• petit paris - Justo Navarro

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    Paris, marzo de 1943: Alemania e Italia estan perdiendo la guerra. Despues de la invasion angloamericana del norte de Africa y la rendicion en Stalingrado del mariscal de campo Paulus, se respira la hecatombe militar nazi-fascista, el inminente desembarco de los aliados en Europa. Veinte anos antes de resolver los crimenes sobre los que giraba Gran Granada, el comisario Polo se encuentra por accidente en Paris, temeroso de no poder acabar nunca un viaje que solo iba a durar unos dias. En tiempos de guerra no es raro que lo previsto como una excursion de setenta y dos horas se dilate meses, anos o decadas, o se convierta en el exilio eterno.

  • Petit Paris - Navarro, Justo - 978-84-339-9868-2 - Editorial ...

    https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/petit-paris/9788433998682/NH_619

    Una indagación policial en el París ocupado por los nazis en busca de un personaje enigmático. Una narración magnética que juega con la novela policial y de ...

  • PETIT PARIS | JUSTO NAVARRO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-petit-paris/9788433998682/8803273

    16 ene 2019 — El libro PETIT PARIS de JUSTO NAVARRO en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Petit Paris: 619 (NARRATIVAS HISPANICAS) : Navarro, Justo

    https://www.amazon.es/Petit-Paris-NARRATIVAS-HISPANICAS-Navarro/dp/8433998684

    Petit Paris: 619 (NARRATIVAS HISPANICAS) : Navarro, Justo: Amazon.es: Libros.

  • Petit Paris - El Español

    https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/novela/novela_negra/20190125/petit-paris/371214767_0.html

    25 ene 2019 — Petit Paris es una síntesis de la literatura de Justo Navarro. En ella se funden dos acordes principales de su obra, recreación histórico social ...

  • Reseña de Petit París, libro de Justo Navarro. - Los Mundos ...

    https://www.losmundosdejosete.com/2020/08/resena-petit-paris-libro-justo.html

    El Petit Paris de Polo, construido laboriosamente por Justo Navarro, es una novela negra de las duras. Ninguno de los personajes superaría un examen de ...

  • Petit Paris - Justo Navarro - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Navarro-Petit-Paris/84742

    Críticas (2), citas extractos de Petit Paris de Justo Navarro. Un libro frío, escrito desde una insufrible suficiencia. Parece que al...

  • Torbellino de espías | Babelia | EL PAÍS

    https://elpais.com/cultura/2019/02/28/babelia/1551372461_456173.html

    4 mar 2019 — Con 'Petit Paris', todo parece indicar que Justo Navarro no dejará a Polo descolgado de su narrativa.

  • Zenda recomienda: Petit Paris, de Justo Navarro

    https://www.zendalibros.com/zenda-recomienda-petit-paris-justo-navarro/

    4 feb 2019 — El libro de relatos recomendado este lunes por Zenda es Petit Paris, de Justo Navarro, publicado por la editorial Anagrama.

  • Petit Paris - Justo Navarro -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a6402313/Justo-Navarro-Petit-Paris

    16 ene 2019 — Petit Paris, libro o eBook de Justo Navarro. Editorial: Anagrama. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • El secuestro de la hermana Tegualda de Hernan Rivera Letelier

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    Viernes, 9.30 de la manana. El Tira Gutierrez llega al edificio Gomez donde tiene instalada su oficina. Viene apurado. Debo traer una cara de culo, piensa. Su insomnio cronico le hizo pasar una noche digna de ponerla en un marco y colgarla en una exposicion junto a El grito. Mas encima, ya se mea. En el lobby, el conserje y los dos guardias lo saludan reverenciales, ya saben que es un investigador privado como los de las peliculas, y el unico de la ciudad. El mas joven de los guardias --y el mas reverente-- mantiene abiertas las puertas del ascensor para que alcance a tomarlo (este guardia fue el que una noche, revisando las puertas de las oficinas, abrio de golpe la suya, que el olvido cerrar por dentro, y lo sorprendio en cueros con una pelirroja en el sofa de terciopelo verde. Esto fue antes de conocer a la hermana Tegualda). Ya en el ascensor, el Tira no quiere quedar frente al espejo, no quiere ver de que tamano le cuelgan las ojeras. Opta por ponerse frente a la unica otra pasajera, una anciana que aprieta su cartera de plastico contra su pecho. Las ojeras me deben colgar como el perigallo de esta viejita, piensa el Tira, y le hace un guino. La anciana lo mira de soslayo. El le pela los dientes. La anciana se aferra a su cartera como un naufrago a su tabla de salvacion. Cuando comienzan a subir, el ronroneo de la ascension le exacerba sus deseos de sacarse la pinga, como dicen los cubanos, y vaciar la vejiga ahi mismo. Cuba. La Habana. El recuerdo de su estadia en la isla logra que olvide un poco sus ganas diureticas. Piso doce. Antes de salir del ascensor se despide de la anciana con una sonrisa de hombre bueno. Luego saca las llaves de un bolsillo de su chaqueta (su llavero solo tiene dos llaves: casa y oficina) y, con la vejiga a punto de reventar, camina rapido los veinte pasos que hay del ascensor a la puerta de su oficina. ?Cuando se le ocurrio la tontera de contar esos pasos? Seguro debio ser un dia mas relajado que este. Llega a la puerta, introduce la llave, empuja y saluda: Buenos dias her… La hermana Tegualda no esta. Al cerrar la puerta tras de si, pisa un sobre que blanquea en el gris de la alfombra. No se molesta en recogerlo. Quitandose la chaqueta y dejandola caer en un sillon, pasa directo al bano. Antes de llegar ya se ha sacado la pinga y, con ella en la mano, levanta la tapa, apunta y aaaaaaaaaaah. El largo suspiro de alivio suena mas a gemido de actor porno. Desagua copiosamente, desagua con los ojos cerrados para no posar la mirada en los azulejos de las paredes. Es que la imagen que atormenta sus amaneceres, la imagen que su mente se ha formado del insomnio, es una vasta y encandilada sala revestida toda de azulejos blancos. Ahora ultimo, para rematar el cuadro, ademas del insomnio esta teniendo problemas de diuresis. ?Sera por el excesivo consumo de te? Tendra que ver a un matasanos. Con la antipatia que les tiene a esos tipejos. Sobre todo a los que se creen dioses y ni siquiera miran a los ojos del paciente mientras lo atienden. Algunos ni hablan. Hipocrates hipocrita. Termina de mear, abre los ojos y da un resoplido de alivio a su mechon blanco. Cuando al salir del bano se deja caer en el sofa de terciopelo verde, un olor que parece venir del balcon o del closet de los utiles de aseo le hace arriscar la nariz. Inhala para captar de que se trata, pero ya no lo siente. Mira hacia el balcon: acurrucados y flematicos, John y Yoko retozan al sol placidamente. Seguro que esos pajarracos acaban de darse un festin de perro muerto detras de los cerros. Y vuelve a despatarrarse en el sofa. Que ganas de dormir un millon de anos. Y podria perfectamente hacerlo pues no hay mucho trabajo. En verdad no hay nada de trabajo, las cosas hace rato que no caminan muy bien en la agencia. Siente ganas de incorporarse, ir a su computador a poner musica, pero se arrellena mas en el sofa. Al apoyar la cabeza en uno de los cojines, el terciopelo arestinado le raspa la nuca. Con razon la hermana le viene reclamando hace dias que ya va siendo hora de renovar el living. ?Y por que no mandarlo a tapizar nomas, hermana?, se ha resistido el. Pero que sea de otro color pues, oiga, por Dios. ?Y que tiene de malo el verde, si me hace el favor, hermana? Este verde reja de comisaria es irritante, caballero. ?O es usted daltonico? El Tira se rie solo. Mira la hora en su celular: 9. 37. Raro. La hermana jamas llega despues de el, y el ha llegado media hora tarde. Ella no acostumbra a darse esos relajos. Y si hubiese tenido que hacer algun tramite lo habria llamado. O se lo habria dicho ayer en la noche, cuando lo fue a dejar a su casa en su escarabajo amarillo y se quedo un rato con el, y terminaron <>, como dice ella. Se acuerda entonces del sobre en la puerta. Puede que sea un nuevo caso. Se para a recogerlo y vuelve al sillon. Es un sobre apaisado sin nada escrito, ni nombre, ni direccion, ni remitente. Lo unico que exhibe es la marca de la suela de su zapato. Lo rasga. Dentro, una hoja de oficio doblada en tres. La despliega. Lo que aparece ante sus ojos es una nota escrita, en cursiva, en un procesador de textos. Lee. Queda atonito. Vuelve a leer: Tengo a la senorita Tegualda. Si la quiere viva siga las instrucciones. Vaya a la playa El Cable y busque en la letra N. Ni en vehiculo, ni andando, ni corriendo. Debe ir en marcha olimpica. Y sin quitarse la chaqueta. No involucre a la policia. Estara vigilado todo el tiempo. Mientras mas rapido haga el recorrido, mejor para ella. Marche ahora, o ella muere. Mas loco que un zapato El Tira siente que cae en un vacio, como si de golpe lo hubiesen puesto en una campana de vidrio y sumergido en las profundidades de un lago turbio. Atolondrado, sumido en un frangollo de conjeturas, sospechas, presunciones, se ha quedado mirando la nota como caido en trance. Hasta que un ruido de aleteos en el balcon lo trae de vuelta a la realidad. Lo hace reaccionar. Toma entonces su telefono y marca el numero de la hermana: Lo sentimos, el telefono al que usted llama se encuentra apagado o fuera del area de cobertura. Marca de nuevo. Lo mismo. Se para de un salto, recoge su chaqueta y, antes de salir hecho una exhalacion de la oficina, toma un cojin y lo lanza contra los ventanales, afectuosamente. John y Yoko ni se inmutan.

  • Al dia de Jesus Ruiz Mantilla

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    Si tus hijas te regalan un cuaderno en blanco y eres escritor, debes devolverselo con algo especial. Es un reto que un autor no le desea a cualquiera, pero que le obliga y le exige mas de lo que esta dispuesto a darse a si mismo. Por su cincuenta cumpleanos, Paula y Cristina dejaron a su padre, Jesus Ruiz Mantilla, el autor de este libro, precisamente eso: un cuaderno en blanco. Al cabo de dos anos, el se lo devolvio con poemas y un diario. La poesia era un genero que no se habia atrevido a abordar a fondo antes, mas que en alguna timida tentativa que no habia cuajado. Algo verdaderamente raro en una carrera dedicada al periodismo, la novela y el ensayo. Decidio entremezclarlo con un diario donde refleja el calibre de su atrevimiento. Tambien da notaria de los tiempos convulsos y sus vidas cambiantes, la relacion paternofilial, sus reflexiones literarias, politicas, artisticas, musicales, periodisticas, viajeras. El amor, la amistad, la celebracion de la vida y el temor por los riesgos que entrana la incertidumbre presente en un documento hibrido y transversal que busca hermanar generos y vivencias.

  • La Reina del aire y las Tinieblas de T. H. White

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    En este segundo libro, que en su primera publicacion el autor titulo La bruja en el bosque, aparece ya el nino Verruga convertido en el rey Arturo. Hijo del rey Uther Pendragon, Arturo ocupa el trono despues de arrancar de la piedra la espada Excalibur e inicia sus primeras batallas contra los que se resisten a admitir su poderio. Al mismo tiempo, se cuenta la historia de la reina Morgause de Lothian, hermanastra de Arturo, y de los hijos de aquella, personajes que tendran un papel importante en el resto de los libros. Con su estilo pleno de humor y fantasia, el autor nos describe los diversos episodios que forman la vieja leyenda sobre las aventuras y desventuras del rey Arturo.

  • Cuando sepas de mi de Valentin Alvarez Tremino

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    Alex y Cristina son dos almas unidas por el hilo rojo del destino, no importa cuanto esten separados, tras mas de 20 anos sin saber el uno del otro volveran a encontrarse en el momento que mas se necesitan, el esta atormentado por su pasado, se ha vuelto un chico sin ganas de vivir, sin nada que le haga tener una ilusion, se ha ido apartando del resto del mundo. Ella intentara sacarlo esa oscuridad en que esta metido, al mismo tiempo que ira recordando el porque de ese amor hacia el, que estaba perdido en el tiempo.

