• queen square - Bali Rosenqvist

    https://gigalibros.com/queen-square.html

    Caitlin Bailey ha gozado de una vida llena de comodidades gracias a su condicion de protegida en la lujosa casa de Queen Square. Aunque no pertenece a ese mundo de grandes fiestas, su posicion de observadora le permite tomar ideas para las novelas de corte liberal y romantico que en secreto publica bajo el seudonimo de la Condesa de Clare.

  • Queen Square - Libros De Mario

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    Leer Libro Completo: Queen Square de Bali Rosenqvist | NOVELA ONLINE GRATIS.

  • A History of the National Hospital and its Institute of ...

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    Queen Square: A History of the National Hospital and its Institute of ... 'This book describes the story of the National Hospital Queen Square and its ...

  • A History of the National Hospital and its Institute of ...

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    'This book describes the story of the National Hospital Queen Square and its medical school and the Institute of Neurology during the period of 1859 to 1997 ...

  • Queen Square - Bali Rosenqvist - PDF • Descargar Libros Gratis

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    El baile en la casa de Queen Square solo era una excusa para presumir de la última ... —Deberías hacer como las protagonistas de tus libros —insinuó.

  • Queen Square: Bristol - IberLibro - Kelly, Andrew: 1900178842

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    Queen Square: Bristol de Kelly, Andrew en Iberlibro.com - ISBN 10: 1900178842 - ISBN 13: 9781900178846 - Redcliffe Press Ltd - 2003 ... The Book Depository

  • Queen Square and the National Hospital 1860-1960

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    Book in good conditions. English text. Yellowed pages and edges with traces of dust. Yelloweed jacket with traces of dust and signs of wear on the jacket.

  • QUEEN STREET WEST EBOOK de - TORONTO - Casa ...

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  • The Attic on Queen Street - Karen White

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    2 nov 2021 — The Attic on Queen Street. Tradd Street Series, Book 7. Available in Hardcover, eBook, and Audiobook. Buy the Book ...

  • Queen Square: A History of the National Hospital and its ...

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    Cambridge Core - Neurology and Clinical Neuroscience - Queen Square: A History of the National Hospital and its ... Export citation; Buy the print book.

  • Algo mas que Vecinos yo lo quiero todo de Olivia Saint

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    Cuando el amor de tu vida esta frente de tus ojos, todo confabula para que el encuentro sea inevitable y puedan vivir momentos unicos juntos.
    Amelia es una mujer con muchos misterios, independiente, amante de la vida, pero habia algo que nunca habia hecho en su vida: tomar riesgos y tomar lo que quiere, cuando lo quiere. Un dia luego de un acontecimiento inesperado ella decide cambiar las riendas de su vida hacia su propio bienestar y no el de los demas, como hizo durante toda su vida. Sucesos inesperados llevaran a Amelia a descubrir al amor de su vida que la envolvera en un espiral de deseo y pasion que jamas olvidara.

  • Los ninos de mangle de Martin Doria

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    Los ninos de mangle inicia la saga del personaje Efrain Sanchez (alias El Caiman), en la tradicion del relato detectivesco urbano. El escenario es el Caribe Colombiano, desde la peninsula desertica que se adentra en el Mar de las Antillas hasta el corredor del gran turismo que opera en las ciudades coloniales de Santa Marta y Cartagena, con cuartel central en la Barranquilla moderna y cosmopolita. La muerte de una prostituta y la desaparicion de su hija, la pequena Carol, sumergen a Efrain (expolicia militar, fanatico del beisbol y de las mujeres caribenas) en el mundo de las redes de turismo sexual infantil en las pobrisimas comunidades anfibias de la Cienaga del Magdalena. Una trama que se desarrolla en el entorno de la liberal epoca de carnavales, con las negociaciones del tratado de paz con las FARC como dramatico telon de fondo. <>. FERNANDO MARIAS

  • El librero de Toledo 1 de Manuel Peitado

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    Domenico, el protagonista, nacio en Toledo en 1.950, lugar donde desarrolla su actividad criminal y que, a traves del relato nos ayudara a entender mejor la historia de esta ciudad milenaria, adentrandonos en sus tuneles engarzados unos con otros y todos abiertos a la ribera del Tajo. Personaje complejo, sus continuos contrastes y pasiones inconfesables desembocan en esta novela negra, que hara implicarse al lector en una voragine con desenlace inesperado. La muerte violenta de su padre y el hecho de que este sea un alcoholico que maltrata a su madre, por la que siente una gran devocion, trunca su infancia convirtiendolo en un hombre frio, calculador, y carente de empatia hacia el sufrimiento de sus victimas. Defensor de los debiles, de los desamparados, de las mujeres maltratadas haran de el el justiciero que todos llevamos dentro. Asi comienza una historia escrita desde el corazon del autor, con una fina y desbordante imaginacion que lleva al lector a las oscuras cavidades de las entranas de su protagonista. Con esta obra se pretende mostrar la otra cara de la vida de un psicopata asesino; sus sentimientos, su forma de amar, sus torridas relaciones sexuales que lo convertiran en todo un personaje, unas veces tierno y romantico, otras juez y verdugo despiadado.

  • Quedate 2 de Lily Perozo , Lina Perozo Altamar

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    Despues de estar varios meses separados, Victoria y Terrence se reencuentran en Nueva York y deciden darle una nueva oportunidad a su amor. Lejos del peligro que representa la guerra, viven dias felices, pero la distancia que los separa, pondra a prueba sus sentimientos.
    Benjen, debe lidiar con el escandalo que se desata cuando se hace de publico conocimiento que tiene un hijo junto a una famosa cantante de opera; lo cual lo llevara hasta America, donde intentara reparar parte del dano que le ha causado a Amelia y Terrence.

  • El regreso de Sarah Ellen (Tu me ves 4) de Gemma Herrero Virto

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    Una casa en la que nunca entra la luz del sol, una madre obsesiva, una nina con una extrana enfermedad, un bosque oscuro en el que es mejor no adentrarse…

  • IQ de Joe Ide

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    IQ. Asi se conoce a Isaiah Quintabe en los barrios humildes de la zona este de Long Beach. Hombre solitario, de una extraordinaria inteligencia, se ha convertido en una especie de detective sin licencia al que acuden las victimas de la elevada criminalidad de estos barrios, desatendidos por la desbordada policia de Los Angeles. Gente muy humilde, le pagan con lo poco que tienen.

  • En los ojos de Youki (En los ojos del highlander 2) de Ana E. Guevara

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    Ferguson vivia en una granja rehabilitada a las afueras de Edimburgo, nunca sintio el mismo aprecio que William por la capital de Escocia, el preferia la tranquilidad del campo. Le hubiera gustado vivir aun mas al norte, cerca de las Highlands, pero por su trabajo tenia que ir a Edimburgo a menudo y no queria sacrificar calidad de vida metiendose trayectos innecesarios en el coche. Cuando llego a la ciudad esta apenas se estaba despertando, las calles adoquinadas y los edificios de piedra recubrian todo el centro historico, pintando las calles del mismo gris que lucia el cielo. Aparco su todoterreno y se dirigio a paso vivo al piso que William tenia en una calle paralela a la Royal Mile. Desde fuera aparentaba ser otro de esos edificios historicos que salpicaban la capital cada pocos metros, pero el interior habia sido renovado unos anos antes por uno de los mejores despachos de arquitectos de toda Escocia. Saludo al portero del edificio con una inclinacion de cabeza, estaba acostumbrado a verlo, y este le devolvio el saludo de forma cortes. Subio los peldanos hasta el piso de su amigo de dos en dos utilizando la escalera en vez del ascensor y llego hasta la puerta con vigor redomado. Llamo al timbre y cuando se abrio la puerta, William lo estrecho entre sus brazos. Eso no era una buena senal. Eso era todo menos una buena senal. Siguio a Will al interior del apartamento, un loft con amplios ventanales que daban a la calle y que comenzaban a mostrar los tipicos patrones de las gotas de lluvia resbalando por el cristal. Iba a ser uno de esos clasicos dias escoceses en los que el tiempo podia cambiar varias veces en el transcurso de veinticuatro horas. William se sento en el sofa de cuero y Ferguson pudo observarlo con tranquilidad. Su metro noventa de estatura parecia haber empequenecido y su pelo rojizo lucia ahora mas apagado. Profundas ojeras circundaban sus ojos y una barba descuidada ornaba su mandibula. Solo sus ojos verdes guardaban un apice de la fuerza que el estaba acostumbrado a ver. --?Que ha pasado? Iba a hablar, pero el timbre de la puerta sono sobresaltando a Ferguson. Edward aparecio detras de William y estaba tan sorprendido de ver a Ferguson como este de verlo a el. Edward era el hermano pequeno de William, y, aunque tenia los mismos ojos verdes que su hermano, su pelo rubio trigueno hacia que fuera facil distinguirlos. A pesar de que eran apenas las ocho de la manana de un sabado, ya iba vestido como si fuera a asistir a algun evento: pantalon verde musgo y chaqueta con un bordado de flores, muy del estilo de las que Juan Avellaneda suele disenar. --Ferguson --dijo en tono seco a modo de saludo. --Edward --respondio el aludido. William se sento en una esquina del sofa dejando el butacon libre para que su hermano lo ocupara. Se quedaron en silencio y viendo que Will tenia problemas para romperlo, fue Edward quien decidio tomar las riendas de la conversacion. --Hermano, a pesar de que no me disgusta tu compania, supongo que nos has hecho venir por algo mas que por el placer de reencontrarnos los tres juntos. ?Me equivoco? --No, no te equivocas. !Mierda! --dijo de repente poniendose en pie de un salto. --No os he ofrecido nada de beber, mama me mataria por tal afrenta al protocolo. ?Quereis algo? Edward y Ferguson intercambiaron una rapida mirada. Actuar de forma erratica no era propio de William que, por lo general, tenia siempre todo bajo control. --Yo tomare un cafe --dijo Ferguson. --Yo otro, con sacarina y unas gotas de leche de almendra. --Pues yo me voy a servir un whisky doble --les dijo William desde la cocina. Su piso era como un loft neoyorkino afincado en medio de Edimburgo. Una mesa de billar, una enorme cocina abierta al salon y una pared cubierta del suelo al techo con estanterias en las que obras literarias de todos los generos y todas las epocas compartian hogar. Ferguson se levanto y franqueo los pocos pasos que separaban los dos ambientes hasta llegar a la cocina de estilo industrial en la que su mejor amigo se estaba peleando con la cafetera con manos temblorosas. Cuando sintio la presencia de Ferguson, dejo de intentar cargar de cafe la maquina y se echo en brazos de su amigo para ponerse a llorar como un bebe. --Menos mal que has sido tu el primero en llegar a el, me hubiera muerto aqui mismo si decide mostrarme tanto afecto de una sola vez --musito Edward, lo que le valio una avinagrada mirada por parte del moreno. --Esta bien, deja que yo me ocupe de la cafetera, olvidate de tomarte un whisky ahora que no son ni las ocho de la manana y ve a sentarte en el sofa. Seguro que Edward te puede consolar durante dos minutos. Este hizo un mohin, pero supuso que no tenia mas opcion que obedecer, a fin de cuentas, era su hermano el que estaba en ese estado catastrofico. Se sento al lado de Will en el sofa y en un arranque de ternura fraternal muy impropio de el, le puso una manta sobre las rodillas y le paso un brazo por los hombros. William dejo reposar su cabeza en el hombro de su hermano, apenas unos segundos, antes de que fuera demasiado incomodo para ambos, pero fue suficiente. Su relacion nunca habia sido ejemplar, se basaba fundamentalmente en una tolerancia mutua a la mayoria de las acciones del otro. Durante anos Edward habia sido el favorito de su madre, hasta que decidio salir del armario ante el estupor de toda su familia en una cena de Navidad. Su madre, una mujer afincada en las tradiciones y para quien el protocolo era una forma de vida y no una mera recopilacion de reglas de buenos modales, lo vivio como una afrenta personal alejandose de su hijo predilecto. Eso hizo que los hermanos se acercaran, aunque nunca tuvieron una relacion fraternal marcada por muestras de carino o momentos de complicidad. Por esa razon, ese brazo sobre los hombros de William significaba tanto para ambos. Ferguson llego unos minutos despues llevando tres tazas de cafe en una bandeja, azucar, sacarina y leche. Ademas de unas galletas que encontro en un armario y las puso en un plato. --?No habia leche de almendras? --No, no habia --corto Ferguson la protesta que ya comenzaba a formarse en los labios del rubio. --Y ahora, ?nos vas a contar que esta pasando? --La he perdido --dijo con tono ausente--. La he perdido para siempre, ya... Ya no hay vuelta atras. --Supongo que hablas de Emma, pero ?que ha pasado exactamente? --Fiona. --!Uf! Fiona era una amiga de infancia de la familia, una mujer bellisima, rubisima y de piernas interminables. Una mujer de buena familia que la madre de William aprobaba y con la que llevaba anos tratando de emparejarlo. Ella habia mostrado su interes por el pelirrojo en varias ocasiones y en su determinacion por conseguir lo que queria, era capaz de llevarse por delante a cualquiera que osara cruzarse en su camino. Y fue la pobre Emma la que se cruzo. Y de la forma mas disparatada posible. Unos meses antes habian ido los tres a Espana a cerrar unos negocios y decidieron festejar la buena marcha de las negociaciones pasando el fin de semana cazando en la sierra. Hasta ahi todo normal, si no fuera porque Ferguson se cayo dislocandose el hombro y la traumatologa encargada de recolocarselo era Emma. Entre ella y William fue amor a primera vista, una historia de esas que solo se leen en los libros de Isabel Jenner o Sandra Bree, que discurria de forma impecable hasta que Fiona entro en accion. Por una serie de catastroficas coincidencias Emma acabo pensando que Will estaba con ella para ganar una apuesta con sus antiguos companeros del colegio y huyo despavorida de vuelta a Espana cuando estaban en medio de un fin de semana en las Highlands para festejar el cumpleanos de la madre de Edward y William. El, dispuesto a luchar por su amor, habia ido a Espana con la unica intencion de recuperarla, pero por lo visto, algo no habia salido bien. --?Puedes ser mas explicito? Un nombre propio no es suficiente para que nos hagamos una idea de lo que pudo pasar --dijo Edward. --Quede con Emma en los jardines del Palacio Real, queria darle una sorpresa, pues fue ahi nuestro primer beso. Pero entonces aparecio Fiona, me dijo que habia llevado la broma demasiado lejos, que ya no tenia gracia y que debia parar. No entendi lo que queria decir, por lo visto ella pensaba que mis sentimientos por Emma eran alguna especie de estupida apuesta o algo de ese tipo. Asi que tuve que explicarle que no, que estaba enamorado, que no habia otra mujer en mi vida y que pensaba reconquistar a Emma, aunque me fuera la vida en ello. Tomo aire al tiempo que reunia fuerzas para continuar con la historia. Dio un sorbo a su taza de cafe y Ferguson apenas podia contener la impaciencia por conocer el resto de la historia. --Entonces me beso. Y eso no seria tan malo en si si no fuera porque Emma lo vio. --!Ay! --exclamo Ferguson. --No te va a perdonar en la vida --anadio Edward llevandose otra mirada avinagrada por parte de Ferguson. --Tienes razon, hermano. Ahora si que la he perdido. He tratado de llamarla, de contactar con sus amigas, de acercarme a ella de alguna manera y lo unico que he conseguido es que Diana me amenace con denunciarme a la policia por acoso. --Chica lista --anadio Ed granjeandose otra mirada nada cordial--. ?Que? Es lo que yo hubiera hecho, por lo que he oido es la mas capaz de todas las amigas de Emma. --La he perdido... William estaba casi al borde las lagrimas, y a Ferguson le dolia el corazon de ver a su amigo asi. Habian pasado por mucho desde los tiempos del colegio y nunca lo habia visto tan abatido por nada. Esa mujer de verdad le importaba. --Veamos, creo que solo hay dos cosas que puedas hacer ahora, hermano --propuso Edward haciendose cargo de la situacion--. ?Estas seguro al cien por cien de que no quieres intentarlo con Fiona? La mirada de odio que se llevo por parte de su hermano fue respuesta suficiente para que esa posibilidad no volviera a plantearse nunca mas. --Esta bien, pues dado que hemos descartado la opcion mas simple, tendremos que ir a por la mas complicada: recuperar a la chica. Ferguson y William se giraron al unisono, como las gemelas de El resplandor. --?No me has escuchado? La he perdido. La cague en casa de nuestros padres por marcharme de caceria y dejarla sola con esas hienas que tiene mama por amigas, pero es que cuando trate de recuperarla, la cague aun mas. Jamas me perdonara. Edward se habia echado hacia adelante y apoyando los codos en las rodillas junto las manos como si estuviera tratando algo muy importante en una reunion de accionistas. --Veamos, ahora mismo las cosas estan calientes y lo mejor es dejar algo de tiempo para que se enfrien, pero despues podremos volver a presentar nuestra oferta. --?Por que tu plan para recuperar a Emma suena como si prepararas la adquisicion de una empresa?

