• soy la novia de papa - Elsa Prieto Espiga

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    Querida lectora, Bienvenida a mi manual para madrastras novatas. Si has decidido leer este manual es porque te has enamorado. ?Si?, pues... !Enhorabuena!. Estar enamorada te da un brillo especial. A mi me encanta sentirme enamorada... Las primeras miradas de complicidad, la primera vez que nos cogemos de la mano, hasta los primeros desacuerdos. Convivir en pareja es todo un reto, para algunas mujeres incluso enamorarse ya representa un desafio. Pero querida lectora, nada es comparable a la experiencia de enamorarse de un hombre con hijos. Y esto no es cualquier enamoramiento. Ademas de las miradas de complicidad y los idilicos paseos a la luz de la luna, estan sus hijos y el hecho de que te conviertas, de forma repentina, en una madrastra novata. Que no es lo mismo que enamorarse de un hombre...no se...trapecista de circo, viviendo en una caravana o un entrenador de loros. Te has enamorado, te has enamorado de un hombre con hijos. Si, !ENHORABUENA!. Eres una "madrastra novata". Y debes ser una persona valiente en busca de ayuda para poder progresar. Entender los retos a los que nos enfrentamos las madrastras novatas, asumir las dificultades y buscar la ayuda necesaria pueden ser claves para que, ademas, seamos una madrastra novata "feliz". Y si lo que te ha gustado es la portada del libro, espera a leer lo que hay escrito dentro. No importa en que punto de tu relacion te encuentres en estos momentos. A lo mejor acabas de conocer a tu amado y aun no has conocido a sus hijos, o quiza tu relacion esta mas avanzada y ya vivis juntos o puede que seas toda una Madrastra Experimentada -entonces, seguramente, te veas identificada en muchas de las situaciones que comparto en este manual, incluso puede que se te escape alguna que otra sonrisa al recordar tus propias aventuras-. Por razones obvias he escrito este manual dirigiendome a mujeres. Pero mi historia y mis consejos personales son aptos para todos los generos: hombres o mujeres que se han embarcado en la gran aventura de ser madrastras o padrastros novatos. O sois vosotros, los novios de esa "madrastra". En cualquier caso, ?eres un hombre? Entonces, no sueltes el libro, !ni se te ocurra!. Avanza lentamente hacia la caja sin mirar atras y depositalo en la bolsa. Muy bien, asi. A tu novia, la que conoce a tus hijos, le va a encantar. Sois todos bienvenidos. Este manual tiene unas instrucciones de uso muy complicadas e imposibles de entender: 1. LEER 2. DISFRUTAR 3. RECOMENDAR -Y si eres "chocoadicta" como yo, entonces los complicados pasos referidos mas arriba pueden aderezarse con chocolate en cualquiera de sus formas-. Las paginas que vas a leer contienen mi historia de madrastra novata, consejos personales basados en mi experiencia y algunos consejos mas, de otra naturaleza, para los que me he asesorado. He protegido la identidad de los personajes reales y siempre que hable de ellos en este manual utilizare nombres ficticios. Sus nombres seran los siguientes: --Mi ex pareja: El Capitan K. --Su hijo mayor, de 11 anos: Goku --Su hijo menor, de 9 anos: Vegeta Advertencia de uso de este manual: Yo no soy la Dra. Elsa Prieto Espiga especialista en nada. No pretendo que este manual sea una de esos tostones en clave de autoayuda. Tan solo quiero compartir contigo lo que yo aprendi. Con el tiempo, he descubierto que es mejor que encuentres tu modo personal de hacer las cosas, ese que a ti te sirve y con el que te sientes bien. Yo habia experimentado varias relaciones de pareja -unas cuantas muescas en mi cinturon, como decia mi madre-. Siempre he sido una idealista en el amor y ademas enamoradiza, una combinacion altamente explosiva. Imaginate a mi, enamorada esta vez de un hombre con dos hijos. No uno, !dos! Porque con uno ya es telita...- como me decia mi querida amiga Carmen- , pero con dos...ya es una movida. Y vaya si lo es. Cuando te embarcas en una relacion de pareja con hijos, nada te prepara para lo que se te viene encima. Por ponerte un ejemplo, sin comerlo ni beberlo, te encuentras lidiando con que tu pareja, que ademas es padre de dos hijos, tiene una ex, la familia del padre, los suegros, los cunados y sus novias y, por supuesto, tu propia familia... Esto exige muchos juegos malabares... Y ahi estaba yo, con mi experiencia previa en relaciones de pareja menos multitudinarias, – ya sabes a lo que me refiero, chica se enamora de chico y chico de chica-. Y sin absolutamente ninguna idea sobre como manejar este asunto. Sin ningun conocido a quien acudir, sola ante el peligro. Estaba acostumbrada a la ecuacion vital: dudas+lectura = aprendizaje. En los libros esta casi todo -o eso pensaba yo-. A punto de conocer a los hijos de mi pareja, queria saber que podia hacer para que ese encuentro fuese una experiencia positiva para mi y para esos ninos. "Buscare lectura al respecto", pense, "e intentare aprender como llevar esto de la mejor forma posible". Encendi el portatil tan contenta e hice una busqueda con la palabra: MADRASTRA. Menuda gracia. Todos los links que aparecieron eran porno, porno duro. Me tope con un gran dique seco. "?Sere yo la primera madrastra novata en este pais?, no puede ser", me dije. Entonces busque la misma palabra pero en ingles: Stepmother. !Ahh, menos mal!, aqui si que habia lectura interesante: un vergel de informacion a todos los niveles. Recuerdo que me sentia muy sola, como flotando en un mar abierto lleno de olas en medio de una tormenta, sin salvavidas. Asi que me salvaron las lecturas en ingles. Aprendi mucho leyendo. Consegui no ahogarme y llegue a una playa de arenas blancas, donde fui muy feliz. No todos los finales son felices, eso ya lo sabes. Y mi final no fue el de los cuentos, pero fuimos felices y comimos perdices durante algun tiempo... Enamorada de un hombre con dos hijos, menuda aventura... Fui madrastra novata y me enfrente a numerosos retos y de todos ellos aprendi. Desde el primer encuentro con los hijos de mi pareja hasta el modo como sobrevivir a "la ex" o como vivir nuestra propia relacion de pareja. Mis anteriores relaciones, me habian ensenado que la comunicacionon es esencial, y eso fue lo que hizo que mi historia no tuviera un final feliz: mi pareja y yo no nos comunicabamos bien, asi que todos los esfuerzos por ser una madrastra feliz carecieron de importancia al final de la relacion. Por mucho que todo lo demas fluya, si mi pareja y yo no funcionamos, todo lo demas cae cual castillo de naipes. Pero yo no me rindo, !nunca!. Lo cierto es que podria decir que mi vida gira en torno al amor. Yo no le veo el sentido sin estar enamorada. Soy asi enamoradiza. Ya sea enamorada de lo que hago, de lo que veo, de lo que siento, de lo que tengo, de lo que creo cada dia... Y enamorada, he creado este manual de supervivencia para madrastras novatas. Un salvavidas para que las personas como tu, que se encuentran en la misma situacion que yo vivi, tengais lo que yo no tuve en su dia: un manual que os de pautas para que la experiencia sea lo mas rica posible. Da la casualidad de que ademas de haber sido una madrastra novata, soy enfermera hasta la medula, por lo tanto, estate tranquila que esto no te va a doler... Ya sabes que te miento porque esta aventura y este manual no te dejaran indiferente. Por eso quiero acompanarte, cuidar de ti un poco, ensenarte lo que yo vivi y aprendi. Como tantas y tantas veces he tomado de la mano a pacientes y les he acompanado en momentos dificiles, cuando sentian dolor, cuando se sentian solos... Me emociona pensar que vas a pasar la pagina y vas a descubrir mi historia y muchas nuevas ideas acerca de todo lo que conlleva una relacion de pareja con un hombre que tiene hijos. No tengas miedo, sigue leyendo... !Lanzate al agua!. Esta templada y transparente... Si sientes que todo esto es demasiado para ti en este momento, te recomiendo que al menos leas el final del manual donde encontraras mi decalogo para la madrastra novata feliz, fundamental para la aventura que estas empezando o que vas a empezar. Y cuando te sientas preparada puedes leer el resto. !Que lo disfrutes! Elsa Capitulo 1. Asi empezo todo: mi historia. De: Capitan K. A: Elsa ASUNTO: "Hola, eres Piscis como yo, jijiji" ...y asi empezo todo... Ahora ya sabes que soy enfermera. Cuando era pequena y me preguntaban "?tu que quieres ser de mayor?", solia contestar: "yo quiero ser enfermera para ver culos". Nunca pense que iba a ver tantos... -disculpen la crudeza de mi afirmacion-. Soy una enfermera que ha trabajado en muchos hospitales, y tambien decidi, un dia, marcharme a Manchester para poder estudiar y trabajar en el quirofano - una de mis pasiones-. En Espana no se podia hacer la especializacion de instrumentacion quirurgica asi que di el salto a U.K. , como muchos otros enfermeros en Espana. El Reino Unido y su meteorologia... Manchester... !Puede llover hasta un mes completo!. !Sin parar!. Hablar ingles me abrio una de las primeras puertas de las muchas que en mi vida se han abierto gracias a ello: volvi a Espana con un trabajo increible y, a partir de aqui, mi vida de enfermera quirurgica cambio por completo y me transforme, como dice mi madre, en una "ejecutiva agresiva". Durante 7 preciosos anos de mi vida experimente la vida corporativa con sus viajes y dietas pagadas, movil, portatil, coche de empresa, hoteles chulos, reuniones globales en Miami, cursos en Dubai, charlas en Sao Paulo...!Ahhhh!, !que glamuroso!. Mis amigas empezaron a llamarme Penelope Glamour -y lo siguen haciendo-. Amplie mi vocabulario medico de bisturi, facoemulsificador, gasa, pinza con dientes, con terminos del mundo de la empresa como budget, revenue, gross margin, conference call, bonus, target earnings... Como la vida de Penelope Glamour me exigia viajar mucho, lo de tener una pareja -o un gato-, se hacia complicado en ocasiones. Es cierto que en materia de relaciones me acompanaron en mi camino unos cuantos varones, !incluidos dos ingleses! -por cierto, dos manchas negras en mi expediente academico amoroso, sin despreciar a los gentleman anglosajones, por supuesto, simplemente la cosa, a mi, no me funciono...-. Soltera, en mi pisito de soltera madrilena, con muchos ceros en la cuenta..., pase muchos anos conociendo mundo y "perreando" por los bares y discotecas de Madrid con mis amigas. Ahhhh....La noche de Madrid... conocida como "Mordor" en mi circulo de amistades. La noche es atractiva, oscura, perversa, divertida, y a mi me llego el momento de decir BASTA: habia tenido suficientes noches y suficientes relaciones fugaces. No se muy bien como, posiblemente a traves de los anuncios de la television, un dia decidi investigar sobre las webs de citas. Dias mas tarde estaba registrada en una de ellas. El auge y el exito actual de las webs para conocer a ese alguien especial es evidente. Estas webs te invitan a encontrar pareja contestando a su Test de Afinidad. Se anuncian como promotores de relaciones duraderas - atractivo, ?eh?-: el sistema selecciona para ti personas que son compatibles contigo, basandose en datos de tu personalidad, expectativas o estilo de vida. Aquellos anos viviendo la noche, hicieron que este modo de conocer posibles parejas me llamara la atencion. Para mi fue muy facil registrarme e incluso fue divertido. Ya no hay un rango de edad determinado para formar pareja, tanto si tienes 20 como 80 y buscas una amistad o relacion afectiva, en estas webs eres bienvenida. Yo soy fan numero uno de esta forma, una mas, de conocer gente. La sinceridad al registrarte es fundamental y tambien creo que es importante que te animes a incluir tu foto. Seguramente habras oido o habras sido usuaria -o usuario- de una de estas webs. Hay unas cuantas. Yo elegi una en la que se paga por la inscripcion. Mi experiencia fue que, pagando, los candidatos tienen una vision mas seria del proceso y eso se noto en las citas que tuve. Ya habia probado otras aplicaciones de citas gratuitas y la experiencia, aunque grata, no me parecio cumplir con mis expectativas y tampoco cuadraban con mi forma de ser. La inscripcion a la web resulto un buen auto-regalo de cumpleanos. Mi vision personal de estas webs de citas se resume asi: se parece a estar en un bar charlando con chicos, la ventaja es que no te gritan al oido y no tienes que sufrir los distintos alientos de dragon nocturno. Podria escribir rios de tinta sobre este tema. Daria para otro manual... Lo pensare. De momento te contare que, pudiendo elegir el perfil de la pareja que buscas, en mi caso, rechace a los hombres que tenian hijos, aunque tampoco los habia descartado a todos - mi "yo aventurero" - y el Capitan K. fue uno de los perfiles que conserve. En aquel momento, mi cerebro me lanzaba avisos: NO TE METAS nivel I, incluso nivel II. Pero yo, ni caso. Tenia una foto de perfil muy simpatica y aunque yo no inicie un primer contacto con el, el si lo hizo escribiendome el primer mensaje: "Hola, eres Piscis como yo" Yo habia tenido un par de citas antes de conocer al Capitan K., algunas muy curiosas. Por ponerte algun ejemplo, estaba el que mintio en su perfil y era mucho mas bajito de lo que decia, el que no tenia trabajo pero no se atrevio a ponerlo en su perfil, el que quiso besarme en la primera cita y se llevo una cobra como nunca la habia hecho antes y varias sorpresas a la luz del dia, en materia de fisico, de esas parecidas a: "?pero este es el de la foto?". Despues de aquel primer mensaje con el Capitan K., intercambiamos algunos mensajes mas a traves de la misma web de citas, luego pasamos a intercambiar WhatsApp y, finalmente, quedamos. Lo recuerdo muy bien: tardamos casi un mes en vernos. Quedamos para ver una pelicula de esas de apocalipsis zombi con el guapo de Brad Pitt, pero el, unos dias antes y pasando por alto su cita conmigo, la habia visto con unos amigos. Asi que acabamos viendo "Jack el caza gigantes". El caso es que fue una cita muy agradable y divertida. El Capitan K. y yo conversamos alegremente y yo me senti muy bien. Cuando nos despedimos, el tenia unos bombones guardados en el coche, me los dio y me dijo que le encantaria que nos viesemos de nuevo. En nuestra segunda cita fuimos a tomar algo a un pueblo del extrarradio de Madrid. Todo estupendo. Despues me acompano a casa, y metidos en el coche, tuvo lugar el MOMENTO. Nos habiamos conocido, nos gustabamos y habia que tomar la decision de o "nos plantamos" o "seguimos adelante". En realidad yo tenia que tomar la decision. Mi idea era la de dejar de vernos por el simple hecho de que el tenia dos hijos y me parecia que "eso" no era lo que yo buscaba. Y asi se lo comunique. Hablamos durante horas - literalmente -, todavia metidos en el coche. Agradezco la delicadeza que el Capitan K. demostro ya que, simplemente, me invito a continuar. Me tranquilizo explicandome que sus hijos eran su responsabilidad, que el no buscaba una madre para ellos porque ya tenian una, que el buscaba una pareja. Despues de una larga lucha conmigo misma, unos cuantos sudores nerviosos, unos cuantos "venga si", otros tantos "uuff, quita, no" y la enesima senal de alarma de NO TE METAS -ahora a nivel alarma nuclear-, tome mi decision. Pense: "!que rayos! !conocer a este hombre merece la pena!". Y asi comenzo la aventura. Decia Francois de la Rochefoucauld -escritor de maximas-: "Hay ocasiones en la vida en las que para salir airosamente hace falta estar un poco loco", y asi fue como pase de ser una enfermera a ser una "enfermera madrastra novata". Es justo decir que mi vida profesional tambien habia cambiado antes de conocer al Capitan K. Deje de un lado los viajes y la vida de Penelope Glamour, por una vida mas sencilla y asentada en la ciudad. Por entonces ya contaba con un trabajo de 9 a 6 con fines de semana libres, lo que me permitio dedicarme a ser madrastra novata sin andar de aca para alla con la maleta. !Menos mal!. Con el Capitan K. , y por un buen tiempo, fuimos, juntos, un producto exitoso de una web de citas. Disfrute de la experiencia que comparti con el Capitan K., sus hijos, y el universo en el que, con ellos, me instale. No me arrepiento de haber utilizado esta forma de conocer gente y de ello pueden dar buena cuenta mis amigos y conocidos, la plasta que habre dado con este tema a muchos solteros y solteras para que lo utilizaran...espero que no me odien y les haya sido tan util y divertida como a mi. Querida lectora, ahora mismo me encantaria poder tomarme un batido de chocolate contigo, para que me contaras como llegaste a donde estas, como es tu propio Capitan K., como os conocisteis, como decidiste dar el paso y como te sientes siendo una madrastra novata. No puede ser, pero espero que estas lineas te ayuden a volver a situarte en tu propia historia y revivir esos momentos, cuando conoces a ese alguien que merece la pena. Capitulo 2. Las familias reconstituidas modernas: entender las nuevas formas de convivencia. Los vecinos de arriba hacen ruidos muy raros a veces. Encienden el aspirador a horas muy raras... ?de verdad tienen que limpiar la casa a las ocho y media de la noche y a las diez de la manana de nuevo? Mi olfato de enfermera me llevo a investigar por que ocurria esto y observe estas rutinas durante unos cuantos fines de semana. Todo cuadraba, pareja de mediana edad, viven en un apartamento de una habitacion, el tiene dos hijos pequenos, ella no tiene hijos, parece... Esos ruidos solo ocurren en fin de semana, a la hora de dormir. "!Eureka!", le dije un dia a mi amiga Susana, con quien ya habia compartido mis pesquisas. Ella me miro sorprendida al desvelarle mi veredicto. Le explique: ?Conoces los famosos colchones que se hinchan con un motor electrico?... Lo inflan y desinflan por las noches, solo cuando los hijos de el pasan el fin de semana en casa con ellos. !Eso es! !Son una familia reconstituida!". Senti una alegria increible solo por el hecho de estar viviendo debajo de una familia que estaba viviendo lo mismo que yo vivia. Aun estando en estos momentos lejos de mi historia con el Capitan K, tanto en espacio como en tiempo, la huella que dejo en mi es tan significativa, que solo por ello me encuentro hoy aqui, en esta manana de sabado, aporreando las teclas de mi ordenador. Ya te habia dicho que esta aventura no te dejara indiferente. La montana rusa vital que supuso convertirme en madrastra novata, me marco para siempre, y ya no miro con los mismos ojos el mundo, a las parejas con hijos, a los ninos, a los ex y las ex e incluso a mi misma. Algo en mi cambio para siempre y estoy muy agradecida por ello. Estaras de acuerdo conmigo en que cada vez hay mas hombres y mujeres "con mochila", entendiendo por mochila los hijos de su anterior pareja. Seguramente si lo piensas y no eres tu misma quien convive con ella, conoces a alguien en esa situacion. Recuerdo que el Capitan K. bromeaba sarcasticamente con su mochila y solia decir que la suya estaba llena de piedras. Cuando le conoci vivia en casa de su madre y los fines de semana se unian a ellos sus dos hijos. Con un trabajo de salario medio/bajo y una pension imposible que pagar mensualmente, no me extrano que lo viviera todo como un peso: las mismisimas montanas rocosas estaban en su mochila. Y, agarrate, que vienen curvas.

