• maritza g parreno md - Maritza G

    https://gigalibros.com/una-sorpresa-en-navidad.html

    La vida de Lorelei atraveso por un momento muy traumatico que la marcaria para siempre.
    Ella tenia dos caminos para escoger: lamentarse el resto de su vida por la terrible situacion a la que se enfrento o pasar pagina y seguir adelante sin dejar que eso la afectara. La decision que tomo, la llevo a vivir nuevas experiencias que a la vez le trajeron dolor a su vida, tanto como alegrias.
    Mark fue en busca de la hija de su tio al recibir una llamada de alerta que le hizo una persona de confianza, que lo mantenia al tanto de la vida de ella. Nunca la miro en persona, mas sabia lo que acontecia en su vida. Solo le daria su apoyo y nada mas, pero el destino le tenia preparada una sorpresa.
    Te invito a descubrir que fue de la vida de estos personajes.

  • Dr. Maritza G Parreno - Internal Medicine, Old Bridge NJ

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    Call Dr. Maritza G Parreno on phone number (732) 721-1600 for more information and advice or to book an appointment. 200 Perrine Rd Suite 220 ...

  • Francisco Ibáñez - PenguinLibros

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    Libros. Más Vendidos · Novedades · Literatura ... Ocio y libro práctico ... Alberto Kornblihtt · Maritza G. Coral Mujaes · Hernán Vaca Narvaja ...

  • Dr. Maritza G. Parreno MD - Internist - Trusted Reviews

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  • Maritza G Parreno, MD - Hackensack Meridian Health

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  • Dr. Maritza G Parreno - Old Bridge NJ, Internal Medicine

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    28 may 2014 — Dr. Maritza G Parreno, MD, is an Internal Medicine specialist in Old Bridge, New Jersey. ... or simply to book an appointment.

  • Dr. Maritza Parreno, MD, Internal Medicine Specialist

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    Dr. Maritza Parreno, MD is a internal medicine specialist in Seaford, DE. Dr. Parreno completed a residency at Robert Wood Johnson University Hospital.

  • Maritza G. Parreno, MD - Internist in Old Bridge, NJ

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  • Find the Best Emergency Physicians in North Brunswick Near You

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  • Despues de la tormenta de Maritza G

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    Cuando piensas que todo esta perdido, que tu vida no tiene sentido siempre habra alguien que te devolvera las ganas de volver a sonar.
    Volver a levantarse despues de ser consumida por el dolor, sera todo un reto para Lucia. Ha perdido un pedacito de su corazon, ha olvidado sonreir, se niega a vivir.
    Retraida en su dolor vera pasar el tiempo, se ira consumiendo lentamente, hasta que una manana alguien tocara a su puerta y le demostrara que aun hay mucho por vivir.
    Gabriel es viudo y un doctor respetable, trabajaba en un hospital y tenia locas a las enfermeras, mas a ninguna le hacia caso, vivia para y por sus hijos. Dos ninos, Jessica y Jonathan, los cuales le daran el impulso para seguir adelante. Ambos seran la clave para que Lucia y Gabriel vuelvan a sonar.

  • Como caer en tus redes (Estrellas del basket 3) de Lola Cooper

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    Marie Lovefield ha llegado a la ciudad dispuesta a comerse el mundo. Todavia es una simple becaria, pero tiene claro que, antes o despues, se convertira en una de las mejores reporteras de la NBC. Lo malo es que Matt Storm, alero del equipo de basket de los Ottawa Owls y el mejor amigo de su hermano mayor, esta empenado en vigilarla y protegerla como si aun fuera la misma cria de pueblo que bebia los vientos por el.

  • El Secreto de las abejas de Carlos Laredo

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    Los pintorescos pueblos de Cee y Corcubion, en la bella y salvaje Costa de la Muerte gallega, se ven sacudidos por un atraco millonario en una caja de ahorros local, de cuya investigacion se hara cargo el cabo de la Guardia Civil Jose Souto, conocido por todos como cabo Holmes. El guardia volvera a aplicar toda la perspicacia, perseverancia e intuicion que lo caracterizan y que le han permitido resolver complicados casos en el pasado; sin embargo, en esta ocasion tendra que enfrentarse tambien a sus propias debilidades y vencer una irresistible tentacion para conseguir llegar a un desenlace tan escondido como sorprendente.

  • El nomada nocturno y la restauradora de corazones rotos de Fernando Villanueva

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    Leonardo Montiel, un obsesivo y compulsivo contador de cuarenta y ocho anos, toma la dolorosa decision de abandonar a su familia despues de mas de veinte anos de un convulso y desventurado matrimonio con Laura Montoya, su desquiciada, colerica y prepotente esposa. Sus planes son viajar a Espana, especificamente a Palma de Mallorca, en donde, segun el, podra rehacer su vida con la ayuda de Eduardo Rojas, su amigo de toda la vida. Y es que esa precipitada decision Leonardo la toma porque, ha descubierto que la perturbada de Laura adquirio recientemente un arma, y todo parece indicar que esta empenada en utilizarla.

  • El verano de tu vida, Lucy Morton de Lucy Morton

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    Una historia basada en hechos reales que necesitas experimentar.

  • Espana sin Rey de Benito Perez Galdos

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    El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvio de vehiculo a Benito Perez Galdos (1843-1920) para recrear en el, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los espanoles --guerras, politica, vida cotidiana, reacciones populares-- a lo largo del agitado siglo XIX. Primera entrega de la <>, ESPANA SIN REY retrata la Espana que sucede al destronamiento de Isabel II, en la que se debaten diversos intereses politicos y dinasticos a traves de una trama novelesca que se entrevera con los sucesos politicos y el debate parlamentario de 1869, en los que se barrunta ya una nueva guerra carlista.

  • El juego del amor de Sophie Saint Rose

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    Diana estaba tan contenta. Habia ganado un premio estupendo para toda su familia. Un viaje a las Vegas de una semana completa. Y la cosa habia empezado pero que muy bien y mas aun cuando vio a un morenazo que estaba para comerselo. Lo malo es que iba con su familia y se empenaban en amargarle la vida. ?Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas? No siempre es asi.

  • Eres mi armonia (Ironias del destino 2) de Minerva Mcarn

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    Susana Suarez ha peleado con unas y dientes para conseguir labrarse una carrera en el mundo de la opera. Cuando, por culpa de un bochornoso incidente, se ve obligada a dejar aparcado su sueno, decide volver a casa para reponerse y decidir que hacer con el resto de su vida.
    Tomas ha sido su vecino, amigo y confidente durante gran parte de su ninez. Sus destinos se han separado en los ultimos anos y cada uno ha seguido con su vida. Ahora Susana ha vuelto e, ironias del destino, sus caminos se cruzaran y les llevaran a transitar por senderos paralelos.

  • Vertigo (El piso mil) de Katharine Mcgee

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    Nueva York, ano 2118. En Manhattan se alza una supertorre de mil pisos, un prodigio arquitectonico. En ella, cinco adolescentes ocultan peligrosos secretos. LEDA, acosada por el recuerdo de la noche mas atroz de su vida, esta dispuesta a todo con tal de evitar que la verdad salga a la luz. WATT solo quiere hacer borron y cuenta nueva, pero Leda le obliga a retomar su carrera de pirata informatico.

  • Una chica de ensueno de Tracy Jane Warren

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    Cuando Michael se encontro frente a las puertas de unos grandes almacenes a una perrita abandonada, no pudo imaginarse que el destino le uniria a una enigmatica mujer que le haria vivir una apasionante aventura en plena navidad.
    Una mujer de ensueno es una novela divertida y romantica, donde conoceras a un hombre que aprende la importancia de las pequenas cosas, mientras acompana a una mujer que lo llevara a enfrentarse a situaciones que nunca penso vivir, como por ejemplo, bailar bajo las estrellas en un solitario parque helado, o conocer a una singular anciana que le hara reirse a carcajadas.
    Amor, deseos, sonrisas y magia sera lo que encontraras en esta pequena gran historia de navidad, para leer en cualquier epoca del ano.

  • Demasiado fragiles de Roberto Rabi

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    Si el estilo literario es el hombre o la mujer mismos, aquello que en palabras los refleja de cuerpo y alma enteros, el estilo de Roberto Rabi lo dibuja tambien en toda su dimension: sinuosa y honda. Sus relatos estan anclados en un mundo reconocible, el Chile de hoy, aquel que en breve sera ayer, pero las historias escritas anhelan dejar una huella, un surco, una raiz.
    Para ello usa armas literarias tan sutiles como efectivas: un lenguaje apegado a los hechos y situaciones que desenvuelve, personajes que hablan como sienten y anhelan y desenlaces de impacto, cuyo efecto permanece. Asi, "La belleza del septimo dia", "Manana, cinco de mayo", "El miedo", "La isla", y los demas que componen el volumen, dejan marcas no demasiado fragiles en quien se asome a recorrerlos.

  • El silencio de raquel de Alberto Martin Garcia

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    El silencio de Raquel es una novela de misterio en la que pasado y actualidad se funden, obligando al lector a posicionarse ante una realidad incomoda de la que cualquier persona puede volverse involuntario protagonista.

  • Nacidos en Mauthausen de Wendy Holden

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    Emotiva historia de tres jovenes mujeres que fueron confinadas por los Nazis a un campo de trabajo y que ocultaron su embarazo durante todo su calvario, enfrentandose asi al horror con la pasion por la vida y el amor. Sus hijos nacieron pocos dias antes de la liberacion del campo, escapando por poco al exterminio, y pese a su debilidad fisica (pesaban menos de 1,5 kilos) y a la fragilidad de sus madres, apenas esqueletos vivientes, lograron sobrevivir.Esta es la historia de estas tres familias.

  • Tampoco pido tanto de Megan Maxwell

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    Carol trabaja como bailarina en distintos espectaculos, aunque su sueno es volver a ejercer de tripulante de cabina de pasajeros, y la oportunidad se le presenta en la compania High Drogo. Daryl es comandante y viaja por todo el mundo pilotando aviones de dicha compania. Ambos se conocen a traves de Lola, hermana de Daryl y amiga de Carol. Y, aunque se atraen, y los dos estan abiertos a disfrutar del sexo sin tapujos, intentan no acercarse mas de lo debido, pues no quieren causarle problemas a Lola.

