• senora miller logan - Eva Gonzay

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    Un sonido tan estridente como brusco y fuerte me despierta de golpe haciendo que mis pulsaciones se disparen como si me estuviese persiguiendo un asesino en serie. Mientras la melodia me taladra los timpanos y yo trato de ubicarme y descubrir que cojones es eso, escucho tambien un par de manotazos sobre la mesilla y, unos segundos despues, el espantoso ruido se detiene haciendome suspirar de alivio. Abro los ojos como dos platos mientras trato de ubicarme y de pronto una luz se enciende. Miro a mi izquierda parpadeando varias veces para tratar de dejar de ver doble y veo a Valeria frotandose los ojos con extremada pereza. --Mas vale que borres esa mierda de alarma, ?quieres matarme de un infarto? --grazno despues de intentar aclararme la voz. Valeria se gira hacia mi lado y me observa tratando de aguantarse la risa. --Eres increiblemente desagradable cuando te despiertas, en serio--dice como si fuese todo un descubrimiento cada dia. --Despiertame de otro modo y sere mas amable. Valeria sube mi camiseta y me sorbe un pezon hasta que logra ponerlo duro como una piedra. Cuando se aparta, observa su obra con una sonrisa malvada y su mano se cuela por debajo de mis bragas, sus dedos me tantean y cierro los ojos pensando equivocadamente que esta dispuesta a recompensarme, pero lo que hace la muy zorra es estimular un poco mi clitoris y, en cuanto suelto el primer suspiro de placer me lo pellizca con suavidad y salta de la cama. --Tendras lo que quieres cuando te lo ganes, ahora levanta--ordena con autoridad. --?Que me levante? ?Que hora es? --pregunto con una mezcla de desconcierto y enfado. --Las seis. Pero bueno, ?se ha vuelto loca? --?Como que las seis? --pregunto incorporandome de golpe--?me he perdido algo? ?Vamos a algun sitio y yo no me he enterado? De verdad que no me lo puedo creer, ?como se le ocurre poner el despertador a estas horas? La oficina no abre hasta las nueve y yo siempre me levanto a las siete y media, este Valeria en mi casa o no. --Exacto, vamos a correr--contesta provocando que mis cejas se eleven de forma exagerada. --A correr--repito incredula. Valeria salta sobre la cama de repente y se sienta sobre mi a horcajadas. --Siempre dices que quieres volver a recuperar el habito de salir a correr, pero nunca encuentras el momento, asi que yo lo he decidido por ti. --Por mi--sonrio sarcastica--ya, pues no decidas tanto, bonita, si quieres correr cuando todavia no han puesto las calles me parece perfecto, pero yo voy a seguir durmiendo--digo derrumbandome de nuevo sobre la cama. Valeria se inclina sobre mi hasta que sus labios rozan mi oido y su melena suave y aterciopelada me acaricia el cuello. --O te levantas o te castigare, y no sera de una forma agradable para ti--amenaza en un susurro, despues sale de encima de mi y se dirige hacia el bano sin volver la mirada. --Joder...--me quejo incorporandome, todos sus castigos me vuelven loca, salvo cuando consisten en dejarme con el calenton como ha hecho hace unos segundos. Asi que, si la nina quiere correr, vamos a correr. Valeria ha propuesto algo suave, cinco kilometros en un recorrido circular que hace cuando no tiene mucho tiempo. Me ha parecido bien, en mis buenos tiempos corria entre doce y quince kilometros diarios, pero parece que mis buenos tiempos quedaron muy atras, porque no llevamos ni la mitad y siento que los pulmones estan a punto de explotarme. Poco a poco voy perdiendo fuelle y Valeria se va adaptando a mi ritmo sin articular palabra, pero soy tan competitiva que me imagino lo que debe estar pensando, que soy una floja. --Podemos parar ya si quieres y volver caminando--propone sin esfuerzo. --No--jadeo como un animal sediento. Deberia hacerle caso, pero mi orgullo no me lo permite. Asi que para demostrarle que todavia puedo aguantar, decido hacer un sprint y provocarla para que me siga. Valeria no tarda ni dos segundos en darme alcance, porque se me acaba de subir el gemelo de la pierna izquierda y me acabo de tirar al suelo de forma dramatica mientras me aguanto los lagrimones. --Me cago en la leche, como duele--berreo agarrandome la pierna flexionada con las dos manos. --Deja que te ayude--dice agachandose frente a mi. Dios mio, no recordaba que doliese tanto. La miro enfurecida y me contengo para no decirle que todo esto ha sido culpa suya, si no me hubiese amenazado, yo ahora estaria calentita en mi cama durmiendo a pierna suelta, y no tirada en el suelo humedo del parque aguantandome la respiracion para no gritar de dolor, porque mi pierna en lugar de suelta se ha quedado rigida como una tabla. --Esto tiene truco, deja a la maestra--se pavonea apartando mis manos. Valeria coge mi pierna y la estira completamente, despues me quita la zapatilla y tira de mis dedos hacia atras manteniendolos asi unos segundos. --No me jodas--digo asombrada cuando el dolor se calma de golpe. --Te he dicho que tiene truco--se rie la muy boba. --Me lo podrias haber dicho antes--me quejo aprovechando para recuperar el aliento. --Pense que una experta corredora como tu ya lo sabria. Le dedico una mirada incendiaria y Valeria ignora mi cabreo y me tiende la mano para ayudarme a levantar del suelo. Es lo que mas me gusta de ella, mi comportamiento a veces grosero y desmedido que no consigo aprender a controlar no le afecta y, la naturalidad con la que me ignora logra calmarme mas que una pastilla o el ladron de mi psicologo. Me pego a ella y le doy un sonoro beso en la mejilla, puede parecer algo absurdo e infantil, pero a ella le gusta, dice que asi todo el mundo se entera de lo que siento por ella, que a estas alturas puedo decir que es mucho. En fin, a veces creo que me estoy convirtiendo en una monas. --Bueno--dice contenta--creo que estas suficientemente tranquila, ya podemos volver e ir al trabajo. --?Que quieres decir? --pregunto caminando a su lado. --Nada. Esto si que no, puede que llevemos poco tiempo de relacion o lo que sea que tenemos, si por poco entendemos casi seis meses durmiendo juntas al menos cuatro noches a la semana. La conozco lo suficiente como para saber cuando me esconde algo, porque Valeria nunca hace nada por hacer y yo soy gilipollas por no haber sospechado que no era normal que de repente un dia decida que hemos de salir a correr a las seis de la manana. !A las seis! --?Que pasa? --pregunto agarrando su brazo para que deje de caminar. Se pega a mi y muerde el lobulo de mi oreja provocandome una descarga que me sacude todo el cuerpo. --Queria que quemases un poco de energia, ya sabes que eso calma tu mala leche--confiesa mordiendo mi cuello esta vez. --Me relajo mas cuando me follas--aclaro con los brazos en jarras mientras la miro exigiendo una explicacion. --Cierto, pero si te follo ahora no tengo garantias de que te controles despues, en cambio, hay mas posibilidades de que te portes bien y te controles si sabes que despues tendras una recompensa si lo haces. --?En que se supone que me he de controlar? --pregunto alucinada. --En el trabajo. --?En el trabajo? ?Que ha pasado? --pregunto poniendome tensa. --Sandra tambien esta embarazada. --!?Que?! Pero bueno, ?que pasa en esta empresa? ?Es que todas se han puesto de acuerdo? No es que me importe que quieran ser madres o no, es que cada embarazo significa una baja que debo cubrir con alguien nuevo a quien se le tiene que ensenar todo para luego despedirlo. Es algo que me irrita una barbaridad, no puedo remediarlo, y no hace ni dos dias que me entere de que otra empleada tambien se ha quedado en estado. --Sandra podria haber tenido el detalle de esperar a que Isabel volviese de su baja, asi podria aprovechar al mismo sustituto para cubrir las dos bajas--reniego en voz alta echando a caminar. --?Ves como necesitabas quemar energia? Imaginate como te hubieses puesto si te enteras al llegar alli-- comenta como si le hubiese hecho un favor al mundo cansandome a las seis de la manana. --No me hubiese enfadado. Valeria alza las cejas y me mira de reojo. --Bueno, un poco si--admito haciendola reir--pero si me controlo y no le digo nada cuando me lo cuente tendre recompensa, ?no? --pregunto sintiendome infantil. --Por supuesto--contesta dandome un suave azote en el trasero--?quieres saber quien es el padre? --No, no quiero saber nada--respondo cortante. --Es Mario, el de recursos humanos. --?Que parte de no quiero saberlo es la que no comprendes? --pregunto exasperada. --Lo siento, es que me pones mucho cuando te enfadas--dice abrazandome y provocando que por poco nos demos un tortazo. Me entran ganas de preguntarle si es bipolar, me hace levantarme a horas que deberian estar prohibidas para aplacar mi mal humor y ahora me provoca porque resulta que le pone cachonda verme enfadada. --Espero que no follen en horas de trabajo--bufo cogiendola de la mano. --Tu lo haces...--suelta encogiendose de hombros. No tengo argumentos para defenderme ante semejante afirmacion, asi que guardo silencio y decido disfrutar lo que queda de paseo hasta mi casa. Capitulo 2 Menuda manana de mierda llevo, mas vale que Valeria cumpla su palabra y me recompense bien despues. Pero el dia siempre puede empeorar, porque parece que ha llegado el momento de que Sandra venga a darme la gran noticia y, cuando cruza la puerta del despacho tiene la cara descompuesta. De repente siento una punzada extrana de angustia al pensar que su incomodidad se deba ante el hecho de tener que comunicarme algo que deberia alegrarla, ?de verdad la intimido tanto? Me gusta que me respeten y mantener la distancia con mis trabajadores, pero no hasta el punto de que me teman. Soy una maldita zorra. Valeria me hace una sena con las cejas senalando a Sandra. En este tiempo tambien he aprendido a descifrar sus gestos y lo que me pide basicamente es que no sea una borde. --No te preocupes, Sandra, ya me he enterado de lo tuyo. Enhorabuena--digo lo mas amable que puedo. Valeria sonrie aprobando mi actuacion y yo lo hago interiormente porque esto aumenta mi recompensa de despues, pero Sandra me observa estupefacta y me hace sentir como si fuese alguien de otro planeta. Eso me irrita, ?cree que no puedo ser amable? --Gracias--explota de repente rompiendo a llorar. Yo miro a Valeria completamente desconcertada y ella se levanta y se acerca a mi mesa para sentarse al lado de Sandra. Durante la siguiente media hora asisto perpleja al culebron que rodea la vida de Sandra y al parecer de parte de la empresa. Resulta que la chica, que apenas tiene veinticinco anos, esta prometida con su novio de toda la vida y se van a casar dentro de tres meses. Hasta aqui todo seria normal si no fuese porque la mosquita muerta, se ha liado con Mario, que a su vez es el responsable tambien del embarazo de la otra empleada, Isabel. Valeria la consuela y le tiende una caja de panuelos mientras yo las observo sin pestanear. --Lo has hecho muy bien--aplaude Valeria cuando Sandra se marcha por fin. Tras eso, se dirige hacia la puerta y echa el pestillo que me vi obligada a instalar dado que no hay forma de detener nuestros encuentros calenturientos aqui dentro. Me habia propuesto comportarme y aguantar hasta llegar a mi casa, pero me resulta imposible, cuando Valeria me mira de cierto modo me deshago por dentro y no soy capaz de razonar. --Ven aqui--ordena situada junto a su mesa. Obedezco notando como mi corazon se acelera sin remedio y Valeria me besa acorralandome contra la mesa hasta que mi culo se encuentra con el borde. Una vez ahi, se coloca en medio de mis piernas y presiona con su muslo haciendome suspirar. --?Crees que deberia despedir a Mario? --le pregunto entre suspiros. Inmediatamente me cabreo conmigo misma por haberle preguntado. Tiempo atras hubiese tomado la decision sin pestanear y probablemente sin tener en cuenta las consecuencias, pero desde que estoy con ella su opinion me importa mas de lo que me gusta reconocer, porque es mas analitica que yo y menos impulsiva. Valeria me complementa, y me cabrea sentir que la necesito tanto. --No--responde a la vez que baja mis pantalones y mis bragas hasta los tobillos. --Se esta follando a media empresa--reniego cuando muerde mi sexo, inmediatamente despues me da una cachetada justo ahi y me dedica una mirada seria. --No es tu problema, ya son mayorcitas. --Las bajas las voy a pagar yo, y todas sus ausencias cuando los ninos tengan mocos y diarreas, tambien. --Ya me has cabreado, date la vuelta--ordena apartandose de mi. --?Que? --Ya me has oido. Joder, sigo sin poder creerme que algo asi pueda ponerme tan cachonda. Me giro apoyando las dos manos en la mesa y le ofrezco mi trasero a Valeria, quien alterna varios azotes que me desesperan entre masajes en mis nalgas y dedos que tantean la entrada de mi vagina hasta clavarse dentro de mi con fuerza. Ahogo un gemido cuando la noto hasta el fondo y Valeria agarra mi hombro con su otra mano para ayudarse a empujar. Me folla sin descanso haciendo que me muerda los labios para no gritar y, cuando estoy a punto de correrme, saca sus dedos de mi interior y me da otro cachete que resuena con fuerza y me provoca un escozor mezclado con deseo que hace palpitar mi sexo con desesperacion. Otro nuevo cachete en el mismo lado me hace tensarme y ahogar otro gemido, y entonces sus dedos vuelven a mi interior con la misma determinacion de antes, follandome sin descanso hasta que me corro y acabo con la cabeza apoyada sobre la mesa porque las piernas no me sostienen. Valeria arquea su cuerpo sobre el mio y besa mi nuca. --Me encanta follarte asi--confiesa dandome un beso. Si el aliento me lo permitiese le diria que a mi tambien, las dos sabemos a lo que se refiere, a follarme fuerte, de forma algo brusca y sin preliminares. Me pone tremendamente cachonda que lo haga, y a ella le encanta. Despues de una jornada que se me ha antojado interminable, por fin abandono el despacho seguida de Valeria. Mantenemos las formas delante del personal, jamas han presenciado una muestra de afecto entre ambas o una conversacion que no sea sobre trabajo, pero no son tontos y hay rumores sobre el hecho de que pasemos tanto tiempo juntas, Valeria me lo conto hace poco. Al principio me puse de muy mal humor, pero no puedo negar lo evidente y acordamos simplemente seguir como hasta ahora, con discrecion en cuanto a las muestras afectivas, aunque sin negarnos el hecho de poder entrar o salir juntas del edificio. --Hasta manana, Gabriel--le digo al conserje cuando me abre la puerta de salida. --Hasta manana, senora Miler. No hay manera de que no me llame asi pese a que Valeria lo intenta algunas veces, pero ya no me molesta tanto que lo haga, quiza porque el hombre vino a disculparse personalmente por el comportamiento del chorizo de su sobrino cuando no tenia por que hacerlo. Tras despedirse tambien de Valeria, las dos caminamos hasta el aparcamiento y nos montamos en mi coche. --?Te vienes a mi casa? --pregunto cogiendo su mano antes de arrancar el motor. --Si te apetece, si, pero antes pasa por la mia, llevo un par de dias sin ir y hay que ventilar y ver que esta todo en orden. --De acuerdo. Esto se esta convirtiendo en algo muy habitual ultimamente, Valeria pasa mas tiempo en mi casa que en la suya y solemos hacer visitas como esta para comprobar que todo esta bien en su apartamento. Al principio yo la esperaba en el coche, pero poco a poco fui sintiendo la necesidad de conocerla de una manera mas profunda, de saber como vive y lo que le gusta, y ahora ya no le pregunto o espero a que me invite, simplemente bajo del coche y entro con ella.--Te va a explotar el buzon--comento cuando veo que pasa de largo para dirigirse al ascensor. --Mierda, siempre se me olvida--dice volviendo sobre sus pasos. Lo abre y extrae un buen fajo de cartas que me entrega mientras se dispone a cerrarlo. --?Puedes separar la publicidad de las cartas importantes mientras yo abro las ventanas? --me pide en cuanto entramos en su apartamento. Dejo mi bolso sobre una silla y me siento en otra para hacer lo que me pide, contenta de poder ayudarla. Resoplo al ver la cantidad de publicidad que hay, yo tengo un cartelito en el buzon donde pone expresamente que no quiero publicidad y, aun asi, me la dejan los muy desgraciados, es algo que no soporto. Sigo separando las cartas hasta que una de ellas me llama la atencion, no es que este leyendo ni cotilleando su correo, pero un sobre negro con un discreto logotipo dorado en la esquina inferior derecha con el nombre de Valeria escrito en el centro en letra dorada y caligrafica, pues no se, no es muy comun. Todavia lo tengo en la mano cuando la veo aparecer. --Perdona, es que es un poco hipnotizante--me excuso algo azorada al sentirme pillada. Lo pongo encima de la pila de cartas cuyo contenido puede ser importante y se lo entrego. Valeria acepta el paquete con una sonrisa divertida, coge el sobre negro y deja todo lo demas sobre la mesa. --?Quieres saber que es? --pregunta alzandolo frente a mi. Dios mio, me siento como un perro cuando su amo le muestra una chuche, de repente siento una curiosidad desmedida por conocer el contenido del maldito sobre.

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    "Discúlpeme, señora, tengo una cita con la señora Kraft. Mi nombre es Logan Miller." Viéndolo desde su trabajo, la mujer sonrió. "Ella lo esta esperando, ...

