• lo mas dulce de sonia - M. Leighton

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    La pequena cosita que hay en el extremo de la llave del gato se desliza fuera de la tuerca y me aplasta el dedo contra el pavimento caliente. Una vez mas. Resisto la tentacion de meterme el palpitante dedo en la boca y me trago un exabrupto. <>. Estos dias me comporto como un chucho bien entrenado; actuo de forma correcta, visto de forma correcta y hablo bien. Soy lo que las apariencias exigen. Tengo que serlo. Lance lo exige y yo lo necesito, asi que sigo sus reglas. Me paso el dorso de la mano por la frente humeda y vuelvo a intentarlo. <>. Suspiro de alivio cuando cargo todo mi peso en el gato del coche y el obstinado tornillo cede. Lo desenrosco y retiro la llanta, que hago rodar para apoyarla en el guardabarros trasero del coche. Me sacudo el polvo de las unas y compruebo que no se me ha roto ninguna --Dios me libre de servir las bebidas con las unas hechas un desastre-- antes de dirigirme al maletero para sacar la rueda de repuesto. Despues de luchar para retirarla del pequeno cubiculo que se oculta debajo del falso suelo del maletero, la dejo caer sobre el asfalto, pensando como voy a colocarla. Y lo hubiera logrado si no fuera porque la de repuesto tambien esta pinchada. --!Nooo! --gimo en voz alta. <>. Me siento frenetica cuando vuelvo a echar un vistazo de nuevo al reloj. A este ritmo, nunca tendre tiempo para cambiarme y llegar al hotel a tiempo. Pero si aparezco vestida asi, jamas dejaran de echarmelo en cara. Se que no debo usar pantalones cortos y camisetas sin mangas, pero a veces no puedo resistir la tentacion de ser yo misma. De la yo que acostumbraba a ser. De la yo que todavia soy, a pesar de lo demas. --?Por que no aceptaste ayuda cuando te la ofrecieron, Tommi? --murmuro cerrando los ojos y alzando la cabeza al cielo. Ser una rubia con problemas en medio de la carretera no siempre es malo. Por suerte, generalmente atrae a una gran cantidad de hombres mas que dispuestos a convertirse en un heroe y salvar a una pobre damisela en apuros. En esta ocasion no ha sido diferente, solo que los he mantenido a distancia. Es decir, la mayoria resultaban espeluznantes y estoy aqui sola. No hubiera sido lo mas inteligente. Asi que aqui estoy. Sola. Sin heroe, impotente y frustrada. --Todavia no es demasiado tarde, ?sabes? --replica una voz agradable a mi espalda, en tono de diversion. Sobresaltada, contengo un gritito y me doy la vuelta. Hay un hombre moreno y muy apuesto detras de mi. Esta tan cerca y es tan alto que doy un paso atras. Eso hace que tropiece con la llanta de repuesto, pierda el equilibrio y casi me caiga dentro del maletero. Cualquier rastro de control personal se va por la consabida ventana cuando intento recuperar el equilibrio. --!Hostia puta, joder! --chillo, llevada por la sorpresa. Dos manos grandes y fuertes se extienden hacia mis brazos desnudos para sostenerme y devolverme a la posicion vertical, librandome de un humillante error. La electricidad que hace hormiguear mi piel ante su contacto combinada con su risa ronca me provoca un escalofrio que sube por mis brazos. La atraccion hace vibrar mis terminaciones nerviosas de forma similar a un terremoto. --Una hermosa mujer que jura como un camionero. Justo mi tipo de chica. <>. Pero me olvido con rapidez de la razon cuando le echo una buena ojeada a mi salvador. Estoy cara a cara con el hombre mas impresionante del mundo. Ojos castanos que brillan como dos diamantes de chocolate con los ultimos rayos del sol poniente, largas pestanas negras que los enmarcan como plumas y una sonrisa que amenaza con derretirme al instante. !Santo Dios! Y tengo que mirar hacia arriba para verle la cara, lo que ya es mucho decir, porque midiendo uno setenta y cinco soy una chica alta. --Perdon por la expresion. Me has asustado --tartamudeo, curvando los dedos alrededor de sus musculosos antebrazos antes de poder pensarlo mejor. Mantenemos aquel contacto durante varios ardientes segundos. Se que deberia soltarme, protestar, fingir indignacion, hacer algo..., pero no puedo. A pesar de que suelo ser prudente, no quiero hacer nada porque no quiero que me suelte. --No es necesario que te disculpes. Me encanta que las mujeres digan cosas sucias. --No he dicho nada sucio --me defiendo con debilidad. Arquea las cejas con curiosidad, y me doy cuenta de lo mal que suena. --?Hay mas? ?Palabras mas sucias? A pesar del sofocante calor, noto que me sube por las mejillas un caliente rubor. <>. Ni siquiera soy capaz de recordar la ultima vez que me sonroje. He visto y hecho cosas a lo largo de mi vida que me han dejado insensibilizada hasta el punto de que habria jurado que nada me podia hacer sentir verguenza. Y, sin embargo, aqui estoy, sonrojandome ante un perfecto desconocido (que esta como un tren). Respiro hondo de forma temblorosa y sonrio, quitandoles importancia a el y al peligro de mi situacion... del que por fin soy plenamente consciente. Este tipo podria hacerme dano y yo estoy babeando ante su pecho. Su ancho, duro y musculoso pecho. Cierro los ojos con fuerza. <>. --?Estas bien? --se interesa aquel perfecto desconocido que esta como un tren. Cualquier rastro de alegria ha desaparecido de su voz. <>. Bajo la vista y clavo la mirada en mi camiseta sucia al tiempo que me enderezo para pasar entre su impresionante cuerpo y el maletero abierto. --Estoy bien. Solo... mmm... que hace mucho calor y... er... estoy cambiando el neumatico. Solo tengo calor. Y estoy cansada. Y... Doblo la esquina del coche, pensando que me separan solo unos pasos del bolso y el movil. Miro como el perfecto desconocido que esta como un tren da un golpe a la rueda con la punta de la bota. --Espero que esta sea la que acabas de quitar. <>. Estoy tan desinflada como las camaras de mis neumaticos mientras lo veo acercarse a la llanta que acabo de quitar, y comprobar el estado de la goma. --Por cierto, me llamo Sig --me dice de forma casual. Luego cruza los brazos sobre el pecho y estudia la situacion, pensativo--. Y me da la impresion de que vas a necesitar una grua. Una grua. !Si! Corro hacia el asiento del conductor y me inclino para alcanzar mi movil, muy consciente de lo cortos que son mis pantalones y de la forma que se suben mas arriba de mis piernas cuando me estiro. Me apresuro a incorporarme blandiendo el iPhone como si fuera un arma. --!Si! Necesito una grua. Voy a llamarla ahora mismo --le comunico, tratando de ignorar la calida mirada en sus ojos, que sube de forma descarada por mis piernas.

  • Lo más dulce de Sonia

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    INGREDIENTES: 80 ml de agua tibia 20 gr de miel 8 gr de levadura fresca 325 gr de harina de fuerza 1 cdta sal 30 gr de leche en polvo 1 huevo ...

  • lomasdulcedesonia.blogspot.com - Lo más dulce de Sonia

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    Lo más dulce de Sonia ... Puedes recoger recetas favoritas en su propio libro de cocina con los marcadores, pero debes tener una cuenta en nuestro sitio web ...

  • Lo Mas Dulce De Sonia - Música - Rock The Night Festival

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    Bollería de siempre: Las recetas más dulces (Cocina) ... La película se centra en los primeros 22 capítulos del libro de Génesis, comenzando con la historia ...

  • [Mi Reseña] 'Enseñando a Nicolás: La lección más dulce' de ...

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    23 may 2015 — 'Enseñando a Nicolás: La lección más dulce' de Sonia Fraez es el primer libro que leo de esta autora y con su historia nos adentramos, ...

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  • Roscón de Reyes - Postres y dulces - Thermomix® Sevilla ...

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    Roscón de Reyes, una receta de Postres y dulces, elaborada por SONIA MENDEZ ... 870 gr de harina de fuerza ( un poco mas para espolvorear la encimera).

  • UNA DULCE VENGANZA Versión Kindle - Amazon.es

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    Mirar en el interior de este libro. UNA DULCE VENGANZA de [SONIA COLL ONIEVA]. UNA DULCE ...

  • UNA DULCE VENGANZA › Opiniones de clientes - Amazon.es

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    Lo que más me ha gustado de la novela han sido las escenas de humor ... Leer a Sonia ha sido para mí todo un descubrimiento y un placer a la vez.

  • ENSEÑANDO A NICOLÁS: LA LECCIÓN MÁS DULCE - Alibrate

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  • Dulces caricias (Pretty 2) de M. Leighton

