• me entregue a ti por amor - Maria Beatobe

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    Cuando al darme la vuelta vi a Mora pense que me moria. Las piernas me empezaron a temblar y por un momento crei que me iba a desmayar. Esa sonrisa de autosuficiencia todavia me revolvio mas el estomago. ?Realmente pensaba que iba a atenderle despues de lo que me hizo? ?El muy cabron todavia tenia ganas de seguir jodiendome la vida? No debia de estar bien de la cabeza, porque nadie en su sano juicio podria ser tan cruel con otra persona. Me quede paralizada mientras le miraba fijamente presa del panico. ?Que cojones estaba haciendo alli? ?Sabia que trabajaba en esa tienda o habia sido una casualidad? No se por que, pero algo me decia que no habia sido una mera coincidencia. --?No me vas a saludar? --me reto. A mi no me salian ni las palabras. Bastante que aun las piernas me sostenian. Mi cuerpo no era capaz de reaccionar ante su cruel visita. En mi cabeza empezaron a arremolinarse un monton de imagenes horribles de aquella noche, y ahora todavia me entumecia mas mientras Mora me sonreia cinicamente, acompanado de su amigo Rafa. Oi como Gael salia del despacho y se ponia a mi lado. --Buenas tardes --saludo dirigiendose a ellos. --Buenas tardes, jefe --respondio Mora. Ante mi pasividad, Gael se dio la vuelta para mirarme. Y por como lo hizo me di cuenta de que mi cara no debia de tener buen aspecto. --Naira, ?estas bien? Evidentemente, no lo estaba. Pero no podia decirle <>. En ese momento, empece a notar unos sudores frios que me subian desde la punta de los pies hasta la coronilla. Mi respiracion empezo a acelerarse y mi pulso tambien. Intente mantener la compostura, pero comence a sentir una presion y un mareo horrible en la cabeza y, por instinto, me agarre al hombro de Gael mientras me ponia la otra mano en la frente y cerraba los ojos. --Naira, ?que pasa? --volvio a insistir. --Creo que necesito sentarme un momento. Solo sera un segundo. Lo peor de todo era que Mora seguia de pie frente a mi, sin dejar a un lado esa mueca de superioridad, con las manos en los bolsillos y una malefica media sonrisa. Que asco senti. Me hubiera encantado poder abalanzarme sobre el y pegarle hasta perder todas las fuerzas. Descargar toda mi rabia como si fuera un saco de boxeo. Jamas habia experimentado esa sensacion en mi cuerpo, incapaz de moverlo ni controlarlo. La tension me tenia totalmente agarrotada. Gael me acerco con rapidez un taburete que teniamos tras el mostrador y lo coloco a mi lado. --Ven, sientate. Y eso hice. Di dos pasos hacia atras y me deje caer en el asiento mientras Gael me sostenia. --Vaya... Parece que la dependienta no se encuentra muy bien --dijo Mora con sorna. Vi como Gael alzaba la vista para mirarle y juraria que no lo hizo de buenas maneras. --Pues no. Pero no se preocupe, porque puedo atenderles yo --dijo incorporandose. --Fijate que queriamos que fuera ella la que nos atendiera. ?Verdad, Rafa? --Verdad, verdad --se burlo el poniendo la mano sobre el hombro de su amigo. --Es evidente que ella no lo va a hacer, asi que si os sirvo yo..., bien, si no... --Espera, Gael, yo les atendere --me apresure a decir. Enseguida me puso la mano en el hombro para evitar que me levantara. Gael no solamente habia cambiado el tono de voz, que era cada vez mas desafiante, sino que fui consciente de que estaba perdiendo los papeles cuando dejo de tratarlos de usted y paso a tutearles. En su trabajo era extremadamente perfeccionista y jamas le faltaban las buenas formas, pero ahora todo eso estaba desapareciendo ante la actitud retadora de Mora y su amigo. --No --dijo rotundo--, no vas a atenderles. Lo voy a hacer yo -- respondio sin dejar de mirarles. --Lo cierto es que poco favor te hace tener esta dependienta, que a la minima esta por los suelos --increpo Mora sin dejar de sonreir. En ese instante vi que Gael cogia aire y se acercaba a ellos con gesto provocador. Eso no pintaba nada bien. Y yo me encontraba tan mal que no estaba para ponerme a mediar en una pelea. --Mira, chico... --comenzo. --Mora, me llamo Mora --respondio altivo. --No me importa como te llames, no te lo he preguntado. Para empezar, ya decidire yo si ella es buena o no; tu opinion me importa realmente poco. Y segundo, creo que en esta tienda no hay nada para vosotros. Mora sonrio con suficiencia, puso los ojos en blanco y luego miro hacia otro lado. Hasta que volvio a encararse. --?Nos estas echando? --No queria decirlo asi, pero si. Sera lo mejor. --Eso no dice nada bueno de tu tienda. --Gente como tu, sinceramente, me da lo mismo lo que piense. Los dos idiotas se miraron alzando las cejas y, al volverse hacia Gael, Mora fijo su mirada en mi. --Bueno, Naira, pues ya nos veremos, ?no? ?No le has contado a tu jefecillo que tu y yo pasamos muy buenos ratos juntos? Le asesine con la mirada. Y a Gael no le paso desapercibido mi gesto. Ese tio definitivamente era un gilipollas desalmado. Me tenia cogida por el trabajo de mi padre, porque si no... ya habria hablado mas de la cuenta. --Buenas tardes --dijo Gael extendiendo el brazo hacia la salida e indicandoles que abandonaran el local. --Nos vamos, pero que sepas que la ropa de tu tienda es una mierda de pijos. La verdad es que tampoco pensabamos comprar nada, ?verdad, Rafa? Solo veniamos a ver a la dependienta, que esta para hacerle un favor, aunque ella no se deje. Y ambos chocaron las manos y empezaron a carcajearse. Gael dio un paso adelante con decision, hasta que le cogi la mano para detenerle. Pasaron unos segundos que a mi se me hicieron eternos. El cruce de miradas brutal entre Mora y Gael hizo que se me encogiera el estomago. Se estaban perforando el uno al otro solo con los pensamientos que cruzaban por sus cabezas. --He dicho que adios --dijo Gael asertivo, sin cambiar un apice su expresion. Oi un <> que susurro Mora antes de darse la vuelta para irse de la tienda. Segun salieron, Gael cerro con pestillo, se acerco hasta mi y se puso de rodillas para quedar a mi altura. --?Estas bien? --Si, lo siento... No se que me ha pasado. --Naira, ?de que los conoces? --Iban a mi instituto. --Lo que tengo claro es que algo te ha pasado con ellos, Naira, porque te has quedado bloqueada. --?A mi? No... Me habra sentado algo mal; no te preocupes, Gael. --He visto como le mirabas. --?A quien? --Al chico que estaba delante. Al tal Mora. Que no se de que, pero su cara me suena de algo. !Mierda! Espero que no se acuerde de que cuando le vio estaba conmigo el dia de la fiesta. Nos cruzamos cuando Hugo y el volvian de comprar y yo estaba en la puerta con Mora y con mis amigas. Por favor, que no lo recuerde; si no, si que ya me vengo abajo. --No, de verdad, Gael. Esta todo bien. Y me levante para ir al bano y poder volver a respirar. Porque desde que el impresentable de Mora habia entrado, yo habia dejado de hacerlo inconscientemente. 58 El resto de la tarde lo pasamos casi sin hablar. Yo me dedique a atender a la gente que entraba mientras el hacia numeros y llamadas desde el mostrador. No habia ido al despacho en ningun momento y por un instante llegue a pensar que no lo habia hecho porque no queria dejarme sola en la tienda por si Mora y Rafa volvian. Aunque apenas hablamos (lo hicimos unicamente por temas de la tienda), si que nos miramos... y muchas veces. Me sentia tan mal por no contarle lo que habia pasado entre Mora y yo que no era capaz ni de sostenerle la mirada. A la hora de cerrar entre a cambiarme al despacho mientras el bajaba la persiana, como todos los dias. Aun me temblaba algo el pulso despues de haberme reencontrado con Mora, con el chico que me habia dejado una huella imborrable en el corazon para siempre, y no precisamente por algo bueno. Estaba en sujetador colocandome la camiseta cuando Gael entro en el despacho sin llamar. Por inercia, me tape el pecho con ella y le mire sorprendida. Pero el prosiguio sin inmutarse y cerro la puerta despacio tras el. Yo trague saliva y espere para descubrir cuales eran sus intenciones. Se acerco poco a poco hacia mi sin dejar de mirarme. Yo solamente llevaba puesta una faldita plisada estampada, mientras el sujetador asomaba ligeramente a traves de la camiseta con la que intentaba taparme. En decimas de segundo lo tenia pegado a mi. Me puso las manos en la cintura y me dio un suave beso en el cuello, que recibi con los ojos cerrados. --?Estas mejor? --susurro. --Si. --?Por que te fuiste asi esta manana? Me he vuelto loco al no encontrarte en mi cama cuando me he despertado. Continuaba besandome y eso hacia que me resultara bastante dificil concentrarme en una respuesta medianamente decente. --Lo siento. Me asuste. Dejo de regalarme caricias en el cuello para pasar a mirarme mientras apoyaba suavemente su frente en la mia. --No tengas miedo, Naira. ?Que es lo que te asusta? --susurro. --No es facil, Gael. --Confia en mi, por favor. Dime todo lo que sientes. Necesito saber a que atenerme. --Me da terror lo que estoy empezando a sentir por ti. Al tenerle tan cerca y notar como sus manos me rozaban el vientre, conteste sin pensar. En ningun caso queria ser tan explicita en mi respuesta, pero es que mi corazon deseaba gritar a los cuatro vientos que el me hacia sentir cosas que no habia sentido antes por nadie. Me moria por abrazarle y entregarme a el en cuerpo y alma, pero eso suponia tener que soltar la camiseta y que me viera en sujetador. Vale que el ya me habia visto en ropa interior de cintura para arriba, pero seguia siendo vergonzosa, que le ibamos a hacer, y la verguenza no desaparecia de un dia para otro. Ademas, para que nos ibamos a enganar: no era uno de mis mejores sujetadores; si lo hubiera sabido, habria elegido el que me compre en La Perla no hacia mucho tiempo.

