• no necesito un vizconde olympia russell - Olympia Russell

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    Jeremy, Vizconde de los Arribes, tiene un encuentro inesperado con Gadea, su vecina de la infancia. Y tambien su amor no correspondido. Pero ahora el es un noble muy atractivo, deseado por todas las mujeres. Gadea ya no le atrae nada. Sigue siendo igual de cabezota y energica, pero es una joven insignificante y no tiene intencion de perder tiempo con ella, asi que se despide sin contemplaciones.

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  • No Necesito Un Vizconde (Cornwall 1) - Olympia Russell

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    No Necesito Un Vizconde (Cornwall 1) – Olympia Russell · General. Comentarios. Pegó un bote y Wolf ladró. La joven, sin embargo, no se movió.

  • Olympia Russell - No necesito un vizconde - Bookmate

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  • Amarte a escondidas de Mabel Diaz

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    Ana vio entrar a la joven en la cafeteria y alzo la mano para indicarle donde estaba sentada. Mientras se acercaba, la observo. Era muy guapa y voluptuosa. Piernas largas que ensenaba la minifalda que llevaba puesta, cintura estrecha y pecho grande, fruto de la cirugia estetica. Se pregunto que talla seria. ?Una noventa y cinco o una cien? !Bah, que mas daba! Subio los ojos hasta su cara para encontrarse con una expresiva mirada verde y unos labios carnosos, tambien operados. <>, penso Ana. Sabia por su marido, companero en el concesionario de coches donde trabajaba la joven, que rondaba los treinta anos y que se llamaba Noelia. Lo que desconocia y le intrigaba era por que se habia citado alli con ella si apenas tenian relacion. Cuando recibio un wasap de un numero desconocido, estuvo a punto de borrarlo, pero no lo hizo porque la chica se identificaba como la companera de Damian. En el breve mensaje le decia que tenia que reunirse urgentemente con ella. Le indico el lugar, la hora y el dia. Y alli estaba Ana, intentando averiguar que era lo que queria decirle esa jovencita. Supuso que, como el cumpleanos de su marido estaba cerca y siempre recibia regalos de sus companeros en la pequena fiesta que organizaban en la oficina del concesionario, querria hablar con ella de eso para que le diera ideas sobre que comprarle entre todos. Pero ?por que no se lo habia comentado por WhatsApp y ya esta? Noelia llego a la mesa a la que estaba sentada Ana y esta se levanto para darle dos besos. Tras el saludo inicial, ocuparon las sillas, una frente a la otra, y Ana alzo la mano para llamar la atencion del camarero y que fuese a servirles. --Yo no quiero tomar nada, Ana. Ademas, tengo poco tiempo. Ya sabes que me he escapado del trabajo solo para hablar contigo y tengo que regresar en quince minutos --explico Noelia muy seria. --Oh, vale --contesto Ana haciendole otra senal al camarero para que no se acercase al final--. Bueno, pues tu diras. Coloco las manos entrelazadas sobre la mesa y espero a que la joven comenzase a hablar. La notaba tensa y muy seria. Las pocas veces que habia visto a Noelia siempre tenia una preciosa sonrisa en los labios y, segun Damian, era la alegria del concesionario. ?Que le pasaria ese dia? Se dio cuenta de que esquivaba su mirada. Parecia no tener valor suficiente para clavar sus ojos verdes en los castanos de Ana y hablar con ella. --Estoy embarazada --solto a bocajarro. Tras unos segundos de desconcierto, Ana reacciono. --!Vaya! !Enhorabuena! --dijo con una gran sonrisa mientras se preguntaba: <>. Noelia alzo por fin los ojos y la miro con lagrimas en ellos. --Yo no queria que esto pasara. De hecho, el me prometio que no sucederia. Pero le gusta jugar, sentir piel con piel. Ha salido a tiempo todas las veces que lo hemos hecho en estos meses. Supongo que esto de ahora ha sido mala suerte. Ana se habia quedado estupefacta. ?Eso no deberia hablarlo con su madre, su mejor amiga o incluso con el padre del bebe? Mientras recordaba que Damian le habia comentado que Noelia llevaba tiempo saliendo con un chico de su edad, la joven comenzo a sollozar. Gruesos lagrimones cayeron de sus ojos y se deslizaron por sus pomulos dejando un rastro de rimel negro hasta la barbilla. Ana se apiado de la pobre chica. Coloco una mano sobre las de ella en un intento de infundirle animo y consuelo. --Tranquila. No llores. Tener un hijo es lo mas maravilloso que te pueda pasar. Cuando le veas la carita, se te olvidara este mal trago --susurro con ternura para calmarla--. Ademas, ya no eres una nina. ?Cuantos anos tienes? ?Veintinueve? ?Treinta? Tienes un trabajo estable, y supongo que tu novio tambien lo tendra. No habra ningun problema para criar al bebe. --?Mi novio? --pregunto la chica descolocada sin dejar de llorar --. Yo no tengo novio. --Hizo una pausa, en la que se sorbio los mocos de una manera nada educada, y confeso--: Estoy embarazada de tu marido. Acto seguido, se levanto de la silla y se marcho veloz, dejando a Ana con la boca abierta por la sorpresa, preguntandose si habria oido mal aquella declaracion. Pero no. Lo habia oido perfectamente. Y, aunque su mente le decia que no podia ser, su corazon le gritaba que era cierto. Damian habia tenido una relacion --no sabia si sentimental pero si sexual-- con esa chica. O seguia manteniendola. Le estaba siendo infiel o lo habia sido en algun instante del pasado. Cayo en la cuenta de que ella habia dicho <>, o sea, que su marido se la habia follado en repetidas ocasiones. No habia sido un desliz de una noche de juerga cuando tenian la cena de empresa. No. En ese momento se dio cuenta de todas las veces que su marido llegaba a casa con excusas que ella se creyo sobre por que habia salido mas tarde del concesionario; el repentino interes por mantenerse en forma apuntandose a un gimnasio con la consiguiente perdida de peso y la mejora en el estilo de vida saludable, controlando lo que comia para no engordar; el perfume de otra en su ropa y en su piel; las pocas ganas --por no decir ninguna-- de hacer el amor con ella, que Ana achaco al estres porque las ventas de coches habian bajado y el corria el riesgo de perder el empleo; el cansancio y otros detalles mas que no habia querido ver. Las senales estaban ahi y ella las obvio. Su corazon se rompio en mil pedazos. El dolor se extendio por su pecho igual que si le hubieran clavado un punal para abrirlo en canal. La respiracion comenzo a faltarle y supo que se iba a desmayar. El ultimo pensamiento antes de que todo se volviera negro fue que su marido le habia sido infiel y habia dejado embarazada a su amante.

  • Huyamos, ahora que podemos (Volumen 1) de Garcia De Saura

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    Cuando Iris y Ana fueron a las fiestas de Villa Despelucame el Ovejo, el pueblo de al lado, no imaginaron que terminarian la noche huyendo del lugar del crimen. Por un despiste y una mala decision, acabaron cargandose a Don Pepino, patron del pueblo, principal reclamo de peregrinacion e ingresos, y con el. varios siglos de historia.
    Convertidas en profugas de la justicia, haran todo lo posible por despistar a los vecinos que, de forma incesante e incluso bajo recompensa, buscaran a los culpables.
    Pero el destino les pondra en su camino a dos desconocidos y seductores forasteros, que acabaran siendo sus mayores aliados. ?O sera solo lo que ellas quieren creer?
    Descubre esta apasionante historia cargada de intriga, romance, morbo y mucho humor, donde nada es lo que parece y todo parece lo que es.

  • El Roce del Amante de Sophie Kiss

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    Harta de su marido, ahora era su turno. Esta historia me la conto una amiga muy personal que tengo, lo ha mantenido en secreto todos estos anos. No sabia como habia conocido a su esposo que tambien es mi amigo. En una conversacion me conto como llegaron a estar juntos, eso me impacto. Mi amiga tuvo que pasar por muchos por muchos problemas antes de que el destino la juntara con su esposo. Era demasiado lo que le hizo su ex esposo, eligio dejar de ser una espectadora y de recibir humillaciones y tomar cartas en el asunto. A mi amiga no le gusta hablar sobre este tema pero creo que esta historia merece ser conocida.

  • La nacion de las bestias. El senor del Sabbath de Mariana Palova

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    “?No estas harto de tener miedo? ?No querrias tener la certeza, pro primera vez en la vida, de que no estas loco? ?De saber que todo lo que ves y lo que te pasa… es real?” Durante casi toda su vida, Elisse ha sido acosado por criaturas horripilantes que al parecer nadie mas puede ver ni escuchar. Desesperado por huir tanto de ellas como de su pasado decide marcharse de la mistica India, el pais donde estuvo refugiado, para sumergirse dentro de la Gran Hechicera Nueva Orleans, con la esperanza de volver a encontrarse con su padre, quien por motivos desconocidos tuvo que abandonarlo siendo apenas un bebe. Pero lo que Elisse no sabe es que en esa ciudad sepultada por una misteriosa niebla, y devorada por furiosos huracanes, se encontrara con mucho mas que las respuestas a los enigmas de su inquietante vida: un secreto, tan ancestral como extraordinario, que se oculta entre los pantanos de Luisiana, en los muros helados del cementerio y hasta en su propia sangre.

  • Los bisontes de Altamira de Alberto Vazquez-figueroa

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    La historia novelada de un antepasado muy remoto, aqui bautizado como Ansoc, el gran pintor que hace alrededor de 15.000 anos convirtio una cueva en el mas asombroso escenario de la vocacion artistica y el excepcional talento creativo del ser humano. Miles de anos despues, artistas de todos los estilos y procedencias siguen volviendo sus ojos con admiracion a esa cueva y a ese creador, que inspiro las reveladoras palabras atribuidas a Pablo Picasso: "desde Altamira todo es decadencia".

  • Lidia de Maria Eugenia Zuran

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    Lidia nacio en una lluviosa madrugada de noviembre.
    Llego al mundo con una percepcion pocas veces vista, algo heredado de una parte de su familia que le permitio presentir los eventos mas importantes de su vida. Crecio rodeada de susurros y sombras escurridizas: esas cosas que vienen de otro plano y solo asoman para unos pocos. Vivio acosada por algo agazapado en la penumbra de su dormitorio, algo a lo que durante mucho tiempo no le encontro explicacion y que termino por incorporar a sus dias con resignacion y acostumbramiento. Experimento el amor, la pasion, la soledad y el temor con una intensidad inquietante, hasta que finalmente la vida le develo los misterios que abrazaban su existencia y se suavizo el dolor, ese que siempre habia llevado clavado en el alma.
    Esta es su historia.
    Descubrela.

  • Las respuestas de Catherine Lacey

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    Por la autora de Nunca falta nadie, uno de los mejores libros del ano segun The New Yorker yVanity Fair.

