• mary martin peter pan - Mary Martin

    https://gigalibros.com/traicion-un-secreto-peligroso.html

    Despues de un doloroso trayecto
    nuevamente la vida junta a los
    enamorados, lo que hace que
    compartan un cruel destino.

  • Peter Pan - Starring Mary Martin: Amazon.es: Películas y TV

    https://www.amazon.es/Peter-Pan-Starring-Mary-Martin/dp/B00361EWJA

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  • Peter Pan - Starring Mary Martin [Blu-ray - Amazon.com

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  • mary martin peter pan cyril ritchard lp vinyl made in usa 1954

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  • Mary Martin Peter Pan Producers Showcase 1956 - Alamy

    https://www.alamy.es/foto-mary-martin-peter-pan-producers-showcase-1956-166966800.html

    Descargar esta imagen: Mary Martin Peter Pan Producers Showcase 1956 - KKHYT0 de la biblioteca de Alamy de millones de fotografías, ilustraciones y vectores ...

  • I Won't Grow Up Peter Pan Mary Martin Cover | Etsy España

    https://www.etsy.com/es/listing/1051981264/i-wont-grow-up-peter-pan-mary-martin

    Parte de una gran colección bien cuidada, algo de desgaste, decoloración, arrugado en los bordes, asignación, desgaste de costura.

  • Peter Pan Starring Mary Martin DVD & Blu-ray - Shop PBS

    https://shop.pbs.org/HW1062.html

    In 1955, over 60 million TV viewers tuned into a live telecast of "Peter Pan," the Broadway musical starring Mary Martin and Cyril Ritchard.

  • Mary Martin - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Mary_Martin

    Mary Virginia Martin (1 de diciembre de 1913 – 3 de noviembre de 1990) fue una actriz ... Mary Martin - Together With Music (1955); Producers' Showcase: Peter Pan ...

  • Peter Pan, Simplified Edition Music Book, 1954, Mary Martin ...

    https://www.ebay.com/itm/165309007000

    Peter Pan, Simplified Edition Music Book, 1954, Mary Martin On Cover. 16 pages 6 songs.

  • Lista de obras basadas en Peter Pan - leer wikipedia con ...

    https://hmong.es/wiki/Peter_Pan_(musical)

    El libro ilustrado de Peter Pan (a veces titulado La historia de Peter Pan ) ... Mary Martin interpretó a Peter Pan en la televisión por tercera vez el 8 de ...

  • Peter Pan (TV) (1960) - Filmaffinity

    https://www.filmaffinity.com/es/film425135.html

    Peter Pan (TV) es una película dirigida por Vincent J. Donehue con Mary Martin, Cyril Ritchard, Maureen Bailey, Margalo Gillmore, Sondra Lee .... Año: 1960.

  • Beso de angel de R. M. De Loera

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    --ME VOY. Adrian fruncio el ceno mientras su manzana de Adan subia y bajaba con brusquedad. Esos ojos azules pretendieron descifrarme, pero me obligue a permanecer con la postura correcta y mostrar impasibilidad en mi rostro. Intento hablar en un par de ocasiones hasta que crei entender: --?Decidiste participar en ese concurso en Lerma? En mis labios aparecio una sonrisa incierta y asenti, pues no estaba segura de que mi voz fuera capaz de emitir sonido alguno. Ni siquiera sabia a donde me dirigiria, porque solo habia vivido en ese barrio los ultimos ocho meses. Por mi trabajo, era una errante y no llame hogar a ningun lugar hasta que llegue a Pinilla. El nego y crei ver que movio los labios a un lado como si mis acciones le desagradaran. Tuve que recordarme una y otra vez que la desilusionada era yo y que el no tenia ningun derecho a sentirse dolido. Incluso estaba segura de que solo era mi imaginacion. Solto el aire de golpe y anadio: --Te deseo lo mejor, Sofia. Pense que diria algo mas, pero metio las manos en los bolsillos y se balanceo sobre los pies. Nos observamos en silencio y hasta se podria decir que estabamos paralizados. Eramos un mundo aparte del bullicio que habia a nuestro alrededor. Era hora punta y el restaurante estaba lleno. Me mordi el interior de las mejillas y desvie la mirada mientras un suspiro escapaba de mi garganta. El marco de su ultimo encargo descansaba sobre mis piernas. --?Es esa mi pintura? La primera obra que pinte para Adrian reflejaba el espiritu acogedor de su restaurante. Ahi todos eran bienvenidos… Y yo era una de ellos. A esa obra le siguieron muchas mas. Tantas, que el lugar albergaba mas pinturas de mi autoria que mesas. Y el encontro como colocarlas con buen gusto. Me obligue a observarlo otra vez y volvi a asentir, era extrano tener sentimientos tan encontrados. Existia cierta musicalidad en el chocar de las cucharas en los platos, el tintinear de las copas y la caida del vino en ellas. El restaurante se volvio mi inspiracion, amaba estar ahi. Adrian saco una mano del bolsillo, la levanto y la acerco a mi rostro, seguro que tenia alguna mancha de pintura. Mas en esa ocasion me adelante y pase el dorso de la manga. El dejo caer la mano como si acabara de perder la capacidad de sostenerla. Esos labios, que bese unos dias antes, estaban apretados en una mueca. Pedro, uno de los meseros, se acerco a nosotros. Era urgente que Adrian regresara a la cocina. El levanto el menton en senal de que lo habia escuchado, por lo demas, permanecio inmovil frente a mi. Necesitaba que se fuera, pues el escozor en mis ojos se torno intolerable. Solo tenia que entregarle la llave de la habitacion y marcharme. Despues me permitiria liberar el cumulo de emociones que me dominaban, era probable que lo hiciera en un cuadro no muy elegante. --Tendras tiempo para comer, ?no? Se giro sin permitirme responderle. En segundos, Martin, el maitre, extendio la mano con la caballerosidad que sus anos le aportaban. Pestanee con rapidez, tenia la mente en blanco. No estaba segura de que esperaba, pero no eran esas palabras. Me deje llevar por los recuerdos y con pasos inseguros llegue a la mesa de siempre. Observe el ir y venir del lugar. La maestria con que los camareros danzaban por el salon mientras Don Alvaro y Don Fermin hablaban de la bolsa de valores y unas mesas mas alla unos turistas intentaban hacerse entender, aunque sus rostros delataban lo famelicos y sedientos que se sentian. En segundos, su mesa se lleno de panes y el mas fino vino de la casa. Frente a mi, dos enamorados se susurraban palabras de amor entre risas y besos robados. Apoye la cabeza sobre mi mano y observe el exterior, no queria que se percataran de mis ojos humedecidos. Me dejaban esa mesa porque era la que ofrecia la mejor vista del salon y del rio. Martin no permitia que nadie mas la usara. Siempre decia: <>. Y es que Adrian cursaba la especialidad en reposteria y yo jamas me negue a comer sus preparaciones. Segun el, yo era su musa. Los postres mas solicitados vieron la luz en los dias en que estuve alli. Extranaria ese lugar idilico a las faldas del rio Duero. Era una estructura diminuta con varios siglos de historia, una reliquia familiar. Adrian me permitia subir las angostas escaleras de caracol para llegar a lo mas alto de la torre y observar el horizonte, la frontera entre el rio y el barrio que me robo el corazon. Le dedique una sonrisa a Pedro cuando dejo una ensalada de rape sobre la mesa con una copa de vino rosado del que, en cuanto toco mi lengua, percibi su frescura y el tono citrico. Me relami los labios por la opulencia en sabores. En cualquier otro momento, pensaria que Adrian pretendia retenerme al dedicarme sus mejores creaciones. Todo el barrio comia alli. Adrian caminaba por los mercados a media manana y compraba los productos mas frescos, en cambio ellos lo visitaban a la hora de la comida. Era un engranaje que mantenia viva la economia del lugar. Alli se saludaba a las personas por su nombre. Martin se encargo de dejar el bacalao con salsa de azafran frente a mi junto con una copa de sauvignon blanc. Antes de que se retirara, extendi la mano temblorosa y le dije: --No quiero postre. Martin palidecio y el murmullo de las mesas se evaporo. El corazon me retumbaba en el pecho, mi respiracion se entrecortaba. Ya no habia marcha atras, ese era el final. LLEGUE A PINILLA POR un concurso de pintura en la calle y, aunque no gane, a Adrian le gustaron mis pinturas. El vivia con un grupo de personas y me ofrecio alojamiento, esa fue la razon por la que acepte vivir juntos. Solo seria una excentrica mas en esa familia que el construyo. Pero despues de ocho meses, no existia una relacion entre los dos, y ese era el problema. Porque cuando el llegaba del restaurante a las dos o las tres de la madrugada, se recostaba en mi cama, sus brazos me rodeaban por la cintura y de algun modo siempre encontraba la calida piel de mi abdomen. Los primeros dias reia y lo echaba a la habitacion contigua, aunque el nunca me presto atencion. A esa hora hablabamos de Gertrudis, que tenia un gallo que adoraba y nos regalaria su canto un par de horas despues. Susurrabamos sobre Mateo y Pilar, una pareja madura de recien casados demasiado inquietos a la hora de hacer el amor. Sin embargo, la noche anterior fue la primera vez que Adrian no vino junto a mi, y un pinchazo se apodero de mi pecho como cuando una aguja encuentra tu piel sin querer. En la habitacion contigua alguien mas se dejo llevar por la pasion. Y eso que unos dias antes yo le robe un beso… Era momento de partir. ME APRESURE CON EL bacalao, que era mi platillo favorito, y de un solo sorbo bebi el vino. Abri el bolso sin poder contener el temblor de mis manos. Saque veinte euros y me puse en pie. No tenia el valor para entregarle la llave en la mano y fingir que no sucedia nada. Deje el billete sobre la mesa, junto a la llave, y sali. Camine por las calles a modo de despedida. Al llegar frente a la bodega le dije adios a Gertrudis y Pilar, sin embargo, debieron pensar que las saludaba porque se acercaron y plantaron dos besos en mis mejillas. Pilar me sostuvo entre sus brazos y fruncio el ceno. Ella y Mateo solian aconsejarnos. --Que mala pinta tienes. ?Acaso Mateo y yo nos excedimos anoche? Observe a una y luego a la otra con los ojos entrecerrados, ladee la cabeza y mis labios formaron una mueca. >>Junto a tu habitacion. --Ahi duerme Adrian. --Mi voz era apenas un susurro. Pilar asintio como si yo debiera saber que: --Dejo una nota, se fue a su viaje anual de pesca. Repeti el gesto y senale calle arriba. --Adrian esta en el restaurante. Pilar tartamudeo mientras su piel se torno de un carmin preocupante y comenzo a caminar de espaldas. Entonces se giro y partio en la direccion contraria. Abri la boca y la cerre. Una risita burbujeo de la garganta de Gertrudis quien me dio unas palmaditas en el hombro. --Quema las sabanas, comprad una cerradura e intercambiad llaves. --Me guino un ojo y regreso a la bodega. Solte el aire de golpe y por un segundo fui incapaz de moverme. Mas la euforia que bullo en mi interior me obligo a girar y correr. No obstante, Adrian se dirigia a mi como un rio fuera de su cauce. Con el impulso me levanto entre sus brazos, a pesar de su semblante petreo. --Te llevare a Lerma, esperare por ti. Contuve el aliento ante la certeza en su voz y un hormigueo dulce me recorrio. Una incipiente sonrisa curvo mis labios y me senti liviana. Me parecio que la calle reverdecia, que el cielo se tornaba rosa y anaranjado con unos toques de amarillo, y que su restaurante se convertia en una fortaleza cubierta de flores. Las cosquillas en mis dedos eran prueba inequivoca de mi deseo por capturar ese momento con mis pinceles. Me solto con suavidad hasta asegurarse de que no perderia el equilibrio y corri, los comensales estaban fuera sin perderse cada uno de nuestros movimientos. Adrian no tardo en tomarme entre sus brazos una vez mas. En mi garganta sono una carcajada efervescente. Nuestros ojos se encontraron y reconoci el resplandor en su mirada, pues debia ser un espejo de la mia. --No comi postre. --Levante las manos y enrede los dedos en su cabello. Me entrecerro en sus brazos como para demostrarme que el nunca me dejaria escapar y una chispa timida calento mi corazon. Quizas podria sonar con un futuro juntos. Aunque caminaba de espaldas, sabia que nos dirigiamos al restaurante, si bien no existia nada a mi alrededor, solo la intensidad que reflejaban sus ojos. --Te espera en tu mesa. Cubri mi rostro con las manos en un intento por detener el calor en el. Adrian me dedico una sonrisa ladeada y picara. >>Una creacion inspirada en el beso de un angel.

  • Solo hasta medianoche de Laure Ever

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    A veces, el pasado vuelve para sorprendernos. Nos recuerda que no todo esta perdido, y que todos merecemos segundas oportunidades.

  • Daniel, Musculos de Azucar de Isabel Conde

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    Daniel era un joven de 27 anos.
    Atractivo. Dotado...
    Fuerte. Divertido.
    Pero era mucho mas.

  • No llores, pequeno de Ngugi Wa Thiong'o

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  • Joder si te quise (Somos Agua 1) de Elsa Garcia

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    Hana odia gimnasia, al senor Sagarra y su mote. Pero, sobre todo, odia su cuerpo. Asi que lucha contra el. Lo castiga, lo lleva al limite y comienza una guerra en la que se cree vencedora, sin saber que en ese juego nunca gana nadie.Victor y Gabi adoran sus vidas, sus fiestas y su independencia. Pero, sobre todo, adoran a Hana. Seguramente, mas de lo que es recomendable para los tres. Al menos, si quieren seguir siendo amigos…

  • Por encima de todo, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

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    Hope era feliz, hasta que Clay entro en su vida poniendosela patas arriba. La angustia de no saber que hacer, porque estaba a punto de perderlo todo, la estaba matando. Enamorarse de Clay era lo peor que podia ocurrirle en ese momento y debia decidir si seguir su vida o destrozar a las personas que la rodeaban por algo que no sabia si tendria futuro.

