• nicole c vosseler die eisbaronin - Nicole C. Vosseler

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  • Bis ans Ende der Welt: Roman - Die Eisbaronin-Saga 1

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    Libro de bolsillo ... Die Eisbaronin: Zu neuen Ufern - Roman - Die Eisbaronin-Saga 3. Edición en Alemán | de Nicole C. Vosseler | 20 diciembre 2021.

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  • NICOLE C. VOSSELER | Casa del Libro

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    La autora de El cielo sobre Darjeeling te hará viajar a la puerta de los tesoros de Asia: Singapur.Corren los años cuarenta del siglo XIX y Singapur es la ...

  • Nicole C. Vosseler

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    Die Nachwehen der monatelangen Arbeit an der Eisbaronin: eine akute Sehnsucht nach Hamburg. Eines … Mehr …

  • Nicole C Vosseler - Tutti i libri dell'autore - Mondadori Store

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  • El cielo sobre Darjeeling de Nicole C. Vosseler

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    Exitosa novela alemana en la linea de Sarah Lark con una nueva ambientacion exotica: la India, en concreto las primeras plantaciones de te en Darjeeling a finales del siglo XIX.

  • Los angeles no tienen helices de Mercedes Alonso

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    ?Recuerdas ese momento en el que tu vida dio un giro de ciento ochenta grados? Olivia jamas podra olvidarlo pues, en su caso, como en el de otras muchas personas de carne y hueso, no fue una de esas etapas facilonas en las que solo falta la musica de unos magistrales violines para endulzar el gran momento.

  • Un refugio perfecto de Pilar Cabero

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    Un hombre brutalmente asesinado. Una huida desesperada. Una familia que acoge a una desconocida en su hogar. Un amor inesperado.

  • Un revolver y siete rosas (Elizabethtown 1) de Brenna Watson

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    Le dolian tanto los pies que apenas podia continuar avanzando. Desde que habian abandonado Cold Harbor, donde la Union habia sufrido una de sus mayores derrotas, se habian dirigido a Petersburg para unirse al asedio de la ciudad. Alli pretendian hacerse con el control de aquel punto estrategico y cortar las comunicaciones ferroviarias que abastecian al ejercito del general Lee. Gabriel Sinclair no recordaba cuantas horas llevaba caminando y, cuando al fin alcanzaron su destino y obtuvieron permiso para descansar, lo primero que hizo fue quitarse aquellas malditas botas. Contemplo, con una mueca de dolor, sus pies ensangrentados y los dedos casi agarrotados y deformes a fuerza de llevar un calzado dos numeros menor al que le correspondia. Al menos, penso, no iba descalzo. No hacia muchos dias que habia contemplado el cadaver de uno de aquellos confederados, que habia cubierto sus pies con pedazos de carton pintados de negro. A su lado se tendio su primo Russell. El y Mitchell Chapman, Mitch, parecian los unicos conformes con su indumentaria, el ultimo a causa de unas relucientes botas que le habia hecho llegar su padre desde Saint Louis, aunque al parecer seguia echando de menos sus zapatos Oxford. <>, se dijo, aunque sin atisbo de acritud. Mitch era un buen chico, y generoso ademas. Compartia con sus companeros casi todo lo que le hacian llegar desde casa, desde dulces a camisas nuevas. De hecho, le habia sugerido a Gabriel intercambiar con el las botas de vez en cuando, solo para que pudiera descansar los pies, pero se habia negado a aceptar. Ya era suficiente con que sufriera uno de los dos, aunque en ocasiones, como esa en concreto, se arrepentia de no haber accedido. David Cassane se sento cerca de ellos, apoyo la espalda contra un arbol y, como era su costumbre, abrio aquel cuaderno de tapas negras que siempre llevaba con el para ponerse a escribir. Gabriel admiraba su capacidad de concentracion. Era capaz de abstraerse hasta en las condiciones mas adversas. --?Que crees que escribira ahora? --pregunto Brett McFarlane con su habitual sonrisa. Se dejo caer junto a Russell, que protesto cuando lo empujo sin querer--. Si no hemos hecho otra cosa que caminar durante dias. --Seguro que esta escribiendo sobre ti --bufo Russell. --Entonces necesitara un cuaderno mas grande --bromeo Brett. Mitch habia encendido un pequeno fuego y colocado una cafetera encima. Por suerte, en ese momento disponian de agua en abundancia, aunque nunca se sabia cuanto iba a durar la buena fortuna. Gabriel aun recordaba la ultima vez que habia recogido el agua de lluvia con sus botas y habia tenido que beber de ellas antes de llenar su cantimplora. David finalizo su escritura antes de lo acostumbrado, guardo el cuaderno en el bolsillo superior de su chaqueta, y la pluma, con sus iniciales grabadas, en el macuto. --?Que creeis que hacemos aqui? --les pregunto a bocajarro. --Impedir que los confederados entren o salgan de Petersburg --respondio Mitch, que siempre parecia el mejor informado de todos. --Es decir, que esto puede alargarse durante dias. --Si, supongo. Cuando la cafetera comenzo a silbar, Mitch la retiro del fuego y sirvio cafe para todos. Gabriel nunca habia sido muy aficionado a aquella bebida tan amarga, pero era una de las pocas cosas que el ejercito distribuia con profusion. Mientras disfrutaban de aquellos minutos de descanso, observo a los hombres que lo rodeaban uno a uno. Se habian conocido en Pennsylvania, al poco de alistarse en el ejercito, y en los tres anos infernales que llevaban juntos se habian vuelto inseparables. Juntos tambien padecieron hambre y sed, un calor abrasador y un frio que a punto estuvo de llevarselos al otro lado. Se habian curado mutuamente las heridas y compartido las provisiones y, en las noches mas oscuras, se habian consolado compartiendo lagrimas y suenos. Eran los mejores amigos que un hombre podia tener, estaba convencido. Gabriel Sinclair aun no podia saber lo que les aguardaba, ni sospechar siquiera que muy pronto iban a perder a uno de ellos en la que seria conocida como una de las acciones mas sangrientas de toda la guerra: la batalla del Crater. Capitulo 1 Elizabethtown, Kansas. Octubre de 1870 El sol aun estaba alto cuando Eleanor Montgomery se bajo del tren en Elizabethtown. La estacion no era mas que un conjunto de tablas desbastadas y una pequena oficina, con los cristales tan cubiertos de polvo que era imposible apreciar si habia alguien en su interior. Un hombrecillo emergio del edificio para ocuparse de que su equipaje fuese colocado en el anden. Cuando el tren se puso en marcha de nuevo, le dedico una leve inclinacion de cabeza y regreso a su cubiculo. Eleanor recorrio con la mirada el modesto apeadero para cerciorarse de que su marido, James Montgomery, no habia acudido a recibirla. Tras casi una semana de viaje desde Richmond, Virginia, llegaba por fin a su destino, al Salvaje Oeste del que tanto habia oido hablar. Se pregunto una vez mas si habia tomado la decision acertada. Un ano antes, tras el fallecimiento de su madre, le sugirio a su esposo la idea de reunirse con el en el Oeste, pero James alego multitud de buenas razones para que no lo hiciera, y ella se plego a sus deseos. La guerra le habia arrebatado a Eleanor cuanto poseia, empezando por su padre y sus dos hermanos, y luego su plantacion de tabaco, que vio arder hasta los cimientos a manos de los yanquis. Su madre y ella se vieron obligadas a aceptar la generosidad de los Cathaway, viejos amigos de la familia, para poder sobrevivir. James Montgomery III habia sido amigo de su padre toda la vida, a pesar de ser algo mas joven, y habia aceptado la propuesta de desposar a su hija como un favor personal. Su fortuna habia sucumbido bajo el ejercito del general Ulysses S. Grant, al igual que la de Eleanor y su familia, y los habitantes del viejo Sur habian tratado de estrechar aun mas los lazos que los unian. Con veinticuatro anos ya cumplidos, Eleanor seguia soltera, y las posibilidades de encontrar un esposo apropiado se habian desvanecido con la guerra. Su padre, que se recuperaba de una herida por aquel entonces que acabaria con el meses despues, habia propuesto un matrimonio de conveniencia que fue aceptado por ambas partes. Eleanor recordo, no sin cierto rubor, su noche de bodas. James era veinte anos mayor que ella, un viudo bien parecido que resulto ser un hombre considerado y atento, en el lecho y fuera de el. Hacia anos que Eleanor habia abandonado sus suenos romanticos de juventud, y vio el matrimonio con James como la ultima oportunidad de no convertirse en una solterona. Solo un mes despues del matrimonio, el se habia mudado al Oeste en busca de fortuna, con la esperanza de regresar con dinero suficiente como para empezar de nuevo. Cinco anos llevaba Eleanor aguardando reunirse con ese hombre que era practicamente un desconocido, y se habia cansado de esperar y de aceptar todas las excusas con las que el habia argumentado esa separacion. Nada la ataba ya a su Virginia natal y su deber era estar junto a su esposo, para labrar juntos su incierto futuro. Habia empaquetado sus cosas y, el dia antes de partir, le habia enviado una carta anunciando su llegada, sin otorgarle tiempo suficiente para una replica en la que intentaria hacerle cambiar de idea. Algo habia fallado en su plan, porque James no se encontraba alli. Sintio que el jefe de estacion la observaba desde el otro lado del sucio cristal de su ventanilla. Se imagino que no debia de ser muy corriente ver a una mujer ataviada con un vestido de muselina sentada sobre un desvencijado banco, rodeada por media docena de baules y otros tantos bultos de distintos tamanos. Esa manana, en el tren, se habia esmerado en acicalarse para causar buena impresion a un marido al que apenas recordaba. La estrategia no surtiria efecto si no aparecia pronto; el aspecto saludable y lozano que pretendia aparentar se iria al traste. Decidio concederle otros veinte minutos, tiempo mas que suficiente para que el hubiese oido el silbato del tren desde cualquier punto del pueblo en el que se hallase y acudiese en su busca. Transcurrio ese tiempo, y algo mas. La espera comenzaba a ser insoportable. Tal vez James no estaba ese dia en Elizabethtown, quizas habia viajado hasta Abilene, a cuarenta y cinco millas de distancia, y habia olvidado dejar instrucciones para que alguien acudiese a recogerla. O, peor aun, tal vez su carta aun no habia llegado. Ese pensamiento le helo momentaneamente la sangre. Se aproximo a la ventanilla, dispuesta a remediar el estado de incertidumbre en el que se hallaba. --?Necesita ayuda? --le pregunto el hombrecillo desde el otro lado del cristal. --Si, por favor --le respondio, ofreciendole su mejor sonrisa--. ?Podria guardar mi equipaje en la estacion mientras voy en busca de mi esposo? --Por supuesto --contesto solicito--. Ahora mismo me ocupo de ello. Eleanor permanecio erguida, retorciendose las manos con nerviosismo mientras el hombre salia de detras del mostrador, cruzaba la puerta y se aproximaba a sus baules. Su aspecto le resultaba simpatico, un hombre pequeno y energico, que caminaba dando saltitos y cuyos ojos, de un azul desvaido, se movian al mismo ritmo bajo la montura de sus lentes. --?Se le ofrece algo mas? --le pregunto, al ver que ella no se movia del sitio. --Le agradeceria mucho si pudiera orientarme. Acabo de llegar y aun no conozco el pueblo. --Me he dado cuenta de ello. --Le sonrio con amabilidad--. Permitame que me presente. Soy Matt Perkins, el jefe de estacion --le dijo, e inclino ligeramente la cabeza al tiempo que sus pulgares se enganchaban de los tirantes que sostenian sus pantalones--. Este es un lugar pequeno, y aqui nos conocemos todos. ?Que necesita saber? --?Podria indicarme como llegar al negocio de James Montgomery? --Le dedico su mejor sonrisa. --Crei que habia dicho que iba en busca de su esposo --contesto el hombre mientras la miraba con cierta suspicacia. --El senor Montgomery es mi marido --aclaro ella, irguiendose ante lo que parecia una inexplicable mirada de reproche. --!Que me aspen! ?Habla usted en serio? --Perkins la observo de arriba abajo, con las cejas ligeramente alzadas y la boca formando una extrana mueca que no supo interpretar. --Desde luego que si --contesto de forma rotunda, atonita ante la falta de modales de su interlocutor--. ?Como se atreve a dudarlo? --Disculpeme, senora, no era mi intencion ofenderla --le respondio con un tono mucho mas suave--. Es solo que no sabia que tuviera esposa… --Le escribi diciendole que venia, pero, como puede ver, no ha acudido a recibirme. Tal vez mi carta no llegara a tiempo --dijo con una voz apenas audible, mientras se recriminaba el proporcionar tanta informacion a un desconocido. De repente, el hombre parecio a punto de sufrir una apoplejia. Se saco un arrugado panuelo del bolsillo y se seco la frente, sin dejar de observarla durante todo el proceso. Luego se coloco las manos sobre los rinones, como si se estuviese preparando para pronunciar un discurso. Cuando volvio a meterlas en los bolsillos y a hundir los hombros, la que estaba a punto de sufrir la apoplejia era Eleanor. --Creo que sera mejor que se siente --le dijo al fin, indicandole el mismo banco que acababa de abandonar. --!Pero si acabo de levantarme! --Lo se, lo se, pero sera lo mejor --le aseguro con un expresivo gesto de las manos en direccion al descascarillado asiento. --?Que ocurre? !Me esta usted incomodando! --Oh, creame que lo lamento, de verdad que si. ?Quiere usted tomar un vaso de agua? --?Un vaso de agua? --Eleanor no salia de su asombro. --Si, claro, que estupidez --contesto Perkins sin mirarla, como si hablara consigo mismo--. Mejor un whisky, ?no? --?Un whisky? ?Pero se puede saber que ocurre? ?Donde esta mi marido? --Las sospechas se acumulaban en el aire como un remolino de polvo--. ?Le ha sucedido algo? La pausa fue tan elocuente que Eleanor cayo desmadejada sobre el banco. --Es eso, ?verdad? --pregunto con un hilo de voz, lamentando no haber aceptado ese vaso de agua. --Me temo que si, senora --balbuceo el hombrecillo--. Creame que siento ser yo quien le comunique la noticia, pero su marido… bueno, su marido ya no esta entre nosotros. --?Mi marido ha… muerto? --Eleanor sentia como si el mundo se hubiese puesto a dar vueltas a su alrededor. --Eso es, senora, exactamente --respondio Perkins, visiblemente aliviado. --?Como? ?Cuando? --balbuceo ella al cabo de una larga pausa. --Sufrio un ataque el domingo, y el medico no pudo hacer nada por el. Dijo que le habia fallado el corazon, asi, de repente. Fue enterrado hace dos dias. Lo siento mucho. Muerto. James habia muerto. Eleanor aguardo a experimentar el aguijonazo de dolor que ya le resultaba familiar, pero, para su sorpresa, no se produjo. Un latido sordo en el interior del pecho, producto mas del asombro que de la angustia, fue la unica senal que se dejo sentir. No era una reaccion inapropiada, se dijo a si misma, teniendo en cuenta que apenas se conocian. Pero era una desgracia. Aun era un hombre joven y era su marido. ?Como habia podido suceder algo tan terrible? ?Que iba a ser de ella ahora? Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, no era consciente de que el jefe de estacion observaba consternado los dos lagrimones que se deslizaban por sus mejillas. --?Quiere que vaya a buscar a alguien? --le pregunto transcurridos unos minutos. Eleanor emergio de su catarsis y observo al hombre, al que le parecia ver por primera vez. Su rostro angosto y veteado de arrugas, enmarcando esos ojillos vivaces de un azul traslucido que ahora parecian ligeramente empanados, las cejas tupidas y aun oscuras, el escaso cabello que ya empezaba a clarear… Su cara ahora amable la contemplaba con cierta preocupacion, que le parecio normal dadas las circunstancias. --No, gracias. No conozco a nadie en el pueblo --contesto mientras intentaba recuperar la compostura. --Podria avisar al reverendo Spencer. O al medico. ?Necesita usted sus sales? --?Mis sales? --inquirio con cierta perplejidad. --Si, ?no las necesitara? ?Y si se desmaya? ?No es eso lo que se utiliza cuando una mujer pierde el conocimiento? --No se inquiete. Estoy practicamente segura de que no voy a desmayarme --respondio, no del todo segura de sus palabras. El cansancio de los ultimos dias parecio abatirse sobre ella. Perkins asintio, aunque no parecio muy convencido con la respuesta. La vio fruncir el ceno y morderse el labio inferior, como si anduviera perdida en profundas cavilaciones, lo que no era de extranar. --?Podria usted indicarme ahora como llegar a la casa de mi marido? --pregunto al fin, clavando en el unos ojos de color miel que de repente parecian demasiado grandes para aquel rostro tan delicado--. Creo que sera lo mas apropiado. --Oh, bueno, vera… yo creo que estara mejor donde la viuda Dupre. Tiene una casa de huespedes y seguro que la acogera con mucho gusto, hasta que se sienta con fuerzas. --Es muy amable, pero creo que sera mas conveniente que me aloje en mi propia vivienda. --Si, por supuesto, pero… en fin… no se como… --Perkins se miraba los pies mientras trataba de encontrar las palabras apropiadas, para mayor consternacion de Eleanor--. Su marido no tenia una casa propiamente dicha. --?Donde vivia entonces? --inquirio, preguntandose que mas desagradables sorpresas la aguardaban--. ?En un hotel, quizas? --Oh, no, no, senora. James Montgomery tenia una buena propiedad --aclaro. --Senor Perkins, ?donde vivia mi marido? --Encima de su local, senora, en una especie de apartamento que se hizo construir a su gusto. Eleanor asintio, aprobando la idea de James de aprovechar el negocio tambien como vivienda, un modo de ahorrar un dinero que pensaba invertir en Virginia a su regreso. --?Y sabe usted donde esta? --pregunto con suavidad. --Por supuesto que si, senora --respondio con desparpajo, como si le ofendiera la idea de no saber donde se encontraba el lugar--. En la calle principal, justo pasada la barberia de Cooper, gire a la izquierda y se dara de bruces con el. --Muchas gracias, senor Perkins. --Le sonrio con dulzura mientras se incorporaba--. ?Me guardara el equipaje hasta que pueda hacer que alguien venga a buscarlo? --No pensara ir alli ahora, ?verdad? --Me temo que no tengo otra opcion. No puedo quedarme aqui indefinidamente, ?no le parece? --No, claro. Pero ya le he dicho que la viuda Dupre estara encantada de acogerla. Es una mujer muy amable, y su cocina es estupenda. --Gracias, lo tendre en cuenta. Ha sido usted muy considerado, senor Perkins, y se lo agradezco mucho. Espero que volvamos a vernos pronto. Eleanor se sacudio el vestido, irguio la espalda y, tras despedirse con un leve y estudiado gesto, cruzo la estacion y salio por el lado que daba al pueblo, que se arracimaba a escasa distancia. Elizabethtown habia crecido alrededor de una calle principal y se habia extendido hacia ambos lados mediante una serie de calles mas estrechas, formando una cuadricula. Eleanor sabia por las cartas de James que el ganado procedente de las propiedades situadas al sur bordeaba el pueblo una vez al ano, con destino a los corrales situados al otro lado de las vias, para ser posteriormente subido a los vagones y transportado hasta las fabricas del Este. Mientras recorria la arteria principal, apenas era consciente de las miradas curiosas de las personas con las que se cruzaba. Las visitas femeninas no eran muy frecuentes en un pueblo que vivia casi exclusivamente del ganado de los ranchos vecinos y de algunas manadas que llegaban desde Texas. Y menos visitas tan elegantemente ataviadas como aquella mujer, cuyo vestido de muselina amarillo palido destacaba como una flor en un prado. La gracia con la que caminaba, sosteniendo con elegancia su sombrilla y balanceando suavemente su ridiculo, atrajo mas de una mirada. Eleanor paso frente a varios negocios y viviendas sin fijarse en nada, buscando con la mirada la columna bicolor que anunciara la barberia del pueblo. Su mente solo registro que el pueblo no parecia demasiado grande, que las construcciones eran solidas y que hacia mucho calor. Los tacones de sus botines resonaban sobre el entarimado de madera con una cadencia ritmica, mientras iba inclinando la cabeza de forma mecanica ante todo aquel que se cruzaba en su camino. Se sentia tan aturdida y cansada que temia detenerse antes de llegar a su destino y echarse a llorar en mitad de la calle, algo que una senorita no debia hacer jamas. Su educacion y sus modales eran lo unico que poseia en esos momentos, y trataba de aferrarse a ellos como a una tabla de salvacion en medio de un naufragio. Se permitiria derrumbarse y llorar solo cuando se encontrase en el interior de su nuevo hogar, sin testigos.

