• lo mas dulce de sonia - M. Leighton

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    La pequena cosita que hay en el extremo de la llave del gato se desliza fuera de la tuerca y me aplasta el dedo contra el pavimento caliente. Una vez mas. Resisto la tentacion de meterme el palpitante dedo en la boca y me trago un exabrupto. <>. Estos dias me comporto como un chucho bien entrenado; actuo de forma correcta, visto de forma correcta y hablo bien. Soy lo que las apariencias exigen. Tengo que serlo. Lance lo exige y yo lo necesito, asi que sigo sus reglas. Me paso el dorso de la mano por la frente humeda y vuelvo a intentarlo. <>. Suspiro de alivio cuando cargo todo mi peso en el gato del coche y el obstinado tornillo cede. Lo desenrosco y retiro la llanta, que hago rodar para apoyarla en el guardabarros trasero del coche. Me sacudo el polvo de las unas y compruebo que no se me ha roto ninguna --Dios me libre de servir las bebidas con las unas hechas un desastre-- antes de dirigirme al maletero para sacar la rueda de repuesto. Despues de luchar para retirarla del pequeno cubiculo que se oculta debajo del falso suelo del maletero, la dejo caer sobre el asfalto, pensando como voy a colocarla. Y lo hubiera logrado si no fuera porque la de repuesto tambien esta pinchada. --!Nooo! --gimo en voz alta. <>. Me siento frenetica cuando vuelvo a echar un vistazo de nuevo al reloj. A este ritmo, nunca tendre tiempo para cambiarme y llegar al hotel a tiempo. Pero si aparezco vestida asi, jamas dejaran de echarmelo en cara. Se que no debo usar pantalones cortos y camisetas sin mangas, pero a veces no puedo resistir la tentacion de ser yo misma. De la yo que acostumbraba a ser. De la yo que todavia soy, a pesar de lo demas. --?Por que no aceptaste ayuda cuando te la ofrecieron, Tommi? --murmuro cerrando los ojos y alzando la cabeza al cielo. Ser una rubia con problemas en medio de la carretera no siempre es malo. Por suerte, generalmente atrae a una gran cantidad de hombres mas que dispuestos a convertirse en un heroe y salvar a una pobre damisela en apuros. En esta ocasion no ha sido diferente, solo que los he mantenido a distancia. Es decir, la mayoria resultaban espeluznantes y estoy aqui sola. No hubiera sido lo mas inteligente. Asi que aqui estoy. Sola. Sin heroe, impotente y frustrada. --Todavia no es demasiado tarde, ?sabes? --replica una voz agradable a mi espalda, en tono de diversion. Sobresaltada, contengo un gritito y me doy la vuelta. Hay un hombre moreno y muy apuesto detras de mi. Esta tan cerca y es tan alto que doy un paso atras. Eso hace que tropiece con la llanta de repuesto, pierda el equilibrio y casi me caiga dentro del maletero. Cualquier rastro de control personal se va por la consabida ventana cuando intento recuperar el equilibrio. --!Hostia puta, joder! --chillo, llevada por la sorpresa. Dos manos grandes y fuertes se extienden hacia mis brazos desnudos para sostenerme y devolverme a la posicion vertical, librandome de un humillante error. La electricidad que hace hormiguear mi piel ante su contacto combinada con su risa ronca me provoca un escalofrio que sube por mis brazos. La atraccion hace vibrar mis terminaciones nerviosas de forma similar a un terremoto. --Una hermosa mujer que jura como un camionero. Justo mi tipo de chica. <>. Pero me olvido con rapidez de la razon cuando le echo una buena ojeada a mi salvador. Estoy cara a cara con el hombre mas impresionante del mundo. Ojos castanos que brillan como dos diamantes de chocolate con los ultimos rayos del sol poniente, largas pestanas negras que los enmarcan como plumas y una sonrisa que amenaza con derretirme al instante. !Santo Dios! Y tengo que mirar hacia arriba para verle la cara, lo que ya es mucho decir, porque midiendo uno setenta y cinco soy una chica alta. --Perdon por la expresion. Me has asustado --tartamudeo, curvando los dedos alrededor de sus musculosos antebrazos antes de poder pensarlo mejor. Mantenemos aquel contacto durante varios ardientes segundos. Se que deberia soltarme, protestar, fingir indignacion, hacer algo..., pero no puedo. A pesar de que suelo ser prudente, no quiero hacer nada porque no quiero que me suelte. --No es necesario que te disculpes. Me encanta que las mujeres digan cosas sucias. --No he dicho nada sucio --me defiendo con debilidad. Arquea las cejas con curiosidad, y me doy cuenta de lo mal que suena. --?Hay mas? ?Palabras mas sucias? A pesar del sofocante calor, noto que me sube por las mejillas un caliente rubor. <>. Ni siquiera soy capaz de recordar la ultima vez que me sonroje. He visto y hecho cosas a lo largo de mi vida que me han dejado insensibilizada hasta el punto de que habria jurado que nada me podia hacer sentir verguenza. Y, sin embargo, aqui estoy, sonrojandome ante un perfecto desconocido (que esta como un tren). Respiro hondo de forma temblorosa y sonrio, quitandoles importancia a el y al peligro de mi situacion... del que por fin soy plenamente consciente. Este tipo podria hacerme dano y yo estoy babeando ante su pecho. Su ancho, duro y musculoso pecho. Cierro los ojos con fuerza. <>. --?Estas bien? --se interesa aquel perfecto desconocido que esta como un tren. Cualquier rastro de alegria ha desaparecido de su voz. <>. Bajo la vista y clavo la mirada en mi camiseta sucia al tiempo que me enderezo para pasar entre su impresionante cuerpo y el maletero abierto. --Estoy bien. Solo... mmm... que hace mucho calor y... er... estoy cambiando el neumatico. Solo tengo calor. Y estoy cansada. Y... Doblo la esquina del coche, pensando que me separan solo unos pasos del bolso y el movil. Miro como el perfecto desconocido que esta como un tren da un golpe a la rueda con la punta de la bota. --Espero que esta sea la que acabas de quitar. <>. Estoy tan desinflada como las camaras de mis neumaticos mientras lo veo acercarse a la llanta que acabo de quitar, y comprobar el estado de la goma. --Por cierto, me llamo Sig --me dice de forma casual. Luego cruza los brazos sobre el pecho y estudia la situacion, pensativo--. Y me da la impresion de que vas a necesitar una grua. Una grua. !Si! Corro hacia el asiento del conductor y me inclino para alcanzar mi movil, muy consciente de lo cortos que son mis pantalones y de la forma que se suben mas arriba de mis piernas cuando me estiro. Me apresuro a incorporarme blandiendo el iPhone como si fuera un arma. --!Si! Necesito una grua. Voy a llamarla ahora mismo --le comunico, tratando de ignorar la calida mirada en sus ojos, que sube de forma descarada por mis piernas.

  • Lo más dulce de Sonia

    http://lomasdulcedesonia.blogspot.com/

    INGREDIENTES: 80 ml de agua tibia 20 gr de miel 8 gr de levadura fresca 325 gr de harina de fuerza 1 cdta sal 30 gr de leche en polvo 1 huevo ...

  • lomasdulcedesonia.blogspot.com - Lo más dulce de Sonia

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    Lo más dulce de Sonia ... Puedes recoger recetas favoritas en su propio libro de cocina con los marcadores, pero debes tener una cuenta en nuestro sitio web ...

  • Lo Mas Dulce De Sonia - Música - Rock The Night Festival

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    Bollería de siempre: Las recetas más dulces (Cocina) ... La película se centra en los primeros 22 capítulos del libro de Génesis, comenzando con la historia ...

  • [Mi Reseña] 'Enseñando a Nicolás: La lección más dulce' de ...

    https://romanceycafe.com/2015/05/23/mi-resena-ensenando-a-nicolas-la-leccion-mas-dulce-de-sonia-fraez/

    23 may 2015 — 'Enseñando a Nicolás: La lección más dulce' de Sonia Fraez es el primer libro que leo de esta autora y con su historia nos adentramos, ...

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  • Roscón de Reyes - Postres y dulces - Thermomix® Sevilla ...

    https://thermomix-sevilla.es/sonia-mendez-cobos/postres-y-dulces/roscon-de-reyes-thermomix-sevilla-los-remedios/

    Roscón de Reyes, una receta de Postres y dulces, elaborada por SONIA MENDEZ ... 870 gr de harina de fuerza ( un poco mas para espolvorear la encimera).

  • UNA DULCE VENGANZA Versión Kindle - Amazon.es

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    Mirar en el interior de este libro. UNA DULCE VENGANZA de [SONIA COLL ONIEVA]. UNA DULCE ...

  • UNA DULCE VENGANZA › Opiniones de clientes - Amazon.es

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    Lo que más me ha gustado de la novela han sido las escenas de humor ... Leer a Sonia ha sido para mí todo un descubrimiento y un placer a la vez.

  • ENSEÑANDO A NICOLÁS: LA LECCIÓN MÁS DULCE - Alibrate

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  • Dulces caricias (Pretty 2) de M. Leighton

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    --!Que pasada! Este lugar es impresionante --dice Sig Locke cuando los guio a nuestra fiesta privada atravesando las puertas del Exotique, uno de los elitistas clubs de baile que poseo. --?Estas segura de que quieres hacerlo? --Hemi, mi hermano pequeno, esta hablando con su novia, Sloane. Ella sonrie. --Cielo, esto es para Sig. Quiero que su primer viaje a Chicago sea inolvidable. Ya te lo he dicho. Ademas --le dice, inclinandose para morderle la barbilla--, quiza yo pueda aprender algunos movimientos. La sonrisa de Hemi es lenta, pero yo se lo que esta pensando. Ya esta imaginandola bailando en una pole dance, realizando un numerito privado solo para el. --!Oh, Dios! --interviene Sig al tiempo que se tapa los oidos con las manos--. !No quiero escuchar nada de eso! Me rio y sacudo la cabeza, deteniendome para mirar a mi alrededor. Siempre siento una mezcla de orgullo y excitacion cuando entro en uno de mis clubs. He levantado un imperio de clubs de baile elegantes, unos locales elitistas que se extienden por Estados Unidos y otros paises. Y aunque no suelo visitar ninguno mas de dos veces al ano, entrar en cualquiera de ellos es todo un impacto. Todo sigue exactamente igual que cuando estuve aqui hace trece meses. Los suelos de marmol negro relucen, la barra de cromo brilla bajo las suaves luces del techo y todas las hermosas camareras estan vestidas con esmoquines sin mangas que muestran un poco de escote y se detienen a mitad del muslo. Con clase. Sexys. Mias. Se que podria acercarme a cualquiera y salir de alli con ella en menos de diez minutos. Ni siquiera tendria que decir quien soy. Este es solo uno de los muchos dones que poseo. No estoy siendo arrogante al respecto, son hechos. Tengo algo que ellas quieren. Y ellas, algo que quiero yo. Por lo menos para una noche. Pero ahora no es momento para eso. Esta noche he venido por Hemi, mi hermano pequeno. Les dije a el y a su novia, Sloane, que podian navegar conmigo a Hawaii en uno de mis yates de lujo. Una vez alli, disfrutaran de las vacaciones de dos semanas que he organizado para ellos. Que los haya acompanado uno de los hermanos de Sloane ha sido toda una sorpresa, pero... que mas da. Esto es lo menos que podia hacer por Hemi, ya que fue el quien encontro y puso a disposicion judicial al policia corrupto cuyas acciones llevaron a la muerte a nuestro hermano pequeno, Ollie. --Vamos --les digo--. Por aqui. Cuando Hemi me explico que queria venir aqui esta noche, llame y ordene al gerente que preparara una de las zonas VIP para nosotros. Se encuentra situada a la izquierda del escenario, lo suficientemente cerca como para oler el perfume de las bailarinas. Si la inocente novia de mi hermanito quiere aprender algunos movimientos, tendra el mejor asiento de la casa. Segun avanzamos, reconozco a algunas de las chicas. Me sorprende que sigan aqui. No recuerdo sus nombres, pero si alguna caracteristica de cada una de ellas. La rubia es una gritona. A la pelirroja le gusta que sea brusco. La otra rubia es agobiante. Al ver su mirada clavada en mi mientras camino, recuerdo todas las cosas desagradables que me dijo cuando por fin se dio cuenta de que lo que decia iba en serio. <>. Se entero de la forma mas dificil. Una vez que nos sentamos, una morena de agradable aspecto con piernas kilometricas y tetas casi debajo de la barbilla viene a apuntar lo que queremos. La sonrisa que me brinda es... interesada. Sepa o no quien soy, apuesto mil dolares a que podria conseguir que se colara en el cuarto de bano conmigo. Echariamos uno rapido y ardiente. Un poco salvaje. Pero con la compania con la que estoy esta noche, no me planteo hacer nada parecido. <>, pienso mientras valoro su figura quirurgicamente mejorada una vez mas. --Lo siento, ?como has dicho que te llamas? ?O debo llamarte <>? --bromeo con ella, guinandole un ojo. No me sorprende la reaccion que obtengo. Se inclina hacia mi. --Me llamo Pandora --susurra con voz ronca, mostrandome una vista de sus atributos--, pero puedes llamarme como quieras, hasta <>. Arqueo una ceja al tiempo que sonrio de medio lado. --?Que tal si comenzamos con una ronda de chupitos? De tequila Patron. Pago yo. Abre una cuenta y ve anotando lo que tomemos. Sus ojos brillan. Se siente atraida por mi, lo percibo. He visto esa misma mirada muchas veces. --?Su nombre, senor? --pregunta ella antes de mostrar la lengua para humedecerse aquellos carnosos labios. --Reese Spencer. Amplia los ojos de forma casi imperceptible. Casi. Sabe quien soy. No es facil descubrir que soy el dueno del club, pero se corre la voz de vez en cuando. Y los rumores deben de haber llegado a ella. --Si, senor. Ahora vuelvo con los chupitos. Asiento con la cabeza, mostrandole mi agradecimiento, y concentro la atencion en el escenario cuando la luz se atenua y el proyector se enciende. La musica cambia de registro y todos los ojos se clavan en la hermosa rubia platino que camina por la pista en forma de T que conduce desde la parte trasera, donde estan los vestuarios, al escenario. Miro con silencioso entusiasmo. Me gusta mirar a las bailarinas y me alegra que el club este funcionando bien y que todo este en orden, pero mas que nada quiero que se acabe la noche para poder descansar antes de manana. Tengo que asistir a un funeral. Bebo mientras mi hermano bromea con su novia. Me gustaria encontrar un amor asi de comodo y envidiable si pensara en mantener ese tipo de relacion. Pero como no quiero, apenas les presto atencion. Miro mas alla de ellos, pasando de sus efusivas demostraciones publicas de afecto para concentrarme en el hermano de Sloane, Sig. Parece un buen tipo, y esta disfrutando del club. --!Dios! Esa chica tiene que traer aqui ese culo y sentarse en mi regazo --dice cuando sale al escenario otra rubia con curvas mas pronunciadas. Se rie y grita antes de tomar otro trago de su whisky Southern Comfort con Sprite. Me pilla mirandolo y grita todavia mas fuerte al tiempo que me da un golpe jugueton en el brazo. --!Bebe, hombre! Necesito que alguien se emborrache conmigo. Estar en un club como este con mi hermana esta afectandome mas de lo que debiera. --Se rie un poco mas de algo que considero justificado. --Creo que lo estas haciendo bien tu solo --comento, fijandome en que casi pierde el equilibrio y se cae de la silla. Estoy pensando como excusarme cuando la musica cambia de registro una vez mas y me detiene. Los insinuantes acordes de Madonna cantando Justify my love me parecen una interesante aunque extrana eleccion para un baile, y hacen que vuelva a mirar a la plataforma. Aparece una joven en el lado izquierdo del escenario. Camina lentamente por la pista, haciendo que la sigan todos los ojos. Utiliza una camisa masculina y una corbata..., nada mas. Sus piernas son larguisimas con los tacones de aguja que lleva puestos, largas y perfectamente torneadas. Son las piernas de una bailarina. Fuertes, atractivas..., pecaminosas. Cada paso que da es un movimiento sexy y sensual, un contoneo lento y deliberado. Me siento mas erguido en la silla. De golpe he pasado de estar ligeramente interesado a sumamente intrigado, y no se por que. He visto bailar a cientos de chicas. Pero nunca he visto a esta, y es ella la que posee algo que atrae toda mi atencion. A medida que se acerca, me doy cuenta de que su espeso pelo castano esta cubierto por un sombrero asentado en un angulo arrogante en su cabeza. Tiene un brillante baston negro en la mano. Se detiene cuando llega al centro del escenario, blandiendo el baston una vez antes de apoyarlo delante de su cuerpo. Con un movimiento calculado, tensa las piernas y se inclina hacia delante, mostrando la longitud de sus muslos y las curvas de su culo perfecto. Antes de que me de tiempo a estudiarla entera, se endereza y hace girar el baston por encima de su cabeza sosteniendo un extremo con cada mano. Arquea la espalda, haciendo que suban las que parecen unas tetas deliciosas. Entonces, todavia moviendose lentamente, baja el eje hasta la parte delantera de su cuerpo. Cada accion es suave, calmada. Cada movimiento, sexy y fluido, con el cuerpo fusionado a la perfeccion con la musica. Echo un vistazo a su cara. Por debajo de la sombra del ala del sombrero, solo puedo ver su boca. Pero, !joder!, menuda boca. Sus labios aparecen pintados de un rojo brillante y son, seguramente, los mas exuberantes que haya visto nunca. Entran en la categoria que siempre he llamado <>: sensuales y perfectos para deslizarse por mi glande. Despues de haber venido casi obligado, sin esperanza alguna de divertirme, me veo sorprendido por el espasmo que da mi pene cuando la veo cogerse el labio inferior entre los dientes y morderlo. Pero asi es. Tengo que contener el gemido que se forma en mi pecho cuando ella se deja caer de rodillas y aleja el baston de su cuerpo como si estuviera haciendo una flexion de brazos mientras se desliza boca abajo sobre su estomago. Despues de algunos movimientos, suelta el eje de madera y se echa atras sobre la espalda para comenzar a girar las caderas, como un gato a punto de estirarse. Casi puedo escuchar su ronroneo. Con las piernas sobre el escenario, desliza las manos desde la parte superior de los muslos hasta el estomago, tirando del dobladillo de la camisa lo suficiente como para insinuar burlonamente lo que lleva puesto debajo antes de pasar a los pechos y la garganta. Sus agiles dedos agarran la corbata y la arrastran muy despacio por su cuello. Con decision, retuerce las manos y enrolla la seda alrededor de sus munecas. Durante unos segundos, es como si estuvieramos ella y yo. A solas en la habitacion. Sin nada entre nosotros, salvo la musica. Y esa condenada corbata. En mi mente parpadean con claridad imagenes en las que la ato con aquel trozo de tela roja, lo que me hace palpitar detras de la cremallera. Sube una pierna hacia arriba con languidez, mientras deja la otra tendida en el escenario. Se estira y agarra el tobillo, rozando la rodilla con sus manos atadas. Sus muslos estan perfectamente separados para revelar unas bragas negras de saten. Cuando las veo, lo unico en lo que puedo pensar es en arrodillarme entre sus piernas y besar la tela sedosa. La veo fruncir los labios para depositar un casto beso en su rodilla. Me siento cautivado. Pero cuando vislumbro un breve instante su lengua, siento como si pudiera hacer un agujero en la mesa con mi ereccion. Esa joven posee algo inexplicablemente sexy. Es como si no supiera que estamos alli, como si estuviera perdida en su mente. Y, Dios, !como me gustaria formar parte de lo que esta imaginando! Siento una mano en el brazo, interrumpiendo mi concentracion. Me siento irritado por la intrusion. Intento zafarme sin molestarme en girarme hasta que escucho una voz. Es la de mi hermano. Y esta decidido a llamar mi atencion. Lo miro finalmente sin tratar de ocultar mi agitacion. --?Que? --?Puedes llevarnos a casa? Sloane no se encuentra bien. Quiza sea por algo que ha comido antes. --Me lanza una mirada significativa. Me lleva un segundo desconectar por completo de la chica que me tenia tan absorto, pero lo consigo de mala gana. Recuerdo que Sloane no ha bebido el tequila... y por que. Hemi me conto que estaba embarazada, aunque todavia no se lo han comunicado a su familia, por lo que me pidio que no dijera nada. --Oh..., vale --respondo con algo de brusquedad--. Si, puedo llevaros. Reacio a irme sin mas, miro de nuevo hacia la parte delantera de la sala a tiempo para ver a la bailarina, ahora de nuevo de rodillas, quitandose el sombrero. Cae una melena de sedosos rizos castanos. Solo logro atisbar un breve destello de su cara antes de que el cabello se arremoline para ocultar su rostro. Pero aun asi veo unos ojos verdes, que se ensanchan cuando se encuentran con los mios. Al instante me transporto en el tiempo. Anos y anos atras. A la suave hierba de un claro en el bosque. Y a la suave piel de la chica que tengo debajo. Recuerdo esos ojos. Esa boca. Me acuerdo de una version un poco menos provocativa y madura de ese cuerpo femenino. De lo que senti al tocarla, al abrazarla. De como se reia, de como sabia, de como termino todo. Y no puedo olvidar. <>. Es Kennedy

