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Solo contigo de Wendy Etherington
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La hija de la indiana de Maria Teresa Alvarez
https://gigalibros.com/la-hija-de-la-indiana.htmlEn todas las familias hay secretos que es mejor no conocerMarina y Silverio viven juntos y enamorados en su pueblo asturiano de Candas a mediados de los anos veinte. Con ellos, Rosita, la nina que Marina adopto en Cuba. Su existencia transcurre de forma apacible hasta que deciden regresar a La Habana para que la joven se reencuentre con sus raices.
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La rebelion de David Anthony Durham
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Faraon – Wilbur Smith de Wilbur Smith
https://gigalibros.com/faraon-8211-wilbur-smith.htmlEgipto es atacado. El viejo faraon Tamoses yace mortalmente herido y la antigua ciudad de Luxor esta rodeada. Solo Taita sera capaz de conducir a su tierra de nuevo a un destino de gloria.
En la hora mas desesperada, el ex esclavo y ahora general del ejercito de Tamoses se prepara para la batalla final. Su ingenio nunca es mas agudo que cuando todo parece perdido. La oportuna llegada de un antiguo aliado altera el equilibrio de fuerzas y pronto el ejercito egipcio celebra la retirada del enemigo. Pero apenas entra victorioso en Luxor, Taita es atrapado y acusado de traidor. Tamoses ha muerto y un nuevo faraon detenta el poder.
El faraon Utteric es joven, debil y cruel, y se siente amenazado por la influencia de Taita en el palacio, en especial por su amistad con su hermano menor, Ramases. Con el encarcelamiento de Taita, Ramases debera hacer una eleccion: ayudar a Taita a escapar y enfrentar a su hermano o avalar en silencio la tirania de Utteric.
Desde los resplandecientes templos de Luxor hasta la ciudadela de Esparta, Faraon nos transporta a un tiempo epico de sangre y peligro. Wilbur Smith vuelve a demostrar que es el maestro indiscutido de la novela historica de aventuras. -
Evermore 1 de Sara Holland
https://gigalibros.com/evermore-1.htmlHACE MUCHO TIEMPO, YO LE ROBE EL CORAZON A LA HECHICERA. AHORA, ELLA QUIERE RECUPERARLO.
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La octava vida (para Brilka) de Nino Haratischwili
https://gigalibros.com/la-octava-vida-para-brilka.html -
Matar a un ruisenor de Harper Lee
https://gigalibros.com/matar-a-un-ruisenor.htmlCuando tenia casi trece anos, mi hermano Jem sufrio una grave fractura en el brazo a la altura del codo. Cuando sano y por fin se disiparon sus temores de que nunca podria volver a jugar al futbol americano, en raras ocasiones volvia a acordarse de aquella lesion. El brazo izquierdo le quedo algo mas corto que el derecho; cuando estaba de pie o andaba, el dorso de la mano formaba casi un angulo recto con su cuerpo, y el pulgar estaba paralelo a sus muslos. A el no podria haberle importado menos, con tal de poder pasar y chutar. Cuando transcurrieron anos suficientes para poder verlos en retrospectiva, a veces hablabamos de los acontecimientos que condujeron a su accidente. Yo sostengo que los Ewell fueron quienes lo comenzaron todo, pero Jem, que era cuatro anos mayor que yo, decia que eso habia empezado mucho antes. Dijo que comenzo el verano en que Dill vino a vernos, cuando nos hizo concebir por primera vez la idea de hacer salir a Boo Radley. Yo decia que si el queria tener una amplia perspectiva de lo sucedido, en realidad comenzo con Andrew Jackson. Si el general Jackson no hubiera perseguido a los indios creek arroyo arriba, Simon Finch nunca habria llegado hasta Alabama, y ?donde estariamos nosotros si no lo hubiera hecho? Eramos demasiado mayores como para zanjar la discusion con una pelea, de modo que consultamos a Atticus. Nuestro padre dijo que los dos teniamos razon. Al ser del Sur, era un motivo de verguenza para algunos miembros de la familia que no tuvieramos constancia de que alguno de nuestros antepasados hubiera peleado en la batalla de Hastings. Tan solo teniamos a Simon Finch, un boticario de Cornualles cuya piedad solo se veia superada por su tacaneria. En Inglaterra, a Simon le irritaba la persecucion de aquellos que se autodenominaban metodistas a manos de sus hermanos mas liberales, y ya que Simon se consideraba metodista, cruzo el Atlantico hasta Filadelfia, de ahi a Jamaica, y desde alli a Mobile subiendo hasta Saint Stephens. Teniendo en cuenta las estrictas normas de John Wesley sobre no enriquecerse en los negocios aprovechandose de los demas, Simon se dedico a la practica de la medicina logrando un gran exito; pero en esta empresa era infeliz, pues habia sido tentado a hacer lo que el sabia que no era para la gloria de Dios, como llevar oro y ropas costosas. De modo que Simon, habiendo olvidado lo que su maestro habia dicho sobre la posesion de bienes humanos, compro tres esclavos y con su ayuda establecio una hacienda a las orillas del rio Alabama, a unos sesenta y cinco kilometros mas arriba de Saint Stephens. Regreso a Saint Stephens solamente una vez, para encontrar esposa, y con ella establecio una descendencia con muchas hijas. Simon vivio hasta una edad impresionante y murio rico. Era costumbre de los hombres de la familia quedarse en la hacienda de Simon, Finch's Landing, y ganarse la vida con el algodon. El lugar se sostenia a si mismo. Modesto en comparacion con los imperios que lo rodeaban, Landing producia sin embargo todo lo necesario para la vida excepto hielo, harina de trigo y prendas de vestir, que proporcionaban las embarcaciones fluviales de Mobile. Simon habria considerado con impotente rabia los problemas entre el Norte y el Sur, ya que arrebataron a sus descendientes todo a excepcion de su tierra; sin embargo, la tradicion de vivir en esa hacienda siguio inalterable hasta bien entrado el siglo XX, cuando mi padre, Atticus Finch, fue a Montgomery para aprender Derecho, y su hermano menor fue a Boston para estudiar Medicina. Su hermana Alexandra fue la Finch que se quedo en Landing: se caso con un hombre taciturno que pasaba la mayor parte de su tiempo tumbado en una hamaca al lado del rio preguntandose si sus redes de pesca estarian llenas. Cuando mi padre fue admitido en la abogacia, regreso a Maycomb y comenzo a ejercer. Maycomb, a unos treinta kilometros al este de Finch's Landing, era la capital del condado de Maycomb. La oficina de Atticus en el edificio del juzgado contenia poco mas que una percha para sombreros, una escupidera, un tablero de damas y un impecable Codigo de Alabama. Sus dos primeros clientes fueron las dos ultimas personas a las que ahorcaron en la carcel del condado de Maycomb. Atticus los habia instado a que aceptaran la generosidad del Estado, que les permitiria declararse culpables de homicidio en segundo grado y asi evitar la pena capital, pero ellos eran Haverford, un apellido que en el condado de Maycomb es sinonimo de burro testarudo. Los Haverford habian liquidado al principal herrero de Maycomb por un malentendido que surgio por la supuesta <
> de una yegua, fueron lo bastante imprudentes para hacerlo en presencia de tres testigos e insistieron en que < > era una defensa lo bastante buena para cualquiera. Persistieron en declararse no culpables de homicidio en primer grado, de modo que no hubo mucho que Atticus pudiera hacer por sus clientes, a excepcion de estar presente en su partida, una ocasion que fue probablemente el comienzo de la profunda antipatia de mi padre hacia la practica del Derecho Penal. Durante sus cinco primeros anos en Maycomb, Atticus practico mas que cualquier otra cosa la Economia; y durante varios anos desde entonces invirtio sus ganancias en la educacion de su hermano. John Hale Finch era diez anos menor que mi padre, y decidio estudiar Medicina en un momento en que no valia la pena cultivar algodon; pero despues de tener a Jack encauzado, Atticus comenzo a obtener ingresos razonables practicando la abogacia. Le gustaba Maycomb, habia nacido y se habia criado alli; conocia a su gente, ellos le conocian, y debido a los negocios de Simon Finch, Atticus estaba emparentado por sangre o matrimonio con casi todas las familias de la ciudad. Maycomb era una vieja poblacion, pero ademas era una vieja poblacion cansada cuando yo la conoci. En el tiempo lluvioso las calles se convertian en un barrizal rojizo; crecia hierba en las aceras, y el edificio del juzgado parecia combarse sobre la plaza. En cierto modo, hacia mas calor entonces: un perro negro sufria los dias de verano; las flacas mulas enganchadas a los carros espantaban moscas bajo la sofocante sombra de las encinas que habia en la plaza. A las nueve de la manana, los cuellos rigidos de los hombres se veian languidos. Las damas se banaban antes de la tarde, despues de su siesta de las tres, y al atardecer estaban como blandos pastelitos cubiertos de sudor y dulce talco. La gente se movia despacio entonces. Cruzaban la plaza a paso lento, entrando y saliendo de las tiendas que la rodeaban, y se tomaban su tiempo para todo. Un dia tenia veinticuatro horas, pero parecia mas largo. No habia ninguna prisa, ya que no habia ningun lugar adonde ir, nada que comprar y nada de dinero con el cual comprar, nada que ver fuera de los limites del condado de Maycomb. Pero era una epoca de vago optimismo para algunas personas: al condado de Maycomb se le habia dicho recientemente que no tenia nada que temer, solamente a si mismo. Viviamos en la principal calle residencial de la ciudad: Atticus, Jem y yo, ademas de Calpurnia, nuestra cocinera. Jem y yo estabamos contentos con nuestro padre: jugaba con nosotros, nos leia y nos trataba con cortesia. Calpurnia era otra cosa. Toda angulos y huesos, era miope, tambien bizca, y sus manos eran tan anchas como un travesano de cama, y dos veces mas duras. Siempre me estaba ordenando que saliera de la cocina, preguntandome por que no podia comportarme tan bien como Jem aunque sabia que el era mayor, y me llamaba para volver a casa cuando yo no estaba lista para regresar. Nuestras batallas eran epicas y con un final sin variacion. Calpurnia ganaba siempre, principalmente porque Atticus siempre se ponia de su lado. Ella habia estado con nosotros desde que nacio Jem, y yo habia sentido la tirania de su presencia desde que podia recordar. Nuestra madre murio cuando yo tenia dos anos, de modo que nunca senti su ausencia. Ella era una Graham de Montgomery; Atticus la conocio cuando fue elegido por primera vez para la legislatura estatal. Para entonces, el era de mediana edad y ella quince anos mas joven. Jem fue el resultado de su primer ano de matrimonio. Cuatro anos despues naci yo, y dos anos despues nuestra madre murio de un ataque repentino al corazon. Decian que era cosa de familia. Yo no la extranaba, pero creo que Jem si. El la recordaba claramente, y algunas veces en mitad de un juego daba un largo suspiro, y despues se marchaba y jugaba el solo detras de la cochera. Cuando se ponia asi, yo sabia que era mejor no molestarle. Cuando yo tenia casi seis anos y Jem se acercaba a los diez, nuestras fronteras en el verano (al alcance de la voz de Calpurnia) eran la casa de la senora Henry Lafayette Dubose, dos puertas al norte de la nuestra, y la Mansion Radley, a tres puertas al sur. Nunca sentimos la tentacion de traspasarlas. La Mansion Radley estaba habitada por una entidad desconocida, cuya mera descripcion era suficiente para hacer que nos portaramos bien durante dias. La senora Dubose era el mismo demonio. Ese fue el verano en que vino Dill. Una manana temprano, cuando estabamos comenzando nuestros juegos en el patio trasero, Jem y yo oimos algo en la puerta contigua, en el parterre de coles de la senorita Rachel Haverford. Fuimos hasta la malla de alambre para ver si habia un perrito, pues la perra terrier de la senorita Rachel estaba prenada, pero en cambio encontramos a alguien sentado que nos miraba. Sentado, no era mucho mas alto que las coles. Nos quedamos mirando fijamente hasta que el hablo: --Hola. --Hola, tu --contesto Jem amablemente. --Soy Charles Baker Harris --dijo el--. Se leer. --?Y que? --pregunte yo. --Solo pense que os gustaria saber que se leer. Si teneis algo que necesiteis leer, yo puedo hacerlo... --?Cuantos anos tienes? --pregunto Jem--. ?Cuatro y medio? --Voy para siete. --Entonces no es nada --dijo Jem, senalandome con el pulgar --. Aqui Scout lee desde que nacio, y ni siquiera ha comenzado aun la escuela. Pareces muy canijo para tener casi siete anos. --Soy pequeno pero mayor --afirmo el. Jem se aparto el cabello para mirarlo mejor. --?Por que no vienes aqui, Charles Baker Harris? --dijo--. Senor, vaya nombre. --No es mas curioso que el tuyo. Tia Rachel dice que te llamas Jeremy Atticus Finch. Jem fruncio la frente. --Soy lo bastante alto para estar en consonancia con mi nombre --dijo--. Tu nombre no es mas largo que tu. Apuesto a que es un palmo mas largo. --La gente me llama Dill --dijo Dill, intentando pasar por debajo de la valla. --Te ira mejor si pasas por encima en lugar de por debajo -- observe yo--. ?De donde vienes? Dill era de Meridian, Mississippi, e iba a pasar el verano con su tia, la senorita Rachel, y desde entonces pasaria todos los veranos en Maycomb. Su familia era del condado de Maycomb originariamente. Su madre trabajaba para un fotografo en Meridian, habia presentado una fotografia de el a un concurso de ninos guapos, y gano cinco dolares. Le dio el dinero a Dill, quien lo empleo en ir veinte veces al cine. --Aqui no hay exposiciones de fotografia, excepto a veces las de Jesus en el juzgado --dijo Jem--. ?Viste alguna pelicula buena? Dill habia visto Dracula, una revelacion que movio a Jem a mirarle con cierto respeto. --Cuentanosla --le pidio. Dill era un chico muy curioso. Llevaba pantalones cortos azules de lino que se abotonaban a la camisa, su cabello era blanco como la nieve y lo llevaba pegado a la cabeza como si fuera un plumon de pato; era un ano mayor que yo, pero yo le sobrepasaba en altura. Mientras nos relataba la vieja historia, sus ojos azules se iluminaban y se oscurecian; su risa era repentina y feliz, y solia tirarse de un mechon de cabello que caia sobre su frente. Cuando Dill hubo reducido al polvo a Dracula, y Jem dijo que la pelicula parecia mejor que el libro, le pregunte a Dill donde estaba su padre. --No has dicho nada de el. --No tengo ningun padre. --?Esta muerto? --No... --Entonces, si no esta muerto, si lo tienes, ?verdad? Dill se sonrojo y Jem me dijo que me callase, una senal segura de que Dill habia sido estudiado y hallado aceptable. A partir de entonces el verano paso con una diversion constante. La diversion constante era: hacer mejoras a nuestra casa del arbol que descansaba entre dos cinamomos gigantes en el patio trasero, alborotar, recorrer nuestra lista de obras de teatro basadas en las de Oliver Optic, Victor Appleton y Edgar Rice Burroughs. En este asunto teniamos la fortuna de tener a Dill. El representaba los papeles que anteriormente me daban a mi. El mono en Tarzan, el senor Crabtree en The Rover Boys, el senor Damon en Tom Swift. De ese modo llegamos a conocer a Dill como un merlin de bolsillo, cuya cabeza estaba llena de planes excentricos, anhelos extranos y fantasias raras. Pero a finales de agosto nuestro repertorio era aburrido, por haberlo representado incontables veces, y fue entonces cuando Dill nos dio la idea de hacer salir a Boo Radley. La Mansion Radley fascinaba a Dill. A pesar de nuestras advertencias y explicaciones, le atraia como la luna atrae al agua, aunque no mas cerca de la farola de la esquina, a una distancia segura de la puerta de los Radley. Ahi se quedaba, rodeando el grueso poste con un brazo, mirando fijamente y haciendose preguntas. La Mansion Radley hacia una curva cerrada mas alla de nuestra casa. Andando hacia el sur, se pasaba por delante de su porche; la acera daba un giro y estaba en paralelo con la finca. La casa era baja, en otra epoca era blanca y con un ancho porche y persianas verdes, pero hacia mucho tiempo que se habia oscurecido hasta llegar al tono de pizarra gris que la rodeaba. Unas tablas descompuestas por la lluvia caian sobre los aleros del barandal; unos robles mantenian alejados los rayos de sol. Los restos de una cerca guardaban el patio frontal, un patio < > que nunca se barria, donde crecian en abundancia hierbajos y flores silvestres. Dentro de la casa vivia un fantasma maligno. La gente decia que existia, pero Jem y yo nunca lo habiamos visto. La gente decia que salia de noche, cuando se ponia la luna, y miraba por las ventanas. Cuando las azaleas de la gente se helaban en una noche fria, era porque el habia soplado sobre ellas. Cualquier pequeno delito cometido en Maycomb era obra del fantasma. En una ocasion, la ciudad estaba aterrorizada por una serie de macabros acontecimientos nocturnos: encontraban mutilados pollos y animales domesticos; aunque el culpable era Addie el Loco, quien finalmente termino ahogandose en el remolino de aguas de Barker, todos seguian mirando la Mansion Radley, sin estar dispuestos a descartar sus sospechas iniciales. Un negro no pasaria al lado de la Mansion Radley de noche; cruzaria a la acera contraria e iria silbando mientras caminaba. Los terrenos escolares de Maycomb lindaban con la parte trasera del terreno de los Radley; desde el gallinero de los Radley, altos arboles de pacanas dejaban caer su fruto al patio de la escuela, pero los ninos no tocaban ninguna de aquellas nueces: las pacanas de los Radley mataban. Una bola de beisbol que cayera en el patio de los Radley era una bola perdida, y no se hacian preguntas. La desgracia de aquella casa comenzo muchos anos antes de que Jem y yo nacieramos. Los Radley, bien recibidos en cualquier parte de la ciudad, se encerraban en su casa, una predileccion imperdonable en Maycomb. Ellos no iban a la iglesia, que era el entretenimiento principal de Maycomb, sino que rendian culto en su casa; la senora Radley en raras ocasiones llegaba a cruzar la calle para tomar un cafe a media manana con sus vecinas, y sin duda nunca se unio a ningun circulo misionero. La senora Radley caminaba hasta la ciudad a las once y media cada manana y regresaba prontamente a las doce, a veces llevando una bolsa de papel marron que los vecinos suponian que contenia las provisiones de la familia. Yo nunca supe como el viejo senor Radley se ganaba la vida, Jem decia que < >, un termino educado para decir que no hacia nada, pero el senor Radley y su esposa habian vivido alli con sus dos hijos durante tanto tiempo como cualquiera podia recordar. Las persianas y las puertas de la casa de los Radley estaban cerradas los domingos, otra cosa ajena a las costumbres de Maycomb: puertas cerradas significaba solamente enfermedad y tiempo frio. De entre todos los dias, el domingo era dia para las visitas formales por la tarde: las senoras llevaban corse, los hombres llevaban abrigos, los ninos llevaban zapatos. Pero subir los peldanos de la Mansion Radley y decir < > una tarde de domingo era algo que sus vecinos no hacian nunca. La casa de los Radley no tenia puertas de tela metalica. Una vez le pregunte a Atticus si alguna vez tuvo alguna; Atticus dijo que si, pero antes de que yo naciera. Segun la leyenda del barrio, cuando el joven Radley estaba en la adolescencia hizo amistad con algunos de los Cunningham, de Old Sarum, una tribu enorme y confusa que estaba domiciliada en la parte norte del condado, y formaron lo mas parecido a una pandilla que se viera jamas en Maycomb. Hacian muy poca cosa, pero lo bastante para que hablaran de ello por la ciudad y los amonestaran publicamente desde tres pulpitos: merodeaban por la barberia; subian en el autobus hasta Abbottsville los domingos e iban al cine: asistian a bailes en los lugares de juego en el condado al lado del rio: la posada Dew-Drop y Campamento Pesquero: probaban el whisky de contrabando. Nadie en Maycomb tenia las agallas para decirle al senor Radley que su muchacho andaba con malas companias. -
El pasado no quiere morir de Guido Natale
