• nadie esta seguro con un libro en las manos - Santiago Alba Rico

    https://gigalibros.com/nadie-esta-seguro-con-un-libro-en-las-manos.html

    La experiencia de la lectura viene siempre determinada por dos coordenadas materiales. Una tiene que ver con el texto, que nos llega en diferido, en la distancia de un pasado que, cristalizado y conservado entre las tapas del libro, como en una lata de conservas, dejo de existir hace ya tiempo y nos alcanza por tanto amortiguado, despuntado y vencido: es lo que llamamos ‘ficcion’. La otra coordenada tiene que ver con el cuerpo del lector. La lectura reclama la postura sedente y condiciones mas o menos confortables para la concentracion. Ponerse a leer es, de alguna manera, aburguesarse. Se puede leer tambien, es verdad, en una trinchera o de pie en un vagon de metro, pero hasta tal punto el libro impone unas reglas ergonomicas de recepcion que, apenas abrimos sus paginas, incluso baqueteados en medio de una tormenta, la lectura nos protege tanto de las verdades que contiene el libro como del mundo en que lo leemos. Esta diferencia en el tiempo y esta comodidad en el espacio constituyen la fuente de todos los peligros asociados a la literatura: el de que nos tomemos demasiado en serio lo muy lejano, como don Quijote, y el de que, al reves, nos tomemos como imposible o increible lo mas cercano.

  • Nadie está seguro con un libro en las manos - Catarata.org

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    30 abr 2018 — Nadie está seguro con un libro en las manos. Lecturas inconvenientes. Santiago Alba Rico. Un volumen de breves y luminosos ensayos sobre la ...

  • Nadie está seguro con un libro en las manos - Amazon

    https://www.amazon.es/Nadie-est%C3%A1-seguro-libro-manos-ebook/dp/B07CZ5J33W

    Nadie está seguro con un libro en las manos: Lecturas inconvenientes (Mayor nº 673) Versión Kindle. de Santiago Alba Rico (Autor, Colaborador) Formato: ...

  • Nadie está seguro con un libro en las manos: Lecturas ...

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    Nadie está seguro con un libro en las manos: Lecturas inconvenientes (ECONOMIA CRITICA Y ECOLOGISMO) : Santiago Alba Rico, Santiago Alba Rico: Amazon.es: ...

  • NADIE ESTÁ SEGURO CON UN LIBRO EN LAS MANOS ...

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    NADIE ESTÁ SEGURO CON UN LIBRO EN LAS MANOS. LECTURAS INCONVENIENTES, ALBA RICO, SANTIAGO (1960), 16,00€. ?La experiencia de la lectura viene siempre ...

  • NADIE ESTÁ SEGURO CON UN LIBRO EN LAS MANOS - LAIE

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    NADIE ESTÁ SEGURO CON UN LIBRO EN LAS MANOS. LECTURAS INCONVENIENTES. Alba Rico, Santiago · Libros De La Catarata. 2018. 176 Páginas. Formato: Rústica.

  • Nadie está seguro con un libro en las manos - Alba Rico ...

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    Nadie está seguro con un libro en las manos. Editorial: Catarata. Páginas: 174. Año: 2018. EAN: 9788490974643. 16,00 €. ENVÍO GRATIS.

  • santiago alba rico - KALAMO LIBROS, SL - IberLibro.com

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    Esta diferencia en el tiempo y esta comodidad en el espacio constituyen la fuente ... NADIE ESTÁ SEGURO CON UN LIBRO EN LAS MANOS: Lecturas inconvenientes.

  • Nadie está seguro con un libro en las manos - El Péndulo

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    Nadie está seguro con un libro en las manos, Alba Rico, Santiago, $476.00. La experiencia de la lectura viene siempre determinada por dos coordenadas ...

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    La experiencia de la lectura viene siempre determinada por dos coordenadas materiales. Una tiene que ver con el texto, que nos llega en diferido, en l.

  • Te envolvi en besos (Por amor 3), Maria Beatobe de Maria Beatobe

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    Tras el accidente, llega el cumpleanos de Naira y la gran celebracion que sus mejores amigas le prepararan en una discoteca !Por fin cumple dieciocho anos! La fiesta dara mucho de si, pero sobre todo una sorpresa que nunca olvidara.

  • La culpa la tiene cupido de Vanessa Lorrenz

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    Jane nunca imagino las sorpresas que te puede dar la vida, o la muerte en su caso, pero ahi estaba trabajando para la urraca con patas, mientras la muy infeliz se revisaba la manicura, pero ?Que hay de malo en eso? Aparentemente nada, unicamente que ella no seria al ayudante de cupido, definitivamente no ayudaria a ese panaludo con flechas, a menos... que... no le quede otra opcion.
    Pero dejenme decirles algo, el culpable de todo siempre sera cupido.

  • Mentiras en La Hora del Te de Susana F. Ameijeiras

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    Consiguio vaciar su habitacion de cualquier trasto inutil a la misma velocidad que eliminaba de su interior todo pensamiento inservible. Los dos habitaculos se eliminaron a la vez sin haberse puesto de acuerdo. Ya no quedaba nada a lo que poder echar mano para seguir buscando; habia agotado todos sus recursos: los externos y tambien los internos. Estaba vacio. --Senor... La cabeza del senor se dio la vuelta muy despacio; le costaba despegar su cuerpo erguido mirando a traves de aquella enorme cristalera que, de manera curiosa, todavia estaba brillante y limpia. La cristalera era la unica superviviente de todo aquello; quizas, aquel senor todavia la necesitaba para algo. --Dime, Carlos. --Creo que ya esta todo, senor. --Querras decir que ya no queda nada. Carlos balbuceo. --Puede que, para usted, senor, no quede nada, pero yo le aseguro que, para mi, irme de aqui hace que comience todo. El senor levanto las cejas; en realidad, las retorcio de una manera extrana. Aquellos ojos parecian moverse de una manera poco usual detras de sus pequenas gafas cada vez que al senor le llamaba algo la atencion. --Entonces, nos vamos ya, senor. --Estoy listo. Carlos conducia el coche mientras aquel hombre iba detras. Una de sus cejas habia quedado arqueada, sintoma inequivoco de que algo estaba pensando. Tal vez su cabeza todavia seguia sin estar vacia del todo; quizas, todavia se agarraba a algo. Siendo sinceros, aquel hombre a poca cosa podia agarrarse, ya que, por no tener, no tenia ni un hogar. Lo habia perdido todo o casi todo. --Carlos, ?has guardado el dinero donde te dije? --Si, senor --contesto Carlos--. ?Sigue queriendo que lo traspase a la cuenta que me dio? --Si, hazlo cuando puedas, gracias. Carlos miraba de vez en cuando a aquel hombre por el espejo retrovisor. Habia sido su mano derecha durante muchos anos, su chofer, su asistente personal, su chico de los recados... Si Carlos no habia fallado, entonces, ?que habia sido lo que habia provocado aquel desastre? Carlos era solo un chico normal, sin mas. No tenia pretensiones; no buscaba reconocimiento. Cualquier persona lo habria etiquetado, tal vez, de pusilanime o, quizas, habria pensado que carecia de objetivos, de foco, de ilusion, de reconocimiento... Todo lo que se le ocurria pensar a aquel hombre eran etiquetas, muchas etiquetas. Todo lo pasaba por una etiqueta. Era posible que las etiquetas pudieran resolver sus dudas. Quizas una mala colocacion de estas habia producido todo aquel caos que lo habia llevado a perder anos de trabajo. Una mala organizacion, un mal enfoque como lider... --Senor, ?se encuentra bien? El hombre levanto despacio la mirada. --Si, estoy bien. Mas de media hora en el coche casi habia conseguido que aquel hombre terminara echandose una pequena cabezada en el asiento de atras, pero ya habian llegado a su destino y debia bajarse. --Senor, deje que le abra la puerta. --Gracias, Carlos. El hombre miro aquella oficina donde debia dejar las llaves de todas sus posesiones. Algo le agarro el pecho. Suspiro levemente y se volvio a sentar. --Senor, debe hacerlo y, cuanto antes, mejor. --Lo se, Carlos, lo se. Hubo un silencio pequeno, o no. --Carlos, ?tienes dinero en la cartera? Creo que necesito dar un paseo, tomar el aire y beber un vaso de agua. Carlos lo miro, sin juicio, solo lo miro. Eran muchos anos con el. Lo normal era que Carlos quisiera asegurarse de que el senor estuviera bien. --Tome, senor, lo espero en el coche. Aquel hombre entro en una cafeteria. Intuitivamente, se sento en la mesa con menos atractivo de todas: la que estaba justo al lado de la puerta de la cocina y por la que salian todos los olores cuando algun camarero la abria. El sitio no podia reflejar mejor el valor que se daba a si mismo: ninguno. --Un cafe, por favor --pidio de manera correcta aquel hombre con el hilo de voz justo para ser amable con alguien una vez mas. El camarero poso un pequeno tazon con algo de leche y dos gotas de cafe. Aquel hombre miro la taza, un poco antigua y con restos de lo que podria haber sido el cafe anterior alli vertido. <>, penso. El senor abrio despacio el sobre del azucar, tambien malogrado por la torpeza del camarero al depositar el cafe encima de la mesa, y comenzo a fijarse como aquellos pequenos granos caian de una manera casi perfecta: no habia una sola arena de aquel azucar que se desviara hacia ningun lado. Siendo el un hombre que, en sus mejores tiempos, tomaba cafe casi a diario, el olor que desprendia aquella mezcla comenzo a parecerle muy desagradable. Su estomago termino por rechazar aquel olor y dejo el cafe. En ese momento en que no tenia ni un cafe que tomar, comenzo a sentir una extrana emocion que no controlaba. Se asusto; aquel hombre siempre lo controlaba todo. Fueron quizas los dos peores segundos en mucho tiempo: sudor, desesperacion, miedo, nervios... Por una vez en su vida sintio lo que siempre habia tenido miedo de sentir: vacio, desesperanza y ansiedad. --Ja, ja, ja. --Algo interrumpio la lucha interna de aquel hombre; unas risas y unas voces que venian de algun sitio llamaron su atencion. El senor miro. Llamo al camarero. --Un boligrafo, un papel y un vaso de agua. --Si, caballero. --Ah, una ultima cosa --continuo el senor--. Llevese este cafe y planteese cambiar de marca. Escribio y escribio, etiqueto y etiqueto; las anotaciones se iban amontonando en la mesa. Pidio mas y mas papel. Sus manos sudorosas empezaron a temblar al no poder seguir el ritmo intenso de su escritura. Carlos ya se habia asomado a la cristalera, tambien brillante (quizas lo unico brillante), de la cafeteria, pero Carlos esperaba; Carlos no tenia prisa. Solo era una persona fiel con ganas de seguir sirviendo a su senor. Carlos no protestaba. Aquel hombre dejo el boligrafo, pidio un whisky y respiro, siempre cabizbajo, pero respiro. Tras pagar la cuenta, salio en busca de Carlos, que esperaba pacientemente en el vehiculo. --Carlos, a mi casa. --Senor... --Lo se, tengo que devolver las llaves, pero todavia me queda algo por coger. Por favor, a mi casa. Carlos no dijo nada, arranco el coche y dejo a aquel hombre justo en la entrada de su casa. El senor abrio el portal, subio las escaleras y abrio la puerta. Solo fueron unos minutos. --Ya esta, Carlos, ahora vamos al banco. --No se preocupe, senor; eso ya lo hago yo como usted me mando. --No, Carlos, hay cambio de planes; yo me encargo del dinero. --Como usted quiera. El senor se fue, tal vez a cualquier habitacion de un hostal. Devolvio las llaves de todas sus pertenencias y tuvo muy claro lo que tocaba hacer a partir de ese momento. Carlos tambien se fue. Sus caminos no se volvieron a juntar.

  • Esclava de tus besos de Maria Cuadrado Villadiego

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    La caja de pandora poco a poco comienza abrirse, el pasado reaparece y los secretos estallan, haciendo que las personas menos indicadas sufran por ello.
    Elizabeth, despues de abandonarlo todo por amor y que saliera mal, comienza sola una nueva vida en Londres. En este tiempo, conoce nuevas personas, se rencuentra con viejos amigos, y refuerza ese amor que siente por Emma, aquella nina que le ha robado el corazon y le da ganas de seguir adelante; pero no deben confiar en todos, ya que muchos solo quieren destruirla.
    El imperio que formo Damian con tanto esfuerzo, se viene abajo lentamente y sin quererlo se queda solo, mientras en las tinieblas esa persona que quiere destruirlo, sigue planeando su gran final.

  • Porciones de felicidad – Anne Ostby de Anne Ostby

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    Una historia sobre la verdadera amistad, que perdura a pesar del paso del tiempo, y sobre la necesidad de dejar atras el pasado para ser felices.

  • Hielo rojo de Julia De La Fuente

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    Cuando el lago se congela y los lobos aullan, el pequeno poblado junto al fiordo se estremece. Una magia oscura campa a sus anchas por el bosque.
    Aila no es mas que una granjera pero, cuando un cuervo la visita en suenos, descubrira que tal vez tenga que empunar un hacha que no le pertenece para salvar a aquellos a los que quiere.

