• siempre ella libro mero loor - Mero Loor

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    A veces el amor no es lo que parece, a veces necesitamos conocer por muchos anos a una persona para saber que es la indicada, a veces basta una mirada, si, aunque suene a locura, basta una mirada, pero ?Que, cuando esa mirada crea lazos con el tiempo? ?Cuando el misterio es mas grande que el simple hecho del amor a primera vista?
    Preparate para describir un amor no solo a primera vista, un amor que trascendio y transcendera en el misterio del tiempo. Descubriras que quizas ya amabas a esa persona antes de conocerla, quizas ya la conocias, pero no lo recuerdas, sin embargo, existe ese presentimiento, ese “siento que te conozco de toda la vida” aun cuando apenas se han presentado. Descubre las posibilidades de que tu amor sea el amor de tu vida, el amor de todas tus vidas.

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  • Siempre ella - Mero Loor | Autores Editores

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    Siempre ella La conocí hace ya algún tiempo, quizás es poco, sí, pero si has encontrado el amor de tu vida, posiblemente me en-tiendas o quizás utilices lo ...

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  • Mero Loor

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    Ella, poema del libro Siempre Ella. Ella tiene poesía en su mirada, en su sonrisa y hasta en el danzar de su cabello... Ella es sol para las almas...

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    24 ago 2021 — Guayas, Durán MZ G2 SL.13 ISBN:978-9942-8665-1-6 Siempre ella Estas letras ... se sentó, abrió un libro, yo la miraba, no podía pedir más, ...

  • Autor Mero Loor plasma una historia eterna de amor en ...

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    13 feb 2022 — Mero Loor presenta la segunda edición 'Siempre ella'. ... “Fue un libro que me sorprendió a mí mismo”, confiesa Loor, quien estuvo ...

  • SIEMPRE ELLA. MERO LOOR.. 9789942894427 - Gonvill

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    SIEMPRE ELLA. MERO LOOR. Código de artículo: 4428007561; ISBN: 9789942894427. Páginas: 162. Tipo de libro: Impresión bajo demanda ...

  • Tu alteras mi mundo de

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  • Proteger a una dama (Baile de mascaras 2) de Alexia Seris

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    William Carmichael, octavo conde de Tillshire, es un hombre que se siente culpable por sus errores del pasado y que ha sido traicionado mas veces de las que le gustaria admitir. Ha perdido todo el interes por la vida tal y como la conoce. Por eso es el primer sorprendido cuando se erige como paladin de una dama que claramente esta en serios apuros.

  • La Tienda de James Patterson

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    En un futuro de comodidades sin igual, una megatienda digital puede hacer llegar cualquier cosa que desees a tu puerta, anticipandose a las necesidades que ni siquiera sabias que tenias. A la mayoria de personas les parece bien. Hace que sus vidas sean mas faciles y placenteras. Pero Jacob y Megan Brandeis, dos escritores neoyorkinos, no lo ven tan claro. De incognito, empiezan a trabajar para La Tienda a la vez que desentierran sus secretos mas oscuros. Algunos tan inquietantes que pondran a su familia en peligro. ?Conseguiran escapar de la vigilancia de La Tienda y publicar su libro antes de que la verdad desaparezca con ellos?

  • Bajo tus condiciones de Kristel Ralston

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    Christian Hawthorne es un magnate britanico tan atractivo como temperamental, cuya prioridad es vengarse de Rory Connely. A pesar de estar acostumbrado a mover las fichas a su antojo, manipular sin conciencia y seducir con su encanto, el sexy empresario no puede prever que la duena de un par de luminosos ojos verdes y un cabello indomable como el fuego se cuele bajo su piel y desestabilice su mundo. Pero Christian es implacable y reconoce en Emma la pieza perfecta para lograr sus fines contra Rory.

  • Un conde del monton de Eva Cubas

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    El quiere mantener su fachada de perfecto conde, aun en tiempos modernos.

  • Venganza (Los pecados heredados II) de Jana Westwood

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    Despues de su matrimonio Caroline y Norwell inician su vida juntos con la sombra amenazadora de lo que ocurrio meses antes en Southbourg.

  • Si yo te contara de Mayte Pascual

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    Voy a vomitar, voy a vomitar, voy a vomitar...>>. --?Te encuentras bien, Nel? Alejo me saca de mis ensonaciones desquiciadas. Trago saliva e intento enfocarlo con un gesto de fingida profesionalidad. --???Yooo??? Perfectamente. --Vale. Lo que tu digas. --?Han llegado ya? --Aun no, pero no te preocupes. He hablado con Pedro y nos avisara cuando entren. <>. Alejo adivina mis pensamientos. --El guardia de seguridad, Pedro. --Perfecto. Avisame, por favor. En cuanto Alejo sale de mi despacho, me hundo en la silla. Estoy en un tris de meterme debajo de la mesa y no hacer acto de presencia hasta manana, pero estoy decidida a mantener el tipo como pueda. Rebusco en el primer cajon de la mesa y encuentro las pastillas que compre el ano pasado cuando tenia una gripe horrible que deberia haber pasado en cama. No hay ni rastro del ibuprofeno, asi que tendran que servir. Me tomo dos con un trago de Coca-Cola helada y noto cada una de las burbujas como cristales clavandose en mi garganta. No habia otro dia. No habia dias en la semana, en el mes, en el ano. Solo podia ser el dia despues de la cena de Navidad de la empresa el elegido por los socios del bufete para convocarnos a una reunion de grupo y tratar los objetivos del proximo ano. --!Ya estan aqui! !Estan en el ascensor! Alejo entra como un loco en el despacho y estoy a punto de tirarme toda la CocaCola encima. --!!Joderrrrr!! --Lo siento, lo siento, lo siento... --Se acerca a mi como una moto y comienza a revisarme el jersey que, como no, hoy he decidido que sea blanco--. No, no hay ni gota, no te preocupes. --Me observa frunciendo el ceno--. ?Seguro que estas bien? --Mira, Alejo, carino... --Intento hablar calmadamente y no perder los nervios--. Si vuelves a preguntarme eso, te juro que el que no estara bien seras tu. --Vale, vale, estas genial, lo pillo. --Alejo resopla y su flequillo se mueve teatralmente--. Espero que estes tan genial con los jefes y no con esa mala leche que te gastas, hija. --No te preocupes. Igual cuando acabe la reunion no me tienes que aguantar mas y me voy a mi casita a vivir del Estado... --Dices unas tonterias, nena... Justo cuando Alejo esta haciendo el mono en medio del despacho, la puerta se abre sin avisar. --Buenos dias, Penelope. --Marcos nos mira sin mostrar ninguna expresion. Echa un vistazo a mi companero y lo saluda con un gesto casi imperceptible--. Alejo. Cuando querais pasamos a la sala de juntas. --Claro que si, ahora mismo vamos. --Cojo todos los documentos que tenia preparados y voy hacia la puerta, aprovechando el camino para darle un empujon a Alejo, que se ha quedado petrificado. Me encantaria arrancarle la cabeza ahi mismo, pero me limito a lanzarle una mirada de grado diez, que recibe con gesto de panico. Correteamos por el pasillo detras de Marcos como sus perritos falderos y entramos en la sala de juntas los ultimos. Como no. --Buenos dias a todos. --Marcos espera a que Alejo y yo estemos sentados mientras los demas nos miran disimuladamente. Y yo me siento la mas gilipollas del mundo. Se positivamente que es muy probable que tenga los mismos coloretes que Heidi--. En primer lugar, nos queremos disculpar por no haber podido asistir anoche a la cena anual, pero acabamos de volver de Bruselas. Miro a Jacques y a Beltran, pero los dos tienen la misma expresion que Marcos: ninguna. No se si va con el puesto o si cuando tienes tanta pasta te da un aire y te conviertes en un muneco de cera, pero jamas he visto tres caras tan inexpresivas. --Por otro lado, hemos estado analizando todos los expedientes de este ano y, aunque no podemos negar que los resultados han sido muy buenos, queremos que los proximos doce meses sean, cuanto menos, excelentes. No puedo evitar mirar de reojo a Maria, que no hace mas que carraspear y tomar sorbos de su botella de agua. A pesar de sus cincuenta y cuatro anos, anoche se quedo con los mas jovenes hasta que no quedo ninguno. Juraria que la ultima vez que la tenia localizada estaba bailando una cancion de JLo con una pajita como microfono. Cuando nuestras miradas se cruzan, no hace falta nada mas. Ya es oficial. Somos dos miembros exclusivos del selecto club de la resaca. --Omar, Maria, Penelope. Nos gustaria hablar con vosotros cuando acabemos la reunion. Nos miramos con cara de terror. Ya esta. Se acabo. Manana mismo empiezo a actualizar el curriculo y a buscar trabajo. O quiza podria montarme mi propio bufete en casa, organizarme a mi ritmo, ir a clases de yoga y darme un tiempo para mi... --Penelope... --!Si! --Estoy a punto de saltar de la silla. Alejo me da en la espinilla con el tacon de su zapato y veo las estrellas. --?Has traido la sentencia Franklin? --Por supuesto. --Me levanto con paso vacilante y se la entrego. Por un momento, creo atisbar en su rostro de cera un gesto burlon que apenas dura un microsegundo. --Gracias. Debo felicitarte por este caso en concreto. Fue un exito rotundo. Sonrio discretamente, sintiendo que todo el mundo me esta mirando. --Muchas gracias, Marcos. Ha sido uno de los casos mas interesantes de mi carrera. Alejo se atraganta intentando aguantar la risa, y anoto mentalmente asesinarlo en cuanto estemos fuera de la reunion. --Por nuestra parte, no hay mucho mas que decir. Unicamente felicitaros las fiestas y desearos un feliz Ano Nuevo, ya que no se aun si tendremos oportunidad de vernos antes. --Igualmente --soltamos al unisono, como alumnos bien educados respondiendo al profesor. En cuanto ellos tres se levantan, todo el mundo sale por la puerta lo mas rapido que puede. Alejo me aprieta el hombro dandome animos y sale el ultimo, cerrando la puerta a su paso. --Bien, chicos. --Siento la tension en el aire y no es solo la mia--. Nos gustaria aprovechar la ocasion de nuestra visita para hablar con vosotros seriamente. Oigo una exclamacion ahogada. Omar se sujeta la cabeza con las dos manos y se que esta a punto de darle un infarto. En eso, Maria y yo tenemos cierta ventaja: nos sentimos tan mal fisicamente que este varapalo no nos hara tanto dano. --Nos gustaria agradeceros los anos y el esfuerzo que habeis dedicado a esta empresa... --Si, blablabla, blablabla, blablabla... Ya esta: se acabo. Vamonos a casita--... Y ofreceros puestos de mayor responsabilidad, que en un futuro muy cercano derive en ser socios de la empresa. <>. Los tres nos quedamos congelados, sin habla y absolutamente anonadados. --?Que habiais pensado? --consigo articular intentando romper el hielo. --Bueno, lo tenemos bastante claro: Maria, laboral; Omar, penal, y tu, el resto, Penelope, con especial interes en tema fiscal. Vaya por Dios. Me acaba de caer el marron mas grande de toda mi carrera profesional. Ahora mismo, el despido no sonaba tan feo. --Por supuesto, iria acompanado de una subida sustancial del sueldo. --Cuenta conmigo. --Se que Maria esta emocionada. Es la mejor abogada laboralista que conozco y va a disfrutar de lo lindo con este trabajo. --Yo acepto encantado, por supuesto. --?Penelope? --Claro, claro que si. --Aun estoy algo abrumada. Y aun tengo ganas de salir corriendo al bano y vomitar--. Estare encantada. Marcos echa hacia atras la silla y se levanta a camara lenta. --Solo queria pediros un poco de discrecion hasta que pasen estas fechas y podamos daros esos puestos de manera oficial. --No hay problema. --Bien, chicos, buen trabajo, a por ellos. Cuando estamos saliendo, aun absorta en la decision que he tomado, Marcos me detiene

  • With me. Amelia de Jessica Cunsolo

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    Amelia Collins se muda a una nueva ciudad para escapar de un oscuro pasado y lo unico que quiere es pasar totalmente desapercibida y acabar el ultimo curso del instituto. Pero sus planes cambian drasticamente cuando el primer dia tropieza, literalmente, con el chico mas increible del instituto, el chico que encabeza la lista de las personas con las que no meterse… Aiden Park.
    Amelia debe encontrar la forma de sobrevivir y de no caer en los brazos del insoportablemente atractivo Aiden, ni de Mason, su mejor amigo; pero con nuevos amigos, arpias, viejas rivalidades, bromas pesadas y un pasado del que no consigue escapar, el ultimo ano de Amelia promete estar lleno de drama…

  • No necesito un vizconde (Cornwall 1) de Olympia Russell

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    Jeremy, Vizconde de los Arribes, tiene un encuentro inesperado con Gadea, su vecina de la infancia. Y tambien su amor no correspondido. Pero ahora el es un noble muy atractivo, deseado por todas las mujeres. Gadea ya no le atrae nada. Sigue siendo igual de cabezota y energica, pero es una joven insignificante y no tiene intencion de perder tiempo con ella, asi que se despide sin contemplaciones.

  • El Secreto de Malcom de Kate Danon

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    1314, Escocia
    Tras perder a su padre en la ultima batalla contra los ingleses, Lena MacLaren ha sido convocada por el rey de Escocia para decidir su destino. Como hija de un laird de las Highlands, debe contraer matrimonio para salvaguardar los intereses de su clan. Sin embargo, el candidato elegido por el monarca es el ultimo hombre con el que jamas hubiera pensado desposarse. Su pasado en comun es una barrera que considera infranqueable y las heridas en su corazon todavia no han cicatrizado…

  • Dos amores para Cassie 3 de Mark Miller

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    El ultimo ano habia sido una absoluta locura. La vida en Londres habia sido dificil, adaptarse a un nuevo hogar siempre resulta complejo, y si tomamos en cuenta el hecho de que yo era un ex suicida con trastornos depresivos, una ciudad con un clima tan lluvioso como el de la capital britanica no era precisamente la mas adecuada para que yo rehiciera mi vida. A veces cuando acudia a mis citas con esa sexy psiquiatra que llevaba mi caso le contaba que me gustaba llorar bajo la lluvia, y si, realmente me gustaba, era la unica forma de que mis lagrimas no se notaran tanto. Pero todo eso estaba por cambiar, tenia un buen presentimiento de ello. Mire por la ventana y vi como poco a poco empezaban a dibujarse las edificaciones, carreteras y demas. Las nubes ya empezaban a quedar por encima del avion nuevamente, estaba a punto de aterrizar en mi madre tierra, aquel pais donde habia nacido y crecido... Y me habia vuelto un fanatico de la depresion, pero ya no mas. Estar de vuelta en Estados Unidos me traia una mezcla de emociones que eran dificiles de explicar, por un lado me sentia nostalgico y nervioso, justamente habia huido de ahi hace aproximadamente un ano buscando mi salvacion, una razon para vivir. Y por el otro estaba emocionado por el hecho de poder encontrarme nuevamente con ella. Era el momento de que cumpliera aquella promesa que me habia hecho aquella vez en Venecia. Si llegamos a encontrarnos en una nueva vida, seras la primera persona a quien busque... Y eso era, una nueva vida. Tanto ella como yo estabamos dispuestos a dar un paso hacia adelante en esta historia. Ambos habiamos derrotado los fantasmas de la tristeza que acechaban nuestros corazones y habiamos renacido como personas distintas. O algo asi... --?Estas dudando de nuevo? --No... Solo estaba pensando un poco. Mi voz es un intento de susurro nervioso, la misma que uso cada vez que se presenta esta situacion, no debo llamar la atencion cuando hablo con ella, fue la recomendacion que me dio aquella sexy psiquiatra cuando aun estaba en Londres. Gire la cabeza en direccion a donde habia escuchado la voz y la vi, justo a mi lado. Sonriente como siempre, era la razon por la que habia tenido que pagar por los dos asientos, no me hubiera gustado ver la cara del pobre diablo que le hubiera tocado sentarse junto a mi durante el vuelo cuando hablara de nuevo con ella. Clara, mi querida Clara. --Pensando... Bien. ?Has olvidado tomar de nuevo esas pastillas verdad? No deberiamos estar hablando. Suspire y empece a sobar mis sienes, ella tenia razon. O la hubiera tenido, si realmente estuviera alli. --Lo siento. Es que con todo esto del viaje he estado... --No me mientas... ?Has vuelto a estar deprimido verdad? Baje la mirada al suelo y no respondi nada. Trastorno de duelo, era lo que me habia diagnosticado la psiquiatra. Mis antecedentes mentales sumados al grave shock que me produjo la perdida de Clara desencadeno en mi esta afeccion donde tenia alucinaciones con mi fallecida amiga. Al menos esa era la explicacion logica y cientifica que ella supo darme, pero yo opinaba distinto. Esto no era una alucinacion, clara estaba muerta, lo sabia. Pero no era simplemente representaciones de mi mente para escapar del dolor, Clara siempre aparecia cuando mas la necesitaba, aunque cuando le conte de esa situacion a la psiquiatra ella solo me miro de forma condescendiente y me receto unas cuantas pastillas para “evitar jugar al sexto sentido". --Devline... No puedes seguir aferrandote a esa idea tuya. ?Que pasara con Cassie y con Pato? Espero que lo estes cuidando bien... --No tienes que reganarme, estoy cuidando bien de el. Esta alla atras, lo recogere cuando aterricemos. ?Cassie? Ella esta mejor... Vamos a encontrarnos, de hecho... Y... Mi voz empieza a quebrarse de nuevo mientras siento el mismo pinchazo en el corazon que he estado sintiendo desde hace tantos meses. Reduzco aun mas mi tono de voz, si cabe para que nadie pueda darse cuenta de que estoy hablandole al vacio asiento junto a mi. --Maldita sea... No debiste morir. No era tu momento. Y a partir de entonces todo ha sido negro, todo se ha convertido en un sufrimiento silencioso. El viaje por Europa, lo que ocurrio con Cassie... No nos mereciamos todo esto Clara. Te extrano. Ella me miro con dulzura y estiro su mano hacia mi rostro, pude verla como acariciaba mi cara, pero me fue imposible sentir la calidez de su mano contra piel. --Devline, todo pasa por un razon. Debes entenderlo, no puedes seguir torturandote por algo que no fue tu culpa. Tienes que aprender a perdonarte y seguir adelante. Tambien te extrano, y a Cassie y a Pato... Pero estoy segura de que ustedes seran muy felices. Debes creer en ello Dev', Cassie y tu deben estar juntos. Llevo sus manos hasta las mias y de nuevo quise sentir el tacto de su piel contra la mia, pero no sucedio. --Ahora tomate esas pildoras. Busque el pequeno cilindro de plastico donde guardaba las pastillas, extraje una y me la tome. Vi desvanecerse la sonrisa de Clara junto a ella, unos segundos despues ya no estaba sentada a mi lado. Suspire profundamente y mire de nuevo por la ventana para ver como ya estabamos a punto de aterrizar. South Heaven, mi nuevo destino alli me encontraria con Cassie, seria la primera vez que nos veriamos despues de Paris. Treinta minutos despues de haber aterrizado ya habia recogido mi equipaje y a Pato, sabia que no le gustaba mucho permanecer en su jaula asi que apenas estuvo libre se subio a mis hombros y empezo a lamer mis orejas. Nos costo casi veinte minutos mas poder abordar un taxi. --?A donde lo llevo? --South Heaven, por favor

  • Un mar sin estrellas de Erin Morgenstern

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    <> -Booklist (resena destacada) <> -Publishers Weekly (resena destacada) Muy por debajo de la superfi cie de la tierra, sobre la orilla del Mar sin Estrellas, hay una gran cantidad de tuneles y recintos llenos de historias. Las entradas que conducen a este santuario suelen estar ocultas, a veces en el suelo de los bosques; en ocasiones, en hogares privados e, incluso, pueden estar a simple vista. Pero quienes las buscan las encontraran. Sus puertas han estado aguardandolos. Zachary busca su puerta, aunque no lo sabe.Sigue un canto de sirenas silencioso, una certeza inexplicable de que esta destinado a encontrar otro sitio. Cuando descubre un libro misterioso en las estanterias de la biblioteca del campus, empieza a leer y queda cautivado por los relatos de prisioneros que buscan amor, ciudades perdidas y acolitos sin nombre. De repente, una vuelta de pagina trae a Zachary a una historia de su propia ninez, increiblemente escrita en ese antiguo libro. Una abeja, una llave y una espada impresas en el libro conducen a Zachary a dos personas que cambiaran el rumbo de su vida: Mirabel y Dorian. Estos desconocidos lo guian a traves de bailes de mascaras y relatos susurrados en salones clandestinos hasta la sede de una sociedad secreta, donde los picaportes cuelgan de cintas y, fi nalmente, a traves de una puerta pintada que se abre magicamente para entrar en un lugar que siempre habia anhelado. Entre tuneles serpenteantes atestados de libros, salones de baile y orillas oscuras como el vino, Zachary cae en un mundo embriagador, impregnado de romanticismo y misterio. Pero una batalla se libra por el destino de ese lugar y, aunque hay quienes lo sacrificarian todo para protegerlo, otros estan decididos a destruirlo.

