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Los que esperan la lluvia de Gabriela Margall
https://gigalibros.com/los-que-esperan-la-lluvia.htmlSu muerte no tuvo nada de diferente a las otras muertes. Se fue recordando aquello que lo habia hecho mas feliz y que, al mismo tiempo, habia sido su desdicha. Sus familiares lo rodeaban, esperando su muerte. No estaban tristes, su vida habia sido plena, moria simplemente porque los viejitos deben morir. El no veia ni a sus hijos, ni a sus nietos; en la boca tenia azahares que masticaba junto con su saliva, en la piel tenia olor a almendras, en los ojos tenia una mujer que no era nina ni mujer, que era tan blanca como la luna y tan rubia como el sol. La veia sentada junto al limonero, como siempre; con la mirada perdida en el aire, buscando la tormenta. El hombre agonizante sabia que estaba lloviendo. Ella lo miraba, pero no lo miraba; ella queria estar con el, pero no podia. Sintio las manos llenas de aserrin, sintio un abrazo con olor a cebollas y arcilla cocida, un coscorron en la cabeza, una caricia en una mano lastimada, unos ojos que lloraban por una borrachera que no recordaba. Los tambores del candombe se confundieron con los truenos de la tormenta y el llanto de sus nietas. Una mujer le pedia que le hablara; el no podia, tenia la lengua envuelta en azahares y saliva; no sabia que decirle. Hablame. Hablame, por favor. No me mires. Le ofrece su piel para que el escriba, el no sabe que escribir. Alza la mano, suplicando. Ella come limones. Ella levanta el hacha. El inclina la cabeza. El hacha golpea contra su nuca. Brota de su piel barro, sangre, aceite, aserrin, ruidos de candombe, lagrimas, dientes afilados, palabras, truenos y muerte. Capitulo 2 Dos nacimientos El 3 de febrero de 1536 --quiza el 2, sostienen algunos, como si realmente importara el matiz -- se intento fundar una ciudad entre dos infinitos. Sus fundadores, enviados por el rey de Espana, estaban destinados a fracasar. La pequena ciudad murio lentamente sin poder resistir la llamada de los infinitos, que la atraian hacia la tentacion de lo inconmensurable. Los fundadores no soportaron la contemplacion de los enormes vacios y, desesperados ante su fracaso, llegaron a comerse entre ellos. Cuatro anos mas tarde, se decidio que la ciudad estaba muerta, y la abandonaron. Los dos infinitos se tragaron todo lo que pudo quedar de aquella primera fundacion, excepto los perros y vacas, que se multiplicaron a su gusto por la pampa. En 1570, se decidio que naciera la hermanita menor de esa ciudad, cuyos padres fueron paraguayos y estuvieron al mando de Juan de Garay. Su destino no era el fracaso, sino ser los fundadores de una ciudad que estaria bajo la invocacion de San Martin de Tours, que seria famosa por sus buenos aires y sus tormentas. Una ciudad con doble nombre y un puerto que no existia: Ciudad de la Trinidad y Puerto de Santa Maria del Buen Ayre. En 1782, en Buenos Aires, la hermanita menor, nacio una nina que murio a los siete dias. La nina apenas fue anotada en los registros de la Iglesia de San Francisco de la siguiente manera: "Nacio una nina, hija de dona Maria Adela de la Merced y Martinez, blanca, natural de Buenos Aires, y de don Pascual Jacinto Manrique, blanco, natural de la region de Valencia, Espana". No se anoto su casta como correspondia a cualquier nacida en la ciudad. Y no porque el padre Anselmo fuera descuidado, sino porque su profesion le impedia mentir en los libros parroquiales. Nada prohibia, en cambio, realizar ciertas omisiones. La nina nunca tuvo nombre. Cuando nacio, no hubo exclamaciones de alegria ni rezos al Senor por su salud y la de su madre. Hubo un silencio parecido al que continua al relampago, el silencio que espera al trueno. Despues de muchas horas de dolor y de sangre, dona Adela pario una nina que revelaba el pecado de su madre y su verguenza: la sangre de un mulato. Nadie de la familia se preocupo por la nina, nadie la quiso, nadie rezo por ella, nadie lloro cuando el cajoncito fue enterrado, ni nadie se alegro porque Dios le habia dado alitas para volar hasta Su Presencia. El Senor no le daba alas de angel a una mulatita cuarterona. Doce meses mas tarde, nacio Clara de la Purisima Concepcion Manrique y Martinez, la cuarta hija de los senores de la casa, despues de dos dias de gritos, dolores, ruegos al Senor y muchisima sangre que apenas podia ser enjuagada del cuerpo de su madre. Cuando fue completamente lavada, comprobaron que tenia el pelito lacio y casi blanco, los ojos dorados y la piel parecia hecha de perlas. Fue anotada en el registro parroquial por el cura de la Iglesia de San Francisco de la siguiente manera: <
> Etcetera. Su madre la amo con locura: fue su ninita santa. Capitulo 3 Como el sol y la luna Fue llevado por don Pascual hasta una casa enorme con muchas habitaciones y mucha gente. Una mujer de piel muy oscura, mucho mas que la suya, y con olor a cebolla le puso un pantaloncito por orden del amo. Tambien le limpio la cara con un trapo mojado en el agua que contenia un cacharro de arcilla negra cocida. El trapo tenia olor a tierra humeda y, desde ese dia, cada vez que Santiago sentia olor a barro o a tierra mojada por la lluvia, recordaba el dia en el que habia conocido a Clara. --Mira, Clara: !te compre un negrito! El estaba descalzo, con casi todo el cuerpo desnudo. Ella estaba completamente cubierta de puntillas blancas, desde los pies hasta las mejillas. Ni siquiera podia verse si tenia pelo. Los dos parecian de la misma edad. Estaba en brazos de la madre, que lo miraba con diversion y un poco de asco. Clara extendio uno de los brazos hacia el; don Pascual, apoyando las manos en sus hombros lo hizo adelantar hasta su nueva amita. Ella se inclino mas hasta tocarle la marana de pelo aspero que cubria su cabeza. La mano rasco un poco con las unas y se retiro rapidamente. Clara escondio su carita sonriente y rosada en el pecho de su madre. --Vamos a tener que vestirlo, Pascual. --Ya le dije a Petrona que le hiciera ropa. --Y que le de de comer. ?Sabe hablar? ?Como se llama? --Decile como te llamas --le dijo don Pascual empujandolo otra vez. --Santiago, senora. --Es un cuarteron, o quinteron… No me acuerdo. Carabajal se llevaba a la madre a Santiago del Estero, pero no queria tener que llevarlo a el tambien; la mujer iba a distraerse con el crio en el camino. Puede ayudar en la cocina, a Petrona, cebarles mates. --Si, ya vamos a encontrarle un uso. --Y para cuando Clara crezca, la va acompanar a misa. Su negrito de misa. --!Que alegria que lo hayas traido! Mandalo a la cocina asi lo cambian. Ya viene Asumpta, se lo quiero mostrar. --Fue un buen negocio. ?Que te parece, Clara? ?Te gusta tu negrito? La nena se saco la capucha que le cubria la cabeza para responder un fuerte: !si! Santiago nunca habia visto nada igual. Era rubia como el sol y blanca como la luna. Capitulo 4 Palabras con sabor a fruta y a mar --Petrona, ?me contas una historia? --Ya se la conte. --Otra vez, Petrona. Crecieron juntos en el tercer patio, escuchando los cantos de Petrona, que pelaba zanahorias y los vigilaba. Buscaban huevos en el gallinero, espantaban a los patos, andaban descalzos en verano, con los pies llenos de tierra y las manos llenas de duraznos azucarados que le robaban a Petrona, que preparaba dulces. En invierno, gozaban de un postre que les hacia preparar Petrona. Ella dejaba dos tarritos de leche en el patio envueltos en un trapo para protegerlos de las ratas y del perro ratonero. A la manana siguiente, encontraban, los ninos y ella, en lugar de leche, una escarcha blanca a la que batian con todas sus fuerzas, dando saltos y gritos los mas chicos, riendose hasta mostrar los dientes, la mayor. Abrir el tarrito era un sueno: la escarcha blanca se habia convertido en una crema espumosa a la que Petrona, sin sacarla del tarrito, le agregaba azucar y canela. Los dedos de los chicos se congelaban sosteniendo el tarrito, la lengua se les entumecia con la crema fria, y todo el cuerpo se les enfriaba, pero la lena de la cocina ya habia sido encendida por Petrona y no habia nada mas divertido que intentar hablar con la lengua dormida. Petrona no hablaba; ella se limitaba a sonreir con sus ocurrencias. Hasta los catorce anos, Petrona no habia conocido el frio, ni la escarcha, ni la ciudad en la que la lluvia era un estado de animo. Sabia que habia sido capturada por alguien que tenia su mismo color de piel. Habia sido vendida a alguien blanco que la habia llevado a un barco enorme con otros cientos de personas; a algunos los conocia, aunque fingio no conocerlos. Apretados en la bodega del barco, vio a su cuerpo enfermarse y a los otros morirse. Vivio el olor de los cuerpos pudriendose mientras los demas se aferraban a algo --lo que fuera-- para no morir. Petrona no hablaba, solo cantaba en silencio, obligandose a diferenciar lo que pasaba en el barco de lo que pasaba en su mente. Llegaron a una costa y tiraron los cadaveres al mar. El olor de la bodega no mejoro, pero al menos habia mas lugar. Siguieron el viaje. Llego a la ciudad de las lluvias eternas un verano. El barco no llego hasta la costa; bajaron a los pocos sobrevivientes a unos botes para acercarlos. En el horizonte se dibujaba una ciudad planita, celeste, rosada y verde, con cupulas y cruces. La llevaron al asiento negrero. La desnudaron, la palmearon, le marcaron el hombro con un hierro candente para despues colocarle aceite sobre la herida. La marca senalaba su peso y su considerable buena salud. Petrona seguia cantando en silencio, y su silencio era confundido con sumision, por lo que se vendio a buen precio. La compraron unos senores e inmediatamente se la llevaron a su casa, donde la vistieron con polleras y blusas que al contacto con su piel parecieron un rasguno. Una mulata le enseno las tareas que debia realizar y la lengua nueva que debia balbucir. De vez en cuando, le hablaba en su antiguo idioma; los sonidos le recordaban a arboles, a frutas, a animales. Petrona no volvio a hablar con sus antiguas palabras, nunca volvio a pronunciar su nombre. Nunca volveria a su hogar. Cantar era distinto, cantar calmaba las penas. Uno de los hijos de sus amos se aquerencio con ella. Se permitio quererlo porque sabia que eso iba a terminar. Y termino pronto. La vendieron a una familia con una casa enorme, pero vacia, un amo que siempre sonreia, una ama que siempre andaba nerviosa y una anciana a la que se le caia baba de la boca. --Hace mucho tiempo, unos hombres venidos de muy lejos vinieron a fundar una ciudad. La ciudad que fundaron fue tan fea, tan fea, que decidieron dejar morir a esa hijita que nadie queria. Cuando estuvo bien muerta, se la comieron, para que no quedaran restos de esa ciudad tan fea. -
La Legion. (Todos mis demonios 5), Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich
https://gigalibros.com/la-legion-todos-mis-demonios-5-veronica-a-fleitas-solich.htmlCon un proyecto de futuro entre sus manos, Eliza y Vicente se enfrentan a la realidad que parece no querer darles respiro.
Milenios de enfrentamientos convergen en una situacion imposible de esquivar.
La Tierra se ha convertido en el campo de guerra de demonios y angeles, y determinar quien es amigo y quien enemigo siquiera es tan simple como descubrir la verdad.
Acompana a tus demonios y angeles favoritos es este ultimo tramo de su camino hacia el fin de la historia que dejo tu alma marcada.
Amor, coraje, amistad, sacrificio. Nuestros personajes daran todo de si en “La Legion” el quinto y ultimo libro de la saga “Todos mis demonios”.
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Una lista de propositos y treinta noches de verano de Yanira Garcia
https://gigalibros.com/una-lista-de-propositos-y-treinta-noches-de-verano.htmlPodria empezar mi historia presentandome y, quiza, hablando de mi; mi nombre, apellido, edad, de donde soy o contaros que tengo una hermana gemela, claro, podria; pero creo que es mejor hablar de el, pues es el culpable de esta historia. El, Axel, que ya su nombre suena exactamente a eso, a pecado, justamente a lo que es. Podria decir que es un hombre sencillo y que no es capaz de trastocar tu mundo y el de todo el que se cruza por su camino, sobre todo, si hablamos de feminas; pero, no, el caso es que el unico mundo que decidio poner patas arriba fue el mio y yo, yo me sentia una veleta con el cerca. Puede que si deba deciros que todo empezo con un cambio de vida y tachando de mi lista uno de esos propositos que tanto me definen, pero creo que seria mas sencillo aceptar que la vida te tiene preparado un camino y que siempre terminaras cogiendolo, aunque te empenes en dar un rodeo. Axel llego a mi vida como el verano llega tras la primavera. Ponte unas chanclas, un pantalon corto y deja que lo que hay dentro de estas paginas te cuente mi verano, el verano que cambio nuestras vidas.
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El serpenteante ser pensante de Julio Suarez Guerrero
https://gigalibros.com/el-serpenteante-ser-pensante.htmlDesventuras, perversiones, reflexiones y adicciones de un expatriado Millennial quien, fruto de una crisis existencial, decide emprender una nueva vida en Asia. Alli encuentra trabajo como agente inmobiliario de lujo en una importante multinacional con sede en el centro financiero de Shanghai.
