• si te quedas a mi lado - Adara Bach

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    Si te quedas a mi lado

  • Y te quedas a mi lado Tapa blanda – 20 julio 2019 ...

    https://www.amazon.es/Y-te-quedas-mi-lado/dp/1077433131

    Y te quedas a mi lado : Priay, Judith: Amazon.es: Libros. ... Una parte de mí anhela que me ame, la otra tiene miedo a lo que sucedería si eso pasara.

  • Y te quedas a mi lado Tapa blanda – 14 noviembre 2017

    https://www.amazon.es/Y-te-quedas-mi-lado/dp/B079VRW1PM

    Y te quedas a mi lado : Priay, Judith: Amazon.es: Libros. ... Pero cuando estoy leyendo una historia y aparece un lugar me gusta comprobar que la escritora ...

  • Y te quedas a mi lado - Judith Priay | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-y-te-quedas-a-mi-lado/256879

    14 nov 2017 — Pero, cuando el amor y la pasión te invaden, no puedes seguir las reglas, ni siquiera las tuyas propias. Descubre el spin-off de la aclamada ...

  • Adara Bach - Si te quedas a mi lado - Bookmate

    https://es.bookmate.com/books/jpeck9Ou

    Lee “”, de Adara Bach en línea en Bookmate – Si te quedas a mi ladoEres mi ilusiónEngañada ... Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate.

  • Si te quedas a mi lado - Adara Bach - Debeleer.com

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    Estaba muy cansada. Mi vida empezaba a ir a la deriva sin ningún rumbo. ¿Cómo me podía pasar todo esto a mí? ¿Por qué había llegado a este punto? Veía que no ...

  • Y te quedas a mi lado - Judith Priay - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Priay-Y-te-quedas-a-mi-lado/17267

    Una historia muy romántica, llena de sentimientos a flor de piel, un amor a primera vista con muchos inconvenientes. Tenía mucha curiosidad por éste libro ya ...

  • [Reseña] Y te quedas a mi lado - Judith Priay - Between Us

    http://betweenthebeautifulbooks.blogspot.com/2018/02/resena-y-te-quedas-mi-lado-judith-priay.html

    7 feb 2018 — En conclusión: "Y te quedas a mi lado" ha sido una novela la cual he disfrutado muchísimo al igual que con el primer libro, aunque Dallas es ...

  • "Y te quedas a mi lado" de Judith Priay - Libros que voy ...

    https://www.librosquevoyleyendo.com/2017/12/y-te-quedas-mi-lado-de-judith-priay.html

    6 dic 2017 — Pero, cuando el amor y la pasión te invaden, no puedes seguir las reglas, ni siquiera las tuyas propias. Descubre el spin-off de la aclamada ...

  • Y te quedas a mi lado (Volumen independiente ...

    https://www.goodreads.com/book/show/36592720-y-te-quedas-a-mi-lado

    Tenía mucha curiosidad por éste libro ya que conocía a Vincent de "Tú eres mi vez", ya entonces me gusto mucho como personaje y pensé que se merecía su historia ...

  • Y te quedas a mi lado de Judith Priay - Libros de Romántica

    https://www.librosderomantica.com/y-te-quedas-a-mi-lado

    10 nov 2017 — Pero, cuando el amor y la pasión te invaden, no puedes seguir las reglas, ... No hay reseña del libro Y te quedas a mi lado de Judith Priay ...

  • O’Quinn (13 Milimetros 2) de Beatriz G. Lopez

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    Diferentes indicios han llevado al narcotraficante Annibal Scorpio y a los suyos a localizar al presunto autor de las famosas muertes. La sanguinaria venganza llevada a cabo no fue suficiente, y Scorpio pide explicaciones al grupo criminal al que pertenecia el asesino. El lider, O'Quinn, no duda en negar su implicacion y buscar una via de escape.
    En la organizacion de Scorpio creian haber borrado del mapa cualquier rastro dejado por el celebre numero trece, pero nada mas lejos de la realidad: se dan cuenta de que sus problemas no han hecho mas que comenzar. Quien se encuentra detras de los ataques no es el unico que acecha al traficante. La policia le sigue muy de cerca, esperando un paso en falso para poder avanzar en la investigacion y, de paso, cazar a Annibal.
    Amenazas, tiroteos, muerte. Y la certeza de que la confianza es un lujo que no se puede permitir.

  • Quimera de Taylor S

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    La revolucion de sus ojos verdes convirtio lo imposible en posible.

  • Amor con fecha de entrega de Silvia Garcia Ruiz

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    ?Que pasaria si la editora de un importante grupo editorial prometiera a una chica comun y corriente leer su manuscrito a cambio de que ella ayude a Miss Dorothy, una afamada escritora de novela romantica, a terminar ese libro que tanto se le resiste?

  • El oasis de Bahaa Taher

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    Para desaparecer. Para escapar de El Cairo; de sus revoluciones y de sus mentiras; de la ocupacion inglesa y de los propios egipcios. Para ceder a la tentacion del desierto. Para abandonarse a el y aceptar lo que le tenga reservado. Aunque sea la muerte.
    Asi concibe Mahmud, protagonista de la novela, la orden que recibe del gobierno egipcio de trasladarse al oasis de Siwa, donde debera imponerse como prefecto de policia. Alli, donde otros tantos como el cayeron, se dirigira acompanado de su esposa Catherine, una irlandesa obsesionada con la Historia y con encontrar la tumba de Alejandro Magno, supuestamente oculta en aquel desierto. Un desierto que con un unico y sencillo soplido podria enterrarlo todo y a todos bajo el peso de sus dunas.

  • Desesperada (Novias 2) de Eva Alexander

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    Ni la mitad. Estaba recorriendo la carretera que me llevaba a mi ciudad natal y no sentia ni la mitad de la felicidad que deberia sentir, esa felicidad que era un sueno para mi. Mi primer recuerdo era de la entrada a la ciudad, el camino rodeado de arboles verdes y altos hasta el cielo. Recuerdo que iba sentada en el asiento de atras sosteniendo un muneco de Mickey Mouse, mirando por la ventanilla del coche y escuchando a mis padres hablar. Se por lo que me contaron mis padres y por las fotos que llenaban cada pared de nuestra casa que ese dia volviamos de Disneyland, que me llevaron para celebrar mi tercer cumpleanos, pero lo unico que yo recuerdo es que estaba muy feliz, que mientras el coche iba por esa carretera era la nina mas feliz del mundo. Mi madre decia que era porque era la primera vez que salia de la ciudad y que nada se puede comparar con la felicidad de volver a casa. No digo que no tenia razon, pero no he vuelto a sentir esa felicidad, ni ahora ni en las otras veces que he vuelto a casa. Tal vez tiene algo que ver con el hecho de que mis padres ya no estan. ?Tal vez? Seguro que si. Estaba volviendo a casa, mejor dicho, estaba corriendo de vuelta a casa. He conseguido hacer un desastre de mi vida y todo por buscar esa felicidad que ahora me doy cuenta de que no existe para mi. Anos y anos de busqueda para nada, tiempo perdido, esfuerzo y lagrimas en vano. El nunca llego. El, el hombre que me haria tan feliz como mi padre hizo a mi madre. Se que estas pensando, que estoy persiguiendo un sueno que no es mio, que si algo fue bueno para mi madre no necesariamente sera bueno para mi. Que estoy buscando algo para sentirme cerca de ellos, de tenerlos a mi lado a pesar de que llevan veinte anos muertos. Deberia saber mejor que eso, ?verdad? Al fin y al cabo, soy psicologa, se todo lo que hay que saber sobre traumas. !Dios! A cualquier paciente le diria que deberia olvidar el pasado, le ayudaria a encontrar algo mas en que centrar su atencion. Pero ?lo hago? No, yo sigo adelante con la busqueda de ese hombre sin importar las consecuencias y eso es lo que me ha llevado a este momento, a volver a casa llorando. Abandone mi consulta, mis pacientes, mis amigos, para ir a casa a llorar, a curar mis heridas. Lo que no sabia era si iba a conseguirlo, nunca en mi vida estuve tan herida, tan humillada y avergonzada. Nunca senti ese dolor tan atroz en mi corazon. La ultima vez que pase por algo parecido consegui sobrevivir aqui, en casa, tuve ayuda, mucha, y por eso estaba volviendo. Kent Village, mi ciudad natal, la ciudad de mis padres, la ciudad donde nacieron mis abuelos y bisabuelos. Un pueblo pequeno en la montana rodeado de bosques, donde la gente vivia tranquila y eso era justo lo que necesitaba. Soledad, tranquilidad. Queria ir a pasear por el bosque, respirar el aire fresco y aclarar mi mente. Queria poner orden en mi vida y este era el lugar perfecto. Poco despues de entrar en el pueblo gire a la derecha echando un vistazo a la senal oculta por las ramas de los arboles. Mountain Lounge. !Dios! Mi padre era el mejor del mundo, pero ahi habia fallado y mira que no era muy dificil encontrar un buen nombre para las cabanas. No se como hizo para encontrar clientes, pero lo consiguio. Las cabanas estaban siempre reservadas, invierno y verano, los huespedes llegaban para pasar un buen rato. No habia mucho que ver excepto la montana, pero me imagino que eso era lo que ellos buscaban. Soledad, tranquilidad. Se notaba la falta de cuidados y no solo en los hierbajos que rodeaban el camino, el propio camino era un desastre. Mi pequeno hibrido Lexus de color rojo solido era perfecto para la ciudad, para la montana no tanto y solo de pensar en la factura del taller mecanico me entraba un ataque de panico. Habia ahorrado durante mucho tiempo para comprarme el coche y no pense que un dia iba a tener que hacer un viaje en la montana por caminos llenos de rocas, baches y socavones que iban a destrozarlo. Era mi culpa por haber salido corriendo de la ciudad y no pensar en el coche, pero la verdad es que no pense en nada mas que no fue correr. Correr de mi vida. Correr de esa mirada que veia cada vez que cerraba los ojos. Correr de esa palabra pronunciada con tanto asco. Desesperada. Ahora tampoco era un buen momento para pensar en lo que me hizo coger el coche y venir aqui, tenia que concentrarme en llegar a las cabanas con el coche de una sola pieza. Muchos minutos despues llegue al claro que debia ser el aparcamiento, pero en cambio era solo un mar de hierbajos. Ni loca iba a dejar a mi precioso coche ahi asi que segui adelante y me detuve delante de la fuente. Justo enfrente estaba la cabana principal y a los lados las otras cabanas. Tres a la izquierda, tres a la derecha y otras cuatro detras de estas. Todas formaban un circulo y en el medio estaba la fuente, una que habia construido mi madre con piedras que recogio en el rio que bajaba de la montana t corria detras de la propiedad. Tenia una forma extrana, piedra sobre piedra con el agua saliendo de un lugar que no podia ver, y de pequena pasaba horas mirando e intentando averiguar que era. A veces me parecia que era un elefante, otras que era una nube. Cuando estaba convencida de que habia conseguido dar con la forma justa iba corriendo a contarle a mi madre y ella me abraza riendo, diciendo que debia intentar una vez mas. Nunca averigue lo que mi madre quiso construir y tal vez no esta mal, tal vez es asi como debe ser, tal vez deberia pasar el resto de mi vida sentada en el porche intentando descifrar el misterio de la fuente. Las cabanas estaban en mal estado y no queria imaginarme como estaban en el interior, con el exterior tenia suficiente. Pintura que una vez fue blanca ahora estaba gris ahi donde quedaba algo, algunas ventanas estaban rotas, el techo de la cabana Rosa tenia un agujero. Si, cabana Rosa. Mi padre nombro el establecimiento y mi madre las cabanas. Rosa, Blanca, Roja, Azul, Verde, Morada, Gris, Violeta, Amarillo y Turquesa. La verdad es que mis padres hicieron muchas cosas que ahora me cuesta entender, mira que hicieron con los nombres con lo facil que hubiera sido poner numeros como en los hoteles. Baje del coche y al poner el pie en el suelo maldije. Mis sandalias eran tan ideales para este sitio igual que el Lexus para un camino de montana. Salir corriendo no fue una buena idea y ahora me tocaba pagar el precio. Maldije entre dientes mientras caminaba y sentia los tacones hundiendose en el barro, mientras la hierba raspaba mis tobillos. Me sente en el pequeno banco que estaba enfrente de la fuente y mire la cabana principal. Mi casa. Yo naci ahi, mi madre se puso de parto durante la nevada mas horrible de ese invierno y sobrevivi gracias a que mi abuela estaba de visita y ayudo a mi madre. Creci ahi, dije mis primeras palabras, di mis primeros pasos, hice muchas cosas y me faltaban muchas por hacer. Este sitio siempre fue mi lugar feliz y ahora solo era uno abandonado, deteriorado por el tiempo y por el dolor. Veinte anos cambian un lugar, cambian a las personas. Cerre los ojos y recorde como estaba antes. Las cabanas blancas, las flores de todos los colores brillando en tiestos en cada porche. El sonido del hacha de mi padre cortando los troncos para la chimenea. El olor a galletas que estaba horneando mi madre. Las risas de los ninos que llegaron por la manana con sus padres y se hospedaban en la cabana Blanca. No habia soledad o tranquilidad, solo ruido, risas y felicidad. Lo queria para mi, lo busque sin encontrarlo durante los ultimos diez anos de mi vida y empiezo a creer que lo estuve buscando en el lugar equivocado. Abri los ojos mientras una idea se formaba en mi cabeza, pero no tuve tiempo para dejarla fluir. El sonido de un coche llego y aun despues de tantos anos reconoceria ese motor entre miles. Era un milagro que todavia estuviera funcionando y tambien era un milagro que la persona que lo estaba conduciendo pudiera hacerlo. Me quede quieta mientras aparcaba el coche, mientras bajaba y caminaba hacia mi y solo cuando se detuvo detras de mi me levante. --Hola, abuela --dije sonriendo. --Hija. Eso fue todo, una sola palabra y las lagrimas empezaron a salir a una velocidad increible como si el tono de la abuela fue la senal de que podrian comenzar. --Hija --repitio la abuela mientras yo le rodeaba los hombros con los brazos y la abrazaba con fuerza. Llore recordando la ultima vez que lo hice en los brazos de ella. Fue hace veinte anos cuando la policia llamo a la puerta y dijo que mis padres habian fallecido en un accidente de coche. El ultimo fin de semana de cada mes era para mis padres, era su ritual, su tiempo de enamorados como lo llamaba mi padre y el accidente ocurrio justo cuando volvian de uno de esos fines de semana. Nunca supe a donde iban, si iban en coche o en avion, y no me importaba ya que ellos volvian felices. Yo pasaba esos dias con los abuelos y hacia todo lo que mis padres me prohibian. Era feliz hasta ese dia, cuando mi padre ignoro los avisos de tormenta y condujo a casa, bueno, debido a la falta de visibilidad y a la carretera mojada condujo hacia un barranco. Cayeron, el coche exploto, se incendio y no quedo nada para enterrar. Me quede huerfana a los diez anos y gracias a mis abuelos, los padres de mi madre, he sobrevivido. Estaba en su casa cuando me dijeron sobre mis padres y es ahi donde me quede hasta que me fui a la universidad. Nunca mas volvi a casa. Dos dias despues del funeral la abuela quiso llevarme a casa para recoger algo de ropa y en cuanto tomo el camino que llevaba a las cabanas empece a llorar y a gritar. Paso lo mismo semanas despues, meses despues, hasta que entendieron que no podia, que no queria volver a este lugar que habia sido mi hogar. Ya no lo era, lo que lo convertia en mi hogar eran mis padres y ellos ya no estaban ahi asi que no tenia sentido volver. Los abuelos respetaron mi decision, no vendieron la casa, no la cuidaron, no la tocaron, la dejaron como estaba que fue lo que yo les pedi. Hasta cuando llego el momento de enfrentar al pasado, de olvidar y de darle una oportunidad al futuro, de darme la oportunidad de ser feliz sin la necesidad de tener lo que ellos tenian. Sin amor. La abuela sintiendo que mi crisis habia terminado rompio el abrazo y en esos dos segundos que tarde en bajar mis brazos ella consiguio sacar un panuelo que me entrego. Blanco, planchado, doblado perfectamente y con sus iniciales bordadas. C.A.K. Caroline Anne Kent, mi abuela que a sus ochenta anos tenia una mirada que expresaba vitalidad, confianza y optimismo y eso es algo que yo no habia heredado. La confianza la tenia, bueno, en mi vida profesional si, en lo de privado no tanto. ?El optimismo? Nunca lo tuve y con cada paciente que no conseguia ayudar me iba mas hacia el lado oscuro, ese en el que no habia esperanza. --Has vuelto --dijo la abuela. --Si --asenti limpiando mi rostro con el panuelo que olia a vainilla. --Vamos a devolverle la gloria a este lugar --dijo ella mirando hacia las cabanas. ?Como diablos sabia que habia vuelto para hacer justo eso cuando ni yo misma no lo sabia hasta hace poco? La mire con los ojos entrecerrados y ella me atrapo. Se acerco, levanto la mano y acaricio mi mejilla. Sus ojos azules, y los de mi madre, brillaban con una emocion desconocida mientras que sus labios esbozaban una pequena sonrisa ensenando sus dientes perfectos. Ochenta anos y tenia la dentadura perfecta, el cutis de una mujer de sesenta y el cabello blanco, pero ni una de esas cosas delataban su verdadera edad. Para cualquiera podria pasar por una mujer mucho mas joven y mas de una vez me pregunte como lo hizo. Como sobrevivio a una infancia dificil, a la perdida de dos bebes, a la muerte de la unica hija que le quedaba y finalmente a perder al que fue su amor durante mas de cincuenta anos, el abuelo.--Este es tu lugar, Jane, siempre lo fue. Solo tenias que darte cuenta tu misma --declaro la abuela antes de darse la vuelta y caminar hacia la casa principal. Me quede mirandola, extranada por la agilidad de sus pasos. Parecia que estaba flotando, su chaqueta de punto que le llegaba hasta los tobillos pareciendo la capa de un superheroe. Malva, su chaqueta era de color malva igual que la falda y la camisa. El pequeno sombrero era blanco como el cabello que le caia poco por debajo de los hombros. Seguramente olvido que tenia cita en la peluqueria para cortarlo, a la abuela le gustaba el mismo corte desde hace mas de cincuenta anos. Corte bob a la altura de la mandibula y le sentaba tan bien que hace anos se lo robe, ahora era mi corte de cabello y la unica diferencia era que mi color era castano, un castano normal y aburrido. La abuela llego a la puerta y empezo a buscar en sus bolsillos, en los de la chaqueta, en los de la falda. Nada, la llave no estaba. Sonrei acercandome al pillar del porche, el de la izquierda donde justo a metro y medio de altura habia un escondite. Mi padre hizo un agujero en la madera y ahi guardaba la llave de repuesto, mejor dicho, las llaves. Veras, la abuela es muy olvidadiza en cuanto a las llaves y no es de ahora que ya tiene ochenta anos, no. Eso le viene de muy joven, es alguna mierda genetica que heredo mi madre y luego yo. Mi padre, harto de volver de donde estaba para abrirle la puerta a mi madre cada vez que ella olvidaba las llaves tuvo la idea de esconder algunas. Llaves, muchas llaves. Es extrano como funciona la mente humana, mi madre recordaba cada lugar en las que estaban escondidas, pero nunca recordaba coger la llave cuando salia de casa. A mi me pasa algo parecido, tanto que tengo al cerrajero en la lista de contactos favoritos. Intente todo lo posible, poner una nota en la puerta para verla antes de salir, colgarla de una cadena a mi cuello como los ninos, hice cincuenta copias y las guarde en todos mis bolsos. ?Y sabes que? Pues que en vez de mirar hacia la puerta y ver la nota yo miraba mis zapatos, la cadena me la quitaba cuando llegaba a casa y olvidaba ponerla de nuevo, las cincuenta llaves se acabaron un dia y olvide hacer otras copias. Al final renuncie y puse una cerradura electronica ya que el codigo nunca se me olvidaba. La parte mala es que no es muy barata y para reemplazar todas las cerraduras de las cabanas iba a salir muy caro, tanto que no podia permitirmelo. Voy a tener que seguir el ejemplo de mi padre y encontrar nuevos lugares para guardar llaves fuera de la casa. Recordar hacer copias tambien era buena idea. Menos mal que no hay muchos robos en el pueblo que si no los ladrones tendrian una manera muy facil de entrar a mi casa. --Jane, la puerta se ve muy floja. ?Por que no le das una patada a ver si la abres? -- pregunto la abuela. Mire la puerta despues de recoger la llave de su escondite y muy floja no parecia, la verdad es que la madera se veia muy solida. Y sucia, me arme de valor mientras miraba las telas de aranas y buscaba a esos bichos que me provocaban un miedo atroz. --?Por que romper la puerta si tengo una llave? --pregunte acercandome. --Esta es mi chica. --Sonrio la abuela. Meti la llave en la cerradura y la gire, la puerta se abrio haciendo un ruido espeluznante y juro que casi espere ver una arana gigante en la casa. Pero no, el sonido era algo normal en una puerta que llevaba veinte anos cerrada. Tal vez deberia reconsiderar mi decision. Tal vez. Segui a la abuela dentro, pero mientras ella iba hacia la cocina Dios sabe porque, yo me quede en la entrada. Justo delante estaba el escritorio que usaba mi madre para todo relacionado con las cabanas. Encima estaba el ordenador y la agenda de mi madre con su boligrafo favorito. Detras, en la pared, estaba el armario de las llaves con llaveros coloridos para saber a que cabana pertenecia. Amaba ese rincon, de pequena me sentaba ahi y me imaginaba que era mayor, que este era mi negocio. Pero lo que mas amaba era la agenda de mi madre, que no se porque razon encontraba tan fascinante. Me acerque al escritorio e ignorando el polvo cogi la agenda y la abri. Nombres, fechas, numeros de telefonos. Mi madre nunca me dejo tocarla y creia que ahi escondia secretos oscuros, pero lo unico que habia era la lista de clientes y las citas de mi madre. Jueves, diez de la manana, peluqueria. Viernes, ocho de la tarde, cena en el CP. Sabado, diez de la noche, CP con FP. Esas eran las ultimas notas de mi madre, las ultimas citas que hizo y de repente ya no quise recordar. Cerre la agenda y la deje en el mismo lugar. Limpie el sudor de mis manos en el vestido veraniego que llevaba y camine hacia el salon. Era el lugar en el que mas tiempo pasabamos como familia, fue mi lugar favorito, pero ahora solo podia sentirme agobiada. Las paredes de un marron extrano, las estanterias que cubrian todas las paredes de la habitacion, los muebles grandes y feos, los objetos que llenaban cada superficie. Me estaba ahogando, la habitacion parecia que me queria ahogar y tuve que dar media vuelta e ir a buscar a la abuela. La encontre en la cocina. Limpiando. --?Abuela? --Coge un trapo y ayudame --dijo ella. Despues de seis horas de conducir sin una sola parada para comer o ir al servicio, lo que menos me apetecia era limpiar suciedad de veinte anos. Estaba mirando los trapos y buscando la manera de convencer a la abuela de que esto era una mala idea cuando ella se dio la vuelta, puso las manos en las caderas y me miro. --?Vas a limpiar o vamos a casa y me cuentas sobre lo que te ha traido de vuelta a casa? --pregunto la abuela. Suspirando di un paso hacia la mesa y cogi un trapo. --Voy a limpiar --murmure. --Lo sabia. Claro que lo hacia, ella lo sabia todo y antes de darme cuenta iba a saber la razon de mi vuelta, pero no ahora. Lo que importaba en ese mismo instante era pasar tiempo con la abuela en lo que fue mi casa durante los primeros anos de mi vida y lo que esperaba que iba a ser mi hogar hasta el fin de mis dias.