  • índice de autores y libros de "novela romántica y erótica"

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    26 may 2009 — ÍNDICE DE AUTORES Y LIBROS DE "NOVELA ROMÁNTICA Y ERÓTICA" ... Belle, Logan ... La banda sonora de nuestras vidas (Contemporánea)

  • Senora Miler (Valkiria 1) de Eva Gonzay

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    Aparco y justo cuando estoy a punto de salir del coche comienza a llover. --Maldita sea--rezongo enfadada. Otra vez he olvidado meter el paraguas en el coche, y ademas odio los dias lluviosos, me ponen de mas mal humor del que suelo tener ultimamente. Apago el motor y me miro en el espejo retrovisor para atusarme un poco el pelo. Me gusta la imagen que veo, a mis cuarenta y tres anos puedo decir que estoy estupenda y, aun asi, ultimamente no me siento bien. Hay algo en mi vida que falla o algo que me falta. Realmente no se lo que es y eso me genera una ansiedad y una tension que me va a provocar alguna arruga nueva. Tengo una empresa de gestion de cuentas con mas de cuarenta personas a mi cargo. Soy una mujer de exito que podria decir que lo tiene todo, incluso un novio apuesto cuatro anos menor que yo que es la envidia de mas de alguna arpia. Y a pesar de todo eso me falta algo. Si es que no me merezco lo que tengo, yo quejandome cuando hay gente que se muere de hambre, a veces me doy asco. Intento ser positiva. Hoy es viernes, esta noche Jorge vendra a casa, cenaremos y con suerte echaremos un polvo aburrido como siempre, pero al menos tendre un orgasmo. --Buenos dias, senora Miler--gritan golpeando en mi ventanilla. Me cago en la leche, menudo susto me acaba de dar Gabriel, el conserje del edificio. Ahi esta, en pie como una estatua al lado de la puerta sujetando un paraguas enorme para acompanarme a la entrada. Me bajo y le dedico una sonrisa tan falsa que seguro que piensa que me he puesto botox o alguna mierda de esas que no te dejan estirar los labios. Me pregunto cuanto hace que no sonrio de verdad. --Buenos dias, Gabriel, siempre usted tan servicial--digo de camino a la entrada. --Siempre es un placer, senora Miler. Suspiro en modo zen para no soltarle un berrido y hacerle comprender de una puta vez que no soy una senora, no me he casado y por lo tanto sigo siendo una senorita. Se que lo hace por educacion y por respeto, pero no me gusta. --Que tenga un buen dia--me despido antes de coger el ascensor hasta la ultima planta. Cuando las puertas se abren ya oigo el barullo desde la otra punta del pasillo. Otra vez me la estan liando estas listillas. Se ha formado un cierto grupito entre mis empleadas mas jovenes, de esos en los que cada vez que es el cumpleanos de una, aparece aqui con tres bandejas de pastas y cafe para todo el mundo. Hacen un corrillo a la hora del desayuno que siempre se acaba estirando mas de la cuenta. ?Que se piensan? ?Que tienen derecho a que yo les regale el dinero? Miro la hora en el reloj de pulsera que Jorge me regalo, es feo de cojones, pero a el le parece una autentica belleza y de vez en cuando me lo pongo para darle el gusto. Son las diez menos cuarto y la hora del desayuno termina a las nueve y media. En cuanto me ven aparecer por la puerta del comedor todas giran la cabeza hacia la pared donde cuelga el reloj como una manada de perras que acaba de encontrar un hueso. Sus caras se descomponen y me miran estupefactas como si la culpa de que las haya pillado encima sea mia. --Buenos dias, senora Miler, ?le apetece picar algo? Es el cumpleanos de Nuria y ha traido algo para desayunar. Ahi esta, la descarada de Valeria, mi secretaria personal. Es la que ha tomado la voz por todo el grupo. Si no fuera porque es bastante mas eficiente que las tres ultimas que he tenido y porque ademas es la hija de uno de mis mejores clientes, la despediria sin dudarlo. A veces me siento como Miranda Priestly en El diablo se viste de Prada, una autentica zorra a la que todas sus empleadas temen, todas menos Valeria. --Ya he desayunado, gracias. ?Os pensais que las llamadas y los correos se contestan solos? --berreo echando chispas por los ojos--espero que al final de vuestro turno os quedeis a recuperar el tiempo que habeis perdido. Esto no es el colegio, aqui no se reparten chuches en los cumpleanos, ni en los santos, ni en todo lo que se os ocurra celebrar. Todas me miran con cara de cordero degollado y van saliendo una a una pasando por mi lado con la cabeza gacha. Algunas pronunciando disculpas en susurros, las que no, seguramente, me maldicen mentalmente. Ya lo se, me acabo de comportar como una autentica zorra sin escrupulos ni empatia, o al menos eso es lo que me dira mi psicologo el lunes cuando acuda a la visita para regalarle cien euros por no ayudarme. Si es que encima soy gilipollas. Me siento fatal conmigo misma cuando me comporto asi, pero soy incapaz de evitarlo. Las palabras comienzan a salir de mi boca sin ningun tipo de filtro, a veces no se ni lo que he dicho hasta que termino de hablar y recapacito, pero para entonces ya es tarde. --Podria haberla felicitado al menos--suelta Valeria al pasar por mi lado. --?Como dices? --pregunto indignada. Lo que me faltaba, que ahora venga la mocosa prepotente esta a decirme lo que tengo que hacer. --Nuria cumplia cincuenta anos, eso no pasa todos los dias. --Hay muchas cosas que no pasan todos los dias, como que os encuentre a todas en vuestros puestos cuando llego. Haz el favor de ir a tu mesa de una vez y prepararme los informes que te pedi ayer. --A la orden. Valeria se da la vuelta muy digna y camina pasillo adelante mientras yo la observo y la maldigo a la vez. Creo que ni siquiera ha cumplido los treinta, pero la cabrona tiene unos ovarios y una seguridad en si misma que me recuerda a mi con su edad, quiza por eso le permito esa insolencia. Le doy unos minutos mientras me hago un cafe en la maquina de capsulas. Valeria trabaja dentro de mi mismo despacho y cuando entre quiero verla en su mesa concentrada en lo que tiene que hacer. Doy un sorbo al cafe y miro lo que queda de las dos bandejas de pastas. La boca se me hace agua, tienen una pinta deliciosa y sin ningun tipo de remordimiento cojo una y me la llevo a la boca. --Umm, joder, que rica esta. Me como un par de ellas mas, me termino el cafe y me limpio la boca para borrar cualquier huella que pueda delatar mi pecado. Cuando entro en el despacho echo un vistazo a la mesa de Valeria, que se encuentra justo en la parte derecha. Teclea algo en el ordenador mientras habla por telefono a traves de los auriculares, pero eso no le impide dedicarme una mirada reprobatoria y cabecear como si pensase algo horrible sobre mi. Suspiro tratando de calmar mis nervios. Aqui la que manda soy yo y a veces tengo la sensacion de que la que tiene el poder es ella. Todavia me pregunto por que le permito toda esa desfachatez que tiene, he echado a otras por mucho menos. Valeria cuelga y al sentarme en mi mesa veo que los informes que le he pedido no estan. --?Todavia no me has preparado los informes? --grazno senalando mi mesa. --Si que los tengo, es solo que la impresora se ha atascado y he tenido que imprimirlos de nuevo. --Ya, claro. Valeria se pone en pie de forma brusca haciendo que su silla acabe estampandose contra la pared, recoge el fajo de papeles que hay en la impresora, los cuadra sobre su mesa hasta que quedan perfectamente alineados y despues se acerca a la mia y los suelta ante mi como si fuesen una bomba. --O empiezas a comportarte como una mujer adulta y con educacion o me vere obligada a despedirte--amenazo recogiendo los papeles. --Si quiere que los demas mostremos educacion y respeto, deberia usted predicar con el ejemplo, senora Miler. Quiza mostrar algo de humanidad con sus empleados facilitaria que todo el mundo aqui se sintiese mas comodo y rindiese mas. Hay unos cursos muy buenos sobre liderazgo y... --Mira, Valeria--la interrumpo conteniendo las ganas de despedirla con efecto inmediato--tu trabajo aqui es hacer lo que yo te pido durante las ocho horas de tu jornada, si no te gusta, ahi tienes la puerta. Valeria no se mueve ni un centimetro, pero me dedica una mirada capaz de congelar un desierto. --Lo imaginaba, ahora vuelve a tu puesto--le ordeno resoplando. Capitulo 2 Por fin llego a casa y me dejo caer en el sofa como si acabase de llegar de correr la maraton de Nueva York. Me siento realmente agotada, es como si llevase una mochila cargada de piedras a todas horas y no pudiese quitarmela ni para dormir. Dentro de un par de horas llegara Jorge, pediremos que nos traigan la comida a casa, sacare una buena botella de vino y despues de charlar un rato, nos iremos a la habitacion para echar otro polvo aburrido. No es que me queje, el sexo con Jorge es bueno. Siempre tiene mucho cuidado de asegurarse de que yo acabe retorciendome entre espasmos con su polla dentro. Pero siempre es lo mismo, el encima, yo debajo, follamos, y cuando nos corremos se da la vuelta y se duerme como un nino pequeno. ?Que hay de las noches intensas de sexo salvaje de las que hablan mis amigas? ?Que pasa con lo de follar en la cocina? O en el porche, o en el jardin como animales porque hemos tenido un calenton. Al principio pensaba que era yo, que no lo pongo lo suficiente o que no soy divertida ni espontanea en la cama. Intento hacer cosas diferentes, proponerle algun juego erotico o vestirme con lenceria tan sexi como cara, pero lo unico que consigo es que se empalme como un animal y me acabe llevando al mismo sitio de siempre; la cama. Cuando llega cuelga su americana en el respaldo de la silla y la plisa con sumo cuidado. Yo lo observo hacerlo con la misma incredulidad que siempre que viene. No acabo de acostumbrarme a sus manias ni a su obsesion por el orden, es un hombre demasiado mecanico y cuyo funcionamiento aprendes demasiado deprisa. ?Sera eso lo que me aburre? --He pedido la cena mientras venia de camino, espero que no te importe, estoy muerto de hambre--dice mientras me da un beso casto y se va al bano. --Claro--digo rascandome el pelo. Me entran ganas de seguirlo al bano, de pronto me siento ardiente y deseosa de sentirle dentro. Me lo imagino sacandose la polla de los pantalones para orinar y solo puedo pensar en acercarme, masajearla hasta ponerla dura como necesito y pedirle que me folle alli mismo. Mi sexo palpita al pensarlo, pero cuando Jorge ve que me acerco al bano estira una pierna y empuja la puerta para entornarla. Resoplo resignada y me voy a la cocina para disponer la mesa. --?Que tal te ha ido el dia? --me pregunta una vez estamos cenando. --Otra vez he vuelto a pillar a esas descaradas celebrando un cumpleanos en horas de trabajo, no se como pueden tener tanta cara--reniego de mal humor. --No seas asi, mujer, que haya buen ambiente entre el personal de trabajo es bueno para ti, asi rinden mas. --?Como van a rendir mas si no estan en sus puestos? --berreo dejando el tenedor sobre la mesa. Lo que me faltaba, como si no tuviese ya bastante con que la lista de Valeria trate de darme lecciones, ahora me viene Jorge y se pone de su lado. --No te enfades, nena--trata de calmarme. --No me llames, nena, te lo he dicho mil veces, joder, no lo soporto. Yo no soy la nena de nadie, ni tampoco una senora ni... --Eh, eh, vale ya, Ingrid--me detiene con las manos en alto--relajate, ?vale? Yo solo digo que no te vas a morir por darles diez minutos extra. --Diez minutos extra por siete personas que habia alli son setenta. Soy yo la que hace frente a los gastos, ?sabes? Dejo de comer y me bebo lo que queda de mi copa de vino de un trago. --Ponme mas, por favor--le pido a Jorge sin apenas mirarlo. --Esta bien, dejemos ese tema--dice mientras me sirve--tengo una sorpresa para ti. --?En serio? --pregunto realmente sorprendida. --Si. Jorge se saca algo del bolsillo de su camisa perfectamente planchada y me lo tiende. Es un pequeno sobre, lo cual me alivia porque por un momento he pensado que iba a sacar una cajita con un anillo y ya se me estaban ocurriendo un monton de formas de decirle que se fuese de mi casa y ninguna era agradable. Abro el sobre y extraigo una tarjeta negra con un logotipo extrano en forma de latigo y las letras La mazmorra escritas debajo. Le doy la vuelta sin comprender que es y en el dorso veo que es un vale por una sesion en el lugar en cuestion. --?La mazmorra? ?Que es esto, Jorge? Suena al sotano de castigo de algun castillo. Jorge sonrie con su dentadura perfecta ante mi cara de poker y da el primer sorbo a su copa de vino. --Dices que el sexo que tenemos te aburre, ?no? --Bueno, no es que me aburra, es que, no se, me falta algo, Jorge, te lo he dicho mil veces. --Pues esa tarjeta es ese algo. --?Como dices? --Se que tengo mucha culpa de ese aburrimiento tuyo, yo soy muy simple, me gusta follar siempre del mismo modo porque me siento comodo y se que el resultado siempre es bueno, ya sabes, cuando algo funciona para que cambiarlo, ?no? Pongo los ojos en blanco, a veces no se que cojones hago con el, en serio. --Se puede follar de muchas maneras, Jorge--digo con los ojos desorbitados. --Ya lo se, nena, quiero decir, Ingrid--se disculpa rapidamente--por eso he contratado esa sesion. --?Has contratado una sesion? ?De que? --Entraremos en una sala con una dominatrix de esas. --!?Que?! --berreo iracunda--?tu te has vuelto loco o que? Yo no voy a hacer ningun trio con nadie. --Que no es eso, Ingrid, no vamos a follar con ella. En la sesion simplemente nos guiara, nos forzara a conocer nuestros limites y nos dara algun que otro azote, nada mas, o eso creo--explica confuso. Vamos, que el muy gilipollas no tiene ni puta idea de lo que es. --Es decir--digo poniendome en pie completamente alucinada por lo que estoy escuchando--que pasas de follarme cada vez que vienes en modo misionero, a querer que una mujer nos pellizque los pezones y te retuerza los huevos mientras nos azota si nos portamos mal, ?es eso? Mi puta vida, si es que no me puedo creer que me este hablando en serio. Jorge ha palidecido en el momento que he hablado de sus preciadas pelotas, esas que nunca quiere que toque porque no se fia de que no le haga dano. --No es eso, mujer, he pedido una sesion de iniciacion, algo suave. Un amigo me hablo de ese sitio, me dijo que puedes aprender a estimularte de muchas formas y que reaviva el sexo en las parejas. --?Hablas de nuestros polvos de mierda con tus amigos? Esto es el colmo. Conociendo como son los hombres, seguro que ahora piensan que la sosa soy yo, cuando aqui, el atontado que tengo delante es incapaz de dejarme meterle mano en el sofa porque piensa que el unico lugar apropiado para el sexo es una cama. --Nosotros podemos reavivar el sexo sin ayuda de nadie, bastaria con que te soltases un poco, que eres mas soso que chupar el palo de un helado. --Intento esforzarme, Ingrid. Pense que te gustaria, pero si te vas a poner asi, lo anulo y problema resuelto. Si hombre, anularlo dice, para una vez que vamos a hacer algo diferente. --No anules nada, iremos a esa sesion y mas vale que te dejes llevar. --Te lo prometo--dice mas relajado. --Y ahora explicame por que has escogido a una mujer. --?Que? Bueno, es lo normal, ?no? --Lo normal, ?por que? Porque tu eres un hombre y pasas de que otro tio te vea la polla, ?no? --Joder, Ingrid, como estas hoy. Lo hice por ti, pense que te sentirias mas comoda si quien nos hacia la sesion era una mujer. Ya, claro, ahora encima se piensa que soy estupida. Aqui el que se va a sentir comodo es el, en fin, no voy a discutir mas. --?Follamos? --pregunta senalando la habitacion. --Si es que eres todo un romantico, si senor--rezongo fulminandolo. Estoy cabreada como una mona y tengo ganas de tirarle algo a la cabeza, pero creo que es mejor un polvo soso que acabe en orgasmo que seguir en esta conversacion de besugos. Cuando Jorge me penetra cierro los ojos y trato de imaginarme que no estamos en esta cama, ni yo debajo con las piernas abiertas y el encima bombeandome de forma mecanica. Intento pensar en algo mas divertido y excitante, pero entonces me agarro con fuerza a sus nalgas porque me apetece que me folle fuerte y sentirlo bien adentro y el se queja de que soy muy bruta y me corta el rollo completamente. --Me vas a clavar las unas, ten cuidado--dice jadeando. --?Cuando es esa sesion? --pregunto dejandome hacer sabiendo que mi orgasmo ya no va a llegar. --Manana, manana por la tarde. ?Te va bien? --Perfecto.

  • El feminismo lo cambia todo de Silvia Claveria

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    El feminismo, por fin, ha conseguido un poco de atencion en la sociedad y en los medios de comunicacion. Nos hacemos preguntas y buscamos respuestas pero, en demasiadas ocasiones, nos encontramos ante falsedades y medias verdades. O incluso ante conceptos indescifrables. ?Mansplaining, manterruption?

  • Beth de Andrea Munoz Majarrez

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    Una novela romantica que te hara viajar a las Tierras Altas en plena epoca victoriana.
    Beth recorrera un largo y dificil camino en busca del amor y la felicidad.

  • Las flechas de Cupido de Grace Marie March

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    Richard vive cada dia mas volcado en su trabajo, solo su hermana le hacia desconectar de la empresa, pero desde que Marie esta recuperandose de un pequeno accidente, en el cual perdio la memoria, no se han podido reunir igual que hacian antes.
    Tessa trabaja en una cafeteria, para poder llevar adelante los gastos diarios y cuidar de sus hermanas, desde que sus padres fallecieron las cosas han ido cada vez peor, pero si algo tiene claro, es que ya sea en buenos o malos momentos, estaran las tres juntas.

  • Todas para una de W. Ama

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    El curso termina, y las mejores amigas Gretta, Celia, Maria, Paula y Blanca se preparan para pasar un verano inolvidable.
    Todas estan muy felices… menos Maria.
    ?Que le pasa? Las chicas trataran de encontrar una solucion y se veran envueltas en una arriesgada aventura. ?Conseguiran su sueno de pasar el verano juntas?

  • Tu piel de azucar de Encarna Magin

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    Varek Farrow y Mady Wilson no lo van a tener facil para salir adelante. El se enfrentara a una acusacion de asesinato; ella, al odio visceral de Rebeca, cuyas intrigas provocaran dolor, no solo a la pareja, sino a las personas que los rodean. Su amor debera superar duras pruebas, provocadas por los enganos y las manipulaciones de los Holden y los Hernandez, que convertiran sus vidas en un infierno tenido de sangre.

  • Dia y noche de Linda O. Johnston

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    La reportera Cara Hamilton acababa de conseguir la historia de su vida. Pero lo que la ponia mas nerviosa era el insoportable… e increiblemente atractivo ayudante del sheriff.

  • Quedate 3 de Lily Perozo , Lina Perozo Altamar

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    Victoria sentira que su mundo se viene abajo, luego de que Brandon le confirmase que la noticia de la prensa era cierta; el dolor y la culpa haran estragos en ella, pues la vida no la habia preparado para lo que estara por venir; sin embargo, tendra que poner todo de su parte para sobrellevar su pena.
    Elisa se vera atrapada en una situacion, de la que no podra escapar. Mientras Daniel, debera transitar por caminos dificiles que, de alguna manera, lo acercaran a aquello que su corazon tanto anhela.
    Gerard Lambert y Clive Rutherford, llegaran para intentar conquistar dos corazones que estan cerrados al amor; tras sufrir grandes perdidas y desilusiones.

