• mas alla de las highlands - Teresa Sanchis Argent

    https://gigalibros.com/mas-alla-de-las-highlands.html

    La vida de tres amigas valencianas, con ascendencia irlandesa y escocesa y dedicadas a sus respectivas profesiones, se ve repentinamente alterada cuando una de ellas decide casarse con un afamado cantante escoces, originario de las Highlands. A partir de entonces, comienza una aventura conjunta donde la amistad, el amor, la fidelidad, la lealtad y el perdon seran puestos a prueba.

  • Más allá de las Highlands Tapa blanda – 10 febrero 2017

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  • Más allá de las Highlands - marzo 2017 - Editorial Círculo Rojo

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    Más allá de las Highlands. La vida de tres amigas valencianas, con ascendencia irlandesa y escocesa y dedicadas a sus respectivas profesiones, se ve.

  • Ebook MÁS ALLÁ DE LAS HIGHLANDS EBOOK de TERESA ...

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    Sinopsis de MÁS ALLÁ DE LAS HIGHLANDS (EBOOK) ... La vida de tres amigas valencianas, con ascendencia irlandesa y escocesa y dedicadas a sus respectivas ...

  • MAS ALLA DE LAS HIGHLANDS | TERESA SANCHIS ARGENT

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  • MAS ALLA DE LAS HIGHLANDS - TERESA SANCHIS ARGENT

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  • Más allá de las Highlands - Libros De Mario

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  • Más allá de las Highlands by Teresa Sanchis Argent

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  • #22 Más allá de las Highlands - El Cielo en Letras

    http://elcieloenletras.blogspot.com/2017/04/22-mas-alla-de-las-highlands.html

    15 abr 2017 — El libro nos sitúa en Valencia, lugar de residencia de Tréasa y su hermana, junto a su mejor amiga. Estas tres valencianas comparten ascendencia ...

  • 22 libros ambientados en Escocia - Mas Edimburgo

    https://masedimburgo.com/libros-ambientados-en-escocia/

    16 ago 2021 — El río Támesis está congelado y, mientras todo el mundo huye hacia regiones más cálidas, el protagonista viaja a las gélidas Highlands de ...

  • El Soltero (Los hermanos Walker 1) de Amanda Adams

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    Algunos suenos son dificiles de matar.

    Cuando Chance Walker era un nino, sonaba con ser muchas cosas.

  • El suspiro del infierno (Los Elementos Oscuros 3) de Jennifer L. Armentrout

    https://gigalibros.com/el-suspiro-del-infierno-los-elementos-oscuros-3.html

    ALGUNOS AMORES DURARAN HASTA EL ULTIMO SUSPIRO

  • Para las amantes de la regencia de Varios Autores

    https://gigalibros.com/para-las-amantes-de-la-regencia.html

    Llega lo que todas las amantes de la novela romantica de regencia esperaban.

  • Asi se domina el mundo de Pedro Banos Bajo

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    Alianzas, manipulacion, rivalidad, guerra psicologica. Mejor que Juego de tronos: las claves de la geoestrategia mundial.

  • Una Chica Sin Igual 2 de Noa Pascual

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    Noa Brown cree haber encontrado el amor. ?Lo cree o quiere creerlo? Ahora tiene que sacar a luz su verdadera personalidad y es posible que ni ella se reconozca. Sus nuevas amistades desean ver ese cambio en Noa, incluso sin saberlo se convierten en la fuerza vital de ella. Cuando todo parece ir bien, un accidente cambiara el rumbo de sus vidas. Nota: Solo el destino tiene el poder de darnos la felicidad o quitarnos la vida. Por ello tendremos que llegar hasta el final para saber que sera de Noa Brown y su pequena gran familia.

  • El angel literario de Eduardo Halfon

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    ?Cuando un hombre se convierte en escritor? Es la pregunta que ha
    desarrollado Eduardo Halfon en El angel literario buscando claves y
    circunstancias en la vida de escritores que han marcado su literatura y
    su propia vida. Hermann Hesse, Raymond Carver, Ernest Hemingway, Ricardo
    Piglia y Vladimir Nabokov son parte de esta novela que no es si no el
    resultado de una feliz construccion, entre el ensayo, el fragmento, la
    entrevista y el cuento, nacida de la tenaz preocupacion del autor por
    dilucidar la pregunta que ha rondado desde sus inicios a las bellas
    artes, convirtiendose el texto en su propio ejercicio y sentido de
    busqueda y que se crea a si mismo en su cuestionamiento. El angel
    literario fue una de las obras finalistas del XXI Premio Herralde de
    Novela en el ano 2003.

  • Elastico de sombra de Juan Cardenas

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    Los dos maestros sudaban aguapanela hirviendo, apenas protegidos por las latas agujereadas del paradero de buses. Llevaban mas de una hora esperando y don Sando, el anciano maestro, maestro de maestros, empezo a pensar que el sol ya estaba con ganas de hornearlos, de quemarles hasta el ultimo concho de manteca humana y dejarlos convertidos en dos carboncitos secos. Miguel, su veterano alumno, el contramaestro, como se les suele llamar en buena jerga machetera, se abanicaba con una cachucha blanca. Era casi mediodia y el viento estaba guardado en su cueva: don Sando sabia por experiencia que el viento tiene la casa en una cueva de los Farallones y hay gente osada -gente atembada tambien- que hasta se ha ido a buscar la casa del viento y no se ha vuelto a saber de ella, porque el viento agarra a esa gente, le dice cosas al oido y la enloquece. Luego se la lleva para su cueva y alla adentro se la come y no deja ni los huesos. El viento debia de estar comiendo mucha gente en su cueva porque esa manana no habia bajado al valle ni un solo ratico y los canaduzales se miraban tiesos, mudos, como soldados al acecho, a punto de invadir un pais. Esa fue la ocurrencia de don Sando, acosado por un calor que no era normal. Un calor del fin de los tiempos. Una seguidilla de volquetas cargadas de materiales de construccion dejo a su paso una nube de polvo gris y espeso que envolvio a los dos maestros durante largos segundos. Hubo toses, protestas, Miguel se permitio un hijueputazo y don Sando..., don Sando seguia pensando en el viento, en como al viento le cambia el caracter segun baja de la montana, porque aca en el valle se vuelve manso, dulce, buen conversador y hasta con dotes de sabio. Se lo extrana cuando no baja, senor Viento, dijo don Sando entre dientes para que Miguel no alcanzara a escucharlo. Igual Miguel no estaba prestando atencion porque seguia sacudiendose el polvo. Este don Viento si es cosa seria, penso don Sando. A veces de puro travieso baja muy rapido, sobre todo por las noches, y si lo agarra a uno mal parado se le mete en el puro nervo tendonoso y provoca agarrotamientos que duran hasta una semana. A don Apolino vino un dia y le pego tal juetazo que le paralizo la cara de por vida, vaya a saber por que se ensano asi con el. Yo a veces creo que fue por envidia, ?no ve que don Apolino era buen mozo? Como no, y el Viento, dicen los que lo han visto, tiene una cara muy fea, como de trompetista, siempre con los cachetes inflados de huesos triturados y la frente arrugada por el esfuerzo perpetuo de ser quien es. Don Sando se habia enfrentado a don Apolino en cuatro ocasiones y, aunque habia logrado vencerlo en todas, no tenia un buen recuerdo de esos combates. Don Apolino era manoso, ademas de gran machetero y por ahi decian que tenia su secreto, aunque no se sabia muy bien en que consistia ese secreto, pues al fin y al cabo secreto es secreto. Algunos hablaban de pactos con entidades maleficas, de brujas, pero don Sando sabia que la mitad de todo secreto son rumores que el propio machetero pone a circular como plata falsa. De cualquier forma, en esos cuatro combates, don Sando se impuso con pujanza, tirando de todo su repertorio, apelando a toda su astucia. No es facil porfiar con un machetero que tiene la cara paralizada, porque los gestos que se pintan en un rostro son como un pizarron donde se van escribiendo los movimientos futuros del rival. Ojo y mas ojo, repetia don Sando a sus alumnos. Visual y mas visual. El que juega es el ojo y es el ojo el que lee. Don Sando penso entonces que quiza el Viento le habia propinado su juetazo paralizante a don Apolino para ponerlo a prueba, para ensenarle algo y hacerle ganar nuevas destrezas. Oiga, don Viento, ?no sera que usted es mi aliado, mi profesor?, volvio a muscurrullar don Sando. El viejo machetero alcanzo a morder sus palabras por la cola cuando trataban de salir volando de su boca. Esta vez Miguel si oyo un bisbis pero supuso que su maestro estaria rezando o maldiciendo. Don Sando saco la cabeza de todo ese ventarron de pensamientos y miro a Miguel para preguntarle si se sabia algo del pisco. No, maestro, yo le mande un guasap hace ratico, pero me dejo en visto, informo Miguel. El pisco al que se referian era un tal Cero, escribidor blanquito, asi medio cafeconleche, que vivia con el hocico metido en cosas de negros, lo que molestaba a algunos estudiosos que lo acusaban de ladron y apropiadorcista de lo ajeno. Los maestros lo estaban esperando alli, en ese paradero ardiente, perdido en medio de una carretera secundaria, por disposicion de don Sando. De hecho, las palabras del viejo a la hora de dar las instrucciones habian sido claras y precisas, asi y asa, hasta el codigo de vestimenta, todos de blanco de la cabeza a los pies, rematando con una frase que ya se habia vuelto sonsonete: Hay que seguir la voluntad de don Luis. Lo que no habia contemplado don Sando era la posibilidad de que Cero, encargado de recogerlos en una camioneta prestada para hacer el viaje, se hubiera perdido en alguno de los muchos cruces de caminos arrojados como maldiciones por todo ese valle endemoniado. Ay, los cruces de caminos, penso don Sando... No se cuales son peores, si los que cortan en X o los que cortan en Y... En todos he tenido mis aventuras y desventuras. A punto estaba el maestro de recordar algo importante sobre los cruces de caminos, cuando sintio que una brisa suave y fresca le acariciaba la cumbamba como hacen las mamas con sus quicatos. Ironias del viento, se sonrio para adentro don Sando, dandole la bienvenida a su compa- nero, que empezo a sacudir alegremente los canaduzales y a montar su bulloseria de todas las tardes. Al ratico llego tambien Cero en su camioneta de color negro. Porque don Sando habia sido especificante hasta en eso: No me vaya a venir ni en carro blanco ni en carro cafe, mucho menos amarillo, si no, no podemos viajar. Asi se lo habia dicho a Cero, que se arrimo al paradero pidiendo disculpas por la demora y luego se bajo para ayudarles a los dos maestros a subir un equipaje mas bien escaso: dos mochilas medianas, otros dos morralitos de lana y un estuche de cuero donde cargaban los machetes y los bordones de madera de guasimo. Cero noto que el maestro cargaba tambien una chuspa plastica de la que no quiso desprenderse cuando Miguel y el le ofrecieron ayuda para subirse al carro. Una vez estuvo sentado en el asiento trasero de la camioneta, don Sando abrio un poquito la chuspa y miro satisfecho el contenido antes de volver a cerrarla con un nudo no muy apretado. Cero tuvo la impresion de que el maestro llevaba algo vivo ahi metido, pero prefirio no hurgar mucho en sus imaginaciones porque no queria ser impertinente ni con el pensamiento. Durante mas de una hora atravesaron los canaduzales por vias secundarias, siguiendo el mapa que don Sando habia dibujado a mano en un cuaderno escolar. En Guachene, antigua rochela de negros sembrada junto al rio del mismo nombre, se detuvieron a refrescarse con refajo de Poker y Popular en una tienda. En la pared del negocio habia fotos de todos los jugadores de futbol oriundos de este valle, casi todos defensas centrales de gran estatura y poderio fisico. Don Sando senalo la pared con el vaso todavia medio lleno y dijo que para ser machetero no habia necesariamente que tener machete. Uno es machetero si tiene espiritu de machetero. Como don Luis, que en paz descanse, machetero de la cabeza a los pies. Don Sando se referia a Luis Vidal, vecino de Puerto Tejada, cultor de varios estilos canonicos y ultimo gran maestro de los juegos de Remonte y Granadino, fallecido recientemente despues de una larga enfermedad. A la final, ese viaje que acababan de iniciar era producto de un compromiso que don Sando habia hecho con don Luis en el lecho de muerte del de mas acasito, aunque los detalles de esa conversacion permanecian en la oscuridad, incluso para Miguel, que a duras penas sabia que el difunto don Luis debia pagar una promesa con ayuda de don Sando. Pero ?promesa de que? ?A quien? ?Pagar como? Todo era un misterio: los recorridos, los mapas, el color de la ropa, el color de la camioneta, en suma, el proposito del viaje al que tanto Miguel como Cero se habian prestado ciegamente por fidelidad y respeto a don Sando. Y, desde luego, para honrar la memoria de don Luis. Cuando hubieron calmado la sed, caminaron hasta la orilla del rio Guachene y alli don Sando se aparto de los demas y, dandoles la espalda, se puso a hurgar en su chuspa de plastico y a sacar cosas que luego depositaba en la corriente. ?O mas bien era que pescaba cosas en el rio para luego meterlas a su chuspa? Miguel y Cero se hacian los desentendidos pero cada tanto intentaban ver que era lo que hacia don Sando y que tanto es que hurgaba alli, pero a esa distancia, por mas que ambos michicateaban los ojos, ninguno via nada. ?Son pescaditos?, pregunto Cero y Miguel se encogio de hombros, arqueando la boca hacia abajo, pelando mucho lo blanco de los ojos. De todos modos, Cero, que tenia por oficio escribir mamotretos, no dejaba de tomar nota en una libretica roja. !Oiga, y uste que tanto es lo que escribe alli, vea!, le recrimino festivamente Miguel. Cero le mostro una hoja llena de garabatos, flechas y frases sueltas escritas en una letra que mas parecia hormiguero emberracao. Miguel no le dio importancia y siguio pendiente de los movimientos de su maestro. En esas vieron llegar una chiva que de lo sucia y embarrada no se le distinguian ni los colores. El chofer parquio con el morro y las llantas delanteras del camion metidas en la orillita panda y piedrosa del rio, y despues de bajarse de un brinco de su chiva, se puso a lavarla con un balde y unos trapos llenos de jabon. La mugre estaba tan pegoteada que no acababa de escurrir y al chofer le tocaba refregar mucho y baldear sin descanso. Cero, que no sabia muy bien que hacer o como dejar pasar ese tiempo que ya se le estaba volviendo tedioso, se acerco al hombre y le ofrecio ayuda. Se estrecharon la mano medio blancucha con la mano negra y el chofer le dijo: Muchas gracias, caballero, no se ve gente como uste ultimamente. De nada, amigo, de nada, contesto Cero, que sin perder un segundo se puso manos a la obra y a punta de balde y estropajo y jabon comenzo a despellejar el barro de las latas de la chiva. Y en siendo asi, sobando sin tregua, fue que la coloriza de las pinturas salio a la luz nuevamente: Cero se quedo admirado porque alli se miraba un jurgo de bestias salvajes, peludas y no tanto, caribajitos y carisecas, vivos y cocinados, canastos con frutas, pajaritos, paisajes de las montanas, paisajes del valle, paisajes del mar, cielos de todos los tonos y hasta ciudades futuristicas con platillos voladores. !Ve, muy calidoso el que pinto esto!, dijo Cero. Y el chofer se sonrio henchido de orgullo: !Gracias, gracias!, dijo, !ahi le hacemos a la pintura tambien, en los pocos ratos que me deja el oficio de chofer! Pues lo felicito, amigo, dijo Cero, sin dejar de restregar la latoneria ornamentada. Despues de que un ratote hubiera parido sus muchos raticos, despues de que esos raticos crecieran y se fueran flotando rio abajo, la labor conjunta de los dos hombres habia dejado la chiva, como se dice, rechinante de limpieza. Nos quedo como monedita nueva, dijo el chofer, con las manos en la cintura. Y Cero, tambien satisfecho, dio su aprobacion a la tarea, solto un resuello y se quejo del intenso calor. Venga, caballero, que lo invito a refrescarse, dijo el chofer. Y ambos subieron a la chiva, donde, en propiedad, comprobo Cero, habia de todo para revirarle la calentura al sol dentro de una neverita de icopor: alli el chofer tenia encaletadas entre yelos unas cervezas, dos ponimaltas, varios helados de palito y una botella de viche bien escondida debajo de todo lo demas. Cero agarro un helado de mango verde y el chofer le alcanzo un salero que saco de un compartimento junto a la caja de cambios. Mientras se refrescaban en medio de un silencio picadulzon, los dos hombres vieron llegar a Miguel y a don Sando, que, al parecer, ya habia acabado de hacer sus ritos y sus cosas raras en el rio. Vengan, vengan, dijo el chofer, bienvenidos, suban a tomar algo que este calor esta muy violento.

