• posverdad y otros enigmas - Maurizio Ferraris

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    Si “Posverdad” de Matthew D’Ancona, publicado ya en esta coleccion, abordaba este asunto central en nuestros dias exponiendolo desde un punto de vista practico y politico, en “Posverdad y otros enigmas” el filosofo Maurizio Ferraris lo aborda de forma mas analitica y teorica, con el objeto de buscar el origen y los fundamentos de este fenomeno como <> y de proponer medios para combatirlo. Pese a los multiples argumentos que se dan para trivializarla, para Ferraris la posverdad es un concepto filosoficamente relevante y su surgimiento define una caracteristica esencial del mundo contemporaneo: la alianza entre la modernisima potencia de la web y el mas antiguo anhelo del hombre, a saber: tener la razon a cualquier precio. Otras obras del autor en esta coleccion: “La imbecilidad es cosa seria”.

  • Posverdad y otros enigmas - Alianza Editorial

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    Sinopsis · Maurizio Ferraris · Sobre la colección Filosofía · Nuestros libros · Apúntate a nuestra newsletter.

  • Posverdad y otros enigmas (El libro de bolsillo - Filosofía)

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    Posverdad y otros enigmas (El libro de bolsillo - Filosofía) : Ferraris, Maurizio, Caranci Sáez, Carlos: Amazon.es: Libros.

  • Posverdad y otros enigmas (El libro de bolsillo - Filosofía) eBook

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  • POSVERDAD Y OTROS ENIGMAS | MAURIZIO FERRARIS

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    10 oct 2019 — El libro POSVERDAD Y OTROS ENIGMAS de MAURIZIO FERRARIS en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • POSVERDAD Y OTROS ENIGMAS - Tipos Infames

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    Otras obras del autor en esta colección: "La imbecilidad es cosa seria". Otros libros del mismo autor. METAFÍSICA DE ...

  • posverdad y otros enigmas - Machado Libros.

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    POSVERDAD Y OTROS ENIGMAS, FERRARIS, MAURIZIO (1956), 10,30€. Si.

  • POSVERDAD Y OTROS ENIGMAS (Libro en papel)

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    POSVERDAD Y OTROS ENIGMAS (Libro en papel) ; Materia: Filosofía ; ISBN: 978-84-9181-710-9 ; Páginas: 176 ; Encuadernación: LIBRO DE BOLSILLO ; Colección: ALIANZA ...

  • Posverdad y otros enigmas - Maurizio Ferraris -5% en libros

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    Posverdad y otros enigmas, libro o eBook de Maurizio Ferraris. Editorial: Alianza. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • posverdad y otros enigmas - ferraris, maurizio - Librería Luces

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    Otras obras del autor en esta colección: " La imbecilidad es cosa seria " . Sé el primero en comentar este libro. Artículos relacionados.

  • Posverdad y otros enigmas (El libro de bolsillo - Filosofía)

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    Posverdad y otros enigmas (El libro de bolsillo - Filosofía) de Ferraris, Maurizio en Iberlibro.com - ISBN 10: 8491817107 - ISBN 13: 9788491817109 - Alianza ...

  • Fuiste tu de Fabiana Peralta

    https://gigalibros.com/fuiste-tu.html

    Spencer Vanderbilt tenia una vida que a simple vista parecia genial. Un semental de ojazos azules verdosos al que la palabra guapo no le hacia realmente justicia.

  • Olisse de Margotte Channing

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    Nueva entrega de la Saga Romantica de Vikingos numero uno en ventas de Margotte Channing

  • Un atico con vistas de Eleanor Rigby

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    ?Quien dijo que era necesario salir de casa para encontrar el amor?

  • Ojos de muneca de Ingrid Desjours

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    Una intriga psicologica perturbadora escrita por la nueva reina del thriller en Francia.

  • Mister 7 (Titania amour), Nadia Noor de Nadia Noor

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    * Una novela que nace como un fanfic del famoso futbolista Cristiano Ronaldo.
    * Con un estilo agil y adictivo, Nadia Noor debuta en la romantica con una novela original que trata un tema muy de moda: la paternidad en solitario.
    * La tension entre los protagonistas y el carisma sexy de Cristian convierten esta historia en una novela llamada a despertar pasiones.

  • El ladron de compresas de Sergio G. Ros

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    Sofia Jimenez, una estudiante universitaria de veinte anos de edad, ha sido secuestrada.
    Un antiguo companero de la chica recibe un mensaje del movil de Sofia, se trata de una imagen borrosa que la policia cientifica analiza, en el que se aprecia una antigua Tabla Periodica de los elementos. El comisario Cervantes decide poner a la agente Susana Ruiz en el caso, hasta ese momento liderado por el engreido policia Jose Mulero. Susana tiene, ademas, otro encargo del comisario: pedir ayuda a Vargas, un famoso detective, viejo amigo suyo.
    Poco despues, la comisaria de Pedreira recibe la visita del grupo de investigacion del subinspector Garnero, un hombre ambicioso y con pocos escrupulos, que toma inmediatamente las riendas del caso y todo el protagonismo mediatico. Su grupo aporta, sin embargo, un nuevo y retorcido punto de vista al mismo. El secuestrador de Sofia lleva tiempo en el punto de de mira del equipo de Garnero. Se trata de un potencial asesino en serie, un psicopata con una retorcida particularidad, una patologia denominada olfactofilia, un deseo sexual compulsivo relacionado con el olor de la transpiracion, que le hace robar las compresas de las victimas antes de matarlas.
    Asqueado por el individualismo de Garnero, el comisario Cervantes permite a Susana Ruiz continuar sus investigaciones en paralelo, contando con la ayuda de Eduardo Cortes, el ayudante del detective Vargas. Eduardo es un joven ingeniero que conocio a Susana en el pasado.
    La investigacion se torna angustiosa cuando Eduardo descubre algo mas.
    A Sofia le queda poco para que le baje la regla.

  • La ciencia en el alma de Richard Dawkins

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    La ciencia en el alma reune cuarenta y dos ensayos, debates y homenajes que abarcan tres decadas, y llega en un momento oportuno y necesario. En una epoca de fake news y de cuestionamiento de creencias universales, en este apasionado alegato Dawkins insiste en que la razon sea la protagonista de nuestra vida, dejando de lado comportamientos execrables como la xenofobia o la misoginia, que deberian quedar fuera de todo relato. Asimismo recalca la importancia de las pruebas empiricas y critica la mala praxis cientifica, la presencia de la religion en las escuelas y a los negacionistas del cambio climatico. Precisamente ahora, cuando tanta gente cuestiona la realidad de la evolucion, Dawkins se pregunta que pensaria Darwin de su propio legado, y reconoce que la ciencia es poseedora de muchas de las virtudes de la religion -<>- sin la pesada carga que aquella conlleva: la supersticion y el prejuicio.

  • Hechizada de Elisa S. Amore

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    ?Que estas dispuesta a sacrificar cuando la unica persona que puede salvarte es la misma que debe matarte? Evan es un angel de la muerte y su mision es garantizar que el destino de los habitantes de la Tierra se cumpla tal y como esta escrito. El tiempo de Gemma esta a punto de acabarse y Evan es el elegido para asegurar que muera y acompanar su alma al otro mundo. ?Pero que sucede cuando entra en juego el amor? ?Puede un angel de la muerte renegar de si mismo y desafiar al destino? Evan tendra que enfrentarse a las leyes del cielo y del inframundo si quiere salvar a la chica de la que se ha enamorado perdidamente. <> Marie Claire <

  • La vina del odio de Sarah Wall

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    Cristina es la heredera de la poderosa familia Monferrat, propietaria de una de las mas importantes bodegas del pais.Cree tener una vida maravillosa junto a su marido Raul y sus hijas Mia y Mara.Sin embargo, tras unos dificiles momentos personales, abre los ojos para descubrir la inimaginable realidad que le rodea. Nada es lo que parece.Todo lo que ella creia idilico es en realidad una farsa.Entre esos vinedos se guardan secretos del pasado que comprometen su legado.La verdad se oculta entre las vides con el centenario olivo como testigo.?Quieres saber que esconde con tanto celo la familia Monferrat?Una novela donde pasado y presente estan muy unidos condicionando inevitablemente el destino de Cristina.?Estas preparado para la mejor cata de vino literario que jamas hayas probado?

