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El Kakadu National Park, en Darwin, es uno de los parques nacionales mas hermosos de Australia. Una reserva natural biodiversa, Patrimonio de la Humanidad, enclavada en el Territorio Norte, con humedales, rios y escarpaduras de arenisca, con mas de dos mil especies de plantas y vida salvajes. Con unas vistas de ensueno, con un clima diverso, apasionante y a veces extremo. Un verdadero paraiso. Se estiro en la tumbona, pensando en la suerte que tenia de estar alli, y tomo un sorbo de cafe aceptando que se estaba mal acostumbrando a dormir hasta tarde, a no hacer nada, y a pasar las horas muertas observando el paisaje, oyendo el sonido de la naturaleza o haciendo deporte sin mirar el reloj. Algo que no habia hecho nunca, al menos nunca de forma tan continua. Miro el telefono movil y contesto un mensaje de Jackson, su hijo, luego otro a su madre, a sus dos socios, y varios a Linda, que reclamaba su atencion desde Sydney. A ninguno, salvo a Jackson, les dijo que pensaba volver a casa al dia siguiente, porque no queria que lo presionaran, y acabo apagando el aparatito para estar mas tranquilo. Respiro hondo, cerro los ojos y oyo la voz de Sashi, que estaba hablando por telefono dentro del bungalow, y de repente se dio cuenta de que estaba llorando. Presto atencion y se levanto de un salto para ver si estaba bien. --Lo se, carino, es maravilloso. Te quiero mucho, os quiero mucho a los dos --Estaba diciendo mientras caminaba con el telefono por la habitacion, y el la miro con cara de pregunta, aunque no le hizo ningun caso--. Si, yo tambien me acuerdo de ellos, estarian tan felices... si... ahora a cuidarse... claro que voy a Escocia con vosotros, este ano sera muy especial... muy bien... adios a los dos. Un abrazo muy grande, os quiero. --?Que ha pasado?, ?estas bien? --le pregunto cuando al fin colgo y ella lo miro enjugandose las lagrimas. --Si, estoy bien, lloro de felicidad. Se trata de Sophie, esta embarazada. William va a ser padre. Madre mia, creo que nunca lo habia oido tan feliz. --Ah... no sabia que querian ser padres. --El esta loco por ser padre, y ahora... --Solo espero que sea mejor padre de lo que fue el suyo. En cuanto se oyo decir eso en voz alta se arrepintio, pero ya era tarde para recular, y Sashi lo miro indignada. Se puso las manos en las caderas y se le acerco despacio entornando los ojos. --No me puedo creer que, incluso en un momento asi de importante para tu hermano, seas capaz de ser tan mezquino y desagradable, Alex. --Ha sido una broma, no... --Tu no bromeas con esas cosas. Y pense que habia quedado claro que si quieres ser mi amigo, de mi tio John o de William, ni una palabra. --Ok, lo siento, ha sido un lapsus, yo... --Adios, Alexander. Agarro su mochila y salio a grandes zancadas del bungalow, el la siguio tragandose la replica y la detuvo antes de que bajara los cuatro escalones de madera que los separaban del cesped. --Sashi, he dicho que lo siento. --No creo que lo sientas, no al menos de corazon. --Mira, yo... --No digas nada, no me interesa. Adios --bajo rapido camino de su jeep y el la siguio. --Me vuelvo a Sydney. ?Quedamos a cenar para despedirnos? --No. --Sashi... No le contesto, ni lo miro, cerro la puerta de su cacharro, se puso el cinturon de seguridad y acelero hacia el camino de tierra que la llevaba directo a las instalaciones del parque, del Kakadu National Park, donde tenia su alojamiento y su trabajo, y donde no lo habia dejado volver a entrar desde que se habian liado hacia mas de seis meses. 1 --!Jefe! Marion, su secretaria, se le acerco con la mano en alto, pero el la detuvo y le hizo un gesto para que guardara silencio y lo dejara seguir hablando por telefono. Entro en su despacho, tiro la chaqueta en un sofa y cerro la puerta de cristal respirando hondo. --Fred, solo es un traspie, no es para que te pongas asi. --Lo que me fastidia es que nuestro banco nos niegue una linea de credito, eso es lo que de verdad me parece ofensivo. --Son negocios, nadie te esta ofendiendo. --Movemos millones al ano, no debiste salir de ahi sin el dinero. --La decision estaba tomada, tio, no habia margen de negociacion, aunque, si quieres volver e intentarlo tu, adelante. --Alex, tu eres el potentado de la empresa, si no te lo dan a ti, a mi mucho menos. --Madre mia --se paso la mano por la cara y trago saliva--. Es inutil seguir hablando de esto, te dejo, tengo un monton de temas pendientes. --No me extrana. --?Disculpa? --Pasas mas tiempo en Darwin que en Sydney ultimamente y ya sabes lo que dicen: "el ojo del amo engorda el caballo". Te necesitamos aqui. --Macho, no voy a discutir contigo. Adios. Colgo mordiendose la lengua, porque no tenia socios para que lo controlaran, sino para que le facilitaran el trabajo, y se sento en su butaca abriendo el ordenador. Reviso los correos electronicos por encima y sintio como Marion entraba en la oficina con una taza de cafe, se la agradecio y le hizo un gesto para que hablara. --Tienes dos reuniones antes de una hora con los gerentes de Circular Quay. A las dos, comida con Peter Wilson en el Bistro Columbus y tu madre pregunta si puedes cenar con ella. --A todo ok, menos a lo de mi madre, solo necesita dinero. Te hare un cheque y que se lo lleve un mensajero, por favor. --Muy bien. Saco la chequera y le firmo un talon por una