• sombras en el faro - Carlos Dosel

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    El numero 1 en ventas de KINDLE AMAZON ESPANA, Carlos Dosel, con EL LEGADO DEL MAL, regresa con una nueva novela negra tenebrosa y espeluznante: SOMBRAS EN EL FARO.
    Regresa el gran autor Carlos Dosel con una historia ambientada en la Galicia costera de los anos 50, los dificiles anos de la posguerra espanola… La critica la senala como la mejor novela negra de 2019.
    Un terrible suceso ocurrido en el faro del pueblo costero de Castelourino, en La Coruna, deja consternado a todos los habitantes del lugar. El encargado del faro, Alejandro, asesina a su esposa en un crimen pasional, arrojandose a continuacion a los acantilados de A Costa da Morte.

  • Sombras en el faro. Misterio en Galicia: Novela negra en ...

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    Sombras en el faro. ... Mirar en el interior de este libro. ... del cuerpo sin vida de un hombre a las faldas del faro de la localidad de Castelouriño.

  • SOMBRAS EN EL FARO | CARLOS DOSEL | Casa del Libro

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    29 nov 2018 — El libro SOMBRAS EN EL FARO de CARLOS DOSEL en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • SOMBRAS EN EL FARO - CARLOS DOSEL CORDON - Agapea

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    Comprar el libro Sombras en el faro de Carlos Dosel Cordón, Malbec Ediciones (9788494949425) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra librería online ...

  • SOMBRAS EN EL FARO

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    SOMBRAS EN EL FARO. DOSEL CORDÓN, CARLOS. Editorial: MALBEC EDICIONES; Año de edición: 2018; Materia: Novela negra; ISBN: 978-84-949494-2-5. Páginas: 430.

  • Entrevista con Carlos Dosel, autor de Sombras en el faro

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    Le agradezco mucho su tiempo y dedicación. Entrevista. Actualidad Literatura: ¿Recuerdas el primer libro que leíste? ¿Y la primera ...

  • Sombras en el faro de Carlos Dosel - Hola Ebook

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    Sombras en el faro de Carlos Dosel Libro gratis en PDF, MOBI y EPUB. Un terrible suceso ocurrido en el faro del pueblo costero de castelouriño, en la ...

  • Sombras en el faro - Carlos Dosel - Debeleer.com

    https://www.debeleer.com/sombras-en-el-faro-carlos-dosel/

    A mi nuera Mari Carmen Pérez Gutiérrez, licenciada en Periodismo, por escribir el prólogo, al igual que lo hiciera en mi primer libro.

  • Sombras en el faro: Novela negra en la posguerra gallega de ...

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    26 abr 2019 — ... Carlos Dosel, con EL LEGADO DEL MAL, regresa con una nueva novela negra tenebrosa y espeluznante: SOMBRAS EN EL FARO.

  • Pasion en Roma de Kate Hardy

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    ?Seria capaz de recuperarla?

  • Contemplacion (Lucifer 3) de Charlotte Bennet

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    Mi vida era monotona y vacia hasta que conoci a Emma Marie Taylor. Ella era la secretaria de mi difunto hermano David con la que tuve una disputa en el pasado. Pero ello no evito que, con el tiempo, me enamorara y me casara con aquella extraordinaria mujer pues Emma es lo que siempre habia sonado. Es increiblemente bondadosa, comprensiva, valiente y decidida. Su amor alivia mis males y hace que la esperanza emerja de forma insolita puesto que los dos hemos sufrido por culpa de un destino cruel e injusto. Unidos tratamos de ver la vida desde otra perspectiva a pesar de la dificultad que supone resistir en medio de tanta adversidad, ya que nuestros enemigos crecen en la sombra a la espera de destruir todo cuanto hemos construido. Pero una serie de acontecimientos volveran a poner a prueba nuestros votos. Porque amarnos y respetarnos fue el comienzo de todo. Pelear por preservar este amor va a suponer un gran reto para nosotros ya que, algunas veces, hay que arriesgar y tomar decisiones por muy dificiles y dolorosas que sean...

  • Los caminantes (Aeternum 4) de Carlos Sisi

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    Llega la continuacion de la saga de zombis mas famosa de nuestra geografia. En esta cuarta novela Carlos Sisi recupera a sus personajes mas emblematicos y da respuesta a los interrogantes que planteo en Hades Nebula.

  • Siempre te amare, pequena (Clan Sloan 2) de Jess Gr

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    Dicen que es mejor haber amado y sufrido, que nunca haber amado. Y que donde hubo fuego, siempre quedaran cenizas...
    Valerie no cree en esos "dichos", no cree en el amor, y solo ella conoce los motivos que la han llevado a convertirse en una persona fria y distante.
    Su corazon se ha endurecido creyendose enganada por Sebas, el amor de su vida y mejor amigo de su hermano, aquel por el que suspiraba cuando era nina. Ahora ha vuelto a Nueva York, pero ya no es la misma chica dulce y carinosa de antes de partir.
    Los secretos del pasado, tarde o temprano acabaran saliendo a la luz para ensenarnos que una mala decision, puede cambiar toda nuestra vida.
    ?Lograra Sebas encender el maltrecho corazon de su pequena Valerie?
    ?Resurgira el fuego de entre las cenizas?

  • Ciudad Satelite de Toni Hill

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    Un relato corto que complementa la ultima novela de Toni Hill, Tigres de cristal, y que recupera el protagonismo de Ciudad Satelite, un barrio emblematico de las afueras de Barcelona.