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    --!Que pasada! Este lugar es impresionante --dice Sig Locke cuando los guio a nuestra fiesta privada atravesando las puertas del Exotique, uno de los elitistas clubs de baile que poseo. --?Estas segura de que quieres hacerlo? --Hemi, mi hermano pequeno, esta hablando con su novia, Sloane. Ella sonrie. --Cielo, esto es para Sig. Quiero que su primer viaje a Chicago sea inolvidable. Ya te lo he dicho. Ademas --le dice, inclinandose para morderle la barbilla--, quiza yo pueda aprender algunos movimientos. La sonrisa de Hemi es lenta, pero yo se lo que esta pensando. Ya esta imaginandola bailando en una pole dance, realizando un numerito privado solo para el. --!Oh, Dios! --interviene Sig al tiempo que se tapa los oidos con las manos--. !No quiero escuchar nada de eso! Me rio y sacudo la cabeza, deteniendome para mirar a mi alrededor. Siempre siento una mezcla de orgullo y excitacion cuando entro en uno de mis clubs. He levantado un imperio de clubs de baile elegantes, unos locales elitistas que se extienden por Estados Unidos y otros paises. Y aunque no suelo visitar ninguno mas de dos veces al ano, entrar en cualquiera de ellos es todo un impacto. Todo sigue exactamente igual que cuando estuve aqui hace trece meses. Los suelos de marmol negro relucen, la barra de cromo brilla bajo las suaves luces del techo y todas las hermosas camareras estan vestidas con esmoquines sin mangas que muestran un poco de escote y se detienen a mitad del muslo. Con clase. Sexys. Mias. Se que podria acercarme a cualquiera y salir de alli con ella en menos de diez minutos. Ni siquiera tendria que decir quien soy. Este es solo uno de los muchos dones que poseo. No estoy siendo arrogante al respecto, son hechos. Tengo algo que ellas quieren. Y ellas, algo que quiero yo. Por lo menos para una noche. Pero ahora no es momento para eso. Esta noche he venido por Hemi, mi hermano pequeno. Les dije a el y a su novia, Sloane, que podian navegar conmigo a Hawaii en uno de mis yates de lujo. Una vez alli, disfrutaran de las vacaciones de dos semanas que he organizado para ellos. Que los haya acompanado uno de los hermanos de Sloane ha sido toda una sorpresa, pero... que mas da. Esto es lo menos que podia hacer por Hemi, ya que fue el quien encontro y puso a disposicion judicial al policia corrupto cuyas acciones llevaron a la muerte a nuestro hermano pequeno, Ollie. --Vamos --les digo--. Por aqui. Cuando Hemi me explico que queria venir aqui esta noche, llame y ordene al gerente que preparara una de las zonas VIP para nosotros. Se encuentra situada a la izquierda del escenario, lo suficientemente cerca como para oler el perfume de las bailarinas. Si la inocente novia de mi hermanito quiere aprender algunos movimientos, tendra el mejor asiento de la casa. Segun avanzamos, reconozco a algunas de las chicas. Me sorprende que sigan aqui. No recuerdo sus nombres, pero si alguna caracteristica de cada una de ellas. La rubia es una gritona. A la pelirroja le gusta que sea brusco. La otra rubia es agobiante. Al ver su mirada clavada en mi mientras camino, recuerdo todas las cosas desagradables que me dijo cuando por fin se dio cuenta de que lo que decia iba en serio. <>. Se entero de la forma mas dificil. Una vez que nos sentamos, una morena de agradable aspecto con piernas kilometricas y tetas casi debajo de la barbilla viene a apuntar lo que queremos. La sonrisa que me brinda es... interesada. Sepa o no quien soy, apuesto mil dolares a que podria conseguir que se colara en el cuarto de bano conmigo. Echariamos uno rapido y ardiente. Un poco salvaje. Pero con la compania con la que estoy esta noche, no me planteo hacer nada parecido. <>, pienso mientras valoro su figura quirurgicamente mejorada una vez mas. --Lo siento, ?como has dicho que te llamas? ?O debo llamarte <>? --bromeo con ella, guinandole un ojo. No me sorprende la reaccion que obtengo. Se inclina hacia mi. --Me llamo Pandora --susurra con voz ronca, mostrandome una vista de sus atributos--, pero puedes llamarme como quieras, hasta <>. Arqueo una ceja al tiempo que sonrio de medio lado. --?Que tal si comenzamos con una ronda de chupitos? De tequila Patron. Pago yo. Abre una cuenta y ve anotando lo que tomemos. Sus ojos brillan. Se siente atraida por mi, lo percibo. He visto esa misma mirada muchas veces. --?Su nombre, senor? --pregunta ella antes de mostrar la lengua para humedecerse aquellos carnosos labios. --Reese Spencer. Amplia los ojos de forma casi imperceptible. Casi. Sabe quien soy. No es facil descubrir que soy el dueno del club, pero se corre la voz de vez en cuando. Y los rumores deben de haber llegado a ella. --Si, senor. Ahora vuelvo con los chupitos. Asiento con la cabeza, mostrandole mi agradecimiento, y concentro la atencion en el escenario cuando la luz se atenua y el proyector se enciende. La musica cambia de registro y todos los ojos se clavan en la hermosa rubia platino que camina por la pista en forma de T que conduce desde la parte trasera, donde estan los vestuarios, al escenario. Miro con silencioso entusiasmo. Me gusta mirar a las bailarinas y me alegra que el club este funcionando bien y que todo este en orden, pero mas que nada quiero que se acabe la noche para poder descansar antes de manana. Tengo que asistir a un funeral. Bebo mientras mi hermano bromea con su novia. Me gustaria encontrar un amor asi de comodo y envidiable si pensara en mantener ese tipo de relacion. Pero como no quiero, apenas les presto atencion. Miro mas alla de ellos, pasando de sus efusivas demostraciones publicas de afecto para concentrarme en el hermano de Sloane, Sig. Parece un buen tipo, y esta disfrutando del club. --!Dios! Esa chica tiene que traer aqui ese culo y sentarse en mi regazo --dice cuando sale al escenario otra rubia con curvas mas pronunciadas. Se rie y grita antes de tomar otro trago de su whisky Southern Comfort con Sprite. Me pilla mirandolo y grita todavia mas fuerte al tiempo que me da un golpe jugueton en el brazo. --!Bebe, hombre! Necesito que alguien se emborrache conmigo. Estar en un club como este con mi hermana esta afectandome mas de lo que debiera. --Se rie un poco mas de algo que considero justificado. --Creo que lo estas haciendo bien tu solo --comento, fijandome en que casi pierde el equilibrio y se cae de la silla. Estoy pensando como excusarme cuando la musica cambia de registro una vez mas y me detiene. Los insinuantes acordes de Madonna cantando Justify my love me parecen una interesante aunque extrana eleccion para un baile, y hacen que vuelva a mirar a la plataforma. Aparece una joven en el lado izquierdo del escenario. Camina lentamente por la pista, haciendo que la sigan todos los ojos. Utiliza una camisa masculina y una corbata..., nada mas. Sus piernas son larguisimas con los tacones de aguja que lleva puestos, largas y perfectamente torneadas. Son las piernas de una bailarina. Fuertes, atractivas..., pecaminosas. Cada paso que da es un movimiento sexy y sensual, un contoneo lento y deliberado. Me siento mas erguido en la silla. De golpe he pasado de estar ligeramente interesado a sumamente intrigado, y no se por que. He visto bailar a cientos de chicas. Pero nunca he visto a esta, y es ella la que posee algo que atrae toda mi atencion. A medida que se acerca, me doy cuenta de que su espeso pelo castano esta cubierto por un sombrero asentado en un angulo arrogante en su cabeza. Tiene un brillante baston negro en la mano. Se detiene cuando llega al centro del escenario, blandiendo el baston una vez antes de apoyarlo delante de su cuerpo. Con un movimiento calculado, tensa las piernas y se inclina hacia delante, mostrando la longitud de sus muslos y las curvas de su culo perfecto. Antes de que me de tiempo a estudiarla entera, se endereza y hace girar el baston por encima de su cabeza sosteniendo un extremo con cada mano. Arquea la espalda, haciendo que suban las que parecen unas tetas deliciosas. Entonces, todavia moviendose lentamente, baja el eje hasta la parte delantera de su cuerpo. Cada accion es suave, calmada. Cada movimiento, sexy y fluido, con el cuerpo fusionado a la perfeccion con la musica. Echo un vistazo a su cara. Por debajo de la sombra del ala del sombrero, solo puedo ver su boca. Pero, !joder!, menuda boca. Sus labios aparecen pintados de un rojo brillante y son, seguramente, los mas exuberantes que haya visto nunca. Entran en la categoria que siempre he llamado <>: sensuales y perfectos para deslizarse por mi glande. Despues de haber venido casi obligado, sin esperanza alguna de divertirme, me veo sorprendido por el espasmo que da mi pene cuando la veo cogerse el labio inferior entre los dientes y morderlo. Pero asi es. Tengo que contener el gemido que se forma en mi pecho cuando ella se deja caer de rodillas y aleja el baston de su cuerpo como si estuviera haciendo una flexion de brazos mientras se desliza boca abajo sobre su estomago. Despues de algunos movimientos, suelta el eje de madera y se echa atras sobre la espalda para comenzar a girar las caderas, como un gato a punto de estirarse. Casi puedo escuchar su ronroneo. Con las piernas sobre el escenario, desliza las manos desde la parte superior de los muslos hasta el estomago, tirando del dobladillo de la camisa lo suficiente como para insinuar burlonamente lo que lleva puesto debajo antes de pasar a los pechos y la garganta. Sus agiles dedos agarran la corbata y la arrastran muy despacio por su cuello. Con decision, retuerce las manos y enrolla la seda alrededor de sus munecas. Durante unos segundos, es como si estuvieramos ella y yo. A solas en la habitacion. Sin nada entre nosotros, salvo la musica. Y esa condenada corbata. En mi mente parpadean con claridad imagenes en las que la ato con aquel trozo de tela roja, lo que me hace palpitar detras de la cremallera. Sube una pierna hacia arriba con languidez, mientras deja la otra tendida en el escenario. Se estira y agarra el tobillo, rozando la rodilla con sus manos atadas. Sus muslos estan perfectamente separados para revelar unas bragas negras de saten. Cuando las veo, lo unico en lo que puedo pensar es en arrodillarme entre sus piernas y besar la tela sedosa. La veo fruncir los labios para depositar un casto beso en su rodilla. Me siento cautivado. Pero cuando vislumbro un breve instante su lengua, siento como si pudiera hacer un agujero en la mesa con mi ereccion. Esa joven posee algo inexplicablemente sexy. Es como si no supiera que estamos alli, como si estuviera perdida en su mente. Y, Dios, !como me gustaria formar parte de lo que esta imaginando! Siento una mano en el brazo, interrumpiendo mi concentracion. Me siento irritado por la intrusion. Intento zafarme sin molestarme en girarme hasta que escucho una voz. Es la de mi hermano. Y esta decidido a llamar mi atencion. Lo miro finalmente sin tratar de ocultar mi agitacion. --?Que? --?Puedes llevarnos a casa? Sloane no se encuentra bien. Quiza sea por algo que ha comido antes. --Me lanza una mirada significativa. Me lleva un segundo desconectar por completo de la chica que me tenia tan absorto, pero lo consigo de mala gana. Recuerdo que Sloane no ha bebido el tequila... y por que. Hemi me conto que estaba embarazada, aunque todavia no se lo han comunicado a su familia, por lo que me pidio que no dijera nada. --Oh..., vale --respondo con algo de brusquedad--. Si, puedo llevaros. Reacio a irme sin mas, miro de nuevo hacia la parte delantera de la sala a tiempo para ver a la bailarina, ahora de nuevo de rodillas, quitandose el sombrero. Cae una melena de sedosos rizos castanos. Solo logro atisbar un breve destello de su cara antes de que el cabello se arremoline para ocultar su rostro. Pero aun asi veo unos ojos verdes, que se ensanchan cuando se encuentran con los mios. Al instante me transporto en el tiempo. Anos y anos atras. A la suave hierba de un claro en el bosque. Y a la suave piel de la chica que tengo debajo. Recuerdo esos ojos. Esa boca. Me acuerdo de una version un poco menos provocativa y madura de ese cuerpo femenino. De lo que senti al tocarla, al abrazarla. De como se reia, de como sabia, de como termino todo. Y no puedo olvidar. <>. Es Kennedy

  • Mi error fue ser solo tu vecina. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Holly es una chica con quien la vida no se ha portado bien, no lo ha tenido nada facil. Desde nina tuvo que cuidar de su hermano y procurar que no le faltara de nada, comportandose como la madre responsable que nunca tuvieron. Holly esta dispuesta a todo por la felicidad de su hermano, incluso renunciar a sus propios suenos.