  • La jefa suprema (Los jefes 4) de Victoria Quinn

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    Me habia traicionado.

  • VOLVER A VERTE de Yolanda Ortiz Alarcon

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    . Es un placer volver a verte Sofia.
    Sofia Boss acude a la entrevista de trabajo que tanto desea, pero en cuanto se baja del taxi sus ojos se quedan literalmente clavados en un hombre increiblemente fascinante. Le cuesta despegar la mirada y siente escalofrios que nunca antes habia sentido cuando el le devuelve la mirada con la misma intensidad. Decidida a creer que son los nervios previos a la entrevista aparta a un lado de su mente este desliz sensual y consigue centrarse en su objetivo. Objetivo cumplido que hay que celebrar junto a su amiga Raquel en el mismo hotel donde ha sido contratada por la empresa Taylor Textil, Ltd., pero., vuelve a ver a su Sir Lancelot (como ella lo describe).
    Sam Taylor no puede creer que el destino haya vuelto a cruzar su camino con esa ninfa (como el la describe) y decide quitarse esa obsesion que ha sentido desde que la ha visto esa manana, llevandosela a la cama. Pero una noche no sera suficiente y tras pasar con ella horas inolvidables se despierta a la manana siguiente solo en su cama y sin saber absolutamente nada de su ninfa, solo su nombre, Sofia.
    Meses mas tarde vuelven a encontrarse y las dudas, la desconfianza y la perplejidad que Sam Taylor siente al verla, lo lleva a manipular todo el mundo de Sofia para descubrir a esa mentirosa. Obsesionado con ella crea autenticos momentos intensos y apasionados en los que los dos crean su propia guerra.

  • Justicia criolla. El crimen del extranjero de Nacho Solorzano

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    Ni treinta anos de servicio en la Policia ayudaron al comisario Edgar Augusto Duarte Pereira a reprimir el espasmo de nausea ante la escena repugnante que quedo al descubierto cuando levanto la sabana blanca que disimulaba un bulto de forma alargada. La victima, de sexo femenino, yacia sobre una mancha negra que contrastaba con el arenoso suelo de tono mas claro de la orilla del rio, ligeramente oscurecido por la lluvia que habia caido durante toda la tarde, la misma que habia dado lugar a una noche apacible y llena de estrellas que desentonaba con el horror de la escena. La desnudez de la muchacha, la postura indecente y las heridas y hematomas en areas del cuerpo normalmente privadas atestiguaban que su agresor habia cometido un crimen vergonzoso, empeorado por la garganta rebanada de oreja a oreja, seguramente para acallar sus gritos. El lado derecho de la cara, que parecia dormir apaciblemente, contrastaba con el lado izquierdo, horriblemente hinchado y amoratado, a tal punto que el ojo se distinguia apenas como una rayita bordeada de finos vellos. Tenia la boca cubierta de sangre que habia brotado copiosamente de la nariz, a su vez doblada en un angulo humanamente imposible, claramente rota por un impacto con algun objeto contundente. A pesar de todos los vejamenes, el cadaver parecia delatar el cuerpo de una joven mujer; sin embargo, los gritos desgarradores de la madre --<>--, que llegaban desde detras de los arbustos que ocultaban la escena, mostraban que se trataba todavia de una nina. Asi lamentaba dona Celia la impensable perdida de su hija mayor, Marta, de dieciseis anos. Los vecinos hacian esfuerzos por contenerla mientras que los policias antimotines, que habian llegado al lugar para contener la ira y la indignacion popular, no quitaban los ojos de la muchedumbre. De pie, cortando la carretera, a unos doscientos metros de la escena del crimen, cubiertos con chalecos antibalas y cascos blindados, y armados con macanas de madera y escudos de plastico, estaban listos para atacar, y matar de ser necesario, a aquellos conciudadanos suyos, a los que el deber les exigia proteger. Enfrente tenian una muralla de habitantes del pueblo, armados con escopetas, armas de mano, palos y piedras, dispuestos a no dejarse pasar por encima. La tension entre ambos bandos se sentia en el aire, pesada, como una tormenta a punto de estallar. Policias y pobladores estaban concentrados sobre la carretera que corria paralela al rio, y que atravesaba la aldea, a unos quinientos metros de la entrada de la misma. Ya dentro del pueblo, se transformaba en calle principal y sobre ella, a unos cien metros de la subestacion de Policia, que todavia ardia luego de que los pobladores le prendieran fuego durante los disturbios de la tarde y que nadie se apresuraba a apagar, una segunda barrera de antimotines se encontraba frente a un grupo menor de habitantes. Los cadaveres de los dos policias vapuleados por la turba enardecida y los de los tres bochincheros que los agentes habian logrado abatir antes de ser ellos mismos asesinados yacian frente a la subestacion. Al lado de los agentes, una mancha de sangre y dos trazas largas proveniente de ella mostraban que alguien habia sido arrastrado en direccion a los policias. El herido, cuyo rescate habia sido el punto de partida de los disturbios, iba ya en camino al hospital de la cabecera del departamento en una ambulancia. A unos cincuenta metros calle arriba de la subestacion ardian los restos de un carro incendiado por la turba en su furia. Aquel herido rescatado por los policias era el hombre que la poblacion creia responsable del crimen. La turba lo habia linchado y lo habian dejado, dandolo por muerto, junto a los policias que lo custodiaban cuando habian sido obligados a retroceder por el contingente de antimotines completamente equipados que se habia abalanzado sobre ellos. Para sorpresa de los oficiales, a pesar de las graves heridas, el presunto asesino estaba todavia con vida, aunque inconsciente, y habian logrado sacarlo del pueblo para transferirlo a la ambulancia. Mientras tanto, al otro lado del pueblo, el comisario intentaba hacer sus constataciones o, mas bien, pretendia memorizar lo mejor posible la escena del crimen, pues los pobladores no habian permitido que llevara ni siquiera un lapiz y una libreta para tomar notas, ni pensar en una camara. El cadaver se encontraba a no mas de diez metros de la carretera, oculto por una hilera de espesos matorrales que crecian a lo largo de la via ocultando el rio de la vista de los pasantes. La barrera vegetal se detenia a unos tres o cuatro metros del agua, donde comenzaba una leve pendiente que marcaba el borde del rio cuando este estaba lleno. Era en esta especie de playa, cubierta de una fina mezcla de tierra y arena de color normalmente beis, pero que se oscurecia al estar mojada, donde el cadaver habia sido descubierto por los pobladores luego de haber constatado la desaparicion de la muchacha. El policia se agacho para ver mejor la escena del crimen mientras se ponia un par de guantes de latex. Miro sobre su hombro y saco un hisopo, cuya cabeza de algodon estaba cubierta con un pequeno tubo de plastico que se cerraba en un extremo para proteger las muestras asi tomadas. Abrio el tapon hermetico y empujo la barita dejando al descubierto la cabeza. Lo acerco a la intimidad de la muchacha para recoger una muestra, pero el clic de un arma que se amartillaba detras de el lo hizo detenerse en seco. --Chonte morboso. Ver y no tocar fue el trato en que quedamos, ?no? El comisario, que se habia detenido en seco en la maniobra, ni siquiera se digno en volver a ver al muchacho que le apuntaba con el arma. Mas que asustado estaba indignado, y no por que le apuntaran con un arma por la espalda, sino porque lo trataban de <>, el termino despectivo usado en la region para referirse a los policias. --Necesito muestras para que las analice el laboratorio. Ustedes dijeron que querian que metieramos en la carcel al que hizo esto, entonces dejenme trabajar. --La mama se opone a que le pongas una mano encima a su hija y, si ella lo hace, nosotros tambien. De todas formas, el hijueputa que hizo eso ya se quedo tieso. Asi que... --el comisario sintio el acero del arma en el cuello--. Ver y no tocar. Duarte suspiro porque a pesar de no estar en lo mas minimo impresionado con el tono amenazante de aquel muchacho, que seguramente no tenia ni idea de a quien se dirigia, sabia muy bien reconocer una partida perdida cuando veia una, en especial al encontrarse del lado equivocado de un arma de fuego en manos de un inexperto. A su interlocutor no le faltaba razon: una de las condiciones para que los enardecidos pobladores le dejaran entrar a ver el cadaver era que no llevara nada y otra era, efectivamente, <>. En lugar de poner el hisopo en el cuerpo de la muchacha, lo metio en la arena al lado del cadaver, lo saco, lo cerro y se lo metio de nuevo al bolsillo. --Podria ser mi hija --dijo el comisario mas para si mismo que para continuar la conversacion con el pistolero. En efecto, desde que habia levantado la sabana una imagen perturbadora se habia fijado en su mente: la cara de su hija de quince anos en aquel cuerpo martirizado. Sintio el arma despegarse de su cuello. --Podria haber sido mi hermana --replico la joven voz detras de el en un tono comprensivo. El comisario escucho el ruido del martillo que volvia a su lugar. --?Y estan seguros de que fue ese hombre el que le hizo eso? --Aqui todos nos conocemos y el es el unico que no es de aqui que andaba en el pueblo. No puedo creer que tus cuates se lo hayan llevado vivo, pero del hospital no sale ese hijueputa. Visto como lo dejamos. --Pues, si fue el, que bien que le hayan quebrado el culo. Yo lo que tengo que hacer aqui es asegurarme de que... --un ruido de pasos le indico que se habia quedado hablando solo-- las pruebas confirmen que fue el para que no los vengan a chingar a ustedes luego --pronuncio las ultimas palabras en un susurro, para si mismo. Durante toda la conversacion no habia logrado apartar la vista del cuerpo de la muchacha, en la que no dejaba de ver la cara de su hija. Tal era el clima en el cual el comisario Duarte Pereira debia conducir su indagacion. El era el unico investigador de la Policia Nacional al que la poblacion de Arretenango habia permitido llegar hasta la escena del crimen. La autorizacion habia llegado despues de casi seis horas de negociaciones conducidas por un representante de la Procuraduria de los Derechos Humanos llegado desde la capital por helicoptero. Varias flores habian sido depositadas sobre la mancha de sangre en la que el cuerpo yacia y algunas veladoras habian sido habian sido encendidas por parientes y amigos de la victima, lo cual mostraba que la escena del crimen habia sido tan violada como la pobre muchacha y que lo que se podia encontrar en los alrededores no solo podia venir del asesino, sino tambien de aquellas bienintencionadas personas o incluso de los chuchos que vagaban por alli. Un tufo a amoniaco, que se mezclaba con el olor a sangre y el hedor a descomposicion que comenzaba a emanar del cuerpo, delataba que hasta algun gato errante habia dejado ya su contribucion. --Una investigacion tecnica e imparcial --se repitio el comisario, en un susurro, la instruccion que le habia dado el representante de la Procuraduria, al tiempo que negaba con la cabeza--. Se me hace que nos la vamos a tener que echar como en los tiempos de la contrainsurgencia. La reflexion se referia a aquellos anos, los de la epoca mas dura de la guerra civil, cuando la forma de <> era elegir al culpable, plantar las pruebas y luego presentarlas en un simulacro de juicio, que no era mas que un intercambio interminable de expedientes entre funcionarios judiciales que, a veces intimidados pero la mayor parte del tiempo corruptos, terminaban por fallar en favor de la autoridad acusadora o de quien quiera que fuera que hubiera dado la mordida mas grande. La presuncion de inocencia habia sido en aquellos tiempos una utopia, ya que la funcion de los mal llamados jueces era simplemente justificar los abusos innombrables que en nombre de la lucha contrainsurgente cometian las fuerzas del orden, convertidas en el aparato opresor del Estado. No era raro en aquellos tiempos que los pobres miserables que tenian la desgracia de cruzarse en el camino de la temida maquinaria judicial fueran presentados como criminales degenerados en lugar de politicos, sindicalistas o simples ciudadanos perseguidos, a veces por sus ideologias y otras por el simple hecho de haber cruzado una mirada con la persona equivocada. A pesar de las evidentes dificultades, la <> era una de las condiciones que habian sido acordadas entre el representante de la Procuraduria de los Derechos Humanos y los lideres de la muchedumbre para detener los disturbios generados por la colera de los vecinos, que habia empeorado luego del rescate del pobre infeliz acusado del crimen, lo que habia frustrado sus intenciones de quemarlo en la calle principal del pueblo. La furia colectiva se habia enardecido aun mas al darse cuenta de que los policias no habian rescatado un cadaver, sino un herido de gravedad que habia sido puesto en una ambulancia en direccion al hospital de Chepiltenango, cabecera del departamento donde se encontraba Arretenango.

  • Tu y yo nunca fuimos nosotros de Selam Wearing

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    Selam Wearing se revela con su primer poemario como uno de los grandes talentos literarios de su generacion. Su poetica esta llena de ternura, sensualidad, humor, imagenes muy certeras y comunicativas que rozan la anecdota y que hacen evidente la influencia de la poesia de la experiencia, el realismo sucio o el neorrealismo en su imaginario.

  • Murillo de Antonio Cavanillas De Blas

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  • El barquero de almas de Claire Mcfall

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    Dylan ha escapado ilesa de un horrible accidente ferroviario. Pero, en realidad, no es asi. El paisaje sombrio que la rodea no es Escocia. Es un paramo donde merodean espectros en busca de almas humanas. Y el extrano que esta esperandola no es un chico comun y corriente. Tristan es un barquero, cuya tarea consiste en transportar su alma al mas alla, un viaje que ya ha hecho miles de veces. Pero esta vez hay algo diferente. Indecisa entre el amor y el destino, Dylan comprende que no puede separarse de Tristan, pero tampoco puede quedarse con el. Tarde o temprano, inevitablemente, los espectros capturarian su alma y ella se perderia para siempre. ?Podra el verdadero amor vencer los limites de la muerte? El barquero de almas es una historia que nos hace pensar, un relato verdaderamente original de un amor que se niega a dejarse limitar por la muerte.

  • Cual menguando de Chantal Maillard

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    Este nuevo libro de Chantal Maillard, a caballo entre los generos, funde poesia, prosa y teatro, insertandose en la mejor tradicion de Samuel Beckett y sus piezas antologicas, su teatro o sus peliculas.
    Despojado como los personajes de Beckett, adelgazado como los seres filiformes de Francis Ponge o los de Henri Michaux, Cual es, en esa estela, un personaje que la acompana, que la contradice y se convierte en el reverso de quienes fuesen protagonistas de los poemas tragicos o las indagaciones metafisicas. Este libro inaugura un nuevo tono, una nueva conquista de Chantal Maillard.

  • 11 Besos bajo el muerdago y una taza de chocolate de Aurora Salas Delgado

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    Doce relatos navidenos inspirados en personas reales como un pequeno regalo.

  • La humana es mia de Iris Montes Meseguer

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    LA HUMANA ES MIA

  • Paisley (Divas 3) de Emma Madden

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    Paisley Campbell-Evans empezo su carrera musical muy joven, triunfo a los veintidos anos y a los veintisiete, en el mejor momento de su carrera, su vida personal se desmorona, llega un divorcio inexplicable, y una epoca sentimental muy dura salpicada por intromisiones ajenas, mentiras y malos entendidos que, sin embargo, no logran destrozar su animo, ni la pasion que siente por su hija, por su musica y por el gran amor de su vida, su exmarido, Michael Evans.
    Paisley, la gran estrella mundial de la musica, sobrevive, lucha y brilla en los escenarios para alegria de sus millones de fans, mientras en la intimidad intenta recuperar la estabilidad y la felicidad que le fue arrebatada de forma tan injusta.
    "PAISLEY" es el tercer libro de la Serie Divas, de la escritora Emma Madden, dedicada a esas mujeres fuertes, famosas y con un exito esplendoroso, que viven el amor a su manera y con una tremenda pasion.

  • Los anos que amamos locamente de Rosa Villacastin

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    Una cronica imprescindible, atrevida y desvergonzada de la Transicion espanola.

  • La furia y los colores de El Gran Wyoming

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    El joven Jose Miguel ya ha terminado la universidad y empieza su etapa como medico en practicas. Espana vivia en una dictadura; ir a la universidad franquista era toda una aventura. Hijo de una familia numerosa de clase media, tenia prisa por salir y vivir lo que en este pais de tonos grises estaba vedado. El extranjero, como metafora de libertad, y la farandula, como alternativa de una existencia en tecnicolor, se convierten en opciones al alcance de su mano. A traves de ellas, Wyoming descubrira otro camino que cambiara su destino para siempre. El resultado es un libro de Wyoming memorialistico, pero con un gran componente reivindicativo y mitinero, como ya tuvo en su obra No estamos locos, gran exito en librerias. En sus paginas hay un interesante retrato de la Transicion, de las contradicciones entre la Espana heredera de la reciente dictadura y la que despertaba a la modernidad de los 80. Las drogas, el sexo, la musica. se mezclan con la politica y la lucha por encontrar un lugar profesional propio. Una breve historia de la Espana de la Transicion contada desde los personajes cotidianos. Un libro peculiar que mezcla vida, cronica y politica.