  • En lo profundo del bosque de Sonia Lopez Souto

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    1 Ano 1640, algun remoto lugar de las Highlands -Madre -Marsali se acerco a ella, con la respiracion agitada y el corazon latiendo a toda prisa tras aquella frenetica carrera. Sostuvo su peso, apoyando las manos en sus rodillas, intentando tranquilizar a su sofocado corazon. Luego inspiro varias veces tan profundo como pudo, ya que no podria hablar con su madre si no se relajaba. Esta espero, con impaciencia, a que su hija le explicase a que venia tanta agitacion. A pesar de ser madre e hija, en su aspecto, no podian ser mas diferentes. Mientras la madre era rubia y de ojos azules, el cabello de la hija, adornado con tonos rojizos pardos, armonizaba con el color miel de sus ojos. Un claro y doloroso recuerdo para la madre, de su padre. -Hay un hombre junto al rio -logro decir, a pesar de que su respiracion todavia era erratica-. He venido a deciroslo en cuanto lo vi. -Es imposible. Nadie conoce este lugar -se limpio las manos en el mandil, con calma, mientras hablaba-. Lo habras imaginado. -Habra llegado por casualidad -inspiro, mas relajada -. Lo he visto bien, madre. Es un hombre. -?Te ha visto el a ti? -Creo que esta muerto -fruncio el ceno al pensarlo-. Esta tirado junto al agua, como si hubiese intentado llegar a ella. No me he atrevido a acercarme mas por si solo esta desmayado. -Vayamos a ver, entonces -se acerco a la despensa, donde guardaba la espada que una vez le robo al jefe de su clan. Antes de haberse quedado embarazada, Iona habia sido la amante del laird. Habian disfrutado las noches juntos durante anos, mientras por el dia fingian ser senor y sirvienta. Iona era, por aquel entonces, una muchacha joven e ingenua, muy impresionable, y se habia enamorado locamente. El era un hombre alto y fuerte, apuesto y atento; y cuando se fijo en ella, una simple ayudante de cocina de dieciseis anos, se creyo la mas afortunada de las mujeres. Pero nada es como parece y menos cuando la que lo piensa es casi una nina. Ross solo buscaba diversion en la cama, justo lo que su esposa no queria ofrecerle de buen grado. No pensaba en sentimientos, sino en actos carnales, por eso, cuando Iona supo que estaba embarazada y fue a contarselo como la mas maravillosa noticia y como la culminacion de su amor, Ross mato sus ilusiones sin remordimientos, al pretender obligarla a recluirse en un convento hasta que diese a luz y abandonar en el a su bebe despues, para ocultar todo rastro de la infidelidad. Horrorizada ante semejante idea, Iona se escabullo del castillo en una noche tormentosa, que nada bueno presagiaba para ella. Solo llevo comida para el viaje, algo de ropa y aquella espada. A punto estuvo de perecer en el camino, cuando el caballo se encabritaba con el ruido de los truenos; asi que, sin poder controlarlo por mas tiempo y con temor a que en una mala caida perdiese a su bebe, finalmente lo dejo marchar y continuo a pie. Durante semanas, recorrio largas millas de distancia, siempre oculta de la gente que se iba cruzando en su camino y temerosa de que Ross la encontrase; aun cuando en el fondo sabia que no la estaria buscando. Su desaparicion le convenia, incluso mas, que tener que pagar su estancia en el convento durante un ano entero, ya que si no estaba en el castillo, el problema desapareceria para siempre y el engano a su esposa seguiria siendo un secreto. Saber que Ross buscaria a otra que ocupase su lugar y dejaria de pensar en ella, fue consumiendo a Iona poco a poco, hasta convertir su corazon en una pasa arrugada y negra, que tan solo la llegada de su bebe logro suavizar ligeramente. Pero aun amando tanto a su hija, no podia dejar de ver en ella la perdida de su primer y unico amor, y la renuncia que habia hecho a compartir su vida con el. En ocasiones, Iona se habia lamentado de haber sido tan impulsiva y haber huido lejos. En ocasiones, deseaba haber abandonado a su hija en el convento para seguir con Ross. Porque aun habiendo pasado tantos anos, seguia amandolo. -?Esta muerto? -pregunto su hija, instantes despues de que se agachase junto al hombre para comprobar su estado real. Podia notar la ansiedad en su voz y se propuso dejar en claro que su presencia no era bien recibida, antes de que se hiciese ilusiones con aquel extrano. Comprendia su curiosidad hacia el, pues no habia conocido a nadie mas que ella en sus dieciocho anos de vida, pero dejarle entrar en su mundo no era buena idea. -Esta gravemente herido -dijo con voz firme y dura-. Morira en pocos dias, no se puede hacer nada por el. -Madre, podria intentarlo -se ofrecio-. Conozco unas hierbas que… -No, Marsali -se levanto y la tomo de un brazo para alejarse de aquel lugar con ella-. No vamos a curarlo. Dejaremos que la naturaleza siga su curso con el. Ese hombre esta mas muerto que vivo. -Pero, madre, no podemos dejarlo ahi. -Podemos y lo haremos -se detuvo, enfrentando sus miradas-. Los hombres son crueles, hija. Juegan con los sentimientos de las mujeres. Siempre les dicen lo que quieren oir para seducirlas y conseguir de ellas lo que desean, pero cuando ya no les interesan mas, las abandonan a su suerte, sin remordimientos. No le tengas lastima, seguramente se merezca la muerte. -Eso no lo sabes, madre -replico-. Tal vez no sea asi como dices. Y... -Son todos iguales -grito, alterada y despues cerro los ojos para controlar su enfado-. Es hora de volver a casa. Aqui no tenemos nada que hacer ya. -Si, madre -Marsali desvio su mirada una ultima vez hacia el lugar donde yacia el hombre, antes de seguir a su madre de regreso a la cabana. Sentia curiosidad por el, pero no podia hacer nada con su madre cerca. -No vayas al rio hasta que yo me haya deshecho del cadaver -le advirtio, segura de saber lo que pasaba por la mente de su hija- ?Lo has entendido, Marsali? -Si, madre. Se escucho resignada, pero como si no la creyese del todo, la mantuvo cerca lo que resto de dia, dandole tiempo al hombre a sucumbir a sus heridas. Al llegar la noche, no se rindio al sueno tampoco, hasta saber que su hija estaba profundamente dormida. No iba a correr riesgos con ella ahora, despues de todo lo que habia hecho para protegerla; ni con el hombre, que tan nerviosa la habia puesto, al ver los colores que lucia. Sin embargo, si hubiese sabido que su hija iba a enganarla, fingiendo dormir, quiza le hubiese podido impedir que saliese de la cabana a hurtadillas, con su bolsa de medicinas y una manta vieja. Quiza hubiese podido detenerla antes de que caminase, con la luna iluminando sus pasos, hacia el rio, con intencion de intentar salvar la vida de aquel hombre. Pero no lo supo y Marsali logro marcharse sin que su madre lo descubriese. Cuando llego al rio, el hombre continuaba en la misma posicion en que lo habian dejado y temio no haber llegado a tiempo de salvarlo. Se arrodillo a su lado y lo giro con cuidado para ver la gravedad de las heridas, pero cuando los rayos de luna iluminaron su rostro, Marsali se quedo sin respiracion. Nunca habia visto a un hombre antes de el y le parecio hermoso. Tenia una linea de la mandibula muy marcada y unos labios plenos; las pestanas pobladas y una nariz bien perfilada. El cabello, aunque sucio por pasar tiempo tirado en el suelo, le llegaba a los hombros y lucia un tono negro que le recordaba las noches de invierno. Su cuerpo, que estudio buscando heridas, era fuerte y muy fornido. Le impresiono la gran cantidad de cicatrices que lo cubrian; todas ellas antiguas. -!Oh, Dios! -exclamo, al encontrar el tajo en su bajo vientre. No era tan profundo como para llegar a sus organos internos, pero lo suficiente para que hubiese perdido gran cantidad de sangre; de ahi la palidez extrema de su rostro. Pero respiraba todavia, lo habia notado en cuanto le dio la vuelta y volvia a sentirlo ahora. Si se daba prisa, podria salvarlo. Saco varios panos de lino de su bolsa y fue a empaparlos al rio para lavar la herida, antes de aplicarle el emplasto que tenia en mente ya: romero para combatir la infeccion, corteza de abedul para el dolor, cola de caballo para evitar la hemorragia y ruda para una rapida cicatrizacion. Una vez satisfecha con la limpieza, comenzo a mezclar las hierbas en un cazo lleno de agua y lo aplico sobre la herida, en cuanto estuvo listo. La luna llena le ayudo a ver sin necesidad de encender un fuego y aunque hacia frio y les habria venido bien su calor, no tenia tiempo para perder en ciertas comodidades. Primero era la vida de aquel hombre, despues lo demas; pues ya habia pasado demasiadas horas en el frio suelo y habia perdido mas sangre de la que le convenia. Aunque sabia que debia hacer, sus manos temblaban al trabajar, quiza pensando en que aquel hombre era la primera persona que conocia, aparte de su madre, y no sabia como actuar ante el, una vez despertase. Si acaso lo hacia, que empezaba a dudarlo, porque habia tardado demasiado en ir a socorrerlo. Ademas, tenia sentimientos encontrados en cuanto a salvarle la vida. Queria hacerlo, pero temia descubrir que su madre tuviese razon con respecto a los hombres y le hiciese dano si despertaba. No creia poder enfrentar a aquel hombre, si resultaba ser un desalmado, pues le ganaba en fuerza, incluso herido, pero a pesar del miedo que le inspiraba, no podia dejarlo morir. Hizo su trabajo, al final, sin pensar en nada mas. Impregno la herida con la pasta, hasta cubrirla por completo y despues envolvio con cuidado la zona, escuchando sus protestas cada vez que lo movia, para rodear su torso con la venda. Una vez hubo terminado, recogio sus pertenencias y las lavo en el riachuelo, mientras pensaba en algun lugar donde esconderlo hasta que se recuperase. Y el modo en que lo trasladaria, si no despertaba pronto para ayudarse. Era demasiado grande y pesado para ella, por lo que necesitaria una parihuela, aunque no se creia capaz de arrastrarla tampoco. Pero sabia que lo mas complicado seria ocultarle a su madre que lo habia ayudado a sobrevivir. Cuando regresase al rio para deshacerse del cadaver y no lo encontrase, era necesario convencerla de que se habia ido por su pie y que ella no tenia nada que ver con eso. -?Eres un angel? La pregunta, hecha con voz grave y profunda, la dejo petrificada. Sabia que le estaba hablando a ella, pues no habia nadie mas, pero no se atrevia a mirar hacia el todavia. Su respiracion se habia acelerado y todos sus musculos se tensaron, tratando de reunir el valor suficiente para enfrentarlo. ?Que tan malo podia ser el hombre? Estaba herido y demasiado debil todavia, como para hacer dano a alguien, si aquella fuese su intencion. Quiza por eso, se atrevio a girar hacia el, dispuesta a desafiarlo con la mirada, pero antes de poder hacer nada, se perdio en la profundidad de sus ojos negros. Mas negros que la noche mas agitada, que la cueva mas oscura, que el lugar mas recondito de aquel frondoso bosque, donde la luz del dia nunca lograba atravesar las copas de los arboles. 2 -No lo pareces -el hombre continuo hablando, pero Marsali no fue capaz de apartar la mirada de el, ni de hablarle-. Aunque eres muy bella. Un intenso rubor cubrio su rostro por sus palabras y su cuerpo respondio de igual modo, encendiendose de una forma que nunca antes lo habia hecho. Fue entonces cuando reacciono y aparto la mirada. Tomo su bolsa y se levanto para cruzarla al pecho. Aunque no estaba segura de querer tocarlo ahora que habia despertado, todavia tenia que llevarlo a algun lugar donde su madre no lo encontrase. -?Como te llamas? -el hombre siguio hablando- ?O tampoco eso me vas a decir? -Marsali -dijo al fin, reuniendo valor- ?Serias capaz de caminar? Necesitamos buscar un refugio para ti. -Bonito nombre -le sonrio-. Mi nombre es Neil. Neil Sinclair. ?A que clan perteneces? -?Puedes levantarte? -no es que evitase responder a sus preguntas, sino que no podia hacerlo. Su madre jamas habia hablado de su pasado, salvo para decirle que el mundo era cruel y que habia huido al bosque para protegerla. Despues de que evadiese todas sus preguntas durante anos, decidio no volver a hacerlo y conformarse con el presente que tenia. Sin embargo, cuando descubrio al hombre tirado en el suelo, su curiosidad renacio con fuerza y de nuevo, las preguntas comenzaron a acumularse en su joven mente. Necesitaba respuestas y sabia que su madre no se las daria nunca. Penso, al verlo herido, que si le podia salvar la vida, el le diria lo que queria saber. Le hubiese gustado hacerlo sola, pero busco a su madre para que le ayudase, creyendo que tal vez aquello la reconciliase con el mundo y pudiesen marcharse del bosque al fin, pero su madre solo le habia metido el miedo en el cuerpo y se habia negado a curarlo. -Puedo intentarlo -dijo Neil, apoyando las manos en el suelo y regresandola al presente a tiempo de ver como se impulsaba hacia arriba. El dolor le arranco un grunido hondo y Marsali se apresto a socorrerlo. Entre ambos lograron ponerlo en pie y apoyandose en ella, consiguio dar varios pasos, pero pronto tuvo que detenerse junto a un arbol para descansar- ?Ese refugio esta muy lejos? -Me temo que si -se mordio el labio, nerviosa, pues si no podia caminar, seria practicamente imposible llevarlo hasta la cueva. Podia buscarle un lugar mas cerca, pero si su madre lo descubria alli, quien sabe que haria. Nunca antes la habia visto tan alterada como esa manana, cuando le sugirio que lo salvasen. Le habia dejado claro que no lo queria alli, aunque no podia entender por que. A ella no le parecia tan malo. Habia sido educado con ella y no habia intentado enganarla o seducirla como su madre habia insinuado que haria.

  • Una estrella en la oscuridad, Gina Peral de Gina Peral

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  • Alma armenia de Magda Tagtachian

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    Que pasa cuando el DESTINO se equivoca?
    ?Ganan las raices al huracan de la PASION?
    Un amor contrariado, un viaje a Medio Oriente y una periodista que intenta reunir las piezas de su propia historia. Un mundo de aromas, sabores y belleza se enfrenta a la politica, el poder y la guerra. Como en un tablero de ajedrez, el AMOR hace su jugada.

  • Las horas muertas de Jorge Caneda

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    Samuel e Izan viven aislados en una casa al borde del acantilado. Hace anos que no ven un infectado de cerca. El anciano, testigo del mundo previo al apocalipsis climatico que estallo hace decadas, esta obsesionado con sobrevivir lejos de los zombis y del contacto humano. A diario lucha contra las inquietudes de su nieto, quien ansia saber que habra mas alla de las estacas que los protegen. La rutina diaria se rompe cuando Samuel lleva por primera vez al joven a explorar un pueblo abandonado. Alli encontraran un cuaderno con un extrano mensaje.