  • Por siempre mi chica de Dani Eliott

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    Desde jovenes esa chica se robo mis suspiros, siempre hermosa, inteligente y virtuosa.
    Hoy la vida nos vuelve a juntar, se casa mi mejor amigo y el hermano de ella. Y alli estaba, mas bella que nunca, deslumbrandome, haciendome pecar con cada pensamiento que me nacia hacia ella.
    La deseo, la quiero, sigue siendo ella la que me nubla el pensamiento. Lo que no tenia como advertir era el vernos inmersos en una situacion de miedo y sorpresa, el matrimonio se cancelaba y la intriga nos llevo a tener que estar mas juntos que nunca. Habia que salir de esta... sobrevivir todos juntos.
    Pero cuando las aguas por fin se calman, nuestra historia nos tiene deparado un camino que no esperaba...

  • Papeles con Sangre de Ruben Marti Rodriguez

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    Sangro mucho, pero no sangraria jamas de nuevo.

  • Muertes pequenas de Emma Flint

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    Elegida entre las diez mejores novelas negras de 2017 por los periodicos The Guardian, The Wall Street Journal y The Irish Times.

  • Adiccion (Hermanos Duncan 1) de A.g. Keller

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    Max es el hermano mayor de los Duncan, es alto, guapo, de ojos grises y actitud despreocupada. Odia los trajes elegantes hechos a la medida, las declaraciones a la prensa y perder una apuesta. Aunque su apariencia demuestre lo contrario, el es un exitoso empresario, en el mundo de los Video Juegos. Adora los tatuajes que adornan su cuerpo, las mujeres faciles, un buen cigarro y un trago de whisky. A sus treinta anos, Max todavia no se ha casado, no tiene pareja fija y mucho menos hijos. El tiene un defecto, a pesar de lucir como el partido perfecto para cualquier chica inteligente. tiene una adiccion que esta a punto de arruinarlo. Una noche conoce a Nicole Calaway, de manera accidentada en un bar cercano a su oficina. Max queda prendado de su generosa sonrisa, el color castano de sus ojos, y el aleteo coqueto de sus pestanas. Al instante supo que esa mujer era especial. Sin imaginarse de quien realmente se trataba.

  • Mi mundo en tus ojos de Abril Camino

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    Una gran novela New Adult, emocionante, original y con personajes complejos y profundos, que adoraras en seguida y recordaras mucho tiempo despues de su lectura. Primera novela publicada de una de las autoras de romantica mas exitosas en Amazon. Mi mundo en tus ojos es una novela romantica y desgarradora, con una trama y unos personajes absolutamente impactantes. ?Que ocurre cuando dos personas rotas se encuentran en el punto perfecto del camino? La vida de Summer se hizo pedazos cuando solo tenia cinco anos. Sobrevivio al infierno, pero nadie la enseno a vivir. Hasta que llego a la universidad, conocio a un chico con los ojos color turquesa y vio su mundo en ellos. Logan sabe, en cuanto conoce a Summer, que esta tan destrozada como el. Y, entre musica de los sesenta, charlas de madrugada, paseos en moto, nubes de golosina y tatuajes que cuentan la historia de una vida, se convierten en el pegamento de los anicos del otro. Hasta que el pasado es mas fuerte que ellos. Sus vidas saltan por los aires. Y vuelven a estar rotos.

  • La andaluza, Alissa Bronte de Alissa Bronte

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    La Condesa de Lerma se ve abocada a un horrible destino: su padre la ha condenado en vida forzandola a contraer matrimonio con un hombre al que odia y teme. Durante el largo viaje al que sera su nuevo hogar, unos bandoleros asaltan la diligencia en la que viaja junto a su doncella mas querida. En el ataque, un bandolero le robara algo mas que una joya…

  • La ley del pueblo de Rober H. L. Cagiao

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    La luz se apago, y el eco de la voz de Paola Gomez, volo por un momento por el cielo orensano. Todos los focos se cegaron, y solo el rumor de las mas de cincuenta personas reunidas en aquel acto, rompia el silencio. Paola, empezo a mirar a todos lados en busca de su companero, el inspector Costoya, y lo vio muy a lo lejos, casi al final del claustro. Lo reconocio por su cojera y su nueva gabardina negra. Dejo los papeles en el estrado, sin darse cuenta de que el viento los haria desaparecer en apenas segundos. De repente, a lo lejos, se escucho un grito afilado, de esos que te parten el alma. Paola corrio, intentando no tropezarse con el resto de los invitados, que aun pugnaban por reconocerse unos a otros, en la penumbra de la noche de aquel frio veintisiete de febrero en el Monasterio de Santo Estevo de Ribas do Sil, lugar de entrega de los premios a los gallegos del ano. No estaba preparada para la accion. Habia escogido tacones y un vestido largo, apropiados para la gala, pero muy poco para una persecucion, asi que, como pudo, consiguio seguir los pasos de su inspector jefe, que la llevaban a la parte exterior del monasterio y en concreto, a la Iglesia adyacente. Entro, alumbrandose con el telefono movil, atenta a cualquier movimiento extrano, y vio como Costoya pasaba directo a la sacristia. Penso si era una broma o todos los misterios del mundo tenian algo que ver con la Santa Iglesia Catolica. --?Esta muerto? --Costoya le tomaba el pulso a un joven de menos de veinte anos, tirado lateralmente sobre la fria piedra de la sacristia. --La miro y sonrio. --No, solo esta inconsciente. --Se levanto a duras penas y senalo un objeto que estaba tirado al lado del chico. --Debieron golpearle con eso. --Paola hizo el gesto, pero se dio cuenta tarde de que habia dejado el bolso en la silla, antes de levantarse para dar el discurso. Tendria que volver a por el antes de tocar aquel caliz. Miro a un lado y vio una puerta abierta que conectaba directamente hacia una zona de paso. Desde alli, se comunicaba con las escaleras y por lo tanto con todo el monasterio. En ese momento, los servicios de seguridad de Santo Estevo se acercaron a ellos. No pudo ensenarles la placa, pero todos la conocian. Los miro seria. --Hasta que sepamos quien ha golpeado a este chico, lo mejor sera que cerremos todas las puertas. Que nadie pueda salir del recinto. Cuanto antes, por favor, el que lo ha hecho ha salido por aqui. --Senalo la puerta. --Asi que aun tiene que estar dentro. --El guarda hablo por su radio y dio la orden. Mientras, Costoya pedia una ambulancia para el joven. --Sera mejor que esa ambulancia llegue pronto o no podra salir de aqui. --Paola miro al hombre extranada. El continuo. --?No han visto las noticias? --Ante la negativa gestual de los agentes, se explico. --Se acerca una tormenta de las buenas y la prevision es que llovera sin parar durante toda la noche y parte de manana, asi que no sera muy conveniente andar por la carretera. --En ese momento aparecio un hombre vestido de etiqueta. Personal del hotel, supusieron. Se presento, despues de llevarse las manos a la cabeza al ver al chico tirado en el suelo. --Espero que... --Tranquilo, solo esta inconsciente, ya hemos pedido una ambulancia. --Me llamo Casiano y soy el director del parador. Nos conocimos antes. --Paola lo recordaba de la recepcion del hotel. --?Que ha ocurrido? --Parece que alguien le ha golpeado con el caliz y ha escapado por esa puerta. --Miro hacia alli con los ojos muy abiertos. --?Y las llaves? --?Que llaves? --Las llaves de esa puerta solo las tiene el parroco, Don Afonso. O en su defecto el aqui presente, el sacristan. --?Este chico era el sacristan? --Era algo que suponia, pero requeria cierta confirmacion. --Si, es Emilio. Lleva anos siendo el sacristan de Santo Estevo. --Entonces suponemos que el que ataco a Emilio se llevo las llaves. --Eso es, y es que solo hay otras copias de esas llaves y estan en nuestro poder. Tendria que comprobar si siguen en su sitio. --?Y por que querria alguien aduenarse de esas llaves? --Casiano miro a su alrededor para intentar explicarse. --Vera, comisaria, la iglesia solo comunica al parador por esta puerta y no existe ningun control, el que accede desde aqui puede tener libertad total por todo el monasterio, por las habitaciones de los clientes. Es muy peligroso, por eso solo existen esas dos copias. --Interesante. Bien, lo primero, senor Casiano, compruebe donde estan esas otras llaves, para confirmar que han robado las de la iglesia. Por otro lado, seria bueno tranquilizar al resto de los asistentes a la gala y pedirles que comprobaran sus pertenencias, asi como sus habitaciones por si falta algo. Si prefiere lo hare yo misma. --Se lo agradeceria, seguro que le hacen a usted mas caso que a mi. --El caso es que no podemos dejar a este chico aqui, solo, al menos hasta que lleguen los sanitarios. --Costoya ya se habia agenciado una manta que le habia puesto por encima a Emilio, el sacristan. --Yo me quedare, y los de seguridad, no se preocupe, nosotros nos encargamos. --Y si se despierta corra usted a avisarnos, para intentar saber si recuerda algo del ataque. --No lo dude, comisaria. Eso haremos. --Y ya se lo he dicho al guarda, cierren la salida del monasterio, que nadie pueda escapar. El que lo ha hecho esta dentro aun. Y en cuanto salga la ambulancia, selle tambien esta puerta, la de la iglesia. Salieron a la calle, la iglesia daba directamente a mano izquierda a un pequeno cementerio, al frente una gran zona empedrada utilizada como aparcamiento y a la derecha, a la fachada del monasterio. La puerta aun estaba abierta, pero custodiada por dos personas de la organizacion del hotel. Costoya encendio un cigarro. Paola lo miro. El lo hacia un poco mas arriba. --?Estas intentando comunicarte con el altisimo? --Nego con la cabeza. --No, comisaria, estoy viendo esos pedazos de nubarrones y me da a mi que ese guarda tenia toda la razon, se avecina tormenta, va a ser divertida la noche. Me da que sera mejor que apuremos con esa charla porque por mucha carpa que tengamos esto no tiene buena pinta. --Le dio a la cabeza y le sonrio. --Ir con usted a cualquier sitio es aventura segura. Vacaciones con Paola. --Le dio una colleja. --Venga, pasa para dentro anda, te voy a dar yo a ti aventura. --Un relampago ilumino el cielo orensano y de nuevo se fue la luz en Santo Estevo de Ribas do Sil. Las tinieblas se hicieron visibles antes sus ojos, como una vision. Rompe co tabaco, penso Costoya. --No gano para sustos, no gano para vicios, asi nunca llegara la jubilacion

  • El ultimo akelarre – Ibon Martin de Ibon Martin

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    Bilbao se prepara para una noche festiva cuando un macabro asesinato atrae todas las miradas hacia la imponente chimenea del parque de Etxebarria. Un joven estudiante de la Universidad de Deusto pende envuelto en llamas de su vieja estructura de ladrillo. La eleccion del momento y el lugar apunta a un crimen ritual. La escritora Leire Altuna y la ertzaina Ane Cestero dirigiran una investigacion en la que se enfrentaran a grupos neonazis, sectas destructivas y demoledoras intrigas familiares.

  • Besame, Princesa, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh

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    Novela romantica contemporanea.

  • Mi mariposa de Sophie Saint Rose

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    Cristal es un hada que lleva esperando el amor verdadero casi trescientos cincuenta anos. Harta de su vida, no puede entender porque no pierde sus alas al conocer a Kyle Rochester. !Tenia que ser el!

  • Nosotros en la Luna de Alice Kellen

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    Tras el exito de Deja que ocurra vuelve Alice Kellen con una novela que te enamorara