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Una pirata enamorada (Bastardos de Inglaterra 1) de Lynsey Lynwood
https://gigalibros.com/una-pirata-enamorada-bastardos-de-inglaterra-1.htmlM e despierto con un terrible dolor de cabeza. Los recuerdos se empiezan a agolpar en mi mente. El abordaje, la prision en las bodegas de esa pirata desalmada de Clarissa, el encuentro con mi hermano Philip y mi mayor humillacion: la caminata, esposado como un esclavo, a traves del follaje espeso de esta isla apartada de la civilizacion hasta la mansion de mi captora. Los piratas apuntan a mi cabeza con fusiles, algunos tienen bayonetas incorporadas... por si tengo intencion de escapar, !como si hubiera alguna posibilidad! No puedo caminar ni dos pasos. La falta de agua y alimentos han hecho estragos en mi salud. Estoy acostumbrado a comer todo lo que me apetece cuando se me antoja. El marques y yo hemos pasado por momentos de necesidad, pero siempre hay algo en la despensa, especialmente por la noche. El hambre me asalta al mismo tiempo que la ansiedad, suelen ir unidos. Desde hace tiempo, sospecho que no es normal. Hay algo oscuro en mi que me domina: el hambre. Hambre de comida, de sexo, de atencion, de amor. Hambre de todo. Hay ocasiones, como ahora, en las que los nervios me traicionan y lo unico en lo que puedo pensar es en comer hasta calmarme, hasta llenar el hueco de mi estomago, como si eso pudiera llenar otros espacios vacios en mi interior, otras necesidades intangibles. Por eso peso ciento veinte kilos. Soy mas alto que la mayoria de mis amigos. Mido un metro ochenta y cinco. Estoy muy lejos de acercarme al prototipo de hombre ideal del momento y, sin embargo, no dejo que mi apariencia me defina de ninguna manera. Me toco la cabeza porque el dolor es demasiado intenso. Recuerdo el golpe que me ha propinado la misma Clarissa con la culata de un fusil cuando le he pedido que me dejara en libertad. <
>. Eso ha sido lo ultimo que he escuchado antes de perder el conocimiento y caer al suelo. Me levanto y me acerco a la unica ventana abierta. Es de noche, pero por la posicion de la luna no parece que sea muy tarde. Inspiro profundamente. El olor del mar me da la bienvenida. En estos momentos, odio ese olor. Despues de meses en un barco en medio del oceano, el mar me provoca nauseas. Me asomo al balcon. Esta en el segundo piso. Calculo la distancia hasta el suelo. Es demasiada. No quiero morir, pero tampoco se si estar preso es un destino peor que la muerte y pienso si merece la pena arriesgarse a escapar. Me pregunto que piensa la gente cuando cae al vacio para terminar con su vida, cuales son sus ultimos pensamientos, cuales seran los mios. Dudo si Philip sentira remordimientos en caso de que me mate al saltar o si mantendra la misma indiferencia que ha mostrado en Falcon Point cuando me ha entregado como regalo a Clarissa. ?Quien regala a alguien con el que has crecido y que nunca te ha hecho dano? Tal vez Philip ya no es la persona que pense que era. Tal vez yo no merezco nada, ni siquiera la compasion de otro ser humano. Tal vez los pecados de mis padres son peores de lo que pensaba, tal vez mis deseos oscuros son imperdonables. Es posible que mi alma esta demasiado rota como para poder alcanzar la redencion. He escuchado historias terribles sobre piratas desalmados y Clarissa entra en la descripcion. Es una mujer hermosa, no puedo negarlo, con esa piel bronceada como arena de playa mojada, los ojos oscuros como la noche y el cabello como una laja de pizarra mojada por la lluvia. Es una vision a la que no estoy acostumbrado. Mi estomago emite un grunido. El hambre no va a desaparecer, solo va a empeorar. Tendre que salir del dormitorio y aventurarme a buscar la cocina. Me pregunto si a todos los prisioneros les dan el mismo trato que a mi. A pesar de la relativa oscuridad de la habitacion, puedo apreciar las dimensiones. Es enorme, tanto como mi antiguo dormitorio en Sudley Manor, la mansion que ha pertenecido a la familia materna de Philip en Inglaterra y donde he pasado mi ninez. Tal vez ser el hermano de Philip me confiera ciertos privilegios, aunque, si quiero ser preciso, el no es en realidad mi hermano. No tenemos la misma sangre. Mi madre se caso con el padre de Philip embarazada de un cantante de opera italiano, pero Clarissa no lo sabe y Philip no lo ha revelado cuando ha tenido la oportunidad. Nadie conoce la sordida verdad: soy un bastardo nacido dentro de un matrimonio respetable y gracias al buen corazon del marques de Harlow, el padre de Philip, que me crio como si fuera su propio hijo, no he tenido que sufrir la humillacion y la verguenza de ser senalado. Bueno, no pienso revelar la verdad nunca. Ese es el tipo de secreto que uno se lleva a la tumba. ?Quien quiere confesar que es un bastardo y ser excluido de la sociedad en la que vive? Intentare sacar todo el provecho que pueda al parentesco que me une a mi hermano. Diviso la puerta rezando para que no este cerrada. Cuando la abro, dejo escapar el aliento que he estado conteniendo. Me llega el sonido de varias personas discutiendo a pleno pulmon. < >, pienso con desden. Desciendo las escaleras. El vestibulo es enorme y esta vacio. <>, me pregunto con menosprecio. La arquitectura de la mansion es francesa y eso me sorprende. Al perder el conocimiento, he olvidado los detalles del lugar que va a ser mi prision por una larga temporada... o al menos eso creo, aunque, como nunca he tratado con piratas, no puedo estar seguro de nada. Me pregunto donde esta el resto de la tripulacion del Belle Lueur. Tal vez en las bodegas del barco esperando un destino peor que el mio. Un escalofrio me recorre la espalda. Me acerco a la habitacion de donde provienen las voces y escucho con atencion. --Clarissa, no puedes mantenerlo prisionero. Es un aristocrata. Imaginate si alguien se entera. Tendremos al maldito ejercito ingles a las puertas de Emerald Bay antes de que te des cuenta. --El unico que lo sabe es Falcon y el no va a denunciarnos. El sigue las reglas. Por el tono de su voz, deduzco que Clarissa no esta preocupada en absoluto. --Es su hermano. ?Cuanto tiempo crees que pasara antes de que venga a pedirte que lo liberes? --interviene otra voz. < >, pienso. Philip ha dejado claro que no le importa mi suerte. Me duele ver que aun me odia. El motivo no lo se, aunque intuyo que es porque descubrio que soy un bastardo. Un parasito que ha estado viviendo de la fortuna de su padre, aunque ese patrimonio ya no existe. Philip no sabe nada aun. Tal vez pueda hablar con el y arreglar las cosas. --La cuija se queda hasta que convierta Emerald Bay en una plantacion exitosa. Es mi ultima palabra -- escucho decir a Clarissa con decision. Me pregunto que demonios significaba la palabra cuija. Al parecer, ya tengo un apodo e ignoro su significado, lo cual me frustra mas... si eso es posible. Odio a esta mujer que no me respeta y que no tiene ningun limite. Igual mata que secuestra o vende a sus prisioneros en el mercado de esclavos, o al menos eso habia dicho el pirata que se habia encargado de vigilarnos en las bodegas cuando nos hicieron prisioneros. Aprieto los punos con rabia para evitar golpear la pared o a alguien. Estoy furioso, pero tambien se que tengo que actuar con inteligencia. No quiero morir en este infierno. Escucho las carcajadas del grupo. Se burlan de mi apodo y eso me molesta mas que saber los planes que tiene para mi. Se va a llevar una sorpresa si piensa que se algo sobre plantaciones exitosas o de algun otro tipo. No voy a permitir que nadie planee mi futuro sin mi permiso. Esta banda de sanguinarios va a tener que escucharme, claro que si. Avanzo con decision hacia la puerta abierta. Un grupo de doce personas estan sentadas alrededor de una mesa. La ironia del numero casi me hace reir. ?Acaso se creen los doce apostoles? Bueno, yo voy a convertir su < > en un juego de azar donde el numero trece va a frustrar sus planes y su suerte hasta la fecha. Clarissa preside una de las cabeceras. El otro extremo de la mesa esta vacio. Mi atencion se desvia durante un momento hacia las sillas. Cada una es de una epoca distinta y tan finamente trabajadas que no puedo dejar de admirarlas a pesar de ser tan diferentes entre si. Nunca he visto un comedor con sillas que no sean iguales y hagan juego con la mesa. Lo peor es que algunos tienen los pies sobre la mesa y otros se balancean sobre las patas traseras de las sillas mientras beben directamente de la botella. Imagino que es ron. Una de las personas que se balancea como un nino sin modales es Clarissa. Me molesta su actitud tranquila mientras que yo hiervo de coraje por dentro. Me recuerda a un ave de presa al acecho por la forma en que me mira entrecerrando los ojos, como uno de esos halcones gerifalte blancos que criaba el abuelo de Philip en Sudley Manor: hermosos de lejos, pero letales si te eligen como presa. Clarissa tiene un aire exotico que la rodea y, aunque lo unico que siento por ella es desprecio, no puedo dejar de fijarme en que es una mujer preciosa. Si nos hubieramos conocido en otras circunstancias, intentaria llevarmela a la cama. Tiene un cuerpo esbelto con las curvas perfectas en los lugares adecuados. Camina como una diosa que destila sensualidad, pero !que me parta un rayo si voy a caer tan bajo como para acostarme con una asesina! Una mujer con mas pecados que yo y el resto del mundo juntos. No quiero ni pensar en las vidas que ha segado con la espada que lleva colgando a esa estrecha cintura suya que se mueve como un junco agitado por la brisa. Es una salvaje. Una hiena sedienta de sangre. Una serpiente venenosa y astuta que muerde con rapidez y se esconde antes de que puedas alcanzarla. --Te odio --siseo sin poder contenerme. Ella se rie de mi arrebato. Nunca he sido de esas personas que se dejan llevar por las emociones facilmente. Toda mi vida he recibido con resignacion las burlas de la gente por mi aspecto, pero la risa despreocupada de esta barbara con la que ni siquiera he intercambiado unas palabras aun se mete debajo de mi piel sin poder evitarlo. Mi peso y apariencia no estan dentro de los canones de belleza del momento. Tal vez nunca lo esten y eso hace que la confianza en mi mismo se tambalee de vez en cuando. Me odio a mi mismo por dejar que me importe, por no saber levantar muros lo suficientemente altos como para que los comentarios de los demas no me afecten. Lo estaba haciendo bastante bien... hasta que la he conocido. --Adelante. Estamos hablando de ti --me invita a entrar con esa voz burlona, como si estuviera siendo magnanima en su trato. Imagino que asi es, considerando que soy su prisionero. Me acerco a la cabecera vacia de la mesa y retiro la silla con cuidado. Prisionero o no, quiero negociar en igualdad de condiciones. Todos estallan en carcajadas de nuevo cuando me siento frente a ella, al otro lado de la mesa, retando su autoridad. Ella eleva una ceja divertida mientras me recorre con la mirada. Me estudia detenidamente. Hace un mohin como si no le gustara lo que ve. < >, pienso mientras levanto mi cabeza para que vea que no me importa. A mi no me gusta su alma retorcida y malvada. Hay muchos tipos de belleza y, aunque ella es hermosa por fuera, es un monstruo por dentro. Uno que tengo todas la intencion de vencer en cuanto tenga la minima oportunidad. --?Estas seguro de que eres hermano de Falcon? Mantengo mi semblante impavido, sereno, como si su pregunta no hubiera agitado mis demonios. Nadie se ha atrevido jamas a hacerme esa pregunta directamente. Philip tiene los ojos grises; yo, azules. Su cabello es dorado, del color del oro viejo de los marcos de los retratos de hace cien anos, y el mio es rubio claro, como el del heno seco al final del verano. Su rostro, limpio y terso; el mio, lleno de granos. Su figura, atletica, y la mia obesa como un barril de roble frances que despues de varias temporadas va perdiendo el ajuste de los remaches, convirtiendose en un objeto amorfo. --Por supuesto que somos hermanos. Disculpa si te sientes decepcionada --contesto ironicamente sin apartar los ojos de ella. --Relajate, cuija. La unica manera en la que me puedes decepcionar es si no logras convertir este lugar en una plantacion. Lo demas no me importa. --Para eso tendria que saber algo sobre plantaciones y creeme si te digo que no se absolutamente nada. En Inglaterra no hay, asi que es mejor que le encargues el trabajo a otro que sepa lo que esta haciendo. --Veras, William... Esta es tu mejor opcion. Falcon solia decir que tampoco sabia lo que estaba haciendo cuando compro Falcon Point, la plantacion y sus esclavos y la convirtio en la mejor plantacion de cana del Caribe. Asi que, si piensas que vas a librarte de mi con decir que no sabes nada sobre plantaciones, estas muy equivocado. Puedo ver que esta furiosa. Bueno, ya somos dos. Los hombres sentados alrededor de la mesa parecen relajarse cuando ella me presiona un poco mas. Me pregunto quienes son y por que estan aqui, si los piratas tambien tienen una jerarquia dentro del barco, al igual que los corsarios y los oficiales navales de los barcos de su majestad. Uno de los hombres sentados a la mesa, creo que es James, el que le leyo la copia del certificado de matrimonio de Philip y Miranda a Clarissa, desliza una botella con precision en mi direccion. La detengo y la miro con asco sin poder evitarlo. ?Es que no saben lo que es un vaso? Me niego a beber de la misma botella. Posiblemente, ni siquiera se lavan la boca con bicarbonato. La vuelvo a empujar en su direccion y el se encoge de hombros mientras la agarra y le da un trago. Aparto la vista con repulsion. James ha tenido un gesto amable, pero en estos momentos no estoy para gestos amables. Quiero partirle la cara a alguien. Me han secuestrado, ?que esperan, que les bese las manos en agradecimiento? Las tripas me rugen tanto de hambre que estoy seguro de que todos las pueden escuchar. --Es un maldito noble, ?que esperas? --dice con desprecio uno de ellos, refiriendose al rechazo de la botella. --Si Falcon pudo, siendo un noble ingles, tu tambien --dice Clarissa ignorando el comentario. --?Y si me niego? Los ojos se le oscurecen y la sonrisa desaparece de sus labios. --Hay traficantes arabes que pagarian una fortuna por alguien como tu --dice despacio--. Si crees que no voy a cumplir mi amenaza, es que no me conoces. Estoy seguro de que no esta bromeando. Evito estremecerme delante de ella, de ellos. Pongo mi mejor cara de poker. No voy a mostrarles cuanto me afecta su amenaza. Entrelazo mis dedos para que no vean que me tiemblan y me mantengo sosegado aunque los latidos de mi corazon se han disparado como si fuera un pobre zorro en una de esas cacerias que tanto le gustaba organizar a mi abuelo en Sudley Manor; bueno, al abuelo de Philip, me corrijo. --?De cuanto tiempo dispongo? --Un mes para organizarlo todo. Quiero ver planos. Aprieto mi mandibula para no decirle cuatro cosas a esta salvaje. ?Piensa que soy un maldito arquitecto? --Quiero numeros. Los numeros no mienten. Sus hombres de confianza asienten con la cabeza cada vez que habla como si estuvieran escuchando la palabra de Dios. Ese tipo de devocion me enferma. --?Que tipo de numeros? Recuerdo que no sabe leer, ?como diablos piensa estudiar esos numeros?, ?acaso sabe contar hasta cien sin equivocarse? --Cuantos esclavos. --No deberia extranarme que sugiera el uso de esclavos, pero lo hace. Esta mujer no tiene moral o humanidad. No deberia sorprenderme--. Cuantas hectareas, cuanto dinero debo invertir, ese tipo de cosas --dice alzando una mano como yo si supiera que demonios esta pensando. -
Perdiendo el control, Loles Lopez de Loles Lopez
https://gigalibros.com/perdiendo-el-control-loles-lopez.htmlLucia anhela compartir su vida con alguien afin a ella, pero no se deja llevar por los sentimientos y necesita racionalizarlo todo antes de tomar una decision.