  • Un amor de Alejandro Palomas

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    En el reducido universo familiar de Amalia y sus tres hijos, Silvia, Emma y Fer, el engranaje se mueve al ritmo desacompasado de las emociones. Es una familia tipica, y sobre todo, muy real. Un cosmos cocido al fuego lento de varias entregas que han atado a miles de lectores. Pero llega un dia cumbre en sus vidas. Emma se va a casar y todos se sumergen en las tareas y los remolinos de organizar la mejor boda. La noche previa a la ceremonia, una llamada rompe la armonia familiar. Silvia, Emma, Fer y otros parientes se conjuran para poder celebrar a la vez el aniversario de Amalia, que coincide inevitablemente con la fecha de la boda. 24 horas de aceleron emocional que pondran a prueba a todos y cada uno y al mismo engranaje familiar.
    Un nuevo ejercicio de virtuosismo emocional. Una literatura que llega por el plexo y se inocua directamente a los sentimientos. Alejandro Palomas extiende su ya variada paleta de colores para dotar a sus personajes de los matices, sesgos y rasgos que los acercan a los lectores y estos los reconocemos como a propios en sus particulares universos familiares.

  • No entres docilmente en esa noche quieta de Ricardo Menendez Salmon

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    Este libro comienza en la habitacion donde un hombre agoniza mientras su hijo, el escritor Ricardo Menendez Salmon, busca en el ultimo paisaje que su padre ha contemplado una revelacion que quiza no exista. No entres docilmente en esa noche quieta es una ofrenda, una elegia y una expiacion; el intento por reconstruir una existencia que camina hacia la madurez, la de quien escribe, a traves de una existencia que se ha agotado sin remedio, y la de quien le entrego la vida.
    Como Philip Roth en Patrimonio, como Amos Oz en Una historia de amor y oscuridad, como Peter Handke en Desgracia impeorable, Ricardo Menendez Salmon se zambulle en las aguas de la historia familiar para explicarse a si mismo a traves de las luces y sombras de su padre. El resultado es un texto que recorre las estancias del heroismo y la miseria, la bondad y el desden, el gozo y la enfermedad, y que nos entrega un documento de contenida emocion y ardiente honestidad.

  • Odiandote, te empece a amar de Jessa Lacey

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    El sol empezaba a alargar los dias, y con ello se incrementaban los suenos, bueno a decir verdad de suenos eran pocos, mas bien se trataban de pesadillas. Unas pesadillas tan reales como las que vivi hace casi un ano. Pero ya habia pasado mucho tiempo y debia olvidar, o eso era lo que me repetian tanto mis padres incluso mis amigas. Pero ellos no estuvieron en ese momento, en ese instante donde todo se resquebrajo para mi, y eso no lo podia olvidar. Las clases acabarian en un par de semanas, y al contrario del resto de mis amigas, yo no estaba ilusionada en que llegase el verano. La sola idea de pensar en revivir cada instante me erizaba la piel, se me paraba la respiracion y las lagrimas de impotencia intentaban bajar por mis pomulos aunque no saliese ni una sola. --Venga Ely, solo ven un rato, podriamos pasarlo bien. Mi mejor amiga me seguia incordiando con la fiesta, esa fiesta que habian organizado los de ultimo curso y a la que por alguna razon que no entendiamos, habiamos sido invitadas. --No me apetece Jess, en otra ocasion, quizas. Ibamos andando camino de vuelta a casa, despues de terminar las clases, y como cada dia, desde que a Alexa le ofrecieron ir a esa fiesta, no habian dejado de cesar las insistencias en acudir. --?Cuanto tiempo piensas seguir asi?-- se paro en seco y me cogio del brazo para quedar las dos frente a frente. --Jess ya te lo he dicho muchas veces, no me apetece ir a ese tipo de sitios, donde hay tanta gente. --?Que piensas que van a estar pendientes de ti? Hace casi un ano de eso, solo tu lo sigues recordando.-- su tono fue aun mas duro que las palabras que solto. --Lo se, puede parecer que soy una exagerada, pero tu no lo viviste como yo, dame tiempo. --Lo que quiero es que seas como antes, a mi no me enganas con tu sonrisa y tu comportamiento, yo no soy tus padres. El resto del trayecto a casa, nos mantuvimos en silencio, no me apetecia hablar, no sobre aquello, que intentaba dejar oculto en mi vida, pero era evidente que mi caracter habia cambiado, ya no era esa chica risuena, con vitalidad y que me enfrentaba al mundo. No sin duda ya no habia ni rastro de esa antigua Ely. No me importaba pasar el fin de semana sola, eso mismo me hacia sentir mejor, mis padres por fin estaban confiando en mi. Eso y que mi hermano los necesitaba para volver a casa, ya que habia terminado el ano universitario y tenia que recoger todas sus cosas para traerlas de vuelta. Era sabado y mis amigas ya habian desistido, fueron muy insistentes durante toda la semana, pero no cedi, no es que me disgustase la idea, pues habia una parte de mi que me apetecia ir. Volver a sentirme desinhibida aunque fuese solo por una noche, pero el miedo era superior, no estaba preparada. Esa misma tarde era la esperada fiesta que tanto habian estado fantaseando, y que Alexa gracias a estar tonteando con uno de los chicos de ultimo curso, y que era parte de los organizadores de la fiesta, habia sido invitada, ella y nosotras. Me sorprendio pues una cosa era invitarla a ella, pero que Jank le dijese que fuesemos tambien nosotras dos, no fue algo que nos paso por alto a ninguna de las tres. Pero la ilusion de acudir a una fiesta de ese calibre, les eclipso, yo en cambio me negue hasta la saciedad. Estaba recogiendo los restos de la comida, y dejando la mitad de la pizza que me habia preparado para comer, cuando escuche el telefonillo sonar y me imagine que ellas no eran de quedarse con un no por respuesta, y en parte me alegre. Despues de un par de horas ya estaba embutida en un vestido negro de tirantes y que no me llegaba a la mitad del muslo y con unos tacones que me iban a dificultar mucho el poder andar. El miedo estaba superandome, pero por primera vez en mucho tiempo tenia ganas de salir de mi zona de confort, esa zona que habia conseguido ser mi refugio, pero a la vez mi via de escape, mi forma de evadirme de todo lo que me rodeaba y eso no era justo. La primera hora en la fiesta fue un poco caotica, pero una vez que me aclimate al espacio y a la gente, me fui sintiendo mejor. --Vamos deja el refresco y vamos a bailar.-- Jess me cogio del brazo y me tiro al gran salon donde habia tanta gente bailando. No me negue, no tenia sentido, me apetecia, asi que la segui y fui moviendome poco a poco al son de la musica. --?Te has dado cuenta como nos miran?--le dije un poco avergonzada. --Ely te estan mirando a ti, recuerda que siempre has sido el centro de todas las miradas, tu aspecto no ha cambiado. El conjunto de sus palabras unido a la forma en decirmelo gritando, consiguieron que me ruborizara. Era cierto que siempre habia tenido suerte en lo que respecta a mi fisico unido a las horas de entrenamiento. Por eso nunca habia tenido problema para ligar, pero lo que entonces me gustaba, ahora me estaba incomodando, no me gustaba sentirme observada. --Voy a salir a tomar un poco el aire, ahora vuelvo. Me entendio en el momento, pues sonrio y me guino el ojo. Era muy afortunada de tenerlas. Tanto Alexa como Jess permanecieron a mi lado, estuvieron apoyandome cuando todo paso y no me dieron la espalda como el resto, que se suponia que eran amigas, pero eso hizo darme cuenta de quien realmente estaba en mi vida por amistad y no por interes. Fui esquivando a la gente, mientras pasaba desapercibida, cosa que me gusto, parecia que todo estuviese en mi mente, puede que realmente la gente ni se acordase de lo que paso aquella noche. --Pense que este dia no llegaria, pero miren quien ha conseguido salir de las cloacas.-- Su tono despectivo solo incremento mi ira. Intente salir cuanto antes y llegar al jardin pero su mano me cogio. --?Crees que te vas a librar tan facil de mi? Logan estaba cogiendome fuerte del brazo, bloqueandome el paso, mientras un par de chicos se reian ante la escena. --Logan sueltame.-- le dije con la poca voz que me salio en el momento. --?Y si no quiero? no has pagado por todo lo que hiciste, conseguiste que nuestro mejor jugador desapareciese-- la rabia y angustia se estaba apoderando de mi interior.-- ?piensas que con unos meses de encierro te ibas a librar de todo? --Yo no hice nada-- mis palabras salieron como un torrencial, chillando, hasta que consegui zafarme de su agarre, y sali de esa casa corriendo. No era consciente hasta que no pare en medio de la calle agotada, de todo el trayecto que habia hecho corriendo. No sabia exactamente por donde habia ido, por lo que estuve deambulando por las calles hasta que vi unos carteles y supe donde estaba. No sabia si habia sido cosa de mi subconsciente o por pura casualidad, pero ahi estaba plantada frente a la casa del chico con el que estuve tanto tiempo y del que se se habia marchado despues de todo lo que ocurrio sin haber dado senal alguna. Esa casa habia estado abandonada desde que se fueron, primero fue Erwan el que desaparecio. Bueno la palabra exacta era que habia huido, dejando todo lo que habia pasado en el aire, sin explicaciones, ni siquiera unas palabras de perdon. Pero eso no fue lo unico, a los pocos dias, su hermano realizo la misma jugada, pero eso no fue noticia, al fin y al cabo que se fuera era lo mejor que podia ocurrirle al pueblo. A diferencia de Erwan que era un ejemplo a seguir, su hermano habia sido un chico conflictivo y poco dado a entablar buenas amistades. Mantuve la mirada en aquella casa que tantos recuerdos me evocaba, tantos momentos vividos junto al chico que pensaba que iba a ser parte de mi vida y que de la noche a la manana, se fue sin dejar rastro, sin un mensaje durante meses, sin una llamada confirmando que estaba bien. Nada, no recibi senal alguna, y los meses no hicieron que olvidase todo, pero fui aceptando la perdida y que no volveria a mi vida. Lo mejor era pasar pagina. Eso era lo que estaba intentando, pero lo que no sabia en ese momento, cuando me encontraba frente a esa casa, era que todo estaba a punto de cambiar, todo lo que yo habia creido ferreamente durante tanto tiempo

  • El azaroso arte del engano de Gerardo Herrera Corral

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    El azar, el error y el engano estan presentes en todos los ambitos de nuestras vidas: el trabajo, las relaciones personales, la politica, la economia.