  • Me entregué a ti - María Beatobe | PlanetadeLibros

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    13 jun 2017 — Me entregué a ti, de María Beatobe. ... En “Por amor me entregue a ti” encontraréis amor, mucho amor. ... Otros libros de María Beatobe.

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    PDF • Descargar Libros Gratis ... Me entregue a ti (Por amor 4) – Maria Beatobe ... Esa sonrisa de autosuficiencia todavía me revolvió más el estómago.

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  • Me entregué a ti | María Beatobe - LibreriadelaU

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  • Te envolvi en besos (Por amor 03) de Maria Beatobe

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    De lo siguiente que tenia recuerdos era del sonido de la ambulancia y del revuelo que se habia formado en la calle. Por un momento crei que todo era un sueno o que estaba viviendo una realidad paralela, pero no. Era real como la vida misma y a mi amiga acababan de atropellarla. Me sentia totalmente anegada y aturdida. Esto no podia estar pasandole a ella. Note que Gael me abrazaba con fuerza mientras de reojo veia como metian a Noe en la ambulancia. Acababa de caer en la aplastante realidad. Seguia inconsciente. Yo solo queria zafarme de el y correr a abrazar a mi amiga, pero los sanitarios tampoco me lo permitieron y le pidieron a Gael que me retuviera. Estaba temblando. !Noe! No hacia mas que repetir su nombre como si de un mantra se tratara. Queria pensar que, cuanto mas lo gritara, antes despertaria. Pero mis fuerzas flaquearon cuando vi que cerraban las puertas traseras de la ambulancia con un sonido que me partio el corazon. --Vamos, Naira, seguiremos a la uvi movil hasta el hospital --dijo Gael mientras me ponia la mano en la espalda. ?Habia dicho uvi? ?Tan mal estaba que necesitaba una ambulancia de ese calibre? Yo lo vivia todo como fuera de mi; en algunas ocasiones incluso tenia la sensacion de levitar. Agradeci que Gael estuviera conmigo en ese momento; si no, probablemente habria terminado desmayada junto al cuerpo de mi amiga. Le mire agobiada hasta que consegui decir una palabra. --Vamos. Subimos al coche y nos pusimos el cinturon de seguridad a toda velocidad. Gael arranco resuelto y corrimos al hospital que nos habian indicado los sanitarios. Conducia rapido, pero no tenia miedo; en ese instante, por lo que sentia verdadero panico era por mi amiga. Zigzagueo con maestria entre los coches hasta que vi de lejos la ambulancia que trasladaba a Noe. --!Esta alli! --grite senalando con el dedo y mirando despues a Gael--. ?La ves? Fruncio el ceno, concentrado, y giro el volante para cambiarse de carril y adelantar a un par de coches. Al final, la alcanzo y se puso tras ella, mientras el sonido de la sirena me hacia ser consciente de la gravedad de la situacion. Notaba de vez en cuando la mirada fugaz de Gael sobre mi, preocupado por como me encontraba. En apenas diez minutos llegamos al hospital. La ambulancia se metio por una via en la que una senal avisaba de que era un acceso restringido a vehiculos especiales. Me daban ganas de tirarme del coche en marcha y correr hacia la camilla en la que iba mi amiga, agarrarla de la mano y no soltarla hasta que despertara. Aparcamos en el garaje y sali del vehiculo casi antes de que Gael pudiera apagar el motor. Sentia como me seguia con premura. Corri despavorida mientras buscaba el modo de llegar a urgencias. Vi muchos carteles que dirigian hacia alli, pero el panico me tenia tan paralizada que no era capaz de descifrar ninguno de ellos. Gael debio de notar mi miedo y tomo el mando. --Ven conmigo --dijo mientras me cogia de la mano y caminaba con ligereza. Finalmente, llegamos a la sala de espera de urgencias. Era una estancia en tonos grises que, a pesar del calor que hacia en la calle, desprendia un frio paralizante. Nos cruzamos con un ir y venir de personal sanitario, y me sentia hasta mareada de tanto mirar hacia los lados. Apenas vi la ventanilla de informacion, me dirigi directamente alli. --Hola --dije alterada y con palpitaciones--. ?Como esta Noemi? La chica que estaba al otro lado intento calmarme. Era joven, de pelo largo moreno y lacio, y con una pequena placa en el uniforme que rezaba Estela Martin. Nos atendio con una sonrisa amable, que no perdio tras mi acelerada pregunta. --A ver, tranquila, necesito que me des mas datos. ?Como se apellida? --me pregunto solicita. --Soler, se apellida Soler --respondi casi metiendo la cabeza por la ventanilla. La chica tecleo con soltura en su ordenador el apellido de mi amiga. La espera se me hizo eterna. --Pues... no me aparece nada. Espera que pruebe otra vez. De nuevo, volvio a pulsar las teclas y note que la ansiedad crecia en mi por segundos. Como no me dijera algo ya, iba a explotar y me iba a poner a gritar sin parar hasta que me dejaran ver a mi amiga. La recepcionista volvio a decirme lo mismo: --Lo siento, pero no aparece en el ordenador --respondio al fin, negando con la cabeza. --!Como que no aparece! --chille--. !Tiene que estar! !Una uvi la acaba de traer! Pruebe otra vez, por favor, !pruebe otra vez! En ese momento, Gael me cogio por la cintura, dio un paso adelante y se hizo cargo de la situacion. --Disculpe, acaban de trasladarla en una uvi movil --dijo con educacion mientras yo esperaba a punto del infarto. --!Ah! Es la chica que acaba de llegar. --De repente, la recepcionista se percato de la persona por la que preguntabamos--. Aun no estan los datos actualizados en el ordenador. Esperadme un momento, que voy a consultarlo. Y desaparecio tras aquellas puertas color plata.

