• maryse riviere tromper la mort - Maryse Riviere

    https://gigalibros.com/enganar-a-la-muerte.html

    No hay suficiente agua para ahogar a un hombre, ni madera para una horca, ni tierra para enterrarlo. Oculto en la dura Irlanda, un librero de Montmartre intenta escapar a su destino. En realidad, se trata de un asesino en serie perseguido por las policias francesa --que le habia dado por muerto-- e irlandesa, que se escabulle como los espectros en el fondo de los pantanos, se fusiona con la niebla, languidece en los bares. Sombras y luces de leyendas celtas, misterios del alma irlandesa, el corazon de la accion policial…

  • Tromper la mort (Policier) Tapa blanda - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Tromper-mort-Policier-Maryse-Rivi%C3%A8re/dp/2363602978

    Tromper la mort (Policier) : Rivière, Maryse: Amazon.es: Libros.

  • Tromper la mort: Prix du Quai des orfèvres 2015: Roman

    https://www.amazon.es/Tromper-mort-Prix-Quai-orf%C3%A8vres/dp/2213681937

    Tromper la mort: Prix du Quai des orfèvres 2015: Roman : Rivière, Maryse: Amazon.es: Libros.

  • TROMPER LA MORT. PRIX DU QUAI DES ORFÈVRES 2015 ...

    https://www.llardelllibre.cat/es/libro/tromper-la-mort_839444

    TROMPER LA MORT. PRIX DU QUAI DES ORFÈVRES 2015, RIVIÈRE, MARYSE, 14,00€. ... ... Enviar a un amigo. Comentarios. Sé el primero en comentar este libro ...

  • TROMPER LA MORT. RIVIERE MARYSE. Libro en papel ...

    https://www.elsotano.com/libro/tromper-la-mort_10458380

    TROMPER LA MORT, RIVIERE MARYSE, $265.00. Pas assez d'eau pour noyer un homme, pas assez de bois pour le pendre, pas assez de terre pour l'enterrer.

  • Tromper la mort eBook por Maryse Rivière - 9782213684567 ...

    https://www.kobo.com/us/es/ebook/tromper-la-mort

    Lee "Tromper la mort Prix du Quai des orfèvres 2015" por Maryse Rivière disponible en Rakuten Kobo. Pas assez d'eau pour noyer un homme, pas assez de bois ...

  • Tromper la mort by Maryse Rivière - Goodreads

    https://www.goodreads.com/es/book/show/23600354

    Tromper la mort book. Read 11 reviews from the world's largest community for readers.

  • Engañar a la muerte - Maryse Riviere - Libros Alcaná

    https://www.libros-antiguos-alcana.com/maryse-riviere/enganar-a-la-muerte/libro

    Rivière, Maryse 1956-. Traducción del francés, Montse Roca. Premio Quai des Orfèvres, 2015. Título original: Tromper la mort. Novelas policiacas.

  • Tromper la mort de Maryse Rivière - Poche - Livre - Decitre

    https://www.decitre.fr/livres/tromper-la-mort-9782213681931.html

    "Tromper la mort" de Maryse Rivière est le prix du quai des orfèvres 2015. Une distinction qui m'a donné envie de lire ce petit roman policier de 373 pages.

  • tromper la mort - Cuesta Libros

    http://www.cuestalibros.com/5056203388

    ... LETRAS /; LITERATURA EN OTROS IDIOMAS /; TROMPER LA MORT. Imagen de TROMPER LA MORT ... Autor, RIVIERE, MARYSE. Editora, HACHETTE LIVRE. Encuadernado.

  • Maryse Rivière en Apple Books

    https://books.apple.com/sv/author/maryse-rivi%C3%A8re/id415623001

    Libros. Peur sur Montmartre. 2016 · Engañar a la muerte. 2016 · Tromper la mort. 2014 · Le Fracas des hommes. 2011 · Busca un distribuidor cerca de ti.

  • El deseo de Jose Antonio Arjonilla

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    ?Acaso las fantasias pueden tener cabida en este mundo brutal de realidades aplastantes, lleno de rutinas y deberes? Una joven rompe las reglas y se aventura a seguir sus deseos...

  • Solo mira de Cara Lockwood

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    Actual. Atrevida. Independiente.

  • Y ahora que de Monica Hoff , Norah Carter

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    Aitana ve de nuevo una oportunidad para volver a amar en Denis, un abogado que, desde el principio, muestra su interes en ella. La vuelta de David la hara dudar de sus sentimientos por ambos y las decisiones que tome la llevaran hacia uno u otro.
    Un amor que comienza, un pasado que vuelve a convertirse en presente y un destino que aun no esta escrito para la protagonista de esta loca y divertida historia.

  • Salvaje (Doctora Klein 2) de Diana Scott

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    De la autora con mas de cien mil lectoras, llega la segunda parte de la Serie Doctora Klein.

  • El agua templada de Maria De Castro

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  • 100% Love de

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  • Tus mejores secretos de Sheila Maldonado

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    Lara Teslas es hija de un reconocido hombre de negocios en Cleveland, Ohio. Su madre siempre esta de viaje. No ha llegado a verla jamas. Hay un misterio acerca de esa familia, bajo la imagen de la perfeccion. Pietrick, el jardinero ve una aparicion que no parece humana. Decide acercarse y algo muy extrano sucede.
    Lara se siente presa en su condicion de hija casadera- Rechaza, uno tras otro, los pretendientes que su padre le presenta. La presencia del nuevo jardinero, Pietrick, hara surgir en ella emociones hasta entonces desconocidas. Podria ser el comienzo de una aventura peligrosa. La desaparicion de una joven aristocratica alerta a las familias buscando al posible culpable. Tambien encuentran restos de otra doncella que parece haber sido devorada por los lobos.
    El padre de Lara, William, comienza a manifestar inquietud por casar a su hija con un importante senador y asi obtener mayor poder para ganar la alcaldia. Mientras, el personaje de la madre se debate entre la vida y la muerte en un horrendo sanatorio mental en Athens, Ohio, teniendo que soportar crueles tratamientos contra la “locura” que pretenden achacarle. Lara tendra que dejar esa vida de lujos para escapar de un matrimonio con uno de los peores y sanguinarios racistas del estado, aunque finja respetar los derechos de los negros liberados. La joven Teslas, intentando sobrevivir en una nueva ciudad, acaba en un cabaret haciendo lo unico que sabe, bailar, y por azares del destino un potentado empresario se encapricha de ella y la quiere convertir en su esclava sexual.
    Una panoramica social con tintes romanticos sobre la sociedad americana en sus inicios de emancipacion de la mujer y manifestaciones racistas a pesar de la Decimotercera Enmienda, que abolia la esclavitud.

  • Indestructible de Rosa Alcantara Menendez

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  • Viajera en el deseo 2 de Ana Allende

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    Despierto en los brazos de Evan. Me siento mareada y un poco confundida. Me toco la cien para amortiguar un poco el dolor de cabeza. Me incorporo con calma. Miro a mi alrededor y puedo ver la cara preocupada de todos. Leah se encuentra llorosa, recostada en el hombro de Carter, mientras el le da tiernos golpes en la espalda para consolarla. Me siento perdida, mirando a mi alrededor. ?Que sucede? Pero de repente todo vuelve a mi como una rafaga. La propuesta de Carter, la ida al bar, el retorno al hotel y... --!Mis padres! ?Que sucedio con mis padres? Me levanto de un solo golpe y como sigo aturdida me sostengo de Evan que no ha dejado de estar a mi lado, aunque no ha emitido ni una sola palabra. --Por favor, diganme que sucedio. Leah me abraza. Inmediatamente se viene a mi mente el peor de los escenarios. --Tus padres tuvieron un accidente, Hanna. Mis piernas comienzan a temblar y siento que en cualquier momento me voy a desplomar, pero Evan me sostiene por la cintura y evita que caiga de rodillas al suelo. --Tuvieron un accidente automovilistico, Hanna. Se estrellaron contra un muro, ambos sufrieron una contusion cerebral y los tienen en el University Of Utah Hospital, en un coma inducido esperando que la presion de sus cerebros disminuya. De esa manera evitan que haya cualquier tipo de dano cerebral. Miro a mi amiga y con las manos en mi boca trato de contener la impresion. Mis padres, los mejores padres del mundo, estan en coma, solos en el hospital de mi ciudad natal. Mi mente corre a mil kilometros por segundo y se que es a su lado que debo estar. Debo ser muy predecible en mis expresiones porque, sin tener que emitir ningun comentario, Evan me abraza. --Princesa, todo saldra bien; ya te reserve un boleto de avion; saldras a primera hora de la manana. No tengo como agradecerles a todos por estar aqui. Pero deseo tener un poco de espacio y tiempo para mi, para asimilar toda esta situacion. --Gracias a todos por estar preocupados por mi y por mi familia, pero quisiera un tiempo a solas, por favor --digo despegandome del pecho de Evan. Todos asienten sin emitir ni una sola palabra. Carter levanta su mano en senal de despedida y yo le respondo con una media sonrisa mientras sale de la habitacion. Mi amiga Leah me abraza; por poco rompo a llorar en sus brazos, pero tomo aire y la separo de mi. Le sonrio mientras la veo alejarse y salir de la habitacion. Al final, solo quedamos Evan y yo. Se acerca a mi pero ahora no puedo estar en sus brazos y sentirme feliz; no puedo o mejor dicho no se lidiar con todo lo que siento en este momento. --Necesito que te vayas tu tambien --le digo evitando mirarlo a la cara. Se que no esta bien lo que estoy haciendo y tambien se que debo estar haciendolo sentir de la patada, pero no puedo hacer otra cosa; necesito estar sola. --Pero amor... --Lo siento, necesito estar sola. --Esta bien. Sale de la habitacion sin verme. En cuanto Evan cierra la puerta me desplomo en el suelo y comienzo a llorar; no entiendo como mis padres pudieron sufrir semejante accidente. Mi padre siempre fue muy cuidadoso a la hora de conducir ya que mi madre no lo hacia porque le causaba nervios. De repente caigo en cuenta que estan en el hospital y que de seguro antes de que yo llegue habra cuentas que pagar, asi que corro en busca de mi telefono celular. Busco en mis contactos hasta que consigo al mejor amigo de mi papa y su contador personal, el papa de Ethan, Tom Jeter. Marco su numero pero nadie contesta. Vuelvo a intentar… intento dos veces mas pero no obtengo respuesta. Por ultimo me lanzo frustrada a la cama. No puedo evitar pensar que debi quedarme en casa y no realizar este loco viaje. Tal vez si lo hubiera hecho estaria donde deberia estar. Sin embargo, no puedo evitar pensar que eso no es del todo cierto. Si no hubiera realizado el viaje y no hubiera venido a Madrid no tendria la dicha de conocer a Evan. Todos los momentos que hemos vivido juntos en este par de dias han sido maravillosos. Pero lo he tratado pesimo cuando solo quiso servirme de ayuda. !Hasta me compro un pasaje de avion sin tener que pedirselo! Me siento la persona mas idiota de la faz del universo. Miro el reloj de mi celular y me percato que son las 2 de la manana; tal vez estas sean las ultimas horas que podamos estar juntos y yo lo aleje de mi. Agarro el bolso y corro hacia la puerta de la habitacion; tengo que buscar a Evan. Pero la mayor sorpresa me la encuentro al abrir la puerta y verlo recostado a la pared, en el pasillo, Nuestras miradas se encuentran y mientras mis ojos se llenan de lagrimas, su cara hace una mueca de sonrisa mientras se levanta del suelo y se acerca. --Lo siento amor, tenia miedo, nunca he tenido que contar con nadie, salvo con mis padres y ahora se presenta esta situacion y simplemente no se como afrontarla. --Todo saldra bien. --Tengo miedo. Si pierdo a mis padres no se... --Mientras yo este a tu lado jamas te dejare caer. Sus palabras son pomadas para el inmenso dolor de mi corazon, asi que me abrazo a su cuello y lo beso en senal de agradecimiento y de amor, porque eso es lo que siento por el, un inmenso amor. Entramos a la habitacion inmersos en un apasionado beso. Para los demas se podria ver mal que yo este en un momento de pasion sabiendo lo que esta sucediendo con mis padres, pero estando en sus brazos el momento no se siente mal, todo lo contrario, me reconforta, me hace sentir que no tengo nada que temer y que todo va a salir bien. Asi que saco todos esos pensamientos mal intencionados de mi cabeza y me entrego al momento y al deseo que siento por Evan. Deseo disfrutar nuestras ultimas horas juntos porque despues no sabemos cuando nos veremos otra vez. --?Estas segura que deseas esto? Yo entiendo si tu... Coloco mi dedo en sus labios y cuando guarda silencio recorro su rostro con una caricia hasta que llego a su cuello. --Tu eres lo que quiero en este momento. Me acerco y hundo mi rostro en su cuello mientras el me abraza con ternura y repite el gesto. Lo siento aspirar hondo e inmediatamente se me eriza la piel. --Me encanta tu olor, hueles a flores, a dulzura. Estar a su lado es un balsamo para mis heridas; aun en este momento que puede ser uno de los peores de mi vida me siento feliz y segura a su lado. --Soy tuya. El se aleja y me obliga a verlo. Pareciera que tuviera algo que decirme, aunque decide callar y besarme; su beso esta lleno de necesidad, de deseo, de lujuria. Yo enredo mis dedos en su cabello y profundizo el beso, escucho como ahoga un grunido y siento crecer su ereccion entre sus pantalones. Entre mis piernas ya me encuentro humeda sin necesidad de que me haya profesado ni una sola caricia. Me quito la ropa desesperadamente sin querer apartarme de sus labios. Cuando coloco mis dedos en el broche del pantalon Evan sostiene mi mano. Entiendo la senal, debo detenerme. El suelta el boton y baja la cremallera de mi pantalon. Mi cuerpo implora su toque y el lo sabe asi que sin quitarme el pantalon comienza a juguetear con sus dedos en mi abdomen; yo me retuerzo bajo su toque y el sonrie aun besandome. Me quita el pantalon llevandose consigo mi ropa interior. Le saco la franela y empiezo a acariciar sus brazos, sus hombros, su cuello; bajo por su pecho, por su abdomen, hasta que llego al boton de su pantalon. Levanto la mirada y lo veo atento; busco su aprobacion y de manera casi imperceptible me la concede, asi que bajo el pantalon trayendome consigo tambien su ropa interior y su ereccion ya liberada es un disfrute para mi vista. Creo que cada vez que la veo me relamo los labios como felina en celo. Y es que simplemente no lo puedo evitar, asi que aprovechando que me encuentro a la altura de su deseo lo tomo entre mis manos, lubrico mi boca y lo introduzco ahi. Tapo mis dientes con mis labios y empiezo a chupar su delicioso miembro. Chupo, muerdo y saboreo cada gota que sale de el; siento como se va haciendo mas y mas grande y cuando siento que me va a regalar ese liquido delicioso que tanto me gusta me toma de los hombros, me levanta y me besa sin mediar palabra. Me encuentro extasiada. Me coloca en la cama, esta vez sin ningun tipo de delicadeza y me gusta que sea asi. Hoy quiero que nos perdamos en la lujuria, en el placer del sexo; el amor lo haremos otro dia. Asi que en cuanto caigo en la cama abro mis piernas, el se coloca entre ellas y me penetra con fuerza. Sin poder detenerlo me arrolla un fugaz orgasmo del tamano de Estados Unidos. Mi cabeza gira, mis piernas tiemblan, pero Evan no se detiene, baja su rostro y chupa mis senos y de manera magica me encuentro encendida otra vez, asi que empujo su pecho. S Se acuesta en la cama y yo me coloco encima, apoyo mis manos en sus pecho y coloco su todavia gran ereccion en mi lugar de deseo. Veo que Evan echa su cabeza hacia atras. Empiezo a moverme de arriba abajo y luego hago pequenos circulos con mis caderas. El grune y coloca sus manos en mi cintura como tratando de controlar los movimientos pero yo no se lo permito, asi que tomo sus manos y sigo moviendome mas rapido y de manera brusca. El balbucea mi nombre asi que apresuro mis movimientos y cuando ninguno de los dos podemos mas nos dejamos arrasar por una ola de deseo, juntos en un solo orgasmo. Quedo tumbada encima de su pecho, nuestras respiraciones siguen agitadas y ninguno de los dos decimos una palabra, pasamos minutos en ese abrumante silencio. --?Amor? --No tengo fuerzas de decir nada. --?Puedo ir contigo a Utah? Levanto la cabeza con cara de sorpresa. --Quisiera estar contigo. --Acabamos de estar. Le digo de manera sarcastica. --Sabes que no lo digo en ese sentido. --Si lo se, pero no se si sea buena idea. --?Por que no? --Porque no creo que la mejor manera de conocer a mi nuevo novio sea justo en el momento en que mis padres se encuentran tan mal de salud. Se queda pensativo por un momento. Por un momento creo que se va a enojar pero en cambio a eso se rie y me abraza. --Es decir ?somos novios? CAPITULO 2 Cuando me volteo logro ver las sabanas blancas manchadas de sangre. Evan se sostiene la nariz. --!Dios mio, Evan! Lo siento amor, lo siento. Sale corriendo al bano y cierra la puerta con seguro. Me quedo sentada entre las sabanas manchadas. !Dios mio! No puedo creer lo que hice, yo y mis impulsos de ira. --Lo siento amor, lo siento mucho, no fue mi intencion... lo siento por favor, perdoname. Lo miro a los ojos. Me mira sonriendo, me toma de la mano, me levanta de la cama, me abraza y me arrulla como una nina chiquita. Cuando suena la alarma siento que no he dormido nada, acaso 45 minutos. Miro a mi alrededor y no veo a Evan; inmediatamente empiezo a sentir panico, me levanto de la cama de un salto y comienzo a llamarlo por su nombre, pero no consigo contesta alguna. Me quedo en el medio de la habitacion, atonita, pensando que tal vez todo lo sucedido haya sido mucho para el. --?Que sucede? --Yo... pense... --?Que pensaste amor? Estoy aqui, tranquila. Me abraza y me acuna en su pecho. Justo en ese momento me doy cuenta que no voy a poder hacer esto sin el. --Amor, ?tu propuesta sigue en pie? --?Como asi cielo? --Quiero que vengas conmigo a Utah, claro si todavia tu lo deseas. Lo miro con ojos timidos y un poco avergonzada. --?Estas segura amor? No quiero... --Se que parece una locura, y hasta pensaras que estoy loca, que hoy te digo una cosa y manana otra, pero cuando me levante y no te vi en la cama pense que te habias ido, que me habias dejado. Cuando cruzaste esa puerta estaba a punto de desbordarme y justo en ese momento me di cuenta que no podria hacer esto sin ti. --Me haces muy feliz. Despues de nuestras risas, nuestras miradas se encuentran y es inevitable perdernos en un apasionado beso. Culminado nuestro momento de pasion nos apresuramos por banarnos, vestirnos y empacar. Es tarde, debi haberle hecho caso Evan cuando me dijo que esperaramos, pero la niebla del deseo no me dejo pensar muy bien las cosas. Nos dio tiempo de chequear y abordar sin ningun tipo de problemas. Evan tiene tomada mi mano y puede percatarse de la tension de mi cuerpo. --Tranquila amor, todo estara bien. El avion despega y por un momento todo queda en calma aunque no se porque una sensacion rara embarga mi ser, es como si algo no estuviera bien, mas alla de las cosas que de por si ya se que estan mal, algo no termina de encajar y me mantiene en alerta. Despues de casi 11 horas de viaje llegamos a Salt Lake City, Utah. Evan decide que debemos primero llegar a casa y dejar las maletas para poder irnos al hospital y aunque estoy desesperada por ver a mis padres, concuerdo con el, seria muy problematico estar corriendo con maletas de un lado a otro dentro del hospital, asi que inmediatamente pedimos un taxi y nos dirigimos a mi casa. Llegamos a mi dulce morada y con rapidez bajamos las maletas y ya en la puerta me espera Maria Vasquez. --!Oh Maria! --Tranquila, mi nina; toda estara bien. --No entiendo como pudo suceder esto; no entiendo absolutamente nada. --Ven mi amor, mete tus maletas y sentemos a conversar, te pondre al tanto de todo, ven mijo has pasar las maletas y te dare una buena propina por tus servicios. Evan sonrie y yo lo hago tambien, asi que me despego de ella y corro a los brazos de mi amado. --Tus padres las ultimas semanas estaban con los pelos de punta; yo lo achaque al hecho de tu distancia; ellos no estaban acostumbrados a tenerte lejos y a no saber de ti todos los dias. ?Por que no llamabas? Tus padres un dia salieron todos agitados de la casa, se podia sentir en el ambiente que algo sucedia aunque no tenia ni idea de lo que era. Aproveche ese momento para acomodar y limpiar el despacho de tu papa; tenia dias que no lo hacia. Cuando entre lo primero que me llamo la atencion fue un monton de papeles que el tenia sobre su escritorio; tu sabes lo ordenado que es tu padre, asi que me parecio muy raro y me acerque a ver que era. Habia cierta copias, algunas eran de unos cheques pagados, unas hojas de gastos y unos estados de cuenta. Con tan solo ojear esas hojas me di cuenta que algo no estaba bien. --?Algo como que, nana? --Pues, mi nina, la cuestion es que faltaba mucho dinero, mucho. --No se si estara compaginadas las cosas, pero mis tarjetas fueron canceladas y no logro entrar al banco mediante internet, es como si estuviera cerrada la cuenta o hubieran cambiado mis datos. Maria se tapa la boca en senal de sorpresa. ?Como es posible que esto este sucediendo? ?Donde esta Tom Jeter? El es el mejor amigo de mi papa y su contador, el debe de saber que esta sucediendo, lo he intentado llamar pero no --Tus padres descubrieron que gran parte del dinero se desviaba a una de sus cuentas en el extranjero. Tus padres un dia me pidieron que me quedara en casa mientras ellos regresaban, al parecer irian a casa de Tom a pedirle una explicacion; llegaron muy tarde en la noche furiosos. Tu padre hablaba de traicion y robo y que llamarian a la autoridades al dia siguiente. Despues de eso no supe mas nada hasta que regrese un viernes. Por lo que pude escuchar tus padres habian planeado una reunion con Tom, el les iba a esclarecer todo sin necesidad de llegar a la autoridades. Tu madre se despidio con tanto carino, yo hasta la abrace, me dijo que me queria y que siempre seria parte de la familia. --?Que paso, nana? --Bueno, mi nina, viniendo de esa reunion tu padre perdio el control del vehiculo y se estrello contra un muro; el golpe fue muy fuerte. Gracias a dios iba pasando una pareja que vio el accidente y llamaron al 911. Pero eso no es todo Hanna, al dia siguiente la policia se apersono aqui en la casa, me preguntaron quien era y les di la informacion necesaria, tanto mia como de tu paradero y no les quedo de otra que informarme lo sucedido aunque no era familia. --?Y que te dijo la policia? --Los frenos de su carro fueron cortados, consiguieron a un hombre que confirmo que el lo habia hecho bajo las ordenes de Tom Jeter. Cuando la policia fue a su casa a buscarlo para interrogarlo se dieron cuenta que la casa estaba practicamente vacia, se dio a la fuga.