  • Quedate 2 de Lily Perozo , Lina Perozo Altamar

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    Despues de estar varios meses separados, Victoria y Terrence se reencuentran en Nueva York y deciden darle una nueva oportunidad a su amor. Lejos del peligro que representa la guerra, viven dias felices, pero la distancia que los separa, pondra a prueba sus sentimientos.
    Benjen, debe lidiar con el escandalo que se desata cuando se hace de publico conocimiento que tiene un hijo junto a una famosa cantante de opera; lo cual lo llevara hasta America, donde intentara reparar parte del dano que le ha causado a Amelia y Terrence.

  • No te vayas, QUEDATE CONMIGO de Monica Hoff , Norah Carter

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    Sofia, una escritora de novela romantica no interesada en el amor y que vivia una solitaria vida enfrascada en su mundo, decide ayudar un dia a un triste vagabundo que pide para poder comer. Aunque un poco reticente, no puede evitar tenderle la mano para ayudarlo a salir de la miseria. Cuando Cristian acepta su ayuda, se convierte en parte indispensable en la vida de la escritora, tanto que acabaran mas unidos de lo que pensaron, haciendo que el extrano llegue a ganarse su corazon. Pero uno de los dos sera la voz de la razon, intentando evitar que sus sentimientos vayan a mas. ?Podra Sofia dejarse llevar cuando el corazon sea el que mande? ?Sera Cristian, el vagabundo, quien le haga ver cuanto lo necesita ella en su aislada vida? Una intensa historia de amor que te ensenara que si el corazon es el que elige, los prejuicios no tienen cabida.

  • El amor te busca (Hermanas McVee 1) de Annabeth Berkley

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    Sharon McVee sonreia maravillada ante la impresionante cascada que tenia frente a ella. El sendero que habia seguido hasta llegar alli le habia resultado demasiado rocoso, pero el espectacular paisaje que tenia frente a ella habia merecido la pena. Los reflejos de la luz de primera hora de la manana en el agua, la incomparable belleza de la naturaleza salvaje combinando los colores frios, la textura de las rocas en la imagen que deseaba capturar, le invitaban a tomar la fotografia perfecta. Exploro diferentes angulos antes de empezar a capturar las imagenes que queria inmortalizar con su inseparable Olympus. Escucho la llamada de su telefono movil. Le sorprendio tener cobertura en un sitio tan espectacular como aquel, en el corazon de Pensilvania. Pero ese era un momento unico, que queria plasmar con todo su esplendor, asi que no le fue dificil ignorar la llamada. Cuando estuvo satisfecha con las fotos realizadas, saco el movil de su mochila. Su padre. Le extrano, aunque instintivamente supo de que iba a tratar la conversacion. Estaba proximo a jubilarse. De hecho, la fiesta que iba a celebrar en su empresa para avisar de ello a los empleados ya tenia fecha prevista desde hacia por lo menos dos meses. Tenia los sentimientos encontrados. Intuia lo que iba a pedirle. Presentia lo que tendria que renunciar a cambio. Pero tambien tenia claro que le iria bien, y que seria capaz de encontrar momentos de evasion en su futura nueva vida. Con una sonrisa y la aceptacion de que la vida libre y nomada que habia llevado el ultimo ano se habia acabado, devolvio la llamada. --Papa, ?Como estas? --Esperandote, Sharon --parecia que sonreia--. ?Cuando vuelves? Sharon miro la hora en su reloj de pulsera deportivo. Su padre lo queria todo para ayer y se ponia de mal humor con mucha facilidad si no lo conseguia. Pero ella lo adoraba y no iba a llevarle la contraria. Sabia, desde que tenia uso de razon, que su hermana y ella heredarian la agencia de publicidad que su padre habia creado y gestionado de manera impecable y, el momento habia llegado. --En el siguiente vuelo, papa. Manana estare en la oficina. --Eso espero. Y te esperamos a cenar en casa. Ya he avisado a Tess. --Perfecto. Nos vemos --colgo con una sonrisa sincera. Recorrio con su mirada el entorno tan espectacular que la rodeaba despidiendose con carino y agradecimiento de tan bonito paisaje. Saco una ultima foto, la que la despedia, de momento, su aventura en Bushkill Falls. Volvio hacia el jeep que habia alquilado y que la llevaria hasta el hotel. Tenia que reservar el vuelo, preparar la maleta y recogerlo todo antes de volver a casa. Habia pasado el ultimo ano viajando por diferentes lugares de Estados Unidos. Sin rumbo, sin apenas planificacion, disfrutando, fotografiando la luz... Habia enviado a la editorial que la habia contratado fotos suficientes para publicar tres libros, y habia aprovechado otras tantas para subirlas a bancos de imagenes que le generaban mas ingresos pasivos de los que habia esperado. Aunque su cuenta bancaria siempre estaba llena gracias a su padre, ella habia empezado a ganar dinero desde muy joven. Habia trabajado en diferentes puestos para diferentes empresas segun le habia apetecido. Le gustaba aprender, probar cosas nuevas y superarse a si misma. La carrera de Direccion de Empresas la habia agobiado, incluso ahogado, mas de lo que esperaba, pero la curso, porque sentia el compromiso que ambas hermanas habian adquirido con sus padres, para posteriormente poder dirigir la agencia. Tess, su hermana un ano menor, habia empezado a trabajar inmediatamente en ella nada mas acabar la carrera. Le encantaba la contabilidad y pasar horas frente al ordenador. Ella, en cambio, habia probado a trabajar en diferentes lugares y se sentia muy satisfecha por ello. Habia aprendido muchas cosas, unas le gustaban, otras no tanto, pero habia descubierto lo facil que resultaba para ella adaptarse a lo nuevo y la facilidad que tenia para tratar con las personas. A veces, dudaba de si trabajar en una unica empresa, sin apenas salir de la oficina, la haria sentirse abrumada o encerrada, pero por otra parte sabia que la actividad que se realizaba, como agencia de publicidad que era, seria dinamica, activa, rapida, y eso y los retos que desentranaba dirigir su propia empresa le gustaban demasiado. Estaba convencida de que el cambio de vida le sentaria bien y con esa confianza apago la camara de fotos que intuia que tendria que dejar en un segundo plano a partir de ese momento. A la manana siguiente se desperto con ilusion. En su mente, ya habia aparcado las chirucas y sus ropas de exploradora, y las habia sustituido por los zapatos de tacon alto y por sus elegantes trajes de chaqueta. Se sentia igual de comoda con una cosa que con otra. Le encantaban los cambios, los retos, y esa actitud se reflejaba en su sonrisa. Se vistio con la ropa que habia dejado preparada la noche anterior y entro decidida y radiante en el edificio de oficinas. Miro su reloj de pulsera dorado. Tenia muchas ganas de ver a su padre, pero decidio pasarse antes por el departamento de contabilidad para ver a su hermana. Saludo con una sonrisa a todos con los empleados con los que se cruzaba. Algunos sabian que ella era una de las hijas del jefe. Y pese a que eso, a veces, causaba animadversion entre los trabajadores, a ella no le importaba. Era una realidad y no se sentia mal, ni un fraude, ni una impostora, por asumir el cargo que le correspondia. Como esperaba, detras de su ordenador, y con el escritorio impecable, estaba su bonita hermana. --!!Tess!! Tess se sobresalto y miro hacia la puerta. --!Sharon! ?Cuando has llegado? --se quito las gafas y se levanto para abrazarla--. Papa me dijo que te habia llamado, pero no te esperaba hasta la hora de comer. --Ya conoces a papa --se sento frente a su mesa mientras sacaba una cajita envuelta en papel de regalo de su pequeno y elegante bolso. Tess miro a Sharon con cierta envidia. Sus ojos azules siempre estaban alegres, su cabello rubio siempre tenia las ondas perfectas y su cara redonda inspiraba simpatia y amabilidad. Ademas de preciosa y radiante tenia las curvas perfectas. Y, por si fuera poco, era encantadora y carinosa. Ella siempre se habia sentido el patito feo. Se consideraba del monton. Pelo castano, ojos castanos, cuerpo estilizado sin curvas... y aburrida a mas no poder, pero se encontraba tan comoda que no le importaba demasiado que su hermana fuera la guapa... aunque no era necesario recordarselo con su presencia y esa sonrisa permanente, penso con una mueca. --Me acorde de ti en cuanto los vi --comento Sharon cuando su hermana saco de la cajita los bonitos pendientes de jaspe rojo engarzados en oro. Sharon miro a su hermana sonriente. Esperaba que le gustaran tanto como a ella. Le quedarian de fabula con su cabello castano con reflejos rojizos y con sus ojos castanos de largas pestanas. Siempre habia admirado su rostro alargado y fino y su cuerpo estilizado al que toda la ropa le sentaba bien. Ella, con sus curvas, no podia ponerse cualquier cosa. Habia ropa que le hacia parecer gorda sin estarlo realmente, y su rostro redondo tambien contribuia a ello. Ademas, su hermana era el reflejo de la estabilidad, y el perfeccionismo, algo que ella admiraba al sentir que carecia de esas actitudes. --Gracias, son preciosos --le sonrio quitandose los pendientes dorados que llevaba desde que recordaba, para sustituirlos por los nuevos--. ?Has pasado ya por la oficina del jefe? --No. ?Vamos juntas? --Acabo este informe que tengo que llevarle y voy --le comento mientras la veia levantarse. Sharon asintio ante su eficiente hermana, siempre tan responsable y meticulosa. Atraveso toda la planta pintada de blanco, con amplios ventanales y compartimentos ordenados hasta llegar al despacho de su padre. Los empleados trabajaban o hablaban entre ellos. El ambiente parecia agradable y cordial. --!Papa! --exclamo nada mas entrar despues de llamar a la puerta dejandola entreabierta para cuando llegara Tess. A su padre se le ilumino visiblemente la cara al verla entrar y fue hacia ella para abrazarla con fuerza. Sharon le devolvio el abrazo con carino. Seguia siendo el hombre en el que podia refugiarse con sus dudas y miedos y que siempre la esperaba con los brazos abiertos. Su padre siempre la habia apoyado en sus cambios de trabajo, en sus viajes, en sus proyectos, sin reproches ni recriminaciones cuando las cosas le habian ido mal. Duncan McVee, con sus ojos claros y cabello canoso, parecia mas joven de lo que realmente era. Habia levantado la empresa desde cero y la habia mantenido a traves de todos los cambios que se estaban produciendo cada vez con mas rapidez en el mundo de la publicidad. Se mantenia fiel al eslogan con el que regia la empresa: Integridad, Innovacion e Inteligencia. Y habia sabido siempre rodearse de los mejores para poder llegar tan lejos como habia llegado y mantenerse. La agencia McVee figuraba en el primer puesto del ranking de su sector, seguido de cerca por la Harper&Reaves, de reciente aparicion, pero que habia entrado con mucha fuerza. --Ya tenia ganas de verte --le confio sentandose con ella en el sillon blanco que habia cerca de la puerta. --Llegue de madrugada --le sonrio a su lado--. Ya te dije que hoy me tendrias aqui. --?Ha ido todo bien? --Si, papa --le aseguro ella--. Mejor que bien. ?Y por aqui? ?Que tal todo? --Esperando al nuevo capitan del barco --le sonrio palmeandole la rodilla con afecto. Sharon asintio. --La nueva capitana... --Si, que si me oye tu hermana me echara la bronca... capitana... Sharon miro la amplia y despejada oficina de su padre. --?Esta sera nuestra oficina? --La tuya. --?Y la de Tess? --Veras hija... he estado pensando que... aunque a nivel legal figureis las dos como herederas, solo tu estaras al frente del barco. Sharon lo miro extranada. --?Solo yo? ?Y Tess? Tess se paro al oir su nombre antes de abrir mas la puerta. --Tess no tiene el don de gentes que tienes tu. Ni tu creatividad ni tu entusiasmo. Seria incapaz de dirigir un equipo y mucho menos una empresa. Las piernas de Tess temblaron por un momento antes de que la rabia recorriera todo su cuerpo. ?Eso pensaba su padre? Llevaba toda su vida trabajando en la agencia. Su agencia. Dandolo todo. Ganandose el puesto. En los buenos y en las malos momentos. Dia y noche ?Sharon no habia hecho mas que llegar e iba a quedarselo todo? No era justo. !No era justo! Furiosa, rabiosa, decidio no terminar de entrar para evitar dar el espectaculo que tenia ganas de dar. Retrocedio sobre sus pasos, volvio a su oficina, cogio el bolso y salio del edificio, sin tener muy claro hacia donde ir. --Pero... ?Lo has hablado con ella? ?Esta de acuerdo? --No se lo he dicho todavia. Esperaba hablar con ella en casa, en la cena. Sharon nego con la cabeza. --No creo que le guste la idea. --A efectos legales la empresa sera igualmente de las dos. Ella es muy buena haciendo lo que hace. Cambiarla a esta oficina, dirigir contigo al personal, organizar las reuniones, hablar con los clientes... no lo haria igual de bien. Y no es necesario. Tenemos casi treinta empleados que dependen de nosotros, ademas de los clientes. No vamos a jugarnos la empresa por una tonteria. A Tess se le dan bien los numeros, que siga en contabilidad. A ti se te da bien la gente, les gustas, lleva el timon. --Te entiendo, papa, pero Tess no se como se lo tomara --comento Sharon conociendo el fuerte temperamento de su hermana. --Que se lo tome como quiera. Hay que hacer las cosas bien y punto. Hay que pensar en el bien comun