  • No soy mi ADN de Manel Esteller

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    ?Puedo heredar las enfermedades de mis padres o abuelos? ?Es posible que mis hijos hereden las mias? ?Hasta que punto una disciplina como la epigenetica puede tener repercusion en la prevencion y tratamiento de enfermedades como el cancer, el Parkinson o el Alzheimer?Y, sobre todo, ?que es la epigenetica?Manel Esteller, todo un referente internacional en el ambito de la epigenetica y un excelente comunicador, responde a estas y a otras muchas preguntas en este esclarecedor libro. Y lo hace de una forma muy ilustrativa. A partir de doce ejemplos basados en casos reales y cotidianos, Esteller expone las claves para entender mejor las bases de esta disciplina cientifica y ofrece un panorama de las infinitas posibilidades que genera su estudio. De este modo, los conceptos teoricos encuentran su aplicacion practica en los consejos para llevar una vida saludable que nos permita, en la medida de lo posible, prevenir el desarrollo de alguna de estas enfermedades.

  • El Cabo Del Mundo de Xabier Quiroga

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    Una gran novela galardonada con el Premio de la Critica en Galicia que rescata uno de los episodios mas siniestros y desconocidos del franquismo.

  • Su ultimo deseo de Joan Didion

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    Un oscuro y enigmatico thriller sobre los complots y conspiraciones de la Guerra Fria de la mano de Joan Didion, una de las narradoras mas lucidas de las letras norteamericanas.

  • Hasta que decidas regresar de Maria Laura Gambero

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    Manuel Rauch era ante todo un hombre distante y serio; un hombre aferrado a sus responsabilidades y a sus obligaciones; un hombre que desde su primer dia de vida fue tratado como el heredero de un imperio y el custodio de una gran fortuna. El accidente de su padre y el divorcio de su esposa Ana, fueron dos hechos que lo marcaron y provocaron en el profundas heridas, tornandolo mas rigido, hermetico e inflexible. Con la sola intencion de exponer las miserias de su familia para cumplir con una vieja venganza, una amenaza emerge desde un pasado que desconoce. En medio de un torbellino que pone en duda todo lo que defiende, Manuel necesitara de todo su temple para enfrentar lo que esta por descubrir sobre los origenes de su linaje y recuperar el amor de Ana sera un pilar fundamental para mantenerse entero y no dejarse doblegar.

  • El valor de una promesa de Susana Oro

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    Ya estaba por nacer. Habian pasado cinco anos desde el dia que sonaron con engendrar un hijo sin que la semilla de Eduardo echara raices en el vientre de Amanda, quien ya no tenia deseos de pensar en biberones y panales. Pero la nina llego sin pedir permiso. Asi, sin mas, se presento un dia llenando a su madre de nauseas y antojos de, frutillas con crema, helado de arandanos, melon con jamon, mayonesa de aves y pollo al curri. El vientre materno era un bombo que retumbaba en el cuerpo delgado de Amanda. ?Por que no la dejaban salir? Pum, pum, pum... Ya estaba harta de estar flotando alli adentro cuando afuera habia vida y un mundo hermoso por conocer. Empujo con la cabeza intentando abrir la puerta. La madre sintio que se partia en dos de dolor, grito y se acuclillo en el suelo esperando que la contraccion pasara. Treinta y siete anos y encima primeriza. No estaba para estos trotes, menos con una nina que no habia dejado de moverse en su vientre. Solo rogaba que no se le arruinara el cuerpo. Eduardo Parker corrio como alma que lleva el diablo para ayudar a su mujer a levantarse. Era un hombre de cabello del color del trigo. Siete anos menor que su esposa, que se hacian evidentes al verlos juntos. El aun tenia el rostro juvenil y un cuerpo de musculos firmes ganado con el rudo trabajo del campo. Esos Ojos, de color gris claro, reflejaban su mirada carinosa y su caracter jovial. Era como si sonriera con los ojos, sobre todo en ese momento, cuando el sueno de tener a su hija en brazos ya casi era una realidad. -Maldito bastardo -dijo Amanda como si odiara a Eduardo. No lo odiaba, pero le molestaban los siete anos menos y el enorme trabajo de seduccion que tuvo que desplegar para lograr que se casara con ella. En ese momento de dolor los resentimientos daban vuelta por su mente y queria cargarlo de culpas, por ser mas joven, por no necesitar tantos arreglos para estar siempre apuesto, por haber luchado tanto para que la aceptara... y encima, por no estar sufriendo lo que ella estaba padeciendo. Despues de todo, por culpa de su semilla sentia que se moria. Tampoco recordaba la felicidad de Eduardo y los preparativos que habian compartido durante los nueve meses de gestacion. En realidad habian sido ocho meses y medio, porque la nina inquieta que llevaba en el vientre decidio salir antes de la fecha prevista. -Si, querida, tienes razon -dijo Eduardo intentando apaciguarla mientras la tomaba en brazos-. Mejor vamos a la clinica, que ya hable con Alfredo para decirle que empezaron las contracciones -aclaro, se cargo el bolso que habia dejado sobre el sillon y salio con Amanda en brazos. El capataz abrio con prontitud la puerta de la camioneta mientras le quitaba el bolso a Eduardo para dejarlo en la cabina. La nina eligio ese momento para dar otro empujon. ?Que pasaba que no le abrian la puerta? Ella queria salir, mirar el mundo y sonreirle a la vida. Empujo nuevamente con la cabeza, y Amanda se retorcio. -Ya viene, ya viene, maldicion. Ya viene. Hijo de puta. Te odio por lo que me has hecho - grito Amanda a Eduardo, que corrio a sentarse frente al volante y sin responderle a su esposa salio levantando polvo con los neumaticos. Tomo el movil y llamo a Alfredo, el medico y amigo de la familia. -Estamos en camino, Alfredo. Las contracciones son una tras otra -explico Eduardo. -Bien -dijo Alfredo, tapo el aparato y lanzo un grito que debio escucharse en toda la pequena clinica-. !Ya vienen! !Avisen a todo el pueblo que la nina Parker ya llega! Pueblo chico, penso Eduardo, nego con la cabeza y no pudo evitar la sonrisa. En cinco minutos ellos estarian alli, y tambien todos los vecinos. Nubes oscuras corrian carrera en el cielo. El sol habia desaparecido cuando Eduardo estaciono en la puerta de la clinica. Se bajo y alzo a Amanda, que grito y se retorcio cuando otra contraccion le hizo ver las estrellas. En ese momento un rayo rasgo el cielo y el trueno silencio el alarido de la mujer. La lluvia no espero que ingresaran, sino que decidio caer sobre ellos. Amanda quedo empapada y con el cabello peinado de peluqueria pegado al rostro. Apreto los dientes, y Eduardo no supo si era por las contracciones o por haber perdido el peinado, ya que su esposa era una mujer que solo se preocupaba cuando perdia su impecable apariencia. -Solo unos minutos mas y tendremos a nuestra pequena -dijo Eduardo para tranquilizarla. -Deberia ser solo mia, ya que tu no has pasado por esto. Malditos hombres que se atribuyen nuestro mismo derecho y no hacen nada -dijo Amanda furiosa mientras otro empuje le quitaba las ganas de seguir insultando a Eduardo. Eduardo prefirio no decirle que llevaba ocho meses consintiendo cada uno de sus caprichos y aguantando cada una de sus estupideces cuando hablaba de lo bella que seria la nina. Pero en momentos como ese, en el que recibia todo su veneno, todo el pasado volvia a su mente. Se habia casado con Amanda sin estar enamorado. El habia dejado de creer en el amor, era un sentimiento danino, y despues de que ella insistiera hasta el hartazgo, decidio que lo mejor era tener una esposa que no amara para evitar las decepciones. Ella tampoco lo amaba, solo se habia encaprichado porque era atractivo y lo consideraba una especie de trofeo. Era una cabeza hueca, siempre lo habia sido, y desde que habia quedado embarazada no hablaba de otra cosa que de la belleza que tendria su hija teniendo dos padres tan hermosos. Dejo de recordar las banalidades de Amanda. En unos minutos la nina de sus suenos los llenaria de alegrias y Amanda, cuando la tuviera en brazos, tal vez, se decidiera a dejar de lado las frivolidades. -Que mal dia para nacer -dijo una anciana asomada al ventanal de la sala de espera que daba a la calle. -Cuantas lagrimas va a derramar esa nina -dijo otra senalando el diluvio que se habia desatado cuando Eduardo saco a Amanda de la camioneta. -?Se fijaron que a Eduardo se le cruzo un gato negro? -pregunto otra dejando ver su cara de asombro. -Si, si, y para colmo Eduardo paso bajo una escalera -aclaro otra, y las cuatro se santiguaron para que las desgracias no las alcanzara a ellas. Eduardo avanzo por el pasillo cargando a su bella esposa, que se retorcia de dolor en sus brazos. -Ya pasa querida, ya veras que en un suspiro nuestra adorada nina habra llegado -Trato de calmarla mientras empujaba la puerta batiente de la sala de guardia. -!Suspiro!, ya te quisiera ver a ti dando ese suspiro. Maldito hombre, todo esto es por tu lujuria. Te odio, te odio..., nunca mas me vas a tocar. Me oyes. !Ay Dios...! !Ay mi madre querida, porque no me dijiste que era tan dificil esto! Si lo hubiera sabido no me habria casado. Eduardo arqueo las cejas, lo habia perseguido hasta volverlo loco para que se casara con ella, y ahora lo culpaba, penso pero no emitio palabra. Unos cuantos pasos mas y pudo recostar a su mujer sobre una camilla para dejarla en las habiles manos de una enfermera. Por la frente de Amanda se derramaban gotas de sudor y de sus ojos brotaban gruesas lagrimas, tan gruesas como las gotas de lluvia que salpicaban el cristal de la ventana. Ese cabello color zanahoria con bucles siempre ordenados estaba pegado a su rostro, y sus impactantes ojos almendrados de un hermoso color tostado se veian desencajados de furia y dolor. Eduardo nunca habia visto a Amanda en ese estado desalinado y enfurecido, ni siquiera cuando se levantaba con sus cabellos revueltos y los ojos hinchados despues de una mala noche. Ella, la mujer mas arreglada del pueblo parecia una arpia en ese momento. -!Te desprecio, te odio me oyes! !Te quiero fuera de mi cama! !Nunca te ame! ?Has entendido? -grito Amanda. Y el lo sabia de sobra, pero hacia lo imposible para que el matrimonio funcionara. -Todas dicen lo mismo Eduardo, es mejor hacer oido sordo a sus palabras -comento la enfermera mientras preparaba a Amanda para la llegada del medico, que habia salido a tomar un refrigerio antes de atender el parto de la mujer de su amigo. Ella estaba en pleno trabajo previo y siendo primeriza Alfredo estaba seguro de que tendrian una buena cantidad de horas de espera hasta que naciera la nina. Por recomendacion de la enfermera, Eduardo se dirigio a la sala de espera. Amanda estaba atendida por la gente de la clinica y dos amigas, que le secaban el sudor de la frente y la ayudaban a respirar cuando la atacaba otra nueva contraccion. Eduardo hubiera querido correr a todos para ser el quien la atendiera y calmara, pero su mujer habia preferido echarlo, y no pensaba contradecirla. La mitad de los pueblerinos estaban congregados en la sala de espera. Muchas mujeres y pocos hombres. Las mujeres tenian esa curiosidad innata que las hacia estar presente en cada acontecimiento importante como nacimientos, casamientos y velorios. En un rincon, Eduardo diviso a ese hombre que queria como a un padre. Eran vecinos y habia sido el mejor amigo de su padre. Sonrio, pero al instante se le borro el gesto y fruncio el entrecejo al ver que Quino estaba acompanado de su terrible nieto Alan, el hijo de Marian, penso con una mezcla de dolor y resentimiento. El demonio habia seguido a su abuelo, se dijo Eduardo y apreto los punos. Ese chico era lo mas salvaje que habia visto en su vida, y solo tenia siete anos. Tenia sus motivos. Todos sabian que sus padres se habian peleado tres anos por pasarle la tenencia al otro y el pobre habia quedado lleno de resentimientos, que descargaba en sus abuelos y en los vecinos del pueblo. A Eduardo recordar a la madre del nino le producia nostalgia. Pero la aparto, Marian no merecia su nostalgia, ademas el era un hombre casado y en pocos minutos seria un padre entregado a su hija. Amanda empezo a gritar como si la estuvieran matando. Eduardo camino nervioso por la sala de espera, ida y vuelta, ida y vuelta, ida y vuelta... Deberia ser el quien estuviera con su mujer, se repitio y apreto los punos al recordar que lo habian echado como si fuera un extrano. !Era el padre de la nina, maldicion!, se dijo y respiro profundo varias veces para calmarse. Pocos minutos despues Alfredo ingreso corriendo a la sala de parto, y luego de unos cuantos gritos e insultos mas de su esposa el silencio se apodero del lugar, que fue roto por un alarido desgarrador seguido del llanto lastimero de Amanda. Eduardo temblo. Su hija, su querida hija no habia llorado, penso y sintio que le faltaba el aire. Miro a sus vecinos tratando de encontrar una respuesta, pero todos estaban mudos y observaban la puerta batiente por donde Alfredo deberia salir a dar la mala noticia, pero nadie aparecia, ni Alfredo ni las enfermeras. En un rincon, junto a una maceta de plantas de hojas verdes, Alan sonreia burlon al observar las caras de susto de la gente que habia venido a conocer la nina. El habia seguido a su abuelo escabullendose entre los matorrales y los troncos de los arboles, desoyendo los consejos de la abuela para que se quedara con ella. Alan sabia que una vez que su abuelo lo viera en la clinica no lo echaria. Si todos iban a estar en el nacimiento de la nina de Eduardo, ?por que el no?, despues de todo tenia el mismo derecho que los otros de estar alli. Inclusive, podria darle un pequeno pellizco a la nina para que fuera aprendiendo de chiquita a no meterse con el, penso sin dejar de lado esa sonrisa burlona. Su abuelo lo zarandeo para que guardara la compostura. Alan fruncio el ceno, lo insulto y le dio una patada en la pierna para dejarle en claro que nadie podia retarlo. Quino perdio el equilibrio por unos instantes y contuvo las ganas de reprender a su nieto. Solo siete anos de edad y nadie se atrevia a contradecirlo, retarlo y mucho menos enderezarlo, ni hablar de educarlo. Su nieto era un salvaje y asi seguiria porque tanto Quino como su mujer Rosario habian desistido en sus intentos por civilizarlo. Que se las arreglara como pudiera, esa habia sido la ultima decision que habian tomado despues de sus miles de intentos por encausarlo. Un murmullo indescifrable se apodero de la sala, y Eduardo escuchaba desesperado los comentarios. "Debe estar muerta", "No, no, quiza tiene algun problema genetico", "Es primeriza y esta mas cerca de los cuarenta que de los treinta, a lo mejor la nina ha nacido con algun problema mental", "Callate, Lola, que algunas mujeres han tenido hijos sanos inclusive a los cincuenta". Quino Martin, que aun estaba dolorido por la patada que le acababa de dar su terrible nieto, se acerco rengueando a su amigo Eduardo y le palmeo el hombro. Tantos anos de amistad le permitian saber la angustia que estaba sufriendo en ese momento de incertidumbre, ya que nadie salia a informarles lo que estaba pasando en la sala de partos. Pero no dijo nada. ?Que le podia decir? Solo se quedo a su lado haciendole compania mientras aguardaban que alguna enfermera o Alfredo salieran a dar la noticia, que no debia ser muy alentadora. Las gotas de lluvia seguian golpeando contra el vidrio y los comentarios de la gente se desviaron por otros derroteros. Algunos decian que la lluvia presagiaba malos augurios para la nina Parker. Otros, que la naturaleza estaba dando cuenta de las lagrimas que derramaria en el futuro, o que cuanto mas diluviara mas lloraria la nina en su adultez; si es que estaba con vida. Alan escuchaba asombrado la cantidad de cosas que le iban a pasar a la hija de Eduardo, y decidio aprovechar el alboroto para meterse en esa habitacion donde estaba viva o muerta la nina de los Parker. Paradito con sus piernas desnudas chorreadas de barro y la remera blanca estirada de tanto acampanarla con las manos, Alan se ajusto el lazo que le sujetaba el pantalon corto para que no se le cayera, y camino como un adulto hasta el borde de la camilla. Vio a Amanda tumbada con la cara enterrada en la almohada llorando a mares, y al medico de bata celeste acunar a un bebe tapado por una mantilla suave como el algodon. -Dejame verla -exigio Alan al medico. Hablo fuerte y con la cabeza bien levantada para que se enterara de que el estaba alli-. ?Esta muerta o es tonta? -?Y tu que haces aca si nadie te invito a entrar? -dijo ofuscado Alfredo al ver al travieso nieto de Quino metido en la sala de parto. -Y a mi que me importa si me invitan o no. Yo entro -dijo con arrogancia mientras le daba una patada en las espinillas para que se torciera y le dejara ver a la nina muerta. El medico, que hacia de obstetra si era necesario, se inclino de dolor y Alan pudo echarle una buena mirada al bebe, que le sonreia con una enorme boca y lo miraba con unos ojos mas grandes que toda la cara. Tenia unos pelos tan parados que se parecia al espantapajaros que el habia fabricado para que los pajaros no se comieran el maiz que sembraba su abuelo. -!Puaj!, si que eres fea y no estas nada muerta como dicen afuera. Nunca, nunca vi a alguien tan feo. ?De que te ries, nina tonta?, acaso no te han puesto frente al espejo. Al ver que la nina hacia un puchero por sus palabras, Alan Martin, por primera vez en su corta vida sintio que lo invadia una extrana sensacion de tristeza, y un feo nudo de angustia le cerro la garganta. Nunca se emocionaba por nada y tampoco lloraba, penso cuando descubrio que unas lagrimas amenazaban con escapar de sus ojos. Parpadeo varias veces para contenerlas, y se indigno por su debilidad. El era el nino mas atrevido y travieso del pueblo, el que hacia lo que queria, el que nadie contradecia. ?Por que tenia que sentir ardor en los ojos por una nina horrible que estaba a punto de llorar?, si el solo estaba diciendo la verdad. Ella era tan fea que su madre lloraba desconsolada al ver la cara horrible de la hija que habia tenido. Pero, a pesar de su indignacion, intento consolarla. -No llores nina tonta, que supongo que vas a llorar muchisimo cuando seas grande y nadie quiera casarse contigo por ser tan fea. La impertinencia del nino al meterse en la sala de partos sin que nadie lo invitara, rompio la incertidumbre y elucubraciones de los vecinos. Eduardo habia ingresado despues del nino, seguido de las mujeres y hombres que estaban aguardando el feliz acontecimiento. Tras el nino, Eduardo Parker dejaba salir el aire que se le habia estancado en la garganta al no escuchar el llanto de su hija, y una sonrisa le curvo los labios. El nieto de Quino no estaba halagando a su nina, por el contrario, pero que importaba si lo primordial era que su hija estaba viva. Quino Martin, por su parte, observaba desconcertado a su nieto, que por primera vez mostraba una pequena debilidad frente a alguien. Su nieto era frio como un tempano de hielo desde que su madre lo habia abandonado, y esa actitud del nino lo emociono. Para sorpresa de Alan, la nina risuena dejo escapar una lagrima por su mejilla arrugada y el ya no pudo aguantar mas la angustia al verla llorar. Nunca le habia pasado algo asi y, a pesar de la furia que sentia por ese nudo que tenia en la garganta y no lo dejaban respirar, se sento en el piso y pidio al medico que le dejara sostenerla. Ante el gesto afirmativo de Eduardo, el medico le entrego a la pequena. Alli la acuno contra su pecho sin darse cuenta que su abuelo, el padre de la nina y la mitad del pueblo que habia ido a conocerla lo miraban desconcertados. Nadie se atrevio a hablar, solo observaban sin comprender la relacion entre el nino y la recien nacida. -Ya basta de ser llorica. Eso te hace mas fea todavia de lo que ya eres. Deja de llorar que nadie te va a querer... -Asombrosamente la nina no lloraba a gritos como cualquier bebe, sino que dejaba escapar unas gruesas lagrimas de los ojos, como si no se pudiera contener. Alan vio que la pobre y fea nina intento sonreir a pesar de su silencioso llanto, y eso lo golpeo como si sus siete anos de travesuras, de hacer llorar a las maestras y de golpear a los mas debiles de la escuela, hubieran desaparecido de su vida. Ese bebe que le sonreia para congraciarse con el lo habia transformado en un nino debil. A pesar de su enojo, por lo que ella conseguia de el, no pudo evitar consolarla como le parecio mejor-. Mira, para que no llores mas, te digo, que si cuando te hagas grande no hay nadie que se quiera casar contigo, que seguro no va a haber nadie ya que eres tan fea que no se te puede ni mirar, yo voy a casarme contigo. ?Esta claro?, ?asi vas a dejar de llorar? -La nina lo miro, le sonrio de oreja a oreja y con su manito pequena se apodero del dedo pulgar de Alan sellando la promesa que el le acababa de hacer. Eduardo estaba tan emocionado al saber que su pequena hija estaba viva y aparentemente sana, que no presto demasiada atencion a lo que habia pasado entre Alan y la nina. Se agacho junto al nino y sonrio al ver a su pobre hija con los pelos parados como un puercoespin, sonriendole como si lo reconociera. Tenia los ojos y la boca demasiado grandes para ser una recien nacida, y estaba tan arrugada que parecia una anciana en sus ultimos momentos de vida, no un bebe recien venido al mundo. Pero a Eduardo esa sonrisa cautivadora lo hizo sentir el padre mas orgulloso del mundo, y sin sacarsela a Alan le pregunto. -Puedo cargar a mi hija. -Y bueno, pero no la vayas a tirar al piso y la vayas a dejar peor de lo que ya es. Si hasta parece un espantapajaros. Ella si que mantendria el maiz de mi abuelo sano hasta la cosecha - dijo Alan levantandose del piso cuando Eduardo le saco la nina de los brazos. Todo sucedio demasiado rapido. Amanda se precipito de la camilla para intentar arrebatarle la nina a Eduardo, mientras le explicaba que esa no era su hija. Insulto, pataleo y grito delante de los pueblerinos que le habian cambiado la nina, que alguien tan poco agraciada no podia ser su hija, y que la alejaran de su vista porque no podia mirarla. Las exclamaciones de los vecinos evitaron que los presentes vieran el gesto de dolor e indignacion de Eduardo ante las palabras de su mujer. Tampoco escucharon sus palabras: "Como puedes ser tan despreciable. Te prefiero lejos de nuestras vidas antes de que mi hija sufra las consecuencias de la frivolidad de su madre. No mereces ser madre de esta nina". Amanda cayo al suelo, la bata cubierta de sangre, pero lo que mas asusto a todos era el odio con que miraba a la nina.