  • En esto del amor… ?La primera escoba, la segunda senora de Cristina Serrano

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    Impaciente peino el cabello con los dedos, lo recojo en el hombro derecho. Claudia lleva un buen rato, desde que nos sentamos en la terraza de la cafeteria, estudiando con meticulosidad cada dibujo del bloc. Alcanza la ultima pagina y alza la ceja derecha. Creo que me va a dar un infarto, voy a ser testigo de ese segundo de tension que se merece el momento. Pero no sucede tal cosa, porque un brazo masculino con un tatuaje maori grabado a la altura de una pulsera se interpone en el trayecto visual y rompe la magia. Maldigo en silencio la inoportuna interrupcion. Se a quien pertenece la extremidad y no pienso darle el gusto de que se sienta protagonista de nada. Inclino la cabeza hacia un lado, evito el acto involuntario de mirar al camarero antes de que se retire. Claudia continua recreandose en el dibujo a lapiz. !Genial! Es el boceto mas arriesgado y comprometedor, el que juzgara con mayor o menor objetividad sus expertos ojos. --Este retrato es... --Eleva las manos sin apartar la vista del papel--. Es impresionante. Nunca me habria imaginado desde esta perspectiva, y reconozco, que a cierta edad agrada que te hagan rejuvenecer. --Siempre te veo joven y risuena. --!Aduladora! --dice mirandome de soslayo. --?De verdad crees que es un buen trabajo? Encoge los labios y asiente antes de sonreir. El corazon me da un vuelco de alegria. Otorga su sincera aprobacion y su valoracion favorable importa muchisimo. Porque Claudia no tiene pelos en la lengua, si algo le desagrada lo dice sin vacilar. De la emocion salto de la silla metalica, le doy un susto, pero tambien un abrazo y un sinfin de besos en la mejilla. Nadie sabe la admiracion que siento por mi madrina, literalmente, la idolatro. --Eres una joven promesa, una excelente dibujante y seras una gran pintora. O lo que te propongas. !Me alegro tanto de haberte animado a escoger la carrera de Bellas Artes! Pequena, posees un don y sabras sacarle partido. Rio, pongo en duda sus palabras. --Ya veremos, tia Claudia. Aunque me apasione no creo que llegue lejos en el mundillo del arte. Las tendencias y las tecnicas cambian a pasos agigantados. Hace un gesto desdenoso con la mano. --Claro que si triunfaras. La creatividad persistira de por vida, con tu talento lograras ser una artista reconocida mundialmente. Carino, a mi solo se me daba bien… Bueno, no era la mejor en nada, todo hay que decirlo. Por eso acabe trabajando para otros virtuosos. Buscandoles lo mas innovador en lugares insospechados del planeta. Sin embargo, tu moldeas y tratas las materias a la perfeccion, demuestras tener ideas avanzadas. Pronto te daras cuenta del potencial que llevas dentro, y el mundo sabra apreciarlo. <>. Pienso distraida girando la taza del cafe en su platito. Posee un olfato especial para hallar tesoros en bruto, cualquier tipo de materia prima; piedra, madera, metales, hilos, etcetera, que vende a otros artistas. Lleva decadas ejerciendo esa profesion, rentable, aunque sacrificada. --Acabo de empezar el segundo trimestre, aun queda otro curso para terminar la carrera de Bellas Artes. Es complicado seguir adelante; dificil culminar con un master. --Resoplo echandome hacia atras mientras aireo la melena con los dedos. Sin pretenderlo, estorbo al camarero que no deja de revolotear por la mesa en un intento de llamar la atencion. Apenas le hago caso cuando se excusa, ambos sabemos que es el culpable de invadir mi espacio vital. El tipo comienza a ser molesto. --?Que problema hay que te impida conseguirlo? Levanta la vista de los dibujos ajena al insignificante percance que he tenido con el antipatico. --Sabes que papa nunca aprobo mis estudios, insiste en que no sirven para nada de provecho. Que es una perdida de tiempo y dinero. Insiste en que busque un empleo a jornada completa y me temo que voy a tener que considerarlo. --Hija mia. Ese hombre es un ignorante que aun piensa que las mujeres solo servimos para estar en casa y criar hijos. Aunque hubieses elegido la carrera de perito agronomo como quiso imponer, no te habria apoyado al cien por cien. --Coloca su mano sobre la mia y me proporciona unos golpecitos condescendientes--. Carino, hicimos lo correcto plantandole cara a ese astado. --Ya lo se, siempre os agradecere a ti y a Diego vuestro respaldo. Pero mi hermano lleva anos enlazando misiones humanitarias en el ejercito, con tal de coincidir lo menos posible con Pepe. Y tu, un tanto de lo mismo. La semana que viene regresas a Sudamerica y Dios sabra cuando volvere a verte. Eleva las manos sin comprender. --Cielito, esa cancion no es nueva. Estais solas Ana y tu. --Mama se encuentra en un estado de animo delicado. Papa, bueno, ya conoces a Pepe. Ahora esta convencido de que puede cultivar su propio huerto ecologico. Como dentro de poco se jubila, se le ha metido en la cabeza vender el piso y volver al pueblo del que dice no debio marcharse. --Eso significa que te veras obligada a costearte los gastos de un alquiler y la manutencion --deduce sulfurada. --Si. No obstante, es lo que menos me preocupa. Finalizare los estudios sin demorarme. --!Hay que fastidiarse! !Sera tacano y egoista! Pequena, te respaldare economicamente. --No, no. Diego y tu habeis hecho bastante abonando las matriculas universitarias estos anos. Soy adulta y puedo asumir los gastos porque tengo algunos ahorrillos guardados. El asunto es que, aunque no lo parezca, resulta triste quedarme sin ninguna compania. --Debes continuar apostando por lo que deseas, has llegado lejos por tu esfuerzo. Esa es una actitud que Pepe nunca tuvo. Dejo de mover el lapiz entre los dedos, lo apoyo en el labio inferior. --En ese punto discrepo contigo. Por edad viviste otros tiempos distintos. Tuviste facilidades para alcanzar tus metas, a Pepe se las impusieron desde pequeno. Recuerda que te supera en casi dos decadas. --No digas tonterias sobrina --regana con carino--. Cristobal Colon nacio hace..., siglos. Y ya por aquel entonces albergaban mas inquietudes que tu padre. Rie la comparacion, es indiscutible que nunca ha soportado a su cunado. --Reconozco que no me convencen mis palabras --confieso con la mirada puesta en el cielo. Claudia es una mujer positiva, a todo le encuentra facil solucion. Ese espiritu no se lo ha otorgado la edad o la experiencia. Es de mentalidad abierta desde que nacio. Podia definirla como independiente, moderna y valiente. La antitesis de Pepe o de su hermana Ana, mi madre, que se ha quedado atrapada en el tiempo por culpa del caracter hurano de su marido. --Carino, en la vida hay que estar preparada para el fracaso, pero antes se debe luchar e intentar cumplir las ambiciones, no sucumbir a lo que los demas te impongan. Porque de lo contrario seras doblemente infeliz. Primero, por no haber realizado tus suenos. Segundo, porque no puedes contentar al mundo entero. Si te quedas en la ciudad tu sola, !mejor!, menos lata te dara el pesado de tu padre. --Grune irritada--. Aun no me explico que vio Ana en el, tan pronto tuvo oportunidad, hizo de ella una Escoba. Aprieta la mandibula con la vista puesta en la puerta de la cafeteria. Noto resentimiento, nostalgia y pena en su rostro. No me atrevo a interrumpir sus pensamientos, asi que espero a que continue o cambie de tema. --Sabes, si nos hubiese separado menos edad, jamas habria permitido que Ana se casase con semejante inepto. Lamentablemente, cuando comprendi lo que sucedia fue demasiado tarde. --?Algun dia contaras la verdadera razon? ?Lo que ocurrio entre vosotros para no soportaros ni perdonaros? --Prefiero recordar que me ha regalado unos sobrinos maravillosos, que no han heredado su mala disposicion. Y como se la jugue el dia de tu bautizo. En cuestion de segundos alegra el rostro, nunca amarga el presente con sucesos pasados que no puede cambiar. Decido que esta vez sere quien empiece a contar la anecdota. --Para el despistado de Pepe Rivas era una odisea, un trabajo enorme ir a inscribir a su hija al registro despues del nacimiento de esta. Siempre hallaba cien destinos distintos... --Hija, no alteres la historia --interrumpe--. Encontraba cien bares a su paso que le impidieron e hicieron olvidar durante una semana que su hija no estaba reconocida legalmente. Pero que se le va a pedir al borrico de tu padre. El caso es que, si no llego a estar en Espana para realizar el tramite, aun serias una ilegal en el pais. O peor todavia, te llamarias Filemona o Filomena. O como se llamase tu abuela paterna. Cielos, no tengo nada en contra de ese nombre, !bien lo sabe Dios!, pero mi unica sobrina no podia llamarse asi siendo la bebe mas bonita que he visto jamas. Dejo de contener la risa, su mirada llena de afecto demuestra cuanto me quiere. Un millon de veces habra repetido que soy el impulso de su vida. --Aquella manana --prosigue Claudia--, cuando el administrativo me pregunto cual era el nombre de la nina que iba a reconocer. No lo dude, escribi en los papeles: Sur Rivas Aguirre. Comienza a reir a carcajadas llevandose la mano al pecho, tose y respira hondo en un intento de calmar el ataque. Por un instante me preocupo por su salud. Desde joven tiene los pulmones delicados por culpa de una neumonia mal curada. --El inepto de Pepe no se percato hasta que dos dias despues te bautizamos y el cura dijo en voz alta tu nombre. Me costo una considerable suma de "buena voluntad" que el parroco accediera a retrasar ese momento culminante. Esta vez la unica que rie soy yo, por el gesto desaprobatorio que dedica al cura. Tras unos segundos sigue narrando. --Hija. Desde entonces tu padre solo entra en una parroquia para encenderme dos velas negras. Pobre cunado, luchar contra mi le es imposible. --Todavia, cuando refunfuna mi nombre, se acuerda de ti. --Eso es que me quiere, a su manera, pero me quiere. Seca las lagrimas que le provoca la risa. --Jamas me molesto que eligieses el nombre de Sur. Ni que me lo pusieses por el simple hecho de que te encanta Andalucia. Pero si tuviese un hijo, no me aventuraria con un nombre tan poco comun. Claudia aspira el aire que sus sufridos alveolos le permiten antes de contestar.

  • El septimo puente de Becka Black

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    Tras la terrible noche en La Cripta, Martin, Nina y sobre todo Will, deben asumir las consecuencias. De la morgue de Manhattan desaparece un cuerpo con destino desconocido. El mal acecha tras cada esquina y Nina se convence de que la regla se reduce a matar o que te maten. Mientras, Will se desplaza hasta Londres atraido por el caso del destripador. Su relacion con el agente encargado del caso lo sacara de quicio pero… traera de vuelta el amor. Sin embargo, giros totalmente inesperados convertiran su vida en una montana rusa donde el dia final que marcara la guerra entre angeles y demonios, es decisiva.
    ?Que ocurrira el 15 de febrero en el Septimo puente?

  • La musa del millonario de Anastasia Lee

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    Gloria es una aspirante a bailarina de ballet devenida a stripper gracias a sus deudas y problemas economicos. Sin embargo, secretamente ella disfruta que su cuerpos sea admirado por cientos de extranos cada noche mientras baila.
    Hasta que recibe una propuesta tan inusual como tentadora; posar desnuda para una serie de pinturas del afamado artista plastico Jacques LeSoeur.
    Gloria acepta, excitada por la generosa paga y por el magnifico atractivo de Jacques. Una vez n su estudio, se entera que el tema de las pinturas es la dominacion y la sumision, y que ella debera posar no solo desnuda si no que amordazada, esposada, atada.
    Pronto, la pasion entre ella y Jacques se desatara en forma de ardientes juegos de dominacion. Pero el amor tambien complicara lo que en un principio solo seria una relacion profesional.

  • El bosque oscuro (Trilogia de los Tres Cuerpos 2) de Liu Cixin

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    La esperada continuacion de El problema de los tres cuerpos, el mejor libro de ciencia ficcion y fantasia de 2016 segun El Periodico, y uno de los diez mejores libros de ficcion de 2016 segunPlayground.

  • Indestructibles de Xavier Aldekoa

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    < no es un libro de ganadores, aunque sus protagonistas a veces triunfen. Tampoco de perdedores, aunque algunas de estas historias africanas tengan finales amargos. Este es un libro sobre seres humanos que lo intentan. Hombres y mujeres que sufren, rien, opinan, evolucionan, se rebelan y luchan. Protagonistas activos de sus vidas que se revuelven ante un destino que los quiere sometidos, encadenados, victimas. Para quienes la rabia es una forma extrana de esperanza. Tambien es un libro de personas que viven mas alla de las luchas nobles y los grandes dramas. De gente normal. Indestructibles es un libro sobre seres humanos que no se rinden.

  • La belleza rota de Christina de Lydia C. Ramirez

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    <> Duena de un encanto irresistible y una candidez tentadora, Christina es una joven atrapada en un matrimonio infeliz. Presa de una gran tristeza, intenta reconstruir su vida en la alegre ciudad de Londres, donde inicia un romance con el duque de Harford, abriendole las puertas a una felicidad desconocida para ella. Aunque, lamentablemente no todo seran rosas en su vida. Adentrate en una magica historia, donde el amor y el deber chocan entre si. Una historia donde la unica protagonista es Christina.INCLUYE CONTENIDO INEDITO: CAPITULOS NARRADOS POR NICHOLAS.

  • Diecinueve minutos de Jodi Picoult

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    Jodi Picoult, autora de Por la vida de mi hermana, nos presenta su libro mas fascinante, con una alarmante y conmovedora historia acerca de las repercusiones devastadoras de una tragedia en un pueblo pequeno de los Estado Unidos.

  • La mujer de Sullivan de Nora Roberts

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    Cassidy espero. La senora Sommerson lanzo el tercer vestido que rechazaba a sus brazos. --Simplemente, no me gusta --musito la senora Sommerson mirando con el ceno fruncido un vestido de lino azul oscuro. Tras un momento de consideracion, aquel vestido se sumo a la pila que cargaba Cassidy en brazos. Aun asi, la dependienta intento no perder la paciencia. Tres meses despues de comenzar a trabajar en The Best Boutique, tenia la sensacion de que habia aprendido a ser paciente, pero no habia sido facil. Obedientemente, siguio a la corpulenta senora Sommerson a otro de los expositores de vestidos. Al cabo de veinte minutos de permanecer a su lado como si fuera un perchero, penso que aquella paciencia que tan duramente habia adquirido estaba seriamente danada. --Me probare este --anuncio por fin la senora Sommerson, y se dirigio hacia los probadores. Musitando pasar si, Cassidy comenzo a colgar los vestidos descartados. Se apreto una de las horquillas que llevaba en el pelo con un gesto de irritacion. Julia Wilson, la propietaria de la tienda, era muy estricta en todo lo referente a la limpieza y el orden. No permitia que cayera un solo pelo por los hombros de sus empleadas. Era una mujer ordenada, disciplinada y falta de imaginacion, concluyo Cassidy, y arrugo la nariz mirando el vestido de lino azul. Desgraciadamente, Cassidy era una persona desorganizada, imaginativa y no demasiado ordenada. Su pelo era el epitome de su personalidad. Tenia matices rubios y castanos que se fundian en un tono similar al del dorado de un cuadro antiguo. Era una melena larga y tupida que protestaba al verse constrenida a los confines impuestos por las horquillas que continuamente se le resbalaban. Al igual que la propia Cassidy, su melena era ingobernable y tozuda, pero tambien suave y fascinante. De hecho, habia sido el atractivo poco convencional de Cassidy el que habia favorecido su contratacion. La experiencia no figuraba entre sus cualificaciones para el trabajo. Julia Wilson habia reconocido en ella una publicidad en potencia para su mercancia. Sabia que, en un cuerpo alto y esbelto como el de Cassidy, resaltarian los colores intensos y el estilo de su linea mas atrevida. Indudablemente, su rostro tambien era un extra. Julia no estaba segura de que pudiera describirsela como bella, pero sabia que tenia una cara llamativa. Era una mujer de facciones marcadas y angulosas, innegablemente aristocraticas. Las cejas se arqueaban sobre unos ojos rasgados, unos ojos que parecian enormes en un rostro estrecho y eran de un color sorprendentemente violeta. Julia habia visto en el rostro, el tipo y la bien modulada voz de Cassidy todas las referencias que necesitaba para el trabajo, pero habia insistido en que se recogiera el pelo. Cuando lo llevaba suelto, imprimia una sensualidad excesiva a sus facciones aristocraticas. Apreciaba la juventud de Cassidy, su inteligencia y su energia. Sin embargo, poco despues de contratarla, habia descubierto que no era tan moldeable como su edad sugeria. Tenia, pensaba Julia, una desafortunada tendencia a olvidar cual era su lugar y a mostrarse excesivamente amistosa con las clientas. En mas de una ocasion, la habia visto hacer alguna pregunta impertinente o dar un consejo innecesario. De vez en cuando, sonreia como si estuviera disfrutando de una broma secreta. Y a menudo, demasiado a menudo, de hecho, sonaba despierta. Julia habia comenzado a tener serias dudas sobre la idoneidad de Cassidy para el puesto. Despues de devolver a su lugar los vestidos que la senora Sommerson habia descartado, Cassidy se dirigio a los probadores. Desde alli podia oir el debil susurro de las telas. Al estar ociosa, su mente hizo lo que hacia invariablemente cuando tenia oportunidad: volo hacia el manuscrito que estaba esperandola sobre el escritorio de su apartamento. Hasta donde le alcanzaba la memoria, escribir siempre habia sido su sueno. Durante los cuatro anos de universidad, habia estudiado seriamente el oficio. A los diecinueve anos, se habia quedado sin familia y con muy poco dinero, de modo que, mientras aprendia la disciplina y el arte de la profesion elegida, habia tenido que aceptar todo tipo de trabajos. Entre los estudios y el trabajo, Cassidy apenas habia disfrutado de tiempo libre. Y habia renunciado incluso a esos escasos ratos para trabajar en su novela. Para Cassidy, escribir no era un trabajo, sino una vocacion. Habia orientado toda su vida hacia ese objetivo, dejando apenas espacio para otro tipo de ataduras. La gente le fascinaba, pero habia pocas personas con las que tuviera una relacion estrecha. Le gustaba escribir sobre relaciones complicadas, pero apenas tenia conocimientos de primera mano sobre el tema. Lo que daba calidad y profundidad a su trabajo era su aguzado talento para la observacion y la extraordinaria profundidad de sus sentimientos. Durante gran parte de su vida, habia podido volcar esos sentimientos en su obra. En aquel momento, un ano despues de su graduacion, continuaba aceptando todo tipo de trabajos para pagar el alquiler. Su primer manuscrito continuaba yendo de editorial en editorial, mientras que el segundo iba cobrando vida lentamente. Cuando la senora Sommerson abrio la puerta del probador, la mente de Cassidy estaba completamente absorta en la reelaboracion de una escena dramatica. Al ver a Cassidy frente a ella con actitud sumisa, asintio con gesto de aprobacion. Incluso parecio pavonearse. --Este me queda muy bien, ?no te parece? La eleccion de la senora Sommerson era un vestido de color rojo fuego. El color, advirtio Cassidy, resaltaba su cutis rubicundo, pero hacia un bonito contraste con su melena negra. En realidad, el vestido le habria quedado mucho mejor si la senora Sommerson hubiera sido un poco mas delgada, pero, aun asi, Cassidy le veia posibilidades. --Atraera muchas miradas, senora Sommerson --le dijo tras un momento de consideracion. Con algunos accesorios, decidio, la senora Sommerson podria tener un aspecto magnifico. Sin embargo, la seda se tensaba sobre sus anchas caderas. Necesitaria una faja bien firme, diagnostico, o una talla mayor. --Creo que tenemos una talla mayor --musito, pensando en voz alta. --?Perdon? Cassidy estaba tan concentrada en sus pensamientos que no se fijo en el peligroso arqueamiento de cejas de la clienta. --Una talla mas --repitio amablemente--. Este le queda un poco ajustado en las caderas. Una talla mas le quedara perfectamente. --Esta es mi talla, jovencita --el enorme pecho de la senora Sommerson se elevo y cayo de nuevo al ritmo de su respiracion. Concentrada en resolver el problema de los accesorios, Cassidy sonrio y asintio. --Yo diria que quedaria bien una gargantilla de oro --se dio unos golpecitos con el dedo en el labio inferior--. Ahora, dejeme ir a buscar un vestido de su talla. --Esta --insistio la senora Sommerson en un tono que atrajo toda la atencion de Cassidy-- es mi talla.