  • Volvere a buscarte de Pilar Cernuda

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    En los anos cincuenta, Antonio Padin abandona Galicia rumbo a Argentina en busca de una vida mejor para su familia. Treinta anos antes ya lo hizo su abuelo Antonio que nunca volvio, pero el le hace una promesa a Maruxa: <>. Lo que no sabe es que esa aventura le descubrira, entre otras cosas, la verdadera historia de su abuelo, un mundo de salones elegantes y un amor apasionado que hara resquebrajarse su promesa y le obligara a elegir entre el deber o la pasion. Los Padin siguen la tradicion de su valle gallego y emigran a America a buscar fortuna. Son tiempos de pobreza y para muchos es la unica opcion para abrirse camino. Antonio recibe <> y se embarca lleno de miedos rumbo a Argentina. Alli, encontrara no solo futuro sino la historia de su familia que no conocia. Pilar Cernuda debuta en la novela con esta gran historia que nos habla del amor y el olvido, de la distancia y el compromiso. De mujeres fuertes que saben que su familia depende de ellas, de sentimientos y de esperanza. Volvere a buscarte tiene la melancolia de las tierras gallegas y el refinado glamour del Buenos Aires de los anos cincuenta.

  • La luz de mis dias de Alejandro Melero

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    Una novela conmovedora, escrita con exquisita sensibilidad, y que engancha desde la primera pagina.

  • Ataduras de Domenico Starnone

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  • Vidas cruzadas de Ana Coello

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    Isabella; una joven decidida, fuerte y. huerfana que debe luchar por sacar a sus dos hermanos menores adelante sin la menor posibilidad de lograrlo pues siempre la vida se ha empenado en quitarle, no darle.

  • El espejo egipcio de Pilar Gonzalez

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    ?QUE PASARIA SI UN DIA AL COMPRAR UN ESPEJO TU VIDA SE CONVIRTIERA EN UNA PESADILLA?

  • El club del Grim (Witches 2) – Tiffany Calligaris de Tiffany Calligaris

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    La vida de Madison Ashford ha dado un vuelco en el ultimo ano. No solo encontro al amor de su vida, sino que ademas el desperto su magia a traves de un hechizo y la convirtio en bruja. Madison debe decidir si esta lista para asumir un compromiso tan grande mientras todavia lucha por sobrellevar los recuerdos de su secuestro. Sobre todo ahora, cuando Alexa Cassidy, la exnovia de Michael, la sigue de cerca.

  • Perseguida por su pasado de Cassie Miles

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  • Asi se cuelga a una bruja de Adriana Mather

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    Odio ancestral y un misterio que impregnan una historia increible en Salem.
    Salem, Massachusetts, es la ciudad en la que tuvieron lugar los infames juicios contra las brujas, y tambien es el nuevo hogar de Samantha Mather, que recien llegada de Nueva York junto a su madrastra, no es recibida precisamente con los brazos abiertos. Sam es descendiente de Cotton Mather, uno de los responsables de aquellos juicios y, casi de inmediato, se convierte en la enemiga de Las Descendientes. Y adivinad quienes fueron sus antepasadas…
    Por si eso fuera poco, Sam se enfrentara cara a cara con un fantasma de verdad (aunque sea alguien tecnicamente muerto). Atractivo y con mal genio, quiere que Sam deje de tocar sus cosas. Ademas, Sam descubrira pronto que ella misma es el centro de una maldicion centenaria que afecta a todo aquel que tiene alguna relacion con los juicios.

  • Hoy te quiero mas que ayer, ya manana se vera de Benito Troya

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    Comedia romantica que nos muestra la vision masculina del amor y las primeras citas.

  • Dulce Tortura de Jenifer Demichelis

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    Jessica se quedo de pie frente al salon de clases. Era su primer dia de universidad. Hacia apenas un par de minutos habia ingresado a un artistico, construido por uno de los arquitectos mas famosos del pais y que por muchos anos fue sede del Ateneo, hasta que las autoridades gubernamentales se habian hecho de el y ahora formaba parte de la Universidad de las Artes, el inmueble no se prestaba mucho para ser instituto educativo, pero sin duda se sentia la vibra de las artes en el lugar, ese aire bohemio, despreocupado, pero a su vez creativo. --!Pasa! --Le grito Alondra, su amiga, quien era su vecina y con la que habia decidido empezar esta aventura de estudiar artes. --Pareces una loca ahi parada mirando la nada. Entra. La universidad se jactaba de ser muy enfatica con la puntualidad, quien llegara tarde se quedaba afuera. Solo por esa razon ya el lugar estaba convirtiendose en uno de los mejores institutos del pais Se acomodo junto a Alondra, disimuladamente miraba el reloj, ligeramente ansiosa por la primera clase, quien seria el maestro o maestra, como serian las evaluaciones, los companeros. Por un momento dudo de su talento. Tenia el don innato de hacer arte con su pincel y lienzos, en casa tenia varios cuadros sin terminar o algunos listos que eran su pequena galeria intima. Aunque era consciente de que aun le faltaba mucho por aprender, por mas autodidacta que fuera, la guia de los maestros seria idonea para conectar y poder lograr las grandes obras que deseaba trazar en la tela en blanco. Abrio su libreta que tenia arriba la imagen de una mariposa azul con negro, bautizada con el feo nombre de Morpho Peleides, los cientificos tenian un don para darle nombres terribles a tan maravillosas creaciones de la naturaleza. Comenzo a pasar las paginas, buscando una que estuviera en blanco, en las primeras, las escritas, reposaban poemas que en momentos de inspiracion escribia, en casa, en su ordenado, reposaban un par de poemario que estaban en proceso de poda, correccion y busqueda de palabras mas idoneas para algunos de sus versos. Durante los ultimos anos habia pulido sus poemas dejando un trabajo mas hermoso... Ella, sin duda alguna era una artista, solo le faltaba ese empujon, alguien qe la encarrilara para que pudiera encontrarse y mostrar al mundo lo que por esa cabecita bullia. Finalmente consiguio la hoja en blanco, anoto la fecha del dia y miro a Alondra, quien estaba inmersa en su movil. Vio para los lados y ya habia mas estudiantes, todas caras desconocidas que estaban inmersas en sus mundos, futuros amigos y seguramente enemigos que se gestarian en esa comunidad que se formaba. Jessica se iba a rendir a su propia introspeccion metiendose en alguna red social de su movil, cuando recibio un codazo de Alondra, la miro y esta le senalo con la boca la puerta. Alli estaba de pie el hombre mas guapo que habia visto nunca. Alto, llegaba casi al quicio de la puerta. Sintio como si una suave brisa acariciara los vellos de su espalda. Su mandibula estaba bien marcada, su boca poseia una sensual curvatura, su ojos eran verde, un tono extrano, porque no eran claros como los muchos ojos que habia visto en su vida, sino de un verde oscuro, militar, el cabello negro, fino, seguramente rebelde, se contenia en una cola de caballo, que aunque a ella nunca le habian gustado, por alguna razon a ese hombre le quedaba bien. Ademas, su manera de vestir era despreocupada y elegante. Parecia que cada una de sus prendas estaba hecha a su medida y le quedaba bien. No era el profesor, era otro companero de clases. Pero vaya que era hermoso. Poco rato despues entro la maestra. Quien luego de las presentaciones pertinentes y hablar de su plan de evaluacion, fue al grano. --Jovenes, a mi me encanta trabajar en grupo. --A nosotros no... --Dijo uno de los estudiantes, algunos de los presentes rieron. Se veia que era el bromas del salon. --Pues les tocara acostumbrarse --dijo la maestra sonriendo-- desde hoy comenzaremos a formar grupos y seguramente repetiran en muchas ocasiones. Como se que ustedes no se conocen, esta vez los organizare yo. La maestra tomo la lista donde aparecian los nombres de los estudiantes y comenzo a nombrarlos. --A medida que vaya nombrando, ustedes se iran cambiando de puesto con el de al lado y asi cada quien quedara al lado del otro y armaremos el grupo para comenzar a trabajar. Asi fue, a medida que los nombraba todos se iban moviendo de sus puestos y cambiandose con otros para irse acomodando. El salon tenia bastantes puestos vacios, era facil ubicar otro asiento mientras la maestra citaba su nombre. --Ojala nos toque juntas --Dijo Alondra-- y casi como si hubiera dicho un maleficio, su nombre fue mentado por la profesora. Alondra abrio los ojos, esperando escuchar el de Jessica. Pero nombraron a Marcos, al girare a buscarlo, se consiguio con un hombre de lentes, un tanto nerd, nervioso en sus movimientos, quien se le ilumino la cara cuando vio la mujer que le habia tocado en suerte como companera. Alondra miro a Jessica, como pidiendole auxilio, ella solo sonrio con la comisura de los labios y se quedo apertrechada, esperando a ver quien le tocaba en suerte. --Alessandro Mccoy --Dijo la maestra. Jessica, disimuladamente giro la cabeza, buscando al protagonista de ese nombre. Era el, el guapo que habia robado su aliento un rato antes. La profesora paseaba el dedo por la lista, buscando el companero para el. Dio un respingo cuando escucho --Jessica Alvarez. Miro a la maestra con una interrogacion grabada en su rostro, y ella parecio leer su duda. --?Que paso? Tu y Alessandro son companeros. Jessica solo atino a asentir con la cabeza. El hombre, con un gesto serio, casi arrogante vino y se sento a su lado. Puso su bolso encima de la mesa, la miro, saludo con la cabeza con cortesia y no la miro mas, puso su vista en la maestra. Jessica se sintio incomoda como nunca lo habia estado en su vida. Poco rato despues la maestra habia formado grupos. --Bueno, estamos listos. Aqui no hemos venido a jugar, asi que vamos a la accion. La maestra salio hizo unas senas desde la puerta y dos jovenes entraron con una silla de esas de madera que se usaban antes en los bares de mala muerte y detras venia una mujer con poco mas de 40 anos, unas de esas que a todas luces es ama de casa, que tiene un poco de sobrepeso y un par de hijos con algun nieto en camino. Una mujer madura. Se veia que no habia tenido buenos tiempos, su figura la verdad no era la mejor. Venia envuelta en una toalla. La silla de madera fue colocada en el centro, donde todos pudieran verla desde sus angulos. La mujer se quito el pano y estaba totalmente desnuda, se sento en la silla y adopto una posicion donde una pierna tocaba el suelo, la otra estaba en el peldano de la silla, un brazo reposaba en el espaldar y el otro en la pierna. En su estomago se dibujaban pliegues de sobrepeso, sus senos caidos mostraban que en algun tiempo fueron unas buenas tetas, su rostro, toda ella, aunque no entraba en los estereotipos de belleza, tenian una extrana belleza, supongo era su alma de artista, que no tenia reparo en venir y posar alli, desnuda ante esos estudiantes que al verla quedarse desnuda, chiflaron a modo de piropo. --Se podran imaginar lo que vamos a hacer. Quiero que cada pareja comience a dibujar a la modelo, ustedes veran como se organizan, la idea es que entre los dos, dejen un solo dibujo. Pueden tomarse la hora de clase en eso. ?Vale? Alessandro miro a Jessica, levanto una ceja, como esperando que ella actuara. --Aqui tengo hojas --Dijo ella-- ?como nos organizamos? --Te prestare un lapiz de unos buenos que traigo aqui. Vas a usar esos. Su voz era aterciopelada y hermosa, gruesa, varonil. Hacia que el autoritarismo con el que hablaba sonara sexy. Le dio un lapiz, normal, similar a los que ella tenia en el bolso, pero igual lo acepto y comenzaron a dibujar. --Se me dan bien los rostros, vamos a hacer el boceto y ahi vamos uniendo a medida, pero empezare con su cara ?Vale? --Si --respondio Jessica. Le molesto que en el rato que estuvieron dibujando, ni una sola vez el la mirara ni un momento, estaba solo inmerso en rayar la hoja y formar la figura de la mujer desnuda frente a ellos. <> tan sobrado, tan crecido, se cree que porque es guapo, ya las tiene todas ganadas. Idiota. No soportaba a los hombres crecidos, que se creian superiores, que pensaban que la belleza fisica era lo unico, que no tenian nada mas. Alondra sabia que su amiga era medio rebelde, por eso le habia advertido que tenia que hacer amigos en el lugar y ser callada, no salir con cosas a los demas cuando estos le hicieran algo que no le gustara, por ella, se quedaria callada. Pero sin duda no dejaba de molestarle que el no le regalara ni una mirada. Estuvo tan concentrada, quejandose en su interior por Alessandro, que apenas si presto atencion a su dibujo, los resultados eran evidentes, los trazos de ella se veian un poco descuidados, en cambios los de el, habian esculpido un rostro que parecia una fotografia en blanco y negro, que iban transformandose en una cuasi caricatura del cuerpo, el contraste entre el trabajo de Alessandro y el de Jessica. --?No sabes dibujar? --dijo-- Es elemental saber para estudiar esto. --Si se dibujar --respondio Jessica mirandolo con los ojos brillantes. El miro el dibujo, la miro a ella y dijo. --Ya. Fue el unico momento en el que le dedico una mirada, siguio mirando a la maestra y a la modelo, como un muneco obediente. Como si estuviera en la escuela. <> se dijo para sus adentros. --?Ya terminaron? --pregunto la maestra que se acerco y los vio sin hacer nada. --?Quien hizo esta parte? --senalo el rostro y el trabajo de Alessandro. Al descubrir la parte de cada uno, miro con una sonrisa fingida a Jessica. --?Desde cuando dibujas? --Desde siempre. Es mi vida. --Debes practicar mas, tus trazos son muy duros. Igual es la primera clase, pero mira como la hizo tu companero y como aqui el trazo cambia bruscamente. La maestra le dio la espalda y se dirigio a la clase. --Muchachos, la idea con esto, es que ustedes aprendan a trabajar en equipo, que puedan formar un trabajo donde no se note que hubo cuatro manos, sino solo una, que trazo y formo el arte. Por eso los uno, porque quiero que todos se formen igual. Asimismo les digo, si sienten que esta no es su carrera, que no saben dibujar, estan a tiempo de salir por esa puerta e irse a estudiar Abogacia, alla no tienen que dibujar. Luego de decir esto le dio una rapida mirada a Jessica, ella se sintio terrible. Alessandro se dio cuenta de todo, tomo el lapiz y dijo. --Mira, si pones el lapiz asi, podras hacer mejor el trazo porque... --Joder, yo se dibujar. Dame eso --le quito el lapiz, tomo el borrador, y toda la parte que ella habia hecho la elimino en unos segundos, ahora tomo el lapiz y en pocos minutos habia trazado toda la figura de la mujer, con una calidad casi identica a la de Alessandro. Este por primera vez la miro con otros ojos, cambiando el punto de vista que tenia sobre ella. Jessica lo noto y una rafaga de calor recorrio su cuerpo, sus ojos de madreselva la estudiaban. ?Seria capaz de arder en ese momento, sintiendo que era taladrada por ese hombre? Alessandro la estudio, su piel canela clara, su cabello listo, hermoso que caia en cascada por su espalda, sus labios gruesos y delineados, hechos para besar, con unos ojos grandes, expresivos, que parecian sonreir y mostrar una ternura en el tono oscuro. Sus pomulos anchos, que daban la tentacion de morderlos y mojarse en la miel de la que parecian estar hechos. Tambien vio su cuerpo, esto sin reparo, sin disimular, se quedo mirando la figura de guitarra, sus pechos redondos, su cintura mediana y las piernas gruesas y contorneadas, por su sangre corria sangre africana, eso le regalaba un tono suave pero una figura gruesa y hermosa como las mejores negras. Era muy hermosa. --Dibujas muy bien. --Dijo--Eres buena ?Por que el primer dibujo fue tan horrible? Ella tenia la respuesta, pero no la dijo, al menos no en palabras, porque la mirada que el le dio, parecio comprender lo que pasaba y por un instante se quedaron mirando fijamente y para Jessica este fue un intercambio mucho mejor que muchos encuentros sexuales que hubiera tenido. Finalmente desconectaron y cada uno parecio ir a lo suyo. La clase finalmente termino y todos fueron saliendo. --?Como te fue? --Le pregunto Jessica a Alondra. --Pues el nerd que me toco dibuja como los dioses. Asi que bastante bien. ?Y a ti? Estabas bien acompanada. Que envidia. Seguro te lo miraste de arriba abajo. !Guarra! --Terrible, el primer dibujo me quedo fachas y la maestra me vio como si fuera una retrasada. --?Fue por ti que recomendo irse a estudiar abogacia? Ella dijo que si con la cabeza. Alondra solto una gran carcajada. --Calla. Todo fue por culpa de Alessandro. --Ajaaa. --Es que me dio su lapiz y me quiso decir como hacer las cosas. --Te has quedado prendada de el, que eres guarra. Bueno, no fuiste la unica, todas te envidiamos en la clase, queriamos que nos tocara el. Cuando Jessica iba saliendo de la universidad junto con Alondra, suena su movil. --?Senorita Alvarez? --Pregunto una voz masculina al otro lado. --?Si? --Le habla el agente Tucson de la Policia Central. Su pecho dio un vuelco. La policia no llama nunca a nada bueno. --?Que paso? --Lamento informarle que su piso se incendio. --?Como? --Los bomberos ya apagaron las llamas, pero lamento informarle que el siniestro consumio todo. --?Como consiguio mi numero? --Me lo dio el conserje. ?Donde se encuentra ahora? --Saliendo de la universidad, precisamente iba para alla. --Aun nos encontramos aqui, estamos investigando el origen y nos interesaria mucho hablar con usted ?puede venir de inmediato? Por la mente de Jessica pasaron muchas teorias, ella, la verdad no tenia problemas con nadie, era alguien muy juiciosa, entregada a su estudio y no tenia ni ex toxicos ni enemigos conocidos, todo tenia que ser producto de un accidente. A su vez paso por su mente el donde dormiria hoy, que se pondria, que seria de su vida de ahora en mas y lo mas importante, si ella tendria la culpa de este incendio. Mientras iba casi corriendo a casa, la cual quedaba a unas siete cuadras, por su mente cruzaba si habia dejado la hornilla encendida, o el cargado del movil conectado, la plancha enchufada, alguna cosa encendida que provocara el incendio, no era fumadora asi que tampoco podia ser que dejo algo encendido. No conseguia explicacion. Llego. Alli un hombre regordete, con una gran calva parecio reconocerla, vestia de traje, con una camisa que ya no era tan amarilla y una corbata barata, al verla se acaricio la calva como seguramente lo hizo cuando tenia una cabellera que su consciente e inconsciente extranaban. --Senorita Alvarez, lamento lo sucedido. --?Como ocurrio? --No parece provocado por ninguna otra persona, pero los expertos buscan el origen para ello. El movil mas solido es el de un cortocircuito, una cortina o una tela que no estaba en el lugar correcto. Lo curioso es que todo inicio muy rapido, segun testigos cuando fueron a llamar a los bomberos ya el incendio estaba en su maximo cenit y para cuando llegaron solo apagaron el carbon, no queda nada. --Solo soy una mujer con mala suerte entonces. --?Tiene algun enemigo? --?Como dice? --Que si tiene enemigos que hayan podido causar este incendio. --No... no que lo sepa.

