• sylvia townsend warner society - Sylvia Townsend Warner

    https://gigalibros.com/tras-la-muerte-de-don-juan.html

    “Tras la muerte de don Juan” aborda un tema espanol, la fi-
    ?gura de don Juan, a partir de la opera de Mozart, “Don Giovanni”, en el punto en que el autor del libreto, Lorenzo Da Ponte, dejo la historia: su muerte.
    Escrita al mismo tiempo en que la escritora estaba implicada en el apoyo a la Republica espanola, publicando articulos y relatos sobre la guerra, y realizando una intensa labor de activismo politico, puede considerarse, en palabras de su autora, “una parabola [?] o una alegoria [?] de la quimica politica de la guerra espanola, con el don Juan [?] convirtiendose en el fascista del texto”.

  • Todos los libros del autor Townsend Warner Sylvia

    https://www.todostuslibros.com/autor/townsend-warner-sylvia

    Quieres informaci�n sobre los libros de Townsend Warner Sylvia? Te damos informaci�n detallada de sus obras y te decimos donde comprarlas.

  • Lolly Willowes (Penguin Modern Classics) - Amazon.es

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  • Lolly Willowes (Virago Modern Classics) - Libros - Amazon ...

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    Lolly Willowes (Virago Modern Classics) : Townsend Warner, Sylvia, Waters, ... And, if the expectations of family, and society, follow her, how far will she ...

  • Sylvia Townsend Warner - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Sylvia_Townsend_Warner

    El primer libro publicado de la autora fue la colecci�n de poemas The Espalier, en 1925, trabajo que fue elogiado, entre otros, por A. E. Housman y Arthur ...

  • lolly willowes (ebook) - sylvia townsend warner - Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/ebook-lolly-willowes-ebook/9780241454909/11733310

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  • SYLVIA TOWNSEND WARNER | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libros-ebooks/sylvia-townsend-warner/20109008

    Sylvia Townsend Warner ... Un libro pionero de la �tica de la tecnolog�a. Un contundente alegato contra la colonizaci�n de nuestra mente por parte de las grandes ...

  • The Journal of the Sylvia Townsend Warner Society - UCL Press

    https://www.uclpress.co.uk/pages/the-journal-of-the-sylvia-townsend-warner-society

    The Journal of the Sylvia Townsend Warner Society is a peer-reviewed, open access journal aiming to create a wider interest in this brilliant, original and ...

  • Townsend Warner, Sylvia - PASAJES Librer�a internacional

    https://www.pasajeslibros.com/autores/townsend-warner-sylvia/68361/

    Sylvia Townsend Warner. Sylvia Nora Townsend Warner was born at Harrow on the Hill, Middlesex, ... Libro encuadernado en tapa blanda � 176 p�ginas.

  • Sylvia Townsend Warner | LibraryThing

    https://www.librarything.es/author/warnersylviatownsend

    Sylvia Townsend Warner, autor de El Libro de Merl�n, en LibraryThing.

  • Rebelion electronica de andar por casa de Esther Mor

    https://gigalibros.com/rebelion-electronica-de-andar-por-casa.html

    “El robot Roomba, en un alarde de independencia y autonomia, se habia puesto en marcha. Solo. Y se dirigia hacia mi. Amenazante. A velocidad constante. Intente salir de su radio de accion, pero, de una manera inexplicable, parecia perseguirme. Eso no era posible. Mi mente racional no daba credito. Avance por el pasillo con el condenado electrodomestico siguiendo mis pasos a corta distancia. Cuanto mas aceleraba la marcha, mas parecia hacerlo el tambien.”
    ?A que se enfrenta Maribel?
    ?Es una rebelion local, un odio visceral enfocado unicamente a nuestra protagonista o esta toda la humanidad en peligro?
    Ella esta a punto de iniciar una aventura perseguida por aquello que el ser humano ha creado para facilitar su vida cotidiana, ?quieres acompanarla?

  • La ladrona de Rebeca Corrales

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    Cuando los dos caballeros conocen a Angela, una ladronzuela con cara de angel, no pueden creer su suerte. Bella y con una habilidad pasmosa en sus agiles dedos, parece perfecta para el trabajo. El unico inconveniente, es que tiene los modales de una verdulera, aparte de que no parece muy ansiosa por aceptar. Si consiguen pulir aquel diamante en bruto, puede que tengan una posibilidad, eso si Alonso consigue sacarsela de la cabeza, y concentrarse en la mision.

  • El sindrome de Wendy de Lucy Morton

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    Muchas son, sin saberlo, las personas que sufren el llamado "Sindrome de Wendy". Consiste en la necesidad de satisfacer a otra persona debido al miedo al rechazo, a no ser aceptada o a caer mal. Asi como el famoso "Sindrome de Peter Pan" cuenta con el problema de adultos que se comportan como ninos y no quieren crecer, quienes sufren el "Sindrome de Wendy" son aquellas personas que se encargan de cuidarlas y protegerlas. Wendy y Peter Pan, por asi decirlo, se necesitan el uno al otro. "Wendy" tiene la necesidad de satisfacer a quien tiene al lado, especialmente si es su pareja o sus hijos. Claro ejemplo es el padre o la madre que no ayuda en los deberes a su hijo, sino que los hace para facilitarle la vida en ese o en otros muchos sentidos; la ama de casa que asume todas y cada una de las obligaciones y responsabilidades del hogar sin contar con ayuda externa; o aquella persona que toma todas las decisiones para no causar problemas o quebraderos de cabeza a los demas y, ademas, justifica el mal comportamiento o la informalidad de la persona con la que convive. Las caracteristicas principales de quien padece el "Sindrome de Wendy" son: Cree que es alguien imprescindible en la vida de los demas. Nadie mas que ella puede ocupar su lugar y el resto, suele aprovecharse de la disponibilidad que tiene siempre Wendy. Todo se lo piden a ella y ella es feliz complaciendo al projimo. El amor para ella es un sacrificio, una resignacion. Dar sin esperar nada a cambio. Siente la necesidad imperiosa de cuidar y proteger a los demas como si fuera su madre y tambien termina asumiendo ese rol con su pareja, especialmente si esta, padece el "Sindrome de Peter Pan". Suelen encontrarse; es como aquel dicho de: siempre hay un roto para un descosido. Wendy evita que las personas de su alrededor se molesten, se enfaden o se disgusten. Necesitan caer bien cueste lo que cueste. Intenta hacer feliz a los demas de manera constante. Siempre quiere agradar, caer bien, que todo el mundo este a gusto y feliz, sobre todo en su presencia. Asume las responsabilidades en lugar de otra persona, aun cuando no es su trabajo. Pide continuamente perdon aunque no haga falta, aunque no haya cometido ningun error y o no sea la responsable del problema a resolver. Es propensa a deprimirse por la falta de atencion; la aceptacion social es sumamente importante para ella. Esta es la historia de una Wendy que, harta de ser siempre quien daba sin recibir nada a cambio aunque no lo esperara, se revelo contra su sindrome sin la ayuda de nadie. Combatio el "sindrome de Wendy" y decidio cambiar su vida radicalmente y su comportamiento hacia los demas cuando descubrio algo que sus ojos no deberian haber visto jamas. ?Tu tambien conoces a una Wendy? ?Quiza a un Peter Pan? Son frecuentes, existen en todas las partes del mundo y, seguramente hoy, caminando por la calle, has visto a uno. Pasan bastante desapercibidos como aquellos que proceden de otro planeta; como los angeles y los demonios que habitan la tierra; pero combaten una lucha interna feroz como quien es adicto al alcohol, a las drogas o es dependiente de la nicotina. Como quien tiene insomnio, es adicto al trabajo o lucha contra sus numerosos miedos. Como quien trata de superar una perdida, una ruptura o una crisis emocional de otro indole. Todos luchamos cada dia contra algo. Wendy lucha contra Wendy y Peter Pan; Peter Pan, por su parte, parece no darse cuenta de nada y trata de buscar desesperadamente a una Wendy que actue por el y este ahi siempre, amable, generosa y sonriente, para cuando la necesite. Espero que disfrutes de esta historia, breve pero intensa, en la que te espera un cumulo de sorpresas, momentos tiernos y otros mas rebeldes por parte de nuestra querida y confusa "Wendy"; tambien fantasia y un giro imprevisible de los que prometen dejarte KO. Lucy Morton CAPITULO 1 -- Todos quieren -y necesitan- a Wendy Mil veces he intentado decir que no. Y mil veces he dicho si. Otras tantas he tratado de pensar solo en mi y he terminado pensando en la persona que tenia al lado. ?Y para que? Se supone que todo lo hago porque me sale del corazon sin esperar nada a cambio, pero hoy me he caido en la calle por una maldita cascara de platano que algun incivico ha tirado al asfalto de la ciudad de Nueva York, y nadie ha venido a socorrerme. Nadie. Se que no soy Cindy Crawford, pero soy persona. Soy persona, me llamo Kate Middleton como la duquesa de Cambridge y estoy harta de que, cada vez que conozco a alguien, me suelte lo de: --?Como esta William? ?Donde has dejado al principe? Al principio sonreia con cara de boba y me excusaba diciendo que mi padre es ingles, de Watford, para ser exactos. <> --Jovencita. Jovencita, ?puedes ayudarme con la compra? Me pesan mucho las bolsas. --Oh, senora. Por supuesto. Deme, yo le llevo la compra. ?Donde vive? --A diez manzanas. Me entraron los sudores frios y a pesar del calor de julio, un escalofrio recorrio mi espina dorsal mientras cogia las cinco pesadas bolsas de la senora y me dispuse a recorrer a paso de tortuga junto a ella las eternas diez manzanas que quedaban hasta llegar a su hogar. No la conocia de nada; podia tratarse de una psicopata, una de esas ancianas peligrosas y asesinas; unas locas de remate. Pero me puse en su lugar. A los ochenta anos tambien me gustaria que una joven de treinta me ayudara con las bolsas, aunque tuviera que cruzar media ciudad. <> Yo iria caminando feliz, a mi paso y sin prisas, sin problemas ni dificultades, mientras observo a la boba que ha aceptado la "oferta". ?Cuantos le habrian dicho que no antes de que apareciera yo? ?Existe alguien en el mundo capaz de decirle que no a una anciana? <> --A lo mejor tienes cosas que hacer y te estoy entreteniendo --dijo la senora, a tan solo una manzana de llegar a su apartamento, situado en Queens. No dije nada y me limite a pensar en que era algo que podria haberme dicho antes. Seguro que lo habia pensado, pero prefirio callar y yo, por mi parte, odiaba tener ese pequeno momento de debilidad al pensar mal de ella y sus intenciones. Al llegar al portal me dio las gracias mirando mi cara de idiota cuando cogio las cinco bolsas como si de un culturista se tratara soportando unas mancuernas de tan solo cinco kilos. Yo, sin embargo, tuve que sufrir un desagradable hormigueo en mis cansados brazos mientras recorri de vuelta las diez manzanas hasta llegar al apartamento que compartia con mi chico, un aspirante a actor que solo habia conseguido protagonizar dos anuncios en la tele, por los que ya se creia George Clooney. Su nombre: Jerry, alias "mi George Clooney". Trato siempre de no reirme cuando se pone las gafas de sol y la gorra de los Mets diciendome: --Espero que no me reconozcan por la calle. Lo peor de todo, es que siempre lo dice en serio. Que realmente se lo cree. No sere yo quien le quite la ilusion. Mientras habla de sus suenos, con total confianza en si mismo, yo lo escucho pacientemente asintiendo y diciendole que todo le ira fenomenal. Al mismo tiempo estoy recogiendo la ropa que deja tirada en el dormitorio o en el mismo sofa del minusculo salon-comedor-cocina, para llevarla a la lavanderia; barriendo o fregando platos. Porque claro, a el nunca se le ocurriria fregar un solo plato. --!Soy una estrella, Kate! --suele decir, alzando los brazos. Es el tipico que esta constantemente haciendose selfies para las "fans" de sus redes sociales, incluidas esas fotos con el torso desnudo frente al espejo del lavabo. Pero es tan vago, que no va al gimnasio, y tiene que hacer poses raras y conseguir una iluminacion precisa, para que se le marque algo en el abdomen. La tableta de chocolate, dicen. No, "mi George Clooney" no tiene tableta de chocolate. Dudo, incluso, que tenga algo de cerebro. Eso es lo peor de todo. Que alguien como yo, se fijase, hace ya la friolera de cinco anos, en alguien sin cerebro. Normalmente me armo de paciencia con "mi George Clooney". Respiro una, dos, tres, cuatro... hasta cinco veces, para calmar a la fiera que tengo oculta en mi interior. Nunca saldra, por supuesto. No porque me domina el "Sindrome de Wendy" y no quisiera herir los sentimientos de nadie. "Mi George Clooney" y yo nunca nos hemos enfadado. Nunca hemos gritado. Somos dos companeros de piso, amantes y amigos muy silenciosos, que llevamos tres anos viviendo bajo el mismo techo. "Mi George Clooney" particular suele pasar las horas muertas en el sofa jugando a la Play o viendo la tele. Cuando a mi se me ocurre sentarme, tengo que hacerlo en un rinconcito y el pone los pies sobre mis rodillas para que le de un masaje. --!Estoy tan cansado! Y yo, que lo quiero con locura, le doy un masajito que lo relaja y le hace caer en un sueno profundo. Luego lo miro. Podria estar mirandolo durante horas mientras duerme. Y parezco una madre al verme pensar: --Miralo, si es como un angelito... Cuando duerme parece que no ha roto un plato en su vida. Pero yo se que ha roto cientos de platos. Hace dos anos, cuando llevabamos uno viviendo juntos, me puso los cuernos. Lloro, se puso de rodillas, me pidio perdon y por primera vez me invito a cenar. Al Mc Donald's, pero da igual. Invito el. Por primera vez. Eso era lo que contaba. Le perdone. No pense en mi o en mi orgullo de mujer, sino en el y su felicidad. Si su felicidad consistia en estar conmigo en vez de con la mujer con la que me habia sido infiel, ?quien era yo para negarselo? El me quiere y me necesita. Yo siempre estoy ahi como una imbecil. Siempre estoy ahi para el y para todo el mundo. --Kate. --Me llama mama un dia cualquiera--. ?Podrias ir a buscar a tu hermano al aeropuerto? A papa y a mi nos es imposible. --?A que hora? --A las doce. --Alli estare. Y la buena de Kate, como no tiene otra cosa que hacer, conduce hasta el aeropuerto para ir a buscar a su hermano de veinticuatro anos, que esta de "ano sabatico" viviendo la vida y viajando con el dinero de papa y mama. --Kate. --Es mi abuela, que me llama un dia cualquiera--. Me duele mucho la espalda, ?podrias hacerme la compra? Y la buena de Kate hace tres transbordos en metro para ir a hacer la compra a un super mercado cercano a la casa de mi abuela, llevarsela y llenarle la nevera. No me da el dinero. Me dice que a ver si le puedo limpiar un poco la casa, mientras ella ve un programa de cotilleo en television. Cinco horas en casa de la abuela y de vuelta a tres transbordos en el metro para llegar a mi casa, donde me espera "mi George Clooney" preguntandome que hay para cenar, que no sabe como se enciende el fuego. Y mientras preparo la cena, me llama una de las pocas amigas que tengo, Sarah, y me dice: --Ay Kate, no sabes lo que me ha pasado. --?Que te ha pasado? --pregunto alarmada. --Tengo un vestido en la tintoreria que necesito para manana por la noche, pero me sera imposible ir. ?Puedes ir tu?