  • Por ti respiro de Poppy Garcia

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    Segundo jueves de mes Me estaba costando mantener el ritmo de la respiracion. Tan prieta, tan deseable y salvaje. Su espalda se movia como las olas siguiendo el ritmo de mis caderas. -!No pares, caramelo! !Por favor, no pares! Acelere solo para darle gusto a la vez que estiraba el brazo para jugar con sus pezones y, ya de paso, dejarme llevar. -!Aaahhh! -grito. Senti la presion desde todos los angulos y explote en ella ya sin aire en los pulmones. La fuerza de gravedad hizo el resto derramandonos los dos en aquella cama de suaves sabanas negras. Como en un baile sincronizado. De A a B, siguiendo una coreografia en la que cada vez teniamos mas practica, mas eficiencia y menos alma. Pero aquello era lo que era y no valian eufemismos. Ese era siempre el momento de la verguenza. Cuando me daba excusas a mi mismo de porque estaba alli, o mas bien, para que estaba alli. Estaba alli precisamente para disfrutar, aunque fuese a costa de pretender durante un rato. Una tarde cada varios meses. Pagando. Anos atras, Cuqui habia sido mi regalo de cumpleanos. Aquella noche no lo supe, pero pocas dudas tuve cuando encontre en mi billetera dias despues una tarjeta con su nombre y un corto mensaje adosado a un <>. Me cabree, mucho, pero he de admitir que duro poco. Una vez que asumi que ese seria el unico contacto que tendria con una mujer creo que hasta senti alivio. Primero, Cuqui era guapisima y, segundo, me gustaba el sexo con ella. Desde aquella primera noche nos habiamos visto de forma mas o menos regular; ella recibia su recompensa y yo la mia. La verguenza, aunque persistente, quedo algo mitigada cuando gire la cabeza para mirar a mi escort -tenia prohibido llamarla <>- tumbada de espaldas mirando al techo satisfecha de si misma. Cuqui era muy especial para ciertas cosas, aunque su naturalidad era reconfortante. Al igual que siempre, no tardo ni dos segundos en encenderse un cigarrillo. Una costumbre que yo personalmente odiaba y que ella parecia disfrutar. Cuqui era puro estereotipo, supongo que por su profesion, y el cigarrillo de despues del coito era imprescindible. En ningun otro momento la habia visto con un pitillo entre los dedos. -?Por que me llamas siempre caramelo? -pregunte. Normalmente no hablabamos demasiado; siempre hubo un silencio comodo entre nosotros. Ella no husmeaba en mi vida y yo no pedia explicaciones. Como debia ser. Con todo y eso, soliamos cruzar unas palabras mientras nos recuperabamos y con el tiempo esos momentos habian pasado de un par de minutos, antes de que yo recogiera mis cosas y pagara, hasta llegar a la media hora si no teniamos nada que hacer despues. Hoy parecia no importarle que zanganearamos un rato, asi que pregunte aquello porque realmente me intrigaba que me hubiese puesto un mote tan empalagoso. -No se. Me recuerdas a uno. Apoyo la cabeza sobre mi brazo estirado, mirando a la nada mientras intentaba hacer anillos con el humo. Anos practicando sin resultado. -Eres como uno de esos caramelos con envoltura de colores chillones con el logotipo de la empresa. -Paro un segundo para echar el humo por la nariz-. Cuando vas a abrirlo, te das cuenta de que el papel se ha quedado pegado al caramelo y ves venir que los dedos van a quedar pegajosos. Pero como es un caramelo, pues haces el esfuerzo. Al llevartelo a la boca tus papilas gustativas se corren de gusto de repente y cierras los ojos mientras disfrutas de la experiencia. Una vez comienzas a mover el caramelo en la boca, te acuerdas de que tienes pegado el envoltorio entre los dedos, asi que te deshaces de el y te chupas las yemas porque el regustillo es casi mejor que el caramelo en si. Tu eres igual. Un caramelo… Vaya analogia. Si estaba alli con ella era porque yo no era del gusto de nadie. No queria recordar la cantidad de motes que me habian puesto a lo largo de los anos; ninguno cercano a nada dulce, eso seguro. De hecho, desde bien pequeno a cada nuevo apodo la cosa empeoraba a la par que mi aspecto. Quien sabe cuando empece a parecer un engendro. Primero fueron los pies planos y el empeno del medico en ponerme botas ortopedicas; despues fueron las gafas de pasta de color marron mierda que mis padres debieron encontrar en oferta en la optica; con la pubertad aterrizo el maldito acne que me dejo desagradables marcas de por vida por toda la cara y lo peor, esos perpetuos carrillos rojos que decian a gritos <>. Por suerte mi cara no era redonda como la de un pan. Eso me hubiese dado la puntilla en el instituto. Basicamente era mas feo que un culo y para colmo, mis padres tuvieron que recurrir al maldito santoral para ponerme el peor nombre de la historia. Llamarme Artemio era algo que todavia llevaba fatal, tanto que no dejaba que nadie me llamara asi. Gracias a Dios, las botas ortopedicas dejaron de ponerse de moda; el genio mas genio de todos los tiempos invento las lentillas y el bigote y la perilla atraian ahora las miradas mas que los boquetes dejados por las espinillas llenas de pus y grasa que los miles de tratamientos dermatologicos no consiguieron disimular. Lo que no habia cambiado en absoluto con los anos era el asco, el desprecio o la pura y dura indiferencia del genero femenino hacia mi persona, sexualmente hablando se entiende. Jamas habia estado con una mujer porque le atrajera. Jamas. Siempre tuve amigas, eso si. Rodeado de feminas que decian lo encantador que era, no hacia mas que afianzarme en la idea de que ademas de feo, no conseguia hacerles llegar las sobredosis de testosterona que me hacian producir. Siempre pase inadvertido; al menos ningun otro chaval penso en mi como oponente lo que me evito algun que otro encontronazo con los malutos en el recreo, aunque no siempre. Lo dicho, mi testosterona pasaba desapercibida a todos los niveles. Pero debia agradecerle a Cuqui que, aunque solo fuese por agradar a un pobre cliente, me dijera que no era tan repelente. Quiza la profesion le daba un sexto sentido para reconocer y utilizar sobreproducciones de hormonas. Quien sabe. -?Me estas piropeando? -me salio con una media sonrisa. El hecho en si era realmente comico. -No. Solo digo la verdad. Estas riquisimo. Apago el cigarrillo en el cenicero de la mesilla y comenzo a besarme en el pecho. Mi respiracion empezo a acelerar e inconscientemente entrelace los dedos en su pelo. -No se si estoy preparado para una segunda ronda y ademas se esta haciendo tarde. -Por mucho que me gustase las cosas que me hacia, lo nuestro era un encuentro con unas reglas estipuladas y queria que siguiese siendo asi. Ademas, no queria forzar nada. Pero ella ni caso. -No te hagas el modesto, caramelo. Tu siempre estas preparado. Saco la lengua para empezar hacer dibujos sobre mi piel y luego soplo para mirar triunfante como todo se ponia de punta. Empezo a chupetear mientras bajaba restregandose con abandono y yo mire el reloj para asegurarme. Estabamos en tiempo de descuento asi que esta ronda iria por parte de la casa. Si a ella le daba igual… Mis dudas quedaron resueltas cuando se incorporo para ir a sacar un condon del cajon de la mesilla. Lleve las dos manos a su cabeza, cerre los ojos y deje gustoso que Cuqui me tratase como un dulce.

  • Doblan por los mastines (Malaz. El Libro de los Caidos 8) de Steven Erikson

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    Doblan por los mastines es el octavo volumen de la saga <>, la decalogia, originalmente publicada entre1999 y 2011, que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea.

  • Una familia para Elena de Galder Izarzugaza

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    Elena es una joven colombiana de 24 anos, estudiante de enfermeria, con un pasado un tanto convulso y ciertas carencias emocionales. A la vez que intenta sacar adelante la carrera universitaria trabaja en dos sitios para intentar ayudar en la economia familiar: por las tardes trabaja en una tienda de ropa y por las noches da un giro a su vida trabajando de modelo webcam.

  • Pasion en Norfolk de Camila Winter

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    Ambos temian padecer ese amor enfermizo que se habia cobrado muchas vidas en el pais y en el continente: un amor atormentado sin esperanzas que arrojaba a sus victimas al suicidio.
    Kenth Derrigham era un joven heredero del condado de Norfolk: guapo, orgulloso y reacio al matrimonio. Victoria Winston, una joven mimada que habia vivido recluida en su mansion de Hampshire hasta ese momento. El destino y los planes casamenteros de la tia del joven los unieron una tarde frente al lago de la mansion Richmond. Un cuento sobre el amor y el miedo a amar en los tiempos del romanticismo.
    Ellos temian padecer “la locura amorosa”, una plaga entre los mas jovenes y la causa de muchos suicidios, pero descubrieron que era demasiado tarde para poder escapar.

  • Irrompible de Romina Naranjo

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    Tucker y Amelia fueron, con toda probabilidad, la peor pareja del mundo.

  • La ciudad de los fantasmas de Victoria Schwab

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    Desde que Cass estuvo a punto de ahogarse (esta bien, si, se ahogo, pero no le gusta pensar en eso), puede correr el Velo que separa a los vivos de los muertos y entrar al mundo de los espiritus. De hecho, Jacob, su mejor amigo, es un fantasma. Asi que las cosas ya son bastante extranas en su vida, pero se van a volver mas extranas aun. Cuando a los padres de Cass les ofrecen realizar un programa de TV sobre los lugares mas embrujados del mundo, la familia parte hacia Edimburgo, Escocia. Alli hay tumbas, castillos y pasadizos secretos rebosantes de fantasmas. Y cuando Cass conoce a una chica que comparte su <>, se da cuenta de cuanto le queda por aprender del Velo y de si misma. Cass tendra que aprender rapido: la ciudad de los fantasmas es mas peligrosa de lo que habia imaginado

  • Habitaciones de Alberto Mendoza

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    Salvador Neda se registro en el mismo hotel donde Miraflores desaparecio treinta anos atras despues de concluir el libro Niebla de otono. Preparo su viaje meses antes. Pidio un prestamo impagable de la nomina para costear el boleto de avion y reservar con tiempo suficiente la habitacion 408. El ultimo lugar donde residio Miraflores. Miraflores viajaba a El Providencia para hospedarse en el cuarto 408 por largas temporadas. Parte de la rutina que se le conocio consistia en dar paseos fascinado por el bosque de abetos que rodea el terreno del hotel, mas tarde se escondia en medio de borradores del libro. Todas las mananas, sin embargo, se le podia admirar contemplando el paisaje desde la ventana. El personal de El Providencia lo reconocia inmovil pegado al cristal. Pocas veces dejaba que lo vieran escribir, por lo que se llego a creer que lo unico que hacia era deambular como un ente taciturno. Salvador viajo con un pequeno equipaje. Unicamente se preocupo por guardar en la maleta la novela de Miraflores. Su plan, por muy trillado que resultara, consistia en leer Niebla de otono en el mismo lugar donde se termino de escribir. Al llegar a la habitacion 408, encontro que en el marco de la puerta se habia colocado una placa explicando a los huespedes que el cuarto habia sido renombrado en honor a Miraflores: <>. La mucama confeso que cuando entro al 408 no encontro senales de Miraflores. La ventana estaba abierta de par en par y solo se hallo el manuscrito en el escritorio. En la hoja superior, un titulo previo cruzado por dos diagonales invertidas, y debajo las palabras que darian nombre al libro de forma postuma. Junto a los papeles, tambien se descubrio una carta para su editor y cuyo contenido jamas se dio a conocer. Nadie supo con precision que habia ocurrido, pero los sucesos extranos, vendidos como una historia de fantasmas, resultaron atractivos para los huespedes que durante anos visitaron a El Providencia encantados por el relato. En sus primeros dias, Salvador se dedico a pasear por el bosque en una referencia factual del libro. Se midio con los troncos preguntandose si Miraflores lo habria hecho tambien al escribir sobre las gigantescas sombras nocturnas movidas por la luna. Imagenes descritas al pie de la ventana. Cogido por la emocion, tras la cena Salvador regresaba de inmediato a la habitacion donde leia por horas. Se decia que Miraflores se alejo del hotel volando convertido en un ave deseosa de vivir entre las ramas de los abetos. Al entrevistarlos, los empleados solo conocian que no hubo pistas de su cuerpo, ni el dia de su desaparicion ni en ninguna otra fecha. La directiva del hotel decidio homenajear al escritor dando su nombre al cuarto 408, para la policia y para el editor de Miraflores esto parecio ser suficiente. El tema paso al olvido con las decadas hasta que la nueva critica rescato a la figura de Miraflores y sus libros fueron reeditados. Salvador pedia que le subieran su comida a la habitacion. Desayunaba sin quitarle los ojos a los arboles que se inmiscuian a traves de los cristales y daban una sensacion de humedad al interior. En uno de los pasajes del libro, leyo: <>, y al menos durante el omelette a las finas hierbas que pedia todas las mananas, Salvador reconocia esto como unica verdad. Los muros del hotel se convirtieron en el refugio para Miraflores luego de jornadas prolongadas y visitas frecuentes a El Providencia. Por la noche, pese a las advertencias del jardinero sobre el alcance de las farolas, el escritor recorria el bosque hasta perderse; regresaba entrada la madrugada tiritando de frio. Era un intento de confrontar el paisaje real con el de su libro a costa de su propia salud. Luego de tener varios capitulos releidos, Salvador comprendio que cualquier hombre con los pensamientos de Miraflores tambien querria extraviarse. Contemplaba con un deseo oculto a traves del cristal templado por el frio, mientras la niebla ascendia para develar los abetos a bocajarro. Escasamente probaba bocado durante la tarde. El libro tenia una descripcion minuciosa de la estancia y Salvador se encargo de comprobarla detalle a detalle, incluso lo fue llenando de notas al margen de las paginas. El telefono de la habitacion sono varias veces. Nadie habia visto a Miraflores durante tres dias, no habia hecho ninguno de sus paseos; tampoco hubo indicios de el en la ventana bajo el amparo de sus libros. Contradiciendo las ordenes del escritor, el gerente ordeno a la mucama que entrara al cuarto para comprobar que todo estuviera en orden. Deseaba ahorrarle problemas a la directiva. Salvador corto sus salidas progresivamente. Comenzo y termino el libro varias veces. Dejo de recibir en la habitacion los omelettes a las finas hierbas. Empezo a tener un sueno recurrente donde se veia a si mismo parado frente a la ventana, detenido en el jardin aparecia Miraflores de espaldas; Salvador descendia apresurado solo para ver como el escritor levantaba el vuelo tal cual lo haria un picamaderos. La mucama no duro mucho mas tiempo en El Providencia. Dijo que en una de las ultimas noches que se supo del autor, este bajo al comedor. Luego de haberlo visto a lo lejos, la figura de Miraflores se le antojo de un talante desprolijo y palido; aunque reconocio que de su semblante tambien emanaba una tranquilidad supraterrenal. Despues de uno de estos suenos, Salvador decidio bajar hasta el jardin trasero esperando encontrarse con el escritor. Desde ahi vio hacia la ventana con la esperanza de que fuera Miraflores quien le devolviera la mirada. Solo encontro el deseo de volver a la lectura. Dentro del 408, penso en Miraflores huyendo a traves de los brazos de los abetos. En seguida lo imagino al borde de la excitacion escribiendo aquella carta para su editor y que debio acomodar a un lado del manuscrito para entonces dejarse absorber por el lado adverso de la ventana, el negativo de la habitacion, y cuya salida se perderia en el silencio de la noche.

  • Cristiano y Leo de Jimmy Burns

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  • Tu no eres para mi de Sophie Saint Rose