  • Celia y Eva. Guerra de Likes de Celia Dail

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    El libro de las musical.ly mas potentes del momento.

  • Sendino se muere de Pablo D’ors

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    ?Puedo comentarte algo? -le dije a J. C. D.; y, antes de que pudiera reaccionar-: Tengo un cancer de mama. >>-!Todavia estara por confirmar! -me respondio el. >>-No -le replique y, sosteniendole la mirada-, ya esta diagnosticado. >>No quiso rendirse a los hechos hasta que le demostre que ya tenia hora para hacerme un estudio de extension. Como tantos de los que mas tarde serian informados, J. C. D. no acepto la dimension de la noticia.>> Asi es como comienza el diario de la doctora Africa Sendino, quien, a la hora de morir, alcanzo un comportamiento que no dudaria en calificar de <>, un adjetivo que, en este caso, no solo considero justo o apropiado, sino exacto. En las notas que siguen, Sendino relata como se vistio tras haberse enterado de aquella terrible noticia, y como salio del laboratorio con aquel nuevo peso que comenzaba a gravitar sobre su vida. Desde aquel momento se inicio para ella un intenso y prolongado dialogo con su Dios: <>. Tuve el honor de conocer y frecuentar a Sendino durante las ultimas semanas de su vida. En el hospital todos la llamaban por su nombre de pila -Africa-; para mi, en cambio, Sendino fue Sendino desde el mismo dia en que, al poco de conocerla, escribi en mi cuaderno de notas: <>. Estas tres palabras parecen el titulo de una novela; pero esto no es una novela ni puede serlo -por mucho que habria podido escribirse una (al estilo, por ejemplo, de La muerte de Ivan Illich, de Tolstoi) con buena parte de las experiencias que tengo la intencion de recoger aqui. Ademas, lo que la propia Sendino quiso que ofreciera en su nombre al mundo fue algo asi como un testimonio, lo mas fidedigno posible, de su vivencia de la enfermedad. Y todos estamos obligados a respetar las ultimas voluntades de nuestros muertos. Este escrito se justifica solo por esta voluntad, y esto conviene dejarlo claro desde el principio: no me guia ninguna otra pretension; escribo porque asi se me pidio. Y me gustaria comenzar haciendolo con esta afirmacion: si es cierto que los ultimos dias y hasta las ultimas horas en la vida de una persona simbolizan bien lo que esa persona ha sido o querido ser, entonces debo pensar que Sendino era lo que en el catolicismo se entiende por santo. Como es logico, esto no significa que todo en ella fuera perfecto o que Sendino careciera de esas fallas o lacras que caracterizan a los mortales y sobre las que cabria atribuirle alguna responsabilidad. Yo acepte a Sendino con estas presuntas deficiencias o imperfecciones, y es asi, en todo caso, con ellas, como me parecio -y ello casi desde el momento en que la conoci- un ser muy especial. Este calificativo, especial, se transformo pronto en admirable; y el admirable, con el tiempo, paso a insigne. Y no lo digo porque su figura haya quedado engrandecida en mi recuerdo tras su muerte, como tan a menudo nos sucede con los difuntos. Resulta facil encontrar virtudes a quienes ya no estan en este mundo. Casi se diria que lo necesitamos para justificar su biografia, tantas veces lamentable o, al menos, triste y mediocre. Lo que a mis ojos hace grande a Sendino, en cambio, no es la muerte sino el morir, el modo de morir. Quiza convenga saber que trabajo como capellan de un hospital desde hace algunos anos y que, como no podia ser menos, en dicha institucion sanitaria he tenido la oportunidad de atender a muchos enfermos y moribundos. Me han requerido en incontables ocasiones para administrar la uncion de los enfermos, por ejemplo, o para escuchar en confesion a quien queria reconciliarse antes de someterse a una importante intervencion quirurgica, o incluso para la llamada recomendacion del alma y despedida del cadaver. Informo sobre todo esto solo para dejar claro que, por mi actual ocupacion, son muchos los enfermos terminales que han pasado ante mis ojos y por mis manos sacerdotales; y que de este modo he podido constatar como suelen morir los hombres: inconscientes, atormentados, tranquilos, angustiados... Ninguno como Sendino. La muerte de Sendino destaca en mi corazon sobre todas las demas. Y no porque fueramos amigos -pues no creo que la relacion que mantuvimos pueda calificarse de este modo-; ni porque tuvieramos una particular afinidad. No, Sendino y yo eramos muy diferentes, y aunque compartiamos la fe cristiana, nuestra forma de vivirla y nuestra sensibilidad religiosa eran muy distintas. La suya, con toda seguridad, incomparablemente mas firme y meritoria que la mia. Remarco esta no afinidad emotiva e intelectual para dar a mi texto, en lo posible, una cierta neutralidad con la que espero que se incremente su valor. Entre por vez primera en la habitacion de Sendino, la 305-D de Oncologia, en el mes de mayo de 2008, si las fechas de mi diario no me enganan. Lo que primeramente me llamo la atencion en ella -pues era lo mas visible- fue su compostura. Sendino estaba acostada con dignidad, casi me atreveria a decir que con elegancia. Y es que hay enfermos a quienes se ve acostados de cualquier manera: con su cuerpo desmadejado e informe, o tenso, o abandonado a su suerte y como preparado para la rendicion final. El cuerpo de Sendino no. Ni siquiera cuando su declive fisico estuvo en su nivel mas alto, llego a perder su porte. En sus movimientos -nunca bruscos- siempre hubo armonia. En la postura que finalmente asumia, aun en medio del dolor, habia esa firmeza y flexibilidad que hacen que un cuerpo humano pueda ser calificado de hermoso. Si, Sendino era hermosa: tenia una mirada franca y limpia, una sonrisa timida y amable -nunca coqueta-, una piel blanca y tersa, unas manos graciles -aunque grandes- y una feminidad totalmente natural, nada impostada o estudiada y, por eso quiza, tan encantadora como desconcertante. Su forma de vestir, por otra parte, aunque fuera con un simple camison y unas zapatillas, era siempre cuidada, nunca afectada. La colcha o sabanas con que se cubria, siendo las comunes del hospital, estaban siempre perfectamente dobladas. Pero -repito-, no con esa rigidez propia del perfeccionista o del maniatico del orden, sino flexiblemente, amablemente. Aunque uno entrara a verla con cierta prisa, habia algo en aquella habitacion (ahora entiendo que era la compostura de la enferma, su aura quiza) que invitaba a tomar asiento frente a ella y a quedarse a su vera al menos unos minutos. Asi pues, el cuerpo de Sendino era femenino pero asexuado, elegante sin afectacion, flexible pero no amorfo, terso, pero no rigido. Lo segundo que mas llamaba la atencion en Sendino era su manera de hablar. Aunque no me dijo que era medico, desde el principio supe que se trataba de una persona culta. No lo digo, como es obvio, por los tecnicismos medicos que, ocasionalmente, salpicaban su discurso, sino por la inusual correccion de su expresion hablada. Sendino no era como la inmensa mayoria de nosotros, que en el lenguaje hablado dejamos buena parte de las frases sin terminar, dando mucho por sobrentendido o montando una idea sobre la otra, con la intencion de no dejar ninguna sin decir. No. Tanto en el lexico, de gran precision, como sobre todo en la sintaxis, rica y hasta compleja, Sendino cautivaba a quienes la escuchabamos. Nunca asisti a ninguna de sus clases de medicina, pero estoy convencido de que tuvo que ser una excelente profesora. Exponia sus ideas, ademas, de forma muy sistematica y concienzuda; quiza demasiado analitica, lo que en algunos casos podia hacerla parecer prolija. Pero ella misma se percataba de su prolijidad, y no eran pocas las ocasiones en que se reprimia. Le vencia el deseo de ser didactica. Supongo que sentia una autentica pasion por la ensenanza. Tambien por aprender (y esto resulta particularmente loable en quien tanto sabia), y ello tanto en el campo sanitario, que fue en el que se formo, como en el mas especificamente cristiano, que fue del que bebio para nutrirse por dentro. De modo que cuando yo entraba en su cuarto sabia que iba a asistir a una especie de leccion magistral. Sendino iba a explicarme su estado de salud con todo detalle, pues a ella no le bastaba un simple <> o un <> (nunca me confeso que se sintiera verdaderamente mal). <> De forma que describia sus sintomas, los derroteros que habia tomado su ultima conversacion con los medicos, las hipotesis mas plausibles que se habian abierto, las terapias mas convenientes que le habian propuesto y sus contrapartidas, el pronostico previsible y, en fin, otras tantas particularidades sobre las que ella se extendia sin recato. No se debia preguntar a Sendino como se encontraba si es que realmente no se deseaba ser informado. Lo tercero que mas llamaba la atencion de esta enferma (y hablo de un tercer lugar por ser lo menos visible de forma inmediata) era su altisimo nivel espiritual. Claro que ya su compostura y lucidez testimoniaban la excelencia de su interioridad, pues no hay cuidado del alma que no termine por redundar en el cuerpo y en la inteligencia. Pero, en el caso de Sendino, a este nivel espiritual solo se accedia tras varias conversaciones. ?Por que? Por discrecion, pues Sendino vivia su fe religiosa con una reserva exquisita, casi diria que con pudor. Esta ha sido una de las virtudes que he valorado mas en ella. Porque no es que escondiera al Cristo que la sostenia; no es que ocultase los signos religiosos que -para quien quisiera verlos- podian distinguirse en su habitacion (un libro de piedad y el rosario en la mesilla de noche, una estampa pegada en la pared...). Era que todos aquellos objetos de culto estaban ahi sin ostentacion ni verguenza, sino con amable naturalidad. Quiza la discrecion fuera uno de los rasgos preponderantes de la espiritualidad que Sendino profesaba, lo ignoro. El caso es que si lo religioso brotaba de sus labios era porque de esos labios no podia brotar, en ese momento, mas que lo religioso.

