• natalia ginzburg - Natalia Ginzburg

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    Se despierta con una penosa angustia en el corazon. Algo ha terminado definitivamente. Junto a la cama ve su bata de franela roja; la otra, la de flores verdes y azules, la han guardado con la ropa de verano. Es ahora cuando se da cuenta de que ha terminado el verano, que manana empezaran de nuevo las clases. Mientras se lava, una mosca se posa sobre su espalda desnuda. La espanta con rabia. Siente que detesta la mosca, que se detesta a si misma y tambien el sosten de tul rosa que esta tendido en la silla. Afuera llueve a cantaros sobre el jardin tranquilo y sobre los pinos altos. La grava fina del patio delantero parece mas oscura. Anita baja a desayunar: el pelo mal cepillado le da un aire tosco y desalinado. Aun no hay nadie en el comedor, solo la pequena Paola en su trona. Tiene un conejo bordado en el babero. Anita le da un beso, besa sus manos rollizas. <>. Anita inclina la cabeza sobre la taza. Hace un mes que espera y teme que llegue este dia, pero no ha querido pensar en el. <>, lamenta, y se le llenan los ojos de lagrimas. Manana tendra que ir corriendo al colegio con su enorme cartera llena de libros. Ya no tendra tiempo de mirar a su alrededor, de confrontar las cosas y a si misma. Un ansia, un afan continuo: los dias breves, la noche que sobreviene como una amenaza cuando aun no ha terminado los deberes. Las manos manchadas de tinta y en los oidos un zumbido de versos en latin, y la geografia, !esa dichosa geografia! Recorre las habitaciones en busca de un rincon en el que estar a solas y tranquila, pero alla adonde va encuentra escobas, trapos para el polvo, sillas boca abajo y ventanas abiertas. Las mujeres canturrean y hacen un ruido tremendo. <>, repite despacio. ?Donde esconder su tristeza? Al final se encierra en el salon: libros y alfombras, grandes sillones de cuero; en la mesita baja de estilo oriental hay una caja de cerillas coloradas. <>. Filippo, su hermano mayor, ha entrado silenciosamente: fuma una pipa pequena, esta de pie, junto al escritorio. Anita se acerca y el le pone las manos sobre los hombros: le gusta acariciarle el menton liso, redondo, y esas pequenas arrugas que se le forman en la comisura de los labios. Ella le abraza con un placer inconsciente. Siempre que se pelea con todos y corre a llorar a su habitacion, el la sigue y la consuela bromeando un poco con ella, lo que le hace sentir aun mas ira hacia los demas mientras trata de sofocar los sollozos en su hombro. <>, querria decirle, pero no se atreve: en su relacion no hay mas que una timida ternura, disfrazada de bromas y de una ironia amable. <>, le pregunta Filippo despeinandole el pelo de la nuca. Se sientan en el mismo sillon y en el cristal de las vitrinas ven reflejados sus rostros parecidos. Anita sabe que Filippo debe marcharse, que esta noche cogera el tren y que ya tiene preparadas las maletas: va a pasar el ano en el extranjero, en Alemania. Le dice que estudie. <>. Anita no le escucha. Piensa en el invierno, en ese largo invierno sin el... Le toma la mano, una mano rolliza de unas rectangulares y mates, una mano rolliza y masculina. <>, anade Filippo, pero enseguida cambia de tema, tal vez porque se ha emocionado, y Anita deja caer su mano. Se marchara hoy mismo, esta noche, tal vez ni siquiera le de un beso. En su habitacion cerraran las contraventanas y cubriran los muebles con sabanas blancas. --?Como lo prefieres, Grazia, con leche o con limon? Llueve a cantaros en el desolado jardin. El reloj de pendulo da las cinco en la oscuridad. Anita toma el te con su amiga Grazia. --?Lo entiendes, Anita? Para mi habria sido bonito enamorarme de el, pero no podia, ?sabes?, no podia... Anita se quema la lengua con el te hirviendo. Le arranca petalos a los crisantemos marchitos que estan en el jarron de cristal del centro de mesa. --Que triste es este septiembre... Grazia, ?tu has hecho todos los deberes de vacaciones? --?Deberes de vacaciones? No los he hecho, ?que me importa a mi eso? La vieja se pondra hecha una furia, pero ?que me importa a mi?--Asi es Grazia: la vieja no le importa lo mas minimo. Ni siquiera cuando esa misma vieja, la profesora de italiano, escriba una equis azul, de falta, bajo su nombre--. !Tengo cosas mas importantes en las que pensar! Como te estaba diciendo, aquella noche, en la terraza... Anita la escucha con una sensacion de hastio. Grazia, su amiga Grazia, de vez en cuando le resulta tan ajena como una desconocida. Aquellos tres meses de verano han roto la armonia de su amistad. Grazia..., un hombre enamorado de Grazia...; de ella, de Anita, nadie se ha enamorado nunca. Se sacude ese pensamiento con furia. Se pone en pie tan de improviso que Grazia se sobresalta. --?Quieres ver a mi hermanita? En el cuarto de juegos la nodriza cose sentada en el vano de la ventana y la pequena Paola la mira con ojos como platos desde el taburete que esta a sus pies. --Y entonces el reyezuelo partio la tercera nuez y salieron las carrozas y los caballos...-- Anita y Grazia se tumban sobre la alfombra, entre los juguetes desordenados. En mitad del silencio, la voz ronca de la nodriza contando el cuento tiene un tono grave y solemne. La pequena esta tan emocionada que aguanta la respiracion--. Y asi empezo a correr hacia el castillo del ogro... La habitacion es bonita y agradable: las cortinas cuelgan lisas junto a las ventanas, las paredes blancas y sobre las paredes los estampados ingleses, todos iguales, con ninas rubias regordetas y perros peludos con grandes hocicos amables. La nodriza esta sentada en el vano de la ventana con su delantal a cuadros y el perfil de la nina tiene un aire absorto. Anita se siente de pronto tranquila y sencilla: puede que el mundo no sea asi, puede que haya sufrimiento e inmundicia, pero todas esas cosas quedan ahora lejos, muy lejos; el castillo del ogro esta muy lejos. Ha parado de llover. Anita y Grazia salen a la terraza y se asoman al jardin mojado: les llega un aroma vivo y denso de hojas podridas, de tierra, de fruta empapada. Hasta Paola corre afuera: el cuento ha terminado y el reyezuelo se ha casado con su hermosa reinona y todo ha acabado bien. Anita corre al encuentro de su hermanita, la coge en brazos y la besa: que pequena es y que caliente esta, que frescas tiene las manos, es una lastima que chille y se ria y trate de zafarse de ella. --Me gustaria tener una hija--dice Grazia en voz baja--. ?Te acuerdas de cuando hablabamos aqui de esas cosas? !Que miedo nos daban! Y sin embargo es algo simple y natural. Sonrien sin mirarse. Se han hecho mayores de verdad, pueden hablar de su pasado con desprecio y afliccion, igual que los adultos. Y tambien las envuelve una melancolia semejante, calida y vaporosa: no saben si hablar o callarse, sienten que se desata en su corazon un brote de pensamientos confusos y reprimidos. Anita contempla el campo de tenis al fondo del jardin, esta desierto y silencioso, la pista es de color parduzco a causa de la lluvia y le parece estar viendo a Filippo con sus pantalones cortos de franela blanca y la raqueta, le parece estar oyendo su voz alegre en las mananas luminosas. --Que septiembre tan triste... Pero Anita sabe que con el verano y las vacaciones ha acabado tambien algo importante y que algo importante empieza de nuevo manana con las clases. Tal vez Grazia podria entenderlo..., pero no sabe como explicarselo. Callan las dos, las cabezas cerca la una de la otra. Sin duda es muy triste que hasta eso tenga que tener un final, este momento de complicidad, de silencio compartido. Ambas saben que terminara y que ya no volvera nunca, por eso no quieren separarse aun. Frente a ellas solo se extiende una certeza: el colegio, el invierno. Todo lo demas es palpitante, intangible, incierto. !Cuantas cosas pasan en un ano! Es imposible no sentir miedo a enfrentarse a el, sabiendo que hay que recorrerlo en toda su extension. Pero Grazia dice: --Tengo que irme a casa. Y Anita la acompana a la puerta y contempla como se aleja desde el umbral: --Hasta manana. Despues de cenar Filippo llama a Anita y la agarra del brazo: --Acompaname al jardin a hacer una cosa antes de irme... En el jardin los arboles inmoviles parecen custodiar la noche. El aire nocturno, humedo y puro, se puede respirar. Anita piensa: <>. El la estrecha con el brazo para que camine muy cerca, le habla y ella trata de escuchar. --Querida, tienes que estudiar y portarte muy bien con mama. Escribeme de vez en cuando. Y cuentamelo todo, todo, siempre. Su voz, su voz. Que triste va a ser el invierno, la casa sin la voz tranquila y tierna de Filippo. Solo sus manos saben acariciar asi. --Filippo, Filippo. --Y de pronto ella siente que tiene ganas de llorar, que tiene en el corazon un pensamiento inquieto y tonto--. No te vayas, no te vayas--dice, y se abraza a el. Ya sabe que no sirve de nada, que es absurdo, que las maletas ya estan cerradas en el pasillo. Filippo se inclina para besarla y le toma la cara entre las manos. La casa, iluminada y bulliciosa, queda lejos. Estan solos en medio del jardin oscuro. Se besan. Que terrible que algo asi haya sucedido entre ellos, dos hermanos. De pronto Anita siente miedo de si misma, de el: de el que la esta besando como un amante. --Es bonito quererse tanto--dice ella, pero sabe de sobra que no es bonito, que es demasiado, que no conviene quererse de ese modo. La infancia de los dos parece clara, lejana--. Tenemos que volver--anade de golpe, reprimiendo una ultima palabra desconsolada, aferrandose a el y caminando hacia la entrada, donde la luz esta encendida. Cuando pasan los arboles, ya bajo la luz, Anita se vuelve para contemplar el rostro de su hermano: le descubre un gesto serio, sereno, como si no hubiese sucedido nada entre ellos. Tal vez sea cierto que no ha sucedido nada. Entran en casa.

  • NATALIA GINZBURG | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libros-ebooks/natalia-ginzburg/15049

    NATALIA GINZBURG: Libros y Biografía en Casa del Libro. ... Natalia Ginzburg (1916-1991) es una de las voces más singulares de la literatura italiana del ...

  • Todos los libros del autor Ginzburg Natalia

    https://www.todostuslibros.com/autor/ginzburg-natalia

    114 títulos para "Ginzburg Natalia" · Sagitario · Domingo · Las pequeñas virtudes · Y eso fue lo que pasó · El camino que va a la ciudad y otros relatos.

  • 3 mejores libros de Natalia Ginzburg › marzo 2022 - Juan ...

    https://www.juanherranz.com/3-mejores-libros-natalia-ginzburg/

    Pero lo cierto es que Natalia Ginzburg ( ... ... condición humana en su más bárbara expresión poco puede quedar de esperanza para parir un libro como este.

  • Sagitario | Editorial Acantilado

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    «La prosa de Natalia Ginzburg, siempre poderosa y deslumbrante, ... «El libro mantiene el tono literario característico de Ginzburg: ágil, liviano, ...

  • Domingo | Editorial Acantilado

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    Cada relato de Natalia Ginzburg es una revelación; las historias que componen Domingo representan el epítome de su inconfundible voz, ... Comprar libro 14 €.

  • Natalia Ginzburg: Libros - Amazon.es

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    1-16 de 188 resultados ; Las pequeñas virtudes: 55 (El Acantilado) · Natalia Ginzburg y Celia Filipetto Isicato · 16 febrero 2018 ; Vita immaginaria. Nuova ediz. ( ...