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    Bernadette espero impaciente ante la empresa donde trabajaba su hermana. Miro de nuevo el reloj y preocupada se mordio su grueso labio inferior. Ya pasaban diez minutos de la hora y no la habia avisado. Tenia que haber quedado en el restaurante e ir pidiendo, porque ella no podia regresar tarde al trabajo. El senor Kanda era inflexible con la hora. Se aparto un largo mechon de cabello rubio platino pensando que tenia que haberselo recogido, cuando Darla salio colocandose la correa de su bolso de firma sobre el hombro. Impaciente bufo subiendo los escalones. --Sabes que tienes que avisarme si vas a salir tarde. --Solo han sido diez minutos. No seas pesada. --Miro su vestido negro. --?Vas a un funeral? --Ya te he dicho que se ha muerto el jefe de contabilidad. Esta tarde nos dan permiso para ir a su sepelio. --Leche, que lugubre. ?Le conocias? --Claro, mi empresa no es como la tuya. Nos conocemos todos --dijo llegando al semaforo. Impaciente toco el boton aunque no servia de nada. --Ya te he dicho que buscan ayudantes de direccion. Podrias tener un puesto mejor. Miro sus ojos color miel igualitos a los suyos, que eran en lo unico que se parecian porque en todo lo demas eran totalmente distintas. Darla era despampanante. Morena con esos ojos rasgados y tan alta que podria ser modelo, se habia casado con un abogado forradisimo que la trataba como una reina. Ella media poco mas de metro y medio, su color de cabello la hacia parecer una muerta la mayor parte del tiempo, porque su piel jamas se ponia morena, y no habia tenido una cita en ano y medio. Y para colmo se la habia conseguido su hermana. Lo que menos queria era trabajar en la misma empresa para que las compararan continuamente. Eso sin mencionar que para hacer un trabajo que odiaba mejor quedarse donde estaba. --No, gracias. Sabes que con el senor Kanda estoy estupendamente. --Ese japones es un tirano. Hizo una mueca cruzando la calle. --Si, un poco si. --Y tiene muy mala leche. Para el nunca haces nada bien. En mi empresa estarian encantados contigo. Y con el curriculum que tienes... Menudo desperdicio. Los de las entrevistas de trabajo estaban ciegos. No estaban ciegos y ese era el problema. La veian demasiado timida, demasiado callada. Por su cultura al senor Kanda le vino genial, por supuesto. Ella lo entendio perfectamente cuando conocio a su esposa en la fiesta de Navidad. Ni abrio la boca. Asi que era comprensible lo que habia ocurrido el dia de la entrevista, porque en cuanto la vio le ofrecio el puesto. Y no pagaba mal, la verdad. Pero era insoportable su tonito ironico a todas horas. Igual su hermana tenia razon y era momento de cambiar de aires. Pero en la empresa de Darla ni hablar. Sonrio a su hermana que seguia indignada. --Tu me miras con muy buenos ojos. Como se nota que eres mi melliza. --Es que estas desperdiciada en esa empresa de fotocopias. --Fotocopiadoras. --Eso. --Darla empujo la puerta de la cafeteria a donde iban todos los dias y vieron a sus amigas que ya estaban comiendo. --Pero que prisa teneis todas --dijo molesta. --Es que nosotras no tenemos un jefe que besa por donde pisamos. Darla se echo a reir de esa manera tan cantarina que hacia que media cafeteria se girara para mirarla, pero Bernadette acostumbrada lo ignoro y se sento al lado de Katey que masticando su ensalada de pasta le guino un ojo. Al ver sus largas pestanas negras entrecerro los ojos. --?Te pones pestanas postizas? --Te has dado cuenta --dijo desilusionada. --Claro. Son enormes. --Y se te ha salido el pegamento. Menudos abanicos te has puesto --dijo Fiona intentando no reirse. --?A quien le has echado el ojo? --No se como se llama. --Aparto su flequillo moreno de su frente. --Trabaja en el piso veintidos. --Ingeniero --dijeron todas a la vez. Aunque Bernadette no trabajaba en la misma empresa, por los ligues de las chicas ya sabia que habia en cada planta. Ambas eran abogadas especializadas en patentes y trabajaban codo con codo. Darla las habia metido en la empresa pues las cuatro eran amigas desde la universidad, aunque no habian estudiado lo mismo. --?No habeis pensado en salir con alguien de fuera de Henderson Technologies? Lo pregunto porque ya son muchas citas con empleados de alli. --Pero si alli trabaja mucha gente. --Katey la miro fijamente con sus bonitos ojos azules. --?Me estas diciendo que van a murmurar de mi? --Se llevo la mano al pecho como si fuera la primera vez que se le ocurria algo asi. --?Creeis que puede pasar? Darla hizo una mueca y sonrio a la camarera. --Lo mismo que ellas. --Yo tambien, Daisy. Y de beber lo de siempre. --Perfecto. Sois la mesa mas facil del local. --La chica les guino un ojo antes de alejarse. --?Lo creeis? --insistio Katey. --!No! --exclamo Fiona que tambien estaba para hablar--. No, ?verdad? Las hermanas se miraron a los ojos y fue Darla la primera en hablar. --Pues la verdad es que hay tantos hombres en Nueva York que no se por que siempre teneis que salir con companeros de trabajo. A mi David lo conoci en el gimnasio. Deberiais ir. Alli se liga mucho. Katey chasqueo la lengua y Fiona hizo un gesto con la mano como si lo que hubiera dicho fuera una tonteria. --?Por que ir tan lejos cuando en la empresa tenemos tantos? --Cierto. Asi ahorramos tiempo, que somos mujeres muy ocupadas. --?Para que preguntas entonces? --pregunto Bernadette sorprendida. --Por si acaso creian en la empresa que eramos unos pendones. --!Es que es lo que van a pensar, Katey! Has salido con al menos quince tios de alli. --Pero no me he acostado con todos. --Dejalo, Bernie --dijo Darla exasperada. --?Y a ti que te pasa? --Fiona entrecerro sus ojos castanos apartandose un mechon de cabello cobrizo del hombro. --Estas enfadada. --?Yo? --No --respondio Bernadette por ella--. No esta enfadada. --Si que lo esta. Frunce el ceno y siempre lo hace cuando algo la cabrea. Miro a su hermana fijamente y esta forzo una sonrisa. --?Que pasa? Ahora que lo pienso no estas enfadada... Estas preocupada. Las tres pendientes de sus palabras provocaron que se sonrojara ligeramente. --Estoy embarazada. Dejo caer la mandibula del asombro porque de todas las cosas que podia decirle eso era lo que menos se esperaba. --Es estupendo --dijo Fiona muy contenta abrazandola--. Felicidades. Katey la felicito mientras ellas se miraban a los ojos. Se levanto viendo la angustia en el rostro de su hermana y la abrazo. --No te preocupes, es una noticia maravillosa. Me alegro muchisimo por vosotros, vais a ser unos padres increibles. --Me he enterado esta manana. Queria decirtelo a ti sola, pero tenias prisa y... --Lo entiendo, no te preocupes. --A ver como se lo toma --dijo Darla apartandose. --Se va a cabrear, pero se le pasara. Te quiere mucho --dijo Bernadette cortandoles todo el rollo a sus amigas que las miraron asombradas mientras volvia a su sitio. --?Quien se va a cabrear? ?David? --pregunto Fiona atonita--. ?Por que se iba a cabrear? El tambien estaba alli. ?O no? --Claro que estaba alli --dijo Bernie indignada--. Pero habian quedado que esperarian otro ano porque acaban de mudarse a la casa nueva que ella se empeno en comprar. Eso unido a que han tenido que cambiar de coche, despues de que ella hubiera destrozado el BMW de su marido y que eligieran ese modelo carisimo porque a Darla le encantaba ese Jaguar... Un coche nada practico para llevar el carrito del bebe. --Reprimio la risa mientras era ahora su hermana la que la miraba indignada. --Estas muy graciosa. --Esa soy yo, la tia graciosa. --Sonrio con carino. --Te pidio un ano para recuperarse porque lo ha invertido todo en esa casa, pero no tienes que preocuparte porque te perdonaria cualquier cosa. --Dios... Menuda mierda. --?No lo quieres? --pregunto Katey impresionada--. Si siempre te han encantado los ninos. --Claro que lo quiero. Ahora ya esta aqui. --Preocupada miro la mesa de al lado bajando la voz. --Pero no lo deseabamos ahora. Ninguno de los dos. Ademas el trabaja muchisimo y decidimos que no fuera en este momento, porque cuando sea padre quiere dedicarle tiempo a sus hijos. Tiempo que ahora no tiene. --?Y que vas a hacer? --pregunto Fiona preocupada. --Tendremos que fastidiarnos porque esta aqui. Ni loca voy a abortar. --David tampoco querria algo asi --dijo Bernie preocupada porque debia ser uno de los momentos mas felices en la vida de su hermana. Le sonrio--. Sereis unos padres maravillosos. La miro a los ojos y vio un pequeno brillo de ilusion. --?Eso crees? --Por supuesto --dijeron todas asintiendo.

  • Sangre del pasado de Jose Alberto Gutierrez

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    Una impactante novela donde el terror se ensana contra un hombre y su familia; donde el misterio y lo insospechado hacen alardes de poder e intensidad. Descubre el misterio de una vida y acompana a Jose Gabriel Valentino por las paginas de “Sangre del pasado”, por un rumbo plagado de misterios, suspenso, intriga, crimen y, desde luego, secretos del olvido.

  • Las lunas de Jupiter de Alice Munro

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    Una coleccion de relatos de la autora que actualmente esta considerada la maestra mundial en el genero.

  • El arte de quererte de Mina Vera

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    Despues de tener que retroceder en dos calles cortadas, hacerse a un lado en la cuneta para dejar paso a un rebano de cabras y pisar a fondo el acelerador con la primera marcha metida a lo largo de una tortuosa cuesta, Aitana y su recien estrenado coche de quinta o sexta mano llegaron a la direccion que le indicaba el GPS de su movil. Al parecer, las calles y carreteras de Caral in Chianti no habian sido actualizadas en los ultimos tiempos en el servicio de mapas online. La joven habia creido que su nivel de italiano era aceptable hasta que habia pedido ayuda a un lugareno de sonrisa desdentada que de forma muy amable --pero poco exitosa-- le habia dado unas ininteligibles indicaciones que la habian llevado a la otra punta del pueblo hacia casi media hora. No obstante, lo importante era que estaba alli. Por fin. Aquel era el ultimo punto de su lista de experiencias vitales por disfrutar, disciplinas por aprender, suenos por cumplir. Realmente le quedaban tres semanas para empezar el curso de escultura, durante las cuales pensaba hacer turismo por la zona y visitar museos y monumentos en Roma y Florencia. Estaba alli porque habia querido acudir a formalizar la matricula en persona, conocer al maestro artesano y, por supuesto, ver el pueblo y la casa de alquiler en la que se iba a alojar durante tres meses completos, de junio a agosto. Opto por aparcar a la sombra en un lateral del edificio de piedra de dos plantas, entre un vehiculo y… un caballo. Por la suciedad de los cristales y las ruedas algo deshinchadas de la camioneta, esta parecia no haberse movido en anos. Por el contrario, el caballo parecia en perfecto estado, asi que no podia llevar alli mucho tiempo. Con sumo cuidado, Aitana rodo con lentitud en el espacio libre entre ambos y puso el freno de mano en cuanto considero que su maniobra habia sido correcta. Aunque hacia diez meses que habia sacado el carnet de conducir, apenas habia tenido ocasion de practicar al volante. Aun le temblaban un poco las manos despues de la empinada cuesta en la que habia creido que el coche se le calaba y se le iba hacia abajo sin remedio, con el consiguiente peligro de atropellar a una cabra o a cualquier otro ser vivo. Suspiro con alivio antes de apearse del Seiscientos amarillo limon que, a pesar de superar con mucho los treinta y un anos de Aitana, por el momento habia cumplido muy bien con su funcion de llevarla desde una tienda de vehiculos de ocasion hasta aquel apartado pueblo en el interior de la Toscana. En cuanto puso un pie en el suelo, supo que deberia haber pasado primero por el hotel de Florencia para cambiarse de ropa en lugar de buscar un medio de transporte y dirigirse con su equipaje en el minusculo maletero hasta alli. Aquellas sandalias le habian costado un buen pico en Nueva York, y aunque habia librado los excrementos de caballo por muy poco, el terreno era abrupto alrededor del inmueble. Aquellos tacones --aunque de escasos seis centimetros-- podrian hacerla tropezar con facilidad. Por no hablar del barro que quedara impregnado en la blanca piel de las sandalias mas caras que se habia comprado en su vida. Un capricho y un recuerdo de su paso por la Gran Manzana. --Tranquilo, bonito, soy de fiar. --Trato de apaciguar al equino con su voz y unas suaves caricias entre los ojos, dibujando la cruz, cuando este acerco su hocico a ella para olisquearla desde la cadera hasta el cuello, dejando un rastro humedo en su vestido celeste. El animal de lustroso pelaje castano solto un suave relincho y le dio un par de toques en la cabeza con la suya antes de permitirle el paso. La joven se sintio como si hubiera superado alguna especie de prueba de acceso. Su intencion solo era realizar un pequeno tramite, asi que ignoro los riesgos para sus pies, se atuso la melena rubia y lisa, que traia algo alborotada por el aire que se habia colado por las ventanillas y las atenciones de su nuevo amigo, y anduvo de puntillas por el fangoso terreno hasta la puerta principal, donde un cartel de madera tallada rezaba: <>. No habia ningun timbre, sin embargo, la puerta estaba entreabierta. Aitana no lo dudo dos veces y entro con paso firme. Tras un pequeno recibidor salpicado aqui y alla con pequenas figuras de piedra, barro y madera, se abria otra puerta acristalada. Al otro lado, le parecio oir un sonido. Se quedo escuchando unos instantes antes de atreverse a entrar. Era una voz masculina. Muy masculina. Y entonaba alguna cancion en italiano que a Aitana le erizo el vello de los brazos. Como si tirase de ella con una fuerza sobrenatural, camino siguiendo aquella sobrecogedora melodia. El hombre de pelo negro azabache al que vio sentado, cantando y acariciando un pedazo de piedra rojiza con ambas manos, como si la moldeara, no podia tener muchos mas anos que ella. El movimiento de sus dedos la hipnotizo casi tanto como su voz, hasta que el parecio percibir su presencia al otro lado de la estancia y se levanto de un salto con sorpresa. No tardo mucho en poner cara de pocos amigos. En cuanto Aitana fue capaz de reponerse del impacto que le provoco verlo cambiar de una expresion relajada, incluso risuena, a un gesto casi asustado y finalmente a uno de lo mas hosco para atravesarla con unos ojos color caramelo de un brillo peculiar, se apresuro a justificar su presencia alli, que parecia ser poco grata para ese hombre. --?Signore Conte? ?Salvatore Conte? --comenzo, y segun lo dijo se percato de su error--. Scusi. ?Como va a ser usted el maestro, si me dijo que llevaba cuarenta anos de oficio? --razono en espanol, pues para pensar en italiano necesitaba mas concentracion y calma. Y la forma de mirarla de arriba abajo de aquel hombre no le permitia ni una ni otra. --Espanola, !como no! --farfullo Fabrizio con desden. Por un momento habia llegado a pensar que era su musa personificada, que habia acudido a su llamada gracias a su canto y concentracion. Sin embargo, se trataba de una posible reencarnacion de la peor de sus pesadillas. --?Disculpe? --El tonito no le gusto un pelo. Pero que la entendiera era un alivio--. ?Habla mi idioma? --Si no hay mas remedio --rezongo el, y aparto los ojos de Aitana de forma brusca para volver a su piedra. --Estupendo, porque yo… El inconfundible sonido de una camara fotografica la hizo girarse hacia su derecha. Un chavalin de unos siete anos la enfocaba ya para una segunda toma. --Espera, espera. Al menos dejame posar. Y vaya si lo hizo. Por algo llevaba mas de ocho anos como modelo publicitaria a sus espaldas, por mucho que aquellos dias hubieran concluido por completo. Cuando decidio que ya era suficiente, se acerco al muchacho e inspecciono la camara. --Vaya. Una Polaroid de las antiguas. Menuda reliquia. Pero veo que funciona muy bien. Y tu encuadre es muy bueno. --You are una bella donna. --Grazie mille. --No habla ni espanol ni ingles, solo mezcla algunas palabras sueltas. Y las utiliza junto a su sonrisa de pillo para engatusar a los pocos turistas que asoman por aqui. Le sacara cinco euros por cada una de esas fotos. Y le ha hecho muchas gracias a su vanidad. --?Mi vanidad? !Pero como se atreve! --Aitana se enderezo y se vio a si misma poniendo las manos en jarra sobre sus caderas. Tuvo una vision de su propia madre con ese mismo gesto y se sintio muy mayor de pronto. Carraspeo y trato de calmarse--. Mire, no tengo por que darle explicaciones, ni a usted ni a nadie. Solo he querido ser amable con el muchacho. He posado porque llevo muchos anos haciendolo, no por vanidad. Y por supuesto que le pagare a este fotografo en potencia por su trabajo. Toma. --Saco la cartera y le dio un billete de cincuenta euros --. La fotografia es una aficion muy cara. Y si de verdad es esto lo que te gusta, nunca lo dejes. --Grazie, bella. El nino le entrego el punado de fotos, le beso la mano y salio corriendo. Ella las guardo en el bolso mientras lo veia huir con su botin. --No le ha entendido nada, pero comprende que le han gustado las fotos, ya que le ha pagado el doble por ellas. --A lo mejor estan compinchados y se reparten las ganancias. Si no, ?que hace ese crio aqui? --No necesito limosnas, ni nadie de este pueblo, asi que puede ahorrarselas. Angelo es solo un oportunista. La habra visto llegar en un coche desconocido y la habra seguido. --Volvio a mirarla de arriba abajo--. Dudo que haya venido andando desde muy lejos con ese calzado. ?Le habia mirado los pies? Prefirio no detenerse a pensar en ello. --Yo dudo que mi coche le haya hecho pensar a Angelo que podia sacarme cincuenta euros -- murmuro mas para si--. Bueno, puesto que usted no es Salvatore, pero ya que habla mi idioma, tal vez podria decirme donde encontrarlo. Asi podre dejar de molestarlo con mi presencia. --?Para que quiere una mujer que se dedica a posar ver al maestro? No creo que haya solicitado una modelo. Hace tiempo que dejo ese tipo de trabajos.