  • El ajedrecista de Esteban Navarro

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    Una nueva novela de uno de los autores espanoles mas leidos en todo el mundo. Esteban Navarro Soriano fue policia durante 24 anos y en la actualidad se dedica a tiempo completo a escribir, su gran pasion. Ha sido premio Saramago y finalista en el Premio Nadal, ademas de una treintena de diversos premios de novela y relato. Amazon lo ha reconocido como el fundador de la denominada ‘Generacion Kindle’ y Random House lo considero en su momento como uno de los grandes nombres de la novela negra. Es superventas internacional con obras como El apagon, La casa de enfrente, Los crimenes del abecedario, El consul infiltrado, Los fresones rojos, El buen padre o la controvertida Una historia de policias.

  • Siete grados al norte de Jose Luis Canada

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    Mikel Barbera, un prestigioso cocinero internacional, fallece en los aseos del aeropuerto Pablo Ruiz Picasso de Malaga, despues de acudir a una cita con sus abogados.

  • Siempre fiel al amor de Sophie Kiss

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    La vida nos da sorpresas. Eso fue lo que le paso a Paul, una enfermedad terminal le pone fin a su vida lentamente, para que su esposa no se quede sola, decide buscarle un nuevo companero de vida, comienzan las citas clandestinas por internet a sabiendas de Paul para encontrar al candidato adecuado y por si fuera poco aparece Mark, el amigo de toda la vida de Paul, un multimillonario y desvergonzado el cual es otro candidato para quedarse con ella. Aillen ama con todo su corazon a Paul ?Con quien se quedara Aillen?

  • Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • El regreso del joven principe de A.g. Roemmers

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    El regreso del Joven Principe es una historia imaginaria del regreso al planeta Tierra del principe que ya no es nino, con una experiencia diferente, pero con la misma vision humanistica y espiritual del mundo, sus habitantes, y los valores basicos que lo sostienen.

  • La llave de mi destino, Karol Miller de Karol Miller

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    Manuel Baena es un doctor malagueno que pide su traslado a Londres para conseguir al amor de su vida, Alisa MacLeod. Ella es una joven reacia al compromiso, pero tampoco quiere que otras mujeres disfruten de la compania de el.
    Vanesa es una joven universitaria, alegre y divertida, que pasara las navidades con su hermano Manuel en Escocia junto con los amigos de este, los hermanos MacLeod. Alli conocera a Ian, el espiritu libre de los MacKenzie.
    ?Se hara Manuel con el amor de su vida? ?Descubrira Vanesa a un Highlander en sus navidades en Escocia?

  • Historia de una flor de Claudia Casanova

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  • Tomas. North Group de Fanny Ramirez

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    TOMAS BROWN <> Esa frase se convirtio en mi mantra, mi tatuaje interior, como Jason mi mejor amigo, llamaba. El tenia demasiados bajo la piel, los mismos, hicieron que una noche decidiese acabar con su agonia tomandose un frasco de pastillas. Apenas alcanzo los veinte anos y quien lo conocio sabe que aparentaba mas de los que tenia. <> Y para Jason nunca fue un problema la velocidad. No me gusta catalogar a las personas, ser debil no te hace menos fuerte, solo que Jason no supo como decir: no, cuando tuvo la oportunidad. Nacer entre porqueria, basura, solo te dictaba tu futuro, no solo estoy hablando de la que se tira a un contenedor. La droga, hizo que amigos, mi propia madre y mi hermano pequeno, se transformasen en personas irreconocibles. La sonrisa ya no formaba parte de sus caras a menos que consiguieran un nuevo chute y eso, era demasiado triste. Mi tatuaje interior ardia cada vez que las lagrimas acudian a mis ojos. Fueron pocas veces las que pasaba, tres, creo recordar, que lo hizo con mas fuerza. Mi mente se ha encargado de borrar la mayoria de recuerdos de mi ninez y parte de mi adolescencia. La primera vez que recuerdo, fue cuando vi a Jason por ultima vez, lo estaban metiendo en un coche, tenia los ojos abiertos, rojos, su piel traslucida y entre el shock escuche la vocecilla de mi hermano a mi lado preguntandome: <> Si, lo estaba. Mi mejor amigo me dejo solo, cuando me habia jurado que no lo haria nunca. Con el tiempo entendi que no hacia falta tener a las personas fisicamente, tambien podian cuidarte desde cualquier lugar en el que estuviesen. La segunda vez, fue cuando vi a mi hermano pequeno inyectarse una mierda en el brazo mientras sus amigos fumaban marihuana en el parque de detras de casa. A partir de ahi, mi vida se convirtio en un verdadero infierno. Intente por activa y por pasiva que lo dejara, me lleve anos reteniendolo contra su voluntad, tragandome sus reproches, sus miradas de odio, hasta que por fin lo consegui. Lastima que ya su destino estaba escrito con la firma de la maldita enfermedad llamada: cancer. La tercera tiene nombre y apellidos: Emily Berry Lauler. Sin embargo, de ella no puedo hablar sin que se me aprieten las entranas y me recuerde a mi mismo que no hago nada bien en la vida. Pero esa... es una historia que no merece la pena rememorar. INTRODUCCION --Solo seran un par de horas, Emi, ademas, tu estaras con tus primas toda la noche haciendo esas cosas que las chicas haceis cuando estais solas. Resoplo y yo no pude hacer mas que poner los ojos en blanco ahogando un suspiro de cansancio. Emily podria ser un grandisimo dolor en el trasero cuando queria, y esa noche quiso con ganas, pues era el cumpleanos de John. Los chicos planearon ir al local de Mike, un tugurio de mala muerte que servia la mejor cerveza en aquellos tiempos. Emily no aceptaba que yo tuviera una vida, sin embargo, ella si parecia tener derecho a tenerla. Era lo que mas me jodia, no obstante, estaba enamorado hasta las trancas de esa nina del demonio con aires de grandeza. Como si en vez de una simple mortal, estuviese hecha de fibra de oro con incrustaciones de diamantes... Me rasque el pecho sobre la camisa cuando una picazon insoportable me recordo que no debia joderlo con ella. Parecia mentira que con todo lo que habia soportado a lo largo de mi vida, me estaba convertido en un autentico imbecil por una chiquilla mimada. Pero era lo unico que me quedaba, aparte de mis amigos, claro. Y un hermano que casi no veia. Emily se convirtio en la pieza que me faltaba para que el vacio que me dejo mi hermano pequeno se llenara un poco, solo un poco. Aunque eso hacia de mi martirio algo mas soportable. --Solo espero que no haya muchas chicas, Tomas, o te juro que... --No digas tonterias, Emily, vamos al local de Mike. Alli casi nunca hay mujeres, menos chicas que puedan hacerte ni sombra. Por el rabillo de mi ojo, vi aparecer a Leon, Chad, Lauren y John; este ultimo bebiendo a morro de un botellin de cerveza. Gracias a Dios no me escucharon arrastrandome como una babosa. Sonrei sin poder remediarlo, intentando que Emily no escuchara los disparates que estaba soltando John. Habia sido cumplir la mayoria de edad y ya se reventaba el higado en publico. Leon ladeo la cabeza, preguntandome en silencio con quien hablaba. Con un gesto con la boca, le di a entender de quien se trataba. El rodo los ojos, Chad me saludo palmeandome el hombro al igual que Lauren, y John me dio un beso sonoro en la mejilla, susurrando un: <>, antes de entrar al bar. --?Que ha sido eso y porque ha sonado como si alguien le estuviera comiendo la boca a mi novio? --el ladrido de Emily me hizo apretar los punos teniendo que contar hasta diez con la respiracion atascada en los pulmones. Entonces hice lo que deberia haber hecho mucho antes, colgarle el telefono y ponerlo en silencio para ni enterarme siquiera si vuelve a llamar. Sin contestar a su estupida acusacion. Me tenia hasta la jodida coronilla. Abri la puerta y la musica se hizo mas sonora. Los chicos estaban en la barra, seguramente pidiendole a la camarera una cerveza, junto con algunos parroquianos ya asiduos. Faltaba Ray, como siempre, seguramente estudiando, haciendose a la idea de su proxima matricula de honor. Di una ojeada rapida a mi alrededor, algunas mujeres disfrutaban de una charla amena en una mesa al fondo, raramente venian a un lugar como ese. Pero viendolas de lejos, parecian de fuera, espanolas al escuchar un par de palabras descarriadas; sabia de alguien al que le haria una tremenda ilusion. A la derecha del local, un senor bebia de su cerveza mientras que el humo de un pitillo lo envolvia haciendo de la escena algo de lo que inmortalizar en una imagen. Su pelo ceniza hacia que las volutas de humo que volaban a su alrededor desaparecieran, para luego emerger y cubrir su rostro demasiado demacrado para su edad. Aunque no supiera cuantos anos tenia. De alguna manera siempre lograba encontrar parecido a la gente con alguien cercano a mi y ese senor le daba un aire a mi padre. --Tomas, me he dado el atrevimiento de pedirte una cerveza --la voz de Chad me hizo desviar la mirada de aquel senor que por momentos hacia que vagos recuerdos, demasiado amargos, volvieran a aparecer en mi mente. Con una sonrisa, sintiendo mi telefono vibrar en el bolsillo de mis pantalones, me acerque a ellos y me deje abrazar por un John demasiado ebrio para ser apenas las once de la noche. Ray se nos unio una hora mas tarde, con cara de no haber dormido en siglos, avergonzado por culpa de Leon que lo vitoreaba como si fuera una superestrella. --Ey, Ray, ?pudiste despegar la nariz de los libros para poder venir a mi cumpleanos? es todo un honor... --Dijo John, levantandose con dificultad para luego engancharse en sus hombros. Negue con la cabeza al mismo tiempo que lleve mi vaso de cerveza a los labios. Ya me veia cargandolo hasta llegar a nuestra residencia. --Y tu no pierdes el tiempo... con apenas horas de tener los dieciocho y ya te emborrachas en un bar --contesto Murray haciendonos reir. John saco la lengua, pareciendo un crio de dos anos. Me daba tremenda lastima a veces. Era un chico joven, con energia, positivismo y una mente brillante. Aunque ese cerebro no lo usara nunca para lo que realmente tenia que hacerlo. --?Viste las chicas del fondo? --me pregunto Leon, mirando a las susodichas de reojo. Tenia los ojos brillantes y las mejillas rojas gracias al alcohol. Me vi girando hacia donde el me senalaba e hice una mueca cuando me pillaron mirandolas descaradamente. --Joder, pero no mires asi. Las vas a espantar --se quejo resoplando y bebiendo de nuevo hasta acabar su jarra. --Son espanolas, las he oido hablar --le informe, provocando una sonrisa de su parte. --Sostenme esto, es hora de cazar dos buenos pares de jamones ibericos, !ole! --dijo en espanol, dejandome la jarra en las manos y peinandose el cabello con las manos antes de ir en busca de las chicas. Con curiosidad, me lleve casi cinco minutos viendo a Leon hacer su magia. Las chicas reian encantadas, incluso una de ellas, le toco el brazo supuse para comprobar que el tio se pasaba las horas haciendo ejercicio. --?Crees que se las follara a las dos? --la pregunta de Chad me hizo pestanear y dejar de observarlos. --Seguro... es el unico que he conocido con la facilidad de llevarse a mas de una a la cama y a la vez. No se como mierda lo hace. --Tu podrias si dejaras a esa chalada con la que estas. Lo mire con la mandibula apretada del coraje. Odiaba que se metieran con Emily o con mi relacion. Aunque luego supe que debia haberles hecho caso a todo lo que decian mucho antes. Me hubiera ahorrado todo lo que acontecio. --No te voy a consentir que la llames asi --lo mire con toda la rabia que pude reunir, haciendo que frunciera el ceno y alzara las manos a modo de rendicion. Al cabo de un rato, en los que me dedique a mensajearme con mi novia, la cual estaba bastante molesta, decidimos sentarnos en una mesa. Leon nos acompano a reganadientes unos minutos despues, diciendoles algo en espanol a las chicas, lo que provoco que rieran. --Si te sobra una, ya sabes, me la pasas --murmuro Chad arrastrando las palabras. Leon se sento a su lado y se acerco a su oido para susurrarle algo que lo hizo carcajear y ponerse contento. Resople. Lo mas seguro es que hicieran una jodida orgia, como si los viera. Malditos putos... --Bueno, ahora que estamos todos juntos quiero haceros una propuesta --dijo Lauren, haciendo que dejaran la alegria para otro momento. Por un segundo les tuve envidia. Echaba de menos relacionarme con las mujeres, charlar con ellas, no solo con la mujer que no paraba de llamarme y mandarme mensajes para que le enviara fotos de donde estaba. Suspire en derrota, diciendome que no merecia la pena quejarme por eso. Me queria, no tenia ninguna duda, por lo menos en ese momento. Lauren empezo a contar acerca de un proyecto que tenia entre manos. North Group se llamaria. La cabeza me daba vueltas, debatiendome entre alegrarme, brindar, celebrarlo y pensando que diria Emily al respecto. Entonces tuve claro una cosa. Seguiria adelante estuviese ella de acuerdo o no aunque luego sufriera las consecuencias. UNO <> Parece sacado de una jodida pelicula de terror. No quise hacerle caso a nadie cuando me advirtieron de lo loca que estaba la mujer con la que me iba a casar. Incluso di por hecho que sus acciones, reproches y celos, se debian a mera inseguridad o me queria tanto que no concebia compartirme con nadie. Luego llegaron las preguntas, las acusaciones, el acoso y lo que mas miedo me daba: las amenazas. No solo hacia mi persona, sino las que atentaba contra su propia vida. Froto mi rostro en un vano intento de despejar asi mi cabeza de tantos pensamientos funestos. No debe ser sano estar continuamente pensando que por mi culpa esa mujer, a la que tanto ame, se suicide. Ya ni recuerdo cuantas han sido las veces que me lo ha dicho llorando a lagrima viva. Ya sea por telefono o en persona. Por puro masoquismo, abro el cajon de mi escritorio y miro con nostalgia la fotografia que nos tomamos hace aproximadamente dos anos en la casa de los Hamptons. Ella sonreia montada a mi espalda y yo la miraba por encima de mi hombro embelesado por su belleza. Emily es hermosa. De pelo rubio, larguisimo, que casi siempre llevaba en una cola de caballo excepto aquel dia. Acaricio, sin poder remediarlo, la imagen de sus manos. Sus unas pintadas del mismo color que su bikini rojo. Como me gustaria volver a aquel dia, donde por arte de magia, se convirtio en una persona diferente. Ya fuera porque estabamos lejos de casa o solos en esta. Donde segun ella, no habia ninguna distraccion cerca. Mis amigos eran distraccion, las mujeres que paseaban por la calle, trabajaban en la empresa o simplemente esperaban a ser atendidas en una cafeteria, tambien lo eran; las reuniones importantes, las llamadas, el punetero trabajo. Todo el mundo, todo lo que yo hacia para ganarme la vida y llenar la de ella de lujos, eran distracciones y podia hacer que dejase de amarla. Una risa amarga brota de mis labios antes de cerrar el cajon mas fuerte de la cuenta, provocando un fuerte ruido. Me levanto de la silla notando mi labio inferior temblar de la rabia y miro a traves del ventanal en busca de una enesima solucion. <> Las palabras de Leon resuenan una y otra y otra vez como si fuese lo unico que tuviera cavidad ahora mismo en mi mente. ?Pero que cojones hago? Esa es la pregunta que mas formulo tanto en voz alta como en pensamiento. ?Como hago para que me deje vivir, respirar? ?Que solucion puede haber cuando ya he intentado hasta denunciarla? Pero como ya se viene sabiendo, la ley parece amparar mas a la mujer que al hombre en estos casos. Alguien toca a la puerta y carraspeo, llevandome el dedo indice al rabillo de mi ojo quitando asi la maldita lagrima que crei extinta de tanto que he llorado por su culpa. La voz de Murray me hace girar para mirarlo. Esta contento, con una sonrisa indeleble en su rostro y todo es debido a su Ceci como el la llama. A Dios gracias por haberla puesto en nuestros caminos, no se que hubieramos hecho sin su deliciosa comida del catering en los numerosos eventos. Tambien nos privo de ver a Murray babeando por los rincones, gracias al cielo. --?Te tragaste un unicornio? ?O es que por fin has podido comprobar que el sexo anal no es tan malo como parecia? --Intento hacer la broma, sin que se me note demasiado lo podrido que estoy por dentro. Mi traje negro impoluto, mi camisa blanca recien salida de la tintoreria y mis zapatos lustrosos brillando como si fueran espejos, hacen que nadie se de cuenta de lo sucio y asqueado que me siento. Murray rie y niega con la cabeza un poco ruborizado. Eso me hace lanzar una carcajada al aire que agradezco como un vaso de agua en pleno desierto. --No, vengo a decirte si vienes a por algo para desayunar. Frunzo el ceno ante su invitacion. Es raro que alguno de nosotros salgamos a comprar nada una vez estamos trabajando. Para eso tenemos a los secretarios y a monton de personal que se encarga de eso. --?Que le hiciste a Ferran? No me digas que cogio baja por sobreexplotacion --le digo con una sonrisa ladeada. --?Estas muy gracioso hoy, no? --pregunta entrecerrando los ojos--, simplemente me apetece charlar, Leon, Lauren, Chad y el tonto de John estan reunidos con un cliente. Me dijeron que tu estabas libre como un pajarillo ahora en la manana. --Claro, dame unos segundos y nos vemos en recepcion. Tengo que arreglar un asuntillo pendiente. --Treinta segundos, Tomas --advierte senalandome, cerrando la puerta tras de si con un tarareo. Suspiro una vez la soledad me envuelve nuevamente, agarrando el telefono y leyendo por tercera vez el mensaje que Emily me ha escrito hace escasos quince minutos. Mis dedos se posicionan en el teclado y escribo para luego a borrar asi hasta que harto de mi cobardia, le doy a enviar. <> Me arrepiento en cuanto le llega. Pero es que no se que demonios hacer para que me deje tranquilo, ?es mucho pedir? Dejo el telefono en la mesa, sin ganas de ver ningun mensaje mas y verificando que llevo mi cartera, salgo del despacho escuchando la vibracion del aparato sobre el cristal. --Que te den, Emily. *** En la recepcion veo a Murray sonreir como un imbecil mientras habla con alguien por telefono. No hay que ser muy listo para saber con quien, solo hay que ver como se le ilumina el rostro. La misma luminosidad, alegria y entusiasmo que alguna vez tuve yo. En cuanto estoy a su lado, se despide con un <> que me estruja el corazon y las entranas por la maldita envidia. Lejos de huir despavorido, yo ansio encontrar a una persona a la cual amar y que me ame sanamente. Lo malo es que por mucho que lo intento, no me lo permite. --Tomas, ?ocurre algo? Si no quieres venir, no pasa nada, solo... --Ya te dije que si, es solo algunos temas que tengo que resolver. Me tendrian que dar un premio de la evasiva, por malo, porque siempre digo la misma pueril excusa cuando no quiero hablar del tema. Odio que me den consejos, odio que me digan lo que tengo o no que hacer como si yo no lo hubiese intentado todo. Estoy destinado a llevar mi cruz a cuestas, a no ser feliz a menos que Emily deje de acosarme. --Si es con Emily, ya te dije que podemos hacer algo para que la metan en la jodida carcel. --Con dinero no se compra todo, Murray, Y el lo sabe. Lo hemos intentado todo, por activa y por pasiva. Solo hemos conseguido algo de tiempo, luego vuelve con mas fuerza todavia. El huracan, la llama John. Arrasa por donde pasa. --Creo que Cecilia esta embarazada --suelta de sopeton cuando salimos del edificio.