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La dama envidiada (Damas poderosas 3) de Noa Pascual
https://gigalibros.com/la-dama-envidiada-damas-poderosas-3.htmlLady Sophie Allende es una jovencita sonadora y enamoradiza que esta a punto de debutar. Su mayor sueno es convertirse en la debutante mas admirada y enamorar al hombre que le robo el corazon dos anos atras: el conde de Stanton.
Lo que la joven no sabe, es que el destino es caprichoso y quiere mostrarle que existen muchas formas de amar. Por ello, pone en su camino a personas que la ayudaran a madurar, a aprender de los errores y, sobre todo, a ver la vida a traves de otros ojos; los que la ensenaran a vivir la vida como le plazca, convirtiendola en la dama envidiada, para que ella decida si de verdad quiere convertirse en la condesa de Stanton, la esposa de otro hombre, o vivir sola. Porque ella tendra libertad de decision, algo impensable en las damas de su posicion. -
Apuntes sobre un planeta estresado de Matt Haig
https://gigalibros.com/apuntes-sobre-un-planeta-estresado.htmlMatt Haig sostiene que es este mundo nervioso y rapido en el que vivimos el que crea individuos nerviosos, al limite. Estamos mas conectados que nunca y sin embargo nunca hemos estado mas solos. Esta aceleracion se traduce ademas en un bombardeo informativo que nos exige estar al tanto de las noticias que se suceden, sin tiempo para reflexionar ni resetear nuestras mentes. Si el sistema parece disenado para hacernos infelices, hay algo que podamos hacer al respecto? ?Se pueden reorganizar las prioridades? Haig parte de su propia experiencia para explicarnos como podemos defendernos, rehumanizarnos y cambiar para siempre el modo en el que invertimos nuestro valioso tiempo en el planeta.
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El ultimo secreto de los Deverill de Santa Montefiore
https://gigalibros.com/el-ultimo-secreto-de-los-deverill.htmlEstamos en 1939 y los nubarrones de la II Guerra Mundial se ciernen sobre Europa. En Irlanda muchas cosas han cambiado y una nueva generacion de la familia Deverill se halla a punto de desplegar las alas.
Bridie Doyle ha dejado atras sus origenes humildes y es ahora condesa di Marcantonio y duena del castillo de Deverill. Su felicidad, sin embargo, corre peligro cuando se pone en duda la identidad de su marido, cuyas continuas infidelidades son un secreto a voces.
Muy cerca de alli vive la antigua amiga de Bridie, Kitty Deverill, junto a su devoto marido, Robert. La vida de Kitty da un vuelco con el regreso inesperado de Jack O’Leary, su gran amor, al que nunca ha olvidado. Pero ?habra entregado Jack su corazon a otra?
Martha Wallace llega a Dublin con la esperanza de conocer a su madre biologica. Tras ver frustrados sus intentos de encontrarla, conoce por casualidad con JP Deverill, el vastago de los Deverill, y todo cambia para ella. -
Los secretos de la motivacion de Jose Antonio Marina
https://gigalibros.com/los-secretos-de-la-motivacion.htmlLa motivacion despierta un interes universal. Los padres quieren motivar a sus hijos, los docentes a sus alumnos, los jefes a los subordinados, las empresas a sus clientes, los politicos a los votantes. Tambien queremos motivarnos a nosotros mismos; cuando nos sentimos aburridos, cansados, desesperanzados, y deseariamos poder lanzar un grito de ayuda: !Por favor, que alguien me motive! Incluso este breve texto no pretende nada mas que motivarle a leer el libro. ?Como lograrlo? He ahi la cuestion fundamental.
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Hunter de Akara Wind
https://gigalibros.com/hunter.htmlEl mundo se ha convertido en un campo de batalla entre las diferentes facciones de vampiros. Ya no hay lugar para los humanos, solo son simple alimento. La noche pertenece a los inmortales.
Hunter es un Alas Negras, una raza superior de vampiros, creado y entrenado para ser un asesino implacable, siempre leal, sin preguntas, sin remordimientos. Un arma infalible hasta que el ser mas insignificante se cruza en su camino. -
Cantando bajo la nieve de Cris Ginsey
https://gigalibros.com/cantando-bajo-la-nieve.htmlRaven y Alexa se conocen en la universidad, ambas con la misma edad.
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Desde esa noche de Fabiana Peralta
https://gigalibros.com/desde-esa-noche.htmlDiago James tenia la firme intencion de triunfar y conquistar Hollywood. Obstinado, carismatico y encantador, era un hombre que solo con mirar a una mujer hacia que el corazon de ella latiese mas y mas rapido. Todas las miradas estaban dirigidas a el, su popularidad iba rapidamente en aumento pero, aunque en apariencia tenia todo lo que anhelaba, su vida personal era un completo desastre.
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Y todos callaron de Toti Martinez De Lezea
https://gigalibros.com/y-todos-callaron.htmlVitoria-Gasteiz, febrero de 2008. El testamento de Amelia Zabaleta desvela una desconcertante e inesperada revelacion, un secreto celosamente guardado, y cuyo origen se remonta al pasado de la fallecida e implica a sus familiares mas cercanos. Jon Martinez de Albeniz, un detective de poca monta, sera el encargado de hacer visible el misterio. Pero ?que razones puede haber para ocultar algo tan trascendental para una familia, en pleno siglo XXI? ?Que lleva a personas normales a tejer una tupida tela de arana con el silencio como argumento? En definitiva, ?que sucedio en esos escenarios setenta anos atras? Toti Martinez de Lezea se adentra en las interioridades de su ciudad recreando personajes que le resultan conocidos y dibujandonos una sociedad donde imperaba un incomodo silencio.
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El Libro de Toth de Juan Carlos Boiza Lopez
https://gigalibros.com/el-libro-de-toth.htmlDel Libro de Toth, la mitologia egipcia cuenta que su lectura concedia poderes inimaginables sobre el cielo, la tierra y el mar, permitia controlar personas y animales, resucitar a los difuntos e incluso daba poder para mirar al sol cara a cara.
Una serie de sucesos de caracter sobrenatural estan sacudiendo el mundo por lo que el Vaticano decide encargar a Antonio Alviero, un joven sacerdote y brillante investigador de la Iglesia Catolica, que averigue que esta ocurriendo. La investigacion concluye que un terrible poder, temido desde tiempo inmemorial por al Vaticano y conocido como "La Fuente", esta despertando. El padre Elias, un oscuro sacerdote venerado y temido a partes iguales en la Iglesia, por ser el responsable del Circulo Octogonus, una organizacion secreta bajo el mando directo del Santo Padre, sera el encargado de buscar "La Fuente" y neutralizarla con la ayuda del padre Alviero. -
Alfas de Jorge Borges
https://gigalibros.com/alfas.htmlLa Montana: Boxeador, Mafioso y Amante
Roberto Montana.
"Montana" para los Amigos.
Ex-boxeador profesional.
Hoy, boxeador de los suburbios. -
No olvidare tu rostro de Federico Correa Gil De Biedma
https://gigalibros.com/no-olvidare-tu-rostro.htmlEl escritor, Jaime Valdes, viaja a Santander para impartir su primer taller de novela. Su llegada coincide con el resurgir del caso del asesino bautizado como El Vengador. Una fotografia enviada a la policia y al Diario Montanes en la que se muestra el cuerpo sin vida de un individuo con un cartel sobre el pecho que reza; culpable, refleja sin lugar a dudas la forma de actuar del famoso asesino.
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Tu regalo soy yo de Jenny Del
https://gigalibros.com/tu-regalo-soy-yo.htmlLlevaba tan solo un mes trabajando en aquel hotel y una cosa tenia clara; en el pasado debi ser dominicano, porque fue llegar a el y sentir que yo pertenecia a aquel lugar, desde siempre. Por razones que no me apetece reproducir, al ser demasiado dolorosas, en Espana apenas me quedaba un reducido punado de parientes, ninguno de ellos demasiado cercanos, por lo que podria decirse que carecia de raices y que, por tanto, no sabia donde "poner el huevo". Un buen dia, mi amigo Borja, que ya intuireis que con ese nombre era mas pijo que hecho de encargo, me hablo de la posibilidad de irnos a trabajar a un hotel a Republica Dominicana. Bueno, creo que ante todo no estaria mal que me presentase. Me llamo Aitor y en ese momento contaba con veinticinco anos, sin rima, por favor. Borja y yo no hacia demasiado que acabamos la carrera de Turismo y, aunque a el le iba mejor porque entro a trabajar en una empresa del sector con su padre, le apetecia cambiar de aires y salir de debajo del ala paterna. En cuanto a mi, que compatibilizaba el trabajo que me iba saliendo por aqui y por alla con mi pasion, la de ser escritor de novela romantica, la suya me parecio, en principio, una idea un tanto extravagante. No obstante, con el paso de los dias, me lo comence a plantear como una posibilidad real y vine a decirme mas o menos eso de "?quien dijo miedo?". --?Tu lo ves viable? --le pregunte, asi como una semana despues. --?Tu crees que si no lo viera me meteria en semejante movida? Ya te he dicho que mi padre tiene amistad con Cristopher, el director del hotel al que iriamos. --Se me olvidaba que siempre has sido un enchufado y que siempre lo seras, jodido. --Y a mi se me olvidaba que tu eres un cagado, Aitorcito. --Mira, guaperas de playa, a mi no me toques la moral que a dia de hoy no ha nacido quien me de miedo. --Eso esta bien, porque tambien se viene con nosotros Samuel--me anuncio. --?Samuel? No puedes estar hablando en serio, que te gusta quedarte conmigo. --Si, si, me encanta, pero aparte Samuel se viene con nosotros. --?No es una trola? Venga ya, sabes que no es mal tio pero que tiene... --Una fijacion contigo, ?y? ?Que temes? El chaval no puede evitar haberse enamorado, Aitor, reconoce que estas en racha y has atraido tambien a Samuel. --Vaya, hombre, que suerte la mia. Pero solo me ire con vosotros si me prometes que te haras cargo de el. --Claro, hombre, ?quieres que le ponga tambien un bozal? Y a ver si luego vamos a comprarle la correa, del color que el senor Aitor quiera, no sea que haya mosqueo. Asi comenzo nuestra aventura dominicana, con la Navidad a la vuelta de la esquina. Una aventura que no abordariamos los tres solos, no, porque Borja tenia un corazon muy pijo, si, pero que no le cabia en el pecho y se llevo tambien a Mercedes, una amiga nuestra, super buena gente, pero pava como ella sola y a su antitesis, Elizabeth. Elizabeth, al contrario que Mercedes, era un torbellino que se jactaba de serlo, divertida al maximo y con la que no nos faltaria diversion. Ademas, bailaba salsa que era una locura y, desde el mismo momento en el que supo que nos marchabamos, no dejo de enviarnos videos con "tutoriales" grabados por ella para que nos fueramos poniendo al dia. --Para que no os tomen por tres pavisosos y tengais la oportunidad de ligar tambien--nos solia decir en la confianza de que ella lo haria tan pronto como aterrizara. Un mes, un solo mes y nuestras previsiones se habian cumplido y mejorado. --Aitor, un coctel de esos azul y rosa como el que me pusiste anoche--me pidio Sebas, un espanol que llevaba alli un par de dias y con el que ya me habia hartado de hablar la noche anterior. --Un momento, un momento, ?azul y rosa dices? Metele algun color mas y sera un unicornio con el cuerno de colores, ?no te habras equivocado? --Que va, si me lo pusiste asi anoche, tio. --?A que hora? Porque despues de la tercera copa, todos los gatos son pardos. --Chato, ?eso fue antes o despues de que me pegaras a mi el repaso? Porque lo mismo es que despues de eso ya viste la vida en colores--Le guino el ojo Elizabeth a Sebas. --Tia, tu no vas a dejar titere con cabeza--le dije negando porque no habia un tio que estuviera bien con el que ella no acabase en el catre. --Espera, espera, ?y me lo estas diciendo tu? Porque bien que nos vendiste que antes eras un tanto timidin y tal, pero eso debio ser en otra vida, no vea si te has desmelenado. --No te voy a negar que Punta Cana me ha sentado muy bien, guapa, tienes razon--Le di una palmada en el culo porque teniamos mucha confianza y al final es lo que pasa. --Oye, estoy pensando que, dado que tu y yo hemos catado a la mitad del personal que transita por aqui, podrias pasarte esta noche por mi habitacion para intercambiar impresiones--me propuso. No era la primera vez que la quimica saltaba entre nosotros, lo que ocurre es que hasta ese momento ninguno de los dos se lo habia propuesto abiertamente al otro. --Pues no te digo yo que no, luego tratamos de hacer el cambio. --No, si aqui el unico que no echa un polvo es Samuel, que ese pobre esta gafado--Hablo de el mismo en tercera persona y vimos que estaba peluson. --Pero esta noche te mandamos a Merceditas para que te de chachara--le propuse. --?A Merceditas? Esa mosquita muerta me pone de los nervios y lo sabes. --No seas malo, que ella es muy buena gente, solo que le falta... --Un hervor, eso es lo que le falta a la pan sin sal esa, y me pone de los nervios, ?por que no te quedas tu a darme palique, Aitor? --Porque eso no es lo que tu quieres que te de y lo sabes. No me hagas hablar. --Ay, nino, si supieras lo que te estas perdiendo, yo podria llevarte a universos que ni imaginas. --Mira, Samuel, algo si que me imagino, ?por que no vas a tirarle fichas a Rafael? Yo creo que con el tendrias mas posibilidades, pero que muchas mas. Rafael era otro companero nuestro, gay, dominicano, musculado, con una parla increible y una marcha en el cuerpo de no te menees. El era animador y bailaba de locura, por lo que era habitual el pillar a Samuel mirandolo embobado. --Claro, montones de posibilidades tendre con el, ?no ves que el tio no tiene con quien ligar? Dios mio, si se lo tirarian todas las mujeres de la sala y la mayoria de los maromos tambien. --Para el carro, Samuel, que yo no me lo tiraria--le comente. --Pero eso es porque tu has llegado a esta isla con prejuicios, nino, solo por eso. --?Yo con prejuicios? Venga ya. --Pues eso, que se te debe abrir la mente ya. --Como si fuera la mente lo que tu aspiras a abrirme. Mira, te mando luego a Merceditas y no se hable mas. --?Que le pasa a Merceditas? --Llego