme de alli, pero Aurelio lo detuvo con un gesto, mientras corria una silla para que yo me sentara. Sin preguntarme que queria pidio dos cafes. El mesero me lanzo una mirada desdenosa, dio media vuelta y se fue. Aurelio lo llamo de nuevo y anadio: y traiganos dos pandeyucas. Durante un rato ninguno hablo, de modo que aquello parecia una escena de teatro, tal vez una version moderna del Rey Lear en la que yo hacia del pobrecito Tom. Mientras bebia mi cafe note que Aurelio me miraba las manos. Mucho tiempo buscandote, dijo, como hablando para si mismo. Anadio algunas otras frases, pocas. Agradeci que no hubiera en ellas ni sentimentalismo ni grandilocuencia. Cuando terminamos de comer saco un paquete de cigarrillos. Me ofrecio uno, como si aquel fuera el placido reencuentro de dos viejos amigos. Su esfuerzo me resulto patetico y me saco una sonrisa ironica. La posibilidad de un cigarrillo, sin embargo, destapo a medias la parte de mi cerebro que permanecia embotada. Aunque habia empezado a sentir nauseas, estire mi brazo para tomar uno, y fue entonces cuando note que los dos estabamos temblando. Vi como el fosforo se acercaba al cigarrillo, como este se encendia y salia el humo. Y oi que Aurelio me preguntaba por la herida del ojo, por la frente, por mi cojera. Menti con pocas palabras. Por su tono de voz comprendi que tenia miedo de que el grenudo que tenia enfrente, el malandro de ojos alucinados y boca hinchada, saliera corriendo y se perdiera de nuevo, esta vez para siempre. En voz muy baja, como la de un padre que despierta a su hijo con delicadeza, me hizo la propuesta. Entonces, de repente, como si el cafe milagrosamente hubiera encendido en mi cabeza la chispa de una lucidez hace mucho perdida, se me revelo la manana en toda su claridad y tuve conciencia de los bordes de mi cuerpo y del pasado y del porvenir. Comprendi que me habia rendido. Odio los hospitales, pero lo primero que pense fue que alla nadie me encontraria. Luego empece a fantasear con caldos calientes, con sabanas recien planchadas, con un inodoro que recibiera limpiamente todas mis porquerias y entonces me entregue con docilidad a la voluntad de Aurelio. En un despacho minusculo, las enfermeras, que me recibieron con caras impasibles, me hicieron preguntas que no supe o no quise contestar. Aurelio llenaba algunos de los vacios, trataba de explicar lo que yo no lograba. Despues, un enfermero de bata azul y tapabocas, con los brazos cubiertos de vellos oscuros y rizados, me condujo en una silla de ruedas por pasillos y jardines que se multiplicaban, hasta una especie de celda monacal. Aurelio me seguia, acompanado de una medica joven, de pelo rojo muy corto, un noble ser androgino. Los ojos de los pacientes y de los medicos se clavaron en mi con curiosidad fria o indolencia pasmada. Yo aceptaba sus miradas con una sonrisa impudica, como la de un asesino sin arrepentimientos. Me pasaron una pijama color arena, jabon, una toalla, y frente al enfermero, que no se despegaba de mi, me di una ducha, la primera de agua caliente que me daba en muchos meses. Por la rejilla del bano veia el cielo y un arbol con las hojitas en movimiento. Al salir, el reflejo del cristal de la ventana me revelo a un hombre que ya no recordaba, de piel cuarteada y pelo de erizo, que me miraba con una mezcla de dureza y asombro. Mucho despues entro un medico que me examino las manos, los dedos de unas quebradas, la lengua, la dentadura, los reflejos de mis rodillas, mi iris, mi esclerotica, mis parpados, la herida del empeine que se abria como la boca de un pez y dejaba asomar una materia blancuzca y pegotuda. La piel se veia lisa y brillante en el punto mas hinchado y luego pasaba del verde al amarillo y al violeta, en circulos concentricos.

  • Multimillonario & Canalla de Ella Valentine

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    Adam Walter ha tenido una vida de excesos: drogas, alcohol, mujeres. Pero ahora que ha salido de la clinica de desintoxicacion y esta apunto de asumir un cargo en la multinacional que dirige su padre, necesita limpiar su reputacion con urgencia. Para ello contrata a un especialista en la rehabilitacion de personajes publicos, quien le asegura que la mejor forma de conseguirlo es fingiendo una relacion estable con una chica normal.

  • Simplemente un error de Colette Green

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    Un grupo de jovenes esta en la edad donde las hormonas y la posiciones mas primitivas comienzan a ser parte del drama de la vida.
    se testigo de sus historias y contagiate de sus deseos.

  • El Lado Peligroso de Jude de Nicole Williams

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    Lucy desea a Jude mas que a nada en este mundo, pero sabe que el amor es un juego peligroso... y dejarse llevar puede salirle caro. Jude Ryder atrae siempre todas las miradas. Es guapo, insolente, atrevido... y desde que esta con Lucy exhibe una sonrisa que quita el hipo. Pero, aunque estan mas enamorados que nunca, ella no lo tiene claro. Por un lado, Jude siempre ha sido un rompecorazones, magnetico para todas las chicas. Y por otro, ahora se encuentran a mas de cuatro horas de distancia: ella en una exclusiva escuela de danza y el en una buena universidad gracias al futbol americano. Y, por si esto no fuera suficiente, Lucy ha descubierto que alli es tradicion que cada jugador tenga una <> animadora, y la de Jude alberga intenciones muy poco fraternales...

  • Mr. Star (Speed 5) de Rose Gate

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    Cuando el abogado mas prestigioso de Barcelona muere asesinado, las vidas de Andres Estrella y Esmeralda Martinez cambian por completo.
    Esmeralda, una rica influencer, es acusada de parricidio y decide ponerse en manos de Andres, un abogado recien licenciado que odia todo lo que ella representa.
    Si mezclas dos mundos opuestos, dos personas que jamas apostarian el uno por el otro, el resultado no puede ser mas explosivo. Ambos se veran envueltos en una partida al amor que no estan dispuestos a jugar.
    ?Podran los sentimientos ganar la batalla a los prejuicios?
    ?Podran dar con el asesino antes de que acabe con ellos?
    Descubre esta trepidante historia de la mano de Rose Gate donde el humor, la accion, la pasion, el dolor, la amistad y la familia haran que:
    Vivas la ley de la pasion hasta que pierdas el juicio.

  • EL DESPERTAR DEL FENIX (Hasta los Hueso 5), Lena Valenti de Lena Valenti

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    Y yo iba a abrir los ojos y alzar el vuelo para descubrir la verdad. Lo arriesgaria todo. Mi alma y mi corazon.