  • El Libreto de Alejandra Diaz

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    El 18 de julio de 1936, mientras el general Francisco Franco llegaba desde Canarias para tomar el control del ejercito del Protectorado y Santiago Casares Quiroga, incapaz de contener la rebelion ya generalizada, dimitia de su cargo de presidente del Gobierno, Hilda Valladares abrazaba su abultado vientre y le pedia al ser que habitaba en su interior que se mantuviese en silencio y tranquilo durante esta ola amenazante; el mismo silencio que ella mantendria meses mas tarde, cuando se llevaran a su propio padre delante de sus narices... Nunca mas supo de el. A la manana siguiente, entre el horror y el desconcierto, y con la adrenalina en descenso a causa del agotamiento y el hambre, Hilda sintio la oleada de oxitocina que su cuerpo gravidico necesitaba liberar. Ayudada por su madre, dona Lucia, y por una comadrona de manos grandes y fuertes, apodada dona Cata, que residia en su mismo barrio de la sacudida ciudad de Madrid, dio a luz con dolor y desesperacion mientras Espanase quebraba parasiempre. Juan Dominguez Albornoz fue uno de los pocos hombres que no estaba en el frente. El trabajo de parto de su mujer lo mantuvo a salvo. Queria salir y defender su pensamiento y sus ideales republicanos. Las calles militarizadas y el ambiente de rebelion exaltaban su espiritu, pero cuando vio al recien nacido y sintio la esperanza del llanto energico de este nuevo ser que dependia de el, decidio que haria lo que fuese necesario para protegerlo de cualquier destino infantil indigno. Sin embargo, esto no se concretaria hasta trece meses despues en Alicante, cuando tuvo la oportunidad de embarcar con destino a Argentina gracias alos contactos politicos de dona Lucia. --!Las oportunidades se presentan para tomarlas! --les comento depositando sobre la desgastada mesa de la cocinalos papeles que harian posible el viaje hacia America del Sur. --!Tengo miedo, madre! --Hilda, vais a estar bien o, al menos, mejor que aca. !Eso os lo aseguro! --la calmo mientras la rodeaba con sus rollizos brazos. --!Si vinieses con nosotros...! --sollozo Hilda con un nudo en la garganta. --Una madre nunca abandona a un hijo. Tu hermano no va a descansar hasta saber el paradero de vuestro padre --agrego dona Luciaala par que le daba palmaditas en laespaldaasu acongojada hija. Las dudas y las preguntas merodearon por los suenos de Hilda. Los meses previos a iniciar la travesia fueron de incertidumbre, pero intuia que esa guerra civil anticiparia un cataclismo mundial y ello le pesaba aun mas y alteraba su descanso. No queria dejar a su madre, pero la familia que estaba formando merecia una oportunidad parasobrevivir. --Nos iremos a Mexico. Es la alternativa mas sensata en estos momentos. Es el unico pais que tiene unainstitucion organizada paralos espanoles --manifesto Hilda. --Si vamos a emigrar, prefiero que sea a la Argentina --rebatio Juan--. Es un pais que ofrece un mayor potencial para mentes inquietas como la mia. --Pero Argentina no recibe republicanos. Ellos simpatizan con el regimen franquista --discrepo ella, intentando calmar los nervios que laaquejaban desde hacia varios dias. --Los lazos intelectuales de este pais de Sudamerica podrian acallar verbalmente mi espiritu para salvar alafamilia que llevo --aseguro el para convencerla. Fue asi como los Dominguez Valladares partieron rumbo a America con su hijo Enrique, de tan solo dos anos, bien sujeto a su espalda; y lo que en principio era un objetivo ansiado y desesperado se transformo en un sentimiento de angustia y desolacion. La travesia por mar duro veintiseis dias y finalizo en el puerto de Buenos Aires. Viajaron con otras familias de espanoles que lograron convertirse en la suya propia. Junto con ellos formaron una comunidad de refugiados de la guerra, con contactos que daban apoyo necesario para poder asentarse en las mejores condiciones posibles. A traves de estas redes Juan consiguio su primer trabajo. Gracias a sus estudios y a sus conocimientos en el area de la filosofia, ocupo un cargo como asistente de catedratico en la Universidad Estatal de Buenos Aires. El trabajo completaba la mente de Juan, pero la remuneracion era insuficiente para mantener a una familia que anunciaba su crecimiento. Poco tiempo despues se entero de que en el pais vecino existian tierras a la venta que poseian las condiciones necesarias para ser cultivadas; de buena calidad y a un precio minimo. Todo ello con el objetivo de tratar de poblar ese pais tan aislado. --?Donde queda Chile? --pregunto Hilda, desconcertada. Los meses de adaptacion habian sido un sufrimiento para ella, asi que el simple hecho de pensar en la posibilidad de moverse otra vez la descoloco. --Estamos cerca y latravesiasera corta --le aseguro Juan, intentando calmarla. La personalidad sonadora de este espanol le otorgaba audacia de sobra para conseguir cualquier objetivo propuesto. Hilda, por el contrario, era una mujer terrenal a la que las situaciones de riesgo o ambivalenciale provocaban ansiedad. --No estoy segura --titubeo, y se llevo ambas manos a la cabeza a la vez que cerraba sus pequenos ojos color miel--. Aqui yatenemos un trabajo estable. --!Pero tendremos nuestras propias tierras, Hilda! --solto el, exasperado. Despues se acerco a paso lento a la ventana y miro a traves del cristal. Pudo observar la suciedad y la inmundicia que presidian las calles de aquel barrio. Luego de un instante, agrego--: Tendriamos la posibilidad de criar a nuestros hijos en un lugar que fuese nuestro... Podriamos construir un hogar paraellos. --!Nuestro hogar lo perdimos para siempre al dejar Espana! --expreso ella, que ya habia perdido bastante. Dias despues, con otras dos familias, partieron rumbo a aquel pais ubicado al final del mapa. Con los contactos adecuados, adquirieron las visas chilenas requeridas. Aun resonaban en su mente las recomendaciones de dona Lucia sobre la importancia de llevar efectivo para comprar tierras y poder trabajarlas ellos mismos. Ese fue el argumento que utilizo Juan asu favor para convencer asu mujer. La travesia duro dos semanas. Lo mas dificil fue cruzar la cordillera de los Andes. El frio se calaba en los huesos a traves de los fierros del ferrocarril y Juan temio por la vida de su hijo y del pequeno que crecia en el vientre de Hilda; los abrazo y rezo para que pudiesen mantenerse a salvo. Y en ese momento desesperado decidio que, si sobrevivian, lo unico que hariaen esta vidaseriaser feliz. Chile les otorgo todo lo que esperaban al dejar Espana. Las veinte hectareas en el sur fueron mas que suficientes para vivir de todas las bondades que proporcionaba la tierra y mantener a esa gran familia. Pero lo que este pais no pudo lograr fue borrar el resentimiento y el rencor en la mente de Hilda. Ella era una mujer menuda, de contextura media y personalidad fuerte, con facciones marcadas por los gestos expresivos de su rostro. Con solo veintidos anos sus ojos revelaban mas historias de las que ella hubiese deseado. A esas alturas habia perdido a su padre y a su unico hermano, de tan solo dieciseis anos. A este ultimo lo detuvieron mientras buscaba informacion sobre el desaparecido progenitor y lo fusilaron en el norte de Espana. --!Dime que mi hermano no esta muerto! --le grito a Juan con la carta, arrugada, todavia en las manos--. !Erasolo un nino! El pensamiento constante de la vida olvidada hacia que la energia ya no le alcanzara, asi que a los veintisiete anos se le notaba la labilidad y el peso del sufrimiento en las lineas de expresion que surcaban su cara. Anos mas tarde, la llegada de una segunda carta, esta anunciando la muerte de dona Lucia, la unica persona que le quedaba en Espana, acabo por resquebrajarle el alma. Rezo en silencio a los pies de su cama de fierro y maldijo el instante en el que abandono a los que mas queria. Odio la Espana mutilada que la separo de los suyos y la obligo a dejar sus suenos por la imposicion de los otros. Entonces tomo la determinacion de que nunca mas hablaria de sus raices, y mucho menos de la guerra. Hilda cerro el libro de su pasado porque no podia vivir el presente con dolor. Se resigno a la suerte y al destino impuesto y envejecio a una velocidad acelerada: primero de espiritu, pues perdio las ganas de seguir, y luego fisicamente. Su cuerpo parecia el de una mujer senil. Ni todas las palabras romanticas de Juan ni los besos efusivos y pegajosos de sus hijos pudieron retenerla en esta tierra que no queria. Anhelaba lo perdido y, sin angustia alguna, un dia dejo de respirar. A los cuarenta y dos anos abandono este mundo y aquel pais americano y dejo a un esposo destrozado y nueve hijos. La vida de Juan Dominguez Albornoz corrio distinta suerte. En Espana vivian sus padres y sus dos hermanas menores, Ines y Rosario, quienes tenian doce y seis anos, respectivamente, al momento que este habia emigrado. Habian sobrevivido a la guerra y a la dictadura. Pese a ello, el rostro de Juan nunca pudo borrar las huellas del llanto por los que se habian quedado en su tierra natal. Para alejar de su mente los pensamientos del recuerdo de sus seres queridos, trabajo la tierra en Chile como si siempre lo hubiese hecho; estafue en el sustento de su descendencia. Su hijo, Enrique Dominguez Valladares, crecio siendo un nino feliz, como anhelaba su padre. Aunque habia nacido en Espana, dejo este pais en el pasado. No habia nada que recordar, pues toda su vida habia transcurrido en Chile. Aqui habia aprendido a leer y a escribir gracias a su madre, dona Hilda, porque la escolaridad era un lujo que no podian permitirse. Sin embargo, ayudo a sus hermanos menores a ir a la escuela y aprendio de ellos. Leyo todos los libros que estuvieron a su alcance, se relaciono con la gente mas influyente de la epoca y se convirtio en uno de los hombres mas apuestos y refinados, con un gusto innato por el arte. Se habia casado con Matilde de la Fuente, una chilena proveniente de una familia conservadora y acomodada, con quien tuvo cuatro hijos. El mayor se llamaba Fernando. Matilde era una mujer de descendencia alemana, cuyos antepasados tambien habian llegado al pais en un afan colonizador. Era robusta, con el cabello dorado, y tenia hermosas y delicadas facciones. Enrique y Matilde fueron un matrimonio pleno y dichoso; tanto es asi que el dia que Enrique abandono este mundo Matilde decidio que no aceptaria que la muerte los separase y, simplemente, dejo de comer. Intentaron alimentarla de mil maneras, con caldo de avena, sustancia de cogote de gallo y compota con harina tostada, pero ella solo queria morir. Era demasiado catolica para hacer una autolisis directa, asi que dejo que su cuerpo se apagase despacio por la inanicion. Treinta y cinco dias despues y en soledad acompano parasiempre asu espanol inmigrante. Felipe Dominguez Abarzua, cuarto en la linea sucesoria, afloro con su espiritu inquieto y artistico y quiso recuperar el pasado espanol de su linaje. --!Recuperemos la nacionalidad espanola, papa! --?Para que la quieres? No tenemos nada alla --afirmo Fernando, convencido de que aquel esfuerzo no acarrearia ningun beneficio. --Me gustariairme a vivir a Europa --explico. Pese a los esfuerzos de ultratumba de Hilda Valladares, los genes no se pueden cubrir con tierra y el instinto por subsistir de las generaciones futuras dibujo la historia. De este modo, las busquedas y los recuerdos borrados salieron de nuevo a la luz y lograron descifrar lentamente el arbol cortado, sus enlaces y su descendencia. Fue asi como Sara se entero de que la hermana de su bisabuelo Juan, Rosario Dominguez Albornoz, estaba viva... y residiaen Madrid.