  • Baile de otono (Un baile austeniano 4) de M. Cavani

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    La vida de Emma se habia convertido en un caos; en los ultimos meses habian sucedido tantos eventos desconcertantes e inesperados que ella, creyendose tan entera e incapaz de afectarse ante la adversidad, no pensaba que pudiera soportarlo. En su interes por demostrarle a todo Highbury --y por todo Highbury se referia al senor Knightley-- que ella tenia una gran sensibilidad para unir sentimentalmente a sus amigos, proveerle un marido a Harriet Smith se habia vuelto su obsesion desde el baile de invierno, pero, entre todos sus disparates para propiciar tal boda entre su amiga y cualquiera --excepto Robert Martin--, fue ella misma quien recibio una propuesta del senor Elton. Todavia no comprendia como habia sucedido tal confusion, ella solo habia estado promoviendo encuentros entre el vicario de Highbury y su amiga cuando una noche que compartian carruaje, luego de una cena con los Weston, mientras la pobre Harriet se sentia indispuesta, sin consideracion alguna, el le tomo la mano, solicito su atencion y comenzo a declararle su apasionado amor. ?Que estaba pasando? Todo este tiempo habia estado convencida de que el senor Elton, era el candidato perfecto para su amiga, era un hombre con meritos y caracteristicas imposibles de ignorar, tenia buen caracter y buena voluntad, sin embargo, tales cualidades no eran suficientes como para que sus intenciones de unirlos se prestaran a confusion; ademas, ella no pensaba en el matrimonio para si misma... Al menos no lo creia asi. Y estaba segura de que no queria tener algo que ver con el senor Elton. Mas este inconveniente fue solo el segundo de sus errores --el primero habia sido cuando orquesto el baile de invierno para que Charles Bingley se fijara en Harriet--; su tercera equivocacion sucedio cuando, tras sus primeros fracasos, intento que el orgullo de Highbury, Frank Churchill, tambien se fijara en su amiga . Y aunque esta vez se prometio que limitaria su intervencion, pues estaba segura de que su plan funcionaria, por un breve momento, sus propios sentimientos se vieron involucrados. Veran, desde que el senor Weston se casara con su institutriz habia existido una especie de secreta fantasia entre ambos de que ella, siendo la hija casadera de los Woodhouse, y Frank, el respetable hijo del senor Weston, se unieran, una secreta fantasia que, ella lo reconocia, alimentaba su ego y, no lo negaba, por algunos dias habia conquistado su cabeza cuando las atenciones del joven la confundieron: por primera vez, en veintiun anos, creyo estar enamorada. Sin embargo, a tiempo se dio cuenta de que sus sentimientos por Frank no eran tales y que si la idea de casarse rondara su cabeza, nunca iba a ser con alguien que viajara hasta Londres por un corte de cabello (nada de eso), debia ser con un hombre de caracter fuerte y buen criterio, que la representara y supiese hacerle frente, uno con el que ella pudiese expresarse, aunque luego se sintiese juzgada, un hombre como... No, lo mejor era olvidarse de ello. Pero lo cierto era que Frank Churchill ya estaba reservado, y mucho, aunque no para Emma Woodhouse o Harriet Smith, sino para Jane Fairfax. Si, esta habia sido la ultima sorpresa en Highbury, la noticia de la que todos hablaban: Frank Churchill y Jane Fairfax. Aunque no fue sencillo de asimilar, luego pudo atar todos los cabos sueltos, Emma se dio cuenta de algo, el hijo del senor Weston no se presento en Highbury hasta que su querida Jane se establecio definitivamente durante el verano. No obstante, entre todo lo ilogico que habia sucedido durante el estio y las primeras semanas del otono, lo mas asombroso habia sido escuchar la reciente confesion de Harriet Smith, que no habia dudado un segundo en reconocer su afecto !reciproco! por el senor Knightley. !El senor Knightley! Unos meses atras habia creido que cualquier dia el senor Knightley anunciaria sus planes de boda con otra senorita, Elizabeth Bennet, la joven que le habia eclipsado, a la que habia conocido gracias a ella misma, si, cuando se le ocurrio aquella brillante idea de celebrar el baile de invierno; pero, ?Harriet Smith? En la actualidad se daba cuenta de cada uno de sus errores y de su obstinacion en conseguir algo que desde donde se le viera era ilogico, pero que el senor Knightley estuviese sentimentalmente interesado en Harriet era impensable. ?Como habia sucedido? ?Cuando? Emma reconocia que habia sido demasiado irracional cuando se habia propuesto como meta de vida pactar, de acuerdo a su voluntad, una boda para Harriet Smith. !Cuan ciega habia sido! ?De donde habia obtenido tanta locura? Su exito al conseguir la boda entre los Weston se le habia subido a la cabeza en tales proporciones que se creia imbatible. El senor Knightley se lo habia advertido una vez, que estaba siendo obstinada y estupida en insistir en su amistad con Harriet, pero, si de ella pensaba de ese modo, ?que aplicaba, entonces, a el? Desconsolada, ahora estaba en Pemberley, ella y el senor Darcy eran los anfitriones del baile de otono en el cual, a pesar de los confusos sentimientos que la conmovian y atormentaban, celebrarian un compromiso inmejorable. Pemberley Elizabeth leyo nuevamente la tarjeta de invitacion al baile de otono sintiendo que estaba siendo objeto de diversion del destino; habia pasado de ser la posible duena de Pemberley a una mera espectadora del compromiso entre Emma Woodhouse y Fitzwilliam Darcy. --Espero que cuando nos encontremos con el senor Bingley sea todo muy civilizado... Sus pensamientos fueron interrumpidos por los de su hermana. --Me gustara poner un punto final a esta historia para que podamos continuar nuestras vidas... Lizzy noto que Jane bajaba la mirada, como si pensar en el caballero, despues de esta noche, fuese reprochable. Un acto prohibido. --En realidad, no se por que he venido, Lizzy. Lizzy tampoco comprendia exactamente que la habia movido a regresar esta noche a Pemberley, solo sabia que, aquella manana, cuando estaba reunida con sus hermanas en el estar de Longbourn, algunas ocupadas en la labor, otras leyendo, confiando en que seria un dia sin emociones, su madre coloco en las manos de Jane una invitacion que iba dirigida a las dos, que no podian declinar. --Porque tu nombre, como el mio, ha venido impreso en la invitacion --le respondio, aunque sabia que, en una buena parte, la presencia de su hermana en este baile se debia a que habia empleado sus tecnicas persuasivas. Como era de esperarse, Jane temia al inminente encuentro con el senor Bingley, pero ella misma, Lizzy, necesitaba de su apoyo cuando se encontrara con el senor Darcy--, y habria sido una descortesia ignorarla. Lizzy rodeo a su hermana con los brazos cuando la miro suspirar. --Todo va a estar bien, Jane --la consolo mientras admiraba lo hermosa que lucia al continuar el camino desde el carruaje hasta la recepcion--. Lo que puede ocurrir es que cuando el senor Bingley te vea nuevamente se vuelva loco por ti. --No tengo esperanzas que alimentar... Ademas de que no lo espero. Lizzy, estare bien. Lizzy le coloco un beso en la sien y, abrazandola un poco mas, le dijo: --Lo se --y avanzaron hacia la entrada del salon. No era la primera vez que Lizzy visitaba Pemberley, habia sucedido durante el verano, cuando fue de vacaciones con sus tios, los Gardiner; en aquel entonces, se suponia que irian hasta Los Lagos, pero, por los compromisos de su tio, debieron reducir la excursion y solo pudieron llegar hasta Derbyshire. Mientras cruzaba el salon, Lizzy recordo aquel dia con la misma agitacion de saber que esta noche estaba en el territorio del senor Darcy. Pero, ?por que si en el baile de primavera Lizzy estaba tan opuesta al senor Darcy, ahora parecia haber operado un cambio en sus sentimientos por el? Pues sucedio que la manana siguiente al baile de primavera, el senor Darcy habia puesto en sus manos una carta que habia modificado todos los prejuicios que, rencorosamente, ella habia guardado hacia el. Su carta era tan poderosa que tambien habia influido en la percepcion que tenia de su propia familia, y cambiado la parcialidad con la que habia actuado en relacion al tema Wickham; habia sido orgullosa y vanidosa y habia procedido bajo la conviccion de ser incapaz de equivocarse. Lizzy habia leido aquella carta repetidas veces, incluso cuando volvio a Longbourn, luego de aquel viaje, todavia la leia a hurtadillas y la consideraba su secreto tesoro. A traves de esta, el senor Darcy habia insertado la comprension de elementos y detalles que ella habia ignorado de su actuacion, entendio que el habia estado protegiendo a su amigo de la union con una joven que, si bien no consideraba su igual, tambien la creia indispuesta en su afecto; al respecto, el recuerdo de un comentario de su amiga Charlotte, la noche del baile de invierno, cuando el senor Bingley y Jane se conocieron, confirmaba que las conjeturas del senor Darcy no eran del todo invalidas: Si no le demuestra pronto al senor Bingley lo que siente por el, dudo que su amistad se extienda a algo mas que una simple preferencia en un baile publico. En relacion a su familia, la justicia de sus acusaciones le parecia demasiado evidente para que pudiera negarla, y las circunstancias a las que aludia en particular como ocurridas en el baile de invierno, no le podian haber impresionado a el mas de lo que le habian abochornado a ella [1] , su madre se habia entregado al chismorreo, Kitty y Lydia a coquetear con el regimiento que estaba de paso en Highbury, mientras Mary tocaba el piano de esa forma jactanciosa, aunque inexperta. En resumen, le habia juzgado como el peor de los hombres cuando siempre habia actuado cabalmente. --?Y como te sentiras, tu, Lizzy, cuando te encuentres con el senor Darcy? --Elizabeth bajo la mirada y sonrio, pero sabia que su sonrisa no reflejaba su habitual alegria. A pesar de la violencia con la que habia recibido su propuesta de matrimonio, aquella noche habia quedado tan impresionada que necesito desahogarse con el papel en una carta expresa que, a la manana siguiente, envio a Londres, donde estaba Jane. Pero ahora, luego del giro que habia tomado la historia, no se arrepentia de haberla rechazado, aunque, si en aquel momento hubiera tenido la informacion que le fue transmitida esa manana siguiente, no estaba segura de si habria optado por dejar una respuesta abierta a la propuesta. No podia disimular, ni siquiera para si misma, que admiraba al senor Darcy. Que le admiraba demasiado. --Me sentire feliz por su compromiso con la senorita Woodhouse. Creo que sera una union inmejorable para ambos --pues estaba segura de que, imposibilitada de conseguir el interes de su sobrino por su propia hija, nada le era mas conveniente, a Lady Catherine de Bourgh, que el compromiso del senor Darcy con la senorita Woodhouse. --Ya no le guardas rencor. En el fondo, Lizzy, creo que nunca se lo tuviste, solo te dejaste llevar por los prejuicios. --Eso no voy a ocultarlo, pero, espero que sea feliz --sonrio nuevamente y bajo la mirada. Sus deseos de felicidad no eran reflejo de hipocresia, habia entendido que, la pasada primavera, el senor Darcy se habia dejado llevar por un apasionamiento que, luego de aquel baile en Rosings, fue superado por la razon, centrandose asi en lo que era socialmente correcto para el, donde, por supuesto, ella no representaba una opcion. En reflexiones parecidas, Lizzy habia estado trabajando durante el verano, especialmente luego de que ella y Darcy se encontraran fortuitamente aca, en Pemberley, cuando, confiando en que su dueno estaba de viaje, entro con sus tios para hacer un recorrido, Pemberley era una de esas grandes y exquisitas propiedades del reino abiertas para la excursion de los forasteros; en aquel entonces la version que presento de si mismo era tan distinta al hombre orgulloso y distante al que habia conocido en Highbury --y con el que se habia encontrado en Rosings--, que Lizzy estaba calidamente sorprendida del cambio operado y se preguntaba si ella habria influido de alguna manera en ello. Ahora, aunque trataba de ser fuerte y le deseaba lo mejor, no podia expresar su resignacion con la mirada. Esta noche otonal Pemberley lucia igual de hermoso y elegante que aquella tarde estival cuando inesperadamente se encontro bajo los dominios del senor Darcy, solo que en esta oportunidad todo tenia un cariz distinto; no obstante, ella era Elizabeth Bennet, siempre alegre y segura de si misma, asi que arreglo su mejor sonrisa y avanzo, pues nada iba a derrumbarla.

