• mucha mierdanga - Carlos Mena

    https://gigalibros.com/mucha-mierda.html

    Diego es un joven migrante que llega a los Estados Unidos con el objetivo de convertirse en un reconocido actor y trabajar junto a los mas grandes de la industria, sin embargo, la situacion no se lo pondra facil, ya que para alcanzar la meta debera trabajar duro. Pero una vuelta del destino lo lleva a conocer a Katherine, una hermosa joven con el mismo sueno que el. Juntos, abordaran una aventura que ira poniendo a prueba el lazo que han ido forjando.

  • Mucha Mierdanga - Empieza la votación xd | Facebook

    https://www.facebook.com/297225567280149/photos/empieza-la-votaci%C3%B3n-xd/1079965505672814/

    Mucha Mierdanga, profile picture. Mucha Mierdanga is on ... To connect with Mucha Mierdanga, join Facebook today. ... Evo por "mowli el libro de la selva" .

  • Generacion Evo San Matias | Facebook

    https://www.facebook.com/people/Generacion-Evo-San-Matias/100066340877124/?hc_ref=ARRa3rZAoI8UWoqPPZ4BR2EYEy2zSbb5vfY-lawCjsDbnSGRAn0o9aC7k_X86j_0Qgs&fref=nf

    En las últimas horas, el sitio web “Mucha Mierdanga” difundió una parte ... que libró una gran lucha contra la monarquía española por la emancipación del…

  • Algo se está uniendo - Opinión Bolivia

    https://www.opinion.com.bo/articulo/opini-oacute-n/algo-est-aacute-uniendo/20160621000100553246.html

    20 jun 2016 — ... Fuerza Ciudadana, Bolivia dijo No, Redes en resistencia, Mucha mierdanga, No es No, A mí me gusta la democracia no la dictadura, ...

  • Los años de Orígenes: visión y ceguera - Academia.edu

    https://www.academia.edu/35242782/Los_a%C3%B1os_de_Or%C3%ADgenes_visi%C3%B3n_y_ceguera

    Pero sobre todo, una lectura positivista: quiere ver en el libro de García Vega un ... del merengue sólido y la determinación sustancial de la mierdanga”.

  • Ministerio de Gobierno advierte que asesinos de Illanes y ...

    https://www.consuladodebolivia.com.ar/2016/09/02/ministerio-gobierno-advierte-asesinos-illanes-opositores-difunden-videos-malintencionados/

    2 sept 2016 — En las últimas horas, el sitio web “Mucha Mierdanga” difundió una parte del video grabado el día en el que el viceministro Rodolfo Illanes ...

  • Pensares, decires y sentires electorales. Espectro político ...

    https://www.iies.uagrm.edu.bo/wp-content/uploads/2020/09/Pensares-saberes-y-decires-v.22-%C3%9ALTIMA.pdf

    1 sept 2020 — encontrarse al origen de muchas inquietudes y son pistas de ... incluye en la tercera edición de su libro 'Maquiavelo & Freud :.

  • Magia perra - Juan Carlos Zambrana Gutiérrez

    https://wp.nyu.edu/gsas-revistatemporales/magia-perra/

    5 dic 2021 — Repetí cien veces «Es mucha mierdanga, no puede ser» y me dormí. ... las hojas de libros viejos tiradas alrededor de dos camillas de metal, ...

  • Gobierno denuncia "conspiración", pero no informa sobre ...

    https://lapatriaenlinea.com/?t=gobierno-denuncia-conspiracia-n-pero-no-informa-sobre-repliegue-de-la&nota=267025

    3 sept 2016 — Además, atribuye la distribución del video al sitio web opositor "Mucha Mierdanga" aunque la red ATB también lo emitió, con una versión ...

  • Tenias que ser tu, Alexandra Danell de Alexandra Danell

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    Nunca pense que existieran los flechazos. Pero eso fue lo que senti al ver a Mishelle. Mi vida, monotona y caotica, dio un giro y ella se convirtio en mas que "la chica de mis suenos".
    Pero nunca imagine que mi relacion con ella pudiera hacerle tanto dano a mi mejor amiga y que la vida me pondria en una encrucijada para decidir si apoyaba a Elizabeth cuando me necesitaba, la mujer que mejor me conocia, o si me entregaba en cuerpo y alma a la joven que me habia robado el corazon.
    La vida me tenia preparada mas de una sorpresa y, a veces, el amor esta mas cerca de lo que podemos creer. Pero no todos somos capaces de verlo...

  • Mi mariposa de Sophie Saint Rose

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    Cristal es un hada que lleva esperando el amor verdadero casi trescientos cincuenta anos. Harta de su vida, no puede entender porque no pierde sus alas al conocer a Kyle Rochester. !Tenia que ser el!

  • Tras la huella de Cristo de Kathy Reichs

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    UN ENIGMA MILENARIO SE OCULTA EN TIERRA SANTA
    Sobre una camilla de la sala de autopsias yace el cuerpo de Avram Ferris, un judio ortodoxo que la antropologa forense Temperance Brennan debe analizar. Normalmente, su trabajo se limitaria a determinar las circunstancias de su muerte, pero esta vez cuenta con una insospechada pista adicional: un desconocido le ofrece la fotografia de un esqueleto y le asegura que esa es la razon por la que murio Ferris. Tempe no tarda en averiguar que esos restos humanos se encontraron en un yacimiento de Israel y tienen dos mil anos de antiguedad. ?Podria ese hallazgo socavar las creencias religiosas de millones de personas?

  • Mi primer CRUSH de Doctor Love

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    ?Te has cruzado alguna vez con esa persona… y han saltado chispas?
    ?Has experimentado algo sencillamente especial?
    CRUSH!

  • Un cafe a medianoche de Santana M. Hernandez

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    Alana regenta un bar con terraza junto al mar. Su vida transcurre con tranquilidad en un pueblo costero, con su activa abuela y su querida amiga y socia Candela. Pero esa tranquilidad se rompe cuando una noche aparece en la terraza un atractivo desconocido que le dedica una nota:

  • Descubriendo a Seytton. El reencuentro de Anne Garber

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    Ahogada en la afliccion que le ha causado saber que el hombre del que esta enamorada busca obsesivamente a otra mujer, Chloe deja a Seytton; sin embargo ella ignora que a el no lo abandona nadie hasta que el lo decida. Y, por supuesto, Seytton aun no lo ha decidido. Ella es todo lo que el no quiere, pero existe una razon que el mismo se obstina en ignorar, la misma por la que le resulta imposible apartarla de su vida y la misma por la que consigue alejar sus propios demonios para seguir descubriendo junto a ella lo que ha comenzado a decirle su corazon. Lo que ambos desconocen es que el destino les tiene preparado un hermoso reencuentro, dos corazones que ya se pertenecieron y que se vuelven a unir, pero... ?Por cuanto tiempo? Seytton es un hombre que cree estar dominado por una maldicion: "Todo lo que ames sera destruido".
    Por desgracia los demonios de Seytton van a empezar a cobrar vida para llevar a cabo su maldicion. Pero eso, mis queridos lectores, lo descubrireis en el proximo y ultimo libro de esta apasionante historia.