  • El ultimo deseo de Monserrat Vila Cunillera

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    Un leve chapoteo llamo su atencion. Lentamente, alzo los ojos de la botella casi vacia que sostenian sus temblorosas manos. Por entre los barrotes de la terraza busco la piscina. Descubrio el origen del sonido que lo sorprendio: una figura femenina hacia largos en ella. No iba muy rapida, pero si a buen ritmo, con movimientos seguidos, dinamicos. Practicamente no levantaba agua a su paso; simplemente, quedo cautivado por su estilo suave, sencillo y ritmico. Permanecio embobado observandola. Una, dos, tres, cuatro brazadas y respirar; llegaba al final, giro, y vuelta a empezar. Siguio un buen rato contemplandola, acompanandola con la mirada. Tenia una ingenua ilusion: que el vaiven repetitivo lograra adormecerlo. Dos dias registrado en el hotel y aun no habia conseguido pegar ojo. El insomnio lo estaba matando; cada vez necesitaba dosis mas altas de alcohol. Ya al limite de su resistencia, deseo que pronto terminase todo. Empezaba a creer que, quiza, escogio la peor opcion. En lugar de huir, deberia haberse quedado y apechugar con las consecuencias de sus acciones. Con toda seguridad ya no tendria problemas de insomnio. <>, se lamento, con un punto de tristeza. No tenia claro si tomo una decision valiente, o realizo el acto de cobardia mas grande jamas imaginable. Sus peores temores se confirmaron, la suerte no estaba de su lado. No habia conseguido siquiera cerrar un poco los ojos, cuando la joven salio del agua; con agilidad se encaramo por la escalera. Su mano derecha retiro el gorro de bano, liberando una larga cola que deshizo con la izquierda mientras se dirigia a la ducha. La melena oscura medio mojada cayo a lo largo de su espalda hasta casi la cintura, la acomodo con los dedos. Era una mujer joven, no excesivamente delgada ni muy alta, no llegaria al metro sesenta. Se recreo en sus formas redondeadas. Noto un leve cosquilleo en su entrepierna. Chasqueo la lengua y esbozo una sonrisa. Unas semanas antes ni siquiera le habria prestado la mas minima atencion, acostumbrado como estaba a andar con mujeres perfectas, de cuerpos esculturales y gran belleza: actrices, modelos famosas, otras buscando su oportunidad. Esa diminuta dama hubiera pasado del todo desapercibida para el. Movio negativamente la cabeza; todo eso formaba parte de un pasado que ya no volveria jamas. Apuro el contenido de la botella, que dejo en el suelo junto a las otras. Cerro los ojos e intento recordar a las que pasaron por su vida: tres esposas e incontables parejas de mayor o menor duracion, aparte de un sinfin de amantes ocasionales. Aunque se esforzara, sabia que era mision imposible recordar ni sus nombres ni sus caras. Las habia gozado disfrutando de sus cuerpos en la intimidad y lucido en publico. No habia nada de lo que arrepentirse, esa simbiosis fue mutua. Ellas tambien lo habian usado para sus fines, dinero rapido, fama, contactos. Lo deseaban, si, era bueno en la cama y las mujeres se lo pasaban bien en sus brazos, pero nada mas. Tenia gancho, no porque fuera guapo, al contrario, sus facciones eran demasiado rudas para su gusto, pero su cuerpo musculoso le daba aspecto de hombre duro; imaginaba que era eso lo que las atraia. Eso, y lo que representaba: un triunfador, rico y famoso, aclamado por el publico. Las mujeres que eran vistas a su lado enseguida gozaban del favor de la prensa. Tenian las puertas abiertas de la fama facil. Lamentablemente pasaban por su vida sin dejar huella; relaciones tan efimeras y veloces que la mayoria de ellas no tenia tiempo de darse cuenta que era un fraude. Un perdedor. Todo lo contrario de lo que aparentaba. No se equivocaba al afirmar que si le sucediera algo desagradable ninguna se tocaria el corazon por el. Nunca le dieron nada mas que compania y placer. El tampoco les dio nada mas. No dejaron rastro en el, y pondria la mano en el fuego que a ellas les sucedia lo mismo respecto a su persona. No amo a ninguna y estaba seguro de que ninguna lo amo. No lograba recordar ni un minimo atisbo de pena al terminar una relacion; una mujer se iba de su lado, pero siempre tenia el recambio a mano. El unico vacio que dejaban era en su cartera. No necesitaria fingir su muerte y asistir a su funeral de incognito, -recordaba haberlo visto en una vieja pelicula-, para comprobar que nadie lloraba de verdad su perdida. De todas formas, no podria reprochar a nadie que no llorasen por el, ni siquiera confiaba en que asistieran. <>, una risa lugubre se apodero de el. <>. El tambien habia sido parte en su caida en desgracia. De la penosa situacion en la que se encontraba solo el era el unico culpable, no podia a achacar el merito a nadie mas. Ni siquiera le serviria para buscar excusas. Era demasiado tarde para mirar atras y arrepentirse; ya no iba a servirle de mucho. Al abrir nuevamente los ojos, en un timido intento de apartar los tristes pensamientos que lo acechaban, comprobo que la muchacha ya se habia esfumado. Encogio los hombros antes de entrar en la habitacion, llamo a recepcion y pidio una botella de whisky. El hombre que le respondio parecia dubitativo, lo apuro para que no tardara. Solo le faltaba un recepcionista pudoroso y cotilla. No se molesto en regresar el telefono a su sitio, lo dejo caer de cualquier manera encima de la pequena butaca de la habitacion; el aparato siguio su recorrido y aterrizo en el suelo encima de un monton de ropa. Ni siquiera se volvio a recogerlo. Desecho la cama con una mueca de asco: en ella yacian dormidas, evidentemente extenuadas, las dos prostitutas con las que habia pasado una noche de desenfreno y excesos, no mejor ni peor que otras muchas. Hacia tiempo que el sexo solo lograba calmar sus mas bajos instintos, pero no sentia nada. Se sento a esperar al camarero. -Buenos dias, Tomas. ?Hay algo que deba saber? -pregunto la joven con una amplia sonrisa, sentandose tras el mostrador de recepcion. Encima de este la aguardaban un buen punado de cartas por abrir. -Buenos dias, senorita. ?Ha desayunado ya? -interrogo el hombre, respondiendo tambien con calidez a su saludo. Se acerco a la muchacha con una nota en la mano. Rondaria los cincuenta anos, aunque ya entrado en canas, estatura media y complexion delgada, rostro agradable y risa facil: la tipica estampa del bonachon. La muchacha respondio con una mueca de disgusto, el hombre se dio cuenta y rectifico. -Buenos dias, Montse. Nunca me acostumbrare a tutearte -se justifico con sinceridad. -Pues tendras que hacerlo, llevas mas tiempo aqui que yo. He aprendido todo lo que se siguiendo tus pasos cuando era pequena. Acuerdate que pasaba mis vacaciones pegada a tu espalda. Sabes que eres como un padre para mi -le aclaro la muchacha mirandolo carinosamente, antes de proseguir con sus preguntas-. Bueno, dime de una vez: ?hay alguna novedad, puedo ir a comer algo? -dudo unos segundos antes de anadir-, ?o prefieres ir tu primero? -El desayuno de los dos tendra que esperar -aseguro el empleado releyendo la nota que tenia en la mano-. Al parecer, los Gomez han estado quejandose toda la noche por demasiado ruido en la habitacion contigua. Segun me conto el cliente a sus vecinos se les fue la mano con la fiesta: musica alta, gritos, golpes y un sinfin de molestias mas. -Los Gomez estan en la 23, ?no? -pregunto levantando la cabeza de las cartas que estaba repartiendo en grupos. -Si, sus hijos ocupan la 21; al parecer, el alboroto provenia de la 25. -?Crees que sera para tanto y deberiamos hacerles caso? -insistio la muchacha, no muy segura de la queja. Los Gomez eran unos clientes de toda la vida, una familia muy tranquila con tres hijos pequenos, dos ninos y una nina en medio. Se llevarian poco entre ellos y se parecian tanto que practicamente no se distinguian, ademas solian vestirlos exactamente igual. Ahora, quiza, se consideraria un poco friki esa costumbre. -Yo creo que si, ya sabes que los Gomez son clientes del hotel desde hace muchos anos, son un tanto intransigentes y maniaticos, pero nunca han dado problemas que yo recuerde y siempre que se han quejado de algo han tenido razon. Un asunto complicado, deberia ir a hablar con el cliente o los clientes de la 25 y avisarles de que se abstuvieran de incomodar a los otros huespedes y provocar altercados en el hotel. Esa era la unica parte de su trabajo que no le gustaba hacer, odiaba tener que violentarse con los usuarios molestos, pero formaba parte de su cometido como duena de ese establecimiento. Tomas se ofrecio a hacerlo por ella, pero rehuso; no era de esos jefes cobardes que se esconden tras los empleados para que se coman marrones que no les corresponden. Quiso saber quien ocupaba la 25. Tomas recordo que fue el quien lo atendio. Un hombre joven, de aspecto agradable, bien vestido. Llego a media tarde, solo con una maleta pequena, hacia un par de dias solamente. Lo acepto, a pesar de no disponer de reserva previa, sin pensarselo demasiado. Desgraciadamente tenian mas disponibilidad de la deseada, y un cliente nuevo era mas que bienvenido. Dejo la reserva abierta pues no sabia cuanto tiempo se quedaria; solo alojamiento, sin derecho a desayuno ni cena. Se extrano puesto que no recordaba haberlo visto salir de la habitacion, pero tampoco se pasaba las veinticuatro horas del dia en recepcion. Revisaron en el terminal los datos personales, resulto ser italiano, Alessandro Belletti. Al hombre se le antojaba un nombre conocido, igual sensacion tuvo al verlo, su cara le recordaba a alguien, pero no lograba asociar a quien. Un cliente asiduo no era, puesto que no estaba en la base de datos del hotel. Reconocio ante Montse que le estaba dando vueltas desde que llego. La joven apenas se fijo en la fotografia del documento de identidad, levantando los ojos del ordenador aprovecho para bromear con su empleado sugiriendo que deberia parecerse a algun actor famoso, o lo mas probable, conociendo con quien estaba hablando, seguro a un deportista de exito. Tomas era aficionado a todos los deportes. Devoraba horas y horas de competiciones deportivas de todo tipo en la television. Comprobaron el extracto de pedidos de la habitacion y hallaron una de las causas de la fiesta, llevaba consumidas, o al menos cargadas en cuenta, cinco botellas de whisky. -?Solo en un par de dias? -Se sorprendio Montse. -Pues acaba de pedir la sexta -le informo Tomas-. Justo antes de que tu llegaras tome el pedido. Esperaba que llegaras para ir al bar a buscarla. -le informo sin darle demasiada importancia. -?A las nueve de la manana? -Se extrano la joven. Tiro uno de los montones de cartas que habia hecho directamente a la papelera sin abrir, guardo el resto en un cajon de su escritorio. Decidida se levanto, salio de detras del mostrador dispuesta a enfrentarse a ese cliente molesto-. Ni lo suene que se la vamos a subir -agrego en voz alta, sin darse cuenta que era mas un pensamiento que una orden a Tomas. -Vas en contra de tu propio negocio Montse -bromeo Tomas al oirla pronunciar tan rotundamente esas palabras-. A ti que mas te da si se quiere ahogar en alcohol. -Al contrario -aclaro la joven, al darse cuenta que su empleado oyo su ultimo comentario. Se volvio nuevamente hacia el y aprovecho para hacerle, ahora si, una advertencia-. ?Has comprobado su tarjeta? No seria el primero que se aloja, acaba con las reservas de bebidas y luego se larga sin pagar. Ella misma respondio a su pregunta. Eso si fue una orden, de la cual el empleado tomo buena nota para cumplir asintiendo levemente, la chica sabia lo que se hacia, lastima que hubiera heredado una propiedad en tan mal estado, y su hermano solo supiera poner pegas a todo. Bajo su batuta el establecimiento hubiera podido volver al esplendor pasado, tenia los conocimientos apropiados y el empeno necesario, sin olvidar el amor por su trabajo y por el hotel, herencia de sus queridos padres. Montse no oyo como el encargado le daba la razon porque ya andaba en direccion a la escalera con cara de circunstancias. Ascendio a pie hasta el segundo piso, si no iba muy cargada le gustaba usar las escaleras, era bueno hacer ejercicio y los cuatro pisos de altura que formaban el hotel no suponian mucho esfuerzo, aunque tuviera que recorrerlas montones de veces durante su jornada laboral.