  • Un novio por encargo de Tierra Salvaje

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    A las pocas semanas de cumplir los dieciocho me dieron unas fiebres muy altas que, aun a dia de hoy, ni los medicos saben que es lo que paso. Tres anos practicamente en cama, solo podia moverme con gran esfuerzo, con dos muletas y con muchos dolores. Despues de eso, cuando las fiebres remitieron, media mas de un metro ochenta de altura. Pase otro ano recuperando mi musculatura e intentando volver a mi vida anterior. Para cuando cumpli los veintitres y termine, por fin, con todo ya tenia un cuerpo atletico y perfectamente tonificado. Durante los primeros meses de mi enfermedad, mis amigos, poco a poco, se fueron olvidando de mi, con una unica excepcion, Eva, quien en ningun momento me dejo de lado y estuvo apoyandome durante todo el tiempo. Tras esta experiencia, a mis amigos los clasifico en dos categorias: Eva, en un lado, en el lado bueno de los amigos; y a mil kilometros de distancia, los demas. Eva me habia llamado dos dias antes para quedar, porque segun dijo, me queria pedir un gran favor, algo que, por supuesto y tratandose de ella, si estaba en mis manos lo haria sin pensarmelo dos veces. Llegue antes de la hora acordada, no me gusta llegar tarde. Mientras esperaba aproveche para tomar cafe y ojear el periodico, en eso estaba cuando la vi llegar por la acera, acompanada de una mujer a la que reconoci como una de sus mejores amigas del trabajo, ya que la habia visto desde lejos alguna que otra vez, cuando habiamos quedado y habia ido a buscarla, aunque nunca fuimos presentados. La amiga en cuestion era una de esas mujeres que, cuando entraba en algun sitio todos los hombres se giraban para poder mirarla. Eva era muy particular, no le gusta en absoluto mezclar su vida personal con la laboral, si podia evitarlo, era casi obsesiva con ello, ambas facetas las mantenia perfectamente separadas, amistades incluidas. Cuando llegaron, y tras presentarnos, toco el turno de los saludos. A Eva le di dos besos, mientras que, a su amiga Susana, simplemente le tendi la mano, que ella estrecho mientras le dirigia una mirada de curiosidad a Eva. Fue entonces, justo antes de sentarnos, cuando en mi espalda sono una voz femenina llamandome por mi nombre, Pedro. Cuando me volvi, una rubia me salto en los brazos dandome dos besos en las mejillas, se trataba de Ana, mi ex. Saludo a Eva y a su amiga, para despues mantenerme sujeto por los brazos mientras me daba un repaso de arriba abajo. --Por ti no pasa el tiempo, sigues igual de guapo... --Tu que me ves con buenos ojos... La que si que esta impresionante eres tu. Solo has cambiado para mejor... --Adulador, que eres un adulador... --me sonrio. --Bueno, Ana, ?y que haces por aqui? Pense que estabas en Valencia. --Y alli sigo, estoy aqui por trabajo, regreso esta tarde... Y, por cierto, me voy que tengo el tiempo muy justo, solo me he parado para saludarte... Me ha encantado verte... --Y a mi, aunque haya sido como la visita del medico --se rio de mi comentario. --Si, tienes razon, para la proxima te prometo que hare un hueco y te llamare para salir a comer o a cenar, y ponernos al dia, ?te hace? --Hace... Te tomo la palabra... Tras esto y decirme ella que me llamaria, nos despedimos, saludando a Eva y a su amiga, marchandose a toda velocidad mientras miraba el reloj. Me sente sonriendo, observando a las dos mujeres que tenia ante mi como me miraban, Eva socarrona y su amiga con curiosidad. Le pedimos al camarero dos nuevos cafes para ellas, despues estuvimos hablando durante unos cuarenta minutos, de diversas cosas. La amiga de Eva me parecio una mujer inteligente, culta y muy divertida, sin embargo, del tema del favor, Eva no dijo ni media y, desde luego, yo no pensaba decir nada mientras estuviera su amiga delante. --Vaya, veo que Eva tenia razon cuando me dijo que eras muy discreto --solto repentinamente Susana. -- ?Perdona, ?como dices? --Susana tenia dudas de si debia pedirte ayuda, mas que nada por si podrias mantener la discrecion o no. Le he dicho segun veniamos, que tu no sacarias delante de ella el tema del favor que te quiero pedir --me sonrio Eva. --Supongo que eres consciente de que me acabo de perder, ?verdad? ?Que tiene que ver ella con todo esto? No creo que me conozca de nada. --Si, se que estas perdido del todo --dijo Eva soltando una carcajada--. Mira, el favor que pretendo que me hagas es muy simple, quiero que acompanes a Susana a una boda, por eso esta aqui... --se quedo mirandome sonriente. --A ver, a ver, a ver... que me he vuelto a perder de nuevo... Primero, sabes que, dado que me lo pides tu, si puedo lo hare, y eso no sera problema siempre que me coincidan las fechas, algo que por otro lado supongo que ya te has molestado tambien en mirar... --Tal y como dices, si. Es dentro de dos fines de semana, en el puente, y lo tienes libre, porque me lo comentaste el mes pasado... ?Entonces acompanaras a Susana a la boda? --Si, claro, pero... joder, es que no me lo creo --me pase la mano por la cara --esto parece el guion de una comedia romantica de Hollywood. --La verdad es que, si lo piensas detenidamente, eso no te lo puedo negar --se rio Eva acompanada por Susana. --Pero hay algo que no entiendo, perdoname si soy un poco brusco --me dirigi a Susana--, pero eres muy atractiva, por el rato que llevamos hablando, tambien muy inteligente, divertida y ademas tienes un cuerpo de infarto, con solo chasquear los dedos tendrias al hombre que quisieras... -- ?Supongo que lo que no entiendes es por que razon Eva te ha pedido ayuda a ti en lugar de buscarme yo un acompanante por mi cuenta? --Basicamente si, no creo que hubieses tenido mucho problema con ello... --La idea fue mia --replico Eva-- Susana pensaba hacer eso mismo que has pensado, estuvimos las dos hablando de las opciones que tenia y de con quienes podria ir. La verdad es que fue decepcionante, y entonces cuando me puse a pensarlo detenidamente con quienes mas o menos podria tener confianza para ello, viniste de inmediato a mi mente. No sabes lo que me ha costado convencerla de que aceptase venir, aunque simplemente fuese a conocerte... y por lo que he visto, creo que ha quedado gratamente sorprendida --repuso ironica, mientras me fije en que Susana se sonrojaba. --Bueno, no dire que todo esto no sea estimulante para mi ego, que lo es, me ha subido unos cuantos enteros --sonrei arrancandole a las dos una carcajada--, pero creo que, ya que voy a hacerlo, me gustaria saber que es lo que ocurre con esa boda, supongo que sera algo tan trillado como un exnovio, o una amiga... digamos que en plan vibora, ?o me equivoco? --Para nada, se trata de mi ex, tal y como dijiste, el perfecto guion cursi de una comedia romantica, no te lo niego, casi da hasta repelus si lo piensas un poco --repuso riendose Susana--. Veras, llevaba con mi ex desde que terminamos la carrera. Se casan una de mis mejores amigas con uno de sus mejores amigos, a los que nosotros presentamos y quienes nos pidieron ser testigos, por lo que me es imposible evitar ir, evidentemente la invitacion era para los dos, pero al romper... --la interrumpi.

  • Lo que he aprendido en la vida de Oprah Winfrey

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    Contare una historia que no es nueva pero, al menos para este libro, creo que vale la pena narrarla otra vez. Corria el ano 1998 y estaba dando una entrevista en vivo para la television, promocionando la pelicula Beloved. Todo iba bien, hasta que llego el momento de la conclusion. Alli, el gran critico de cine del Chicago Sun Times, Gene Siskel, me pregunto: --Ahora dime, ?que has aprendido en la vida? Debo decir que esta no era la primera vez que me encontraba en un dilema. A lo largo de los anos he hecho y me han hecho un monton de preguntas. No es frecuente que no encuentre las palabras adecuadas, sin embargo Siskel se las arreglo para pararme en seco. --Hmmm, ?acerca de la pelicula? --tartamudee, sabiendo muy bien que buscaba algo mas, profundo y complejo, pero trate de esquivar el tema, hasta que se me ocurriera una respuesta mas o menos coherente. --No, --me dijo--. Sabes lo que quiero decir, acerca de ti, de tu vida, de cualquier cosa, de todo... --Hmmm, he aprendido... hmmm... he aprendido, necesitare tiempo para pensarlo un poco mas, Gene. Bueno, dieciseis anos mas tarde y tras pensarlo mucho, esta pregunta se ha vuelto el centro de mi vida. Al final del dia, ?que he aprendido en la vida? He sondeado esa pregunta en cada numero de la revista O. De hecho, "Lo que he aprendido en la vida" es el titulo de mi columna mensual y creeme que todavia hay muchas veces en las que no encuentro una respuesta con facilidad. ?Que he aprendido en la vida? Que si otro editor me llama, me envia un correo electronico o siquiera me envia senales de humo preguntandome donde esta la entrega de este mes, !me cambio el nombre y me mudo a Timbuktu! Pero justo cuando estoy lista para izar la bandera blanca y gritar, "!suficiente!, !me rindo!, !no se nada!", me encuentro paseando los perros, preparando una taza te de chai o remojandome en la banera... Y entonces, de la nada, un instante de perfecta claridad me trae de vuelta a algo que mi cabeza, mi corazon y mis entranas saben bien, sin la menor sombra de duda. Debo admitir que me sentia un poco inquieta por volver a leer todas las columnas publicadas en los ultimos catorce anos. ?Seria como ver mis viejas fotografias otra vez? ?Aquellas en las que tengo cortes de cabello y ropa que de verdad deberian quedarse en el archivo de "en-esa-epoca- era-buena-idea"? Es decir, ?que haces si lo que sabias con certeza en aquellos dias ahora se convierte en un que estaba pensando? Entonces, tome una pluma roja, una copa de Sauvignon Blanc, respire hondo, me sente y empece a leer. Y, a medida que leia, volvian los recuerdos de lo que estaba haciendo y donde estaba en mi vida cuando escribi esos articulos. De inmediato, recorde como me devanaba los sesos y buscaba dentro de mi alma. Me sentaba a escribir hasta tarde y me levantaba temprano. Todo para entender que comprendia acerca de las cosas que importan en la vida, cosas como la alegria, la adaptacion, la conexion, la gratitud, la posibilidad, el asombro, la claridad y el poder. Me siento feliz de poder informar que lo que descubri durante aquellos catorce anos de columnas es que cuando sabes algo, cuando en verdad sabes algo, tiende a resistir el paso del tiempo. No me malinterpretes. Vives y, si estas abierto al mundo, aprendes. Asi que, mientras el nucleo de mi pensamiento sigue siendo bastante solido, termine utilizando la pluma roja para tocar, retocar, explorar y ampliar algunas verdades viejas y otras ensenanzas aprendidas por el camino dificil. !Bienvenido a mi propio libro de las revelaciones! Aqui leeras sobre todas las lecciones con las que he lidiado, que me han hecho llorar, de las que he huido, a las que he regresado, con las que he hecho las paces, de las que me he reido y de las que, al final, tengo la certeza de saber algo. Mi esperanza es que te empieces a preguntar lo mismo que Gene Siskel me cuestiono hace tantos anos. Se que descubriras algo fantastico a lo largo del camino... porque te encontraras a ti mismo. Oprah Winfrey Septiembre de 2014 Alegria "Sientate. Celebra tu vida". --Derek Walcott La primera vez que Tina Turner aparecio en mi programa, queria huir con ella, ser una de las coristas y bailar toda la noche en sus conciertos. Bueno, el sueno se hizo realidad una noche en Los Angeles, cuando The Oprah Winfrey Show salio de gira con Tina. Despues de ensayar un dia completo para una sola cancion, tuve mi oportunidad. Fue la experiencia mas estresante y vigorizante de mi vida: me temblaban las rodillas. Durante 5 minutos y 27 segundos tuve la oportunidad de sentir como se hace rock&roll en un escenario. Nunca habia estado mas fuera de mi propio elemento, fuera de mi cuerpo. Recuerdo que contaba los pasos en mi cabeza, intentando mantener el ritmo, esperando el gran inicio. Me sentia muy cohibida. Entonces, de repente, cai en la cuenta: chica, esto va terminar muy pronto. Y si no me relajaba, me perderia de toda la diversion. De modo que eche la cabeza hacia atras, me olvide del paso, paso, giro, patada y solo baile. !SIIIIIIII! Varios meses despues recibi un paquete de mi amiga y mentora, Maya Angelou, decia que enviaba el regalo que desearia que cualquier hija suya tuviera. Tras arrancar la envoltura del paquete, encontre un CD con una cancion de Lee Ann Womack que, hasta la fecha, es dificil que la escuche sin derramar una lagrima. La cancion, un testimonio de la vida de Maya, incluye este verso como estribillo: "Cuando puedes escoger entre sentarte o bailar, espero que elijas bailar". Lo que he aprendido en la vida es que todos los dias traen la oportunidad de respirar, quitarse los zapatos, salirse de la fila y bailar: de vivir sin remordimientos y rebosante de toda la alegria, diversion y risa que puedas soportar. Puedes bailar de manera audaz sobre el escenario de la vida y vivir como tu espiritu te impulse, o puedes sentarte sin hacer ruido junto a la pared, retrocediendo hacia las sombras del miedo y de la falta de confianza en uno mismo. En este preciso instante, la eleccion es tuya y es el unico momento que tienes en realidad. Espero que no estes tan involucrado en cosas secundarias como para olvidar lo que de verdad te divierte, porque este momento esta a punto de terminar. Deseo que mires hacia atras y recuerdes que hoy fue el dia en el que decidiste hacer que cada instante cuente, disfrutar cada hora como si no existiera otra mas. Y cuando tengas que elegir entre sentarte o bailar, espero que bailes.

  • Llevame Siempre Contigo (Llevame contigo 3) de Yara Ariza

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    Jannice Hernandez tiene la mala fama, entre sus amigas, de siempre llegar tarde a todos lados. No se permite salir de casa sin estar bien arreglada, nunca se sabe a quien pueda encontrarse.