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    24 jul 2019 — Soy la novia de papa : Manual de supervivencia para madrastras novatas. 4 (1 opinión de un cliente de Goodreads). Paperback; Spanish.

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    Como saben la semana pasada salio al aire la entrevista que le hice a la maravillosa autora de este libro/manual, Elsa Prieto Espiga. Elsa fue super linda y me ...

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    17 ene 2020 — «Descargar Epubs» es un sitio donde se irán publicando periódicamente los libros más aclamados y buscados del momento para ponerlos bajo su ...

  • Soy La Novia De Papa : Elsa Prieto Espiga - Mercado Libre

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    Descripción. Medidas: 152 x 229 x 5mm. Peso: 136gr. Cubierta: Tapa blanda. Términos y condiciones de compra: • Nuestro catalogo de libros en importado.

  • La novia de papá - Libros De Mario

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  • El viaje de Janet Valentin

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    Leah Carter es una fanatica del control que le gusta tener un horario para todo en su vida. Cuando viene el verano y quiere ir a visitar a su novio en Seattle, esta atorada entre en escoger quedarse en casa o irse de viaje con una persona que odia tanto.

  • Veronica de John Wolf

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    El atardecer esta cayendo sobre los montes cercanos, y sus anaranjados rayos de luz se cuelan entre la espesa vegetacion de encinas y pinares. Por la escarpada ladera se ve el ascenso decidido de una persona atletica, vestida con pantalon y camisa negra, que oculta su rostro tras un pasamontana. En su hombro derecho carga a una nina de apenas trece anos, vestida con un vestido blanco. La nina golpea la espalda del desconocido intentando zafarse de su captura, mientras lanza gritos de auxilio que no llegan a ninguna parte. La ciudad mas proxima esta a casi cinco kilometros de distancia y no se atisban viviendas en la cercania. --!Socorro, ayuda! -- Gritaba la nina con histeria. Cansado de sufrir los embates de la nina, el encapuchado la deja caer al suelo y, sin el mas minimo remordimiento, la golpea varias veces en la cabeza con su puno haciendo que esta quede inconsciente en escasos segundos. La observa unos instantes y prosigue su marcha cargandola de nuevo a sus espaldas. El pelo negro, largo y sucio de la nina cuelga sobre el rostro de ella en el ascenso. Tras unos minutos de andanza, llega a una cueva en la piedra y se introduce en ella. Observa el lugar y se decide por un escondido recoveco que hay a su izquierda, alejado de la mirada de cualquiera que pudiera entrar a la gruta en ese momento. La deposita en el suelo, tumbada sobre la fria piedra, y la observa. La nina empieza a recobrar el sentido y el desconocido le tapa la boca con la mano izquierda para impedir que esta grite. La nina se revuelve como puede, intentando zafarse de su agresor, pero no puede. El desconocido busca a su alrededor por el suelo algo que le ayude a terminar tan angustiosa situacion. De pronto, ve unas tijeras, viejas y oxidadas en el suelo. Sin pensarlo dos veces, las agarra y directamente se las clava a la nina en el vientre. La nina, debido al dolor, se lleva las manos a la zona apunalada abriendo los ojos casi a punto de salir de las orbitas. En ese instante, el desconocido aprovecha y clava de nuevo las tijeras, pero esta vez en los ojos de la nina, introduciendo cada hoja en cada uno de los globos oculares. La nina empieza a retorcerse, pero no emite chillido alguno, solo algun gemido sin sentido. El encapuchado se retira y observa a la nina en el suelo, con las tijeras aun clavadas, y disminuyendo sus movimientos poco a poco. En unos instantes, la nina fallece. El desconocido aglutina algunas rocas alrededor de la nina, y se marcha del lugar. En ese momento, una lechuza blanca se posa sobre las rocas que entierran a la menor. II DOS ANOS DESPUES Carlos camina por el cementerio arropado por la lugubre oscuridad que impregna la noche en el lugar, y que en ocasiones hace que la imaginacion vuele. Su trabajo de guardia nocturno lo lleva desempenando desde que su padre se jubilo y el accedio al puesto vacante. No era este su trabajo sonado, y menos para un joven de apenas treinta anos, pero al menos le permitia pagar sus facturas. Acompanado de su inseparable linterna, caminaba entre las lapidas cumpliendo con su ronda, cuando se pronto algo llamo su atencion en una de las zonas ajardinadas del camposanto. A una distancia de unos diez metros, tres jovenes, de entre quince y dieciocho anos, se encontraban sentados, casi formando un triangulo, iluminados por unas velas. --!Eh, ?que haceis ahi?! -- Les grito. Los jovenes salieron a la huida, y Carlos corrio tras ellos tan rapido como le permitian sus piernas. Uno de los chicos salto el muro con la agilidad de un gato, mientras Carlos casi alcanzaba a uno de sus companeros. Pero en ese momento tropezo con algo y el guardia cayo al suelo con fuerza, mientras los dos perseguidos huian del cementerio. Carlos se dolia de la rodilla tumbado en el suelo, y con algunas magulladuras en las manos y brazos. --Joder-- se quejaba mientras veia como se habian escapado. Lentamente se puso en pie y recogio su linterna del suelo. Se acerco hasta el lugar donde instantes antes habia visto a los chicos y observo una tabla de madera con grabados de letras y simbolos. Era una tabla ouija. --La madre que los pario-- dijo enfadado con la tabla en la mano--. Lo que no me pase a mi. Carlos apago las velas y, llevandose la tabla, se dirigio hasta la zona de descanso de guardia. Agarro su telefono movil e hizo una llamada mientras observaba de nuevo la tabla. La llamada fue respondida y se escuchaba una fuerte musica por el auricular. --?Seba? -- Pregunto Carlos. --?Como esta el senor de los muertos? -- Pregunto ironico al otro lado. --Dejate de bromas-- le repuso muy serio--. ?Puedes venir al cementerio, por favor? --Si bebo dos copas mas... Me tienes alli sin falta -- le contesto ironico, mostrando su estado de embriaguez. --Joder, Seba, escuchame-- le recrimina molesto --. He tenido un problema con unos crios y me he hecho dano en la rodilla, necesito ir a un medico y no tengo aqui el coche. --Pero, ?estas bien? -- Le pregunta, ahora si, preocupado.

  • Adicta a Scott – Emily Delevigne de Emily Delevigne

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    Scott McCain cometio el gran error de abandonar a la mujer que amaba para alistarse en la Marina de Estados Unidos y asi dejar atras la mala reputacion que lo perseguia y que parecia estar a punto de destruirlos a ambos.

  • Tu tambien puedes tener un cuerpo como el mio de Alexandra Kleeman

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    La singular primera novela de Alexandra Kleeman es un cruce sorprendente y a ratos inquietante entre La subasta del lote 49 de Thomas Pynchon y Ruido blanco de Don DeLillo.