https://gigalibros.com/el-pasado-no-quiere-morir.htmlLas bocanadas de humo se reflejaban en la lampara del techo. Era octubre y el calor se hacia sentir, sobre todo porque no abrian las ventanas. Noche de viernes. Noche de poker y amigos. Ahi estaban los cuatro sosteniendo las cartas sobre el pano verde de la mesa de Andrada, un veterano hombre del Ejercito a punto de jubilarse. A su izquierda, Escorpion, misma edad, misma condicion, un rango menor. Del otro lado, Manteca Ramirez, un ex policia instructor de la Vucetich, y el cuarto en juego, Manuel Ponzi, un ex Teniente Coronel auto excluido de la fuerza en 1976. Hombres de tradiciones y pocas palabras se reunian desde el ano 66 cuando se hicieron amigos trabajando en las oficinas del edificio Libertador. Jugaban desde las nueve de la noche hasta que uno se quedaba con todo, que no era mucho, unos cien pesos, pero para la Argentina de 2003, significaba bastante. Andrada ganaba bien, sin embargo le preocupaba el futuro. Desde que habia asumido el kirchnerismo el presupuesto de los militares no era una prioridad, les habian expropiado algunos terrenos y a la ESMA pensaban desmantelarla y convertirla en museo. "Se vino el zurdaje", solia bromear Escorpion, emulando a una conductora de television, y agregaba para distraer a sus contrincantes: "Pensar que luchamos tanto y ahora se vienen a quedar con el poder". Le pedian que no jodiera con eso, ya estaban grandes, los setenta habian quedado en el galpon de los recuerdos. "La sacamos barata si todo queda como esta", decia Ramirez, que durante la epoca de Lopez Rega tuvo una importante participacion en el grupo de la triple A. Luego de despedir en la puerta del semipiso de Recoleta a Ramirez y Escorpion, Ponzi y Andrada se quedaron charlando cafe irlandes de por medio, sobre aquellos anos en el Ejercito, que justamente coincidieron con el casamiento de Ponzi. Andrada le recordo que a Susana la conquisto gracias a el, en referencia al velero que consiguio palpandose el revolver frente al dueno de una guarderia nautica del Tigre. Lo habia pasado a buscar vestido de Marino en un Falcon y se hicieron atender en la oficina al final del galpon donde descansaban las embarcaciones. Andrada invento un operativo de seguridad a realizarse en una isla del Delta, destaco que necesitaban la ayuda de buenos civiles para que estos grupos "de zurdos" no desquiciaran la patria. Eran tiempos de Ongania y los militares tenian que ordenar el pais de una buena vez. El hombre les dijo que era un orgullo colaborar con la causa y les puso a disposicion un barco de doce metros de eslora, que se podia usar tanto a vela como a motor. Antes de irse, Andrada le paso el brazo por el hombro, y le prometio que figuraria en el libro de la lucha contra la subversion. Ponzi le pidio cambiar de tema, la nostalgia era un mal subvaluado que lo afectaba mas de la cuenta. Se pusieron a bromear sobre la futura jubilacion de Andrada. Le quedaba una sola cosa por hacer, le dijo, y luego lo acompanaria a darle de comer a las palomas en la plaza. Rieron. Ya era tarde. Ponzi se habia quedado sin un peso. Andrada le ofrecio plata pero le dijo que volveria caminando para tomar un poco de aire, aunque su departamento quedara en el barrio de Caballito. A pesar de la trasnochada, se levanto como todos los dias a las siete treinta de la manana, una costumbre que conservaba desde su etapa como Teniente Coronel, y que no habia podido cambiar con el correr de los anos. Con tantas noches de soledad tuvo que aprender a cocinarse pequenas raciones de comida: para el desayuno tostadas de pan integral y una taza de cafe, al mediodia pastas sin salsa y por las noches verduras salteadas con pollo. El menu tenia alguna que otra variante, pero en general era siempre el mismo. Mas tarde sintonizaba FM clasica en el radio despertador y antes de acostarse acomodaba prolijamente las pantuflas debajo de la cama. Asi era su vida, una sucesion de hechos cotidianos sin sobresaltos. Una de las cosas que mas le molestaba de vivir al limite de la pobreza, era agacharse para limpiar el inodoro, el fondo de la heladera y las alacenas de la cocina. Tambien la falta de una buena cobertura social y sobre todo tener que conformarse con las peliculas gratuitas que pasaba el centro de estudiantes de la facultad de Filosofia y Letras, la mayoria de un contenido politico que le revolvia el estomago. A la tarde engancho "Rambo" en Telefe y se emociono por enesima vez, al igual que cuando veia "El barco", una pelicula sobre el devenir de un submarino Aleman durante la segunda Guerra Mundial. Hacia anos que no la podia ver porque le habian cortado el cable. Como era habitual, a la noche no tenia ningun plan, por eso cerca de las diez ya estaba en la cama dispuesto a leer "La Argentina Contemporanea" de Felipe Pigna, cuando sono el telefono. Miro el aparato con sorpresa y estiro el brazo. --Hola. --Estoy herido, veni rapido, Manuel. --!?Que?! ?Quien habla? --Alberto. Alberto era Andrada, su amigo de tantos anos. --No te muevas, ya voy, llamo a una ambulancia. --!No!, no llames a nadie, veni solo, apurate. Corto y salto de la cama en busca del pantalon, el unico par de mocasines que tenia y una chomba de Macowens. Evito el ascensor, bajo los dos pisos salteando escalones, y paro un taxi sin pensar en la plata que llevaba. Cuando estuvo a diez cuadras, le dio todos los billetes que tenia e hizo el ultimo tramo dando empujones a los turistas ante la impavida mirada de los mozos y chicos vendedores de flores. Llego a la calle Azcuenaga y toco timbre preguntandose si Andrada iba a poder abrirle. Retrocedio. Un objeto cayo desde el cielo. Era un juego de llaves que por poco le pega en la cabeza a una pareja que pasaba caminando. Subio al tercer piso, encontro la lampara del recibidor en el piso. Un reguero de gotas rojas lo llevo hasta el cuerpo de Andrada que yacia entre el living y el balcon. La sangre se habia apoderado de su camisa. Con las piernas temblando como un papel, se agacho, y lo dio vuelta. En un primer momento penso que estaba muerto, pero abrio los ojos e intento decir unas palabras que no terminaban de salirle de los labios resecos. Le puso un almohadon debajo de la cabeza, le dio de tomar un poco de agua. --Tengo que llamar a una ambulancia, Alberto. --No, escuchame --le pidio Andrada con un hilo de voz. Le hizo un gesto, queria algo para anotar. Ponzi agarro una birome de la repisa del living, y se la paso junto a un cuadernito que llevaba en el bolsillo. "Fiscal Failache" escribio Andrada con letras apenas legibles. Despues dejo caer las manos sobre la alfombra como si la fuerza de gravedad lo venciera. Al borde de las lagrimas, Ponzi le pregunto que habia pasado. Andrada le senalo la pared opuesta del living. Junto al zocalo habia un portafolio de cuero marron. Ponzi volvio a mirarlo; Andrada dijo sus ultimas palabras. --Daselo a el --y se le cerraron los ojos. El ex Teniente llamo a la policia y se esfumo con el portafolio en la mano. Volvio caminando, un rato trotaba y cuando se cansaba volvia a caminar. Al llegar se puso a mirar los noticieros, mientras dormitaba con la cabeza apoyada contra el respaldo de la cama. Por la manana, la seccion de policiales del diario hablaba de una confusa muerte de un Coronel del Ejercito argentino a punto de jubilarse. Otros medios afirmaron que habia sido abatido de un balazo, pero no habia pistas certeras sobre el asunto. A pesar de recibir llamadas de sus amigos, no los atendio. Tenia miedo de arruinar el ultimo deseo de Andrada. No queria defraudarlo. El lunes siguio recibiendo llamadas de Escorpion y de Ramirez, mientras leia Clarin. Despues salio a despejar la mente al bar de la esquina. El martes volvio a sonar el telefono y esta vez atendio. Era Escorpion. La autopsia confirmaba que la causa de la muerte de Andrada fue una bala que le atraveso el corazon. Esa tarde lo enterraban en el cementerio de la Chacarita. Se puso el unico traje que tenia, (sin contar el de militar guardado en el fondo del placard), y tomo el colectivo en direccion a la estacion Lacroze. Cruzo Corrientes, camino entre los nichos hasta una sordida capilla donde un cura oraba por su amigo delante de familiares y allegados. Se quedo a un costado, detras de un tipo alto que lo ayudo a pasar desapercibido. Junto al feretro estaban el hijo y la ex mujer. Al pibe lo habia visto por ultima vez cuando cumplio los dieciocho; a la ex era mejor perderla de vista, el alcohol la habia dejado fuera de sistema. Cuando llego el momento de trasladar el cajon, Escorpion le senalo una manija, y el, a traves de los lentes negros, fue saludando a los mas cercanos con un leve movimiento de cabeza. Habia militares vestidos de estricta fajina, periodistas, algunos politicos. Reconocio al ministro del Interior y a un diplomatico, pero se mantuvo al margen, ni siquiera se acerco cuando una nina le ofrecio una rosa para arrojar al ataud. Camino a la salida, Escorpion y Ramirez lo alcanzaron. --?Que se sabe? --les pregunto luego de unos largos segundos. --Eso te queriamos preguntar a vos, ?donde andabas? --Queria hacer el duelo... a mi manera. --O sea solo --dijo Escorpion y de reojo lo miro al Manteca--. Mira, le dieron en la puerta del cementerio de la Recoleta, y como pasaba gente, pudo escapar. No aguanto mucho. Alguien aviso a la policia, pero cuando llegaron no habia nadie. Ponzi lo escuchaba serio. --?Y que mas se sabe? --pregunto. --Nada --aclaro Escorpion--, misterio absoluto; si andaba en algo se lo llevo a la tumba. Uno cree conocer a sus amigos, y al final... --Quizas fue un intento de robo... --dijo Manteca desajustandose la corbata. Siguieron caminando en silencio hasta la explanada del cementerio, con las manos cruzadas por detras del saco, cabizbajos, como si fueran detectives intentando resolver el caso. Ponzi le sugirio a Escorpion que investigara en el Ejercito, para el no se trataba de un simple intento de robo. Despues le pidio prestados doscientos pesos, y le hizo la venia militar desde el estribo del colectivo. Paso la tarde buscando informacion. Tres dias despues los medios habian reducido el espacio dedicado al caso porque las lluvias en el litoral estaban inundando los campos y poniendo en peligro las cosechas. La clave, sin embargo, decia una linea de investigacion, estaba en la ultima epoca de Andrada en el Ejercito. Se decia que algunos militares pensaban romper el pacto de silencio, que la fuerza estaba resquebrajada, se especulaba con que pudieran aparecer arrepentidos. Ponzi abrio grande los ojos y se sirvio un vaso de Whisky que Andrada le habia regalado para su cumpleanos. Despues del tercer trago, el cansancio lo vencio, se durmio entre las hojas de los diarios con la tele encendida. Desperto a las siete con un fuerte dolor de cabeza. En la ducha trato de aclarar la mente. Dudaba entre llevarle el portafolio al fiscal, contarle a Escorpion y a Ramirez, o entregarlo en el Ejercito. Ninguna de las tres opciones lo terminaba de convencer. Despues de almorzar camino hasta el palacio de Tribunales. ?Como averiguar donde trabajaba Failache? Cruzo la plaza Lavalle, subio las escalinatas, miro de costado la estatua de la justicia, sin dejar de avanzar dio con el patio y sus columnas clasicas. Mientras leia en una placa de marmol a los proceres que sancionaron la Constitucion Nacional de 1853, vio en un banco del pasillo una revista de actualidad que no parecia tener dueno. Esquivo a un par de personas y se sento a ojearla para pasar el tiempo hasta que un titulo le llamo la atencion: "Los crimenes de lesa humanidad no prescriben", y debajo un largo articulo firmado por Carlos Antonio Failache. Cerro la revista de golpe, como si hubiera recibido un cachetazo que lo dejara con la mente en blanco. Preguntandose que hacia Andrada relacionado con ese tipo, miro hacia ambos lados, y la guardo en un bolsillo del chaleco de pesca. Abandono Tribunales, cabizbajo; ya no tuvo ganas de disfrutar de la belleza arquitectonica del edificio. Paro un taxi. Al llegar al departamento leyo la nota de un tiron. El fiscal actuaba en Villaguay, provincia de Entre Rios, y estaba decidido a investigar el pasado. De alguna manera Ponzi se sentia protagonista de aquellos anos de "botas largas", por mas que se haya retirado pronto. Lo mejor seria quemar el portafolio dentro del horno, cocinarlo a cien grados y pulverizar cualquier evidencia que pudiera revivir causas comprometedoras. ?Pero por que Andrada se queria retirar del Ejercito dandole el portafolio a ese fiscal? ?Acaso se habia vuelto loco? Paso la noche en vela, las pantuflas torcidas por las tantas veces que se levanto para ir al bano. El portafolio al costado de la cama y la radio que, mas que musica, emitia un ruido perturbador. Antes del amanecer, tomo una decision, temblando, con un frio seco en el esternon.
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Secretos en el desvan de Luz Guillen
https://gigalibros.com/secretos-en-el-desvan.htmlJulia necesita sentirse valorada por su padre y su hermano. La ocasion de demostrarlo se le presenta cuando le piden que se encargue de organizar una fiesta para celebrar el cuarenta aniversario de la empresa familiar. Para ello tendra que viajar a la mansion de su abuela, donde anos atras tuvo lugar una tragedia que la marco para siempre. Pero no va a estar sola. La acompanara Keith, el atractivo sobrino de su Nana. Psicologo de profesion, la ayudara a enfrentarse a los secretos que han permanecido ocultos durante anos y, al mismo tiempo, buscara el origen de las extranas pesadillas que la persiguen desde hace meses. Y en el camino le ensenara el verdadero significado de la palabra amor.
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El ladron de reflejos de Marta Lujan
https://gigalibros.com/el-ladron-de-reflejos.htmlUn viaje a una dimension atemporal.
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Seduciendo al principe de Amanda J. Queiroz
https://gigalibros.com/seduciendo-al-principe.htmlElla solo busca que la quieran en su forma, y no en las millones que existen. Quiere que la quieran unica y no cualquiera. Vive la vida despeinada, fumandose un peta en cada esquina, llorando en la barra del mismo bar que lleva su nombre, yendo de taxi en taxi detras del amor de su vida que olvido decirle cuando iba a ser la proxima cita. Tiene la mirada clavada donde todos, pero mira como nadie. Es una chica sin filtros, sin pelos en la lengua, sin ataduras en el corazon. Dice lo que tiene que decir y siente lo que no quiere sentir. Es la gata que camina por los tejados a medianoche en busca de una caricia y huye al primer roce. Es tan unica que ni siquiera la encuentras en un libro, ni en una fragancia ni en un paisaje. Lo de sus ojeras ya nos lo cuentan las canciones, lo de su sonrisa ya nos lo cuentan las interminables veces en las que tuvo que partirse para ser la chica valiente que ahora es, porque eso si: un dia tuvo tanto miedo, que no tuvo otra opcion que secarse las lagrimas y tomar al toro por los cuernos que dicho sea de paso: ya los llevaba clavados en el pecho. Ella es el sol de The Beatles, la paciencia de Guns N' Roses, la satisfaccion de los Rolling Stones; la voz rota de Kurt, la sonrisa fugaz de Amy, la mirada perdida de Jim, el espiritu rebelde de Janis. Jamas se ha rendido por nada, aunque muchas veces lo ha hecho por alguien. Lo ha dejado todo por un abrazo y ha hecho estallar esa presion del pecho contra otro pecho. Dos corazones que laten al compas es musica para cualquier sentimiento. No la catalogues como una chica rota, porque no lo es, lo que si es: una chica que lleva mil guerras perdidas en la mirada y mil cicatrices bajo la sonrisa." Benjamin Griss Esa manana cuando me desperte, lo ultimo que me esperaba era tener una resaca de mil demonios, y un dolor de cabeza infernal. ?Por que tendria que beber? Eso me pasa por hacer caso a Serena. ?Por que siempre hago caso a esa loca? Mi cabeza palpitaba fuerte y tenia la boca seca, me costaba incluso abrir los ojos o tragar. Aun asi muy despacito abri los ojos, me encontraba en la cama de un hotel que no era el mio. De hecho era como un palacio en comparacion con la choza que Serena y yo habiamos pagado para pasar el fin de semana por mi cumpleanos. Ay, mi cabeza. Me lleve las manos a la cabeza y suspire con pesar. Cuando viera a mi mejor amiga la pensaba matar. Aquel maldito dolor de cabeza se debia a los veintitres chupitos de Vodka que me hizo tomar anoche, uno por cada ano de mi vida. ?En que estaria pensando? Nunca bebi en mi vida, y ahora me pasaba esto. A mis veintitres anos tenia que estar muy gilipollas para hacer caso a Serena. Era una mala influencia y lo sabia, mis padres me lo habian repetido mil veces. Pero no… Tenia que seguirle el rollo a la condenada esa. Tenia pequenos fragmentos de anoche pero todo sonaba tan confuso en mi mente. Creo que vomite sobre alguien… ?O fue Serena? Puede que tambien me cayera sobre algo duro… de ahi que me duela tanto el culo. Arg. Frote los ojos pero algo aspero que me raspaba la cara me freno. Abri los ojos y mire con estupor mi mano izquierda en la que descansaba un anillo de plata sencillo sobre mi dedo anular. ?Pero que…? Me incorpore tan rapido que senti vertigo y ganas de vomitar. Cerre los ojos con fuerza intentando luchar contra el mareo y la resaca. Unos minutos despues, cuando se me paso por fin la sensacion de malestar, abri los ojos y estudie la habitacion. Era una suite francesa, las paredes tenian un color crema suave, y las molduras del techo estaban pintadas de un oro brillante. Todos los muebles eran de color caoba y en el suelo habia varias alfombras egipcias adornandolo. Todo era tan precioso que me quede anonadada. En mi ciudad no se solia ver nada tan bonito, lo unico que se podia apreciar en la granja de mis padres era el paisaje rustico, las vacas, los caballos… Poco mas. No podia creer que todo aquello fuera real, con que tuve que pellizcarme para tener la certeza de que no se tratara de un sueno mas. --Buenos dias princesa.-- una voz ronca y profunda inundo la habitacion captando toda mi atencion. Gire la cara y de una de las puertas de la suite aparecio un hombre desnudo. Si, completamente desnudo. Senti como el calor se subia a mis mejillas dejandolas coloradas al instante. El me sonrio y siguio su camino hacia otra puerta de la suite, yo me limite a seguirle con la mirada. Que culo, Jesus. Solte una risilla nerviosa y me tape los ojos. Si mi madre me hubiera visto en aquel momento… Lo mas seguro era que dijera que iria al infierno por ver a un hombre desnudo. Me destape la cara y volvi a mirar al anillo de mi dedo. Y lo quede mirando y mirando hasta que mi cerebro hizo un pequeno clic y abri los ojos de par en par otra vez. --Oh… No, no, no…-- empece a decir estupefacta y retire la sabana de encima. Estaba desnuda. Desnuda, en una habitacion que no era la mia, con un sexy hombre que ni siquiera conocia. Oh Dios, mi madre me va a matar. Mis padres eran muy religiosos, como se enteraran de esto… Me mataban. ?Como habia podido pasar? ?Me habia acostado con un completo desconocido? Definitivamente estaba muerta, y quiza desheredada a los ojos de mis padres. Eran demasiado religiosos para aceptar lo que acababa de hacer. Me iba explotar la cabeza, la tenia como un bombo, me levante tapandome con la sabana y empece a caminar de un lado al otro en busqueda de mi ropa pero no estaba por ninguna parte. -- ?Buscas tu ropa? Me gire hacia la voz masculina y le vi otra vez. Ahora iba vestido, con un pantalon de mezclilla claro, una camisa azul cielo y mocasines. Bastante apuesto, la verdad. Sus ojos azules se veian de lejos como un maravilloso cielo de primavera. Perfecto. -- Si. -- mi voz sono baja y quebradiza. Tenia tanta verguenza que casi no podia mirarle a los ojos. Aquella situacion era demasiado violenta para mi. Mis padres no me habian educado para hacer algo asi, ir acostandome con cualquier hombre por la vida. --Anoche la vomitaste por completo. --Sonrio y fue hacia una mesita que estaba al lado de la cama. Cogio un reloj que parecia bastante caro a simple vista y se lo abrocho en la muneca izquierda. Donde de hecho llevaba el mismo anillo que yo. Se me hizo un nudo en el estomago y senti fuertes ganas de vomitar. --He pedido que te compraran algo de ropa, esta en el bano, supongo que querras ducharte antes de que bajar a desayunar. --Yo… Gracias. --De nada princesa… Te espero abajo. -- me sonrio ampliamente y se fue de la habitacion como si nada.
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Todo lo que puedas desear de Jackie Collins
https://gigalibros.com/todo-lo-que-puedas-desear.htmlLa bella y atractiva Cameron Paradise ha decidido abandonar su casa en Hawai y a su marido Gregg, un maltratador, para comenzar una nueva vida en Los Angeles. Alta, rubia y con un cuerpo de escandalo, no tardara mucho en encontrar empleo como entrenadora personal, su gran vocacion, en uno de los centros deportivos mas inn de Los Angeles. Pronto, su trabajo le permitira entablar amistad con los hombres mas influyentes de la zona, que, rendidos ante su personalidad y atractivo, no dudaran en proponerle algo mas. Pero en la mente de Cameron solo hay cabida para su sueno: abrir su propio gimnasio y convertirlo en el mejor y mas exclusivo de Hollywood. Sin embargo, sus planes se veran truncados cuando conozca a Ryan Lambert, un fascinante director de cine independiente casado con Mandy, hija del magnate de Hollywood J. Hamilton Heckerling. Sin darse cuenta, Cameron se vera inmersa en una espiral de sexo e intrigas que la conduciran a una sordida historia con letales consecuencias…
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Me matan! Me matan! de A. R. Cid
https://gigalibros.com/me-matan-me-matan.html!Hola! No, no os estais volviendo locos. Si, soy un perro y si, estoy viendo a mi amo pasar de mi y saltar sobre una mujer de forma bastante divertida.
Hace pocos dias que la conoce y ya le hace mas caso que a mi, pero !si creeis que voy a dejar que me gane vais buenos! Ella es bonita y ha tratado de comprarme con un chuleton de domingos, eso que tienen su grasilla. !que rico! Pero me mantuve firme y me tire un pedete a discrecion.