  • Mirate en mi espejo de Goretty Nzeng

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    Mirate en mi espejo relata la vida de una serie de personajes en busca de la felicidad personal, mediante enganos, infidelidades y miedos.
    La mayoria son historias reales que le contaron a la autora, mostrando con gracia el pudor del sexo, los tabues y el placer encontrado en lo prohibido. Historias actuales, urbanas, de la vida cotidiana que nos ayudan a vernos en su espejo.

  • Inevitablemente enamorados de Patty Love

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    Janice Stone no tiene tiempo para pensar en el amor, entre sus estudios, las practicas en el hospital y su trabajo de camarera no para un segundo quieta, pero, cuando Jack Lefkowitz irrumpe en su vida, empieza a plantearse que tal vez eso de tener novio no suene tan mal. Sin embargo, no sera tan facil como pensaba, y menos aun, cuando conozca a su excentrica suegra. Por si tres no son ya una multitud, un atractivo y descarado companero de trabajo aparecera en escena para tambalear todavia mas los felices planes de la pareja.

  • Historia minima de la Guerra Civil espanola de Enrique Moradiellos

    https://gigalibros.com/historia-minima-de-la-guerra-civil-espanola.html

    ?Por que la Segunda Republica llego en 1931 con esperanza y naufrago en 1936 con violencia?
    ?Fue inevitable la Guerra Civil espanola?
    ?Como se convirtio un golpe militar en un conflicto armado?
    ?Cuando y como llego el general Franco a la condicion de Caudillo?
    ?Que papel desempeno la iglesia catolica?
    ?Fue la Guerra Civil una contienda internacional en suelo espanol?
    ?Como reaccionaron las potencias europeas a las peticiones de ayuda exterior de republicanos y franquistas?
    ?Murieron mas espanoles en las batallas o en las acciones de retaguardia?
    ?Cual es, ochenta anos despues, el legado de esta guerra?

  • Anibal, Enemigo de Roma de Ben Kane

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    Durante la Primera Guerra Punica, las legiones romanas derrotaron a Cartago, su unico rival en todo el Mediterraneo. Pero hoy Anibal, un brillante general cartagines, prepara la venganza. Paralelamente, dos jovenes (Hanno, el hijo de un confidente de Anibal, y Quinto, hijo de un terrateniente) se veran inmersos en un periplo que amenaza, cuando ya se oyen tambores de guerra, con destrozar la amistad entre dos chicos criados en imperios enfrentados...

  • Reo (Trece tronos 2) de Jessica Galera Andreu

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    Una vez rota la Ley Comun, el Muro de Caronte ha quedado sellado. Los noctis ya no son bienvenidos en Luzaria y tampoco los luzaros lo son al Imperio de la Noche, pero algo sigue gestandose a uno y otro lado de la silenciosa mole de piedra, donde los secretos se destapan.

  • Genesis. El libro de Phlaigh (Apocalipsis 1) de Juani Hernandez

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    ?Que ocurriria si el hombre de tus suenos fuera real?

  • Somos casualidades (Trilogia Mi tarea pendiente 2), Marta Lobo de Marta Lobo

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  • La desafiante prometida del jeque (Atracciones innegable 1), Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

    https://gigalibros.com/la-desafiante-prometida-del-jeque-atracciones-innegable-1-elizabeth-lennox.html

  • No me ames 3 de Norah Carter

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    Habian pasado diez dias desde que Lucia se habia plantado en mi casa para contarme lo que habia sucedido. Las lagrimas arrasaban mi cara y vi tambien como Lucia se estremecia al relatarme con todo lujo de detalles aquella historia terrible que me dejaba a mi como una mierda. Eso es. Yo me sentia como una mierda. No se puede definir mejor. Lucia me abrazo y yo cai al suelo como una marioneta a la que le han cortado los hijos. Ahora era un pelele en manos de todos. Mis sentimientos parecian no importar a nadie. Jamas me habia sentido asi. Ni siquiera cuando Jordi me dejo despues de unos dias de ensueno. No se podia caer mas bajo. No se podia. ?Que clase de vida me esperaba ahora? Lucia no sabia que decir. Por primera vez en mi vida, habia visto que Lucia era incapaz de animarme. Queria abrazarme, pero no podia levantarme del suelo. No entendia sus frases entrecortadas porque el dolor le impedia hablar con claridad. ?Que me importaba vivir ahora? ?Que importaba? Ella tambien se puso a llorar al verme asi. El destino volvia a cebarse conmigo. Y lo peor de todo es que yo tenia razon cuando dije que me daba miedo tanta felicidad. Jordi me prometio que aquello era parte de mi pesimismo y que yo merecia todo, que, a partir de ahora, todos los dias iban a ser tan dichosos y maravillosos como los del crucero junto a Alex y mis amigas de toda la vida. Necesitaba el calor de mis padres. No queria quedarme sola. No queria quedarme sola en esa cama, en esa cocina, que tantos recuerdos me evocaba. Lucia se quedo aquel dia conmigo. No queria dejarme sola y esa euforia y alegria que siempre me transmitia se volvio en una tristeza y en un silencio que no eran propios de ella. --No se que decir en estos momentos, Erika. No puedo bromear sobre esta situacion porque se lo que sientes por este hombre. Ha sido una putada, pero sabes que yo no voy a separarme de ti -- dijo Lucia con una leve sonrisa en los labios. --El mal ya esta hecho, Lucia, y siento que estoy atrapada en una telarana. Cualquier movimiento solamente empeorara las cosas -- anadi yo sin dejar de llorar, recordando cada una de las promesas que aquel cabron me hizo. --Nunca he pasado por algo asi. He roto con chicos, pero, salvo con Yosuf, nunca he tenido un compromiso serio con nadie. Mas de una vez te he dicho que me daba miedo vivir en pareja o casarme. Te admiro en el fondo. --?Por que me admiras, Lucia? --Porque has arriesgado. Has sido una mujer que siempre has arriesgado y, pese a los reveses que te ha dado la vida, siempre te has levantado y eso es vivir, Erika. Vivir es eso -- dijo ella con inteligencia, mirandome fijamente mientras intentaba abrazarme de nuevo para que yo me refugiara en sus brazos. --No sabes lo que te agradezco lo que me dices. Siempre tienes palabras para aliviarme, Lucia. --Pero no puedo animarte como acostumbro. Esta situacion me supera como superaria a cualquiera. --Pero estas aqui conmigo. La soledad me va a matar. --Vente a vivir conmigo, Erika. No te lo pienses -- dijo ella con decision. --Te lo agradezco, pero ahora quiero alejarme de aqui, Lucia. No te ofendas, pero necesito otro tipo de carino. --Como quieras, pero no pierdas el contacto con nosotras, por favor, y no preocupes demasiado a tus padres. Debes levantarte y lo haras porque siempre lo haces -- dijo Lucia besandome en una de mis mejillas mientras las lagrimas cesaban al fin de derramarse. Despues de aquel dia fatidico, yo me habia instalado en casa de mis padres para encontrar en ellos el consuelo que solo unos padres saben dar. Me apetecia volver a ser la nina mimada que con tanto carino habian protegido durante la infancia y la adolescencia. Siempre vi en la casa de mis padres un refugio en el que nada ni nadie me haria dano. Era como volver al vientre materno. Me sincere con ellos y les conte toda la historia completa. Les dolio mucho que estuviese atravesando por esos momentos y se volcaron de una manera sorprendente en intentar ayudarme. Estaban pendientes de mi en todo momento. Me preocupaba, como me habia advertido Lucia, esa actitud de mis padres. Realmente estaban muy preocupados y quiza yo no estaba haciendo lo correcto refugiandome alli. Cualquier decision que tomara en ese momento tenia consecuencias negativas para mi y para los que me rodearan. Lucia y Carmen estaban tambien muy pendientes de mi por telefono, pero evitaban hablar del tema. La verdad es que era lo mejor, pues yo no queria saber absolutamente nada de el.

  • El pacto Churchill – Hitler de Carlos De Napoli

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  • Cinco minutos de Faith Carroll

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    --No puedo creer que me hayas convencido para venir aqui. Elyse arrugo la frente cuando, a su lado, un chico empezo a vomitar en los arbustos. En todo el campus eran conocidas las fiestas salvajes de la fraternidad Gamma Kappa, un grupo de chicos que se unian bajo el lema de "Diversion, sexo y hermandad" y no tenian reparos en cumplirlo a rajatabla. Ella llevaba dos anos en la universidad y no sentia predileccion por esas fiestas. Sin embargo, su amiga Eva parecia haber estado sonando con ir a una desde hace meses. --Me la debias, Elyse--dijo ella. Eva era su unica amiga, con la que compartia muchas horas de clases. Al contrario que la morena Elyse, la chica tenia una envidiable melena rubia que llamaba la atencion de muchos chicos. Y esta noche no era una excepcion. Cuando entraron en la fraternidad, el olor a cigarrillos y alcohol era evidente. No eran las unicas chicas, aun asi estaban en minoria. Un par de ojos masculinos se detuvieron en el vestido de la rubia, sobre todo en la parte de su escote. Otro lo intento con el trasero de Elyse, enfundado en un apretado short tejano, hasta que ella le asesino con la mirada. --Es la ultima vez que dejo que me cubras--dijo Elyse. Esa semana no habia podido terminar el trabajo de una de las asignaturas que se le atravesaba por lo que opto por perder una clase. Eva habia confirmado al profesor lo enferma que estaba su amiga, era tan creible cuando se lo proponia que, al dia siguiente el profesor se habia acercado a la morena, preocupado por su salud--. No merece la pena. --No seas tan sosa y disfruta--respondio Eva, soltando una sonora carcajada--. Los chicos invitan a las cervezas, hay buena musica y es viernes. ?Que mas necesitas? Espera... ya lo se. !Un buen polvo! El rostro de Elyse se contrajo. Miro a su amiga con seriedad, no era un buen momento. Todavia no. --No estoy para eso --dijo, casi bufando. Eva la entendio, no por algo ella habia sido su pano de lagrimas esos dias. --Alex es un cretino. El decidio dejarte, asi que no le debes nada y mucho menos un tiempo de celibato por el. --No es por el, soy yo --dijo Elyse, incomoda. Habia venido a divertirse, aunque ese no fuera su ambiente se sentia capaz. Pero con el recuerdo de ese desamor, las cosas empezaban a torcerse. Eva se dio cuenta, sin previo aviso le dio un cachete en el culo que la hizo saltar mientras ella se reia y varios chicos las miraban, cachondos. --Un clavo saca a otro clavo, te lo digo por experiencia. O, en este caso, mejor deja que el clavo entre. La chica le dio un punetazo suave al hombro. La habia hecho sonreir con sus insinuaciones obscenas, lo necesitaba. Llevaba con Alex desde el instituto, primero como amigo hasta llegar a mas. Poco a poco, con gestos y detalles romanticos la habia enamorado. Alex era un buen chico, todo lo que ella deseaba. Elyse no creia en las peliculas Disney; eso no quitaba poder pensar que habia encontrado al amor de su vida. Pero el no tenia la misma idea. Quizas su amiga tenia razon. No le debia nada a nadie asi que se atuso su camiseta de tirantes con la imagen de un gatito pequeno con gafas hipster y se adentro en la fiesta. Tal como habia dicho Eva, en esa fraternidad tenian la costumbre de ocuparse de que las mujeres tuvieran en la mano siempre algo de beber. Ellas no eran tontas, sabian las razones por lo que controlaron sus bebidas, bebiendo poco a poco. La musica era buena, las chicas se fueron relajando, incluso Elyse aprendio a ignorar a los borrachos y el olor, riendo y bailando con su amiga. Eva la cogio y la hizo dar vueltas alrededor de si misma, mareandola. Elyse le siguio el juego entre risas, hasta que sus miradas se cruzaron. No podia ser. El no. ?Que diablos hacia Keith Durham ahi? Elyse se paro de golpe, arrastrando consigo a su amiga que casi se da bruces con ella. Se recompuso en sus altos tacones y miro a su amiga. --Eh, ?hola? --Eva movio la mano frente a su cara pero nada--. Elyse, ?estas bien? --?Que? --dijo ella, volviendo a su mundo. Su amiga la miraba, extranada y sin entender nada. Pero Elyse estaba pendiente de otras cosas en su mente. No, era imposible. Un tipo como Keith no hubiera llegado a una universidad tan prestigiosa como esta, era pura casualidad. --Parece que hayas visto un fantasma --dijo Eva, mirando al rincon. Por suerte para la chica, habia dos universitarios mas por lo que no podia saber a quien miraba ella--. Siento que me pierdo algo. --No pasa nada, fue un mareo. De verdad, confia en mi. Eva no las tenia todas consigo, aun asi siguio a la chica hasta una mesa donde se unieron a una partida de cartas. Elyse busco el sitio que no le permitiera ver al joven de pelo negro que tanto se parecia a aquel amor estupido. Lo que no podia saber es que esos ojos azules estaban fijos en ella. ** Keith la habia visto antes que ella a el. Ver la cara de sorpresa al reconocerlo le provoco un sentimiento de orgullo que oculto bajo una capa de indiferencia. Nunca sabia como actuar frente a esa joven de melena color chocolate y sonrisa perfecta. Y le recordaba, despues de ese tiempo. Bueno, el se habia ocupado de crear una marca imborrable en la vida de Elyse Miller. Aunque, puede que no fuera buena idea volver a verse. Ella le odiaria. A no ser que aquello estuviera olvidado. --?Algo interesante, Durham? --Nathan, su amigo, se apoyo en sus hombros, colgandose en busca de la nueva presa de Keith--. Si no te convence me la quedo yo. Y, a todo esto, ?a quien miramos? --?Ves la chica del gato? --senalo con disimulo hacia Elyse--. Fuimos juntos al instituto. --Oh, vaya. ?Te la tiraste? --No. Le hice la vida imposible. --?Pegabas a las ninas, Durham? Eras un cabron. --No era eso, imbecil --dijo Keith empezando a sentirse ofuscado. No le gustaba recordar mucho esa epoca. Con diecisiete anos Keith era el adolescente de pelo negro y revoltoso que vestia cadenas y camisetas de sus grupos de punk acido mientras, gracias a su estilo y el respeto que obligaba a que todos le tuvieran, se maquillaba los ojos con delineador sin que nadie le insultase por ello. Se convirtio en ese joven en el que nadie confiaba, siendo reciproco. No tenia ninguna razon para ser asi: sus padres le trataban bien, no cargaba tras sus espaldas una mochila de abusos, dolor o humillacion. Sin embargo, sentia como si nadie le entendiera. Era demasiado joven y estupido, asi se definia el chico de ahora. Sabia la suerte que habia tenido en encauzar su vida antes de que su fama de rebelde sin causa tuviera una base policial, gracias a una sustanciosa beca habia llegado a la universidad. E iba a sacar su carrera, por los disgustos a su familia, con el sudor de su frente. Pero verla alli le recordaba lo unico por lo que no se pudo retractar jamas. Habia estado enamorado de Elyse Miller desde el primer dia que habia llegado a su instituto. Era todo lo contrario a el: Una chica dulce, alegre, con una vision mucho mas positiva de la vida que el. Ella le habia sonreido mientras caminaba por el pasillo en busca de su sitio. Keith se prometio que hablaria con ella, que la haria recordarle. Solo que no supo como. Y ahi, la cago. Por completo. --Entonces, ?me la puedo pedir? --?Que? --dijo Keith, tardando en asimilar lo que su amigo acababa de decir-- No, claro que no. Grito sin darse cuenta, llamando la atencion de los companeros mas cercanos. Su corazon se paro, rezando para que la joven no formara parte de ellos. Pudo respirar tranquilo cuando la vio continuar a lo suyo, jugando a las cartas con otra chica y dos de la fraternidad. --Vale, era una broma. No te pongas asi, tigre --dijo su amigo dandole un golpe en la espalda. --Me pongo como me da la gana --gruno, provocandole una risotada mas fuerte. Nathan dio un sorbo largo a su cerveza y dejo el bote en una mesa cercana. Conocia a su amigo y sabia mejor que el cuando necesitaba un pequeno empujon. --No te preocupes, tu amigo Nathan esta aqui. Voy a ayudarte a sacarte esa espinita. --Nathan, no --le advirtio su amigo. Palabras fatuas para un chico borracho--. No es asunto tuyo.