  • Lissy de Luca D’andrea

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    Dos golpes ligeros y estas palabras: Crunch, crunch, crunch. ?Quien roe, roe? ?Quien mi casita me come? Marlene, veintidos anos, un metro sesenta, o algo mas, ojos color azul melancolia, un lunar al final de la sonrisa, indudablemente hermosa e indudablemente asustada, se miro reflejada en el acero de la caja fuerte y se dijo a si misma que era idiota. Era metal, no el mazapan del cuento. Y no habia ninguna bruja en las inmediaciones. Es el miedo, se dijo, solo es eso. Movio los hombros, dejo de respirar, como su padre antes de apretar el gatillo de la escopeta, vacio los pulmones y volvio a concentrarse. Las brujas no existian. Los cuentos mentian. Solo la vida importaba, y Marlene se preparaba para cambiar la suya definitivamente. La combinacion era facil de recordar. Uno. Tres. Dos. Luego un cuatro. Un giro de muneca, otra vez cuatro y ya estaba. Tan simple que las manos de Marlene lo hicieron todo por si solas. Aferro el tirador de acero, lo bajo y apreto los dientes. Un tesoro. Fajos de billetes de banco apilados como lena para la Stube . Una pistola, una caja de municiones y una bolsita de terciopelo. Por debajo de la caja asomaba una libreta que valia mas que todo ese dinero multiplicado por cien. Habia sangre y tal vez incluso un par de cadenas perpetuas guardadas entre sus paginas arrugadas: una interminable lista de acreedores y deudores, nombres de amigos y de amigos de amigos escritos con la caligrafia pequena, delgada e inclinada de Herr Wegener. Marlene no le dedico un segundo vistazo. No le interesaban la pistola, las balas ni los fajos de billetes. La bolsita de terciopelo, en cambio, hizo que le sudaran las palmas de las manos. Conocia su contenido, conocia su poder, y estaba aterrada. El suyo no era un simple robo. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo que la mujer joven estaba haciendo con el corazon en un puno era… traicion. Marlene Taufer in Wegener, legitima esposa de Robert Wegener. El hombre frente al que todo el mundo se quitaba el sombrero: cuarenta anos transcurridos en la construccion de una carrera hecha de intimidaciones, contrabando, emboscadas y asesinatos. Nadie bromeaba con un hombre como Wegener. Nadie se atrevia ni a utilizar siquiera su nombre de pila. Para todo el mundo Robert Wegener era Herr Wegener. Incluso para ella. Marlene. Su esposa. Espabila. El tiempo apremia. Sin embargo, tal vez precisamente debido al acoso de las agujas del reloj, durante un parentesis entre un tic y un tac, cuando Marlene abrio la bolsita de terciopelo, la fabula volvio a tomar la delantera sobre la realidad y la mirada de la mujer joven se cruzo con la azul, profunda y terrible, de criaturas minusculas y puntiagudas. Cobolds. Le parecio incluso obvio. A los cobolds les gustaba el metal, el frio y la muerte: caja fuerte, pistola, dinero y libreta. Un nido perfecto. Los cobolds reaccionaron con ferocidad ante ese allanamiento. Se apoderaron de la luz de la habitacion, la apresaron en sus ojitos crueles y la transformaron en un destilado de odio tan salvaje que por poco a Marlene no se le cayo la bolsita de los dedos. Eso la hizo volver al presente. A la caja fuerte completamente abierta. A la villa en el Passirio. Es decir, a la realidad. La bolsita de terciopelo estaba repleta de zafiros. Carbono condensado que, debido a una broma de la fisica, habia aprendido a brillar como una estrella. Toda, o casi toda, la fortuna de Herr Wegener apretada en su puno. Pero nada de brujas ni de cobolds. Porque, se dijo de nuevo Marlene, no existian las brujas, ni tampoco los cobolds; en cambio, esas piedras preciosas no solo eran reales, sino que tambien eran la llave para su nueva vida. Siempre y cuando dejara de perder el tiempo y se largara. Sin prestar mas atencion al mundo de los cuentos, y sin pensar en la cadena de consecuencias que acababa de poner en marcha, Marlene cerro la bolsita, la escondio en el bolsillo interior de su chaqueta acolchada, cerro la caja fuerte, la oculto detras del cuadro, enderezo la espalda, le dio un toquecito a un mechon que amenazaba con acabar dentro de los ojos y dejo atras el dormitorio. Recorrio el pasillo, un tramo de escaleras, el salon, el vestibulo con innumerables espejos, la escalinata exterior. La noche la acogio con una suave brisa que soplaba del norte. No se detuvo. Puso en marcha el Fiat 130 gris y se marcho. La villa que se desvanecia en el espejo retrovisor. El discurrir de las farolas. La alianza de oro tirada por la ventanilla sin volver a pensarselo. La ciudad dormida. El desguace. Una parada rapida y, gracias a un abultado sobre de dinero, el Fiat 130 se convirtio en un Mercedes W114 color crema, con matricula <>, la documentacion en regla, los neumaticos recien estrenados y el deposito lleno. Nada de gracias. Nada de saludos. Directa hacia el oeste. Aparte de los primeros copos de nieve, todo iba de acuerdo con los planes. Al menos hasta el puesto de control a pocos kilometros de Malles. Un autentico engorro. Al final de una serie de curvas que Marlene habia empezado a enfilar, vio una furgoneta con las luces de emergencia apagadas y un par de carabineros con el aspecto de alguien que se esta muriendo de frio. O de sueno. O de quien, furtivo, esta esperando a alguien o algo. Herr Wegener tenia ojos y oidos en todas partes. Tambien entre los uniformes. De manera que: ?tentar a la suerte o cambiar de itinerario? Si no fuera por la ansiedad y el miedo, Marlene habria podido mantener todavia su plan a salvo de los imprevistos. Sin embargo, la ansiedad, el miedo y la nieve cada vez mas densa la llevaron a pisar el freno, cambiar de sentido y enfilar una carretera secundaria, desencadenando una nueva serie de acontecimientos. La carretera secundaria la llevo a otra, aun mas estrecha y sinuosa, que atravesaba un pueblecito sumido en el sueno hasta un cruce (?derecha o izquierda?, ?cara o cruz?), y aun mas adelante, con la nieve que se acumulaba en capas. Y cuando el coche empezo a dar bandazos, la chica con el lunar al final de la sonrisa decidio continuar de todos modos, con un ojo puesto en la calzada cada vez mas empinada y otro en el mapa en el que, no hace falta decirlo, ese paso (malditos sean ellos y sus mapas llenos de errores) no aparecia marcado. No era cierto. El mapa era inexacto, tal vez, como todos los demas, ?pero erroneo? Era de 1974, y en 1974 el hombre ya habia dejado su huella en el polvo lunar: no era posible que un mapa se equivocara. Marlene simplemente tendria que haber estacionado, echar el freno de mano, encender la luz del interior, respirar profundamente un par de veces y verificar mejor. Las cosas habrian ido de otra manera. Pero Marlene no se detuvo. A la ansiedad se le habia anadido la incredulidad de quien descubre que se ha perdido. Dale gas, pero adagio , se dijo, y sigue adelante. Tarde o temprano la carretera conducira a alguna parte. Un pueblo, un refugio, una explanada. Se sentiria satisfecha incluso con un espacio abierto que fuera lo bastante ancho para consentirle maniobrar y volver atras, dispuesta a desafiar el puesto de control: cualquier cosa con tal de interrumpir esa nueva e inexorable secuencia de acontecimientos y retomar el control de su propio destino. No fue asi. Tal vez la nieve, tal vez los ojos que no podian despegarse del mapa; en cualquier caso, Marlene percibio de repente que el Mercedes perdia adherencia, derrapaba a la izquierda, hacia un trompo y volaba . Fue horroroso. La negrura barrida por los faros. La nieve oscura que remolinaba en enjambres. Las fauces del precipicio. Los troncos de los arboles, inmoviles y perfectamente perceptibles en todos sus detalles. La colision. Violenta. Un fogonazo de dolor sofocado por el ruido de chapas rasgadas. Un aullido infernal, esta vez si, demasiado parecido al chirrido de la puerta de la bruja. Marlene grito el nombre de Dios. Y mientras la montana, negra y sin nombre, se cernia sobre ella, su grito se convirtio en un jadeo. Pero fue el amor lo ultimo que invoco. El amor que la habia empujado a traicionar al hombre mas peligroso que habia conocido en su vida. Ese amor que tenia un nombre. --Klaus. La ultima palabra de Marlene antes de la oscuridad. 3 Casi al amanecer. De no haber sido por el reloj, nadie se habria dado cuenta. La nevada se habia convertido en una tormenta de nieve. No habia nada de luz en el exterior, tan solo una neblina blanca. Tampoco habia nada de luz dentro de la habitacion. La arana de cristal parecia incapaz de iluminar nada, limitandose a dibujar una masa informe en el suelo. Si uno la observaba largo rato, se arriesgaba a que le asaltaran malos pensamientos. Tanto el hombre como la mujer evitaban hacerlo. Se parecia demasiado a una mancha de sangre. Aparte del tictac del reloj de pendulo y de su respiracion, solo habia silencio. La mujer estaba sentada en una butaca, las manos entrelazadas sobre los muslos apretados. Rigida como un soldadito de plomo, los rasgos faciales cristalizados en una mueca que la envejecia una decada. Llevaba una especie de uniforme. La falda hasta la rodilla, un delantal muy blanco y el pelo recogido en una trenza. De no ser por la expresion cenuda (?o asustada?), habria sido hermosa. Se llamaba Helene, y desde hacia mas de cinco anos era el ama de llaves en la villa del Passirio. Hacia mas o menos el doble de tiempo que habia dejado de morderse las unas. Esa habia sido una de las primeras lecciones en la Escuela de Economia Domestica de Bresanona, donde aprendio los fundamentos del oficio. Las manos de una buena ama de llaves, le explicaron sus profesores, son su tarjeta de visita. Nunca sucias, siempre arregladas, bien cuidadas. Dejar de morderse las unas habia sido casi como dejar de fumar, pero luego se acostumbro a ello. Durante anos la idea de volver al viejo habito ni siquiera se le habia pasado por la cabeza. Hasta que empezaron los gritos. ?Que clase de hombre podia emitir semejantes sonidos? Basto solo un instante y volvio a caer. Mordisqueaba, roia, y cuando los dientes alcanzaban la carne viva, Helene, con un gesto irritado, dejaba caer sus manos sobre el regazo para martirizarse el delantal. Luego empezaba de nuevo. Manos. Boca. Unas. Dientes. Una pequena punzada de dolor. Delantal. Y otra vez mas, desde el principio. Helene habia intercambiado una unica mirada con el hombre alli de pie, apoyado en la gran chimenea que nadie usaba nunca. Una unica mirada. Mas que elocuente. El hombre se llamaba Moritz. Habia cumplido recientemente los treinta, tenia unas ojeras como hematomas y una pistola automatica en una funda, oculta bajo la americana de su traje oscuro. Por regla general, ese traje le sentaba de maravilla. Habia pagado por el una cantidad desorbitada, pero habia valido la pena. Se lo decia por las mananas, mientras se hacia el nudo de la corbata o le daba un ultimo retoque al pelo engominado, y se lo confirmaba el interes de las mujeres con las que se cruzaba por las calles del centro. En ese amanecer, en cambio, con o sin traje oscuro, Moritz se habria sentido en cualquier caso incorrecto y torpe como un espantapajaros. Porque cuando sus ojos se reflejaron en los de Helene, el hombre de la pistola vio algo que lo aterro. Una mirada de las que habia ya captado bastantes, desde que entrara a formar parte del circulo de Herr Wegener. La mirada de una victima. Y eso no estaba bien. No estaba bien, porque Moritz era un hombre sencillo que dividia el mundo con el lanzamiento de una monedita. ?Victima o verdugo? Facil: nada mejor que el sonido de una nariz al romperse. Con su metro noventa y sus noventa kilos de peso, y su propension natural a la violencia, Moritz nunca habia sentido el miedo de la victima. Hasta el momento en que, reflejandose en los ojos de Helene, se pregunto: <>. Pero tambien: <>. Por eso dejo de mirar al ama de llaves. Y la mancha en el suelo de la habitacion. Demasiadas, demasiadas preguntas. Moritz odiaba las preguntas. Porque a las preguntas uno no podia romperles la nariz. A las preguntas no les podia meter una bala en el corazon (y otra en la cabeza, por seguridad) y hacer que se callaran para siempre. Las preguntas eran como esos insectos repugnantes, todo boca y paciencia que, famelicos y canallas, eran capaces de derrumbar incluso el mas solido de los castillos. Silencio. Eso es lo que le habria gustado a Moritz. Pasar por completo de los gritos y desaparecer durante unos minutos. Los suficientes como para ahuyentar los malos pensamientos. Un cigarrillo en el jardin. O una copita de brandi. Pero las ordenes eran las ordenes. Las ordenes, para alguien como Moritz, le cortaban la cabeza a los signos de interrogacion. Marcaban la frontera entre lo que se podia hacer y lo que estaba prohibido. Las ordenes trazaban una linea recta, simple, y el era un hombre simple. Ademas, hacian que la desobediencia fuera mucho mas emocionante. Y era esto, si queremos ser sinceros hasta el fondo, lo que le habia provocado problemas. Asi que Moritz permanecia inmovil, erguido en su traje oscuro, apoyado en la chimenea apagada. Escuchando los gritos y sintiendo el peso de la automatica, que lo aplastaba contra el suelo. Sobre la mancha informe del suelo. Helene, sin embargo, tenia una vision mas compleja del mundo. No existian unicamente el blanco y el negro. La obediencia y la transgresion, las victimas y los verdugos. Habia todo un oceano de grises en los que navegar. Bastaba poco para transformar una orden en un consejo y los consejos no eran trampas, siempre ofrecian alguna escapatoria. Sus obligaciones, por ejemplo, guardaban relacion con la villa. No con su empleador. Villa y empleador eran dos cosas diferentes. Aqui habia una via de escape. Cuando decidio que ya habia tenido suficiente de aquellos gritos, Helene se levanto de golpe y salio de la habitacion. Silenciosa como un fantasma. 4 El amanecer. Mas que verla la sintio en los huesos. No habria podido hacer otra cosa. Las ventanas que daban al jardin estaban cerradas. Solo la pantalla de una lampara, rota pero aun en funcionamiento, iluminaba la habitacion sumida en el caos. Armarios completamente abiertos, cajones fuera de sitio, mantas y ropa hechas jirones, una infinidad de papeles, joyas, cuadros, libros (menos uno) por los suelos, victimas inocentes de su furia. En el centro de la sala, toda ella de estuco y con cortinas de terciopelo bordadas en oro, sentado en la cama sin hacer, Herr Wegener se dio cuenta de que si no dejaba de gritar y empezaba a razonar de manera lucida y racional todos los logros que lo habian llevado a ser lo que era se convertirian en una montana de estiercol y esfuerzo desperdiciado. El autocontrol habia sido durante anos su orgullo. Los nervios de acero y la sangre fria le habian permitido llevar la batuta de lo que, en secreto, habia bautizado como <>. Un imperio listo para dar el salto que, ese era el plan, le consentiria elevarse desde el rango del hombre ante el que uno se quita el sombrero al del hombre en cuya presencia es obligatoria una genuflexion . En ese gelido amanecer, por mucho que se esforzara en recuperarlo, el autocontrol seguia siendo una quimera. Lo era porque Wegener no queria creer lo que sus nervios de acero y su sangre fria le sugerian. Y la que era la unica y simple explicacion: Marlene. Imposible. Marlene nunca lo habria traicionado. Marlene era su esposa. Marlene era la mujer a la que amaba. Por encima de todo, Marlene era una mujer y nunca se habia visto que una mujer lograra joder a alguien como el. O tal vez si, tal vez en algunas partes del mundo habia mujeres capaces de atreverse a tanto, pero Wegener estaba seguro de que Marlene no pertenecia a esa categoria. Ni en broma. Nervios de acero y sangre fria no estaban de acuerdo. No hacian mas que repetirselo. Ha sido ella, ha sido ella, ella, ella.

  • Elijo sentir de Anna Bissette

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    --No, no me mires a mi, mira mas como... detras, como si estuvieses observando el horizonte, un atardecer, un barco a lo lejos. --Vaya ocurrencias las mias, si aqui lo mas lejos que podria mirar esta pobre chica seria un edificio en la acera de enfrente. Terminamos la sesion de fotos y empiezo a guardar todo en el maletin que tengo que cargar hasta llegar a casa. Ni tengo coche ni voy a malgastar dinero para ir comoda en taxi, asi que, como siempre, toca ir en metro. Agradezco enormemente cada trabajo para el que me contratan, porque se de buena mano que encontrar curro de lo mio en Nueva York no es tarea sencilla. Hay fotografos a patadas, y !de los que te dejan boquiabierta! Yo todavia necesito mas practica, pero no tengo tiempo. O si... aunque prefiero ocuparlo en disfrutar de las mil cosas que nos ofrece esta ciudad con mis amigas. No ha sido facil. Cuando les dije a mis padres que me mudaba a otra ciudad pusieron el grito en el cielo, porque mis estudios se reducen a un par de cursos de fotografia en la ciudad mas cercana a mi pueblo. Y ya cuando les dije que esa otra ciudad a la que me queria ir estaba, no solo fuera de mi pais, sino de mi continente..., bueno, eso es otra historia que, de contartela, solo podria describirte gritos, enfados y caras coloradas de rabia, luego lloros, abrazos... Ahora estan encantados con cada e-mail que les envio resumiendo las fotos semanales que consigo hacer, y con cada llamada y videollamada que hacemos para abrazarnos de forma virtual. ?Los echo de menos? Si, un monton, sobre todo el cuidar de mi hermano pequeno, Lucas, ese diablillo que nos trae a todos de cabeza, pero estas llamadas hacen que nos sintamos mas cerca. Y espero que algun dia me visiten y pueda ensenarles este maravilloso lugar, el lugar donde vivo. El metro es todo lo que imagine, aunque con mas gente, otro olor, un poco mas sucio... He llegado a ver de todo, aunque mejor te cuento lo de aquella violinista que hizo que me emocionara en solo unos segundos, cuando corria para no perder el siguiente metro, pero estas cosas hacen que pares, cierres los ojos y disfrutes de los pequenos momentos. Hasta que pasan por tu lado, soltando alguna groseria en otro idioma o dandote un golpe en el hombro alguien con mucha mas prisa que tu. Esa violinista de la que te hablo es Kate, una de mis amigas de la city, como nosotras la llamamos. Kate en realidad es Catalina, otra espanola como yo que vino a triunfar y a ganar millones para banarse en billetes de no se cuantos dolares en la banera de la suite mas lujosa del Four Seasons, o de cualquier otro hotel igual de majestuoso, para que enganarnos. Te lo cuento todo, con los cascos puestos y sonando With Me, de Sum 41. Mientras, vigilo el maletin de la camara de fotos, con la cazadora vaquera sobre mis piernas. Es primavera y hay contraste de temperaturas, por lo que a veces necesitas incluso panuelo y chaqueta en algunos lugares, mientras que, en otros, te sobra hasta el hilito del tanga. !Me encanta! Adoro vivir aqui, tanto por sus cosas buenas, que son muchas, como por las no tan buenas, y te mentiria si dijese que son pocas. Por fin, agotada, saco las llaves de la rinonera y abro la puerta de mi pequeno pisito, que comparto con Jess. Ella si que es de aqui, se quiso independizar y tampoco habia mucho donde elegir. Cuando empece a buscar alojamiento, mientras vivia en un albergue, todo lo que encontraba eran cajas de cerillas con la cama escondida tras un armario, en la parte de arriba del sofa, tipo litera, o con sofa cama. Todo esto por bastante mas de lo que podria llegar a pagar. Hasta que llegue a un anuncio que me parecia falso, con el objetivo de estafar a tontas como yo que buscaban desesperadas algo decente. Pero decidi probar, no perdia nada, y no, resulto que justo habia quedado libre hacia una semana, y era precioso. Tenia mucha luz y un balcon en el que podria sacar la cabeza para que me diese el aire, !aunque no puro!, ya sabes, y dos habitaciones, !dos! ?Te lo puedes creer? Mi pisito es precioso, luminoso, con una pared de ladrillos, la cocina pegada al salon, separada por una barra americana, para ahorrar espacio, un bano y dos habitaciones, una para Jess y otra para mi. Cuando encontre el anuncio y vine a ver el piso, le pedi de rodillas al casero que me lo reservara, que en unos dias encontraria un companero o una companera para poder compartir el alquiler, que estaba segura de ello. Empapele todo por donde pasaba, y por fin me llamo ella, una chica decidida, fuerte, valiente, segura de si misma, un poco seria y quizas hasta borde, pero es su encanto. Ella es Jess y, desde ese momento, nos lo contamos todo, nos hemos vuelto inseparables. Recorremos la ciudad juntas, ella es mi guia y, a veces, tambien descubre cosas nuevas de su ciudad, ya que normalmente no iba a esos sitios cuando era una simple habitante y no la companera de piso de una extranjera perdida como yo. --Por fin, Lisa. Tia, todo el dia para hacer las mismas fotos que me he hecho yo hoy tirada en el sofa viendo Dexter. --Se que lo dice por picarme. Ella valora mi trabajo y me ayuda mucho haciendo de interprete cuando hay algo que no entiendo bien o alguien con un acento que no consigo captar del todo. --?Gracias?, !por apoyarme, digo! Y espero que no hayas estado cogiendo ideas de esa serie --le digo en broma. !Casa! <>, suelen decir, y aunque me chifle este lugar y vivir en el barrio de Brooklyn, me falta algo. Veo mi vida perfecta, o casi, vivo en la ciudad de mis suenos, haciendo fotos, que es a lo que siempre quise dedicarme, tengo a Catalina y a Jess, que me apoyan y ayudan en todo lo que pueden, a mi familia a un clic de distancia... pero veo que no avanzo en mi trabajo. Estoy algo asi como estancada, siempre el mismo tipo de fotos, de edificios, de personas, y a veces incluso fotos serias porque me contratan empresas para fotografiar su plantilla. Y aunque Nueva York ha sido siempre lo mas para mi, no imagine vivir sin aire, sin campo, sin espacio... y aqui es de lo que menos tengo. Seguire dando vueltas a todo esto mientras no digo ni mu a mis amigas ni a familia. Me lo guardo para mi. Bueno, ya es hora de que me presente, ?no? Mi nombre es Elisabeth, aunque aqui todos me llaman Lisa. Tengo veinticinco anos y me encanta la fotografia, es lo que siempre me ha gustado. De pequena hacia dibujos y decia que eran fotos que habia hecho. Recuerdo la primera camara que me regalaron, unas navidades. No esperaron ni al Dia de Reyes para que asi pudiera hacer fotos de lo mas especial durante esos dias. A partir de entonces, empece a hacer cursos de fotografia y deje el instituto, cosa que no gusto nada a mis padres, pero al final me apoyaron porque me veian feliz y haciendo lo que mas me gustaba, y porque, si todo eso no salia bien, sabian que podria trabajar en lo que encontrase; no me ha molestado nunca trabajar de cualquier cosa. Siempre he sido mas bien independiente, aunque adoro un abrazo a tiempo, una mirada que lo diga todo, carcajadas hasta llorar y silencios comodos con la compania correcta. Queria, por todos los medios, venir a Nueva York, asi que busque y busque, y por fin me llamaron para concertar una entrevista de trabajo por Skype. Llegue con el visado de trabajo porque no podia venir sin ningun tipo de permiso y arriesgarme a que me echasen y multasen. Dos dias despues de hacer la entrevista, lo empezaron a tramitar todo para entrar a trabajar en el Sky Roof Terrace, un bar que, desde que lo busque en Google, me parecio un lugar increible. Se encuentra en el centro de Manhattan, asi que yo ya no necesite mas para aceptar. Las vistas de su terraza son una pasada, con el rio Hudson y el Empire State Building como un fondo espectacular. Todos alli van superarreglados, veia tacones de veinte mil centimetros de altura. Un sitio unico que siempre recomiendo a todos aunque ya no trabaje alli. Me fueron contratando empresas para las fotos de sus empleados, fiestas, celebraciones. Ademas se fue corriendo la voz de que tampoco cobraba mucho, y me llamaban bailarines, actores, cantantes... para hacerles su book profesional. Me he divertido mucho todos estos meses haciendo esto, siete meses de dolor de espalda haciendo fotos, de sonrisas eternas al acabar la jornada y de pasar al ordenador todo el trabajo para empezar a editar. Como hoy, que la actriz a la que fotografiaba ha hecho un gran trabajo con el frio que hacia, todos tiritando de vez en cuando, aun estando en marzo, y ella con un traje de noche, en tirantes, grrrr, y su cara disimulando el frio... Ojala yo fuese asi, y es que siempre se me nota todo lo que pienso. Durante este tiempo, he hecho muchos contactos, he conocido a mucha gente y he sido feliz, pero ya siento que todo esto de la city esta llegando a su fin. Necesito hacer otro tipo de fotografia, con mas sentimiento, mas natural y menos superficial y programado. Despues de reflexionarlo todo muy bien, me voy a aventurar. Esta tarde se lo contare todo a las chicas. Que sea lo que tenga que ser. Capitulo 1 Abro el grupo de WhatsApp que tenemos las tres amigas, Run the world; asi lo nombro Jess y asi se quedo. No le voy a contar la noticia a Jess aunque viva con ella porque no quiero excluir a Kate de todo esto, y porque Jess tambien esta trabajando. Ella es publicista, pero trabaja como secretaria en una de las oficinas de la Torre Hearst. Nunca llegare a entender lo que hace, es algo asi como la ayudante de un publicista que parece ser muy permisivo porque falta cuando le da la gana y acaba cuando le apetece, aunque si que mas de una vez y de dos la he visto llevarse trabajo a casa. Asi compensara todo el trabajo que ha perdido faltando, supongo. Es un poco pasota. Me dispongo a escribir y no se como explicarselo, asi que decido mandarles un audio, pero tampoco me salen las palabras. Entonces acabo con ganas de irnos a algun bar a tomar algo juntas, y asi les comento en persona. Si, mejor, mucho mejor. Yo: Hey, girls, ?nos vemos esta tarde donde siempre? Os tengo que contar algo importante. Y no, pesadas, no es de chicos. A las seis, ?os parece bien? Kate: Vale, alli estare. Jess: ?Tienes que contarnos que te has echado novio? !Dejate de rodeos! A las seis alli. Cuando llego, como era de esperar, soy la primera. Si es que me educaron para llegar tan puntual siempre que diez minutos antes de la hora ya estoy alli plantada. Por suerte no me hacen esperar mucho, solo el tiempo que tardo en pedir en la barra mi bebida preferida y en que me sirvan en la mesa un Long Island Ice Tea. Me apetece una bebida fria, aunque fuera hace bastante aire, y es que con las mantitas que nos dan en este bar se siente una tan a gusto que da igual que bebas frio o caliente. No tardan en mirarme de arriba abajo, tanto a mi como a mi coctel. Nunca he sido ni de bares, ni de alcohol, ni de chicos, ni de fiestas. Pero aqui todo cambio y lo empece a ver de otra forma, y estas chicas me ayudan a querer salir y a compartir momentos de risas y cotilleos. --Anda, la mojigata. ?Vienes a decirnos que te vuelves a Espana? --Creo que Kate me ha calado. Eso de citarlas yo, que siempre soy la que menos iniciativa tiene, y recibirlas con esto, en vez de con una cervecita con limon o un refresco de cola y ya esta, le ha resultado raro. --!Pero si solo es un te! Aunque, ?a que no lo sabiais? El Long Island Ice Tea, aunque su nombre indique <>, no lleva infusion ni nada de eso, apenas lleva un poco de vodka, ron blanco, ginebra, tequila, limon... --Hala, hala, ?te has dejado algun tipo de bebida alcoholica por pedir que echen en ese vaso? Al final te llevamos de vuelta a casa a rastras. Siempre con tus datos que solo a ti te parecen interesantes. --Menos mal que Jess controla a las mil maravillas mi idioma, asi me siento mucho mas comoda al no tener que estar traduciendo en mi cabeza todo lo que digo. Y asi tampoco parezco tonta cuando me quedo trabada intentando explicar algo.