  • Megacapitalistas de Peter Phillips

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    Siempre nos preguntamos: ?Quien maneja los hilos del mundo? Las dimensiones de la concentracion de la riqueza en el mundo son apabullantes… Y temibles. Megacapitalistas es la respuesta detalladisima a esa pregunta.

  • Respirame de Laura Rocca

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    Freya no cree en el amor, el matrimonio ficticio de sus padres devasto todas sus expectativas en cuanto a los sentimientos.
    Solo hay dos cosas que le alegran la vida: Chase y un libro antiguo: <>.
    Chase es muy agraciado, siempre sonrie y dice la verdad en todo momento, pero es demasiado para ella: inaccesible.
    Pero al destino le gusta jugar y cambiar las tornas.
    Cuando Freya se ve al lado de Chase, comete un unico gran pecado: se permite ser feliz, se deja llevar por el amor.
    Chase es muy deseado, por lo que esto provocara la envidia de quienes la rodean. De la noche a la manana, la vida de Freya se convertira en un infierno, los amigos le daran la espalda y no dejaran pasar la ocasion de senalarla con el dedo.

  • Ni contigo ni sin ti de Lorraine Coco

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    La primera vez que Lauren Weaver poso su incendiaria mirada verde en Kenneth O'Brien, este estaba bajo su ventana, con la misma cara que ponia Neo, su Golden Retriever, cuando atacaba el plato del beicon del desayuno a traicion y lo pillaban infraganti. No le importo que pareciera realmente afligido, ni que el flequillo le cayese sobre la frente de lado, como a Zac Efron en los carteles a doble pagina que tenia colgados en las paredes de su cuarto. Tampoco que sus preciosos ojos castanos implorasen piedad. Ella estaba furiosa y el iba a recibir toda su ira.Sin duda no fue la ultima vez que esto pasaria, porque cuando conoces a tu gran amor a los once anos, y este es tu vecino y el mejor amigo de tu hermano, tu vida se convierte en una montana rusa de la que no sabes si quieres o puedes bajarte. Pero cada subida es tan divertida, cada bajada tan emocionante, y cada giro tan inesperado y excitante, que... ?quien podria resistirse?

  • El fantasma de Anil de Michael Ondaatje

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    Una novela tan desgarradora como hermosa, un canto a la dignidad del ser humano. Por el autor de El paciente ingles.

  • Colosseum de Jordi Nogues

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    El Imperio romano vive su maximo esplendor en tiempos turbulentos, llenos de intrigas y revueltas. Calicrates, genial arquitecto de origen griego, presenta su nuevo proyecto ante la corte de Vespasiano: un gran anfiteatro que estara a la altura de los dioses, el mayor escenario para la mayor civilizacion. Gran parte de la aristocracia romana, entre ella la princesa judia Julia Berenice, pretende usar el tesoro conseguido en Jerusalen para sus propios fines. Poco a poco, la rectitud y humanidad de Calicrates ponen en jaque a la rancia casta patricia de Roma.

  • La verguenza de Annie Ernaux

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    En 1952, cuando Annie Ernaux tenia doce anos, su padre quiso matar a su madre un domingo de junio, a primera hora de la tarde. Anos despues, esa escena se le presenta a la autora tan diafanamente cruel como el dia en que la vivio. Como en tantas otras familias, sus padres, que se odian entre si, adoran en cambio a la nina, por lo que, mientras pasan los dias y el olvido invade el hogar, el recuerdo de aquel domingo parece convertirse en un mal sueno. Sin embargo esa escena cambio para siempre a la autora: aquella nina y su familia <>, y todo habia pasado a ser vergonzoso. Annie Ernaux recorre desde los codigos de conducta y las normas sociales que imperaban en su entorno, hasta las noticias del momento, las expresiones mas usadas o el temor que infundian las grandes ciudades, para calibrar con exactitud hasta que punto lo ocurrido la hicieron sentirse indigna.

  • Besos a una mentirosa (Besos y mas besos 2) de Francine J.c

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  • El rostro de los suenos de Rafael Hernandez

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    Charly fue en su dia un estudiante de provincias con inquietudes creativas que llego al Madrid de los ochenta con el doble proposito de cursar la carrera de Derecho y abrirse camino en el complejo mundo del arte. A traves de un inesperado romance con Mer, prometedora fotografa, entro en contacto con la vanguardia cultural de la epoca hasta explorar los limites de las luces y las sombras. Obsesionado desde la ninez con un sueno repetitivo, toma por objetivo existencial descubrir la identidad de uno de sus protagonistas: un ser sin rostro ni facciones definidas que cada madrugada lo rescata de la ansiedad patologica de nuestra era.Tres decadas mas tarde, transformado por el tiempo en profesional de exito, adquiere un papel relevante en la primavera espanola de 2011.

  • La magia de la realidad de Richard Dawkins

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  • Azul De Medianoche, Simone van der Vlugt de Simone Van Der Vlugt

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  • Y libranos del mal de Marcos Nieto Pallares

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    La mala suerte parecia cosa del pasado. Tras el divorcio, la relacion con Nicholas, su hijo, no podia ser mejor, y, para su regocijo, acababa de conseguir una cita con la panadera mas bella de Bridgeport. Pero el exorcismo a una monja en los anos setenta desencadenara el horror en la vida de Maylan. Durante la restauracion de una vieja rectoria, hallara un objeto oculto durante decadas.

  • Tu y yo en la Gran Manzana de Estrella Correa

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    Anna Stewart cree haber encontrado la felicidad. Piensa que su trabajo de columnista en la revista de referencia de la ciudad de Nueva York y la compania de sus dos grandes amigos es suficiente para sentirse completa.

  • El silencio bajo el agua (Los Elementos 3) de Brittainy C. Cherry

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    “Siempre estare ahi para escuchar tu silencio.”

  • Por el amor de una hechicera de Isabella Abad

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    Glenn lidera con valentia y orgullo al Clan Campbell. Empecinado en mantener a raya a los eternos rivales, los MacDowell, vera cernirse sobre el una orden que no puede desoir. El Rey Jacobo, monarca de Escocia e Inglaterra, mandata la union de ambos clanes en la figura de Kirstie, una muchacha bella y sometida por su padre, el temible Blair MacDowell.

