• s alfredo gallone - S. Alfredo Gallone

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    Cuando Gabriel salio de su departamento se encontro con una manana tenida de un gris oscuro, desde la madrugada que la lluvia no cesaba. Observo como el viento sacudia las ramas de los arboles produciendo un sonido crepitante cuando las hojas chocaban entre si. Penso que la tormenta persistiria todo el dia. Resignado levanto el cuello de su campera, introdujo las manos en los bolsillos y camino con brio hacia la avenida. Era un dia muy frio del mes de mayo de 2012 en la ciudad de Buenos Aires, y como casi todos los dias se tomo su tiempo para pasar por el tradicional bar de la calle Corrientes, lugar al que concurria con su padre desde su adolescencia. Pero ahora que su padre ya no estaba lo hacia solo para saludar a Manuel, el viejo policia retirado a quien desde horas muy tempranas se lo podia encontrar tomando un cafe apenas cortado con un poco de leche, en el fondo del anejo y descascarado local. Gabriel sentia que Manuel siempre lo estaba esperando, es por ello que a pesar de estar a menudo apremiado por el tiempo, lo mismo disponia de un momento para pasar a saludarlo, compartir un frugal desayuno y contarle algo sobre su amada policia. El reloj del joven marcaba las diez y treinta de la manana justo en el momento en que salia presuroso del bar. Se encorvo, apreto la solapa de su campera contra su pecho y comenzo a caminar contra la pared de los edificios y comercios tratando de protegerse del agresivo temporal de viento y lluvia. Lamento olvidar su paraguas y el no haberse puesto unas botas. Sus clasicos mocasines marrones al momento de llegar a la entrada del subterraneo estaban completamente empapados. Gabriel Tomasini tenia veintiseis anos. Hacia dos meses que habia fallecido su padre, policia Federal retirado, unico familiar vivo que le quedaba y hombre al que amaba y admiraba profundamente. Es por ello que al hondo pesar se le sumaba la tremenda soledad. Alto, de porte imponente, sus cabellos largos y ondulados tenian un color dorado tirando a rojizo. Desde su graduacion, cinco anos atras, de la academia de policia, estaba asignado a la division homicidios de la superintendencia de investigaciones de la policia Federal Argentina. Por alguna amistad importante que en su momento tuvo su padre dentro de la fuerza, pudo elegir ese destino. Desde muy chico sonaba con ser un investigador de homicidios, y ahora, con su sueno ya cumplido, solo restaba perfeccionarse, acumular mas conocimientos y experiencias a los ya adquiridos en estos cinco anos. Bajo con cautela las escaleras de la estacion Malabia de la linea B del subterraneo. Los escalones con terminacion de metal simulaban una cascada de agua turbia que arrastraba consigo las hojas caidas de los arboles y panfletos que generalmente se reparten en la zona y la gente los termina arrojando descuidadamente a la acera. Todo esto era un condimento ideal para resbalar y darse un buen golpe. Llego a los molinetes, paso la tarjeta por la ranura lectora y empujo con sus piernas la barra de metal que giro hacia adelante permitiendole el acceso a un anden que se encontraba extranamente desierto. El joven policia sentia algo especial en ese lugar, como cuando era nino y se escondia en algun sitio tratando de que nadie lo encontrara, era como una sensacion de aventura que le producia un agradable hormigueo en su estomago... En el subte, esta sensacion era inexplicablemente similar a aquella, muy placentera. De alguna manera esto hacia que se olvidara momentaneamente de la incomodidad que le producia el estar empapado hasta los pies. Podia ver el vaho de su aliento delante de su cara mientras pensaba resignado que hasta la noche no regresaria a su departamento. Micaela Paez tenia veinte anos, sus familiares y amigos le decian Micky. Desde los diecisiete vivia en un hospedaje de senoritas en la calle Malabia. Oriunda de la Ciudad bonaerense de Chivilcoy, hija de chacareros en muy buena posicion economica. Estudiaba medicina en la UBA. Habia sido dotada de un fisico privilegiado, de estatura media, cabellos renegridos largos hasta su cintura, su tez daba la impresion de estar permanentemente bronceada, lo que hacia resaltar sus enormes ojos claros, a estos atributos se le sumaban grandes senos dificiles de ocultar. Compartia su cuarto con otra estudiante, Carina Braco, seis anos mayor que ella. Esta joven carecia completamente de atributos fisicos femeninos, sus modales parecian mas los de un hombre que los de una mujer, estaba mucho mas adelantada que Micaela en la carrera de medicina, reconocida por sus pares y profesores como una alumna brillante, siendo para Micaela una ayuda importante, siempre y cuando no estuviera de mal humor. Carina nunca hablaba de su vida privada, no se sabia si tenia familia ni de donde provenia, solia cambiar rapidamente de tema cuando se le mencionaba algo al respecto. Trabajaba en una farmacia de una amiga en el centro de la ciudad, acomodando sus horarios a conveniencia. Acostumbraba ser muy amable y servicial en los pocos momentos en que no se encontraba estudiando. Ese dia Micaela tenia que rendir un parcial y quedo en encontrarse en la esquina de Malabia y Corrientes con Roberto, quien cursaba con ella. Ambos oriundos de la misma ciudad, en el caso de Roberto de un pueblito cercano a Chivilcoy. Roberto Spada tenia veinticinco anos y estaba un poco atrasado en sus estudios. Micaela cumplia un rol fundamental en su vida. Cuando este se deprimia y queria dejar la facultad, ella le trasmitia confianza, dandole la fuerza necesaria para continuar un poco mas. Roberto vivia en un caseron alquilado por varios estudiantes en la zona de Chacharita. Trabajaba algunas horas por la tarde en un importante laboratorio en el barrio de Barracas. Era un joven muy extrovertido, simpatico, de cara redonda, con una permanente sonrisa como dibujada en su rostro, de mediana estatura, sus cabellos lacios castanos claros le caian permanentemente en su frente estorbandole la vision y en un acto reflejo los acomodaba con su mano hacia atras. Tenia manos pequenas y muy bien cuidadas, se preocupaba mucho en mantenerlas asi, decia que para ser un buen cirujano sus manos deberian estar siempre impecables. Desde el dia en que se conocieron se sintio muy atraido por ella, pero nunca se atrevio a decirle nada. Con el paso del tiempo se fue forjando una sana amistad que el nunca se atrevio a arriesgar; es asi que desde entonces, aparentemente resignando, pareciera conformarse con esa relacion. Roberto la estaba aguardando debajo del alero de un banco HSBC que se encontraba justo frente a la bajada del subterraneo de la linea B que recorria de Leandro. N. Alem a la avenida De los Incas. Cuando la vio venir corriendo con la cabeza gacha en su direccion, se apresuro en ir a su encuentro para protegerla de la copiosa lluvia. Se saludaron con un beso en la mejilla y cruzaron juntos la avenida Corrientes para acceder al subte en direccion al centro. Arreciaba de tal manera el viento y la lluvia que llegaron mojados al anden. Micaela miro la hora y se tranquilizo, venian bien con el tiempo. Escucharon a lo lejos una formacion que se acercaba. Las unicas tres personas que se encontraban en la estacion se aproximaron a las vias para ver de que lado venia el tren. Fue inevitable para el joven policia no prestarle atencion a aquella morocha de cabellos largos renegridos y de grandes ojos claros que se encontraba tan solo a tres o cuatro metros de el, tambien advirtio que un joven la acompanaba. Como el decia ser un hombre de codigos, jamas podria mirar a una mujer que estuviese acompanada por un hombre... Pero, en este caso en particular le costaba abstraerse, pensaba que no podia dejar de admirar tanta belleza. Es asi que en un determinado momento en que muy discretamente la estaba observando de reojo, sus miradas se cruzaron y entonces, algo magico ocurrio, la joven aparto rapidamente la suya un tanto confundida y ruborizada. En ese preciso momento distrajo su atencion un tren que gruno a la distancia y un olor rancio los asalto casi de inmediato. Se acercaron a las vias para comprobar que una formacion se acercaba rapidamente. El tren inundo la estacion con un chirrido insoportable, era el sonido de hierros rozando entre si al aplicarse los frenos. Cuando la formacion finalmente se detuvo accedieron, por distintas puertas, los tres al mismo vagon. La mayoria de los asientos se encontraban vacios. El joven policia aguardo disimuladamente a que la pareja se ubicara, luego lo hizo el de frente a ellos a no mas de tres metros y junto a una de las puertas. A Gabriel todo le parecia muy loco, pero necesitaba cruzar de nuevo una mirada con esa joven, aunque sea una vez. Queria corroborar si lo experimentado en el anden se volvia a repetir, --?o tan solo se trato de un momento unico e irrepetible? --se preguntaba. Pasaron varias estaciones sin que Micaela prestara atencion a otra cosa que no sean los apuntes que tenia entre sus manos. Gabriel se desesperaba tratando de buscar su mirada, debia hacerlo muy discretamente para no llamar la atencion y ofender al hombre que la acompanaba. Pero nada ocurrio, la joven seguia inmersa en sus papeles. Micaela se sobresalto con el suave codazo de Roberto advirtiendole que debian bajar en la proxima estacion. Cuando el tren se detuvo la joven doblo rapido sus apuntes, los coloco bajo sus axilas, se levanto, tomo la cartera que habia dejado en el asiento contiguo y giro para ver donde estaba Roberto, quien ya se encontraba parado frente a una de las puertas de salida, (casualmente junto a la que estaba sentado Gabriel). Micaela se apresuro y se ubico detras de el. Cuando las puertas se abrieron y Roberto dio un paso hacia adelante, Micaela y Gabriel quedaron enfrentados, sus miradas nuevamente se cruzaron, ella tuvo que esforzarse para avanzar, se sintio nuevamente confundida y ruborizada, ninguno de los dos podia dejar de mirarse, esta vez la sensacion fue mucho mas profunda que la anterior, Gabriel solo pudo esbozar una timida sonrisa que Micaela no pudo evitar devolver mientras pasaba lentamente junto a el. Ni bien accedio al anden tropezo de frente con Roberto, quien evidentemente habia sido testigo de lo ocurrido. Le costo seguir el ritmo de su companero, quien contrariado, dio media vuelta y salio como disparado vertiginosamente hacia la salida. Gabriel descendio en la estacion Florida. Entretanto caminaba como un sonambulo por la estacion en busca de la salida, una voz estridente pronunciando su nombre lo hizo salir de su agradable letargo. --!Gabriel!

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    1 sept 2021 — S. ALFREDO GALLONE · Dónde encontrar "El Iniciado" · Sinopsis de: "El Iniciado" · S. ALFREDO GALLONE · Valoraciones y comentarios · Libros ...

  • EL INICIADO de S. ALFREDO GALLONE | Casa del Libro

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    Un veterano policía federal retirado y miembro de una antigua hermandad, se ve involucrado en una serie de circunstancias dentro de la misma Orden.

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    Cuando Gabriel salió de su departamento se encontró con una mañana teñida de un gris oscuro, desde la madrugada que la lluvia no cesaba.

  • Sabino Alfredo Gallone - Libros de este autor - Bubok Argentina

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  • El Ser de un Policía by S. Alfredo Gallone - Goodreads

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    Un hombre dedicado a su oficio x vocación y con la capacidad de plasmar en este libro, vivencias q x increíbles q parezcan son reales. Felicitaciones