  • La balada del Mississippi de Silvina Tresoldi

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    Lena es una muchacha inglesa, que, a pesar de tener una vida de lujos, ha sufrido el abandono desde pequena. Decidida a cambiar el rumbo de su vida, se embarca en la aventura de cruzar el oceano para conocer el lugar donde su madre nacio: Mississippi. Alli, una realidad muy distinta, pondra a prueba sus propias creencias. Alex es un americano nacido en la alta sociedad de Jacksonville, alejado de parte de su familia por asumir un crimen que no cometio. Su destino errante lo lleva a Mississippi, cuando su tio lo conmina a acompanarlo. Es en ese lugar donde ambos se encontraran, ninguno de los dos quiere el compromiso que implica amar a otro. Ambos han visto el dolor que el amor puede causar en las personas. Pero el destino tendra otros planes y ellos deberan escuchar su propia balada para ser felices.

  • Cabezas cortadas de Pablo Gutierrez

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    Maria se marcha al extranjero escapando de la mediocridad y el aburrimiento. Un cuaderno, un sueldo precario y un techo son todo lo que necesita. A su alrededor, brigadas de voluntarios persiguen a los inmigrantes, hay redadas nocturnas y suburbios donde no se adentra el hombre blanco. Atraida fatalmente por un deseo de destruccion, se guarece en el pasado y se adentra en una espiral de mentiras y autoenganos mientras vuelca sus recuerdos en unas paginas que pueden convertirse en un arma para cortar
    cabezas.
    Cabezas cortadas es una novela sobre una generacion perpleja y vapuleada por la crisis, y sobre la ira y el desconcierto que sobrevienen cuando la juventud se agota y los suenos se desvanecen.

  • El dia del juicio final de Amaya Felices

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    Sucubo, transgresora, letal.

  • Tu. Yo. Ahora. de Mercedes Alvarez

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    "Se te cayo la bufanda." Lola me quito la bufanda sin siquiera mirarme. Cuando mis dedos rozaron los suyos, ella no se dio cuenta. "A tu orden" Las palabras salieron sarcasticamente, poniendo enfasis en sus modales olvidados. Pero incluso entonces, no levanto sus ojos para encontrarse con los mios. No se detuvo ante mi presencia mas de lo que tardo en sacar la bufanda de mis manos. Una bufanda negra. Lo note. Note el hecho de que su chaqueta era negra tambien. Asi como su blusa. Para ti, esto puede no parecer raro. Podrias inclinarte a pensar que soy un poco descerebrado para llegar a la conclusion de que Lola no estaba bien. Y para sacar la prueba de su no-estar-tan-biendel color de su ropa. "?Estas bien?" grite mientras se apresuraba a su escritorio, apoyando sus manos contra la superficie de madera en un movimiento de frustracion. Ella miro por encima de su hombro durante tres segundos – probablemente solo para ser cortes – antes de mirar a otro lado. Lola y yo no haciamos este tipo de cortesias – haciamos familiar y amigable y nos sonreiamos jodidamente el uno al otro. No era la clase de mujer que se abstenia de iluminar una habitacion. De hecho, la forma en que su sonrisa hacia que sus mejillas se hundieran y las esquinas de sus ojos se arrugaran tan ligeramente no era nada menos que perfectas. Ella era nada menos que perfecta. "Estoy bien. Gracias." La respuesta fue lenta, como si tuviera que pensarla, dando vueltas en su cabeza unas cuantas veces antes de contestar. Ella no estaba bien. Era el tercer dia seguido que habia usado todo negro. Lo cual no habria significado nada si hubiera sido alguien mas. He notado que las mujeres usan mucho negro en su lugar de trabajo. Se supone que te hace ver mas delgado, ?cierto? Pero esta era Lola y Lola raramente llevaba negro. La habia visto pasar por mi escritorio varias veces al dia durante dos anos, y ella usaba rosado, ella usaba azul y verde y amarillo y naranja y rojo y morado. Incluso gris. Pero raramente usaba negro. Las pocas veces que ese color la vestia de la cabeza a los pies tambien parecia desalinada, su pelo oscuro y ondulado atado en un mono desordenado, su camisa arrugada, sus ojos verdes hinchados y rojos. Estaba desalinada ahora. Y cuando vislumbre sus ojos estaban hinchados y rojos. La vi acercarse a su escritorio y sentarse. Envolvio la bufanda alrededor de su cuello y luego se hundio en su silla, tan bajo que el monitor de la computadora ocultaba su cara. Me recoste en mi propia silla y mire a la parte posterior del monitor que le oscurecia la cara. Luego me acerque a su escritorio. Permaneci en silencio durante un minuto, con las manos en los bolsillos. Ella no me noto. Su rostro estaba pulgadas de la pantalla y estaba escribiendo rapido, golpeando las teclas tan fuerte que retumbaban en lugar de hacer clic. “Oye.” Se sobresalto cuando escucho mi voz, su piel de color oliva se sonrojo. “Dios. Me asustaste.” Sonrei. “Lo note.” Empezo a escribir de nuevo. Ahora mas lento. “?Estas bien?” "?Por que sigues preguntandome eso?" "Porque no te ves bien." "Vaya, gracias. Estoy bien." Bajo, una vez mas ocultando su rostro detras de la pantalla. "De acuerdo. ?Que tienes para almorzar?" "Nada. No tengo hambre, para ser honesta. Ademas, estoy tratando de hacer esta divulgacion antes de las cuatro." "Te ves hambrienta" "Estas lleno de cumplidos hoy ?no?, ?Como puedo lucir hambrienta?" "Me apetece algo de Wahaca para el almuerzo. ?Quieres venir? Yo invito." Ella pidio Wahaca para el almuerzo al menos una vez a la semana durante los ultimos seis meses. La alegria en su rostro cuando salio de su escritorio, sabiendo exactamente lo que iba a ordenar, y con la seguridad de que no tendria un sabor diferente que las ultimas cuatro veces, era dificil de imaginar en este momento. Ella sacudio su cabeza. "Gracias, Christopher. Pero, honestamente, no tengo hambre." Su estomago gruno. Ruidosamente. "?Si? Parece que tu estomago no esta de acuerdo," sonrei. Recogi su abrigo de la parte de atras de su silla, lo mantuve abierto. Ella se puso de pie sin mirarme y tomo el abrigo, deslizandolo sobre sus hombros por si misma, alisando sus manos sobre la tela antes de enganchar los botones en su lugar. Uno y luego el otro. Observe sus dedos todo el tiempo. Cuanto tiempo lo hicieron. Como el esmalte de unas de Borgona en su dedo anular estaba pelandose. Como ese mismo dedo estaba vacio de un diamante brillante de corte princesa. !El anillo no estaba! Ido. Desaparecido. Y el esmalte de unas pelado me dijo que habia sido sacado con fuerza. En lugar de sorprenderme, la realizacion hizo que mi estomago revoloteara positivamente. Mariposas bailando cosquilleaban su camino a la parte superior. Casi sonrei. Casi. Las chicas como Lola son tan raras como un calamar de piedras preciosas y en la casualidad de que te tropieces con uno de ellos, estan marcados con uno de los tres titulos: Ocupado, No Interesado, Jugando para el otro equipo. No es que Lola estuviera interesada, pero veras que es mas facil cambiar el interes de una mujer soltera en ti, que convertir a una gay a hetero o una casada a divorciada. "Bien, pero no puede ser muy largo. Realmente necesito-" “Terminar tu divulgacion antes de las cuatro. Volveremos antes, Cenicienta. Prometido.” El tiempo afuera estaba de mierda, como mi habilidad para mantener una conversacion entretenida. Nuestra caminata estaba llena del tipo de silencio que la mayoria de las mujeres encontrarian incomodo. Me gustaria decir que no fue mi culpa, porque honestamente, este tipo de cosas por lo general no lo son. Soy conocido por mi encanto. Conocido por tener habilidad con las palabras y tambien conocido por usar muchas. Pero tenia mi mano en la pequena espalda de Lola y la sensacion de tocarla me habia dejado sin habla. Suena como una cosa marica que decir, ?no? Excepto que asi fue. Lola nunca habia estado soltera antes. O mas bien, nunca habia conocido a una Lola soltera antes de hoy y digamos que, todas las posibilidades de lo que podria ser o no ser, se alojaron en la parte mas delgada de mi garganta. Y el sexo… no es que estuviera pensando en ese tipo de cosas… pero solo dejame decir, si fueramos a llegar a eso, se las arreglaria para volar mi puta mente. O por lo que he oido decir, que las mujeres que lanzan sus anillos de compromiso en un ataque de ira, tienden a canalizar toda esa energia reprimida en actividades de cama extraordinarias. Al parecer, es el tipo de sexo que te deja jadeando dias despues de que el sudor se seca. Energetico. Apasionado. Nada de esto se hablado desde la experiencia, por supuesto. Por mucho que pudiera ser uno de los playboys mas estimados de Londres, nunca he conseguido acostar a una mujer tan cerca, pero tan lejos del matrimonio. De nuevo, no se trataba del sexo. Se trataba de Lola. Y Lola era mucho mas que una buena noche. Sostuve la puerta abierta, practicamente obligando a mi mano a apartarse de su espalda mientras ella entraba. Y luego me quede atras por un minuto, despejando los abruptos pensamientos en mi cabeza. Calculando mi siguiente movimiento. "?Vienes Chris?" Ella giro su atencion a mi direccion, apenas encontrandome a los ojos antes de seguir su camino. No habia acomodado mis pensamientos, pero la segui, pasando las mesas de metal, un poco demasiado juntas y luego deslizandome en la mesa regular de Lola. Se sento a mi lado en vez de al frente, sabiendo muy bien que era la mejor manera de evitar el contacto visual. Lentamente, se paso los dedos por el pelo, suspiro y agarro el menu. A pesar de que todavia estaba escaneandolo de atras hacia adelante, de adelante hacia atras, ordeno como si no tuviera que pensar la decision. Porque era siempre la misma comida que confirmo aun mas que habia algo mal. Seria y jodidamente mal. Tome un trago de mi Corona, permitiendo que el vaso descansara en mis labios un poco mas de lo necesario. Miro la botella de cerveza que tenia en la mano, sus ojos verdes llenos de desaprobacion. "Sabes que tienes que volver a trabajar despues, ?verdad?" Me encogi de hombros. Tome otro trago. Guino. "Es viernes." Le pase la botella. "?Quieres un poco?" “No, gracias.” "Parece que necesitas un trago" Su sonrisa era sarcastica. “?Estas realmente encantador hoy, no es asi?” Sonrei, reprimiendo una carcajada. Esa afirmacion era cierta. Yo era un verdadero encantador. Mis bolas eran grandes cuando se trataba de impresionar a las mujeres y puedes apostar tu culo que muchas de esas mujeres podrian recitar con precision exacta lo que la cosa entre esas bolas era capaz de hacer. Asi que si, a pesar del claro sarcasmo en su tono, yo era realmente encantador. Tomo un sorbo de su Sprite a traves de un popote, y entonces miro fijamente el vidrio, girando el popote en vuelta y vuelta. No habia nada que odiara mas que ver a Lola como si el mundo se le hubiera puesto justo sobre sus hombros. Busque una palabra o dos para aligerar su estado de animo, pero lo unico que me salio fue: "Lola". Ella giro su cabeza para mirarme. Hizo contacto visual. "?Estas bien?" Le pregunte, en serio ahora. "Por favor, deja de preguntarme eso." "?Por que?" "Porque no estoy bien." "Lo se." Ella aparto la mirada. Doblo su servilleta. Desplego su servilleta. "Entonces, ?por que preguntar?" "Porque espero que me digas por que no estas bien." Ella sacudio su cabeza. Tomo otro sorbo de su bebida. Volvio a doblar su servilleta. "No es nada." El mesero trajo los platos chisporroteados de tacos, taquitos y quesadillas de pollo. Comimos en silencio por un tiempo. El restaurante estaba lleno. Habia grandes grupos de companeros de trabajo hablando y riendo alrededor de las mesas que tuvieron que ser juntadas para acomodarlos. Lola y yo eramos una de solo cuatro mesas con menos de tres personas. Mire a mi alrededor, fingiendo estar interesado en cualquier otra cosa – cualquier cosa para detenerme de mirar a Lola todo el tiempo. Ni siquiera me miro una sola vez. Despues de un largo y espantoso tiempo, dejo de comer y se seco las comisuras de la boca. Bebio su bebida.

  • Todos los dias de mi vida de Laura R.

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    Lo unico que queria Maca era pasar un verano relajada y disfrutar del sol lejos de su isla. ?Como iba a imaginarse que seria en esas pequenas vacaciones donde conoceria el amor?
    Miguel deja clara sus intenciones desde el principio: esta interesado en ella. Y aunque Maca no quiere enamorarse, su corazon decide lo contrario.
    Su historia comenzara con secretos que podian terminar con la relacion cuando saliera a la luz. Todo depende de ellos y de que tan fuerte es ese amor que creen sentir el uno por el otro.

  • Memorias de una Geisha de Arthur Golden

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    En esta maravillosa novela escuchamos las confesiones de Sayuri, una de las mas hermosas geishas del Japon de entreguerras, un pais en el que aun resonaban los ecos feudales y donde las tradiciones ancestrales empezaban a convivir con los modos occidentales. De la mano de Sayuri entraremos en un mundo secreto dominando por las pasiones y sostenido por las apariencias, donde sensualidad y belleza no pueden separarse de la degradacion y el sometimiento: un mundo en el que las jovenes aspirantes a geishas son duramente adiestradas en el arte de la seduccion, en el que su virginidad se vendera al mejor postor y donde tendran que convencerse de que, para ellas, el amor no es mas que un espejismo.

  • Iluminacion y fulgor nocturno de Carson Mccullers

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    Escrita al dictado meses antes de morir, esta impactante narracion contiene la segura, certera y deslumbrante capacidad poetica de los mas importantes escritos de McCullers. Con la espontaneidad de un soliloquio confidencial, la autora nos relata su infancia feliz en Georgia, las consecuencias de su precoz exito como escritora o su implicita bisexualidad. El rostro desconocido de la vida americana de la primera mitad del siglo XX, con la fuerza de una existencia contemporanea.