  • Excalibur (Britannia. Libro 1), Javier Pelegrin de Ana Alonso , Javier Pelegrin

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  • El azul intenso de tu alma de Paola Sualvez

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    La blusa purpura, sublime y reveladora la hacia sentir excesiva. Sin embargo, queria impresionarlo. Esta seria la primera vez que se verian. Se ubico, a la espera, en la barra. La mesa que habia reservado estaba todavia vacia. No habian transcurrido cinco minutos cuando un angel humano aparecio de la nada. Se sento y empezo a dar vueltas con su mirada hasta que tropezo con los ojos grandes que lo asediaban. Supo de inmediato que se trataba de ella, la mujer con la que esperaba pasar la noche, la mujer que lucia desinhibida y enteramente dispuesta. Mientras que ella se decidio por una cerveza ligera, el opto por whiskey. El tono de su voz y su mirada relajaron los segundos y los minutos. Se sentia maravillado con la mujer. En realidad era mucho mas hermosa en persona. Su belleza era tan natural como sus rizos que bailaban con la brisa; impetuosos y volatiles. Para Ignacia, por otro lado, el escepticismo se agigantaba con cada gesto, con cada silaba. Se sentia incomoda, atosigada por sus preguntas. Cuando sintio la mano de el en su entrepierna, supo que hasta ahi llegaria la velada. Penso que tal vez la blusa habia sido muy sugestiva, que tal vez malinterpreto algo en sus palabras. Se dijo a si misma que era el momento de marcharse, pero para el la noche apenas empezaba. Trato de disuadirla y de retenerla sosteniendo firmemente su muneca. Aunque ella parecia inerme, algo en sus ojos lo dejo paralizado, frio, sin aliento. Ese mismo frio helo su mano hasta entumecerla, pero el no fue consciente de ello hasta mucho despues, y en medio de la excitacion lo unico que hizo fue reclamarle a gritos al verla abandonar la mesa. Por fortuna, no hubo golpes ni sillas rotas cuando algunos pretendieron defenderla y lo retuvieron mientras se marchaba. Ignacia lo observo, a traves del cristal denso azuloso que apenas dejaba filtrar la escena, recomponiendose, pellizcandose la mano, pidiendo mas licor, y se hizo consiente aun mas de lo facil que es mentir cuando no se ve directamente a los ojos. Aunque la esperaba un duro dia de trabajo, quiso hablar un rato con Marienne antes de llegar a casa. Su trabajo como coordinadora de una Fundacion-Escuela atrapaba todo su tiempo y su energia. Por ello, intento pensar en los preparativos para iniciar el ano escolar y, ademas, en que debia recibir al nuevo profesor de Lenguas que, al fin, habian asignado. Sin embargo, a su mente volvia, una y otra vez, la imagen del hombre que la habia decepcionado. Marienne era una de sus mejores amigas. Se habia dedicado a buscar la verdad que los otros no querian aceptar: espectros poco densos, mujeres pequenas aladas, enanillos de sombreros multicolores, habilidades poco corrientes como interpretar los silencios de los animales y de los hombres, en fin, toda una suerte de eventos y misterios que para muchos solo habitaban en su mente. Quiza por eso y lo poco agraciada que era no habia conquistado mas que a un gato gordo de color negro, con una mancha rojiza en el lomo, pero que era su unico aliciente en una soledad sempiterna que disfrazaba de logro vital delante de los demas, menos frente a Ignacia con quien compartia sin timidez su insufrible necesidad de ser amada. Marienne, que tenia por costumbre estar siempre lista por si alguien llegaba de visita, la esperaba con chocolate caliente y panecillos de queso. Ignacia los devoro con ansiedad mientras le narraba su desagradable cita. --A mi nunca me han gustado esas citas por chat. Debes estar agradecida que no trascendio a mayores ?Te imaginas? !Nosotras corriendo ahora para inventarnos una nueva vida! --dijo Marienne un tanto contrariada. --Tienes razon, pero pense que era alguien que valia la pena conocer. Las palabras naufragaron entre sorbos de chocolate y miradas al vacio hasta que Ignacia asumio una nueva postura: Le pregunto por sus logros recientes. Marienne le respondio con una negativa, senalandole el bonsai que destacaba sobre la repisa. Entonces, se acerco al pequeno arbol y al deslizar su mano sobre el; diminutos capullos rosados, que de inmediato florecian, desplegaron una fragancia indescriptible. --Eres maravillosa --le dijo mientras se acercaba al guayacan rosado para aspirar su aroma--. Mira todo lo que eres capaz de hacer. ?No le hiciste sufrir, aunque fuera un poquito? --No mucho --dijo sonriendo--. Tu sabes, tambien como yo, que no debemos transgredir las leyes naturales porque lo que nos esperaria seria insufrible. Pero debo confesarte que hizo falta poco para que le hiciera verdadero dano. Menos mal no lo voy a volver a ver jamas. --No estoy muy segura. Mientras hablabas, lo he sentido de nuevo en tu vida y mas pronto de lo que imaginas. --Por favor, no me digas eso. Apiadate de mi. --Esta bien. Olvidalo. Toma esto, guardala en tu bolso --le dijo Marienne entregandole una estrella de badiana--. Te ayudara a relajarte. --Gracias. Lo necesito. --Y a todas estas, ?de donde sacaste esa blusa? --le pregunto, entre risas. --Ocurrencias de Paloma --le dijo Ignacia que empezo sonriendo y se unio a la risotada de Marienne. Ignacia decidio irse caminando hasta su casa. El camino, que no era muy largo, lo aprovecho para distraerse detallando las calles adoquinadas, amparadas por tenues luces amarillas, y los balcones cargados de trinitarias purpuras, rosadas y malvas. Cantarega era una ciudad embrujadora. Una pequena peninsula amurallada por el mar Caribe, siempre llena de extranjeros que, como ella, decidian quedarse a vivir en el paraiso terrenal. Su casa de fachada blanca e interior igual con algunas paredes en azul tenue quedaba en el centro de la ciudad. Era algo antigua, pero acogedora, plagada de obras de arte que, cuando debia, mostraba como imitaciones. En el centro de la casa deslumbraba el patio interior con una fuente. Dos angeles cargaban unas vasijas a traves de las cuales el agua caia en un ciclo sin fin que contemplaba por horas: Anorando el pasado, deleitandose con los recuerdos felices, con las palabras ausentes, con los aromas ya lejanos. El cansancio la vencio de tal manera que no tuvo tiempo para nada mas y al contacto con la almohada mullida y perfumada; las agonias del dia se perdieron entre nubes y cantos de pajaros violetas. ... El cristal roto refleja mi rostro... al tiempo que siento su sombra cubriendome como una densa neblina... Mis latidos casi imperceptibles me recuerdan la razon de mi existencia... Volvi a fallar y nuevamente el ciclo empieza. Mil rostros y voces atraviesan mis pensamientos... se transfiguran... pero es una sola alma, una sola energia...

  • Sangre de hielo de Elly Blake

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    Descubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.

  • Buenaventura de Toni Aparicio

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    Una tragedia familiar la condujo a la mansion de los Campoamor; una misteriosa desaparicion le devolvio la libertad.

  • Amor y gin de Maria Jose Vela

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    Una joven llena de suenos. Un noviazgo eterno. Un seductor implacable.A veces, cuando creemos tocar la felicidad con los dedos, la vida nos lo arrebata todo para aprender lo que de verdad importa.

  • Mama de Jorge Fernandez Diaz

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    Mama es un clasico de la cronica narrativa argentina, que hoy tambien se lee como el empeno de la mujer moderna contra las dolorosas acechanzas del mundo.

  • Las cenizas de la inocencia de Fernando Benzo Sainz

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    Una novela de gangsters ambientada en el Madrid de los anos 40.

  • La memoria secreta de las hojas de Hope Jahren

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    La memoria secreta de las hojas no es solo un libro, es el fascinante debut de una mujer consagrada a la ciencia, el retrato conmovedor de una larga amistad y una exposicion sorprendente del mundo de las plantas que cambiara radicalmente nuestra forma de contemplar la naturaleza.

  • Indomables de Mercedes Santos

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    Intrigas, enganos y desencuentros en tiempos de guerra.

  • El origen de las dos reinas (Furyborn 1) de Claire Legrand

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    La profecia lo anuncio: llegara una Reina de la Sangre para destruir el mundo, y una Reina del Sol para reconstruirlo. No se sabe cuando, no se sabe quien. Pero sucedera.

  • El secreto de Diego de Valentina Libertad

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    Diego y Amalia, dos jovenes con una historia de soledad y ausencia bajo su piel, con cicatrices tan profundas, que los han convertido en individuos incapaces de abrir su corazon y amar con libertad.
    Los secretos que Diego esconde han moldeado una personalidad dificil, a menudo inalcanzable. Arrastrado hasta lo mas bajo de nuestra sociedad, sin poder salir por si solo, recibe la compania de Amalia.
    Con temor esperan ser salvados, y comienzan a entender las circunstancias del otro.
    Una historia de injusticias que se repite en cientos de jovenes, un mundo duro y cruel, en el que Diego, parece estar hasta el fondo.

  • Perderte para volver a encontrarte de Dana Darius

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    Emma creia que lo tenia todo. Estaba a punto de cumplir sus suenos junto a Sergio y era feliz, pero el dia antes de su boda descubrira algo que hara tambalear su mundo y que deje de creer en el amor.

  • Miedo. Trump en la Casa Blanca de Bob Woodward

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  • El caso Lamber de Felipe Ojeda Redondo

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    INQUIETANTE HASTA LA ULTIMA PAGINA, MUCHO MAS QUE UN THRILLER.

  • La camara de obsidiana de Douglas Preston

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  • El chico q de Arwen Greyue caminaba como John Wayen de Arwen Grey