  • Tu voz entre un millon de voces de Marian Viladrich

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    Es oscuro, cinico, hurano y egoista.
    Miles Baker, antiguo dios del rock, es ahora un ermitano incapaz de escribir una cancion.

  • Detras de un beso de Adriana Rubens

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    Despues de Detras de la mascara y Detras de tu mirada, llega la esperada tercera entrega de la saga ambientada en el Londres de finales del siglo XIX.

  • Israel (Y llegaste tu 6) de Merche Diolch

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    Llegaron al apartamento de Lucia pasadas dos horas de viaje en completo silencio. Los acontecimientos vividos habian sumido a los tres en una especie de estado de ingravidez donde cada uno analizaba los acontecimientos por si hubieran podido desarrollarse de otra manera. Fue un trayecto largo, pero necesario para que, en cuanto llegaron al piso de Lucia, alcanzaran la misma conclusion: el pasado no se podia cambiar. Israel las ayudo a subir las maletas de Elsa al apartamento y, tras dejar a la joven instalandose en la que seria su nueva morada, el y Lucia decidieron dejarla sola. Tomaron el ascensor que los llevaria a la calle y, delante del Camaro, ambos sintieron que su energia se evaporaba. El fin de semana los habia dejado agotados. Lucia apoyo la cabeza en el pecho de Isra y el le abrazo la cintura, dandole un beso en la cabeza. —Respira… —le repitio el mantra que llevaba escuchando desde que habian llegado a la boda el dia anterior. Ella sonrio y lo miro. —Es lo que hago, si no tendria un problema. Se carcajeo y le acaricio la mejilla. —Un gran problema. Los dos se observaron, dejando sus miradas fijas la una en la otra. Los ojos de un azul celestial que podrian pasar por los de un angel y los negros que escondian miles de estrellas en su interior. —Tengo que irme —anuncio Isra pasados unos segundos rompiendo lo que compartian. Ella asintio y se separo un poco de el. —Tienes que regresar a tu casa. Le paso la mano por el cabello y agarro su barbilla. —?Estareis bien? Lucia movio la cabeza de forma afirmativa. —O por lo menos lo intentaremos. —Le guino un ojo. Le atrapo la cara y le dio un leve beso. —Llamame si necesitais ayuda. —No hara… —Lucia, avisame si es necesario —la corto insistiendo. Suspiro y asintio. —De acuerdo. —Asi me gusta. —Sonrio—. Docil y sumisa. Le golpeo el estomago y se aparto de el. —Conque docil y sumisa… Se rio atrapando una de sus manos para acercarla de nuevo a el. —Echaba de menos a esta fierecilla. Apoyo las manos en su pecho y lo miro con las mejillas algo rosadas. —Tenemos que hablar… Movio la cabeza conforme con sus palabras y le dio un lento beso. —Ya habra mas momentos para hacerlo. —Levanto la cabeza hacia el edificio de apartamentos que habia detras de ella—. Ahora hay cosas mas importantes. Lucia asintio tambien. —Voy a hacer todo lo posible para ayudarla. La miro con admiracion. —Lo se, pero si por algun motivo, alguna causa… —Te avisare. Asintio complacido con su respuesta. Atrapo de nuevo su cara, observo su mirada, descendio hasta sus labios y le anuncio: —Voy a besarte. —Lo estoy deseando. —!Lu! !Lu!… El beso no llego a producirse. Lucia se separo con rapidez de el, al reconocer a quien la llamaba. Israel la observo extranado al principio y molesto despues, cuando la chica rubia que acababa de acercarse le dio un beso en la boca. —Hola, Fatima. —Hola, no sabia que habias regresado. La chica miro al joven que seguia pendiente de cada una de sus palabras y devolvio la atencion a la otra chica. —Un cambio de planes de ultimo momento. —Me alegro, asi podremos pasar el dia juntas. Lucia asintio reticente. —Yo me tengo que ir —anuncio Israel abriendo la puerta del coche para adentrarse en su interior. —Isra, espera… —lo llamo golpeando el cristal de la ventanilla, solicitandole que la bajara. Miro a Fatima y le dijo—: ?Puedes ir subiendo al piso? Ahora voy yo. —Tomo las llaves que le ofrecia y se alejo de ella, dandole antes un nuevo beso de despedida, pero en esta ocasion en la mejilla. Lucia se volvio hacia el coche en cuanto escucho un grunido que salia del interior de este y se apoyo en la ventanilla. —No te vayas asi… La miro elevando su ceja. —?Como quieres que me vaya? —pregunto con brusquedad—. Lucia, no soy amigo de estos juegos… —Hablare con ella —indico. El apreto el volante, dejando constancia de la tension que sufria su cuerpo al quedarse blancos sus nudillos. Nego con la cabeza, arranco el motor del coche y la miro. —Creo que sera mejor que olvidemos lo que ha ocurrido. La joven se irguio, separandose un poco del automovil como si acabara de recibir una bofetada. Se cruzo de brazos y tenso la mandibula. —Esta bien. —Si necesitas cualquier cosa… —Llamare a Lucas —lo corto. El la miro desde el asiento del conductor, achicando los ojos, y asintio. —Si, creo que sera lo mejor. Todo esto ha sido… —dudo por unos segundos hasta que encontro la palabra exacta— un error. —Yo no lo habria definido mejor —indico mordaz—. Que tengas buen viaje —se despidio. Israel asintio sin apartar la mirada mientras ella lo observaba impasible. Ninguno era capaz de romper el contacto visual, ninguno queria romper su relacion… Lucia tomo aire y se dio la vuelta. Se dirigio al portal de su edificio y, cuando le faltaban unos pocos pasos para alcanzar la puerta, escucho como un coche se alejaba de la acera. Con rapidez se volvio, comprobando como el Camaro amarillo torcia la esquina de su calle. —Imbecil… —dijo en voz alta, sin saber muy bien si se referia a Israel o a ella. Abrio la puerta de cristal y madera, y desaparecio en el interior con gesto abatido.