  • Léxico familiar (NARRATIVA) Tapa dura - Natalia Ginzburg

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    Un libro falsamente simple, donde las anécdotas cotidianas se mezclan sin pudor con reflexiones de mucho calado. Un libro donde el talento de Natalia Ginzburg ...

  • ᐉ Los 5 Mejores Libros De Natalia Ginzburg ⚠️ - Plot Twist

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    Los 5 mejores libros de Natalia Ginzburg · 5º La ciudad y la casa · 4º Las pequeñas virtudes · 3º El camino que va a la ciudad y otros relatos · 2º Léxico familiar.

  • Simpatia por el diablo de Agustin Diaz Yanes

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    Al ordenar las hojas, Isabel no pudo por menos que reparar en su contenido. Cerro la puerta del despacho y las leyo a fondo. Se asusto: lo que tenia entre las manos era el plan de una conspiracion para apoderarse del Estado. La casualidad convierte a Isabel, la secretaria del banquero mas importante del pais, en la heroina que pone en marcha la red de resistencia que se enfrentara a los poderosos de este mundo: politicos corruptos manejados por banqueros al servicio de oscuros intereses dispuestos a vender Espana al mejor postor. Una Espana que no es exactamente la que vivimos, pero que se parece en todo, es el tablero donde se juega esta apasionante partida, narrada con el estilo inconfundible de uno de los creadores mas personales de la actualidad.

  • Dereck. Un Alma, Dos Batallas (Paraiso 3) de Claudia A. Perez R

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    Dereck Jauregui, mejor conocido como “Leon” entre sus amantes. Un chico atractivo, de sonrisa radiante y torso lascivo, inteligente, amable, pero de caracter fuerte, responsable, con excelente sentido del humor, de mente abierta, pero territorial, amante de los cuerpos femeninos y si vienen en pares aun mejor.
    Su primer amor, Sofi, que con su elegancia y dulzura lo dejo cautivado desde el primer instante, ha perdurado en su mente, alma y vida. Lamentablemente su amor no fue correspondido, su mejor amigo, Terry Grandchester, le arrebato esa posibilidad.
    Pero la vida le ha dado la oportunidad de que su corazon vuelva a sentir esa adrenalina e inquietud al conocer a Ximena, una hermosa joven pelirroja que ademas de provocarle una ereccion inmediata, lo transporta de la felicidad a la rabia y de la euforia a la ternura en segundos, convirtiendose en una adiccion, colmando su vida con nuevos y radiantes colores.
    Ahora el destino le juega una broma de mal gusto, concediendole lo que siempre ha anhelado, en el momento menos oportuno.
    ?Enamorado de dos mujeres maravillosas? ?Esto es posible?
    Nadie le cree, todos lo juzgan, ?Tu tambien lo haras?
    Los sentimientos crecen, son reales, respiran y se sofocan ante la angustia de lo incierto.
    No quiere lastimar a nadie, ha perdido la tranquilidad.
    Su Alma esta encharcada en dos batallas ?Quien ganara?
    Aunque recordemos que la historia nos ha ensenado, que en las batallas, TODOS pierden.

  • Catorce Colmillos de Martin Solares

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    Una semana muy oscura de 1927 un hombre es asesinado en extranas circunstancias y su cuerpo aparece en un callejon de Paris.

  • Te llamare muerto de Jose De Cora

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    Ano 1900. En una casa de la costa gallega dos mujeres sufren ataques de fuerzas que no atienden a las leyes fisicas. El ruido de cien tormentas antecede al vuelo de los objetos mientras un gorila espalda plateada trata de ejercer con ellas su papel de semental. Nadie se explica que motiva las aberraciones de la Casa de los Muertos..., porque su terrible secreto hay que buscarlo dieciocho anos antes. Tres peculiares personajes coinciden alli para disputar el descubrimiento al arzobispado de Santiago. Son el medico y espiritista Manuel Otero Acevedo, el escritor de esperpentos Ramon Maria del Valle-Inclan y el abogado y periodista Prudencio Landin Tobio. Sin saberlo, cada uno de ellos representa una faceta de esta fabulosa historia basada en hechos reales que enfrenta supersticiones a vanguardia cientifica, carne a espiritu, vivos a muertos.
    Esta es la nueva y sorprendente novela que nos presenta Jose de Cora, autor de “El estornudo de la mariposa”.

  • Lord John y el prisionero escoces de Diana Gabaldon

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    Ano 1760. La <> existencia de Jamie Fraser -jacobita escoces- esta a punto de desmoronarse debido a la aparicion de Tobias Quinn, un antiguo camarada del Levantamiento.

  • Siempre conmigo de Cynthia Perez

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    Realmente ?somos lo que pensamos?
    ?O es quizas nuestra mente traicionera la que nos hace sucias jugarretas para conducimos sin poder evitarlo al camino de la incertidumbre y desesperacion a tal grado que no podamos salir ya mas de ella?
    Criada por una familia de padres estrictos e inflexibles, la delicada Miranda Bell, crece en un entorno lleno de favoritismo y egoismo logrando con el tiempo crear en ella misma un escudo al grado de no poder distinguir lo ficticio de la realidad. Al mismo tiempo, emprende un emocionante viaje por el camino de la verdad llegando al fin a la conclusion de que podemos caminar entre tinieblas por largo tiempo imaginando en todo momento que quizas nunca podremos salir de alli sin darnos cuenta.

  • Sin pretenderlo (Bolonia 4) de Laimie Scott

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  • Si tenemos suerte, alguien nos amara de Berenice Islas De La Paz Perez

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    Si tenemos suerte, alguien nos amara, es la historia de una joven que sufre una perdida, la cual la lleva a embarcarse en una serie de aventuras para buscar el amor y la felicidad, las que finalmente la hacen reencontrarse consigo misma.

  • En Realidades Infinitas (Almas Suicidas 2) de Gonzalo Ruiz

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    Para conseguir la felicidad, un objetivo por el cual vivir, es necesario ir a buscarlo, no a esperar sentado o sentada. Sin importar nada, ni las distancias, los recuerdos, las dificultades, a veces algunos idiotas intentan lo que sea por sonreir una vez mas sin importar perderse a si mismos otra vez. Salir de la depresion es dificil. Buscar la felicidad y encontrarla es mas porque el mundo puede llegar a ser cruel o a veces algo bueno.

  • Dias temibles de A. M. Homes

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    Tensiones familiares; crisis de pareja; personajes desnortados; el apasionado encuentro de una novelista transgresora y un corresponsal de guerra en un congreso sobre genocidios; un chat en el que asoma una historia de abusos sexuales a una menor; una jornada de compras en un supermercado que acaba con una candidatura a la presidencia de Estados Unidos; un encuentro en Disneylandia, donde el protagonista estuvo de nino en un ultimo viaje familiar antes de que todo se desmoronase.

  • La Reina del Aire y la Oscuridad de Cassandra Clare

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    Se ha vertido sangre inocente en el Salon del Concilio, y la guerra civil parece inminente. Una parte de la familia Blackthorn vuela a Los Angeles para descubrir el origen de la enfermedad que esta destruyendo a los warlocks. Mientras tanto, Julian y Emma intentan desesperadamente deshacer el amor que les une y centrarse en una peligrosa mision por el Libro Negro de los Muertos.

  • La emperatriz Romanov de C.w. Gortner

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    Para los lectores de Philippa Gregory y Alison Weir llega una novela dramatica de la querida Emperatriz Maria, la nina danesa que se convirtio en la madre del ultimo zar ruso.
    Narrada por la madre del ultimo zar de Rusia, esta novela vivida e historicamente autentica revive la valiente historia de Maria Feodorovna, una de las mujeres mas atractivas de la Rusia imperial que fue testigo del esplendor y la caida tragica de los Romanov mientras luchaba por salvar su dinastia los ultimos anos de su largo reinado.