  • Te encontrare en la oscuridad de Nathan Ripley

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    Martin Reese tiene un pasatiempo: los crimenes. Meticulosa y obsesivamente, se entrega desde hace anos a ese perturbador hobby a espaldas de su mujer y de su hija adolescente: tras obtener en el mercado negro los expedientes de los mas variados asesinos en serie, los utiliza para localizar y desenterrar los cuerpos de aquellas victimas que la policia nunca logro descubrir. Saca fotos, las guarda en su viejo portatil y solo entonces da un aviso anonimo a la comisaria sobre el hallazgo. Esta aficion es para el un servicio publico, una reparacion de danos alli donde los investigadores fracasaron.

  • Seducida por la tentacion: Trilogia Tentacion, Helena Sivianes de Helena Sivianes

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  • La ciudad infinita de Sergio C. Fanjul

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  • El legado de Sybill de Patricia Maria Gallardo

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    Londres, 1904. Mary a sus dieciseis anos, se que da sin opciones: debe elegir entre servir como doncella o cruzar el oceano para casarse en America con el viudo Thomas Longfellow. Aunque esta ultima opcion le aterra, le parece la mas adecuada, y resulto ser la mas acertada. No obstante, una maldicion provocada por el corazon rotoo de Sybill Preacher encauzara sus vidas.
    Ethel debera elegir entre sus sueno de cantar o permanecer junto a su familia en casa y esperar el regreso de Michael de la guerra de Vietnam. Pero ?y si no vuelve? De nuevo, Sybill hara que tome una decision importante.
    Avigail, una judia berlinesa, ha sobreevivido a la Segunda Guerra Mundial. En plena boca del lobo, termina siendo una Longfellow de pleno derecho. Tal vez Sybill tuvo algo que ver, o tal vez no…

  • Tener un cuerpo de Brigitte Giraud

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    Estructurada en cinco capitulos, que se corresponden con cinco periodos clave de la vida de la narradora, Tener un cuerpo sigue el recorrido vital de una mujer, que coincide en muchos aspectos con el de la propia Brigitte Giraud, desde que es nina hasta que, tras un periodo de duelo por un suceso traumatico, emerge del pozo en el que se habia sumido. Lo original de esta obra es que, tal como senala la autora en las palabras citadas arriba, tomadas de una entrevista, la narracion de todos los hechos que jalonan esa vida (por citar solo algunos, la primera menstruacion, las primeras relaciones sexuales, un aborto, un accidente de moto, el nacimiento de su hijo, los intentos frustrados por quedarse embarazada de nuevo, la perdida de un ser querido y el duelo que sigue a la misma) se centra en como los siente y percibe el cuerpo.

  • Fuego en la oscuridad de Heather Graham

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    La perfecta vida de Alexandra McCord habia comenzado a derrumbarse desde que se habia encontrado con el cadaver de una mujer y el paraiso de Moon Bay se habia convertido en una pesadilla. Todas las pruebas que encontraba parecian apuntar como culpable a algun habitante de la isla… y a ella como la proxima victima. Pero ?quien podia ser el asesino? ?Y por que David Denhem, su ex marido, a quien llevaba mas de un ano sin ver, habia elegido precisamente aquel momento para volver a aparecer en su vida?

  • Todo lo oye, todo lo ve, todo lo sabe de Jose Luis Ibanez

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    Todo lo oye, todo lo ve, todo la sabe es un magistral ensayo que aborda la emocionante vida de los primeros detectives privados. Ademas, nos propone un viaje apasionante en el tiempo: asistiremos al nacimiento de la profesion, a principios del siglo XIX, en Francia y Estados Unidos, constataremos su compleja implantacion en Espana, un pais con un modelo policial inestable y una violencia politica que no cesaba, recorreremos la historia de nuestras primeras agencias y conoceremos su forma de trabajar y su ambigua relacion con la policia oficial, sin descuidar algunos de sus casos mas relevantes.

  • Dulce Beso de Martha Molina

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    Esa noche se cumplia trescientos anos desde que su amada Ekaterina lo abandono en Moscu, cansada de sus infidelidades. Lo descubrio en la cama -que compartian juntos- con una vampira recien conversa. Fue la gota que reboso el vaso, haciendo las maletas y marchandose lejos para nunca volver. El no solo le fallo como amigo y protector, sino como esposo. Y, ahora, estaba perdido sin ella.

  • Amor de Guetto de Yiros Dakay

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    Operar en esta oficina es como una reunion de elegancia. Cada dia veo gente con la que fui a la escuela. Es exigente despues de caminar por el pasillo para mover papeles de reproduccion y tantas caras conocidas me impiden y me abrazan y cagan como si hubieramos sido amigos excepcionales. Permitame presentarme. Mi llamado son las alturas de KEISHA; Tengo 27 anos y he estado trabajando en este lugar de trabajo durante tres anos. Tengo unos agradables poros de color marron y un tono de piel, el cabello que las mujeres en mi capucha desearian tener (no, yo no uso tejido), tengo un buen culo, c aldabas, y si no fuera obvio, estoy Una mujer inteligente e imparcial. Bien, ahora estoy en relacion con uno de los tipos mas frescos dentro del capo (Mike). Es realmente una cantidad excesiva de cosas para hacer frente. Sin embargo, de todos modos, hoy era viernes y estaba llevando a cabo todas mis pinturas. He estado aqui por el hecho de las ocho: 00 de la manana. Todos y cada uno habia dejado sus lugares de trabajo por el dia, asi que necesitaba encerrarme. Despues de cerrar los cajones de mis discos, alguien llamo a mi puerta. “!Adelante!” Dije buscando desde mi archivo. Cuando se abrio la puerta, entro un tipo sexy a pie. Quiero decir, Mike se calento, yo era atractivo, sin embargo, este tipo se volvio excitado. Tiene ojos color avellana, agradables poros y piel marrones suaves, sus labios se volvieron jugosos y estaba brillante, tenia un pendiente de diamantes y una secuencia alrededor de su cuello. Llego a usar un batidor de esposa, asi que vi sus abdominales, hundiendo sus jeans, y tuvo fuerzas brillantes. !Y no podria descuidar su cabello si estas diciendo olas al nadar! “Hola, um … ?Te imaginas aqui? pregunto No, me gusta mucho sentarme en mi mesa de jefes que dije en mi cabeza. “Seguro, ?que puedo hacer por ti?” “Estaba pensando que si puedes ayudarme, necesito un profesional legal” duh! “Cierto … ?puedo preguntar para que?” Como no me di cuenta, de todos nuestros clientes, la mayoria de ellos son negros y estan aqui para lo mismo. Posesion de capsulas ilegales o de un arma no registrada. A veces tenemos instancias de ayuda infantil. “Bueno, la policia me encerro en mi propia comunidad sin ningun proposito” “Mmmhmm” “Apariencia Sra.” “Oh, que grosero de mi parte, buenos dias, mi nombre es KEISHA Heights”, le dije dandole la mano "Soy Evander Johnson, pero ademas de mama, quiero ayuda. Me encerraron con el proposito de estar en un vecindario completamente blanco y me dijeron que consideraba sospechoso ” “?Donde te quedas? "Me quedo en Hollywood Ave" “Bueno, puedo entender eso, sin embargo” mi telefono me interrumpio “perdon por un segundo” dije “hey” “Hola ma” “Hola nena, ?que pasa?” “Concentrate, ?no sere capaz de hacer una buena cena?” “!?Que demonios se supone que pretende ?!” pregunte ligeramente por el celular. Mire a un Evander y me di cuenta de que se habia convertido en todo en mi boca. “Tengo negocios que tratar” “?Negocio? !Nigga, me has estado abandonando toda la semana! !El momento mas simple en que te veo es mientras quieres follar! “Respire hondo” ?sabes que? Nosotros sobre k. Espero que me escuches Estamos a traves de! No me llames, no envies plantas ni regalos, ni siquiera vengas a mi casa. Estoy convirtiendo las cerraduras y si vienes a mi casa, tendras una bala en el culo, ?me prestas atencion? “Bebe, estas sobre reaccionando” “!Como el infierno que soy, nigga no digas mi maldito telefono inteligente otra vez, adios!” Colgue el telefono inteligente y gemi. “?Estas bien mama?” Evander pregunto "Soy de primera categoria. Presta atencion, ?que tal si nos encontramos dia despues de hoy por la manana a las 9:00? “Eso es genial” “?Te das cuenta de cuando podria ser tu cita en la corte?” “La proxima semana” “K, asi que vamos a trabajar dia y noche” “Eso es genial conmigo” “Esta bien, nos vemos al dia siguiente” “Aiight” camino hacia la puerta y luego se dio la vuelta. “Apariencia, no estoy tratando de llegar a tu negocio o algo, sin embargo, ?estas haciendo algo esta noche?” “Eso suena como si te estuvieras metiendo en mi negocio, sin embargo, no estoy haciendo algo” “Bien, ?que tal si vamos los viernes conmigo?” “Lo siento, no me gusta asociarme con mis clientes” “?Es simplemente la cena, mi regalo?” "De primera clase. Permiteme encerrarme y te vere abajo "suspire “Okay” Capitulo 2 Evander Despues de subir a mi vehiculo y esperar a KEISHA. Ella me conocio y me dijo que observara su casa para que ella se modificara. Junto a ella solia sorprenderme que ella este viviendo en el ghetto, cuan cachonda e inteligente es, creo que se quedara en un lugar como yo. Mientras ella se detenia en su garaje, me sorprendio. Le dieron dos porsche y tiene una cerca. Parece que su residencia tiene 6 habitaciones (que ya no consisten en su habitacion, comedor y cocina) y su cesped se volvio mas verde que las minas. Traqueteo, ?puedes afirmar que se le dio el suyo? Despues de que ella cerro su puerta, mi telefono comenzo a sonar “Yo” “Evander, ya no confiaras en quien es ingenioso” “?Quien Sion?” “Shortie de membresia da” “?OMS? ?Cuantas perras conoci en el maldito club? “Que se queja que te robo dinero!” “?Yanice?” “Si” “Pones ese negro en el telefono” “Yo” dijo Dray “?Dray con quien estas?” “Esta chica Candice ?por que?” “Esa es la queja que robo mi efectivo” “?Estas seguro?” “Chico, no se si Zion puede querer estresarlos pero concentrate-” en ese momento me di cuenta de que KEISHA salia de la casa con la minifalda de la parte trasera de Apple que confirmaba sus gruesos muslos, una camisa blanca con cuello en v y un calzado resistente. Y ella o el tenia un bolso de louis vuitton con sombrillas blancas, su cabello se habia vuelto oscuro y sus labios eran suaves, se veia sexy como el infierno. “?Evander, estas ahi?” “Si, concentrate en entregarla a mi renta vacia, pon tu dinero dentro de la caja vacia y mantenla alli hasta que yo llegue” abri la puerta para que KEISHA quisiera entrar. “?Y si ella desea irse?” “Matala o hazla vivir” “Buena paz” Una vez que colgue, debia informarle a KEISHA que estaba ansiosa, asi que comence a buscarla. Ella seguia mirando por la ventana, asi que puse mi mano sobre su muslo y el o ella se tensaron. “Solo relajate”, dije haciendo sonar mi radio. Estaba jugando la pista de Aston Martin de Rick Ross, asi que comenzo a relajarse. Una vez que llegamos a los viernes, nos habiamos divertido. Se puso un poco borracha alli, asi que decidimos visitar un club. Nos divertimos mucho tiempo y bailamos, y ?sabia ella como sacudir ese trasero? !Sip! Alrededor de la 1:00 de la manana la ayude a entrar a su casa y rebote. Olvide ir al condominio, fui directamente a mi casa y me quede dormido. Capitulo 3 KEISHA Esta manana me desperte con una resaca terrible. Despues de ducharme y tomar un advil, entre en mi cocina para hacer un cafe. Despues de abrir mi armario, descubri que tenia que comprar comestibles y que no habia cafe expreso. Muy. Despues de tirar el campo, note mi reloj de pared y descubri que eran las 2:00 de la tarde. “Mierda. Se suponia que debia cumplir con Evander esta manana ", le dije a nadie especificamente. Simplemente entonces sono el timbre. “!Viniendo! "!Despues de abrir la puerta, note el estado de Evander alli con unas donas Dunkin, cafe y mi bolso y solia buscar un desastre calido! “Fiesta de la manana apropiada” “?Hiya watchu haciendo aqui?” Lo dejo entrar. Intente restaurar mi cabello un poco. "Pense que te encantaria comer un poco. Cuna de alta calidad ” “Gracias”, agarre una taza de cafe y lo conduje a la cocina. “?Que paso con la noche restante?” “?Significa Watchu?” “?Hice algo la noche pasada que me arrepentiria?” “?Te gusta tener sexo conmigo o besarme?” pregunto. Luego hubo un largo silencio “nah, nada tuvo lugar excepto que sacudieras ese trasero”, dijo bromeando mientras buscaba mi trasero mientras lo pasaba para ir a la cocina. “Si whateva. Lo siento, me perdi la reunion, ?que tal si trabajamos en eso ahora? “En verdad, solia hacer preguntas en caso de que quisieras comprar comestibles conmigo”. “Umm … ahora no estoy seguro” “Es simplemente comprar” “Si, lo se, sin embargo, no necesito que se convierta en algo adicional” “?que? ?Compras? !Es solo seleccionar algunos asuntos y dejar eso! "Genial dejame vestirme" “Bueno, esperare aqui entonces” Subi a vestirme y escuche mi cd de Trey Songz. Cuando termine de vestirme baje las escaleras y escuche a Evander que buscaba cantar para “amigos reconocen mi nombre” “Que estas haciendo” dije riendo “Cantando watchu supongo? ?Puedo ser el proximo Trey Songz? “Tienes el cuerpo pero ya no la voz” “Wow ma, ciertamente reconoces una forma de destruir los deseos de alguien” parecia insatisfecho. “Asombro, lo siento” le di un abrazo. El sonrio ante esto y nos separamos. “K estoy preparado para la cabeza” “!Maldicion! Eres tan atractivo.” “gracias” “No debes agradecerme, es la verdad” Silencio. “Permitir correctamente la cruz. ?En que vamos? “Habia estado yendo a la joyeria de Kay Keep” "Hay caro" "Ahora no para mi. Vamos, ?nos movemos? Condujimos todo el camino a Newbury. Este deposito se convirtio en posterior a un guardado de pornografia y que note a mi tio que tiene 56 anos de antiguedad. No me vio como Evander y que entre en la joyeria. Alli lo ayude a comprar un reloj nuevo y un arete junto con su nombre. Cuando nos ibamos, note que le entregaba al joyero un fajo de monedas por una caja y lo salude con la mano.