ella de servir mesas con cara de pocos amigos. --Que esta noche duermes con los chicos--le ordeno Elizabeth. --?Y eso por que? --Porque Aitor y yo tenemos jarana. Es eso o te unes, tu eliges--Ya sabia la bocachancla de Elizabeth que con ese comentario la estaba escandalizando. --?Unirme? Sois unos guarros, es que sois todos unos guarros. La teniamos frita, a que negarlo. La pobre tenia muy poquito animo, pese a ser una chica guapisima que llamaba la atencion; pelirroja, alta, con unos ojos claros de esos que parecen dos faros... --?Que te ha pasado ahora, corazon? --resoplo Samuel, sabiendola apurada. --Aquel grupo, ?lo ves? Pues que los tios esos se han pensado que todo el monte es oregano y uno de ellos me ha dado un pellizco en el culo. --?Y? Aitor acaba de darme una palmada en el mio y yo estoy encantada. --Elizabeth, no compares--le dije porque tenia cosas de bombero retirado. --?Y eso por que? A mi me has puesto to perra, te lo advierto desde ya. --Pues a mi me han puesto de un humor de perros, que es parecido, pero no igual. Yo voy a decir que me metan en oficinas y ya, paso de estar aqui con todos estos, que van mas salidos que el pico de una plancha. Ay, ya me esta dando el mareo... --Nina, ni se te ocurra darnos un susto, ?eh? Mercedes tenia esa peculiaridad, que cuando estaba demasiado agobiada, no podia respirar y terminaba en el suelo. --!Ayuda! --pedi y en esas que llegaba Borja. --Merceditas, ?otra vez llamando la atencion? Mira que me vas a obligar a hacerte el boca y boca y lo mismo lo graba alguien y se hace viral. --?Que dices? Quita, quita, que ya estoy mejor. --Oye, tio, tu si que la entiendes--le dije a Borja. --Es que, ahi donde la ves, la tengo en el bote. --?Si? Pero si no me habia dado cuenta, mira es que yo creo que veo a Merceditas como un ser asexual, como los angeles, vaya. --Chaval, todavia te falta recorrido, la tengo comiendo en la palma de mi mano, pero la estoy dejando a su aire porque a mi me gusta otra. --Joder, pues ni cuenta me habia dado, claro que con el ritmo que llevamos tampoco es para percatarse de nada. --Sobre todo tu, que no paras de triunfar. Esta noche, ?cual? --Esta noche Elizabeth, se me acaba de poner a tiro. --Venga ya, pero si yo lo he intentado un par de veces y no me ha seguido el rollo. --Pues a mi me ha bastado con darle una palmadita en el trasero, guaperas, lo mismo tus metodos no son tan efectivos como tu crees. --Ay, yo moriria por darle una palmada en el trasero a Rafael--suspiro Samuel mientras lo veia bailar. --Pues olvidate, que me han dicho que esta liado con Cristopher--le comento Merceditas. --?Que dices, nina? A ti te dan los mareos esos y ya estas inventando, ?como va a ser eso? --?Y por que no? Cristopher esta que cruje--intervino Elizabeth. --A lo mejor prefieres irte con el--le sugeri. --Aitor, no te pongas celoso que seria ya lo que me faltase por ver, hay que reconocer que el tio esta buenisimo. --Si, tiene cuarenta y cinco tacos, pero a mi me parece un galan de esos del tipo de George Clooney--suspiro Merceditas. --Un viejo, es un viejo, ?como va a estar con Rafael? --Samuel no daba credito, estaba indignado. --!Que no es ningun viejo! --le aclararon las dos chicas a la vez, porque Cristopher seguia teniendo una planta impresionante. --Que me dejeis, que me estais agobiando, eso te lo has inventado tu para hacerme sufrir, mosquita muerta--le solto a Merceditas. --?Como me has llamado? Mira, tu, no te vayas a creer que no se defenderme porque todavia te canto las cuarenta y de lo que te entra te... --Perdona, si es que tienes razon, el problema es que no me entra nada--Se echo las manos a la cabeza y yo tambien. --Mira que emprenderla con Merceditas, tio, ya te vale... --Si es que la abstinencia es muy mala, Aitor. Tu no lo sabes porque estas que te sales, pero que te digo que, de esta, palmo. --Ya sera menos, Samuel, ya sera menos. --?Y tu no podrias hacerme un favor, aunque fuera solo uno chiquitito? Una cosita rapida, lo que viene siendo de toda la vida de Dios, un alivio... --Samuel, estoy intentando tener paciencia, pero no se cuanto me durara. Mira, aqui viene Borja, pideselo a el. --?Que me tiene que pedir? --Borja era el unico de nosotros que no ponia copas porque el se encargaba de dar clases de surf durante el dia, mientras que el resto lo mismo las poniamos en cualquiera de los locales nocturnos que en el chiringuito de la piscina durante el dia. --Un favor chiquitito, que estoy muy falto. --Tio, ?me quieres dejar en paz? Buscate la vida, pues anda que no hay tios buenos aqui por metro cuadrado. Y, ademas, la costumbre es que le tires los trastos a Aitor, ?a que viene ahora esto? --Gracias por la parte que me toca, con colegas asi no me hacen falta enemigos--le dije mientras miraba a un monumento de orondas caderas que avanzaba hacia mi. Capitulo 2 Para caderas tambien las de Elizabeth. Yo ya me habia fijado en ellas muchas veces, pero no es lo mismo ver algo que tenerlo entre tus manos, como yo lo tenia en ese momento. --Que caderas, que caderas tienes... --Si es que a veces uno no se fija en lo que tiene al lado, atontado, que eres un atontado. --?Y quien te dice a ti que yo no me habia fijado? --Pues razon no te falta, pero como no te lanzabas... Aunque tambien es verdad que ni tiempo te ha dado, vas a una por noche. --Como que tu te las pasas rezando el rosario, venga ya... Estabamos desmadrados, lo cierto era que lo estabamos. Al menos nosotros dos y Borja, a quien tampoco le falaba compania. Lo de los otros dos era harina de otro costal... Terminamos de quitarnos la ropa y comenzamos a comernos la boca como si no hubiera un manana. Elizabeth era pura fogosidad y yo me habia imaginado mas de una vez que estar con ella debia ser poco menos que explosivo. --Alucinante, es que es alucinante. --Mi buen dinero que me costaron, no te vayas a creer que estas cayeron del cielo... Le miraba aquel par de buenas razones que tenia en la delantera y resoplaba. --Pues que trabajo mas bien hecho... Comence a lamerla mientras ella, completamente desnuda ya, cabalgaba sobre mi muslo, al que amenazaba con derretir. Sus jadeos no se hicieron esperar. Tan pronto yo saque a pasear mi lengua y su sexo se acoplo en ese muslo que nadie habia rozado asi hasta la fecha, jadeo incesantemente, con tal intensidad que temi que nos llamaran la atencion. --Eres una escandalosilla--Le puse mi mano en la boca y ella comenzo a mordisquearla.
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Los muertos no se ahogan de Alberto Meneses
https://gigalibros.com/los-muertos-no-se-ahogan.htmlLa vida de Roberto esta en un pozo del que parece imposible salir. Suspendido de empleo y sueldo en la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, cada noche le asalta el mismo sueno, en el que una joven se arroja por un acantilado. Nada parece tener sentido, hasta que su jefe le pide que regrese al pueblo en el que nacio para ayudar en la investigacion de una extrana muerte. Una joven a la que no conoce se ha suicidado lanzandose por un acantilado y dejando en su telefono movil una nota dirigida a el. Obligado a volver al lugar del que huyo en el pasado y al que juro no regresar jamas, Roberto descubrira que Nueva de Llanes esconde oscuros secretos y, si no logra encontrar pronto al asesino, la muerte de la joven no sera la ultima. Los muertos no se ahogan es la primera incursion en el genero del thriller y la novela policiaca de Alberto Meneses, escritor con mas de una decena de libros publicados y miles de ejemplares vendidos.
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La dama del velo y el laurel de Begona Pro Uriarte
https://gigalibros.com/la-dama-del-velo-y-el-laurel.htmlLa dama del velo y el laurel es la segunda entrega de la saga La chanson de los Infanzones. Convertido en hombre de confianza de Sancho, Miguel viajara a Chipre, conocera Roma y desafiara las murallas de Toulouse. Pero no podra dejar atras un pasado que le persigue y que le empuja a enfrentarse con el cruel Yenego Martinez de Subiza, con el que tiene una deuda pendiente. Esta enemistad lo obligara a elegir entre su amistad con Alvaro Yeneguez y la lealtad que debe a los Almoravid. Todo ello sin renunciar a su sueno de crear una hermandad que luche contra los abusos de hombres como Yenego: las Juntas de Infanzones.
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La Broma (Hanne Wilhelmsen 5) de Anne Holt
https://gigalibros.com/la-broma-hanne-wilhelmsen-5.htmlHanne Wilhelmsen nacio en 1960. O una fecha cercana. Resulta bastante dificil saber algo con certeza acerca de la discapacitada de mediana edad que vive ahora en la lujosa zona oeste de Oslo, en un exilio interior autoimpuesto. Cuando el lector conocio a Hanne Wilhelmsen, a principios de los anos noventa, era una atractiva mujer de treinta y tantos que, a pesar de sus reticencias, gozaba de cierta popularidad entre sus colegas. Sus notables habilidades deductivas y su intuicion, asi como su elegante capacidad para forzar al maximo las normas y reglas sin infringirlas, hicieron de ella la mujer policia mas respetada y admirada del cuerpo de policia de Oslo. La investigadora huye de la ciudad. Escapa de la pena y el dolor, y se ve obligada a enfrentarse a la persona solitaria que es en realidad. Viaja a Italia, donde se aloja en un monasterio de ambiente espartano y contemplativo donde permanece varios meses. Nadie en Noruega conoce su paradero ni tiene noticias suyas. Esta es la historia crucial de Hanne Wilhelmsen, en la que se despliega una conspiracion espectacular. Todo comienza con un brutal asesinato en la residencia de un importante abogado. Wilhelmsen se involucra en la investigacion, que la llevara a un siniestro circulo pedofilo. Al mismo tiempo, su vida personal se vera salvajemente alterada cuando su companera de toda la vida, Cecilie, afronte la muerte... Esta quinta entrega de <
> es la novela mas compleja de la serie, en la que se despliega una de las conspiraciones mas espectaculares. -
Algo mas que una dama (Familia Marston 1) de Christine Cross
https://gigalibros.com/algo-mas-que-una-dama-familia-marston-1.html -
Beautiful (Saga Beautiful 5) Un toque de locura, Christina Lauren de Christina Lauren
https://gigalibros.com/beautiful-saga-beautiful-5-un-toque-de-locura-christina-lauren.htmlEn la ultima entrega de la exitosa serie romantica <
>… -
La habitacion cerrada (Inspector Martin Beck 8) de Maj Sjowall
https://gigalibros.com/la-habitacion-cerrada-inspector-martin-beck-8.htmlLas campanas de Santa Maria daban las dos cuando ella salia de la estacion del metro de Wollmar Yxkullsgatan. Antes de apresurarse hacia la plaza de Maria, se detuvo y encendio un cigarrillo. El ruido ensordecedor y continuado de las campanas de la iglesia resono en el aire, haciendole recordar los tristes domingos de su infancia. Ella habia nacido y se habria criado a unas pocas manzanas de la iglesia de Santa Maria, donde tambien fue bautizada y confirmada (de esto ultimo hacia casi doce anos). Todo lo que ella podia recordar de su preparacion para la confirmacion, era que el vicario le pregunto por que habia citado a Strindberg al escribir aquello del <
> de las campanas de Santa Maria. Pero ella no recordaba su respuesta. El sol le daba en la espalda. Despues de cruzar St. Paulsgatan, aminoro el paso, pues no deseaba empezar a sudar. De repente se dio cuenta de lo nerviosa que estaba y lamento no haber tomado un tranquilizante antes de salir de casa. Al llegar a la fuente que hay en medio de la plaza, metio el panuelo en el agua fresca y, habiendose alejado, se sento en un banco a la sombra de los arboles. Se quito las gafas y se froto la cara con el panuelo mojado, se limpio las gafas con una punta de su camisa azul claro, y se las volvio a poner. Los grandes lentes reflejaron la luz, ocultando la mitad superior de su rostro. Se quito el amplio sombrero azul de dril, se levanto el liso pelo rubio, tan largo que le caia sobre los hombros, y se paso la mano por la nuca. Luego, volvio a ponerse el sombrero, se lo encajo hasta las cejas y se quedo sentada e inmovil, con el panuelo arrugado y hecho una bola entre las manos. Al cabo de un rato extendio el panuelo ante ella, sobre el banco, y se froto las palmas de las manos sobre los pantalones tejanos. Miro su reloj: eran las dos y media. Unos minutos para calmarse antes de que tuviera que irse. Cuando el reloj dio las 2.45, ella alzo la tapa del bolso colgante de lona verde oscuro que tenia sobre el regazo, tomo el panuelo, que ahora estaba completamente seco, y, sin doblarlo, lo metio en el bolso. Entonces se levanto, paso sobre el hombro derecho la correa de cuero del bolso, y empezo lentamente a caminar. Al acercarse a Hornsgatan sintio menos tension; y se persuadio a si misma de que todo saldria bien. Era viernes, el ultimo dia de junio, y para muchas personas las vacaciones de verano acababan de empezar. En Hornsgatan, tanto en la calzada como en las aceras, el trafico era muy animado. Saliendo de la plaza, ella giro a la izquierda y penetro en la sombra de las casas. Esperaba haber elegido bien el dia. Sopeso los pros y los contras y se dio cuenta de que podia haber demorado su proyecto hasta la semana siguiente. No habia nada de malo en ello, pero no habia tenido muchas ganas de exponerse a tal tension mental. Llego alli antes de lo que habia pensado, y se detuvo en el lado sombreado de la calle, observando el gran ventanal que tenia enfrente. El cristal reluciente reflejaba el brillo del sol, y el denso trafico le tapaba parcialmente la vista, aunque se dio cuenta de una cosa: las cortinas estaban corridas. Fingiendo mirar escaparates, anduvo lentamente arriba y abajo por la acera, y aunque habia un gran reloj que colgaba en el exterior de una relojeria cercana, siguio mirando al suyo. Y mientras tanto no dejaba de observar la puerta en el otro lado de la calle. A las 2.55 se dirigio hacia el paso de peatones en el cruce. Cuatro minutos mas tarde se hallaba frente a la puerta del banco. Antes de empujarla para abrir, alzo la tapa de su bolso. Al entrar, echo una mirada de reojo a la oficina, la