  • Una Historia Crepuscular de Stefan Zweig

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    ?Ha sido el viento lo que ha traido de nuevo la lluvia a la ciudad haciendo que nuestra habitacion se oscurezca de pronto? No. La atmosfera esta tranquila y tiene una claridad argentada, como raras veces ocurre en estos dias de verano, pero se ha hecho tarde y no nos hemos dado cuenta. Solo los tragaluces de enfrente sonrien todavia con un debil resplandor y por encima de los tejados el cielo se cubre ya de una bruma dorada. En una hora sera de noche. Una hora maravillosa, pues nada es mas bello que ese color que poco a poco se marchita y se ensombrece, y luego la oscuridad, que brotara del suelo, invadira la estancia, hasta que sus negras olas se replieguen en silencio sobre las paredes y nos arrastren a las tinieblas. Entonces, cuando en este momento nos sentemos uno frente al otro y nos miremos sin hablar, nos parecera que el rostro familiar que entra en las sombras se ha vuelto mas viejo, extrano y lejano, como si nunca lo hubieramos conocido y lo contemplaramos a distancia y a traves de muchos anos. Pero ahora quieres que hablemos, porque en el silencio oyes acongojado como el reloj rompe el tiempo en cien pequenas astillas y la respiracion se vuelve ruidosa como la de un enfermo. Quieres que te cuente algo. Con mucho gusto. Aunque no de mi, pues nuestra vida en estas ciudades inmensas es pobre en acontecimientos o asi nos lo parece, porque todavia no sabemos lo que en realidad nos pertenece. Pero voy a contarte una historia adecuada para esta hora que, a decir verdad, solo ama al silencio, y quisiera que tuviese un poco de esa luz crepuscular, calida, dulce y profusa que se extiende como un velo ante nuestras ventanas. No se cual es el origen de esta historia. Simplemente recuerdo que, desde primera hora de la tarde, he estado aqui sentado mucho rato, leyendo un libro, despues lo he dejado y me he sumido en una especie de ensueno letargico, tal vez incluso en un sueno ligero. De pronto he visto unas figuras que se deslizaban a lo largo de la pared, y podia oir sus voces y penetrar en sus vidas. Pero cuando he querido seguir con la mirada esas formas fugitivas, me he encontrado de nuevo despierto y solo. El libro habia caido a mis pies. Lo he recogido y le he preguntado acerca de las figuras: ya no he encontrado la historia en el, como si hubiera caido de sus paginas a mis manos o como si nunca hubiera estado alli. Quiza la habia sonado o la habia leido en una de aquellas nubes de colores que hoy habian llegado de tierras lejanas a nuestra ciudad transportando la lluvia que durante tanto tiempo nos ha importunado. Quiza la habia oido en una vieja e ingenua cancion que un organillo habia tocado entre melancolicos gemidos bajo mi ventana, o alguien me la habia contado anos atras... No lo se. A menudo me llega este tipo de historias, y me divierte dejar fluir entre mis dedos las cosas que cuentan, sin retenerlas, al igual que uno acaricia espigas y flores de tallo largo sin cogerlas. Solo las sueno a partir de una imagen repentina y coloreada que termina por difuminarse, pero no las retengo. Sin embargo, hoy quieres una historia, y te la voy a contar en esta hora del crepusculo en la que nos invade el deseo de ver algo multicolor agitandose y brillando ante nuestros ojos que los tonos grises entristecen. ?Como empezar? Tengo la sensacion de que debo hacer salir por un momento de las sombras una imagen y una figura, pues asi comienzan tambien en mi esos extranos suenos. Ya me acuerdo. Veo a un esbelto muchacho que desciende por los anchos peldanos de la escalera de un castillo. Es de noche, una noche con solo un palido claro de luna, pero, como si tuviera un poderoso faro, abarco el perfil entero de su cuerpo agil, distingo perfectamente sus rasgos. Son extraordinariamente bellos. Sus cabellos negros peinados a la moda infantil caen sobre su frente un poco demasiado ancha, y las manos, que el extiende hacia delante en la oscuridad para palpar el calor del aire caldeado por el sol, son muy finas y nobles. Su paso vacila. Desciende absorto hacia el gran jardin que murmura con sus numerosos arboles redondeados y entre los cuales reluce como un sendero blanco una unica y amplia avenida. No se cuando sucedio, si ayer o hace cincuenta anos, ni tampoco se donde, pero creo que debio de ser en Inglaterra o en Escocia, pues solo alli conozco castillos de piedra tallada tan altos y grandes que de lejos parecen fortalezas altivas y amenazadoras y que solo para el ojo familiarizado se inclinan sobre sus jardines luminosos y floridos. Si, ahora lo se seguro, esta alla arriba en Escocia, pues solo alli las noches de verano son tan luminosas que el cielo tiene el brillo lacteo del opalo y los campos nunca estan oscuros, todo parece tenuemente iluminado desde el interior y solo las sombras, semejantes a gigantescos pajaros negros, caen sobre esas capas de luz. Es Escocia, oh si, ahora lo se con seguridad y, si me esforzara, encontraria el nombre de aquel castillo condal y tambien el del muchacho, pues ahora la oscura corteza de mi sueno se desprende rapidamente y lo percibo todo con tanta claridad como si no fuera un recuerdo, sino una vivencia. Durante el verano, el muchacho se aloja en casa de su hermana casada y, siguiendo la afable costumbre de las familias inglesas distinguidas, no es el unico invitado; la cena reune a todo un grupo de cazadores y sus mujeres, asi como a algunas muchachas: personas bien parecidas y de categoria cuya juventud e hilaridad, sin ser ruidosas, juegan con el eco de los viejos muros. De dia los caballos galopan por doquier, acompanados de una jauria de perros; al otro lado, en el rio, centellean dos o tres barcas: una actividad sosegada confiere al dia un agradable ritmo rapido. Terminada la cena, se levanta la sobremesa. Los caballeros han ido al salon, fuman y juegan; hasta medianoche las ventanas proyectan en el parque conos de luz blanca y vibrante en los bordes, a veces tambien una risa franca y jovial. La mayoria de las damas se ha retirado a las habitaciones, tal vez dos o tres conversan todavia en el vestibulo. Asi que el muchacho esta solo. No tiene permiso para ir con los hombres, o solo por unos instantes, y se siente cohibido en presencia de las damas, porque a menudo, cuando abre la puerta, ellas bajan la voz, y comprende que hablan de cosas que el no debe oir. Por otra parte, no le gusta su compania, pues le interrogan como a un nino y no prestan demasiada atencion a sus respuestas; simplemente lo utilizan para mil pequenos favores y luego le dan las gracias como a un chico bueno y obediente. Asi que ha decidido irse a la cama y ya ha subido la escalera de caracol; pero la habitacion esta demasiado caldeada, con una atmosfera cargada y sofocante. Se han olvidado de cerrar las ventanas de dia y el sol ha campado por sus respetos: ha abrasado la mesa y la cama, se ha encarnizado con las paredes y los rincones, y las cortinas despiden todavia su halito ardiente e irritado. Y, despues de todo, es demasiado pronto, y fuera la noche estival resplandece como una vela blanca, tan tranquila, tan en calma, tan deliciosamente en calma. De modo que el muchacho baja de nuevo la gran escalinata del castillo hasta el jardin, sobre cuyo oscuro contorno circular el cielo derrama su luz mortecina como un nimbo y adonde lo atrae el aroma tremulo de mil flores invisibles. Tiene una extrana sensacion. En la confusion de sentimientos propia de sus quince anos, no sabe explicarlo, pero sus labios tiemblan como si tuviera que hablar a la noche, levantar las manos o cerrar los ojos mucho rato, como si hubiera algo misterioso y familiar entre el y aquella encalmada noche de verano que pide una palabra o un gesto de cortesia. El muchacho sale poco a poco de la amplia y despejada avenida para adentrarse en uno de los estrechos senderos laterales, donde los arboles parecen abrazarse en lo alto con sus copas iluminadas por destellos argentados, mientras que abajo impera la oscuridad prenada de noche. Todo esta absolutamente tranquilo. El paseante, perdido en una dulce y vaga melancolia, solo percibe el indescriptible ruido del silencio en el jardin, el vibrante zumbido como de una lluvia fina que cae en la hierba o de susurrantes briznas frotandose ligeramente unas a otras. A veces roza con un arbol o se detiene para escuchar ese ruido fugitivo: el sombrero le cae sobre la frente y se lo quita para sentir sobre sus sienes desnudas, donde golpea la sangre, la mano del viento aletargado. Y entonces, de golpe, a medida que se adentra en la oscuridad, ocurre algo inaudito. La grava cruje levemente detras de el. Cuando se vuelve, asustado, ve el brillo como de fuego fatuo de una gran figura blanca que avanza hacia el, ya esta cerca y siente con un escalofrio el abrazo fuerte, aunque sin violencia, de una mujer. Un cuerpo calido y suave se estrecha febrilmente contra el suyo, una mano le acaricia rapida y temblorosa el pelo y le inclina la cabeza hacia atras: tambaleante, el siente en la boca un fruto abierto, desconocido, unos labios estremecidos que sorben los suyos. Tan cerca esta este rostro del suyo que el no puede verle los rasgos. Y no se atreve a mirarlos, porque un doloroso escalofrio recorre su cuerpo y le obliga a cerrar los ojos y abandonarse sin resistencia como botin a esos labios ardientes; vacilante, inseguro como una pregunta, sus brazos acogen entonces a la desconocida figura y, ebrio de repente, estrecha el cuerpo extrano contra si. Sus manos se deslizan avidas a lo largo de las delicadas formas, se detienen y se retiran temblorosas, luego se vuelven mas febriles y atrevidas. Cada vez mas apremiante e inclinada, la feliz carga descansa ahora todo su peso sobre el complaciente pecho del muchacho. De alguna manera se siente engullido, arrastrado por este abrazo jadeante, y se le doblan las rodillas. No piensa en nada, no se pregunta por que aquella mujer ha acudido a el ni como se llama, se limita a sorber hasta embriagarse de la voluptuosidad de sus labios desconocidos, humedos y perfumados, sin voluntad, sin comprender lo que le impulsa a ese apasionamiento inaudito. Le parece como si de repente hubieran caido estrellas, tan intenso es el centelleo delante de sus ojos, y todo lo que toca chispea y quema. Y no sabe cuanto tiempo transcurre, si horas, tan blandas son las cadenas que lo atan, o si segundos: siente que todo se inflama y es arrastrado en el arrebato de una lucha voluptuosa, en un torbellino maravillosamente vertiginoso. Y bruscamente, de golpe, la ardiente cadena se rompe. De repente, casi con ira, el abrazo libera su pecho apresado; la figura desconocida se incorpora, una cinta de luz blanca se desliza veloz a lo largo de los arboles, ha desaparecido antes de que el pueda levantar las manos para retenerla. ?Quien habra sido? ?Y cuanto tiempo habra durado? Angustiado, aturdido, se levanta apoyandose en un arbol. Poco a poco el frio raciocinio vuelve a su cerebro calenturiento: le parece de repente que su vida ha avanzado mil horas. ?Acaso todos sus suenos confusos acerca de las mujeres y la pasion se han vuelto de pronto realidad? ?O todo ha sido un sueno en definitiva? Se palpa, se toca el pelo. Si, sus sienes palpitantes estan humedas, humedas y frescas del rocio de la hierba sobre la que se han revolcado. Ante sus ojos se repite la escena con la velocidad del rayo, siente de nuevo el ardor de los labios, aspira el perfume de voluptuosidad, extrano y penetrante, que desprendia la ropa de la mujer, y trata de recordar cada una de sus palabras. Pero no le viene ninguna a la memoria. Y entonces, subitamente, recuerda alarmado que ella no ha dicho nada, ni siquiera lo ha llamado por su nombre, que de ella no conoce sino los suspiros que rebosaban de su pecho como una amenaza, los sollozos de placer convulsivamente ahogados, el perfume de su pelo enmaranado, la calida presion de sus pechos, el esmalte pulido de su piel; sabe que su cuerpo, su respiracion, todos sus sentimientos le han pertenecido y, sin embargo, no sospecha quien es la mujer que lo ha sorprendido con su amor en la noche. Sabe que solo puede balbucear un nombre para designar su sorpresa, su felicidad. Y ahora esta experiencia fugaz e inaudita que acaba de vivir con una mujer le parece pobre, banal y completamente baladi al lado del fulgurante misterio de los ojos cautivadores que lo acechaban desde la oscuridad. ?Quien era esa mujer? Al vuelo estudia todas las posibilidades, pasa revista mentalmente a todas las mujeres que viven en el castillo; evoca todos los momentos singulares y todas las conversaciones que ha mantenido con ellas, las sonrisas de cinco o seis de ellas, las unicas que podrian estar envueltas en este enigma. ?Quiza la joven condesa E., que suele tratar con aspereza a su marido ya mayor, o la joven esposa de su tio, que tiene ojos de una dulzura extrana y, sin embargo, tan irisados, o bien--se estremecio al recordarla--una de las tres hermanas, primas suyas, que tanto se parecen en su porte altivo, orgulloso y estirado? No, porque todas ellas son personas frias y discretas. En los ultimos anos a menudo se habia considerado un desheredado, un enfermo, desde que secretos ardores agitaban su espiritu y se mezclaban flameantes en sus suenos. !Como habia envidiado a todos los que eran o parecian tan serenos, tan equilibrados y desprovistos de cualquier deseo! El habia tenido miedo de su pasion naciente como de una enfermedad. ?Y ahora...? Pero ?quien, cual de ellas era capaz de semejante engano? Poco a poco esta pregunta obsesiva disipa la embriaguez que enturbia sus sentidos. Se ha hecho tarde, las luces del comedor se han apagado, solo el esta despierto en el castillo, el... y quiza aquella otra. La desconocida. La fatiga empieza a hacer mella en el. ?Para que seguir dandole vueltas? Seguro que manana una mirada, una llama entre los parpados, un apreton de manos a hurtadillas, se lo revelara todo. Sube entre suenos las escaleras, tal como las habia bajado, pero ahora sus suenos son infinitamente diferentes. Tiene la sangre todavia un poco agitada, y la habitacion caldeada ahora le parece mas clara y fresca. Cuando al dia siguiente se despierta, los caballos ya piafan y escarban en el patio, oye pronunciar su nombre en medio de risas. Se levanta de un salto--ha pasado la hora del desayuno --, se viste con una rapidez febril y se precipita abajo, donde los demas lo reciben con alborozo. <>, le espeta la condesa E. riendo, y la risa brilla en sus ojos claros. El escruta su rostro con ansiosa curiosidad; no, no puede ser ella, su risa es demasiado despreocupada. <>, se burla la joven, pero a el su cuerpo delicado le parece demasiado delgado. La pregunta del muchacho vuela de un rostro a otro, pero en ninguno descubre el reflejo de una sonrisa. Da comienzo la excursion a caballo por el campo. El escucha todas las voces, con la mirada espia cada linea del cuerpo de las mujeres, las ondulaciones del pelo que el ritmo del trote les impone, observa los movimientos de sus espaldas al doblarse y el modo como levantan los brazos. Durante el almuerzo se inclina sobre ellas para percibir el perfume de sus labios o la tibieza de sus cabellos, pero nada, nada le proporciona el menor indicio, una fugaz pista que su imaginacion inflamada pueda seguir. El dia se alarga inacabable hasta el atardecer. Ahora que quiere leer un libro, las lineas saltan fuera de los margenes y lo conducen hasta el jardin, y vuelve a ser de noche, una noche extrana, y se siente de nuevo rodeado por los brazos de la desconocida. Deja caer el libro de sus manos temblorosas, quiere ir al estanque y, de repente, asustado, se encuentra en el camino de grava, en el mismo lugar. Durante la cena sus manos estan nerviosas, palpan sin descanso a diestro y siniestro, como perseguidas, sus ojos se esconden timidos bajo los parpados. Por fin, oh, por fin, cuando los demas retiran sus sillas, el se siente feliz, sale corriendo de la sala y se adentra en el parque, cien veces, mil, camina arriba y abajo de la blanca avenida, que bajo sus pies parece centellear como una niebla lactea. ?Estan ya encendidas las luces del salon? Si, por fin llamean, y por fin brillan tambien algunas ventanas del primer piso. Las damas se han retirado. Si ella va a venir, ya no puede tardar mas de unos minutos, pero cada minuto se hincha de rubea impaciencia hasta estallar. Y continua arriba y abajo con pasos convulsos, como tirado por hilos invisibles. Y entonces, de repente, la figura blanca se desliza escaleras abajo, rapida, demasiado rapida para poderla reconocer. Parece un rayo de luna o un velo perdido flotando entre los arboles que un viento impetuoso empuja hacia el, y ahora, ahora, esta en sus brazos, que se estrechan como garras avidas alrededor del cuerpo indomito, ardiente y palpitante, acalorado por la carrera. Como ayer, de nuevo es un unico instante en el que la calida oleada se rompe de improviso contra su pecho, con tanta fuerza que el cree desfallecer por el dulce golpe, y su unico deseo es dejarse llevar, arrastrado a un sombrio abismo de placer. Pero luego su embriaguez se extingue de golpe, y el reprime su ardor. !No, no se perdera en esta maravillosa voluptuosidad, no se abandonara a estos labios voraginosos antes de saber el nombre de este cuerpo que se aprieta tan estrechamente contra el que es como si un corazon extrano latiera fuerte en su propio pecho! Echa hacia atras la cabeza ante sus besos para verle la cara: pero caen unas sombras y, en la luz incierta, se confunden con los cabellos oscuros de la mujer. El follaje de los arboles es demasiado espeso y demasiado palido el claro de luna velado por las nubes. Solo ve los ojos de ella, que brillan fosforescentes como rubies encastados en marmol blanco. Entonces el quiere oir una palabra, solo una astilla arrancada a su voz:

  • No me llames muneca de Nari Springfield

    https://gigalibros.com/no-me-llames-muneca.html

    Diana es una chica sencilla con una vida un poco complicada: a sus veintitres anos tiene dos gemelas, trabaja en una pequena libreria en La Cala del Moral y tiene miedo a enamorarse. Desde que su ex pareja la abandono al enterarse de su embarazo le cerro las puertas al amor y se centro en sus hijas y en su apasionante trabajo. Hasta que una noche dos ojos azules, electricos, forzaran la cerradura que tantos anos han mantenido sus sentimientos a raya.
    Matthew es un ligon cuya relacion con las mujeres no va mas alla de una torrida noche de pasion tras unas cuantas copas de alcohol. Sin embargo, tras esa fachada se esconde un escritor sin musa, un nino herido que teme a sus propios sentimientos, a las voces que le dicen que necesita ayuda y a las cuales acalla con fiestas y alcohol. Su vuelta al Rincon de la Victoria, donde paso los veranos de su infancia, es un vago intento de retomar la escritura de su ultimo libro. Pero dos ojos del color del mar le recordaran donde se esconden sus musas.
    Dos historias conectadas por un libro. Dos corazones rotos que buscan la caricia idonea para sanar.

  • No eres mi dueno (El Club 5) de Nina Klein

    https://gigalibros.com/no-eres-mi-dueno-el-club-5.html

    No eres mi dueno es la quinta parte de la serie "El Club".

  • Un Vaquero de Ojos Verdes (Rancho Atkins 2), Tess Curtis de Tess Curtis

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  • Reclamada por sus parejas (Programa de novias interestelares 3) de Grace Goodwin

    https://gigalibros.com/reclamada-por-sus-parejas-programa-de-novias-interestelares-3.html

    Desesperada por escapar de un hombre poderoso, decidido a hacerla pagar por haberlo desafiado, la unica opcion de Leah es ofrecerse como voluntaria del Programa de Novias Interestelares. Ella es asignada al planeta Viken, pero, a su llegada, se sorprende al descubrir que ha sido emparejada no solo con un hermoso e inmenso guerrero, sino con tres.

  • La sonrisa del lobo de Tim Leach

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    Tengo una buena historia que contarte. De duelos y traiciones; de exilio y venganza.
    Ninguna otra historia importa, si esta se olvida.

  • El segundo sexo de Simone De Beauvoir

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    “El segundo sexo” no solo ha nutrido a todo el feminismo que se ha hecho en la segunda mitad del siglo, sino que es el ensayo feminista mas importante de la centuria. Todo lo que se ha escrito despues en el campo de la teoria feminista ha tenido que contar con esta obra, bien para continuarla en sus planteamientos y seguir desarrollandolos, bien para criticarlos oponiendose a ellos. “El segundo sexo”, que es el ensayo de una filosofa existencialista, se encuadra en el ambito mas amplio de un pensamiento ilustrado que toma de la ilustracion precisamente sus aspectos positivos, emancipatorios; ante todo, una concepcion igualitaria de los seres humanos, segun la cual la diferencia de sexos no altera su radical igualdad de condicion. Al mismo tiempo, es un ensayo filosofico que analiza el hecho de la condicion femenina en las sociedades occidentales desde multiples puntos de vista.

  • El chico que siguio a su padre hasta Auschwitz de Jeremy Dronfield

    https://gigalibros.com/el-chico-que-siguio-a-su-padre-hasta-auschwitz.html

    En 1939, Gustav Kleinmann, un tapicero judio de Viena, fue capturado por los nazis. Junto a Fritz, su hijo adolescente, fueron mandados al campo de Buchenwald, en Alemania. Empieza asi una desgarradora historia en la que sus protagonistas seran victimas del hambre y de las palizas, mientras participan como mano de obra en la construccion del mismo campo de concentracion en el que permaneceran cautivos.
    Cuando Gustav reciba la noticia de su traslado a Auschwitz, una segura sentencia de muerte, su hijo Fritz hara todo lo posible por no separarse de su padre y seguirlo hasta Polonia.