  • Dieciocho meses y un dia de Paz Castello

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    Dieciocho meses y un dia es el tiempo que Sabina Lamer, una afamada pintora afincada en Peniscola, lleva encerrada en el atico donde vive. Sufre de una grave agorafobia, fruto del estres postraumatico que desarrollo tras ser la unica testigo del asesinato de su mejor amiga, en plena calle, a manos de su ex marido. Desde aquel momento, Sabina es incapaz de cruzar el umbral de la puerta de su casa, que tambien es su estudio, desde donde contempla el mar y las calles del casco antiguo de Peniscola, ciudad que eligio para desarrollar su carrera profesional.Esta convencida de que cuando el asesino de su amiga, en prision provisional a la espera de juicio, este encerrado para siempre, sera capaz de superar su angustia y podra salir de casa, por fin, para volver a pintar el mar Mediterraneo que tanto ama y retomar su tranquila vida en aquel paraiso de la costa mediterranea. Sin embargo, el presunto asesino queda en libertad y Sabina enloquece aun mas entre las cuatro paredes de su estudio. A partir de ese momento, la obsesiva y recurrente idea de Sabina, es la de hacer justicia, desamparada como se siente por el sistema judicial, buscando la forma de vengar la muerte de su amiga, con la dificultad anadida de no poder salir de casa. Para conseguirlo tendra que enfrentarse a si misma, a sus miedos, y a los condicionamientos que su encierro le plantean, convirtiendo su claustrofobica vida en un medio para escapar de si misma.

  • ALEXY (Genesis 1) de Maricela Gutierrez

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    Alexy no es el tipico heroe que lucha por salvar a la humanidad, despues de todo, tiene sus propias batallas que librar. Para el no existe nada mas que su busqueda de venganza, aquella que ha perseguido durante siglos, hasta que aparecio ella, un angel en medio de la oscuridad.