  • Confie en ti (Por amor) de Maria Beatobe

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    La noche prometia, aunque el plan previsto no me entusiasmara demasiado desde el principio. Cloe se habia puesto tan pesada en que la acompanara que, al final, tras sobornarme con invitarme a unos buenisimos profiteroles banados en chocolate caliente si iba con ella, hizo que definitivamente pudiera mas la gula que mis pocas ganas de ir. Al fin y al cabo, solo era una fiesta de fin de curso con la misma gente del instituto que, dia tras dia y durante cuatro largos anos, me habia encontrado por los pasillos. Ir a tomar algo a una discoteca para volver a ver a la gente de siempre y fingir una sonrisa como si te alegraras de verlos. !Que divertido! (Notese la ironia.) Tambien tengo que reconocer que soy bastante antisocial. Con esto no me refiero a que vaya ignorando a la gente que me habla ni que sea una borde malcriada, pero bueno, digamos que no hacia mucho por ampliar mi circulo de amistades. Me sentia segura en mi zona de confort, con mi espacio, mi gente y mis manias. Porque tambien era un poco maniatica --mas bien diria que perfeccionista--, aunque no una de esas chifladas que vigilan obsesivamente si sus cosas estan en el mismo sitio donde las habia dejado treinta segundos antes. Me gustaba hacer las cosas bien aunque tardara mas tiempo en realizarlas, y eso hacia que a veces mi paciencia, que ya os digo que tenia bastante, empezara a rozar limites poco agradecidos para la gente que se encontrara en esos momentos a mi alrededor. --?Que tengo que hacer que? Estas de cona, ?verdad, Cloe? --dije mirandola incredula. --Anda, no seas carca, lo pasaremos bien --respondio mientras sacaba de su bolso un pequeno espejo y ponia morritos para comprobar que sus labios maquillados seguian manteniendo el mismo tono rosa palo que llevaba cuando habia llegado a su casa. --No es cuestion de ser carca, es cuestion de dignidad --respondi mirando al techo y resoplando. --?Dignidad? Y que mas da eso. Hoy en dia casi nadie tiene --alego mi amiga sin mirarme. --Cloe, me estas pidiendo que aparezca en la fiesta vestida como una jodida verbena --dije mirandola de medio lado. No pudo evitar soltar una carcajada, que termino por contagiarme. Cerro despacio el espejito y lo volvio a guardar en el bolso. --?Una verbena? !Anda ya! Iremos... a ver que palabra utilizo para que me entiendas... --Se quedo pensativa para encontrar el termino exacto--. Atrayentes --dijo por fin. --?Atrayentes? Venga ya. Ridiculas, diria yo. --Pero vamos a ver, Naira --dijo incorporandose en el sillon y poniendose frente a mi--. La consigna de la fiesta es la misma para todos, asi que si quieres definir que nuestro atuendo sera ridiculo, todos iremos ridiculos. Asi que espabila y mueve el culo. --Joder, ya podrias habermelo avisado antes; faltas un par de dias al instituto y te pierdes la informacion mas importante de todo el ano. !A ver ahora lo que encuentro! --proteste. --No seas fatidica y ve a casa a prepararte. Yo voy a darme una ducha. !Y no te quedes ahi sentada, que te conozco! Mi amiga se levanto con agilidad, y mientras se dirigia hacia el bano, volvio la cabeza con alegria y me dijo adios con la mano, tipo despedida de una princesa o una reina, moviendola y girando solamente la palma de un lado a otro. --!Luego nos vemos, guapi! --Venga, vale... Que si, que voy... --respondi con desgana apoyando los brazos en el sillon con total apatia y resoplando. Me levante del asiento, cogi el bolso de mariposas que habia dejado apoyado en una de las sillas del comedor y me fui de casa de Cloe, no sin antes despedirme de su hermano, que jugaba a la consola en su habitacion. --!Chao, enano! --exclame asomando solo la cabeza por el marco de la puerta. --!Adios, Naira! --respondio sin apartar los ojos de la television. Viviamos cerca una de otra, apenas cruzar una calle y ya estaba en mi casa. Era un barrio centrico de Madrid, la Latina, uno de los mas castizos de la capital. Cloe y yo viviamos en la calle Colegiata y Noemi en una calle cercana, Duque de Rivas. Cuando llegue no habia nadie en casa. Mi madre trabajaba hasta las seis y mi padre llegaria como a las siete. Ahora eran las cuatro y media, y a las ocho de la tarde habia quedado en el portal con Cloe y mi otra amiga, Noemi. Nada mas entrar en mi casa fui directa a mi habitacion y me plante frente al armario con los brazos en jarras pensando que ponerme para la fiesta y, sobre todo, recapacitando en que momento habia aceptado ir. No me apetecia absolutamente nada romperme ahora la cabeza pensando en como hacer el mayor ridiculo de mi vida en la fiesta de fin de curso antes de hacer la selectividad. La consigna era clara, muy a mi pesar: teniamos que llevar en nuestro atuendo, y repartidos como nos diera la gana, !todos los colores del arcoiris! !Pero a quien se le habra ocurrido semejante chorrada! Mi fondo de armario no era nada del otro mundo. Reconozco que me gustaba la ropa, pero para conseguir todo lo que deseaba tener y de las marcas que quisiera comprar habia que disponer de mucho dinero, y yo... no lo tenia. Vivia con mi madre y mi padre en nuestra casa, y yo sobrevivia con la paga que me podian dar y con lo que me sacaba de vez en cuando cuidando a la nina de cuatro anitos de la vecina de arriba. Tenia diecisiete anos y mis padres me decian que debia acabar mis estudios, que no hacia falta que buscara un trabajo mas estable, que estaba bien ahora como estaba y que ellos me pagarian mis cosas. Pero claro, dentro de un limite, y no es que sea de gustos caros, pero la ropa era en cierto modo mi debilidad, la unica, tengo que reconocer. No fumaba, no salia mucho con mis amigas y los libros que adquiria me los compraba digitales para que me salieran mas baratos, aunque donde este un libro en papel, con su olor caracteristico, su tacto, su textura... Pero bueno, que me desvio, que no sabia que ponerme para la fiesta de fin de curso del instituto antes de realizar los examenes de acceso a la universidad. Estaba algo agobiada por esas pruebas; te lo jugabas todo a una carta, pero habia que hacerlos y demostrar todo lo que se habia estudiado durante el ano. Era la ultima celebracion y el instituto habia hablado con una discoteca grande de la zona para celebrar que nos despediamos de este centro para cambiar de escenario y comenzar la universidad, quien quisiera ir, claro. Otros preferian hacer algun modulo o directamente comenzar su vida laboral y dejar de estudiar. Yo, por mi parte, queria hacer la selectividad y estudiar Magisterio. Magisterio de primaria. Desde siempre me habia gustado ser profesora y, aunque mis padres me dijeron que me lo pensara antes, que habia muchas mas carreras con mas salidas laborales, una tarde les argumente mis razones por las que queria estudiar esa carrera y su respuesta fue que si a mi me hacia feliz, no habia nada mas que hablar. Tenia muy buena relacion con mis padres; eramos un prototipo de familia en la que podiamos hablar de todo. Bueno, de todo, no. Obviamente habia temas que yo no comentaba con ellos, como, por ejemplo, chicos, citas, de si me gustaba uno u otro..., !y de sexo, menos!, pero, por lo demas, nunca dudaba en pedirles consejo. Y el tema relacionado con los estudios que queria cursar fue uno de ellos. Mientras seguia mirando mi armario con cara de total ostracismo y pereza, mi movil empezo a sonar. Me acerque al escritorio, donde habia dejado el telefono, y lo cogi. Mire la pantalla y vi que era Noemi, otra de mis grandes amigas. --Noe, dime que no vas a la fiesta porque te han salido unas paperas enormes y que quieres que me quede contigo toda la noche cuidandote --dije del tiron nada mas descolgar. Detras del auricular se escucho una carcajada. --Pues no, nena --respondio ella--. Te llamo para animarte porque se que no estas con muchas ganas de ir. --Ya te ha escrito Cloe, ?no? --dije tirandome de espaldas en la cama. --?Que mas da eso? !Vamos a disfrutar que acabamos ya de una vez el conazo de instituto! !Aunque sea solo por decirles adios a todos con el dedo corazon! --Ella siempre tan sutil--. Anda, nena, preparate y !vamos a darlo todo! --Joder, estas animadisima, ?eh? --dije sin mucha euforia. --Ya ves... hay que disfrutar de la vida, nena. Ademas, piensa que tu queridisimo <> estara tambien por ahi... --dijo sarcasticamente. --Anda, !no seas tonta! --me queje esbozando una sonrisa invisible para ella--. Fijate que no me lo imagino diciendo <> --recite en un tono teatral exagerado