  • Eulalia de Arlette Geneve

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    En el interior de la cripta cerrada, Eulalia se despojo de las prendas que vestia, y se dispuso a colocarse el vestido que habia guardado toda su vida. Era su mayor tesoro, porque para ella era como la carta escrita con letras de plata y oro que nunca recibio del amor de su vida. Toco la tela, y contuvo un sollozo. El vestido de encaje color perla habia sido disenado para ser muy voluminoso, pero Eulalia habia dejado en su alcoba de Redtower las diversas capas de enaguas que lo acompanaban. Con el vestido en las manos, se permitio recordar el pasado cuando era una muchacha de dieciseis anos completamente enamorada del hombre mas maravilloso del mundo. Habia conocido a Alonso Miguel en una feria de ganado en Sevilla. Su familia gitana vendia caballos de tiro y aperos de labranza. Despues se volvieron a encontrar en el cafe Tarantos, y ese fue el detonante de la relacion que comenzaron ambos. Alonso Miguel la miro la primera vez, y el cuerpo de Eulalia se estremecio de la cabeza a los pies. Todo dejo de existir para ella salvo el hombre misterioso y atractivo que no dejaba de mirarla. Se fijo en su esbelta figura, en su caminar decidido. Era un hombre de reales porque las ropas que vestian era de la mejor calidad que ella habia visto nunca. Eulalia se escabullo hasta el lugar donde se encontraba el, y cuando le susurro si era un angel o una hechicera, Eulalia solo pudo ocultar la mirada y bajar los ojos. Ese fue el comienzo de algo muy especial entre ambos, y que siguieron alimentando en cada ocasion que podian, ya fuese en la feria, en el puerto, o en el Cafe Tarantos. De las conversaciones pasaron a los besos, de los besos a las caricias superfluas, y poco despues a los encuentros intimos que tan feliz la hicieron. Vivio junto a Alonso Miguel momentos unicos e inolvidables, donde no existia la separacion de clases ni de pensamientos. Eran dos personas que se amaban con toda su alma, pero que no podian estar juntas porque la sociedad no lo permitia, ni su etnia tampoco. Para estar mas cerca de el, Eulalia habia convencido a sus padres de que la dejaran visitar a su familia materna de Lora del Rio, y alli, en una vivienda que el duque de Alcazar habia rentado, dieron rienda suelta al amor que se profesaban. Pero todo termino descubriendose. Alonso era un hombre demasiado importante para pasar desapercibido, y, hasta que las murmuraciones y las complicaciones no los alcanzaron, ella ignoraba que estaba enamorada de un duque. Conocer esa verdad no vario ni un apice los sentimientos que seguian naciendo y fructificando en su interior, pero ambos pertenecian a dos mundos muy opuestos: el, a la nobleza, ella, a los gitanos. Despues del amor, vino el desastre pues la familia de Eulalia busco la venganza a la deshonra que ella habia consumado. La apartaron sin contemplaciones del lado de el, y la encerraron en un cortijo en Malaga. Durante semanas, el llanto era lo unico a lo que Eulalia podia recurrir para dar desahogo a su desesperacion, y entonces descubrio que estaba encinta, y cuando hizo calculos, se llevo la mano a la boca porque estaba embarazada de casi cuatro meses. La ilusion y la angustia convergieron en su interior porque conocer esa noticia tan maravillosa podria cambiar su existencia, pero Eulalia se equivoco pues su familia no se atuvo a razones, e hicieron planes para mandarla a la ciudad portuaria de Cartagena. Supo que el duque la buscaba, y que habia hablado con su familia. Llego a saberlo por una de sus primas que se habia compadecido de ella al constatar su embarazo. Tambien fue la que le informo de los planes que tenia su familia para ella, pero Eulalia no pensaba conformarse e hizo todo lo posible por escapar, y lo consiguio. Eulalia trato en vano de ponerse en contacto con el, pero en Silencios le dijeron que se encontraba de viaje. Regreso varias veces, pero el duque estaba ausente, y a ella no le quedo mas remedio que esconderse lejos de Sevilla, y lo hizo en la serrania de Malaga, pero poco le duro la libertad porque su padre y su tio Raimundo la encontraron meses despues. Cuando su padre vio su vientre pronunciado, la miro con tal odio, que Eulalia supo que su vida corria peligro. Trato de escapar de nuevo, y entonces fue cuando la golpearon hasta casi provocarle la muerte. Su padre la maldijo, y la dejo tirada en una zanja en el campo. Alli la encontro su nina Ines, y sin nada mas que el vestido raido que llevaba puesto y empapado en sangre. Eulalia, cuando se recupero de sus heridas bajo los cuidados amorosos de los Velasco, regreso tiempo despues a la zanja donde la habian tirado como a un perro, y rescato el saco que contenia todas sus ilusiones. El hermoso vestido no habia sufrido dano alguno, y ella lo guardo con celo en el interior de un arcon que siempre la acompanaba alli donde iba. Habia pasado mucho tiempo desde entonces. Anos de ilusiones perdidas, porque jamas podria verse frente a un altar acompanada del el amor de su vida. Saco el velo que tenia algunos jirones, tambien la corona de perlas que lo sujetaba. A Eulalia le habian sobrado razones para guardarlo todo porque en el fondo de su corazon siempre habia tenido la esperanza de regresar junto a el, y ser la esposa que perfecta que Alonso Miguel se merecia. Habia secado las flores del unico ramo que Alonso Miguel le habia regalado en uno de sus encuentros intimos. Eulalia habia pretendido engarzarlas junto al que seria su ramo de novia, pero no pudo ser. Se llevo las secas flores a la nariz, e inhalo el poco olor que todavia desprendian. El olor de las flores era seco, como el conjunto de sus ilusiones. Decidio no perder mas tiempo. Se paso el vestido por la cabeza, y se lo ajusto al busto y a las caderas. No pudo abotonarse los ultimos botones de la espalda porque no llegaba, pero no le importo. Se quito la peineta de bronce que sujetaba su cabello, la redecilla, y deshizo el mono prieto. Dejo la pequena peineta sobre el sepulcro de piedra al mismo tiempo que se masajeaba el cuero cabelludo. Que Eulalia guardara una de las llaves de la cripta familiar de los Penword, habia sido toda una ventaja, pues era consciente de que la buscarian en el momento que notaran su ausencia en Redtower, pero en el interior de la cripta, y frente al sepulcro del anterior duque de Arun, nadie la buscaria. Confiaba que Elina O'Brien cumpliera sus deseos y repartiera las cartas que le habia confiado, sobre todo la de el: el hijo de sus entranas que la habia despreciado. Eulalia habia llorado durante horas hasta quedarse sin una gota de liquido en el interior de su cuerpo, pero las lagrimas no habian limpiado su alma ni habian detenido los inmensos dolores que la habian azotado hasta el ultimo de sus cabellos. Dolia tanto conocer la verdad. Dolia tanto el engano infame al que la habian sometido, y precisamente por las personas a las que amaba, a las que consideraba su familia. Eulalia contuvo un nuevo sollozo. Ella habia hecho lo propio, y como gitana que era, habia vengado el agravio vertido sobre su persona. La mujer que habia sido la instigadora de todos su infortunio, estaba maldita, aunque tenia que entregar algo muy valioso para que la maldicion fuera eterna, y para que nada ni nadie pudiera deshacerla. Eulalia guardo las prendas que se habia quitado en un saco de arpillera. No se olvido de la peineta, dejarla sobre el marmol de la tumba del duque era toda una intencion. Aurora la veria, cuando el primer dia de cada mes y como era costumbre, llegara a la cripta familiar para cambiar las flores marchitas por frescas. Se coloco el velo de novia sobre el cabello para ocultar el rostro. Fuera del cementerio tomaria un carruaje de alquiler para que la llevara al lugar que seria su ultimo destino. Sin titubear un momento, Eulalia sujeto el saco bajo su brazo, se despidio del difunto duque, y salio de la cripta en silencio bajo el anonimato del velo. Su intencion era la de parecer una viuda, y penso que lo habia logrado. Fuera del cementerio tomo un carruaje, y le dio la direccion al cochero cuando la ayudo a introducirse en el interior. Llegar hasta el lugar escogido le llevaria unas horas, pero Eulalia tenia todo el tiempo del mundo. No durmio durante el trayecto, y tampoco se permitio el lujo de llorar de nuevo. Todas las lagrimas habian sido ya derramadas, y ahora tenia que cumplir su ultima mision. El cochero la dejo muy cerca de Richmond Bridge. Como era tarde, todo estaba desierto. No habia ni un alma por las calles, ni ella las esperaba. Eulalia habia escogido ese lugar porque lo habia visitado en una ocasion con la Familia Beresford: era un lugar tranquilo y alejado de todo. Lo mas importante, nadie lo recordaria, por ese motivo se habia decidido por ese sitio. Vestida de novia, y con el velo cubriendole el rostro, Eulalia camino decidida. Una vez que alcanzo la mitad del puente, se subio a la barandilla de piedra. Observo durante un momento las aguas que discurrian bajo sus pies. Parecian mansas, pero ella intuia que no lo eran. Inspiro profundo varias veces, pero no por miedo, sino por una cierta vacilacion de ultimo momento. Eulalia habia tomado una decision: iba a saltar sobre las aguas y se dejaria llevar por ellas. Como no sabia nadar, su muerte estaba garantizada. --Yo te maldigo, Maria --susurro entre dientes--. Maldito seas tambien, hijo de mi carne. Que nunca encontreis la paz como no la he podido encontrar yo, y por eso, malditos ambos. Eulalia termino de decir las palabras, y salto...

  • La ciudad que no descansa de Douglas Preston

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    La hija de un millonario aparece muerta. Y sin cabeza.

  • Amor en Venecia, muerte en Benares de Geoff Dyer

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    Amor en Venecia, muerte en Benares es la historia de la busqueda de la felicidad de un hombre.

  • No quiero quererte de Dylan Martins

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    El joven y atractivo jefe del grupo de narcoticos llevaba una vida personal relativamente tranquila.
    Aunque su trabajo era otra cosa… Siempre en constante tension para dar caza a los narcotraficantes mas peligrosos de la zona del estrecho.
    Felizmente casado con Lucia desde hace cinco anos, ve como su mundo se agita cuando conoce a Abigail, una veterinaria a la que sin saber por que, no es capaz de confesarle que esta casado.
    El porque, ni el lo sabe.
    Su vida se complica hasta el extremo y ?sera Samuel capaz de respetar a la mujer de su vida? ?Recapacitara o se convertira Abigail en mucho mas? ?Como actuara cuando el hombre al que persigue amenaza, ademas, con desestabilizar todo su mundo?

  • Una visita inesperada de Juani Hernandez

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    Con el final de Cada vez que te beso, pudimos disfrutar de la emocionante declaracion de Raul a Diana en aquella entrega de premios en la que fue galardonado, y meses despues, asistimos a la preciosa ceremonia en la que no solo contrajo matrimonio la pareja, sino que tambien se casaron Angel y Sofia, un sueno hecho realidad tras tantos anos separados. Pero ?que ocurrio en el transcurso de esos meses? Vamos a echar un vistazo a un dia cualquiera de sus vidas --o no tan cualquiera, al fin y al cabo-- y veamos como les va a nuestros chicos de Extrarradio. ?Seguiran siendo la banda de rock exitosa tal y como todos esperaban? ?Como lidiaran las chicas con la fama de sus parejas sin trastocar su dia a dia? ?Habra quedado su pasado definitivamente atras? Descubrelo en Una visita inesperada, una serie de relatos que todos los fans de XTRD, sin duda, disfrutaran.

  • El maestro de la seda de Liz Trenow

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    1760. En su primer dia en Londres, Anna se encuentra por casualidad con un joven sastre frances, Henri, que ha llegado como tantos a Inglaterra huyendo de las guerras de religion. Henri esta decidido a triunfar en el mundo duro y competitivo de los maestros de la seda, y para ello cuenta con la habilidad de Anne para crear disenos. Ambos se enamoran pero la diferencia de clase social y los disturbios en Londres hacen que su amor, al igual que su proyecto de futuro, esten en la cuerda floja.

  • Otono sobre la arena de Erina Alcala

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    Reme y Lucas habian tenido un secreto en el pasado. Un pasado de cuando estuvieron juntos en la escuela. Un secreto que dejo su huella.
    Al pasar de los anos, la vida de cada uno, tomo un rumbo diferente, pero su secreto estaba alli a pesar de los anos y de la distancia, hasta que una casualidad hizo que se encontraran de nuevo y... ?perdonaran el pasado?
    ?Podria su amistad de la adolescencia convertirse en un verdadero amor? ?Podrian amarse a pesar de su oscuro secreto?

  • Mamba negra (El clan de las serpientes 1) de Steffany Kennels

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    La joven y letal lugarteniente Ayshane Ivanova, heredera legitima de la Yakuza japonesa en Espana e hija de Eduard Ivanov, el capo de la organizacion criminal rusa mas peligrosa del pais, se vera obligada a pedir ayuda a aquellos de los que siempre habia rehuido.
    Sola y oculta entre las sombras de un mundo que hasta los demonios mas oscuros preferian evitar, Ayshane sabia que no acabaria con la organizacion que la vio nacer. Salvo que tentara a aquellos cuyo honor era inquebrantable para dar caza a su mayor enemigo, y quien mejor que Erick Roman, Inspector Jefe de un trio de agentes de elite de la policia.
    Arrastrados por Ayshane, Erick y sus agentes se veran envueltos en un infierno sin ser conscientes que no solo estan poniendo en riesgo sus vidas sino tambien, la integridad de sus corazones.

  • Perseguida por su pasado de Cassie Miles

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  • ?Como conseguir un ligue de una noche? de Roxana Aguirre

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    Roger Santana, es un poco conocido y ordinario escritor que se gana la vida creando articulos para adolescentes en la revista <>. Sin una carrera exitosa ni un salario extraordinario, su vida da un giro radical cuando descubre la infidelidad de su novia y le encargan un articulo que le deja en claro su nueva mision: ?Como conseguir un ligue de una noche?

  • El Maestro (Broken Souls 2) de Meghan Reed

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    ?Crees en los cuentos de hadas?

  • ?Es o no es? de Cristo Alcala

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  • Naci princesa de Regina Roman

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    Marta es dura como el diamante. Sus comentarios intimidan, su voz es cortante, su interes por los demas, escaso. Cualquiera que la conozca pensaria que es una chica demasiado joven para estar tan amargada. Pero en el pasado de Marta hay poderosas razones que han moldeado su caracter y lo que espera de los demas, que es. NADA. Su presente esta lleno de interrogantes. Los “podria”, los “deberia” y los “que ocurriria si.” la atormentan demasiado. Especialmente desde que volvio a encontrarse con el. Alguien que la marco a fuego de tal modo, que es imposible olvidar.