  • La institutriz y el escoces de Julia London

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    Bernadette Holly, una institutriz inglesa, habia cometido el error de fugarse con su amante, y ese error le habia costado su reputacion. Ya no tenia miedo de nada; ni siquiera del sombrio y peligrosamente atractivo escoces que se debia casar con la joven que estaba a su cargo, la inocente Avaline Kent.

  • Ni dulce, ni amargo de Sarina Bowen

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    La nueva autora de novela erotica que no puedes dejar de leer.

  • Volver a por ti de S.m. Afonso

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    Esplendor, lujo y decadencia desde las calles de Sicilia.

  • Protegiendo al diablo de Scarlett Van Veen

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    A primera vista, Brooke puede parecer una joven dulce y angelical. Sin embargo, la teniente Daniels pertenece a un cuerpo de elite militar llamado los Silver Skulls y, en accion, es tan letal como una bala. John Kasser es un famoso cantante; el diablo que todas adoran. Lo tiene todo: belleza, exito, dinero… Por desgracia, ha sido amenazado de muerte y una sombra lo acecha dia y noche. La teniente Daniels sera la elegida para proteger al artista y dar con su acosador. Para bien o para mal, el caprichoso destino volvera sus vidas del reves y los sumergira en una gran aventura repleta de romance, sexo, intriga y mucha accion…

  • Cartas de seduccion de Janelle Denison

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    Despues de anos locamente enamorada de su jefe, la secretaria Melodie Turner habia decidido hacer algo por fin. Quiza el detective privado Cole Sommers fuera capaz de resistirse a su nuevo peinado o a la lenceria sexy, pero pronto se veria afectado por una serie de cartas eroticas…

  • Esta cosa llamada amor de Hailey Smoke

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    Julia:
    Alto, moreno y hermoso? Si, ese es el. Xander es un veterano con una sonrisa atractiva, dulce y protectora del corazon con un cuerpo de desmayo despues. Y el es un cliente. Si, que sea profesional, sin embargo, no me importaria conocer mas de el despues de las horas de trabajo. Veo la forma en que me mira y yo no soy el unico barridos por la innegable atraccion entre nosotros. ?Tenemos una oportunidad de amor o nuestro pasado a nosotros que negar?
    Xander:
    Un evento desafortunado llevo a Julia a mi vista. Desafortunado, si, pero estoy agradecido por ello. Querer volver a verla, me converti en su cliente. Amable y hermosa, ella es un soplo de aire fresco, un faro de luz en mi vida solitaria. La quiero y ella me quiere. Solo el tiempo dira.

  • Dias sin final de Sebastian Barry

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    Despues de alistarse con apenas diecisiete anos en el ejercito de los Estados Unidos en la decada de 1850, Thomas McNulty y John Cole, su companero de armas, luchan en las guerras indias y, posteriormente, en la guerra de Secesion. Tras huir de terribles penalidades, estos seran para ellos dias llenos de vida y asombro, a pesar de los horrores de los que son testigos y complices a la vez. Sus existencias cobraran una mayor plenitud que peligrara cuando una joven india se cruce en su camino y surja la posibilidad de una felicidad duradera… siempre y cuando logren sobrevivir. La ultima obra de Sebastian Barry nos lleva por las llanuras del Oeste hasta Tennessee y es una autentica obra maestra, tanto por la atmosfera que recrea como por su lenguaje. Estamos al mismo tiempo ante una intensa y conmovedora historia de dos hombres y la vida que les toca vivir, y una nueva mirada sobre algunos de los anos mas fatidicos en la historia de los Estados Unidos. ” Dias sin final ” es una novela inolvidable.

  • Sangre de barro de Maribel Medina

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    El sorprendente debut de Maribel Medina, una nueva voz femenina del thriller de Espana.

  • Memento mori (Versos, canciones y trocitos de carne 1) de Cesar Perez Gellida

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  • El capitan malapata y la hermandad de los brujos de Peter Blues

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    El capitan MalaPata zarpa para la que puede que sea su ultima aventura. Deshacerse de la terrible maldicion que esta acabando con el poco a poco. La Hermandad de los Brujos pondra todos los obstaculos posibles para que no lo consiga. Los peligros acechan, el tiempo se agota. ?Lograra su objetivo?

  • Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig

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    Este es probablemente el libro mas famoso de Stefan Zweig. En el lleva a su cima el arte de la miniatura historica y literaria. Muy variados son los acontecimientos que reune bajo el titulo de ?Momentos estelares?: el ocaso del imperio de Oriente, en el que la caida de Constantinopla a manos de los turcos en 1453 adquiere su signo mas visible; el nacimiento de ?El Mesias? de Handel en 1741; la derrota de Napoleon en 1815; el indulto de Dostoievski momentos antes de su ejecucion en 1849; el viaje de Lenin hacia Rusia en 1917… <>, de manera que podemos ver en ellos unos puntos clave de inflexion de la historia, que leemos en estas catorce miniaturas historicas con la fascinacion que siempre nos produce Zweig.

  • ?Como conseguir un ligue de una noche? de Roxana Aguirre

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    Roger Santana, es un poco conocido y ordinario escritor que se gana la vida creando articulos para adolescentes en la revista <>. Sin una carrera exitosa ni un salario extraordinario, su vida da un giro radical cuando descubre la infidelidad de su novia y le encargan un articulo que le deja en claro su nueva mision: ?Como conseguir un ligue de una noche?

  • El regalo de Cassidy (Lobos de Cheyenne Ridge 2) de Kelly Dreams

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    Cassidy Felon no ha vuelto a ser el mismo desde el incidente ocurrido un ano atras a una de las hembras del clan felino de Pine River Mountain. Ni siquiera el haber podido cobrar venganza ha conseguido calmar su espiritu, pues en sus suenos sigue apareciendosele una mujer de pelo rubio blanquecino cuyos ojos parecen capaces de ver en su interior. Ella no podia ser real y sin embargo, la humana que encontro en uno de los refugios en su lado del valle si lo era, ante el tenia a la misma hembra por la que habia estado suspirando y a la que ahora se encuentra deseando como si no hubiese otra en el mundo para el.

  • Los nombre de las cosas de Mariano Peyrou

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    Todos los jueves, tres amigos se reunen en un bar. Uno es director de cine y parece difuminar constantemente el limite que separa lo real de lo imaginario. Otro es novelista, aspira a la maxima libertad posible en la escritura y en la vida y tiene tantas caligrafias como amigas. El tercero trabaja en un ministerio y siente que no sabe casi nada de su esposa ni de su hijo. Haciendo gala de un extraordinario oido para el dialogo, asociaciones de ideas imprevisibles y una ironia efervescente, con su segunda novela Mariano Peyrou se aventura sin aspavientos a plantearnos una serie de preguntas sobre el amor, las relaciones familiares, la politica y el arte.

  • Mentiras peligrosas de Becca Fitzpatrick

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  • Hasta que nos volvamos a encontrar (Bilogia Amame 2), Priscila S de Priscila S

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    La vida de Alison cambio por completo desde que decidio instalarse en Paris. Nunca penso que alli podria convertirse en la mejor bailarina de ballet, ni que cumplir un sueno no la hiciera feliz.
    Anos despues, y con una vida hecha, lo unico que mantenia era el recuerdo del que creyo el amor de su vida. Los recuerdos de Nicolas seguian atormentandola.
    La ciudad del amor volvera a ponerla a prueba. ?Que ocurrira cuando el pasado vuelva a convertirse en presente?
    Familias enemigas volveran a verse las caras cuando el pasado vuelva a ser presente.

  • La voz del Faquir de Harkaitz Cano

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    Un joven militante de la cancion utiliza su don para intentar cambiar el mundo. Imanol Lurgain abraza su guitarra y pone su enorme chorro de voz al servicio de la lucha de una ETA embrionaria que nace para combatir la dictadura. Apodado el Faquir, Imanol fue un hombre significado politicamente, amado y odiado a partes iguales cuando su conciencia y un hecho atroz le hicieron tomar partido por la vida y contra la violencia de la organizacion en la que una vez milito.
    Esta es la novela de una revolucion sonada; la historia de un artista que quiso dar voz a su epoca y a sus ideales, de las mujeres que conocio y los musicos que le fueron fieles; de las canciones que creo y del publico que acabo dandole la espalda. Y es, ante todo, una novela sobre la libertad y el compromiso con uno mismo.

  • Tan solo en un instante de Blanca Tunez Navarro

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    Una mudanza, un encuentro un poco desafortunado, un beso robado….
    Ella, Lara Hernandez, una locutora de radio, bajita y, en ocasiones, con mal caracter.
    El, Angel Vera, un cirujano, que como su nombre indica, es como un angel, aunque no siempre.
    Ella tiene la curiosa mania de encerrarse en si misma y no permitir que nadie traspase esa muralla. Tiene miedo a que, cuando llegue el momento de la verdad, todo vuelva a ser como si nada hubiera pasado.
    El no es capaz de controlar su instinto protector, por eso intentara estar con ella aunque lo eche de su lado. Quiere estar con ella sin importarle ese miedo que no termina de entender, pero hay cosas que no siempre salen como uno espera.