  • Los mejores reyes fueron reinas de Vicenta Marquez De La Plata

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    La fascinante historia de siete ilustres monarcas femeninas protagonistas de reinados admirables y periodos de prosperidad y gloria para sus pueblos. Al indagar en el devenir de las principales monarquias pronto se hizo patente que las personalidades seductoras y llamativas y los reinados mas admirables, eficientes y <>, si es que pude usarse ese adjetivo refiriendose a reinados, fueron los de algunas reinas. Ha habido muchas menos reinas que ejerciesen la auctoritas y la potestas, que reyes, sin embargo el resultado de ejercicio de la potestas es abrumador a favor de estas.

  • Las ganas de los dos de Mary Kate Williams

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    No eramos novios.
    No eramos amigos.
    Pero se convirtio en mi romantico pervertido. Nos dimos derechos y beneficios.

  • Los jardines de la Luna (Malaz. El Libro de los Caidos 1) de Steven Eriksson

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    Los jardines de la Luna es el brillante inicio de la saga <>, la decalogia originalmente publicada entre 1999 y 2011 que ya es considerada una de las series mas ambiciosas del genero y que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea.

  • Caballeros de Xydonia de Barb Capisce

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    En un futuro no muy lejano de nuestro tiempo, distopico, audaz, la raza humana debera enfrentar la respuesta a su pregunta mas profunda: ?Estamos solos en el Universo? No hubo preambulo, llegaron y arremetieron sin previo aviso, sin negociacion. No hubo tiempo a nada, ni siquiera a correr. Si algo quedara en pie del mundo, tal como lo conociamos, los titulares de las noticias en todos los idiomas darian un solo saldo: estamos perdiendo.

  • Nefando de Monica Ojeda

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    ‘Nefando, Viaje a las entranas de una habitacion’ fue un videojuego en linea poco conocido y pronto eliminado de la red a causa de su polemico contenido sensible. Las experiencias de sus jugadores son, ahora, el centro de los debates gamers en los foros mas profundos de la deep web, pero sus usuarios no parecen ponerse de acuerdo: ?era un juego de horror para frikis, una puesta en escena inmoral o un ejercicio poetico? ?Son tan hondas y retorcidas como parecen las entranas de esa habitacion?

  • Tu recuerdo arde de Jessica Cuevas Fadanelli

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    La segunda parte de la trilogia juvenil – romantica Tus ojos no me saben mentir.

  • El recuerdo del viento (Aire y viento 2) de Marta Marquez

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    El recuerdo del pasado es mucho mas profundo que lo que ninguno de los dos imagina.

  • El pais del prisma de Diego Armando Arciniegas Malago

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    Nuestras mentes divagan mas despiertas que entre suenos, fantasear es tan sencillo si olvidamos dormir. Ahora mismo, las letras que saben del mundo entero, de lo que es mas distante, de aquello que se lleva a cuestas sin reproche, se articulan, hablan de ti, hablan de mi. Ellas lo conocen todo; quieren ser comprendidas; buscan ansiosas disiparse en el universo que senalara el papel. No obstante, son pocas las manos capaces de atraparlas... !Cuanto el miedo de asaltar la infinitud del eter! Las alturas, solo potestad de unos pocos. Unicamente, esos, que no temen a la belleza inconmensurable de la conjugacion ritmica, pudieran alcanzar alguna vez el beneplacito del verbo. El pensamiento, siempre ambiguo, en clara muestra de querer dejar atras -al menos momentaneamente- la que es su esencia (no llegar jamas), demanda la idoneidad de la pluma como paso a seguir. Luego de que los sentidos proporcionaran iniciales formas a las cosas, se debe abrir paso a los caracteres entrelazados en lineas, a las verdades hechas de tinta, susceptibles de ser dadas a conocer. Amigos: para tener dia y noche presente el rostro de la mujer amada, que se redacten unos suaves versos; para sentirle cerca, a pesar de lo insalvables que parecieran las distancias, que el perfume de su pelo se haga poesia, que el intenso rosa de sus hermosos labios conozca lo mucho que le deseas. Entonces, la princesa sabra de ti; sus ojos, exclusivamente, querran verte si les escribes con pasion. Es mi intencion que el corazon por fin se enuncie libre, distante de cualquier agitacion extrana a su sincero palpitar. Anhelo la llegada de los vocablos eficazmente dispuestos en mis expresiones. Espero, espontaneo, el arribo a las direcciones maximas de este amor; el, seguro de las virtudes que condensa, se despoja de toda suspicacia para asi dar inicio a una historia juntos, desconocedora de los limites de esta superficial realidad. Si, el pais de las fantasias advierte lo cercano de nuestro vuelo, en las nubes mas profundas se celebra esta union perfecta. Descansaran entre los seres del mito, en medio del azul obsequiado por los dioses, las cautivas ambiciones de dos almas que, atrapadas por las tonalidades del arcoiris, aun perdidas en un beso, renuncian a la libertad de los hombres para hacerse de los privilegios del espejismo eterno. CAPITULO II EL RITO Vientos incandescentes merodean mis pupilas, la agudeza del fuego ya se confunde en el cristal. Las ninfas del escabroso bosque que trenzan utopias, detallan en sus coros de la lluvia el golpear. Con cada gota un guino que desase el firmamento, una estrella cae profetica en el mar; desnudas las formas del astro que se hundiera, me entrego al desvelo del que no puede esperar. La oscuridad es testigo del romance que envolviera, al seductor brillo en las olas para amar. De repente, un irascible tornado ha rebasado las fronteras que impusieran Cefiro, Boreas, Noto y Euro a los mortales. El tiempo pierde consistencia, la luna, ?a donde va?; con el sol esta la noche, preferible no inventar. La verdad es que la tinta: ni mucho menos, muerta esta. Las pinceladas del rapsoda, cobran vida aqui y alla. Los atomos concurren a la bolsa del artista, las pizcas de cosmos zozobran en su altar; se banan en cadencia los bocetos que al instante, proyectan la otra cara del genio en su mirar. La intemperie del silencio, disfraza la ceguera de un millon. En lo inhospito de la selva, solo el verde es senor. ?Agua en el desierto?… No mas que una ilusion. Unos novios de la mano, !que sucumba la razon! Mi nina: !que Morfeo deje sus alas! Comprendi que para volar lo unico que hace falta es que estes a mi lado. Asi, si tu acompanas mi destino (evaporarme), indomitas se desplegaran las ideas. Se refugiaran en el extasis, la fiebre y la risa. CAPITULO III SENDAS MUERTAS - !Recuerdas!: la felicidad solia tentarnos, lo hacia sin excepcion alguna. Era la constante, las piernas perseguian fin cualquiera; el horizonte, a veces noble, desfallecia hecho conformismo. Aliento tras aliento se dilapidaba. Sosiego: de presentarte en la creacion, injurioso, cual soplo te esfumabas; los amigos del apremio instaban al resto a ser como ellos. Si, eran poquisimos los que viviamos convencidos de la generosidad del amor; irrisorio el numero de quienes al igual que nosotros, expectantes de la invencion maxima, tuvieran a bien arriesgarlo todo. Nomadas, profesionales saltadores de epilogos: seguro siguen dando vueltas en busca de lo ya resignado al nacer. Aun en mis oidos es el eco de sus contritos pasos. Muchas de las empresas consideradas trascendentales por la humanidad, confesaban abrigar entranas que carcomia la envidia, alimentar rencores que atesoraban fortunas en medio del hambre. El aletargado panorama apenas permitia la coexistencia en las ciudades; coincidian en la misma urbe, bohemios y enajenados por el senorio. ?Como erigirse en el poder?, maquinaba el imperio del desanimo; incluso para los mas notorios corazones, para aquellos en capacidad de hacer vecindad con el "mundo de las ideas", era un peligro inminente el que se dejara de sonar. Los libros, atestados de numeros, no senalaban ninguna esperanza; la temperatura del infierno, que hacia las veces de estres, era todopoderosa. De los ilustrados en los principios de la codicia, de los maestros a la hora de formular leyes que inducian a la indiferencia, exclusividades de ellos, eran: La voz del pueblo, los aguardos de literatos y clerigos, quienes al unisono elevaban oraciones a la Divina Providencia. Nina, volvamos la vista atras, sin dejar de ser detalles de la fantasia, volvamos la vista atras. Las montanas que nos rodean, evocan el follaje que la barbarie arruino; los manantiales que pisan nuestros pies, son el agua de la cual ya no se bebe. Innegable, la solucion, aqui la vemos correr; ellos, pasivos, solo dibujan su sed. Somos en donde nada mas es, paseamos por los senderos en que las sombras se visten de colores para servir de compania a la aventura. !Convencete!, aqui las mentes lo desvian todo hacia la perfeccion. - !Recuerdas!: la felicidad solia tentarnos. Mi amor, !sigueme! Nuestras mejores paginas estan por escribirse. CAPITULO IV CON ASOMBROSA EXACTITUD -Abordemos ese barco... - ?A cual de todos te refieres? - !Hermosa, mira!… hablo del que esta debajo del puente. ?Lo ves? !Alla en las cataratas! Si bien es cierto que hay navios por doquier, adornados con rosas y fina pedreria, solo aquel puede contar esas magicas velas entre los tesoros que custodia. Parece que son hechas de acuarela, ni el mejor de los paisajistas lograria siquiera aproximarsele en exquisitez de formas y texturas. Es que insinuar cualquier correccion seria absurdo; aun aqui seria inadmisible. Mi vida: ?Que deseas hacer, a donde vamos?; nuestras opciones no tienen clausura. Tal vez quisieras un trineo halado por elefantes que nos hablaran de tantas y tantas romerias al fondo del oceano; o que una pequena hada, con un golpecito de su dorada varita, tuviera a bien trasladarnos al monumental zoologico en el que se congregan las mascotas de las tiras comicas para hacer las delicias del publico junto a sus respectivos amos. Quizas te gustaria que algunos de los serafines que pescan salmos en la orilla desplieguen esas alas de luz, asi abriendo en el tiempo un vertice que pueda conducirnos a donde pastan los unicornios. Claro, si lo prefieres, a la cima del volcan que esta a nuestras espaldas, para recibir la bienvenida de los osos blancos. Acaso, ?apeteces viajar en el tren de las diez de la manana? En el que siempre nos sorprende con un disfraz nuevo. Cuentan los aldeanos que hace cinco minutos era un temible dragon, que hace seis hacia las veces de serpiente, que unicamente hace siete minutos parecia un cohete. -Si, el tren seria una muy buena eleccion; a lo mejor y quiere hacernos creer esta vez que es algo asi como... !Una rueda de la fortuna! -A lo mejor, pero yo preferiria que fuera una saeta, una que sin tener prisa sale a darle vueltas a las manzanas del reino, asi como al resto de las frutas. -Oye, !Amor!, seria grandioso que Lassie y Princesita pudieran disfrutar de este lugar. Hay tantas criaturas graciosas que las harian reir. Imaginalas corriendo al lado de Pluto en las minas de diamantes de los enanitos o escuchando las peripecias por las que han pasado Pongo y Perdita para educar a mas de cien cachorritos. -Claro que las imagino... !Miralas!, ahi vienen. - !Hola Princesa! !Hola Lassie! Ahora si que esto es un sueno. Ninas, escuchenme bien: ni se les ocurra morder a nadie. Se que quieren corretear sin que las molesten. Vayan, las veo al rato. - !Que alegre estas, preciosa! - ?Como no?, en serio, soy la mujer mas feliz de todos los mundos. -A proposito, ?como vamos a recorrer la inmensidad de este? ?Que propones, esperamos la mutable locomotora? -No se, comamos algo antes de que sean las diez. - ?Desayunar?… Promuevo esa iniciativa. !Que tu estomago y el mio se sacien de todo tipo de manjares! !Que hambre no! - !Mira!, sabia que eran elegantes, pero ella. -Senora jirafa, buenos dias. Excuseme por interrumpir su lectura, seria tan amable de indicarnos la ubicacion de un castillo, de uno de galletas y fresas. - ?Dijiste un castillo de galletas y fresas? -anoto mi nina. -Si !Amor!, sospecho que hay uno cerca -dije. -Joven, usted y su novia son identicos a los protagonistas de la novela que leia. Aquel par se queria tanto; ellos tambien preguntaban por castillos para comer. !Siempre quieren azucar! Dejenme adivinar. Diego, ahora mismo escribes lo que sucede en este lugar... ?Verdad? -Supongo, sera por ello que tus manchas son azules. Claras y oscuras. -Fue un color muy bien escogido, debe ser tu favorito -ostentaba la jirafa. -Si, pienso que es sobrio y a la vez distinguido. Tenias que ser una jirafa especial. -Maestro, ya que estas por aqui: !que ingenioso fue que los optimistas hipopotamos interpretaran a Hesiodo! La mitologia griega es desenmaranada en las aulas de clase a partir de la atinada recitacion de la Teogonia. Te participo: los discipulos de los duros cuadrupedos, a diario ponen en tela de juicio las suficiencias de los hombres, dando asi cumplimiento a tus mandatos. -Gracias por esos informes, Azulita. - !Que adecuado!, Azulita sera mi nombre. Y antes de que me preguntes, ?que horas tienes? !Observa!… Aquel avioncito de papel, el que se esconde detras de las secoyas. !Es nada mas y nada menos que nuestro puntual trencito de las diez, el mismo acucioso avestruz que hace ocho minutos los rieles engullia! -mirando al cielo, dijo la jirafita. -Gracias Azulita, !si que se asemejaba a un avestruz! -comento mi nina.