  • Lo mejor de nuestras vidas de Lucia Galan Bertrand

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    < Un verdadero aprendizaje de vida, un descubrimiento profundo de mis emociones, de las de mis hijos y de las de cientos de familias que pasan por mi consulta.
    ?Que siente mi hijo? ?Que siento yo como madre? ?O tu como padre? Una lectura para no desperdiciar ni un solo minuto de la vida de nuestros hijos, instantes que ya no volveran. ?Que te gustaria que recordaran tus hijos de ti y de su infancia cuando sean mayores? !Atrevete a descubrirlo!>>

  • No temere mal alguno de Abraham Stern

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    Durante mas de veinticinco anos estuvo huyendo de su pasado.
    Su afamada carrera periodistica le hizo creer que la horrenda adolescencia que vivio en Luisiana habia desaparecido finalmente de su memoria.
    !Nunca estuvo tan equivocada!
    Justo cuando pensaba que vivia los mejores momentos de su vida, un brutal doble asesinato la hace regresar a Nueva Orleans para reportar el homicidio mas detestable conocido en la historia de la ciudad.
    Su participacion en la investigacion resulta fundamental para resolver el crimen.
    Con el despiadado asesino bajo rejas, ella siente haber alcanzado la cuspide de su carrera profesional, pero en un juego del destino descubre un secreto de ese pasado personal que creyo haber olvidado y que le hizo salir huyendo sin saber lo que el futuro le tenia reservado.
    Madeleine Thomas ha regresado a casa. Ahora es tiempo de que conozca su aterradora verdad.

  • Pequeno pais de Gael Faye

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    Galardonado con el prestigioso Goncourt des Lyceens, entre otros muchos premios, este <> fue la sensacion literaria en Francia en 2016. Su desgarradora belleza, su honda melancolia y su intenso dramatismo conquistaron el corazon de miles de lectores, un fenomeno extraordinario que ha generado una venta de mas de setecientos mil ejemplares hasta la fecha.

  • Una corte de alas y ruina de Sarah J. Maas

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    Feyre ha vuelto a la Corte Primavera decidida a desvelar las artimanas de Tamlin y las razones del rey que amenaza Prythian. Pero para hacerlo, tendra que jugar al mortal juego del engano. un solo paso en falso podria condenarla, no solo a ella sino a todo su mundo. La guerra se cierne sobre todos, y Feyre tendra que elegir muy bien en quien confiar.

  • Salvada (Los verdugos de Hades 2) de Tillie Cole

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    La esperadisima segunda entrega de la saga de Los Verdugos de Hades

  • El Bosque de los Pigmeos (Memorias del Aguila y del Jaguar 3) de Isabel Allende

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    Con El Bosque de los Pigmeos, Isabel Allende cierra la trilogia <>.

  • La chica que sonaba con un anillo (Chicas Magazine 1) de Olivia Kiss

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    Jane acababa de poner el punto final al ultimo articulo del dia cuando Zoe abrio la puerta de su despacho; entro con una sonrisa en la cara, cerro y despues dejo escapar un grito ensordecedor, como si no fuese a escucharse a traves de las paredes finas del edificio en el que trabajaban. Jane puso los ojos en blanco, la ignoro y repaso lo que habia escrito. Su amiga Zoe solia entrar en su despacho una media de entre quince o veinte veces al dia, normalmente por cosas que, desde luego, no eran importantes, como el hecho de que hubiese descubierto la referencia de ese pintaunas tan bonito que no encontraba o para relatarle con pelos y senales alguna de sus noches locas mientras Jane intentaba concentrarse en narrar todo lo contrario; un enlace clasico y duradero. --Tengo que mandar esto, Zoe --protesto. --!Pero es que es una noticia increible! !No podia esperar! --Abrio las rendijas de la persiana y miro a traves del hueco a algunos companeros que trabajaban en la sala central dividida en cubiculos--. Es totalmente confidencial. Al menos, hasta dentro de unas horas... Eso logro captar la atencion de Jane. Suspiro y dejo lo que estaba haciendo. --Esta bien. Sueltalo ya, vamos --le pidio. --!Voy a hacer una sustitucion! ?No es genial? --?Una sustitucion? Pero eso... es imposible. Y era imposible porque Zoe trabajaba con ella. Eran una y carne, ventilador y calor, drama y chocolate. Es decir, que siempre estaban juntas; no solo en un ambiente laboral, tambien cuando terminaban la jornada, dado que vivian juntas. A pesar de que no se parecian absolutamente en nada, Jane la necesitaba en su vida mas que a cualquier otra persona. De alguna manera, Zoe era su contrapunto. --Al parecer, Gabe Jenkins la cago. Otra vez, si. Asi que lo van a castigar apartandolo de su puesto durante un par de meses. ?Y adivina quien lo ocupara mientras tanto...? --Tu, claro. Pero eso significa que... oh, !Dios mio, no puede ser! !Dime que es imposible! Jane se llevo las manos a la cabeza. Si Zoe era su companera e iba a ocupar el puesto de Gabe, todo indicaba que el... pasaria a trabajar con ella. Respiro hondo para intentar calmarse, pero fue en vano, porque la mera posibilidad de poder estar en lo cierto era escalofriante. Gabe Jenkins era conocido en la redaccion por tres cosas. Uno, por haberse acostado con mas del cincuenta por ciento de las mujeres que trabajaban en plantilla. Dos, por ser un cretino arrogante e idiota. Tres, porque era uno de los mejores redactores de deportes. A Jane eso le importaba bien poco. Hasta la fecha, Zoe y ella se habian apanado perfectamente. Acudian las dos juntas a los enlaces de bodas que debian cubrir, resumian el acontecimiento sacando fotos o realizando una entrevista si era el caso y, despues, lo pulian todo en la redaccion antes de mandar el reportaje completo, con los textos acompanados por las imagenes del encuentro. Llevaban haciendo eso mismo durante los ultimos tres anos y, aunque Jane sabia que el sueno de su amiga siempre habia sido poder trabajar en el mundo deportivo al que ahora iban a destinarla, no podia evitar sentir una opresion en el pecho, porque a Jane no le gustaban los cambios ni las cosas que escapaban de su control. --?Estas bien? --Zoe la miro preocupada. --Dime que todo esto es una broma... --Jane, cielo, no es para tanto, tan solo seran un par de meses y, por desgracia, despues le devolveran su puesto de trabajo a ese idiota arrogante y a mi me daran la patada. --Zoe, !?no ves cual es el problema?! !Esto es una locura! --Jane se levanto de la mesa, apoyo las manos en el escritorio e intento mantener la calma respirando hondo, pero conforme la idea de lo que iba a ocurrir calaba mas en su interior, la presion se volvia mas y mas fuerte--. ?Como voy a trabajar con Gabe Jenkins? Es el demonio. Lo contrario al amor. ?Y recuerdas a que me dedico? !A narrar enlaces DE AMOR! --reitero alterada. --Calmate, seguro que encontraras la manera de... Zoe se interrumpio cuando llamaron a la puerta del despacho. Era Ava Bell, la nueva secretaria del jefe de la revista Golden Miller, Dominic Miller. Cuando les pidio amablemente si podian acompanarla hasta el despacho del director, las dos enmudecieron y la siguieron por los pasillos llenos de escritorios y del sonido de los ordenadores y de murmullos. La revista en la que trabajaban era una de las mas prestigiosas del pais. Los Miller la habian fundado decadas atras y, actualmente, tras retirarse, la habian dejado en mano de sus tres hijos, aunque, en realidad, el unico que parecia estar sentado en el trono era Dominic, el hijo mayor de la familia. Su hermano Blake era conocido por ser un mujeriego incorregible y aparecia por las oficinas cuando le venia en gana, algo parecido a lo que tambien hacia la pequena de los Miller, Olivia. Asi que, aunque los trabajadores de la revista respetaban a los tres socios, al que verdaderamente todos temian era a Dominic. De hecho, entre los pasillos se lo conocia como la Bestia, tal como lo habian apodado. Y es que Dominic era un poco asi. Una bestia. De mirada afilada y gris, rostro anguloso y atractivo y una seguridad en si mismo que conseguia empequenecer a cualquiera que se le pasase por delante. O eso fue lo que penso Jane en cuanto entro en su despacho acompanada por Zoe, antes de que la secretaria cerrarse la puerta dandoles privacidad. --Sientense, senoritas --ordeno Dominic. Jane y Zoe se acomodaron en las sillas y, antes de que pudiesen decir nada, la puerta del despacho volvio a abrirse y Gabe Jenkins entro. Llevaba el pelo rubio un poco despeinado, los ojos negros encendidos y su expresion no era nada amistosa. --Llegar tarde no te hara sumar puntos --le dijo Dominic. --Habia trafico --mintio Gabe, sentandose. --Bien, supongo que ya te habras enterado de cual va a ser tu castigo. --La Bestia se recosto en su carisimo sillon y suspiro como si estuviese cansado de tener que tratar con ninos y no con adultos, o como si aquella reunion le pareciese de lo mas aburrida--. A partir de ahora trabajaras con la senorita Jane Davis. Como sabes, se encarga de la seccion de bodas, una de las mas leidas, asi que espero que te lo tomes muy en serio, porque, si no, este apano dejara de ser temporal y se volvera definitivo. --!No, por favor! --grito Jane llevandose una mano al pecho. Cuando se dio cuenta de que todos la miraban algo asombrados, carraspeo--. Quiero decir, que no... que no sera necesario, seguro que el senor Jenkins trabaja asombrosamente bien. --Eso espero. --Dominic alzo una ceja. --?Algo mas? --pregunto Gabe de mal humor. --Si. Jane, hazle un hueco en tu despacho e informale de cuales seran sus tareas y todo lo que debe saber. Yo me encargare de poner al dia a Zoe -- anadio mirando a su amiga y, como tardaron mas de unos segundos en levantarse, les dirigio una mirada iracunda que a Jane le acelero el corazon--. ?Se puede saber por que seguis aun aqui? --Pe-perdone. --Se puso en pie. Despues salio de alli a toda prisa y solo respiro hondo cuando se alejo unos metros de la puerta cerrada del despacho. Sin embargo, su ceno se fruncio al oir una risita tras ella. Se giro. Gabe se reia burlon mientras la seguia. Jane freno en seco. --?Que demonios te hace tanta gracia? --Tu. Y el palo que tienes metido por... --!?Perdona?! No me conoces de nada. --No, pero parecia que te iba a dar un infarto ahi mismo. --Sera porque le tengo algun respeto a mi jefe. --Yo no lo llamaria respeto, era mas bien miedo.

  • El mito de las dietas de Tim Spector

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    ?Por que fracasan la mayoria de las dietas? ?Por que una persona que come un determinado alimento aumenta de peso mientras otra que come lo mismo adelgaza? ?Por que, pese a todos los consejos sobre que hemos de comer, seguimos engordando?

  • ?Quien Eres?, Marian Manzano de Marian Manzano

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  • Al vuelo de la pagina de Juan Malpartida

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    Al vuelo de la pagina, de Juan Malpartida, es un diario que abarca la ultima decada del siglo XX. El autor no se limita a reflejar su punto de vista, sus observaciones sobre literatura, filosofia, politica y vida literaria, sino que deja testimonio de su dialogo con escritores, desde la lectura pero tambien desde la amistad, como Octavio Paz, Fernando Savater, Juan Gil-Albert, Enrique Molina, Charles Tomlinson y muchos otros que vemos aparecer en estas paginas que se convierten, asi, en un testimonio historico.

  • Pasion y engano de Miranda Lee

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  • La accidentada boda de lord Mersett (Minstrel Valley 8) de Alexandra Black

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    Continua la rompedora serie de <>, creada por trece autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeno pueblo de Hertfordshire, descubriras una historia llena de amor, aventuras y pasion.

  • Seria genial de Rosario Vila

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    Cuando Alberto le pide a Marta un tiempo y se va de casa, ella no sospecha que pretende permanecer en un angustioso silencio, como tampoco se imagina que va a dejar a Flipy atras, su travieso huron. Marta se refugia en su tienda de labores, donde imparte talleres de trapillo a un divertido grupo de clientas, pero ni eso ni el nacimiento de los esperados bebes de su amiga Clara consiguen aliviar su desamor. Sin embargo, la vida te da lo que necesitas cuando menos lo esperas, y gracias a Flipy la suya esta a punto de cambiar.