  • El ritual de los muertos de Nagore Suarez

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    --Ahi fuera yo soy bueno. ?Entiendes? Soy una buena persona, alguien cualquiera. Pero cuando entro en este cuarto, entonces dejo de ser yo. Entro en otro mundo. Aqui ya no soy el mismo. Aquellas palabras le provocaron nauseas. O quiza fuera la vision del cuerpo de Lucia, que yacia con el craneo aplastado a menos de un metro de ella. El pelo rubio tenido ahora se habia convertido en una marana rojiza, y el suelo de cemento estaba encharcado de sangre. Sentia que la cabeza le daba vueltas. ?Que habia tomado antes? No lo recordaba. Las ultimas horas se confundian entre ellas, se hacian indistinguibles. Solo podia pensar en el martillo impactando en la cabeza de su amiga, destrozando el hueso, liberando trozos de masa encefalica, despues de que hubiera intentado pelear, escapar. Ella no tenia fuerzas para tanto. Intuia que ella era el verdadero objetivo, pero Lucia se habia negado a despegarse de su lado. Por eso habia acabado alli, en aquel infierno. El aire estaba viciado, el olor a putrefaccion y el humo inundaban el ambiente. Un aroma dulzon y repulsivo que se le pegaba a la piel y le hacia aun mas dificil respirar. La estancia era un museo de los horrores: mirara a donde mirase tan solo veia muerte. La luz de las velas iluminaba el rostro del hombre que estaba frente a ella. Tenia los ojos brillantes, la frente cubierta de sudor y la camiseta llena de salpicaduras de sangre. Parecia estar casi en trance, en extasis. Intento soltarse las munecas sin exito, sentia el cuerpo paralizado por el panico. Sabia que era lo que venia despues. No habia escapatoria posible. La puerta y las ventanas estaban cerradas, nadie oiria sus gritos a traves de las paredes de piedra. Rezo, lloro y suplico, pero nada surtio efecto. --Algun dia Dios te castigara… --susurro mientras el la agarraba del pelo y sostenia su cabeza hacia atras. El cuchillo atraveso piel, musculo y cartilago, mientras ella, aun consciente, observaba la sangre abandonar su cuerpo. --Gracias a ti, no me castigara nadie --respondio el. 1 Animas Dicen que todas las leyendas esconden algo de realidad. Aquella tarde de principios de febrero, mientras la lluvia caia suavemente sobre las lapidas del cementerio, me vino a la mente una de las mas populares de Becquer, que habia leido varias veces en el instituto: <>. Segun contaba, la Noche de Difuntos, templarios y nobles, muertos tiempo atras en una lucha inutil, se levantaban de sus tumbas y vagaban por el monte envueltos aun en los jirones de sus sudarios. Y entonces, doblaban solas las campanas de la capilla y el lugar se volvia intransitable para los humanos; cualquiera que pusiera un pie alli no regresaria a su casa con vida. Me pregunte cuantos curiosos se acercaban todavia en la noche del 1 de noviembre a aquel paraje, con la esperanza --y el temor-- de encontrarse con las animas de los muertos y quiza, quien sabe, con los mismisimos Beatriz y Alonso, los desdichados protagonistas de la historia del escritor romantico. No fue casualidad que me acordara en ese momento de Becquer y de su monte de las animas. Esa manana, cuando conducia por la autovia, habia pasado por Soria. No habia llegado a entrar en la ciudad, ya que mi camino se desviaba antes hacia la sierra de Cameros. Para llegar hasta el pueblo --sin pagar peaje-- hacia falta atravesar una estrecha carretera de doble sentido llena de curvas que discurria entre montanas rojizas dignas del lejano Oeste --buitres incluidos--, bosques ahora casi desnudos, un embalse y pequenos pueblos junto al rio Iregua. Era la primera vez que tomaba aquella ruta, y, como habia salido muy pronto de Madrid, habia aprovechado para hacer un par de paradas. Desayune un cafe y un cruasan de tamano considerable en un bar de Villanueva de Cameros, al lado de una pequena gasolinera y de una ermita escondida entre unos arboles, a la que se llegaba bajando unas escaleras. Mas tarde, pare a un lado de la carretera en una fuente de piedra llamada Los Eros, donde llene la botella de agua helada, saque a Dali a hacer pis y estuve a punto de pisar a unos agradables limacos, una especie de babosas negras gigantes, que se arrastraban placidamente cerca del pilon cubierto de verdin. En realidad, si hacia balance, aquella habia sido una manana bastante intensa. El dia anterior habia recibido una llamada de Paloma para contarme que el padre de Abel, despues de un par de meses luchando contra un repentino cancer de colon, habia fallecido. Asi que habia preparado mi habitual maleta llena de <> y habia partido en direccion al pueblo. No habia podido estar alli durante el tiempo en el que habia estado ingresado en el hospital y, justo por eso, no queria faltar a su funeral. --?Crees que queda mucho? --me susurro Paloma. A lo lejos se escuchaban las palabras del cura, amortiguadas por el sonido de la lluvia. Intente mover la mano con la que sujetaba el paraguas, pero hacia tanto frio que, aunque llevaba guantes, apenas sentia los dedos. Por lo visto, habia llegado una borrasca con nombre de senora, que amenazaba con equiparar las temperaturas de Navarra a las de Finlandia. --Espero que no --respondi yo en el mismo tono--. Me estoy congelando. Paloma saco un panuelo de papel usado del bolsillo para limpiarse la nariz. --?Estas segura de que vas a dormir en tu casa? Te vas a morir de frio. --Tranquila, Rogelio ha puesto la calefaccion esta manana, y encendere la chimenea del salon. --Entonces soy yo la que se va a dormir contigo…, no creo que aguante a mi hermana tanto tiempo --contesto bajando aun mas la voz. Mire hacia mi derecha. Pude ver a Irene, la hermana mayor de Paloma, junto a Carmen, su madre, a unos metros de nosotras. Por suerte, no parecia habernos oido. Las hermanas no podrian ser mas diferentes: mientras que Paloma habia heredado el pelo extremadamente rubio y la altura de su madre, Irene apenas rozaba el metro sesenta y tenia el pelo y los ojos castanos. Pero habia un rasgo que si compartian: la misma naricilla afilada de elfo. Segui recorriendo el cementerio con la mirada. Habia mucha gente reunida alli, medio pueblo habia acudido al entierro. El padre de Abel era toda una institucion --el dueno de las bodegas mas importantes de la zona-- y todo el mundo habia querido hacer acto de presencia. Busque entre la multitud alguna cara familiar, pero reconoci a pocos: el camarero de El Guacamayo, la panadera… Algunos me miraban con desconfianza o cuchicheaban entre ellos. El impacto de lo ocurrido el verano pasado aun no habia desaparecido, y eso que no conocian ni la mitad de la historia. --Esta alli --dijo Paloma senalando un punto a la izquierda, cerca de la puerta. --?Que? ?Quien? --pregunte desconcertada. --Gabriel Palacios. No disimules, estabas intentando localizarle. Mire fijamente al suelo. Paloma tenia razon, en el fondo tenia la esperanza de descubrirle entre la gente, aunque no sabia muy bien por que. --Mierda… No quiero que me vea. --Un poco tarde. Pero, tranquila, no creo que vaya a venir a saludarte. No podia contradecirla. De hecho, tal como habian acabado las cosas entre nosotros, lo mas probable era que Gabriel no fuera a saludarme en un tiempo. Y lo cierto era que me lo habia ganado a pulso. Habian pasado casi siete meses desde que volviera a la casa indiana de mi abuela con la intencion de pasar el verano y asistir a un festival de musica. Siete meses desde que aparecieran unos huesos en el jardin, que resultaron estar relacionados con mi madre y lo que ocurrio en el pueblo durante el verano de 1978, cuando ella aun era una adolescente. Desde entonces, las cosas habian cambiado mucho. Regrese a Madrid y, despues de pasar unas semanas en casa de mi madre, donde recibi mas cuidados --aunque quiza peor comida-- que en un hospital, volvi a mi microscopico apartamento en La Latina. Me acostumbre rapido a la rutina acelerada de la ciudad y, sin embargo, nada volvio a ser lo mismo. Y no por las pesadillas o las pastillas para calmar la ansiedad, que me ponia bajo la lengua cuando sentia que no podia respirar. Habia algo mas, algo que aun no conseguia identificar. Una sensacion de miedo y, a la vez, la necesidad de volver alli, al lugar donde empezo todo. Pero siempre ganaba el miedo. Habia pensado en ir de visita, claro. Varias veces, de hecho. Pero despues buscaba alguna excusa, algun plan que surgia el fin de semana o trabajo pendiente. Y, poco a poco, fui distanciandome de todo lo que tuviera que ver con el pueblo. Era mas comodo asi, aun no me sentia preparada. En Madrid todo parecia mas lejano, mas irreal… La casa, el verano, el festival… eran como un sueno, un escenario de una vida pasada. Al principio, hablaba con Gabriel casi a diario: mensajes, alguna llamada…, la promesa constante de que volveria pronto siempre flotaba entre nosotros. Y despues, poco a poco, deje de contestar. Las conversaciones se volvieron cada vez mas cortas, cada vez menos frecuentes, hasta que un dia: silencio. No hubo ninguna explicacion --ni el me la pidio--, ningun drama, ninguna discusion. Simplemente, igual de rapido que habia empezado todo, se termino. O, mejor dicho, lo termine. --Vamos, tenemos que ir a dar el pesame. Ya han acabado --me apremio Paloma, empujandome ligeramente por la espalda. La segui hacia la cola de gente que se acercaba a Abel y a su madre, intentando no sacarle un ojo a nadie con el paraguas. El cementerio no era muy grande: un rectangulo de muros de cemento rodeado por unos cipreses un tanto mustios. La pared del fondo estaba llena de nichos y el resto eran tumbas con lapidas de piedra, algunas de las cuales tenian fotos; otras, pequenas estatuas… Solo habia dos panteones modestos y, evidentemente, uno de ellos pertenecia a los Arbaiza. --Lo siento mucho --le susurre a Abel mientras le abrazaba cuando, por fin, llegamos hasta ellos. --No tenias que haber venido, esto esta muy lejos --respondio. --!No tiene nada mejor que hacer! Trabaja desde casa --intervino Paloma acercandose para abrazarle. Abel no pudo evitar sonreir por un momento. Paloma tenia ese don: su eterno buen humor era contagioso, hasta en situaciones como aquella. --Nos vemos antes de que me vaya, ?vale? --le dije a modo de despedida a Abel. El asintio antes de girarse para seguir atendiendo al resto de los familiares y amigos de su padre. La cola parecia interminable. --Lo tiene que estar pasando fatal. Perder a tu padre y ademas asi, en tan poco tiempo --le comente a Paloma mientras saliamos del cementerio. --Un cancer fulminante… Aunque Abel llevaba ya un tiempo raro, desde antes de lo de su padre. --?Que quieres decir? --pregunte extranada. Mi relacion con Abel no era tan estrecha como con Paloma. --No se… quiza me equivoque, pero no lo he visto mucho ultimamente. Hace ya un tiempo que ha empezado a frecuentar unas companias digamos… diferentes. --?Diferentes? ?A que te refieres? Paloma abrio la puerta de su Golf y cerro el paraguas. Practicamente habia dejado de llover. --?Por que no me invitas a un vino en esa mansion tuya y me ahorras tener que asfixiar a mi hermana con una almohada? --Me parece bien, no quiero mas muertes por hoy. Pero cuando lleguemos me sigues contando. Deje a Paloma para ir a mi coche, que estaba aparcado unos metros mas atras, en un camino de tierra. El cementerio estaba en las afueras del pueblo, rodeado de huertas y de algunos arboles que hacian compania a los cipreses. En ese momento vi a Gabriel, junto a la tapia, hablando con un matrimonio de unos sesenta anos que deduje serian sus padres. Desvie la mirada rapidamente, pero sabia que me habia visto. No me sentia capaz de acercarme, ni mucho menos de mirarle a los ojos. Quiza fuera mejor asi. Me sentia bastante avergonzada por como habia terminado mi relacion con el. Entre en el coche y, mientras me alejaba del cementerio, volvi a pensar en la leyenda de Becquer. En las animas que revivian en la Noche de Difuntos. ?Por que nos daban tanto miedo los muertos? ?Que era lo que nos asustaba tanto de los cementerios, lo que nos aterrorizaba cuando de ninos jugabamos a ver quien de nosotros conseguia acercarse mas a la puerta de entrada? ?Eran los difuntos o era, quiza, la posibilidad de unirnos a ellos bajo tierra? 2 Hogar Lo primero que hicimos al entrar en la casa --despues de rascarle las orejas a Dali-- fue encender la chimenea del salon. Rogelio habia puesto la calefaccion por la manana, pero calentar minimamente aquella mole requeria muchas mas horas. Ni Paloma ni yo teniamos mucha practica, asi que el proceso fue mas largo de lo esperado y estuvo a punto de costarle a mi amiga las pocas cejas que tenia. Cuando por fin conseguimos mantener un fuego decente, nos dejamos caer en el sofa lo mas juntas posible --como hacen los pinguinos emperador cuando hace frio--, nos tapamos las piernas con una manta de ganchillo y abrimos una botella de Baron de Ley que cogi del mueble de las bebidas. --Menos mal que no he tenido que bajar a la bodega --suspire aliviada. La bodega estaba en el sotano y era --obviamente-- el lugar mas frio y humedo de toda la mansion. En realidad, la Casa del Mexicano era mucho mas agradable en la epoca estival. Entonces se agradecia el frescor que proporcionaban los muros de mas de cien anos de antiguedad. --?Que sientes al estar otra vez aqui? --me pregunto Paloma mientras se llenaba la copa de vino. Me encogi de hombros. --No se. Por un lado, tengo la sensacion de que ha pasado mucho tiempo y, por otro… --Y por otro lado parece que todo pasara antes de ayer --dijo terminando mi frase. --Si, supongo que si --reconoci. --Pero te ha dado tiempo a cambiar de trabajo y hasta de novio --comento con una sonrisa que dejaba al descubierto sus dientecitos de vampiro. --Eso no es del todo verdad… --me defendi. Era cierto que a los dos meses de volver a Madrid --despues de mucho bucear en LinkedIn -- habia encontrado trabajo en una pequena revista digital de Lifestyle. Lo bueno era que trabajaba desde casa, por un sueldo precario pero aceptable. Lo malo, que el noventa y cinco por cierto de los articulos que escribia eran recopilaciones de consejos, curiosidades, recomendaciones de restaurantes, recetas o incluso contenido patrocinado por marcas. Cualquier cosa que fuera jugosa en las redes sociales y consiguiera atraer visitas a la pagina web de la revista. No obstante, teniendo en cuenta la situacion del mercado laboral para los jovenes, que incluia practicas apenas remuneradas que se extendian durante anos o trabajos de falsos autonomos, y a pesar de que aquel puesto estaba muy lejos de la idea que tenia cuando deje mi trabajo en la agencia de comunicacion, la verdad es que no podia quejarme… Respecto a lo del cambio de novio, Paloma estaba completamente equivocada. --?Asi que ahora me vas a decir que Oier y tu no estais juntos? --insistio. --Nos estamos conociendo --puntualice. --Pense que ya os conociais --sonrio.

