• mirame el juego de marina pdf - Marissa Cazpri

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    Repite conmigo --dice con determinacion Veronica--, necesito estas vacaciones y voy a pasarmelo bien. --Eres una pesada... --!Repite! !Vamos! --Agarra con fuerza mis hombros. --Necesito estas vacaciones y voy a pasarmelo bien --digo con desgana y poniendo los ojos en blanco. --Venga, Marina --murmura cansada--. Han pasado ya seis meses y tienes que empezar una nueva vida. No puedes limitarte a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. --Tambien quedo contigo. --La miro de reojo para que no me regane mas. --Si, para tomar un cafe y ya esta... tienes que empezar a hacer vida social, eres muy joven todavia, carino. --Vale, vale. --Levanto las manos desesperada por terminar esta conversacion--. Por una vez te voy a hacer caso, tengo una semana por delante y lo voy a intentar. !Que remedio!, ella ya se habia encargado de todo. Mi mejor amiga me ha reservado una semana de vacaciones para mi sola en un hotel en las Islas Canarias. Llevaba un mes dandome la tabarra para que fuese sola y asi poder desconectar de mi aburrida vida y hacer amigos nuevos y, con amigos, se refiere a ligues. Y yo, con tal de no aguantarla mas, le hice caso. Creo que me estoy arrepintiendo ya de haberlo hecho. --!Bien! --Aplaude dando saltitos mi loca amiga. Hace seis meses que mi marido y yo nos divorciamos. Lo pille en nuestra cama con una chica que no tendria mas de veintidos anos. Y el muy gilipollas, me dijo que eso habia ocurrido porque yo ya no le ponia en la cama, que habia engordado un poco y que eso, sumado a la rutina, lo habia empujado a hacerlo. El muy... queria hacerme sentir culpable de que el no pudiese tener su bragueta quietecita. Juan y yo nos conocimos en el instituto y fue un flechazo a primera vista. Fue mi primer amor, mi primer novio... mi primero en todo. A las pocas semanas de pillarlo en su infidelidad, me entere de que para el no fui la primera en nada; en eso tambien me mintio. ?Como pude estar tan ciega? Pues si que se puede, yo lo estuve quince anos. Y aqui estoy, con casi treinta anos, divorciada y sin experiencia con los hombres. Por eso siento panico cada vez que mi mejor amiga me invita a salir a ligar por ahi, pareceria una nina asustada y seguramente se reirian de mi. Veronica siempre me ha dicho que pienso demasiado las cosas, que tengo que desinhibirme un poco y dejarme llevar. <<--Ademas, eres guapisima y, a pesar de lo que te dijo el gilipollas de tu ex, tienes unas curvas de vertigo y eso a los hombres les gusta>>. Es muy facil decir eso desde el pedestal de la belleza pura. Ella siempre arrasa por donde va, rubia natural, ojos verdes, alta, esbelta y un glamour que mas quisieran muchas de las que salen en las revistas del corazon. Hija de padres bien situados y acostumbrada a estar siempre a la ultima, en su armario nunca le falta un modelito distinto para estrenar en cada ocasion. En cambio, yo soy todo lo contrario, morena, con unos kilitos de mas, no tan alta y sin sentido de la moda. Bueno, mis ojos si que me gustan. Aunque no sean claros, me encantan. --!Te voy a echar de menos, guapi! --grita y me abraza fuerte. Todo el mundo nos esta mirando y yo me sonrojo. Estamos en la cafeteria de la empresa terminando el desayuno. Manana, uno de agosto, comienza nuestro mes de vacaciones. Siempre se las apana para coincidir en nuestras vacaciones, dice que se aburre sin mi en la oficina. Desde que nos conocimos hace cinco anos, somos una y carne. Yo tenia una entrevista en cuanto me mude a Madrid. Era en la multinacional Tolson, una compania de renombre y conocida internacionalmente, dedicada al alquiler de vehiculos. El puesto al que optaba era de secretaria de direccion, trabajaria para la directora de la delegacion de Madrid, Carmen Salas. Veronica, es secretaria del gerente de recursos humanos y fue la que me atendio para la entrevista. Congeniamos muy bien desde el principio y, estoy completamente segura, que ella tuvo mucho que ver con mi ingreso en la empresa. Siempre lo ha negado pero yo se que me ayudo un poco. Se lo agradecere eternamente a pesar de que no soporto muchas veces a mi jefa. Es una cuarentona atractiva y engreida que se cree por encima de todo el mundo. --?Has hecho la maleta? --pregunta emocionada Veronica cuando nos dirigimos de vuelta a la oficina, que se encuentra en la decima planta del edificio. --A medias, esta noche la terminare. --Habras incluido el par de conjuntitos que te regale, ?verdad? --dice con una sonrisa picara. --Si. --Pongo otra vez los ojos en blanco. Me regalo un par de conjuntos de lenceria sexy por si ligo en vacaciones. No quiero quitarle la ilusion pero, seguramente, vendran de vuelta con la etiqueta puesta. De vuelta en mi mesa, me encuentro con una nota de la bruja del Oeste, asi apoda Veronica a mi jefa, por la nariz que tiene. En ella, me indica que antes de irme de vacaciones, tengo que fotocopiar todos los contratos del mes de julio. !Creia que de eso se encargaban en administracion! Miro mi reloj, las nueve y media de la manana, eso me va a llevar todo el dia ocupada en el archivo. Seguramente quiere librarse de mi y no sabe como. Cuando viene una visita importante, siempre intenta que yo no este por aqui. Parece que se averguenza de mi o algo parecido. Resignada, rebusco en mi bolso el mp3, no se trabajar sin musica, y me encamino hacia el archivo. Se encuentra en el sotano del edificio, junto al departamento de informatica en el que me encuentro con un concentrado Ricardo, jugando a un juego de rol online. --!Hola Ricardo! ?Como va tu mago? --le pregunto amablemente, mientras miro por encima de su hombro la pantalla del ordenador y veo a un munequito vestido con una tunica morada y un baston que reluce, dentro de una especie de casa y moviendose como un poseso. --!Marina! Bien, bien, le estoy subiendo las habilidades. --Me sonrie con la ilusion de un nino pequeno con su juego de rol online. En cambio, Ricardo tiene unos treinta y cinco anos, casi no tiene pelo, delgado y vestido con vaqueros gastados y camisetas de algodon de manga corta con dibujos de super heroes o algun comic-. Por cierto, ?como va tu bicho? --Se refiere a mi portatil. --!Estupendo! Gracias de nuevo por arreglarmelo --respondo con una amplia sonrisa. Me salvo la vida cuando se ofrecio a echarle un vistazo a mi ordenador cuando pense que habia muerto. --Por mi chica, lo que sea. --Me guina un ojo. Yo me ruborizo, desde que se entero que estoy libre, ha intentado varias veces invitarme a cenar. Para ser informatico es muy extrovertido. Sigo adelante por un pasillo y, al fondo, esta la puerta de acceso al archivo. Al entrar, me encuentro con Rita, una mujer de unos sesenta anos muy amable que se encarga de todo el recinto. Esta sentada en su mesa escaneando documentos. --Buenos dias, querida. --Me saluda al levantar la vista--, ?en que puedo ayudarte? --pregunta en su peculiar tono de voz dulce. --Buenos dias, Rita. Necesito que me indiques donde se archivan los contratos de julio, Carmen me ha mandado fotocopiarlos. Rita me mira compasiva, conoce a mi jefa desde hace muchos anos y sabe que me tiene un poco explotada. Busca en su ordenador la ubicacion del mes de julio y me indica en que pasillo y seccion esta. Cojo un carrito para cargar las cajas y me adentro por el laberinto que conforman las estanterias que contienen cajas apiladas, llenas de documentos y que llegan hasta el techo. Doblo dos veces a la derecha y una a la izquierda y, finalmente, encuentro el mes de julio. Al verlas casi me da un patatus, esto me llevara mas tiempo del que crei. Parece que mi jefa no quiere que salga a mi hora hoy. Cargo todas las cajas en el carrito y lo llevo todo junto a las fotocopiadoras. --?Como va la digitalizacion de los archivos? --le pregunto esperanzada a Rita. --Por el mes de mayo, querida --responde en tono de disculpa--, desde que me han quitado a los chicos de practicas, voy muy atrasada. --Todos los estudiantes en practicas protestaban cada vez que les mandaban con Rita porque lo unico que hacian eran fotocopias, escaneos y archivar. Yo los entiendo pero ella me da mucha pena. Es el ultimo eslabon de la empresa y apenas si nadie se acuerda de que esta aqui. --No te preocupes, no pasa nada. --Le sonrio triste--. ?Te importa que escuche musica mientras fotocopio? --le pregunto ensenandole mi mp3. --No, claro que no. Me pongo los auriculares, enciendo mi mp3 y empiezan las notas de una cancion que esta siendo un exito ahora en la radio, Feel So Close de Calvin Harris y empiezo a moverme al ritmo de la cancion. Cuando llevo diez minutos, miro hacia las cajas y resoplo, parece que no he hecho nada. Entonces noto que me tocan suavemente en el hombro. --Si quieres, te ayudo a fotocopiar --dice Rita con una sonrisa. --No quiero meterte en un lio... --digo mientras me quito los auriculares. --!Tonterias! --Hace un gesto con la mano para quitarle importancia y se agacha para coger una caja--. Nadie se va a enterar y asi me entretengo un ratito. Nos ponemos manos a la obra las dos, contandonos anecdotas y riendo. Eso hace que pase el tiempo rapido y comprobamos, ante nuestro propio asombro, que terminamos en unas tres horas, a falta de treinta minutos para la hora de la comida. Me daria tiempo a subirlos, darselos a mi jefa y comer con mi mejor amiga en la cafeteria puesto que ya no la voy a ver hasta mi vuelta de las vacaciones; esta tarde quiero descansar bien, mi avion sale temprano manana. --Muchas gracias Rita, me has librado de quedarme hasta muy tarde hoy. --Aprieto su mano en senal de agradecimiento. --Ha sido un placer y me lo he pasado genial contigo, como siempre. --Se despide con esa sonrisa tan especial que tiene la mujer--. Que disfrutes de tus vacaciones. Le doy las gracias. Cojo prestado otro carrito mas pequeno para poder llevar todos los papeles hasta mi planta y, cuando voy de camino hacia el ascensor, escucho unos gemidos. Aqui abajo no hay nunca un ruido, asi que se esta mas alerta si se escucha algo anormal. Identifico la direccion de donde provienen: el cuarto de mantenimiento. Paso junto a el, no puedo evitar la curiosidad y pego la oreja a la puerta. !!Son gemidos de mujer!! --!Oh! Si... siiii... --Me tapo la boca con la mano por la sorpresa, !es Veronica! Pero, ?con quien esta? Sigo escuchando y oigo los gemidos varoniles de su acompanante pero no consigo distinguir quien es. Examino la puerta por si hay alguna rendija o algo y, contenta de mi, encuentro un pequeno agujero junto al pomo de la puerta. Miro a mi alrededor para que nadie me pille espiando y me agacho hasta ponerme a la altura del agujero. La imagen que veo hace que empiece subirme la temperatura. Mi amiga, subida a una pequena mesita, con la falda recogida en la cintura, con la camisa desabrochada dejando al descubierto sus pechos y abierta totalmente de piernas. !Madre mia! Me escandalizo y dejo de mirar pero mi curiosidad me puede y vuelvo a poner el ojo en el agujero. Entre sus piernas, veo una cabeza de pelo moreno, que se separa un poco, sonrie y la mira. Es nada mas y nada menos que el chico de practicas que tiene a su cargo. A mi se me cae la mandibula por la sorpresa. Le esta haciendo una buena faena porque ella tiene los ojos en blanco debido al placer y le agarra con fuerza el cabello. Se me acelera la respiracion al verlos ahi retozando. De pronto, el chico, que no tendra mas de veintiun anos, se incorpora, se saca un preservativo del bolsillo del pantalon y se lo pone en su miembro erecto. !Vaya con el yogurin1! Puede estar contento con dar la talla. Me abanico con la mano, estoy empezando a tener mucho calor. Se besan con pasion y Veronica enrolla sus largas piernas en la cintura del joven para atraerlo hacia ella con una sonrisa lasciva. Entonces el, sin previo aviso, la ensarta de un golpe, con el consiguiente gemido de sorpresa de mi amiga. A continuacion, el chico comienza a mover sus caderas lentamente, eso hace que ella empiece a suspirar y a moverse siguiendo su compas. Siguen besandose con violencia, Veronica gime cada vez mas alto y eso vuelve loco al de practicas que acelera las embestidas a la vez que baja la cabeza y le muerde los pezones. !Por Dios! A ella no parece dolerle, al reves, eso hace que se excite mas. Lo agarra del trasero y lo aprieta mas contra ella. Hasta que juntos llegan al climax, ella casi gritando y el grunendo. En ese momento, yo gimo de placer tambien. No me he dado cuenta pero he bajado mi mano hasta mi entrepierna y me estaba tocando. !Que hago! !Joder, Marina! !Que es tu amiga! Avergonzada por lo que acabo de hacer, me incorporo y salgo corriendo hacia el ascensor. Por el camino, intento calmarme. Me he excitado con mi mejor amiga, !que verguenza! Si no soy capaz ni de ver una pelicula porno... Por suerte, cuando llego a mi departamento, ya no queda un alma en la oficina, se han ido todos a comer. Asi nadie podra verme tan acalorada.

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    3 Título: Mírame, el juego de Marina Marissa Cazpri Primera edición: Octubre 2014 Obra registrada en Safe Creative. Código: Fecha: 29-sep :11 UTC Licencia: ...

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    17-nov-2014 - DATOS DEL LIBRO Páginas: 343 Género: Romántica / Erótica Editorial ... Bookceando Entre Letras: MÍRAME, EL JUEGO DE MARINA - MARISSA CAZPRI ...

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  • Reseña Mírame, el juego de Marina y Mírame, ahora te toca a ti

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    14 ene 2016 — En el primer libro de la bilogía, Mírame, el juego de Marina, conocemos a una chica cordobesa, afincada en Madrid y divorciada seis meses ...

  • marina – carlos ruiz zafón - Edu.xunta

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    En seguida cerró el libro. -¿Listo? Marina me guió a través de las calles de Sarriá con rumbo desconoci- do y sin más indicio de sus intenciones que una ...

  • Heridas de Guerra de Elena Romero

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    Ese dia lo perdi todo.
    El dia que dieron a mi marido por muerto.
    El era mi mundo. y todo se volvio negro.
    Llore durante meses. Me deprimi anos.

  • Condicion artificial de Martha Wells

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    Ganadora de los premios Hugo y Locus

  • Cuando tu voz me despierte de Kelly Dreams

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    Cuando Braiden Shelswell-White cambio su Irlanda natal por los Estados Unidos, lo hizo para olvidar la vida que dejo atras e intentar seguir adelante. Ahora, la repentina enfermedad de su abuelo lo obliga a volver y hacerse cargo del B&B que posee su familia en la bahia de Bantry, en Cork. Una tarea indeseada que se convertira en todo un desafio a causa de una inesperada inquilina decidida a hacerle la vida imposible, una que lleva muerta casi un siglo y que no parece tener prisa alguna por marcharse del lugar. Mary McCarthy estaba acostumbrada a ver pasar la vida en soledad, sin emociones, sin otra ocupacion que la de vagar por Bantry House. Lo que fue un dia, empezaba a perderse en el olvido, sus recuerdos se desdibujaban con cada nueva estacion y habria seguido asi de no haber llegado el. Sarcastico, maleducado y dispuesto a perderla de vista. Esa no era la mejor descripcion del hombre perfecto, ?pero que importaba cuando era el unico capaz de hacerla sentir de nuevo? Una mujer atrapada en el tiempo y el unico hombre capaz de liberarla de su eternidad.