  • Cambio mundo por universo de Beatriz M. De Lagos

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    YO
    Me llamo Eva, tengo treinta y seis anos, estoy casada y tengo dos hijas. La relacion con mis padres es buena y aunque soy hija unica, mi amiga Paula ha sido desde el colegio como una hermana para mi. Soy coordinadora en una empresa que organiza fiestas y eventos sociales. Me encanta mi trabajo, hace que me sienta activa y me da la oportunidad de conocer a mucha gente. Vivo en una ciudad comoda para vivir y pequena para esconderse.
    Soy infiel y estoy enamorada.

  • A contracorriente (Bolsillo (terciopelo)), Noe Casado de Noe Casado

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  • La sociedad literaria y del pastel de piel de patata de Mary Ann Shaffer

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    Traducida a mas de veinte idiomas, con mas de cinco millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y llevada al cine por Mike Newell, La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernseyes una deliciosa y conmovedora novela epistolar que se ha convertido en un clasico indiscutible sobre el poder de la palabra y el valor de la literatura como refugio y consuelo en tiempos dificiles. Una historia humana y divertida, que transmite una intensa pasion por los libros y reivindica la formidable capacidad de la lectura para unir a personas de distintos gustos, culturas e ideologias.

  • Madres arrepentidas de Orna Donath

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    Aman a sus hijos, pero se arrepienten de ser madres.

  • Hechizados por el deseo (eLit 3) de Maggie Price

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    La unica hija de un poderoso senador habia sido asesinada y habian secuestrado a su hijo recien nacido. La sargento Grace McCall y el agente del FBI Mark Santini tenian que hacerse pasar por una pareja que deseaba desesperadamente adoptar un nino con el fin de detener al sospechoso antes de que asesinara a alguien mas.

  • La prisionera de los krinar de Anna Zaires

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    Una novela romantica independiente de la autora superventas en las listas del New York Times de las obras Secuestrada y de Las cronicas de Krinar.

  • Y tenian que ser tus ojos verdes (Hielo y fuego 2) de Anna Soler

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    La joven Olivia Harris no sabia donde ir. Atormentada por su pasado lo unico que queria era empezar de cero.Un dia dejo atras Nueva York y su trabajo de profesora y emprendio el camino al condado de Texas, donde vivia su mejor amiga, Emma.Pero el pasado y el dolor la perseguian, y cuando Liv conoce al seductor Zack Montana todo empezara a cobrar sentido.Pero Zack no esta preparado para enamorarse de nuevo. Viudo y padre de una nina, el joven vaquero tiene heridas que aun no han cicatrizado en su corazon por la reciente perdida de su esposa.Lo que desconoce Zack es que Liv le cambiara la vida sin esperarlo, y que poco a poco sus sentimientos se tornaran diferentes ante la llegada de esa forastera.Pero los fantasmas acechan de cerca y viejos secretos saldran a la luz poniendo a prueba su amor.?Como afrontara Liv esos temores? ?Sera Zack capaz de olvidar el pasado?

  • Anatomia de un jugador de Jonathan Lethem

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  • Un solo dia, Alexandra Danell de Alexandra Danell

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    Crystal nunca penso que cumplir la mayoria de edad pudiera marcar toda su vida. No solo por conocer algunos de los secretos que su despegada familia guardaba, si no porque el amor le toco demasiado profundo.
    Harold, el novio de su desconocida y odiosa prima, se convertira en su primer amante, ahora solo queda saber si eso sera amor por parte de los dos.
    Una familia peculiar, una heredera rebelde y un joven britanico que llego para poner su mundo patas arriba.

  • Que las matematicas te acompanen de Clara Grima

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    Mira a tu alrededor y preguntate quien controla el mundo. Efectivamente, el imperio usa las matematicas para conocer tus gustos, saber que necesitas y ofrecertelo en unas condiciones muy favorables., para ellos. El mundo actual esta controlado por las personas que saben trabajar con numeros. Como decia el matematico Edward Frenkel, <>.

  • Las cadenas del reino de Begona Pro Uriarte

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    Navarra, 1211. En un momento historico de revancha, la que busca Alfonso VIII de
    Castilla tras la ?rota? de Alarcos, y de despliegue de poder militar el que hace
    Muhammad al- Nasir en Al-Andalus, Miguel de Grez recibe la peor de las noticias: su
    hijo Roland ha sido hecho prisionero por los almohades. Su unico pensamiento sera viajar cuanto antes hasta Sevilla y rescatarlo. Apenas queda margen para atravesar la peninsula antes de que las hostilidades se desaten y ambos ejercitos se enfrenten en la batalla de las Navas de Tolosa. Las cadenas del reino es la tercera entrega de la saga de caballerias La chanson de los Infanzones, ambientada en la Navarra de los siglos XII y XIII, bajo los reinados de Sancho el Sabio y Sancho el Fuerte. Esta saga de aventuras, de amena lectura gracias al excelente pulso narrativo de Begona Pro Uriarte, ofrece una oportunidad sin igual para adentrarse en la historia y, para conocer, entre otros, como y cuando surge el legendario lema Pro Libertate Patria, gens libera state, Pueblo libre, permanece en pie por la libertad de la patria o por que las cadenas adornan la roja bandera. O, al menos, una de las hipotesis al respecto.

  • Mas alla del velo (Velo 1) de Silvia Barbeito

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    En Galicia, la tierra de la magia celta, donde reinan meigas, druidas y mencineiras, Diana regenta un pequeno bar en un pueblo casi perdido donde nunca pasa nada.
    ?Nunca?
    Una noche magica, la noche de Samhain, Diana, sin saberlo, rasga sin querer el Velo que separa el mundo real del Otro Lado. Alli acecha un oscuro peligro que desencadenara una serie de acontecimientos capaces de amenazar su propia vida.

  • Hasta que el amor nos separe de Ruby Red

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    Bonnie habia ocupado los ultimos meses de su vida en odiar al maldito Derek Harris. Se habia esforzado tanto que estaba convencida de que lo habia conseguido.
    Sin embargo, camino al despacho de su abogado para firmar el divorcio, se sentia mas nerviosa e insegura que nunca por tener que enfrentarse al grano en el culo que era su marido.
    Derek habia dedicado los ultimos meses de su vida en volver loca a la estirada Bonnie Carter. Encontraba un placer insano en no aceptar ninguna de sus propuestas de divorcio y disfrutaba sabiendo que su actitud la sacaba de quicio.
    No obstante, por fin, habia llegado el momento de verse las caras y cerrar una etapa en la que ya no habia cabida para ambos en la misma habitacion.
    Mucho menos, en un ascensor.
    Un ascensor averiado convertido, de repente, en una celda para Bonnie y Derek.
    Unas horas en las que intentar no matarse.
    Unas horas para demostrarse que tomaron la decision correcta.
    Unas horas para ponerse a prueba el uno al otro una vez mas.
    ?Unas horas para asumir que ese final quiza solo sea un nuevo modo de comenzar?

  • La Cruz del Sur de Mike Sims

    https://gigalibros.com/la-cruz-del-sur.html

    ?Que sucede cuando todas las estrellas en el cielo estan fuera de lugar y la tierra a nuestros pies tambien? Miguel, un joven de una humilde aldea en Mexico, suena con convertirse algun dia en astronomo. Ese sueno le parece tan lejano como la distancia que separa la luna de la tierra. Sin embargo, las oportunidades llegan de formas insospechadas. Miguel sabe que siempre que mantenga una idea clara de donde esta, la verdad se revelara por si misma. Acompana a Miguel en esta aventura que lo llevara hasta lugares que jamas penso conocer.

  • La accidentada boda de lord Mersett (Minstrel Valley 8) de Alexandra Black

    https://gigalibros.com/la-accidentada-boda-de-lord-mersett-minstrel-valley-8.html

    Continua la rompedora serie de <>, creada por trece autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeno pueblo de Hertfordshire, descubriras una historia llena de amor, aventuras y pasion.

  • La mujer del inquisidor de Catherine Roberts

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    Cuando Maria llega desde el reino vecino para casarse por compromiso con el atractivo y frio inquisidor, es consciente de que a partir de ahora compartira su vida con un monstruo. Se siente capaz de sobrellevarlo, se ha preparado como ha podido para ello. Lo que no imagina son los malvados planes que Diana, la sirvienta del religioso, tiene reservados para ella, pues no piensa permitir que nadie la arrincone ni le quite el puesto que ocupa en la casa y en la cama de ese poderoso hombre.
    Solo que… nada saldra como habian pensado ninguno de los tres.

  • Si hubiese un manana de Kristel Ralston

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    La vida de Paige Valois parecia ir en picada. Su reputacion de problematica princesa del pop habia hecho mella al punto de amenazar su ya precario futuro economico. Sin salida, ella acepta el salvavidas que le lanza su agente a modo de ultimatum si quiere salir a flote de nuevo. Debe cumplir con todas las exigencias de un reconocido sello discografico o puede olvidarse de la industria del entretenimiento musical para siempre. ?Como negarse cuando no solo su vida profesional pende de un hilo, sino tambien la seguridad de su manipuladora familia?

  • Callate y besame, tonto de Raquel Mingo

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    Llega la segunda entrega de <>.