  • After Dark de Haruki Murakami

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    Perfil de una gran ciudad. Captamos esta imagen desde las alturas, a traves de los ojos de un ave nocturna que vuela alto. En el amplio panorama, la ciudad parece un gigantesco ser vivo. O el conjunto de una multitud de corpusculos entrelazados. Innumerables vasos sanguineos se extienden hasta el ultimo rincon de ese cuerpo imposible de definir, transportan la sangre, renuevan sin descanso las celulas. Envian informacion nueva y retiran informacion vieja. Envian consumo nuevo y retiran consumo viejo. Envian contradicciones nuevas y retiran contradicciones viejas. Al ritmo de las pulsaciones del corazon parpadea todo el cuerpo, se inflama de fiebre, bulle. La medianoche se acerca y, una vez superado el momento de maxima actividad, el metabolismo basal sigue, sin flaquear, a fin de mantener el cuerpo con vida. Suyo es el zumbido que emite la ciudad en un bajo sostenido. Un zumbido sin vicisitudes, monotono, aunque lleno de presentimientos. Nuestra mirada escoge una zona donde se concentra la luz, enfoca aquel punto. Empezamos a descender despacio hacia alli. Un mar de luces de neon de distintos colores. Es lo que llaman un barrio de ocio. Las enormes pantallas digitales instaladas en las paredes de los edificios han enmudecido al aproximarse la medianoche, pero los altavoces de las entradas de los locales siguen vomitando sin arredrarse musica hip-hop en tonos exageradamente graves. Grandes salones recreativos atestados de jovenes. Estridentes sonidos electronicos. Grupos de universitarios que vuelven de una fiesta. Adolescentes con el pelo tenido de rubio y piernas robustas asomando por debajo de la minifalda. Oficinistas trajeados que cruzan corriendo la encrucijada a fin de no perder el ultimo tren. Aun ahora, los reclamos de los karaoke siguen invitando alegremente a entrar. Un coche modelo Wagon de color negro y decorado de forma llamativa recorre despacio las calles como si hiciera inventario. Lleva una pelicula negra adherida a los cristales. Parece una criatura, con organos y piel especiales, que habita en las profundidades del oceano. Una pareja de policias jovenes hace la ronda por la misma calle con expresion tensa, pero casi nadie repara en ellos. A aquellas horas, el barrio funciona segun sus propias reglas. Estamos a finales de otono. No sopla el viento, pero el aire es frio. Dentro de muy poco comenzara un nuevo dia. Nos encontramos en Denny's. Iluminacion anodina, aunque suficiente; decoracion y vajilla inexpresivas; diseno de planta calculado hasta el menor detalle por ingenieros expertos; musica ambiental inocua sonando a bajo volumen; empleados formados para que sigan el manual a rajatabla. <>. Mires a donde mires, todo esta concebido de forma anonima e intercambiable. El establecimiento se halla casi lleno. Tras barrer el interior del local con la mirada, nuestros ojos se posan en una chica que esta sentada junto a la ventana. ?Por que en ella? ?Por que no en otra persona? No lo se. Sin embargo, por algun motivo, la chica atrae nuestra atencion... de un modo espontaneo. Ocupa una mesa de cuatro asientos, esta leyendo un libro. Sudadera gris con capucha, pantalones vaqueros, zapatillas deportivas de color amarillo destenidas tras multiples lavados. Sobre el respaldo del asiento contiguo cuelga una cazadora. Tampoco esta parece nueva, en absoluto. Por lo que respecta a la edad, hara poco que la chica es universitaria. Ya no es una estudiante de bachillerato, pero aun conserva el aire del instituto. Tiene el pelo negro, liso, corto. Lleva poco maquillaje, ninguna joya. Cara pequena y delgada. Gafas con montura negra. De vez en cuando frunce el entrecejo con aire reconcentrado. Esta absorta en la lectura. Apenas aparta los ojos del libro. Es un grueso tomo de tapa dura, pero, como lleva puesta la sobrecubierta de la libreria, no se ve el titulo. Dada la gravedad con que lo lee, debe de tratarse de un libro de contenido muy serio. La chica no se salta una sola linea, sino que, por el contrario, parece ir masticandolas a conciencia, una a una. Sobre la mesa hay una taza de cafe, un cenicero y, al lado de este, una gorra de beisbol de color azul marino con la <> de los Boston Red Sox. Posiblemente le vaya un poco grande. En el asiento contiguo descansa un bolso bandolera de piel marron. A juzgar por lo abultado del bolso, la chica ha ido embutiendo en el de forma apresurada todo cuanto le ha venido a la cabeza. Alza la taza a intervalos regulares y se la lleva a la boca, pero no parece que saboree el cafe. Tiene la taza delante y se toma el cafe porque eso es lo que tiene que hacer. Como si se acordara de pronto, se pone un cigarrillo entre los labios y lo enciende con un mechero de plastico. Achica los ojos, lanza el humo de manera libre y facil, deja el cigarrillo en el cenicero y, luego, se acaricia las sienes con la punta de los dedos como si quisiera alejar el presentimiento de un futuro dolor de cabeza. La musica que suena a bajo volumen es Go Away Little Girl, de Percy Faith y su orquesta. Nadie la escucha, por supuesto. Hay gente muy diversa comiendo y tomando cafe en Denny's esa madrugada, pero ella esta sola. De vez en cuando levanta la mirada del libro y echa una ojeada al reloj de pulsera. Por lo visto, el tiempo no avanza tan rapido como ella quisiera. Tampoco parece que haya quedado con alguien. No recorre el interior del local con la mirada ni dirige los ojos hacia la puerta. Simplemente esta sola leyendo un libro y fuma algun que otro cigarrillo, inclina la taza de cafe con un gesto maquinal y espera a que el tiempo transcurra deprisa, aunque solo sea un poco. Sin embargo, es obvio que aun falta mucho para el amanecer. La chica interrumpe la lectura y mira hacia fuera. Por la ventana del primer piso puede ver, a sus pies, la calle concurrida. Aun a aquellas horas la calle esta llena de luz, con una multitud de transeuntes que van y vienen. Personas que se dirigen a algun sitio y otras que no se dirigen a ninguno. Personas que tienen un objetivo y otras que no lo tienen. Personas que querrian detener el paso del tiempo y otras que querrian acelerarlo. Tras permanecer un rato contemplando esa imagen deslavazada de la ciudad, la chica respira hondo y vuelve a posar los ojos sobre las paginas del libro. Alarga la mano hacia la taza de cafe. En el cenicero, el cigarrillo, al que solo ha dado unas caladas, va convirtiendose en ceniza sin perder su forma original. Se abre la puerta automatica y un hombre joven, alto y desgarbado, entra en el local. Chaqueta de piel negra, pantalones chinos arrugados de color verde oliva, zapatones marrones. Lleva el pelo bastante largo, con grenas. Quiza se deba a que durante los ultimos dias no ha tenido la oportunidad de lavarselo. O quizas a que acaba de cruzar algun matorral muy espeso. O puede que, para el, lo habitual sea llevar el pelo enmaranado. Esta delgado, pero, mas que tener un fisico elegante, lo que parece es desnutrido. Del hombro le cuelga un gran estuche de color negro de un instrumento musical. De un instrumento musical de viento. Ademas, en la mano sostiene una sucia bolsa de lona. Atiborrada, al parecer, de partituras y de varios objetos de pequeno tamano. En la mejilla derecha presenta un corte profundo que atrae las miradas. Una pequena cicatriz producto, al parecer, de la incision de un objeto afilado. Aparte de esto, nada en el llama particularmente la atencion. Es un joven normal y corriente. Tiene el aire de un perro cruzado, bonachon, aunque no muy listo, que vaga perdido por las calles. La camarera encargada de acomodar a los clientes se acerca y lo conduce hasta una mesa al fondo del local. Pasa por delante de la chica que lee. Y, en el preciso instante en que acaba de dejar la mesa atras, el joven se detiene, como si de repente le hubiera venido algo a la cabeza, retrocede despacio igual que si estuviera rebobinando una pelicula y vuelve junto a la mesa. Ladea la cabeza, mira con profundo interes el rostro de la chica. Resigue sus recuerdos. Le cuesta acordarse. Es el tipo de persona que se demora al realizar cualquier cosa. La chica percibe su presencia y alza la mirada, entrecierra los ojos, mira al joven que se le ha plantado delante. Es tan alto que tiene que levantar mucho la cabeza. Sus miradas se encuentran. El chico esboza una sonrisa. Una sonrisa que intenta demostrar que no abriga ninguna mala intencion. El le dirige la palabra. --Oye, perdona si me equivoco, pero tu eres la hermana de Eri Asai, ?verdad? Ella no dice nada. Mira el rostro del joven con ojos de estar contemplando un arbusto demasiado espeso en un rincon del jardin. --Nos vimos una vez --prosigue el joven--. Te llamas Yuri, ?verdad? Tu nombre tiene una silaba diferente al de tu hermana. Todavia observandolo con cautela, ella lo corrige de forma concisa: --Mari. El joven levanta el dedo indice. --!Eso es! Mari. Eri y Mari. Una silaba distinta. No te acuerdas de mi, ?verdad? Mari ladea levemente la cabeza. Puede significar tanto que si como que no. Se quita las gafas y las deja junto a la taza de cafe. La camarera vuelve y pregunta: --?Estan juntos? --Si --responde el. La camarera deposita la carta sobre la mesa. El hombre toma asiento frente a Mari y deja el estuche del instrumento musical en el asiento contiguo. Luego le pregunta, como si se acordara de pronto: --No te importa que me siente aqui un rato, ?verdad? Despues de comer me ire enseguida. He quedado en otra parte. Mari frunce levemente el entrecejo. --Eso se dice antes, ?no crees? El hombre reflexiona sobre el significado de sus palabras. --?Que he quedado luego? --No me refiero a eso --dice Mari. --O sea, que se trata de una cuestion de modales. --Si. El hombre asiente. --Tienes razon. Deberia haberte preguntado primero si podia compartir tu mesa. Te pido perdon. Pero el local esta lleno y voy a quedarme poco rato. ?Te importa? Mari se encoge levemente de hombros. Con ello viene a decir: <>. El hombre abre la carta, la mira. --?Ya has comido? --No tengo hambre.

  • La vidente de Lars Kepler

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  • Peccata Minuta de E. Wolf

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    Entre cheesecakes, madalenas y pasteles de chocolate, la vida de Marina transcurre rutinaria en su cafeteria despues de ser despedida de un famoso restaurante por ciertas “discrepancias” con el chef principal. Hasta que la invitan a participar en uno de los mejores y mas prestigiosos concursos de reposteria del mundo. Teo Massague es uno de los criticos culinarios mas mordaces del panorama, su nivel de exigencia es demencial y su paladar, exquisito. No le tiembla el pulso a la hora de hacer una critica ni de ser un verdadero cinico al puntuar un restaurante. Tras un encuentro fortuito entre ellos donde la situacion se les va de las manos vuelven a verse, esta vez como juez y concursante en << El mejor postre del 2020 >>.?Podran evitar caer de nuevo en la tentacion?

  • Morir quiza no sea lo peor de Pascal Dessaint

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    <>. Le Figaro Magazine

  • La madre de Frankenstein de Almudena Grandes

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    En 1954, el joven psiquiatra German Velazquez vuelve a Espana para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, al sur de Madrid. Tras salir al exilio en 1939, ha vivido quince anos en Suiza, acogido por la familia del doctor Goldstein. En Ciempozuelos, German se reencuentra con Aurora Rodriguez Carballeira, una parricida paranoica, inteligentisima, que le fascino a los trece anos, y conoce a una auxiliar de enfermeria, Maria Castejon, a la que dona Aurora enseno a leer y a escribir cuando era una nina. German, atraido por Maria, no entiende el rechazo de esta, y sospecha que su vida esconde muchos secretos. El lector descubrira su origen modesto como nieta del jardinero del manicomio, sus anos de criada en Madrid, su desdichada historia de amor, a la par que los motivos por los que German ha regresado a Espana. Almas gemelas que quieren huir de sus respectivos pasados, German y Maria quieren darse una oportunidad, pero viven en un pais humillado, donde los pecados se convierten en delitos, y el puritanismo, la moral oficial, encubre todo tipo de abusos y atropellos.

  • Carne para tiburones de Fernando Garrido Baixauli

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    La guerra es la tumba de los pobres y el negocio de los ricos. 1895, una nueva insurreccion en Cuba amenaza los intereses de los hacendados terratenientes espanoles de la isla. Tras las primeras escaramuzas, el gobierno de Canovas ordena una leva forzosa de tropas, de la que solo se escapa mediante el pago de los seis mil reales que eximen al recluta del servicio de las armas. Esta es la historia de un grupo de soldados que, no pudiendo comprar su libertad, emprendieron un viaje, en muchos casos sin retorno. Hijos de labradores, jornaleros, pescadores y obreros que tineron con su sangre la trinchera, cuyos cadaveres fueron arrojados al mar o que regresaron a casa como anonimos tullidos. Tambien es la historia del unico periodista que mantuvo viva la denuncia de la atrocidad y el negocio de la guerra: Vicente Blasco Ibanez, perseguido y encarcelado por esta causa.

  • Ensename que es el amor de Silvia Garcia Ruiz

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    Mientras Nathan Lowell intenta convencer a su hermana Tori de que enamorarse es lo peor que te puede pasar en la vida, una mujer se cruza en su camino decidida a que le ensene que es el amor, aunque el no sepa nada del mismo.