  • Sera larga la noche de Santiago Gamboa

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  • El hombre de blanco de Johnny Cash

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  • La colmena de cristal de P.m. Hubbard

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    LA PINTURA ESTABA DESCASCARANDOSE, pero el letrero aun era legible. "Muebles y Antiguedades", decia. Retire el pie del acelerador, por simple reflejo. Nunca se sabe, sobre todo en estos pueblitos perdidos. Las grandes ciudades y los lugares turisticos son una perdida de tiempo. Ya no queda practicamente nada en ellos y lo poco que hay tiene precios especulativos, bastante mas altos que las cotizaciones realistas de Londres. Pero aquel era un pueblo industrial de tercera categoria y la tienda, ubicada en una calle apartada, parecia atiborrada de trastos viejos. Estacione el auto a mano izquierda, en la esquina de una callecita lateral con casas de ladrillo de una fealdad sin redencion. Baje y me puse un impermeable viejo. Por mas que mi acento me delatara, al menos no parecia un turista. Podia estar alli por negocios. Pase delante de la vidriera, atestada de objetos de toda laya. Senti un leve mareo y supe que en mi sien derecha habia empezado a latir una vena. Es bastante extrana, esta pasion de coleccionista. No se que opinan los psicologos al respecto, pero estoy convencido de que es un sucedaneo de alguna emocion mas profunda. No precisamente del sexo, creo. Mas bien de ese instinto de cazar o de acopiar comida que se remonta al Mesolitico. Es indudable que es una enfermedad de la civilizacion, y la mayor parte de las civilizaciones prefieren formalizar el sexo en lugar de ocultarlo. Por otra parte, aunque se que nada es mas facil para un coleccionista que burlarse de otro, seguramente lo que uno colecciona hace la diferencia. A veces puedo ser un poco ridiculo, pero el hombre capaz de matar por una marquilla de cigarrillos es obviamente un enfermo. Volvi sobre mis pasos, abri la puerta y entre en la tienda. La puerta hizo sonar un timbre electrico --no por nada estabamos en la Gales industrial--, pero adentro no habia nadie. El interior estaba repleto de objetos casi hasta el techo. Ignore los muebles y los bronces, los rollos de alfombras y las pilas de frazadas dobladas cuyos duenos habian muerto hacia tiempo. Espie entre ellas, pero detras no habia nada. Camine hacia los estantes ubicados en el fondo de la tienda. Habia algunas porcelanas, una de ellas probablemente valiosa para alguien interesado en esa clase de cosas, y detras tres hileras de cristaleria polvorienta. El hombre aparecio de repente detras de un armario de caoba. Debia de haber una puerta en la pared lateral. Se lo veia un poco enclenque, pero no decrepito. Es probable que cobrara alguna pension y que la venta de objetos usados fuera solo una actividad secundaria. Tenia la tipica cara de furia anticipada de los galeses. Dije: "Buenos dias, disculpe la molestia", porque senti que el tipo esperaba que me disculpara por el solo hecho de haber entrado en la tienda. Saludo con un grunido, pero su desconfianza permanecio intacta. --Me preguntaba si tendria algo donde se pudiera colocar un ramo de flores --dije--. Algo pequeno. A una sobrina mia le encantan las cosas viejas. Aparto sus ojos de los mios con reluctancia, como si al hacerlo perdiera la oportunidad de descubrir que buscaba. Recorrio el interior de la tienda con una mirada desganada. --No se --dijo--. ?Una especie de jarron? --Si, o una jarra vieja, un tazon o algo por el estilo. Incluso una copa de cristal vieja. No quiero nada demasiado grande. --?No vio nada en la vidriera? --pregunto. Seguia queriendo saber por que habia entrado. --La verdad es que no mire con demasiada atencion. Puede que haya algo. Tome una lecherita eduardiana y la hice girar entre mis manos, incitandolo a que fuese hasta la vidriera y me dejara solo. Vacilo un poco, pero luego camino hacia la vidriera. Movio una mesa y un par de marcos de fotos se desplomaron en medio de una pequena nube de polvo. Mascullo algo y se inclino para recogerlos. Yo estaba ya frente al estante de la cristaleria, examinando lo que habia detras de las jarras cascadas y de los toscos vasos de vidrio soplado. Tenia la boca seca. El cristal del siglo dieciocho tiene un brillo inconfundible. Aun hoy considero que no hay por que avergonzarse de la pasion que despierta, a menos que no puedas controlarla. Es un producto caracteristico del ultimo florecimiento de nuestra civilizacion, antes de que la revolucion industrial trajera prosperidad y mecanizacion. Fue entonces cuando empezaron a agregarle carbonato de sodio al cristal, incluso al de buena calidad, hasta transformarlo en pasta barata. El apogeo duro apenas unos cien anos, desde que los fabricantes aprendieron a modificar la formula de George Ravenscroft para evitar que el cristal se cuarteara y el momento en que abandonaron la magia natural del centrifugado por el brillo artificial del molde. Fue un periodo en que todo lo hacian bien, por mas que fuese una jarra de cerveza para una taberna o una "flauta" para contener la efervescencia del primer y rustico champan. Fabricaron miles y miles de copas hermosas, que hoy estan todas rotas y enterradas a excepcion de unas pocas que han sobrevivido para avergonzarnos y deslumbrarnos. Son todas "piezas de coleccion" que ya casi no se encuentran por ninguna parte, salvo precisamente en museos o en colecciones privadas. Lo oi regresar de la ventana y me volvi hacia el con una expresion de interes. Traia una jarra cervecera de peltre y un cuenco de bronce de Birmingham. --Tengo estas --dijo. Tome la jarra cervecera y la estudie detenidamente. --Podria ser --dije--. Aunque en realidad busco algo mas pequeno. La coloque en un rincon vacio de la mesa polvorienta. Puse la lecherita de porcelana floreada junto a ella. Luego me volvi hacia el estante de la cristaleria y baje el horrendo vaso de la primera fila. Ahora podia ver con mayor claridad lo que habia detras. Solte un grunido de asombro y lo alce procurando manipularlo con torpeza. "Que cosa mas rara", dije. Mi voz sonaba completamente artificial. Era una copa de cristal de Newcastle completamente ronosa y en optimo estado, de unos veinticinco centimetros de altura, con un caliz de una redondez perfecta apoyado sobre un magnifico balaustre con varios nudos. --Me pregunto de donde habra salido --dije. Me miro con suspicacia. Era un ignorante pero tambien un negociante nato, como todos los de su clase, y habia percibido algo de mi excitacion. --Es cristal antiguo. No se ven muchas asi. La tomo y se puso a lustrarla bruscamente con un trapo grasiento. Mi mano estuvo a punto de arrebatarsela, pero logre controlarme. La observaba girar entre sus manos, mientras me pasaba la lengua por los labios. Al cabo de un rato la coloco sobre la mesa junto a las otras dos. Ahora se veia mas limpia. La calidad del cristal saltaba a la vista. --Es rara, ?no es cierto? --dije. Todavia sonaba un poco asombrado. El guardaba silencio. No me sacaba los ojos de encima ni por un instante. Observe las tres piezas sobre la mesa: la jarra maciza e inofensiva; la horrenda lecherita; y la copa de cristal absolutamente perfecta. Alce la lecherita, la examine meticulosamente y volvi a dejarla en el estante. --?Supongamos que llevo estas dos? --pregunte. Miro la copa y volvio a mirarme, varias veces. Su sentido comun luchaba contra su sordido instinto de comerciante, que le decia que algo andaba mal. --Le dejo la lecherita en diez chelines. --?Cuanto...? --exclame. Tenia la garganta completamente seca y no me salia la voz. Tosi y dije--: ?Y que hay de la copa, entonces? --Eso es cristal antiguo --repitio. Me miro y decidio arriesgarse--: Tendria que cobrarle... --Se callo y pude ver dentro de su cabeza una rueda que giraba marcando una cifra tras otra, mientras trataba de decidir donde detenerla--. Tres libras por la copa. Era el momento. Silbe y lo mire azorado. --Es un poco cara, ?no le parece? --dije--. No me parece que sea algo tan especial, ?verdad? Una mirada de alivio inundo sus ojos. Temia que me precipitara sobre la copa. --Es cristal antiguo --repitio. --No digo que no me guste, pero tres libras es demasiado, ?no cree? Guardo silencio y fingi pensar en el precio. Dije: "Veamos..." y saque la billetera. Mire dentro de ella como si no estuviese seguro de cuanto dinero tenia ni de cuanto podia gastar. El seguia mudo. Extraje cuatro billetes de una libra y se los ofreci. Otra vez fue presa de un ataque de furia contenida, pero termino por tomar el dinero. Alce la jarra con la mano izquierda y, con sumo cuidado, la copa de cristal con la derecha. Nos quedamos quietos, mirandonos. --Si me da los diez chelines de vuelto... --dije. Ahora yo tenia la voz ronca y los ojos del hombre brillaban de resentimiento. Se quedo ahi parado, con los billetes en la mano. Luego extendio la otra mano y dijo: --?Quiere que se la envuelva? Dijo la, no las. Negue con la cabeza, coloque cuidadosamente las manos sobre el pecho y pase por delante de el rumbo a la puerta de la tienda. --Ey... --dijo, y salio detras de mi--. Cambie de opinion. No la vendo. --Ya la vendio --dije. Tendio las manos; con una aferraba los billetes y con la otra trataba de agarrar la copa. --Ya la vendio --repeti--. Le puso un precio, que yo acepte y pague. Usted tiene el dinero. Yo tengo la copa. La operacion esta cerrada. Ya no puede echarse atras. --?Como se cuanto vale? --dijo--. Algunas de esas copas antiguas valen una fortuna. --Esta vale tres libras --dije--. Ese es su precio de mercado. Acabo de comprarla por esa cifra. ?Que cree que hare? ?Venderla de inmediato y obtener una buena ganancia? Extendio bruscamente la mano como si quisiera atraparme... precisamente a mi, que estaba parado alli sosteniendo ese objeto fragil y bello sin proteccion alguna. Senti que se me cerraba la garganta de la furia ante semejante ignorancia y ciega codicia, y con la mano izquierda alce la pesada jarra de peltre y la interpuse entre su cabeza y la mia. Su mirada debia de seguir clavada en mis ojos, porque lo que vio lo hizo retroceder y retirar velozmente la mano. La furia todavia me cortaba el aliento, pero el momento critico habia pasado. Volvia a tener el control de la situacion. --?Va a llamar usted a un policia o prefiere que lo llame yo? Le dira lo mismo. La compre, pague por ella y ahora es mia. La jarra de peltre sono al chocar contra el picaporte de bronce mientras abria la puerta con la mano izquierda. Salio detras de mi, pero mantuvo la distancia. --Es una maldita estafa --dijo--. Eso es lo que es. Una maldita estafa. --Cuenteselo a la policia --dije. Me aleje caminando por la vereda balanceando la jarra y sosteniendo la copa de cristal contra el pecho. Me siguio unos pasos, cambio de idea y regreso corriendo a la tienda. Lo observe hasta que entro y corri hasta la esquina. No habia nadie en la calle lateral y fui directo a mi auto. Envolvi la copa en sucesivas hojas de The Times, procurando que el precioso y delicado tallo quedara bien protegido. La calle seguia desierta. Coloque con cuidado el paquete en el baul del auto, me sente en el asiento del conductor y espere sin apartar los ojos del espejo retrovisor. No habian pasado quince segundos cuando el hombre cruzo el otro extremo de la calle. Lo acompanaban dos muchachos fornidos. Pasaron sin siquiera mirar la luneta del auto. Hice una clasica vuelta de tres puntos, regrese a la calle principal y gire a la derecha. Mientras pasaba frente a la tienda vi a una mujer en la puerta, esperando el regreso de los guerreros. Era horrorosa. Tampoco me vio. Conduje varios kilometros por la misma ruta por la que habia entrado en el pueblo y al llegar a un cruce tome un camino lateral. El campo era verde y frondoso, pero no podia librarse del todo de los olores de la ciudad. La proxima salida bien podria llevarme a Ambridge, el pueblo ficticio donde transcurre ese programa de radio, Los Archer. Detuve el auto y con el paquete en la mano atravese caminando un prado hasta llegar a un arroyo. Me arrodille en la orilla, aparte una a una las hojas de The Times y lave la copa suavemente con las yemas de los dedos en el agua clara, aflojando la mugre aneja y quitando las manchas que habia dejado el trapo grasiento del vendedor. A medida que la acariciaba con los dedos, la copa iba recuperando asombrosamente su brillo y cuando la alce para contemplarla, al fin, estuve a punto de quedarme sin aliento. --?Que es? ?Algo que acaba de encontrar? --dijo el hombre. --De comprar --dije. La reconoci enseguida. Era la voz de Jack Archer. Asintio con la cabeza. --Que hermosura --dijo. Hablaba en serio. El hombre de campo todavia es, en general, civilizado--. Vale mucho, ?no es cierto? --Dificil saberlo --dije--. Los precios cambian todo el tiempo. Treinta libras, tal vez. Lanzo un silbido en senal de admiracion. --?Cuanto pago por ella? --Tres --dije--. No, tres libras con diez chelines --agregue, porque nunca recibi el vuelto. Asintio con la cabeza, alegremente. --Es una suerte encontrar algo asi. ?Usted se dedica a comprar y vender? --No --dije--. Es para mi. --Ah, mejor asi. Me alegro que la haya pagado tan barata. Volvio a asentir con la cabeza y se alejo chapoteando delicadamente en el pasto mojado. Lo adore tanto como habia odiado al hombre de la tienda. Envolvi de nuevo la copa, colocando hacia adentro el lado limpio del papel, y regrese al auto. Sentia ganas de cantar. Cuando llegue a casa volvi a lavarla con agua tibia y un detergente suave. Luego la coloque sola sobre una mesa, en el centro de la habitacion, y me sente a contemplarla. Y despues busque los libros. Ese es uno de los mejores momentos. No importa cuanto sepas, siempre hay algo que se te escapa o algun dato que necesitas confirmar. Pero sobre todo es como si estuvieras mostrando la copa por primera vez a alguien, para comprobar si tu conviccion apasionada resistira la fria luz que arroja el juicio de un experto. Es una experiencia aterradora y casi nunca definitiva, porque no hay dos copas iguales. Puede que algun autor haga una descripcion fiel de ella, pero no siempre resulta completa ni categorica. Otro tiene una fotografia de una copa muy similar, pero discrepa con la datacion o la procedencia propuestas por el primer autor. Tienes una pieza fabricada por un artesano con nombre y apellido en una epoca y un lugar determinados y es posible que hayan existido varias docenas casi exactamente iguales. Pero ya nadie recuerda aquel nombre, y la epoca y el lugar son materia de conjeturas y de opiniones encontradas entre los expertos. Ademas, casi todas las otras piezas se hicieron anicos hace tiempo. Perfecto en si mismo, este objeto ha llegado a tus manos sano y salvo luego de doscientos anos de precaria existencia. Pero nunca sabras toda la verdad acerca de el. Finalmente, hice lo que hago siempre. La llene, despues de Dios sabe cuanto tiempo de sequia y de vacio, con un buen clarete que bebi solemnemente, preguntandome quien habria sido el ultimo en beber de ella y que. Luego la lave y la puse de nuevo en su lugar. Apenas oyo mi voz en el telefono, David solto un gemido. --Oh, Dios, ?que encontraste esta vez? --dijo--. ?Podre soportarlo? --Una Newcastle --dije--. De unos veinticinco centimetros de altura. Caliz acampanado, luego dos nudos, balaustre con "lagrimas", doble anillo y termina en un pie alto y concavo. Sin un solo defecto. Se hizo una pausa y dijo: --Repitelo. Lo repeti. --?Donde diablos la encontraste? --En una tienda de compraventa. --Maldito seas --dijo--, maldito seas. Ire a verla manana, ?de acuerdo? --De acuerdo. --?Viste el numero de julio de Cristal Antiguo? --No. Lo tengo aqui, pero todavia no lo he mirado. ?Por que? --Levinson --dijo--. Adivina. --Dime. --Una tazza de Verzelini. Con dedicatoria grabada. Absolutamente increible. --No existe --dije--. Dicen que es un invento de el. --Ahora si existe --dijo David--. Levinson la tiene. Dedicada a la reina. --No lo creo. --Hay fotos. Y Levinson sabe lo que dice. A menos que quiera enganarnos a todos. --?Levinson? No --dije. --?No? Muy bien, alli la tienes. Mirala con tus propios ojos. --Eso hare --dije. Colgue el tubo, arrastre hacia mi la revista por encima de la mesa y rasgue el sobre. Un titulo cruzaba la tapa. "Una tazza Verzelini", decia. CAPITULO II CRISTAL ANTIGUO ERA UNA DE LAS REVISTAS ESPECIALIZADAS mas bellamente producidas del mundo. Mirarla y aun tocarla era, para cualquier persona civilizada, una delicia. Para cualquier aficionado, a esa perfeccion estetica sumaba algo de la santidad de las Sagradas Escrituras; era como lo que debio de haber sido el salterio de Luttrell en epocas menos sofisticadas y mas religiosas. No es que Cristal Antiguo aspirase a ejercer una autoridad definitiva. Su linea editorial, si es que la tenia, se concentraba en los aspectos menos eruditos de su objeto de estudio. Pero todos sus colaboradores eran autoridades en la materia y sus paginas eran el foro natural para quien tuviese algo que decir acerca del cristal antiguo. Era forzosamente una publicacion excedida en colaboraciones y siempre necesitada de suscripciones. La suscripcion anual costaba veinte libras. La circulacion era un secreto que solo conocia su dueno, Peter Sarrett, que tambien la dirigia y que al parecer vivia enteramente para ella. Pero era evidente que la revista daba perdidas. Ahora esta muerta, al igual que Peter. Se publico durante seis anos y sus veinticuatro numeros, sobre todo la coleccion completa, valen hoy en dia bastante mas que su precio original. Se decia que Peter vivia de rentas y de hecho debia de ser cierto. Porque fuera cual fuese la fuente de su dinero, no era ciertamente Cristal Antiguo. Ahi era donde lo gastaba.