  • ?Que paso cuando se terminaron las perdices?, Gema Tacon de Gema Tacon

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  • El relicario (Inspector Pendergast 2) de Douglas Preston

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    El despertar de una pesadilla dormida…

  • El Circulo de Jerico de Cesar Mallorqui

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    El Circulo de Jerico es una recopilacion de relatos escritos por Cesar Mallorqui utilizando el metodo del fix-up, segun el cual se aunan varias historias originalmente independientes a traves del recurso de escribir una nueva historia que sirva como nexo entre ellas.

  • Stranger Things de Gwenda Bond

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    Un laboratorio misterioso. Un siniestro cientifico. Una historia secreta. Si quieres conocer por fin la verdad sobre la madre de Once, preparate para esta emocionante precuela de la exitosa serie Stranger Things.

  • El conspirador de Humphrey Slater

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    Todos guardamos secretos. Harriet, una joven inglesa candida e inocente que acaba de casarse con un comandante de la Guardia de Granaderos mucho mayor que ella, Desmond Ferneaux-Lighfoot, esta a punto de descubrirlo.Obnubilada por la prestancia y la inteligencia del hombre con el que ha decidido compartir su vida, unas extranas postales que llegan a su casa sin remitente ni texto seran la senal de alarma, el preludio de un peligroso juego del que Harriet ignora las normas, pero al que se ve abocada sin remedio. Sera entonces cuando conozca el verdadero rostro de su esposo…Fallecido en Espana en 1958, Slater nos dejo como legado este magistral relato acerca de la lealtad y la traicion, escrito en una prosa ironica y mordaz.

  • Empezar de cero de Kris O'coneill

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    Ella…
    Sensual, fuerte, vanidosa y dulce, como su nombre.
    El…
    Atractivo, misterioso, de caracter fuerte y debil a la vez.

  • Una investigacion ardiente de Jule Mcbrige

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    El agente del FBI Oliver Vargo decidio consultar los expedientes de sexo para hacerse una idea de como seria la mujer mas sexy del mundo. Lo que no esperaba era encontrarse con un ejemplo viviente. La bella Peggy Fox lo intrigaba… y, sobre todo, lo excitaba demasiado. ?Quien era esa misteriosa mujer que parecia tan empenada en seducirlo?

  • Trilogia tentaciones prohibidas de Olivia Saint

    https://gigalibros.com/trilogia-tentaciones-prohibidas.html

    TENTACIONES PROHIBIDAS BOXET COMPLETO

    3 libros en 1

    Cuando el amor de tu vida esta frente de tus ojos, todo confabula para que el encuentro sea inevitable y puedan vivir momentos unicos juntos.

    • Novela 1: La Aventura de mi Vida y un Amor

    Anna es una chica comun, con una vida rutinaria en Londres, su vida sigue el transcurso que su familia y la sociedad esperan de ella, pero de repente alguien irrumpe en su rutina de una manera sumamente curiosa y creativa. Sucesos inesperados llevaran a Anna a descubrir al amor de su vida que la envolvera en un espiral de deseo y pasion que jamas olvidara.

  • Las puertas de la Casa de la Muerte (Malaz. El Libro de los Caidos 2) de Steven Erikson

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  • Hijos de sangre y hueso de Tomi Adeyemi

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    Zelie Adebola recuerda cuando la tierra de Orisha desprendia magia. Pero todo cambio la noche en que esta desaparecio. Por orden del rey, los maji fueron perseguidos y aniquilados.
    Ahora, Zelie tiene una oportunidad de devolver la magia a su gente, pero para ello debera ser mas rapida y astuta que el principe heredero del trono, que esta dispuesto a todo con tal de erradicar la magia para siempre.
    El peligro acecha en Orisha, donde los leopardarios de nieve campan a sus anchas y los espiritus vengativos esperan escondidos bajo el agua. Sin embargo, el mayor peligro puede ser la propia Zelie en su lucha por controlar sus poderes.
    ES EL MOMENTO DE QUE ZELIE RECUPERE SU LEGADO. ES EL MOMENTO DE QUE UN PUEBLO RECUPERE LA ESPERANZA.

  • Boabdil, Un hombre contra el destino de Antonio Soler

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    En Un hombre contra el destino, Antonio Soler pone en juego su indiscutible talento para la narracion para contar la historia de dos personajes formidables: Boabdil, el ultimo rey nazari de Granada, encarnacion de un sino tragico, y Gonzalo Fernandez de Cordoba, el Gran Capitan, ejemplo de las virtudes guerreras. Estos dos hombres, obligados a enfrentarse aunque en otras circunstancias hubieran estado destinados a entenderse, simbolizan el final de una epoca apasionante que Soler recrea con destreza, conocimiento y nervio.

  • La balada del nino que queria un abrazo de Baptiste Beaulieu

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  • Houston, tenemos una mision inn de Garcia De Saura

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    Cuando Daniela, alias la Sweet, volvio a su casa tras una noche de juerga con Vera, alias Balay, jamas penso que ocurriria algo que desarmaria su vida cotidiana. Una persona de su pasado ha regresado a su presente para darle una mala noticia y pedirle ayuda. Por fortuna, ella no esta sola, sino que cuenta con la inestimable ayuda de su mejor amiga.

  • En busca de Anastasia de Irene Adler

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    Londres, 1919. Una pequena multitud se ha reunido para el funeral del doctor Watson. Entre quienes rinden homenaje al ayudante del gran detective esta Irene Adler, que casi cincuenta anos despues ha regresado para buscar a sus viejos amigos. Solo con ayuda de ellos podra defender a Mila, su hija adoptiva, de las intenciones de un enemigo muy poderoso. ?Conseguira convencer al arisco e infalible Sherlock Holmes y a Arsene Lupin, el fascinante y poco fiable bandido, para recomponer el extraordinario trio de otros tiempos?

  • Una noche contigo de Christian Martins

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  • Polvo de suenos (Malaz 9) de Steven Erikson

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    Polvo de suenos es la novena y penultima entrega de la saga <>, la decalogia originalmente publicada entre 1999 y 2011 que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea. Desde entonces, esta obra maestra de la imaginacion esta considerada una de las series mas ambiciosas del genero de los ultimos anos.

  • La hermosa burocrata de Helen Phillips

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    <>. Karen Russell, autora de Tierra de caimanes <>. Ursula K. Le Guin <>. Lauren Groff, autora de En manos de las furias <>. Jenny Offill, autora de Departamento de especulaciones <>. Joshua Ferris, autor de Entonces llegamos al final <>. Kelly Link, autora de Magia para lectores Si las perspectivas laborales no hubieran sido tan sombrias durante ese humedo verano, es probable que Josephine no hubiera aceptado el puesto de administrativa en un edificio sin ventanas situado en la periferia. Su tarea consiste, exclusivamente, en introducir interminables series numericas en la enigmatica Base de Datos. Pero a medida que pasan los dias y los inescrutables impresos llenos de cifras se van acumulando, Josephine empieza a sentirse cada vez mas amenazada por el inquietante entorno: el zumbido de la ventilacion, el color rosaceo de las paredes, el eco en los largos pasillos… Cuando su marido desaparece de improviso y la verdad sobre la naturaleza de su empleo comienza a perfilarse, su creciente malestar se transforma, ahora si, en absoluto temor. La oficina es, a la vez, el infierno y su contrario: un espacio inmejorable para lo distopico y lo surrealista, al tiempo que un no-lugar en el que cumplir los mas acabados suenos de perfeccion existencial. Como Margaret Atwood o Murakami, Phillips hace saltar las costuras de la realidad saturandola de extraneza y significado, logrando asi que las cotidianas preguntas sobre el sentido del trabajo o de la vida en pareja alcancen tanto al ser humano como al perpetuo enigma de su origen.

  • Desdichas modernas de Sophie Divry

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    Una Emma Bovary de nuestros dias.

  • Tentacion al amanecer de Kristel Ralston

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    Despues de seis anos, el efecto que Rohan Carter ejerce en Mitsy Hammonds continua siendo devastador. No se trata solo de la innegable quimica que electrifica el aire cuando ambos estan en el mismo espacio fisico, sino de las cicatrices del pasado que comparten.