  • Victoria O Derrota (Todo Saldra Bien 11) de Roser A. Ochoa

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    Noviembre del 2019, la humanidad habia vuelto a dar un paso al frente en su lucha para erradicar esa plaga que crecia poco a poco, pero que, en algun momento, podria terminar siendo un peligroso enemigo de la humanidad: los vampiros. Un grupo de cientificos elegidos, despues de muchas discusiones y con suma meticulosidad por parte de los gobernantes de los principales paises, habian unido fuerzas para desarrollar el arma definitiva contra esos seres <> que tenian amenazada la poblacion sin que esta, tan siquiera, fuese consciente del peligro con el que convivia a diario. El lema de <> reverberaba en la cabeza de esos poderosos dirigentes en el momento en que dieron luz verde a la propagacion de ese virus, ?que podia salir mal? El primer humano afectado de Covid-19 murio poco tiempo despues. La alarma estallo y de pronto todo se precipito hacia un desenlace para nada esperado. Los dirigentes de esos mismos paises intentaron, por todos los medios posibles, frenar el avance de ese feroz e invisible enemigo que poco a poco diezmaba su poblacion, hasta llegar a un punto de inflexion y de pronto, esos fuertes lideres mundiales, simplemente se rindieron. Esa noticia afecto de distintos modos a esos otros habitantes del planeta Tierra, algunos reian de la estupidez humana, sin embargo, otros estaban preocupados por el desarrollo de los acontecimientos, hasta el punto de que marzo del 2020 supuso ese momento que pasaria a los anales de la historia como el punto de inflexion en el que los vampiros se vieron en la dificil situacion de decidir si salvar a la humanidad o quedarse de brazos cruzados viendo como esta se extinguia. Esa manana los primeros rayos de sol descubrieron a Johan abrazado al cuerpo de Sora, que dormitaba de manera placida, respirando de forma tranquila y acompasada. --?No ha sonado el despertador? --pregunto la chica, entreabriendo los ojos. --Si --confirmo Johan--, pero estabas tan cansada que lo he apagado. --Hoy es el dia. --Sora no pudo evitar cierto tono de preocupacion. --Lo es --solto en un soplido Johan, saliendo de la cama--. Voy a irme en un rato... solo queria verte despertar. --Sonrio el. --Te quiero --dijo Sora desde la cama, sin apartar la mirada de el mientras empezaba a vestirse--, te quiero mucho --repitio, sin poder evitar que los nervios rompieran su voz. --Voy a lograrlo --afirmo el chico, volviendo a gatas por encima del colchon para poder abrazarla--. No te va a pasar nada, ?me oyes? Voy a convencerlos... --Ellos odian a los humanos, y con la sangre sintetica ya no os hacemos falta... --Sora --dijo Johan agarrandola por las mejillas para alzar su rostro--. Siempre has confiado en mi, no pierdas la esperanza--. ?Cuando te he fallado? --Nunca --confirmo Sora, abrazandose al frio cuerpo de su pareja. Siempre habia confiado en Johan, una confianza ciega y sin reservas. Desde el momento en que se habia enamorado de un vampiro su vida habia sido un caos tremendo, y ahora que parecia que todo iba a salir bien entre ellos, despues de tantas vicisitudes, pasaba eso. Sora no pudo evitar estremecerse, y no supo discernir si por sus pensamientos o por el tacto mortecino de su amante. Si alguien podia salvar a la poblacion mundial ese era Johan, pues aun siendo vampiro era mucho mas humano que muchos otros. Cuando el chico salio del apartamento, se dio cuenta de que el estado de la ciudad era desolador, las calles vacias, el ambiente triste, el miedo que se condensaba a su alrededor... El Gobierno, en un ultimo intento de salvar a la poblacion, los habia instado a quedarse confinados en casa, una medida poco popular aunque hasta la fecha, bastante efectiva. Aunque Johan se preguntaba cuanto durarian intactos los animos en la poblacion. Cogio el coche y arranco, intentaria llegar todo lo lejos que pudiera como un humano normal, el resto del camino, de ser necesario, lo realizaria usando otras formulas. Dos dias despues diviso por fin su destino. Esa manana Sora desperto sola en la cama, que sentia grande y vacia sin Johan al lado, lo extranaba como jamas penso que anoraria a alguien. Desde que se habian conocido su vida habia dado un vuelco, todo en lo que creia y todo en lo que no creia se habia mezclado y agitado, y le habia explotado, casi de manera literal, en la cara. Sonrio al pensar en esas primeras citas y en cuando descubrio toda la verdad del chico del que ya estaba irremediablemente enamorada. Estar sin el era duro, sin embargo, confiaba en ese hombre mas que en cualquier otra persona en el mundo. Se ducho sin prisas, desayuno ojeando la prensa internacional en el movil y se vistio mientras en los telediarios se dedicaban a mostrar y tergiversar datos y estadisticas, numeros y nada mas que numeros, las cifras era importantes, las personas ya no. Cuando salio de casa la sorprendio una pequena caja con una envoltura de plastico perfecta sobre su felpudo, al agacharse a recogerla escucho pasos de la puerta de enfrente. --!Son galletas! --grito la vecina para dejarse escuchar a traves de la madera--. Que tengas una buena guardia Sora. --Gracias --dijo ella conmovida. --!Buena jornada, Sora! --Se escucho desde otro de los pisos. --!Animo! --dijo otro de los vecinos. --Venga, Sora, !todos estamos contigo! --dijo una voz un par de plantas mas abajo. --Muchas gracias, vecinos --exclamo la chica con un nudo en la garganta. Cuando salio a la calle la ciudad tenia el mismo aspecto desolado de las ultimas semanas, sin embargo, sentia un intenso calor en su interior que la reconfortaba y llenaba de renovadas fuerzas. Llego al hospital aun con el corazon agitado, feliz y con ganas de empezar la jornada. Tenia todas sus energias reservadas para esas maratonianas guardias y daria lo mejor de si misma un dia mas. --Siempre sonries --dijo una companera al pasar por su lado. --Por supuesto --afirmo con conviccion. --Me gustaria poder ser tan positiva como lo eres tu --lamento la chica, con cara de cansada. Sora solto un suspiro y no pudo evitar pensar en Johan, lo echaba muchisimo de menos, con el al lado era mas facil sonreir, esperaba que consiguiera su objetivo. ?Podia un vampiro tener dolor de cabeza? Seguramente solo fuera en su imaginacion, no obstante la sensacion de presion intracraneal era bastante real. Ya llevaban discutiendo cinco dias y estaba claro que el consenso todavia quedaba lejos. --?Por que deberiamos ayudarlos? --dijo Saul, uno de los lideres de mas antiguedad--. No debemos olvidar que son ellos los que han intentado matarnos --sentencio cargado de razon, a lo que la audiencia ahi presente vitoreo. --?Debemos dejarlos morir entonces? --inquirio Viktor, el vampiro europeo mas longevo de todos. Puede que su ascendencia eslava y el frio de sus tierras hubieran obrado tal milagro en el. --!Deberiamos! --exclamo un joven en representacion de una de las facciones americanas. --Todos estamos movidos por el odio y por el rencor pero, creo que deberiamos meditar bien nuestros actos, pues de ellos va a depender no solo el futuro de la humanidad, sino en gran parte el nuestro propio --sentencio el representante africano. --Nuestra raza y la raza humana siempre han estado entrelazadas y jamas ha existido una sin la otra --argumento Viktor, con su siempre calmada voz. Eran obvias las reticencias de muchos a tender una mano amiga a esos seres a los cuales siempre habian considerado inferiores, mero producto de consumo. Sin embargo, las implicaciones del exterminio de los humanos era algo imposible de calcular, era imposible predecir los efectos a corto, medio y largo plazo de la extincion humana, y por mas animadversion que sintieran por esa raza, estaba claro que, en el fondo, todos sabian que no podian simplemente dejarlos morir. --Ellos han creado ese virus solo para matarnos --siguio Saul--. Ellos no han mostrado ningun tipo de consideracion hacia nuestra especie, ni tan siquiera se plantearon que ocurriria sin nosotros, al igual que nosotros estamos pensando en ellos. --?Eso significa que si ellos actuan de forma estupida nosotros debemos hacerlo tambien? --se atrevio a apostillar Johan, el cual llevaba un rato callado. --Llevamos habitando el planeta por un largo tiempo --dijo de nuevo Viktor--, sabemos que la inteligencia de los humanos es escasa y limitada, son incapaces de pensar en nada mas alla de los pocos anos que duran sus cortas vidas y, precisamente por eso, deberiamos ser nosotros quienes velemos por ese futuro que ellos son incapaces de alcanzar a ver. --Buen punto, Viktor --concedio a reganadientes Saul--. ?Johan...? --?Es serio vamos a escucharlo a el? --bramo otro de los americanos--. ?Acaso no es un traidor al enamorarse de una humana? --Jamas pense que mis relaciones personales empanaran mi dilatada experiencia y todos mis estudios... --Bla, bla, bla --respondio el hombre. --Muy maduro --reprendio otro.

  • Ella duerme aqui de Dominique Sylvain

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    <>. Esas son las unicas tres palabras del mensaje que, acompanado de una foto de su hija Kate con los ojos cerrados, recibe en su movil Jason Sanders. Decidido a encontrarla tras su repentina ausencia del club donde trabaja como chica de compania, Sanders toma desde Londres el primer avion hacia Tokio. Alli, Kentaro Yamada --capitan de policia de Shinjuku-- y Marie --companera de piso de la joven-- le ayudaran en su busqueda por el distrito de Kabukicho: un equivoco paraiso de neones y love hotels, donde cualquier estrategia es buena para arrastrar al cliente a uno de los cientos de locales en los que el placer se compra y se vende; un inmenso teatro de la seduccion, controlado por los siniestros yakuzas, en el que seguir el rastro de la desaparecida Kate les obligara a caminar siempre al borde del abismo…
    Dominique Sylvain, que conoce de primera mano el pulso vital de una de las ciudades mas fascinantes del planeta, nos sumerge de lleno en ese imperio de los signos y los sentidos que es la capital japonesa, sin renunciar en ningun momento a la vertiginosa trama de suspense de este perverso y exotico thriller.