Mi amo se ha vuelto loco con esta mujer. No deja de mirarle las mamas y solo tiene dos. ?Como se supone que va a criar a una buena camada? Este tio no aprende, si es que tengo que hacerlo todo yo. -
El chico que nunca llamo de Rosie Walsh
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Lo que encontre cuando te perdi de Fabian Tapia
https://gigalibros.com/lo-que-encontre-cuando-te-perdi.htmlEra asi como siempre despertaba... Mi frente empapada de sudor y mi corazon al compas del ultimo acorde mi melodia maldita. Todavia lo recuerdo tirado en el suelo del escenario y con todo lo que lo constituia--su gallardia, la manera en que flotaba con cada movimiento y su altivez, haciendolo de marmol irrompible. Su maldita barba descuidada, sus ojos largos, como de emperador egipcio, su cabello representando una danza en si y su estupida barbilla, tan afilada que parecia cortarte con solo mirarla...Todo desaparecido para siempre por el toque de una tecla de un piano de un musico con un corazon roto, que buscaba curar todo con mas quiebres. Oh, su caida. Una caida que merecia millones de terremotos y no estariamos haciendole justicia. Era como si se hubiera venido abajo el rascacielos mas admirado del mundo. Ahi es donde entra el efecto domino: su caida desprenderia poco a poco las peores tragedias que en mi vida hubiera imaginado...Tanto para el como para mi, ese suceso nos separo en un abismo en el que jamas existiria un mapa para volver a encontrarnos. No nos hemos dirigido la palabra desde que todo sucedio. Eramos el uno para el otro; nadie existia sin la gracia del contrario. El no danzaba con una musica extranjera; era la mia o era la mia. ?Que otra fidelidad podria exigir un artista? Ycon lo que mejor me pagaba era eso: su sonrisa al final de cada ejecucion, como si hubiera llegado al orgasmo y estuviera mostrandome lo satisfactorio que habia sido todo. Ahora me pregunto cada maldito segundo que es lo que pasa por su cabeza, sus manos y su cabello...Si cada pajaro que le alegra la manana es bien recibido por sus oidos, si cada canto lo recibe con la misma amargura con la que recibe las mias, si al mover los dedos extrana aquella vez en la que le di mi primera leccion de piano... Me pregunto tantas cosas que a veces olvido que existo. Me pregunto si tantas veces en que intente ser mejor para ti lo logre. Si mi tristeza no se te hacia estridente para tus oidos acostumbrados al arte bien labrado, si mis dramas eran dignos de un Juilliard y todos mis abrazos dignos de un titan como tu. [?Acaso te pude abarcar?]. Oh, nota aparte: no solo tu te quebraste. [Escucho un resoplido de hastio de fondo]. Siempre he pensado que eras como un cielo roto, si, pero como un cielo roto por cuyos resquicios se veian miles de estrellas. Yyo estaba ahi, tan insignificante como siempre. [Siempre ven al piano, no al pianista]. Yo, como un parche flotando a cubrir la herida de alguien... [Yo siempre estoy donde esta la herida. Pssssssst: encuentrame]. Me pregunto si mover esos dedos a esas malditas teclas fue un impulso de todo mi ser para sentir tanto dolor, que si siempre he estado predestinado a el, encadenado pero libre para siempre terminar siendo herido y herir a los demas que me salvan sin saberlo. Maldicion. Desearia pedirte perdon en cada estrella de este cielo que siempre esta encapotado. [?Tu si las ves?]. Y es que en Dinamarca nunca puedes contar con las estrellas. Con el frio si, por eso siempre estoy desnudo. Llevo la nieve en los huesos, por eso tambien pido perdon, aunque haya sido el acople mas perfecto a tu infierno; siempre descongelandome para que el invierno volviera a mi, como un viejo companero. Asi cambiabas mi nombre a Rob--Hilsen --Escarcha. Por cierto, los tulipanes que me trajiste de Holanda no se han secado; permanecen con el mismo color de hace cinco anos, diciendo, gloriosos: "MIRA, SOMOS MAS DURADEROS QUE LOS QUE JURARON AMOR ETERNO". Si te preguntas --porque ya no me preguntas a mi-- si sigo yendo a la costa, te digo que si. Es que siempre se siente desgarrador, como un grito desesperado al final del muelle, el hecho de gritarte te amo. Si, cada atardecer lo hago. No importa como se sienta mi garganta. [CULPABLE DE MI FUTURO CANCER: ZILE THORN] Mentira, tu seras el culpable de todos mis canceres, no solo de ese. Oh, demonios, casi lo olvidaba. No he olvidado que morire de cancer. Todos en mi familia han muerto poco a poco de eso. Se que es muy precipitado decirlo tan temprano [Ja, la primavera esta en cada poro de mi ser ?que te pasa?], pero cada biopsia y examen revelan que estoy perfectamente bien, pero se que estan rotundamente equivocados. Algun dia confundiran un resfriado con un cancer de pulmon o una urticaria con un cancer de piel que me ira devorando centimetro a centimetro hasta hacerme parecer un volcan en erupcion, todo sanguinolento. [?Por que no dejo de decir sandeces?]. Oh, si. La costa. Hace algunas noches tuve un sueno que se sintio como una premonicion: que encontraba una historia dentro de una botella y tenia que ver con un amor perdido de la reina. Se que suena descabellado, pero lo senti tan real, que a veces pienso tener esa botella verde bajo mi cama. Ycon que dice que me perdonas. Asi es como sucede: desenrollo el papel cafe arena con una prisa desmesurada y dice solo tres palabras... TE PERDONO, REGRESA. Y ahi es cuando despierto, con el maldito sonido vibrante del ultimo acorde que nos separo para la eternidad, como esos rayos que siempre has odiado. Pero no te apures, carino, si quieres que regrese no hace falta que me mandes mensajes dentro de una botella; imagino que sentire ese dia en el centro de mi alma, vibrando con la urgencia de una tormenta que acaba con la sequia de una razon perdida. No te apures, carino, me se el camino a casa mas que de memoria. Me se el calor de esos brazos tan cincelados, ese aroma de tu cuerpo tan de naturaleza verde y la musica de esos dientes que al chocar me provocan el deseo mas intenso de entrar...Y creeme que profanaria esa casa que tienes cerrada a cal y canto, pero como el musico que soy, se respetar el silencio ajeno. No, no quiero interrumpir todo el duelo que has de estar pasando. Al reves, quiero que lo sintamos el tiempo que tenga que llevar, porque forzar el tiempo es lo que mas retuerce las cosas. [Aunque tu siempre lo torcias con tu sonrisa de mar inquieto]. Quisiera decirte tantas cosas sin ahogarme en toda esta telarana que son mis palabras. Decirte, por ejemplo, que ya no he vuelto a tocar el piano desde aquella vez. Que ya no he vuelto a bailar como estupido por las calles cada que una cancion se apodera de mi. [Ah, como deseo que un taxi se enrede conmigo y me mate para siempre]. Que ya nada llena ese vacio que se siente todo el transcurso de las horas. Que le has quitado todo el dulce a las mananas para hacerlas azules. Que adios ya no significa lo mismo, ni perdon. Que cada que intento perdonarme me odio mas. Se que no soy tan fuerte como para tocar tu puerta, ni para encontrar esa llave que abre todos los candados, pero dejame intentar por lo menos buscar y perderme hasta darme cuenta que es lo que encontre cuando te perdi. Porque esto debe tener un motivo en concreto. No es una casualidad tanto romper y llorar. Quiero que ya no me veas nadar y naufragar en este oceano de lagrimas. Lanzame un halago, una frase que me motive a seguir, una balsa que resista a las olas que embravecidas me arrojan al vacio sin piedad.
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Al final de la tarde de Kent Haruf
https://gigalibros.com/al-final-de-la-tarde.htmlKent Haruf, autor de Nosotros en la noche, vuelve al pueblo imaginario de Holt en esta continuacion de la <
> que inauguro con La cancion de la llanura. -
Belgravia, Julian Fellowes de Julian Fellowes
https://gigalibros.com/belgravia-julian-fellowes.htmlLa nueva novela del creador de Downton Abbey.
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Conversaciones con mi enano de jardin de Jean-paul Didierlaurent
https://gigalibros.com/conversaciones-con-mi-enano-de-jardin.html -
Uno. Jugada Perfecta de Moruena Estringana
https://gigalibros.com/uno-jugada-perfecta.htmlCam no podia creer que su novia, su mejor amiga, su mitad perfecta le hubiera hecho aquello. No podia ser verdad… El habia visto a Blanca con ese chico y habia temido que lo dejara, que se diera cuenta de que eran tan diferentes que no estaban hechos para estar el uno con el otro. Cam era muy serio. Siempre habia sido un nino responsable, y Blanca era divertida, amante de las emociones y de los planes creados en el ultimo segundo. <
>, penso el joven. Fue a buscar a su chica y, en cuanto la vio, dijo lo primero que se la paso por la cabeza. Estaba tan triste que hablo sin pensar. —Me has sido infiel… Me has puesto los cuernos. Blanca lo miro impactada. —?No me vas a permitir dar mi version? —pregunto Blanca dolida. —Os he visto juntos. Soy iguales…, tan perfectos… Ni siquiera se que haces con alguien como yo. Para ti solo ha sido un juego. —!!Yo no me he liado con Noel!! —?Y como sabes que estoy hablando de el? —!Porque es la unica persona con la que me pueden relacionar! —!Porque sabes que tengo razon! ?Como has podido hacerme esto? —Como has podido tu, Cam. Confiaba en ti mas que en nadie, y me has juzgado sin mas. Creia que tu si eras capaz de ver como soy en verdad, pero me equivoque. Que te aprovechen tus prejuicios. Blanca se marcho corriendo para que Cam no viera sus lagrimas deslizarse por sus mejillas. Lo queria mas que a nadie y, aunque eran diferentes, eso no cambiaba lo que sentia. La habia juzgado como todos, pensado de ella cosas que no son. No pensaba volver a dirigirle la palabra… Solo asi conseguiria olvidarlo. Capitulo 1 Blanca La madrastra de Cam me ha dejado con el para ir a su casa a darse una ducha. No puedo creer que haya estado a punto de morir por conducir rapido. El, que se sabe al dedillo todas las normas de seguridad y es el cenizo que te las recuerda si te las saltas. Ha salido del peligro, pero, hasta que no despierte, no pueden saber el alcance de sus heridas en la cabeza. Me acerco a el. No he sido capaz de irme de su lado desde que supe la noticia. Colin, su hermano mellizo, me llamo para decirmela. El estaba de viaje y ahora ha regresado para estar junto a su hermano. Me imagino que esas horas lejos de Cam se le hicieron eternas. Miro a Cam deseando que despierte y me mire con sus ojos verdes. Seguramente me taladrara con la mirada y me dira que me marche, pero hasta que eso ocurra, pienso seguir aqui. Sin aparentar que no me importa, que me da igual lo que le suceda. Una parte de mi siempre sera suya. De repente, noto que Cam se mueve… Me sobresalto y lo miro. Su mirada esta vidriosa, y sus ojos, rojos por el golpe en la cabeza. —Eres una aparicion… —Eso quisieras tu, que aparte de ser infiel estuviera muerta —le digo mordaz. Sonrie de medio lado antes de dormirse de nuevo. Con el corazon dolorido y acelerado, voy a buscar al doctor para informar que ha despertado; que hable es buena senal, pero sus palabras no nos aclaran si va a tener una lesion cerebral o no. Informan a la familia de todo y regreso al lado de Cam hasta que la puerta se abre, y aparece Colin. —Cam… —Colin ni me ve. Solo puede mirar a su hermano. Llega a su cama y lo abraza con cuidado al tiempo que llora como un nino—. Si te pasa algo, me muero… Me marcho para dejarles intimidad. Voy a la zona de espera y veo a la novia de Colin. Me acerco a ella. Es un poco rara, pero llevan ya mucho tiempo y ellos se entienden bien. —Hola. ?Como esta? —me pregunta. —Esperan que lo peor haya pasado, aunque yo no me quito de la cabeza que Cam corriera tanto con el coche. —Yo tampoco —dice Luke, que acaba de volver con Roy. Han estado yendo y viniendo desde lo sucedido. —Cam no iria a esa velocidad a menos que pasara algo grave —anade Roy—. Esperemos a que se despierte para saber lo sucedido. —Mira por la sala—. ?Y su querida prometida? ?Sigue sin aparecer? —Si, tiene el movil apagado. No han podido localizarla —respondo. —A saber si no paso algo con esa bruja —dice Luke, al que no le cae muy bien la que fue su ex hace anos. Bueno ni a el, ni a nadie. No se como Cam pudo no confiar en mi y sigue al lado de alguien con tan pocos escrupulos como Carla, su prometida. Le ha dado mil y un motivos para no confiar en ella, pero sigue ahi. Cuando el padre de Carla acabo en la carcel por todos los delitos que cometio, todos esperabamos que rompiera su compromiso, pero Cam no… Cam se ha mantenido fiel a su palabra y ha protegido a esa arpia, que es igual de mentirosa y mala que su padre. Que Carla no este aqui me hace pensar si ella no ha tenido la culpa de lo sucedido. Me espero todo de ella. Al final me convencen para irme a casa a descasar. Al llegar, Emily y Peyton me preguntan por Cam y les cuento lo que ha pasado al despertar. —No deberia volver… —digo agotada—, pero tampoco puedo estar lejos hasta que no este bien y pueda seguir odiandolo como siempre. —Te entendemos. Me despido de ellas y me meto en mi dormitorio. Me tiro sobre la cama y me quedo dormida al instante. * Nada mas despertar, me doy una ducha, como algo y me marcho al hospital. Al llegar, Colin me informa que se ha despertado otra vez y que sus recuerdos estan todos bien salvo las ultimas horas antes del accidente. No recuerda por que iba a esa velocidad. —Mis padres se han ido a tramitar unos papeles en la comisaria. Yo tengo que ir con mi hermano pequeno. ?Puedes quedarte un momento hasta que regresen? —Claro. Si sucede algo, os informo. —Gracias. De mis amigos, soy la que no tiene trabajo. He acabado la carrera y me esta costando encontrar algo. He echado curriculums y hasta ahora no he conseguido nada. Nada que no sea trabajar con mi padre, el nuevo alcalde de la ciudad. Cada vez que pienso que ha vuelto para ser alcalde y no por mi, me enfado con el… Mi madre me abandono al nacer y siempre hemos sido el, yo y sus negocios. Siempre me ha dicho lo siento con un regalo caro por no poder pasar mas tiempo conmigo, y lo entiendo. Tiene mucho trabajo. Cuando era nina contrataba nineras para que me cuidaran. No siempre eran las mismas, porque no queria que me encarinara demasiado con ellas y, cada seis meses, buscaba una nueva para que no olvidara que ellas no eran mi familia, sino simples trabajadoras. Se que tenia miedo de que otra persona ocupara su lugar y las quisiera mas que a el, pero eso nunca paso. No tenia tiempo para quererlas y, como cambiaban tanto, me daba tanta tristeza despedirme que acabe por ser fria con personas que en verdad no queria dejar de ver. Era mejor eso que sufrir sus despedidas. Conozco a Cam de toda la vida. Mi padre es amigo de sus padres y su casa esta aqui, aunque no viva mucho en ella. Por eso, cuando empece la universidad, tras la ruptura de Cam, decidi independizarme y vivir sola, para que asi dejara de contratar cada seis meses personas para mi cuidado y poder vivir con gente que no se marchara. Fue la mejor decision, aunque provoco que mi padre aumentara el numero de regalos, porque sentia que estaba mas sola. El nunca ha tenido tiempo para mi, pero se que me quiere; no por los regalos, como el piensa, sino por las veces que me llama para preguntarme si estoy bien. El tiempo ha pasado y conozco poco al hombre del que llevo su sangre, y ahora que ha vuelto, es peor. Siempre esta liado para sacar esta ciudad para adelante tras el destrozo que hizo el anterior alcalde. Entro al cuarto de Cam y me siento cerca. Lo miro fijamente y, sin quererlo, recuerdo el dia que me di cuenta de que ese chico al que conocia de siempre me gustaba mas de lo que debia. Habia una comida en su casa y a mi padre le habian invitado, pero, como no podia acudir, me mando en su lugar. La tarde caia y algunos jovenes aburridos de la fiesta propusieron jugar a algo. Colin saco unas barajas de cartas del juego del Uno y, a los que no sabiamos como jugar, nos explico las reglas. Jugamos todos menos Cam, que estaba sentado cerca viendolo todo sin participar. Algo que hacia siempre -
Diario de una sirena (Ariel I) de Rachel Bels
https://gigalibros.com/diario-de-una-sirena-ariel-i.htmlEspera un momento! ?Princesa? ?Valiente? ?Acaso es un chiste? Si lo es, reconozco que tiene gracia, porque ni soy princesa, ni mucho menos valiente. Aclarado este punto, ya me puedo presentar. Me llamo Ariel, tengo veintiocho anos y vivo en Tenerife; aunque en realidad soy de Fuerteventura, donde me crio mi madre sola y lo mejor que pudo, teniendo en cuenta que mi padre estaba mas bien ausente.
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Fuego Cruzado de Raul Garbantes
https://gigalibros.com/fuego-cruzado.html -
Madame Zero y la hermosa indiferencia de Sarah Hall
https://gigalibros.com/madame-zero-y-la-hermosa-indiferencia.htmlDe los acantilados y las llanuras cubiertas de brezo de Cumbria con su historia de ardiente violencia, a la velocidad y el calor del verano en Londres, pasando por un lago misteriosamente tranquilo en los bosques de Finlandia, Sarah Hall evoca los paisajes con asombrosa precision y elegancia. Paisajes en ocasiones inquietantes que perfilan unos relatos que siempre habitan en el territorio entre lo natural y lo urbano, lo prosaico y lo surrealista, lo humano y lo animal; entre la intimidad de la naturaleza y la naturaleza de la intimidad. Sus personajes, ya se trate de un ama de casa frustrada que busca un encuentro apasionante, de una joven que contempla la muerte de su novio o de las fobias de una nina, son verdaderos supervivientes azotados entre oscuras pasiones y deseos que afloran a la superficie: el cuerpo humano, entre conflictos emocionales, proporciona el marco sensual de cada drama. Los relatos agrupados bajo el titulo ” Madame Zero y la hermosa indiferencia ” fueron publicados en ingles en dos volumenes diferentes. Insolitamente perturbadores y profundamente eroticos, sorprendentes y certeros, tristes con un filo de oscura sensualidad, estos relatos confirman a Sarah Hall como una de las grandes escritoras britanicas de su generacion.