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    Era guapo, tenia talento, una voz capaz de hacerte llorar de emocion y caminaba como John Wayne, pero tambien era el tipo mas gilipollas que he conocido en mi vida. Deirdre releyo las pocas lineas que habia escrito con gesto critico. Como persona que conocia a Adam Elliot desde sus mas tristes y pobres inicios, al punto de que conocia de que barro estaban hechos sus pies, podia asegurar que eran verdades como campanarios, pero dudaba que el director Matthews las aprobara para publicarlas en el articulo que estaban preparando para la conmemoracion de dentro de una semana. Ese maldito pueblo debia de ser el unico donde homenajeaban una vez al ano a los vecinos que hubieran hecho algo, lo que fuera, por llevar el nombre de su lugar natal por el mundo. Y ese ano le tocaba a Adam Elliot, el mismo que jamas habia nombrado McMinnville en nada que hubiera hecho, ya fuera cancion, entrevista o reportaje que ella hubiera visto. Cualquiera diria que habia surgido de la espuma del mar, como Venus. Tras unos instantes de duda, siguio escribiendo con una sensacion de revancha que no habia sentido en toda su vida. No publicaria aquella pequena biografia, era evidente, pero esa especie de terapia le estaba sentando de vicio. Egocentrico, egoista, se creia el ombligo del mundo. El ombligo mas bonito del universo, por supuesto. Ademas de ser el tipo mas gilipollas que haya conocido, tambien es el mas creido y el mas imbecil. Si alguien me vuelve a decir, con un brillo picaro en la mirada, que, si me siento feliz de haber sido su primer amor y la inspiracion de su puta cancion, juro que le rompere las piernas. Solo por eso merecera la pena volver a verlo. --?Que tal va la biografia de nuestra estrella local? Los dedos de Deirdre se convirtieron en garras al escuchar la voz del director Matthews justo a su espalda. Habia sido su profesor de Historia cuando estudiaba en ese instituto y, ahora que era ella la que daba clases alli, seguia sintiendose como una ninata pillada en falta cada vez que le hablaba con aquella voz impostada. --Bien, bien --balbuceo, tratando de ocultar con el cuerpo la pantalla a los ojos inquisitivos de su superior. Si viera lo que estaba escribiendo, estaba convencida de que le daria un patatus. El director carraspeo, satisfecho de si mismo al ver que todavia la tenia subyugada por medio del terror, a pesar de que ya tenia mas de treinta anos y que no le daba clases. --Esmerese, Hopkins. Queremos que el muchacho se sienta en casa otra vez cuando vuelva. No vaya a pensar que somos unos pueblerinos --anadio con una risa estupida que hizo que Deirdre se sintiera fatal. Trato de mantener la mirada impasible mientras el director del instituto donde tanto ella como el hijo prodigo, y ahora estrella del country, habian estudiado le volvia a contar todo lo que estaban planeando para el dia en que el gran hombre pusiera el pie en su pueblo natal, como si ella misma no hubiera organizado la mayoria de aquellos eventos. Habria un concierto en la cueva mas impresionante del mundo, la caverna de Cumberland, donde los ninos cantarian sus grandes exitos y donde todos esperaban que Adam tuviera la deferencia de deleitarlos con alguno de sus temas mas conocidos. Ese magno evento seria seguido de una cena de gala con todas las autoridades del pueblo, los medios locales (y parte de los de los alrededores). Habria una recepcion a la que estaban invitados todos los alumnos ilustres del instituto, aunque ninguno tan ilustre como el propio homenajeado, Adam Elliot. Este evento se organizaba cada ano, pero en esta ocasion el invitado estrella seria una estrella real, asi que habia gente que llevaba esperando el momento casi como si fuera Navidad. Cualquiera diria que no lo conocian casi desde que llevaba panales. Y tambien habria fuegos artificiales, mas impresionantes y caros que los del 4 de Julio, justo despues de un picnic en el lago donde la mitad del pueblo habia perdido la virginidad con la otra mitad. Para todo aquello habian encargado la comida suficiente como para alimentar a un pais del tercer mundo, lo cual la avergonzaba cada vez que veia el presupuesto. Y, por supuesto, estaria regado con bebida, mucha bebida, aunque eso la avergonzaba algo menos, porque pensaba pasarse todo el tiempo que pudiera con una copa en la mano, intentando olvidar que aquella pesadilla estaba ocurriendo de verdad. Por algun motivo, el director Mathews parecia empenado en creer que ella se sentia feliz de participar, y aun de liderar, toda aquella pantomima. La realidad era que ni siquiera le habian preguntado. Nadie le habia dado siquiera la oportunidad de negarse. Porque, ?como iba a hacerlo, siendo ella quien era? Porque, por supuesto, Deirdre debia estar presente en todo aquello. Porque ella habia sido el origen de la carrera de Adam Elliot. Por supuesto, se suponia que debia conformarse con ser una chica mas en una cancion de country, guapa, sexy y, sobre todo, callada. Pero daba la casualidad de que llevaba asi demasiado tiempo. Y se habia cansado. CAPITULO 2 VOLVERE AL SUR Adam iba haciendose a la idea de volver a McMinnville despues de veinte anos de haber escapado de alli con la cola entre las piernas, como si le persiguiera todo el ejercito de la Union. Tambien era cierto que hacia unos cinco anos, incluso dos, todo habria sido mas dificil, pero ahora casi le apetecia volver a ver la vieja casa estilo Reina Ana donde se habia criado, viendo cada fin de semana a su padre vestido de general confederado lanzando arengas a un ejercito de soldados fantasmas, sable en mano, mientras toda la casa se llenaba con el delicioso olor del asado y la ensalada de patatas que preparaba su madre para la enorme familia que no eran. Luego se pasaban comiendo sobras toda la semana, pero eso a ella le daba igual. El instituto, el campo de futbol, la bolera, el teatro Park... todas esas cosas que nunca habia apreciado mientras vivia alli. Y ahora tampoco. Debia admitir que el pueblo era un asco, pero el director Matthews no dejaba de insistir en que lo esperaban para la celebracion de una especie de festival. Para ser sincero, no le habia hecho mucho caso a lo que le habia dicho. Llevaba anos insistiendo en que debia volver a casa para dar un concierto, una charla motivacional para los alumnos de su antiguo centro escolar... lo que fuera. Y el se habia negado siempre aduciendo una agenda apretadisima. Porque, que podia decir sobre aquella deliciosa epoca escolar si para el habia sido un alivio la graduacion, que suponia no tener que toparse cada dia con la gente que le hacia la vida imposible. Pero ahora ya no era ese ninato delgado, con un peinado imposible y que pretendia ser rebelde pero se cagaba en los pantalones cada vez que alguien lo llamaba desde detras. Nunca habia sido un valiente, y todo en su vida lo demostraba. De hecho, su misma situacion lo gritaba a los cuatro vientos. Ahora ya no tenia excusa para no enfrentarse a sus fantasmas. A los de carne y hueso, al menos. Su apretada agenda no existia. Le habia costado darse cuenta. Habia sido tan paulatino que casi podria decirse que su carrera se habia muerto sin que su cadaver llegara a apestar. Simplemente, se habia ido secando como una momia. Antes llenaba estadios y ahora no llenaba ni una cafeteria. Eso si es que lo llamaran para tocar en una cafeteria. Antes firmaba discos por millares y pechos turgentes. Ahora, cheques en blanco con la esperanza de tener fondos cuando se cobraran. Antes era una estrella. Ahora solo era otro tipo que habia malgastado una carrera brillante haciendo... ?que era lo que habia hecho mal, maldito fuera? No era solo que su agente ni siquiera le cogiera el telefono, sino que, si no fuera por los derechos que cobraba de forma regular por un par de canciones que darian dividendos incluso cuando estuviera bajo tierra, no le llegaria el dinero para pagar el alquiler. Tal vez era que hacia meses que no le pagaba y era solo su forma educada de decirle que no contara con el. Si lo pensaba, el unico del mundo que todavia le consideraba una estrella era el pobre director Matthews. Sin embargo, no estaba acabado del todo. A pesar de que el alcohol y otras mierdas se habian cargado casi todas sus neuronas, a veces, todavia tenia ideas brillantes. Con una sonrisa, rebusco en su agenda hasta dar con el numero de una morena despampanante a la que habia conocido hacia un par de anos. Lo que le habia ofrecido en aquel momento le habia parecido una estupidez, pero ahora lo veia con otros ojos. El telefono sono un par de veces hasta que una voz dulce como el bourbon le acaricio el oido.--Adam, carino, pensaba que habias perdido mi numero. Me he sentido desolada sin ti. El rio, arrastrando la voz como sabia que a las mujeres les gustaba y recibio a cambio un gemido felino. --Y yo sin ti, April. Tanto que me preguntaba si podriamos vernos hoy mismo. --?Negocios o placer? --La voz de April habia perdido parte de su calidez. Estaba claro que no habia llegado hasta donde estaba por ser tonta. Adam volvio a reir, pero ella no ronroneo esta vez. El tonteo habia acabado por el momento. --?Por que no negocios y despues placer? --pregunto con tono dubitativo. De pronto penso que aquellas cosas no se le daban bien. Si fuera buen negociante, no estaria en esa situacion, a los treinta y siete y casi en la calle. Con su talento y su cara, que habria dicho su madre si no le viera en ese momento. Al otro lado de la linea se escucho un silencio espeluznante. April no parecia saltar de alegria como el habia esperado. --Invitame a comer a un sitio caro pero tranquilo y hablaremos. Pero te aviso de que lo que me ofrezcas tiene que ser muy bueno para que me interese, porque estoy hasta arriba de trabajo. Adam no supo si se lo habia imaginado, pero hubo algo en el tono de April que le sono a falso. Con un poco de suerte, ella estaria tan desesperada como el y podrian hacer algo juntos. Lo que recordaba de ella era difuso. Lo habia entrevistado despues de una gala de premios del country y le habia pasado su telefono. Entonces habia pensado que le estaba proponiendo una cita, pero ella habia dejado claro que solo era una entrevista. Como no habia ganado nada, Adam jamas ganaba nada, April no habia insistido. Habia vuelto a verla alguna vez en eventos y fiestas, pero ella siempre se mantenia a una distancia prudente, como si oliera su tufo a cadaver. Sin embargo, ella era su ultima esperanza. Tenia que ayudarlo. Porque lo ultimo que deseaba era tener que regresar a McMinnville... !y tener que quedarse para siempre!

  • El cuerpo nunca miente de Alice Miller

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    El cuarto mandamiento -<>, heredado de la moral tradicional- nos exige que honremos y queramos a nuestros padres, pero oculta una amenaza. El que quiera seguirlo pese a haber sido despreciado o maltratado por sus padres solo podra hacerlo reprimiendo sus verdaderas emociones. Sin embargo, el cuerpo a menudo se rebela, con graves enfermedades, contra esta negacion y esta falta de reconocimiento de los traumas infantiles no superados. Alice Miller nos permite comprender estos mensajes que nos envia el alma y asi liberarnos de los sintomas e, incluso, de los traumas.

  • Storm. La tormenta perfecta de Sandra Mir

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    Cuando la ambicion, el peligro y el amor se juntan, Samantha y Jack se encontraran en la tormenta perfecta.

  • Nix (Los Luth 1) de Tamara Marin

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    La vida de Nix es como la de cualquier otra persona hasta que, despues de un accidente de coche, todo cambia.
    Diego es el jefe de una de las casas de El Circulo, una organizacion que la adentrara en un mundo totalmente nuevo para ella. Alli convivira con Aurea, Tyr y Eros, entre otros.
    Junto a ellos penetrara en el oscuro mundo de los luth y vera por primera vez a Ares, quien cambiara su vida para siempre.
    Pero lo mas importante es que gracias a sus companeros y a El Circulo conseguira conocerse a ella misma, sabra cuales son sus limites y hasta donde pueden llegar sus <>.
    ?Quienes son los luth?
    ?Podra Nix derrotarlos?
    ?Seran capaces Nix y Ares de compartir su amor sin salir heridos?
    ?O preferira Nix el amor de Eros?