  • El rastro de un susurro (Asesinos e hijos de la luz 1) de M. Markusen

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    Desde las profundidades de un inmenso acantilado espero la venida de mi inevitable destino. El mar infinito se extiende sobre los restos de un ejercito de amantes desesperanzados que, a lo largo de los tiempos, han entregado sus almas al dios del abismo como sacrificio. Como ellos, le regalo mi existencia a una inevitable muerte que me observa acariciando su guadana. Cientos de gotas de lluvia sacian su lujuria sobre mi piel y me refrescan de una forma deliciosa. Me ilusiona pensar que disfruto de un intenso placer entre tanto dolor, pero no puedo estar mas equivocado, ya que una tras otra, titanicas olas se esfuerzan por expulsarme de su territorio. Trago agua, escupo agua. La tormenta crece y el mar se agita con rabia. Mi mano izquierda, aferrada a una roca con toda su fuerza, pierde demasiada sangre. La derecha, bajo la espuma del mar retiene a un par de dedos que no me pertenecen y conecta nuestros latidos con ferocidad. Apoyo mi suela sobre la cabeza del propietario de los dedos y hago fuerza para hundirlo en las profundidades. Puedo sentir como se ahoga lentamente. Su sufrimiento se agrava, luchando por sobrevivir, agita mi pierna con ambas manos. Decenas de burbujas escapan de sus pulmones y suben a la superficie. Mi victima no tiene ninguna posibilidad de escapar. Cuento mentalmente los segundos que han pasado desde el inicio de sus clases de buceo involuntarias. Noventa y uno, noventa y dos, noventa y tres... El desgraciado es bueno, pero no es inmortal. Tomo oxigeno profundamente, lo expulso gradualmente y le digo a mis remordimientos que acepten ser los responsables de despojarle de la vida. Puedo explicar mi falta de empatia hacia el; durante dias he matado a mi enemigo de terribles y grotescas formas entre la soledad de mis pensamientos. ?Como me siento? Con escalofrios emocion y nervios; perdiendo la virginidad. La tormenta se hace mas intensa y levanta olas mas altas. Ciento siete, ciento ocho, ciento nueve... Mi acompanante apenas se mueve. La muerte se esta apoderando del escaso oxigeno que perdura en el interior de sus inundados pulmones. Un poco de tierra humeda se desprende de mi mano como la suela de una zapatilla de imitacion y pierdo el equilibrio. Me golpeo la barbilla accidentalmente contra una piedra afilada. Sangro. Vuelvo a apoyarme en un pequeno saliente y consigo mantenerme a salvo lo mas rapido que puedo. Miro al cielo y contemplo la colosal roca que descansa sobre mi. Es imposible trepar a traves de sus brazos, tengo que hacerme a la idea. Mi invitado deja de moverse al fin, eso me reconforta. Suelto su mano y su cadaver se hunde muy docilmente en la oscuridad, alejandose de mi vista. Sin una segunda oportunidad; sin solucion ni vuelta atras. Suenos y susurros, buscandome noche tras noche... Suenos y susurros... 1 Alan Brody El origen de todas las grandes tragedias ?Por que a mi? No puedo creerlo. ?Esto es real? Mi credulidad descansa apaciblemente sobre un lejano horizonte perdido en otro mundo y aun asi no puedo evitar darme cuenta de la realidad de la situacion. El sufrimiento que aflora de mi interior es inmenso e insoportable. Todo espiritu tiene un limite marcado por una linea y cuando la agonia la sobrepasa, la cordura emprende una muerte lenta y la locura renace como una raiz en el cerebro que crece despacio, controlandolo todo poco a poco. Dios misericordioso, eres incapaz de imaginarte lo mucho que ahora te odio. Calentado por una pequena manta y en mitad de la noche observo bajo la seguridad de la parte trasera de una ambulancia como, en el exterior, el fuego purifica mi casa y la transforma en polvo gris. Un dios arroja incontables lagrimas sobre el mundo que aplauden al tocar el suelo y empapan a los curiosos que se amontonan tras un muro resguardado por policias. Mis padres compraron la hermosa montana de ladrillos que arde meses antes de mi nacimiento. Dos pisos rebosantes de una independencia lo suficientemente solida como para dar refugio a una pequena familia y a su felicidad durante muchos anos. El exterior esta, o quizas deberia rectificar y decir estaba, decorado con un delicado y minusculo jardin donde se podian almacenar un par de matorrales, ni uno mas. Mi madre siempre me solia decir que plantar un punado de flores a lo largo de toda nuestra vida no iba a cambiar el mundo, nuestros actos tenian que ser mas intensos para dejar una huella en los demas; opino que algo es algo, ?no? Decenas de residencias perfectamente simetricas a la mia abrian un largo circulo lunar que llegaba hasta el horizonte. Las paredes eran gruesas e impedian que alguno de mis vecinos se enfadase por escucharme improvisar un estornudo o por ir al bano a altas horas. En las noches mas iluminadas se podia ver al final de la carretera el reflejo de las luces de los edificios altos que estaban en el centro de la ciudad. Mis padres trabajaron muy duro durante muchos largos y pesados anos para conseguir quitarse de encima la asquerosa deuda de la casa. Ambos murieron en un grave accidente de trafico durante un viaje que hicieron por sus bodas de plata y al ser hijo unico no tuve problemas para repartir la herencia entre uno solo. Al principio disfrute de la soledad, pero con el tiempo la casa se hizo cada vez mas grande, hasta que conoci a Judith y la comparti con ella, con el amor de mi vida, el mismo amor que estoy viendo en este instante salir por lo que queda de la entrada principal de mi casa metida dentro de una bolsa de plastico negra para cadaveres. Si, es real. Ahora no tengo con quien dormir ni donde hacerlo; solo una pequena manta sobre mi espalda se ha quedado conmigo. Mi vieja vecina, como es costumbre en ella, me observa desde la seguridad de su solitaria morada de piedra. La anciana nunca aparta sus brillantes ojos de los movimientos de los demas residentes en ningun momento para contarselos a su almohada. Maldita seas un centenar de veces. --Entra en tu cueva y vuelve a quedarte a solas con tus gatos, insolente y nauseabunda vieja arrugada. --susurro. Los bomberos corren de un lado para otro, esforzandose por eliminar los ultimos vestigios del fuego que aun permanece latente. Ya no queda nadie dentro asi que pierden el tiempo. ?Un gato quizas? Imposible, los odio y no recuerdo el motivo, pero los detesto y los temo. Lloro... lloro en soledad. Unifico todos los lamentos de mi vida y los expulso como uno solo, fuerte y uniforme. Segun avanza el tiempo, las sirenas inician el cese de su canto y las voces de los bomberos se silencian, un simbolo indudable de que su trabajo esta llegando al final. He intentado salvarla con todas mis fuerzas, lo juro por dios, pero no han sido las suficientes. Tendria que haber sido mi turno... En mi cabeza veo su cuerpo envuelto entre intensas llamas, retorciendose de un lado para otro; es ciertamente una escena insufrible, una pesadilla perfecta. Un hombre entra en la parte trasera de la ambulancia en mitad de mi lamento. Viste un elegante traje negro y lleva puesta una reluciente corbata gris, todo recien lavado y planchado, un uniforme demasiado refinado para pertenecer a un simple agente, debe tratarse de un oficial. Sus mejillas rebosan cicatrices y su cuerpo desprende un aroma a cerveza repugnante, similar al de un maton barato. En su mano derecha sujeta una carpeta plana y un boligrafo atado con un nudo simple cuelga de esta. Se sienta frente a mi y cierra la puerta del vehiculo con suavidad. Fuera llueve tan intensamente que al quedarnos solos lo unico que escucho es el traqueteo de las gotas rebotando sobre el techo. --Menuda tormenta, ?no le parece? --me pregunta. ?Como le puede hacer esa pregunta a un hombre que acaba de perderlo todo? Me hace pensar que es imbecil y que ha conseguido el puesto de oficial... bueno, ya os imaginais como. --No me habia dado cuenta, estaba mas pendiente del olor a quemado de los restos de mi mujer. --respondo. --Obviamente. Disculpeme, senor Brody. ?Que tal se encuentra?, ?tiene alguna herida? --estoy trastornado y en estado de shock absoluto, lo cual es algo razonable y logico teniendo en cuenta el drama que estoy atravesando, pero guardo silencio; no me veo capaz de contestarle cortesmente --Lo que ha hecho usted ha sido muy valiente, aunque muy arriesgado para su vida. Comprendo su reaccion a la perfeccion, senor Brody, yo habria hecho lo mismo por mi esposa si se hubiera visto envuelta en algo similar, pero tiene que comprender que salvar a una persona retrasa el rescate de otra, ?lo entiende? --?Insinua que ella ha muerto por mi culpa? --le pregunto muy enfadado. El oficial suspira. --No, usted se confunde, nada mas lejos de mi intencion el ofenderle, pero si no hubieramos entrado a sacarle a usted todo se habria agilizado mas y... bueno... ?Comprende lo que le intento decir, senor Brody? Quiero partirle su boca diente por diente y mostrarle el resultado tras una larga sesion fotografica, pero me contengo. Demasiado estres por hoy. --Por supuesto que lo comprendo, --miento --sin embargo, solo me he dejado llevar por el instinto, sin importar las consecuencias en lo mas absoluto. Por mucho que usted me diga que lo entiende, estoy convencido de que no es asi. Medito durante un pequeno instante y mi vigilante respeta mi deseo sin pronunciar palabra alguna. Los ojos de Judith, el amor de mi vida, resaltan entre la oscuridad de mi interior, volando libres a traves de mi dolor. --Lamento mucho lo sucedido, sinceramente. Se que no es el mejor momento para hacer esto, pero tendra que contestarme a unas preguntas. --interrumpe mi meditacion. Mas lagrimas se deslizan a traves de mis mejillas. --Pregunte lo que quiera. Ayudare en lo que pueda, le doy mi palabra. --cedo. Da unos ligeros toques en su libreta con el boligrafo. --?Donde estaba usted cuando se inicio el incendio, senor Brody? --inicia el interrogatorio. Seco mis lamentos con la manta que me han prestado. --Trabajando. --contesto --Soy camarero en un restaurante cercano desde hace dos anos, mas o menos. Justo cuando llegue a casa al terminar mi turno, el fuego estaba muy avivado y los vecinos acababan de llamarles a ustedes. Ninguno de ellos tiene mi telefono y no pudieron comunicarse conmigo. Intentaron evitar que entrara en la casa cuando me vieron correr hacia la puerta con un ataque de panico; no lo consiguieron, ya lo sabe. --?Puede probarlo? --me pregunta. Me doy cuenta del rumbo que estan tomando sus preguntas. --Hay camaras de seguridad en el local, si pide las grabaciones a mi encargada seguro que se las mostrara sin ningun inconveniente. Mis companeros tambien me vieron trabajando, pregunteles a ellos. --le explico. --?Garantiza que todos dirian lo mismo? --Bueno... siempre hay algun gilipollas, como en cualquier parte, ?no? En nuestro trabajo todos tenemos a un insoportable, vago, sucio y prepotente companero capaz de amargarnos el dia y al que es mejor ignorar por completo. Se convierte en una excusa para arrojar el despertador con furia contra la pared al apartar las sabanas para levantarnos. No lo hagas contra el suelo si lo que pisas es parque de calidad, no hace falta ser tan estupido. Inexplicablemente, a el lo ascienden antes que a ti. --Tras revisar las escrituras he comprobado que usted es el unico propietario del inmueble incendiado, ?no es asi?

  • El Azul del Cielo de Georges Bataille

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    A pesar de la luminosidad del titulo, esta obra se inspira en la transgresion de una moral prudente, en una busqueda peligrosa: el aprendizaje de la muerte, la profundidad <> de ese cielo azul que nos atrae y repele al mismo tiempo. Londres, Paris, Barcelona, dibujan una topografia de la perdicion, un marco en el cual Troppmann, a traves de borracheras, noches en blanco y extranas celebraciones, se va acercando hacia esa nueva forma de pureza, la comunion con la muerte gracias al descubrimiento iluminador de lo sordido.

  • El laberinto azul (Inspector Pendergast 14) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    En la decimocuarta entrega de la serie del inspector Pendergast, la siniestra sombra de una venganza ancestral amenaza la vida del agente del FBI.

  • Puerta con puerta de Adriana Rubens

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    Elena perdio su corazon.

  • Jimmy Page de Chris Salewicz

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    Jimmy Page fue el lider de la banda mas grande del mundo durante la decada de 1970, Led Zeppelin.

  • Miguel Superacion de Nanda Gaef

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    Miguel, un abogado de renombre que lo tenia todo. Una espiral de autodestruccion le hizo tocar fondo, perder su dignidad, trabajo, amigos y a si mismo. Nadie lo queria cerca. Estaba a punto de perder a la unica persona que seguia teniendo fe en el.
    Divisando un futuro negro, con el apoyo de Rafa, busco ayuda. Con lo que nadie contaba es que las mismas personas que lo curaron le traicionarian y volverian a enfermarlo.

  • Tentacion al amanecer de Kristel Ralston

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    Despues de seis anos, el efecto que Rohan Carter ejerce en Mitsy Hammonds continua siendo devastador. No se trata solo de la innegable quimica que electrifica el aire cuando ambos estan en el mismo espacio fisico, sino de las cicatrices del pasado que comparten.

  • El asesinato de Road Hill de Kate Summerscale

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    Una noche de verano de 1860, en una elegante mansion de la campina inglesa, todo esta en calma. Tras los ventanales la familia Kent duerme tranquilamente. A medianoche se oye un ladrido. Luego, todo vuelve a quedar en silencio. Cuando a la manana siguiente se despiertan, los Kent descubren con horror que el mas pequeno de sus hijos ha desaparecido de su cuna. Un escalofrio recorre toda la casa y empieza una busqueda febril hasta que el nino aparece finalmente, asesinado. ?Quien cometio semejante atrocidad? Las pocas pistas indican que fue alguien que estaba en la casa, alguien del servicio o algun miembro de la familia. No tarda en aparecer en la escena del crimen el inspector Jack Whicher de Scotland Yard, el detective mas brillante y respetado de su tiempo, encargado de resolver un caso oscuro y complejo, de apariencia irresoluble, el asesinato que conmociono a la sociedad victoriana y que inspiro a escritores como Dickens, Conan Doyle o Wilkie Collins. El asesinato de Road Hill es el relato veridico de aquellos sucesos, uno de los episodios mas siniestros y estremecedores de la historia del crimen. Kate Summerscale ha llevado a cabo una detallada, exhaustiva e hipnotica reconstruccion de los hechos en un texto narrativo compuesto con el ritmo de las grandes novelas. No en vano se ha llegado a decir que este libro es una suerte de A sangre fria victoriano.

  • Carmen, la rebelde de Pilar Eyre

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    Los ojos del rey de Espana, Alfonso XIII, se clavaron en los de la actriz Carmen Ruiz Moragas y en ese preciso instante comenzo una pasion turbulenta, intensa y peligrosa, como el desdichado tiempo historico que les toco vivir. Carmen habia tenido una vida azarosa y un matrimonio tragico con un famoso torero, y aunque el amor del rey era tan profundo y desenfrenado que estuvo a punto de convertirla en reina, ella se nego a renunciar a su profesion, su independencia y su libertad.

  • Sin limites de Lori Foster

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  • Tu, Despues De Mis Suenos de Noah Evans