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Paris, amor y coronavirus de Hugo Velasquez Ormeno
https://gigalibros.com/paris-amor-y-coronavirus.htmlEra una fria manana del mes de marzo en Paris, Claude estaba desayunando tranquilamente una taza de cafe acompanada con una rebanada de baguette untada de mantequilla y mermelada, disfrutaba cada sorbo del sabor amargo del cafe mientras miraba atentamente las noticias matutinas de su canal de television favorito; miro de reojo su reloj, aun le quedaban un par de minutos antes de salir de su departamento hacia el liceo donde impartia clases de Ciencias sociales. Se asomo a la ventana para fijarse en el cielo, estaba nublado, lo que coincidia con el pronostico del tiempo de lluvias esporadicas por la manana. Se puso la chaqueta de cuero y se cubrio el cuello con una bufanda roja estampada, obsequio de su madre. Antes de salir agarro su inseparable paraguas plegable y lo guardo en el maletin de mano donde llevaba sus apuntes para las clases del dia. El vivia en el segundo piso de uno de los historicos edificios Haussmann ubicado en el distrito o "arrondissement" de Passy. Al salir de su apartamento, se topo en las escaleras con una de las vecinas del piso superior que iba apresurada brincando a zancadas por los escalones. -!Buenos dias! -la saludo Claude, dejandola pasar al ver que iba con prisa. Ella no le contesto, solamente se limito a sonreirle. A pesar de vivir en el mismo edificio, el no habia tenido oportunidad de entablar una conversacion con ella; de todas maneras, de haber sucedido Claude no hubiera sabido que decirle por no tener experiencia en asuntos de mujeres. Era timido y se sentia intimidado al estar cerca de ellas; no obstante, fantaseaba que ella se arrojaba a sus brazos y lo colmaba de besos. Su fijacion con su vecina anonima habia iniciado hacia quince dias cuando coincidieron en la entrada del edificio y accidentalmente se rozaron sus manos al alcanzar, ambos al mismo tiempo la manivela del porton principal. No se dijeron nada, el se sonrojo bajando la cabeza como para que no lo notara, ella continuo su camino hacia su departamento con una sonrisa en los labios por la impresion que le causo a su timido vecino; Claude por su parte, la encontro excitante por su belleza y su manera gracil de desenvolverse. Desde entonces, estaba tratando de armarse de valor de hablar con ella apenas se diera la oportunidad. Albergaba la esperanza de que, por un golpe de suerte del destino, ella aceptara salir con el. Cuando salio del edificio, la vio que iba a paso apresurado a una cuadra de distancia, mientras el se dirigia hacia el lado opuesto hacia su trabajo. Al llegar al liceo lo unico que se hablaba entre los docentes y el estudiantado era la rapida propagacion del coronavirus en Francia, el cual hasta ese momento superaba los quince mil casos y habia causado mas de seiscientos fallecidos. Antes de entrar al aula, la secretaria de la Direccion le entrego una nota del Director del liceo en la que se convocaba a todos los docentes a una reunion urgente al mediodia. El tema a tratar era en referencia a las nuevas medidas emitidas por el Ministerio de Salud. Claude no le dio mucha importancia a ese asunto y empezo a impartir clases como de costumbre; aunque, noto que la mayoria de los estudiantes estaban dispersos. Sin decir nada, escribio en la pizarra: "11 de marzo". -?Que se sucedio un dia como hoy? -pregunto a la clase, con el objetivo de integrarlos al tema del dia y en la discusion de grupo. -Nacio Shurik'N del grupo IAM -le contesto uno de los estudiantes aficionado a la musica rap, con lo cual obtuvo el aplauso de sus companeros. -No es la respuesta que buscaba -le contesto Claude, tratando de tranquilizarlos. Le hacia gracia la manera de pensamiento libre y sin temor a represalias de esta nueva generacion, muy diferente a la suya donde eran reprochados al dar una mala respuesta. -Nacio Didier Drogba -le contesto otro que practicaba futbol, produciendo la risa de otros. -!No! -se sonrio Claude, fanatico al PSG, -mala respuesta; ademas jugaba por el OM (Olympique de Marseille); es el colmo que un Parisino sea hincha de un equipo provinciano, mas bien deberia quitarte puntos -lo que provoco la risa de todos. -Nacio la actriz porno Nikki Anderson -dijo el comediante de la clase que se fijo rapidamente en efemerides del dia en su celular, provocando el caos en el aula. -Acabamos de enterarnos que eres aficionado a la pornografia, pero no -continuo tranquilamente Claude-. Es el dia de los atentados de las estaciones de trenes en Madrid donde hirieron a mas de 1,900 personas y causaron la muerte de cerca de 200. ?Por que es importante esta fecha? -Marca el inicio de los atentados del grupo fundamentalista radical islamico en Europa -le contesto una alumna. -Exactamente -la felicito Claude, continuando con las preguntas al resto de la clase procurando involucrarlos en el tema de Historia contemporanea. Pasada las 12 del mediodia, entraba al salon de reuniones el Director del liceo acompanado con su ayudante y la secretaria que llevaba un folder repleto de papeles. -Disculpen la tardanza -dijo, mientras se secaba el sudor de la frente con un panuelo que se asemejaba a un trapo de cocina. En su rostro se evidenciaba su cara de angustia-. Vengo de hablar con uno de los directores administrativos del despacho del ministro Jean-Michel Blanquer. Como ustedes sabran, la semana pasada fueron cerradas 120 escuelas de primaria y secundaria en toda Francia, siendo las regiones mas afectadas Oise y Morbihan. Hace un par de dias en el liceo de Montreuil se reporto un alumno positivo con el CO-VID19, por lo que ordenaron poner a todo el alumnado en cuarentena; se me informa que estan pensando de tomar las mismas medidas para todo el pais, aunque el Ministro rechaza la idea de un cierre total de las escuelas; como veran, las cosas no pintan bien; ademas, el Ministerio de Salud reporto la triste noticia de 33 fallecidos hasta el dia de hoy; y para colmo, un comunicado de la Organizacion Mundial de la Salud clasifico el contagio del coronavirus como pandemia. Me parece una barbaridad el no haberlo anunciado mucho antes, ahora este virus nos agarra a todos los franceses desprevenidos y vamos a sufrir nefastas consecuencias por su ineptitud; no obstante, se tiene previsto que manana, el presidente Macron dara una declaracion sobre este tema. De nuestra parte, debemos anticipar un cierre parcial o total del curso lectivo por la cuarentena, por lo que tienen prever de continuar las clases y evaluaciones por medio de video conferencias en los siguientes dos meses o hasta que finalice el curso lectivo. El anuncio no agarro a nadie de sorpresa, ya lo habian anticipado segun los comentarios de colegas de otros centros de ensenanza; mas bien, algunos tomaron con relativa calma la noticia sobre la propagacion del virus en diferentes regiones del pais, por lo que sus preocupaciones en este momento se centraban mas en la suspension de sus vacaciones de primavera durante el mes de abril, que en la enfermedad misma. Despues de terminar su jornada laboral, Claude decidio de ir a su cafeteria favorita, para relajarse y deleitarse de una apetitosa tarta de fresa con una taza de cafe expreso; estaba antojado. Alli se sentia a gusto por el personal extremadamente amigable y servicial. Se acomodo en una de las mesas esquineras con vista a la calle, para disfrutar de su merienda vespertina y ver a la gente pasar; estaba distraido ojeando los mensajes en las redes sociales de su celular, cuando de repente se le acerco un hombre. -Hola, me llamo Andre -le dijo, extendiendole la mano. -Hola, yo soy Claude -le contesto, sorprendido; tardo un par de segundos para reconocer a su vecino que residia en el penthouse. -?Me puedo sentar? -le senalo la silla de enfrente. -Por favor, sirvase usted -Claude le respondio con cortesia, no salia de su asombro ante la inesperada intromision. -?Vienes mucho aqui? -le pregunto, mientras colocaba su plato con un croissant de hojaldre relleno de chocolate y un vaso de citron presse (limon exprimido). -En ocasiones, cuando el tiempo me lo permite. -Es mi primera vez y estoy gratamente sorprendido de la variedad de pasteleria -le dijo Andre, mirando con deleite a su postre-. Vivimos en el mismo edificio, ?lo sabes? -Si, te he visto -dijo Claude timidamente, notando que no le prestaba mucha atencion por estar mirando alrededor suyo. -!Nada mejor que un poco de dulce para llenarse de energias! El joven maestro lo oteaba extranado; su acompanante era un hombre bien parecido y atletico, se asemejaba bastante al actor Henry Cavill, tanto que incluso podria ser su doble; se desenvolvia con calma y con una tremenda seguridad en sus movimientos; proyecta una mirada coqueta mientras desplegaba una sonrisa picara, que incluso pudiera considerarse arrogante; mostraba estar consciente de su atractivo fisico al sexo opuesto y de que podia darse el lujo de escoger a la pareja de su conveniencia; vestia elegantemente con ropa deportiva, a Claude le llamo la atencion su fino calzado de cuero como senal de su alto nivel economico, definitivamente Claude no era ningun match para el. -?Llevas mucho tiempo en Paris? -le pregunto Andre, tras notar su dejo campesino y mirando desinteresadamente alrededor en busca de alguna otra cara conocida. -Seis anos -le respondio Claude obedientemente; estaba curioso por saber a donde iba a llegar la conversacion; observo que su vecino tenia mas o menos la misma edad que el y no llevaba una alianza, concluyendo que no tenia hijos; por lo tanto, no requeria ayuda o favores en la docencia de menores; entonces, ?que estaba haciendo el ahi, sentados en la misma mesa? ?Que buscaba? ?Solo conversar? -?A que te dedicas, Claude? -seguia fisgoneando Andre, sin darle mucha importancia al hecho de que la pregunta fuera impertinente para alguien a quien acababa de conocer. -Imparto clases de Ciencias sociales en el liceo. -Un maestro, !excelente! Una vocacion muy noble, la de transmitir conocimientos a la joven generacion -comento mientras cortaba con sus manos un pedazo del croissant y se lo llevaba a la boca; luego saco una tarjeta de presentacion de su chaqueta y se la entrego-. Yo soy ingeniero de sistemas y director en el area de distribucion de una empresa multinacional en Nanterre; ahi tienes mi numero por si necesitas algo, la misma oferta va para el liceo donde trabajas. -Muchas gracias. ?Eres Parisino? -se atrevio a preguntarle Claude, sintiendose un poco mas confiado. -No, soy de Essonne; aunque ya llevo casi diez anos viviendo en Paris. ?Donde estudiaste? -le pregunto, enfocandose en su interlocutor. -En la Universidad de Paris 8 de Vincennes a Saint Denis, alli hice mis estudios en Humanidades y en Educacion. -Excelente universidad -dijo levantando su vaso de citron presse y chocando la taza de cafe de Claude, celebrando con un "salud" para romper el hielo y hacer que se sintiera mas relajado-. Si no me equivoco, de ahi viene el dicho por el general De Gaulle: "Vincennes es para los alborotadores". -!Je!, !je! -se sonrio Claude-, esa era otra epoca; ahora el ambiente esta mas calmado. ?A cual universidad fuiste? -Yo estudie en la Universidad de Paris 1 Pantheon - Sorbonne, donde me gradue con altos honores de la facultad de Informatica. -Magnifico, supongo que te va muy bien, ya que vivimos en un mundo totalmente computarizado y de realidad virtual. -No me puedo quejar; logro cubrir todas mis necesidades y un poco mas. ?Tus padres viven? -empezo a indagar un poco mas sobre Claude ya que su personalidad le resultaba agradable, lo percibia como un tipo sin maldad, se pudiera decir hasta inocenton.
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Educar en lenguaje positivo de Luis Castellanos
https://gigalibros.com/educar-en-lenguaje-positivo.htmlLas palabras tienen gran importancia en el funcionamiento de nuestra vida y del tipo de palabras que utilizamos a diario para comunicarnos con nuestro entorno depende mucho la forma en que funcionamos. Nuestras palabras pueden ser nuestro peor enemigo o nuestro mejor aliado. Es necesario generar una nueva cultura del lenguaje y crear metodos de seguridad linguistico-emocional que puedan beneficiar a todos los agentes implicados en la educacion.
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Tras la pista que me llevo a ti de Caridad Bernal
https://gigalibros.com/tras-la-pista-que-me-llevo-a-ti.htmlEl cree que todo esta perdido. Ella, que siempre hay esperanza.
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Entre tu pediatra y tu de Carlos Gonzalez
https://gigalibros.com/entre-tu-pediatra-y-tu.html?Esta mi hijo bien alimentado? ?Que puedo hacer ahora que empiezo a trabajar? ?Como puedo conseguir que duerma toda la noche? Esta es una seleccion de preguntas al consultorio de Carlos Gonzalez y sus respuestas sobre las preocupaciones cotidianas de los padres, que resolveran las dudas que cada dia nos asaltan sobre la salud, el crecimiento y el desarrollo de nuestros hijos.
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Amurao. Dos dientes de plata de Fran Barrero
https://gigalibros.com/amurao-dos-dientes-de-plata.htmlAcurrucadas en el sofa, para envidia de Pablo, que juega con la pequena Eva a adivinar los animales que dibuja con extranos garabatos en un cuaderno, Cristina y Livia estan terminado de ver una pelicula de policias. --!Otra vez, otra vez! --grita Livia, derramando las pocas palomitas que quedan en el cuenco sobre su regazo. --?Que dices? ?Te ha dado un flus? --Su mejor amiga la observa entre asombrada y divertida. --?No lo ves, Cris? Mira la tele. El malo esta usando a uno de los polis como escudo humano, y sus companeros no disparan por miedo a herirle. --Claro, es logico. --Pero eso es absurdo a la vez. Casi todas las peliculas de policias muestran escenas asi en el final, con lo sencillo que seria salir de esa situacion. Cristina sonrie. --En alguna pelicula he visto que se dispara al costado o el hombro del policia y asi se abate al malo. --Pero eso no es efectivo, Cris. El malo puede disparar como acto reflejo y volarle la cabeza. --Eso es cierto, pero solo es una pelicula. No deberias tomartelo tan al pie de la letra. --?Y si pasa en la vida real? ?Y si nos enfrentamos alguna vez a alguien y nos vemos en esa situacion? --Esta bien, pues dime que quieres que hagamos. --Cristina sonrie, le encanta ver a su amiga tan entusiasmada con el trabajo. --No se, supongo que habria que apartarse muy deprisa del malo para que tu companero le disparase en la cabeza. --Para eso se necesitan muchas cosas. --?Como cuales? --Livia se gira y se sienta frente a ella con las piernas cruzadas como un indio. --Pues necesitas que quien dispare tenga una precision y rapidez de tiro casi perfectos. --Yo 95 y tu 96, somos las mejores. --No tan rapido, tambien requiere una rapidez de movimiento extremo por parte del rehen. Y lo ultimo y mas dificil de todo --Livia la observa como un nino de diez anos viendo por primera vez Los Gremlins--: usar una especie de codigo entre companeros. --?Un codigo? ?Como es eso? --Pues imagina que te guino un ojo para que sepas que me voy a apartar rapido. --?Y cuando tendria que disparar yo? --Pues tras una cuenta atras coordinada, por ejemplo, guinando el ojo tres veces. --Pero eso puede llevar a error, serian cuatro guinos, el primero para avisar y los otros tres para disparar. --Vale, pues otra senal, quizas con las manos. La V de victoria. --No me gusta. --Estas un poco puntillosa. --Es que prefiero la senal del triple de baloncesto. --?Como es eso? Pablo interviene y lo hace con la mano, describiendo un circulo entre el pulgar y el indice, de modo que los otros tres dedos queden hacia arriba. --Me parece bien. La senal del triple y luego los tres guinos. --Y tenemos que acordar si disparamos al tercer guino o despues. --Ahora eres tu la que lo complica, Livia. ?Que es eso de despues? --Ya sabes. A la de tres y disparas, es decir: <
> y luego disparas, < > y disparas. --Esa ultima, mismamente, ?que mas da? --Es la parte mas importante, la que decide si me vuelas la cabeza a mi o al criminal. --Vale, pues uno dos y disparo. Por cierto, me he perdido todo el final de la pelicula por tu culpa. --?Y que importa? No habia ningun chico guapo. Dos dientes de plata Rumania Nicoleta sabe hacerlo, no tiene que ensenarle nadie. Lo ha visto hacer muchas veces y tambien ha practicado cuando sus padres y su hermano no la observaban. La nina otea el horizonte al otro lado de la ventana del pequeno salon, solo logra ver las lejanas copas de los arboles mecidas por la brisa y un leve destello azulado empujando el manto negro de la noche sobre el cielo. En menos de media hora estaran todos despiertos en la casa y se sorprenderan de que ella haya demostrado que no es tan pequena como aseguran. Sabe donde esta todo, incluso el sitio en el que guardan las cerillas. Una vez reunidos los materiales necesarios, hace una bola con dos hojas de una vieja revista y las coloca en el centro del hogar; encima, pasto seco y fino, creando una pequena montana que crece a medida que anade palos delgados, luego mas gruesos. Cuando la cerilla se adentra en el conglomerado y toca el papel, todo comienza, tal cual lo ha visto hacer cientos de veces. No hay error posible. Tarda unos quince minutos en obtener la recompensa. Su padre, el primero que se levanta cada dia, entra en el salon y observa el fuego, luego a ella, vuelve a mirar el fuego, sonrie y se marcha. La nina no esperaba mas. ?Para que? Es mas que suficiente. Ya es mayor. Una vez desayunado y en el patio de atras, justo al lado del cobertizo de las herramientas del huerto, su hermano Costel corta lena, aunque tienen de sobra almacenada para el siguiente invierno. La nina se acerca, como cada dia, y ruega para que le deje ayudarlo. --Es muy peligroso para ti, puedes cortarte. --Tu usabas el hacha cuando tenias mi edad. --Es diferente, soy un chico. --Yo tambien puedo hacerlo. Ya oiste a mama esta manana, igual que tata cuando vio el fuego en la chimenea. Ya puedo hacer todo lo que quiera. Ya soy mayor. --No digas tonterias, eso te lo han dicho para que te sientas bien, por el detalle de encender el fuego. Encender fuego puede hacerlo hasta un mono. --!Eso es mentira! !Retiralo! --Bueno, esta bien, tu lo has querido. --Costel mira hacia la casa. Padre esta en el huerto y parece que madre no les vigila desde la ventana de la cocina--. Toma el hacha y haz lo que te diga. La nina se embriaga de emocion, responsabilidad y valentia a partes iguales. Toma el hacha por primera vez en su vida, nunca habria imaginado que pesaria tanto, casi no puede sostenerla con las dos manos, ni siquiera usando los consejos de su hermano mayor. Levanta la herramienta como le indica Costel, con la mano derecha en la parte inferior del mango y la izquierda casi pegada al frio metal. La eleva sobre su cabeza con determinacion y luego la deja caer con todas sus fuerzas sobre un pequeno tocon que ha colocado su hermano sobre la base. El filo ni roza el tocon, tampoco la base del enorme roble que se seco antes de que ellos nacieran y que usan para trocear la lena. Nicoleta siente que ha gastado las energias de una semana entera para hacer el ridiculo, pero eso solo le dura unos segundos. --Quiero intentarlo otra vez. --Te vas a hacer dano. Has estado a punto de darte en una pierna, te la habrias cortado y luego tata me mataria . --Solo una vez mas, por favor. Ni siquiera espera la autorizacion de su hermano, levanta el hacha y lo deja caer con mucha mas fuerza que antes, sin medir en ningun momento la precision para lograr su objetivo. El hacha se incrusta en el centro del tocon, pero no mas de unos milimetros. Costel rie al ver demostrada su teoria. El casi partio un tocon parecido cuando lo intento por primera vez, de eso hace seis anos. --Las chicas no teneis fuerza. Las chicas solo podeis trabajar en la casa. Vete a la cocina o a limpiar. Ella se enfada, observa el tronco y escupe al suelo con furia, como ha visto a su tata hacer desde que tiene uso de razon cuando esta enfadado. Mierda de vida, ella no decidio nacer chica. Se marcha corriendo a la casa, tiene muchas tareas pendientes de hacer. Habia pensado, ingenua, que podria cambiarlas si demostraba esa manana que podia encender fuego y cortar lena. Creia que mama usaria su autoridad para cambiar definitivamente las tareas de cada uno y asignarle las que ella queria desempenar. < >. Aun. Se pasa dos semanas preparandose para un nuevo intento, catorce dias en los que se levanta temprano, antes que los demas, enciende el fuego y luego se marcha a golpear con el hacha los troncos que coloca sobre la base del roble seco. Tambien lo hace algunas tardes, cuando su hermano y sus padres estan ocupados y sabe que no la observan. Practica hasta tener callos sangrantes sobre los anteriores callos resecos, hasta que suena por las noches con dar golpes, hasta que su vida se limita exclusivamente a golpear un estupido trozo de lena para convertirlo en dos. Esta manana no practica, se limita a esperar a que Costel este por la zona, ahora interesado en encontrar su azadon para ir al huerto. Nicoleta camina con decision hacia su objetivo, toma la herramienta y coloca un tocon mayor del que puso su hermano dos semanas atras. Este la observa desde la puerta de cobertizo, a tres metros, entre sorprendido e intrigado al ver su determinacion. No necesita un segundo golpe, el tocon se parte en dos ante el asombro del adolescente. --?Lo has visto? ?Lo has visto, Costel? De un solo golpe. --Habras tenido suerte, seria un trozo muy seco o podrido. --Puedo hacerlo otra vez. --Solo si yo elijo el tronco. --Me da igual, lo cortare de un solo golpe de nuevo. El chico coloca un trozo mucho mayor que el anterior, uno que el mismo no seria capaz de cortar de un solo golpe. Ella nunca lo ha intentado con semejante trozo de madera, ni la mitad. Sabe que no lo lograra, y no es una duda, se trata de logica, como dice su padre cuando le explica que la lena humeda no es buena para prender fuego, que no se puede plantar patatas en octubre y que una mujer nunca servira para nada mas que trabajar en el interior de la casa. < >. La nina aprieta los dientes, se aferra al mango del hacha y lo eleva sobre su cabeza. Usa el punto de apoyo del pie izquierdo, luego equilibra, pasa al derecho, adelantado, y deja caer con todas sus fuerzas la herramienta. El tocon no se parte, pero el hacha entra hasta la mitad del mismo. Todo un logro que no esperaba. Se gira con cara sonriente. Su hermano no sonrie, alberga un semblante extrano en la cara. La nina baja la mirada y observa la hoja del cuchillo que le ha brotado al chico en mitad del pecho, gotea sangre espesa y oscura, despacio. Vuelve a mirar la cara de su hermano, la mueca es ahora grotesca, como una mascara, un hilo de saliva rojiza cae de su boca abierta. Corre en un acto reflejo, corre con todas sus fuerzas. En casa esta mama y ella sabra que hacer. Antes de llegar a la puerta trasera, la que da a la cocina, un tipo enorme aparece y ella resbala antes de chocar contra el, esta aterrada, lo mira sin comprender como ha salido ese extrano, ese monstruo, del interior de su casa. El tipo enorme sonrie y muestra dos dientes de plata entre otros deformes y oscuros. Se agacha ante ella y le susurra. --?Tienes miedo, pequena? --Si. --Nicoleta ni siquiera sabe de donde ha salido el susurro de la respuesta. --No deberias tenerlo. ?Sabes que, segun la Biblia, el diablo no ha matado a nadie nunca? -- Y sonrie de nuevo, a sabiendas del efecto que produce la vision de su dentadura en la nina. -
Doce oportunidades de vivir de Jossy Loes
https://gigalibros.com/doce-oportunidades-de-vivir.htmlSophia Baute ha pasado toda su vida entre cintas, saltos y danza, esforzandose en mantenerse en la elite de la gimnasia ritmica. Tras un error basico en una competicion, en la que queda en los ultimos puestos, duda si seria bueno retirarse como habia planeado.
Sin embargo, todos sus planes se desmoronan en el momento que sufre un grave accidente, hundiendola en un foso oscuro del que no es capaz de salir, pero la insistencia de su amiga Marian la lleva a aceptar ir a Florida, donde un compromiso la pondra en el camino de Blake Clark.