  • Alborada de Cristina Duran

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    Camila estaba acostada, pero no dormia, solo disimulaba que lo hacia. No se acordaba de cuando habia dejado de anorar un beso o una caricia de su marido. Solo ansiaba oir el sonido de la puerta de la calle cerrarse. Cuando por fin lo escucho, echo las sabanas hacia atras. Lucas por fin se habia marchado a trabajar. Era el momento de escapar de la carcel de su hogar. Se sento en su taburete delante del tocador, encendio las luces del espejo y mientras se maquillaba pensaba: <> Mientras ese pensamiento se reproducia en su cabeza una y otra vez, peinaba su larga melena negra azabache, maquillaba sus ojos verdes intentando tapar el desgaste de la vida y la rutina. Intento que el labial rojo tapara su falta de besos. Su escasez de suenos. Con un suspiro fue al armario y se vistio con su vestido rojo de polipiel, corto, por encima de las rodillas. Sus botas negras de tacon de aguja y una chaqueta de cuero negra para tapar el frio de la noche. Lista para salir. Preparada para olvidar su desgana entre musica, humo de cigarrillo y vaivenes de cadera. En el salon cogio su bolso, las llaves de su coche y su telefono movil. Ahi iba una noche mas dispuesta a espantar sus malos suenos, alejar la rutina de un matrimonio que habia empezado a asfixiarla. Llego al club y saludo a sus companeras, habia logrado una sintonia especial con ellas. Aexcepcion de una compa- nera que buscaba cualquier oportunidad para pelearse con ella. Aguanto estoicamente los piropos de su jefe, ese hombre que ponia su carne de gallina y le calentaba la sangre. No sabia como, pero llevaba todo un ano, resistiendose a los multiples encantos de Marc. No queria serle infiel a su marido, aunque la atraccion que sentia por aquel individuo, crecia cada dia mas. Se preparo para salir al escenario, ese escenario que la llamaba, que hacia que se entregara en cada nota de musica a un baile sensual y desenfrenado. Su cuerpo siendo invadido por cada nota musical, el vaiven de sus caderas animando al publico. La alborada rozaba en el cielo cuando llegaba a casa, pero ese dia algo le habia entretenido, haciendo que se le hiciera demasiado tarde. Lucas no tardaria en volver. Mientras conducia su viejo coche pensaba en el hecho que le habia retrasado. Marc la habia llamado para ordenarle que bailara para el, con una excusa que no lograba recordar. Podia haberse negado, pero algun diablo poseyo su alma, porque no supo decir que no. Su jefe puso una melodia que la incitaba a contonear sus caderas y bailo para el. Las prendas de ropa fueron cayendo. Pudo haberse negado, pero le apetecia tanto sentirse querida, el deseo que sentia por Marc sobrepasaba al que una vez sintiera por su marido. Se transporto a otra galaxia sin darse cuenta, solo estaba su cuerpo y la musica. Estaba en su propio mundo, cuando unos sentimientos que no deberia sentir, se abrieron paso por su alma y su corazon. Hasta que sintio unas manos fuertes y asperas posarse en sus pechos. Entonces volvio a la realidad y sintio que se ahogaba con la lujuria que empezaba a recorrerle todo el cuerpo. Deseo prohibido, anhelaba tanto lanzarse a esos brazos, dejarse llevar. Pero una vez mas huyo llenandose de insatisfaccion. Todo su ser clamando por entregarse y dejarse enamorar. Pero creia que no debia. Sentia que no era lo correcto. Aparco y subio corriendo, no le daba tiempo a ducharse, se desnudo escondiendo su ropa de trabajo y para tapar su desnudez se puso una bata de seda. Justo cuando ponia la cafetera al fuego y el pan en la tostadora la puerta de la calle se abria. Su marido entro con paso cansado al apartamento. --?Te has dormido? Normalmente a esta hora me tienes el desayuno -- protesto el, solo queria comer, una ducha caliente y dormir. --Ya voy Lucas, ya voy --contesto ella molesta, cansada de ser solo una criada para el. Hacia tiempo que no se sentia como una mujer, tampoco el la trataba como tal. De mala gana sirvio el desayuno como su marido esperaba, como siempre ni un beso. Ni un agradecimiento, ni darse cuenta que su corazon ya volaba muy lejos del que fue su hogar. Reprimiendo un bostezo fue al cuarto de bano para darse una ducha corta, unos minutos despues Lucas entro en el bano. No le dedico ni una sola mirada al cuerpo de su mujer. --!Joder! !Y ahora me quitas la ducha! --volvio a quejarse. --Ya voy a salir Lucas, ?por un dia podrias dejar de protestar? ?Que tal si te metes en la ducha conmigo y me haces el amor salvajemente? ?Cuanto hace que no me tocas Lucas? --Pregunto ella con amargura. --Estoy cansado Camila te prometo que en nuestras vacaciones sera todo fantastico --contesto el deseando irse a dormir. --Si como el ano pasado que las anulaste --ahora le llego el turno a Camila de quejarse. Salio de la ducha envuelta en una toalla y se marcho del bano rozandose con el cuerpo de su marido con la intencion de provocar una reaccion en el. Como siempre nada paso, entonces ella se sintio cansada y dolida. Cuando llego a la habitacion se sento en la cama y penso: <>. A Lucas solia molestarle cuando su mujer se ponia minifaldas o escotes, no le gustaba que nadie la mirara. Por eso Camila habia decidido vestirse como realmente le gustaba. Ya no le importaba su opinion, ya le daba igual lo que Lucas quisiera. Se vestiria como ella realmente queria hacerlo. Tal vez asi podria lograr algo de su atencion. Aunque ya dudaba que quisiera eso. Se perdio en el fondo del armario buscando sus antiguas minifaldas, las vaqueras nunca pasaban de moda. Despues de ponerse la ropa interior se coloco la corta prenda. Busco algo con que conjuntar y encontro un corse precioso. Sonrio malevolamente. Salio del vestidor calzandose unos zapatos de tacon de aguja rojos, Lucas aun no habia salido del bano. Se llevaria una sorpresa. O eso queria pensar. Cogio su rizador de pelo del cajon y procedio a rizarse su lisa melena. Se esmero en maquillarse, aunque no se maquillo tanto como cuando iba al club. Sonrio cuando sintio la presencia de su marido en la habitacion. Se levanto lentamente sin mirarle, se puso una cazadora vaquera. Y se acerco a el para darle un beso en la mejilla. --Querido, me voy a trabajar --dijo para despedirse. --?Desde cuando vas asi a trabajar? --pregunto el mirando su atuendo y sintiendose preocupado. --Desde que he decidido que no me importa lo que me digas. Chao mi amor --contesto ella saliendo de la habitacion. Cogio su bolso, las llaves del coche y salio en direccion al garaje. Era una tortura encontrar aparcamiento en aquella ciudad. Cuando por fin encontro un hueco aparco, corrio ave- nida abajo para poder abrir la tienda de bisuteria que tenia a medias con su mejor amiga. Se sorprendio de que Samanta aun no hubiese llegado, levanto el cierre y colgo el cartel de abierto. Dejo su bolso y la cazadora en la parte de atras para poder trabajar comodamente. La campanita sono, penso que seria demasiado temprano para que fuera un cliente, creyo que era su amiga. Por eso se agacho para ordenar los collares de la estanteria de abajo. Supo que no era Sami cuando sintio una mano grande y aspera pasearse por su pierna. Sabia que su marido no era. Sentia su sangre mas caliente y espesa. El tacto de la persona que le tocaba no era el mismo que el de su marido. Le falto el aliento, sentia que se ahogaba, Lucas jamas causo ese efecto en ella. Podia sentir un calor que le quemaba. --?Cuando te vas a rendir y ser mia? --pregunto Marc con esa voz ronca que le volvia loca. En ese momento todo el flujo sanguineo se le habia acu- mulado en la entrepierna. Quiso aullar de frustracion, de deseo incumplido. Deseo poder ser libre para poder entregarse sin miedos. Se le puso la carne de gallina cuando el paso su lengua por su cuello. --Llevas un ano resistiendote a mi. Me estas volviendo loco de deseo. Cuando te veo bailar en el club solo pienso en empotrarte contra la pared. --Estoy casada Marc. No me acostare contigo nunca --murmuro ella intentando no gemir. Con un movimiento rapido y experto la arrincono con- tra el mostrador, le levanto la pierna para poder conseguir una pose intima. Se restrego descaradamente. --?Me sientes? ?Sientes lo duro que me pones? --volvio a preguntar el incansable. --?A que has venido Marc? --pregunto ella intentando que su voz no sonara ronca. --A darte la noche libre. Esta noche se cierra el club por motivos personales. Pero manana por la noche a la hora de siempre. Siempre el mismo juego, el provocando e intentando seducirla, ella intentando resistirse. No queria convertirse en una mujer infiel. No oyeron la campanita de la puerta, concentrados como estaban en ganar terreno. --Vaya amiga si quieres vete a un hotel yo me encargo de la tienda --se escucho decir a Samanta con voz alegre. --Hagamos caso a tu socia, vamonos, dejame llevarte al paraiso --dijo con chuleria Marc. --Marc por favor vete. Tengo que trabajar --suplico Camila de repente sintiendose agotada por culpa de aquella situacion. Entonces el la solto y salio del lugar, dejandola temblorosa y triste. Sami quiso acercarse y abrazarla para darle consuelo, pero Camila no queria que se acercara aun. Necesitaba recomponerse. Su entrepierna latia furiosa y sentia las piernas como si fueran gelatina. Marc siempre arrasando, dejandola con ganas de mas y muerta de deseo por el. Cuando su cuerpo volvio a la tranquilidad suspiro, sus ojos se llenaron de lagrimas. Samanta se acerco preocupada y le dio un corto abrazo. Como amigas lo sabian todo sobre sus vidas, por eso Sami volvio a decirle lo de siempre. --Cam tienes que pedirle el divorcio a Lucas no puedes seguir asi. Te esta destruyendo, hermana no puedes seguir asi. Lo primero que hiciste fue irte a trabajar a ese club. No estas haciendo cosas logicas. --Necesitaba algo para escapar de la rutina, Lucas se dedica a ignorarme -- intento defenderse Camila. Aunque en el fondo sabia que Sami tenia razon. --Y llevas un ano bailando en ese club de striptease, no es que me parezca mal. ?Pero que pasara si Lucas te descubre? --pregunto preocupada Samy. --No lo hara, en este ultimo ano lo unico que ha hecho es trabajar en su taxi. Ni me sorprenderia que se quedara a dormir en el --contesto dolida ella. La campana le salvo de seguir hablando, llegaban clientes, empezaba el dia de trabajo. Jornada que Camila esperaba que fuera intensa para poder olvidar los problemas de su casa. Borrar de la memoria su soledad, dejar entre renglones ese infierno que se habia convertido su matrimonio. Cuando cerraron la tienda a las siete ella le dio una orden a su amiga. Tenia la noche libre y no estaba dispuesta a quedarse en casa. --Sami, reune al grupo. Saldremos esta noche. --Manana es dia laboral. No podremos trasnochar mucho --advirtio Samanta. --?Que te parece cena en el Ginos de Gran Via? Y luego una copichuela rapida en el Gin club --planeo Camila sabiendo que su amiga moveria cielo y tierra por una pizza marinera en el Ginos. --Quedamos en la boca del metro de tu barrio --dijo aceptando Sami. Camila subio la calle sonriendo, era tan facil convencer a su amiga. Ojala fuera tan facil de convencer su marido para tener una noche loca, o para hacerle ver que su matrimonio se iba a la basura. Sus ojos se posaron en el escaparate de una tienda y se enamoro de un vestido, espero que el semaforo cambiara para cruzar y poderselo comprar. Entro tambien en un establecimiento de lenceria para elegir ropa interior nueva. Se enamoro de los encajes, de las sedas, de los lazos y de los colores brillantes. Lastima que por mas dinero que gastara en lenceria Lucas no se fijara en ella. Feliz con sus compras fue a buscar su coche para dirigirse a casa, compro en el supermercado algo rapido para prepararle a su marido para cenar. Subio casi corriendo las escaleras, ese era su ejercicio diario, penso que quiza podria apuntarse a un gimnasio para ejercitarse en las horas del mediodia. Pero luego penso que no seria buena idea, esas horas eran las que aprovechaba para dormir.

  • Diciembre en el fin del mundo de Yamila Bianqueri

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    Un accidente que practicamente la destruye, alienta a sus amigas a llevarla a un viaje en el cual, sin saberlo, un nuevo comienzo la espera ?Sera la ciudad mas austral del mundo, el destino para Saiana?

  • Al otro lado del tiempo, Keith Laumer de Keith Laumer

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  • Tiempos dificiles (Scarlet Falls 1) de Melinda Leigh

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  • Del amor y otros demonios de Gabriel Garcia Marquez

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    El 26 de octubre de 1949 el reportero Gabriel Garcia Marquez fue enviado al antiguo convento de Santa Clara, que iba a ser demolido para edificar sobre el un hotel de cinco estrellas, a presenciar el vaciado de las criptas funerarias y a cubrir la noticia. Se exhumaron los restos de un virrey del Peru y su amante secreta, un obispo, varias abadesas, un bachiller de artes y una marquesa. Pero la sorpresa salto al destapar la tercera hornacina del altar mayor: se desparramo una cabellera de color cobre, de veintidos metros y once centimetros de largo, perteneciente a una nina. En la lapida apenas se leia el nombre: Sierva Maria de Todos los Angeles. Cuenta el propio Garcia Marquez: <>. En esta novela historica, el escritor colombiano nos ofrece nuevamente una obra cautivadora y fascinante que atrapa al lector a lo largo de cada una de sus paginas; el estilo de su escritura, muy semejante al mitico-historico utilizado en Cien anos de soledad, la hace parecer <> de esta ultima obra.

  • No quiero solo un verano de Dama De Hierro

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    Mis vacaciones de verano dieron un giro inesperado cuando papa dijo que se casaria , eso no tendria nada de malo a no ser que la novia, sea la madre del chico que me robo el corazon el primer dia que llegue a este hermoso pais.

  • Solo una noche, Lucy Morton de Lucy Morton

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  • La noche de los regalos (Fuego y hielo 2.8) de Mike Lightwood

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    --?Y a ti que te ha parecido? --le pregunto a Sergio cuando salimos de la sala del cine. Ha estado totalmente callado desde que terminaron los creditos. Permanece en silencio durante unos segundos mas antes de contestar. Por un momento, su rostro esta inexpresivo, como si estuviera tratando de asimilar demasiada informacion de golpe. Pero, entonces, abre mucho los ojos y su boca se curva en una enorme sonrisa, la misma que conozco tan bien. --!Ha sido una puta pasada! --exclama al fin, para sorpresa de nadie--. !La mejor pelicula que he visto en toda mi vida! --Ya empezamos --dice Pablo, poniendo los ojos en blanco. --La misma cantinela de siempre --se queja Sara. Pero Sergio no da muestras de haberlos escuchado siquiera. --De verdad, !es que ha sido increible! --continua con entusiasmo, ganandose miradas divertidas de la gente que hay a nuestro alrededor--. ?Habeis visto cuando consigue el tridente y aparece detras de la cascada? ?Y cuando Black Manta utiliza los rayos laser? !Y EL PUTO PULPO TOCANDO EL TAMBOR! O sea, living. --?Siempre se pone asi de entusiasmado? --pregunta Dario, con una risita nerviosa. El no esta tan acostumbrado a venir al cine con nosotros como para saber como se pone. --Y a veces es todavia peor --le respondo--. Siempre que vemos alguna de superheroes, se pone histerico. Ni te imaginas como se puso cuando fuimos a ver Justice League e Infinity War. --Dejame adivinar: lloro con Spider-Man. --Lloro con Spider-Man --confirmo--. Como un bebe. --!?Y la escena del vino?! --grita Sergio, ajeno al resto de la conversacion.--. ?Hola? ?Visteis cuando Mera utilizo sus poderes hidroquineticos para convertir el vino en armas? Me cago en todo, !que puta pasada de pelicula! --Oye, que estabamos todas alli, chiqui --le recuerda Sara entre risitas, poniendole una mano sobre el hombro mientras salimos del cine.--. Claro que lo vimos. Aunque ni confirmo ni desmiento que Mera me haya puesto un poco cachonda. --?Normal? --dice Guille--. Creo que la bisexualidad se ha acabado para mi. Ahora soy hetero para siempre. Lo siento, Pablo. --!Oye! --se queja el, dandole un golpe en el hombro. Un segundo despues, se rie--. Bueno, en realidad yo tambien me he hecho un poco hetero por ella. --!Y Nicole Kidman! --continua Sergio, entusiasmado--. ?Visteis como repartia hostias al principio? Madre mia, !que pedazo de pelicula! ?Cuando volvemos? Por supuesto, ya sabia que esa pregunta no tardaria en llegar: siempre que vemos alguna pelicula nueva de superheroes en el cine, no tarda mas de diez minutos en preguntar cuando podemos volver a verla. Si me dieran un euro por cada vez que hemos repetido pelicula... bueno, en realidad no tendria nada porque me lo habria gastado todo en el cine. --!Y cuando se escapan en la nave de Mera! !Y el traje que llevaba antes en plan medusa! Madre mia, !es que me casaba con ella cinco veces! La conversacion continua de ese modo mientras seguimos caminando, con el gritando mucho, muy entusiasmados, y nosotros riendo mucho. --Oye, chicos, nosotros nos bajamos aqui --dice Fer cuando llegamos a la estacion. --?No os quedais un ratito? --le pregunto esperanzado, mirando tambien a Dario --. Aunque sea media horita para tomar algo... Dario niega con la cabeza. --No puedo. El proximo tren sale en quince minutos, y para el siguiente falta mas de una hora. Siendo la noche de Reyes, prefiero llegar pronto a casa para estar con mi abuela. Es tradicion. --Si, yo tambien tengo que estar en casa pronto --anade Fer. --Bueno, vale. Es una de las cosas que han cambiado desde que vivo en la ciudad: ya no puedo pasar tanto tiempo con el, ni tampoco con Dario. Y, aunque me duele tener que separarme de ellos y vernos mucho menos que antes, lo cierto es que no se me ocurriria cambiar jamas mi vida de ahora por la que tenia antes. --Oye, Sergio, ?puedes venir un momento? --le pregunta Fer, que esta un poco alejado de nosotros. Sergio se acerca a mi amigo mientras yo los miro, extranado. ?De que tendran que hablar esos dos ahora? Seguro que estan tramando algo, y no creo que sea nada bueno. --Eh... Oscar, queria contarte una cosa --dice rapidamente Dario, que probablemente este en el ajo--. ?Te importa si...? Deja la frase inconclusa, y tira de mi mano hasta alejarme unos metros de donde se encuentran los demas. --?Que te pasa? --pregunto con el ceno fruncido--. --Es queeeee... --comienza, alargando mucho la <>. Enrojece ligeramente antes de continua --. Es que me gusta un chico. --Ah. Vale. --Sonrio al darme cuenta de lo nervioso que parece al respecto y de lo mono que lo hace estar ese hecho. Si, sin duda esto explica la que acaban de montar: Dario queria estar a solas conmigo para contarmelo--. Sabes que podrias habermelo dicho antes en cualquier momento sin tener que compincharte con Fer, ?verdad? Nadie se habria extranado de que nos fueramos a hablar solos. El traga saliva, mirando con nerviosismo por encima de mi hombro. Probablemente este tratando de comprobar si alguno de nuestros amigos esta pendiente de la conversacion. De verdad que esta adorable cuando se pone asi. Es tan distinto al Dario cerrado y hurano de hace un par de anos que no puedo evitar sonreir otra vez. --Si, bueno... Pero no dice nada mas. --?Y bien? ?Quien es? --Pueeeeees... un chico nuevo del insti --dice, todavia mirando a los demas. Hay una chispa de emocion en sus ojos oscuros--. Llego a principio de curso, y es superguapo, y... Oye, que da igual. --?Como que da igual. --Si, que da igual. Mejor te lo cuento otro dia, ?vale? Que no quiero perder el tren. Y, sin decir mas palabra, se aleja de mi y se dirige hacia Fer, que ya ha terminado su supuesta charla con Sergio. --Pues... vale --le digo al aire, y echo a caminar hacia ellos. Se despiden de nosotros con la habitual ronda de abrazos y, como siempre, me dejan a mi para el final. El primero en abrazarme es Fer, con uno de esos abrazos suyos que huelen a hogar, a paz. El unico abrazo que me reconfortaba cuando nada mas lo hacia, y todavia hoy me sigue evocando las mismas sensaciones de seguridad que entonces. Cuando se separa, es Dario quien se acerca a mi, aunque su abrazo es diferente. Todavia hay una especie de nerviosismo por parte de los dos, como si aun no hubieramos averiguado como comportarnos juntos. Despues de todo lo que paso y de lo que ha habido entre nosotros, tanto bueno como malo, el proceso ha sido dificil. Pero lo llevamos bien. --En fin, pasadlo bien, chicos --dice Fer--. !Y que tengais muchos Reyes! --!Igualmente! --contestamos mientras se alejan. Por suerte, el momento de la despedida ha bastado para que Sergio se olvide un poco de la pelicula. Y, con un poco mas de suerte, tal vez todavia pase media horita o asi hasta que vuelva a sacar el tema. Espero. --?Adonde vamos? --pregunta Pablo--. Yo tampoco quiero llegar muy tarde a casa. --Nos tomamos algo donde siempre y nos vamos --propongo--. ?Vale? Todos aceptan, asi que nos abrimos camino hasta nuestro bar favorito, a solo un par de manzanas de la estacion. Es pleno invierno y se trata de una noche fria, asi que estoy tiritando dentro de mi abrigo y deseando llegar lo antes posible. Pero no es tarea facil: en estas fechas, el centro de la ciudad esta lleno de gente, asi que avanzar cuesta mucho mas de lo que habiamos supuesto. Sin embargo, no me quejo. La ciudad ya me gusta siempre, sobre todo comparandola con el lugar donde vivia antes. Pero, con las luces de Navidad encendidas por todas partes, es todavia mas bonita. Se respira magia. Y tambien un poco contaminacion, para que enganarnos. Una vez dentro del bar, nos limitamos un refresco, sin nada de alcohol. Despues de todo, tan solo vamos a pasar un ratito aqui. Ya habra momento de salir de fiesta en otra ocasion. --?Creeis que Mera podria controlar tambien los refrescos? --pregunta Guille, distraido, en cuanto nos sirven nuestras bebidas. --!Obviamente! --salta Sergio, con entusiasmo renovado--. Si puede controlar el vino, por supuesto que puede controlar tambien el refresco. --Joder, Guille --le reprende Pablo, apartandose de la frente unos rizos pelirrojos--. Ahora que se habia callado por fin... --Has abierto la caja de los truenos --anade Sara, negando con la cabeza. --Cuidado con lo que dices de truenos --le digo en voz baja para que solo ella pueda oirme--. A ver si le va a dar por hablar tambien de Thor