  • Sin Compromisos (Jaque Mate 2) de Diana Nixon

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    Sabes que vas a tener un mal dia cuando te despiertas por la manana y ves el vestido que habias preparado la noche anterior totalmente arruinado por un perro que nunca esperabas ver en tu casa, mucho menos en tu propio dormitorio. --!Anna! -- --Por Dios, ?por que estas gritando? -- Mi hermana entro en mi habitacion vistiendo un par de impresionantes zapatos de color gris oscuro y una gabardina que compre ayer y ni siquiera tuve la oportunidad de usar aun. --?Que diablos es eso? -- Le pregunte senalando su atuendo. Anna tenia solamente dieciseis anos, ocho anos menos que yo, pero por centesima vez me estaba arrepintiendo de haberla invitado a vivir conmigo mientras nuestros padres estaban en su vigesimo quinto aniversario de boda, reviviendo su luna de miel. Gracias a Dios esta tortura estaba a punto de terminar en menos de veinticuatro horas. --Es Robin, -- me contesto sosteniendo al perro en sus manos. -- ?No es lindo? Un amigo lo estaba vendiendo y no pude evitarlo, debia tenerlo, asi que compre esta adorable y pequena criatura, -- dijo con voz de bebe, mientras hacia caras cursis al perro. --?Estas bromeando? ?Mi vestido te parece tan lindo como ese perro? !Ahora solo servira para limpiar el suelo! Espera un minuto, me referia a mis zapatos y gabardina, de hecho. -- El vestido quedo en el olvido desde el momento que mire sus pies, mi amor por los zapatos dificilmente se podia comparar con cualquier otra cosa. Ademas, habia trabajado demasiado para pagar ese par en particular; !Eran demasiado caros! --Oh, eso… Pense que no te importaria que los use ya que no traje conmigo demasiada ropa y zapatos. -- --Podrias haber elegido cualquier otra cosa, cualquier otra pieza de mi vestidor, !pero elegiste mi nuevo par de zapatos que ni siquiera tuve la oportunidad de estrenar! -- Dije enojada. --Pense que hoy era tu dia libre asi que realmente no crei que te importaria si los cogia. No es como te los estuviese robando o algo asi. -- --?Por que diablos crees que hoy es mi dia libre? -- Le pregunte furiosa poniendome mis pantuflas negras y rojas de Mickey Mouse. Muy comodo despues de usar tacones altos todos los dias a todas horas, ?verdad? Bueno, me encantan los contrastes. --Son las 8:30 de la manana y todavia estas sentada en tu cama, con tu pijama y bastante enfadada. -- --?Que? --Mire el reloj en panico. -- !Maldita sea! !Dominick me va a matar! -- Salte de la cama y corri al bano con la esperanza de que seguiria teniendo trabajo cuando llegara a la oficina. Trabajaba para Wilson's Publicity, una de las companias mas grandes en el negocio de la publicidad, cuya principal desventaja era su Director. Dominick Altier era un hombre que siempre obtenia lo que queria. Asi fue con mi mejor amiga, Scarlett Wilson, la hija del fundador de nuestra compania, de quien se enamoro desde la primera vez que la vio y simplemente no la pudo dejar ir. Por esa razon, ahora debia lidiar con las consecuencias de su romance, tratando de combinar mi trabajo como secretaria de Dominick y mi amistad con Scarlett que seguramente estaba a punto de perder. No es que no me agradara Dominick, pero ademas de ser mi jefe, era un completo idiota; al menos cuando se empenaba en criticar mi trabajo. O tal vez simplemente disfrutaba volviendome loca. Desafortunadamente no tenia la respuesta correcta a esa pregunta. Sin embargo, habia algo que sabia con certeza, estaba a punto de gritarme por llegar tarde. Normalmente me tomaba casi una hora prepararme para el trabajo. Pero hoy tuve que limitar ese tiempo al minimo, lo que se convirtio en diez minutos de mierda; ni siquiera pude disfrutar de una buena ducha caliente. Me puse lo primero que encontre limpio y sali corriendo de la casa a toda prisa, prometiendole a mi hermana pequena que volveria mas tarde a matarla a ella y a su adorable perro por arruinar mi casa y mi guardarropa. Ojala hubiera sido solamente mi vestido lo unico que se arruino ese dia.... *** El telefono sono en mi bolsillo. Mire la pantalla y maldije dos veces. --!Buenos dias, Scar! -- Dije como si no supiera por que estaba llamandome. --?Donde diablos estas? !Hemos estado esperandote veinte minutos! -- --No te enfades, estoy subiendo al ascensor en este momento, estare en la oficina en unos dos minutos. -- Habia cerca de diez personas mas en el ascensor, asi que sonrei disculpandome por meterme en un espacio en el que obviamente no habia suficiente sitio para una persona mas y presione el boton que me llevaria a la parte superior del edificio de cincuenta pisos. --?Que te paso? -- Scarlett pregunto por el telefono. Ella sabia que yo era una mujer muy responsable, pero de vez en cuando podia ser muy imprudente cuando queria serlo y siempre me tomaba mi trabajo en serio. Asi que, si llegaba tarde, habia una muy buena razon para ello. --Mi telefono murio y no escuche la alarma. -- --?Cuantas veces tengo que decirte que te compres uno nuevo? Y, por favor, no me digas que tu sueldo no te alcanza, porque yo misma te di dos aumentos en los ultimos tres meses. -- --?De que me sirve comprar uno nuevo? -- Espere a que la gente saliera del ascensor y procedi:--Ambas sabemos que tarde o temprano terminara besando la pared, porque cada vez que termino una conversacion con tu precioso prometido lo unico que quiero hacer es romper algo. Asi que, gracias Dios, por bendecirme con el jefe mas arrogante e insoportable del mundo. -- Ella se rio. Ambas sabemos que Dom no es tan malo. -- --Oh, ?si? Puedes defenderlo todo lo que quieras, pero una cara bonita y un buen trasero no cambian el hecho de que es un grandisimo idiota. -- --De todos modos, te estamos esperando en la sala de juntas, asi que trata de encontrar una explicacion mas o menos creible por llegar tarde. -- --?Que tal si le digo a mi jefe la verdad? --Scarlett se rio. --Estoy segura de que le encantaria escuchar todos los bonitos nombres que usas para referirte a el, especialmente cuando eres tu la que llega tarde. -- --Muy divertido. -- Hice una mueca terminando la llamada. Justo cuando pense que mi vida no podia estar mas jodida, al menos esta manana, escuche a alguien reir tranquilamente detras de mi. Lentamente me di la vuelta y me congele; la sangre golpeando en mis oidos. Que alguien me mate... --Senor Oliver, lo siento mucho, no era mi intencion. -- --Relajate, Jill. Yo mejor que nadie se que todo lo que dijiste sobre mi hermano es verdad. El es un idiota y un verdadero dolor en el trasero. -- No creo haber estado tan mortificada en mi vida. Oliver Altier no era un visitante recurrente de nuestra compania, por lo que probablemente era la ultima persona que esperaba ver alli hoy. A diferencia de su hermano, a el no le importaban los negocios, los trajes y las corbatas y estaba totalmente loco por la musica, las chicas, los bares y, pues bueno ya me entiendes, ?verdad? Senti que mis mejillas ardian como un fuego invisible. --Lo siento, -- dije de nuevo antes de escuchar el sonido de la apertura de las puertas. Rapidamente, me di la vuelta y sali del ascensor que de repente parecia demasiado pequeno para nosotros dos, iba rezando para que Oliver mantuviera la boca cerrada sobre todos los adjetivos calificativos que habia dicho sobre su hermano. --?Sabes cual es la mejor manera de tratar con el? -- Pregunto deteniendose en mi escritorio. --?Disculpa? --Le pregunte un poco asombrada. --Ignoralo, -- dijo guinandome un ojo con una misteriosa sonrisa iluminando su rostro. El tipo obviamente sabia como hacer que una chica se desmayara, porque yo casi lo hice. Ese guino y sonrisa diabolica eran todo lo que necesitaba. Dominick era capaz de hacer lo mismo, podia hacer que cualquier chica cayera de rodillas a sus pies. En cuanto a Oliver, la madre naturaleza lo habia bendecido con un rostro y un cuerpo de pelicula, con suficientes musculos en todos los lugares correctos, sonrisa sexy y ojos que solo el diablo podria tener. --Um, gracias. Lo recordare, -- dije tratando con todas mis fuerzas de no mirar sus vaqueros y camisa negra con algunos botones superiores abiertos, preguntandome como de bueno seria deslizar la palma de mi mano por debajo de la tela y... !Mierda, detente ahi chica!

  • Ninguno de nosotros volvera de Charlotte Delbo

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    Uno de los pocos testimonios femeninos sobre los campos nazis, una obra maestra de la literatura concentracionaria.

  • Los secretos del multimillonario (Los Sinclair 6) de J. S. Scott

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    Xander Sinclair, una estrella del rock en horas bajas, ha abandonado el centro de rehabilitacion, pero no ha dejado atras todos sus problemas. Vive encerrado en su mansion de Amesport, torturado por el recuerdo del asesinato de sus padres y aislado de sus hermanos.

  • Mandragora de Camilo Pino

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    Realismo gotico, horror tropical, tragicomedia, texto maldito, ciencia ficcion; Mandragora es una novela imposible de clasificar, un esplendido objeto literario que sorprende y atrapa en cada pagina. M, impregnado con una misteriosa enfermedad, se pasea entre consultorios medicos clandestinos de la ciudad de Miami, mientras lucha por mantener el fragil balance entre sus oscuros apetitos, su vida familiar y su empleo en una gran trasnacional. Un enigma oculto en un video pornografico lo embarca en un viaje delirante, llamado a marcar su destino.

  • Reflejos. Te atreves a mirarte de Elia Giner

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    Si un espejo te mostrase la verdad. ?te atreverias a mirarte?
    A sus quince anos, y muy a su pesar, Carla se dispone a emprender una nueva vida lejos de su ciudad natal.
    ?La causa? El dichoso divorcio de sus padres.
    ?La consecuencia? Un nuevo instituto en el que, a menos que ocurra un milagro, sus escasas habilidades sociales van a hacerselo pasar fatal.
    Lo que Carla no imagina es que su nuevo hogar le reserva muchas sorpresas: nuevos amigos -y tambien enemigos-, su primer amor y. algo que jamas hubiese sonado: un misterioso espejo gracias al cual puede ver cosas. !increibles!