  • Algun dia nos lo contaremos todo de Daniela Krien

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    Es verano, un verano caluroso, esplendido. La finca consta de tres edificaciones. En el centro, una casa alargada e independiente, de dos plantas y un gran desvan. A la izquierda, el granero anejo; se entra por un porton de madera en el frente y se sale por otro en la parte posterior. Detras, a unos metros de distancia, una construccion ancha y plana, de madera: el aserradero. Campos y prados se extienden hasta el rio. Un trecho rio arriba, poco antes de llegar a una vieja presa, hay un cobertizo medio en ruinas. En la otra orilla se yergue una pronunciada colina poblada de arboles. La construccion de la derecha da cobijo a las vacas y las gallinas. Detras, en una casita de madera elevada del terreno y con suelo cubierto de viruta y paja, se alojan los gansos. En un anejo que amplia en diez metros los mas de treinta que mide el establo estan los vehiculos. Tambien aqui, igual que en el granero y el establo, se accede por un porton y se sale por otro igual en la pared posterior. Mirando a la izquierda, desde alli se divisa el redil, junto al huerto; al frente se ven campos cercados y el terraplen de la via ferrea y, tras los railes, a cierta distancia pero claramente reconocible, la finca de Henner. La granja de los Brendel y la de Henner son las mayores del lugar. Dicen que en esta ultima todo sigue como antes de la guerra: los muebles, las estufas, los suelos, los ventanucos que no cierran bien. En invierno probablemente hace frio. En este aspecto los Brendel son mas modernos, cuentan incluso con calefaccion central. Al entrar en la casa se accede a un pequeno recibidor. A izquierda y derecha se abren puertas que dan a la cocina y las habitaciones; todo recto, una escalera conduce arriba; tras la escalera estan la puerta por la que se sale al huerto y la entrada al sotano. Los cuartos de abajo los ocupan Siegfried, Marianne y Lukas; los de arriba, Frieda y Alfred; la buhardilla es nuestra, de Johannes y mia. En la cocina, que es la estancia mas grande, se conserva la vieja cocina economica, que aun puede usarse, pero la abuela Frieda se acostumbro hace tiempo a la electrica. Los asientos tienen mas anos que ella, al igual que la gran mesa de comedor y la solida alacena. Solo los armarios colgados de la pared y una encimera datan de los tiempos de la RDA. Todo esta limpio y ordenado, aunque siempre a oscuras. Ahora, en verano, las ventanas suelen permanecer abiertas. Son ventanas antiguas, con manija giratoria; de los marcos se desprende pintura blanca cuarteada. El techo, bajo, resulta opresivo y protector a la vez. Siegfried, el padre, esta sentado a la mesa. Dada la imponente sombra que desde fuera proyecta el castano, por las ventanas solo entran pequenos jirones de luz vespertina. Nadie habla; los rostros de la familia estan tan poco iluminados que apenas los distingo. Poco a poco van sentandose los otros. Marianne, la madre; Frieda, la abuela; el viejo Alfred, al que antes habrian llamado mozo; Johannes y Lukas, los hermanos. Siegfried corta una gruesa rebanada de consistente pan y la unta con mantequilla. Encima pone unos trozos de pimiento rojo que su mujer ha partido. Come despacio, sin decir palabra. --Me alegro de que ahora podamos comprar pimientos, son muy sanos, ?lo sabiais? -- comenta luego, sonriendo. Y mira hacia arriba sin levantar la cabeza. Los hijos no responden. --Pronto habra muchas mas cosas --afirma su mujer asintiendo. Siegfried coge el plato del pimiento y se lo ofrece a Frieda: --Toma, madre --dice, animandola. Yo miro alrededor, intento entender las normas que rigen en esta casa; no llevo mucho tiempo aqui. Un domingo por la manana, en mayo, Johannes me dijo: <> Y me quede, ya no me fui. Ahora estamos en junio. Comemos en silencio. Escucho los ruidos de los demas al masticar. Al que mas se oye es a Alfred, que farfulla sin mirar a Siegfried: – Liese parira esta noche. Tiene toda la pinta. Siegfried asiente y mira por la ventana hacia el establo. Johannes se levanta pesadamente con la mirada baja. --Me voy. He quedado con unos amigos en la ciudad. --?En moto? --pregunta Marianne, que tambien se pone de pie. --Sentaos. La voz del padre tiene ahora ese deje bajo, amenazador, que me gusta e infunde cierto miedo. A los demas no los asusta. --?No me llevas contigo, Johannes? --le pregunto, clavando la mirada en su cabeza gacha. Sin embargo, el no me mira. Ni responde. Continua de pie y luego sale de la habitacion. En silencio. Una carretera pasa por delante de las dos granjas y dos estrechos caminos conducen hasta las casas. Al otro lado de la carretera, a unos trescientos metros de las fincas, se encuentra el pueblo. La carretera del pueblo esta flanqueada de tilos, que ahora, en junio, exhalan una intensa fragancia. Cerca del puente que cruza el rio se halla el bar, el Linden. Detras se alinean las casas y granjas de menor tamano, correos, el economato y la iglesia dispuestos en circulo alrededor del pequeno lago. Angostas callejuelas serpentean entre las casas y llevan hasta otras casas y granjas. Uno de esos caminos que arrancan del centro del pueblo en forma de haz conduce directamente hasta dos construcciones de cemento alargadas que parecen estar en el campo por error: las oficinas de la cooperativa de produccion agricola local. Y detras, orgullosa, la gran porqueriza comunitaria. Es un pueblo especial. Ni la guerra ni la RDA pudieron con el, como le gusta decir a Frieda. Aparte de algunas casas y la cooperativa no hay muchas cosas nuevas. Algo asi ya no se encuentra a menudo, y los fines de semana viene gente de la ciudad a dar una vuelta. Las gallinas corretean por fuera. Marianne se ha olvidado de encerrarlas en el establo. Frieda se asoma a una de las ventanas de arriba y grita: --!Marianne, vendra el zorro por las gallinas! Despues de veinte anos sigues sin enterarte. Cuando oscurece, hay que meterlas en el establo. El viejo castano proyecta sombras sobre la casa entera pero, segun ha anunciado Siegfried, pronto lo talaran. Quiere plantar uno nuevo; este ha crecido demasiado. Marianne se acerca al final del granero y sigue con la mirada a su hijo, que se marcha estrepitosamente en su MZ negra. Le he cogido una panoleta del armario y me la he echado por los hombros. La observo desde la puerta de casa. --Te queda bien --dice ella cuando vuelve, y anade--: No le pasara nada. Yo no me preocupo. Es ella quien no pegara ojo hasta que su hijo haya regresado. Ultimamente ha habido varios accidentes mortales en la carretera. En uno de ellos murio un amigo de Johannes. Yo estoy tranquila, fumando y echando el humo al aire fresco del campo; despues la ayudo a encerrar las gallinas. Casi es medianoche cuando oigo el petardeo de la moto y luego el motor que se apaga. Las habitaciones de la buhardilla acumulan el calor diurno; me he quitado el vestido de verano y llevo un camison blanco que encontre en uno de los numerosos arcones que hay aqui arriba. Seguro que antes lo usaba Frieda. Si miro por la ventana trasera, ante mis ojos se extienden el paisaje ondulado y el susurrante rio; veo los bosques y el ganado en los pastos. Por la parte delantera diviso la granja y la fronda del castano, que se llena de pajaros; y por el tragaluz, los campos, el redil y la via ferrea hasta la finca de Henner. Hasta que vine aqui no sabia lo bonito que es este paraje. Por el momento, no puedo imaginar un lugar mejor. Sin embargo, ahora es de noche, asi que solo veo a Johannes, que mete la moto en el cobertizo, sale, enciende un cigarrillo y mira hacia arriba. No puede verme. He apagado la luz para no tener que aguantar las aranas que se descuelgan del techo por hilos transparentes. Me dan asco, pero se que a el le parece ridiculo ese miedo infantil mio. Ha estado en la ciudad, con los artistas. Cuando entra en la habitacion, finjo dormir. Se desviste y tira la ropa al suelo de cualquier manera, se cepilla los dientes lo justo, como siempre. Es tarde y manana tendriamos que salir temprano. Volvere a mentir, dire que no tengo clase hasta tercera hora, y asi me quedare en la cama hasta que el vuelva. Johannes esta en ultimo curso; vamos al mismo instituto, el a duodecimo y yo a decimo. Cuando aun vivia con mi madre y mis abuelos, tenia que bajar a diario del monte a la pequena ciudad --tres cuartos de hora de caminata-- y despues coger el autobus para llegar a la capital del distrito. En total tardaba alrededor de una hora y cuarto. La vuelta no era tan rapida, pues era monte arriba.

  • Una Chica del Monton de Clara Montecarlo

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    Hice siempre lo que me decian.
    Estudiar y no meterme en problemas.
    Ser una buena chica.
    Ayudar a los demas....

  • No te olvides de mi de Carlos Fonseca

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    La Transicion no fue el periodo modelico que muchos politicos pregonan, sino una etapa conflictiva y tragica, en la que decenas de personas perdieron la vida intentando asentar las fragiles libertades que comenzabamos a recuperar frente a quienes defendian la pervivencia de un franquismo sin Franco.
    Yolanda Gonzalez Martin, una estudiante bilbaina de 19 anos, fue una de esas luchadoras anonimas. Ni fue la primera ni seria la ultima victima de aquel tiempo convulso, pero las circunstancias que rodearon su brutal asesinato en febrero de 1980 en Madrid la convirtieron en el simbolo de una generacion de jovenes idealistas que se echo a la calle decidida a cambiar el mundo.

  • En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong

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    Un hijo escribe una larga carta a su madre, que no sabe leer. La carta es en realidad un examen de conciencia, un repaso a los elementos clave que han ido confor-mando su identidad: como hijo de una familia de vietnamitas que huyeron de su pais rumbo a Estados Unidos y como joven que descubre y asume su homosexualidad. El entorno familiar del chico se compone de la abuela, que tuvo que marcharse de Vietnam con sus hijas, un padre maltratador y ausente, que fue arrestado por agredir a su esposa, y la madre maltratada, que trabaja en un salon de manicura y mantiene una compleja relacion con su hijo. En medio de todos ellos esta el joven protagonista de esta historia, que crecio en Hartford, Connecticut, sufrio acoso escolar por su doble marginalidad -como inmigrante y como homosexual- y descubrio siendo un adolescente el amor y la sexualidad con Trevor...

  • Un pueblo traicionado de Paul Preston

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    La historia del siglo XX espanol contada por el eminente hispanista Paul Preston.

  • Atrapados por el deseo de Mireia Hernandez Bellavista

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    Martina es una pastelera algo desorganizada. Lo unico dulce en su vida es lo que toca con sus manos. Ella no cree en el amor, y menos en el que nace <>.

  • Las mentiras que nos unen de Kwame Anthony Appiah

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    Genero, religion, raza, nacionalidad, clase y cultura. Estos conceptos nos definen y moldean nuestro mundo polarizado. Sin embargo, las identidades colectivas que generan estan plagadas de contradicciones y falsedades. Al explorar su naturaleza y su historia -desde las enganosas ideas sobre la raza del XIX hasta los debates contemporaneos sobre <>- Kwame Anthony Appiah se deshace de los mitos mas venenosos y desmonta con lucidez nuestras ideas preconcebidas sobre como funcionan estas identidades.

  • Yeruldelgger 2, tiempos salvajes de Ian Manook

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    En medio de las gelidas estepas mongolas, la inspectora Oyun, ayudante del comisario Yeruldelgger, se topa con una escena dificil de interpretar: un jinete y su caballo yacen aplastados bajo el lomo de una hembra de yak que parece haber caido del cielo. La misma sorpresa experimenta su jefe cuando, en un desfiladero del macizo del Otgontenger, se descubre el cadaver de un hombre que solo puede haber acabado ahi… precipitandose desde las alturas. Y para cerrar el circulo de hechos insolitos, el mismo comisario es detenido como sospechoso del asesinato de Colette, una amiga prostituta a la que habia ayudado a rehacer su vida. Sumido en la perplejidad y temiendo ser victima de una trampa, Yeruldelgger acomete una investigacion clandestina que generara tensiones con su equipo, reabrira viejas heridas con su hija Saraa y provocara la intervencion de los maestros shaolin del septimo monasterio en el que fue criado. Pero la situacion da un vuelco completo con el hallazgo de los cuerpos sin vida de un grupo de ninos dentro de un contenedor en el puerto de El Havre. Pese a los miles de kilometros que separan Mongolia de Francia, las pistas acabaran por cruzarse para destapar un caso de corrupcion y abusos a todos los niveles que afecta a las mas altas esferas de diversos paises, desde Europa hasta Asia.