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    Ya habia pasado mas de mes y medio desde que acabo con Angel. Habia perdido la cuenta de las veces que el habia intentado contactar con ella. Lo intento de varias maneras, hasta a traves de sus amigos. Pero Blanca siempre se negaba. Le conto que habia hablado con una companera, la asistente social del hospital donde trabajaba, para buscar una solucion a su problema. La respuesta de Blanca siempre era la misma, "Olvidalo", "Olvidame", "Alejate de mi". Asi que Angel concluyo la relacion con un "Aqui me tienes si lo necesitas". Y al fin se habia hecho el silencio desde hacia unas dos semanas. Pero no he tenido mas remedio que escribirle. La esquina de un mueble en una de sus discusiones con Paco, habian sido la causa. Angel no sabia nada, solo le habia escrito un mensaje preguntandole si estaba en el trabajo o en casa. Y al responderle que "en casa", le pidio un favor enorme. No tengo a quien mas acudir. Llevaba su maleta trolley. Habia salido huyendo de casa, el Cari ya lo sabia. Estaban a miercoles y le ofrecio el dormitorio de su hermano, ya casado, para que se quedara al menos hasta el domingo. Tambien Blanca llamo a su jefe para decirle que estaba enferma y que ese fin de semana no podria trabajar, corriendo el riesgo de que la despidieran, puesto que habia mas chicas que puestos en ese oficio. No queria meter a Angel en el asunto, solo iba a llegar a su casa, estar alli diez minutos y marcharse a casa del Cari. Ese era el plan. Supuso que a Angel le habria extranado que despues de mes y medio sin querer cruzar mas de una o dos palabras, y de no responderle a la mitad de sus mensajes, Blanca acudiera a el. Pense que me mandaria a la mierda. Algo totalmente comprensible si lo hiciera. Es lo que merezco. Pero no fue asi. No hizo preguntas, solo le respondio, "Lo que necesites, estare aqui toda la tarde". Corria por la estacion de metro mientras las ruedas de su maleta esquivaban los pies de otros pasajeros. Hacia frio, acababa de pasar la Navidad, estaba nublado, nevaba en toda Espana. Blanca llevaba un abrigo marron claro de ante con el interior de pelo, de cuello alto, una bufanda gruesa, un gorro de lana, y unas enormes gafas de sol. Era ese complemento el que llamaba la atencion entre los transeuntes que se cruzaban con ella. Estaba nerviosa, le costaba respirar con la carrera y notaba como hasta las manos le temblaban. Su madre la llamaba sin parar, dudaba si era por saber donde se habria metido o si iba a cometer lo mas sensato que deberia, que seria acudir a poner una denuncia de una vez por todas. "Donde estas. Vuelve a casa" "No voy a volver en unos dias. Dejame en paz". "Yo tambien quiero volver a Cadiz". "Volveremos a Cadiz, te lo prometo. Dejame tiempo, volveremos". No sabia el como, ni el cuando. Pero estaba segura de que al menos haria lo posible para que su madre pudiera regresar a Cadiz junto a su abuela y tia. "Tres mujeres que solo han conocido el ninguneo y el desprecio de los hombres, sean padres o maridos". Le dolia el cuello, supuso que seria del propio golpe. Fue una mala suerte chocar contra el mueble. El golpe se hubiese quedado en poco si no se hubiera estampado contra la esquina. Pero al rato se asusto tanto que no tuvo mas remedio que llamar a Angel por mas que se habia prometido no hacerlo. Subio las escaleras de la estacion. Jadeaba. Oliver le habia escrito tambien unos dias atras. En cuanto alguien le dijo que Blanca volvia a estar sola. Con el fue tan breve como con Angel, o mas si cabe. Ni loca pensaba retomar el contacto con Oliver, era peligroso y embaucador hasta el limite que pudiera imaginar, tenia que mantenerlo alejado de ella todo lo posible, y mas cuando volvia a ponerlo como escudo contra Angel. Sin embargo, el escudo habia sido en vano. Tenia que pasar el duelo de su corta relacion con Angel, no le quedaba otra. A ver si esto de hoy no lo empeora. Llego hasta el portal, llamo, el no tardo en abrirle. Tomo el ascensor y cuando llego hasta su puerta, esta ya estaba abierta. En cuanto vio la silueta de Angel su estomago se encogio para dar paso a aquella sensacion que daban las montanas rusas cuando bajan la rampa a gran velocidad. Vio la alegria en la expresion de Angel pero algo cambio en su rostro cuando se percato de la maleta de Blanca. A ver si se va a pensar que me vengo con todo el equipo para quedarme. Que verguenza, yo no se para que vengo. [?]Pasa [?]le invito el, ahora serio. Blanca entro con la cabeza baja. No tenia que haber venido. Siento que no tenia que haber venido. [?]?Que ha pasado?[?]le pregunto acercandose a ella. Blanca aun tenia puestas las gafas de sol. [?]Lo siento, pero necesito que lo veas. No puedo ir a otro sitio [?]comenzo Blanca. Se desenlio la bufanda del cuello. [?]Bienvenido a mi realidad [?]se quito las gafas. No se atrevio a mirarlo directamente, miraba hacia un lado. Los ojos se le llenaron de lagrimas. Angel se acerco a ella en seguida, le vio las intenciones de abrazarla, pero lo detuvo con la mano. [?]Solo va a ser un momento [?]le dijo ella con la voz ronca de aguantar las lagrimas[?]. Dime que esto es normal y que volvere a ver bien en unos dias y me marcho. [?]Blanca...[?]la cogio por la barbilla. [?]Es la primera vez que me pasa [?]le explicaba ella mientras el la miraba[?] el golpe fue demasiado cerca del ojo. [?]?Como ha sido?[?]pregunto moviendole la cara a un lado y a otro. [?]Con la esquina de un mueble[?]Angel se detuvo de nuevo en su ojo derecho, en la protuberancia que habia junto a el y en el golpe que habia al otro lado, en la mejilla izquierda. [?]?Por que no has ido a que te lo vieran a un hospital? [?]le renia, Blanca sabia que estaba completamente sorprendido, enojado y muchas mas cosas que no podia reflejar para no hacerle a ella pasar peor el momento. [?]He venido a que me lo veas tu [?]se defendio, la respiracion la tenia demasiado acelerada. [?]Tendria que vertelo un oculista[?]le respondio Angel. Blanca se miro en el espejo del mueble del recibidor de Angel. Su ojo iba a peor, y no era por el moreteado que tenia junto a el, sino por el propio ojo. El iris verde agua que solia tener era ahora una isla brillante y vidriosa en medio de un mar de lava roja. Hasta el lagrimal estaba rojo. Le molestaba, el parpado le pesaba demasiado pero lo que mas le habia asustado era la vision borrosa. [?]No puedo ir a urgencias[?]le respondio ella. Sabia que si iba le harian preguntas, y que por muy bien que ella inventara las respuestas, acabaria en el despacho de la asistente social o de un psicologo, y el miserable de su padrastro en un cuartelillo. Tomo aire de manera profunda , pero el aire se encogio en sus pulmones en un rebote para luego salir. Angel estaba muy serio, negaba con la cabeza sin dejar de mirarle el ojo. El escozor de la garganta de Blanca aumento. Quizas si que habia sido un error acudir a el. No queria reconocerlo, pero ahora que estaba alli necesitaba aun mas consuelo, el consuelo de el. Lo necesito en cuanto Paco le dio el golpe. Ya lo habia sentido con Oliver tiempo atras, esa sensacion de no estar sola, de que habia alguien, en otro lugar, que estaria a su lado, que la abrazaria luego y le curaria los golpes, tanto los de fuera como los de dentro. Es mentira eso de que no necesito a nadie. En cuanto comprobo en su casa que no podia ver bien, sintio que tenia que ir con Angel. Pero la necesidad de estar con el habia llegado antes, siempre la tuvo, desde el mismo momento en que su relacion termino. No podia aguantar mas las lagrimas. Tenia que salir corriendo de alli. De forma instintiva agarro el picaporte de la puerta de entrada para salir corriendo, pero Angel se acerco a ella y la abrazo. El le puso una mano en la cabeza y se la inclino hacia el pecho. En cuanto la mejilla de Blanca reposo en el calido pecho de Angel, en su respirar sereno, en su agradable olor, el escozor de su garganta aumento y su llanto le aviso que estaba a punto de estallar. Lo abrazo por la cintura, rompio a llorar. Algo que no solia hacer con el Cari, ni con Alba, ni con Noelia, ni siquiera con Regina. Sus amigos nunca la veian llorar asi por nada. Nunca le gusto mostrar debilidad, Raquel era la unica conocedora de su verdadero sentir. Angel no dejaba de abrazarla y le daba besos en la cabeza. Madre mia, que situacion le traigo al pobre. Despues de haberlo rechazado durante un mes. [?]Vamos dentro [?]le pedia el, aun estaban en el recibidor[?]. Voy a mirarte mejor eso. Blanca se quito el abrigo y el gorro y lo dejo en el perchero del recibidor. Echo su maleta a un lado. Se prometio estar alli solo unos minutos, los justos para que el la mirara. Pero en el fondo no queria ir a ninguna parte hasta que no se calmara. [?]Ven [?]la invito a sentarse en el sofa. El sofa de Angel era sumamente comodo. La calefaccion estaba puesta lo suficientemente alta como para que se le fuera quitando el frio de la calle. [?]?Quieres algo?[?]le pregunto y Blanca nego con la cabeza. Angel le trajo una manta de pelo y se la echo en las piernas. Se sento junto a ella. [?]Si tienes algo que hacer...[?]Blanca estaba tan abochornada que no sabia que decir[?].No voy a quedarme mucho tiempo. Solo necesitaba que lo vieras. Angel nego con la cabeza. [?]No te preocupes por eso [?]le respondio[?]. Te dije que aqui estaria si me necesitabas. Y casi me alegro de haber venido. Lo miro de reojo, a punto estuvo de inclinarse hacia el y volver a dejarse caer en su pecho, pero se contuvo. Ya la escenita de la entrada habia sido suficiente. Angel acerco su mano a la mejilla de Blanca y se la acaricio, luego le levanto el parpado para ver mejor el mar rojo en el que se banaba su iris derecho. [?]Es un derrame[?]la ojera tambien se estaba moreteando[?]. De todos modos voy a consultarlo con un amigo. [?]No pienso ir al hospital[?]le dijo Blanca firme. [?]Es lo que deberias de hacer pero no te puedo obligar [?]cogio su movil[?]. Espera un momento. Angel se levanto y se dirigio hacia la cocina, Blanca lo oia hablar con alguien, explicandole lo de su ojo. Tardo unos minutos en volver. [?]Puede verte pero a ultima hora de la tarde[?]le explico. [?]Te he dicho que no voy a... Angel nego con la cabeza. [?]Tiene una consulta privada [?]le explico[?]. Iremos a ultima hora, cuando ya este cerrada. Toda la tarde aqui entonces. Si lo mejor es que no hubiese venido. Blanca suspiro. [?]?A donde ibas?[?]le pregunto mirando la maleta. [?]A casa del Cari[?]aun se le encogia el pecho al hablar[?]. Me quedo con el hasta el domingo. Angel entorno los ojos. [?]?Quieres quedarte aqui? [?]No [?]la respuesta fue rapida. Como me voy a quedar aqui. [?]Puedes quedarte, no..., hay una habitacion de invitados. Blanca negaba con la cabeza. [?]Esta noche tendras que despertarte cada pocas horas, despues de un golpe asi y...pienso que seria lo mejor. Y yo tambien pienso que lo mejor para mi, por muchos motivos, seria quedarme. Pero seria egoista por mi parte, porque en cuanto este bien no volveras a saber de mi. [?] Al menos esta noche, manana te llevo a casa de Alvaro [?]le dijo[?]. De todas formas no sabemos a que hora volveremos del oftalmologo. Blanca nego de nuevo, esta vez sin tanto convencimiento. [?]Manana tengo turno de manana[?]hizo una mueca[?]cogio su movil de nuevo[?]. Pero con las horas que me deben... [?]No [?]ella intento detenerlo pero Angel habia vuelto a la cocina. Blanca agudizo su oido. Que no puede volver hasta el lunes, dice. Este quiere que me quede aqui hasta el domingo. Madre mia, que cabezota es. Por una parte estaba apenada por Angel, por traerle el problema hasta su casa, pero por otra vio que a el no le importaba en absoluto, hasta se veia orgulloso, dentro de lo que cabia, de que hubiese recurrido a el. Quizas lo veia como un filon para retomar lo suyo. De eso nada, maldita sea. Que otra vez me voy a meter en el lio. Angel regreso de la cocina. [?]Esta noche te quedas aqui, manana haces lo que te apetezca[?]le dijo sentandose a su lado. Blanca se incorporo enseguida del sofa y sin mirarlo salio corriendo al bano. Cerro la puerta, rompio en vomitos. No eran los primeros del dia. Cogio papel y limpio el WC de salpicaduras. Es para matarme, encima vengo a dar por saco y ensuciarle el piso inmaculado. Luego busco en el mueble donde sabia que Angel guardaba la pasta de dientes. Con el dedo y la pasta, se limpio lo mejor que pudo. Salio del bano, Angel estaba esperando en el pasillo. [?]?Bien?[?]le pregunto. [?]He cogido... El hizo un gesto con la mano. No importa, ok. [?]?Cuantas veces has vomitado desde el golpe?[?]le pregunto. [?]Tres[?]respondio ella. Angel le acaricio la nuca en cuanto se sento en el sofa y a Blanca se le erizo el vello de toda la espalda. Cerro los ojos. Entre la vista borrosa, los vomitos y el lote de llorar, le pesaban los parpados y lo unico que deseaba era tumbarse en el sofa, con aquella manta de pelo tan gruesa, y dormir. Miro a traves de la ventana. El cielo estaba oscuro, lloveria de un momento a otro. Hacia viento, las hojas de las palmeras se movian con fuerza. Esta vez no se contuvo, se dejo caer en el pecho de Angel y este reposo la espalda en el sofa. Lo miraba de reojo, el sonreia. Esta feliz y no se como puede estarlo. Yo misma me hubiese mandado a la mierda. Le acariciaba la espalda y la beso en la frente. Ya vale, ya se esta pasando. Blanca cerro los ojos. Pero la verdad es que me encanta.

  • Simone de Eduardo Lalo

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    Un escritor vaga en solitario por la ciudad de San Juan, se sienta en un cafe o lee un libro, rodeado de pedazos de cosas con que poblar las horas, relatando lo que pasa sin que nada pase. Habitante de una isla olvidada, reino de lo invisible, el escritor anota en su cuaderno, en breves fragmentos, el fragil contenido de sus dias de supervivencia, dando el pulso de una cronica urbana.

  • Tan tuyo. Tan mio de Efren Reyero Fernandez

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    Cuando Efren me propuso que escribiera unas palabras para el prologo de su primer libro, Tan tuyo... tan mio, reconozco que tuve sentimientos encontrados. Sorpresa por pensar en mi para algo tan importante para el. Miedo a no estar a la altura. Y emocion por la responsabilidad que esto suponia. Cuando tuve el manuscrito en mis manos, me di cuenta de que no podia decirle que no. Entre estas paginas hay tanto encanto, tanto carino, tanta fuerza... Y es que es tan evidente que lo ha escrito con el alma, que se ha abierto completamente, dejandose llevar por las emociones... que, cuando lo leais, me entendereis. Ha demostrado ser un mago de las palabras, enlazandolas con total sentido y armonia y provocando sentimientos, recuerdos y algun que otro nudo en la garganta. Porque lo que cuenta es tan real, que a veces hasta duele leerlo. Estoy segura de que evocara en vosotros imagenes que creiais olvidadas, pero no lo estaban, sino que yacian escondidas esperando el momento para salir y mostrarse ante nosotros en forma de recuerdo. Efren tiene la capacidad de poner palabras a situaciones que vivimos y de que estas se cuelen directamente en el corazon. Tan tuyo...tan mio es un libro para leer una y mil veces, para detenerte en los textos y recordar, viajar, volar con ellos... Efren, gracias por dejarme ser participe de algo tan intimo, tan personal. Para mi es muy especial haber formado parte, a traves de estas palabras, de algo que se que sera muy grande. Porque tu lo eres. Y antes de terminar, me cino a una de las frases que encontrareis entre estas paginas, que dice asi: <>. Y estoy segura, amigo, de que a este libro lo van a pensar mucho, no a escoger. Maria Beatobe, escritora @mariabeatobe <>. E. R. F. Y por eso te digo: vuelve Y solo te digo vuelve. Porque se que te dije: <>, y que mis palabras fueron hirientes. Pero quiero que recuerdes que cuando se amo de verdad, no se puede olvidar de repente. Y es que me miento mas estando solo y liberado, que fingiendo no quererte cuando estoy contigo y encerrado... Por eso !vuelve! Y ahora que pienso Y ahora que pienso, mi corazon dice que siento, que es mi boca la que se queda sin tu aliento. Mis manos ya no te tocan por dentro y el olor desvanecido de tu cuerpo hace que mis ojos se inunden hasta mis huesos. Y dejemos los argumentos Y dejemos los argumentos porque no se quien mierda nos conto ese cuento ni quien nos comio la cabeza con sus tormentos, cuando todo lo nuestro se arregla con un beso. Amor en descuento Con tanto amor de descuento, el nuestro se nos va entre lamentos. Y dime donde quedaron nuestros suenos en los que nuestro mundo seria eterno. Y el tiempo Y que nos pasa con el tiempo. Creemos vivir en un templo donde nos instalamos en el pasado, como un barco en el puerto anclado. Sonamos con el futuro, como un nino grafiteando un muro, sin vivir nuestro presente, que es lo que tenemos realmente. Nos pasamos media vida intentando encontrar nuestra mitad, para pasar la otra media vida intentandola olvidar... El tiempo. Y ahora, quien me viste Y ahora quien me viste, si el alma te llevaste cuando te fuiste. Sentado en mi cama mirando donde te acostaste, porque lo unico que me queda es el perfume que dejaste. Gritando me encuentro, intentando callar el silencio que hay aqui dentro. Y ahora quien me viste, si el alma te llevaste cuando te fuiste. Porque ahora todos me aconsejan, pero no se dan cuenta de que de ti me alejan. Intentan hacerme salir y reir, pero olvidan que lo que necesito es ser feliz. Y ahora quien me viste, si el alma te llevaste cuando te fuiste. Fijate que sin ti muero de sed, pues tu eras la unica fuente que hidrataba mi ser. Yo, que era de no se, y tu de muchos por que... Ahora quien me viste, si el alma te llevaste cuando te fuiste. Y del dolor de verte con otro Y del dolor de verte con otro, a estar feliz por ver la sonrisa en tu rostro. Cuando pensaba que nada tenia sentido, llega mi amiga soledad y me dice en que te has convertido. Cuando me decias que no salieran nuestras palabras por la puerta, ahora me encuentro con que todas estan abiertas. Mi cabeza sentia que mi mundo se habia desmontado y mi corazon me muestra que, al irte, hasta los planetas se han alineado. Y es que, del dolor a la felicidad, solo estan tus ganas de ser y estar. Y ya nunca volvera Y ya nunca volvera un balon viejo con el que todos los ninos quieran jugar. Esas cuatro piedras rebuscadas para hacer las porterias donde el gol se marcaba. Esas chapas con las que jugar, aquellos bancos en los que saltar. Y ya nunca volveran esos vecinos que al romper sus ventanas gritaban, pero al rato te daban galletas porque te amaban. Alla donde las consolas eran las calles y de los videojuegos de la mente aun recuerdo detalles, donde los telefonos moviles eran las voces y nuestro internet eran los roces. Aquellos momentos donde, de ser mejores amigos, por una discusion pasabamos a ser enemigos. Y es que no pasaban ni cinco minutos cuando teniamos la necesidad de volver a estar juntos. Y ya nunca volvera... la infancia. Y tu, imaginate Tu imaginate que nunca se hiciera tarde, porque las agujas de mi reloj tu guardes. Tu imaginate que, al mirarte en el espejo, sea mi rostro el que veas en el reflejo. Tu imaginate que todo se detiene, pero no te preocupes porque a tu lado me tienes. Tu imaginate que un dia no nos vemos; tranquila, cierra los ojos y siente lo que nos queremos. Tu imaginate que no imaginamos mas, Vivamos y que los que imaginen sean los demas... P. D.: Tu imaginate que nos imaginamos lo que queremos imaginarnos. Y un dia despierto Y un dia despierto y ya no estas. Me faltaron <> y <> por dar. El recoger las sabanas juntos en la manana se quedo en un recuerdo que mi cama extrana. Y un dia te despiertas y ya no estan esos buenos dias ni a quien despertar, No hay ropa sucia por el suelo que recoger, se llevo el olor de tu cuerpo ese amanecer. Y un dia te despiertas y ya no estan las dos copas de vino frente al sofa. Las mantas ya no saben a quien calentar porque tu ausencia no han sabido aceptar. La vida da muchas vueltas La vida da muchas vueltas. Parece una caja de herramientas con muchas tuercas, todas chocando con el movimiento intentando encajar, y cuando se cierra la caja, no sabemos ni con quien dar. La vida da muchas vueltas. Un dia, encima de la ola te encuentras, te crees que de la ola no te bajaras jamas y al dia siguiente en la orilla te ves solo, sin mas. La vida da muchas vueltas. Al principio parece faltarte cielo en tu ala delta, viajas por el sin rumbo fijo, pero al final siempre vuelves al mismo prefijo. La vida da muchas vueltas. Por eso vive tu vida, goza de todas las vueltas y recuerda que: <>.