  • Quedate (La chica del servicio ) de Patricia Geller de

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    BAJO del coche en el que hoy, y como viene siendo habitual desde hace dias, soy el copiloto. Casi no me sostengo en pie, mis musculos han perdido fuerza, el agotamiento se ha vuelto mi gran amigo. Miro a mi derecha, la entrada de mi casa, nuestra casa. El refugio de Gisele y mio. Un intenso nudo se me forma en la garganta. Es muy dificil asimilar que cruzare las puertas y ella no estara… Siento una mano en mi hombro, dandome el empujon que necesito. Es Scott Stone, el hermano de mi mujer, que conoce lo dura que esta siendo esta nueva etapa, pues desde que ella se fue, la semana anterior, es mi gran apoyo. Ya estamos en la provincia de Malaga. Volvemos del psicoterapeuta, al que hemos ido para asegurarnos de que el tratamiento sea el correcto, tras haberlo retomado en Madrid y ahora seguir haciendolo, frente a esta enfermedad que esta a punto de acabar con lo que mas quiero en la vida: Gisele Stone. --Tranquilo, todo va a salir bien --me dice mi cunado, colocandose delante de mi--. Anoche su voz era mas alegre, ?no te lo parecio? --Le gusta que yo este aqui… --reconozco compungido--. Sabe que no podia seguir en Madrid, tampoco en casa de mis padres y el Refugio es lo mas nuestro que tenemos. Entonces me vengo abajo. --?Que voy a hacer sin ella, Scott? --Va a volver pronto --me recuerda, tan triste como yo--. Aprovechad este tiempo, recomponeos. -- Me da el llavero, que cojo con manos temblorosas--. ?Necesitas algo…? Juego con las llaves, con la mirada perdida en ninguna parte, sin el valor suficiente para dar el paso y entrar en casa. Hoy la noche de bodas es el recuerdo que mas me duele, aquella noche nos amamos locamente y ahora el vacio frente a esas imagenes es demoledor. --Dejame unos minutos a solas, por favor --le pido, caminando. --Estare aqui. Abro la puerta exterior y cruzo la zona del jardin. El suelo esta humedo, ha llovido bastante estos dias, recordandome lo fria y triste que es esta epoca del ano. El invierno, en pleno mes de enero. No quiero ni mirar a mi alrededor, no puedo soportar tantos recuerdos compartidos. --Joder, joder. --Me sobresalte ante sus quejidos. Al mirarla, vi que se estaba riendo; tenia el cabello alborotado, apenas se le veia la cara. De un manotazo se lo aparto. Sus ojos grises casi cerrados. Hermosa y atrevida--. ?!Te ries!? !Hemos perdido el vuelo! La mire cenudo, sonoliento. --!Es la una, Matt, la una! --Puta mierda. Me deje caer de nuevo hacia atras--. !Levantate! Desnuda, con aspecto salvaje; mi perdicion. Me imagine deslizandome entre sus muslos… --Anda, acurrucate aqui conmigo --le pedi, alzando la mano--. Mas tarde cogeremos otro. --?Otro? !Yo me quiero ir ya! --Me incorpore para verla mejor, con sus brazos en jarras--. Tanto jugar anoche… y mira ahora. Solte una carcajada. --Ven conmigo --le pedi de nuevo--. Un poco mas. Con osadia, se recogio el cabello en un mono alto y corrio hacia mi, haciendonos caer bruscamente hacia atras. Su emocion por viajar era evidente. La haria disfrutar como nunca. --?Como has amanecido, esposo? Pero no disfruto como me lo propuse, la jodi tambien en nuestra luna de miel. Hoy tengo miedo, miedo de no saber recuperarla, de que no vuelva nunca. A pesar de las llamadas diarias desde su marcha, su voz suena muy apagada. Se que no es feliz estando lejos de mi, pero tampoco conmigo. Las constantes y absurdas peleas, mi negativa a tratarme, mintiendole… y mi comportamiento enloquecido la han agotado. No se quererla como merece. Temo que pierda las fuerzas, la ilusion y las ganas de luchar. Inspiro al llegar a casa, son las cinco de la tarde, pero no se si donde ella esta es de dia… o de noche… No ha querido decirme su paradero, sabe que la buscare, pese a haberle prometido lo contrario. No soy tan fuerte como piensa. Justo antes de abrir, suena mi telefono. Nervioso, rebusco en el bolsillo del pantalon oscuro que llevo puesto. Un grunido escapa de lo mas profundo de mi ser. Mi garganta se abre de nuevo. La energia y el aire que necesito me llegan inmediatamente. Es ella, Gisele. --?Carino? --pregunto con agonia. --Hola, Matt. --Hola, preciosa. --?Que tal…? La noto cansada, habla en un tono poco audible. Me siento en la entrada, en los escalones. No puedo mas, desconocer tantos detalles de su vida es un sinvivir. Me duele demasiado esta distancia. --?Como estas, nena? --susurro. --?Y tu? --La oigo suspirar--. Recuerda que si tu estas bien, yo tambien lo estare. He hablado con Carlos… Me gusta ese doctor. --Es amable, si --digo sin ganas, de lo que menos me apetece hablar es de el--. Estoy en la puerta de casa, me falta valor, Gisele. Hay un precario silencio, crudo. --Te quiero mucho, mi vida. Estoy muy orgullosa de ti --musita--. ?Entramos juntos? Una de sus ocurrencias. Sonrio, negando con la cabeza. --Solo no puedo. --No lo estas… Estoy contigo, venga, abreme la puerta. Con mas animo, me levanto y me encamino hacia la puerta. La llave entra a la primera y no dudo en cruzar la sala, su voz es el empujon que necesito. Ahi, fotos de Gisele rodean la estancia. Tambien nuestras, dandole luz a este rincon tan especial. Hay muchas imagenes, sobre todo las de nuestra luna de miel. Una que me hace sonreir es en la que ella esta con su brazo alrededor de mi cuello, sentada en mis rodillas y haciendo burla. Mi cara varia entre la diversion y la sorpresa. Jugueton. --Matt --me llama preocupada--. Dime algo, cuentame cosas. Carraspeo. --Estoy haciendo todos los tramites necesarios y cuando regreses… --Nos quedaremos en Malaga --acaba enseguida, consciente de que me altero si no habla de una pronta vuelta--. ?Has comido? --Algo… En casa de mis padres. Tengo algun que otro mareo, nauseas… Esto es muy dificil, carino. Otro largo suspiro, esta contenida, cambiada. --Carlos me ha contado que, aunque las pastillas son imprescindibles para el estado de animo, la depresion y los episodios… tienen sus reacciones. --Camino por la sala, rozando su imagen con los nudillos--. Se que al principio cuesta, me acuerdo de cuando empezaste la otra vez… --murmura incomoda--, pero ahora cuentas con el apoyo de todos. Y el que mas necesito esta lejos y ni siquiera se por cuanto tiempo. --Te extrano, nena, a veces siento que me voy a volver loco si no te acaricio, si no vuelves pronto. Me haces falta --confieso, mal--. ?Podre enmendar alguna vez tantos errores? --Lo estas haciendo ya… --No se vivir sin ti, Gisele. Me gustaria decirle que no volvere a dejar el tratamiento, que no volveremos a pelearnos por tonterias y que no controlare cada paso que de. Pero se que es pronto y que pensara que sera otra promesa rota. He de ser prudente. --?!Nena!? --Dime… --?No tienes la misma necesidad de abrazarme?

  • La memoria de la lavanda de Reyes Monforte

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    Reyes Monforte, autora de Un burka por amor y Una pasion rusa, regresa con una gran novela sobre la perdida, el duelo, el amor y la esperanza.

  • Y una carta de amor (Mis desastres 2) de Marta Lobo

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    Aura queria saber que se sentia al ganar.
    Aura estaba libre para la mayor aventura de su vida.
    Aura no le puso frenos ni a su boca ni a su corazon.

  • El color de los angeles de Eva Diaz Perez

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    Un dia de enero de 1682 Bartolome Esteban Murillo cae desde el andamio en elque pinta un cuadro. Obligado al reposo, se refugia en el recuerdo de su vida remontandose a su ninez y adolescencia en la aun poderosa Sevilla, ciudad que poco a poco entrara en su decadencia, asolada por las riadas del Guadalquivir o por epidemias como la de la peste en la que el pintor pierde a tres de sus hijos. Una Sevilla devota y lujuriosa, que se disfraza de la falsa alegoria de su glorioso pasado.
    Murillo, pintor de Inmaculadas, santos y milagros, tambien sera el favorito de acaudalados mercaderes y aristocratas caprichosos. El mejor pintor de angeles que se vera envuelto en un turbio asunto que descubre el lado lubrico y secreto de una Sevilla contradictoria.

  • La Venus de las Pieles de Leopold Von Sacher-masoch

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    En La Venus de las pieles el lector descubrira en Severino al sujeto que busca una dominadora a la cual esclavizarse, acudiendo inclusive a obligarse formalmente mediante un contrato que consagrara con detalle su deber, voluntariamente consentido, de someterse a las mas diversas situaciones humillantes y a las sofisticadas torturas que ofrece la imaginacion depravada de los dos firmantes, con el fin de provocarse la ansiada excitacion sexual, al tiempo que el sujeto pasivo que recibe el beneficio del sufrimiento es puesto en el centro de un ritual de dolor, humillacion y sumision, de desdenosa frialdad y de castigos fisicos y morales, que entre mas insufribles le resulten, le propiciaran el extasis buscado. No olvidemos que es Severino quien fuerza a Wanda, contra la voluntad de ella, a adoptar el papel de ama y a aceptarlo a el como esclavo, para lo cual la obliga incluso a firmar un contrato, una de cuyas clausulas estipula que debera ir envuelta en pieles tan a menudo como pueda y, en particular, cuando se muestre cruel con su esclavo. Asi que ya saben: sumerjanse en la lectura de esta novela que con tanta agudeza profundiza en la imposible igualdad de las relaciones amorosas y quizas hallen aqui esas alegrias verdaderas que la vida tan cruelmente nos niega.

  • ?Hasta donde estas dispuesta a llegar? de A. R. Cid

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    Si lo que buscas es algo divertido, sensual, y muy adictivo esta es tu novela.

  • Nunca es tarde, Isabel Keats de Isabel Keats

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    A pesar de lo distintos que son, la vida de la detective Georgina Taylor junto al profesor Stephen Allen no puede ser mas maravillosa, pero un atraco con rehenes en una sucursal bancaria en Londres pone su mundo patas arriba y, de paso, el de Thomas Baker, el mejor amigo de Stephen. Thomas accede a cuidar a los hijos de la pareja hasta que se resuelva la situacion, para lo que contara con la inestimable ayuda de su colega y vecina, Nancy Newman, de la que, pese a sus desencuentros anteriores, Thomas descubre facetas hasta entonces desconocidas. Secuestradores, biberones, disparos y panales sucios se mezclan en un coctel explosivo que demostrara que nunca es demasiado tarde para el amor.

  • Cibertormenta de Matthew Mather

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    Mike Mitchell es un hombre corriente, con una vida corriente, que hace todo lo posible por mantener a su familia unida, pero de pronto se encuentra luchando solo para mantenerla con vida cuando una extrana cadena de desastres empieza a destruir el mundo que los rodea. Internet se cae.

  • Un amor sin contrato, Marcela Balluri de Marcela Balluri

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    Jane estaba acostumbrada a meter la pata, era el precio de tener ese caracter del demonio. Pero arrojarle una cerveza a ese estupido peon y decir frente a el que el jefe era un bueno para nada, habia sido un error de los gordos…
    Basicamente porque el estupido peon y el jefe bueno para nada eran la misma persona.
    Ahora tendra que lidiar con el hasta que el trabajo acabe, tratando de salir victoriosa en cada pelea ya que el parece empenado en cabrearla y seducirla a partes iguales.
    Un momento, ?seducirla? Bah, si eso que sentia en el estomago no eran mariposas, segura como el infierno que eran parasitos y !solo eso!