  • Mentiras que seducen de Alessandra Torre

    https://gigalibros.com/mentiras-que-seducen.html

    Hay secretos que pueden acabar con el amor mas grande… o hacerlo mas fuerte.

  • Habia una fiesta de Marina L. Riudoms

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    La historia de una rave que salio mal, marcada por el costumbrismo millennial y el descubrimiento del feminismo a traves de un grupo de turistas posadolescentes.

  • Black de Nessa Odalys

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    Antia necesita romper una maldicion para seguir con su vida. Black tiene el objeto que la ayudara a conseguirlo,pero solo hay una manera de obtenerlo: darle lo que el desea. Aunque no siempre las cosas salen como se planean.

  • Somos lo que nos contamos de Oscar Vilarroya

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    Somos una especie narrativa: en vez de Homo sapiens deberiamos hablar de Homo narrator.

  • El asesino de La Pedrera de Aro Sainz De La Maza

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    En la fachada de La Pedrera aparece colgado un cuerpo en llamas. La investigacion posterior descubre un grado de crueldad extrema: la victima fue colgada viva antes de prenderle fuego. Todo indica que en la Barcelona para turistas ha empezado a actuar un psicopata. Y politicos, policia y jueces tienen prisa por detenerlo. Para ello, el Grupo Especial de Homicidios de los Mossos pide ayuda al inspector Milo Malart, apartado del servicio por un expediente disciplinario. Solo el parece capaz de detener al monstruo que amenaza con sembrar Barcelona de cadaveres.

  • De Pixar al cielo de Lawrence Levy

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    Hoy en dia, Pixar es uno de los grandes del entretenimiento: el estudio que revoluciono los efectos digitales especiales y la animacion por ordenador, y desarrollo una serie de peliculas de gran exito, incluyendo la iconica Toy Story. Sin embargo, cuando Lawrence Levy se unio a Pixar en 1995, era una compania de software que apenas se mantenia a flote. Trabajando en estrecha colaboracion con Steve, Lawrence establecio cambios audaces, reorganizo las operaciones comerciales, lidero la salida a bolsa de la compania y fue pieza fundamental en su venta por 7.400 millones de dolares a The Walt Disney Company en 2006. Durante el proceso, Lawrence y Steve forjaron una profunda y duradera amistad. Este libro revela ademas un lado de Steve Jobs muy diferente al hombre dominador de la leyenda: un individuo curioso y reflexivo que preferia llegar a resoluciones mutuas sobre las decisiones empresariales y que, aunque inicialmente impopular entre sus empleados, se convertiria en el motor del talento creativo sin precedentes de Pixar.

  • El Hijo del Traidor (El Sendero del Guardabosques 1) de Pedro Urvi

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    Un reino en peligro, una gran traicion, un chico buscando redimir el honor de su padre. ?Conseguira eximirlo y salvar el reino de un enemigo en las sombras antes de que sea demasiado tarde para todo el norte?

  • Jovenes promesas de Juanjo Diaz Polo

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    Corre el ano 1920 y el comite olimpico espanol va a enviar por primera vez en su historia una seleccion de futbol a un campeonato internacional. Pero la tarea no sera nada facil: las diferentes federaciones regionales recelan unas de otras y cada una quiere que sus jugadores tengan protagonismo.
    Con tal escenario, los responsables de la expedicion no guardan grandes esperanzas, pero no cuentan que, sobre el terreno de juego, estaran los Zamora, Pichichi,
    Pagaza, Belauste o Samitier, componentes de un equipo de leyenda. Inspirada en hechos reales, Jovenes promesas se desarrolla en los inicios del futbol y el olimpismo y narra, a traves de la voz de Elena Diaz, la idealista hija de un veterano cronista deportivo, la gesta historica de un equipo inolvidable, en el que nadie creia y que alcanzo la gloria.

  • Sin alma de Andres Ortega

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    Madrid, 1948. El Profesor, un neurologo discipulo de Ramon y Cajal, autor de La hipotesis innecesaria sobre la inexistencia o invencion humana de un alma inmortal, fallece en Madrid tras haber recibido los ultimos sacramentos en contra de su ultima voluntad. En esos tiempos duros, la Iglesia y el regimen de Franco, ayudados por el padre Aljimiro que se decia amigo del Profesor, se resisten a publicar las obras de un autor que ha entrado en el Indice de libros prohibidos del Vaticano.

  • Otra vida por vivir de Theodor Kallifatides

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    Nadie deberia escribir despues de los setenta y cinco anos, habia dicho un amigo. A los setenta y siete, bloqueado como escritor, Theodor Kallifatides toma la dificil decision de vender el estudio de Estocolmo, donde trabajo diligentemente durante decadas, y retirarse. Incapaz de escribir y, sin embargo, incapaz de no escribir, viaja a su Grecia natal con la esperanza de redescubrir la fluidez perdida del lenguaje. En este bellisimo texto, Kallifatides explora la relacion entre una vida con sentido y un trabajo con sentido, y como reconciliarse con el envejecimiento. Pero tambien se ocupa de las tendencias preocupantes en la Europa contemporanea, desde la intolerancia religiosa y los prejuicios contra los inmigrantes hasta la crisis de la vivienda y su tristeza por el maltratado estado de su amada Grecia. Kallifatides ofrece una meditacion profunda, sensible y cautivadora sobre la escritura y el lugar de cada uno de nosotros en un mundo cambiante.

  • Brillaras de Anna K. Franco

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    ?Quien dice que dos hermanas tienen que ser parecidas?
    Hilary y Valery son el agua y el aceite.
    Hilary es popular, exitosa y divertida. Val, en cambio, se define a si misma como "un
    desastre".
    La vida parece llevar un curso normal, sin embargo, todo se derrumba cuando Hilary muere. La familia queda al borde del abismo. Con una madre devastada y un padre que se refugia en el trabajo... Val se
    siente sola.
    La tristeza la domina, y justo cuando parece que nada tiene remedio, encuentra una lista de su hermana. Hilary dejo bien claro que queria hacer antes de irse, pero no tuvo tiempo. Val decide entonces cumplir con los
    suenos que su hermana dejo inconclusos, aunque implique sumergirse en mundos donde jamas habria entrado.
    No sabe que, en realidad, esta emprendiendo su propio camino. Un viaje de redescubrimiento
    en el que comprendera que las
    personas no suelen ser lo que parecen. Que el "desastre" que ella creia ser no tiene nada
    que ver con lo que en realidad es.