  • El hijo del jefe 1 de Sierra Rose

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    Britt Collier estaba, peligrosamente, a punto de volverse loca. Ella era la unica contable contratada actualmente, y aunque no le importaba contestar preguntas relevantes, no necesitaba a su adulador jefe apoyado sobre su escritorio. Obviamente estaba estirando el cuello para conseguir ver algo debajo de la blusa. Como esta tactica le era familiar, ella llevaba la blusa abrochada hasta arriba y un chaleco de punto sobre ella, para que incluso en caso de un catastrofico accidente con los botones, ella estuviera aun protegida de sus ojos fisgones. Si la pequena empresa tuviera un departamento de Recursos Humanos, habria presentado una queja por acoso sexual. Tal y como estaba, la gerente de contratacion era tambien la asistente del COO, asi que tampoco seria novedad para ella. El COO, tambien llamado director general de operaciones, es un puesto en lo mas alto del ranquin de puestos ejecutivos en una organizacion. Quiza algun dia ella tambien alcanzaria lo mas alto de la escalera corporativa. Una chica siempre puede alcanzar el cielo, ?no? De hecho, Britt estaba bastante convencida de que la asistente habia conseguido ese doble titulo gracias a una entrevista horizontal con el Senor Freeman en persona. A Britt le habria gustado imaginarse a si misma como una mujer sensata, una feminista que no era prisionera de nadie. Sin embargo, se desplomo sobre su escritorio sin decir nada mientras el senor Freeman se acercaba a ella senalando a su monitor. El no podia dejar de mirarle el pecho. Ella se aparto del escritorio deslizandose con su silla de oficina con ruedas. -Es suficiente -dijo. - ?Disculpe, senorita Collier? -dijo el alzando las cejas. -Explique todo esto en mi correo electronico. Asi que si no le importa, tengo cuentas de gastos que actualizar. -Por supuesto. Se lo ocupada que esta. -Si me disculpa. El sonrio. Ella salio de su pequeno cubiculo y fue al bano de chicas, simplemente para estar lejos de el. Desearia poder haberle dicho algo mas astuto e inteligente, algo que humillara sus intentos de rozarse con sus pechos igual que eso la humillaba a ella. Para sentirse mejor, miro la fecha en su telefono. Seis dias mas, se dijo a si misma asintiendo. Britt consiguio acabar la ultima hora de trabajo rapidamente comprobando hojas de calculos y tachando tareas de su lista de cosas por hacer. Acabo todo diez minutos antes de las cinco, con tiempo suficiente para ordenar su escritorio y hacer su lista de tareas para el dia de trabajo de manana. En cuanto la manecilla de los minutos llego al doce, se levanto, bolso en mano. Bajo en el ascensor desde el undecimo piso, donde se encontraba la Consultoria Creativa, y llego al vestibulo justo cuando Marjorie, su mejor amiga, salia de las escaleras. Marj estaba entrenando para una media maraton y opinaba que los ascensores la debilitarian. Se dirigieron por acuerdo mutuo hacia Joe's Java la cafeteria a la vuelta de la esquina de la oficina. Tuvieron su habitual quedada de los jueves para el cafe de despues del trabajo. Sentadas en un reservado al lado de la ventana, Britt dio un sorbo a su cafe con caramelo y suspiro aliviada. Se estaba tranquilo alli, pero no el tipo de tranquilidad que tenia ella en la oficina, con ese molesto zumbido de las luces fluorescentes sobre su cabeza y ese expectante silencio como el de un tiburon en el agua mientras ella se esforzaba por escuchar si Freeman se acercaba. En realidad, no era un tiburon, razono ella, era mas bien como un pulpo con todos esos brazos y manos. Marjorie se pidio algo con soja y proteina en polvo que tenia un aspecto verdoso. -Eso parece pintura. Pintura fea. Como la de la sala de espera del medico. -Gracias. Pero esta bueno. Agua de coco y repollo con polvo de proteina… -Suena como al paraiso -gimio Britt. -No, el paraiso seria tres semanas en Bali con Ryan Gosling. - ?Aun con Ryan Gosling? ?Podemos pasar pagina, por favor? -Jamas. Yo soy muy fiel. - ?Con cuantos chicos has quedado este mes, senorita Fiel? - dijo Britt de broma. -Eso es quedar. Ryan Gosling y yo, eso es amor verdadero. - ?Sabe el algo de todo esto? -No, es mejor asi. No quiero quitarle la ilusion. -Oh, que generoso por tu parte. Freeman estuvo en mi oficina esta tarde senalando a mi monitor. -Uh. ?Tiro algun boli para asi echarle un vistazo a tu falda? -Llevo pantalones por algo. -Asi que se fue directamente a por las tetas. Te escucho… -dijo Marj con arrepentimiento. -En una semana estara jubilado y haciendose un hueco entre jugadores de bingo sin suerte en la residencia de ancianos. - ?Tiene pinta de que le guste el bingo? -No, tiene pinta de que pasara el rato en clubs de strippers e insistira en cambiar los tangas. -Eh, si. Pero bueno, al menos no le tendremos respirando detras de nuestros cuellos. -Querras decir respirando profundamente detras de nuestros cuellos. Es tan pervertido. -Creeme que no pienso echar una sola lagrima cuando se vaya, pero, ?y si el que viene es incluso mas mamon? - ?Pero eso es posible? Quiero decir, Hitler esta muerto, ?no? -Si, pero hay un monton de cerdos machistas en el mundo en puestos de altos directivos. Les gustan los puestos de autoridad cuando no estan tomando el sol en una comoda roca. -Cierto. Bueno, dejame ver las casas. -Apartamentos. He encontrado propiedades de entre las que elegir. Estoy deseando ensenarselos a Kevin esta noche. -Seis meses es mucho tiempo. ?Donde lo vais a celebrar? -Acaban de reabrir Tamarind despues de remodelarlo. Nos morimos de ganas de probarlo. -Britt dijo emocionada -Me he comprado un vestido y todo. - ?Has ido de compras? Debes de estar emocionadisima. -Bueno, nos mudamos juntos despues de todos estos meses. Estoy deseandolo. Ya no vere mas capitulos de Esta Casa es una Ruina porque estoy sola y aburrida. Estaremos juntos y realmente empezaremos nuestra vida. Yo queria coger algun sitio que pudieramos arreglar juntos, hacerlo nuestro, pero a Kevin no le va mucho lo de hacerlo nosotros mismos. - ?Hacerlo vosotros mismos? A ti eso tampoco te va. -Seamos justos, no, no tengo muchas habilidades para arreglar cosas en casa, pero me gustaria aprender. He visto algun tutorial de como lijar y pintar un banco del mercadillo y me gustaria probar. - ?Ves videos de bancos? Cielo, necesitas hacer algo mejor. - ?Que me sugieres que haga? -Encuentra algun video chulo en el que salga Ryan Gosling. -Estas imposible -dijo Britt moviendo la cabeza mientras se acababa el cafe. -Me gusta este primero. -A mi tambien pero creo que la cocina es demasiado pequena. ?Y si tengo que preparar una lasana o algo? No hay espacio suficiente en la encimera.

  • El arcangel de luz de Raquel Cruz

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    ?Que pasaria si un dia descubres que no eres quien crees ser? ?Como aceptarias que tu destino no es el que con esfuerzo habias proyectado?
    Dana es periodista, intrepida, rebelde e insolente. Y su unico proposito es ganar el juicio contra el hombre que quiso asesinarla.
    Abel Rumsfeld es el abogado de la defensa y el ser mas perverso sobre la faz de la Tierra. No dudara en usar todo su poder para salirse con la suya.
    La rivalidad y la animadversion saltaran enseguida entre ellos. Pero las circunstancias se sucederan y la hostilidad se convertira en otra clase de sentimientos mucho mas intensos.
    Hasta que Dana descubre una verdad que amenaza con poner en jaque el mundo de los humanos.

  • La colina gris de Raquel Moreno

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    La Colina Gris es el sitio perfecto para vivir. Es como un oasis en mitad del mundo corrupto y materialista de fuera donde sus habitantes son felices y reina la prosperidad.
    Judith lleva anos viviendo alli y es completamente feliz. Juanjo vive en la calle con su hermano y a ambos se les presenta la oprtunidad de entrar a este lugar.
    Pero, ?que ocurrira cuando los dos se encuentren? ?Seguira siendo todo tan perfecto? ?O saldra a la luz la realidad de este lugar?

  • Avalon (Britannia 4) El elegido de la reina, Javier Pelegrin & Ana Alonso de Ana Alonso , Javier Pelegrin

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    Magia, aventura, lucha y una historia de amor que trasciende la leyenda.

  • La Piel del Pecado de Francis Molehorn

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    Angela Bennett es una mujer de 37 anos emancipada, bella, madre soltera, brillante profesional y rodeada de admiracion, a lo que ha llegado despues de haber llevado una existencia llena de sacrificios y locuras. Su vida lo tiene todo para ser ideal, hasta que su pensamiento critico hacia las religiones la pone en el punto de mira de grupos fundamentalistas dentro de la Universidad Catolica San Justo, donde imparte clases de Psicologia y donde mas de una vez ha tenido choques teoricos con alumnos que prefieren el creacionismo a la evolucion.

  • El vals de los malditos de Ivan Lopez Pardo

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    Un terrible asesinato tiene lugar en Santander en plena transicion postfranquista, que recuerda a otro fatal suceso que aterrorizo la ciudad en el pasado. Al igual que su padre entonces, el inspector Marcos Marquez es enviado a investigarlo. Al mismo tiempo en otro punto de la ciudad, su hermana Estela despierta sobresaltada, envuelta en oscuras pesadillas que enmascaran un terrible presentimiento que va a cambiar sus vidas para siempre. En su sueno, ve retornar de entre los olvidados a un hombre herido de nostalgia y anhelo que no parara hasta conseguir su objetivo. Mientras, escondida entre las sombras, una oscura figura continua tramando un maligno plan que el mundo ignora y que sera crucial para su devenir. Unidos por el horrible crimen, padre e hijo investigaran este nuevo caso, luchando juntos por superar las numerosas adversidades y trabas que, desde el principio, se encontraran para resolverlo.