  • Derrota al corazon de Emma Weimann

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    Pero eres una mujer. Ese sujeto era uno de los gerentes de la construccion mas repulsivo que Sam habia conocido en su vida. Se separo la camiseta gris del cuerpo y bajo la mirada hacia el sosten. --Si, lo soy. Definitivamente, una mujer. --Volvio a elevar la mirada e ignoro la forma en que el senor Hayes tenso la mandibula--. Vengo a pintar el apartamento de los Wallace. El sujeto clavo la mirada en el calendario. --Pero me dijeron que le habian encargado el trabajo a un Sam Freedman. Sam reprimio las ganas de golpearlo con los altoparlantes llenos de polvo que habia sobre el escritorio. --Sam es el diminutivo de Samantha. Y esa soy yo. Ya se lo explique dos veces. ?Por que no llama a los Wallace y simplemente les pregunta? Reprimio las ganas de gemir. ?Como era posible que un sujeto como ese obtuviera empleo en uno de esos lujosos complejos de apartamentos? El reviso la agenda sobre el escritorio. --No puedo. Estan de vacaciones. --Fruncio el ceno y contemplo la pintura, los pinceles y la escalera que ella habia llevado--. De acuerdo. Te llevare al apartamento. Pero ire a controlarte de vez en cuando. Para que lo sepas. --Al terminar, dejo la sala. Claro. Patan. ?Acaso pensaba que iba a robar aire de un apartamento vacio? Con un gesto negativo de la cabeza, Sam recogio la mayor cantidad de cosas que podia cargar. Las manijas de los baldes se le clavaron en los dedos. Tendria que regresar por la escalera. El senor Hayes se quedo de pie en el pasillo, con los brazos en jarra y un ceno tan fruncido que haria llorar a los ninos. --El elevador de servicio no funciona. Debemos tomar el otro. Intenta pasar lo mas desapercibida posible. Mientras lo seguia por el vestibulo de cielo raso alto, Sam intento ser silenciosa. Ese edificio emanaba una atmosfera de iglesia, construido para impresionar y presumir ante los visitantes. Ciertamente lo habia logrado con ella. Pasaron por una fuente rebosante con escalones acuaticos de pizarra. Sam no queria ni adivinar cuanto habia costado eso. Milagrosamente se las arreglo para meter todas sus cosas en el elevador vidriado; los baldes se plantaron con firmeza entre ella y el senor Hayes, quien le clavo la mirada al tiempo que entrecerraba los ojos. Los segundos parecieron horas. Finalmente, el elevador repico. --Llegamos. --Con desden, la observo luchar para sacar los materiales del elevador. Sam coloco los baldes en el piso. El pasillo estaba vacio. --?Que numero es? --El apartamento siete --escupio el senor Hayes a sus espaldas--. Al fondo del pasillo, la ultima puerta a la derecha. Antes de que Sam pudiera responder, se abrio la puerta a su izquierda. Una mujer con cabello largo y oscuro, vestida con un traje pantalon de un rojo intenso aparecio en el umbral. --Gillian, carino --grito hacia el apartamento--. Apresurate. --Se volvio hacia el senor Hayes--. Detenga el elevador, ?si? --Por supuesto, senora. --Casi se tropieza y cae para asegurarse de presionar el boton del elevador a tiempo. Sam apenas se contuvo de poner los ojos en blanco. El mismo hombre que no habia pensado dos veces dejarle hacer todo el trabajo de carga ahora practicamente se desvivia para asegurarse de que las puertas del elevador permanecieran abiertas para la femme fatale. Siempre lo mismo. Cuando una mujer tenia pechos del tamano de melones, cintura de avispa y cerebro de pajarito, los hombres se volvian locos. Sam sonrio. Bueno, por otro lado... le echo una mirada a la mujer en traje pantalon. De verdad tiene buenos pechos. Una segunda mujer salio del apartamento y cerro la puerta a sus espaldas. --De acuerdo. Estoy lista. --Le echo una mirada a Sam antes de bajar la vista y dirigirse hacia el elevador. Si, asi se deben sentir los insectos cuando los observa una mantis con ojos verdes. --Cielos, esas dos estaban buenas. --El senor Hayes casi se estaba babeando sobre la camisa. Este sujeto realmente es un cliche andante. Sam cruzo los brazos sobre el pecho. --?Tiene las llaves del apartamento? --Si, si, vamos. --Se alejo y la dejo cargando todo de nuevo. Que patan. Esperaba que la dejara sola tan pronto como estuviera instalada con todas sus cosas. Pero primero, probablemente le diria exactamente como debia haber su trabajo. Sam se sento en el suelo y apoyo su espalda protestante contra la pared. Esa noche requeria una ducha larga y caliente. Y una cerveza fria. Y una pizza. Satisfecha, miro las paredes con pintura blanca todavia fresca. Por mucho que le doliera la espalda luego de ocho horas de pintura, habia hecho un buen trabajo. Las dos habitaciones mas pequenas estaban terminadas. Quedaba la habitacion grande, lo que significaba un dia mas de trabajo razonable y bien pago. Los duenos del apartamento habian estado tan contentos con su disponibilidad para comenzar de inmediato que ni siquiera intentaron debatir su tarifa por hora. Eso habia sido una sorpresa agradable. A menudo, las personas adineradas resultaban ser los clientes mas molestos. Fue afortunada de que los duenos del apartamento fueran parientes de una de sus clientas mas antiguas y agradables. La vieja senora Henderson probablemente habia hablado bien de ella y se habia encargado de las negociaciones del pago. Y Sam estaba de acuerdo con eso. Abrio la botella de agua y bebio un sorbo. Trabajar en un edificio como ese era inusual para ella. A menudo eran propiedad de profesionales con sueldos altos y trabajos que demandaban que se quedaran a pasar la noche en la ciudad mientras sus deslumbrantes familias felices vivian sus deslumbrantes vidas felices en una casa no tan pequena en las afueras. Su opinion sobre eso era: trabajos aburridos, vecindarios aburridos, vidas aburridas y mas dinero del que nadie necesitaba. Suspiro. Esa vida bien podria haber sido la suya. El sonido del celular saco a Sam de su cavilacion. --?Si? --Hola, Sam, soy Linda. ?Como estas, guapa? Ag. Un llamado de su amiga y companera de trabajo solia significar mas trabajo o compras compulsivas de cosas que estaban en liquidacion en algun sitio. --Estoy bien. ?Que sucede? --Voy de camino a lo del senor Zimmer para hacer la instalacion electrica. Dime, ?vienes esta noche? !Mierda! --?A la fiesta? --?De que otro evento crees que hablo? Sam se paso una mano por el pelo. Se habia olvidado de la invitacion por completo. --No lo se. Solo tengo dos dias para pintar un apartamento entero. --Ay, vamos, Sam. Me lo debes. Si y me lo recuerdas cada vez que quieres algo. --De acuerdo. Pero no te prometo que me quede mucho tiempo. --Genial. Nos vemos esta noche, maquinita de amor. Sam dejo caer la espalda contra la pared. Mierda. Hasta ahi llego mi agradable noche de relajacion en casa.

  • El maestro de las sombras de Donato Carrisi

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    Ano 1521.
    Nueve dias antes de morir,
    el papa Leon X emite una bula
    que contiene un mandato solemne:
    < nunca quedarse a oscuras.>>

  • En el jardin de ayer de Niko Montemer

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    <> es un cuento para jovenes y adultos sobre la imaginacion, el temor, la alegria y la pureza del amor; y sobre el impacto magico que pequenos gestos producen en el tiempo.

  • Otra vida, contigo de Sophie Saint Rose

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    Roslyn desea una vida nueva y Nueva York le da esa oportunidad, pudiendo trabajar en el despacho de abogados mas prestigioso de la ciudad. ?Pero era eso lo que necesitaba o debia volver a Minnesota olvidando el vacio que sentia en su alma?

  • El pantano de las mariposas de Federico Axat

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    Las desapariciones de personas en confusos episodios se suceden ano tras ano en Carnival Falls. Pero donde algunos ven tragedias sin conexion, otros aseguran que existe un patron comun, y que detras de ellas hay algo mas oscuro que simples accidentes.
    En 1985, Sam y Billy tienen doce anos y se preparan para lo que suponen sera un verano grandioso: excursiones por el bosque, largos paseos en bicicleta y la postergada construccion de la casa del arbol. Sin embargo, la llegada a la ciudad de una nina de clase alta llamada Miranda, cuya belleza no les dejara indiferentes, lo trastocara todo. Juntos transitaran ese intrincado paso de la ninez a la adolescencia, un camino de aprendizaje y revelaciones, y se embarcaran, casi sin proponerselo, en una aventura que podria llevarlos a conocer la verdad detras de las desapariciones.
    Un pacto de amistad los guiara en un verano imborrable, un tiempo de metamorfosis que marcara el inicio de muchas cosas, y tambien el final de su infancia.

  • Felicidad Exponencial de Ana Galera

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    La felicidad se contagia exponencialmente. La protagonista, para ser feliz al 100%, intenta hacer feliz a la gente de su entorno, pero a su manera. Monica es una programadora informatica con una vida bien calculada y pocas habilidades sociales. Un buen dia descubre que su vida no es tan perfecta como ella creia, que no es del todo feliz. Analiza la situacion y se da cuenta que la culpa no es suya sino de la gente de su entorno, que son demasiado infelices y se lo contagian. Con hacer que todo el mundo sea feliz ella tambien lo sera. Asi que pone un plan en marcha para traer felicidad a toda su familia y amigos, solo que sus metodos drasticos son bastante chocantes.

  • 7 Alas de Victor Diaz Sanchez

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    ?Te imaginas un mundo en el que existen hadas y elfos que, unidos a los humanos, luchan codo con codo contra las huestes de orcos? Ese mundo existe y se llama Malphalis. En el se esta librando una guerra cruenta desde hace siglos, aunque a dia de hoy se siguen sin conocer muchos aspectos de los comienzos de esta.
    ?Y si existiera un modo de acabar con la guerra? ?De conseguir un periodo de paz que permita prosperar? El precio a pagar es la traicion hacia las hadas. Lo que las obligara a huir de ese mundo al que ya no pertenecen. ?Hay alguna posibilidad de restablecer la antigua alianza? Cuatro hadas regresaran a su antiguo mundo tras descubrir el deplorable estado en el que se encuentra despues de su marcha para intentar conseguirlo y de paso desvelar, poco a poco, todos los enigmas que se ocultan en la contienda.

  • La musica de las esferas de Luis F. Fernandez Simon

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    Una novela de suspenso y aventuras que se desarrolla en diversos momentos en el tiempo y que eventualmente convergen para dar sentido a una pieza maestra.

  • A la deriva de Steven Callahan

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    Antes de “La tormenta perfecta”, antes de “En el corazon del mar”, la dramatica historia de supervivencia en el mar de Steven Callahan estuvo en la lista de libros mas vendidos del New York Times durante mas de treinta y seis semanas. Callahan perdio su bote en una tormenta frente a las Islas Canarias mientras participaba en una carrera en solitario a traves del Atlantico en 1981. Afortunadamente, llevaba mucho mas que el equipo basico de emergencia requerido, por ejemplo, una balsa para seis personas. Antes de hundirse, pudo recuperar su bolsa de equipo de emergencia y su balsa salvavidas. Lo que hace diferente su historia fue que estaba solo. “Absolutamente absorbente” (Newsweek), “A la deriva” es una pieza imprescindible para cualquier biblioteca de aventuras.

  • Contigo me quedaria de Mercedes Alonso

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    Ruth lleva una vida dedicada a su trabajo con entrega y plena dedicacion. Veterinaria de profesion, su activismo en defensa de los animales la lleva a muchas situaciones donde las emociones y el riesgo estan a la orden del dia.