  • El Mago De Papel de Charlie N. Holmberg

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    Ceony llevaba cinco anos deseando ser fusionadora. Sin embargo, mientras que la mayoria de estudiantes de la Escuela Tagis Praff para Talentos Magicos habia elegido a que material iba a dedicar su arte, a Ceony se lo habian impuesto. --No hay suficientes plegadores --le habia explicado la maga Aviosky en su despacho. Hacia menos de una semana que se lo habian dicho y aun sentia las lagrimas picandole en los ojos. --El papel es un medio fantastico --habia proseguido la maga Aviosky-- pero su reputacion se ha deteriorado en los ultimos anos. Como solo hay doce magos en activo en esta disciplina, no nos queda otro remedio que asignarsela a una parte de nuestros aprendices. Lo lamento. Ceony tambien lo lamentaba. Esas palabras le habian roto el corazon y, ahora, en la entrada que conducia a la guarida del mago Emery Thane, deseaba que le hubiera dejado de latir. Su mano aferraba el asa de madera de la maleta y sus ojos examinaban aquella monstruosidad, que era incluso peor de lo que se habia imaginado. Por si no fuera bastante malo que el mago Thane, el unico plegador a aquel lado del Tamesis, viviera en la periferia salvaje de Londres, su morada parecia sacada de un cuento de terror. Las paredes negras se alzaban en seis plantas. La pintura desgastada se desconchaba bajo el efecto de un viento repentino que se levanto en el momento en que Ceony puso un pie en el camino sin pavimentar que surgia de la carretera principal. Tres torres irregulares emergian de la casa como si se tratase de la corona del diablo; una de ellas tenia un amplio agujero en el lado este. Habia una chimenea rota, en la que se oia el graznido de un cuervo, o quizas de una urraca. Todas las ventanas de la casa -- Ceony solo conto siete-- quedaban ocultas detras de postigos negros, bloqueados por completo con cadenas, sin que se pudiera apreciar el mas minimo brillo en su interior. Hojas muertas de una docena de inviernos obstruian las cornisas del tejado que, a su vez, estaban incrustadas bajo tejas dobladas y retorcidas, tambien negras; y algo que desprendia un olor a vinagre y sudor goteaba en las proximidades. En la tierra que rodeaba el edificio no habia flores, ni cesped, ni siquiera una coleccion de piedras. El pequeno patio tan solo contenia rocas y parcelas de tierra sin cultivar, demasiado secas y agrietadas como para que la hierba echara raices. Las baldosas que formaban el camino que llevaba a la puerta principal, que se sostenia unicamente con la bisagra superior, estaban rotas en pequenos trozos y Ceony dudaba que alguna de las corroidas tablas grises del porche pudiera soportar su peso el tiempo suficiente como para llamar al timbre. --Me han enviado al infierno --murmuro Ceony. La maga Aviosky, su escolta, fruncio el ceno a su lado. --No se fie nunca de lo que ven sus ojos en el hogar de un mago, senorita Twill. Ya lo sabe. --Ceony trago con la garganta seca y asintio. Lo sabia bien, pero no le importaba, ya no. La sombria y solariega casa se le antojaba un reflejo de ella misma y de todo lo que le habia ido mal en los ultimos dias. Tal vez se habia maldecido a si misma la noche anterior al amontonar todos los papeles que habia encontrado en el hotel y quemarlos uno a uno en la chimenea mientras la maga Aviosky consultaba un mapa en el recibidor. O, quizas, el mago Thane era la prueba de que Ceony necesitaba potenciar su imaginacion. Reprimio un suspiro. Tenia diecinueve anos y habia llegado tan lejos... y lo que habia logrado hasta ahora, contra todo pronostico, se le escurria entre los dedos, dejandola fria y vacia. Todas sus aspiraciones estaban a punto de quedar reducidas a simple papel. Ceony se pasaria el resto de sus dias escribiendo en cuadernos de notas y leyendo libros obsoletos. Su unica alegria en la vida consistiria en escribir cartas que se abririan solas al llegar a su destino. De todos los materiales que podian haber elegido para ella --cristal, metal, plastico, incluso goma-- habian optado por el papel. Era evidente que la maga Aviosky no se daba cuenta de que la razon por la que el Plegado se habia convertido en un arte moribundo era porque las habilidades que otorgaba eran completamente inutiles. Despues de rechazar la idea de que la llevaran a rastras como a una nina pequena, Ceony enderezo la espalda y camino hacia la entrada. La verja no era mas que una serie de lanzas clavadas en el suelo con la pica hacia arriba, atadas con alambre de espino. La fuerza del viento aumentaba a cada paso y amenazaba con llevarse el sombrero de Ceony mientras estiraba el brazo hacia la manilla del porton. La escena a su alrededor cambio de forma tan abrupta que Ceony dio un respingo y casi suelta la maleta. Tenia la mano apoyada sobre una verja normal, en lugar de aquella que parecia hecha con los restos de una batalla. El sol asomo entre las nubes y el viento se calmo hasta convertirse en una ligera brisa irregular. La casa que tenia frente a ella se encogio hasta transformarse en una de tres plantas, construida en ladrillo de color amarillo. Los postigos, todos abiertos, eran blancos, y el porche parecia lo bastante robusto como para que una manada entera de caballos saltase sobre el. Ceony alzo la mano, sus ojos todavia estaban asimilando la transformacion. Casi habia esperado que, al dejar de tocar la portezuela, volviera a ver la tetrica ilusion, pero la casa permanecio exactamente igual cuando solto la manilla. El camino hacia la puerta estaba sin pavimentar, pero un despliegue de tulipanes rojos, violetas y amarillos lo limitaban ahora, en vez de las piedras dentadas que habia visto al llegar. Ceony abrio la puerta pestaneando y avanzo unos pasos. No eran tulipanes. Al menos, no se trataba de tulipanes reales. Todas las flores del patio parecian confeccionadas con papel, cada petalo minuciosamente doblado. Los capullos parecian tan reales que cuando una nube tapo durante unos minutos el sol de la tarde, todos cerraron ligeramente sus petalos. Como flores que se esforzaban demasiado por ser flores. Con un vistazo rapido, Ceony descubrio las tiras de papel que colgaban de la verja, y mas alla, unos folios de papel mas altos que una persona y mas anchos que el automovil que la habia llevado hasta alli. Una ilusion. Ceony recordo la clase sobre espionaje que habia recibido en la escuela el invierno anterior, donde el profesor habia mencionado la utilizacion de munecos de papel para ocultar la verdadera apariencia, pero a ella nunca se le habria ocurrido que la tactica sirviera para ocultar toda una casa. La maga Aviosky la siguio y empezo a deshacerse de los guantes de seda de forma despreocupada, dedo a dedo. La transformacion no la habia alterado ni un poquito. Ceony habia tenido la certeza de que el mago Thane se presentaria en la entrada en ese mismo instante, pero la puerta, que ahora era de madera solida y estaba pintada de un marron tan clarito que parecia naranja, seguia cerrada y todo estaba en silencio. <>, penso Ceony frunciendo el entrecejo, <>. Ceony dejo atras las flores de papel y subio unos peldanos hasta la puerta principal, la maga Aviosky la seguia apenas un paso por detras; llamo a la puerta firmemente con los nudillos, intentando mantenerse todo lo erguida que le permitia su metro sesenta de altura. Se toco el pelo de manera distraida, que era del color de las batatas sin cocinar, y se coloco la trenza en el hombro izquierdo. Aquella manana habia decidido no hacersela bien a proposito, del mismo modo que no llevaba su mejor vestido ni su uniforme de estudiante. No habia ningun motivo por el que sentirse entusiasmada: ?para que arreglarse? Era evidente que el mago Thane no habia hecho concesiones especiales por ella. El pomo se giro sin que hubiera escuchado pasos al otro lado y, cuando la puerta se abrio, Ceony grito y dio un paso atras. Un esqueleto salio a recibirlas. Dio la impresion de que hasta la maga Aviosky se habia sorprendido, aunque solo lo demostro arrugando los labios y ajustandose las gafas de montura redonda sostenidas por una nariz bastante prominente. --Vaya --profirio ella. La cabeza sin ojos del esqueleto miraba arriba y abajo de manera mecanica y Ceony, con una mano sobre el corazon, advirtio que su metro ochenta de altura estaba hecho de papel: la cabeza, la espina dorsal, las piernas... Cientos, quizas miles de trozos de papel de color blanco estaban enrollados, plegados y comprimidos unos contra otros para conectarse formando una variedad de articulaciones. --Esta loco --declaro Ceony, esta vez en voz alta. La maga Aviosky resoplo de manera sonora en un intento sutil de renirla. El esqueleto se aparto a un lado. --?Alguna otra sorpresa? --pregunto Ceony a nadie en particular mientras se adentraba en la casa, manteniendose tan lejos del esqueleto como le permitia el estrecho marco de la puerta. La casa tenia un largo recibidor que olia a madera vieja y se abria en tres direcciones, dos a la derecha y una a la izquierda. La primera a la derecha daba a una pequena habitacion que, a pesar de estar llena de trastos, se encontraba habilmente ordenada: todo, desde los candelabros hasta los libros, estaba colocado en los estantes de una forma exquisitamente sistematizada, junto con ocarinas de arcilla, juegos de marmol y mas libros apinados en lineas rectas a lo largo de la repisa de la chimenea. Ceony se fijo en cada detalle de la habitacion, era curiosa por naturaleza, y tambien en el desgastado cojin del sofa, lo que indicaba que el mago Thane preferia sentarse en el lado izquierdo. Una pequena campana de viento colgaba en un rincon. Era un lugar extrano para una campana como esa, ya que el viento no se podria colar en aquella habitacion a no ser que abriera la ventana e, incluso asi, soplaria con muy poca intensidad. Llego a la conclusion de que al mago Thane le gustaba su aspecto estetico, pero no su sonido. Chiflado, sin duda. Una pila perfecta de cartas sin leer se encontraba sobre una mesita auxiliar en un rincon junto a lo que parecia una caja de musica y una especie de rompecabezas de alambre, que estaba perfectamente alineado con las cartas y la caja. Ceony nunca habia conocido un coleccionista de trastos tan... ordenado. Le inquietaba. La puerta cerrada a la izquierda del recibidor ocultaba otra habitacion, pero en lugar de seguir caminando hacia el interior de la casa para descubrir lo que escondia la segunda puerta de la derecha, Ceony grito: --!Mago Thane! !Sus invitadas estan aqui y agradecerian a una persona real para recibirlas! --!Senorita Twill! --la regano la maga Aviosky en susurros mientras el esqueleto de papel cerraba la puerta delantera--. !Esos modales! --Bueno, su ausencia tambien denota malos modales, ?no? -- pregunto Ceony, que detesto lo infantiles que sonaron esas palabras en su boca. Carraspeo y respiro hondo--. Lo siento. Estoy un poco nerviosa. --No necesita jurarmelo --respondio en tono de broma la maga Aviosky al tiempo que una persona de verdad aparecia en la segunda puerta de la derecha con una especie de libro de notas en las manos. El mago Thane era mucho mas joven de lo que Ceony imaginaba; rondaba los treinta anos, y tampoco se habia tomado la molestia de arreglarse. No llevaba su uniforme de etiqueta de mago, ni nada particularmente elegante, tan solo unos sencillos pantalones con una camisa de cuello alto sin adornos, sobre la cual vestia un liviano abrigo azul oscuro que era demasiado grande y que le llegaba hasta los tobillos, con unas mangas sueltas que casi le ocultaban las palmas. Tenia un aspecto bastante corriente: su piel no era ni clara ni oscura; no era alto ni bajo; y su constitucion no era ni delgada ni ancha. El cabello oscuro le llegaba justo por debajo de las orejas, lo que ofrecia un aspecto arreglado pero despeinado. Tenia unas patillas negras hasta la mandibula y su nariz tenia un pequeno bulto, justo en el punto superior del puente. Lo unico extraordinario en el era el brillo de sus ojos: verdes como las hojas en verano y brillantes como si alguien hubiera puesto una vela en su interior. El mago Thane miro a Ceony sin mostrar una sonrisa, o cualquier otro gesto, pero en esos ojos chispeantes ella advertia que el hombre se estaba divirtiendo. Que fuera a costa de ella o de el mismo era dificil de decir. Ceony apreto los dientes. --Mago Thane --comenzo la maga Aviosky con un ligero saludo con la cabeza, y Ceony se pregunto como de bien se conocian--, le presento a Ceony Twill, la muchacha de la que le hable en el telegrama. --Si, ya --respondio el mago Thane, que dejo el libro en la pila de cartas sin leer junto al sofa y alineo las esquinas del libro cuidadosamente. Se dio la vuelta para encontrarse con la mirada de Ceony--. Ceony Twill, la mayor de cuatro hermanos y primera de su promocion. ?Cuantos estudiantes han conseguido librarse de esa prision este ano? Ceony se ajusto el sombrero; lo hizo tan solo para proporcionarle a su mano libre algo que hacer. --Veintidos. --Aun asi, es un logro --comento de manera relajada--. Esperemos que aqui pueda hacer buen uso de esos habitos de estudio que tiene. Ceony asintio. Lo cierto era que poseia buenos habitos de estudio, de lo que se enorgullecia, pero los deberes del colegio siempre le habian resultado faciles. Gozaba de una memoria privilegiada y a menudo recordaba cosas que solo habia leido una o dos veces. Era una bendicion que la habia ayudado a soportar numerosas lecciones complicadas y aburridas. Con suerte, tambien la ayudaria alli. La maga Aviosky carraspeo, rompiendo el silencio antes de que se alargara demasiado. --Tengo el nuevo uniforme de la senorita Twill en mi maletin. Digame que ha preparado la union. --En efecto --contesto, restandole importancia a la pregunta con una ligera sacudida de la mano. Poso sus ojos en los de Ceony--. Imagino que le gustaria realizar una visita por la casa. Ella sintio que encogia. !Con que facilidad podria aquel hombre destruir su futuro con una sacudida de la mano! Una vez se uniera a un material, no habria vuelta atras: la union era para toda la vida. Intento encontrar alguna via de escape en caso de que le hiciera falta y descubrio al esqueleto de papel justo detras de ella. Grito otra vez. ?Quien necesitaba fantasmas para embrujar una casa cuando podias crear sus propios demonios a base de papel? --Jonto, detente --ordeno el mago Thane y el esqueleto se desplomo en el suelo en una pila de huesos de papel; su calavera cuidadosamente plegada descansaba en la cima. Ceony se aparto. ?Que clase de hombre chiflado construia un mayordomo de papel? ?No habia otra persona alli para abrir la puerta? --?Vive usted solo? --pregunto Ceony. --Tal y como me gusta --replico el mago Thane, guiandolas a traves del recibidor--. Ese es el estudio --senalo con un gesto hacia la puerta cerrada de la izquierda--, y el comedor esta por ahi -- anadio, deteniendose ante la segunda entrada a la derecha del recibidor. Ceony lo siguio con paso lento y echo un vistazo hacia el rincon, esperando que otra atrocidad hecha de papel le asaltara. En lugar de eso se encontro con una pequena antesala con espejos que colgaban uno frente al otro en ambas paredes, un banco y una sencilla comoda sobre la que descansaba un florero vacio. Triangulos de papel de color verde azulado y amarillo estrechamente plegados cubrian las paredes donde la antesala daba paso a una pequena pero bien provista cocina. Una encimera de marmol rodeaba un fregadero, habia armarios oscuros a ambos lados, pero dejaban espacio suficiente para trabajar. Una rejilla de metal encima del fregadero contenia un pequeno juego de ollas y cacerolas, cuyas bases oscuras demostraban que se utilizaban con asiduidad. En las esquinas de la rejilla habia una vid de papel enrollada que tenia un aspecto muy similar a los huesos de Jonto, el esqueleto. ?Tenia alguna utilidad? ?O el mago de papel simplemente se aburria tan apartado de la vida real? ?En que medida el papel decorativo de aquella casa se usaba para los encantamientos? Y ?en que medida era ornamentacion inutil? ?Se pasaria el resto de sus dias siendo decoradora? Ceony se sacudio aquellos pensamientos de la cabeza y examino el resto de la cocina. El mago Thane tenia un fogon mas estrecho de lo que ella estaba acostumbrada a ver; ademas estaba anticuado, pero no parecia de mala calidad. De algun modo, a Ceony le reconfortaba la idea de saber que, entre leccion y leccion de Plegado, podria escaparse hasta alli para cocinar. Al fin y al cabo, si no hubiera conseguido la beca, su alternativa habria sido la de asistir a una escuela de cocina. El precio de la matricula era la decima parte de lo que exigia la Escuela Tagis Praff y Ceony poseia un don para la cocina. Habia confiado en que la admitirian. Ceony dejo atras la cocina para llegar al comedor. Cientos de pajaros de papel que parecian vivos pendian del techo por hilos. Colgaban silenciosamente, sin estorbar, suspendidos encima de una sencilla mesa cuadrada situada sobre una alfombra tejida de color marron. Cerca habia una comoda alta de color negro, abarrotada de platos, libros, servilletas, frascos y jarras, y todo estaba encajado de tal forma que, si se extrajera tan solo uno de los articulos, se provocaria una avalancha. En la superficie de la comoda habia unas extranas bolas y conos de papel, hechos de bolas y conos mas pequenos y, estos, hechos de bolas y conos aun mas pequenos. A Ceony le hacian dano a la vista. La casa habria resultado acogedora si no hubiera estado tan llena de chismes. Avanzo hasta una gruesa pila de pergaminos en el borde de la mesa y descanso la mano encima, pensando en las ilusiones de papel que se extendian por la valla de la casita de campo. --La decoracion del exterior de su casa es horrible --declaro con ligereza. La maga Aviosky le lanzo a Ceony una mirada de advertencia al entrar en el comedor. El mago Thane simplemente contesto: --Si. Una delicia, ?verdad? El mago paso a su lado y abrio una puerta. Unas escaleras empinadas conducian al piso de arriba. --Siganme, si son tan amables. Ceony empezo a subir tras el con la maleta todavia en la mano. El noveno escalon crujio bajo su peso y las rodillas le dolian cuando alcanzo el segundo piso. --Su dormitorio --senalo el mago Thane mientras habria la puerta de un empujon--, puede dejar el equipaje, si lo desea. Ceony se adentro en el dormitorio, que contrastaba sobremanera con el resto de la casa, pues las estanterias se encontraban vacias. No habia montanitas, ni pilas, ni trastos, pero a juzgar por las marcas de la moqueta, la habitacion habia contenido muebles que se habian trasladado o tirado recientemente. El mago Thane probablemente acabara de prepararla para su llegada, a pesar de haber contado con toda una semana. Pero lo mas raro era que no habia adornos de papel en las paredes o en el techo, se habian dejado completamente desnudos. Una sencilla cama individual se apoyaba contra la unica ventana junto a la que habia tres estantes en la pared y un escritorio sencillo con un cajon a unos pasos del pie de la cama. Tambien habia un armario pequeno, pero lo bastante grande para las pocas prendas de Ceony y una mesilla con un candelero nuevo y un portavelas. Era algo mas espacioso que su dormitorio en Tagis Praff, aunque tenia menos estantes. Aun asi, aquel dormitorio se le habia hecho mas acogedor y hospitalario que este, aunque tal vez se debiera a que se habia ganado aquella plaza. Habia deseado estar alli. --Gracias --dijo, y dejo la maleta en el suelo.

  • Como un sueno en un sueno de Mina Vera

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    Una nueva vision del mundo de los vampiros que te hara replantearte todas las ideas preconcebidas que tenias sobre una leyenda que podria ser mas real de lo que imaginas.

  • Imperfect love de

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  • Entre damas anda el juego de Ester Gonzalez Escobar

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    Diana, detective privada, debe investigar a Christine, una supuesta cazafortunas que quiere casarse con Angel por su dinero, mientras lidia con sus problemas de pareja.
    Ayudaran a Diana en su cruzada para desenmascarar a Christine sus amigas: Alex, una madre y esposa trabajadora con una vida aparentemente perfecta que, sin embargo, no es del todo feliz, y Noa, una eficiente y malhablada abogada de empresas, que no es tan eficiente escogiendo a los hombres con los que sale.
    Pero sera Christine quien las descubra a ellas y comenzara una guerra para hacerles la vida imposible, poniendo en peligro lo que mas quieren y convirtiendose en un verdadero grano en... bueno, ya sabeis donde.
    ?Lograran las tres amigas desenmascarar a Christine, sin perder aquello que mas aman por el camino?

  • Los saltos de Sara (Sara Summers 1) de Susanna Herrero

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    Sara Summers es superdotada, lo que le acarrea mas problemas que beneficios. A los nueve anos, y sin que pueda hacer nada para evitarlo, su padre decide matricularla, junto a sus hermanos, en un internado elitista ubicado en el centro de Escocia. Sus patines son su unica via de salida, el hielo es su refugio. Pero eso cambia cuando choca con la primera persona que conseguira arrancarle una sonrisa: Adam J. Wallace. La presentacion a su grupo de amigos no va todo lo bien que deberia. Es un grupo un tanto peculiar; mas bien, Oliver Aston lo es, pero no sera ella la que hable de peculiaridades con lo que lleva sobre las espaldas. Un salto al agua desde once metros los unira para siempre y sus vivencias entre los muros del Crowden School se convertiran en el eje que decidira sus destinos. Amistad, familia, amor, celos, venganza y competitividad son algunos de los nuevos sentimientos que Sara tendra que aprender a gestionar.