  • Te mereces esto y mas: Encuentra la inspiracion. Recupera tu identidad – Nuria Perez Paredes de Nuria Perez Paredes

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    Los primeros anos de maternidad engullen a las madres en un mundo de biberones, extraescolares y coladas que no dejan tiempo para nada mas.

  • Demasiado para mi de Victoria Dahl

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  • Para siempre, contigo (La Posada de Sunset Harbor 3) de Sophie Love

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    Emily miro a la hermosa nina que dormia tranquilamente en la cama de Daniel. Su cabello rubio estaba extendido sobre la almohada blanca. Sus rasgos eran inconfundiblemente los de Daniel. Parecia angelical. Afuera estaba oscuro, la unica luz en la habitacion era un rayo de luna que se deslizaba a traves de las cortinas, haciendo que la habitacion se volviera de un azul apagado. Emily habia perdido la nocion del tiempo, pero a juzgar por el agotamiento que sentia en lo mas profundo de sus huesos, estaba a punto de amanecer. Oyo que la puerta crujia y miro por encima de su hombro para ver a Daniel de pie en la grieta, la calida luz de la chimenea de la cochera iluminando su silueta. Solo con verlo, su corazon dio un vuelco. Era como un espejismo, como un soldado que regreso de la guerra. -- ?Sigue durmiendo?--susurro. Emily asintio. A pesar de que el estaba de vuelta y de pie frente a ella despues de una ausencia de seis semanas, Emily todavia no podia creerlo, no podia bajar la guardia por completo. Fue como si ella estuviera anticipando el momento en que el anunciaria que se iba una vez mas, que estaba sacando a Chantelle de su vida con la misma rapidez con la que el la habia metido en ella. Salieron juntos de la habitacion, cerrando la puerta en silencio para no despertar a la nina dormida. --Debe haber sido un largo viaje desde Tennessee--dijo Emily, al escuchar lo torpe que era su voz, lo antinatural que de repente se sintio en compania de Daniel--. Debes estar exhausto. --Creo que todos lo estamos--contesto Daniel, reconociendo en una declaracion la prueba que el le habia hecho pasar. Mientras se sentaban juntos a la mesa, Daniel miro intensamente a Emily, una expresion sincera en sus ojos. --Emily--comenzo, con la voz quebrandose de inmediato--No se como decir esto, como sacar las palabras. Sabes que lucho con ese tipo de cosas. Sonrio debilmente. Emily le devolvio la sonrisa, pero sintio que su corazon se estremecia de angustia. ?Iba a llegar? ?Estaba anunciando su partida y la de Chantelle? ?Habia vuelto a ella para decirle de frente que se habia acabado? Sentia que las lagrimas empezaban a nadar en sus ojos. Daniel cruzo la mesa y le dio una palmadita en la mano. El gesto fue todo lo que se necesitaba para hacer que las lagrimas que ella estaba tratando de evitar inundaran sus ojos, bajaran por sus mejillas y se terminaran sobre la mesa. --Lo siento mucho--dijo Daniel--. No es suficiente, lo se, pero es todo lo que tengo, Emily. Siento mucho lo que te hice pasar. Respecto a huir de esa manera. Emily tartamudeo, sorprendida de que las palabras para las que habia sido preparada no hubieran llegado. --Pero hiciste lo correcto--dijo ella--. Fuiste a ver a tu hija. Aceptaste tu responsabilidad. No hubiera esperado otra cosa. Ahora le tocaba a Daniel parecer confundido, como si las palabras que el esperaba de ella no hubieran sido pronunciadas--. Pero yo te deje--dijo. --Lo se--contesto Emily, sintiendo una punalada de dolor en su corazon que le dolio tanto como en el momento en que se marcho--. Y duele, no voy a mentir. Pero lo que hiciste te convierte en un buen hombre a mis ojos. --Finalmente, pudo ver a traves de sus lagrimas--. Estas a la altura de las circunstancias. Te convertiste en padre. ?Realmente crees que te lo echaria en cara? --Yo… no lo se--dijo Daniel con un suspiro. Tenia una expresion que Emily nunca antes habia visto en su cara. Era una mirada de alivio total. Se dio cuenta entonces de que el esperaba que ella se enfadara con el, que desencadenara un torrente de ira contra el. Pero Emily nunca se habia enojado, solo estaba aterrorizada de que no hubiera manera de que los dos pudieran forjar una vida juntos ahora que Daniel tenia una hija que cuidar. Ahora era el turno de Emily para consolarlo, para dejar en claro que no necesitaba cargar con ninguna culpa por sus acciones. Ella le apreto la mano. --Estoy contenta--dijo, sonriendo a pesar de las marcas de lagrimas en sus mejillas--. Estoy mas que feliz, estoy encantada. Nunca pense que esto pudiera ser una posibilidad. Que la traerias a casa contigo. Daniel, no podria estar mas feliz en este momento. La cara de Daniel estallo en una sonrisa. Se levanto de la mesa con prisa y levanto a Emily de su asiento y la puso en sus brazos. Le beso la cara, el cuello, como si tratara de besar las lagrimas que habia causado. Emily sintio que todo su cuerpo se relajaba, toda la tension se le escapaba. Su cuerpo habia estado inactivo durante las ultimas seis semanas, y ahora aqui estaba Daniel despertando todas esas partes de ella que habian quedado en reposo. Ella le devolvio el beso, sin querer, con una pasion cada vez mayor. El era su Daniel, con el mismo olor a bosque y aire fresco, con sus manos asperas corriendo sobre su cuerpo, con sus dedos retorciendose en su desordenado cabello. Tenia el sabor a Daniel, de menta y te, un sabor que funcionaba como la campana de Pavlov para despertar a Emily. Cuando se retiro del beso, Emily sintio la enorme ausencia. --No podemos--dijo en voz baja--. Aqui no. No con Chantelle durmiendo. Emily asintio con la cabeza, aunque sus labios temblaban de deseo. Daniel tenia razon. Necesitaban ser sensatos, ser adultos. Tenian la responsabilidad de hacer lo mejor para la nina. Ella tendria que ser lo primero, siempre. -- ?Puedes abrazarme?--pidio Emily. Daniel la miro, y ella reconocio la mirada de adoracion en sus ojos. Habia echado tanto de menos esa mirada, y sin embargo parecia que las seis semanas lejos de ella la habian fortalecido mas. Emily nunca habia sido vista de esa manera, y eso hizo que su corazon saltara un latido. Ella se puso de pie, tomando la mano de Daniel, y lo llevo al sofa. Juntos se sumergieron en el, el toque del terciopelo verde que le recordaba a Emily de inmediato el momento en que hicieron el amor aqui, junto a la chimenea. Mientras Daniel la abrazaba, ella se sintio tan contenta como esa noche, escuchando los latidos de su corazon, respirando su aroma. No habia otro lugar donde ella quisiera estar ahora mismo que aqui, con Daniel, su Daniel. --Te extrane--escucho a Daniel decir--. Demasiado. De alguna manera, con ellos acurrucados en esta posicion, sin contacto visual, Emily encontro mas facil discutir sus sentimientos--. Si me extranaste tanto, podrias haber llamado. --No pude. -- ?Por que no? Escucho el suspiro de Daniel. --Era tan intenso lo que estaba pasando alli que no podia soportar la idea de que te rindieras conmigo. Si te hubiera llamado, habrias confirmado mis peores temores, ?sabes? La unica forma de superar toda esta prueba fue aferrandome a la esperanza de que aun estarias aqui para mi cuando volviera. Emily trago. Le dolio oirle hablar asi, pero su honestidad fue muy bienvenida. Ella sabia que todo esto habia sido increiblemente dificil para el y que tendria que ser paciente. Pero al mismo tiempo, ella tambien habia pasado por una prueba. Seis largas semanas sin noticias, esperando y preguntandose que podria pasar cuando Daniel regresara, o si regresaria. Ni siquiera se le habia ocurrido que el traeria a su hija a casa con el. Ahora tenia que empezar a imaginar de que manera sus vidas y su relacion cambiarian, ahora que tenian una hija que cuidar. Ambos estaban parados en un terreno nuevo e inestable. --Suena como si no tuvieras mucha fe en mi--dijo Emily en voz baja. Daniel se quedo callado. Entonces su mano comenzo a acariciar su cabello--. Lo se--dijo--. Deberia haber confiado mas en ti. Emily suspiro profundamente. Por ahora eso era todo lo que necesitaba escuchar; la afirmacion de que fue su falta de confianza en ella lo que habia convertido una situacion dificil en algo mucho mas dificil de lo que debia ser. -- ?Como era?--Emily pregunto, curiosa, pero tambien en un intento de hacer que Daniel se abriera, para ayudarlo a no sufrir en silencio--. Tu estadia en Tennessee, quiero decir. Daniel respiro hondo--. Me quede en un motel. Visitaba a Chantelle todos los dias, solo para tratar de protegerla, solo para ser una cara calida y amistosa. Vivian con el tio de Sheila. Literalmente no habia nada alli para un nino. --Su voz se tenso--. Chantelle se mantenia alejada. Habia aprendido a no molestar a ninguno de los dos.