  • Pequenas mentiras de Grace Marie March

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    Thomas entro en su despacho con una idea clara, desea que su hija Genevieve vaya a Londres a la temporada social y encuentre un marido lo antes posible, con sus otras hijas no habia tenido el problema que ahora tenia frente a el, viendo como la menor de sus hijas se preparaba para viajar a Italia junto a sus tias. El ano pasado accedio a que viajara con ellas, pero nunca penso que por haber accedido una vez, ahora todos los anos tuviera que ausentarse lejos de alli.
    De modo que pensando en esta situacion en la que se encontraba, se dio cuenta de que su hija solo podria acceder a ir a Londres por un motivo, por una cuestion de honor, ella al fin y al cabo nunca romperia la palabra dada por su padre.
    ?Quien podria ser el candidato idoneo?, ?Como podria convencerle para que pensara que esta comprometido con su hija?

  • Musica del alma de Becca Berger

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    El amor es el sentimiento mas poderoso del mundo, capaz de hacernos reir, llorar, vibrar y suspirar.

  • Antes de que el pasado nos alcance de Stefania Gil

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    Elaine dejo la camara sobre el taburete de apoyo que tenia en el cesped para los momentos en los que se tomaba un descanso. Su telefono empezo a sonar y supo por el ringtone, de quien se trataba. --Estaba por llamarte, porque... Un ruido estatico, muy fuerte, hizo que Elaine se separara de inmediato el telefono de la oreja. No por ello dejo de percibir la voz de Ilona entrecortada y parecia... ?nerviosa? --Els. Necesi... por fav... --Ilona, carino, muevete un poco porque no entiendo que es lo que... Otra interferencia. --!Els, por favor, ayudame! --Ilona lloraba, hablaba en susurro y estaba aterrada--. Viene de nuevo... y no se como… La comunicacion era terrible y estaba haciendo entrar en desesperacion a Elaine. --Ilona, ?en donde estas? --Es Constan... Els, ayud... Es... ella. La llamada se corto al instante en el que a Elaine se le erizaban cada uno de los vellos de la nuca; como cuando tenia que atravesar a oscuras uno de los pasillos de la seccion mas antigua de Blaston House. No entendia que pasaba con su amiga y mucho temia que corria peligro y ella desde alli no sabia como diablos ayudarla. Las manos empezaron a temblarle. Corrio al interior de la casa en tanto marcaba de nuevo el telefono de Ilona. La llamada parecia no activarse. Colgo. Saco su portatil y lo abrio. Marco una vez mas el numero, pidiendo en lo mas profundo de su ser que Ilona le atendiera y le dijera en donde estaba; pero no, esta vez respondio la operadora automatica de la compania de telefonos indicandole que el movil estaba fuera de cobertura. ?Que diablos estaba pasando? El ordenador se encendio y activo el buscador para buscar un pasaje de inmediato a Inglaterra. Pierce entro en casa a tiempo. --!Hola carino! --Elaine lo vio a los ojos y su fortaleza flaqueo unos segundos, diciendole a Pierce, con solo verlo, que algo no iba bien--. ?Que ocurre? --Voy a casa en el primer vuelo que encuentre --Pierce la vio con logico desconcierto--. Algo ocurrio con Ilona y tengo un mal presentimiento, Pierce. Ella tomo el movil de nuevo y marco el numero de la oficina de Ilona en tanto el ordenador arrojaba resultados de vuelos proximos a Londres. Linette, la asistente de Ilona, respondio la llamada con la formalidad que la empresa requeria. Elaine no estaba para formalismos en ese momento. --Linette, soy Elaine. --Elaine, encantada de saludarte. ?Estas bien? --la chica de inmediato noto que Elaine no era la misma de siempre. Lo usual era que le saludara con cortesia antes de pedirle lo que necesitara. Elaine no queria alarmar a nadie mas hasta no saber que diablos pasaba. --Necesito hablar con Ilona y no la encuentro en su movil, ?sabras en donde estara? --Mmmm, no. Yo tambien intente comunicarme con ella ayer pero no lo logre. Tal vez este en algun lugar apartado, sabes que ella a veces lo necesita. Aquello pintaba peor de lo que Elaine pensaba. --Nunca se va sin avisar, Linette --le hablo con fuerza e ironia. Necesitaba que la chica le diera datos sin ella tener que explicar nada. --Oh, si lo hizo. Me llamo hace dos dias... ?o tres? --se pregunto a si misma en voz alta porque obviamente no lo tenia muy claro--. Me indico que saldria de la ciudad por unos dias, que lo necesitaba. Ahora que lo pienso, no la escuche del todo bien. <> Elaine sintio exasperarse. --?Sabras que hacia cuando te llamo? --No era propio de Ilona irse a tomar un respiro con tanta prisa--. En su agenda seguro podemos deducir algo. Es bastante urgente que hable con ella. Un asunto personal que solo ella... --Ok, no te preocupes, te dire que esta escrito en su agenda de ese dia. Ilona siempre me ha dicho que te facilite todo cuanto pidas. Solo dejame aclararme primero si fue el... --se quedo pensando, intentaba deducir cuando fue que hablo con ella--... !Aja! Si, lo tengo. Estoy segura que la llamada me la hizo antes de ayer porque se fue antes de lo previsto. Ese dia estaba ansiosa. Y cuando decidio marcharse, me sorprendio, porque aun no terminabamos la jornada; solo me dijo que habia surgido algo importante y que tenia que irse antes de tiempo. De hecho, ahora que lo recuerdo, dijo que era una reunion importante con alguien que no era de su completo agrado pero que no tenia mas alternativa... --esta chica era capaz de saberse toda la vida de Ilona y sabra Dios de cuanta gente mas. Ilona la mantenia en su puesto por la eficiencia con la que dirigia todo cuando estaba sola--… Elaine, no se si su agenda va a ayudarnos, solo tiene dos siglas: BH. Nada de direccion ni... --Gracias, Linette, eso es suficiente. Adios. No le dio tiempo de respuesta a la chica y colgo. Observo a Pierce inmovil y con el ceno fruncido. Estaba tratando de poner en orden sus pensamientos. --?Y? --Pierce la vio con desespero--; ?que te dijo? Elaine estaba ocupada observando como su cerebro, hilaba algunas cosas de la conversacion con Ilona y luego, con su empleada. --Pierce, esto es demasiado extrano --seguia viendo en su cabeza las coincidencias y asi mismo, seguia sin entender--. Cuando Ilona llamo, la llamada tenia muchisima interferencia y ruidos extranos que hacia que la voz de Ilona se alejara y se entrecortara. No llegue a entender nada... me pedia ayuda, Pierce. Nunca la habia escuchado tan aterrada. Pierce la escuchaba a ella con toda la atencion del mundo, como solia hacer siempre. --Linette me dijo que no volvio a saber de ella desde que salio de la oficina con prisas para una cita importante --Pierce no pudo disimular su preocupacion--. Y la ultima cita que tuvo fue antes de ayer. ?Lo que no entiendo es por que tenia una cita en su agenda para ir alli? --?En donde era la cita? Dos cabezas piensan mas que una, Els Elaine sacudio la cabeza como si quisiera despejar sus pensamientos con esa accion y atraer a ella a los hilos que estuvo atando hacia unos segundos. Recordo que antes, entre las interferencias, Ilona menciono a... ?Constance? ?Constance Daniels? --En Blaston House --Pierce la vio con clara confusion--. Exacto, y eso no es lo mas raro. Carino, cuando Ilona me llamo, entre lo poco que pude escuchar, me decia que la ayudara porque <> --uso la palabra exacta que salio de los labios de su amiga--; venia de nuevo. <> me dijo en un susurro --finalizo Elaine anunciando en voz alta. Pierce abrio los ojos recordando su encuentro con Constance Daniels cuando tuvo que ayudar a Elaine a buscar algo que les diera una pista con respecto a Alma y August. El estaba acostumbrado a ver los fantasmas del castillo, sin embargo, admitia que nunca vio uno como Constance. Esa mujer, desde el mas alla, destilaba maldad. --Quiza Maxwell podria ayudar a aclarar todo, Els. --No lo creo --comento ella; igual, no descartaria ninguna opcion, tomo su telefono para llamar a su hermano--: ?podrias hacer lo de los boletos? --En cuanto hables con Max, tomaremos decisiones. Elaine nego con la cabeza pensando que no queria darle la razon a Pierce aunque admitia que existia la posibilidad de que la cita de Ilona en Blaston House pudiera ser en referencia a Maxwell. <> No, aquello tenia que ser con otro Daniels. --Elaine --respondio su hermano en ese tono en el que intentaba mostrarse alegre de recibir su llamada y que a la vez quedaba opacado ante la seriedad y la educacion que tenia que demostrarle al mundo al ser un Daniels--. Me alegra que me llamaras porque nece. --Max --lo corto en seco--; si quieres luego te hago una llamada con mas calma. Ahora es urgente y necesito tu ayuda. Maxwell que no estaba llevando su vida nada bien en esos dias, se quedo en silencio, se incorporo en la cama y fruncio el ceno. <>, penso en Ilona rezando que no fuera nada malo referente a ella. Seguia sin noticias de la chica y esperaba que solo se debiera a que ella no queria saber nada mas de el. --?Que diablos te ocurre? --No es a mi, Max. Es Ilona... Max sintio que el corazon se le redujo a una bola. Y salio de la cama con prisa. --Els, te juro que yo solo... --resoplo-- yo solo... --no le salian las palabras y empezo a temer lo peor cuando su hermana se echo a llorar. --!Els! !Con un demonio! ?Que le paso? --No lo se, no lo se, solo me llamo, habia interferencia y yo esperaba que estuviera contigo y...

  • El dia que dejo de nevar en Alaska de Alice Kellen

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    Un chico con el corazon de hielo.
    Una chica que huye de si misma.
    Dos destinos que se cruzan.
    Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Asi es como termina en Alaska, en un pequeno pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su unico problema es que uno de los duenos del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frio y distante, pero Heather puede ver a traves de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atras.
    Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad.
    La nieve empieza a derretirse.
    Y todo encaja.

  • Las manos de Vera (Rados 1) de Alicia Ordiz

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    “Mi nombre es Vera, y naci en la granja de humanos de Silopos. Soy hija de Nala y Sater, criadores clase uno y padres de trece hijos, seis varones y siete hembras. Yo ocupo el puesto numero trece y, siguiendo las normas del gobierno de Rados, comparto calificativo con mis hermanas, pero soy la ultima version de las mismas. Oficialmente me llamo Vera7, y esta es mi historia.”

  • Gatita feliz de Juan Martinez

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    El mundo no conocia la existencia de los "cambiaformas", pues esto, simplemente desafiaba las leyes de la logica, la biologia y la genetica, ya que, el simple hecho de pensar en que habia seres sobrenaturales que tenia la habilidad de tomar la forma de un animal cuando lo desearan, era simplemente absurdo. Ni siquiera era un mito, estos seres podrian hacer una vida normal entre los humanos sin alterar el orden natural. Era facil para ellos mimetizarse en una sociedad que constantemente estaba atenta a sus propios asuntos, y que lo ultimo en que pensarian, es que habia una raza paralela viviendo entre ellos. En cada hogar, o al menos en la mayoria, siempre habia una mascota, un gato, un perro, un ave enjaulada, un conejo, y estos, aunque en ocasiones eran tratados como parte de la familia, simplemente eran eso, mascotas o animales que servian de compania. Seres inferiores a nivel de inteligencia y razonamiento, quizas sin sentimientos tan intensos como los de los humanos, o al menos, esto era lo que la ciencia habia demostrado. Seria un fuerte impacto para la humanidad, descubrir que habia muchos de estos animales que se desplazaban entre los humanos, que podian tomar una forma completamente humana y pensar, analizar y racionalizar los eventos de la misma manera en que sus similares. Para no alterar el equilibrio, los cambiaformas, habian establecido reglas y parametros a lo largo de los siglos, manteniendose al lado de los seres humanos para guiarlos hacia una evolucion. Pero esta, habia tardado mas de lo esperado. Los origenes de los cambiaformas, no estaban demasiado claros, ya que, aunque habia algunos registros, muchos de estos habian sido eliminados y destruidos por los grandes lideres de esta raza, los cuales, habian comenzado a ser perseguidos a partir del ano 1900, cuando fueron descubiertos por primera vez. Con el paso de los anos, la presencia de los cambiaformas, se fue haciendo cada vez mas reducida, ya que, estos se aislaban, trataban de asentarse en poblados lejanos, mientras que, otros simplemente renunciaban a su forma animal y desarrollaban una vida comun y corriente. Formaban una familia y obteniendo descendencia, misma descendencia que en ocasiones, tenia en su codigo genetico, la habilidad de cambiar de forma. Estos, los conocidos como hibridos cambiaformas, comenzaron hacerse mas populares, y a su vez, fueron incrementando la poblacion nuevamente de una raza completamente nueva, la cual, podria ser mejor o peor, ya que, esto lo decidiria la naturaleza. Poder cambiar a voluntad, parecia ser una ventaja, ya que, podrian adaptarse a diferentes situaciones, resolver diferentes inconvenientes, y salir de problemas mientras sus habilidades se lo permitieran. Todo habia sido perfecto para los cambiaformas, habia sido todo un paraiso hasta que su caceria comenzo a tener precio, y progresivamente, comenzaron a ser estudiados de una manera mucho mas agresiva por parte de los laboratorios HOFFMAN & GEBER. Esta empresa, la cual tenia muchos anos en el mercado, y abiertamente operaba como una empresa fabricante de vacunas para animales, era muy reconocida, ya que, en todo el mundo se utilizaban sus productos para poder mantener la salud de las mascotas de muchos hogares en optimas condiciones. Pero mas alla de lo que podia verse a simple vista, los laboratorios HOFFMAN & GEBER, eran una simple creacion teatral para poder ocultar sus investigaciones macabras. Lo que realmente buscaban, era la raiz de la conversion de los seres sobrenaturales que podian transformarse de manera voluntaria, abandonando su forma humana para convertirse en animales que iban desde roedores hasta aves. Cada uno tenia el don de convertirse en un animal en especifico, asi que, el estudio se fue haciendo mucho mas obsesivo, los analizaban, los diseccionaban, buscaban la raiz de este origen sobrenatural. Pero muerte tras muerte, todo habia llevado hacia un profundo fracaso que habia afectado generacion tras generacion a la familia fundadora de esta firma farmaceutica dedicada al negocio del estudio de lo inexplicable. La muerte de los cambia formas que caian en las manos de esta compania, la cual, era liderada por dos familias influyentes alemanes, era inevitable, quienes eran atrapados por ellos, siempre terminaban en el mismo punto, un descenso ineludible. Era escalofriante todo lo que ocurria en aquel laboratorio, ya que, se llevaban a cabo torturas, ponian al limite las habilidades de los cambia formas, los estudiaban como simples ratas de laboratorio, y asi, incrementaban la cantidad de informacion y datos que se incorporaban a sus estudios. Quienes quisieran sobrevivir, debian permanecer en secreto, no exponer sus habilidades, no podian reflejar ninguna sospecha, ya que, no tenian la menor idea de quien los estaba persiguiendo o de donde provenia la amenaza. Simplemente desaparecian, nunca mas volvieron a ser vistos, y esto, sembro un panico tremendo en esta raza, la cual, no tenia intenciones de iniciar una guerra contra la humanidad. Sabian que el indice de maldad no era tan amenazante. Entre todos los cambiaformas que se encontraban distribuidos por todo el planeta, destacaba Kat Larsson, una gimnasta profesional que habia tenido la oportunidad de representar a los Estados Unidos en los juegos olimpicos de Alemania. Este, era uno de los momentos mas importantes de su vida, ya que, con apenas 18 anos de edad, tendria la posibilidad de viajar fuera del pais que habia sido su hogar durante toda su vida, y en compania de su grupo de companeros deportistas, tendria la posibilidad de competir en Berlin. Esta seria una experiencia inolvidable, y ella, sin saberlo, persiguiendo un sueno, se estaba acercando a la raiz del peligro. Es una inseparable amiga de Mylan White, un cambia formas, al igual que ella, que habia crecido junto a la chica como un hermano. Eran hijos de dos buenos amigos, por lo que, las reuniones familiares, siempre eran caracteristicas de la presencia de estos dos nucleos familiares, los cuales, despues de eventos desafortunados, habian quedado mucho mas unidos. Mylan se convirtio en el protector de Kat, y a pesar de que solo tenian algunos meses de edad de diferencia, este, siempre se habia destacado por ser muy cuidadoso con cada uno de los pasos que daba su buena amiga. Pero esta proteccion excesiva, habia llevado a que Mylan finalmente comenzar a tener sentimientos por ella. Despues de que habian comenzado a desarrollarse, la belleza de Kat, sus hermosos ojos verdes, su picardia y su elegancia al moverse, habian hecho que Mylan quedara completamente perdido por ella. Era un amor imposible, tendria que traspasar las barreras de la familia, ya que, siempre habia sido tratado con mucha confianza en el hogar, y de la noche a la manana, no podia aparecer con la historia de que se habia enamorado de Kat Larsson. Para el, esto representaba un riesgo, ya que, posiblemente perderia la amistad de la misma para siempre. Mantener el silencio durante todos estos anos, habia sido un verdadero desafio, pero mas que esto, habia sido una profunda tortura, ya que, estaba manteniendo encerrado en un pequeno compartimento, un sentimiento que evolucionaba y crecia con cada dia que pasaba junto a ella. Habian sido anos duros, ya que, Mylan habia tenido que enfrentar la dura prueba de conocer el primer amor de Kat; Brad Hughes, un chico popular de la escuela, con el cual, habia tenido la posibilidad de conseguir su primer beso. La aconsejaba, la apoyaba, la seguia y la cuidaba en cada momento, pero siempre como el buen amigo, como una relacion cercana que no estaba destinada a ir mas alla de las limitaciones que representaba un simple afecto de hermandad. Kat fue hija unica, asi que, Mylan simplemente fue el hermano que nunca tuvo. Lo que agudizaba la proteccion que ofrecia Mylan, era el hecho de que el padre de Kat nunca habia vuelto a casa despues de un viaje de negocios que habia realizado en Europa. Esta, tuvo que ser criada por su madre, una mujer normal, humana comun y corriente, quien tuvo que lidiar con la doble naturaleza de Kat, quien, durante su ninez, habia sido muy rebelde. Le habian asignado su nombre debido a su naturaleza, Kat era una cambiaformas que podia tomar la anatomia y comportamiento de una gata mimosa, la cual, se habia metido en graves problemas, convirtiendose en un gran dolor de cabeza para su madre. Despues de la desaparicion de su padre, un profundo dolor y vacio se genero en el hogar, y aunque aquella mujer habia tenido que criar a su hija sola, y con el apoyo de algunos familiares y amistades, nunca supo realmente cual habia sido el destino del padre de la chica. No habia una referencia clara que pudiese generarle una advertencia del peligro que sufria su especie, ya que, los cambiaformas estaban siempre en el ojo del huracan. Aunque parecia que la amenaza era bastante puntualizada, y que los obsesivos cientificos que estaban detras de cada una de estas criaturas, eran muy reducidos, su poder y alcance era descomunal, ya que, si, era cierto que todo operaba bajo la vigilancia y supervision de dos sujetos unicamente. Pero estos, habian logrado reclutar una serie de colaboradores que gradualmente fueron incrementando su numero para convertirse en un pequeno ejercito que se distribuia por Europa. Tenian intenciones claras de tener alcances intercontinentales hasta poder reunir a todos los cambiaformas del planeta. A Kat siempre le habia costado entender el hecho de que debia tener una vida discreta, vivir de forma sencilla, sin llamar la atencion, ya que, si alguien alcanzaba a ver su transformacion, facilmente se meteria en problemas ya que, lo notificarian a las autoridades y comenzarian a perseguirla como si se tratara de un fenomeno. Pero todo habia terminado cuando cumplio los 18 anos, ya que, esa vida de cautiverio, miedo, inseguridad y aislamiento que le habia proporcionado su madre debido a la sobre proteccion y miedo, finalmente habia terminado. Kat habia decidido emanciparse, buscar la independencia, conseguir un empleo, pagarse sus propios estudios, tener una vida dificil, pero al menos con merito propio. Uno de sus suenos que siempre habia tenido que mantener limitado, era el de practicar la gimnasia, su agilidad, misma agilidad que le proporcionaba su naturaleza de cambiaformas y su ADN felino, le permitia tener un desempeno tremendo en este ambito. Pero su madre, tratando de proteger su integridad fisica, psicologica y social, debido al fuerte impacto que generaria su buen desempeno, le habia prohibido terminantemente practicar cualquier deporte. Siempre era destacada cuando participaba en algunas de estas competencias en la escuela, y ante la curiosidad de sus maestros, su madre, habia tomado las medidas especificas de prohibirle a su hija que se expusiera de tal manera ante sus companeros. Era natural que una chica en busca de popularidad, se mostrara de una manera destacada, con una velocidad tremenda, saltos descomunales, una agilidad incomparable y un instinto que le permitia evadir y superar rapidamente a sus adversarios en cualquier disciplina. Pero lo que mas habia llamado su atencion siempre habia sido la gimnasia, y esto, apenas iba a comenzar. Kat Larsson habia logrado reunir un poco de dinero, y con esto, habia pagado una pequena habitacion en la casa de una mujer de avanzada edad, la cual, necesitaba un poco de compania alli. Su madre, habia comenzado a cortarle el aire, no le permitia casi ni respirar sin supervision, asi que, preferia reducir el tamano donde habitaba, disminuir su calidad de vida, pero al menos conseguir un poco de libertad. Tras inscribirse en el equipo local de gimnasia en la ciudad de San Francisco, rapidamente, comenzo a sacar provecho de sus habilidades. Era un poco discreta, pero sabia que rapidamente podria aprender estas habilidades sin demasiado esfuerzo.