  • Amor vidente de Elizabeth Pineda

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    Por fin ha llegado el dia que tanto he esperado. Estoy sentado en la cama de mi habitacion esperando a que Elyon me llame y me diga a quien ha elegido para ser mi companera. En la vida de todo vidente llega el punto donde no puede continuar solo y Elyon le obsequia a la mejor persona para que este a su lado. Ese dia ha llegado para mi. De pronto las luces parpadean, todo se pone borroso y luego, El aparece. --Has aguardado mucho tiempo para esto --dice. --Asi es --contesto emocionado. --Me fue dificil encontrar a alguien para ti, pero finalmente he hallado a la mujer perfecta. Lo mejor de Elyon es que nunca se anda con rodeos y dice las cosas directas. Una imagen comienza a titilar delante de mis ojos y poco a poco aparece la imagen de una joven mujer. La observo con detenimiento, sin perderme un detalle de su identidad, pero... algo anda mal, ella no puede ser la mujer que ha escogido para mi. --Debe ser una broma --comento. --No, jamas bromearia con algo asi. --No me pidas eso por favor --suplico--. He sido leal a ti. Jamas he hecho nada malo. --Asi es como deben ser las cosas hijo mio --responde inflexible. --No, tu... no me puedes hacer esto. Toda mi vida he sonado con conocer a una hermosa chica y enamorarme de ella. --Ella es la chica que elegi para ti. --Te he dedicado mi vida entera, lo menos que podria esperar por eso es una buena esposa. --Sabes bien que mi decision ya esta tomada. --Tu me odias ?cierto? --Claro que no, hijo yo te a... --!Es una prostituta! --Lo interrumpi--. ?Donde esta el amor en eso? --Es suficiente, hablare contigo despues. --!No, no! --grite esperando que se quedara un momento mas, pero unos segundo mas tarde, el extasis termino. 1 Keren Levanto la cabeza hacia el balcon con la esperanza de que Dario no se encuentre ahi, si ve que me siento un segundo, se enfadara; pero lo necesito, necesito quitarme los malditos tacones que estan matandome. Llevo toda la noche trabajando sin parar, creo que merezco un descanso. Por fortuna, el balcon esta vacio, quiza ya esta en su oficina contando sus ganancias de la noche. Me dirijo discreta hacia el bano, donde nadie me molestara. Una agradable sensacion recorre mis piernas cuando el primer tacon cae. Suspiro de alivio y luego masajeo mis pies. Se que la vida que llevo no es la mejor. Cuando me ven, muchos me llaman mujer perdida, otros me llaman zorra o prostituta, pero la mayoria prefiere decirme dama de compania, tal vez sienten que asi me ofenden menos. Honestamente, no me interesa lo que piensen, me gano bien la vida; y por lo menos no estoy robando como hacen otros. Tan solo desearia que los turnos no fueran tan largos. --?Keren? --La voz de mi amiga Talita suena dentro del bano--. ?Estas aqui? --Aqui estoy Talita --respondo con cansancio--. ?Que necesitas? --Amiga, Dario te busca. Acaba de entrar un nuevo cliente, quiere que lo atiendas. "Dios ?es enserio?" pienso, esto tal vez retrase mi salida. Tomo mis tacones en las manos y salgo del bano. --?Por que debo atenderlo yo? --pregunto molesta --Casi es mi hora de salida. --Lo se Keren, pero Dario dice que este es un cliente nuevo, y quiere mostrarle lo mejor para que regrese mas adelante. --?Asi que yo soy de lo mejor? --pregunto con sarcasmo. Talita solo se encoge de hombros--. Bien, ire, pero no prometo nada. --Keren, espera --dice y me toma de un brazo--, retoca un poco tu maquillaje, esta terrible y ponte los tacones. Por lo que vi, este cliente es de los dificiles. --?A que te refieres? --Ya lo veras cuando salgas. Sigo el consejo de mi amiga, y retoco un poco mi maquillaje, ella tiene razon, esta terrible. Cuando salgo minutos despues, todo esta vacio, excepto por un joven sentado en la barra. Esta de espaldas a mi, pero aun asi puedo percibir que es atractivo. Tiene hombros anchos, cabello corto y ademas es alto, quiero decir, muy alto. Lleva una chaqueta de piel negra y unos vaqueros desgastados que le vienen muy bien. Me acerco hacia el con la sonrisa mas provocadora que puedo fabricar. --Hola guapo --saludo mientras rozo su espalda con mis dedos. Aunque el ni se inmuta--. Nunca te habia visto por aqui. Cuando me siento a su lado, el joven levanta la vista de la barra y me mira con aburrimiento, ahora veo a lo que Talita se referia. --?Como te llamas? --pregunto para no dejar morir la conversacion. A pesar de mi pronunciado escote, sus ojos se mantienen fijos en los mios, me doy cuenta que detras de sus gafas, hay unos increibles ojos azul electrico. --Ezequiel --responde casi a la fuerza. --Bueno, Ezequiel, dime ?por que eres tan callado? El se rie cuando pregunto eso, quise darle una bofetada por cretino, pero Dario me observaba desde el balcon. --?Que es tan divertido? --le pregunto poniendo mi mano en su pierna, una tactica que nunca me ha fallado, pero el la aparta de inmediato. --Ustedes las prostitutas son todas iguales --dice con arrogancia. Me parece que alguien mas se esta dando cuenta de las dificultades que este cliente representa para mi. Poco a poco escucho como la musica comienza a subir de nivel y eso me da una idea. --Tal vez no --comento--, ven a bailar conmigo, te mostrare algunos pasos. De nuevo, cuando intento tomar su mano para sacarlo a bailar, el la retira y la esconde en la bolsa de su chaqueta. --?Por que no mejor te vas por ahi a saquear el armario de tu hija? --dice fastidiado. Ese comentario es el colmo para mi, ya no me interesa que Dario este cerca y me levanto furiosa. --Escucha cretino infeliz, si tanto te molestan las prostitutas ?Por que no regresas al monasterio de donde saliste? El ni siquiera se molesta en mirarme, tan solo toma su ridiculo vaso con agua y le da un sorbo. En segundos aparece Talita a mi lado. --Keren, tranquila --me dice y luego me toma de los hombros para alejarme de el. Se que quiere evitar que haga un escandalo mayor y Dario termine por correrme. --!Espera! --grita Ezequiel cuando ya nos hemos alejado algunos pasos-- ?tu nombre es Keren? --!Que te importa! --le respondo furiosa y luego me alejo con Talita hacia las habitaciones. Talita empuja la puerta de la habitacion mas proxima y nos metemos en ella. --Amiga, tienes que calmarte --dice--, te has molestado con tres clientes esta semana. Dario no te agradecera que hayas perdido a este ultimo. --Es un completo cretino --digo en tono cansino. --Todos los que vienen a este lugar son unos cretinos --apunta. --Si pues... este se lleva el premio mayor. --Piensa en Esteban, tu necesitas este empleo para darle sus estudios. Me siento en la cama para quitarme los tacones y volver a masajear mis pies. Esteban es mi pequeno de cinco anos, lleva meses diciendome que quiere entrar a la escuela para tener amigos, pero no puedo pagar una escuela, apenas si puedo mantenernos a los dos, y si pierdo este empleo con toda seguridad ni eso podre hacer. --?Como esta por cierto? --pregunta Talita. --No lo se --suspiro--, siempre llego directo a dormir. Cuando despierto, el solo se limita a mirar television. --Tienes que hacer algo por ese nino Keren, el esta creciendo y tu lo estas perdiendo. --?Crees que no lo se? --suelto de pronto--. Se que no soy la madre del ano pero... no puedo yo sola. --Esta bien, tranquila, se que es dificil. Talita estaba a punto de sentarse a mi lado cuando Dario entro en la habitacion. Miro a mi amiga y le hizo una sena para que saliera, Talita obedecio de inmediato.

  • Deep (Stage Dive 4) (Traduccion), Kylie Scott [PDF] de Kylie Scott

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    No pierdas el ritmo con la cuarta y ultima novela exito en ventas del USA Today de la serie Stage Dive de Kylie Scott

  • La cabeza de Diana de Francisco Granado Castro

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    Septiembre de 1940. Durante la batalla de Inglaterra, cuando Londres sufre los mas feroces bombardeos de la Luftwaffe, circula por el mercado negro una estatua robada, la cabeza de Diana. La policia sospecha que puede haber caido en manos del espia aleman mas esquivo y peligroso, apodado en clave el Baron. Emma Wells, una experta en arte antiguo de Oxford, es reclutada para buscar e identificar la cabeza de Diana en Londres. Pero no persigue solo la estatua, sino a un antiguo amor.

  • Algo tan (estupido) estupendo como el amor de Nina Minina

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    Dejar de ser una nina de papa no es facil, como tampoco lo es reinventarse a una misma y empezar de nuevo. Si no, que se lo pregunten a Malena, que ultimamente no esta viviendo su mejor momento, apartada de su familia y con la sombra de un escandalo sobre su cabeza.
    La oportunidad se le presenta en forma de entrevista de trabajo para una gran editorial. Lo que no sabe Malena es que su futuro jefe tiene unos planes diferentes para ella. A partir de ese momento, algo cambiara, y Malena, poco a poco, ira encontrando todos los ingredientes que le brinda el destino para obtener la formula magica que pinta de colores cada instante de la vida.

  • Encontrarte de Mar Vaquerizo

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  • Un nuevo comienzo (Edentown 12) de Annabeth Berkley

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    Era sabado por la manana. Brooke Sawyer estiro los brazos perezosa. El sol entraba por la ventana de su dormitorio y no tenia ninguna prisa por levantarse. Ya madrugaba demasiado durante la semana para ir a trabajar como profesora al instituto como para hacerlo tambien el fin de semana. Miro el reloj digital de su mesilla. Marcaba las nueve de la manana. Aun asi, ya habia dormido suficiente, penso sonriente. Se levanto con calma. No tenia ningun plan mas que seguir estudiando el ultimo master online al que se habia apuntado. Esta vez era sobre Igualdad de genero, algo que le parecia muy interesante y que, sin duda, le ayudaria a mejorar de alguna manera a la hora de impartir sus clases. El anterior que habia cursado sobre Inteligencia Emocional, lo estaba poniendo en practica con grandes resultados. Bajo las escaleras tranquila y satisfecha mientras se recogia su larga y ondulada melena oscura en una coleta. Fue a prepararse un cafe en la cocina, cuando se quedo parada. ?Habia visto algo al pasar por el salon? Retrocedio sobre sus pasos y se quedo quieta en la puerta. No podia ser cierto. --?Dan? --pregunto con el ceno fruncido. El hombre alto y rubio que estaba en el salon con los brazos de jarras y cabizbajo cogio aire antes de darse la vuelta y mirarla. --Brooke --le dijo a nombre de saludo. Brooke le miro boquiabierta. --?Que estas haciendo aqui? --Tambien es mi casa --le recordo con una sonrisa cinica. Brooke noto que una rabia tremenda se apoderaba de ella. Una rabia que se acentuaba al ver que seguia siendo tan guapo y atractivo como recordaba. Deberia estar prohibido ser perfecto, penso malhumorada. --?Que pretendes? --le pregunto airada--. No pensaras quedarte aqui. --?Por que no? --le pregunto insolente aparentando diversion--. Esta casa es muy grande para ti sola y la mitad es mia. Asi que tengo el mismo derecho que tu. Brooke entro en el salon con los brazos en jarras, en la misma posicion que el y miro la coleccion de maletas y mochilas deportivas que habia a su alrededor. --Pero ?para cuanto tiempo has venido? ?Es que piensas quedarte todo el verano? Dan Sullivan hizo un gran esfuerzo para no decirle lo que realmente pensaba de semejante recibimiento. Apreto los labios con fuerza para evitar que varias palabras malsonantes salieran por su boca. Bastantes problemas tenia en su vida como para tener que lidiar con una solterona frigida y amargada, penso ocultando la furia que sentia. Tenia tanto derecho como ella a vivir en esa casa y estaba decidido a ejercerlo. --Podria decirse que si --le confirmo ocultando que iba a quedarse mas tiempo--. Asi que si tienes algun problema al respecto es cosa tuya. No te voy a quitar la habitacion, me quedare con la del final del pasillo. Dan paso por su lado, cogio dos maletas y subio por las escaleras sin mirarla. Brooke lo vio subir, incredula. Eso no podia ser cierto. No podia estar sucediendo de nuevo. Pero lo peor de todo era tener que darle la razon. Realmente tenia el mismo derecho que ella a estar alli. Su tia se habia casado con el tio de el en segundas nupcias, habian comprado la casa juntos y ambos la habian heredado a partes iguales cuando ellos habian fallecido en accidente de trafico hacia unos diez anos. Fue a la cocina muy molesta. Abrio el armario donde tenia el cafe y cerro la puerta con fuerza. Preparo la cafetera con movimientos secos y bruscos mientras murmuraba todas las groserias y palabras malsonantes que le nacian de dentro. Dan volvio a por el resto de su equipaje y miro hacia la cocina donde una visiblemente malhumorada Brooke preparaba el cafe. La observo con una mueca. Iba descalza y con un pijama veraniego de dos piezas. Tuvo que reconocer que el tiempo la habia tratado bien. La chica que habia conocido e ignorado en el instituto se habia convertido en una mujer atractiva y por lo menos ya no se escondia tras las horribles gafas de pasta que llevaba siempre y sus oscuras ropas dos tallas mas grandes. Ahogando un suspiro subio otras dos maletas. Ella no iba a sacarle de alli y eso lo tenia claro. El habia vuelto a Edentown para quedarse, por lo menos de momento y la casa era suficientemente grande para los dos como para no tener que mirarse siquiera. Sonrio con ironia. En la casa podrian no cruzarse, pero ella no parecia saber que iba a trabajar el ano siguiente como entrenador del equipo de beisbol del instituto donde ella daba clases. Hizo una mueca. Si no lo queria ver era su problema. El debia preocuparse por el, por rehacer su vida, por pensar en su futuro. Necesitaba tranquilidad, espacio, calma, y estaba seguro de que en Edentown iba a encontrarlo. Su ultima lesion en el campo de juego habia acabado definitivamente con su carrera deportiva. Aun no habia saltado la noticia a los medios, y no sabia cuanto tardaria en hacerlo. Habia contactado con el entrenador de su instituto para conocer la posibilidad de entrenar a los estudiantes. Para el habia sido muy humillante, pero queria seguir vinculado al beisbol y era lo primero y lo unico que se le habia ocurrido. Afortunadamente el entrenador Mitchel iba a jubilarse al ano siguiente y se sintio muy afortunado de cederle el puesto sin tener que preocuparse por nada mas. Dan se habia propuesto que fuera temporal mientras pensaba que hacer con el resto de su vida. No habia sido justo que todo su futuro se desmoronara por una estupida lesion. Y no le habia gustado nada tener que decir adios al exito y a la fama. Los contratos publicitarios habian desaparecido. Las llamadas para asistir a las galas deportivas se habian esfumado. Las citas con las modelos y actrices del momento se habian cortado por lo sano, y las pocas entrevistas que habia tenido en los ultimos dos meses habian sido para preguntar maliciosamente por su declive profesional y personal. Poco despues de su accidente habia estado en Edentown para el evento deportivo que se habia organizado en primavera. Habia recordado lo que era un hogar, lo que era estar rodeado de gente que lo conocia desde siempre. Se habia sentido aceptado incluso por antiguos companeros del instituto y eso que reconocia que en su juventud se habia comportado como un autentico idiota. Ya no habia vuelta atras, penso cerrando la puerta de la habitacion en la que iba a quedarse. ?Que habia hecho Brooke con esa habitacion? Pintarla en amarillo y combinarla con tonos azules. Hizo una mueca. Era demasiado femenina para su gusto. Demasiado luminosa, demasiado alegre. Penso en su elegante y lujoso apartamento en la ciudad. Tenia que pensar que hacer con el. Lo habia cerrado con la esperanza de poder volver algun dia, pero sabia que las estrellas de beisbol lesionadas tenian una vida muy fugaz, y mas cuando dejaban de jugar en mitad de la temporada. Maldijo la lesion que le habia sesgado su carrera deportiva y maldijo la soledad tan grande que sentia. Se sento sobre la cama. Si por lo menos Erin no hubiera empezado a salir con el medico ese del que parecia que estaba tan enamorada... Su eterna novia del instituto, tan bonita, tan encantadora... siempre habia estado a su lado. Le habia seguido a la universidad y el se habia portado con ella como el egocentrico irresponsable que era. La habia abandonado embarazada... Por entonces le habia parecido bien. No iba a cargarse con una mujer y un crio cuando empezaba a lanzarse su carrera profesional. Pero ahora no tenia tal carrera, ni a Erin ni al nino que habia perdido poco despues de descubrir que estaba embarazada. Se dejo caer, resbalando, desde la cama hasta la alfombra del suelo. No se podia sentir peor. Estaba completamente solo. Sus padres se habian mudado a la costa hacia tiempo. Llevaban su propia vida. El no iba a preocuparles con sus problemas. La tristeza le arraso los ojos llenandolos de lagrimas. Quiza solo fuera una mala racha, penso. Ademas, Dan Sullivan no tenia problemas, se repitio como tantas veces el ultimo mes. Estiro el brazo hasta una de sus mochilas. Abrio la cremallera y saco la botella de whisky que habia comprado poco antes de llegar a Edentown. Miro por la ventana. El sol lucia radiante, ajeno a todo lo que sentia, penso malhumorado. Abrio la botella. Sabia que era demasiado temprano para beber. Sabia que no solucionaba nada entregandose al alcohol. Ya habia comprobado que tampoco le servia como via de escape. Sabia que ni siquiera le convenia hacerlo. Pero le dio igual. Todo le daba igual. El cafe no habia hecho que el malhumor que sentia Brooke se desvaneciera. Subio a darse una ducha sin comprender que pretendia Dan quedandose alli en Edentown. Esperaba que no hubiera vuelto por Erin. Erin McNamara era muy feliz con Dylan Blake. Ya les habia ocasionado problemas en su anterior visita para la celebracion del evento deportivo. No iba a dejar que les volviera a fastidiar. Ella sentia mucho aprecio por su inseparable companero de instituto y aunque, a veces, todavia le molestaba que Erin fuera tan encantadora y perfecta se alegraba por ambos. Se metio en el cuarto de bano para ducharse. Dan Sullivan no iba a interferir en sus planes de fin de semana. Abrio el grifo del agua. Los pocos dias que habia estado Dan en la primavera y en los que tambien se habia empenado en compartir la casa con ella, apenas habian intercambiado unas pocas palabras. Dan tenia demasiada vida social en Edentown, y cuando no estaba alternando con alguien se encerraba en la habitacion. Brooke recordo que le habia sorprendido bebiendo solo en casa mas de una vez, pero no le presto mayor atencion. Siempre habia ido un idiota egoista y prepotente. Aunque, tenia que reconocer a reganadientes que, desde que habia vuelto a verlo casi sentia pena por el. Todo lo extrovertido, sonriente y exitoso que parecia, desaparecia al entrar en casa. Se encerraba en el dormitorio que habia escogido como propio y no lo volvia a ver hasta el dia siguiente con otra radiante sonrisa segundos antes de pisar la calle. Tambien recordo los dias de instituto cuando el era el capitan del equipo de beisbol. Popular, atractivo a mas no poder y el que se llevaba todas las miradas de las estudiantes. Ella no lo soportaba. Siempre sonriendo, siempre tan guapo, siempre tan atento con su eterna y perfecta novia, la capitana del equipo de animadoras. Jamas se habia fijado en ella. Resoplo molesta. No iba a conseguir estropearle el fin de semana. El agua de la ducha empezo a salir fria, motivo perfecto para salir de alli, secarse el cabello y empezar a estudiar su master. Y, por supuesto, ignoraria a Dan, como siempre habia hecho.