  • El destino tiene otros planes (Seleccion RNR), Nuria Rivera de Nuria Rivera

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  • Matar a un ruisenor de Harper Lee

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    Cuando tenia casi trece anos, mi hermano Jem sufrio una grave fractura en el brazo a la altura del codo. Cuando sano y por fin se disiparon sus temores de que nunca podria volver a jugar al futbol americano, en raras ocasiones volvia a acordarse de aquella lesion. El brazo izquierdo le quedo algo mas corto que el derecho; cuando estaba de pie o andaba, el dorso de la mano formaba casi un angulo recto con su cuerpo, y el pulgar estaba paralelo a sus muslos. A el no podria haberle importado menos, con tal de poder pasar y chutar. Cuando transcurrieron anos suficientes para poder verlos en retrospectiva, a veces hablabamos de los acontecimientos que condujeron a su accidente. Yo sostengo que los Ewell fueron quienes lo comenzaron todo, pero Jem, que era cuatro anos mayor que yo, decia que eso habia empezado mucho antes. Dijo que comenzo el verano en que Dill vino a vernos, cuando nos hizo concebir por primera vez la idea de hacer salir a Boo Radley. Yo decia que si el queria tener una amplia perspectiva de lo sucedido, en realidad comenzo con Andrew Jackson. Si el general Jackson no hubiera perseguido a los indios creek arroyo arriba, Simon Finch nunca habria llegado hasta Alabama, y ?donde estariamos nosotros si no lo hubiera hecho? Eramos demasiado mayores como para zanjar la discusion con una pelea, de modo que consultamos a Atticus. Nuestro padre dijo que los dos teniamos razon. Al ser del Sur, era un motivo de verguenza para algunos miembros de la familia que no tuvieramos constancia de que alguno de nuestros antepasados hubiera peleado en la batalla de Hastings. Tan solo teniamos a Simon Finch, un boticario de Cornualles cuya piedad solo se veia superada por su tacaneria. En Inglaterra, a Simon le irritaba la persecucion de aquellos que se autodenominaban metodistas a manos de sus hermanos mas liberales, y ya que Simon se consideraba metodista, cruzo el Atlantico hasta Filadelfia, de ahi a Jamaica, y desde alli a Mobile subiendo hasta Saint Stephens. Teniendo en cuenta las estrictas normas de John Wesley sobre no enriquecerse en los negocios aprovechandose de los demas, Simon se dedico a la practica de la medicina logrando un gran exito; pero en esta empresa era infeliz, pues habia sido tentado a hacer lo que el sabia que no era para la gloria de Dios, como llevar oro y ropas costosas. De modo que Simon, habiendo olvidado lo que su maestro habia dicho sobre la posesion de bienes humanos, compro tres esclavos y con su ayuda establecio una hacienda a las orillas del rio Alabama, a unos sesenta y cinco kilometros mas arriba de Saint Stephens. Regreso a Saint Stephens solamente una vez, para encontrar esposa, y con ella establecio una descendencia con muchas hijas. Simon vivio hasta una edad impresionante y murio rico. Era costumbre de los hombres de la familia quedarse en la hacienda de Simon, Finch's Landing, y ganarse la vida con el algodon. El lugar se sostenia a si mismo. Modesto en comparacion con los imperios que lo rodeaban, Landing producia sin embargo todo lo necesario para la vida excepto hielo, harina de trigo y prendas de vestir, que proporcionaban las embarcaciones fluviales de Mobile. Simon habria considerado con impotente rabia los problemas entre el Norte y el Sur, ya que arrebataron a sus descendientes todo a excepcion de su tierra; sin embargo, la tradicion de vivir en esa hacienda siguio inalterable hasta bien entrado el siglo XX, cuando mi padre, Atticus Finch, fue a Montgomery para aprender Derecho, y su hermano menor fue a Boston para estudiar Medicina. Su hermana Alexandra fue la Finch que se quedo en Landing: se caso con un hombre taciturno que pasaba la mayor parte de su tiempo tumbado en una hamaca al lado del rio preguntandose si sus redes de pesca estarian llenas. Cuando mi padre fue admitido en la abogacia, regreso a Maycomb y comenzo a ejercer. Maycomb, a unos treinta kilometros al este de Finch's Landing, era la capital del condado de Maycomb. La oficina de Atticus en el edificio del juzgado contenia poco mas que una percha para sombreros, una escupidera, un tablero de damas y un impecable Codigo de Alabama. Sus dos primeros clientes fueron las dos ultimas personas a las que ahorcaron en la carcel del condado de Maycomb. Atticus los habia instado a que aceptaran la generosidad del Estado, que les permitiria declararse culpables de homicidio en segundo grado y asi evitar la pena capital, pero ellos eran Haverford, un apellido que en el condado de Maycomb es sinonimo de burro testarudo. Los Haverford habian liquidado al principal herrero de Maycomb por un malentendido que surgio por la supuesta <> de una yegua, fueron lo bastante imprudentes para hacerlo en presencia de tres testigos e insistieron en que <> era una defensa lo bastante buena para cualquiera. Persistieron en declararse no culpables de homicidio en primer grado, de modo que no hubo mucho que Atticus pudiera hacer por sus clientes, a excepcion de estar presente en su partida, una ocasion que fue probablemente el comienzo de la profunda antipatia de mi padre hacia la practica del Derecho Penal. Durante sus cinco primeros anos en Maycomb, Atticus practico mas que cualquier otra cosa la Economia; y durante varios anos desde entonces invirtio sus ganancias en la educacion de su hermano. John Hale Finch era diez anos menor que mi padre, y decidio estudiar Medicina en un momento en que no valia la pena cultivar algodon; pero despues de tener a Jack encauzado, Atticus comenzo a obtener ingresos razonables practicando la abogacia. Le gustaba Maycomb, habia nacido y se habia criado alli; conocia a su gente, ellos le conocian, y debido a los negocios de Simon Finch, Atticus estaba emparentado por sangre o matrimonio con casi todas las familias de la ciudad. Maycomb era una vieja poblacion, pero ademas era una vieja poblacion cansada cuando yo la conoci. En el tiempo lluvioso las calles se convertian en un barrizal rojizo; crecia hierba en las aceras, y el edificio del juzgado parecia combarse sobre la plaza. En cierto modo, hacia mas calor entonces: un perro negro sufria los dias de verano; las flacas mulas enganchadas a los carros espantaban moscas bajo la sofocante sombra de las encinas que habia en la plaza. A las nueve de la manana, los cuellos rigidos de los hombres se veian languidos. Las damas se banaban antes de la tarde, despues de su siesta de las tres, y al atardecer estaban como blandos pastelitos cubiertos de sudor y dulce talco. La gente se movia despacio entonces. Cruzaban la plaza a paso lento, entrando y saliendo de las tiendas que la rodeaban, y se tomaban su tiempo para todo. Un dia tenia veinticuatro horas, pero parecia mas largo. No habia ninguna prisa, ya que no habia ningun lugar adonde ir, nada que comprar y nada de dinero con el cual comprar, nada que ver fuera de los limites del condado de Maycomb. Pero era una epoca de vago optimismo para algunas personas: al condado de Maycomb se le habia dicho recientemente que no tenia nada que temer, solamente a si mismo. Viviamos en la principal calle residencial de la ciudad: Atticus, Jem y yo, ademas de Calpurnia, nuestra cocinera. Jem y yo estabamos contentos con nuestro padre: jugaba con nosotros, nos leia y nos trataba con cortesia. Calpurnia era otra cosa. Toda angulos y huesos, era miope, tambien bizca, y sus manos eran tan anchas como un travesano de cama, y dos veces mas duras. Siempre me estaba ordenando que saliera de la cocina, preguntandome por que no podia comportarme tan bien como Jem aunque sabia que el era mayor, y me llamaba para volver a casa cuando yo no estaba lista para regresar. Nuestras batallas eran epicas y con un final sin variacion. Calpurnia ganaba siempre, principalmente porque Atticus siempre se ponia de su lado. Ella habia estado con nosotros desde que nacio Jem, y yo habia sentido la tirania de su presencia desde que podia recordar. Nuestra madre murio cuando yo tenia dos anos, de modo que nunca senti su ausencia. Ella era una Graham de Montgomery; Atticus la conocio cuando fue elegido por primera vez para la legislatura estatal. Para entonces, el era de mediana edad y ella quince anos mas joven. Jem fue el resultado de su primer ano de matrimonio. Cuatro anos despues naci yo, y dos anos despues nuestra madre murio de un ataque repentino al corazon. Decian que era cosa de familia. Yo no la extranaba, pero creo que Jem si. El la recordaba claramente, y algunas veces en mitad de un juego daba un largo suspiro, y despues se marchaba y jugaba el solo detras de la cochera. Cuando se ponia asi, yo sabia que era mejor no molestarle. Cuando yo tenia casi seis anos y Jem se acercaba a los diez, nuestras fronteras en el verano (al alcance de la voz de Calpurnia) eran la casa de la senora Henry Lafayette Dubose, dos puertas al norte de la nuestra, y la Mansion Radley, a tres puertas al sur. Nunca sentimos la tentacion de traspasarlas. La Mansion Radley estaba habitada por una entidad desconocida, cuya mera descripcion era suficiente para hacer que nos portaramos bien durante dias. La senora Dubose era el mismo demonio. Ese fue el verano en que vino Dill. Una manana temprano, cuando estabamos comenzando nuestros juegos en el patio trasero, Jem y yo oimos algo en la puerta contigua, en el parterre de coles de la senorita Rachel Haverford. Fuimos hasta la malla de alambre para ver si habia un perrito, pues la perra terrier de la senorita Rachel estaba prenada, pero en cambio encontramos a alguien sentado que nos miraba. Sentado, no era mucho mas alto que las coles. Nos quedamos mirando fijamente hasta que el hablo: --Hola. --Hola, tu --contesto Jem amablemente. --Soy Charles Baker Harris --dijo el--. Se leer. --?Y que? --pregunte yo. --Solo pense que os gustaria saber que se leer. Si teneis algo que necesiteis leer, yo puedo hacerlo... --?Cuantos anos tienes? --pregunto Jem--. ?Cuatro y medio? --Voy para siete. --Entonces no es nada --dijo Jem, senalandome con el pulgar --. Aqui Scout lee desde que nacio, y ni siquiera ha comenzado aun la escuela. Pareces muy canijo para tener casi siete anos. --Soy pequeno pero mayor --afirmo el. Jem se aparto el cabello para mirarlo mejor. --?Por que no vienes aqui, Charles Baker Harris? --dijo--. Senor, vaya nombre. --No es mas curioso que el tuyo. Tia Rachel dice que te llamas Jeremy Atticus Finch. Jem fruncio la frente. --Soy lo bastante alto para estar en consonancia con mi nombre --dijo--. Tu nombre no es mas largo que tu. Apuesto a que es un palmo mas largo. --La gente me llama Dill --dijo Dill, intentando pasar por debajo de la valla. --Te ira mejor si pasas por encima en lugar de por debajo -- observe yo--. ?De donde vienes? Dill era de Meridian, Mississippi, e iba a pasar el verano con su tia, la senorita Rachel, y desde entonces pasaria todos los veranos en Maycomb. Su familia era del condado de Maycomb originariamente. Su madre trabajaba para un fotografo en Meridian, habia presentado una fotografia de el a un concurso de ninos guapos, y gano cinco dolares. Le dio el dinero a Dill, quien lo empleo en ir veinte veces al cine. --Aqui no hay exposiciones de fotografia, excepto a veces las de Jesus en el juzgado --dijo Jem--. ?Viste alguna pelicula buena? Dill habia visto Dracula, una revelacion que movio a Jem a mirarle con cierto respeto. --Cuentanosla --le pidio. Dill era un chico muy curioso. Llevaba pantalones cortos azules de lino que se abotonaban a la camisa, su cabello era blanco como la nieve y lo llevaba pegado a la cabeza como si fuera un plumon de pato; era un ano mayor que yo, pero yo le sobrepasaba en altura. Mientras nos relataba la vieja historia, sus ojos azules se iluminaban y se oscurecian; su risa era repentina y feliz, y solia tirarse de un mechon de cabello que caia sobre su frente. Cuando Dill hubo reducido al polvo a Dracula, y Jem dijo que la pelicula parecia mejor que el libro, le pregunte a Dill donde estaba su padre. --No has dicho nada de el. --No tengo ningun padre. --?Esta muerto? --No... --Entonces, si no esta muerto, si lo tienes, ?verdad? Dill se sonrojo y Jem me dijo que me callase, una senal segura de que Dill habia sido estudiado y hallado aceptable. A partir de entonces el verano paso con una diversion constante. La diversion constante era: hacer mejoras a nuestra casa del arbol que descansaba entre dos cinamomos gigantes en el patio trasero, alborotar, recorrer nuestra lista de obras de teatro basadas en las de Oliver Optic, Victor Appleton y Edgar Rice Burroughs. En este asunto teniamos la fortuna de tener a Dill. El representaba los papeles que anteriormente me daban a mi. El mono en Tarzan, el senor Crabtree en The Rover Boys, el senor Damon en Tom Swift. De ese modo llegamos a conocer a Dill como un merlin de bolsillo, cuya cabeza estaba llena de planes excentricos, anhelos extranos y fantasias raras. Pero a finales de agosto nuestro repertorio era aburrido, por haberlo representado incontables veces, y fue entonces cuando Dill nos dio la idea de hacer salir a Boo Radley. La Mansion Radley fascinaba a Dill. A pesar de nuestras advertencias y explicaciones, le atraia como la luna atrae al agua, aunque no mas cerca de la farola de la esquina, a una distancia segura de la puerta de los Radley. Ahi se quedaba, rodeando el grueso poste con un brazo, mirando fijamente y haciendose preguntas. La Mansion Radley hacia una curva cerrada mas alla de nuestra casa. Andando hacia el sur, se pasaba por delante de su porche; la acera daba un giro y estaba en paralelo con la finca. La casa era baja, en otra epoca era blanca y con un ancho porche y persianas verdes, pero hacia mucho tiempo que se habia oscurecido hasta llegar al tono de pizarra gris que la rodeaba. Unas tablas descompuestas por la lluvia caian sobre los aleros del barandal; unos robles mantenian alejados los rayos de sol. Los restos de una cerca guardaban el patio frontal, un patio <> que nunca se barria, donde crecian en abundancia hierbajos y flores silvestres. Dentro de la casa vivia un fantasma maligno. La gente decia que existia, pero Jem y yo nunca lo habiamos visto. La gente decia que salia de noche, cuando se ponia la luna, y miraba por las ventanas. Cuando las azaleas de la gente se helaban en una noche fria, era porque el habia soplado sobre ellas. Cualquier pequeno delito cometido en Maycomb era obra del fantasma. En una ocasion, la ciudad estaba aterrorizada por una serie de macabros acontecimientos nocturnos: encontraban mutilados pollos y animales domesticos; aunque el culpable era Addie el Loco, quien finalmente termino ahogandose en el remolino de aguas de Barker, todos seguian mirando la Mansion Radley, sin estar dispuestos a descartar sus sospechas iniciales. Un negro no pasaria al lado de la Mansion Radley de noche; cruzaria a la acera contraria e iria silbando mientras caminaba. Los terrenos escolares de Maycomb lindaban con la parte trasera del terreno de los Radley; desde el gallinero de los Radley, altos arboles de pacanas dejaban caer su fruto al patio de la escuela, pero los ninos no tocaban ninguna de aquellas nueces: las pacanas de los Radley mataban. Una bola de beisbol que cayera en el patio de los Radley era una bola perdida, y no se hacian preguntas. La desgracia de aquella casa comenzo muchos anos antes de que Jem y yo nacieramos. Los Radley, bien recibidos en cualquier parte de la ciudad, se encerraban en su casa, una predileccion imperdonable en Maycomb. Ellos no iban a la iglesia, que era el entretenimiento principal de Maycomb, sino que rendian culto en su casa; la senora Radley en raras ocasiones llegaba a cruzar la calle para tomar un cafe a media manana con sus vecinas, y sin duda nunca se unio a ningun circulo misionero. La senora Radley caminaba hasta la ciudad a las once y media cada manana y regresaba prontamente a las doce, a veces llevando una bolsa de papel marron que los vecinos suponian que contenia las provisiones de la familia. Yo nunca supe como el viejo senor Radley se ganaba la vida, Jem decia que <>, un termino educado para decir que no hacia nada, pero el senor Radley y su esposa habian vivido alli con sus dos hijos durante tanto tiempo como cualquiera podia recordar. Las persianas y las puertas de la casa de los Radley estaban cerradas los domingos, otra cosa ajena a las costumbres de Maycomb: puertas cerradas significaba solamente enfermedad y tiempo frio. De entre todos los dias, el domingo era dia para las visitas formales por la tarde: las senoras llevaban corse, los hombres llevaban abrigos, los ninos llevaban zapatos. Pero subir los peldanos de la Mansion Radley y decir <> una tarde de domingo era algo que sus vecinos no hacian nunca. La casa de los Radley no tenia puertas de tela metalica. Una vez le pregunte a Atticus si alguna vez tuvo alguna; Atticus dijo que si, pero antes de que yo naciera. Segun la leyenda del barrio, cuando el joven Radley estaba en la adolescencia hizo amistad con algunos de los Cunningham, de Old Sarum, una tribu enorme y confusa que estaba domiciliada en la parte norte del condado, y formaron lo mas parecido a una pandilla que se viera jamas en Maycomb. Hacian muy poca cosa, pero lo bastante para que hablaran de ello por la ciudad y los amonestaran publicamente desde tres pulpitos: merodeaban por la barberia; subian en el autobus hasta Abbottsville los domingos e iban al cine: asistian a bailes en los lugares de juego en el condado al lado del rio: la posada Dew-Drop y Campamento Pesquero: probaban el whisky de contrabando. Nadie en Maycomb tenia las agallas para decirle al senor Radley que su muchacho andaba con malas companias.