  • Sumisas Reales de Sara Toledano

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    --Tienes que salir con el. --Pero, ?por que? --Solo tienes que hacerlo, Carol. Es una cuestion de negocios. No lo entenderias. No supe que decir cuando mi padre me dijo esas palabras. Recuerdo que estaba en la cocina de la casa, sentada en la mesa que estaba alli. Me llamo para que hablaramos sobre mi futuro y pense estupidamente que se trataba de una charla sobre la universidad o algo asi. No. Resulto todo lo opuesto. Me levante y fue a mi habitacion. Aun podia escuchar el trinar de los pajaros afuera. Cerre la ventana porque no pude tolerar otro sonido. El que habia dentro de mi cabeza era demasiado fuerte. Como si tuviera mil cornetas haciendo ruido al mismo tiempo. Estaba destrozada. Sere sincera, no es que mi padre sea el perfecto ejemplo para mi. De hecho, es una figura casi inexistente en mi vida. Solo tengo flashes de el cuando era pequena. Supe que era alguien "importante" porque llevaba los negocios de gente en la politica y de otros ambientes. Gracias a eso, vivimos muy bien por largos anos: viajes a Europa, ropa de marca, comidas en los restaurantes mas exclusivos de la ciudad. Cualquier cosa que quisieramos o imaginaramos la podiamos lograr. Pero las cosas eventualmente fueron en picada. Comence a verlo con un rostro de preocupacion que no se le quitaba ni con el Xanax ni el whiskey. Desde hacia varios dias me miraba como si estaba tomando las fuerzas para decirme algo. No ignore porque francamente estaba en lo mio. Pero luego me cito para que charlaramos y bueno... El resto es historia. Me sente en la cama para pensar en todo lo que estaba pasando. Fije la mirada en los posters de Anthrax, Megadeht y Black Sabbath, en el closet medio abierto y con algun bota de pantalon que salia de alli, los zapatos sobre el suelo de parque. Me resulto ironico que el dia estuviera particularmente calido y bonito mientras estaba alli, sintiendome como un trozo de carne. Cualquiera hubiera pedido la intervencion de su madre o de cualquiera. Mi caso es diferente. Mi mama murio hace un par de anos atras gracias a su aficion al alcohol; por otro lado, mi hermano mayor hizo todo lo que pudo para alejarse de la familia. No se en donde esta ni que hace, pero presiento que este mucho mejor que yo. Finalmente me acoste y pense en la maleta pequena que tenia debajo de la cama. La usaba cuando queria escaparme por unos dias pero no era tan mala idea de tomar unas cuantas cosas e irme por la noche. Dejaria a mi padre solucionar su problemita y yo estaria a unos cuantos kilometros de alli… Hasta que me encontrasen, hasta que me volvieran a arrastrar a este pantano. Asi que deseche la idea. No tiene sentido huir cuando sabes que el pasado te alcanzara de alguna manera u otra. Pero no me malinterpreten, no es que tenga miedo a esas cosas relacionadas con el sexo. Mas bien es algo que disfruto inmensamente. He tenido toda clase de experiencias desde que recuerdo. He estado abierta a probar cosas nuevas. Mi primera vez, por ejemplo, fue con un hombre casado que conoci cuando tenia 15 anos. Aunque nos confesamos las ganas, no hicimos nada hasta que nos reencontramos un par de anos despues. Como formaba parte del mismo circulo de amigos que mi padre, lo vi en una fiesta con su mujer. Ella estaba durmiendose en la silla y el no paraba de verme desde el otro lado del salon. Por supuesto que estaba nerviosa, pero lo disimule un poco al tomarme un trago de lo que tuve cerca. Tosi y senti un impulso que me llevo hasta donde se encontraba. Le roce el hombro y fuimos hacia una de las habitaciones que habia. Cuando cerro la puerta tras el, mi corazon latia demasiado rapido. Tanto que pense que sufriria de un infarto. Se acerco a mi y me tomo por la cintura y me beso. Lo hizo con fuerza, con determinacion. No pare de gemir gracias a que sus caricias se pasearon por todas partes. Mis caderas, mi espalda, mis pechos. Su lengua se adentro en mi boca para buscar la mia. Mordio mis labios y hasta me los rompio un poco. Alli presenti que el dolor era un buen companero del placer. Bajo el cierre de mi vestido y me llevo suavemente a la cama. Su mirada mezclaba ansiedad y tambien emocion. Supongo que yo tambien senti lo mismo aunque mas bien estaba curiosa. Veia todo como una aventura. Me dejo desnuda y me acoste. No mentire, hubo una parte de mi que quiso salir de la habitacion. El miedo parecio abrumarme hasta que senti la boca de ese tio en mi cono. Tuve que taparme la boca con ambas manos para reprimir los gritos que aquello me produjo. No hay sensacion comparable con eso. Cerre los ojos y senti su lengua dentro de mi, moviendose, al mismo tiempo que le escuchaba chupar intensamente. De vez en cuando lo miraba y el solo me respondia con una sonrisa malevola. Siguio comiendo de mi hasta que se levanto y se desvistio. Cuando estuvo desnudo, pude ver su pene. Se veia grande y grueso y temia el dolor que iba sentir. Eso era algo que mis amigas y yo del colegio hablabamos, asi que estaba un poco aprehensiva. Por supuesto que no conte con el hecho de que el era un hombre mucho mas experimentado que yo, asi que pense que era el paso obvio, resulto otra sorpresa. Tomo su mano y comenzo a masturbarme. Primero introdujo y dedo y luego dos, poco a poco a pesar que lo veia contenido entre sus ganas. Cuando los introducia y los sacaba, se los lamia para volver a meterlos. Es una imagen que aun hoy me produce la piel de gallina. Volvi a perderme en la excitacion hasta que senti que el se preparaba para penetrarme. Le tome de los brazos y el se inclino hacia mi. Me beso y finalmente lo senti. Su pene entro en mi. Paralelamente senti una mezcla de dolor agudo y un placer infinito. En la misma cantidad o un poco de una y mucho de la otra. Era algo que todavia no me queda claro. El se quedo alli un rato hasta que comenzo a moverse. Al principio lo hizo con cuidado hasta que poco a poco fue un poco mas rapido e intenso. Mis piernas no paraban de temblar, su boca estaba anclada en mi cuello y sus dientes mordian la piel que estaba alli. Me despedazaba por dentro y por fuera. Siguio follandome hasta que rodee su espalda con mis piernas, queria que estuviera mas dentro de mi. El calor de nuestros cuerpos se volvio intenso y delicioso. En un punto, experimente algo que hasta despues supe se trato del orgasmo. Puse los ojos en blancos y me agite con fuerza. El siguio penetrandome con fuerza hasta que senti que me deshice entre sus brazos. Las cosas se tornaron oscuras, un negro cerrado para quedar desconectada de la realidad. Al poco tiempo abri los ojos y me encontre con su cuerpo a mi lado. --?Estas bien? --Si. ?Que sucedio? Aun veo esa sonrisa descarada. --Tuviste un orgasmo. Al terminar de decir esto, volvio a colocarse sobre mi y me follo con mas fuerza que la primera vez. De nuevo, tuve que hacer el esfuerzo por no gritar como loca. El pene de ese hombre me producia cualquier cantidad de espasmos y placer, claro. Estuvimos alli un rato. Al terminar, me levante para lavarme. Por suerte, las sabanas no se mancharon demasiado. El quiso hacerlo conmigo dentro de la pequena ducha y tuve que decirle que no. De seguro su esposa lo estaria buscando como loca y era mejor que lo encontrara con la excusa de que habia bebido de mas y que la disculpara por eso. Salio de la habitacion un poco molesto pero me dio igual. El solo fue un medio para introducirme a esto del sexo. Dias posteriores, me busco como loco. Incluso establecio negocios con mi padre como una excusa para tenerme cerca. No se como hice para quitarmelo de encima. Lo cierto es que ese encuentro me marco para siempre. Despues de el, estuve con un chico que estudiaba en el mismo colegio pero era un ano mayor que yo. Nos veiamos en los pasillos pero no se nos ocurrio acercarnos salvo por la fiesta de fin de curso. Estaba sola, sentada en las gradas, fumando y burlandome internamente de estos rituales tontos adolescentes. El se me acerco con un vaso de ponche. Recuerdo que hizo una especie de broma al respecto porque rei un poco. Estuvimos hablando un rato hasta que pusieron una cancion lenta. Nos miramos fijamente hasta que se acerco y nos besamos. Sus labios me supieron a dulce y supongo que eso fue gracias al ponche. Aunque habia profesores y monjas en todo el lugar, parece que nos ignoraron por completo. El hecho es que me tomo la mano y salimos de alli. Nos montamos en su coche y dimos vueltas por la ciudad. La noche estaba hermosa, la luna se veia grande y brillaba como si fuera de dia. Dimos mas vueltas hasta que aparco en un estacionamiento vacio. Como el coche esta descapotable, abrio el techo y los dos quedamos bajo las estrellas. Volvimos a mirarnos y supe lo nervioso que estaba, asi que fui hacia su regazo y le baje le cierre con cuidado. Tome su pene con suavidad y lo masajee un poco. Supongo que tuvo una cara de sorpresa porque senti que se sobresalto. Eso me dio un poco de risa porque me hizo recordar el miedo que experimente en mi primera vez. Ese fue otro momento cumbre para mi, mientras le masajeaba, experimente lo duro que estaba su pene, incluso pude ver como su glande estaba empapandose cada vez mas. Era un espectaculo para la vista. No pude aguantar mas y me incline hacia su pene y lo bese un poco. Volvio a estremecerse y me lo introduje en la boca por completo. El pobre chico estaba que no podia mas. Incluso me tomo por el cabello para que fuera mas rapido y asi lo hice. Continue hasta que le escuche decir: --No puedo mas. Lo mire con toda la lujuria dentro de mi ser y espere a que eyaculara en mis boca. Mis labios quedaron empapados de su semen. Relami un poco para saborear un poco. Volvi a verlo y nos reimos un poco. Era como si acababamos de hacer una travesura. Desde ese dia, los dos eramos inseparables. Puedo decir incluso que me enamore de el aunque no estoy muy segura de ello. Pero, como suele suceder, me aburri y lo deje. Por suerte, ese ano termino muy rapido y supe mas tarde que se habia ido muy lejos a estudiar en una universidad. Suspire de alivio. Mis aventuras no terminaron alli, tambien me relacione con una chica que vivia en nuestra urbanizacion. La primera vez que la vi quede impresionada por su belleza, de hecho, no era la unica. Quien la viera, quedaba prendado de inmediato. A primera vista no quise prestarle atencion pero luego me di cuenta que tambien le gustaba. Al cabo de unos dias, ya estaba sobre su cama, comiendole el cono y haciendole llegar tantas veces como queria. Sin duda, fueron unos meses deliciosos e intensos. La lista se amplio cada vez mas. Nunca tuve interes en coleccionar amantes pero si llegue a pensar que tenia unos cuantos. Quise darme la oportunidad de vivir experiencias y no quedarme siempre en lo mismo; eso tambien me dio la oportunidad de juntarme con gente de todo tipo y conocer toda clase de gustos y estilos de vida. A veces pienso que eso tambien fue porque en casa las cosas eran diferentes. El ambiente pesado era suficiente para escaparme unas cuantas horas de esa realidad. Cualquier distraccion era bienvenida. La decision de mi padre de usarme como moneda de cambio era algo que de lo que le crei incapaz. Si, era corrupto. Corrupto en todo el sentido de la palabra, sin embargo no pense que fuera tan lejos. ... Quisiera huir tan lejos como fuera posible. II Despues de esa noticia, mi padre me dio una advertencia muy clara: --Erik es un hombre de poder. Debes tener cuidado y procurar no exacerbar tus instintos rebeldes. A el no le gusta eso. Permaneci callada, pensando que todo esto quizas se trataba de un sueno. De uno muy malo. Aquella ilusion, sin embargo, se rompio en mil pedazos al darme cuenta que no era asi. El continuo hablando como si hubiera aceptado la mision alegremente. Por supuesto no era asi. --Tienes que hacerlo bien. De lo contrario nos podria ir mal. Francamente me daba igual perder todo. Ese imperio que mi padre construyo en base a mentiras y chantajes, era un burdo montaje. Sabia que el cualquier momento esa casa de naipes caeria con el viento. Me levante de la mesa y me fui a mi habitacion. Encendi un cigarro, de esos mentolados porque son mis favoritos y encendi la laptop. Espero un rato mas. En esos minutos me percate que habia fumado increiblemente rapido y que ya me encontraba encendiendo el segundo con mucha naturalidad. La velocidad de esta accion menguo un poco cuando introduje el nombre de Erik en el buscador. Inmediatamente aparecio una serie de imagenes de el en todas las formas posibles. En unas estaba acompanado por modelos y actrices de Hollywood. Ellas sonrientes y el todo galante. Unas cuantas aparecia solo haciendo un gesto para las camaras. Las restantes eran imagenes en donde se le veia en fiestas y reuniones en la alta esfera de la politica. Fui un poco mas alla y encontre que era un hombre importante y misterioso. Los tabloides lo calificaban como el soltero del momento, aunque en la prensa de economia, la mayoria de los articulos lo vinculaban con redes menos licitas. Pense en mi padre y en la deuda. Senti una punzada en el estomago y la ira me hizo encender un tercer pitillo. --Maldita sea. Segui investigando pero despues volvi en las imagenes. Lucia alto, moreno, con el cabello negro aunque casi rapado. Los ojos verdes lucian penetrantes e intimidantes. Ademas, era alguien que se vestia bastante bien. Fuera verano o invierno, Erik tenia estilo. Esa foto me dejo perpleja. Fue tomada como si hubiera estado muy cerca de el. Casi podia sentir que estabamos frente a frente. Me pregunte si el hizo lo mismo conmigo. Si se dispuso a investigar sobre mi y sobre mi vida. Si sabia que mi madre habia muerto y que mi hermano se autoexilio. Si mis fotos se verian en Internet y si me habia convertido en el objeto del deseo. Si no fuera asi, podria correr con la suerte de liberarme de esta obligacion. Pasaron los dias y se acerco el momento de conocernos. Nos veriamos en una fiesta en donde se congregarian las personalidades mas importantes de la ciudad. Si queria salvar el pellejo de mi familia, tendria que hacer el esfuerzo de verme bien, o al menos lo suficientemente seductora para el. Entonces, luego de un buen rato en la ducha, sali y fue hacia el closet. A pesar de los jeans rotos, las camisetas de bandas de rock o con estampados de cuadros, tenia una bonita seleccion de vestidos. Tome uno de color amarillo intenso el cual iria bastante bien con mi color de piel. Era escotado en la espalda y tenia una raja en la pierna derecha. Gracias a ello, se pueden ver los tatuajes. Las tiras finas servian para enmarcar mi espalda y hombros. Estaba cobrando un aspecto casi como femme fatal. Como hacia poco me habia cortado el cabello bastante corto, no perdi demasiado tiempo en arreglarmelo, mas bien me concentre en el maquillaje. Ojos ahumados y labios de color rojo. Lo ultimo fue colocarme un par de sandalias altas de color negro. Estaba lista para enfrentar la batalla. --Vamonos. Nos fuimos en el Alfa Romeo como pretendiendo que las cosas estaban mejor que nunca. El quiso entablar una conversacion pero no quise. Le respondi con monosilabos y sin intencion de extender innecesariamente la interaccion. Tuve suficiente con tener que compartir los minutos incomodos antes de llegar a la fiesta. Llegamos y nos dimos cuenta de la concurrencia. No pense que seria asi porque imagine que se trataria de una reunion de peces gordos. Aparcamos en la entrada y enseguida se aparecio un valet. Tomo las llaves del coche mientras que nosotros subimos la escalinata hasta la entrada. Alli se encontraba un par de guardias y una chica con aspecto amable quien se encargaba de revisar las invitaciones. Luego de un saludo formal, nos topamos con un recibo y una sala amplia repleta de gente. Mujeres hermosas con joyeria fina, hombres con trajes costosos, mesones con comidas de todo tipo. Los meseros iban y venian con bandejas de tragos, asi que aproveche en tomar una copa de champana mientras trataba de localizar al objetivo. --Erik debe estar por aqui. Tomo mi brazo y me guio hasta el centro del lugar. Una gran arana con pequenas luces, colgaba del techo. La luz tenue hacia que el ambiente luciera calido y hasta sensual. Mi padre fue interceptado por un tio que no reconoci asi que aproveche para seguir mi camino como un acto de exploracion. Muchos rostros me resultaron familiares asi que presumi que alli se encontraba de todo. Segui caminando hasta que lo vi. Estaba conversando con un par de personas con bastante animosidad. Tome casi por completo la champana para contar con un poco de fuerza en mi interior. No sabia por que estaba tan nerviosa. A medida que me acercaba, el corazon parecia que se me iba a salir del pecho. Me senti confundida porque no sabia a que se debia. Fui entonces hasta la barra y fingi que pedia algo para tomar. Me apoye un poco para que viera mi espalda o mis piernas. Gire y senti que sus ojos estaban sobre mi. Lo interprete como una victoria. Dejo de hablar con el grupo y se acerco a mi. --Hola... --Hola. ?Como estas? Le respondi con toda la picardia posible. --?Sabes? Hay algo que no entiendo. --?Que sera? --?Como una mujer tan hermosa puede estar sola? Es algo que no cabe en mi comprension. --Es una pregunta interesante pero es probable que eso sea asi porque esta esperando a encontrarse con el hombre correcto. ?No crees? Bebi un trago de vino blanco mientras me veia los ojos. Senti que me atravesaba con ellos. --Me llamo Erik. Mucho gusto. --El placer es mio. Carol. Nos estrechamos las manos y senti una especie de electricidad que me recorrio el cuerpo. Nunca senti algo asi. En ese momento, aparecio oportunamente mi padre. Salio de no se donde y se interpuso entre los dos. --Erik, querido. Ella es mi hija. Ya veo que los dos se estan conociendo. Que agradable sorpresa. Le lance una mirada de odio que no pude evitar. --Si. Estabamos de unas cuantas cosas. --Perfecto. Por cierto, ?podemos hablar del asunto del que conversamos el otro dia? Creo que es pertinente. --Seguro... Carol, espero que tengamos oportunidad de encontrarnos luego. --Me encantaria. Los dos se fueron a un lado del salon mientras que yo me quede en el mismo lugar. Estando alli, trate de reflexionar sobre mis sentimientos. Por un lado, Erik me produjo un impacto que casi me estremecio. No se si fueron sus ojos verdes o la fuerza que transmitio cuando me estrecho la mano, la sonrisa blanca y brillante o el porte cuando se acerco a mi. Cualquier cosa pudo detonar este deseo que no se cuando nacio. Vi que seguian hablando por lo que decidi caminar hasta otras escaleras que parecian conducir a la piscina. Alli habia un ambiente un poco mas festivo. Se encontraba un DJ y un par de chicas guapas que repartian chupitos de tequila y vodka. Una serie de mesas rodeaban la gran piscina. A un lado, incluso se encontraba un jacuzzi para los mas aventureros. Por mi parte, preferi seguir caminando hasta que me tope con un pequeno jardin con vista a la ciudad. Las luces de los edificios, casas y coches parecian pequenas estrellas en la tierra. Estaba embelesada con el panorama hasta que senti el calor de alguien. Gire y vi el perfil de Erik. --Linda vista, ?no crees? --Si. Es hermosa. Esta ciudad tiene algo que parece magnetico. --Coincido. Aunque no naci aqui, siento que siempre perteneci a este lugar. Creo que suena un poco tonto. --Para nada. Me sonrio y senti que el mundo se movio debajo de mis pies. --?Que te ha parecido la fiesta? --Un poco formal para mi gusto. -Rei. --Lo presenti. Espero que no estes aburrida. --Con tu compania lo dudo mucho. Pero creo que estas muy ocupado. --Un poco, si. Cansa un poco esto de estar saludando a los contactos, pero forma parte del trabajo. Estuve tentada en preguntarle como habia conocido a mi padre, sin embargo, las palabras no salieron de mi boca. Estaba mas bien concentrada en ese rostro que me tenia hipnotizada. Senti que cualquier cosa que me pidiera, se lo cumpliria sin importar que. --Te confesare algo, aunque creo que no me lo creeras. --Pruebame. --Llamaste mi atencion apenas entraste a la fiesta. --Es broma, ?cierto? --Para nada. Te soy muy sincero. Incluso pense que no tendria tanta suerte, quizas me pasarias al lado lanzandome al foso de la ignorancia. No pude evitar soltar una carcajada. El sonrio tambien y volvi a quedarme como estupida, mirandolo. Sin duda era guapisimo. --Pero aqui estamos. Hablando y pasandola bien. --Tu compania ha hecho que mi noche cambie por completo. Erik sabia como seducir a una mujer. Decia las palabras correctas y en el tono correcto. Pude notar ademas que se me acerco lentamente. De una distancia prudente, casi pude sentir el calor de su aliento. Aunque no podia verme, senti que mis mejillas estaban sonrojadas. Hice un gran esfuerzo para disimular tanto como pude.