  • Vuelveme a tocar el corazon de Hugo Sanz

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    Mire por la ventanilla del tren y comprobe que ya estaba cerca de los Madriles, esa tierra que me habia visto crecer y de la que ahora me sentia tan lejos. "Tan lejos", por Dios bendito, si solo me separaban de ella apenas unas horas en el AVE, ?que me pasaba para que mis pensamientos fueran por esos derroteros? Muy sencillo; que estaba cansada y que todo se me hacia cuesta arriba. Un nuevo mensaje de wasap de Juanmi me saco de mis pensamientos. "?Como vas?" Ni ganas de contestarle, que era innegable que el seguia preocupandose por mi, igual que al contrario, pero que no habia manera de que llegaramos a acuerdo alguno sobre esa cuestion que me traia de cabeza. ?Que clase de hombre era aquel que no veia el momento para tener hijos? A mis veintinueve anos a mi ya el reloj biologico me estaba llamando y, es mas, como no contestaba, parecia estar haciendome senales de humo como a los indios. Si, me sabia la cantinela al completo "Carino, pero si hoy en dia las mujeres no comienzan a tener hijos hasta los treinta y cinco" y todo lo que Juanmi quisiera decir para convencerme, pero que no lo veia. Eso estaba muy bien, sobre todo para alguien que no tuviera prisa alguna en ese sentido, pero por desgracia no era mi caso. Y el lo sabia desde que me conocio en aquel congreso de odontologia en el que mi menda hacia de azafata de congresos a los veinte anitos; yo era maternal hasta decir basta. Si, no puedo negar que los comienzos fueron de cuento de hadas. El ya tenia treinta por aquel entonces y un prometedor futuro por delante. Hacia un ano que se habia asociado con su hermano Alonso y ambos habian decidido montar su clinica en Marbella, ahi es nada. Para una chica de mi edad, que por aquel entonces no sabia hacia donde queria dirigir mis pasos, la relacion con Juanmi paso a convertirse en todo mi mundo. Craso error por mi parte, eso no podria volver a ocurrir. Ahora tenia claro y mas que claro que mi vida era mia y que el resto de las personas podrian adornarla o complementarla, pero en ningun caso tomar las riendas de ella o el papel protagonista, que estaba reservado para mi. Lo malo del asunto era que, tan obnubilada como estaba, me deje guiar por el incluso en lo que a dar mis siguientes pasos profesionales se referia. Y por esa razon me hice higienista dental. No hace falta explicar mucho mas; trabajaba con mi novio desde entonces. Si, Juanmi seguia siendo mi novio y no porque no me hubiera pedido matrimonio, que lo habia hecho un ano antes, sino porque yo no habia aceptado y llevaba todo ese tiempo dandole largas en espera de ver hacia donde soplaba el viento que me permitiera encarar con exito la travesia de mi vida a bordo de un velero que a veces me parecia ya gobernar en solitario. Dos dias antes habiamos tenido ya una tangana de esas de padre y muy senor mio a consecuencia de su falta de ganas de ser padre. --Pero vamos a ver, Estrella, ?se puede saber que mosca te ha picado con eso de que debamos tener el nino este ano? --me pregunto a la salida de la consulta. --Nada, hombre, ha sido una ventolera de esas que me dan a mi, que debo estar un poco mal de la chaveta, mira que plantearme ser madre despues de nueve anos de relacion, hay que estar rematadamente loca, es cierto... Por ahi empezo la cosa y acabo con una mirada iracunda por mi parte que le hizo comprender que aquello comenzaba a pasar de castano a oscuro. A veces me daba la sensacion de que Juanmi me seguia tratando como lo que decia que yo significaba para el cuando me conocio en aquel congreso tanto tiempo atras; como a "su munequita". En principio aquella expresion me hacia muchisima gracia, pero con el paso de los anos, maldita la que me hizo. A lo tonto a lo tonto, parecia ser el dueno y senor de una relacion que me lleno durante mucho tiempo, pero que ultimamente me estaba asfixiando de la manera mas cruel que una persona puede sentirlo; con total lentitud. Cierto que esa era mi sensacion, puesto que el parecia tenerlo todo. O, mejor dicho, lo habia tenido todo hasta hacia poco tiempo, pues ahora era tambien victima de unos "ataques de mala leche" por mi parte que sacaban lo peorcito de mi; una especie de leona interior que se revelaba una y otra vez y que no parecia encontrar calma en ningun momento. Ya se sabe... Cuando eso pasa, termina repercutiendo en el otro. Mi amigo Cristian no paraba de repetirmelo. --Estrellita, te prometo que no se como Juanmi te aguanta. Vale que tu eres preciosa y el, en el fisico, es un tio corriente y moliente, pero le estas dando una cana que no esta ni en los escritos. --Solia decirme cada tarde mientras merendabamos en un bar cercano a la clinica en la que trabajaba codo con codo conmigo como higienista. --Dejate de pamplinas porque eso es lo de menos. Quiza no fuera su fisico lo que mas me entro por el ojo en su dia, pero era un hombre de lo mas interesante... O eso me parecia. Y si, en el resto te doy la razon, estoy insoportable, ?verdad? --Para matarte a escobazos estas, no hay quien te aguante, guapita de cara, como decimos aqui "vaya malaje que estas hecha..." --Gracias por la parte que me toca, guapito. --Ni gracias ni na, nina, pero es lo que hay y lo que esta a la vista no necesita un candil. A ti te sale la mala baba por las orejas y la relacion te la vas a cargar como sigas asi, de modo que andando y a aclararte las ideas. Con Cristian siempre me lo pasaba fenomenal y agradecia sobremanera sus consejos, que eran los de un buen amigo que iba viendo como dia a dia mi relacion se marchitaba. --Ya, ya lo se, pero es que no entiendo como no quiere ser padre, con la ilusion que sabe que me hace. --Porque el no es como tu. Ya se lo que me vas a decir "que cuando una persona quiere a otra hace el pino puente para que este feliz" y todo eso, pero Juanmi es mas frio que tu como de aqui a La Habana, por mucho que te haya tratado siempre con mimo porque tu has sido para el como un juguetito. --Vamos, que yo soy la Barbie, ?no es eso lo que me estas queriendo decir? --Si, pero no el no es Ken, ojito. Si quieres un Ken y la pareja perfecta, te lo vas a tener que currar y salir de tu zona de confort. --?Y eso como se hace? Mira que yo estoy super desentrenada, hace mil que no salgo de... --De tu zona de confort, que mucho quejarte del feo, pero te tiene como a una reina. --Y dale Perico al torno, que Juanmi no es feo, hombre... --Ni bonito, no te digo... Tenia que darle la razon en parte a mi amigo. Cristian era mas objetivo que yo y lo veia bastante clarinete; mi novio sentia pasion por mi, pero lo ultimo que le apetecia era tener hijos. Desde mi punto de vista venia a ser algo asi como un nino caprichoso que me queria solo para el y que no deseaba compartirme con ningun otro ser humano, por muy hijo suyo que fuera. No, no me sentia nada orgullosa, pero la noche antes de irme para Madrid le habia dado un ultimatum y, aunque yo sabia que esas cosas no funcionaban, no habia podido remediarlo. --Me voy a pasar mi cumple a casa de mis padres, les quiero dar una sorpresa. Te agradeceria mucho que, cuando vuelva, hubieras tomado una decision, la verdad. --?Sabes que te quiero? --me contesto con la decepcion en los ojos, pues era la primera vez que ibamos a pasar uno de mis cumpleanos separados. --Lo se, pero el tuyo es un querer que no se si me hace feliz--anadi con un nudo en la garganta, pues jamas hubiera imaginado tampoco llegar a ese punto con el. --Te ha valido durante todos estos anos y ahora, de golpe y plumazo, parece que ya no hago nada bien. Y todo por querer postergar lo del nino. --Postergado y sin fecha. Dime la verdad, Juanmi, y por una vez en la vida necesito que me seas totalmente sincero. --Dispara ya, que me tienes asustado... --Por ti podriamos seguir toda la vida igual, ?o no es asi? --Perfectamente. --No vacilo en su respuesta, algo que por un lado me dolio, pero que por otro era de agradecer, ya que yo le habia pedido sinceridad absoluta y eso fue lo que obtuve por su parte. A poca distancia de Madrid y, sabedora de que la sorpresa que le iba a dar a la buena de mi madre iba a ser de aupa, sonrei para tratar de borrar de mis labios esa amargura que la respuesta de mi pareja me provocaba cada vez que la recordaba. Mi padre, Ernesto, tambien se pondria como unas castanuelas cuando viera aparecer a su nina por nuestro madrileno barrio de El Pilar, al igual que mi hermanito, Jairo, de quince anitos, que estaba en plena edad del pavo. Ese pensamiento era el mejor del dia y le quitaba algo de importancia al otro pues, como tambien solia decirme Cristian, yo estaba entre la espada y la pared. --Ten cuidado, reina, porque como lo presiones demasiado con tener el churumbel y el jefe no este luego a gusto, lo mismo sale disparado de tu lado y te quedas compuesta y sin novio. Y encima con un bombo de categoria, yo no quiero ser gafe, pero eso podria ser la hecatombe... Sus palabras me retumbaban y me di cuenta de que de categoria era el dolor de cabeza que sentia. ?Como era posible? Ni que fuera una bateria y estuvieran tocandola, me dolia por todos lados.

  • Monstruos rotos, Lauren Beukes de Lauren Beukes

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    <>. James Ellroy

  • Confesiones en la despensa de Juvenal Alvarez Uzcategui

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    Al entrar a la casa de Cien Victorias, un arbusto de ajies dulces enredado en un rosal que sostenia un universo de telaranas nos impidio el paso al portoncito de la entrada. Dicen que los arboles de ajies duran poco, pero tia Candela juro haber sembrado ese hacia cuarenta anos atras, junto con Eloisa. <>, decia tia, recordandola. Por todos lados habia arbustos y planticas de condimentos y de hierbas, de todas cuantas se conocian, y de las que los viajeros llevaban por saber que Eloisa les buscaria algun buen uso. <>, recordaba tia Candela, de una tarde en que llego un arriero de mulas a Cien Victorias tratando de ganar un almuerzo. <>, se burlaba Eloisa del regalo de su aspirante. El portoncito de atras de la casa fue imposible atravesarlo: con una enredadera de alambre de puas alguien habia sellado aquella otra entrada, y entre aquel huerto de ajies olvidados era trabajoso el intento. Tia Candela mando a romper la puerta principal de la casona con un peon que algun dia pidio al abuelo Manuel morir en aquella casa, y el nonito lo dejo como un traste mas de aquella finca olvidada, que para entonces ya no valia nada. --Aquel era mi cuarto y el de tu mama --senalaba hacia un altillo tia Candelaria--. Por aquella baranda nos bajabamos a escondidas cuando tu abuelo nos castigaba por no querer probar un horrendo jugo de rabanos que el aseguraba que impedia para siempre el catarro. Eloisa nos tapaba bajo su falda y nos cambiaba aquel menjurje por una aguita dulce que papa jamas sospecho. Eloisa era capaz de invertirlo todo en la cocina, conocia cualquier nuevo sabor que podria cambiar otro y tambien enganar los ojos de cualquiera, haciendo ver lo que no habia. Papa, entre alborotos de hombre necio, jamas sospecho que lo que nos tomabamos era un agua de cayena y lima que en olor y color semejaba el terrible rabano, pero en sabor era el agua mas dulce y fresca que Eloisa habia inventado para nosotras. Al caer la enorme puerta de la casona, una oleada de palomas salieron despavoridas de todos los rincones de Cien Victorias. Aquella puerta gigante de madera hizo un ruido aterrador que rompio las baldosas enlutadas por la corrosion del terrible gallinazo. Aun se lograba ver, entre la invasion de la hiedra que lo envolvia todo, la forma dormida de un sinfin de trastes y objetos olvidados por la vida y el afan que hubo en algun tiempo. <>, repetia insistentemente tia Candela, envejecida, ya sentada en un anden, como rendida por su memoria. Tia Candelaria y mama habian huido durante cuarenta anos del recuerdo de Cien Victorias y ahora tenian que enfrentarse a ella y a cada presencia que con el lugar viniera. <>, me mostraba Tia, aun llamandome como si fuera un nino. <>, y me contaba, asi, que habia estado tan contento que vendio trecientas reces para el casorio. <>. --Justo ahi habia un chifonier con dos puertitas pintadas a mano; las habia pintado mama, un manojito de flores en cada puerta --continuaba tia Candelaria--. Dentro de el solia esconderme de tu abuelo: yo siempre de penosa con papa, me daba un aire de verguenza el temerle. No se si era por ser tan perfecto, tan alto y tan callado que preferia a veces no verlo; tu mama, en cambio, era una regalada, lo esperaba en el balconcito de nuestro cuarto y cuando escuchaba el galope del caballo, se venia corriendo a recibirlo, sentada aqui en el salon; se le guindaba atras como un animalito del monte, mientras papa siempre le decia <>; entonces el sacaba algunas piedras con formas raras que habia encontrado en el rio, o un trozo de palo que, segun le decia a Nina, se lo habia regalado especialmente para ella algun duende en el camino. Nina se impresionaba, luego se dormia en las piernas de papa hasta que llegaba Eloisa y se la llevaba para nuestro cuarto. Y yo, siempre desaparecida, me quedaba dormida dentro del chifonier, escondida; luego llegaba Eloisa, me encontraba, y me llevaba a dormir, tarareandome unas lindas canciones inventadas al instante. Eloisa fue un regalo de los cielos. Papa mando a buscar en Las Virtudes a quien fuera, para que se hiciera cargo de tu mama y de mi cuando murio tu abuelita. Llego aqui para ensenarnos cosas buenas, como decia papa. Nina dejo de hablar por mucho tiempo luego de la muerte de tu abuela. Quedamos tan tristes y solas las dos, que papa, desesperado al vernos tan vacias, y con la plena conciencia de su incapacidad para criarnos solo, mando a buscar a alguna buena muchacha con buenas costumbres que nos ensenara a leer y al menos a terminar la labor inconclusa de mama en la crianza de nuestros primeros anos. Hablo con Jacinta, una vieja cocinera que habia trabajado aqui desde la fundacion de Cien Victorias, y asi fue como llego Eloisa, nuestra amada Eloisa, traida por la vieja Jacinta, por ser parientes de algun modo. Recuerdo algo de cuando llego: era tan jovencita, tan decente, cargada de folletines y manuales para ensenarnos tantas cosas a nosotras, que ya comenzabamos a ser salvajes en esta casa envuelta en cafetales; pero este sitio le transformo su labor de maestra y, sin que ella se diera cuenta, termino siendo tambien cocinera, eso si, la mejor de Cien Victorias. Nos ensenaba a contar seleccionando los granos de las sopas, y a leer con un fantastico librito de cocina, mientras terminaba algun guisado. Al morir Jacinta, Eloisa no solo quedo a cargo de nosotras, termino dirigiendo la casa entera, la comida de papa, el orden de la casa, la comida de los peones, las fiestas y reuniones. Ella, en medio de su escondite, termino siendo la casa misma, lo sabia todo, lo ordenaba todo. Nina decia siempre que cuando creciera no tendria esposo, sino que se casaria con Eloisa para estar siempre con ella... tu mama y sus desvarios. Tia Candela no paraba de contar algo de cada rincon de la casa; todo volvia a ella de una manera tan precisa y lucida como nunca la habia visto antes: animosa en el habla, con una rapidez inusual y una clarividencia que llegaba a asustarme en instantes. --Este era el cuarto de papa; asomate por esa ventana, veras entera toda Cien Victorias. Aqui se paraba el cada manana y planificaba sus jornadas, la recolecta del cafe, el arreglo de alguna tostadora, o aquellos viajes que Nina y yo tanto detestabamos y temiamos. Papa se iba de vez en cuando y tardaba semanas en volver. Cuando los pagos demoraban en llegar del puerto, el mismo iba y los cobraba, mientras tu mama y yo nos quedabamos solas con Eloisa, y aunque en la luz del dia no parabamos de corretear por la casa, se que en las noches las tres nos sentiamos desprotegidas por la ausencia de papa. El premio de aquellas largas noches era el retorno de tu abuelo, pues nos premiaba con un sinfin de regalos que nos hacian olvidar las penas de los monstruos de nuestras noches.