  • El Bosque de los Pigmeos (Memorias del Aguila y del Jaguar 3) de Isabel Allende

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    Con El Bosque de los Pigmeos, Isabel Allende cierra la trilogia <>.

  • Irresistible 5 de Robyn Hill

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    Un sensacion de peligro inminente flotaba en la atmosfera de la prision. Morgan y sus secuaces me lanzaban miradas de acero cada vez que aparecia por el pabellon de reclusos. Deseaban vengarse de la paliza sufrida en las duchas, por eso debia permanecer en alerta todo el tiempo. Era evidente que mi vida corria grave peligro, pero ?me hubiera comportado de distinta forma de saber que trataba con el mafioso de la carcel? La respuesta a todas luces era no. Mi actitud podia considerarse como irresponsable, sin embargo, creo que es el deber de cada uno a contribuir para que el mundo sea mejor. ?Hubiera sido capaz de mirar a los ojos a la mujer de mi vida si llego a actuar como un cobarde? Con toda probabilidad, no. El amor de Amanda me dejaba ser fiel a mi mismo, autentico por los cuatro costados. Y entre rejas el tener la certeza de que ella estaria orgulloso de mi, era como un soplo de aire fresco dentro del arido entorno de la carcel. Recorde lo mucho que la extrane aquellos dias que viaje a Nueva York, sufriendo un anhelo constante por volverla a ver, pero en la prision el sentimiento resultaba mas agudo. A esa terrible y profunda nostalgia por Amanda se le sumaba la melancolia, la frustracion y una sensacion de vacio. En otras palabras, me sentia desesperado porque entre ella y yo se levantaba un bloque de hormigon impidiendo estrecharla entre mis brazos. ?Existe mayor castigo que el privarte de la mujer de las que estas perdidamente enamorado? Estaba tumbado en mi camastro cuando se acerco Ferguson andando con parsimonia, como si se encontrara en el jardin de su casa. --Cassel, en pie --dijo con un gesto de la mano--. Vamonos a dar un paseo. --?Que ocurre? --pregunte con el ceno fruncido mientras me colocaba de pie. Mi reunion con Brian habia sido esa misma manana y, por desgracia, no era domingo, asi que no contaba con ninguna visita. --Se te dira en su momento --dijo Ferguson esposandome. Cualquier novedad que me distrajera de la rutina era mas que bienvenida. En la carcel el tiempo transcurria mucho mas lento, y lo peor era que ese ritmo monotono te afectaba al cuerpo y a la mente. Ferguson y yo caminos a traves de los pasillos largos y austeros del modulo de prisioneros. A veces me gustaba aguzar el oido para escuchar los sonidos de la carcel. Para mi sorpresa, emisoras de todo el mundo reverberaban por las paredes. Resultaba ironico que un mundo tan tecnologico, la radio continuara siendo un instrumento tan utilizado. --?Como estas, bien? --pregunto Ferguson mientras saliamos del modulo de reclusos. Aun desconocia el proposito de mi improvisado paseo. Me encogi de hombros. ?Que se suponia debia contestar? Estaba en la carcel, jodido. Ferguson sonrio de una forma paternal. No pude evitar sentir una corriente de simpatia hacia el, a pesar de que jamas daria su vida por defenderme de Morgan. Lo comprendia. No le pagaban para arriesgarse. --?Adonde vamos? --pregunte. --El alcaide quiere verte --respondio alzando las cejas, como si hablase del presidente de los Estados Unidos. --?A mi? ?Para que? --Ya lo veras, Cassel. No seas impaciente --dijo con el rostro serio. Despues de pasar por un sendero de piedra bajo un cielo encapotado, cruzamos el umbral de una puerta. Al entrar me sorprendio ver a una mujer detras de un escritorio. Dentro de una carcel de hombres parece logico esperarse a hombres en todos los puestos de trabajo, pero estaba equivocado. --Hola, Susan --dijo Ferguson--. Nos esta esperando. La tal Susan asintio con la cabeza y ambos entramos en el despacho del alcaide. Lo primero que vi fue la espalda de un hombre que pintaba sobre un lienzo. En una mano sostenia el pincel y en la otra, la paleta con un surtido de colores. Llevaba puesto un mono blanco lleno de manchas de varios colores, sin duda, se trataba de un pasatiempo al que dedicaba muchas horas. --Sr. Orison... --dijo Ferguson. El alcaide se tomo la tranquilidad para soltar la ultima pincelada antes de girarse hacia nosotros. Me fije en el cuadro: una playa paradisiaca de arena blanca y mar de color turquesa. Supuse que su trabajo le ocasionaria una multitud de horas muertas que debia rellenar de alguna manera. --Oh, Eric, buenos dias --dijo el Sr. Orison sonriendo--. Tome asiento, por favor. Se trataba de un hombre que rondaba los sesenta anos, de aspecto afable, con la espalda ligeramente encorvada y una mirada astuta. Me fije en su anillo de casado. Algo en el me recordaba a un sacerdote o un medico. Con un gesto de la cabeza ordeno a Ferguson que me quitara las esposas. El Sr. Orison me examino de arriba a abajo, seguramente calibrando que tipo de preso era. Tome asiento mientras me acariciaba mis doloridas munecas. ?Que querra este hombre de mi?, me pregunte. --Me encanta pintar, me relaja --dijo al fin. Guarde silencio,y el Sr. Orison, al no obtener respuesta a su comentario, continuo pintando con pequenas pinceladas aqui y alla. A veces sacaba la la lengua, como si estuviera afinando su talento. Mire a Ferguson, desconcertado, pero mantenia una expresion imperturbable. --Fue muy valiente por su parte ayudar a ese pobre portugues. No hay muchos presos que se presten a socorrer a los demas. Le felicito --dijo concentrado en el lienzo. --Gracias --dije laconicamente. --Es usted diferente al resto. De vez en cuando aparece alguien que rompe el estereotipo del preso. Sin duda, ahora ese privilegio recae sobre sus hombros --dijo mientras se agachaba y entornaba los ojos con la mano en el pincel--. Usted no pertenece a este sitio. --?Me va a ayudar a salir de aqui? Soy inocente. El Sr. Orison dejo de pintar y esbozo una gran sonrisa mientras me miraba. --Me temo, hijo, que es algo que esta fuera de mi control. Yo solo gobierno esta institucion. --?Para que me ha llamado? --pregunte, cansado de sus enigmaticos comentarios. --Le he llamado porque se encuentra en una posicion complicada. Usted y yo sabemos de que se trata --dijo refiriendose a la mas que probable represalia de Morgan y sus secuaces--. ?Sabe? Quiero ayudarle... Le voy a transferir a otro modulo mucho mas sosegado, con presos de absoluta confianza... E incluso con un gimnasio a su disposicion si lo necesita. Una cierta desconfianza empezo a invadirme. No comprendia el por que de esa generosidad tan repentina. Si a todos los presos se les tratase asi al involucrarse en peleas, sin duda que se amanarian unas cuantas con el fin de ser trasladados. --?A cambio de que? --dije cruzandome de brazos. El Sr. Orison solto una pequena risita. --Ya veo que es inteligente --dijo mientras firmaba la obra en una esquina del lienzo--. Eso me gusta. El alcaide dio un paso hacia atras y examino su cuadro. Asintio con la cabeza, satisfecho. --Firme una declaracion en la que cuente como Morgan agredia a Varejao. Estoy deseando que disfrute de una larga temporada en nuestra celda de castigo pero, por desgracia, no puedo mandarlo a mi antojo. Necesito un testigo de cargo, y ahi es donde entra usted --dijo despojandose de su bata. A continuacion se abotono los punos de la camisa mientras Ferguson le sujetaba la chaqueta del traje. La oferta del alcaide era tentadora, sin embargo, contenia una trampa. Me convertia en un soplon de por vida y eso era algo que trascenderia de la prision. Aliarme con el Sr. Orison suponia ser amenazado de por vida. Mi respuesta estaba clara. --No cuente conmigo --dije apretando las mandibulas, y lamentando que mi decision acabaria tambien por enemistarme con el. --?Estas seguro de lo que haces, idiota? --pregunto Ferguson. El alcaide le lanzo una mirada de reproche por hablar sin permiso. Ferguson bajo la mirada y se sonrojo. --No le haga caso, Eric --dijo colocandose la chaqueta y tomando asiento a su escritorio. --Mi decision es firme. Tendra que buscar a otro que le ayude -- dije mirandole fijamente. --No me gusta insistir, se lo advierto --dijo entrelazando las manos sobre la mesa--. Pienselo bien. Valore lo que esta en juego. --Le he dicho que no. Se creo un silencio incomodo. --Muy bien --dijo y con un gesto de desprecio con la mano dio por finalizada la reunion. Ferguson me ordeno que me pusiera de pie y me esposo de nuevo. Lance una ultima mirada al alcaide, que tecleaba un numero en el telefono fijo con el auricular en la mano. Mientras me dirigia a la salida escoltado por Ferguson, escuche su ultimo comentario. --Lo lamentara. *** Al regresar al pabellon, me tumbe de nuevo en mi camastro. No dejaba de pensar en la propuesta del alcaide y en la sensacion de que me encontraba solo frente al peligro. Ni siquiera las autoridades serian capaces de echarme una mano. Dentro de la carcel existia otra ley, la ley de los presos. Si humillabas alguien, su unica manera de restituir el honor mancillado pasaba por asesinar. De nada me servia una cuenta corriente abultada para comprar proteccion. A la hora de la verdad, cuando mi vida estaba en juego, el dinero quedaba relegado a un segundo plano. A lo lejos observe como Morgan se aproximaba a mi litera. Mi cuerpo se puso en maxima tension. Me quise fijar en sus manos por si portaba un arma, pero las mantenia ocultas tras la espalda. Me costaba determinar su edad, aunque deduje que oscilaria entre los veinte y los veinticinco anos. Era mas alto que yo, unos diez centimetros; y su cuello estaba adornado por un tatuaje en forma de anillas entrelazadas. Enseguida palpe en el ambiente la tension de lo que se avecinaba. Los demas presos me miraban con descaro, esperando el momento cumbre entre Morgan y yo. De reojo, observe que un par de guardas se encontraban dentro del pabellon. ?Se atreveria Morgan a agredirme en frente de ellos? Si retrocedia o mostraba senales de debilidad, podia considerarme muerto, pues me convertia en una presa demasiado facil para todos. Confieso que senti preocupacion al observar al corpulento Morgan acercarse hasta mi, pero me obligue a aparentar una calma arrogante, como si fuera un hombre endurecido por la estancia en prision. Fingi que leia mensajes del movil barato proporcionado por Ferguson, aunque estaba en permanente vigilancia de Morgan. A menos de cinco metros, aprete el puno derecho. Ya estaba a punto de pasar a mi lado. El corazon me latia a mil por hora. Morgan se detuvo a mi altura y lentamente se agacho. Su mirada destilaba un brillo de locura que lo hacia aun mas peligroso. --Tu y yo aun tenemos una conversacion pendiente... Antes de que me pudiera dar cuenta, uno de los secuaces que se habia acercado por el otro lado de la litera, me arrebato el telefono de la mano. Inmediatamente se lo lanzo a su jefe. A continuacion, dejo caer el telefono al suelo y de una simple patada lo chafo como si fuera una colilla. Me fastidio perder la comunicacion directa con Amanda, pero continue con mi estrategia de mostrarme por encima de todo, sosegado. --!Eh, Morgan! !Vuelve a tu sitio! --exclamo unos de los guardas desde la puerta. Morgan le lanzo una mirada de desprecio acompanado de un grunido. --Veremos si la proxima vez tienes tanta suerte --dijo mostrando una dentadura blanca e inmaculada--. Estaremos tu y yo, a solas. --Cuando quieras, viejo amigo --dije mostrandome impasible, aunque sentia el estomago oprimido--. Si quieres concertamos una cita. Morgan se alejo con la mirada enganchada en la mia. Su compinche solto una carcajada aguda, como de hiena.

  • Yo no vengo a decir un discurso de Gabriel Garcia Marquez

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    ?Que hago yo encaramado en esta percha de honor, yo que siempre he considerado los discursos como el mas terrorifico de los compromisos humanos? G. G. M. Los textos que Gabriel Garcia Marquez ha reunido en este libro fueron escritos con la intencion de ser leidos por el mismo en publico, ante una audiencia, y recorren practicamente toda su vida, desde el primero, que escribe a los diecisiete anos para despedir a sus companeros del curso superior en Zipaquira, hasta el que lee ante las Academias de la Lengua y los reyes de Espana al cumplir ochenta anos. Estos discursos del premio Nobel nos ayudan a comprender mas profundamente su vida y nos desvelan sus obsesiones fundamentales como escritor y ciudadano: su fervorosa vocacion por la literatura, la pasion por el periodismo, su inquietud ante el desastre ecologico que se avecina, su propuesta de simplificar la gramatica, los problemas de su tierra colombiana o el recuerdo emocionado de amigos escritores como Julio Cortazar o Alvaro Mutis, entre otros muchos. El lector tiene entre sus manos el complemento indispensable a una obra narrativa que nos seguira hablando en un largo porvenir.

  • La promesa del Sucesor (La Ley del Milenio 3) de Trudi Canavan

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    La autora de las <> nos brinda una nueva historia llena de magia, aventuras y emocion en la ansiada tercera entrega de su aclamada saga <>.

  • Una dulce madrilena de Samuele Beni Abram

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    Una historia de amor intensa que pocas parejas pueden decir haberla vivido.Samuel, un italiano de 45 anos, un seductor nato, encuentra a Martina, una madrilena de 20 anos que ha llegado hace poco a Barcelona.Un destino que hara que luchen entre el corazon y la razon. Un amor pasional y perturbador, en el que el sexo y el erotismo se viven mas alla de los limites en una aventura unica y emocionante.En un Swinger en Barcelona - Dos chicos en Formentera - El lesbico con la holandesa y con su amiga intima - El travesti Armandino - Dos masajistas africanos en Cabo Verde - El castillo a Montenegro - El hidromasaje en Paris - Una fiesta privada - Un convento en Roma - Un desconocido...Y otros lugares y otra gente y otras aventuras de amor, de sexo, de erotismo que vale la pena leer. Porque el amor, el de verdad, no es el encuentro de dos cuerpos que banalmente se unen, sino de dos almas nacidas para estar juntas que van por el mundo buscandose para poder amarse. Y ninguna de las dos podra ser feliz sin el alma que le corresponde.

  • Las mariposas de tu luna de Roma Garcia

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    <>. Dafne admiraba la luna como cada noche cuando, de repente, una colonia de mariposas entro por la ventana de su habitacion. Todo cambio aquel dia, pues a partir de ese momento, tendria una mision: salvar a Lilian, Gerpelin y Lucinda, su madre, de las garras del dios de la luna. Para ello, contara con la ayuda de Marlfield, un chico totalmente desconocido, que le hara cambiar la percepcion de su mundo y la acompanara en tal complejo cometido. Nada sera lo que parece y todo lo que aparentemente es facil, sera todo lo contrario. ?Podran salvar a las chicas de la luna? ?Derrotaran a Kavenski, su dios? ?Moriran en el intento? ?Terminara sintiendo por Marlfield algo mas que una amistad?