  • Cuentos de Antonio Tabucchi

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    La maestria literaria de Antonio Tabucchi no se plasma solo en sus novelas, sino que tambien impregna su produccion cuentistica. Reunimos en este volumen los cinco libros de relatos del escritor italiano (aunque portugues de adopcion), que permiten valorar su virtuoso dominio de la forma breve, asi como la variedad de sus tematicas y sus escenarios.
    El lector se topara aqui con una Toscana secreta y embrujada, con las calles de Lisboa, Estambul, Varsovia y Bucarest, con un tren que hace el recorrido entre Bombay y Madras, con un Berlin por el que deambula un ex agente secreto que espio a Bertolt Brecht y con las historias de ballenas y balleneros de las Azores que configuran Dama de Porto Pim.
    Y aparecen perdedores que nunca se dan por derrotados, viajeros sin rumbo, contadores de historias, personajes sacados de El gran Gatsby e incluso algun fantasma. Todos ellos protagonistas de unos cuentos cosmopolitas y filosoficos, que condensan todas las virtudes -elegancia, sutileza, capacidad evocadora, profundidad- de ese escritor portentoso que fue Antonio Tabucchi.

  • La llave de la buena vida de Joan Garriga

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    El mayor regalo que le hacemos a un hijo es, sin duda, entregarle su propia vida. A lo largo de ella, disfrutara de muchos momentos de crecimiento, expansion y felicidad, pero tambien sufrira otros de perdida, recogimiento y dolor. En el relato que abre este libro, unos padres deciden regalarle a su hijo, al cumplir los dieciocho anos, una llave de tres
    dientes para ayudarle a abrir las distintas puertas que se iran mostrando ante si.
    A partir del relato, Joan Garriga toma posicion y habla desde su amplia experiencia como terapeuta en un texto que nos ilumina en el intento de vivir plenamente en un mundo cada vez mas complejo. Los tres dientes de la llave son los tres recursos a los que debemos
    acudir siempre, sea cual sea la situacion, y son la verdad, la valentia y la conciencia. Es decir, el ser uno mismo, el coraje para perseverar ante los contratiempos y el mantenerse despierto a la propia existencia y lo que nos rodea. Si usamos esta llave, alcanzaremos la buena vida,
    que no es otra cosa que ser capaces de tomar y soltar con alegria aquello que la vida tiene reservado para nosotros, o, lo que es lo mismo, <>.

  • Furia y poder de D. Martin

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    Sebastian Costa llega a la ciudad paradisiaca de Los Cabos, en Mexico. A primera vista parece un hombre normal que disfruta de sus vacaciones, pero oculta un siniestro pasado. Un pasado en el que era un brillante medico que trabajaba bajo las ordenes de la Familia Di Tella, una de las mafias mas poderosas de Italia. Tras una cirugia de rutina termina ocasionando la muerte de uno de los miembros mas influyentes de la organizacion. Su complice y amante tambien se ve inmiscuida y juntos idean el plan de escape, solo que todo resulta terriblemente mal y la situacion se convierte rapidamente en una carrera contra el tiempo, en la que un misterioso amuleto podria ser la clave para salvar sus vidas…

  • La conspiracion de los Illuminati de G. L. Barone

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    En lo mas profundo de la noche, una inmensa fogata ilumina repentinamente la ciudad de Turin y la peor de las noticias se dispersa por todo el mundo: el Santo Sudario ha sido destruido. Cuatro meses despues, en Roma, un escandalo convulsiona al Vaticano: el coronel Weistaler, jefe de la guardia suiza, ha sido asesinado brutalmente. ?Que une a estos acontecimientos aparentemente tan distantes? La investigacion de Stella Rosati, una joven fiscal italiana, revela la extrana relacion entre la elite de la Santa Sede, el presidente del Banco Vaticano, traficantes de armas y celulas terroristas islamicas. A la investigacion de Stella se unira Andreas Henkel, un exagente checo ahora al servicio del Vaticano.

  • La llegada del duque de Elisabeth Boyle

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    El dia amanecio como siempre lo hacia en mayo en la aldea de Kempton, con una brillante llovizna de rayos de sol, un toque de rocio en la hierba y los pajaros cantando alegres melodias en el jardin. Nada indicaba que aquel dia la senorita Tabitha Timmons no solo se veria prometida, sino que ademas se enamoraria locamente. Y no necesariamente seria todo con el mismo hombre. No, lo unico que Tabitha pensaba mientras salia aquella tarde de la casa del vicario, cerraba la puerta con cuidado detras de ella y se dirigia a su reunion de los martes de la Sociedad para la Templanza y Mejora de Kempton era que por fin podia escapar de las ordenes de su tia y de las quejas de su tio por tres maravillosas horas. --Ah, aqui estas --dijo la senorita Daphne Dale alegremente desde la cancela del jardin, donde esperaba a Tabitha--. Estaba empezando a temer que ella no te dejara venir --continuo hablando Daphne en un susurro mientras se agachaba para rascar detras de las orejas al Senor Muggins, el perro que siempre acompanaba a Tabitha. El gran terrier irlandes levanto la cabeza hacia Daphne y le dedico una mirada de pura admiracion con sus enormes y expresivos ojos marrones. --Entonces la tia Allegra tendria que ir en mi lugar, y que Dios la libre de que le encarguen alguna tarea --dijo Tabitha. Miro por encima del hombro y agradecio que las cortinas siguieran echadas, lo que significaba que su tia no estaba mirando, buscando alguna excusa para hacerla volver. --Que idea tan horrible --afirmo Daphne. Enlazo un brazo con el de su amiga y tiro de ella para alejarla de la casa del vicario, que una vez habia sido el hogar feliz de Tabitha. Todavia deberia serlo, situada donde estaba, baja y maciza a la sombra de la iglesia de Saint Edward, una enorme reliquia de la epoca normanda. La iglesia tenia altos muros de piedra, una nave larga y un campanario solo empequenecido por las alturas de Foxgrove, la propiedad cercana del conde de Roxley. Sin embargo, despues de que muriera su padre dos anos atras victima de una dolencia cardiaca y de que su tio se instalara alli como el nuevo vicario, ahora el amado hogar de infancia de Tabitha era un lugar deprimente y sombrio. Por lo menos, penso ella, todavia se le permitia asistir a las reuniones de la Sociedad, aunque solo fuera porque a su tia le parecia que la mision de proporcionarles cestas de caridad a las numerosas solteronas de Kempton era una tarea aburridisima. Caminaron sin prisa por Meadow Lane, el sendero estrecho que iba desde la casa del vicario a High Street, mientras Daphne parloteaba, poniendo a Tabitha al dia de los cotilleos del lugar. --… y lady Essex nunca permitira que Louisa y Lavinia se salgan con la suya en ese tema. Los banderines para el baile del solsticio de verano siempre han sido de color lavanda. !Verde manzana, imaginate! Tabitha sonrio y dejo que la chachara cayera sobre ella como si fuera un balsamo, porque cuando estaba con Daphne o en las reuniones semanales de la Sociedad, era facil creer que no habia cambiado nada en su vida, que una vez fue idilica. --Ayer, incluso fui a visitar a las gemelas e intente, muy educadamente, explicarles que, si insistian, solo conseguirian aumentar la ira de lady Essex. --Daphne suspiro--. !Oh, como les gustan los problemas a Louisa y a Lavinia! Tabitha miro a su amiga. --?De verdad pensabas que podrias hacerlas desistir de su empeno? --Tenia la esperanza --le confeso Daphne--. Y si eso no funcionaba, pense que mi nuevo sombrero las distraeria. Inclino la cabeza para ensenarle el sombrero de seda verde, que tenia un lazo gris que llamaba la atencion. Tabitha estaba acostumbrada a ver pavonearse a Daphne y se rio. --Has convencido a tu padre para que te adelante la asignacion, ?verdad? Su amiga sonrio sin mostrarse arrepentida. Le brillaron los ojos azules cuando levanto una mano enguantada para tocarse el estiloso borde del sombrero. --Si, y cada chelin ha merecido la pena --afirmo Daphne--. Tenia miedo de que papa no cediera antes de que la senorita Fielding lo descubriera y me lo arrebatara, !y ya sabes lo mal que le sienta el verde! Tabitha se rio. La rivalidad entre Daphne y la senorita Fielding aumentaba con cada ano que pasaba. --Creo que a ti te quedaria perfecto --dijo Daphne de pasada--. Podrias probartelo cuando lleguemos a casa de lady Essex. Miro a Tabitha con amabilidad y se mordio el labio inferior mientras esperaba su respuesta. Como sabia bien lo que pretendia hacer su amiga, Tabitha nego con la cabeza. --Sabes que ni siquiera puedo plantearmelo. ?No recuerdas como se puso mi tia cuando me diste esos guantes el invierno pasado? --No era caridad --afirmo Daphne frunciendo el ceno--. Y esto tampoco lo seria. Es solo que no tienes un sombrero nuevo desde… --Desde hace dos anos --replico Tabitha. Ni un vestido nuevo. Ni zapatos. Ni medias--. La verdad es que no me importa. --!Pues a mi si! --le espeto Daphne--. A tus tios deberia avergonzarles la forma en que te tratan, dandote migajas de mala gana. ?Que podia decir Tabitha? Todo era cierto. Su tia y su tio se habian alegrado mucho de adquirir la posicion elevada del estilo de vida de su padre cuando este habia muerto, pero ?se podia decir lo mismo de conseguir la custodia de su sobrina pobre? En lo mas minimo, sobre todo teniendo en cuenta que no tenian hijos. A la tia Allegra, que no tenia ni una sola celula maternal en todo su cuerpo, incluso le gustaba quejarse de que su sobrina ocupaba demasiado espacio en el rincon del desvan que le habian asignado gentilmente para dormir. A Tabitha no le importaba vivir en ese escondite, porque era donde se guardaban los baules de su madre. Esa cercania le permitia captar de vez en cuando una nota del perfume de violetas que habia usado. Eran unos momentos tan vagos como los recuerdos que tenia de la gracil belleza que habia muerto de unas fiebres cuando ella aun era muy pequena. --Cada vez que tu tio da un sermon sobre la caridad, me dan ganas de levantarme y de decirle que es un hipocrita controlador --afirmo Daphne. --Eres incorregible --la regano Tabitha, aunque con poco entusiasmo, porque si habia alguien que velara por sus intereses, esa era Daphne. --?Quien es incorregible? --pregunto la senorita Hathaway cuando se unio a ellas en el punto en el que Meadow Lane se cruzaba con High Street. Fiel a su aspecto habitual, Harriet llevaba el borde del vestido lleno de barro, la ropa ligeramente arrugada, el sombrero torcido y en una de sus mejillas sonrosadas habia una mancha de algo. Probablemente se le habria hecho tarde y habria salido corriendo de los establos de Pottage sin haberse mirado en un espejo. Estaba claro que lady Essex se molestaria por la apariencia descuidada de su pupila. Su senoria estaba poniendo muchas esperanzas en llevar a Harriet a Londres y encontrar para ella un buen partido, aunque casi nadie en Kempton le daba mucho valor a tales ideas. Despues de todo, estaban hablando de <> Hathaway. --Yo --le dijo Daphne, y cambio de tema con habilidad--. Me he comprado un sombrero nuevo. Harriet le echo una mirada. --Oh, si, es verdad. ?No es el que me ensenaste la semana pasada en el escaparate de la senora Welling? Daphne asintio. --Es bonito, ?no te parece? Harriet lo volvio a mirar y dijo: --Si, pero creia que estaba adornado con una pluma. --La he quitado --contesto Daphne en voz baja, inclinando la cabeza con aire despreocupado hacia el Senor Muggins. Tabitha se avergonzo. Queria muchisimo a su perro, pero el pobre era incapaz de darse cuenta de que un ribete emplumado de una pelliza o una pluma de ave en el borde de un sombrero no formaba parte de un pajaro de verdad. Despues de haber destrozado tres sombreros de la tia Allegra poco despues de la llegada de esta, la dama habia amenazado con expulsar al perro barbado… solo para descubrir que toda la aldea de Kempton y buena parte de la poblacion de las aldeas cercanas se habia negado a encargarse de <>, para alivio de Tabitha. Al final, la dama indignada habia hecho lo mismo que Daphne y habia quitado todas las plumas de sus sombreros. Incluso la indomita lady Essex retiraba las plumas de su turbante favorito antes de ponerselo en una reunion de la Sociedad. Ninguna pluma estaba a salvo cuando el Senor Muggins se encontraba cerca, para disgusto de Tabitha. ?Por que no sentia tal hostilidad por las ardillas o las ratas, como otros terriers? Tabitha se sentia obligada a llevarse a su travieso companero a todas partes, por miedo a que el tio Bernard encontrara a algun transeunte desprevenido lo suficientemente ignorante como para que se llevara al perro. --Pareces cansada, Tabitha --comento Harriet--. Y mas delgada. Trabajas demasiado. Tabitha aparto la mirada. --Tuve que fregar antes de salir, asi que me he levantado temprano. Daphne la miro de lado. --Y supongo que tambien has abrillantado la plata, has lavado los platos, has dejado la mesa puesta para la cena y le has cortado las verduras a la senora Oaks. Eso no era todo, porque tambien habia planchado. Aun asi, quiso hacerle frente a la preocupacion de sus amigas. --No me mireis asi. No me importa trabajar. Harriet apreto la mandibula y dijo: --Alguien tiene que recordarle a tu tia que eres una dama, no la mujer de la limpieza. --Preferiria que nadie lo hiciera --contesto Tabitha. Por lo menos, tenia un techo sobre su cabeza, algo que a sus tios les gustaba recordarle todos los dias. --Siempre puedes venir a vivir… --empezo a decir Harriet, pero Tabitha la interrumpio sacudiendo la cabeza con vehemencia. <> Lady Essex tambien le habia ofrecido un lugar donde vivir en Foxgrove y, Daphne, una habitacion en Dale House, pero sus tios se habian negado a permitir que se mudara, convencidos de que se dedicaria a llevar una vida disipada y licenciosa sin su constante proteccion. Eso, y perderian a una doncella que trabajaba gratis. Pero tambien estaba el hecho de que a Tabitha le encantaba la vicaria. Siempre habia sido su hogar. Y aunque ahora solamente tenia un pequeno rincon bajo el alero y comia en la cocina, por lo menos todavia podia ocuparse de las flores de su madre en el jardin y mirar la firme caligrafia de su padre cuando anotaba alguna entrada en el registro de la parroquia. Era lo mas parecido a un hogar que tendria nunca. --Si por lo menos no fueramos de Kempton… --dijo Daphne, suspirando audiblemente--. Entonces podrias casarte y escapar de las exigencias de tu tia. --Pensemos en algo mas alegre --propuso Harriet como si hubiera visto la sombra que habia cruzado la cara de Tabitha--. Como, por ejemplo, en lo roja que se pondra lady Essex cuando las gemelas Tempest propongan su ridicula idea, otra vez, de cambiar el color de los banderines del baile del solsticio de verano. Las tres se rieron y siguieron caminando contentas, de lo que Tabitha se alegro. Por lo menos, algunas cosas no cambiaban nunca. Se estaban acercando a la herreria, donde resonaba el martillo del senor Thury con fuerza mientras trabajaba incesantemente en alguna tarea. A pesar de que el sonido les resultaba familiar, Daphne se detuvo con brusquedad. --!Oh, cielos! Al oir su exclamacion Harriet se paro, trastabillando, mientras hundia en la gravilla los tacones de sus botas. Dejo escapar un juramento que seguramente habia aprendido de alguno de sus cinco hermanos y termino con la frase, nada propia de una dama: --!Eso si que es un equipo condenadamente bueno! Tabitha se detuvo, las miro, se llevo una mano a la frente y entorno los ojos contra el sol hasta que fue capaz de ver lo que habia cautivado a sus amigas. Alli, frente a la forja del senor Thury, habia un sofisticado carruaje, un faeton, segun le parecia, pero dejaria que fuera Harriet quien lo asegurara, porque estaba mucho mas informada de tales asuntos. Fuera lo que fuera, el caro vehiculo estaba caido porque le habian quitado una rueda, y probablemente el herrero lo estaba reparando. Era una enorme rareza que no solia verse en Kempton. Porque, mientras que en Kempton abundaban las solteronas y las damas que no se habian casado, faltaban caballeros, y por eso era muy raro ver esos articulos masculinos. --Dios mio, ?habeis visto alguna vez algo mas admirable? --susurro Daphne. Tabitha miro a su amiga. --Creo que ni siquiera tu padre usaria ese medio de transporte. --No estaba mirando el carruaje --confeso Daphne--, sino al caballero que lleva esa chaqueta tan esplendida.