  • Alas de confianza (Edentown 10) de Annabeth Berkley

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    Nora Reaves miraba orgullosa la fachada de la casa que habia comprado en Edentown. Tenia toda la confianza y la ilusion puesta en su nuevo hogar y en la reciente oportunidad que se habia dado a si misma para empezar de nuevo. Sus ojos azules brillaban iluminando aun mas su sonrisa Miro a su amiga que estaba junto a ella, como siempre que daba un paso adelante en la vida. Shelby Payne le cogio la mano en senal de apoyo. Su alegria y sonrisa eran sinceras. --Todo ira genial a partir de ahora, ya lo veras --le susurro Shelby--. Me alegro muchisimo de que estes aqui. Nora asintio con un suspiro de esperanza. Tomar la decision de salir de Nueva York no habia sido facil. Estaba acostumbrada a la seguridad que le daba su apartamento, a lo cerca que estaba la editorial que publicaba sus libros y a la proximidad del instituto de su hijo, pero nada de eso le habia proporcionado esa tranquilidad que tanto buscaba y que habia perdido desde que Doug comenzara las clases. Su complicada edad adolescente y los pesimos companeros que habia elegido como amigos le habian obligado a dar el paso de irse de la ciudad por miedo a que las cosas fueran peor de lo que ya estaban yendo. --Si --le respondio, reafirmando su decision--. Estoy segura de que todo ira bien aqui. --Esto es una mierda --exclamo un malhumorado adolescente rubio, de ojos tan azules como los de su madre, situandose a su lado. Las dos amigas miraron al chico que habia terminado de dar la vuelta a la casa seguido de Scott, el hijo de Shelby, de ocho anos y fiel escudero del que consideraba su primo. --?Como pudiste comprar esta casa? Es una casa de viejos --siguio refunfunando. Megan Saint James, la duena de la inmobiliaria a traves de la que habia hecho todas las gestiones, llegaba justo en ese momento con las llaves en la mano y uno de sus habituales vestidos largos y vaporosos que no disimulaba su avanzado estado de gestacion. --Tienes toda la razon --comento despreocupada por la queja del joven--, pero asi podras dejar la habitacion a tu gusto tras la reforma. Hola, chicas --le tendio las llaves a Nora--. Ahora si que es oficial, bienvenida a Edentown. Nora sonrio a Megan. La habia conocido en alguna de sus anteriores visitas a Shelby, y habia visto la casa con ella poco despues del fallecimiento de su anterior propietaria, madre de la administrativa del alcalde. Cogio las llaves y todos juntos fueron hacia la puerta. Ya sabia que a Doug no le habia gustado la idea de la mudanza. Se lo habia dejado claro muchas veces. Tambien suponia que no se lo iba a poner facil, aunque estuviera muy unido a Scott, pero queria pensar que solo duraria un tiempo y luego volveria a ser el nino carinoso y respetuoso que siempre habia sido. Doug tenia razon. El interior de la casa, aunque se veia limpio y cuidado, estaba muy pasado de moda y bastante abarrotado de muebles oscuros y voluminosos. --Todo esta sin tocar desde que Gertrud fallecio, ya te conte --les explico Megan abriendo las ventanas del salon para airearlo--. En menos de media hora vendra la empresa que Erin contrato para desocuparla totalmente. A primera hora de la tarde podras hacerte mejor una idea de como puede quedar. El agua y la luz no se dieron de baja, asi que no tendras problemas para instalarte cuando quieras. Nora asintio con una sonrisa. Habia seguido un impulso comprandola en cuanto Shelby le habia hablado de la posibilidad, sin dar opcion siquiera a que saliera a la venta y habia aprovechado para verla muy fugazmente en una anterior visita a su amiga. Pocas veces solia dejarse llevar por impulsos en las decisiones importantes, pero en ese momento lo habia visto como un regalo del cielo. El salon le parecia un poco pequeno, aunque junto a el habia una pequena habitacion que servia de trastero o de almacen y supuso que podria unirlos. Lo mismo haria con la cocina que pese a estar recogida y despejada, se veia tremendamente antigua. --?Quieres que avise a Cameron para que te haga la reforma? Supongo que querras hacer obras y Cameron trabaja muy bien. --Perfecto --acepto Nora, confiada y agradecida apoyando la mano en una de las paredes--. Si tiro esta pared podre comunicar la cocina y el salon --comento, ilusionada con la obra. --Cameron te resolvera cualquier duda --le aseguro Megan llevandose la mano a su abultado vientre. --?Te encuentras bien? --le pregunto Shelby. --Si, si --le respondio Megan--. Ha debido despertarse y se esta estirando. Las dos amigas sonrieron. Para ellas quedaban muy lejanos sus embarazos. Shelby se llevo la mano a su vientre y Nora la miro sorprendida, pero sin decirle nada. Subieron al piso superior donde habia solo un cuarto de bano y cinco dormitorios no muy grandes. Uno de ellos estaba lleno de posters antiguos, banderines de un equipo de beisbol y pompones de animadora. --Ya tengo ganas de empezar con las obras --les confeso Nora--. Quiza se pueda tirar alguna de estas paredes. Siempre he querido un vestidor con acceso desde mi dormitorio. --Pero si no tienes tanta ropa --le comento Shelby. Nora hizo una mueca. Llevaba tanto tiempo trabajando desde casa que su guardarropa dejaba mucho que desear. Mallas, leggins, camisetas, sudaderas y solo un par de vestidos que se habia comprado para salir con Stuart, el hermano de su editor, que habia sido su ultima y fracasada relacion. --Eso va a cambiar. Ahora los jueves acudire a las exposiciones esas que se hacen frente a la pizzeria o ire al Shamrock alguna vez. --?Cual sera mi habitacion? --le pregunto Doug entrando y saliendo de todas ellas con una mueca despectiva. --La que tu quieras, Doug, cuando el senor Cameron venga le puedes pedir que te haga lo que quieras en ella. --Con que me ponga conexion wifi me vale --le respondio--. Esto es una mierda. No se por que hemos venido aqui. Nora lo miro enarcando una ceja, amenazadora. --?Quieres que te repita las razones? Doug miro desafiante a su madre y luego bajo la mirada. No queria que Shelby las conociera, aunque sospechaba que las sabia pese a que no le habia dicho nada al respecto. --Vamonos abajo --le dijo a Scott. --Adolescentes --sonrio Megan justificando sus comentarios negativos. --Ya te tocara --suspiro Nora--. Sera mejor que nos vayamos y volvamos cuando este la casa vacia despues de comer. ?Puedes decirle al senor Cameron que venga a las cuatro? Megan sonrio. --Es solo Cameron, Cameron Lawrence --la corrigio mientras bajaban las escaleras--. Se lo dire y no creo que tenga ningun problema. Le dare tu telefono por si acaso. Nora se lo agradecio y siguio a las dos jovenes, satisfecha ante las nuevas perspectivas que la decision que habia tomado le ofrecia. Cuando Nora llego por la tarde a su nueva casa la encontro totalmente vacia y su aspecto le gusto todavia mas. Habia manchas en el papel de las paredes donde se habian apoyado los muebles, pero todo parecia mas amplio y limpio. Lamento que Doug se hubiera quedado en casa de Shelby, porque seguro que le hubiera gustado mas que antes verla asi. Volvio a recorrerla emocionada. Tenia muy buen presentimiento con respecto a esa mudanza. Confiaba en que todo cambiara para ellos. O por lo menos eso esperaba que sucediera. Queria volver a tener esa relacion de cordialidad que tenia con su hijo y que habia perdido desde que el empezo el instituto. Todo entre ellos se habia enfriado y tensado cada vez mas. Doug nunca habia sido muy influenciable, pero juntarse con los mas gamberros del instituto habia sido devastador, por lo menos para la relacion entre ambos. Ella lo achacaba a la falta de una figura paterna a la que imitar, y, por esa razon, se habia animado a salir con Stuart, despues de muchisimos anos sola, pero no habia funcionado. Ni siquiera habian pasado de la tercera cita. Nunca habia tenido suerte en el amor. Su novio en la universidad y padre de Doug se desentendio de ambos en cuanto supo del embarazo, y desde entonces ella no habia vuelto a abrir su corazon a nadie mas. Habia salido alguna vez con algun otro hombre, pero para ella lo unico que le importaba era su hijo, y que el estuviera bien atendido. Sus padres tambien le volvieron la espalda tras la noticia de su embarazo y habia tenido que dejar los estudios y ponerse a trabajar desde ese momento para que ni a su hijo ni a ella les faltara nada. Durante ese ultimo trimestre habia cursado la asignatura de literatura, algo que siempre le habia gustado, y en sus pocas horas libres habia empezado a escribir pequenos relatos. Con el apoyo incondicional de Shelby, companera de clase por entonces, se habia decidido a contactar con algunas editoriales y despues de un tiempo, mucho trabajo duro y bastantes noches en vela, habia conseguido vivir de sus novelas muy bien. Ahora solo rezaba para que su hijo se adaptara sin mayores problemas al instituto, aunque probablemente perdiera ese ano por sus bajas calificaciones. Sonrio al abrir uno de los dormitorios pequenos del piso superior. Quiza pudiera conseguir ese vestidor del que estaba decidida a disfrutar. Bajo al salon. Tenia muchas ganas de empezar con la obra. Vio junto a la puerta una esquina despegada del papel de la pared y no pudo evitar la tentacion de cogerla y tirar con fuerza para comenzar a quitarlo. La satisfaccion que sintio mientras lo hacia era indescriptible. Ilusion, satisfaccion, esperanza... dio un fuerte tiron. --Joder --exclamo malhumorado Cameron Lawrence, que entraba por la puerta en ese momento.

  • La cita de al lado (Cita para Rehacer 3) de Susan Hatler

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    Lo unico peor que deshacer las maletas es deshacer las maletas dos veces, y estoy deshaciendolas por tercera vez desde que me mude al centro de Sacramento. Si, !yo! No. En mi agenda, deshacer las maletas esta a la altura de fregar la olla despues de hacer macarrones con queso, quitar chicle de la suela de mis zapatillas favoritas o intentar encontrar una habitacion de alquiler en una casa compartida con alguien que no conozco. Asi que me converti en la reina del courchsurfing... hasta aquel dia. Previo a saltar de sofa en sofa por los apartamentos de mis amigos del centro, habia estado viviendo con dos de mis cuatro hermanos a las afueras de la ciudad y me habia cansado de ir al trabajo. ?Trafico en hora punta dos veces al dia? Paso. Tras vagabundear en el sofa de mi amiga Krista y luego en el sofa de mi amiga Abigail, me encontraba oficialmente de alquiler en una habitacion de la casa de mi mejor amiga de la infancia, Lucy Remington. Lucy y yo siempre habiamos hablado de compartir residencia en la universidad, pero luego ella se marcho a Princeton mientras yo entre en la universidad local, en U.C. Davis. Tras todos aquellos anos, Lucy y yo viviamos juntas por fin. Me encontraria saltando de alegria si no hubiera estado, ya sabeis, deshaciendo las maletas. Inspeccione mi nueva habitacion en su elegante casa adosada: techo alto, ventanas con adornos blancos con cortinas romanas y mi colchon doble, somier y foto que habia usado desde la universidad. Mi mirada se poso en Lucy mientras ella alzaba uno de mis vestidos de verano hasta su pecho y luego examinaba su reflejo en el espejo de cuerpo entero de la habitacion. Ella acababa de sacar ese vestido de una de las muchas cajas de carton que yo habia subido por las escaleras de la nueva casa adosada de Lucy, que su madre le habia comprado (pago en efectivo, fijate) solo para que Lucy viviera cerca de sus padres. Debia ser genial aquello. Lo ultimo que me compro mi madre fue una caja de dulces en el cine cuando vimos la ultima pelicula de Jennifer Lawrence. Pero, en defensa de mi madre, mis padres no estaban tan bien situados como los Remington. Lucy tenia una tarjeta de credito de sus padres sin limite de saldo y compraba en boutiques de disenadores, mientras que yo normalmente compraba mi ropa en estantes de rebajas y tiendas de segunda mano. A pesar de nuestras polaridades financieras, nacio una fuerte union entre nosotras cuando eramos ninas. Mis hombros se tensaron cuando colgue una chaqueta de mezclilla en una percha y despues la coloque en la percha dentro del armario. Desembalar, desembalar sin fin... Luego agarre un par de vaqueros, los doble y meti en un cajon de la comoda y me di la vuelta en busca del vestido de verano que mi amiga habia estado sosteniendo y que, en aquel momento, se encontraba arrojado en la caja que acababa de vaciar. --!Lucy! --Recogi el vestido mientras ella se volvia hacia mi, con su mano tocando la chaqueta que yo acababa de colgar. Ella retiro la mano y puso una mirada inocente. Sus ojos se agrandaron. --?Que pasa, Hannah? --Te estas perdiendo toda la parte de deshacer las maletas --dije, inclinando la cabeza hacia la izquierda, haciendo rebotar mis rizos oscuros sobre mi hombro--. Te ofreciste a ayudar, no a trabajar en mi contra. --Estoy tan emocionada de que finalmente vivamos juntas --Lucy sonrio y luego tomo el vestido y lo puso en una percha mientras yo regresaba a por otra caja aparentemente sin fondo--. Compartir ropa es practicamente un requisito de companeras de casa. Solo estoy revisando mis opciones. --Oh, ?es eso lo que estas haciendo? --Me rei mientras ella indagaba mas profundamente en mi armario casi a reventar. El armario de Lucy estaba lleno de Prada y Gucci, mientras que el mio tenia hallazgos de tiendas de segunda mano y compras gangas. Combinados, nuestros conjuntos de ropa serian definitivamente unicos. --Pero ninguna de estas faldas negras lisas o abotonadas va a funcionar en mi cita de esta noche --gruno Lucy, arrojando un par de opciones rechazadas por encima de su hombro, de vuelta a una caja de carton--. Este es el ultimo intento de encontrar un novio con el que puedo contar antes de renunciar a ello para siempre, asi que mi look tiene que reflejar ese objetivo o voy apanada. --Sin meter presion, eh --dije, levantando una ceja. --?Vale? Bueno, si Derek me estuviera preparando la cena en casa, uno de estos conjuntos podria haber funcionado, pero me llevara a The Boat House a cenar. ?Sabes ese restaurante en el rio en Old Sac? Asenti con la cabeza, sintiendo un poco de envidia. --Debe ser genial tener una cita. --Saliste con Patrick por alli durante un tiempo --dijo, mirandome de una forma que explicaba que no le gustaba Patrick y que no es que lo echara de menos exactamente. --Patrick era agradable --dije, encogiendome de hombros--. Solo que un poco tambien... extravagante para mi. --Yo tambien soy algo extravagante --Ella asintio, agarrando un punado de la nueva ropa de oficina que habia comprado tras mi reciente promocion laboral --. Asi que tampoco encuentro vestuario para mis citas. --Es mi nueva ropa de trabajo, ?vale? --dije, ordenando el desorden de Lucy. De hecho, habia estado arreglando el desorden de Lucy desde el primer dia de la escuela primaria cuando accidentalmente se le cayo la bandeja de la cafeteria en el comedor y lloro. Limpie su desastre, comparti mis rodajas de manzana con ella, y nos convertimos en las mejores amigas desde entonces. Me quede mirando mi nuevo look de oficina y suspire. --He soportado mucha presion en el trabajo desde que mi jefa renuncio y emprendio su propio negocio de maletas. --Jennifer, ?verdad? Pense que te habia ascendido antes de irse. --Lo hizo, pero ahora tengo que estar a la altura del aumento de sueldo impresionando a un cliente que mi nuevo jefe quiere que consiga. --Tu nuevo jefe todavia te esta probando, ?eh? --Por no decir otra cosa --dije, estudiando la falda de tubo a rayas que sostenia, que era una desviacion de mi estilo normalmente mas informal--. Si no logro que este cliente firme, creo que mi jefe me va a despedir. Yo no era su eleccion para el trabajo y Jennifer tuvo dificultades para convencerlo de que me diera una oportunidad. Solo tengo esta oportunidad, asi que no puedo desaprovecharla. Llevaba dos anos trabajando en la prestigiosa empresa de marketing Haskell & Haskell y recientemente me habian ascendido a jefa del recien creado departamento de redes sociales. A pesar de mi experiencia en la empresa, a Peter Haskell, el director ejecutivo, no le encanto que fuera licenciada en sociologia. Todo giraba en torno a quedar bien en el papel y aparentemente mi curriculum no se ajustaba a mi sueldo. Yo no era su primera (o segunda) opcion para el puesto, por lo que se dedicaba a examinar todos mis movimientos en la oficina. Afortunadamente, Jennifer habia convencido al Sr. Haskell de que me dejara dirigir el departamento de redes sociales, algo imprescindible en el mundo del marketing actual. Pero tenia que demostrar mi valia y hacerlo rapidamente. ?Mi prueba? Contratar a Ray Livingston para Haskell & Haskell, el millonario disenador de moda que se hizo a si mismo. ?El problema? Todas las demas empresas de la ciudad querian su cuenta. ?Nivel de estres? Alto. ?Como podria yo, Hannah Griffin, con una falda de ganga y tacones de tienda de segunda mano impresionar al multimillonario Ray Livingston? Si, eso es lo que todavia estaba tratando de averiguar. Pero pense que comenzar con un atuendo de trabajo sobrio (lease: aburrido) no haria dano. Lucy puso una mano en mi hombro, haciendome saltar. --No te preocupes, Han. Vas a conseguir a ese cliente y luego tu jefe se dara cuenta de que Jennifer tenia razon al promocionarte. --Gracias por tu fe, pero no lo se... --Mi estomago se revolvio. La cabeza me dio vueltas. Cada segundo que dedicaba a deshacer maletas era un segundo en el que podria estar elaborando una estrategia sobre como conseguir ese nuevo cliente. Pero no parecia estar progresando en el frente de desembalado gracias a que mi mejor amiga seguia centrada en su cita. Mire alrededor todo el desorden en mi habitacion y entre en panico. --Me van a despedir. --No, lo tienes hecho --Ella me dio un pequeno apreton en el hombro--. Se que lo haras. --No estoy tan segura --dije, deseando por primera vez haberme graduado en marketing para que el senor Haskell estuviera mas contento conmigo. En realidad, habia elegido estudiar sociologia porque parecia que me iba bien en esas clases y las disfrutaba. Me gradue, consegui un trabajo y tres anos despues todavia no habia encontrado mi pasion hasta que consegui el trabajo como asistente de Jennifer y poco a poco me di cuenta de lo que queria hacer a tiempo completo: marketing en redes sociales. Era mi oportunidad. Realmente pensaba que era buena en eso y creia que podia ayudar a Ray Livingston a mejorar la visibilidad de su marca a traves de las redes sociales. Tenia grandes ideas. El problema era que yo era una joven de veintiseis anos cuyo curriculum decia: sociologia, camarera y asistente. ?Quien escucharia mis sugerencias? No Peter Haskell, eso estaba claro. --Le vas a encantar a ese cliente --insistio Lucy, mirandome a los ojos y asintiendo con la cabeza como si estuviera segura--. Te lo vas a quedar. --?Pero como? --pregunte, recogiendo mis nuevos tacones negros y mostrandole un rasguno que no habia notado antes. Senti que era injusto que no venir de una familia adinerada me dejara en desventaja--. Ray Livingston no me tomara en serio si cree que no luzco como una profesional, lo cual admito que no importa en este momento ya que ni siquiera puedo lograr que conteste mis llamadas o que me llame por telefono. Este tipo es multimillonario, Lucy. Necesito tacones de Christian Louboutin para dar una buena impresion, no tacones de segunda mano.