  • Me fije en ti de Maria Beatobe

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    Cuando levante la mano para llamar al taxi y alguien me agarro la muneca con contundencia crei morir. No queria darme la vuelta y encontrarme de bruces con Mora. Empece a notar sudores frios por la espalda y tenia la respiracion entrecortada. Senti que me desmayaria en ese mismo momento. El taxi paso de largo sin darme tiempo a pararlo de nuevo. Hasta que, con mucho miedo, empece a girarme para ver quien me sostenia la mano con esa firmeza. Cabizbaja y aterrada, con la mirada clavada en el suelo, me di la vuelta despacio y lo primero que me encontre fueron unos zapatos oscuros; continue mirando hacia arriba hasta que le vi la cara. --?Estas bien? Era Gael, el amigo de Hugo. No habiamos empezado con buen pie, pero ahora mismo me valia cualquier persona que no fuera Mora. --Eh..., si, si --respondi soltando mi mano de la suya como si me quemara. --?Seguro? --!He dicho que si! ?Es que no me has oido? Gael abrio los ojos, sorprendido por mi respuesta y, sobre todo, por el tono. --Vale, tranquila --respondio alzando las manos--. ?Ibas a coger un taxi? --Si, pero gracias a ti ya lo he perdido. --Lo siento, me parecio verte llegar algo nerviosa y aturdida. Tampoco tienes que ponerte asi. --Pues me has visto mal. Asi que te agradeceria que te marcharas y me dejaras buscar un taxi a mi solita. Era cierto que habia llegado exacerbada y confusa a la parada de taxis, pero no podia reconocerselo. Hacerlo provocaria que me preguntara por que me encontraba en este estado y conllevaria contarle lo que me acababa de pasar con Mora, y eso no podia hacerlo. No debia decirle lo que habia ocurrido, ni a el ni a nadie. No podia arriesgarme a que cumpliera su promesa de hablar con su padre y tratar de despedir al mio de su nuevo trabajo. Nos hacia falta el dinero y no iba a perderlo por mi culpa. --Tu misma --dijo molesto mientras se daba la vuelta con decision y me daba la espalda. Agradeci que no hiciera mas preguntas, porque estaba segura de que si insistia mucho acabaria derrumbandome y contandole lo que me habia hecho Mora, y solo pensar en las represalias que pudiera sufrir por sincerarme con alguien hacia que me paralizara aun mas. Se marcho con las manos en los bolsillos caminando a buen paso hacia la discoteca, donde esa noche habiamos empezado la fiesta que finalizaba de una manera muy amarga. Que contradictorios son los acontecimientos de la vida, ?verdad? Sales de casa con la mayor ilusion del mundo, con ganas de disfrutar a tope con tus amigas, y la situacion se da tanto la vuelta que acabas corriendo aterrada, de madrugada, por las solitarias calles de Madrid, huyendo de alguien en quien confiabas y que ha intentando abusar de ti. Ya solo el pensamiento me bloqueo aun mas. Volvi levemente la cabeza y vi como Gael llegaba hasta la puerta del local, donde se encontro con Hugo. Le dijo algo al oido y su amigo miro directamente hacia mi con el ceno fruncido. Justamente cuando vi que Hugo empezaba a caminar en mi direccion, pare un taxi y me monte sin mirar atras. 17 Llegue a casa como veinte minutos mas tarde de mi toque de queda, pero mis padres no me dijeron nada. No se si se hicieron los dormidos o realmente lo estaban, cosa que agradeci enormemente. Me extrano que mi padre no hiciera ningun ruido al oirme llegar. Lo unico que queria hacer en ese momento era darme una ducha y quitarme todo lo que quedara de ese impresentable que habia intentado propasarse conmigo esa noche. Debia hacer desaparecer cualquier huella, olor o recuerdo que hubiera quedado impregnado en mi cuerpo. No queria saber de el absolutamente nada. Y ahora que habiamos acabado ya el instituto, no tendria ninguna necesidad de volver a verle. Pero... ?que les contaria a mis amigas? Despues de que me vieran marcharme a casa con el, tan decidida y contenta, tendria que decirles que era un monstruo y que queria que desapareciera de mi vida para siempre. Una contradiccion muy potente como para que no preguntaran que habia pasado. Ahora era cuando tenia que inventarme una excusa creible, sobre todo eso, para que, una vez que se la contara, se la creyeran y no hicieran mas preguntas. Mientras me duchaba intentaba pensar que decirles, pero la imagen de Mora sobre mi cuerpo nublaba cualquier pensamiento que quisiera que apareciera por mi mente. Maldito cabron. ?Que hubiera pasado si no hubiera podido zafarme de el? Mejor no pensarlo. Cerre los ojos mientras mis lagrimas se confundian con el agua de la ducha que me resbalaba por el rostro. Aprete los punos con impetu para intentar soltar toda la furia e impotencia que llevaba dentro en ese momento. Queria gritar, deseaba chillar con todas mis fuerzas y que el nudo que me turbaba saliera de la garganta en forma de alarido ensordecedor. Cuando sali de la ducha, me seque el cuerpo con tanto impetu que hasta me hice dano. Queria eliminar cualquier huella que aquel malnacido me habia tatuado de por vida. Sentia tanta colera y por otra parte tanta humillacion... Me acoste y, aunque me costo mucho conciliar el sueno, acabe rendida en los brazos de Morfeo, no sin antes quedarme sin lagrimas de tanto llorar. Amaneci con los musculos del cuerpo totalmente contraidos; me dolia todo, sentia una presion en la nuca que jamas antes habia notado. Quise suponer que todo era a causa de los nervios y la tension vivida la noche anterior. La cabeza me daba vueltas constantemente al pensar si deberia contarlo o no, y en caso de hacerlo, a quien. Durante el dia no quise salir de casa ni hablar por telefono. Menti diciendo que estaba medio afonica y no queria forzar la voz, y unicamente mantuve relacion con el mundo exterior a traves de WhatsApp. Me sentia tan doblegada y sucia que me avergonzaba hasta de salir a la calle y que la gente me mirara. Tenia la sensacion de que me observarian y notarian lo que me ocurria, y era tal la aprension de que alguien se enterara, que quise ser invisible durante por lo menos ese dia. 18 NOEMI A finales de esa semana, Naira y Cloe se marcharian con Noemi y su madre a un piso que tenian en la playa valenciana de Gandia. Sus padres compraron una vivienda alli apenas nacer Noe y, desde entonces, pasaban todos los veranos en la costa. Sus padres se separaron cuando ella contaba solo con ocho anitos; no era muy mayor como para entenderlo, pero si lo suficiente como para darse cuenta de que algo en casa no iba bien. Noe recordaba con claridad el dia en que se lo dijeron. Su madre habia ido a buscarla al colegio y no la vio con muy buen aspecto. Ademas, por el camino se encontraron con la madre de una amiga del cole y ambas mantuvieron una conversacion entre susurros y con alguna que otra lagrima encubierta. --Carino, ven, sientate --le dijo su madre nada mas llegar a casa. Noe la obedecio, y a continuacion ella le empezo a explicar que hay veces en que los papas y las mamas no se llevan bien, que en ocasiones es mejor estar lejos para no discutir... y termino la charla diciendo: --Papa ya no va a vivir en casa -- sentencio ante la mirada perpleja de la nina. --?Y cuando vuelve? --De momento, no va a volver. --?Y por que, mama? --Porque asi sera mejor para todos, carino. --Pero yo quiero ver a papa. --Y lo veras, carino. --Su voz estaba cargada de dolorosa ternura--. No te preocupes. Y despues de esa frase, Fabiola, la madre de Noe, se levanto con calma del sillon, le dio un beso en la frente a su hija y se marcho a la cocina a prepararle la merienda. No recordaba haber vuelto a hablar con su madre de la separacion de su padre hasta que tuvo quince anos. Fabiola era algo reservada y Noe a veces preferia no preguntar para no escuchar cosas que no le apetecia oir. Optaba por taparse figuradamente los oidos y vivir feliz. Llamo a Naira para ver que tal habia terminado la noche, pero no le cogio el telefono; en su lugar, le mando un mensaje diciendole que estaba mal de la garganta y preferia hablar por WhatsApp. Evidentemente no se lo creyo; intuia que la cita no habia salido bien y preferia no hablar del tema. No la culpaba tampoco por actuar asi, ya que ella estaba cortada por el mismo patron; por ello tampoco insistio.