  • Sassenach de Kate L. Morgan

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    Si hubiera sido una muchacha docil, si hubiera obedecido a su madre cuando le aconsejo que no aceptara las atenciones de el. Si hubiera sido inteligente y nada impulsiva, ahora no estaria enfrentado el peor momento de su vida. Heaven, trataba de contener el temblor de sus manos. Por suerte, Robert habia cerrado la puerta del pequeno saloncito, y nadie podia escuchar las palabras horribles que le decia. Sentia un silbido en los oidos, y las pulsaciones del corazon en la garganta. Le oia hablar, pero era incapaz de entender lo que le decia. Una sola frase de todas las que habia pronunciado, le martilleaba en el cerebro: se termino el compromiso. !La dejaba! ?Por que? ?Que habia sucedido? ?En que momento la historia entre ambos se habia estropeado? ?Que iba a suceder con la preciosa mansion que habian comprado para comenzar una vida en comun? --?Me estas escuchando, Heaven? Lo escuchaba, pero no queria hacerlo. Agarro con fuerza el canto de la mesa de madera hasta que se le pusieron los nudillos blancos. Giro la cabeza hacia la izquierda: hacia los enormes ventanales que mostraba la amplitud de la sala de recepcion que estaba justo al otro lado. A los veintidos anos, su primer y unico prometido la dejaba plantada. --Lo siento --se disculpo el. ?!Lo sentia!? ?Como podia tirar un ano de noviazgo y otro de compromiso con un chasquido de dedos? --Robert... --logro decir, pero tuvo que callar. El nudo en su garganta era demasiado grande para hablar con normalidad. Robert Green era un hombre maduro que ya se habia divorciado anteriormente. Era culto, interesante, de complexion delgada, y muy rico. Tenia el pelo casi gris, y los ojos mas frios que habia visto nunca. --Gracias por no hacer un espectaculo --le dijo el. Heaven podria reirse si la situacion no fuese tan hiriente para ella. ?Como podria montar un espectaculo si apenas podia moverse ni articular palabra? --Robert... --tuvo que carraspear para aclararse la voz. Cuando el la cito, no tenia ni idea de lo que tenia preparado. --Siempre he admirado ese ferreo control que despliegas sobre tus sentimientos --le dijo el --. La forma serena en la que te tomas los asuntos aunque sean desagradables. Heaven tenia que preguntarlo. --?Rompes nuestro compromiso por otra mujer? --inquirio al fin con ojos brillantes--. ?Me abandonas por otra? El hombre maduro bajo los parpados. Se apoyo mejor en el sillon de piel, y suspiro. Heaven cerro los ojos porque no necesitaba una confirmacion de voz cuando su rostro culpable lo delataba. ?Que podia esperar de el? Antes de conocerlo sabia lo libertino que era. Habia tenido ya una primera esposa, y, dos compromisos rotos tras sus espaldas, eran una carta de presentacion muy elocuente, y eso sin mencionar las continuas amantes y escarceos amorosos que habian nutrido sus anos mas salvajes. Pero ella creyo que habia cambiado. --No ignorabas como soy --fue su escueta respuesta--. Me gusta divertirme. Claro que lo conocia, pero se habia enganado creyendo que la queria lo suficiente para cambiar por ella. Para amarla unicamente a ella. --?La conozco? Robert la miro de frente e hizo un gesto negativo con la cabeza. --Lo lamento --volvio a excusarse. Heaven sentia enormes deseos de llorar, pero no lo haria delante de el. Se tragaria la rabia y la impotencia hasta que saliera de ese lugar. Que la hubiera citado en Blenheim habia sido un golpe maestro. La casa de te reunia a la flor y nata de la sociedad londinense. En ese lugar se celebraban las recepciones de los enlaces mas aclamados. --Ha sido todo un detalle que me lo dijeras aqui en este lugar concurrido de gente --le reprocho--. ?Temias una escena en privado? Robert solto un suspiro largo y cansado. --Ya no podia mas --le informo--. Tu, mejor que nadie, conoces el motivo por el que he decidido romper nuestro compromiso. Heaven estaba a punto de gritar. --No, no lo se --respondio muy queda. El hombre mayor la miro intensamente. --Tienes veintidos anos, sabes lo que un hombre espera de la mujer con la que esta prometido, y tu, tu eres demasiado fria --ella apreto los labios con ira--. No puedo con tu frigidez. El insulto le parecio fuera de lugar. Ella no habia compartido intimidad con el salvo besos y algunas caricias porque deseaba llegar virgen al matrimonio. --Eres un desgraciado --le espeto de pronto aunque en voz baja. --No te quiero, nunca te quise --le confeso. Ella cerro los ojos para no verle la cara--. No eres la mujer adecuada para mi. Al principio pense que si, pero me gustan las mujeres apasionadas, y tu estas muy lejos de serlo. --La decencia es lo que se espera de una mujer honrada --contesto despechada. --Eres un tempano de hielo --siguio insultandola--. Inteligente, perfecta para adornar el salon de una casa, pero no para calentar la cama de un hombre apasionado. Heaven tenso la espalda y entrecerro los ojos. --Pero hemos adquirido Claremont Hall --le dijo--. Es la casa de nuestros suenos, ?que vamos a hacer con ella si me abandonas? El hombre no respondio de inmediato, se tomo su tiempo para hacerlo. --Despues hablaremos sobre ello. --!No! --protesto ella--. Deseo saberlo ahora. --Puedes venderme tu parte. --Ni hablar. --Puedes comprarme la mia. Estuvo a punto de soltar una carcajada histerica. Ella no disponia de libras suficientes para comprar la parte de el, y el muy necio lo sabia. Heaven habia invertido la herencia de su abuelo paterno en su parte de la casa. Una mansion ubicada muy cerca de Hyde Park. --?Me harias un descuento especial? --le pregunto sarcastica. --Soy el mas interesado en conservar la casa, y mi parte es superior a la tuya --le recordo. Ella habia cometido un error al querer participar en la compra de la preciosa mansion. Su padre habia puesto el grito en el cielo, pero ella no queria vivir en la actual casa de el pues alli habia vivido su primera esposa, y ella no queria pasar el resto de sus dias en el mismo lugar. --Lo se --admitio ella--, pero no puedo comprar tu parte ni pienso venderte la mia. --Heaven, piensalo bien --le sugirio--. Cuando te hayas calmado, hablaremos sobre Claremont. --No pienso hacerlo --le recordo. Heaven respiro profundamente varias veces. --No tienes mas opcion --continuo el--. Despues de unos dias, hablaremos. Robert salio por la puerta sin despedirse. ***** Heaven se sentia muy desgraciada. No habia salido de la cama desde el momento que regreso de Blenheim hecha polvo por la decision que habia tomado Robert de abandonarla. No habia recibido ningun mensaje de el pese a que ella le habia enviado docenas. Habia perdido el apetito, las ganas de luchar. Habia usado ingente cantidad de panuelos llorando como una tonta por algo que ya no tenia remedio. De nada habian servido sus ruegos, sus suplicas. Robert tenia a otra, y ella no podia hacer nada salvo resignarse, pero no queria hacerlo. Le habia dado dos anos de su vida. Lo habia tratado como el hombre especial que creia que era, y todo para descubrir que nunca la habia amado de verdad: que la consideraba una mujer frigida. El insulto le escocia en los mas hondo. Lo maldijo una y otra vez, pero el dolor seguia ahi, mordiendole el orgullo. De la desdicha paso a la furia cuando Robert dejo claro que no pensaba atender ni uno solo de sus mensajes. La dejaba definitivamente, y se lo hacia saber de la forma mas dura. El quinto dia de su encierro, amanecio lloviendo. Seguia en la primera planta de la casa victoriana situada en Baker Street. Su casera, que vivia en la planta baja, le subia la leche y el periodico que se acumulaban en la puerta. Su madre estaba en verdad preocupada porque ella no le habia dicho nada sobre la ruptura sentimental por la que estaba pasando. Pero ese quinto dia, una noticia cambio por completo su forma de actuar. Habia leido en la prensa que Robert se comprometia con una rica heredera que ella conocia. Alta, voluptuosa, de pelo largo y sedoso, y unica hija del baron de Sandringham. Una joven debutante de grandes pechos y redondeadas caderas. Leyo la noticia en las paginas de sociedad, y lo maldijo. Su orgullo resurgio de las cenizas de la autocompasion donde estaba encerrado, y le insuflo fuerzas para destrozar todos y cada uno de los regalos que el le habia obsequiado durante esos dos anos de compromiso, y que adornaban algunos rincones del elegante dormitorio. Cuando iba a estrellar en el suelo la delicada figura de porcelana que le habia obsequiado por su ultimo cumpleanos, sono con insistencia unos toques en la puerta de su apartamento. Heaven estaba ojerosa, despeinada. Seguia en ropa de dormir, y con la furia alimentando cada poro de su cuerpo. --Heaven, se que estas ahi --era su madre la que golpeaba la puerta con insistencia--. Me ha dicho tu casera que te encerraste el viernes, y que ya no le abres la puerta a nadie. Respiro hondo, y contemplo el resultado de su furia. La espaciosa alcoba estaba hecha un desastre. Resignada se dirigio hacia la puerta de entrada y abrio. Su madre al verla lanzo una exclamacion ahogada. --!Oh, Dios mio! --se llevo una mano a la boca mientras entraba al apartamento de su hija --. ?Que te ha pasado? Heaven cerro la puerta con un golpe seco. Precedio a su madre al interior. --Ponte comoda --le dijo mientras ella se lanzaba al sillon con desgana y subia los pies sobre el mismo. --Estoy preocupada por ti --le dijo la mujer--. Todos estamos muy preocupados. Heaven cerro los ojos un instante. --No me hables en gaelico --le ordeno--. Sabes que no me gusta. La madre se encogio ante la critica. --Cuentame que ha sucedido --pidio en voz baja obedeciendola--. Tu casera me ha dicho que llevas cinco dias sin contestar mensajes. --Ahora no deseo hablar con nadie --fue su impulsiva respuesta. Susan Woodward observo la estancia con mirada preocupada. Habia ropa por doquier, porcelana rota, cristales hechos anicos. Todo estaba tan desordenado y sucio como su hija. Su estado de abandono desato todas las alarmas dentro de su cabeza, y su corazon de madre se entristecio. --No me trates condescendientemente --respondio severa--. No soy estupida. Heaven no queria contarle a su madre su fracaso personal. Todavia tenia que digerir la noticia de la ruptura del compromiso con Robert. --Claro que no eres estupida, pero si entrometida. --Eres mi hija y me preocupo por ti --respondio tierna--. Tu padre y yo estabamos en contra de que te vinieras a vivir a este apartamento tan pequeno, que dejaras tus clases de piano, y que te comprometieras con un hombre que en nada te convenia. --Te quiero, mama --le dijo de pronto--, pero no quiero hablar sobre mis errores. La madre la observo de forma detenida, y, sin que ella se lo dijera, supo lo que habia sucedido. --!Ha roto el compromiso! Heaven, al escucharla, rompio a llorar. Seguia llena de ira, de frustracion. Sentia rabia, impotencia, y unas ansias de vengarse que aumentaban a cada minuto. Susan se levanto y corrio hacia ella. La abrazo por los hombros, y Heaven lloro todavia mas. --Lo lamento mucho carino...

  • Sabor a caramelo de Christian Martins

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    Ya tengo los ojos abiertos mucho antes de que suene el despertador, aunque hasta que la familiar melodia con que doy comienzo a mis dias no suena, no me levanto de la cama. Hoy es un dia importante para mi. Un dia diferente. Un "antes y despues" que marcara mi futuro y mi porvenir. Durante mucho, muchisimo tiempo, habia sonado con que llegase este momento y me habia imaginado como seria. Pero, a decir verdad, hoy no me he levantado tan entusiasmada como creia. En realidad, estoy bastante alicaida. Y nerviosa, claro. Salgo de la cama y veo las cajas con mis cosas bien apiladas sobre mi escritorio. Suspiro hondo y me digo a mi misma que todo ira bien. Claro que si. ?Por que no iba a salir bien? Los nuevos comienzos siempre son positivos, ?no? Abro las cortinas y dejo que el tenue sol de los ultimos dias del verano se filtre a traves del cristal, rozando mi rostro. Suspiro hondo y decido que ha llegado el momento de activarme y dejar de compadecerme a mi misma. Me doy una ducha, me pongo un vestido de flores sencillo y comodo y despues bajo a desayunar con mi madre. Supongo que ella habra dormido tan mal como yo. Es normal, porque siempre hemos estado muy unidas y hemos sido un apoyo la una para la otra. El maximo tiempo que hemos pasado separadas fue durante las vacaciones de invierno de hace tres anos, cuando me marche a esquiar con Derek. --?Tortitas? --pregunto desde la puerta de la cocina. Huele a tortitas. Y como norma general, en esta casa, solamente se comen tortitas los domingos. Entre semana las mananas suelen ser mas ajetreadas y ninguna de las dos saca el tiempo suficiente como para ponerse a cocinar. De lunes a viernes (y la mayoria de los sabados) desayunamos un tazon de cereales con leche. Y eso cuando nos da tiempo a desayunar en casa. Mi madre trabaja como dependienta en el supermercado local y aunque no tiene un mal horario de entrada, su jefe suele pedirle que se encargue de organizar las cajas del almacen antes de la apertura. Eso la obliga a entrar casi una hora antes de lo que le corresponde, aunque nunca la he visto quejarse por ello. Mi madre, es asi. Agradecida y responsable, siempre dispuesta a hacer mas por los demas. --He pensado que la ocasion lo merecia --me dice, agitando el bote de sirope de fresa con fuerza. Le dedico una sonrisa complice y asiento. --Solamente seran unos meses --le digo con una sonrisa--. En Navidad estare de vuelta para pasar las vacaciones..., asi que lo mejor es no dramatizar. --Claro --me dice, pasandome el plato con tortitas. La miro y parece mucho mas joven de lo que es. Mi madre, que ahora mismo tiene poco mas de cuarenta anos, sigue pareciendo una nina. Puede que sea por su forma despreocupada de vestir, siempre con vaqueros desgastados, camisetas comodas y sudaderas. O puede que, simplemente, sea una de esas personas que desprenden ternura e inocencia. Y la verdad es que si, ella es muy inocente. Pero tambien es luchadora y nunca se rinde. Son valores que me ha procurado inculcar desde pequena. --?Estas bien? Ella niega con la cabeza. --Pero... ?como voy a estar bien? --pregunta, acercandose a mi con los brazos abiertos--. No se que voy a hacer sin ti, Bridie. Nos abrazamos. Aspiro el aroma de su perfume barato y sonrio. Lleva tantos anos utilizandolo que, para mi, ese olor es sinonimo de mi hogar. --Solamente estamos a una hora --le recuerdo--. No es para tanto. Podras venir a verme siempre que quieras. Asiente con los ojos llorosos y se separada de mi para regresar a su asiento. Asi es mi madre; un drama andante. Escucho dos bocinazos en el exterior y doy por hecho que se trata de Derek. Miro el reloj de la cocina y mama hace lo mismo. --?Ya? ?Tan pronto? --Le dije que viniera a buscarme con tiempo --respondo, dandole un ultimo trago al vaso de leche. Mi madre frunce el ceno antes de levantarse detras de mi. Desde la ventana, le pido a Derek que espere unos segundos y salgo pitando hacia mi habitacion en busca de las cajas con mis pertenencias y la bolsa de viaje repleta de ropa. Creo que no me dejo nada importante. --Te ayudo --me dice mama, cogiendo una de las cajas. Bajamos en silencio y salimos de casa. Derek esta esperandonos en el jardin, con una sonrisa de oreja a oreja. Me saluda con un beso fugaz en los labios y se apresura a abrir el maletero del coche para que coloquemos los bartulos. --Buenos dias, Lizzy --saluda con un pequeno abrazo a mi madre y despues vuelve a centrar su atencion en mi--. ?Nerviosa? Me encojo de hombros. --Supongo --admito, sin poder ocultar una sonrisa. En realidad, creo que si Derek y yo fueramos a ir a la misma universidad el resto me daria igual. Lo que realmente me preocupa es la distancia que habra entre nosotros. De la universidad de Saint George a la universidad de Surrey hay mas de diez horas en coche. Lo que se dice, literalmente, cruzarse el pais de punta a punta. Seguramente no vuelva a verle hasta Navidad, y eso me destroza el corazon. Le doy un fuerte abrazo a mama antes de prometerle que la llamare nada mas me instale. Ella contiene el llanto, haciendose la fuerte, y me susurra lo orgullosa que esta de mi. --Gracias, mama --murmuro, apartandome de ella. Se que esto le hace especial ilusion; que yo estudie, que tenga mi carrera universitaria y que haga realidad mis suenos. Se esta sacrificando mucho para poder pagar todo esto y que yo tenga la oportunidad que ella no pudo tener en el pasado. Me subo al coche y Derek arranca, poniendo el vehiculo en marcha. Observo como mi madre se va haciendo mas y mas pequena a traves del cristal retrovisor, y en ese instante, comprendo que mi vida cambiara para siempre. No es un presentimiento; es la realidad. Mi vida jamas volvera a ser la que era. Tener a Derek cerca, vivir con mama... Puede que algun dia regrese a casa, pero cuando lo haga ya no volvere a ser la misma Bridie que hoy se marcha de aqui. --No pareces contenta --senala mi novio, mirandome de reojo. --?Deberia estarlo? --suspiro, antes de pulsar el boton que activa la radio. No me apetece tener una conversacion profunda porque, casi con total probabilidad, sufrire un bajon y terminare echandome a llorar. --Deberias estarlo, si. --Van a pasar meses hasta que nos volvamos a ver, Derek --murmuro en voz baja, casi tragandome el llanto. Derek no solamente es mi novio; tambien es mi mejor amigo. Mi companero, mi mitad. Siempre ha estado ahi, cuidando de mi y de mi madre, y nunca jamas me ha fallado. No se me ocurre un solo problema para el que no tenga solucion. Ni una situacion a la que no consiga sacarle un lado positivo. --Seran unos meses --repite, y me da la sensacion de que es la misma conversacion que he tenido hace unos minutos con mi madre, pero esta vez cambiando las tornas. Mientras desayunabamos, era yo quien intentaba restarle importancia para que ella no se viniera abajo. Ahora soy yo la que no sabe si aguantara con integridad. --Las relaciones a distancia nunca funcionan. Y lo digo con conviccion. --Tu y yo no tenemos una relacion como otra cualquiera... --me dice Derek, alargando el brazo para acariciarme la mano--. Nosotros somos un equipo. Un equipo de verdad. --Lo se. --Entonces no tienes de que preocuparte. --Ya... --respondo, aunque en el fondo no se como sere capaz de relajarme. Espero que una vez llegue al campus y me instale, todo sea diferente. Seguro que distraerme me ayudara. Derek y yo llevamos juntos cuatro anos. Segun mis amigas, una eternidad, aunque a mi se me han pasado rapidisimo. Siempre hemos sido mejores amigos, hasta que un dia de verano, con catorce anos, me robo mi primer beso. Desde entonces, mi madre se ha dedicado a sonar con la boda perfecta que quiere para mi. Yo, en cambio, prefiero ir planeando las cosas sobre la marcha. --Voy a echarte de menos... --asegura muy serio, apretando el volante entre sus manos. --Y yo a ti. Supongo que a estas alturas habeis deducido que soy una chica casera, de hogar. No me gusta viajar, no soy aventurera, no corro riesgos. Mi madre siempre me ha ensenado a ser precavida, a no tomar decisiones arriesgadas, a ser prudente con las personas que me rodean, a no fiarme de los desconocidos y a huir de las malas companias. Y yo no solamente aprendi las lecciones a rajatabla, sino que las puse en practica. No me gusta salir de fiesta, no bebo, no fumo... Podria decirse que soy una chica estudiosa y ejemplar, pero creo que seria demasiado vanidoso por mi parte. Digamos que soy una del moton, a secas. Derek aparca el coche frente al campus. Me quedo observando los jardines y el trajin de gente que corretea de un lado a otro con una sonrisa nerviosa en los labios y, por un instante, me permito sonar despierta con como sera mi primer ano de universidad. Seguramente sea tranquilo. Me esforzare por sacar buenas notas y ganar la beca, para que mi madre pueda relajarse y dejar de meter horas extras en el supermercado. --?Quieres que te acompane dentro? --inquiere. Pestaneo varias veces, observandole perpleja.