  • La duquesa de Danielle Steel

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    Traicionada. Abandonada. Invencible. Angelique Latham no es realmente duquesa, aunque tras perder a su madre cuando era muy pequena, se ha criado en el majestuoso castillo de Belgrave junto a su padre, el duque de Westerfield, que siempre la quiso con locura. Pero ahora su padre ha muerto, y sus hermanastros han decidido desheredarla. Esta sola en el mundo. A sus dieciocho anos, Angelique es lista y muy hermosa, pero tiene mala suerte, pues, aunque consigue colocarse como ninera de una familia acomodada, un suceso desagradable e injusto la deja otra vez en la calle. Sin hogar, sin referencias ni contactos, viajara a Paris. Alli, despues de rescatar a una joven de una situacion horrible, tendra la clave de su futuro. Un negocio insolito y una ocupacion al borde del escandalo marcaran la inesperada vida de la hija de un duque.

  • La Novia Del Sultan de Kate Hewitt

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    Azim al Bahjat, que habia sido secuestrado varias decadas atras, habia sorprendido al reino de Alazar con su repentino regreso. Para poder asegurarse el trono, el despiadado heredero debia casarse con la mujer que siempre habia estado destinada a ser suya, aunque Johara Behwar se resistiese.

  • Renacer en las Maldivas de Brianne Miller

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    La lluvia repiquetea en el cristal de mi estudio mientras me tomo una taza de chocolate caliente que consiga caldear mis huesos helados. Llevo aqui sentada mas de una hora intentando asimilar que George me ha pedido el divorcio. Sin un indicio, sin una explicacion... Simplemente se acabo. Llevabamos nueve anos de matrimonio, nueve anos en los que he sido completamente feliz. Mi marido me dejo desarrollar la pasion que corria por mis venas, esa que siempre quise explorar y que jamas consegui olvidar: la pintura. George prefirio trabajar horas extra para que yo pudiese ir a los diferentes cursos en los que puse a prueba mis capacidades como pintora, en los que aprendi todas las tecnicas necesarias y en los que me codee con la gente que ahora alaba mi trabajo en las grandes galerias. Y ahora que todo eso ha quedado atras, ahora que puedo dedicarle a mi matrimonio todo el tiempo y el esfuerzo que se merece... se acabo. He intentado innumerables veces que me explique que es lo que esta mal, que le llevo a tomar tan drastica decision, y el siempre me da la misma contestacion. --Carino, no has hecho nada mal, ni yo tampoco. Simplemente hemos llegado a un punto en el que las llamas del amor se han apagado, y ya no quedan ni los rescoldos. --!Pues avivemoslas! ?Por que demonios no quieres intentarlo? ?Acaso hay otra mujer? --!Claro que no! ?Pero como revivir algo que ya esta muerto? Te quiero mucho, Claire, pero no te amo. No quiero seguir atado a un matrimonio basado tan solo en una mentira. Necesito respirar, ver que demonios nos depara el futuro, y tu debes hacer lo mismo. Muerto. Su amor ha muerto, y yo estoy completamente destrozada por amar a alguien que no me corresponde. Siento como mi vida se va acabando poco a poco, y lo unico que puedo hacer es llorar. Pero tengo que superarlo, tengo que sobreponerme de este dolor que me roe las entranas, porque tengo que pensar en mi hija, esa pequena que crece en mi interior y de la que George no tiene ni idea. Debo decirselo, lo se, pero esperare a que el divorcio sea un hecho, porque no quiero que este pequeno milagro influya en su decision de seguir su camino. Jamas entendere que ocurrio, pero si hay algo de lo que estoy segura es que no utilizare a este bebe para retenerle a mi lado. Capitulo 1 Cuatro anos despues... Me dejo caer en uno de los sillones del estudio de arte de Jean Paul, mi mejor amigo y con quien vivo desde que me divorcie de George. La exposicion de mis cuadros ha sido todo un exito, y hemos conseguido una pequena fortuna por las ventas de varios de ellos. Mi querido amigo se acerca con una copa de champan en cada mano, se sienta a mi lado y brindamos sonrientes. --Por el exito rotundo --dice antes de dar un sorbo a su copa. --?Tu crees? La verdad es que no ha estado nada mal, ?verdad? --?Que no ha estado mal? Claire, has vendido nueve cuadros, tesoro. Ha estado genial. --Quizas ahora podamos mudarnos a un apartamento y dejaros intimidad. --No digas bobadas, Elliot esta encantado de teneros por casa. Os adora y lo sabes. Por cierto, ?cuando tienes que recoger a la pequena? --George la traera a casa manana. Queria llevarla al parque de atracciones. Ya le he dicho que aun es muy pequena, pero... --Dejale que la malcrie. Al fin y al cabo, es su padre. --Cierto, y la ve mucho menos de lo que le gustaria debido a su trabajo. --?Que te parece si celebramos tu exito saliendo por ahi? Elliot ya se fue a casa, pero estoy dispuesto a sacrificarme. --Estoy muy cansada, Paul. Necesito una buena dosis de sueno. --Tienes que salir y distraerte, Claire. Ya hace cuatro anos desde que te divorciaste, y aun no te he visto con ningun hombre. --Mi hija es mejor que cualquier hombre, ?sabes? No necesito a nadie mas. --Algun dia Sarah crecera y hara su vida, y entonces seras demasiado vieja como para hacer lo mismo. Tienes ya treinta y ocho anos, Claire. --Aun no estoy preparada. --Muy bien, como quieras --se levanta del sillon con un suspiro--. Levanta ese hermoso culo del sofa, que nos vamos a casa. --Paul... lo intentare, ?de acuerdo? Pero no hoy. Hoy no soy capaz de hacerlo. --?Y que tiene hoy de especial? --Hoy seria nuestro aniversario --digo agachando la cabeza--. Hoy haria trece anos desde que nos casamos. --Mi pequena tonta... --se acerca a abrazarme-- Necesitas un hombre pero ya. Ademas, el trece es el numero de la mala suerte, mejor que se terminara en el nueve. --!Anda, vamos a casa! Debo reconocer que mi amigo me ha arrancado una sonrisa a pesar de la pena que siento en este momento. Ya han pasado muchos anos, ya deberia de haberlo superado, pero cada vez que veo a George aparecer por casa para recoger a la pequena Sarah mi corazon se salta un latido. Nuestra relacion es cordial, por decirlo de alguna manera. En realidad trato de parecer amigable aunque por dentro me muera poco a poco, pero debemos llevarnos bien por el bien de la nina. Alguna vez hemos ido al parque como una familia de verdad, pero al llegar a casa ese sueno se ha desvanecido como el humo. Me desnudo por completo y me meto bajo las sabanas. Esta noche el sueno tarda en llegar, como todos los fines de semana que George se lleva a Sarah, pero cuando llega, sueno con un amanecer en la playa y un desconocido surcando las olas del mar. Capitulo 2 --!Despierta! !Mami, despierta! Mi pequena princesa tira de las sabanas intentando destaparme, pero las agarro con fuerza al recordar que estoy completamente desnuda bajo ellas. --!Hola, bichito! ?Ya has regresado? ?Tan pronto? --Papa esta en el salon. Quiere hablar contigo. --?Conmigo? De... de acuerdo, ve a hacerle compania, ahora mismo voy. --Pero no vuelvas a dormirte, ?vale? --Lo prometo. En cuanto mi pequena se marcha, salto de la cama y me doy una ducha rapida. No puedo arreglarme demasiado porque sospecharia, pero si que me doy un poco de brillo en los labios y me pongo un vestido veraniego que me queda a la perfeccion. ?Que querra George? ?Acaso pedirme que volvamos a estar juntos? Verle sentado en el sofa con Sarah entre los brazos me encoje el corazon como siempre. Me acerco con paso relajado, y me siento a su lado con una sonrisa. El se inclina, me besa en la mejilla y se vuelve hacia la pequena. --Mi amor, ?por que no vas a ver si el tio Paul puede prepararte un super batido de chocolate? Mama y yo tenemos que hablar. Sarah asiente y sale a correr en direccion a la cocina, y el se queda ahi, mirando el vacio, lo que me parece un siglo. --?Vas a hablar de una vez o esperamos a que vuelva la nina? --bromeo. --Claire... Esto no es nada facil para mi. No quiero hacerte dano, y... --George, me estas asustando, asi que sueltalo de una maldita vez. --Voy a casarme. En este momento todo el aire escapa de mis pulmones, la sangre se congela en mis venas y mi maltrecho corazon se deshace en millones de pedazos. ?George, mi George, se va a casar? --Pues enhorabuena --es lo unico que atino a decir. --Se que es un golpe muy duro para ti, pero... --George --le interrumpo--, nuestro matrimonio murio hace cuatro anos, y lo he superado. Me alegro mucho por ti, en serio, y espero que seas muy feliz. --Querria pedirte un favor. --Lo que necesites. --Elaine quiere que Sarah pase con nosotros el mes anterior a la boda, para hacerla participe de todos los detalles. --Entiendo. --El dia de la boda volveria a casa contigo, por supuesto, pero estas pequenas vacaciones con la nina harian a mi novia muy feliz. --Esta bien --digo como un automata-- ?Cuando seria eso? --Me la llevaria hoy mismo. --Espera, ?te casas en un mes? --No sabia como decirtelo, Claire. Se que el divorcio te destrozo, y crei que aun no lo habias superado. Siento no haberte avisado con mas antelacion, pero de todas formas la nina esta en las vacaciones de veranos, asi que... --Voy a preparar la maleta de Sarah. --Muchisimas gracias, de verdad. Te prometo que te compensare. --Dudo mucho que puedas hacerlo. Sin mas, salgo de la habitacion con los ojos anegados en lagrimas. En apenas un mes George sera de otra mujer. Tendra hijos con ella, y la amara como me amo a mi una vez. Tengo que dejar de enganarme a mi misma... hace mucho tiempo que George dejo de ser mio. Me limpio las lagrimas con furia y comienzo a preparar la maleta de Sarah.

  • Los 40 son los nuevos 30 de Amanda Peters

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    Lucia Iriarte esta a punto de vivir un dia que recordara para siempre. Esa manana recibira tres noticias diferentes que trastocaran todo su mundo y se sumira en un pequeno caos personal del que no sabra salir sin ayuda de sus amigas.

  • El espia de Franco de Luis Rius Caso

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  • En busca de un hogar – Claudia Cardozo de Claudia Cardozo

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    A la venta en junio
    A la venta el 25 de junio
    Londres, 1890. Juliet Braxton es una joven de origen estadounidense que vive en la Inglaterra de fines de la Era Victoriana junto a una abuela de ferreo caracter, un tio amable, pero poco apegado, y un primo, por quien siente un profundo afecto fraternal. Su mayor ambicion es regresar al que considera su hogar, en donde vivio una feliz infancia. Sin embargo, pese a contar con medios propios para hacer realidad sus suenos, no cuenta con la aprobacion de su familia.
    Robert, conde Arlington, vive en la tranquilidad del campo con su madre, la condesa viuda, una mujer
    que muestra adoracion por su hijo; lo unico que Robert encuentra intolerable es la constante intervencion de su madre en su vida, intentando convencerlo de que se case lo antes posible a fin. A el esto no le hace ninguna gracia, y procura mantenerse alejado de cualquier tentacion, pero un accidente pone en su camino a Juliet.
    Desde entonces, por un motivo u otro, sus caminos parecen cruzarse una y otra vez, y pese a que el hace todo lo posible por ignorar lo que esta joven le inspira, no puede evitar sentirse atraido y buscar su compania. Ella, por su parte, temerosa de los sentimientos que Robert le inspira, y obsesionada con la vuelta al pais que considera su hogar, procura mantenerse alejada… pero el destino les tiene deparadas muchas sorpresas.
    Atraccion, intrigas, ambicion; pero, sobre todo el amor, son los pilares de esta novela.