  • Desinformacion de Pascual Serrano

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  • Ojala pudiera decirte te quiero (Ojala pudiera 1) de A. Leon

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    Primera parte de la trilogia de misterio “Ojala pudiera…”

  • El Cuaderno de Rosa de Alina Reyes

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    Impudico pero a veces candido, sin retoricas ni ambages, este Cuaderno intimo desvela la verdad desnuda de los gustos (y usos) eroticos de una mujer: sus encuentros sexuales y sus amores, los fugaces y los duraderos, los apasionados e incluso los platonicos. A lo largo de 69 breves capitulos --un numero, por supuesto, no azaroso-- que pueden leerse de manera independiente, la protagonista ofrece a sus lectores algunas de las <> que han convertido su vida en un continuo disfrute sexual. Mientras celebra el goce femenino y el masculino, no solo revela confidencias, pensamientos y episodios personales, sino tambien obsesiones y peculiares practicas, en un tono unas veces poetico, otras veces descarnado y realista. La pasion por <>, por el hombre que suscita el deseo en ella, y por conocer los mecanismos del sexo, se entrevera en esta obra con la rebeldia frente a lo socialmente bien visto, lo politicamente correcto. Esa rebeldia trasciende los episodios que narra para alcanzar al propio lenguaje; la protagonista, que se llama Rosa, llamara <> a la parte de si misma que mas placeres le procura, y empleara un lenguaje que pertenece a su imaginario erotico. Todo ello hace de este libro una verdadera osadia.

  • El precio del silencio de Juan Infante

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    Han transcurrido tres anos desde el secuestro de Lucia, la hija de Gorostiola, y hoy nos toca despedirlo. El gran capo ha muerto, nos ha dejado de una manera vulgar, de un infarto.
    Se va uno de los nuestros y eso siempre duele.
    Tomas Garrincha vive muy tranquilo desde entonces, pero su vida volvera a complicarse. Una vez mas, debera ejercer de "detective" y acercarse al mundo del delito, que no hace tanto que abandono.
    Lucia necesita su ayuda. Amenazas graves
    la acechan y Garrincha se vera arrastrado con ella, es el Precio del Silencio.
    Los inspectores de la Ertzaintza, Sara Cohen y Miguel Fabretti volveran a intervenir en un caso que esta vez no quieren que se les escape.
    Una novela intensa, con un Garrincha genial, que nos mantiene en suspense y emocion hasta el final.

  • La tercera planta de Patricia Moreno Raya

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    Cuando la autora del libro que te dispones a leer me encargo encabezar su relato, aparte de sentirme muy halagado, note que tendria que enfrentarme a algo desconocido: mi primer prologo. En realidad, casi tan desconocido como lo es para mi la persona que firma esta novela. O incluso tan desconocido como lo soy yo para ella. Y es que, el hecho de que jamas haya visto (creeme, es asi) a la inventora de esta historia y no sepa de ella mas que lo primordial, puede parecerte algo insignificante, irrelevante, pero espera, tiene su enjundia. Empece (y tu lo estas haciendo ahora) a leer un relato con ojos virgenes, sin tener demasiado claro que esperar de el, sin ni tan siquiera saber si me engancharia. Un reto, sin duda. Como lo fue, seguro, para la creadora del universo que te atrapara en las paginas consiguientes. Aunque la historia cuenta con unos escenarios cuidadosamente descritos, unos personajes confeccionados al detalle y un hilo conductor perfectamente tramado, tal vez lo que mas me haya impresionado sean las reflexiones intrinsecas en cada capitulo, ademas de los inesperados y a veces curiosos giros de guion. Espera, amigo lector. No adelantemos acontecimientos. ?No te estare contando demasiado? Seguro que no seria del agrado de alguien que estas a punto de conocer. Dejame que te avance, eso si, que estas a punto de adentrarte en una trama tan especial y elastica que bien podria convertirse en un caso de rabiosa actualidad o servir como argumento para una de esas viejas dramatizaciones radiofonicas. Una novela romantica, con tintes de traicion, con el casi siempre inevitable aderezo de los celos y servida con toques de una inusitada realidad. Lista para ser degustada como si se tratase de un dulce tiramisu banado con un cafe demasiado amargo. Como la vida misma, ?no? Llegados a este punto, ?no te apetece enfrentar un nuevo reto? ?Jugar a ponerte en la piel de los personajes? Pensar: "Yo tengo un amigo que se parece a… O que haria las veces de…". !Adelante! Si lo disfrutas una decima parte de lo que yo lo hice, te aseguro sin miedo a equivocarme que habra valido la pena. A Cesar Requesens Ahora que somos amigos y que hemos llegado a este punto, espero que te logres librar de este vago. Si no hay ninguna manera de hacerlo, matalo. Personalmente me agradaria que lo hicieras; es mas, te admiraria enormemente. Y si llegaras a necesitar ayuda, puedes contar conmigo. herMann hesse, Demian 27 de Mayo de 2016 Eran las dos de la tarde y el sol de Malaga calentaba mis manos sudorosas a la espera de utilizarlas para acabar con su vida. Habia llegado el momento. Los companeros de Victor comenzaron a salir de la Facultad de Medicina tras asistir a la primera sesion del curso de Nutricion en Pediatria. El saldria el ultimo como siempre; su parsimonia y perfeccionamiento en recoger sus apuntes, boligrafos y demas enseres le hacian ir con el tiempo justo. Atraveso la puerta diez minutos mas tarde. Con la garganta aspera y el corazon desbocado, me sentia incapaz de realizar mi trabajo. Le observe sabiendo que seria la ultima vez. Sus ojos almendrados enmarcados por unas cejas perfectas y su barba descuidada, pero estudiada hasta el ultimo milimetro, lo convertian en el hombre mas atractivo que jamas he conocido. El amor que siento por el me paralizo los pies y crei por un segundo que no podria hacerlo. Indecisa, introduje la mano en el bolso y acaricie suavemente la pistola que el mismo me habia regalado semanas atras… 1 Claudia observaba distraida como el camarero del bar de siempre tecleaba a toda prisa algo que probablemente podria esperar. El local, con las mesas llenas a cualquier hora del dia, causaba la sensacion de estar en la ciudad con mas movimiento del pais. Claudia analizaba la expresion de la cara del chico sentado en la mesa contigua: sostenia un libro, pero tenia la mirada perdida, probablemente buceaba entre sus miedos y olvidos, ya que sus ojos reflejaban arrepentimiento y frustracion. Mientras tanto, Helena, su mejor amiga, le hablaba acerca de los despidos que iban a producirse en su trabajo en las proximas semanas. --?Me estas escuchando? --Si, perdona. Estoy un poco distraida. ?Entonces van a echar al auxiliar? --!No! ?Ves como no me estas escuchando? Van a redu- cirle la jornada, pero hay rumores de que uno de los adjun- tos vamos a la calle. --Bueno, no te preocupes, no seras tu --respondio Claudia de mala gana. Estaba cansada de sus historias de siempre, las discusiones con sus companeros, el miedo a sus jefas y su desanimo de cada dia de ir a la farmacia. Habia perdido la ilusion por aquel trabajo por el que un dia sintio vocacion, pero que ahora le asqueaba y la hacia infeliz. Helena siguio hablando durante una hora mas y Claudia, ensimismada en sus pensamientos, dejo que el tiempo pasara. Acabaron el cafe y se despidieron con un beso en la mejilla, prometiendo verse de nuevo la tarde siguiente. Helena observo a su amiga marcharse. Envidiaba como el tiempo no pasaba por ella y las atentas miradas de los hombres a su paso. Envidiaba tambien la seguridad en si misma, su independencia. Una larga melena, de tirabuzones pelirrojos, caia por su espalda de una forma tan natural que tambien atraia la mirada de las mujeres. Cuando perdio de vista a Claudia, se dio media vuelta rumbo a casa con Victor, su marido. Claudia, ajena a las miradas, continuaba su camino. Paso junto a su antigua Facultad de Derecho y sintio nostalgia de aquellos anos en los que lo mas importante eran sus amigos, Helena y Victor, y en los que no era consciente de la velocidad del mundo. A pesar de aquellos dias que paso estudiando leyes y decretos, no se dedicaba a ninguna rama del derecho. Colaboraba en una revista semanal del diario regional de Granada para enmascarar su verdadera ocupacion. Habia heredado de su padre la serenidad, la sangre fria y la falta de empatia. Habia heredado tambien la fuerza y la pasion por lograr los objetivos impuestos. Desde hacia varios anos, especialmente desde que su padre faltaba, vendia la vida de otras personas. Aceptaba encargos en los que ella era la responsable de la ejecucion de una muerte deseada. Claudia vivia en el numero 9 de la calle Salamanca, un pasaje peatonal junto a plaza Bibarambla, estrecho y con poca luz, pero con mucha vida debido al elevado numero de granadinos y turistas que paseaban por sus adoquines, en un edificio que compro su padre y en el que ahora estaba sola. Tres plantas de las que apenas ocupaba la primera, y en la que tenia un pequeno despacho donde en ocasiones trabajaba. Viajaba con frecuencia por Espana, tanto por negocios como por placer. La ultima vez que tuvo un encargo como sicario fue en Madrid. Hacia ya tres meses de aquello y el dinero ahorrado empezaba a escasear. Desde entonces su telefono no sonaba. Cuando llego a casa se descalzo, encendio el ordenador y leyo las ultimas paginas de aquel cuaderno digital en el que relataba con detenimiento sus trabajos.

  • Nosotros y el destino de Claudia Velasco

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  • Un secreto de Alejandro Palomas

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    Es que como Nazia es mi amiga y desde Navidad vive con papa y conmigo porque es mejor, ahora es mi hermana de acogida, que es como si fuera una hermana de verdad pero sin transfusion y eso quiere decir que nos lo tenemos que contar todo, hasta los secretos mas secretos. Aunque el secreto mas gordo de todos Nazia no se lo ha contado a nadie porque su madre le dijo que si lo hacia, ella se moriria de pena.

  • Los moteros del MidWay 1 (Extras Serie Moteros 1) de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • Mientras dure (Sea Breeze 3), Abbi Glines de Abbi Glines

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  • Bajo la luna de Sidney de Monica De La Torre

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    Daniela, una joven madrilena recien licenciada en Veterinaria, llega a Australia para incorporarse en su nuevo puesto de trabajo en una clinica en Sidney. Ilusionada, desea emprender un camino en su vida, aunque este lejos de su familia y amigos. Pero tambien lleva consigo un recuerdo amargo: el final de su noviazgo con Hugo. Decidida a superar este mal momento, se entrega a su nuevo destino sin saber que esta ciudad tiene muchas sorpresas reservadas para ella y pronto descubrira que la vida en Sidney no iba a ser tan facil y maravillosa como ella pensaba.

  • Ya no tengo miedo de Patricia Fernandez Montero

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    ?Te imaginas despertar y que nada sea igual? ?Que todo tu mundo haya cambiado, para siempre? Esta es la historia, mi historia, la voz acallada durante anos, el grito en el vacio que intente lanzar, el sordo temor del panico y que, hoy, ve la luz. Comparto esta historia con la de cientos de ninos y personas que han vivido y viven bajo el agonico dolor de la violencia de genero. Esto es un grito a la esperanza y un reclamo a la sociedad. El vertigo de las amenazas y el desgarro del dolor. La verdadera cara de los que nadie cuenta ni quiere oir, porque, a veces, da demasiado miedo.

  • Dulce chico indecente (Wild Seasons 1) de Christina Lauren

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