  • La reina del cementerio 1 de Vitto De Leone

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    Enamorarse de un fantasma. ?Que tan fuerte es tu amor para aguantar las pruebas extremas de un mundo oscuro? Puedes vivir despues de tu muerte…si te dejan.
    Ricchi es un adolescente que escapa de su casa y se encuentra con Ela, la chica que murio hace 2 dias. Se enamoran. ?Pero en que se convirtio ella, ya que no siente dolor, odia la comida humana y la persigue la policia de toda la ciudad? Este misterio lo tienen que descubrir para poder salvar el amor. Lo que no saben que los espera la prueba mas macabra de todas -- la Coronacion.

  • Recuerdame de Kathalee Trueba

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    ?Estas despierto? -- pregunto Jason desde el otro lado de la puerta-- Eithan... Abri los ojos. -- Pasa-- dije entre quejidos. La puerta se abrio, y el entro. -- Tu movil tiene horas sonando-- dijo al aventarlo sobre la cama. Lo tome y mire. -- Es Gretel. -- dije al cubrir mi rostro-- No pienso responder. Hizo una mueca. -- ?No vas a ir a trabajar? Me lleve las manos a la cabeza. -- ?Que hora es? -- Van a dar las ocho. -- !No me jodas, es tardisimo! -- me queje -- Ademas, me mata la cabeza. --Claro que te mata la cabeza, si te tomaste mas de media botella. Lo mire. -- Prometo reponerla esta noche. Nego. -- No lo digo por eso, pero, vamos... ?Solo? Me sente. -- Cuando me di cuenta, ya llevaba media botella y estaba cantando. Me miro. -- ?Que cantabas? -- pregunto divertido. Sonrei. -- No pienso decirlo. --No tienes que hacerlo, me lo imagino. -- Como sea, no lo volvere a hacer. Nego. -- Si, Eithan. -- En serio, no vuelvo a tomar asi y menos por... desamor. Me miro fijamente. -- ?Que sucedio con Alena? -- Tuvimos sexo-- dije al ponerme de pie. -- Eso me queda claro. Me referia a que... -- La verdad, preferiria no hablar de ello-- camine hacia el bano-- las cosas siguen igual. Hizo una mueca y me siguio. -- No ire a la boda. Lo mire y me meti el cepillo de dientes a la boca. -- ?Por que no? Se alzo en hombros. -- Creo que prefiero quedarme en casa con mi mejor amigo-- sonrei -- a cantar canciones de Luis Miguel mientras nos bebemos una botella de whisky. Rei. -- Alena es tu amiga, te invito y ... -- Tu eres mi mejor amigo. Hice una mueca y suspire. -- Debo... prepararme para el trabajo, es tarde. Lo que menos queria, era hablar sobre la boda. -- Me prepare de desayunar, ?Quieres algo? -- No, gracias. -- dije al salir del bano -- No tengo estomago para nada. -- Como sea-- dijo al caminar hacia la salida-- deberias dejar la puerta abierta, apesta a borracho aqui. Rei. Jason salio de la habitacion, y el movil comenzo a sonar de nuevo. Una vez que le active el modo silencio, me meti al bano a asearme. -- ?Como te sientes? -- pregunto al verme salir de la habitacion. El corria sobre la cinta. -- Siento que mi alma abandono mi cuerpo. Sonrio. -- Hay un gatorade* en el refrigerador. -- Eres el mejor. -- dije al abrir la puerta-- Te lo compro en la noche que vaya a hacer el super. Sonrio. -- Dejare que te emborraches mas seguido tu solo, al dia siguiente eres muy amable. Rei. Mi movil nuevamente comenzo a sonar. -- ?Sigue siendo Gretel? Asenti. --Si llega a venir, no estoy. ?De acuerdo? -- De acuerdo. Suspire. -- Nos vemos en la noche. -- No comiences a tomar sin mi. Sonrei y me marche. No solo me habia arrepentido de estar con Alena, tambien de haber bebido como si no existiera un manana. La tarde en el departamento fue bastante productiva, mi caso iba lento, pero seguro. Aunque me era complicado adaptarme a gente nueva, las cosas iban bien, el hecho de que mis companeros fueron hombres ayudaba mucho, era mas facil entenderlos a ellos, que tratar de entender a un grupo de mujeres. -- ?Como va todo? -- pregunto Daphne al entrar a la sala de descanso, ya casi cuando era hora de la salida. La mire. -- Bien-- se acerco-- ?Y tu? ?Que tal? -- ?Los ojos rojos son por llorar? Sonrei. --Ayer bebi un poco. -- Resaca -- dijo al mover la cabeza de un lado a otro. Sonrei. -- ?Que decias? -- Tengo una montana de documentos-- dijo con flojera-- me llevare el trabajo a casa. Hice una mueca. -- Un masaje te vendria bien... Sonrio. -- Tal vez manana-- dijo al darme un beso en los labios--hoy debo trabajar. -- El desprecio vale por dos salidas, eh. Sonrio. -- No es desprecio, es un rechazo obligado. -- Me da igual, vale por dos salidas. -- camino hacia la entrada-- Descansa. -- Tu igual. Suspire. La verdad era que, hubiese preferido pasar parte de la noche con ella, con la mente y el cuerpo ocupado, en lugar de pensar en la boda. Mire mi reloj, eran casi las seis, para ese momento Alena estaba a un par de horas de casarse. Aquello dolia, en verdad mataba. Despues de un rato de pensar en ella, tome el movil y comence a buscar en mi agenda, no queria pasar la noche solo, asi que, decidi llamarle a Cassie, y despues de una rapida seduccion, quede de recogerla por la noche. Cuando volvi a casa, me puse a recoger la recamara y me di un bano. Aunque en realidad deseaba con toda mi alma dormir, necesitaba salir, necesitaba pensar en otra cosa. -- Ya me voy-- le dije a Jason. Estaba trabajando sobre la mesa de centro. Me miro. -- ?Ingrid? Negue. -- Cassie. Asintio. -- Asi que me he quedado en casa para acompanar a mi amigo, y el me ha cambiado por una tipa... Sonrei. -- Te has quedado por trabajo, no me culpe. -- Claro que no, yo estaba dispuesto a ponerme ebrio contigo. Sonrei. -- No me esperes despierto, carino-- dije al caminar hacia la entrada. Lo escuche reir. Cuando abri la puerta, mi movil comenzo a sonar. No reconoci el numero y dude en atender, pero al final, tome la llamada. -- Bustamante. -- Soy yo... -- ?Alena? Jason me miro. -- No me case. 2 Mire nuevamente el documento. Solo tenia que firmar sobre aquella linea para, oficialmente, convertirme en la esposa de Christopher, para pasar el resto de mi vida a su lado. Podia sentir la mirada de todos sobre mi espalda, sobre mis manos y la manera en que no dejaba de mover el boligrafo. Estaba nerviosa. -- Es su turno-- repitio el juez al mirame. En ese momento mire a Christopher. <> -- Lo siento -- dije al dejar el boligrafo sobre la mesa-- en verdad lo siento. Christopher me miro confundido. -- ?Que haces? Negue. -- Perdoname, no puedo. Con prisa, me quite el anillo y lo deje sobre la mesa, a un costado del boligrafo. Sin poder mirarle, di la vuelta y sali de ahi ante la mirada de todos y sin importar que mi madre gritara mi nombre una y otra vez. Al salir del lugar, gire hacia la derecha y segui caminando sin direccion alguna, lo unico que queria era alejarme tanto como fuera posible. No podia creer que lo que habia hecho, yo, que habia pasado por aquella humillacion, que sabia como se sentia ser el centro de atencion, el que la gente te mire con lastima. No tenia ni idea de como era que volveria a ver a mis padres a la cara, a mi hermano, sobre todo a Christopher, lo unico que sabia era que ya no sentia que algo oprimia mi pecho. Al estar parada frente al juez, mire a Christopher y no senti mas que miedo, entonces supe que era lo que debia hacer. Cuando la lluvia comenzo a caer, me refugie en una parada de autobus, hasta entonces me di cuenta que habia caminado bastante y que no llevaba ni un peso conmigo. Mire a cada una de las personas ahi. -- Disculpe…-- le dije a una mujer que miraba su movil. Me miro. -- ?Si? Trague saliva. -- No tengo dinero, ni mi movil -- la mujer hizo una mueca--?Me dejaria hacer una llamada para que vengan a recogerme? -- la mujer me miro de pies a cabeza-- Le juro que no tardare nada. Hizo una mueca de desagrado. -- Que sea rapido. Asenti. -- Gracias. Con prisa, tome el movil y marque el numero de Eithan. -- Bustamante-- dijo del otro lado de la linea. -- Soy yo. --?Alena?-- pregunto confundido. Trague saliva. -- No me case. La mujer me miro sorprendida. -- ?Estas hablando en serio? -- ?Podrias venir a recogerme? -- ?En donde estas? Mire a mi alrededor buscando el nombre de la calle. -- La parada numero seis de la linea azul-- dijo la mujer a mi costado. -- ?Escuchaste?-- le pregunte. -- No te muevas, voy para alla. Colgo. -- Gracias-- dije al entregarle el movil a la mujer. Asintio. -- No pude evitar escuchar tu conversacion. Hice una mueca. -- ?Es usted casada? -- Desde hace cinco anos. Asenti. -- ?Cuando se caso no sintio miedo? Nego. -- Tenia nervios, pero, miedo... no. -- Yo si. Me dio panico darme cuenta que pasaria el resto de mi vida con un hombre al que no amo. Me miro. -- ?Entonces por que te comprometiste? Suspire. -- Porque... pense que era una buena idea. Movio la cabeza en forma de rechazo. En ese momento, un autobus se paro frente a nosotros. -- ?Quieres que espere contigo hasta que vengan a recogerte? -- Oh, no-- sonrei-- es muy amable, pero no. Gracias. Sonrio. -- Buena suerte-- dijo al abordar el autobus. Le sonrei como agradecimiento. El agua comenzo a caer cada vez mas fuerte y el viento comenzo a sentirse mas frio. Yo no llevaba con que cubrirme, y claramente las personas me miraban de manera extrana, supuse que era por el vestido. La gente que bajaba de los autobuses se refugiaba a mi lado, fue entonces que una pequena me hizo pensar en Milenka. ?Como le explicaria lo sucedido? ?Como le diria que Christopher no viviria con nosotros? ?Que responderia cuando me preguntara la razon por la que no quise casarme? ?Que demonios habia hecho? Cuando una camioneta negra se detuvo justo frente a nosotros de golpe, todo mundo se mostro nervioso, incluso la madre de la pequena, se paro frente a ella como protegiendola. Eithan bajo de la camioneta, rodeo la misma y se quito la chamarra. -- ?Estas bien? -- me pregunto-- Ponte esto. Asenti y me cubri. Me abrio la puerta del pasajero y me ayudo a subir. La mujer con la pequena me sonrio, y una mujer de mayor edad asintio como aprobando aquella accion. --Te amo-- le dije cuando abordo el auto. Sonrio. -- Yo a ti, pequena-- dijo al poner el auto en marcha-- ?A donde quieres ir? -- A donde sea, mientras sea contigo. Sonrio. Condujo en completo silencio, sin embargo, a pesar de la lluvia jamas solto mi mano. Yo iba observando a toda la gente, algunos corrian, otros se refugiaban en donde podian, pues se trataba de una lluvia atipica. Eithan detuvo el auto justo afuera del edificio de Jason. Bajo del auto y despues de rodearlo, me abrio la puerta. -- Cuidado-- dijo al tomar mi mano y ayudarme a bajar-- esta resbaloso. Asenti. Tomados de la mano, caminamos hasta el elevador y de ahi hasta el cuarto piso. El hecho de que no hablaramos, me ponia nerviosa. Cuando Eithan abrio la puerta, Jason me miro. -- Hola-- le dije. Sonrio. -- ?Que tal la lluvia? -- pregunto. -- Fuerte -- dije sintiendome avergonzada. --?Quieres que te prepare un te? -- me pregunto Eithan. -- No, gracias. Asintio. -- Estaremos en la habitacion -- le dijo a Jason. Este asintio. Una vez que entramos y Eithan cerro la puerta, me miro. -- Yo... -- No digas nada -- dijo al quitarme la chamarra de encima. Me tomo por la cintura y me beso. Si, era el. Solo el podia hacerme sentir tanto con tan solo tocarme, podia hacerme sentir tocar cielo con sus besos. Cuando sus manos bajaron a mi cadera, yo puse las mias en su pecho y comence a desabrochar su camisa boton por boton. Despues me ayudo quitandose la camiseta que usaba debajo. -- Date vuelta -- me dijo. Cuando lo hice, desabrocho el vestido y lo hizo caer el piso. Despues, me cargo y me llevo a la cama. -- ?Ahora si me dejaras tocarte? -- le pregunte cuando se puso sobre mi. Sonrio. -- Dejare que hagas conmigo lo que quieras. La intimidad con Eithan era armoniosa, era increible que aun sin decirle nada, el sabia exactamente que hacer, en donde tocar o besarme para hacerme vibrar. Mi cuerpo se amoldaba perfectamente al suyo. Me encantaba escucharlo gemir cerca de mi oido mientras se hundia en mi. Me gustaba la sensacion de su piel desnuda sobre la mia, ese calor que emanaba de su cuerpo. No habia ninguna duda; el era el hombre a quien amaba, y yo era suya.