  • Derrame mis lagrimas (Por amor 5) de Maria Beatobe

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    Durante el trayecto en taxi, ninguna de las tres cruzo una sola palabra. Lo unico que oi, y con una sensacion de lejania, fue que Cloe le daba la direccion al taxista para decirle donde nos tenia que dejar. Cuando me subi al vehiculo, mis amigas se miraban con incredulidad. Algo debieron de ver u oir, porque ninguna hizo ni una pregunta, lo cual agradeci. No estaba para muchas explicaciones sobre algo que me parecia una jodida pesadilla. Apoye la cabeza en el cristal y, con las manos tapandome el rostro, llore en silencio, en un estado de nervios que no era capaz de controlar. Me faltaba el aire; tenia hasta ganas de vomitar. Pero ?que cono habia pasado ahi fuera? La imagen y la voz de Gael diciendome <> se repetian una y otra vez en mi cabeza, como si fuera un mantra. ?De verdad habia tenido novia durante todo ese tiempo que habiamos estado juntos? ?Habia sido capaz de ser tan cruel? No, seguro que habia alguna otra explicacion. Gael no era asi. Conmigo se habia portado tan bien... !Que cono! !Le habia entregado mi regalo mas preciado! !Mi virginidad! Me enjugue las lagrimas al tiempo que notaba como Noe me ponia la mano en la rodilla. --Tranquila, mi nina --susurro--. Estamos contigo. No pude ni mirarla; me sentia una puta pringada, enganada vilmente por el chico del que estaba enamorada. Habia vuelto a fracasar; primero fue Mora y ahora, Gael. !Pero es que ellos no tenian nada que ver el uno con el otro! Gael era carinoso, romantico y, lo mas importante de todo, me respetaba. Cosa que Mora no hizo en ningun momento. Eran la noche y el dia; entonces, ?por que los dos me la habian jugado? ?Tenia un cartel en la frente que decia <>? De pronto me acorde de la pulsera que me regalo por mi cumpleanos. Aquella de la que colgaba mi inicial. Primero la mire recordando el dia que me la dio y despues, no se de donde saque las fuerzas, me la arranque de la muneca para lanzarla a continuacion al suelo del taxi. Note que mis amigas se sobresaltaban. Me quede mirando la pulsera tal y como quedo, inerte bajo los pies. Y observarla me recordo que, tras regalarmela el dia de mi cumpleanos, nos dimos nuestro primer beso. Los ojos volvieron a inundarseme de lagrimas y mi vision se torno algo borrosa. Volvi a apoyar la cabeza en el cristal y mire como pasaban los coches. Parecia que me hubieran arrancado de cuajo el corazon; sentia hasta el escozor del hueco tan doloroso que me habia dejado. Era una sensacion entre incredulidad y rabia. No podia ser cierto..., !no podia serlo! Mi movil empezo a vibrar dentro del bolso; alguien me llamaba. Lo saque y lo poco que quedaba de mi observo que en la pantalla parpadeaba el nombre de Gael. Me estaba llamando. ?Y todavia tenia el valor de hacerlo? ?Que queria? ?Seguir partiendome en pedacitos? Colgue; si contestaba, entonces si que moriria en vida, y todavia, aunque pareciera increible, me quedaba algo de dignidad. Tenia muchos mensajes sin leer en el movil, suponia que suyos, pero ni me moleste en abrirlos. Busque la opcion de borrarlos y todos desaparecieron de la memoria de mi telefono, pero no de la mia. Tambien habia quince llamadas perdidas; esas si que las mire: todas de el. ?Borrar? Si. Ojala los recuerdos se pudieran resetear en nuestra cabeza de la misma manera; todo seria mas facil. Yo ahora estaria yendo tan contenta a casa de Cloe, y sobre todo, de una sola pieza. Mi corazon se habia quedado en la puerta de su casa. Me lo habia arrancado y ese desgarro era tan doloroso que no sabia si algun dia conseguiria sanarlo. Decidi apagar el telefono, dejar de saber que estaba presente en mi vida. De esa manera creia que una parte de el tambien desapareceria. !Ilusa de mi! Todo habia sido una cruel mentira; no me queria tanto como me decia, !no podia hacerlo! !Estaba con otra chica! Vale que, en teoria, no se habian visto durante el tiempo que estuvo conmigo, pero !hablaria con ella! !Le habria dicho te quiero igual que a mi! !Le habria mandado mensajes igual que a mi! !Habria pensado en ella igual que en mi! El movil de Noe comenzo a sonar. Me sobresalte al oirlo; la mire de soslayo y vi que mi amiga, nada mas ver quien llamaba, colgaba inmediatamente. --?Era el? --susurre con un hilo de voz. --Si, carino, pero tu tranquila --respondio cogiendome de la mano. No habian pasado ni dos minutos cuando la melodia del de Cloe empezo a sonar. No habia que ser muy lista para saber que seria Gael de nuevo. Mi amiga repitio los mismos pasos que Noe. Colgo y se lo guardo. !Maldito cabron! ?Me quieres dejar en paz? Si ya me has jodido a mi, deja a mis amigas tranquilas. ?No te queda claro que no quiero hablar contigo y tienes que intentarlo a traves de mis amigas? Trague saliva y volvi a mirar por la ventanilla del coche. En ese momento nos adelanto a toda velocidad uno igual que el de Gael, !hasta del mismo color! ?Que era eso?, ?una puta broma? Por un instante crei que era el y hasta me incorpore para mirar al conductor, pero no, era una senora quien iba al volante. Y tras verla, exhale todo el aire que habia retenido en los pulmones al ver el coche. 