  • Lady Zoella (Mujeres Poderosas 1) de Elizabeth Betancourt

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    Es el ano 1625, Reino de Inglaterra. Muchos cambios politicos y decisivos para el reino estan ocurriendo, la guerra anglo-espanola esta en auge. Sin embargo, nada de esto les interesa a los duques de Buckingham que acaban de perder a su tesoro mas preciado.
    Zoella Etherington ha desaparecido. Toda la ciudad esta en un estado de trauma, la futura duquesa tiene tan solo cinco anos. Nadie se imagina que la pequena mientras jugaba se ha subido a un barco de piratas y que estara en ese barco hasta sus dieciocho anos, convirtiendose en una pirata temible, la reina de los mares.
    Amos Hamilton esta desesperado porque desde que ha comenzado la epoca de presentacion en sociedad no se quita de encima ni con agua hirviendo a Zoella, una salvaje pirata que habia resultado ser duquesa. No la podia aguantar porque habia matado a toda su tripulacion hundiendo su barco cuando viajaba a Espana. Ella no se acordaba, pero el si recordaba sus ojos verdes de serpiente. Una noche el duque se quedo espantado al ver que la loca le habia raptado en su barco “Furia del Mar”. ?Podria escaparse o su corazon se hechizaria con esa peligrosa mujer que en el fondo tenia un corazon tan grande como el mismisimo Reino de Inglaterra?

  • No puedo fiarme de ti de Sophie Saint Rose

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    La necesidad y la desesperacion llevaron a Jeanine Patterson a Dobbs Hill, pero sabia que no hacia lo correcto al buscar a esa parte de la familia para pedir ayuda. Su madre se lo habia advertido claramente.
    Todo lo que veia a su alrededor era tan idilico... Pero Greyson no la queria alli y no dudaba en dejarselo claro cada vez que tenia oportunidad.

  • Locos, ricos y asiaticos de Kevin Kwan

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    Divertidisima, adictiva y rebosante de opulencia, esta novela es una mirada indiscreta y bastante loca al mundo de los superricos asiaticos.

  • Alto! ese novio es mio de Vanessa Lorrenz

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    ?Quien dice que el amor todo lo puede? Pues dejenme decirles algo, eso es una total y completa mentira, porque lo digo, !porque lo se!, en menos de lo que pensaba conoci el verdadero amor, ese que te lleva a las estrellas y te vuelve a bajar, ese amor del que hablan todas las canciones de amor. Ese en el que los poetas ponen sus bases para sus creaciones. Si alguien le hubiera dicho a Jeime que el amor la destruiria, se habria reido en la cara de esa persona. Ella vivio siempre rodeada de amor, sus padres eran un matrimonio estable al igual que sus abuelos y sus tios, todo era amor a su alrededor, por eso cuando termino sus estudios monto una pequena empresa de planner wedding o lo que es lo mismo una planificadora de bodas. Pero no crean que es sencillo, porque estar detras de la novia, las veinticuatro horas del dia, escogiendo vajilla, adornos, el vestido, es mas de lo que cualquiera podia aguantar. Por eso ahora estaba tratando de calmar los nervios de una novia histerica, sin que lo lograra. --Jeime dime que todo esta bien, llegaron mis tulipanes holandeses, dimelo, porque si no me muero. Ella suspiro cansada, esas nuevas ricas que creen que todo es muy importante, que si las flores, que la verdad es que ella las consiguio en nada de tiempo, pero bueno una planificadora de bodas, es la perfecta dama de honor detras de la dama de honor oficial, asi que le tocaba aguantar todos esos numeritos, mientras las verdaderas damas de honor se ligaban a los padrinos del novio. --Si Caroline llegaron todas las flores, la tarta es del disenador que querias, con el estrambotico sabor que elegiste, el servicio de catering es el que me pediste, todo esta tal como ordenaste--la tomo de los hombros para que enfocara su mirada en ella y dejara de morderse las unas--Es tu gran dia Caroline, disfruta del momento, tienes a un hombre grandioso que te esta esperando en el altar, asi que no lo hagas esperar. Esperaba que la sonrisa resplandeciente que tenia en el rostro calmara un poco los nervios de la novia, pero lamentablemente no fue asi, cuando ella vio que las lagrimas comenzaban a brillar en los ojos de Caroline, sintio que lo peor se avecinaba. -- ?Crees que estoy haciendo lo correcto? !He! Por dios esa mujer estaba loca, tenia un hombre guapo que la estaba esperando en el altar, para unir su vida en sagrado matrimonio, y ella solo se preguntaba si estaria haciendo lo correcto, pero en que mundo vivia esa mujer. --Claro que estas haciendo lo correcto, Caroline es con lo que siempre has sonado, tu gran dia, el hombre que siempre sonaste esta ahi afuera esperando por ti. --Pero estoy confundida, no estoy segura de amarlo, ?Como sabes cuando de verdad amas a una persona? !No puede ser! !O dios mio! Esto era lo peor que le puede pasar a una planificadora de bodas, que la novia quisiera salir corriendo en el ultimo momento. --Caroline, eso es algo que solo tu sabes, tu corazon lo sabe, amar a un apersona es encontrar la mitad que te falta en la presencia de la persona amada, es saber que recorrerias el mundo entero con tal de estar a su lado, sabras que estas con la persona correcta el dia que sientas que tu hogar no es otro mas que entre sus brazos. La novia comenzo a estallar en llanto y ella no pudo hacer nada, estaba a punto de pegarle una bofetada para que reaccionara, cuando la puerta de la pequena habitacion destinada para la novia se abrio sobresaltandolas. --Caroline no cometas esa locura, por favor te lo suplico. Un hombre de unos treinta y cinco anos, vestido con un traje de firma que en ese momento estaba desabotonado, llevaba la corbata floja, su cabello negro revuelto como si se hubiera pasado las manos varias veces desesperadamente. Ahora extendia una mano en direccion de la novia que estaba palida como una vela observando al hombre. --Jack ?Que estas haciendo aqui? Bien ahora Jeime sabia que se llamaba Jack, el intruso que queria impedir la boda, !la boda! Por dios ahora le tocaba a ella impedir que la novia se fugara. -- ?Como me preguntas eso? ?Crees que voy a dejar que te cases con ese estupido? --Sabias lo que habia Jack jamas te engane, no entiendo a que viene todo esto. --Solo respondeme una sola cosa, y dependiendo de tu respuesta me ire y no volveras a verme nunca en tu vida. --No lo hagas mas dificil, Jack por favor, no hagas que este momento sea aun mas horrible--dijo Caroline llorando a lagrima viva, Jeime puedo ver que se amaban con locura y no sabia la causa de porque no estaban juntos. -- ?Crees que vas a tener lo que tienes conmigo a su lado? Vio como Caroline le dio la espalda al pobre hombre que parecia desesperado, !Es que era estupida!, no se habia dado cuenta de que las lagrimas se le saltaron cuando vio como Jack daba la media vuelta con los hombros caidos, derrotado estaba a punto de salir por la puerta cuando ella sintio que tenia que hacer algo para impedir que eso terminara asi. --Caroline, eres estupida, vas a dejar ir al hombre que amas. Ambas miraron a la puerta cuando se escucho un sonoro portazo. --Se ha ido-- Caroline se tumbo de rodillas llorando desconsolada, la levanto de los hombros de mala manera, como vio que no reaccionaba le dio una bofetada, esperando que eso la sacara de su estado de nerviosismo. --Estupida ve detras de el, antes de que sea demasiado tarde, es que no lo amas, que esperas para ser feliz. --La boda--dijo aun llorando --Deja de pensar en eso, yo me ocupo del asunto, ahora ve por el. Cuando vio como la mujer salia corriendo, recogiendo entre sus manos la cola de su vestido, suspiro de alivio ahora quedaba lo mas dificil, como decirle a los invitados y principalmente al novio, que la boda se cancelaba.

  • La parte inventada de Rodrigo Fresan

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    ?Como funciona la mente de un escritor?

  • Charmed de Alexa Riley

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    -Me pintarias un trebol en la mejilla?- Miro hacia la nina que esta parada frente a mi. Estoy sentada en la acera, al lado del edificio, fuera del camino de la gente. Su pelo rojo y rizado esta recogido en dos pequenas trenzas que la hacen parecer absolutamente adorable. Llevaba una camisa que decia -I Pinch Back- que coincide con sus gafas de sol verdes. Ella senala una mejilla gordita. No puedo evitar sonreir. -Donde esta tu mami?- Le pregunto, mirando alrededor de la concurrida calle preocupada de que se haya escapado de su madre. La acera esta llena de gente mientras el desfile marcha por el centro de la calle en el medio del centro de Denver, Colorado. Los ninos siempre se acercan a mi. Nunca he estado segura del por que, pero lo hacen. No es que me este quejando. Amo a los ninos. Paso la mayor parte del dia rodeado de ellos en el centro. Tal vez me siento atraidaa por mi propia falta de familia. La nina mira a su alrededor como si finalmente recordara a su madre. -Ahi esta.- Senala a la mujer pelirroja que empuja a la multitud y camina hacia nosotros para llamar a la nina. -Mama! Me pintara la mejilla!- La chica aplaude con entusiasmo. -Evey, no asustes asi a mama al salir asi. Habia demasiada gente alrededor.- La mujer se inclina y abraza a la nina, con el claro alivio en su rostro. -Lo siento, mami.- Le hace un mohin a su madre. Tengo que luchar contra una sonrisa porque se que la nina va a conseguir lo que quiere. Quien podria decir que no a esa cara? La mujer me mira. -Estas pintando la cara?- Ella mira a mi alrededor. Tengo pintura puesta, pero no porque estaba pensando en pintar. Estaba pintando el edificio Shade, algo que he hecho muchas veces durante el ano pasado desde que comenzo la construccion. Algo sobre su diseno siempre me llamo la atencion y comence a pintarlo en cada etapa de su construccion. Todo estaba hecho de vidrio, pero lo que tiene de especial es la forma en que parece que se tuerce en su camino hacia arriba. No es solo hacia arriba y hacia abajo. Es elegante pero aun diferente. Cuando lo vi por primera vez, senti que el edificio me llamaba por alguna razon. Nunca antes habia tenido una atraccion tan dura como para pintar algo, una que me golpeaba una y otra vez y me atraia hacia ella. Se que hoy no es el mejor dia para pintarlo con toda la gente del desfile, pero queria pintarlo mientras estaba rodeado de gente. Puse la pintura casi completa contra el edificio, fuera del camino para que nadie la pise mientras busco en mi bolso el pequeno kit de pintura para cara que tengo. Suelo pintar las caras de los ninos en el centro comunitario. Cuando lo encuentro, lo saco. -Es tu dia de suerte,- le digo a la nina. Ella salta arriba y abajo. Pinto su pequena mejilla rechoncha lo mejor que puedo con sus risas cada vez que el cepillo acaricia su mejilla. Cuando termino, ella me da un abrazo. Su madre me da un billete de cinco dolares y lo meto en mi bolsillo trasero. No es como si estuviera en posicion de rechazar dinero, incluso aunque me hubiera encantado haberlo hecho gratis. Necesito cada centavo que pueda tener en mis manos. Estuve ahorrando para conseguir un lugar, pero tengo una debilidad por dos cosas: la panaderia al lado del centro comunitario y los materiales de arte. Sin mencionar que siempre les doy algo a los ninos del centro que necesitan un poco de dinero extra. Espero poder quedarme en el centro por un tiempo. Al menos hasta que me atrapen. Observo como la nina y su madre vuelven a la multitud. Algunos ninos mas se me acercan pidiendo pinturas faciales. No pasa mucho tiempo antes de haber ganado 50 dolares extra. Miro hacia la pintura que todavia necesito terminar. Un rastro de tristeza me inunda. Despues de esto, terminare. El edificio esta completo. De repente, pintura salpica por todos lados. Caigo sobre mi culo cuando algunas golpean mis polainas negras y salpican mi camisa. No es que importe. Mi ropa siempre tiene manchas de pintura. No es nada nuevo. -Que mierda!- Grita alguien. Dos manos firmes me agarran, poniendome de pie y en un pecho duro que se ve manchado de pintura verde. Mis ojos viajan arriba y arriba, encontrando dos de los ojos azules mas profundos que he visto en mi vida. Se me corta la respiracion, no por el color sino por la intensidad que me devuelve la mirada. La mandibula del hombre es dura. Todo en el es duro. Me muevo contra el, tratando de liberarme de su agarre. Jadeo cuando siento que un tipo diferente de dureza se me viene encima. El calor liquido me inunda y mi atraccion repentina por el es fuerte. -Quedate quieta,- grune. Mi cara se calienta al darme cuenta de que me estaba moviendo contra la polla de un extrano. Demonios, nunca me he movido en la polla de un hombre si soy honesta. Sus manos sobre mi se tensan un poco mas. -Arruinaste mi traje. - Inclina la cabeza hacia un lado como si me estuviera estudiando. Por alguna razon, me pregunto que es lo que el ve. Entonces recuerdo que tambien estoy cubierta de pintura. Incluso puedo sentirlo en mi cabello. Me estremezco interiormente. El traje de este hombre tiene que valer mil grandes. Nunca podria pagar algo asi. Tal vez deberia haber estado mirando hacia donde iba, me digo, tratando de hacerme sentir mejor. Capitulo 2 Warren -No la toques!- Le grito a Andrew, mi guardaespaldas. Ha sido mi mano derecha desde que abandone la Infanteria de Marina hace cinco anos despues de que mi padre muriera y me llamaran a casa para hacerme cargo del negocio familiar. No estoy seguro de si la esta siguiendo a ella o a mi. De cualquier manera, no quiero que nadie la toque. Su boca inteligente es toda mia. Mi polla, ya dura por tener su pequeno cuerpo presionado contra el mio mientras trataba de liberarse, crece aun mas con la idea de tener que perseguirla. Es casi barbaro, haciendo que mi sangre bombee como si estuviera en una batalla. Es como si cuando logre atraparle, la llevare al suelo y la reclamare como mia. Empujo a traves de la multitud, acercandome a ella. Ella se da vuelta, nuestros ojos se encuentran, y ella tropieza con la calle. Veo a un policia gritarle y dar un paso en su direccion. Si el la toca, juro que tendre su placa junto con algo de su piel. Su cabeza gira en la otra direccion cuando alguien grita. Su cabello rubio se arremolina alrededor de ella, verdes salpicaduras de pintura brillando en el. Sigo su mirada mientras corre hacia el hombre que la llamo. Los celos se apoderan de todas mis emociones. Empujo mas fuerte, tratando de llegar a ella. Cuando me libero en la calle, el hombre le tiende la mano y la sube a la carroza. La musica explota desde la carroza mientras el desfile avanza lentamente. El le da vueltas al ritmo de la musica antes de inclinarla, luego planta un beso en sus labios. Mi vision se vuelve roja cuando me dirijo hacia la carroza. Un policia me agarra del brazo, tratando de detenerme, y me grita que salga de la calle. Me volteo y lo miro con la muerte en los ojos. Levanta las manos en senal de rendicion y grazna, -Lo siento, Sr. Shade, no sabia que era usted.

  • Historia De Espana Contada Para escepticos de Juan Eslava Galan

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    Como escribe el autor, no pretende ser veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es. No esta hecha para halagar a reyes y gobernantes, ni pretende halagar a los banqueros, ni a la Conferencia Episcopal, ni al colectivo gay.

  • La heredera de Adelfa Martin

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    Una joven mujer debido al inesperado fallecimiento de su padre, se ve obligada a tomar – quizas prematuramente-, las riendas del emporio economico que este construyo y para lo cual la habia preparado.
    El desenlace fatal de su progenitor y las explicaciones dadas por el medico no la convencen, iniciando una investigacion que la lleva a enfrentar lo peor del ser humano en su mas pura definicion, mas dificil aun por provenir de personas cercanas.
    Maldad, odio, venganza y muerte, pero tambien. !un gran amor!

  • Eterno de Neleb

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    La primera vez que Lilah vio a Christopher penso que era el chico mas guapo que jamas veria. Su madre acababa de morir y su padre le habia ordenado que se mudara con ellos a Nueva York.

  • La disciplina sin lagrimas de Daniel J. Siegel

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    Una guia imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo.

  • Economia Para Andar por Casa de Aa. Vv

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    ?Por que sube la gasolina? ?Son de fiar las empresas que nos ofrecen refinanciar nuestras deudas? ?Como me afecta la reforma laboral? ?Que son los fondos de inversion? ?A que edad es recomendable hacer un plan de pensiones? Cada dia desde que nos levantamos nos enfrentamos a un sinfin de cuestiones que tienen un trasfondo economico: desde la luz que ilumina nuestro hogar hasta el combustible que utilizamos para desplazarnos, los impuestos que pagamos y los servicios que contratamos con los bancos. Un afamado economista y tres reconocidos periodistas han hecho el ejercicio de sintetizar las dudas mas comunes que afectan a cualquier ciudadano para convertirlas en preguntas que se responden de forma sencilla y clara, aclarando conceptos y desmontando topicos. El resultado es una obra de lectura obligada para todos aquellos que quieran saber que ocurre con su dinero y como funciona la economia.

  • Amor ortodoxo de Julissa Sanchez Arias

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    Susan Mowrer es una joven escritora que despues de tres anos vuelve a casa de sus padres buscando recobrar la inspiracion para terminar su proximo libro, pero es ahi cuando su vida da un giro al conocer a quien se presenta como su fan, Isaac Stewart.

  • Una historia de hadas, humanos y quien sabe que mas de Beatriz Lopez-terradas Rodriguez

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    Las hadas viven en los palacios flotantes que hay alrededor del cielo rodeando a la Tierra. Gozan de una vida llena de abundancia, tienen a su disposicion todo aquello que puedan desear. Pero mas alla de todo eso, segun lo que siempre les han contado, la verdadera razon de su existencia es ayudar a los humanos que viven en la Tierra ya que, desde hace mucho tiempo atras se han dedicado a esa mision.

  • Todos mis futuros son contigo de Marwan

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    Todos mis futuros son contigo es una autopsia emocional en toda regla, el diario sorprendido de alguien que tropieza con sus sentimientos y, asombrado, los comprende de inmediato. En ocasiones puede que dudes de si es poesia, prosa poetica o frases lanzadas desde el fondo del corazon. No queda claro. Lo que esta claro es que no te va a quedar ningun sentido intacto tras su lectura.