  • El lamentable descenso de Henry Norton de Angel Delgado Rodriguez

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    Marzo de 1981. Henry Norton se ha recluido en su apartamento de Manhattan y escribe el final de su tercera novela cuando recibe una llamada telefonica de un desconocido que le da una direccion y le informa de que su mujer, desaparecida hace unos anos, esta viva.

  • Cuatro meses de

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    Sinopsis de “Cuatro Meses” Cuando Kevin Conor llega a Barcelona en Octubre de 2.015 como joven periodista enviado por la editorial Dreams de los Estados Unidos para trabajar en la biografia del centenario Thomas Levi, ni siquiera intuye lo importante que va a ser esta experiencia en su carrera profesional. De la mano de Levi, un escritor hispano-estadounidense de prestigio mundial, y durante cuatro meses, va a emprender un viaje por algunos hechos transcendentes en la historia del mundo durante el siglo XX, en los que se vio implicado el escritor, sus familiares y sus amigos. A Conor se le ofrece la oportunidad de conocer directamente de un superviviente muchos de los hechos historicos recientes que para las generaciones mas jovenes se va disolviendo en ese pasado abstracto con el que no se siente una vinculacion especial. Thomas Levi es uno de los ultimos de esa generacion que como si fuese agua se nos va escapando entre los dedos poco a poco, desapareciendo de nuestro mundo. Pero esta novela no es tan solo un relato de hechos historicos ya que estos son el paisaje en los que se desarrolla una historia de amor y amistad que marcara para siempre la vida de todos ellos. Thomas Levi, al compartir su vida con el joven escritor le introduce en la riqueza de las relaciones personales de todo tipo: romanticas, familiares y de amistad mostrandole el gran valor que en su caso particular, ha tenido para poder vivir una vida tan plena como la suya a pesar de guerras y exilios. Alex, Agnes o Ada le acompanan durante practicamente toda la vida. Ademas de la mano de Thomas, viajan desde el Cardedeu (pueblo de la provincia de Barcelona) del primer tercio del siglo XX al Paris de los anos 30 anterior a la invasion nazi, la Espana de postguerra, la Europa que ha sufrido el nazismo y la vida moderna en Boston y Los Angeles. Todo esto es contemporaneo con el enamoramiento entre el periodista americano y la doctora que rige el centro en el que se encuentra Thomas en sus ultimos dias y con las presiones que recibe desde la editorial para que no se salga de las lineas marcadas en la elaboracion de la biografia. Un final sorprendente e inesperado cierra la obra.

  • Amor entre las sombras (Club del Crimen 3) de B. Amann

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    Dos hombres que lucharan por amarse en un mundo que no lo permite. Peter Brandon y Robert Norris estaban destinados a estar juntos desde crios pese a la epoca en que nacieron, la sociedad que les rodeaba y la resistencia a admitir un amor mas alla de los convencionalismos. Una profunda amistad que se convirtio en amor con el paso de los anos, con el roce constante, con las risas compartidas y las frecuentes discusiones. Creyeron poder crear un futuro, juntos, pero el destino se volvio contra ellos. Martin Saxton seguia libre y esperaba el momento oportuno. Entre las sombras, hilando una telarana de secuestros, muertes y amenazas que les cercaba lentamente. A ellos y a cuantos les amaban, poniendoles en peligro. En una epoca en la que unicamente importaban las apariencias lucharon por cambiar las cosas. Por defender a quienes no podian hacerlo por si mismos. A quienes a nadie importaban. Lucharon por un amor mas fuerte y profundo que la obsesion de un hombre por destruirlo.

  • El septimo puente de Becka Black

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    Tras la terrible noche en La Cripta, Martin, Nina y sobre todo Will, deben asumir las consecuencias. De la morgue de Manhattan desaparece un cuerpo con destino desconocido. El mal acecha tras cada esquina y Nina se convence de que la regla se reduce a matar o que te maten. Mientras, Will se desplaza hasta Londres atraido por el caso del destripador. Su relacion con el agente encargado del caso lo sacara de quicio pero… traera de vuelta el amor. Sin embargo, giros totalmente inesperados convertiran su vida en una montana rusa donde el dia final que marcara la guerra entre angeles y demonios, es decisiva.
    ?Que ocurrira el 15 de febrero en el Septimo puente?

  • Tu mirada en mi piel de Elena Montagud

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  • Un habito sangriento de Eleanor Bourg Nicholson

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    Londres, primeros meses del siglo XX. Cuando John Kemp, un joven y esceptico abogado, conoce en un tren a un fraile dominico de aspecto apacible, no puede imaginar que bajo el habito blanco y negro se esconde un implacable cazador de vampiros. Pronto necesitara de su ayuda: una serie de sanguinarios asesinatos sacude el Londres victoriano y obliga a la improbable pareja a combatir juntos la amenaza de los no muertos.
    Aderezada con una dosis generosa de reflexion teologica y de humor, esta novela de terror se aproxima al abismo del mal sin mojigaterias y con una vision netamente catolica. La trama, en un curioso juego literario, dialoga con el Dracula de Bram Stoker y, siempre desde la admiracion, se atreve a corregir algunos de sus planteamientos..

  • Desatame 3 de Christina Ross

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    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • Trenes nocturnos, Barbara Wood de Barbara Wood

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  • Lady Smartphone (Tecleame te quiero 3) de Isabel Jenner

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    Llega la tercera entrega de la serie <>.

  • Renacer de las cenizas de Azahara Vega

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    Kelder O'Brien, es el alpha de los DarkForest, un guerrero con un pasado que le marco en lo profundo de su alma, destrozandole el corazon. Por este motivo, vive por y para la manada, rechazando la sola idea de volver a encontrar el amor.

  • Estamos hechos de gotas de lluvia de Saray Garcia

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    Para algunos, las heridas que sangran no son mas que un balsamo para sobrellevar las que estan bajo la piel y nunca cicatrizan.

  • Propiedad Comprada de Rosalia Reyes

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    Marco era el Rey del mundo.
    Pero un Rey sin Reina.
    Multimillonario, atractivo, playboy.
    Y una cama vacia en los dias duros.

  • El elefante que sonreia de Gustavo Vazquez Lozano

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    En medio de la Gran Depresion un circo estadounidense se traslada a Mexico con sus personajes deformes, fantasticos, caracteristicos del circo norteamericano. Huyendo de la miseria y de historias personales insoportables, el senor Carothers y sus artistas comienzan de nuevo, acompanados de sus contrapartes mexicanos. Durante anos recorren el pais, envejecen y ven como su espectaculo pasa de moda. Con la intencion de atraer mas gente y salvar el circo, el mago recurre a la hipnosis colectiva y al espectaculo-horror. Para ello acude a Cecilia, una acrobata cuya cara le fascina y repele al mismo tiempo. Como una sombra pesa sobre todos la virgen de Jalapilla, una nina asesinada que tiene fama de hacer milagros y esta enterrada en una tumba clandestina.