  • Dos ruedas y un destino de Manu Ponce

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    Mire a traves del amplio ventanal y lo unico que me vino a la mente es que no podia haber llegado a un lugar mejor. Cierto que yo venia del mismisimo infierno y eso ayudaba, pero no le restaba meritos a aquel paisaje tan maravilloso, el mas bonito que mis ojos habian visto. Ray hubiera pensado que yo era "un monas" por pensar asi, pero atras habia quedado el tiempo en el que me importaba lo que el dijera. De hecho, atras habia quedado toda mi vida anterior, a la que ya veia muy lejana. El hombre que me alquilo aquella cabana de madera acababa de irse y me habia dejado todas las instrucciones claras. Vino con su esposa, la cual me parecio adorable, con ese aire bohemio que me recordo a mi abuela, tan distinto por cierto al de mi madre. Yo me habia criado en un ambiente bastante estricto, ya que mi madre, Laura, no queria tener nada que ver con la suya, mi abuela Doris, una mujer a la que yo venere hasta la saciedad y que ya no estaba entre nosotros. En cuanto a mi padre, Fernando, el estaba de acuerdo con todo lo que dijera mi madre. Mi hermana Noelia siempre lo llevo mejor que yo, que fui un rebelde sin causa, mucho mas parecido a mi abuela Doris y, por tanto, el favorito de esta. Fue esa misma rebeldia de la que hablo la que me llevo a meterme en la banda de moteros de Ray, una mala decision de esas que te cambia la vida. El resto de moteros con los que yo paraba me lo advirtieron. Y en concreto mi amigo Adri, ese que llevaba conmigo desde la infancia y que sabia que yo era una bala perdida. --?Con la gente de Ray? Tu estas loco, Ruben, no sabes como se las gasta ese tio. Ademas, eso es como una jodida secta, menuda jerarquia, dicen que reparte leches a diestro y siniestro en cuanto se le contradice. --Dicen, dicen, se dicen tantas cosas, Adri, no me seas nenaza. --Eso, encima arremete contra mi, ?que te juegas a que si te vas con esa gente saldras escaldado? Joder, Ruben, ?por que siempre tienes que meterte en lios? --Porque yo no sirvo para llevar una vida como la tuya y lo sabes. --Algun dia espero que no tengas que tragarte esas palabras, que se te da sensacional meterte en problemas, tio. --No seas pajaro de mal aguero--le conteste con prepotencia. Me queria comer el mundo y si era transgrediendo todas las normas que encontrase en mi camino, mejor que mejor, esa era la realidad. Mi vida era un tanto caotica, sin horarios y con una chica cada noche en mi cama, ?como se conseguia eso? Con un trabajo online y pasando olimpicamente de todo lo que sonara a compromiso de cualquier estilo. Desde los veinte me habia dedicado a mi pagina web de complementos moteros, en los que vendia desde monos de miles de euros hasta la mas minima pijotada que tuviera que ver con la que era mi verdadera pasion; aquellas fieras de dos ruedas cuyos rugidos me sonaban al menos tan excitantes como el de las leonas con las que pasaba las noches. Y pasados los treinta y cinco, la pagina me generaba unos dividendos para vivir como Dios, solo que, a ese Dios, como al resto del mundo, a mi me encantaba retarlo. No tarde en comprobar que en esa banda motera no se perdonaba una, con una jerarquia muy marcada, como decia Adri. En ella ocurrieron dos cosas; que me gane enseguida la simpatia del mal bicho de Ray y la enemistad del resto, que me vio subir como la espuma y convertirme en su mano derecha en menos de seis meses. Mas de un disgusto le costo a alguno de ellos, porque el dia que Ray pillo a Loren soltando por la boca que "igual Ray se ha cambiado de acera y ahora le va el culito respingon de Ruben" tuvo que ir volando a por pinos nuevos, porque le dio la del pulpo. Cualquiera diria que que necesidad tenia yo de estar en un sitio asi, en el que la mas minima se saldaba a punetazos y con una Mire a traves del amplio ventanal y lo unico que me vino a la mente es que no podia haber llegado a un lugar mejor. Cierto que yo venia del mismisimo infierno y eso ayudaba, pero no le restaba meritos a aquel paisaje tan maravilloso, el mas bonito que " por pensar asi, pero atras habia quedado el tiempo en el que me importaba lo que El hombre que me alquilo aquella cabana de madera acababa de irse y me habia dejado todas las instrucciones claras. Vino con su esposa, la cual me parecio adorable, con ese aire bohemio que me recordo a mi abuela, tan distinto por cierto al de mi Yo me habia criado en un ambiente bastante estricto, ya que mi madre, Laura, no queria tener nada que ver con la suya, mi abuela Doris, una mujer a la que yo venere hasta la saciedad y que ya no estaba entre nosotros. En cuanto a mi padre, Fernando, Mi hermana Noelia siempre lo llevo mejor que yo, que fui un rebelde sin causa, mucho mas parecido a mi abuela Doris y, por Fue esa misma rebeldia de la que hablo la que me llevo a meterme en la banda de moteros de Ray, una mala decision de esas El resto de moteros con los que yo paraba me lo advirtieron. Y en concreto mi amigo Adri, ese que llevaba conmigo desde la --?Con la gente de Ray? Tu estas loco, Ruben, no sabes como se las gasta ese tio. Ademas, eso es como una jodida secta, --Eso, encima arremete contra mi, ?que te juegas a que si te vas con esa gente saldras escaldado? Joder, Ruben, ?por que Me queria comer el mundo y si era transgrediendo todas las normas que encontrase en mi camino, mejor que mejor, esa era la Mi vida era un tanto caotica, sin horarios y con una chica cada noche en mi cama, ?como se conseguia eso? Con un trabajo Desde los veinte me habia dedicado a mi pagina web de complementos moteros, en los que vendia desde monos de miles de euros hasta la mas minima pijotada que tuviera que ver con la que era mi verdadera pasion; aquellas fieras de dos ruedas cuyos Y pasados los treinta y cinco, la pagina me generaba unos dividendos para vivir como Dios, solo que, a ese Dios, como al En ella ocurrieron dos cosas; que me gane enseguida la simpatia del mal bicho de Ray y la enemistad del resto, que me vio Mas de un disgusto le costo a alguno de ellos, porque el dia que Ray pillo a Loren soltando por la boca que "igual Ray se ha cambiado de acera y ahora le va el culito respingon de Ruben" tuvo que ir volando a por pinos nuevos, porque le dio la del pulpo. Cualquiera diria que que necesidad tenia yo de estar en un sitio asi, en el que la mas minima se saldaba a punetazos y con una gente que tenia cuentas que saldar con la justicia por doquier. Pues ninguna, pero yo es que era especialista en complicarme la existencia. Una cosa si hice bien; dejarle claro a Ray que a mi no me metiera en sus movidas hasta el punto de tener problemas con la ley. Y el agradecio "los cojones que has tenido para decirme eso", palabras literales, dandome aun mayor protagonismo en la banda, porque a su parecer era un tio de fiar. Noche si y noche tambien salia con ellos y acababa con una belleza distinta entre mis sabanas. Todo eso cambio el dia que llego Serena. Ray nos presento y su advertencia no fue precisamente sutil. --Ruben, tio, esta es mi hermana Serena, que viene de estudiar en Londres. Echale un vistazo y no dejes que ningun imbecil se pase un pelo con ella. Y, por cierto, tampoco a ti se te ocurra ponerle un dedo encima, ?estamos? Yo no era un perrito faldero de Ray, por mucho que el se creyera el amo del mundo. Y, es mas, su advertencia solo provoco en mi unas enormes ganas de saltarmela, por lo que un rato mas tarde, Serena y yo estabamos morreandonos a saco en el exterior de aquel garito. Aquella rubia, alta y espigada, nada tenia que ver con su hermano, que era un autentico palurdo en muchas cuestiones. Serena era una mujer de mundo, culta, bella y con un entusiasmo que me cautivo desde el minuto cero. --?Me llevas a tu casa? --me pregunto juguetona. --Afirmativo, solo que te pediria... --?Un poco de discrecion? Tranquilo, Ray siempre me vera como una nina, no hay manera de hacerle comprender que ya soy una mujer... --Pues no sera porque no salte a la vista. Vamonos... Estabamos llegando a mi moto cuando nos pillo. --Ruben, ?eres sordo o es que de repente no tienes el menor aprecio por tu vida? --me pregunto en un tono que le habia escuchado mil veces con otros, pero no conmigo. --Perdona, hermanito, es que le he insistido en que no me encontraba bien y queria que me llevase a casa--disimulo ella. --Pues la proxima vez que quieras que alguien te lleve en moto me lo dices a mi, ?me has entendido? --Venga, Ray, no te cabrees, que estamos celebrando mi llegada de Londres, ?no? --Serena le echo el brazo por encima y se lo llevo al interior del local. --Si la subes en tu moto, eres hombre muerto, Ruben--me advirtio antes de perderse con ella. Media hora mas tarde, Serena y yo nos bebiamos los kilometros en direccion a mi casa. Con una vil excusa, ella habia logrado despistarlo y contabamos los minutos para devorarnos vivos. El que no contaba minutos, pero si iba mirando el maldito WhatsApp, fue el conductor del coche que se nos cruzo en la carretera. --!Cuidadoooooooooo! --le chille a Serena. Solo recuerdo que de repente se apago la luz. Y que, cuando por fin se encendio, yo estaba solo, con un metalizado sabor a sangre en la boca... gente que tenia cuentas que saldar con la justicia por doquier. Pues ninguna, pero yo es que era especialista en complicarme la existencia. Una cosa si hice bien; dejarle claro a Ray que a mi no me metiera en sus movidas hasta el punto de tener problemas con la ley. Y el agradecio "los cojones que has tenido para decirme eso", palabras literales, dandome aun mayor protagonismo en la banda, porque a su parecer era un tio de fiar. Noche si y noche tambien salia con ellos y acababa con una belleza distinta entre mis sabanas. Todo eso cambio el dia que llego Serena. Ray nos presento y su advertencia no fue precisamente sutil. --Ruben, tio, esta es mi hermana Serena, que viene de estudiar en Londres. Echale un vistazo y no dejes que ningun imbecil se pase un pelo con ella. Y, por cierto, tampoco a ti se te ocurra ponerle un dedo encima, ?estamos? Yo no era un perrito faldero de Ray, por mucho que el se creyera el amo del mundo. Y, es mas, su advertencia solo provoco en mi unas enormes ganas de saltarmela, por lo que un rato mas tarde, Serena y yo estabamos morreandonos a saco en el exterior de aquel garito. Aquella rubia, alta y espigada, nada tenia que ver con su hermano, que era un autentico palurdo en muchas cuestiones. Serena era una mujer de mundo, culta, bella y con un entusiasmo que me cautivo desde el minuto cero. --?Me llevas a tu casa? --me pregunto juguetona. --Afirmativo, solo que te pediria... --?Un poco de discrecion? Tranquilo, Ray siempre me vera como una nina, no hay manera de hacerle comprender que ya soy una mujer... --Pues no sera porque no salte a la vista. Vamonos... Estabamos llegando a mi moto cuando nos pillo. --Ruben, ?eres sordo o es que de repente no tienes el menor aprecio por tu vida? --me pregunto en un tono que le habia escuchado mil veces con otros, pero no conmigo. --Perdona, hermanito, es que le he insistido en que no me encontraba bien y queria que me llevase a casa--disimulo ella. --Pues la proxima vez que quieras que alguien te lleve en moto me lo dices a mi, ?me has entendido? --Venga, Ray, no te cabrees, que estamos celebrando mi llegada de Londres, ?no? --Serena le echo el brazo por encima y se lo llevo al interior del local. --Si la subes en tu moto, eres hombre muerto, Ruben--me advirtio antes de perderse con ella. Media hora mas tarde, Serena y yo nos bebiamos los kilometros en direccion a mi casa. Con una vil excusa, ella habia logrado despistarlo y contabamos los minutos para devorarnos vivos. El que no contaba minutos, pero si iba mirando el maldito WhatsApp, fue el conductor del coche que se nos cruzo en la carretera. --!Cuidadoooooooooo! --le chille a Serena. Solo recuerdo que de repente se apago la luz. Y que, cuando por fin se encendio, yo estaba solo, con un metalizado sabor a sangre en la boca...

  • Algunas mentiras – Nuria Rivera de Nuria Rivera

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  • Country Love – ERIKA MARC de Erika Marc

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    A los catorce anos y de forma fortuita, Marianne Phillips y Michael Keeps se conocieron en el rancho Phillips, ubicado en las inmediaciones de la ciudad de Bristol (la llamada <>), en el estado de Tennessee.
    La antigua rivalidad entre sus familias los obligo a separarse, pero diez anos despues, un evento desafortunado los hizo coincidir nuevamente. Lo que acontece en adelante les confirmara que el sentimiento que los unio nunca murio, sino que el tiempo lo fortalecio.
    Sin embargo, en el presente nada sera sencillo.
    ?Podran vencer los obstaculos y, finalmente, lograran unir sus vidas?
    ?O una terrible verdad oculta los separara definitivamente?
    Descubre si Marianne y Michael lo conseguiran, siguiendo esta historia juvenil cargada de amor, musica country y country pop.

  • La biblioteca de la luna de Francesc Miralles

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    En un futuro mas o menos cercano, Kumar, un excentrico magnate, crea la primera colonia humana en la Luna: Exovillage, centro turistico para grandes fortunas.