  • Se avecinan problemas de Ivonne Vivier

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    Un novio, una novia, su hermana gemela y un beso = Problemas.
    ?Que pasaria si lo inesperado sucede?

  • Mision de doble filo de Encarna Magin

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    Olivia Park es una agente secreta de la CIA que recibe la orden de custodiar a un reconocido empresario hasta que declare en el juicio contra su exsocio. Lo que empieza siendo un caso mas se complica cuando Olivia descubre que el testigo protegido es Nick Evans, el hombre que le rompio el corazon en el pasado.

  • El honor de Elijah (Security Ward 7) de N. Q. Palm

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    Elijah Cranston ha vivido mucho durante su vida; nunca le falta compania femenina, ni trabajo. Es activo y le gusta la vida nocturna. Pero, en un mal momento, toda su existencia se viene abajo.
    La inspectora Erin Weston no podia creer lo mal que podian ir las cosas de la noche a la manana. Su companero resulta ser un maldito hipocrita al que parece no importarle sus sentimientos. Y el caso que tienen entre manos es mas complicado de lo que sospechaban.
    Cuando las vidas de Elijah y Erin se cruzan la chispa salta. Pero las circunstancias no son las mas propicias para comenzar una relacion. Una operacion encubierta del pasado vuelve al presente para afectar sus vidas de la peor manera. ?Podran superar sus diferencias y empezar a confiar el uno en el otro?

  • Pupila de aguila de Alfredo Gomez Cerda

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    A pesar de que Martina es aun adolescente, en su vida ya hay un gran secreto con forma de ausencia: la de su hermano Toni, que ha puesto fin a su vida por motivos que nadie conoce. Empenada en averiguar quien fue su hermano en realidad, Martina se embarca en un investigacion inesperadamente peligrosa que la hara encontrar nuevas amistades, amor… y le revelara cosas sobre su hermano que tal vez habria preferido no saber.

  • El hombre en las sombras de Angeles Goyanes

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    Despues de pasar toda su vida intentando curar las heridas del pasado, Isabel Porto parece haber conseguido la estabilidad emocional. Se ha casado, se ha convertido en madre de dos hijos adoptivos y tiene ante si un brillante futuro politico, siendo candidata a la presidencia de Espana en las elecciones que estan a punto de celebrarse. Sin embargo, hay cabos sueltos en su vida, personas que conocen un secreto capaz de destruirla, y, lo que parece peor, personas capaces de matar para protegerlo. Todos ellos entraran en accion cuando el pequeno Alex, que ha quedado paralitico en el mismo accidente de trafico en el que murio su madre, sea secuestrado y su familia, con razones para creer que la candidata presidencial esta detras del rapto, no dude en amenazarla con hacer publico su terrible secreto, uno tan oscuro que ni la propia Isabel lo conoce al completo.

  • Todos los latidos rotos de mi corazon de Lorraine Coco

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    Abby no cree en el destino. ?Por que iba a hacerlo? No parece que este se haya portado demasiado bien con ella hasta el momento. Sin embargo, cuando regresa a Destiny, su pueblo natal, para ayudar a su hermana, de pronto se ve trabajando como redactora del horoscopo en el periodico local. Y aunque no crea en esas cosas, la verdad es que alli no le falta inspiracion: los pintorescos habitantes del pueblecito tienen historias de sobra que contar y muchos asuntos sin resolver a los que quiza no les vendria mal un pequeno empujoncito. Lo que Abby no esperaba era que los caprichosos astros tambien la tuviesen a ella en el punto de mira... para ponerla en el camino de Ryan West, el medico del pueblo. Un hombre cuyos ojos grises e intensos amenazaran con desafiar las creencias de Abby y acelerar el latido irregular de su corazon, que aun herido, todavia esta dispuesto a dar mucha, mucha guerra.

  • Morir no es tan facil de Belinda Bauer

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    El cuerpo que Patrick Fort esta examinando en clase de anatomia intenta decirle que ha sido victima de un asesinato. La vida ya es suficientemente extrana para el obsesivo Patrick, que padece el sindrome de Asperger, incluso antes de tratar de resolver un posible homicidio. Sin embargo, se vera obligado a unir las sutiles piezas de un rompecabezas a traves de pistas silenciosas que gritan por existir, en una sofisticada investigacion que le hara sentirse vivo mientras tiene la muerte muy cerca.
    Galardonada con el Premio Theakstons Old Peculier de Novela Negra 2014 por ser, segun los miembros del jurado, <>, Morir no es tan facil es tambien una novela original y unica, que inaugura una nueva manera de entender el thriller psicologico, y que llevara al lector hacia nuevos territorios: el de la perplejidad, la sonrisa extrana, el humor negro, el asombro y el miedo, con un final tan brillante como sorprendente.

  • Mala de Chloe Esposito

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    Puede que Alvie Knightly se despierte en el Ritz, pero su vida no es un camino de rosas. Primero, tiene la resaca de su vida. Segundo, su preciosa hermana gemela acaba de ser encontrada muerta en
    Sicilia y la policia la busca para interrogarla. Y por ultimo, su nuevo y flamante novio ha desparecido con los millones que le robo a Beth.
    Pero no sabe con quien se ha metido. Alvie lo perseguira hasta Roma en una frenetica carrera en la que solo uno puede sobrevivir.
    <>

  • 3210 Anno Domini de Rafael Salcedo Ramirez

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    La carga exploto y la puerta de aquella vivienda quedo arrancada de cuajo, desprendida en su totalidad del marco de acero que la sujetaba, ahora convertida en trozos minusculos esparcidos en derredor. Simultaneamente, el gas de los botes lanzados en el ataque se expandia denso por la estancia y en la oscuridad se oian los gritos y llantos de sus ocupantes apretados entre si dentro de una de las habitaciones. -!Policia! gritaron al encanonar a estos los miembros de la patrulla a quienes, parapetados en sus trajes especiales de asalto, no les afectaba aquella atmosfera infernal que dejaba fuera de combate a quien quedara expuesto a ella. De la habitacion opuesta surgio corriendo una mujer que llevaba un bebe en sus brazos intentando alcanzar la salida; en un intento inutil puesto que el agente George Bancroft la apunto con su arma y le descerrajo un disparo tan certero que convirtio ambos cuerpos en una amalgama sanguinolenta que aparecia esparcida por suelos y techos. -Perfecto Bancroftgrito el comandante de la patrulla mientras se acercaba a este para felicitarle. El joven agente, de mas de dos metros de estatura y de complexion herculea, causaba impresion a cuantos se enfrentaba en los ejercicios de la Escuela de Policia de la Tierra, cuyo curso precisamente finalizaba con aquel simulacro que el mismo habia coronado con matricula de honor al reaccionar tal como le habian ensenado: implacable; claro que las victimas eran solo holografias y que todo estaba rodeado de tecnologia virtual. Habian sido meses y meses de esfuerzo, de fatigas a veces, de momentos de duda, de momentos de desesperacion para tomar sus pertenencias y salir huyendo, de momentos alegres con los companeros, de momentos tristes, rodeado de rudos e insensibles instructores que procuraban anular el libre albedrio de sus subordinados; aprendices bisonos de ejecutores de la ley mas terrible jamas ideada por el hombre. Habian sido dias de furia y de jubilo a la vez. Dias de viento y de fuego, de agua y humo, de fuerza y honor, de orgullo y temor; ese temor que atenaza y que hace perder el sentido de la justicia, de la verdad, de la bondad, de la piedad que, dia tras dia, George fue arrinconando en su mente ahora fria, metalica, en la que los rasgos de humanidad habian sido borrados con meticulosidad por el entrenamiento mas feroz que pudiera imaginar. Habian sido dias terribles porque quedo aterrorizado al comprobar que era incapaz de sentir lastima cuando companeros, que no habian mostrado la suficiente capacidad para resistir el entrenamiento, eran aniquilados delante de sus narices, despedazados sin remilgos por armas poderosas que serian pronto su medio para imponer la ley, bajo la mirada atonita y de hielo de todos sin comprender que aquello era parte de su entrenamiento; cuyo fin no era otro que romper sus esquemas, para dotarles de una pantalla contra cualquier tipo de conmiseracion con las potenciales victimas de sus letales acciones de combate. Habian sido dias en los que el amanecer se fundia con el anochecer, el alba y el ocaso se sucedian sin descanso y su existencia se limitaba a momentos de lucidez con otros de deseo irrefrenable de aniquilacion de cuantos objetivos le fueran marcados, en una furia ciega e irrefrenable, para la cual el unico balsamo reparador era la sangre de aquellos enemigos de La Tierra y un grito de victoria saliendo furioso de su boca, confundiendose con el lamento de las victimas que alimentaba su sinrazon. Pasaron raudos los dias y, ya con su placa de oficial luciendo en el estrenado uniforme, aquella manana gelida de invierno la lluvia fina caia sin descanso desde el amanecer a las afueras de la poblacion, cuya limpieza habia sido decretada. El comandante aun no habia dado la orden de ataque y los nervios permanecian tensos ante la inminente senal de inicio de la operacion, que para George Bancroft seria la primera de su carrera tras meses de duro adiestramiento. Pertrechado con todo el equipo y prestas las armas para fuego real, el joven agente -conocido entre sus companeros de filas por su seriedadmantenia en tension toda su musculatura, si bien su mente, inaccesible para los que le rodeaban, regia en pensamientos que le llevaban a su vida hacia tan solo un ano cuando vagaba sin rumbo por las calles de la gran ciudad, recien llegado de su pequena aldea para buscar un trabajo con el que subsistir en tiempos tan crudos. No habia sido una decision precipitada y si alimentada por el deseo durante mucho tiempo atras para George. La falta de recursos de sus padres, la escasez de oportunidades para acceder a una educacion que diera la oportunidad para centros universitarios, vedados para gente de su clase y solo disponible para las elites del Regimen Planetario, y por supuesto la falta de trabajo donde ganarse la vida en sitio tan apartado, hicieron que pensara en emigrar hacia la tierra de promision que fantaseaba era aquella ciudad por la que deambulo sin rumbo fijo, donde le llamaba la atencion la tecnologia que era comun por cada uno de sus rincones y para el sorpresiva puesto que su uso tampoco estaba al alcance de individuos como el, otro simple mortal campesino. Con unos cuantos centavos en su bolsillo, y cansado de andar de aqui para alla sin resultado, observo en las pantallas que cubrian todas las esquinas de la ciudad el anuncio de la Policia de La Tierra. Penso que seria como ultimo recurso. No le gustaba la policia y menos esa que tenia un nombre tan rimbombante. Aunque el sabia por comentarios de la gente como se las gastaba aquel cuerpo de elite, creado para acabar con la plaga de las razas inferiores, con aquellos ciudadanos del propio Regimen Planetario que infringian las leyes de natalidad y los ancianos insurrectos. El mismo no se veia atacando a gente inocente, disparando a mujeres indefensas con bebes en brazos, a los ancianos que protegian a ninos no censados, a familias que daban asilo a transgresores de las leyes taxativas que regian el nuevo orden para el control de la poblacion. Pero a fin de cuentas era un trabajo y eso es lo que el habia ido a conseguir y parecia que bien remunerado. No sabia si tendria estomago para esa forma de ganarse el sustento, pero era algo que tendria que guardar para el final del camino, ya que aun quedaban opciones de conseguir un empleo con menos cargos de conciencia. De esta forma, pasaron otras dos semanas en los que George no dejo de intentarlo aunque sin exito como desde el primer dia. Ya solo quedaban dos caminos: o bien regresar con la cabeza gacha a su aldea y con todos sus ahorros liquidados, o convertirse en miembro de la Policia de La Tierra. Penso que probaria y, si era capaz de aguantar, se quedaria para ser uno mas de aquellos sicarios que ahora veia como simples asesinos. Y a los que pronto perteneceria. Su llegada a la escuela estuvo marcada por el recibimiento afectuoso de sus superiores, en atencion a su portentoso fisico y la fortaleza mostrada en cada prueba de caracter extremo a la que le sometian. Nada era dificil para el y destacaba sobremanera con respecto a sus companeros que ya le respetaban. A todo ello sumaba su capacidad para superar con las mas altas calificaciones los ejercicios en las que la fuerza de su mente se ponia a prueba y, curiosamente, desdenando todo el adoctrinamiento al que cada dia era sometido ya que George solo pensaba en hacer su trabajo lo mejor posible, abstrayendose de su moralidad, de su etica, de su bondad o maldad, de su opinion, que quedaba relegada por la responsabilidad que habia asumido y la consecucion de las ordenes recibidas en cada momento. Ni siquiera fueron impedimentos los acontecimientos que -en sus propias carnes- habia vivido en su infancia, cuando presencio la esterilizacion forzosa de su propia madre junto con la detencion de su padre durante tres largos anos, en un episodio en el que termino con un ojo morado y un culatazo que le dejo un buen chichon y la impotencia ante aquellos agentes a los que ahora iba a emular. No era cuestion de hacerse dano con aquellos recuerdos ahora recurrentes, penso George mientras se acomodaba el equipo. Tenia que pensar en positivo y celebrar que su futuro era envidiable, con un trabajo seguro y una carrera en aquel cuerpo que sus superiores le habian augurado brillante a poco que cumpliera, con el celo mostrado durante el periodo lectivo, las ordenes en acciones reales como la que comenzaria dentro de unos momentos. Estaba en juego ese futuro prometedor y no estaba dispuesto a arruinarlo con remilgos. Actuaria con rigor y no permitiria manchar el buen nombre que ya tenia mostrandose debil ante los enemigos de La Tierra, de aquellos que procrean sin control y que son una plaga que hay que exterminar. Si, se decia a si mismo, exterminar era la palabra adecuada y tambien la estrategia final, como le habia sido ensenado durante los largos meses de entrenamiento en la academia del cuerpo de elite al que ya pertenecia orgulloso. Recordaba George, sin dejar de estar alerta sus sentidos de las inminentes ordenes de ataque, lo aprendido en la academia referente al camino de la humanidad hasta aquellos momentos, donde los dirigentes del Regimen Planetario habian decidido pasar a la accion de una forma radical para salvar a La Tierra, amenazada por la superpoblacion que no se habia visto controlada tras anos de esfuerzos y campanas para conseguirlo con distintas tacticas y estrategias que no dieron el resultado apetecido, para conseguir estabilizar el numero de habitantes y pasar de los nueve mil a mil millones. Lejanos eran los dias en el que el Regimen Planetario inicio el camino para ese objetivo, que se inicio hacia siglos tras el fin de la Guerra de los Hemisferios y la declaracion de razas inferiores para los habitantes de los pueblos vencidos, con el intento de esterilizacion de toda la poblacion procedente de aquellos, mediante la contaminacion encubierta con productos toxicos disenados para provocar la infertilidad: primero en el agua y, cuando los resultados de esta resultaron pirricos conforme a lo esperado, despues con todos los alimentos. Sin embargo, ambos procedimientos no consiguieron atajar la plaga que suponia aquella superpoblacion que asfixiaba al planeta y los dirigentes comprendieron que habrian de complementarlo con politicas de mas rigor. De esta forma, se inicio un ambicioso proyecto para impulsar los abortos obligatorios, mediante los cuales se forzaban estos ya en contra de las mujeres embarazadas, fueran de razas inferiores o ciudadanas del Regimen, secuestrandolas alla donde estuviesen y realizandolos con el consentimiento del gobierno, y en el que la Policia de La Tierra era su brazo ejecutor. Posteriormente se instauro la licencia para la procreacion con la que, de forma obligatoria, tenian que contar todas las mujeres bajo estricta observancia. Para su fiscalizacion, igualmente el cuerpo represor en el que George ahora militaba se extremo de hacer cumplir encargaba con un celo la ley, que marcaba la aniquilacion de todos aquellos hijos de mujeres sin licencia, los nacidos fuera el matrimonio y los de las adolescentes. Se comprobo el exito de la medida y la implacabilidad de los agentes entrenados fisica y mentalmente para abordar el trabajo de eliminacion de bebes y, en la mayoria de los casos, de las madres que querian impedir la aplicacion de la ley. Esto animo a los dirigentes a crear un sistema tanto de control como de vigilancia que seria ejercida con su habitual eficacia por el temible cuerpo de elite; de tal forma que se impuso por ley que todas las mujeres y hombres al llegar a la pubertad se les implantaria en el cuerpo un inhibidor de fertilidad y que, solo al llegar a la edad adulta y bajo la supervision del gobierno, podria ser retirado previa autorizacion para la procreacion planificada. Una vez realizada esta, tanto hombres como mujeres serian esterilizados de por vida o, en el caso de no someterse voluntariamente, aniquilados. Algo que George dentro de unos momentos pondria en practica. En paralelo, se encomendo a la Policia de la Tierra perseguir a todas aquellas contribuido al deterioro de familias que habian la sociedad con la concepcion indiscriminada de ninos, cuyo plan tuvo un gran exito al aniquilarse tanto a los padres y madres como sus hijos que, por herencia genetica, estaban predispuestos a continuar en su madurez al engendro de una inasumible descendencia que ponia en riesgo la salud del planeta. Pero llego el momento en aquellos dias de las medidas que harian reducir de una forma rapida y fulminante la plaga de las razas inferiores. Y estas fueron mermadas cuando los dirigentes tomaron la decision de suprimir todo tipo de vacunas y, en especial, las que protegian a la infancia. Fue calificado de espectacular por todos los medios de comunicacion el descenso de habitantes en la Tierra, que comenzo a perder cien millones de personas por dia con el jubilo de las clases dirigentes que vieron la solucion final. Sin embargo, aquellas cifras con el tiempo se estabilizaron y hubo que recurrir a nuevas vias que contuvieran con identica eficacia la plaga.