El no es un chico cualquiera. Durante toda su vida se ha esforzado por llegar a un buen puesto en su profesion y, a pesar de haber cumplido esa meta, lucha constantemente con el fantasma de su pasado. Un pasado que le pondra a prueba desde el instante que tropieza con Sophia, trastocando todos sus planes del presente y del futuro.
Dos jovenes con vidas distintas y metas planificadas con antelacion que son puestos a prueba de doce maneras diferentes.
Doce oportunidades para olvidar...
Doce oportunidades para volver a empezar...
Doce oportunidades para pedir perdon...
Doce oportunidades para amar...
Solo ellos entenderan el significado de: Doce oportunidades de vivir. -
Mecida por el viento de Laura Toves
https://gigalibros.com/mecida-por-el-viento.htmlEn Madrid, una tarde de primeros de diciembre Olivia y Sean se conocen en un concierto de musica clasica, de forma absolutamente inesperada. En ese momento el siente un flechazo. Sin embargo, Olivia, que esta atravesando una etapa personal de mucho dolor y oscuridad, no mirara a Sean de la misma forma. Pese a ello, ambos recorreran un camino nada facil, lleno de incertidumbres y de terceras personas que se entremezclaran por el camino; un laberinto de emociones y de situaciones inesperadas que les pondran a prueba.
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Proxima estacion de Monica Gutierrez
https://gigalibros.com/proxima-estacion.htmlEl trueno hizo vibrar los techos acristalados de la estacion. Los cielos de Paris se derramaban y habia anochecido precipitadamente. La primera vez que las luces de la estacion parpadearon, cruzaba apresurada el vestibulo hacia el anden cinco con la maleta en una mano y el trasportin de Houdini en la otra. Empece a correr cuando Angela, que para ser experta en cruasanes y odiar las deportivas se le daba bien volar sobre sus tacones, grito algo incomprensible tres metros por delante. Nos las habiamos apanado para empaparnos el pelo, el abrigo y los zapatos al salir del taxi que nos habia traido desde el aeropuerto Charles de Gaulle. Las escaleras mecanicas estaban a punto a dejarnos a pie de anden cuando la iluminacion volvio a parpadear y finalmente se rindio. Una vez, mi abuela me dijo que no tuviese miedo si a mi alrededor de pronto se hacia la oscuridad porque quien lleva tanta luz en su interior no necesita focos. Si lo hubiese recordado en esos momentos quizas me hubiese sentido menos agobiada, pero la humedad, el exceso de equipaje y los golpes de un cabreadisimo Houdini dentro del trasportin no me hacian sentir exactamente resplandeciente. --Paciencia Houdini, ya llegamos. --?Por que te has traido a la bestia peluda? --Angela tuvo el detalle de parecer humana, despeinada y enrojecida, por la carrera. --Es un conejo enano, no puede quedarse solo mas de veinticuatro horas y no tenia con quien dejarlo. --Aprecias de verdad a todos tus amigos y familiares, ?eh? A oscuras, muerta de frio, de sueno, de hambre y del cansancio de los aeropuertos, me pregunte por enesima vez por que me gustaba viajar. Conocer mundo estaba bien, contemplar el patrimonio artistico de otras culturas era un privilegio, pero trasladarse hasta el interesante destino resultaba, en el mejor de los casos, incomodo. A punto de expresar en voz alta mis dudas sobre la buena intencion de Angela de invitarme a acompanarla, se encendieron las anaranjadas luces de emergencia y me quede boquiabierta y sin palabras. Comprobe en el panel informativo que aquello no fuese el anden nueve y tres cuartos, y respire con alivio --no habia metido tunica ni varita en el equipaje-- al recordar que los vagones del Hogwarts Express no eran azules, de un brillante azul profundo. El emblema dorado, que representaba a dos leones rampantes de largas lenguas y colas, relucia incluso bajo la deficiente luz. --Cie Internationale des Wagons-lits et des Grands Express Europeens --lei en voz baja. --Bienvenida al Belmond Venice-Simplon Orient Express, mademoiselle --Angela habia desaparecido y un hombrecillo vestido con casaca y pantalones azules ribeteados de amarillo y una gorra de plato demasiado grande para su cabecita intentaba arrebatarme la maleta. --Sigrid Merlo --me presente sin soltar mi equipaje--, de Moonlight Hoteles. --Mademoiselle Merlo, la estabamos esperando --Pese al disimulado forcejeo con la maleta, su sonrisa de dientes impecables, bajo un bigotito estilo hormigas-en-fila, no menguo ni un solo milimetro--. Gilberto, Agente de Acompanamiento. A su servicio. Obvie la rima, recupere el control de mi maleta con una firme sacudida y retrocedi un par de pasos para admirar aquella fabulosa maquina de otros tiempos. La semana anterior, Angela me habia entregado un sobre con toda la documentacion del viaje y me habia dado la enhorabuena. --El presidente me ha escogido para representar a Moonlight en el Summit de este ano. --?Que es eso? --Nadie sabe exactamente lo que significa Summit y llevamos tantos anos llamandolo asi que tampoco nos atrevemos a preguntar sin arriesgarnos a que nos tilden de borregos. Aproximadamente es como una convencion anual del sector a la que asisten directores de las principales cadenas hoteleras para debatir y reflexionar sobre cuestiones comunes. Tambien se hace un poquito de promocion y marketing. Que te inviten es muy buena senal para tu imagen de marca y que el presidente te escoja para representar a la cadena, es Bien, con mayusculas, para tu futuro profesional. Este ano, el Summit corre a cargo de los Belmond, se celebra en un viaje promocional de inauguracion de la temporada del Orient Express y tu te vienes conmigo. --?Nadie mas queria ir? Angela era licenciada en Derecho y habia ejercido algunos anos la abogacia hasta que su bufete la escogio para asesorar legalmente a Moonlight Hoteles y ella se quedo prendada de ese complejo ecosistema que era un hotel. Curso un master en direccion de empresas, trabajo un tiempo mano a mano con uno de los directores de Moonlight y encajo en aquella familia corporativa como si siempre se hubiese dedicado a la hoteleria. Me habia explicado alguna vez como habia progresado hasta llegar a directora de area, pero confieso que me aburria tanto cuando se ponia en plan mira-hasta-donde-puedes-llegar-si-te-aplicas-como-yo que solia aparentar que la escuchaba mientras pensaba en cualquier otra cosa. Angela, que quizas en aquellos momentos se vengaba de mi falta de interes en su carrera profesional, ignoro mi intervencion y tuvo la paciencia de explicarme que el legendario tren iniciaba su trigesima quinta temporada desde que se habia terminado de restaurar, en 1982, y la cadena Belmond, a la que pertenecia, habia propuesto celebrarlo con la organizacion del Summit de 2019. El gancho era el propio tren, la excusa la convencion anual y las veladas intenciones del consejo de direccion de los Belmond, la caza y captura de un acuerdo comercial beneficioso para las dayrooms de lujo en las principales capitales en las que efectuaba parada. Los propietarios hoteleros convocados al Summit se habian apresurado a confirmar asistencia y a enviar a sus mas encantadores directores y a sus gerentes o adjuntos--una pareja por firma, como en el Arca de Noe--, sabedores de que conocer el tren mas lujoso del mundo y sus servicios era una fuente de inspiracion a la que resultaba muy dificil resistirse. La cuestion moral consistia en que, aunque tecnicamente yo era la adjunta de Angela, me quedaban dos telediarios en Moonlight Hoteles. La semana anterior habia avisado de que, en quince dias laborables, dejaba el lujoso establecimiento de cinco estrellas que la prestigiosa cadena poseia en la avenida mas elegante de Barcelona porque habia aceptado el puesto de conservadora en el departamento de arte funerario griego y romano del Museu d'Historia. El actual senor Casalet --cuarta generacion familiar de hoteleros--, propietario de la cadena Moonlight, era un aficionado coleccionista de arte y quizas por eso pidio a recursos humanos que hiciese la vista gorda con mi doctorado en Historia cuando solicite un puesto de asistente a direccion en uno de sus hoteles. Concretamente, en el Moonlight Falls de Passeig de Gracia, la joya de la corona de los Casalet en el sur de Europa, supervisado por la indestructible abogada y directora general Angela Llorente, tormento de los recepcionistas, azote de los maitre, guardiana del hall e infierno de los subdirectores y demas gerentes. Mi amiga. --No voy a cambiar de idea --le adverti sospechando alguna ladina maniobra por su parte. Desde que le habia informado de mi marcha no habia dudado en chantajearme, emocional y financieramente, para que cambiase de idea y me quedase en Moonlight con ella--. Ya he firmado contrato con el Museu d'Historia. --?Eso que me contaste sobre expoliar los collares de los muertos? --Arte funerario griego y romano. Voy a imaginarme que has preguntado por las momias y sus ajuares rituales. --Tendras tiempo de sobra para imaginar lo que quieras mientras finges escuchar las conferencias durante el viaje. --?Es un chantaje para que no me marche de Moonlight? --Tomalo como un regalo de despedida. --El puesto de conservadora en el MdH es lo que siempre he deseado hacer, no puedo dejar escapar esta oportunidad. El trabajo de mi vida. --Bla bla bla. No te escucho, historiadora. --Deberias llevarte a Mauro, el director de Torremolinos, que debe ser muy duro pasar todo el invierno tropezandote con todas esas sillas de ruedas electricas de los abueletes britanicos cargando baterias en cada uno de los enchufes del vestibulo de su hotel. O a cualquiera de los nuevos que ascendieron a directores el ano pasado. No es que no te lo agradezca, pero me parece injusto para ellos. Me van a odiar. --Callate, santurrona. Que mas te da que te odien si nos abandonas. Seguro que te odian precisamente por eso --Entonces Angela hizo algo tan natural en ella como el vuelo en los arboles: dejo traslucir un poquito de emocion--. Ademas de mi adjunta, eres mi amiga, desde que te conozco no te has tomado unas vacaciones, y me apetece mucho disfrutar de este viaje contigo. El presidente me dio carta blanca para escoger acompanante y tu eres una de las empleadas mejor valoradas este ano. --Porque nadie contesta esos cuestionarios --deduje--. Pensaba que era un viaje de trabajo. --Una palabra mas y te sustituyo por Mauro y te mando tu ultima semana a cargar baterias electricas de abueletes britanicos en Torremolinos. --Voy a echarte de menos. --El sarcasmo no te favorece nada.
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Se busca Amante de Deborah Hale
https://gigalibros.com/se-busca-amante.htmlSingapur, junio de 1825 --?Asi que es esto? --apartandose un rebelde rizo caoba de los ojos, Bethan Conway se inclino hacia delante en el barco que se adentraba con ella y sus companeros en el puerto--. No es una ciudad muy grande, ?verdad? Una parte de ella estaba emocionada por haber llegado a su destino tras cinco meses de travesia a bordo, pero otra parte queria suplicarle al hombre que estaba al timon que le diera la vuelta al barco y pusiera de nuevo rumbo al mar. --Este lugar cabria sin problemas en el bolsillo de Newcastle --Ralph, el joven amigo de Bethan, miro a su alrededor, hacia la mezcolanza de construcciones que se alineaban a ambas orillas del rio. Algunas estaban construidas en madera, con grandes tejados de juncos, mientras que otras tenian muros blancos y estaban cubiertas por ordenadas filas de pulcras tejas rojas. --No lleva mucho tiempo construida, ?verdad? Le escuche decir al senor Northmore que no habia muchas cosas cuando sus companeros y el desembarcaron aqui seis anos atras. --A mi no me importaria que solo hubiera jungla --grazno Wilson Hall--. Estare encantado con tal de poder volver a poner los pies sobre suelo solido. !Pobre Wilson! Bethan recordo lo mareado que el y los otros tres muchachos de Durham habian estado al principio del viaje. Envidiaban su capacidad para mantener la comida en el cuerpo incluso con las peores condiciones meteorologicas, pero tambien estaban agradecidos. Si no les hubiera atendido tan bien cuando vomitaban y gemian en sus hamacas, tal vez algunos no se habrian recuperado. Durante los ultimos dias no habian hablado de otra cosa mas que de las ganas que tenian de llegar a su destino y empezar a trabajar en la compania de comercio Vindicara para Simon Grimshaw. Cada vez que escuchaba aquel nombre una oleada de bilis atravesaba a Bethan como un mareo tardio. Los muchachos habian sido contratados en las minas de carbon del norte de Inglaterra para trabajar para el senor Grimshaw, pero ella habia sido reclutada para casarse con el. Si no hubiera estado tan desesperada por alcanzar aquellas orillas tan distantes, nunca se habria comprometido con un desconocido. Pero estaba ansiosa por llegar alli enseguida, cuando todavia quedaba alguna leve esperanza de que alguien recordara que habia sido de su hermano y de su barco. En un principio, su matrimonio estaba demasiado lejano en el futuro como para que le pareciera real. Pero a medida que se acercaba, se iba preocupando mas. Cuando el barco entro en el embarcadero, Bethan aspiro con fuerza el aire calido en el que se mezclaba el olor del mar con un exotico aroma a cafe y especias. Habia dado su palabra. Ahora tenia que cumplirla y hacer todo lo posible por ser una buena esposa para el senor Grimshaw. Solo esperaba que su futuro marido no fuera demasiado viejo, demasiado feo o malhumorado. Apenas habian amarrado en la orilla cuando los muchachos de Durham saltaron a tierra en enjambre. Solo Wilson tuvo la educacion de darse la vuelta y ofrecerle a Bethan una mano para desembarcar, mientras los demas le preguntaban a todo aquel con el que se cruzaban como se llegaba al almacen de Vindicara. Habia mucha gente en el muelle en cuestion. Muchos hombres con el pecho desnudo del color de la madera de caoba, que llevaban turbantes blancos y telas de colores brillantes atadas alrededor de las piernas. Otros hombres de piel mas clara y ojos rasgados cargaban con sacos a la espalda. Llevaban puestos pantalones anchos y tunicas negras. Tenian la parte delantera de la cabeza afeitada completamente mientras que el cabello de la parte posterior estaba recogido en largas trenzas. Hombres altos con barba y turbantes blancos, que parecian sacados directamente de una historia biblica. Lo unico que aquella gente tan extrana tenia en comun era la dificultad para entender el fuerte acento del norte de Inglaterra de los companeros de Bethan. Tras un monton de gritos, gestos y senalamientos con el dedo, Ralph se giro hacia ella. --Creo que estan intentando decirnos que el almacen de Vindicara esta al otro lado del rio. --Alli hay un puente --Wilson senalo por encima del muelle, hacia un punto en el que el rio se estrechaba y un arco de madera conectaba los dos lados del puerto--. Podemos ir andando hasta alli. Los demas estuvieron de acuerdo y se pusieron en marcha al instante. Aunque Bethan se forzo a poner un pie delante del otro y sintio los zapatos extranamente pesados, no tardo mucho tiempo en ponerse a la altura de sus companeros. Los hombres que trabajaban en los muelles se giraban para mirarla cuando pasaba. ?Podria ser porque se habian dado cuenta de su parecido con un joven al que recordaban? La logica le decia que era poco probable. Su curioso interes se deberia probablemente al color de su piel, o al hecho de que fuera una mujer. Pero no le haria dano preguntar de todos modos, ?verdad? Habia ido hasta alli y habia vendido su libertad con la esperanza de encontrar la ultima familia que le quedaba en el mundo. Tenia que empezar por alguna parte. --Disculpe --se giro hacia un joven sonriente que llevaba unas calzas blancas y turbante--. Estoy buscando noticias sobre un tripulante del barco Dauntless, que llego a Singapur hace tres anos. ?Lo recuerda? El hombre sonrio todavia mas al responder en un idioma que ella no entendio. --Lo siento, no se que me quiere decir --Bethan sacudio la cabeza y se encogio exageradamente de hombros--. Ni siquiera sabia hablar muy bien ingles hasta el ano pasado. Y supongo que usted no sabe hablar gales. Se escucho otra voz con fuerte acento pero en ingles: --?Podria repetir a quien esta buscando, senorita? Bethan se giro ansiosa hacia la persona que hablaba, un hombre de ojos oscuros y almendrados que llevaba un enorme sombrero de paja. --Le agradeceria cualquier informacion que me pudiera dar. Se llama Hugh Conway. Es un poco mas alto que usted --alzo una mano para indicar la altura de su hermano, luego se echo el sombrero hacia atras para senalarse la cabeza--. Tiene el pelo de un color parecido al mio. Podria hacer algo mejor que describirle con gestos y palabras que el hombre tal vez no entenderia. Bethan echo la mano hacia atras y desabrocho el relicario de plata que era su posesion mas preciada. Lo abrio para mostrar el retrato en miniatura que albergaba dentro. --Este es el aspecto que tiene. Al menos la ultima vez que le vi. El pequeno retrato no era siquiera de Hugh, pero era lo mas parecido que tenia. Un brillo de interes alumbro los ojos del hombre mientras contemplaba el relicario. ?Reconoceria aquel joven y hermoso rostro? Si habia tan pocos europeos en Singapur como parecia, debian destacar y tal vez resultara facil recordarlos. --?Le ha visto? --pregunto--. Por favor, estoy ansiosa por saber de el. El hombre asintio lentamente. --Tal vez le haya visto. No estoy seguro. A Bethan le dio un vuelco el corazon. Ni en sus mas esperanzados suenos hubiera imaginado tener una pista sobre su hermano desaparecido tan pronto. --Estuvo en Singapur hace tres anos. Tengo una carta suya con sello postal de aqui. ?Sabe que fue de el o de su barco? El hombre arrugo la frente como si estuviera esforzandose por recordar donde y cuando habia visto aquel rostro. --?Puedo verlo mas de cerca? --Si, por supuesto --Bethan le puso el relicario en las manos--. Ojala tuviera un retrato mas grande que pudiera ensenarle. Una pequena multitud se habia congregado a su alrededor mientras hablaban. De pronto alguien le dio un golpecito a Bethan en el hombro por atras. ?Habria reconocido otra persona a Hugh viendo de lejos la miniatura? ?O recordaria su nombre? Se dio la vuelta y solo se encontro con un grupo de rostros inexpresivos que la miraban fijamente. --?Tiene algo que decirme alguno de ustedes? --pregunto--. ?Han visto a Hugh Conway? ?Recuerdan su barco? Ninguno de ellos replico, solo sonreian con gesto atontado. --Creen que es divertido tomarle el pelo a una extranjera, ?verdad? --les espeto Bethan--. Veo que hay cosas que son iguales en todas partes. Con un resoplido indignado, se volvio hacia su informador. Para entonces ya habria tenido tiempo de sobra para estudiar el parecido. Pero cuando miro a su alrededor, lo unico que vio del hombre fue la parte de atras de su destenida tunica azul desapareciendo entre la multitud. --!Vuelva aqui! --grito yendo tras el--. !Al ladron! !Tiene mi relicario! !Que alguien le detenga, por favor! Pero en el muelle no parecia haber nadie dispuesto a ayudarla. De hecho, todo lo contrario. Los hombres que se habian echado a un lado para dejar escapar al ladron volvieron a colocarse al instante en el camino de ella, dificultando el proposito de seguirlo. --!Wilson! !Ralph! --exclamo, aunque sabia que sus companeros de viaje debian estar demasiado lejos como para oirla. No se atrevio a detenerse para buscarlos por temor a perder de vista al hombre que le habia robado el relicario. --!Por favor! --exclamo--. Puede quedarse con la cadena, !pero dejeme el retrato! Vio por el rabillo del ojo el puente, y confio en que el ladron tomara aquel camino y tal vez adelantara a sus amigos. Pero se dirigio a una concurrida calle situada en la otra direccion, con Bethan siguiendole sin aliento. Tras cinco meses a bordo de un barco, no estaba acostumbrada a correr, y menos con un calor tan asfixiante. La desesperacion la empujo a seguir hacia delante. El ladron se metio por una calle lateral. Bethan llego justo a tiempo para verle entrar en la boca de un callejon. Para cuando logro llegar al punto en el que le habia visto desaparecer, resollaba por la falta de aire y tenia las mejillas rojas. El hombre sin duda se habria esfumado, dejandola sin saber por donde se habia escapado. Pero no. Cuando miro hacia el callejon, alli estaba, dirigiendose hacia ella con total descaro. Plantandose frente a el, Bethan le hizo una sena para que se detuviera. --Quiero recuperar mi retrato. Vamos, para usted no tiene ningun valor. El hombre torcio el gesto, como si fuera ella la que habia hecho algo malo. Murmuro una respuesta en su idioma. --!Hace unos minutos podia hablar ingles sin problemas! --grito Bethan--. ?O se le ha olvidado todo mientras salia huyendo con mi posesion? El gesto del hombre se convirtio en una mueca de desprecio cuando paso por delante de ella. --!Oh, no! --se le agarro a la manga--. No voy a volver a perseguirle por las calles otra vez con este calor. !Devuelvame el retrato! Zafandose con brusquedad de su agarre, el hombre solto una riada de palabras que Bethan no fue capaz de entender, pero sabia reconocer la rabia violenta cuando la oia. Aquel era el hombre que le habia robado el relicario, ?verdad? Tal vez tuviera los pomulos un poco mas altos y el rostro algo mas delgado. --Le... le pido disculpas si le he confundido con otra persona --senalo hacia el callejon--. Otro hombre entro corriendo alli. Me ha robado una cosa. ?Ha visto por donde ha ido? El hombre le solto mas palabras malsonantes. Bethan se dio cuenta de pronto de que no estaba sola. Estaba rodeada por una docena de hombres, todos mal vestidos, todos mirandola de un modo que le provoco escalofrios en la espina dorsal. ?Correria el peligro de desaparecer en aquel puesto fronterizo como le habia sucedido a su hermano? Y si asi fuera, ?le importaria a alguien lo suficiente como para ir en su busca? --La pimienta y la nuez moscada se venden a sesenta y cinco reales de a ocho los sesenta kilos --le reformo Simon Grimshaw al capitan sueco al que acababa de comprarle una carga de hierro--. No las encontrara mas baratas en ningun otro comerciante de la ciudad. La situacion de Java ha obligado a todo el mundo a subir los precios. El curtido sueco torcio el gesto. --Tal vez me lleve mi hierro a Batavia y comercie directamente con el duque para comprarle a el las especias.