  • Pax Romana de Adrian Goldworthy

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  • Las puertas de la Casa de la Muerte (Malaz. El Libro de los Caidos 2) de Steven Erikson

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  • Autopsia blanca de Luis Miguel Cajal

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    Aquel pueblecito perdido en la Espana mas profunda habia amanecido un poco frio, con un todavia timido sol que luciria con fuerza a lo largo del dia y con una muy ligera brisa. Era jueves. Jose estaba desayunando con unos amigos en el bar de toda la vida. Mientras la television estaba a todo volumen para que los clientes en la barra pudieran escucharla con atencion, algo que pasaba raras veces, el preferia charlar con el companero jornalero que tuviera al lado o enfrascarse en la lectura del periodico si no tenia nada que decir. Le incomodaba profundamente ver el telediario porque en algunas ocasiones, mientras estaba comiendo, aparecian en la pantalla imagenes muy desagradables. Y con sonido. El agricultor preferia por ese motivo leer el periodico tranquilamente y pasar las paginas que no le interesaban. Jose no era desconocedor de que los periodicos tenian un <>, y tampoco podia fiarse mucho de lo que en ellos estaba escrito. En mas de una ocasion comparaba, si podia hacerlo, dos periodicos distintos para contrastar mas las noticias. No le gustaba ser enganado. A Jose no le interesaba mucho la politica. El era un hombre de campo, desde pequeno. Su interes por la mundanal actualidad no era excesivo, le interesaba mucho mas el estado de sus tierras. Lo que hubiera pasado en cualquier otra parte del pais o del mundo no era algo que le quitara el sueno. Simplemente leia el periodico cuando la conversacion con los otros companeros no le resultaba interesante. Cerro el diario, pago su consumicion y despidiendose de sus colegas del campo salio del establecimiento. Se monto en su Cuatro latas y se dirigio a las afueras del pueblo. Conduciendo el viejo Renault, primero por las calles de Mestre y luego por una carretera secundaria que comunicaba dicho pueblo con la partida de Cuerno, llego a su finca; un terreno situado a diez minutos de cualquier atisbo de poblacion. Aminoro la marcha del vehiculo para tomar un camino de tierra con algun que otro bache totalmente salvable para los resistentes amortiguadores del coche. Ese dia penso en podar algunos de los arboles que tenia en su pequena parcela. Posiblemente empezaria con los almendros. Habia escuchado como algunos de los otros jornaleros recomendaban la poda de aquellos arboles a principios de otono o a finales de invierno. Pero Jose preferia guiarse por su intuicion y por el aprendizaje que le daba dia a dia el campo; ademas, aquello no era una ciencia exacta, las estaciones no siempre eran iguales de un ano a otro. Las temperaturas muy frias no venian bien a aquellos arboles, asi que decidio que enero seria una buena fecha para empezar las podas. Echo un vistazo a los cultivos. Era una zona preciosa. El sol ya empezaba a brillar poco a poco y la tierra banada por la luz mostraba unos colores verdosos, amarillentos y cobrizos impresionantes. A pocos metros de donde habia aparcado el coche habia una vieja casa en la que Jose guardaba sus aperos de labranza. Antiguamente esa casa habia estado habitada por un maestro de escuela. Posteriormente, sus padres y el vivieron en ella. Fue entonces cuando su padre se hizo con algunas de las parcelas de alrededor. La casa quedo deshabitada con el fallecimiento de sus progenitores y solo la utilizaba como almacen para sus herramientas, puesto que al casarse decidio vivir en una zona mejor comunicada para que su mujer pudiera hacer la compra de manera mas comoda y no tener que limpiar una casa tan grande, porque por dentro era mas amplia de lo que parecia. Se metio la mano en el bolsillo para buscar las llaves que abririan el candado de la puerta principal. Miro el manojo de llaves que habia en su palma y eligio la indicada. A pocos metros de la entrada fue cuando se percato de ello. El candado no estaba. Jose fruncio el ceno. La puerta estaba entreabierta. --Me cago en todo… --musito Jose. Habia vuelto a pasar. No era la primera vez que forzaban la pequena puerta principal y terminaban destrozandola. Aquella era la tercera ocasion en la que alguien se colaba en el interior de la casucha. La otra puerta que tenia la vivienda, de mayor tamano y de hierro y madera, era, al parecer, impenetrable. Todos los ladrones preferian reventar un candado de acero en lugar de forzar los goznes de la pesada puerta. En una ocasion incluso intentaron abrir un boquete en la vieja estructura, sin conseguirlo. --La pena negra… !Otra vez! --se lamentaba el agricultor. Como todo hombre de campo, llevaba encima una navaja. La abrio para tener algo con lo que protegerse si acaso en el interior se encontraban todavia los ladrones y tenia que defenderse. Jose abrio la puerta y echo un vistazo al interior. La casa tenia una estancia principal con una chimenea, usada como salon hacia muchos anos, una cocina con un amplio fregadero, un bano y tres habitaciones con espacio para dos camas. Jose habia pensado en mas de una ocasion en volver a vivir alli, pero su mujer le habia convencido de no hacerlo: si se mudaban a esa zona dependian del coche para todo, puesto que el pueblo mas cercano estaba a unos nueve o diez kilometros de distancia. El agricultor se asomo a la cocina. Vacia. Avanzo hasta la estancia principal y noto el desorden que alli habia. Sin duda alguien habia entrado en la casa. Habian estado revolviendo todos los pocos enseres que habia dentro y habian tirado al suelo botellas y tazas de porcelana. Algun que otro plato de cristal se habia hecho anicos y habian volcado algunas sillas. --?Que cono andarian buscando? --se pregunto Jose. Decidio mirar en las habitaciones. Quizas habian entrado para robar los colchones y los somieres, ya que otros objetos de valor no habia. En la primera habitacion, a la derecha del salon, la puerta estaba entreabierta. No le hizo falta acercarse mucho para ver, por la estrecha abertura, el extremo de una de las camas. Con alguien tumbado en ella. Tal y como estaba la puerta solo alcanzaba a ver los pies de la persona. Parecia alguien joven por las zapatillas deportivas que llevaba. Jose respiro hondo, agarro con fuerza la navaja y abrio de un empujon la puerta. --!Tu! --grito con enfado--. !Arriba, cojones! Sobre el viejo colchon de la cama se encontraba tumbada una chica. Parecia una adolescente. Jose suspiro aliviado al ver que era una joven y no, por ejemplo, el tipico vagabundo de aspecto amenazante. --!Eh, tu! !Despierta! --dijo Jose dando una patada a la cama--. ?Que haces aqui? La chica seguia tumbada, sin moverse. Ni siquiera abrio los ojos. Jose se acerco mas y meneo con su mano uno de los pies de la intrusa. --!Oye! --dijo Jose acercandose mas a la chica--. ?Estas dormida? En ese momento fue cuando se dio cuenta de que la chica no reaccionaba. Pudo ver con claridad como la cara de la adolescente presentaba un color extrano. Estaba muerta. Jose salio corriendo de la casa. Se monto de nuevo en el Renault 4 y condujo a toda velocidad hacia el cuartel de la Guardia Civil.

  • Puerta con puerta de Adriana Rubens

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    Elena perdio su corazon.

  • Limpia con amor de Caroline Mickelson

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    ?Esta segura de que no recuerda nada? --Zoe Watson miraba intensamente a su clienta, buscando alguna senal que indicase si su intento de borrar un recuerdo doloroso de la mujer habia sido un exito. La senora Hendrickson parpadeo un par de veces y miro a Zoe. Su confusion era evidente en la forma en que fruncia el ceno. --?Que es lo que debo recordar? Zoe se reclino en los cojines del sofa, bastante satisfecha por un trabajo bien hecho. La expresion confusa de su clienta casi le bastaba para confirmar que habia ayudado a borrar un recuerdo doloroso. Pero, aun asi, lo tenia que confirmar. --Me estaba hablando de su marido y de como habia tenido que salir de la ciudad por negocios durante varias semanas inmediatamente despues de que habian nacido los gemelos. Me decia que el deberia haber sabido que usted lo necesitaba aqui. Una dulce sonrisa se dibujo en los labios de la reciente madre. --Bueno, seguramente estaba haciendo una montana de un grano de arena. Se que se tenia que ir. Lo mas importante es que nos quiere, ?verdad? Zoe asintio. --Exactamente. --?Y no fue un gesto maravilloso que contratase a su empresa para que viniera a limpiar? --Paseo la mirada por el salon--. Todo esta espectacular. Me siento mucho mas feliz que cuando llego. Zoe se levanto. --La felicidad es nuestro objetivo. --Me gustaria que pudiera mandar uno de sus equipos de limpiadores de forma regular --expreso por encima de su hombro mientras acompanaba a Zoe a la puerta principal--. ?Seria posible? --Me temo que no. Limpia con Amor se especializa en una sola limpieza en profundidad. --"Bueno, en eso y en la eliminacion de recuerdos problematicos que se interponen entre personas que se aman", penso. Saco una tarjeta de visita del bolso y se la dio a la mujer--. Recomiendo mucho esta empresa de limpieza que si puede venir de forma regular. Son de los mejores. --Gracias por todo, Zoe. Ahora me siento mucho mas tranquila. La sonrisa de Zoe era calida. Esa era la mejor parte de su trabajo y le encantaba. --Dele las gracias a su marido cuando llegue a casa esta noche. El es quien se puso en contacto con nosotros. --Creame, se lo agradecere como no le han agradecido nada hasta ahora. La sonrisa de Zoe seguia ahi un buen rato despues de haberse despedido y dirigido a la oficina. Iba a encender la radio del coche cuando su Bluetooth senalo una llamada entrante; conecto el manos libres. --Limpia con Amor, habla Zoe. --Hola, Zoe, te habla tu infrarremunerada e infravalorada secretaria ejecutiva. --Hola, madre. --Zoe miro por el retrovisor y cambio de carril--. Si me llamas para pedir un aumento de sueldo, la respuesta es no porque no necesitas el dinero. Pero, si me llamas para que te alabe, desde luego que te lo mereces. Eres la mejor organizadora que una hija podria desear. --Me conformare con eso --dijo su madre--. Dime, ?como fue el trabajo de los Hendrickson? --Me alegra decir que muy bien. Ademas de que su casa esta como una patena, creo que pude eliminar totalmente cualquier residuo de resentimiento que hubiera en la senora Hendrickson. Mision cumplida. --Estoy muy orgullosa de ti, Zoe. Has aprendido a usar tu don para hacer el bien. --Gracias. --Zoe venia de una larga estirpe de mujeres nacidas cada una con un don unico. El suyo, segun habia descubierto antes de haber llegado a la escuela secundaria, era ayudar a la gente a olvidar momentos dolorosos o tristes de su vida. Comparado con el de sus familiares, su don le habia parecido insulso, poca cosa. Pero, con la ayuda y apoyo de su madre, habia aprendido a aceptar su habilidad. Juntas habian creado el concepto de Limpia con Amor, un servicio de limpieza que, ademas de eliminar polvo y desorden, incluia una visita de Zoe, cuyo resultado era la deteccion y borrado de un recuerdo triste o doloroso. Su tia describio una vez la actividad de Zoe como "la eliminacion de espinas emocionales"--. Tu eres una parte importante del exito. Estoy en deuda contigo. Su madre aprovecho el momento. --Me encanta que digas eso.