  • Conviene tener un sitio adonde ir de Emmanuel Carrere

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  • Ser competitivo de Michael E. Porter

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    La presente edicio?n, actualizada y aumentada, incluye nuevos arti?culos del autor, asi? como innovadoras aportaciones sobre la competencia en el a?mbito de la sanidad, responsabilidad social corporativa, lantropi?a y liderazgo. Porter vuelve a casar teori?a y pra?ctica con gran maestri?a, de modo que empresas, instituciones e incluso pai?ses encuentren su camino para ser competitivos.

  • Mil campanas de Isabel Keats

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    Encontrarte con tu primer amor despues de un monton de anos parece una jugarreta poco elegante del destino; sobre todo, cuando ese <> te hizo sufrir tantisimo. Sin embargo, Lili no es una mujer rencorosa y acepta seguir viaje con el por California. Eso si, si algo tiene muy claro en esta vida es que no esta dispuesta a convertirse en una de esas pateticas mujeres que tropiezan dos veces con la misma piedra.

  • Donde mejor canta un pajaro de Alejandro Jodorowsky

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    Basandose en una sugerente frase de Jean Cocteau, <>, Jodorowsky nos sumerge en un amenisimo relato, tan comico y sorprendente como heroico y legendario, sobre la vida de sus antepasados, desde sus bisabuelos hasta sus padres. Esta reconstruccion narrativa de su arbol genealogico le sirve para bucear en el sentido de su propio ser y su propia vida, a traves de una inmensa geografia: Ucrania, paris, Venecia, Chile o Argentina.

  • Tu recuerdo arde de Jessica Cuevas Fadanelli

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    La segunda parte de la trilogia juvenil – romantica Tus ojos no me saben mentir.

  • Ruinas (Partials), Dan Wells de Dan Wells

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    En la conclusion de la serie de elementos parciales, el tiempo se acaba y los seres humanos estan a punto de iniciar una nueva guerra con los parciales. La unica esperanza de supervivencia esta en manos de unos pocos dispersos de ambas especies que estan buscando una manera de detener el conflicto. En medio del caos, un ser misterioso aparece, que no es parcial o humano, la prediccion de un

  • Lluvia mortal de Jose Antonio Avila

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    El cuerpo de Monica Zulueta aparece abandonado en una en una pista forestal del Goierri guipuzcoano. El comisario Xavier Uralde a cargo de la policia autonoma en la provincia, intuye complicaciones sobre las que le ha puesto en antecedentes un oficial de investigacion de la Guardia Civil. Segun le ha comunicado el teniente Ortega tres mujeres han aparecido muertas a lo largo del ano en otras provincias espanolas.

  • Flores para la senora Harris de Paul Gallico

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    La senora Harris, una viuda de cierta edad que se dedica a limpiar casas de la clase alta londinense, descubre un buen dia, en el armario de una de sus mas ricas clientes, un par de vestidos de Dior que la dejan cautivada. Contra todo pronostico, decide que ella quiere [?]necesita[?] uno de esos vestidos, aunque nunca vaya a tener ocasion de llevarlo. Cuando se entera del precio, en lugar de desistir, empieza a ahorrar para alcanzar su sueno e inicia asi un largo proyecto que, al cabo de mas de dos anos, acabara llevandola a Paris. Sus aventuras en la casa Dior, de la mano de madame Colbert, el joven contable Fauvel y la bella modelo Natasha, y sus inopinados atisbos del gran mundo parisino la guiaran por un camino en el que no faltaran el escarnio ni el desprecio ni finalmente la amistad. Flores para la senora Harris (1958) tuvo tanto exito en su dia que su autor, Paul Gallico, llegaria a dedicar al singular personaje tres novelas mas. Esta fabula sobre el deseo y el entusiasmo, y tambien sobre su otra cara, la frustracion, tiene desde luego mucho de cuento de hadas, pero es asimismo una aguda y divertida comedia social.

  • No recuerdo si lo hice de Alice Laplante

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    Una impactante novela sobre las trampas de nuestra mente.

  • Los Hermanos Siniestros de Ibeyise Pacheco

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    Los ultimos anos en Venezuela han inspirado este libro, en el que eventos y personajes existen, aun cuando algunos han sido modificados y presentados en circunstancias distintas. Por eso es relevante precisar que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Los hermanos siniestros es el retrato del estiercol, el viaje al infierno. Ese rostro dantesco que no habiamos imaginado como parte de nuestro ecosistema. Torturadores, dictadores, violadores, pillos, canallas. Bestias insensibles y amorales que con su maldad han activado el rostro oscuro de los venezolanos. Este libro lo escribi porque soy de las convencidas de que a esa inmundicia hay que mantenerla en el registro de los capitulos de lo aborrecible que nunca mas se deberia repetir. Agradezco a mis amigos que me han apoyado con nobleza. Destaco la confianza y valentia de incontables e inimaginables informantes. Sin su ayuda este libro no habria sido posible. Cuando regrese la libertad a mi pais, el mundo podra conocer sus nombres, si asi lo desean. En Los hermanos siniestros sobresale la portada, obra de Rayma Suprani, amiga genial, valiente, sensible, generosa. Sin ella este libro estaria incompleto. Gracias, Rayma. Quisiera tambien rendir homenaje a la honestidad y el coraje de muchos que han entregado su vida en esta lucha que lleva veintiun anos. Cada victima muerta o que ha sobrevivido, permanece en mis pensamientos. Espero que las proximas generaciones se encarguen con exito de que los culpables de tanto dolor paguen ante la justicia y jamas regresen al poder. Ibeyise Pacheco Miami, 2020. A Celina Rivas y Guimar Parra, angeles por Miami PRIMERA PARTE I Llevaba la prisa de la muerte. Su mente habia considerado el tiempo para cada detalle. Con malestar de jet lag, por su regreso a Caracas de Lisboa, programo recuperar su pistola, que habia dejado enterrada en el cerro Avila hacia mas de un ano, tres dias despues del derrumbamiento de las Torres Gemelas. Cuatro curvas a la derecha, una a la izquierda, la pequena quebrada, el arbol que a sus pies tiene una piedra en forma de gnomo... El arma la obtuvo a cambio de droga con unos clientes del bar donde trabajaba en Chacaito. Demasiado loco hay en la calle. Todo legal, registro EEK499. Bonita pistola, una Glock punto 40, de esas que lanzan cuatro tiros por segundo. !Pam, pam, pam, pam! Retumbo su cerebro. Regreso al edificio Tejar de Parque Central, directo a la tienda de municiones. Compro dos cajas de balas tipo hollow-point. Su bolso koala negro amarrado a la cintura, alojaba el peso del arma. Entro a la peluqueria Formula II. Le gustaba ese nombre. Destacaba un asiento en forma de carro destinado a ninos que le habria encantado ocupar. Con rudeza que las peluqueras atribuyeron a cierta verguenza para ocultar su coqueteria, solicito que le tineran el cabello de rojo y le aclararan las cejas. Se dejo llevar por las manos expertas. Fue el unico cliente. Despues, aun de dia, entro a un cine de peliculas pornograficas. En la quinta escena se quedo dormido; no le gustaba masturbarse en publico. Lo arrullaron los gemidos en la sala. Al despertar se sintio un poco confundido. La luz suele sorprender al sexo pagado. En la calle pregunto la hora. 6:42 pm en tiempo para cumplir su mision. Fernanda lo noto enseguida. El pelirrojo con rizos desordenados sacudia cabeza y manos conversando con la nada. Fernanda administraba desde hacia doce anos el kiosco de periodicos en la plaza Francia. Tenia un lugar privilegiado para observar centenares de transeuntes diariamente. El sol sale siempre, era su saludo hasta en dias de lluvia, el cual acompanaba con gel desinfectante que frotaba confianzuda en las manos de los clientes. Mucho microbio en el ambiente. A los ninos solia regalar algun caramelo. Fernanda dice que los ojos del hombre dispararon primero. Cuando lo avisto cruzando desde el otro lado de la calle, no le gusto. Sintio la cercania del demonio. El sujeto con camisa gris y pantalon verde esquivo temerario carros y motos en la avenida Francisco de Miranda. Al llegar a la plaza se freno. Entonces se levanto sobre uno de los bancos donde ancianos cansados suelen brindar a sus extremidades una pausa en la vida. Hizo un paneo sobre la masa. Con las piernas fijas como una tijera abierta clavada, introdujo la mano derecha en su bolso. Su cuerpo giro en direccion al Avila, tomo aire, miro el cielo y luego apunto. El primer disparo fue certero. A la cabeza de una joven victima. Fernanda venia trabajando horas extras hacia algo mas de un mes. Las ventas habian mejorado desde que alli los militares lanzaban, en las noches, discursos contra Chavez. En la plaza abundaban tarantines improvisados bajo paraguas de colores con la oferta de banderas, pitos, gorras, estampitas de santos, constituciones, rosarios convertidos en pulseras y collares. Habia cierta organizacion dentro del caos. Una tarima se crecia con el escenario que se apoyaba en el Obelisco, de cuya punta descendian tres largas telas con los colores de la bandera de Venezuela que se crecian con el verde del cerro Avila. Los fotografos hacian de las suyas. A la caida de la noche el ambiente se iba animando. Llegaba a ser un buen plan para un viernes. La plaza estaba cerca de la salida del Metro y en sus esquinas convergian varias paradas de transporte publico. El lugar habia sido bautizado como la Plaza de la Libertad luego de que mas de una docena de oficiales de la Fuerza Armada reto al gobierno de Hugo Chavez a partir del alzamiento que ocho meses atras habia fracasado. La conspiracion muto en un paro petrolero que presionaba para su salida del poder. En una accion poco convencional, los militares tomaron la plaza donde arengaban a los venezolanos. Contaban con las simpatias de los transeuntes y de buena parte del pais. Los medios de comunicacion desplegaron sus equipos para cobertura constante. El facil acceso al lugar y la posibilidad de servicios habia pesado en la decision estrategica de seleccionar ese punto como centro de concentracion que, ademas, estaba en Chacao, un municipio opositor. Los oficiales alzados se alojaban en el hotel Four Seasons. Solo tenian que cruzar la avenida. El general Enrique Medina Gomez, quien habia sido el agregado militar en la embajada en Washington, funcionaba como el jefe de la operacion. En la plaza se habian instalado banos portatiles y carpas de asistencia de salud y seguridad. Unas gradas estaban colocadas mirando hacia la tarima que se prolongaba en un aparatoso equipo de sonido. El espacio, usualmente destinado al esparcimiento entre bancos de cemento y jardines con flores moradas, rojas y amarillas, cedio el turno a la militancia politica. Ese 6 de diciembre de 2002, recibio unas trescientas personas. Las balas estallaban. El hombre esperaba que su victima lo mirara. Una madre nunca veria a su nina crecer. La pareja joven sentia que iba a morir abrazada. El anciano --ya nada tengo que perder-- arrojo su cuerpo para proteger al nieto. Despues de los primeros disparos, el pelirrojo apunto a Fernanda que, congelada, era una de las pocas que habia quedado de pie. Enfoco para no fallar. Ella no grito, no respiro, no pestaneo, no rezo. Un senor corrio hacia el atacante. Valiente, vacio de miedo y de armas, choco su hombro derecho contra el brazo del pistolero y suspendio la matanza. Cayeron los dos al piso, pero el pelirrojo, con agilidad, se repuso del ataque. Aprovecho el impulso para cambiar el peine de la Glock y continuar la masacre. A pesar de los disparos, de los gritos y la sangre, a muchos les costaba entender que un lugar familiar fuese el centro de ese espanto. Hasta ese viernes, las noches en la plaza convidaban a encendidos --y a veces aburridos -- discursos politicos que se fusionaban con los ninos y sus globos que explotaban junto a su risa. Eso no fue lo que estallo.

  • Criaturas de la Noche de D. Martin

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    En esta visionaria novela ambientada en un futuro apocaliptico y distopico un nuevo ciclo de horror despierta desde las entranas de la tierra cuando unos seres misteriosos que parecen surgir de ningun lugar comienzan a utilizar a los humanos como materia prima para su propia subsistencia. Utilizarlos como fuente de alimento y fines reproductivos no sera suficiente, pues en medio de los horrores una guerra tan antigua como la creacion misma esta por desatarse, poniendo a la humanidad al borde de la extincion y enfrentando nuevamente a las fuerzas del bien y del mal en una epica y aterradora batalla, en la que el mal podria resultar vencedor…

  • Un invitado inesperado de Shari Lapena

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  • Me llamo Nueva York de Francesc Peiron

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  • Regalo Inesperado Un Amor Para Compartir de Ruby Martinez