  • La tercera Frida de Enrique Escalona

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    Esa manana, la ciudad amanecio oculta por un manto de niebla que flotaba en silencio. El oficial aleman Karl Gurlitt salio del Hotel Le Royal seguido por dos soldados. Se internaron en la Plaza de Bellecour, caminando entre la bruma, sin poder ver los edificios de ventanas altas, balcones de hierro forjado, chimeneas de ladrillo y buhardillas con tejados que rodean la explanada. Tampoco era posible admirar la basilica que domina la colina de Fourviere en el horizonte. Solo quedaba a la vista, ademas de la blancura, la tierra rojiza que cubria la plaza. Oyeron gritos en la lejania y se detuvieron; era mejor ser precavidos. Lyon era conocida como la capital de la Resistencia, el movimiento frances que luchaba contra el invasor; es decir, contra ellos. Retomaron el paso. El sol habia aparecido como un halo entre las nubes. Un sol frio, sin fuerza para disipar la bruma de la noche. Karl penso que ya debian de haber llegado al otro lado de la plaza y temio haber perdido la linea recta. Nunca habia sido bueno para orientarse. Antes de la guerra atendia la tienda de antiguedades de su familia y rara vez salia de Hamburgo. Un viento gelido disipo algo la neblina y revelo la estatua del rey Luis XIV a caballo y senalando con un dedo la calle Emile Zola: la direccion que debian tomar. Caminaron en fila india por una banqueta estrecha y llegaron al edificio que hace esquina con la Plaza de los Jacobinos. Afuera estaba estacionada una camioneta de la que descendieron tres cargadores que se apresuraron a hacer el saludo nazi. Karl saco la llave del porton, lo abrio y el grupo paso frente a la puerta del departamento del matrimonio Mercier, los conserjes del edificio. --Estan subiendo. Han de traer las llaves de monsieur Barda --murmuro Claire. --Mejor. Asi no vendran aqui --susurro Antoine, su esposo. El dia anterior, un grupo de agentes de la Gestapo se habia llevado a Daniel y Berthe Barda, arquitectos franceses, de religion judia y habitantes del tercer piso. Karl Gurlitt estaba ahi para saquear su hogar. Su trabajo consistia en apropiarse de los bienes de las familias judias deportadas a campos de concentracion. Los muebles, las joyas, las antiguedades y las prendas lujosas se vendian en el mercado negro. Si aparecia alguna obra de arte clasico, la mandaba como regalo para el Fuhrermuseum que construia Adolf Hitler en Austria, el cual reuniria las obras incautadas a los paises ocupados. Karl abrio la puerta y encontro una decoracion peculiar, con muebles escasos y modernos, hechos con tubos cromados, tapizados en telas lisas y sin florituras. La duela de madera estaba libre de estorbos; unas discretas lamparas de acabado metalico decoraban las esquinas y habia una enorme pintura abstracta en la pared principal. --?Que es esto? --pregunto un soldado y senalo una pintura que mostraba frutas hechas con formas geometricas coloridas. --Es arte degenerado --contesto Karl. "Degenerado" era el termino que usaba el regimen nazi para describir el arte moderno y de vanguardia. Algunas de esas obras eran destruidas, y otras, revendidas a coleccionistas. Karl descolgo la obra, la coloco sobre la mesa y saco un sello que estampo en la parte posterior: la marca de la ERR, organizacion responsable de confiscar bienes culturales. Indico a los cargadores que se la llevaran, junto con una escultura de dos personajes abrazados y fundidos en un beso. Reviso un librero, encontro catalogos de exposiciones de arte, tratados de arqueologia y manuales tecnicos sobre arquitectura. Nada que le interesara. Entro a la recamara principal, se puso unos guantes y saco la ropa de los armarios. Encontro joyas que metio en una bolsa y un reloj que deslizo en su bolsillo. Siguio con la recamara de los ninos. Husmeo en un armario; movio algunos juguetes; no encontro nada interesante. Ordeno a los cargadores vaciar el piso. Dio instrucciones: los muebles, la estufa y los abrigos irian a una bodega; las cosas restantes serian usadas como combustible para la calefaccion. La memoria de una familia seria consumida por las llamas. Antes de irse, Karl se fijo en un cuadro sobre la chimenea. Era un dibujo hecho de lineas negras: parecia un laberinto y tenia algo de enigmatico. Lo descolgo y le coloco el sello por la parte de atras. Como era pequeno, decidio llevarselo el mismo. Los conserjes escucharon las botas militares bajando las escaleras. Temian que tocaran a su puerta, asi que contuvieron la respiracion hasta que escucharon que se cerro el porton. Antoine espero un instante, busco una silla, la puso cerca de la entrada, subio en ella y abrio la puerta de una alacena empotrada sobre el pequeno cuarto de bano. Un nino de tres anos se asomo, silencioso, y Claire lo recibio con un abrazo. --La senora Barda me lanzo una mirada insistente cuando paso por el pasillo. Ahi entendi que habia escondido al nino. El pequeno, de cabello rubio y lacio, tenia ojos de color gris muy claro, que transmitian miedo y tristeza. Se chupaba el dedo, abrazado a la senora Mercier. Aunque no comprendia a donde se habian llevado a sus papas, intuia que ya no volverian. Karl regreso a su habitacion en el Hotel Le Royal y se asomo por la ventana hacia la Plaza de Bellecour. La neblina se habia disipado. Habia soldados a un costado de la escultura del rey. Alguien habia pintado en la base VIVE LA FRANCE LIBRE con la Cruz de Lorena, simbolo de la Resistencia. Los alemanes solian decir que no les importaba quien lo habia hecho, sino quien pagaria por ello, asi que detenian a cualquiera que pasara para interrogarlo y amedrentarlo. El sol ya no se veia a simple vista; habia cobrado fuerza y deslumbraba. En un mes comenzaria la primavera y brillaria con toda su intensidad. Los dias cortos y oscuros del invierno no durarian por siempre. Tampoco la ocupacion alemana. Karl sabia que el Tercer Reich se derrumbaria antes de los mil anos que Hitler habia prometido. Mucho antes. Ya tenia listos sus documentos falsos y escaparia de Europa en la primera oportunidad que se le presentara. Admiro su botin personal. Se puso el reloj; la cubierta debia ser de oro; le quedaba bien. Luego coloco el cuadro sobre el buro para admirarlo. Personalmente no tenia nada contra el arte moderno, y ese dibujo de lineas en tinta negra le parecia bien hecho. ?Seria una obra valiosa? Ya no parecia un laberinto, sino dos piramides vistas desde arriba. Encontro algo escrito a mano en la parte inferior; una palabra en una lengua desconocida, que pronuncio con lentitud. Decia: "TEOTIHUACAN". 1 TU LO SERAS Esa manana de febrero las jacarandas de la Ciudad de Mexico amanecieron llenas de florecitas moradas. Los arboles de la colonia Roma lucian una explosion violacea y los ciclistas se detenian para sacar sus telefonos, tomar una foto y ser los primeros en reportar el inicio de la "temporada jacarandosa" en las redes sociales. Los turistas senalaban la colorida invasion desde el segundo piso del Turibus e incluso los automovilistas --que en esta ciudad de trafico suelen ser irascibles o indiferentes-- bajaban la ventanilla para contemplar el paisaje. Era un hermoso dia con un cielo azul que anticipaba el final del suave invierno capitalino. Damian Diosdado llego hasta el cruce de Mazatlan y avenida Veracruz y se detuvo para dar una vuelta completa sobre su eje y admirar las jacarandas en flor. Era un joven sensible a la belleza. De hecho, habia sido entrenado para reconocerla y encontrarla: era un detective especializado en buscar tesoros. Habia aprendido bien el oficio de su padre y de su abuelo, el fundador de la Agencia Diosdado. Era capaz de rastrear el destino de una escultura robada, de localizar una moneda o de investigar donde andaria el timbre faltante de una coleccion. Su aspecto era el de un joven alto, pero no demasiado; delgado tirando a flaco; moreno y de cabello negro. Usaba ropa anticuada: pantalon de pinzas, camisa negra abotonada hasta el cuello y un saco de lana a cuadros que habia encontrado entre las cosas que dejo su abuelo. Hay que decir que su estilo vintage no desentonaba entre la gente que habitaba ese barrio de artistas y creativos que vestian como les daba la gana: chicas con botas a la rodilla y piernas tatuadas; barbones de saco, chaleco y reloj de bolsillo, o corredores en ropa deportiva fosforescente que pretendian seguir en la decada de 1980. Esa manana, a Damian lo habia despertado la llamada de don Fernando Mondragon, un conocido exfuncionario de cultura y coleccionista de arte que le pidio ir a su casa de inmediato. Como se trataba de algo urgente, le entusiasmaba la posibilidad de conseguir un buen caso. Llego a la calle Valladolid, llena de flamantes edificios de departamentos que tienen por fachada entradas de garaje y letreros de no estacionarse --como si fueran hogares para carros y no para personas--. La unica casa antigua que sobrevivia era aquella de don Fernando, un pequeno castillo de ventanas altas y vitrales que reproducian el escudo de su familia. En cada esquina tenia remates de cantera con forma de dragon y en las paredes, frondosas enredaderas verdes. El lugar se veia tal y como hacia un siglo, excepto por las camaras de vigilancia que monitoreaban el exterior. Damian se detuvo frente al porton de madera, que tambien tenia tallado un dragon en relieve, y toco el timbre del interfon. Mientras esperaba a que abrieran, saco su celular para fotografiarse frente a la casa. Tenia una coleccion de selfies en sitios de la Ciudad de Mexico que parecian ser de otro pais. En esa foto podria decirse que estaba en Europa, tal vez en Francia. Claro, era una mera suposicion, porque Damian nunca habia estado en el Viejo Continente. Su trabajo como detective de tesoros era esporadico y ni siquiera podia pagar la renta de un departamento; dormia en el sillon de su despacho, sus gastos eran limitados y la posibilidad de un viaje al extranjero era mas bien lejana. Se oyo el tono indicador de que la puerta estaba abierta. Damian la empujo y se encontro con don Fernando. Era un hombre delgado, bien conservado, de abundantes canas, que vestia un traje de pana. Aunque no lo conocia en persona, lo habia visto en los diarios y en la television, inaugurando exhibiciones o dando entrevistas. Tras saludarse, caminaron por un pasillo cubierto de azulejos gastados, entre jarrones, plantas y medias columnas decorativas. Entraron a un salon de techo alto con vigas de madera e iluminado por los vitrales de dragones que se veian desde el exterior. Las paredes tenian cuadros de distintos tamanos. La mirada entrenada de Damian reconocio los azules intensos de Rufino Tamayo y un paisaje con un volcan en erupcion, el cual solo podia ser obra del pintor Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl. Don Fernando se veia apurado, poco dispuesto a hacer una visita guiada de su coleccion. Tomo asiento en una silla de respaldo alto y madera dorada que parecia un trono --algo excesiva y cursi, para ser sinceros-- y senalo a Damian un sillon estilo rococo para que se sentara. --Agencia de Detectives Diosdado --leyo don Fernando en la tarjeta que Damian le habia entregado. --Asi es. Me especializo en investigaciones sobre obras de arte y antiguedades. Mi abuelo la fundo y la continuo mi padre, pero el se fue de Mexico y ahora yo estoy al frente... --No necesita leerme sus cartas credenciales --lo interrumpio don Fernando--. Supe de usted por el caso de la moneda de la muerte y me sorprendio que hubiera encontrado ese extrano peso de plata para la familia Lorca. Ahora soy yo quien necesita sus servicios y tengo prisa por mostrarle algo. --?De que se trata? Don Fernando se levanto y camino hacia una de las esquinas del salon. Alli habia un caballete con una pintura de grandes dimensiones, tapada con una tela blanca, que descubrio de un tiron. Era una pintura al oleo de un par de metros de largo y poco mas de un metro de alto. Mostraba una de las escenas mas extranas que Damian hubiera visto: un escenario teatral enmarcado por unas gruesas cortinas rojas y una escenografia de hojas gigantes. En medio habia una mesa con patas de animal de la que salia sangre. Los primeros personajes eran un nino y una nina bien vestidos que miraban al espectador con gesto tranquilo; enseguida habia un monstruo de brazos largos, overol y cabeza diminuta que parecia ser un judas de cartoneria, como los que queman en Semana Santa. En el otro lado de la mesa habia un venado, un esqueleto gigante de carton y un personaje largo y flaco que tenia un brazo clavado en la mesa y el otro unido al munon de la figura central, nada menos que la inconfundible Frida Kahlo, en huipil y falda de tehuana. El conjunto recordaba la pintura de La ultima cena, de Leonardo da Vinci, pero en version de pesadilla. --?Es lo que estoy pensando? --pregunto Damian y se acerco a ver la firma de la pintora--. Esta debe ser La mesa herida. Don Fernando. !usted ha hallado la pintura perdida de Frida Kahlo! Don Fernando levanto los hombros con indiferencia y senalo el cuadro con la barbilla para que Damian continuara con su inspeccion.