sucursal de uno de los bancos mas importantes de Suecia. Era larga y estrecha; en la pared frontera estaba la puerta y la unica ventana. A la derecha un mostrador iba desde la ventana a la breve pared del otro extremo, y a la izquierda habia cuatro mesas fijadas a la larga pared. Mas alla, habia una mesa baja, redonda, y dos taburetes tapizados con un material rojo a cuadros. Aun mas lejos, una escalera empinada desaparecia hacia lo que probablemente era la camara acorazada del banco. Solo un cliente habia entrado antes que ella: un hombre, que estaba de pie ante el mostrador, metiendo billetes de banco y documentos dentro de su cartera de mano. Tras el mostrador vio sentadas a dos empleadas. Mas alla un empleado permanecia de pie hojeando las cartulinas de un indice. Dirigiendose hacia una de las mesas, la joven saco una pluma del bolsillo exterior del bolso, mientras observaba con el rabillo del ojo como el cliente de la cartera de mano salia por la puerta de la calle. Tomo un impreso de ingresos y empezo a garrapatear en el. Al cabo de un rato observo que el empleado se dirigia hacia la puerta y la cerraba con llave. Luego se inclino y solto el gancho que mantenia abierta la puerta interior. Mientras esta se cerraba con ruido silbante, el volvio a su sitio tras el mostrador. Ella saco el panuelo del bolso. Sujetandolo en la mano izquierda, la hoja de ingresos en la derecha, se acerco al mostrador, fingiendo limpiarse la nariz. Entonces metio la hoja de ingresos en el bolso, saco una bolsa de compra, de nailon, que estaba vacia, y la puso sobre el mostrador. Asio la pistola, apunto con ella a la cajera y, manteniendo el panuelo ante la boca, dijo: --Esto es un atraco. La pistola esta cargada, y si usted hace el menor ruido, disparare. Meta en este bolso todo el dinero que tenga. La mujer que habia detras del mostrador se la quedo mirando con fijeza, tomo despacio la bolsa de nailon y la puso ante si. La otra mujer interrumpio el peinado de su cabello, y dejo caer las manos lentamente. Abrio la boca para decir algo; pero no salio el menor sonido. El hombre, que seguia de pie detras de su mesa, tuvo un violento sobresalto. Inmediatamente, ella le apunto con la pistola y le grito: --!Estese quieto! Y ponga las manos donde yo pueda verlas bien. Haciendo un gesto impaciente con la pistola encanonando a la mujer que tenia delante, evidentemente paralizada por el terror, prosiguio: --!Dese prisa con el dinero! !Pongalo todo! La cajera empezo a meter fajos de billetes en la bolsa. Cuando hubo terminado, la solto sobre el mostrador. De repente, el hombre de la mesa dijo: --Nunca escapara con eso. La policia... --!Callese! --grito ella. Entonces metio el panuelo en el bolso abierto, y agarro la bolsa de nailon, que le parecio agradable y pesada. Retrocediendo lentamente hacia la puerta y apunto por turno con la pistola a cada uno de los empleados del banco. De repente alguien corrio hacia ella desde la escalera, en el extremo opuesto de la habitacion: un hombre alto y rubio con pantalones muy ajustados y una chaqueta ligera de franela azul con botones brillantes y un gran emblema dorado prendido en el bolsillo del pecho. Se oyo en el local un estruendo cuyo eco atrono el espacio cerrado entre las paredes. Y mientras, a causa del retroceso, el brazo de ella se movia hacia el techo, vio caer violentamente hacia atras al hombre de la chaqueta de franela. Sus zapatos eran de calidad, nuevos y blancos, con gruesas suelas acanaladas de goma roja. Solo cuando su cabeza choco contra el suelo de piedra con un horrible golpe sordo, ella se dio cuenta de que lo habia matado. Solto la pistola en el bolso, y miro fija y salvajemente a las tres personas horrorizadas que habia tras el mostrador. Luego echo a correr hacia la puerta. Mientras descorria torpemente el pestillo, tuvo tiempo de pensar antes de salir a la calle: < >. Pero en cuanto se vio en la acera, apresuro el paso hacia el cruce. No veia a la gente que la rodeaba; solo se dio cuenta de que tropezaba con algunas personas, y le parecia que el disparo seguia resonando en sus oidos. Dio la vuelta a la esquina y echo a correr, con la bolsa de compra en la mano y el pesado bolso golpeandole la cadera. Abrio de golpe la puerta de la casa donde habia vivido de nina, siguio el viejo camino familiar hacia el patio, y trato de contenerse y andar al paso. Paso directamente bajo el soportal de una glorieta mirador y salio a otro patio trasero. Bajo por la empinada escalera hasta una bodega, y se sento en el escalon inferior. Trato de meter la bolsa de nailon sobre la pistola en el bolso colgante, pero no habia bastante espacio. Entonces se quito el sombrero, las gafas y la peluca rubia y las metio en el bolso. Su pelo verdadero era negro y corto. Se levanto, se desabotono la camisa, se la quito, y la metio en la bolsa. Bajo la camisa llevaba un jersey de algodon negro, de manga corta. Colgando el bolso sobre su hombro izquierdo, tomo la bolsa de nailon y subio por las escaleras hasta el patio. Salto por un par de muretes antes de encontrarse al fin en una calle en el extremo de la manzana de casas. Entonces entro en una pequena tienda de comestibles, compro dos litros de leche, metio los botes de carton encerado en una gran bolsa de papel, y luego puso encima de ellos la bolsa de nailon. Despues, se dirigio hacia Slussen y alli tomo el metro hasta su casa. -
Jose, mas alla del olvido de Andrea Nusan
https://gigalibros.com/jose-mas-alla-del-olvido.htmlJose aun no daba credito a lo que acababa de escuchar. --?Quiere decir que no recordare nada? ?Nada en absoluto? --Noto que su garganta se resecaba y que empezaba a faltarle el aire. --Es algo mas complicado que eso, don Jose. El doctor Llopis era amigo de su familia desde hacia treinta anos, y le costaba mucho tener que pronunciar aquellas palabras. Pero sabia que ser el portador de malas noticias era el precio que llevaba implicito, a veces, su profesion. --La enfermedad no solo afectara a su memoria --continuo--, tambien a sus habitos diarios: comer, andar, hablar... Es algo asi como una vuelta a la infancia. --Solo que esta vez no es para empezar a vivir, ?verdad? --Jose suspiro mientras miraba, por la ventana de la clinica, como la gente andaba por las calles con prisa, de un lado para otro. Los almendros estaban en flor y llenaban la acera de color y de un ambiente casi poetico. Sin embargo, nadie parecia darse cuenta; tenian demasiadas cosas en que pensar y no tenian tiempo para detenerse a observar aquella maravilla. Pronto el olvidaria hasta el nombre de la calle. El doctor se acerco por detras y le toco el hombro de forma amigable. --Sera mejor que se siente, don Jose; asi podre explicarle que debera hacer a partir de ahora. --Sus palabras sonaban en la cabeza de Jose como un eco lejano--. Va a necesitar de toda la ayuda que le puedan prestar, asi que deberia decirselo cuanto antes a su familia. Tambien seria conveniente que fuera delegando el cuidado de dona Amparo a manos mas profesionales. Con las ultimas palabras del doctor revoloteando por su mente, recogio todos los informes y salio de la clinica con el corazon en un puno. <>, le habia preguntado antes de salir. <
>. <>, habia insistido. < >. Aquel hombre de mirada triste, barba y pelo cano, y arrugas en la piel, sentia que su mundo acababa de desmoronarse como un castillo de naipes. A sus ochenta y seis anos, recien cumplidos, ya se habia hecho a la idea de que algun dia dejaria este mundo, y eso no le daba miedo. Estaba preparado. Habia sido feliz en su vida. Es decir, todo lo feliz que alguien puede ser cuando, estando enamorado de una persona, se casa con otra, sabiendo que jamas la querra como a la primera. Y eso era lo que mas lo atormentaba desde que salio de la consulta del doctor. ?Acaso seria posible olvidar al amor de su vida? ?Olvidar el azul de su mirada, el rojo de sus labios, la suavidad de su piel? Habian pasado cuarenta anos desde que vio por ultima vez a Ana, pero recordaba cada gesto, cada palabra y cada sentimiento como si hubiese sido ayer. Y la esperanza de volver a verla, aunque fuese solo una vez mas, lo habia mantenido vivo todos esos anos al lado de su mujer y sus hijas. 2 Cuando llegue a Moraleja en mayo de 1957, solo pensaba en divertirme. Y me sorprendio lo facil que me resulto adaptarme a mi nuevo habitat. El pueblo era precioso; el aire era mas limpio que en Valencia; el cielo, mas azul, y la gente parecia sonreir siempre a pesar de sus problemas. Mis padres me habian mandado alli recomendados por unos amigos extremenos. Iba con una cuadrilla de albaniles valencianos y murcianos a restaurar el tejado de la iglesia del pueblo. Pensaron que asi sentaria, por fin, la cabeza, pues hasta entonces ni siquiera me habia planteado el buscar un trabajo de verdad y formar una familia, como el resto de mis amigos. Preferia ir de guateque en guateque y reirme todo lo que pudiera. Yo no habia salido nunca de Valencia, exceptuando los dos anos que pase en Ceuta haciendo el servicio militar, asi que aquello me parecio una aventura. Mi tia Belen, hermana de mi madre, vivia en una casa humilde a las afueras del pueblo y me habia ofrecido quedarme alli las semanas que durase el trabajo. Ella, mujer trabajadora y vitalista, conservaba, a sus sesenta anos, aquella belleza y fortaleza que me habian contado que tuvo en su juventud, aunque a mi siempre me parecio ver en su mirada un halo de tristeza. Vivia sola, pues nunca se habia casado. Y es que, segun me contaron, el amor de su vida, un joven militar frances llamado Francois Fontaine, habia fallecido seis meses antes de la boda, tras las trincheras de la gran guerra. Mi tia jamas se recupero de ese mazazo emocional, y con solo veinte anos decidio emigrar a Extremadura junto con su mejor amiga, Manuela, y el marido de esta, Justino. El, extremeno de nacimiento, se habia trasladado a Valencia por trabajo, y alli conocio a Manuela y se enamoro de ella. Llevaban casados dos anos cuando decidieron volver a Moraleja, el pueblo de Justino. Los padres de el ya habian fallecido, y le habian dejado en herencia lo poco que tenian: un terreno a las afueras y una casa. Asi que convencio a Manuela para regresar a su tierra y que su legado no se perdiese. Ella acepto con una unica condicion: que parte de ese terreno se lo cediesen a Belen para que pudiera construirse una casa y empezar de cero. Y es que, al parecer, la noticia de la muerte de Francois habia corrido como la polvora entre los familiares y amigos de mi tia, y entre los muchos dimes y diretes de la gente, decidieron ponerle el sobrenombre de < >. Manuela sabia que si mi tia se quedaba en Valencia, le esperaba una vida de soledad y chismorreos, y ella no consentiria eso para la que se habia convertido, por derecho, en su hermana, aunque no fuera de sangre. Justino cedio a las peticiones de su mujer, pues la amaba y, ademas, tenia mucho aprecio a Belen, quien siempre apoyo la relacion y vio con buenos ojos sus ganas de volver a su tierra natal. Al llegar a Moraleja sin estudios ni padrinos, todos se tuvieron que poner a trabajar en el unico sitio en el que entonces podian hacerlo: la hacienda de los De Mora, familia de la que yo no sabia nada en aquella epoca, y que seria mi ruina tiempo despues. Para cuando llegue, mi tia ya hacia anos que habia dejado de trabajar en el campo y sobrevivia dando clases de costura a jovenes casaderas que querian estar preparadas para ser buenas esposas y madres. Ella y Manuela seguian siendo muy buenas amigas y se ayudaban en todo. Sobre todo desde siete anos atras, cuando Justino murio a causa de un ataque al corazon mientras recogia patatas en los campos de la familia De Mora. A pesar de que yo nunca habia tenido trato con mi tia, pues cuando se marcho de Valencia, ella y mi madre se distanciaron y no volvieron a hablarse, solo hizo falta una carta para que Belen me aceptara como si siempre hubiesemos sido una familia unida. Yo tenia treinta anos y muchas ganas de comerme el mundo. Lo que nunca pude imaginar es que el mundo acabaria comiendome a mi a traves de los ojos azules mas bonitos que he visto y vere en toda mi vida. --?Que haces, papa? --Carmen, la hija pequena de Jose, entro en su despacho. --No sabia que ya habiais venido -- contesto el apagando la pantalla del ordenador--. ?Y la fiera? --Le dio un beso. --Viene ahora con Pedro. Ana queria chuches, y ya sabes como se pone cuando quiere algo. -- Jose sonrio pensando en lo terca que se ponia su nieta de cuatro anos cuando se le antojaba algo --. ?Y mama? --Creo que esta en la cocina con Avelina, acabando de hacer la comida. --?Han venido ya Isabel y los peques? --No, tu hermana no ha llegado aun. --Vale, pues voy a saludar a mama para que tu puedas seguir haciendo lo que sea que estuvieras haciendo... --dijo con tono burlon y una sonrisa. Jose se la devolvio con un cierto sentimiento de culpa. Habian pasado tres meses desde su cita con el doctor Llopis, y estaba hecho un lio. Aun no habia decidido si queria contarle a su familia lo de su enfermedad. Sin embargo, si habia tomado la decision de escribir sus memorias para narrar su historia con Ana. No podia aceptar que algun dia olvidaria al amor de su vida y el tiempo tan maravilloso que habia pasado con ella. Y penso que tal vez si lo escribia podria recordarla. Los gritos de sus nietos, David y Jorge, entrando por la puerta lo devolvieron a la realidad. -
Intimidad improvisada de Maximo Huerta
https://gigalibros.com/intimidad-improvisada.htmlA lo largo de los ultimos anos Maximo Huerta ha ido escribiendo casi a diario articulos, greguerias, fogonazos que abordan desde su particular optica nuestro mundo, lo mas palpable de nuestros dias. Y lo hace aplicando sus dotes de observador para hablar acerca de nuestras costumbres y manias, nuestros suenos y frustraciones, tambien de nuestras formas de soportar (o rechazar) las esclavitudes de la vida moderna: el movil, el gimnasio, las redes, la TV, el control de calorias, los tatuajes..., acercandonos su parecer sobre los grandes temas y los pequenos, que a todos nos (pre)ocupan, nos divierten y nos fastidian.