  • !Despeinate! de Tamara Marin

    https://gigalibros.com/despeinate.html

    Eli es una educadora infantil de veintitres anos, joven e impulsiva. Le encantan los tatuajes, los piercings y la velocidad, no necesariamente en ese orden.
    Ella vive <> y le importa bien poco lo que la gente opine.
    Max es un bombero de treinta cuatro anos; serio, organizado, meticuloso y le gustan las mujeres parecidas a el.
    ?Conseguira Max apartar a un lado sus prejuicios?
    ?Podra Eli estar con un hombre tan opuesto a ella?
    ?Seran capaces de dejar atras sus diferencias?

  • El extrano caso de la mujer sin memoria de Juan Pascal

    https://gigalibros.com/el-extrano-caso-de-la-mujer-sin-memoria.html

    Un detective, contratado por tres siniestros personajes, lleva casi quince anos buscando a una mujer que nadie conoce y que solo un reducido grupo de personas ha visto, sin embargo, tras encontrar una pequena pista, descubrira que aquella mujer esconde un secreto prohibido.

  • No debi ser tu escolta de Dylan Martins

    https://gigalibros.com/no-debi-ser-tu-escolta.html

    Nicolas vive al margen de la ley, pero, por primera vez, acepta un puesto para el que esta cualificado. Sera escolta de la hija de uno de los hombres mas importantes de Manhattan.
    Sin conocerse, pasaran un mes recorriendo diferentes lugares de Europa y descubriran que ninguno de los dos es lo que aparenta ser.
    La tension sexual entre ellos es enorme e imposible de saciar porque el es su escolta.
    ?Seran capaces de resistir el deseo?

  • El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano

    https://gigalibros.com/el-libro-de-los-abrazos.html

    El libro de los abrazos es una sintesis perfecta del imaginario mas inspirado de su autor. Celebraciones, sucedidos, profecias, cronicas, suenos, memorias y desmemorias, deliciosos y extraordinarios relatos breves en los que hasta las paredes hablan.

  • Hoyos de Louis Sachar

    https://gigalibros.com/hoyos.html

    Los chicos buenos van al cielo, los malos… al Campamento Lago Verde. Stanley Yelnats se convierte en interno del campamento despues de ser acusado del robo de unas zapatillas; alli conocera a Zero y su vida cambiara para siempre. ?Donde estan los limites entre el bien y el mal?Una historia estremecedora para reflexionar sobre el significado de la justicia.

  • Ano uno (Cronicas de la Elegida 1) de Nora Roberts

    https://gigalibros.com/ano-uno-cronicas-de-la-elegida-1.html

    El mundo se enfrenta a una pandemia. Entre el caos y la destruccion, un grupo de personas aparentemente inmunes busca un refugio para la humanidad.

  • Una manana cualquiera de Esteban Moneo

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    --!Esteban! !Senor! ?Me oye? !Esteban! !Esteban! --Una senora bajita y regordeta, enfundada en un chaleco naranja fosforescente y rodeada de media docena de personas del servicio de asistencia y de la policia municipal, vociferaba con cara de pocos amigos. La condenada chillaba como las pescaderas en esos antiguos mercados de abastos de los puertos: <>. Jureles no, pedazo de atun inmovil, que no reaccionaba ante semejante griterio. Y Marta, su mujer, con un ataque de panico al verlo convertido en un guinapo. Todos en torno a la cama, contemplando un tesoro, algo divino, digno de contar por la noche en sus casas. Nada que ver. Un cuarenton, con los pelos revueltos despues de una noche de sudor y fiebre, no despertaba. Quizas, tantos decibelios por parte de la dichosa senora provocaron el chispazo. El cable rojo y el cable azul se rozaron, encendiendo una bombilla dentro de el. La alarma del despertador le hizo incorporarse y miro la habitacion. Su pequeno espacio privado invadido por gente con uniforme que vociferaba y escudrinaba. ?Que sucedia?, ?que...? <>. No, perdon, jureles no; eso es lo que a el le resonaba en la cabeza, a punto de explotar por ese grito ininteligible: --!Senor! ?Me oye? !Estebaaaan! Del mismo modo que desperto, atonito ante las voces de la medica a medio metro de su rostro, se desplomo sin decir palabra. No pudo. Sus fuerzas se consumieron en una simple mirada desencajada. Esos ojos de atun y su cuerpo, un saco de patatas recien descargado, cayeron hacia atras, sumergidos de nuevo en otra dimension. Senal suficiente para que la senora del chaleco determinara la gravedad de su estado y cambiara los chillidos por ordenes a sus companeros: --!Protocolo ictus! !UVI movil! !Vamos, senores, traslado urgente al hospital! Mientras, su mujer solo pensaba en disimular para que sus hijos no se asustaran por la situacion. Tarea complicada a la hora del desayuno en una casa con cuatro ninos, ante tal despliegue de personal uniformado que efectuaba su trabajo sin miramientos: entraban y salian, subian y bajaban escaleras. Y habia dos ambulancias y un coche de policia en la puerta. Una vecina, muy amiga de la familia, corria en camison en busca de la llave de la salida de emergencias de la urbanizacion. Al marido, mas para alla que para aca, dos fornidos facultativos del Samur lo bajaron en una silla de ruedas por las escaleras. Un espectaculo. Varios vecinitos, en vez de seguir rumbo al colegio, se detenian en la puerta del domicilio para verlo. Lo de pasar de largo, pura quimera. Otro chispazo. Otra mirada fugaz. El traqueteo del descenso conecto de nuevo los dos cables mal pelados de su cerebro y volvio a enchufarse a la realidad. Lo metieron en una ambulancia. No pronuncio palabra, ni balbuceo. Se iba rodeado de luces y personal sanitario, ante la cara de susto de su mujer y el nino cotilla de turno, que se habia quedado paralizado en la puerta. De milagro, en esa breve conexion fue consciente de que no era el, ni su cuerpo. Diez segundos dentro de un saco, mirando con los ojos de un extrano. Con el mismo impulso que vino, se fue, como aquellas bombillas de filamento de toda la vida, no estas modernas repletas de puntitos, que se agitaban a contraluz para comprobar si estaban fundidas o dando sus ultimos coletazos. Se apagaron su mirada, sus recuerdos y su escasa, por no decir nula, capacidad de reaccion. El personal sanitario lo aseguro con bridas a la silla. El viaje hasta el hospital de la zona, uno de los mas modernos de la ciudad, era corto. Cuantas veces habian hablado de lo conveniente que era tener semejante mole cerca de casa, por si algun dia ocurria aquello que piensas que nunca te va a pasar a ti. Ni en el peor de sus suenos ni en sus quejas continuas sobre su estado de salud, habia imaginado que su primera visita al complejo hospitalario seria por la puerta grande, como los primeros espadas de la tauromaquia, pero al reves: ellos triunfan y salen, no entran. Los cuatro ninos apuraban sus desayunos, ajenos a lo sucedido y al trago dificil por el que pasaba su madre. Calma absoluta. Su padre estaba con gripe en la cama, los medicos habian venido a verlo. Nimiedades, una enfermedad comun no impedia que continuaran con la misma rutina de cada manana: risas, colacaos, cereales, y zumbando a clase. Sin saber que le ocurria a su marido, inconsciente de camino al hospital, aderezaba su incertidumbre con la idea de que el vecinito cotilla, que iba a clase con uno de sus hijos y habia contemplado la funcion matutina desde primera fila, le contara, con la habitual inocencia infantil, que su padre se estaba muriendo. Estas preguntas, muchas mas y toda la tension contenida salieron disparadas, como si se abriera la espita de una olla expres, cuando los ninos brincaron del coche, rumbo al patio. Con el cierre de las puertas, la madre rompio a llorar. La noche anterior, se habia planteado si una simple gripe era motivo suficiente para hacer que el medico se desplazara a su casa. Los telediarios ya habian avisado de que las urgencias estaban colapsadas por los casos de gripe. ?Que les iba a decir? <>. Vamos, igual que el resto de los contagiados por el virus en ese frio mes de enero. Ellos mismos lo habian comentado en mas de una ocasion: --Si estas enfermo, caldito, y a la cama. Sin exageraciones, que el sistema sanitario bastante tiene con lo suyo. Pero esa manana, al despertar, fue consciente de que algo anormal sucedia. Ni gripe ni catarro. Temio que fuese a mayores. Si otras veces procuraba hacer el minimo ruido posible para dejarlo descansar, ese dia no. Por fortuna, su sexto sentido femenino le advirtio que no debia salir sin mas. --Esteban, Esteban, ?estas bien? ?Como te encuentras? No obtuvo respuesta. Su marido no despertaba. No estaba. --Esteban, Esteban, ?que te pasa? --insistia Marta--, ?sabes quien soy? Igual que sucederia una hora mas tarde con los gritos de la sanitaria, los ojos de su marido dieron un repaso al cuarto traspasando el cuerpo de ella; esa forma de mirar de quien no esta viendo. Y no pronuncio palabra. Eso activo las alarmas de Marta. Las llamadas de sus vecinas la hicieron volver al crudo presente. Los ninos estarian en el colegio hasta media tarde; llegados a ese punto, ya veria como se las arreglaba para contarles lo sucedido. Lo primero era lo primero: ir al hospital para informarse del estado de Esteban. Solo sabia que a esa persona con la que llevaba mas de media vida la habian metido en la ambulancia como un fardo, inconsciente. Pero habia visto su mirada dura, distante; la misma que un familiar suyo anos atras, ese que no tuvo un final feliz. La llegada al hospital fue un nuevo mazazo. A diferencia de esas series hospitalarias que tanto gustaban a los televidentes, donde cirujanos, interinos, enfermeras y celadores vivian aventuras dignas de un culebron a la par que la sangre surgia a borbotones (eso si, sus batas blancas se mantenian impolutas), la realidad que se encontro Marta fue una sala de gran tamano a rebosar de ancianos en camillas agolpadas en las esquinas y pasillos, a la espera de su turno o a mitad del tratamiento que calmase sus sintomas gripales. Sofocada y con el susto en el cuerpo, la llevaron hasta los boxes de urgencias. Las paredes de cristal, con un enorme punto rojo en el centro para que las personas no se dieran de bruces, y las cortinas a medio descorrer apenas preservaban la intimidad de los enfermos: un abuelito, que pocas horas mas tarde pasaria a mejor vida, y un par de accidentados. La enfermera le senalo con amabilidad la esquina, justo donde empezaba el pasillo: ese era el de su marido.

  • Los dieciseis arboles del Somme de Lars Mytting

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  • Tan nosotros de Ana Maria Draghia

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  • El lenguaje oculto de las piedras de Chiara Parenti

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  • El amor puede esperar de Oscar R.campos

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  • El secreto de Gaudlin Hall de John Boyne

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    Despues de perder a su anciano padre, la joven Eliza Caine no tiene mas opcion que aceptar un puesto de institutriz en la mansion de Gaudlin Hall, en Norfolk. Pero lo que deberia ser un trabajo digno y sencillo se convierte en una experiencia espeluznante. En cuanto se apea del tren, un par de manos invisibles intentan arrojarla a la via, y cuando finalmente llega al caseron, los unicos que salen a recibirla son dos ninos, Isabella y Eustace, que aparentemente viven solos. Eliza no sabe quien la ha contratado, y una serie de extranos sucesos la convencen de que algo muy grave esta ocurriendo en la casa. Es como si una presencia maligna, que parece querer proteger a los pequenos, se manifestara continuamente, por lo que Eliza comprende que debera desvelar los secretos que Gaudlin Hall guarda celosamente.

  • Autumn Passion Love de Lorraine Coco

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    La inspectora Pamela Cassidy (alias la mujer de acero) jamas imagino que, al investigar la misteriosa desaparicion de una mujer, encontraria en su atractivo y descarado hermano a la horma de su zapato. Por suerte sus trabajos impiden que lleguen a algo mas y durante unos meses se cree a salvo. Hasta que una noche recibe una inquietante llamada suya, acompanada de una foto en la que se le ve esposado a uno de los grandes hornos industriales de su afamado restaurante. Incapaz de negarse a rescatarlo e investigar el asalto, vera como no solo su trabajo, su celosa y complicada vida privada, y su remanso de paz y orden, se desintegran para siempre cuando el ultimo hombre al que deberia acercarse se propone convertirla en su siguiente conquista.
    Autumn Passion Love es una historia corta, intensa, sorprendente y divertida. Una aventura que nos ensena que la felicidad se alcanza escuchando a nuestro corazon.

  • Extasis de Blanca Moral

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    Adictivo. Peligroso. Danino. Fuerte. Pura droga. Ese soy yo. El extasis hecho carne. Soy el novio que ninguna madre desea para su hija. Pero tambien el polvo de una noche con el que fantasean. Soy Erik Robinson. Ex militar condecorado. Abandonado por mi pais. Motero profesional. Armas, sexo y alcohol. Pero entonces ella se estampo en mi vida. Literalmente. El mejor polvo que he tenido nunca. Pero no era solo eso. Jane era perfecta. Ella tambien buscaba solo un polvo. Ella era capaz de aguantar mis fantasias mas salvajes. Y ella no tenia miedo cuando veia una pistola. Ella no venia detras mio. Pero, ?como no iba a querer mas de su cuerpo? ?Como no iba a caer en la trampa? Nunca habia visto una mujer asi. Nunca habia ido detras de una mujer. Pero no podia evitarlo. Creo que, por primera en la vida, me enamore. Me enamore de su cuerpo. Sus labios. Su lengua. Sus ojos. Su sonrisa. Su pelo. Sus curvas. Pero no solo de su cuerpo. Por primera vez. Me enamore de su valentia. De su fuerza. De su salvajismo. De su amor propio. Ahora solo tenia que salvarle la vida, y todo acabaria bien.

  • Amor al 50% de Jamie Martz

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    El exitoso Kai Davenport planea recompensar a su novia rica Annie West por su inminente ausencia lejos de Londres por un viaje de negocios en la Isla de Man con una visita sorpresa en el Dia de San Valentin. Ese dia, Kai tambien planea pedir la mano de Annie. Sin embargo, Kai pierde el anillo de diamantes en el aeropuerto.
    Es entonces cuando los caminos de dos extranos: Kai, un actuario de seguros con aversion al riesgo y Kirsten Fang (Kay como la llaman sus amigos) un espiritu libre, colisionan el mismo dia de Dia de San Valentin cuando ambos caminan en la joyeria el mismo dia en que la tienda esta ofreciendo un descuento del 50% para parejas.
    Kirsten trama un plan en el que ambos; se hacen pasar por una pareja para obtener el descuento. Pero su plan fracasa y los lanza a ambos en una aventura que demuestra que el amor se esconde en lo mas improbable de cualquier situacion.