  • La casa de las voces de Donato Carrisi

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    Una caricia en suenos. En el nebuloso confin con la vigilia, un instante antes de caer en el abismo del olvido, el suave toque de unos dedos frios y finos en la frente, acompanado de un triste y dulce susurro. Su nombre. Al oir la llamada, la nina abrio los ojos de par en par. Y en ese mismo instante, sintio miedo. Alguien habia venido a visitarla mientras se iba quedando dormida. Podia ser alguno de los antiguos habitantes de la casa; a veces charlaba con ellos o los oia moverse como ratones, rozando las paredes. Pero los fantasmas hablaban en su interior, no fuera de ella. Tambien Ado --<>-- iba a visitarla. Sin embargo, a diferencia de todos los demas espiritus, Ado no hablaba nunca. Por eso ahora un pensamiento mas concreto la turbaba. Aparte de mama y papa, nadie sabia su nombre en el mundo de los vivos. Era la <>. La idea de haber violado una de las cinco recomendaciones de sus padres la aterraba. Siempre habian confiado en ella; no queria decepcionarlos. Y menos ahora que papa le habia prometido ensenarle a cazar con el arco y que mama habia estado de acuerdo. Pero entonces reflexiono: ?como iba a ser culpa suya? <>. No habia dicho su nuevo nombre a extranos, y tampoco era posible que alguno de ellos se hubiese enterado accidentalmente. Ademas, hacia al menos un par de meses que no veian a nadie merodeando por los alrededores de la casa de campo. Estaban aislados en medio de la nada; la ciudad mas cercana se encontraba a dos dias de camino. Estaban a salvo. Solo ellos tres. <>. Entonces, ?como era posible? Quien la habia llamado era la casa; no encontraba otra explicacion. A veces, las vigas producian siniestros crujidos o gemidos musicales. Papa decia que la casa se asentaba en sus cimientos como una senora entrada en anos sentada en un sillon y que, de tanto en tanto, necesita acomodarse mejor. En el duermevela, uno de esos ruidos le habia parecido el sonido de su nombre. Eso era todo. La inquietud en su alma se aplaco. Volvio a cerrar los ojos. El sueno, con su silencioso reclamo, la invitaba a seguirlo a ese lugar acogedor y calido donde todo se disuelve. Cuando ya iba a abandonarse, alguien volvio a llamarla. Esta vez la nina levanto la cabeza de la almohada, se incorporo y, sin bajar de la cama, sondeo la oscuridad de la habitacion. En el pasillo, la estufa hacia horas que se habia apagado. Al otro lado de las mantas, el frio sitiaba su lecho. Ahora estaba completamente despierta. Quienquiera que la habia invocado no estaba en casa; se hallaba fuera, en la oscura noche de invierno. Habia hablado con la voz de las corrientes de aire que se insinuan por debajo de las puertas o entre las persianas cerradas. Pero el silencio era demasiado profundo, y ella, con el corazon latiendo con impetu en los oidos como un pez dentro de un vaso, no lograba distinguir ningun otro sonido. <>, le habria gustado preguntar a las tinieblas. Pero temia la respuesta. O tal vez ya la conocia. <>. Se levanto de la cama. Pero, antes de moverse, busco a tientas la muneca de trapo con un solo ojo que dormia a su lado y la agarro para llevarla consigo. Sin encender la luz de la mesilla, se aventuro a ciegas por la habitacion. Sus pequenos pasos descalzos resonaban en el suelo de madera. Debia avisar a mama y a papa. Salio al pasillo. El olor del fuego que se consumia lentamente en la chimenea subia por la escalera que conducia a la planta de abajo. Se imagino la mesa de olivo de la cocina, todavia con los restos de la pequena fiesta de la noche anterior. La tarta de pan y azucar que habia preparado mama en el horno de lena y a la que le faltaban tres raciones exactas. Las diez velas que habia apagado de un solo soplido, sentada sobre las rodillas de papa. Mientras se acercaba al dormitorio de sus padres, los pensamientos felices se evaporaron y dejaron paso a oscuros presagios. <>. Lo habia visto con sus propios ojos: los extranos cogian a la gente, se la llevaban lejos de sus seres queridos. Nadie sabia donde iban a parar ni que era de ellos. O tal vez todavia era demasiado pequena, todavia no estaba preparada, de modo que nadie se lo habia querido contar nunca. Lo unico de lo que estaba segura era de que esas personas ya no regresaban jamas. Nunca mas. --Papa, mama... Hay alguien fuera de la casa --susurro, pero con la determinacion de quien no quiere que sigan tratandola solo como a una nina. Papa se desperto el primero y, un instante despues, lo hizo mama. La nina obtuvo inmediatamente toda su atencion. --?Que has oido? --pregunto la madre, mientras el padre cogia la linterna que siempre tenia a mano junto a la cama. --Mi nombre --contesto la nina, titubeando, temiendo una reganina por haber violado una de las cinco reglas. Pero ninguno de los dos le dijo nada. Papa encendio la linterna y cubrio el foco con la mano para iluminar apenas la oscuridad de la habitacion y que los intrusos no supieran que estaban despiertos. Sus padres no le preguntaron nada mas. No sabian si creerla o no. Pero no porque sospecharan que hubiera mentido, sabian que nunca mentiria sobre algo asi. Solo debian determinar si lo que habia contado era real o no. A la nina le habria gustado que simplemente se tratase de su imaginacion. Mama y papa estaban alerta. Pero no se movieron. Permanecieron en silencio, con la cabeza ligeramente erguida, escrutando la oscuridad, como los radiotelescopios de su libro de astronomia, que escrutan lo ignoto que se esconde en el cielo, esperando y a la vez temiendo captar una senal. Porque, como le habia explicado su padre, descubrir que no estamos solos en el universo no seria necesariamente una buena noticia: <>. Discurrian interminables segundos de silencio absoluto. Los unicos ruidos eran el viento que agitaba las copas de los arboles secos, el llanto quejumbroso de la veleta de hierro oxidado en lo alto de la chimenea y los grunidos del viejo granero, como una ballena durmiendo en el fondo del oceano. Un sonido metalico. Un cubo cayo al suelo. El cubo del pozo, mas concretamente. Papa lo habia atado entre dos cipreses. Era una de las trampas sonoras que colocaba cada noche alrededor de la casa. El cubo estaba situado cerca del gallinero. Ella estaba a punto de decir algo, pero antes de que pudiera hacerlo, su madre le puso una mano en la boca. Queria sugerir que tal vez se tratara de un animal nocturno --una comadreja o un zorro--, no necesariamente de un extrano. --Los perros --susurro el padre. No se le habia ocurrido hasta entonces. Papa tenia razon. Si hubiese sido un zorro o una comadreja, despues del ruido del cubo al caer, sus perros guardianes sin duda habrian empezado a ladrar para senalar su presencia. Como no lo habian hecho, solo habia una explicacion. Alguien los habia hecho callar. Ante la idea de que les pudiera haber ocurrido algo malo a sus amigos peludos, unas calidas lagrimas le hirvieron en los ojos. Hizo un esfuerzo por no echarse a llorar; su disgusto se mezclo con un repentino ataque de terror. Sus padres intercambiaron una mirada. Fue suficiente para saber exactamente lo que debian hacer. Papa fue el primero en bajar de la cama. Se vistio rapidamente, pero sin ponerse los zapatos. Mama lo imito, pero ademas hizo algo que dejo a la nina atonita durante un instante: le parecio que su madre esperaba el momento en que el padre no se diera cuenta, y a continuacion vio como metia una mano debajo del colchon, cogia un pequeno objeto y se lo introducia rapidamente en el bolsillo. La nina no tuvo tiempo de ver que era. Le extrano. Mama y papa no tenian secretos. Antes de que ella pudiera preguntarle nada, la madre le dio una segunda linterna y se arrodillo delante poniendole una manta sobre los hombros. --?Recuerdas lo que debemos hacer ahora? --pregunto, mirandola fijamente a los ojos. La nina asintio. La mirada decidida de la madre le infundio valor. Desde que empezaron a vivir en la casa abandonada, hacia alrededor de un ano, habian ensayado decenas de veces el procedimiento: asi lo llamaba papa. Hasta entonces nunca hubo la necesidad de llevarlo a la practica. --Agarra fuerte a tu muneca --le recomendo su madre. A continuacion, cogio su pequena mano con la suya, calida y fuerte, y se la llevo. Mientras bajaban la escalera, la nina se volvio un instante y vio que el padre habia cogido uno de los bidones del trastero y ahora esparcia el contenido por las paredes de la planta de arriba. El liquido se filtraba a traves de las vigas del suelo y tenia un olor penetrante. Cuando llegaron a la planta inferior, mama la arrastro consigo hacia las habitaciones traseras

  • Desgarro de Andy Ben

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    Un hombre y una mujer empenados en la busqueda de la verdad, uno por sed de venganza, la otra por deseo de justicia y un poco de ambicion.

  • La duquesa de Danielle Steel

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    Traicionada. Abandonada. Invencible. Angelique Latham no es realmente duquesa, aunque tras perder a su madre cuando era muy pequena, se ha criado en el majestuoso castillo de Belgrave junto a su padre, el duque de Westerfield, que siempre la quiso con locura. Pero ahora su padre ha muerto, y sus hermanastros han decidido desheredarla. Esta sola en el mundo. A sus dieciocho anos, Angelique es lista y muy hermosa, pero tiene mala suerte, pues, aunque consigue colocarse como ninera de una familia acomodada, un suceso desagradable e injusto la deja otra vez en la calle. Sin hogar, sin referencias ni contactos, viajara a Paris. Alli, despues de rescatar a una joven de una situacion horrible, tendra la clave de su futuro. Un negocio insolito y una ocupacion al borde del escandalo marcaran la inesperada vida de la hija de un duque.

  • El espiritu del alce (Lake House 1) de Yolanda Revuelta

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    Tras un ataque a un campamento del ejercito americano en tierras hostiles, Oliver Shearman es herido. En uno de los bolsillos de su uniforme lleva una carta dirigida a una mujer que ni siquiera conoce.
    Durante un tiempo se debate con que hacer con ella.
    ?Entregarsela a su destinataria o destruirla?
    La respuesta a su pregunta la tiene solo el.

  • Ladronas de Nueva York 2 de Estefania Yepes

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    La vida de las chicas se ha precipitado en apenas unos dias. Ninguna de ellas esperaba que una simple lista escrita a los veinte pudiera haber afectado de ese modo a todo lo que, hasta ahora, configuraba su estable mundo.

  • Biografia de un cuerpo de Monica Rodriguez

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    El cuerpo manda. Obliga, es un tirano. Lo miro en el espejo a traves del vaho. Largo, recien amoldado a esta corpulencia que me desconcierta. Las costillas marcadas, los musculos del vientre esbozados por lineas oscuras, el ombligo. Aun las gotas de agua lo cubren. Pequenas constelaciones detenidas en la pelusa. El grifo gotea; su sonido metalico es un martilleo ritmico que no quiero escuchar, pero que escucho. Los azulejos del bano estan empanados. Bajo la neblina del vapor, contra el espejo, destellan los muslos dorados, casi blancos, el sexo entre las piernas, encogido sobre la mata oscura. Las rodillas formando un pequeno arco. Agacho la cabeza y me detengo en esa vision desde arriba. Estas no son mis piernas. Ni ese pene languido, acobardado como si no fuera un tirano, me pertenece. El vello de mis piernas sombrea la piel humeda, las gotas prendidas en los pelos, aplastados bajo el peso del agua. Son extranos vistos desde esta perspectiva. ?De quien seran esas piernas? ?Y esos pies grandes, de hombre? Levanto los dedos y se marcan los tendones como si alguien tirara de una cuerda. La piel se vuelve mansa, lisa, casi deslumbrante por los talones, los costados. Miro tanto esos pies que ya no parecen pies. Me fijo en sus dedos grandes, que debo domar y doblar, estirar. Me pongo de puntillas, desciendo. Hay un pequeno charco en las baldosas, bajo mis plantas. Y la gota del grifo. Clin, clin, clin. Vuelvo a levantar la cabeza. El espejo se ha empanado lo suficiente para que solo vea un borron de ese cuerpo. Esa pincelada impresionista soy yo. Froto el espejo con la palma de la mano. Mi rostro aparece en el agujero del vaho y se que es mio. Lo distingo porque lo he visto muchas veces en este mismo espejo, su imagen especular, ahora distinta, mas angulosa, menos dulce, con un ligero vello sobre el labio superior. Pero, aunque haya cambiado, hay algo que es solo mio, que soy yo, un punado de gestos, esa mirada hosca, timida, confusa, enmarcada ahora por las pestanas mojadas. No se que es, no se que soy yo, pero estoy ahi, en ese rostro, que hasta hace poco era suave y blanco como la piel de una cebolla. Sonrio. Los brillos metalicos de los hierros esconden mis dientes. Muevo la boca y siento el rozamiento de los brackets, paso la lengua por ellos. Todavia tengo que acostumbrarme a su presion. El agujero del espejo comienza a empanarse de nuevo. Voy desapareciendo y eso me provoca un pequeno vertigo. Entonces empiezo a tiritar. Tengo frio. Mi cuerpo tiene frio. Manda, me obliga a envolverme en la toalla. Me siento en la taza del vater. Sigo tiritando, pero no voy a vestirme, no voy a obedecerle. Miro el desodorante sobre el lavabo. El cuerpo grita cuando suda. Pero ahora tiene frio y no voy a moverme, no. Golpes en la puerta. Me sobresalto. !Haz el favor de salir del cuarto de bano! La voz de mi madre. Estoy harto de someterme siempre. El cuerpo, los adultos. Resistire aqui sentado, tiritando. Clin, clin, clin. Tengo la piel helada, como si una plancha metalica me envolviera. Los musculos tensos de tanto soportar el frio. Las plantas de mis pies mojadas son un trozo de algo que ya no siento, pero son mis pies. Mis pies. Mi torso. Los labios tiritando. El frio. Ya no lo soporto. El cuerpo gana y me envuelvo en la toalla. Salgo del cuarto de bano. Tambien mi madre, que espera fuera impaciente, gana. 2 Soy un dios alojado en el cuerpo de un toro. 3 Estira mas. No puedo. Claro que puedes. Estira. Lo hago. Te tiembla la pierna, no pongas tanta tension. Lo intento. No hay que intentarlo, hay que hacerlo. !Estira! Noto como el sudor nace en mis sienes, en mis axilas. Mis mejillas empiezan a arder del esfuerzo. No puedo controlar la tension, la pierna me tiembla ligeramente. Si me relajo deja de hacerlo, pero entonces no la estiro lo suficiente. Me concentro en el pie, en toda la fuerza del pie, y tiro de el hacia arriba. El muslo ya no aguanta mas. La pierna cae desobediente. ?Quien te ha dicho que la bajes? La profesora se ha vuelto hacia mi. Grita, golpea el suelo con uno de sus zapatos elasticos y negros. De inmediato, trato de subirla de nuevo. Noto el hormigueo de la tension. Ella se acerca, me sostiene la pierna por el tendon de Aquiles, con firmeza. La misma que desprenden sus ojos inflexibles. La levanta. Cuidado con la cadera. Controla el peso. Lo hago. Siento las fibras del musculo interno tirando. Rita, la profesora, suelta la pierna, que se baja ligeramente. Trato de sostenerla, sudo. Me inclino hacia la barra. Mi mano se aferra a ella con demasiada fuerza. Puedes hacerlo mejor, dice. Rita cambia de ejercicio, se pasea por la clase. Coloca un hombro, sube una barbilla. Pasa el dedo por la columna vertebral de una espalda que de inmediato se estira. Del cansancio veo la clase borrada por una leve neblina, las luces en el espejo. La profesora detenida frente a Alex asintiendo, el borron del piano negro, abierto como un feretro, en una esquina de la sala. Muy bien, Alex. Dos palmadas. Centro. Nos colocamos todos frente al espejo. Hay un ligero murmullo, mientras vamos buscando nuestras posiciones. Mi maillot esta sudado. Siento la humedad en la espalda. Clara me mira y sonrie, y algo se encoge dentro de mi. Ella se coloca en segunda fila. Yo trato de ponerme en la primera, no en el centro, en un lateral. Rita esta seleccionando la musica con el pianista. Alex esta en el centro y resopla mirandome complice. Nos colocamos. Veo las figuras en el espejo, todos con las espaldas muy rectas, la cabeza alta, los monos tirantes, los maillots sudados. Respiramos. Me detengo en mi imagen. Ese es mi cuerpo. Lo noto, pulsa dentro de mi, aulla cansado. Dolorido. Por un instante lo vuelvo a ver como un extrano. Un extrano que me lleva la contraria, me reta. Cierro los ojos y vuelve a ser mio. Necesito este dolor para domarlo. Para bailar. Me gusta este dolor. Adagio, dice Rita. Cuando quieras, maestro. Yo abro los ojos. El piano empieza a sonar, las notas caen como nudos de luz por el aula. Levanto un brazo... 4 ?Estas bien? Claro, por que lo dices. No se, te he visto raro en la clase. Cansado. No estoy cansado. ?Vienes a comer? Ahora voy. Te cojo sitio. Veo a Clara alejarse hacia los vestuarios, con la mochila al hombro. El corazon me golpea como cuando termino de hacer los saltos. Sin que yo pueda controlarlo. Tan rapido, tan violento. Golpes de animal vivo. Pero este fluir me gusta. Me hace sonreir y me asusta a un tiempo. Es Clara la que lo desencadena. Ella me dice que me reservara un sitio a su lado en el comedor y abre la compuerta. El torrente del pulso precipitandose. Clara manda sobre mi cuerpo. Entro en el vestuario de chicos. Alex sale de la ducha, desnudo, dejando un reguero a su paso. Se seca con la toalla el pelo humedo. Por un momento admiro su cuerpo. Es perfecto para la danza, tiene flexibilidad, empeines, potencia. Alex, muy bien. Alex, perfecto. Alex, si sigues asi, seras un gran bailarin. Alex, repitelo, que te vean todos. Alex. Alex. Alex. Agita la cabeza y su pelo en hebras castanas y rubias, del color del tabaco, desprende diminutas gotas, como una aureola. Entonces posa sus ojos, tambien rubios, en mi y vuelvo la vista hacia los banos, avergonzado, en un movimiento brusco. Simon y Manuel ya estan vestidos, el pelo empapado y negro, repeinado hacia atras. Me miran a traves del espejo cuadrado, incrustado en la pared. Desparejos: Simon, muy alto; Manuel, bajo. No te va a dar tiempo a comer si no espabilas, tio. Encojo los hombros. Mi corazon ya se ha calmado. Pienso: Clara, y esta calmado. Pero las comisuras de mi boca se dilatan en una sonrisa que provoca su nombre. La contengo mientras miro como Simon se echa colonia. Pero que haces, marica, eso huele que apesta. Manu le quita el bote, se pelean de mentira. Se insultan, se dan algun golpe en el biceps y salen del vestuario arrastrando las mochilas, a voces, riendo, las tarteras colgadas del hombro. ?Te espero? Alex me mira mientras se pone la cazadora. Inclina la cabeza ligeramente. Tiene el rostro redondo, aun imberbe, y su belleza es deslumbrante, amarilla, de nina. No, digo. Me cogen sitio.