  • Sera larga la noche de Santiago Gamboa

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  • El Club Rojo de Rocio Verdejo

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    Alexa, no discutas, te guste o no te guste voy a ampliar tu seguridad. Puedo ceder en muchas cosas, pero no en eso. -- Por favor papa, lo menos que quiero es andar por la vida con dos nineras. Tengo veinticuatro anos, soy una mujer. -- Ya te lo dije no quiero hablar mas del asunto. He dicho que a partir de hoy te acompanaran Bruno y Jorge. No quiero correr ningun riesgo contigo. La chica no discutio mas con su padre sabia que cuando se ponia en ese plan era dificil convencerlo de nada. Esa discusion era comun entre Alexa y Gonzalo. Ambos tenian un caracter muy dificil, y la mayor preocupacion del hombre era la seguridad de su unica hija, pero tambien el tenerla vigilada. Gonzalo Martin Casado era un abogado y politico muy importante, perteneciente a una de las familias mas ilustres de Espana. Habia desempenado los mas diversos cargos dentro del gobierno, todos de gran importancia, habia sido ministro, diputado, e incluso habia llegado a ser asesor del Presidente de Gobierno. Tenia setenta anos, pero muy bien llevados, el estilo de vida que habia tenido le habia permitido mantenerse asi. Nacido en una cuna de oro, nunca habia tenido que trabajar fuerte, era el encargado junto con su hermano de los negocios de su familia. Pero la carga mayor la habia llevado Pablo, su hermano menor, porque Gonzalo desde muy joven se dedico a la politica, esa era su verdadera vocacion. Era un hombre muy respetado y muy influyente entre los miembros del partido, y en general en todo el pais. Se habia casado hace treinta y cinco anos con Ana Velazquez De Los Rios, por supuesto, tambien de una de las mejores familias de Madrid, ella con sesenta anos tambien aparentaba muchos menos, siempre se ha dedicado a ser la esposa perfecta. Siempre vestida de manera muy elegante, con excelente educacion y unos modales exquisitos, habian sido perfectos el uno para el otro, ella lo habia ayudado a escalar posiciones dentro del partido, era muy lista y siempre habia motivado a su marido a asumir retos. En realidad, ella era el cerebro y el el ejecutor, pero de cara a la sociedad ella era una esposa florero. Se habian casado muy enamorados, el con 35 anos ella con diez menos, por supuesto querian tener familia, necesitaban un heredero, perpetuar el apellido Martin. Pero se les hizo muy dificil, luego de diez anos de incontables tratamientos se rindieron. Pero ocurrio el milagro, quedo embarazada, y el dia de su aniversario de bodas numero once, nacio Alexa Martin Velazquez, una hermosa nina que llego a completar la felicidad de la pareja. Luego por mas que lo intentaron no pudieron tener mas hijos, pero para ellos la dicha de tener a su preciosa hija era mas que suficiente. Durante su ninez, Alexa vivio entre algodones y lujos, habia ido a los mejores colegios del mundo, sus amistades o mejor dicho conocidos pertenecian a la realeza y a las mas altas esferas sociales. Habia viajado por todo el mundo, con veinticuatro anos seguia siendo la nina mimada de papa. Tambien tenia una ventaja adicional, era una verdadera belleza, cuerpo de modelo, delgada, alta, una cabellera negra como el azabache, los ojos grises como un cielo tormentoso, labios carnosos y cara de muneca. Nunca habia trabajado a pesar de tener una carrera de leyes, estudio en Oxford como su abuelo, su padre, su tio y uno de sus primos. Todo por complacer a su padre, la chica era inteligente y no tuvo dificultad ninguna en terminar con buenas calificaciones la carrera. No tenia ningun interes en ejercer, aunque no tenia duda que mas pronto que tarde tendria que hacerlo. Su familia tenia, entre otros negocios un despacho de abogados, uno de los mejores de Madrid, pero iba a retrasar lo mas posible esa situacion. Afortunadamente su tio Pablo no tenia intenciones de retirarse y para beneficio de ella tenia dos hijos que si querian dedicarse a esto. Ella tenia otros intereses, o por lo menos eso le hacia creer a todos, era fiestera, compradora compulsiva, caprichosa, era una referencia en cuanto a vestir. La prensa de cotilleo la seguia por todas partes, era habitual en desfiles de modas, inauguraciones de restaurantes, discotecas, y todos los mejores sitios de la ciudad. Eso era lo que se esperaba y por supuesto lo cumplia a cabalidad. Todo el mundo queria estar cerca de Alexa, eso era sinonimo de estatus, pero no era tonta, no confiaba en nadie, simplemente les seguia el juego. Sus unicos y verdaderos amigos eran Brad y Sofia. La Alexa que ellos conocian era la real, la que conocian los demas era un personaje, ella solo interpretaba un papel. A Brad Taylor lo habia conocido en Oxford, era ingles, ambos empezaron a estudiar el mismo dia. Era muy guapo, alto, rubio, ojos azules, delgado, pero con musculos definidos, y lo mejor de todo era encantador, tanto, que Alexa perdio la virginidad con el a los dieciocho. Pero luego de un tiempo se dieron cuenta que funcionaban mejor como amigos que como novios. El chico era de una excelente familia de Londres, era el primer abogado, su padre era medico, pero el no tenia esa vocacion. Cuando Gonzalo lo conocio, le agrado, pero nada mas, para el, Alexa estaba prohibida para todos. No queria que nadie se le acercara con otras intenciones. Cuando terminaron la carrera, Alexa lo invito una temporada a Espana, y le habia gustado tanto que se quedo. Luego de unos meses comenzo a trabajar en el despacho de abogados de la familia Martin. Sofia Jimenez y Alexa eran amigas desde que eran ninas porque ella era hija de una de las mejores amigas de su madre y apenas se llevaban un ano de diferencia, asistieron a los mismos colegios, y siempre habian sido inseparables. Ella estudio veterinaria, tenia una clinica pequena, pero se sentia muy orgullosa de ella. A pesar de que su familia tenia dinero habia querido comenzar por algo pequeno. Igual que Alexa, iba a los mejores sitios, pero ella era diferente a su amiga, su familia la habia dejado hacer siempre lo que quisiera, no era asidua a las compras, ni tampoco se aguantaba a nadie que no le agradara, y no le gustaba seguir esos estupidos codigos sociales. Era una rebelde, pero en el buen sentido de la palabra. Ahora le habia dado por ponerse el cabello azul, tenia piercings en "sitios divertidos", como decia ella, y unos cuantos tatuajes. Pero era una chica bastante centrada, que amaba a los animales, y se involucraba en organizaciones que los defendian, amaba tambien la naturaleza y sobre todo amaba su cuerpo. Era vegetariana, hacia muchos ejercicios, nunca habia usado drogas, no bebia casi alcohol, aunque con semejantes amigos, en ocasiones no podia negarse a esto ultimo. Los tres a pesar de ser muy diferentes, eran los mejores amigos, y disfrutaban mucho estando juntos. Y sobre todo eran amigos incondicionales. Alexa tambien tenia intereses profesionales, pero nada que ver con las leyes, a ella le gustaban los negocios, y sobre todo lo relacionado con los inmuebles. Le encantaba el diseno de interiores su sueno siempre habia sido dedicarse a eso, y de hecho estaba buscando la manera de hacerlo. Con el dinero que su padre le asignaba, compro un pequeno departamento, en Malasana, lo iba a remodelar y luego lo venderia. Pero necesitaba dinero para eso, le gustaban mucho ese tipo de proyectos y tenia talento para ello, le habia decorado en su totalidad la clinica de Sofia y el resultado habia sido maravilloso. Pero si su padre lo supiera estaria en problemas. Estaba empenado en controlarle la vida, en todos los aspectos, profesional, sentimental, y su propia privacidad ya que estaba segura que no solo era vigilada por Bruno y Jorge, su padre nunca estaria tranquilo solo con ellos dos. Debian estar siguiendola por lo menos tres o cuatro personas mas. Esas ultimas semanas habia estado mas paranoico que nunca. Ella desconocia la causa, pero estaba muy molesta por ello. Pero ella siempre optimista le veia el lado bueno a todo, Bruno su guardaespaldas estaba para comerselo, era un mulato, muy guapo, era de Brasil, experto en artes marciales y experto en armas tambien. Por lo menos tenia algo agradable que admirar. -- Alexa, ?como piensas comenzar con el proyecto de Malasana con esos dos siguiendote a todos lados? -- Le pregunto Sofia, mientras revisaba un gatito que le habian traido a consulta. -- No tengo ni idea… Con Jorge podia, porque se quedaba en el coche y yo tenia un poco mas de libertad de movimiento, pero Bruno no se me despega. Ahora mismo esta plantado en la puerta de entrada. -- Le respondio Alexa con cara de hastio. -- Si ya lo vi, pero que suerte tienes amiga, ese Bruno esta guapisimo y tiene cara de ser un semental. Y la reputacion que tienen los brasileros es que son muy calientes y sexuales. ?Porque no te lo ganas a fuerza de polvos? -- Dijo Sofia sonriendo. -- No creas que no lo he pensado, pero estoy esperando para hacer mi jugada. Tiene muy pocos dias en el puesto. -- Dijo Alexa mirando por la ventana, hacia donde estaba su guarda espaldas. -- Asi voy a matar dos pajaros de un tiro. Le doy a mi cuerpo alegria y de paso consigo algo de libertad de movimiento. -- Eres una perra maquiavelica, pobre tipo. -- No te hagas la inocente, tu misma me has dado la idea. -- Si, pero del dicho al hecho… -- Dijo Sofia. -- Y acerca de eso de darle alegria a tu cuerpo, ?no saliste el sabado con Ricardo? -- Si, pero no terminamos enrollados. Ese hombre es insipido, sali con el solo porque mi padre me lo pidio, y para no tener problemas acepte. Ambas familias tienen negocios y tienen la falsa ilusion de que podamos llegar a mas. Pero creo que la misma noche de bodas me moriria del aburrimiento. -- Pero es guapo, tampoco seria mucho sacrificio. -- Le dijo Sofia, mientras terminaba con su paciente felino. -- Creeme si es un sacrificio, el chico no tiene ni idea de lo que hace, es puro estuche, la unica vez que nos acostamos intento hacerme sexo oral, y mientras lo hacia casi que me pongo a limarme las unas. Ambas soltaron una carcajada, el pobre Ricardo habia sido un tema de conversacion muy divertido. Cuando Alexa salio Bruno la siguio de manera automatica, aprovechando la oportunidad se contoneo mas de la cuenta, necesitaba comenzar a trabajarlo. Mientras lo hacia miro de reojo y vio que el moreno estaba muy concentrado y no precisamente en la seguridad. Ya habia plantado el gusanito, aunque todavia no estaba segura de que esa fuera una buena opcion, lo que menos queria era perjudicar a nadie, y si su padre se enteraba lo despediria de inmediato. Luego de salir de la clinica de Sofia fue a su departamento, habia conseguido mudarse sola, muy a disgusto de Gonzalo, la unica condicion es que estuviera cerca de su casa, en el Barrio Chamberi. A ella no le importo, de momento eso serviria. Esa noche tendrian una cena en el club social donde asistian, la familia Martin tenia una de las membresias mas antiguas y esa noche era el aniversario. Afortunadamente para Alexa, Sofia y Brad tambien asistirian. Por lo menos no se iba a aburrir. Para esa noche se decidio por un vestido verde esmeralda, bastante discreto, era largo, con un drapeado hasta la cadera que le hacia un cuerpo precioso. Alexa era delgada, pero con unas formas perfectas, se hizo un recogido que la hacia lucir bastante elegante, y un maquillaje muy suave, pero con los labios rojos, siempre los llevaba de ese color cuando salia por la noche. Sus padres pasaron por ella en la limusina, les gustaba mucho alardear de lo que tenian. Se saludaron como siempre y Gonzalo lleno de cumplidos a las dos mujeres mas importantes de su vida