  • La proteccion que necesitabas (Edentown 2) de Annabeth Berkley

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    Lacey Brown se desperto satisfecha. Se desperezo en la cama sin decidirse a salir de ella. No tenia ninguna prisa ni aliciente para levantarse, pero tampoco tenia nada que leer y le costaba estar sin hacer nada. La luz del dia entraba por la ventana y le permitia apreciar el limpio y funcional dormitorio. Realmente no necesitaba mas. Sonrio al sentirse tan afortunada. El pequeno piso que habia alquilado sobre la inmobiliaria cumplia con creces sus minimas necesidades. Era pequeno, economico y amueblado, y estaba situado en una de las calles principales del pueblo, por lo que siempre habia alguien paseando por alli. Ademas, los arboles de las aceras estaban salpicados de pequenas luces que aumentaban su encanto y la luminosidad de la calle por las noches, que era algo que agradecia. Decidio que exploraria el pueblo donde habia decidido afincarse. Edentown. Parecia un lugar agradable. No seria facil que Mathew la encontrara alli. Se habia ido con lo justo, sin apenas equipaje, en mitad de la noche. Habia pasado cinco dias viajando en diferentes trenes y autobuses, dando vueltas, sin rumbo, con la intencion de que si alguien quisiera seguirle la pista no pudiera hacerlo. Ella misma se habia sentido perdida varias veces hasta que habia llegado a ese pueblecito donde habia decidido quedarse. Estaba dispuesta a empezar de nuevo. Era una superviviente. Siempre lo habia sido... aunque a veces habia perdido las fuerzas o las ganas de seguir adelante, ahora las habia recuperado con mas energia que nunca. Se levanto decidida, apago la luz con la que se habia acostumbrado a dormir, y se ducho rapida, dispuesta a disfrutar de un nuevo dia. Salio a caminar con los leggins negros, una camiseta blanca y la sudadera deportiva. Apenas llevaba tres dias en Edentown y no habia podido reponer su vestuario. Mathew se llevaria las manos a la cabeza si la viera vestir asi. A ella tambien le habia encantado, al principio de su matrimonio, la obligacion de vestir << bien>>, con ropas de calidad y de marca, con tacones, vestidos y joyas, pero habia acabado sintiendose una esclava de ello. En esos tres dias, habia encontrado trabajo en una de las peluquerias del pueblo y habia podido mostrar su talento en la boda de los duenos del bonito hotel con vistas al lago. Afortunadamente, habia podido apoyarse en la formacion en Peluqueria y estetica, que realizo mientras aun vivia con su padre y de lo que nunca habia ejercido. Con su precaria condicion economica no habia podia aspirar a nada mas, pero realmente era algo que le habia gustado. Durante sus anos de matrimonio, ademas de practicar con ella tanto en peluqueria como en maquillaje, habia prestado especial atencion a los rostros de las mujeres con las que se codeaban y para ella era muy sencillo armonizar de manera natural los rasgos morfologicos de cada persona con lo que mas le podia favorecer. Se sentia satisfecha y orgullosa de ella misma, por primera vez en mucho tiempo. No podia pedir mas. Despues de pasear por los alrededores de aquel lago de aguas cristalinas, empezo a caminar hacia el bosque. Le gustaba la calma y la serenidad que se respiraba en el ambiente. Todo parecia muy idilico, sacado de una novela o de una de esas peliculas romanticas que tanto le gustaban. El sol a esa primera hora de la manana calentaba lo justo para no pasar calor. Nunca habia apreciado tanto el olor de los arboles, el color de las hojas, el canto de los pajaros, la tranquilidad… Sintio que habia llegado a casa... Oyo un aullido sofocado. Se extrano, pero siguio paseando distraida. Volvio a escucharlo y la curiosidad fue mayor. Siguio la direccion del sonido y llego hasta el rio. Era un paraje realmente bello con la naturaleza en su maximo esplendor. En mitad del rio descubrio a un perro agarrandose a un tronco atascado entre dos grandes piedras y que, afortunadamente le evitaban seguir sin control la corriente del agua. Se sobresalto como no esperaba. Bajo hasta la orilla y empezo a idear la manera de llegar hasta alli. Las lagrimas empezaron a resbalar por sus mejillas del miedo que sentia. Sabia de la desesperacion que podia sentir ese animal, solo, asustado, sabiendo que no podia salir de alli. Miro a su alrededor, no podia ayudarla nadie. Se quito la sudadera y las deportivas mientras le decia palabras carinosas al indefenso animal. Como no sabia nadar, rezo para que el rio no fuera muy profundo. No tenia claro que iba a hacer. Esperaba que el animal se acercara a ella. Se metio en el agua llamandolo, distrayendo su atencion de la corriente contra la que luchaba. Se estaba clavando las piedras en los pies. El agua estaba fria haciendola estremecerse, mientras con sus palabras de carino trataba de calmar al animal... y a ella misma. Llego un momento en el que sintio que no podia avanzar mas sin perder el fondo, pero aun estaba lejos del perro. Sin pensar, empezo a pedir ayuda a gritos mientras a la vez le decia palabras bonitas al perro. Las lagrimas seguian resbalando por sus mejillas. Intento avanzar, pero al perder el fondo metio la cabeza bajo el agua. Oscuros y amargos momentos llegaron a su mente. Sin poder salir, sin poder respirar, braceaba, intentaba revolverse, le faltaba el aire... Saco la cabeza del agua… Mathew no estaba alli, solo estaba el perro, pidiendo ayuda. Dio un paso atras volviendo a tocar fondo mientras su respiracion se regulaba y volvio a gritar pidiendo ayuda. Mike O'Roarke llego corriendo al oir los aullidos desesperados del perro y los gritos aterrados de una mujer. Sus dos perros le acompanaban al mismo ritmo. En un momento evaluo la situacion. Una quinceanera irresponsable que se creia que el rio era la banera de su casa. Serio y enfadado bajo al cauce del rio se quito la camiseta, las deportivas y los vaqueros, dio la orden a los perros de que lo esperaran alli y se lanzo al agua sin pensarlo. --Vuelva a la orilla--le ordeno al pasar a su lado sin mirarla. Lacey asintio y volvio sobre sus pasos con cuidado. Vio a los dos perros, uno marron, otro negro, esperando sentados a que el dueno regresara. Cuando llego a la orilla sintio el frio por todo su cuerpo y se abrazo para entrar en calor mientras se encogia entre los dos animales a observar la escena. Los dos animales se le acercaron dandole el calor que no sentia, y ella inconscientemente paso los brazos por encima de ellos. Mike calmo al animal cuando llego a el, y en cuestion de segundos consiguio que confiara y se dejara llevar hasta donde pudo tocar fondo. Entonces el perro salio corriendo, sacudiendose el agua. Lacey corrio a abrazarlo asustada y emocionada a la vez. Mike salio andando con calma. Se habia sorprendido de ver a la quinceanera abrazando a sus dos perros callejeros y ellos dandoles su apoyo. Parecia asustada, aunque se habia repuesto al ver salir al perro. --La proxima vez que quiera jugar con su perro en el agua, metalo en la banera --le dijo molesto ante su irresponsabilidad mientras se quitaba el exceso de agua de su cuerpo con las manos. Ella se puso tensa al instante y le miro agresiva para enfrentarlo. --No es mi perro. La frase perdio fuerza al mirar los frios ojos azules de aquel hombre. Era muy alto, mas del metro noventa, de hombros anchos y cadera estrecha. Sin poder evitarlo recorrio con la mirada el musculoso cuerpo, bronceado y mojado que exhibia, para volver a mirar el atractivo rostro de cabello oscuro. Parecia que no le importaba estar vestido solo con unos boxers negros. Se sonrojo, aunque claro, con ese cuerpazo no era de extranar, penso. El se sorprendio ante su escrutinio. No era tan nina como habia supuesto. Tan pronto le habia parecido un animalillo dispuesto a atacar como que de repente parecia haber sido consciente de que el era un hombre, y ella una mujer. Una mujer menuda, de rostro bonito y suave, completamente mojada, como el, y tiritando de frio. --?Como que no es suyo? --le pregunto serio mientras los otros dos perros rodeaban a su nuevo amigo dandole la bienvenida. Mike se fijo en los moratones que llevaba en los brazos mientras era mas que consciente que ella le seguia mirando con detenimiento. --No lo es --le dijo ella obligandose a desviar la mirada y alejandose de el yendo a por su sudadera--. Me lo encontre ahi --senalo al rio mientras el perro la seguia. --?Me quiere decir que el perro aparecio de la nada y usted que no sabe nadar se metio a sacarlo?--le dijo mas calmado mientras cogia su ropa del suelo y la sacudia. --No se si de la nada, solo se que estaba alli... Se termino de poner las deportivas. --Si se pone la sudadera se le mojara --le dijo el-- Espere un momento a hacerlo, o quitese la camiseta por lo menos. Ella se sonrojo por la sugerencia. No pensaba quedarse en sujetador delante de un desconocido, pero realmente se le mojaria la sudadera. Asintio en un primer momento, pero al instante se percato de que estaba otra vez obedeciendo ordenes, como siempre habia hecho, y decidio no hacerlo. Se levanto con la sudadera entre las manos. --Gracias... adios. El perro la siguio y ella se detuvo a los dos pasos para mirarlo sin entender. --?Esta segura de que el perro no es suyo? --le pregunto serio abrochandose los pantalones--. El parece no tenerlo claro. --Yo... --el perro se sento a su lado esperando que ella siguiera el paso. Miro al desconocido insegura -- ?Que hago? --Usted sabra --le dijo el-- pero mantengase alejada del rio si no sabe nadar y si va a llevarlo suelto ensenele antes a obedecer sus normas. Ella asintio confundida --?Que normas? El bufo molesto, terminando de atarse las deportivas. --Si no sabe cuidar de un perro no deberia tenerlo --se dirigio hacia ellos --Vamos, chico -- le dijo golpeandose el muslo para que le siguiera--, te vienes a casa. El perro dudo un poco y le siguio mientras Mike emprendia el regreso por donde habia venido. Lacey se quedo mirando como se alejaban. ?Tener un perro? Nunca se lo habia planteado. Volvio sobre sus pasos, hacia su apartamento, tiritando. ?Por que no habia tenido nunca un perro? ?O un gato? Llego helada de frio y se preparo un te rojo mientras se metia en la ducha. Una ducha muy caliente de la que no queria salir. Se envolvio en la toalla. Tenia que comprarse un albornoz, penso. Recorrio con la mirada el diminuto piso en el que recien vivia. Fue consciente de que estaba sola. Sola. Como siempre y como nunca a la vez. Le invadio una sensacion horrible mezcla de dolor y melancolia, pero no queria sentirse asi. Ahora era libre.

  • Ultima noche en el Guapa de Saleem Haddad

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    Cuando la parte de arriba del Guapa echa el cierre y la mayoria de los clientes se han ido, en el sotano del bar se enciende una luz roja que da paso al espectaculo…

  • Manana. Capuchinos, bikinis #love de Agnes Ruiz

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    Cassie Gauthier y su mejor amiga se van a las Baleares. En sus maletas hay todo lo necesario para unas vacaciones de ensueno. Bikinis, proteccion solar, gafas de sol… ?Encontraran el amor bajo las palmeras? ?Quiza delante de un capuchino? Pero no hay que fiarse de las apariencias…

  • Alma boreal de Mimmi Kass

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  • En tierra de lobos de Luis Garcia Jambrina

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  • A Escocia con amor (Quilts&Quilts 1), Patience Griffin de Patience Griffin

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    Caitriona Macleod renuncio a su carrera como periodista de investigacion para ser la perfecta esposa. Tras encontrar a su marido muerto en la cama de su amante, Cait esta devastada y deja chicago para volver a su lugar de nacimiento, al que no ha vuelto desde que era nina. Espera poder curarse y volver a conectar con ella misma.
    Lo ultimo que esperaba era encontrar en Grandigow al hombre mas sexy que nunca haya visto. Tal vez ha tropezado con el billete necesario para reavivar su carrera como periodista, siempre y cuando su corazon no se interponga en su camino.
    Graham Buchanan es una estrella de cine con muchos secretos. Nativo de Gandiegow, se esconde muchas veces en su pueblo natal para descansar de los rodajes. Ademas, tiene un hijo por el que haria cualquier cosa solo para protegerlo, pero Cait Macleod es demasiado atractiva, incluso para ser periodista.

  • Trece fantasias (STEEL 2) de Rose Gate

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    Laura esta viviendo una pasion arrolladora junto a Marco, poco a poco todas sus fantasias se van haciendo realidad. Pero un nuevo sentimiento esta comenzando a nacer en Laura, la pasion que siente por el Genio de sus deseos se esta convirtiendo en algo nuevo y diferente para ella ?sentira Marco lo mismo? Marco ha descubierto una mujer llena de pasion que ha desequilibrado su mundo, le ha hecho revivir experiencias que le marcaron en el pasado pero de un modo totalmente diferente. Un sentimiento de posesion y algo mas inunda su pecho cada vez que esta con ella. ?Podra acabar Laura con los fantasmas del pasado de Marco? ?Sera Laura una catarsis para curar su alma? ?Se le puede llamar amor cuando siempre ha sido sexo?

  • Un pedazo de cielo en tus labios de Kalixta Klair

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    El Amor se convierte en un reto para Marcell Morrison, ella, chica vanguardista, profesional y moderna, tiene por delante el proposito de amar a un hombre, mas las cosas empezarian a complicarse. El posible descubrimiento de su diario, aquel en donde guardaba todos sus secretos acerca del amor que sentia por Su Jefe, Andres Hunt, seria lo que desencadenaria una aventura sin igual que le llevaria a conocer lugares exoticos en unas vacaciones sorprendentes nada mas y nada menos que al lado del chico que le hacia la vida dificil de nina. Playa, Sexo, Amor al limite te llevaran al borde de una historia desbordante de drama e intriga.

  • Entre tu pediatra y tu de Carlos Gonzalez

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    ?Esta mi hijo bien alimentado? ?Que puedo hacer ahora que empiezo a trabajar? ?Como puedo conseguir que duerma toda la noche? Esta es una seleccion de preguntas al consultorio de Carlos Gonzalez y sus respuestas sobre las preocupaciones cotidianas de los padres, que resolveran las dudas que cada dia nos asaltan sobre la salud, el crecimiento y el desarrollo de nuestros hijos.

  • Presas de Beatriz Esteban

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    Por la autora de Sere fragil (segunda finalista en el X Premio Internacional para Jovenes Jordi Sierra i Fabra), una fascinante novela ambientada en una carcel y protagonizada por dos jovenes: una voluntaria y una presa.