  • Los hijos de la Atlantida de Josep Capsir

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    Una tierra legendaria sometida por la ira de los Dioses. Un reino mitologico abocado a desaparecer del mapa. La Atlantida. Lo que fue mitologico se convertira en historia. Los ultimos dias de una de las civilizaciones mas desconocidas y oscuras: Tartessos.

  • Una rosa para May de R. Cherry

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    Un halo de misterio tomo el control de la vida de Victoria en: Una fotografia para Victoria. Pero ?conseguira descubrir lo que se esconde tras el personaje de Samuel?
    May es una apasionada de las flores que posee una floristeria a la vez que intenta descubrir lo que realmente esconde Larry, pero el caprichoso destino decide que debe aparecer en su vida Drew, un joven hombre apuesto y seductor a quien acudira cuando menos se lo espere.
    Un robo, sensualidad, amenazas, pistas, amor y dos apasionados hombres se cruzaran en su camino para tomar direcciones muy distintas. ?Se decidira por Drew o se dejara encandilar por la rudeza y la bondad de Carter? ?Podra salir del lio en el que esta a punto de meterse?
    !Descubrelo en Una rosa para May!

  • Juegos prohibidos 2, Emma M. Green de Emma M. Green

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  • Memoria por correspondencia de Emma Reyes

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    En 1969, Emma Reyes envio a un amigo historiador la primera de las 23 cartas en las que le revelaba como habia transcurrido su infancia. Durante mas de tres anos su amigo recibio la correspondencia, leyo los dolorosos recuerdos de la artista y llego a un acuerdo tacito de confidencialidad que solo rompio cuando decidio mostrarle los textos a Gabriel Garcia Marquez, quien animo a Reyes a seguir escribiendo. La correspondencia se mantendria hasta 1997 cuando se escribio la ultima carta del libro. Con una escritura que brilla por su honestidad y por su distanciamiento de lo pretencioso, Reyes describe las adversidades que vivio durante su infancia en Colombia a comienzos del siglo xx, la mayor parte de la cual transcurrio en un convento. Relata sin autocompasion, con inteligencia de adulta pero con ojos de nina, y logra transmitir al lector las mismas sensaciones que ella sintio. Publicado por primera vez en Colombia en 2012 se convirtio en uno de los libros del ano en ese pais, y desde entonces sigue emocionando a cuantos se acercan a el.

  • La duquesa de Danielle Steel

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    Traicionada. Abandonada. Invencible. Angelique Latham no es realmente duquesa, aunque tras perder a su madre cuando era muy pequena, se ha criado en el majestuoso castillo de Belgrave junto a su padre, el duque de Westerfield, que siempre la quiso con locura. Pero ahora su padre ha muerto, y sus hermanastros han decidido desheredarla. Esta sola en el mundo. A sus dieciocho anos, Angelique es lista y muy hermosa, pero tiene mala suerte, pues, aunque consigue colocarse como ninera de una familia acomodada, un suceso desagradable e injusto la deja otra vez en la calle. Sin hogar, sin referencias ni contactos, viajara a Paris. Alli, despues de rescatar a una joven de una situacion horrible, tendra la clave de su futuro. Un negocio insolito y una ocupacion al borde del escandalo marcaran la inesperada vida de la hija de un duque.

  • Suena conmigo de Marion S. Lee

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    Una romantica novela que te atrapara y no dejaras de leer.

  • Bajo el hielo, Bernard Minier de

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    Es diciembre de 2008 y, el escenario, un profundo valle de los Pirineos. De camino al trabajo, los empleados de una planta hidroelectrica descubren el cuerpo de un caballo decapitado suspendido en la cara helada de la montana. La investigacion del macabro hallazgo es asignada al capitan Servaz, un cuarentanero hipocondriaco que siempre actua guiado por su instinto. Se trata del caso mas extrano de toda su carrera. ?Que motivos podria tener alguien para asesinar a un caballo a dos mil metros de altitud? Todo indica que este es solo el principio de una larga pesadilla. Ese mismo dia, una joven psiquiatra se inicia en el mundo laboral en el psiquiatrico de la zona.