  • La dama numero trece de Jose Carlos Somoza

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    L a sombra se deslizaba entre los arboles. La maleza y la noche le otorgaban el aspecto de una figura incorporea, pero era un hombre joven, de cabello largo, vestido informalmente. Al llegar al limite de la espesura se detuvo. Tras una pausa, como para asegurarse de que el camino se hallaba libre, atraveso el jardin en direccion a la casa. Era grande, con una galeria de columnas blancas en la fachada a modo de peristilo. El hombre subio las escalinatas de la galeria, penetro en la casa con tranquila sencillez, recorrio la planta baja sin encender una sola luz y se paro frente a la puerta cerrada del primer dormitorio. Entonces saco del bolsillo uno de los objetos que llevaba. La puerta se abrio sin ruido. Habia una cama, un bulto bajo las sabanas; se oia una respiracion. El hombre entro como la niebla, mas leve que una pesadilla, se acerco al lecho y vio la mano, la mejilla, los ojos cerrados de la muchacha dormida. Aparto con delicadeza la mano y, segundos antes de que despertara, levanto su pequeno menton descubriendo el cuello desnudo, un punteado de lunares, la vida latiendo bajo la piel; apoyo la punta del objeto cerca de la nuez y ejercio una ligera y exacta presion. Un rastro como de petalos rojos lo acompano hasta el segundo dormitorio, donde se hallaba la otra mujer. Cuando salio de este ultimo, sus manos estaban mas humedas, pero no las seco. Regreso por donde habia venido en busca de las escaleras que llevaban a la planta superior. Sabia que arriba se encontraba su verdadera victima. Las escaleras desembocaban en un pasillo. Era largo, estaba alfombrado y se adornaba de bustos clasicos colocados sobre pedestales. La sombra del hombre eclipsaba los bustos conforme pasaba frente a ellos: Homero, Virgilio, Dante, Petrarca, Shakespeare..., silenciosos y muertos dentro de la piedra, inexpresivos como cabezas decapitadas. Llego al final del corredor y cruzo una antecamara magicamente revelada por la intensa luz verde de un acuario sobre un pedestal de madera. Era un objeto llamativo, pero el hombre no se detuvo a contemplarlo. Abrio una puerta de doble hoja junto al acuario, y, con una linterna, convoco las formas de una lampara de arana, varias butacas y una cama con dosel. Sobre la cama, una figura imprecisa. El brusco tiron de las sabanas la desperto. Era una mujer joven, de cabello muy corto y anatomia delgada, casi fragil. Estaba desnuda, y al incorporarse, los pezones de sus pequenos senos apuntaron hacia la linterna. La luz cegaba sus ojos azules. No hubo intercambio de palabras, apenas hubo sonidos. Simplemente, el hombre no se abalanzo sobre ella. no quiero La noche proseguia afuera: habia buhos que observaban con ojos como discos de oro y sombras de felinos en las ramas. Las estrellas formaban un dibujo misterioso. El silencio era una presencia terrible, como la de un dios vengador. En el dormitorio, todo habia terminado. Las paredes y la cama se habian tenido de rojo y el cuerpo de la mujer yacia disperso sobre las sabanas. Su cabeza separada del tronco se apoyaba en una mejilla. Del cuello sobresalian cosas semejantes a plantas marchitas emergiendo de un bucaro. Silencio. Paso del tiempo. Entonces sucede algo. Lenta pero perceptiblemente, la cabeza de la mujer comienza a moverse, no quiero sonar gira hasta quedar boca arriba, se incorpora con torpes sacudidas y se apoya en el cuello cortado. Sus ojos se abren de par en par no quiero sonar mas y habla. --No quiero sonar mas. El medico, un hombre corpulento de cabellos y barba sorprendentemente blancos, fruncio el ceno. --Los somniferos no van a ayudarle a no sonar --advirtio. Hubo una pausa. El boligrafo planeaba sobre la receta sin posarse. Los ojos del medico observaban a Rulfo. --?Dice que siempre es la misma pesadilla?... ?Quiere contarmela? --Contada no es igual. --Pruebe, de todas formas. Rulfo desvio la vista y se removio en el asiento. --Es muy complicada. No sabria. En la consulta no se escuchaba el menor ruido. La enfermera dirigio sus parpadeantes ojos negros hacia el medico, pero este seguia observando a Rulfo. --?Desde cuando lleva sonando lo mismo? --Desde hace dos semanas, no todas las noches, pero si la mayoria. --?En relacion con algo que usted sepa? --No. --?Nunca habia tenido suenos asi? --Nunca. Leve rumor de papeles. --<>, un nombre curioso... --La culpa es de mis padres --replico Rulfo sin sonreir. --Ya imagino. --El medico si sonrio. Su sonrisa era amplia y afable, como su rostro--. <>. Muy joven todavia... <>. ?Como es su vida, senor Rulfo? Quiero decir, ?en que trabaja? --Estoy en paro desde finales del verano. Soy profesor de literatura. --?Cree que le esta afectando mucho esa situacion? --No. --?Tiene amigos? --Algunos. --?Amigas? ?Novia? --No. --?Es feliz? --Si. Hubo una pausa. El medico dejo el boligrafo a un lado y se froto el rostro con las manos. Tenia unas manos grandes y gruesas. Luego retorno a los papeles y reflexiono. Aquel tipo contestaba como una maquina, como si nada le importara. Quiza estuviera ocultando algo, quiza aquellos suenos se relacionaran con un suceso que no deseaba recordar, pero lo cierto era que solo se trataba de pesadillas. El atendia diariamente a enfermos con problemas mucho mas graves que unos cuantos suenos desagradables. Decidio darle un par de consejos y acabar cuanto antes. --Escuche, las pesadillas no tienen demasiada trascendencia clinica, pero son la prueba de que algo no marcha bien en nuestro organismo... o en nuestra vida. Un somnifero es un parche inutil, se lo aseguro, no va a impedirle sonar. Procure beber menos, no acostarse recien comido y... --?Me va a dar los somniferos? --interrumpio Rulfo con suavidad, pero su tono revelaba impaciencia. --No es usted un hombre muy locuaz --dijo el medico tras una pausa. Rulfo sostuvo su mirada. Por un momento fue como si uno de los dos quisiera anadir algo, compartir algo con el otro. Pero un segundo despues los ojos retornaron al suelo o a los papeles del escritorio. El boligrafo descendio y se deslizo por la receta. El prospecto aconsejaba una sola pildora antes de acostarse. Rulfo ingirio dos, ayudandose de un vaso de agua que relleno en el lavabo del cuarto de bano. Desde el espejo le observaba un hombre no muy alto pero si robusto, de cabellos y barba ensortijados y negros y dulces ojos castanos. Salomon Rulfo gustaba a las mujeres. Su atractivo sobrevivia intacto a su descuido personal. Debido a ello, la imaginacion de las dos o tres ancianas solitarias del destartalado edificio donde vivia ardia inventandole un turbio pasado. ?De donde habia salido aquel joven que no hablaba con nadie y casi siempre apestaba a alcohol? Sabian su nombre (Salomon, madre mia, el pobre), que cogia unas borracheras preocupantes, que andaba con putas de vez en cuando, que habia comprado al contado el pequeno apartamento del tercero izquierda casi dos anos atras y que vivia solo. Pese a todo, preferian su presencia a la de los inmigrantes que ocupaban el resto de pisos de aquel bloque de Lomontano, una callejuela angosta y desordenada cerca de Santa Maria Soledad, en el centro de Madrid. Las mas pesimistas pronosticaban, sin embargo, que el <> les daria un susto tarde o temprano. Y agregaban, inclinadas sobre los oidos de las otras: <>. <>, lo defendia la portera, sin poner objeciones a la opinion sobre su aspecto. Rulfo salio del bano y efectuo una parada en el comedor para liquidar los residuos de una botella de orujo, regalo prehistorico de cumpleanos de su hermana Luisa. Se dijo que debia acordarse de comprar whisky al dia siguiente. Era un gasto que no podia permitirse, pero, despues de la poesia y el tabaco, el whisky era una de las cosas que mas necesitaba en este mundo. Luego se dirigio al dormitorio, se desvistio y se metio en la cama. Estaba solo, como siempre, en medio de la noche. Su soledad nunca era facil, pero ahora, ademas, le atemorizaba aquella pesadilla. Ignoraba que podia significar, y su mecanica repeticion habia llegado a agobiarlo. Estaba seguro de que se trataba de una quimera, una fantasia emergida del pantano de su subconsciente, pero retornaba de forma casi inevitable, noche tras noche, desde hacia dos semanas. ?Relacionada con algo? Relacionada con nada, doctor. O con todo. Depende. Su vida era propicia para los malos suenos, pero lo mas grave, lo decisivo, habia ocurrido hacia dos anos. Resultaba absurdo suponer que ahora empezaba a pagar la factura de aquella remota tragedia. Esa tarde, en el ambulatorio de Chamberi, habia sentido la tentacion (ignoraba por que) de confiar por primera vez en alguien y confesarselo todo a aquel medico. Por supuesto, no lo habia hecho. Ni siquiera habia querido contarle la pesadilla. Penso que asi evitaria molestas preguntas y, quien sabe, hasta la posibilidad de recibir una papeleta gratis para el manicomio. Sabia que no estaba loco. Lo unico que necesitaba era dejar de sonar. Preferia confiar en las pildoras. Encendio la luz de la mesilla de noche, se levanto y decidio leer algo sublime mientras aguardaba a que la oleada hipnotica lo cubriera como una suave y tibia marea. Examino las estanterias del dormitorio. Tenia estanterias repletas en el comedor y el dormitorio. Habia libros apilados junto al ordenador portatil, incluso en la cocina. Leia en todas partes y a todas horas, pero solo poesia. Las ancianas de Lomontano jamas habrian sospechado una aficion asi en aquel hombre, pero lo cierto era que procedia de la mas temprana juventud de Rulfo y se habia acrecentado con los anos. Habia estudiado filologia y, en sus buenos tiempos (?cuando habian sido?), habia ensenado historia de la poesia en la universidad. Ahora, nadando en la soledad, con su padre muerto, su madre condenada a vejez perpetua en una residencia y sus tres hermanas dispersas por el mundo, la poesia constituia su unica tabla de salvacion. Se aferraba a ella a ciegas, sin importarle el autor, ni siquiera el idioma. No le resultaba preciso entenderla: gozaba con el simple ritmo de los versos y el sonido de las palabras, aunque fueran extranas. Georgicas. Virgilio. Edicion bilingue. Si, aqui estaba. Extrajo el libro del monton que habia cerca del ordenador, regreso a la cama, abrio el volumen al azar y dirigio los ojos al flujo torrencial de palabras latinas. Aun se encontraba muy desvelado: sospechaba que la inquietud no le dejaria conciliar facilmente el sueno, pese a la ayuda farmaceutica. Pero deseo que el medico estuviera equivocado y las pastillas evitaran que aquel absurdo terror volviera a repetirse. Siguio leyendo. Afuera, el trafico enmudecio. Los ojos se le cerraban cuando escucho el ruido. Habia sido breve. Provenia del cuarto de bano. No pasaba mucho tiempo sin que algo nuevo --una repisa, un anaquel-- se desprendiera de su sitio en aquel miserable apartamento. Resoplo, dejo el libro en la cama, se levanto y camino despacio hacia el bano. La puerta estaba abierta y su interior a oscuras. Entro y encendio la luz. No descubrio nada fuera de lugar. El lavabo, el espejo, la jabonera con el jabon, el retrete, el cuadrito con los arlequines ejecutando una campanela, la repisa metalica, todo se encontraba igual. Excepto las cortinas. Eran opacas, de pesima calidad, y estaban adornadas de un vistoso artificio de flores rojas. Las mismas de siempre. Sin embargo, creia recordar que se hallaban descorridas cuando habia salido del bano la ultima vez. Pero ahora estaban cerradas. Se intrigo. Penso que quiza su memoria le enganaba. Era posible que, antes de salir del bano, las hubiese corrido, aunque no entendia bien por que tendria que haberlo hecho. En cualquier caso, albergaba la sospecha de que el ruido habia sido provocado por algo que habia caido a la banera despues de rebotar en ellas. Supuso que seria el frasco de gel, y tendio la mano para descorrerlas y comprobarlo. Pero de pronto se detuvo. Un miedo inexplicable, casi inexistente, casi virtual, congelo su estomago y levanto como pequenas empalizadas los vellos de su piel. Comprendio que se habia puesto nervioso sin ningun motivo real. Es absurdo, ahora no estoy sonando. Estoy despierto, esta es mi casa, y detras de esas cortinas no hay nada, solo la banera. Reanudo el gesto sabiendo que las cosas seguian como antes; que encontraria, quiza, un objeto caido, puede que el frasco de gel, y que, tras verificarlo, regresaria al dormitorio y los somniferos le harian efecto y lograria descansar toda la noche hasta el amanecer. Descorrio las cortinas con absoluta tranquilidad. No habia nada. El frasco de gel seguia en su sitio sobre la repisa, junto al champu. Ambos botes llevaban meses alli: Rulfo no exageraba, precisamente, en lo tocante a su higiene personal. Pero lo cierto era que nada se habia caido. Supuso que el ruido se habia originado en otro apartamento. Se encogio de hombros, apago la luz del bano y regreso al dormitorio. Sobre su cama se hallaba el cuerpo desmembrado de la mujer muerta, la cabeza cortada apoyada en los pechos contemplandolo con ojos lechosos, el cabello endrino y humedo como el plumaje de un pagalo y una lombriz de sangre huyendo de las comisuras de sus labios yertos. --Ayudame. El acuario... El acuario... Rulfo dio un salto hacia atras, rigido de terror, y se golpeo el codo con la pared. un grito No sonaba: estaba bien despierto, aquel era su dormitorio y el golpe en el codo le habia dolido. Probo a cerrar los ojos un grito, oscuridad y volver a abrirlos, pero el cadaver de la mujer seguia alli (ayudame), hablandole desde la carniceria de su cuerpo destrozado (el acuario) sobre las sabanas. Un grito. Oscuridad. Desperto banado en sudor. Se encontraba en el suelo, junto con la mayor parte de las sabanas. Al caer de la cama se habia golpeado el codo. Aun aferraba el libro arrugado de Virgilio.

  • La promesa de Gerturda, Ram Oren de Ram Oren

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    <>Elie Wiesel, escritor y Premio Nobel de la PazMichael Stolowitzky, hijo unico de una acaudalada familia judia polaca, tiene tres anos cuando estalla la guerra y su familia lo pierde todo. Desesperado por salvar la empresa, su padre se va a Francia, dejando a su hijo al cuidado de su madre y Gertruda Babilinska, una ninera catolica muy unida a la familia. Cuando su madre sufre un infarto, Gertruda le promete en su lecho de muerte que llevara a Michael a Palestina y lo criara como a su propio hijo.Escrito con el asesoramiento exhaustivo de Michael Stolowitzky, La promesa de Gertruda es la cronica de un viaje extraordinario, el que emprendieron Michael y Gertruda para sobrevivir. En sus fascinantes estampas cobran vida quienes velaron por su vida, como Karl Rink, un oficial de las SS decidido a salvar a tantos judios como fuera posible tras la ejecucion de su mujer judia, o el doctor Berman, un medico judio que ayudo a Michael y Gertruda cuando atravesaban su peor momento.Testimonio fiel de un acto de gran valentia y entereza ante el terror, La promesa de Gertruda trasciende la historia para revelar la compasion y la esperanza que siguen iluminando milagrosamente un mundo asolado por guerras sin fin.Inmersos en la espiral de barbarie de la Segunda Guerra Mundial, una mujer y un nino partiran en un largo viaje de supervivencia: una historia apasionante y conmovedora, basada en hechos reales.

  • Mi querida Espana de Luis Del Val

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    El periodista y escritor Luis del Val hace un recorrido costumbrista de Espana con las peculiaridades, usos y practicas de sus habitantes [?]a veces contradictorias, a veces exageradas[?], que caracteriza la personalidad de nuestro pais.

  • El viajero de Joaquin Ortiz Sanchez

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    A JM le encanta su trabajo, viajar en coche le apasiona, conocer nuevos lugares, nuevos destinos. A veces los caminos nos llevan a bonitos parajes llenos de secretos, secretos ocultos que esperan ser descubiertos para crear el caos.

  • La decision de Miquel Angel Lopezosa Criado

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    Rebeca es una joven que vive con una obsesion: ser inmortal. Y ese anhelo la llevara a salir todas las noches en busqueda de respuestas en los lugares mas insospechados y menos recomendables para una adolescente.

  • Terapia frustrada de Azahara Vega

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    --?Y entonces que hiciste? Numero 997 se giro y la miro de reojo sin moverse del lado de la ventana. Como esperaba se mantuvo en silencio, reacio a abrirse, boicoteando cada sesion de terapia que le obligaron a acudir el Consejo. Alice llevaba tratandolo mas de dos meses y siempre era la misma dinamica. Lo esperaba en su despacho a las tres de la madrugada. Le indicaba que se tumbara en el divan... algo que nunca hacia, y acababa hablando sola exponiendo los hechos que le informaban sus superiores, y que se suponia que tenian que tratar. --?Hasta cuando vas a seguir con esta actitud? --pregunto de nuevo, perdiendo las veces que se lo recrimino esa semana--. Me recuerdas al hijo de mi amiga y el tiene tres anos. Se sobresalto cuando lo encontro delante de ella. Tuvo que tragar con dificultad y se echo un poco para atras instintivamente, quedando recostada contra el mullido sillon de su despacho. --?Me estas comparando con un infante humano? Alice tuvo que reprimir un gemido de puro placer ante el tono de su voz. Para desgracia suya esas sesiones eran una autentica tortura y no solo porque su paciente no participaba en nada, sino tambien porque era un pecado para la vista, un hombre excepcionalmente atractivo con un timbre de voz capaz de provocar que sus bragas se humedecieran y le entrara unas ganas locas de suplicarle que cumpliera una de sus mas eroticas fantasias. Psiquiatra sorprendida, paciente... sexy. Respiro hondo un par de veces y se resistio al impulso de acortar los centimetros que la separaban de esos labios... para devorarle y... <>. --No. --Alice estuvo a punto de reir cuando lo vio esbozar una sonrisa confiada, mientras se alejaba de ella hasta regresar a su postura "casual" delante de la ventana, mirando a la lejania como si ella no fuera lo suficientemente importante como para ser atendida. Le sacaba de quicio que no le hiciera caso, que la ignorara y se mantuviera esa hora en la que estaban obligados a permanecer en el mismo lugar, en silencio, observando la oscuridad de la noche. Habia dias que tenia ganas de acercarse a el y golpearle con el bolso hasta que espabilara--. No te comparo con todos los infantes "humanos" --remarco con burla la palabra humano que el otro siempre lanzaba con hostilidad y repulsion, como si ser humano era peor que ser un maldito gusano--, solo con el malcriado hijo de mi amiga. Si lo conocieras veriais que tengo razon. Mike se comporta como tu, solo que el se enfurruna mirando hacia la pared y haciendose una bola, mirando a su madre de reojo para ver si su tactica surge efecto y consigue lo que quiere. No se perdio la tension en los hombros de su paciente, ni la brillante y peligrosa mirada del hombre que se veia reflejada en el cristal. <>. Esta vez si que grito cuando el la atrapo entre sus brazos, la levanto del sillon y la aprisiono contra la pared, manteniendola presa con su cuerpo.