  • Otra vez tu, Julie Fisher de Isabella Marin

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    Para James, Julie Fisher es un incordio. Aparece cuando menos se lo espera, le roba el corazon y. !ni siquiera tiene la decencia de disculparse por ello!
    Para Julie, James es la promesa de la mayor aventura de toda su vida.
    De acuerdo, ese rufian la besuquea en un bosque, la saca de quicio constantemente y la arrastra a una granja llena de cerdos (que, !Cielo Santo!, !pretende que Julie alimente con sus delicadas y aristocraticas manitas!), pero. ?que seria de ella sin el?
    !Se aburriria terriblemente!
    Una divertida comedia sobre bandidos, piratas, la importancia de pescar un buen marido y el rifirrafe de una pareja que se quiere (!matar!) durante casi toda la novela.

  • Bajo el arbol de los toraya de Philippe Claudel

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    Los toraya viven en la isla Celebes. Son un pueblo cuya existencia esta obsesivamente marcada por la muerte. Cuando fallece un toraya, la organizacion de su funeral se prolonga durante semanas, meses, a veces anos. Lo deseable es que asistan a la ceremonia todos los parientes del difunto, lo que puede suponer miles de personas desperdigadas por el archipielago indonesio, o incluso fuera de el. El viaje, el alojamiento y la alimentacion corren a cargo de sus familiares, que con frecuencia deben contraer fuertes deudas para poder respetar la tradicion. Para hospedar a los invitados se construyen casas de madera finas y graciles como barcas. En prevision de los banquetes se compra ganado. Se sacrificaran cerdos y bufalos para acompanar al difunto. Durante todo ese tiempo se conserva el cuerpo de quien aun no es considerado un muerto, sino un enfermo, un to masaki, en la lengua de los toraya. La tumba en la que sera inhumado se excava directamente en la roca de ciertos acantilados sagrados. En esos sepulcros en forma de nicho descansan los restos de los miembros de una misma familia, custodiados por idolos de madera. Al cabo de un tiempo, los ataudes se pudren y se abren. Los huesos quedan esparcidos por el suelo, mezclados con la tierra y las hojas. En la primavera de 2012 recorri la tierra de los toraya. En su isla, que aun no conocia, volvi a encontrar lo que siempre me ha gustado de Indonesia: sus gentes tranquilas y risuenas; sus paisajes ondulantes, a veces escarpados, con su muestrario infinito de verdes, desde el mas claro hasta el mas mate; su cielo, que puede ser amplio y azul y volverse vertical al dia siguiente, un collage de altas nubes de plomo que revientan de pronto para dejar caer una lluvia calida sobre bosques, caminos y arrozales; sus noches, que llegan temprano, repentinamente, y desencadenan un aquelarre de insectos y lagartos; el placer de tomarse una cerveza helada mientras saboreas un nasi goreng o unos sates de cabra en una acera, sentado en una silla de plastico pensada para un gnomo, o el de fumarse un kretek con aroma a nuez moscada y canela. Cerca de un pueblo toraya situado en un claro, me mostraron un arbol peculiar. Imponente y majestuoso, se alza en una pendiente del bosque, a unos cientos de metros de las casas. Es una sepultura reservada a los ninos de muy corta edad, fallecidos durante los primeros meses de vida. En el tronco del arbol se excava un hoyo. En su interior se deposita el pequeno cadaver envuelto en una sabana. El sepulcro lenoso se cierra con un entramado de ramas y tela. Lentamente, con el paso de los anos, la madera del arbol vuelve a cerrarse y guarda el cuerpo del nino en su propio y enorme cuerpo, bajo su corteza soldada de nuevo. Comienza entonces el viaje que lo elevara poco a poco al cielo, segun el pausado ritmo del crecimiento del arbol. Nosotros enterramos a nuestros muertos. O los quemamos. Nunca se nos habria ocurrido confiarselos a los arboles, aunque no nos faltan bosques ni imaginacion. Pero nuestras creencias se han vuelto vacias, carentes de eco. Perpetuamos rituales que a la mayoria nos costaria mucho explicar. Nuestro mundo vive de espaldas a la muerte. Los toraya la han convertido en el centro del suyo. ?Quien tiene razon? Esa misma noche, mientras bebia cervezas y fumaba kreteks en el balconcito de mi habitacion del hotel, volvi a pensar en el arbol, en su madera, alimentada por huesos fragiles y carne desaparecida. Abajo, unas ancianas estadounidenses reian a carcajadas mientras acababan de cenar en la terraza del restaurante. Me habia cruzado con ellas al regresar al hotel. Iban calzadas con deportivas rosa y vestian pantalones caqui de explorador llenos de bolsillos, camisas de algodon y chalecos de reportero de guerra. Sus cabezas estaban coronadas por cabellos blancos, malva y, en algun caso, violeta. Todas tenian la misma nariz rehecha, los mismos ojos estirados, los mismos labios rellenados. Habian alcanzado el tramo final de sus vidas, pero sus rostros exhibian los rasgos abstractos y esquematicos caracteristicos de las jovenes artificiales, todas identicas. Parecian munecas escapadas de una tienda que vendiera articulos monstruosos a no se sabe que clientela. Pense en todas las estrategias inutiles que aplicamos a nuestros cuerpos para enganar al tiempo y a nuestros miedos. Frente a mi, en la noche indonesia, mientras disfrutaba del aroma de los cigarrillos, adivinaba las siluetas mas claras de los bufalos que, de pie en medio de los arrozales, dormitaban con la cabeza inclinada hacia el barro. La llovizna y una tenue bruma caian sobre sus cuerpos inmoviles. Parecian de otra epoca. Los sentia medio borrados. Pense en la desaparicion. En la llegada al mundo. En esa danza incoherente, unas veces hermosa y otras grotesca, que es nuestra vida. Tambien en nuestro fin. Los sapos parloteaban. Unos murcielagos enormes libraban un duelo silencioso por encima de mi cabeza. Habia cumplido cincuenta anos tres meses antes. ?Significaba eso algo? Como de costumbre, tenia un libro al lado. Esa noche era El viaje nupcial, de Ismail Kadare, que releo al menos cada dos anos. Es una historia muy hermosa de promesas, muerte, fantasmas y cabalgadas. Y de invierno, la estacion del ano en la que siempre he sentido que me convierto en quien soy realmente. Tenia un cuaderno y una pluma --comprada mas de diez anos atras en un mercado de Saigon-- que hace honor a su nombre, porque es muy ligera. Ya no recuerdo si tome notas mientras pensaba en el arbol y su corteza cerrada sobre los cuerpecillos invisibles. No estoy seguro: a veces, donde mejor se escribe es en la propia cabeza. Estaba entre dos peliculas, en ese dificil momento en que uno se cuestiona lo que hace y se pregunta si merece la pena hacerlo, si tiene algun sentido. Cuando uno esta aun menos seguro de si debe continuar. Mi ultimo largometraje habia obtenido una tibia acogida. El publico no habia abarrotado las salas. Habia corrido mejor suerte en el extranjero, en la decena de paises en los que se habia estrenado y a los que yo lo habia acompanado para responder una y otra vez las mismas preguntas, exhibir la misma sonrisa para los fotografos y encontrarme solo por la noche en la habitacion del hotel, contemplando las botellitas del minibar como si fueran companeras de infortunio. Tras la gira, habia decidido olvidarme de esa pelicula que se habia tragado dos anos de mi vida, pasar pagina en mi interior y marcharme a la isla Celebes con un renovado deseo de imagenes que empezaba a apuntar, todavia vago y borroso, a la espera de una concrecion que pensaba perfilar sin ninguna prisa. Hace mucho tiempo ya que comprendi que no <> las peliculas, sino que son ellas las que nacen de nosotros y toman forma como y cuando les parece. Las ancianas estadounidenses se habian callado. Debian de haber vuelto a sus habitaciones. Me las imagine solas ante el espejo del cuarto de bano, contemplando sus rostros falsos y leyendo su verdadera edad en el fondo de sus ojos tristes. Toda mentira conlleva su amarga caida. Tres dias despues volvi a Francia. En cuanto entre en casa, deje la maleta en el suelo y me bebi un vaso de agua del grifo mirando a mi alrededor. Tenia la sensacion de haber llegado a un pais extranjero. Por supuesto, los olores eran conocidos, pero pertenecian a una estacion y una ciudad de las que me habia ausentado y en las que aun no habia vuelto a encontrar mi sitio. El parquet crujia bajo mis pies. En los alfeizares de las ventanas, las moscas muertas terminaban de apergaminarse colectivamente, con las patas estiradas hacia el techo. Seguia considerandome alguien corriente y a la vez exotico. Seguia teniendo en la boca el peculiar sabor de los kreteks. Sin embargo, oia en lo alto sonidos familiares, en especial el piano desafinado del senor Bellagar, el vecino del octavo, un anciano medio ciego cuyo rostro y encorbatada elegancia me recuerdan un poco a Jorge Luis Borges y que se pasa horas tocando melancolicas melodias de la Europa central. Di una vuelta por las habitaciones, lo que se hace pronto, porque solo son tres, y escuche los mensajes acumulados en el contestador, que parpadeaba en una mesita del salon, al lado de la fotografia de Florence, mi ex mujer, que me sonreia. Entre ellos descubri el