  • Existio otra Humanidad de J. J. Benitez

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    J. J. Benitez explica en esta obra lo que el considera la prueba definitiva de que hace millones de anos existio otra civilizacion en nuestro planeta. Mas de once mil piedras, perfectamente grabadas con sugestivos dibujos, dan testimonio de que ciertos habitantes de la Prehistoria tenian conocimientos de las ciencias de hoy: biologia, botanica, nautica, astronomia... Su saber y sus experiencias se hallan reflejados en las piedras halladas en Ica (Peru), cuya descripcion e historia se ofrece en este libro.

  • Amor ciego de Alina Covalschi

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    No eran amigos y tampoco novios, sino todo lo contrario. Tenian una relacion complicada y destinada al fracaso.
    Se separaron y tomaron caminos opuestos.
    Pasaron anos y el hilo invisible que los mantenia conectados se enredo y se rompio.
    Pero el primer amor nunca se olvida y siempre deja huellas imborrables.
    Angelica y Raul aprendieron que hay segundas oportunidades, y que son las definitivas.

  • Miradas que matan de Agustin Sanchez Gonzalez

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    Ellas matan mejor, ese era un titulo de un libro espanol que encontre casualmente en una de las librerias de la Cuesta de Moyano, en Madrid. Por aquel tiempo, aun no existia la moda televisiva que recogio diversas historias de mujeres asesinas. Esas historias de mujeres espanolas me conmovieron y me invitaron a recoger las historias de las damas connacionales que vivieron el drama del crimen, la tragedia por vivir en una sociedad que las aplasta. Poco a poco fui leyendo y releyendo historias que habia sub- rayado en diversos libros, en periodicos del siglo XIX o en las hojas volantes impresas por Antonio Vanegas Arroyo, que fueron ilustradas por Jose Guadalupe Posada. Asi me centre, en principio, en los primeros anos del Mexico Independiente con una historia que habria de repetirse una y otra vez: una mujer que asesina a su marido, en 1836, un diputado de aquella epoca. Ahi arranca este libro. Despues llegaron otras historias, hasta terminar en el siglo XX, cuando los Jurados Populares absolvieron Maria Teresa Landa, la primera Miss Mexico, una historia que ha cautivado durante decadas a quienes la conocen. Este libro, recoge cronicas que son un fiel retrato de una ciudad y un pais que se niega a cambiar sus patrones de conducta; mu- chas de ellas fueron transcritas tal cual, otras han sido reelaboradas, pero todas, confirmado, existieron, son parte de la tragedia y de la tragicomedia nacional. Por ello, este libro tiene una deuda con autores como Enrique Flores, que prologo Unipersonal del arcabuceado, que se constituyo en una fuente fundamental para recoger algunos de los primeros relatos. Varias lecturas mas, contribuyeron a la realizacion de este libro, como la marquesa Calderon de la Barca, quien no sale del azoro al descubrir muchas caras bonitas entre las mujeres matadoras de hombres. Otros grandes escritores como Federico Gamboa y Angel de Campo; el primero, famoso autor de Santa, fue un amigo de la Malaguena, una celebre prostituta, quien fue asesinada por la Chi- quita, otra hetaira que genero uno de los casos mas revisados de esa epoca y cuya referencia la escribio en Mi diario. De Angel de Campo, el gran escritor costumbrista que firmaba como "Micros" o como "Tick Tack", transcribimos un fragmento de una de las novelas fundamentales de nuestra historia: La Rumba. Importantes fuentes de consulta fueron los escritos de Carlos Roumagnac, sobre todo Los criminales en Mexico, de donde recogimos un par de casos; el estudio de Julio Guerrero, La genesis del crimen en Mexico: estudios de psiquiatria social; el texto El jurado absuelve, del abogado Federico Sodi, quien fue protagonista de una epoca en que, como dijimos antes, los Jurados Populares llegaron a tener tanto poder que absolvieron a muchas mujeres (y hombres) tan solo por simpatia, lo que a la postre condujo a su desaparicion. Fue esencial revisar una coleccion que escribimos hace varios lustros: La nota roja, en la cual participo una decena de autores, coordinados por Eugenio Aguirre, y entre los que se encontraban Victor Ronquillo, Victoria Brocca, Ana Luna, Gerardo de la Torre, Myriam Laurini, Rolo Diez y otros mas, ademas del que esto escribe. Finalmente, este libro tambien es un homenaje al genial Jose Guadalupe Posada, personaje fundamental en nuestra cultura, que ilustro un sinfin de historias de nota roja en hojas volantes que salian de la Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, redactadas por diversos escritores hoy olvidados, cuyas palabras quedaron como un fiel testimonio de la epoca y que rescatamos ahora. Algunos de estos geniales maestros de la pluma, creadores de excepcionales cabezas que permitian a los ninos gritones, vendedores de periodicos, solazarse con ellas, y que escribieron muchas de esas cronicas fueron Constancio S. Suarez, Rafael Garcia, Rafael A. Romero, Ramon N. Franco, Manuel Romero, Manuel Flores del Campo, Francisco Zacar, El Choforo Vico, Ramon N. Franco, Pablo Calderon de Becerra, Armando Molina, Gabriel Corchado y Abundio Garcia. El libro culmina con la historia de como la primera Miss Mexico asesino a su marido, un militar que la habia enganado y que pago con la vida su burla a la mujer que habia representado la belleza mexicana moderna. Uno de los crimenes mas frecuentes cometido por mujeres fue contra los charlatanes que las enganaban, lo que genero en la decada de los anos treinta, inclusive, un escuadron de mujeres matadoras de hombres en la carcel. Las historias de mujeres asesinas del pasado no tienen mayor pretension que mostrar, a traves de las notas de prensa de la epoca, que el crimen y la miseria existencial, lamentablemente, siempre han estado presentes en nuestro mundo.

  • Los cuatrillizos del multimillonario de Ciara Cole

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    !Un bebe sorpresa por cuatro!

  • La guerra invisible de Marcelo Larraquy

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    El capitan de navio Carlos Corti habia servido como vocero de la dictadura militar argentina. Ahora tenia estatus diplomatico con residencia en Paris. Corti era hombre del almirante retirado Eduardo Massera. Su mision era politica. Intentaba presentar en Europa al ex jefe de la Armada como figura de recambio, el candidato ideal para la sucesion presidencial, y limpiar las denuncias sobre secuestros y desapariciones en el centro clandestino de la Escuela de Mecanica de la Armada. En su faz publica, Corti era titular de la Subcomision Naval de Compras Argentina en la Republica Francesa, designado por decreto de Estado. Este cargo, de manera imprevista, lo habia obligado a nuevas tareas: la supervision de la compra de catorce aviones Super Etendard (SUE) y diez misiles Exocet aire-mar 39 (AM-39), que las empresas Avions Marcel Dassault y Aerospatiale habian vendido a la Armada. A fines de 1981 solo habian llegado cinco aviones y cinco misiles. Francia habia priorizado la venta de cien misiles a Irak. Y habia prometido completar el envio para abril de 1982. Pero ese mes la Argentina ocupo las islas Malvinas y la entrega se suspendio. El capitan Corti quedaria enmaranado en la busqueda de misiles en el mercado negro en medio de la contienda belica. Lo haria hasta el dia de la rendicion. El proceso de compra de aviones y misiles se habia iniciado cinco anos atras. En 1977, los Douglas A-4Q Skyhawk estaban llegando al final de su vida util y no habia un avion seleccionado para suplirlos. La Armada queria que Estados Unidos le vendiera su variante mas avanzada. O, en el peor de los casos, que le entregara repuestos para los A-4Q. Pero la enmienda de HumphreyKennedy a la ley de Asistencia Extranjera, aprobada por el Congreso norteamericano, bloqueaba las ventas de armas para la Argentina. Frente a la necesidad de armamentos, en la Armada cada sector jugaba para su lado. Un grupo de marinos habia iniciado tratativas per se para la compra de aviones britanicos Harrier. Otro sector preferia insistir con la compra en Estados Unidos. En la jefatura de la Aviacion Naval, que tenia entre sus facultades la adquisicion de aviones, dos capitanes de corbeta tambien quisieron intervenir. Revisaron en un catalogo que presentaba las novedades de la industria aeronautica y vieron el Super Etendard, armado con misiles de ultima generacion. La Marina francesa habia aceptado los primeros prototipos presentados por la empresa Marcel Dassault, pero el avion todavia estaba en proceso de fabricacion. Francia tenia una oficina para la exportacion de su material militar aeronautico. Dependia de su Ministerio de Defensa. Se denominaba Ofema (Of ice francais d'exportation de materiel aeronautique). Su representante era Adrien D'Arboumont. El capitan de corbeta Carlos Ricaldoni, asignado en la Jefatura de Aviacion Naval, y el capitan Julio Italo Lavezzo lo citaron en la sede de la Armada, el Edificio Libertad. Querian saber si el Super Etendard podia operar en el portaviones ARA 25 de Mayo. Necesitaban precisiones tecnicas. D'Arboumont no quiso adelantar informacion. Le parecio que aquellos eran dos oficiales de baja jerarquia para gestionar compras de aviones y prefirio que el interes se diluyera: les dijo que los costos serian muy altos para la Argentina. La respuesta molesto a los marinos. Antes que el costo, querian conocer su factibilidad, si el avion podia adaptarse a las caracteristicas del portaviones. Frente a la insistencia, D'Arboumont explico: "Mi pais quiere una nota oficial". Ricaldoni presento un pedido de diez puntos con los requerimientos tecnicos y lo firmo en soledad, sin el conocimiento de sus superiores. Pedia las dimensiones, las velocidades para la catapulta y el aterrizaje, precisiones sobre el sistema de cable de frenado. Francia tomo en serio la nota y el proceso evoluciono. En febrero de 1978, con un aviso de ultimo momento, aterrizo una mision francesa en Buenos Aires con diez personas. El contralmirante Rafael Serra, de la jefatura de Aviacion Naval, pregunto quien los habia convocado. Los expertos del Super Etendard se presentaron por su cuenta en el Edificio Libertad. Se trataba de un jefe de Operaciones, un jefe de Armas y un senalero. Abrieron las carpetas, presentaron los folletos. La Armada los llevo a la Base Aeronaval Comandante Espora, en Bahia Blanca, para que expusieran sobre el avion y su sistema de armas frente a los oficiales. Los franceses conocieron a los pilotos y caminaron sobre el portaviones 25 de Mayo. La jefatura de Aviacion Naval recomendo la compra al jefe de la Armada, almirante Armando Lambruschini. El presupuesto inicial era de 272 millones de dolares. Incluia catorce aviones, diez misiles Exocet para integrar al sistema de armas, repuestos para cuatro mil horas de vuelo, un simulador a instalarse en la Base Espora, y el entrenamiento en Francia para los pilotos y el personal de mantenimiento. La Armada francesa, que habia programado con Dassault la compra de setenta y nueve aviones Super Etendard, saco catorce de la linea de la produccion para venderselos a la Argentina. El "contrato bandera" se firmo en noviembre de 1979. Participaron distintas fabricas: Dassault para el avion, Thomson-CSF para el radar Agave, Snecma para el motor, Aerospatiale para los misiles. El contrato especificaba el costo por la estadia de los pilotos en Francia, el alojamiento y la atencion medica. Todas las eventualidades estaban contempladas. Excepto la guerra. La compra genero un tropiezo comercial y geopolitico. Estados Unidos interpuso obstaculos. Argumento que la computadora del avion que conectaba al sistema de armas, la central inercial, era de produccion norteamericana, y por ende debia ser incluida en la enmienda HumphreyKennedy. El Super Etendard no podia venderse a la Argentina. En su interes de hacer caer la operacion con la Armada francesa, Estados Unidos modificaria su rigidez inicial. Acepto vender dieciocho turbinas que se necesitaban como repuesto para los aviones A-4Q Skyhawk. Una comision de la Armada volo a una base militar norteamericana y traslado el material en un avion Electra. La operacion, realizada en secreto, habia vulnerado el bloqueo, pero de todos modos el proceso de compra con Francia continuo. La Base d'aeronautique navale de Landivisau, en la region de Bretana, fue elegida como centro de adiestramiento para los pilotos argentinos. Se utilizarian para las pruebas los aviones comprados por la Armada. El capitan Lavezzo, que habia sido el factotum de la operacion, fue incorporado a la Subcomision Naval de Compras. Viajo a Paris para supervisar la recepcion de los aviones y los misiles junto al capitan Corti y otros tres marinos: el capitan de corbeta Carlos Alberto Quintana Casalot, el capitan de corbeta ingeniero Alberto Etchegaray y el teniente de navio ingeniero Ruben Alfredo Fernandez. Esta fue la mision permanente de la Subcomision, designada ad hoc por decreto oficial en noviembre de 1979, que luego, tras el desembarco argentino en las islas Malvinas, tendria que salir a pisar el mercado negro en busca de misiles. La compra de aviones Super Etendard le permitia a la Armada Argentina mantener actualizados sus planes militares, con Chile y las islas Malvinas como hipotesis de conflicto. Asi lo venia haciendo desde los anos sesenta. Era la unica fuerza que tenia bases y guarniciones en Tierra del Fuego. Sus pilotos se adiestraban en el sur. Volaban en forma visual. No tenian cartas aeronauticas de la zona, pero conocian cada una de las estancias. Habian pintado los techos de los galpones con un numero rodeado de un circulo blanco, que observaban desde el avion para tener una referencia de donde estaban. El sector de la Ruta Nacional 3 proximo a la base de Rio Grande habia sido ensanchado para los aterrizajes de emergencia, desde la estancia Las Violetas, en el norte, hasta Punta Maria, en el sur. En sus origenes, la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque de la Aviacion Naval, a la que le serian asignados los Super Etendard, volaba con los cazas norteamericanos Corsai, que estaban entre los mejor considerados por sus prestaciones en la Segunda Guerra Mundial: habia llegado a derribar setenta aviones japoneses en solo cinco dias de combate. El Corsai se desplegaba desde el portaviones ARA Independencia y de las bases aeronavales del sur como patrulla de exploracion y ataque por incidentes fronterizos con Chile, o para la deteccion de submarinos no identificados en el mar argentino --estaban equipados con cargas de profundidad--, e incluso formarian parte de las contiendas belicas internas de las Fuerzas Armadas. Dos aviones Corsai habian sido derribados por el fuego antiaereo del Ejercito en ocasion de la disputa entre las facciones castrenses de "azules" y "colorados" en abril 1963, cuando la Aviacion Naval ataco los cuarteles militares de La Plata y Magdalena. Para la instruccion en Francia se conformo una escuadrilla de diez pilotos, seleccionados entre aquellos que tenian determinada cantidad de horas de vuelo en Douglas A-4Q Skyhawk y experiencia como senaleros de aterrizaje en portaviones. El plan era que cada piloto pudiera formarse con cincuenta horas de instruccion basica. La instruccion era "de avion a avion", con el instructor frances dando las indicaciones desde la otra aeronave. Los oficiales estaban al mando del capitan de corbeta Jorge Luis Colombo. Era el mayor de todos. Su primer enganche en un portaviones habia sido en 1965. Tenia 38 anos. Siempre recordaba que a la Argentina el portaviones le habia costado sangre, sudor y lagrimas. Como docente de la Escuela de Aviacion, habia visto matarse a pilotos cuando aterrizaban, delante de el, en el Independencia y el 25 de Mayo.