  • Escapada Griega de Elizabeth Power

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    El sol, el mar y miles de recuerdos...

  • Vuelta a la Tierra (Los 100 3) de Kass Morgan

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  • Cuando acabe el invierno, Angela Drei de Angela Drei

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  • Mas dulce que el cafe 2 de Miki Russo

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    La verdad finalmente ha quedado al descubierto y Kari esta destrozada. Ya no quiere saber nada de Roberto. Se siente tonta y utilizada. Su unico deseo es dejar el dolor atras, retomar su vida y olvidarse de el... o al menos intentarlo, ya que parece ser imposible. Roberto esta arrepentido de sus errores y no quiere perder a Kari, pero su pasado no le deja muchas opciones para recuperarla. Resignarse parece ser el unico camino, pues los problemas llegan uno tras otro y las dudas y temores no dan tregua. Kari y Roberto vuelven a encontrarse, pero las cosas ya no son como antes. El dano ya esta hecho y no existen muchas posibilidades de repararlo. ?Pueden dos corazones rotos curarse el uno al otro? ?Donde esta el limite del perdon? ?Que sacrificio estas dispuesto a hacer por amor? El cafe, aunque sea por naturaleza amargo, esta lleno de matices, igual que el amor. Sin embargo, de nosotros depende que tan dulce pueda ser.

  • Una Odisea de Daniel Mendelsohn

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  • Tu Primero de Lola Ortiz

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    No pienses en gustarle a nadie mas que a ti, de verdad; no pienses en lo que puede pensar ese que ni siquiera sabe el color de tus ojos. Y piensa en ti, que te conoces hasta cada lunar. Si hicieramos todo lo que nos dicen, si nos pusieramos solo lo que se lleva y no lo que realmente nos gusta ponernos, si comiesemos solo lo que no engorda y si eligieramos siempre lo que se supone que es lo correcto, todo seria un aburrimiento. Y peor aun, no seriamos nosotros. Asi que, primero, TU. Y segundo, tu tambien. Y despues ya veremos, pero por si las moscas, tambien tu. Que hagas lo que te de la gana y con quien te de la real gana. No te escondas, no te limites ni te rayes la cabeza. Basta de darle mil vueltas a algo que solo requiere una. Que te pongas lo que te apetezca para ir a donde sea, y si no se lleva, pues mejor, mas original. Come como te de la gana, tu mas que nadie conoces tu cuerpo y lo que puedes o no tomar, no dejes que nadie decida por ti. Perdemos demasiado tiempo tratando de gustar a todo el mundo cuando en realidad a quien tenemos que gustar es a nosotros mismos, que para eso nos vemos todos los dias. Que nos miremos en el espejo y nos sintamos orgullosos, porque somos quien queremos ser. Que hagamos lo que sea, como, cuando, donde y por lo que queramos, porque es nuestra vida y somos los unicos que tomamos decisiones en ella. Recuerda: primero tu. 7 8 Afortunada He pasado por situaciones duras, por epocas dificiles y por momentos en los que las cosas no iban nada bien, pero aun con todo eso, me considero una persona superafortunada. Afortunada, porque en esos momentos donde todo esta oscuro y casi no te encuentras, hay alguien que te da la mano y te rescata del mundo. Alguien que sabe quedarse a tu lado, en silencio, simplemente para que recuerdes que no estas solo. Alguien que quiza no pueda darte solucion a cada uno de tus problemas ni respuesta a todas tus preguntas, pero sabe entenderte e intenta salvarte de eso que tienes ahi dentro en tu cabecita. Afortunada, porque cuando todo va regular, casi no queda nadie. Quiza hay mucha gente a tu alrededor, pero las personas que realmente te ayudan se cuentan con una mano, y a veces incluso te sobran dedos. Y esas pocas personas consiguen sacarte una sonrisa cuando para ti era imposible, cuando tu casi no tenias ganas de nada y, mucho menos, de ensenar los dientes. Una persona que te abraza y parece que se para el mundo, porque, al fin y al cabo, un abrazo era lo unico que necesitabas. Y esa persona lo sabia de sobra. Por eso cuando hablo de suerte, y mira que yo no soy muy de eso, hablo de esas personas que merecen la pena, que te demuestran cada dia que estan ahi y que pase lo que pase no se iran. Personas que te quieren de verdad, te cuidan e intentan hacerte mejor cada dia. Personas que te recuerdan que, suerte, es la tuya con ellos. 9 No es el dolor No es el dolor lo que duele. Lo que duele es el vacio que dejo al marcharse, y los rincones donde solias encontrartelo cada tarde, el creer que volveras a hacerlo. Lo que duele son las fotografias que te recuerdan ese <>. Y la ausencia, ese hueco que se queda siempre en el corazon sin poder llenarlo nunca mas. No es el dolor. Lo que duele son las sonrisas que se escapan sin darnos cuenta cuando escuchamos su nombre. Lo que duele son todos los abrazos que nos quedaron por dar, los momentos que nos quedaron por vivir y las sonrisas que nos quedaron por regalar. Lo que duele son las ganas de querer, simplemente, mirarle, hablarle, tocarle. Y no poder hacerlo. 10 La sensacion de sentirte vivo Comprate una hucha y ahorra. Cuando veas que va a explotar, abrela, cuenta el dinero y busca un destino. Si existe una buena manera de gastar el dinero es viajando. Porque en realidad eso no es gastar, es vivir. Asi que no lo dudes, no lo pienses ni un segundo y vete. Vete a donde sea, da igual si es al pueblo de al lado o a no se cuantos kilometros mas alla. Si son tres dias o una semana. !Eso no importa! Buscate un buen acompanante, o dos, o los que sea. Y viaja. Dejate llevar. Conoce mundo, vive nuevas experiencias, sonrie, deja que te conozcan, disfruta. Haz fotos, pero no te pases, las mejores fotografias son las que se quedan en la memoria. No dejes que se te escape nada. Aprecia todo lo que tienes a tu alrededor, cierra los ojos y respira el olor de ese sitio, disfruta de las vistas, de lo que te rodea. Aprovecha ese momento, esa compania, ese nuevo lugar. No dejes que se te escape ni un segundo sin haberlo vivido. Vive, vive de verdad. Y cuando vuelvas a casa, cuando sientas que no has podido ser mas feliz, que no hay nada como viajar, vuelve a ahorrar. Y vete otra vez. 11 12 13 Ojala Ojala esto no acabe nunca. Ojala sigas enamorandote cada dia. Y enamorandome. Ojala sigas teniendo un hueco en tus dias para mi. Y sigas teniendo tiempo para regalarme. Aunque solo sean segundos. Ojala sigas riendote como solo tu sabes. Y sigas mirando de esa forma que derrite a cualquiera. Ojala me sigas eligiendo para tus momentos mas importantes y para las mayores tonterias. Ojala quieras. A todo. Y a mi. Tambien. Ojala sigas siendo tu, con todo lo que a ello se refiere, con tus virtudes y tus defectos, con tu manera de hacer las cosas. Ojala sigas aceptandome tal y como soy, aunque sea dificil de llevar a veces. Ojala sigas quedandote. Venga lo que venga. Ojala te sigas viendo tan atractivo. Y sigas superando cada beso y cada uno de los escalofrios que producen. Ojala sigas haciendo de un abrazo el mejor lugar para vivir. Y ojala sigas teniendo las manos suaves para acariciarme, para recomponerme o para contar todos mis lunares. Ojala no dejes de quererme. Ni de recordarme que lo haces. Ojala sigas siendo un romantico. O al menos lo intentes. Y ojala sigas teniendo mil detalles que roban sonrisas. Ojala sigas teniendo ganas de conocer mundo. Conmigo. Curiosidad para saber que hay ahi fuera. Y de querer dejar huella en un sitio nuevo. Ojala te queden mas locuras para compartir. Y tengas planeadas mas sorpresas. Ojala sigan habiendo dias malos para saber lo buenos que son el resto. Y para saber que sigues ahi, a pesar de todo. Pero ojala los buenos siempre los superen. Que eso si, si hemos llegado hasta aqui, es porque lo bueno siempre es mucho mas. Ojala siempre que llegues tarde sea para quedarte. Y que si te vas, siempre vuelvas. Ojala nunca olvides mi 14 sonrisa ni cada uno de los <> que te dije. Y ojala tengas memoria para recordar muchos mas. Ojala tengas tiempo y ganas para seguir conociendome, pero que no acabes de conocerme del todo. Nunca. Para no dejar de sorprenderte. Ojala no te olvides nunca de como empezo todo, porque esa es la manera de conseguir que las cosas nunca se acaben.

  • Abrazame otra vez de Valentin Alvarez Tremino

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    Barcelona dos anos despues... Mirala, ahi esta Cristina con su sonrisa, puedo estar el resto de mi vida contemplandola, y es lo unico que tengo en mi agenda para el resto de mi vida. Lleva puestos los auriculares de su iPod, seguro que esta escuchando alguna cancion de Cristian Castro, el cantante que mas nos gusta a ambos, hasta en eso coincidimos. Esta sentada en el suelo utilizando el viejo roble de respaldo, junto a ella el pequeno Alex medio dormido en sus brazos, nos tiene ocupados las veinticuatro horas del dia, pero si hubieran veinticinco seguira valiendo la pena. Sabes a veces me sigo preguntando si todo esto es real o tan solo estoy sumergido en un sueno eterno, y me digo a mi mismo " si estas sonando no te despiertes...", aun tengo fijado en mi memoria aquel dia en el karaoke como si fuera ayer, la sigo viendo darse la vuelta en el escenario y mi corazon ponerse a latir tan fuerte que creia que se saldria de mi pecho. Pero entonces la abrazo y toda las dudas se disipan como una nube de humo arrastrada por una corriente de aire llamada amor. Es real, Cristina y yo estamos juntos, hemos podido con todo a pesar de que el tiempo quiso borrar de nuestra memoria aquel amor de juventud, o mas bien de ninez porque cuando nos conocimos ni siquiera eramos todavia adolescentes sino tan solo unos ninos de doce anos, y no sabiamos que era eso llamado amor. Sin querer un recuerdo emerge de mi memoria, llevandome al dia que hable con ella por primera vez, bueno hablar lo que se dice hablar no se puede llamar, quiza mas bien que asenti mientras ella hablaba y sus ojos me embrujaban. Estamos en clase de manuales de sexto de E. G. B. y la profesora Maria Jose ha mandado a toda la clase hacer un collage, para ello utilizaremos recortes de viejas revistas que nos habia mandado traer el dia anterior. Y como de costumbre no nos ponemos de acuerdo para hacer las parejas para realizarlo asi que se enfada y coge la lista de clase, poniendose a emparejarnos a su voluntad. Va nombrado a companeros, hasta que dice "Alex con Cristina", en ese momento se me para el corazon, tan solo es un segundo pero para mi parece una eternidad, entonces la veo levantarse y venir hacia mi para sentarse a mi lado, yo me pongo colorado y agacho la cabeza al tiempo que alargo mi brazo para coger la barra de pegamento y justo ella hace lo mismo por lo que nuestras manos chocan, soltando un chispazo que hace que los dos la retiremos enseguida. --Perdon Alex cogela, tu estabas primero --me dice Cristina, con esa sonrisa suya tan maravillosa que veo por primera vez. --No, empieza tu por favor --consigo atisbar a decir medio tartamudeando. --Vale, gracias compi --me contesta guinando un ojo. Si, creo que justo ahi, tras ese calambrazo de nuestras manos empezo todo, nuestras almas quedaron unidas. De repente la voz de Cristina me trae de vuelta al presente. --!Alex! --Dime carino, ?que ocurre? --Esta empezando a refrescar, sera mejor que regresemos a casa, no quiero que el peque coja frio. --Tienes razon, voy a ir poniendo el coche en marcha. Llevamos unos kilometros recorridos con el coche, el peque se ha quedado frito en el asiento de detras de nuestro Chevrolet Aveo, no falla un buen paseo por el campo y suelta toda la adrenalina de hiperactividad, para pasar a ser un angelito adorable. Nosotros tambien nos estamos relajando escuchando la melodia “para Elisa” de Beethoven durante el trayecto. Sin embargo algo me dice que Cristina no lo esta haciendo como es habitual en ella, la veo fija centrada mirando la pantalla de su smartphone, y tecleando en una conversacion con alguien. Normalmente no le prestaria atencion a esto pero la conozco demasiado como para saber que ese ceno fruncido al tiempo que mordisquea sus unas, mientras habla con alguien por WhatsApp significa que se esta enterando de algo que no le hace mucha gracia, mas bien ninguna . --?Que es lo que te esta preocupando y cuando piensas contarmelo? --le digo al tiempo que toco su hombro para hacerla desconectar un segundo de la pantalla de su smartphone. --?Que? No, nada en absoluto --responde aturullada, ya que no creia que estaba fijandome en lo que hacia. --Venga ?en serio? ?Vas a hacerme que te haga mi super interrogatorio ultra tres mil ? --No, de verdad es solo un cotilleo, a ti estas cosas te aburren --contesta intentando dar por zanjado el tema. --Vale lo que usted quiera senorita, yo ya le adverti --le digo con una sonrisa picarona . Disminuyo la velocidad de nuestro coche y consigo dejarlo estacionado en un arcen de la carretera. Me desabrocho el cinturon de seguridad e inicio mi super interrogatorio...que no es otro que hacerle cosquillas en su barriga, no ha fallado nunca, tiene una probabilidad de exito del cien por cien con ella. --Jajaja...!!No!!!!Para por favor!! Que cabroncete que eres, sabes que eso es mi kryptonita --dice sacandome la lengua de forma burlona. --Vale pero ya sabes dime lo que esta rondando por esa cabecita o seguire con mi interrogatorio exhaustivo --le digo al tiempo que le guino mi ojo derecho. --Veras me han contado algo que me ha dejado un poco trastocada… --Pero… ?Es bueno o es malo? --pregunto intrigado. --Digamos que no se puede catalogar ni como bueno ni malo… simplemente es algo que ha ocurrido con un sitio especial para nosotros, pero que no supone nada malo para ti o para mi… Su respuesta enigmatica me deja todavia mas interesado en saber que ha ocurrido. --Ahora por favor, sin andarte mas por las ramas dime de que te has enterado --le digo mientras comienzo de nuevo a proceder con las cosquillas. --Jajaja… no, no sigas que ya no me hago la interesante, te lo cuento… veras me estaba mensajeando con Susana y me conto algo que no tenia ni idea de que estaba pasando. Resulta que nuestro cole al que fuimos juntos, “La academia Altabix ” por diversos motivos pero va a cerrar definitivamente sus puertas… --en ese preciso momento la interrumpo sin dejarla acabar de explicarse . --!?Como que cierra?! Eso no puede ser… --Me temo que si… --Pero con tantos anos de clases a sus espaldas ?por que ahora? ?Que ocurrio? --No me lo supo explicar muy bien pero algo de que “alguien” se quedo con los dineros de los cheque comedor, vamos cosas de estafas o algo asi. --!?Que?! No me lo puedo creer… --Pues me temo que debemos hacernos a la idea de que el lugar donde nos conocimos dejara de existir como tal muy pronto… sin embargo hay una segunda parte de la noticia. --?Hay mas? No se si quiero escucharlo --digo algo apesadumbrado. --Esta es la parte buena te gustara seguro --me contesta con una sonrisa. --A ver sueltalo ya de golpe sin tapujos, no quiero ni pensar que mas puede ser… --De acuerdo no lo dilatare mas… pues resulta que como ya no habra mas cursos escolares y que este sera el ultimo, van a organizar una fiesta de despedida del colegio, en la cual quieren que este todo el que haya estudiado alli e incluido todos los profesores que impartieron clase tambien. Me quedo unos instantes procesando esa informacion tan…tan estupenda que leches, eso es maravilloso, pero intento que no se me note euforico. --Oh vaya, no esta mal la idea… --Venga no me enganas con esa cara insipida que intentas poner para ocultar lo que de verdad sientes ?a que si??Tengo o no tengo razon pillin? Durante unos segundos intento disimular pero al final la sonrisa me vence. --Jajaja… como me conoces nina, pues si, es una idea que me encanta porque eso significa que podremos volver a ver a los compis de nuestro cole… ?Por que supongo que iremos verdad? --Bueno invitados estamos, de hecho lo esta todo el mundo que estudio alli. Dios ?cuanto tiempo hace que no nos reunimos? --Supongo que esa pregunta debe ser una broma o bien que intentas pillarme ?Verdad? Porque hace exactamente cinco anos de la ultima reunion, lo se porque justamente fue hace cinco anos en esa reunion que tu organizaste, que me “devolviste” a la vida, cinco anos que te di nuestro primer beso bajo las estrellas de esa vieja casa del arbol que construyo mi abuelo, cinco anos que tu y yo nos amamos por primera vez… Ella se me queda mirando con ojos vidriosos y solo me dice una cosa … --Besame tonto, o tengo que hacerlo yo. Y nos quedamos, aparcados en ese arcen de la carretera besandonos como si dos adolescentes tuvieran su primera cita en un viejo Chevrolet.