  • Bajo tus alas (Perdida en el aire 1) de Carmen Fernandez Etreros

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    Rosas amarillas Viernes 27 de abril, a las ocho de la tarde Me llamo Monica. Mido 1.74 cm. Cumplo cuarenta anos el seis de mayo Los ojos verdes. Enormes, segun dicen algunos. El cabello pelirrojo y rizado. Desde hace tres anos me tengo que tenir el por unas incomodas canas que crecen sobre mi frente todos los meses. En el nacimiento del pelo. Justamente alli. Menudas canas cabronas. Todos los meses. Como la mala hierba. Sin olvidarse ninguno de salir. Y eso que mi abuela decia que en mi familia "las mujeres no teniamos canas". Y mi abuela salvo en ese comentario, he de reconocer que no se equivoco nunca. Lo cierto tambien es que mi abuela nunca se tuvo que tenir el pelo. Me encantan las botas altas de cuero. Marrones, negras, blancas, amarillas, azules… De tacon alto, con plataforma, con tachuelas, con flecos...Tengo alrededor de 20 pares. Las saco todos los dias, las limpio y las coloco de nuevo en mi zapatero de IKEA muy rectitas en sus rieles metalicos. Tengo de todas las marcas Mustang, Diesel, Kling, Pedro Miralles hasta unas Gaspar Yurkievich. Con tacon recto, con plataforma, planas, con tacon de aguja... En la compania me llamaban la "pretty woman de altos vuelos" (con bastante recochineo por cierto). Yo me hacia la sueca con esto y con otras muchas cosas. Siempre se me ha dado bien hacerme la sueca, aunque no tengo que ver con tan curioso pais, pasar de todo, darme la vuelta y seguir caminando hacia delante con mi melena pelirroja mientras todos me miran las piernas de abajo a arriba. En ese momento el mundo parece que durante unos minutos se detiene (sensacion explicada por un turista aleman en un mal castellano un dia de verano en el pasillo de la terminal 4, la famosa T4 de Barajas, cuando choco inevitablemente su maleta con la mia) y los afectados solo ven pasar mis piernas sin cuerpo por la T4. He de reconocer que esa noche no lo pude evitar y la pase retozando con el turista aleman afectado en una cama King size del hotel de Nueva York despues de pasarle mi numero de movil en pleno vuelo, en un papelito blanco bajo la bandeja de plastico. El aleman era un soso, pero yo soy asi, creo que hay que probar las cosas para saber si me gustan o no, si vale la pena o no lanzarse a piscina. Pero la mayoria de las veces como me decia mi abuela "te estrellas Monica, te estrellas". Hoy es viernes y yo deberia estar en el avion. Como todos los viernes, como cada dos viernes, mejor dicho. Pateando el pasillo del avion, dando la bienvenida a los pasajeros, soltando como una escopeta por el microfono sin casi tomar aire: "En nombre de Compania, el comandante Perez y toda la tripulacion, les damos la bienvenida a bordo de este vuelo con destino a Nueva York, cuya duracion estimada es de 8 horas, 30 minutos. Por motivos de seguridad, y para evitar interferencias con los sistemas del avion, los dispositivos electronicos portatiles no podran utilizarse durante las fases de despegue y aterrizaje. Los telefonos moviles deberan permanecer desconectados desde el cierre de puertas hasta su apertura en el aeropuerto de destino. Por favor, comprueben que su mesa esta plegada, el respaldo de su asiento totalmente vertical y su cinturon de seguridad abrochado. Les recordamos que no esta permitido fumar a bordo". Pero no, no estoy en el avion. Y hoy no voy a pronunciar esas magicas palabras. Aunque parezca increible no estoy en el avion. Estoy sentada en el sofa de mi casa y mi vida comienza a estrellarse sin remedio. Porque yo deberia estar haciendo la ruta Madrid-Nueva York-Philadelpia-Washington-Nueva York-Madrid. La mejor de todas. Siete dias por las mejores ciudades. Un lujo para cualquier azafata de la compania. Todo el mundo se pelea por esa ruta. Y el lunes deberia pasarme todo el dia buscando chollos de botas altas de marca en el Soho y por la noche cenando en un japones, el Sushisamba Park con Alfredo. El martes tambien dia de compras, comida con Alfredo Perez, el comandante, en Baboo mi italiano favorito en Nueva York y toda tarde con mi comandante, liados, enrollados metiditos en la cama del hotel tomando champan cada hora. Pero no estoy haciendo la ruta Madrid-Philadelpia-Washington-Nueva York-Madrid. No estoy en el avion como todos los viernes sino que estoy aqui en el sofa de mi casa en camison. Tirada todo lo larga que soy en ese sofa que tanto me costo elegir porque no me llegaba a convencer la tela de cuadros. Al final lo compre aunque no estaba convencida y a los dos meses lo tuve que tapizar con otra tela floreada comprada en NY, porque en la original se le cayo a Alfredo una taza de cafe Voluto sin leche enterita. Pero eso ya es otra vida, otra historia, el pasado... Ayer me despidieron de mi compania. Un ERE de esos dijeron, y Luego anadieron "nosotros te estamos muy agradecidos por estos anos que has prestado a la compania y por todo tu trabajo e ilusion y bla, bla, bla, bla... pero la crisis economica, las circunstancias nos obligan a reestructurarnos, a reducir gastos y personal...". No me entere de nada. Diez minutos en los que el director de Recursos Humanos no paro de hablar y yo no me entere de nada. Lo unico que me quedo claro es que me mandan al paro, dos anos, y con una buena indemnizacion por los veinte anos trabajados. Tuve la sensacion de que encima les tenia que dar las gracias porque me estaban haciendo un favor y ademas que pensaban que me iban a arreglar la vida con la indemnizacion. Que si mi labor habia sido impecable, que si las cosas han venido asi, que si la crisis financiera internacional esta afectando a todas las companias, que algunos vuelos salen con menos combustible para ahorrar, que si han intentado mantenerme en mi puesto mas meses pero que les ha resultado imposible, que si mi edad, mi alto sueldo, mis condiciones laborales... Vamos que era imposible. Yo que lo habia dado todo por la compania, que vivia orgullosa de pertenecer a ella, de estar en el equipo, de estar a bordo. Pues nada ahora tambien me estaba estrellando con ellos, con mi compania. Como decia mi abuela: "Monica te estrellas". Lo peor que la noticia de mi despido me la dio Carlos el Director de Recursos Humanos, un tipo bajito con gafas y un ridiculo bigotillo que se parecia al escritor espanol que salia en la contraportada de un libro que habia estado leyendo en el hotel de Washington un dia de lluvia y con el que me enrolle una noche despues de tomarnos cuatro mojitos seguidos tras la fiesta de Navidad de la compania. Como todos sabeis las fiestas de Navidad son asi, uno comienza a comer y a beber, y acaba bebiendo con los jefazos caipirinas y mojitos y a la manana siguiente se despierta sin poder remediarlo con el feo del director de personal con su ridiculo bigotillo roncando en tu cama, la mano posada en donde acaba tu espalda y entonces no sabes si preparar un zumo de naranja y un buen desayuno con cafe capuccino, croissants a la plancha con mantequilla y mermelada de naranja amarga o irte a trabajar que es viernes y te puede despedir por no estar ocupando tu puesto cuando se despierte. De repente se me hizo un nudo en la garganta y parecia que me faltaba el aire y que todo daba vueltas en la habitacion. Ya no habria fiestas de Navidad, ni cocktails de empresa, ni turistas alemanes que me mirasen las piernas mientras camino por la terminal 4 mientras que parecia que se paraba el mundo, ni directores de Recursos humanos a los que tener la duda de si preparar un zumo de naranja natural mananero... Agarre mi cajita cuadrada de klinex naranjas con olor a lavanda silvestre, saque cuatro y me sone estruendosamente. Tambien me arrastre hasta el congelador y cogi un buen tanque de helado de trufa con virutas de chocolate negro belga y me dispuse a afrontar la peor tarde de viernes de mi vida viendo sin parar Pretty woman. La empezaria y la acabaria mil veces si hacia falta, hasta el amanecer, hasta que sonase el telefono, hasta que explotase mi tripa con tanto helado de trufa con virutas de chocolate negro belga... Estaba dispuesta a todo. Pero en el momento en que Richard Gere le intentaba pillar la mano con el estuche del collar a Julia, (uno de los momentos que mas me gusta), mi movil hizo un sonidito extrano y decidi mirar su pantalla. Cuatro alertas: 1. Facebook me recordaba que tenia 116 mensajes, mi desconsiderada compania de telefono movil decidia mandar la factura de este mes (que falta de tacto: me acababa de quedar en paro...), mi hermana me mandaba un Whatsapp de 31 lineas para saber como estaba despues de mi tragico despido (no te preocupes tia, todo tiene solucion tia, mira como ando yo tia, como ya te conte tia, ves tia, todas tenemos problemas tia, sabes tia...). Deje de leerlo a la cuarta linea porque me agobiaba. Y tambien tenia una peticion de amistad en Facebook: Diego Fonseca. Diego Fonseca. Diego Fonseca, ?de que conocia yo ese nombre y apellido? No me sonaba que fuese de la compania, no me sonaba de los companeros del colegio, no me sonaba de la academia de idiomas, no me sonaba de ningun rollo pasajero... No me sonaba. Simplemente no me sonaba. Diego Fonseca no me sonaba. Pero mi aburrimiento de este aciago viernes llegaba a tal punto que le acepte y consciente rapidamente de mi craso error y mi constante falta de meditacion e imprudencia en mis ultimas decisiones, entre en su perfil a buscar Informacion. Lo primero era saber quien era este Diego Fonseca. Ya habia tenido bastante con aquel desconocido que lleno la cabina del avion con rosas amarillas, (mis preferidas por cierto). Y con una rodilla apoyada en el suelo del pasillo me pidio matrimonio en cuatro idiomas (aleman, ingles, frances y japones) para diversion y regocijo de mis companeras que casi se hacen pis en la moqueta con el espectaculo. Tambien con aquel loco paranoico, un turista aleman, que amenazo con volar la terminal 4 de Barajas ya hace unos anos a voz en grito con un megafono, al ver que despues de una noche romantica de sexo descontrolado no le cogia el telefono la manana siguiente y que seguramente ya no me acordaba de su nombre. Uno de mis grandes defectos, debo confesar, es que a mi la resaca no me deja pensar en el futuro, en esas circunstancias que pueden ocurrir el dia despues, programar estas posibles incidencias, pensar posibles planes de evacuacion, ponerme a tiempo el chaleco salvavidas..., y me encontre con un marron tremendo sin saber que decir al guapisimo sobrecargo que caminaba conmigo cuando empezo a chillar como un loco el turista alem

  • El secreto (El manuscrito 1), Blanca Miosi de Blanca Miosi

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  • Bajo la sombra de una mentira de Arenos Consuegra

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    Bajo la sombra de una mentira, ambientada a principios del siglo XX, narra la historia de Marina, una joven muchacha que deja su pequeno pueblo para ir a trabajar como doncella a una mansion a orillas del mar. En aquella casa escuchara unos gritos extranos, sobre los que preguntara y nadie le dara respuesta. Descubrira en Fernando, el senor de la mansion, un amor diferente al de Diego, su primer amor. La vida de Diego, el pasado de dona Clotilde y el resto de los habitantes de la aldea, se iran desvelando y desarrollando a la par que la suya. El tiempo y una serie de circunstancias, alguna tragica, volveran a llevar a Marina a su pueblo y a cruzar su vida con la de Diego.

  • Adolescentes de Eva Bach Cobacho

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    Una herramienta animica y eficaz para los padres y madres de adolescentes. A veces son una maravilla y otras veces “vaya maravilla”. Partiendo de una serie de enunciados muy sugerentes y de su propio testimonio, la autora -pedagoga y madre- va desgranando ideas claras, valientes y con corazon, que son de gran ayuda y suponen un extraordinario reconstituyente animico para padres y madres de adolescentes. La adolescencia de los hijos es ingrata y encantadora a la vez, pero la mayoria de padres y madres la sufrimos mas que la gozamos. A menudo nos asaltan las dudas, los miedos, las dificultades para dialogar con ellos de un modo cercano, para marcarles unas normas claras, para conseguir que nos respeten y nos hagan caso… Tambien perdemos con facilidad los papeles o llegamos al limite de nuestra paciencia y nos dan ganas de tirar la toalla. Todo esto es muy normal y ocurre en las mejores familias. Sin embargo, si logramos conjugar la autoridad que como padres y adultos nos corresponde, con la ternura que hace falta para alcanzar sus corazones, vamos a sobrellevar y a vivir mucho mejor la adolescencia de nuestros hijos.

  • Asfixia de Raul Garbantes

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  • Personajes desesperados de Paula Fox

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    Sophie y Otto Bentwood son una acomodada pareja neoyorquina de mediana edad, sin hijos y con una vida aparentemente envidiable, rodeada de pequenos lujos, alta cultura y amistades cool. Una noche, un gato callejero muerde a Sophie cuando ella le da de comer. Este accidente, en principio anodino, sera el pistoletazo de salida de una serie de pequenas tragedias, de pequenos encuentros y desencuentros que, de manera tan sutil como quirurgica, dibujan el turbulento paisaje interior de Sophie. Convencida de haber contraido la rabia, Sophie parece verlo todo a traves de unos ojos febriles y de un malestar impreciso, creciente. Asi, el miedo a padecer la enfermedad se mezcla con la otra <>, con esa combustion interior en la que arden los suenos rotos y el hastio ante una vida sin sentido.

  • El tiempo de la igualdad de Jacques Ranciere

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    La presente obra, compuesta por una seleccion de entrevistas realizadas entre 1981 y 2007, despliega todas las cuestiones que, con el paso de los anos, se han revelado fundamentales en el pensamiento de Jacques Ranciere, el destacado filosofo frances discipulo de Louis Althusser, con quien colaboro en la redaccion de Para Leer El capital.