  • Bea da una ultima oportunidad de Erina Alcala

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    Beatriz Angulo, era y habia sido siempre una chica timida, poco habladora e introvertida buena, pequena, de pelo largo y negro, liso y ojos oscuros. Era hija unica de padres de clase media baja. Solia hablar lo preciso y era bastante vergonzosa, ya de pequena. Parecia una nina triste y solitaria y eso que sus padres eran todo lo contrario. Su padre era fontanero y aunque ganaba un buen sueldo, y su madre era costurera, pagaban su casa, y tenian para ahorrar un poco, comida no faltaba e incluso a veces habian ido algunos anos unos dias de vacaciones a playas cercanas. Vivian en unos de los barrios humildes de Sevilla capital. Su padre era un hombre inquieto, y siempre quiso estudiar. Uno de sus hermanos, Mateo, se fue a Nueva York y lo envidiaba, porque habia conseguido ser ingeniero y ahora estaba en un buen puesto de trabajo, aunque estaba soltero. Si no hubiera sido por algo que lo retenia, el miedo a lo desconocido, el tambien se hubiese ido a la gran manzana. Sin embargo, no lo hizo. En cambio, cuando su hija Bea. quiso ser medica tras acabar el instituto y se lo dijo a sus padres, sabian que eran muchos anos y que, sin beca, no podrian darle lo que su hija tanto ansiaba estudiar y habia sacado en la selectividad, la nota de corte suficiente para estudiar medicina y era una pena que no pudiera estudiar o ser lo que habia sonado en la vida y se habia esforzado para ello. Sin embargo, su tio Mateo, que era el tio que mas la queria, pero estaba tan lejos... Era su sobrina favorita, le busco una beca en la universidad de Nueva York para estudiar medicina. Puso su vivienda como si fuera residente en ella, saco toda la documentacion y le pidio beca. Y con mucha suerte, su sobrina pudo irse alli a estudiar. Fue algo inesperado, y fue mas feliz que en toda su vida, saber que podia estudiar y ademas irse lejos a Nueva York, la ciudad donde todo el mundo queria vivir. Bea, esa muchacha timida, con los hombres mucho mas, nunca fue mas feliz que cuando, su tio Mateo la llamo diciendole que preparara su maleta y pasaporte que se iba a la universidad, se quedaria en el campus. Y podria ir a su casa los fines de semana o cuando quisiera, alli estaba el para cuidarla. Ya le daria el las instrucciones y que ya podia empezar y darle fuerte al idioma, aunque ella siempre se le dio bien el ingles, aun le quedaba por aprender mas, y relacionarse para hablar, sobre todo y perfeccionarlo. Asi, su tio la invito a su casa, un mes antes de entrar en la universidad, para que la viera, se hiciera con la ciudad. Y ensenarle todo, tenia algunos dias de vacaciones y la invito. Su tio Mateo, tenia un apartamento de dos dormitorios y un despacho en una de las calles de Manhattan, que a ella le parecio precioso. Le habia puesto en su cuarto una mesa para estudiar y le habia regalado una impresora, un movil y un pc nuevos tambien, asi como materiales para trabajar. Ella lo abrazo, carinosa, y su tio fue con ella a la universidad, a ver los libros del primer semestre del primer ano, ya que se estudiaba por semestres y con el dinero que sus padres le dieron, compro los libros y material de estudio, para cuando tuviera que ir a la universidad, Entraba el dia 1 de septiembre. Todo lo tenia preparado. Tenia una cuenta y sus padres le enviaban todos los meses algo de dinero para sus gastos, pues tenia comida y cuarto gratis en la universidad y en casa de su tio no le dejaba pagar nada. Su tio le enseno la ciudad, y la llevo a conocer casi todo lo conocible en esos dias de vacaciones antes de entrar en la universidad, y Bea estaba encantada y disfrutaba con su tio, al que queria como si fuese su padre. El dia uno entro con sus maletas que su tio le llevo a la universidad. La acompano a la habitacion que le dieron. La compartia con una companera de Dallas, Texas. Era rubia, y preciosa y se llamaba Natalie. Su tio se despidio de ella y le dio sus consejos como si fuese su hija, debia llamarlo todas las semanas y si necesitaba algo, que se lo pidiera, y cuando quisiera ir el fin de semana a casa, tambien y vendria a por ella. Natalie le cayo bien. No era como ella de timida, pero tampoco era una chica dicharachera, aunque sabia muchos idiomas y el primer dia mientras colocaban la ropa y los libros, pues ambas estudiaban lo mismo e iban a ir a las mismas clases, Natalie le conto casi toda su vida que era mas emocionante que la suya, solapada, monotona, aburrida y triste. Pero con el tiempo, con Natalie y con ayuda de su tio Mateo, las cosas cambiaron, manejaba el idioma, Natalie la ayudo, e incluso ella le enseno a Natalie un mejor castellano y tambien tonteaban con el italiano que habia aprendido Natalie en los veranos. Se convirtieron en las mejores amigas, ellas no se apuntaron sociedades, ni hermandades, se dedicaron a estudiar, a contarse cosas, a salir, a veces pasaban el fin de semana en casa de su tio Mateo y salian por Nueva York. Natalie le conto su historia con Daniel, y Bea, sabia que Natalie tenia dinero, que era una chica rica de Dallas y ella no, pero su amiga, era tan generosa que cuando salian siempre pagaba y Bea no queria. --No seas tonta Bea, eres mi amiga del alma, nunca he tenido una amiga como tu. Seremos amigas para siempre, y trabajaremos juntas, ya veras, te quedaras aqui, te buscaremos trabajo. --!Ojala! !Me encanta Nueva York! --Quiza nos vayamos a Texas... --Pues a Texas... Y pasaron los anos y el ultimo curso de estudio se fueron de intercambio a Espana. Se quedaron en casa de Bea y sus padres se portaron bien con Natalie. Natalie les pasaba una mensualidad por quedarse en casa, pero la madre de Bea, lo guardaba para su hija, no queria nada, pero Natalie insistia, porque sus padres, le pasaban el dinero para ello y preferia quedarse en casa de Bea que en una residencia de estudiantes o en un piso. Su tio Mateo, por el contrario, la echaba de menos, despues de todos esos anos de tenerla alli. Y sabia que tardaria en volver a verla. La llamaba todos los meses para ver como le iban las practicas. Hubiera querido que se quedase alli con el, pero era imposible. Al menos habia cumplido su objetivo de ser medica. Sin embargo, Bea, por su parte, sabia que ya no volveria tras las practicas, que su amiga Natalie en cuanto terminara las suyas en el Virgen del Rocio de Sevilla, el hospital que ellas pidieron aconsejadas por Bea, porque Natalie queria ir donde ella vivia, se volveria a Estados Unidos y se quedaria sola sin amiga y como siempre. Y eso le produjo una gran tristeza. Volveria a su vida monotona y gris. Se le acababa su historia feliz y la echaria mucho de menos. Era su hermana del alma, porque no tenia hermanos. Como Natalie. Y a los 24 anos, terminado sus estudios, Natalie se fue a Dallas, y se hizo cirujana en los dos anos siguientes, y Bea, ya no podia estudiar mas, se quedo como medica de medicina general, pero, no se olvido de ella, jamas y mantenian el contacto por email, por Skype, pero ya no era lo mismo. Natalie la veia triste. Bea encontro trabajo en una clinica en Sevilla, y dos anos mas tarde, cuando cumplia 26 anos, Natalie la llamo, le tenia un trabajo en el Randolph hospital AFB, cerca de una base aerea de Randolph, a una hora de Austin, Texas, donde ella llevaba ya trabajando casi dos anos, terminando la especialidad de cirugia. No se habia olvidado de ella y en cuanto quedo una vacante de medicina general, hablo con el director y este le daba 10 dias para incorporarse. Y fue la unica vez que ella hablo con su tio Mateo de nuevo en serio y este la animo a que se fuera a Texas. Y ella se lo dijo a sus padres y se fue, con lo que habia ahorrado esos dos anos de trabajo en la clinica, y lo que Bea le habia dado a su madre en el intercambio dos anos antes y que su madre se lo tenia guardado. Todo fueron carreras y documentacion de nuevo en esos dias. Despedirse del trabajo, de sus padres, sacar pasajes, preparar maletas... Por su parte, Natalie se habia hecho amiga de una enfermera de Austin, Brenda, una pelirroja alta y guapa, extrovertida, por las que babeaban los chicos, que tambien trabajaba en el hospital y le hablaba maravillas de lo buena que era Bea, y ya eran como las tres mosqueteras sin conocerse Brenda, Bea y ella misma Natalie. Bea llego muerta a Randolph, ya su amiga, le habia alquilado un apartamento cerca del hospital, de un dormitorio, como tenia ella y Brenda. Y cuando llego, Bea, le pago lo que habia adelantado. Y se incorporo a su casa y al hospital. Y le cayo muy bien Brenda y Natalie no podia ser mas feliz con sus amigas del alma. Llamo a sus padres, a su tio Mateo y les dijo que aquello era precioso y que le gustaba, que les iria contando. Todo a la carrera porque le habia dado diez dias para incorporarse el director, con el que tuvo una entrevista. La contrato y al dia siguiente empezo a trabajar. A las dos semanas Bea, ya se habia hecho a su trabajo, Habia pintado su pequeno apartamento y se habia comprado un pequeno despacho para el salon como sus amigas. --Tenemos que ir a Austin un dia a celebrar que Bea esta en el hospital. ?Nos vamos el fin de semana que viene? --Dijo Natalie --Si, si no tenemos ninguna guardia… --Yo no tengo --dijo Bea. --Pues nos vamos, venga, una habitacion triple, si encontramos chicos, que tengan ellos las habitaciones para nosotras, si quieren sexo. --!Como eres Brenda! --le decia riendo Natalie. --!Jo, quiero un chico guapo ya!, tenemos 26 anos. Y nada de nada, desde hace... ni me acuerdo ya. Se me va a oxidar --y las otras se reian. --Esta bien, nos vamos, me llevo mi coche, --dijo Natalie. --Vale, en el siguiente me llevo el mio --dijo Brenda. --Cuando pueda me compro uno. Ahorrare lo de las guardias para ello. --No te preocupes, Bea, hija, si llevas apenas dos meses trabajando. Tienes tu piso, bonito y lo has pintado, nuevo, y todo, eres una trabajadora nata. Y ademas el director me ha dado las gracias por recomendarte. --?Si? --Si, eres buena, mujer. --!Que bien! --Pues ya esta, a divertirnos, a comprarnos algo, bikinis, hace calor, y un par de vestidos nuevos por si salimos y sandalias, maquillajes y perfume. --Me voy a gastar el sueldo, nunca ahorrare --dijo Bea riendo. --Ya ahorraras mujer, no te quejes. Vamos al centro comercial, alli encontraremos gangas. Y se compraron ropa. Y el viernes reservaron un hotel en Austin.

  • 50 palos … y sigo sonando de Pau Dones

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    50 palos no es una biografia, porque las biografias huelen a muerto, dice Pau Dones. Asi que si hay modo alguno de entender este libro es como una reflexion, una charla amistosa que se alarga hasta la madrugada y en la que Pau da cuenta de sus mejores momentos, pero tambien de los peores. Del suicidio de una madre, del fracaso amoroso, de una carrera con altibajos que cuando de repente repunta queda interrumpida por un diagnostico atroz, cancer de colon.

  • Cartas para Claudia de Jorge Bucay

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    Jorge Bucay, decidio publicar las Cartas para Claudia por el interes que estas despertaron entre sus allegados, colegas y amigos. Pero eso no quiere decir que hayan sido escritas para unos cuantos. Como Zulema Saslavsky afirma en su prologo: A el, como a mi, no le alcanzan las formas comunes de expresion, y entonces nos salimos del plano para encontrarnos en el camino de la vida haciendo caminos, infinitas formas de comunicar y dar lo que tenemos. El secreto del pensamiento de Bucay, puesto en evidencia en esta obra, es concebir al ser humano como un universo unico, pero capaz de encontrarse con los universos de los demas y vivir a plenitud a traves del reconocimiento mutuo, la riqueza expresiva y un proceso profundo de curacion interior. Jorge Bucay es medico y psicoterapeuta gestaltico. Una amplia cultura sobre los mitos antiguos y una innegable sabiduria derivada de su propia vida confluyen en su obra, a la que recurren miles de personas que desean comprender sus retos vitales.

  • Desafiando Tokyo de Rachel Rp

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    Mia se ve obligada a mudarse a Japon por el trabajo de su madre. Chica nueva en instituto de ninos ricos que se creen el ombligo del mundo pero Mia es un poco diferente a lo que estan acostumbrados. Ella no es timida. Ella no se calla. Ella no pone la otra mejilla. Ella va a demostrar que no tiene vocacion de alfombra para que nadie la pise, aunque tenga que desafiar a una ciudad entera, aunque tenga que vivir Desafiando Tokio.

  • Con tinta me tienes de Vero Garcia

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    *Una novela a medio camino entre el chick-lit y la comedia, muy en la linea de "No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas", de Laura Norton.*Con un estilo fresco y divertido, y unos personajes delirantes, Veronica Garcia debuta en Titania con una propuesta tan original como romantica.*Una voz nueva en el genero romantico que no pasara desapercibida.

  • Volvere cuando me encuentre de Tamara Sr

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    Esta es la historia de Irene, una chica normal y corriente.
    Nunca sabes que puedes llegar hacer o en quien te puedes llegar a convertir, cuando tu vida da un giro inesperado de 180o.
    Todo lo que conocia ya no volvera a existir, ahora la gente le tiene miedo, cruzan de calle, la senalan.
    Todo se complicara, porque ella guarda un gran secreto, que por ahora no debe ser descubierto.
    Todos su planes cambian, su vida vuelve a dar un giro, su corazon vuelve a latir, cuando menos se lo espera, aparece el, Brian.