  • Retrato del vizconde en invierno de Alvaro Pombo

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  • Tres mil noches con Marga de Pedro Ramos

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    Marga es una joven biologa gallega, brillante en su profesion, que trabaja como investigadora en Alaska desde hace seis anos. Desde entonces nunca ha vuelto a A Coruna para visitar a su familia, y el vinculo se reduce a las pocas llamadas telefonicas con su madre.
    Pero en su ultima conversacion recibira la noticia de la enfermedad de su padre y, a pesar del miedo a enfrentarse a los fantasmas de su pasado, decidira regresar de inmediato. El rencuentro familiar abrira inevitablemente heridas mal curadas, y Marga se debatira entre contar aquello que la hizo alejarse de todos sin dar mas explicaciones o mantenerlo en secreto, y seguir viviendo en un extrano equilibro entre el sentimiento de culpa y la responsabilidad de amparar a los suyos.
    Una novela cautivadora que nos sumergira en la vida de Marga, sus veranos de juventud y el primer amor, y reconstruira con la complicidad del lector los anos de una familia que tuvo que bregar con el cambio de mentalidad de un pais desde finales de los ochenta hasta la actualidad.
    Un sorprendente hallazgo literario.

  • Dejare de esconderme de Sophie Saint Rose

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    Regina lleva anos alejada de su familia por un episodio que podria destruirla. Las circunstancias la forzaran a volver y a enfrentarse al pasado. Pero sobre todo debera enfrentarse a Keith que necesita explicaciones.

  • Seis anos de invierno de Fernando Gari

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    Una gran novela que nos lleva de las estepas rusas a la aplastante atmosfera de la Espana de posguerra, que nos habla del valor necesario para hacer frente a la intolerancia y de las pasiones que mueven el mundo incluso en las epocas mas dramaticas.

  • !Piratas!, Laura Esparza de Laura Esparza

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  • Ojo de dragon de Andy Oakes

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    Ocho cuerpos terriblemente mutilados hasta ser irreconocibles aparecen encadenados en los lodos del rio Huangpu, en la moderna Shanghai, enfebrecida de ambicion, dinero y desarrollo. Por la precision de las heridas y la brutalidad de los crimenes, todo parece indicar que los asesinos no son delincuentes comunes. A la hora de investigar el caso, el investigador jefe Sun Piao no cesa de hallar obstaculos administrativos, no exentos de intimidaciones. Piao sabe que deberia abandonar el caso, pero no es la clase de policia que este dispuesto a hacerlo. “Ojo de dragon” es una inquietante y arrolladora novela de intriga situada en la pujante pero siempre reservada China moderna. Andy Oakes (Londres, 1952) fue distinguido con el Premio Europeo de Crimen y Misterio 2004 por esta novela. Es un gran conocedor de la Republica Popular China, donde ha trabajado y cuyo territorio ha recorrido en numerosas ocasiones.

  • Lo que oculta tu alma de Maricela Gutierrez

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    Andrew McGregor es un hombre frio, acostumbrado a tenerlo todo, no esta interesado en el amor y por ello no lo busca, asi que divide su tiempo entre su trabajo y sus conquistas de una noche, quiere pensar que le gusta su vida tranquila y que no necesita nada mas para ser feliz. Pero cuando una manana, por la puerta de su oficina cruza un pequeno ciclon de ojos color esmeralda, que llegara para revolucionarlo todo, aprendera que del amor no puedes huir y que la tranquilidad esta sobrevalorada.

  • La prometida y el duque de Kate L. Morgan

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    Charles Evans Beaufort, sexto duque de Goldfinch, es uno de los hombres mas ricos y poderosos de Inglaterra. Tambien es el hombre que ha perdido a su hermano menor por culpa del marques de Tilney, lo que le ha convertido en un hombre severo y vengativo que nada quiere saber de la sociedad, y mucho menos de un matrimonio. Sin embargo, su padrino y la Corona se han confabulado contra el y han decidido que debe casarse con lady Elizabeth Mortimer, la hija del hombre que ha jurado destruir.

  • Buscandome te encontre, Mile P. D. Bluett de Mile P. D. Bluett

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    Cecilia tiene 19 millones de seguidores en su exitoso canal de YouTube y una belleza que puede sofocar al hombre mas dificil. Pero cuando apaga la camara solo es una chica a punto de casarse, que no quiere llegar al altar con los secretos que se ha dedicado a coleccionar. Necesita con urgencia ayuda para que sus planes de boda no terminen en fracaso. Cuando acude a terapia y conoce al Doctor Huxley, alias Doctor Tentacion, descubre que no cumple con su estereotipo de psicologo: “viejo aburrido que podria escucharme por horas sin parpadear”. Un pensamiento se le queda grabado: “Deberia haber una prohibicion para que los hombres guapos no puedan ejercer como terapeutas”.
    Lo que ella no sabe es que Alex, quien la recibe en el consultorio del psicologo, piensa algo similar sobre ella: “Preciosa y prohibida, de esas mujeres que no deseas tener de pacientes ni en un millon de anos”.

  • Mar de acero 2 de Natalie Parker

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    Caledonia ha perdido a su tripulacion, pero no se da por vencida. A punto de morir a manos de un poderoso enemigo, es rescatada del mar y salvada por un grupo de antiguos Balas que se hacen llamar Espadas. Los Espadas escaparon de las garras de Aric Athair, y ahora viven una existencia nomada, listos para desaparecer en cualquier momento si se presenta algun peligro.

  • Promesa bajo la estrella de Oriente de Moruena Estringana

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    -?Me prometes que si no he encontrado marido con veintiocho anos te casaras conmigo?
    -Te lo prometo.
    Tras una inocente promesa bajo el arbol de navidad, Ethan y Chloe no se han vuelto a ver. Los anos han pasado y unas nuevas fiestas navidenas los reunira de nuevo pero no tienen ganas de celebraciones. Uno esta recien divorciado y a la otra la han plantado ante el altar, situaciones que les impide disfrutar de estas fechas.
    Ya no queda nada de esos inocentes ninos. Pero cuando sus miradas se unan de nuevo, sera como si el tiempo anarondo al otro no hubiera pasado. ?Se acordaran de la promesa que se hicieron cuando eran solo unos inocentes ninos?
    La magia existe por Navidad.

  • Corazon Remendado (Corazones de Combate 1) de Tarina Deaton

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    Como auxiliar medico de la Fuerza Aerea, Bree Marks vio lo peor de la guerra contra el terrorismo. Ahora, como fisioterapeuta, utiliza su experiencia para ayudar a otros veteranos a curarse de sus heridas fisicas, mientras ella lucha contra su propio dano emocional.

  • El guerrero de las sombras (Medieval 2) de Anne Marie Warren

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    Tras la muerte de su padre, el laird de los MacLead, a manos del clan vecino y con un traidor entre sus muros, a Maisie solo le quedaba recibir la ayuda de un impresionante ingles llegado de las cruzadas, cuya presencia no seria bien recibida por su clan al creer que se trataba de un demonio llegado del infierno.
    Rohan Glaymore estaba acostumbrado a que todo el mundo le temiera, al haber nacido con el rostro marcado, y ser considerado una aberracion. Una marca que solo le habia traido soledad y tristeza, hasta que una valerosa escocesa lo miro directamente a la cara sin mostrar temor, desafiando con cada mirada a que su corazon la amara.
    Traicion, romance, aventura y todo un mundo de supersticiones en esta segunda entrega.

  • El desvan de los suenos perdidos de Javier Romero

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    Nadie sabe que ocurre con los recuerdos que desaparecen de nuestra mente y con los suenos que, de un dia para otro, dejamos de sonar. Un mundo oscuro es el que nos espera si no dejamos que nuestra imaginacion vuele, si permitimos que nuestro pasado nos abandone y se convierta tan solo en eso: en pasado.
    La vida de Michael se ha transformado en un infierno. Perdio a su madre dos anos antes en un accidente de trafico y su padre, sin poder superar la pena, se ha dejado arrastrar por el alcohol y la desidia. Una familia feliz destrozada y una vida truncada por los avatares de un cruel destino que decidio jugar a ser Dios con ellos tres.
    Pero la existencia de Michael da un giro de ciento ochenta grados la tarde en la que su pelota de beisbol favorita acaba, por accidente, en el desvan de su vecina, la senora Philips, la mujer a la que todos en el vecindario toman por una bruja.
    Pero Michael descubrira en el desvan un portal que conduce a otro mundo y al que tendra que viajar con sus amigos si quiere salvar el mundo de la luz y, por encima de todo, si desea que los adultos no olviden sus recuerdos y que el Senor de la sombras, criatura cruel que se alimenta de las ilusiones de los adultos, no siga viviendo de todos esos suenos perdidos.