  • Ensename a volar de Christian Martins

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    Estoy sumida en la oscuridad absoluta; no veo nada. Absolutamente nada. Intento recordar donde estoy o como he llegado hasta aqui. ?Estoy en mi casa? ?Estoy en el piso de MJ? No lo se. No consigo recordarlo. Lo ultimo que recuerdo es el examen de literatura. Intento moverme, pero no lo consigo. Siento mis extremidades muy pesadas, como si mi cuerpo se hubiera transformado en una roca de toneladas, inamovible. Es como si, de repente, la gravedad hubiera cambiado y me estuviera atrayendo constantemente hacia el suelo. Quiero gritar con todas mis fuerzas, pero no consigo reproducir ningun sonido. ?Me han secuestrado? ?Donde estoy? ?Por que estoy paralizada? --!AYUDA! --grito, pero esta vez el sonido tambien se pierde en el limbo y no llega a exteriorizarse. Y entonces, lo escucho. Proviene de la lejania y llega hasta mi como un susurro, pero si me concentro mucho puedo apreciarlo con claridad. Es un llanto. Es el llanto de mi madre. --Julie... Julie --murmura con la voz rota, hipando, angustiada. --No llores, Isabella, por favor. Tambien reconozco esa voz. Es Rick, mi padrastro. --?Como no voy a llorar? !Es mi nina! !Mi nina! --Isabella, piensa que quizas te este escuchando... No llores. No la angusties --dice Rick empleando un tono de voz esperanzador--. Ya has oido al doctor, ?no? Son muy positivos con el diagnostico, asi que tu tambien deberias serlo. Ella llora con mas fuerza. Puedo sentir su dolor, aunque no pueda verla. "No llores, mama..." Pero no importa lo que intente decir, porque mi voz no se exterioriza. ?Estoy muerta?, me pregunto a mi misma, confusa. Sigo sin comprender que es lo que esta pasando. --Ella necesita escuchar cosas alegres, Isabella... --le recuerda Rick--. Esto no la ayudara en nada. --!Vete! --grita mi madre. Su voz suena tan rota que yo tambien siento ganas de llorar--. !Vete! !Dejame a solas con ella! Quiero gritar. Quiero llorar. Estoy asustada y tengo miedo. No se donde estoy, ni que ocurre, ni por que no puedo ver a mi madre. "Mama, estoy aqui...", quiero decirle. Pero mi voz no suena. No siento mi cuerpo, ni mis brazos, ni nada. "Estoy muerta", pienso, una y otra vez, repitiendomelo. Pero no puede ser, ?no? No tendria ningun sentido que Rick dijera lo que ha dicho si asi fuera. Entonces, ?que ocurre? ?Por que no reacciono? ?Por que no soy capaz de moverme, de despertar? Durante horas, muchas horas, lo unico que escucho es el llanto de mi madre. La angustia que siento va creciendo en mi corazon hasta que... !Un momento! !Mi corazon! Intento dejar la mente en blanco y concentrarme todo lo posible hasta que, al final, !lo escucho! !Escucho los latidos de mi corazon! !Estoy viva! Continuo concentrandome y consigo escuchar el sonido de unas maquinas que liberan pitidos. "Pi, pi, pi...", suena en bucle, una y otra vez. !Estoy en un hospital! !Estoy viva y estoy en un hospital! --?Isabella? He venido lo antes que he... La voz de mi padre inunda la habitacion y la angustia de mi pecho crece junto a la esperanza. La frase se interrumpe, quedandose en el aire y dejando lugar a un llanto. Un llanto al que se le suma el disgusto y la ansiedad de mi madre. Me los imagino ahi, juntos, abrazados. Nunca han tenido una buena relacion y nunca se han llevado demasiado bien, pero supongo que a la hora de la verdad estan unidos. Cojo aire profundamente... !Cojo aire! !Puedo coger aire y siento mi corazon! Lo que, evidentemente, significa que estoy aqui. Que tengo un cuerpo que yo no siento. ?Y si me he quedado tetraplejica? ?Y si a partir de ahora tengo que estar en una silla de ruedas? No entiendo nada. No se como he terminado en este lugar ni que es lo que me ha sucedido; y tampoco entiendo por que no veo nada de lo que me rodea. Por mucho que me esfuerce, lo ultimo que soy capaz de recordar es mi examen de literatura. Nada mas. Despues, todo esta en blanco. --Nuestra nina, Sully, es nuestra nina... --Lo se, lo se --la calma papa, siempre con su voz relajada y su patente optimismo --. Tenemos que ser fuertes por ella, Isabella --asegura--. Saldra adelante. Julie es una chica fuerte, podra con ello... "?Podre con que? ?Que es lo que tengo que superar?", pregunto, pero la voz sigue sin salir al exterior. El miedo y la ansiedad que sentia al principio comienza a transformarse, poco a poco, en un sentimiento de ira y rabia. No entiendo nada, pero ya no estoy asustada. Ni siquiera soy consciente del tiempo que llevo ya de esta forma. Escucho voces; escucho hablar a varias enfermeras y escucho a mis padres. Escucho tambien a varios medicos decir que tienen que tener paciencia, que esto es un proceso lento. "?Un proceso lento?". En algun momento escucho a Phoebe, mi mejor amiga. Mi madre ya no esta, pero tambien intuyo un poco mas lejanas las voces de Karen y Mary. --?Y si le ponemos musica? --pregunta Karen con su habitual tono inocente. --Vaya, tiene muy mala pinta, ?no? --suelta Mary. --Callate, que no sabemos si puede oirte... --le recrimina Karen. --La verdad es que si --murmura Phoebe, cercana a mi. Siento su voz tan cerca que tengo la sensacion de que, en cualquier instante, mi amiga alargara el brazo y me sacara de esta penumbra en la que estoy sumida--. ?Podeis marcharos? Necesito estar con ella a solas unos minutos. Mis amigas se quedan en silencio, pero despues escucho la puerta e intuyo que, en efecto, se han marchado. "!Sacame de aqui, Phoebe!, !sacame de aqui!", intento gritar. Pero nada. No consigo emitir ningun sonido. --Siento mucho lo que paso, Julie --murmura Phoebe con la voz dolida--. No esperaba que nada de esto sucediera, no queriamos... --hace una pausa--. No queriamos hacerte dano. Phoebe esta llorando, y eso si que consigue volver a asustarme porque mi amiga nunca llora. En realidad, creo que Phoebs es la persona mas fuerte y luchadora que conozco. "Ojala pudieras estar aqui conmigo", pienso, "ojala pudieras decirme como salir de esta...". --Intenta aguantar, ?vale? --me dice con congoja--. Y procura no morirte... "Procura no morirte...". Su ultima frase se repite en mi cabeza, una y otra vez. Estoy en un hospital, no siento mi cuerpo ni veo nada, no tengo nocion del tiempo, no me alimento ni me hidrato, mi madre no para de llorar y mi mejor amiga me suplica que no me muera. No se que me ocurre, pero sospecho que es algo lo suficientemente grave como para que todos esten preocupados por mi. --Y perdoname, de verdad. Perdoname. "No tengo nada que perdonarte, Phoebs". Poco despues, se escucha la puerta cerrarse. Ni ella, ni Karen ni Mary vuelven a entrar dentro. Todo vuelve a quedarse en silencio y, una vez mas, lo unico que percibo es el sonido del latido de mi corazon y los pitidos que liberan las maquinas que escucho de fondo. No se cuanto tiempo paso de esta forma. En algun momento vuelvo a escuchar el llanto de mama, pero no consigo identificar nada mas. ?Cuanto tiempo llevo asi? ?Dias? ?Semanas? La voz de Phoebe vuelve a llegar a mi en una o dos ocasiones mas. Suena lejana y distante, dolida y triste. --Debia de ser una chica guapisima --dice alguien que no conozco. --Es una pena que estas cosas les sucedan a personas tan jovenes... Pobrecita -- dice otra voz que no conozco--. Tenia toda la vida por delante. ?Enfermeras? ?Celadoras? No las conozco y ni siquiera se quienes son, pero no paso por alto el verbo en pasado. "tenia toda la vida por delante". Tenia. Ya no la tengo. ?Que me ha pasado? ?Por que diablos estoy asi? ?Que ha ocurrido? Intento desbloquear mis recuerdos, pero no soy capaz de avanzar mas alla del maldito examen de literatura. !No entiendo nada! Quiero gritar y sacar todo el odio y toda la rabia que me esta carcomiendo internamente. Quiero sentir mis brazos. Quiero pegar con los punos en la pared. Quiero darle una patada a algo. Quiero sentirme viva. Quiero sentir dolor, o algo. Cualquier cosa. Frio, calor... Lo que sea. Las voces desaparecen y no regresan. Pasan horas. Muchas horas. Quizas dias. No vuelvo a escuchar a mi madre, ni a Rick, ni a papa. ?Donde diablos se han metido? ?Me han abandonado? Me siento sola. Pero, lo peor de todo, es que me siento perdida. Me imagino mi cuerpo inerte sobre la cama. --Hola, Juls... Siento mucho haber tardado tanto en aparecer por aqui. Es MJ. Su voz suena muy lejana, pero consigo escucharla con claridad. Los latidos de mi corazon se aceleran, puedo notarlo. --Ya sabes como soy y..., ya sabes que los hospitales nunca me han gustado -- admite, sincerandose--. Estas cosas nunca se me han dado bien. Ademas, bueno, despues de como termino todo necesitaba un tiempo para pensar y recapitular... No se si me estoy explicando. Hace una pausa muy larga. Una pausa eterna.