  • Una mujer rebelde de Julia Quinn

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    William Dunford bufo con aversion, mientras contemplaba fijamente a sus amigos que anhelosamente se miraban a los ojos el uno al otro. Lady Arabella Blydon, una de sus mejores amigas en los dos anos pasados, acababa de casarse con Lord John Blackwood. Se miraban como si quisieran comerse el uno al otro. Era asquerosamente lindo. Dunford golpeo ligeramente el pie y puso sus ojos en blanco, esperando poder reirse. Tras de ellos, junto con Dunford estaban su mejor amigo, Alex, el Duque de Ashbourne, y la esposa de Alex, Emma, que era prima de Belle. Su transporte habia tenido un contratiempo, y estaban esperando un nuevo coche . Al sonido de ruedas rodando por los guijarros, Dunford se dio la vuelta. El carruaje nuevo se detuvo en el camino hasta pararse enfrente de ellos, pero Belle y John no parecieron fijarse. De hecho, casi no miraron a nadie, como si estuvieran listos a entregarse por completo a los brazos el uno al otro. Y el amor marca el lugar. Dunford decidio que ya habia tenido bastante. --!Eh! --Grito en una voz repugnantemente dulce--.!Jovenes amantes! John y Belle finalmente se separaron, dieron la vuelta y se dirigieron hacia Dunford, quien caminaba hacia ellos. --Si vosotros lograis dejar de hacer el amor, podemos estar en camino. En caso que no os hayais fijado. El carruaje esta aqui. John suspiro profunda y acongojadamente antes de acercarse a Dunford y decir: --Perdona los abrazos, no nos dimos cuenta de que habia alguien. Dunford sonrio alegremente. --De ningun modo. ?Estabamos ausentes ? John se acerco a Belle y le ofrecio su brazo. --?Mi amor? Belle acepto su gesto con una sonrisa, pero cuando Dunford entro en el carruaje, ella dio la vuelta y rechiflo, --Voy a matarte por esto. --Estoy seguro que lo intentaras. El quinteto estuvo pronto acomodado en el carruaje nuevo. Despues de algunos momentos, sin embargo, John y Belle se contemplaban arrobadamente al uno al otro otra vez. John puso su mano sobre la de ella y golpeo ligeramente sus dedos en contra de sus nudillos. Belle sonrio con satisfaccion. --!Oh, por el amor de Dios! --exclamo Dunford, dirigiendose a Alex y Emma--. ?Los veis? Cuando vosotros os casasteis no fue asi de nauseabundo. --Algun dia, --dijo Belle en voz baja, hincandole un dedo--, encontraras a la mujer de tus sus suenos, y en ese momento voy a hacer tu vida miserable. --No me asustas, mi estimada Arabella. La mujer de mis suenos es tal modelo de excelencia, que es posible que no exista. --Oh, eres insufrible, --bufo Belle--. Apuesto a que dentro de un ano estaras profundamente enamorado , encadenado con grilletes a tu pierna, y feliz por ello. Ella se recosto con una sonrisa satisfecha. A su lado John se estremecia de regocijo. Dunford se inclino hacia adelante, apoyando los codos sobre sus rodillas. -- Tomare esa apuesta. ?Cuanto estas dispuesta a perder? --Tu vas a perder, y yo no ?por cuanto te arriesgas? Emma miro a John. --Parece que te casaste con una mujer que disfruta de los juegos de azar. --Si fueses yo, puedes estar seguro habria pesado mis acciones mas cuidadosamente. Belle le dio a su reciente marido un pinchazo jugueton en las costillas, dirigio una mirada a Dunford y le pregunto: --?Bien? --Mil Libras. --Hecho. --?Estas loca? --exclamo John. --?Debo suponer que solo los hombres pueden jugar juegos de azar? --No puedes hacer esta tonta apuesta, Belle, --dijo John--. Vas a perder, ya que el hombre con quien has hecho la apuesta controla el resultado. Tu solo puedes perder. --No menosprecies el poder del amor, mi amor. Aunque en el caso de Dunford, quiza solo la lujuria lo hara. --Me hieres, --dijo Dunford, colocando la mano dramaticamente sobre su corazon para dar enfasis--, asumiendo que soy incapaz de emociones mas altas. --?No lo eres? Los labios de Dunford se cerraron en una linea delgada. ?Estaba ella en lo correcto? En realidad no tenia ni idea. De una u otra manera, dentro de un ano el seria mil libras mas rico. Dinero facil. Capitulo 1 Algunos meses mas tarde Dunford estaba sentado en su salon, tomando el te con Belle. Acababa de llegar a visitarlo; Se alegro de esa visita inesperada, ya que desde que ella estaba casada no se veian tanto. --?Tienes la seguridad de que John no va a irrumpir aqui con un arma? --bromeo Dunford. --Esta demasiado ocupado para esa clase de disparates, -- dijo ella con una sonrisa. --?Esta demasiado ocupado para acceder a su naturaleza posesiva? Que extrano. Belle se encogio de hombros. --El confia en ti, y mas importante aun, confia en mi. --Un autentico modelo de virtud, --dijo Dunford secamente, sin querer reconocer ante si mismo que estaba un poco celoso de la dicha marital de su amiga. --Y como… Un golpe sono en la puerta. Entro en el cuarto Whatmough, el flematico mayordomo de Dunford, anunciando: --Un abogado ha llegado, senor. Dunford alzo la cabeza. --Un abogado, que desea hablar a solas con usted. No pude averiguar sus razones. --Es muy insistente, senor. --Hagale pasar entonces. --Dunford miro a Belle y sin saber que hacer encogio los hombros. Ella sonrio con picardia. --Pase. Whatmough condujo al visitante. Era un hombre de cabello gris de estatura mediana, y se veia muy interesado en ver a Dunford. --?Sr. Dunford? Dunford asintio con la cabeza. --No puedo decirle que contento estoy por haberle localizado finalmente, --el abogado dijo alegremente. Miro a Belle con una expresion desconcertada--. ? Y esta es la senora Dunford? Fui inducido a creer, que usted no estaba casado, senor. Oh, esto es extrano. Puede ser obstaculo. --No estoy casado. Esta es Lady Blackwood. Ella es una amiga. ?Y usted es? --Oh, lo siento. --Dijo muy apenado. El abogado saco un panuelo y palmeo su frente--. Soy Percival Leverett, de Cragmont, Hopkins, Topkins, y Leverett. --Se inclino hacia adelante, para dar enfasis adicional al decir su nombre--. Tengo una noticia importante para usted. Muy importante ciertamente. Dunford agito sus brazos expansivamente. --Oigamoslo entonces. Leverett miro a Belle y su mirada regreso a Dunford. --?Quiza deberiamos hablar privadamente, senor? Ya que la senora, no es su esposa. --Por supuesto. --Dunford miro a Belle--. ?No te molesta esperar, solo sera un momento, verdad? --Oh, de ningun modo, --le aseguro, con su sonrisa diciendo que tendria mil preguntas listas cuando hubieron terminado--, esperare. Dunford hizo una senal hacia una puerta que conducia a su estudio. --Directamente por aqui, Sr. Leverett. Salieron del cuarto, y a Belle le dio mucho gusto notar que no cerraron la puerta correctamente. Inmediatamente se puso de pie y se movio hacia la silla mas cercana a la puerta, ligeramente abierta. Estiro el cuello, intentado oir. Un barboteo de voces. Mas barboteo. Y entonces, de Dunford, --?Mi primo que… ? Barboteo, barboteo. --?…de donde… ? Barboteo, barboteo, algo que sono como a Cornualles. --?…cuantas veces… ? No, eso no pudo haber sido “ocho” lo que ella oyo. --?…y el me dejo que… ? Belle aplaudio. !Que encantador! Dunford acababa de obtener una herencia inesperada. Espero que fuese un buen suceso. Justamente uno de sus amigos de mala gana habia recibido en herencia a treinta y siete gatos. El resto de conversacion fue imposible de descifrar. Despues de algunos minutos los dos hombres terminaron de hablar, y se estrecharon la mano. Leverett aparto de un empujon algunos escritos en su caso y dijo, --Tendre el resto de documentos enviados tan pronto como sea posible. Necesitaremos su firma, por supuesto. --Por supuesto. Leverett asintio con la cabeza y regreso al cuarto. --?Que te dejaron? --Belle exigio. Dunford parpadeo pocas veces, como si todavia no pudiese creer lo que acababa de oir. --Parece que acabo de recibir en herencia una baronia. --!Una baronia! Corcholis, voy a tener que llamarte Lord Dunford ahora, ?verdad? El puso los ojos en blanco. --?Cuando fue la ultima vez que te llame Lady Blackwood? --Hace diez minutos, --dijo ella impertinentemente--, cuando me presentaste al Sr. Leverett. --Touche, Bella. --Se recosto en el sofa, sin esperar a que ella se sentase primero--. Supongo que me puedes llamar Lord Stannage. --!Valgame Dios! Stannage, --ella se quejo--. Que perfectamente distinguido. Willian Dunford, Lord Stannage. -- Sonrio diabolicamente. -- ? Es William, verdad? Dunford bufo. Lo llamaban por su nombre de pila tan raras veces, que era un chiste familiar el no poderlo recordar. --Le pregunte a mi madre, --contesto finalmente el--. Dijo que cree que es William. --?Quien murio? --le pregunto Belle francamente. --Alguna vez has tenido tacto y refinamiento, mi estimada Arabella. --Bien, obviamente no pareces lamentar la perdida de tu pariente lejano, del que hasta ahora no conocias su existencia. --Un primo. Un octavo primo, para ser exacto. --?Y no pudieron encontrar un pariente mas cercano? -- pregunto ella incredulamente--. No es que tenga envidia de tu fortuna, claro esta, pero realmente es extenderse. --Parecemos ser una familia de potrillas. --Gracias, --mascullo sarcasticamente ella. --Termina los sarcasmos, --dijo el, ignorando su mofa--, ahora tengo un titulo y una pequena hacienda en Cornualles. Asi que ella habia escuchado correctamente. --?Has ido alguna vez a Cornualles? --Nunca. ?Has estado tu? Ella nego con la cabeza. --He oido que es realmente dramatico. Los acantilados y las olas derrumbandolos. Muy incivilizado. --?Que tan incivilizado podria ser, Belle? Esta es Inglaterra, despues de todo. Ella se encogio de hombros. --?Vas a ir alli , a visitarlo? --Supongo que debo. --El golpeo ligeramente su dedo contra el muslo--. ?Incivilizado, dices? Probablemente lo adorare. * * * * * --Espero que el odie estar aqui, --dijo Henrietta Barrett, tomando un feroz mordisco a su manzana--. Espero que realmente destete este lugar. --Ya, ya, Henry, esa actitud no es propia de ti, no es muy caritativo de tu parte. --Le dijo escandalizada la senora Simpson, el ama de llaves de Stannage Park. --No me siento tremendamente caritativa por el momento. He metido una buena cantidad de trabajo en Stannage Park. Los ojos de Henry se enrojecieron tristemente. Habia vivido en Cornualles desde los ocho anos, cuando sus padres habian muerto en un accidente de carruaje en su ciudad natal de Manchester, dejandola huerfana y sin dinero. Viola, la esposa del baron, era la prima de su abuela y amablemente habia acordado acogerla. Henry inmediatamente se habia enamorado de Stannage Park, de la piedra palida del edificio, las ventanas vibrantes, los grandes jardines . Y asi es que Cornualles se habia convertido en su casa, mas de lo que fue Manchester alguna vez. Viola se habia entusiasmado por ella, y Carlyle, su marido, se convirtio en una distante figura paternal. El no paso una buena cantidad de tiempo con ella, pero siempre tuvo una palmada acogedora en la cabeza lista cuando entraba en el vestibulo. Cuando tuvo catorce, sin embargo, Viola murio, y Carlyle estaba muy afligido. Apenas le interesaba el resto del mundo y se encerro en su despacho, dejando a un lado el control de la hacienda y la casa. Henry inmediatamente entro en accion. Amaba tanto a Stannage Park y no iba dejar que se malograse, ademas, tenia ideas firmes de como debia ser manejada la propiedad. Los pasados seis anos ella habia sido no solo la senora de la heredad sino tambien el senor, universalmente aceptada como la persona a cargo. Y a ella le gustaba su vida simplemente asi. Pero Carlyle habia muerto, la hacienda y la casa habian pasado rapidamente a algun primo lejano en Londres que probablemente era un petimetre. El nunca habia ido a Cornualles antes, penso Henry, olvidandose convenientemente de que ella llego alli solo cuando murieron sus padres. Ella habia llegado alli doce anos antes. --?Cual era su nombre? --pregunto otra vez la senora Simpson, mientras cogia la masa y empezaba hacer el pan. --Duford o Dunford, --dijo Henry asqueada--. No quisieron darme su nombre de pila, Aunque supongo que no tiene importancia ahora que es Lord Stannage. El probablemente insistira en que usemos el titulo. La aristocracia usualmente lo hace. --Hablas como si como no pertenecerias a esa clase, Henry. No pongas mala cara al caballero. Henry suspiro y tomo otro mordisco de su manzana. --El probablemente me llamara Henrietta. --Deberia. Estas mayor para llamarte Henry. --Tu me llamas Henry. --Soy demasiado vieja para cambiar. Peor ya no eres una nina. Ha pasado el tiempo Y es preciso que encuentres un marido. --?Y hacer que? ?Irme de Inglaterra? No quiero dejar Cornualles. La senora Simpson sonrio, para senalar que Cornualles era ciertamente una parte de Inglaterra. Henry queria tanto la region que no podia pensar acerca de ella como perteneciente a un lugar mayor. --Hay caballeros aqui en Cornualles, con los que te podrias casar, --le dijo--. Bastantes en los pueblos cercanos. Podrias casarse tambien con uno de ellos. Henry se mofo. --No hay nadie que me parezca atractivo y conoces a la gente de aqui, es simple. Ademas, nadie se casaria conmigo. No tengo uno chelin ahora que Stannage Park la tiene este desconocido, todos ellos piensan soy un fenomeno hombruno. --!Por supuesto que no lo hacen! --contesto rapidamente la senora Simpson--. Todo el mundo te admira. --Ya se--Henry contesto, girando sus ojos grises hacia la ventana--. Me admiran como si fuera un hombre, y por eso estoy agradecida. Pero los hombres no quieren casarse con otros hombres, sabes. --Quiza si llevaras puesto un vestido… Henry miro hacia sus gastados pantalones. --Me pongo un vestido. Cuando es apropiado. --No puedo imaginar cuando fue eso, --bufo la senora Simpson--, desde que te conozco nunca te he visto en uno. Ni siquiera en la iglesia. --Que hecho tan afortunado para mi que el vicario sea un caballero muy liberal. La senora Simpson dirigio una mirada sagaz hacia la joven. --Que hecho tan afortunado para ti, que al vicario le gusta el brandy frances que le envias una vez al mes. Henry se hizo la sorda. --Lleve un vestido para el entierro de Carlyle, si recuerdas. Para la fiesta del condado el ano pasado. Y cada vez que recibimos a los invitados. Tengo al menos cinco en mi armario, muchas gracias. Oh, y tambien me los pongo cuando vamos al pueblo. --No lo haces. --Pues bien, puede ser que no para nuestra pequena villa, pero lo hago cada vez que voy a algun otro pueblo. Pero cualquiera estaria de acuerdo que son de lo mas impracticos cuando reanudo mis actividades normales supervisando la hacienda. --Sin mencionar, penso Henry torcidamente, que con ellos se veia terrible. --Bien, te pondras uno cuando el Sr. Dunford llegue. --No estoy completamente loca como una cabra, senora Simpy. --Henry lanzo el corazon de la manzana a traves de la cocina a un cubo pequeno, que se derramo por lo lleno que estaba. Dejo salir un grito de orgullo--. No he perdido al cubo en meses. La senora Simpson cabeceo. --Si solo alguien te ensenara como ser una chica. --Viola quiso hacerlo, --Henry contesto descaradamente--, y podria haber tenido exito si hubiera vivido mas tiempo. Pero la verdad es, me gusta mucho ser como soy. La mayoria de las veces al menos, penso. De vez en cuando, veia a una bella senora en un primoroso traje de noche que le parecia hermoso y le daba celos. Tales mujeres no tenian pies y eran irreales, Henry decidio que deberian tener ruedas para poder deslizarse en ellos, mientras las miraban una docena de hombres entontecidos. Tristemente clavaba los ojos en ese cortejo, imaginandolos sonando tras ella. Entonces se reia. Ese sueno particular no tenia probabilidad de hacerse realidad, ?y ademas, a ella le gustaba su vida simplemente como estaba, verdad? --?Henry? --La senora Simpson la saco de su ensonacion--. Henry, hablaba contigo. --?Hmmm? --Henry parpadeo saliendo de su fantasia--. Oh, lo siento, estaba pensando acerca de lo que tenemos que hacer con las vacas, --mintio--, no estoy segura de que tengamos espacio suficiente para todas ellas. --Deberias estar pensando acerca de que hacer cuando el Sr. Dunford llegue. ? El envio una nota que seria esta tarde, no? --Si, asi es. --!Henry! --le reprocho la senora Simpson. Henry nego con la cabeza y afirmo. --Si acaso alguna vez hubo un tiempo para maldecir, es ahora, Simpy. ?Que ocurre si el quiere interesarse en Stannage Park? ?O peor… si se le ocurre asumir el mando? --Si lo hace, sera su derecho. El es el dueno, sabes. --Si, lo se. Es tan terrible. La Senora Simpson mezclo la masa, le dio forma de una barra de pan y la coloco aparte para levantarse. Limpiandose las manos, dijo: --Tal vez vendera. Si la vendiese a una persona del pueblo, no tendrias nada por lo que preocuparte. Todo el mundo alli sabe que manejas a la perfeccion Stannage Park. Henry salto del mueble en que estaba encaramada, planto las manos en sus caderas, y comenzo a caminar por la cocina. --El no puede vender. Esta vinculado al titulo. Si no lo estuviese, el Sr. Carlyle me lo hubiera dejado. --Oh. Bien, entonces vas a tener que esmerarte en llevarte bien con el Sr. Dunford. --Ese hombre es Lord Stannage ahora, --Henry gimio--. Valgame Dios… El baron Stannage… el es el dueno de mi casa y el que va a decidir mi futuro. --?Eso te aterra? --Quiero decir que el es mi guardian, mi tutor.