  • Ojos sabor a menta de Rocio Ramirez Castillo

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    “Me llamo Veronica pero todos me dicen Vera, para no confundirme con mi mama, que se llama igual que yo. Pero soy diferente a las demas. Cuando veo colores, siento sabores. Cuando escucho musica, veo colores. Tengo los sentidos intercambiados, o sinestesia. En la escuela me dicen “la rara” o “la come-colores”. No tengo amigos, pero si hay dos chicos en mi vida. Mario, el chico que me gusta, porque cuando toca su guitarra veo colores en su musica, y Raul, el chico que mas odio, es un arrogante, un presumido, pero… tambien me gusta, porque tiene ojos sabor a menta”.

  • La Otra Gente de C. J. Tudor

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    Lo primero en lo que se fijo fue en los adhesivos que bordeaban la luneta del coche y recubrian el parachoques: <>. <> <> <> <> Vaya batiburrillo de mensajes. Aunque una cosa quedaba meridianamente clara: el conductor era un capullo. Gabe habria apostado lo que fuera a que llevaba una camiseta con un eslogan y tenia en la oficina una foto de un mono con las manos en la cabeza y el letrero: <>. Le sorprendia que el tipo pudiera ver algo entre tantas pegatinas. Por otro lado, al menos proporcionaba material de lectura a la gente durante los atascos. Como aquel en el que se encontraban atrapados en ese instante. Una larga fila de vehiculos avanzaba a paso de tortuga a causa de las obras en la autopista; daba la sensacion de que se habian iniciado en algun momento del siglo anterior y que durarian hasta bien entrado el milenio siguiente. Gabe suspiro y tamborileo con los dedos sobre el volante, como si asi pudiera aligerar el trafico o hacer que apareciera una maquina del tiempo. Ya casi iba con retraso. No del todo. Aun no. Todavia estaba dentro de los limites de lo posible que llegara a casa a tiempo. Pero no albergaba muchas esperanzas. De hecho, las esperanzas lo habian abandonado cerca de la salida 19, como a todos los conductores lo bastante espabilados para confiarse a su GPS y tomar un desvio por una carretera comarcal. Lo mas frustrante era que ese dia habia conseguido salir a buena hora. Habria podido llegar sin problemas a las seis y media, a tiempo para la cena y para acostar a Izzy, como le habia prometido --prometido de verdad-- a Jenny que haria esa noche. <> Eso le habia dolido. Ella queria hacerle dano. Por supuesto, Gabe habria podido replicar que era el quien habia preparado a Izzy para el colegio por la manana, mientras Jenny salia pitando para reunirse con un cliente. Era el quien habia consolado a su hija y le habia aplicado crema antiseptica en el menton cuando el temperamental gato de la familia (adoptado por Jenny) la habia aranado. Pero no le ha dicho nada, porque ambos sabian que eso no compensaba todas las ocasiones perdidas, los momentos en que el no habia estado alli. Jenny era una mujer bastante razonable, pero en lo que a asuntos familiares se referia, tenia los limites bien marcados. Si alguien los traspasaba, ella tardaba mucho tiempo en dejarlo volver al redil. Era una las cosas que el amaba de ella: su devocion inquebrantable hacia su hija. La madre de Gabe habia sido mas devota del vodka barato, y el nunca habia conocido a su padre. Juro que el seria distinto, que siempre estaria al lado de su pequena. Y sin embargo alli estaba, atrapado en la autopista, con muchos numeros de llegar tarde. Otra vez. Jenny no se lo perdonaria. No queria pensar demasiado en las posibles consecuencias. Habia intentado llamarla, pero habia saltado el buzon de voz. Ahora le quedaba menos de un uno por ciento de bateria en el movil, que se apagaria en cualquier momento, y justo ese dia, como no podia ser de otra manera, Gabe se habia dejado el cargador en casa. No podia hacer otra cosa que permanecer sentado, luchando contra el impulso de pisar el acelerador a fondo y llevarse por delante los demas vehiculos, tabaleando sobre el volante con agresividad mientras contemplaba al puto don Pegatinas que tenia delante. Muchos de los adhesivos parecian viejos, pues estaban descoloridos y arrugados. Por otro lado, era un coche antiguo. Un Cortina, o algo por el estilo. Estaba pintado con un espray de aquel color tan de moda en los anos setenta: una especie de dorado sucio. Platano mohoso. Crepusculo contaminado. Sol moribundo. El inestable tubo de escape escupia de forma intermitente un turbio humo gris. El parachoques entero estaba salpicado de herrumbre. Gabe no alcanzaba a ver el distintivo de la marca. Seguramente se le habia caido, junto con media matricula. Solo quedaban las letras <>, <>, y parte de un numero que podia ser un 6 o un 8. Fruncio el ceno. Estaba convencido de que aquello no era legal. Seguro que el cacharro de mierda no estaba ni en condiciones de circular, ni asegurado, ni en manos de un conductor cualificado. Mas valia no acercarse demasiado. Estaba planteandose cambiar de carril cuando el rostro de la nina aparecio tras la luneta, justo en el centro del marco formado por los adhesivos medio despegados. Parecia tener unos cinco o seis anos, cara redonda, mejillas sonrosadas y el fino cabello rubio recogido en dos coletas en lo alto de la cabeza. Lo primero que le paso a Gabe por la cabeza fue que ella deberia llevar puesto el cinturon de seguridad. Lo segundo que penso fue: <>. La nina clavo la vista en el. Se le desorbitaron los ojos. Abrio la boca, dejando al descubierto el diente delantero que le faltaba. Gabe recordaba haberlo envuelto en un panuelo de papel antes de colocarlo debajo de la almohada para que lo recogiera el Ratoncito Perez. Sus labios formaron la palabra <>. En ese momento, una mano procedente del asiento delantero la agarro del brazo y tiro de ella hacia abajo con brusquedad. Ella desaparecio de la vista. Se esfumo. Ya no estaba. Gabe se quedo contemplando el espacio vacio tras el parabrisas. <> Imposible. Su hija estaba en casa, con su madre. Probablemente viendo el Disney Channel mientras Jenny preparaba la cena. No podia ir en el asiento de atras del coche de un desconocido, en direccion a Dios sabe donde y sin el cinturon de seguridad abrochado. Las pegatinas le impedian ver al conductor. A duras penas alcanzaba a vislumbrarle la cabeza por encima del <>. A la mierda. Toco el claxon de todos modos. Luego hizo senales con las luces. Parecio que el cacharro aceleraba un poco. Las obras de la autopista terminaban unos metros mas adelante, y las senales de ochenta kilometros por hora cedian el paso a las que indicaban el limite de velocidad nacional. <> Piso el acelerador. Su coche era un Range Rover nuevo. Tiraba como una bestia. Aun asi, el viejo y destartalado monton de chatarra que tenia delante se alejaba. Apreto el pedal con mas fuerza. El velocimetro subio poco a poco, a ciento diez, ciento veinte, ciento treinta y cinco… Cuando empezaba a ganar terreno, el automovil de delante se paso de golpe al carril central y adelanto varios coches. Gabe lo siguio con un viraje brusco, cerrandole el paso a un camion de alto tonelaje. El estruendoso bocinazo estuvo a punto de dejarlo sordo. El sentia que el corazon estaba a punto de reventarle el pecho como un puto alien. El coche de delante zigzagueaba peligrosamente entre los demas vehiculos. Gabe se vio acorralado por un Ford Focus, a un lado, y un Toyota, delante. Mierda. Echo una ojeada al retrovisor y se desvio al carril lento antes de colarse rapidamente delante del Toyota. En ese instante, un Jeep que se incorporaba desde el carril de adelantamiento le rozo el capo. Gabe freno en seco. El conductor del Jeep puso las luces de emergencia y le mostro el dedo medio. --!Que te den, gilipollas de mierda! El monton de chatarra, que le sacaba ya varios coches de ventaja, continuo serpenteando entre el trafico hasta que las luces traseras desaparecieron a lo lejos. Gabe no podia seguirle el ritmo. Era demasiado peligroso. Ademas, se dijo, sin duda se habia confundido. Por fuerza. No podia tratarse de Izzy. Era imposible. ?A santo de que iria montada en ese coche? Se sentia cansado, estresado. Estaba oscuro. Debia de tratarse de una ninita que se parecia a Izzy. Una ninita que se le parecia un monton, que tenia la misma cabellera rubia recogida en coletas, la misma mella entre los dientes delanteros. Una ninita que lo habia llamado <>. Mas adelante una senal luminosa rezaba: <>. Podia parar alli y llamar a casa para quedarse mas tranquilo. Pero ya iba a llegar tarde; mas valia que siguiera adelante. Por otro lado, ?que importaria si se retrasaba unos minutos mas? Se aproximaba a la salida. <> En el ultimo momento, dio un volantazo a la izquierda y piso las bandas sonoras blancas, provocando un concierto de bocinazos. Acelero por la rampa y llego a la estacion de servicio. Gabe casi nunca paraba en estaciones de servicio. Le parecian deprimentes, llenas de infelices que habrian preferido estar en otra parte. Perdio unos minutos valiosos corriendo de un lado a otro entre los diversos establecimientos de alimentos en busca de un telefono publico, hasta que al fin encontro uno medio escondido cerca de los aseos. Un unico aparato. Ya nadie usaba telefonos publicos. Perdio varios minutos mas buscando suelto hasta que cayo en la cuenta de que aceptaba pago con tarjeta. Se saco la de debito de la cartera, la introdujo y marco el numero de casa. Jenny nunca lo cogia al primer timbrazo. Siempre estaba ocupada haciendo algo con Izzy. A veces decia que le habria gustado tener ocho pares de manos. El deberia pasar mas tiempo en casa, penso. Echarle una mano. --?Diga? Era la voz de una mujer, pero no de Jenny. La voz de una desconocida. ?Se habria equivocado de numero? No lo marcaba muy a menudo. Culpa de los moviles, tambien. Comprobo el numero en la pantalla. Era el del telefono fijo de su casa, sin asomo de duda. --?Diga? --repitio la voz--. ?Es usted el senor Forman? --Si, soy el senor Forman. ?Y usted quien cono es? --Soy la inspectora de policia Maddock. --Una inspectora de policia. En su casa. Atendiendo su telefono--. ?Donde esta usted, senor Forman? --En la M1. Es decir, en una estacion de servicio. De camino de vuelta del trabajo. Balbuceaba. Como si fuera culpable de algo. Aunque en realidad lo era, ?no? Culpable de un monton de cosas. --Tiene que volver a casa, senor Forman. Lo antes posible. --?Por que? ?Que pasa? ?Que ha pasado? Una larga pausa. Un silencio denso, opresivo. Uno de aquellos silencios prenados de palabras sobrentendidas, penso el. Palabras que estaban a punto de joderle la vida por completo. --Se trata de su esposa… y de su hija.

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    Tras el accidente, llega el cumpleanos de Naira y la gran celebracion que sus mejores amigas le prepararan en una discoteca !Por fin cumple dieciocho anos! La fiesta dara mucho de si, pero sobre todo una sorpresa que nunca olvidara.

  • El regreso de Sarah Ellen (Tu me ves 4) de Gemma Herrero Virto

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    Una casa en la que nunca entra la luz del sol, una madre obsesiva, una nina con una extrana enfermedad, un bosque oscuro en el que es mejor no adentrarse…

  • El amor no se compra de Sophie Saint Rose

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    Sussane esta pasando una mala racha y su vecina Ruth le echa una mano. Ella es prostituta y la introduce en ese mundo enviandola a su jefa. Boyd Cambell es su primer y unico encargo. ?Sera capaz de no enamorarse de el tras fingir ser su pareja durante seis meses? Eso si que es imposible

  • Cumpliendo su destino de Stephanie Laurens

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    Tras escapar milagrosamente de la muerte, Malcolm Sinclair hizo desaparecer al infame hombre que habia sido para reinventarse como Thomas Glendower. Su intencion era intentar corregir los errores de su pasado. Sin embargo, jamas imagino que la penitencia fuera a llegar a traves de la misteriosa dama a la que habia descubierto habitando en su aislada mansion. Rose tenia una explicacion logica para su presencia, junto con sus hijos, en la casa de Thomas, pero enseguida se dio cuenta de que ese hombre era demasiado inteligente para que alguien pudiera enganarlo. Revelarle la verdad seria tremendamente peligroso. Sin embargo, dia a dia, el consiguio ganarse su confianza, y luego su corazon. Pero los enemigos se acercaban y Rose no tuvo mas remedio que acudir a Thomas, el unico hombre que podria protegerla a ella y a sus hijos. Y, al pedirle su ayuda, Thomas al fin comprendio el verdadero proposito de su propia vida y, con absoluta entrega, se dispuso a hallar su redencion de la unica manera que podia: viviendo la realidad de amar a Rose.

  • Un amor para Rebeca de Mayte Uceda

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    Bestseller digital en Alemania.

  • Veinte mil leguas de viaje submarino de Jules Verne

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    ” Veinte mil leguas de viaje submarino ” es una gran narracion poetica, furibunda, impregnada de tintes romanticos y descripciones sublimes, presidida por el mar y por uno de los mejores personajes de Jules Verne, el capitan Nemo, y su legendaria maquina, el submarino Nautilus. Verne ha inspirado a lectores y escritores de todo el mundo. Turgueniev, Tolstoi, Bradbury, Rimbaud, Perec o Le Clezio son solo algunos de los que lo han leido con pasion. Ahora, cuando celebramos el sesquicentenario de la publicacion de esta obra, podemos recordar las palabras de Fernando Savater, que afirma que para interesarse por Verne basta con que el lector ” no haya perdido la capacidad de gozar leyendo ”

  • Mentiras de hielo de Marta Andres

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    Un sorprendente thriller romantico protagonizado por Elsa Maqueda, una joven psicologa que se vera atrapada en un misterioso asesinato.