  • No hago planes a tan largo plazo de Cristina Duran

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    U PROLOGO Madrid, 17 de diciembre de 2014 na voz femenina conmino a dejar un mensaje despues de la senal dado que la persona poseedora del numero de telefono lo tenia apagado o fuera de cobertura. Al sonar el clic, otra voz, en esta ocasion de hombre, comenzo a hablar despues de carraspear: <

  • En la cama Equivocada de Kelly Dreams

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    Iona solia pensar que en los Estados Unidos estaria lo bastante lejos de las insensateces de su adorable y chalada madre pero se equivoco. El tener que dejar su trabajo para viajar inmediatamente a Escocia y asi evitar un absurdo compromiso matrimonial era la prueba.
    Poco podia imaginarse entonces que ese rocambolesco asunto la conduciria al unico pub del pueblo y a una intima conversacion con una botella de whisky. Y a ella la bebida le sentaba tan bien.
    Connor solo tenia en mente beber hasta perder el sentido cuando traspaso las puertas del pub, pero en lugar de eso, termino compartiendo una botella de whisky y una alocada y sensual noche con la mujer mas rara y exasperante que se encontro jamas. Acostarse con una chica y no recordad ni su nombre a la manana siguiente era algo a lo que estaba acostumbrado, hacerlo y descubrir que ella se habia convertido en su esposa. era una pesadilla totalmente distinta.
    Whisky, sexo y diversion, los ingredientes perfectos para despertarse en la cama equivocada.

  • El latido del deseo (Deseo Eire 3 parte 1) de Delora L. Pereniguez

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    Enzo ha decidido exiliarse en la isla Williams. No quiere ver a nadie. Para el nada tiene sentido sin Adara. La oscuridad ha reinado sobre la luz. Y su corazon se fue con Adara cuando murio tragicamente el dia de la boda. Lloro sobre su tumba y se quedo con ella durante horas bajo la lluvia. No aceptaba su muerte, haberla perdido para siempre.
    Pero una ayuda inesperada, caida del cielo, lo ayudara a descubrir la verdad y a desterrar el dolor que lo esta consumiendo.
    El mayor error que cometio Enzo, fue confiar que su mayor enemigo no haria nada contra el. Pero le ataco en su punto mas debil. No solo destrozo el dia mas importante de sus vidas, sino que, con un plan maquiavelicamente elaborado hizo pasar por muerta a Adara el dia de la boda para llevarsela.

  • No mas miedo de Erica Jong

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  • Llena de Voluntad de Inmaculada Lerma Lerma

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    ?Como sobrevivir a los cambios de la vida? “Llena de voluntad” es una historia de lucha por la vida, pero es una lucha existencial, los personajes se mueven buscando su lugar en el mundo actual. Un mundo donde la crisis economica, politica, social y tambien espiritual ha tambaleado todos los cimientos de nuestra vida, sobre los que soliamos descansar, y ahora para sobrevivir tenemos que reinventarnos y buscar nuevos asideros, nuevos proyectos, nuevos ideales o pensamientos.
    Maria, la protagonista de esta novela, que es profesora de Lengua Castellana y Literatura y tambien escritora nos cuenta sus vivencias en primera persona con un tono bastante ameno y poetico y un afan reflexivo. A ella, que tenia una vida muy estable y acomodada, le ocurre un suceso inesperado, que hace que se tambaleen todos sus pensamientos, sus sentimientos, sus creencias y entrara de lleno en una crisis de tipo existencial y espiritual. A partir de este momento, buscara una salida que de solucion a sus problemas.

  • El vestido de Gala de Gemma Garcia Veiga

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    Navarro, doctora en psiquiatria, ha decidido que la rutina es necesaria para alcanzar cierta tranquilidad y mantener la incertidumbre a raya. La llamada inesperada del teniente Fernandez, Guardia Civil, pidiendole su ayuda y alegando que ella es capaz de resolver un caso, la sumira en una voragine de recuerdos, conversaciones y sentimientos del pasado que mantenia encerrados.
    Unas horas antes, una muchacha aparece vestida de novia, descalza, con las manos y los pies ensangrentados, caminando por la Gran Via de Madrid. Presenta un cuadro de estres postraumatico y un escaner revelara el infierno que ha sufrido. Tres dias mas tarde, otra joven, en identicas condiciones, es descubierta por un grupo de turistas andando por los jardines del Palacio Real.
    Navarro se enfrentara a su mayor desafio, no solo profesional, sino tambien personal. Tendra que solucionar sus propios conflictos y encarar el rechazo de otros agentes para poder resolver: el Caso de la Novia.
    Una novela que demuestra que no te puedes fiar de tus sentidos, que la mente es nuestro mayor enemigo, que mucho de lo que ves y oyes es una construccion manipulada por ella, que inventa tus recuerdos y que tus razonamientos son resultado de sus intereses.

  • Contigo y sin ti de Carmen Rb

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    David cae en un circulo de vicios tras perder el amor de Caroba, su chica de ojos color miel. Su corazon esta roto, de nuevo y su vida vuelve a ser un caos. Siente que todo esta acabado para el. Un dia recibe la visita de su amigo Mario, quien consigue que abra los ojos y reconduzca su vida. Sin embargo, tras tomar una serie de decisiones que le hacen ver que todo puede mejorar sucede algo que trastocara todo su mundo.
    Una chica que ha vivido a la sombra de su pareja hasta que un incidente la despierta y se encuentra de bruces con la realidad. Toma las riendas y decide que necesita volver a vivir y recuperar el tiempo perdido.
    Una llamada de Oscar y un pub de intercambio de parejas provoca que sus caminos se crucen.
    ?Lograra David superar todos sus miedos? Y, lo mas importante, ?volvera a creer en el amor?

  • La verdad de Anna Guirao de Lorena Franco

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    NUNCA SE ESTA LO SUFICIENTEMENTE CERCA DE LA VERDAD

  • Acepte por ti de Iris T. Hernandez

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    ENTRE en la cafeteria que hay justo al lado de mi trabajo observando las mesas en busca de una libre para poder sentarme y esperar a Alison, mi companera de trabajo y, por supuesto, mi mejor amiga desde hace mucho tiempo. Como cada manana, el joven camarero se acerco con una libreta en la mano, me guino un ojo emitiendo una sonrisa junto a un "?lo de siempre?". Asienti con un ligero movimiento de cabeza y sonriendo mientras dirigia la mirada hacia la puerta. Vi aparecer con paso rapido a Alison, su respiracion era rapida y agitada, le sonrei, pero antes de poder decirle palabra alguna aparecio el joven camarero con dos cafes con leche y muffins de chocolate. --Buenos dias, ?llevas mucho tiempo esperando? --Su voz divertida, hizo que riera. Todos los dias llegaba tarde, no era de esperar que hoy no lo hiciera. Negue con la cabeza y agarre la taza por el asa para poder dar el primer sorbo al cafe. La espuma impregno mi labio superior, e inconscientemente me lami el labio sintiendome observada por el camarero. Pero me daba igual, podria decir que incluso me gustaba que me observara. Alison, desde que se habia sentado y dado el primer mordisco a su muffin, no habia parado de hablar, apenas habia oido toda la conversacion, pero si lo justo para saber de que se trataba. Terminamos nuestro desayuno entre risas y bromas, hasta que vimos la hora y tuvimos que apresurarnos. Quedaban un par de minutos para tener que abrir la agencia de viajes en la cual trabajabamos, asi que nos levantamos rapidamente y, tras pagar y coger nuestros enseres, caminamos con paso ligero hasta llegar frente a la persiana de color azul cielo. Saque de mi bolso las llaves para abrir la cerradura, entre las dos hicimos la fuerza necesaria para que aquella persiana de hierro antigua se abriera de un solo empujon. Desde la entrada se podian observar dos mostradores vacios ensombrecidos por la falta de luz. Camine hasta el interruptor y lo presione. Mientras arrancaba el ordenador, se fueron iluminando las delimitadas zonas del local. Me sente en mi mesa justo detras del mostrador, en una zona apartada para poder conseguir un trato mas confidencial para clientes importantes, y observe ese pequeno lugar sintiendome afortunada por haber encontrado ese trabajo justo al empezar la carrera universitaria y el cual mantenia una vez terminada. Era un trabajo que disfrutaba, en cuanto comence senti que me encantaba planificar viajes, aunque no fuera yo la afortunada de vivirlos, pero sabia que algun dia conseguiria viajar. --!Buenos dias chicas! --interrumpio mis pensamientos Romina, la duena de la agencia, una mujer de unos cincuenta anos, soltera y dedicada unicamente a que su negocio prosperara. Con nosotras era muy cercana, incluso cuando necesitabamos ayuda sabiamos que podiamos contar con ella. --Buenos dias Romi --contestamos las dos alegremente. Abri el correo electronico principal y, tras revisar el tipo de peticion, fui derivando los correos a sus destinatarios, hasta que comence a planificar los viajes que tenia pendientes. Uno de ellos era a Marrakech, un viaje de novios espectacular; ellos estaban decididos a ir para conocer la cultura y preferian hoteles modestos, pero lo mas cercano a sus puntos de interes; asi que las horas que estuve buscando alojamiento, transporte y conociendo indirectamente la zona, las disfrute como una nina. Segui organizando un par de viajes para una empresa, viajes aburridos, sin sentido, vuelo-hotel-vuelo, ni siquiera dedicaban una hora en conocer el lugar que, por obligacion, tenian que visitar, pero asi eran la mayoria de los viajes, destinos carentes de sentimientos. El aviso del calendario del correo electronico me avisaba de que en quince minutos vencia mi cita en el Notario Preston. Suspire hondo y, tras unos segundos de paralizacion, cogi mi bolso y mi telefono movil para ausentarme hasta despues de la comida. Aun no entendia por que habia accedido a ir, no sabia que diantres pintaba yo en aquel lugar, y no me habian querido dar mas informacion que la hora y el lugar al que tenia que dirigirme. --Romi, me dirijo al notario --le dije desde la puerta de su despacho, esperando una confirmacion, aunque ya me habia autorizado dias antes. --No te preocupes Abi y recuerda, si resulta que heredas millones, no te olvides de tus amigos --dijo bromeando, intentado arrancarme una sonrisa, pero solo consiguio que resoplara de resignacion. --Lo recordare --dije sabiendo que ese no iba a ser el caso. Me acerque al mostrador y le recorde en susurros a Alison que nos veriamos a las dos en la cafeteria de siempre. Estaba hablando por telefono asi que asintio, me lanzo un beso y gesticulo la palabra suerte. Sali de la agencia y camine en direccion al notario, por suerte estaba en la misma zona de Manhattan, una casualidad que tuviera que dirigirme a unos pasos de mi trabajo. Al llegar al edificio quede anonadada. Habia pasado por delante de este en cientos de ocasiones, pero nunca me habia parado a verlo en detalle. Era un enorme rascacielos rodeado de un cristal plateado, resplandeciendo lo suficiente para no pasar desapercibido. Mire hacia la puerta giratoria, por la que accedias a un hall, abarrotado de personas trajeadas, de techos altos. Al fondo, observe cuatro grandes puertas de aluminio frente a ellas se detenian todas las personas. Sin dudarlo, di unos pasos lentos para alcanzarlas. Justo cuando llegaba se abrieron, y tras acelerar el paso, consegui adentrarme en el. Marque el noveno piso mientras intentaba ponerme a un lado de ese espectacular ascensor cubierto de espejos que apenas podia ver, por la cantidad de personas que lo ocupaban. Permaneci seria esperando llegar al nivel en el que se encontraba el notario del Senor Preston. Cuando el estridente sonido del ascensor avisaba que se iba a detener, di un pequeno salto, que me hizo sentir avergonzada, evitando la sonrisilla y mirar al resto de personas que seguian detras de mi. Fueron dos segundos de bochorno, pero se desvanecieron en cuanto sali del ascensor y me pare frente al mostrador de madera maciza color cerezo del cual sobresalian las palabras "Notarias Preston". Espere durante unos segundos a que el senor que estaba hablando con la recepcionista terminara. --?Buenos dias, en que puedo ayudarle? --se dirigio a mi la joven recepcionista, una chica con tono amable, el cual me hizo relajarme durante unas decimas de segundos para poder contestar. --Tengo una cita con el Senor Preston. Soy Abigail Evans. --La seguridad que transmiti no tenia nada que ver con lo que realmente sentia, estaba nerviosa por la incertidumbre de no saber por que tenia que acudir. Al oir mi nombre, se levanto y me acompano hasta una sala que habia tras el pasillo principal. Abrio la puerta y pude observar que esperaba un senor de unos treinta y pocos anos sentado en una de las sillas de la gran mesa de madera de color roble. Al verme, me sonrio y, tras saludarme, me indico que me sentara a su lado. Estuve durante unos minutos sentada al lado de ese desconocido de cabello claro y ojos azules muy atractivo, sin saber que hacia alli realmente, pero tenia que permanecer escuchando lo que quisieran exponerme e irme por donde habia venido como si nada. Dias atras recibi la llamada del Senor Preston informandome de que tenia que acudir a la lectura del testamento del Senor Smith. Nunca habia oido hablar de el y, tras un interrogatorio intenso a mi madre, averigue que era un amigo de mis padres cuando eran novios. Siguio manteniendo el contacto con mi madre, cuando mi padre decidio marcharse. Yo apenas tenia tres anos y, o mis recuerdos me fallaban, o nunca habia oido hablar del Senor Smith en boca de mi madre.