  • Sobreviviendo En Auschwitz de Primo Levi

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    Me habia capturado la Milicia fascista el 13 de diciembre de 1943. Tenia veinticuatro anos, poco juicio, ninguna experiencia, y una inclinacion decidida, favorecida por el regimen de segregacion al que estaba reducido desde hacia cuatro anos por las leyes raciales, a vivir en un mundo poco real, poblado por educados fantasmas cartesianos, sinceras amistades masculinas y languidas amistades femeninas. Cultivaba un sentido de la rebelion moderado y abstracto. No me habia sido facil elegir el camino del monte y contribuir a poner en pie todo lo que, en mi opinion y en la de otros amigos no mucho mas expertos, habria podido convertirse en una banda de partisanos afiliada a <>. No teniamos contactos, armas, dinero ni experiencia para procurarnoslos; nos faltaban hombres capaces y estabamos agobiados por un monton de gente que no servia para el caso, de buena fe o de mala, que subia de la llanura en busca de una organizacion inexistente, de jefes, de armas o tambien unicamente de proteccion, de un escondrijo, de una hoguera, de un par de zapatos. En aquel tiempo todavia no me habia sido predicada la doctrina que tendria que aprender mas tarde y rapidamente en el Lager, segun la cual el primer oficio de un hombre es perseguir sus propios fines por medios adecuados, y quien se equivoca lo paga, por lo que no puedo sino considerar justo el sucesivo desarrollo de los acontecimientos. Tres centurias de la Milicia que habian salido en plena noche para sorprender a otra banda, mucho mas potente y peligrosa que nosotros, que se ocultaba en el valle contiguo, irrumpieron, en una espectral alba de nieve, en nuestro refugio y me llevaron al valle como sospechoso. En los interrogatorios que siguieron preferi declarar mi condicion de <> porque pensaba que no habria podido justificar de otra manera mi presencia en aquellos lugares, demasiado apartados incluso para un <>, y juzgue (mal, como se vio despues) que admitir mi actividad politica habria supuesto la tortura y una muerte cierta. Como judio me enviaron a Fossoli, cerca de Modena, donde en un vasto campo de concentracion, antes destinado a los prisioneros de guerra ingleses y americanos, se estaba recogiendo a los pertenecientes a las numerosas categorias de personas no gratas al reciente gobierno fascista republicano. En el momento de mi llegada, es decir a finales de enero de 1944, los judios italianos en el campo eran unos ciento cincuenta pero, pocas semanas mas tarde, su numero llegaba a mas de seiscientos. En la mayor parte de los casos se trataba de familias enteras, capturadas por los fascistas o por los nazis por su imprudencia o como consecuencia de una delacion. Unos pocos se habian entregado espontaneamente, bien porque estaban desesperados de la vida de profugos, bien porque no tenian medios de subsistencia o bien por no separarse de algun pariente capturado; o tambien, absurdamente, para <>. Habia, ademas, un centenar de militares yugoslavos internados, y algunos otros extranjeros considerados politicamente sospechosos. La llegada de una pequena seccion de las SS alemanas habria debido levantar sospechas incluso a los mas optimistas, pero se llego a interpretar de maneras diversas aquella novedad sin extraer la consecuencia mas obvia, de manera que, a pesar de todo, el anuncio de la deportacion encontro los animos desprevenidos. El dia 20 de febrero los alemanes habian inspeccionado el campo con cuidado, habian hecho reconvenciones publicas y vehementes al comisario italiano por la defectuosa organizacion del servicio de cocina y por la escasa cantidad de lena distribuida para la calefaccion; habian incluso dicho que pronto iba a empezar a funcionar una enfermeria. Pero la manana del 21 se supo que al dia siguiente los judios iban a irse de alli. Todos, sin excepcion. Tambien los ninos, tambien los viejos, tambien los enfermos. A donde iban, no se sabia. Habia que prepararse para quince dias de viaje. Por cada uno que dejase de presentarse se fusilaria a diez. Solo una minoria de ingenuos y de ilusos se obstino en la esperanza: nosotros habiamos hablado largamente con los profugos polacos y croatas, y sabiamos lo que queria decir salir de alli. Para los condenados a muerte la tradicion prescribe un ceremonial austero, apto para poner en evidencia como toda pasion y toda colera estan apaciguadas ya, como el acto de justicia no representa sino un triste deber hacia la sociedad, tal que puede ser acompanado por compasion hacia la victima de parte del mismo ajusticiador. Por ello se le evita al condenado cualquier preocupacion exterior, se le concede la soledad y, si lo desea, todo consuelo espiritual; se procura, en resumen, que no sienta a su alrededor odio ni arbitrariedad sino la necesidad y la justicia y, junto con el castigo, el perdon. Pero a nosotros esto no se nos concedio, porque eramos demasiados, y habia poco tiempo, y ademas ?de que teniamos que arrepentirnos y de que ser perdonados? El comisario italiano dispuso, en fin, que todos los servicios siguieran cumpliendose hasta el aviso definitivo; asi, la cocina siguio funcionando, los encargados de la limpieza trabajaron como de costumbre, y hasta los maestros y profesores de la pequena escuela dieron por la tarde su clase como todos los dias. Pero aquella tarde a los ninos no se les puso ninguna tarea. Y llego la noche, y fue una noche tal que se sabia que los ojos humanos no habrian podido contemplarla y sobrevivir. Todos se dieron cuenta de ello, ninguno de los guardianes, ni italianos ni alemanes, tuvo el animo de venir a ver lo que hacen los hombres cuando saben que tienen que morir. Cada uno se despidio de la vida del modo que le era mas propio. Unos rezaron, otros bebieron desmesuradamente, otros se embriagaron con su ultima pasion nefanda. Pero las madres velaron para preparar con amoroso cuidado la comida para el viaje, y lavaron a los ninos, e hicieron el equipaje, y al amanecer las alambradas espinosas estaban llenas de ropa interior infantil puesta a secar; y no se olvidaron de los panales, los juguetes, las almohadas, ni de ninguna de las cien pequenas cosas que conocen tan bien y de las que los ninos tienen siempre necesidad. ?No hariais igual vosotras? Si fuesen a mataros manana con vuestro hijo, ?no le dariais de comer hoy? En la barraca 6 A vivia el viejo Gattegno, con su mujer y sus numerosos hijos y los nietos y los yernos y sus industriosas nueras. Todos los hombres eran lenadores; venian de Tripoli, despues de muchos y largos desplazamientos, y siempre se habian llevado consigo los instrumentos de su oficio, y la bateria de cocina, y las filarmonicas y el violin para tocar y bailar despues de la jornada de trabajo, porque eran gente alegre y piadosa. Sus mujeres fueron las primeras en despachar los preparativos del viaje, silenciosas y rapidas para que quedase tiempo para el duelo; y cuando todo estuvo preparado, el pan cocido, los hatos hechos, entonces se descalzaron, se soltaron los cabellos y pusieron en el suelo las velas funebres, y las encendieron siguiendo la costumbre de sus padres; y se sentaron en el suelo en corro para lamentarse, y durante toda la noche lloraron y rezaron. Muchos de nosotros nos paramos a su puerta y sentimos que descendia en nuestras almas, fresco en nosotros, el dolor antiguo del pueblo que no tiene tierra, el dolor sin esperanza del exodo que se renueva cada siglo. El amanecer nos ataco a traicion; como si el sol naciente se aliase con los hombres en el deseo de destruirnos. Los distintos sentimientos que nos agitaban, de aceptacion consciente, de rebelion sin frenos, de abandono religioso, de miedo, de desesperacion, desembocaban, despues de la noche de insomnio, en una incontrolable locura colectiva. El tiempo de meditar, el tiempo de asumir las cosas se habia terminado, y cualquier intento de razonar se disolvia en un tumulto sin vinculos del cual, dolorosos como tajos de una espada, emergian en relampagos, tan cercanos todavia en el tiempo y el espacio, los buenos recuerdos de nuestras casas. Muchas cosas dijimos e hicimos entonces de las cuales es mejor que no quede el recuerdo. Con la absurda exactitud a que mas adelante tendriamos que acostumbrarnos, los alemanes tocaron diana. Al terminar, Wieviel Stuck?, pregunto el alferez; y el cabo saludo dando el taconazo, y le contesto que las <> eran seiscientos cincuenta, y que todo estaba en orden; entonces nos cargaron en las camionetas y nos llevaron a la estacion de Carpi. Alli nos esperaba el tren y la escolta para el viaje. Alli recibimos los primeros golpes: y la cosa fue tan inesperada e insensata que no sentimos ningun dolor, ni en el cuerpo ni en el alma. Solo un estupor profundo: ?como es posible golpear sin colera a un hombre? Los vagones eran doce, y nosotros seiscientos cincuenta; en mi vagon eramos solo cuarenta y cinco, pero era un vagon pequeno. Aqui estaba, ante nuestros ojos, bajo nuestros pies, uno de los famosos trenes de guerra alemanes, los que no vuelven, aquellos de los cuales, temblando y siempre un poco incredulos, habiamos oido hablar con tanta frecuencia. Exactamente asi, punto por punto: vagones de mercancias, cerrados desde el exterior, y dentro hombres, mujeres, ninos, comprimidos sin piedad, como mercancias en docenas, en un viaje hacia la nada, en un viaje hacia alla abajo, hacia el fondo. Esta vez, dentro ibamos nosotros. Todo el mundo descubre, tarde o temprano, que la felicidad perfecta no es posible, pero pocos hay que se detengan en la consideracion opuesta de que lo mismo ocurre con la infelicidad perfecta. Los momentos que se oponen a la realizacion de uno y otro estado limite son de la misma naturaleza: se derivan de nuestra condicion humana, que es enemiga de cualquier infinitud. Se opone a ello nuestro eternamente insuficiente conocimiento del futuro; y ello se llama, en un caso, esperanza y en el otro, incertidumbre del manana. Se opone a ello la seguridad de la muerte, que pone limite a cualquier gozo, pero tambien a cualquier dolor. Se oponen a ello las inevitables preocupaciones materiales que, asi como emponzonan cualquier felicidad duradera, de la misma manera apartan nuestra atencion continuamente de la desgracia que nos oprime y convierten en fragmentaria, y por lo mismo en soportable, su conciencia. Fueron las incomodidades, los golpes, el frio, la sed, lo que nos mantuvo a flote sobre una desesperacion sin fondo, durante el viaje y despues. No el deseo de vivir, ni una resignacion consciente: porque son pocos los hombres capaces de ello y nosotros no eramos sino una muestra de la humanidad mas comun. Habian cerrado las puertas en seguida pero el tren no se puso en marcha hasta por la tarde. Nos habiamos enterado con alivio de nuestro destino. Auschwitz: un nombre carente de cualquier significado entonces para nosotros pero que tenia que corresponder a un lugar de este mundo. El tren iba lentamente, con largas paradas enervantes. Desde la mirilla veiamos desfilar las altas rocas palidas del valle del Adige, los ultimos nombres de las ciudades italianas. Pasamos el Breno a las doce del segundo dia y todos se pusieron en pie pero nadie dijo una palabra. Yo tenia en el corazon el pensamiento de la vuelta, y se me representaba cruelmente cual deberia ser la sobrehumana alegria de pasar por alli otra vez, con unas puertas abiertas por donde ninguno desearia huir, y los primeros nombres italianos... y mirando a mi alrededor pensaba en cuantos, de todo aquel triste polvo humano, podrian estar senalados por el destino. Entre las cuarenta y cinco personas de mi vagon tan solo cuatro han vuelto a ver su hogar; y fue con mucho el vagon mas afortunado. Sufriamos de sed y de frio: a cada parada pediamos agua a grandes voces, o por lo menos un punado de nieve, pero en pocas ocasiones nos hicieron caso; los soldados de la escolta alejaban a quienes trataban de acercarse al convoy. Dos jovenes madres, con sus hijos todavia colgados del pecho, gemian noche y dia pidiendo agua. Menos terrible era para todos el hambre, el cansancio y el insomnio que la tension y los nervios hacian menos penosos: pero las noches eran una pesadilla interminable. Pocos son los hombres que saben caminar a la muerte con dignidad, y muchas veces no aquellos de quienes lo esperariamos. Pocos son los que saben callar y respetar el silencio ajeno. Nuestro sueno inquieto era interrumpido frecuentemente por rinas ruidosas y futiles, por imprecaciones, patadas y punetazos lanzados a ciegas para defenderse contra cualquier contacto molesto e inevitable. Entonces alguien encendia la lugubre llama de una velita y ponia en evidencia, tendido en el suelo, un revoltijo oscuro, una masa humana confusa y continua, torpe y dolorosa, que se elevaba aca y alla en convulsiones imprevistas subitamente sofocadas por el cansancio. Desde la mirilla, nombres conocidos y desconocidos de ciudades austriacas, Salzburgo, Viena; luego checas, al final, polacas. La noche del cuarto dia el frio se hizo intenso: el tren recorria interminables pinares negros, subiendo de modo perceptible. Habia nieve alta. Debia de ser una via secundaria, las estaciones eran pequenas y estaban casi desiertas. Nadie trataba ya, durante las paradas, de comunicarse con el mundo exterior: nos sentiamos ya <>. Hubo entonces una larga parada en campo abierto, despues continuo la marcha con extrema lentitud, y el convoy se paro definitivamente, de noche cerrada, en mitad de una llanura oscura y silenciosa. Se veian, a los dos lados de la via, filas de luces blancas y rojas que se perdian a lo lejos; pero nada de ese rumor confuso que anuncia de lejos los lugares habitados. A la luz misera de la ultima vela, extinguido el ritmo de las ruedas, extinguido todo rumor humano, esperabamos que sucediese algo. Junto a mi habia ido durante todo el viaje, aprisionada como yo entre un cuerpo y otro, una mujer. Nos conociamos hacia muchos anos y la desgracia nos habia golpeado a la vez pero poco sabiamos el uno del otro. Nos contamos entonces, en aquel momento decisivo, cosas que entre vivientes no se dicen. Nos despedimos, y fue breve; los dos al hacerlo, nos despediamos de la vida. Ya no teniamos miedo. Nos soltaron de repente. Abrieron el porton con estrepito, la oscuridad resono con ordenes extranjeras, con esos barbaros ladridos de los alemanes cuando mandan, que parecen dar salida a una rabia secular. Vimos un vasto anden iluminado por reflectores. Un poco mas alla, una fila de autocares. Luego, todo quedo de nuevo en silencio. Alguien tradujo: habia que bajar con el equipaje, dejarlo junto al tren. En un momento el anden estuvo hormigueante de sombras: pero teniamos miedo de romper el silencio, todos se agitaban en torno a los equipajes, se buscaban, se llamaban unos a otros, pero timidamente, a media voz. Una decena de SS estaban a un lado, con aire indiferente, con las piernas abiertas. En determinado momento empezaron a andar entre nosotros y, en voz baja, con rostros de piedra, empezaron a interrogarnos rapidamente, uno a uno, en mal italiano. No interrogaban a todos, solo a algunos. <> y segun la respuesta nos senalaban dos direcciones diferentes. Todo estaba silencioso como en un acuario, y como en algunas escenas de los suenos. Esperabamos algo mas apocaliptico y aparecian unos simples guardias. Era desconcertante y desarmante. Hubo alguien que se atrevio a preguntar por las maletas: contestaron: <>; otro no queria separarse de su mujer: dijeron <>; muchas madres no querian separarse de sus hijos: dijeron <>. Siempre con la tranquila seguridad de quien no hace mas que su oficio de todos los dias; pero Renzo se entretuvo un instante de mas al despedirse de Francesca, que era su novia, y con un solo golpe en mitad de la cara lo tumbaron en tierra; era su oficio de cada dia. En menos de diez minutos todos los que eramos hombres utiles estuvimos reunidos en un grupo. Lo que fue de los demas, de las mujeres, de los ninos, de los viejos, no pudimos saberlo ni entonces ni despues: la noche se los trago, pura y simplemente. Hoy sabemos que con aquella seleccion rapida y sumaria se habia decidido de todos y cada uno de nosotros si podia o no trabajar utilmente para el Reich; sabemos que en los campos de Buna-Monowitz y Birkenau no entraron, de nuestro convoy, mas que noventa y siete hombres y veintinueve mujeres y que de todos los demas, que eran mas de quinientos, ninguno estaba vivo dos dias mas tarde. Sabemos tambien que por tenue que fuese no siempre se siguio este sistema de discriminacion entre utiles e improductivos y que mas tarde se adopto con frecuencia el sistema mas simple de abrir los dos portones de los vagones, sin avisos ni instrucciones a los recien llegados. Entraban en el campo los que el azar hacia bajar por un lado del convoy; los otros iban a las camaras de gas. Asi murio Emilia, que tenia tres anos; ya que a los alemanes les parecia clara la necesidad historica de mandar a la muerte a los ninos de los judios. Emilia, hija del ingeniero Aldo Levi de Milan, que era una nina curiosa, ambiciosa, alegre e inteligente a la cual, durante el viaje en el vagon atestado, su padre y su madre habian conseguido banar en un cubo de zinc, en un agua tibia que el degenerado maquinista aleman habia consentido en sacar de la locomotora que nos arrastraba a todos a la muerte. Desaparecieron asi en un instante, a traicion, nuestras mujeres, nuestros padres, nuestros hijos. Casi nadie pudo despedirse de ellos. Los vimos un poco de tiempo como una masa oscura en el otro extremo del anden, luego ya no vimos nada. Emergieron, en su lugar, a la luz de los faroles, dos pelotones de extranos individuos. Andaban en formacion de tres en tres, con extrano paso embarazado, la cabeza inclinada hacia adelante y los brazos rigidos. Llevaban en la cabeza una gorra comica e iban vestidos con un largo balandran a rayas que aun de noche y de lejos se adivinaba sucio y desgarrado. Describieron un amplio circulo alrededor de nosotros, sin acercarsenos y, en silencio, empezaron a afanarse con nuestros equipajes y a subir y a bajar de los vagones vacios. Nosotros nos mirabamos sin decir palabra. Todo era incomprensible y loco, pero habiamos comprendido algo. Esta era la metamorfosis que nos esperaba. Manana mismo seriamos nosotros una cosa asi. Sin saber como, me encontre subido a un autocar con unos treinta mas; el autocar arranco en la noche a toda velocidad; iba cubierto y no se podia ver nada afuera pero por las sacudidas se veia que la carretera tenia muchas curvas y cunetas. ?No llevabamos escolta? ?...tirarse afuera? Demasiado tarde, demasiado tarde, todos vamos hacia <>. Por otra parte, nos habiamos dado cuenta de que no ibamos sin escolta: teniamos una extrana escolta. Era un soldado aleman erizado de armas; no lo vemos porque hay una oscuridad total, pero sentimos su contacto duro cada vez que una sacudida del vehiculo nos arroja a todos en un monton a la derecha o a la izquierda. Enciende una linterna de bolsillo y en lugar de gritarnos <> nos pregunta cortesmente a uno por uno, en aleman y en lengua franca, si tenemos dinero o relojes para darselos: total, no nos van a hacer falta para nada. No es una orden, esto no esta en el reglamento: bien se ve que es una pequena iniciativa privada de nuestro caronte. El asunto nos suscita colera y risa, y una extrana sensacion de alivio. En el fondo El viaje duro solo una veintena de minutos. Luego el autocar se detuvo y vimos una gran puerta, y encima un letrero muy iluminado (cuyo recuerdo todavia me asedia en suenos): ARBEIT MACHT FREI, el trabajo nos hace libres. Bajamos, nos hacen entrar en una sala vasta y vacia, ligeramente templada. !Que sed teniamos! El debil murmullo del agua en los radiadores nos enfurecia: hacia cuatro dias que no bebiamos. Y hay un grifo: encima un cartel donde dice que esta prohibido beber porque el agua esta envenenada. Estupideces, a mi me parece evidente que el cartel es una burla, <> saben que nos morimos de sed y nos meten en una sala, y hay alli un grifo, y Wassertrinken verbotten. Yo bebo, e incito a mis companeros a hacerlo, pero tengo que escupir, el agua esta tibia y dulzona, huele a cienaga.

  • Denahi de Christian Martins

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    Denahi lleva tiempo solo, condenado por un pasado que no deja de atormentarle, hasta que aparece ella. Magena. Su companera, su mitad. La chica apache que ha logrado robarle el corazon con su testarudez.
    ?Conseguiran mantenerse a salvo de los peligros que les acechan?

  • Desde el rompeolas de Helen Rytkonen

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    Vera llega a Londres por trabajo, pero con muchisimas ganas de sacarle partido a todo lo que le ofrece la gran ciudad. Tras la primera semana liderando su proyecto, pasa una noche increible en una fiesta privada donde conoce a Nigma, el companero perfecto para forjar nuevas experiencias, y ambos se quedan con ganas de mas.