  • Cuidado con las curvas (Escenas extras) de Maleja Arenas

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    --Manuela, mira este desastre --gruno. Boris a ha dormido sobre mi traje para la reunion que tengo dentro de una hora. Esta cubierto de pelos y no alcanzare a quitarlos todos y llegar a tiempo. --!Boris! Tu, pequeno bribon. !Ven aqui! --grita Manuela. La veo perseguir al gato por todo el apartamento. Lo alcanza por fin, cuando intenta escabullirse por la ventana--. Te he dicho mil veces que la ropa de papa se respeta. Voy a quitarte los bocadillos por dos semanas, ?me entiendes? Miau dice Boris, me mira y juro que cuando lo hace me da esas miradas de "eres un bocon". Es espeluznante. --Lo siento chico, mama exagero. Te dare los bocadillos si no vuelves a meterte entre mi ropa. Miau. --No me desautorices frente al nino --grune Manu. Se para frente a mi y tapa los odios de Boris--. Se supone que si yo doy un castigo, tu me apoyas. Hay que ponernos de acuerdo en su educacion. --?Eres consciente de que es un gato del que hablamos? --Es Boris. --Se encoje de hombros. La observo en blanco--. Este chico es mas inteligente que cualquier otro animal en el mundo. El cree que es un nino. --Porque tu le has hecho creer eso. --Camino hasta la cocina y tomo uno de los bocadillos que Manuela guarda para el. Boris los ve y empieza a retorcerse en los brazos de Manu. --?Que estas haciendo? Te dije que no me desobedecieras. --Voy a entrenarlo --digo con confianza. Manuela resopla y me fulmina con la mirada. --Buena suerte con eso. --Deja a Boris en el suelo y camina hacia la habitacion. --A ver amigo. ?Ves esto? --Senalo el bocadillo--. Si no vuelves a dormir encima de esto --Senalo mi traje--, te seguire dando de comer. Miau. --Eres un chico listo --apremio. Le doy la comida y voy hacia el bano para limpiarme y terminar de organizarme. Dejo el traje lleno de pelos encima de la cama y saco otro. Me ducho rapidamente y me aplico desodorante. Cepillos mis dientes y uso mis boxer. Salgo de la habitacion y me detengo a medio camino. --!Boris! --bramo. El peludo solo levanta la cabeza, su mirada perezosa en mi--. Te dije que no te acostaras encima de mi ropa. Miau. --Mierda, ahora este traje esta lleno de pelos tambien. --Eso te pasa por calabaza. Te lo dije. --Se burla Manuela. Entra en la habitacion con una taza de cafe. --Le dije que no se acostara en mis trajes y le di el bocadillo cuando contesto. --Tu le dijiste que no se acostara en ese traje --Senala el primero. Miau, el traidor la apoya--, pero nunca le dijiste que en ese tampoco. --Senala el nuevo traje. --Le senale ese porque era el que estaba a mano --farfullo. --Bueno, la proxima vez se mas especifico. ?Verdad bebe? Ese papa no sabe nada sobre educar hijos. --Sonrie y niega con la cabeza. Miau. --!Traidor! --Ahora debo alistar otro traje y lo mas probable es que llegue tarde a mi reunion. La ninera esta loca Manuela --Te digo que va a estar bien. --Es la tercera vez que David me dice lo mismo. Pero simplemente no puedo quedarme tranquila. --Es todo el fin de semana. Nunca me he alejado de el tanto tiempo. ?Y si se enferma de depresion? --Manuela, es un gato. --!Es mi nino! --refunfuno. --Nena, no te preocupes. Daniela es la mejor ninera gatuna de la ciudad. Ella va a cuidarlo bien, se divertiran y veras que cuando regresemos, todo sera igual que siempre. --Voy a extranarlo. --Yo tambien. Ahora vamos, que mis padres nos estan esperando en el aeropuerto. Suspiro y me dejo arrastrar por David. Este fin de semana iremos a Cartagena para descansar un rato. David tiene unos dias de vacaciones, asi que los aprovecharemos en la playa, sol y arena. --Dios, estoy tan cansada. Quiero ir a dormir ya. --A pesar del vuelo, vengo hecha nada. Quiero llegar a mi cama y dormir por horas. Me diverti demasiado en Cartagena, hicimos de todo y si, hubo sexo en la playa !Yeah! --?Estoy invitado a tu siesta? --pregunta. Sus brazos me atrapan desde atras y me lleva hacia su pecho. Puedo sentir su excitacion en mi trasero. --Tu no necesitas invitacion --susurro seductoramente. Pasa su nariz por mi cuello e inhala. Grune cuando presiono con fuerza mis caderas hacia atras. --Sera mejor que te detengas o te tomare en el pasillo de tu edificio, y la verdad no quiero que nadie escuche cuan bien se siente estar juntos. --Que bueno que ya estamos en casa --acoto. Abro la puerta de mi casa y un horrible olor a humo nos recibe. --?Que paso aqui? --exclama David preocupado. Entramos agitados al lugar. Lo primero que veo es muchas velas de incienso y esas mierdas, la silueta de una mujer arrodillada en el piso reverenciando algo que se encuentra en un pequeno e improvisado altar con cojines. --?Boris? --pregunto. Mi pequeno contesta con la voz ahogada. Miau. --?Que demonios te pasa loca? --Me abalanzo hacia mi gato y lo saco de su prision. --!No! --grita Daniela. La golpeo cuando intenta arrebatarme a Boris--. Ese gato esta poseido. Debemos ayudarlo a expulsar los demonios que consumen su alma gatuna. --!Estas loca tipa! --gruno. David viene y me ayuda a controlar a la lucifer del piso. --Ese gato esta poseido. Hay que sacrificarlo --grita. --Alejate de mi bebe, tu loca y estupida demente. --Senorita controlese o llamare a la policia --amenaza David. --Solo quiero ayudarles --musita. Fulmino con la mirada a la loca. El corazoncito de Boris se encuentra realmente acelerado, lo abrazo a mi pecho y le pido perdon por dejarlo con esta loca tanto tiempo. Pobre de mi bebe. La tipeja sigue gritando en la sala, yo me voy hasta el cuarto de mi bebe y lo encuentro vuelto nada. Jadeo. La estupida ha danado sus juguetes. --Es un gato endemoniado, el me habla. !Me habla! --grita la loca. --Llama a la jodida policia, David. O sere yo quien sacrifique a esa perra del infierno. Quince minutos despues, dos oficiales de policia se llevan a una desquiciada Daniela Rengifo. Cuando llamamos a sus padres informaron que con ella todo estaba bien, no entendian que habia sucedido con ella para actuar de esa manera. Una hora mas tarde, nos enteramos que ella presentaba trastorno de psicotico transitorio. La mujer de verdad estaba loca y creia que mi gato le hablaba. --Tenemos que llevarlo al psicologo, David. Mi bebe esta trastornado. --?Te das cuenta que ahora la que suena loca eres tu? Gruno y lo fulmino con la mirada. --Yo no estoy loca. La ninera esta tostada. Jamas contradigas a una mujer ebria. David --No puedo creer esto --susurro. Gonzalo y Samuel rien a mi lado. --Jesucristo, ?se bebieron todo el licor del planeta o que? --pregunta Samuel. --?Que pasa con esas pelucas? --inquiere Gonzalo. --No tengo idea --responde Fernando. Se supone que hoy es la noche de chicas y Manuela con su combo, decidieron venir nuevamente al karaoke, solo que al parecer bebieron mas de lo que cantaron. El propietario nos llamo para informarnos que aunque las chicas estaban divirtiendose, probablemente caerian dormidas en cualquier momento. Y no estaba exagerando. En realidad nos oculto informacion. Divirtiendose no es la palabra, las chicas estan haciendo todo un acto de si mismas. --Quien es ese hombreeeee... que me mira y me desnuda, una fiera inquieta que me da mil vueltas y me hace temblar, pero me hace sentir mujeeeeeerrrrr... --Me encojo ante el chirrido de Manuela en el microfono. --Nadie me lo quitaaaaaa, siempre sere yo su duena, por la que no duermee, por la que se mueeereee, por la que respiraaaaa, aaaa, aaaa, yo soy su mujerrrrrrr. --Y ni que decir de Amelia. Dios, son terribles. ?Como las soportan aqui? --Creo que me sangran los timpanos --susurra Samuel. --Ni me digas, creo que tengo desgarro interno --bromeo. Nos acercamos a las chicas, Teresa, quien ve primero a Gonzalo, se lanza directamente a sus brazos. Fabiola nos sonrie, Fernando toma inmediatamente su lugar al lado de ella y empieza a hablarle al oido. La pelirroja frunce el ceno, niega con la cabeza y se levanta hacia el escenario. Le dice algo al oido a Manuela, sus ojos se vuelven hacia nosotros. Cuando me ve, la mas hermosa sonrisa se dibuja en sus labios. La amo. Me hace un saludo ebrio con la mano, se tambalea y rie en el microfono, incluso su risa de ebria es adorable. --!Amorrrr! Te ves sexy esta noche --grita a todo el mundo--. Senoras, les presento a mi hombreeee... el sexy de camisa azul. ?A que esta bueno, no? --Cada mujer en el lugar se vuelve hacia nosotros y silban--. No se hagan las faciles, perras, es mio. --Palmea su trasero y ahora son los hombres quienes silban--. El es mio y yo soy suya, asi que manitos fuera. !He dicho! !Casi cerrado! --Esta realmente ebria --murmura Gonzalo--. Pero joder si no es divertido. Niego con la cabeza y sonrio. Manuela es otra cosa. --Bien, aqui mi mejor amiga quiere cantar algo. Esto esta dedicado para todos los idiotas, tu no David, tu tampoco Sami, Gonzalo yo creo que tu aplicas y definitivamente tu hermanito... eres un idiota. !Pinchalo DJ! Inmediatamente la melodia suena, todas las mujeres en el club aplauden y vitorean. Manuela es la primera en no caer en la nota. Senala a Fernando y comienza. Ese hombre que tu ves ahi, Que parece tan amable, tan atento y agradable Lo conozco como a mi --Pues es tu hermano tonta --grita Amelia --Callate tonta, estoy inspirandome aqui --grune, perdiendo totalmente la melodia. El publico se parte de risa--. ?Donde quede? --El publico responde cantando tambien--- Oh si. !Pinchalo otra vez DJ! Es un gran necio, un estupido, engreido, Egoista y caprichoso, Un payaso vanidoso, inconsciente y presumido, Falso, malo, rencoroso, Que no tiene corazon. Lleno de celos sin razones ni motivos, Como el viento impetuoso, Pocas veces carinoso, Inseguro de si mismo, Insoportable como amigo, Insufrible como amor. --!Eso! --exclama Fabiola. Procede ella entonces cantar el resto y Manuela solo la acompana en el coro. A pesar de que suenan como dos gallinas viejas cacareando, todos cantan con ellas y se divierten. Bueno, todos excepto Fernando, que fulmina con la mirada a Fabiola. --Creo que ya es suficiente --dice mi cunado con algo mas que irritacion. Se dirige al escenario y trata de alcanzar a Fabiola. Manuela esta tan concentrada en una nota alta, que nos esta desgarrando los oidos, que no se percata de la lucha de su amiga. Manuela Estoy concentrada poniendo todo mi esfuerzo en esta ultima nota de la cancion --Yo entrego todo en mis shows de karaoke--, y de pronto siento que el escenario se tambalea. Abro mis ojos y veo a Fer tratando de agarrar a Fabi. --Oye tu, hermano tarupido, dejala. --Tomo el microfono y le doy en la cabeza a mi hermano--. Acabas de hacerme perder el feeling, !era mi mejor interpretacion de la noche! --Si esa era la mejor, no quiero ni imaginar cual fue la peor --grune David. Todos en el lugar se rien. --Oh, pero mira quien habla, Alejandro Sanz --espeto. David sonrie y viene hacia mi. --Vamos, ya fue suficiente por esta noche. --Pero apenas y hemos bebido --digo. Sin embargo mis traidores zapatos se ponen en mi contra y me hacen tambalearme--. Esa no fui yo, fue la rotacion de la tierra. --!Rata de dos patasssss! Te estoy hablando a tiiii. !Joder acompanenme! --grita en el microfono Fabi. Fer la sostiene pero ella sigue removiendose de su agarre. Mi boca cae abierta, al escucharla maldecir. --?Acaba de maldecir o estoy realmente ebria? --pregunto confundida. --Las dos --dice David--. Vamos, carino. --Pero esa es la cancion de Paquita. Por ley las mujeres no podemos negarnos a ella. --argumento--. Es un himno femenino. Es nuestra obligacion apoyar a una hermana jodida, bueno a Fabi no se la ha jodido mi hermano, pero igual. --!Manuela! --exclama avergonzada Fabi. --?Que? --pregunto. --El microfon, idiota. --Senala mi mano y veo que tengo el microfono cerca de mi boca y todos nos han escuchado. Hay varios partiendose de la risa en sus mesas. --Ups. !Lo siento, babys! Solo por esa metida de patas voy a cantar con todo mi odio la cancion de paquita. --!NOOO! --gritan David, Fer y Gonzalo a la vez. --?Por que? Ya les he dicho, no le lleven la contraria a una ebria. Eso solo hace que hagamos mas rapido las cosas. !Pinchalo DJ! !Tomen esto, putos! --Senalo a la multitud y hago una senal de rock and roll. Rata inmunda Animal rastrero Escoria de la vida Adefesio mal hechoooo...

  • El silencio de raquel de Alberto Martin Garcia

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    El silencio de Raquel es una novela de misterio en la que pasado y actualidad se funden, obligando al lector a posicionarse ante una realidad incomoda de la que cualquier persona puede volverse involuntario protagonista.

  • La mecedora. Lo que no sabes te salvara de Anna Hernandez

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    Un asesino invisible. Dos policias. Un angustioso triangulo del que no pueden escapar. La cuenta atras empieza con un secuestro. La tragedia se esconde en una casa perdida en los bosques suecos de Kalvtrask.
    La vida de Nils Akerman, inspector de policia en Ostersund, Suecia, queda en suspenso el dia que desaparece su hijo Axel, de tres anos. El pequeno estaba a cargo de Elena Rius, una inspectora de policia espanola, amiga de la familia, que pasaba sus vacaciones con ellos. Mykola Solonenko no sabe quien es, pero debe raptarla para llevarse al nino.

  • El Fin de la Noche de Javier Pina Cruz

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    Rowan, es una criatura sobrenatural de ochocientos anos cansada de la guerra que esta librando solo anhela volver a sentirse como lo que un dia fue.
    Para ello, necesitara a su peor enemigo, para lograr su proposito.
    Para lograr su proposito necesitara la ayuda de su peor enemigo
    Matt es un lider entre los suyos, orgulloso, recto, que, tras la perdida de su familia y de su prometida, decide poner fin a su estilo de vida, el desea ser como todos los demas.
    Ambos,por distintos caminos, llegan a un monasterio donde una vieja leyenda cuenta que podrian tener todo cuanto desean.
    Pero cual sera su sorpresa, cuando descubran los requisitos para convertir en realidad sus aspiraciones seran sorprendentes.
    Seran enviados a distintas epocas donde deberan probar su valia y quiza su amor.

  • La Sonda Titan (Luna Helada 2) de Brandon Q. Morris

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    En 2005, la sonda robotica "Huygens" aterriza en la luna de Saturno Titan. Cuarenta anos mas tarde, un radiotelescopio recibe senales de la lejana luna que solo pueden proceder de una sonda olvidada mucho tiempo atras.

  • Mia por esta noche de J. S. Scott

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    Simon Hudson permanecia de pie en silencio en la penumbra del opulento vestibulo, las manos en los bolsillos de sus pantalones y un hombro apoyado contra el marco de una gran ventana que miraba a la calle. Todo su cuerpo estaba en tension; sus oscuros ojos castano examinaban la acera con la intensidad y atencion absolutas de un loco. <>. Sabia que Kara trabajaba aquella noche. Las dos noches anteriores habia llamado para decir que estaba enferma, pero habia vuelto a trabajar en Helen's Place, sirviendo mesas en el turno de tarde. Lo habia comprobado. Su madre era la duena del pequeno restaurante donde trabajaba Kara y por lo general era bastante comunicativa cuando Simon queria informacion, pero el era cuidadoso. De lo contrario, su unica progenitora lo acosaria para averiguar por que queria informacion sobre Kara. Su madre, maravillosa pero curiosa, seria como un sabueso tras un rastro si pensara que el interes de Simon era cualquier cosa menos informal. Su madre lo incordiaria hasta el aburrimiento porque querria saber exactamente que intenciones tenia con Kara. Simon fruncio el ceno. Como si tuviera intenciones de ninguna clase. Tenia fantasias y todas ellas incluian a Kara abierta de piernas en su cama, gritando su nombre mientras el hacia que se corriera una y otra vez. Inspiro profundamente y espiro despacio, intentando hacer que su cuerpo se relajara y diciendose que tenia que estar loco para situarse en el mismo lugar, noche tras noche, por una mujer que no le habian presentado oficialmente. Pero ahi estaba... otra vez, dandole la espalda al portero curioso, mirando por la ventana como un acosador desequilibrado, esperando para ver un momento a Kara Foster. Algo en aquella mujer sacaba a relucir unos instintos extranos, territoriales y protectores que hacian que permaneciera ahi, vigilando, esperando a que pasara por su bloque de apartamentos de camino a su casa despues del trabajo. Y entonces, cuando la vio, hizo lo mismo de siempre: la siguio a cierta distancia, intentando no alarmarla, y espero a que entrara en su apartamento a salvo antes de dar media vuelta y volver a casa andando. No hablaba con ella ni se acercaba a ella siquiera. Nunca lo hacia. No es que no quisiera hacerlo, pero Kara iba a la Escuela de Enfermeria y trabajaba a jornada completa en el restaurante de su madre. Segun ella, Kara se negaba vehementemente a tener citas porque no tenia ni tiempo ni energia para invertir en una relacion. Probablemente tenia razon con respecto a eso. Estaba loca; no dormia bastante ni comia lo suficiente. No tenia a nadie que se preocupara por ella excepto a la madre de Simon... y a el mismo. <>. El problema es que el no era un familiar y sus sentimientos distaban mucho de ser fraternales. <>. Simon tuvo que contener un grunido de frustracion al pensar en la primera vez que vio a Kara, los ojos azules chispeantes de humor, rizos negros de pelo sedoso saliendo de su perenne cola de caballo y su cuerpo ligero moviendose con gracia de una mesa a otra en el restaurante de su madre. A la edad de veintiocho anos, aun conservaba ese aspecto de inocencia y vulnerabilidad que tenia a Simon atrapado en su red inintencionada. Estaba prisionero en ella desde entonces. Su madre hablaba de Kara como si fuera su hija, y Simon sabia que a Kara y su madre las unia un vinculo especial: uno que no se debia a la sangre, sino a una amistad especial. <>. Torciendo los labios ligeramente, Simon esperaba que su madre nunca pretendiese que fuera como un hermano para ella. Eso no iba a ocurrir. Se le ponia dura como una piedra cada vez que la veia. ?Que demonios tenia esa mujer en particular que lo ponia tan tenso y nervioso? Simon se habia follado a mujeres que eran mas atractivas y sofisticadas; ni una sola le habia causado la mas minima emocion. Era un solitario; preferia pasar su tiempo con el ordenador en lugar de asistir a eventos sociales, pero a veces necesitaba la compania de una mujer para aliviar sus necesidades fisicas. De cuando en cuando, tomarselo por su propia mano no era suficiente. Simon tenia ciertas conocidas para esas ocasiones, mujeres que le daban el control que necesitaba y que tenia que tener en la habitacion, sin demasiadas exigencias ni preguntas. <>. Hizo una mueca sin dejar de mirar a la calle, se metio las manos hasta el fondo de los bolsillos y ajusto su postura para dar descanso a sus hombros apoyando la cadera contra la pared. <>. Casi gruno ante la idea de otro hombre le pusiera las manos encima al delicioso cuerpo de Kara. Simon lucho contra un instinto meramente salvaje que desperto en el ante la idea de otro hombre tocando a su mujer. <>. Por una vez en su vida, Simon deseo parecerse mas a su hermano mayor, Sam, la otra mitad de Hudson Corporation. Sam no tendria problema en pedirle algo a Kara. Encantar, conquistar y abandonar siempre habia sido el estilo de su hermano y Sam ni siquiera se habria planteado la posibilidad de que lo rechazaran. Probablemente porque nunca fallaba. Su unico hermano cambiaba de mujer como alguien con catarro cambia de panuelo. Sam habria derribado las defensas de Kara, la habria encantado para que se bajase las bragas y despues la habria dejado tirada para pasar a su siguiente conquista. <>. Simon sacudio la cabeza, sorprendido ante su comportamiento. Si, le gustaba el control; de hecho, lo necesitaba, pero nunca habia deseado a ninguna mujer en particular. Ahora, apenas podia pensar en otra cosa que la bonita camarera que habia captado su atencion hacia un ano. <>. Simon fruncio el ceno ante aquel pensamiento. <>. Su hermano Sam era el rostro de la compania, el comercial. Simon era un genio de los ordenadores, y estaba encantado de permanecer de fondo. ?Que sabia el sobre seducir a una mujer? Nunca habia necesitado persuadir a ninguna mujer para llevarla a la cama. Las mujeres que se follaba solo estaban con el por interes. Se le conocia por ser un amante generoso. No era tan estupido como para creer que sentian algo por el. Eso lo entendia y podia aceptarlo. <>. ?Bastaria con eso? ?Podria librarse realmente de su fijacion por aquella mujer si encontrara la manera de acostarse con ella? <>. Su preocupacion irracional por Kara habia empeorado cada vez mas a lo largo del ultimo ano, haciendo que no desease a ninguna mujer excepto a ella. No habia tocado a nadie excepto a si mismo en mas de un ano, y la verdad es que necesitaba quitarse esa comezon. Y sin embargo... no podia. Si intentaba entrar en accion, hacer algo para llamar a otra mujer, veia la cara bonita de Kara y colgaba el telefono. <>. Simon observo una figura que se acercaba, a punto de descartar mentalmente a la mujer de cabello oscuro vestida con una minifalda negra de cuero y un sueter rojo vivo. Nunca habia visto a Kara vestida con nada excepto pantalones y una camiseta con el logotipo del restaurante, el uniforme casual estandar del restaurante de su madre. Volvio a mirarla sorprendido mientras se aproximaba y se quedo boquiabierto cuando le vio el rostro.