  • Antes de Amarte (Solteronas 2) de Amaya Evans

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    Adalind caminaba hacia la propiedad de su vecino y como siempre que iba a encontrarse con el, su corazon latia desbocado. Se sentia nerviosa porque no queria echarlo todo a perder por sus palabras de hacia unas semanas. Todavia se decia "estupida" una y mil veces. Ella se imagino que el estaria de acuerdo, cuando le dijo que harian una pareja perfecta, no solo porque eran dos signos afines, pues ella siendo Libra, era muy tranquila y optimista, ademas de que no le gustaban los enfrentamientos y el siendo Leo, tenia un caracter fuerte, asi que podian ir bien. Sin embargo, habia otras cosas que le gustaban de el, como lo generoso que era, aunque no le gustaba que los demas lo supieran y bueno...decian que los de su signo eran apasionados, y eso no le hacia dano a nadie. Sintio que un sonrojo se extendia por todo su rostro con solo pensarlo. Pero Damien en lugar de aceptar su practica idea, se puso livido, y la miro con ojos asesinos. Le dijo que ya sabia que esa amistad entre ellos, era demasiado buena para ser verdad. Le grito que no era mas que una mentirosa como todas las mujeres pero que le aplaudia su astucia porque se habia hecho pasar por una amiga para luego dar el zarpazo. Ella no entendio una palabra de lo que dijo, pero le suplico que no terminara su amistad por una imprudencia de ella, que se le habia salido ese comentario porque penso que el no lo veria mal. Damien se fue en su caballo y la dejo alli sola, teniendo que aguantarse la lluvia torrencial que cayo todo el camino de regreso a su casa. Aunque eso fue terrible, ella no se habia cansado de ir dia tras dia a su casa para convencerlo de que no habia sido su intencion molestarlo, pero el no queria saber de ella. Cuando llego a casa de Damien, quien la recibio fue su mayordomo. --Buenas tardes, Huxley. --Buenas tardes, lady Adalind. -- ?Podria ver a lord Gilmor? --Me temo que no esta en condiciones de atenderla--el hombre miraba para todos lados, menos hacia ella. -- ?Es eso o tampoco quiere verme hoy? El hombre tuvo la decencia de parecer avergonzado. --Ya entiendo...dijo ella carilarga. --digale que estuve de nuevo aqui, y que no dejare de venir hasta que me de la cara y hable conmigo. Digale tambien que por si no se ha dado cuenta ya no es un nino para hacer esos berrinches infantiles, que si tiene algo que decirme lo haga como un hombre adulto que es. El mayordomo la miro con ojos muy abiertos--milady, no creo que pueda usar esas mismas palabras, pero me asegurare de darle el mensaje con palabras mas... --No Huxley, digaselo asi. --Milady, si no quiere que me corra en ese mismo instante en que se lo diga, lo mejor sera que suavice el recado. --Bien, bien, haga lo que quiera--le dijo molesta--buenas tardes. --Buenas tardes, lady Adalind, que tenga un excelente dia--el hombre cerro la puerta y se limpio nerviosamente, las gotas de sudor con el panuelo, antes de subir las escaleras para dirigirse al dormitorio de su senor. Damien miraba desde su ventana mientras la veia irse. No cabia duda de que lady Adalind Payton, era una mujer terca y persistente. La vio salir con su forma de caminar peculiar cuando estaba molesta. Sonrio pensando que la habia llegado a conocer bastante bien en ese poco tiempo que llevaban siendo amigos. Sabia cuando estaba feliz, cuando estaba pensativa, y tambien cuando estaba triste. Pero cuando estaba molesta era una fuerza a tomar en cuenta, se portaba impulsiva y decia lo que se le viniera a la cabeza. Suerte que era mas bien de temperamento calmado. Con ansias la habia esperado cada tarde para salir a cabalgar y escucharla hablar de sus adorados astros, de la luna mas indicada para los cultivos y de sus signos del zodiaco. Ella tambien escuchaba sus ideas de mejorar la propiedad y las condiciones de sus arrendatarios. Asi como sus historias de tiempos mejores. No supo como ni cuando, pero ella se fue metiendo en sus corazon, y se encontro echandola de menos cuando no la veia. Todavia recordaba aquella vez que a el se le ocurrio salir a dar un paseo solo, y la encontro cerca a sus terrenos, segun ella recogiendo hongos para una receta con pollo muy especial que queria hacerle a su tia. Fue alli cuando supo que era sobrina de lady Helen Payton, una mujer bastante peculiar y muy independiente. La gente e incluso el, solian decir que era una mujer adelantada a su tiempo. No le gustaba la compania de los hombres y definitivamente no le gustaba tenerlos en cuenta para nada en su vida. Vivia diciendo que hacian falta mujeres medicos, contadoras, enfermeras y hasta abogadas. Que, si las cosas fueran asi, no tendria que emplear al genero masculino para nada en su vida. Por Dios Santo !mujeres abogadas!, sintio escalofrios de solo pensar en mujeres haciendo leyes. Con lo temperamentales que eran, mandarian el mundo al diablo en cuestion de meses. Pero a el le caia bien Adalind, con su manera de pensar independiente. El dia que la encontro recogiendo sus hongos, le metio un susto de muerte, le grito y hasta le apunto con su arma, diciendole que estaba en propiedad privada. A lo que ella descaradamente respondio--Lo se, pero nuestras propiedades estan juntas, y me imagine que no veria nada malo en regalarme unos cuantos honguitos. Ademas, es de buenos vecinos colaborarles a otros vecinos--le dio una tremenda sonrisa. El estaba totalmente desconcertado al ver que aquella mujer atrevida, no gritaba o se desmayaba al ver su rostro. Por lo general era costumbre que el genero femenino huyera despavorido al verlo o hiciera una mueva de asco por sus cicatrices en el rostro. Ella lo observaba, pero era mas con curiosidad. De manera que poco a poco se las arreglo para estar presente cada dia cuando el pasaba por esa parte de la propiedad y siempre tenia algo que decir. Al principio el solo le respondia con monosilabos, pero despues no supo como paso, empezaron a hablar mas y un dia el le dijo que trajera su caballo y podrian cabalgar. Ese fue el comienzo de aquella extrana amistad. Todo marchaba bien, hasta que a ella se le dio por decirle un dia que, en lugar de encontrarse cada dia, deberian vivir juntos. El se imagino que ella le insinuaba que se convirtieran en amantes. Al final de cuentas, el habia escuchado que ella y sus hermanas eran solteronas, y que no pensaban casarse porque pensaban igual que su tia, pero se dio cuenta de que se habia equivocado, cuando ella le dijo que seria mas practico casarse. Damien penso que estaba loca, pero ella pensaba que su idea, era mas que logica. El no quiso saber nada mas del asunto, pero ahora Adalind lo buscaba todo el tiempo y ya se estaba cansando de aquel asunto. El jamas se casaria. Todavia tenia en su mente el recuerdo de aquella mujer que se burlo terriblemente de el. Esa que le hizo pensar que lo amaba y mientras el la visitaba en su casa para cortejarla, ella se reunia despues en el te de las cinco con sus amigas para chismear sobre el asco que le daba que Damien la tocara y que un dia cuando le habia robado un beso casi vomita. Eso le dijo la prima de un buen amigo con la cual ellas habian estado una tarde, sin saber que conocia a Damien. Cuando ella se lo dijo a su primo y este se lo comento a el, casi muere de la verguenza y del dolor. Esa maldita mujer habia reido cruelmente y les habia jurado a sus amigas, que cuando fuera marquesa y tuviera acceso a la fortuna de el, le diria todo el tiempo que tenia jaqueca para que no se le acercara, y se iria por temporadas a alguna de las casas de campo de su propiedad con un amante nuevo, cada vez. Damien no fue el mismo desde aquel dia. El no habia creido su suerte cuando conocio a Daphne. Era una mujer hermosa, delicada, educada, hija de un baron con mucho dinero, y su union seria perfecta, ante toda la sociedad de Londres, e indiscutiblemente beneficiosa para ambas familias, pero cuando vio su verdadero rostro, a el le parecio que era incluso mas horrendo que el suyo cuando se miraba al espejo. Para el era dificil confiar a partir de ese dia y por eso se juro jamas volver a caer en el juego de ninguna mujer.

  • Un diamante ruso (Secretos de alcoba 2) de Anne Marie Cross

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    Gran Ducado de Hesse y el Rin. Julio de 1843 Maria Aleksandrovna acaricio su prominente barriga y sonrio. Apenas en un par de meses seria madre de nuevo. Cerro los ojos y se recosto contra el respaldo del sofa mientras agradecia el silencio que se respiraba en la salita. La vida en la corte le resultaba en extremo dificil de sobrellevar, sobre todo si tenia detras a cada noble vigilando sus pasos y, en especial, a su suegra, la emperatriz Alexandra Fiodorovna, quien no habia dado su aprobacion al matrimonio con su hijo. Segun su opinion, y la del resto de la aristocracia rusa, Maria era demasiado sencilla, sin encanto y carente de temas de conversacion como para convertirse en la proxima Emperatriz consorte de Todas las Rusias, titulo que le corresponderia en el momento en que su esposo, Alejandro Nikolaievich, asumiese el trono. Lo cierto era que tampoco ella deseaba ese titulo ni las responsabilidades que conllevaba. Tenia diecinueve anos, llevaba casada dos y ya habia dado a luz una hija, Aleksandra, que pronto contaria con un hermano. Habia conocido a su esposo en 1838, cuando Alejandro habia viajado por Europa en busca de consorte. Tras su visita al Gran Ducado de Hesse, le habia confesado que se habia enamorado de ella y deseaba convertirla en su esposa. En ese entonces, Maria solo contaba catorce anos, por lo que habian tenido que esperar a que ella cumpliese los diecisiete para casarse. Era demasiado joven, y nada la habia preparado para las intrigas palaciegas. Suspiro al tiempo que desviaba la vista desde los grandes ventanales de la sala hasta el libro que sostenia en sus manos. Le gustaba mucho leer, especialmente aquellos libros provenientes de autores ingleses, pero en la corte no tenia demasiado tiempo para permitirse ese lujo. Por eso, aprovechaba cada visita que hacia a su tierra natal. No se avergonzaba de cambiar la fria San Petersburgo por Darmstadt, la capital del Gran Ducado, sobre todo cuando sabia que su esposo no la echaba de menos mientras se hallaba en brazos de alguna de sus amantes. Una tristeza amarga reposo en su corazon. Alejandro la amaba, a su manera, pero ella hubiera deseado que tambien le fuese fiel. Supuso que se trataba de un deseo poco realista. Clavo su mirada en las letras del libro, sin verlas, mientras pensaba en su padre, el Gran Duque Luis II, y en su madre, la princesa Guillermina de Baden, que habia fallecido siete anos atras. Segun sabia, ella, al igual que sus hermanos Alexander e Isabel, no eran hijos de Luis, sino de un amante de su madre. La puerta de la sala se abrio, y Maria abandono sus cavilaciones. Se giro para mirar al recien llegado. --Buenos dias, hermana. ?Que tal te encuentras hoy? Maria dirigio una sonrisa agradecida a Alexander y acepto su beso en la mejilla. Su hermano le habia servido de escolta desde San Petersburgo, donde, siguiendo la tradicion marcial de su familia, se hallaba sirviendo al ejercito ruso. --Muy bien, gracias. Esta noche me ha dejado descansar --respondio, mirando hacia su abultado vientre. Alexander percibio la ternura en sus ojos oscuros. --?Eres feliz? --Maria y el se llevaban tan solo un ano de diferencia, por eso se sentia mas cercano a ella y a Isabel que a sus dos hermanos mayores, que tenian catorce y dieciseis anos mas que el--. ?Te trata bien tu esposo? --Por supuesto que si. No debes preocuparte por eso. Soy feliz, aunque os echo mucho de menos. Desde luego, no iba a compartir con su hermano las intimidades de su matrimonio. <> no era una palabra que la definiese, pero tampoco se consideraba desgraciada. Su esposo la trataba bien, tenia una hija maravillosa y otro que venia en camino, y, algun dia, se convertiria en emperatriz. El tomo asiento a su lado y se quedo pensativo. --Yo no se si podria casarme con una mujer que me fuera impuesta --le confeso. La preocupacion nublo el rostro de Maria. Sabia por Alejandro que el zar Nicolas habia considerado a su hermano como un posible esposo para su sobrina, y aunque se trataba de una joven hermosa y educada, tambien conocia las ideas romanticas de Alexander, que deseaba casarse por amor. Y, por lo que habia visto, mucho se temia que su hermano ya habia entregado su corazon. Aunque era menor que el, a veces se comportaba como si fuera su madre, sobre todo cuando creia que necesitaba un consejo. --?Hay alguna joven que te interese de manera especial? Alexander suspiro y se paso la mano por el cabello, alborotandoselo. --Ya sabes que si, la condesa Julia. --?Julia de Hauke? --pregunto, sorprendida. La joven tenia apenas dieciocho anos. Habia quedado huerfana a la edad de cinco, por lo que, junto a su hermano Maurice, fueron puestos bajo la tutela del zar--. ?Mi dama de compania? --Si. Ya se que es joven, ambos lo somos, pero, con el tiempo... Maria salio de su estado de estupefaccion. --No se trata de eso, Sasha --lo interrumpio, usando el diminutivo carinoso con el que siempre lo llamaba. No queria que lo que iba a decirle sonara como un mandato--. Tu eres principe y ella solo una condesa, no puedes pensar en casarte con ella. A pesar de haber usado un tono dulce y suave, su hermano la miro como si lo hubiese abofeteado. --?Como puedes decirme eso, Maria? --repuso, dolido--. Crei que tu me comprenderias. --Pero el Almanaque de Gotha deja claro que una union asi es imposible. --Imposible. --Su tono elevado la sobresalto tanto como la forma intempestiva en que se puso de pie--. ?Acaso pide el corazon permiso para amar a alguien? ?Que importa lo que diga un miserable papel? No es palabra de Dios, solo de hombres. Pero ese documento que se publicaba anualmente en Europa --y que compendiaba con todo detalle datos de las casas reales, la alta nobleza y la aristocracia europeas, asi como datos del mundo diplomatico--, podia destruir la vida y la carrera de su hermano, penso Maria. Si Alexander se empenaba en seguir con aquella locura lo exiliarian, ya que era inconcebible que un miembro cercano de la familia imperial se desposase con una simple condesa. --Piensa en las consecuencias, Sasha. --?Y que importan las consecuencias, Maria, si estas al lado de quien amas? Hablas asi porque nunca has estado enamorada. --Apenas termino de pronunciar las palabras, se arrepintio. Su hermana no habia hecho sino cumplir con su deber al casarse con Alejandro; no habia tenido ninguna otra posibilidad. Se arrodillo ante ella y la tomo de las manos--. Lo siento. No queria decir... Ella acuno su mejilla en un gesto tranquilizador. --Lo se. Sabes que te apoyare decidas lo que decidas. Solo deseo que estes seguro del paso que vas a dar. Su hermano asintio despacio. --No tenemos prisa, como te he dicho, ambos somos demasiado jovenes. --La beso en la mejilla--. Tengo que irme, nuestro hermano, Luis, quiere hablar conmigo. Supongo que tambien querra sermonearme. El intento de bromear no consiguio alejar el punzante dolor que sus anteriores palabras habian provocado en ella. Su relacion con Alejandro habia sido impuesta por las circunstancias, ambos eran nobles y principes, y su matrimonio era bueno para las relaciones entre los dos paises. Le tenia carino, pero no lo amaba. Sin embargo, no era cierto que nunca habia estado enamorada. --Ve con el --lo animo--, o se quejara ante padre, y ya sabes lo que eso significa. Alexander suspiro y se puso de pie. --Mantendre contento a nuestro hermano. Que tengas un buen dia. Lo vio salir de la sala y se recosto contra los suaves cojines mientras su mirada se perdia, a traves de los grandes ventanales, en el lejano cielo azul de Darmstadt. Sonaron unos golpes en la puerta y esta se abrio. Una doncella entro en la sala. --Alteza, tiene visita. El conde de Bellesford. El corazon de Maria experimento un estremecimiento. No, no era cierto que nunca hubiese estado enamorada, el problema era que el amor la habia encontrado demasiado tarde. --Hazlo pasar, por favor, Hanna. Se acomodo en el sofa, extendiendo la ampulosa falda sobre el tapizado, y espero, con el corazon latiendole a una velocidad imposible. El rubor coloreo sus mejillas cuando la puerta se abrio de nuevo y entro el joven conde. Lord Bellesford tenia veintitres anos, cuatro mas que ella. Se habian conocido al inicio del verano, cuando ella habia llegado a la residencia de sus padres para pasar las vacaciones y el asistia a una recepcion en el palacio real. Aunque se encontraba realizando el Grand Tour por Europa, despues de conocerla habia decidido detenerse un tiempo mas alli. Sus ojos se demoraron en su figura. Era apuesto, con un cabello del color del trigo y unos ojos tan azules como el cielo de Darmstadt. Vestia unos ajustados pantalones negros y una chaqueta del mismo color sobre un chaleco azul plateado. --Buenos dias, alteza. --Se acerco a ella y tomo su mano, depositando sobre el dorso un beso calido que se demoro mas de lo que exigian las normas sociales--. Cada dia que pasa la encuentro mas hermosa. Maria sonrio, nerviosa. --Es usted muy galante, milord. --Retiro su mano con un movimiento delicado, aunque le hubiese gustado seguir sintiendo la calidez de su piel. --No digo mas que la verdad. --Se quedo unos instantes en silencio, antes de anadir--: He venido a despedirme. Tengo que regresar a Inglaterra. Ella lo miro y apreto los punos con fuerza. Quiso gritarle que no se fuera, pero se trago las palabras. No tenia derecho a pedirle que se quedara. Entre ellos no podia haber nada fuera de aquellos maravillosos dias que habian pasado juntos, de las miradas llenas de anhelos prohibidos, de los roces casuales, de los paseos a solas, de las conversaciones y las sonrisas intimas. --?A Inglaterra? Creia... creia que despues de Darmstadt ibas a ir a Italia. --Mi padre ha enfermado de gravedad y mi madre me ha pedido que regrese a casa -- explico. Se sento a su lado en el sofa y tomo sus manos--. Sabes que mientras estuvieses aqui no me habria alejado de tu lado, Maria. Entiendo que lo nuestro es imposible, pero no puedo prohibirle a mi corazon amarte --le dijo con un tono de profunda tristeza que provoco que sus ojos se llenasen de lagrimas--, aunque sea en silencio. Y lo seguire haciendo toda mi vida. Ella nego con la cabeza. --Tienes derecho a ser feliz, Paul. --?Aunque tu no lo seas? --Yo tendre a mis hijos. --Apoyo una mano en su mejilla, y el le beso la palma con devocion--. Mereces encontrar el amor. --Ya lo he encontrado. Maria volvio a negar. Habia sido testigo del modo en que la infidelidad de su madre habia destrozado la convivencia entre sus padres. Ella nunca haria nada parecido, no deseaba que sus hijos sufrieran. --Volveras a enamorarte, con el tiempo; y a nosotros nos quedaran los recuerdos hermosos que compartimos. No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que el retiro, con el pulgar, las lagrimas de su mejilla. --Ven conmigo a Inglaterra. --Conocia la respuesta antes incluso de que la pronunciaran los labios femeninos, pero habia querido intentarlo una vez mas. --Sabes que no puedo. El silencio se extendio entre ellos, hasta que el solto sus manos y ella sintio el vacio clavandose en su pecho como un afilado cuchillo. --Entonces, esto es una despedida. --Asi debe ser. --Su voz broto en un susurro suave, casi agonico. Deseaba que el la comprendiera. --Odio tu sentido del deber, pero no podria quererte menos por ello. Eres una mujer admirable, Maria; y de lo unico que me arrepiento es de no haberte conocido antes. Siempre te amare. No importa el tiempo que pase. --Antes de levantarse, metio la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y extrajo un pequeno estuche de terciopelo y un sobre que deposito en el sofa junto a ella--. Parto en una hora. Si alguna vez decides ir a Inglaterra, te estare esperando. --Ya te has llevado mi corazon. Paul se agacho y bebio de sus labios las amargas lagrimas de la despedida. Fue un beso que les rompio el corazon a ambos. Despues el se alejo, deteniendose solo cuando habia llegado a la puerta. --Adios, Maria. --Adios, Paul. Cuando la puerta se cerro tras el, Maria comprendio que era para siempre. Nuevas lagrimas corrieron por sus mejillas mientras rememoraba en su mente cada uno de los momentos pasados juntos en los que habian sido los dias mas felices de su vida. No supo cuanto tiempo habia transcurrido cuando dejo que la realidad la envolviera de nuevo. Bajo la mirada hacia el estuche de terciopelo y lo tomo. Dentro reposaba un exquisito anillo de oro con un diamante engarzado en forma de corazon. Cogio el sobre y lo abrio para leer la carta que contenia. Mi amor, Si estas leyendo estas letras es porque ya no me queda la esperanza de que envejezcamos juntos. Por eso, te dejo mi corazon. Es tuyo desde el primer instante en que te vi y lo sera siempre. Este anillo ha pertenecido a mi familia durante generaciones. Mi madre me lo dio para que yo se lo entregara a la dama que conquistase mi corazon y a quien desease convertir en mi esposa. Esa eres tu, y nunca habra otra. Hasta el dia en que me muera, te llevare en mi pensamiento, y no perdere la esperanza de que pueda volver a tenerte entre mis brazos otra vez. Tuyo para siempre, Paul Creia que ya no le quedaban lagrimas, pero no fue asi. Acuno el anillo contra su pecho, donde el corazon le latia dolorosamente, convertido en diminutos pedazos, y lloro. Lloro por Paul y por ella. Ningun imperio merecia el sacrificio del amor. Capitulo 1 San Petersburgo. Finales de abril de 1857 Lady Mary Branson corto una rosa mas y la deposito en la cesta que llevaba colgada del brazo, junto al resto de las flores que ya habia recogido. Metio, tambien, en el interior las tijeras y elevo el rostro hacia el cielo para recibir la caricia de los tibios rayos de sol del mes de abril. El silencio que reinaba en la mansion la asfixiaba. Echaba muchisimo de menos a su hermano. Misha --diminutivo de Mikhail-- se habia casado hacia una semana y habia partido con su esposa en un viaje por Europa. La guerra en Crimea por el control de los territorios otomanos habia terminado apenas un ano atras, el 30 de marzo de 1856, con el Tratado de Paris. Las fronteras se habian abierto, aunque con ciertas restricciones. El zar Nicolas I habia muerto casi un ano antes del tratado, y el nuevo zar, Alejandro II, no habia quedado muy contento por la forma en que se habian resuelto las cosas. Rusia habia perdido mucho en aquella guerra. Mary se retiro un mechon de cabello de la frente y avanzo hacia el siguiente rosal. Se alegraba mucho por el matrimonio de Misha, por supuesto; su esposa era una joven maravillosa y lo haria feliz, de eso estaba segura. Pero no podia evitar compadecerse un poco por si misma. Tenia veintidos anos y, tras la boda de su hermano, se quedaba sola en el mundo. Ella viviria en la mansion que siempre habia pertenecido a sus padres, mientras que Misha, como nuevo marques de Mansbourg, pasaria la mitad del tiempo en San Petersburgo y la otra en Londres, cumpliendo sus obligaciones en la Camara de los Lores. --Quiza deberia irme a vivir a Inglaterra --reflexiono en voz alta, al tiempo que cortaba uno de los tallos de la rosaleda. Suspiro. A pesar de todo, sabia por que le costaba tanto tomar esa decision. No solo porque las tumbas de sus padres se hallaban en el cementerio de Novodevichi y seria duro para ella dejarlos atras --aunque ellos ya no estuviesen realmente alli, segun rezaba la fe ortodoxa en la que la habian criado, como a cualquier buen ciudadano ruso--, sino tambien porque en Londres estaba James... y su esposa. El marques de Hallbrook habia sido su primer y gran amor, y aunque con el paso del tiempo habia comprendido que el siempre la habia visto como a una hermana, aun le dolia haberlo perdido. Su mente le trajo recuerdos de aquellos dias en que viajaron a Londres para la presentacion en sociedad de Sophia, la hermana de James y de Alex, y la suya propia. El habia estado demasiado ocupado, ayudando a la que en esos momentos era su esposa, lady Elisabeth, como para dedicarles tiempo a Sophia y a ella. Ni siquiera la acompano de vuelta a Rusia, sino que tuvo que soportar en el viaje al insufrible, arrogante e imposible duque de Ainsworth. --Milady. La llamada de una de las doncellas aparto sus pensamientos de unos ojos azul medianoche que todavia, despues de tres anos, aparecian de vez en cuando en sus suenos. Se volvio hacia el camino de piedrecillas por el que venia la joven. --?Que sucede, Sonya? --La inquieto el nerviosismo que dejaban traslucir el pecoso rostro y los ojos oscuros de la muchacha. --Tiene visita, milady. Fruncio el ceno. Era demasiado temprano para recibir visitas, y aunque a veces atendia a algunas de sus amistades a esas horas, desde luego su presencia no suscitaba ese estado de nervios en Sonya. --?De quien se trata?