  • Solo podria amarte a ti de Sandra Bree

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    Nueva York, 1880 Max Kerrick cerro la puerta del despacho con un golpe seco. Con pasos largos llego hasta el escritorio que estaba en el centro de la sala y observo la correspondencia amontonada. Todo estaba en riguroso orden, tal y como le gustaba. Los rayos de sol penetraban en la estancia a traves de los visillos blancos. La ventana estaba abierta y la tela se hinchaba con la brisa matinal refrescando el cuarto. Con manos temblorosas cogio el fajo de sobres buscando uno en especial. No le deberia ser dificil dar con el ya que lo habia estado ojeando hacia un par de horas. Sin embargo, no lo veia. A punto de llamar a su empleada aparecio la carta. Con un languido suspiro rodeo la mesa, se sento en la silla y se preparo a responder la misiva. No estaba contento en absoluto con lo que iba hacer, pero ya no tenia mas opcion. Despues de darle muchas vueltas habia llegado la hora de dar una leccion a su nieta. --!Esta nina del diablo! --mascullo entre dientes soltando la pluma por unos segundos. Se froto la sien apaciguando el dolor de cabeza. Ultimamente pensar en Valentine le provocaba molestias. !Ella no podia hacer lo que se le antojara! No lograba entender como habia cambiado tan de repente. Siempre habia sido una nina buena y dulce, y de la noche a la manana se habia vuelto una respondona y una desobediente. Estaba seguro de que la culpa era de ese hombre, de Trevor. Desde que el aparecio en Nueva York todo se habia vuelto patas arriba. De ser una familia intachable habian pasado a ser la comidilla de todos los chismes de las reuniones, tanto sociales como politicas. Y Max habia luchado mucho en su vida para mantener esa posicion que habia transitado de generacion en generacion, como para ahora permitirse el lujo de que su nombre fuese arrastrado por los suelos. Capitulo 1 Texas (El Paso) Era uno de esos dias calidos de junio en que los rayos de sol se filtraban en la estancia donde Jane Wingate habia ubicado el nuevo despacho de su hermano mayor, Wolf. En ese momento el aporreo la pared con el puno haciendo que uno de los cuadros cayese hecho anicos al suelo de piedra. Estaba enfadado, y no era para menos. Llevaba sonando con el rancho de Max Kerrick durante toda su vida, y de mil maneras diferentes habia estudiado el modo de hacerse con el, de restaurar la propiedad y darle unos usos que ahora no tenia. El rancho llevaba mucho tiempo abandonado de la mano de Dios. El se habia puesto en contacto con el dueno en varias ocasiones y habia llegado a ofrecer mas de lo que en si valia. Sin embargo, Max Kerrick habia rechazado todas sus ofertas. Pero ahora... ahora se la cedia mediante un contrato matrimonial. Lo malo de todo es que el no deseaba casarse. No era contrario a los esponsales, pero definitivamente odiaba que alguien quisiera imponerselo. Wolf Wingate era el mayor de cuatro hermanos y el responsable de sacar adelante a su familia. Su padre, Leonardo, era un borracho al que se lo podia encontrar mas facilmente en la cantina que en cualquier otro sitio. Mas de una vez habian tenido que recogerlo a altas horas de la madrugada en un estado de total embriaguez. Petter, el menor de todos, tenia doce anos y era el unico que parecia interesado en seguir sus pasos. Era responsable y le gustaba estudiar y aprender. Luego estaban Jane y Julian, que eran mellizos. Tan parecidos y tan dispares a un tiempo. Julian estudiaba en Inglaterra, o al menos fingia que lo hacia, ya que tenia que haber concluido su carrera hacia mas de un ano, puede que dos, y todavia no parecia acercarse el dia en que terminase. Pocas veces acudia a la casa familiar si no era por alguna ocasion especial o por falta de dinero. Y Jane, sin embargo, se creia duena absoluta de la residencia. Organizaba fiestas y reuniones redecorando continuamente las habitaciones y haciendo lo que le venia en gana. La ultima habia sido dejarse embarazar negandose a decir quien era el padre. Wolf intuia que se trataba de un hombre casado al que ella queria proteger. El caso es que esa ultima disputa con ella lo habia impulsado a acelerar su prisa por independizarse. Deseaba tener su propia casa y su propia vida sin la necesidad de sentirse avergonzado a cada momento por lo que hiciese su familia. Pero de ahi a casarse tan rapido existia un abismo. Posiblemente por genes maternos, su mente era agil y despierta, eso lo habia llevado a ejecutar varios negocios con bastante exito. Habia invertido mucho dinero en reses triplicando los beneficios. Con su duro esfuerzo y trabajo habia podido mantener el nivel de vida al que siempre habian estado acostumbrados. Es decir, antes de que Leonardo se diera al alcohol y al juego y comenzara a despilfarrar como si el dinero creciese en lo alto de los arboles. Si Wolf ahora era un ganadero de renombre, creador de su propio imperio, no era gracias a nadie mas que a si mismo. Wolf poseia tierras en Boston, era socio mayoritario de un club de hipica en Nueva York, y tenia una hacienda en Mexico llamada como su difunta madre: <>. Cerro los ojos y la vision del rancho Kerrick se aparecio ante el como un espejismo. Los altos muros exteriores de piedra gris, ahora semiderruidos y derrumbados por multitud de sitios; la casa agrietada de bellas lineas antiguas que alojaba toda clase de plantas y enredaderas creciendo de forma silvestre; el amplio terreno que lo circundaba, ideal para el pasto del ganado... La imagen desaparecio de su mente tan rapido como habia llegado. La entrada de su amigo Richard en la camara atrajo su atencion. --He escuchado el golpe y creo que no he llegado en buen momento, ?me equivoco? -- comento, observando la habitacion hasta que sus ojos oscuros se posaron en los restos del cuadro --. !Vaya, yo tambien actuaria asi si me hermana me hubiese puesto el despacho de esta manera! ?No es un divan demasiado femenino? Quiza si fuese en otro color en vez de ese rosa brillante seria otra cosa. Wolf no se habia fijado en eso y al hacerlo fruncio mas el ceno. ?Como diablos se le habia ocurrido a Jane poner ese mueble alli? Recorrio con la vista el resto del despacho. El divan no era lo unico desagradable, tambien lo eran el delicado servicio de te que decoraba una estanteria acristalada y la cenefa celeste que partia las paredes en dos. Tener una charla con su hermana iba a ser lo siguiente en hacer. De momento se limito agitar la carta que tenia en su mano. Sus ojos grises de mirada intensa y peligrosa le dijeron a Richard que Wolf no se hallaba asi por la decoracion del estudio. --?Que pasa? ?Te ha llegado la contestacion de Kerrick? Wolf afirmo. --Esta vez no me da una negativa directa, sino que me hace una contraoferta. --!Pero eso son estupendas noticias! --exclamo, jubiloso. --No lo son. --Wolf le hizo una senal para que se sentase en el divan, pero Richard prefirio el banco de madera que estaba junto a la estanteria. Ambos se conocian de toda la vida y entre ellos el afecto quiza era mas fuerte de lo que Wolf sentia por sus propios hermanos--. Su contraoferta no se trata simplemente de dinero. Richard aflojo el panuelo de seda que llevaba atado al cuello. --Entonces ?de que se trata? Wolf le tendio la carta y camino hasta la ventana, dejando vagar la mirada sobre los campos. Los rayos de sol banaban los trigales y los prados, y los colores verdes se mezclaban con los tonos dorados. --!Vaya! --silbo Richard, abrumado--. El viejo parece haberlo pensado muy bien --comento despues de leer--. Siempre se ha dicho que estaba un poco loco, y desde luego muy cuerdo no debe de estar si quiere entregarte a su nieta sin siquiera conocerte. --Dejo la carta sobre la mesa del escritorio y volvio a su sitio--. ?Que tipo haria algo asi? Wolf, con los ojos aun sobre el paisaje, se encogio de hombros. --Tu lo has dicho: solo a un loco se le ocurriria hacer algo asi. --Es una decision dificil. ?Que vas a hacer? --pregunto Richard. Se volvio a el agitando la cabeza. --No voy a pensarlo siquiera. Todo tiene su precio, pero el que el pide es excesivo. Richard solto un fuerte suspiro. --!Que desilusion! Supongo que eso significa que renuncias a la propiedad; bien, tal vez puedas ir mirando otras. Wolf apreto los punos contra las caderas. Richard sabia cuanto deseaba el aquellas tierras. --Si has leido bien, aunque me casase con esa mujer tampoco me otorgaria la totalidad. Ella tendria la mitad de todo.

  • Por ti…Hare lo que sea! de Lucia Gonzalez Lavado

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    Solo una palabra puede expresar lo que paso el siete de junio en una celebracion de alumnos de secundaria y es: !Tragedia! Un secreto que todos los implicados quieren guardar hasta el dia de su muerte, el cual, al parecer, esta mas cercano, pues el pasado ha regresado y lo hace en forma de venganza. Tras dos anos fuera de su ciudad natal, Cameron regresa tras el suicidio de su hermana Claire y alli se reencuentra con Elle, la hermana menor del que fuera su mejor amigo y tambien su primer amor. El pasado es un fantasma del que no se puede escapar, ha regresado sediento de sangre, y no parara hasta estar saciado.

  • ?Todavia suenas conmigo? (Destino 1) de Lina Galan

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    Mario, rico y atractivo empresario. Su tipo de vida no admite relaciones largas ni estables. Incontables mujeres pasan por su vida atraidas por el y el misterio que parece envolverle.

  • La esclava de Manila de Jesus Maeso De La Torre

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    Al amanecer, los expedicionarios del Galeon de Manila se concentraron en el malecon de Cavite. Una brisa humeda les cortaba el resuello. Las chozas y los baluartes emergian de las sombras y una luz amarillenta difuminaba las siluetas del mastodontico barco. Dos jovenes, ama y esclava, olieron el mar y oyeron el silbido del viento zumbando entre las arboladuras gigantescas de la embarcacion. Temblaban con el estruendo de la partida y se cogian del brazo de un criado. La esclava filipina se ocultaba de las miradas indiscretas bajo una capa de lana parda, y se pegaba a su tambien asustada duena. Desde el primer instante, la sobrecogio el desafiante perfil de la colosal nave: la Santa Rosa de Lima, con su soberbio mascaron de proa que representaba un leon policromado de singular belleza. Imelda del Rosario era esclava del armador don Natalio Zornoza y dama de compania de su hija Aurora, una joven de su misma edad, diecinueve anos, rubia, fragil y asustadiza. Ella era en cambio una mujer esplendorosa a la que todos miraban por su exotismo. No necesitaba afeites ni polvos, pues su semblante brillaba con luz propia. Ya desde el mismo momento de embarcar, la tripulacion cayo de inmediato en el embrujo de su natural seduccion, y corrio el rumor de que era hija del emperador de China. Don Natalio, cansado de vivir en Manila, deseaba presentar en sociedad a su hija, demasiado influenciada para su gusto por su confesor, y acaparada por los oficios religiosos. El armador era un hombre que vivia con desahogo, pues poseia, ademas de sus naves, una plantacion cerca de Manila de te de Wulong, el llamado <>, el mas puro de Fujian, de la misma China, que vendia en exclusiva a mercaderes ingleses en su casa comercio de la calle de la Carne de Cadiz. Cuando el navio se hizo a la mar entre el griterio de la gente y se cargaron en el baluarte de Santiago las arcas y las cajas de seguridad llenas de doblones, perlas de Ceilan y las joyas hindues de oro-- la carga mas valiosa, que esperaban los oficiales del rey en Cadiz--, siete canonazos, numero de la suerte en Filipinas, despidieron a la Nao de la Seda y, de paso, a su sangrante corazon que se alejaba de los suyos. El criado Maximiliano, un mulato libre que trabajaba en la casa desde nino y al que las muchachas querian como un padre, se arrodillo en la cubierta y rezo al milagroso Nino Jesus de Manila, para que los preservara de todo peligro, mientras las jovencitas se exponian en la proa a las brisas del oceano del Sur. Imelda tuvo el palpito de que ya nunca regresaria a su amada tierra natal. La esclava, --cuyo nombre natal era Xiao--, temia la larga travesia desde Manila a Acapulco en el Galeon de Manila --el <> lo designaban los nativos--, y luego desde Veracruz a Cadiz. Pero tras dos meses de tormentosa navegacion avistaron Acapulco, y, tras trasladarse por tierra y descansar en Veracruz, cruzaron el Atlantico, protegidas por la segura Flota de Indias, y finalmente arribaron a Cadiz sin novedad. La ciudad vivia un siglo magico, donde las riquezas se multiplicaban en manos de los comerciantes y los cargadores de Indias. Gentes de todo el orbe merodeaban por su puerto, y cerca de cien mil almas se afanaban por sus calles. Era tal la claridad del aire de Cadiz que la luz reverberaba en las torres miradores que oteaban sin desmayo el oceano, y en las azoteas y los balcones sembrados de geranios que miraban al mar. Imelda del Rosario, o la Filipina, como dieron en llamarla en los mentideros gaditanos, seguia siendo un misterio para los vecinos, no asi Maximiliano, que ya habia estado con el patron otras veces en Cadiz. Solo salia de la casa en las grandes celebraciones de la Iglesia, de la era fervorosa creyente, luciendo su belleza junto a Aurora, aunque caminando, eso si, un paso atras de su ama, junto al mulato, al tiempo que despertaba la envidia de las jovenes casaderas y damitas atildadas del puerto gaditano. A la filipina le seducia el embrujo de la bulliciosa ciudad andaluza, donde nadie se sentia extrano y el rumor del oceano armonizaba sus aires como una orquesta. Pero lo realmente hermoso de Cadiz apenas si se veia. Se hallaba oculto en el interior de las casas y en sus estancias guarecidas tras las puertas, rodeadas de patios y zaguanes donde crecian los nardos y los jazmines blancos. Cadiz hacia las veces de centro neuralgico del comercio nacional, y en sus salones, donde se hablaba en todos los idiomas, se servia cafe y chocolate. Y entre las acaloradas partidas de billar, una copa de brandy y el humo de un habano, los armadores de buques, entre ellos don Natalio, arreglaban tratos, ordenaban fletes, enrolaban tripulaciones, disponian los precios del palo de Campeche, de las salazones, del cacao, o de las sedas de Manila, o tasaban el valor del real de plata con el doblon mexicano. Las casas de Cadiz maravillaban a la filipina, que no habia visto nunca tal lujo. Olian a especias y vainilla, y los comerciantes destinaban los bajos para tiendas y almacenes donde se mostraban al publico los escaparates y mostradores de venta. El reloj de la fortuna habia sacado a Imelda de la indigencia en la que vivia en Manila. Apenas si se acordaba de su familia, que habia escapado de la pobreza con los dos mil pesos que habia recibido por su compra, siendo una nina de cuatro o cinco anos. Y daba gracias al cielo por su buena ventura. Si, el reloj de su vida y de su fortuna marchaba acompasado y, aunque debia soportar el celo indisimulado del padre de su ama, don Natalio, entre platonico y enfermizo, se hallaba satisfecha por el trato que recibia de sus senores, y en especial de Aurora, su confidente, amiga y casi hermana. Imelda poseia dotes curativas, inventaba y elaboraba balsamos, pomadas y esencias y conocia las virtudes saludables de las plantas. En sus ratos libres, y a la tremula luz de los flameros del sotano, creaba balsamos y cremas reparadoras y maceraba hojas con las que preparaba afeites y lociones para las damas gaditanas. Destilaba luego en su alambique aguas olorosas, que luego su amo vendia en la tienda de la calle San Francisco de monsieur Fatou, que las suministraba a precios prohibitivos. Una vez a la semana, el laborioso Maximiliano llevaba al frances tres cajas atiborradas de tarros de perfumes y redomas de fragantes unguentos para las damas burguesas de los puertos. A veces, el aroma intenso de las resinas adormecia mansamente los sentidos y Aurora e Imelda se quedaban dormidas en el obrador, con Aurora acurrucada en su pecho, como si anorara la madre a la que apenas recordaba, pues murio siendo ella muy nina. El derroche odorifico de las mas sofisticadas esencias orientales las transportaba a suenos deliciosos. Penetradas por una irresistible sutilidad de olores y, con el vaho de la amalgama de fragancias, permanecian horas con las manos entrelazadas y sus cuerpos jovenes apretados, en un afecto que duraba horas a la luz titubeante de las lamparas de aceite. Despertaban con el rayo tibio del sol del postmeridiano que entraba por el tragaluz, henchidas de emociones que debian guardar en sus memorias. Como suele ocurrir cuando la bonanza bendice a una familia, la paz y el sosiego se quebraron en la mansion de don Natalio, que perdio una de sus dos naves en un tifon que asolo las Antillas. Hallaron los restos en las costas de Barbados y lo que quedo fue expoliado por las gentes de las islas. Estaba casi arruinado. Pidio un prestamo a la Banca Aramburu de veinte mil reales para cambiar su negocio, y dedicarse con la que le quedaba a la importacion de cochinilla de Mexico y del azogue de Brasil, donde, por otra parte, existia gran competencia. En la Natividad del segundo ano de estancia en Cadiz, tuvieron que prescindir de la mitad del servicio, excepto del bueno de Maximiliano, que puso dinero suyo, ahorrado durante anos, para contribuir a la subsistencia de la familia. Natalio vendio a un consorcio holandes la nave que le quedaba, la mas marinera y querida: la Atrevida. Se distancio de las muchachas, pero ellas, en cambio, ante la adversidad, unieron aun mas sus corazones. Despues de la Epifania, Aurora, cada dia mas melancolica, comenzo a visitar el dormitorio de la asiatica y a quedarse con ella a dormir, costumbre hasta entonces inexplorada por ellas. Y entre platicas y complicidades aminoraban sus penas. El vino dulce y la difusa atmosfera alimentaban sus intimidades y exploraban su piel y sus partes mas ocultas. La exotica camara de Imelda, repleta de redomas de aromas y cremas, se convirtio para Aurora en un lugar de sortilegios y sexo fuera del tiempo. Y la desgracia de su padre le parecio menor y sin importancia. --Me has devuelto el deseo de vivir y recompuesto mi alma rota. No me separare nunca de ti, Xiao --llego a confesarle la pasional Aurora, cuando un amanecer abandonaba la estancia con las luces de la alborada. Aurora seguia recibiendo el cristiano consuelo del prior del convento de San Agustin, el vitalista fray Sebastian Gomez, asi como su asistencia en los sacramentos, y acudia a el acompanada por Maximiliano, su inseparable y protectora sombra. Pero un dia nefasto, en el que la bruma se dispersaba desdibujando el perfil de una luna rotunda, las mas terribles dudas afloraron en la mente de Aurora, testigo casual de una conversacion que penetro en su alma como un estilete turco. Aurora, tan asustadiza como un pajarillo, escucho la platica de su padre en el despacho con un adinerado tratante genoves, micer Jose Jacome, un hombre de barba rizada y larga cabellera anudada con un lazo negro en la nuca, que mostraba un inusitado interes por su adorada Imelda, la Filipina, la llamaba una y otra vez, su refugio y abrigo de amistad imperecedera. Aguzo los oidos. Hablaban de la asiatica como si de un barril de polvora se tratara, y eso la exaspero sobremanera. --Yo me hago cargo de vuestra deuda, y vos me traspasais a la filipina. Para cuando regrese de Gibraltar, en unas tres semanas, firmaremos el contrato y esa esclava pasara a ser de mi propiedad --le ofrecio tentador. --Asi sera, don Jose --reconocio don Natalio--. Teneis mi palabra. --Espero sacar buenos dineros con su saber en los emplastes, esencias y pocimas curativas, que vendere en mi almacen --hablo el negociante con voz ronca, y sus palabras entraron como un trueno en el cerebro de Aurora.