  • De la naturaleza de los dioses de Antonio Lobo Antunes

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    El lenguaje sagaz y el manejo exquisito de la memoria de Antonio Lobo Antunes nos sumergen dentro de los dilemas morales que la corrupcion y el poder conllevan en la polifonica De la naturaleza de los dioses.

  • El sendero del silencio de Oscar Quiroga

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    Hector de la Vega desarrolla su vida laboral como ejecutivo en una multinacional farmaceutica cuya sede en Madrid lidera desde hace algun tiempo. Los buenos resultados de la compania en Espana ponen en el disparadero positivo a Hector. Vive en la capital de Espana con Inna, su mujer y amor de toda la vida.
    La farmaceutica celebra una convencion anual y el lugar elegido en esta ocasion es Paris, en uno de los hoteles mas lujosos de la capital francesa situado muy cerca de la torre Eiffel. Hector se prepara para marcharse y mientras termina de hacer su maleta nota como la tension con Inna va a en aumento. En el trayecto a la terminal, recibe una llamada de Ana, su companera de trabajo, donde parece advertirle sobre algo que ocurre, pero no termina de saber de que se trata.
    Loana Lanusse, vive en Lausana (Suiza). Se dedica a la representacion y agencia de escritores. Esta especializada en nuevos talentos emergentes y para ello les brinda las herramientas necesarias para convertirse en autores de renombre. A cambio, les pide que se impliquen al ciento por ciento con ella. Esta casada con Remy Dasseville, artista polifacetico con cierto cartel a nivel europeo donde expone sus obras en las mas prestigiosas galerias de arte de las capitales del viejo continente. Loana, casualidad de la vida, tambien viaja a Paris a entrevistarse con unos autores que parecen emerger con fuerza.
    Cada uno por su lado, Hector y Loana se alojan en el mismo hotel. El, alcanza uno de los momentos mas importantes de su carrera profesional al realizar una ponencia economica que, a ojos de Werner Huber-Meier, el presidente de la compania y de su companero Humberto, le da el pistoletazo de salida a un futuro cercano en el tiempo. Ella, tras sus encuentros con los escritores y conseguir ser su agente y representante, puede alcanzar ese estatus que anda buscando desde hace tiempo para dar un salto de calidad en su vida profesional y personal.
    Los dos, se encuentran de forma fortuita en el lounge bar del hotel y comienzan a hablar. Da la sensacion que se conocen de toda la vida aunque es la primera vez que se miran a los ojos.
    Todo ello modela EL SENDERO DEL SILENCIO

  • Los hijos del rey vikingo. Saqueo de Lasse Holm

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    Primavera de 868. Una flota de 80 barcos partira de Nourmoutier, en la costa de Francia, en direccion sur. Su objetivo: Al-Andalus, la Espana musulmana. A bordo viajan Rolf y sus companeros de batalla, acompanados por 2.000 vikingos de pura sangre guerrera.

  • El asco de Horacio Castellanos Moya

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    El libro mas emblematico y controvertido de Castellanos Moya.

  • Tengo los huesos desencajados de Miranda Trauma

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    ?Como sobrevive nuestro pie a unos zapatos de tacon? ?Y nuestros hombros a esos fantasticos bolsos de ocho kilos llenos de cosas <>? ?Por que hay que perder peso si sufres artrosis? ?Se puede prevenir un latigazo cervical? ?Como evitar posturas sexuales que danen tus articulaciones?

  • Dime Lo Que Deseas de Jude Deveraux

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  • Snap de Belinda Bauer

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    <>, dijo su madre antes de desaparecer carretera arriba en busca de ayuda. <>. Jack, de once anos, y sus dos hermanas pequenas se quedan dentro de un coche averiado y asfixiante, peleandose, lloriqueando y jugando a ‘Veo veo’ mientras esperan a su madre. Pero, aunque salen a buscarla, esta no vuelve. Y despues de ese dia de verano largo y caluroso, ya nada sera igual.
    Tres anos despues, al otro lado de la ciudad, una mujer llamada Catherine While se despierta y encuentra una navaja junto a su cama con una nota que dice: <>. Aunque la policia esta buscando a un misterioso ladron al que llaman Ricitos de Oro por su costumbre de dormir en las camas de las casas en las que roba, Catherine no le ve sentido a avisarla o a preocupar a su marido.
    Mientras tanto, a sus quince anos, Jack sigue a cargo de sus hermanas. Su padre ha desaparecido, y el se ocupa de alimentarlas y de que nadie sepa que estan solos en casa. Y, cuando accidentalmente descubre la misteriosa navaja, es posible que este a punto de averiguar quien mato a su madre.
    Pero la verdad puede ser peligrosa…

  • Jefe por Sorpresa (Novela Romantica y Erotica 1), Carmen Gracia de Carmen Gracia

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  • FRANKCO HONOR de Claudia A. Perez R

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    Frankco Harper es un hombre que se ha ganado el respeto y admiracion de las personas que lo rodean en base a su firme conviccion y entrega a su trabajo, proteger al Conde Terry Grandchester como su jefe de seguridad y mano derecha.

  • Dos amores para Cassie 2 – Mark Miller de Mark Miller

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    Cassie no se da por vencida y, sin importarle lo que David piense, ella tiene claro que es lo que quiere en la vida. Y lo quiere a el.
    No importa que tenga que cruzar medio mundo, el corazon es el que manda.
    Pero la historia para ellos sera como siempre, todo menos facil. Ahora solo queda saber si, por fin, el amor triunfara o el destino seguira jugando con ellos.

  • Sabes que te quiero…a mi manera, Iris T. Hernandez de Iris T. Hernandez

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  • Cuestion de Piel de Mariela Villegas R

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    Una intrigante e intensa historia donde el amor no juega ningun papel y la fuerza de voluntad lo es todo para sobrevivir.
    En la vida de Miranda solo hay una persona: ella misma. Su existencia ha transcurrido de una forma tan facil como increible, y por todas las razones erroneas. No es una mujer de alma noble ni conoce el amor. Por tanto, decide comenzar a asistir a terapia con una psiquiatra de renombre para que la ayude a “sentir algo” por alguien mas, ya que se acepta ignorante al respecto y no desea terminar sus dias sola. Pero en esta historia las cosas no son lo que parecen. El amor no tiene cabida y ella se dara cuenta de esto cuando conozca al diablo en persona: Damian, un hombre tan irreverente y encantador como manipulador. Aunque, en algun punto de sus alocados dias, no sabran quien manipula en realidad a quien. Todo puede suceder cuando ellos estan juntos, y aquel que se cruce en sus caminos corre un riesgo enorme de caer en una voragine de deseo y pura y vil corrupcion. ?Quien dijo que la pasion y la lujuria eran las emociones mas avasalladoras que el ser humano pudiera experimentar? Aqui todo siempre es mas, mucho mas. Un thriller erotico y psicologico que te robara el sentido. ?Podras sobrevivir en su retorcido y seductor mundo? ?De que se trata la verdadera esencia de la locura? No te quedes con las ganas de saberlo, pero cuida tu mente en el camino.

  • Cuando todo acabo de Anna Garcia

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    Os voy a contar una historia de amor diferente. Una historia llena de lucha, derrotas, sacrificios, lagrimas, imperfecciones y cicatrices. Una historia de amor de dos personas que se encontraron cuando no tenian nada y se separaron cuando lo tenian todo. Os voy a contar que paso… cuando todo acabo”

  • En mis suenos de Rose B. Loren

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    Aanisa Salek es la directora de una multinacional del petroleo con sede en Valencia. Durante varios meses y debido a su estresante ritmo de vida, cada noche se despierta sobresaltada, siempre con un mismo y perturbador sueno. En el aparece un hombre al que no reconoce, solo recuerda sus preciosos ojos verdes, su penetrante mirada y despues. un destino incierto.

  • Un elefante para Carlomagno de Dirk Husemann

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    La fascinante historia de como viajo un elefante desde Bagdad hasta Aquisgran en tiempos del emperador Carlomagno. En el ano 802 latension entre el emperador Carlomagno y el califa de Bagdad se encuentra en un punto culminante en su lucha por alcanzar la hegemonia politica y religiosa. Isaak de Colonia, un sirviente del emperador Carlomagno, debe hacerle llegar un increible regalo del califa de Bagdad como muestra de amistad: un elefante. Junto con Thankmar, su esclavo, emprendera un largo y peligroso viaje para evitarun enfrentamiento entre los dos monarcas. El viaje del animal se convierte en una peligrosa aventura a traves de la Europa medieval.Para los europeos, el elefante es la reencarnacion misma del demonio y debe ser destruido. Pero su muerte empujaria a los dos imperios a una terrible guerra. Una fascinante historia que nos muestra la Europa del siglo IX, los viajes de la epoca y las diferenciasculturales entre los dos imperios mas importantes de ese momento. <>Frankfurter Neue Presse

  • La torre tesla, Ruben Azorin de Ruben Azorin

    https://gigalibros.com/la-torre-tesla-ruben-azorin.html

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    <>

  • Redencion de Fernando Gamboa

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    La nueva novela de uno de los autores espanoles mas leidos en todo el mundo.

  • Ciudad de Reyes (Nueva York 1) de Mariah Evans

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    Primera entrega de la serie romantica paranormal: Ciudad de Reyes.
    La poblacion de Brooklyn esta sufriendo una oleada de despiadados asesinatos. Una division secreta del Pentagono, con Josh Gallager al mando, es enviada a la comisaria principal de la zona para colaborar en la investigacion.
    Gallager debera trabajar junto al Inspector de homicidios Franklyn, pero sin revelar su verdadera mision ni las atipicas particularidades que les caracterizan a el y a su equipo.
    Sarah es sobrina del inspector y trabaja como secretaria en la comisaria. Cuando es atacada y consigue milagrosamente escapar de los depredadores que tienen aterrada a la ciudad, Josh se vera obligado a protegerla… ocultandole su mas oscuro secreto.
    Una magnifica novela, ambientada en el famoso barrio de Brooklyn, en Nueva York, que te hara temblar y enamorarte a partes iguales.

  • Nunca caeran en el olvido de Carmen Lobato

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    Berlin 1938. Eva, una pintora judia, tiene que enviar a su hija Chaja en un tren que llevaba ninos judios a Inglaterra para salvar sus vidas. Alli, la arqueologa alemana Amarna acogera a la nina.
    Al mismo tiempo, Amarna esta viviendo una gran historia de amor con su marido Arman, un escultor armenio que perdio a su familia en el genocidio del pueblo armenio por los otomanos en 1915. Esta empenada en descubrir las ruinas de un reino armenio olvidado a los pies del monte Ararat y tambien en darle un hijo a Arman. Y con la pequena Chaja, uno de los deseos se ha visto cumplido.
    Por su parte. Eva, totalmente desgarrada, consigue escapar de la Gestapo y se dirige a Inglaterra con el proposito de recuperar a su hija. En medio de la guerra, las persecuciones y la muerte, estas dos
    mujeres luchan por su propia existencia, por su futuro, por su unica hija y por el amor del mismo hombre. Incluso tendran que abandonar las ciudades europeas destrozadas por la guerra y sera a la sombra del monte Ararat donde se decida su destino

  • Ciencia Ficcion. Seleccion 40 de Aa. Vv

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    En esta seleccion se incluyen varios relatos clara y deliberadamente inspirados en grandes temas y autores de la narrativa fantastica.