  • Descubierta de Trixie Jones

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    Sabia que algun dia alguien descubriria mi perfil erotico en la pagina de los chats. Ese dia ha llegado y lo habia esperado. Lo que nunca imagine fue que me descubra un companero de trabajo: Chris. Nuestros cubiculos quedan enfrentados. Solo nos vemos a la entrada y a la salida, a veces en el estacionamiento, otras en el ascensor. Nunca nos hemos dirigido la palabra. Ahora el estaba aqui, de pie frente a mi cubiculo, mostrandome las capturas de pantalla de mi show de anoche. --?Alguien mas sabe de esto, Pam? Nunca me habia fijado en el hasta ese momento, mientras me extendia el telefono que me muestra de forma inconfundible, semi desnuda, lamiendo mi dildo de vidrio, coqueteando a la web cam. Su sonrisa tambien era inconfundible. Vendria a sacar provecho. --No, claro que no, nadie sabe. No pude evitar sonrojarme ante Chris. Nunca le habia prestado atencion. Somos companeros en este aburrido call center, donde los operarios jamas cruzamos palabra. Yo hago este trabajo como cortina ante mi familia para ocultar mi verdadera fuente de ingresos: soy modelo en las web cam eroticas. Tambien hago videos a pedido. Vendo rifas en las que sorteo sets de fotos profesionales de alto contenido sexual. Pero nunca, nunca me he acostado con nadie por dinero. --Mmm... entiendo Sweet Lust. --Shhh... --trate de silenciarlo-- por favor. Sweet Lust es el nick name bajo el cual escondo mi identidad. Pero eso es lo unico que escondo. En la imagen que me mostraba Chris, mi rostro se distingue frontalmente, estoy identificada, expuesta. --Si eres un buen amigo, sabras guardarme el secreto. --?Amigo? Si nunca me has contestado un saludo Pam. Tuve que preguntarle a otros tu nombre para estar seguro, porque tu y yo no somos amigos. --?Preguntarle a otros? ?A quienes? --A los otros companeros: Adam, Luke, Hugh. ?Acaso sabes mi nombre, "Sweetie"? Chris con su actitud hostil me dio a entender que pensaba mas que sacar provecho, senti que querria desquitarse de mi por no haber sido amigable en el trabajo. Pero !como podria socializar a la hora del cafe! Yo paso agotada todo el dia. Mi verdadero trabajo comienza a las 11 de la noche, cuando encerrada en mi dormitorio, monto mis shows frente a la camara. Me quedo a veces hasta las 5 de la manana, conversando, riendo, masturbandome y conversando mas. Por eso siempre actuaba de forma antisocial en el call center. Por el sueno acumulado. --?Les mostraste esta captura de pantalla Chris? --Ah, veo que si sabes mi nombre "Sweetheart". --Chris, por favor. Si quieres, a la hora de la salida te cuento mas. Pero no muestres eso por favor. --Bueno Pam, luego me cuentas mas. Sin decir mas, Chris guarda el telefono en su bolsillo y se sienta frente a mi, en su cubiculo. Su mirada incomoda empezaba a desnudarme. Se que estaba adivinando mis pezones bajo mi sueter. Volvi a enrojecer. Me sentia en sus manos. A la hora del cafe, como nunca, me acerque a Chris, quien compartia con Adam, Luke y Hugh. Senti que los cuatro me miraron con lujuria, a pesar de mi aspecto descuidado. Chris se arrima un poco dejando un espacio para que me siente yo con ellos: --!Companera, que milagro que nos viene a brindar su "dulce" compania! Senti el doble sentido que Chris impartia a sus palabras y gestos. Mi nerviosismo crecia. ?Sabrian ya mis otros companeros a lo que me dedico por las noches? --Tome asiento --dijo Luke con galanteria. Los otros parecieron no tomar mucha atencion de mi presencia. Entonces entendi que mi paranoia me empezaba a traicionar. Yo interprete sus miradas como lascivas, cuando ni siquiera se daban cuenta de que yo estaba ahi. Pero no todos actuaban indiferentes. Chris se acerco a mi cuello y me dijo en voz muy baja: --Mas tarde me cuentas mas, dulzura. Tensos minutos pasaron. Al fijarme en las miradas que se intercambiaban Luke y Chris empece a sospechar que Chris le habia mostrado ya la captura a Luke. Y si tiene esa captura, puede que tenga mas. Recuerdo que anoche jugue un poco con ese dildo en el chat publico ya que uno de los habituales dejo una generosa propina, seguida de una inusual propina de diez mil tokens por un espectador anonimo. Me levante de la mesa con la sensacion de que mis recuerdos se podian ver reflejados en mis ojos. --?Ya te vas Pam? --dijo Chris, con esa sonrisa picara de medio lado que empezaba a fastidiarme y al mismo tiempo... a excitarme. --No te vayas Pam, --interrumpe Luke, tomandome suavemente del antebrazo. Su contacto inesperado me sorprendio... y tambien me excito. --Tengo que llenar el reporte del dia. Nos vemos luego chicos. Sali de ahi casi corriendo, con la mirada incisiva de Chris clavada en mis gluteos, pude sentir sus ojos hasta el final. Empece entonces a considerar retirarme de este trabajo que no necesito. Poder al fin descansar durante el dia, y mentirle a mi madre que me despidieron y que con la liquidacion podre pagarme vacaciones. Estaba decidido. Me ire de ahi. Voy a renunciar. Al dirigirme a la oficina de mi jefe para comunicarle mi decision, Chris me intercepto. --?Donde vas tan apurada sweetie? --Chris, no se que pretendes llamandome asi. Estoy muy nerviosa, me tienes muy tensa, dejame en paz. --Este no es un buen lugar para hablar. ?Por que mejor no me dejas que te lleve esta noche a tu casa y ahi hablamos? --Yo tambien tengo carro. --Lo se, nos estacionamos juntos tambien, aunque en el estacionamiento tampoco me has contestado el saludo. --Dejate de resentimientos Chris. No puedo trabajar en un ambiente tan tenso. Voy a renunciar. Chris saca el telefono y me muestra mas captures, de otros dias. Videos. !Ahora si que me senti acosada! --No renuncies. No hagas que le muestre esto a nadie. Mientras hablaba, seguia mostrando escenas candentes protagonizadas por mi. Al reconocer una imagen mas antigua, tome fuerzas y le arranque el telefono de su poder. Chris sonreia triunfante al notar que me di cuenta de que me ha venido siguiendo el rastro desde hace tiempo.

  • Lo que callan los muertos de Ana Lena Rivera

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  • Protegida por el guerrero (Mackenzie 3) de Emma G. Fraser

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    Los pasos apresurados de Iona resonaban a lo largo del amplio y solitario pasillo. En su perfecto rostro ovalado y palido se dibujaba una expresion de enojo que le era imposible ocultar a pesar de que siempre habia sido una joven que habia aprendido a manejar muy bien sus emociones. Su melena lisa y rubia caia suelta por su espalda y ondeaba con fiereza a cada paso que daba. Sus ojos azules, normalmente huidizos, miraban fijamente al frente y estaban ligeramente entornados debido a la rabia que sentia en su interior, incluso parecia que gracias a ese sentimiento las pecas de sus mejillas se habian oscurecido. En sus voluptuosos labios mostraba un mohin que indicaba su oposicion a algo que roia su interior. Iona se habia visto obligada a vestirse con sus mejores vestidos durante los dias en los que los invitados a la boda de su hermano Math estuvieran pululando libremente por el castillo, y el que vestia sin duda destacaba su extrema belleza. De color azul palido y ribetes dorados, aquella prenda se ajustada a la perfeccion en su menuda y delgada figura, resaltando la sensualidad de sus pechos, que sobresalian entre la tela del escote que sin duda habia hecho que su padre pusiera el grito en el cielo. Pero poco le importo cuando a la hora del desayuno los ojos de su padre casi salieron de sus orbitas al verla aparecer. Estaba enfadada con la llegada de tantos invitados al castillo, pues eso suponia mucho trabajo, pero lo peor de todo no era eso, sino el hecho de que unos de ellos eran unos primos lejanos por parte de padre. El hijo de estos siempre la habia molestado desde pequena, y ahora no iba a ser menos. Sus ojos se entornaron mas al recordar a su primo lejano, pues el era uno de los motivos de su tremendo enfado. Apreto el paso a traves de los diferentes corredores del castillo. Adoraba su casa, pero cuando tenia prisa, lo odiaba, pues era un castillo cuyos pasillos eran casi laberinticos, oscuros y solitarios. Buscaba el salon donde sabia que encontraria a su madre junto a su tia, recien llegada del dia anterior para ayudar en lo que fuera necesario. Iona queria contarle algo en relacion a su primo lejano y a varios miembros de los clanes invitados a la boda. Sn duda, su padre habia decidido que fuera un enlace de alto copete en el que gastarian gran parte de lo recaudado hacia poco a lo largo de todas las tierras del clan Mackay. Por fin se casaba el hijo del laird, su primogenito, y desde hacia demasiados anos en el castillo no se celebraba una boda de esas caracteristicas, pues la boda de sus padres se habia festejado en el clan de su madre, los Gordon. Iona lanzo un resoplido cuando por fin diviso la puerta que buscaba. La joven levanto su mano y la abrio con fuerza para entrar como una exhalacion dentro del pequeno salon. Vio como su madre daba un respingo en su silla y se giraba hacia ella con el gesto ligeramente enfadado. Su tia, por el contrario, levanto la mirada de las flores con las que estaba adornando varios jarrones y le dedico una sincera sonrisa. --!Iona! --exclamo Neris, su madre--. ?Acaso no te he ensenado que hay que llamar a las puertas antes de entrar? El tono ligeramente enojado de su madre hizo que su enfado disminuyera en parte, pero tan solo se limito a decir un simple: --Lo siento, madre --susurro antes de cerrar la puerta tras ella. Neris suspiro y dejo las flores sobre la mesa para levantarse y girarse por completo hacia su hija. Despues dio un paso hacia ella y la tomo por los hombros: --?Que te ocurre? La mirada de indignacion volvio a aparecer en los ojos azules de la joven, que se entornaron de nuevo antes de lanzar un bufido poco femenino. --Se trata de Hamish --exclamo con cierto asco cuando pronuncio el nombre de su primo lejano. Su madre puso los ojos en blanco antes de preguntarle: --?Que pasa con el? Cada vez que os veis acabais enfrentandoos. --Y no es para menos, madre --se quejo Iona--. Lleva toda la manana intentando cortejarme. ?Se lo puede creer? Y no solo el. Varios guerreros de los otros clanes tambien se han acercado a mi con claras intenciones de cortejo. Y los que no se han acercado tienen cara de querer hacerlo, madre. La cara de asco que mostraba Iona ante un posible pretendiente casi hizo reir a Neris, pero logro contenerse a tiempo. Elevo su mano y toco con suavidad la mejilla de Iona. Una pequena sonrisa se dibujo en sus labios. Su hija se hacia mayor y sin lugar a dudas la belleza con la que resplandecia a diario no le pasaba desapercibida a ningun hombre, no solo a los recien llegados, sino tambien a varios guerreros del clan. --Ya tienes edad casadera, hija. Deberias planteartelo. Iona volvio a lanzar un bufido de repugnancia. --Madre, algunos de ellos no tienen la dentadura completa… Neris sonrio. --Solo digo que ahora tienes muchos pretendientes entre los que elegir --explico. Iona fruncio el ceno y tras un escalofrio al pensar en el mero hecho de casarse, nego rotundamente con la cabeza. --Calma, hija. No pasa nada porque hables con alguno de ellos y muestres cierto interes. Tu padre ha invitado a muchos guerreros de las Tierras Altas, entre ellos algunos lairds aun solteros, como Andy MacLeod, que es muy apuesto. Iona dio un paso atras y volvio a negar con la cabeza. --No quiero, madre. No imagino mi vida ligada a un hombre unicamente por su posicion o su dinero. Neris le dedico una mirada cargada de pesimismo. --Hija, vivimos en un mundo en el que tiene que ser asi. --Pues me niego, madre --respondio energicamente--. No podria vivir con un hombre que me inspira asco solo por un plato en la mesa. Y antes de darle tiempo a su madre para responder, Iona salio del salon de la misma forma que habia llegado, como una exhalacion. Neris suspiro largamente y con cierta tristeza antes de girarse hacia su hermana, que habia preferido mantenerse al margen de la discusion, y esta la miro con una expresion entre divertida y preocupada. --No recordaba que Iona tuviera tanto caracter --le dijo para intentar relajar el ambiente. --Y realmente no lo tiene, pero desde que le dijimos que habiamos invitado a Hamish esta malhumorada. --Deja que se relacione estos dias con los guerreros que han llegado. Seguro que alguno le hace borrar de su mente la idea que tiene del matrimonio. Neris asintio con seriedad y volvio a tomar entre sus manos las flores. Ese dia por la tarde era la boda de su hijo mayor, Math, y no podia albergar en sus pensamientos nada que no tuviera que ver con la felicidad que le producia esa union. Iona volvio sobre sus pasos a traves del laberintico pasillo. Durante unos instantes creyo que una conversacion con su madre para dejarle entrever su malestar con ciertos invitados llegaria a quitarle el sentimiento que le recorria el cuerpo. Penso que su madre le daria la razon respecto a lo que pensaba de su primo lejano, pero no fue asi, sino que el hecho de haber escuchado de su boca que le diera una oportunidad a alguno de los pretendientes habia provocado que su ira aumentara. Y en ese momento no deseaba ver a nadie mas hasta que llegara el momento para cambiarse de ropa para la boda. Sin embargo, cuando giro en una de las esquinas del pasillo y se choco contra el enorme pecho de un hombre torcio mas el gesto. --Lo siento --se disculpo cuando se vio impulsada hacia atras por aquella mole de hombre y estuvo a punto de caer al suelo. No obstante, unas manos fuertes la sujetaron antes de que perdiera el equilibrio y cuando levanto la cabeza para comprobar de quien se trataba, se quedo sin aliento por la intromision. --No pasa nada, prima. La voz masculina y pedante de su primo Hamish llego hasta sus oidos y necesito de toda su fuerza de voluntad para no soltar un improperio poco femenino delante de el. Se solto de sus manos con impetu, estiro la espalda cuanto pudo y lo miro con el mismo odio que una hora antes cuando lo vio por ultima vez. --?Acaso me estas siguiendo? --le pregunto de mala manera. Hamish sonrio de lado y se cruzo de brazos frente a ella al tiempo que tambien estiraba la espalda por completo, como habia hecho la joven. Iona trago saliva. Nunca habia estado tan cerca de el ni tan a solas con ningun otro hombre, por lo que se puso ligeramente nerviosa. Hamish era mas alto que ella, de complexion fuerte y no resaltaba precisamente por su belleza. Desde pequeno tenia la nariz torcida tras una pelea, una cicatriz le cruzaba la frente y cuando sonreia mostrando sus dientes, Iona tenia que hacer acopio de su fuerza de voluntad para no vomitar tras ver varias piezas negras. Eso sin contar que cada vez que hablaba escupia saliva por todas partes. --La verdad es que solo estaba dando una vuelta para matar el tiempo, pero ahora que el destino ha vuelto a ponerte en mi camino no estaria mal que salieramos a dar una vuelta por los alrededores del castillo. Iona levanto una ceja y apreto los punos con fuerza. --Vaya, primo --comenzo con ironia--, no sabia que ademas de pesado fueras tonto. Hamish enarco una ceja. --Esta lloviendo. Iona dio un paso hacia un lado e intento bordearlo para seguir con su camino, pues no podia aguantarlo por mas tiempo. Estaba de mal humor y no queria aguantar las impertinencias de nadie. Sin embargo, Hamish se movio y le corto el paso haciendo que la joven volviera a chocar contra el. --?Te he dicho alguna vez que me gustan las mujeres mordaces? Como tu… Iona estaba al borde de darle una sonora bofetada, pero sabia que si lo hacia podia aguar la boda de su hermano, por lo que se contuvo. --?Te he dicho que me gusta cualquier hombre menos tu? El guerrero lanzo una carcajada y estiro una mano para pasar un mechon de pelo tras la oreja de Iona, que estuvo a punto de caerse de espaldas cuando se echo hacia atras para no sentir su mano sobre ella. --Me encantas, Iona. En mi vida me haces mucha falta. --Pues no creo que tu vida haya sido un infierno hasta ahora. --Lo ha sido, de verdad. --Hizo una mueca teatral--. Me gustaria mucho poder cortejarte. La joven lanzo un bufido. --Y a mi que dejes de hacerlo. ?No entiendes que no me gustas? Hamish dio un paso hacia ella y la acorralo contra la pared. --?Y tu no sabes que cuanto mas te resistes mas me gustas? Nerviosa, Iona lo empujo lejos de ella, haciendo que el guerrero dejara escapar una sonora carcajada. La joven lo miro mal y antes de que tuviera tiempo para volver a la carga, retomo su camino. --!Seria un honor que me dedicaras un baile! --exclamo el joven parado en el sitio. Iona, sin mirar atras, le espeto: --!Antes prefiero comerme el estiercol de los cerdos! --Yo no me rindo, prima. --!Pues deberias! Y cuando giro en el pasillo para dirigirse a las escaleras, volvio a escuchar de nuevo la carcajada de Hamish. --Maldita sea… --gruno para si Iona antes de echar a correr por el pasillo. Faltaba menos de una hora para la boda cuando la doncella ato el ultimo cordon del vestido de Iona. Su madre habia insistido en que se pusiera esa prenda y no la que ella habia elegido, pues no queria destacar frente a las demas mujeres, al contrario, deseaba que las miradas no estuvieran puestas en ella. Pero su madre no pensaba lo mismo y le habia exigido, con sutileza, que se pusiera aquel vestido, y cuando al mirarse en el espejo descubrio que estaba mas bella que nunca, Iona torcio el gesto. Su madre le dejaba claro con esa prenda que deseaba que los pretendientes que sabia que tenia pusieran sus ojos sobre ella. --Estais preciosa, senorita. Ann, la sirvienta que la habia ayudado a vestirse, desconocia que ella no deseaba estar tan llamativa. Hubiera preferido ponerse los ropajes de la muchacha antes que aquel precioso atuendo. De azul celeste y ribetes bordados en diferentes colores, el vestido se adheria a la perfeccion a su figura, haciendo resaltar la curvatura de sus pechos con un escote pronunciado. Las mangas caian abiertas a su costado, mostrando parte de su antebrazo y la blancura de su piel. Sin lugar a dudas, era un vestido que dejaba poco a la imaginacion de los pretendientes, pues era mas que evidente que estaba confeccionado para atraer las miradas de los hombres y asi buscar un marido. Pero ella no lo deseaba. Iona miro de reojo a Ann y torcio el gesto. --Habria preferido ponerme el vestido marron. La doncella abrio desmesuradamente los ojos. --?El marron? Senorita, ese parece un saco. No resaltaria tanto vuestra belleza. Iona sonrio. --Eso es lo que quiero. --Por lo que he oido, teneis varios pretendientes entre los asistentes a la boda de vuestro hermano --le dijo mientras Iona se dirigia hacia la silla para preparar el peinado--. ?No estais contenta? Iona no pudo evitar lanzar una carcajada. --?Tu estarias contenta con alguien como Hamish detras de ti? --le pregunto enarcando una ceja. Ann sonrio levemente. --Bueno… la verdad es que muy apuesto no es, senorita. --Iona rio por lo bajo--. Pero me he cruzado con el laird MacLeod y es muy guapo.