  • Antes mueren los que no aman de Ines Plana Gine

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    En las Navidades de 2009, con un pais aplastado por la crisis, una funcionaria de la Seguridad Social muere al ser empujada violentamente contra una cristalera. Quien lo hace es una joven que huye del lugar sin dejar rastro. Este es el caso que investiga Julian Tresser, teniente de la Policia Judicial de la Guardia Civil, cuando surge la primera pista fiable sobre el paradero de Luba, una chiquilla de doce anos que desaparecio misteriosamente dos anos atras.

  • Amberly, la esposa perfecta (Hermanas Davenport 1) de Veronica Mengual

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    Descubre a las hermanas Davenport en esta trilogia.
    Tres hermanas que haran su “pequena revolucion” dentro de la epoca en la que les toca vivir.

  • La Serie completa Nosotros de Patricia Bonet

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    <>. ?Un vuelo agradable? Si tuviera que definirlo, se me ocurren muchas formas de hacerlo, pero desde luego ninguna de ellas seria <>; me ha tocado pasillo, por lo que me he pasado la mitad del tiempo levantandome para que la senora que tengo al lado pudiera ir al aseo. No sabia que alguien podia mear tantas veces seguidas. Pero no contenta solo con eso, no se ha callado. Ni un momento. Me ha hablado de su hija Lana, de su perro Scooby y de su nieto Carl, que es la alegria de su vida, aunque el a ella no la quiera nada y le escupa cuando la ve. Asi, tal cual. Y ella tan contenta diciendo que son solo cosas de ninos. De un nino que, por cierto, ya tiene diez anos, y no es que yo sea un lumbreras, pero a esa edad ya saben lo que hacen, ?no? En fin. Ni conozco a esta senora ni voy a volver a verla en mi vida, asi que yo solo he sonreido y he fingido escucharla todo el trayecto. En realidad, lo que he estado haciendo ha sido cerrar los ojos y pensar. ?En que? En lo que llevo pensando desde que mi trabajo en Nueva York termino y supe que era hora de volver a casa. Podria haberme quedado alli. La gente me queria, era bueno en mi trabajo y el sitio no estaba nada mal. Hice algunos amigos, como Scott, mi jefe. Aunque era unos cuantos anos mayor que yo, congeniamos enseguida. Supongo que porque yo necesitaba una figura paterna, alguien que me diera un poco de seguridad y familiaridad en un sitio en el que me encontraba a miles de kilometros de los mios, y el buscaba un sustituto para el capullo de su hijo, porque, si algo definia a ese especimen de hombre, era <>. Tambien echaria un poco de menos mis salidas matutinas a correr por Central Park o el desayuno de los domingos por las mananas en la teteria de la esquina del trabajo. Me costaba mas de cuarenta y cinco minutos ir andando, pero valia la pena solo por esos bollitos de canela rellenos de limon. Pero bueno, no quiero mentir, todo eso estaba bien, pero no terminaba de ser lo mio. Aunque estaba rodeado de personas por todas partes, pues en la oficina eramos mas de cuatrocientos trabajadores y tenia buena relacion con todos, y ademas tenia a Scott, pero, como ya he dicho, me sentia muy solo. Me faltaba mi gente. Mis amigos, sobre todo Pedro, los tocapelotas de mis hermanos, mis padres y, para que mentir, ELLA. Mierda. Es que no me la quito de la cabeza ni medio segundo. Y si, antes ya era una tortura, pero mas o menos podia llevarlo; total, la tenia a miles de kilometros de distancia. Pero ?y ahora? Ahora la tengo demasiado cerca como para poder ignorarlo. El avion acaba de dar una sacudida, lo que significa que hemos tomado tierra. He estado tan metido en mi mundo que ni me he dado cuenta. Suspiro, cojo aire y lo suelto tres veces seguidas, me seco las palmas de las manos en los vaqueros y cuento hasta diez. Me levanto incluso antes de que las luces que indican que ya puedo desabrocharme el cinturon se apaguen, pero necesito coger mi ordenador y salir de este agujero que me esta asfixiando por momentos. Me giro para sonreir a mi nueva <> y decirle adios con un ligero movimiento de cabeza, y salgo por la puerta como alma que lleva el diablo directo al autobus que me llevara hasta la sala de recogidas de maletas, para poder coger la mia e irme a mi casa. Hogar, dulce hogar. Se me hace tan raro estar aqui de vuelta que, por un momento, una milesima de segundo, me han dado ganas de dar media vuelta, volver al avion con el comandante como se llame y pedirle que me lleve de vuelta a las Americas. Pero no, estoy aqui, he vuelto y lo hago para quedarme. Cuando ya estamos todos en el autobus como sardinas en latas -y esta claro que algunos sin ducharse-, ponemos rumbo al edificio que alberga nuestras pertenencias mas valiosas, que en mi caso es una pequena maleta. No es que haya sobrevivido todo este tiempo con tres pantalones y dos polos, es que mis padres vinieron hace un par de meses y se trajeron casi todas mis cosas. De valor no tenia nada, porque los muebles y demas pertenecian a la casa de alquiler en la que me alojaba, pero si se trajeron la ropa de invierno, zapatos y chaquetones, asi que me deje lo esencial: algunas prendas basicas y mi ordenador portatil. Por fin llega la mia, esa que regalaba el banco hace mil anos, marron, fea de cojones, que toda la poblacion espanola tiene, y me dirijo hacia la salida para coger un taxi. No ha venido ninguno de los mios a buscarme. No porque ellos no quisieran, sino porque yo no los he dejado. Me gusta muchisimo estar con ellos, pero pueden llegar a ser tremendamente agobiantes, y yo necesito un poco de espacio para habituarme a mi nueva situacion y pensar en como me voy a enfrentar a todo lo que se me viene encima. Y porque les he mentido. No me siento orgulloso de ello, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. O como se diga. Les he dicho que llegaba mucho mas tarde. Casi por la noche, vamos. No a las ocho de la manana. Al unico al que le he dicho la verdad es a mi hermano Javier, al que, por cierto, le mando un mensaje para avisarlo de que ya estoy aqui. Y es que con el no tengo ningun problema. Si yo le digo que no quiero que venga a recogerme, no hace preguntas, me dice que vale y se queda en su casa; o en el bar, depende de la hora. No he querido que venga nadie porque solo tengo ganas de llegar a casa, darme una ducha, quedarme en calzoncillos y dormir todo lo que no lo he hecho estas ultimas semanas. ?Que por que no he dormido? Porque estoy cagado de miedo. He sonado con volver desde antes de marcharme, he sonado con verla desde antes de despedirme y he sonado con volver a hablar con ella desde antes de mandarlo todo a la mierda. Pero una cosa es sonar y otra muy distinta, la realidad. Y la mia es que estoy aqui, que he vuelto y no tengo ni idea de por donde empezar. Me aterra tenerla enfrente de mi otra vez porque no sabria que decirle ni como actuar. No se si me odia -aunque estoy convencido de que si- ni si tiene ganas de verme -estoy convencido de que no-. Llevo mas de tres anos sabiendo cosas de ella a traves de los demas. Jamas acompano a ninguno en sus viajes, ni se sumaba a las felicitaciones y llamadas a traves del Skype, ni participaba en los regalos conjuntos que me llegaban. Si, ponia su nombre, estaba su dedicatoria, pero no era su letra. Mejor dicho, no eran sus palabras. El taxi llega por fin a la puerta de mi casa; le pago y bajo, sacando yo mismo la maleta del maletero porque ahora me han entrado las prisas. Necesito sentirme seguro, protegido, y mi casa se convierte en mi refugio. Subo los peldanos hasta llegar a la puerta principal poco a poco, disfrutando del momento y maravillandome de lo que encuentro a mi alrededor, porque, para que negarlo, mi casa me encanta. Al subir arriba del todo, dejo las maletas en el suelo y meto la mano en el bolsillo derecho del pantalon para sacar la llave, la cual aprieto tan fuerte que hasta me hace un poco de dano en la palma de la mano. La meto en la cerradura y la giro dos veces, lo que me confirma que mi hermana no esta en casa. Cuando me marche, me pregunto si podia mudarse aqui. Adora a mis padres, pero, palabras textuales, <>. Siempre han sido un poco controladores con los tres, para que negarlo, pero debo reconocer que con mi hermana han llegado al acoso. Asi que no tuvo que suplicarmelo mucho, aunque me habria encantado verla de rodillas pidiendo clemencia. Cogio la copia que guardaba para las emergencias y se instalo aqui. Para mi tambien supuso un alivio, asi tenia a alguien que cuidaba un poco de ella en mi ausencia. Hablo de mi casa, claro; mi hermana se vale ella sola. Y, ademas, asi cuidaba de las pequenas plantas que tengo en el jardin. Aunque miedo me da cuando salga a ver como estan. Cojo la maleta, entro y cierro la puerta detras de mi. A simple vista esta tal y como la deje, a excepcion del sofa, que tuvimos que reemplazar por culpa de un pequeno percance, del cual prefiero no hablar. La cocina esta impoluta y, por lo que puedo divisar a traves de la cristalera, el jardin y mis plantas estan perfectas. Debo empezar a confiar mas en Paula. Cierro la casa con llave, una pequena mania -o una de muchas-, dejo la maleta en el suelo y recorro mi hogar poco a poco, tocando los muebles y admirando el olor a jazmin que lo impregna. Me acerco hasta la libreria, pero no para ver los pocos libros que hay, sino las fotos, en concreto una en la que salimos los cinco el dia del cumpleanos de Javi hace ya siete anos por lo menos, todos disfrazados de mejicanos, con las mejillas sonrosadas y los ojos vidriosos de tanto reir. Paula esta a caballito de Pedro, Javi a su derecha haciendo el mono, y yo a su izquierda, con Eva subida a mi espalda. Tiene la sonrisa mas bonita que he visto en mi vida, y la echo mucho de menos. Estoy cansado de verla a traves de las fotos, ahora necesito hacerlo en directo. Dejo la foto en su sitio, voy hasta la cocina y abro la nevera con la esperanza de encontrar algo de comida en ella. Me doy por satisfecho. Tengo queso, jamon e incluso cerveza, asi que me preparo un sandwich, me lo como rapido y subo a mi habitacion para poder darme una ducha bien fria y acostarme un rato, que bien lo necesito. [?] <>. Parece musica, pero no se de donde viene. Por poco se me sale el corazon por la boca del susto que me he dado. Me incorporo en la cama e intento calmarme, con los cinco sentidos alerta e intentando acostumbrarme a lo que tengo alrededor. Me doy cuenta de que estoy en mi casa de Valencia y de que esa musica viene del piso de abajo. Debe de ser mi hermana, que ha llegado y no se ha enterado de que hay alguien arriba.

  • EL MISTERIO DEL A de Margotte Channing

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    !TERCERA NOVELA DE GERMAN CORTES!

  • Caotica Jimena, Neira de Neira

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    Jimena tiene un plan: vivir tranquila sin salir demasiado de su zona segura, conseguir un trabajo relacionado con sus estudios y no implicarse con nadie a un nivel que no sea puramente fisico.
    El orden, la racionalidad, la dureza.
    Bruno no tiene ninguno, mas que ser feliz con los pequenos placeres de la vida, pero si muchos problemas que debe resolver mientras deja que sus pasos lo guien.
    El caos, la emotividad, la ternura.
    Un piso. Un encuentro. El objetivo de una camara. Un giro inesperado. El desequilibrio.
    Y sucede.
    Dos personas aparentemente opuestas que se cruzan y convergen, cuando sus caminos no lo hacen.
    Porque el amor no siempre llega en el momento indicado ni con la persona adecuada, pero no por ello desaparece.
    Porque, aunque la vida nos haga elegir lo que mas duele, todas las historias de amor del mundo se merecen un final.