  • La mirada del highlander (Guerreras) de Emma G. Fraser

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    14 de noviembre de 1650 Aquel dia de noviembre habia amanecido lluvioso. El invierno se aproximaba y pronto no podria cabalgar a ese lugar tan especial en el que siempre se veia con el que consideraba que era su gran amigo del alma, aunque en su joven corazon tenia ciertos sentimientos a los que aun no habia podido ponerles nombre debido a que jamas nadie le habia explicado que era amar de verdad. El viento rozando sus rosadas mejillas hacia que Sheena MacLeod, unica hija del jefe del clan MacLeod del norte de Escocia, cerrara los ojos y disfrutara de la humedad que arrastraba la fina llovizna. La joven cabalgaba a toda prisa hacia otra de sus innumerables citas que tenia con el que era su amigo desde la infancia: Alasdair Mackay. Este era hijo de Ian Mackay, gran enemigo de Arthur, padre de Sheena, desde hacia muchisimos anos. Sin embargo, hubo un tiempo en el que ambos padres eran intimos amigos, pero un malentendido entre ellos provoco que la amistad que los unia desde que eran pequenos desapareciera y diera paso a un intenso rencor que duraba ya gran parte de la vida de ambos. No obstante, ambos jovenes habian coincidido en innumerables ocasiones y habian forjado una amistad tan fuerte que ni siquiera el yugo de sus padres era capaz de romper. Desde hacia varios anos, Sheena y Alasdair se veian a escondidas de sus respectivas familias a orillas de una pequena charca a medio camino de las casas de ambos. Por eso, aquel dia de comienzos de noviembre Sheena se habia preparado para acudir al encuentro de Alasdair. Su pelo siempre suelto y rebelde como ella ondeaba con el intenso viento y comenzaba a humedecerse con la lluvia. Sin embargo, no le importaba. A pesar de que las instructoras que su padre habia puesto a su cargo habian intentado hacer de ella una joven fina y educada que dedicara su vida a la labor y a tener hijos como todas y cada una de las chicas con las que se habia cruzado, Sheena habia forjado su propio futuro y siempre habia tomado las decisiones que le dictaba su joven corazon. Era una rebelde por naturaleza, y el hecho de haber crecido sin una madre que sirviera como referente de educacion y buenos modales habia provocado que la joven fijara sus ojos en su padre. Por ello, desde muy pequena habia mostrado interes por las espadas y el arte de la lucha, ya que desde su habitacion siempre habia visto a su padre entrenar en el patio junto a sus hombres. Siempre se sentaba al lado de su padre para que este le contara historias de sus incontables aventuras desde que era apenas un adolescente, y Sheena sonaba con ser algun dia una buena guerrera como el. Con el paso del tiempo, la joven habia aprendido a manejar la espada como cualquier otro hombre del clan, aunque una de sus grandes habilidades era el manejo del arco, pues poseia una punteria que era envidiada por todo el clan. Sheena sonrio cuando espoleo al caballo para que este fuera mas deprisa. Le encantaba sentir la libertad que le proporcionaba el animal cuando este aumentaba la velocidad. Le quedaba tan solo media milla para llegar al lugar de encuentro, y a medida que se acercaba sentia que este se encontraba cada vez mas lejos de ella. No entendia el motivo de su nerviosismo. Disfrutaba de la compania de Alasdair y siempre se le encogia el corazon cuando llegaba el momento de la despedida. Su corazon se acelero cuando diviso la charca y a sus oidos llego el sonido del agua cayendo por la pequena cascada. Su sonrisa se ensancho aun mas e intento disfrutar del increible paisaje que habia a su alrededor. Un manto de color verde se extendia bajo los pies del caballo y cuyo fin le era desconocido. La arboleda que la rodeaba se alzaba sobre sus hombros impidiendo que la poca luz del dia penetrara entre las hojas y le iluminara el camino hacia su deseado destino. El canto de los pajaros la acompanaba y parecia haberse contagiado del entusiasmo de la joven y le daba la bienvenida como otras tantas veces desde hacia varios anos. Cuando tan solo quedaban unos metros para llegar a las rocas que bordeaban la charca, Sheena bajo del caballo y decidio recorrer el trecho a pie, disfrutando de la soledad del momento. La joven se aproximo a uno de los arboles, amarro fuertemente al caballo y despues se aproximo al agua para disfrutar del sonido que desprendia la cascada mientras esperaba impacientemente la llegada de Alasdair. Sabia que esa seria una de las ultimas visitas a ese lugar antes del comienzo del invierno, que traeria consigo intensas lluvias y nevadas que harian practicamente imposible una visita a ese precioso lugar. Por ese motivo, y sin saber aun por que, habia dedicado mas tiempo esa manana a acicalarse para el encuentro. Sheena se arrodillo en una de las piedras que sobresalian del agua y acerco su rostro al agua para ver su reflejo en ella. Deseaba saber que todo estaba en su sitio antes de la llegada de Alasdair, sin embargo, su reflejo le devolvio la misma vision de siempre: su pelo castano y ondulado se mostraba encrespado por la humedad que la lluvia habia traido consigo. Su rostro ovalado y fino aparentaba una calma que en realidad no sentia en ese momento. Y la ropa se habia humedecido y descolocado con la intensa cabalgata a la que habia sometido al caballo. Sheena se paro unos segundos para mirar detenidamente su rostro. Su padre siempre habia mostrado admiracion por su belleza, indicandole que la habia heredado de su fallecida madre, que habia muerto en el parto de la joven. Desde muy pequena, los ninos que vivian en los alrededores del castillo habian mostrado su interes por ella, sin embargo, Sheena nunca habia entendido esa fascinacion que sentian hacia ella, ya que la joven no era capaz de reconocer la belleza de su rostro, que se habia intensificado cuando llego a la adolescencia. Por eso, a sus escasos dieciseis anos aun no se habia dedicado a mirarse detenidamente para averiguar que tenia su rostro de especial. Y menos aun comprendia por que habia elegido precisamente ese momento para admirarse. Sus ojos eran de un intenso color aguamarina, poco comun entre las mujeres que ella conocia. Sobre sus labios gruesos y rosados asomaba una nariz pequena y chata que estaba plagada de numerosas pecas, al igual que en sus palidas mejillas, que en ese momento estaban rosadas por el frio. Su cuello era delgado y largo y se escondia entre los ropajes que habia elegido para la ocasion: un cenido corpino de color verde con un bordado plateado de flores y un pantalon de lana con los colores tipicos del clan MacLeod. Se arrepintio de no haberse puesto una de las faldas que guardaba desde hacia tiempo en el fondo del arcon de su dormitorio, aunque ella siempre habia preferido usar para montar a caballo un pantalon, ya que le resultaba mas comodo. Sonrio al recordar los gritos de sus cuidadoras cuando la veian lucir esos pantalones que ellas consideraban de hombres. Pasados unos minutos, Sheena se incorporo y decidio sentarse a la orilla de la charca a esperar. Estaba segura de que Alasdair no tardaria en llegar, por lo que, tras un suspiro, se sento en una de las piedras que bordeaban el agua y se dedico a observar con detenimiento la caida de la cascada. Desde que habia descubierto aquel lugar tan especial se sentia enamorada de el. No era una cascada facil de encontrar para quienes atravesaban el bosque, y siempre se habia sentido segura y protegida de miradas indiscretas que pudieran descubrir su amistad con el que debia ser su enemigo. No podia ni queria imaginar lo que diria su padre si en algun momento de su vida descubria su amistad con el hijo de su peor enemigo. Sheena habia crecido escuchando barbaridades del clan Mackay, especialmente de Ian, su jefe y padre de Alasdair. Sin embargo, estaba completamente segura de que el joven al que aguardaba con insistencia era diferente de lo que su padre contaba de Ian. Siempre habia mostrado respeto hacia ella y la habia tratado como a un igual, tan igual que a veces pensaba que la veia como a una hermana a pesar de que ella se ponia nerviosa cada vez que se aproximaba el momento de verlo. Sheena fruncio el ceno ante ese pensamiento. ?Que sentia realmente por Alasdair? Durante unos segundos, la imagen del joven aparecio en su mente. Siempre lo habia considerado un chico muy atractivo, con el rostro demasiado varonil para tener tan solo diecisiete anos. Ademas, debido al entrenamiento al que era sometido, sus musculos comenzaban a asomar entre la tela de sus ropajes e incitaban a Sheena a desear tocarlos por encima de cualquier otra cosa. Se pregunto si aquellos pensamientos eran cercanos al amor o simplemente era una joven demasiado desvergonzada que unicamente deseaba retozar con el sobre la hierba que rodeaba aquel lugar tan bonito.

  • Fuego rojo de Carlos Gutierrez Diez

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    ?Que misterio se oculta en las verdes montanas del Principado de Asturias? Durante varios siglos se ha conseguido mantener oculta la verdad... hasta ahora. Antes de ser asesinado, Alex Martinez, uno de los ultimos miembros de una sociedad secreta, cuyos origenes se remontan a la fundacion del Templo de Salomon, transmite a su viejo amigo Roberto una misteriosa clave. Martinez y sus predecesores han conservado durante siglos un conocimiento que puede cambiar la historia de la humanidad. Roberto, con la inestimable ayuda del historiador y fotoperiodista Zoltan Raculjic, comenzara la busqueda de ese secreto en una trepidante carrera contrarreloj a traves de los valles mineros asturianos que les llevara de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos en los mas inhospitos y secretos lugares, olvidados tras el paso de los siglos..

  • No todo se vende de Patricia Gomez Martin

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    Tras fugarse de su boda, ser secuestrada por el que iba a ser su marido y ser liberada por la policia, la vida de Vera cambiara por completo.
    Son solo cinco dias, de domingo a jueves, en las que las pesadillas seran las reinas de su noche. Y, durante el dia, por mucho que se esconda, siempre encontrara cajas rojas con un contenido diferente cada vez, acompanadas de rosas negras.
    Estas seran las responsables de que sus prioridades sean diferentes.
    So objetivo diario sera seguir con vida.

  • El manuscrito de fuego de Luis Garcia Jambrina

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    Bejar, 2 de febrero de 1532. Don Frances de Zuniga, antiguo bufon del emperador Carlos V, es acuchillado en plena noche por varios desconocidos. La emperatriz le encarga las pesquisas del caso a Fernando de Rojas, que esta cerca de cumplir sesenta anos. A traves de su investigacion, iremos conociendo la vida del controvertido e irreverente Don Frances, asi como los entresijos de una epoca tan fascinante como escandalosa. Para resolver este caso, Rojas contara con la ayuda de Alonso, un joven estudiante; con el tendra que enfrentarse a numerosos obstaculos y a diversos retos, como el de buscar un manuscrito muy misterioso o intentar descifrar una de las obras mas enigmaticas del arte y la arquitectura europeas: la fachada de la Universidad de Salamanca.

  • Pais de paso (Bilogia Viajame 1) – Laura Giron de Laura Giron

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    Ella, Helena con hache, no es una persona enamoradiza y lo de pasar pagina no es su fuerte, las tipicas frases post-rupturas como: un clavo saca otro clavo, hay mas peces en el rio, etc., no funcionan con ella, por ello, lo de volver a enamorarse es un riesgo que no esta dispuesta a correr.
    El, Alejandro, es una de esas personas que entran en tu cabeza como una apisonadora. Estar cerca de el es como moverse alrededor de una mina anti-persona, cuando te acercas demasiado, mas alla del limite de seguridad establecido, todo salta por los aires, y no puedes hacer nada por evitarlo.
    Y llego el uno de agosto, y antes incluso de saber su nombre, ella ya sabia que se marchaba, aun asi acabo enamorandose de el.
    Sumergete en un viaje apasionante por las emociones y sentimientos de Helena, y gracias a Alejandro podras visitar los lugares mas maravillosos del mundo.
    !Nos vemos en la siguiente parada en Pais de Destino!

  • El Circulo de Laurel de Camelia A.v. Ramos V

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    William, un chico como cualquier otro chico de 17 anos, se encuentra pasando uno de los veranos mas calurosos de su vida en un viejo poblado europeo luego de mudarse alli con sus padres. Siendo un chico solitario, se vuelve amigo de una de las familias mas antiguas del pueblo, de quienes se dice son personas completamente raras. Luego de que un acontecimiento extrano llame la atencion de su amiga Odette, el joven se vera envuelto en un vortice de emociones que van desde el mas profundo terror hasta la desesperacion y la tristeza absoluta.Muchas preguntas resonaran sin cesar en su mente: ?Que tiene que ver el con la antigua familia? ?De verdad existira la magia? ?Que ocultan los ancestrales arboles que rodean el pueblo de Howll?

  • Una sirena en Paris de Mathias Malzieu

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  • La rosa de medianoche de Lucinda Riley

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    Una historia de misterio, amor, traiciones y secretos del pasado. Una novela con una trama precisa y emotiva, repleta de sorprendentes giros argumentales y de toques de suspense.

  • Tiempo de tormentas de Boris Izaguirre

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    Desde muy nino, Boris sabe que es diferente. Muy temprano se detectan problemas de motricidad y dislexia, y el pequeno actua con unos gestos y una forma de hablar amaneradas. Los adultos dicen que su madre, Belen, una bailarina de renombre, y su padre, critico de cine, rodean al nino de malas companias. En Caracas se habla de sus amigos intelectuales y de toda esa gente homosexual con la que ella trabaja. Tambien que Boris esta enamorado de Gerardo, el hijo de la influyente periodista Altagracia Orozco. Sin embargo, Belen no se rinde al prejuicio y por mas golpes que llegan de fuera, convierte su casa en un refugio para esa diferencia. Primero cara a cara, luego unidos por la linea telefonica, pero siempre juntos bajo el inquietante influjo de un cuadro lleno de historia, Tiempo de tormentas.
    Los dias de escuela, un amor, una violacion, el silencio; sus primeros pasos como columnista o escritor de telenovelas, el salto a la fama en Espana con Cronicas marcianas y el finalista del Premio Planeta, el glamur, los abismos, de nuevo el amor y la violencia. Una enternecedora y envolvente novela autobiografica donde Boris Izaguirre construye una vida a veces complicada, siempre apasionante, a caballo entre dos paises que tambien estaban creciendo.