  • El amor te busca (Hermanas McVee 1) de Annabeth Berkley

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    Sharon McVee sonreia maravillada ante la impresionante cascada que tenia frente a ella. El sendero que habia seguido hasta llegar alli le habia resultado demasiado rocoso, pero el espectacular paisaje que tenia frente a ella habia merecido la pena. Los reflejos de la luz de primera hora de la manana en el agua, la incomparable belleza de la naturaleza salvaje combinando los colores frios, la textura de las rocas en la imagen que deseaba capturar, le invitaban a tomar la fotografia perfecta. Exploro diferentes angulos antes de empezar a capturar las imagenes que queria inmortalizar con su inseparable Olympus. Escucho la llamada de su telefono movil. Le sorprendio tener cobertura en un sitio tan espectacular como aquel, en el corazon de Pensilvania. Pero ese era un momento unico, que queria plasmar con todo su esplendor, asi que no le fue dificil ignorar la llamada. Cuando estuvo satisfecha con las fotos realizadas, saco el movil de su mochila. Su padre. Le extrano, aunque instintivamente supo de que iba a tratar la conversacion. Estaba proximo a jubilarse. De hecho, la fiesta que iba a celebrar en su empresa para avisar de ello a los empleados ya tenia fecha prevista desde hacia por lo menos dos meses. Tenia los sentimientos encontrados. Intuia lo que iba a pedirle. Presentia lo que tendria que renunciar a cambio. Pero tambien tenia claro que le iria bien, y que seria capaz de encontrar momentos de evasion en su futura nueva vida. Con una sonrisa y la aceptacion de que la vida libre y nomada que habia llevado el ultimo ano se habia acabado, devolvio la llamada. --Papa, ?Como estas? --Esperandote, Sharon --parecia que sonreia--. ?Cuando vuelves? Sharon miro la hora en su reloj de pulsera deportivo. Su padre lo queria todo para ayer y se ponia de mal humor con mucha facilidad si no lo conseguia. Pero ella lo adoraba y no iba a llevarle la contraria. Sabia, desde que tenia uso de razon, que su hermana y ella heredarian la agencia de publicidad que su padre habia creado y gestionado de manera impecable y, el momento habia llegado. --En el siguiente vuelo, papa. Manana estare en la oficina. --Eso espero. Y te esperamos a cenar en casa. Ya he avisado a Tess. --Perfecto. Nos vemos --colgo con una sonrisa sincera. Recorrio con su mirada el entorno tan espectacular que la rodeaba despidiendose con carino y agradecimiento de tan bonito paisaje. Saco una ultima foto, la que la despedia, de momento, su aventura en Bushkill Falls. Volvio hacia el jeep que habia alquilado y que la llevaria hasta el hotel. Tenia que reservar el vuelo, preparar la maleta y recogerlo todo antes de volver a casa. Habia pasado el ultimo ano viajando por diferentes lugares de Estados Unidos. Sin rumbo, sin apenas planificacion, disfrutando, fotografiando la luz... Habia enviado a la editorial que la habia contratado fotos suficientes para publicar tres libros, y habia aprovechado otras tantas para subirlas a bancos de imagenes que le generaban mas ingresos pasivos de los que habia esperado. Aunque su cuenta bancaria siempre estaba llena gracias a su padre, ella habia empezado a ganar dinero desde muy joven. Habia trabajado en diferentes puestos para diferentes empresas segun le habia apetecido. Le gustaba aprender, probar cosas nuevas y superarse a si misma. La carrera de Direccion de Empresas la habia agobiado, incluso ahogado, mas de lo que esperaba, pero la curso, porque sentia el compromiso que ambas hermanas habian adquirido con sus padres, para posteriormente poder dirigir la agencia. Tess, su hermana un ano menor, habia empezado a trabajar inmediatamente en ella nada mas acabar la carrera. Le encantaba la contabilidad y pasar horas frente al ordenador. Ella, en cambio, habia probado a trabajar en diferentes lugares y se sentia muy satisfecha por ello. Habia aprendido muchas cosas, unas le gustaban, otras no tanto, pero habia descubierto lo facil que resultaba para ella adaptarse a lo nuevo y la facilidad que tenia para tratar con las personas. A veces, dudaba de si trabajar en una unica empresa, sin apenas salir de la oficina, la haria sentirse abrumada o encerrada, pero por otra parte sabia que la actividad que se realizaba, como agencia de publicidad que era, seria dinamica, activa, rapida, y eso y los retos que desentranaba dirigir su propia empresa le gustaban demasiado. Estaba convencida de que el cambio de vida le sentaria bien y con esa confianza apago la camara de fotos que intuia que tendria que dejar en un segundo plano a partir de ese momento. A la manana siguiente se desperto con ilusion. En su mente, ya habia aparcado las chirucas y sus ropas de exploradora, y las habia sustituido por los zapatos de tacon alto y por sus elegantes trajes de chaqueta. Se sentia igual de comoda con una cosa que con otra. Le encantaban los cambios, los retos, y esa actitud se reflejaba en su sonrisa. Se vistio con la ropa que habia dejado preparada la noche anterior y entro decidida y radiante en el edificio de oficinas. Miro su reloj de pulsera dorado. Tenia muchas ganas de ver a su padre, pero decidio pasarse antes por el departamento de contabilidad para ver a su hermana. Saludo con una sonrisa a todos con los empleados con los que se cruzaba. Algunos sabian que ella era una de las hijas del jefe. Y pese a que eso, a veces, causaba animadversion entre los trabajadores, a ella no le importaba. Era una realidad y no se sentia mal, ni un fraude, ni una impostora, por asumir el cargo que le correspondia. Como esperaba, detras de su ordenador, y con el escritorio impecable, estaba su bonita hermana. --!!Tess!! Tess se sobresalto y miro hacia la puerta. --!Sharon! ?Cuando has llegado? --se quito las gafas y se levanto para abrazarla--. Papa me dijo que te habia llamado, pero no te esperaba hasta la hora de comer. --Ya conoces a papa --se sento frente a su mesa mientras sacaba una cajita envuelta en papel de regalo de su pequeno y elegante bolso. Tess miro a Sharon con cierta envidia. Sus ojos azules siempre estaban alegres, su cabello rubio siempre tenia las ondas perfectas y su cara redonda inspiraba simpatia y amabilidad. Ademas de preciosa y radiante tenia las curvas perfectas. Y, por si fuera poco, era encantadora y carinosa. Ella siempre se habia sentido el patito feo. Se consideraba del monton. Pelo castano, ojos castanos, cuerpo estilizado sin curvas... y aburrida a mas no poder, pero se encontraba tan comoda que no le importaba demasiado que su hermana fuera la guapa... aunque no era necesario recordarselo con su presencia y esa sonrisa permanente, penso con una mueca. --Me acorde de ti en cuanto los vi --comento Sharon cuando su hermana saco de la cajita los bonitos pendientes de jaspe rojo engarzados en oro. Sharon miro a su hermana sonriente. Esperaba que le gustaran tanto como a ella. Le quedarian de fabula con su cabello castano con reflejos rojizos y con sus ojos castanos de largas pestanas. Siempre habia admirado su rostro alargado y fino y su cuerpo estilizado al que toda la ropa le sentaba bien. Ella, con sus curvas, no podia ponerse cualquier cosa. Habia ropa que le hacia parecer gorda sin estarlo realmente, y su rostro redondo tambien contribuia a ello. Ademas, su hermana era el reflejo de la estabilidad, y el perfeccionismo, algo que ella admiraba al sentir que carecia de esas actitudes. --Gracias, son preciosos --le sonrio quitandose los pendientes dorados que llevaba desde que recordaba, para sustituirlos por los nuevos--. ?Has pasado ya por la oficina del jefe? --No. ?Vamos juntas? --Acabo este informe que tengo que llevarle y voy --le comento mientras la veia levantarse. Sharon asintio ante su eficiente hermana, siempre tan responsable y meticulosa. Atraveso toda la planta pintada de blanco, con amplios ventanales y compartimentos ordenados hasta llegar al despacho de su padre. Los empleados trabajaban o hablaban entre ellos. El ambiente parecia agradable y cordial. --!Papa! --exclamo nada mas entrar despues de llamar a la puerta dejandola entreabierta para cuando llegara Tess. A su padre se le ilumino visiblemente la cara al verla entrar y fue hacia ella para abrazarla con fuerza. Sharon le devolvio el abrazo con carino. Seguia siendo el hombre en el que podia refugiarse con sus dudas y miedos y que siempre la esperaba con los brazos abiertos. Su padre siempre la habia apoyado en sus cambios de trabajo, en sus viajes, en sus proyectos, sin reproches ni recriminaciones cuando las cosas le habian ido mal. Duncan McVee, con sus ojos claros y cabello canoso, parecia mas joven de lo que realmente era. Habia levantado la empresa desde cero y la habia mantenido a traves de todos los cambios que se estaban produciendo cada vez con mas rapidez en el mundo de la publicidad. Se mantenia fiel al eslogan con el que regia la empresa: Integridad, Innovacion e Inteligencia. Y habia sabido siempre rodearse de los mejores para poder llegar tan lejos como habia llegado y mantenerse. La agencia McVee figuraba en el primer puesto del ranking de su sector, seguido de cerca por la Harper&Reaves, de reciente aparicion, pero que habia entrado con mucha fuerza. --Ya tenia ganas de verte --le confio sentandose con ella en el sillon blanco que habia cerca de la puerta. --Llegue de madrugada --le sonrio a su lado--. Ya te dije que hoy me tendrias aqui. --?Ha ido todo bien? --Si, papa --le aseguro ella--. Mejor que bien. ?Y por aqui? ?Que tal todo? --Esperando al nuevo capitan del barco --le sonrio palmeandole la rodilla con afecto. Sharon asintio. --La nueva capitana... --Si, que si me oye tu hermana me echara la bronca... capitana... Sharon miro la amplia y despejada oficina de su padre. --?Esta sera nuestra oficina? --La tuya. --?Y la de Tess? --Veras hija... he estado pensando que... aunque a nivel legal figureis las dos como herederas, solo tu estaras al frente del barco. Sharon lo miro extranada. --?Solo yo? ?Y Tess? Tess se paro al oir su nombre antes de abrir mas la puerta. --Tess no tiene el don de gentes que tienes tu. Ni tu creatividad ni tu entusiasmo. Seria incapaz de dirigir un equipo y mucho menos una empresa. Las piernas de Tess temblaron por un momento antes de que la rabia recorriera todo su cuerpo. ?Eso pensaba su padre? Llevaba toda su vida trabajando en la agencia. Su agencia. Dandolo todo. Ganandose el puesto. En los buenos y en las malos momentos. Dia y noche ?Sharon no habia hecho mas que llegar e iba a quedarselo todo? No era justo. !No era justo! Furiosa, rabiosa, decidio no terminar de entrar para evitar dar el espectaculo que tenia ganas de dar. Retrocedio sobre sus pasos, volvio a su oficina, cogio el bolso y salio del edificio, sin tener muy claro hacia donde ir. --Pero... ?Lo has hablado con ella? ?Esta de acuerdo? --No se lo he dicho todavia. Esperaba hablar con ella en casa, en la cena. Sharon nego con la cabeza. --No creo que le guste la idea. --A efectos legales la empresa sera igualmente de las dos. Ella es muy buena haciendo lo que hace. Cambiarla a esta oficina, dirigir contigo al personal, organizar las reuniones, hablar con los clientes... no lo haria igual de bien. Y no es necesario. Tenemos casi treinta empleados que dependen de nosotros, ademas de los clientes. No vamos a jugarnos la empresa por una tonteria. A Tess se le dan bien los numeros, que siga en contabilidad. A ti se te da bien la gente, les gustas, lleva el timon. --Te entiendo, papa, pero Tess no se como se lo tomara --comento Sharon conociendo el fuerte temperamento de su hermana. --Que se lo tome como quiera. Hay que hacer las cosas bien y punto. Hay que pensar en el bien comun

  • La casa de mi padre de Javier Garcia Sanchez

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    Serafin, ultimo vastago de una familia a la que secularmentese conocio como los Burros, pues su apellido real era Burony siempre se dijo que tenian el caracter peleon, asi comola apostura guerrera, regresa al pueblo de sus antepasadospara aislarse y escribir su tesis doctoral. Le acompanasu novia, y habitan la casa que el padre de Serafin logroconstruir tras toda una vida de trabajo y ahorros.

  • El secreto de Sullivan’s de Robin Murphy

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    En la idilica Sullivan’s Island, un despiadado asesino en serie anda suelto.

  • Carlo. Una Promesa, Tequila y Pasion 2 (Paraiso 6) de Claudia A. Perez R

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    El caracter bravio del Potro se ve entumecido por una nueva traicion,
    pero aun con el alma en ruinas, la autocompasion no es una alternativa.
    Ha llegado el momento de sacar la casta,
    defender lo que mas ama en contra de todo y de todos,
    enfrentar el pasado, combatir a su propia sangre,
    brincar las trancas y cumplir las promesas que han mantenido unidos a los Lastiry.
    Confesiones dolorosas.
    Pasiones desbocadas.
    Lealtades inquebrantables.
    Agrestes sentimientos colisionan alterando el rumbo de sus vidas.
    Cabalga por estas paginas en una carrera donde dejarse vencer,
    no es una opcion.