  • A mi este siglo se me esta hacia largo de Luis Piedrahita

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    Unos de los lugares mas desesperantes que existen son las salas de espera. Antes de nacer, la primera sala de espera por la que pasamos es un testiculo. Todos hemos estado alli esperando a que nos llamen. Suelen llamar los sabados. Estas alli y es como cuando vas a ver la Giralda: van llamando por grupos. Salen todos corriendo y a empujones, para subir a una torre y ser el primero en llegar al mirador. Luego, a lo largo de la vida pasamos por varias salas de espera. Los medicos mayores, esos que montan la consulta en una casa, suelen tener una sala de espera tipo asador castellano: con sillones de cuero, ceniceros de bronce, cuadros de perros mordiendole el cuello a un ciervo... Yo siempre me he preguntado quien habra pintado todos esos cuadros de perros mordiendo cuellos de ciervos. ?Cuantos habra en Espana? ?Mil? Yo creo que los medicos los ponen para que los pacientes vean al ciervo y digan: <>. Entras alli y esta todo el mundo en silencio. Dices: --Buenas tardes. Y se oye una especie de rumor... --Mnstardesmnmsn... La primera cuestion es donde sentarse. La norma es sentarse lo mas lejos posible de otras personas. Lo unico que sabes de esas personas es que todas estan enfermas. No sabes lo que tienen, pero todos tienen algo. Ves un senor con ojos de huevo y dices: <>. Cierto que te puedes contagiar, pero tambien te puedes curar... Yo miro de que tiene cara cada uno y luego me siento al lado del que mas me interese. Por ejemplo: si ando un poco estrenido, pues me busco a alguien que tenga cara de gastroenteritis o de andar un poco suelto, y me siento cerquita para ver si nos contagiamos un poco y nos equilibramos. Al entrar, habria que decir: --Buenas tardes, tengo jaqueca por forzar demasiado la vista. ?Hay alguien que tenga ojo vago?--Si, yo. Sientese aqui. Y si nadie quiere hablar, que cada uno lleve un cartelito con su enfermedad. El caballero que va con cartel de incontinencia se sienta al lado de la senora que dice <> y, por la teoria de los vasos comunicantes, se equilibran. Si hubiera comunicacion, la mitad de los casos se solucionarian en la sala de espera. Es curioso. Alli nadie habla con nadie, pero tampoco hay silencio. De vez en cuando suena algun suspiro de senora mayor. <>. Parece que la pobre se esta deshinchando. Las senoras mayores nunca estan solas en una sala de espera. Suelen ir con una amiga de su edad o con una hija y, la verdad, es muy dificil saber cual es la enferma y cual la sana, porque alli todo el mundo tiene carita de pena. Incluso es dificil saber cual es la madre y cual es la hija. Hay gente que tiene cara de llevar alli desde antes de que pusieran la consulta del doctor. --Pero, hombre de Dios, ?cuanto tiempo lleva usted esperando? --No lo se. Yo estaba sentado en una silla en la calle y vinieron unos obreros y construyeron esta salita alrededor. Para mi mejor, que si llueve no me mojo. Siempre hay un momento en el que la senora mayor intenta hablar bajito con la otra, pero todo el mundo las escucha. Es incomodo, porque a veces son temas intimos y susurrados: --Pues este medico fue el que me miro lo del quiste aquel de la axila. --?Y que tal? --Muy bien. Me lo pinto de blanco y negro, y asi parecia que llevaba un balon de futbol debajo del brazo. --?No te lo quito? --El no, pero me lo quitaron unos ninos en el parque para jugar a la pelota. --Claro. En la sala de espera vives situaciones embarazosas con personas que no vas a volver a ver nunca. Esos sillones de cuero falso son terribles. A la minima que te mueves suenan flatulentos. Claro, no sabes que hacer. Todos te miran como diciendo: <>. Entonces, te mueves mucho como para dejar claro que no es lo que parece, pero, por alguna razon misteriosa, el sillon ya no hace ruido. Todos te miran como diciendo: <>. En ese caso, lo unico que te puede salvar es una flatulencia real, para que todos digan: <>. Toda sala de espera que se precie ha de tener una mesita con revistas. Hay algunas que no se a que esperan para cambiar las revistas. He llegado a ver Intervius de antes de que se inventara la silicona. En las salas de espera de instituciones publicas no hay Intervius: hospitales, aeropuertos, Hacienda... Alli no hay sillones, ni cuadros de ciervos, ni mesitas de revistas... Alli hay una pantalla y todo el mundo la mira. Todos con su ticket en la mano a ver si sale su numero. Yo cojo varios, asi tengo mas posibilidades. Siempre que hay que coger numero me cojo veinte o treinta mil, pero no por mi. Lo hago para regalar esa discreta sensacion de alivio a los que esperan con el numero 22 000 y ven que en la pantalla todavia van por el 70. 70, 71... De repente, se ponen en el 21 998, 21 999 y 22.000. Lo hago por ellos, por regalar alivio a la gente que espera. Esas salas de espera de lo publico no tienen sillones de cueripiel. El sistema es otro. Sillas unidas por una barra de hierro. Es como una brocheta de sillas. Le pones unos mangos a los lados y es un futbolin de gente sentada. Si algun dia inventaran el futbolin de jubilados, podrian basarse en esas sillas. La sala de los aeropuertos es un sitio muy curioso para esperar. Llaman por turnos. <>. Para ir todos en el mismo avion y comer en un plato de plastico hay demasiadas castas, ?no? ?Que diferencia de trato cabe ya entre oro, platino, zafiro y rubi? Van delante y llegan al destino unas milesimas de segundo antes que el resto, pero no me parece que valga la pena. Dicen que es para que el que la tenga pueda sentirse un poquito superior. No me parece suficiente. Deberian sacar la tarjeta plutonio. El que la tenga tiene derecho a elegir a un pasajero, comerse su comida y tirarlo por la ventana en pleno vuelo. Asi si que te sientes un poquito superior. La vida no es otra cosa que una sala de espera. Esperas para hacer la digestion y poder banarte en la piscina, esperas que ese dia baje a la piscina la chica que te gusta, esperas a que te conteste un whatsapp, esperas para sacarte el carne de conducir y cuando lo tienes la esperas en el portal, esperas que llegue la noche perfecta, ella se queda en estado de buena esperanza, os desesperais un poco pero al final la esperas en el altar, esperas a que este libre el cuarto de bano, esperas para ir al medico y un dia, sin que nadie se lo espere, te mueres.

  • La tierra que pisamos de Jesus Carrasco Jaramillo

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    Hoy me ha despertado un ruido en mitad de la noche. No un ronquido de Iosif, que, raro en el, a esa hora dormia a mi lado en silencio, medio hundido en la lana del colchon. He permanecido tumbada, con la mirada detenida en las vigas de haya que sustentan el techo, apretando fuertemente las sabanas en busca de una firmeza que el lino, tan sutil, me ha negado. Durante un buen rato me he quedado quieta, con los hombros contraidos y las manos cerradas. Queria volver a escuchar el ruido con nitidez para poder atribuirselo a alguno de nuestros animales y asi, tranquila, regresar al sueno. Pero, mas alla del aire agitando las ramas de la gran encina, no he percibido nada, y entonces, como por ensalmo, el viejo mito del intruso de ojos vaciados por la codicia se ha agarrado a mis tripas y ha empezado a devorarlas. Es agosto, las hojas de guillotina estan subidas hasta los topes y una brisa perfumada y calida mece los visillos. Los hace danzar de un modo tan hermoso que, en esta epoca, durante mis desvelos, me siento contra el cabecero y me quedo embelesada viendolos ondear cual delicados pendones. Aspiro las fragancias que el aire trae y que, por momentos, desplazan a los aromas estancados del cuarto. Llegan en oleadas, de la misma manera que el mar va depositando en la orilla los restos de un barco naufragado. En primavera el azahar de los naranjos florecidos lo ocupa todo, especialmente cuando cae la tarde. Dias antes de que eso suceda, el arbol siempre envia un mensajero. Jornadas todavia frescas en las que, repentinamente, un hilo fugaz avisa de que, en algun lugar de los contornos, la vida ha sido convocada a su renacimiento. Con los punos llenos de tela y los ojos cerrados, he tratado de concentrarme en la oscuridad exterior. Y asi, he imaginado que me asomaba al porche elevado sobre el fragante cesped que rodea la casa y, desde alli, he dirigido mi atencion hacia el frente, al lugar donde el predio se asoma al valle. A lo lejos titilan las farolas de gas del pueblo, encaramado como un galapago a las faldas del castillo. En mi mente desciendo los escalones de madera y camino unos pasos sobre la hierba humeda hasta la verja que domina el huerto de la terraza inferior. No oigo nada alli, ni siquiera el aspero roce de las hojas ya secas del maiz. Me giro hacia la casa para recorrer la parte trasera de la propiedad. En los tiestos sujetos a la balaustrada del porche crecen formas confusas. La campana de alarma cuelga del tejadillo sobre ellas y su cuerda casi las toca. A la izquierda del edificio se levanta la gran encina, un ser poderoso y rotundo, cuya copa invade parte del alero. Al otro lado, entre la vivienda y el camino, el pequeno establo con sus ventanucos enrejados y sus tejas alomadas. Dentro, ni siquiera se oye a la yegua rascar el suelo de pizarra con sus herraduras. Tampoco se oye a Kaiser, nuestro perro; era de suponer, porque es sin duda el animal mas indolente que se pueda imaginar. <>. Y yo quiza sonrei por la ocurrencia y seguro que le di la razon para que se marchara pronto. Al parecer hay un lince, o un lobo, que lleva varias semanas merodeando por los alrededores del pueblo y que ha matado, dicen, a varias ocas y a algun cordero. Me lo conto el doctor Sneint en el dispensario de la guarnicion la ultima vez que fui al castillo en busca de las medicinas de Iosif. Mientras colocaba los frascos en mi alforja, el se levanto y, despues de repasar someramente los lomos de su biblioteca, extrajo un atlas de fauna iberica y me lo mostro. Del grabado me llamaron la atencion las patillas colgando a los lados de la boca y el aspecto puntiagudo de las orejas. <>. Tanto la idea de buscar los excrementos como la de abrirlos me resulto en aquel momento repugnante, pero luego, ya de vuelta a la casa, encontre las heces y no pude resistir la tentacion de revolver en ellas con un palo. Hacerlo no me resulto desagradable. Olian a conejo y, por su aspecto, se diria que esos animales solo se alimentan de pelo. Me he levantado y he prendido la lampara que tengo sobre la mesilla. Asomando el cuerpo sobre el alfeizar, he movido la luz a un lado y a otro en busca de signos del animal, pero enseguida me he dado cuenta de que la luna llena iluminaba mas que mi farol y he terminado por apagarlo. En cualquier caso, no he apreciado nada extrano. Quiza mi luz lo haya espantado. Los animales seguian tranquilos y yo he dejado que el aire templado que asciende por el valle me acaricie la cara. La luna llena tenia de un extrano amarillo las nubes detenidas sobre la llanura distante. He cerrado las contraventanas y me he vuelto a meter en la cama. Mientras regresaba el sueno, de nuevo mirando al techo, he reparado en que no hay hayedos en esta parte del pais. www.lectulandia.com – Pagina 7 2 Lo veo por primera vez con la manana bien entrada, mientras arreglo los geranios. Los pliegues de su chaqueta se cuelan por entre las lamas blancas de la verja que da al huerto, justo enfrente de mi. Iosif descansa en su mecedora a mi lado, aunque decir que descansa es, de algun modo, redundante, pues se pasa el dia recostado: en la cama, en el sillon del salon y, durante el buen tiempo, aqui, en el porche. Lo levanto cada manana, lo visto y lo siento donde corresponda segun la epoca del ano. Le agarro del codo y el, con pasitos cortos, se deja llevar de un lado para otro como un perrillo complaciente. La enfermedad lo ha reducido a una minima expresion de lo que fue. Un hombre que ha tenido a su mando divisiones, que ha dispuesto de las vidas de otros hombres, que ha asediado ciudades y pasado a cuchillo a enemigos y sediciosos. Me pregunto si sus viejos adversarios, aquellos a los que sometio hasta convertirlos en subditos de su majestad, conservaran la antigua furia con la que, sin duda, rindieron sus armas a este hombre a cuya sombra he vivido y cuya sombra es ahora todo lo que respiro. Su mente opera de manera discontinua y lo mismo pasa dos semanas callado, con la cabeza caida, incapaz siquiera de levantarse solo e incluso haciendose sus necesidades encima, que comienza a regir de manera repentina. En esos episodios, de duracion indefinida, se incorpora a la vida cotidiana tan plenamente que parece que nunca la hubiera abandonado. A veces regresa y se comporta igual que un paciente caprichoso. Si estamos en la cocina y me esta viendo cortar verduras, me exige que haga trozos grandes, y me explica, por enesima vez, que a el le gusta notar lo que esta comiendo. <>. En ocasiones, su cordura se remonta al pasado y se dirige a mi como si yo fuera parte de un recuerdo; me llama <> o <>, con tono marcial o almibarado, segun el caso. Y lo extrano es que nunca en la vida, ni cuando estabamos prometidos, me llamo asi, <>. Se diria que entre las grietas de su cerebro reverdecen viejos anhelos o el recuerdo de otra mujer a la que, sin duda, deseo durante sus largas ausencias; en la epoca en que las campanas se sucedian y parecia que el Imperio acabaria ocupando el globo entero. Por suerte, el que hace anos que no me visita es aquel hombre que hacia temblar los cimientos de mi mundo. El modo en que se enfurecia cuando el pequeno Thomas no declinaba correctamente, o cuando volvia manchado del jardin. Lo agarraba de la oreja, tiraba hacia arriba y casi levantaba al muchacho. Lo zarandeaba y no fueron pocas las veces en que recibio bofetones y golpes en los dedos con la regla de madera. Yo le suplicaba que lo dejara, que era solo un nino, y entonces el se volvia y me hundia con la turbidez de su mirada; la de quien ha bebido hasta hartarse la sangre bullente de los hombres. Una mirada cuyo recuerdo todavia me estremece y de la que aun quedan rastros en el fondo de sus ojos. www. lectulandia.com – Pagina 8 <>, me digo al ver los tallos agujereados. Son imposibles de exterminar y todos los anos tengo que arrancar muchas de mis plantas y quemarlas tras la casa, ya que es la unica manera de que la plaga no afecte a los ejemplares sanos. Las tomo por el tallo y las vuelco para sacarlas de los tiestos. La tierra oscura cae al suelo, siempre fresca y bien ligada, formando grumos esponjosos que yo me llevo a la nariz para embriagarme con sus aromas

  • Antes del Amanecer de Joanna Wayne

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    Su rudo vecino le alteraba el corazon con solo mirarla. Pero cuando las amenazas demostraron que las pesadillas de la infancia de Sara Murdoch eran muy reales, Nat Anderson entro en accion. Y una vez que su hija y ella estuvieran a salvo, Sara se juro descubrir el misterio de por que un hombre solitario como el sabia calmar todos sus miedos... cuando parecia que tambien la peor pesadilla de el habia vuelto.