  • Hermosa Locura (Una amor para siempre 1) de Isabel Acuna

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    Julia Lowell y Nick de la Cruz, jovenes y exitosos estudiantes de dos de las principales universidades de California, tenian un mundo de suenos por cumplir. Cuando el amor llega a sus vidas los sumerge en un apasionado romance. Un terrible malentendido se les cruza en el camino y los llevara por rumbos distintos. Siete anos despues, vuelven a encontrarse. Julia se desempena como jefe de recursos humanos de una importante empresa y Nick es un incipiente empresario en el mundo de la hoteleria. A pesar del tiempo transcurrido, la atraccion flota entre ellos una vez mas. Las cosas no son como antes, ella esta comprometida para casarse. Nick, hombre apasionado y acostumbrado a salirse con la suya, esta dispuesto a recuperar a Julia a cualquier precio. Forzados a compartir tiempo por asuntos laborales, tendran que enfrentar el pasado y el presente. A pesar de que ninguno de los dos ha olvidado su historia de amor, las dudas y el resentimiento no les haran las cosas faciles. ?Les brindara el amor una nueva oportunidad? De la autora de De vuelta a tu amor y Entre el valle y las sombras, llega esta nueva historia de pasiones, contradicciones, erotismo y mucho amor.

  • Volver a Assam (Aromas de te 3) de Janet Macleod Trotter

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    La India, 1933. Adela Robson es una adolescente que escapa de la escuela, decidida a perseguir su pasion por la interpretacion. En Shimla, la sede veraniega del Gobierno imperial, se entrega a cuantas diversiones ofrece la sociedad india de la epoca a una hermosa debutante. Pero cuando parece a un paso de alcanzar sus ambiciones, la joven llama la atencion de un apuesto principe, un juerguista encantador que dara al traste con sus suenos…

  • Cita con el jefe de Brenna Day

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    Bufo intentando recogerme en un mono los largos rizos rebeldes que se niegan a permanecer en su sitio a la vez que sostengo el tubo del telefono con el hombro contra mi oreja cuando la voz al otro lado de la linea vuelve a chillar con estridencia. –!Prometo no meterte en problemas si me pones con Zadir! –aprieto el boli entre mis dientes y pongo los ojos en blanco suspirando porque mi nuevo puesto de secretaria rapidamente se esta volviendo el trabajo mas estresante del mundo–. !Te lo suplico por lo que mas quieras! Solo dejame hablar un momento con el… –Lo siento, alteza –respondo tratando de adoptar una voz distante y profesional–. Pero ya hemos hablado acerca de esto. Doy unos golpecitos nerviosos con el boli y miro las luces de la centralita. Estoy tentada de cortar la comunicacion, pero es mi trabajo atender cada una de las llamadas. He perdido la cuenta ya de cuantas princesas han llamado en lo que va del dia suplicando para que las ponga con el jeque. Y la verdad es que la paciencia se me empieza a agotar. Echo un vistazo a mi alrededor. La sala esta repleta de administrativos, todos ellos con las narices metidas en sus ordenadores, ajenos a los malabares que debo hacer para aplacar a estas mujeres… Vaya dia he tenido, hoy si que esto se me ha hecho eterno. Por fortuna no falta tanto para que acabe mi turno y llegue mi reemplazo. Que ganas de salir de aqui, encerrarme en mi cuarto, tumbarme en el sofa con un libro en las manos y leer hasta quedarme dormida. –Debes hacer una excepcion conmigo–insiste la princesa. Suspiro largamente. –Conoces las reglas, sabes que no puedo poner en contacto a su majestad con ninguna princesa. –!Pero yo no soy cualquier princesa, soy la prima de Zadir! Cierro los ojos porque no se que mas decirle. Cuando acepte el puesto de secretaria mi idea acerca de lo que involucraria era muy distinta. Pero las cosas han cambiado en el reino desde que el principe Zadir se ha convertido en jeque y ha anunciado que pronto tomara esposa. Si quiero permanecer aqui y no volver a mi pais, esto es lo que toca. –Lo siento, pero el jeque lo ha dejado claro. No quiere ver a ninguna princesa, ni siquiera a su prima –digo con voz cortante pero al instante me arrepiento de haber sido tan directa. Me muerdo el labio inferior cuando oigo su gemido de pena y cuando empieza a sorberse la nariz a punto de romper en llanto, me apresuro a anadir–. Oye, se lo dificil que debe ser para ti esta situacion, pero creeme que no puedo hacer nada. –?Crees que lo sabes? !Pues dejame decirte que tu no tienes ni punetera idea! Y te puedes considerar afortunada por ello, porque ser una princesa no es tan guay como parece. Si tan solo supieras lo estresante que puede llegar a ser… Suspiro para mis adentros pensando si tan solo supieras quien soy en realidad… pero no puedo decirselo a ella ni a nadie porque estoy aqui de incognito. Y si, estoy de acuerdo en que ser una princesa en estas tierras puede ser una condena. Como heredera del reino de Nueva Macedonia estoy destinada a casarme mediante un matrimonio arreglado, igual que lo han hecho mis hermanas. Pero me resisto a ello. Soy un espiritu libre y el dia que me case quiero estar enamorada de un hombre que me quiera por lo que soy, y no por razones de estrategia politica. Por eso en cuanto vi la oportunidad de salir de mi casa paterna no la desperdicie. Cumplidos mis veintiun anos pedi permiso a mis padres para tomar un empleo fuera del reino. Naturalmente se opusieron rotundamente, no esta bien visto que la hija de un rey renuncie a sus privilegios. Por otra parte siempre he amado el arte y mis padres me han animado desde nina a que desarrolle mis talentos artisticos. Asi que decidi aplicar a la escuela de Bellas Artes de Lederland, la mas prestigiosa de la region. En cuanto mi aplicacion fue aceptada, a mis padres no les quedo mas remedio que dejarme marchar. !Tenia un ano para vivir mi vida a mi aire, sin condicionamientos ni ataduras! Sin decirle nada a mis padres, en el ultimo momento cancele mi matricula en la escuela y en cambio decidi arriesgarme a venir a una entrevista de trabajo a Nueva Abisinia para un puesto de secretaria que, para mi sorpresa, finalmente obtuve. Ser secretaria de un jeque sonaba exotico y excitante, lo opuesto de mi vida en casa. Pero aqui estoy, !haciendo de celestina entre el jeque y sus pretendientes! Vaya ironia. Al parecer no puedo huir de los dramas amorosos. Miro el telefono con un suspiro. Me pregunto que cara pondria Nadia si le dijera que soy una de las suyas… –Comprendo, alteza, pero ordenes son ordenes –digo en cambio, y del otro lado de la linea puedo oir el gemido de frustracion de la princesa. –?De verdad el no te ha hablado de mi? Me quedo en silencio sorprendida por su pregunta. Carraspeo antes de responder en el mismo tono impersonal de antes. –Lo siento, pero las secretarias no tenemos permiso para hablar con su majestad. O al menos eso creo, pues yo nunca lo he hecho. En lo que llevo trabajando aqui apenas le he visto una vez, y eso porque era la ceremonia de su asuncion al trono. Recuerdo que yo estaba en la ultima fila, mas atras imposible, pues era el sitio que se nos habia indicado a los administrativos. Pero el problema es que soy tan bajita que ni siquiera en puntillas alcanzaba a distinguir lo que sucedia alli delante. Al ver mi frustracion, Dumar, el jefe de guardias, se apiado de mi e hizo que le siguiera hasta uno de los palcos reservados para los visitantes extranjeros. Y al llegar alli alucine, pues el palco estaba justo arriba del escenario y el principe estaba tan pero tan cerca que me parecia que si alargaba el brazo podria tocarle. Estaba sentado en un trono antiguo rodeado de su guardia real y se veia tan grande y musculoso que, aun sentado, su figura conseguia empequenecer a todos los demas hombres que estaban a su lado. El joven principe se habia ganado su reputacion luchando codo con codo con los guerreros mas feroces del reino, y podia entender su fama, porque en verdad su sola presencia imponia y transmitia una fuerza descomunal. Sus amplias espaldas y su pecho macizo hacian que la seda de su tunica negra se tensara hasta con su movimiento mas leve. Era una pared de musculos y cuando se levanto para recibir la corona de manos de su madre, senti que las rodillas se me aflojaban y el pulso se me disparo de tal forma que me vi obligada a aspirar el aire por la nariz para no desmayarme. Cada uno de sus pasos resonaban como truenos en la inmensidad del salon silencioso. El publico parecia hipnotizado a la espera de sus palabras. Y cuando por fin hablo, su voz grave y profunda vibro estremeciendo mis entranas. Madre mia, no era asi como yo me imaginaba a los reyes en mi infancia, cuando mi nana me contaba las historias de principes andantes de modales suaves y refinados. Este hombre no tenia nada de refinado, !y mucho menos de suave! Todo lo contrario, se rumoreaba que el principe era un cavernicola sin escrupulos, un bruto que cuando queria algo lo reclamaba para si arrebatandolo sin miramientos. !Y ademas tenia la boca mas sucia que una letrina! Eso lo sabia yo porque una vez le oi discutir con alguien cuando una de las lineas telefonicas quedo abierta por accidente. !Jamas habia escuchado a alguien usar semejantes palabrotas! Madre mia, estaba tan avergonzada que tuve que darme aire con ambas manos para que la cara dejara de arderme. A pesar de todo lo que se decia acerca del nuevo jeque, desde aquel dia quede tan impactada por su aura de poder que no pude evitar empezar a tener fantasias con el. Por las noches cuando no puedo dormir me siento en la cama, abro mi portatil y me paso horas mirando fotos del principe. En ellas siempre sale serio, con expresion reconcentrada, como si sonreir fuera un delito. Entonces amplio las imagenes para tratar de descubrir lo que ocultan esos ojos color cafe. !Hay tanto misterio en ellos! Un enigma por el que siento mucha curiosidad y algo de temor. A veces siento que el corazon se me encoge al pensar que el jamas me dedicara una sola de sus miradas misteriosas. Mejor asi, me digo, porque como lo hiciera estoy segura que me impondria tanto que probablemente me quedaria mirandole balbuceando como una tonta. El sonido de la voz de Nadia al otro lado de la linea vuelve a sacarme de mis ensuenos. –Oye, tendrias que hablar con mi primo algun dia. Es muy majo y estoy segura que le caerias bien. ?Majo? ?El gran Zadir? ?De veras estamos hablando de la misma persona? Yo no usaria esa palabra para describirle. Quizas mandon, bruto, arrogante, cabezota, controlador o excentrico. ?Pero majo? Definitivamente no. Impaciente echo un vistazo a mi reloj. –Alteza, debo cortar la comunicacion, hay otras prince… eh. quiero decir otras personas en linea, y casi se me ha hecho la hora de… –!Espera un momento! –desesperada grita a pleno pulmon y del susto que me he pegado casi me caigo de la silla–. !No me cuelgues, por favor! Hay algo que debes saber. No pensaba decirtelo, pero me has demostrado que puedo confiar en ti –entrecierro los ojos porque cuando una princesa empieza a hacerme la pelota es senal de que nada bueno se trae entre manos–. Es algo para el jeque –continua–. Tengo que darselo cuanto antes porque lo necesitara si quiere casarse. Hago una mueca apretando el telefono en la mano. Vaya, esto es nuevo… ?un objeto que necesitara para casarse? !Estas princesas si que tienen imaginacion! Es increible los disparates que estan dispuestas a decir con tal de obtener una cita con el jeque. –Ya, me imagino… –respondo ironica con el dedo indice suspendido sobre el boton rojo lista para cortar la llamada. –No comprendes. No es ningun pretexto. Tampoco es un juego. !Es un asunto de estado! Si no me haces caso, Zadir jamas podra tomar esposa. Y como el gabinete se entere de que tu lo has permitido… Enderezo mi espalda frunciendo el entrecejo. –?Me estas amenazando? –Solo te estoy advirtiendo de manera amistosa. Oye, Luana, se que estas atareada y que hablar todo el dia con chaladas como yo no debe ser nada facil –sonrio ante sus palabras suavizando mi expresion tensa–, pero te prometo que no seran mas que unos minutos. Hago una mueca mirando el tubo del telefono con perplejidad. ?Un asunto de estado? ?Que el jeque no podra tomar esposa? Esto si que se sale de lo habitual. Suspiro con resignacion. –Vale, tienes treinta segundos para explicarte. La princesa toma aire y empieza a hablar a toda velocidad. –Mira, hace anos me he quedado con algo que es de Zadir. El probablemente se haya olvidado que alguna vez me lo dio. Pero ahora que se que le urge tomar esposa me gustaria devolverselo. Es un objeto muy significativo para el. Comprenderas que no puedo decirte que es por motivos de confidencialidad, pero te aseguro que le estaras haciendo un gran favor. –Aun asi no puedes ver al jeque… –No, pero podrias recibirlo tu. Confio en ti y estoy dispuesta a dejarlo en tus manos. ?Que dices? A decir verdad no suena tan mal, y hasta donde yo se recibir paquetes a nombre del jeque forma parte de mis obligaciones. Resoplo mirando el reloj. Igual puedo hacerlo. Me gustaria ayudar a la princesa, ella ha sido la unica que me ha tratado con respeto y amabilidad… Ademas, no estare haciendo nada en contra del reglamento. Mordisqueo la punta del boli debatiendome. –Por favor, di que si –suplica la princesa–. !Te prometo que despues de esto te dejare en paz! No sabes lo doloroso que es tener esto aqui conmigo, sabiendo que el no me quiere… Oigo que su voz se quiebra en un sollozo. Pronto el llanto es incontenible, y alejo el tubo del telefono de mi oido haciendo una mueca. Incomoda me revuelvo en mi asiento forzando una sonrisa al darme cuenta que mis companeras se me han quedado mirando. Seguro que me han visto gesticular como una trastornada y creeran que soy demasiado blandengue para cumplir con mi trabajo. !Dios mio, odio que la situacion se me vaya de las manos! Debo tomar una decision de inmediato. Me aclaro la garganta y anado en un susurro para que nadie mas que la princesa pueda oirme. –De acuerdo, lo hare. Pero tiene que ser en una hora o asi porque debo esperar a que cambie el turno. –!Estupendo, en una hora estoy alli! –Antes debo pedir autorizacion para que nos dejen entrar la encomienda al palacio. ?Es muy grande el paquete? –!No, que va, si es una cosita de nada! Pero preferiria que esto quede entre tu y yo. Puedo confiar en ti, ?verdad? –Esto… –miro a mi alrededor y bajo la voz hasta que practicamente no se me oye–. Vale, esperame al final de la avenida de entrada, !y no te acerques demasiado al palacio, hay guardias por todos lados! –!Sabia que podia contar contigo! Al colgar el telefono me dejo caer agotada sobre el respaldo de la silla. Esto no es vida. Cierro los ojos pensando que estoy a punto de meter la pata hasta el fondo. Eres una inconsciente, me digo mordiendome el labio inferior.