  • Nunca es tarde para comenzar de cero de Jenny Del

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    Debian quedarnos unos veinte minutos para aterrizar en Londres, en el aeropuerto de Luton. Los aviones siempre me han dado un poco de yuyu, sobre todo en el momento justo en que las ruedas dejan ya el asfalto y ese bicharraco se levanta mostrando su tripa hacia el cielo. Reconozco que la adrenalina corre por mis venas despues de que el comandante recibe el permiso para despegar y le mete cana a aquello, corriendo como un loco por la pista hasta alzar el vuelo. En esos escasos minutos en que los motores empiezan a rugir con fuerza y el avion la va recorriendo a una velocidad de infarto, se ve como los arboles, avionetas y edificios cercanos van quedando atras. Es como si fuesen todas esas cosas las que corren en sentido contrario a nosotros y no a la inversa. Distinto es, como decia, el instante preciso en que levantamos el vuelo. En ese momento todo da un cambio radical. Es una extrana sensacion. La velocidad deja de notarse de un segundo a otro, todo se ralentiza, ya no estamos en tierra firme sino comenzando a surcar los cielos. Ahi es cuando mi emocion se va al traste y me entra una especie de panico que no se bien como describir. Necesito seguir sintiendo la misma velocidad para asegurarme de que todo marcha por su cauce natural, que el avion no se va a caer de golpe... ?Sera que le temo demasiado a cualquier cambio? Lo cierto es que, minutos mas tarde, una vez que ya hemos cogido la velocidad de vuelo y nos encontramos a bastante altura, ese panico desaparece tambien. Es como que una se ha acostumbrado ya a la nueva situacion. Y eso es lo que hay, le guste o no. Esa quietud dentro del avion mientras pueden observarse por la ventanilla las nubes, campos y mares vistos desde arriba y en forma de manchas blancas, verdes y azules, forma parte del trayecto desde el punto de salida hasta el de destino. Montada en aquel pajaro gigantesco que nos llevaria a Eva y a mi a la capital del Reino Unido, no podia evitar el comparar aquellas fases con la vida misma. La vida tambien tiene sus etapas... !y que distintas entre si, madre mia! Tan pronto marcha el dia a dia sobre ruedas como que de repente, en un segundo, te cambia todo. Cuando menos lo esperas, te despiden del trabajo, te quedas embarazada o se muere de golpe un familiar o amigo que estaba sano como una pera, debido a un infarto o un accidente. Eso por poner algun ejemplo de tantos, logicamente, porque son muchas las circunstancias que pueden hacer que la rutina de un giro de ciento ochenta grados. Para mal o para bien. En mi caso, no es que fuera un asunto muy gordo, ya que lo que me habia ocurrido era que me habia llevado un desengano sentimental. Uno, no, dos. Y yo ya tenia algun que otro planecillo a corto plazo. Aunque fuesen poca cosa, esos planes tambien desaparecieron en un pis pas como por embrujo con la huida de Mario, aquel hombre que supo engatusarme con mucha zalameria al principio con sus halagos constantes, como que yo era la mujer mas especial que habia conocido en su vida. Tonta de mi que me lo creia todo...Trate de impedir que su recuerdo se montase conmigo y con Eva en aquel avion, pues se trataba basicamente de poner tierra de por medio para olvidarme de que Mario existia siquiera. Fue un viaje totalmente improvisado, como quien dice. Estaba dispuesta a pasarme en aquella glamurosa ciudad una semana por todo lo alto con mi super amiga... y que saliese el sol por Antequera. Lo de ese individuo me habia afectado bastante psicologicamente y necesitaba resetear mi mente a costa de lo que fuese. ?Que mejor que con ella, que estaba como una cabra y era la alegria de la huerta? La infancia y la adolescencia de mi amiga no habian sido faciles junto a una madre un poco tocada del ala y que practicamente la habia abandonado a ella y al hermano despues de enviudar para irse con otro fulano que tambien dejaba bastante que desear. No obstante, mi Eva habia nacido ya con un caracter alegre y positivo que nada ni nada habia conseguido variar en lo mas minimo. Tuvo su epoca chunga como quien mas y quien menos, pero saco fuerzas para echarselo todo siempre a las espaldas. Era un encanto de mujer. Siempre que me veia languida por lo que fuese, tiraba de mi para animarme y me hacia ver el lado bueno del asunto que me trajese de cabeza. En un momento dado, cuando faltaba medio telediario para comenzar el aterrizaje, me vio cabizbaja. --?Que te pasa, Carola? --me pregunto. --Nada, tranquila --le conteste, a sabiendas de que no se lo iba a tragar de ninguna forma. --?Nada? Nada bueno, diras. Mira que te conozco como si te hubiera parido, guapa... --Tranquila, estoy bien, mosqui. Ese era el apodo que le habia puesto hacia ya anos. Suena raro, lo se, pero aquello venia por lo de la mosca cojonera. Y no es que Evita fuese una petarda para mi, todo lo contrario. El llamarla asi en plan carinoso venia porque eramos una y carne. Como dos almas gemelas inseparables. Siempre estaba pendiente de mi tanto en las duras como en las maduras. Yo representaba lo mismo para ella. Nos habiamos conocido diez anos atras, cuando las dos teniamos dieciocho y ella ya se encontraba embarazada de tres meses de Nerea, su unica hija. La futura mami estaba aterrorizada por todo lo que aquello conllevaba. Por un lado, el padre de la criatura era un capullo integral que no parecia tener mucho interes en el asunto, o sea, no es que se quitase de en medio al dejarla en estado, pero se veia venir desde lejos que eso seria lo que terminaria ocurriendo. Y al final los peores presagios se cumplieron y la dejo tirada como una colilla. Al saber que la nina venia en camino, Eloy se puso muy bien puesto con mi amiga y le propuso que se fuesen a vivir juntos. Ella estaba enamoradisima de el y le falto el tiempo para correr a buscar piso de alquiler en el barrio madrileno en que las dos viviamos. El embarazo no comenzo a notarsele hasta los siete meses, algo poco normal, pero Eva siempre ha sido una chica muy delgadita y daba la sensacion de que iba a dar a luz un folio en lugar de un bebe. De hecho, a los cuatro dias de nacer Nerea, la orgullosa mama salio del hospital de la Paz con la criatura envuelta en una toquilla y luciendo un vientre tan plano bajo los vaqueros que ya hubiera querido yo para mi alguna vez en mi vida. Increible el tema. El caso es que compartieron aquel apartamento durante el primer ano de la nina, pero a partir de que esta comenzara a dar sus primeros pasitos, la relacion comenzo a cambiar entre ellos. Eloy tan solo tenia veintidos anos y el asunto de la paternidad empezo a venirle grande. Entre otras cosas, echaba de menos las juergas con sus amigos, pero claro... Eva eso no lo veia ni medio bien. A mi tampoco me hubiera hecho gracia que el padre de mi hija me planteara el coger la noche por punta con los colegas mientras yo me quedaba dandole biberones a la pequena y cambiandole los dodotis. Bueno, ni a mi ni a nadie, me imagino. Aquel listillo se agarro un dia a que se casaba un coleguita y que le habia invitado a la despedida de soltero. Esa noche, mi amiga claudico y, aunque se quedo de morros, no armo ningun numerito. Los numeritos fueron apareciendo a medida que el encontraba excusas para escaquearse sin ella cada dos por tres. Llego un dia en que Eva no pudo mas y revento. Antes de dar ningun paso, me pidio mi opinion. --No se que hacer, Carola --me dijo con ojos llorosos mientras tomabamos un cafe--. Tu sabes que le quiero, pero estoy empezando a pensar que el ni me quiere a mi ni a su hija tampoco. --Te entiendo, carino. Y te digo una cosa, yo pensaria igual que tu en esa situacion. !Ya es hora de que madure, joder! --Tu lo has dicho, pero al reves, este va para atras. El problema es... --Lo se, hija, que ahora dependes absolutamente de el. Di en el centro de la diana y ahi fue cuando mi mosqui rompio a llorar como la Magdalena. Lo tenia crudo. A su corta edad, mi amiga era ya una experta esteticista. Hasta quedarse embarazada de la cria, se habia estado ganando la vida en un salon de belleza de postin, situado en uno de los centros comerciales mas lujosos de Madrid. Habia entrado en el mucho tiempo atras como aprendiza y alli se habia perfeccionado. Al parecer, la jefa era una persona muy considerada y ademas la miraba bien por su valia, de modo que, cuando se entero de lo que habia, le dijo que no pasaba nada, que siguiese trabajando hasta que la barriga se lo permitiera. Que cuando se encontrase ya muy cansada, harian cuentas y para casita. Asi fue. Eva estuvo al pie del canon como una jabata hasta casi los ocho meses, momento en que dijo que ya era hora de dejar su puesto. Arreglaron aquello como que era su jefa quien habia decidido prescindir de sus servicios por equis motivos, para que Eva pudiese acogerse a la ayuda del paro. Lo malo es que el paro tambien se le acabo poco antes de que empezaran a aparecer los problemas entre ella y su pareja. Con las cosas asi, el le dijo que se estuviese tranquila y que se dedicara exclusivamente a los cuidados de la nina, ya que con su sueldo de encargado en un concesionario de la Peugeot saldrian sin estrecheces para adelante. Hasta ahi todo bien, pero el hecho de que se separasen cambiaba todo por completo. Las guarderias costaban un buen pico y solo le cubririan parcialmente los horarios de un nuevo trabajo, el alquiler tambien tenia lo suyo... En resumen, que las cuentas no le salian, aunque el le pasase lo que fuera para la manutencion. Eva lo tendria bastante complicado para criar a Nerea sola, puesto que la poca familia que le quedaba no le iba a servir de mucho. Pero algo tenia que hacer, y al final, contra su voluntad, aterrizo con aquella renacuajilla bajo el brazo en casa de su tia Mercedes, una mujer ya de cierta de edad, solterona y bastante amargada. Para colmo, la cabeza ya empezaba a fallarle. Alli, bajo su mismo techo, tuvo que apanarse una temporada como pudo. No tenia posibilidad alguna de volver a su antiguo puesto laboral porque su jefa ya contaba para entonces con otra chica bastante competente de la que no quiso desprenderse.

  • Seducida por su Lobo (Los Lobos de Green Valley 2) de T.n. Hawke

    https://gigalibros.com/seducida-por-su-lobo-los-lobos-de-green-valley-2.html

    Natalie:

  • El Imperio Ivanovic (La Profesional 8) de Kris Buendia

    https://gigalibros.com/el-imperio-ivanovic-la-profesional-8.html

    Soy Aleksei Ivanovic, me deje atrapar por La Profesional. Pero hay muchas cosas que todavia tienes que saber de nuestra historia... ?Negociamos?

  • La lucha de Jan de Laura Sanz

    https://gigalibros.com/la-lucha-de-jan.html

    Han pasado ocho meses desde que Jan Landvik, antiguo campeon de MMA, se vio forzado a tomar una decision: entregarle un ano de su vida a Bajram Sejdiu, participando en su circuito de peleas ilegales para poder hacerse cargo de las deudas de juego de su hermano pequeno. Siempre dispuesto a sacrificarse por los que ama, no contaba con que esta vez el precio a pagar iba a ser muy alto. demasiado alto.

  • El secreto de una dama de Nora Roberts

    https://gigalibros.com/el-secreto-de-una-dama.html

    Una experta en arte y un ladron de guante blanco se ven atrapados en un peligroso juego en esta novela repleta de intriga y deseo, por la autora best seller Nora Roberts.

  • Historias de una becaria incorrecta de Becaria

    https://gigalibros.com/historias-de-una-becaria-incorrecta.html

    El libro politicamente incorrecto de una becaria politicamente incorrecta.

  • 148 de David Munoz Lopez

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    ADVERTENCIA:
    Es importante que se asegure de querer leer este libro antes de subir al avion. No se trata de un libro cualquiera. Si decide no leerlo, viajara comodamente hasta llegar a su destino.

  • Pizzeria Vesubio de Walter Riso

    https://gigalibros.com/pizzeria-vesubio.html

    Receta para una novela inolvidable

  • !Tu te lo buscaste! 1, Emma Green de Emma M. Green

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  • Los amantes anonimos de Salvador Gutierrez Solis