  • Un hombre al mando de Laurelin Paige

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    Tenia el brazo levantado y el movil en la mano mientras buscaba cobertura cuando lo oi. Un maullido leve. El tipico sonido de un gatito en apuros. Aguce el oido y examine a mi alrededor. Detras de mi, cuatro estructuras con forma de silo se erigian apinadas. Abajo, el bar de la azotea bullia de actividad. Enfrente, el Empire State atraia todas las miradas, resplandeciente con los colores del arcoiris (en honor a la manifestacion en favor del colectivo LGBTQ, convocada para ese fin de semana), pero el exceso de luces centelleantes de discoteca del local hacia palidecer la atraccion turistica. Habia mucho barullo, una de las razones por las que me habia escabullido a la parte mas alta del edificio: queria hacer una llamada. El otro motivo que me habia empujado a subir a la azotea era que todavia no habia conseguido que en mi pantalla apareciera mas de una raya de cobertura. Los maullidos, conclui, debian de proceder de los depositos, sirvieran para lo que sirvieran. Imagine que hacian las veces de trastero para guardar objetos mecanicos para el edificio: para el sistema electrico, el aire acondicionado y vete a saber que mas. Algun arquitecto de esos de prestigio habia decidido, por alguna razon, que unas torres cilindricas de un tono bronce con tapas que parecian un sombrero conico asiatico eran el mejor modo de hacer que el material industrial quedara mas bonito. De verdad, la ultima moda en diseno de la ciudad de Nueva York escapaba a mi entendimiento. Para mi, tenian una pinta rarisima. Ademas, los habian colocado en la parte mas alta de un edificio de sesenta plantas, de modo que la probabilidad de que hubiera oido a un gatito extraviado era bastante infima. De todas formas, el ruidito habia cesado. Es probable que hubiera sido el chirrido de un generador o que me lo hubiese imaginado. Volvi a centrarme en el movil. Dos rayas si me situaba en esa direccion. Termine de subir los tres escalones que faltaban para llegar por fin a la planta superior. !Tres rayas! Con eso bastaria. Pero... volvi a oir al gatito. Otra vez. Y otra. Quedaba descartado que fuera algo mecanico. Baje la mano con la que sostenia el telefono y empece a rodear uno de los depositos. Si no se trataba de un gato (porque tan arriba no podia ser, ?no?), ?que era entonces? ?Esos ruidos los podian hacer las ratas? Solo de pensarlo me puse a temblar. Lo cierto es que no tenia ningun motivo para ponerme a buscar de donde procedia el sonido. Pero ?y si era un gatito? Quiza los del bar hipster de abajo tenian uno aqui en la azotea para que mantuviera a raya a los ratones. No era una idea tan descabellada y me empezo a picar la curiosidad, asi que, en contra de lo que me dictaba el instinto, segui rodeando el segundo deposito. De pronto, me quede petrificada. Aquel ruidito no lo emitia un animal, sino una mujer. Se encontraba a unos cinco metros y apoyaba la espalda en la pared de ladrillos de una chimenea al otro lado de los depositos. Tenia los ojos cerrados, llevaba un vestido de fiesta remangado por la cadera y los sonidos que emitia eran gemidos de placer, no de sufrimiento. Segun parecia, se los estaba provocando el hombre situado delante de ella. En concreto, su mano, que se movia entre sus piernas. Y !uf!, a juzgar por la expresion de la mujer, el hombre sabia lo que hacia. Retrocedi con sigilo y a toda velocidad mientras rodeaba el deposito y solte el aire despacio. No sabia si echarme a reir o... bueno. ?Es que que otra reaccion iba a tener, si no? Desde luego, el cosquilleo instantaneo de excitacion que se me habia despertado entre los muslos no era la respuesta adecuada. Vamos, que lo mejor era reirse. Me rei en silencio, para no molestar a los <>. Sin embargo, cuando el impulso de tomarmelo con humor se desvanecio, el cosquilleo seguia ahi. Hacia mucho tiempo desde la ultima vez que habia echado un polvo. La ultima relacion seria que habia tenido termino en verano, y luego busque un clavo que sacara a otro calvo durante el fin de semana de Halloween, pero, desde entonces, nada... y estabamos a principios de septiembre. !Madre mia, pero si ya casi hacia un ano! No me extranaba que sintiera tanta curiosidad por aquel par de desconocidos que se metian mano en un rincon apartado de la juerga en la azotea. La excitacion indirecta era demasiado tentadora. Sin hacer ruido, rodee el deposito de puntillas con el cuerpo pegado al edificio. Solo queria... echar una miradita. Guau. Esta segunda vez, la escena era tan sensual como la primera. Mas incluso ahora, que la mujer empujaba las caderas hacia la mano de el. La forma en que el hombre le sostenia las manos por encima de la cabeza, el hecho de que no se estuvieran besando, que los unicos puntos de union entre sus cuerpos fueran la mano de el que le agarraba las munecas y la otra metida entre sus piernas, constituian un espectaculo obsceno, lisa y llanamente. Y cuando ella solto otro gemido, por poco no se me escapo uno a mi tambien. Tome nota mental: <>. Tanto, que habia olvidado por completo la razon por la que habia subido a la azotea. Tanto, que me palpitaba la entrepierna. Tanto, que ni se me ocurrio esconderme cuando la mujer profirio un ultimo grito ahogado y se estremecio al llegar al orgasmo. Era evidente que aquel era el preciso instante en que deberia haberme ido. Bueno, vale, deberia haberme ido antes, pero como no lo habia hecho, el momento era ese. Sin embargo, me quede ahi, pasmada por la actitud indiferente con la que el hombre se saco un panuelo de un bolsillo interior del esmoquin y se limpio la mano antes de metersela en el bolsillo. Ni siquiera se lo ofrecio a la mujer. No fui la unica que se dio cuenta. Ella puso mala cara mientras se recolocaba el vestido, pero enseguida recupero la sonrisa. Se echo la melena castana por encima del hombro (oscura, pero no tanto como la mia), se acerco a el y le toco la entrepierna. --Va, Eden, que tu ya has terminado... --Aunque no alcanzaba a oirlo todo desde mi escondite privilegiado, si que vi con claridad que el le apartaba la mano. --Pero tu no --dijo ella entre susurros. El la miro fijamente unos segundos. Ojala hubiera estado de cara a mi para poder ver su expresion. Oye, que complicado era espiar a gente que no cooperaba. --No te esfuerces --repuso al final. Una negativa, clara como el agua. No necesite verle el rostro para saberlo--. La unica razon por la que he hecho que te corrieras ha sido para que me dejes en paz. <>. !Menudo imbecil, el tio! Bueno, o quiza no. Habia que tener en cuenta que, antes de rechazarla, le habia provocado lo que, a todas luces, habia sido un orgasmo de calidad excepcional. Claro que carecia de la informacion necesaria para formarme una opinion a partir de lo que habia visto. Pero era dificil no figurarme los detalles de la situacion mientras observaba la escena como quien come palomitas, y, en mi imaginacion, al tipo se le daba tan bien follar como tener los modales de un autentico imbecil. La experiencia me habia ensenado que ambas caracteristicas iban de la mano. Eden se aclaro la garganta, pero parecia que sabia cuando retirarse: --Tu te lo pierdes. Sabes perfectamente que te trato muy bien. --Si, exacto. Ese es el problema. Madre mia, menudo cabron. Era el tipico tio que necesitaba poner distancia. El tipico que solo se enrollaba contigo una vez y si te he visto no me acuerdo. Recorde que habia alquilado el bar de abajo entero, en la azotea, para celebrar una fiesta con invitados de clase alta, y lo cale: un ricachon arrogante que se creia que tenia privilegios. Todo un casanova, vamos. Lo mejor que Eden podia hacer era salir disparada en direccion contraria. Se le borro la sonrisa. Irguio la espalda y lo fulmino con la mirada. --Eres un imbecil. <>. El casanova se encogio de hombros. --Ya te lo adverti. --Me avisaste, pero sabias que, al hacerlo, darias ni mas ni menos que la imagen contraria. Mira, ?sabes que? Te mereces estar tan amargado. Parecia que estaba a punto de irse, lo que significaba que yo debia salir por patas, pero vacile al ver que el alargaba la mano y la agarraba del brazo. --Espera, Eden. La expresion de esta se suavizo, aliviada, como si hubiera deseado que el la detuviera. Yo tambien sabia lo que era albergar esa esperanza. Ademas, estaba bastante segura de que Eden sabia donde se metia cuando se habia enrollado con este cabron, pero, aun asi, me costaba no empatizar. Le solto el brazo y le acaricio el rostro. Y, justo cuando creia que el casanova quiza no estaba tan mal, espeto: --Limpiate antes de bajar. Se te ha corrido el rimel. Eden se aparto de golpe y, sin mediar palabra, se fue echa una furia. Una furia que venia derechita hacia mi. <>. Sali disparada y rodee el deposito lo suficiente para que no me viera cuando bajara las escaleras, pero no tanto como para que don imbecil me viera desde el otro lado. Entonces, espere mientras trataba de oir sus pisadas para saber cuando podria salir de mi escondite. Por lo visto, el cabron caminaba de forma muy silenciosa, porque no se oia ni una mosca. Asi que me puse a contar hasta doscientos, solo para estar segura de que habia pasado el tiempo suficiente. Y me pase de los doscientos tambien, porque perdi la cuenta un par de veces cuando me asalto una imagen de la escena tan sensual con la que me habia encontrado. Sin duda, en la lista de pendientes debia anadir <>. No podia seguir asi. Al fin, asome la cabeza por donde lo habia visto la ultima vez. No habia nadie. Avance unos pasos para asegurarme. No estaba en ninguna parte. Suspire, aliviada. --?Buscas a alguien? Di un bote al oir la voz a mi espalda. Gire sobre los talones y lo vi de pie, entre las sombras, donde habia estado escondida hacia tan solo unos segundos. Era imposible que supiera que yo estaba alli. Imposible. Igual de imposible que que supiera que los habia visto. Llegue a esas conclusiones en un instante, de modo que me hice la inocente: --Me habia parecido oir a un animal. Un gatito atrapado. Solo estaba echando un vistazo. <>. --Un gato. En la azotea de un edificio de sesenta plantas. --No se lo creyo, como era logico. --Ya, a mi tambien me parecia raro. Por eso estaba echando un vistazo. --Aja. Estaba tan nerviosa que me habia puesto a sudar. Tenia muy presente que habia venido a la fiesta haciendome pasar por quien no era y, aunque no habia ninguna razon para que este tipo lo pusiera en duda, la posibilidad habia hecho que me pusiera en guardia. Pero eso no tenia por que ser positivo per se. Porque deberia haber defendido mi version (era la verdad, al fin y al cabo) y haberme largado. El seguia entre las sombras, con el rostro oculto en la oscuridad. Tampoco es que fuera a tratar de impedirmelo. Con todo, esas dos silabas encerraban una provocacion, un reto implicito, y quien me conocia sabia que yo no era de las que salian corriendo ante un desafio. Di un paso adelante para acercarme. --?Aja? ?Aja, que? ?Que quieres decir con eso? ?No me crees? Se encogio de hombros con la misma indiferencia que le habia demostrado a Eden. --Aja solo quiere decir aja. --Ah. --Quiza me lo habia imaginado. Toda esta odisea habia sido un error. ?Por que habia creido que seria capaz de hacerlo sin perder los papeles? Tal vez era el tipo de persona que no se achicaba ante un desafio, pero tampoco era estupida, y haber venido a esta fiesta habia sido una absoluta insensatez. Ademas, estaba imaginando conflictos donde no los habia--. Bueno, pues... --dije y me di la vuelta para alejarme de ese hombre misterioso. Del mismo modo que habia alargado la mano para detener a Eden, elevo la voz para detenerme a mi. --?Sabes? Creo que has venido a echar un vistazo porque has oido algo y luego te has topado con otra cosa. Y en vez de irte..., has preferido quedarte. Gire sobre mis talones de nuevo. --No me he... --perdi el hilo de golpe. Habia salido de las sombras y ahora, por primera vez, le vi la cara. Y era impresionante. Impresionante nivel: te quedabas sin respiracion. Impresionante nivel: braguitas chorreando. No me extranaba que Eden se hubiera muerto del gusto con el. Los hombres normales y corrientes no eran asi. Este era como un modelo de portada de revista. Si me hubiesen obligado a describirlo, no habria sido capaz de decir que lo hacia tan atractivo. Todo. La forma en la que encajaban sus rasgos. Los pomulos marcados. La mandibula cincelada y manifiesta bajo una barba castana, cuidada y corta. Los ojos... (habia demasiada poca luz para identificar el color, pero estaban colocados en el lugar perfecto). Y, aunque su apariencia por detras se disimulaba bastante, el traje confeccionado a medida que llevaba revelaba lo suficiente de la parte frontal para apreciar que tenia un cuerpo muy bien definido como quien no solo tiene un gimnasio en casa, sino que tambien se pasa horas en el. Me sorprendio tanto, me pillo tan desprevenida, que vomite las palabras antes de tener la oportunidad de refrenarlas: --Ostras, menudo pibon. La verguenza me subio por el cuello hasta el rostro. Mi piel olivacea no se sonrojaba con facilidad, pero la sangre todavia se me acumulaba en la cara cada vez que hacia el ridiculo. Y acababa de hacer un ridiculo monumental. Era imposible arreglarlo. Mientras me mosqueaba conmigo misma y me moria por el bochorno, el metio cucharada como si nada: --Justo estaba pensando lo mismo de ti. Me acababa de tirar los tejos. Y hacia nada que le habia provocado un orgasmo a otra mujer. Pero que bien lo habia calado. Era un donjuan de manual. Me eche a reir, en parte por los nervios y tambien porque no me lo podia creer. --Eh... no. Eso no. No vamos... No. Gracias, pero creo que me voy a ir. Estaba tan nerviosa que no habia acabado de dar la media vuelta cuando me detuvo de nuevo. --No, espera. Lo siento. No queria pasarme de la raya. Como lo has dicho tu primero, creia que podia responderte en los mismos terminos. Reflexione unos segundos antes de contestar (algo que sabia que deberia hacer mas a menudo). Bueno, vale. Habia decidido que no era mas que un ligon, pero no tenia pruebas de ello. Y luego habia sido yo quien le habia soltado aquello a un completo desconocido. Sin duda, era yo quien se habia pasado de la raya. --Si que lo he hecho --admiti--. Lo siento, me ha salido solo. --No hace falta que te disculpes. --Su sonrisa brillaba como el oro. Resultaba hipnotica. Capaz de convencer a muchas mujeres para cometer estupideces con tan solo exhibirla. Desee que ese <> no me incluyera a mi. Pero tambien era realista, asi que me puse en guardia porque lo mas probable era que yo tambien formara parte de dicho grupo. Y todavia estaba alli parada. --Tambien se aplica a que te hayas quedado aqui arriba despues de presenciar lo que te has encontrado. --Estaba decidido a obligarme a admitir lo que habia visto. Eran meras suposiciones. Solo tanteaba el terreno. Sin embargo, ?habia alguna razon de peso para negarlo? Sentia curiosidad por saber hacia donde queria llevar la conversacion, de modo que me limite a preguntar: --?Y? --Y eso, combinado con el comentario que has hecho sobre mi fisico, me ha dado a entender que esta conversacion podria terminar de una forma muy distinta. --Avanzo hacia mi al acecho, como un depredador. Lo juro. Como un depredador. Que locura lo sensual que podia resultar un hombre con tan solo dar un par de pasos. Y una locura todavia mayor era lo mucho que me estaba afectando. Y, ay, la madre, me habia costado unos segundos procesarlo, pero ?de verdad acababa de soltarme eso? --Por favor --dije, con un grunido de irritacion que iba tan dirigido a mi como a el--. Solo porque te he pillado en plena faena por casualidad, ?crees que ahora yo tambien voy a querer? --No, claro que no. --Se volvio a encoger de hombros con indiferencia--. Solo porque te hayas quedado mirando... Otra oleada de sangre me incendio las mejillas. El habia estado de espaldas a mi durante todo el rato. Eden ni siquiera me habia visto y era ella quien estaba de cara a mi. ?Me habia equivocado? Quiza en la pared de ladrillo habia algo reflectante. Me gire para examinar el lugar donde habia estado el. Volvi la vista atras hacia el punto donde habia estado yo. No, para nada. Imposible. No me habia visto. Me gire para enfrentarme a el con una sonrisa de satisfaccion. --Es imposible que lo sepas. Entonces, me devolvio la misma sonrisa, porque acababa de confesar que, en efecto, me habia quedado mirando. --Estaba evaluando si habia sido consentido --anadi, en un arranque. --Claro, te preocupaba la seguridad de otra mujer. --Exacto. --La mentira me hizo sentir honrada. Como si, en realidad, me hubiera comportado como una heroina en vez de una mirona, motivada por la preocupacion de si Eden estaba sufriendo una violacion o no. Su sonrisita de autosuficiencia me decia que no lo enganaba, pero me siguio el juego: --Espero que hayas llegado a la conclusion de que era consentido. --Al menos por parte de ella. --Lo dije porque pense que seria una pulla, pero, al oirlo, me di cuenta de que parecia que estuviera tonteando. Joder. Quiza si que tonteaba. Su expresion reflejaba la misma duda. --No me he visto obligado a hacer nada que no quisiera. Pero si, razon no te falta. Estaba un poco distraido. En cambio, tu tienes toda mi atencion. --Dudara o no, tenia un descaro impresionante. Y a mi me encantaban los ligones atractivos y descarados. Pero enrollarme con uno no formaba parte del plan de esa noche, asi que tenia que irme. --Ah, muy bien --continue, echa un lio y atontada--. Vale. Si. Me... Bueno. Gracias, pero no. Solo habia subido para hacer una llamada, asi que voy a ello. --Tuve la sensatez de largarme, pero fui incluso mas sensata al decirle mientras me iba--: Por favor, no me sigas. Bueno, quiza no habia sido la sensatez lo que me habia impulsado a echar un ultimo vistazo en su direccion. Queria saber si estaba mirando como me iba. Y, quiza soy una idiota, pero me encanto saber que, efectivamente, lo hacia. Capitulo 2 Teyana respondio tras el primer tono de llamada. --Cuentamelo todo. Yo seguia con la cabeza perdida entre los depositos, en ese desconocido tan atractivo y exasperante. Seguramente, deberia haberme esperado a que me bajara el sofoco antes de llamar, pero me moria por ponerme al telefono para que pareciera que estaba haciendo algo, por si se le ocurria seguirme. No obstante, no habia sido el caso y ahora estaba condenada a hacer un esfuerzo por hablar. Solte algo a medio camino entre un grunido y un suspiro. --Todo iria mejor si estuvieras aqui --asegure, y era la verdad, pero no lo habria expresado como una quejica si hubiese estado centrada. Al instante, trate de suavizar mi comentario--. Quiero decir, se que no seria lo mejor para ti, pero lo seria para mi, y no trato de hacer que te sientas mal, pero es que me gusta que me acompane mi amiga. Joder, que insensible. Mira que centrarme en como me sentia yo y lo mierda que era tener que estar sin ella en vez de preocuparme porque Teyana si que sufria a nivel fisico. Sabia comportarme como una buena amiga para alguien que padecia una enfermedad cronica y agotadora, pero, de vez en cuando, metia la pata hasta el fondo. --Lo siento --anadi, mientras desee haber comenzado por ahi. --Eh, va, no empieces... --Como solia pasar, Tey termino por consolarme a mi--. Soy muy consciente de que mis brotes no solo son una molestia para mi. --Pero es que ahi esta el problema: que solo para mi son una molestia. Para ti, son algo mucho peor. --Si --reconocio--. Son una absoluta mierda. Ojala pudiera estar contigo, de verdad. Ese habia sido el plan original: venir juntas. De hecho, cuando habia visto la invitacion entre la correspondencia de mi jefa, mi idea habia sido tirarla a la basura y no darle mas vueltas, pero Tey me la habia quitado de las manos y los ojos se le habian iluminado con un plan. <>, le habia senalado yo. <>. <>. <>. Fue entonces cuando me lo plantee en serio. Kendra nos habia prestado ropa a Teyana y a mi millones de veces desde que las tres nos conocimos y nos hicimos amigas cuando cursabamos el master en la Universidad de Georgetown. Aunque ya no eramos tan intimas como entonces (convertirse en mi jefa tras la graduacion habia cambiado las dinamicas de la relacion), sin duda me habria prestado algo de haber estado alli. Claro que, si hubiera estado alli, yo no habria fisgado entre su correspondencia y no habria descubierto que se celebraba esta fiesta. Tey debio de darse cuenta de que mi conformidad se abria paso: <>. Los Sebastian pertenecian a la realeza estadounidense. Tenian dinero invertido en todo, desde el acero y el petroleo hasta medios de comunicacion y tecnologia, de modo que, practicamente, la ciudad entera les pertenecia. Su apellido figuraba en tantos edificios como el de los Rockefeller, entre los que se contaba el Sebastian Center, la sede principal de la mayor parte de sus negocios en Nueva York. Y una fiesta con estos fabulosos millonarios como anfitriones resultaba, sin duda, tentadora. <>, habia insistido Tey. <>. Y como razon no le habia faltado en ese sentido, y dado que ultimamente estaba un tanto resentida con Kendra, yo habia accedido. Pero entonces, Teyana sufrio un brote que la mando derechita a la cama y en posicion fetal. Solo habia aceptado acudir a la fiesta para que ella pudiera vivirla de forma indirecta a traves de mi. Hacia tanto tiempo que eramos amigas que era consciente de que, a veces, lo unico que podia hacer para aliviar su enfermedad era vivir mi propia vida al maximo. En muchos sentidos, el hecho de que Teyana padeciera esta enfermedad me habia impulsado a ir mas lejos de lo que habria ido yo sola. Y eso me hacia sentir incluso mas culpable. --?Como te encuentras? --le pregunte esta vez. --Mareada, y es como si alguien no dejara de clavarme un cuchillo de sierra entre las costillas. Pero, sobre todo, estoy aburrida, asi que distraeme y cuentame como va la fiesta. --Bueno... --Lo cierto era que apenas habia pisado la fiesta. Me habia paseado de una punta a la otra de la azotea, habia pillado unos cuantos aperitivos exoticos de las bandejas que se paseaban por el local y, por fin, habia subido por la escalerilla para buscar cobertura y llamarla. Sin embargo, esta version de la noche no iba a distraerla, asi que trate de echarle mas miga: --Todo el mundo va muy elegante, por supuesto. Ropa exclusiva, de diseno. De hecho, me da la sensacion de que no voy todo lo arreglada que deberia, y mira que llevo un Dolce & Gabbana. --He visto la foto. Encajas a la perfeccion, te lo aseguro. Baje la mirada en direccion a la falda de tul rosado. --Parezco una bailarina. --Pareces la primera bailarina del ballet de Nueva York, en todo caso, y eres un pibonazo. Y punto. ?Que mas? Venga, cuenta.