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Una venganza mortal de Victoria Schwab
https://gigalibros.com/una-venganza-mortal.htmlAliados. Enemigos. Villanos. Ellos son ExtraOrdinarios.
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Si te gusta comer, aprende a adelgazar de Dr. Nicolas Romero
https://gigalibros.com/si-te-gusta-comer-aprende-a-adelgazar.htmlEn Si te gusta comer, aprende a adelgazar, el doctor Romero nos dara recomendaciones para tener un peso perfecto, pero, lo mas importante, sin dieta y sin estar obsesionados con la comida. Nos ensenara a tener una actitud nueva ante la comida, sin que el estres del dia a dia nos influya.
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Dias sin final de Sebastian Barry
https://gigalibros.com/dias-sin-final.htmlDespues de alistarse con apenas diecisiete anos en el ejercito de los Estados Unidos en la decada de 1850, Thomas McNulty y John Cole, su companero de armas, luchan en las guerras indias y, posteriormente, en la guerra de Secesion. Tras huir de terribles penalidades, estos seran para ellos dias llenos de vida y asombro, a pesar de los horrores de los que son testigos y complices a la vez. Sus existencias cobraran una mayor plenitud que peligrara cuando una joven india se cruce en su camino y surja la posibilidad de una felicidad duradera… siempre y cuando logren sobrevivir. La ultima obra de Sebastian Barry nos lleva por las llanuras del Oeste hasta Tennessee y es una autentica obra maestra, tanto por la atmosfera que recrea como por su lenguaje. Estamos al mismo tiempo ante una intensa y conmovedora historia de dos hombres y la vida que les toca vivir, y una nueva mirada sobre algunos de los anos mas fatidicos en la historia de los Estados Unidos. ” Dias sin final ” es una novela inolvidable.
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Rozando El Cielo de Cristina Gonzalez
https://gigalibros.com/rozando-el-cielo.htmlLe he dicho que no quiere sentarse al lado del ministro de industria frances. No, no y no. ?Acaso quiere provocar una guerra? Por el amor de Dios... - le gritaba yo al asesor de eventos noruego (y estupido) -. Si... Si... Aja... Me parece bien. Si, esa mesa es estupenda. Gracias. Y colgue. A pesar de que mi noruego no era el mejor (no era el idioma que mas dominaba), habia sido capaz de evitar que mi jefe, el senor Miller, no tuviese que atravesar una situacion de lo mas incomoda. Desde que Terrarius comenzo con las obras de la nueva linea de ferrocarriles de alta velocidad, los franceses se habian retrasado en todos los pagos, obligando a detener el proyecto y sobrecargando demasiado la economia de la empresa. Y John Miller, el presidente de Terrarius, no estaba dispuesto a almorzar en la misma mesa que el peor de sus clientes. Y yo sabia que, si el ministro frances conocia lo suficiente al senor Miller, tampoco querria enfrentarse cara a cara con el. - Necesito ver un resumen de la situacion de los tres ultimos meses Praxton - me bufo mi jefe mientras pasaba por delante de mi mesa. Despues se encerro en su despacho de un portazo y pude adivinar a traves del cristal como se sentaba, pasaba su mano por su cabello en un ademan de desesperacion y luego fijaba sus gelidos ojos turquesas en la fria pantalla de su portatil, repleta de numeros. Imprimi el informe que habia preparado detalladamente durante las ultimas dos semanas. Me incorpore y camine con paso firme hacia su santuario. Toque con mis nudillos suavemente sobre la madera de la puerta y entre. Despues deposite los papeles sobre su mesa, al lado de su brazo medio descubierto al encontrarse su palida camisa remangada hasta el codo. Sin musitar una sola palabra, sali de alli, cerrando la puerta con delicadeza para no hacer ruido. Despues me sente de nuevo frente a mi mesa de madera de roble y continue trabajando. Mas y mas llamadas, mas y mas reuniones que organizar. Informes, diapositivas, folletos y papeleos varios que mantuvieron mi mente ocupada durante las seis horas siguientes. Sin embargo, mi trabajo me divertia, me apasionaba. Para llevar a cabo mi actividad diaria necesitaba no menos que dominar como minimo cuatro idiomas: el frances, aleman, espanol y ruso. El resto: como el noruego, rumano, portugues, y otros tantos, los repasaba cuando me era necesario utilizarlos. Adoraba los idiomas. Cuando vivia, mi madre solia decirme que poseia un don para comunicarme, y que por supuesto, habia sabido aprovecharlo bien. Y lo bueno que tenia ser la secretaria personal del dueno de Terrarius era que necesitaba utilizarlos todos constantemente, de manera que jamas se oxidaban en mi cerebro. Alguna vez habia pillado al senor Miller observandome y escuchando una de mis conversaciones acaloradas en un frances mas bien insolente con algun administrativo parisino. Me habia llenado de orgullo ver a mi jefe sonreir de medio lado al comprobar como les plantaba cara a las largatijas del funcionariado en un idioma que ni siquiera era el mio. En el fondo John me caia bien. Mucha gente lo temia y lo evitaba por los pasillos. Tenia un halo de autoridad innegable y muy necesario para hacer que las cosas funcionasen en una empresa tan gigantesca. El era exigente con todo el mundo y sobre todo, con el mismo. Suspire. Habia llegado la hora de comer. Mire de nuevo a traves de la persiana de su despacho y comprobe que el senor Miller continuaba apuntando cosas y llamando por telefono. Era la clase de jefe que predicaba con el ejemplo. Si sus empleados trabajaban, el lo hacia el doble. Si nosotros nos marchabamos a las seis de la tarde, el se iba a las nueve. Y si llegabamos a las ocho, el a las seis y media. Me pregunte si no tendria a nadie con quien compartir su tiempo libre, y de ser asi, que clase de relacion seria. Porque a pesar de que yo ya llevaba tres anos trabajando para el, no conocia absolutamente nada acerca de su vida personal. Ni tampoco me interesaba especialmente. Era solo que en ocasiones se me antojaba triste y solitario y sentia cierta compasion por el. En algunas ocasiones le habia tenido que acompanar a diversos eventos: reuniones, cenas, inauguraciones... Y siempre le habia visto con una mujer diferente. Por lo habitual, John solia llevar acompanantes jovenes y glamourosas con las que hablaba lo justo y necesario. Desde luego, no se le veia feliz con ninguna de ellas. Apague el ordenador. Recogi mis cosas, ordene mi mesa y me encamine hacia el ascensor. Despues de un corto trayecto en autobus y de una caminata de quince minutos, llegue al edificio de pisos en el que se encontraba mi acogedor y reducido apartamento. *** - !Molly! - grite nada mas entrar - !Estoy aqui! Al instante, una chica de veintidos anos y la persona con mejores sentimientos y buenas intenciones que me habia encontrado en el mundo hasta la fecha, aparecio tras la puerta de la cocina y me saludo con una sonrisa. Una sonrisa un tanto forzada. Una de las cosas buenas de Molly era su transparencia. Con solo ver su cara podia adivinar cuando las cosas no iban bien. Me sente en el sofa y la inste a que me pusiera al corriente de lo que habia pasado aquel dia. Ella tomo asiento a mi lado y se coloco algunos mechones tras su oreja. - Esta algo amodorrada... Lleva una manana muy rara... Tiene mucho sueno... Dice que esta muy cansada - dijo ella nerviosa, refiriendose a mi hermana. - ?Esta dormida ahora? - pregunte dejando entrever mi nerviosismo. - Si... Y salvo eso, esta bien. Me preocupa que la medicacion este provocandole algun efecto secundario... Habria que llevarla al medico - sugirio Molly casi en un susurro. Ambas sabiamos lo que aquello significaba: dinero. Y no por la consulta con el doctor... Si no porque, cada vez que saliamos de alli, teniamos que comprar algun farmaco distinto y muy caro. La entranable Rachel, mi hermana pequena, habia nacido con sindrome de Down. Mis padres la habian cuidado con mimo y esmero, protegiendola y dedicando su vida a ella. La habian llevado a un colegio de educacion especial, que pudieron permitirse gracias a los ahorros de toda una vida, ya que el Estado no lo financiaba por completo. Alli Rachel habia aprendido todas aquellas cosas que estaban a su alcance: sabia vestirse - mas o menos -, comia sola, se duchaba sola - aunque yo preferia vigilarla, tenia miedo de que pudiera caerse - e incluso habia aprendido a leer - palabras basicas, lecturas infantiles... Pero era capaz de hacerlo -. Estaba sana, tenia cierta tendencia a engordar, pero nada mas - a excepcion de su patente problema neurologico debido a su enfermedad -. Mis padres la habian llevado al cardiologo para que la revisara, al neurologo todos los anos para comprobar los avances - o retrocesos - y hasta hacia poco tiempo, tambien al pediatra. Yo me habia marchado de casa cuando comence a trabajar para John Miller, pero aun asi, me habia mantenido en estrecho contacto con mi familia e iba a visitarles a menudo. Hasta que ocurrio. Como podria haberle ocurrido a cualquier familia, a cualquier persona, ser querido... Mis padres fallecieron en un desafortunado accidente de trafico. Mi madre perdio la vida en el acto, mientras que mi padre se desvanecio a los dos dias por una sepsis ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Como por arte de magia, Rachel, quien tambien viajaba en el coche con ellos, habia salido absolutamente intacta de aquella colision. Esto habia sucedido el ano anterior. Desde entonces, ni Rachel ni yo volvimos a ser las mismas y a duras penas hemos logrado recuperarnos del impacto. En ocasiones la escuchaba llorar por las noches. Y cuando aquello ocurria me levantaba de la cama para abrazarla, hasta que se quedaba dormida de nuevo. Y entonces yo lloraba. Despues pensaba que si nuestra madre nos habia ensenado a ser fuertes y a afrontar la vida tal y como decidiera presentarse, debia serle fiel a sus ensenanzas y tratar de reencauzar nuestro dia a dia. Asi fue como decidi contratar a Molly, para que cuidara de Rachel durante mis horas de trabajo. Le pagaba poco, y ella sabia que yo no podia dar mas de mi. Porque a pesar de que la herencia que me habian dejado nuestros padres podia solucionar algunos apuros, no debia derrocharla - solia utilizarla para pagar las visitas medicas, los medicamentos y las pruebas que necesitaba mi hermana -. Y mi sueldo me alcanzaba para pagar mi alquiler, comida y ropa para ambas. Y a Molly , por supuesto, quien se conformaba con unos miseros cuatrocientos dolares mensuales, por dedicarle casi el dia entero a Rachel. - Sabes que puedes marcharte cuando lo necesites - le solia decir a la joven de vez en cuando. Pero ella contestaba: - El dia que no pueda mantenerme, vendre a vivir contigo... Yo trabajare por la tarde y tu por la manana. Asi ambas podremos cuidar a Rachel y mantener la casa. Molly tenia cualidades parecidas a las de mi madre y por eso creo que nos comprendia tan bien a mi hermana y a mi. Me lenvante del sofa y camine hasta la pequena habitacion en la que dormia Rachel. Abri la puerta despacio, con suavidad y entre de puntillas. Le di un imperceptible beso en la mejilla y la observe durante un minuto. Su respiracion era profunda y tranquila... Como la de la criatura inocente que era. Sin embargo, me preocupaba que se sintiera tan cansada siendo tan solo las seis de la tarde. - Pedire cita para el neurologo para dentro de un par de dias, necesito decirselo a John con algo de tiempo - le susurre a Molly mientras Rachel suspiraba entre suenos. Ambas salimos del dormitorio y nos tomamos un cafe juntas en la cocina. - Sarah, necesito pedirte algo - me dijo antes de terminarse su taza. Asenti, invitandola a hablar. - Mi padre tiene que operarse la semana que viene y tal vez deba faltar tres o cuatro dias... ?Te daria tiempo a pedirle permiso a tu jefe? ?O al menos a encontrar a alguien que pueda sustituirme durante ese tiempo? Adivine la desesperacion en sus palabras, al tener que divirse entre cuidar a Rachel y atender a su padre. Respire hondo. Rapidamente planee la manera, el tono y la cantidad de palabras que utilizaria para pedirle a John Miller que descontara de mis vacaciones la mitad de la semana siguiente. Alegaria problemas familiares. De salud... Lo que fuera. Pense que en caso de fallar aquello, podria fingir una gripe. Yo era buena, John me apreciaba. Quise creer que no le importaria que me ausentara unos dias por cuestiones familiares. - Esta bien, Molly. El tiempo que necesites. Ya me apanare. A fin de cuentas, no es algo que pase todos los dias - razone, sin poder ocultar el nerviosismo de mis palabras -. Espero que todo salga bien... ?De que es la operacion? Ella sonrio con tristeza. - Tiene un tumor en el colon... Pero afortunadamente lo han detectado a tiempo. Le di un abrazo para apoyarla. Su padre era la unica familia que le quedaba y adivine que escuchar la palabra tumor salir de la boca de un medico fue un golpe muy duro para ella. Pero asi era Molly. Se quejaba poco. A duras penas contaba sus problemas y solia llevar siempre una gran sonrisa en su cara. "Todos tenemos derecho a decaer de vez en cuando, incluso ella", pense al escuchar lo mas parecido a un sollozo sobre mi hombro. - Tranquila, Molly. Todo saldra bien. Me avisaras cuando acabe ?verdad? Ella se separo de mi hombro y asintio. 2 Habia ensayado el monologo al menos una docena de veces. En voz alta, en voz baja, mentalmente, delante del espejo... Y aun continuaba repitiendolo para mi misma mientras el ascensor me llevaba rascacielos arriba, hacia mi mesa de trabajo. "Senor Miller, me han surgido unos asuntos familiares que me veo obligada a atender... Si fuese usted tan amable...". Constantemente me recordaba a mi misma que mi relacion con mi jefe era sustancialmente buena. Me valoraba como la buena profesional que habia demostrado que era y por ello yo queria creer que seria incapaz de negarme tres dias libres. Me sente, deje mi bolso bajo el escritorio y encendi mi ordenador. Observe a traves de la persiana que el senor Miller ya se encontraba, como siempre a las siete y media de la manana, entregado por completo a una nueva jornada laboral. - Piensa, Sarah, piensa... - repeti en voz baja. Porque ya no se trataba solamente de como pedirle a John Miller que me diera permiso, si no de seleccionar el momento adecuado en el que el estuviese dispuesto a escucharme y a ser posible, de buen humor. Resople. El presidente de Terrarius siempre estaba ocupado. Y normalmente, todo lo que no estuviese cuidadosamente colocado en su agenda con un minimo de una semana de antelacion, le estorbaba. "Solo seran cinco minutos", pense. "No le quitare mas tiempo". Mi mesa se encontraba a unos siete pasos de su despacho. Separada de este por un pasillo cubierto por una aseptica moqueta grisacea. La madera de tonos claros daba color a las puertas y a los muebles, en los cuales se reflejaba la luz blanca de los focos de oficina que iluminaban la estancia desde el techo. De pronto me di cuenta de que Miller tenia una reunion programada para las diez de la manana, y despues recorde que John, tras las reuniones siempre solia tomarse un pequeno descanso para organizar sus ideas. "Despues de la reunion hablare con el", pense con aires de victoria. Ya estaba planeado. El momento, el lugar, las palabras e incluso los gestos. - Praxton, ?le importaria pasar a mi despacho? Ahora, por favor. Me sobresalte al ver a mi jefe apoyado en el umbral de la puerta de su despacho, observandome. Medite sobre su exquisita educacion. En sus ordenes no solian faltar los "por favor" y los "gracias", a excepcion de cuando se encontraba muy apurado. No obstante, aquellos ademanes tan caballerosos se perdian en su mirada intransigente. Su "por favor" se podia traducir perfectamente por un: "para ayer". - Si, senor Miller - respondi con inmediatez al tiempo que me levantaba de mi silla negra. Le segui. Observe su camisa de rayas, que le quedaba sustancialmente grande. Era compresible, pues se trataba de un hombre bastante delgado y esbelto, al cual le seria bastante dificil encontrar ropa de su talla. Ademas, su altura le hacia parecer aun mas consumido. Supuse que mediria cerca de un metro noventa. Cuando tome asiento, note sus ojos azules clavados en mi. Adverti que el turquesa de sus iris parecia mas intenso de lo habitual, nada que ver con el azul palido y cristalino que lucia cuando se encontraba mas relajado. Aquella era una buena manera de calibrar su estado de animo. Normalmente, yo solia darle las noticias menos buenas cuando veia el azul claro y balsamico en sus ojos. De lo contrario solia apartarme hasta que el turquesa intenso hubiese desaparecido. - Vera, Sarah, estoy muy contento con su trabajo - comenzo el. Su tono de voz jamas se elevaba mas de lo necesario. Contuve el aliento. No me gustaron aquellas palabras, no anunciaban la peticion de un nuevo informe, ni una nueva presentacion de diapositivas, ni un cambio en su agenda. Espere, tensa. - He leido su curriculum a lo largo de esta semana - continuo el.
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Hasta mi ultimo aliento de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/hasta-mi-ultimo-aliento.htmlVivianne Barms es una joven alegre a la que una enfermedad cardiaca le altera la vida, provocando que practicamente no se relacione con nadie. Enamorada de Scott y harta de su situacion, arriesga su vida en una operacion con pocas posibilidades de exito con un unico objetivo. Scott.
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p53 de Miquel Angel Lopezosa Criado
https://gigalibros.com/p53.htmlp53. La molecula de la vida
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Una mujer en tu camino (Inspector Sejer 5) de Karin Fossum
https://gigalibros.com/una-mujer-en-tu-camino-inspector-sejer-5.htmlQuinta entrega de la serie de novela negra escandinava protagonizada por el inspector Sejer.
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Estudios de lo salvaje de Barbara Baynton
https://gigalibros.com/estudios-de-lo-salvaje.htmlUna joven embarazada baja de un tren en una estacion desierta para recorrer un camino inhospito y salvaje. Una mujer se enfrenta a la soledad de su cabana despues de talar un arbol y ser derribada por una de las ramas, que la deja inmovilizada. Una madre ha de abandonar su casa para defenderse del ataque de un hombre, y huye con su hijo atado al pecho. Los relatos de Barbara Baynton situan a sus protagonistas en el paisaje indomito de las regiones australianas del interior, lejos de las ciudades, y las somete al aislamiento y los rigores de un entorno feroz que las obliga a luchar por su propia supervivencia dia tras dia, con la unica compania de sus perros.