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    Tengo un sueno infernal pero nada que puedo conciliarlo. Odio los hospitales. Me hacen transportarme a cuando tenia diez anos y aquel accidente paso. Ahora, once anos despues, es tiempo que aun me sigue afectando la muerte de mis padres en aquel tragico accidente del que milagrosamente sali con vida. El estar aqui me deprime, sin embargo, tengo que hacer el mayor de mis esfuerzos. No puedo ser malagradecida, mi tia no se lo merece, ademas de que soy su unica familia. La tia Christina se encuentra hospitalizada desde ayer, tuvo un sangrado que hizo que su embarazo se convirtiera de alto riesgo. Cuando llegue de la universidad la encontre tirada en la alfombra de la sala, sangrando. Inmediatamente llame a emergencias y en cuestion de minutos llegaron a atenderla, trasladandonos hasta aqui. Segun lo que el medico nos dijo a ambas, fueron los fuertes golpes recibidos los que provocaron un desprendimiento de la placenta. Me pregunte cuales serian esos fuertes golpes, pero no llegue a ninguna conclusion. Me atrevi a preguntarle a mi tia, a lo que me contesto nerviosamente: --Estaba poniendo las cortinas en el cuarto de Becky, me he resbalado y he caido. Me arrastre hasta la sala para llamarte al percatarme del sangrado, despues llegaste. Que le crea su abuela, porque yo no. !Las cortinas que mando a hacer a medida aun no llegan! ?Por que mi tia, que es como mi madre, me esta mintiendo? Pero no puedo encontrar otra explicacion aparte de la que me ha dado. No hay indicios de robo ni nada. En fin, a causa de esa mentira es que ahora esta internada en este horroroso hospital, metida en esa cama, con un embarazo de alto riesgo encima, justo cuando ya esta a menos de un mes de dar a luz. Deambulando por el hospital me pongo a pensar en la cantidad de gente que dia con dia se encuentra aqui. Unos por gusto --me refiero a enfermeros, doctores y el personal--; otros por azares del destino. Todos regresan a casa, unos fisicamente, otros en espiritu. Entro al cuarto de mi tia, su doctor esta ahi hablando con ella. En cuanto reparan en mi, ambos callan. Tienen cara seria. --?Pasa algo? --pregunto, temiendo oir la peor de las respuestas. --Nada malo --dice el medico--. Le decia a la senora Christina que ya estamos preparando su alta, podran irse en un par de horas. Eso si, tendra que hacer reposo total y cero disgustos. --Hace enfasis en disgustos. Otro indicio mas de que lo que paso no fue un accidente. Pero entonces, ?que? Sea lo que sea lo descubrire tardeo temprano. Hemos llegado a casa. Ya deje a mi tia en su cuarto y ahora me dispongo a limpiar todo el desastre de la sangre. Mas bien tendre que tirar la alfombra, no creo haya manera de que esas manchas salgan. Mientras voy enrollando la alfombra, vislumbro un pequeno objeto sobre ella. Es una cadena con un dije de aguila. Que raro. Mio no es y dudo sea de mi tia. Me la guardo en el bolso del pantalon, ya tendre mas tiempo de observarla minuciosamente. Cargo la alfombra queriendo llevarla hasta el contenedor de basura que tenemos afuera. Frente a nuestra casa se encuentra nuestro vecino Irvin lavando su Camaro antiguo. Se percata de que voy batallando con la pesadez de la alfombra y rapidamente corre hasta mi para quitarmela de encima. --Oye, te ayudo con eso. Irvin es el chico del que cualquier chica se puede enamorar. Por su atractivo, claro. Todo musculos, ya saben... Pero no es el chico que se enamora de cualquier chica. Lo conozco desde hace tres anos, cuando entramos a la universidad. No es alguien de una noche o con quien pasar el rato. No. El es el chico de las relaciones serias. Nos llevamos muy bien. --Te lo agradezco, Irvin. Si esta muy pesada. --?De que esta manchada? --pregunta depositandola en el contenedor. --Sangre. --Titubeo al decirlo--. Pero no es de ningun homicidio si es lo que piensas --aclaro. --No me paso por la cabeza --sonrie--, pense mas bien en un accidente. Quizas el vio si alguien estuvo ayer aqui con la tia Christina. Nada pierdo con preguntar. --?Irvin, de casualidad no viste si alguien estuvo ayer por aqui? ?Algun desconocido? Irvin frunce el entrecejo pensando en lo que le he preguntado. --No, nada inusual. ?Paso algo, Er? Niego ligeramente con la cabeza. --Estabamos esperando a alguien de fuera y como ayer no estuvimos en toda la noche... --Miento--. Mi tia se resbalo y eso le provoco un sangrado. --Suelto un suspiro que hasta ahora me doy cuenta estaba reteniendo --. Su embarazo ahora es de alto riesgo. --Lo siento mucho, Er. Si necesitas cualquier cosa, en el momento que sea, no dudes en llamarme. --Toma una de mis manos entre las suyas. Eso ha sido extrano. --Gracias, Irvin. --Me suelto de su agarre, sonriendole--. Debo volver adentro. Asiente. Ya adentro preparo una cubeta con suficiente agua y jabon para fregar el piso por si quedaron restos de lo sucedido. Antes de ponerme a ello doy una vuelta por el cuarto de mi tia. Esta dormida. Asi esta mejor, que descanse. Despues de media hora y una buena fregada al piso, me dirijo muerta de cansancio a mi habitacion. Gracias a Dios que manana es fin de semana y no hay escuela, de lo contrario, de todas formas no iria. No podria con mi alma. La alarma suena a las ocho de la manana, la he puesto temprano para preparar el desayuno a mi aun no nacida prima Becky y a mi tia. Paquete completo. Como dicen por ahi: "Quien quiere a la vaca, quiere al becerro". Antes de comenzar a cocinar me hago un mono alto en el cabello para evitar que el desayuno termine con pruebas de mi ADN. Saco del refrigerador todo para hacer hot-cakes: huevos, leche, harina, mantequilla, y mi acompanamiento favorito, dulce de leche liquido. Preparo la mezcla disponiendome a echar la primera cucharada sobre el comal ya precalentado, esperando me salgan redonditos. Fallo estrepitosamente, todos se desbordan. Vierto lo ultimo que queda de mezcla ya sin la esperanza de que alguno salga como deseo. !Oh, sorpresa! Este ultimo ha salido redondito, y es este ultimo el que llevare a mi tia para que piense que esta lucha contra los hotcakes redondos, la he ganado. Acomodo todo sobre una mesita: plato de hot-cakes con dulce de leche encima. Otro mas de frutas con chocolate liquido y, por ultimo, un vaso con leche y otro de jugo de naranja. Espero no ser la culpable de que le de diabetes, pero mi Becky tiene que estar bien alimentada para cuando llegue a este mundo. Cargo todo dirigiendome hasta su cuarto. Ya esta despierta leyendo uno de sus tantos libros. --He traido el desayuno --le anuncio. --Gracias, hija. Becky anda ya muy impaciente. --Se frota su enorme barriga. Ya que estamos hablando de Becky... volvere a indagar a ver si ahora si decide hablarme con la verdad sobre lo que le paso. --?Donde dejaste las cortinas de la bebe, tia? Deja de picar su desayuno para prestarme atencion. --No las han traido --dice sin mas. --Entonces, ?cuales estabas colocando ayer que te caiste? Entrecierra los ojos. Ya sabe hacia donde me dirijo. Por lo mas sagrado en el cielo, espero no siga ocultandome cosas. --?Por que no me crees lo que te digo, Eralda? --Se molesta--. Ya te conte lo que sucedio. Me resbale de la silla provocando el golpe y asi el sangrado, no hay nada mas que contar. ?Y ella espera que me trague ese cuento? !Pero si soy de su sangre! Es como cuando era nina y le dije que el gato se comio todo el chocolate estando yo toda embarrada de el. A que no es creible, ?verdad? --De acuerdo, lo haremos a tu modo, tia. --Abre los ojos como plato --. Esta de mas decirte que no me trago ni una de tus palabras, perdoname. Abre la boca para decir algo, pero mejor la cierra. Es lo mejor, no quiero terminar discutiendo por una hipotesis que he formado. Salgo del cuarto para ir al de Becky, ya en unos dias la tendremos con nosotras. Mi camino se ve interrumpido por el toque del timbre, voy hasta la puerta deteniendome antes para ver por la rendija quien es. Jim, mi novio. --Hola, Jim --lo saludo acercandome para darle un beso, el cual esquiva. ?Y ahora que le pasa? Frunzo el entrecejo. --Te estuve marcando todo el dia de ayer, Er --dice malhumorado--. ?Por que no me contestabas? ?Ya sales con otro? Jim y sus celos de adolescente. ?Cuando entendera que ya somos adultos? Quiza el se quedo con la mentalidad de un chico de dieciseis. --No me hables asi, imbecil, mide tu tono la proxima vez. --Me ve como si me hubieran salido dos cabezas--. Si vienes aqui para hacerme una escena de celos, mejor regresa por donde viniste. Cierro la puerta en sus narices. De un tiempo para aca, Jim se esta volviendo mas celoso y controlador. Quiere que le de informes, santo y sena de a donde voy todo el dia y todos los dias. Si caigo en su juego me expongo a que me arme una escena; si solo lo ignoro me evito un disgusto. Ya saben cual es la mejor opcion. --!Er, abre la maldita puerta! --espeta. --!Que te den, Jim! --grito--. Vuelve cuando quieras ha-blar. Antes no. Me tumbo en el sillon soltando un suspiro de frustracion. La relacion con Jim ya no da mas, deberiamos cortar por lo sano. Dudo que eso le guste, gracias a Dios no soy una mujer sumisa a la que pueden controlar, decir o no que hacer.

  • Una dama inocente (Damas 2) de Olga Salar

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    Lady Agnes Carroway estaba decidida a casarse esa misma temporada. Nada imposible dada su belleza y el linaje de su familia. El problema era que deseaba casarse por amor, igual que lo habian hecho sus hermanos y sus amigas.
    De modo que para ello necesitaba asegurarse de que los dos caballeros que se disputaban su corazon lo hacian por el motivo correcto y no por salir vencedores en la rivalidad que desde ninos ha marcado sus vidas.
    Y si para lograr sus fines debe dejar de ser una dama inocente y transformarse en una mujer distinta, esta mas que dispuesta a hacerlo.

  • !Y tenia que ser mi jefe! 6 de Monica Hoff , Norah Carter

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    Davinia y Peter siguen sin tenerlo facil. La duda de la paternidad del ex jefe y toda una serie de circunstancias que pondran en riesgo la vida de ambos, sera una dura prueba a pasar.
    Quizas el amor no tenga nada que decir cuando la vida parece querer decidir por ellos. Ahi comienza su pelea por mantenerse vivos y, sobre todo, a salvo.
    Dudas, traiciones y la lucha por la persona que aman son los ingredientes de esta explosiva entrega de El Jefe.

  • Mario, despierta de

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  • Amando a Zoe de Maria Las Heras

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    Un encuentro casual, como cualquier otro llevo a Lucia; quien creia conocerse, quien creia tener definida su forma de amar, a descubrir los limites de la pasion de la mano de quien le llevaria a conocer, mas alla de las fronteras del bien y el mal, mucho mas alla de los limites, el verdadero amor, el que no conoce barreras y que permanece etereo en el aire que respiran los amantes ?Que serias capaz de hacer por amor? ?Cual es el limite? Una situacion al borde del abismo, un plan desesperado, un final inesperado y sorprendente y un amor lleno de pasion eterna... Todos tenemos, hemos tenido, tendremos o deseariamos tener una Zoe en nuestra existencia

  • Abigail de Lidia Castro Navas

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    ?Has sentido alguna vez una fuerte conexion con un desconocido? ?Una conexion que va mas alla de lo fisico y que el solo cruce de miradas te paraliza?

  • Con R de Rock de Judith Romero Baeza

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  • La otra lepra, Chufo Llorens de Chufo Llorens

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    La otra lepra es la historia de dos familias en la segunda mitad del siglo XX, un fresco historico lleno de claroscuros, una indagacion en los rincones del corazon humano, en los limites del odio y el sufrimiento.

  • Sera mejor que no lo cuentes de Paula Benas

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    Los informativos de todos los paises del mundo abrieron con la misma noticia. Una mujer, desconocida para el publico en general, mostrando dos fotografias a la camara, habia realizado el siguiente llamamiento:

  • El Circulo de Laurel de Camelia A.v. Ramos V

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    William, un chico como cualquier otro chico de 17 anos, se encuentra pasando uno de los veranos mas calurosos de su vida en un viejo poblado europeo luego de mudarse alli con sus padres. Siendo un chico solitario, se vuelve amigo de una de las familias mas antiguas del pueblo, de quienes se dice son personas completamente raras. Luego de que un acontecimiento extrano llame la atencion de su amiga Odette, el joven se vera envuelto en un vortice de emociones que van desde el mas profundo terror hasta la desesperacion y la tristeza absoluta.Muchas preguntas resonaran sin cesar en su mente: ?Que tiene que ver el con la antigua familia? ?De verdad existira la magia? ?Que ocultan los ancestrales arboles que rodean el pueblo de Howll?

  • El que faltaba, Mayte Pascual de Mayte Pascual

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  • Todo lo oye, todo lo ve, todo lo sabe de Jose Luis Ibanez

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    Todo lo oye, todo lo ve, todo la sabe es un magistral ensayo que aborda la emocionante vida de los primeros detectives privados. Ademas, nos propone un viaje apasionante en el tiempo: asistiremos al nacimiento de la profesion, a principios del siglo XIX, en Francia y Estados Unidos, constataremos su compleja implantacion en Espana, un pais con un modelo policial inestable y una violencia politica que no cesaba, recorreremos la historia de nuestras primeras agencias y conoceremos su forma de trabajar y su ambigua relacion con la policia oficial, sin descuidar algunos de sus casos mas relevantes.

  • Un elefante para Carlomagno de Dirk Husemann

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    La fascinante historia de como viajo un elefante desde Bagdad hasta Aquisgran en tiempos del emperador Carlomagno. En el ano 802 latension entre el emperador Carlomagno y el califa de Bagdad se encuentra en un punto culminante en su lucha por alcanzar la hegemonia politica y religiosa. Isaak de Colonia, un sirviente del emperador Carlomagno, debe hacerle llegar un increible regalo del califa de Bagdad como muestra de amistad: un elefante. Junto con Thankmar, su esclavo, emprendera un largo y peligroso viaje para evitarun enfrentamiento entre los dos monarcas. El viaje del animal se convierte en una peligrosa aventura a traves de la Europa medieval.Para los europeos, el elefante es la reencarnacion misma del demonio y debe ser destruido. Pero su muerte empujaria a los dos imperios a una terrible guerra. Una fascinante historia que nos muestra la Europa del siglo IX, los viajes de la epoca y las diferenciasculturales entre los dos imperios mas importantes de ese momento. <>Frankfurter Neue Presse

  • La montana maldita de Begona Garcia Carteron

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  • El Secreto de Malcom de Kate Danon

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    1314, Escocia
    Tras perder a su padre en la ultima batalla contra los ingleses, Lena MacLaren ha sido convocada por el rey de Escocia para decidir su destino. Como hija de un laird de las Highlands, debe contraer matrimonio para salvaguardar los intereses de su clan. Sin embargo, el candidato elegido por el monarca es el ultimo hombre con el que jamas hubiera pensado desposarse. Su pasado en comun es una barrera que considera infranqueable y las heridas en su corazon todavia no han cicatrizado…

  • A tu lado 1 de Helena Sivianes

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    Haley afronta el ultimo ano de instituto con grandes expectativas e ilusion, y la llegada del nuevo curso no la defraudara, pues vendra acompanada de una espiral de emociones, vivencias y aventuras.

  • Donde termina el arco iris de Cecelia Ahern

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    Una conmovedora novela en la que se nos presenta una seleccion de los divertidos y frescos dialogos que Rosie y Alex, amigos desde la infancia, intercambian.

  • El paciente ingles de Michael Ondaatje

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    Con inusitada belleza e inteligencia, Michael Ondaatje traza la interseccion en los ultimos dias de la Segunda Guerra Mundial y en una villa italiana abandonada, de cuatro vidas danadas.

  • Operacion Beowulf de Eloy M. Cebrian

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    Ambientada en los meses en los que la aviacion nazi bombardeo Londres de manera intensa y constante buscando la rendicion de Gran Bretana durante la Segunda Guerra Mundial, una pareja de jovenes una muchacha inglesa y un joven austriaco inicia una investigacion en los pasadizos que han aparecido tras el derrumbamiento de un tunel del metro. La busqueda les conducira al descubrimiento de unas ruinas prerromanas lo cual desatara una divertida aventura para los dos con un final inesperado. (2010-10-06)

  • Un Romance Inoportuno de Mary Balogh

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    Lady Catherine Winters vive en un pequeno pueblo rural, donde todos la conocen como una joven y atractiva viuda y donde siente que puede, por fin, escapar de su terrible pasado. Hasta que, en una fiesta, le dedica una sonrisa inocente a Rex Adams, vizconde Rawleigh, confundiendolo con su hermano Claude. De inmediato, Rex intenta por todos los medios seducir a esa misteriosa mujer, aunque debe enfrentarse a su cunada, quien planeaba desposarlo con su hermana menor. Mientras crecen las intrigas y se desatan las pasiones, una intensa y dificil atraccion surge entre Catherine y Rex, aunque ella sabe que el vizconde es un canalla poco dispuesto al compromiso. Lo que no sabe es que quiza la joven viuda ha despertado algo dormido en el duro corazon del vizconde, y que el esta dispuesto a todo para conquistarla, incluso dejar su secreto al descubierto.