  • Miss Manias, tus secretos de Olivia Kiss

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    Tricia esta harta de los reportajes poco serios que le mandan hacer en la cadena de television donde trabaja: desde ir vestida de animadora hasta terminar cubierta de tarta en las fiestas locales. Quiere sentirse valorada y comunicar noticias importantes. O al menos en eso piensa cuando conoce a Dexter en un bar, tras uno de los ultimos encargos de su jefa. Claro que, en ese momento, todavia no sabe que Dexter no es un hombre mas, sino el futuro protagonista de todos los informativos del pais.
    Cuando sale a la luz que la empresa dirigida por Dexter esta metida en un buen lio a causa de un desvio de fondos, a Tricia le ofrecen al fin la oportunidad que tanto estaba esperando: cubrir la noticia. El problema es que Dexter es irresistible y no parece en absoluto culpable y. a ella cada vez le gusta mas. Pero dejarse llevar por la tentacion es una locura cuando todo su trabajo esta en juego. Y aun mas importante, ?puede confiar en Dexter?
    <>.

  • Olympia (El Grimorio de los Dioses 0) de Melanie Alexander

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    Durante treinta y dos siglos no he seguido ninguna norma, ni siquiera aquellas que Arestos, mi creador, tanto se empenaba en imponerme para mantenerme bajo su yugo. He sido terca, obstinada, y para que mentir, un verdadero monstruo. He desatado el caos por todas partes, he matado impunemente a miles de inocentes para alimentarme y nunca he sentido remordimientos por ello. La alumna supero con creces al maestro y asi fue como me converti en una verdadera atrocidad, tanto para los humanos, como para todo aquel que me rodeara. Todo era demasiado complicado. La soledad, la tormentosa relacion con Arestos que pasados los siglos cada vez se convertia en mas infernal. Nos odiabamos, pero a la vez necesitabamos. El tenia un proposito y yo un gran vacio en mi interior imposible de llenar. Mi nombre es Olympia y soy un vampiro. Esta es mi historia y no te agradara conocer al monstruo que una vez fui.

  • Trajano y Decebalo en la Rumania del Siglo XXI de Santiago Posteguillo

    https://gigalibros.com/trajano-y-decebalo-en-la-rumania-del-siglo-xxi.html

    Las novelas de Santiago Posteguillo consiguen atrapar a los lectores gracias, entre otras cosas, a su exhaustiva labor de documentacion. Para recrear con la mayor fidelidad posible la conquista de la Dacia por Trajano, Santiago Posteguillo realizo un viaje por la Rumania actual siguiendo los pasos del emperador hispano. En este documento el lector podra recorrer paso a paso, calzada a calzada, los movimientos que el ejercito romano realizo en su guerra contra Decebalo. Un documento de gran valor informativo, escrito con una pizca de humor y aderezado con imagenes de fotografias tomadas por el propio autor; asi surge la complicidad con los lectores.

  • Un lugar sobre el acantilado de Kris L. Jordan

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    Un magico lugar en las islas Orcadas, un hotel sobre un acantilado y el mar esperan la llegada de unos visitantes muy especiales: una escritora de novela romantica y sus guardaespaldas.
    Katy cerro su corazon, pero una bonita sonrisa podria desbaratar sus planes.
    Ishbel es una loca de la vida que disfruta del amor sin ninguna atadura, hasta que un texano cabezota se cruza en su camino.
    Dos historias de amor en las que, como en la vida misma, las cosas mas sencillas se vuelven complicadas.

  • El cuidador de elefantes de Christopher Nicholson

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    Inglaterra, 1766: despues de un largo viaje desde las Indias Orientales, un barco atraca en Bristol, Inglaterra. Lleva un cargamento de animales exoticos y, ademas, dos elefantes en pesimas condiciones. John Harrington, un comerciante de azucar, los compra y los confia al hijo de su jefe, Tom Page, de doce anos. El vinculo que se establece entre el nino y los elefantes es inmediato. Asi comienza El cuidador de elefantes, una hermosa y cautivadora historia sobre la lealtad, la violencia, la libertad y el cautiverio entre un elefante y un ser humano.

  • La busqueda de Charlotte Link

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    Varias adolescentes desaparecidas, un cadaver en los pantanos y ninguna pista…

  • Mayo del 68 de

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    Mayo del 68 es quizas uno de los acontecimientos que mas analisis y debates ha generado, casi tantos como la Revolucion francesa o rusa. Para muchos, Mayo del 68 simbolizo el surgimiento de una “nueva izquierda” de la mano de los movimientos estudiantiles. Sin embargo, y pese a la buena acogida que tuvo entre importantes intelectuales izquierdistas, dichas protestas no siempre fueron entendidas ni apoyadas desde las filas progresistas coetaneas. Ese fue el caso de Adorno en Alemania como de Pasolini en Italia, dos pensadores que atacaron duramente, desde posiciones y experiencias distintas, los movimientos de protesta de sus respectivos paises. Algo similar, aunque con un caracter mas mayoritario, ocurre en el presente, donde ciertos sectores de izquierda, que ensalzan los movimientos de protesta de los sesenta, no dejan de mirar con recelo las protestas juveniles actuales, tachandolas de “antisistema” o de “populistas”. Esta obra pretende calibrar la influencia de la “izquierda critica” tanto en la comprension de Mayo del 68 como sobre las protestas juveniles actuales, desde los movimientos antiglobalizacion hasta el 15M o las frustradas primaveras arabes. ?Se anticiparon sendos pensadores a nuestro tiempo, viendo entonces lo que percibe ahora la izquierda tradicional en las protestas actuales? ?Son estas ultimas equiparables a las demandas y reivindicaciones de entonces?

  • El viaje de don quijote de Julio Llamazares

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    2016, ANO CERVANTES

  • La venganza del perdon de Eric-emmanuel Schmitt

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    Cuatro destinos, cuatro historias en las que Schmitt, el autor de ” El senor Ibrahim y las flores del Coran ” , con indudable sentido del suspense psicologico, explora los sentimientos mas violentos y secretos que gobiernan la existencia del ser humano.

  • Tu y yo en la Gran Manzana de Estrella Correa

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    Anna Stewart cree haber encontrado la felicidad. Piensa que su trabajo de columnista en la revista de referencia de la ciudad de Nueva York y la compania de sus dos grandes amigos es suficiente para sentirse completa.