  • 25 noches de insomnio de Marcelo Di Marco

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    El terror psicologico, el humor negro, el horror sobrenatural y la apocaliptica sensacion de vacio existencial de la posverdad son los motores que ponen en marcha a estas oscuras narraciones. Muchas de ellas se inspiran en hechos reales a los que el autor sobrevivio para contarlos: el secreto del exito de Marcelo di Marco es sacar a pasear a sus monstruos bajo la tenebrosa y digna luz de un plenilunio comun a todos los que se atreven a sumergirse en las profundidades del alma.

  • Musica en la noche de Aldous Huxley

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    Durante su vida, Aldous Huxley se gano la reputacion de ser uno de los gigantes de la prosa inglesa moderna y uno de los mejores comentaristas sociales de su epoca. Conocido sobre todo por sus novelas, Huxley se sentia tambien muy comodo con la forma del ensayo. Abarcando desde el periodismo hasta las resenas criticas y las reflexiones literarias, politicas, culturales y filosoficas, sus ensayos constituyen uno de los ejemplos mas finos del genero en la literatura moderna. Musica en la noche es ya todo un clasico. En este volumen, el autor de Un mundo feliz, comunica sus puntos de vista acerca de diversos temas --la tragedia, el silencio, el arte, la gracia, la historia, el puritanismo, la belleza --, apuntando siempre a cuestiones fundamentales de la condicion humana. La indudable originalidad del ensayista se ve favorecida por la gran cantidad de recursos que le proporcionan su vasta cultura y su enorme curiosidad. Los ensayos aqui reunidos sorprenden por las grandes intuiciones, los agudos comentarios y las ingeniosas e inesperadas observaciones que son ya la marca inconfundible de uno de los escritores mas influyentes del siglo XX.

  • Deseo cumplido de Roni Green

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    Gabriela tiene un deseo, una fantasia que va a hacer realidad con un poco de ayuda. Porque no todo en esta vida es trabajo y sacrificio, a veces es necesario darse un respiro y disfrutar de lo que verdaderamente es importante. Como, quiza, descubrir el amor.

  • Donaji de Keila Ochoa Harris

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    ?Como puede un hombre enfrentar la historia y cambiar su destino?
    Cuandose topan en Oaxaca un pintor criollo frustrado y una industriosa mujerde ascendencia indigena, su encuentro desencadena una relacion queencierra mas de quinientos anos de historia. La politica inestable ylas corrientes de mitologia indigena y religion contemporaneaentrelazan el trasfondo desde el cual los protagonistas tienen quedecidir si ceder o forjar su propio destino.

  • Sacame de aqui. Un psiquiatrico de M. Baeza

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    < --Mete tu ropa aqui --me ordeno mientras yo aun intentaba ubicarme--. Te marchas de casa.
    No me dijo adonde me iba a llevar, pero tampoco hizo falta; en las pocas ocasiones en las que recobraba la consciencia despues de mi ultima noche con Andre, pude oir a mis padres barajando la idea de internarme en un centro psiquiatrico... Aunque jamas pense que llegarian a hacerlo, porque a mi no me pasaba nada>>

  • Complices de Estefania Jimenez

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    Un valiosisimo diamante. Un misterioso cuadro de Picasso con una historia oculta. Aire, el ladron mas embaucador y atractivo del mundo. . y Sofia, que puede caer en sus redes. A Sofia, joven directora de seguridad, la contrata su tio, el poderoso magnate del mundo del arte Ricardo Marquez, para que proteja su coleccion privada.

  • Extranos al calor de la noche de Kylie Brant

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    No sabia como se llamaba, no sabia de donde era. Rianna Kingsley solo sabia que sus conocimientos de artes marciales y tecnicas asesinas estaban muy por encima de lo que sabia una persona normal.

  • Christmas Sweet Christmas (Christmas’s Tales 2) de Eva P. Valencia

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    En San Francisco era conocida como Bridget Thomas, columnista en la revista Cosmopolitan Magazine, miembro del equipo de Friends of the Earth (una organizacion progresista de defensores del medioambiental para lograr un mundo justo y saludable) y vegana hasta la medula desde que tenia uso de razon, o desde mucho antes de que esa filosofia de vida se convirtiera en una simple moda. A todos los efectos, esa era mi tarjeta de presentacion en la gran ciudad: desde el 1 de enero hasta el 14 de diciembre. ?Curioso, verdad? Deduzco que tras mi planteamiento inicial, mas de uno/a habra echando cuentas y se habra preguntado quien era yo los diecisiete restantes dias... Pues bien, para vuestro interes y cotilleo personal os revelare que esos dias en cuestion era Brid: la adorable primogenita del alcalde de McAdenville, quien regresaba a casa de su progenitor cada invierno para pasar esos dias en familia a McAdenville, un precioso pueblo ubicado a las afueras de Charlotte en Carolina del Norte, cuyo principal reclamo turistico en Navidad desde 1956 era el de cambiar su habitual nombre por el de Christmas Town USA, ademas de ornamentar con mas de 450.000 luces de colores a los arboles de los alrededores, a los puentes, a las viviendas, a las bibliotecas y a las escuelas del lugar. Y si no fuera porque me causaba urticaria tanto derroche energetico, debia reconocer que se trataba de un autentico deleite para los sentidos. Era precioso, sin igual y sobre todo, magico. !Pero no! Bridget Thomas, jamas aprobara semejante agravio, ademas siempre estara a la vanguardia y en contra de cualquier acto que suponga un perjuicio al planeta. !A nuestro unico, fascinante e irreemplazable planeta! Es por ello que, cuando se avecinan dichas fechas, suelo buscar mil escusas para evitar regresar a McAdenville. Mentirijillas piadosas del tipo de: mentir sobre mi asistencia como dama de honor a la boda (imaginaria) de mi mejor amiga Charlotte. O mentir sobre estar en plena grabacion de un reality show en una isla desierta junto a famoseo casposillo. O mentir sobre el avistamiento de Ovnis cerca de Ashburt, el barrio en el que resido. A esto ultimo he de anadir que, para dar mas autenticidad a mi historia, realice un par de fotomontajes con la ayuda del Photoshop con imagenes extraidas de las peliculas de Skyline y E.T. el extraterrestre. O incluso recuerdo la ocasion en la que permaneci en bolas y como me trajo Dios al mundo, durante horas y a la intemperie, en el balcon de mi apartamento para asi pillar una buena galipandria y evitar ir. !Oh, que recuerdos aquellos! (Sonrei picarona). Sin embargo, pese a mi perseverancia, nada de eso funciono pues, como dice el refranero, mas sabe el diablo por viejo que por diablo, Kenneth Thomas, o sease: mi padre, quien se las sabia todas de calle, jamas dio credibilidad a ninguno de mis cuentos chinos. Y en honor a la verdad, yo tampoco me los hubiese creido. Asi que, otro ano mas me hallaba en el porche de su casa, a puntito de asir la aldaba de hierro fundido de la puerta, hinchando el pecho y a su vez, conteniendo la respiracion antes incluso de tomar conciencia de la gravedad del asunto. --!Brid, carino! La robusta voz de mi padre me envolvio por la espalda en un santiamen, al mismo tiempo que tambien lo hicieron sus brazos a mi menudo cuerpo. Aclaracion para la pleople: mi padre era un fornido hombre de pueblo cuya indumentaria no habia variado en las ultimas decadas. Llevaba la tipica camisa de cuadros, una bandada de cowboy rodeando su cuello, unos jeans desgastados y esas botas altas con la punta pronunciada. !Unicamente le faltaba el sombrero de vaquero y las chaparreras para parecer a John Wayne protagonizando Rio Bravo! --!Santo Cielo, Brid! ?Acaso no te dan de comer esos estirados snobs de la ciudad? -- Gruno-- !Estas tan delgada que pareces una varita de nardo! Inmediatamente, se separo de mi obligandome a dar una vuelta completa sobre mis talones y asi poder escudrinarme a conciencia de arriba abajo y de abajo arriba. --!No empieces, papa! --le sermonee y puse los brazos en jarras para dar mas enfasis a mi desagrado. --?Que no empiece, Brid? Pero, ?tu te has visto? --apremio con machaconeria. --Claro que me he visto, tengo espejos por todo el apartamento... !Como todo hijo de vecino...! Puse los ojos en blanco ante tal obviedad, supuse que no era mas que una pregunta retorica. --Pues no me lo parece... --refunfuno y yo no pude evitar sonrei al oir como un pitido muy sutil y comico, similar al de un globo al desinflarse o como el de una trompetilla, se le escapo de uno de sus orificios nasales-- !Un buen chuleton entre pecho y espalda! !Eso es lo que necesitas, cojones! Iugh! ?Carne? ?Ternera? ?Matar animales? Fue imaginar a un trozo de carne quedarse encajado entre diente y encia y os juro que... !me entraron ganas de vomitar...! --!Papa! !Dejalo ya, por favor! --me queje para zanjar el tema lo antes posible o estaba predestinada a profanar la inmaculada nieve blanca que habitaba bajo mis pies, con la putrida regurgitacion que acechaba con salir disparada de mi garganta de un momento a otro-- Sabes de sobra que no tolero bien la proteina animal; hace anos que me detectaron esa intolerancia. Fruncio el ceno con desabrido. --!Pamplinas, hija! Se perfectamente como hacer que desaparezcan esas..., !esas manias modernas que alguien te ha metido en la cabeza! Me clavo repetidas veces un dedo sermoneador en la frente. !Uf! !Uf! Y !Uffffff! !Santa paciencia! Mi padre era un ser testarudo por defecto, pero con el paso de los anos se habia vuelto mas tozudo si cabia. !Era tozudo como una mula! Y lo peor de todo no era eso, !no que va! Lo peor de todo era que lo hacia sin darse cuenta, de forma inconsciente. !Vamos! Calcadito a mi vecino del tercero cuarta quien a mi parecer sufria enajenacion mental transitoria en determinadas situaciones (cuando a el le interesa serlo, claro). --Venga, Brid. Acabemos esta conversacion en casa --anclo la llave en la cerradura y abrio la puerta, luego planto su gigante palma en mi espalda y me empujo hacia el interior-- !Fuera hace un frio del carajo! --!Ni que lo digas, dos bajo cero! --prorrumpi tras echar un rapido vistazo a la pequena estacion meteorologica que tenia instalada junto al viejo balancin de madera y que tenia mas anos que Matusalen. --Ademas, !ya empiezo a notar como se me congelan hasta las pelotillas! Al oir la ultima palabra no tuve mas remedio que negar con la cabeza pues mi padre entre otras muchas cosas, tambien era un deslenguado y malhablado, pero debia reconocer que tenia su puntito de gracia. O al menos, a mi siempre me lo habia parecido. Sonrei para mis adentros. --Brid, ?te hace un buen tazon de leche con chocolate? Esta vez me permiti el lujo de mirarle de soslayo justo antes de cerrar la puerta tras de mi. --?Tienes leche de soja? Y en el impase de tiempo en el que el depositaba las llaves en una caja reciclada de fresas a modo de vacia-bolsillos, me miro de hito en hito con la intencion de responder a mi pregunta pero, a ultima instancia, prefirio hacer mutis. Y yo que se lo agradeci en el alma, pues el viaje desde San Francisco habia sido muy largo y no tenia ni ganas ni espiritu para empezar una discusion con el. A fin de cuentas yo, Brid, la hija del alcalde de la preciosa villa de McAdenville, habia venido con la solemne intencion de pasar unas tranquilas y desapercibidas Navidades en familia... junto a el. 2 Bridget Thomas 15 de diciembre de 2014 Lo mejor de estar en fase vacacional es abrir los ojos por la manana y darte cuenta de que no tienes que madrugar, que puedes y que ademas debes levantarte a las tantas sin rendir cuentas a nadie, caminar descalza sobre el suelo laminado de madera de roble para acabar sentada en el alfeizar, degustando con total parsimonia un delicioso y calentito te de hibisco mientras observas a traves de la ventana la calma hecha pueblo. Para que me conozcais un poquito mas os explicare que naci aqui, en McAdenville, lugar en el que permaneci hasta la mayoria de edad. Un ano despues, decidi que necesitaba ver mundo y mundo que vi al dar un cambio radical a mi vida pues me embarque en un acto cargado de bastante ignorancia y una pizca de osadia. Perseguia un sueno: mi sueno, el de ayudar a mejorar el mundo (la palabra salvar siempre me ha resultado demasiado fatua). ?Me preguntais que si lo he logrado? Pues como es obvio, la respuesta es una gran negativa. Peeeero, permitidme alegar algo en mi defensa y en la defensa de mis colegas activistas, que unidos hasta la fecha, hemos ganado varias batallas pese a que aun quede muchiiiiiiiiiiisimo camino por recorrer. Y lo peor de todo es que ese camino no es precisamente llano, ni siquiera tiene un happy ending similar a la pelicula Sonrisas y Lagrimas de Robert Wise, sino que es una encaramada montana colmada de obstaculos al mas puro estilo Wipeout. Alrededor de las once de la manana sali a la calle. Afortunadamente para mi regocijo personal, la sostenibilidad habia llegado en parte a McAdenville, pues tuve ocasion de alquilar un patinete electrico para dar una vuelta completa por el vecindario y comprar un par de bricks de leche de soja, fruta y verduras. Alimentos vitales para mi alma y que brillaban por su ausencia en la colmada despensa de mi padre. En esas estaba cuando de pronto, al pretender doblar la esquina en Elm Street, fui embestida por algo contundente que me lanzo con violencia contra el asfalto. En apenas tres segundos (tiempo en el que trate de incorporarme como pude, enderezarme y recomponer el abrigo), una figura humana se acerco a zancadas a mi encuentro. A primera instancia crei que se aproximaba para averiguar mi estado y en ultima, para ofrecerme su ayuda. Peeeero, !nada mas lejos de la realidad! --!?Se puede saber que cono haces?! --Me espeto el susodicho con bastante chuleria-- !?Suicidarte?! !?Asesinarme?! ?Acaso no sabes identificar una senal de prohibido girar a la derecha? Abri los ojos como platos. --?Perdona? Aprovecho mi aturdimiento momentaneo para quitarse el casco y asi pude comprobar que se trataba de un tipo joven, alto, moreno y con una penetrante mirada azul que no cesaba de lanzarme dardos venenosos por doquier... !en lugar de socorrerme de una maldita vez! Desde luego, la humanidad al completo necesita con perentoriedad regresar a sus origenes mas basicos, pues estaba convencida de que un Australopithecus era infinitamente mas civilizado que el energumeno del siglo XXI que tenia frente de mi. Sacudi la cabeza pues en un visto y no visto imagine al ejemplar ya extinguido agarrando del pelo a una primate mu'mona (entiendase el sarcasmo) y arrastrandola a la cueva mas cercana para obligarla a tener descendencia y asi preservar la manada de salvajes. !Unga, unga, unga...! --?Una senal de prohibido? --mire con rapidez en todas direcciones, moviendo la cabeza aqui y alla, aleteando las pestanas pero nothing-- ?Donde? --Ahi, rubita --carraspeo y luego senalo con retintin-- Aaaa-hiiii... Me dijo la ultima palabra como si estuviera a camara lenta. <>. --Que sepas que has tenido mucha suerte pues acababa de salir del taller y no conducia deprisa. Iba solo con la primera marcha... Desvio la mirada hacia su moto, una del tipo Harley-Davidson. Yo hice lo mismo. --!Acababan de pintar el carenado...! --se quejo exasperado al tiempo que apretaba los labios, como si ese chatarra tuviera alma propia y se la hubiese ultrajado, como si le hubiese ofendido. Volvi a poner los ojos en blanco, esta vez casi se me quedaron encajados tras la nuca. El tipo dio un paso hacia mi y luego otro. --Espero que ese chisme y tu tengais seguro. !Ups! !Tierra tragame...! Trate de engullir un poco de saliva la cual se quedo atascada al principio de la laringe. Luego, cuando pude despegarla de las paredes, me quede en completo silencio al tiempo que aguantaba la respiracion. Uno... Dos... Tres... El tipejo me observaba con una ceja levantada. ?Que le pasaba? ?Acaso nunca habia visto a nadie ponerse violeta? Bajo la ceja despacio y luego tosio en su puno a modo de disimulo. --Primero fue el patin, luego el patin con mangos, mas tarde el patin electrico... --tercio el en tono sarcastico casi rozando lo absurdo--... !Animo, ya pronto inventareis la moto! El susodicho alias hombre de cromanon estallo en carcajadas y yo abri la boca atonita ante su cerril declaracion. !Pedazo insolente! ?Quien se creia que era? ?Charlie Rivel? !No tenia ninguna gracia! Queria matarle... lentamente, necesitaba matarle pero con mis manitas, nada de armas blancas. Esto... ?he mencionado lo de matarle lentamente? Pues eso: queria ma-tar-le len-ta-men-te. --Vamos, rubita, no te ofendas tanto… Que tan solo ha sido una pequena broma, para romper el hielo y eso... --arqueo la ceja de nuevo. !A ver si con tanto movimiento ascendente y descendente se quedaba lisiado de por vida! Cruce los dedos. --Bueno, como mi moto solo ha sufrido un pequeno rasguno y veo que todos tus huesos siguen intactos, pues eso... que me piro, que el menda tiene algo de prisa --finalizo su alegato con un guino y se llevo la mano derecha con los dedos juntos hacia la sien para emular al saludo militar. Y para mas inri, el sujeto sonrio precedido de una suave carcajada. Luego, sin perder mas tiempo del debido, se puso el casco, tenso la correa y encendio el motor de la moto. Segundos despues, desaparecio, no sin antes provocar un derrape con la rueda trasera con modesta seguridad. Y la menda se quedo en medio de la calle Elm Street con el patinete electrico cuyo eje estaba doblado, con mis asentaderas al rojo vivo y mi ego ecologista a la altura del betun (pero: organico). Of course!

  • Tu y tu maldita forma de ver la vida de color de rosa de Yanira Garcia

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    <>. Mi historia comienza con un anuncio en varias webs buscando a alguien que supla la ausencia de Helena, mi anterior companera de piso.