  • Al mal tiempo, mejor cara de Barbara Constantine

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    Con la tripa pegada al volante, y la nariz al parabrisas, Ferdinand conduce muy concentrado. La aguja del velocimetro no se despega del cincuenta, la velocidad ideal. No solo ahorra combustible sino que ademas le da tiempo a ver desfilar el paisaje por la ventanilla, a disfrutar del panorama. Y, sobre todo, a detenerse a la mas minima alerta, sin exponerse a sufrir un accidente. Hablando de accidentes, justo ahora ve un perro corriendo delante de el por la carretera. Por puro reflejo, Ferdinand pisa el freno. Los neumaticos chirrian, y la grava sale despedida. Los amortiguadores dejan escapar un quejido. El coche da un bandazo y por fin se detiene en mitad de la calzada. Ferdinand se asoma por la ventanilla. – ?Adonde vas, chaval? Por ahi de juerga, ?eh? El perro se aparta, pasa de largo a toda velocidad y se tumba algo mas lejos en la hierba de la cuneta. Ferdinand sale del coche con dificultad. – Anda, pero si eres el perro de la vecina. ?Y que haces aqui tu solo? Se acerca, alarga la mano muy despacito y le acaricia la cabeza. El perro tiembla. Al cabo de un rato, cuando ya se ha ganado su confianza, el animal se decide a seguirlo. Ferdinand le abre la puerta del asiento trasero y vuelve a arrancar el motor. Al llegar a un camino de tierra, abre la puerta del coche. El perro baja, pero se le arrima a las piernas gimiendo, como si tuviera miedo. Ferdinand abre la cerca y lo anima a entrar. El perro repta a sus pies, sin dejar de gemir. Ferdinand recorre el sendero entre dos setos de maleza y llega a la puerta de una casita. Esta entornada. Llama en voz alta... Eh... ?Hay alguien?... No recibe respuesta. Mira a su alrededor, pero no ve a nadie. Empuja la puerta. Al fondo de la habitacion alcanza a distinguir en la penumbra una silueta tendida en una cama. Vuelve a llamar. La silueta no se mueve. Ferdinand olfatea el aire. Ahi dentro apesta... Olfatea otra vez. !Buf, pero si huele a gas! Corre hacia la cocina, cierra la bombona de butano y se acerca a la cama. !Senora, senora! Le da palmaditas en las mejillas. Al principio flojito pero, al ver que la mujer no reacciona, cada vez mas fuerte. El perro ladra, dando saltos alrededor de la cama. Ferdinand tambien se asusta, y ya no son palmaditas sino bofetadas lo que le da a su vecina. Le grita que se despierte. Los gritos se mezclan con los ladridos. !Senora Marceline! !Guau, guau! !Abra los ojos, maldita guau! !Despierte, por guau, por favor, guau! La mujer deja escapar por fin un pequeno gemido. Ferdinand y el perro suspiran de alivio a la vez. 2 CINCO MINUTOS MAS TARDE, MARCELINE SE ENCUENTRA MEJOR Marceline ha recuperado un poco de color en las mejillas e insiste en servirle una copita. No recibe visitas todos los dias. Son vecinos, pero nunca habia puesto un pie en su casa, hay que celebrarlo. Por mas que Ferdinand le dice y le repite que no tiene sed, que solo se ha acercado a traerle a su perro, ella se levanta de todas maneras, avanza tambaleandose hasta el aparador y saca una botella de licor de ciruela que quiere a toda costa que pruebe para saber que opinion le merece. Es la primera vez que lo prepara. Digame a ver que le parece, a ver si esta bueno. De acuerdo, Ferdinand asiente con la cabeza. Ella empieza a servirle y, de pronto, se detiene y pregunta, preocupada, si luego tiene que conducir. El le dice que ya se va para casa, esta solo a quinientos metros, !podria recorrer el trecho con los ojos vendados! Mas tranquila, termina de servirle la copita. Apenas le da tiempo a mojarse los labios cuando Marceline siente un mareo. Se deja caer pesadamente sobre una silla, con la cabeza entre las manos. Incomodo, Ferdinand se concentra en el mantel de hule, en deslizar el vaso sobre las lineas y los cuadros. Ya no se atreve a beber ni a decir nada. Al cabo de un largo silencio le pregunta, casi en un susurro, si quiere que la lleve al hospital. – ?Al hospital? ?Para que? – Pues para que la examinen. – Pero si solo me duele un poco la cabeza. – Ya, pero... con lo del gas... – Ya... – No es bueno... – No, claro. – Puede haber efectos secundarios. – ?Ah, si? – Vomitos, me parece. – Ah. No lo sabia. Otro largo silencio. Marceline tiene los ojos cerrados. Ferdinand aprovecha para mirar a su alrededor. La habitacion, pequena y oscura, esta repleta de cachivaches. Enseguida piensa que en su casa ocurre exactamente al reves, casi hay eco de vacia que esta. Esa idea le deprime, asi que vuelve a concentrarse en el mantel de hule. Por fin se anima a decir: – Por lo general no me suelo meter en la vida de los demas, Marceline, bien lo sabe usted. Pero ?no sera porque tiene usted muchas preocupaciones por lo que ha... por lo que ha...? – Por lo que he ?que? – ?El gas? – ?Que pasa con el gas? – Pues eso... A Ferdinand le cuesta hablar. Es un tema personal. No se le da bien hablar de temas personales. Sabe que tiene que decir algo, pero es incapaz de ir al grano, asi que se pone a hablar y hablar para no decir nada, intentando hacerse entender con medias palabras. (Tambien le gusta mucho la expresion <>.) Esta tan convencido de que las palabras traicionan el pensamiento que preferiria funcionar por instinto y dejar que este se encargara de todo. !Aunque no le falta lucidez para reconocer que mas de una vez se la ha jugado, el muy sinverguenza del instinto! Pero, sin querer, una cosa lleva a la otra, y teme provocar un exceso de emocion, le da miedo que la mujer se eche a llorar para desahogarse o le desvele algun secreto, y esas cosas a el no le gustan nada. !Cuanto mas facil seria la vida si la gente se las apanase siempre sola! Con su mujer tenia un truco para evitar la trampa de las conversaciones demasiado intimas: en cuanto notaba que ella iba a ir por ese camino, Ferdinand evocaba el pasado. Una palabra nada mas, como quien no quiere la cosa, y listo, ya podia escucharla sin prestarle atencion, como quien oye llover. Como le gustaba hablar a su pobre difunta... De cualquier cosa, de tonterias. Era una autentica cotorra. Pero lo que mas le gustaba, por encima de todo, era hablar del pasado, de su juventud. Solia decir que todo era mejor antes, que todo era mucho mas bonito. !Sobre todo antes de conocerlo a el! Siempre terminaba enumerando con rabia todo lo que habria podido vivir en otra parte, en America, en Australia o en Canada, quiza. !Pues si, por que no, claro que habria podido ser asi! Si no la hubiera sacado a bailar, si no le hubiera susurrado palabras tiernas, si no se hubiera arrimado tanto a ella, en ese dichoso baile del 14 de julio. Que lastima. Ferdinand no le guardaba rencor por hablar asi. El tambien habia tenido suenos. El tambien habia sonado con cosas bonitas. Pero no habia tardado en comprender que los suenos y el amor no iban de la mano. A lo mejor porque el no estaba hecho para esas cosas. O quiza seria en otra ocasion. !O en otra vida, como los gatos! Bueno, toca volver al presente. Esta en casa de su vecina. La mujer tiene un problema pero no parece querer hablar de ello, pese a las preguntas que el le hace discretamente. No sabe gran cosa de ella excepto que se llama Marceline, que vende miel, fruta y verdura en el mercado, y que es un poco extranjera. ?Rusa o hungara, quiza? Del Este en todo caso. No hace mucho tiempo que se instalo aqui. Bueno, unos anitos ya si que hace. ?Seis o siete? Si, por lo menos seis o siete ya... Ferdinand vuelve a mirar a su alrededor. Esta vez repara en que no hay calentador encima del fregadero, ni tampoco hay nevera, ni lavadora ni televisor. Ninguna comodidad moderna. Como cuando era nino, tan solo la radio para enterarse de las noticias, y agua fria en la pila para lavarse. Recuerda que en invierno siempre buscaba la manera de escaquearse. Y tambien intentaba librarse de hacer la colada, la ropa salia tiesa y helada del lavadero, y el tenia que ayudar a escurrirla, con las yemas de los dedos moradas de frio y arrugadas como garbanzos. !Anda que no era dificil todo en aquellos tiempos, me caguen diez! Se dice a si mismo que tal vez la pobre senora Marceline se haya cansado de esa vida tan dura y tan llena de incomodidades. Se habra desanimado. Y tambien se habra deprimido por estar lejos de su pais y de su familia, ?no? Lo mismo es ese el motivo por el que... Siente que no se va a poder librar, que no va a tener mas remedio que hablar. Y no de tonterias, de si va a llover o si va a hacer bueno. O incluso de su perro. !Que chucho mas listo, oiga! Que suerte tener uno asi. Yo el ultimo que tuve era tonto perdido, pero muy carinoso. Este... Ah, ?que es una perra? ?Esta usted segura? No me habia fijado. Inspira hondo y se lanza a hablar. De un tiron le dice que lo entiende, que a el tambien le han dado ganas un par de veces en su vida. Tres, en realidad. Bueno, venga, para ser del todo sinceros, cuatro. Si, pero... el se tomo el tiempo de pensarlo bien antes, y encontro muy buenas razones para no hacerlo. Como por ejemplo... Asi de sopeton no se le ocurre ninguna. !Ah, si, claro, sera tonto: sus nietos! Los nietos son maravillosos. Apasionantes. Nada que ver con los hijos. Si, si, de verdad. Son mas guapos, mas vivos y mucho mas listos. A lo mejor tiene que ver con la epoca en que vivimos, los tiempos han cambiado. A no ser que seamos nosotros, tal vez al hacernos mas viejos nos volvamos mas pacientes. Puede ser... ?Usted no tiene nietos? ?Ninguno? Vaya. Que pena. Pero hay otras cosas por las que vale la pena vivir. Espere, dejeme pensar... Marceline levanta los ojos para mirar al techo. Ferdinand se rasca la cabeza. Tiene prisa por encontrar algo. – Mire usted, de vez en cuando tambien es bueno acordarse de que hay gente que esta peor que uno. Asi uno pone los pies en la tierra. O, si prefiere, pone las cosas en perspectiva. A veces es necesario, ?no cree? Marceline parece estar en otra parte. Ferdinand busca algo gracioso que decir. – Bueno, y como nadie ha vuelto nunca para decir si al otro lado estan mejor las cosas, lo mismo no merece la pena adelantarse, ?eh, senora Marceline? Puede que sea mejor esperar a que llegue tu hora, y ya esta. Suelta una risita. Espera su reaccion. No hay reaccion. Entonces ya si que se preocupa. Se inclina hacia ella. ?Me entiende cuando le hablo? A lo mejor hay alguna palabra que no... Marceline tiende la mano hacia la tuberia de la cocina y, temblandole la voz, dice que ya esta, que llevaba un rato pensandolo pero que ya se acuerda, que todo ha sido por su viejo gato. Hace ya varios dias que ha desaparecido. ?Se habra muerto? Espera que no. Seria dolorosisimo para ella... Y, mientras tanto, su casa es un caos. Los ratones hacen lo que les da la gana. No paran de bailar, todo el dia y toda la noche. En los armarios, debajo de la cama, en la despensa... Roen, roen y roen sin parar. !La estan volviendo loca! Si siguen asi, al final se subiran a la mesa y comeran de su plato, los muy descarados. Ferdinand ha desconectado, ya casi no la escucha. Divaga por completo la pobre mujer. Debe de ser por el gas. Eso que cuenta del gato muerto y los ratones que bailan no tiene ni pies ni cabeza. La mira hablar y luego le observa las manos. Bonitas y estropeadas. Piensa que es por trabajar la tierra, deberia cuidarse, ponerse crema, lo necesita. Pero el caso es que parece mas joven de lo que el pensaba. Tendra unos sesenta, calcula... De pronto, la mujer se pone de pie. Sorprendido, Ferdinand da un respingo y se levanta a su vez. Ella le dice que es muy frustrante hablar y que nadie te escuche. Pero bueno, ya se encuentra mejor. Gracias por todo, ya puede irse, ahora se va a tumbar a descansar un poco. El gas la ha dejado aturdida. Ferdinand mira el reloj: las cuatro y media, es pronto para acostarse, le extrana. Ella le dice que no lo acompana hasta la puerta, que ya se las apanara el solito. El le dice que si, escondiendo una sonrisa. !No hay mucho peligro de perderse en una casa que solo tiene una habitacion! Le acaricia la cabeza a la perra. Bueno, pues nada, adios, senora Marceline. Si necesita algo, lo que sea, no dude en llamarme. Si, gracias, asi lo hare. Se encoge de hombros y masculla en voz baja: en cuanto me instalen el telefono, no te digo...

  • La ciudad siempre gana de Omar Robert Hamilton

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    La ciudad siempre gana nos situa en primera linea de una revolucion. Inmersos en el alzamiento de 2011 de la plaza Tahrir, al igual que miles de jovenes que protestan contra la dictadura pese a la represion policial, Mariam, Khalil y Hafez recorren las agitadas calles de El Cairo, convencidos de que son parte de una transformacion historica imparable. A medida que la dictadura se tambalea, y mientras la nacion se resquebraja por el extremismo ideologico, el compromiso de Mariam y Khalil se vera puesto a prueba. Esta novela electrica y hermosa, elogiada por autores de la talla de J. M. Coetzee, Richard Ford y Naomi Klein, no trata unicamente sobre la Revolucion Egipcia, sino sobre una generacion que pretende cambiar el mundo.

  • Por impulso de Nora Roberts

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    Por una vez en su vida, Rebecca Malone habia decidido seguir sus impulsos. Tras dejar su trabajo y vender todas sus pertenencias, partio hacia Grecia en busca de aventuras. Asi pues, cuando un atractivo empresario local se prendo de ella, no puedo resistirse al deseo de hacerse pasar por una mujer sofisticada y viajera. Pero enamorarse de Stephen Nickodemus no entraba en sus planes. Tendria que encontrar un modo de revelarle su verdadera identidad sin romperle de paso el corazon.

  • La casa de modas. Hijas de la la libertad de Julia Krohn

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    La saga familiar que ha enamorado a la autora de La villa de las telas.

  • ?Y a ti que te pasa? de Megan Maxwell

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    Menchu, a la que conocimos en ?Y a ti que te importa?, ha dejado su trabajo en el parador de Siguenza y esta desarrollando su propia empresa de creacion de paginas web. Siempre ha estado enamorada en silencio de Lucas, companero de Juan en la base de los GEOS, pero cansada de sus desplantes, decide hacer un cambio en su vida e irse a Los Angeles a pasar un tiempo en casa de Tomi, primo de su intima amiga, la actriz Stella Noelia Rice Ponce.