  • El truco final (Allan Franco 1) de Gi Maelys

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    El Gran Messier Gromund ha muerto por arte de magia.

  • El borde del peligro de Rosalia Reyes

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    Brazos Neumaticos: Romance Duro y Prohibido con el Motero Criminal
    Mis hermanos. Mi moto. Mi club.
    Esos eran los amores de mi vida.
    Hasta que conoci a Veronica.
    Y sus curvas infernales... y ardientes.

  • Asistente personal de Wilson Tovar

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    James McGregor, director ejecutivo de McGregor Industries, fallecio ayer por la noche despues de una larga batalla contra el cancer. James McGregor, de 63 anos...” Elizabeth apago la television, no podia soportar escuchar esto… Ella habia estado alli cuando sucedio, no necesitaba que se repitiera. Se sirvio otro vaso de whisky y se lo llevo a la boca con la intencion de tirarlo de una vez. Por un segundo vacilo, dudando si esta forma de duelo era una buena idea… Levanto el vaso y miro el liquido naranja que habia dentro. Suspirando al recordar la primera vez que habia bebido whisky. Habia sido con el Sr. McGregor, acababa de cerrar un trato comercial y buscaba celebrar. Abriendo el globo terraqueo en su oficina, saco una botella de whisky de 20 anos y dos vasos. Sin preguntarle si bebia algo, le sirvio un vaso. Ella se sento alli sin saber como responder cuando se lo entrego. “No se si bebes. Y no te preguntare, pero por favor brinda conmigo por el trato”. Dijo con una sonrisa amable. Ella se rio entre dientes pensando en eso. Recordando la sensacion de ardor mientras se deslizaba por su garganta haciendola toser. Desde ese momento, no habia tocado el material, hasta ahora. Agacho la cabeza y tiro el whisky por el desague de la cocina antes de irse a la cama. Una semana despues de la muerte de James McGregor, su hijo entro en su oficina. James Jr. Era un hombre bastante intimidante a su altura de 64. Entro en el edificio con su traje Armani y cruzo el pasillo a grandes zancadas. En el segundo en que su pie toco el suelo de marmol, todos se quedaron en silencio. Porque no habian visto a James Jr. en este mismo edificio en casi tres anos. La secretaria que estaba sentada detras del mostrador cogio el telefono nerviosamente y dijo: “Esta aqui”. La gente se separo mientras se dirigia al ascensor y lo subia hasta el ultimo piso. Sintio poca o ninguna emocion al salir del ascensor. En este punto, estaba solo, lejos de todas las miradas. Echo un vistazo a su alrededor, asimilando todo lo que habia cambiado. La ultima vez que estuvo aqui no habia pinturas, ni flores y, en general, no habia decoracion. Paso junto al escritorio vacio del asistente personal, notando el hecho de que estaba vacio. Habia oido hablar de la llamada asistente personal “perfecta” y esperaba que estuviera sentada alli. Cuando entro en la oficina de su padre e inmediatamente tomo el telefono. “Ven aqui, ahora”, le dijo a la secretaria del otro lado y de la linea. Natalie habia tenido miedo desde el momento en que lo vio que esto sucederia. De hecho, habia estado asustada desde el momento en que escucho que el vendria a la oficina. Habia trabajado en McGregor Industries durante los ultimos cinco anos como secretaria y en esos cinco anos habia conocido a James Jr. tres veces. La primera vez fue despues de haber trabajado alli solo durante un mes. Habia estado de fiesta en ese momento y habian aparecido fotografias en las noticias. Su padre no estaba particularmente complacido con sus acciones y lo maldijo frente a toda la oficina. La segunda vez fue mas de un ano despues, pudo ver que el habia cambiado. En lugar de sus habituales jeans y chaqueta de cuero, llevaba un chaleco con pantalones a juego. De hecho, le habian peinado el pelo y le habia desaparecido la barba incipiente. Esta vez el encuentro con su padre fue diferente. Hablaban mas como jefe y empleado que como padre e hijo. La ultima y ultima vez que lo vio fue hace poco menos de tres anos. Esta vez llevaba un traje completo. Tuvo una discusion con su padre cuando salio furioso del edificio, nadie sabia realmente de que se trataba la discusion, todo lo que sabian era que despues de eso, nunca volvio a visitar a su padre en el trabajo. Ahora estaba de vuelta otra vez. En el segundo en que lo vio entrar, supo lo que tenia que hacer. Tenia que decirle a Elizabeth que se fuera, y lo hizo. Pero tambien sabia que el querria saber donde estaba Elizabeth. Subio corriendo al ascensor y lo subio al ultimo piso. Durante el viaje, se aseguro de alisarse el vestido y arreglarse el cabello antes de que se lo quitara con calma. Casi conteniendo la respiracion, se acerco al hombre que se encontraba actualmente en la oficina de su antiguo jefe. “?Usted llamo?” Dijo de pie en la puerta que se abria. James se dio la vuelta para mirar a la mujer rubia. “?Donde esta ella?” Capitulo 1 Eran las 7 en punto cuando Elizabeth entro en la oficina. Sonriendo para si misma mientras caminaba hacia su escritorio. Casi todos los dias durante los ultimos tres anos habia entrado en esta oficina exactamente una hora antes que su jefe. Hoy, sin embargo, no sabia si veria a su ‘jefe’ en una hora. Sr. McGregor Jr. fue bastante impredecible. Ayer lo habia evitado a proposito, sintiendo que su primera vez de regreso a la oficina deberia ser sin ella. Solo habia conocido al chico una vez. Habia sido en su primer mes trabajando alli y, con toda honestidad, realmente no queria que se lo recordaran. Cerrando los ojos como para deshacerse de ese viejo recuerdo. Aunque solo conocio al chico una vez, habia leido lo suficiente sobre el como para sentir que lo conocia. De vez en cuando aparecia en una de esas revistas de chismes, siendo un idiota como de costumbre. Incluso la forma en que habia tratado a su propio padre le decia que no era bueno. Una vez que los abrio, miro el reloj y noto que eran las 7:10 am, lo que significaba que tendria que empezar. Eran las ocho en punto cuando McGregor salio del ascensor. Sus fosas nasales se llenaron de inmediato con el olor a cafe recien hecho. Miro a su alrededor tratando de localizar a la persona que lo habia elaborado, pero no encontro a nadie alli. Camino hacia la oficina y se sento detras del escritorio. Sobre la mesa del escritorio habia una taza de cafe y justo enfrente de el habia una nota. Estimado Sr. McGregor, Se espera que este en una reunion hoy en el tercer piso a las 9 en punto. Antes de eso, debera leer el documento que se encuentra a su derecha. (Miro a su derecha y vio un papel alli.) Despues de eso, tiene una cita para almorzar en el Pompadour. En cuanto a la tarde, la lectura de la ultima voluntad y testamento del Sr. McGregor se hara a las 3 pm. Saldre hoy ocupandome de varios deseos del Sr. McGregor sr. En caso de que me necesite, llame o envie un mensaje de texto al numero que figura en el reverso de este documento. Atentamente, Elizabeth Waverton PD. El cafe se hizo a las 7:57, negro sin azucar. Se burlo dando la vuelta al papel. ?Quien diablos se cree que es? Como se dice en la carta, habia un numero de telefono escrito alli, rapidamente saco su telefono e ingreso el numero. Por un momento quiso llamarla, pero luego decidio no hacerlo, en cambio, guardo el numero en su telefono y comenzo a leer el periodico. Eran alrededor de las once cuando James abandono la reunion. Sabia que despues de eso se suponia que debia ir a almorzar, pero ella no habia escrito. Asi que decidio llamarla. Tomo el ascensor hasta el ultimo piso y estaba a punto de llamar cuando la puerta se abrio y vio a una joven de cabello castano rojizo sentada detras del escritorio. Al principio penso que lo estaban ignorando cuando vio que ella estaba hablando por telefono. “Sr. Scanlon, con el debido respeto, esto fue arreglado hace meses”, dijo en un tono enojado. “No me importa, el Sr. McGregor quiere el rojo”. James la miro sorprendido por su tono de voz. Cuando la vio por primera vez, le habia parecido diferente de alguna manera, no fragil, pero tampoco como era ahora. La mujer vestia un body de color verde oscuro que supuso terminaria justo por encima de la rodilla. Llevaba pequenos pendientes de perlas y un delicado reloj en la muneca. Su cabello castano rojizo habia sido recogido en un pulcro mono en la parte superior de su cabeza. Llevaba lapiz labial rojo que parecia ser el adecuado para ella y el resto del maquillaje. Este sin duda tenia que ser la asistente personal ‘perfecta’. Siempre habia oido hablar mucho de ella a todo el mundo. La mayoria de las personas que tenian negocios con su padre, o amigos de el, conocian a la joven y todos la adoraban. Segun el mejor amigo de su padre, podia hacer una reserva en cualquier restaurante, incluso si estaba lleno. Otro de sus amigos le dijo una vez que ella podia hablar cuatro idiomas. No sabia si creia todo lo que decian sobre ella, pero ella sabia que incluso la competencia la amaba por completo. No fue hasta que estuvo de pie frente a el que se dio cuenta de que habia terminado su llamada telefonica. “Buenos dias senor.” Ella comenzo sin emocion, ni siquiera una sonrisa en su rostro. “Su cafe esta en su escritorio al igual que una copia de su horario para manana”. Dijo mientras los dos caminaban hacia su oficina. Por un momento escucho atentamente viendo de que estaba hecha, pero pronto tuvo suficiente. “?Donde estabas ayer?” Dijo interrumpiendola. “?Le ruego me disculpe?” Dijo frunciendo el ceno. “Solo pregunto esto una vez mas, ?donde estabas ayer?” Dijo constantemente enojandose. “Tuve un dia personal”. Ella respondio enderezandose. “?Un dia personal?” Se burlo, “Eres un asistente personal, ellos no tienen dias personales. Se supone que debes estar aqui en cada llamada”. “Sr. McGregor, no soy un perro faldero”. Dijo que su tono cambio ligeramente. “O creo que eso es exactamente lo que eres” comenzo, pero fue interrumpido por Elizabeth muy enojada. “!No soy un perro faldero! Y no soy su asistente personal. No sere, ni ahora ni nunca sere Tu asistente. Ya entregue hace dos semanas mi renuncia”. “?Hiciste que?” Dijo luciendo amenazador. “Me escuchaste. Al final de la semana, me ire, no te preocupes”. Dijo enderezandose el vestido. “Ahora, para volver al asunto actual. El trato con Young se ha resuelto y el Sr. Young lo ha invitado a cenar manana por la noche. En cuanto a la gala, la mayoria de las cosas estan preparadas, necesito su opinion sobre el arreglo de la reunion. Pero aparte de eso, todo esta hecho". Con eso ella comenzo a alejarse solo para darse la vuelta y decir: “Ah, y tu reserva para el almuerzo es a la 1 en punto”. Capitulo 2 James no tenia idea de como habia sabido que el Pompadour era su restaurante favorito. Tampoco sabia como se las habia arreglado para conseguirle una reserva para el almuerzo. El tampoco tenia ni idea de como sabia ella la forma en que le gustaba su cafe. Nunca habia conocido a la chica. Actualmente estaba sentado en una mesa para uno en el Pompadour esperando su almuerzo. Una parte de el todavia estaba furioso por su presentacion anterior a la Sra. Waverton. ?De donde saco ella los nervios para hablarle asi? “?Escuchaste sobre Elizabeth Waverton?” De repente escucho decir a una anciana en una mesa detras de el. “?Que quieres decir con Elenor?” Pregunto la otra dama. La curiosidad saco lo mejor de James cuando comenzo a escuchar la conversacion. “Se rumorea que va a dejar su trabajo”. Dijo Elenor. “Oh querida… Ella fue una de las mejores cosas que le ha pasado a esa empresa”. “Lo se, pero aparentemente ella no quiere trabajar para el nuevo CEO”. Ella continuo. “?Pero como llego a trabajar alli en primer lugar?” Dijo la dama que no era Elenor. “Ah, ahora que mi amigo es una historia interesante”. Elenor se rio. "Fue hace unos tres anos cuando la joven Elizabeth Waverton entro en el edificio de McGregor. En ese momento yo todavia trabajaba como la senora del cafe, llevandoselo al senor McGregor en persona. Yo estaba en el vestibulo cuando entro. Esa pobre chica parecia desesperadamente perdida mientras caminaba hacia la recepcion. Detras, sentada Natalie, por supuesto, le dijo que su entrevista de trabajo seria en el ultimo piso. Ahora Elizabeth nunca tuvo nada que ver con los negocios, ella era, oh, no se, algun tipo de cosa que no tenia nada que ver con lo corporativo. Subio a la oficina del Sr. McGregor para un trabajo totalmente diferente al que termino. Aparentemente no habia otro trabajo para ella y el Sr. McGregor dijo que necesitaba un asistente personal. Ella le dijo que no estaba hecha para esa profesion. Pero necesitaba tanto uno que le dijo que le pagaria el doble. Elenor se rio de eso. “Asi que fue entonces cuando nacio la asistente ‘perfecta'”, dijo la otra dama mientras tomaba un sorbo de te. “Oh, Dios, no querida, pasaron meses para que eso sucediera. Al principio, la pobrecita era terriblemente torpe. Nada parecia ir bien, ni se vestia y se veia como ahora. No se como”. Eso paso.” Dijo Elenor. Extrano, penso James, asi que ella no queria ser asistente personal en primer lugar… Todavia no le gustaba su actitud en absoluto. Faltaban cinco minutos para las tres cuando Elizabeth entro en la oficina del abogado del difunto Sr. McGregor. El anciano canoso levanto la vista de su escritorio y dijo: “Un poco demasiado temprano como siempre, Sra. Waverton”. Con una risa al final que se convirtio en tos. “Temprano como siempre, Sr. Jacobi.” Dijo sonriendo mientras caminaba hacia el hombre. “?Necesita ayuda con eso, senor?” Senalo la carpeta grande que estaba sobre el escritorio. “No, no, no querida, ?que clase de caballero te haria llevar eso?” Dijo dandole una sonrisa amable. Juntos hablaron y se dirigieron a la sala de conferencias mas grande donde se leeria el testamento. Fue cuando entraron cuando alguien se aclaro la garganta.