  • Ahora imagino cosas de Julian Herbert

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    <> The New York Times

  • El sentido de un final de Julian Barnes

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    Recuerdo, sin un orden concreto: – la reluciente cara interior de una muneca; – el vapor que sube de un fregadero mojado cuando jocosamente se introduce en el una sarten caliente; – gotas de esperma alrededor de un desague, antes de que las engullan las largas tuberias de la casa; – un rio que fluye absurdamente cauce arriba y los rayos de media docena de linternas que lo persiguen e iluminan su chapoteo y sus ondas; – otro rio, ancho y gris, y el viento recio que agita su superficie y encubre la direccion de su flujo; – agua de banera que se ha enfriado hace mucho detras de una puerta cerrada con llave. Esto ultimo no lo vi realmente, pero lo que acabas recordando no es siempre lo mismo que lo que has presenciado. Vivimos en el tiempo --nos contiene y nos moldea--, pero nunca he creido comprenderlo muy bien. Y no me refiero a las teorias sobre como se desvia y se desdobla, o a que pueda existir en otro lugar en versiones paralelas. No, me refiero al tiempo ordinario, cotidiano, que los relojes de pared y de pulsera nos aseguran que transcurre regularmente: tictac, clic-cloc. ?Hay algo mas verosimil que una segunda aguja? Y, sin embargo, el placer o el dolor mas nimio basta para ensenarnos la maleabilidad del tiempo. Algunas emociones lo aceleran, otras lo enlentecen; de vez en cuando parece que no fluye, hasta el punto final en que desaparece de verdad y nunca vuelve. No me interesa mucho mi epoca escolar y no la anoro. Pero el colegio es donde comenzo todo y tengo que remontarme brevemente hasta unos incidentes que se han convertido en anecdotas, hasta algunos recuerdos aproximativos que el tiempo ha deformado y transformado en certeza. Aunque ya no tengo la seguridad de que algunos sucesos fueran reales, al menos recuerdo con claridad las impresiones que dejaron. Es lo mas lejos que llego. Eramos tres y el fue el cuarto. No esperabamos anadir a nadie mas a nuestro apretado trio: desde mucho antes habia habido camarillas y emparejamientos, y ya empezabamos a imaginar nuestra huida del colegio al mundo. Se llamaba Adrian Finn y era un chico alto y timido que al principio mantenia los ojos bajos y no decia lo que pensaba. Los primeros dias apenas nos fijamos en el: en nuestro colegio no se hacian ceremonias de bienvenida y no digamos lo opuesto, la iniciacion punitiva. Simplemente tomamos nota de su presencia y aguardamos. Los profesores se interesaron mas por Adrian que nosotros. Tenian que valorar su inteligencia y su sentido de la disciplina, comprobar si hasta entonces habia recibido una buena instruccion y si demostraria ser <>. La tercera manana de aquel trimestre de otono tuvimos una clase de historia con Old Joe Hunt, un profesor amablemente ironico que vestia un terno completo y cuyo sistema de control dependia de su capacidad de mantener un aburrimiento suficiente pero no excesivo. --Bien... Recordareis que os pedi que hicierais una lectura preliminar sobre el reinado de Enrique VIII. Colin, Alex y yo nos miramos de reojo, confiando en que la pregunta, lanzada como la cana de un pescador, no nos aterrizara encima. --?Alguno quiere caracterizar la epoca? --Saco su propia conclusion al ver que mirabamos hacia otro lado--. Bueno, quiza Marshall. ?Como describirias el reinado de Enrique VIII? Nuestro alivio fue mayor que nuestra curiosidad, porque Marshall era un ignorante cauteloso que carecia de la inventiva de la autentica ignorancia. Busco posibles complejidades ocultas en la pregunta antes de encontrar una respuesta. --Habia descontento, senor. Una incipiente sonrisita apenas controlada; el propio Hunt casi sonrio. --?Podrias ser mas preciso? Marshall asintio lentamente, reflexiono un poco mas y decidio que no era momento de cautelas. --Yo diria que habia un gran descontento, senor. --Finn, entonces. ?Tienes nociones sobre ese periodo? El nuevo estaba sentado una fila delante de mi y a mi izquierda. No habia reaccionado de un modo visible a las idioteces de Marshall. --La verdad, me temo que no, senor. Pero hay una corriente de pensamiento segun la cual lo unico que se puede decir realmente de cualquier suceso historico, incluso, por ejemplo, de la Primera Guerra Mundial, es que <>. --?Ah, si, en serio? Bueno, eso me dejaria sin trabajo, ?no? Tras algunas risas aduladoras, Old Joe Hunt indulto nuestra festiva holganza y nos ilustro sobre el carnicero regio y poligamo. En la pausa siguiente me acerque a Finn. --Soy Tony Webster. --El me miro con prevencion--. Una gran respuesta a Hunt. --Parecia que no sabia de que le estaba hablando--. Lo de <>. --Oh. Si. Me ha decepcionado un poco que no lo haya suscrito. Esto no era lo que se esperaba que dijera. Otro detalle que recuerdo es que nosotros tres, como simbolo de nuestra union, llevabamos la esfera del reloj en la cara interior de la muneca. Era una afectacion, desde luego, pero tal vez algo mas. Convertia el tiempo en una cosa personal, hasta secreta. Esperabamos que Finn advirtiera esta costumbre y la imitara; pero no lo hizo. Mas tarde, aquel mismo dia --o puede que otro dia--, tuvimos una clase doble de ingles con Phil Dixon, un joven profesor recien salido de Cambridge. Le gustaba utilizar textos contemporaneos y lanzaba desafios repentinos. <>. Una vez comparo a un heroe de Shakespeare con Kirk Douglas en Espartaco. Y recuerdo que un dia en que estabamos hablando de la poesia de Ted Hughes, ladeo la cabeza de modo profesoral y murmuro: <>. En ocasiones, al dirigirse a nosotros, nos llamaba <>. Por supuesto, le adorabamos. Aquella tarde nos entrego un poema sin titulo, fecha ni nombre del autor, nos dio diez minutos para estudiarlo y luego nos pidio comentarios. --?Empezamos por ti, Finn? Sencillamente, ?de que te parece que trata el poema? Adrian levanto la vista de su pupitre. --De Eros y Tanatos, senor. --Hum. Sigue. --Del sexo y la muerte --prosiguio Finn, como si no solo no entendieran griego los zoquetes de la ultima fila--. O del amor y la muerte, si lo prefiere. En cualquier caso, del conflicto que enfrenta el principio erotico con el principio de muerte. Y lo que se deriva de ese conflicto, senor. Es probable que yo pareciese mas impresionado de lo que Dixon consideraba saludable. --Webster, aclaranos mas. --Yo pensaba que solo era un poema sobre una lechuza, senor. En esto consistia una de las diferencias entre nosotros tres y nuestro nuevo amigo. Nosotros sobre todo nos cachondeabamos, excepto cuando hablabamos en serio. El hablaba sobre todo en serio, menos cuando se cachondeaba. Nos costo un tiempo entenderlo.

  • Una historia de la luz de Jan Nemec

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  • Memorias de Escipion Emiliano de Jose Enrique Lopez Jimenez

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    El general Escipion Emiliano, el mas insigne ciudadano de la Roma de la segunda mitad del siglo II a. C., recoge en estas memorias sus cincuenta y seis anos de una vida dedicada a la busqueda del bien comun por encima del beneficio personal.

  • el amor que me dejas de Patrick Norton

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    A las lectoras que me siguen, que me amparan cuando escribo. A Norah, a su impetu y generosidad. A Monika. "Tu risa es una hoja sobre un rio que no vuelve". Carina Sedevich "Dime lo que he de hacer. Llevame a donde me digan lo que he de hacer. Sus ojos. Tus ojos". Chantal Maillard Amar es fragil "Como arena seca se fue, o la sombra del viento al sol en una playa, (...)" Derek Walcott RECORDARTE Recordarte, vivir en esa quietud, aunque todo pase sin mas. Que no sea amor ni siquiera un recuerdo, nada de lo que quede. Nada de lo que hayamos compartido en este tiempo. Te entregas a mi, o a nosotros, no importa, sin que puedas evitarlo. Y es fragil, tan fragilque no se olvida. NO ESTAS SOLA No estas sola. Aunque los objetos no te permitan recuperarlo. Cada recuerdo es un rasgo de ese hombre y de lo que sucedio entre vosotros. Nada se ama sin el cuerpo, sin otro cuerpo. Lo que mencionas en tus cartas, lo que extranas, una vez que el ha desaparecido, no es mas que un recuerdo. Y hay recuerdos que saben a olvido por desgracia. Demasiadas veces. Todas las veces. Las fotografias, las tuyas junto a el, comentan detalles de un fracaso, que no se parece a lo que viviste. Pero a veces es necesario recordar y mentir en ese recuerdo para no estar sola, para sobrevivir a la ausencia, para convencerte de que hubo una vez que lo amaste, ?verdad? Y con todas tus fuerzas. OTROS ANOS No estas conmigo. Las puertas se cierran a mi paso. Las flores silvestres son empujadas por una fuerza parecida al viento, pero no es quiza el viento. Las nubes descienden a la tierra y demasiado tardan los pajaros en llegar. Otros anos lo hicieron antes, cuando cogias mi mano y callabas para mirarme. Estoy aqui, ante el horizonte desnudo, atraido por una sola palabra. "Quiza". TU NOMBRE Duele que tu nombre se parezca al de la mujer que duerme a mi lado. Las palabras trazan un armonico circulo. Tu cuerpo, lo que era y se fue, importa mucho en algunos recuerdos donde no me reconozco. Acabas de desvanecerte. Entre las olas de luz ha sido, olas que se pliegan al llegar a la orilla. Inutil intencion de alcanzarte. De morir. De repetir una y otra vez esa estupida accion. Nos banabamos y nada era tan importante como dejarnos solos. CADA VEZ Sentir que me hieren. Sentirte. Dejar que el fuego, tuyo y mio, consienta cada encuentro. Tus manos me inspiran. Y esa boca que pronuncia un nombre distinto para mi. Con cada vez. EL HIELO Te deseo desde ese silencio que evocas. Eres la apariencia, no el cuerpo, todavia no. Y, sin embargo, presiento que necesito la soledad a tu lado, el hielo, un roce apenas, la luz intermitente, nuestro cuarto. Siempre. UN MOVIMIENTO Lo que queda de mi no es nada mas que un movimiento, tuyo quiza, cerca de mi, descuidado, una sombra de tu mano que nace de mi pecho, una mirada repetida y hacia la luz. No puedo besarte por alguna ley que quieres que cumpla. LENGUAJE Tu cuerpo es mi lenguaje, eco de una vida anterior donde quiza, alguna vez, ame a quien me recuerdas. Si llega la noche, has de mentirme para no volver a aquella vez que ame a quien me recuerdas. No tengo memoria cuando me atrevo a querer en la oscuridad, a buscar. Un cuerpo. Un tema. Una tarde para leer. Como tu, me conmueve todas las veces. Contemplar tu sombra, su cuerpo "Asi se esta despierto en medio del silencio, una respiracion dormida al lado y las horas de la noche." Miguel Casado ASI ES VIVIR Contemplarte. Algo asi es vivir. Observar tu fragilidad, tu limpieza en los ojos. O ese sincero abrazo de las espigas tras mi sombra. LO QUE TEMES Temes hacerme aquello que tanto deseo. Porque el deseo es el verdadero placer. La ausencia de ti escribe estas lineas. Las orillas me borran. Un fragmento: "No eres tu ni las olitas que mojan tus pies al atardecer, antes de la ultima nevada". Se disipa la primera ave. Luces descargan en la oscuridad que deja. Mueres por mi. O eso dices. TU FRAGILIDAD Tu fragilidad es lo que abandono y que a veces susurres a escondidas: “Dame el placer de los olvidados”. Dejo de escribirte por ahora. Pero ahora tambien es una eternidad para ti, mi soledad, una mujer y otra. UNA ESTRATEGIA Te quiero cerca. Y lejos que queden las visiones del fuego. Tu cuerpo, mi oracion en la oscura resonancia de un sueno. ESTRATEGIA II Deseo sentir que, en tu interior, todo se agita, todo es distinto, ausencia del mundo. Brevemente me esperas como otro cuerpo. Nos queda toda la vida para arrepentirnos de lo que hemos hecho a escondidas: cerre los ojos y me arrastro tu mano y las sombras de ti. Brevemente te tengo. ESTRATEGIA III Ven conmigo. Elevate de mi cuerpo hasta que el placer y un dano sean la misma luz. No olvides cada tarde de invierno. Mi nombre y el tuyo, el nombre de todas las cosas. Trazo oscuro sobre tu cuerpo a punto de desaparecer. Lo miento y sobrevives. UN SOPLO Un beso, soplo de vida. Me miras y camino sobre el fuego. Ganas de desaparecer en un recuerdo tuyo. Azul oscuro. Cafe en una terraza de Montmartre. A veces eramos felices. ESTRATEGIA IV Cuidar de tu gesto bajo el hielo. Quedarme. Querer. No dejes de besarme. Dime que fue de mi y de ti. La realidad, una falsa promesa, los dos, a solas, somos un cuerpo, confuso, que olvida. A ti, no. Ni ese dormitorio, ni su incendio breve. COMO EL CANSANCIO Tus manos, sombra que muere en mi, vibracion de una noche que no repetiremos. Beber entre tus piernas, sentir la luz como el cansancio. Me desvistes y el viento, o tu, o esa leve sucesion de nubes me recuerdan que no existe nada mas parecido a la vida que la ceniza. OCULTOS Plantamos arboles para ocultarnos. La juventud no es esta edad ni la luz. El deseo a veces regresa y luchamos para que lo que quede de vida parezca eterna. Nos mentimos cuando nuestros cuerpos se hieren sin motivo alguno, en ese abrazo, quiza, que tantas veces interrumpe la lluvia. Afuera. O dentro de nosotros. LA CARNE Como te necesito, te imagino. Tras las puertas, no hay otro hombre, sino la mujer que desnudo en la luz. Despoblados lugares son tus ojos y lo que miento es tan bello que piensas que es cierto, como unos versos de Maillard: "Ademas, tambien esta el ahogo. La carne incandescente, la estrechez y el aire que se aspira como se sorbe, a cortas bocanadas, (...)". VENECIA No importa si sucedio en Venecia. En un cafe, los dos nos miramos como dos desconocidos. Casualmente. Eramos dos seres distintos a otros anos, a los arboles que rodeaban nuestra casa e incendiaba la luz, o su transito de la manana a la noche. Eran tus manos, tus labios frunciendose, a punto de rozar los mios, lo que me excitaba, como agua que corre fugaz, sin rumor apenas hasta ese lugar tan familiar donde el placer se parecia tanto al dano. Juntos. Casi nos ahogamos. No importa si sucedio en Venecia. Alrededor, como la niebla "La beso entonces con ternura. Es tan blanca que apenas puedo saber cuando se ausenta". Chantal Maillard TU MANO ES UN PAJARO Te escribo para que no mueras. En ti no hay nada que sea mar o ligero fulgor sobre el mar. Me deseas, pero nada significa eso, cuando estamos desnudos ante la proeza. "?Que proeza?", preguntas sin aliento ya. Que el mar nos sumerja, que algo asi pase, que nada respire a nuestro alrededor salvo nosotros, quienes no hemos heredado nada, quienes olvidaremos pronto este instante. Dos locos. Y tu mano es un pajaro que se guarece en la mia. HABITACION GRIS A lo mejor me basta solo con mirarte. Porque no eres tu, sino lo que queda despues de esa claridad que anega la habitacion gris. Siempre estuvo vacia. No quieres saber mi nombre. Yo se el tuyo. Acabo de inventarlo a la sombra, desnudo tambien, porque no queda otra verdad para mi que mirarte, como quien es tentado, como quien ha de aquietarte, mudo tambien, sin nada que me impida recordarte cuando dejemos este lugar, el polvo, su horma de sombra. AUNQUE TODO PASE Que tu cuerpo suceda a otro. Que nos falte el aire a veces y el movimiento sea nuestro, porque el mundo, como el tiempo, se ha detenido por primera vez. La saliva penetra en la hendidura y cierras los ojos, porque has alcanzado las aguas que te prometi. Aunque todo pase. UN CAFE Deja de mirarme. Deja que termine este cafe. Deja que improvisemos. Estas tan ansiosa como yo. Presientes que no sere como los otros, aquellos que te dejaron sin voluntad de amar nuevamente. Sabes que no soy aquellos. Deja de preguntarte. Deja que nos arrase esta luz. La merecida y fluvial. Un hombre solo no es amor "Vendra la muerte y tendra tus ojos". Cesare Pavese

  • Mientras te rendias, Margarita Martin Ortiz de Margarita Martin Ortiz

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  • Proyecto Thule de Javier Mas

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    Cinco caminos conducen a la verdad que ocultan la CIA y la Sociedad Thule sobre el final de los jerarcas nazis y la tecnologia militar que deslumbro al mundo. Una investigacion que destapa la conexion de la Sociedad Thule con Espana y Hitler y que pone al descubierto la importancia que tiene hoy dia Madrid y Valencia para el entramado politico-economico contra el que lucha la CIA. Un thriller apasionante, lleno de misterios, revelaciones sorprendentes, realidades historicas y claves que el lector tendra que descubrir poco a poco.