  • La seduccion del Highlander de Vega Manhattan

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    Calem queria venganza y recuperar todo lo que le habia sido arrebatado.
    Un error pone en su camino a Aileen. La rebelde Campbell no era quien esperaba y, mucho menos, lo que necesitaba. No por ello rechaza el desafio de conseguir lo necesario para llevar a cabo sus planes.
    Y la negativa de Aileen no sera suficiente para mantener al Highlander alejado de ella.
    La pasion los llevara a vivir algo que ninguno de los dos imaginaba.

  • Proyecto Thule de Javier Mas

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    Cinco caminos conducen a la verdad que ocultan la CIA y la Sociedad Thule sobre el final de los jerarcas nazis y la tecnologia militar que deslumbro al mundo. Una investigacion que destapa la conexion de la Sociedad Thule con Espana y Hitler y que pone al descubierto la importancia que tiene hoy dia Madrid y Valencia para el entramado politico-economico contra el que lucha la CIA. Un thriller apasionante, lleno de misterios, revelaciones sorprendentes, realidades historicas y claves que el lector tendra que descubrir poco a poco.

  • Los encuentros de Cristina de Lighling Tucker

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    ?Y si te pongo las citas mas fogosas y desastrosas en un solo libro?
    Cristina decide hacer un paron de seis meses en su vida para trasladarse a Manhattan. El plan es sencillo: ayudar a su amiga Alicia a preparar su boda y disfrutar del turismo de fiesta que pueda ofrecerle esa gran ciudad.
    Pero nada sucede como ella espera. Preparar una boda no es tarea facil y le dara algun que otro dolor de cabeza, ademas el viaje en avion empieza con tan mal pie que se plantea saltar por la ventana.
    Superado el viaje empieza decide olvidar todo aquello con citas, cada una mas desternillante que la anterior.
    ?Que mas puede salir mal?
    Kurt no puede creer que este en el mismo avion que Cristina. ?Que posibilidades habia? Decide echarle una mano cuando todo se complica. ?Se acordara de el?

  • Asesinato Cronologico de Ainhoa Aragones Vazquez

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    !Tok, tok! --Pase. --Senor, quisiera que viera estos informes. En ellos revelan con seguridad, de que se trata de un asesino en serie. --Pero bueno, ?es posible que siga con esa tonteria? Ya le he dicho, que son casos aislados y no tienen relacion unos con otros. Ocupese de casos reales y no pierda el tiempo con esto. --No lo hago, ya que lo investigo en mi tiempo libre. --Pues que vida mas insulsa tiene si la dedica a tonterias. --Podria dedicarle a mi vida privada mas tiempo, si aqui hariamos las cosas como se tienen que hacer. --A usted lo que le molesta, es que no le dieran mi puesto. --Esta muy equivocado, ya que me lo ofrecieron hace dos anos antes que a usted y lo rechace. --Pues ahora a apechugar con lo que hay. Las ordenes, las doy yo. --Se esta cargando la comisaria. No se da cuenta de nada. Es un majadero. --Queda suspendido, hasta que me de la gana. --De eso nada. Dimito. Y dando un portazo, se dirigio a su mesa y comenzo a recoger sus cosas. Los companeros al verle le preguntaron que sucedia. --Estoy harto de que nos de ordenes un incompetente. Nosotros resolvemos los casos siguiendo nuestro instinto, ya que el carece de ello. !Encima, se lleva el merito! --Pero, ?a donde vas? No puedes irte. El ano pasado se fue Anderson. ?Y ahora que? ?Te vas tu? No vamos a quedar nadie. --Pues a ver si de este modo, los de altos cargos se dan cuenta de la equivocacion que cometieron al nombrarle jefe. --!Eh, Amanda! ?Has colocado las camisas en la estanteria y has hecho el inventario de los fulares? --Si y si. Mandona. ?Algo mas desea su Majestad? --Nada mas subordinada, puedes seguir con tus quehaceres. --Muchas gracias. Ja, ja, ja !Oye! ?Que tal van los estudios de tu hija? ?Aprobo con la nota que necesitaba para entrar? --Si. Con un nueve y medio. Se exige demasiado a si misma. --Bueno, en su justa medida esta bien. --Tu lo has dicho, en su justa medida, pero ella quiere ser la mejor para llegar a conseguir sus objetivos. --!Madre mia! ?Ha querido ser siempre criminologa? Va a tener que estudiar mucho. --Siempre lo ha tenido muy claro, desde pequena. --Pues nada, a ver que tal resulta. Dale recuerdos de mi parte. Hara como un ano que no la he visto. --Se lo dire. --En fin, voy a atender a ese cliente, a ver que necesita !Disculpe caballero! ?Puedo ayudarle en algo? El hombre se dio media vuelta, se miraron fijamente unos segundos y dijo: --Te necesito. Y se fue sin mediar ninguna palabra mas. --?Que queria? --Nada. Se habia equivocado de seccion. Oye, me voy a merendar. --Vale ve, que te lo has merecido. --Eres muy graciosilla. Hasta luego. Amanda se dirigio a la oficina de la Jefa de Personal. Llamo y entro. --Disculpe, pero tengo que coger una excedencia por motivos personales. --?Es muy grave? --No se hasta que grado lo es. Pero, no tiene buena pinta. En cuanto salio de la oficina, se cambio de ropa, se recogio el pelo con una coleta e hizo una llamada telefonica. --Hola, buenos dias. ?Podria ponerme con el Capitan Peterson, por favor? --Lo siento, pero ya no trabaja aqui. Se jubilo hace dos anos. Puede hablar con el que le sustituye... el Capitan Carter. --No gracias. No es importante. Adios. --<>. Y dando un volantazo se dirigio hacia su casa. Recogio algo de ropa y se fue al aeropuerto. Varias horas despues, cuando llego, se monto en un taxi. Al llegar a su destino, toco a la puerta y salio un senor con aspecto cansado, aparentaba ser mas mayor de lo que ya era. --!Amanda! ?Que haces aqui? --Bill, ?que demonios esta pasando? ?No dijiste que nunca dejarias el trabajo? --Las cosas han cambiado y mucho. Practicamente me obligaron a jubilarme. Ahora, todo se rige por politica. Pero, pasa por favor. ?Quieres tomar algo? --No gracias. Algo esta pasando, Florian vino a verme al trabajo. --Pues si ha ido a verte despues de dos anos sin veros, algo muy gordo tiene que haber pasado. ?Sigues con tus anos sabaticos? ?Que es de tu vida? --Pues trabajo en una boutique. !No pongas esa cara! Queria cambiar radicalmente de trabajo y de ciudad. Y asi lo hice. --Lo puedes jurar. ?Cual va a ser tu siguiente paso? --Pues investigar. Ire a la comisaria y me incorporare. --Tenme al corriente. --Como siempre, Capitan. Dicho y hecho. Lo primero que hizo fue ir a un hotel para registrarse y despues, se dirigio hacia la comisaria. Mientras iba de camino, le venia a la memoria los anos atras cuando estuvo alli. Fueron buenos tiempos. Al llegar, echo un vistazo a la estancia y estaba todo igual como lo recordaba, incluso el olor a cafe recien hecho pero, percibio que las cosas habian cambiado. Le dejaron entrar para poder hablar con el Capitan Carter, que la esperaba despues de que ella pasara por la oficina de contratacion y darse de alta. --?Mandi? ?Eres tu? --Si Alfred, tampoco he cambiado mucho. Un par de kilos me acompanan pero no es para tanto. --?Que par de kilos ni que nada? Estas estupenda. Ven y dame un par de besos. --?Que tal estais? --Lo llevamos. !Que alegria me das! ?Que miras? No busques que no encontraras a tu companero. Dimitio. --?Que hizo que? Me lo cargo. ?Tim y Teresa? --Tim pidio el traslado hace un ano, y Teresa, seis meses despues de irte tu. Ademas, tenemos un Capitan... --Si, ya he oido hablar de el. ?Por que dimitio? --Incompatibilidades. En unos dias me entenderas perfectamente. De repente, alguien le dio una palmadita en el trasero. Se volvio sin dar credito a lo sucedido. --Mira tio, conservas la mano porque no se me ha ocurrido pensar que hubiera alguien tan estupido para hacer lo que tu has hecho. Espero que hayas disfrutado, ya que no habra una segunda vez. --?Me desafias? --Es una advertencia. En ese momento el Capitan la llamo. Entro y a los diez minutos, salio. --?Que tal Mandi? --Pues ya ves. Me ha dado la bienvenida y todos estos informes pendientes. Pero no me importa, me gusta hacerlo, ya lo sabes. Tengo mucha paciencia. --Te va a hacer falta. Pasados unos dias... --Siento que este con tanto papeleo, mientras sus companeros entran en accion dia tras dia. --!Uy! No se preocupe Capitan. Tengo el titulo de administrativa y estoy como pez en el agua. Ademas, asi puedo observar como funciona esta nueva comisaria que desconozco. --Pues si hubiera sabido que le gusta el papeleo, desde el primer dia le habria puesto entonces a investigar. --?Disculpe? --Para empezar, esta noche voy a enviarle a una mision. --?De que se trata? --Se van a reunir con unos tipos a los que tienen que convencer de que los contrate a usted y a su acompanante, para hacer un trabajo. Tienen que venderse bien, decirles por ejemplo, que son los mejores para hacerlo. Ellos les diran que hacer. --?Con quien voy? ?Cual es mi papel? --Ira con el agente Rodolfo. Es bueno. Dejelo hablar a el. No tiene que hacer nada, solo aparentar ser su pareja. !Ah!, y vaya sexy. En dos horas aqui. --?Sexy? ?Rodolfo el pulpo? Vamos hombre, no me fastidie. ?Sabe usted que estamos en el S. XXI? Creo que es algo misogino. --?Misog... que? --Busquelo en el diccionario. !Ah perdon!, que no sabra hacerlo... busquelo en el Google. A las dos horas... --?En serio? ?No podrias haberte puesto algo mas sexy? --?No crees que esta sexy? A ver, que lleva unos vaqueros cenidos, una cazadora negra, camiseta blanca, botas negras, el pelo suelto y ondulado... !Uauuu! --Gracias Alfred, eres un cielo. Lo que sucede, es que a Rodolfo le hubiera gustado una mini falda con medias de rejilla, ?verdad? Aprovecho para decirte que no te pases. Las manos quietecitas, el culo esta prohibido, mano a la cintura solamente... --Hare lo que me plazca. --Pues atente a las consecuencias. --Ala venga, que nos esperan. Se fueron a un poligono a las afueras de la ciudad. Salieron del coche y se dirigieron hacia una farola que desprendia una luz tenue. --Chsss esa manita tuya que no se vaya mas hacia abajo. Se pararon y Rodolfo se puso detras de ella. La cogio de la cintura y comenzo a lamerle el cuello mientras ella intentaba que hubiera algo de espacio entre los dos. --?Interrumpimos? Aparecieron dos sombras de la nada. --No, no, es que mi chica y yo queremos... pero bueno... ?Que tenemos que hacer? Los negocios antes que el placer. --?Quieres estarte quieto? --Creo que ya estaremos en otra ocasion, no sois como esperabamos. Queremos especialistas y no un sobon con su...querida. --!Esperen! No soy su querida. Yo soy la que buscan. --?Que dices carino? --le dijo mientras intentaba retorcerle el brazo hacia atras. Le dio un pisoton, el se inclino hacia delante, le solto el brazo y con el otro le propino un golpe en la nariz que le empezo a salir sangre a borbotones. --?Que significa esto? --dijeron los desconocidos. --Esto significa, que este tio es un "supuesto actor" muy malo. No me sirves. Lo contrate para que se hiciera pasar por mi pareja y socio, pero como han visto, es solo un sobon. --?Y por que hizo eso? --Porque mi pareja tiene un negocio y esto lo hacemos por hobby. Se suponia que era venir aqui, aceptar por si nos interesaba e irnos y asi, no hacia falta que viniera. Contrate a... este para que se hiciera pasar por el pero no ha sido capaz de hacerlo. Dejenlo que se vaya. --!No! Vamos a ir los cuatro a ver a su amigo. Entraron en el coche. Ella de copiloto y su "companero" atras con el otro individuo. Les dirigio a una discoteca muy concurrida llamada "Infierno". --No nos van a dejar pasar. Solo dejan a personas selectivas. Se dice del dueno que es un tipo extrano. ?Esta dentro su pareja? --Eso espero. Es el dueno de la discoteca. El de seguridad les dejo entrar al verla a ella. El recinto era muy amplio. En cuanto entrabas, hallabas una pista grande para bailar, varias barras para consumir bebidas y los banos. Subiendo las escaleras de caracol, habia otra pista algo mas pequena, otras dos barras y varias mesas para poder conversar. Todo estaba oscuro, solo se iluminaba por varias luces de colores intermitentes. El unico sitio en el que las luces eran estaticas, era al fondo de las pistas. Alli habia un sillon en forma de media luna en el que se podria sentar al menos diez personas y solo se hallaba un hombre, que a cada lado de el habia una chica. Amanda se dirigio con paso firme y decidido hacia donde el estaba. Se le planto delante y este la miro fijamente. Chasqueo los dedos y las chicas se fueron yendo. El se levanto sin dejar de mirarla. Ella le susurro: --Besame, por favor. Estoy infiltrada. El le cogio del cuello con las dos manos y la beso. Fue profundo y tierno. --No tienes porque pedirmelo. Ella se sento con el a su lado. --?Quienes son ustedes? --Pues estos hombres querian contratarnos. No quise molestarte y pacte con este individuo para que se hiciera pasar por ti, pero ha suspendido.