  • Jefe por Sorpresa (Novela Romantica y Erotica 1), Carmen Gracia de Carmen Gracia

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  • La chica de Kyushu de Seicho Matsumoto

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    Kiriko Yanagida, una joven humilde, viaja desde la isla de Kyushu a Tokio para solicitar la ayuda del famoso abogado Kinzo Otsuka. Su hermano ha sido acusado de asesinato pero Kiriko esta convencida de que es inocente: ella cree que la unica manera que tiene de librarle de la pena de muerte es lograr que Otsuka, el mejor penalista del pais, se encargue de su defensa. Pero cuando este decide no aceptar el caso, pone en marcha una serie de sucesos que tendran consecuencias imprevisibles.

  • Cuando comiences a brillar de Keren Verna

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    ?Que existe arriba si solo hay abajo? ?Que vive mas alla de la ultima puerta si solo hay un adentro? ?Puedo comprender lo que nunca he visto? ?Como sabre su nombre?
    Anos despues de la Ultima Guerra, las dudas empujan a un joven nacido en una de las colonias especializadas, Colonia Neon, convertidas en refugio de la humanidad, a los territorios prohibidos luego de hallar un objeto extrano. Con la ayuda de un hombre, que nunca se muestra en publico, marcado como un afectado por el encierro, intentara descubrir de que se trata para comprender.
    ?Puede algo tan pequeno como una semilla destruir un mundo?

  • El amor despues del dolor, Araceli Samudio de Araceli Samudio

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    No hay dolor mas grande, ni tristeza mas pr

  • Christmas Sweet Christmas (Christmas’s Tales 2) de Eva P. Valencia

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    En San Francisco era conocida como Bridget Thomas, columnista en la revista Cosmopolitan Magazine, miembro del equipo de Friends of the Earth (una organizacion progresista de defensores del medioambiental para lograr un mundo justo y saludable) y vegana hasta la medula desde que tenia uso de razon, o desde mucho antes de que esa filosofia de vida se convirtiera en una simple moda. A todos los efectos, esa era mi tarjeta de presentacion en la gran ciudad: desde el 1 de enero hasta el 14 de diciembre. ?Curioso, verdad? Deduzco que tras mi planteamiento inicial, mas de uno/a habra echando cuentas y se habra preguntado quien era yo los diecisiete restantes dias... Pues bien, para vuestro interes y cotilleo personal os revelare que esos dias en cuestion era Brid: la adorable primogenita del alcalde de McAdenville, quien regresaba a casa de su progenitor cada invierno para pasar esos dias en familia a McAdenville, un precioso pueblo ubicado a las afueras de Charlotte en Carolina del Norte, cuyo principal reclamo turistico en Navidad desde 1956 era el de cambiar su habitual nombre por el de Christmas Town USA, ademas de ornamentar con mas de 450.000 luces de colores a los arboles de los alrededores, a los puentes, a las viviendas, a las bibliotecas y a las escuelas del lugar. Y si no fuera porque me causaba urticaria tanto derroche energetico, debia reconocer que se trataba de un autentico deleite para los sentidos. Era precioso, sin igual y sobre todo, magico. !Pero no! Bridget Thomas, jamas aprobara semejante agravio, ademas siempre estara a la vanguardia y en contra de cualquier acto que suponga un perjuicio al planeta. !A nuestro unico, fascinante e irreemplazable planeta! Es por ello que, cuando se avecinan dichas fechas, suelo buscar mil escusas para evitar regresar a McAdenville. Mentirijillas piadosas del tipo de: mentir sobre mi asistencia como dama de honor a la boda (imaginaria) de mi mejor amiga Charlotte. O mentir sobre estar en plena grabacion de un reality show en una isla desierta junto a famoseo casposillo. O mentir sobre el avistamiento de Ovnis cerca de Ashburt, el barrio en el que resido. A esto ultimo he de anadir que, para dar mas autenticidad a mi historia, realice un par de fotomontajes con la ayuda del Photoshop con imagenes extraidas de las peliculas de Skyline y E.T. el extraterrestre. O incluso recuerdo la ocasion en la que permaneci en bolas y como me trajo Dios al mundo, durante horas y a la intemperie, en el balcon de mi apartamento para asi pillar una buena galipandria y evitar ir. !Oh, que recuerdos aquellos! (Sonrei picarona). Sin embargo, pese a mi perseverancia, nada de eso funciono pues, como dice el refranero, mas sabe el diablo por viejo que por diablo, Kenneth Thomas, o sease: mi padre, quien se las sabia todas de calle, jamas dio credibilidad a ninguno de mis cuentos chinos. Y en honor a la verdad, yo tampoco me los hubiese creido. Asi que, otro ano mas me hallaba en el porche de su casa, a puntito de asir la aldaba de hierro fundido de la puerta, hinchando el pecho y a su vez, conteniendo la respiracion antes incluso de tomar conciencia de la gravedad del asunto. --!Brid, carino! La robusta voz de mi padre me envolvio por la espalda en un santiamen, al mismo tiempo que tambien lo hicieron sus brazos a mi menudo cuerpo. Aclaracion para la pleople: mi padre era un fornido hombre de pueblo cuya indumentaria no habia variado en las ultimas decadas. Llevaba la tipica camisa de cuadros, una bandada de cowboy rodeando su cuello, unos jeans desgastados y esas botas altas con la punta pronunciada. !Unicamente le faltaba el sombrero de vaquero y las chaparreras para parecer a John Wayne protagonizando Rio Bravo! --!Santo Cielo, Brid! ?Acaso no te dan de comer esos estirados snobs de la ciudad? -- Gruno-- !Estas tan delgada que pareces una varita de nardo! Inmediatamente, se separo de mi obligandome a dar una vuelta completa sobre mis talones y asi poder escudrinarme a conciencia de arriba abajo y de abajo arriba. --!No empieces, papa! --le sermonee y puse los brazos en jarras para dar mas enfasis a mi desagrado. --?Que no empiece, Brid? Pero, ?tu te has visto? --apremio con machaconeria. --Claro que me he visto, tengo espejos por todo el apartamento... !Como todo hijo de vecino...! Puse los ojos en blanco ante tal obviedad, supuse que no era mas que una pregunta retorica. --Pues no me lo parece... --refunfuno y yo no pude evitar sonrei al oir como un pitido muy sutil y comico, similar al de un globo al desinflarse o como el de una trompetilla, se le escapo de uno de sus orificios nasales-- !Un buen chuleton entre pecho y espalda! !Eso es lo que necesitas, cojones! Iugh! ?Carne? ?Ternera? ?Matar animales? Fue imaginar a un trozo de carne quedarse encajado entre diente y encia y os juro que... !me entraron ganas de vomitar...! --!Papa! !Dejalo ya, por favor! --me queje para zanjar el tema lo antes posible o estaba predestinada a profanar la inmaculada nieve blanca que habitaba bajo mis pies, con la putrida regurgitacion que acechaba con salir disparada de mi garganta de un momento a otro-- Sabes de sobra que no tolero bien la proteina animal; hace anos que me detectaron esa intolerancia. Fruncio el ceno con desabrido. --!Pamplinas, hija! Se perfectamente como hacer que desaparezcan esas..., !esas manias modernas que alguien te ha metido en la cabeza! Me clavo repetidas veces un dedo sermoneador en la frente. !Uf! !Uf! Y !Uffffff! !Santa paciencia! Mi padre era un ser testarudo por defecto, pero con el paso de los anos se habia vuelto mas tozudo si cabia. !Era tozudo como una mula! Y lo peor de todo no era eso, !no que va! Lo peor de todo era que lo hacia sin darse cuenta, de forma inconsciente. !Vamos! Calcadito a mi vecino del tercero cuarta quien a mi parecer sufria enajenacion mental transitoria en determinadas situaciones (cuando a el le interesa serlo, claro). --Venga, Brid. Acabemos esta conversacion en casa --anclo la llave en la cerradura y abrio la puerta, luego planto su gigante palma en mi espalda y me empujo hacia el interior-- !Fuera hace un frio del carajo! --!Ni que lo digas, dos bajo cero! --prorrumpi tras echar un rapido vistazo a la pequena estacion meteorologica que tenia instalada junto al viejo balancin de madera y que tenia mas anos que Matusalen. --Ademas, !ya empiezo a notar como se me congelan hasta las pelotillas! Al oir la ultima palabra no tuve mas remedio que negar con la cabeza pues mi padre entre otras muchas cosas, tambien era un deslenguado y malhablado, pero debia reconocer que tenia su puntito de gracia. O al menos, a mi siempre me lo habia parecido. Sonrei para mis adentros. --Brid, ?te hace un buen tazon de leche con chocolate? Esta vez me permiti el lujo de mirarle de soslayo justo antes de cerrar la puerta tras de mi. --?Tienes leche de soja? Y en el impase de tiempo en el que el depositaba las llaves en una caja reciclada de fresas a modo de vacia-bolsillos, me miro de hito en hito con la intencion de responder a mi pregunta pero, a ultima instancia, prefirio hacer mutis. Y yo que se lo agradeci en el alma, pues el viaje desde San Francisco habia sido muy largo y no tenia ni ganas ni espiritu para empezar una discusion con el. A fin de cuentas yo, Brid, la hija del alcalde de la preciosa villa de McAdenville, habia venido con la solemne intencion de pasar unas tranquilas y desapercibidas Navidades en familia... junto a el. 2 Bridget Thomas 15 de diciembre de 2014 Lo mejor de estar en fase vacacional es abrir los ojos por la manana y darte cuenta de que no tienes que madrugar, que puedes y que ademas debes levantarte a las tantas sin rendir cuentas a nadie, caminar descalza sobre el suelo laminado de madera de roble para acabar sentada en el alfeizar, degustando con total parsimonia un delicioso y calentito te de hibisco mientras observas a traves de la ventana la calma hecha pueblo. Para que me conozcais un poquito mas os explicare que naci aqui, en McAdenville, lugar en el que permaneci hasta la mayoria de edad. Un ano despues, decidi que necesitaba ver mundo y mundo que vi al dar un cambio radical a mi vida pues me embarque en un acto cargado de bastante ignorancia y una pizca de osadia. Perseguia un sueno: mi sueno, el de ayudar a mejorar el mundo (la palabra salvar siempre me ha resultado demasiado fatua). ?Me preguntais que si lo he logrado? Pues como es obvio, la respuesta es una gran negativa. Peeeero, permitidme alegar algo en mi defensa y en la defensa de mis colegas activistas, que unidos hasta la fecha, hemos ganado varias batallas pese a que aun quede muchiiiiiiiiiiisimo camino por recorrer. Y lo peor de todo es que ese camino no es precisamente llano, ni siquiera tiene un happy ending similar a la pelicula Sonrisas y Lagrimas de Robert Wise, sino que es una encaramada montana colmada de obstaculos al mas puro estilo Wipeout. Alrededor de las once de la manana sali a la calle. Afortunadamente para mi regocijo personal, la sostenibilidad habia llegado en parte a McAdenville, pues tuve ocasion de alquilar un patinete electrico para dar una vuelta completa por el vecindario y comprar un par de bricks de leche de soja, fruta y verduras. Alimentos vitales para mi alma y que brillaban por su ausencia en la colmada despensa de mi padre. En esas estaba cuando de pronto, al pretender doblar la esquina en Elm Street, fui embestida por algo contundente que me lanzo con violencia contra el asfalto. En apenas tres segundos (tiempo en el que trate de incorporarme como pude, enderezarme y recomponer el abrigo), una figura humana se acerco a zancadas a mi encuentro. A primera instancia crei que se aproximaba para averiguar mi estado y en ultima, para ofrecerme su ayuda. Peeeero, !nada mas lejos de la realidad! --!?Se puede saber que cono haces?! --Me espeto el susodicho con bastante chuleria-- !?Suicidarte?! !?Asesinarme?! ?Acaso no sabes identificar una senal de prohibido girar a la derecha? Abri los ojos como platos. --?Perdona? Aprovecho mi aturdimiento momentaneo para quitarse el casco y asi pude comprobar que se trataba de un tipo joven, alto, moreno y con una penetrante mirada azul que no cesaba de lanzarme dardos venenosos por doquier... !en lugar de socorrerme de una maldita vez! Desde luego, la humanidad al completo necesita con perentoriedad regresar a sus origenes mas basicos, pues estaba convencida de que un Australopithecus era infinitamente mas civilizado que el energumeno del siglo XXI que tenia frente de mi. Sacudi la cabeza pues en un visto y no visto imagine al ejemplar ya extinguido agarrando del pelo a una primate mu'mona (entiendase el sarcasmo) y arrastrandola a la cueva mas cercana para obligarla a tener descendencia y asi preservar la manada de salvajes. !Unga, unga, unga...! --?Una senal de prohibido? --mire con rapidez en todas direcciones, moviendo la cabeza aqui y alla, aleteando las pestanas pero nothing-- ?Donde? --Ahi, rubita --carraspeo y luego senalo con retintin-- Aaaa-hiiii... Me dijo la ultima palabra como si estuviera a camara lenta. <>. --Que sepas que has tenido mucha suerte pues acababa de salir del taller y no conducia deprisa. Iba solo con la primera marcha... Desvio la mirada hacia su moto, una del tipo Harley-Davidson. Yo hice lo mismo. --!Acababan de pintar el carenado...! --se quejo exasperado al tiempo que apretaba los labios, como si ese chatarra tuviera alma propia y se la hubiese ultrajado, como si le hubiese ofendido. Volvi a poner los ojos en blanco, esta vez casi se me quedaron encajados tras la nuca. El tipo dio un paso hacia mi y luego otro. --Espero que ese chisme y tu tengais seguro. !Ups! !Tierra tragame...! Trate de engullir un poco de saliva la cual se quedo atascada al principio de la laringe. Luego, cuando pude despegarla de las paredes, me quede en completo silencio al tiempo que aguantaba la respiracion. Uno... Dos... Tres... El tipejo me observaba con una ceja levantada. ?Que le pasaba? ?Acaso nunca habia visto a nadie ponerse violeta? Bajo la ceja despacio y luego tosio en su puno a modo de disimulo. --Primero fue el patin, luego el patin con mangos, mas tarde el patin electrico... --tercio el en tono sarcastico casi rozando lo absurdo--... !Animo, ya pronto inventareis la moto! El susodicho alias hombre de cromanon estallo en carcajadas y yo abri la boca atonita ante su cerril declaracion. !Pedazo insolente! ?Quien se creia que era? ?Charlie Rivel? !No tenia ninguna gracia! Queria matarle... lentamente, necesitaba matarle pero con mis manitas, nada de armas blancas. Esto... ?he mencionado lo de matarle lentamente? Pues eso: queria ma-tar-le len-ta-men-te. --Vamos, rubita, no te ofendas tanto… Que tan solo ha sido una pequena broma, para romper el hielo y eso... --arqueo la ceja de nuevo. !A ver si con tanto movimiento ascendente y descendente se quedaba lisiado de por vida! Cruce los dedos. --Bueno, como mi moto solo ha sufrido un pequeno rasguno y veo que todos tus huesos siguen intactos, pues eso... que me piro, que el menda tiene algo de prisa --finalizo su alegato con un guino y se llevo la mano derecha con los dedos juntos hacia la sien para emular al saludo militar. Y para mas inri, el sujeto sonrio precedido de una suave carcajada. Luego, sin perder mas tiempo del debido, se puso el casco, tenso la correa y encendio el motor de la moto. Segundos despues, desaparecio, no sin antes provocar un derrape con la rueda trasera con modesta seguridad. Y la menda se quedo en medio de la calle Elm Street con el patinete electrico cuyo eje estaba doblado, con mis asentaderas al rojo vivo y mi ego ecologista a la altura del betun (pero: organico). Of course!