  • Redes de Raquel Antunez

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    Mertixell y Ariadna, dos amigas y periodistas de un importante periodico, se ven envueltas en la investigacion policial del asesino en serie mas buscado de los ultimos tiempos.
    San Antonio y Santa Catalina son dos ciudades unidas por una serie de sucesos que haran temblar a todo el pais, donde ambas companeras -tan diferentes entre si- trabajaran en equipo con la policia y seran claves para armar las piezas de un macabro puzle que deparara en una conclusion inesperada.
    Y si, ademas de la tension que viven en esos momentos, le sumamos que la vida privada de ambas se ve completamente patas arriba y que tienen que lidiar con sentimientos encontrados, nuevos, inapropiados, explosivos. -lo cual no es suficiente para frenar sus impulsos-, la cosa se complica un poco mas.
    ?Conseguiran atrapar al Asesino del Mordisco?
    Un sorprendente thriller erotico escrito a dos voces, una mezcla perfecta entre suspense y erotismo.

  • Te esperaba a ti (Mejores amigas 4) de Alizee Duchamps

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    Buenos dias, puedes sentarte. Eres Teresa, ?verdad? --Si, Teresa Hernandez. --?Cuantos anos tienes, Teresa? --Cuarenta y nueve. --Ya... Sabes que con tu edad y sin estudios superiores lo tienes bastante dificil... --Lo se, pero la fabrica en la que he trabajado durante los ultimos quince anos cerro hace tres meses. --Veo en tu curriculum que abandonaste los estudios con veinte anos. ?Te importaria decirme por que? --Me quede embarazada en mitad de la carrera. Tuve que ponerme a trabajar. --?No tenias familia que pudiese ayudarte? Perdona por el tercer grado, pero tengo que crearte un perfil. --No pasa nada. Mi familia me echo de casa y tuve que buscarme un alquiler barato para poder criar a mi hija. Lo consegui gracias a la ayuda de mis vecinas, que se hacian cargo de mi pequena mientras yo estaba fuera. Trabaje de dependienta, camarera, en almacenes, fabricas y cadenas de montaje. La ultima empresa que me contrato, la que ha cerrado, fabricaba piezas para automocion. Yo estaba en la seccion de verificacion y control de calidad. Y, antes de que me preguntes por el padre de mi hija, te dire que no lo hay ni lo hubo. --Entiendo... En fin, en este momento, despues de repasar tus datos, lo unico que me aparece por aqui que no exijan personas mas jovenes, es una empresa de pasta alimenticia, donde precisan cubrir puestos en el empaquetado. Pero esta a cincuenta kilometros y el contrato seria de un mes. --?Solo un mes? ?Y a cincuenta kilometros? ?No hay nada mas cerca? --A ver, dejame mirar... Bueno, si no te importa trabajar como limpiadora, hay una vacante en la empresa que se encarga de la limpieza de edificios publicos, y que en este momento piden a alguien para la universidad. Se trata de una suplencia, pero es de larga duracion. La trabajadora a la que sustituirias estara de baja entre seis meses y un ano por una operacion de hernia discal. Y lo tienes aqui al lado... --Si, claro, acepto, antes de quedarme sin nada. Necesito trabajar para mantenerme. --Estupendo. Enviare ahora mismo la solicitud y en unos dias te diremos algo. Pero, perdona que me entrometa... Si tienes una hija de veintiocho anos que, por lo que me dice aqui, vive en Madrid y trabaja en una importante firma de publicidad... --No voy a vivir de mi hija. Si no tiene nada mas que decirme, espero su llamada. Buenos dias. --Buenos dias, Teresa. Empece a escribir novelas romanticas con cincuenta anos, y, aunque ciertos problemas de salud me impidan dedicarme un poco mas a ello, hay algo que la edad no va a ser capaz de borrar en mi: la ilusion. Porque las mujeres de cincuenta aun tenemos mucho por hacer, por decir, por conseguir. Alizee Duchamps CAPITULO 1 Sobre la mesa, una taza permanecia vacia y ya olvidada. Hacia rato que Teresa habia dado buena cuenta de su contenido, pero, como cada dia solia hacer despues de su jornada, continuaba sentada en la misma mesa de la cafeteria del campus universitario. Le gustaba aquel rincon apartado y tranquilo, donde permanecia ajena al bullicio estudiantil de primera hora de la manana. Acomodada en la silla, contemplaba a traves de la ventana el cielo gris de otono que ya habia dejado caer las primeras gotas de lluvia y que empezaban a salpicar el cristal. Observaba a los alumnos y profesores que corrian a traves de los jardines y arcadas de cemento en busca de sus aulas correspondientes. Ya habia trabajado en el turno de noche en otras ocasiones, asi que, ya contaba con el trastorno que suponia pensar en irse a dormir cuando todo el mundo despertaba. Solo hacia un par de semanas que habia aceptado aquel empleo de limpiadora en la universidad y ya se habia fabricado su rutina. Empezaba a trabajar a las doce de la noche y terminaba su jornada a las siete de la manana. Al acabar, despues de guardar el carrito con los utensilios de limpieza en el cuarto destinado a ello, cerraba con una de las docenas de llaves que colgaban del llavero con el escudo universitario, y se marchaba en busca de la cafeteria, para poder observar el mundo diurno antes de irse a dormir. La mayoria de las veces se encontraba tan a gusto y relajada que se olvidaba del tiempo y se quedaba hasta que estudiantes o profesores invadian aquel tranquilo espacio y decidia que habia llegado la hora de marcharse. Aquel dia en concreto, se hallaba tan sumida en sus pensamientos, que no fue consciente de que las mesas del local ya se habian llenado, algo que solia ocurrir mas temprano si la manana amanecia fria y lluviosa como aquella. Tampoco escucho la voz que se dirigio a ella y que tuvo que repetir en dos ocasiones una inusual peticion. --Perdone --dijo de nuevo aquella voz--, ?puedo sentarme? Teresa, que no se habia percatado de la insistencia, dejo por un instante la contemplacion del paisaje lluvioso y se giro hacia la voz para contemplar a un hombre de unos cincuenta anos, que llevaba una gruesa carpeta bajo el brazo, una cartera de piel colgada del hombro y un vaso de cafe en la mano. Vestia con un traje clasico, aunque sin corbata, y lucia una cuidada barba y gafas de montura oscura. Sin lugar a dudas, se trataba de algun profesor que demandaba un sitio donde poder sentarse. --Claro, sientese --le dijo Teresa--. Yo ya me iba. --No, no, por favor --le pidio el hombre mientras colgaba la cartera de la silla, se sentaba y colocaba la carpeta y el vaso sobre la mesa--, no era mi intencion hacerla levantarse. Disculpe que invada su espacio, pero no hay ninguna mesa libre y necesito echar un vistazo a algunos trabajos de mis alumnos antes de entrar en clase. A Teresa le parecio de mala educacion levantarse inmediatamente y decidio quedarse unos minutos mas. Volvio a girarse hacia la ventana y siguio mirando a los grupos de jovenes que charlaban entre si o permanecian embelesados en las pantallas de sus moviles. Percibio ligeramente los movimientos del hombre, que parecia concentrado en la vision de aquellos escritos mientras le iba dando sorbos al vaso de papel. Hasta ella llego el olor a la colonia del desconocido, que le parecio suave y fresca, mezclado con el aroma a cafe caliente. Estuvo tentada de pedirse otro, pero reconocio que todavia le costaria mas dormir si lo hacia y decidio levantarse de la mesa para volver a casa. --Oh, vaya --se lamento aquel profesor--, al final la he acabado molestando. --No me ha molestado en absoluto --le dijo ella, a pesar de que, si fuera sincera, le diria que, de cierta manera, habia invadido su pequeno refugio matutino--. Es solo que tengo que marcharme. Se me hace tarde. Buenos dias. El hombre correspondio a aquel saludo y continuo con su tarea. **** El sueno volvio a resistirse aquella manana, por lo que Teresa copio la rutina de los ultimos quince dias. Se levanto al mediodia, comio un resto de pasta del dia anterior, hizo las tareas de la casa y bajo al supermercado porque la nevera empezaba a pedir a gritos algun alimento en su interior. En medio de aquella monotonia, recibio una llamada de su hija y otra de Cati, una de sus amigas, con la que quedo en reunirse por la tarde junto al resto del grupo. Y, como venia ocurriendole desde que aceptara el turno nocturno, empezo a sentir el bajon justo cuando se sentaba en la terraza del bar. Algo que sus amigas senalaron nada mas hacerle compania. --Madre mia, Tere, ya te estas quedando dormida --le dijo Cati--. Deberias haberte quedado en casa y recuperar un poco de sueno. --Lo se --suspiro Teresa--, pero entonces mi vida se reduciria a trabajar, dormir y comer sobras recalentadas. Si ya no voy a poder salir un rato con vosotras, me pego un tiro directamente. --Tiene razon --la apoyo Montse--. Aunque ya sabemos que el turno de noche es una autentica mierda. --Lo que nos lleva de nuevo a la mas que repetida cuestion --intervino Rosa--: ?sigues sin querer irte a vivir con tu hija? --No empeceis, por favor... Teresa conocia a las tres mujeres desde hacia quince anos, cuando coincidieron en la fabrica que las habia dejado sin trabajo hacia unos meses. Durante todo ese tiempo habian compartido jornadas interminables, cansancio y broncas del jefe, pero tambien risas a escondidas en los lavabos, el nacimiento del segundo hijo de Montse y los divorcios de Cati y Rosa, vivencias que las habian unido y habian mantenido su amistad a pesar de que ya no coincidieran cada dia en el trabajo. Tras el despido, Cati habia conseguido un empleo de cajera en un supermercado, Rosa habia aceptado ayudar a su hermana en la panaderia que regentaba, y Montse seguia en el paro, porque, de esa forma, disfrutaba un poco mas de su marido y sus hijos.

  • El hijo de las cosas de Luis Mateo Diez

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    Dos hermanas y un hermano forman un trio familiar tan habitual que apenas nos llama la atencion. Dos hermanas que asumen, con frecuencia, una responsabilidad afectiva que cobra todavia mayor relieve cuando los padres faltan. Ellas son dos personajes cruciales en esta novela con la que Luis Mateo Diez vuelve a sorprendernos con un giro humoristico llevado a sus ultimas consecuencias, intensificando el aliento desorbitado de su escritura expresionista. A las dos hermanas les ha caido en esta historia, que no concede sosiego al lector, un hermano tarambana, disoluto, lo que podriamos considerar una penosa herencia que puede llevarlas a la ruina moral y material, si se descuidan. Otros personajes las amparan y ayudan o, en el peor de lo casos, las ponen de los nervios. La historia nos lleva por derroteros sorprendentes, inusitados o absurdos. Ellas no cejan en el empeno de salvar al hermano, un hijo de las cosas que tanto merece lo que no es capaz de ganar, como si en su vida todo se lo debieran. Estamos ante una fabula, tan verdadera como inquietante, entre la risa y la melancolia, sobre los sentimientos manipuladores, la impostura de los afectos, las coartadas de los bienes familiares, la desgracia de lo que tan penosamente se reparte en las responsabilidades de las hermanas y los hermanos. Esta puede ser la novela mas divertida de un autor del que conocemos muchos registros, un prolifico novelista dueno de un mundo inagotable.