  • La mision Ivanovic (La Profesional 7) de Kris Buendia

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    Soy Aleksei Ivanovic Sade, tengo 34 anos, naci en Rusia y soy abogado, analista, empresario filantropo, billonario y muy calculador. Mi cabeza ha tenido muchos precios, pero ninguno que yo no pueda pagar antes de que alguien se atreva siquiera a respirar en mi nuca. Controlo todo lo que tengo incluyendo a las mujeres.
    ?La mafia?

  • Esa sencilla palabra de Cath Crowley

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    Rachel y Henry son amigos desde siempre. Juntos han compartido lecturas y confidencias durante horas en la libreria de la familia de el, la maravillosa Howling Books, en cuyas estanterias habitan las mas hermosas historias. Pero Rachel quiere ser algo mas, y no sabe como decirlo… Para colmo, Henry esta enamorado hasta los huesos de alguien que no le conviene.

  • Las mil y dos noches de Carole Geneix

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    Un crimen de cuarto cerrado que homenajea a los mejores clasicos de Maurice Leblanc y Gaston Leroux.
    En 1912, poco antes del viaje inaugural del Titanic, se celebra en Paris una gran fiesta que reune a lo mas destacado de la alta sociedad: una esplendorosa recepcion ofrecida por el cotizado modisto Paul Poiret para presentar su linea de perfumes inspirada en Las mil y una noches. Parte de los selectos invitados a esa noche mil y dos son la caprichosa condesa rusa Svetlana Slavskaya y su secretario personal Dimitri Ostrov, joven judio huido de los bolcheviques. De entre las galas que la aristocrata luce para la ocasion, destaca especialmente un valiosisimo collar de diamantes, regalo de un admirador. Pero, en un momento de la velada, la joya desaparecera de su cuello y el cuerpo de su propietaria, probablemente estrangulada, sera hallado sin vida…
    En esta deslumbrante y atractiva evocacion de la Belle Epoque, Carole Geneix nos ofrece una obra que dialoga con los grandes maestros franceses de la novela de misterio, arrojando una nostalgica mirada sobre un periodo de la historia europea que, muy pronto, la Primera Guerra Mundial se encargaria de reducir a cenizas.

  • Intimo sendero de magia (Serie Rohard 2), Rita Morrigan de Rita Morrigan

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  • El corazon va por libre de Lorraine Murray

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    Dos personas que recelan de las historias de verano y que se han prometido asi mismas no adentrarse en una. Pero que desconocen lo caprichoso que puede llegar a ser el destino que los ha situado el uno frente al otro. ?Quien dara ese pequeno empujon que puede cambiar sus vidas?
    Mar se ha marchado a Ibiza a ganar dinero para sus estudios en Glasgow. Alex es el dueno del apartamento donde ella se aloja. Se han visto en varias ocasiones pero ninguna ha tenido nada que ver con aquella manana en la que Alex abre la puerta de su propio apartamento para encontrarse a Mar envuelta en una toalla de bano.
    ?Que pasa por la cabeza de ambos para que de manera casual comiencen algo que se le puede ir de las manos? Y es que por mucho que se digan que los sentimientos no entraran en juego… ?Que haran cuando termine el verano ambos tengan que regresar a sus respectivas vidas en dos paises diferentes? Sin embargo, alguien tiene otros planes de los que los dos son ajenos. Porque por mucho que ambos se empenen en asegurar que lo suyo ha sido un buen recuerdo del verano en Ibiza, en su interior ambos saben la verdad.

  • Una sombra en la aljama de Africa Ruh

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    El amor es lo unico que no te obliga a ser lo que otros han decidido.

  • Todo por perdido de Jennifer Capdevila

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    Tras el accidente, Arianna no se acuerda de absolutamente nada de su vida pasada. En su mente, ni Aidan, ni Ian, ni Nathan existen. Aidan se siente culpable de lo que le ha pasado a Arianna e intentara por todos los medios posibles volverse a hacer con su corazon, pero ella no se lo pondra facil. Arianna creara un rechazo automatico hacia Aidan, poniendole muy dificil acercarse a ella y volver a conseguir que le quiera. En cambio, Dylan se convertira en su mayor aliado, su tranquilidad y su dulzura haran que Arianna se aproxime mas a el y ponga una barrera imposible de atravesar por Aidan. El mundo idilico que crearon juntos se ha tambaleado y resquebrajado. ?Conseguira Arianna recobrar la memoria antes de que Aidan tire la toalla?

  • El pais de las sombras largas de Hans Ruesch

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    Cuando al despertarse Ernenek levantaba la cabeza del saco de pieles, su primer pensamiento era habitualmente para el monton de carne puesta a podrir cerca de la lampara para que se hiciera tierna y gustosa. Pero no aquel dia. Aquel dia viendo a Siksik en un rinconcito del pequeno iglu, dispuesta a estregar las ropas de su marido, tomo una subita decision antes de satisfacer las exigencias de su estomago: puesto que contribuia mas de lo que era su deber al mantenimiento de la minuscula comunidad, bien podia pretender participar tambien de los derechos conyugales de Anarvik, sin necesidad de pedirle permiso cada vez que le hacian falta los servicios de Siksik. Ernenek nunca habia tenido una mujer propia, porque era joven y porque en los hielos del extremo norte escasean las mujeres tanto como abundan los osos; sin embargo, conocia la importancia de tener una mujer propia, habil en raspar las ropas y en confeccionar calzado, y con la cual podia uno charlar durante la noche. Sobre todo donde la noche dura cinco meses. Precisamente ahora, antes de partir para la caza, le habria gustado reirse un par de veces con Siksik, pero bien se daba cuenta de lo que convenia y de lo que no convenia a un verdadero hombre; por eso sabia hasta que punto era inconveniente gozar de los favores de una mujer sin haberle pedido antes permiso al marido. Y Ernenek ponia siempre cuidado en no cometer ninguna inconveniencia. Con todo, ya estaba cansado de pedir permiso. Y no porque Anarvik se lo negara, pues rehusarse a prestar su propia mujer o el cuchillo, habria sido digno de inaudita mezquindad; pero, asi y todo, el pedir continuamente favores no era digno de quien pertenece a una raza tan orgullosa que sus miembros se llaman a si mismos sencillamente inuit, es decir hombres, para dar asi a entender al mundo que las otras razas, comparadas con la suya, no pueden considerarse compuestas por verdaderos hombres: y esto, aunque el resto del mundo no sea de la misma opinion y los llame esquimales, termino despectivo que les daba el pueblo limitrofe piel roja Algonquior y que significa <>. Muchas de esas tribus no merecen ya tal nombre; pero el exiguo numero de esquimales polares que lleva una existencia nomada en las regiones centrales del Artico, cerca del Polo magnetico, regiones inaccesibles para el hombre blanco, no cambiaron su tosca manera de vivir, la misma de cuando la raza humana era joven. Son como ninos, alegres, ingenuos y sin piedad. En la epoca de los tanques de guerra, empunan todavia arcos de cuerno y huesos de ballena, y flechas con punta de piedra; se reparten el producto de la caza y no saben mentir. Hasta tal punto son de toscos... Ernenek era un esquimal polar. Sobre la lampara de esteatita, el te se estaba enfriando. Siksik lleno un tazon y, bamboleandose, con los pies separados a causa de las calzas de piel de foca que le llegaban hasta la ingle, se lo llevo a Ernenek con una sonrisa. El hombre y la mujer, vestidos del mismo modo, ambos rechonchos y musculosos, pero con pies y manos pequenos, y con el mismo rostro chato, grueso y campechano, se distinguian en su aspecto solo por los cabellos, que el hombre llevaba largos y sueltos, mientras que la mujer se los habia levantado cuidadosamente, con un peinado muy alto, en forma de torre, sostenido con espinas de pescado. --?Donde esta Anarvik? --pregunto Ernenek tomando el tazon. --No es imposible que haya ido a cazar a la bahia de la Morsa Ciega --dijo Siksik--. Ocurre que hace un sueno ustedes dos se devoraron una foca entera --agrego riendo, y Ernenek le hizo eco, con esa risa facil y siempre pronta de su raza. El te estaba caliente como vientre de mujer, es decir, demasiado caliente para Ernenek, que no soportaba el calor. Lo soplo largamente antes de beberlo, mientras escrutaba a Siksik por encima del tazon. Luego se lo bebio todo de un trago, junto las hojitas que habian quedado en el fondo, se las comio y salio del saco. Llevaba puesto un ligero vestido hecho de piel de garzas marinas, con el plumon hacia adentro. Sobre este se puso un pesado sayo de piel de oso, con el pelo hacia afuera, y metio el extremo de las calzas en un par de botines de cuero de foca. Encorvado, porque la boveda de hielo era demasiado baja para el, corto con el cuchillo circular gruesas tajadas del monton de carne sobada y pasada de sazon y con la palma de la mano se lleno la boca. Se deslizo gateando por el estrecho tunel de nieve, apoyandose en los codos y las rodillas, y arrastrando detras de si, tomado de las orejas, al perro cabeza de trineo, salio del iglu. El resto del tiro los siguio, sacudiendose la escarcha del espeso pelo, ladrando por el hambre y descubriendo los dientes, aplanados a golpes de piedra para que no devorasen los arreos del trineo; con mas de lobos que de perros, mostraban agudos hocicos y ojos amarillos y relucientes. Ernenek se aseguro de que todos llevaban las abarcas que debian protegerles las patas de la mordedura de los hielos y de la sal marina. Luego los engancho al trineo, subio a este, retiro el ancla sepultada en un monton de hielo y agito el latigo. Los perros avanzaron sobre el mar congelado, mientras se abrian en abanico y hacian crujir las correas con que cada uno estaba atado separadamente al trineo. Hacia calor, apenas unos quince grados bajo cero, de manera que Ernenek no se veia obligado a trotar junto al trineo para calentarse, sino que podia gozar del paseo, sentado comodamente en el pescante. Al sur, el firmamento se habia tenido de azul, reverberacion de un sol ausente, azul que se iba esfumando poco a poco, convirtiendose en violeta, hacia el norte. Bajo aquel palido cielo, la tierra se mostraba anemica y descolorida, sin matices ni sombras, como a los ojos de los perros, que no distinguen los colores. El Oceano Glacial, congelado en un espesor de un par de metros, estaba recubierto de una delgada capa de nieve en la que se marcaban las huellas del trineo de Anarvik. A la derecha se veian cadenas de montes abruptos y colinas conicas, blancas y desnudas. A la izquierda, solo la bruma primaveral limitaba el oceano. Ernenek no se volvio ni siquiera una vez para echar una mirada al minusculo iglu, solitaria bolita de hielo puesta sobre el techo de la tierra. Su cerebro, que a causa de su modesta capacidad solo podia albergar un pensamiento por vez, se tendia enteramente hacia la gran bahia donde debia encontrarse Anarvik. Estaba tan absorto en su proposito que se habia olvidado de llevar consigo la indispensable grasa de foca que da luz y calor. Lo preocupaba demasiado el pensamiento de la peticion que iba a hacer a Anarvik, para pensar en otras cosas. A toda peticion podia responderse de dos maneras: Ernenek sabia por lo menos esto, aunque ignorase muchas cosas. Si Anarvik aceptaba, Ernenek se sentiria humillado por haber recibido un favor mas. Anarvik era orgulloso, un verdadero hombre, y seria muy capaz de mortificarlo con un consentimiento inmediato, por lo que para rehacer su dignidad perdida Ernenek se veia obligado a redoblar sus esfuerzos de cazador, y a su vez, mortificar al companero haciendole el don de grandes cantidades de caza. Si en cambio, Anarvik le negaba el permiso pedido, Ernenek podria mofarse de el por su avaricia y mezquindad; pero de todos modos este seria un consuelo bien magro, comparado con la molestia de tener que buscarse una companera en otra parte, para lo cual deberia emigrar solitario, por uno o dos anos, hacia el sur, donde abundan las mujeres, pero escasean los osos; hacia el pais del sol alto y de las sombras cortas, poblado por tribus cuyas costumbres son extranas a un esquimal polar, y por tanto desagradables. De un modo u otro, una vez hecha la peticion, sus dias estarian colmados de dificultades. Sin embargo, todavia no podia marcharse. Hacia ya dos anos que Anarvik le prometia la inminente llegada de su hermano Ululik. --Tiene dos hijas y tu podrias elegir una --le habia dicho riendo. Mas las estaciones pasaban, Ernenek esperaba en vano, y Anarvik se habia limitado a encogerse de hombros y a decirle--: Tal vez venga para fines del proximo invierno. Un invierno mas o menos parecia tener poca importancia para el, que habia visto muchos. Pero para Ernenek, que habia visto pocos, no era asi. ?Y si al fin de cuentas Ululik no venia? Podia haber cambiado de idea. O haberse muerto. O haber dado las hijas a otros. Y Ernenek estaba cansado de esperar. El trineo de Anarvik aparecio a la vista puntito negro sobre la enorme extension del mar congelado y Ernenek incito al tiro gritos y azotes. Al cabo de una hora el puntito se habia convertido en una linea, luego el trineo se hizo visible, y por fin aparecieron Anarvik y los perros. Los perros estaban vivamente excitados. Ernenek arrojo el ancla del trineo, aseguro el tiro de perros y avanzo a pie sobre el hielo. A pesar de su impaciencia, andaba lentamente, por la fuerza de la costumbre, con pasos mesurados, para no ahuyentar a las focas que habia por debajo de la costra helada. Anarvik, extendido en el suelo, le volvia las espaldas. Ernenek se detuvo detras de el y un poco de lado; le veia el rostro oscuro y, a pesar de la capa de aceite y hollin, las arrugas excavadas por los anos alrededor de las sienes; los ojos oscuros, oblicuos y astutos; la renegrida melena, que cortada en flecos sobre la frente, le caia a los lados, rigida por la capucha del sayo, mientras que por detras se le desparramaba desordenadamente sobre la espalda. --Alguien tiene que hacerte una pregunta --dijo Ernenek con voz fuerte, para darse animo. --!Silencio! --le mando Anarvik sin volverse--. Un hombre que trabaja no puede escuchar preguntas. Una cosa por vez.

  • Ocho noches blancas de Andre Aciman

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  • Mi corazon en el Orquidea Cruise de M. M.

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    Tras un tiempo en tierra, disfrutando de unas vacaciones, Anais vuelve con ganas al Orquidea Cruise para comenzar a trabajar. En el barco la esperaban algunas novedades, la mas importante el nuevo Capitan, Paul, quien, ademas de ya tener fama de picaflor, no fingia lo que ella provocaba en el.
    Sin mas opciones para ninguno, comienzan una relacion donde el deseo es una parte fundamental. Pero habra que descubrir si solo sera algo esporadico o, por el contrario, los sentimientos lo lleven a algo mas.

  • El regreso de !Y tenia que ser mi jefe! 5 de Monica Hoff , Norah Carter

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    La felicidad cuesta y no es eterna. Eso lo descubre Davinia tres anos despues de su idilica vida junto a Peter.

  • No fue una casualidad (Navidades en Stirling 2) de Enrique Garcia Diaz

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    Lizzie y sus companeras de trabajo en la Web de citas, Share your Heart, se enfrentan a una situacion poco comun. ?Como es posible que uno de sus usuarios haya rechazado veinte citas? Para saber que esta pasando, Lizzie se tendra que meter en el papel de una mujer soltera que busca compartir su corazon. Pero cuando conozca a Jason todos sus ideales se vendran abajo porque no tiene nada que ver con lo que ella habia imaginado. Y lo que en un principio comenzo como una tarea de investigacion por el bien de la Web, resultara una revelacion inesperada para la propia Lizzie. Y mientras tanto, su hermano Andrew regresa de Londres a Stirling por motivos de trabajo pero tambien para descubrir que en ocasiones las personas que aparecen en nuestro camino no lo hacen por casualidad, sino por un determinado fin.

  • Susurros en la noche de Diane Pershing

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  • Tengo tu numero de Sophie Kinsella

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