  • Cari Mora de Thomas Harris

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    Hannibal Lecter tiene un sucesor.

  • Ella piso la Luna. Ellas pisaron la Luna de Belen Gopegui

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    El libro mas personal de Belen Gopegui: un texto poderoso, leido en su dia como conferencia, que reivindica a todas las mujeres cuyos logros no han visto la luz.

  • Las auroras de sangre de William Ospina

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    En este extenso ensayo, William Ospina, analiza de manera magistral al
    poeta Juan de Castellanos y su obra sobre la conquista de America.

  • Esperando la ciguena (Los Smith, perfectos imperfectos 2) de Valeriam Emar

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    Alegra Hamilton habia pasado los treinta, seguia soltera y deseaba convertirse en madre a cualquier precio, aunque eso significara aceptar la propuesta que el matrimonio Smith le habia ofrecido: casarse con su holgazan hijo y ayudarlo a asentar cabeza a sus cuarenta anos. Su reloj biologico corria y la idea no le parecio tan descabellada.
    ?Quien era Lennon Smith? El donante que venia con una alianza en el dedo anular..

  • Atraccion peligrosa de Mayra

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    Mia sabia diferenciar entre enamorarse de alguien real y de alguien platonico pero toda su vida cambia cuando termina viviendo con su tio y su reciente esposa quien no es otra que la tia del famosisimo y misterioso cantante Hyden de quien ella esta completamente obsesionada pero la personalidad de ese perfecto y simpatico chico no es exactamente igual fuera del enfoque de una camara…

  • Deja de torturarme de C. J. Benito

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    Una proposicion indecente
    Un amor imposible
    Una herencia robada
    Un hombre con secretos

  • Un ano y un dia de Grace Marie March

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    Valerie esta agobiada con las deudas, el banco ya no puede prestarle mas dinero y ella no sabe como podra seguir haciendole frente a su cada vez peor situacion economica.
    Jamie no quiere sentirse agobiado en las proximas reuniones familiares, donde se va a estar preparando la boda de su hermano y mas desde que su familia le quiere imponer a quienes ellos consideran que es su pareja adecuada.
    Sus amigos comunes creen que la solucion a todos sus problemas esta, en que ellos sean pareja durante un tiempo, pero ellos no tuvieron una primera impresion muy favorable el uno del otro, y no estan muy seguros de si podran estar juntos o no durante un ano y un dia, que es el plazo acordado

  • La melodia de la oscuridad de Daniel Fopiani

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    Adriano es un hombre acabado, nada queda de aquel aguerrido sargento que sufrio un atentado en Intxaurrondo que le dejo ciego. La explosion le revento las cuencas oculares y la vida entera: ahora es un monstruo desfigurado, invidente, que vive en Cadiz dependiente de su mujer, Patricia, que apenas soporta la rutina y que, a pesar del profundo amor que siente por su marido, no puede dejar de estar angustiada, ademas, por el dolor incesante de no haber tenido hijos.

  • 1980 de Juan Vila

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    Fui a Barcelona pero no estaba buscando a mi padre. Fui a presentar una novela y ya no quedaba ni rastro de el. Ni de el ni de la ciudad que conoci de su mano, la de los viajes en Navidad para pasar las fiestas con su familia, la de mi adolescencia despues, cuando todos los anos me acercaba con mis amigos desde el pueblo en el que veraneaba para darnos una vuelta y romper la rutina de muchos dias seguidos a base de playa por las mananas y fiesta todas las noches hasta las tantas. Esa Barcelona para mi tenia algo muy superior a Madrid, era mas culta y civilizada, como lo era mi padre respecto a nosotros. El burguesito catalan presumia de su gran danesa color azul y de su palco en el Liceo. Era alto y fuerte, con aire aristocratico, tenia el pelo blanco y la nariz muy grande, los ojos claros, unas manos como no he vuelto a ver otras iguales en mi vida, unos brazos de acero. Olia muy bien papa, sobre todo cuando olia a el mismo, recien levantado y sin duchar, sin haberse rociado todavia en perfume como haria luego antes de salir de casa. Papa desayunaba zumo de pomelo todas las mananas y unas tostadas de pan con aceite de oliva virgen, cuando eso aun no se llevaba y era imposible encontrar en Madrid, o en Barcelona, otro aceite que no fuera el refinado. Y frente a el, frente al burguesito catalan, estabamos nosotros, los barbaros de la capital, la familia ordinaria y desestructurada que se entendia a base de gritos y malos modos. La abuela, siempre a un paso de estallar en un nuevo ataque de furia, siempre imponiendo su voluntad como una fuerza desatada de la naturaleza, como un tornado o un terremoto, siempre a regimen para controlar su obesidad y siempre comiendoselo todo aunque solo le quedara un diente. La recuerdo muy bien chupando las cabezas de los pescados y el cuello de los pollos, rebanando los platos, acabandose cualquier resto que los demas hubiesemos podido dejar. Era casi un ser mitologico, primitivo y oscuro, la gran ogresa, como la llama uno de mis primos mas queridos. Luego tambien hablaremos de ella, de cuanto la quise y cuanto aun hoy la sigo queriendo. El padre, mi primer padre, habia muerto en un accidente de coche, completamente aplastado por un camionero borracho, y eso fue una bendicion para mi madre. Mama, de pronto, se encontro viuda y con la necesidad de sacar a sus tres hijos adelante. Pero tambien mama se sintio libre en esos anos de cambio y falsa revolucion en Espana, mediados de los setenta, se volco en el trabajo y en divertirse. Mama, por lo tanto, se volvio ausente, invisible para sus hijos, poderosa al margen de ellos, y descubrio emociones hasta entonces desconocidas en diferentes redacciones y con diferentes hombres. La abuela se hizo cargo de esos tres ninos que entre sus gritos, pellizcos y lanzamientos de zapatilla fueron creciendo. Nada especialmente dramatico. No hubo abusos sexuales ni torturas. No hubo malos tratos. Los tres ninos, nosotros, no pasamos hambre, ni frio, ni penalidades de ningun tipo. Fue una infancia afortunada y llena de privilegios. Los tres hermanos hemos superado ya los cuarenta anos y en todo ese tiempo aun no hemos conocido ni la guerra ni la carcel ni una epidemia ni un cataclismo. Incluso el buen trabajo de la madre y su ascendente carrera en los medios le permitio pagar un carisimo pero mediocre colegio en las afueras de Madrid. Cada dia un autobus iba a buscarnos y haciamos, dormidos en el mejor de los casos, los casi treinta kilometros que separaban nuestra casa junto al Retiro de ese espanto de color verde y amarillo en el que perdimos un monton de anos y en el que solo aprendimos lecciones nefastas para el dia de manana. O sea, para hoy. Porque hoy ya es el futuro, incluso lleva tanto tiempo siendolo que el futuro tambien ha envejecido y se ha marchitado, tiene un aroma ligeramente rancio. Lo que quiero decir es que esa infancia no fue terrible, pero si triste, tristisima, y, al menos para el menor de los hermanos, estuvo marcada por una soledad absoluta, tanto en casa con el primer padre muerto, la madre ausente y la abuela gritona, como en el colegio, donde todo resultaba extrano y lejano, extranisimo, casi de otro planeta. Hasta que de repente obro el milagro y el burguesito catalan aparecio en nuestras vidas sin la doga ni el palco, porque esos los dejo en Barcelona, pero si con su presencia real e integradora, con su gran cuerpo, con su decadente sentido de la disciplina y de la familia, con sus viejos principios, que igual eran falsos, pero que consiguieron frenar el desastre y a mi me rescataron de ese vacio en el que flotaba a miles de kilometros de cualquier otro nino o adulto, de la tierra y del mundo, de cualquier cosa, concreta o no, a la que yo pudiera agarrarme o en la que yo pudiera encontrar un refugio, una referencia, un punto de apoyo, lo que fuera, ya digo, con tal de esquivar la tristeza y el miedo, ese vacio y aislamiento, el frio en las tripas y en los pies, un frio mas imaginado que real, pero un frio que helaba por dentro y que a mi estaba a punto de matarme justo cuando aparecio el. ?Como yo no iba a amar Barcelona y todo lo que tenga que ver con mi padre?, ?como, incluso tantos anos despues, yo no voy a sentirme vinculado con esa ciudad aunque nunca haya vivido en ella ni tenga el menor interes en hacerlo, aunque en esa ultima visita me dejara un sabor tan amargo de boca? He dicho que estaba a punto de morir cuando aparecio mi padre. He hablado de un frio en las tripas y en los pies. No exageraba. Aunque me ha podido el lirismo. Fue mas bien fuego, y no habia forma de detenerlo. Afectaba, sobre todo, a la cabeza. Fiebre. Un calurosisimo verano en Almeria y yo ardiendo sobre la cama, sudando y derritiendome, a punto de iniciar uno de esos procesos de combustion espontanea. Mi temperatura corporal se habia fijado en los cuarenta y uno o cuarenta y dos grados. Me deshidrataba por mas que bebiera. Empezaba a morir y nadie sabia que estaba pasando. Era el primer verano de mi padre con nosotros. Mi madre y el ni siquiera se habian casado. La relacion empezo en invierno. Recuerdo perfectamente la primera vez que le vi, y eso muy pocos hijos pueden decirlo. Recuerdo tambien cuanto le odie. Es una escena que ambos comentamos muchas veces y bromeabamos con ella. Debio ocurrir a media tarde. Ya habia oscurecido. Mi madre llamo de forma histerica al portero automatico. Es algo que aun sigue haciendo. Una fuerza desatada de la naturaleza ella tambien, un torbellino, un terremoto. Mama, entonces y ahora, aparece de pronto y le da al botoncito. Le da, le da, le da. Lo mantiene apretado un buen rato. Lo suelta. Vuelve a insistir, golpea con su dedo en el boton una y otra vez, una y otra vez. Ahora toca que suene de forma continuada. Cinco, diez, quince, veinte segundos. Suelta y vuelve a empezar... Mas que una llamada es una exigencia y una importantisima noticia. Es el anuncio de su llegada. El mundo entero debe pararse y rendirle pleitesia. Yo a los siete anos aun participaba del juego, ?como no iba a hacerlo? Ella llamaba y yo corria a abrirle desesperado y gritando: mama, mama, ha venido mama. Como si su vuelta a casa no fuera algo cotidiano sino excepcional. Porque en efecto asi era. Yo corria tan rapido como podia. Atravesaba el larguisimo pasillo de casa. Llegaba al hall. Hacia una breve parada para abrir la puerta. Continuaba corriendo por el descansillo y me lanzaba escaleras abajo para encontrarme con ella, que siempre subia andando, y la abrazaba. Pobre idiota de mi. Cuanto la queria y cuanto la echaba de menos, como me dejaba manipular, como consentia que estrechara y estrechara el vinculo para esclavizarme, para hacerme absolutamente dependiente de sus necesidades y caprichos, para asfixiarme en mas de dos y mas de tres sentidos, y para luego, al final, abandonarme otra vez al vacio y a la tristeza, al miedo, a esa soledad absoluta. Aunque justo esa tarde, o esa noche, despues de la carrera, cuando por fin iba a abrazarla, le vi a el. Le vi y le odie. Ya lo he dicho, pero lo repito. Es un detalle fundamental en esta historia. ?Quien era ese senor?, ?como se atrevia a aparecer en mi casa?, ?iba a robarme a mi madre como ese otro hombre habia hecho antes?, ?se la llevaria el tambien a aquel maldito apartamento de la calle Alberto Alcocer, lleno de libros estupendos, de humo, de whisky? Un paraiso, ya lo creo, para la relacion furtiva, o mas o menos furtiva, que ella habia mantenido con un periodista casado. Mi madre vivia alli mientras nosotros esperabamos junto a mi abuela a que sonara, de la manera mas violenta e impertinente posible, el timbre del portero automatico anunciando su vuelta a casa. Aquella tarde, mama dejo al senor con el que venia en el salon. Creo recordar que le sento en la vieja mecedora de mi abuelo. Es esa otra escena que tengo guardada de forma clarisima en la memoria, aun reconociendo que es muy probable que me la haya inventado: solo diez o quince minutos despues, mi hermana, ya casi en la adolescencia o, si no, en la pubertad, trepa por el cuerpo del burguesito catalan hasta llegar a su meta: las rodillas, y se sienta en ellas. Trata de camelarselo, de seducirlo para conseguir eso que tanto desea. Quiza luego explique de que se trata y por que la actitud de ella esta mas que justificada. De momento, me limitare a senalar hasta que punto somos ya a esa edad --mis siete anos y los once o doce de mi hermana-- la basura o el incalculable tesoro que el dia de manana podra ver el mundo. La idea en si resulta aterradora porque supone que el resto, cualquier cosa que pase o que hagas despues, no servira de mucho, o no servira de nada.