  • Fantasmas. y otras historias de Larru

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    En un viaje de fin de semana de vuelta del funeral de su mejor amiga, Julieta paso una noche en la pension Galler. Pasada la medianoche, un gato comenzo a maullar y Julieta, insomne y rota por la perdida de su amiga del alma, miro adonde se oia al gato: <> Julieta consulto su historia con un experta en sucesos paranormales. Esta persona investigo y descubrio que existia una antigua leyenda de un gato fantasma que merodeaba las estancias de la pension, que aparecia a traves de los espejos y que, segun lo que habian dicho los que le habian visto, su presencia siempre infundia sosiego. Despues de aquello, Julieta adopto a Tiger, un gatito blanco, y hoy es el dia que permanecen inseparables, gracias al carino mutuo que se ofrecen. LA TORMENTA ENCANTADA. En los acantilados de Bahia Gris, cada doce de noviembre se sucede una terrible tormenta que atemoriza a los habitantes de la zona, casi todos pescadores. Ese dia es el aniversario de la muerte del Capitan Baguen quien una noche, al regresar a su casa de la taberna con demasiados tragos de anis en el buche, se resbalo y cayo por el precipicio al mar. El cadaver del Capitan nunca aparecio y por lo tanto, su familia no le pudo dar sepultura. Se dice que su alma, al no encontrar la paz de un lugar para descansar, provoca esas tormentas como si fueran los gritos y lamentos que aquella aciaga noche ahogo el mar. LA TRISTE HISTORIA DE UN HOMBRE ENAMORADO. Toda mi vida quise saber como me veian sus ojos. Como era yo para ella, que sentia cuando estabamos juntos. Si era, como ella para mi, mi hogar. Si se sentia grande como cuando ella me hablaba, que me convertia en el mejor hombre del mundo. Yo le pedia que me lo dijera, ella sonreia y escogia los hombros. <> decia. Toda mi vida segui insistiendo hasta el ultimo aliento que tome entre sus brazos y me sumergi en la oscuridad, mientras oia que ella se lamentaba: <> Entonces lo vi tan claro cuando mis ojos estaban cegados, que por eso cuento esta historia, porque no quisiera oirla a nadie mas. ESPEJITO, ESPEJITO. La Reina se acosto pero le costaba conciliar el sueno. Aun desvelada, comenzo a escuchar chirridos. Se asusto, imagino ratas corriendo debajo de su cama. Se quedo quieta y escucho. Los sonidos parecian provenir de la antesala. Segundos despues todo quedo en silencio y se decidio a ir hasta alli. El corazon le palpitaba en los oidos. Abrio la puerta y dio la luz, una calima envolvia la estancia. Miro hacia su amado espejo de pie y leyo: “TE DESEO, MI REINA, MI AMOR”, escrito sobre su superficie banada por el vaho. La Reina se estremecio de placer. EN LA CARRETERA. Era una manana fresca de junio, una pandilla de amigos venian andando por la carretera de haber estado de fiesta en el pueblo de al lado. Estaban todos muy borrachos y mareados. Una de las chicas se dio cuenta de que mas adelante iba tambien caminando otra persona ademas de ellos. Enseguida alcanzaron a la mujer que portaba una maleta consigo, quien les sonrio al pasar ellos por su lado. La chica que la habia visto primero, movida por la curiosidad y el efecto aun de los gin tonics, se acerco y le pregunto: --?A donde vas? La joven le miro: --No lo se… a cualquier lugar, con tal de dar la espalda a todo lo que he dejado atras… en busca de claridad, de sosiego… --Guauuuu…. Los chicos que iban varios metros ya adelantados, llamaron a su amiga rezagada. Ella corrio hacia ellos para cogerles. Cuando volvio la mirada para atras, la mujer de la maleta ya no estaba alli. Cuentan que si pasas por esa carretera al amanecer, puede que veas a una mujer con su maleta caminando por ella, puede que en verdad, no le haya dado la espalda a todo con la suficiente decision… LA MEJOR PARTE DE MI VIDA. Ella estaba sentada sobre el banco de madera del parque de la laguna. Miraba de frente, hacia las aguas verdosas. Tenia los ojos melancolicos, profundos, de esos que vagan por la vida sin brillo. Recordo la vez que el se atrevio alli mismo, a dar un paso mas. El chico era tan timido y reservado que hasta tocar su mano se convirtio en algo apoteosico y que para ella fue, al fin, sentir su cercania y sus intimos sentimientos. Aquel instante en el que cruzaron sus dedos sellaron sus mutuos corazones sin necesidad de palabras. Pero, duro tan poco aquella recien estrenada relacion. El le confeso que padecia una enfermedad cronica desde pequeno, dolorosa, degenerativa y mortal. Cuando la conocio en aquella biblioteca, se enamoro a primera vista, sin embargo sabia que era imposible. Un amor caduco, sin ilusiones, repleto de grises. Pero ella con sus rizos y su sonrisa le convencio dia tras dia de aquel ultimo ano, de lo contrario y se dejo llevar, ?que otra cosa podia hacer? Hasta que el se fue para siempre, una manana, se desplomo mientras se vestia para ir al parque de la laguna y acariciaba una pequena cajita de terciopelo granate, antes de metersela en el bolsillo de la chaqueta. Ella nunca supo de las intenciones de el pero iba cada semana a sentarse en el banco del parque, como aquel dia, a modo de duelo. Una brisa repentina se levanto, alborotando los rizos de ella. Ella sonrio despues de mucho tiempo, imagino que era el el que la provocaba y eso le calmaba el desazon. Cerro los ojos. Le parecio escuchar su voz: “Me fui pero antes descubri la mejor parte de mi vida, tu.” Cuando abrio los ojos, estos refulgian, habian recobrado la vida a pesar de la cruel paradoja. DALIA PORTO. Dalia Porto tenia quince anos cuando se enamoro por primera y ultima vez. Fue un amor de esos unicos, que solo ocurren una vez en la vida. Los hechos, que acontecieron en un pueblo de la costa del Mediterraneo, fueron y aun son muy hablados por sus habitantes. Incluso existe una leyenda urbana que advierte a toda chica enamorada de no acercarse a la casa en la que vivio ella. El fantasma de Dalia Porto ronda por sus jardines y las pide que la acompanen… Os contare la leyenda. La familia Porto vivia en Begur, ese pequeno pueblo costero banado por el mar Mediterraneo. En primavera, cada dia, la mas joven de las hijas, Dalia, salia a pasear por el jardin de la casa y despues se acomodaba bajo el tilo a leer. Alli es donde conocio a un hombre que era piloto de avion y solia ir a visitar entre vuelo y vuelo a unos parientes cercanos. Se enamoraron de inmediato, conectaron sus almas y corazones como si se conocieran desde siempre. Sin embargo, los padres vieron con malos ojos aquella relacion. La amenazaron, gritaron y encerraron. Alguien mas mayor que ella, con ese trabajo, siempre fuera de casa, rodeado de feminas no era un hombre respetable ni digno de su hija. A pesar de ello, Dalia siempre encontraba el modo de salir al encuentro de su amor cuando este llegaba a Begur. Hasta el dia que la fatalidad abrazo con fuerza a Dalia. A sus oidos llego la tragica noticia. En el pueblo no se hablaba de otra cosa: el joven piloto, los que viajaban con el y el avion se habian estrellado en los Pirineos y no se salvo nadie. El desespero de Dalia fue aun mas agonizante porque durante la ultima visita de su amado, ella no pudo ir a despedirlo porque la habian encerrado bajo llave.

  • La retornada de Donatella Di Pietrantonio

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    Con la maleta en una mano y una bolsa con zapatos en la otra, una muchacha de trece anos llama a una puerta tras la que hay un mundo desconocido, extrano. Empieza asi esta historia vehemente y cautivadora, con una adolescente que de un dia para otro es devuelta a su familia biologica y lo pierde todo: una casa confortable, a sus mejores amigas, el carino incondicional de sus padres, o de quienes creia que eran sus padres. Su nuevo hogar es pequeno, oscuro, hay hermanos por todas partes y poca comida en la mesa. Pero esta Adriana, la hermana pequena que le abre mucho mas que la puerta de su nueva casa.

  • Cualquiera menos tu, Gema Samaro de Gema Samaro

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    Alicia estaba deseando que llegaran las vacaciones para librarse durante unos dias de su jefe y de su ex, y tiene la mala suerte de encontrarselos a los dos en Ibiza.
    La culpable de que haya elegido ese destino es Amanda, la amiga loca que la convencio para que le acompanara a reencontrarse Michael, un camarero buenorro que conocio en la isla hace cuatro anos y con el que tiene asuntos pendientes.
    Mario, Lord Cactus, es el jefe de Alicia. Esta para caerse de espaldas, guapo, sexy, carismatico, pero tambien borde, exigente, duro y avasallador como el solo.
    Mario nunca descansa, ni en vacaciones. De hecho, acude a Ibiza a supervisar lo que esta haciendo su hermano Tristan con la empresa familiar. Aunque, esta vez hay algo mas que le mueve a hacer ese viaje y que se llama Sacha.
    Con lo que no contaba era con la presencia permanente de la tocapelotas de su empleada, Alicia, una adicta al trabajo como el, pero sin puas, que parece dispuesta a desquiciarle mucho mas de lo que suele hacerlo en la oficina.
    Alicia tampoco lo soporta, pero en Ibiza le necesita para vengarse de Oliver, su ex, y tiene un plan.
    Un plan que es un churro y que va a cambiarlo todo por completo.

  • El camino de Mara de Tana Rodriguez

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    D Capitulo 1. De cuando caminaba por el laberinto iez minutos para echar el cierre. Me encanta mi trabajo, pero no voy a negar que un sabado a ultima hora solo tengo ganas de salir y descansar. Llegar a casa, pedir una pizza y tumbarme en el sofa con los pies en alto se me antoja como un gozo indescriptible en estos momentos. Hace ya siete anos que trabajo en la misma libreria. Hay a quien le puede parecer un empleo de bajo nivel o poco interesante. Pero yo no opino asi. Soy feliz aqui, rodeada de libros, ordenandolos, dandoles el sitio que les corresponde. Pero, sobre todo, hablando con los clientes que buscan obras para regalar o simplemente esperan encontrar ese manuscrito que sea capaz de cambiar sus vidas. No saben que la vida es la que te cambia a ti, quieras o no. Llamalo destino o como te apetezca. La cuestion es que cada paso que das por el camino, influye en la persona que seras manana. Yo soy prueba de ello, aunque claro, no voy a explicarselo a cada cliente que entra. Pero tal vez a vosotros si os podria contar como mi existencia dio un giro de 180o, me descoloco completamente para devolverme mas tarde a una senda nueva que recorrer. Asi que, si me quereis acompanar, agarraos porque vamos a entrar en el laberinto donde habitaba y de donde no sabia como salir. Para mi, la entrada en lo desconocido fue un viernes, catorce de octubre de 2016 para ser mas exactos. Ese dia recibi una llamada que lo cambio todo. Eran las nueve y media de la manana. Hacia media hora que habia llegado a la libreria. Como era costumbre, salude a Lourdes, mi amiga y companera en el trabajo, y tambien a Gerard, nuestro jefe. Estaba abriendo unas cajas con las novedades que nos habian llegado cuando mi telefono sono. Me extrano, por norma general lo solia tener en silencio y nunca recibia llamadas a esas horas, ya que todo el que me conocia sabia que estaba trabajando. Supuse que seria de alguna compania, para ofrecerme una promocion. Aun asi, conteste. --?Senorita Ros? --pregunto una voz desconocida. --Si, soy yo. Pero en este momento no puedo atenderle, estoy... --Le llamo del Hospital Estatal --me corto antes de que le explicara nada mas--. ?Es usted la persona de contacto del senor Costa Martin? --Si, asi es. Por favor, ?que ha ocurrido? --me alarme. El vuelco que te da el corazon solo lo entenderan aquellos que han vivido una situacion parecida. --Soy la adjunta de admisiones del hospital. Esta manana se ha producido un accidente en el que el senor Costa se ha visto involucrado --explico la mujer. Hablaba como una automata, sin ningun signo de emocion--. La situacion requiere de la presencia de un familiar para rellenar los cuestionarios de ingreso. ?Seria posible que viniera usted o algun otro familiar directo? --Si, claro. Ahora mismo voy --conteste sin salir de mi estupor--, pero, por favor, digame como esta Alex. --Yo no tengo ninguna informacion, lo siento mucho --me aclaro--, pero no se preocupe, en cuanto llegue podra hablar con los doctores. Esta en buenas manos, se lo aseguro. Su respuesta no me calmo, supongo que lo entendereis. Me excuse en el trabajo, dejando a todos perplejos, y sali corriendo. Pare al primer taxi que vi y le pedi que volara hacia el hospital. Llegue como alma que lleva el diablo hasta el mostrador de la entrada y de alli me dirigieron a una sala anexa a urgencias. Me tomaron todos los datos, me dieron papeles para rellenar y me pidieron que tuviera paciencia, que en cuanto pudiera un doctor saldria a ofrecerme noticias sobre Alex. Asi que alli estaba, nerviosa y angustiada, sin poder hacer otra cosa que esperar. !Y que espera...! Los minutos se hacen horas, el aire se espesa a tu alrededor. En esos momentos, por muy atea que seas, rezas a todos los dioses que conoces. Pides que todo quede en un susto. La frase <> se repite dentro de tu cabeza en bucle. Detengamonos aqui. Mientras esperamos a que salgan los doctores y me digan algo, estaria bien que os explicara quien es Alex. Aunque por mi reaccion seguro que ya intuis que se trata de alguien importante. Pero es mas que eso. Nos conocimos casi tres anos antes de este catorce de octubre. Era amigo del amigo de una amiga en comun. Nos presentaron en una fiesta prenavidena. La verdad es que siempre he dicho que fue un flechazo. Desde que nos dimos dos besos en aquella fiesta, ya no nos separamos. Hubo atraccion, claro, porque en cuanto lo vi, me encanto. Y si, es un topico total, pero era muy guapo. Con esa piel olivacea, moreno de naturaleza. Alto y esbelto, con su barba de dos dias, que lo hacia mas atractivo. Un hombre sencillo, simpatico y educado. El yerno que toda madre desearia. Yo, aunque no soy un bellezon, tambien llame su atencion. Empezamos hablando de tonterias y terminamos contandonos cuales eran nuestros viajes pendientes y suenos por realizar. Era muy facil hablar con Alex. Sabia escuchar paciente y siempre sonreia bajando algo su mirada castana. Estuvimos toda la noche juntos y al despedirnos me pidio el telefono. Se lo di sin mucha resistencia y le anime a que me llamara si le apetecia. Lo hizo al dia siguiente. Me pedia que fuera a cenar con el. Le dije que no, que mejor a comer, que despues de las cenas hay mas peligro y todos sabemos como terminan. No fue por estrecha, no me malinterpreteis, simplemente queria hacerme la interesante, y salio bien. Acepto y comimos juntos por primera vez. Hablamos sobre mil cosas, conociendonos un poco mas y antes de los postres nos estabamos besando en mitad del restaurante. Al salir, con el calenton, me pidio ir a su casa, pero le di calabazas. Me fue de perlas la excusa de tener que volver al trabajo, asi que quedamos para tomar algo la noche siguiente. Y la espera, aunque breve, resulto, ya que Alex cada vez mostraba mas interes en mi. Y asi fue, dia a dia, como poco a poco nos hicimos inseparables. Nos entendiamos dentro y fuera de la cama, que es lo mas importante. Pasados seis meses viviamos juntos y teniamos planes de futuro como pareja. Seguramente pensareis: <>. Pues, si y no. Tanto Alex como yo teniamos mil defectos. Yo, con mi lengua inconsciente que me obliga a decir todo lo que pienso, incluso lo que nos susurra esa vocecilla que todos tenemos dentro y que nos dice cosas que en teoria son solo para nosotros mismos; pues si, yo lo dejo ir sin medir demasiado las consecuencias. Alex, perfeccionista, metodico y ordenado al extremo, se tuvo que acostumbrar a mi caos. Asi que de perfectos nada. <> seria una mejor descripcion. Teniamos nuestras discusiones, como cualquier otra pareja. Incluso nuestros amigos nos definian como algo muermos, ya que eramos caseros y tal vez habiamos entrado en una rutina que nos hacia felices. Porque en esos momentos no necesitabamos mas de lo que ya teniamos, y eso te llena. La verdad es que mis amigas siempre me han recriminado la suerte que tuve. Sin preocuparme nunca por eso de encontrar pareja, ni de sentar cabeza. Incluso sin haber pensado nunca en que tipo de hombre era mi ideal, lo encontre por casualidad. Pero que puta es la vida a veces, como juega con nuestras vidas: nos ofrece algo, nos obliga a hacernos dependientes y luego intenta arrebatartelo. Eso creo que no lo perdonare jamas. Aquella manana habia sido para nosotros una como otra cualquiera. Yo habia preparado la cafetera mientras Alex se duchaba. Desayunamos juntos, sin demasiadas palabras, ya que ambos eramos de despertar lento y a esas horas soliamos estar adormilados y sin ganas de jarana. Recogimos juntos las tazas y nos despedimos antes de que la que entrara en la ducha fuera yo. --Paso a por ti esta noche entonces cuando cierres, ?verdad? --me dijo antes de marcharse a trabajar. --Si lo prefieres podemos vernos directamente en casa de Tati --le habia contestado yo. --Prefiero que vayamos juntos --me pidio. Habiamos quedado con mi amiga de toda la vida para cenar, queria presentarnos a un medio novio con el que salia--. Aprecio mucho a Tati, pero verme alli hasta que tu llegues, a solas con ella y su nuevo ligue... no se, me da cosa. --Pero vamos a ver, Tati tambien es amiga tuya ?no? --replique con los brazos en jarras. --Si, mujer. Pero su nuevo novio no --rio Alex--. Va, Mara, vamos juntos, anda. Mientras te espero comprare un buen vino para la cena. Y sabes que no me gusta encarinarme con los novios de Tati, que luego no le duran y me quedo hecho polvo. --Eso es chantaje emocional. No te encarinas tan pronto. Que poca verguenza --me carcajee sacudiendo la cabeza. No se por que le llevaba la contraria. Era mejor negociar que terminar discutiendo por algo tan simple--. Pero no te retrases que ya sabes como se pone. Hemos quedado a las diez en punto, ?de acuerdo? --Claro. Sin falta a las nueve y media estoy en la libreria. --Se despidio dandome un beso y salio como cada dia en direccion al trabajo. Antes de poder meterme en la ducha, me llego un mensaje al movil: Por cierto. Se me olvido decirte algo. TE QUIERO. Sonrei antes de responder.