  • A mi no me seduzcas de Nekane Gonzalez

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    Mirandome frente al espejo de la entrada de mi zulo, observo como me queda el vestido negro que Maria me regalo ayer, expresamente para el evento. Ironicamente pienso que, aunque me encanta este color para la ropa y casi siempre voy vestida de enterradora, como dice mi madre, hoy es el dia que menos me apetece vestirme asi. Esta claro que debo de ser la propia contradiccion en persona. Fuera en la calle luce un esplendido y caluroso sol de primavera, cosa que ya es bastante rara en Bilbao, pero a mi casa, mi zulo, no llega ni un triste rayito y permanezco aqui en la sombra como un vampiro; como esta negrura que hoy atenaza mi alma y mi corazon. Me resulta imposible aceptar la forma que tiene el universo de cambiarlo todo de un momento a otro, sin que podamos hacer nada al respecto, y no puedo evitar sentirme completamente fragil e impotente. Miro la hora en el movil, ya que nunca llevo reloj desde que estuve viviendo en Palma de Mallorca y decidi vivir la vida sin importar la hora que fuera. Fue en el preciso momento que me deshice del reloj, que descubri la terrible adiccion que tenia a mirarlo y a vivir cronometrada. Aun es pronto, tengo tiempo de sobra, asi que me preparo un sucedaneo de Martini y me fumo un cigarrillo mientras dejo que los recuerdos inunden mi mente y me lleven a ese tiempo que ahora parece tan lejano, a pesar de haber transcurrido apenas un ano. Ese instante que a mi me parecio maravilloso y donde parece que el mundo se quedo congelado, en el momento que abri la puerta de mi zulo y me encontre de frente con el, con mi sueno hecho realidad, con Freddy. Todavia me cuesta creer la historia onirica que vivi y la semejanza fisica entre un Freddy y otro. Con el tiempo termine por pensar que aquello tenia que haber sido un sueno premonitorio, excepto porque sigo esperando que me toque la loteria, claro. Pero no dejo de reconocer que el universo, en aquella ocasion, hizo que todos los astros se conjuntaran para traer a mi vida un regalo muy grande. Aun recuerdo su cara de sorpresa, con aquellos maravillosos ojos verdes abiertos de par en par, en consonancia con su sensual y provocadora boca, ante el inicial portazo. Tarde unos segundos en reaccionar, pues aun estaba muy conmocionada por el sueno que habia tenido, y en comprender lo que Maria me explicaba entre gritos y aspavientos. Fueron muchas horas las que me quede profundamente dormida despues de haber desconectado todos los telefonos, como suelo hacer cuando me pongo a escribir y prefiero que nadie me corte la inspiracion. Fue tan profundo el sueno en el que cai, pues debia estar agotada tras pasar tres dias y tres noches frente al ordenador escribiendo, que ni tan siquiera me saco de mi sopor Maria, aporreando la puerta de mi casa alteradisima porque penso que me habia pasado algo. Maria volvio a su casa a recoger las llaves de la mia para entrar a comprobarlo, pero fue tal la pelicula que se formo en su cabeza en el trayecto, que antes de emprender la vuelta, llamo a la policia para no estar sola ante el cuadro que se pudiera encontrar. Otra que se parece a mi madre montandose peliculas. !Que familia! Como quiera que fuera, durante mucho tiempo tuve que agradecerle a mi hermana el teatro que se monto, porque aquello fue lo que trajo directamente a mi puerta al protagonista de mi peculiar sueno; a Freddy. Nunca le he preguntado que fue exactamente lo que le hizo interesarse por mi, en una situacion en la que cualquiera me hubiera tomado por una chalada, maxime teniendo en cuenta el estado de mi casa aquel dia; pero supongo que la situacion le resulto de lo mas divertida, a juzgar por las risas que nos echamos los tres, una vez aclarado el malentendido. El salia de una guardia aquella noche y desde la central le habian pedido que se pasara por alli de camino a su casa, para ver que ocurria, asi que ya habia terminado su servicio, y entre explicacion y explicacion, nos dieron las tantas de la noche. Una noche en la que comenzo nuestra historia, con muchas risas y muchos sucedaneos de Martini. A partir de ahi comenzamos a quedar y poco a poco fuimos conociendonos mas, aunque he de decir que Freddy, resulto ser un hombre bastante mas introvertido de lo que yo habia sonado. Tan celoso de su intimidad que ahora, un ano despues, me doy cuenta de lo poco que se de su vida. Yo siempre di por sentado que como era Ertzaina [1] , la desconfianza le venia de serie. No en vano, es un cuerpo que no destaca por su simpatia precisamente. Pero siempre crei que, con el tiempo, terminaria por abrirse y confiar mas en mi. Tal vez un ano no es demasiado, a mi se me ha hecho muy corto, escandalosamente corto ahora que lo pienso, y, debido a su trabajo, tampoco hemos podido vernos todo lo que hubieramos querido. Maria abre la puerta de mi casa trayendome de vuelta a la cruda realidad. Despues de aquel episodio siempre lleva mis llaves junto a las suyas. – ?Estas lista, tata? -me susurra con cara de circunstancia. -Supongo que para una situacion asi, una nunca esta lista -respondo con tristeza, tras agotar un soplo de aire cargado de amargura. Me abraza y me da un beso de esos suyos, que parece que quiera juntarme una mejilla con otra a traves de mi cavidad bucal. Esta vez es mayor el dolor que acumulo en mi alma, que el propio fisico que me proporciona mi hermana con su exagerado amor. -He traido el coche hasta el portal -trata de esbozar una sonrisa- para que no tengas que pasar la aduana, ya sabes. -Si, gracias. Hoy seria capaz de soltar algun improperio gordo y convertirme en la noticia del mes de radio patio -contesto.- Cojo el bolso y nos vamos. Me monto en su Audi nuevo, que no es nuevo, que es de segunda mano, pero como lo compro hace apenas dos meses, pues es su Audi nuevo. Recorre marcha atras el callejon de mi casa hasta llegar al sitio donde normalmente se aparcan los coches, al que llamamos la curva, y donde hoy la aduana ha montado el chiringuito al completo, sacando las sillas de camping y las sombrillas. Menos mal que llevo gafas de sol y no pueden ver las oscuras ojeras que decoran mi rostro. ?Que no recordais que es la aduana? La aduana es esa familia que vive en mi mismo callejon y que se pasa el dia entero aunque llueva, en la curva que es la unica entrada a la calle, para enterarse de cuanto chisme se haya producido. No se te ocurra entrar andando y preguntar aquello de ?que tal?, cuestion que se plantea mas por cortesia que otra cosa y que no espera nunca una respuesta definida. En este caso acabaras sometido a un tercer grado y terminaras por contar hasta lo que no quieres que se sepa. De difundirlo ya se encargara radio patio. Levanto la mano a modo de saludo como si fuera la reina de Inglaterra, con la ventanilla cerrada eso si, y fijo la mirada en mi Paco, mi Peugeot gris que esta aparcado a la derecha. Lo observo como si no fuera mio y pienso que no tiene mal aspecto, a pesar de saber que, por no tolerar las intensas lluvias de Bilbao como su duena, termino por inundarse y ahora tiene la centralita rota y hay que andar quitandole un borne de la bateria, cada vez que vas a parar mas de diez minutos porque si no se descarga y no arranca despues. Menos mal que soy de arreglarme poco, porque imaginad el cuadro cuando una sale de pitimini con tacon alto y al bajarse del coche, se pone a hacer de mecanica. A mi hermana le resulta graciosisimo, sobre todo por las caras que ponen quienes nos observan en tan peculiares momentos