  • el ultimo invierno de Encarna Bernat

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    Castillos de tristeza habitados por fantasmas. Cunas repletas de olvido, mares construidos a base de lagrimas desbordantes de dolor, llanto de viejos… Habitadas en su interior por espectros, almas atrapadas en el pasado, cuerpos que ni siquiera son la sombra de lo que han sido. Frio, mucho frio y soledad, una inmensa y exasperante soledad llenan los dias de los que alli habitan. Te busco entre todos los rostros llenos de amar gura, de arrugas que fueron instalandose por todo el cuerpo. Manos temblorosas, voces apagadas... Miro los cabellos plateados, busco acaso un gesto, cualquier detalle, un perfil. Pero no te encuentro y me desespero, porque veo ojos sin vida, y me miran implorando que llegue el final o acaso una alegria, algo que para bien o para mal, cambie sus vidas y los saque de esta brutal monotonia. Observo sus caras llenas de sufrimiento y mi desespero aumenta porque no te veo. Entonces contribuyo a hacer que ese inmenso oceano de lagrimas crezca un poco mas, y resbala por mis mejillas un llanto inconsolable. Comprendo que te he perdido, porque aunque te vuelva a ver se que no me reconoceras, y si lo haces, sera tan solo un instante. Se que no tendre tiempo de decirte nada, y te habras marchado para siempre, si no lo has hecho ya. Encarna Bernat Aquella manana la television anunciaba que la ciudad de Milan amanecia cubierta por un gran manto blanco de nieve. En Florencia, donde yo me encontraba, en cambio, se esperaban fuertes lluvias para el resto de la semana. En aquel momento aquello era la noticia del dia, junto al descenso tan brusco de las temperaturas. La enorme avenida era un ir y venir de gente, un mar de caras donde todas las personas a las que veia caminaban abrigadas y con prisa de llegar a donde quisiera que fuesen. Por suerte para mi, era un domingo, no necesitaba salir a ninguna parte. Algo que por otro lado agradeci. Una vez mas, me sentia un ser privilegiado. Fuera debia de hacer un frio espantoso, el cristal se empanaba con mi respiracion y la calefaccion estuvo funcionando toda la noche. Tenia que corregir unos trabajos de la facultad, era una maravilla poder trabajar en casa. El destino me habia llevado hasta alli, hasta aquella ciudad a la que tanto queria y de la que me enamore desde el primer momento en que pise su suelo anos atras. Florencia tenia magia. Podias pasear por sus calles y respirar el arte por donde fueras, sentirlo alla donde posaras la mirada. Apague la television y me puse musica, esta vez elegi a Chopin. Me relajaba escuchar las notas de su piano mientras corregia. En aquel momento, lejos de Espana, lejos de todo, me sentia tranquila. Era un dia cualquiera, en una vida cualquiera como tantas otras. No tenia nada de especial pero durante mi estancia en Florencia, en el poco tiempo que llevaba, me sentia bien dentro de mi rutina. Tenia mi orden establecido. El apartamento que alquile, al principio de llegar, estaba cerca de la facultad, lo que suponia una ventaja para mi. Coloque una taza de cafe bien caliente sobre la mesa de trabajo despues de vestirme con ropa informal, queria sentirme comoda. Sentada en la butaca comence a leer las recensiones de la asignatura de Arte de segundo curso; el tema era libre, solo pedia que estuviera relacionado con la pintura. En caso de ser italiana, la epoca que pedia era el Renacimiento; tambien les di la opcion a mis alumnos de poder escoger algun pintor espanol. Cuando llevaba ya un buen rato sumergida corrigiendo trabajos, me quede sorprendida. De entre todos mis alumnos solo uno de ellos habia hecho el trabajo sobre Velazquez, el titulo era <>, de Kiara Carrici. Aquel trabajo llego a mis manos, y hubiera sido uno mas, si ese no fuera el titulo de mi tesis doctoral. Respire hondo y me quede mirando las letras como si intentara buscar un significado a todo aquello. Aquel trabajo, que ahora tenia ante mis ojos, me habia devuelto a una realidad hasta entonces casi olvidada para mi. El escrito era de Kiara, una de mis mejores alumnas. Pasaron unos minutos y volvi a la realidad sintiendo las lagrimas resbalar por mis mejillas. La musica seguia sonando, me quede pensativa. La vida continuaba. Nada se habia detenido, ni en aquel momento ni en ningun otro. Fuera, en la calle, la lluvia persistia, cada vez lo hacia con mas fuerza, golpeando constantemente los cristales. La avenida era un ir y venir de paraguas, predominaban los colores tipicos de aquellos dias de frio tan caracteristicos, el marron, el gris y el negro sobre todo. Atras quedaban los dias de primavera donde todo se engalana, las gentes con colores llamativos, los escaparates, hasta el cielo se vestia de un azul mas intenso en aquella epoca del ano. La ciudad entera se llenaba de vida e invitaba a caminar por cualquier calle y disfrutar de la buena temperatura. En cambio, ahora parecia adormecida o recien acabada de levantar. Los dias son mas oscuros en invierno, la gente sonrie menos. ?Que habia sido de mi vida? Por primera vez en mucho tiempo me di cuenta de lo deprisa que pasa todo; cuando nos parece que el dolor se va a instalar para siempre en nuestras vidas, y en cierta manera asi es, te das cuenta de que ya todo ha pasado y de que nada volvera a ser igual que antes. Llevaba ya unos meses en Florencia y ver el trabajo de mi alumna sobre la me s a me hi z o p e n s a r , me hi z o r e c o r d a r l o q u e v i v i p o c o a nt e s d e d e j a r E s p a na ... Todas las mananas subia al tren que me llevaba de camino a la ciudad, para mas tarde coger el autobus con objeto de llegar hasta la universidad. Recuerdo las mananas de invierno de pie, esperando a que llegara la locomotora que me llevaria a otra provincia, lejos de mi ciudad. Recuerdo los madrugones para poder asistir a las clases que tenia a primera hora. Mi universidad tenia buena fama en cuanto a su nivel academico. Y asi, el tiempo que duro mi formacion universitaria, dia tras dia, mi vida transcurria entre la estacion de tren y la facultad, donde pasaba casi todo el tiempo entre clases, trabajos y tutorias, con las pertinentes colas en la puerta del despacho del profesor de turno. El ferrocarril siempre me ha hecho recordar cosas que, si bien nunca he olvidado, han permanecido bajo el efecto de la ensonacion. Le recuerdo como si fuera ayer mismo. Sobre todo, cuando escucho el sonido de algun tren en la lejania acercarse hasta mi. Le recuerdo de pie con el silbato en sus grandes y fuertes manos. Su uniforme siempre impecable. Mis padres tuvieron que cambiar de ciudad por razones de trabajo, asi que las vacaciones las pasabamos con mis abuelos maternos. Recuerdo el olor a aceite de oliva impregnando toda la casa, la tibieza de aquellos cuerpos cargados de anos, !con que amor y con que ternura nos abrazaban cuando llegabamos! Todo se llenaba de risas, de alboroto infantil. Pasar las vacaciones con ellos era como visitar otro mundo, acostumbrada como estaba yo a vivir en la ciudad. Alli todo cobraba nuevas dimensiones. La vivienda de mis abuelos era la tipica casa valenciana, tenia dos alturas, a mi me parecia que era la mas grande y bonita del pueblo. Cuando llovia, mi abuela solia poner una madera para que el agua no de colase adentro. Mi abuelo trabajaba en los ferrocarriles, era capataz. Nos decia, sin nosotros comprender el significado, que preferia el humo a la escarcha. Con el tiempo supe que cuando nevaba, y en Baneres por aquel entonces nevaba mucho, el tenia que salir con sus trabajadores a despejar las vias para que el tren pudiera pasar sin ningun tipo de problema. Le recuerdo con el rostro serio, pero aunque estuviera cansado, siempre tenia una sonrisa para mi y yo lo queria, no solo por eso sino por muchas cosas mas. Siempre que iba al pueblo a pasar unos dias con ellos, al doblar la esquina, alli estaba el esperandome con una enorme sonrisa dibujada en la cara. A mi me parecia que aquella sonrisa llenaba todo mi universo infantil. Que la calle se hacia mas grande cuando le veia frente a mi, sonriendo. Llego el dia en que no habia nadie. Nadie aguardaba mi llegada en la esquina como siempre. Entonces me di cuenta de que nunca mas volveria a verle. Y aquel dia, simplemente me hice mayor. Supe lo que aquello significaria a partir de ahi en adelante en mi vida. Desde entonces, cada vez que subo a un tren no puedo evitar acordarme de mi abuelo, de todo lo que me enseno, de lo mucho que aprendi a su lado.

  • Tu y yo como en una cancion de Joana Arteaga

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    Una emocionante historia de amor en el marco incomparable de la Segunda Guerra Mundial.