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La senora de la mafia de Juan Martorell
https://gigalibros.com/la-senora-de-la-mafia.htmlUna fria noche de 1968, en un suburbio de Brooklyn, el joven John Di Mato es asesinado a sangre fria por la policia en el transcurso de una redada. Su hermana Laura --acusada injustamente de complice y encerrada un ano en la penitenciaria para mujeres del Estado de Nueva York-- jurara vengarse de todas las personas implicadas en el asesinato. Casada con Pietro Valenti, jefe de una de las principales <
> de la ciudad, Laura se ira introduciendo poco a poco en los multiples negocios de su marido --que abarcan desde la prostitucion hasta los casinos-- y acabara haciendose con el control de todos ellos despues de que Pietro muera en un ajuste de cuentas. Laura no esta dispuesta a olvidar ni a perdonar a los culpables de la muerte de su hermano… ni tampoco a los responsables del crimen de su marido, y por ello emprendera una lenta, metodica y cuidada venganza que implicara a algunos de los hombres mas influyentes de Nueva York… empezando por su alcalde. -
El Destino de los Vampiros de Yiros Dakay
https://gigalibros.com/el-destino-de-los-vampiros.htmlEl dia que conoci a Donovan supe que mis estilos de vida podrian ser especiales. Despues de todo, se convirtio en un enemigo jurado de todo mi aquelarre y de mi tipo. De ninguna manera tenia la intencion de que los asuntos avanzaran tan lejos o llegaran a estas circunstancias, pero el amor te hace hacer locuras y liberar toda experiencia de racionalismo. Mi estilo de vida habia surgido como zambullirse del tablero excesivo y caer hacia atras y no habia pensado en evitarlo. Ahora no es que lo hubiera querido. En mis trescientos 80 anos en este mundo, nunca habia deseado algo que no pudiera tener, porque deberia tener algo. Era un depredador, algo que deseaba haber tomado continuamente sin preguntarme dos veces. Cuando terminas vampiro pierdes todo sentido de tu humanidad. No piensas en las personas que matas ni en los seres humanos a los que afecta. No adoras nada, sin embargo, el hambre que vive en tu interior y la sed ardiente que desea, el monstruo que desea y desea y que de ninguna manera esta completo, sin embargo, continuamente hambriento. No puedes ayudarlo, no puedes luchar contra el, sin embargo, nada lo abastece. Y no ayudaria la suavidad con la que los humanos hacen que caigamos en nuestras trampas. En verdad pasan de buena gana casi rogandonos que los tomemos. Son tan faciles de enganar por la seduccion y somos irresistibles, rechazarnos podria ser mostrar el aire que necesitas respirar. Incluso sus suplicas y gritos no sugieren nada al final. No nos detenemos y preguntamos ?por que estoy haciendo esto? Simplemente contamos el numero de segundos que tomara pasar hasta que su cuerpo sin vida se debilite en nuestros brazos y sean inutiles y silenciosos. Aunque he vivido mi vida asi, nunca habia pedido que me quedara como demonio de la noche. Para siempre ser un asesino y un monstruo, pero son millas lo que soy. Hay quienes han tratado de mantener la existencia fuera de los sustitutos en lugar de la sangre humana, pero de ninguna manera son lo maximo. Vuelven constantemente y tienen mas hambre que antes. Sin embargo, no tienen la pasion o el deseo de amar como yo tengo que vivir para Donovan. En el instante en que habia visto sus ojos ardientes, me perdi para siempre. Al principio no habia reconocido en que se convirtio. Eso me asusto; No reconoci lo que solia sentir porque nosotros no sentimos. Sin embargo, lo reconoci desde algun lugar, sin embargo, no podia recordarlo, aunque eso solo me asusto mas debido al hecho de que los vampiros tienen en cuenta todo el asunto. Entonces supe … supe lo que estaba sintiendo y por que se volvio tan comun. Por primera vez en casi cuatrocientos anos me senti vivo. Lentamente, a medida que crecia en reconocerlo desde la distancia, me sentia mas vivo en cada ocasion. Algo se habia despertado en mi, algo lo suficientemente robusto como para intercambiar la ruta de la naturaleza y mis instintos simples. En lugar de decirme que matara, me decia que me quedara. En cambio, me marchitaria y me secaria mas que seguir viviendo esta existencia cualquier otro dia sin el. Si eso suponia ir hacia la naturaleza misma, entonces descubriria el deseo de lograrlo. Por el senti que haria cualquier cosa, incluso traicionar a mi pais personal; eso es precisamente lo que tenia que hacer para soltarlo. Por primera vez en casi cuatrocientos anos me senti vivo. Lentamente, a medida que crecia en reconocerlo desde la distancia, me sentia mas vivo en cada ocasion. Algo se habia despertado en mi, algo lo suficientemente robusto como para intercambiar la ruta de la naturaleza y mis instintos simples. En lugar de decirme que matara, me decia que me quedara. En cambio, me marchitaria y me secaria mas que seguir viviendo esta existencia cualquier otro dia sin el. Si eso suponia ir hacia la naturaleza misma, entonces descubriria el deseo de lograrlo. Por el senti que haria cualquier cosa, incluso traicionar a mi pais personal; eso es precisamente lo que tenia que hacer para soltarlo. Por primera vez en casi cuatrocientos anos me senti vivo. Lentamente, a medida que crecia en reconocerlo desde la distancia, me sentia mas vivo en cada ocasion. Algo se habia despertado en mi, algo lo suficientemente robusto como para intercambiar la ruta de la naturaleza y mis instintos simples. En lugar de decirme que matara, me decia que me quedara. En cambio, me marchitaria y me secaria mas que seguir viviendo esta existencia cualquier otro dia sin el. Si eso suponia ir hacia la naturaleza misma, entonces descubriria el deseo de lograrlo. Por el senti que haria cualquier cosa, incluso traicionar a mi pais personal; eso es precisamente lo que tenia que hacer para soltarlo. algo lo suficientemente robusto como para intercambiar la ruta de la naturaleza y mis instintos simples. En lugar de decirme que matara, me decia que me quedara. En cambio, me marchitaria y me secaria mas que seguir viviendo esta existencia cualquier otro dia sin el. Si eso suponia ir hacia la naturaleza
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Helena Montoya de Henry Cristian Heinisuo Berna
https://gigalibros.com/helena-montoya.htmlRafael Montoya <
> es el lider de la organizacion criminal mas importante del Campo de Gibraltar --de toda Espana, en realidad--. La guerra que le ha declarado a su clan el comisario Fernando Gonzalez le esta obligando a retroceder terreno en un escenario en el que, poco a poco, va perdiendo el respaldo que le daba el pueblo de La Linea de la Concepcion. Debera moverse con rapidez e inteligencia antes de que salga en libertad Miguel Montoya; su problematico hermano pequeno. -
Infancia e inversion (Novelas 1) de Carmen Boullosa
https://gigalibros.com/infancia-e-inversion-novelas-1.html“Es dificil encontrar en la literatura mexicana contemporanea una personalidad tan brillante y compleja como la de Carmen Boullosa… “
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El secreto de la duquesa de Alexia Mars
https://gigalibros.com/el-secreto-de-la-duquesa.htmlUn viaje trepidante por el Londres victoriano donde el suspense y el amor se unen para desentranar un misterio en el que nada es lo que parece.
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Duelo de voluntades de Olga Salar
https://gigalibros.com/duelo-de-voluntades.htmlCuando el sentido del honor de un caballero se interpone al amor, cada batalla librada es decisiva.
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Black, black, black de Marta Sanz
https://gigalibros.com/black-black-black.html--?Paula? --?Si, Zarco?, ?que me cuentas? Ayer me puse mis pantalones con la raya perfectamente definida, mi pulover mas elegante, mi chaqueta cruzada, y sali a la calle con los ojos ocultos tras unas gafas de sol. Me perfume con una colonia que huele a madera y a musgo. Como un refinadisimo Philo Vance. Al mismo tiempo, fuerte, viril. Guapo. No puedo evitar ser una persona pulcrita ni que me gusten los muchachos de baja estatura y complexion debil. Ni que se me vayan los ojos. Mis clientes son una familia destrozada por el estrangulamiento de su hija; una familia que no entiende que la policia no haya aun apuntado con el dedo hacia ningun sospechoso y haya archivado el caso despues de un ano de infructuosas investigaciones. El marido de la muerta aun vive en el que fue su hogar conyugal y no puede decirse que sus suegros se fien de el. --Es moro --me informo el padre de la muerta. --?Quiere usted decir arabe?, ?marroqui?, ?argelino?, ?tunecino? --Quiero decir moro. El senor Esquivel no se desdice con facilidad. No tiene una predisposicion complaciente. Cuando me recibe, esta leyendo un diario conservador que ahora descansa encima del sofa abierto por la pagina de necrologicas. Ha estado resolviendo el crucigrama apretando tanto el boligrafo que casi ha traspasado el papel. Un ciego, tocando el reverso de la hoja, hubiera sido capaz de descifrar los trazos del senor Esquivel. Este hombre es tajante y no debe de pensar las cosas dos veces. El craneo lampino se le pliega como un acordeon cuando intuye que alguien matiza sus opiniones, lo que en su lenguaje quiere decir que se le lleva la contraria. --Moro --repito en voz alta mientras apunto el dato en mi cuadernito, y a Esquivel la calva se le vuelve a poner tersa. Las hostilidades entre el marido de la difunta y su familia politica justifican que mis clientes no vean demasiado a su nietecita, Leila, que acaba de cumplir dos anos. --?A usted ese le parece un nombre para una criatura? Mas alla de la eleccion del nombre, de la religion que pudiera profesar en el futuro y de la posibilidad de que Leila de mayor se pusiera un velito para cubrirse, a los Esquivel no les preocupa en exceso ese asunto. Si se resuelve lo del padre, lo de Leila se arreglara solo. Antes de continuar, aprovecho la mencion a la nina para explicarles que yo no puedo intervenir en un caso de asesinato, aunque si de otra indole. Como si se le hubiera ocurrido a el, Esquivel me interrumpe: --El caso esta archivado por la policia y, ademas, usted siempre puede decir que nuestro unico objetivo es recuperar a la nieta. La madre de la difunta, una mujer aparentemente servicial, con los parpados pintados con una sombra rosada, abre la boca: --Le advertimos a Cristina que no se casase. Pero no nos hizo caso. --Era muy bruta. Muy obcecada. Si se le metia algo entre ceja y ceja, no habia forma de hacerla cambiar de opinion. El padre pronuncio su diagnostico con cierto orgullo de casta y la madre rompio a llorar mientras compartia conmigo sus recuerdos: --Tambien estudio medicina por pura cabezoneria. Y todo para acabar limpiando culos, viendo carne vieja en un asilo. --Cristina no limpiaba culos. Y el asilo es una clinica de mucha categoria. --Me da igual. Nosotros le insistimos en que no hacia falta que se esforzase tanto, que con nosotros nada le iba a faltar, pero ella se empeno y, al final, fijese usted, !doctora geriatra! --Y muerta --apostillo el senor Esquivel. En nuestra cultura el empecinamiento esta bien visto. Lo mismo que las voluntades ferreas, la efusividad, la propension al llanto y la sinceridad a ultranza. Eche de menos que los Esquivel disimularan un poco sus fobias, que se mostraran mas corteses y opacos. Tal vez los filtros de su enmascaramiento les hubieran ayudado a no ser exactamente lo que parecian ser: dos viejos que hubiesen estampado, con gusto y cargados de razon, un bate de beisbol contra la cabeza de un pariente politico; un matrimonio anonimo, sediento de venganza, en un linchamiento popular. Quiero decir <
>, pero logro que la expresion no se me escape. En su lugar formulo una pregunta: --?Era Cristina hija unica? La senora Esquivel se apresura a contestar con pudibundez: --Si. Aunque nos hubiera gustado, no pudimos tener mas hijos. La casa de los Esquivel es un chale en una zona privilegiada de la ciudad. Un chale anodino, decorado con mal gusto y que no cuenta con ninguna estancia tan hipnotica como el asfixiante invernadero en el que el Coronel recibe a Marlowe despues de que Carmen Sherwood haya intentado tomar asiento en las rodillas del detective: < >. En el chale de los Esquivel no me recibe una muchacha que se chupa el dedo con ojos de perdida mientras restriega su cuerpo contra mi bragueta impasible. Me recibe un matrimonio sesenton con unos rasgos fisicos tan vulgares que los recuerdo con dificultad. Alli no hay invernadero ni orquideas con petalos carnicos. No bebo varios vasos largos de whisky o de conac, llenos hasta el borde, mientras el senor Esquivel se emborracha solo con mirarme y aspira el humo de mis cigarrillos sin filtro para embriagarse por transferencia. Me dan una fanta de naranja y encima de la mesita no hay ceniceros. La camisa no se me empapa en sudor ni la tela deja transparentar la tableta de chocolate de mi musculatura. No es necesario que me quite la chaqueta. La senora Esquivel no tiene oportunidad de abrir la boca y de quedarse con ella abierta por motivos directamente relacionados con la dureza y proporcion de mi anatomia. Este oficio hay que tomarselo o con sentido del humor o con cierto culturalismo. El sentido del humor sirve para los galanteos, las entrevistas con los sospechosos y con los clientes --no esta de mas hacerse el simpatico--, para la aproximacion a la sordidez y para dormir como un tronco cuando uno se acuesta muerto de aburrimiento tras una jornada rutinaria. El culturalismo se aplica para contemplar el agujero de bala, la aguja de la trepanacion, el hachazo, las amputaciones de dedos y de orejas, incluso para darle a la infidelidad otra luz. Todo --los cuerpos desmembrados y los papeles de periodico-- son elementos para un bodegon, por ejemplo, de Chaim Soutine. Chaim Soutine deambulaba por las calles de Paris buscando el mostrador de la carniceria que exhibiera la gallina de sus suenos, la pieza de vacuno abierta, el costillar en exposicion salvaje, el color rojo, granate, magenta, menstrual, burdeos, carmin, bermellon, barroso, carmesi, fuego, sangre, rubi, pimenton, azafran, tomate, sandia, purpura. Chaim Soutine caminaba por las calles de Paris y, despues, se murio en una mesa de operaciones. El culturalismo he de aplicarlo pocas veces, porque yo casi nunca veo sangre a borbotones. Repaso documentos, ingresos y perdidas, asientos contables, tiro fotos. Converso con personas que se quedan palidas. Desde que saque mi licencia, rebusco entre las basuras un pasaje que ya he leido, la escena de una pelicula en la que un director, casi siempre en deuda con el expresionismo aleman, enfoca a contraluz el perfil fumador de un villano trajeado. Pero en la casa de los Esquivel no hay literatura, sino dinero. Invertido con mal gusto, pero dinero. Mientras lo anoto en mi libreta repito en voz alta: --Hija unica. Si hubieran sido conscientes de lo que le agradezco a la senora Esquivel que sea pudibunda; si hubieran podido ver las imagenes que desfilan por mi cabeza, la repugnancia que me produce representarmelos queriendo traer mas hijos al mundo; si hubieran sabido que me parecen atractivas las curvas y la apacibilidad domestica del Dr. Watson, que me encanta su caracter y que imagino lo bien que le irian a sus manos una aguja de ganchillo y una bobina de hilo de perle, que Watson seria el hombre perfecto para iniciar una convivencia en la edad madura, una vez olvidados los efebos, los apretones y el tiempo que perdi, los Esquivel no me habrian contratado jamas. Pero mis aptitudes para el disimulo y para la contencion son mas que notables, y los Esquivel no parecen muy observadores. Solo ven en mi a un hombre educado que apunta con eficiencia algunos datos en su cuadernito. Un hombre que, ademas, huele bien. Probablemente la muerta era un calco de papa, porque el senor Esquivel sigue resobando su idea fija: --Es que es incomprensible. Lo tienen delante de los ojos y !no quieren verlo! Esquivel me presenta el caso como pan comido. --Si mi hija se hubiera casado con un blanco, ya estaria en la carcel el pobre hombre. Pero con los moros nos andamos con pies de plomo... -
Arte y Venganza (Arte y placer 2) de Kris Buendia
https://gigalibros.com/arte-y-venganza-arte-y-placer-2.htmlEva no sabia que tenia que pagar un precio tan caro cuando se enamoro de Miller. Y Miller no sabia que tenia que ajustar cuentas cuando su peor enemigo regresara a acecharlos. Ahora tendria que trazar el plan perfecto para mantener a Eva a salvo, aunque eso le cueste su relacion con Eva y hasta su propia vida.
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El rey del Honka-Monka de Tomas Gonzalez
https://gigalibros.com/el-rey-del-honka-monka.htmlDespues de la tragedia se quedaron todavia por un tiempo en Bogota. Pasadas las molestias del entierro, las palmadas en el hombro, la piedad de gente que apenas conocia, el perdio la fortaleza que se le habia visto despues de la noticia y durante las ceremonias que siguieron. Y entonces a ella, que habia sufrido de desmayos primero y luego habia sido sacudida por crisis nerviosas que debieron ser calmadas con enormes dosis de Valium, le toco oirlo llorar a altas horas de la noche, encerrado en el bano, con gemidos contenidos de persona corpulenta. No volvio a tocar un pincel y amontono los cuadros, sin mirarlos, en una especie de bodega que habia bajo la escalera. Y aunque seguia siendo una persona silenciosa y afable, se le podia notar cierto desgano, cierta agresividad refrenada. Todavia andaba con muchos amigos, pero ahora se quedaba alelado mientras los otros hablaban, mirando al vacio con ojos desolados. A veces bebia demasiado y terminaba dejando su pesado corpachon colgado de la silla. Los amigos lo cargaban entonces y Lucia los veia entrar, sudando, los tragos pasmados por el esfuerzo de bajarlo del carro y subirlo hasta la alcoba. Lucia les servia un trago, les ponia un disco, conversaba un poco, los besaba en la mejilla y los echaba. Despues de un ano de verlo como roto e inmovilizado, ella empezo a preocuparse. Con los cuadros terminados se habia logrado montar una exposicion que resulto ser un relativo exito, tratandose de un pintor todavia joven y poco conocido. Pero si en condiciones normales el exito le producia cierta desconfiada curiosidad, ahora lo dejaba indiferente. Lucia tuvo que disfrutar sola con las resenas donde se alababa su extrema habilidad y se le auguraba un futuro promisorio; y solo ella pudo alegrarse por la rapida venta de los cuadros y recibir unos dineros que llegaban bien, aunque en el fondo no los necesitaran. Entonces metieron los muebles en un deposito, alquilaron la casa y se fueron. Volaron a Los Angeles. Alquilaron un carro. Al principio el parecio aliviado con el cambio, y por momentos se le pudo ver alegre con aquel vagabundeo que los metia veloces entre naranjales infinitos y despues los hacia entrar a los deslumbrantes paisajes resecos de Nuevo Mexico y Arizona. Vieron soles enormes desaparecer entre piedras y cactus; vieron camiones lejanos titilando en la distancia requemada. Se quedaban un par de dias en algun motel o cabana y despues volvian a meterse en los paisajes gigantescos, donde podia sentirse al mismo tiempo la sensacion de la inmovilidad y del vertigo. Y si viajaban de noche, el incluso podia poner musica, subir el volumen y dejar que el sonido de mandolinas saliera por las ventanillas y se fuera como chispeando contra la enorme oscuridad. Pero fue un entusiasmo fugaz. Antes de llegar a Nueva Orleans su mal genio volvio a acentuarse. Se quejaba de la monotonia de hoteles y autopistas, hacia comentarios sarcasticos sobre la pulpa insipida en que los gringos convertian todo lo que tocaban y se burlaba de los cuadros de Picasso que colgaban sobre los inodoros de los hoteles. Cuando llegaban a algun hotel, se quedaba esperando a que ella saliera de la oficina con la llave, y entonces estacionaba el carro, entraba al cuarto y se tiraba a la cama sin ayudar a bajar nada, sin lavarse los dientes, sin desvestirse siquiera. Y al dia siguiente Lucia debia cargar maletas y maletines, y entregar la llave en la oficina. En Nueva Orleans se alojaron en el barrio frances en un apartamento bello y polvoriento que les alquilo una senora que tenia los dientes podridos y parecia la bruja de Hansel y Gretel. Salieron de dia a pasear por las aguas lodosas del Misisipi en un pequeno vapor de aspas rojas, cargado de turistas, que navegaba bien aunque pareciera de confite y caramelo; por la noche recorrieron Bourbon Street, mezclados con los demas turistas a medio emborrachar que recorrian la calle de arriba abajo oyendo musica y mirandose los unos a los otros. Y aquella primera noche, rematada en un bar donde un pianista musculoso que tenia nariz quebrada de boxeador le dedico a Lucia una version algo desvencijada de Farolito, el parecio divertirse. Durmio mal, sin embargo. A las cuatro de la manana, sentado en el balcon frente a un cenicero repleto de colillas, miraba pasar los ultimos borrachos. Y a las diez miraba su desayuno con cara cenuda y cenicienta. Ella le recordo, en el tono mas severo del que era capaz, que no era solo el quien habia sido golpeado por la desgracia. Se quedaron cuatro dias en Nueva Orleans. A pesar de los comentarios sarcasticos que debia oir de tiempo en tiempo, Lucia se sintio fascinada por esa ciudad alegre, un poco sucia y un poco fermentada, tan parecida a las ciudades del Caribe. Como pasa a veces con la gente silenciosa, el parecia certero cuando hablaba; pero si alguien se hubiera puesto exigente, lo del Disney World para borrachos o lo de los prostaticos tocando clarinete habrian resultado apenas intentos debiles de hacerle dano a un sitio que resultaba dificil dejar de querer. Lucia se quedaba un rato callada, mirandose las manos, y despues de darle la razon volvia a dejarse llevar por un bullicio y un movimiento que la deslumbraban. En Nueva Orleans entregaron el carro, que con su olor a resinas sinteticas, sus blanduras plasticas y sus peluches a base de petroleo habia empezado a asquearlo a fondo, y se fueron para el norte en el camarote-litera de un enorme tren expreso. Por la noche, mientras pasaban postes y fabricas sombrias, mientras el dormia o fingia dormir en la litera, Lucia miraba la eternidad que cada cierto tiempo abrian hacia el este los relampagos de una tormenta cercana. Horas despues se acosto y lo sintio llegar, innecesariamente brutal -- dulce y carinosa, ella nunca se le habia negado--, arrancandole la ropa a manotazos y penetrandola, rasgando y magullando, mientras el tren pitaba feroz, metido ahora en la tormenta masiva que azotaba las ventanillas y revolcaba los arboles vertiginosos y relumbrados. El climax fue rapido y aterrador, y parecio venirles desde el corazon mismo de las tinieblas. Dias despues, sin camisa, el miraba llover por la ventana. Aunque estuvieran todavia en plena primavera, sobre la ciudad habia caido una ola de calor y lluvia que la oscurecia y la hacia aun mas densa. Frente al hotel un hombre despatarrado dormia aferrando una botella de vino en la mano derecha. Lucia habia salido temprano y esta vez ni se habia tomado el trabajo de invitarlo. Cuando lo llamo a mediodia para decirle que todavia se demoraba otro par de horas, el le contesto que podia demorarse lo que quisiera; cuando regreso, a eso de las cuatro de la tarde, lo encontro sin camisa, mirando llover por la ventana. El hombre despatarrado se habia despertado y, sin levantarse, sin soltar la botella ni quitarle la cara barbuda a la lluvia, le pedia plata a la gente que pasaba. Dejo de llover. Visitaron a un amigo pintor que se vestia de negro, llevaba el pelo muy corto y usaba una gotera de oro en una oreja pulcra y rosada como un caracol. Tenia un estudio grande, donde producia cantidades abrumadoras de animales como electrizados sobre fondos de colores primarios. Despues de dos tragos empezaron a recorrer el estudio mirando esa serie infinita de imagenes -- vendidas, ciertamente, mucho antes de que empezaran a ser pintadas--. <