  • Tiempo roto de Margot Chamorro

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    Sigue viva entre nosotros la memoria de la Guerra Civil, y tambien la de los largos y crueles anos de la posguerra; una epoca gris y amarga, sobre todo para quienes tuvieron que ver como sus ideales quedaban aplastados. Ese es el tiempo roto del que se nos habla en este emotivo libro. Visto a traves de los ojos de Margot Chamorro, una nina nacida entre los vencidos, es un relato testimonial que, con su apasionada sinceridad, nos llega directamente al corazon.

  • En la casa del guarda de Julie Klassen

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    ?Por que habria una dama de esconderse en una casa llena de secretos?
    La senorita Mariah Aubrey desaparece tras un escandalo y se esconde en la casa abandonada de un guarda, en los confines de la hacienda de un pariente. Para ganarse la vida y pagar a su leal sirvienta, Mariah se dedica a lo unico que sabe hacer: escribir novelas.
    El capitan Matthew Bryant, que acaba de volver de la guerra rico y condecorado, alquila una enorme hacienda a un noble empobrecido, decidido a demostrarle a la bella mujer a la que un dia amo y lo rechazo que se equivocaba, y de que manera.
    Al visitar la propiedad, descubre la vieja casa de un guarda y le sorprende encontrar en ella a una joven de cuya identidad no sabe nada, ni tampoco de su pasado. Sin embargo, cuanto mas sabe de ella mas se da cuenta que debe alejarse de alli. Enamorarse de una mujer a la que ha rechazado la buena sociedad no serviria mas que para arruinar sus planes. Ademas, la propia casa alberga sus secretos. ?Podran Mariah y el capitan Bryant descubrirlos antes de que el astuto heredero de la propiedad los entierre para siempre?

  • Todos los caminos de Romina Naranjo

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    --Vamos a ver, Leroy… --Sorbi fuerte por la nariz, mientras apoyaba los antebrazos en la mesa y cogia aire. Perder los nervios nunca era una buena opcion, pero era viernes, la tarde se me estaba haciendo interminable y, encima, aquel moquillo persistente, fruto de un catarro mal curado que ya parecia haberse alquilado un pisito con vistas en mi cuerpo, no remitia. No tenia yo el dia muy paciente--. Cuando te digo, <>, no me refiero a que bajes la voz. Puedo oirte. Estamos solos en esta clase. Por mucho que susurres… te oigo. El crio, haciendo un mohin, toqueteo el lapiz, volviendo una atencion que yo ya sabia voluble a su hoja de calculo. --Es que asi no me sale, seno. Me mordi el interior del moflete, pero no… no dejaria que me ablandara otra vez. Llevabamos una semana con aquello. Empezaba a estar harta. Tanto como el, seguro. --Leroy, saberse las tablas sumando los resultados no es saberse las tablas. Saberlas es… memoria. --Me incorpore. !Ay, mi cuello! !Ay, las lumbares…! Dichosa profesion. --La profesora del cole nos deja copiarlas en un folio para el examen. Enarque la ceja. --?Ah si? ?Y en el instituto vas a hacer lo mismo? ?O cuando toque dividir por cuatro cifras? Eso es perder el tiempo y creeme, chaval…, tiempo es lo que te va a faltar para la cantidad de cosas que te quedan por delante. --?Roma? Aparte la vista de la cara de susto de Leroy. Gire medio cuerpo hasta enfocar la puerta de la clase, donde mi jefa se habia acodado. Puro estilismo, aquella mujer bien podria acabar de bajarse de una pasarela de modas, en vez de ser la directora del centro de refuerzo educativo donde ambas trabajabamos. Roma, supongo que lo habeis adivinado por el contexto, soy yo. Me presento. Metro sesenta, melena castana cogida en un mono, cara pecosa, gafas de pasta que en ese momento se me resbalaban por la nariz y rictus de mala leche. Vamos, que daba el perfil de profesora a la perfeccion. --Tienes una llamada. --Mi jefa sonrio hacia la mesa--. ?Como va eso hoy, Leroy? ?Se porta Roma bien contigo? Si se pasa mucho dimelo y la despido, ?vale? El chiquillo sonrio, echandome una miradita que me parecio entender como <>, pero que probablemente querria decir otra cosa. --Te doy los cinco minutos que tarde para repasar las tablas, luego toca preguntarlas. -- Levante el dedo antes de que me interrumpiera--. Salteadas. Tire de la cinturilla de mis vaqueros y sali del aula. Recorri el pasillo bien iluminado que separaba los demas despachos del mio y cruce a la derecha para llegar al office. Dado que habia una politica de prohibicion ante el uso excesivo del telefono movil, no era nuevo que recibiera mis llamadas en el mismo centro, aunque claro esta… tampoco era algo que se pudiera dilatar en el tiempo. No era plan de limarme las unas mientras me ponia en conferencia con quien fuera que estuviera al otro lado de la linea en tanto dejaba desatendidos a los ninos. --?Hola? --Oi un suspiro. Puse los ojos en blanco--. Aina… estoy trabajando. --?Y crees que te llamaria si no fuera superurgente? Bueno… todavia no sabeis mucho de ella, pero debeis estar prevenidos; lo que mi mejor amiga conocia como urgencias variaba desde <>, lo cual te hacia soltarlo todo y echar a correr, o… << Fulanito de tal ha subido un storie y yo no quiero que vea que lo he mirado, entra tu>>. Vamos, que el abanico era amplio y aterrador. --Te escucho. --Consulte mi reloj de Mickey Mouse. Segun sus bracitos enguantados… eran las el puto tiempo no pasa y cuarto--. Te doy dos minutos. Tengo a Leroy multiplicando. --?Leroy? ?En serio se llama asi o es uno de tus nombres en clave para no revelar las vidas emocionantisimas de tus alumnos? --Es su nombre. --Y probablemente elspoiler de su futuro laboral como no se aprendiera la tabla del ocho. Sin acritud ninguna, palabra--. Escupe, Aina. --Requiero del codigo de mejores amigas. --Resople. Aquello tenia mala pinta… llamadme suspicaz--. Me han organizado una cita a ciegas esta noche. Te necesito de reten. ?Lo veis? Si es que lo sabia… --Ni de cona. ?La familia bien? Pues, me vuelvo al trabajo. --!Roma, tia, he mentado el codigo! --El codigo no son mas que unas directrices. Fue el turno de Aina de resoplar. --Vale, capitan Jack Sparrow, ?podemos ponernos serios? Es mi primera cita en meses. Desde… ya sabes. Y encima, !a ciegas! ?De verdad quieres que me presente completamente sola y desamparada ante un desconocido? ?Quieres salir manana en las noticias diciendo que fuiste la ultima persona que hablo conmigo? --Dios… pero mira que eres dramatica… --Pero la capulla habia ganado. Las dos lo sabiamos--. Y, para empezar, ?que cono haces saliendo con alguien a quien no conoces? --Es el amigo de un conocido mio, ya sabes. De mis tiempos mozos cuando ligaba chateando por foros. Empezo a hablar a toda velocidad. Ese era uno de los dones de Aina, situaba a personas y sucesos en el tiempo con una facilidad tan brutal que parecia que llevaba la escala espaciotemporal metida en el bolsillo. Del susodicho no sabia mucho mas de lo que ya me habia comentado, amigo de un amigo, lo cual bastaba, a medias, para saber que podria sentarse frente a el con una cerveza y no temer mas que a una aburrida conversacion. No obstante, y como mejores amigas, los anos nos habian dado muchos aprendizajes, entre los cuales destacaba la depurada tecnica de sacar a la otra de una mala cita sin hacerla quedar mal. --Voy. --Asumi, oyendo como gritaba al otro lado del telefono--. Me doy una vuelta cinco minutos, te echo un vistazo y si no has activado la senal, me piro y te dejo a lo tuyo. ?Conforme? --!Conforme! Ah por cierto… arreglate un poco, que no se note que vas solo de reten. Aquello ya me olio a chamusquina, aunque ni por asomo vi venir el tremendo incendio forestal que se aproximaba. --Aina, escuchame bien, si por cualquier circunstancia tienes ni siquiera la mas minima intencion de liarme con el amigo de tu cita, es un no. Never. Estas avisada. Sus carcajadas me sacaron de contexto. --?Estas pirada? !Que va, Roma! !Ese tio no es para ti! Tras un par de frases relativas a la hora y sitio de quedada, colgue. Mientras volvia a la clase, note un molesto picorcillo a la altura de la nuca que no se me iba por mas que lo rascara. Una especie de… aviso. Rollo alerta. Como la ventana emergente del Avast Antivirus que se presenta en el escritorio del ordenador cuando menos te lo esperas --casi siempre de noche y cuando llevas los auriculares puestos--, y te quita un par de anos de vida. Yo no me asuste entonces. El miedito real, vendria mas tarde. --!Bueno, Leroy, vamos a ver que tal vas! Los ojillos azules del crio me miraron con culpabilidad. Tarde un segundo en descubrir que, en vez de aprovechar el tiempo para estudiar la tabla como yo le habia pedido, se habia dedicado a copiarla en su goma. A tamano microscopico. Cogi aire. Me repeti que hacer llorar a los ninos cuando eras profesora de apoyo no estaba bien. --No pasa nada. --Y me obligue a sonreir, mientras volvia a tirar del moquillo que no paraba de caerseme--. !Empezamos desde el principio! Y nosotros, seguimos adelante. 2 La primera vez que vi al Sueco no fue la primera vez. Bueno… fue la primera vez despues de la primera y la segunda, que tambien pueden calificarse como desastrosas y lo bastante traumaticas como para que esta primera tercera vez acabara como acabo; igualito que el rosario de la aurora. Ahora os lo explico. Antes de darnos un chapuzon en la triste piscina de los recuerdos pasados --importante para la trama, lo juro solemnemente--, unas pocas pinceladas del ahora. Sali del centro de estudios cabizbaja, congestionada y arrebujada en mi bufanda kilometrica de Desigual, comprada por Ali Express. La verdad es que haciamos una pareja increible, porque en ese momento, con una jornada dura a las espaldas y la sensacion de que en vez de avanzar daba dos pasos para adelante y tres pasos para atras --sin la media vuelta, pero siempre, siempre, volviendo a empezar--, me sentia como una imitacion barata. De profesora. De ser humano. Asi… en general. Despues del episodio del telefono y en la hora siguiente a la de Leroy, me habia tocado lidiar con un par de esos padres… tocapelotas. Que ojo, igual es mas profesional y elegante llamarles algo tipo rara avis o cualquier cosa semejante, por aquello de la tremenda implicacion que demostraban en la escolarizacion de sus hijos. Hasta rayar lo insano. Estaban quienes solo querian de los chiquillos que cumplieran. Deberes hechos y asignaturas llevadas mas o menos al dia. Los que lidiaban con algun handicap, y no tenian las expectativas altas mas alla de una adaptacion saludable en el centro reglado y aprendizajes significativos, y luego… luego estaban los demas. Los que promulgaban eso de, como yo pago este servicio extra requiero de ustedes que vivan por y para hacer magia con una hora de terapia enfocada en el retraso madurativo. Vamos, que si el nino tenia un nivel de lectura de primaria, pero estaba en edad de cursar la ESO, yo tenia que agitar mi varita, aunque el primer instinto fuera metersela a papa por el culo. Cogi aire y respire hondo al salir del metro en Opera y eche a caminar hacia Plaza de Callao. Tenia la tremenda suerte de contar con un coqueto pisito de renta antigua situado en el edificio colindante con el de El Corte Ingles. Un lujo para muchos, principalmente turistas que venian a Madrid de paso; por lo bien situado, lo centrico de su ubicacion y lo cosmopolita de todo cuanto lo rodeaba. Para mi, que tenia que ir al curro todos los dias y llegar con tiempo, que volvia cansada y arrastrandome los findes cuando doblaba turnos en la pizzeria donde me sacaba un sobresueldo, las aglomeraciones, retrasos, colas interminables, codazos, tropiezos, estrenos de cine, luces, voces y algarabia general… eran mas una molestia que algo que tomar como positivo. Mi alma viejoven, supongo, que a veces se imponia a la edad que me marcaba el DNI. Pase por la chocolateria San Gines para darme un capricho antes de subir a casa… y me lo comi por el camino porque recorde que mi plan de pasar el resto del dia con ropa de indigente y abrazada a mi gato se habia ido al garete por culpa de Aina. --Dichosas mejores amigas… hay que joderse. --Tire de la portezuela metalica haciendo fuerza con el hombro, mientras me relamia los restos dulces que se me habian impregnado a las comisuras--. Aprende a decir no, Roma. Es muy facil. Son solo dos letras. Si podias pronunciar esternocleidomastoideo con seis anos, ?que puto problema tienes con negarte a las cosas? Subi las escaleras pisando fuerte, pero no como Alejandro Sanz, sino en plan… mosqueada con la vida. No me apetecia salir. No tenia ganas de ducharme, peinarme y revolver en el armario algo para ponerme. No queria bajar otra vez las escaleras. Queria prepararme estrategias de defensa para el lunes, cuando seguramente mi jefa me llamaria a su oficina para que le contara mi parte de version en la movida con los padres de los alumnos. <>, diria. <>. !Como si fueran culpa mia los suspensos en asignaturas que no estaba impartiendo, cojon! Gire la llave y, de inmediato, los maullidos me recibieron al otro lado. Sonrei. Al cruzar el umbral, Cax Teller, mi gato rubio de ojos azules, llamado asi en honor al protagonista de series como Hijos de la Anarquia y fantasias sexuales recurrentes de Roma. Me incline para acariciar su pelaje calentito. --Las cosas que hacemos por l

  • Llamame Yesi de Oscar Gavilan Bolanos

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    Victor quiere morir. Para ello decide romper con todo y conducir donde le lleve la carretera. No le importa dilapidar su fortuna en alcohol y prostitutas. Solo busca marchitarse poco a poco, hasta desaparecer de este mundo ingrato.