  • Secretos del corazon de Alison Roberts

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    !Amy Brooks no necesitaba a ningun hombre! Preferia centrar su vida en su trabajo como enfermera de urgencias en el hospital Queen Mary… Hasta que se dio cuenta de que le faltaba algo importante: una familia.

  • ?Como supe que era EL? de Laia Andia Adroher

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    ?Quien dijo que la familia no se escoge? Yo no puedo haber elegido una mejor en Barcelona. Contando con mi mejor amiga, la formamos poco a poco y estoy orgullosa de lo que hemos conseguido. Asi que si, la familia que elegimos es la mejor que podamos tener.
    Tengo unos amigos un poco locos, pero lo necesario para poder ser feliz. La gran mayoria emparejados, asi que las dos solteras del grupo contamos con unos grandes conocedores del amor para ayudarnos. O eso creen ellos. Todo empieza con una punetera lista, porque claro, todos ellos creen que tienen las claves para saber quien es el hombre de tu vida. Una lista que me va a llevar al camino de la amargura.
    Evidentemente, el destino nunca esta de nuestra parte y ha decidido traerme a un madrileno para removerme las entranas. Ahora, ?quien me iba a decir que vendria con un secreto envenenado? Si es que al final, no podemos alejarnos de lo que la vida nos ha dado, al final todo vuelve a aparecer.
    Ojala el amor lo pueda todo, ojala me de las fuerzas necesarias para enfrentarme a todo ello. Antes pero, hay que estar seguras de que es la persona adecuada. ?Podra la lista convencerme de que realmente he escogido bien? Descubrelo tu mismo.

  • La joven durmiente y el huso de Neil Gaiman

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    <> Stephen King

  • Vestida de blanco de Mary Higgins Clark

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    Vestida de blanco es la segunda novela sobre el programa de television de Laurie Moran. El reality que trata de desvelar los misterios sobre casos sin resolver se centrara esta vez en la desaparicion de una novia el dia de su boda.

  • Se ofrece musa a tiempo parcial de Lorraine Coco

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    Hola, soy Didie, musa de profesion y con grandes exitos en mi carrera. Me encanta poner patas arriba la vida de los acogidos que cuidadosamente selecciono. Pero tienen que cumplir mis tres normas inquebrantables. Estas son; primero, tienen que hacer todo lo que yo les pida. En segundo lugar, deben estar siempre disponibles para mi, porque las musas somos caprichosas y centelleamos en el momento mas inoportuno. Y la ultima, y mas importante, es que esta totalmente prohibido enamorarse de mi.
    A veces mis acogidos se confunden de sentimiento por culpa del enorme influjo que causo sobre ellos, aunque hasta ahora no he tenido ningun problema en controlar la situacion.
    Pero no se si eso esta a punto de cambiar. Mi siguiente acogido es escritor, y esta muy perdido. Todo un reto teniendo en cuenta que es terco, desconfiado, imponente, arrogante, y pretende desafiar todas mis normas.
    ?Me acompanas y averiguamos si consigo que escriba su proximo bestseller?

  • Flores fuera de estacion de Margarita Leoz

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    Un inesperado viaje en pareja, un joven poco decidido a convertirse en adulto, una visita a la infancia olvidada; historias con un aire familiar, conocido, que contienen un elemento imprevisto, sorpresivo, que las transforma y las universaliza. Los personajes que pueblan estos relatos son antiheroes, seres perdidos, empujados por la corriente. Todos viven en un no-lugar, en un entorno que les resulta extrano, ajeno, transitorio. Se enamoran de forma platonica, tienen suenos que no se atreven a cumplir, desean ser otra persona. Son personajes que viven a contrapie, fuera de lugar.

  • Anos de sequia de Jane Harper

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    Volver a Kiewarra, pequena comunidad al sureste de Australia, es lo ultimo que el investigador de delitos financieros Aaron Falk desea. Y no solo por el sol abrasador y la sequia pertinaz que han dejado al ganado famelico, a los granjeros desesperados y a la poblacion desquiciada, sino tambien por el temor a que su presencia reavive las heridas que su precipitada partida dejo abiertas veinte anos atras. Sin embargo, cuando le comunican que Luke Hadler, su amigo de la infancia, y su familia han muerto de forma violenta, presuntamente en un acto de parricidio y posterior suicidio, se siente obligado a regresar.
    Recibido con manifiesta hostilidad, Falk se propone no quedarse mas de un par de dias, pero las suplicas de los padres de Luke para que intente aclarar las circunstancias de la muerte de su hijo haran que reconsidere su decision. Asi, mientras colabora de forma extraoficial con el sargento Greg Raco, el jefe de policia local, Falk se vera obligado a encarar los fantasmas de su oscuro pasado y a enfrentarse al odio visceral que todavia le tienen algunos vecinos del pueblo.

  • Odiame de Olivia Saint

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    No estamos listos, hasta que sucede

  • Guia para padres de

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    “Guia para padres” es una coleccion de cuentos que narran -empleando muchas veces un tono humoristico- las diferentes experiencias de la paternidad. Aunque este libro no le dara instrucciones sobre como criar a un hijo, se sentira identificado con algunas situaciones que le arrancaran mas de una sonrisa.

  • En el azul de tu mirada de Jasmine Rogers

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    La noche pasaba y no lograba conciliar el sueno asi que sali del dormitorio, para dirigirme a la biblioteca y leer un poco. Quizas de esta manera conseguiria no pensar y caer rendida, pero tuve la sorpresa de encontrarme alli con Aidan. --?Tampoco puedes dormir? --me pregunto. --La verdad es que no. Se levanto y se dirigio al mueble bar para servirme una copa. No pude dejar de observarle. Solo vestia unos finos pantalones de pijama, resaltando la tenue luz de la estancia, la desnudez de su espalda y de su torso fibroso en cada uno de sus movimientos. Pense que seria mejor volver a la cama. La tentacion era demasiado fuerte. Fui hacia la puerta y me disculpe: --Siento causarte molestias, pero creo que me marcho a dormir. Se acerco rapidamente hacia mi para cerrar la puerta, quedando atrapada entre esta y el, creyendo morir de deseo cuando senti el calor de su cuerpo contra mi espalda, y escucharlo susurrar con su aliento ardiente sobre mi cuello. --Di que no me amas y dejare que te vayas. Di que todo lo que paso en Espana ya lo has olvidado. --No me hagas esto, Aidan. --Responde, por favor. Gire para enfrentar mi rostro al suyo, y fijando mi mirada en sus azules ojos confese: --Te amo, y si en algo han cambiado mis sentimientos, ha sido para amarte aun mas que antes. Para mi sorpresa, me alzo en sus brazos y salio de la biblioteca. --Aidan... --susurre. --Sssshhh. Mi corazon comenzo a latir fuertemente, porque en sus ojos, y en cada reaccion de su cuerpo a nuestro contacto... sabia hacia donde me conducia. Cruzamos el umbral de su dormitorio, y mientras me posaba lentamente sobre la cama, me inundaba de besos colocandose a la vez sobre mi. Todo el me aturdia, su aliento, su forma de besarme... temiendo volver a sufrir de nuevo cuando nos marchasemos. Pero el deseo que seguia sintiendo por el, era innegable e inevitable, y no seria yo quien le apartase de mi lado. --Dejame amarte, pero para siempre. No quiero mas ratos, te quiero siempre, completa. --Sus susurros me quitaron todo el temor. Le bese como nunca, sintiendo como sus caricias abrasaban cada centimetro que sus manos recorrian de mi cuerpo mientras me desnudaba poco a poco, haciendome temblar y que mi piel se erizara respondiendo intensamente a cada contacto con su piel. Y aquella noche de nuevo, nos entregamos totalmente el uno al otro, con ansia, con desesperacion, con todo el amor y pasion contenida en aquellos anos y que ya me habia demostrado hacia unas semanas, reafirmando con rotundidad que lo nuestro nunca se apagaria, nunca... CAPITULO 1 Cuatro anos atras... --!Gracias a usted! --exclamo con aire amable la voz que se escuchaba tras el telefono. Nos despedimos y finalice la llamada. A continuacion, me dispuse a dar saltos como una loca en medio del salon. Ana, mi companera de piso me observo con los ojos como platos. --Eso es... ?que si?--me pregunto. --!Si, si, si, si! --grite como una loca. Ana se unio a mis gritos, y seguimos saltando, gritando y riendo juntas durante un buen rato, hasta que cansadas, nos lanzamos exhaustas hacia el sofa. --Cuenta, cuenta --dijo Ana emocionada. --Londres, Ana. !En una semana! --conteste. Y volvimos a gritar y a reir. Hacia casi un mes que mi contrato de trabajo en la cafeteria habia finalizado, para tristeza de Lorreine, la duena de la misma, y sobre todo para mi, ya que, en las semanas siguientes, "PARIS, MON AMOUR", cerraria sus puertas dejando treinta anos de esfuerzo, amor y dedicacion, encerrados detras de ellas. Habia trabajado dos anos en aquella pequena pero preciosa cafeteria decorada con un estilo muy parisino, con sus grandes ventanales que te invitaban a observar la gente pasar, deleitandote con un estupendo cafe banado con sirope de caramelo y esa gran cantidad de espuma de leche que debias retirar forzosamente con tu lengua de la comisura de los labios cada vez que tomabas un sorbo del mismo. Aaahhh... observar el bullicio de la ciudad, mientras que la tranquilidad dentro de la cafeteria hacia volar tus pensamientos... "PARIS, MON AMOUR" era... otro mundo. Pero a Lorreine, aquella mujer de pelo blanco y mirada decidida, y despues de tantos anos sacando adelante su preciosa y acogedora cafeteria... le habia podido la crisis y la apertura de una enorme y moderna cafeteria, a unos cincuenta metros. De esas que te preparan el cafe para llevar, sin mucho mimo ni dedicacion, pero con precios "low cost" y mensaje de "hola, buenas tardes, aqui su cafe. El siguiente, por favor". Dos semanas antes de que se convirtiera en un hecho el no poder volver a trabajar en la cafeteria, Lorreine nos habia reunido a todos al concluir la jornada en el "PARIS, MON AMOUR", y con lagrimas en los ojos, nos habia comunicado la mala noticia. Apesadumbrados, y despues de barajar entre todos las posibilidades que Lorreine ya habia estudiado en dias anteriores, regresamos a nuestras casas, sabiendo lo que el futuro proximo nos deparaba. Aquella noche, en la cama, no pare de dar vueltas y vueltas, pensando, desvelada... y recorde la opcion que antes de aceptar el puesto de camarera en "PARIS, MON AMOUR", habia tenido en mente. !Londres! Trabajar en Londres. Finalizando mis estudios de psicologia, nos hablaron de agencias que podian conseguirte trabajo en diversas zonas de Reino Unido a cambio de alojamiento en alguna de las residencias que poseian alli. La agencia ganaba un dinero por la estancia, y tu podias trabajar en el Reino Unido y perfeccionar a la vez el idioma. Pero en aquel entonces me surgio la posibilidad de poder realizar un curso para poder impartir clases de espanol a extranjeros; y a la vez, la oportunidad de trabajar en la cafeteria, asi que ambas cosas se convirtieron en mi primera opcion. Pero ahora si, ahora habia llegado la hora de volar... y la oportunidad de poder trabajar en una de las tabernas del centro de Londres, y sin mas, dije: !SI! --Bueno, pues una semana para preparar mi equipaje --dije a Ana, echandome para atras en el sofa. Ana me miro, y me pregunto con semblante serio: --Cris... ?que le diras a Alex? --?A Alex? Pues nada, que me voy a trabajar a Londres, que voy a decirle. --?Y nada mas? --dijo Ana frunciendo el ceno. --Ana, por Dios --conteste a mi gran amiga, haciendo que mis ojos se pusieran en blanco--. Hemos salido juntos durante cinco anos, pero eso termino. Amigos, nada mas --anadi, haciendo aspavientos con las manos. Alex y yo habiamos salido juntos cinco anos, pero llego un determinado momento en el que me di cuenta de que ya no le amaba, y seguir juntos, solo nos haria mas dano, tanto a el como a mi, porque yo ya no podia darle todo lo que el queria: compartir nuestras vidas. Supongo que lo que me hacia seguir con el, era la pura costumbre, el hecho de acomodarnos a una relacion que debio terminar mucho tiempo atras. No podia negar, sin embargo, que me sintiera insegura, y que el hecho de no amar a nadie, me hacia sentir una extrana sensacion de vacio. No buscaba a ningun companero para compartir mis sentimientos, pero si anhelaba encontrarlo, ansiaba el sentir esos abrazos, esos besos y esas caricias, esa comprension, sensibilidad y ternura que hacia ya meses que al lado de Alex habian desaparecido. Sin embargo, muchos de nuestros amigos, incluso el mismo Alex, conservaban aun la esperanza de que algun dia volviesemos a ser novios otra vez. Para mi, esa opcion, no era ya para nada factible.

  • Memorias de Corcovado – Federico Saura Quiles de Federico Saura Quiles

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    ?Que extrano ser se esconde en el interior de la jungla del Parque Nacional de Corcovado? Varios espanoles han fallecido alli por causas extranas. En este libro conoceremos la Costa Rica actual y sus raices.