  • La tentacion mas dulce, Lucia Herrero de Lucia Herrero

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  • Multimillonario desconocido. Blake de J. S. Scott

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    Harper
    Estaba perfectamente satisfecha con mi vida. Mi carrera prosperaba. Viajaba. Hacia tanto voluntariado social como podia con los sinhogar y era feliz con lo que habia elegido.
    Al menos, asi era, hasta que mi hermana Dani desaparecio. Como corresponsal internacional, viajaba a paises asolados por la guerra y se habia pasado un poco de la raya. Con mi hermana secuestrada y el tiempo a punto de agotarse, no me quedo mas alternativa que acudir a Marcus Colter para pedirle ayuda.
    Volver a ver a Marcus despues de que me rompiera el corazon hacia mas de diez anos no fue facil, pero fue un alivio descubrir que los viejos sentimientos que creia albergar por el habian desaparecido por completo. Era como un extrano para mi. Despues de reunirme con el, la unica emocion que sentia era gratitud porque intentaria rescatar a mi hermana.
    Antes de poder relajarme por no sentir nada por Marcus, conoci a Blake Colter. De pronto, todas las emociones que crei tener por el, se presentaron al conocer al guapisimo senador.
    Era absurdo. No habia visto a Blake desde que eramos ninos. ?Como pude entregarme a Marcus hacia tantos anos y, sin embargo, sentir todo aquello por su gemelo Blake? Cuanto mas tiempo pasaba con Blake, esperando el rescate de mi hermana, mas confusa me sentia con respecto a mi atraccion por el. Entonces, todo mi mundo se vino abajo al descubrir que todo lo que crei cierto durante mas de una decada resulto no ser verdad.
    ?Que ocurre cuando una mujer descubre que el hombre al que habia amado y odiado durante mas de diez anos nunca existio?

  • La clase de piano de Gabriel Katz

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    Una inolvidable novela de superacion para aficionados a historias como Intocable y El indomable Will Hunting.

  • Como hablar con un conservador de Gloria Alvarez

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    El pensamiento liberal ha mantenido incontables batallas contra el progresismo mas trasnochado, pero los liberales tambien deben reconocer y explicar que su pensamiento no solo es distinto del socialista, sino tambien del conservador.