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    Carmen Puerto esta despierta desde hace una hora, pero no quiere comenzar este lunes, esta semana, y finge dormir. Continua, ficticiamente, el sueno de la pasada noche. Ha sonado que paseaba entre las dunas de una blanca y luminosa playa, como si fuera una de las mujeres que aparecen en el cuadro de Alex Katz que cuelga en una de las paredes del salon; que se banaba en un mar esmeralda, agua templada, acogedora; que se tumbaba en la arena, desnuda, relajada. Corria, gritaba, era feliz. Ha sonado que un hombre, alto, moreno y guapo, muy musculoso, el pelo corto y rizado, encrespado, la esperaba tumbado sobre una toalla, tambien desnudo. Cuando llegaba a su lado, el hombre la abrazaba, la besaba, la acariciaba, y comenzaban a hacer el amor. El hombre, se parecia a Alberto pero no era Alberto y hacia el amor hasta quedar sin fuerza, felices ambos, desmayados de tanto placer. A continuacion, reian, bebian cerveza y comian bocadillos, antes de volver a hacer el amor. Cuando desperto, Carmen estaba desnuda y muy excitada, y siguio sonando, ficticiamente, mientras se acariciaba con un pequeno vibrador violeta. Quiere seguir sintiendo a ese hombre a su lado, volverse a banar en ese mar esmeralda, cuando la pantalla del ordenador portatil, que la acompana en la cama, se ilumina. --?Estas despierta? --No, por eso te respondo. --Ese humor tuyo... --El humor tiene horario nocturno. --A veces ni eso. --No escoges la serie adecuada. --No te imagino riendote con una teleserie. --Deberias llevar tu imaginacion al gimnasio... --?Hay gimnasios para la simpatia? --Los cerraron con esto de la crisis. --Y a ti no te pillaba uno cerca... --Te dejo, me voy al gimnasio --en la pantalla de su Iphone puede leer JJ1 . Carmen Puerto minimiza la ventana del chat y atiende la llamada de telefono. --Dime --su voz es seria y ronca, como si pretendiera exhibir que le molesta que la llamen tan temprano, todavia en la cama. Al mismo tiempo, Carmen abre una fotografia en la pantalla de su ordenador portatil: un hombre de unos cuarenta anos, moreno, alto, con nariz prominente, ojos grandes, marrones, cejas muy pobladas, y negras, como su cabello, con facciones agradables, con una gabardina de un gris verdoso. Es Jaime Cuesta. --Carmen, disculpa la hora, pero necesitamos tu ayuda -- la conoce Jaime y sabe que tono de voz y que palabras debe emplear. --?Estas con esa? --enfadada, interrumpe a Jaime. --?Como, quien? --Esa, tu companera o lo que sea, la tal Julia... --Si, si... --disimula Jaime, pero Julia, a su lado, sabe que habla de ella y recrea un gesto de incertidumbre. --Dile que no vuelva a intentar localizarme, que no lo vuelva a intentar, que me deje en paz -- dice Carmen muy despacio, grave, amenazante. --Yo se lo digo, no te preocupes. --Jaime, no me has entendido, quiero que se lo digas ahora mismo... --?Ahora? --Ahora. --Diselo tu --le indica, y Julia arquea las cejas, preguntando. --?Que cono pasa? --le susurra Julia a Jaime, muy cerca del oido. --Yo no voy a hablar con esa tipa, diselo tu... --ordena Carmen. --No creo que... --divaga Jaime, en medio de una situacion, violenta y embarazosa, ante la que no sabe como reaccionar. --Adios, Jaime, adios... --amenaza Carmen con finalizar la conversacion. --Cono. --Adios, adios... --Espera. --Diselo. --Julia, por favor, no vuelvas a intentar localizar a Carmen --por fin dice Jaime, que se lleva un dedo a la sien, escenificando locura, mientras que Julia frunce el ceno, visiblemente contrariada. Hace por hablar, pero Jaime se lo impide, tapandole la boca con la palma de la mano. --Que no lo vuelva a hacer --imagina Carmen la escena al otro lado del telefono. Puede ver a Julia muy enfadada, histerica, haciendo lo imposible por arrebatar el movil de Jaime. --No lo hara --trata Jaime de conservar el equilibrio, contentando a Carmen, manteniendo en silencio a Julia. --Si lo hace... --no concluye Carmen la frase. --No te preocupes. Tras un incomodo silencio de varios segundos, Carmen pregunta con desinteres: --?Que habeis encontrado? --Julia te lo acaba de enviar al WhatsApp. --Julia... --Si, ya lo tienes. Carmen abre una nueva fotografia en la pantalla del ordenador. En ella se puede ver a una mujer de unos treinta y largos, cuarenta tal vez, pelo rubio muy corto, cara delgada, mas atractiva que guapa, cuello muy estilizado, ojos amplios, luminosos, de un azul cielo, sin pendientes en las orejas, de piel blanca. Es una fotografia de Julia Nunez. --Ahora te llamo --interrumpe Carmen bruscamente la conversacion. Julia se separa de Jaime, se muerde los labios y golpea con fuerza su hombro derecho. --!Eres el puto perro de la pirada esta, el puto perro, puto perro, que lo sepas! --le recrimina con violencia. --Vete a la mierda. No se detiene Carmen a contemplar las tres imagenes que ha recibido en su telefono movil, directamente las reenvia a su cuenta personal de correo electronico. El dormitorio permanece a oscuras, apenas unos rayos de sol se cuelan por las primeras rendijas de la persiana. Sin embargo, Carmen se mueve con agilidad en la oscuridad, esta acostumbrada a ella. Abandona la cama, busca a sus pies la parte superior de un chandal azul marino con tres rayas blancas en las mangas, que se coloca a toda velocidad, no cierra la cremallera, y recorre el pasillo y el salon, entre una densa penumbra que fabrica un decorado fantasmagorico; en la cocina, introduce una taza de agua en el microondas, selecciona un minuto en el temporizador, escoge al azar un tarro de capuchino --varios tarros se apilan sin orden junto a la placa de vitroceramica, sobre la encimera--; lia un cigarrillo con tabaco, Cutters Choice; anade dos pastillas de sacarina al agua caliente y cuatro cucharadas de capuchino en polvo; se dirige al desordenado y oscuro salon, durante varios segundos contempla un cuadro de Alex Katz en el que aparecen dos mujeres caminando entre las dunas de una playa --Partida --, en la pared que prosigue al pasillo, y el sueno de la pasada noche regresa fulgurante y electrico durante un segundo. Enciende el cigarrillo y lo coloca sobre un cenicero de cristal, transparente, toma asiento en un sofa de cuero marron, frente a una pantalla de plasma de 50 pulgadas, bajo otra reproduccion de Alex Katz, Blue umbrella , que representa a una mujer con la cabeza cubierta con un panuelo y bajo un paraguas en un dia de lluvia. Conecta la pantalla de plasma y, ayudandose de un teclado inalambrico, accede a su correo electronico y comienza a examinar las tres fotografias que se ha reenviado desde su telefono movil. En la primera fotografia puede ver una blanca y palida mano de mujer, seccionada limpiamente donde arranca la muneca, con las unas pintadas de un rojo intenso. --Un corte limpio, una sierra electrica con toda probabilidad. Sin rastros de sangre, unas en perfecto estado, pintadas una vez fallecida --repite en voz alta lo que escribe en una libreta de pastas verdes. La segunda fotografia corresponde a un pie, seccionado a mitad de tobillo, igualmente blanco y palido, tambien limpio de restos de sangre, igualmente las unas perfectamente pintadas, pero en esta ocasion de un azul marino muy brillante. Con una pequena cicatriz junto al menique, no reciente , tal vez un corte de la infancia, deduce mentalmente Carmen. --?Te gusta el color? --se gira Carmen, y le pregunta al cuadro de Alex Katz que tiene a su espalda: Karen (La sonrisa de Karen ). En la tercera fotografia aparece un corazon humano, cortadas las arterias y venas a ras, dentro de una de esas bolsas de plastico transparente que se utilizan para conservar alimentos. --Vaya, ha pasado por el super --murmura Carmen Puerto, sin apartar la vista de la pantalla. Carmen abandona momentaneamente el sofa de cuero, se coloca en cuclillas delante de la pantalla y, como si estuviera escaneando o memorizando las imagenes, examina las tres fotografias centimetro a centimetro. Se detiene especialmente en las unas pintadas de la mano y pie, en sus llamativos colores. Bebe el resto de capuchino con un gesto de desaprobacion, ya frio, y a ella le gusta muy caliente, lia un nuevo cigarrillo, y marca el telefono de Jaime (JJ1 ). --?Por que habeis sacado el pie y la mano de sus bolsas? --le recrimina a Jaime, nada mas escuchar su voz. --Ahhh --duda Jaime, se lleva la mano libre a la nuca, centra su mirada en Julia, que continua furiosa--, para que se vieran mejor en las fotografias --concluye. --No alteres mortajas, hijo mio ... Habeis manipulado unas pruebas --le advierte Carmen. No puede evitar pensar en Hilario Pino cada vez que habla con Jaime. --Nosotros no hemos hecho nada, ya sabes... De todos modos, lo han hecho siguiendo el procedimiento, no temas, las bolsas tambien van a ser analizadas --trata de ser convincente Jaime. --Cuando hagan las pruebas los batiblancas descubriran que los restos corresponden a tres personas diferentes, a tres mujeres, con toda probabilidad. Pero esto no quiere decir que sean victimas preferenciales --explica Carmen Puerto mientras recorre con su mano la pantalla, tal si estuviera acariciando los miembros encontrados. --Tres mujeres... --intenta decir Jaime. Julia escucha cerca de su hombro. --Tres mujeres de mas o menos la misma edad, si, tres mujeres... --se detiene un instante Carmen, hipnotizada por el azul de las unas del pie--. Estan congelados todos los restos, y me atreveria a decir que hasta hace no tanto estuvieron en un congelador, a muy baja temperatura, veinticinco o treinta grados bajo cero. Seguramente, no se trata de un congelador domestico, mas potente. --Si, estaban congelados... --confirma Jaime, sorprendido. --Teneis que haberlos encontrado en un lugar muy publico, muy popular, necesita llamar la atencion, presentarse ante todos como es debido... a lo grande: es su carta de presentacion. Ya estoy aqui , nos esta diciendo --sigue hablando Carmen mientras no cesa de mirar las fotografias de la pantalla. --Carmen, los han encontrado en tres puntos diferentes -- le rectifica Jaime, y los labios y ojos de Julia fabrican un gesto de satisfaccion. --Joder, tres sitios diferentes, joder, mas a lo grande de lo que imaginaba... Va a por todas el hijo de la gran puta. --Si, en tres. --?Donde? --Madrid, Barcelona y Sevilla. --Joder, joder, si que apunta alto. --Si, y en lugares muy populares, como tu decias --una apostilla de Jaime que contraria a Julia. --Evidente. --El pie en Madrid, en la Plaza del Callao, a escasos metros del edificio Capitol. En Barcelona, en Plaza Catalunya, la mano. El corazon, en Sevilla, a unos pocos metros del Ayuntamiento. En los tres casos, dentro de papeleras, perfectamente envueltos, bien protegidos, en esas bolsas... -- le informa Jaime. --Esas bolsas que han estropeado. --Las van a analizar --repite Jaime. --?Ya hemos comprobado las camaras de seguridad? --Si, y de momento no hemos encontrado nada. --Nada, nada... --replica Carmen y amplia nuevamente las fotografias de los tres miembros. Conoce la posicion de las camaras , escribe Carmen Puerto en su libreta. --Estamos tratando de buscar con cuantas de las denuncias por desaparicion que tenemos coinciden. Estamos en ello, ya sabes... --le gustaria a Jaime ser mas preciso. --Con ninguna coincidira, ya te lo digo --sentencia Carmen y se dirige a la cocina para prepararse otro capuchino--. Todavia no hay denuncias. --?Tu crees? --Necesita llamar la atencion --dice Carmen a la vez que abre fotografias de los lugares indicados, a traves de la aplicacion de Google. --No te puedes imaginar la que se ha montado --comienza a decir a Jaime, pero Carmen lo interrumpe. --?Cuando los habeis encontrado? ?Con cuantas horas de diferencia? --pregunta Carmen, con un lapiz en la mano. --La mano de Barcelona, ayer por la noche. El pie de Madrid cuatro horas despues, sobre las dos de la madrugada y el corazon de Sevilla hace un rato... a las siete. En ese orden los hemos encontrado. --Vaya juerga que se ha metido el cabron --comenta Carmen. Anota en una libreta: BCN, ?sabado 31M/1J?, Mad 1J, ?Sev 1J/2J? --Estamos comprobando si le podria haber dado tiempo a una sola persona... --dice Jaime. --Le ha dado --y rodea con un circulo las abreviaturas de las fechas y de las ciudades anotadas. --?Tu crees? --escucha Jaime en su telefono el crujido, al quemarse, del papel del cigarrillo que Carmen esta fumando. --Estos han sido los fuegos artificiales... --masculla Carmen. --?Fuegos artificiales? --Volvera a matar --sentencia Carmen, al tiempo que despliega sobre la pantalla un programa pirata por el que puede acceder a las camaras de seguridad de los tres lugares en los que se han encontrado los miembros. --?Como? --Volvera a matar. Y no tardara en hacerlo. LUNES, 2 DE JUNIO DE 2014. 9:00 H. A pesar de la llamada que la saco de la cama poco antes de las ocho, Carmen Puerto se entrega a su rutina diaria. Como cada manana, salvo la de los domingos, a las nueve en punto conecta la camara del videoportero de la puerta al ordenador y aguarda la llegada de Jesus mientras fuma, toma un capuchino y escucha las noticias en la radio. Aunque ella misma ha sido la que ha construido y mantiene esta excusa a lo largo de los anos, en realidad no solo lo hace por esperar la llegada de Jesus. En estas esperas, frente a la pantalla del ordenador, cada manana contempla a sus personajes habituales: los clientes del bar de la esquina, en direccion a la Avenida de Andalucia, Manuel, el propietario del taller de motocicletas, y sus caracteristicos silbidos; la duena de la fruteria de la esquina, Rocio, ese anciano de estirado pelo negro que saca a pasear su perro, un boxer con el cuello blanco, a Monica, la dependienta de la pequena tienda de ultramarinos de enfrente. Con suerte, tambien puede contemplar Carmen a otras nuevas personas, desconocidas, anonimas, a las que asigna actividades y personalidades de todo tipo. <>. Cuando era una nina, con su hermana Ana, Carmen Puerto jugaba a algo parecido, se asomaban al balcon y trataban de adivinar quien apareceria bajo el arco de la plaza. Contabilizaban los aciertos en una libreta y la que antes llegaba a diez era la ganadora. A las 9.02 h. aparece Jesus en la pantalla del ordenador. A pesar de que la imagen no es lo nitida que Carmen desearia, puede verle ojos de sueno y gesto de lunes. Carmen se reincorpora, apoya los antebrazos sobre el cristal que cubre la mesa. Repite Jesus la camisa negra, con doble cuello, que se compro en las ultimas rebajas y unos vaqueros gastados, manchados en la parte posterior de la rodilla izquierda, descubre Carmen. Como siempre, su bolsito azulon colgando de su hombro derecho. Y como casi siempre, justo despues de levantar la persiana metalica, Jesus se queda un instante, menos de un segundo, mirando hacia la camara del portal adyacente a su establecimiento. Tal vez sea su manera de desear buenos dias cada manana. --Buenos dias --dice nada mas dejar de verlo--. Karen, se ha cortado demasiado el pelo esta vez, le hace cara de tonto -- se gira Carmen sobre ella misma y le comenta al cuadro que tiene a su espalda. Como la mayoria de las ubicadas en la zona, la casa de Carmen Puerto cuenta con dos plantas, fachada estrecha, rectangular, rematada por una azotea. Calle Padre Pedro Ayala, barrio de Nervion, en Sevilla. Es una zona muy tranquila, familiar, con aspecto de pueblo en la mayoria de sus calles. Muy cerca de la antigua fabrica de cerveza Cruzcampo y de la Prision Provincial, <>, como se la conoce en la actualidad. Nada dejo al azar, la situacion geografica de la vivienda de Carmen Puerto surgio de un minucioso estudio previo: a menos de 15 minutos, caminando, de la estacion de tren de Santa Justa; a menos de dos kilometros, tras finalizar la Avenida de Andalucia, de la SE30 , que conecta con Cadiz, Huelva, Malaga y Cordoba; y a menos de 10 minutos, en coche, del aeropuerto de San Pablo. La planta baja de la casa de Carmen Puerto la ocupan la puerta de entrada, tras la que se encuentra la empinada escalera que conduce a su vivienda, y la peluqueria para <> de Jesus, Jesus Fernandez Cortes, su particular inquilino. Aunque exteriormente pueda parecer mas amplio, a tenor del tamano de la fachada, el piso de Carmen Puerto, situado en la primera planta del edificio, es relativamente pequeno: 66 metros cuadrados. Un dormitorio con dos ventanas que dan a la calle, pero que siempre estan cerradas, las persianas hasta abajo; un amplio salon cuadrado y oscuro; un cuarto de bano y una cocina rectangular, que concluye en un pequeno lavadero, en el que se eleva una escalera metalica, de caracol, que conduce a la azotea. Todavia sentada frente a la pantalla de plasma, Carmen da por concluida la conexion con la calle de esta manana, una vez que Jesus ha accedido a la peluqueria. Recupera las fotografias de los tres miembros seccionados que le han enviado Jaime y Julia. Contempla las imagenes una a una, las examina y analiza de forma individual, y a continuacion de manera colectiva, estableciendo posibles vinculos que desarrolla mentalmente. No escribe en su libreta, de momento. Visita las portadas de las ediciones digitales de algunos periodicos, necesita comprobar que, de momento, nadie ha filtrado la noticia. A traves de una de sus cuentas falsas, escoge @arga2 en esta ocasion, accede a la cuenta de Twitter de Pedro Gines, un periodista de <>, celebre por sus apariciones televisivas y por sus informaciones <>. --De momento este cabron no ha dicho nada --murmura Carmen, tras comprobar que su ultimo tuit es del 31 de mayo. A continuacion, como si alguien le indicase los pasos a dar, Carmen se coloca unas gafas de sol, unas Rayban metalicas con cristales verdes, descuelga un manojo de llaves de un clavo en la pared, a la izquierda del cuadro de Alex Katz de las dos banistas que pasean relajadamente entre las dunas y se dirige a la cocina. Se prepara un capuchino: agua muy caliente, cuatro cucharadas y dos comprimidos de sacarina. Introduce una de las llaves en la cerradura de seguridad de la reja metalica negra que separa la cocina del lavadero. Una lavadora, un pequeno tendedero y tres estanterias de pvc . Nada mas comenzar a subir la escalera de caracol, escucha: <>, que exclama un My Little Pony de tonos violetas, rosas y grisaceos, con voz aguda de cuento infantil, sentado en el septimo peldano. La voz del pequeno unicornio no sorprende a Carmen Puerto, que se detiene a medio camino de la escalera e introduce una llave en la cerradura que hay en la trampilla del techo. Ayudandose de las dos manos levanta la portezuela de acero y una avalancha de luz, de rayos de sol, se proyecta sobre su rostro. Por unos segundos, instalada en la oscuridad, Carmen Puerto se siente indefensa, vulnerable, atropellada, a pesar de la proteccion de las gafas. Aun asi, la rutina traza el recorrido, repite los movimientos de cada manana, tiene memorizadas todas las distancias, y accede a la azotea sin mayores complicaciones. Flanqueada en sus cuatro costados por un tupido y alto canizo artificial, desde la azotea de Carmen solo se contempla el cielo, interminable y azul, como una infinita cupula monocolor. Ningun edificio, antena o similar a la vista, como si se tratara de un lugar en mitad de la nada o por encima de todo. Carmen Puerto camina hasta la parte delantera, donde se alza la fachada principal del edificio hacia la calle Padre Pedro Ayala y ayudandose de una manguera azul marino riega un amplio arriate donde crecen sus plantas de marihuana. Verdes y frondosas, rezuman salud y atencion permanente. Comprueba el estado de las hojas, busca imperfecciones, examina el color y grosor de los tallos, toca la tierra para cerciorarse de que la humedad es la adecuada. Seguidamente, busca en la parte inferior de un armario de aluminio una llave, oculta en la parte interna, que no tarda en encontrar. Abre el armario, de la balda superior coge un cenicero, papel de fumar y boquillas marrones, un encendedor y una cajita de madera. Toma asiento en una hamaca de lona, en el centro de la azotea, y lia dos cigarrillos con marihuana. Durante unos segundos contempla el cielo, sin nubes, azul, monotematico, que lo cubre todo, mas alla de los canizos que la protegen de posibles miradas. A continuacion, con naturalidad, es un ritual que repite la mayoria de los dias que luce el sol, se despoja del chandal azul marino que la cubre, tambien de la ropa interior, bragas y sujetador blancos, de algodon, y desnuda se deja caer sobre la hamaca. Comienza a fumar la marihuana con los ojos cerrados. Sigue teniendo Carmen un cuerpo menudo y armonico, los anos aun no se han cebado con ella; su piel continua siendo palida y tersa, con un mapa de pecas en el pecho y en las mejillas. Delgada, de ojos inquietos, de un marron miel, nariz con intencion aguilena. Desde los veinticinco, dentro de unos meses cumplira cincuenta anos, Carmen tine su pelo de una intensa tonalidad cobriza que subraya la delgadez de su rostro. Raramente usa pendientes, anillos o pulseras, como en tantas otras cosas es una mujer sencilla, austera. Si tuviera que elegir Carmen una parte de su cuerpo se decantaria por sus manos, puede que lo haya confesado en alguna ocasion, afiladas, de unas cuidadas, jamas pintadas. Le gusta mirarlas cuando habla por telefono o cuando fuma marihuana desnuda en la azotea, como en este momento. Pero ahora, Carmen no mira sus unas, sigue reproduciendo las tres fotografias que le han enviado Jaime y Julia. Trata de establecer conexiones, puentes, con otras imagenes similares que conserva en su memoria. Una mano, un pie y un corazon congelados, envueltos en bolsas de plastico de las que se emplean para la conservacion de alimentos. <>, deduce.