  • Una pirata enamorada (Bastardos de Inglaterra 1) de Lynsey Lynwood

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    M e despierto con un terrible dolor de cabeza. Los recuerdos se empiezan a agolpar en mi mente. El abordaje, la prision en las bodegas de esa pirata desalmada de Clarissa, el encuentro con mi hermano Philip y mi mayor humillacion: la caminata, esposado como un esclavo, a traves del follaje espeso de esta isla apartada de la civilizacion hasta la mansion de mi captora. Los piratas apuntan a mi cabeza con fusiles, algunos tienen bayonetas incorporadas... por si tengo intencion de escapar, !como si hubiera alguna posibilidad! No puedo caminar ni dos pasos. La falta de agua y alimentos han hecho estragos en mi salud. Estoy acostumbrado a comer todo lo que me apetece cuando se me antoja. El marques y yo hemos pasado por momentos de necesidad, pero siempre hay algo en la despensa, especialmente por la noche. El hambre me asalta al mismo tiempo que la ansiedad, suelen ir unidos. Desde hace tiempo, sospecho que no es normal. Hay algo oscuro en mi que me domina: el hambre. Hambre de comida, de sexo, de atencion, de amor. Hambre de todo. Hay ocasiones, como ahora, en las que los nervios me traicionan y lo unico en lo que puedo pensar es en comer hasta calmarme, hasta llenar el hueco de mi estomago, como si eso pudiera llenar otros espacios vacios en mi interior, otras necesidades intangibles. Por eso peso ciento veinte kilos. Soy mas alto que la mayoria de mis amigos. Mido un metro ochenta y cinco. Estoy muy lejos de acercarme al prototipo de hombre ideal del momento y, sin embargo, no dejo que mi apariencia me defina de ninguna manera. Me toco la cabeza porque el dolor es demasiado intenso. Recuerdo el golpe que me ha propinado la misma Clarissa con la culata de un fusil cuando le he pedido que me dejara en libertad. <>. Eso ha sido lo ultimo que he escuchado antes de perder el conocimiento y caer al suelo. Me levanto y me acerco a la unica ventana abierta. Es de noche, pero por la posicion de la luna no parece que sea muy tarde. Inspiro profundamente. El olor del mar me da la bienvenida. En estos momentos, odio ese olor. Despues de meses en un barco en medio del oceano, el mar me provoca nauseas. Me asomo al balcon. Esta en el segundo piso. Calculo la distancia hasta el suelo. Es demasiada. No quiero morir, pero tampoco se si estar preso es un destino peor que la muerte y pienso si merece la pena arriesgarse a escapar. Me pregunto que piensa la gente cuando cae al vacio para terminar con su vida, cuales son sus ultimos pensamientos, cuales seran los mios. Dudo si Philip sentira remordimientos en caso de que me mate al saltar o si mantendra la misma indiferencia que ha mostrado en Falcon Point cuando me ha entregado como regalo a Clarissa. ?Quien regala a alguien con el que has crecido y que nunca te ha hecho dano? Tal vez Philip ya no es la persona que pense que era. Tal vez yo no merezco nada, ni siquiera la compasion de otro ser humano. Tal vez los pecados de mis padres son peores de lo que pensaba, tal vez mis deseos oscuros son imperdonables. Es posible que mi alma esta demasiado rota como para poder alcanzar la redencion. He escuchado historias terribles sobre piratas desalmados y Clarissa entra en la descripcion. Es una mujer hermosa, no puedo negarlo, con esa piel bronceada como arena de playa mojada, los ojos oscuros como la noche y el cabello como una laja de pizarra mojada por la lluvia. Es una vision a la que no estoy acostumbrado. Mi estomago emite un grunido. El hambre no va a desaparecer, solo va a empeorar. Tendre que salir del dormitorio y aventurarme a buscar la cocina. Me pregunto si a todos los prisioneros les dan el mismo trato que a mi. A pesar de la relativa oscuridad de la habitacion, puedo apreciar las dimensiones. Es enorme, tanto como mi antiguo dormitorio en Sudley Manor, la mansion que ha pertenecido a la familia materna de Philip en Inglaterra y donde he pasado mi ninez. Tal vez ser el hermano de Philip me confiera ciertos privilegios, aunque, si quiero ser preciso, el no es en realidad mi hermano. No tenemos la misma sangre. Mi madre se caso con el padre de Philip embarazada de un cantante de opera italiano, pero Clarissa no lo sabe y Philip no lo ha revelado cuando ha tenido la oportunidad. Nadie conoce la sordida verdad: soy un bastardo nacido dentro de un matrimonio respetable y gracias al buen corazon del marques de Harlow, el padre de Philip, que me crio como si fuera su propio hijo, no he tenido que sufrir la humillacion y la verguenza de ser senalado. Bueno, no pienso revelar la verdad nunca. Ese es el tipo de secreto que uno se lleva a la tumba. ?Quien quiere confesar que es un bastardo y ser excluido de la sociedad en la que vive? Intentare sacar todo el provecho que pueda al parentesco que me une a mi hermano. Diviso la puerta rezando para que no este cerrada. Cuando la abro, dejo escapar el aliento que he estado conteniendo. Me llega el sonido de varias personas discutiendo a pleno pulmon. <>, pienso con desden. Desciendo las escaleras. El vestibulo es enorme y esta vacio. <>, me pregunto con menosprecio. La arquitectura de la mansion es francesa y eso me sorprende. Al perder el conocimiento, he olvidado los detalles del lugar que va a ser mi prision por una larga temporada... o al menos eso creo, aunque, como nunca he tratado con piratas, no puedo estar seguro de nada. Me pregunto donde esta el resto de la tripulacion del Belle Lueur. Tal vez en las bodegas del barco esperando un destino peor que el mio. Un escalofrio me recorre la espalda. Me acerco a la habitacion de donde provienen las voces y escucho con atencion. --Clarissa, no puedes mantenerlo prisionero. Es un aristocrata. Imaginate si alguien se entera. Tendremos al maldito ejercito ingles a las puertas de Emerald Bay antes de que te des cuenta. --El unico que lo sabe es Falcon y el no va a denunciarnos. El sigue las reglas. Por el tono de su voz, deduzco que Clarissa no esta preocupada en absoluto. --Es su hermano. ?Cuanto tiempo crees que pasara antes de que venga a pedirte que lo liberes? --interviene otra voz. <>, pienso. Philip ha dejado claro que no le importa mi suerte. Me duele ver que aun me odia. El motivo no lo se, aunque intuyo que es porque descubrio que soy un bastardo. Un parasito que ha estado viviendo de la fortuna de su padre, aunque ese patrimonio ya no existe. Philip no sabe nada aun. Tal vez pueda hablar con el y arreglar las cosas. --La cuija se queda hasta que convierta Emerald Bay en una plantacion exitosa. Es mi ultima palabra -- escucho decir a Clarissa con decision. Me pregunto que demonios significaba la palabra cuija. Al parecer, ya tengo un apodo e ignoro su significado, lo cual me frustra mas... si eso es posible. Odio a esta mujer que no me respeta y que no tiene ningun limite. Igual mata que secuestra o vende a sus prisioneros en el mercado de esclavos, o al menos eso habia dicho el pirata que se habia encargado de vigilarnos en las bodegas cuando nos hicieron prisioneros. Aprieto los punos con rabia para evitar golpear la pared o a alguien. Estoy furioso, pero tambien se que tengo que actuar con inteligencia. No quiero morir en este infierno. Escucho las carcajadas del grupo. Se burlan de mi apodo y eso me molesta mas que saber los planes que tiene para mi. Se va a llevar una sorpresa si piensa que se algo sobre plantaciones exitosas o de algun otro tipo. No voy a permitir que nadie planee mi futuro sin mi permiso. Esta banda de sanguinarios va a tener que escucharme, claro que si. Avanzo con decision hacia la puerta abierta. Un grupo de doce personas estan sentadas alrededor de una mesa. La ironia del numero casi me hace reir. ?Acaso se creen los doce apostoles? Bueno, yo voy a convertir su <> en un juego de azar donde el numero trece va a frustrar sus planes y su suerte hasta la fecha. Clarissa preside una de las cabeceras. El otro extremo de la mesa esta vacio. Mi atencion se desvia durante un momento hacia las sillas. Cada una es de una epoca distinta y tan finamente trabajadas que no puedo dejar de admirarlas a pesar de ser tan diferentes entre si. Nunca he visto un comedor con sillas que no sean iguales y hagan juego con la mesa. Lo peor es que algunos tienen los pies sobre la mesa y otros se balancean sobre las patas traseras de las sillas mientras beben directamente de la botella. Imagino que es ron. Una de las personas que se balancea como un nino sin modales es Clarissa. Me molesta su actitud tranquila mientras que yo hiervo de coraje por dentro. Me recuerda a un ave de presa al acecho por la forma en que me mira entrecerrando los ojos, como uno de esos halcones gerifalte blancos que criaba el abuelo de Philip en Sudley Manor: hermosos de lejos, pero letales si te eligen como presa. Clarissa tiene un aire exotico que la rodea y, aunque lo unico que siento por ella es desprecio, no puedo dejar de fijarme en que es una mujer preciosa. Si nos hubieramos conocido en otras circunstancias, intentaria llevarmela a la cama. Tiene un cuerpo esbelto con las curvas perfectas en los lugares adecuados. Camina como una diosa que destila sensualidad, pero !que me parta un rayo si voy a caer tan bajo como para acostarme con una asesina! Una mujer con mas pecados que yo y el resto del mundo juntos. No quiero ni pensar en las vidas que ha segado con la espada que lleva colgando a esa estrecha cintura suya que se mueve como un junco agitado por la brisa. Es una salvaje. Una hiena sedienta de sangre. Una serpiente venenosa y astuta que muerde con rapidez y se esconde antes de que puedas alcanzarla. --Te odio --siseo sin poder contenerme. Ella se rie de mi arrebato. Nunca he sido de esas personas que se dejan llevar por las emociones facilmente. Toda mi vida he recibido con resignacion las burlas de la gente por mi aspecto, pero la risa despreocupada de esta barbara con la que ni siquiera he intercambiado unas palabras aun se mete debajo de mi piel sin poder evitarlo. Mi peso y apariencia no estan dentro de los canones de belleza del momento. Tal vez nunca lo esten y eso hace que la confianza en mi mismo se tambalee de vez en cuando. Me odio a mi mismo por dejar que me importe, por no saber levantar muros lo suficientemente altos como para que los comentarios de los demas no me afecten. Lo estaba haciendo bastante bien... hasta que la he conocido. --Adelante. Estamos hablando de ti --me invita a entrar con esa voz burlona, como si estuviera siendo magnanima en su trato. Imagino que asi es, considerando que soy su prisionero. Me acerco a la cabecera vacia de la mesa y retiro la silla con cuidado. Prisionero o no, quiero negociar en igualdad de condiciones. Todos estallan en carcajadas de nuevo cuando me siento frente a ella, al otro lado de la mesa, retando su autoridad. Ella eleva una ceja divertida mientras me recorre con la mirada. Me estudia detenidamente. Hace un mohin como si no le gustara lo que ve. <>, pienso mientras levanto mi cabeza para que vea que no me importa. A mi no me gusta su alma retorcida y malvada. Hay muchos tipos de belleza y, aunque ella es hermosa por fuera, es un monstruo por dentro. Uno que tengo todas la intencion de vencer en cuanto tenga la minima oportunidad. --?Estas seguro de que eres hermano de Falcon? Mantengo mi semblante impavido, sereno, como si su pregunta no hubiera agitado mis demonios. Nadie se ha atrevido jamas a hacerme esa pregunta directamente. Philip tiene los ojos grises; yo, azules. Su cabello es dorado, del color del oro viejo de los marcos de los retratos de hace cien anos, y el mio es rubio claro, como el del heno seco al final del verano. Su rostro, limpio y terso; el mio, lleno de granos. Su figura, atletica, y la mia obesa como un barril de roble frances que despues de varias temporadas va perdiendo el ajuste de los remaches, convirtiendose en un objeto amorfo. --Por supuesto que somos hermanos. Disculpa si te sientes decepcionada --contesto ironicamente sin apartar los ojos de ella. --Relajate, cuija. La unica manera en la que me puedes decepcionar es si no logras convertir este lugar en una plantacion. Lo demas no me importa. --Para eso tendria que saber algo sobre plantaciones y creeme si te digo que no se absolutamente nada. En Inglaterra no hay, asi que es mejor que le encargues el trabajo a otro que sepa lo que esta haciendo. --Veras, William... Esta es tu mejor opcion. Falcon solia decir que tampoco sabia lo que estaba haciendo cuando compro Falcon Point, la plantacion y sus esclavos y la convirtio en la mejor plantacion de cana del Caribe. Asi que, si piensas que vas a librarte de mi con decir que no sabes nada sobre plantaciones, estas muy equivocado. Puedo ver que esta furiosa. Bueno, ya somos dos. Los hombres sentados alrededor de la mesa parecen relajarse cuando ella me presiona un poco mas. Me pregunto quienes son y por que estan aqui, si los piratas tambien tienen una jerarquia dentro del barco, al igual que los corsarios y los oficiales navales de los barcos de su majestad. Uno de los hombres sentados a la mesa, creo que es James, el que le leyo la copia del certificado de matrimonio de Philip y Miranda a Clarissa, desliza una botella con precision en mi direccion. La detengo y la miro con asco sin poder evitarlo. ?Es que no saben lo que es un vaso? Me niego a beber de la misma botella. Posiblemente, ni siquiera se lavan la boca con bicarbonato. La vuelvo a empujar en su direccion y el se encoge de hombros mientras la agarra y le da un trago. Aparto la vista con repulsion. James ha tenido un gesto amable, pero en estos momentos no estoy para gestos amables. Quiero partirle la cara a alguien. Me han secuestrado, ?que esperan, que les bese las manos en agradecimiento? Las tripas me rugen tanto de hambre que estoy seguro de que todos las pueden escuchar. --Es un maldito noble, ?que esperas? --dice con desprecio uno de ellos, refiriendose al rechazo de la botella. --Si Falcon pudo, siendo un noble ingles, tu tambien --dice Clarissa ignorando el comentario. --?Y si me niego? Los ojos se le oscurecen y la sonrisa desaparece de sus labios. --Hay traficantes arabes que pagarian una fortuna por alguien como tu --dice despacio--. Si crees que no voy a cumplir mi amenaza, es que no me conoces. Estoy seguro de que no esta bromeando. Evito estremecerme delante de ella, de ellos. Pongo mi mejor cara de poker. No voy a mostrarles cuanto me afecta su amenaza. Entrelazo mis dedos para que no vean que me tiemblan y me mantengo sosegado aunque los latidos de mi corazon se han disparado como si fuera un pobre zorro en una de esas cacerias que tanto le gustaba organizar a mi abuelo en Sudley Manor; bueno, al abuelo de Philip, me corrijo. --?De cuanto tiempo dispongo? --Un mes para organizarlo todo. Quiero ver planos. Aprieto mi mandibula para no decirle cuatro cosas a esta salvaje. ?Piensa que soy un maldito arquitecto? --Quiero numeros. Los numeros no mienten. Sus hombres de confianza asienten con la cabeza cada vez que habla como si estuvieran escuchando la palabra de Dios. Ese tipo de devocion me enferma. --?Que tipo de numeros? Recuerdo que no sabe leer, ?como diablos piensa estudiar esos numeros?, ?acaso sabe contar hasta cien sin equivocarse? --Cuantos esclavos. --No deberia extranarme que sugiera el uso de esclavos, pero lo hace. Esta mujer no tiene moral o humanidad. No deberia sorprenderme--. Cuantas hectareas, cuanto dinero debo invertir, ese tipo de cosas --dice alzando una mano como yo si supiera que demonios esta pensando.

  • Las sombras del poder de Ian Rankin

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    Malcolm Fox, agente de Asuntos Internos y Conducta, se encuentra investigando a un policia por presunto abuso de poder cuando se cruza por su camino un caso lejano: la enigmatica muerte de un abogado sobre el que recayeron sospechas de colaborar con grupos terroristas. Con Escocia sumida en un momento de inestabilidad que despierta viejos fantasmas, Fox correra un grave peligro al descubrir hasta que punto los antano activistas ocupan hoy influyentes puestos de poder y estan dispuestos a todo con tal de mantener enterrado su turbio pasado.