76 El taxi aparco frente al portal de Cloe. Mis amigas sacaron los monederos de sus bolsos y, cuando yo hice lo mismo, Noe puso su mano sobre la mia. --Dejalo, nena. Ya haremos cuentas. En el fondo se lo agradeci, porque en ese momento no era capaz ni de sumar dos mas dos. Estaba aturdida, me escocian los ojos de tanto llorar y la cabeza estaba a punto de estallarme. Habia sido el trayecto mas largo de mi vida. Despues de que pagaran y salieramos del taxi, mis amigas se acercaron a mi con decision y me abrazaron con fuerza. Ese gesto me hizo llorar aun mas. No entendia nada. Estabamos tan bien que ver que de repente todo se habia esfumado me parecia increible. No era justo, joder, no lo era. Cuando entramos en casa de Cloe me fui directa al cuarto de bano. Abri el grifo del agua fria y me la eche sobre la cara varias veces, deteniendo las manos en el rostro. Me mire en el espejo que habia sobre el lavabo y me sorprendio mi propia imagen. Tenia los ojos rojos e hinchadisimos. La inflamacion me bajaba hasta las ojeras. El resto de mi rostro estaba palido. Trague saliva y empece a notar que el estomago se me revolvia y la respiracion se me aceleraba. Tuve que correr hasta el vater, me arrodille y empece a vomitar sin control. Oi que la puerta se abria y que, de pronto, alguien me sujetaba de la frente y me acariciaba la espalda. --Tranquila, carino. Estamos aqui contigo. Por la voz supe que era Cloe. Se arrodillo a mi lado y espero pacientemente a que terminara. Despues de echar todo lo que llevaba dentro, me volvi a lavar la cara y mis amigas me llevaron hasta la cama de Cloe. Estaba desfallecida. --Tumbate, Nai. Descansa --dijo Noe. Me recoste, y entre las dos me quitaron los zapatos y me metieron en la cama mientras me tapaban con una liviana colcha. --Estaremos en el salon. Si necesitas algo, llamanos --susurro Cloe. Las dos salieron de la habitacion y dejaron la puerta entornada. Habian bajado la persiana del todo, por lo que la unica luz que entraba en el cuarto era la que procedia del salon. Cerre los ojos, pero era imposible dormir; no podia parar de llorar. La cabeza me daba vueltas al rememorar la imagen de Gael y Ursula bailando juntos tan joviales. ?Se habrian besado hoy? ?Gael la habria recibido con un beso como los que me daba a mi? ?Se habria acostado con ella antes de ir a la fiesta? !Basta ya, Naira! !Deja de autofustigarte! Lo que haya pasado no lo vas a saber, al menos de momento, asi que intenta descansar. Me di la vuelta hacia la ventana y me acurruque, hecha un ovillo, con la intencion de dormirme. Y, tras un rato con la mirada fija en la nada y las lagrimas campando a sus anchas por mis mejillas, lo consegui. Creo que fue a causa del agotamiento mental por lo que termine cayendo rendida. Me desperte con sobresalto y me incorpore sudorosa y algo desorientada. Todo estaba oscuro. Me costaba respirar; habia tenido una pesadilla horrible, pero por un momento habria jurado que era real. Gael aparecia en casa de Cloe y me pedia perdon entre lagrimas, arrepentido y nervioso. Y cuando me acercaba a el para perdonarle, empezaba a carcajearse al tiempo que la figura de Ursula aparecia a su espalda. Los dos me senalaban riendose como locos. <>, gritaba Gael. Yo intentaba salir de alli, pero las paredes cada vez se acercaban mas a mi y el espacio se hacia cada vez mas pequeno y asfixiante. Gritaba llamando a mis amigas, pero la voz no me salia. ?Que cono habia sido eso? ?No tenia bastante con lo que habia pasado que hasta los suenos tenian que recordarmelo? Encendi la luz de la mesilla y puse los pies en el suelo. Estaba frio, pero al estar en pleno mes de agosto se agradecia. Respire hondo y me levante. Me acerque hasta la cocina y me bebi un vaso de agua fria de la nevera. Mis amigas ya estaban durmiendo. Mire el reloj de la cocina que colgaba sobre la mesa y vi que eran las cuatro y cuarto de la madrugada. No queria volverme a acostar y sonar de nuevo con cosas por el estilo. Cuando me dirigia hacia la terraza para tomar un poco el aire, vi mi bolso colgado en una de las sillas del comedor. Me lo quede mirando. ?Y si cogia el movil y lo encendia? Lo mismo mis padres me llamaban y, si lo tenia apagado, igual se asustaban. Si, claro, Naira. Lo mas probable es que tus padres te llamen a las cuatro de la manana; es lo mas logico. Vale, lo reconozco; queria encenderlo para ver si Gael habia vuelto a intentar contactar conmigo. ?Pero es que era masoca o que? !Lo que tenia que hacer era olvidarme de el e intentar pasar pagina! Pero, claro, no creo que fuera la unica persona en el mundo que, en una situacion como la mia o similar, quisiera ver si la otra parte intentaba por todos los medios saber como estabas. Necesitaba encender el telefono y comprobarlo. ?Locura? Si, pero es que le queria. Y no podia olvidarle de un plumazo. Al fin y al cabo, no habian pasado ni seis horas desde el descubrimiento. Era humana... y estaba enamorada. Saque el movil del bolso y fui a la terraza. !Que calma mas agradable se respiraba a esas horas! Mire nerviosa la pantalla apagada del telefono antes de encenderlo. Pero al final lo hice; lo puse en marcha con el corazon a mil por hora. Mientras se reiniciaba, vi que casi todas las ventanas de los pisos de enfrente tenian las luces apagadas; solo en un par de ellas permanecian encendidas. Me pregunte quien estaria tras esos cristales y que estaria haciendo despierto a esas horas. El movil emitio la musiquita de inicio y teclee la clave de acceso. Volvi a dejar de mirar. Preferia hacerlo cuando estuviera cargado del todo, y no esperar nerviosa observando la pantalla para ver si aparecia alguna llamada o no.