  • Celos y Mentiras (El Amor de Sophie 2) de M. T. Greenlay

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    Luego de que Rob se fue manejando, me encontre con mis padres en la sala. Ya tenian una botella de vino abierta y una copa esperandome. Tome un gran sorbo antes de dejarme caer en una silla al lado de la chimenea. Todavia era temprano en la noche, pero luego de estar atrapada por horas en la mina para luego venir a casa y encontrarme a mi expareja sentado en la entrada, sentia que ese trago era bien merecido. --?Que estaba haciendo Rob aqui? ?Que queria? --Pregunto papa en cuanto me sente. --Dice que me quiere de vuelta --le dije sonrojandome. --?Y por que querrias estar con el cuando el te engana? --Pregunto mama. --Rob afirma que no volvera a pasar --Explique volteando los ojos. --?Y cuantas veces has escuchado eso? --Papa se burlo. --Lo se papa. Esta bien, no estoy interesada en volver a tener una relacion con el. Solo que no tuve la oportunidad de decirle eso antes de que se fuera manejando --les asegure. --!Gracias a Dios por eso! Ese hombre te ha roto el corazon demasiadas veces durante todos estos anos. Te mereces algo mejor que eso, mi amor --Dijo mama con una sonrisa de alivio. --Gracias, mama. Me termine mi trago, les di a un beso en la mejilla a cada uno de mis padres y me fui a mi habitacion. Deje correr la regadera mientras me quitaba mi ropa sucia. Todavia me sentia polvorienta por haber estado en la mina y recibi de buena manera la oportunidad de enjabonar mi cuerpo debajo del tibio rocio. Agradecida por poder lavar la mugre de mi largo cabello castano. Vestida con un pijama rosado de satin y una bata que combinaba, eventualmente volvia a unirme a mis padres, aceptando con felicidad una segunda copa de vino. --?Entonces desde hace cuanto has estado viendo a escondidas a Gavin Carter? --Papa espeto repentinamente. --Por un tiempo ya. Siento haberles mentido a ambos, pero era la unica opcion que teniamos. La mirada de decepcion que cruzo entre mis padres me llego hasta el corazon. Usualmente, podria hablar sobre cualquier cosa con mama y papa. Siempre tomando en consideracion los consejos que me daban, pero esta vez habia sido diferente. Que hubieran sabido la verdad desde el comienzo hubiera causado solamente discusiones y descontento. Asi que habia hecho todo lo posible para conservar mi relacion con Gavin como un secreto para evitarles eso. Ahora que todo se sabia, significaba que estaban conscientes de mis mentiras de las ultimas semanas. Mis padres siempre habian sido firmes defensores de la honestidad, asi que defraudarlos me llenaba de culpa. --Nuestra hija menor esta a salvo, John. Eso es lo unico que me importa --Senalo mama. --Y a mi; sin embargo, sabes como me siento respecto a las mentiras. Pero al menos ahora que lo sabemos, ustedes dos no necesitan volverse a encontrar en minas abandonadas. Mama y yo no pudimos evitar reirnos de su ocurrente comentario. Solo para callarnos cuando alguien toco a la puerta principal de forma histerica. Me levante para abrir mientras mi madre reflexionaba... --Me pregunto quien podra ser. --Es simplemente Claire --respondi mientras la dejaba entrar en la casa. Mi amiga puso sus brazos alrededor de mi cuello inmediatamente, abrazandome firmemente. Pude ver que sus ojos estaban llenos de lagrimas mientras ella trataba de calmarse. --!Geoff Carter me acaba de detener en la calle y me dijo lo que les paso a ti y a Gavin! ?Estas bien?--Si, tuvimos suerte. Pedimos permiso y tome una botella de vino de la nevera junto con un par de copas. Guie a Claire hasta mi habitacion. Saltamos sobre la cama como habiamos hecho muchas veces mientras creciamos. Claire se aferro a una de las almohadas desparramadas desordenadamente sobre las sabanas como siempre lo habia hecho. --Entonces. Cuentame todo --dijo efusivamente. La puse al tanto rapidamente, viendo su expresion cambiante mientras lo hacia. Abriendo los ojos tanto como yo cuando el conte que Gavin declaro su amor. Moviendose entre la mezcla de horror y furia cuando descubrio que Rob tambien habia estado aqui esta noche. --Por favor no vuelvas a escuchar sus mentiras de nuevo, Sophie --me pidio. --No lo hare, no te preocupes --Le respondi con sinceridad. A pesar de las palabras de aliento de Claire, estuve toda la noche dando vueltas y retorciendome sobre las sabanas. Y luego simplemente me quede ahi acostada viendo a traves de las cortinas abiertas. Los distantes faroles arrojando su brillo en mi habitacion junto con los brillantes rayos nocturnos de la luna. Varias estrellas titilaban en la oscuridad, a veces desapareciendo detras de las nubes ocasionales que flotaban sobre ellas. A pesar de que sabia donde se encontraba mi corazon ahora, tambien sabia que seria dificil decirle la verdad a Rob manana. Verlo esta noche me hizo darme cuenta lo mucho que me seguia importando. Pero tambien me habia recordado lo mucho que me habia herido a traves de los anos con su infidelidad. Y eso era lo que necesitaba mantener en mi mente la proxima vez que lo viera. Con eso en mente, a la manana siguiente conduje hasta el motel con determinacion. Me aparque en el estacionamiento y di zancadas a traves del asfalto a proposito. Pero en cuanto Rob abrio la puerta de su habitacion, senti mi confianza tambaleandose. A pesar de que solamente estaba usando un par de pantalones deportivos y una camiseta destenida, aun asi, lo encontraba atractivo. El brillo del que me habia enamorado todavia seguia brillante en sus ojos azul cristal mientras me invitaba a pasar. --Sophie, estoy feliz de que pudieras venir. Estuve toda la noche preguntandome si lo harias o no --sonrio calidamente. --Bueno, creo que deberiamos hablar --respondi, tratando de esconder mis repentinos nervios. --Por favor, toma asiento. Aunque mirando alrededor de la habitacion, me pregunte donde sentarme. El motel estaba pasado de moda, como el papel tapiz desgastado que colgaba de las paredes. Su diseno floral estaba rasgado en algunos lugares, pero tambien estaban tratando de ocultar algunos parches de humedad que se escondian debajo de el. La alfombra era color chocolate oscuro con areas que ahora estaban raidas. Aunque no pude esconder mi mueca cuando vi las sabanas grises que cubrian la cama. Todo parecia estar cubierto por una capa de suciedad o de polvo, mientras me encaramaba en el borde de una silla que estaba al lado de la ventana sucia. --Me disculpo por la decoracion. Pero esto fue todo lo que pude conseguir con tan poca antelacion y necesitaba verte --Rob se disculpo. --?Por que? --pregunte abruptamente. Rob vacilo por un breve segundo y pude notar que estaba pensando en como responder. Habia estado aqui dos veces antes y hasta ahora habia creido sus excusas. Esta vez no estaba preparada para ser tan misericordiosa y el claramente podia sentir eso mientras me observaba cautelosamente. --Querida, te he extranado tanto. Se que Molly fue un error --empezo a decir Rob--. Lo que mas deseo es que vuelvas a ser parte de mi vida de nuevo. --?Y que hay con Katrina y Lisa? --Ellas no significan nada para mi. Y eso fue hace anos, Sophie. No puedo vivir sin ti. --?Como es posible que te crea? --discuti. --Sophie, tienes que hacerlo. Te prometo que ya termine con todo eso !No hay una mujer que se compare contigo! Por favor, ?solo dame otra oportunidad de probarte mi amor por ti? --Suplico Rob. Los ojos de Rob se encontraron con los mios y luche para apartar la mirada. De nuevo me habia quedado atrapada en su profundidad como lo habia hecho muchas veces. Me pregunte como seria tener sus brazos alrededor de mi una vez mas. Pero resisti la urgencia de preguntar. Cualquier recuerdo feliz que haya guardado de Rob ahora eran eclipsados por el dolor que el me habia causado. El rostro sonriente de Gavin paso ante mis ojos, dandome la fortaleza interna que necesitaba. Cuadrando mis hombros, tome una postura, feliz de ver a Rob retroceder cautelosamente. --Lo siento, Rob, pero hemos terminado. No hay forma de que te pueda perdonar lo que has hecho esta vez --dije con firmeza. Hecho trizas, Rob continuo suplicandome que lo reconsiderara, pero el no podia retroceder en el tiempo. Ya habia aceptado sus excusas antes y no podia obligarme a creermelas de nuevo. Sin embargo, sin importar lo que dijera, era como si mis palabras cayeran en oidos sordos. --Escucha, Rob, no tiene sentido seguir hablando de esto. Sera mejor que vuelvas a la ciudad. --Oh, no te vas a deshacer de mi tan facilmente. Me tome un extenso permiso, asi que me estaras viendo por el pueblo por un tiempo --Me dijo Rob con una sonrisita desafiante. --Haz lo que quieras. Me voy a casa. No hay forma de hablar contigo cuando estas de este humor --perdi las esperanzas. --!No me ire a ninguna parte hasta que te recupere, Sophie! --Dijo Rob detras de mi mientras me subia a mi auto y me iba conduciendo. Capitulo Dos Para esa noche, habia entrado en frenesi. Durante todo el dia, habia estado pensando sobre mi conversacion con Rob. Preocupada por el hecho de que el no parecio escuchar y seguia firme de que volveriamos a ser una pareja. Pero tenia planes de ver a Gavin para la cena y no estaba segura de como le iba a explicar mi ultimo predicamento. Habia hablado por mucho tiempo con mis padres y pase horas en el telefono con Claire para reconfirmar lo que ya sabia. Necesitaba ser honesta con Gavin y decirle que Rob estaba en el pueblo. Era justo. Sin embargo, eso no detuvo mis nervios mientras el taxi se detenia afuera del restaurante. The Three Sails era el lugar mas prestigioso para comer en la localidad. Su reputacion llegaba a todas partes por su menu a la carta. Solamente habiendo comido aqui en una ocasion familiar, me senti como la realeza mientras que el maitre me recibia con un calido abrazo, dandome un beso en cada mejilla. --Senorita Sophie, es un placer volverla a ver. --Y a ti, Marco --sonrei. --Ahora, ?creo que esta aqui para ver al Sr. Carter? --pregunto Marco con una curiosidad evidente--. El ya esta aqui y la espera en el bar. Encontre a Gavin segundos despues con una copa de vino blanco en su mano. Me deslice en el taburete al lado de el, ajustando el dobladillo de mi vestido. A pesar de que senti el suave beso de sus labios en mi mejilla, deseaba abrazarlo. Ya habia una copa vacia esperandome y Gavin me sirvio rapidamente un trago de la botella de vino que estaba en una cubeta de hielo al lado de el. Tome un ligero sorbo, sintiendo un revoloteo en mi corazon mientras el se acercaba mas. --?Estas lista para ser el tema de conversacion? Estamos destinados a ser el apogeo del chisme local --Gavin se hecho a reir. --Creo que puedo manejar eso --me rei en respuesta. Un mar de rostros familiares nos dio la bienvenida cuando Marco nos llevo a traves del comedor. Todos estos mirandonos sorprendidos y atonitos. Determinados a ignorar las expresiones embobadas, Gavin y yo nos sentamos en una pequena mesa al lado de la ventana. Vimos a las personas acercandose mas entre si, charlando calladamente para especular porque estabamos ahi juntos. Carla se presento como nuestra mesera mientras nos pasaba el menu, dejandonos revisar la lista de deliciosos platillos. Opte por el salmon ahumado para empezar, seguido por el cordero como platillo principal. Mientras que Gavin escogio la sopa del dia y un filete termino medio. Mi estomago cada vez tenia mas hambre mientras probaba el vino que el sommelier, Wayne, habia recomendado para complementar la comida que habiamos pedido. Sin embargo, mientras empezaba a ponerle mantequilla a una rebanada de pan caliente que nos habian colocado en la mesa, me di cuenta de que el animo actual iba a cambiar pronto. Sabiendo que necesitaba decirle sobre mi reunion con Rob y lo que se habia dicho. Pero sin querer arruinar la noche, decidi no decir nada por el mayor tiempo posible, tratando de conservar una sonrisa en mi rostro mientras Gavin me contaba sobre su dia. Para el momento en que nos sirvieron nuestros platos principales, me habia relajado un poco, por fin empezando a disfrutar la noche. Aunque cuando estaba cortando mi cordero, algo afuera llamo mi atencion. Mi tenedor se quedo en medio del aire cuando visualice a Rob en la ventana. Solo viendolo brevemente antes de que el volviera a las sombras. --Sophie, ?que sucede? --pregunto Gavin, siguiendo mi mirada para ver solamente el cielo nocturno oscurecerse.

  • Cuadernos De Rusia. Diario 1941 de Dionisio Ridruejo

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    Estos Cuadernos de Rusia, la obra cumbre de la literatura memorialistica sobre la Division Azul, los redacto Dionisio Ridruejo entre otono de 1942 y primavera de 1943, desde el confinamiento en Ronda, a su vuelta del frente ruso. Editados de forma postuma a finales de los anos 70 del siglo pasado, ahora cobran nueva luz en esta edicion critica y definitiva, a cargo del historiador Xose M. Nunez Seixas, cuando su figura ha quedado ya situada sin vacilaciones en la historia intelectual y politica espanola del siglo xx.

  • El susurro de los ameneiros de Pedro Sande Garcia

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    Despues de un tragico suceso, Mateo Velasco decide iniciar una nueva etapaen su vida y regresa de Madrid a Valdovino, un pequeno pueblo en la costaatlantica gallega. Alli, donde estan sus origenes, entre recuerdos de su pasadoy los paseos por su querida playa de la Frouxeira, inicia una nueva vidamarcada por la magia que desprende la naturaleza que le rodea. Dos acontecimientosagitan de nuevo su vida, la aparicion de un cadaver entre unoscanaverales y el extrano encuentro en su casa, de una pequena y misteriosapiedra de cristal. Su obsesion por resolver lo ocurrido y su amistad con Johnel irlandes, un personaje hurano y con un oscuro pasado, convierten su vidaen la preocupacion de todos los que le rodean. Intenta alejarse de todo loocurrido iniciando un viaje que le llevara a Madrid, Paris y Nueva York, perograves acontecimientos le haran regresar de manera precipitada a Valdovino.La banda sonora, marcada por la aficion de Mateo por la musica, y unamanera muy personal de entender la gastronomia envuelven una narraciondonde la tension ira en aumento hasta el desenlace final.

  • Oriente Medio, Oriente roto de Mikel Ayestaran

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    Cuando Mikel Ayestaran decidio convertirse en reportero de guerra, dejando atras un apacible trabajo de redaccion, no tuvo demasiadas dudas sobre hacia donde iba a dirigir sus pasos. Oriente Medio no es la unica zona caliente del planeta, pero, de entre ellas, es la que no falta ningun dia en las secciones de internacional de los medios de todo el mundo. Marcada por profundas divisiones etnicas, politicas y religiosas, en la region las potencias mundiales y los regimenes locales dirimen sus diferencias a traves de terceros paises, y florecen grupos terroristas que han llegado a erigirse en amenaza global, como Al Qaeda o Estado Islamico.

  • No te lo vas a creer de Sophie Kinsella

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    has tomado una copa de mas y hablas por los codos, sin parar, y cuando por fin levantas la vista, unos ojos oscuros y penetrantes te observan atonitos, fascinados y… !muy interesados! Despues de asistir en Glasgow a una desastrosa reunion de trabajo y de tomarse un par de vodkas, ?o fueron tres?, para levantar el animo e infundirse valor, Emma Corrigan se sube por fin al temible artefacto volador para regresar a Londres. El vuelo resulta especialmente movido; algunos pasajeros gritan, las azafatas se abrochan los cinturones con caras lividas, y Emma se agarra desesperadamente a los brazos de su asiento. Presa del panico, de su boca empiezan a brotar todos sus secretos, sus suenos mas ocultos y sus deseos mas inconfesables, que van a parar a oidos del silencioso pasajero que, inmutable, la escucha sentado a su lado. Emma no se deja nada: desde el dia en que perdio la virginidad hasta la nota de matematicas que falsifico en el curriculum, pasando por lo incomodo que le parece el tanga. Pero este mal trago no sera nada comparado con lo que le espera el lunes en la oficina, donde corre la voz de que el presidente de la megacorporacion americana para la que trabaja se encuentra de visita en la sede londinense. En medio del nerviosismo general, Emma decide acercarse a la maquina de cafe del pasillo y se cruza con la comitiva que acompana al gran jefe… Tierna y desternillante, la autora de Loca por las compras regresa con una nueva y divertida novela, y con una heroina que se hace querer.

  • Coffee Sugar. Un lugar para empezar de Ariadna Baker

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    La vida de Valeria transcurre de lo mas tranquila, dedicada en cuerpo y alma a regentar la pasteleria que acaba de inaugurar junto con su novio, Edu. De la noche a la manana, el toma de la decision de marcharse con otra mujer, dejando a la joven con el corazon roto y al frente del pago de numerosas deudas.

  • Libres de Alejandra Rodriguez

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    Aprendi por mi cuenta que el amor no conoce barreras, que no entiende de frascos y que no siempre habita entre un hombre y una mujer.
    Averigue que hay tantas clases de amor como personas habitamos en la Tierra y, por mucho que lo rehuyas o lo busques, aparece cuando y donde menos te lo esperas.
    A veces es el culpable de que a una mujer le de un infarto por enterarse de que su hijo se ha casado con ese al que ella llamaba error.
    A veces esta entre una chica, como yo, y un chico como Hector y otro como Eliot.
    Si. A veces tampoco es cosa de dos. En ocasiones los sentimientos son tan traviesos que son capaces de unir a tres personas en el mismo espacio-tiempo.
    Me llamo Nicole; esta es mi historia y la de ellos.
    Advertencia: Esto no es un cuento de hadas. Es una historia de personas libres.