  • El coraje de la desesperanza de Slavoj Zizek

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    En su nuevo libro, Zizek parte de una frase de Giorgio Agamben, <>, que resulta especialmente pertinente en nuestro momento historico, cuando incluso los diagnosticos mas pesimistas suelen terminar, por regla general, con alguna mencion de la proverbial luz al fi nal del tunel. Para Zizek, el autentico coraje no consiste en imaginar una alternativa, sino en aceptar el hecho de que no existe ninguna alternativa clara: el sueno de una alternativa no es mas que un fetiche que nos impide analizar debidamente el punto muerto en que nos encontramos.
    El autentico coraje consiste, por tanto, en admitir que la luz que hay al final del tunel probablemente es el faro de otro tren que se acerca en direccion contraria. En los ultimos anos, este tren ha encarnado los diferentes problemas de nuestro paraiso capitalista global: la renovada amenaza fundamentalista-terrorista; las tensiones geopoliticas con y entre los nuevos poderes no europeos (China y Rusia); la aparicion de nuevos movimientos emancipadores radicales en Europa (Grecia y Espana); y el fl ujo de refugiados que cruzan el Muro que separa el <> del <>.
    La prosa torrencial y visceral de Zizek recorre la degradacion moral de la presidencia de Donald Trump, la variedad de las luchas de emancipacion sexual, las guerras por delegacion, las ultimas revueltas urbanas, la asuncion del capitalismo como algo consustancial a la naturaleza humana y el uso de la mentira como principal arma politica para ofrecernos otra lucida instantanea de los tiempos que vivimos.

  • Escapada Griega de Elizabeth Power

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    El sol, el mar y miles de recuerdos...

  • Deirdre (Las feas tambien los enamoran 2) de Elizabeth Urian

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    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • Regresar a ti de Kristel Ralston

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    Christine McAllister, la bella hija de un afamado productor y de una diva de la television, siempre se habia sentido rechazada por sus padres, tan preocupados en mantener sus exitosas carreras. Esto empeoro cuando el padre de Christine decidio acoger en su mansion a Adam Stamos, un ladronzuelo barriobajero de Nueva York, para darle una oportunidad... por el contrario, a una Christine adolescente no le quedo mas remedio que acatar la decision de su padre y viajar a Suiza para continuar sus estudios en un internado.

  • La Ciudad del Fuego de Kate Mosse

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    Carcasona, tierra de cataros, 1562. La joven catolica Minou Joubert recibe una carta anonima sellada con el emblema de una poderosa saga, solo cinco palabras:

  • Los senores del humo de Claudio Cerdan

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    Esta novela negra llega a las librerias avalada por el aplauso de los mayores expertos, criticos y escritores.

  • El rey medio ahogado de Linnea Hartsuyker

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    Desde la muerte de su padre en el campo de batalla, Ragnvald Eysteinsson, descendiente de reyes, ha luchado para proteger a su madre y a su hermana y para recuperar las tierras que le corresponden por derecho. Sin embargo, tras una expedicion de saqueo en Irlanda, Ragnvald es traicionado en alta mar por hombres al servicio de su avaricioso padrastro, Olaf, que lo dan por muerto. Rescatado por un pescador, el joven guerrero jura vengarse de Olaf, reivindicar a la mujer que ama y rescatar a su querida hermana Svanhild, atrapada en un matrimonio de conveniencia. La ocasion de cumplir su juramento se presenta en forma de alianza con Harald de Vestfold, otro joven guerrero de quien se vaticina que un dia reinara en toda Noruega.

  • Rose de Brianne Miller

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    Rose Henderson permanecia mirando por la ventana de su habitacion los parterres de flores del jardin sumida en sus pensamientos. Llevaba toda su vida viviendo tras las paredes del Bedlam, el hospital psiquiatrico en el que sus padres la abandonaron cuando apenas era una nina por padecer una leve cojera en su pierna derecha. En vez de apoyarla y ayudarla a llevar una vida lo mas normal posible se deshicieron de ella igual que si fuese un mueble viejo y habia pasado todo ese tiempo echandose la culpa de ello. Pero ella no habia hecho nada malo, ahora lo entendia. Desde que el marques de Lansdowne llego a su vida hacia ya dos anos la habia ayudado a entender que ella era la victima de todo aquello, que sus padres eran dos despreciables seres sin corazon a quienes les habia podido mas el miedo al que diran que el amor por su hija. Pero ya no debia pensar mas en aquello, en pocas horas seria libre por fin y empezaria a llevar una vida normal gracias al conde Warwick. El mejor amigo del marques se habia autoproclamado su salvador y habia logrado que su madre firmase los papeles que le nombraban su tutor. Ahora el era su familia e iba a ocuparse de que se convirtiera en toda una dama. Rose estaba aterrada, se sentia como si se encontrase al borde de un precipicio a punto de saltar al vacio y no habia a la vista ningun saliente al que ella pudiera agarrarse. Llevaba diecisiete anos encerrada en ese manicomio y excepto el doctor Novak los medicos siempre la habian considerado tan loca como a todos los demas. ?Que pasaria si la sociedad tambien lo pensaba? ?Como iba a lograr vivir si terminaba por arrastrar a su salvador hacia el escandalo? --?Estas lista, Rose? Se volvio hacia el doctor Novak, que habia sido lo mas parecido a un padre para ella desde que se incorporo al equipo medico del hospital hacia casi un ano, y sonrio. --Tengo mucho miedo --reconocio ella. --Es normal estar asustada, pero cuando empieces tu nueva vida veras que no hay motivo para estarlo. --No lo entiende... siento panico, doctor. Novak se sento sobre el camastro con un suspiro e hizo un gesto para que Rose le acompanara. La muchacha obedecio apoyando la cabeza sobre su hombro y el le palmeo suavemente la mano. --Se bien que lo desconocido es aterrador, Rose --empezo a decir el doctor--, pero no habria accedido a darte el alta si no supiera que este cambio es beneficioso para ti. No mereces estar aqui, eres una persona completamente sana y no debes seguir viviendo entre personas que no lo son. --Aun no entiendo por que el conde ha querido hacerse cargo de mi. --Lansdowne se lo pidio. --No, doctor. Kenneth le pidio que intercediera por el, no que se hiciera cargo de mi. Warwick tendria que haberse limitado a cumplir sus deseos. --?Te importa mucho que Kenneth no sea tu tutor? --Warwick parece ser una buena persona, pero con Kenneth y Anne me sentiria mucho mas segura. --?Por que? --Porque son mis amigos y se que no les importara que termine metiendo la pata. Se que ellos se preocuparan mas por mi bienestar que por lo que digan los demas. --?Y crees que Warwick no? --No lo se, pero es mucho mas serio que Kenneth y temo decepcionarle. --?Por que ibas a hacerlo? --?Y si no puedo aprender a ser una dama? ?Y si no sirvo para ello? --Eso es una estupidez, Rose. Eres muy capaz de aprender modales y etiqueta, no es tan dificil y tu eres una chica lista. Novak se levanto de la cama y le tendio la mano con una sonrisa. --Vamos, es hora de que tengas la vida que mereces. La muchacha siguio obedientemente al doctor hasta el salon principal. Recordo las terapias que lady Cornick y Anne habian impartido en el acompanadas por muchas otras damas, las veces que se habia divertido ensenando a las chicas con problemas mentales a dibujar o a pintar con los dedos, y sonrio. Ella tambien se ocuparia de ayudar en las terapias en cuanto le fuera posible. Vio a lady Adelaine Allingham, una de las amigas de Anne, sentada en la mesa del fondo con un par de ninas de no mas de diez anos a quienes estaba ensenando a bordar una pequena flor en un trozo de tela, y se acerco a ella. La muchacha se levanto de inmediato con una sonrisa. --Me alegra verte, Rose --dijo besandola en la mejilla-- ?Quieres unirte? --Me encantaria, pero no puedo hacerlo. !Hoy me marcho de aqui! --?En serio? !Eso es estupendo! --exclamo Adelaine visiblemente contenta. --El conde por fin ha logrado que mi madre le firme los papeles para convertirle en mi tutor. --Me alegro muchisimo por ti, Rose, de verdad. Te mereces salir de aqui. --?Conoces a Warwick? --No demasiado --respondio su amiga pensativa--. En realidad no me he relacionado demasiado con caballeros estos ultimos anos, ya sabes que soy una chica florero. --Me gustaria conocerle un poco mas. --?Te gusta el conde? --pregunto su amiga con una sonrisa. --!Claro que no! --respondio ella azorada-- Pero si va a ser mi tutor me gustaria saber un poco mas de el. --?Y por que no le preguntas a Anne? Es el mejor amigo de su esposo, al fin y al cabo. --Creo que lo hare. ?No te ha acompanado hoy Hester? --Se encontraba algo indispuesta, creo que tiene una leve indigestion. --Normal, con lo que le gusta comer... Charles Alexander Bryant, septimo conde de Warwick, encontro a su nueva pupila riendo a carcajadas con una de las damas que iban a ayudar en las terapias del hospital. Su sonrisa era capaz de iluminar toda la habitacion y sabia que en parte esa sonrisa brillaba gracias a el. Despues de meses de buscar a su progenitora por todo el pais habia logrado encontrarla y obligarla a firmar los papeles de la cesion de su tutela. Ahora el era responsable de Rose y por tanto de su felicidad. Addison y Marion miraban con curiosidad a su nueva pupila. Sus hermanas eran la perfeccion encarnada... de cara a la galeria. En la intimidad tenian una personalidad tan parecida a la de Rose que no dudaba que terminarian llevandose muy bien. --Es muy guapa --comento Marion. --No parece estar muy loca --dijo Addison. --Ya os he dicho que no lo esta --protesto Charles--, unicamente padece una leve cojera. Vamos a acercarnos a ella. En cuanto Rose se volvio y le vio, Charles pudo ver la alegria en su mirada, pero tambien el miedo a lo desconocido que llevaba grabado en ellos desde que se entero de su decision de autoproclamarse su tutor. La muchacha se acerco lentamente a ellos e hizo una reverencia que dejaba mucho que desear antes de dedicarle una sonrisa. --Buenos dias, milord --susurro. --Buenos dias, Rose --contesto el--. Dejame presentarte a dos de mis hermanas, Addison y Marion. --Es un placer conocerlas --respondio Rose con otra reverencia. --Para nosotras tambien lo es --contesto Addison cogiendola del brazo--. Y deja los formalismos, ahora somos familia. --Es cierto --corroboro Marion--. Eres algo asi como nuestra sobrina, ?no es cierto? --?Tienes listo tu equipaje? --pregunto Charles antes de que las tres muchachas se enzarzaran en una chachara sin sentido. --Esta en mi habitacion --asintio Rose. --?Por que no la acompanais a recoger su abrigo mientras yo hablo con el doctor Novak? --sugirio-- No tardare demasiado. --Muy bien, Charlie, te esperaremos en el carruaje --respondio Marion. Inspiro con fuerza ante el apodo carinoso de su hermana. Le encantaba que le llamara asi pero le habia dicho mil veces que no lo hiciera en publico, ya hablaria con ella en cuanto llegasen a casa. Se acerco al despacho de George Novak con paso decidido y se dejo caer en el sofa con un suspiro. --Sigo creyendo que es una pesima idea de que mis hermanas pasen unos dias con Rose, Novak --protesto--. Solo llevan un dia en mi casa y ya me han provocado una migrana. --Sera bueno para ella relacionarse con jovenes de su edad, milord. --Pero tiene que concentrarse en sus estudios, tenemos muy poco tiempo y mucho que ensenarle. --Sus hermanas podrian ayudarle en ese aspecto, ?lo ha tenido en cuenta? --No soy capaz de controlarlas y terminaran haciendo lo que les venga en gana. Solo la reina es capaz de intimidarlas.

  • Villa Triste de Patrick Modiano

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    Principios de los anos sesenta. Un joven de dieciocho anos, bajo la identidad de conde Victor Chmara, se oculta del horror de la guerra franco-argelina en una ciudad de provincias. Chmara conoce a Yvonne, una joven actriz con la que iniciara una historia de amor, y a su mano derecha, Rene Meinthe, un medico homosexual. Y con ellos Victor se introduce en ese circulo de gente mundana que se reune en la estacion termal y que vive de espaldas a la Francia poscolonial de los anos sesenta…

  • Los favoritos de C.J. Benito de C. J. Benito

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    En este recopilatorio encontraras los libros favoritos del autor:

  • Leah a destiempo de Becky Albertalli

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    Cuando se trata de tocar la bateria, Leah Burke suele tener buen ritmo, el tiempo es como su especialidad. Pero en su vida personal las cosas suelen ir a destiempo. Leah, una anomalia en su grupo de amigos, es la hija unica de una joven madre soltera, y su vida es sin dudas la menos privilegiada. Le encanta dibujar, pero se siente demasiado cohibida para mostrar sus creaciones. Y a pesar de que su madre sabe que es bisexual, ella aun no ha podido reunir el coraje para contarselo a sus amigos, ni siquiera a Simon, su mejor amigo abiertamente gay.