  • Yo no soy de nadie de Tamara Marin

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    Alba ha tenido una infancia muy dura que le ha hecho no creer en el amor y no querer comprometerse con nadie, bajo ningun concepto. Ella no es de nadie. Tiene suficiente con su floristeria, sus amigas y algun ligue de vez en cuando.

  • Dulce amor de Elizabeth Bowman

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    Una historia de amor y segundas oportunidades en la Norteamerica del siglo XIX.

  • Cabezas cortadas de Pablo Gutierrez

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    Maria se marcha al extranjero escapando de la mediocridad y el aburrimiento. Un cuaderno, un sueldo precario y un techo son todo lo que necesita. A su alrededor, brigadas de voluntarios persiguen a los inmigrantes, hay redadas nocturnas y suburbios donde no se adentra el hombre blanco. Atraida fatalmente por un deseo de destruccion, se guarece en el pasado y se adentra en una espiral de mentiras y autoenganos mientras vuelca sus recuerdos en unas paginas que pueden convertirse en un arma para cortar
    cabezas.
    Cabezas cortadas es una novela sobre una generacion perpleja y vapuleada por la crisis, y sobre la ira y el desconcierto que sobrevienen cuando la juventud se agota y los suenos se desvanecen.

  • Antes de que digas adios de Victoria Vilchez

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    Y ese? --dijo Lola, senalando a un chico rubio que acababa de salir de la piscina. Negue con la cabeza--. Pero si es perfecto. No se quien de las dos estaba mas harta de aquel jueguecito, si ella, que se empenaba en encontrar un tio que me gustara, o yo, que no tenia intencion alguna de liarme con nadie. --Vamos, Lola --replique, al darme cuenta de que babeaba--, cierra la boca de una vez. No se acerca ni de lejos a la palabra perfeccion: juraria que el rubio no es natural, tiene el culo plano y, de esto no estoy segura, pero creo que el tatuaje del hombro es de pega. Mi amiga se volvio hacia mi con el ceno fruncido y su clasica expresion de <>. La ignore y volvi a tumbarme en la hamaca. --Bruja --farfullo entre dientes. --Te he oido. Se puso las gafas de sol y se acomodo en su tumbona. Me recordo a Uma Thurman en Pulp Fiction, con su corta melena morena y completamente lisa a pesar de la humedad. --No lo entiendo, Ari. Llevas un ano pasando de todo tio que se te acerca, y de los que no se te acercan tambien. --Trate de seguir ignorandola, consciente del discurso que se avecinaba--. No me digas que no te apetece darle una alegria al cuerpo. --Estoy bien asi. Eres tu la que parece necesitar con urgencia un buen repaso --le espete, con un tono de voz algo mas duro de lo que esperaba. --No cambies de tema. --No lo hago --proteste, dedicandole una sonrisa inocente que no me sirvio de nada. --Lo haces y muy mal, anadiria. Se cruzo de brazos, enfurrunada, como si en vez de veintiun anos tuvieramos siete y le hubiera robado su juguete preferido. --No debes ni acordarte de como se hace --dijo, tras convencerse de que no iba a seguirle el juego. Puede que fuera verdad. Mi desencanto respecto al genero masculino habia ido aumentando a lo largo del ultimo ano. Todo habia empezado a asemejarse a una mala novela romantica que se repitiera una y otra vez: chico conoce a chica, a chica le gusta chico, chico se muere por ponerle las manos encima a la chica, chica cree que siente algo por el, chico tambien... chico conoce a otra chica, chica se da cuenta de que el tipo es un imbecil y fin de la historia. Eso cuando no era la chica la que conocia a otro chico. Resumiendo: que me habia hartado. Dada mi estrepitosa carrera amorosa, habia decido plantarme y dejar de complicarme la vida. En honor a la verdad, tendria que decir que mi voluntad a veces flaqueaba, pero por norma general llevaba bastante bien la castidad autoimpuesta. --Me acuerdo perfectamente --afirme, no del todo convencida. --Vale, porque vas a tener oportunidad de demostrarlo --se jacto con una sonrisa maliciosa asomando en sus labios--. Por ahi viene un morenazo perfecto para ti. Segui la direccion de su mirada y salte de la hamaca cuando me di cuenta de a quien pertenecian aquel par de ojos verdes que me estaban observando con descaro. --!Lucas! --Me arroje en sus brazos y el me alzo del suelo, envolviendome con los suyos. Tras unos segundos, escuche el carraspeo de Lola a mi espalda. Lucas me dejo en el suelo y se aparto para dedicarme una larga mirada. --Dime que bailaras conmigo --murmuro, dedicandome su mejor sonrisa torcida, esa que usaba para que las chicas dejaran de respirar a su paso. --Antes de que digas adios --recite en respuesta, tal y como hacia cada vez que el me lo preguntaba. Su cara se ilumino al escucharme. Le guine un ojo antes de girarme hacia Lola, que habia permanecido en silencio durante nuestro peculiar saludo. --Lucas, esta es Lola --los presente, reprimiendo la risa ante la expresion perpleja de mi amiga--. Lola, este es Lucas. --Encantado, Lola. Mi amiga, que continuaba recostada en la hamaca, asintio con la cabeza, desarmada por la picara sonrisa de Lucas. Puse los ojos en blanco, consciente de que esa era la reaccion tipica de la mayoria de chicas, e incluso de algunos chicos, al conocerlo. No podia negar que era una respuesta logica. Su metro ochenta, el pelo moreno despeinado, un cuerpo practicamente perfecto (que yo sabia que mantenia a base de natacion y jogging) y la seguridad que destilaba eran, entre otras, razones de peso para provocar que desviaras la vista a su paso para asegurarte de que no te lo estabas imaginando. Incluso la cicatriz que adornaba su ceja izquierda, en lugar de afear su rostro, le otorgaba un mayor atractivo. Lo habia conocido al iniciarse el curso pasado, e inmediatamente nos habiamos hecho amigos. Compartiamos ratos de estudios en la biblioteca y salidas a cenar o al cine, siempre que el no hubiera quedado con alguna de sus muchas conquistas. No puedo decir que no se mereciera la fama de mujeriego de la que gozaba en la facultad. Pero nosotros eramos amigos, solo eso. --Encantada --farfullo al fin Lola. Mi amiga desvio la vista de Lucas para mirarme, enarcando la cejas de forma interrogante. Estaba claro que iba a tener que darle muchas explicaciones. Ella habia oido hablar de Lucas en muchas ocasiones, pero puede que yo hubiera obviado algunos detalles de su fisico con la esperanza de que ella no me machacara al respecto. --No esperaba encontrarte aqui --afirmo Lucas, reclamando nuevamente mi atencion. --Quedan dos semanas para que comiencen las clases. Lola tendra que regresar a Londres y yo a Madrid. Pensamos que nos vendrian bien unos dias de descanso antes de volver a la cruda realidad. --En realidad --intervino Lola--, teniamos la esperanza de conseguir que Ari se diera un buen revolcon y dejara de comportarse como una amargada. --!Lola! --la reprendi, mientras Lucas rompia a reir a carcajadas. Aquello era la venganza de mi amiga por lo que le habia ocultado, y seguramente no se iba a contentar con eso. --Nada serio --continuo ella--, ya sabes, con un rollete de una noche seria suficiente. --Suerte con eso --senalo Lucas--. No creo que le falten voluntarios... --Estoy aqui --dije, y levante la mano por si habian olvidado que me encontraba presente. El chico del tatuaje, del que momentos antes Lola me habia intentado vender sus bondades y atractivos, llamo a Lucas desde el otro lado de la piscina. --He de irme. --Me acerco a el para darme un beso en la mejilla--. Esta noche organizamos una fiesta en la casa de un amigo, luego te envio un mensaje con la direccion. --Cuenta con nosotras --acepto con rapidez Lola--. Puede que aun haya esperanza para Ari. El resto de la tarde, Lola se dedico a someterme a un completisimo tercer grado que ya quisieran los de la CIA. Cuando se ponia asi, me recordaba a uno de esos perros que pasa horas enteras con un hueso roido entre los dientes y grune cada vez que alguien intenta quitarselo de la boca. --Para que yo me entere, ?has estado quedando durante todo el curso con ese semidios del sexo y no te lo has montado con el? --me increpo a traves de la cortina de la ducha. Mi amiga me habia seguido hasta el bano y se habia atrincherado entre la banera y la puerta, sin concederme siquiera el beneficio de una ducha reparadora. No pude evitar suspirar ante la enesima vez que formulaba la misma pregunta. Solo iba cambiando algunas palabras, entre ellas, los adjetivos que empleaba para describir a Lucas. Todos, para que negarlo, bastante graficos. Aparto la cortina y me lanzo una mirada inquisitiva, algo asi como un: <>. Me senti culpable. Habia algo que no le habia contado a Lola, algo que me habia esforzado por olvidar. --Bueno... --titubee, y mi tono de duda azuzo su espiritu detectivesco, condenandome. --Lo sabia, lo sabia, lo sabia --repitio, exhibiendo una sonrisa triunfal. --No es lo que crees --trate de desdecirme, pero ya era demasiado tarde.

  • El encargo de Javier Melero

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    Este no es un libro mas de los muchos que van a aparecer sobre el juicio al proces. Este es EL LIBRO.