  • Sinfonias en la piel de Varios Autores

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    "Sinfonias en la piel"
    Dibuje en tu tez las notas de mis caricias... guarde en mis oidos la melodia de tus gemidos... grabe en mis ojos la pasion de los tuyos... deguste tu sabor en mi boca... me embriague con el perfume de tu piel…"Sinfonias en la piel" es una antologia que reune a siete autoras. En sus relatos, encontraran sensualidad, pasion, romance y erotismo. Cada uno esta inspirado en una cancion, la que desatara emociones y sentimientos que seran dificiles de olvidar.
    Prologo: Fernanda Perez.
    "Gabriel's oboe" de Ascen Nunez.
    "I want to know what love is" de Camilla Mora.
    "Bring me to life" de Chris De Wit.
    "Crazy" de Dacar Santana.
    "Me gustas mucho" de Marta D'Arguello.
    "Only you can love me this way" de Mimi Romanz.
    "Entre dos amores: Intro" de Victoria Aihar.

  • Mi orgullo y tus prejuicios de Alissa Bronte

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    Sara tienen miedo a pesar de que ya conocia su destino, aunque saberlo de antemano no lo hace mas facil. Volara a Corea, un lugar lejano y diferente del que no comprende sus costumbres, pero al que tendra que adaptarse ya que su futuro esposo, o el futuro negocio que va a cerrar su padre, es de alli.
    Tras de si dejara amigos, un amor y un hogar que no es perfecto, pero que le es conocido, y se zambullira en otro del que apenas conoce nada.
    Al llegar, no solo se topara con un mundo opuesto al suyo, sino con un guardaespaldas que pondra su interior tambien patas arriba.
    Tambien conocera a su prometido.
    Un internado, peleas, grupos, soledad… Y lo unico que la mantendra en pie sera su orgullo o, tal vez, lo que la haga caer sean los prejuicios.

  • Grace y el duque (Los Bastardos Bareknuckle 3) de Sarah Maclean

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    Burghsey House, sede del ducado de Marwick, en el pasado. No existia nada en el mundo como la risa de el. No importaba que ella no estuviera cualificada para hablar del vasto mundo, porque nunca se habia alejado de aquella enorme casa solariega situada en la tranquila campina de Essex, a dos dias en carruaje desde Londres, donde las onduladas y verdes colinas se convertian en trigo a medida que el otono ganaba terreno. No importaba que no conociera los sonidos de la ciudad o el olor del mar. Ni que nunca hubiera oido hablar en otra lengua que no fuera el ingles, ni hubiera visto una obra de teatro, ni hubiera escuchado una orquesta. No importaba que su mundo se limitara a los tres mil acres de tierra fertil cubiertos de mullidas ovejas blancas y enormes fardos de heno, y a una comunidad de personas con las que no tenia permitido hablar, para las que era practicamente invisible; porque ella era un secreto que debia guardarse a toda costa. Era la nina que habian bautizado como el heredero del ducado de Marwick. La que habian envuelto en el arrullo de encaje reservado para una larga estirpe de duques, la que habian ungido con aceites esenciales destinados exclusivamente para los residentes de Burghsey House mas privilegiados. A la que habian otorgado nombre y titulo de varon ante Dios. El duque --un hombre que no era su padre-- habia pagado a sirvientes y a sacerdotes para que guardaran silencio, habia falsificado documentos y habia trazado planes para sustituir a la hija bastarda de su esposa por uno de sus propios hijos bastardos --nacido el mismo dia que ella, de mujeres que no eran la duquesa--; de esa manera, ofrecia a uno de sus hijos el unico camino hacia el legado ducal..., un legado robado. Con esta estratagema estaba abocando a esa nina inutil, el bebe que lloraba en los brazos de la enfermera, a una vida a medias, llena de una dolorosa soledad que emanaba de un mundo tan grande y, al mismo tiempo, tan pequeno. Y entonces habia llegado el, hacia ya un ano. Tenia doce anos y estaba lleno de fuego, poseia toda la fuerza del mundo que habia ahi afuera. Era alto y delgado, y tan inteligente como astuto. Le parecia el ser mas hermoso que jamas hubiera visto, con un flequillo rubio tan largo que caia sobre unos brillantes ojos de color ambar, unos ojos que guardaban mil secretos. Tenia una risa queda, apenas un susurro, tan poco frecuente que, cuando aparecia, era como un regalo. No, no habia nada en el vasto mundo como la risa de el. Ella lo sabia, aunque el vasto mundo estuviera tan lejos de su alcance que ni siquiera fuera capaz de imaginar donde empezaba. El si. Y le encantaba contarle cosas sobre ese mundo. Eso fue lo que hizo aquella tarde, en uno de los preciosos momentos robados a las maquinaciones y manipulaciones del duque, justo el dia antes de la noche en la que el hombre que manejaba su futuro regreso para deleitarse atormentando a sus tres hijos varones. Pero, en esos momentos, en aquella tranquila tarde, mientras el duque estaba fuera, en Londres, haciendo lo que fuera que hicieran los duques, los cuatro ninos aprovechaban la felicidad alla donde podian encontrarla: al aire libre, en el salvaje y serpenteante terreno de la finca. El lugar favorito de ella estaba en el limite occidental del terreno, lo suficientemente alejado de la casa solariega como para perderla de vista. Alli habia un magnifico bosquecillo de arboles que se elevaba hacia el cielo, bordeado por un pequeno y burbujeante riachuelo, o mas bien un arroyo, para ser precisos, pero que le habia proporcionado horas, dias y semanas de parlanchina compania cuando era mas nina y la conversacion con el agua era lo unico que cabia esperar. Pero alli, en aquel momento, no estaba sola. Reposo entre los arboles, donde los rayos de sol moteados inundaban el suelo en el que yacia de espaldas, exhausta despues de haber recorrido los campos, y aspirando grandes bocanadas de aire cargado del aroma del tomillo silvestre. --?Por que siempre venimos aqui? --El se sento a su lado, cadera con cadera, mientras su propio pecho subia y bajaba por la respiracion agitada mientras la miraba a la cara, con sus piernas, cada vez mas largas, estiradas mas alla de la cabeza de la chica. --Me gusta estar aqui --dijo ella con sencillez, y volvio la cara hacia la luz del sol, y el son de los latidos de su corazon se calmo al mirar a traves del dosel de ramas que jugaban al escondite en el cielo--. Y a ti tambien te gustaria si no estuvieras siempre tan serio. El aire tranquilo del lugar se transformo, se volvio mas pesado ante la certeza de que no eran ninos de trece anos corrientes y sin preocupaciones. Protegerse formaba parte de su supervivencia. La seriedad formaba parte de su supervivencia. Ella preferia no pensar en ello mientras las ultimas mariposas del verano danzaban bajo los rayos de luz, por encima de sus cabezas, llenando aquel lugar con una magia que mantenia a raya lo peor. Asi pues, cambio de tema. --Cuentame cosas del mundo. --?Otra vez? --Pero en realidad, el no estaba pidiendole explicaciones. No las necesitaba. Se giro, y ella movio las faldas para que el se tumbara a su lado, como habia hecho docenas de veces antes. Cientos. En cuanto se acomodo de espaldas, con las manos apoyadas en la nuca, el empezo a hablar al cielo--. Nunca hay tranquilidad. --Por el golpeteo de las ruedas de los carros contra los adoquines. --Las ruedas de madera hacen ruido, pero es mas que eso. --Ella asintio--. Son los gritos de las tabernas y de los vendedores ambulantes de la plaza del mercado. Los ladridos de los perros de los almacenes. Las peleas de las calles. Yo solia subir al tejado del lugar donde vivia y apostaba en las peleas. --Por eso eres tan buen luchador. --Siempre pense que seria la mejor manera de ayudar a mi madre. Hasta que... --Se encogio levemente de hombros. Interrumpio sus palabras, pero ella sabia el resto. <>. Se volvio para mirarlo; tenia una expresion tensa, la vista clavada en el cielo, los dientes apretados. --Hablame de los improperios --lo incito. --Hay mucho lenguaje soez. Eso te gusta, ?eh? --El solto una risilla de sorpresa. --Ni siquiera sabia que existian las palabrotas antes de conoceros a vosotros tres. --Los chicos que habian llegado a su vida eran puro alboroto: rudos, malhablados y maravillosos. --Antes de conocer a Diablo, querras decir. --Diablo, bautizado como Devon, era uno de sus otros dos hermanastros; habia sido criado en un orfanato para ninos abandonados, y para demostrarlo se expresaba con un lenguaje malsonante--. El te ha transmitido sus amplios conocimientos. Si. Los improperios. En especial los de los muelles. Nadie maldice como un marinero. --Dime cual es el mejor improperio que has oido. --No. --El le lanzo una mirada socarrona. --Hablame de la lluvia. --Le preguntaria a Diablo mas tarde. --Es Londres. Nunca para de llover. --Cuentame algo bueno. --Le dio un codazo en el hombro. --La lluvia hace que las piedras de la calle esten resbaladizas y brillantes. --Sonrio, y ella hizo lo mismo. Adoraba la forma en que le seguia la corriente. --Y, por la noche, las luces de las tabernas las vuelven doradas --termino ella. --No solo las de las tabernas, tambien las de los teatros de Drury Lane. Y las lamparas que cuelgan delante de las casas de alterne. --Las casas de mala muerte donde su madre habia aterrizado despues de que el duque se negara a mantenerla cuando eligio tener a su hijo. Donde habia nacido aquel hijo. --Para mantener la oscuridad a raya --susurro ella. --La oscuridad no es tan mala --adujo el--. Lo que ocurre es que la gente que vive en ella no tiene mas remedio que luchar por lo que necesita. --?Y consiguen lo que necesitan? --No. No tienen lo que necesitan, y tampoco lo que merecen. --Hizo una pausa y luego susurro al dosel de ramas, como si realmente fuera magico--. Pero vamos a cambiar todo eso. No le paso desapercibido que habia usado el plural. No solo ellos dos, sino todos. Aquel cuarteto que hizo un pacto para iniciar aquella loca competicion: quien ganara protegeria al resto. Y luego escaparian de aquel lugar en el que los habian forzado a luchar en una batalla de ingenio y armas que le daria a su padre lo que queria: un heredero digno de un ducado. --En cuanto seas duque... --empezo ella, en voz baja. --En cuanto uno de nosotros sea duque. --Se volvio para mirarla. Ella nego con la cabeza y busco su brillante mirada ambarina, tan parecida a la de sus hermanos. Tan parecida a la de su padre. --Vas a ganar tu. --?Como lo sabes? --dijo el, despues de observarla durante un buen rato. --Lo se, y punto. --Apreto los labios. Las maquinaciones del viejo duque se volvian mas desafiantes cada dia. Diablo era como su nombre, demasiado fuego y furia. Y Whit era demasiado pequeno y demasiado amable. --?Y si no quiero? --Por supuesto que quieres. --Cualquier otra cosa era una idea absurda. --El ducado deberia ser tuyo. --Las chicas no pueden ser duques. --Ella no pudo reprimir una risita exagerada. --Y, sin embargo, aqui estas: eres la heredera. Pero no lo era. No de verdad. Ella era el producto de una aventura extramatrimonial de su madre, una apuesta ideada para darle un heredero bastardo a un marido monstruoso, y manchar asi para siempre su preciado linaje, que era lo unico que realmente le importaba al duque. Pero, en lugar de un nino, la duquesa habia dado a luz a una nina, por lo que no podia heredar. Era la sustituta. Una simple nota al pie en el ancestral ejemplar del Libro de la nobleza de Gran Bretana e Irlanda. Y los cuatro lo sabian. --No importa --aseguro, ignorando sus palabras. Y no importaba. Ewan ganaria. Se convertiria en duque. Y lo cambiaria todo. El la observo en silencio durante un rato. --Cuando sea duque... --fantaseo en un susurro, como si las palabras fueran a convertirse en realidad al pronunciarlas en voz alta--. Cuando sea duque, yo cuidare de todos. De nosotros y de todo el Garden. Manejare su dinero. Su poder. Su nombre. Y me alejare de aqui y nunca mirare atras. --Las palabras volaron alrededor de ellos, reverberando en los troncos de los arboles antes de que el se corrigiera--. Su nombre no --susurro--. El tuyo. Robert Matthew Carrick, conde de Sumner, heredero del ducado de Marwick. Ignoro el ramalazo de emocion que la recorrio y suavizo el tono. --Te quedara bien ese nombre. Es nuevo. Yo nunca lo he usado. --Habia sido bautizada como el heredero, pero no podia hacer uso de su nombre. A lo largo de los anos, siempre se habian dirigido a ella como <>, <> o <>. Un dia, cuando tenia ocho anos, hubo una criada que la llamo <>, y eso le gusto mucho. Pero la criada se habia marchado al cabo de unos meses, y ella habia vuelto a ser invisible. Hasta que mas tarde llegaron tres chicos que si la veian, y el que estaba con ella no solo parecia verla, sino tambien entenderla. Y la llamaron de mil maneras: <>, por la forma en que atravesaba los campos a la carrera, <>, por las llamas de su cabello pelirrojo y <>, por la manera en que se enfadaba con su padre. Y ella respondia a todos aquellos apodos, sabiendo que ninguno era su nombre, sin importarle demasiado, porque ellos estaban alli. Porque tal vez estar con ellos fuera suficiente. Porque para ellos era alguien importante. --Lo siento --susurro el. Y lo decia en serio. Para el, ella si era alguien importante. Permanecieron asi durante unos instantes, con las miradas entrelazadas mientras la verdad pesaba a su alrededor, hasta que el carraspeo y aparto los ojos, rompiendo asi aquella conexion. Lo observo cuando giro su tronco para volver a prestar atencion a las copas de los arboles. --De todos modos, mi madre decia que le encantaba la lluvia, porque era el unico momento en que veia joyas en el barrio de Covent Garden. --Prometeme que me llevaras contigo cuando te vayas --susurro ella para romper el silencio. Los labios de Ewan se convirtieron en una linea firme, la promesa quedo escrita en las arrugas de su cara, mas vieja de lo que deberia ser. Mas joven de lo que iba a necesitar que fuera. --Y tendras muchas joyas. --Asintio con seguridad. Ella se giro, y sus faldas se desplegaron sobre la hierba. --Por supuesto --bromeo ella--. Y vestidos confeccionados con hilo de oro. --Viviras entre bobinas de hilo oro. --Si, por favor --dijo ella--, y una doncella que sepa hacerme preciosos peinados. --Para ser una chica de campo, eres muy exigente --se burlo. --He tenido toda la vida para elaborar una lista con mis necesidades. --Le dirigio una sonrisa. --?Crees que estas preparada para Londres, chica de campo? --Creo que se me dara bien, chico de ciudad. --La sonrisa se transformo en un ceno fruncido. El se rio, y el preciado (por infrecuente) sonido de su risa lleno el espacio que los rodeaba, reconfortandola. En ese momento, sucedio algo. Algo extrano e inquietante, maravilloso e inaudito. Ese sonido, que no se parecia a ningun otro del vasto mundo, la libero. De repente, lo sintio. No solo el calor de el a su lado, donde se tocaban de hombro a cadera. No solo el lugar donde su codo descansaba junto a su oreja. No solo el contacto de sus manos en los rizos cuando el extrajo una hoja de ellos. Sino en todas partes. En el ascenso y descenso uniforme de su respiracion. En su segura quietud. Y esa risa..., en su risa. --Pase lo que pase, prometeme que no me olvidaras --le pidio en voz baja. --No podre. Estaremos juntos. --La gente se va. --Yo no. No me ire. --Fruncio el ceno y nego con fuerza. --A veces no se elige. A veces, la gente, simplemente... --Asintio--. Pero aun asi... Su mirada se suavizo al comprender que se referia a su madre. Rodo hacia ella y quedaron frente a frente, con las mejillas apoyadas en las palmas de las manos, lo suficientemente cerca como para contarse mil secretos. --Ella se habria quedado de haber podido --dijo el con firmeza. --No lo sabes --susurro, y cuanto detesto el picor que le provocaban aquellas palabras en los ojos--. Naci y ella murio, y me dejo con un hombre que no era mi padre, que me dio un nombre que no es el mio, y nunca sabre que habria pasado si ella hubiera vivido. Nunca sabre si... --El espero. Siempre paciente, como si fuera a aguardar toda la vida--. Nunca sabre si me habria querido. --Claro que si. --La respuesta fue inmediata. --Ni siquiera me puso un nombre. --Sacudio la cabeza y cerro los ojos. Queria creerle. --Lo habria hecho. Te habria puesto un nombre, y habria sido precioso. La certeza de sus palabras hizo que ella buscara su mirada, segura e inflexible. --Entonces, ?no me llamo Robert? --Ella te habria puesto un nombre digno de ti. El nombre que te mereces. Te habria dado el titulo. --No sonrio. No se rio. La comprendia y, luego, anadio--: Como voy a hacer yo. Todo se detuvo: el susurro de las hojas en el dosel de ramas; los gritos de sus hermanos en el arroyo, un poco mas alla; el lento transcurrir de la tarde; y ella supo, en ese momento, que el estaba a punto de hacerle un regalo que nunca habia imaginado recibir. --Dime... --Le sonrio, con el corazon palpitando en el pecho. Queria ese regalo en los labios y en la voz de el, en los oidos de ella. Queria que se lo diera y sabia que le resultaria imposible olvidarlo, incluso despues de que se marchara y la dejara atras. Y el se lo dio. --Grace --la llamo.