  • Un mandato de reinas de Morgan Rice

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    EL DECRETO DE LAS REINAS es el Libro#13 de la serie de best-sellers EL ANILLO DEL HECHICERO, qu empieza con LA SENDA DE LOS HEROES (Libro#1).

  • Mil veces tu (Secretos y confesiones 1) de Ebony Clark

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  • Tequila, sal y pimienta. Verano (Estaciones 1) de L. White

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    ?Alguna vez has pensado en el?
    ?Habra pensado el en ti?
    Las amigas de Tali tienen una sorpresa para ella, se la llevan de vacaciones a Maspalomas.
    Lo que no sabe es que alli se encontrara fortuitamente con Oscar, su gran amor de la adolescencia, con quien perdio la virginidad y del cual nunca mas volvio a saber.
    Ella no ha podido olvidarlo y el la odia por haberse marchado. Entre noches de copas y dias de playa los dos comenzaran una lucha interna por lo que sienten.
    El pasado no sera lo unico que tengan en contra, una persona del presente no estara dispuesta a consentir esta relacion y hara todo lo posible por evitarla.
    ?Seran capaces de superar la adversidad y dejarse llevar?

  • Que de lejos parecen moscas de Kike Ferrari

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  • Mas Que Amigos de Stephanie Foss

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    Abrio su boca para dejarse besar, saboreando el ligero sabor a vainilla del whisky. Nick no besaba de la misma manera que Steve. Besaba bien. Besaba con intencion. Pero no besaba con la misma pasion que la habia dejado sin aliento, no de la manera como lo habia hecho Steve.
    -Pareces pensativa.
    Solto una risita.
    -No, lo siento. Es solo. Un amigo paso por casa el otro dia con una historia absolutamente absurda, y se quedo grabada en mi cabeza. Disculpame. Un par de besos mas y estoy segura de que me olvidare de todo eso.
    Nick solto una carcajada.
    -?Estas segura, eh?
    -Oh, si. -Lo jalo hacia ella para darle otro beso-. Tus besos tienen mucho poder de distraccion…

    Ria Cameron ha sido machorra toda su vida. A los veinticinco anos de edad, su vida esta dividida entre montar bicicleta, hacer excursiones en las montanas y ver partidos de rugby con su mejor amigo, Steve.
    Steve. El sexy, alto y musculoso jugador estrella del equipo de rugby. El unico chico que ha amado. Excepto que, Steve nunca la ha visto como algo mas que una amiga. De hecho, nadie se habia fijado en ella.
    Pero cuando Ria es seleccionada para unas pasantias con una prestigiosa firma de abogados, necesita un nuevo vestuario y un cambio de look, y necesita que sea rapido. Nuevo vestuario, nuevo corte de cabello, y de repente, todas las miradas estan sobre ella. Ria se siente incomoda al principio, hasta que se da cuenta de que los hombres le estan prestando atencion por primera vez en la vida.
    Pero Steve comienza a comportarse de manera extrana. Y cuando Ria atrae la atencion de Nick, el companero de equipo de Steve, Steve pasa de apoyarla a molestarse. ?Acaso esta en lo cierto cuando insiste en que Ria no esta a salvo con Nick? ?O su conducta se debe a que esta celoso?
    Ria no logra descifrar lo que esta pensando Steve. Ella pensaba que nunca voltearia a verla.
    Ahora es demasiado tarde.
    Ella ha escogido a Nick, decidio confiar en el, y ahora esta lista para entregarse a el.
    Pero cuando cierra los ojos, Steve sigue apareciendo en sus suenos mas salvajes…

  • Mi sombra, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

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  • El pacto. Un amor prohibido de Martina Bell

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    Tras su ruptura amorosa, Alba conoce a Paul en la redaccion de la revista donde trabaja.

  • El jardin de las mariposas de Dot Hutchison

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    Cerca de una aislada mansion existe un jardin donde se cultivan delicadas flores y en el, abrigada por frondosos arboles, habita una exquisita y peculiar coleccion de mariposas que es resguardada por el Jardinero, un hombre que desconoce los limites de su obsesion por preservar la belleza.
    Maya es una sobreviviente del jardin y ahora tendra que narrar a los agentes del FBI los horrores que vivio mientras permanecia en cautiverio junto con otras chicas que ni siquiera habian alcanzado la mayoria de edad. En su memoria viven las peores pesadillas. En su espalda, como en las de todas las jovenes mariposas, un tatuaje le recordara por siempre un crimen imperdonable.

  • Cuando vengas a buscarme de Antonio Reyes

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    Ismael llega al hospital en el ultimo momento para despedirse de su hermana. La estampa es desoladora, con unos padres destrozados por el inminente adios de su hija. Las palabras de Paula a su hermano parecen no tener sentido para el: “Buscame, Israel, buscame”.
    Un ano despues de su muerte cree haber descubierto lo que su hermana quiso decirle en aquella fria cama de hospital. Decidido a hallar su verdadero significado, se embarca en un viaje para encontrar a la persona que posee el legado que Paula dejo.
    En un pueblo del sur de Espana, encontrara un grupo de personas que intenta cerrar sus propios circulos personales. Una mujer con un turbio pasado conyugal y que buscar sacar adelante su pequena familia de dos junto a su hija, un viejo vasco que escapo del recuerdo de su esposa fallecida y un sacerdote con dudas de fe y acosado por los arrebatos de una joven.
    ?Hasta donde serias capaz de llegar para mantener vivo el recuerdo de un ser querido?
    Una historia de personas que buscan a personas y de otras que ni siquiera saben que desean ser encontradas.

  • El chico bajo la lluvia de Ami Mercury

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    Relato corto con un comienzo ambientado en un suceso real. El treinta de septiembre de 1997, Alicante sufrio una de las peores inundaciones del siglo XX. La intensa tromba de agua anego barrios enteros, destruyo propiedades y se llevo la vida de cinco personas.