  • Lo que no es tuyo no es tuyo de Helen Oyeyemi

    https://gigalibros.com/lo-que-no-es-tuyo-no-es-tuyo.html

    “Lo que no es tuyo no es tuyo” es una coleccion de relatos que comparten entre si algo mas que la colorida prosa de su autora: las llaves, literales y metaforicas, que desvelan secretos y abren por igual puertas y corazones. En un cuento dan acceso a una biblioteca perdida y a un jardin oculto en Barcelona, dos lugares que seran la clave del destino de las protagonistas; en otro, abren el corazon de una alumna en una escuela de marionetas; hay llaves que protegen de los fisgones un mistico diario intimo, y otras que cierran las puertas de una inquietante “casa de las cerraduras”. Tomando los cuentos de hadas como punto de partida, Helen Oyeyemi revisita la tradicion desde perspectivas insolitas y, gracias a su poderosa y brillante imaginacion, nos transporta a lugares que, como en los suenos, nos resultan tan sorprendentes como reveladores.

  • Quien quiere ser madre, Silvia Nanclares de Silvia Nanclares

    https://gigalibros.com/quien-quiere-ser-madre-silvia-nanclares.html

  • Trilogia Duncan y Tris de C. J. Benito

    https://gigalibros.com/trilogia-duncan-y-tris.html

    Historia completa

  • Reparar a los vivos de Maylis De Kerangal

    https://gigalibros.com/reparar-a-los-vivos.html

    Le Havre. Simon Limbres regresa con sus amigos de una adrenalinica sesion de surf. La camioneta en la que viaja choca contra un arbol. Poco despues de ser ingresado en el hospital, el joven muere, pero su corazon sigue latiendo. Thomas Remige, un especialista en trasplantes, debe convencer a unos padres en estado de shock de que ese corazon podria seguir viviendo en otro cuerpo. Y salvar, tal vez, una vida. Este es el contundente arranque de la novela, que mantiene al lector en vilo hasta las ultimas lineas.

  • Callate y besame, tonto de Raquel Mingo

    https://gigalibros.com/callate-y-besame-tonto.html

    Llega la segunda entrega de <>.

  • El coleccionista de sonrisas de Raquel Rodrein

    https://gigalibros.com/el-coleccionista-de-sonrisas.html

    Una tranquila localidad del condado de Fife, Escocia, se convierte en el escenario de una triste tragedia que sacude a todo el pais. Dos anos mas tarde, Sam Hamilton continua sumido en una profunda depresion, ha abandonado su trabajo y logra encontrar cierto alivio a su pena a traves de la pintura. Hasta que una manana recibe una llamada que vuelve a derrumbar su mundo.
    Olivia Muriel viaja a Edimburgo con motivo de una oferta laboral y con el objetivo de cerrar un capitulo de su vida. La ruptura con Duncan Murray, el hombre por el que estuvo dispuesta a cambiarlo todo, le ha dejado un inconsolable vacio y muchas preguntas. En busqueda de respuestas empieza a escarbar en los recuerdos y descubre un pasado del hombre a quien amaba que desconocia. Frustrada ante tantas incognitas, esta dispuesta a llegar hasta el final con todo el dolor que ello conlleva.
    ?Y si la persona que amas no es quien dice ser?
    Olivia tendra que remontarse muchos anos atras para desenterrar secretos que Duncan jamas le revelo.
    Un conmovedor relato sobre esas personas que dejaron una huella en nuestras vidas y la verdad que nunca nos contaron.

  • Un amor muy conveniente, Brianne Miller de Brianne Miller

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  • Volver a Canfranc de Rosario Raro

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    Marzo de 1943. Agazapados dentro de una habitacion secreta, varias personas contienen la respiracion mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En la estacion internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvastica ondea sobre la playa de vias. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.
    Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo con la valentia que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judios consiguieran atravesar esta estacion mitica. Ademas de ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el regimen nazi la esperanza se llamo Canfranc.

  • El cuaderno del ano del Nobel de Jose Saramago

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