  • Buscando Esposa de Julia Quinn

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    Londres, cerca de St. George, Hannover Square, Verano de 1827 Sus pulmones estaban en llamas. Gregory Bridgerton estaba corriendo. A traves de las calles de Londres, ignorando las miradas curiosas de los transeuntes, estaba corriendo. Habia un extrano y poderoso ritmo en sus movimientos -uno dos tres cuatro, uno dos tres cuatro- que lo empujaban, impulsandolo a seguir adelante, mientras su mente permanecia enfocada en una sola cosa. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tenia que detener la boda. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Un minuto? ?Cinco? No podia saberlo, no podia concentrarse en otra cosa diferente a su destino. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tendria que haber empezado a las once. Eso. La ceremonia. Eso que jamas debio haber pasado. Pero sin embargo, ella lo habia hecho. Y el tenia que detenerla. Tenia que detenerla a ella. No sabia como lo iba a hacer, y seguramente no sabia por que, pero ella estaba haciendolo, y todo era un error. Ella tenia que saber que estaba en un error. Ella era suya. Ambos se pertenecian. Ella lo sabia. Lo peor de todo, era que ella lo sabia. ?Cuanto tiempo tardaria en desarrollarse una ceremonia? ?Cinco minutos? ?Diez? ?Veinte? Nunca habia prestado atencion antes, seguramente nunca penso en mirar su reloj de principio a fin. Nunca penso que necesitaria esa informacion. Nunca penso que le importaria tanto. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Dos minutos? ?Diez? Giro alrededor de una esquina y se dirigio a Regent Street, grunendo lo que parecia ser un <> cuando tropezo con un caballero respetablemente ataviado, y le tiro su maleta al piso. Normalmente Gregory se habria detenido para ayudar al senor, inclinandose para recoger su maleta, pero no hoy, no esta manana. No ahora. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. No podia pensar en nada mas. No debia. Debia... !Maldicion! Patino al hacer una parada, cuando un carruaje se detuvo enfrente de el. Descansando las manos en sus caderas -no porque queria, sino porque su desesperado cuerpo se lo exigiaaspiro enormes bocanadas de aire, intentando aliviar la furiosa presion de su pecho, ese horrible ardor, que lo hacia sentir como... El carruaje se movio y el comenzo a correr de nuevo. Ahora estaba cerca. Podia hacerlo. No podian haber pasado mas de cinco minutos desde que habia salido de la casa. Quizas seis. Se sentian como treinta, pero no podian haber pasado mas de siete. Tenia que detener esto. Todo estaba mal. Tenia que detenerlo. Lo detendria. Ya podia ver la iglesia. A lo lejos, su torre gris elevandose hacia el brillante cielo azul. Alguien habia colgado flores en las linderas. No podia decir que clase de flores eran -amarillas y blancas, pero en su mayoria eran amarillas. Se derramaban en el exterior con un abandono temerario, saliendo de los cestos. Lucian alegres, incluso contentas, y todo estaba tan mal. Este no era un dia alegre. No era un evento que debia ser celebrado. Y el lo detendria. Redujo la velocidad solo lo suficiente para poder seguir corriendo sin caerse de bruces, y entonces tiro de la puerta para abrirla, amplia, mas amplia, mientras escuchaba el golpe al chocarse con la pared exterior. Quiza debio haber entrado con un poco mas de silencio, dandose un momento para evaluar la situacion, para darse cuenta lo lejos que habian llegado. La iglesia quedo en silencio. El sacerdote detuvo su parloteo, y cada columna vertebral de cada banco se giro, hasta que todas las caras se volvieron. Hacia el. – No -jadeo Gregory, pero tenia tan poco aliento, que apenas si podia escuchar sus propias palabras. – No -dijo, mas alto esta vez, agarrandose del borde de los bancos mientras avanzaba-. No lo hagas. Ella no dijo nada, pero el la vio. Tenia la boca abierta de la conmocion. Vio como el ramillete de flores se caia de sus manos, y sabia, por Dios que lo sabia, que ella habia dejado de respirar. Se veia tan hermosa. Su cabello dorado parecia capturar la luz, y brillar con un fulgor que lo llenaba de fuerzas. Se enderezo, aun respirando con dificultad, pero ahora podia caminar sin ayuda, y se solto del banco. – No lo hagas -dijo el otra vez, avanzando hacia ella con la gracia furtiva de un hombre que sabe lo que quiere. Que sabe lo que debe ser. Ella aun no hablaba. Nadie lo hizo. Eso era extrano. Trescientos de los entrometidos mas grandes de Londres, estaban en ese edificio, y nadie habia proferido ni una palabra. Nadie podia apartar la vista de el mientras caminaba en medio del pasillo. – Te amo -dijo, justo alli, enfrente de todo el mundo. ?Y a quien le importaba? No podia guardarse ese secreto. No permitiria que se casara con nadie mas, sin asegurarse de que todo el mundo supiera que ella era la duena de su corazon. – Te amo -dijo otra vez, y por el rabillo del ojo pudo ver a su madre y a su hermana, sentadas en un banco, boquiabiertas de la sorpresa. Siguio caminando. Por el pasillo, cada paso era mas seguro, mas confiado. – No lo hagas -dijo, saliendo del pasillo y entrando en el altar-. No te cases con el. – Gregory -susurro ella-. ?Por que haces esto? – Te amo -dijo, porque era lo unico que podia decir. Era lo unico que importaba. Sus ojos brillaron, y el podia ver como contenia el aliento. Ella miro al hombre con el que estaba tratando de casarse. Levanto las cejas cuando el simplemente le contesto con un diminuto encogimiento de hombros, como si le dijera: Esa es tu opcion. Gregory inclino una rodilla. – Casate conmigo -dijo, con su mismisima alma en sus palabras-. Casate conmigo. Contuvo el aliento. La iglesia entera dejo de respirar. Ella fijo los ojos en los suyos. Eran grandes, claros y todo lo que habia pensado que era amable y verdadero. – Casate conmigo -susurro el, una ultima vez. Sus labios temblaron, pero su voz fue clara cuando dijo... Capitulo 1 En el que nuestro heroe se enamora Dos meses antes. A diferencia de la mayoria de los hombres que conoce, Gregory Bridgerton cree en el verdadero amor. Tendria que ser un tonto para no creer en el. Teniendo en cuenta lo siguiente: A su hermano mayor, Anthony. A su hermana mayor, Daphne. A sus otros hermanos, Benedict y Colin, sin mencionar a sus hermanas, Eloise, Francesca, y (aunque no lo crean) Hyacinth, todos -absolutamente todos-estaban completamente enamorados de sus respectivas parejas. A la mayoria de los hombres, ese tipo de cosas solo les produciria un ataque de bilis, pero para Gregory, quien habia nacido con una alegria incomparable, que de vez en cuando (segun su hermana menor) era irritante, eso sencillamente significaba que no tenia otra opcion, mas que creer en lo obvio: El amor existia. Y no era una completa invencion de la imaginacion, disenada para evitar que los poetas murieran de hambre. Podria ser algo que no se podia ver, oler o tocar, pero estaba alli, y era solo cuestion de tiempo antes de que el, tambien, encontrara a la mujer de sus suenos y se estableciera para ser fructifero, se multiplicara y asumiera aficiones como el papel mache y la coleccion de ralladores de nuez moscada. Aunque, si queria ser claro en un punto, que parecia ser bastante necesario para ese concepto tan abstracto, sus suenos no incluian exactamente a una mujer. Bueno, no a una con atributos especificos e identificables. No sabia nada de la mujer que iba a ser suya, la unica que supuestamente transformaria su vida completamente, convirtiendolo en un pilar feliz de aburrimiento y respetabilidad. No sabia si seria bajita o alta, o morena o rubia. Le gustaba pensar que podria ser inteligente y poseer un gran sentido del humor, pero mas alla de eso, ?Como iba a saberlo? Ella podia ser timida o franca. Tal vez le podria gustar cantar. O quizas no. Quizas era una amazona, con un cutis sonrosado por estar demasiado tiempo bajo el sol. No lo sabia. Cuando esa mujer llegara, esa imposible, maravillosa y actualmente inexistente mujer, todo lo que en realidad sabia era que cuando la encontrara... Lo sabria. No sabia como lo sabria; solo sabia que lo sabria. Ocurriria algo muy importante, su mundo se estremeceria, y la vida se alteraria... bueno, en realidad, no iba a llegar susurrando su paso por su existencia. Vendria pleno y poderoso, como una tonelada proverbial de ladrillos. La unica pregunta era cuando. Y mientras tanto, no veia ninguna razon para no pasarla bien mientras se anticipaba a su llegada. Despues de todo, uno no tenia que comportarse como un monje mientras esperaba al verdadero amor. Gregory era, segun todos, un tipico hombre londinense, con una comoda -pero no extravagante-asignacion, tenia muchos amigos, y el suficiente sentido comun para saber cuando debia alejarse de una mesa de juegos. Era considerado lo suficientemente decente para ser tenido en cuenta en el Mercado Matrimonial, puede que no estuviera precisamente a la cabeza (los cuartos hijos nunca llamaban mucho la atencion) y siempre estaba en demanda cuando las matronas de la sociedad, necesitaban a un hombre que llenara los requisitos para ser invitado a un buen numero de fiestas. Lo que hacia que su anteriormente mencionada asignacion, se estirara un poco mas, convirtiendose en un beneficio. Quizas debio haber tenido un poco mas de proposito en su vida. Alguna clase de direccion, o incluso una tarea insignificante que realizar. Pero eso podria esperar, ?no es verdad? Pronto, estaba seguro, todo se aclararia. Sabia que era lo que deseaba hacer, y con quien deseaba hacerlo, y mientras tanto, el tenia... No tenia tiempo. Por lo menos, no en ese preciso momento. Para explicar: Actualmente Gregory estaba sentado en una silla de cuero, una muy comoda por cierto, y no era que realmente tuviera que pensar en el asunto, mas que en el hecho de que la falta de incomodidad conducia a las personas a sonar despiertas, lo que a su vez conducia a no escuchar a su hermano que, debe anotarse, estaba de pie, aproximadamente a un metro de distancia, hablando sobre algo o alguna cosa, casi seguramente relacionada con alguna variacion de las palabras deber y responsabilidad. En realidad, Gregory no le estaba prestando la debida atencion. Raramente lo hacia. Bueno, no, ocasionalmente lo hacia, pero... – ?Gregory? !Gregory! Levanto la mirada, pestaneando. Anthony tenia los brazos cruzados, esa nunca era una buena senal. Anthony era el vizconde Bridgerton, y lo habia sido durante mas de veinte anos. Y mientras que era -Gregory era el primero en insistir-el mejor de los hermanos, tambien hubiera podido ser un excelente senor feudal. – Perdoname por entrometerme en tus pensamientos, de esta manera -dijo Anthony en una voz seca-, pero tu has, quizas -solo quizas- ?escuchado algo de lo que te he dicho? – Diligencia -repitio Gregory como un loro, mientras asentia con lo que juzgaba era un gesto de suficiente gravedad-. Direccion. – En efecto -replico Anthony, y Gregory se felicito a si mismo por lo que claramente habia sido una excelente actuacion-. Es tu ultima oportunidad de que le busques alguna direccion a tu vida. – Por supuesto -murmuro Gregory, principalmente porque no habia cenado, y tenia hambre, y habia escuchado que su cunada estaba sirviendo refrescos en el jardin. Ademas, nunca tenia sentido discutir con Anthony. Nunca. – Debes hacer un cambio. Escoger un nuevo camino. – Claro. -Quizas habia bocadillos. Podia comerse cuarenta de esas ridiculeces cortadas por la mitad. – Gregory. La voz de Anthony tenia ese tono. Aquel que era imposible de describir, pero lo suficientemente facil de reconocer. Y Gregory sabia que era el momento de prestar atencion. – Correcto -dijo, porque de verdad, era notable como una sola silaba podria borrar a una frase apropiada-. Espero unirme al clero. Eso hizo que Anthony se congelara. Muerto, helado, frio. Gregory hizo una pausa para saborear el momento. No le importaba que para ello, hubiera tenido que convertirse en un condenado vicario. – ?Disculpame? -murmuro Anthony finalmente. – No es que tenga muchas opciones -dijo Gregory. Y cuando esas palabras emergieron, comprendio que era la primera vez que las habia dicho. Las hacia mas reales, de algun modo, mas permanentes-. Es el ejercito o el clero -continuo-, y bueno, debo decir esto: Soy una bestia para disparar. Anthony no dijo nada. Todos sabian que tenia razon. Despues de un momento de incomodo silencio, Anthony murmuro: – Hay espadas. – Si, pero con mi suerte, me enviarian a Sudan. -Gregory se estremecio-. No debe ser demasiado terrible, pero en realidad, hace mucho calor. ?Querrias ir? Anthony objeto inmediatamente. – No, claro que no. – Y -agrego Gregory, empezando a disfrutarlo-, esta Madre. Se hizo una pausa. Entonces: – Ella sabe algo de Sudan... ?verdad? – No le gustaria mucho mi partida, y entonces tu, sabes, seras el unico que debera sostener su mano cada vez que se preocupe, o tenga alguna pesadilla horrible sobre... – No digas mas -le interrumpio Anthony. Gregory se permitio reir internamente. Realmente no era justo para su madre, quien, solo para senalar, nunca habia dicho alguna vez que pronosticara el futuro con algo tan tonto como un sueno. Pero si odiaria que el se marchara a Sudan, y Anthony tendria que escucharla cuando se preocupara por eso. Y como Gregory no estaba particularmente deseoso de partir de las orillas nubladas de Inglaterra, el argumento era muy discutible, de cualquier forma. – Correcto -dijo Anthony-. Bien. Estoy feliz, entonces, de que finalmente hayamos podido tener esta conversacion. Gregory le echo un vistazo a su reloj. Anthony se aclaro la garganta, y cuando hablo, se escuchaba un filo de impaciencia en su voz. – Y que hayas pensado finalmente en tu futuro. Gregory sentia que algo se apretaba en la parte de atras de su mandibula. – Solo tengo veintiseis anos -le recordo-. Seguramente soy muy joven como para que tengas que repetirme la palabra finalmente. Anthony simplemente arqueo una ceja.

  • Educar sin perder los nervios de Tania Garcia

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    La guia emocional para transformar tu vida familiar con respeto y empatia.

  • A primer latido (Corazones desahuciados 1) de Ascen Nunez

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    ?Que fuerte vinculo la une y la conduce irremediablemente a los brazos de Alberto?

  • Aquellos labios que no bese de Joan Bekker

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    Hay gente que no consigues olvidar jamas…

  • El secreto de Pembrooke Park de Julie Klassen

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    Una casa llena de misterio, un lugar en el que nadie habla y una recien llegada.
    Abigail Foster no quiere acabar siendo una solterona, pero sabe que su minuscula dote no le va a servir para incrementar sus encantos.
    Cuando los problemas financieros fuerzan a su familia a vender su casa de Londres, un extrano abogado aparece con una oferta increible: pueden irse a vivir a una lejana casa senorial que lleva dieciocho anos abandonada. Los Foster emprenden viaje hacia la mansion de Pembrooke Park y al llegar, se la encuentran tal y como sus ultimos habitantes la dejaron en su repen- tina partida: con las tazas con el te reseco, ropa en los armarios, una casa de munecas abandonada mientras jugaban con ella…
    El atractivo pastor del pueblo les da la bienvenida, pero a pesar de que tanto el como su familia parecen saber algo del pasado de la casa, tan solo advierte a Abigail que tenga cuidado con los intrusos que lleguen atraidos por los rumores de que en la casa se oculta un tesoro…

  • En busca de la redencion (Conquista 2) de

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    Manuel es un hombre atormentado por sus fantasmas. En el pasado, viajo al Nuevo Mundo y alli cometio un terrible crimen movido por los celos y por su caracter misogino y carente de honor. Con sus fechorias les ha fallado a su mejor amigo, a la que fue su prometida y, sobre todo, al mejor hombre que ha conocido nunca, su padre.