  • El Alcalde y la Activista de Laura Benet

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    Cristina aparco su coche frente al lujoso hotel donde tendria la reunion. Habia llegado el momento. A sus veinticinco anos, era la presidenta de Ecomovie, una asociacion dedicada a la defensa del medio ambiente, y por fin habia conseguido una audiencia con el alcalde. Ese hombre debia entender que no podia jugar con la salud de las personas. Que no podia permitir que se construyera esa urbanizacion. La vida salvaje tambien era importante. Sonrio. Lo conseguiria. Sabia ser convincente. -Debe de ser por aqui -murmuro mirando a su alrededor. De estatura media y morena, Cristina era guapa, pero destacaba sobre todo por sus llamativos ojos azules y su personalidad arrolladora. Su mayor atractivo era su valentia y su decision. Su cita era a las doce y faltaban cinco minutos. Perfecto. No llegaria ni pronto ni tarde. Solo le faltaba encontrar la sala donde la recibiria el alcalde. La Sala 3. Un letrero senalaba la ubicacion de dicha sala, y Cristina se dirigio hacia alli. -!Cristina! -una voz conocida la llamo desde unos metros atras. -!Carlos! -exclamo Cristina sonriendo. Vaya. !Que casualidad! Cristina conocio a Carlos en una boda. En realidad, en una boda doble. Andrea y Teresa, sus mejores amigas, se casaron con Alberto y Daniel, dos amigos de Carlos. Durante el banquete que siguio a la ceremonia, alguien, no recordaba quien, se lo presento. Y a ella le parecio superatractivo. Alto, rubio y con la cara cuadrada, no solo la dejo impactada, sino que lo paso realmente bien con el. Carlos y ella estuvieron flirteando durante toda la noche. Bailaron, rieron, pero no llegaron a nada. Carlos le gustaba y esperaba que la llamara, pero todavia no lo habia hecho y ella estaba algo mosqueada. -Justo estaba pensando en llamarte -dijo Carlos cogiendole las manos y mirandola a los ojos. Se mostraba tan contento de verla, que Cristina lo perdono enseguida. -Estas guapisima -dijo el haciendola girar sobre si misma-. ?Que haces por aqui? -Una reunion con un pez gordo -contesto ella evasiva. No le gustaba dar datos sobre sus actividades-. Un tio desagradable de verdad -fruncio el ceno. -!Pobrecita! ?Como de desagradable? -pregunto el solidario. -Seguro que tiene sobrepeso y una papada descomunal -Cristina sonrio de su imaginativa descripcion-. ?Y tu? -Una reunion tambien, pero la mia es aun peor -Carlos bajo la cabeza-. Es con una tocapelotas. Una senora que se ha pasado las ultimas semanas fastidiando de todas las formas que se le ocurrian. Supongo que no tendra sobrepeso – Carlos suspiro con paciencia-. Pero si lo tuviera, puede que no estuviera tan amargada y que no les amargara la vida a los demas. Se miraron a los ojos y ambos sonrieron con simpatia. Cada uno compadeciendose del otro. -?Nos tomamos un cafe en cuanto nos libremos de ellos? -pregunto Carlos mientras se dirigian juntos hacia las salas de reuniones. -Vale -contesto ella-. Supongo que ese tio me echara en media hora o asi. -Pues yo creo que tambien podre librarme de la mia mas o menos en ese tiempo. Quedamos en la cafeteria despues. -De acuerdo -sonrio ella. Casi habia llegado a su destino. -?A que sala vas? -pregunto el. -A la tres. ?Y tu? Carlos paro en seco y miro los papeles que llevaba en la carpeta. Leyo algo, incredulo, y luego fijo la vista en Cristina con los ojos muy abiertos. -!Eres la activista! -acuso-. Cristina Bartual, ?verdad? !Me has tomado el pelo! -?De que me hablas? -pregunto Cristina sorprendida. -Tienes una reunion con el alcalde, ?no es cierto? Cristina afirmo con la cabeza. ?Como lo sabia? Y ademas, ?que le pasaba? Estaba muy raro. -?Lo conoces? -pregunto Carlos al cabo de unos instantes, que a Cristina se le hicieron eternos. -No -contesto ella-. No lo he visto nunca en persona. No tengo ningun interes en conocer a ese tipo de gente -explico muy ufana-. Son unos explotadores. Hablare con el, intentare convencerle de algo que es mas que evidente que debe hacerse, y luego espero no volver a verlo nunca. ?Por que lo preguntas? -Soy yo. Carlos Fuenlabrada soy yo. Cristina se quedo traspuesta unos segundos. Eso no podia ser verdad. ?Carlos el alcalde? El majisimo Carlos, tan agradable y educado, no podia ser ese tipo egoista y marrullero que habia concedido la licencia para la construccion del bodrio. Imposible. Ademas, el alcalde no podia estar tan bueno. El alcalde tenia que ser gordo. Y feo. Por las cosas que hacia. Carlos la miraba con el ceno fruncido. -!Me tomas el pelo! -exclamo ella. -Hablo en serio. Mira -dijo el mostrandole los datos de la reunion a la que ambos tenian que acudir. Cristina estaba viviendo una pesadilla. Nunca se le habria pasado por la cabeza que, el Carlos alcalde, fuera tambien el atractivo Carlos que tenia frente a ella. -Preparate -dijo finalmente, sobreponiendose a su incomodidad, y entrando decidida en la Sala 3-, porque esa tocapelotas enjuta y amargada va a hacer honor a su nombre. -Bien -contesto Carlos entrando tras ella-, porque el gordo de la papada no va a dejarse amedrentar. * * * La reunion estaba siendo un desastre. Cristina no podia convencerlo de nada, Carlos no daba su brazo a torcer en ninguno de los puntos que trataban, y ninguno de los dos cedia. -!No quieres entenderlo! -exclamo Cristina. -Eres tu la que se empena en no aceptar las ventajas de una gran urbanizacion. La gente podra comprar su primera vivienda con mas facilidad. -?Y que pasa con el medio ambiente? ?No te das cuenta de la repercusion ecologica? -pregunto Cristina desesperada- Eso sera un desastre. -Hemos calibrado las ventajas y los inconvenientes -dijo Carlos sin inmutarse. -Esa zona incluye un humedal. Muchas aves anidan ahi. Pero Carlos se empenaba en no entenderlo. Durante mas de media hora estuvieron calibrando fuerzas. Se levantaban, volvian a sentarse, amenazaban, razonaban,… y seguian discutiendo. Pero naturalmente, la autoridad jugaba con ventaja y Cristina se fue con las manos vacias. Salio tal y como habia entrado, pero con un sentimiento de rabia y frustracion anadido. -!Olvidate del cafe! -dijo Cristina cuando salio. Tuvo que esforzarse en no cerrar de un portazo- Y hasta nunca. !Ojala que no se hubiera enterado de que Carlos, el Carlos que ella conocia, era tambien el alcalde! Aun le costaba creerlo. Carlos, el simpatico y encantador Carlos, seria el responsable del deterioro de una zona paradisiaca. Esa urbanizacion acabaria con la vida animal de la zona. Total para que unos cuantos urbanitas, que no tenian ni idea de las consecuencias, pudieran comprar sus casas algo mas baratas. Subio al coche enfadada y se dirigio hacia el emplazamiento donde pretendian construir el bodrio. Alli habia quedado con los demas activistas y socios de Ecomovie. -Manana empieza la movida -dijo como saludo. -?Como ha ido? -pregunto Alejandro, uno de los manifestantes-. !Ah! – exclamo al mirar su cara con atencion- Parece que no muy bien. Alejandro era un joven arquitecto muy vinculado a las asociaciones en defensa de la naturaleza. Alto, rubio y en buena forma fisica, era muy atractivo, y Cristina sabia que ella le gustaba. Pero a ella no le gustaba el. Le faltaba garra y era demasiado predecible. Aunque era un buen tipo y un buen amigo. Podia confiar en Alejandro. No como en otros. -Pues no, no ha ido bien. Habra que movilizarse. Todos prometieron acudir al dia siguiente. No eran muchos, pero tenian que impedir la tala de dos alcornoques. Eran muy antiguos y merecian un respeto, pero los constructores querian cortarlos para meter las excavadoras. -Nosotros vendremos a las ocho -dijo Alejandro. -Supongo que empezaran a las nueve -contesto Cristina-, pero saben que estaremos aqui, asi que nunca se sabe. -No saldra bien -dijo Alejandro con tristeza-. Lo intentaremos, pero no saldra bien. No era el momento de hundirse, y Alejandro era demasiado pesimista. -Yo seguire intentando parar esto de la forma habitual -hizo una pausa-. Pegando la paliza -sonrio-. Pero no conseguire nada. El alcalde es demasiado cazurro. Lo que si espero es tocarle las narices lo bastante como para que nos haga caso a la larga. Al final, ganaremos. -?Y que pasara con los alcornoques? -pregunto Alejandro. -De los alcornoques te puedes despedir. No llegaremos a tiempo. * * * Cristina se dirigio preocupada hacia el pueblo cercano. No habia comido en todo el dia y necesitaba nutrirse. ?Donde podria encontrar fruta fresca? Porque no le servia cualquier comida. Cristina era vegana. No comia ni animales ni sus derivados. Y no siempre le resultaba facil encontrar alimentos adecuados y nutritivos fuera de casa. Por suerte, pronto encontro una fruteria y pudo comprar la cena y el desayuno del dia siguiente. Ya mas tranquila, se dirigio hacia su hotel. Mejor dicho, hacia el que habia sido su hotel hasta ese dia. Porque ya no podria quedarse alli, pero tenia que recoger su maleta

  • Almas Silenciosas de Ann Cleeves

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    Un nuevo caso para la inspectora Vera Stanhope.

  • Dime Lo Que Deseas de Jude Deveraux

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  • Perdiendo el juicio de Patricia Hervias de

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    <> ?Por que, en cuanto fui consciente de que ya no estaba durmiendo, me dije eso? Porque el martilleo, constante e in crescendo, iba a acabar matandome definitivamente y sin ningun tipo de remordimientos. Acerque el reloj a lo que intentaba que fuera lo mas cerca de cualquiera de los dos ojos, el que reaccionara primero. <> Fue el mas pegado a la almohada el que, despues de un pequeno esfuerzo, se abrio por completo. --!Joder! --solte a la par que intentaba incorporarme en la cama. Era tardisimo y a primera hora tenia que estar en el juzgado para revisar una documentacion relativa a uno de los juicios que estaba a punto de cerrar; ni siquiera tenia redactada la mitad de la sentencia. Bostece intentando desperezarme mientras me preguntaba como era posible que sintiera una ligera comezon en la entrepierna... como si alguien hubiera estado rozando alli su barba cual lija de pulir madera de cedro. --Buenos dias, nena. Creo que pegue el grito mas grande que nunca antes se habia oido. Ni en una pelicula de Wes Craven, vamos. No queria mirar; no, no, no... Me prometi, aunque sabia que se trataba de otra mentira mas, que eso tampoco volveria a pasarme. Otra noche mas en la cama de alguien y sin acordarme de nada recien levantada. Voy a explicarme, porque, si no lo hago, esto puede interpretarse como algo que no es. El tema esta en que, cuando duermo, lo hago de verdad. Reseteo de tal manera mi cerebro que no me centro hasta que no pasan unos minutos despues de tener el ojo abierto. ?Que quiere decir esto? Que no me voy borracha a la cama y luego no me acuerdo de con quien he estado, no. Simplemente tengo muy mal despertar, lento, y eso es lo que me estaba pasando en ese instante. No era consciente de donde estaba, pero, por lo visto, no era en mi cama. Asi que tenia dos salidas: una, esperar a recordar, y ya lo estaba haciendo; dos, darme la vuelta para ver con quien y donde habia pasado la noche. Sin malgastar un segundo mas, pues no estaba para perder tiempo, me incorpore definitivamente y, al girar el rostro, me encontre con la mirada de un tipo con carita de perrito desvalido. Y si, tenia barba, por ello entendi lo de mi entrepierna. Me sonreia con aspecto somnoliento. No estaba mal, pero que nada mal... y de pronto mi memoria funciono a la perfeccion. La noche anterior habia salido de fiesta con las chicas; teniamos pendiente celebrar que, despues de mucho estudiar, hacia ya un tiempo que habia conseguido aprobar la oposicion para ser jueza. Lucia habia venido a pasar unos dias a Madrid, y esa noche habia dejado a su pequeno con Rodrigo en casa de sus padres. Lourdes habia regresado de Mexico por unas semanas, para visitar a sus familiares, y Nuria aprovecho la conjuncion para aparcar a su marido. Llevabamos sin vernos casi un ano, el tiempo que hacia que Lourdes se habia casado, y por eso la celebracion habia quedado pospuesta hasta ese momento. Fue una noche memorable y, claro, cuando ellas decidieron retirarse a sus reales aposentos, a mi me estaba tirando la cana un hombre que estaba de toma pan y moja. Por supuesto, soy la unica soltera del grupo y he de aprovechar las oportunidades que la madre naturaleza pone frente a mis ojos. He de dar rienda suelta al calentamiento global humano que mi cuerpo desprende. --Alfonso... --Lo mire timoratamente, temiendo que me hubiera equivocado al recordar su nombre. --Eso es --asintio a la vez que se acercaba con la rapidez de un halcon a colocarse en posicion de cucharita y situaba una mano en uno de mis pechos, para ser exactos, a excitar un pezon, y la otra se entretenia en mi sexo... <> --Buenos dias, rubita juguetona. --Se dirigio a mi con suavidad, mientras ponia sus manos en mi cintura, levantandome para colocarme a cuatro patas. Asi me penetraba con mas fuerza, mientras sentia como una de sus manos me apretaba un pecho y acariciaba con la otra mi clitoris con destreza. Ni dolor de cabeza, ni naranjas de la China. <>, como diria Mafalda. <> A ver, esto si que no lo diria ella. !Mi madre!, no sabia lo que ese tio estaba haciendo exactamente con su cuerpo y el mio, pero, en menos de cinco minutos, un orgasmo intenso recorrio todas y cada una de mis terminaciones nerviosas. Grite mucho y aprete con fuerza las sabanas, que acabaron enrolladas entre mis manos. Poco despues se corrio el y se dejo caer sobre mi espalda. Fue uno de esos polvos mananeros arrolladores que hacen que no se te quite esa sonrisa de gilipollas que se te pone despues de follar. Si, porque eso era lo que habia hecho, y en ese momento lo recordaba... pasar toda la noche follando sin parar con ese tio, y acababamos de rematarlo con una de las posiciones que habiamos probado un par de veces. Lo aparte de mi con brusquedad, para que mentir, y lo mire a los ojos. La verdad era que el tio estaba bueno a rabiar.

  • Indomable. La historia de Trevor de Encarna Magin

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    El destino ha unido a Trevor y a Grace de una manera temeraria. Lo unico que tienen es la esperanza, y tal vez sea bastante para que curen o destruyan sus corazones.

  • Deseo confuso de Amy Meyer

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    Amanda es una chica joven que nunca ha mantenido relaciones sexuales. Hugo, un chico mayor que ella, se enamora perdidamente de su inocencia hasta el punto que decide cambiar su vida con tal de tenerla.
    Todo parece ir muy bien hasta que Hugo decide presentarla a sus padres y Amanda es reconocida como la amante del padre de Hugo. Sin embargo, hay algo que no encaja, la amiga del padre de Hugo murio ocho meses atras y era mayor que la dulce chica.
    ?Son la misma persona la dulce chica virgen que descubre el sexo con Hugo y la mujer madura que mantuvo relaciones sexuales con su padre?

  • La noche del cazador de R. A. Salvatore

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    Los Companeros de Mithril Hall se han reunido de nuevo. El elfo oscuro Drizzt Do'Urden regresa a Gauntlgrym con sus viejos amigos con el objetivo de rescatar a Thibbledorf Pwent, el viejo escolta de Bruenor ahora convertido en vampiro. Pero Drizzt y sus aliados no se enfrentaran tan solo a un peligroso viaje a traves de la oscuridad y de los no muertos que alli habitan, sino que deberan cruzar una colonia de drows, a quienes nada gustaria mas que ver al elfo oscuro muerto.

  • El libro de los viajes equivocados de Clara Obligado

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    Todo viaje puede desarrollarse en tres ambitos: el interior, el que transcurre en el tiempo y el que transita por el espacio. El que tiene como dimension el espacio colma los sentidos, el temporal alimenta la experiencia, aunque es el viaje interior el que puede cambiar al ser humano. Pero ?puede un ser humano modificar el sentido del universo?

  • La ultima pintura de Sara De Vos de Dominic Smith

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    Con La ultima pintura de Sara de Vos, Dominic Smith ha cosechado un exito rotundo de ventas, y la critica ya compara su obra con clasicos como El jilguero, de Donna Tartt, o La joven de la perla, de Tracy Chevalier.

  • Amor con H de Aida Del Pozo

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    <> deberia haberse escrito con H, porque el Hamor no es redondo ni perfecto>>.
    <>.
    Mi vida cambio por una carta. Mil ciento cincuenta palabras. Viaja conmigo donde quiera que vaya. La conservo en mi corazon me sirvio de guia para hallar la felicidad.
    Me llamo Cristina y soy psicologa. En este momento me preocupan dos de mis pacientes, Gloria y Alicia. Gloria no sabe lo que quiere y aun no ha descubierto que todos tenemos todas las respuestas en nuestro interior y que solo hay que desear encontrarlas. Espero ser sus mil ciento cincuenta palabras para que encuentre lo que esta buscando.
    En cuanto a Alicia, me preocupa que regresen sus fantasmas. Esta tan cerca de llegar a su meta y ahora.
    Tengo miedo de no poder ayudarlas, tengo miedo al fracaso.
    Si pudiera conseguir que encontraran al Alvaro que todos llevamos dentro.

  • El psicoanalista de John Katzenbach

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  • El testamento del Diablo de Mario Escobar

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    En 1917, Europa se desangra por la gran guerra, la Rusia zarista se encuentra al borde del colapso y los servicios secretos alemanes estan dispuestos a colaborar con los comunistas, con tal de desestabilizar a sus enemigos. Los crimenes ocurridos en un apartado monasterio ortodoxo parecen tener relacion con la busqueda de un libro al que todos conocen con el nombre de El testamento del diablo. Las Centurias Negras lo buscan desesperadamente para evitar la caida del zar, pero no son los unicos: el misterioso psiquiatra Carl Gustav Jung, el lider sionista Leo Motzkin, el joven Iosif Stalin y los servicios secretos rusos tambien desean hacerse con el libro. Si Hercules Guzman Fox y sus amigos no se adelantan, Europa puede verse sumida en el peor genocidio de la historia…

  • La Agenda Roja de Sofia Lundberg

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    Una vida esta cargada de amor, de pena y de felicidad. Si al menos nos parasemos a escuchar