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El viaje, Anna Soler de Anna Soler
https://gigalibros.com/el-viaje-anna-soler.htmlRuth es una chica adolescente, de tan solo diecisiete anos, que vera como su vida se derrumba con el divorcio de sus padres. Pero un inesperado viaje cambiara su destino, y hara que su inmadurez y rebeldia pasen a un segundo plano.
Ruth aprendera de sus experiencias, y crecera emocionalmente a medida que el viaje vaya avanzando.
La vida no es tal cual la joven habia imaginado, y a traves de su vivencia emprendera un camino repleto de aventuras y obstaculos hacia la madurez.
Una tierna historia de amistad, aventura, y romance.
?Hasta donde sera capaz de llegar Ruth?
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El cielo sobre Darjeeling de Nicole C. Vosseler
https://gigalibros.com/el-cielo-sobre-darjeeling.htmlExitosa novela alemana en la linea de Sarah Lark con una nueva ambientacion exotica: la India, en concreto las primeras plantaciones de te en Darjeeling a finales del siglo XIX.
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Hasta que nos separe el amor de Vanessa Lorrenz
https://gigalibros.com/hasta-que-nos-separe-el-amor.htmlMadeleine miraba la luz resplandeciente del sol, que se reflejaba sobre el agua cristalina de la piscina de su casa. El clima era magnifico para pasar una tarde sobre una tumbona. Como siempre, tenia su pequeno block de notas donde dibujaba todas las creaciones que llevaria a cabo cuando fuera a estudiar a la universidad, queria ser la mejor disenadora de moda que existiera en Manhattan. Su madre le decia que dejaria a la sombra a todas esas disenadoras que no hacian mas que crear pura basura. Su familia era una de las mas adineradas de la ciudad, su padre contaba con una empresa multinacional que daba los mejores rendimientos, economicamente nunca le habia faltado nada y sus padres siempre estaban al pendiente de ella, pero tenian tantos compromisos laborales que nunca tenian el tiempo suficiente para estar con ella. Se puso sus gafas de sol, pues la luz le daba directa a la cara, y aunque tenia un sombrero de ala ancha no queria que por un descuido su piel se resintiera, tomo un poco de protector solar para cubrir su piel apinonada. Sus rizos rubios brillaban resplandecientes, a sus dieciocho anos ya se proclamaba como una belleza, y su padre estaba orgulloso de ese hecho, decia que era hermosa e inteligente y asi lo confirmaban las tres cartas de las mejores universidades de diseno que estaban esperando una contestacion por parte de ella, el unico problema es que aun no habia decidido a cual asistiria. Tenia tantos suenos e ilusiones que no podia esperar a que llegara el momento de comenzar a estudiar para disenar la mejor moda que se hubiera visto jamas. Iba a pasar las vacaciones con su abuela paterna. Resultaba que su padre siempre penso que era huerfano de madre, desde muy chico tuvo que luchar en la vida por ser alguien e ir escalando posiciones sociales, pero de un momento a otro, cuando ya tenia un futuro establecido, su abuela aparecio en la puerta de su casa para ejercer el papel de madre. Para todos fue una sorpresa, Madeleine tenia cerca de diez anos y acepto la noticia con agrado, los abuelos por parte de madre hacia tiempo que habian fallecido, asi que encontrarse a esa edad con una abuela fue lo mejor que le pudiera pasar. Y lejos de lo que pensaran, Valery Rochester tenia una enorme fortuna en sus cuentas bancarias y vivia de manera muy acomodada en una de las mejores zonas residenciales del extrarradio. Saldria al dia siguiente, aunque la casa de su abuela no estaba lejos, queria tomarse el dia para ella sola. Con una sonrisa comenzo a dibujar en su block de notas el diseno de un abrigo que seguro volveria loca a mas de una de sus amigas del instituto. La carretera que llevaba a la zona residencial parecia sacada de esas peliculas de terror donde solo se ven alrededor grandes arboles formando una perfecta fila, por suerte, en cuanto llego a la pequena comunidad donde vivia su abuela pudo conducir mas tranquila. La enorme casa de dos pisos que se dejaba ver frente a ella no era nada comparada con su casa en la ciudad, pero suponia que para una persona sola, como su abuela, estaba mas que bien. Bajo del coche sonriente, levantando sus gafas de sol para ver a su abuela en el porche, esperandola con los brazos abiertos, tenia cincuenta y cinco anos pero aparentaba cuarenta y cinco. Su rubia melena rizada estaba recogida en un mono alto, ese dia lucia un elegante vestido color azul con una chaquetilla en color perla, ver las zapatillas del mismo color del vestido casi la hace gritar, las habia visto en el Vogue la semana pasada y no lograba conseguir unas, y su abuela tenia unas por las cuales ella mataria sin lugar a dudas. -- !!No lo puedo creer, abuela!! ?Como has conseguido esas zapatillas?, !estaban agotadas!, la disenadora ha dicho que no volvera a fabricar ese modelo. --Contactos, nina, se llaman contactos, pero ?que manera es esa de saludar a tu abuela?. !Ven aqui y dame un abrazo! Sonriendo se acerco para abrazarla, su inconfundible fragancia de Chanel inundo el ambiente. --Dime que no fuiste de compras sin mi, abuela, estas usando un perfume nuevo. --Nina, de vez en cuando es bueno darse una escapada. --No se si podre perdonarte que no me invitaras. --dijo mientras comenzaban a entrar en la casa, ya se ocuparian los del servicio de subir su equipaje. Pero por el momento necesitaba pasar un tiempo charlando con su abuela. Pasaron la tarde sentadas en la terraza tomando un te helado, resulta que su abuela se habia dado su escapada a Paris y no le dijo nada, de manera que estaba simulando que estaba enfadada porque no la habia invitado a ir con ella. Sobre todo sabiendo que a Madeleine le encantaba Paris. Su abuela tenia una infinidad de historias por contar, mas aun con su reciente escapada, estaba escuchando muy atenta como su abuela salio a cenar con una disenadora muy famosa cuando algo en el jardin llamo su atencion. No fue algo, mas bien fue alguien, nunca en su vida se habia topado con un chico que le alterara el pulso incluso estando a distancia. Su abuela estaba tan emocionada contando sus anecdotas que no se dio cuenta de que ella estaba perdida observando aquel chico. Al parecer trabajaba para su abuela, porque estaba cortando el cesped de la parte lateral, tenia el cabello rubio ligeramente ondulado, desde la distancia en la que estaba no era posible distinguir el color de sus ojos, era alto, muy alto, calculaba que tendria como veinte anos, una diferencia de dos anos con respecto a ella. --Nina, ?que miras tan ensimismada? --su abuela la miraba sonriente mientras dirigia su mirada a el objeto de distraccion de su nieta--vaya, veo que nuestro Jason ha llamado tu atencion. --Tendria que estar ciega para no percatarme de su presencia, abuela. ?Quien es? --Es el nieto de mi vecino, lleva aqui dos meses, le he dado trabajo cortando el cesped, aunque mas que trabajo es un favor, ya que no me cobra nada. Es un buen chico, lastima que viva en Houston. --Tan lejos--dijo mordiendose el labio inferior, necesitaba conocerlo a como diera lugar-- supongo que regresara para estudiar la universidad.
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Solo tu me tendras de Toni Munoz
https://gigalibros.com/solo-tu-me-tendras.htmlEn mayo de 2017, un cuerpo calcinado aparece junto al pantano de Foix, abandonado en el maletero de un coche al que han prendido fuego. Solo una protesis de columna permite reconocer el cadaver: pertenece a Pedro Rodriguez, un agente de la Guardia Urbana de Barcelona suspendido de empleo y sueldo desde hacia meses tras propinarle una paliza a un motorista. Su vida, poco antes de la agresion, habia dado un vuelco: acababa de separarse de su mujer para iniciar una relacion con otra agente de la Guardia Urbana, Rosa Peral. Llevaban juntos desde entonces. Pero Rosa, cuando le comunican la noticia, apenas se inmuta. De hecho, se refugia de inmediato en un antiguo novio, Albert Lopez, miembro tambien del mismo cuerpo de seguridad. Y empieza a sugerir que quiza su exmarido, Ruben, agente de los Mossos d’Esquadra, tiene algo que ver con la muerte de Pedro.
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La hora muerta. Tomo 1 de Vicente Silvestre Marco
https://gigalibros.com/la-hora-muerta-tomo-1.htmlCuando Antonio extrajo un cigarrillo del paquete de tabaco y prendio el extremo no imaginaba que seria el ultimo que se fumaria en la vida. Eran la tres y media de la madrugada del veinte de mayo y habia terminado la ronda por su zona de patrulla, la circunscrita entre la valla interior y la exterior de la instalacion, aquella que todavia se consideraba territorio espanol. Las noches todavia eran demasiado frescas y lo unico que deseaba era quedarse en la garita de guardia hasta las cinco o cinco y cuarto, momento en que tendria que hacer la segunda y ultima ronda. Durante ese tiempo se tomaria un par de tragos de vodka y seguiria viendo la serie de television que tenia preparada en el ordenador portatil. Las patrullas eran, a su parecer, una tarea inutil, pero no es que se quejara por ello ya que eran parte del trabajo y, en resumidas cuentas, le gustaba su trabajo. En los ocho anos que llevaba como vigilante de seguridad, durante el turno de noche, jamas habia tenido ningun problema. Ninguno en absoluto. Ni el mas minimo suceso que mereciera ser anotado como tal, mas alla de las averias o desperfectos tipicos debidos al tiempo o al uso: una camara estropeada, un foco que perdia potencia, o cuando el aire acondicionado dejaba de funcionar correctamente. Esta ausencia de incidentes serios no era casual, sino que se debia como consecuencia directa al aislamiento que proporcionaba aquel emplazamiento agreste, recogido entre colinas plagadas de pinos silvestres, tejos y robles, y al que tan solo se podia acceder por una anodina y serpenteante carretera secundaria de montana que zigzagueaba sobre el escarpado terreno. Sin embargo, aquella noche habia sido una excepcion, por partida doble. Por una parte, se habia encontrado con la puerta de la valla interior entreabierta y, por otro lado, Javier, el companero del turno previo al suyo habia abandonado su puesto antes de que el llegara para recibir el relevo. Al menos eso es lo que Antonio supuso al no encontrar ni a Javier en la garita ni a su vehiculo aparcado como de costumbre. Lo cierto es que si Antonio se hubiera asomado por el pronunciado terraplen que quedaba muy cercano al aparcamiento habria distinguido el Suzuki todoterreno de Javier atravesando con el morro un tramo de la verja interior. Y si no hubiera cerrado la puerta metalica con una total ausencia de interes, habria distinguido el parpadeo tenue, semioculto entre la floresta, anaranjado y ritmico como un sol moribundo, procedente del edificio de los americanos. Pero no hizo ninguna de estas dos cosas. En su lugar, despotrico para si mismo sobre la falta de profesionalidad de su companero, anoto la ausencia en el registro de su turno, y se preparo para continuar viendo la ultima temporada de "The walking dead". A mitad de un capitulo, durante una de aquellas escenas en que Rick y Negan se enfrentaban otra vez --en aquella ocasion el enfrentamiento se produjo en las entranas de un edificio en ruinas-- le surgio la idea fugaz de que Javier, su companero del turno anterior, debia haber abandonado el puesto mucho antes de que el mismo llegara al complejo militar, ya que no se cruzaron durante la estrecha carretera de acceso, y esta se prolongaba solitaria durante casi una hora. Pero esta idea no prevalecio, solo fue el eco de un pensamiento que pronto quedo anegado por los vapores del alcohol y el agradable ensimismamiento de perderse en la serie de los muertos vivientes. A lo largo de todos aquellos anos trabajando como vigilante de seguridad habia reflexionado sobre el lugar en que trabajaba. Tanto el como el resto de los companeros de la empresa de seguridad, eran el primer y mas inofensivo obstaculo para acceder a aquella instalacion militar sin nombre. Su funcion principal consistia en controlar el acceso, dar paso a los trabajadores de la instalacion (en su mayor parte estadounidenses, al menos a sus ojos) y, en caso de necesidad, ponerse en contacto con su enlace de la Guardia Civil. No estaban armados ni tenian autoridad para usar la fuerza como medida disuasoria. A efectos practicos eran poco mas que espantapajaros con un comunicador. Con los anos se habia enterado de que el puesto estuvo antes ocupado por miembros de la Benemerita, pero tras alguna clase de acuerdo interno la tarea de vigilancia habia recaido en una empresa privada de la que se rumoreaba que el propietario era un alto cargo del ejercito. La unica diferencia con otros puestos en los que habia trabajado con anterioridad consistia en una clausula al final de su contrato laboral. Una clausula de confidencialidad que le prohibia filtrar informacion del lugar o el trabajo que realizaba. Otra soberana estupidez, ya que ellos apenas mantenian contacto con los trabajadores de la instalacion y no estaban al tanto de lo que sucedia entre sus muros, pero tampoco se quejaba por aquello ya que debido a esa clausula cobraba bastante mas de lo que cobraria en cualquier otro puesto de condiciones similares. Donde uno podia encontrarse en serias dificultades era a partir de la segunda verja, cuando pasaba a ser territorio estadounidense. Hacia tres anos, un companero veterano al que solo le quedaban unos dias para jubilarse, le habia confesado con aire conspirativo que el origen de aquella instalacion se debia a una concesion del gobierno de Espana a Estados Unidos, fruto de las simpatias y el acuerdo del Trio de las Azores, cuando los presidentes Aznar, Blair, y Bush hicieron causa comun para invadir Irak. Antonio no tenia motivos para dudar de aquella afirmacion. Alli tenian sus propios guardias. Y no eran vigilantes de una empresa armados con comunicadores, sino soldados profesionales. Rara vez los veia o se cruzaba con ellos, pero no creia que nadie en su sano juicio se le ocurriera atacar a militares pertrechados con fusiles de asalto. Se rumoreaba que en el interior del recio edificio, aparte de soldados, tambien podia encontrarse un importante numero de trabajadores a los que se suponian cientificos. Rara vez salian y, a principio de cada mes, llegaban camiones cargados con suministros, lo que les hacia pensar que la instalacion estaba preparada para una reclusion prolongada. El edificio, a pesar de tener diez pisos de altura, se hallaba construido en una cuenca natural, de forma que las montanas y los arboles se elevaban mas de una veintena de metros por encima del helipuerto que coronaba la parte superior, aprovechando la orografia del lugar para camuflarlo. Sin embargo, la cuestion mas interesante, la pregunta del millon, seguia sin respuesta. ?Que es lo que hacian alli? ?Que era lo que investigaban con tal secretismo hasta el punto de hacerlo en un lugar tan recondito? El companero veterano que se habia jubilado hacia unos anos afirmaba convencido --con el convencimiento de quien no necesita argumentos ni pruebas, solo su experiencia-- de que alli dentro hacian ensayos de armas que los militares estadounidenses no estaban dispuestos a probar en su propio pais. Javier, por otro lado, defendia que se trataba de una especie de Guantanamo; una prision fuera del radar, donde nadie pusiera en duda los metodos que empleaban para conseguir informacion.