  • El juez justo de Mario Escobar

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    Tucson no era demasiado diferente de Montgomery en Alabama. Ambas ciudades pertenecian al "Cinturon del Sol", aunque hasta la decada de los sesenta del siglo pasado aquellas regiones se encontraban entre las mas pobres y poco desarrolladas de los Estados Unidos. La expansion de los campos de petroleo en Texas y la industria aeronautica en Florida habian comenzado a crear un nuevo cinturon industrial y desarrollo. Las empresas tecnologicas de Silicon Valley y el cine hicieron el resto. A pesar de las extremas temperaturas y las extensas zonas de desierto, el sur del pais estaba creciendo a un ritmo inesperado. Los Young provenian de Alabama, de una antigua familia de propietarios de plantaciones de algodon. Aunque el tatarabuelo de Rex destaco por liberar a sus esclavos antes de la guerra civil, para escandalo de sus vecinos, la familia de Sarah, los Houston, se habian caracterizado por la cria y venta de esclavos durante generaciones. Los bisabuelos lucharon en bandos opuestos pero, casi ciento sesenta anos despues, dos de sus decidieron aparcar las querellas familiares y unir a dos de los clanes mas importantes de Alabama. Rex era el marido perfecto, el padre ideal y un juez justo. Sarah habia dejado su prometedora carrera como abogada por amor y ahora, debido al traslado de su marido, tenia que abandonar a su familia y amigos para trasladarse a Tucson, una de las ciudades de frontera, donde los problemas parecian multiplicarse cada decada. Habian conseguido una casa relativamente grande en Flowing Wells al norte de la ciudad, una de las zonas mas exclusivas y una especie de isla de tranquilidad a cierta distancia de los focos de violencia y delincuencia de otras zonas. Tucson tenia el honor de encontrarse entre las diez ciudades mas peligrosas para vivir en los Estados Unidos, en concreto en el puesto ocho. A pesar de todo, Sarah habia logrado que la familia se adaptase a su nueva vida, que sus hijos adolescentes ya nos los maldijesen cada dia por haber tenido que abandonar a sus amigos y que Rex estuviera contento al tener por primera vez en su carrera el cargo de juez principal de Tucson con apenas cuarenta anos. Aquella manana, justo en el centro comercial, Sarah tuvo el encuentro mas extrano de su vida. Caminaba entretenida por las tiendas del centro comercial cuando se le aproximo un hombre latino de unos treinta anos. Era moreno, con el pelo corto y ojos negros rasgados, barba cuidada y musculoso, al menos eso es lo que se intuia debajo del traje caro hecho a medida. Ella noto que el hombre la perseguia, aquello comenzo a ponerla muy nerviosa, estaba a punto de llamar a su marido cuando el hombre se paro enfrente y con una sonrisa seductora le dijo: --Senora Young, es un honor conocerla. Perdone que la importune, creo que vivimos cerca, mi nombre es Eduardo Costa, seria un honor que usted y su marido vinieran a la fiesta que he organizado el dia 22 de noviembre. Sarah se quedo petrificada, sentia el corazon acelerado y una sensacion desagradable, como si aquel hombre, a pesar de su aspecto impecable y buenos modos, no fuera de fiar. --Bueno, tendre que hablar con mi marido. Mi familia viene en unos dias para Accion de Gracias. --Lo entiendo, pero no acepto un no por respuesta. Podra conocer a mi familia. Los ciudadanos de Tucson queremos presentar nuestros respetos al nuevo juez, ya sabe que nos llaman "el pequeno pueblo mas grande de America". Sarah sonrio, noto la mirada seductora del hombre recreandose primero en su vestido de flores que resaltaba sus curvas luego en las piernas largas y blancas, su cara aninada de ojos azules y pecas, con la frente despejada y pelo largo de color pajizo y rizado. El hombre le entrego una tarjeta, hizo un gesto inclinando ligeramente la cabeza, le beso la mano y se alejo a grandes zancadas por la tienda. Sarah se quedo con la tarjeta en la mano, aun sin reaccionar y sobre todo, ignorando que aquel hombre era el narcotraficante mas peligroso del Cinturon del Sol y que estaba a punto de trastocar la vida de toda su familia para siempre.

  • Tranquilas. Historias para ir solas por la noche de Varios Autores

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  • Contactos Recordados (Las Cronicas de Krinar 3) de Anna Zaires

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    Cuando un despiadado enemigo lanza por fin su ataque, Mia y Korum se enfrentan a la prueba mas grande por la que haya pasado hasta el momento su relacion. Pero son los secretos del propio Korum los que al final podrian llegar a destruirles.

  • Tiempos negros de Lorenzo Silva

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    Alicia Gimenez Bartlett, Jenn Diaz, Lorenzo Silva, Alexis Ravelo, Eduardo Berti, Ernesto Mallo, Patricia Soley-Beltran, Cristina Fallaras, Bernardo Fernandez, Paco Ignacio Taibo II, Pablo De Santis, Espido Freire, Petros Markaris, Anna Maria Villalonga<>.ERNESTO MALLO

  • La mujer singular y la ciudad de Vivian Gornick

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    Continuacion natural de <>, <> es un mapa fascinante y emotivo de los ritmos, los encuentros fortuitos y las amistades siempre cambiantes que conforman la vida en la ciudad, en este caso Nueva York. Mientras pasea por las calles de Manhattan, de nuevo en compania de su madre o sola, Gornick observa lo que ocurre a su alrededor, interactua con extranos, intercala anecdotas personales y piezas reflexivas sobre la amistad, sobre la a menudo irreprimible atraccion por la soledad y sobre que significa ser una feminista moderna. Estas memorias son el autorretrato de una mujer que defiende con ferocidad su independencia, y que ha decidido vivir hasta el final sus conflictos en lugar de sus fantasias.

  • Una ciudad inventada de Gonzalo Wandosell Fernandez De Bobadilla

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    UNA CIUDAD INVENTADA es un libro magistralmente escrito, repleto de emociones, vivencias de una mujer fuerte, dura, que lucha por abrirse camino en una Espana del siglo XIX muy critica y dificil para el genero femenino.

  • Vida 3.0 de Max Tegmark

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  • Demos vuelta la pagina de Aranza Wood

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    “Dicen que podemos enganar al cuerpo con otra piel, pero no al corazon con otra alma”