  • Un juego peligroso de Anna Depalo

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    Cuando la meta era la seduccion, no valia cualquier juego.

  • El tatuador de Auschwitz de Heather Morris

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    Basada en la gran historia real de Lale y Gita Sokolov, dos judios eslovacos que consiguieron, contra todo pronostico, sobrevivir al Holocausto.
    Para Lale, los dias transcurren entre el horror y su trabajo como tatuador de prisioneros. Entre estos prisioneros se encuentra Gita, una joven de la que queda enamorado. En ese momento, la vida de Lale cobrara un nuevo sentido y hara todon lo posible para que Gita y el resto de prisioneros sobrevivan.
    Despues de la guerra, deciden mudarse a Australia para poder comenzar de nuevo. Tras la muerte de Gita, Lale siente el peso de su pasado y la irremediable necesidad de contarlo.
    Esta es su historia.

  • Los Buenos de Hannah Kent

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  • Insurreccion de Jose Ovejero

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    Ana tiene diecisiete anos y no le gusta el mundo que la rodea. Rechaza a una madre que se cree que puede salvar el planeta vendiendo bolsos fabricados con materiales reciclados y a un padre que se resigna a la progresiva degradacion de sus condiciones de trabajo en la radio. Por eso se va del hogar que supuestamente debe protegerla y entra en una casa okupada. Alli, al calor de companeros que han buscado refugio de la ferocidad de los salarios precarios y del desalojo paulatino de los habitantes de los barrios por franquicias, hoteles y apartamentos turisticos, se entrega a la unica vida que para ella tiene sentido: la de vivir en una comunidad de resistencia, en la que no se descarta la violencia.

  • Lo que me dijo el cafe de Valeriam Emar

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    Magnolia Betul tenia un don, como todas las mujeres de su familia, podian adivinar el futuro a traves del cafe. Y su don le advertiria de la llegada de un antiguo amor y que la vida de el corria peligro. El problema era que ella era la unica persona que podia salvarlo. Y hubiera sido mas sencillo protegerlo si el no se comportara como un arrogante que pensaba que el cafe solo servia para beberlo.
    Dante Greco habia regresado a su pueblo para asistir al funeral de su padre y para tratar de arreglar las diferencias que tenia con su familia. Pero no contaba que su desquiciada amiga de la infancia se convirtiera en su sombra y quisiera obligarlo a creer en la magia.
    Tal vez se necesitaba de magia para reavivar un viejo amor.

  • Sangre y rosas (Beatrix Rose 3) de Mark Dawson

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    Beatrix Rose ha eliminado ya varios nombres de su lista de objetivos: cuatro de ellos estan muertos y ahora solo quedan dos. Sus enemigos saben que va a por ellos y que esta muy cerca. El cazador se ha convertido en presa.

  • Manual para vivir en la era de la incertidumbre de Antonio Garrigues Walker

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    Que vivimos tiempos de incertidumbre parece requerir pocas explicaciones. Las viejas certezas de prosperidad y progreso se han desdibujado con la misma facilidad con la que los gobiernos nacionales y los organismos multilaterales han perdido eficacia en la gobernanza de la globalizacion. Los efectos de la crisis economica, la revolucion digital y la aceleracion exponencial del tiempo y los cambios agudizan esta sensacion de desamparo.

  • El jardin de los secretos de Ivan Soler Real

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    Aquella manana, la inspectora Robin comenzaba su rutina como si se tratara de un dia cualquiera. El aroma del cafe recien hecho ayudaba a sus sentidos a irse despertando. Como cada manana, una casa sobria y vacia le daba los buenos dias; el tipo de vida que habia elegido no le dejaba mucho tiempo para conocer a nadie. Tras una ducha rapida, se dirigio a su puesto de trabajo en la Brigada de Patrimonio Historico de la Policia Nacional. Pero este no seria un dia mas, de camino recibio una llamada telefonica, uno de los cuadros mas importantes del Museo Nacional del Prado en Madrid habia sido sustraido. Debia dirigirse al lugar inmediatamente, el director del museo requeria su presencia. De un volantazo, cambio el rumbo de su vehiculo y se dirigio hacia el lugar de los hechos. En la puerta su companero, el subinspector Gonzalez, la esperaba impaciente fumando un cigarrillo. La prensa no tardaria en enterarse y su comisario necesitaba material para poder afrontar ese cumulo de preguntas al que se enfrentaria. --Buenos dias jefa, el director del museo nos esta esperando. --?Donde esta el fuego? No se a que vienen esas prisas --contesto la inspectora con su habitual mal humor matutino. El museo permaneceria cerrado al publico ese dia. Al acceder por la puerta principal, un empleado ataviado con traje y corbata hizo un gesto a los agentes para que le siguieran. Atravesaron varias salas y pasillos hasta llegar a un gran despacho de aspecto senorial. En el fondo quien parecia ser el director del museo. --Buenos dias agentes, tenemos que actuar con velocidad, El Jardin de las Delicias ha sido robado. --?El Jardin de las Delicias? --repitio el subinspector Gonzalez. --Es un cuadro de El Bosco, si no me equivoco, --contesto Robin. --Efectivamente. Es la obra maestra mas importante que pinto el autor, y una de las piezas mas preciadas de nuestro museo --puntualizo el director. --Pero ?Como han podido burlar las medidas de seguridad de este museo?, y ?como demonios no se han dado cuenta de la sustraccion hasta ahora? --Bien inspectora, ha sido un cumulo de circunstancias. El cuadro fue llevado a los sotanos del museo para realizarle labores de conservacion. Lo que en principio se trataria de un par de dias, se convirtio en una semana debido a que los dos expertos restauradores que debian realizar esas labores contrajeron una enfermedad, creo que gripe, y no vinieron a trabajar durante varios dias. Esta manana iban a volver a colocar el cuadro en la exposicion y los encargados del transporte se percataron de que ya no se encontraba alli. --?Que dicen las camaras de seguridad? --pregunto la inspectora. --Los vigilantes han estado revisando las camaras y no han visto nada anormal. --Pues caso cerrado, el cuadro se ha volatilizado --dijo Robin sarcasticamente. --Inspectora, esto es muy serio. Esta manana he hablado con el Ministro de Cultura, el cual, a su vez, ha telefoneado a su Comisaria General, este caso es de maxima importancia -- comento el director del museo con voz amenazante. Robin sabia de primera mano que cuando los politicos se inmiscuyen en el trabajo policial, siempre es para empeorar la situacion. La burocracia y la eficacia rara vez van de la mano. Asi que intentaria recuperar esa obra maestra antes de que ningun jefe pudiera meter las narices en su trabajo. Despues de la interesante conversacion con el director, Robin fue guiada hasta el lugar de los hechos, los sotanos del majestuoso Museo del Prado, los cuales albergan una de las mayores colecciones de arte del mundo. La seguridad parecia ser impenetrable, puertas blindadas, camaras de seguridad, sensores de movimiento, guardias armados; parecia imposible que algo pudiera salir de alli sin ser detectado. Al llegar a los accesos del cuarto donde debia de estar la pieza sustraida, pudieron ver como el equipo de Policia Cientifica aguardaba la llegada de los investigadores. La inspectora comenzo a repartir tareas. --Podeis empezar con la inspeccion ocular, extraer cualquier huella o muestra genetica que pudiera haber en esta habitacion, no importa donde se encuentre ni a quien pertenezca. Gonzalez, quiero los nombres de los restauradores que debian haber trabajado estos dias y no lo hicieron. Disculpe director, necesitaria los nombres de todos los empleados que tienen acceso a esta camara, asi como los vigilantes de seguridad que estuvieron anoche de servicio. Les tomare declaracion a todos ellos. Tambien necesitaria las imagenes de todas las camaras de seguridad de todo el Museo referente a las ultimas veinticuatro horas. Un cuadro de dos metros de alto por dos metros de ancho no puede haber desaparecido sin dejar rastro. --Disculpe inspectora, pero por motivos de seguridad no le puedo facilitar todas las grabaciones de las camaras. Piense que en este lugar hay obras de un valor incalculable. Cada empleado tiene una serie de claves unicas de acceso, y nuestro sistema de seguridad es uno de los mejores del mundo, considerado de alto secreto. Si le entregase las imagenes seria una intromision en nuestra seguridad. --Si su sistema de seguridad fuera tan bueno yo no estaria aqui. Si no me las facilita voluntariamente volvere con una orden judicial. Usted preocupese por su trabajo que yo hare el mio. Tras unos segundos de silencio, el director del museo puso cara de pocos amigos mientras contestaba. --Hable con mi ayudante, el le facilitara todo lo que necesite. Tras esas palabras, se dio la vuelta y abandono la estancia sin despedirse. Se veia a primera vista que aquel hombre no estaba acostumbrando a recibir ordenes, y menos provenientes de una mujer veinte anos mas joven. El cerebro de la inspectora comenzaba a funcionar a toda velocidad. Habia aun muchas dudas que despejar. ?Por que ese cuadro? Una vez en el interior, los ladrones podrian haberse llevado lo que hubieran querido. ?Por que ese en especial? Quizas algun comprador estuviese interesado especificamente en esa obra. Habia mucho trabajo que hacer. El resultado de la inspeccion ocular fue negativo. Ni huellas, ni vestigios, ni nada por donde empezar a tirar del caso. Parecia ser obra de un fantasma. Algo no encajaba en ese robo. Eso no se parecia a ninguno de los casos que habia dirigido la inspectora. Normalmente, la mayoria de los robos de obras de arte se producian en iglesias o museos con pocas medidas de seguridad. Incluso los lardones de guante blanco dejaban alguna pista, una imagen, una huella de pisada, trazos de herramientas en puertas forzadas, algun testigo presencial, algo por donde empezar a investigar; las cosas no desaparecian por si solas, y menos una obra maestra sustraida del interior de la camara acorazada que el Museo del Prado tiene por sotano. La teoria de que el autor pudiera ser alguien de dentro cada vez cobraba mas fuerza. Todos los trabajadores que tuvieron acceso a esos sotanos fueron pasando por la oficina de la inspectora uno por uno; todos ellos fueron interrogados. Las tarjetas de seguridad de los empleados dejaron constancia electronica de todos y cada uno de los movimientos que hicieron. Las entradas y salidas, los dias y las horas, el tiempo que estuvieron, nada se salia de lo normal. Mas tarde, los vigilantes de seguridad que custodiaron el recinto esa noche dieron su version de lo sucedido. Nadie vio nada; todos hicieron las rondas establecidas, nadie falto a su puesto de trabajo. Los ultimos en ser oidos en declaracion fueron los dos expertos restauradores encargados de realizar los trabajos de conservacion de la pintura. Ambos habian caido enfermos en circunstancias similares. Segun ambas versiones, hacia cinco noches salieron con un grupo de empleados del museo para celebrar la jubilacion de uno de ellos. Estuvieron cenando en un restaurante de Sushi y algo les provoco una fuerte intoxicacion. Permanecieron en cama con gastroenteritis aguda hasta el dia en el que ocurrieron los hechos. Esa manana, tras obtener el alta medica, los expertos realizaron los debidos cuidados y procedieron a la limpieza de la obra en cuestion, abandonaron los sotanos del museo a las 17:05 horas, juntos y con las manos vacias. Nada parecia sospechoso. Este caso iba a provocar mas dolores de cabeza de lo esperado. Despues de una larga jornada de trabajo, Robin dejo irse a casa a los miembros de su grupo y se quedo sola en la oficina. Queria saber algo mas acerca del cuadro sustraido. El Jardin de las Delicias era una obra maestra realizada por el pintor holandes Jheronimus Bosch, conocido en el mundo del arte como "el Bosco". El cuadro, pintado al oleo, era lo que se denominaba un "triptico", hecho en tres laminas, una central y mas grande, y otras dos laterales que se cierran, a modo de puertas, sobre la tabla del medio. El contenido del cuadro habia sido siempre polemico, habiendo diferentes teorias en cuanto a lo que representaba. La principal era que la obra pretendia mostrar la historia del mundo, desde su nacimiento, hasta el apocalipsis. Cuando el triptico permanecia cerrado, el cuadro dejaba ver un planeta oscuro y sin vida; sus tonos grises y vacios daban un aire tetrico a las tablas. Pero abierto, la pintura arrojaba una explosion de color y alegria que lo inundaba todo. En el panel izquierdo se observaba un mundo verde y con fauna animal y tres personas en el; al parecer representaba el paraiso. El panel central y mas grande, mostraba una amalgama de personas y animales realizando diversas actividades, al parecer unicas, todos estaban completamente desnudas y parecian disfrutar de lo que hacian. La pintura central daba a Robin una sensacion extrana de sobrepoblacion. Por ultimo, la tabla de la derecha mostraba la decadencia del mundo; muertos y heridos se agolpaban por todos los lados proyectando en ese lateral un aire siniestro. Ese cuadro le resulto interesante a la inspectora Robin. Se trataba de una de esas piezas, repletas de detalles, que se puede estar mirando durante dias y siempre se descubre algo nuevo.

  • Bajo la luz del norte de Louise Fuller

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    El objetivo de el era conseguir que las relaciones romanticas fuesen faciles.

  • El embalse 13 de Jon Mcgregor

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    Premio Costa 2017

  • En la piel de una yihadista de Anna Erelle

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    El testimonio de una joven occidental captada por el estado islamico.

  • Bonita Avenue de Peter Buwalda

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    A finales de los noventa, Siem Sigerius es uno de los personajes publicos mas notorios y extravagantes de su pais. Antiguo campeon de judo, genio matematico de renombre internacional, amante del jazz y rector de una universidad emergente de provincias, su nombre suena como favorito para ocupar la cartera de ministro de Educacion; y a su acogedor domicilio conyugal, una granja cercana al campus, acuden todo tipo de curiosas personalidades.

  • Todo saldra bien de Emilio Ortiz

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    Una nueva agencia de detectives acaba de nacer en Madrid. La forman un grupo de lo mas peculiar y divertido: Mario, un joven emprendedor invidente; Nicolas, su amigo del alma, y Milagros y Juanma, dos jovenes con unas capacidades muy especiales. Juntos intentaran averiguar que le ha sucedido a una joven que lleva meses desaparecida. Al equipo de detectives se unen dos sabuesos de primera: Cross, el extraordinario perro guia ya jubilado de Mario, que tendra que verselas con Jazz, el jugueton pastor aleman que lo acompana ahora. La ciudad esconde muchos secretos y peligros, pero las aventuras en compania son, sin duda, mucho mas divertidas.