  • El ultimo corazon roto (Indomite 3) de Natalia Sanchez Diana

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    El florecimiento de los cerezos habia comenzado por todo Seul un par de semanas antes. Muchas avenidas estaban cubiertas por un lecho de petalos que iban del rosa al blanco e incluso, cuando el aire los transportaba, no era dificil que se enredaran en los cabellos de los transeuntes. El lugar preferido de Song para contemplarlos caer era el parque Songpa Naru, desde el que podian verse el lago Seokchon y la torre de su familia, y en el que se celebraba incluso un festival para conmemorar tal acontecimiento primaveral. Ese ano el lema era <> y a Song, a diferencia de en otras ocasiones, le parecio algo triste, porque dentro de ella todo estaba muerto. Estaba segura de que nada podia crecer ya en su interior. Al menos no con la misma intensidad e ilusion que habia sentido con Joon Hee. ?Fue asi como se sintio Macarena cuando perdio a su primer amor? Ultimamente no dejaba de pensar en su mejor amiga, de ponerse en su piel. Ahora entendia, mejor que nunca, lo destrozada que estaba cuando llego a Seul. Pero en el corazon de Macarena habia brotado de nuevo el amor porque su amiga era fuerte y, sobre todo, era libre. No como ella, que nunca lo habia sido. Su abuelo se lo habia repetido la noche anterior, recordandole que se habia enganado a si misma. ?En que momento habia creido que podia luchar contra tantas y tantas cosas y alzarse victoriosa? <>, se dijo. Cerro los ojos. La brisa de la primavera la saludo con dulzura, acompanada de una leve caricia de los rayos de sol que se permitio sentir sin pensar en las consecuencias que pudieran dejar sobre su piel palida. Era un dia precioso. Y, en ese momento, decidio que seria el ultimo en que pensaria en todos los posibles que se habian hecho anicos. Si. Asi haria. Las otras opciones y los otros caminos desaparecerian de su mente. Como uno de tantos y tantos petalos que el viento se lleva y se extravian y luego desaparecen. Los suenos de Song habian sido solo eso. Se concederia ese ultimo instante de pena, de compasion, y luego seguiria adelante sin pensar en lo mucho que habia perdido. Si antes habia vivido sin amor, ?por que no iba a ser capaz de hacerlo de nuevo? Al final, si lo pensaba friamente, el amor era una eleccion, ?no? Dejarse llevar, derribar murallas, conocer a otra persona, abrir el corazon, declararse... Todo eso podia evitarse. Amar era un acto voluntario que ella no estaba dispuesta a volver a cometer. No sabiendo como sabia el precio que exigia. Cuando abrio los ojos se dio cuenta de que en su regazo el viento habia depositado dos petalos de una forma tan azarosa -y cruel- que parecian un corazon partido por la mitad. Song sonrio con tristeza. Los tomo con delicadeza y los coloco en la palma, protegiendolos con sus dedos. Sin embargo, cuando los abrio y alzo levemente la mano, una leve corriente se los llevo. Ella los siguio con la mirada y, para su sorpresa, no fueron demasiado lejos ya que impactaron contra el pecho de alguien. Encontrarnos... Una vez que se dio cuenta de la amplitud de ese torso masculino cubierto por una camisa negra bastante desabotonada, no pudo evitar reparar en el tatuaje que asomaba, ya que el tejido tremolaba por la brisa. Enseguida le reconocio, a pesar de que hacia anos que no estaban cara a cara. <> repitio en su mente, mientras que su corazon, que unos instantes antes habia considerado sin vida, se le aceleraba agitado por aquel nombre. Con un vistazo rapido evaluo su pose corporal, con los brazos cruzados de una forma que hacia resaltar sus musculos; la cabeza ligeramente ladeada y ese aire fanfarron que se reflejaba en la sonrisa curvada y tambien en la mirada, aunque en ese momento la mantenia agachada, por lo que las gruesas pestanas cubrian a medias esos ojos que Song sabia exactamente de que color eran. A pesar de que no habian establecido contacto visual directo en mucho tiempo. Desde que Song fundo Dress&Dream habian coincidido en saraos y actos de diverso tipo. En muchas ocasiones, porque ella lo habia arreglado todo para que se cruzaran con una esperanza que no llego a verse realizada. Recordaba tambien con exactitud todas las ocasiones en las que lo habia vislumbrado en la zona vip de las discotecas mas prestigiosas de Gangnam, siempre rodeado de mujeres guapas y otros artistas. Supo por Yiseo, una de sus empleadas, que Chris regreso a Corea y creo su propia discografica cosechando un gran exito. Ademas, lo habia visto en muchos programas de television, siempre con los tatuajes cubiertos, incluso los de las manos, gracias a guantes negros, demostrando ese carisma arrollador y esa inteligencia que descubrio durante un festival de Chuseok al que lo llevo su hermano, cuando apenas eran unos adolescentes. Chris era de esas personas que dejaban huella y a ella, de naturaleza timida e impresionable, no le habia resultado indiferente. Sobre todo, porque cuando se conocieron se sorprendio al descubrir que el la miraba a los ojos sin reparo. De igual a igual. Siendo una Park y descendiendo de quien lo hacia, estaba acostumbrada a vivir en esa jerarquia que provocaba reverencias y muestras de respeto como la de evitar el contacto visual. Hasta que aquel muchacho aparecio en ese festival otonal que celebraba la cosecha. Al principio se sintio un poco cohibida, pero luego acabo por acostumbrarse. Taecyeon le dijo que el no se habia criado en Corea, asi que les pidio perdon a todos en su nombre por sus fallos en las normas de cortesia. Song no lo dijo, pero penso que no queria que Chris cambiara. Que esa frescura, esa naturalidad y, en el fondo, esa rebeldia, se mantuvieran intactas. Sin embargo, el peso de la tradicion fue mas fuerte. Anos despues, cuando volvieron a encontrarse en un acto de moda en el DDP al que ella llego con su recien estrenado Dress&Dream, pero al que habia conseguido acceder por ser una Park - en una perversa ironia que siempre la atormentaba-, aunque compartieron espacio, el se mantuvo apartado y con la mirada gacha en una muestra de sumision que ella detesto. Cada vez que se habian cruzado a lo largo del ultimo ano, el habia actuado igual. Pese a que Song habia deseado otra cosa. ?Cuantas veces lo habia mirado, esperando que hicieran contacto visual para que pudieran saludarse y hablar? Habia perdido la cuenta. Al principio, cuando coincidian, pensaba que no la reconocia. Habian pasado muchos anos, ambos habian estado fuera; habian cambiado. Pero luego en su cabeza germino la idea de que, en algun momento, Chris habia sido consciente de quien era ella realmente y habia empezado a importarle tanto como para tratarla con frialdad disfrazada de respeto. O tal vez era que la tradicion, la cultura y la jerarquia habian acabado aplastando el espiritu indomable de Chris, al igual que habian terminado por destruir sus propias ganas de volar. Se pregunto si el tambien se habia sentido asi. Si en algun momento comprendio que no podia ser como deseaba en realidad. Que tenia que claudicar y adaptarse. --Buenos dias, senorita Park --dijo el en un coreano perfecto, muy diferente al de la primera y unica vez que hablaron. Acto seguido ejecuto una reverencia muy inclinada. Song se puso en pie y le saludo del mismo modo. Al alzarse, se permitio mirarle directamente, esperando que el rompiera las normas por una vez y sus ojos se encontraran. <>, deseo. No sucedio. Song noto que se le dibujaba una sonrisa triste, cargada de decepcion. El hizo ademan de seguir su camino, pero entonces a ella se le ocurrio una cosa: --Chris... De nuevo <> era la maxima que Chris se aplicaba a si mismo. Solia decirla con una sonrisa un poco socarrona cuando alguna mujer le preguntaba por su estado sentimental. Pero esa frase escondia una verdad y una mentira a la vez. Nunca se habia enamorado. Aunque en una ocasion lo deseo intensamente. Una vez, ocho anos antes, durante el primer festival de Chuseok que celebro en Corea, conocio a una chica cuyo nombre significaba cancion en su idioma natal. El no era mas que un trainee en PGC; ella ya por aquel entonces era una princesa intocable. Pero ambos se miraron y el mundo se detuvo. Igual que en ese mismo instante, cuando escucho como su nombre real sonaba en los labios de Park Song. Los pies le frenaron en seco. Todo su cuerpo se quedo quieto, aunque notaba que los musculos se habian movido, solo para tensarse. Si era sincero consigo mismo, habia decidido trabajar con Dress&Dream con la intencion de coincidir con Song en alguna ocasion, pero eso no habia sucedido. En su lugar, habia entrado en su vida el "huracan Macarena" que lo habia llevado de nuevo al que habia sido su amigo Taecyeon. --?Si? --dijo el sin alzar los ojos. --Se que ha firmado con mi estudio y que esta llevando mi marca, pero aun no hemos coincidido. --Asi es --respondio el secamente. Queria alzar la mirada y perderse en el rostro de aquella mujer, pero no debia hacerlo, asi que pego los brazos con mas fuerza contra sus costados apretando los punos hasta que le dolieron los dedos. --Esa camisa que lleva es de mi coleccion de Doota, ?verdad? Como respuesta, un asentimiento rotundo, aunque breve. Ese era uno de los secretos que Chris tenia: habia estado comprando ropa en la tienda de Song desde su apertura -a la que acudio-, al igual que habia asistido a todos los desfiles de la Seoul Fashion Week en los que ella participaba, incluido el ultimo, con el triunfal regreso de Park Taecyeon. --?Le gusta? ?Es comoda? Desconcertado por aquel repentino interes, Chris olvido la maxima que solia aplicarse y alzo la cara. Sus miradas colisionaron. De nuevo. El se fijo en sus ojos oscuros, tan hermosos como recordaba, pero tambien en como la brisa hacia flotar su cabello, sobre el que caian petalos de cerezo. Trago saliva cuando penso que en las distancias cortas aun era mas guapa. Y eso que habia comprado la ultima revista de moda en la que ella aparecia -junto al presentador de Sweet Designer- y habia contemplado las fotos, algunas de primer plano, hasta que su companero Khai lo habia descubierto. En persona Park Song era un angel. Siempre se lo habia parecido. Por eso, entre otras muchas razones -como los universos diferentes en los que habitaban y que nunca se tocarian- se habia impuesto la regla de no mirarla. Aunque no era la unica norma que se aplicaba con respecto a aquella mujer. Llevaba anos tan decidido a olvidarla que solo habia estado con mujeres que fueran todo lo opuesto a ella y que pegaran mas con el. Habia intentado asi encontrar la magia. El fracaso habia sido de proporciones epicas, obviamente. --Si, lo es --dijo al recordar la pregunta que aun seguia pendiente--. Me gusta. <>, se dijo, un poco avergonzado. Y ella debio ver su cara de mortificacion, porque sonrio. A Chris se le escapo un suspiro demasiado sonoro y se apresuro a bajar los ojos de nuevo. Song ladeo un poco la cabeza, desconcertada. --Tambien he elegido piezas de la nueva coleccion para mis proximos videos musicales -- fue capaz de decir el. --Lo se. Me lo ha contado Macarena. El nombre de la espanola le hizo alzar los ojos de nuevo. --Creo que se han hecho amigos, ?verdad? --Si, asi es. No sabia que salia con Taecyeon. Song bajo la cara. Sonreia cuando dijo: --Basicamente se enamoraron a primera vista, por mucho que ambos intentaran negarlo, asi que era cuestion de tiempo que acabaran juntos. --Macarena es deslumbrante. Song le miro. Los ojos le brillaban. --Si, lo es. Y valiente. Mucho mas de lo que yo... --pero se callo subitamente. Aparto la mirada y entonces Chris se dio cuenta de toda la tristeza que reflejaba el rostro de Song. Antes de que pudiera decir algo (quiso que su cerebro funcionara mas rapido para poder consolarla) ella se adelanto: --Ya que son amigos, ?le gustaria ayudarme a prepararle una fiesta sorpresa por su cumpleanos? A pesar de que la expresion parecia serena, con una sonrisa levemente dibujada, Chris descubrio que los ojos parecian a punto de anegarse en llanto, pero ?por que razon? Asi que decidio que tenia que averiguar que era lo que sucedia en la vida de Park Song. Y no habia nada mejor que hacerlo con la excusa de aquella amiga en comun que tan importante era para ambos. --Me encantaria ayudar, senorita Park. ?Que necesita?

  • Cuando los tontos mandan de Javier Marias

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    Este volumen reune los noventa y cinco articulos publicados por Javier Marias en el suplemento dominical El Pais Semanal entre el 8 de febrero de 2015 y el 29 de enero de 2017.

  • El hombre que perseguia su sombra ( Millennium 5) de David Lagercrantz

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    Lisbeth Salander esta cumpliendo condena en la carcel de Flodberga, en la que intenta a toda costa evitar cualquier tipo de conflicto con el resto de las presas. Pero en el momento en el que Lisbeth se convierte en la protectora de la joven de Bangladesh que ocupa la celda vecina, la peligrosa lider de las internas la coloca en su punto de mira.

  • La nina perdida (Dos amigas 4) de Elena Ferrante

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  • Treintanera (y a mucha honra) de Amabile Giusti

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    Carlotta esta a punto de cumplir los treinta y se considera una gafe cronica. Solo llega al metro sesenta con tacones altos, tiene una familia que esta completamente loca y no ve en el horizonte a un novio como Dios manda. Y por si eso fuera poco, acaba de dejar su trabajo y ahora se ve obligada a alquilar una de las habitaciones de su apartamento para llegar a fin de mes. Luca, el nuevo inquilino, tiene muchos pros: es escritor, guapisimo y muy simpatico, pero en cambio: es desordenado, fuma mucho y suele llevar a sus conquistas a casa.