  • La espada del diablo de Mariano F. Urresti

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    La luz de las velas proyectaba la gigantesca sombra del monarca sobre la tienda de campana. Pedro II de Aragon caminaba alrededor de los dos gruesos tendales, los postes que sostenian aquella fabrica de telas y brocados donde se alojaba. Desde los extremos superiores de los fornidos maderos coronados por una pieza de cuero partia un haz de cuerdas clavadas en la tierra mediante estacas, y sobre ellas se disponian las lonas y alabes que hacian las veces de paredes y puertas. Los dos metros de altura del aragones parecian ser cuatro gracias al juego de sombras que provocaban las parpadeantes llamas, y la fiera expresion de su rostro, que tanto espanto habia provocado a los infieles un ano antes en la batalla de las Navas de Tolosa, hubiera acobardado al mas templado en aquel claroscuro. El monarca evidenciaba su irritacion por aquel retraso; y es que el no estaba acostumbrado a esperar, y menos a una mujer. Un grunido escapo a traves de su poblado bigote, y sobre sus cabellos, largos y enmaranados, resbalo por un instante la luz dorada de las velas. En el exterior de la tienda se escuchaban las voces de los soldados, el piafar de los caballos y el miedo, porque el miedo habla en voz alta con los hombres en la vispera de una batalla. Pedro II escupio al suelo de tierra y paja seca. El aire olia a cera quemada, sudor, estiercol, arena y vinagre, con el que los hombres limpiaban sus cotas de malla. Y a orines viejos, a cuerpos sucios y a tierra humeda. El monarca reanudo su ir y venir por la tienda dando enormes zancadas. Tenia treinta y cinco anos y estaba viudo. Su esposa, Maria de Montpellier, habia fallecido meses antes, pero no la echaba de menos. En realidad, de no haber sido porque el papa se opuso a ello, se hubiera divorciado de aquella mujer que a punto estuvo de no cumplir con su deber de darle un heredero. Y aunque al final pario a su hijo Jaime, el monarca necesitaba muchas mujeres para saciar su sed de sexo, y justamente ese era el motivo de su impaciencia y malhumor aquella noche. --?Donde se ha metido esa dama? --bramo. Dos arrugas verticales atravesaron su ceno. Sin embargo, nadie respondio, porque el rey estaba solo en su tienda. Minutos antes habia ordenado salir a todo el mundo. Los condes de Tolosa, de Foix y de Cominges se vieron arrojados al exterior de un modo que juzgaron humillante, pero no se atrevieron a levantar la voz ante el iracundo monarca a quien habian jurado vasallaje y a cuya fortaleza militar habian apostado su propia supervivencia y la de su gente, muchos de ellos entregados a la fe catara. Pero al soberano aragones los cataros y sus ideas religiosas le traian sin cuidado. Si estaba alli, en el bello y ansiado Languedoc, no era por una guerra de credos, sino para lograr que Aragon reinara al fin al otro lado de los Pirineos. Ademas, los occitanos le enervaban. Todo en ellos era diferente: su lengua, mas parecida a la catalana que a la francesa; su peculiar cultura, que incluia la presencia de trovadores en los castillos --algo que Pedro consideraba un sintoma de la propia debilidad de una nobleza--, o aquel peculiar compendio de virtudes religiosas, morales y sociales por el que se regian y al que denominaban paratge. Aquellas gentes extranas hablaban de cristianismo, pero no eran catolicos; al mismo tiempo, brindaban por el disfrute de la vida y eran excesivamente corteses para el gusto del aragones. En cuanto al orgullo del que hacian gala, el rey lo ridiculizaba cuando hablaba con los condes recordandoles su incapacidad para formar un ejercito unico, solido y capaz de enfrentarse a los soldados del papa y del rey frances. La causa principal de aquella debilidad militar era la existencia de una constelacion de pequenos senores feudales debido a que en aquellas tierras no imperaba la costumbre del mayorazgo, de manera que al no heredar el feudo el primogenito, las haciendas se subdividian y enflaquecian de ese modo sus fuerzas. En resumen, aquella gente vivia lejos de lo que un rey como el, aguerrido y virtuoso en la batalla, consideraba principios morales. Y, para colmo, los occitanos eran indisciplinados y carentes de virtudes militares. Aquella misma manana, sin que el hubiera autorizado semejante aventura, los milicianos procedentes de Tolosa se habian lanzado a la toma de la ciudad y fortaleza de Muret, frente a la cual todos estaban acampados. Aquel ataque, contraviniendo su voluntad, habia puesto en grave riesgo la estrategia que el habia disenado para derrotar definitivamente a Simon de Montfort. El rey se detuvo de nuevo y sintio como la sangre le hervia en la entrepierna y en el pecho. La primera se saciaria en breve, se consolo, pero la ira que habia provocado aquel ataque no consentido no se aplacaria facilmente. ?Como hacer entender a aquellos estupidos occitanos que el objetivo no era vencer a los defensores de Muret, sino acabar con el maldito Simon de Montfort de una vez por todas? --?Donde se ha metido? --gruno de nuevo y, colerico, levanto uno de los alabes de lona que cerraban la tienda a modo de puerta. Los soldados que custodiaban la entrada se envararon, pero el rey los ignoro. Sus ojos negros se achicaron buscando entre la oscuridad salpicada de antorchas del campamento a la mujer que aguardaba, Azalais de Boissezon, esposa de uno de aquellos faidits, como se llamaba a los senores occitanos que habian perdido hacienda y posicion por el empuje de los soldados del papa en aquella guerra. El rey habia quedado prendado de aquella belleza morena desde el mismo instante en que la vio, tiempo atras. Y ahora el destino la ponia a su alcance, puesto que era una de las damas que habian visitado a sus maridos antes de la batalla. Al verla en el campamento, el rey le hizo llegar una ardorosa carta en la que le ordenaba, mas que solicitaba, un encuentro en su tienda aquella misma noche, sin preocuparle lo mas minimo la presencia del esposo de Azalais. La amaria hasta el amanecer, rubricaba el gigantesco aragones al final del billete. Pero Azalais se retrasaba. Los guardias miraban al frente y el rey paso entre ellos olvidando durante unos segundos a la dama de sus anhelos. Contemplo en silencio la ciudad amurallada de Muret y se prometio que al dia siguiente seria suya. Tras sus muros, juro, no habria sino enemigos muertos o derrotados. --Mi senor. --La voz joven de una mujer le saco de sus pensamientos, y el rey se giro dejando a su espalda Muret--. Mi senor, traigo una nota de la dama Azalais de Boissezon, a quien tengo el honor de servir. Pedro II arrebato el papel de las manos de la joven sin ceremonia ni palabra alguna. La muchacha, paralizada por el temor, se palpo instintivamente su abultado vientre. En un mes, pariria. El rey entro en su tienda y leyo la nota a la luz de las velas. Cuatro lineas le habia escrito la dama Azalais. En las dos primeras, elogiaba el valor del monarca y expresaba su rubor por el interes del aragones hacia su persona; en las dos ultimas, declinaba la invitacion de visitar su lecho, pues su esposo le habia ordenado retirarse, junto a las mujeres de otros caballeros y senores, a alguna de las fortalezas cataras que aun podian conceder cierta seguridad. El monarca estrujo la nota entre sus poderosos dedos y, furioso, levanto el alabe y salio al exterior. Necesitaba respirar el aire frio de la noche. Por un instante, penso en dar muerte al incomodo esposo, pero comprendio que aquella decision lo enemistaria irremediablemente con el conde de Tolosa y con los demas nobles occitanos. --!Por todos los diablos! ?Es que esta gente no respeta nada? --grito. Los soldados mas proximos se estremecieron y procuraron desviar la mirada. El rey bufo una vez mas y miro a su alrededor con los ojos extraviados. Y de pronto, reparo en la joven mensajera y, por primera vez, poso sus ojos en su abultado vientre. Pero tambien admiro sus jugosos labios, su cabello rubio y su piel blanca. No debia tener aun veinte anos, presumio. Y asi agoto el monarca el ultimo pensamiento racional de aquella jornada. --?Como os llamais? --Ysabela, mi senor --respondio con un hilo de voz la muchacha. Y quiso anadir algo mas--: Soy dama de compania de... --No preciso saber nada mas de ti --atajo el rey--. Esta noche, solo me serviras a mi. Los ojos claros de Ysabela se encharcaron y volvio a palpar su vientre antes de que el aragones le rasgara el vestido con sus dedos de oso. Simon contemplo desde la torre Prima del castillo de Muret el mar de tiendas de campana de sus enemigos. Cientos de antorchas alumbraban el campamento dando forma a un inquietante ejercito titilante. Las tiendas de los aragoneses y occitanos se extendian como una plaga a tres kilometros al noroeste de la ciudad, y aun mas cerca, entre el arroyo Saudrune y una zona pantanosa proxima, podia divisar el campamento de los milicianos tolosanos. Sus ojos verdes se cerraron, pero no con pesar, sino con esperanza. Dos noches antes, mientras estaban en Fanjeaux, su esposa, Alix de Montmorency, habia tenido un sueno terrible. En la pesadilla, un torrente de sangre manaba de sus brazos, y Alix desperto angustiada. Llorosa y con voz entrecortada, le explico lo sucedido. --Hablais como una mujer --respondio Simon a los lamentos de su mujer, que le suplicaba no acudir al combate--. ?Creeis que doy fe a los augurios como hacen los aragoneses o esos herejes occitanos? Si yo hubiera sonado que iba a morir en la batalla, iria a ella aun mas seguro para burlarme de esos malos cristianos que dirige el rey Pedro --anadio rubricando sus palabras con un poderoso punetazo sobre la cama de nogal, que temblo como una hoja. Hacia tiempo que Simon de Montfort sospechaba que el rey Pedro II de Aragon cruzaria los Pirineos para alinearse con los condes cataros, y por ello habia salido de Carcasona dispuesto a ir al encuentro del aragones. Al mismo tiempo, ordeno a su hijo Amaury partir desde Cominges para encontrarse con el. Sus sospechas se confirmaron poco despues, cuando un correo llegado desde Muret le advirtio de la presencia de un formidable ejercito acampado frente a esa ciudad. En Muret no habia ni hombres ni viveres suficientes para resistir un asedio mientras llegaban refuerzos. No obstante, se encomendo a Dios y, aunque aun lo separaban sesenta kilometros de Muret, ordeno a sus hombres avanzar hasta la abadia cisterciense de Boulbonne, donde se detuvo para rezar. --!Oh, Senor! Tu me has elegido, pese a mi indignidad, para tus combates --murmuro en la soledad de la iglesia, rodilla en tierra, tras depositar su espada sobre el altar. A continuacion, se concedio unos segundos de introspeccion durante los cuales creyo escuchar dentro de si una voz reconfortante. Despues, recogio su espada, y anadio--: De tu altar recibo hoy de ti mis armas para que en el momento de la batalla estes a mi lado. Cuando salio de la iglesia, sus hombres lo miraron como si contemplaran a un profeta. Todos lo conocian ya como el conde de Cristo. De pronto, entre todos ellos se abrio paso un clerigo que dijo ser sacristan de la abadia de SaintAntonin de Pamiers y llamarse Maurin de Montlaur. --Mi senor, teneis poca gente en comparacion con vuestros enemigos --advirtio el enjuto hombre de Dios--. He visto su campamento, y entre ellos esta el rey de Aragon, hombre muy experto en la guerra. Junto a el estan los ejercitos de los condes de Tolosa, Raimundo VI, de Cominges, Bernardo IV, y el de Foix, Raimundo Roger. Simon escucho al sacristan imperturbable, y cuando el de Pamiers concluyo, se limito a sacar de su limosnera una carta y se la entrego a su informador. Desconcertado, el clerigo leyo su contenido y descubrio que habia sido escrita por el rey aragones y dirigida a la dama Azalais de Boissezon. En la nota, Pedro hablaba de amor y sexo del modo mas desvergonzado. --?Que quereis decir con esto, mi senor? --pregunto el sacristan, perplejo. --?Que que quiero decir? --trono Montfort. Su enorme corpachon ensombrecio al canijo capellan--. ?Aun lo preguntais? --Agarro por los habitos al clerigo y lo zarandeo como a un muneco, evidenciando su fuerza herculea--. ?Que clase de fe teneis vos? ?No veis acaso que Dios me envia una senal? ?No veis que Dios dispuso lo necesario para que nos hicieramos con esa carta? No temo a un rey que en lugar de cuidar del negocio de Dios viene a la batalla para fornicar con una mujer. A continuacion, empujo al sacristan apartandolo de su camino, monto sobre su imponente caballo blanco y ordeno a los suyos partir rumbo a Saverdum, adonde llegaron al atardecer. Al dia siguiente, atravesaron un arroyo que desembocaba en el rio Aure y dejaron atras las colinas de Terrefort. Estaban a pocos kilometros de Muret, y todos aguardaban el inminente ataque que, presumian, ordenaria el rey de Aragon para evitar que llegaran a la ciudad. Pero, para su sorpresa, la emboscada nunca se produjo y llegaron al pie de las murallas rojizas de Muret sin sobresaltos. Envalentonados, sus hombres propusieron cruzar de inmediato el puente sobre el rio Garona y cargar contra el enemigo acampado, pero Simon les disuadio de ello. --Estamos cansados, y ellos frescos --dijo aun sin descender de su montura, y girandose contemplo el inmenso campamento, cuya extension era superior a la de la propia ciudad de Muret--. Dejemosles que sigan creyendose superiores solo porque lo sean en numero. A continuacion, entraron en la ciudad por la Puerta de Salas, atravesaron el Mercadal, la enorme plaza que era el corazon de la ciudad, y mientras sus hombres se instalaron en la Villa Nova, el se traslado al Castillo Viejo, desde lo alto del cual contemplaba en aquel momento el mar de hogueras y antorchas de sus enemigos. --?Por que nos han permitido entrar en Muret? --murmuro para si. Se habia hecho aquella pregunta mil veces a lo largo del camino. Una rafaga de viento removio la barba y el cabello, salpicados de canas, de aquel hombre cuya mano creia guiada por Dios. De pronto, se sintio demasiado lejos de su hogar, y viejo. Estaba en la cincuentena, y se pregunto si regresaria a su casa antes de morir. Era de origen franco-normando, y su linaje hundia sus raices en Montfor-l'Amaury, al oeste de la Isla de Francia. Sin embargo, desde hacia cinco anos, cada primavera y cada verano, habia entregado su vida a imponer la verdadera fe en aquellas tierras, erradicando de raiz la herejia. --!Cinco anos! !Que rapido se escapa el tiempo! --murmuro. El 10 de marzo de 1208, el papa Inocencio III habia convocado una cruzada contra los occitanos, deseoso de extirpar la herejia catara de aquellas tierras. El asesinato en Sant Geli un ano antes de su legado, de fray Pierre de Castelanau, a manos de un soldado al servicio del conde de Tolosa, le sirvio en bandeja la excusa necesaria para tomar una decision como aquella, sin precedentes: !una cruzada contra otros cristianos! Voluntarios de Normandia, Champana, Anjou, Flandes o Picardia acudieron a la llamada del pontifice. Muchos eran pecadores que ansiaban el perdon de sus faltas; otros, salivaban imaginandose ya senores de las ricas tierras del sur, y otros encontraron en aquella cruzada el modo de evitar cumplir su promesa de acudir a Tierra Santa para combatir al infiel. Y de entre todos aquellos senores, Simon de Montfort fue elegido como brazo armado del pontifice, aunque fuera Arnaud Amaury, legado papal y abad de Citeaux, quien capitaneara a aquella gigantesca hueste. --!Malnacidos! --escupio con la mirada clavada en el campamento aragones y occitano. Si hasta entonces ningun cataro habia logrado derrotarle, ?por que iba a ser diferente al dia siguiente?, penso. Las aguas del rio Louge, que discurrian mansas a los pies del castillo, le parecieron de pronto siniestras. El rio Garona abrigaba la fortaleza por el lado opuesto. Un foso inundado por las aguas de ambos rios aislaba el Castillo Viejo de la Villa Nueva de Muret, aunque un puente levadizo permitia la comunicacion entre ambos. Desde su atalaya, Simon podia contemplar a su derecha el puente de Sant Serni, que permitia abandonar la fortaleza hacia el este, donde estaban acampados los voluntarios occitanos. El castillo se erguia, orgulloso, aranando el cielo negro con sus cinco torres. La de Lissac tenia mas de treinta metros de altura, y vigilaba el rio Garona; la del homenaje, o de Loja, superaba los cuarenta metros de alto, y se alzaba sobre el vertice en el que se abrazaban las aguas de los dos rios que rodeaban la fortaleza. Simon se encontraba en la torre de Prima, y a su espalda se alzaba la torre de Dantin. La quinta torre defendia el puente levadizo que unia el castillo con la ciudad, y las cinco se enlazaban por muros de quince metros de altura y tres metros de anchura. Simon contemplo el paseo de ronda que rodeaba las murallas de aquella fortaleza de mas de cinco mil metros cuadrados y, a pesar de ello, se sintio indefenso. --Si nos quedamos aqui, moriremos --penso. Entonces, alzo la mirada al cielo y pidio ayuda a Dios; el mismo Dios en nombre del cual habia matado, mutilado y torturado a mujeres, ninos y ancianos desde que estaba en aquella maldita tierra de herejes. El sol salio poco antes de las siete y media de la manana. Era jueves 13 de septiembre; un buen dia para matar a Montfort, penso el rey Pedro al despertar. En el suelo, hecha un ovillo, permanecia Ysabela. La muchacha tenia los ojos enrojecidos por el llanto, las nalgas enrojecidas por los azotes, los pechos enrojecidos por los mordiscos del monarca, el cuerpo molido tras sentir el gigantesco corpachon del aragones en todas las posturas que el deseo durante aquella interminable noche, y el alma en los huesos. Por un instante, parecio que el rey se apiadaba de ella pero el brillo en sus ojos nada tenia que ver con la piedad. Pedro se levanto del jergon, puso sus pies en el suelo cubierto de paja, y acerco su virilidad a la boca de la joven. La muchacha comprendio, mientras las lagrimas caian por sus mejillas. Minutos despues, el rey se aparto de ella.

  • La epidemia de la primavera de Empar Fernandez

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    Empar Fernandez ha construido con maestria una novela en la que destacan una magnifica ambientacion de la vida en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y la de la Barcelona de las primeras revueltas sociales encabezadas por mujeres.

  • La terquedad de las estrellas de Lara Beli

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    Anne es timida, sonadora y un poco torpe. Trabaja de barista en un casino (o de barwoman, como le gusta decir a ella porque suena a superheroina) y espera pacientemente un amor que no llega.

  • Abadon: Juicio y castigo de Anna Simon

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    Anna Simon narra el drama psicotico de un ex sacerdote catolico, que a la postre se convierte en un adinerado e importante hombre de negocios en la ciudad de Mexico, D.F.
    Mariano Ordaz, protagonista principal de esta inquietante y controversial novela, esconde un oscuro pasado lleno de horripilantes sucesos.