  • Sesenta y cinco horas de N. R. Walker

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    ME SENTE en mi despacho intentando no mirarlo. Pero lo mire. Su despacho estaba frente al mio. Las paredes de cristal me servian de distraccion diaria, porque, por mi puta vida, no queria mirarle. Pero lo miraba. No me gustaba. De hecho, me cabreaba. Era un magnifico y jodidamente arrogante hijo de puta. El hijo del jefe. Rico, inteligente, impecablemente vestido. Y heterosexual. Las mujeres de la oficina, no, de todo el edificio, lo adoraban. Realmente era vergonzoso. Se maquillaban antes de que el entrara, aleteaban las pestanas, se reian y coqueteaban sin verguenza. Y el se limitaba a sonreir con esa jodida sonrisa de suficiencia -esa preciosa sonrisa de infarto- y las dejaba a todas alborotadas a su paso. Llevaba seis meses aqui y, por lo que yo sabia, nunca habia salido con nadie de la oficina. Debia tener esa etica laboral de limites profesionales sobre la que habia leido. Eso, o el Jefe-Papa prohibia las relaciones con empleados de la oficina. Mi asistente personal, Rachel, juraba que era un buen tipo. Era la mejor amiga de Simona, que resulto ser su asistente personal. El sonreia y charlaba con las dos, pero si yo pasaba por delante de ellos, me miraba mal. Actuaba como si no me molestara, les dedicaba una sonrisa a las chicas y las saludaba con un movimiento imaginario de un sombrero que obviamente no llevaba. Y a ellas les encantaba. No estaba seguro de si eso era lo que le molestaba, o tal vez no le gustaban los tejanos. Tal vez no le gustaba el hecho de que me hubieran contratado en una de las agencias de publicidad mas lucrativas de Dallas. Tal vez fue porque me dieron una oficina justo enfrente de el, junto a la de su padre. Tal vez fue porque fui elegido por su querido padre, y se sentia amenazado de que pudiera ser mejor que el en este trabajo. Tal vez no le gustara porque soy gay. Pero no creia que fuera eso. Era bastante amigable con Marcus, de Cuentas. Los habia visto hablar muchas veces y Marcus era tan malditamente gay que me hacia poner los ojos en blanco. Sin duda, un homofobo asqueado no se acercaria al nino del cartel de la cachemira lila y el brillo de labios. Desde el primer dia que lo conoci, se mostro frio conmigo. Habia volado a Chicago para la entrevista de Alto Ejecutivo de Publicidad en la prestigiosa Publicidad Fletcher, Inc. Nos conocimos y charlamos amablemente durante dos minutos antes de que entrara su padre y comenzara la entrevista informal. Si, fue informal, pero aun asi fue una entrevista intensa. Estaba un poco nervioso, pero fui yo: profesional, honesto y directo. Veras, la cosa es que soy jodidamente bueno en lo que hago. No tengo pelos en la lengua y no pierdo el tiempo. Asi que cuando me preguntaron si tenia alguna pregunta, dije: --Solo una. Los dos hombres me miraron para que continuara. Asi que lo hice. --No necesito deciros lo bueno que soy en mi trabajo. Teneis mi cartera y, francamente, dudo que estuviera aqui sentado si no supierais que yo solo puedo aumentar la rentabilidad de vuestras cuentas en al menos un veinticinco por ciento. Diablos, si no alcanzo ese objetivo en el primer ano, podeis darme una patada en el culo o despedirme. Pero lo que no esta escrito en mi curriculo en ningun sitio es que soy gay. Ambos parpadearon. --No anuncio mi sexualidad, ni la oculto. Esta es la unica vez que espero discutir este asunto con vosotros, asi que necesito saber, antes de que perdamos mas tiempo, si vosotros, o esta empresa, os sentis de alguna manera incomodos u homofobicos. Si la respuesta es afirmativa, entonces os agradecere a ambos la oportunidad, pero estare de vuelta en Texas a tiempo para la cena. Y con eso, el jefe sonrio, se puso de pie y me estrecho la mano, mientras el hijo parecia que le acababan de cagar desde una gran altura. Empece dos semanas despues y Cameron Fletcher se mostro indiferente conmigo desde entonces. No diria que es hostil. Pero tampoco diria agradable. Un fuerte golpe en la puerta me saco de mis recuerdos antes de que se abriera. Mi afable y distinguido jefe, vestido de Armani, entro en mi despacho. --?Lucas? --?Si, Sr. Fletcher? --Mi oficina. Diez minutos. --Claro. --Le sonrei. Cerro la puerta y mire a Rachel en busca de alguna explicacion. Ella se encogio de hombros, y ambos nos volvimos hacia la pared de cristal y vimos como el senor Fletcher llamaba a la puerta de su hijo. --?Cameron? Entro y ya no pudimos oir ninguna palabra que dijera, pero observamos la silenciosa conversacion entre padre e hijo. --No parece feliz --dijo Rachel a mi lado. --?Quien de los dos? --pregunte. Ella solto una risita. --Cameron. --?Alguna vez es feliz? Me dio un golpecito en el hombro y me sonrio con un mohin retorcido, diciendome juguetonamente que lo dejara en paz. El senor Fletcher salio del despacho de Cameron y vimos como este se sentaba en su escritorio, se pasaba las manos por el cabello veinte veces y giraba su silla para que no pudieramos verlo. Vimos como Simona ordenaba rapidamente los archivos y se los entregaba, y luego Rachel dijo: --!Ve, Lucas! Es hora. Vamos. No llegues tarde. --Casi me empujo hacia la puerta, justo cuando la puerta de Cameron se abrio justo frente a mi. Ignorando completamente a Cameron, incline mi sombrero invisible y sonrei a Simona. --Senorita Simona. Ella sonrio, y Cameron puso los ojos en blanco y se alejo delante de mi. Pronto me di cuenta de que tambien se dirigia al despacho de su padre. Mierda. Lo segui, entrando por las puertas dobles abiertas al final del pasillo. El despacho del senor Fletcher era enorme; abierto, luminoso y contemporaneo, pero con estilo. Habia una gran flecha de arquero adornando la pared detras de su escritorio. El simbolo de la flecha de arquero, el icono de Publicidad Fletcher, al parecer, estaba en el escudo de la familia. La flecha, esa simple pieza de firma, estaba en todas las malditas cosas; puertas, ventanas, papeleria, muebles; television, internet, revistas, periodicos. Esa misma flecha era sinonimo de publicidad en todo el pais. Representaba la excelencia en esta industria. Incluso habia una junto a mi nombre en mis tarjetas de presentacion. No necesitaban un eslogan, ni mensajes cursis. El simbolo por si solo decia lo suficiente. Cuando veias la flecha, pensabas en Publicidad Fletcher. Simple y efectivo. Genialidad. --Ah, Lucas --dijo el Sr. Fletcher, el hombre detras del genio--. Pasa, toma asiento. Cameron estaba alli, aunque no me miraba. A decir verdad, estaba un poco nervioso en cuanto al significado de esta reunion y por que eramos solo nosotros tres. Las reuniones improvisadas y exclusivas con el jefe siempre me ponian tenso, asi que hice lo primero que se me ocurrio. Me recoste en mi asiento, cruce un tobillo sobre la rodilla y sonrei como si estuvieramos alli para hablar del partido de futbol del fin de semana. Engreido, si. Arrogante, tal vez. Vendia publicidad, joder. Mi trabajo consistia en aparentar que conocia el secreto de su exito. Era una actuacion. Yo lo sabia, pero el cliente, el tipo al otro lado de la mesa que extendia los cheques, no. --Supongo que ambos os preguntareis por que os he reunido aqui --comenzo el senor Fletcher, aunque no nos dio tiempo a ninguno de los dos para hablar--. Me he enterado por rumores de que cierta empresa de productos de estilo de vida esta en la necesidad de una nueva comercializacion. He hecho algunas llamadas telefonicas y he conseguido una reunion casual para convencerles de que nos necesitan. --Lurex --dijo Cameron con confianza--. Lei un articulo con el nuevo director general en Business Review USA. Dijo entonces que le gustaria ampliar horizontes. El Sr. Fletcher asintio a su hijo y sonrio, un poco orgulloso. --Si. Lurex. Vaya por Dios. La mayor empresa de productos de estilo de vida, como dijo el senor Fletcher con tanta delicadeza, era el mayor fabricante de preservativos, lubricantes personales y auxiliares sexuales del pais. Esa cuenta seria… enorme. Un tipo de carrera inmensa. Podia sentir que mi sonrisa se hacia mas grande, y el Sr. Fletcher sonrio cuando me miro. Pero fue Cameron quien hablo. --?Por que nos lo dices a los dos? Ese era un buen punto. Entonces mire a Cameron, aunque todavia no me habia mirado. Sus ojos estaban fijos en su padre. --La reunion es a las 10 de la manana, el lunes. Parpadee. Estaba seguro de que Cameron parpadeo. Luego volvi a parpadear. --?Como dentro de tres dias? --dijo mi boca antes de que mi cerebro pudiera detenerla. Eran las cuatro de la tarde del viernes, joder. --Si --dijo el senor Fletcher lentamente, como si yo fuera un discapacitado mental--. En sesenta y cinco horas quiero que Publicidad Fletcher entre en esa reunion con un nuevo diseno de producto, un nuevo mercado objetivo, una nueva campana. No me atrevi a preguntarle si habia perdido la puta cabeza y me conforme con removerme en mi asiento. El Sr. Fletcher me miro, luego a Cameron, y dijo: --Es un contrato de veinte millones de dolares, y lo quiero. Los dos teneis un talento excepcional y con un horario abierto, no dudo de que cualquiera de vosotros podria conseguir el trato. Oh, joder… Estaba bastante seguro de que sabia a donde iba con esto…. --Pero no tenemos un horario abierto --dijo el Sr. Fletcher--. Tenemos sesenta y cinco horas. Por eso, los dos trabajareis juntos durante el fin de semana para asegurarnos de que entramos en esa reunion y los dejamos boquiabiertos. Trabajar juntos. Trabajar todo el fin de semana. Si. Eso es lo que pense. Joder. Cameron intento objetar, pero su padre se levanto. Al parecer, la reunion habia terminado. El Sr. Fletcher se dirigio a las puertas dobles que daban paso a la sala de conferencias y mire a Cameron. Estaba mirando la silla de su padre, ahora vacia, e imagine que mi cara no era mucho mejor. --!Chicos! --nos llamo el senor Fletcher. Me apresure a seguirle, y Cameron no estaba muy lejos de mi. Habia dos bolsas de papel marron de supermercado sobre la mesa de conferencias, que el Sr. Fletcher senalo con la mano. --Conoced su producto tal y como es ahora, lo que le falta. Convertidlo en algo sin lo que alguien no pueda vivir. Estare en contacto con vosotros. Y entonces solo quedamos Cameron y yo. Y dos bolsas de papel marron. Suspirando, abri una de las bolsas, y el contenido se derramo sobre la mesa. Condones. Cajas de ellos. Acanalados, tachonados, de colores, finos, largos, para el placer de ella, para el de el, lo que sea, estaba alli. Lubricantes de todos los sabores, con purpurina, con brillo, autocalentables, con hormigueo… Sonrei cuando me di cuenta de que ya habia probado la mayoria de ellos. Eche un vistazo a la otra bolsa y, por el rabillo del ojo, note que Cameron se movia. Me encogi de hombros hacia el. --A mi tampoco me gusta esto --le dije, entregandole lo que tenia en las manos, para poder vaciar la segunda bolsa. Cuando miro lo que le habia dado, yo tambien lo mire, dandome cuenta de que acababa de entregarle una caja de lubricante con sabor a fresa. Miro la caja, luego a mi y exhalo con las mejillas hinchadas. Empece a sacar cajas de la segunda bolsa cuando me di cuenta de que el estaba volviendo a empaquetar la primera. --?Que estas haciendo? --le pregunte. --No voy a hacer esto aqui --dijo con un tono sencillo. --?Que? --pregunte en voz demasiado alta--. Oiste lo que tu… Me corto. --He dicho que no voy a hacer esto aqui --repitio, claramente nervioso. Saco una tarjeta de presentacion y un boligrafo del bolsillo y garabateo algo antes de darmelo--. Es la direccion de mi casa --explico antes de que pudiera preguntar--. Si voy a estar todo el fin de semana trabajando, mas vale que este comodo. Le dire a Simona que nos prepare todo lo que necesitemos. Miro su reloj. --Estare en casa en una hora. Y asi, sin mas, estaba secuestrado durante las siguientes sesenta y cinco horas con un hombre que no soportaba verme.

  • La Educacion Sentimental de la Senorita Sonia de Susana Constante

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    La senorita Sonia se entusiasma en la semioscuridad del compartimento de un tren de larga distancia con el esplendido capitan de husares que la conduce (?la conduce?) a los placeres del dialogo filosofico y de la perversion. Como en otras novelas escritas por mujeres, el eco de Sherezade esta siempre presente y quien narra la historia tiene el lugar decisivo: ajena a las precauciones restrictivas de la literatura moderna, la narradora analiza las pasiones, sabe todo sobre todos y se desplaza con malicia por la superficie del relato.

  • Los 80 anos de Sofia de Jaime Penafiel

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  • Adorable reputacion (Adorable 2) de Gabriela Cano

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    Segunda entrega de la trilogia <>.

  • El idioma de los recuerdos de Antonio Gomez Rufo

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    Esta novela es una mirada nostalgica a la Historia y a la vida, un homenaje a la Literatura con mayusculas, y una reflexion sobre los recuerdos que regresan a nosotros cuando todo parece perdido.

  • El valle de las lagrimas de Sonia Marmen

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    Harta del acoso constante que sufre por parte de Lord Dunning, Caitlin se escapa del castillo. En su desesperada huida, la joven conoce al contrabandista Liam McDonald, un hombre apuesto y con el alma herida que le ofrece refugio en su casa de las Highlands. En medio de paisajes de ensueno y de un torbellino de aventuras, nacera el amor entre Caitlin y Liam.

  • Amor Sin Palabras de Lucy Monroe

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    UN AMOR SIN PALABRASLucy MonroeDescubrir que su jefe, el magnate Andreas Kostas, ten’a intenci-n de casarse fue un golpe devastador para Kayla. Pero entonces Andreas le propuso que fuera ella quien llevase su anillo de compromiso.Seis a-os atr+s, Kayla hab’a experimentado el incandescente placer de sus caricias y hab’a escondido su amor por el desde entonces.Era la proposici-n que siempre hab’a so-ado, pero Ase atrever’a a arriesgar su coraz-n sabiendo que Andreas no cre’a en el amor?

  • Malote enganchado de Rosalia Reyes

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    Viktor Montana era un tio solitario.
    Huerfano de nino, acogido en la mafia.
    Un traficante, un asesino.
    “Montana” lo llamaban.

  • Un desconocido en apuros (eLit 1) de Gina Wilkins

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    Edstown, Arkansas. Ayer tarde, Serena Schaffer, la propietaria del periodico local, encontro a un hombre herido en una zanja cerca de su domicilio, en Edstown. El hombre mostraba signos de haber sido brutalmente golpeado y robado, y se encontraba al borde de la muerte. Schaffer lo condujo rapidamente al hospital de la ciudad, donde se recupera de sus heridas en la habitacion 205. Se rumorea que no va a pasar mucho tiempo antes de que los dos se rindan ante la poderosa atraccion que ha surgido entre ellos…

  • Nada que tu no quieras de T.s. Williams

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  • El origen de los clanes (Catarsis 1) de Beatriz Curi Chercoles

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    Es una novela que se mueve entre los generos de aventura, intriga y romance, tres ingredientes fundamentales en un relato dirigido a un publico juvenil. De facil comprension de lectura, muy dinamica y divertida, y es el primer libro de una trilogia.

  • Mystical de Veronica A. Fleitas Solich

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    La vida de Agatha esta tenida de magia; no por eso, todo en su vida es magico. Duena de un don especial y perseguida por pesadillas que la atormentan desde pequena, ella ve y siente cosas que la mayoria de los mortales desearia no tener que experimentar.
    Con un pasado que no le fue sencillo sobrellevar, se ha instalado en Miami para intentar rehacer su futuro y lo ha logrado. Alli formo una familia a la que no la une la sangre pero si la magia, y abrio su tienda “Mystical”, en la cual ha encontrado su lugar seguro dentro de un universo demasiado inmenso y extrano que no puede controlar.
    Lo que supo construir se ve amenazado cuando el destino pone frente a ella a Patrick Reed, uno de los empresarios mas famosos de la ciudad y a su socio, Andrey Vorobiov.
    Tras un evento inexplicable y un asesinato que los pone en la mira de la investigacion, las existencias de Agatha y Patrick se enredaran para comenzar a dar vueltas alrededor de un centro que los atrae y que tambien arrastra a otros personajes que los rodean.
    Encontrar al verdadero asesino no sera unicamente necesario para demostrar su inocencia y la de Patrick, sino tambien un modo de recorrer el sendero que la conduce a descubrir que esconden sus pesadillas y las visiones que han comenzado a invadir sus dias.
    A pesar de ser dos polos opuestos, ninguno de los dos puede ignorar el hecho de que una pasion increiblemente fuerte los atrae. Les restara descubrir cuanto sera capaz de resistir y perdonar ese amor, y cuanto soportara de realidad, la magia que los rodea.
    Una segunda oportunidad, secretos, envidias y un amor que parece dispuesto a perdurar en el tiempo pese a todo.
    Mystical es magia, es vida; es el hilo plateado que por muy delgado que pueda parecer, guia los corazones hacia su destino.
    Descubre la magia en cada pequeno detalle de la vida, en cada latir de un corazon.

  • Los feos tambien se enamoran, Minerva Hall de Minerva Hall

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    ?Es posible superar el primer amor?

  • La luna de Joachim Kalka

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    La simbologia y el influjo de la luna a lo largo de nuestra historia son tan amplios como diversos, tan antiguos como vigentes. Y son infinitos los recorridos que pueden hacerse en torno a este astro que siempre ha estado ahi, testigo y parte del desarrollo de las civilizaciones.
    Joachim Kalka presenta en este libro un paisaje tan erudito como personal que orbita en torno a la luna; incluye notas y reflexiones sobre ciencia, filosofia, literatura y distintas expresiones artisticas que van desde la pintura, la escultura y la poesia, hasta otras mas recientes como el cine o el comic.
    El autor nos sumerge en libres e hipnoticas asociaciones que entreveran, con fluidez y naturalidad, aproximaciones biblicas, astronomicas y astrologicas de la luna, su simbologia, mitologia y leyendas, pero tambien la situa como protagonista de grandes hitos de la historia como la llegada del hombre a la luna o la profunda influencia que significo en la obra y pensamiento de grandes autores. Un texto apasionante y poliedrico, siempre inacabado, sobre este ente cosmico misterioso y mutable.