  • En mitad del invierno de Rachel Ripley

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    Tawny miro el papel que acababa de aparecer por debajo de la puerta; al ver el membrete de correos y leer la palabra juzgado, estrangulo un sollozo. No podia mas. Se dejo caer sobre una silla, el unico mueble que habia en la pequena habitacion, ademas del catre. Lucho contra el nudo que se le habia formado en la garganta. Habia llorado demasiado y no estaba dispuesta a derramar ni una lagrima mas. Tenia que encontrar el modo de seguir adelante, pero se sentia demasiado perdida, sin la mas minima idea de como encontrarlo. Agacho la cabeza y suspiro de nuevo, preguntandose donde se habia estropeado todo, en que momento su vida se habia ido a la mierda. Seis meses atras, tenia un trabajo, un marido, una hermosa casa, un coche caro. Ahora solo tenia diez cajas semivacias y un monton de papeles como el que acababa de aparecer bajo la puerta. A quien queria enganar. Sabia cuando empezo todo a desmoronarse: el veinte de julio, dia de su quinto aniversario de matrimonio. Alex y ella habian decidido tomarselo libre tras meses de interminables jornadas de trabajo en las que apenas habian podido verse. De ese modo, podrian relajarse y descansar un poco, antes de ir a cenar y al teatro. No sabia ni a que restaurante irian ni que obra verian; el lo habia mantenido en secreto, a pesar de sus intentos por averiguarlo. Tampoco hizo muchos. El perdia rapidamente la paciencia, y ella habia aprendido a detectar en su tono de voz cuando habia llegado el momento de dejar de preguntar. No queria que aquel dia se estropeara por nada. Pero el telefono sono temprano; reclamaban a Alex para una reunion de ultima hora. Estuvo a punto de pedirle que, ya que era el CEO, intentara cambiarla a otro dia, pero se abstuvo. En el fondo, se sintio aliviada ante la idea de tener un dia para ella sola, descansar y estar tranquila. Protesto un poco, por obligacion, y le pidio que no volviera muy tarde, para que pudieran llegar con tiempo. El le aseguro que haria lo que pudiera, y se marcho. Cuando le vio meterse en el coche, decidio que era el momento perfecto para prepararse un bano y probar una de aquellas bombas de espuma que habia comprado a escondidas. Entro en el dormitorio contiguo al bano y encendio la radio; otro de sus pequenos placeres cuando estaba sola. Tarareando la cancion que sonaba en aquel momento, abrio los grifos, y se hizo un mono con la larga melena. Cuando la banera estuvo llena, metio la bomba en el agua, mirando, fascinada como giraba sobre si misma, siseando y disolviendose mientras ella aspiraba con deleite el suave olor a lavanda y fresa que desprendia. Se quito el albornoz, dispuesta a meterse en el agua, cuando en la radio ceso la musica y comenzo el informativo, que se abrio con la noticia de un hombre que acababa de ser puesto en libertad tras pasar veinte anos en prision por intento de asesinato. Fue al dormitorio y apago el transistor. No queria que nada estropeara aquella calma, aquel momento sin tension, el primero del que disfrutaba en mucho tiempo. Cuando iba a meter un pie en el agua, sono el timbre. Suspiro, poniendo los ojos en blanco, dudando si abrir la puerta o ignorarlo, pero volvio a sonar. Chasqueo la lengua con fastidio, se puso el albornoz, y bajo las escaleras del duplex hacia la puerta. Al otro lado aparecio una mujer delgada, alta y morena que, nerviosa, le pregunto si estaba Alex. Supuso que era una colaboradora freelance de la empresa con algun problema, por lo que le pregunto si queria que le diera algun mensaje. Ella asintio. --?Puede decirle a Alex que su mujer lo esta buscando? Es urgente que hable con el. Se quedo helada. ?Su mujer? No, no. No podia ser. Le pregunto si era algun tipo de broma, porque ella era la esposa de Alex. De hecho, era su quinto aniversario de boda, recalco. Ella palidecio y Tawny temio por un momento que fuera a desmayarse. Balbucio algo ininteligible, se dio media vuelta y salio corriendo calle abajo. A partir de ese momento, todo fue muy rapido, mucho mas de lo que pudo procesar. Cuando su marido llego a casa, le pregunto por la mujer que decia ser su esposa. El, sorprendido, le aseguro que seria alguna antigua empleada que intentaba vengarse de el. No era del todo descabellado. Desde su pedestal, su marido solia humillar ante el resto de la plantilla a los empleados que consideraba poco productivos o validos, para despues despedirlos sin contemplaciones, lo cual le habia granjeado bastantes enemigos. Eso era: la venganza de una mujer despechada; una treta para crear tension en la pareja. Decidio creerle y olvidarse del asunto, mas que nada porque Alex se nego en redondo a volver a hablar de ello y dio el tema por zanjado. Asi quedo hasta que, dos dias despues, encontro en su correo electronico un mensaje con el asunto <>. El corazon le dio un vuelco al descargar y leer el documento adjunto; <>, se dijo, aunque decidio comprobarlo en el Registro Civil. Queria, necesitaba terminar de una vez con todo aquello. Se le cayo el alma a los pies cuando le informaron de que era valido. Alex y aquella mujer, Tania Davidson, estaban casados. Hacia ocho anos. No daba credito. !Ocho anos! !Alex estaba ya casado cuando se caso con ella! ?Como era posible que ni siquiera lo hubiera mencionado? ?Y las consecuencias legales? Uno no se olvida de la noche a la manana de un matrimonio anterior; el, ademas, sabia que ella lo habria comprendido y habria esperado el tiempo necesario para poder casarse tras el divorcio. Claro, que tonta. ?Como no se le habia ocurrido antes? Seguro que su marido tenia los papeles del divorcio en algun lado. Pero cuando le enseno el certificado, el, deshecho en lagrimas, confeso. Estaba casado con Tania, pero no era feliz en su matrimonio, nunca lo fue. Era una mujer mezquina y vengativa que le maltrataba, le anulaba y le hacia sufrir; por ello no tuvo el valor para enfrentarse a ella y pedirle el divorcio. Anos despues, cuando conocio a Tawny, y se enamoro perdidamente de ella, tuvo miedo de que le abandonase al enterarse de que no se habia divorciado. No le quedaba mas remedio que actuar como si Tania no existiera. Ella le miro, incredula y herida. El le aseguro que pediria el divorcio, que lo arreglaria todo. Habia cometido un error, era cierto, pero ella era la unica mujer a la que amaba, la unica que le habia hecho plenamente feliz. Hacia anos que no la veia, que no tenia contacto con ella. Para el, ella era lo mas importante, su gran amor, le repitio mil veces, al tiempo que le rogaba que no le dejara, que no podia vivir sin ella, que no sabia lo que haria si ella le abandonaba. Habia sido un error, grave, si, pero provocado por el amor que sentia por ella; solo parecio calmarse cuando ella le aseguro que le daria una nueva oportunidad si pedia el divorcio. Intento ser fiel a su palabra, dejar aquello atras y actuar como si nada hubiera ocurrido, pero no podia dejar de darle vueltas. ?Por que no se lo habia contado?, ?por que no habia confiado en ella? Cuando se lo pregunto, el se enfado, gritandole que no dejaba de hurgar en la herida, que no le importaba hacerle sufrir. Volvieron los gritos y las peleas, las lagrimas, las noches en vela. Fue en una de aquellas noches cuando recordo que, en el correo electronico que Tania le habia enviado, la firma automatica incluia el link a su cuenta de Facebook. Se removio en la cama. No, no era una buena idea. Si Alex se enteraba…; pero tenia que hacerlo. Cogio el portatil, bajo al salon de la planta baja, se sento de rodillas en el sofa, busco el mail y pincho el enlace. Al leer su estado civil, casada, algo se retorcio en su interior. Trago saliva y pincho en los albumes de fotos. Se le llenaron los ojos de lagrimas. El mas antiguo era de hace ocho anos, de su boda con Alex. Pero el mas reciente, de hacia tres meses y medio, contenia las fotos de un viaje a los fiordos noruegos. En todas ellas, aparecian Alex y ella besandose, abrazandose, sonriendo, riendo, haciendo el ganso… Una maldita pareja feliz. Tres meses y medio. Contuvo una arcada. La misma semana en que Alex le conto que tenia que acudir a un seminario de team-building que se impartia fuera de la ciudad. La misma semana que ella no pudo acompanarle porque estaba hasta el cuello de trabajo. Como sonambula, se levanto a coger su agenda, y cotejo las fechas con las de las demas fotos en las que ambos aparecian juntos. Cerro los ojos, negando con la cabeza, lagrimas de dolor y rabia corriendo por sus mejillas. Todos los viajes de negocios que Alex habia hecho coincidian con las fechas de los albumes de fotos, viajes paradisiacos a lugares donde Tawny muchas veces le pidio que fueran juntos y el se limito a grunir que el sitio estaba muy lejos o era demasiado caro.

  • Susurros en la bruma de Lizzy Bronte

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    Ava Monroe tiene un don, el de ayudar almas atrapadas. Su vida nomade y excentrica le brinda todo lo que necesita, libertad y ausencia de lazos afectivos. No desea echar raices, conoce mejor que nadie el dolor de la perdida.
    Una voz susurrante, un pedido de auxilio en medio de la noche la llevan a las tierras de Durstfall.
    Entre las sombras de la olvidada mansion habitan Luke Skyller y su sobrina Rose. Ambos viven una existencia de exilio; en el caso de la nina, por sus sentidos perdidos, en el caso del conde, por su afan de no volver a sentir. Sortear esos muros emocionales sera un desafio para Ava Monroe, uno que pondra en peligro su tan bien resguardado corazon.
    ?Podra Ava sacarlos de su encierro, o sera ella la que caiga en la trampa de los brazos de Luke?

  • En alas de la seduccion de Gloria V. Casanas

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  • Torpe de mi de Patricia C. Ramos

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    ?Que haces cuando te das cuenta que te has estancado en algun punto en tu vida?

  • Murray. North Group de Fanny Ramirez

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    Murray Steven, es dueno de NORTH GROUP una de las empresas mas emblematicas de nueva york, junto con sus cinco mejores amigos. Sabe lo que quiere, lo que desea y lo que mas ansia tener es algo que no puede conseguir con dinero como esta ya acostumbrado.
    Cecilia Davis, duena del catering asociado a North Group, ha vivido la mas amarga infancia. Rodeada de mentiras, maltratos, solo su trabajo la hace feliz, por lo que el amor no entra en sus planes. ?Pero que pasa cuando es inevitable y la atraccion es tan fuerte que no puede controlarse?

  • Ser Rojo de Javier Arguello

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    Todos los libros tienen una historia. No la que cuentan sus paginas, sino la del propio libro. El dia en que fue comprado, el sitio en que lo leimos, la epoca de la vida en que eso ocurrio. A veces un libro se relaciona con un viaje y recordamos los paisajes y las personas con las que compartimos el tiempo que duro su lectura. Si llega a ser uno de los importantes, a lo mejor pasa a decorar el frente de nuestras estanterias. Ve pasar los anos, las mudanzas, el crecimiento de nuestros hijos. Si se lo preguntaran, un libro podria contar la vida de una persona. O al menos una parte de ella. Segun el contenido de sus paginas puede haber dejado en nuestra memoria el dibujo de unos personajes que se mezclan con las personas que hemos conocido, o ideas o puntos de vista que cambiaron nuestra forma de ver el mundo. Por esa razon un libro puede ser algo peligroso, un objeto con el que no queremos que se nos relacione por lo que implica haberse visto expuesto a su contenido. Por el solo hecho de poseerlo uno puede estar bajo sospecha. En segun que epocas y en segun que lugares, la gente tuvo que deshacerse de sus libros como quien se deshace de una prueba que lo relaciona con un crimen. En segun que epocas y en segun que lugares, este libro que tiene usted en sus manos podria convertirse en su sentencia de muerte. Esta historia empieza con un hombre y con un libro. Sentado en la vereda de una calle cualquiera, el hombre ojea el libro que se acaba de encontrar y no piensa en su contenido, sino en sus propietarios. ?A quien habra pertenecido? Por el tema del que trata bien pudo haber sido de un sociologo, como el. O de un estudiante de sociologia. Uno de esos estudiantes a los que el mismo daba clase hasta hacia apenas tres dias, y que habia llegado a Santiago de Chile a hacer un posgrado en sociologia politica y a participar del momento que se estaba viviendo. Por primera vez en la historia un gobierno marxista habia alcanzado el poder mediante elecciones libres, y desde todo el continente habian llegado jovenes de izquierda para participar, para colaborar. Y habian empezado las reformas. En el campo y en la ciudad. El presidente electo pensaba que habia que ir poco a poco, pero sus aliados no querian dejar pasar la oportunidad. Creian que un avance tibio podia debilitar el objetivo y terminar frenando las transformaciones profundas a las que habian sido llamados. El momento habia llegado y habia que ser valiente, con todos los riesgos que eso supusiera. Finalmente se impuso una unica realidad. El presidente fue muerto durante el golpe militar comandado por el ejercito. <>, decia uno de los comunicados que la radio transmitia una y otra vez. Y el hombre es extranjero. Y en algun momento milito en las filas del partido comunista. Claro que eso fue en su pais y hace mucho tiempo. ?Tendrian manera de saberlo? Tampoco importa demasiado. La institucion en la que trabaja fue tildada de <> por el gobierno de facto. Con eso basta. Afortunadamente, al tratarse de un organismo internacional, le dieron una patente para su coche que asi lo atestigua. En realidad no tiene ninguna oficialidad, pero a los ojos de la policia y de los soldados se confunde con las del cuerpo diplomatico. Por eso el puede circular por las calles en horas en las que todos estan encerrados en sus casas. Por eso paso los ultimos tres dias llevando gente a las embajadas para que, desde alli, intentaran abandonar el pais. Las fronteras estan cerradas, los aeropuertos vacios y las carceles llenas. Tan llenas que habilitaron estadios de futbol como centros de detencion. Cientos de detenidos, la mayoria de los cuales ya no saldra de ahi. Pero eso el hombre a esa altura no lo sabe. Si sabe que tiene que sacar a los que pueda. Amigos, companeros y muchos desconocidos que de algun modo lo han contactado. Al principio tiene miedo. No se niega, pero tiene miedo. Despues de los primeros viajes el miedo se va adormeciendo y lleva a todos los que puede. No los puede dejar en la puerta porque las embajadas estan vigiladas. Debe dejarlos a media cuadra para que lleguen caminando, como quien no quiere la cosa, y que en una distraccion o un descuido se metan para adentro. El hombre los deja a media cuadra y celebra cuando los ve entrar. Algunas embajadas estan tan llenas que solo hay sitio para estar de pie. Nadie se puede sentar, mucho menos recostarse. El hombre celebra cuando los ve entrar, pero no todos tienen tanta suerte. A veces los interceptan por el camino. El hombre traga saliva y va a buscar a los siguientes. Ya han pasado las primeras horas y la actividad empieza a decaer. Los que han podido salir, salieron. Los que no lo consiguieron ya han sido detenidos. Y la gran mayoria espera en sus casas. ?A que? Nadie sabe. Nadie sabe lo que va a venir. Como medida preventiva algunos se han deshecho de sus libros. Se han deshecho de sus libros sacandolos a la calle. En las esquinas, en las veredas, solitarias pilas de libros esperan a nadie. Al camion de la basura. A la lluvia que lave sus paginas. El hombre esta cansado -lleva tres noches en vela- pero sabe que no va a dormir. Con su patente de organismo internacional recorre las calles y se detiene frente a esas pilas de libros. Se baja, se sienta en el cordon y se pone a revisar. No tiene ninguna prisa. Separa algunos, deja otros. Luego sigue a la calle siguiente. ?Una conjura? ?Una terapia? Lo cierto es que las cosas no siempre tienen un sentido claro. Desde aqui podemos vernos tentados a asignarle significados poeticos o macabros. El hombre simplemente sabe que no va a dormir, y antes de irse a su casa a llorar junto a su mujer y sus hijos, a esperar con un miedo acido a que llamen a su puerta, decide dedicarse a mirar libros en una ciudad desierta en la que cada tanto se escucha la sirena de una patrulla y en la que ni los perros se atreven a ladrar. Es septiembre en Santiago de Chile y las calles estan vacias. El ano es 1973 y el hombre es mi papa.