  • Una Historia Crepuscular de Stefan Zweig

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    ?Ha sido el viento lo que ha traido de nuevo la lluvia a la ciudad haciendo que nuestra habitacion se oscurezca de pronto? No. La atmosfera esta tranquila y tiene una claridad argentada, como raras veces ocurre en estos dias de verano, pero se ha hecho tarde y no nos hemos dado cuenta. Solo los tragaluces de enfrente sonrien todavia con un debil resplandor y por encima de los tejados el cielo se cubre ya de una bruma dorada. En una hora sera de noche. Una hora maravillosa, pues nada es mas bello que ese color que poco a poco se marchita y se ensombrece, y luego la oscuridad, que brotara del suelo, invadira la estancia, hasta que sus negras olas se replieguen en silencio sobre las paredes y nos arrastren a las tinieblas. Entonces, cuando en este momento nos sentemos uno frente al otro y nos miremos sin hablar, nos parecera que el rostro familiar que entra en las sombras se ha vuelto mas viejo, extrano y lejano, como si nunca lo hubieramos conocido y lo contemplaramos a distancia y a traves de muchos anos. Pero ahora quieres que hablemos, porque en el silencio oyes acongojado como el reloj rompe el tiempo en cien pequenas astillas y la respiracion se vuelve ruidosa como la de un enfermo. Quieres que te cuente algo. Con mucho gusto. Aunque no de mi, pues nuestra vida en estas ciudades inmensas es pobre en acontecimientos o asi nos lo parece, porque todavia no sabemos lo que en realidad nos pertenece. Pero voy a contarte una historia adecuada para esta hora que, a decir verdad, solo ama al silencio, y quisiera que tuviese un poco de esa luz crepuscular, calida, dulce y profusa que se extiende como un velo ante nuestras ventanas. No se cual es el origen de esta historia. Simplemente recuerdo que, desde primera hora de la tarde, he estado aqui sentado mucho rato, leyendo un libro, despues lo he dejado y me he sumido en una especie de ensueno letargico, tal vez incluso en un sueno ligero. De pronto he visto unas figuras que se deslizaban a lo largo de la pared, y podia oir sus voces y penetrar en sus vidas. Pero cuando he querido seguir con la mirada esas formas fugitivas, me he encontrado de nuevo despierto y solo. El libro habia caido a mis pies. Lo he recogido y le he preguntado acerca de las figuras: ya no he encontrado la historia en el, como si hubiera caido de sus paginas a mis manos o como si nunca hubiera estado alli. Quiza la habia sonado o la habia leido en una de aquellas nubes de colores que hoy habian llegado de tierras lejanas a nuestra ciudad transportando la lluvia que durante tanto tiempo nos ha importunado. Quiza la habia oido en una vieja e ingenua cancion que un organillo habia tocado entre melancolicos gemidos bajo mi ventana, o alguien me la habia contado anos atras... No lo se. A menudo me llega este tipo de historias, y me divierte dejar fluir entre mis dedos las cosas que cuentan, sin retenerlas, al igual que uno acaricia espigas y flores de tallo largo sin cogerlas. Solo las sueno a partir de una imagen repentina y coloreada que termina por difuminarse, pero no las retengo. Sin embargo, hoy quieres una historia, y te la voy a contar en esta hora del crepusculo en la que nos invade el deseo de ver algo multicolor agitandose y brillando ante nuestros ojos que los tonos grises entristecen. ?Como empezar? Tengo la sensacion de que debo hacer salir por un momento de las sombras una imagen y una figura, pues asi comienzan tambien en mi esos extranos suenos. Ya me acuerdo. Veo a un esbelto muchacho que desciende por los anchos peldanos de la escalera de un castillo. Es de noche, una noche con solo un palido claro de luna, pero, como si tuviera un poderoso faro, abarco el perfil entero de su cuerpo agil, distingo perfectamente sus rasgos. Son extraordinariamente bellos. Sus cabellos negros peinados a la moda infantil caen sobre su frente un poco demasiado ancha, y las manos, que el extiende hacia delante en la oscuridad para palpar el calor del aire caldeado por el sol, son muy finas y nobles. Su paso vacila. Desciende absorto hacia el gran jardin que murmura con sus numerosos arboles redondeados y entre los cuales reluce como un sendero blanco una unica y amplia avenida. No se cuando sucedio, si ayer o hace cincuenta anos, ni tampoco se donde, pero creo que debio de ser en Inglaterra o en Escocia, pues solo alli conozco castillos de piedra tallada tan altos y grandes que de lejos parecen fortalezas altivas y amenazadoras y que solo para el ojo familiarizado se inclinan sobre sus jardines luminosos y floridos. Si, ahora lo se seguro, esta alla arriba en Escocia, pues solo alli las noches de verano son tan luminosas que el cielo tiene el brillo lacteo del opalo y los campos nunca estan oscuros, todo parece tenuemente iluminado desde el interior y solo las sombras, semejantes a gigantescos pajaros negros, caen sobre esas capas de luz. Es Escocia, oh si, ahora lo se con seguridad y, si me esforzara, encontraria el nombre de aquel castillo condal y tambien el del muchacho, pues ahora la oscura corteza de mi sueno se desprende rapidamente y lo percibo todo con tanta claridad como si no fuera un recuerdo, sino una vivencia. Durante el verano, el muchacho se aloja en casa de su hermana casada y, siguiendo la afable costumbre de las familias inglesas distinguidas, no es el unico invitado; la cena reune a todo un grupo de cazadores y sus mujeres, asi como a algunas muchachas: personas bien parecidas y de categoria cuya juventud e hilaridad, sin ser ruidosas, juegan con el eco de los viejos muros. De dia los caballos galopan por doquier, acompanados de una jauria de perros; al otro lado, en el rio, centellean dos o tres barcas: una actividad sosegada confiere al dia un agradable ritmo rapido. Terminada la cena, se levanta la sobremesa. Los caballeros han ido al salon, fuman y juegan; hasta medianoche las ventanas proyectan en el parque conos de luz blanca y vibrante en los bordes, a veces tambien una risa franca y jovial. La mayoria de las damas se ha retirado a las habitaciones, tal vez dos o tres conversan todavia en el vestibulo. Asi que el muchacho esta solo. No tiene permiso para ir con los hombres, o solo por unos instantes, y se siente cohibido en presencia de las damas, porque a menudo, cuando abre la puerta, ellas bajan la voz, y comprende que hablan de cosas que el no debe oir. Por otra parte, no le gusta su compania, pues le interrogan como a un nino y no prestan demasiada atencion a sus respuestas; simplemente lo utilizan para mil pequenos favores y luego le dan las gracias como a un chico bueno y obediente. Asi que ha decidido irse a la cama y ya ha subido la escalera de caracol; pero la habitacion esta demasiado caldeada, con una atmosfera cargada y sofocante. Se han olvidado de cerrar las ventanas de dia y el sol ha campado por sus respetos: ha abrasado la mesa y la cama, se ha encarnizado con las paredes y los rincones, y las cortinas despiden todavia su halito ardiente e irritado. Y, despues de todo, es demasiado pronto, y fuera la noche estival resplandece como una vela blanca, tan tranquila, tan en calma, tan deliciosamente en calma. De modo que el muchacho baja de nuevo la gran escalinata del castillo hasta el jardin, sobre cuyo oscuro contorno circular el cielo derrama su luz mortecina como un nimbo y adonde lo atrae el aroma tremulo de mil flores invisibles. Tiene una extrana sensacion. En la confusion de sentimientos propia de sus quince anos, no sabe explicarlo, pero sus labios tiemblan como si tuviera que hablar a la noche, levantar las manos o cerrar los ojos mucho rato, como si hubiera algo misterioso y familiar entre el y aquella encalmada noche de verano que pide una palabra o un gesto de cortesia. El muchacho sale poco a poco de la amplia y despejada avenida para adentrarse en uno de los estrechos senderos laterales, donde los arboles parecen abrazarse en lo alto con sus copas iluminadas por destellos argentados, mientras que abajo impera la oscuridad prenada de noche. Todo esta absolutamente tranquilo. El paseante, perdido en una dulce y vaga melancolia, solo percibe el indescriptible ruido del silencio en el jardin, el vibrante zumbido como de una lluvia fina que cae en la hierba o de susurrantes briznas frotandose ligeramente unas a otras. A veces roza con un arbol o se detiene para escuchar ese ruido fugitivo: el sombrero le cae sobre la frente y se lo quita para sentir sobre sus sienes desnudas, donde golpea la sangre, la mano del viento aletargado. Y entonces, de golpe, a medida que se adentra en la oscuridad, ocurre algo inaudito. La grava cruje levemente detras de el. Cuando se vuelve, asustado, ve el brillo como de fuego fatuo de una gran figura blanca que avanza hacia el, ya esta cerca y siente con un escalofrio el abrazo fuerte, aunque sin violencia, de una mujer. Un cuerpo calido y suave se estrecha febrilmente contra el suyo, una mano le acaricia rapida y temblorosa el pelo y le inclina la cabeza hacia atras: tambaleante, el siente en la boca un fruto abierto, desconocido, unos labios estremecidos que sorben los suyos. Tan cerca esta este rostro del suyo que el no puede verle los rasgos. Y no se atreve a mirarlos, porque un doloroso escalofrio recorre su cuerpo y le obliga a cerrar los ojos y abandonarse sin resistencia como botin a esos labios ardientes; vacilante, inseguro como una pregunta, sus brazos acogen entonces a la desconocida figura y, ebrio de repente, estrecha el cuerpo extrano contra si. Sus manos se deslizan avidas a lo largo de las delicadas formas, se detienen y se retiran temblorosas, luego se vuelven mas febriles y atrevidas. Cada vez mas apremiante e inclinada, la feliz carga descansa ahora todo su peso sobre el complaciente pecho del muchacho. De alguna manera se siente engullido, arrastrado por este abrazo jadeante, y se le doblan las rodillas. No piensa en nada, no se pregunta por que aquella mujer ha acudido a el ni como se llama, se limita a sorber hasta embriagarse de la voluptuosidad de sus labios desconocidos, humedos y perfumados, sin voluntad, sin comprender lo que le impulsa a ese apasionamiento inaudito. Le parece como si de repente hubieran caido estrellas, tan intenso es el centelleo delante de sus ojos, y todo lo que toca chispea y quema. Y no sabe cuanto tiempo transcurre, si horas, tan blandas son las cadenas que lo atan, o si segundos: siente que todo se inflama y es arrastrado en el arrebato de una lucha voluptuosa, en un torbellino maravillosamente vertiginoso. Y bruscamente, de golpe, la ardiente cadena se rompe. De repente, casi con ira, el abrazo libera su pecho apresado; la figura desconocida se incorpora, una cinta de luz blanca se desliza veloz a lo largo de los arboles, ha desaparecido antes de que el pueda levantar las manos para retenerla. ?Quien habra sido? ?Y cuanto tiempo habra durado? Angustiado, aturdido, se levanta apoyandose en un arbol. Poco a poco el frio raciocinio vuelve a su cerebro calenturiento: le parece de repente que su vida ha avanzado mil horas. ?Acaso todos sus suenos confusos acerca de las mujeres y la pasion se han vuelto de pronto realidad? ?O todo ha sido un sueno en definitiva? Se palpa, se toca el pelo. Si, sus sienes palpitantes estan humedas, humedas y frescas del rocio de la hierba sobre la que se han revolcado. Ante sus ojos se repite la escena con la velocidad del rayo, siente de nuevo el ardor de los labios, aspira el perfume de voluptuosidad, extrano y penetrante, que desprendia la ropa de la mujer, y trata de recordar cada una de sus palabras. Pero no le viene ninguna a la memoria. Y entonces, subitamente, recuerda alarmado que ella no ha dicho nada, ni siquiera lo ha llamado por su nombre, que de ella no conoce sino los suspiros que rebosaban de su pecho como una amenaza, los sollozos de placer convulsivamente ahogados, el perfume de su pelo enmaranado, la calida presion de sus pechos, el esmalte pulido de su piel; sabe que su cuerpo, su respiracion, todos sus sentimientos le han pertenecido y, sin embargo, no sospecha quien es la mujer que lo ha sorprendido con su amor en la noche. Sabe que solo puede balbucear un nombre para designar su sorpresa, su felicidad. Y ahora esta experiencia fugaz e inaudita que acaba de vivir con una mujer le parece pobre, banal y completamente baladi al lado del fulgurante misterio de los ojos cautivadores que lo acechaban desde la oscuridad. ?Quien era esa mujer? Al vuelo estudia todas las posibilidades, pasa revista mentalmente a todas las mujeres que viven en el castillo; evoca todos los momentos singulares y todas las conversaciones que ha mantenido con ellas, las sonrisas de cinco o seis de ellas, las unicas que podrian estar envueltas en este enigma. ?Quiza la joven condesa E., que suele tratar con aspereza a su marido ya mayor, o la joven esposa de su tio, que tiene ojos de una dulzura extrana y, sin embargo, tan irisados, o bien--se estremecio al recordarla--una de las tres hermanas, primas suyas, que tanto se parecen en su porte altivo, orgulloso y estirado? No, porque todas ellas son personas frias y discretas. En los ultimos anos a menudo se habia considerado un desheredado, un enfermo, desde que secretos ardores agitaban su espiritu y se mezclaban flameantes en sus suenos. !Como habia envidiado a todos los que eran o parecian tan serenos, tan equilibrados y desprovistos de cualquier deseo! El habia tenido miedo de su pasion naciente como de una enfermedad. ?Y ahora...? Pero ?quien, cual de ellas era capaz de semejante engano? Poco a poco esta pregunta obsesiva disipa la embriaguez que enturbia sus sentidos. Se ha hecho tarde, las luces del comedor se han apagado, solo el esta despierto en el castillo, el... y quiza aquella otra. La desconocida. La fatiga empieza a hacer mella en el. ?Para que seguir dandole vueltas? Seguro que manana una mirada, una llama entre los parpados, un apreton de manos a hurtadillas, se lo revelara todo. Sube entre suenos las escaleras, tal como las habia bajado, pero ahora sus suenos son infinitamente diferentes. Tiene la sangre todavia un poco agitada, y la habitacion caldeada ahora le parece mas clara y fresca. Cuando al dia siguiente se despierta, los caballos ya piafan y escarban en el patio, oye pronunciar su nombre en medio de risas. Se levanta de un salto--ha pasado la hora del desayuno --, se viste con una rapidez febril y se precipita abajo, donde los demas lo reciben con alborozo. <>, le espeta la condesa E. riendo, y la risa brilla en sus ojos claros. El escruta su rostro con ansiosa curiosidad; no, no puede ser ella, su risa es demasiado despreocupada. <>, se burla la joven, pero a el su cuerpo delicado le parece demasiado delgado. La pregunta del muchacho vuela de un rostro a otro, pero en ninguno descubre el reflejo de una sonrisa. Da comienzo la excursion a caballo por el campo. El escucha todas las voces, con la mirada espia cada linea del cuerpo de las mujeres, las ondulaciones del pelo que el ritmo del trote les impone, observa los movimientos de sus espaldas al doblarse y el modo como levantan los brazos. Durante el almuerzo se inclina sobre ellas para percibir el perfume de sus labios o la tibieza de sus cabellos, pero nada, nada le proporciona el menor indicio, una fugaz pista que su imaginacion inflamada pueda seguir. El dia se alarga inacabable hasta el atardecer. Ahora que quiere leer un libro, las lineas saltan fuera de los margenes y lo conducen hasta el jardin, y vuelve a ser de noche, una noche extrana, y se siente de nuevo rodeado por los brazos de la desconocida. Deja caer el libro de sus manos temblorosas, quiere ir al estanque y, de repente, asustado, se encuentra en el camino de grava, en el mismo lugar. Durante la cena sus manos estan nerviosas, palpan sin descanso a diestro y siniestro, como perseguidas, sus ojos se esconden timidos bajo los parpados. Por fin, oh, por fin, cuando los demas retiran sus sillas, el se siente feliz, sale corriendo de la sala y se adentra en el parque, cien veces, mil, camina arriba y abajo de la blanca avenida, que bajo sus pies parece centellear como una niebla lactea. ?Estan ya encendidas las luces del salon? Si, por fin llamean, y por fin brillan tambien algunas ventanas del primer piso. Las damas se han retirado. Si ella va a venir, ya no puede tardar mas de unos minutos, pero cada minuto se hincha de rubea impaciencia hasta estallar. Y continua arriba y abajo con pasos convulsos, como tirado por hilos invisibles. Y entonces, de repente, la figura blanca se desliza escaleras abajo, rapida, demasiado rapida para poderla reconocer. Parece un rayo de luna o un velo perdido flotando entre los arboles que un viento impetuoso empuja hacia el, y ahora, ahora, esta en sus brazos, que se estrechan como garras avidas alrededor del cuerpo indomito, ardiente y palpitante, acalorado por la carrera. Como ayer, de nuevo es un unico instante en el que la calida oleada se rompe de improviso contra su pecho, con tanta fuerza que el cree desfallecer por el dulce golpe, y su unico deseo es dejarse llevar, arrastrado a un sombrio abismo de placer. Pero luego su embriaguez se extingue de golpe, y el reprime su ardor. !No, no se perdera en esta maravillosa voluptuosidad, no se abandonara a estos labios voraginosos antes de saber el nombre de este cuerpo que se aprieta tan estrechamente contra el que es como si un corazon extrano latiera fuerte en su propio pecho! Echa hacia atras la cabeza ante sus besos para verle la cara: pero caen unas sombras y, en la luz incierta, se confunden con los cabellos oscuros de la mujer. El follaje de los arboles es demasiado espeso y demasiado palido el claro de luna velado por las nubes. Solo ve los ojos de ella, que brillan fosforescentes como rubies encastados en marmol blanco. Entonces el quiere oir una palabra, solo una astilla arrancada a su voz:

  • A tu lado puedo ser feliz de Sophie Saint Rose

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    Un portazo en la planta baja indicaba que su hija habia llegado a casa. - ?Selina? -!Estoy aqui, mama! -respondio subiendo las escaleras. Agotada aparto su melena rubio platino de su hombro para sujetar la correa de su bolso y evitar que se le cayera.- ?Ocurre algo? Porque he quedado con Stayce para ir a una fiesta y todavia tengo que cambiarme- dijo yendo hacia su habitacion. Su madre la intercepto al salir de la habitacion de sus padres. La miro con sus ojos marrones como si quisiera matarla y por el vestido negro de lentejuelas que llevaba se dio cuenta de que querria que se quedara en casa. -Me dijiste que hoy te quedarias con Rebeca. Bufo enfadada al oirla - ?Por que tengo que quedarme cuidandola cada vez que salis? !Contratar una ninera, como todo el mundo! Paso ante su madre que parecia a punto de estrangularla - !Sera porque no haces nada en todo el dia, salvo ir de compras! Miro asombrada a su madre - ?Que no hago otra cosa? !Solo gasto mi asignacion! -!Que es muy generosa para mi gusto!- grito de los nervios- Ni estudias, ni trabajas. Solo te pedimos que cuides de tu hermana cuando no estoy en casa !Tampoco es para tanto! Entro en su habitacion furiosa - !Estoy harta! !Aqui no tengo intimidad, por no decir que siempre te tengo detras para decirme lo que tengo que hacer! !Tengo veinticinco anos, por el amor de Dios! -!Pues consigue un trabajo y vete de casa! Eso si que no se lo esperaba. Habian sido ellos los que le habian dicho que no se fuera cuando termino la universidad. Que ahora se lo echaran en cara, era el colmo. Habia sido ella, la que dijo que la echaria de menos y su padre, el que le dio la asignacion para que se sintiera independiente.- ?Que consiga un trabajo? Su madre desvio la mirada y Selina vio el pasador de diamantes de su abuela en su recogido.-Mama - dio un paso hacia ella asombrada- ?Ese es mi pasador? Su madre se sonrojo llevando la mano hasta su pelo tenido de rubio- ?No te importa, verdad? Me quedaba bien con este vestido. Selina entrecerro los ojos. No le hacia mucha gracia que su madre lo hubiera sacado del banco pues era muy valioso, pero ese no era el tema que estaban discutiendo.- Da igual- dijo poniendo los brazos en jarras ensenando el vestido de seda rosa que llevaba- Ese no es el tema. Me dijisteis... Su madre hizo un gesto con la mano sin darle importancia- ?Te quedas con tu hermana? Se miraron a los ojos. Los verdes de Selina refulgieron de furia- !No! Su madre, Regina Corrington la miro furiosa- !Muy bien, llamare a la ninera!- salio de la habitacion dando un portazo y durante un segundo se sintio culpable. Durante un segundo - Que contraten una ninera. -dijo entre dientes recogiendo sus bolsas. Al dia siguiente estaba recostada en la tumbona de la piscina leyendo una revista cuando aparecio su madre. Todavia estaba enfadada y Rebeca le dijo en voz bajaAhi viene... Miro a su hermana de siete anos que era un reflejo de ella misma y sonrio guinandole un ojo. Su hermana con su bikini rosa salio corriendo hacia su piscina infantil pegada a la de adultos- !Selina!- los tacones de su madre resonaron en el terrazo de la piscina. -?Si, mama?- pregunto sin levantar la vista. -?Te dije que dentro de una semana me voy a Paris y que te tienes que hacer cargo de tu hermana? No se lo habia dicho y lo sabia de sobra. Se lo decia ahora porque despues de lo del dia anterior esperaba que se sintiera culpable.-No, no me lo habias dicho- la miro sonriendo- ?Por que no te la llevas? Esta de vacaciones de verano. Su madre entrecerro los ojos- Tu padre estara muy ocupado... -Pero tu no- se levanto de la tumbona poniendose a su altura -Puedes ensenarle Paris mientras os vais de compras. -Tu no tienes que hacer nada y cuando vayamos a las cenas de negocios no tendremos que dejarla sola en el hotel. Se miraron evaluandose durante unos segundos - Muy bien, entonces me voy con vosotros a Paris. -!Ni hablar! Te quedaras aqui con tu hermana. Punto- dijo furiosa.- !Se te va a acabar toda esta tonteria! -No me importa quedarme con ella -dijo senalandola- !Pero no voy a dejar que me utiliceis a vuestro antojo! -!Haras lo que yo diga mientras vivas aqui! !Se te acabo esta vida de lujo sin hacer nada! -?Que ocurre aqui?- la voz de su padre resono en toda la piscina. Alto y moreno, todavia se conservaba bien para los cincuenta y dos anos que tenia. Las miro con sus ojos verdes a las dos - ?A que vienen esos gritos? -Tu hija no quiere hacer nada que no sea tomar el sol e ir de compras a Rodeo Drive- dijo su madre con desprecio dejandola atonita. -!Te recuerdo que fuiste tu la que me dijiste que no buscara trabajo cuando termine la universidad! -!No tienes necesidad de trabajar pero no significa que hagas el vago todo el dia! -!No, tengo que hacerte de ninera! -!Silencio!- su padre las miraba como sino las conociera- Regina- le dijo a su madre- ?le dijimos a Selina que no se buscara trabajo y ahora se lo echas en cara?- Selina sonrio ironica mirando a su madre con los brazos cruzados. Su hermana paso tras ella y le dio un azote en el trasero con su manita mojada. Su padre la miro a ella- y tu... !porque ayudes en el cuidado de tu hermana no creo que te vayas a agotar! Se sonrojo ligeramente -No es eso, papa. No me importa cuidarla pero siempre me avisa en el ultimo momento. Ayer me lo dijo cuando iba a salir y pretendia que anulara mi cita. -Pues del viaje a Paris te aviso con tiempo -dijo sonriendo ligeramente- Asi que ya sabes... No soportaba que la trataran como a una nina y la fastidiaba que le echaran en cara que no trabajaba- Esta bien. Me quedo con Rebeca. Su madre asintio satisfecha y se giro para mirar triunfante a su marido que todavia seguia muy serio. – Selina... -?Si, papa?- pregunto entre dientes. -Quiero que revises unos disenos que tengo que llevar a Paris.-dijo indicandole con la cabeza que lo acompanara. Se puso el caftan sobre su bikini azul electrico y le siguio por el camino que llevaba a la casa. No hablaron hasta llegar al despacho -Pasa -dijo dejandola pasar al enorme despacho donde trabajaba por las tardes. Cerro la puerta tras ella y suspiro- No te enfades. -No me enfado. -Tu madre no nacio en esta vida y todavia le sorprenden ciertas cosas.- dijo llegando a su escritorio