  • Tablero mortal de Javier Marin Mercader

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    Con sus ultimos pasos dejo atras el sinuoso camino que lo llevo a lo mas alto de la colina, se detuvo con cara de satisfaccion y contemplo el mar de luces a lo lejos bajo sus pies. Era media noche, una fria brisa traia un leve olor a tierra mojada y todo lo que veia era el manto azulado de una ciudad que no dormia, miles de pequenos focos de distintos colores le daban la bienvenida. Habia pasado mucho tiempo fuera, su instruccion fue dura y sacrificada. Era la hora: estaba escrito. Mirando aun esos destellos como pequenas luciernagas frente a el, su cara mostro una casi imperceptible sonrisa. La situacion lo excitaba. La adrenalina le corria veloz por las venas. Su cabeza era un torbellino de sentimientos. Por el, por su sufrimiento, por lo que dejo atras. Ahora estaba preparado. Devolveria todo el dano que habia sufrido alli. Abrio los brazos y, mirando al cielo, rio, esta vez a carcajadas. Cuando se relajo lo sintio. Todo esta a punto de empezar. PRIMERA PARTE 1 COMIENZO A las 21:30 aun estaba en su oficina, situada en el edificio mas alto de la ciudad: la Torre de Cristal era una construccion de treinta y cinco pisos, acristalada en todo su contorno. Las mejores empresas contaban con sus oficinas alli. Una de ellas, Longoria & Becker Asociados, mantenia una gran actividad durante casi las 24 horas del dia, abogados de plantilla, becarios, secretariado, etcetera. Su plantilla ascendia a veintidos personas que representaban a los mas renombrados personajes de la sociedad, desde banqueros y deportistas hasta grandes magnates de negocios. Andres Longoria era uno de sus fundadores. Bajo la luz de su lujosa lampara de escritorio aporreaba su portatil, nervioso... Este caso lo estaba sacando de sus casillas. Alicia Faith, la nueva bomba musical, numero uno en todas las cadenas musicales del pais, estaba metida en un lio importante de drogas, que de momento se habia conseguido ocultar a la prensa, pero ?hasta cuando? La defensa que preparaba no tenia ni pies ni cabeza, no sabia por donde cogerla y estaba empezando a perder los nervios. Dejo el portatil bruscamente y se levanto de su acolchado sillon de cuero. Se acerco al mueble bar y se puso una relajante copa de whisky, hecho mas habitual que de costumbre en estos ultimos dias; camino despacio hacia la cristalera desde donde se veia toda la ciudad, le encantaba esa panoramica, sentia que todo lo que habia alli abajo estaba muy cerca de su mano..., le hacia sentir fuerte y lo ayudaba a pensar. --!Maldita ninata de mierda drogadicta! Estaba acostumbrado a lidiar con ese tipo de gente, pero siempre se sumia en ese estado de nervios cuando sabia lo que se avecinaba, la prensa, internet, television, publicidad. Lo mejor de estos casos era lo que despues le reportaban; mas dinero, mas clientes importantes y su nombre en todos los noticiarios. Apuro su copa echando la cabeza hacia atras con un gesto mas que exagerado y se dispuso a llenarla de nuevo. Mientras lo hacia, penso en lo que le esperaba al salir del despacho. Antes de volver a casa pasaria a ver a Jenny, no habia mejor forma de calmar los nervios y dejar de pensar en toda la gentuza que tenia que ver y con la que tenia que lidiar a diario. Otra vez con su copa llena, volvio a la cristalera y contemplo de nuevo lo que tenia a sus pies, cientos de coches moviendose sin parar, peatones andando deprisa para resguardarse del frio. Le encantaba esa ciudad. De repente oyo un susurro a su espalda. Se dio la vuelta y la piel se le puso de gallina; no habia nadie, pero el escalofrio aun le duraba. --!Me voy a volver loco, joder! En cuanto giro la cabeza para volver a concentrarse en el paisaje y su copa, algo lo agarro por el cuello. La copa se estrello contra el parque y en el reflejo del cristal pudo ver una sombra que empunaba un objeto plateado. A la vez que sus ojos siguieron el destello de la fina hoja bajar hasta su cuello, una voz le susurro: --Chsss, todo ha terminado. Con la misma rapidez que aparecio, la cuchilla lo rasgo de lado a lado. Los ojos de Andres se le salian de las orbitas, su ultima vision fue la de la bonita cristalera que se llenaba de sangre, su sangre. Despues todo fue tranquilidad. 2 CAFE Marco Duarte entro a la comisaria a primera hora. Esa manana habia decidido ir dando un largo paseo por la ciudad desde su casa. Pocas cosas superaban un rato a solas con sus cascos puestos, escuchando a sus grupos preferidos mientras se encaminaba al trabajo. Le toco a su reproductor decidir que oir, la voz de Kutxi Romero y Marea fue un buen chute para empezar la jornada. Solo se dio cuenta de que cantaba un poco mas alto de lo que debia al ver los rostros de la gente que bajaba las escaleras de la comisaria mirarlo extranados. Amanecio, la vi irse sonriendo con lo puesto por la puerta del balcon, el pelo al viento diciendome adios, porque decidio que ya estaba hasta las tetas de poetas de bragueta y revolcon, de trovadores de contenedor... !como yo! [*] Le encantaba esa cancion y no sabia como hacer para no tararearla. Sobre todo, una manana como esa, que estaba de muy buen humor. Su ritual era siempre el mismo desde hacia ya casi cinco anos: saludar a Jose, el policia que custodiaba la entrada al edificio desde tiempos inmemorables, subir a la primera planta, donde se encontraba la seccion de Homicidios, y cruzar todo el pasillo para llegar a la maquina de cafe. Alli se tomaba, de un trago, el segundo del dia. A partir de ese momento ya empezaba a ver las cosas de otra manera. Parecia que esa semana iba a ser tranquila; falta hacia despues de su ultimo caso, todo el equipo habia quedado exhausto tras conseguir meter entre rejas a los hermanos Flores (robo a mano armada y tres asesinatos en la huida). Despues de casi un mes de busqueda dieron con ellos y el juez hizo su trabajo. --!Buenos dias, Marco! --dijo una voz a su espalda--. ?Una noche larga? Dejame adivinar, ?Extremoduro?, ?Marea? O quizas vienes mas tranquilo... ?Ivan? Marco se dio la vuelta, tranquilo, mientras se quitaba los cascos de las orejas, y vio a su companera apoyada en la puerta con los brazos cruzados sobre el estomago, sosteniendo una cantidad ingente de carpetas marrones atestadas de folios. Alejandra Verdu llevaba siendo su companera tres anos y en ese tiempo habian compartido ratos de todo tipo; se apreciaban mutuamente y se conocian como si llevaran juntos desde el colegio. Casi 1,80 de pura fibra, pelirroja de pelo largo, habitualmente recogido en una cola alta, que acentuaba sus facciones finas y delicadas. Sus pecas en lo alto de los pomulos le daban un aire travieso que, mezclado con esos ojos verdes, hacia de la inspectora todo un monumento, provocando que todas las cabezas se volvieran para verla por donde quiera que pasaba. Ella lo sabia, claro, y se lo tomaba bastante bien; incluso lo disfrutaba y solia tener un comentario ironico para casi todas las situaciones de ese tipo que se le presentaban. Asi era ella: dura pero risuena, siempre con la sonrisa en la boca. --Esta manana he dejado que me llevara la Marea, ?y tu? ?A que viene esa cara de felicidad? --Marco le sonrio guinandole un ojo. --Bueno, nueva semana y aun no tenemos ningun caso que empezar a investigar, digamos que disfruto de estos momentos antes de que se acaben. ?Te apetece un poco de papeleo? --le dijo senalando las carpetas que llevaba en el regazo.

  • El vuelo de las perseidas de Raquel Silva Merchan

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    Helena hace las maletas y escapa del amor de su vida, Carlos. Tiempo despues regresa a su pueblo natal y debe enfrentarse a todos los fantasmas de su pasado.

  • El don de la fiebre de Mario Cuenca Sandoval

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    Olivier Messiaen ha nacido con un don: tiene un oido absoluto, puede identificar la calidad, el timbre e incluso el color de cada sonido. Con el tiempo llegara a convertirse en uno de los compositores mas famosos de Francia y del mundo. En El don de la fiebre, Mario Cuenca Sandoval novela la vida de este artista absorbido por la religion, los pajaros y la musica, un musico ensimismado a quien la Historia coloca en el frente durante la Segunda Guerra Mundial, en un campo de prisioneros nazi -donde compone y estrena su pieza mas famosa-, como profesor en el Conservatorio del Paris ocupado y como marido inusual junto a sus dos grandes amores.

  • Las mentiras de Amalia (Amalia 2) de Puta Cordura

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    !Quien no apoya no folla! La musica estaba demasiado alta para que ninguna pudieramos escuchar lo que decia Triana, pero la conociamos tan bien que no hacia falta oirla para adivinar sus palabras. Ella nunca bebia sin apoyar antes, era una de sus normas. Como la de no permitir a sus ligues dormir en su casa o la de no acudir nunca a una cita si no era subida a unos tacones de infarto. Las cuatro pusimos cara rara mientras mordiamos el limon. --?De quien ha sido la idea de pedir chupitos de tequila? --pregunte a gritos mientras hacia un gran esfuerzo porque no me saltaran las lagrimas, me habia esmerado con mis smoked eyes y no queria estropearlos. --!Culpa mia! --reconocio Irene sacudiendo las caderas al ritmo de la cancion que sonaba a todo volumen haciendo vibrar nuestros timpanos. La mire sin dejar de preguntarme como podia ser que todo lo que se hacia en el pelo le quedara bien. En su ultimo arrebato habia renunciado al naranja valenciana y se lo habia tenido de un fucsia chillon que me recordaba vagamente a los chandales noventeros con parches que vestia Triana cuando la conoci. Menudo equipo, pense. Estaba acostumbrada a que Triana insistiera en transformar nuestras cenas de chicas en una partida de caza (en busca de una buena pieza de macho de la especie humana, se entiende) pero es que desde que Irene habia plantado a Leo, se habia vuelto igual... o incluso peor. En ese momento las dos joyas de la corona habian abierto hueco en medio de la pista y bailaban culo con culo, haciendo un movimiento de twerking que podia ser muy sexi... o muy bochornoso, segun se mirase. --A estas dos no hay quien las controle --me grito Laura al oido. --!No sere yo la que lo intente! --respondi levantando las palmas de las manos entre risas. Laura y yo nos habiamos quedado rezagadas en la barra del Marmarela. Triana e Irene nos habian arrastrado hasta alli despues de nuestra ya tradicional cena de viernes en El Portal. A pesar de que yo hubiera preferido estar durmiendo a esas horas, tuve que reconocer que en una discoteca de diseno con decoracion ibicenca junto al puerto y al aire libre estaba, al menos, mas fresquita que en el zulo. Exacto, ahora yo vivia en el zulo. Irene se habia mudado a su nuevo apartamento hacia poco mas de un mes, justo el mismo dia que firmo las escrituras y el que despacho a Leo por ser un cabron casado, mentiroso y aprovechado (todo un derroche de virtudes, ?verdad?). Desde entonces yo me habia proclamado como la reina y senora de aquel vasto imperio de treinta y cinco metros cuadrados. Por supuesto, y a pesar de que su piso seguia siendo pareciendose mas a unas oficinas desvalijadas que a una casa, Irene me ofrecio que me fuera con ella. Pero yo sabia cuanto habia deseado ese momento de tener algo que fuera suyo, y preferi dejar que disfrutara de empezar su nueva vida en su nueva casa a solas. Como al contrato de alquiler del zulo le quedaban tres meses para su vencimiento, acordamos que yo seguiria alli mientras buscaba otro lugar mejor... lo cual no seria dificil. Estabamos a finales de junio, el verano no habia hecho mas que empezar y aquel micropiso, con su unica ventana dando a un estrecho callejon, era el agujero mas asfixiante de la Tierra. Bien mirado, por dimensiones y temperatura, hubiera sido una fantastica sauna finlandesa. --?Tu crees que si me marcho se daran cuenta? --me pregunto Laura dejando escapar un suspiro y cambiando el peso de un pie al otro. Esa noche estaba espectacular (lo cual no era ninguna novedad) con su falda negra con vuelo y un bodi claro con escote corazon. No me explico como no teniamos un corro de tios empalmados a nuestro alrededor. Supuse que seria su mirada lo que les disuadia de acercarse. Algo en Laura gritaba alto y claro que no estaba alli buscando tema, y que cualquier valiente dispuesto a arriesgarse a pesar de sus inequivocas senales acabaria llevandose un buen rapapolvo. Es que Laura se habia tomado muy en serio su intento de arreglar las cosas con Ismael. Durante la cena en nuestra mesa de la esquina le habiamos preguntado al respecto, pero a ella siempre le ha costado hablar de sus cosas (y mas si tienen que ver con lo que ocurre entre las sabanas de su dormitorio), asi que debimos conformarnos con un timido: <>. Todas podiamos imaginar que levantar un matrimonio despues de una infidelidad no debia ser sencillo. Laura seguia sintiendose culpable por el dano que habia causado a Ismael, y no entraba en sus planes volver a poner lo suyo en peligro por un flirteo con un tio cualquiera en aquella discoteca. Nuestra Sherezade habia descubierto que era debil, mas de lo que hubiera creido, asi que las tentaciones cuanto mas lejos... mejor. --?Serias capaz de abandonarme aqui con estas dos? --proteste haciendo como que no me percataba de lo que pasaba por su preciosa cabecita para no agobiarla, e hice un gesto con la mano hacia la pista. Alli estaban Triana e Irene dandolo todo, como si hubiera salido la luna llena y de pronto se hubieran convertido en lobas en celo. Solo les faltaba aullar. Lo cual visto lo visto tampoco parecia ser imprescindible. Intui que debian estar lanzando otro tipo de senales mas discretas que los aullidos pero igual de efectivas, porque ellas si que tenian un par de tios restregandose a saco mientras hacian como que bailaban. Nos habiamos acostumbrado a ver asi a Triana, pero lo de Irene estaba siendo todo un descubrimiento. Mientras que la primera tenia mucha experiencia en la materia a sus espaldas, la segunda se habia convertido en una alumna con prisa por ponerse a la altura de su maestra. De hecho, el nuevo pelo fucsia de Irene estaba demostrando tener el poder de fascinar a un maromo y mantenerlo revoloteando en torno a ella como una polilla atraida por la luz. Resultaba evidente que Irene se estaba esforzando por olvidarse de Leo, y yo hubiera dicho que lo estaba consiguiendo. Sobre todo cuando la polilla le metio la lengua hasta las amigdalas. Aunque hay que reconocerle que era una polilla muy atractiva, eso si. Triana, por su parte, estaba arrimando la cebolleta con un tio que parecia recien salido de Mujeres y hombres y viceversa. No le faltaban los vaqueros tobilleros rotos por las rodillas tan ajustados que eran casi una segunda piel, ni el tupe descomunal que desafiaba las leyes de gravedad con ayuda de kilo y medio de gomina. Era evidente que el cerebro de Triana, afectado por una incipiente intoxicacion etilica, hizo una relacion de las suyas y le entro la curiosidad por averiguar si lo tenia todo tan empinado como el flequillo. En ese momento tuve clarisimo que no les importaria que Laura y yo nos marcharamos. Probablemente ni siquiera se dieran cuenta. Y respire aliviada. Yo tampoco queria estar alli. La verdad era que solo tenia ganas de hacerme un ovillo y acurrucarme para lamerme las heridas que seguian abiertas. De vez en cuando sangraban y escocian, como recordatorio de lo estupida que puedo llegar a ser cuando me lo propongo. Hasta entonces mis heridas eran dos, y tenian nombre propio. Aquel no era mi lugar. Yo no era mas que una treintanera despechada (por partida doble, para mas inri) que desentonaba bastante mas que el pelo fucsia de Irene. Joder, como me seguia fastidiando eso de haber cumplido los treinta. Me sentia mas vieja que nunca. Y tonta, eso tambien. Al parecer mi mayor talento en la vida era el de escoger mal a los hombres. Menuda mierda, ?verdad? Ya podria haberme tocado el carisma de Triana, la alegria de Irene, o la serenidad de Laura. Me hubiera conformado con cualquiera de esas cualidades, pero no, la mia era la de elegir siempre mal. Fatal, para ser honesta. Al menos estaba decidida a aprender de mis errores, a no dejarme enganar... otra vez. Aunque sabia que una cosa era decirlo y otra muy distinta hacerlo. Nada es tan facil como parece, y mucho menos eso de no enamorarme del hombre equivocado. Asi fue como me convenci de que la mejor manera de no volver a cagarla seria no permitir que ningun tio se me acercara. Sin oportunidad no habria error. Esa era la clave: blindarme por fuera para que no me hicieran dano por dentro. Resople. ?Seria capaz? Mi unica certeza era que estaba decidida a que asi fuera... y pondria todo mi empeno en conseguirlo.