  • Experimentos Con Seres Humanos de Carlos Schilling

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    Un arte simple Cuando tenia 13 anos me gustaba dibujar cruces esvasticas en los cuadernos borradores. Cruces esvasticas y variaciones de las mascaras de Kiss. Empezaba desde la ultima pagina y avanzaba en sentido contrario hasta que los dibujos se superponian a los deberes escolares. La coincidencia siempre era extrana. Una levisima sensacion de mareo, un parpadeo desorientado, una busqueda en el vacio. Cuando me quedaba sin espacio para las cruces, levantaba los ojos del cuaderno, miraba alrededor con desconfianza, veia mis companeros, veia las paredes pintadas a la cal, veia los ventanales que daban a un patio interior y, como si mirara desde la Luna, recien entonces me daba cuenta de que estaba en un aula del Liceo Militar. No se si dibujar en las horas de clase era una forma de distraccion o de concentracion en mi rutina de estudiante. Por lo que recuerdo de las isobaras y las isotermas tacharia la segunda opcion en Geografia. Pero como puedo recitar los nombres de los reyes de Francia desde el primer Ludovico hasta el ultimo Luis, deberia elegir la respuesta contraria en Historia. La verdad es que dibujaba sin pensar en el sentido de lo que estaba dibujando. No habia ninguna conexion entre mi cabeza y la mano que sostenia la birome. A los 7 anos, eran cohetes espaciales; a los 10, animales fantasticos, y a los 13, cruces nazis. Me gustaba verlas multiplicarse sobre el papel, una al lado de otra, como si expresaran en terminos simbolicos en vez de porcentuales el avance de una infeccion o una enfermedad mental. Un dato relevante es que dibujaba mas en el Liceo que en mi casa de Los Juncales. Cuando volvia a mi pueblo, los fines de semana, me olvidaba de las esvasticas y me dedicaba a las mascaras de Kiss. Era un acto de exclusion voluntaria. Me encerraba en una pieza para no ser acusado de perturbar la salud auditiva de los Staub y me aislaba del mundo toda una tarde. Siempre que encendia el tocadiscos, el efecto se repetia: los papeles se llenaban de dibujos espectrales. Una vez que logre imitar los rasgos del Gato, el Hombre del Espacio, el Chico Estrella y el Diablo, empece a introducir variaciones en los modelos originales. Al principio se reducian a minimos detalles, tan sutiles que nadie los hubiera notado en un juego de las cinco diferencias. Pero los minimos detalles conducen a los maximos detalles. En poco tiempo, ya estaba disenando mi propia serie de mascaras inspiradas en bestias provenientes de la zoologia, la mitologia o la astrologia. Una sola cosa me frustraba: no podia superar el grado de malignidad de la mascara del Diablo. Intentaba con vampiros, zombies y calaveras, pero la comparacion siempre me decepcionaba. La ventaja de las esvasticas era la simplicidad. Dos trazos que al cruzarse adquirian una potencia negativa incomparable. Parecian perfectas desde el principio. Se completaban a si mismas y a la vez no se terminaban nunca. Yo queria seguir dibujandolas hasta llenar mil cuadernos. Mil anos de cuadernos. La eternidad del Reich se cumplia en sus formas. Generaban una inercia en mi mano, una continuidad infinita. Y aunque no tuvieran significados podian significar cualquier cosa. Por ejemplo: cruces en un cementerio. Si las proyectaba en tres dimensiones formaban largas filas que se dilataban mas alla del horizonte. Hay que tener en cuenta que un espacio importante de mi vida lo ocupaban las fantasias funebres. Estaba pensando en las malas decisiones militares de Hitler (corregia la invasion a Rusia o alargaba los tiempos de prueba de los cohetes V2) y de pronto se moria mi madre. No es que imaginara una enfermedad fulminante, un accidente fatal o un asesinato, ni que abundara en detalles concretos sobre los huesos quebrados o los organos lesionados, nunca veia la cara desfigurada o el cuerpo tapado con una sabana, lo unico que registraba era la ausencia, el resultado final, la conclusion: no tenia madre. Ya no existia. Pero ni siquiera podia llorarla, ni siquiera podia velarla, porque junto con mi madre enseguida se moria mi padre, difuminado, borrado, chupado por el vacio, disuelto en el aire, y tambien era un muerto sin cadaver, una entidad imposible, un hueco mental. No quedaba nada. Ni polvo. Ni ceniza. Ni una losa con su nombre y apellido. Yo me convertia en un huerfano. Un hijo de nadie. Mis principales lazos de sangre se cortaban de un solo golpe, sin causarme dolor fisico, tras una especie de amputacion perfecta de la que solo sentia la accion de la anestesia total. Si habia algo saludable en las desapariciones de mis padres era que no me daban tiempo a reaccionar. Las muertes continuaban a un ritmo cada vez mas urgente. Moria mi hermano, morian mis primas y mis primos, morian mis tias y mis tios, moria mi abuela, morian mis parientes cercanos y lejanos, todos victimas de muertes limpias, muertes no anticipadas por ninguna enfermedad. No habia nada entre el momento en que aun respiraban y el momento en que dejaban de respirar. Sucedia tan rapido que ya no tenia familia. La habia exterminado. Yo era el ultimo de los Staub. Sin embargo, como la gente seguia muriendo, ser el ultimo Staub implicaba ser la ultima persona del planeta. Todos estaban enterrados bajo las cruces que yo mismo habia dibujado. Muchos anos despues hice el ejercicio de descomponer la esvastica en sus dos trazos principales. Es una operacion de exorcismo grafico. Por un lado, en el eje vertical, se obtiene una S, inclinada y rigida, absolutamente inofensiva, una letra tan sola y aislada que parece sentirse excluida del abecedario. Por otro lado, en el eje horizontal, surge una linea quebrada que evoca el minimo segmento reconocible de una escalera descendente. Asi dividida, sin un punto de union, sin un nucleo que la fije, la esvastica carece de poder, se desequilibra, se descompone, gira en falso, deja de presionar sobre si misma, como si le faltara una tuerca y un tornillo, y lo que quedan son dos partes incongruentes de una pinza desarmada. Mas o menos en la misma epoca descubri que la inicial de mi apellido tambien conectaba simbolos que yo siempre habia considerado distantes: la insignia de las SS con la doble S del logo de Kiss. Tengo un album editado en Alemania. En su cubierta salta a la vista una alteracion tipografica comparable a mi descomposicion de la esvastica: las S son transformadas en Z invertidas, como si despues de atravesar un espejo hubieran aparecido en un mundo al reves. A veces siento que entre el Lucas Staub que soy ahora y el Lucas Staub que era a los 13 anos, se interpone el mismo espejo. Pero antes de volver a la version adolescente de mi mismo, quisiera detenerme un instante en los sentimientos que me provoca hoy la cruz gamada. Siempre que pienso en ella no puedo separarla del circulo blanco que la rodea en la bandera del partido nacionalsocialista obrero aleman. Es una bandera roja, obsesivamente simetrica, bellisima, con esa belleza que resulta de la combinacion de colores que evocan la sangre, la muerte y la pureza. Desde un punto de vista estetico, es la obra mas perenne de Hitler. ?Cuantas horas de su vida paso disenando esa bandera? ?Cuantas variantes descarto hasta encontrar la definitiva? ?Cuantas veces volvio a dibujarla solo para confirmar que era perfecta? Ahora su silueta inclinada sobre los papeles se superpone a otra silueta que ya he presentado al comienzo de esta historia. La diferencia es que yo no le mostraba a nadie mis dibujos en el Liceo. Me sentaba al lado del mas estupido o el mas estudioso de la clase (que a veces coincidian en la misma persona) y asi evitaba las miradas oblicuas y las preguntas directas. Cuando por azar un companero descubria el contenido de los cuadernos, no le daba tiempo a reaccionar, lo agarraba de un brazo, lo atraia con fuerza hacia mi pecho y le preguntaba al oido: --?De que signo sos? A cada figura del Horoscopo le correspondia un castigo especial. Si la victima contestaba: --Tauro. La sentencia era: --Vas a chillar como un ternero. Si contestaba: --Escorpio. --Vas a tragarte tu propia meada. Esa ciencia de disuasion astrologica habia sido elaborada en las horas de ocio mientras mi mano dibujaba desconectada de mi mente y todas mis ideas se volvian funebres. No siempre daba buenos resultados, aunque sirvio para espantar a mas de un curioso. El cuerpo ya crecido, las unas largas y el mal aliento combinados con las cruces esvasticas y las mascaras de Kiss me investian de un halo de demencia satanica. Era otra persona cuando me enojaba. Era un animal. Nada en el ecosistema masculino del Liceo podia oponerse a mi involucion. No digo que mis companeros me tuvieran miedo. Solo me clasificaban como un especimen desconocido. Nunca me acusaron de nazi en la cara. Sin embargo yo estaba convencido de que Alemania habria ganado la guerra si Hitler no hubiera invadido Rusia en invierno y si hubiera esperado el desarrollo de los cohetes V2. 2. El viaje secreto No puedo decirle abuelo al padre de mi padre. Nunca lo conoci. Murio dos anos antes de que yo naciera. Se llamaba Adolfo Rodolfo Staub. Comparto su apellido y su primer nombre, pero no nos parecemos en nada. Tengo otros ojos. Tengo otra cara. Cuando murio, a los 60 anos, mi abuelo conservaba todo el pelo en su cabeza, en cambio yo empece a raparme antes de cumplir 30. El padre de mi padre era ingeniero. Ingeniero mecanico. Ademas de algunas fotos en blanco y negro, donde siempre aparece peinado hacia atras y vestido con camisas de mangas cortas abotonadas hasta el cuello, solo queda de el un cuaderno de anotaciones. No es un diario intimo, sino el borrador de un ingeniero, escrito con la caligrafia mas perfecta que he visto en un hombre, letras simples y claras, sin adornos, tan geometricas que se adaptan a las coordenadas del papel cuadriculado como si fueran insectos modelados por una mente divina. Tambien hay numeros, formulas, ecuaciones y diagramas que representan el funcionamiento de los motores de combustion interna. Mi abuelo era un experto en el tema, una autoridad internacional, y entre sus invenciones patentadas figura un motor que transforma el movimiento circular uniforme en movimiento rectilineo alterno. Los planos de ese motor estan enmarcados y expuestos junto a las fotos de nuestros antepasados. Lo mas interesante que contiene el cuaderno es un recorte de diario, fechado en 1941 y titulado Alemania desarrolla una peligrosa arma secreta. El arma era el cohete A1, un prototipo de los misiles V2 que caerian sobre Londres en 1944. El jefe del proyecto era el mismo ingeniero que lanzaria el Apolo 11 a la Luna. Nunca me importo lo que hacian los otros chicos de mi edad. Supongo que volaban con un puno alzado, reptaban por las paredes o proyectaban sombras con forma de murcielago. Mi hermano y yo, en cambio, experimentabamos una gama de mutaciones mucho mas amplia. Podiamos ser cualquier cosa viva o muerta. Podiamos dividirnos y multiplicarnos. Podiamos volvernos naturales o sobrenaturales. Nos escoltaban legiones de criaturas extranas, muchas de las cuales dibuje en mis cuadernos antes de especializarme en cruces esvasticas y mascaras de Kiss. Hubo una fase de nuestra infancia en la que Claus se creia extraterrestre y pensaba que los astronautas lo habian traido de un planeta desconocido del sistema solar. Miraba las estrellas como alguien que busca su mundo perdido. Inspirados en la moda de los cohetes, disenamos nuestras propias naves e intentamos ponerlas en orbita. La estratosfera nos parecia tan cerca que pretendiamos alcanzarla con una tabla de planchar propulsada por aerosoles o con una palangana alimentada con alcohol etilico. Claus no era el unico que tenia una relacion intima con el cielo. Mi prima Luciana Sismondi, por ejemplo, nacio el mismo dia en que el hombre llego a la Luna. Pero esa es otra historia. La cito solo para exponer la clase de relaciones que nos unian con las expediciones espaciales. No importaba cuanta sangre prusiana o piamontesa corriera por nuestras venas, descendiamos de las nebulosas. Nuestra estirpe se remontaba a la via lactea. No es raro que uno de los maximos heroes de los Staub fuera Wernher von Braun, el ingeniero de la V2 y del Saturno 5. El hombre que deposito a Armstrong, Aldrin y Collins en el Mar de la Tranquilidad. El nombre completo de Von Braun suena como una declaracion jurada de sus ambiciones: Wernher Magnus Maximilian Freiherr von Braun. Era grande mucho antes de mirar hacia arriba por primera vez. Claus y yo nos sentiamos reflejados en sus aventuras juveniles. Wernher y su hermano tambien habian lanzado una nave espacial domestica cuando eran chicos. En vez de una tabla de planchar o una palangana, utilizaron un carro de madera. El material de ignicion y propulsion consistio en media docena de bengalas, las mas grandes que encontraron en el mercado de fuegos artificiales. Ataron la carga en la parte trasera del carro, que estaba montado en una rampa, y prendieron las seis mechas al mismo tiempo. El carro salio disparado a toda velocidad seguido por una larga cola de fuego, como si fuera un cometa (dicho con la misma imagen que emplea Von Braun en sus memorias). Una vez que los cohetes se quemaron, tras dejar una estela de chispas a su paso y emitir una especie de trueno final, la improvisada nave quedo suspendida en el aire durante un momento deliciosamente antigravitatorio, despues sintio la resistencia de la atmosfera, se desvio de su trayectoria vertical y empezo a caer hacia la Tierra. Tras el impacto lo unico que quedo del carro fueron las ruedas. Von Braun no las interpreta como un simbolo, y yo deberia imitarlo, pero las veo rodar en mi mente y las figuras que trazan me recuerdan el principio rotatorio de las cruces esvasticas. La aventura termina con Wernher y su hermano detenidos por la policia y llevados ante su padre que era ministro de Agricultura de Alemania. ?Los habra retado o felicitado? Da igual. Estoy convencido de que no habia premios ni castigos para Von Braun mas que llegar adonde queria llegar, a la Luna, y por eso era el mismo chico, ahora con cuerpo de hombre, el que caminaba por los pasillos subterraneos de los laboratorios de Peenemunde, con la cabeza desbordada de calculos de balistica y formulas de combustion controlada, porque antes de la Luna, naturalmente, estaba Londres, y habia miles de personas con estrellas bordadas en los brazaletes dispuestas a trabajar dia y noche para que, una vez aniquilado Londres, la Luna fuera posible. Mi padre nos contaba que su padre habia mantenido una amistad epistolar con Von Braun desde antes de la guerra. No se por que razon el recorte del diario doblado dentro del cuaderno de anotaciones era para mi un testimonio indudable de esa amistad. Sin embargo el relato de mi padre no se agotaba en las cartas. Incluia un episodio digno de figurar en una novela de espionaje: Von Braun, Wernher von Braun, el pionero de la astronautica, el ingeniero mas respetado del siglo XX, el cientifico salvado del juicio de Nuremberg por los norteamericanos, habia visitado de incognito a mi abuelo a mediados de la decada de 1950. En plena guerra fria, durante los anos de la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Union Sovietica, ese viaje era una proeza, un peligroso capricho que solo podia permitirse un genio. Von Braun se exponia a que lo raptara una celula de espias comunistas o a que lo ajusticiara un escuadron de judios insensibles al progreso tecnologico. Claus y yo suponiamos que habia viajado de Buenos Aires a Los Juncales por caminos de tierra secundarios, a bordo de un auto negro y enorme parecido a un coche funebre, custodiado por personal de los servicios secretos de varios paises occidentales. La falta de informacion no nos impedia retroceder hasta el principio del trayecto y postular la partida desde un aerodromo clandestino de los Estados Unidos. Era el unico pasajero de un avion camuflado cuyo vuelo dibujabamos con una linea de puntos sobre un mapa del continente. No pasaba por la aduana. No mostraba su pasaporte. Y usaba anteojos oscuros para ocultar su cara. El exceso de detalles imaginarios formaba una niebla perfectamente adecuada a las nubes de polvo que levantaba la limusina de Von Braun mientras avanzaba por nuestras subrutas nacionales. Mi padre nunca mencionaba detalles especificos de ese encuentro que en la historia de Los Juncales equivalia a la visita de un Papa. Simplemente contaba que Von Braun habia almorzado con mi abuelo en la casa familiar y que se habian entendido un poco en ingles, un poco en aleman y otro poco en espanol. No recordaba ni una sola palabra de la conversacion, aunque todo indicaba que habia estado presente y que la habia escuchado con la misma devocion con que nosotros lo escuchabamos a el. Describia a Von Braun como un hombre alto y delgado, de ojos celestes y cabello canoso, que aparentaba ser mas viejo de lo que era porque usaba un traje gris y una corbata oscura. La narracion de la famosa visita siempre degeneraba en una intrincada reflexion sobre la convergencia de la matematica, la fisica de expansion de gases y la quimica en la tecnologia astronautica. Cuando se entero de que Claus queria escribir un relato sobre ese episodio para que su hijo y los futuros descendientes de los Staub conocieran la historia, mi padre lo llamo por telefono y le dijo que la persona que se habia encontrado con su padre era Wernher von Braun, si, Wernher von Braun, pero no el verdadero Wernher von Braun. Se llamaba igual, Wer-nher-von-Bra-un, era ingeniero tambien, solo que no trabajaba para la N.A.S.A sino para la Otto Deutz, la fabrica de tractores y maquinas agricolas. Mi abuelo Adolfo le mandaba cartas a Alemania para conocer detalles de los motores de combustion interna. Escribia en espanol y Von Braun le contestaba en aleman. Cuando el gobierno argentino decidio nacionalizar las corporaciones extranjeras, este Von Braun viajo al pais y visito a mi abuelo en Los Juncales. Segun mi padre, era un hombre de estatura mediana, morrudo y cuadrado, como los tipicos alemanes del sur que visten trajes tiroleses, usan sombreros con plumas y tienen la nariz colorada, lo que en terminos anatomicos significaba que no se parecia en nada al esbelto inventor de los cohetes espaciales. Sin embargo, desde ese dia, mi padre empezo a decir que Wernher von Braun habia viajado de incognito a Los Juncales para ver a su padre. Era su mitologia personal, su conexion directa con las constelaciones. Tantas veces lo conto que al final termino creyendoselo el mismo.

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