  • La maldicion de Tonr (Leyendas del Bosque Azul) de Leslie G

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    El gran bosque dormia sumergido en una densa niebla que lo cubria por completo como si intentara esconderlo del mundo. En el suelo, una triste criatura se arrastraba sobre la hierba mojada; el olor a tierra invadia su nariz y sus unas se enterraban en el lodo. La luz de la luna atravesaba la niebla y llegaba hasta ella transformada en sombras. Y, mientras su cuerpo maltrecho reptaba entre penumbras, la criatura se preguntaba si sobreviviria un dia mas. Sus piernas se habian convertido en dos pesos muertos que no hacian sino retrasarla en su viaje. Las piedras del camino habian abierto varios cortes en su abdomen, algunos bastante profundos, y la sangre que brotaba de su cuerpo dejaba charcos de plata escondidos entre las hojas. El cansancio iba venciendo a sus brazos, que batallaban duro para arrastrar aquel cuerpo inutil. Estaba exhausta, las lagrimas le nublaban la vista y su piel habia comenzado a agrietarse como una fruta seca. Pero no se detenia, porque llevaba el peso del mundo en su vientre desnudo, porque, si lo hacia, estaria condenandolos a todos. Cuando llego a la caverna, apenas conseguia mantenerse despierta, tenia la barriga lacerada y el rostro desfigurado por las heridas. Estaba muriendo, y el simple movimiento de estirar un brazo para impulsarse hacia el frente le parecia una tortura. Aun asi, logro colocar una mano en el agua, dejando que el frio penetrara en su piel y avivara sus sentidos. Poco a poco se arrastro hacia adentro de aquellas aguas negras con olor a muerte, cerro los ojos y se dejo llevar por la corriente hasta las entranas de la tierra. El primer sol se le perdio detras de una estalactita gigante cuya punta se hundia toscamente en el lago subterraneo. Y, cuando aquella agua congelada se llevo sus lagrimas, ella hizo un juramento. Capitulo 1: La caverna 1 Sylha solto un chiflido nada apropiado para una exprincesa de veinte anos, pero lo que tenia delante valia eso y mucho mas. Habia llegado a la isla justo cuando el primer sol comenzaba a aparecer en el horizonte, aprovechando la marea baja y las aguas calmas de la madrugada. Ahora, despues de pasarse la mitad del dia atravesando bosques y escalando el enorme morro de piedras que la separaba del extremo este, entendia por que le habian advertido que no podria rodear la isla con el bote. Delante de ella se extendia un precipicio hasta la playa, donde olas de mas de quince metros arremetian con tanta furia contra las rocas que el agua le llegaba a salpicar los pies. Cada vez que las olas se alejaban, era posible ver la arena blanca esperando para ser cubierta nuevamente. Parecia que el mar habia perdido la cordura. --Bonito, ?verdad? --sono una voz a su lado que le hizo dar un salto y desenvainar la espada --. Existe una belleza rara en todo lo salvaje --completo el anciano con una sonrisa en los labios. El hombre era rechoncho y un poco mas alto que ella. Llevaba una barba blanca que le llegaba al pecho y vestia un overol azul claro por encima de una camisa de cuadros con mangas largas. En contraste con la barba, su cabeza no ostentaba ni un solo cabello y brillaba bajo la luz del sol, cubierta de sudor. Tenia unos ojos pequenos que la miraban como ella siempre penso que lo hubiera hecho su abuelo de haberla conocido. --?Tu eres el guardian? --pregunto la chica guardando nuevamente su espada en el cinto. --Puedes llamarme asi si lo deseas, ?y tu eres la invasora? --Puedes llamarme asi. El viejo asintio, luego miro al mar: --No eres la primera que lo intenta. --Lo se. La ola que llegaba en ese momento les dio un bano de agua fria y le arrebato una carcajada al anciano. --?Vas a tratar de impedirmelo? --pregunto Sylha lamentando no haber resguardado sus pertenencias fuera del alcance de las olas. --Yo no, ese no es mi trabajo. Ella queria preguntarle cual era su trabajo; si el guardian no estaba alli para cuidar del prisionero, entonces, ?para que estaba? Se mordio la lengua, los dos soles ya habian recorrido la cuarta parte del camino y no tenia mucho tiempo si queria marcharse antes de que anocheciera. La unica entrada de la caverna se encontraba alla abajo. Sylha se pregunto de que forma el guardian le haria llegar las provisiones al prisionero, luego recordo que aquel recluso en particular no necesitaba provisiones y un escalofrio recorrio la piel de sus brazos. Sin perder mas tiempo, ato un extremo de su soga a la roca mas firme que encontro y se paso el otro por entre las piernas en forma de arnes. Conto los latidos de su corazon entre una ola y otra, y decidio que, si lograba alcanzar la entrada antes de llegar a treinta, estaria segura. Se colgo del precipicio y, cuando la proxima ola llego, el miedo la congelo en el lugar. --No tienes que hacerlo, mi nina --le dijo el anciano--. No vale la pena. Eso era todo lo que necesitaba escuchar. Sylha lleno sus pulmones de aire y espero una nueva ola. Lo ultimo que vio antes de lanzarse al vacio fue una sonrisa triste en el rostro del guardian. <>, penso y comenzo a contar. Cayo en la arena mojada con un golpe tan fuerte que abrio un hueco a su alrededor. A su espalda podia escuchar al mar preparandose para una nueva embestida; adelante, la entrada de la caverna la sorprendio por su tamano. --Es demasiado grande, no me protegera de la fuerza de la ola. Pero no habia otro lugar para donde correr, ni mucho menos tiempo de subir por la soga nuevamente. Asi que entro en la cueva, que se abria hacia el interior de la montana como una boca gigante. El enorme tunel se perdia en la oscuridad, pero continuaba siendo demasiado ancho para frenar la fuerza del mar. La chica acelero el paso, buscando entre las paredes algun refugio donde pudiera ponerse a salvo. Entonces, un instante antes de que el agua tapara por completo la luz del dia, un timido rayo de sol ilumino la grieta. 2 Cuando Sylha termino de pasar el cuerpo por la grieta, llego el agua, entrando en la caverna con un sonido estruendoso y llevandose la poca iluminacion que restaba. La chica sabia que la camara donde se encontraba ahora tambien se inundaria, pero el delgado espacio de la ranura frenaria la fuerza del mar y la salvaria de morir aplastada contra una roca. El nivel del agua comenzo a subir. Ella se sujeto de una estalagmita y contuvo la respiracion, contando los segundos en espera de que el agua se retirara de nuevo. Llego a treinta y aun no podia respirar. Algunas burbujas de aire escaparon por su boca, y la joven se vio obligada a luchar con fuerza para calmar los latidos de su corazon, era la unica forma de lograr que el poco aire que le quedaba en los pulmones le rindiera un tiempo mas. Estar rodeada de rocas no ayudaba en nada, tampoco el hecho de que ya iba por cuarenta y el agua no parecia querer salir de alli. <>. Y el agua salio. Lentamente, mucho mas despacio que como habia entrado, el agua abandono la cueva. Entonces la joven pudo ver donde se encontraba. Todo era como lo recordaba: un intrincado conjunto de grutas y rocas que se entrelazaban con la montana en caminos que ascendian a la oscuridad. Aquella era la verdadera entrada de la caverna; de haber seguido por el tunel principal, probablemente ya estaria muerta. No le fue dificil encontrar la ruta que debia seguir, ella ya habia estado alli demasiadas veces como para perderse. Sylha comenzo a subir, contemplando admirada como la oscuridad se intercalaba con los rayos de sol que atravesaban esporadicas ranuras entre las rocas que formaban la montana, manteniendo el ambiente envuelto en penumbras que a duras penas le permitian distinguir los toscos escalones. Las proximas olas tambien llegaron hasta ella, pero el agua poco a poco fue perdiendo terreno y, conforme la chica se adentraba en las entranas de aquella fortaleza escondida, el mundo en el exterior se le fue haciendo lejano. Habia muchos pasajes dentro de la montana, ninguno parecia hecho por los hombres. Las paredes de las grutas eran asperas y humedas. El techo estaba cubierto de estalactitas, algunas de las cuales se unian a las rocas en forma de columnas que la chica necesitaba rodear para seguir su camino. El suelo estaba mayormente seco, salvo por algunas pozas de agua que aparecian en medio del trayecto. Despues de un tiempo, Sylha comprendio que los <> no eran mas que irregularidades en las rocas que formaban la pendiente. Estaba tan ensimismada en su camino que no percibio cuando el aire se volvio mohoso y, solo cuando vio la enorme sombra pasar de un lado para otro a algunos metros de ella, Sylha se dio cuenta de que habia llegado a los dominios de la Raposa. 3 El corazon se le disparo en el pecho y su cuerpo entero se inmovilizo. Sylha se obligo a respirar, ella conocia al animal, podria identificar aquel olor con los ojos cerrados y sabia lo que tenia que hacer. --Espero no estar equivocada --se dijo--, no seria un buen momento para descubrirlo. Si alguien le hubiera dicho cinco anos atras a la princesa de Tonr que un dia se encontraria dentro de una caverna, jugando a los escondidos con un animal demoniaco, se hubiera echado a reir; no por causa de la caverna ni por lo siniestro del asunto, sino simplemente porque Sylha siempre odio esconderse. No lo hacia bien y odiaba todas las cosas que no se le daban bien. Aquella era otra epoca, tan distante que parecia la vida de una persona diferente. La joven se apretujo contra una estalagmita que, por su tamano, podia esconderla perfectamente. No necesitaba mucho espacio para eso, pues su cuerpo continuaba siendo tan delgado como siempre, demasiado escualido para el gusto de la mayoria de las personas. No tuvo que esperar mucho para que el animal apareciera y, aunque ella recordaba con exactitud cada detalle de su apariencia, la sangre abandono su cuerpo en el momento en que la enorme cabeza asomo por detras de las rocas. Tambien recordaba otras cosas. Sylha estiro el brazo con los ojos cerrados, intentando no pensar en las mandibulas de la Raposa, ignorando el olor a pescado descompuesto y las gotas de saliva que cayeron sobre su piel cuando la bestia acerco el hocico. Asi era el juego, la Raposa olfatearia su alma y decidiria si era digna, o al menos era eso lo que ella habia entendido despues de tantos encuentros desafortunados. Tal vez nada tenia sentido y la Raposa reaccionaba segun estuviera de humor ese dia, pero Sylha no queria ni imaginar que sucederia ahora si el animal decidiese atacarla. Mientras esperaba el veredicto, la chica se permitio un vistazo rapido e inmediatamente se arrepintio de haberlo hecho. La cabeza del animal era tan grande que el puno de la chica cabria enteramente dentro de uno de los orificios de su hocico grotesco. Su cuerpo tapaba la gruta por completo --Sylha llego a pensar que si la bestia no crecia mas era porque el limitado espacio donde vivia no se lo permitia --, y su aspecto era tal y como ella recordaba: desprovista de piel, la enorme Raposa ostentaba musculos y tendones que brillaban banados en una sangre hedionda; el rostro era una mascara de terror donde podian verse colmillos amarillentos enterrados en el hueso, como si hubieran sido implantados por la fuerza. Si algo habia aprendido la joven en sus tantos encuentros con la bestia, era que el miedo la traicionaria. Sylha mantenia el brazo firme, soportando el escrutinio de la Raposa, quien lanzaba ondas de aire caliente al olfatearle la mano. Pero no podia evitar que la chispa de temor que habia activado cuando la observo se encendiera cada vez mas. Sabia que el animal lo sentiria y sabia que aquel seria su fin. La bestia le dedico un grunido de advertencia, era una escena extrana considerando que el animal no tenia labios; aun asi, aterradora. Ella respiro con fuerza y cerro los ojos, concentrandose en el motivo que la habia impulsado a realizar aquel viaje, tenia que lograrlo. Un momento despues, la Raposa giro su cabeza y se fue. Sylha suspiro, habia pasado la primera prueba, pero no terminaria ahi. Sabia que el animal la dejaria deambular por las cavernas, pero, cuando descubriera hacia donde realmente ella se dirigia, la cazaria. 4 A partir de ese punto, los caminos por dentro de la montana se volvieron oscuros. Cuanto mas se adentraba en aquel laberinto de cuevas, mas desagradable se le hacia el viaje. Por las paredes de piedras comenzaron a aparecer rastros de sangre seca, espinas de pescados y huesos. En una de las camaras, Sylha se encontro un amontonado de armas oxidadas y viejas, entre las cuales se podian ver restos de personas. Virandose de espalda, la chica se ato un panuelo sobre la nariz y la boca, intentando filtrar el aire putrido y enfocar sus pensamientos en cualquier otra cosa fuera de aquel lugar. No podia permitirse vomitar, pues eso atraeria la atencion de la Raposa. Ella sabia lo que encontraria alla dentro, no era la primera vez que estaba alli. Sin embargo, no podia evitar que el estomago se le retorciera al recordar que, si el animal la tomaba desprevenida, acabaria uniendose a la coleccion macabra. De una cosa estaba segura: aquel era el camino correcto. Cuando se fue acercando a su destino, la luz la fue abandonando. Sylha continuaba encontrando algun que otro agujero entre las piedras; eran demasiado pequenos para poder mirar a traves de ellos, pero lo bastante grandes como para notar que alla afuera aun era de dia. Sin embargo, la luz no entraba en la caverna, sino que se limitaba a formar pequenas esferas alrededor de los huecos y el efecto optico era perturbador. La chica escuchaba los pasos de la Raposa alrededor de ella. La bestia la habia dejado ir, pero la mantenia vigilada desde los cientos de tuneles que se entrelazaban en la montana. Sylha sabia que no faltaba mucho para que el animal descubriera hacia donde se estaba dirigiendo y, disimuladamente, puso una mano sobre la empunadura de su espada. Ella era consciente de que no la podria matar, la Raposa era un animal magico que ni siquiera estaba vivo, pero se sentia mas segura de esa forma. Estaba tan oscuro que Sylha ya no veia donde colocaba los pies y tenia que pasar las manos por las paredes de las grutas para guiarse. Se encontraba cerca. Entonces, llego el silencio. Sylha detuvo sus pasos, sintiendo como el miedo formaba una bola fria en su garganta, y aguzo el oido. Las estalactitas habian dejado de gotear, la Raposa habia dejado de moverse... <>, penso mientras se dejaba llevar por el terror. Y corrio. La exprincesa de Tonr salio en disparada atravesando tuneles con el sudor mojandole la frente y una bestia milenaria siguiendole los pasos. La mayoria de las veces que habia visitado aquel lugar terminaban de la misma forma: ese era el momento en que moria. --Hoy no. Cada vez que doblaba una esquina sentia a la Raposa mas cerca. Despues de un tiempo perdio totalmente el sentido de sus pasos y temio estar dando vueltas en circulo. El hedor del animal llegaba cada vez mas fuerte, y casi podia sentir su odio. La Raposa le habia permitido pasar con una sola condicion, y ella la habia traicionado. --Lo siento --susurro como si sirviera de algo. Sylha corria con unas piernas que ya no parecian suyas, sin detenerse a buscar el camino correcto, volando sobre los charcos del suelo y girando entre tuneles oscuros. Estaba tan aterrorizada que no se dio cuenta de cuando la oscuridad la envolvio por completo, un detalle importante considerando lo que significaba: habia llegado. Sylha paro, intentando inutilmente mirarse las manos, con el corazon estallando dentro de su pecho. A pesar de no haber rejas ni cerraduras, ella sabia donde estaba; habia sonado demasiadas veces con aquel lugar, con aquella camara dentro de la montana donde, con solo colocar un pie, era invadida por una oscuridad perfecta. Llevaba exactamente cinco anos teniendo el mismo sueno, con finales diferentes. Cinco anos que habia dedicado a prepararse para el dia en que lo enfrentaria de verdad. Y alli estaba, aranada y cansada, destruida por la vida, cumpliendo su sueno; por algun motivo, aquello no parecia alegrarla. <>, penso. Entonces, unos ojos rojos aparecieron frente a ella: --Hola, Sylha, bienvenida a mi hogar.