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Un te quiero, no es para tanto. Un te amo, es para siempre de Angela Martinez
https://gigalibros.com/un-te-quiero-no-es-para-tanto-un-te-amo-es-para-siempre.htmlRoberto es un abogado de treinta ocho anos que pierde a su mujer como consecuencia de una grave enfermedad. Decide darle un giro a su vida y deja la abogacia para dedicarse plenamente a criar y disfrutar de sus hijas.
Un par de anos despues recibe una llamada que le hace replantearse volver al trabajo.
Una cena importante y una canguro que no puede ir.
El caos se desata cuando esta le pide a su amiga Rosa que la sustituya esa noche, sabedora de que encajara a la perfeccion con las ninas y con el. ?padre?
Una vida nueva para Rosa y Roberto esta por llegar.
Tres cartas, un nuevo trabajo, un jefe comprensivo y sobre todo. ?un nuevo amor? -
Rojo y Oro de Selene M. Pascual
https://gigalibros.com/rojo-y-oro.html -
El lobo de Escocia de Emma G. Fraser
https://gigalibros.com/el-lobo-de-escocia.htmlGael Sinclair es uno de los guerreros mas temidos del norte de Escocia. Su fama de despiadado es conocida en las Tierras Altas. Uno de sus enemigos es Calem Sutherland, pero el mayor de ellos lo tiene entre sus muros: Leslie Sinclair. Despues de que Gael la rechazara como esposa, decide vengarse y robar el bien mas preciado de Gael: un colgante de su difunta madre. Para evitar que fuera encontrado, lanza un hechizo sobre el, pero algo sale mal y desaparece. Sin embargo, es encontrado por Sophie Blanc que, en busca de nuevas experiencias en su vida, decide gastar sus ahorros en comprar un castillo en Escocia.
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Lo que nos dijo la tormenta de Helen Rytkonen
https://gigalibros.com/lo-que-nos-dijo-la-tormenta.htmlUna ciudad magica. Una poderosa tormenta. Un hotel como escenario . Y dos personas atrapadas bajo el mismo techo. Ahora, despues de diez anos, podran decirse todo aquello que callaron. O no. Podran ser valientes, o no. Podran dejarse llevar, o seguir su vida. Pero no podran dejar de escuchar lo que les dice la tormenta.
Una historia intima que te llegara al corazon. -
Disenando a tu antojo de Mariah Evans
https://gigalibros.com/disenando-a-tu-antojo.htmlNatalia Martin trabaja como asistente de Laura Vidal, administradora al 50% de la compania hotelera Vida&Peralta. El otro 50% pertenece a Alvaro, hermano de Laura, un hombre prepotente, con un caracter muy marcado y muy exigente con sus trabajadores.
Un viaje a Estambul para disenar la construccion de un hotel de lujo pondran a prueba la paciencia y la valia de Natalia respecto a Alvaro. Todo cambiara cuando Belma, una aficionada a lo esoterico, haga unas predicciones sobre su futuro basandose en una antigua tradicion turca: la lectura del poso del cafe.
?Te atreves a descubrir cuanto puede dar de si esta tradicion? ?Te dejas seducir por una de las ciudades mas singulares del mundo? -
Visigodos de Jose Javier Esparza
https://gigalibros.com/visigodos.htmlLos visigodos crearon por primera vez un Estado en Espana. Lo mantuvieron vivo hasta que la peste, el hambre y la guerra lo destruyeron. No eran barbaros ni atrasados. Sabian que la Tierra era redonda, conocian la razon de los eclipses, no ignoraban la obra de Aristoteles y eran capaces de hacer ciudades como la misteriosa Recopolis. Partieron del mismo sitio donde mil anos despues aparecerian los vikingos y, en su asombroso periplo, recorrieron media Europa. Fueron enemigos, aliados y herederos de Roma. Cabalgando sobre sus caballos paso Espana de la Antiguedad a la Edad Media. Jose Javier Esparza cuenta, con extraordinaria erudicion y una epica inconmensurable, la historia de los visigodos como nunca antes te la habian contado: la aventura fascinante de un pueblo que forma parte de nuestra memoria colectiva. Ellos fueron la primera Espana.
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?Quieres jugar? Hagamoslo de Hugo Sanz
https://gigalibros.com/quieres-jugar-hagamoslo.htmlInmerso en un mundo de lujo, que pivotaba en torno a la diversion, Omar creia poseer un corazon blindado para los flechazos. La reaparicion de Vicky, un antiguo amor que perdio por su persistente tendencia a la infidelidad, vino a cambiar las reglas del juego.
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Cosas que te pasan en Barcelona cuando tienes 30 anos de Llucia Ramis
https://gigalibros.com/cosas-que-te-pasan-en-barcelona-cuando-tienes-30-anos.htmlNuestra protagonista, una joven periodista mallorquina que trabaja para un diario en Barcelona, acaba de cumplir treinta anos. Blai, que pinta retratos envejecidos de sus amigos, es incapaz de pintarla y ella se siente una musa en excedencia, “una idea para un cuadro que no acaba de definirse en un cuadro. Porque quiza se le ha pasado el momento. O no le ha llegado aun. Si es que tiene que llegarle”.
Su vida, aparentemente estable, empieza a tambalearse cuando descubre que le van a subir el alquiler y a que dentro de seis meses perdera su trabajo. Mientras tanto, sus amigos comienzan a emparejarse, a hipotecarse y a plantearse tener hijos, ella descubre por casualidad una carta que un ingles escribe a una chica de Barcelona en la que le pide matrimonio y duda en si hacersela llegar o no.
La cubierta de Cosas que te pasan en Barcelona cuando tienes 30 anos ha sido disenada por Marina Gomez, vocalista inconfundible del aclamado grupo indie Klaus & Kinski. La traduccion esta realizada por la escritora Jenn Diaz quien acaba de publicar en catalan la novela Vida familiar que ha recibido el Premi Merce Rodoreda. -
Ensename esta noche (Fantasias 1) de Nina Klein
https://gigalibros.com/ensename-esta-noche-fantasias-1.htmlE PROLOGO CHLOE l club Poison se veia de forma totalmente diferente a la luz del dia, cuando estaba cerrado. No habia nada del misterio, la seduccion, el calor, el deseo que lo empapaba todo durante la noche. Para empezar, las luces del techo estaban encendidas, creando la sensacion de que uno estaba en una especie de teatro vacio. En el ambiente flotaba un ligero olor a desinfectante, el rastro que quedaba despues de que el equipo de limpieza se hubiese pasado aquella manana. Salia una pasta hacer ese tipo de limpieza y desinfeccion profunda todos los dias, pero por una parte era necesario, y por la otra, dinero no era lo que les faltaba en el club, con las cuotas que cobraban a los socios y el numero de socios que tenian. Ese era un de los problemas: el numero de socios habia llegado a su tope. Los duenos nunca habian querido que aquello se masificara y el numero maximo de socios era un numero manejable, que hacia que en los dias de mas aforo --los viernes y los sabados-- se pudiese estar tranquilamente en el club, sin agobios. Asi que la lista de espera era kilometrica, y solo se abria una vacante cuando un miembro abandonaba el club, que no era tampoco muy a menudo. Mi idea venia un poco a mitigar ese problema. A "liberar" un poco el club, para que quizas pudieran admitir un grupo mas de socios. A diversificar, tambien. Y a hacerlo mas interesante. Respire hondo y me alise la americana que llevaba. Me habia vestido como cualquier dia en la oficina: unos pantalones negros de tela, rectos, mis "zapatos de oficina" --negros, de piel, no mucho tacon, comodos-- y una americana gris de pata de gallo. Llevaba uno de mis bolsos mas grandes al hombro, de donde sobresalia la carpeta de cartulina marron con la propuesta que estaba a punto de hacer a los duenos del club Poison. Respire hondo de nuevo, y mi amiga Caroline se dio la vuelta y se paro en medio de lo que era la pista de baile, el suelo negro brillante reflejando la luces del techo. --?No me digas que estas nerviosa? Era ella quien me habia abierto la puerta del club, y quien me acompanaba en el camino hacia las oficinas. Eran las tres de la tarde, y todavia faltaban horas para que abriese el club. --Un poco --reconoci. --Pero si solo son Mark, Paul y Derek. No le faltaba razon: al fin y al cabo les conocia desde hacia mas de un ano. Pero una cosa era ser amigos, tomarnos una copa de vez en cuando y hablar de nuestras vidas, y otra hacer negocios juntos. No queria que pareciese que me estaba aprovechando de la amistad. --No es lo mismo --dije, por fin--. Esto son negocios. Ademas, no estoy muy segura... igual es una idea ridicula. Caroline me sonrio. --Estoy segura de que es una idea genial. De todas formas, no estes nerviosa: si les gusta la idea bien, y si no, tambien. Yo tambien sonrei, mas para darme valor que otra cosa. --Okey. Seguimos avanzando por el club, los tacones de Caroline resonando en el suelo de marmol. Habiamos recorrido un largo camino, desde que eramos companeras de trabajo en una oficina horrenda, con cubiculos enanos y grises y luces fluorescentes en el techo. Hacia ya dos anos de aquello: un dia, Caroline estaba quejandose de las horribles citas por las que habia pasado gracias a --o por culpa de-- una app de citas que tenia instalada en el telefono. La decepcion, la incertidumbre... fue entonces cuando le di la tarjeta del club. No estaba segura de que fuese a ir --ella tampoco--, pero no solo habia acudido, sino que ademas habia acabado con uno de los duenos del club, Mark. Ahora estaban prometidos. Aparte de eso, Caroline trabajaba en las oficinas del club, llevandoles la contabilidad. La de vueltas que daba la vida. Yo habia acabado cambiando de trabajo. La oficina era todavia mas gris e insoportable cuando no tenia a Caroline para hablar en los descansos del cafe. Pero aunque el nuevo trabajo era menos gris y menos insoportable, seguia siendo bastante aburrido, la verdad. Quizas la culpa no era de los puestos de trabajo, sino de la profesion en si: ser contable no era lo mas apasionante del mundo. A no ser que fueras la contable de la mafia, en ese caso estoy segura de que el trabajo era una montana rusa de diversion. Sacudi la cabeza a uno y otro lado. Cuando estoy nerviosa se me ocurren todo tipo de tonterias. Tenia razon Caroline, de todas formas: era absurdo estar nerviosa. Simplemente habia tenido una idea, y necesitaba a los duenos del club para llevarla a cabo. Si les gustaba bien, y si no, tampoco pasaba nada. No tenia nada que perder. No tengo nada que perder, me repeti mientras seguia a Caroline por las escaleras de hierro que conducian a las oficinas. Y al final funciono: volvi a respirar hondo, y se me quito el nerviosismo de golpe. * ESTABAN todos en la sala de reuniones, conversando animadamente: Mark, Paul, Derek y Monique. Paul estaba haciendo cafe en la cafetera de capsulas que habia en una mesa junto a la pared. Derek y Monique estaban sentados juntos, como siempre, unidos por la cadera. Era curioso, porque cuando Derek llego al club, a Monique --que en aquel entonces trabajaba de guardarropa -- le cayo mal al instante. La antipatia no habia durando mucho, de todas formas. Ahora Monique trabajaba de manager, era quien se preocupaba de que todo saliese bien y funcionase como la seda cuando el club estaba abierto. El trabajo le iba como un guante, era la mejor relaciones publicas que habrian podido encontrar, y ademas el club daba un monton de trabajo. Cuanta mas gente se ocupase de el, mejor. La unica ausencia era Amanda, que aunque tambien estaba unida a la cadera con Paul, estaba estudiando para uno de sus examenes de derecho. Seguia trabajando de camarera en el club, porque le dejaba casi todo el dia libre para ir a clase y estudiar, y porque ademas le gustaba trabajar con Paul. No era como si necesitara vigilarle, ni nada de eso: los dias en los que Paul se tiraba a todo lo que se movia habian terminado. --!Chloe!--. Paul me saludo como si hiciese anos que no me veia, cuando le habia visto la noche anterior--. ?Que quieres? Le pedi un cafe solo, y me sente. Paul sirvio los cafes, Caroline se sento al lado de Mark, y cinco pares de ojos se volvieron a la vez hacia mi, expectantes. --Somos todo oidos --dijo Mark. Volvi a respirar hondo, sonrei y empece a hablar. LA IDEA ERA MUY SIMPLE, realmente. Habia empezado a darle vueltas unos meses atras, justo despues de cierto episodio que habia tenido en el club. No me importaba decirlo: habia sido una noche maravillosa donde conoci a un grupo de hombres tambien maravillosos. Antes de eso, estaba aburrida, pensando en darme de baja del club. Aquel dia habia conseguido realizar mi fantasia mas antigua, si, pero tambien me di cuenta de que habia sido por casualidad. Conoci a cuatro hombres perfectos que tenian la misma fantasia que yo. Un golpe de suerte, vaya. Poison era lo que era, un club de sexo: un lugar donde pasar la noche, donde ir a desfogarse en un ambiente seguro. Si, uno podia cumplir sus fantasias, si no eran muy complicadas, si tenia suerte y era una de las cosas que se ofrecian aquella noche. Trios, orgias, vouyerismo... no habia ningun problema. Pero repito: tenia que surgir la oportunidad, y ademas una tenia que tener... cierta tendencia al exhibicionismo, por llamarlo de alguna manera. No habia mucha intimidad. Es cierto que habia habitaciones privadas, pero el contacto tenia que iniciarse de alguna manera. Mi idea era ir un poco mas alla: ofrecer un servicio especificamente orientado a satisfacer las fantasias de los clientes. Tenia que ser un servicio extra que se ofreciese a los miembros mas antiguos del club, a los que fueran mas de fiar. Tenia que haber mas barreras, tambien, para asegurarnos de que fuese un entorno seguro. Y los encuentros no tenian por que producirse en el club: de hecho, la idea es que fueran en un hotel, o un apartamento alquilado, dependiendo de la fantasia y de los participantes. Cuanto mas hablaba, mas me emocionaba: podiamos conectar a diferentes personas que buscasen la misma fantasia, personas con perfiles parecidos, etc. Una especie de agencia matrimonial, conectando a gente con los mismos intereses, pero con fantasias sexuales en vez de matrimonio. Yo me ofrecia para gestionar el servicio, claro esta: ellos ya tenian suficiente con el dia a dia del club.