  • Amiga. me tienes loco de Maria Beatobe

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    Aquella tarde estaba tumbada en el sofa viendo la television, no tenia ganas de hacer nada, cuando el sonido de un mensaje en el movil me desperto de mi letargo. Me levante, saque el telefono del bolso y lo lei. -- Nai, ?una cerveza esta tarde en "La bodega" a las nueve? Era Isaac, mi mejor amigo desde que teniamos apenas doce anos. !Ay! perdonadme que no me he presentado, me llamo Naia, pero todos me llaman Nai, tengo veinticuatro anos y soy disenadora de moda, o al menos eso pretendo ser en un futuro, me estoy preparando a conciencia para ello y voy haciendo mis primeros trabajos. Isaac, como antes os contaba, es mi mejor amigo desde la infancia. Nos conocimos porque ambos viviamos en el mismo barrio e hicimos pandilla con mas gente. El y yo conectamos desde el principio, lo cual me extrano por lo vergonzosa que yo era en esa epoca, cualquier chico que se me pusiera a menos de cinco metros hacia que me pusiera colorada y me paralizaba, pero tal cual. Menos mal que la edad y la experiencia me ha ido espabilando un poco en temas de hombres, porque si no, menudo futuro amoroso me esperaba... Recuerdo que en el colegio, cuando tenia unos cinco anos, habia un nino rubio con el pelo a melenita que me parecia guapisimo. Nunca jugaba conmigo, pero un dia se acerco a mi para intercambiar unos cromos de futbol (tema que no me interesaba absolutamente nada) y !casi me muero de la verguenza! Es curioso que ya con esa edad sintiera esas cosquillas en el estomago. Pero es que os prometo que era guapisimo, o mis cinco anos de vida me hacian verlo asi. Una noche en plenas fiestas del barrio, entre bailes y festividad, cuando yo tenia diecisiete anos e Isaac diecinueve, me propuso dar una vuelta y salir del jaleo de la celebracion. He de reconocer que teniamos una quimica especial, dificil de explicar, pero que con solo mirarnos ya sabiamos lo que el otro pensaba. ?Quien no ha tenido alguna vez un mejor amigo asi? Con el que tienes unas confianza tan ciega que serias capaz de contarle cualquier cosa por intima que fuera. Pero como todo en la vida, la cosa se complico aquella noche. Paseamos bromeando y jugueteando, riendonos mientras compartiamos un mini de cerveza. Evidentemente no era la primera vez que paseabamos solos, pero esa noche no se si por la luna o por que, el ambiente estaba raro... mas desinhibido diria. Acabamos en un parque cercano a casa. No habia nadie, rozaban las dos de la manana y nos sentamos en un banco. Sin saber como, la mirada de Isaac cambio y de repente, con un semblante serio pero decidido, me pregunto: -- Nai ?puedo besarte? - clavo sus ojos en los mios con firmeza, mientras retiraba el mini de cerveza de mi mano, para dejarlo en el suelo, y despues acercarse a mis labios, poco a poco, sin dejar de mirarlos. Aturdida y con el corazon a mil por hora, cerre los ojos y me deje llevar, de hecho creo que mi inconsciente llevaba anos esperando este momento. Y ahora me lo acababa de brindar. Nos besamos con ternura, con dulzura mientras el paseaba su mano por mi nuca y yo sentia un cosquilleo en mi estomago... hasta que, sin pensarlo, me sente a horcajadas sobre sus piernas y empezamos a besarnos con pasion. Me acariciaba la espalda con deseo apretandome hacia su cuerpo y yo le cogia por la nuca como si me fuera la vida en ello. Daba la sensacion de que los dos deseabamos hacer eso desde hacia mucho tiempo. Nuestros cuerpos hablaban por si mismos. No podiamos dejar de besarnos, nuestras lenguas bailaban al mismo ritmo y desee que el tiempo se parara. Nos separamos un segundo para coger aire y dar voz a mi jodido subconsciente. -- Que estamos haciendo... - susurre apoyando mi frente en la suya. --Esto es una locura... ?verdad? - respondio con la respiracion agitada y una sonrisa torcida tremendamente atractiva. No me dio tiempo a responder cuando tenia de nuevo su boca sobre la mia. No tuve poder de reaccion para retirarme, y lo cierto es que no queria hacerlo. Era mi mejor amigo y sabia que esto iba a cambiar el rumbo de nuestra amistad sin ninguna duda, pero no me arrepentia para nada de lo que ahora mismo estaba pasando. Esa noche ya no volvimos con los demas, nos devoramos a besos por cada rincon como si se fuera a acabar el mundo. Me acompano a casa al amanecer con los labios rojizos e hinchados de tanto besarnos. Nos abrazamos durante minutos sin pronunciar palabra, hasta que rompi el silencio. --... ?Y manana que? - pregunte apoyando mi cabeza en su pecho. --No pienses en manana... los dos sabemos que sera complicado, pero disfrutemos del ahora. - susurro posando un beso en mi sien. --No quiero estropearlo - dije a pocos milimetros de su boca. --No dejemos que pase... - musito casi pegado a mis labios y su mano acariciando mi mejilla. Y nos despedimos con un beso devorador, que nos hizo estremecernos por dentro y por fuera. Pero paso, y al dia siguiente no nos vimos, yo no se el, pero yo, no me atrevi. Ni el me llamo ni yo le llame. Cuando volvimos a vernos habian pasado un par dias y no sabiamos ni como actuar. Nuestras miradas coincidian y enseguida la retirabamos como si nos quemara reconocer con los ojos lo que habiamos disfrutado con el cuerpo. Era como tener miedo a reconocer que aquello habia ocurrido, y no solo eso, si no que nos habia gustado...y mucho. Me habia pasado esas dos noches sonando despierta y rememorando todo lo que habiamos vivido aquella noche de las fiestas. Imaginandonos como una pareja mas que se deja ver regalandose besos por la calle sin pensar que pasara con nuestra amistad ahora que habiamos pasado esa delgada linea. Pero a los dos se nos atragantaron las palabras en la garganta, y suponia que la edad, la inexperiencia y la sensacion de haberlo estropeado, pudo mas. Que raro fue todo... No se por que pero no llegamos a hablarlo. Mantuvimos el buen rollo durante meses aunque a veces, y de manera algo forzada, seguiamos hablando, llamandonos, pero poco mas. Ni una palabra del famoso dia. Aproximadamente un ano despues, a fuerza del dia a dia, recobramos la amistad que habiamos perdido por aquel rollo de una noche, yo me sentia bien con el y conmigo misma por haber recobrado casi toda aquella confianza, e incluso una noche hablamos de lo que paso, hasta conseguimos reirnos de ello y nos prometimos que no volveriamos a estropearlo todo por un calenton (ambos sabiamos que fue mucho mas que eso...jodido orgullo) Fue una conversacion que saco el una noche entre risas y bromas, cuando nos quedamos solos en el bar tras tomar unas cervezas con los amigos. Reconozco que se me encogio el estomago cuando dijo: --Que noche aquella cuando caimos en la tentacion ?eh Nai? - dijo con media sonrisa y la voz ronca, tras dar un sorbo a su cerveza. Al principio me quede un poco cortada, me pillo fuera de juego, pero me miraba de una manera que estaba mas que claro que se referia a aquella noche. Suspire antes de responder. Y tras dar un trago a la cerveza, mas largo de lo habitual para coger fuerzas y darme tiempo antes de hablar, hable: -- Si... mordimos la manzana - respondi con media sonrisa. -- ?Te supo bien? La manzana, digo - pregunto vacilon. --No estuvo mal - dije entrecerrando los ojos y manteniendole la mirada. - mejorable diria yo - otro trago a la cerveza. -- ?Perdona? - contesto alzando las cejas jocoso. Y asi, riendo a carcajadas, conseguimos quitarnos esa espinita que teniamos los dos clavada y tanto dano nos estaba haciendo teniendola enquistada. Ahora con veinticuatro anos volvemos a ser los mismos de siempre. Mas mayores, menos gamberros y mas centrados. El ha empezado una relacion con Rosa, una chica del barrio, llevan unos tres meses juntos y yo tengo mis amigos con derecho a roce. No me apetece mucho meterme en una relacion seria ahora mismo. Estoy dedicada a sacar mi profesion adelante y reconozco que lo paso bien, sin compromisos. Me prepare para quedar con Isaac a tomar una cerveza como otras tantas veces. Me puse unos vaqueros tobilleros, una camiseta blanca basica de pico y sandalias negras de cuna. Me deje el pelo suelto y me puse una base de maquillaje, mascara de pestanas y gloss color coral. Fui al bar donde habiamos quedado y alli estaba, sentado en una de las mesas del fondo de la terraza fumandose en cigarro y mirando el movil, ajeno a mi llegada. Estabamos en primavera y los bares ya empezaban a montar su negocio fuera de sus cuatro paredes. Me acerque y debio de sentirme porque levanto la vista y me recibio con una sonrisa. -- ?Que pasa, nino? - le pregunte mientras le daba dos besos. Siempre le habia llamado "nino", despues de volver a recobrar la amistad que habiamos perdido, empece a llamarle asi de manera casual, y termino siendo la manera en que me dirigia a el siempre. -- Pues nada, aqui estamos, tomando una cervecita esperandote...