  • Una Virgen Para El Jeque de Kate Simmons

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    El dia de calor sofocante acabo en tormenta, una tormenta de polvo sulfuroso que oculto el sol y rugio toda la noche hasta el amanecer, dejando una estela de naranjos y datileros devastados. Las persianas de la casa de la plantacion se habian roto, las lamparas y floreros se habian estrellado al caer y el agua de la torre de irrigacion habia inundado el suelo. Agnes se detuvo en la galeria y sintio un desamparo mas alla de las lagrimas. Estas le habrian servido de consuelo al comprobar como el agua anegaba tambien el pasillo y al oir el intermitente ulular del viento rompiendo la quietud que habia seguido a la frenetica noche del siroco. Los dias precedentes habian sido de calor bajo un cielo plomizo, que habia trocado el desierto en un paisaje siniestro. Todavia en aquel momento el bochornoso calor parecia resecar las paredes de la maltrecha vivienda y Agnes podia sentir el sudor bajando por su espalda. Con su valor casi tan abatido como la casa se apoyo en la barandilla con la boca seca, los ojos chispeantes, y su espiritu destrozado. Una persiana suelta seguia golpeando; era como si algo extrano tratara de llegar a ella, atacando sus nervios. Se encontraba sin energias para acercarse a sujetar la persiana. Tensa como un gato, sin ningun sitio donde esconderse, trato en vano de no pensar en la silenciosa figura que yacia en la cama del dormitorio principal. Agnes se estremecio, a pesar del calor; el azul sorprendente de sus ojos estaba velado por los sucesos de la noche. Se trataba de un azul semejante al de las vidrieras de una capilla. Recordo la capilla anexa al colegio del convento donde ella habia pasado su ninez. Alla, los instintos de Agnes Lacroix se habian rebelado frecuentemente en contra de la disciplina; de los dormitorios, donde la intimidad era un factor desconocido; de la comida, que era sencilla y sin sabor. Las buenas hermanas habian decretado que la carne debia someterse al espiritu. Apenas cumplidos los diecisiete anos la llamaron al despacho de la Madre Superiora y le dijeron que tenia que irse a vivir con su abuelo. Hasta aquel momento, Agnes Lacroix habia ignorado su existencia, pero desde el dia en que Agnes llego a El Oasis, se sintio como si hubiera entrado en el hogar que siempre habia deseado. Un fascinante hogar en la umbria de una posesion de arboles frutales, donde el continuo rumor del agua en las acequias hacia que incluso el dia mas torrido pareciera fresco. Resulto cautivada por el desierto y salir a montar al amanecer o cuando las estrellas brillaban en el cielo, fue un placer del que nunca antes habia disfrutado ni sonado. En aquel instante estaba sola y temerosa, detenida en la amplia galeria de madera que dominaba el pasillo. Sola, porque el dia anterior los criados habian huido asustados, tanto por la tormenta de arena como por el anciano que yacia muerto dentro de la casa del Viejo Leon. Sadik habia sido el ultimo en marcharse, conmovido por la presencia de Agnes al lado de la cama del gigante sin vida; del hombre al que la joven habia llegado a amar en los dos anos que vivio en El Oasis. Se habia acostumbrado a su aspera arrogancia y habia aprendido a aceptar su implacable actitud hacia su madre, a quien nunca llego a perdonarle haberse casado con un ingles. De repente, en el dormitorio con altas puertas de palo de rosa, algo se estrello contra el suelo y el poco control que aun tenia sobre si misma desaparecio. Hubiera querido correr a los establos y saltar a los lomos de Firefly, pero parecia cruel huir cabalgando y dejar a su abuelo solo en la casa destruida por la tormenta. La habia cuidado, a su manera tratandola mas como a un muchacho que como a una mujer. Sus labios se movieron y se encontro murmurando una de las oraciones que las hermanas habian hecho que sus alumnas rezaran manana y tarde. Pero la oracion no borraba de su mente la convulsa cara de su abuelo ni la forma en que el se habia arrastrado hasta su aposento, gritando algo, pero no se habia recobrado del ataque y finalmente, le cubrio el distorsionado rostro con la sabana. Con frialdad, Agnes clavo la mirada en el pasillo. Su cabello denso rubio claro, se aparto de su pomulo cuando se inclino sobre la barandilla tratando de identificar un sonido ajeno al viento. El golpeteo de cascos sobre la piedra, la hizo preguntarse si algun criado habia regresado. Aun cuando era lo que esperaba, un instintivo temor la hizo retirarse de la escalera. Una figura alta, encapuchada, se movio abajo, poniendose deliberadamente ante su vista. El manto la cubria desde los hombros hasta los pies. Agnes clavo sus ojos en los del visitante, en tanto que este ponia su bota en el primer peldano de la escalera. --?Que quiere? ?Como se atreve a venir aqui? --sus palabras surgieron con prisa y, en su agitacion, hablo en ingles--. No tiene derecho a entrar en esta casa. --Se sorprenderia si conociera todos mis derechos --su voz era profunda, la pronunciacion de las vocales en ingles sonaba extrana en sus oidos. Y entonces lo reconocio… Aquel hombre habia estado alli una noche. Acababa de regresar de montar y estaba a punto de entrar en el estudio de su abuelo, cuando sorprendio voces iracundas que hicieron que se retirara por el pasillo, desde donde le vio salir a grandes zancadas, con visible rabia en sus facciones. Despues, durante la cena, Guillaume Lacroix le habia dicho que no hiciera preguntas. Sus asuntos con Razul al Kebir Bey no tenian nada que ver con ella. --No regresara aqui otra vez --aseguro--. Es muy orgulloso y le indigna que mi plantacion este en su territorio, como el lo llama. Tengo permiso por escrito del viejo cadi. El todopoderoso Razul Bey es solo un sobrino que se apodero del poder cuando surgio la ocasion. --Se dice en Bar Soudi que su abuelo ha muerto. La imperiosa voz resono en los ya destrozados nervios de Agnes y cuando el individuo empezo a subir la escalera, ella retrocedio hacia el dormitorio donde yacia Guillaume Lacroix. Lo unico en que podia pensar era en la enemistad existente entre ambos hombres y en que habia una pistola en la alcoba del anciano. Con rapidez, abrio de un tiron las puertas y cruzo la habitacion a la carrera; sus sentidos estaban puestos en la sombra con manto rojizo que la perseguia. Por alguna razon irrefrenable, tenia la idea de que aquel manto le seria arrojado sobre la cabeza por lo que, con manos temblorosas, abrio un cajon y empuno firmemente la pistola. Se volvio y vio a Razul Bey en la puerta. --Deje ese arma --habia rudeza y un dejo de mofa en su voz--. He venido a El Oasis a ayudarla. --?Ayudarme? --desdenosamente, siguio apuntandole--. Se como eran las relaciones entre usted y mi abuelo. Soy una Lacroix y estoy enterada de que cuando uno de ustedes odia a alguien, incluye a todos los miembros de la familia. --La justicia del bey --al pronunciar tales palabras, Razul dio un paso hacia ella--. Puede estar segura que tengo mis razones para estar aqui. --?Para regocijarse con la muerte de Lion? -- Agnes le miro fijamente--. Ya me hablo de lo mucho que lo odiaba porque El Oasis esta en tierras que usted afirma que son de su propiedad. !Si ha venido para arrojarme de la finca de mi abuelo, puede pensar en otra cosa! Los ojos de Agnes se tornaron azul oscuro, mientras se quitaba de la cara el alborotado cabello. Si tenia que disparar, queria hacerlo con tino, de la forma en que Lion le habia ensenado. Nunca antes habia sentido aquella tension animal; su cuerpo se estremecio al enfrentarse a Razul Bey, un extrano para ella, casi un barbaro en su apariencia y actitud. En los dos anos transcurridos en El Oasis, habia aprendido algo sobre la gente. Sabia que los odios familiares pasaban de generacion en generacion. --No voy a discutir los detalles de propiedad de la tierra con una muchacha --su misma postura parecia significar un reto, en tanto la miraba de arriba abajo--. Le advierto que, si no deja el arma, me vere obligado a quitarsela. Su imperiosa mirada y el tono amenazante la enfurecieron de tal modo, que Agnes olvido su vulnerabilidad. --Salga de esta casa --espero que algo del aspero orgullo de Lion se notara en su voz--. !Vayase, fuera! --?Puedo hablarle sobre su abuelo, ese hombre que usted veneraba y cuyo cuerpo ha velado durante toda la tormenta? --?Que hay que decir? --Tal vez lo suficiente para que lo odie. --Nunca podria hacer tal cosa --el solo pensamiento la hizo estremecerse y la pistola se movio en su mano. Lion estaba muerto y ya no existia nadie que pudiera cuidar de ella. --!No oire sus mentiras! --No acostumbro a mentir --refuto--. Si Guillaume Lacroix la hizo creer que la trajo a El Oasis por amor e interes hacia usted, el si era el mentiroso. --Me queria --reto al hombre--. ?Como puede usted decir lo contrario? --Porque lo se. Agnes no podia separar los ojos de su impenetrable interlocutor. --Y creo que usted deberia saberlo --dijo el deliberadamente--. Lacroix estaba tan determinado a permanecer en El Oasis que, cuando el arrendamiento vencio hace dos anos, me ofrecio a su virginal nieta a cambio. <>. Intocada, pura como la nieve de las montanas del Atlas, la clase de joven que valdria una buena bolsa de oro en los mercados en los que aun existen subastas de mujeres. Lugares prohibidos del corazon del desierto, donde su reverenciado Lion la hubiera puesto en exhibicion para no ser despojado de la unica cosa en la vida que significaba algo para el: esta casa y cuanto la rodea, y que el viento ha convertido en ruinas. Hizo una pausa, para dejar que las palabras penetraran en el cerebro de la joven, quien sostuvo su penetrante mirada que parecia querer grabar tan increibles palabras. --!Que increiblemente malvado es usted! ?Como puede decir tales falsedades? --La maldad no es mia, senorita --Razul Bey hablo curvando sus labios. Inesperadamente, tan peligrosamente agil como cualquier felino, le agarro la muneca forzandola a soltar la pistola. Resono contra el piso y el le dio una patada, alejandola de su alcance. Un grito involuntario escapo de los labios de Agnes, cuando se encontro entre sus garras. --!Maldito bruto! --peleo con furia, pero no era contrincante para un hombre tan fuerte como aquel--. !Mentiroso! !Quiteme sus sucias manos de encima! El la arrastro fuera del aposento de Lion hasta la galeria. --Deje de resistirse o le dare unos azotes. Necesita botas y una capa. ?Cual es su habitacion? --!Dejeme en paz! Agnes nunca se habia encontrado en tal situacion, sin nadie que pudiera ayudarla. Aunque gritara hasta tirar la casa abajo, no habria quien la oyera. Aun asi, un grito se le escapo de su garganta, mientras el trataba de reducirla. --Las mujeres histericas colman mi paciencia. Recupere la razon o me vere obligado a infundirle algo de cordura. El Oasis ha sido devastado por la cola de la tormenta, pero esta aun no ha terminado. Se revolvera y entonces regresara. ?No ha sido suficiente esta prueba para usted? ?Acaso desea mas de lo mismo, sola en esta casa, con el cadaver de su abuelo? --Dira y hara cualquier cosa para sacarme de aqui. Le lanzo una mirada venenosa y odio el temor que se anidaba dentro de ella, cuando encontro sus ojos. Ojos de color ambar bajo un par de cejas intensamente negras. --?Cual es su habitacion? --insistio. Reacia y con resentimiento, le indico una puerta mas alla en la misma galeria en que se hallaban. Fueron hasta el lugar y Razul Bey la observo mientras se calzaba sus botas de montar y se ajustaba la capa que utilizaba por el desierto. --?Me lleva a Bar-Soudi? --?Es donde quiere ir? Agnes asintio y lo vio reaccionar con un leve encogimiento de hombros. Ella se volvio hacia la mesa donde la lampara de petroleo aun lanzaba sus llamas. Mientras recogia el latigo, recordo el pasaje de un libro que habia leido sobre un funeral pagano que dos jovenes soldados habian preparado para su hermano muerto en la batalla. Agito el latigo y la lampara fue barrida de la mesa, derramando su contenido por el suelo de madera, que se inflamo inmediatamente. Las llamas saltaron al instante, tratando de alcanzarla, pero un brazo la rodeo por la cintura y tiro de ella hacia la galeria. --!Lo ha hecho a proposito! --los ojos la miraban tan ardientemente como el fuego que se habia apoderado de la habitacion. --Si, Lion apreciara este funeral pagano y el hecho de que todo lo que obtenga de El Oasis sea un monton de cenizas. Solo falta una cosa y es un perro a sus pies. !Deberia ser usted! Durante un buen rato, en tanto que las llamas se avivaban y consumian las cortinas de muselina alrededor de la cama, Razul Bey tenia una vaga mirada en los ojos. No habia senales de ira; sin embargo, Agnes estaba segura de que su comentario lo habia herido. --!Venga! --la llevo apresuradamente por la escalera, ya que pronto el fuego se extenderia. La casa de la plantacion era de madera y no tardaria mucho tiempo en desaparecer bajo el voraz incendio. La joven no sentia el menor remordimiento por lo que habia hecho. Lo que contaba era que habia asestado un golpe a las crueles y despiadadas mentiras que aquel hombre habia manifestado. A la incierta luz del dia, el viento azotaba las palmeras frente a la casa, doblandolas hacia atras y hacia adelante como si fuera a arrancarlas. Agnes se puso la capucha de su manto sobre la cabeza, doblando el cuerpo para vencer la fuerza del viento cargado de arena, mientras seguia a Razul Bey, el cual se dirigia a un grupo de hombres que estaban resguardados tras las protectoras jorobas de sus camellos. Cuando comprendio que se esperaba que cabalgara uno de aquellos animales, que durante una tormenta de arena podian cerrar los orificios de la nariz para evitar la entrada del polvo, grito que queria montar a caballo para ir a Bar-Soudi. Se dirigia hacia los establos cuando una mano cayo sobre su hombro. --Sus caballos se desbocaron anoche. --?Se ha escapado Firefly? --lagrimas ardientes rodaron por sus mejillas, pues a duras penas podia soportar aquella nueva perdida. Acalorada, se enfrento al bey--. ?Me esta diciendo mas mentiras? ?Ha dejado sueltos los caballos en su desierto abandonado de Dios? !Oh, eso si que no se lo tolero! --En su miedo a la tormenta, rompieron las puertas y salieron de los establos --replico--. No correran sueltos mucho tiempo, pronto encontraran un amo. De alguna manera aquellas palabras la hicieron vacilar. <>, penso. <>. Una repentina llamarada, surgida de una de las ventanas del piso superior de la casa, hizo que Razul Bey, con una corta palabra de mando, ordenara a su sequito que se pusiera en pie. Agnes fue conducida a uno de los camellos rojizos, aun arrodillado para que pudiera subir a la silla; cada centimetro de su cuerpo temblo contra el arzon, cuando el bey monto detras de ella. Una vez el animal se puso en pie y echo a andar, los demas lo siguieron con largas zancadas, a traves de las puertas de El Oasis, hacia el desierto. --Ahora vamos rapidos --la voz de Razul Bey resono a traves del gemido del viento. Hablo en ingles, pero cuando volvio la cabeza para dar una nueva orden a sus hombres, hablo en su propio idioma. Era una lengua que Agnes no habia podido dominar durante su estancia en la casa de su abuelo. El no habia alentado el uso de aquellas palabras de sonidos barbaros, sino que se habia aplicado a corregirle su frances hasta que fue casi tan correcto como el suyo. Entonces le dijo: <>. Con el tiempo, la joven la habia perdonado el desprecio hacia su padre. Como Razul Bey, Lion habia sido duro y tirano, creyendo en su propia invulnerabilidad, y mostrandose egoista en lo que respecta a los demas. Tales hombres rara vez desean piedad para ellos o se la conceden a sus semejantes. Con la cabeza protegida por la capucha, observo la casa en llamas, que pronto seria la pira de su abuelo. Queria llorar, pero estaba demasiado pendiente de la proximidad del hombre. El vaiven del camello hacia que sus cuerpos entraran en contacto y cuando esto sucedia ella se encogia pensando en las cosas horribles que el habia dicho y ansiando que el viaje hubiera terminado ya. <>, se dijo, <>. No dudaba de que la dejaria en el Hotel Ramis. No tenia dinero, pero sabia que la cuenta del viejo Lacroix estaba en el banco local. Esperaba tener acceso a ella, como la unica beneficiaria de Lion. Aquel pensamiento la esperanzo e inyecto nuevos animos. Aquellos individuos eran tan enigmaticos como el desierto mismo y apenas podia tolerar la insufrible cercania del que iba junto a ella, pero nada podia hacer para evitarlo, tendria que soportarlo hasta que llegara a Bar-Soudi. Capitulo 2 Agnes desperto de repente; medio ofuscada aun, se dio cuenta de que el vaiven del animal la habia adormecido en la silla. No sabia durante cuanto tiempo. ?Tal vez solo un momento, o habian transcurrido horas? La fila de camellos avanzaba a lo largo de un camino empedrado que gradualmente ascendia por una colina hasta desembocar en unas altas murallas frente a una puerta almenada, que fue abierta por hombres uniformados. Agnes espio a traves de la niebla causada por el polvo, que aun giraba en el aire y se pregunto si serian guardias. Pero, que ella recordase, no habia guardias en Bar-Soudi. Entonces, ?en donde se encontraba? Su ahogado grito debio de transmitirse al hombre, cuyos brazos, mientras conducian el camello, se mantenian alrededor de su cuerpo como un lazo. --Es El Karah --explico--. Estamos entrando en el patio de mi palacio. --?Su… que? --exclamo. Estaba aun un poco adormilada y se sentia inclinada a imaginarse que todo aquello era un mal sueno--. ?No puede dejar de bromear? --Le aseguro que tiene siempre mejor aspecto a la luz del dia --la voz, sobre su cabeza, era impersonal, como si se tratara de un guia y ella una turista--. Su arquitectura es algo confusa en este momento, pero, en mi opinion, se trata de uno de los mejores ejemplos de artesania de la region. Fue construido por uno de mis antepasados, sobre las ruinas donde varios ejercitos lucharon y murieron, cada uno de ellos tan convencido como los otros de que su bandera y su fe eran las verdaderas. Existen camaras aun intactas debajo, donde los prisioneros eran… alentados a cambiar su forma de pensar. --No me importa lo que haya dentro, alrededor o debajo de su palacio --dijo Agnes furiosa; su cuerpo se retorcio en la silla para poder lanzarle las palabras a la cara--. Usted me hizo creer que ibamos a Bar-Soudi. !Es infame que me haya traido aqui! Este es el ultimo lugar de la tierra donde deseo estar. ?Me oye? --Con claridad, mon enfant. --Yo no soy su pequena --estallo--. !No soy nada de usted, ni nunca he querido serlo! !Exijo que me lleven al Hotel Ramis! --?Exige? --una sonrisa entreabrio sus labios, pero no precisamente una sonrisa divertida--. Es usted, sin duda, una costilla del viejo Lacroix. El tambien era un saco lleno de exigencias. --Callese y dele la vuelta al camello --replico furiosa. El entrecerro los parpados ante el tono de voz de la joven, pero esta capto un extrano brillo en aquellos ojos color ambar y sintio la fuerza del hombre que gobernaba El Karah. Un hombre para quien una mujer podia significar menos que un semental entrenado para todos sus caprichos. La autoridad de su alta posicion estaba estampada en sus facciones y Agnes se percato de los grandes peligros que podian acecharla, unos peligros sobre los cuales apenas habia pensado ni siquiera cuando cabalgaba sola por el desierto. --Hay otra cosa historica notable en El Karah --manifesto arrastrando suavemente las palabras--. El viejo mercado de esclavos, con una plataforma de piedra asperamente labrada sobre la cual se realizaba la venta. Acudian de todos los puntos cardinales para contemplar la mercancia y quienes alcanzaban los mas altos precios eran los jovenes vigorosos y las muchachas virgenes. Los camellos se habian detenido y los hombres de la tribu del bey esperaban su orden para desmontar. La joven sintio el latir de su corazon cuando Razul se inclino, acercandose a ella, y descubrio su aturdimiento. Ella habia oido decir que el tiempo se detenia en el desierto, y que, en cierta forma, su gente y sus costumbres permanecian iguales a como habian sido durante incontables anos. Pudo creerlo cuando miro al bey de Karah. Intuyo, con un enorme sobresalto, que, si se hubiera acogido a su oferta original de ayuda, podria ahora estar a salvo en el hotel en Bar-Soudi. Su cultura occidental lo habia mantenido controlado hasta que ella, impetuosamente, habia prendido fuego a la casa de la plantacion. Ahora, el lado barbaro de su naturaleza se habia apoderado de el, por lo que Agnes se dijo que era preciso hallar una formula razonablemente aceptable para convencerle. Las palabras suplicantes la mortificarian no podia rogarle que la llevara a Bar-Soudi y como era mucho mas rico que ella, resultaria absurdo ofrecerle dinero, en especial cuando este dinero deberia salir del legado de Guillaume Lacroix. --La gente de Bar-Soudi se preguntara que me ha pasado --comento--. Las autoridades le acusaran de secuestro, si me retiene contra mi voluntad. --Las autoridades probablemente pensaran que perecio usted en el incendio, junto con el viejo. Usted encendio la llama, pero supondran que la lampara se cayo de la mesa a causa de una rafaga de viento. --Sus hombres saben que me ha traido aqui --Agnes se esforzo por ocultar su panico. --Mis hombres estan atados por una lealtad tal que no puede imaginarla --ahora sus ojos se mostraban burlones--. Ellos nacieron en el desierto; usted no es mas que un terron de azucar en la boca del Kismet. Cuando Razul Bey ordeno a su camello que se arrodillara, la joven contuvo el aliento, abrumada por un sentimiento de angustia, y en el momento en que, una vez en el suelo, intento agarrarla, ella se sujeto fuertemente al arzon, sin lograr otra cosa que la risa de su antagonista a la que hizo coro la de sus hombres. Sintio sus mejillas enrojecer. Un terron de azucar, habia dicho el, como si en El Karah pudiera esconderla, tratarla como se le antojara y pisotear sus derechos. --Es… esto ha ido demasiado lejos --dijo--. Ya esta bien de bromas. Ya se ha desquitado de lo que hice… --?De verdad cree que se trata de una broma? --la arranco energicamente de la silla--. Nadie, senorita, me llama perro, sin pagar por el insulto. Ninguna mujer me llama mentiroso sin aprender algunas dolorosas verdades. Nadie en la ciudad de El Karah movera un dedo si traigo una mujer a mi serrallo, aunque su pelo sea de oro fino. Agnes lo miro fijamente a traves del polvo que el viento habia esparcido por el cielo. Existia algo fatal y como prohibido en el aire, algo que parecia inclinar una parte de su ser a pensar que lo que estaba sucediendo se hallaba escrito en las ardientes arenas. !Pero no! !Aquello solo eran supersticiones tontas! Lo arranco de su mente y se echo atras la capucha.