>, dijo el, y Lucia lo miro con ojos muy abiertos. El amigo no parecia ofendido, pero tampoco encontraba que decir. Sonrisa cordial y ojos helados, menciono los tiempos, que cambiaban. Lo de la puta fabrica fue lo unico que dijo hasta el final de la visita. Para salvar las apariencias, ella tuvo que sostener la conversacion con su ingles precario mientras un macaco endemoniado la miraba desde uno de los oleos. El cielo se habia cerrado otra vez y habia tomado el color del cemento. De regreso al hotel, Lucia sintio ganas de llorar. El domingo siguiente miraban a un maromero chino que con dos palos lograba mantener otro en el aire, golpeandolo constantemente hasta dar la sensacion de que flotaba. La pequena plaza era un caos de prestidigitadores, equilibristas y musicos. Jovenes de pelo verde y pantalones de cuero fosforecian de palidez bajo el sol. Despues de hacer flotar el palo, el maromero chino empezo a escupir candela, pero solo Lucia pudo verla, porque el estaba sentado en una banca, encorvado bajo sus grandes espaldas, mirandose los zapatos. De regreso al hotel vieron a una viejita en patines, con la cabeza canosa llena de flores plasticas de colores. Cruzo frente a Lucia y le sonrio, afectuosa y feliz. --?La viste? --pregunto ella. El no contesto. Lucia dijo que habia visto a una viejita en patines con el pelo lleno de flores plasticas de colores. --?Y que queres? --pregunto el. Y entonces pregunto que si ella queria que el se orinara de la risa. Para la primavera siguiente el pellejo le colgaria de los huesos como a un buey enfermo. Despues de la partida de Lucia --lo dejo, por supuesto, incapaz de aguantar por mas tiempo esa mezcolanza de apatia y crueldad-- se sintio aliviado, como si le hubieran quitado un morral de encima. Camino liviano por las calles, sin rumbo. Entraba a los bares, salia de los bares, disfrutaba de una inmediatez que por su intensidad abolia el pasado por completo. A la senora que le alquilo el cuarto, unas roidas, joyas baratas y una actitud impersonal algo ingenua, le dijo que se llamaba Boris y se dedicaba a la reparacion de instrumentos. Adorno la mentira con algunos detalles y dejo aparecer el gesto mas parecido a una sonrisa que habia tenido o iba a tener en mucho tiempo. Y se instalo en un cuarto que olia a humedad y a estiercol de palomas. Las palomas venian de todas partes y anidaban en el alfeizar de las ventanas. La primera manana fue despertado por su arrullo desapacible y por el aleteo sordido que producian cuando llegaban o se iban del alfeizar. No sin esfuerzo abrio la ventana, que habia sido pintada muchas veces sin nunca abrirse y estaba soldada al marco, y vio dos nidos, cada uno con un par de pichones implumes y ciegos. Blandos reptiles del Apocalipsis, gargolas repugnantes, abrieron sus desmesurados picos con avidez primordial y cayeron al vacio como pequenos demonios, para estrellarse y desaparecer tres pisos mas abajo, entre pedazos de ladrillo, pedazos de alambre, sillas desbaratadas y colchones sucios, todos desperdigados en el patio que correspondia al edificio. Dos edificios vecinos estaban abandonados: uno tenia las ventanas tapiadas y parecia un enorme nicho funerario, del otro entraban y salian las palomas. Y del reguero de ladrillos del patio brotaban pequenos arboles, muy proporcionados, frescos y de un verdor absurdo para aquellos lugares donde no llegaba nunca el sol. Durante el verano durmio de dia y camino sin rumbo por las noches. Tal como se habia anunciado desde la primavera, el verano llego especialmente caliente y sofocante: llovia mucho y antes de cada aguacero el aire se ponia espeso y aplastaba. Metido en una penumbra de persianas bajadas el sudaba en pantaloncillos, durmiendo o mirando girar un ventilador de aspas metalicas que sonaba como si alguien estuviera sacudiendo una bolsa con clavos o monedas. Por la noche se ponia la ropa sobre el cuerpo todavia encharcado de sudor y salia a la calle despues de sacar un par de billetes del sobre donde Lucia le habia dejado una suma grande, tan grande al menos como irian a ser sus necesidades durante el verano, dinero que el ni habia pedido ni habia rehusado. Despues de caminar un rato se metia a cualquier bar, pedia una cerveza y se sentaba a mirar la television. En las tinieblas del bar alumbraba el verde del pasto en estadios donde hombres de mandibula cuadrada escupian y rasgaban el aire con miradas diamantinas. Senoras de ojos azules abrazaban con amor cajas de detergente mientras maridos vestidos con camisas impecables las miraban complacidos. Una pareja de novios se arrebataba una galleta de chocolate y se reia. La espuma de su cerveza se desvencijaba poco a poco, regresando de una elaborada e ilusoria estructura a la sencilla repugnancia del liquido plano y ahora tibio, que el bebia sin asco y casi sin pensarlo. En la pared de los banos, vulvas humilladas recibian falos en los que el orgullo masculino se sumaba a la propia torpeza del dibujo para plasmar una vanagloria atroz que alcanzaba los ultimos limites posibles de la fealdad. Cuando algun fanatico del beisbol le palmoteaba la espalda, sin sospechar que no se trataba de un camarada sino de alguien que solo miraba el verde puro, abstracto e irreal de los prados lejanos, el encogia sus hombros anchos, cada vez mas huesudos, de modo que el fanatico dejaba congelar un poco la sonrisa, enfriar sus ojos entusiastas, y retiraba el brazo, consciente de que habia tocado un territorio profundo y prohibido. Despues de mantener por horas el codo sobre la barra y la mandibula apoyada en la palma de la mano, salia del bar a la hora de cerrar con el hombro derecho cubierto por la ceniza de los incontables cigarrillos que habian ardido entre sus dedos mientras miraba a los novios que se disputaban las galletas de chocolate. Caminaba por calles que olian a orines, llenas de periodicos y paraguas desmembrados, y se dirigia hacia los parques del rio. En las bancas dormian los hombres desplomados. El movil reflejo de un aviso de Pepsi-Cola flotaba sobre las aguas oscuras. A veces dormia en una banca, como los otros, a veces se amanecia viendo bajar las aguas sucias hacia el mar. Cuando llegaba al cuarto se tomaba un trago grande, para escapar del aleteo de las palomas, y se tiraba en la cama a sudar y a sonar con un pasado que regresaba en imagenes descoyuntadas y revolcadas, como si por su memoria acabara de pasar un viento furibundo. Sin hablar casi con nadie, sin lavar su ropa, sin preocuparse por su creciente mal olor, se le fue pasando el verano. El pintor de animales endemoniados lo invito un dia a una fiesta a la que irian amigos comunes, pero el no fue, por supuesto. Ni siquiera penso que resultaria dificil entenderse con gente demasiado inteligente, que el buen gusto de una rebeldia aparente iba a hastiarlo o que las minimas formas convencionales de trato irian a resultarle insoportables. En un tono neutro dijo, sin mas, que no queria ir; miro con sencillez al pintor de animales electrizados, como se mira y entiende un cactus o una rosa, le dio la espalda y lo olvido por completo. El clima todavia no empezaba a refrescarse. Los hidrantes elevaban de dia chorros de agua en los que se banaban los ninos como pajaros; de noche caian contra el espejo del asfalto como si arrastraran carros y edificios, sirenas y neones, y los aniquilaran en un cataclismo espectacular contra la tierra. El recorria las noches del verano metiendose por sitios profundos, recovecos turbios, pero casi siempre buscando terminar la noche bajo cielo abierto. Por algun tiempo anduvo con una mujer morena que tenia el tatuaje de una culebra en el estomago. Con ella entro y salio de bares, con ella paso dias en cuartos de hoteles desastrados, que tenian baneras negras y cortinas espesas y raidas, y que parecian estar mas hondo que los trenes subterraneos cuyo ruido los calaba por completo. Envuelta en la luz de mecheros de alcohol, la vio hacer brillar jeringas, la vio casi desaparecer de placidez en el fluido de su propia sangre como quien se deja llevar por un ancho rio hacia el olvido. Aparte de que se hacia llamar Boris, ella no supo ni quiso saber nada de su vida. Se poseian con lujuria y sin ternura. Se encontraban al azar, sin alegria y de un modo fatal, como si dioses desganados hubieran tenido el momentaneo capricho de arrimarlos. Se despedian sin darse cuenta, desapareciendo el uno del otro como desaparecen las personas en los suenos. Cada cierto tiempo recibia cartas con estampillas de animales, plantas tropicales, proceres. Las dejaba sin abrir hasta que llegaba una nueva y entonces leia las dos con desatencion, chismes lejanos, historias de amigos que ya habia olvidado, formas afectivas que de lo puro marchitas ya ni tristeza producian. A veces se quedaba largos ratos mirando el azul intenso de las grandes mariposas, y a duras penas leia la letra abierta, pulcra, femenina, que le hablaba de gente que para el ya estaba muerta. Las orquideas, las mariposas de Muzo, los heroes de mirada ingenua, en la barra de un bar, en su propio cuarto, en los hoteles, eran despojos minimos y nitidos de un inmenso naufragio que a estas alturas ya ni centro tenia, ni periferia. En un sobre le llegaron las paginas dobladas de un periodico, donde se hablaba de el y se reproducia uno de sus cuadros. Las miro y volvio a doblarlas como si fueran un documento amarillo y apolillado, un poco repugnante, que hablaba de gente remota, desde hacia mucho tiempo convertida en polvo. Para entonces el pelo le habia crecido demasiado y se lo habia agarrado atras con un caucho. Su frente se veia muy amplia, sus ojeras muy grandes. Los vientos empezaron a soplar mas frescos. Las camisas de pana que habia traido de Bogota le colgaban abundantes y le daban una apariencia mistica. Se afeitaba cuando el roce de la barba con la almohada empezaba a fastidiarlo, cada tres o cuatro dias, sin espejo, rapido y sin preocuparse por los parches de barba que quedaran. Una vez, ya casi de madrugada, lo sorprendio un aguacero mientras miraba bajar el agua del rio para el mar. Camino despacio bajo la lluvia y sintio que uno de sus zapatos estaba roto. La noche siguiente, en un baratillo que abria las veinticuatro horas, compro unos tenis que al principio casi cegaban de blancura en contraste con su ropa oscura, pero que rapidamente se fueron curtiendo con el polvo de calles y bares hasta ponerse casi negros, y que serian usados sin lavarse nunca y de un modo continuo hasta su disolucion total. Otra noche un hombre tan flaco y grande como el mismo le pidio cuarenta y tres centavos que le faltaban para una botella de vino. Con uno de los billetes que le dejara Lucia compraron una botella de conac caro y se sentaron a beber frente al rio. Un pequeno velero, con solo una luz verde en lo alto del mastil y las velas desplegadas, paso remontando la corriente en la oscuridad, como una mariposa nocturna. El hombre dijo ser sueco. Durante la noche dijo ser exmarino mercante, exingeniero, exgeologo. Tambien era aleman, y el entonces lo dejo hablar, sin creer ni dejar de creer, como el que se deja acompanar por el ruido del agua que baja entre las piedras. La noche era limpia y las luces de los aviones se movian muy nitidas contra la negrura compacta del cielo. Una rata larga paso en la oscuridad y desaparecio en un bote de basura volcado. El sueco, ya borracho, termino una historia que lo habia conmovido y agitaba los hombros bajo el peso de sollozos vigorosos. Se bebio un trago grande. Parecio aliviado de la angustia que le habia producido su propia ficcion y siguio hablando sin parar, como saltando un abismo a cada instante, creyendose por turnos extopografo, finlandes, exgeologo, exmarino, holandes, unas veces arruinado por los viajes, otras por las mujeres, el juego y el alcohol. Como esa noche pasaron muchas. Las personas desaparecian y volvian a aparecer. A traves del sueco conocio mucha gente. Habia ajedrecistas fetidos, borrachos y caballerosos, muy raidos, que jugaban partidos a veces insensatos, a veces brillantes; habia hombres abstraidos que garrapateaban incansablemente cosas en cuadernos sucios; habia gente que con el alcohol comenzaba a discutir minucias a grandes voces y con gestos ampulosos y violentos, como si estuvieran en juego los destinos ultimos. Noches largas durante las cuales probo por primera vez vinos dulces que llevaban nombres como Rosa Salvaje de Irlanda, o Pajaro del Trueno, los mas baratos tal vez sobre la Tierra; noches que terminaban en un reguero de papeles y botellas quebradas que chispeaban despues con el sol mientras los hombres que las bebieron, desperdigados ahora, quedaban caidos en bancas, donde respiraban apenas entre su propia sombra, o intrincadamente ocultos en las grietas del cemento, como si fueran cucarachas o murcielagos. Las hojas empezaron a caer copiosas y a acumularse junto a las basuras de los parques. El caminaba metido en una gabardina demasiado larga, aunque corta de mangas, como las de los espantapajaros de las tiras comicas. La habia comprado por dos dolares a un amigo que ofrecia mercancia vieja, casi basura, en la plazoleta donde habia una escultura que representaba un dado gigantesco. Por algunos dias alcanzo a sentir el espeso olor acumulado de anteriores propietarios, sedimento oscuro que se perdia en los origenes de la raza humana, pero ahora su propio olor habia tomado posesion, o se habia tal vez integrado al antiguo, y ya no lo sentia. Y como la caldera del edificio aun no habia sido encendida, muchas veces el llegaba y se tiraba a la cama con la gabardina puesta, mientras afuera arrullaban las horripilantes palomas, a sonar con un pasado que cada vez le llegaba mas trocado y equivoco. A finales de septiembre recibio una carta donde se anunciaba la llegada de un pariente para principios de octubre. La carta decia que ellos estaban muy preocupados por la falta de noticias, y el tuvo que hacer un esfuerzo para recordar de cuales < > se trataba. A la duena del cuarto todo en la vida, al parecer, le importaba un bledo, y se encogio de hombros cuando el le dijo que se iba. Recibio la llave sin mirarlo y no se tomo siquiera el trabajo de levantar los ojos para verlo salir con su pequeno maletin en la mano y perderse en una noche excepcionalmente calida, aunque llena de bruma. Horas despues la mujer entraria al cuarto y meteria medias rotas, tubos de papel higienico y colillas en una bolsa de plastico negro. Lo haria con gestos mecanicos, sin siquiera odiar, sin recordar siquiera a la persona que habia dejado tras de si semejante basural. Se metio en un hotel pequeno, al frente de una avenida que cruzaba la ciudad de este a oeste, apretujado entre un almacen de almohadas y colchones demencialmente desordenado y una ferreteria polvorienta. Alquilaban cuartos por horas, dias, semanas, anos, tal vez siglos. Al otro lado de la avenida habia un parque con columpios y balancines oxidados, donde alumbraban por la noche los botes de basura a los que hombres oscuros metian fuego y despues rodeaban para calentarse. Su cuarto tenia un inodoro rajado minuciosamente, como una cascara de huevo, y un lavamanos mugroso. No habia ni ducha ni ropero. Ni el ni las demas personas que entraban y salian parecian ya necesitarlos. Se salia del hotel por corredores y escaleras iluminados por debiles lamparas de neon que soltaban luz nebulosa. Todas las noches, al lado de las canecas de basura y de la escalera que bajaba del hotel a la acera, habia un viejo que se acurrucaba para dormir protegido del viento. Mantenia la cabeza metida en una bolsa de plastico negro a la que le habia hecho orificios para respirar. Una vez el le ofrecio dinero, pero el hombre no quiso recibirlo; dejo en cambio oir una voz aspera y gruesa que venia de las profundidades de su cerrada noche de plastico, y le dijo que se llevara su dinero para otra parte, que nadie le estaba mendigando. Por entonces habia empezado a dibujar con carboncillo a la gente de los bares. Una noche quisieron comprarle el dibujo que habia hecho de modo mecanico sobre una servilleta, y que mostraba a un hombre pequeno sentado en una banca alta, encorvado sobre la barra del bar, a la vez envuelto en si mismo y echado para adelante, como un ave de rapina o un demonio. Esa vez no quiso recibir dinero, aunque no tuvo inconveniente en dejarse invitar a un par de tragos que, como siempre, le duraron hasta que cerraron el sitio. Pero despues decidio comprar un revolver que le ofrecian por ahi, conto lo del sobre y vio que le alcanzaba para el arma y solo le sobraba algun ripio. Entonces comenzo a dibujar a la gente y a recibir lo que quisieran dar por los dibujos. Los retratos eran tan oscuros como los bares, y las personas, aunque todavia identificables, aparecian a medio tragar por las tinieblas. Pero el limite de la oscuridad no se adivinaba en el bar (esquinas que, aunque invisibles, estuvieran alli; estructuras que, sin ser vistas, llenaran el alma con la luz de su logica, tranquilizandola), sino que se perdia sin remedio en un abismo sin fondo. El reflejo de unas gafas, una mano cundida de anillos de plata, eran creados con la nitidez necesaria para que todo lo demas cayera en el vientre horroroso de lo oscuro. Sin embargo, la gente, metida en su sopor de alcohol y cigarrillo, rara vez se horrorizaba; miraba el dibujo con interes, sorprendida por la evidente habilidad del dibujante, hablaba un rato con el, le ponia las manos en el hombro y se mostraba casi siempre generosa. Tan pronto recogia lo necesario para pagarse la noche de hotel, la comida y los tragos, el dejaba de dibujar y se quedaba otra vez en la barra, inmovil y en silencio. Pagaba el hotel cada madrugada. Llegaba poco antes de que saliera el sol y le daba el dinero al empleado sonoliento, que le entregaba una llave atada a una lamina metalica de apariencia carcelaria y le devolvia el maletin repleto de ropa sucia que habia dejado en la oficina al salir. Caminaba por escaleras inundadas de luz lechosa --el revolver, helado, subia metido en una media entre la ropa-- y entraba a un cuarto que cada noche era distinto. Todos tenian espejos desportillados y borrosos e inodoros rajados, pero unos daban a la avenida y otros a pasadizos oscuros donde las ratas hacian sonar las latas en las basuras. A el todos le daban lo mismo. Por las delgadas paredes llegaban sonidos que a veces eran vagos, sollozos lejanos que se fundian con los ruidos del vapor en los tubos de la calefaccion, disputas deshilachadas; pero a veces eran demasiado nitidos, bofetadas en cuartos adyacentes, gemidos sexuales, carcajadas crueles. -
Gladis de Maria Acosta
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Donde mis pies me lleven de Erika Ramos
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>. -
Habitacion 69 (Diario de Alma 1) de Dulceida Justin
https://gigalibros.com/habitacion-69-diario-de-alma-1.htmlHabitacion 69 es una novela de caracter erotico y explicito. Alma es una mujer muy seductora con la mente abierta, ella utiliza un diario para relatar sus andaduras sexuales.
Su irresistible seduccion la lleva a diferentes suenos de amor. Varios amantes quedan presos de su perversion, sin prejuicios se aventura al placer, haciendolos sentir el mejor amante que se podria tener. Generosa y fogosa en el sexo. Tiembla de excitacion en plena provocacion. Alterados sus sentidos se deja llevar por otra ilusion. Mujer pervertida apasionada y enamoradiza a pesar de que solo sea una noche, tal vez. Ella es, Alma. -
Catalina, la fugitiva de San Benito de Chufo Llorens
https://gigalibros.com/catalina-la-fugitiva-de-san-benito.htmlMediante las aventuras de su protagonista, inspiradas en el personaje historico de Catalina de Erauso, Chufo Llorens sumerge al lector en los usos y costumbres de la Espana del mil seiscientos, paseandolo por la corte, las mancebias, los conventos, el teatro, los duelos, el toreo… y los autos de fe de la Inquisicion, en una novela trepidante al mas puro estilo Dumas.
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Amor, siempre mi amor de Connie Daniels
https://gigalibros.com/amor-siempre-mi-amor.htmlFui una fisioterapeuta por obligacion pero de eso ya un buen tiempo. Ahora me dedico a realizar mis suenos. Tengo un pequeno cafe en la ciudad y es lo justo y necesario para hacer de mis dias los mas luminosos. Hasta ahora.
Ver pasar por la puerta a mi ex, que no solo era alguien a quien me costo olvidar si no que su presencia traia a mi un doloroso recuerdo, fue algo mas que sorprendente. Verlo revivio todo por lo que pasamos. Lo ame con todas mis fuerzas, pero su vida como jugador de futbol americano no se podia complementar con formar un familia y finalmente todo se desmorono.
Ahora, despues de tantos anos, estaba aqui, y elevaba mi pulso, no lo odiaba pero no estaba segura de quererlo cerca. Pero las circunstancia de la vida son como son y aqui estaba, ayudandolo para ayudarme.
De aqui en mas este pedazo de mi vida, se vuelve enredos, enfrentar miedos y tomar decisiones... No es facil darse cuenta que a quien se ama de verdad nunca se le olvida y tampoco es facil saber si vale la pena perdonar a este nivel. Pero donde hubo fuego, cenizas quedan y aqui esto se puede volver incendio...