-respondio con una sonrisa forzada. -- Uyyy...a ti te pasa algo - afirme frunciendo el ceno y mirandole a los ojos. --No, que va, no seas tonta...- respondio evitando mi mirada y dando una larga calada al cigarro. --A ver Isaac, nos conocemos desde hace tantos anos que podria adivinar cuando ha sido la ultima vez que te has acostado con alguien - una pequena carcajada salio de su boca - Asi que ya puedes empezar a hablar. --Hay que ver que grafica eres, joder. --Ya me conoces, no tengo filtro. - sonrei triunfante al ver que habia conseguido que me mirara. Le pedi al camarero que me trajera un tercio y una bolsa de patatas, la tarde prometia ser mas seria de lo que yo me planteaba. No pasaron ni dos minutos cuando ya tenia la bebida y la comida sobre la mesa. Le di un trago a la cerveza y suspire. --Soy toda oidos, nino...- dije acercando mi silla a la suya. Me miro de soslayo y medio sonrio, pero sus ojos no hicieron lo mismo. Inspiro con fuerza... exhalo despacio y lanzo la bomba. -- Nai, me marcho - dijo sosteniendome la mirada esperando mi reaccion. -- ?Como te me marchas? ?Donde? - pregunte frunciendo el ceno confundida. --Me marcho una temporada a Londres. El gesto de la cara se me transformo. -- ?Como? ?A Londres? - dije cogiendole las manos. - ?Ha ocurrido algo? ?Tu familia esta bien? -- Si, tranquila. No es por ellos. - hizo una pausa - Bueno...quiero aprender el idioma, ya sabes, me vendra bien para el curriculo y ahora que estoy en paro quiero aprovechar -cogio su cerveza y le dio un trago largo. No me parecia del todo sincero, no se... estaba muy raro. Le costaba en algunos momentos sostenerme la mirada. No se mostraba contento, al reves, daba la sensacion de que se iba por obligacion. --Pero a ver...espera, espera - dije alzando mis manos - aqui algo no me cuadra. ?Te ha pasado algo con Rosa? --A ver Nai... -- ?Es eso? ?Las cosas no van bien entre vosotros? --Rosa y yo lo dejamos hace unos dias. Ahora si que estaba fuera de juego totalmente, ?pero no se supone que es mi mejor amigo y deberia de haberme enterado de esto cuando sucedio? Estaba totalmente desconcertada. -- Pero Isaac, ?que ha pasado? ?Por que no me lo has dicho antes? -- No lo se Nai, no se explicarlo, es complicado -dijo mirando sus manos mientras jugueteaba con ellas - La relacion no terminaba de llenarme del todo, no sentia que esto fuera a llegar a ninguna parte y no me parecia justo para ella. --Pero se os veia bien. -- Mal no estabamos, pero bien tampoco -levanto la mirada hacia mi- Nai, no estaba enamorado de ella. Nunca estas preparada para mantener conversaciones de este tipo, porque ahora que le digo, ?que lo siento? ?Que me alegro si es por su bien? No se... -- Y ella ?como se lo ha tomado? -- Bueno, regular la verdad, y la entiendo. Pero tenia que hacerlo bien y hablarlo antes de que la cosa fuera a mas y nos hicieramos mas dano. --Has hecho bien- y me levante para acercarme a el, cogerle la mano para se levantara y darle un fuerte abrazo. Apoyo su cabeza en mi hombro y note su respiracion en el hueco de mi cuello. Le di un beso en el pelo y nos separamos. Le cogi las manos de nuevo y le pregunte. -- ?Por eso te vas a Londres? --Bueno... tambien influye .Necesito irme de aqui unos meses, creo que me va a venir bien. -- ?Me abandonas, eh? - dije con media sonrisa y los ojos acuosos. -- Ey... nina no te iras a poner a llorar ?verdad? - me volvio a abrazar. --Ya sabes... tengo un numero de lagrimas al dia para gastar y estas son las de hoy- force una sonrisa. --Sabes que estoy a nada en avion ?verdad? - asenti con la cabeza- Y el telefono aunque no lo creas tambien llega hasta alli. --No te olvides de mi ?eh? - trague saliva -?A quien vas a encontrar tu tan cabra loca como yo alli ,que son todos tan estirados? Sonrio ante mi comentario. --?Pero tu crees que voy a querer olvidarte?Ni quiero ni creo que pueda- respondio serio cogiendome la cara entre sus manos y limpiando mis lagrimas con sus pulgares. -- ?Y cuando te vas? - pregunte con miedo. --Me marcho en dos dias. -- ?Ya? ?Tan pronto? --Si Nai, creeme, es lo mejor. -- Esto estaba ya planeado hace tiempo ?verdad? - Bajo la cabeza - ?Por que no me lo contaste antes? --Porque para mi habria sido insoportable estar un mes despidiendome de ti. Quiero creer que asi es mas facil. Llamame iluso. -- ?Puedo al menos acompanarte al aeropuerto? --No te preocupes, me lleva Andres. --Porque si para ti es algo bueno, a mi me duele tanto... - me lance a decir. Me miro serio, pasaron unos segundos que nos miramos con tension. Se hicieron eternos. --Porque supongo que algo te importo - respondio apretando los labios. Sonrei triste y le volvi a abrazar. Fue la ultima vez que nos vimos. Nos despedidos en la terraza de aquel bar y nos dimos un abrazo del que eramos incapaces de separarnos. Llore y el tambien derramo alguna lagrima. No queria de ninguna de las maneras que se marchara, pero si para el era lo que debia hacer, lo aceptaria aunque me costara. No volvimos a vernos durante cinco anos. Cinco largos anos en los que al principio hablabamos casi a diario, luego semanalmente...y mas tarde cuando podiamos. La cosa se enfrio, el hizo nuevos amigos alli. Yo empece a trabajar en un estudio de moda y me llevaba muchisimas horas al dia... y el cambio de numero de telefono. Un dia que fui a llamarle me salto una voz que decia que ese numero de telefono no existia. Me quede desconcertada, no entendia nada. Algo murio dentro de mi. Ahora tengo veintinueve anos y me acuerdo mucho de el. Creo que nunca podre olvidarle, una amistad como la nuestra se queda tatuada de por vida, y me niego a no saber nada de el. Una tarde entre en una conocida libreria, disfruto mucho en estos establecimientos mirando los libros, me pierdo entre sus letras y me relaja mucho. Mientras sostenia uno de ellos y leia su sinopsis escuche una voz tras de mi. -- ?Nai? - pronuncio una voz masculina. Me gire en seguida y me quede de piedra. Isaac estaba delante de mi, con la misma mirada y sonrisa de siempre. -- ?Isaac? - dije perpleja. --Vaya, aun no te has olvidado de mi - respondio con media sonrisa. --Pero... -parpadee sin creerme tenerlo delante de mi. -- Lo siento, Nai - dijo sin dejarme terminar. Trague saliva y le mire con sorpresa, una parte de mi estaba muy enfadada con el por haber desaparecido de mi vida de esa manera, tan brusca, sin explicaciones, ni palabras... nada. -- ?Cuando has vuelto? - me atrevi a preguntar algo tensa. --Bueno...volvi la semana pasada- dijo jugando con sus manos nervioso. -- No pensabas llamarme por lo que veo.