  • Tu eres mi deseo de Hugo Sanz

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    Begona Cifuentes, su abogado ya esta aqui. --La voz de aquel policia me llego como si nos separara un abismo, pese a tenerlo a escasos centimetros de mi. Mi abogado, ?quien me lo iba a decir? No me habia visto en otra en la vida. Yo, hurtando... Imposible, ahora solo me quedaba intentar demostrarlo. Lo malo era que la camara de seguridad del local en cuestion no habia logrado captar el angulo desde el que se produjo el desaguisado. Me queria morir, esa era la realidad... Detenida, amedrentada y sola... Si al menos mi madre estuviera en la ciudad, pero no, ella estaba de viaje. Siempre de viaje... Desde que conocio a Rodrigo no paraba en casa y yo... Yo no le decia nada, pero la echaba tremendamente de menos. Aquel mes, en concreto, estaban en Bali. Como para decirle que me habian detenido, se iba a llevar el disgusto de su vida y ya bastante asustada estaba yo como para levantar mas la liebre. Temerosa, mire al frente. De siempre me habian impresionado aquellos ambientes; comisarias, juzgados y todo lo que tuviera que ver con esos entornos sordidos que hubiera deseado no tener que pisar en mi vida. Me estoy refiriendo a sus calabozos y zonas menos recomendables, claro, porque servidora, como cualquier hija de vecino, habia ido a hacerse el DNI, el pasaporte o a tramitar cualquier documento a sus dependencias. Pero de ahi a cruzar la linea roja y verme entre barrotes mediaba un buen trecho. Mi aversion por aquellos lugares me venia de nina. Digamos que, al contrario que mi madre, que era de buena familia, mi padre fue un delincuentillo mas de los muchos que se consideran carne de canon. Y de ahi que yo no quisiera verlos ni en pintura. ?Como fueron mis padres a parar juntos? Pues vaya usted a saber, porque mi madre respecto a eso no es que hablara demasiado y siempre que yo la habia empujado para que le diera un poco al pico me decia que lo suyo con mi padre fue una desgraciada casualidad. Bonita manera de describir mi llegada al mundo... una desgraciada casualidad. Claro, y por eso tambien llego mi hermana Marta, cualquiera lo entendia... Pero, para desgraciada, como me sentia yo aquel dia. No puedo decir que en aquella comisaria me hubieran tratado mal, seria de lo mas injusta si afirmara tal cosa, pero si al menos que yo no estaba alli precisamente como pez en el agua. Vamos, que me moria de ganas de salir y de respirar aire fresco. --Vale --murmure ante la inminente llegada de aquel chico que deberia tener poca mas edad que yo, es decir de veinticinco, segun puede ver enseguida. --Me llamo Marino Gil y tu debes ser Begona Cifuentes --afirmo mientras le echaba un vistazo al expediente que ya tenia en la mano. --Querras decir Mariano, ?no? --?Como? --Mi pregunta debio desconcertarle un poco, sacandole de la lectura inicial que estaba echando. --Me refiero a tu nombre... --Ah, no, es lo tipico... Confunde a muchas personas, pero no. Mi nombre es Marino, ?sabre yo como me llamo? Tenia toda la logica del mundo. Hubiera sido para matarse de risa que yo le hubiera corregido porque no supiera su propio nombre. A veces mis cosas eran como de bombero torero y aquella fue una de ellas, sin duda... --Vale, Marino, pero eres abogado, ?no? Un chiste facil que sobraba, obviamente el chico no estaba alli tripulando ningun barco. --Claro, mujer, a ti lo que te pasa es que te desconcierta mi juventud, pero no te preocupes que, aunque imberbe, no soy tan joven como parezco. --Ah, ?no? --No, tengo treinta y dos anos, aunque pocas veces me echan mas de treinta. Ademas, mi padre es un reputado penalista y llevo toda la vida aprendiendo de el. No te preocupes, que te defendere bien. Marino Gil era un chico apuesto, de esos que podrian prestar su imagen para cualquier marca, con una sonrisa que enganchaba. Era como si sus palabras, una a una, me fueran calmando, por lo que enseguida agradeci su presencia. No era fruto de la casualidad que estuviera alli. Nada mas verme en ese embrollo me puse al habla con mi amiga Esther, cuyo padre era abogado civilista, de esos que se dedican a los asuntos de familia, algo que a mi me parecia harto complicado, pero que al hombre le apasionaba. --Bego, tranquila, que todo esto debe tener una explicacion --me dijo ella--. Mi padre no puede ayudarte, pero tiene companeros que podran hacerlo. No te preocupes, que te enviara a uno de los mejores. El dinero no era problema, al menos esa preocupacion que me quitaba. Mi madre y Rodrigo gozaban de una posicion economica muy desahogada, por lo que jamas faltaba en mi cartera una tarjeta que poder quemar a mi antojo. Creo que asi intentaban compensar sus ausencias, aunque en su favor dire que yo tampoco era una nina y que quizas los necesitara todavia cerca por aquellas carencias interiores que todavia me azotaban. Con frecuencia me lo decia, Luis, mi coach. --Sigues siendo muy dependiente y eso tenemos que trabajarlo. Tus familiares tienen derecho a hacer su vida y, ademas, eso te proporciona la magnifica oportunidad de hacer a ti la tuya. No la desaproveches, llena huecos, centrate en ti, date caprichos, mimate y llega a la conclusion de que no tienes que llevarte con nadie mejor que contigo. Muy facil de decir y mas dificil de hacer de lo que parecia, pero en ello estaba. A pocas semanas de la Navidad era lo que pretendia. Esas entranables fechas si las pasaria con mi madre, su marido y Marta, aunque ya en Nochevieja cada mochuelo fuera a su olivo... --Mejor que mejor --me comento Esther, a quien le encantaba esquiar, pues estaba loca porque yo la acompanara a Baqueira Beret para recibir al Ano Nuevo. --Ya veremos, amiga, sabes que desde que me parti la pierna esquiando no es que la nieve me apasione. --?Cuanto hace de eso? ?Diez anos? Jo, Bego, eramos dos chiquillas, pasa pagina ya. Ese era mi problema, que me costaba pasar pagina y que me ahogaba en un vaso de agua. Considero que funciono sin presiones y siempre con un plan preestablecido, porque lo de improvisar no va demasiado conmigo. Y luego estaba lo otro, a lo que se referia mi amiga, que costar pagina me costaba la misma vida. Marino me miraba como esperando una explicacion, pero eso era justo lo mismo que yo esperaba de el. --Esto, entonces... ?me puedes contar que es lo que ha pasado? --me pregunto sin vacilar. --Solo puedo prometerte que no tengo ni idea de como ha llegado ese anillo hasta mi bolsillo. --Begona, una cosa si que es importante. Piensa que yo no voy a juzgarte en ningun momento, yo estoy de tu parte, pero es basico que me cuentes la verdad. --?De veras estas de mi parte? Y, perdona, pero se de sobra la diferencia entre un juez y un abogado, no soy tonta. --Me puse tremendamente a la defensiva. Claro que no era tonta, pero debia tener cara de ello. Menuda pardilla estaba hecha al comportarme asi. Maldije mi suerte. Quien me habria mandado a meterme en aquella joyeria esa manana. Pero, por otro lado, ?que posibilidades habia de que ocurriera algo asi? Jamas me habia sucedido una cosa tan inquietante. Entrar como clienta y salir como presunta, ?ladrona? No sabia como se decia en el caso del hurto. --Claro que estoy de tu parte, mujer, y no te preocupes en absoluto, es normal que pierdas un poco los estribos en esta situacion, le podria pasar a cualquiera... --Ya, perdona... No se muy bien lo que digo, yo no soy asi... Normalmente soy bastante mas tranquila, pero es que aqui el panorama no puede ser mas desalentador. --Me hago cargo, no te preocupes. Y perdona si te he dado a entender algo que no pretendia, es solo que en muchas ocasiones nos encontramos con personas cleptomanas a las que les cuesta la misma vida reconocerlo. Muchas de ellas tienen un aspecto estupendo, como el tuyo, pero enseguida es el historial policial el que canta y nos encontramos con un pastel de no te menees. Vaya, mi aspecto le habia parecido estupendo, no entendia yo ni como. Anda que no debia estar desalinada despues del periplo aquel tan desagradable. Todavia cerraba los ojos y podia escuchar a la dependienta llamando a la policia mientras me decia que no me moviera de alli, que las camaras me identificarian si lo hacia... Malditas camaras que servian para identificarme y no para resolver aquel embolado. Ni muerta hubiera cogido algo que no era mio. Mucho menos todavia lo que a todas luces consideraba un capricho; un anillo. Vale, queria uno para mi madre como regalo de Reyes, pero ni lo hubiera robado ni habria escogido uno tan caro como el que aparecio en mi bolsillo. Por Dios que habia hecho un pan como unas tortas... Ir de compras para entretenerme y terminar entre rejas. Surrealista al maximo, asi me resulto. Por fortuna, ahora tenia a Marino conmigo, aunque debia reconocer que no habiamos comenzado con el mejor de los pies. --Ya, se a lo que te refieres, pero no. No soy cleptomana ni nada parecido y mi ficha policial la vas a encontrar mas limpia que una patena. --Bueno es saberlo. Entonces, lo que voy a necesitar es cualquier detalle que pueda ayudarme a ponerme en situacion y a tratar de saber que es lo que ocurrio en aquella joyeria. --A ver, intentare hacer memoria. Yo entre y primero estuve mirando unos brazaletes en el centro de la tienda. No me gusto ninguno y... --?Hablaste con alguien mientras los mirabas? --No, ni media palabra. --?Cuanta gente podia haber alli? --No se, igual tres o cuatro personas, supongo. Tampoco me fije tanto. --?Sabrias decirme sus edades, su sexo? --No exactamente. Bueno, habia una senora mayor, si...ahora la recuerdo. Me pregunto si una pulsera de plata que estaba mirando podria gustarle a su nieta, que tenia mi edad segun me dijo. --?Estableciste una conversacion con ella? --No, bueno hablamos un poco... Le dije que la veia un poco clasica, que buscara algo mas modernito porque seguramente le gustara mas y ya despues la perdi de vista. --Intenta concentrarte. ?Quien mas habia?

  • A otra con ese cuento, Raquel Antunez Cazorla de Raquel Antunez Cazorla

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    Lucia es una chica normal y corriente que vive como quiere y puede. Comparte piso con sus dos mejores amigas, trabaja en una importante empresa y mantiene una relacion mas o menos estable con Daniel, el chico que le gusta. Pero un buen dia todo cambia de la noche a la manana. Lucia es enviada a otra oficina bajo el mando de una jefa despota que parece tener algo contra ella. Como si esto no fuese suficiente, ademas tiene que aguantar a Marcos, un companero que muestra un extrano interes por ella, no sabe si espia para la jefa o si solo es un tarado. Para colmo, algo no acaba de funcionar bien con Daniel y la sombra de la sospecha empieza a planear sobre su idilico romance.

  • La expedicion de Stephen King

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    Ya nadie disputa a Stephen King el primer puesto en la literatura de terror: sus muchos millones de lectores son prueba fehaciente de ello. Su brillante imaginacion revela las sombras que subyacen en lo evidente y hace que todos nos sintamos menos seguros de la realidad. <>, que da titulo a este volumen de escalofriantes cuentos, advierte angustiosamente contra los riesgos de la curiosidad; la anciana de la <> quiza no sea la compania adecuada para un nino cuando este queda aislado en una casa distante; el protagonista de <> no tiene nada que comer, excepto... La locura esta agazapada en la maquina de escribir del redactor de <>... Una vez mas, Stephen King nos ofrece atmosferas sobrecogedoras y emociones incontrolables.

  • No dejes de creer en mi de Ariadna Baker

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    Resople. Por los pelos habia llegado al cole. Que vida la mia, siempre corriendo de alla para aca. Y luego Vicente, el padre de Daniela, me diria que el se implicaba tanto como yo en el cuidado de la pequena. Y un cuerno. Veinticinco anitos, un tesoro de seis, fruto de una relacion con el primer malandrin que se cruzo por mi camino, un trabajo de limpiadora que no estaba mal pagado, sino lo siguiente, y mil ilusiones por cumplir. Sin embargo, me sentia rematadamente feliz. Aunque este mal que yo lo diga, no todas las personas son iguales de guerreras ni tienen la suerte de haber superado una enfermedad tan cruda como la que yo padeci en mi adolescencia; la leucemia. Desde el dia que recibi el alta, me prometi a mi misma que no dejaria de sentirme dichosa en ningun momento; y por muy mal dadas que vinieran, pensaba cumplir con mi promesa. Daniela era el motor de mi vida, que duda cabia. Y tambien de la de mi madre, que la adoraba. Ella me habia echado un gran cable con la nina desde que nacio, y ahora me iba a tocar echarla extraordinariamente en falta. Por fortuna, la mujer habia pasado a mejor vida y no quiero decir con eso que hubiera que lamentar ninguna desgracia, todo lo contrario. --Tania, ?y tu madre? --me pregunto mi vecina Vicky, que llevaba a su nieta al mismo cole que Daniela. --Esta mejor que quiere, pero no veas si la echo de menos. Y al piso tambien. Ya no viviamos donde siempre. Mi madre tenia un alquiler de esos antiguos, de los anos de Maria Castana, y cuando el casero se entero de que ella se marchaba y pretendia dejarmelo a mi, aprovecho para decir que tururu me iba yo a beneficiar de la renta antigua. Y me quede compuesta y sin piso. --?Y te las vas a poder agenciar sin mi? --me pregunto mirando a su nieta Daniela, a la que adoraba. --Mama, ?no eres tu la que me ha dicho siempre que voy a poder lograr todo aquello que quiera? Pues eso. Todo porque la "abuela Mina", como siempre la ha llamado carinosamente mi nina, no se sintiera triste por su marcha de Avila, la ciudad donde vivimos. Y es que resulta que un buen dia sus amigas la llevaron por sorpresa a un programa de esos de la television en los que las personas prueban suerte en el amor y debio ser su alma transparente la que hizo que saliera de alli con novio, pues Rafael entro por telefono en directo y poco menos que dijo que se la envolvieran para regalo. De eso habia pasado un ano, tiempo que ambos estuvieron viendose los fines de semana, pues el vivia en San Fernando de Henares, en Madrid. Una vez transcurrido ese tiempo, y dado que los dos se querian mucho, como la trucha al trucho, mi madre acepto su oferta de ir a vivir con el, aunque con dolor de su corazon por tener que dejarnos. Para lograr que lo hiciera, tuve que compincharme con Rafael y darle un buen empujoncito, pero al final lo logramos. --Eso si, tengo unos ahorritos y quiero que la nina y tu vayais a vivir a un sitio bonito, te lo digo desde ya Tania, o no me muevo de Avila--me advirtio. --Pero mami, si a nosotras nos vale con una cajita de cerillas en cualquier ladito--replique. --Pues va a ser que no. Estan terminando de construir una urbanizacion a las afueras que es una monada. Con lo que me voy a ahorrar de alquiler y otro poquito que tu pongas, podemos cogerte un pisito de dos dormitorios, un alquiler de esos con opcion a compra. Y ya veras como en dos o tres anitos te lo puedes comprar. --Ella lo tenia todo pensado. --Pero mama, si hay que tener un buen dinero ahorrado para meterse en una compra. --?Y que? Ya en ese tiempo hare yo por ahorrar, que entre mi pension de viuda y los trapitos que sabes que coso para la calle reunire un dinerito, ya lo veras. Mi madre tenia unas manos de oro para la costura y una determinacion ferrea; ella haria cualquier cosa por no dejarnos "en la estacada" como decia. Vaya, ni que yo fuera una nina... Total, que cualquiera la contradecia. Y alla que fuimos a parar mi Daniela y yo a una urbanizacion que era mas pija que hecha de encargo. Mi nina se sintio desde el primer momento alli como vez en el agua (que para eso tenia su buena piscina jaja). No, es que ya se sabe que ellos se adaptan a lo que sea, pero a mi me estaba costando un poco mas. En el fondo, yo echaba mucho de menos el sencillo ambiente en el que me crie, que era el que mi hija habia conocido tambien hasta el momento. En aquella urbanizacion, en la que habia desde pisos pequenos como el mio hasta aticos con doscientos metros cuadrados, se respiraban pamplinas por los cuatro costados, y eso no era algo a lo que yo estuviese acostumbrada. Ahora bien, lo cortes no quita lo valiente y mi pisito era un dulce, ni mas ni menos. Cada vez que entraba en el y respiraba ese olorcito a nuevo, se me alegraba el alma. La decoracion tambien habia corrido de la mano de mi madre y hasta Rafael habia puesto su granito de arena. Un sabadito de los que el vino a visitarnos, ya teniendo la llave del piso, nos fuimos a Ikea con los planos y alli lo encargamos todo. Como resultado de tanta buena voluntad, tenia un hogar a estrenar y precioso, todo en tonos claritos que me transmitian una enorme calma, salvo el dormitorio de mi nina, que era una explosion de color. Las primeras calidades del piso tambien ayudaban lo suyo, para que voy a decir lo contrario. No se a cual de las dos, si a Daniela o a mi, nos gustaba mas pisar en el suelo de tarima con los pies descalzos o disfrutar del sistema de calefaccion tan moderno y confortable que nos permitia estar tan calentitas, pues la primavera se resistia a venir acompanada de sol. En lo relativo al vecindario, y aunque habia de todo como en botica, lo dicho; la mayoria del personal era mas tonto que una caida de espaldas... Se salvaban unos pocos como mi vecina Gloria, un encanto de mujer, duena de varias peluquerias en la ciudad. Tambien habia una chica, Camila, que era abogada y con la que hice muy buenas migas. Ella, poco mayor que yo, era de lo poco que se podia salvar alli. En el otro lado de la moneda estaba Esteban, un sieso de mucho cuidado. Debia tener unos sesenta y cinco anos y la cara de tomarse una racion de ostras en mal estado como piscolabis cada dia... Una bendicion de hombre, lo mirara como lo mirase.

  • La noche nos pertenece de Amabile Giusti

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    Mira Kendall jamas ha salido de Noweetna, un pequeno pueblo de Alaska. Para afrontar la oscuridad perenne de aquellas latitudes, la joven se ha creado un mundo interior lleno de luz: colecciona copos de nieve, devora libros y suena con vivir un gran amor. La llegada de Kade sacudira su equilibrio: guapo, con el pelo largo, el cuerpo tatuado y los ojos de distinto color, es tambien un hombre de pesimo caracter que se encierra en su viejo barco varado y parece guardar un terrible secreto. Destinados a cruzarse y a chocar, la antipatia mutua inicial se ira transformando en una atraccion irremediable y surgiran entre ellos sentimientos profundos e inesperados... Pero Kade tiene demasiadas cosas que ocultar y, cuando su pasado retorne para amenazarlo, se vera obligado a tomar una decision dolorosa, que quiza los separe para siempre.

  • Dias de Septimo de Jorge Sagrera

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    Es celeste todo, pero aun no ha salido el sol. Mejor: el entrecejo, leve, acusa el Tom Collins de la noche anterior, o de esta madrugada. Cierra los ojos. El balbuceo del Mediterraneo. Unas gaviotas madrugadoras. El sabor a sal en sus labios que, reconoce, no estan partidos.

  • Camino a una tierra extrana de David Park

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    Con una prosa elegante y sugestiva, Camino a una tierra extrana es el viaje introspectivo de un padre que busca a su hijo; un retrato psicologico, perfectamente hilvanado, acerca de una familia en una crisis emocional y, sobre todo, una hermosa reflexion del significado de la paternidad.

  • Dame una cita, Lucia de M. Cavani

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    Lucia lleva alrededor de un ano asegurando estar enamorada de su primer novio cuando el que le gusta es otro, Luciano, el chico consentido de la secundaria Eyre y la proxima sensacion del futbol internacional; pero que pasara cuando ya no pueda resistirse a lo que siente por el, ?sera capaz de vencer sus temores y arriesgarse por amor, o tal vez sea demasiado tarde?
    Dame una Cita, Lucia es una novela juvenil de la autora de Quinceanera.