  • Nadie como ellos (Nadie 3) de Martina D’antiochia

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    Sentimientos encontrados se peleaban dentro de mi. Era como una lucha interna entre no solo dos, sino un millon de Zoes, y cada una pensaba una cosa distinta. O peor: cada una sentia una cosa distinta. Pero me era imposible distinguirlas, era como si mi cuerpo no me dejara sentir una unica emocion solamente. Estaba hecha un lio. Era tan dificil para mi asimilar todo lo que habia pasado tan de repente… Era tanto todo lo que me desgastaba por dentro… Los pensamientos melancolicos se apoderaban de mis silenciosas noches y me carcomian la cabeza, se colaban en mis suenos hasta terminar rompiendo en lagrimas. Eran lagrimas de tristeza, pero tambien de impotencia por no ser capaz de volver al pasado, o al menos arreglarlo en el presente. En realidad, daba igual. Daba igual si pensaba en el pasado o en el presente, porque en los dos lugares siempre sufria por el mismo…, por el, por Cody. Era el dueno de mis sentimientos y sabia que al enamorarme de el le entregaria la llave de mi fragil corazon. ?Como se le llama a una persona que se deja llevar por el corazon sin tener en cuenta las posibles consecuencias que conlleva? Estupida, supongo. Soy una estupida y no precisamente por haberlo hecho sin proteccion. Eso fue estupido, por supuesto, pero eso fue culpa de ambos. Fui estupida por creer que Cody seria capaz de entenderme y, sobre todo, apoyarme, de implicarse conmigo en el problema, ya que era de los dos. Fui estupida por pensar que si me queria seria capaz de tirarse al vacio conmigo en esto. Las personas que te quieren no se largan cuando un problema se presenta, eso me han ensenado a mi siempre. Pero quizas soy demasiado ingenua por pensarlo. ?Pero no deberia ser asi? ?Acaso no deberiamos estar al lado de aquellos que queremos cuando estan en problemas? Y mas si el problema es de los dos. Las personas que te quieren sufren contigo hasta arreglar las dificultades que se interponen entre vosotros, en vez de largarse porque necesitan <>. Quiero decir que entiendo que es mucho, entiendo que te sobrepase, pero… ?y que pasa conmigo, que tambien soy la que tiene el problema? Yo tambien quiero largarme una temporada para olvidar, pero, por desgracia, no puedo. Cada vez que pienso en ello, cada dia que pasa y veo que no me llega la regla, soy yo la que vive el martirio. Aunque quisiera, no podria hacer lo mismo, ya que estoy atrapada en este bucle de ansiedad y sin nadie que me rescate de el. Ya han pasado dos semanas y me siento como si hubieran pasado tres meses arrastrando el secreto. Ando ocultandolo dia y noche, necesitando con urgencia gritar a los cuatro vientos y que todos lo oigan y al menos ya estara dicho. Pero todavia no lo se. El problema es que me da demasiado miedo saberlo, no puedo dar el paso. Intento pensar que en realidad puede que todo este en mi cabeza. ?Y si no estoy realmente embarazada y simplemente mi regla es irregular? Pero luego me doy cuenta de que es poco habitual en mi la irregularidad… y vuelvo a tener miedo de hacerme la prueba y que se confirmen mis miedos. Ojala pudiera evadirme de este agujero negro que me consume desde que me despierto por la manana. Ojala pudiera traspasarle los susurros masoquistas que escucho en mi cabeza a alguien ajeno y poder respirar tranquilamente como si el mundo no se acabara manana. ZOE --Bueno, ?que? ?Piensas quedarte aqui todo el dia? ?Para eso has convencido tanto a tu padre de que te trajera de vuelta a casa? --pregunto Margaret irrumpiendo en mi habitacion. Estaba apoyada en el marco de la puerta con una mano en la cintura, como esperando alguna reaccion por mi parte. Yo estaba todavia tumbada en la cama y la observaba con impasibilidad. Llevaba el pelo repeinado en un mono alto y un chandal de deporte. O se iba a ir al gimnasio o fingia que iba. No se me escapaba que no tenia que cabrear a Margaret. No habia sido facil estar de nuevo en esta cama de la que ahora no tenia ningunas ganas de moverme. Habia sido complicado, una negociacion dura, poder volver a estar en casa. Despues de convencer dia y noche a mi padre para dejarme volver, no se como, pero, milagrosamente, me dio otra oportunidad. Y ahora no podia decepcionarle. De eso nada, pensaba aprovecharla para demostrarle que no me meteria en mas lios y seria responsable. --Vaya, pareces mi canguro. ?Vienes a vigilarme desde que me despierto? --me queje mientras me levantaba con parsimonia. --No vengo a vigilarte desde que te despiertas porque ya llevas un rato despierta, Zoe --me solto. Por lo visto, analizaba cada movimiento que hacia, juzgandome con la mirada. Solte un pequeno bufido, lo cierto era que le tenia tanto asco que ya ni intentaba disimularlo. --Entonces es verdad que me llevas vigilando un buen rato. ?Soy la unica a la que espias o tambien entras en el cuarto de Max para ver si ya se ha vestido para el cole? --proteste con sarcasmo y repulsion. Pero mis sarcasmos no parecian impactarle. No dijo nada, se dio media vuelta y se largo, no sin antes mirarme de arriba abajo con aires de superioridad. Me vesti rapido con lo primero que pille y baje a desayunar antes de que pudiera ponerme como un trapo con mi padre. --No te veo muy contenta de estar de vuelta, hermanita --me dijo Max mientras se preparaba un bol con cereales y se sentaba frente a mi. <>, pense para mis adentros. Como estaba tardando en responder, me di cuenta de que mi padre estaba empezando a prestar atencion a nuestra conversacion, metiendo la oreja sin querer que se notara. Se estaba preparando su cafe y tomando sus vitaminas de la manana, disimulando que seguia sus rituales matutinos, pero yo notaba como me miraba de reojo, extranado, para ver si me pasaba algo. Asi que decidi adelantarme a sus sospechas y responder con un simple: --Estoy bien. --Y segui mirando para abajo a mis tostadas con huevo. --Max, es lunes, ?que esperas? --se rio Margaret falsamente. Me sorprendio que estuviera defendiendome frente a mi padre y mi hermano, pero luego recorde que era su costumbre. Solo lo hacia estrategicamente para causar buena impresion, para que pareciera que nos llevabamos bien. Por mucho que odiara que hiciera eso, tengo que admitir que, cuando habla por mi, evito tener que fingir y eso me relaja, porque, a diferencia de ella, yo odio tener que fingir las emociones, me causan dolor de cabeza por no saber que responder. Es como meter un monton de ropa a presion en el armario, al final no cierra y se te cae todo encima. Despues de eso, nos pasamos un rato desayunando en un silencio tenso. Yo apenas toque el plato, tenia tantos nervios acumulados en la boca del estomago que no habia espacio para el apetito. Ya de por si la idea de volver a clase me daba ganas de vomitar. --?Has terminado? --me pregunto Max retirandome el plato sin dejarme responder. --No --respondi seria, a pesar de que la idea de meterme un bocado mas en la boca me daba fatiga. Max siempre estaba de mi lado, era mi aliado, pero incluso su voz me daba grima ahora. No queria estar para nadie. Simplemente queria quedarme comoda en mi casa enterrandome bajo las sabanas sin que nadie lo supiera. No sabia que iba a decir ni hacer cuando me encontrara de nuevo con las chicas… y sobre todo con Cody. --No me hagas esperarte --dijo medio en broma medio en serio, cogiendo su chaqueta negra de cuero del perchero y sin apenas mirarme. Nos montamos en el coche, y el mismo trayecto de todos los dias hoy lo senti como si llevaramos una hora conduciendo. --Venga, baja, que tengo que irme a clase. --Me quede mirando la entrada abarrotada de gente e inmediatamente me hice esclava de aquel antiguo panico que volvio a aparecer dentro de mi para amargarme la existencia, pero tambien para advertirme de que nada bueno podria pasar --. ?Se puede saber que te pasa hoy? --me pregunto al verme tan seria. --?Y a ti? ?Por que me hablas asi? --No se me ocurrio otra cosa que decir, estaba tan nerviosa que no le estaba prestando la atencion que le prestaria normalmente. --Muy bien, como quieras. --Piso el acelerador de camino a su instituto. Mierda, habia cabreado a Max y el seguramente solo se estaba interesando por mi y por saber que me pasaba. Realmente estaba siendo una idiota, estaba secuestrada por mis emociones y, si seguia asi, terminaria alejando a las pocas personas que podian ayudarme. Max lo decia en serio, estaba dispuesto a seguir hasta su instituto y dejarme alli, ya me las apanaria para volver. Poco a poco vi como la imagen de toda la gente agolpada en la entrada se iba alejando. --Espera, para, para, por favor. --Me ignoraba mientras miraba fijamente al frente--. !Max! Por favor --le rogue. Y en ese momento note como, a pesar de mis esfuerzos por disociarme, e incluso a pesar de mis esfuerzos por estar cabreada, se me quebro la voz. Estaba empezando a llorar sin poder controlar mis lagrimas. Sabia que, si lloraba, menos caso me iba a hacer. Odiaba a la gente llorona, algo ironico, ya que tenia a una maestra del llanto en la familia. --!!!Max!!! --grite con fuerza al ver que iba a atropellar a una chica en el paso de peatones. Al final freno tan de golpe que si no llego a tener el cinturon de seguridad salgo volando atravesando el cristal. Aproveche el momento y no perdi ni un segundo al bajarme del coche. Cuando vi a la chica del paso de peatones me di cuenta de que era Marina. No me apetecia ponerme a hablar con ella nada mas llegar y en esta situacion, asi que me di la vuelta antes de que pudiera verme y empece a caminar con paso firme hacia delante, queria ser invisible. Si me esforzaba lo suficiente, estaba segura de que lo conseguiria. --?Zoe? Cuando escuche mi nombre acelere el paso intentando como fuera evitarla. Al final me alcanzo y poso su mano en mi hombro para frenarme. --!?Zoe?! --exclamo sorprendida de verme. --?Como me has podido reconocer desde alli? --dije reservada, a pesar de que llevaba mucho tiempo sin verla y me imaginaba este momento mucho mas emotivo. --Mmm… No se --dijo sarcastica tocandome el pelo. Maldito pelo, siempre me delataba, deberia alisarmelo y tenirme de morena. --No sabia que habias vuelto. ?Que te pasa? ?Es que echas de menos el internado? --Que va, lo que yo mas deseaba era largarme de alli. --Entonces ?que te pasa? --Estoy nerviosa --dije mirandola a la cara por primera vez desde que me la encontre. --Tranquila, te trataremos todos bien --se rio sabiendo de sobra de que iba mi preocupacion. Me sentia atrapada en el bucle de una historia sin fin. De nuevo volveria a entrar por primera vez desde hacia mucho y Marina volveria a integrarme, volverian a mirarme mal y volveria a sentir la necesidad de querer encajar. La misma historia se repite una y otra vez y no logro ver el final. Siento que en todo este tiempo no me han echado de menos y algunos ni se han percatado de que no estoy, soy esa pieza indiferente que carece de importancia en la vida de los demas. Solo me prestan atencion cuando estoy para jugar conmigo como si fuera su juguete. Llegamos al patio y, como siempre, estaban todas sentadas en las gradas. --Espera. --Esta vez fui yo la que frene a Marina antes de ir para alla. --?Que? ?Es por la falda? --pregunto sarcastica recordando viejos momentos. --No, es que… se que algo va a pasar. --Zoe, ?a que te refieres? Claro que va a pasar algo, en la vida pasan cosas constantemente. --No finjas que no me entiendes. --Marina me empujo hacia delante sin dejarme rechistar, y poco a poco empezaba a notar ese familiar sentimiento de inferioridad, el corazon empezaba a latirme tan fuerte que en cualquier momento explotaria. --!Pero mira a quien tenemos aqui! --exclamo burlona y sorprendida Jacqueline, llamando la atencion del resto, que dejaron su interesante conversacion para mirarme a mi. --?Zoe? --preguntaron Jessica y Maddie a la vez. Mi cabeza iba a mil por hora, pero no se me ocurria nada que decir. --Hola --dije sin mas. --Parece ser que hoy es el dia de las llegadas sorpresa, primero vino Jessica, ahora Zoe, me pregunto quien sera el siguiente --interrumpio Jacqueline el silencio--. ?Por que has vuelto, Zoe? ?No te gustaba el internado? --pregunto Jacqueline con un tono dificil de identificar, no sabia si iba a malas o realmente le interesaba saber. --En realidad… --Abri la boca por primera vez desde que llegue, pero me interrumpieron… Maddie, como no. --Lo que no le gustaba era sentirse alejada de mi novio --me ataco Maddie, orgullosa de haberlo hecho. Lo que ella no sabia era que yo ya no solia callarme las cosas como antes, ya las conocia y no me importaba en absoluto formar una pelea, sobre todo desde que empezo a meterse con mi familia. --Espera un segundo, pensaba que tu novio era mi hermano --le respondi ironica con un tono falso de confusion--. ?O es que has vuelto a cambiar de novio? Perdon, es que se hace dificil llevar la cuenta cuando te echas uno cada semana --espete lo mas controlada posible, estaba furiosa y a la vez satisfecha por haber hablado. A partir de ahora no me iba a callar nada mas. --?Que querias que hiciera? No me quedaba otra opcion que darte de tu propia medicina, fastidia, ?verdad? No haberme robado a Cody, asquerosa --solto con malicia la ultima palabra. --!Ya esta bien! --interrumpio Marina, y Jacqueline puso cara de queja por haber frenado la discusion--. Hablais de Cody como si fuera una posesion. El es dueno de sus acciones y decide con quien se va y de quien se aleja. --?Como es tu relacion con el? ?Es ese cuento de hadas que todas deseamos tener? Por cierto, ultimamente no sabemos nada de el, ?donde te has dejado a tu principe? --siguio atacandome, ignorando por completo la respuesta de Marina. <>, pense para mi, y ojala me hubiera podido leer el pensamiento.

  • Si me traicionas (Los hermanos MacCarrik), Kresley Cole de Kresley Cole

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