  • Una vieja que leia novelas de amor de Luis Sepulveda

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    El cielo era una inflada panza de burro colgando amenazante a escasos palmos de las cabezas. El viento tibio y pegajoso barria algunas hojas sueltas y sacudia con violencia los bananos raquiticos que adornaban el frontis de la alcaldia. Los pocos habitantes de El Idilio mas un punado de aventureros llegados de las cercanias se congregaban en el muelle, esperando turno para sentarse en el sillon portatil del doctor Rubicundo Loachamin, el dentista, que mitigaba los dolores de sus pacientes mediante una curiosa suerte de anestesia oral. --?Te duele? --preguntaba. Los pacientes, aferrandose a los costados del sillon, respondian abriendo desmesuradamente los ojos y sudando a mares. Algunos pretendian retirar de sus bocas las manos insolentes del dentista y responderle con la justa puteada, pero sus intenciones chocaban con los brazos fuertes y con la voz autoritaria del odontologo. --!Quieto, carajo! !Quita las manos! Ya se que duele. ?Y de quien es la culpa? ?A ver? ?Mia? !Del Gobierno! Metetelo bien en la mollera. El Gobierno tiene la culpa de que tengas los dientes podridos. El Gobierno es culpable de que te duela. Los afligidos asentian entonces cerrando los ojos o con leves movimientos de cabeza. El doctor Loachamin odiaba al Gobierno. A todos y a cualquier Gobierno. Hijo ilegitimo de un emigrante iberico, heredo de el una tremenda bronca a todo cuanto sonara a autoridad, pero los motivos de aquel odio se le extraviaron en alguna juerga de juventud, de tal manera que sus monsergas de acrata se transformaron en una especie de verruga moral que lo hacia simpatico. Vociferaba contra los Gobiernos de turno de la misma manera como lo hacia contra los gringos llegados a veces desde las instalaciones petroleras del Coca, impudicos extranos que fotografiaban sin permiso las bocas abiertas de sus pacientes. Muy cerca, la breve tripulacion del Sucre cargaba racimos de banano verde y costales de cafe en grano. A un costado del muelle se amontonaban las cajas de cerveza, de aguardiente Frontera, de sal, y las bombonas de gas que temprano habian desembarcado. El Sucre zarparia en cuanto el dentista terminase de arreglar quijadas, navegaria remontando las aguas del rio Nangaritza para desembocar mas tarde en el Zamora, y luego de cuatro dias de lenta navegacion arribaria al puerto fluvial de El Dorado. El barco, antigua caja flotante movida por la decision de su patron mecanico, por el esfuerzo de dos hombres fornidos que componian la tripulacion y por la voluntad tisica de un viejo motor diesel, no regresaria hasta pasada la estacion de las lluvias que se anunciaba en el cielo encapotado. El doctor Rubicundo Loachamin visitaba El Idilio dos veces al ano, tal como lo hacia el empleado de Correos, que raramente llevo correspondencia para algun habitante. De su maletin gastado solo aparecian papeles oficiales destinados al alcalde, o los retratos graves y descoloridos por la humedad de los gobernantes de turno. Las gentes esperaban la llegada del barco sin otras esperanzas que ver renovadas sus provisiones de sal, gas, cerveza y aguardiente, pero al dentista lo recibian con alivio, sobre todo los sobrevivientes de la malaria cansados de escupir restos de dentadura y deseosos de tener la boca limpia de astillas, para probarse una de las protesis ordenadas sobre un tapete morado de indiscutible aire cardenalicio. Despotricando contra el Gobierno, el dentista les limpiaba las encias de los ultimos restos de dientes y enseguida les ordenaba hacer un buche con aguardiente. --Bueno, veamos. ?Como te va esta? --Me aprieta. No puedo cerrar la boca. --!Joder! Que tipos tan delicados. A ver, pruebate otra. --Me viene suelta. Se me va a caer si estornudo. --Y para que te resfrias, pendejo. Abre la boca. Y le obedecian. Luego de probarse diferentes dentaduras encontraban la mas comoda y discutian el precio, mientras el dentista desinfectaba las restantes sumergiendolas en una marmita con cloro hervido. El sillon portatil del doctor Rubicundo Loachamin era toda una institucion para los habitantes de las riberas de los rios Zamora, Yacuambi y Nangaritza. En realidad, se trataba de un antiguo sillon de barbero con el pedestal y los bordes esmaltados de blanco. El sillon portatil precisaba de la fortaleza del patron y de los tripulantes del Sucre para alzarlo, y se asentaba apernado sobre una tarima de un metro cuadrado que el dentista llamaba <>. --En la consulta mando yo, carajo. Aqui se hace lo que yo digo. Cuando baje pueden llamarme sacamuelas, hurgahocicos, palpalenguas, o como se les antoje, y hasta es posible que les acepte un trago. Quienes esperaban turno mostraban caras de padecimiento extremo, y los que pasaban por las pinzas extractoras tampoco tenian mejor semblante. Los unicos personajes sonrientes en las cercanias de la consulta eran los jibaros mirando acuclillados. Los jibaros. Indigenas rechazados por su propio pueblo, el shuar, por considerarlos envilecidos y degenerados con las costumbres de los <>, de los blancos. Los jibaros, vestidos con harapos de blanco, aceptaban sin protestas el mote-nombre endilgado por los conquistadores espanoles. Habia una enorme diferencia entre un shuar altivo y orgulloso, conocedor de las secretas regiones amazonicas, y un jibaro, como los que se reunian en el muelle de El Idilio esperando por un resto de alcohol. Los jibaros sonreian mostrando sus dientes puntudos, afilados con piedras de rio. --?Y ustedes? ?Que diablos miran? Algun dia van a caer en mis manos, macacos --los amenazaba el dentista. Al sentirse aludidos los jibaros respondian dichosos. --Jibaro buenos dientes teniendo. Jibaro mucha carne de mono comiendo. A veces, un paciente lanzaba un alarido que espantaba los pajaros, y alejaba las pinzas de un manotazo llevando la mano libre hasta la empunadura del machete. --Comportate como hombre, cojudo. Ya se que duele y te he dicho de quien es la culpa. !Que me vienes a mi con bravatas! Sientate tranquilo y demuestra que tienes bien puestos los huevos. --Es que me esta sacando el alma, doctor. Dejeme echar un trago primero. El dentista suspiro luego de atender al ultimo sufriente. Envolvio las protesis que no encontraron interesados en el tapete cardenalicio, y mientras desinfectaba los instrumentos vio pasar la canoa de un shuar. El indigena remaba parejo, de pie, en la popa de la delgada embarcacion. Al llegar junto al Sucre dio un par de paletadas que lo pegaron al barco. Por la borda asomo la figura aburrida del patron. El shuar le explicaba algo gesticulando con todo el cuerpo y escupiendo constantemente. El dentista termino de secar los instrumentos y los acomodo en un estuche de cuero. Enseguida tomo el recipiente con los dientes sacados y los arrojo al agua. El patron y el shuar pasaron por su lado rumbo a la alcaldia. --Tenemos que esperar, doctor. Traen a un gringo muerto. No le agrado la nueva. El Sucre era un armatoste incomodo, sobre todo durante los viajes de regreso, recargado de banano verde y cafe tardio, semipodrido, en los costales. Si se largaba a llover antes de tiempo, cosa que al parecer ocurriria ya que el barco navegaba con una semana de retraso a causa de diversas averias, entonces debian cobijar carga, pasajeros y tripulacion bajo una lona, sin espacio para colgar las hamacas, y si a todo ello se sumaba un muerto el viaje seria doblemente incomodo. El dentista ayudo a subir a bordo el sillon portatil y enseguida camino hasta un extremo del muelle. Ahi lo esperaba Antonio Jose Bolivar Proano, un viejo de cuerpo correoso al que parecia no importarle el cargar con tanto nombre de procer. --?Todavia no te mueres, Antonio Jose Bolivar? Antes de responder, el viejo se olio los sobacos. --Parece que no. Todavia no apesto. ?Y usted? --?Como van tus dientes? --Aqui los tengo --respondio el viejo, llevandose una mano al bolsillo. Desenvolvio un panuelo descolorido y le enseno la protesis. --?Y por que no los usas, viejo necio? --Ahorita me los pongo. No estaba ni comiendo ni hablando. ?Para que gastarlos entonces? El viejo se acomodo la dentadura, chasqueo la lengua, escupio generosamente y le ofrecio la botella de Frontera. --Venga. Creo que me gane un trago. --Vaya que si. Hoy dia saco veintisiete dientes enteros y un monton de pedazos, pero no supero la marca. --?Siempre me llevas la cuenta? --Para eso son los amigos. Para celebrar las gracias del otro. Antes era mejor, ?no le parece?, cuando todavia llegaban colonos jovenes. ?Se acuerda del montuvio aquel, ese que se dejo sacar todos los dientes para ganar una apuesta? El doctor Rubicundo Loachamin ladeo la cabeza para ordenar los recuerdos, y asi llego la imagen del hombre, no muy joven y vestido a la manera montuvia. Todo de blanco, descalzo, pero con espuelas de plata. El montuvio llego hasta la consulta acompanado de una veintena de individuos, todos muy borrachos. Eran buscadores de oro sin recodo fijo. Peregrinos, los llamaban las gentes, y no les importaba si el oro lo encontraban en los rios o en las alforjas del projimo. El montuvio se dejo caer en el sillon y lo miro con expresion estupida. --Tu diras. --Me los saca toditos. De uno en uno, y me los va poniendo aqui, sobre la mesa. --Abre la boca. El hombre obedecio, y el dentista comprobo que junto a las ruinas molares le quedaban muchos dientes, algunos picados y otros enteros. --Te queda un buen punado. ?Tienes dinero para tantas extracciones? El hombre abandono la expresion estupida. --El caso es, doctor, que los amigos aqui presentes no me creen cuando les digo que soy muy macho. El caso es que les he dicho que me dejo sacar todos los dientes, uno por uno y sin quejarme. El caso es que apostamos, y usted y yo nos iremos a medias con las ganancias. --Al segundo que te saquen vas a estar cagado y llamando a tu mamacita --grito uno del grupo y los demas lo apoyaron con sonoras carcajadas. --Mejor te vas a echar otros tragos y te lo piensas. Yo no me presto para cojudeces --dijo el dentista. --El caso es, doctor, que, si usted no me permite ganar la apuesta, le corto la cabeza con esto que me acompana. Al montuvio le brillaron los ojos mientras acariciaba la empunadura del machete. De tal manera que corrio la apuesta. El hombre abrio la boca y el dentista hizo un nuevo recuento. Eran quince dientes, y, al decirselo, el desafiante formo una hilera de quince pepitas de oro sobre el tapete cardenalicio de las protesis. Una por cada diente, y los apostadores, a favor o en contra, cubrieron las apuestas con otras pepitas doradas. El numero aumentaba considerablemente a partir de la quinta. El montuvio se dejo sacar los primeros siete dientes sin mover un musculo. No se oia volar una mosca, y al retirar el octavo lo acometio una hemorragia que en segundos le lleno la boca de sangre. El hombre no conseguia hablar, pero le hizo una senal de pausa. Escupio varias veces formando cuajarones sobre la tarima y se echo un largo trago que le hizo revolverse de dolor en el sillon, pero no se quejo, y tras escupir de nuevo, con otra senal le ordeno que continuase. Al final de la carniceria, desdentado y con la cara hinchada hasta las orejas, el montuvio mostro una expresion de triunfo horripilante al dividir las ganancias con el dentista. --Si. Esos eran tiempos --murmuro el doctor Loachamin, echandose un largo trago. El aguardiente de cana le quemo la garganta y devolvio la botella con una mueca. --No se me ponga feo, doctor. Esto mata los bichos de las tripas --dijo Antonio Jose Bolivar, pero no pudo seguir hablando. Dos canoas se acercaban, y de una de ellas asomaba la cabeza yaciente de un hombre rubio.