cantidad considerable, un poco mas de lo que su madre le habia pedido por telefono, para que se relajara y lo dejara un poquito en paz. Se lo paso a Marion y decidio concentrarse en el trabajo pendiente, aunque sin querer su mente volo hacia Laura, su madre, con la que se relacionaba principalmente por asuntos economicos, como habia sido siempre, desde que era bien joven. Al ser madre soltera, Laura Williams siempre habia tirado de el. Primero, cuando era pequeno, lo utilizaba sin piedad como moneda de cambio con su padre biologico, John Campbell, un rico empresario de origen escoces con el que habia tenido una aventura fugaz, extramatrimonial para el, que le habia arruinado la vida, o eso decia ella. Como Campbell se habia negado a reconocerlo publicamente, aunque si lo habia hecho de forma legal, se habia pasado anos sangrandolo, era perfectamente consciente de eso. Sabia que Laura habia sido un incordio para su padre, aunque aquello no justificaba en absoluto la desidia de John Campbell hacia el, su falta de interes y desapego. Su indiferencia. Se puso de pie y miro el oceano que se extendia frente a su edificio pensando en su "hermano" William, el hijo oficial, dentro del matrimonio, de John Campbell. El orgullo de su padre. Un reputado cirujano cardiovascular, formado en las mejores universidades del mundo, al que al fin habia conocido en persona hacia poco mas de un ano, cuando la muerte repentina del viejo lo habia obligado a asistir a la lectura de su testamento. En un despacho de abogados habia coincidido por primera vez en su vida con William Campbell, que ese dia habia descubierto que tenia dos hermanos, porque habia un tercero en discordia, otro hijo secreto, aunque si reconocido por John Campbell, que era una conocida estrella del rugby australiano diez anos menor. Oliver Watson Campbell, el "hermano" pequeno, fruto del romance del viejo con una Top Model de los ochenta, se habia presentado a la lectura del testamento sabiendo de la existencia de sus dos hermanos mayores, y el, a su vez, tambien conocia el nombre y el origen de ambos, sin embargo, el unico ignorante de los secretos de su padre habia sido, ironicamente, el hijo al que habia criado y con el que habia vivido toda su vida, William. Un tio muy listo, y muy amable, al que por alguna razon superior e incontrolable apenas podia soportar. William Campbell no tenia culpa de los actos de su padre, eso, con la cabeza, podia entenderlo, pero habia algo en el, algo poderoso, que le recordaba el estilo y la forma de comportarse del viejo y lo tiraba para atras. Era tan cortes y caballeroso como John Campbell, tan elegante y sereno. Siempre le habian dicho que era el el que mas se parecia a su padre, pero viendo a William habia decidido que no, que era el el vivo retrato de John Campbell, y solo por eso, sin poder dominarlo, se ponia a la defensiva y acababa fastidiando cualquier acercamiento, y de verdad que lo lamentaba. Se sentia fatal por haberlo convertido en el heredero de los malos rollos que le despertaba la figura de su padre biologico, porque objetivamente no era justo, pero no podia contenerse. No obstante, estaba trabajando en ello, por su bien, pero principalmente por su relacion con Sashi. Sashi Campbell. La lectura del testamento de John Campbell no solo le habia legado hermanos, dinero y alguna que otra propiedad, tambien le habia regalado la posibilidad de descubrir a Sashi, la prima de William, bueno, la prima de todos, que se habia criado con los Campbell desde los seis anos tras la muerte de sus padres en un accidente de trafico. Sashi, Luna en Indi, habia nacido en la India y habia sido adoptaba por Arthur Campbell, el hermano mayor de John, y su joven mujer australiana antes de cumplir un ano de vida y en seguida se habian trasladado con ella a Sydney. Alli se habia criado y habia crecido entre algodones a pesar de la perdida de sus padres, porque John y su mujer, Ethel, la adoraban y se habian volcado con ella, y su primo William tambien. Tal vez por esa razon era tan encantadora, tan increiblemente divertida y generosa. Sashi habia sido mencionada durante la lectura del testamento, habia aparecido de la nada, y desde ese mismo instante le habia puesto la vida del reves porque, a pesar de que en un principio su resquemor inicial hacia esa familia lo habia hecho mirarla con cierta distancia, su acercamiento sincero y amistoso habia traspasado cualquier prejuicio, y contra todo pronostico se habian hecho amigos. Ella lo habia llamado por primera vez por telefono, tras un encuentro casual en uno de sus restaurantes, y desde el minuto uno habian conectado, y habian empezado a llamarse, a mandarse mensajes e incluso a verse, porque, aunque ella vivia en Darwin donde trabajaba como veterinaria del Kakadu National Park, el habia decidido organizar varias escapadas para visitarla. Era una chica estupenda, inteligente, fuerte, con caracter y mucho sentido del humor. Duena de una belleza demoledora, deslumbrante, y pronto esa amistad que habia surgido gracias a un parentesco fortuito, habia pasado a transformarse en atraccion fisica, y en seguida habian traspasado la barrera invisible y se habian acostado juntos, y seguian haciendolo, con naturalidad y sin prejuicios, ni compromisos, aunque nunca hablaran de ello en voz alta.
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