  • Flores rotas de Luis Miguel Sellanes

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    FLORES ROTAS es una novela romantica corta que se desarrolla en la capital de la Costa del Sol en Espana, muy actual y aguda, que deja al desnudo los sentimientos y las pasiones humanas con situaciones imprevisibles, humor y erotismo.

  • Jellyfish de Carlos Godoy

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    Yaki tiene diecinueve anos, es hija unica, estudia en la universidad y vive con su madre, una reconocida dramaturga. Su vida, centrada en los estudios, la noche y su relacion con Tomas, trece anos mayor que ella, se ve sacudida por la confirmacion de un embarazo. Sin especial afecto por su pareja y muy alejada de la posibilidad de ser madre, decide interrumpirlo con Misoprostol.

  • 2065 de Jose Miguel Gallardo

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    Las sombras se volvieron alargadas entre las lapidas, recorriendo asi el camino que las llevaria a fundirse con la noche negra que pronto llegaria. El entierro se habia celebrado a ultima hora de la tarde para evitar el calor sofocante que desde hacia treinta y tres dias se habia precipitado sobre el pais como un alud de fuego. Pese a ello, el ardor que aun emanaba el asfalto parecia que fuese a abrasar la ciudad. Las olas de calor se habian vuelto mas duraderas y frecuentes, y aquella iba camino de superar todos los records establecidos hasta la fecha. El clima habia cambiado y con el las temperaturas estivales de Madrid. Durante el dia se parecian ya a las que habian caracterizado a Sevilla a finales del siglo XX; las noches sin embargo, tropicales en su mayoria, eran aun mas calidas de lo que fueron entonces en la capital hispalense. Las muertes por golpes de calor durante los meses de verano se habian incrementado en las ultimas decadas, algo que podia constatarse comprobando las fechas inscritas en aquellas lapidas adornadas con flores ajadas por el sol. <>, le decia mentalmente a su mujer, de la que la muerte y una losa de marmol blanco ahora le separaban. Sentia que no podia soportarlo, que ni siquiera sus piernas aguantarian el peso del dolor que fondeaba en lo mas profundo de su alma. Desde que el sabado lo llamaron inesperadamente del Instituto Anatomico Forense de Madrid para darle la noticia, una espesa y lobrega niebla lo habia envuelto, eclipsando todo rastro de vida que pudiese cobijar. Contesto a la llamada mientras terminaba de leer un informe que le habian enviado del Ministerio para que lo aprobase. --?Adrian... Salor? --pregunto la voz grave y dubitativa de un hombre. --Si, soy yo. ?Quien es? Su pregunta quedo sin respuesta y un silencio de escasos segundos empano la conversacion. --Vera..., siento muchisimo llamarle para decirle esto. Es... su mujer... Creemos que ha sufrido un accidente. Todavia no lo hemos podido confirmar y aun faltan algunas pruebas para determinarlo. La noticia revento en sus timpanos a la vez que el caos se enraizaba en cada uno de los aciagos pensamientos que su cabeza bombeaba con el mismo ritmo frenetico al que su corazon empezo a latir. --Creo que es mejor que venga directamente al... --La vacilacion volvia a moldear sus palabras, pues sabia que se convertirian en una sentencia de muerte y nunca le habia gustado hacer ese tipo de llamadas--. Al Instituto Anatomico Forense, aqui le podremos explicar los detalles. Aquella llamada fue el inicio de un frenesi que se tradujo en largas esperas, agotamiento, insomnio... hasta que por fin le entregaron el resultado de la autopsia con las pruebas del ADN. Rapidamente intuyo lo que ponia, pues se lo habian dado con una ligera inclinacion de cabeza en senal de duelo. La sombra del miedo a confirmar lo que temia se reflejaba en el pulso tembloroso con el que sostenia el informe. Las lagrimas volvian borrosa su vision y le impedian leerlo. Tras limpiarselas con la mano pudo corroborar que el ADN del cadaver correspondia al de su mujer, Africa Nunez, con una probabilidad del cien por cien. El coche con el que ella habia tenido el accidente aparecio incendiado en una carretera secundaria y poco transitada del puerto de Navacerrada. Lo encontro un senderista que estaba terminando su ruta y llamo al 112. Para cuando llegaron los bomberos y consiguieron apagar el fuego, el cuerpo que estaba en el asiento del conductor habia quedado calcinado, aunque gracias a la matricula del vehiculo pudieron averiguar el nombre de sus propietarios y localizar a Adrian. La Policia habia abierto una investigacion para esclarecer la causa del accidente, asi como la incongruencia de haberlo encontrado a mas de cuatrocientos kilometros del lugar donde se suponia que estaba Africa. Adrian declaro que ella habia salido de Madrid el sabado a las ocho de la manana, y que a la una y cuarto del mediodia lo habia llamado desde San Sebastian para decirle que habia llegado con algo de retraso. Iba a pasar unos dias alli trabajando en el Festival Internacional de la Musica. Sin embargo, el aviso al 112 para informar del accidente se realizo a las dos menos cuarto del mismo sabado. O Africa le habia mentido intencionadamente a su marido o la habian obligado a mentir. Esta segunda hipotesis encajaba con la posibilidad de que el accidente hubiese sido provocado, segun intuia la Policia tras no haber hallado una causa natural para las llamas que habian devorado todas las pruebas que pudiesen haber quedado dentro del coche. --?Sabe si alguien podria tener motivos para querer hacerle dano a su mujer? --le pregunto un comisario con la intencion de comenzar la investigacion por algun punto. --No. --?Algun amante? ?Algo que hubiese podido llevarla hasta alli? Esta vez tardo mas en dar su respuesta y la penso detenidamente. Miro al policia a los ojos y arqueo los labios hacia abajo para mostrar desconocimiento a la segunda pregunta mientras negaba con la cabeza en respuesta a la primera. Mintio. Aquella pregunta reabria un pasado herido por las dudas en el que la actitud de Africa, sus ausencias frecuentes e inexplicadas y sus muchos viajes le habian inducido a pensar en la existencia de un amante. La estuvo siguiendo durante varios meses hasta que, sin haber averiguado nada, se canso de hacerlo. Pero ahora se daba cuenta de que aquella sospecha se habia mantenido en estado latente en su subconsciente, maquillada de olvido. En cualquier caso, haber contestado con un <> a la existencia de un amante solo habria conseguido anadir mas confusion a la investigacion. Los recuerdos le abrumaban en el cementerio y tuvo que bajar la mirada para reprimir las ganas de llorar. No queria hacerlo hasta que todos los que lo acompanaban en el sepelio se hubiesen marchado. Deseaba quedarse a solas con ella, lo necesitaba, anhelaba decirle adios y llorar a su lado, como si asi fuese a hallar el consuelo que, sabia, no encontraria

  • Por fin. el amor (eLit 2) de Jill Shalvis

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    Un hombre desnudo lo habria cambiado todo, pero no se veia a ninguno. Por eso, como siempre, Nicole Mann se levanto al oir el despertador y, tambien como siempre, se ducho, se vistio y desayuno en menos de ocho minutos. Por ultimo, tambien como siempre, salio de su apartamento a toda velocidad para llegar pronto al hospital. Si, efectivamente, la vida de Nicole estaba completamente regida por su trabajo. ?Y que? Ser medico era un sueno hecho realidad para ella y, si tenia que trabajar para ese sueno casi todos y cada uno de los momentos del dia, dejando a un lado todo lo demas, incluidos los hombres desnudos, lo haria. Ser medico era lo que habia querido desde que se habia graduado en el instituto, hacia quince anos, a la extraordinaria edad de doce anos. --Psst. Para ser una mujer que se enorgullecia de tener nervios de acero, Nicole estuvo a punto de dar un salto al oir el inesperado susurro que provenia del oscuro vestibulo de su edificio de apartamentos. Sin embargo, no habia nada por lo que preocuparse. Solo era la duena del edificio y tambien amiga, Taylor Wellington, que se estaba asomando por la puerta de su apartamento. Taylor era una mujer agradable y hermosa, razones suficientes para odiarla, pero tambien parecia estar en posesion de una increible habilidad que era capaz de derrumbar las defensas de Nicole. A esta la asombraba que, a pesar de ser polos opuestos, se hubieran hecho tan buenas amigas. --!Psst! --Ya te veo --dijo Nicole--. ?Te he despertado? --anadio, sabiendo que casi no habia amanecido. --Oh, no. A mi no me podrian despertar ni los muertos vivientes --le aseguro Taylor, tan perfecta como siempre--. Habia puesto el despertador para poder hablar contigo --explico, mirando a Nicole de arriba abajo--. Cielo, creia que habiamos hablado ya sobre la ropa de camuflaje. Nicole se miro. Llevaba unos pantalones de camuflaje y una camiseta de tirantes de color verde, que se cenia a su esbelto cuerpo. Su guardarropa se habia formado en los dias en los que asistia a la facultad de Medicina, cuando los cuantiosos gastos de su educacion la habian obligado a comprarse la ropa en tiendas muy economicas. No obstante, le gustaban aquellas prendas tan comodas. Le sorprendia mucho que Taylor se preocupara por lo que llevaba puesto. Nicole solo llevaba unas pocas semanas viviendo en aquel edificio del South Village, tras haberse mudado de otro edificio en el que nadie se preocupaba ni de mirarle la cara a los demas. Solo se habia mudado porque aquel otro edificio habia sido vendido y los duenos tenian nuevos planes para el mismo. Ademas, el nuevo apartamento estaba en un edificio mucho mas pequeno, lo que suponia menos personas con las que tratarse. No le importaba nada que el inmueble estuviera a punto de derrumbarse ni el aspecto que tuviera mientras su cama estuviera en el. --?Por que querias hablar conmigo? --Sabia que, si no lo hacia, te olvidarias. Esta noche vamos a planear la fiesta del compromiso de Suzanne. Suzanne Carter vivia en el apartamento que habia al lado del de Taylor. Las tres eran las unicas habitantes del edificio y habian compartido muchos momentos de diversion y muchos helados, pero a Nicole no le apetecia planear una fiesta para la que tendria que vestirse elegantemente, sonreir y ser agradable. Odiaba ser agradable. --Te habias olvidado --dijo Taylor. --No, yo... Efectivamente se habia olvidado. No podia evitar ser algo olvidadiza porque siempre lo habia sido. Solo aquel ano, se habia olvidado de la fiesta de graduacion de su hermana, de la que su madre solia celebrar todos los anos en abril y hasta de su propio cumpleanos. Sin embargo, su familia comprendia algo que Taylor no parecia entender. Nicole era una solitaria. --Lo siento... tal vez llegue tarde. --No me lo digas. Tienes que... hacerte un nuevo piercing. Nicole hizo un gesto de desesperacion con los ojos. Taylor no hacia mas que gastarle bromas sobre los aros de plata que le alineaban una de las orejas, pero ella no sabia que cada uno de ellos era como un trofeo, un emblema de honor que Nicole llevaba con orgullo. --No, no se trata de otro piercing. Mostrando la paciencia de un santo, Taylor se limito a levantar una ceja mientras que Nicole se devanaba los sesos para encontrar una excusa. --Bueno, es que andamos algo escasos de personal en el hospital y... --Ahorratelo, cerebrito. Dejemonos de excusas, ?te parece? Las bodas, y todo lo que conllevan nos dan alergia, pero esta es por Suzanne. Suzanne habia sido la unica persona, aparte de Taylor, que la habia aceptado genuina e instantaneamente, a pesar de lo seca y distante que era. Las tres se habian conocido poco despues de que Taylor heredara aquel edificio, sin dinero alguno para efectuar las reparaciones que tanto necesitaba. Primero, habia alquilado un apartamento a Suzanne y a continuacion habia llegado Nicole. En realidad, las tres mujeres tenian muy poco en comun. Suzanne era chef y solia alimentar a sus dos amigas con comida, aparte de su postre favorito, el helado. Taylor, con su ingenio, las divertia a todas y, aunque mataria a Nicole si la oia decirlo, les servia de madre. Nicole no tenia ni idea de lo que ella anadia a la mezcla, por lo que le sorprendia mucho que las otras dos se preocuparan tanto por ella. No obstante, todas ellas tenian un rasgo en comun: su voto de solteria. Todas habian hablado al respecto e incluso habian brindado por ello... hasta que Suzanne habia hecho lo impensable y se habia enamorado. --Tratare de asistir --dijo Nicole con un suspiro. --No te preocupes, dicen que no se puede caer presa de la fiebre marital de esta manera. --!Eh, no te preocupes por mi! Mi trabajo es mi vida. Estoy demasiado metida en ello y soy demasiado egoista para unir mi vida a alguien. --Muy bien. Nuestro voto de solteria sigue intacto. --Y firme. Sin embargo, las dos se miraron fijamente, algo nerviosas. El hecho de que Suzanne, que tanto habia presumido de su solteria, fuera a casarse lanzaba sombras sobre su voto de solteria, aunque estaban seguras de que ninguna de las dos cometeria la torpeza de enamorarse. Seria imposible, cuando tenian los ojos bien abiertos y los corazones firmemente cerrados. Asi era. De ese modo, estarian a salvo. Total y completamente a salvo. Veinticuatro agotadoras horas mas tarde, de nuevo justo antes del alba, Nicole arrastraba su dolorido y lamentable cuerpo por los tres tramos de escalera que llevaban a su apartamento. Habia trabajado sin descanso. Una inesperada niebla habia provocado un choque en cadena en una de las autopistas del sur. Como resultado de la colision de cuarenta y dos coches, Nicole habia estado en urgencias casi todo el dia, sin poder tomarse un respiro ni siquiera para estornudar. Se le habia pedido que se quedara otro turno, por lo que, tras una rapida siesta durante la que habia sonado que la perseguian un vestido de novia y un pastel de bodas, habia aceptado con ganas lo que le deparo el resto del dia, que habia sido mucho. En aquellos momentos, mientras subia la escalera, lo unico que queria era comer algo, darse una ducha y meterse en la cama, aunque no necesariamente en aquel orden. Llevaba una bolsa de comida en la mano y la boca se le estaba haciendo agua al pensar en los cuatro tacos medianos y en el refresco que contenia. No era un desayuno muy corriente, pero era comida. Ademas, llevaba sonando con algo picante desde la segunda vez que habia entrado en el quirofano. Despues, en cuanto comiera... la inconsciencia, al menos hasta que tuviera que regresar al hospital, lo que seria aquella misma tarde para una reunion de personal. Despues, tendria que sustituir a un companero en el turno de noche. Ya tenia cuatro operaciones preparadas. Esperaba haberse acordado de la salsa picante. No tenia nada de comida en la cocina, a excepcion de algo que se habia puesto verde hacia una semana y que... --!Maldita seas, trozo de mier...! --exclamo una voz, mientras se escuchaba el ruido de metal que golpeaba otro metal. Aquellas palabras habian sido pronunciadas con un profundo acento irlandes --. Voy a... Maldita seas otra vez... La ultima vez lo hiciste bien, asi que maldita seas si no funcionas ahora... Aquellas palabras sonaron tan tranquilas, tan seguras, que Nicole tardo un momento en descifrar que aquel hombre estaba haciendo algun tipo de amenaza. Bien. A Nicole no le importaba darle una buena patada a alguien mientras que sus tacos no sufrieran dano alguno. Tener un coeficiente intelectual mas alto que su propio peso tenia algunos beneficios. Durante la facultad de Medicina habia decidido empezar a hacer karate, para desahogarse un poco. Como en todo lo que empezaba, habia sobresalido. Dispuesta a todo, tomo una postura de defensa, aunque la dejo momentaneamente para dejar la comida sobre un escalon. No habia necesidad alguna de poner en peligro el desayuno. Fue avanzando poco a poco. En aquel piso no habia nada mas que su apartamento. Nada mas que el estrecho pasillo en el que, en aquellos momentos, habia un hombre tumbado. Tenia los brazos extendidos y, entre las manos, tenia lo que parecia una herramienta de medir, que movia sobre las maderas del suelo mientras lanzaba juramentos por la boca. Nicole se habria echado a reir si hubiera podido apartar la vista de aquel largo, firme y masculino cuerpo, que estaba completamente estirado sobre la tarima de madera. Tenia unas piernas larguisimas, enfundadas en unos vaqueros que acentuaban los musculos de muslos y pantorrillas. Ademas, estaba el trasero, cubierto tambien por la gastada tela vaquera. La camiseta se le habia subido un poco, mostrando una generosa vision de piel bronceada y humeda, tensa sobre los musculos de la espalda. A pesar del susto que aquel hombre le habia dado, Nicole sonrio. --Hmm... Perdone. Con los brazos estirados por encima de la cabeza, el hombre no dejo caer el extrano utensilio que tenia entre las manos y que estaba emitiendo una luz roja. De hecho, no hizo nada mas que suspirar. --?Seria tan amable de entregarme mis notas? --dijo, con voz profunda y sensual, aunque completamente privada del acento irlandes. Nicole, que seguia en su postura de defensa, bajo la mirada y vio un pequeno bloc de notas en el suelo. Aparentemente, dudo mas de lo esperado, porque el se incorporo y giro la cabeza. Tenia el cabello negro muy corto, tanto que quedaba de punta y los ojos azules mas cristalinos que Nicole hubiera visto jamas. Al ver que ella todavia tenia los punos levantados y las piernas ligeramente dobladas, el lanzo un suspiro y se froto la mandibula. --?Es que nos vamos a pelear por un cuaderno? Nicole bajo inmediatamente los punos. Entonces, sin dejar de mirar al hombre mas guapo que habia visto nunca, se inclino para recoger la bolsa de tacos que habia dejado en el suelo. --?Quien es usted y por que esta blasfemando en mi pasillo? --Me ha oido, ?eh? --comento el con una sonrisa--. ?Me haria el favor de no decirselo a la duena? Ella me dijo especificamente que no lanzara maldiciones en su edificio. Hmm. A Nicole le sorprendia que Taylor no se hubiera metido a aquel hombre en su dormitorio bajo siete llaves, dado lo mucho que le gustaba la gimnasia horizontal y el hecho de que aquel desconocido rezumara sexualidad por todos los poros. Con un suave movimiento, se puso de pie. Nicole era bastante menuda, pero aquel hombre debia sobrepasar en varios centimetros el metro ochenta, lo que significaba que, por mucho que ella se estirara, no le llegaria mas alla del hombro. De repente, por la diferencia de altura que habia entre ellos y la inmediata y sorprendente atraccion que sintio por el, se puso a la defensiva. Dio un paso atras y se preparo de nuevo para lo que pudiera surgir. --No habria utilizado ese lenguaje si la hubiera oido venir --dijo el, rascandose suavemente la mandibula, oscurecida por la barba de varios dias--. La he sobresaltado. Nicole entorno los ojos. Una vez mas, el acento habia desaparecido por completo, pero habia algo artificial sobre el modo en que le hablaba en aquellos momentos, como si estuviera ocultando algo. Ella sabia muy bien lo que era guardar secretos, pero no le gustaba que los demas hicieran lo mismo. --Responda a mi pregunta, por favor --replico Nicole mientras levantaba un dedo. --No hace falta disparar --comento el, levantando las manos a modo de rendicion--. Soy solo el arquitecto. Ty Patrick O'Grady a su servicio. --?Que usted es el arquitecto? --Para este edificio. Va a ser renovado --afirmo. Entonces, se apoyo contra la pared con un hombro y le dedico una devastadora sonrisa--. Antes de nada, se necesita un arquitecto, ?sabe? Resulta que este edificio es un monumento historico y que necesita desesperadamente unas importantes reparaciones en su estructura. Nicole decidio que aquello podria ser cierto, especialmente dado que aquel edificio era la verguenza de la manzana. Taylor llevaba semanas consultado a los expertos para realizar la renovacion. --?Esta usted realizando un presupuesto para Suzanne? -- pregunto, observandolo cuidadosamente para ver si caia en la trampa del nombre. El hombre lanzo una nueva sonrisa, lenta y segura. --No, no. No se llama Suzanne sino Taylor, pero ha sido un buen intento. Haria falta mucho mas que eso para ponerme a mi a prueba --replico--. ?Quiere ver mi identificacion o se va a limitar a golpearme con esa bolsa, que huele tan bien? --?Que le ha pasado a su acento? --?Que acento? --Tenia acento irlandes. ?Es usted un emigrante? --Si, acabo de bajarme de un barco procedente de Australia, amiga --comento aquella vez con acento australiano--. O tal vez... !Huy! Creo que me he equivocado de continente --anadio con acento austriaco. Aquel hombre era un listo. --Es muy tarde para estar trabajando en un presupuesto, ?no le parece? --Querra decir muy temprano. --Lo que sea. ?Por que ha venido a estas horas? --Soy lo que se llamaria un hombre muy ocupado. Bueno, cielo, no se con quien estoy hablando.