  • Motera Adolescente de Marta Escudero

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    Clara no sabia lo que queria.
    Su vida era un pozo sin fondo.
    Enterrada entre libros.
    Sin amigos. Deprimida.

  • Secreto compartido de Sabrina Mercado

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    Selma esta descorazonada. A pocos dias de irse a vivir juntos y de manera repentina, su novio ha roto con ella, desarmando la estructura que la mantenia segura. Desolada pero no abatida, decide seguir adelante y avanza con su proyecto de partir de la casa de sus padres.
    Un incidente fortuito la involucra con Nadir, un apuesto y enigmatico joven del que nada sabe, pero que irrumpe en su vida con un torbellino de sensaciones nuevas. Cuando la pasion la devora y cree que el amor con mayusculas se ha instalado en su vida, el desaparece misteriosamente, sin dejar rastros.
    Su vida termina desarticulandose por completo cuando sucede algo inesperado que suma mas vacilacion a su existencia. Con unos padres anticuados que rechazan sus decisiones y una amiga lejos que no puede brindarle el apoyo que necesita, se siente perdida.
    ?Que les deparara el futuro? Nadir mantiene en firme una vieja promesa, sabiendo que eso lo aleja indefectiblemente de Selma. Ella ignora que ese secreto puede decidir el porvenir de ambos, y escapa para olvidarse de todo e intentar comenzar de nuevo.
    ?Seran las conexiones invisibles que los unen lo suficientemente fuertes para aplacar la angustia de la incertidumbre? ?Podra ese nexo intangible impedir que la decepcion le gane a la esperanza? ?Acaso el gran amor que ambos se prodigan sea el que termine separandolos para siempre?

  • El dia que suenes con flores salvajes de Paola Calasanz

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    Una novela inolvidable que te ayudara a reconectar con la naturaleza salvaje, escrita por la directora de arte, youtuber e instagramer Dulcinea.

  • Propiedad Comprada de Rosalia Reyes

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    Marco era el Rey del mundo.
    Pero un Rey sin Reina.
    Multimillonario, atractivo, playboy.
    Y una cama vacia en los dias duros.

  • Purgatorio de Alberto Val

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  • La tentacion mas dulce, Lucia Herrero de Lucia Herrero

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  • Varsovia de Carlos Sisi

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    La humanidad por fin se ha puesto de acuerdo en algo: hemos decidido dormir y sonar hasta desaparecer.

  • Anonimos infinitos de Marina Bernal Guerrero

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    Este libro esta hecho con relatos pequenos, microrrelatos, sobre gente anonima que ha tenido la suerte de cruzar sus vidas con la de la autora de todos ellos, Marina Bernal. Anonima, pero real. Personas que sufren, se divierten, emocionan, se separan, se quieren, cumplen anos, hacen el bien, en una palabra… viven. De ahi el titulo, gente real que esta reflejada de forma anonima. E infinito, como el mar que tanto gusta a la autora, y porque estas historias van a continuar, como continuara la vida. …Todas las breves historias que se relatan en este libro son reales, con protagonistas reales y hechos reales. Marina tiene la suerte de que muchas personas le hagan participes de sus deseos, de sus sentimientos y de sus vidas… y luego le gusta describirlos respetando su intimidad y la confidencialidad. Lo cuenta, pero la mayoria de las veces no los identifica, por eso forman parte de estos Anonimos Infinitos……

  • Tu y yo. Nivel principiante (Tu y yo 1) de S.j. Hooks

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    Ella es su alumna. El tiene mucho que aprender.

  • Lissy de Luca D’andrea

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    Dos golpes ligeros y estas palabras: Crunch, crunch, crunch. ?Quien roe, roe? ?Quien mi casita me come? Marlene, veintidos anos, un metro sesenta, o algo mas, ojos color azul melancolia, un lunar al final de la sonrisa, indudablemente hermosa e indudablemente asustada, se miro reflejada en el acero de la caja fuerte y se dijo a si misma que era idiota. Era metal, no el mazapan del cuento. Y no habia ninguna bruja en las inmediaciones. Es el miedo, se dijo, solo es eso. Movio los hombros, dejo de respirar, como su padre antes de apretar el gatillo de la escopeta, vacio los pulmones y volvio a concentrarse. Las brujas no existian. Los cuentos mentian. Solo la vida importaba, y Marlene se preparaba para cambiar la suya definitivamente. La combinacion era facil de recordar. Uno. Tres. Dos. Luego un cuatro. Un giro de muneca, otra vez cuatro y ya estaba. Tan simple que las manos de Marlene lo hicieron todo por si solas. Aferro el tirador de acero, lo bajo y apreto los dientes. Un tesoro. Fajos de billetes de banco apilados como lena para la Stube . Una pistola, una caja de municiones y una bolsita de terciopelo. Por debajo de la caja asomaba una libreta que valia mas que todo ese dinero multiplicado por cien. Habia sangre y tal vez incluso un par de cadenas perpetuas guardadas entre sus paginas arrugadas: una interminable lista de acreedores y deudores, nombres de amigos y de amigos de amigos escritos con la caligrafia pequena, delgada e inclinada de Herr Wegener. Marlene no le dedico un segundo vistazo. No le interesaban la pistola, las balas ni los fajos de billetes. La bolsita de terciopelo, en cambio, hizo que le sudaran las palmas de las manos. Conocia su contenido, conocia su poder, y estaba aterrada. El suyo no era un simple robo. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo que la mujer joven estaba haciendo con el corazon en un puno era… traicion. Marlene Taufer in Wegener, legitima esposa de Robert Wegener. El hombre frente al que todo el mundo se quitaba el sombrero: cuarenta anos transcurridos en la construccion de una carrera hecha de intimidaciones, contrabando, emboscadas y asesinatos. Nadie bromeaba con un hombre como Wegener. Nadie se atrevia ni a utilizar siquiera su nombre de pila. Para todo el mundo Robert Wegener era Herr Wegener. Incluso para ella. Marlene. Su esposa. Espabila. El tiempo apremia. Sin embargo, tal vez precisamente debido al acoso de las agujas del reloj, durante un parentesis entre un tic y un tac, cuando Marlene abrio la bolsita de terciopelo, la fabula volvio a tomar la delantera sobre la realidad y la mirada de la mujer joven se cruzo con la azul, profunda y terrible, de criaturas minusculas y puntiagudas. Cobolds. Le parecio incluso obvio. A los cobolds les gustaba el metal, el frio y la muerte: caja fuerte, pistola, dinero y libreta. Un nido perfecto. Los cobolds reaccionaron con ferocidad ante ese allanamiento. Se apoderaron de la luz de la habitacion, la apresaron en sus ojitos crueles y la transformaron en un destilado de odio tan salvaje que por poco a Marlene no se le cayo la bolsita de los dedos. Eso la hizo volver al presente. A la caja fuerte completamente abierta. A la villa en el Passirio. Es decir, a la realidad. La bolsita de terciopelo estaba repleta de zafiros. Carbono condensado que, debido a una broma de la fisica, habia aprendido a brillar como una estrella. Toda, o casi toda, la fortuna de Herr Wegener apretada en su puno. Pero nada de brujas ni de cobolds. Porque, se dijo de nuevo Marlene, no existian las brujas, ni tampoco los cobolds; en cambio, esas piedras preciosas no solo eran reales, sino que tambien eran la llave para su nueva vida. Siempre y cuando dejara de perder el tiempo y se largara. Sin prestar mas atencion al mundo de los cuentos, y sin pensar en la cadena de consecuencias que acababa de poner en marcha, Marlene cerro la bolsita, la escondio en el bolsillo interior de su chaqueta acolchada, cerro la caja fuerte, la oculto detras del cuadro, enderezo la espalda, le dio un toquecito a un mechon que amenazaba con acabar dentro de los ojos y dejo atras el dormitorio. Recorrio el pasillo, un tramo de escaleras, el salon, el vestibulo con innumerables espejos, la escalinata exterior. La noche la acogio con una suave brisa que soplaba del norte. No se detuvo. Puso en marcha el Fiat 130 gris y se marcho. La villa que se desvanecia en el espejo retrovisor. El discurrir de las farolas. La alianza de oro tirada por la ventanilla sin volver a pensarselo. La ciudad dormida. El desguace. Una parada rapida y, gracias a un abultado sobre de dinero, el Fiat 130 se convirtio en un Mercedes W114 color crema, con matricula <>, la documentacion en regla, los neumaticos recien estrenados y el deposito lleno. Nada de gracias. Nada de saludos. Directa hacia el oeste. Aparte de los primeros copos de nieve, todo iba de acuerdo con los planes. Al menos hasta el puesto de control a pocos kilometros de Malles. Un autentico engorro. Al final de una serie de curvas que Marlene habia empezado a enfilar, vio una furgoneta con las luces de emergencia apagadas y un par de carabineros con el aspecto de alguien que se esta muriendo de frio. O de sueno. O de quien, furtivo, esta esperando a alguien o algo. Herr Wegener tenia ojos y oidos en todas partes. Tambien entre los uniformes. De manera que: ?tentar a la suerte o cambiar de itinerario? Si no fuera por la ansiedad y el miedo, Marlene habria podido mantener todavia su plan a salvo de los imprevistos. Sin embargo, la ansiedad, el miedo y la nieve cada vez mas densa la llevaron a pisar el freno, cambiar de sentido y enfilar una carretera secundaria, desencadenando una nueva serie de acontecimientos. La carretera secundaria la llevo a otra, aun mas estrecha y sinuosa, que atravesaba un pueblecito sumido en el sueno hasta un cruce (?derecha o izquierda?, ?cara o cruz?), y aun mas adelante, con la nieve que se acumulaba en capas. Y cuando el coche empezo a dar bandazos, la chica con el lunar al final de la sonrisa decidio continuar de todos modos, con un ojo puesto en la calzada cada vez mas empinada y otro en el mapa en el que, no hace falta decirlo, ese paso (malditos sean ellos y sus mapas llenos de errores) no aparecia marcado. No era cierto. El mapa era inexacto, tal vez, como todos los demas, ?pero erroneo? Era de 1974, y en 1974 el hombre ya habia dejado su huella en el polvo lunar: no era posible que un mapa se equivocara. Marlene simplemente tendria que haber estacionado, echar el freno de mano, encender la luz del interior, respirar profundamente un par de veces y verificar mejor. Las cosas habrian ido de otra manera. Pero Marlene no se detuvo. A la ansiedad se le habia anadido la incredulidad de quien descubre que se ha perdido. Dale gas, pero adagio , se dijo, y sigue adelante. Tarde o temprano la carretera conducira a alguna parte. Un pueblo, un refugio, una explanada. Se sentiria satisfecha incluso con un espacio abierto que fuera lo bastante ancho para consentirle maniobrar y volver atras, dispuesta a desafiar el puesto de control: cualquier cosa con tal de interrumpir esa nueva e inexorable secuencia de acontecimientos y retomar el control de su propio destino. No fue asi. Tal vez la nieve, tal vez los ojos que no podian despegarse del mapa; en cualquier caso, Marlene percibio de repente que el Mercedes perdia adherencia, derrapaba a la izquierda, hacia un trompo y volaba . Fue horroroso. La negrura barrida por los faros. La nieve oscura que remolinaba en enjambres. Las fauces del precipicio. Los troncos de los arboles, inmoviles y perfectamente perceptibles en todos sus detalles. La colision. Violenta. Un fogonazo de dolor sofocado por el ruido de chapas rasgadas. Un aullido infernal, esta vez si, demasiado parecido al chirrido de la puerta de la bruja. Marlene grito el nombre de Dios. Y mientras la montana, negra y sin nombre, se cernia sobre ella, su grito se convirtio en un jadeo. Pero fue el amor lo ultimo que invoco. El amor que la habia empujado a traicionar al hombre mas peligroso que habia conocido en su vida. Ese amor que tenia un nombre. --Klaus. La ultima palabra de Marlene antes de la oscuridad. 3 Casi al amanecer. De no haber sido por el reloj, nadie se habria dado cuenta. La nevada se habia convertido en una tormenta de nieve. No habia nada de luz en el exterior, tan solo una neblina blanca. Tampoco habia nada de luz dentro de la habitacion. La arana de cristal parecia incapaz de iluminar nada, limitandose a dibujar una masa informe en el suelo. Si uno la observaba largo rato, se arriesgaba a que le asaltaran malos pensamientos. Tanto el hombre como la mujer evitaban hacerlo. Se parecia demasiado a una mancha de sangre. Aparte del tictac del reloj de pendulo y de su respiracion, solo habia silencio. La mujer estaba sentada en una butaca, las manos entrelazadas sobre los muslos apretados. Rigida como un soldadito de plomo, los rasgos faciales cristalizados en una mueca que la envejecia una decada. Llevaba una especie de uniforme. La falda hasta la rodilla, un delantal muy blanco y el pelo recogido en una trenza. De no ser por la expresion cenuda (?o asustada?), habria sido hermosa. Se llamaba Helene, y desde hacia mas de cinco anos era el ama de llaves en la villa del Passirio. Hacia mas o menos el doble de tiempo que habia dejado de morderse las unas. Esa habia sido una de las primeras lecciones en la Escuela de Economia Domestica de Bresanona, donde aprendio los fundamentos del oficio. Las manos de una buena ama de llaves, le explicaron sus profesores, son su tarjeta de visita. Nunca sucias, siempre arregladas, bien cuidadas. Dejar de morderse las unas habia sido casi como dejar de fumar, pero luego se acostumbro a ello. Durante anos la idea de volver al viejo habito ni siquiera se le habia pasado por la cabeza. Hasta que empezaron los gritos. ?Que clase de hombre podia emitir semejantes sonidos? Basto solo un instante y volvio a caer. Mordisqueaba, roia, y cuando los dientes alcanzaban la carne viva, Helene, con un gesto irritado, dejaba caer sus manos sobre el regazo para martirizarse el delantal. Luego empezaba de nuevo. Manos. Boca. Unas. Dientes. Una pequena punzada de dolor. Delantal. Y otra vez mas, desde el principio. Helene habia intercambiado una unica mirada con el hombre alli de pie, apoyado en la gran chimenea que nadie usaba nunca. Una unica mirada. Mas que elocuente. El hombre se llamaba Moritz. Habia cumplido recientemente los treinta, tenia unas ojeras como hematomas y una pistola automatica en una funda, oculta bajo la americana de su traje oscuro. Por regla general, ese traje le sentaba de maravilla. Habia pagado por el una cantidad desorbitada, pero habia valido la pena. Se lo decia por las mananas, mientras se hacia el nudo de la corbata o le daba un ultimo retoque al pelo engominado, y se lo confirmaba el interes de las mujeres con las que se cruzaba por las calles del centro. En ese amanecer, en cambio, con o sin traje oscuro, Moritz se habria sentido en cualquier caso incorrecto y torpe como un espantapajaros. Porque cuando sus ojos se reflejaron en los de Helene, el hombre de la pistola vio algo que lo aterro. Una mirada de las que habia ya captado bastantes, desde que entrara a formar parte del circulo de Herr Wegener. La mirada de una victima. Y eso no estaba bien. No estaba bien, porque Moritz era un hombre sencillo que dividia el mundo con el lanzamiento de una monedita. ?Victima o verdugo? Facil: nada mejor que el sonido de una nariz al romperse. Con su metro noventa y sus noventa kilos de peso, y su propension natural a la violencia, Moritz nunca habia sentido el miedo de la victima. Hasta el momento en que, reflejandose en los ojos de Helene, se pregunto: <>. Pero tambien: <>. Por eso dejo de mirar al ama de llaves. Y la mancha en el suelo de la habitacion. Demasiadas, demasiadas preguntas. Moritz odiaba las preguntas. Porque a las preguntas uno no podia romperles la nariz. A las preguntas no les podia meter una bala en el corazon (y otra en la cabeza, por seguridad) y hacer que se callaran para siempre. Las preguntas eran como esos insectos repugnantes, todo boca y paciencia que, famelicos y canallas, eran capaces de derrumbar incluso el mas solido de los castillos. Silencio. Eso es lo que le habria gustado a Moritz. Pasar por completo de los gritos y desaparecer durante unos minutos. Los suficientes como para ahuyentar los malos pensamientos. Un cigarrillo en el jardin. O una copita de brandi. Pero las ordenes eran las ordenes. Las ordenes, para alguien como Moritz, le cortaban la cabeza a los signos de interrogacion. Marcaban la frontera entre lo que se podia hacer y lo que estaba prohibido. Las ordenes trazaban una linea recta, simple, y el era un hombre simple. Ademas, hacian que la desobediencia fuera mucho mas emocionante. Y era esto, si queremos ser sinceros hasta el fondo, lo que le habia provocado problemas. Asi que Moritz permanecia inmovil, erguido en su traje oscuro, apoyado en la chimenea apagada. Escuchando los gritos y sintiendo el peso de la automatica, que lo aplastaba contra el suelo. Sobre la mancha informe del suelo. Helene, sin embargo, tenia una vision mas compleja del mundo. No existian unicamente el blanco y el negro. La obediencia y la transgresion, las victimas y los verdugos. Habia todo un oceano de grises en los que navegar. Bastaba poco para transformar una orden en un consejo y los consejos no eran trampas, siempre ofrecian alguna escapatoria. Sus obligaciones, por ejemplo, guardaban relacion con la villa. No con su empleador. Villa y empleador eran dos cosas diferentes. Aqui habia una via de escape. Cuando decidio que ya habia tenido suficiente de aquellos gritos, Helene se levanto de golpe y salio de la habitacion. Silenciosa como un fantasma. 4 El amanecer. Mas que verla la sintio en los huesos. No habria podido hacer otra cosa. Las ventanas que daban al jardin estaban cerradas. Solo la pantalla de una lampara, rota pero aun en funcionamiento, iluminaba la habitacion sumida en el caos. Armarios completamente abiertos, cajones fuera de sitio, mantas y ropa hechas jirones, una infinidad de papeles, joyas, cuadros, libros (menos uno) por los suelos, victimas inocentes de su furia. En el centro de la sala, toda ella de estuco y con cortinas de terciopelo bordadas en oro, sentado en la cama sin hacer, Herr Wegener se dio cuenta de que si no dejaba de gritar y empezaba a razonar de manera lucida y racional todos los logros que lo habian llevado a ser lo que era se convertirian en una montana de estiercol y esfuerzo desperdiciado. El autocontrol habia sido durante anos su orgullo. Los nervios de acero y la sangre fria le habian permitido llevar la batuta de lo que, en secreto, habia bautizado como <>. Un imperio listo para dar el salto que, ese era el plan, le consentiria elevarse desde el rango del hombre ante el que uno se quita el sombrero al del hombre en cuya presencia es obligatoria una genuflexion . En ese gelido amanecer, por mucho que se esforzara en recuperarlo, el autocontrol seguia siendo una quimera. Lo era porque Wegener no queria creer lo que sus nervios de acero y su sangre fria le sugerian. Y la que era la unica y simple explicacion: Marlene. Imposible. Marlene nunca lo habria traicionado. Marlene era su esposa. Marlene era la mujer a la que amaba. Por encima de todo, Marlene era una mujer y nunca se habia visto que una mujer lograra joder a alguien como el. O tal vez si, tal vez en algunas partes del mundo habia mujeres capaces de atreverse a tanto, pero Wegener estaba seguro de que Marlene no pertenecia a esa categoria. Ni en broma. Nervios de acero y sangre fria no estaban de acuerdo. No hacian mas que repetirselo. Ha sido ella, ha sido ella, ella, ella.