  • El Imperio Ivanovic (La Profesional 8) de Kris Buendia

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    Soy Aleksei Ivanovic, me deje atrapar por La Profesional. Pero hay muchas cosas que todavia tienes que saber de nuestra historia... ?Negociamos?

  • Un soplo de nieve de Francisca Herraiz

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    Su vida era perfecta y no necesitaba mas. Aqui podria terminar la historia, pero no, todo tenia que complicarse. Si, todo era perfecto, menos su nombre, Peonia. Sus padres, conservadores, le pusieron el nombre de su abuela. No lo tenia mejor su hermana, Jacinta, aunque, visto lo visto, lo preferia al suyo. De todos modos, el nombre, por feo que le pareciera, no le impidio triunfar en la vida y conseguir todos sus propositos. Todos. Incluso el de estar soltera y sin hijos. Nunca quiso casarse, lo veia innecesario y eso de tener hijos, menudo fastidio, ninos correteando, llorando, molestando e impidiendo hacer su trabajo, subir puestos, ascender hasta llegar a directiva. Vaya, eso no lo cambiaba por nada. Lo habia visto en su hermana que se caso a la tierna edad de veinte anos, con su novio del instituto, tan tipico que le hacia reir. El amor de su vida, le decia. Pasados unos anos, se quedo embarazada, tuvo cuatro ninos, todos varones, y ahora estaba embarazada del quinto, en busca de la nina. Por lo visto la ecografia les dio la buena noticia y al final tendrian la nina tan deseada y Peonia solo esperaba que dejara de tener mas criaturas. Su casa era un caos, todo por medio, olia mal, todos gritando, era un bullicio constante. Para colmo de males tambien tenian perro. Y tantos ninos hicieron que su hermana se quedara en casa para cuidarles, mientras su marido trabajaba trayendo a casa un misero sueldo que no les llegaba para nada. Vacaciones, cero. Cenas romanticas, ninguna. Tomar algo en el bar, para nada. El dinero se lo llevaba la hipoteca, la comida, mucha comida y las facturas. No entendia como podia ser feliz con esa vida. No la envidiaba para nada. Es mas, odiaba tanto la vida de su hermana, que solo la visito una vez. Nunca volvio a ese pequeno piso caotico. En navidades les enviaba buenos regalos, era una buena hermana y una buena tia. Les llamaba para felicitarles las fiestas y poco mas. Jacinta si la llamaba de vez en cuando para ver como estaba, para hablar, pero Peonia siempre estaba tan ocupada que le colgaba en seguida con la promesa de hablar otro dia, aunque ese dia no llegara nunca y tuviera que ser Jacinta quien la volviera a llamar. Tampoco entendia esa dependencia. Ya eran mayores, sus padres murieron hacia unos anos y cada una tenia su vida, distinta, distante. Cada una eligio su camino, ?no podia su hermana dejarla tranquila? No le apetecia nada que la llamara para contarle algo sobre su marido, o sobre alguno de sus sobrinos. Eran temas aburridos que no le interesaban en absoluto. Luego estaba su casa. Tan distinta a la de su hermana. Dado su abultado sueldo, pudo permitirse la casa sonada, dos plantas, garaje, piscina, jardin, terraza, jacuzzi, gimnasio, cocinera, limpiadoras, chofer. Y varios coches. Uno para ir al trabajo, mas formal, oscuro. Otro para los finas de semana, mas rapido y pequeno, funcional. Otro para ir de vacaciones, un todoterreno. Otro para fardar, descapotable. Tambien tenia su casa de vacaciones, por supuesto, en Canarias. Tambien con piscina, jardin, dos plantas, en fin, no se privaba de nada. Cuando ella estaba en Canarias dejaba a su hermana pasar unos dias en su casa de Girona. Total, tenia sirvientas que lo dejaban todo limpio cuando se marchaban, para ella no era un problema y le hacia sentirse buena persona. Sus sobrinos disfrutaban de la piscina y ella podia disfrutar de unas vacaciones lejos de todo, incluso de su familia. Le gustaba ir de compras los sabados, por eso tenia grandes roperos en ambas casas, todos abarrotados de trajes, vestidos, chaquetas, abrigos y, zapatos, muchos zapatos. Asi como complementos, fulares, anillos, gargantillas, pendientes. Le encantaban las joyas. Tambien las fiestas, que solia realizar una vez al mes, amen de las que asistia por invitacion. Su vida social era amplia, aunque no podia presumir de grandes amistades. Conocia a mucha gente, pero todos por un mismo fin, el dinero. Mas clientes, mas acuerdos, mas sonrisas para firmar un contrato y llenar aun mas sus bolsillos. Le iba bien. No queria atarse a nadie, intimar con nadie. Las relaciones que mantenia con sus conocidos eran las perfectas, las justas, hablaban casi por obligacion, normalmente de trabajo y poco mas, despues cada uno a su casa, a sus obligaciones y a no meterse en la vida del otro. Eso es lo que ella hacia, suponia que no todas las mujeres actuaban igual, habia mas de una chismosa, eso era inevitable. Aunque ella nunca hacia caso de las habladurias, ni siquiera estaba al tanto de los ultimos chismorreos, estaba demasiado ocupada y centrada en el trabajo para prestar atencion a esas chiquilladas. El chofer, como cada manana, la dejo en el trabajo. Se bajo, vestida con un traje chaqueta color azul oscuro, falda hasta las rodillas, zapatos de tacon ancho, eran algo mas comodos que los de tacon de aguja. Gafas de sol de marca, un panuelo de seda al cuello, el maletin de piel en su mano derecha. Todo adornado bajo un grueso chaqueton de piel. Camino segura, con la cabeza alzada, hasta la entrada del recinto. El guardia de seguridad le abrio la puerta y le dio los buenos dias. Ella le sonrio levemente sin decir nada y fue directa al ascensor. Otro esplendido dia de trabajo. Le encantaba ir a la oficina, centrarse en el papeleo, en las ventas y nada mas. Oh, y se acercaba navidad, la mejor fecha para vender. Al acercarse a su despacho, su secretaria, como de costumbre, le cogio el abrigo y le entrego un cafe descafeinado, con leche desnatada y sin azucar. Bebio un trago y fue hacia su sillon reclinable, de color negro, que presidia una gran mesa de oficina, de roble. Habia unas cuantas plantas adornando la estancia, asi como varias estanterias y un gran ventanal detras. Una gruesa alfombra frente a la mesa. En una de las paredes habia un sofa y dos sillones, frente a ellos una mesita de cristal. A veces le gustaba tener reuniones en su despacho de forma algo mas informal. Encendio el ordenador y comenzo su rutina. Media hora mas tarde sono el telefono, era su secretaria que, antes de pasarle ninguna llamada, la informaba. --Su hermana al telefono. Peonia alzo los ojos al cielo, no se cansaba nunca de importunarla. Le tenia dicho que no la llamara en horas de trabajo. --Dice que es urgente. --Pasamela. --dijo a reganadientes. El telefono sono y pulso el boton para escuchar la voz de su hermana en manos libres. --?Que pasa? --le dijo sin despegar los ojos de la pantalla. --Raul esta en el hospital, un energumeno se ha saltado un semaforo y le ha atropellado cuando iba al instituto. --Su voz sonaba angustiada. Peonia miro el telefono intentando recordar quien era Raul, tenia tantos sobrinos que nunca conseguia saber quien era cada cual. --?Esta bien? --dijo algo fria. --Un golpe en la cabeza y magulladuras. Los medicos quieren que se quede para vigilar el golpe en la cabeza. ?Puedes ir a recoger al resto de mis hijos cuando salgan del colegio? Como si ella tuviera tiempo. --?No puede ir tu marido? Yo estoy bastante ocupada. --El ha salido del trabajo en cuanto le he llamado y viene hacia aqui, esta preocupado, como yo. Solo necesito que cuides de mis ninos unas horas, luego ira su padre a buscarlos, por favor. Como le gustaba dramatizar. Se paso la mano por la cara mientras negaba con la cabeza, ?como podia pedirle algo asi? ?Es que no sabia apanarselas sola? Era increible. Al final dijo: --No te preocupes, yo me encargo y dile a Raul que se mejore. No espero a que le dijera nada, colgo y pulso el boton que le pasaba con la secretaria. --Sonia, llama a mi chofer y dile que pase por el colegio de mis sobrinos para recogerlos y llevarlos a casa. A mi casa no, a la suya, por favor, ni se le ocurra confundirse, ?de acuerdo? --Entendido. A la hora de comer su secretaria le trajo comida preparada, normalmente una ensalada, un yogur desnatado y una fruta. Comio en el despacho, a solas. A la tarde, a eso de las seis, se fue a casa. Su secretaria le entrego el abrigo y su chofer estaba en la puerta esperandola. O no. ?Donde estaba? Miro arriba y abajo de la calle, no se veia el coche, en su lugar vio a un mendigo pidiendo limosna. Se le veia tan sucio y su mal olor llegaba hasta alli. ?Donde estaba la policia cuando se les necesitaba? Aquel era un buen barrio, ?como dejaban a gente como aquella pasear por ahi? Le esquivo, no queria oler mal, o coger cualquier enfermedad. Deberian prohibirles pasear por las calles, ?por que no tenerles en un centro, alejados de la gente normal? Una vez perdio de vista al mendigo, cogio el movil para llamar a su chofer y saber por que no habia ido a recogerla. --Senorita, sus sobrinos estan en su casa... --dijo con voz temblorosa. --?Perdona? Creo haber sido muy clara al respecto. --No tienen las llaves de su casa y hasta que no llegue su padre se han quedado aqui. Las sirvientas ya se han ido y el mayordomo tenia hoy el dia libre, asi que no me ha quedado mas remedio que acompanarlos, no queria dejarlos solos. --Esta bien, esta bien, supongo que has hecho bien, yo, no se, ire en taxi. Le colgo. Menudo contratiempo, esperaba que el padre de esos pequenos demonios no tardara en llegar. No queria a esos mocosos rondando en su santuario. Miro la carretera, no veia ningun taxi. Su casa tampoco estaba tan lejos, podia ir dando un paseo. Hacia buen dia y asi daba tiempo a su cunado a recoger a sus sobrinos. Escucho una campana sonar varias veces. --Ho ho ho, feliz Navidad. ?Una limosna para los sin techo? Lo que le faltaba, un Papa Noel con su traje, su barba postiza, su campana amarilla sonando una y otra vez y el vaso de plastico para pedir dinero. Si tuviera que dar dinero a todo el que pedia se arruinaria en un dia. Paso de largo. --Senorita... No podia ser, ?le estaba siguiendo? Apreto el paso. --Senorita... Se giro para ver al Papa Noel pisandole los talones, habia dejado la campana para coger su panuelo de seda. Se toco el cuello, por lo visto debio caersele. Se detuvo para recogerlo. --Espero pase unas bonitas navidades junto a su familia. Le dijo el Papa Noel. Ella cogio el panuelo, pero el lo retuvo un momento. --?Tiene familia? --?Y a usted que le importa? --le espeto sin mas, menudo insolente metomentodo. --Es triste la Navidad cuando uno esta solo, yo lo veo todos los anos. Hay mucha gente sin hogar, sin familia. Usted esta sola, muy sola y no lo sabe. --Devuelvame mi panuelo. --le dijo mirandole con desprecio. --Que tenga una bonita Navidad --dicho lo cual le soplo en la cara y su aliento estaba helado. Cerro los ojos y se paso la mano por la cara congelada. ?Pero que hacia ese tio? Al abrir los ojos, el Papa Noel no estaba y ella tenia su panuelo en la mano. Suspiro aliviada, menos mal que se habia ido, ya pensaba en llamar a la policia. Estupido farsante, le vestian de Papa Noel y ya se creia capaz de juzgar a las personas. ?Quien se creia que era, Santa Claus de verdad? Esos tipos estaban todos locos. Le gustaba la navidad por las compras, a ella le encantaba comprar y vender, pero odiaba los sentimentalismos, los arboles, los adornos, las reuniones familiares. Ella hacia anos que celebraba la navidad sola, o en alguna isla tropical, escapando del frio y las tonterias. Por fortuna, un taxi aparecio. Se subio en el y le pidio que le llevara a casa. Al llegar, todo estaba tranquilo. Su chofer la recibio en la entrada, su cunado estaba con todos los crios revoloteando a su alrededor, parecia que se preparaban para marcharse, gracias al cielo. --Pense que ya os habriais ido --dijo a modo de saludo. Dejo el abrigo, el bolso y el maletin en la entrada

  • Lady Tessa de Hugo Sanz

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    Presa de un matrimonio de conveniencia que la arrojaba al abismo de la desdicha, la vida de la joven Lady Tessa parecia haber entrado en una espiral sin salida. Sola en la “jaula de oro” en la que su cruel marido la habia encerrado, buscaba desesperadamente una luz que le sirviera de faro en aquella situacion que la colocaba al borde la locura.
    El destino quiso que Henry se cruzara en su camino y entre ambos surgio una fuerte atraccion que daria paso a un elaborado plan disenado para devolver a Tessa su bien mas preciado: la libertad.
    ?Seria suficiente la union del esfuerzo de varios de sus allegados y la valentia de la aristocrata para poner fin a tan tortuoso precipicio? ?Podrian ambos vivir su amor lejos de las cadenas de su anterior vida?
    Una historia vibrante con un final cautivador.

  • Mentiras y Pasion de Maureen Child

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    Nunca un romance fingido habia resultado tan real.

  • La duquesa ultrajada (Damas poderosas 1) de Noa Pascual

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    El duque de Whellingtton debe proteger a su unica hija antes de morir. Para ello, llega a un acuerdo con el marques de Bristol sellando un contrato en el que el segundo hijo del marques, Duncan St. John, y su hija Penelope, se desposaran a finales de verano, ofreciendoles un tiempo de cortejo; una decision que no es bien recibida por los protagonistas, puesto que ninguno tiene intencion de casarse.
    Sin embargo, la muerte del gran duque trastoca todos los planes, convirtiendo a Penelope en la mujer mas poderosa de las islas britanicas; una mujer que tendra que luchar para llegar a ser la gran duquesa que se espera de ella y poder doblegar a cualquier persona, pues debe proteger sus ducados y no puede amilanarse ante nadie.

  • Con mis bragas por bandera de Garbine Las Heras

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    ?Echabas de menos a las Incompresas?!Pues ya estan aqui! Claudia, Martina y Silvia, quienes nos mostraron El increible mundo de mear sentada vuelven a la carga y esta vez mas naturales que nunca. Silvia, ya totalmente inmersa en su rol de madre, empezara a entender que, en muchas ocasiones, <>. Con carino pero con claridad nos hablara de ampliar la familia, de abrirse al mundo laboral y de las trabas para la conciliacion. Claudia, a pesar de sus circunstancias y sus barreras, nos muestra una vez mas que con fuerza y decision puede superar todo lo que se proponga. ?Que implicara para ella el reencuentro con Jon? Martina, mas valiente que nunca, seguira dejandonos ser participes de los vaivenes de su matrimonio. ?Conseguira esta pareja recuperar la confianza perdida?