  • El diario de una bastarda (Diarios nobles 1) de Maria Isabel Salsench Olle

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    Alice Smith es una bastarda y no soporta que se lo digan. Ha vivido siempre a la sombra de sus perfectas hermanas reconocidas por la sociedad y lo unico que desea es llevar una vida tranquila lejos de las habladurias. Por fin encuentra la paz en Francia o eso piensa hasta que… un hombre muy apuesto y de ojos plateados le hace pedir perdon de rodillas, humillandola en publico.
    Ese sera el inicio de una rivalidad en la que Alice buscara recobrar su dignidad. Sin embargo, lo que no espera es enamorarse en el camino…
    Hugo Silvery es un acaudalado noble de origen ingles que se ha instalado en Francia para dejar correr sus vicisitudes lejos de la reprobacion de su padre. No soporta a la gente de clases inferiores y asi se lo demuestra a Alice, a la que considera poco mas que una campesina, pero no contaba con que ella fuera la mujer mas hermosa que habia visto nunca. Y sera la belleza femenina lo que le hara dificil despreciarla por ser una bastarda.

  • La ilusion de los mamiferos de Julian Lopez

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    Una pareja de varones se encuentra cada domingo. La familia, los hijos, la complejidad del amor desde la perspectiva de uno de los amantes.

  • Suenos de Luna de Leo Mazzola

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    ?Alguna vez has sonado con una persona desconocida? ?Has sentido la imperiosa necesidad de buscarla? Sergio, un hombre que ha sufrido un tragico suceso familiar, y Alba, una mujer cautiva de un doloroso desengano sentimental, se conocen surgiendo entre ellos una fuerte atraccion. Pero el aun no es libre; Luna, una mujer desconocida que aparece con insistencia en los suenos de Sergio, y la actitud de el de encontrarla a toda costa, impiden que Alba pueda entregarle todo su amor. Sera en Egipto, a orillas del Nilo, donde Alba y Sergio descubriran quien es y que se esconde tras la enigmatica mujer del sueno, una revelacion sorprendente que jamas habrian podido imaginar. Dejate seducir por este trepidante y apasionado thriller romantico que mantiene la intriga y el suspense hasta la ultima pagina.

  • Una decision para Julia de Ana I. Martin

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    Una verdadera historia de superacion de una mujer valiente a la que la vida le pondra muchas trabas para seguir adelante y debera tomar decisiones.

  • El Trasplante de Jose Miguel Vasquez Gonzalez

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    John Parker, a sus quince anos sufre un cambio tragico en su rutina al ser diagnosticado con una grave enfermedad que lo lleva a una insuficiencia renal terminal. Cuando Carlos Luis, su padre, al darse cuenta de que ingresarlo en la lista de espera para un trasplante podria costarle la vida al joven, decide conseguirle un rinon fuera del sistema, para lo que se instala en una cabana en el bosque, desde donde tendra que ponerse en contacto con un mundo que va mucho mas alla de lo etico o moralmente aceptable --como la parte oscura de la internet profunda, la coaccion, el chantaje y hasta el secuestro-- poniendo en peligro no solo su estabilidad laboral y su matrimonio, sino hasta su vida.

  • Un contrato tentador (Escandalos de temporada 3) de Eneida Wolf

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    Llega la ultima entrega de la trilogia ambientada en la epoca de la regencia <> de Eneida Wolf.

  • Mi error fue ser solo tu vecina. Parte 1 de Moruena Estringana

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  • La reina en el palacio de las corrientes de aire de Stieg Larsson

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    Los lectores que llegaron con el corazon en un puno al final de La chica que sonaba con una cerilla y un bidon de gasolina quizas prefieran no seguir leyendo estas lineas y descubrir por si mismos como sigue la serie y, sobre todo, que le sucede a Lisbeth Salander.
    Como ya imaginabamos, Lisbeth no esta muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el mas habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechandola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravisimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informaticas van a ser, una vez mas, su mejor defensa.
    Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periodico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo. Quizas Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que estan tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durisimas acusaciones que hacen que la policia mantenga la orden de aislamiento, asi que Kalle Blomkvist tendra que ingeniarselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue alli, a su lado, para siempre.

  • Reino de fieras de Gin Phillips

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  • La vuelta al mundo de una desquiciada de Sol Berlanga

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    Como es marca de la casa en esta coleccion, se trata de una historia realista, en clave de humor, protagonizada por una mujer, en este caso, una empleada de banca a la que el karma le da un aviso indiscutible: el mismo dia que su prometido le pone los cuernos, la echan del trabajo y esquiva por muy poco un accidente mortal.

  • Al otro lado de la pared de Laura Nuno

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    Robert Smith esta decidido a dejar atras su pasado como mercenario y emprender una nueva vida, pese a saber que, haga lo que haga, vaya donde vaya, su pasado le perseguira. Para una persona que ha visto el mal cara a cara, que esta acostumbrado a desconfiar de todo y de todos, no es facil amoldarse a una vida normal y corriente. Por mucho que lo intente, por mucho que lo desee, siempre recelara de las personas, sobre todo de cualquier muestra de gratuita generosidad. Es por ese motivo que cuando la vecina de al lado se presenta en su apartamento dandole la bienvenida con un bizcocho, no puede menos que sospechar que pertenece a un grupo del crimen organizado. A partir de ese instante centrara todos sus esfuerzos en averiguar cuanto hay de verdad en la bondad de la muchacha, y cuanto de mentira. Pero al hacerlo no contara con los sentimientos que la gitanilla despertara en el.
    Ni que debera renunciar a ellos debido a un pasado que le esta pisando los talones.

  • El poder de las hormonas de Randi Hutter Epstein

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    Un recorrido a lo largo de la historia las hormonas lleno de personajes y escenas tan cinematograficos como la Novia Gorda de un circo, un sotano lleno de cerebros metidos en tarros y una pareja enamorada que fue pionera en el tratamiento de las personas intersexuales, pero tambien audaces investigadores y medicos. Seremos testigos tanto de los grandes triunfos cientificos como de las grandes tragedias humanas en esta es historia que ilustra nuestro afan por comprender como nos controlan las hormonas y nuestro insaciable impulso de controlarlas a ellas (y quizas controlarnos tambien a nosotros mismos). La historia de las hormonas es la historia de nuestra relacion con ellas, una historia de nuestra sexualidad, nuestros deseos y nuestros cambios de humor: la historia de todo aquello que hace que nosotros seamos nosotros.

  • El amor esta en el aire, Olivia Kiss de Olivia Kiss

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    "?Puede un flechazo en las alturas cambiar el destino de dos personas?"

  • Nuestra epopeya de Manuel Longares

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    Asi es nuestra epopeya. Pediamos la luna y nos dieron una carretera…

  • Camino a tu corazon de Simona Coz

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  • Todo mi otono 2 de Victoria Vilchez

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    Sean Donaldson tiene un gemelo que no podria ser mas diferente a el, una vida en la que no faltan chicas y su puesto como titular en el equipo de futbol de la universidad de California. Mucha diversion y pocas complicaciones. Hasta que una desconocida se cuela en su piso y se atrinchera en su dormitorio huyendo de quien sabe que.
    Desde ese momento, la chica aparece y desaparece a su antojo, metiendole en un lio diferente cada vez que se presenta por sorpresa.

  • El hombre del corazon negro de Angela Vallvey

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    Mas de 70.000 mujeres cada ano son enganadas y sometidas a esclavitud sexual solo en Europa. Este es un dato extraido de los periodicos, pero en esta novela todas esas mujeres se resumen en Polina, una adolescente nacida en Moldavia cuyas ilusiones comienzan a desmoronarse en un tetrico sotano de Estambul. Muy lejos de los sollozos de la pequena, la historia comienza con la desaparicion de los cinco gatos de la viuda Hergueta en un barrio residencial de la periferia de Madrid. Los vecinos rusos resultan los primeros sospechosos, ya que su actitud es hurana y misteriosa. Gracias a sus contactos, las quejas de la viuda encuentran finalmente eco en Sigrid Azadoras, una agente experta en artes marciales, a la que la insignificante desaparicion de los gatos la llevara a adentrarse en el complicado entramado de las mafias del Este, una estructura que tiene sus raices en el desmoronamiento politico, economico y social de las ex republicas sovieticas.

  • La Jugadora apuesta a su Baron de Christina Mcknight

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    Cuando felices por siempre es el nombre del juego, los jugadores deben arriesgarlo todo en esta conclusion emocional de la serie Craven House, un exito en ventas de Christina McKnight.

  • El silencio de la Encina de Antonio Pascual-garcia

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    Una mujer llamada Sonia Montes consigue una plaza de sargento de la Guardia Civil en un pueblo, de la provincia de Cuenca. El padre de la agente, que fue teniente en ese mismo cuartel, desde un primer momento le advirtio que se olvidara de ese destino y que intentara conseguir otro mas adecuado. Ante la impotencia de su padre, Sonia Montes, como si se trarara del mayor de los retos, termina por acudir al cuartel y no tardara en darse cuenta de que, algunas veces, algunos sucesos dramaticos del pasado se suelen ocultar con el silencio.