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Ana Flor suena con encontrar a su principe encantado y vivir su “felices para siempre”. Al encontrarse con la foto de Joao Pedro Valente, ella se apasiona en el mismo instante. “El se convierte en su mundo del reves, ella deja la mano de todo por el, sin imaginar que, en realidad, Juan Pedro Valente esta lejos de ser un principe encantado. -
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Saga tu y yo de Ana Belen Martinez
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Empece a trabajar hace seis meses en la editorial New York pages, en Seattle, la ciudad esmeralda, como ayudante de uno de sus editores: el senor Harris, pensando que tendria un gran futuro en esa empresa. Estar todos los dias rodeada de miles de libros maravillosos, era mi sueno mas anhelado. No obstante, la realidad muchas veces se impone a los suenos y algo que creia podia ser maravilloso, se volvio deprimente y aburrido.Odiaba mi trabajo. Me pasaba el dia atendiendo el telefono y haciendo recados personales para el senor Harris. Y, por si fuera poco, no tenia acceso a poder disfrutar o trabajar con futuras promesas editoriales ya que mi editor no confiaba en mi capacidad y eso que tengo un Master en Filosofia, Filologia y Humanidades.
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Locamente atraido a ti de Dani Eliott
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Tener un cuerpo de Brigitte Giraud
https://gigalibros.com/tener-un-cuerpo.htmlEstructurada en cinco capitulos, que se corresponden con cinco periodos clave de la vida de la narradora, Tener un cuerpo sigue el recorrido vital de una mujer, que coincide en muchos aspectos con el de la propia Brigitte Giraud, desde que es nina hasta que, tras un periodo de duelo por un suceso traumatico, emerge del pozo en el que se habia sumido. Lo original de esta obra es que, tal como senala la autora en las palabras citadas arriba, tomadas de una entrevista, la narracion de todos los hechos que jalonan esa vida (por citar solo algunos, la primera menstruacion, las primeras relaciones sexuales, un aborto, un accidente de moto, el nacimiento de su hijo, los intentos frustrados por quedarse embarazada de nuevo, la perdida de un ser querido y el duelo que sigue a la misma) se centra en como los siente y percibe el cuerpo.
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Protegiendo su secreto de L.a. Pepper
https://gigalibros.com/protegiendo-su-secreto.htmlProtegiendo su secreto - La segunda oportunidad de un multimillonario
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Transicion de Santos Julia
https://gigalibros.com/transicion.htmlEste es sin duda uno de los libros mas importantes escritos por Santos Julia. Y uno de los analisis mas lucidos, completos y profundos del concepto de transicion en las ultimas decadas de la politica espanola. Porque el libro no se limita al analisis del periodo posterior a la muerte de Francisco Franco -la Transicion que unos elevan a categoria de modelo mientras es vilipendiada por otros como regimen del 78-, sino que se retrotrae a cuando ese concepto entro en el lexico politico espanol hace ya ochenta anos como una propuesta para clausurar la Guerra Civil, y llega hasta el uso que de el se hace en el presente. En sus origenes y diversos significados durante la misma guerra, y luego, en la oscura edad de la posguerra, en los anos cincuenta al socaire de una nueva generacion, en los sesenta con las pancartas al viento reclamando libertad y amnistia, la transicion fue una expectativa que acabo por formularse como una pregunta: despues de Franco, ?que? Y a la respuesta en la decada de los setenta como libertad, amnistia y Estatutos de Autonomia acompano un extendido desencanto, disuelto como por ensalmo el 23-F con el fondo de guardias civiles asaltando un Parlamento. ?Fin de la historia? Que va, comienzo de los usos politicos. La Transicion, que con la Guerra Civil es uno de los dos hechos que han marcado con sello indeleble el siglo xx de Espana, sigue ahi, para unos como causa de todos los males, un candado que habria que reventar; para otros, como motivo de orgullo. Santos Julia nos ofrece una apasionante historia politica de este largo proceso de transicion a la democracia, investigando en las huellas que ha ido dejando antes, mientras y despues de que sucediera.
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Desde mi piel de Maria Moreno
https://gigalibros.com/desde-mi-piel.htmlCuando me desperte me dolia terriblemente la cabeza y quise llevarme las manos a las sienes. Entonces me di cuenta de que estaba atada a la cama. Abri los ojos y mire a mi alrededor prestando toda la atencion que era capaz de prestar. Estaba aturdida y no veia con claridad, mi alrededor se presentaba borroso ante mi. Todo parecia muy blanco, muy limpio, y percibi el olor aseptico de los hospitales. No sabia que habia pasado o que estaba haciendo en este lugar. Entre imagenes que mi memoria se empenaba en traer a mi mente, olores que no podia identificar y un miedo atroz que no sabia de donde procedia, mi nombre aparecio de repente: "Miriam. Soy Miriam", me repeti mentalmente como si el mero hecho de recordar como me llamo fuera un triunfo Me llamo Miriam Santa Cruz y hoy he recibido un regalo que he estado pidiendo desde el mismo dia en que abri los ojos en este lugar: un cuaderno y un boligrafo. Parece ser que la doctora C ya no considera un peligro un simple boligrafo. En realidad nunca lo ha sido. Lo unico que queria era ordenar todo lo que va apareciendo en mi mente. Al principio eran imagenes sueltas que no significaban nada para mi, pero ahora son piezas del puzle que es mi vida que me quieren contar la historia de como he llegado hasta aqui. Cuando abri los ojos en un entorno tan blanco y tan limpio senti el inmenso alivio de haber conseguido lo que queria: por fin habia muerto. Eso era lo que pretendia aquella tarde en que me corte las venas y me meti en la banera para entregarme lentamente a mi destino. Y fue tan dulce el vaiven del agua carmesi contra mi fragil cuerpo, proporcionandome la paz que tanto habia ansiado, que este lugar inmaculado no podia ser otra cosa sino el final del camino. Por unos instantes pense que mis hijos aparecerian en algun rincon y los busque...los busque con los ojos y con el corazon, pero no estaban. Y me invadio una tristeza de otro mundo al recordar que ya habia despertado en lugares similares en otras muchas ocasiones, entumecida, dolorida, sedienta, con los ojos cerrados por la hinchazon de tal forma que no podia ver con claridad donde estaba y presa de un dolor fisico que se me antoja ahora mas leve que este sentimiento tan profundo que se ha aduenado de mi. El dolor fisico puede paliarse. El dolor del alma no. Me volvi a dormir sin querer. No podia mantenerme despierta, casi no podia ni fijar la vista. Ademas, durmiendo recuperaba la fantasia de que estaba muerta porque era un sueno sin suenos, un sueno en paz provocado por la medicacion, la misma medicacion que callaba las voces de mi cabeza que me decian que mis hijos me esperaban en algun lugar. La siguiente vez que recuerdo haber despertado vi a una mujer vestida con una bata blanca que me miraba. No la distinguia muy bien porque no podia enfocarla, pero recuerdo que me dijo: -No te preocupes. La vision borrosa y la somnolencia son efectos secundarios de la medicacion que iran desapareciendo poco a poco. Su voz tambien desaparecio lentamente en mis oidos, como en tantas ocasiones en que no pude despertar del todo. Hasta que un dia o una noche, por fin logre mantenerme despierta. Recuerdo que entro una mujer con una bata blanca que no reconoci como la que habia hablado conmigo en otras ocasiones hasta que oi su voz al preguntarme: -?Como te encuentras? Entonces me di cuenta de que jamas olvidaria esa voz porque me recordaba a la de mi madre. Hay voces que son eternas, que sobreviven mas alla del tiempo y la muerte y en aquel momento llegue a pensar que era a mi madre a la que estaba escuchando. La mire fijamente unos instantes. Era alta, de complexion media y con el pelo rizado por encima del hombro. Debia tener unos cincuenta. Esta vez se acerco a mi y me toco suavemente el brazo donde tenia las vias para el suero y la medicacion, en un intento de transmitirme su apoyo. Por fin me volvio a hablar y yo pude comprobar que esta voz que me era tan familiar iba acompanada de un rostro que no recordaba haber visto en mi vida. -?Como te encuentras? ?Puedes verme bien? ?Sabes donde estas? Y juro por lo mas sagrado que queria hablar aunque solo fuera para decirle que la razon por la que estoy aqui es porque fui lo bastante idiota como para no cerrar con pestillo la puerta del cuarto de bano cuando decidi que no podia aguantar tanto dolor. Sin embargo, las palabras se perdian en el camino a mis labios, agolpandose en mi garganta luchando por salir. Aquella vez no lo consiguieron. Lo que si salio fueron mis lagrimas a borbotones, que quemaban al recorrer mi rostro. Me dolian los ojos y cuando el liquido salado alcanzo mis labios, me escocieron terriblemente. Pasado un tiempo descubri que llevaba sedada dos semanas seguidas desde el dia en que, antes de que me ataran a la cama, intente saltar por la ventana una vez y acabar con mi vida a golpes contra la pared en otra ocasion, llegando incluso a mancharla de sangre. No fue mi unico intento de acabar lo que habia empezado aquella tarde en mi banera, al parecer tenia una gran habilidad para darme cabezazos con las paredes o usar cualquier instrumento que las enfermeras trajeran a mi habitacion para autolesionarme, nunca a los demas, solo a mi. Yo solo queria morir... y no me dejaban. Y por eso seguia atada. La doctora C creia que habia que esperar a que dejara de autolesionarme antes de pensar en soltarme las manos. Tambien los pies los tenia atados por seguridad. Una enfermera salio al pasillo a avisar al medico mientras yo descubria que en esta habitacion no habia ventanas. Por eso habia perdido por completo la nocion del tiempo. Por eso este cuarto era tan horriblemente blanco y brillante de dia y tan descorazonadoramente negro por la noche. Por eso y por los sedantes, supongo. Por desgracia, a partir de aquel momento empece a pasar mas tiempo despierta que dormida. No me gustaba la habitacion. Me recordaba a una despensa o al temido cuarto de las ratas donde las monjas del colegio amenazaban con encerrarnos si nos portabamos mal. A lo mejor era el infierno... o el purgatorio. Mire a mi alrededor. Nada. Ni cuadros, ni sillas. Nada. Solo la cama en que permanecia postrada y el suero que me mantenia con vida. En algun momento, supongo que por la manana o a medio dia, aparecio una enfermera en la habitacion y me dijo que me iba a liberar de algunas cosas entre las que no se encontraban mis ataduras. Era una mujer ya mayor, muy delgada, pequena y arrugada como una pasa. Recuerdo que tenia los ojos y los dientes pequenos. Nunca me gustaron las personas con ojos y dientes pequenos. De pequena se me antojaban duendes malos y supongo que nunca lo supere. Me quito la aguja que llevaba el suero a mis venas y luego la sonda. Casi me regano cuando me dijo: -Ya esta bien, bella durmiente. Si quieres hacer pis tendras que levantarte. Tuve la impresion de que estaba enfadada conmigo, pero no se me ocurria por que pues no recordaba ni haberla visto antes. -Quiero que quede clara una cosa- me dijo mientras enredaba alrededor de la cama- Te vamos a dar manzanilla y yogur para ver como toleras las alimentacion. ?Puedes negarte? Puedes. Entonces volvere con una sonda naso-gastrica y a eso si que no te podras negar. ?Esta claro? La presencia de esta mujer pequena y chillona me intimidaba enormemente. Salio de la habitacion y unos minutos despues aparecio la doctora que me era familiar. Traia consigo una silla plegable que abrio y coloco junto a mi cama antes de sentarse. -Hola - me dijo intentando aparentar indiferencia - Me alegra verte despierta. Quiero hablar contigo sobre algo muy importante. Quiero quitarte las ligaduras que te tienen sujeta a la cama, pero para eso necesito tu colaboracion. Mi mirada bajo instintivamente hasta las ligaduras de mis manos y subio para volver a encontrarse con los ojos de la doctora: -Necesito saber que no te vas a intentar hacer dano. ?Puedo confiar en ti? Parpadee. No sabia que decir. No sabia que queria decir con aquello. Imagine que debia haber hecho algo terrible para que todos en este lugar estuvieran enfadados conmigo y no confiaran en mi, pero no lo recordaba. -Fijate en tus munecas. Baje de nuevo los ojos hasta ellas. -Despues de tres semanas aun estan vendadas. ?Te digo por que? Porque la primera vez que te libere las manos, apenas sali por la puerta, te quitaste las vendas y te arrancaste los puntos a bocados. Una vaga imagen de sangre corriendo por mis brazos parecia querer confirmar que lo que esta mujer estaba diciendo era cierto. No dije nada. Simplemente segui mirandola a los ojos esperando mas instrucciones, o algun otro comentario. La doctora se acerco a mi y empezo a desatarme la mano derecha, que era la que le quedaba mas cerca. No parecia tener miedo de que la atacara, porque en lugar de rodear la cama para soltarme la otra mano, lo hizo desde donde estaba, colocando su cuerpo muy cerca del mio. Se retiro un poco, pero no volvio a sentarse. Supongo que queria observar mi reaccion. No hice nada extraordinario, con una mano me cogi una muneca y luego repeti el mismo gesto con la otra. Hice el ademan de apartarme el pelo del hombro, por pura costumbre y descubri que mi melena rojiza no caia sobre mis hombros. Mi mirada interrogante se clavo en los ojos de mi interlocutora: -Lo siento. No nos quedo mas remedio que cortarte el pelo. Has estado demasiado tiempo en la cama. Es una medida puramente higienica. Volvi a mirarme las manos, esta vez los dedos y las unas. Estaban inmaculadas, blancas y aterciopeladas. Mientras tanto, la doctora liberaba tambien mis pies. -Ya esta. Si todo sigue bien hoy tomaras algo suave y te sentaras un rato en la cama. No quiero que te marees cuando te levantes. Yo seguia mirandome las manos. Tenia la extrana sensacion de que eran de otra persona, como si no las recordara asi.