  • Cuando la nieve se derrita de Kelly Dreams

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    Micha estaba conforme con su papel de profesor en la Academia "Angeles Caidos", su vida era buena, su sueldo mas que suficiente y los alumnos lo respetaban. ?Que mas podria pedir un Angel Caido? No haber aceptado la apuesta que lo obligaba a viajar a la Tierra, convencer a la primera humana que encontrara de que tenia que darle posada y sobre todo no enamorarse de ella hasta que pudiera regresar a casa... Cuando la nieve se derritiera. Una peligrosa apuesta que pondria su alma en peligro y convertiria sus dias en el peor de los infiernos...

  • La razon que me llevo hasta Paris de Martina Leiva

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    !Penelope! --exclamo mi madre agitando el brazo. --Dime mama, ?que quieres? --?Te has puesto el protector solar, hija? --Si, si, mama, gracias. Mostre mi mejor sonrisa camino de la orilla, aunque un poco podrida por dentro si que estaba. Y es que, de no verlo no creerlo. Veintiocho anitos, un par de desafortunados tientos amorosos que no habian llegado a ninguna parte, y los ultimos cinco anos de mi vida con Manu. Ahora llevaba seis meses sola, pues habiamos roto principalmente porque el tenia una relacion casi enfermiza con su familia. No, no es que yo sea una acaparadora ni una celosa, es que su idea de tomarnos un dia para nosotros tenia mas de ir a ver a su madre, a sus cinco hermanos y a sus veinte sobrinos, que de ninguna otra cosa. Un par de anos me llevo tomar una decision que estaba cantada y que mas me hubiera valido tomar antes. Pero por aquello de que "nunca es tarde, si la dicha es buena", yo me puse el mundo por montera y me decidi a afrontar un nuevo y emocionante capitulo de mi vida sin pareja. Mentiria si dijera que los comienzos fueron faciles, aunque unas cuantas semanas despues de que Manu se hubiera marchado, empece a apreciar las muchas virtudes que tambien tiene la libertad y corrobore que no me habia equivocado. Los nuevos derroteros de mi vida sentimental, al estar mas sola que la una, me habian servido tambien para centrarme en mi faceta profesional. A resultas de aquella, abandone mi puesto de toda la vida en una de las secciones de moda de El Corte Ingles y me lance a la aventura empresarial en Internet. Por suerte y, de manera totalmente improvisada para mi, di el campanazo y mi tienda online de ropa y complementos comenzo a experimentar una proyeccion meteorica. Consciente de que me quitaban el genero de las manos, inverti mis primeras ganancias y estas me fueron devueltas multiplicadas por diez. Asi las cosas, en tan breve espacio de tiempo habia ganado mas dinero que en los ultimos cinco anos, por lo que decidi que era hora de darme un caprichito. El calendario marcaba el mes de julio e Ibiza era un destino que me llamaba y que ademas yo desconocia. En esa nueva etapa de crecimiento personal y profesional tome una decision inedita en mi; me iria de viaje sola. Mis mejores amigas, Paula y Lucia, antiguas companeras de trabajo, me animaron a ello. El dia que puse el pie en aquella maravilla componente de Las Pitiusas, con la unica compania de mi maleta, supe que habia acertado de pleno. Llegue al hotel y, tras soltar el equipaje, me dirigi hacia una paradisiaca cala con idea de repanchingarme en una hamaca. Justo la estaba tocando con la yema de los dedos cuando todo dio un giro inesperado en forma de llamada telefonica de mi madre. --Pe, ?donde estas? --Mi madre a veces me llamaba por ese diminutivo porque por razones obvias el de Pene estaba descartado. --Mama, en Ibiza, !ya sabias que llegaba aqui hoy! --Si, si, y nosotros tambien. --Vosotros tambien, ?que? --Que hemos llegado a Ibiza, hija, y con tu hermano. Mi cabeza en ese momento se convirtio en una especie de olla expres de la que salia vapor y mas vapor. Vale, vale, igual era una trola, que mi madre a veces tenia un humor que habia que pillarlo. --Mama, como broma ha estado bien, anda. Dejame que me relaje un poquillo en la playa. --Huy, Miguel, dice la nina que es broma, dile tu lo que hay delante del hotel para que se convenza de que estamos aqui --le dijo a mi padre. --?Va en serio, mama? --Totalmente, hija, ?no te hace ilusion? Nos alojamos en tu mismo hotel, me quede con la copla cuando me lo ensenaste. Vuelvete de donde sea que estes y ven a darnos un abrazo, que hace mucho que no nos vemos. Si, exactamente hacia dos dias. Ese fue el momento en el que yo maldije mi falta de sensatez al no haber previsto aquella posibilidad. Cierto que mi madre era una buena persona y que yo la adoraba, pero metomentodo era un rato largo. Por lo que yo oteaba en el ambiente, la mujer debia haber pensado que era muy triste lo de viajar sola, cuando constituia una de mis metas y yo estaba lampando por ello. Mi padre era bastante mas cauto en todo lo concerniente a mi vida, pero dado que "donde hay capitan no manda marinero", el solia ponerse a las ordenes de mi madre cuando a ella se le metia algo entre ceja y ceja. Claro que durante los anos que estuve con Manu ella debio pensar que yo le pondria los puntos sobre las ies si se colaba demasiado en nuestra vida; pero ahora se veia con potestad para hacer y deshacer a su antojo, sin encomendarse ni a Roma ni a Santiago. De vuelta al hotel, sin apenas haber podido disfrutar ni de un misero rayo de sol, comprobe con pavor que no se trataba de ninguna broma de mal gusto, sino que alli estaban mis padres con mi hermano Santi. Ver alli a mi hermano no es que supusiera ningun alivio a tan extrana situacion porque, a pesar de tener ocho anos menos que yo, Santi no es que pudiera calificarse precisamente como un chorro de alegria. Obsesionado con los estudios, yo ponia la mano en el fuego porque ningun otro joven habia aterrizado en Ibiza con animo de divertirse menos que el. --?Que llevas ahi, hermanito? --le pregunte despues de darnos los preceptivos besos al encontrarnos en el hall del hotel. --Mis libros, Penelope, ?que van a ser? --Por Dios, Santi, ?los tuyos o la coleccion completa de la Biblioteca Nacional? --No digas tonterias anda, es solo por ir adelantando materia para el curso que viene --Santi estudiaba Ingenieria de Telecomunicaciones, vamos lo que viene siendo un cerebrito. --Si acabas de terminar el curso con un punado de matriculas de honor, no me seas agonia... --Pues eso, hay que ir pensando en el siguiente... Por Dios bendito, el pertenecia a una rama de jovenes condenada a la extincion por exceso de responsabilidad, y caracterizada por tener la cabeza dura como el marmol. Por esa razon yo sabia que cualquier intento de convencerle caeria en saco roto. --Hija, ?te hemos sorprendido? --me pregunto mi madre emocionada. --No sabes tu cuanto. Una y no mas, Santo Tomas. Aquello no volvia a pasarme. La proxima vez que me fuera de viaje, se enteraban del destino a mi vuelta. Pero en esta ocasion el mal ya estaba hecho y ahora se trataba de minimizar los danos colaterales. --Pues nada, nos ponemos los banadores y ya estamos en la playa, que por fin estas tu acompanadita. Ni a sonar que te hubieras echado podrias haber imaginado algo asi, ?o me equivoco? --No, no te equivocas ni un apice, mama. --Pense que iba a necesitar un buen punado de resignacion cristiana para sobrellevar la situacion. --Pues nada, nos quedamos todos juntitos una semana, y luego de vuelta en el mismo vuelo para Madrid; lo hemos cuadrado a la perfeccion. Bien se notaba que estaban jubilados, porque se habian empleado a fondo en desgraciarme las vacaciones. Interiormente me tiraba de los pelos, pero por fuera aun me daba pena de fastidiarselas a ellos. --Mama, yo a la playa no voy que quiero echarles un vistazo a los libros nuevos. --Lo de mi hermano era digno de un buen psicologo. --Santi, tu te vienes a darte un bano ahora mismo, que estas mas blanco que una pescadilla. Y como te pongas tonto, no te dejo estudiar en todo el verano. --Lo de mi familia era surrealista, el mundo al reves. --Pero mama... --Por mucho que se quejara, no le iba a servir para nada. --No me repliques, Santi. --A ella solo le falto decirle que cogiera los manguitos y que hasta dos horas despues de comer no se banaba. Pues nada, el cuadro ya estaba completo. Mi madre, con una pamela que superaba en diametro a algunas plazas de toros; mi padre, que se pasaba el dia pidiendole a mi hermano que le explicara no se que teoria de cuando las ondas rebotaban en los arboles; y el sapientin y retono de la familia, con cara de limon por tener que estar perdiendo el tiempo en la playa. Ante semejante panorama, siempre me quedaba la posibilidad de meterme en el agua a hacer el muerto y comprobar hasta donde tenia a bien el mar llevarme; cuanto mas lejos, mejor. No obstante, por aquello del instinto de supervivencia, decidi darme un bano de una forma un tanto mas tradicional y dejar el riesgo por si la cosa se ponia todavia peor. Entregandome al relax de las aguas ibicencas, pense que nada mas podia pasar. Pero visto lo visto, pronto llegue a la conclusion de que todo era susceptible de empeorar. --!Ains! --pegue un grito cuando note aquel picotazo en el gemelo. Menos mal que dicen que las medusas tienen la visibilidad reducida y que tienes que ser tu quien te acerques a ella, porque yo no tenia ninguna intencion y aquella me habia dado un calambrazo de campeonato. --?Estas bien? --Debian haberse puestos todos de acuerdo, porque de campeonato era tambien el maromo que me pregunto. --Mas o menos, creo que me ha picado una medusa, me cuesta apoyar el pie. --!Que verguenza, no podia parar de dar saltitos! --Te ayudo. --Se ofrecio y me apoye en su brazo, que tenia la anchura de mi muslo. --Gracias, no te voy a decir que no. --Hubiera sido una pena, porque entre el dolor que tenia, y lo bueno que estaba el muchacho, me venia de perilla. --?Mejor? --Me ayudo a sentarme en la orilla. --Mejor, mejor, es que no veas si tienen mala leche los bichillos esos... --Tu no eres de aqui --dijo y causo mi risa. --Vaya hombre, algo de razon tienes, soy de Madrid. Pero mira quien fue a hablar, ?de donde eres?--Soy frances. --Se echo a reir, es que su ocurrencia habia sido de traca. --Pero no me vayas a decir que has aprendido a hablar asi en vacaciones --Le imite y rei tambien. --No, mujer, seria la bomba eso. Es que mi madre es espanola, pero se instalo hace muchos anos en Paris, donde conocio a mi padre. --!Que romantico! --exclame sin pensar. --?Has estado en Paris? --me pregunto. --No, lo tengo como asignatura pendiente --suspire. --Pues esa la tienes que aprobar, te lo recomiendo. --En una de estas me animo. Si lo hago, te llamo --bromee. Yo solia ser abierta y me encantaba conocer gente nueva, pero con ese chico como que senti una sintonia especial. --Claro, no dejes de hacerlo. Si quieres, te doy mi telefono, es muy facil de recordar. --?Me vas a dar tu telefono sin saber siquiera como te llamas? --Tienes razon, Noel, me llamo Noel. --?Como Papa Noel? --bromee llevandome la mano al gemelo por el dolor. --Si, pero con menos barriga. --Eso no hacia falta que lo jurara, parecia recien salido del taller de un escultor de primera. --?Y tu? --me pregunto mientras el azul de sus ojos rivalizaba con el del mar. --Yo espero no competir tampoco con el en barriga. --Que para eso me cuidaba. --No, claro, que no, estas estupenda. Digo tu nombre. --Ah eso, Penelope, soy Penelope. --Anda, como la Cruz --respondio. --Bueno, con algo de menos glamur, pero si. --Rei. --?Menos glamur? Creo que estas muy equivocada. Yo te veo hasta un poco parecida, fijate. Ni en el blanco de los ojos me veia yo el parecido, mas alla de que ambas fueramos morenas y con los ojos marrones; pero no me iba a quejar por la comparacion hecha por aquella belleza andante. --Pues nada, si tu lo dices...

  • Varsovia de Carlos Sisi

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    La humanidad por fin se ha puesto de acuerdo en algo: hemos decidido dormir y sonar hasta desaparecer.

  • Terriblemente enamorado de Never Girl Pan

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