  • Confusion. Cronicas de los Cazalet de Elizabeth Jane Howard

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    Primavera de 1942, el mayor conflicto armado de la historia de la humanidad se adentra en su cuarto ano. Las incursiones aereas y el racionamiento son moneda corriente, el caos se ha convertido en una forma de vida. Sin embargo, algo empieza a moverse entre los jovenes Cazalet: el tiempo de espera ha terminado y el ingreso en el incitante mundo adulto parece haber llegado por fin. Bajo la petrea moral victoriana del sacrificio y el esfuerzo belico apuntan, sobre todo para las mujeres, unos habitos menos encorsetados que permiten amar y trabajar con mayor libertad. Y asi, en una sucesion de nacimientos y perdidas, de matrimonios y relaciones ilicitas, va desarrollandose la vida del clan, de sus amigos y de sus amantes, que con la cabeza alta siguen adelante y suenan con la paz despues de la guerra, con el momento en que las familias volveran a reunirse y las heridas empezaran a sanar, con la igualdad y la justicia que el nuevo orden traera consigo, con el dia en que, definitivamente, acabara tanta confusion.
    La monumental saga de Elizabeth Jane Howard, una de las construcciones novelisticas mas ambiciosas y acabadas de la literatura inglesa del siglo XX, sostiene con toda precision en este tercer volumen el tempo y la intensidad a los que nos tiene habituados.

  • Los ultimos dias de Rabbit Haye, Anna McPartlin de Anna Mcpartlin

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    Rabbit Hayes ama su vida, normal y corriente como es, y tambien ama a la gente extraordinaria que hace que esta vida sea aun mejor. Ama a su ingobernable y vital familia: a su hija Juliet y a Johnny Faye, ambos con un corazon de oro.

  • Mister de E.l. James

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    Mister es la apasionante nueva novela de E.L. James, autora de la trilogia y fenomeno mundial de ventas <>.

  • Sangre y rosas (Beatrix Rose 3) de Mark Dawson

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    Beatrix Rose ha eliminado ya varios nombres de su lista de objetivos: cuatro de ellos estan muertos y ahora solo quedan dos. Sus enemigos saben que va a por ellos y que esta muy cerca. El cazador se ha convertido en presa.

  • Las lineas prohibidas de Juan Yubero

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    En la fiesta de su undecimo cumpleanos, Chuso correteaba impaciente por la casa, esperando a que llegaran todos sus amigos. Era un dia soleado de octubre. El otono estaba siendo muy caluroso y le permitia celebrarlo en el jardin, para alivio de sus padres. Los ninos comenzaron a llegar sobre las seis de la tarde. Una larga espera, teniendo en cuenta que aquel sabado habia amanecido por una unica razon. !Ya no tenia diez anos! Los regalos se amontonaban en el sofa. Segun iban llegando, los nervios se iban apoderando de el, con el problema anadido de que hasta que no llegara el ultimo de sus amigos, no le estaba permitido comenzar a desgarrar el papel de forma compulsiva. Normas de la casa. Por fin, se acabo el suplicio y llego el momento de soltar la adrenalina que llevaba horas segregando. Las ansias con las que abria cada regalo casi no le permitian disfrutar de los juegos de mesa, casco, monopatin y un largo etcetera de juguetes con los que llevaba sonando durante un tiempo. Cuando acabo la fiesta, sus padres le regalaron una bicicleta Orbea Furia, que detono en una felicidad que solo es propia de un nino. Lo mejor que le ha ocurrido en su vida. De seguido, su padre saco un paquete envuelto en papel naranja. Chuso penso que se trataria de algun juego de consola y comenzo a abrir el regalo con una ilusion que se difumino al instante, al ver que se trataba de un libro. --Muchas gracias. Es un poco grande --dijo, con gesto cabizbajo. --No te preocupes. Tu regalo es la bici. Esto es tan solo un gran libro que apreciaras con el tiempo. Es mi novela favorita. Guardala para cuando llegue el momento en el que estes preparado --respondio Pablo con la ternura de un padre al que no le sorprendia aquella reaccion. Chuso se marcho a su habitacion a jugar con sus regalos, sin percatarse del fondo de aquellas palabras, ni de las lagrimas que resbalaban por las mejillas de su madre. Aquel regalo significaba mucho para Pablo. Unos meses antes, le habian diagnosticado cancer y le restaba poco tiempo de vida. Sabia que, si algun dia leia aquel libro, les acercaria un poco mas y podria transmitirle una de sus pasiones. La lectura. Unas semanas despues, volvia del colegio dispuesto a merendar y salir corriendo con la bicicleta en busca de sus amigos. Encontro a su madre llorando. Estaba tumbada en el sofa, con la cabeza zambullida entre los cojines. --?Mama, te pasa algo? --dijo, sorprendido. No obtuvo ninguna respuesta. Se incorporo rapidamente y rompio a llorar con mayor intensidad. Durante unos segundos, permanecio asustado sin poder articular ni una sola palabra. Nunca habia visto a su madre tan desconsolada, y tampoco era capaz de imaginar que la vida le acababa de asestar el golpe mas fuerte que iba a recibir nunca. Tras unos instantes de absoluto desconcierto, su madre acerto a pronunciar las palabras que se le grabarian a fuego de por vida. --Tu padre nos ha dejado, carino. Estaba muy enfermo y ahora se ha ido al cielo. No era capaz de asimilar aquellas palabras. Tan solo tenia once anos y no estaba preparado para digerir que ya no iba a volver a ver a su padre. Tampoco se dio cuenta, en ese mismo instante, que les reprocharia siempre no haberlo sabido antes. No haberse despedido de su padre. Que su padre no se hubiera despedido de el. Lo supo mucho mas adelante. En sus ultimos dias, le dijeron que se encontraba en un viaje de trabajo. A pesar de lo ocurrido, siguio con su vida, aunque sentia que cada ano que pasaba perdia un poco mas de el. Un dia cualquiera, recordo aquel cumpleanos. El ultimo que vivio cerca de su padre. Como un relampago, se instalo en su cabeza una imagen. El instante en que le regalo el libro. En aquel momento no significo nada para el. ?A quien se le ocurre regalar a un nino un libro de mil ciento treinta y seis paginas, sin otra razon que para ocupar un lugar en la estanteria? Pero comprendio su finalidad. Despedirse de su hijo con un regalo que significaba mucho mas que unas lineas. Era una despedida con su libro favorito. El que recordaba haber leido cuando era joven y su forma de transmitir la lectura a la persona que mas queria. Su unico hijo. Sin perder un solo instante, se dispuso a coger "El Conde de Montecristo" entre sus manos y, acariciando las tapas, dio un pequeno golpecito a la portada, con lagrimas asomando por los ojos. Abrio el libro por la primera pagina, suspiro y comenzo a sumergirse en la lectura. Pasaba horas y horas entre palabras que cobraban vida propia y las letras empezaban a esculpir su futuro sin darse apenas cuenta. No solo no le costo terminar de leerlo, sino que, a pesar de sus mas de mil paginas, habia conseguido terminarlo en menos de un mes. Todo su tiempo libre lo dedico a aquella obra maestra. La obra que se introdujo en su mente para despertarle la pasion por la lectura. Crecio en el la inquietud por poder llegar a escribir de aquella forma. Sabia que era practicamente imposible, pero al menos sonaba con poder transmitir a otras personas los sentimientos que aquellas letras habian despertado en el. El primer paso lo tenia muy claro. Hasta aquel dia, no habia leido demasiados libros. Tan solo los que eran obligatorios en el colegio y algun otro no demasiado extenso, pero este habia conseguido devorarlo como si llevara toda la vida haciendolo. Con paso lento fue a la planta baja, se coloco delante de una estanteria repleta de libros y la emocion se apodero de el. Los musculos de la cara temblaban de una forma tan intensa como cuando se desgarran tus sentimientos repentinamente. Su padre habia leido todos y cada uno de los libros que poblaban la pared de aquel cuarto, y ahora sentia la necesidad de descubrir cada historia que se escondia tras cada portada. Tenia dieciseis anos y todo el tiempo del mundo para conseguirlo. Desde el dia en el que comenzo la facultad, se prometio a si mismo que publicaria una novela. Habia escrito algunos relatos, pero su ambicion iba mucho mas lejos. No paraba de darle vueltas a la cabeza buscando un tema original, pero sabia que hacia mucho tiempo que se habia escrito todo. Solo tenia que buscar una historia y contarla lo mejor que supiera. Durante las clases, en ocasiones se evadia por completo y no era capaz de centrar la atencion en lo verdaderamente importante. Sus estudios. Habia comenzado a estudiar Periodismo. No era un alumno especialmente concienzudo, pero logro acabar la carrera. Continuo con sus estudios hasta conseguir la oportunidad de trabajar como profesor en la universidad. Durante el tiempo que estuvo estudiando, consiguio acabar una novela de la que estaba profundamente orgulloso. Probablemente no era la gran novela que sonaba escribir, pero creyo que era suficientemente buena como para ser publicada. Por desgracia para el, no lo consiguio. Contacto con una larga lista de editores y de todos ellos recibio la misma decepcionante respuesta: "Sigue intentandolo. Es una buena novela, pero no es lo que estamos buscando".

  • Desatame 2 de Christina Ross

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    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • Conquistar el cielo de Paolo Giordano

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    Tras ganar en 2008 el afamado Premio Strega con La soledad de los numeros primos, una primera novela que se convirtio de inmediato en un fenomeno de ventas y critica en todo el mundo, Paolo Giordano vuelve a abordar en Conquistar el cielo los ideales de la juventud y las vicisitudes de la pasion a traves de la vida de cuatro jovenes a lo largo de veinte anos.

  • Perdida de Raul Garbantes

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    Parece que fue ayer cuando la pequena Jenny fue encontrada sin vida a la orilla del rio St. Marcus. Pero, en realidad, han pasado diez anos. El caso ha vuelto a ganar notoriedad luego de que Brenda Bracken, una periodista en ascenso, iniciase una serie de entrevistas radiofonicas con viejos testigos de aquel atroz crimen. Y el detective David Hensley quiere saber por que.

  • Amor accidental de Marisa Ayesta

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    Iciar Albatrecu es testigo involuntario de como dos hombres se alejan de un restaurante tras cometer sendos asesinatos. Su declaracion ante la policia hara que se vea envuelta en una trama donde la mafia china en la provincia ha dado la orden de acabar con ella. Perseguida y asustada, encontrara la seguridad en los brazos del policia nacional Pau Salas, hacia el que surgira un amor tan accidental y repentino como la voragine de asesinatos e intrigas que les rodean.

  • La Sangre del Vikingo de Manuel Losada

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    Desde las costas de Escandinavia, los despiadados vikingos han partido con sed de sangre. Galicia ha sido el lugar escogido para esta expedicion en la busqueda de nuevas conquistas. Ivar, un despiadado caudillo que ansia las riquezas de las tierras gallegas y su comandante Karl, que dirije a las tropas hacia la victoria siguiendo su lema ganar o morir en el intento. Dejan a su paso un reguero de sangre, de miedo y centenares de cadaveres de hombres, mujeres y ninos. La destruccion es implacable. Un error fatal, puede poner en peligro el exito de su cruzada y con ello, la caida del caudillo y sus soldados.

  • Amor escarchado de Eva M. Soler , Idoia Amo

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    Alexander Green es un joven cirujano plastico que vive en Los Angeles, entre fiestas y surf, hasta que es testigo de un crimen que lo obliga a entrar en proteccion de testigos. Para su asombro, es enviado a Sutton, un pequeno pueblo de Alaska, todo lo contrario a lo que esta acostumbrado. Un lugar tan lejano como el corazon de la jefa de policia local, Rylee Scott, una treintanera que ha renunciado al amor, y que pronto despertara el interes de Alex. Romance, comedia y nieve, juntos en una sola historia…

  • Atrapada (Sacred Sins 2) de Nora Roberts

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    ?Que ocurre cuando un usuario de una linea erotica se obsesiona con la mujer que atiende a sus llamadas?

  • Vidas contrastadas, Leah Dempster de Leah Dempster

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    Ella le ofrecio mas de lo que estaba esperando.

  • Infamia de Ledicia Costas

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    Emma Cruz es abogada y profesora de derecho penal. Se traslada al pequeno pueblo gallego de Merlo para impartir clases en la universidad, sin saber que ese lugar esta marcado por la desgracia.
    Su llegada coincide con el veinticinco aniversario de la desaparicion de las hermanas Giraud, a quien parece que se las haya tragado la tierra. Asi, Emma descubrira que los habitantes de Merlo guardan secretos inconfesables. ?Que fue de las hermanas Giraud? ?Estan muertas? Y si es asi, ?quien fue el responsable
    y por que nunca encontraron sus cuerpos?

  • Esto te va a doler de Adam Kay

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    Bienvenido al estimulante trabajo de medico: 97 horas a la semana y disponibilidad los 365 dias del ano. Bienvenido a un sunami de fluidos corporales compensados por unos ingresos economicos inferiores a los de un parquimetro. Di adios a tus relaciones familiares, amorosas y a tus amistades. Bienvenido a tu vida como medico en practicas.
    Tras cinco anos sin ejercer la medicina y dedicado a escribir series de comedia para television, Kay recibe un aviso del colegio de medicos comunicandole que le van a quitar la licencia. Aprovecha entonces para rescatar sus diarios de medico en practicas y hacer un repaso a sus anos en la sanidad publica.
    El resultado es un tronchante diario no exento del mejor humor negro, lleno de anecdotas e historias protagonizadas por medicos, pacientes y administrativos asqueados y hartos. Una mirada ironica y desmitificadora de la vida en los hospitales que ha sido un fenomeno en Reino Unido y que pronto se convertira en serie.

  • El rey del Honka de Tomas Gonzalez

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    Los cinco cuentos que recoge este libro fueron publicados por primera vez en la decada de los 90. Todos ellos hablan sobre personajes que, llevados por las circunstancias, abandonan el camino trazado por la vida para emprender viajes sin regreso. <> narra la historia de un pintor afectado por la muerte de un ser querido; en <>, un maestro enamorado se enfrenta a la frustracion y a la verguenza; en el <>, una mujer jubilada se lanza a una aventura solitaria en altamar; <> incursiona en los vericuetos del amor traicionado y la <> narra las peripecias de un bailador de salsa que se inventa una vida paralela para intentar ser feliz. En este magistral libro de cuentos Tomas Gonzalez recuerda, con la intensidad de su lenguaje narrativo, que pocas veces el mundo es normal.