  • Memorias de hielo (Malaz. El Libro de los Caidos 3) de Steven Erikson

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    Memorias del hielo es la tercera entrega de la saga <>, la decalogia originalmente publicada entre 1999 y 2011 que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea. Desde entonces, esta obra maestra de la imaginacion esta considerada una de las series mas ambiciosas del genero de los ultimos anos.

  • Venganza o pasion (Deseo Deseos Prohibidos) de Maxine Sullivan

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    Gemma Watkins se detuvo en seco mientras salia de la sala de espera del hospital. Un hombre alto avanzaba a grandes zancadas por el pasillo. Sus anchos hombros, su andar decidido le recordaban a... <>. En ese instante, el la vio. Dudo un instante y luego apreto el paso hasta que llego junto a ella. -Gemma... La voz de Tate se le deslizo por la piel provocandole un temblor de aprension. Aquel hombre habia sido su amante. El hombre del que habia estado enamorada. El hombre que le habia roto el corazon hacia casi dos anos. No se podia creer que fuera el. Tate Chandler era un empresario australiano que habia llevado el negocio familiar de relojes de lujo a un nivel nunca conocido hasta entonces y le habia dado un gran prestigio internacional. Era un hombre con una presencia imponente fuera cual fuera el lugar en el que se encontraba, tanto si se trataba de su despacho en una de las calles mas prestigiosas de Melbourne, su atico de lujo en uno de las zonas mas ricas de la ciudad o en los pasillos de aquel hospital. Era un multimillonario cuya poderosa apariencia iba mas alla de su increible atractivo. Todo lo que tocaba se convertia en oro y sus caricias tambien lo eran. Gemma lo sabia de primera mano. Trago el panico que se le formo en la garganta. -Hola, Tate. Los ojos azules de el recorrieron la larga melena rubia que cubria delicadamente los hombros de Gemma. Observo el rubor que tenia las mejillas y, entonces, entorno la mirada. -Espero que el hecho de que estes aqui sea una mera coincidencia. -No se a que te refieres. -Mi familia ha inaugurado hoy el nuevo pabellon de pediatria en memoria de mi abuelo. ?No te habias enterado? Ha salido en todos los medios de comunicacion. -No, no me habia enterado -replico ella. Habia estado demasiado ocupada trabajando y tratando de mantener la cabeza fuera del agua-. ?Significa eso que tu abuelo ha... muerto? -Hace tres meses. -Lo siento mucho. Bueno, tengo... -?Que es lo que estas haciendo aqui? -Estoy con... una persona. -?Se trata de un hombre? -Mmm... si. -Por supuesto que se trata de un hombre -se mofo el-. Nada ha cambiado en ese aspecto, ?verdad? -Esto no tiene nada que ver contigo, Tate. Adios. Hizo ademan de pasar al lado de el, pero Tate le agarro el brazo y la obligo a detenerse. -?Sabe ese pobre infeliz que es tan solo uno de muchos? -Yo... -?Tu que? ?Que no te importa? Creeme si te digo que se eso mejor que nadie. Aquellas palabras escocieron a Gemma. Se habia entregado de buen grado a Tate el dia en el que lo conocio en una fiesta celebrada por el arquitecto para el que ella trabajaba. Se habia enamorado instantaneamente de Tate. Despues de lo ocurrido con el, solo podia dar gracias a Dios por no haberle dicho lo que sentia. Por alguna razon, se habia reservado aquel secreto y habia conseguido mantener su orgullo intacto en parte cuando el le dio la espalda despues de llevar un mes de relacion. Durante las breves semanas que pasaron juntos, apenas salieron del atico de Tate. El mejor amigo de Tate era el unico que conocia su relacion. El recuerdo de todo lo ocurrido le hizo echarse a temblar. Aquel inesperado encuentro resultaba muy injusto, pero, a pesar de todo, no podia decirle a Tate la verdad. No podia. Podria ser que el decidiera... -Ah, ahi estas, Gemma -dijo una voz femenina a pocos metros de distancia. Gemma contuvo el aliento y se volvio a mirar a la enfermera que salia de la sala de reanimacion-. Esta bien, cielo -anadio, Deirdre, la enfermera, antes de que ella pudiera preguntar-. Y ya se ha despertado. -!Gracias a Dios! -exclamo. Gemma se olvido de Tate cuando un intenso alivio se apodero de ella. Era una operacion sin importancia, pero, como toda cirugia, no estaba exenta de riesgos. Deirdre observo a Tate y vio que el tenia agarrada a Gemma por el brazo. Entonces, fruncio el ceno. Gemma comprendio que tenia que actuar con rapidez. Se sobrepuso a lo que se sentia y esbozo una sonrisa tranquilizadora. No queria tener que dar explicaciones de nada. Por eso, cuanto antes se alejara de Tate, mejor. -Ya voy, Deirdre. Muchas gracias. La enfermera permanecio inmovil un instante antes de que pareciera que aceptaba que no habia ningun problema. -En ese caso, voy a decirle a Nathan que mama va a ir a verlo enseguida. Con eso, la enfermera regreso a la sala de reanimacion. -?Tienes un hijo? -Si -respondio. No podia negarlo. De repente, la expresion de Tate reflejo una cierta dosis de sospecha. -?Y se llama Nathan? Gemma asintio. -El nombre de mi abuelo era Nathaniel. -Es un nombre bastante comun -repuso ella mientras se maldecia en silencio por haberse permitido aquella unica debilidad. De repente, el lanzo una maldicion. Entonces, solto el brazo de Gemma y se le adelanto. Ella, como una fiera, se coloco delante de Tate y se interpuso entre la puerta y el. -Solo tiene diez meses, Tate -mintio. -?Es de Drake? -!No! Tate nunca la habia considerado inocente en lo que se referia a lo ocurrido con su amigo. Drake Fulton siempre la habia puesto nerviosa dado que se mostraba demasiado amistoso cuando Tate los dejaba a solas juntos, dejando bien claro que la deseaba. Al final, no la habia conseguido, pero se habia asegurado de que Tate tampoco se quedara con ella. -Por lo tanto, tu hijo es de otro hombre. -Si. De el. Rezo para que Tate se diera la vuelta y se marchara. Por el contrario, el la sorprendio y siguio avanzando. Ella lo alcanzo rapidamente. Estaba muy preocupada. -?A... adonde vas? Tate siguio andando en direccion a la sala de reanimacion. -Bueno, me has mentido antes. -No te menti. Yo... Gemma tuvo que esquivar a una joven pareja que andaba por medio del pasillo y luego volvio a alcanzar a Tate. El la ignoro y apreto el boton que habia en el exterior de la sala de reanimacion para abrir las puertas. Gemma entro con el. Deirdre estaba atendiendo a uno de los pacientes. Ella vio como examinaba la sala y como su mirada reparaba en una cuna que estaba mas alla del puesto de enfermeras, apartada del resto de las camas. En ese momento, practicamente con un movimiento sincronizado, los dos echaron a andar. Se detuvieron cuando llegaron junto a la cuna, en la que un nino muy pequeno de cabello rubio jugaba con un osito de peluche. Nathan levanto la mirada y Gemma contuvo el aliento. Tate no podia saberlo. Simplemente no podia... Entonces, Tate se volvio para mirarla. Tenia el rostro muy palido, pero parecia querer asesinarla con la mirada. Ella iba a pagar muy caro por lo que habia hecho. *** Tate sintio que la respiracion se le cortaba en el momento en el que el nino levanto la mirada y le atrapo el corazon para siempre. Durante un instante, Tate estuvo a punto de desear que el nino no fuera suyo, que pudiera darse la vuelta, salir huyendo y no tener que ver a Gemma nunca mas. No queria que ella volviera a formar parte de su vida. Sin embargo, con una mirada habia sido suficiente. Aquel nino era su hijo. El no iba a irse a ninguna parte. Justo en aquel momento, el nino vio a su madre. Dejo el osito y le ofrecio los brazos mientras empezaba a llorar. Gemma empezo a sollozar y echo a correr hacia la cuna para tomarlo en brazos. -Calla, carino. Mama esta aqui -murmuro mientras lo abrazaba carinosamente para tranquilizarlo. -?Que es lo que le ocurre? -pregunto Tate. -Han tenido que ponerle una especie de drenaje en los oidos. Tenia una otitis detras de otra y los antibioticos ya no funcionaban. Sin el drenaje, podria sufrir perdida de audicion y eso podria afectarle al lenguaje y al desarrollo en general. A pesar de que parecia ser algo muy serio, Tate sintio que la tension desaparecia. Dio gracias a Dios porque no fuera nada grave. Entonces, recordo las mentiras de Gemma y la tension volvio a aduenarse de el. -?No se te ocurrio decirmelo? -le espeto en voz baja, consciente del resto de personas que habia en la sala. -?Y por que iba a hacerlo? -Porque este nino es mio, maldita sea. Gemma abrazo con fuerza a su hijo. -No. No es tuyo. -No me mientas, Gemma. Tiene mis ojos. El miedo se apodero de ella. -No. Tiene el cabello rubio como yo. Se parece a mi. No se parece a ti en absoluto. Y, ademas, solo tiene diez meses. Efectivamente, Nathan se parecia a ella... a excepcion de los ojos. -Es mio. Y tiene un ano. Yo lo se y tu tambien. -Tate, por favor... -susurro ella-. No creo que este sea el lugar o el momento apropiado para hablar de esto. -Gemma... -insistio el. Tenia que saberlo. Tenia que estar seguro. Ella se echo a temblar. Entonces, suspiro profundamente. -Esta bien. Si, es tuyo. Al oir aquellas palabras en voz alta, Tate se sintio como si estuviera siendo engullido por una ola. Durante un instante, no pudo respirar. Entonces, miro a su hijo. Queria tomarlo en brazos y sentir el momento, pero, por mucho que lo deseara, se imagino que habia que tomarse con calma la situacion. Gemma parecia estar aterrorizada. -?Que... que es lo que vas a hacer ahora? -En primer lugar, haremos una prueba de paternidad. Ella lo miro asombrada. -?Pero no estabas tan seguro de que es hijo tuyo? -Lo estoy, pero quiero que no quede duda alguna al respecto. Ademas, no seria la primera vez que me has enganado, ?verdad?

  • La otra Iliada de Ethel Krauze

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    Ehtel Krauze en este libro le canta a la epoca. Da cuenta del presente historico para reconocerlo, criticarlo, evidenciarlo. Su poetica sutil entrega a las lectoras, principalmente, un retrato que de comun hemos dejado de ver hasta invisibilizarlo. La mujer contemporanea yuxtapuesta. Un espacio reducido, su propia rutina, como imagen profunda de un Estado que no esta. No leeremos a la mujer empresaria, sino a la mujer de casa, esa mujer que objetizada y estereotipada, se funde con su espacio. ?Donde empieza la heroicidad del vivir? ?Que batallas son las que han de pelearse?
    En La Otra Iliada se construye y deconstruye la otredad del ser mujer en el Mexico actual. Es entrar al abismo de la renuncia, pero tambien del reclamo. Un grito de lucha, sin duda, para quien desee escuchar.

  • La dicha del mago de Sten Nadolny

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    Pahroc, el protagonista de esta novela, tiene un don para la magia.
    Por ejemplo, es capaz de caminar por el aire o de atravesar paredes,
    entre otras asombrosas habilidades con las que empezo a familiarizarse
    desde nino, en los anos anteriores a la Primera Guerra Mundial.
    Estos dones le serian muy utiles para aliviar penurias y sortear peligros
    en las dos grandes contiendas belicas del siglo XX y procurarle a
    su familia el sustento necesario. No tardara en ser considerado un
    gran maestro del ilusionismo, dedicacion que compaginara con distintas
    ocupaciones a modo de tapadera: tecnico de radio, inventor o
    psicoterapeuta.
    Tras una vida de peripecias y magia, a los 106 anos de edad la maxima
    preocupacion de Pahroc es transmitirle los secretos de su magia a su
    nieta Mathilda, razon por la cual escribe para ella en una
    serie de cartas los extraordinarios episodios de su vida.
    Con el trasfondo del ultimo siglo, y una fantasia no
    exenta de humor e ironia, la novela de Sten Nadolny
    narra la asombrosa historia de un hombre
    que utiliza su magia para hacer frente al desencanto
    del mundo.

  • IMPOSSIBLE LOVE de Priscila Serrano

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    El rumbo de la vida de Alexa cambio justo el dia en el que su madre decidio casarse con otro hombre. Nunca penso que aquel suceso, iba a afectarle como lo hizo y con tanta intensidad. Tanto como para no volver a ser la misma. Entonces llego el, un chico se cruzo en su camino en el momento mas oportuno, para salvarla.
    Cameron nunca creyo que pasar por su lado, siendo el el que no creia en el amor, caeria irremediablemente enamorado de ella en cuanto la vio. Que ella le haria sentir demasiado en tan poco tiempo.
    ?Que pasara cuando se den cuenta de que tienen en comun mucho mas de lo que creen?
    Lo que no se espera ninguno de los dos es que su pasado, esta ligado a sus vidas.

  • El quinteto de Nagasaki de

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  • El caso de las japonesas muerta de Antonio Mercero

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    Un nuevo nombre se ha sumado a la gran novela negra espanola encabezada por Lorenzo Silva y Dolores Redondo.