  • La senora Harris en Nueva York de Paul Gallico

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    La senora Ada Harris y la senora Violet Butterfield, que vivian respectivamente en los numeros 5 y 9 de Willis Gardens Street, en el barrio londinense de Battersea, se estaban tomando la taza de te de todas las noches en el pisito de la primera de ellas, una casa pulcra y adornada con flores, en el semisotano del numero 5. La senora Harris era senora de la limpieza, de ese tipo robusto y tipico de Londres que se pasa el dia yendo de un lado a otro dispuesta a adecentar la ciudad mas grande del mundo; su amiga de toda la vida y companera del alma, la senora Butterfield, era cocinera por horas y tambien limpiaba. Las dos atendian a una elegante clientela de Belgravia, donde corrian diversas aventuras a lo largo de la jornada, enterandose tambien de algun que otro chisme interesante de los excentricos personajes para los que trabajaban. Por las noches se juntaban para tomar una ultima taza de te y contarse esos chismes. La senora Harris rondaba los sesenta anos, era baja y enjuta, tenia unas mejillas que parecian manzanas glaseadas y unos ojillos traviesos. Aunque tenia un lado muy eficiente y pragmatico, tendia a idealizar las cosas, al optimismo y a ver la vida muy simplificadamente, en blanco o negro. La senora Butterfield, tambien de unos sesenta anos, era una mujer rechoncha, sinuosa y temerosa, de un pesimismo absoluto, que imaginaba que todo el mundo, ella incluida, vivia siempre al borde del desastre. Estas dos buenas senoras eran viudas desde hacia muchos anos. La senora Butterfield tenia dos hijos casados, y ninguno de ellos la ayudaba a mantenerse, cosa que no le extranaba; le habria sorprendido que lo hubieran hecho. La senora Harris era madre de una hija casada que vivia en Nottingham, a la que escribia todos los jueves por la noche. Las dos llevaban una vida provechosa, ocupada e interesante, se brindaban apoyo fisico y espiritual, y se consolaban en su soledad. Habia sido la senora Butterfield quien, al ocuparse temporalmente de los clientes de la senora Harris, habia hecho posible que esta cogiera un avion a Paris con el emocionante y romantico objetivo de comprarse un vestido de Dior, un trofeo que ahora colgaba de su armario y que le recordaba a diario lo maravillosa y trepidante que puede ser la vida para alguien con un poco de energia, tenacidad e imaginacion. Comodas y a gusto en el pulcro piso de la senora Harris, bajo el resplandor de la pantalla de la lampara, con la caliente y fragante tetera debajo de la funda amarilla y florida que la senora Butterfield le habia tejido por Navidad, las dos mujeres se contaban los acontecimientos del dia. La radio estaba encendida y de ella salia una serie de ruidos horribles atribuibles a la grabacion hecha por un tal Kentucky Claiborne, cantante estadounidense de musica hillbilly. [?]Y le dije a la condesa: <> -contaba la senora Harris[?]. Que tacana es esa mema. <>, me contesto, <>. !Que nos sirva un ano mas! Cada vez que toco el condenado trasto, me suelta una descarga que me baja hasta los pies. Le he dado un ultimatum. <> [?]declaro. Echar las llaves de un piso por la ranura de un buzon era la forma clasica en que una senora de la limpieza anunciaba su dimision. La senora Butterfield le dio un sorbo al te. [?]No lo comprara -aseguro en tono sombrio[?]. Conozco a las personas como ella. Todo el dinero se lo gastan en si mismas, lo demas les da igual. Desde el altavoz de la pequena radio de mesa, Kentucky Claiborne cantaba entre gemidos: Adios con un beso, mi mustang querido, adios con un beso a lo que hemos sido. Los malos me han pegado un tiro, me temo que he sido abatido. Adios con un beso, mi mustang querido. [?]!Buf! -exclamo la senora Harris[?]. Ya no aguanto mas esos quejidos. Tesoro, quita eso, por favor. Obedientemente, la senora Butterfield se inclino y apago la radio mientras comentaba: [?]Hay que ver la pena que da que al hombre le peguen un tiro y luego quiera darle un beso a su caballo. Ahora nunca sabremos si llega a hacerlo. Sin embargo, si llegaron a enterarse, ya que por lo visto los vecinos eran grandes seguidores del cantante de baladas norteamericano, y todo el folletin de tragedias y amores del Lejano Oeste se filtro por las paredes. Otro ruido distinto llego a la cocina en la que estaban las dos mujeres: un leve golpe seco y despues un aullido de dolor, tras los cuales el volumen de la radio subio enseguida para que el punteo de la guitarra y los grunidos nasales de Kentucky Claiborne tapasen los sollozos. Las dos senoras se irguieron inmediatamente, con un gesto triste y muy preocupado. [?]Que gentuza -susurro la senora Harris[?], estan volviendo a zurrar al pobre Henry. [?]Ay, pobre criatura -dijo la senora Butterfield, y anadio[?]: Ya no le oigo. [?]Por eso han subido la radio. Ada se acerco a un punto de la pared en el que era evidente que antes habia una compuerta y en el que el tabique era mas fino, y lo golpeo fuertemente con los punos. Casi en el mismo momento le contestaron con los mismos golpes. Acerco la boca al tabique y grito: [?]Oigan, dejen de pegar al nino. ?Quieren que llame a la policia? La respuesta del otro lado de la pared fue clara y concisa: [?]Vayase a freir esparragos -le espeto una voz masculina[?]. ?Quien esta pegando a nadie? Las dos mujeres esperaron cerca del tabique, angustiosamente atentas, pero no oyeron nuevos sintomas de sufrimiento, y al poco tambien perdio intensidad el ruido de la radio. [?]!Que gentuza! -repitio la senora Harris[?]. El caso es que no le pegan lo bastante fuerte para dejar marcas, porque si no podriamos llamar a la Sociedad Nacional para la Prevencion de la Crueldad contra los Ninos. Manana les dire muy claro lo que pienso. La senora Butterfield aseguro, abatida: [?]No servira de nada, despues se desquitaran con el y ya esta. Ayer le di un trozo de bizcocho que me habia sobrado de la merienda. Madre mia, como se abalanzaron sobre el esos mocosos de los Gusset, se lo quitaron antes de que pudiera llevarselo a la boca. De pronto aparecieron dos lagrimas de frustracion y rabia en los ojos azules de la senora Harris, que solto una retahila de palabras muy malsonantes e irreproducibles para describir a los vecinos, la familia Gusset. La senora Butterfield le dio unos golpecitos en la espalda a su amiga y dijo: [?]Vamos, vamos, querida, no te alteres. Es una pena, pero ?que podemos hacer? [?]!Algo! -respondio la senora Harris con ahinco. Luego repitio[?]: Algo. Es que no lo aguanto. Es un chiquillo adorable. -Le aparecio un brillo en la mirada[?]. Seguro que si yo fuera a Estados Unidos podria encontrar a su padre sin demasiadas complicaciones. En algun sitio tiene que estar, ?no? Sufriendo mucho por su pequeno, sin duda. El rostro regordete de la senora Butterfield adopto un gesto de espanto, la papada se le empezo a agitar y sus labios, a temblar. [?]Ada -dijo con voz tremula[?], no estaras pensando en viajar a Estados Unidos, ?verdad? Recordaba muy bien que, en una ocasion anterior, a la senora Harris se le habia metido entre ceja y ceja que lo que mas deseaba en el mundo era un vestido de Dior, y que despues se habia tirado dos anos apretandose el cinturon y ahorrando; luego habia cogido un avion a Paris y habia vuelto triunfante con el vestido. A la senora Butterfield le causo gran alivio ver que lo que su amiga era capaz de hacer tenia un limite, ya que esta anadio, apenada: [?]Pero ?como iba a hacerlo? Aunque esto me parte el corazon. No aguanto ver como maltratan a un nino. Esta tan flaco que no puede ni tenerse en pie. Todo Willis Gardens conocia la historia del pequeno Henry Brown y los Gusset, una tragedia de la epoca posterior a la guerra que, desgraciadamente, se repetia demasiadas veces. En 1950, George Brown, un joven piloto norteamericano destinado en alguna base aerea, se habia casado con una joven camarera del pueblo mas cercano, una tal Pansy Cott, con la que habia tenido un hijo llamado Henry. Cuando, al acabar su periodo de servicio, a George Brown lo volvieron a enviar a Estados Unidos, la mujer se nego a acompanarlo, se quedo en Inglaterra con el nino y exigio una manutencion. Brown regreso a su pais y fue mandando el equivalente a dos libras semanales para el cuidado del pequeno. Tambien se divorcio de su mujer. Pansy y Henry se trasladaron a Londres, donde ella encontro trabajo y tambien conocio a otro hombre, que mostro interes por el matrimonio. Sin embargo, no queria tener nada que ver con el nino, y el precio que puso para convertir a Pansy en una mujer decente fue que se desembarazara de el. Ella no tardo en dejar al pequeno Henry, que por aquel entonces tenia tres anos, en casa de una familia apellidada Gusset, que vivia en Willis Gardens y que ya tenia seis hijos; se caso con su novio y se mudo a otra localidad. A lo largo de tres anos, la libra semanal que Pansy habia acordado pagar a los Gusset para que se ocuparan del pequeno Henry (con lo que claramente se sacaba una libra de beneficio) no dejo de llegar, y el nino, aunque tampoco es que se atiborrase de comida gracias a semejante opulencia, no vivia en condiciones mucho peores que los hermanos Gusset. Pero un dia la libra no llego, y a partir de entonces no volvio a hacerlo. Pansy y su nuevo marido se habian esfumado y no hubo modo de dar con ellos. Los Gusset tenian una direccion del padre, George Brown, en Alabama. Una carta que mandaron a estas senas, en la que pedian dinero, les fue devuelta con una inscripcion sellada que decia <>. La familia se percato de que no podia deshacerse del nino, y a partir de entonces las cosas se pusieron feas para Henry. Desde ese momento, en el barrio quedo claro que los Gusset, que ya tenian fama de ser una familia parecida a los Juke, 1 estaban tomando represalias contra el nino. Henry se convirtio en gran motivo de preocupacion para las dos viudas que vivian a izquierda y derecha de los Gusset, pero sobre todo para la senora Harris, a quien conmovia el infeliz chiquillo, legalmente huerfano, cuya desgracia se le aparecia en suenos por las noches y tambien en sus ensonaciones diurnas. Si los Gusset lo hubieran tratado con mayor brutalidad, la senora Harris podria haber tomado alguna medida inmediata y drastica en cooperacion con la policia. Pero los vecinos eran demasiado listos para hacer algo asi. Nadie sabia a ciencia cierta a que se dedicaba el padre para mantener a la familia, pero su actividad se desarrollaba en el Soho, a veces de noche, y en general se opinaba que estaba relacionada con algo turbio. Fuera cual fuera esa actividad, se sabia que a los Gusset les inquietaba en especial llamar la atencion de la policia, y por lo tanto, en lo que respectaba al pequeno Henry, cumplian la ley al pie de la letra. Estaban muy al tanto de que, cuando habia un nino de por medio, la policia solo podia actuar en casos de crueldad extrema y visible. Nadie podia decir con exactitud hasta que punto el chico pasaba hambre o se le infligian lesiones. Pero la senora Harris sabia que habian convertido su vida en un infierno continuo de raciones escasas, bofetones, golpes, pellizcos e insultos, con los que los Gusset se vengaban de el por la desaparicion del dinero. Henry era el criado y la victima de esta desastrada familia, y cualquiera de los seis hijos, cuatro chicos y dos chicas entre los tres y los doce anos, podia darle patadas, pellizcarlo y ofenderlo con impunidad. Aunque lo peor de todo era que el nino se estaba criando sin amor ni carino de ninguna clase. Al contrario: lo odiaban, y esto era lo que mas dolia tanto a la senora Harris como a la senora Butterfield. La senora Harris tambien habia recibido bastantes golpes; en su mundo eran algo que se esperaba y se aceptaba, pero ella era de naturaleza calida y acogedora y habia conseguido criar a una hija; lo que veia del nino de al lado y del trato que recibia empezo a causarle un dolor y una inquietud continuos, a convertirse en algo que siempre le rondaba la cabeza, de lo que nunca se olvidaba del todo. Muchas veces, cuando, en consecuencia con su caracter, estaba contenta, animada, sin preocupaciones y entregada por completo al trabajo, a sus clientes y a sus amigos, se acordaba de pronto y con gravedad de la desgracia del pequeno Henry. Entonces se sumia en una de sus ensonaciones, de esas que en torno a un ano antes la habian llevado a emprender la gran aventura de su vida en Paris. La nueva ensonacion tenia el tono de las historias romanticas a las que era muy aficionada, y que leia en las revistas que muchas de sus clientas le pasaban cuando ya las habian terminado. La opinion de la senora Harris, trasladada a sus ensonaciones, era que Pansy Cott, o fuera cual fuera ahora su nuevo apellido, era la mala de la historia; Brown, el piloto desaparecido, el heroe; y el pequeno Henry, la victima. Entre otras cosas, estaba convencida de que el padre seguia manteniendo al nino, y de que Pansy se quedaba con el dinero. Todo era culpa de Pansy: ella se habia negado a acompanar a su marido a Estados Unidos, que era lo que le dictaban sus obligaciones de mujer casada; ella habia apartado a Brown del nino; ella, para contentar a un novio, habia colocado al chiquillo en casa de esa monstruosa familia; y, por ultimo, ella se habia esfumado con el botin y habia abandonado al pequeno a su espantosa suerte. George Brown, por otro lado, era uno de esos hombres nobles por naturaleza; seguramente, en los anos transcurridos se habia hecho rico, que era lo tipico en Estados Unidos. A lo mejor se habia vuelto a casar, a lo mejor no, pero se hallara donde se hallara estaria anorando a su Henry perdido. Esta valoracion de George Brown se basaba en lo que la senora Harris habia visto de los soldados estadounidenses destinados en Inglaterra, que siempre le habian parecido simpaticos, de buen corazon, generosos y especialmente carinosos y atentos con los ninos. Recordaba que, durante la guerra, nunca habian dejado de compartir su racion de dulces con los chiquillos que vivian en las inmediaciones de sus bases. Tendian a ser ruidosos, gritones, fanfarrones y derrochadores, pero, cuando se les acababa conociendo, en el fondo eran mas buenos que el pan. Evidentemente, tambien eran las personas mas ricas del mundo; la senora Harris erigio una especie de palacio de fantasia en el que en esos momentos debia de estar viviendo George Brown, y donde el pequeno Henry tambien podria estar disfrutando de lo que le correspondia por derecho de nacimiento, si su padre estuviera al tanto de sus desventuras. No le cabia la menor duda de que, si de un modo u otro pudiera encontrar al senor Brown y ponerle al corriente de la situacion, este haria acto de presencia, tras haber viajado en un avion a reaccion mas veloz que el sonido, para recuperar a su hijo y alejarlo de la tirania y la esclavitud a que lo tenian sometido los espantosos Gusset. Solo hacia falta que un hada madrina tirara levemente de los hilos del Destino y pusiera el mecanismo en marcha. Tanto le afectaban los padecimientos del pequeno Henry que no tardo en considerar que ella era esa hada madrina. En esa ensonacion, de un modo u otro, se trasladaba a los formidables Estados Unidos de America, donde, gracias a una mezcla de astucia y suerte, encontraba casi enseguida al desaparecido George Brown. Mientras la senora Harris le contaba la historia del nino, el padre empezaba a llorar, y, cuando ella terminaba, el ya estaba sollozando sin freno. <> Era una ensonacion muy feliz. Sin embargo, como se ha dicho antes, la senora Harris no era unicamente dada a construir castillos en el aire. Era realista, pragmatica, y sabia perfectamente cual era la situacion del pequeno Henry y de los Gusset; tambien, que nadie habia podido localizar al padre, a lo que se sumaba el hecho de que tampoco nadie lo habia intentado de veras. Por debajo de esos suenos estaba la certeza creciente de que, si se le presentaba la ocasion, trataria de encontrarlo; una certeza a la que no restaba la menor intensidad la circunstancia de que solo supiera de el que se llamaba George Brown y habia sido miembro de las Fuerzas Aereas de Estados Unidos. II En el fondo de su corazon, la senora Harris sabia muy bien que, para ella, un viaje a Estados Unidos era tan improbable como uno a la luna. Era verdad que habia llegado a cruzar el canal de la Mancha, y que gracias a los aviones el oceano Atlantico solo era una masa de agua que se podia sobrevolar a toda velocidad, pero las consideraciones practicas de los gastos, la manutencion, etcetera, hacian que un viaje asi le resultara inalcanzable. Habia conseguido ir a Paris y materializar su sueno despues de dos anos de ahorros y economias, pero ese esfuerzo habia sido de los que se hacen una vez en la vida. Ahora era mayor y consciente de que ya no se veia capaz de intentar reunir la cantidad necesaria de libras para financiar semejante expedicion. Tambien era verdad que l'af aire Dior se habia iniciado porque habia ganado cien libras en una quiniela de futbol, sin las cuales quiza no habria llegado a emprender la tarea de ahorrar otras trescientas cincuenta. Seguia jugando a las quinielas, pero sin la honda conviccion gracias a la cual a veces la fortuna sonrie. Y sabia perfectamente que ese tipo de rayo nunca caia dos veces en el mismo sitio. Sin embargo, en el mismo momento en que al pequeno Henry, silenciado por los espantosos aullidos de Kentucky Claiborne, lo estaban zurrando en la cocina del numero 7 de Willis Gardens, y mientras lo mandaban a la cama mal alimentado una noche mas, el Destino ya estaba preparando el terreno para un cambio asombroso que iba a producirse no solo en la vida del nino, sino tambien en la de Ada Harris y la senora Butterfield. No se obro ningun milagro, ni hubo nada sobrenatural; solo paso que dos grupos de hombres se reunieron frente a frente en una mesa de direccion de la sala de juntas y reuniones de un gigantesco estudio de Hollywood, de cine y television, a nueve mil quinientos kilometros de distancia, mientras se lanzaban miradas asesinas con toda la mala fe que pueden llegar a albergar unos hombres codiciosos, enzarzados en una lucha por el poder. Despues de siete horas, ciento tres cafes y cuarenta y dos Havana Perfectos, la maldad de las miradas no se habia atenuado, pero la batalla habia terminado. Se envio un cablegrama que tuvo consecuencias directas e indirectas en la vida de un extrano conjunto de personas, algunas de las cuales ni habian oido hablar de la North American Pictures and Television Company Inc. Entre los clientes a cuya casa la senora Harris <> no solo con regularidad sino tambien con entusiasmo, pues tenia sus preferencias, estaban el senor Joel Schreiber y su mujer, que vivian en un piso de seis habitaciones en la ultima planta de una de las casas reformadas de Eaton Square. Joel y Henrietta Schreiber eran una pareja de estadounidenses, de mediana edad y sin hijos, que llevaban tres anos instalados en Londres, donde el senor Schreiber trabajaba de representante y director de distribucion en Europa de la North American Pictures and Television Company. Habia sido gracias a la bondad de Henrietta Schreiber como la senora Harris habia podido cambiar sus libras, que tanto le habia costado ganar, por los necesarios y exportables dolares que le habian permitido pagar el vestido de Dior en Paris. Ni una ni otra habian tenido la menor idea de que al hacerlo estaban violando la ley. Tal como lo veia la senora Schreiber, ?acaso no iban a seguir las libras estando con ella en Inglaterra, sin salir del pais, que era lo que querian los britanicos? Tambien es cierto que la senora Schreiber era una de esas personas aturulladas que nunca llegan a entender del todo como funcionan las cosas, o como deben funcionar. Con la ayuda diaria y los consejos de la senora Harris, la mujer habia llegado a acostumbrarse a llevar una casa en Londres, a ir de compras por Elizabeth Street y a cocinar ella sola, mientras, gracias a la energica aparicion de Ada dos horas al dia, su piso estaba impoluto. Era muy probable que, si surgian contratiempos o un cambio repentino, a la senora Schreiber le diera un ataque. Al ser una persona que, antes de instalarse en Inglaterra, se habia visto obligada a aguantar al tipo de servicio domestico disponible en Hollywood y Nueva York, Henrietta era una ferviente admiradora de la rapidez, eficiencia y facilidad para que el polvo desapareciera de la senora Harris, y, sobre todo, de su capacidad de lidiar con casi cualquier situacion que se presentase. Joel Schreiber, como el soldado raso de Napoleon que portaba una vara de mariscal en el macuto, llevaba en el maletin un sello de presidente de una gran empresa imaginaria. Era un tenaz hombre de negocios que habia ido ascendiendo en la North American Pictures, que habia pasado de recadero a su puesto actual, pero siempre en el ambito ejecutivo; tambien tenia aspiraciones vinculadas a las artes y las letras, y sonaba con lo que haria si fuera presidente de la North American, una posibilidad tan remota que ni siquiera llegaba a comentarla con su Henrietta. El puesto que ocupaba el senor Schreiber no llevaba a la presidencia, ni a la creacion de estrategias, ni a reuniones con las grandes y medianas estrellas del sector del cine y la television. No obstante, cuando termino la reunion en Hollywood mencionada anteriormente y se mando el cablegrama, este tuvo como destinatario nada mas y nada menos que a Joel Schreiber, con las instrucciones de que trasladara tanto su despacho como su domicilio a Nueva York para ejercer durante cinco anos de presidente de la North American Pictures and Television Company Inc. Dos facciones de poder que luchaban por el control de la empresa, ninguna de las cuales era lo bastante fuerte para imponerse a la otra, proximas al agotamiento, habian accedido al fin a nombrar a Schreiber, un candidato inesperado y ajeno a ambas; por consenso, acabaron convirtiendolo en presidente de la North American. Despues del cablegrama que Schreiber recibio en su despacho esa tarde, se produjeron conferencias telefonicas, milagrosas conversaciones en <> celebradas con oceanos y continentes de por medio, en las que cinco personas (una en Londres, dos en California, dos en Nueva York) hablaron por telefonos distintos y lo hicieron como si todas estuvieran en la misma sala, y cuando el senor Schreiber, un hombrecillo fornido de mirada inteligente, llego a casa a ultima hora de esa tarde, estaba que no cabia en si por la ilusion y las noticias. No pudo contenerse, lo solto todo de golpe en cuanto cruzo la puerta. [?]Henrietta, !lo he CONSEGUIDO! Tengo que contarte una novedad, una importante. Soy presidente de la North American Pictures, !soy el responsable de todo! Van a ponerme una oficina en Nueva York. Tenemos que irnos dentro de dos semanas. Vamos a vivir en un piso enorme de Park Avenue, la empresa ya me ha buscado uno; es un atico, un duplex. Henrietta, ahora soy el mandamas. ?Que te parece? Formaban una pareja carinosa y afectuosa, asi que en primer lugar se abrazaron; a continuacion, el senor Schreiber dio unos pasos de baile con Henrietta, hasta que ella empezo a jadear mientras su corpulento y acogedor cuerpo se agitaba. [?]Te lo mereces, Joel -le dijo[?]. Lo tendrian que haber decidido hace mucho tiempo. Entonces, para tranquilizarse y ordenar las ideas, se acerco a la ventana y contemplo la sosegada y arbolada sombra de Eaton Square, con la calzada que la atravesaba por la mitad, y con una punzada penso en cuanto se habia acostumbrado a esa vida apacible, cuanto le habia gustado, y cuanto habia temido que la volvieran a llevar al barullo y el ritmo frenetico de Nueva York. Schreiber se paseaba entusiasmado por la casa, incapaz de sentarse, mientras docenas de pensamientos, grandes emociones e ideas nuevas, relacionados con su nueva posicion superior, le venian a la cabeza; de pronto se detuvo y solto: [?]Henrietta, si hubieramos tenido un hijo, ?no habria estado orgulloso de su padre ahora mismo? La frase se le clavo a la mujer en el corazon, donde se quedo temblando como un dardo lanzado a una diana. Sabia que aquello no pretendia ser un reproche, porque su marido no era un hombre de esos; eran palabras que solo surgian de las ganas que el habia sentido tanto tiempo de ser padre, ademas de marido. Y, ahora que de un dia para otro se habia convertido en alguien importante, ella entendia que ese deseo hubiera cobrado mayor intensidad. Cuando se aparto de la ventana, tenia lagrimas al borde de los ojos y solo pudo decir: [?]Ay, Joel, pero que orgullosa estoy de ti. El vio enseguida que la habia herido; se acerco a ella, le paso un brazo por los hombros y le dijo: [?]Oye, Henrietta, no me malinterpretes. No te eches a llorar. Somos una pareja muy afortunada. Ahora somos importantes. Piensa en lo bien que lo vamos a pasar en Nueva York, en las cenas que vas a organizar para un monton de gente famosa. Como suele decirse, seras la anfitriona perfecta, ya lo veras.

  • Bajo la piel del oceano de Carlos Pedros-alio

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    Hogar de una inabarcable variedad de seres vivos, desde las majestuosas ballenas hasta los incontables microorganismos que viven en cada gota de mar, los oceanos, masas de agua que han fascinado y atemorizado a los seres humanos desde siempre, y del que aprendimos a obtener alimentos que forman parte de nuestra dieta, siguen siendo un mundo abierto a la exploracion que guarda muchos misterios.
    Este libro levanta la piel del oceano y nos acompana con amenidad y con rigor cientifico desde la superficie de los mares hasta las fosas abisales. A bordo de un buque noruego en campana oceanografica, a partir de los datos que nos proporcionan los satelites o en un batiscafo para descender a las zonas mas profundas, el autor, biologo marino, nos propone un recorrido que nos ayudara a entender los ecosistemas marinos, la influencia decisiva de mares y oceanos en la regulacion del clima de todo el planeta, y, en definitiva, a cobrar conciencia de la necesidad de frenar su deterioro si queremos que nuestro mundo sea sostenible.

  • Zapatillas (A Swift Romance 1) de Terri Reid

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    Un romance breve inspirado en Taylor Swift
    Esta historia esta inspirada en la cancion de Taylor Swift: “You Belong With Me.” ("Estamos hechos el uno para el otro").
    Molly y Jack han sido vecinos y mejores amigos desde que eran pequenos. Pero el verano antes del ultimo curso de secundaria de Jack, el joven pasa todas las vacaciones lejos de Molly. Cuando regresa, no solo es su fisico lo que ha cambiado notoriamente, los sentimientos de Molly por el tambien lo han hecho. Desafortunadamente, el primer dia de clase el nuevo atractivo del chico capta la atencion de la principal animadora y la chica mas popular de toda la escuela. ?Tendra Molly siquiera la oportunidad de conquistar su corazon?
    Hay tres generaciones de fans de Taylor Swift en mi casa. Personalmente, me encanta que sus canciones retraten las preocupaciones y los lios mentales que todos experimentamos sobre todo en nuestra epoca adolescente, sentimientos que, por supuesto, todavia nos invaden en nuestra etapa adulta.
    Me diverti muchisimo escribiendo esta historia que ha sido revisada por una adorable lectora beta pre-adolescente y muchas mujeres quienes dejaron su adolescencia anos atras, y todas lo han disfrutado mucho. Se trata de un romance muy entranable y MUY apto para todas las edades.

  • Cerrado en invierno (Cuarteto Wisting 1) de Jorn Lier Horst

    https://gigalibros.com/cerrado-en-invierno-cuarteto-wisting-1.html

    Empieza el cuarteto Wisting.

  • France (Alaska 3) de N. Q. Palm

    https://gigalibros.com/france-alaska-3.html

    France es una lider algo controvertida, libre y enigmatica, llama la atencion alla por donde va. Solo ama a un hombre y ese es su hijo. Odia a los humanos y no deja pasar la oportunidad de expresarlo siempre que tiene la ocasion.

  • Camile (Las feas tambien los enamoran 1) de Elizabeth Urian

    https://gigalibros.com/camile-las-feas-tambien-los-enamoran-1.html

    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • El huesped de Valeriam Emar

    https://gigalibros.com/el-huesped.html

    Molly Darrow habia aprendido de la forma mas cruda que no debia confiar en los hombres. Ella habia tenido que regresar a su pueblo natal en Georgia para hacerse cargo de la cabana familiar: Space Mountand. Debia abrirla para un arrogante huesped que venia de Nueva york con la intencion de hacer negocios y traer el progreso al pueblo. Pero ella no dejaria que el atractivo y misterioso Noah Axelrod la enganara y descubriria lo que el trataba de esconder detras de dichas inversiones. Aunque vigilarlo se convirtiera en su pasatiempo.

  • Herencia maldita (eLit), Leona Karr de Leona Karr

    https://gigalibros.com/herencia-maldita-elit-leona-karr.html

    Un buen dia Carolyn Leigh se entero de que habia recibido una herencia de un abuelo al que ni siquiera habia conocido, pero tambien descubrio que quiza hubiera sido asesinado… y ella era la unica que podia ayudar a encontrar al asesino. Pero antes de empezar la investigacion, tenia que <> con Adam Lawrence, el sexy agente encargado del caso.

  • Solo quedo nuestra historia [LGBT] de Adam Silvera

    https://gigalibros.com/solo-quedo-nuestra-historia-lgbt.html

    Cuando Theo, el primer amor y exnovio de Griffin, muere ahogado en un accidente, su universo estalla. A pesar de que Theo se habia mudado a California para asistir a la universidad y habia comenzado a salir con Jackson, Griffin nunca dudo de que Theo regresaria con el cuando fuera el momento indicado. Pero ahora, el futuro, todo lo que tenia pensando para su vida, se esta derrumbando.
    Para empeorar las cosas, la unica persona que de verdad comprende el dolor de su perdida es Jackson. Pero sin importar cuanto se sinceren el uno con el otro, Griffin continua hundiendose en su dolor. Comienza a perderse en sus obsesiones y elecciones destructivas, mientras todos esos secretos que tiene tan bien guardados podrian destruir su vida para siempre.
    Si Griffin quiere reconstruir su futuro, primero debera enfrentarse a su pasado, a cada pieza desgarradora del rompecabezas de su vida.

  • Amor a Segunda Vista. El amor golpea dos veces de Karina Rolon Reyes

    https://gigalibros.com/amor-a-segunda-vista-el-amor-golpea-dos-veces.html

    Christian Dabance ha decidido
    empezar de nuevo lejos de su amor unilateral de
    diez anos. Nueva ciudad, nuevo trabajo, la
    perspectiva resulta atractiva con el cambio de aire, Sin
    embargo, cartas comenzaran a llegar a su despacho sin razon
    aparente devolviendole la ilusion que habia creido perdida.
    Ariadna Fellon es una chica entusiasta, ocurrente y bastante
    lenta en el amor, Tras el consejo de su mejor amiga decide
    plantarle cara al chico de le gusta de la unica forma que
    considero viable.
    Una carta diaria en el buzon del correo y una confusion
    en el destinatario son los ingredientes que uniran a dos
    personas que nada tienen que ver entre si.
    O eso es lo que ellos creeran.