  • Escrito en el agua de Pilar Lepe

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    Dicen que en algun lugar del mundo todos tenemos un gemelo identico.
    El matrimonio con Jack, estaba desgastado y ella tuvo la idea de una segunda luna de miel, en los frios parajes de Noruega, pero un fatal accidente la sumergio hasta al fondo del fiordo, de donde es rescatada por Rolf.
    En realidad Brenda no queria ser revivida, pero unas manos atrevidas la empujaron nuevamente al mundo de los vivos.
    Al conocer a Rolf, penso que por fin alcanzaba la tan esquiva felicidad, pero las cosas nunca son tan faciles, y menos aun si no son lo que parecen…
    Desgraciadamente para Brenda, su dicha depende de los caprichos que oculta el agua.
    ?Que harias tu, si tu sombra se cruza en tu camino?

  • A la orilla del rio de Robyn Carr

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    Los habitantes del tranquilo pueblo de Grace Valley eran como una gran familia… y a todos les encantaba meterse en los asuntos ajenos.

  • La leyenda de los centinelas de Manuel Criba

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    Daven el Cuervo es un guerrero vikingo que, al morir, transgredio la mas importante de las viejas reglas: enamorarse de la valkiria que debia trasladarlo al Valhalla. Fue condenado por los dioses a vagar por el mundo por los siglos de los siglos.
    Cuando el abad de un monasterio pirenaico le pide que desentierre un tesoro maldito para liberarlos de una vieja leyenda, Daven se niega. Sabe que hay cosas que es mejor no remover.
    Sin embargo, alguien no parece pensar lo mismo. Irene, una joven que acaba de quedar huerfana junto a sus dos hermanos, desentierra el tesoro para abandonar una vida de pobreza y desesperacion. Cuando los espectros que custodian el oro la persiguen para recuperarlo, tendra que decidir si renuncia a sus esperanzas o sigue adelante arriesgando su vida y la de los suyos.

  • La cita misteriosa de Lady Amor

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    Antonio ha recibido una nota de una admiradora secreta que lo cita en un bar proximo a su trabajo. No puede evitar estar nervioso: solo sabe que tiene que buscar a una misteriosa chica de rosa…

  • El chico de mi vida (Los chicos 4) de Jana Aston

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    Chloe tiene veintidos anos, es profesora y muy timida. Cuando se pone nerviosa con un chico, cuenta chistes malos. Compulsivamente.
    Boyd trabaja para el FBI y necesita que una chica se haga pasar por su novia en una boda.
    ?Convencera a la joven e inocente Chloe para que sea su cita y pasen un fin de semana juntos?

  • Beauty Too (2a parte), Susana Rubio Girona de Susana Rubio Girona

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  • Donde las mujeres son reyes de Christie Watson

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    De la autora del best-seller El fragil vuelo de los pajaros nos llega una nueva y conmovedora historia sobre la fortaleza de los vinculos familiares protagonizada por Elijah, un nino que se quedara para siempre en nuestros corazones. Elijah tiene siete anos, esta cubierto de cicatrices y acarrea un historial de comportamiento inestable. Es un nino guapo, inteligente, deseoso de agradar y que adora a los perros, tocar el tambor y hacer fotos, solo que a veces el brujo que esta dentro de el le obliga a hacer cosas. Cosas horribles. Su madre adoptiva, Nikki, cree que ella y Obi, su marido, son lo bastante fuertes como para afrontar las dificultades de Elijah, y que ser blanca no afectara a su capacidad para criar a un nino negro. Deborah, la madre biologica de Elijah, quiere a su hijo <>. Elijah piensa que el tiene la culpa de que no puedan estar juntos. Todos afrontan mas desafios de los que jamas pudieron imaginar, pero, justo cuando Elijah comienza a asentarse, un acontecimiento traumatico sacude la fragil tranquilidad de todos. <>

  • La llamada de la oscuridad (Espana 1) de Mariah Evans

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    Camino por el pasillo oscuro de puntillas, sin hacer ningun ruido. Llego hasta la puerta de la habitacion y la empujo levemente para observar en su interior. Tal y como le habian pedido los padres de Iago, a las nueve lo habia metido en la cama, le habia leido un cuento y en poco mas de quince minutos el pequeno de seis anos estaba totalmente dormido. Miro el reloj de su muneca comprobando que faltaban pocos minutos para las doce. Jaime y Rut estarian a punto de llegar de su paseo. Por lo que sabia, celebraban su quince aniversario de casados. Durante el mediodia habian celebrado una barbacoa con todos los amigos y por la noche habian ido a cenar los dos solos y a dar un paseo. No es que ganase mucho dinero, pues solo cobraba diez euros la hora y la mayoria de sus ahorros los invertia en las clases de la universidad. Al menos, con este trabajo se sacaba un extra para poder aprovecharlo en las fiestas de su pueblo. Monforte de Lemos es una ciudad situada al sur de Lugo, en Galicia, capital de la comarca de la Tierra de Lemos, de la Ribeira Sacra. Se trata del segundo municipio mas poblado de la provincia. Concretamente del dia once al dieciseis de agosto eran las fiestas del pueblo. Casetas con bebidas y comida rapida, atracciones, tiradas de cartas de las meigas, pulpo y, lo que mas le gustaba a ella, los conciertos y el castillo de fuegos artificiales el ultimo dia. Siempre se juntaba con su pandilla de amigos y disfrutaba de unos dias de diversion, pues el resto del ano no los veia al desplazarse a la Universidad de Santiago de Compostela. Alli tenia un piso alquilado. Tras asegurarse de que Iago seguia dormido fue hacia las escaleras para bajar a la primera planta. Se encontraba alli desde las siete de la tarde, cuando Jaime y Rut se habian marchado y desde que habia acostado a Iago habia visto ya una pelicula y charlado un rato con sus amigos por el WhatsApp. Iba a llegar al final de la escalera cuando escucho que la puerta de entrada a la vivienda se abria. Acabo de bajar los ultimos escalones y se dirigio al recibidor justo cuando Jaime cerraba la puerta. --Buenas noches --comento ella con una apacible sonrisa. Rut se giro mientras se quitaba la fina chaqueta de punto y la colgaba del colgador anclado a la pared. --Hola, Paula, ?como ha ido todo? Los tres se dirigieron hacia el comedor. --Muy bien, senora Rut --contesto Paula mientras se dirigia a la mesa donde habia depositado el bolso. Lo abrio y se aseguro de haber metido el movil en el interior--. Iago es muy bueno. Ha cenado a las ocho y luego hemos visto un poco los dibujos. A las nueve, tal y como me pedisteis, estaba en la cama. Le he leido un cuarto de hora y se ha quedado dormido --rio--. No se ha levantado desde entonces. Jaime extrajo la cartera de su bolsillo trasero del pantalon. --No se que hariamos sin ti... --Seguramente estar siempre metidos en casa --bromeo Rut. Jaime extrajo un billete de cincuenta. --Han sido cinco horas, ?verdad? --pregunto. Paula asintio mientras se ponia la chaqueta y se colgaba el bolso al hombro. --Si. Jaime extrajo tambien otro billete de diez. --Toma --dijo entregandole sesenta euros. Paula se quedo observandolo y luego le sonrio un poco timida. --Son solo cincuenta euros. Jaime se encogio de hombros. --Toma, siempre te has portado muy bien con Iago. Ademas, son las fiestas del pueblo y has estado aqui cuidando de nuestro hijo. --Ella se encogio de hombros como si no tuviese importancia--. Toma --insistio--. Ve y diviertete un rato con tus amigos. Ella le agradecio con una sonrisa y guardo el dinero en su bolsillo. --Muchas gracias --comento dirigiendose hacia la puerta. Rut la acompano. --Ayer vi a tu tia --explico--, no nos habias dicho que habias aprobado con muy buenas notas segundo de Biologia... Aquel comentario sonrojo a Paula. --Ha sido un buen ano --respondio restandole importancia. Rut abrio la puerta. En ese momento, hasta ellas llego el sonido de la musica y el griterio de la gente que provenia de unas calles mas abajo, en la plaza del pueblo. --Te vas a convertir en una fantastica biologa, ?te especializaras? Ella se encogio de hombros, timida por la conversacion. Siempre se habia mostrado bastante reservada cuando recibia elogios. --Me gusta mucho la biologia molecular, pero aun no lo tengo decidido. Rut le sonrio con carino mientras colocaba un mechon de su cabello rubio tras la oreja. --Sea lo que sea seguro que lo conseguiras --Luego sonrio con mas fuerza--. Venga, ve a divertirte --la animo. Ella asintio--. Y muchas gracias por cuidar de Iago. --No hay de que --contesto ella bajando las escaleras del portal. Se despidio con un movimiento de mano y camino alejandose de la casa. La mayoria de las noches en que eran las fiestas del pueblo trabajaba como ninera, pues siempre habia padres que querian disfrutar de una noche libre para divertirse. No le importaba y, de todas formas, sus amigos no salian hasta las once o las doce de la noche, asi que aquello le permitia ganarse un dinero extra con el que disfrutar luego en las fiestas. Bajo toda la calle mientras se abrochaba el boton de su chaqueta tejana, pues, aunque era pleno agosto, a esa hora refrescaba. Al final de la calle, en la interseccion, comenzaban a vislumbrarse las casetas. A medida que se acercaba la musica incrementaba su volumen. Cientos de personas salian de los bares con alguna copa en la mano, otras se sentaban en las terrazas habilitadas de las casetas. Muchas de ellas servian hamburguesas, perritos calientes y patatas fritas. Se detuvo al lado de una caseta y abrio su bolso buscando el movil. Lo extrajo y vio que tenia un mensaje de su amiga Georgina. Georgina: Vamos hacia alli. Georgina: ?Ya has acabado de cuidar al mocoso?