  • Un angel de Sonia Lopez Souto

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    Tras la muerte de su esposo, siendo ella todavia muy joven, la duquesa de Sheffield decidio alejarse de la vida social en Londres y centrarse en sacar adelante los negocios que heredo de John, mientras su cunado se daba a la bebida y al vicio para acallar el dolor de su perdida.Pero un cambio en la vida de Jason, que se enamora perdidamente, servira para que Amanda regrese a los circulos sociales en busca de la felicidad de su cunado. Claro que para ello, debera lidiar con el hombre mas serio, intransigente e insoportable que ha conocido.El duque de Castlemaine no esta dispuesto a que su unica sobrina caiga en manos del marques de Durham, al que considera indigno de ella. Pero la cunada de este, con su caracter indomable y su fiera determinacion, sera el punto debil en su plan para mantener a Melissa lejos de Jason.Ninguno de los dos piensa en amor cuando se miran a los ojos, desafiantes, y aun asi, algo comienza a nacer mientras ambos intentan ganar esa batalla que han iniciado por Jason y Melissa.

  • Gente Toxica de Bernardo Stamateas

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  • Encuentrame de Constanza Sartory

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    Encuentrame, Constanza Sartory
    Lorena Alcorta logra sobrevivir a un terrible accidente gracias a la intervencion de un misterioso sujeto. A partir de ese momento, su vida no puede volver a la normalidad porque un extrano personaje comienza a acechar sus suenos y tambien en su vigilia. ?Quien es el? ?Es real o es solo un producto de su imaginacion? Y lo mas importante, ?que es lo que quiere?
    Si deseas conocer las respuestas, te invito a sumergirte en la lectura de una novela en la que el mundo real y el mundo onirico se entrelazan para formar un escenario en el que la razon tiene los ojos vendados y todo, absolutamente todo, puede suceder.

  • Secretos en las paredes de Kimberley Freeman

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    1891: Tilly Kirkland, huerfana desde nina, encuentra un hogar lleno de amor con su abuelo en Dorset. Pero la Inglaterra del siglo XIX es un lugar que no perdona a una joven con pocos medios. Asi que cuando la salud de su abuelo empeora aparece justo a tiempo la aparicion de Jasper Dellafore.

  • El mapa de los dias de Ransom Riggs

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    Vuelven la magia, el misterio, los viajes en el tiempo y los personajes excentricos que pueblan la imaginacion de millones de lectores en el mundo.

  • Tuya por una noche 1 de April Russel

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    Megan MacMillan es una joven violinista que suena con algun dia ser reconocida por sus melodias, pero los problemas economicos la persiguen por lo que se ve obligada a buscar un segundo trabajo. Sin muchas esperanzas, presenta a una entrevista de trabajo en biofarmaceutica rusa como recepcionista. Al conseguir el trabajo cree haber solucionado sus problemas economicos, trabaja de dia, es violinista de noche.
    Pero su vida da un giro de ciento ochenta grados cuando su jefe y dueno de la biofarmaceutica le exige una noche de sexo a cambio de conservar su empleo.
    ?Aceptara Megan los chantajes de su jefe para conservar su trabajo y poder lograr sus suenos?
    Solo se necesita una noche para que del odio y el chantaje surjan pasiones desenfrenadas.

  • Un amor en Auschwitz: Una historia real de Francesca Paci

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  • Quizas me quede manana de Lorenzo Marone

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    Todos intentamos emprender el vuelo, para luego, por la noche, resguardarnos bajo la pergola de nuestros pequenos gestos cotidianos. Ser rutinario no quiere decir ser un fracasado. Los ninos son rutinarios. Y los perros. Y son lo mejor que hay en el mundo.

  • Nuestro tiempo perfecto de Leah Heart

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    Viola Halley, estudiante de los primeros anos de Historia del Arte en la Universidad de Saint Andrews, durante una de las visitas de aprendizaje de campo en una de las galerias del Londres se ve atraida por la pintura del joven Duque de Somerset.

  • La historia de Greta de Valentina Camerini

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    Fue una manana de agosto en Estocolmo que Greta Thunberg decidio que no podia ignorar mas la situacion del planeta: !el cambio climatico era muy preocupante y todos actuaban como si no fuera su problema! Desde ese dia nada volvio a ser igual.
    Greta empezo a hacer huelga todos los viernes para llamar la atencion de las autoridades sobre el cambio climatico. Hoy ha inspirado todo un movimiento que ha salido a la calle para pedir medidas medioambientales urgentes. ?Te unes?

  • Mientras te miraba (Seleccion RNR), Isabella Marin de Isabella Marin

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  • Oculto tras el cuadro de Conchi Aragon

    https://gigalibros.com/oculto-tras-el-cuadro.html

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  • Mi vida en tus manos de Rose B. Loren

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    Zoe es una joven doctorada en educacion infantil, con un pasado que le ha marcado para siempre; su madre los abandono a ella y a su padre cuando era tan solo una nina, y este fallecio en un accidente aereo siendo una adolescente. Procedente de una familia acomodada, sus abuelos fueron los responsables de procurarle una buena formacion en los mejores colegios y universidades. Con un gran corazon, rechazo un puesto en la universidad para dedicar su tiempo a ser maestra en un orfanato de Cardiff. Pero toda su vida se ve truncada justo cuando esta apunto de recibir una suma importante de dinero proveniente de la herencia de sus abuelos. Un cambio que la pondra en una situacion extrema y que necesitara de la ayuda de Owen, un subinspector de policia que le tendera una mano cuando mas lo necesita. Situaciones al limite y decisiones desesperadas que haran que todo gire alrededor de una sola idea, recuperar la vida que le ha sido arrebatada. ?Recuperara Zoe su verdadera vida? ?Quien esta detras de toda esta trama? Descubrelo en Mi vida en tus manos.

  • Nadina o la atraccion del vacio de Marisa Sicilia

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    Mathieu Girard es agente de los Grupos de Intervencion de la Gendarmeria Nacional, una unidad de elite francesa. Le gusta su trabajo y siente cierta atraccion por el riesgo, que se empena en negar y le causa problemas a la hora de mantener relaciones estables.

  • La ultima escapada de Michael D. O'brien

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    Nathaniel Delaney dirige un modesto periodico local muy incomodo para el poder establecido. Sus paginas denuncian, incansables, la deriva del pais hacia el totalitarismo, al imponerse a todos los niveles una ideologia de apariencia benefica y despiadada aplicacion, incluso en la escuela. Cuando el gobierno decida eliminar ese foco de disidencia, la vida de Nathaniel y los suyos experimentara una tension brutal e imprevista, que pondra a prueba la solidez de los lazos familiares, de la amistad y del amor. Sera el momento de tomar decisiones dificiles, tal vez dramaticas.

  • Legacy (Hijos de Leiah 1) de Rotze Mardini

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    Nota: Cada libro de esta serie es independiente y autoconclusiva.
    “En el reino de Leiah, hubo tiempos de paz y prosperidad donde las especies sobrenaturales coexistian bajo el mandato de un noble soberano de la sangre mas pura de la raza vampirica, pero un dia la ambicion de una criatura codiciosa hizo que fueran arrojados al mundo de los humanos.”