  • Seras ceniza por tu belleza (Almas rotas) de Alejandro Riera Guignet

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    La noticia bomba os la cuento esta noche, durante la cena. Y Hector sonrio poniendo cara misteriosa. Judith empezo a morderse las unas. No sabia que pensar de la "noticia bomba" de su novio. Podia ser cualquier cosa. Que le habia comprado un regalo o que era el fin del planeta tierra. Cualquier cosa. Y queria a Hector, es cierto. Aunque fuera un botanico excentrico de pelo revuelto y mirada ausente. Ese era su encanto. Pero, a veces, le parecia que tenia por novio a un marciano de incognito. Era el momento de bajar el marciano a la tierra: --Pero no te olvides de la razon de la cena ?eh? --insistio Judith. --Que si, mujer. A ver si emparejamos a Ana. Yo creo que se van a gustar. --?Y como es David? --Parado, soso y timido. --Genial. Es como Anita, pero en tio. Son tal para cual. Se van a gustar seguro. Hemos acertado. Esto acaba en boda. --?No vas un poco rapido? --Ya sabes como soy. ?Para que perder tiempo? Es como con mis clientes. Si les puedo vender un piso hoy ?para que esperar a manana? --Oye, que es una cita a ciegas, no una venta inmobiliaria. --Lo que tu digas. Aqui hay un inmueble que vender, Anita, y un posible comprador, David. Yo lo veo asi. --Muy romantico, Judith, eres de un romantico que asustas. --Pues no te asustes, que no muerdo --y Judith beso a su novio. Iba a ser un beso largo; de los de pelicula, vamos. Pero fue un beso de cortometraje. Sono el movil. --Es Anita --susurro Judith. --Judith... soy yo... Anita... perdona que te moleste...es que me estoy agobiando --y su voz sonaba temblorosa al telefono. --No te preocupes, dejo lo que estaba haciendo --Judith aparto las manos del botanico que, como dos lianas, ya exploraban sus senos-- ?que te pasa? --Es que soy un desastre... no se que ponerme para la cena. Y el tiempo se me echa encima. --Efectivamente, solo quedan 12 horas. Poco tiempo me parece para escoger unos zapatos -- dijo Judith con ironia. --?Ves como tengo razon en agobiarme? Se me cae la casa encima, es que no puedo --se angustio Ana. --Voy para alla. Esperame en bragas que yo te escojo el vestido. Y Judith colgo a su amiga. --?Que has dicho de bragas? --intervino Hector, interesado de repente. --Frena el carro, amiguito. Esto es solo para chicas. Sesion de vestuario a la vista. Tu ocupate de Romeo. Que encuentre el restaurante esta noche y no se nos pierda por el camino. Nos vemos a las 21h00. Beso. Y Judith dejo su apartamento para socorrer a su amiga. *** Cuando Ana y Judith se bajaron del taxi, los dos galanes ya esperaban a la entrada del restaurante. Hector tenia el pelo un poco menos revuelto y vestia su chaqueta de pana de los domingos. David tenia el pelo engominado y vestia un traje que le iba grande. Era tan flaco como Anita que bajaba del taxi con su vestido de flores y una rebequita. --Os presento a David --anuncio Hector. Judith se hizo a un lado y los dos tortolos se dieron la mano. --Encantado. --Encantada. Y, cosa sorprendente, no se intercambiaron tarjetas de visita. Entrando en el local, Judith, ante el desastre que intuia, susurro a su novio: "ponle salsa a la cena que me parece que a estos les falta sal". Y lo intento. En honor de Hector, hay que reconocer que lo intento. Pidieron los platos y... silencio. Hector rompio el hielo. --?Sabeis como conoci a David? --anuncio--. En un salon de agricultura. Estaba escogiendo abono. Le aconseje el mejor del mercado. --Y el mas caro --anadio David. --Cierto...cierto --siguio Hector un poco azorado-- pero el mejor, sin duda. --?Asi que os conocisteis comprando estiercol? --retomo Judith-- !que gracioso! --?Gracioso? No, para nada, era un buen abono --afirmo serio Hector. --Y caro, muy caro --remacho David. Judith se quedo descolocada. Pero menos que Ana que habia fijado su atencion en la decoracion del local. Unos hablando de la mierda del abono y la otra mirando la lampara. !Habia que hacer algo!, penso Judith. Tenia que vender a Anita como fuera. --Anita, estos ya nos han hablado de su... abono, de sus suenos. ?Cuales son tus suenos? Que David te conozca un poco. --?Mis suenos? No duermo muy bien, me agobio por la noche y tengo pesadillas. Son muy raras ?quereis que os las cuente? Judith salto como un resorte para evitar el desastre. --No, Anita. Son algo intimo, mejor te las reservas para ti. Lo que queria que contaras es lo que te gustaria hacer con tu vida. --Ser locutora de radio --y dicho esto se quedo callada. El silencio lo invadio todo. Judith le hizo gestos de auxilio a Hector, que tardo unos segundos en entenderlos. --Es muy bonito lo de la radio --anadio sin conviccion. --Si --dijo Ana volviendo a su silencio. Judith estuvo a punto de anadir algo sobre el tema, pero prefirio callarse. Se le ocurrio, entonces, una idea luminosa: --Hector ?no tenias una noticia bomba para esta noche? --Efectivamente. Tiene que ver con las migas de pan --y con estas palabras destripo a un inocente panecillo que reposaba tranquilamente sobre el mantel. --Este es el origen de todo --siguio el botanico--. !Se han encontrado migas de pan carbonizado de hace 14.400 anos de antiguedad! ?Sabeis lo que supone? --Yo lo intuyo --dijo Judith con enfado. --Es un descubrimiento memorable !adelanta la fecha del descubrimiento de la receta del pan! --concluyo Hector, radiante. --Memorable, sin duda --apoyo David cogiendo con interes unas migas del mantel. --?Y en que cono nos afecta a nosotros? --grito Judith. Ante su grito se enmudecio no solo la mesa sino el restaurante entero. --Me han invitado al yacimiento en Jordania. Estare unos seis meses. --!O sea que te largas durante seis meses! --estallo Judith-- ?Y esta es la noticia bomba? --Es muy relevante cientificamente --insistio David. --Tu te callas, cono. Que no te enteras. Y acabate el panecillo que has puesto perdida la mesa --y Judith se acodo con rabia--. Vamos a comer, mejor comer !pero hoy como sin pan, asi adelgazo joder! Lo habeis conseguido. Entre todos lo habeis conseguido. Me habeis chafado la noche. 2 Al volver a casa con Ana, Judith lamento su reaccion. --Creo que me he pasado en el restaurante. Si quiere ir a su excavacion que se vaya. Es su profesion. --Es que le quieres y quieres estar con el --la consolo Ana. --Ya... a veces me pueden los nervios. Pero tu eres lo contrario. Tu me calmas. Aunque te he chafado la cita a ciegas. ?Como has quedado con David? --Bien, muy bien. Es muy majo. --Pero ?te ha pedido el telefono? --No, nos hemos despedido y ya esta. Entre nosotras... es un poco soso para mi. ?Nos imaginas a los dos juntos? Judith se imagino la escena al instante. En su mente los tortolitos cruzaban un parque lleno de mariposas mientras los cervatillos aparecian tras los arbustos para verlos pasar. Solo faltaban los siete enanitos. Por lo visto Ana se habia imaginado una escena similar. Y las dos se pusieron a reir al unisono. No podian parar. Es que no podian. --Voy a hacer un pis --y Ana corrio hasta su apartamento. Judith entro unos segundos mas tarde. Con su amiga en el bano espero en el salon. "Todo tan ordenado como siempre", penso. "No como una que yo me se" y sintio remordimientos al evocar su propio apartamento caotico. Ana, al salir del bano, interrumpio sus pensamientos: --... es que no me gustaba el tal David --dijo. --Yo no se de donde los saca Hector. ?Te acuerdas del aeronautico? --?El de los ojos saltones? --Ese, ese... Y se pusieron a reir, de nuevo. --A este paso me quedo para vestir santos --se lamento Ana. --No seas tan tragica, mujer. --No soy tragica. Solo realista. Pero mirame Judith, no despierto pasiones, reconocelo, si acaso un poco de pena. Judith contemplo el cuerpo flaco de su amiga. Pero no dijo nada. --Estoy segura que lo primero en que piensa un chico cuando me ve es en invitarme a un bocadillo. A ver si me cunde algo...--concluyo Ana. --Hombre, las delgaditas estan de moda, mira a Audrey Hepburn. --Ya... como en Desayuno con diamantes. Pues los chicos, al verme tan flaca, antes que los diamantes me quieren dar el desayuno... --Pues yo soy todo lo contrario. Te podria regalar un poco, me sobra por todos lados. --!Ahi esta! Y ?has visto la cara de felicidad que pone Hector a tu lado? !Normal! Tiene donde agarrar. Pero conmigo nada de nada, solo huesecillos y un poco de carne para recubrir el conjunto. Asi no voy a encontrar nunca al amor de mi vida. --Pues yo soy muy cabezona. Y no me gusta verte triste. Te voy a encontrar a tu principe, no lo dudes. Tras una pausa, Judith pregunto con seriedad: --?Sigues con tus pesadillas? Me has preocupado en la cena. Perdona que te cortara, pero no era el momento de que las contaras a todo el mundo. --Si ya lo entiendo... pero es que vuelven mas a menudo, no se por que. Es como si quisieran avisarme de algo inminente, de algo peligroso. Pero son tan confusas… Son dificiles de describir. Son como trozos inconexos de una historia que ha escrito otra persona. Judith miro, preocupada, a su amiga. No le gustaba verla asi. Esos suenos oscuros eran como un muro que la separaba de Ana. Y no podia atravesarlo. Solo podia intentar alejarla de esa angustia. Llevarla a la vida. Buscarle pareja para que fuera feliz. Pero lo de los suenos no podia entenderlo. Ella caia agotada despues de sus jornadas detras de los clientes y se despertaba sin mas al dia siguiente. Ya esta. Dormia en bloque toda la noche. Pero Ana era diferente. Sus noches eran largas, casi eternas. Noches de angustia y de temores irracionales. --Si vuelves a tener tus pesadillas, despiertame. No lo dudes --le propuso Judith. --Es que no quiero ser una carga para ti, bastante haces por mi. Aunque la proxima vez elige a alguien parecido a George Clooney. No tendre ninguna posibilidad, pero al menos me recreare la visual durante la cena. --OK, oido cocina. Para la proxima cita a ciegas, llamar a George Clooney. Y las amigas se miraron con afecto. No habia nada que anadir. --Yo bajo a casa. Estoy rota --dijo Judith. Estaba agotada y agradecio, entonces, que vivieran en el mismo bloque. De la 6a a la 3a planta, sin atascos ni nervios. --Vale... yo tambien estoy cansada. Gracias, por la cena. --De nada, corazon, duerme bien. --Eso hare, sonare con Clooney. Y Judith salio sonriendo del apartamento de su mejor amiga. *** A solas, la sonrisa se helo en la cara de Ana. Habia mentido sobre sus suenos, como siempre. Eran mucho mas aterradores de lo que habia dicho. No podia contarle toda la verdad a Judith. Acabaria por hartarse de ella y abandonarla. Y eso no podria soportarlo. Tenia que esconderle sus miedos, ocultarselos, guardarselos para ella. Que solo la pudriesen a ella, a nadie mas. Nadie merecia vivir el suplicio de otra persona. Ese pensamiento la hizo fuerte unos segundos, pero su fortaleza desaparecio cuando miro el reloj: --Las 2h35. Toda una noche por delante --susurro. Y contemplo de reojo el mayor de sus miedos.

  • Esclava del odio (Salvada por Amor 1) de Margotte Channing

    https://gigalibros.com/esclava-del-odio-salvada-por-amor-1.html

    Noruega, ano 1225
    Gunnar, un vikingo feroz, al que solo le mueve el odio y el deseo de venganza desde hace anos, secuestra a Rosslyn separandola de las personas que la han criado, unas monjas de un convento situado en una isla remota de Escocia.
    La lleva a su granja en Noruega, convirtiendola en su esclava, aunque, desde que la ha conocido, a cada momento, se le hace mas dificil mantener su deseo de venganza.
    Rosslyn, por su parte, no sabe como reaccionar, ante la crueldad de Gunnar , sin darse cuenta de que la mejor arma que puede utilizar es ser ella misma. Solo con su dulzura y bondad, Gunnar admitira lo que, en realidad, siente en su corazon.

  • Por ley superior de Giorgio Fontana

    https://gigalibros.com/por-ley-superior.html

    Roberto Doni tiene mas de sesenta anos y es fiscal en Milan: serio, formal, inaccesible, su vida transcurre con total normalidad junto a una mujer inteligente y, de vez en cuando, se preocupa porque su hija haya decidido llevar su vida con total independencia. Sin embargo, esa cotidianidad empezara a resquebrajarse cuando se llame a declarar a un albanil tunecino acusado de cometer un crimen en la Via Padova que ha puesto en alerta a los medios de comunicacion. A pesar de que el acusado esta preparado para declararse culpable, una joven periodista acude a Doni para decirle que pida la absolucion del albanil, puesto que cree en su inocencia y, ademas, cree que puede demostrarla. Esta aparicion hara que Doni empiece a cuestionarse el funcionamiento de la justicia y la sociedad: parece que para todo el mundo es mucho mas facil creer que el albanil es, en efecto, el culpable del crimen, y la busqueda de la verdad, a veces, resulta demasiado incomoda. Giorgio Fontana ha escrito una emocionante novela en la que un dilema etico da paso a una reflexion existencial y social del estamento de la justicia y de sus responsabilidades.

  • Las horas muertas de Jorge Caneda

    https://gigalibros.com/las-horas-muertas.html

    Samuel e Izan viven aislados en una casa al borde del acantilado. Hace anos que no ven un infectado de cerca. El anciano, testigo del mundo previo al apocalipsis climatico que estallo hace decadas, esta obsesionado con sobrevivir lejos de los zombis y del contacto humano. A diario lucha contra las inquietudes de su nieto, quien ansia saber que habra mas alla de las estacas que los protegen. La rutina diaria se rompe cuando Samuel lleva por primera vez al joven a explorar un pueblo abandonado. Alli encontraran un cuaderno con un extrano mensaje.

  • Los saltos de Sara. La historia completa de Susanna Herrero

    https://gigalibros.com/los-saltos-de-sara-la-historia-completa.html

    Este libro es una recopilacion de la historia completa de Sara Summers que incluye los titulos: Los saltos de Sara, Las caidas de Sara, Las decisiones de Sara y Simplemente Sara.

  • Maraton de Brian Freeman

    https://gigalibros.com/maraton.html

    Una bomba estalla en pleno maraton en la ciudad de Duluth. El detective Jonahtan Stride se suma a la frenetica busqueda del autor. Alguien asegura haber visto a un joven musulman con una mochila, y pronto se desata la caza al hombre. Pero las cosas son mas complejas de lo que parecen…