  • Narcisista, Sociopata e Irresistible de Jorge Borges

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    Arthur Robbins era un gigante.
    Metro noventa, musculado.
    Tatuado, sexy, descarado.
    Y un narcisista patologico.

  • El aroma de la incertidumbre de Marlon Hernando Guerra Mutis

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    Klaus Vegner, capitan de la policia de Twente, termina sus dias inocentemente abandonado a su propia obsesion por resolver el aparente suicidio de un cientifico colombo-holandes, un caso absurdamente cerrado por el mismo dias previos a su retiro del servicio, quizas impulsado por la imposibilidad de desarticular la incoherencia de los hechos.
    Tres anos mas tarde, un joven e inquieto agente de la policia de Barcelona y oficial de Interpol, Marcos Gandara Verastegui, es convenientemente trasladado a Holanda con el fin de apoyar a la Division Antinarcoticos de la policia de Twente. En el momento exacto, mientras se familiariza con su nuevo entorno, se encuentra por azar con el caso y gestiona su reapertura: segun su criterio, existen cabos sueltos que son evidentes.
    En un periplo lleno de decepcion, aprendizaje, traicion, emocion, latencia y muerte por temas de conflictos individuales que se supone que la sociedad ya ha superado con creces, y alguna que otra incongruencia inmersa en evidencias sutilmente ocultas y dispersas entre Holanda, Francia y Colombia, emergen elementos complejos y de dificil conexion con la realidad que Marcos solo percibe en apariencia.

  • Sucedio en Ibiza de Laura Marquez Garcia

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    Tomar decisiones descabelladas es lo que a veces nos hace sentir que estamos vivos, y el resultado de esas decisiones, lo que marca nuestra existencia. Hace tan solo unos meses, mi vida era una mas entre un monton; una vida rutinaria, acomodada, sin ningun tipo de alteracion, y yo creia que, por ser asi, me podia considerar una persona feliz. Vivia tranquila porque todo lo que me sucedia era absolutamente normal. Me dedicaba a dar consejos a los amigos a los que si que les surgia algun contratiempo en su dia a dia, como si fuera una experta en vidas perfectas, una guru de la felicidad y la tranquilidad. De hecho, todo hubiera seguido asi, sin ninguna duda, de no ser por el giro inesperado que dio mi vida, y ahi me di cuenta de que estaba equivocada. Llevaba mas de una decada trabajando en un bufete de abogados en pleno Paseo de la Castellana. Disfrutaba de mis tardes de afterwork con mis companeros de trabajo, vivia en un atico de alquiler en el Paseo de la Habana. No un gran atico, pero si lo suficientemente bonito y decorado con buen gusto como para ser la envidia de mis amigas. Pasaba los fines de semana con mis amigos de la hipica o del club de golf, practicando ambos deportes y descubriendo los lugares de moda para tomar el brunch o para cenar por Madrid, y todo ello acompanada de mi espectacular pareja, German de la Fuente. German era el yerno perfecto para mis padres, el cunado perfecto para mi hermana, el novio perfecto para todas mis amigas. Guapo, atletico, elegante, servicial, generoso, educado y, ademas, tenia un puesto de directivo en un fondo de inversion y un sueldo anual de muchos ceros. Compartiamos vida desde hacia ano y medio, cuando nos conocimos en una discoteca exclusiva de Madrid, y coincidimos por casualidad una semana mas tarde en el hipodromo. Nuestra primera noche juntos fue de ensueno, nunca podria haber imaginado una cita mejor. Una cena en un rooftop de Madrid contemplando la rosada puesta de sol de la ciudad mientras nos bebiamos unas copas de cava y comiamos un rodaballo salvaje. Nos tomamos despues unas copas en un club privado cerca de la plaza Santa Ana y acabamos la noche en la suite principal del precioso hotel que se encuentra en la misma plaza. La noche no pudo ser mas maravillosa, senti haber conocido al hombre de mis suenos, senti no necesitar nada mas, nunca mas. Cuando al despertar me pregunto que talla de ropa y de calzado llevaba, pense que me estaba tomando el pelo, que un caballero como el no podia estar preguntandome semejante cosa. Nunca me podria haber imaginado que fuera para mandar a una trabajadora del hotel a comprarme un vestido casual y unos zapatos para llevarme a tomar un brunch. -Si no es de tu estilo y no te gusta, puedes regalarlo o tirarlo despues, no me importa. Simplemente queria que el tema de la ropa no fuera una excusa para que no me acompanaras tambien esta esplendida manana de domingo a tomar un brunch por Madrid. Era imposible no caer rendida a los pies de un chico como ese. German era el Dios de todas las parejas, al que, ademas, nunca le gustaba discutir y con el que siempre todo parecia facil. Nos fuimos a vivir juntos enseguida. Deje mi apartamento de Arturo Soria y alquilamos nuestro atico. Viajamos a las Maldivas, Tailandia, Republica Dominicana, Nueva York y Paris en el ano y medio que estuvimos juntos. Hablabamos de boda, de perros e incluso de hijos. Mis jefes del bufete sabian quien era mi pareja, lo respetaban y por ello, poco a poco, fui consiguiendo mejores casos. Normal que pensara que mi vida era ideal, yo no hubiera cambiado absolutamente nada de ella en esos momentos. Creia tener la vida perfecta y la pareja perfecta, me sentia amada y creia que no podia haber nada en el mundo que pudiera acabar con aquel amor y destruir mi vida como se destruye un castillo de naipes. Aunque si tengo algo que agradecerle a German, ademas de todos los momentos felices que vivi a su lado y toda la estabilidad que le dio a mi vida durante ese ano y medio que duro nuestra relacion, fue la sinceridad con la que me dijo que lo nuestro habia acabado. Podria haber estado enganandome, podria haber jugado a dos bandas, pero el prefirio contarme la verdad antes de que fuera mas lejos. En su trabajo le habian encargado la adquisicion de unos edificios de oficinas pertenecientes a una de las familias mas ricas de Espana. El se iba a encargar, en persona, de las negociaciones directas con la familia, y mas concretamente, con la responsable de negociar la fortuna familiar, la hija del empresario madrileno Federico Fernandez Clavel, Susana Fernandez de la Iglesia. A pesar de que ella tenia una relacion estable con un famoso jinete, enseguida cayo rendida ante los encantos y atenciones de German, y antes de que lo suyo fuera a mas, y en tan solo un par de semanas, ambos decidieron dejar a sus parejas e iniciar una nueva vida juntos. -Me gustaria hablar contigo, Elena -me dijo un dia nada mas entrar por la puerta. No me habia dado tiempo siquiera a apreciar un cambio en su actitud. Todo habia pasado tan deprisa que confundi su alejamiento con un pico de trabajo y responsabilidad, confundi la falta de besos y de sexo con el estres que conlleva una operacion de esa envergadura. De hecho, la noche anterior habia estado cenando con unas amigas y, entre risas, habiamos comentado que quizas fuera yo la siguiente del grupo en pasar por la vicaria. -Creo que es justo que te diga cuanto antes que me he enamorado de otra persona, y ella de mi, y que nuestra relacion ha acabado. Me quede tan bloqueada que ni siquiera entendi el mensaje que me estaba enviando. -?Me estas diciendo que has tenido un rollo con una tia? -le pregunte pensando que la relacion de la que me estaba hablando era la que precisamente se habia acabado. -No, Elena; la relacion que ha acabado es la que tenemos tu y yo. Me he enamorado de Susana Fernandez, la hija del empresario con el que estamos tratando ahora mismo la compra de los edificios. Recogere mis cosas en un par de dias, no necesito mas. Tu te puedes quedar aqui un mes mas, esta pagada la mensualidad del alquiler; no tengas prisa, y si te quieres quedar en este piso, hablo con el casero y listo. Se sincero, libero toda la culpa que le llevaba comiendo por dentro los ultimos dias y me abandono en el que habia sido nuestro hogar. Se incorporo, se dirigio hacia la habitacion, le oi trastear en el armario, abrio la puerta y la cerro tras el, sin mirarme, sin decirme nada mas, y yo fui incapaz de replicarle nada. Ni siquiera fui capaz de ponerme a llorar. Era como si mi cabeza no quisiera aceptar lo que habia acabado de suceder. No era capaz tampoco de llamar a nadie para explicarselo; me sentia avergonzada. No habia sabido cuidar a German para que permaneciera a mi lado, al novio ideal. No sabia como asumir mi parte de culpa ante los demas; me preguntarian que habia sucedido y yo no sabria que responder. ?Por que no habia sido capaz de mantenerlo a mi lado? ?Que podia haber visto en aquella chica que yo no tuviera? ?Por que no habia sido capaz de hablar con el para convencerle de que se quedara conmigo? Por eso me convenci de que aquello no era el fin. Estaba segura de que el volveria a mi porque se daria cuenta de que estar conmigo era lo que realmente le hacia feliz, nuestra casa y nuestra vida ideal. Cada manana, cuando entraba al bano, pensaba que el se volveria a duchar conmigo tarde o temprano, que no tenia por que llorar, que todo lo que estaba sucediendo era momentaneo y que seria capaz de reconquistarlo. Sin agobios, pero con acciones que el apreciara y necesitara: cosas que solo yo pudiera hacer por el Mantuve esa esperanza durante la primera semana. Ni siquiera llore su perdida, estaba demasiado ocupada pensando como reconquistarlo. No comente nada en el trabajo, ni tampoco a mi familia o amigos. Debido a su trabajo, era facil que no siempre me acompanara a los eventos familiares o a las quedadas con mis amistades. Pero como ni siquiera habia prestado atencion al nombre de la susodicha, nunca imagine que seria la prensa la que acabara con mis suenos e hiciera que todo mi circulo se enterara de la noticia antes de que yo dijera nada. Nunca me ha interesado demasiado la prensa del corazon. Conozco a los personajes basicos tanto de nuestro pais como a nivel internacional, pero no porque vea esos programas o lea esas revistas, sino porque sus vidas son vox populi. Por eso no vi llegar el huracan que se aproximaba. El dia que entre en la oficina y empece a notar que las miradas de mis companeros se clavaban en mi cogote, podria haber imaginado cualquier cosa, menos aquella. Empece a sentir vertigo y a barajar la posibilidad de que, el mismo, hubiera sido el que anunciara nuestra ruptura a sus conocidos, y estos a su vez, hubieran hecho llegar la noticia a oidos de mis jefes, que habrian contado la noticia a todo el bufete y ahora mi ruptura seria la comidilla de abogados y secretarias, pasantes y socios. ?Por que lo tenia que haber contado ya? ?Tan seguro estaba de la ruptura? Cuando tuvieramos la oportunidad de volver a hablar las cosas volverian a la normalidad. Eso me repetia sin cesar una y otra vez. Pero era demasiado tarde ya para mi, mi tiempo se habia acabado y yo no me habia querido enterar. Una semana entera estuve soportando tan tensa situacion. No fue hasta que Mabel, mi mejor amiga en la oficina, me comento lo que sucedia, una manana a la hora del cafe, que al fin abri los ojos; dos semanas mas tarde de que el recogiera sus pertenencias en dos maletas y saliera de nuestro envidiado atico. -Lo llevas muy bien, Elena.

  • Por el. Un amor que doblega el orgullo de Daniel Richards

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    Basil siempre amo Jason Lakis y egoistamente se quedo con su hijo cuando este, por azares del destino llego hasta el. Despues de todo, Lakis no sabia que tenia un hijo y el podia quedarse aquellos hermosos ojos identicos a los del padre solo para el.

    ?Que sucedera cuando con el tiempo Lakis se entere de la existencia de su hijo?

    Despues de todo, nadie le quita nada a un Lakis. El hecho de recuperar a su hijo no esta en discusion y menos cuando el ex-perro callejero que despierta mas de un oscuro deseo en el moreno viene en el paquete.

  • El Husar de Arturo Perez-reverte

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    Primera novela historica de Arturo Perez-Reverte, que nos traslada a tierras espanolas, mas concretamente en la Andalucia de 1808, donde un joven subteniente de Husares toma su primer mando en un cuerpo de elite: el 4.deg Regimiento de Husares. La valentia, los suenos de gloria, el honor y los temores seran puesto a prueba por un duro enemigo: la cruel realidad de la guerra. La novela trascurre durante las horas previas a la gran batalla donde nuestro protagonista se debe hacer un nombre en la historia. Perez-Reverte consigue involucrar al lector, una vez mas, en plena novela, llegando a ser un espectador de lujo en los acontecimientos, participando de las inquietudes y las acciones del joven Frederic Gluntz durante unas horas, las mas importantes en su joven vida. Perez-Reverte, a traves de esta novela, nos hace abandonar cualquier idea romantica y bella de la guerra.