  • Somos dos diamantes en el universo de Gema Martin Munoz

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    Primera parte de la bilogia #Diamantes.

  • Mi mejor error de Gema Samaro

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    Yago llevaba una hora de lectura placida recostado en una de las tumbonas mas alejadas de la piscina, cuando le sobresalto una musica atronadora: --?Que es eso? --pregunto levantando la cabeza de su Kindle. Diego, su sobrino, que estaba a su lado, respondio como si tal cosa, con la vista clavada en su libro: --Fonsi y Demi Lovato. --Ya, ya se quienes son. Conozco la cancion. Pero ?nos van a tener toda la manana dando por saco con la musiquita? --Imagino que la tarde tambien. !Me encanta! --Te encanta porque no estas leyendo Antifragil de Taleb, un tocho de ochocientas paginas que es incompatible con este atroz ruido ambiental. --Lee otra cosa, si quieres te paso uno de Los Compas --replico Diego, risueno. Yago bufo, miro a ese pequeno diablo que no entendia aun como podia habersela jugado de esa manera, y dijo: --Para ti todo es muy divertido, pero... Yago no pudo acabar la frase porque, de repente, se escucho una voz dulce canturrear: --!Hola, hola, caracola! !Buenos dias! !Bienvenidos a nuestro hotel Atardeceres Rosas! !Comenzamos el dia con un temazo y lo que nos queda! !Va a ser genial! !Que disfruteis mucho de la manana y os recuerdo que en diez minutos comienza la clase de aquagym! !Os espero, caracolas! Yago se quedo mirando al kiosco de madera de donde procedia la voz y la vio a ella tras un equipo basico de musica. De pronto, en medio de ese desproposito aparecio una chica con una sonrisa enorme y preciosa, ojazos que intuia verdes, nariz fina y puntiaguda, media melena ondulada castana con reflejos naturales de color rojo y miel, de estatura normal y curvas que se intuian a traves de una horrible camiseta naranja de dos tallas mas y unos pantalones azules cortos que le llegaban a mitad del muslo. El uniforme no podia ser mas antisexy, pero daba lo mismo, hasta con ese atuendo tan espantoso ella destacaba como una flor de hibisco en medio de un estercolero. --?Que te pasa que te has quedado atontado? ?Te gusta la animadora? --inquirio su sobrino metiendole un codazo. Yago dio un respingo, miro ofuscado a su sobrino y respondio agitando el Kindle al aire: --Pasa que esto es un infierno, pasa que yo no tenia que estar aqui, pasa... Diego le interrumpio muerto de risa para preguntarle con los ojillos chispeantes: --Pasa que te has quedado pillado por la animadora. ?Quieres que me entere de como se llama y luego que te la presente? Yago clavo la mirada a su sobrino, bufo y respondio para que dejara de decir estupideces: --La culpa de todo esto la tiene tu madre. --?Mi madre? ?Que tiene que ver mi madre con que te hayas quedado pasmado al ver a esa chica tan guapa? --pregunto Diego, que no podia parar de reir. Yago se paso la mano por la cara, resoplo y le contesto muy serio, pues tenia que pararle los pies ya mismo: --Tu madre te tiene todo el dia viendo peliculas y series romanticas y eso te tiene trastornado. --!Tu eres el que se ha quedado flipado al ver a esa chica! --exclamo Diego, apuntandole con el libro. Yago se recosto otra vez en la tumbona, clavo la vista en la lectura al tiempo que mascullaba: --!No digas bobadas! --Digo la verdad, por eso estas asi de picado. Por cierto, ?te has dado cuenta de todos los idiomas que habla esa chica? Ahora esta dando los buenos dias en klingon... Yago se habia dado cuenta perfectamente porque esa chica no paraba de repetir lo mismo en distintas lenguas: --Es neerlandes, pero celebro que conozcas el klingon. Eso me da alguna esperanza. --He visto Star Trek con el abuelo. Es un hombre muy sabio que, por cierto, dice que vamos a ser muy felices en este sitio. --Pues yo de buena gana me marchaba ahora mismo --aseguro Yago, que solo tenia ganas de huir. --Porque eres un trol de fango que no sabe disfrutar de lo bueno de la vida. Yago alzo la vista hacia las laderas deserticas, hacia los cultivos hidroponicos de tomates y hacia ese mar que languidecia al fondo y solo pudo refunfunar: --!No me toques las narices! Estoy que me subo por las paredes desde que tuve que cancelar mis vacaciones a Indonesia para venirme a este sitio horripilante contigo. --Te gane una apuesta --le recordo Diego, feliz. --!Me pillaste volando bajo! Tuve un mal dia, me dolia la cabeza, estaba desconcentrado... Y paso. Me ganaste esa maldita partida de ajedrez. !Pero una y no mas! Diego dejo el libro en el regazo, coloco las manos detras de la cabeza, suspiro y luego musito: --!Te gane porque el amor mueve montanas! Yago le miro ofuscado, apreto las mandibulas y casi que gruno: --!Ya estamos! Diego con la mirada sonadora puesta en el cielo que para el lucia mas azul y mas bonito que nunca, confeso sin importarle para nada lo que pudiera pensar su tio: --Creo en el amor. Llegados a ese punto, Yago considero conveniente abrirle los ojos al pobre pardillo de su sobrino antes de que la vida lo cosiera a guantazos: --A ti te han hecho que creas, porque por culpa de tu madre te pasas el dia consumiendo esas mierdas romanticas. Y los deseos son mimeticos... --?Y eso que es? --pregunto Diego, convencido de que por mucho que dijera su tio no iba a dejar nunca de amar a Yasmina Trujillo. Yago se puso mas serio todavia, ya que habia llegado la hora de quitarle la venda a ese mocoso, aunque le doliera y contesto: --Muchas veces creemos que nuestros deseos son nuestros y realmente son los deseos de los otros. Tu crees que estas enamorado, pero en verdad lo que haces es imitar lo que te venden en esas peliculas y series. Sin embargo, a Diego esa verdad de su tio le parecio tan absurda que mascullo: --Yo se muy bien lo que siento. !A mi no me cuentes cuentos! --Algun dia me agradeceras que te este abriendo los ojos. !Espabila! Diego se incorporo para replicar a su tio, al que le costaba asumir su derrota: --!Espabila tu! Y acepta de una vez que perdiste una apuesta y que estas en el mejor lugar del mundo con tu sobrino favorito. A Yago no le quedo mas remedio que soltar una carcajada, pues aquello no podia ser mas gracioso: --Jojojojojo. --Te ries porque sabes que tengo razon. --Si, seguro que si --murmuro ironico. --Ademas no se de que te quejas tanto si no tenias deseos de nada. --!De estar tranquilo! --!Que aburrimiento! --repuso Diego, fingiendo un bostezo. --?Te parece poco? Pues para mi no hay nada mejor que estar tranquilo mientras disfruto de la naturaleza, de la belleza salvaje, de la aventura... Joder, !solo de pensar en que a estas horas tendria que estar subiendo el volcan Merapi, me pongo enfermo! --!Que perezon subir a un volcan con este calor! --?Hay algo que a ti no te de perezon? --!Y encima solo! --exclamo Diego con cara de asco. Yago se envaro y dijo con orgullo, pues era algo que llevaba muy a gala: --Solo estoy tan ricamente. No hay nada que disfrute mas que de mi soledad. --Pero esos deseos de estar tranquilo, ?son tuyos o es lo que te dicen que tienes que desear? Yago fulmino a su sobrino con la mirada y, antes de que se le siguiera subiendo a las barbas, le exigio: --!No me vaciles, Diego! Y escuchame... Una de las grandes lecciones que debes aprender en esta vida es a estar solo y a disfrutar de estar contigo mismo. --Ya, bueno, si. Que me vas a contar si soy hijo unico. De todas formas, el abuelo dice que la familia es lo mas importante. Estas mucho mejor aqui y conmigo. A Yago no le extrano que su sobrino sacara a colacion a su abuelo, porque para el era su dios, pero con todo le aclaro: --A ti te padezco todo el ano. Y yo necesito unas vacaciones de verdad, no esta tremebunda pesadilla. Diego fue a replicar algo, pero no pudo ya que ansioso por reencontrarse con Yasmina y por dejar de escuchar al plasta de su tio, le dio por mirar a la puerta de acceso a la piscina y aparecieron ellos. Los Trujillo. Y los miro admirados porque no podian molar mas... Eran tan guapos y estaban tan felices que parecian sacados de un anuncio de Halcon Viajes. El padre con su gorra Goorin Bros con un gallo estampado, su porte de bombero de calendario y cargado con dos bolsones de paja. La madre con un impecable look piscinero al que no le faltaba de nada, ni las unas decoradas con pequenas sandias, pues para algo regentaba un centro de unas. El hijo pequeno, que tenia siete anos, el pelo de pincho y la cara de travieso, y que habia salido disparado hacia la piscina infantil y luego estaba ella... Yasmina. Con el pelo largo de sirena, rubio y liso, los ojos azules, la sonrisa divina y los andares de princesa de cuento, aunque llevara unas sandalias de dedo de plastico. Diego creyo que se le iba a salir el corazon y musito llevandose la mano al pecho: --!Ya estan aqui! Capitulo 2 Yago miro a su sobrino con el ceno fruncido porque no sabia que mosca le habia picado y replico: --Ya estan aqui, ?quienes? ?Los de la invasion zombi? ?Por que tienes esa cara? --Porque acaban de llegar los Trujillo y no hay nada mejor en el mundo que ellos. Yago conocia a los Trujillo de los cumpleanos y las fiestas del colegio de Diego y sabia perfectamente lo que a su sobrino le pasaba con ellos. Pero decidio no ahondar en la herida y decir restandole importancia: --Son una familia mas. Diego nego con la cabeza y preciso, pues no podia consentir que su tio dijera semejante cosa: --No. Son lo mas. Mario es un bombero que salva vidas, Barbi es una gran artista de unas, Iker es el nino mas divertido que conozco y Yas es mi crush. Yago miro a su sobrino horrorizado y le pidio para que no continuara por ahi: --!No sigas diciendo esas cursilerias porque estoy a punto de vomitar el desayuno de la manana! Diego guardo su libro en la mochila, se levanto, se quito la camiseta blanca que llevaba y replico a su tio encogiendose de hombros: --Es lo que siento. Y, ahora, levanta el culo que tenemos que ir a hacer aquagym. --Yo ya he ido al gimnasio esta manana mientras tu dormias como un oso. --!Tu si que roncas como un oso! !Me he despertado ochenta veces por tu culpa! Y eres mi tio, no puedes dejarme solo en esto. Yasmina me ha contado que todas las mananas y todas las tardes hacen aquagym. !Vienen a este hotel desde siempre! Y, miralos, !ya se han quitado la ropa y estan en traje de bano! !Tenemos que hacer lo mismo que ellos! Y no porque sea un mitetitico, es porque necesito estar cerca de ella. Y contigo doy menos el cante. Disimulo mas. ?Lo pillas? Yago tenia tan claro que no iba a meterse en la piscina para hacer coreografias absurdas al son de la musica que se limito a responder manteniendo la calma: --Mimetico. Se dice mimetico. Y no cuentes conmigo para hacer el ridiculo. Gracias. Yago se enfrasco de nuevo en la lectura de su ensayo en tanto que Diego se acuclillo a su lado y le suplico: --Por favor, Yagui, hare lo que me pidas. Yago no pensaba ser el que le ensenara a su sobrino que las cosas no se conseguian con burdos chantajes, pero si el que le ensenara a negociar. Por eso replico con una sonrisa de oreja a oreja: --!Hecho! Yago se desabrocho la camisa blanca, la dejo sobre la tumbona, se levanto y se calzo las chanclas a la vez que su sobrino se incorporaba de un salto y exclamaba exultante de felicidad: --!Genial! Yago, que no pudo evitar sentir ternura por esa pobre criaturita, saco el protector solar de su mochila y le pidio a sobrino: --!Antes de ir al agua, dejame que te ponga crema!

  • Veinte comedias de amor y una noche desesperada de Ana Martin Mendez

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    Recien entrada en la treintena, Marina afronta, con un enorme sentido del humor y una vision tragico-comica de su propia existencia, tanto sus problemas laborales como lo que ha dado en llamar su VSL:
    Vida Sentimental Lamentable.

  • Alguien de Alice Mcdermott

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    La vida, con sus pequenas alegrias y momentos de felicidad, pero tambien con sus tristezas y desconcertantes altibajos, es el tema de esta novela extraordinaria. Los recuerdos aparentemente dispersos y desordenados de Marie Commeford, la protagonista y narradora de esta historia, una neoyorquina de origen irlandes, nos envuelven en una telarana invisible en la que se entretejen la infancia, el despertar sexual, los primeros amores, la maternidad, la formacion de una familia y la vejez.

  • Tierra de bisontes (Cienfuegos 7) de Alberto Vazquez-figueroa

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    Una nueva aventura del guanche Cienfuegos, el cabrero de La Gomera que se embarco por error en una de las naves en las que Cristobal Colon se dirigia al Nuevo Mundo.

  • La promesa de un amor de Anne Marie Warren

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    La nueva novela romantica de Anne Marie Warren.
    Repudiada por su familia, con el corazon destrozado y escondiendo un pasado que podria arruinarla, lady Amy debe empezar una nueva vida lejos de todo lo que conoce.
    Pero cuando anos despues llega un nuevo inquilino a la mansion que colinda con su actual hogar, descubrira que su dura coraza no es tan fuerte como creia, sin saber que el hombre que le ha devuelto la fe en el amor tambien esconde un secreto que podria separarlos.
    Mentiras, enredos y celos en una historia donde solo una promesa puede tener la fuerza necesaria para unirles.

  • Casada con el enemigo de Raquel Alonso

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    Narrado en primera persona, este es el emocionante testimonio vital de Raquel Alonso, una mujer que hace 20 anos creyo conocer al hombre de su vida, sin saber que el destino le deparaba un autentico calvario.
    Tras un feliz noviazgo, Raquel y Nabil, un marroqui de buena familia, se casaron y empezaron lo que parecia una estable y envidiable vida en comun: excelentes carreras profesionales para ambos, una red familiar solida y carinosa por las dos partes, y enseguida dos hijos.

  • El martillo de Thor, Jordi Villar Lleonart de Jordi Villar Lleonart

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    El hombre mas buscado del mundo. Un nuevo satelite espia. Un medico que esconde un secreto familiar, y un agente de la CIA en una mision especial. Cuatro historias entrelazadas que conforman un thriller apasionante, que cobra vida en los salones del Congreso de los estados Unidos en Washington y en las arenas del desierto del Yemen.