  • Donde las mujeres son reyes de Christie Watson

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    De la autora del best-seller El fragil vuelo de los pajaros nos llega una nueva y conmovedora historia sobre la fortaleza de los vinculos familiares protagonizada por Elijah, un nino que se quedara para siempre en nuestros corazones. Elijah tiene siete anos, esta cubierto de cicatrices y acarrea un historial de comportamiento inestable. Es un nino guapo, inteligente, deseoso de agradar y que adora a los perros, tocar el tambor y hacer fotos, solo que a veces el brujo que esta dentro de el le obliga a hacer cosas. Cosas horribles. Su madre adoptiva, Nikki, cree que ella y Obi, su marido, son lo bastante fuertes como para afrontar las dificultades de Elijah, y que ser blanca no afectara a su capacidad para criar a un nino negro. Deborah, la madre biologica de Elijah, quiere a su hijo <>. Elijah piensa que el tiene la culpa de que no puedan estar juntos. Todos afrontan mas desafios de los que jamas pudieron imaginar, pero, justo cuando Elijah comienza a asentarse, un acontecimiento traumatico sacude la fragil tranquilidad de todos. <>

  • Intenta dejarla (La droga + dura 2) de Anny Peterson

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    La vida continua despues de aquel lunes maldito, en el que todo parecio hacerse anicos.
    Primera fase de un adicto: EL MONO: ?es posible desengancharse del amor?
    Naia pronto vera cumplido su mayor sueno dentro de su peor pesadilla.
    Axel no esta listo para hacer por las malas, algo que deseaba hacer por las buenas.
    Leo se ha ido. Sin embargo su cuerpo sigue viviendo su vida automaticamente.
    Zoe esta a punto de descubrir que a veces, no queda otra opcion que ser valiente.
    Cesar ha desaparecido, esta concentrado en su nueva meta y no contesta a las llamadas.
    Jorge espera un clavo ardiendo al que sujetarse para no caer de nuevo al vacio.

  • A dos metros de ti de Rachael Lippincott

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  • Sin pretenderlo (Bolonia 4) de Laimie Scott

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  • Amor en la Frontera (Western 1) de Lee Vincent

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    Ano 1870 en el Oeste Americano. Hace cinco anos que culmino la Guerra Civil entre el norte y el sur, y el territorio en el oeste de los Estados Unidos comienza su pleno desarrollo, en lo que se denomina la nueva Frontera, un lugar tan excitante como peligroso. Dos hermanas se ven forzadas a huir del Territorio de Wyoming ante la inminente muerte de su padre, victima de la tisis. A su llegada al pueblo de Monroe Park, en el reciente instituido estado de Colorado, se veran obligadas a luchar por su sobrevivencia en una comunidad, cuya unica ley es el revolver. Alli, Heather Harrison, la mayor de las hermanas, se topara con el temible vaquero Luke Montana, un hombre cuyo pasado esta plagado de misterios y que se empenara en conquistarla. En medio de sus luchas por abrirse paso en Monroe Park, las hermanas tendran que sortear diversos peligros, desde bandoleros hasta indios enfurecidos, pero su peor pesadilla se hara realidad cuando el despiadado cuatrero Richard Perkins reaparezca en la vida de Heather y la reclame como su mujer. ?Se saldra con la suya este bandido o tendra que enfrentarse a la inclemencia del mejor pistolero de la Frontera, Luke Montana? Al estilo unico de las novelas del Viejo Oeste llega la primera entrega de la bilogia Serie Western, Amor en la Frontera, una historia de amor, pasion y aventuras.

  • El chico de mi vida (Los chicos 4) de Jana Aston

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    Chloe tiene veintidos anos, es profesora y muy timida. Cuando se pone nerviosa con un chico, cuenta chistes malos. Compulsivamente.
    Boyd trabaja para el FBI y necesita que una chica se haga pasar por su novia en una boda.
    ?Convencera a la joven e inocente Chloe para que sea su cita y pasen un fin de semana juntos?

  • Soy tu primera vez de Laurie Elizabeth Flynn

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    Esta noche voy a hacerle un favor a la novia de Evan Brown. Un favor incomodo, sudoroso y torpe. Melanie, o como quiera que se llame, me debe una. Solo que nunca lo sabra. --Espera aqui --le digo a Evan antes de meterme en el vestidor. Lo miro de reojo: esta encorvado, sentado en el borde de mi cama, con los hombros estrechos echados hacia delante y las manos en las rodillas. Es como si fuese a ponerse a jugar a un videojuego. Ahogo una risa. Esta pantalla no se la va a pasar a la primera. Cuando al fin estoy a salvo en el vestidor, me deslizo en unos pantalones cortos de saten rosa y una camisola a juego. Por el miedo en su cara y el olor a sudor nervioso que emana de sus axilas, se que Evan no podria soportar el salto de cama de encaje negro, ni mucho menos el camison de saten rojo, el que tiene una raja hasta arriba. Abro el cajon donde guardo los ligueros y mi coleccion de medias de rejilla y lo cierro de nuevo. Evan no sabria que hacer con un liguero ni con unas medias de rejilla, y no quiero avergonzarlo mas de lo que ya lo esta. Me pinto los labios de rosa y me dejo el pelo suelto sobre los hombros. Esta ondulado, aun humedo de la ducha. Normalmente me lo plancho muy liso, pero creo que por esta vez puedo saltarme el peinado. Me froto la boca para quitarme el pintalabios, pero mantengo la resolucion en los ojos. Evan va a tener lo que, definitivamente, no soy: una buena chica. --Dios, Mercy --dice cuando salgo. Se le quiebra la voz y se pone mas rojo que su pelo, lo que hace que los granos de sus mejillas destaquen aun mas. La pubertad no se ha portado bien con Evan Brown. --No digas eso --le ordeno, encaramandome sobre el. Le tiemblan las piernas. --?Que no diga que? --La voz tambien le tiembla. --Mercy. Ese no es mi nombre. --Pero asi es como te llama Angela. --Angela es mi amiga. Tu, no. Tu eres alguien a quien le voy a hacer un favor. No tienes que llamarme de ninguna forma. En todo caso, llamame por mi nombre. --Mercedes --dice, pronunciando todas las silabas con voz chillona--. Mi madre siempre ha querido uno de esos. --Se da una palmada en la frente --. Mierda, no queria hablar de mi madre. No estoy pensando en ella ni nada. --Se quita las gafas y se frota los ojos--. No creia que fuese a ponerme tan nervioso. Antes me gustaba mi nombre: Mercedes. Hasta que me entere de que me lo habian puesto por un coche. Aquel coche rojo que tanto le gustaba a mi padre, el mismo desde el que se despidio con la mano cuando se fue. Recuerdo que a mi tambien me gustaba aquel coche. Mi padre me sentaba delante y fingia que arrancaba. <>. Pero no se quedo con nosotras el tiempo suficiente para ser el quien me ensenara. En la boca de Evan, mi nombre no sonaba elegante ni rapido. Solo sonaba complicado, como si estuviese intentando hablar en otro idioma. Supongo que, para Evan, yo soy otro idioma. Sonrio y le paso la mano por el pelo. O al menos lo intento, pero se ha echado tanta gomina que la mano se me queda pegada. --No te preocupes --digo, secandome los dedos pegajosos en su camiseta--. Todo el mundo se pone nervioso. Le beso el cuello. Puedo sentir el pulso latiendo bajo su piel. Muevo las manos hasta la parte de abajo de su camiseta y se la quito por la cabeza. --He traido esto --dice, metiendose la mano en el bolsillo de los vaqueros y sacando una tira de preservativos. Debe de haber unos diez. Intenta esbozar una sonrisa, pero le sale mas bien una mueca. --Siempre es bueno estar preparado --digo--. Pero guarda esos para Melanie. Yo tambien estoy preparada. Me inclino y abro el cajon de la mesilla, donde tengo las cajas apiladas en orden, como soldados. Ultrafinos. Estriados para el placer femenino. Segunda piel. XL. Saco un ultrafino. Da igual lo que crean ellos, la mayoria de los tios son de ultrafinos. Lo justo para estar protegido, sin mayores florituras. Esto lo aprendi muy pronto. Mi madre empezo a hablarme de anticonceptivos cuando el resto de madres estaban aun con los tampones. Ademas, Evan no tiene pinta de XL. --?Hasta donde has llegado con Melanie? --pregunto. --Melody --dice--. Se llama Melody, no Melanie. Melody, como una cancion. --Baja la vista hacia mi escote, que tiene justo a la altura de los ojos --. Me ha dejado meterle mano. Y una vez que sus padres no estaban, casi lo hacemos. Hicimos otras cosas. Me llevo las manos a las caderas. --Vas a tener que ser mas preciso. ?Otras cosas como que? ?La has visto desnuda? ?Le has hecho un cunnilingus? Asiente con la cabeza y se pone aun mas colorado. --Pero no quiso llegar hasta el final. Quiere que sea la mejor noche de su vida. Asi que lo tengo todo planeado. Una cena y tal. --Que romantico --digo con una gran sonrisa. Esta es la razon por la que hago lo que hago--. Parece que te gusta. Y tu le gustas a ella. Me encanta que los tios se tomen el tiempo de planearlo. Y, aunque Evan ha musitado lo de <> sin mirarme a los ojos, se que es mucho mas. Se ha tomado el tiempo de conocer a Melody, saber lo que le gusta y lo que la hara feliz. --Ese es el problema --prosigue--. Dice que me quiere. Y dice que, como me quiere, sabe que voy a hacerle tocar el cielo. Asiento. Esto lo entiendo bien. Melody parece como todas las chicas: espera que la primera vez haya fuegos artificiales. Pero yo se que los fuegos artificiales no se consiguen asi como asi. Hay que prepararlos bien y prender la mecha despacio. Que es exactamente lo que estoy haciendo por Evan. --Pero tu no crees que vayas a hacerle tocar el cielo --digo lentamente --. Por eso estas aqui. --Si, bueno --dice--. Ella esta mucho mas buena que yo. Y mi amigo Gus... sigue con su novia gracias a ti. Se exactamente de quien habla Evan, solo que yo lo recuerdo mejor por su apodo, el que le puse en secreto. El Llorica. Gus fue el numero seis, el que se hizo el duro y practicamente intento ensenarme el a mi hasta que se vino abajo y acabo llorando en mi almohada al terminar. Le pongo las manos en los hombros a Evan. --Bueno, ya habeis avanzado mucho mas que otra gente. Ya os habeis visto desnudos. Eso ya esta hecho. Para alguna gente esa es la parte mas incomoda. --Me bajo los tirantes del camison--. A ver. ?Que harias si yo fuera Melody? --Te diria que eres preciosa --responde--. Te preguntaria si puedo tocartelas. --Bien y mal --repongo--. Siempre esta bien decirle a una chica que es preciosa. Pero nunca le preguntes si puedes hacer algo. Se valiente, porque la confianza en ti mismo es algo que puedes fingir perfectamente hasta que la sientas de verdad. Evan sigue mirandome los pechos fijamente. Su respiracion se hace mas pesada y puedo notar su ereccion a traves de los vaqueros. A lo mejor al final resulta ser XL. --Adelante --le digo--. Aqui puedes cometer errores. Y eso hace. Comete un monton de errores. Me soba las tetas como si fueran pelotas de beisbol, me babea el cuello, me mete la lengua hasta la garganta. Son errores de principiante, de esos que la gente no sabe ver la primera vez. Pero para eso estoy yo aqui. Le digo que cierre los labios, que recorra las curvas de mi cuerpo con las manos, que trace una linea con los dedos y la siga con la lengua. Le enseno a abrir la caja de condones y a coger la punta con los dedos antes de desenrollarlo para que no se quede el aire dentro. Bajo las luces para el acto final, lo guio dentro de mi, no lo castigo por los primeros quince segundos de torpeza en la oscuridad y le felicito por su tecnica mejorada los ultimos quince. Cuando pide una segunda ronda, sacudo la cabeza con firmeza. Nunca he permitido una segunda ronda. --Guardala para Melody --le digo. Se estira bajo las sabanas y entierra la cabeza en la almohada. Aun jadea. --?Quieres que me quede a dormir? --me pregunta--. Podemos volver a hacerlo por la manana. Seguro que aguanto mas. Me tapo los pechos con las manos y me levanto, buscando algo para cubrirme; solo encuentro una bata transparente. Maldigo mi mania de no tener pijamas. Esta es la parte que no me gusta. A oscuras, cuando soy yo la que tiene el control, aunque este totalmente expuesta, me siento menos desnuda que ahora. Luego se enciende la luz y quieren hablar. Hacer preguntas. Preguntas que no puedo ni contestarme a mi misma, mucho menos a ellos. --No te vas a quedar --le digo mientras me ajusto la bata a la cintura--. Ya lo entenderas. A las chicas eso no nos importa tanto como creeis. Sobre todo al principio. Ya lo trabajareis juntos. Sonrie. Esta diferente, mas guapo en cierto modo. Con esta luz mas suave, no se le ven tanto los granos y la mandibula parece mas pronunciada. Creo que Evan Brown puede llegar a ser un rompecorazones algun dia. Pero hoy no es ese dia. Miro al reloj que hay sobre la mesilla. Son las once de la noche de un martes. --Manana hay clase, Evan. Es hora de irte. Tu madre estara preguntandose donde estas. --Supongo que la mayoria lo hace. La mia no, claro. Deja de sonreir y frunce el ceno. --Esto... ?Te debo algo? No se como va esto... --Se le apaga la voz. --No me debes nada. Solo portate bien con ella, ?vale? Recuerda todo lo que hemos hablado. Se que lo hara. Si hasta ha tomado apuntes.

  • Luces, camaras, corazon de Shirin Klaus

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    Emma Miller tiene un trabajo de lo mas peculiar: hacer de doble de una famosa actriz. Y no lo hace frente a las camaras, sino en la vida real, acudiendo a eventos a los que Sue Johnson no desea asistir. Esta acostumbrada a hacerse pasar por ella y nadie ha descubierto todavia su secreto, pero una noche, el actor James Petersen la abordara pensando que es Sue y le dira de todo menos guapa. James, que es mas listo de lo que su cara bonita da a entender, conoce lo suficiente a Sue como para notar que algo raro esta ocurriendo. ?Que pasara si James descubre la artimana de Sue? Emma ya no podria seguir escondiendose.

  • Te presto mi voz de Cristina Pernas

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  • Con las Manos en la Masa de Lexy Timms

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    !La autora de Best Sellers del USA Today, Lexy Timms te trae una sexy y dulce novela romantica que te tendra apoyando a la mas debil todo el tiempo!